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El Gobierno ColonialTRANSCRIPT
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El gobierno colonial en Uruguay 1
Ms abajo, en el fondo de aquella sociedad, se form una tercera clase social.
Son los negros, esclavos y libertos; indios y mestizos; mulatos u cuarterones,
que componen una poblacin cuyo nmero, especialmente de africanos puros,
es variable en razn de la mayor o menor cantidad de buques negreros
arribados y de las exportaciones efectuadas con destino a Buenos Aires y a las
provincias interiores del Virreinato. Los negros sujetos a traba por envos a
otras colonias, no convivan en la sociedad. Recluidos en un amplio local
llamado Casero de los Negros, sobre la playa de la Aguada, la ciudad no
percibi sino el beneficio de su compra y venta por radicarse en ella esta
clase de comercio. De los otros tipos, incluso los negros adscriptos a las
familias o a los servicios domsticos, la cifra fue reducida y mencionamos
antes su nmero de acuerdo con el censo de 1778. Indios, propiamente,
tampoco existieron, al menos actuando en cantidad eficiente. Su nmero no
debi ser mayor que el consignado en la estadstica citada, y la poblacin
indgena de la campaa no se volc en Montevideo como en otras colonias
americanas, en razn de la vida nmada de los aborgenes uruguayos. ()
Disminuidos as los contingentes de estas razas, su aporte en la formacin del
carcter colectivo tambin debi ser escaso en proporciones. La cruza de
blancos con negros o con indios, o de stos con los segundos, fue la
excepcin, y el tipo del mulato o del mestizo no abund, en virtud,
principalmente, de la situacin inferior reconocida a los individuos cuya
ascendencia de sangres no se considerase absolutamente limpia. Ms valor
que la mezclas tnicas, tuvo en la formacin del carcter social la influencia
externa ofrecida por la idiosincrasia peculiar de esta clase componente del
medio social. Azara nos habla de que los hijos de familia eran entregados, casi
desde su nacimiento hasta la edad de seis aos, al cuidado de mujeres negras
o pardas y luego a mulatillos, de quienes no oiran cosa digna de imitarse, sino
falsas ideas respecto a las cualidades que distinguen las personas de bien.
1 Pablo Blanco Acevedo. (1944). Montevideo: Biblioteca Artigas, MEC.
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Esta forma de crianza y que imper por muchos aos en las costumbres, no
fue sino consecuencia del rgimen de vida colonial. Incorporados los esclavos
al ncleo familiar en clase de sirvientes o encargados de las tareas
domsticas, forzosamente la educacin de los nios entregados a su cuidado,
debi impregnarse en sus modalidades caractersticas. Fuertemente
supersticiosos, dotados de imaginacin pronta para admitir los hechos ms
inverosmiles, una buena parte de las leyendas y cuentos absurdos de
brujeras y aparecidos que han formado, en otro tiempo, el ambiente familiar,
les pertenecen como producto de una actuacin considerablemente mayor
que en nuestros das. En otro aspecto, su temperamento fogoso, sus maneras
expresivas y hasta el empleo, en el lenguaje, de ciertos vocablos, imitados o
reproducidos por determinados grupos sociales, demuestran la influencia
ejercida en otro tiempo por la presencia de la raza africana.
Por lo dems, recludos los esclavos y libertos, pardos y aindiados, desde la
poca espaola, a las ltimas categoras de la sociedad, constituyeron, por as
decir, un medio apropiado para la creacin de tipos especiales que
adquirieron despus fisonoma inconfundible en el desarrollo colectivo. El
compadre orillero, el malevo y con ellos toda esa ralea que ha constituido el
bajo fondo social, no ha sido sino un producto genuino de los primitivos
tangos , o sitios de reuniones pblicas, donde los negros y mulatos se
congregaban para bailar y entregarse a las libaciones y al desenfreno de sus
instintos. Prolongadas esas costumbres, an a los tiempos posteriores, ya
organizada la nacionalidad, aumentando el nmero de sus elementos por el
crecimiento urbano, dio motivo a la formacin de esa individualidad tpica y
conocida actualmente por una idiosincrasia peculiar. Su contribucin al
progreso social, ha sido escasa si se exceptan las manifestaciones que
infelizmente ha tenido en todas las pocas esa tendencia de cierta clase hacia
la guaranguera, la falta de educacin, la ausencia de escrpulos para
encarar los asuntos de la vida diaria, la indisciplina en el trabajo o la
perversin de los sentimientos morales.