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El hombre como «ser-proyecto», objeto formal de la Antropología filosófica MAMJEL SÁt4cI-rEz CUESTA 1. EL «ANIMAL CULTURAL» A la hora de pensar lo que es el hombre hemos de tener en cuenta esos dos esenciales aspectos suyos que son lo biológico y lo cultural. Probablemente la Antropología filosófica no tenga como tarea central otra que la de la aclara- ción racional de tal hecho, solventando así dos viejas y siempre graves dificul- tades, a saber: una, la delimitación precisa de su objeto, nada fácil, por cier- to, mas necesario para quedar de una vez por todas estatuida como discipli- na independiente; y dos, la fijación de un utillaje conceptual-metodológico adecuado para aprehender y dar razón del mismo 1, evitando con ello mistifi- cadas proyecciones o injustificadas reducciones, que en numerosas ocasiones escamotean o metamorfosean la verdadera realidad. Al efecto aparece como exigencia primera y fundamental la atención a lo dado. Sin una tal actitud de respeto a la objetividad no es posible construir ciencia. Empero, por más que nuestra mirada sólo quepa hacerla desde la al- Cfr. Beorlegui, C., «Estatuto epistemológico e ideológico de la Antropología filosófica», en AA. VV., Temas, mitos y tópicos de la cultura actual. Homenaje alprofesorJai>ne Echarrí Uni- versidad de Deusto, 1990, PP. 285-315, así como «El problema del hombre y la Antropología fi- losófica», en Lecturas de Antropología filosófica, Ed. Desclée de Brouwer, Bilbao, 1988, Pp. 11- 46; Paris, C., «Biología y cultura en la realidad humana», en AA. VV., Ant ropología filosófica: Planteamientos, Luna Edic., Madrid, 1984, pp. 99-132; Rubio Carracedo, J., «Crítica, teoría y utopía: El estatuto epistemológico de la fllosoJfa del hombre», en AA. VV., Antropología filosó— fica: Planteamientos, Luna Edic., Madrid, 1984, pp. 51-82; San Martín, J., El sentido de lan- losoifa del hombre, al. Anthropos, Barcelona, 1988; Lorite Mena, J., Para conocer la niosoifa del hombre o el ser inacabado, Ed. Verbo Divino, Estella, 1992; Lobato, A., «Antropología y me- taantropología. Los caminos actuales de acceso al hombre», en Aquinas, Roma, 30:2, 1987, Pp. 175-211; Gómez Caffarena, J., «Sobre el método de la Antropología filosófica», en Estudios ecle- siásticos, 1989, PP. 173-192. 485

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El hombrecomo«ser-proyecto»,objetoformaldela Antropologíafilosófica

MAMJEL SÁt4cI-rEzCUESTA

1. EL «ANIMAL CULTURAL»

A lahoradepensarlo queeselhombrehemosdetenerencuentaesosdosesencialesaspectossuyosquesonlo biológicoy lo cultural.ProbablementelaAntropologíafilosófica no tengacomotareacentralotraquela de laaclara-ciónracionaldetal hecho,solventandoasídosviejasy siempregravesdificul-tades,a saber:una,la delimitaciónprecisade suobjeto,nadafácil, porcier-to, masnecesarioparaquedarde unavez por todasestatuidacomodiscipli-na independiente;y dos, la fijación de un utillaje conceptual-metodológicoadecuadoparaaprehendery darrazóndel mismo1,evitandocon ello mistifi-cadasproyeccioneso injustificadasreducciones,queennumerosasocasionesescamoteano metamorfoseanla verdaderarealidad.

Al efectoaparececomoexigenciaprimeray fundamentalla atencióna lodado.Sin unatal actitudde respetoa la objetividadno esposibleconstruirciencia.Empero,por másquenuestramiradasólo quepahacerladesdelaal-

Cfr. Beorlegui,C., «Estatutoepistemológicoe ideológicode la Antropologíafilosófica», enAA. VV., Temas,mitosy tópicosde lacultura actual.HomenajealprofesorJai>neEcharrí Uni-versidaddeDeusto,1990,PP. 285-315,asícomo«Elproblemadelhombrey la Antropologíafi-losófica»,enLecturasdeAntropologíafilosófica, Ed. DescléedeBrouwer,Bilbao, 1988,Pp. 11-46; Paris,C., «Biologíay cultura en la realidadhumana»,enAA. VV., Antropologíafilosófica:Planteamientos,LunaEdic., Madrid, 1984,pp. 99-132;Rubio Carracedo,J., «Crítica, teoríayutopía:El estatutoepistemológicode la fllosoJfadel hombre»,enAA. VV., Antropologíafilosó—fica: Planteamientos,LunaEdic.,Madrid, 1984, pp. 51-82;SanMartín,J., El sentidodelan-losoifadelhombre,al. Anthropos,Barcelona,1988; Lorite Mena,J., Para conocerla niosoifadelhombreoel serinacabado,Ed. VerboDivino, Estella,1992;Lobato,A., «Antropologíayme-taantropología.Los caminosactualesdeaccesoal hombre»,enAquinas,Roma,30:2, 1987,Pp.175-211;GómezCaffarena,J., «Sobreel métododela Antropologíafilosófica», enEstudiosecle-siásticos,1989, PP. 173-192.

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menadeunaabstracción—problematismoentrañadoen los términos«dado»y «objetividad»—,tenemoselconvencimientode que,dentrosiemprede cier-tos limites razonables,somoscapacesde discernircon claridadentrelo quehayy lo queno.

Noespuesunacasualidadel queencontremosprecisamenteambosaspec-tos, la biologíay la cultura,imbricadosenel procesodesocialización2.Dedi-choprocesohemosde partira la horade dar respuestaaaquellacuestióndemásarriba,ya quehombreúnicamentese da cuandono cabehablarde unode ellossin la expresareferenciaal otro.

El hombreesun animalcultural, estoes,un serque, a la vezqueincardi-nadoen unanaturalezasujetaaunalegalidadnecesaria,no seagotasin em-bargoen ella. Porel contrario, mediantela pre-visión,—fondosubyacentedetodacultura—,aparecenen elhorizontehumanounamultiplicidaddeop-ciones, asícomo la capacidadparaelegirde entreellasla queen cadamo-mentoseestimacomomásconveniente,rompiendoatravésdel actovolunta-rio aquellanormaciónimplacable.

Ahorabien, al igual queel hombrese abreal mundodesdesu biología,tambiéndichabiologíacondicionaelmareode esaapertura. Queremosdecirqueúnicamentenos cabellegar a alcanzaraquelloqueesemarcobiológiconosposibillta. De ahíla relevanciay significaciónquepuedeadquirirel olvi-do detalesmárgenes,tantoparano devaluarnuestramorfologíanaturalenarasde mistificacionesepifenoménicasquesólo conducena ideacionesnega-dorasde la auténticarealidaddelserquesomos,cuantotampocopararedu-cimosaunafalsamecanizacióndeprocesosfísico-químicos,sujetosaesaele-mentaly toscadialécticadel estímulo-respuesta3,que acabaconvirtiendoalhombreprecisamenteenlo queno es, en un mero animal.

El objeto materialdela Antropologíafilosóficaes,pues,el «animalcultu-ral» u hombrereal. A partir de esaaprehensión,la reflexiónsobreel hombreda un significativo viraje: no setrataya de unaideación,de un pensamiento

2 Se tratadeunprocesohoysobradamenteestudiado,peropocostextosexpresanla dialéc-ticaquesedaentrehombrey culturacomoestedeBergery Luckjnann:«Esimportantedesta-car—escriben—quela relaciónentreelhombre,productor,y el mundosocial,su producto,esy siguesiendodialéctica,valedecir,queel hombre(noaislado,porsupuesto,sino ensuscolec-tividades>y sumundosoda]interactúan.El productovuelveaactuarsobresu productor.La ex-ternalizacidny laobjetivaciónsonmomentosdeun procesodialécticocontinuo.Otro momentodeesteprocesoesla inlernalizaciórx(porla queel mundosocialobjetivadovuelveaproyectar-seen laconcienciadurantelasocialización).La sociedadesun productohumano.La sociedades unarealidadobjetiva(externalizadóny objetivación>.El hombreesun productosocialQn-tenializaddn).Un análisisdelmundosocialqueomitacualquieradeestostresmomentosresul-tarádistorsionado».La construcciónsocialde la realidad, Amnorrortu, BuenosAires, 1972,Pp.82-83.Cfr. tambiénCordón,F., La naturalezadel hombrea la luz desu origen biológico, Ed.Antbropos, Barcelona,1982; Rostand,1., El hombre, ed. Siglo XXI, BuenosAires, 1978 yBenedict,R., El hombrey la cultura, Edbasa,Barcelona,1971.

3 Pormásquedebanreconocérselemúltiplesbeneficiososresultados.

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metafísicodesfondado,sino que al asumirla simbiosisde lo biológico y locultura], ]a Antropologíafilosófica se convierteen una disciplinaquenadatienequever ya con esaotraclasede reflexión aparentementetan cercana—aunquesu conocimientoresulteal efectoimprescindible—como esla Fi-losofíaantropológicao Filosofíadelhombre.En estesegundocaso,enel casode la Filosofíadelhombre,la concepcióndelmismovieneimpuestaapriori,todavez quee] serhumanoesconsideradocomoun sermás,si bienprivile-giado,dentrodel conjuntode los seresvivos y subsumidoenunadetermina-da Weltanschauung.Con otraspalabras,el hombreespensadodesdeun sis-temadeideasy no a partir de la observaciónde la realidadqueél mismoes.

La Antropología filosófica se sitúa, —ha de situarse—,muy de otromodo antesuobjeto de estudio,recuperandoaspectosmetodológicosquesiempretuvieronvigor peroconlos queno sequiso o no sepudocontar.Enefecto,el puntodepartidaahorapasapor la percepciónfísico-naturaldel ob-jeto4, en estecaso, el hombre.Estosignifica, como es obvio, atenersea lodado,contarcon los datosde experienciay sólo con ellos,esdecir,asumirlamorfologíanaturalhumanaya queella enmarcala realidaddel serqueso-mostantodesdeel puntode vistade lasposibilidadesquelo difractan,cuan-to desdeel de los límites quelo cierran o encorsetan.No ha lugar,pues,alplanteamientode hipótesisquesobrepasenesosmárgenes.Lasmismasnoha-rían sino falsearel conceptode hombreen un doble sentido: por un lado,viendoenél lo queno hayy, enconsecuencia,asumiendounarealidadquedehechono existe,lo queinvalidaríala investigación;y, ensegundolugar,~m-yectandosobreel mismouna ideanuestra,conlo quemásquecaptarlo quehay, trataríamosdereificar un conceptosubjetivo.

Ahorabien,el queel hombreseabiologíano significaqueseagoteenella.El hombreestambiéncultura,datoigualmenterealy con el que, porlo tan-to, hemosasimismodecontar.La diferenciaperceptualestribaenquelacul-turano es,comola biología,algosometibleaobservacióny medidaensi mis-ma,antesbienunasuertede realidadqueseencuentralatenteen aquéllaenforma de capacidades,las cualesrequierena la vez de la historicidadparamanifestarse.Precisamenteenel logrode esascapacidadesconsistela acciónhumana.Poreso,sólo cuandotalescapacidadessehacenefectivasescuandonoscabehablarde hombre.Capacidades,además,quesonexigitivasen undoblesentido:comomediosparagarantizarla sobrevivenciay, sobretodo,

Al efectoescribeFaustinoCordón:«Paraabordarcomocientíficosmonistasel estudiodelanaturalezadel hombre,estoes, el estudiodel pensamiento:dicho deotro modo,paraabor-darloal modocientíficoentérminosdelprocesodetodala realidad,tenemosquerecordarunavez ¡rAs queel hombre,(comoaseveróantesquenadieDarwin)esun animalgenuino,diríamoshoy un individuo de nivel directamentesupracelular,que(comotodo ser vivo> constade unsoma,ensu casoun conjuntodecélulasíntimamentecooperantes,y un organismo(psique)cajn-po físicounitarioqueenél resultadeactividadcoordinadadecélulasaelloespecializadasy quepermite(quemedia)estaíntima cooperación».Op. cit., p. 129.

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paracolocarnos—rasgoesteverdaderamenteoriginal— en un universodesentido.De hecholo queseparaal hombredelos demáshoniínidoses, preci-sainente,esepodersuyodecrearseun medio, quees alo quellamamosmun-do, dentrosólo de cuyosmargenesnosesdadohabitar.

2. SEa EN TENSIÓN HAcIA EL FUTURO

El hombre apareceasícomo un seren tensiónhaciael futuro, es decir,comoproyecto.Mas convieneprecisaral punto lo quepor tal entendemos,dadoqueel «proyecto»se lo encuentraamenudoreferidoal hombre,si biencon interpretacionesde las quediscrepamos.No entendemos,por ejemplo,con lapalabraproyecto«el hombrequequeremosser>’ unainuniano,por muyhombrerealy nouménicoqueeseproyectosenosobjete.Tal hombredevo-luntad—mejorseriadecirde «noluntad»—es proyecto,ciertamente,masunproyectoconcreto,aquelquecadaindividuo desí mismohatrazadoafin deno perecer,de «no morirsenunca»,empeñadoagónicamente—mientrashayluchahayvida—enel logroy conquistade esesernuestroideal.Ni cabe,asi-mismo,bajonuestroconceptodeproyectoel «proyecto-de-ser»sartreano,pormuchoquecomporte,condenadocomoestáel serhumanoaejercerla liber-tad, laasunciónresponsablepor cadahombredesu propiohacersedesdelaubicaciónen un aquíy un ahoraexistenciales,puestambiénen estecasoes-tamosanteotro proyectoconcreto,elde mí mismoenautenticidad,vale de-cir, salvandola llamada«mala-fe».Ni, por supuesto,tampocopuedenserconsideradosen calidadde proyectosy por idénticarazón,la «ex-sistencia»heideggerianao la «vocación»de nuestroOrtega.

Nuestroconceptodeproyectono es unaideación,un quererser tal serde-terminado.Lo quealguienconcretamentequiereser lo deseasiempredesdeunaclasedeconcienciaespacio-temporalizadao circunstanciada5.Poreso,enlos cuatrocasosde proyectoantesmentados,setratade proyectoshistóricosde hombre,los cualesen nadaexplicanel tipo de serquede verdadlos hom-bressomos.Proyecto,paranosotros,es la aperturade la biología a laposibi-tictac! histórica. Poreso,la diferenciaentreestaclasede proyectoy esosotrosproyectosconcretosestribaen queel primeropartedel dentro al fleera, conlo queelánguiodevisión capazde mostrarnosla dinámicade surealidadnoscoloca,sin mediaciones,en sugénesismisma:serélo quemeesposibleser. Enlossegundos,encambio,ocurrejustamenteal revés,sevadelficera al dentro,

5 Hemosmostradoesteprocesodeconstrucciónhumanaennuestrolibro Cinco visionesdehombre,Ed. Visor, (FundaciónLoewe),Madrid, 1993,esdecir,cómo«cadacircunstanciacuktural determinaunatipología dehombreque sólo cabeentenderdesdelos paradigmasquelavertebran»(p. 20). Cfr. tambiénParis,C., «Hacia unadefinición actualdel hombre: Un animalproyectivo»,capítuloO deFilosoifa, ciencia, sociedad,Ed. Siglo>0(1, Madrid, 1972,y El animalcultura4Ed. Crítica,Madrid, 1994.

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yaqueesnuestraconcienciaquienseñalala direcciónquehemosde reconer,si es que queremosrealizarnos,lo que, en definitiva, equivalea reducir alhombreaun yo o conciencia.

3. ~ Y PROYECTODE SER

No tratamosderestarimportanciay menosaunde invalidaresosproyec-tos personales.De hechono cabríahablarde hombreal margende los mis-mos, puesa elloscompetela responsabilidadde inscribir cadaunade las vi-dashumanasen un universode sentido.Lo que,en cambio,tratamosde de-cir es que la tipología de tales proyectos,en tanto que arrancande laconcienciadelsujeto,siempreestaránaexpensasdela percepciónqueposea-mos del serrealdelhombre.Conlo que—y sin quenosquepaprescindirdeellos—bienpodemoscondenarnosa perseguirunametadesdeunarespon-sabilidadque,sin embargosepuedevolver contranosotrosmismosal venirfalseadaapñncipio.Téngaseen cuentaqueun proyectovaleno tantoporqueen él sepersigaun objetivo, cuantomásbienporqueeseobjetivo quetrata-mos de alcanzarseenmarcadentro de los proyectoshumanosplausibles.Yaquíes,justamente,dondereside,anuestromodo dever, la relevanciade laAntropologíafilosófica comodisciplina: no sóloen permitirnosobservaresadiferenciade proyectos,sino tambiénen centrarseen el primero,en el hom-bre comoser-proyecto,comoensuobjeto formal.

El proyectooriginario es,precisamente,la fusión devida y mundo,el to-posdondeaquéllase haceuniversocultural, dandolugar en su desenvolvi-mientoevolutivoaunsaltocualitativodetal magnitudquecatapultaalhom-bit desdeel planodela especieal planosocial.¿Quésignificaestehecho?Losiguiente.Una semejanteinflexión significa quela legalidadinexorablebr-puestapor la naturalezade modogeneraly quetienesu cristalizaciónen elordenespecífico,nosólo estronchadaderaíz,sinoquemutaenun ámbitodelibertadque, dentrode determinadosconcretosmárgenes,destacala indivi-dualidadde cadahombre,hastael puntode convertiral mismoen resultan-te dialécticadel conflictonecesidady libertad.Lo queahorallamamosespe-ciepocoo nadatienequeverya conaquellavieja especiebiológica, atenidaala implacabilidadnatural.Ahoramásquedeespeciehemosdehablardegru-po social. Especiebiológicay gruposocial, cadauno por su parte,tendránunafuncionajidadsindlar.Porlo queasícomoen aquéllael pasodeltiempoapenasmcidesobreun cuerpodecaracteresdados,enéste,en el gruposocial,ocurrealgo similar, hastael puntode dejarexcluidafuera del mismo todaclasede vidahumana.

No se nosoculta unaposibleobjecióna lo reciénexpresado,asaber,elhechode quehoy no nosquepacon seriedadsostenerunaseparacióntajanteentreanbnaily hombreporel recursohabitualal ordeninstintivo.Estoesver-

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dad.Mascontodo,no cabetampocoengañarsehablandodeunacontinuidadbiológicaentreambos.Hacerloequivale,pensamos,acerrarlos ojosala rea-lidad, yaqueentrehombrey animalla diferenciaestan grandecomola quesedaentrelo singularyio universal.En ésto,enlo específico,laspautascom-portarnentalesse repiten,asícomotambiénlos procesosno sensitivos.Y aun-que—lo dejamosapuntadomásarriba—éstasarrojenalgunasdiferenciacio-nesenvirtud del medioy de la situaciónenquelos animalesseencuentrenydesenvuelvansuvida,lasmismasno pasanenverdaddesermodalidadesper-mitidasdentrodel espectrocubiertoporla norma.La individualidadhuma-na, en cambio,es muy otra cosa.Aquí nos encontramosya con auténticosdestinospersonales,pocoda a nuestrosefectosen quésehaganlos mismosconsistir.Por esono es ningunaexageración,nosparece,aseverarqueen elcasohumanola especiebiológicaenderío mododesaparece,siendosuplanta-da por el individuo.

4. Hisiron EN DEVENIR

Cadahombre,pues,no esunarealidadpuntual,dadade unavez porto-das, meravida reducidaa un presenteo un ahora.No, el hombreaparececomo una«entidad»alargadaen el tiempo, vale decir,como unahistoria endeveniryo soymi pasadoreducidoa ahoramismoy vertidoala vez haciaelfuturo. Ello no obstante,convieneno confundir—insistimosde nuevo—elproyectoquesomoscomopulsiónconel quepodríamosdenominarproyectopersonalo proyectosegundo.Estevienedespués,fundamentasupropia po-sibilidad en aquelprimeroy cabetenerioasumidoconscienteo inconsciente-mente.Mas habremosde convenir—y es lo quetratamosde aclarar—queunatal cosasedebea esanecesariadinámicade nuestrabiología,convertidaa la alturadel hombreen libertad.

Vivimos dentrode unatradiciónculturaly los conceptosnosimponensucargasemánticaacumulada.Y, por paradójicoque resulte, los necesitamosparaverel mundoasutravésy, al mismotiempo,senosrevelancomoanteo-jerassesgadasde prejuicios.De ahíque la hermenéuticadel hechohumanoreclamecomoprimeratarealade sercapacesde operarenlos mismosaque-lla epojéquecorresponda.Y la primeraprevenciónanalítico-sintéticaquehe-mos de efectuarhacereferencia,comono podíaser de otro modo,a esosfil-tros conceptualesquenosimpidenaprehendemoscomoel serquerealmentesomos,como un proyectoen libertad, siempre,esosí, sujetoa límitesbioló-gicos.

Es verdad,sin embargo,quedicho conocimientono podemosapercibirlofuerade unadeterminadaconcepcióndel hombre.Perono menoscierto estampocoquetenemosigualmentela capacidaddesepararel aspectoformaldel material,nuestroseranimalesculturalesde nuestroindefectiblehabitar

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unaculturaconcreta.Y aunqueesdesdeestasegundasituacióndesdela quenecesariamentehemosde partir a la horade interpretarnos,la primeraexi-genciahermenéuticareclamacotejarlos conceptosconlos quenospensamosen tantoquehombrescon aquelotrocampoformal deposibilidadesde ser,condicionadopor el soportefísico-químicosobreel queseaupa6.

La revisióncrítica,pues,del lenguajeantropológicopasaporel reconoci-mientode esaunidadprofundaqueseda entrebiologíay proyectoy quelatradiciónnos insta a ver comoun dualismo,cuandosu maridajecomponeunasíntesisindisoluble.El hombrees unaentidaden la queesoquellama-mos parteso aspectosno son sino abstraccionesanalíticasparadar cuenta—tal vez fueramejor decir, darnoscuenta—de unarealidadcomplejaqueestámásallá delas palabrasdenuestrohabituallenguaje,de nuestrahechaconceptogralla.

El pesodel mismoy del dualismogriegoscontinúapresenteentrenoso-tros. Términoscomo «hibridismo», «sustanciasopuestas»,«realidadcontra-dictoria», «materiay espíritu»y otrasexpresionessimilaresparacalificar odefiniral hombrelo muestran.Estas,másquealudiro referirsea realidadesunitarias,captadaso aprehendidasentantoquetales,anastranunasignifica-ción quelas rompeen trozosficticios al mirarlas,en un injustificado juegoanalítico-sintético.No se pierdade vista el hechode quetodasíntesislo essiemprede aspectosdispersosy que, por lo tanto,su composiciónposterioraparececomoresultadode unainterpretación,valedecir,esunasíntesisarti-ficiosa.Deahíla invalidezdetodapercepcióndualdelserhumano,yaquelaresultantecompositivaverterásiempredel ladodel hermenéutaen susignifi-cado.

Sin dudaalguna,poreso,unaimportantetareade la Antropologíafilosó-ficareside,anuestrojuicio, enel logrodeun lenguajeadaptadoala nuevasi-tuación,aestanuevaformademiraral hombre,ya queun objetodistinto,re-quieretambiénde un distinto lenguaje.En definitiva,setratade aprehendery constatarlo quesomos,no lo quenosgustadaquefi¿dramos.Mas en estata-reaconvieneno llamarsea engaño,dadoque, en el mejor de los casos,lasbuenasintencionesnuncaestándesprovistasdel riesgoinvolucionistao ami-lador de intuicionespreclaras.Sólo así se explica,por ejemplo,que MaxScheler,mentordela Antropologíafilosófica, porsuexpresodeseode atener-seal datocientíficocontrastadofrenteala fluidezy anibigixedadmetafísica7,torcieraluegosu reflexión canalizándolasin justificaciónalgunaen unadi-

6 Es un hechola reiteradadependenciapadecidaporel antropólogoala horadeaprehen-derel objetodesudisciplinaalno disponeramenudodeconceptospropiosy verseporello obli-gafoinconscientementeaservirsedeténninosfl]osóticv-cientlfrosya acuñados.Cfr. al respec-tu Muga, J., «Laformalizaciánde los conceptosenel métodoantropológico»,enAA. VV., Antro-pologlafilosófica:Planteamientos,LunaEdic., Madrid, 1984, pp. 153-191.

7 Seheler,M., El puestodel hombreenelcosmos,LI. Losada,BuenosAires, 1989, 19.a ed.,pp. 23-24.

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recciónqueno sólo neutralizaríaaquelprimerintento,sino queademásaca-baríaporinvalidarlo, al definir al hombrecomoun Geistwesen,un Espíritu8,algoobviamenteno dado,datonetamentemetafísicoy que,ensuconsecuen-cia, reconviertedenuevola pretendidaAntropologíafilosófica enunaFiloso-fía del hombremás.

5. Horvm~ Y HACER

El hombreestávertidoalhacer:eslo quehace.Mas el hacer,todaacción,essiempreunaactividaddirigida, unainstanciaqueseencaminaa un objeti-vo. Demodoquebienpuededecirsequeelhombrehacesuhistoriaal hilo desurealizacióncomo proyecto.

Es muy importanteapercibimosde estacaracterísticautópicaentrañadaen el proyectohumano,puesgraciasa ella puededecirsequeel hombreexis-te encalidaddetal. Asuntomuydiferente,en cambio,es el gradomáso me-nosacusadode inalcanzabilidaddela utopía,asícomosu mismamultiplici-dad. Dehecholas utopíashanido variandoconel correr históricola madu-raciónracionalhumanay el haberdeexperienciasacumuladasporel hombremismo,algoqueconfirmasuindefectiblepresenciaentodavidahumana.

Así puesser-proyectosignifica caracterizaral hombrecomo un ser utópi-co, futuridadquejuegaen él un papeltandecisivoquehacedependerdelamismasuequilibrio vital. Por eso,másquela consideraciónde en quécon-cretamenteconsístala utopía, interesaahorael de damoscuentade queelcontenidode la mismasenos objetacomounaluminariade sentido.Es de-cir, aquéllano sóloponeenmarchanuestraacción,sinoquecreaidealesy va-loresqueconviertenunaingentecantidadde seresinconexosen un umversoordenadodondetodosellosapareceninterconexionados.

En esto residela más profunda diferenciahumanacon el animal. Paraéste,parael animal,no existela perspectiva.Deahíquesuuniversosereduz-ca a los márgenesde su propiamorfologíabiológica. Parael hombre,por elcontrario,al madurarsubiologíaen cultura,éstale abreun horizonteque,aunquecondicionadopor las lógicasimposicionesde aquélla,se le objetacomotareavital.

Perola perspectivasólo esposibledesdela subjetividad,desdeesacapa-cidad &iicamentehumanaparasobrevolarla realidaddesdela libertad yconstruirasí universosde sentido.Desdesu concienciaciónde ser-proyectoelhombresenota serun serlanzadohaciael futuro, proyectandoen la lonta-nanzael objetivoa lograr a fin de darsesentido.Porqueestees elproblemade laconciencia:quereclamaun sentido.De¡nodoqueno lebastaal hombrecon buscarésto o aquéilo, con trazarsetal determinadameta,ya que una

Ibid., pp. 53 y SS.

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metasólo lo esdeverdadcuandosatisfacedeterminadasexigenciasdeordenen la complejatotalidaddesu mundo.

El hombreconsisteasíensuhacer,condicionadosiempreporla circunstan-cia socio-culturalenla quenacey vive y el desarrollohistórico,extremosqueconstituyenlos dosejesde coordenadasgeneradoresdelsentido.Puesbien,enla topologíau orientaciónespacialhaencontradoel hombreel primerodeesossentidoshistóricamentehablando.Desdeella le apareceal hombreel universofísico comoalgoinmediatoy ala vez comounarealidadinabarcable.El desco-nocimientoy la fascinación,en consecuencia,deeseespacioalargadosiempremás allá llevaráal hombrea hacerdel mismo el objetivo de suser-proyecto,puessabebienqueel deseodesu logro le resolverátodaslas gravescontxadic-dones—fruto desuorigenbiológico-cultural—inherentesasunaturaleza.

Nadasustantivovariarátampococuandoapartir del Renacimientoy susdescubrimientosgeográficosla utopíadevengaou-cronía,salvoqueel objetivoa lograr apartirde estecualitativocambioderumboesla realizacióntempo-ml o históricade nuestroser-proyecto.En efecto,con esecambio, el proyectohumanodevieneproyectohistórico,algoconquistablepormedio delavolun-tad. Esta,mediantela elecciónde opcionesorientadas,puedellegar aserca-paz,desdesulibertad,defrío haciendopresente.Y aunque,pordefinición,seaverdadquetal metano seráalcanzadanuncadel todo,siemprenosseráposi-ble, sin embargo,el vivenciardestellosde la grandezaquela mismaguarda.

Estautopíatemporal,hechaconatovoluntariotrasla Modernidad,haidoexperimentandounaseriede modulacionessucesivas—política, científica,fi-losófica,social—.Emperola caidade los grandesmensajesenel posmoder-nismoactualno invalidalo dichoantes.Sóloquela utopíatrataahorade pre-sentarsecomola negaciónde sí misma, comoou-outop(a, tal vez porenten-dersequequizásseaesala mejorformade devaluardeterminados¡nitos, loscuales,con falsaspromesassalvadorasllevadassiempremás allá de lo quenuestrosoportebiológico posibiita,hanproducidoal hombredañosy frus-tacionesirreparables.En estesentido,la utopíaposmodemalo quepretendeesla asunciónde cadahombrepor sí mismodesdela dzjferenciaafin devol-ver aserde nuevoél, esto es,un sercon capacidadpararecuperarsuhuma-nidad perdidaen esasgrandesaventurascolectivas9.

6. IRREALIT)AD Y OBJETIVIDAD

Comprobadala futuridadentrañadaen la utopía,—una futuridadqueimpulsaal hombreal dinamismodela acción—,convieneno perderdevistalo queesosignifica, asaber,queel objetivo a queel hombreaspiraes siem-pre unarealidadtrascendente,algoqueseencuentrafueradesí mismo. Por

Cfr. Lyotard,J y F., La condiciónposmodenia,LI. Cátedra.Madrid, 1987, 32 cd.

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eso,justamente,lamismaseconstituyeenelmotorde laconstrucciónbiográ-fica, enel impulsoirrefrenablequenosdirigeaalcanzartal logro. Deahíquecomporteun méritodelaAntropologíafilosófica haberdetectadoconnitidezestecaráctertrascendenteinsito al proyectohumano.Y ello no sólo porqueasumiéndolose reconoceconobjetividad la realidadqueel hombrees, sinoporque, además,seevita el fácil y siemprepeligrosoreduccionisnioa merabiología de lo humanoy que representanlos hoy superadosconductismos.Lejos de serun añadidointeresado,lo cultural aparececomo la vertientecomplementariade lo queel hombretambiénes. Lo queinvalida, a su vez,toda explicaciónhumanallevadaacabo sobrebasesde etologíaanimal, esdecir, de un modelode comportamientobiológico rígido, sin másalteracio-nesqueaquellaspautasmínimasqueel tiempo—un tiempocasieterno,silocomparamoscon el promediode la vida humana—y un determinadohabi-tat puedanir ejerciendosobresusistemadeinstintos.

Ahorabien,si la utopíaesla metatrascendentea la queel hombreaspi-ra, es obvioquela misma entrañaun elementode irrealidad. Setratade unnúcleoidealal queencaminamosnuestravida—vida aquíequivalearealiza-ciónhistórica—conel decididoánimodelogrario, aunquepordefiniciónesetérmino quedesiempremás allá (ou-topos, ou-cronos). Precisamenteestaidealidadde la irrealidadmuestrabiena las clarasel sesgomásrelevantedelo cultural, asaber,la expresafinalidaddetodaacciónhumana,desdela ele-mental técnicadel chinarrohastanuestrosnormadoscomportamientosres-pectoa unaaxiologíadeterminada,pasandopor el ineludiblepragmatismode cualquiersistemade creencias.En consecuencia,la utopíaposeeunado-bledimensión.Es, porunaparte,algohistórico, todavez quegraciasa ellaelhombreserealizaentantoquehombre,incardinandosu proyectoenel pro-cesode la historia.Pero,porotraparte,tiene la utopiauna dimensiónahis-tóricao, si seprefiere,mítica, acausade aquelelementode irrealidaddel queanteshablamosy queinsertaal hombrefueradel tiempo.

Estatensiónhumanaentrehistoricidady ahistoricidadpropiadel«animalcultural»muestraqueno escorrectala contraposiciónquesueleestablecersedesdela Modernidadentrepensamientomítico y pensamientoracional,sí noseaclaraal puntoel significadoquesedaalos términos«subjetividad»y «ob-jetividad»,quesuelencaracterizara aquéllos,respectivamente.Conviene,poreso,avisarde quetal contraposiciónhoyes insosteniblepor falaz. La objeti-vidad racionalistasuponesiemprela diferenciaciónentrelo queno soyyo ylo queyo soy,valedecir, la afirmaciónapodícticade esarelaciónconstituidaporel sujetoy el objeto, comosi cupieraqueuno, el sujeto,pudierateneralos otros,los objetos,asépticamentefrenteasí. Estaactitudes la quevigeenel campode las cienciasnaturales,en dondetanto el sujeto comoel objetoson, de hecho,entesfingidos,estoes,sujetoy objeto puros.Mas ésteno eselcasode la aprehensiónde la realidadhumana,al entrañaren su ser-proyectoun carácterindefiniblementeutópico.

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Aquel esquemaperteneceal conocimientodel ordenfísico-natural,algoqueel hombresóloen partees.Poresotampococabehablarde subjetividada secasal referirnosal hombre,pues,auncuandola metautópicaa la quetendemosesun contenidode conciencia,esecontenido,en cambio,surgeaexpensasde nuestrosoportebiológico o animal,y no pormor de unaidea-ción espuriao mistificada.

Y aunquees verdadque el sentidocrítico-racionalha ido invalidandobuenaparte de los parámetrostenidospor válidos durantelargo tiempo,siempreen unalíneademayorautonomíahumana,no menoslo esquedichainstanciamítica—no seolvide quetodautopía generaun mito’0 proporcio-nado—continúaigualmentepresenteformandopartede nuestroserdehom-bres.Tienerazón3? L. Abellánalobservarque«los modernosestudiossobrela “realidadprimitiva” en quehan aunadosusesfuerzosetnólogos,psicólo-gos, sociólogose historiadoresde la religión, noshanreveladoquetodaesaseriede relatosaparentementeinfantilese ingenuosobedecenaunaactitudpsíquica,aun mododeenfrentamientoconla realidadpropiadel hombreyquede ningúnmodopertenecena unaetapainfantil»”.

No deben,por eso,confundirselas materializacionesideales,antiguasomodernas,puestodasestánsujetasen susformulacionesaunaortodoxiare-latista.Deahíque, frenteal relato, lo quenosotrosqueremosrecuperareselformalismoqueestructuraal mito, a fin dedejaren claroel carácteruniver-sal de la utopía en tanto que núcleodelproyectohumano. En tal sentido—no importaal efectocómola mismase revista—la utopía, comoel ¡ms-mo 3. L. Abellántambiénafirma, «ayudaala realizacióntemporaldelhom-bre y tratade impulsarleen el mejoramientodesuscondicionesconcretasdevida»’2.

Es, a nuestromodode ver, tareade la Antropologíafilosófica, tratardeponerlas cosasen su sitio, valedecir,capacitamosparaaprehenderal hom-bre comorealmentees,evitándonosconello caeren chatosreduccionismos,queempequeñecenal serhumanoporla aplicacióninteresadade los aúnpo-tentesparámetroscientificistasno menosque, también,en determinismosculturalistaso en ilegítimasmistificacionesquelo mecanizano endiosan,esdecir,quelo falsean.

Mito enestecontextono equivalearelato,sino ala materializaci6ndela utopía,al tra-zadodel perímetroquedalugara lo queen Historiadela Cienciallamamos«paradigmacons-telaciona]».

Abellán,J.L., Mitoyc¿dtura,Seminariosy LIiciones, Madrid, 1971, p. 18.2 Ibid., p. 19.