el futuro del periodismo

46

Upload: martin-urcuyo

Post on 28-Mar-2016

226 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Reflexión sobre el periodismo ante la era digital

TRANSCRIPT

  • PresentacinCmo hemos llegado hasta aqu? Gumersindo LafuenteMedios y periodistas, un futuro compartido? Ramn SalaverraLas nuevas profesiones del Periodismo Chiqui EstebanPeriodista, la marca eres t Silvia CoboReporterismo multimedia y periodismo participado Juan Luis SnchezEs viable una sociedad sin periodistas? Ismael NafraRe exiones sobre el futuro de la Prensa y el Periodismo Pepe Cervera

    Evoca Comunicacin e ImagenFernando el Santo, 27 . 6. 28010 [email protected]

    Director: Julio Cerezo GilarranzColeccin: Cuadernos de comunicacin Evoca7. El futuro del PeriodismoAsesor Editorial: Pepe Cerezo

    Fotografas: Everett Collection (Shutterstock)

    iO, idea originalwww.ideaoriginal.com [email protected]

    2173-349X

    NDICE

    35111723293541

    Edita

    Diseo

    ISSN

  • Presentacin 3

    Estoy furioso porque todo el mundo sigue hablando del gran futuro del mundo digital como si fuera a pasar dentro de diez aos. Y no es as. Ya est aqu y el pelotn va 20 kilmetros por delante. As de enfadado iniciaba su intervencin hace unas semanas en una mesa redonda sobre contenidos digitales el presidente del Grupo Zed, multinacional espaola de entreteni-miento digital, que en 1998 llev al top mundial de los videojue-gos un ttulo made in Spain, Commandos. Y las referencias al mundo digital son vlidas tambin para el periodismo. El fu-turo no llegar dentro de una dcada; ya est aqu, aunque solo veamos el negro del tnel de la crisis.

    El periodismo vive en una paradoja cada vez ms pronunciada. Nunca como hasta ahora la informacin haba sido un bien tan abundante ni se haba consumido en tanta cantidad y por tanta gente. Pero tampoco nunca como hasta ahora, los medios de co-municacin se haban encontrado en una situacin econmica tan crtica y de citaria que ha llevado a la profesin a una dram-tica situacin: Ms de 6.000 puestos de trabajo de periodistas perdidos solo en Espaa, que la madre de todas las crisis se ha llevado por delante en los tres ltimos aos.

    Tormenta perfecta, cambio de paradigma, el mayor cambio en la historia de la comunicacin social desde la invencin de la imprenta son algunos de los cali cativos y comentarios que llevamos aos escuchando sobre el momento que atraviesa la profesin periodstica desde la irrupcin de Internet. Releyendo estos das el primer nmero de esta coleccin, que dedicamos a La Revolucin de la prensa digital, he podido comprobar que hace tres aos la realidad del periodismo se conformaba bsica-mente con los mismos ingredientes que hoy: desintermediacin, prdida de credibilidad, desplome de los ingresos publicitarios, descenso de la difusin de las ediciones en papel; pero tambin que, junto a aquellos, en este tiempo han aparecido nuevos ele-mentos: La importancia creciente de la marca del periodista, una

    nueva generacin de medios digitales que comienzan a hacer-se su hueco bajo el sol, la in uencia de las redes sociales en el consumo de contenidos a travs de dispositivos mviles, nuevos lenguajes y nuevos tipos de periodismo.

    Tal vez, la nica constante en la radiografa del periodismo en este periodo es que los modelos de negocio para afrontar la nue-va realidad siguen sin funcionar y los directivos no son capaces de encontrar el camino que devuelva a sus medios a la rentabili-dad econmica. Pero el futuro de los medios y del periodismo no ha de ser el mismo O s?

    Sin una rigurosa cultura de investigacin, de explicacin, de contar bien las historias, de presionar al poder, de mantener la independencia, no hay periodismo, aseguraba hace unos das, David Remnick, director de The New Yorker, en una entrevista para El Pas, y aada: Y s, este tipo de periodismo es muy caro, pero hay algo ms caro para la sociedad: no tenerlo.

    El sptimo Cuaderno de Comunicacin pone el acento en ana-lizar los elementos propios de la profesin y cmo afecta el desmoronamiento del sistema actual de medios al periodismo como o cio, como profesin, en un momento en el que otros individuos y grupos disputan a los periodistas su capacidad de contar e interpretar la realidad. Y el anlisis lo realizan siete pro-fesionales que, desde sus medios, blogs o universidades, partici-pan desde hace aos en la construccin da a da del futuro del periodismo. Con ellos, la Coleccin llega a los 50 autores, segu-ramente la coleccin ms extensa y plural en idioma castellano sobre la realidad de la Comunicacin en estos tiempos vertigino-sos de cambios. Nuevamente es un privilegio contar con todos y cada uno de ellos para esta Coleccin; un motivo de satisfaccin y, sobre todo, de agradecimiento.

    Julio Cerezo. Director de Evoca Comunciacin

    PRESENTACIN

  • 4 Cmo hemos llegado hasta aqu?

  • CMO HEMOS LLEGADO HASTA AQU?

    Gumersindo Lafuente Gumersindo Lafuente es periodista. En la actualidad es adjun-to al director de EL PAS y responsable de su estrategia digital. Fund y dirigi soitu.es de 2007 a 2009. Dirigi elmundo.es entre 2000 y 2006.

    Cmo hemos llegado hasta aqu? 5

  • Las crisisEstamos al borde de un precipicio. Los agobios econmicos nos atenazan de tal manera que casi nadie es capaz de escapar al vrtigo. El pensamiento negativo se ha apoderado de nosotros y cada vez nos cuesta ms comprender el futuro. La industria de los medios, las estructuras que hasta hoy han sostenido al pe-riodismo de calidad se han convertido en una maquinaria tan pesada que se est hundiendo en el fango del cambio y la in-certidumbre. Pero no todas las crisis han sido tan mortales en la historia reciente de nuestro o cio. Al contrario, las renovaciones, los aprendizajes y los saltos hacia adelante casi siempre han sido producto de los estados de necesidad que surgen en tiempos convulsos. Esos en los que el talento, la imaginacin y la valenta han de suplir al poder o al dinero.

    Hemos pasado en muy poco tiempo del periodista que

    vigilaba al poder al periodista que es vigilado por la gente

    6 Cmo hemos llegado hasta aqu?

  • Simplificando, para entendernos y no alargar demasiado el cuento, se puede decir que el periodismo lleva los ltimos 15 aos acercndose poco a poco al abismo empujado por la revolucin digital. Nunca antes un cambio tecnolgico haba transformado tanto nuestro ecosistema. El periodismo creci y se model siempre a caballo de avances tecnolgicos. La ro-tativa y las linotipias en el siglo XIX o la radio, la televisin y los ordenadores en el XX, impulsaron cambios revolucionarios, pero todos fueron en el mismo sentido: dieron ms poder a los medios y a los periodistas.

    Y esa es la esencia de la crisis que hoy vive el periodismo en todo el mundo. Por primera vez tenemos que administrar una trans-formacin que supone la prdida de uno de los elementos clave que converta en esencial la existencia de nuestro o cio: La admi-nistracin en exclusiva de la intermediacin. Perdiendo el centroPeriodistas y medios, sujetos y soportes, en n, nuestra industria, se haba acostumbrado a administrar una especie de oligopolio en el que siempre, independientemente de crisis polticas, econ-micas o tecnolgicas, estbamos en el centro.

    Para el tr co informativo pero tambin para el publicitario. Para la in uencia, el ltrado, la jacin de la agenda o la denuncia. Pero tambin para la gran campaa publicitaria o la pequea. Para ven-der marcas o productos. Para alquilar casas o buscar empleo.

    Para pisar las alfombras del poder poltico o econmico o dar voz a la calle. Siempre en el centro, administrando el privilegio de la intermediacin. Convirtiendo el servicio pblico en negocio o vi-ceversa, segn quien nos relate la historia. Pero siempre blinda-dos por una realidad tecnolgica que nos situaba en un pedestal inaccesible para las audiencias. Sometidos, es natural, a los ava-tares de la competencia y de los cambios nancieros, pero con la certeza de saber el terreno que pisbamos, dnde nos tenamos que colocar y cules eran las reglas.

    Y de pronto lleg Internet. Eran los primeros aos de los 90 y los medios y los periodistas lo convertimos en noticia sin saber muy bien cmo funcionaba. Y, desde luego, sin tener ni la ms remota idea de que eso iba a cambiar nuestras vidas.

    El poder de la tecnologaEs el motor de la revolucin. Por primera vez en la historia emi-sores y receptores (periodistas y lectores, en una acepcin ms clsica) tenemos, tienen, acceso a las mismas herramientas de comunicacin. Las audiencias han tomado la palabra y el poder, al menos una parte de l, y se hacen or con tanto mpetu que no slo estn poniendo en cuestin la industria de los medios, tambin la manera de ejercer el periodismo.

    Lo que antes estaba separado por barreras econmicas (lanzar un diario impreso siempre ha sido muy caro) o de licencia (ne-cesaria para la radio o la televisin) se presenta ahora como algo posible y accesible. Y universal e inmediato. Y multiplata-forma. Era y es tan poderoso y tan atractivo que no nos dimos

    cuenta a tiempo de que estaba lleno de trampas, de que era como la fruta prohibida del paraso.

    Cada golpe de talento digital ha ido minando los cimientos del periodismo. Los econmicos (de modelo de negocio), pero tam-bin los de la propia sustancia del o cio. Google nos ayud a to-dos hace ya ms de 10 aos a aprender a encontrar, pero tambin le rob a la Prensa una buena parte de su publicidad. Blogger puso al servicio de cualquiera la oportunidad de publicar gratis y sin tener conocimientos tcnicos. Facebook o Twitter nos han abierto al mundo de la inmediatez, la conversacin y la prescrip-cin social. Son slo algunos ejemplos, hay muchos ms, que ilustran cmo peridicos y periodistas hemos ido siendo despla-zados de la centralidad que ocupbamos por una tecnologa que en la mayor parte de las ocasiones no ha nacido del poder de grandes empresas, si no del talento y el empuje individual.

    Es un cambio absoluto de paradigma ante el que los propietarios y estrategas de los medios nunca supieron reaccionar. An hoy siguen sin entender las nuevas reglas y entierran dinero y futuro adoptando soluciones convencionales.

    El periodismo vigiladoPero no toda la culpa se la podemos echar al cambio digital. Edi-tores, peridicos y periodistas venamos arrastrando un periodo triste en el desarrollo de nuestro trabajo. Las luchas ideolgicas y comerciales, las pugnas por el control de la televisin de pago, las guerras por los derechos del ftbol, han desgastado las cuentas y el prestigio de muchos.

    Historias tan negras para nuestro o cio como el tratamiento informativo del 11-M, convertido en una verdadera guerra co-mercial y poltica por Pedro J. Ramrez y un sector del PP, o las sucesivas batallas por la televisin y el ftbol, o la explotacin partidista de las televisiones pblicas, o el despliegue meditico de la extrema derecha al calor de las concesiones de la televisin digital, o el nacimiento y mantenimiento de cabeceras locales y regionales alimentadas con dinero de ayuntamientos, comuni-dades autnomas y cajas de ahorro o en manos de editores naci-dos al calor del boom inmobiliario no han ayudado a consolidar un mensaje independiente y profesional. Si, casi nos quedamos sin aliento cuando repasamos los ltimos quince aos del perio-dismo espaol que, es verdad, quiz han sido tan alocados como mero re ejo de la demencia vivida por el resto del pas y que hoy, a todos, nos cobra tan dolorosa factura.

    Lo que ocurre es que ahora las vergenzas del periodismo son ms pblicas, ms escandalosas, porque estamos en la era del control social de la informacin. Los lectores, los ciudadanos, se expresan y critican en las redes sociales, pueden hacer (y lo hacen) un con-trol directo e intensivo de nuestro trabajo. Y tenemos que asumirlo no como una agresin si no como una oportunidad de mejorar. Hemos pasado en muy poco tiempo del periodista que vigilaba al poder al periodista que es vigilado por la gente. Ahora los lec-tores tienen herramientas para auditarnos y estamos obligados a reivindicar nuestro o cio con el trabajo diario. Si no somos tiles, crticos, independientes y rebeldes, no seremos necesarios.

    Cmo hemos llegado hasta aqu? 7

  • Los trenes perdidosSoy partidario casi siempre de mirar hacia delante, pero en esta ocasin es muy til dar un repaso a los errores cometidos, sobre todo cuando son tantos y tan escandalosos como los que se pue-den atribuir a los directivos de los medios en los ltimos aos. Si aparcamos por un momento las re exiones sobre el periodismo y ponemos el foco slo en el negocio, es sorprendente la falta de visin. No se percataron de algo esencial: en el mundo digital una gran parte de la publicidad, que antes tena que ir ligada nece-sariamente a la informacin, se convierte en un contenido in-dependiente con atractivo propio. Ya no necesita ms al soporte periodstico para que la arrope, se ha transformado en un modelo de producto y de negocio autnomo.

    Ese es el primer escaln de la tragedia econmica de los medios, ms concretamente de los diarios en el mercado espaol. Han perdido de manera irremediable un porcentaje de sus ingresos y nunca los recuperarn en el escenario digital. Solo las compa-as que en los tiempos de bonanza se preocuparon de comprar pequeas empresas que s saban administrar esos nuevos nego-cios estn en una posicin que les permite mirar hacia delante.

    El segundo es la ausencia de talento digital de los equipos gesto-res. Mientras nacen negocios en la Red, gestionados por un tropel de emprendedores que comprenden las nuevas reglas, los medios se atrincheran y quieren imponer la pervivencia de las antiguas. Y todo lo nuevo que afecta a su negocio lo ven como una agre-sin. Y quieren demandar a Google desde sus patronales. Y piden a los gobiernos subvenciones. Y cuando empiezan a comprender que Google no tiene la culpa de sus desgracias nacen Facebook y Twitter y lo que venga despus y les vuelve a descolocar. Porque buscan certezas donde ahora solo hay incertidumbres. Y no estn acostumbrados a manejarse en esos escenarios.

    La nueva dimensin del negocioEntramos quiz en la fase ms traumtica de un proceso que no se detiene. Independientemente de errores cometidos o respon-sabilidades no asumidas la realidad nos arrastra y el tamao y las estructuras de los medios ya no slo no sirven para hacer buen periodismo, lo estn ahogando.

    En las redacciones vivimos angustiados por la creciente falta de recursos para lo que consideramos fundamental: Ser testigos di-rectos y contar historias que le interesen a la gente. Ayudar a la sociedad a tener una mirada crtica sobre la realidad. Intentar ex-plicar de una manera sencilla un tropel de acontecimientos com-plejos. Filtrar los mensajes equvocos de los polticos y controlar sus posibles desmanes. Enfocar, contextualizar, analizar

    Todo esto requiere talento y recursos y muchas veces vemos que en los medios ms poderosos el dinero tiende a perderse en las superestructuras que nacieron al calor de los benefi-cios pasados.

    Por eso tenemos que reinventarnos. En tecnologa, en organiza-cin, en maneras de construir el mensaje periodstico. Es necesa-ria una metamorfosis total, no s si tendremos que ser an bios como dijo hace unos meses en Madrid la creadora del Huf ngton Post, pero lo que no nos podemos permitir es convertirnos en di-nosaurios que enfrentan cualquier cambio como una agresin y generan capas de superestructura para protegerse y lo nico que consiguen es hundirse cada vez ms en el fango de su inadecua-cin al nuevo escenario.

    Hay que encarar con valenta y sin arrogancia la nueva dimensin de nuestro negocio. Para sobrevivir y volver a ser grandes quiz debamos por un tiempo aceptar ser un poco ms pequeos.

    8 Cmo hemos llegado hasta aqu?

  • Cmo hemos llegado hasta aqu? 9

    El Camino a la NoticiaEl modo de bsqueda y acceso a las noticias sigue siendo una cuestin importante para laindustria. El estudio revela que el principal mtodo es mediante las pginas web de los mediosde comunicacin, especialmente desde las tabletas.

    PGINAS OFICIALES O APLICACIONESDE MEDIOS DE COMUNICACIN(porcentaje que accede a las noticias desdewebs oficiales o aplicaciones de medios decomunicacin muy a menudo...)

    BSQUEDA POR PALABRAS(porcentaje que accede a las noticias buscandopor palabras muy a menudo...)

    AGREGADORES DE NOTICIAS(porcentaje que accede a las noticias desde .o sus aplicaciones muy a menudo...)

    33% 33 38Ordenadores

    porttiles/de sobremesa

    Smartphones Tabletas

    26% 26 27Ordenadores

    porttiles/de sobremesa

    Smartphones Tabletas

    30% 25 30Ordenadores

    porttiles/de sobremesa

    Smartphones Tabletas

    2% 3

    6% 7 8

    3

    A TRAVS DE REDES SOCIALES(porcentaje que accede a las noticias siguiendorecomendaciones en Facebook o Twitter muya menudo...)

    TabletasSmartphonesOrdenadores

    porttiles/de sobremesa

    Facebook

    Twitter

    PARA LA MAYORA, LAS NOTICIAS SE PODRANENCONTRAR EN CUALQUIER SITIOPorcentaje que piensa que las noticias queconsultan en cada plataforma son...

    Porcentaje de usuarios que acceden a noticiasdesde Facebook/Twitter mayoritariamentedesde links de...

    Facebook Twitter

    mayoritariamentenoticias queaparecen en otrossitios

    56% 43%

    34 39mayoritariamentenoticias que noaparecen en otrossitios

    no sabe7 183 1una mezcla

    SIGUIENDO A FAMILIARES Y AMIGOS

    Facebook

    Periodistas/Medios

    70%13

    27

    Familiaresy amigos

    10

    18

    9

    19

    Twitter 36%Familiaresy amigos

    Otras organizaciones No sabe

    Periodistas/Medios

    Otras organizaciones

    No sabe

    Los estadounidenses acceden a noticias digitales principalmente mediante las pginas oficialesde los medios de comunicacin. Slo un 9% sigue muy a menudo los links desde Facebook oTwitter en, al menos, un dispositivo. Incluso as, las redes sociales suponen una parte cada vezms importante en el consumo de noticias. Las redes ms grandes, Facebook y Twitter, hanestablecido roles diferenciados.

    El Papel de Facebook y Twitter

    MS DISPOSITIVOS, MAYOR USO DE REDES SOCIALES

    Porcentaje que enlazanoticias desde Facebook

    Consultannoticias desdesmartphones ytabletas

    Consultannoticias desdesmartphones otabletas

    Consultan noticiasslo desdeordenadores.

    O

    + 67%5941

    39%249

    A principios de 2012 la revolucin digital entr en unanueva era. La era de lo mvil en la que la gente estconectada a la red desde cualquier lugar ha aterrizadode lleno. Un nuevo estudio realizado en Enero de 2012 sobrems de 3.000 adultos de EEUU por el Proyecto para laExcelencia en Periodismo del Pew Research Center revelaque la gente est aprovechando el acceso a las noticiasdesde sus bolsillos, porttiles y escritorios: los dispositivosmviles parecen estar mejorando el consumo de noticias.Por ejemplo, 8 de cada 10 personas que consultan noticiasen smartphones o tabletas las consultan tambin desdeordenadores.

    Actualmente el 23% delos adultos (estado-unidenses) consultanoticias al menos endos dispositivos digitales

    Penetracin de dispositivosGran parte del aumento de losdispositivos mviles se da entre lospropietarios de ordenadores, queestn aadiendo estos dispositivos asu coleccin digital.Aproximadamente la mitad (52%) delos propietarios de ordenadoresporttiles/sobremesa poseen ya unsmartphone y casi un cuarto (23%)una tableta. Slo el consumo detabletas se ha incrementado ms deun 50% desde el verano de 2011

    de adultos en EEUUtienen un ordenadorporttil/de sobremesa

    44%de adultos en EEUUtienen un smartphone

    de adultos en EEUUtienen una tableta

    77%18%

    Dispositivos digitales & NoticiasLeer noticias es una actividad popular en estos dispositivos. Ms estudios muestran que lagente usa sus dispositivos para consultar noticias ms frecuentemente y por ms tiempo, apesar de seguir consultando noticias por otros medios.

    DISPOSITIVOS USADOSPARA CONSULTAR NOTICIAS

    70%51%56%

    Porcentaje de usuariosconsultando noticias desde sus:

    Ordenadores port-tiles/de sobremesa

    Smartphones

    Tabletas

    NO HAY UN SITIO NICO PARA LAS NOTICIAS

    Tabletas

    Smartphones

    Ordenadoresporttiles/desobremesa

    34%

    27%17%

    5%

    de los usuarios deordenadores porttiles/desobremesa tambin leennoticias en smartphones

    de los usuarios deordenadoresporttiles/desobremesa tambinleen noticias entabletas.

    de losusuarios desmartphonestambin leennoticias entabletas.

    de los adultos enEEUU consultannoticias en lostres dispositivos

    Quin consume noticias en dispositivos mviles?Un estudio de 2011, realizado por el Proyecto para la Excelencia en Periodismo del Pew ResearchCenter en colaboracin con The Economist Group, encontr que los primeros consumidores denoticias desde tabletas tendan a ser de mediana edad, con ingresos altos y mayor educacinque la media poblacional. La aparicin de tabletas de menor coste apenas ha cambiado estasituacin.

    SEXO EDAD

    49% 51%39%

    27%

    34%

    16%46%

    27%

    55%45%

    56%44% 43%

    52% 48%

    39%

    43%

    30%

    35%

    22%

    Mujeres Hombres

    50+ 30-49

    18-2950+

    30-49

    18-29

    30-49

    18-29

    50+

    30-49

    18-29

    50+Pblico engeneral

    Usuariosde tablets

    Usuarios desmartphones

    Usuarios deordenadores

    CON ESTUDIOSUNIVERSITARIOS

    INGRESOS SUPERIORESA $75000

    TRABAJADORES(a tiempo completo) DESEMPLEADOS

    (Porcentaje que sonusuarios de...)

    (Porcentaje que sonusuarios de...)

    (Porcentaje que sonusuarios de...)

    (Porcentaje que sonusuarios de...)

    40% 37%44% 43%

    60%55%28% 28%

    53% 34%26%60%

    64% 25%44% 44%

    PROYECTO PARA LA EXCELENCIA EN PERIODISMO DEL PEW RESEARCH CENTER

    Una Nueva Era de la Revolucin Digital:El Papel de los Dispositivos Mviles & Redes Sociales en el Consumo de Noticias

    Porcentaje que enlazanoticias desde Twitter

    Pew research center march 2012 Adaptacin y traduccin

  • 10 Medios y periodistas, un futuro compartido?

  • MEDIOS Y PERIODISTAS, UN FUTURO COMPARTIDO?

    Ramn SalaverraRamon Salaverra es Profesor Titular de Periodismo en la Univer-sidad de Navarra, donde dirige el Departamento de Proyectos Periodsticos. Tambin dirige la Seccin de Estudios de Perio-dismo de la European Communication Research and Education Association (ECREA) y es miembro del World Journalism Educa-tion Council. Investigador especializado en medios digitales, ha publicado libros como Periodismo integrado (2008), Cibermedios (2005) y Redaccin periodstica en internet (2004), entre otros. Twitter: @rsalaverria

    Medios y periodistas, un futuro compartido? 11

  • Puede un profesional librarse del destino de la empresa para la que trabaja? En principio, no parece difcil: basta con que bus-que otro sitio donde trabajar. Si una empresa quiebra, siempre habr alguna competidora que se bene cie de la desaparicin de su rival y que tenga posibilidad de contratar. Ahora bien, qu ocurre cuando a todas las empresas de una industria les va rema-tadamente mal? Dnde refugiarse entonces? Llega la hora de abandonar el negocio y bajar la persiana a toda una profesin?

    Este es el trance al que hoy da temen enfrentarse no pocos pe-riodistas, acosados por la sombra situacin de los medios para los que trabajan. Por mucho que los periodistas estn acostum-brados a lidiar con estrecheces, creen haber tocado fondo. Du-rante aos, han sobrellevado una triste ecuacin: cuando a los medios les iba bien, a los periodistas les iba tolerablemente mal. El problema es que las variables de esa ecuacin se han deterio-rado: ahora que a los medios les va muy mal, a los periodistas ya no puede irles peor.

    20 aos despus de que las tecnologas impactaran de lleno

    en el periodismo, los ciudadanos, lejos de perder el inters por la informacin en los medios, le

    prestan ms atencin que nunca.

    12 Medios y periodistas, un futuro compartido?

  • Los datos respaldan esta impresin. Casi todas las empresas pe-riodsticas llevan aos de recortes que, en no pocas ocasiones, han conducido incluso al cierre de cabeceras. Estas medidas afectan a todo tipo de medios diarios, revistas, emisoras de radio y televi-sin, agencias, portales de internet y en cualquier escala local, regional, nacional e, incluso, internacional. Uno de los principales damni cados de este derrumbe es el colectivo de los periodistas. La Federacin de Asociaciones de Periodistas de Espaa (FAPE) ha estimado que entre 2008 y 2012 perdieron su trabajo unos 6.000 de los cerca de 50.000 periodistas espaoles1. Tan solo en la capital, la Asociacin de la Prensa de Madrid situaba en 3.195 los periodistas despojados de su trabajo en ese mismo perodo, en-tre despidos, prejubilaciones y traslados laborales2. Espaa no es una excepcin: segn un estudio de la Society of Editors del Reino Unido, entre 2007 y 2011 el staff de las redacciones britnicas se redujo un 29%3. Y en Estados Unidos, considerando apenas el ao 2011, las grandes empresas periodsticas recortaron su nmero de periodistas una media del 7,2%4.

    Lo peor es que estos datos negativos no son or de un da. Las empresas periodsticas, y muy especialmente los diarios, acu-mulan varios aos de cada. En Espaa, si se comparan a largo plazo las cifras de venta de diarios, se advierte con claridad la en-vergadura del derrumbe. Segn la O cina de Justi cacin de la Difusin (OJD), entre 2001 y 2011 los principales diarios de infor-macin general evolucionaron del siguiente modo: El Pas cay de 433.617 ejemplares vendidos diariamente a 365.117 (-15,8%); El Mundo pas de 312.366 a 252.770 (-19,1%); ABC, de 279.050 a 221.351 (-20,7%); y La Razn, de 122.896 a 104.789 (-14,8%).

    Dos crisis en unaEsta recurrencia de los datos negativos con rma una impresin extendida: que los medios no solo sufren una crisis, sino dos. Y ambas se han juntado al mismo tiempo, en una diablica tor-menta perfecta.

    La primera crisis es econmica y coincide con la profunda depre-sin nanciera que sufren los pases occidentales desde nales de 2007. Ningn sector econmico ha escapado a ella; tampoco, claro est, el de los medios. La reduccin del poder adquisitivo de los ciudadanos ha hecho que estos miren mucho ms dnde gastan su dinero. Y en esa decisin resultan especialmente per-judicados productos culturales como los que ofrecen los medios: entre el pan y el peridico, gana el pan. Al mismo tiempo, el de-terioro de todos los sectores econmicos ha cerrado el grifo de la inversin publicitaria, redoblando el quebranto en las cuentas de resultados de las empresas periodsticas.

    La segunda crisis es ms soterrada y deriva de la transformacin tecnolgica a la que se ha visto sometida la industria de los me-dios desde los aos 1990. Se trata de una verdadera reconversin

    industrial que recuerda a la que en su da afrontaron industrias pesadas como las de la siderurgia, la minera o los grandes asti-lleros. A semejanza de aquellas industrias ine cientes, las em-presas periodsticas se han visto obligadas a evolucionar desde un modelo analgico, fuertemente condicionado por el soporte de distribucin, hacia otro digital, donde las reglas de juego y la escala de valor han cambiado por completo.

    Los efectos de esta crisis estructural son quiz poco evidentes en el da a da pero, a la larga, acarrean cambios profundos y plan-tean muchas incertidumbres. Al n y al cabo, las crisis econmi-cas siempre tienen fecha caducidad: tarde o temprano, pasan. En cambio, las crisis estructurales no son una simple mala racha o un mal que dure menos de cien aos. Van mucho ms all: supo-nen un cambio en las reglas del juego. Y el juego del periodismo ya ha cambiado. Ha ocurrido ante nuestros ojos en los ltimos aos. La digitalizacin ha resquebrajado cimientos esenciales en los que se apoyaba tradicionalmente la industria de los medios.

    Destacaremos cinco de esas grietas que estn derrumbando el negocio tradicional de los medios:

    1) Ruptura de fronteras. Cuando la informacin se difunde en red, ya no hay aduanas para las noticias. La digitalizacin ha interna-cionalizado los mercados de la comunicacin, de modo que las empresas periodsticas tradicionales han perdido buena parte de sus anteriores ventajas competitivas vinculadas a la territo-rialidad.

    2) Ruptura de barreras. La digitalizacin ha multiplicado la com-petencia entre empresas periodsticas, a causa de una sustancial rebaja en las barreras de acceso al mercado, tanto tecnolgicas como nancieras. Hoy es ms fcil y ms barato montar una pu-blicacin periodstica que hace un cuarto de siglo. Adems, en la red tampoco hay especiales trabas legales para lanzar un medio, como s las hay por ejemplo en el mercado audiovisual, que re-quiere de licencias para emitir. La multiplicacin de los medios que ha trado consigo este nuevo contexto no se ha correspon-dido, sin embargo, con un aumento paralelo de la demanda: los das siguen teniendo 24 horas y la gente no dispone de mucho ms tiempo que dedicar al consumo de informacin periodstica. Adems, como la oferta informativa se ampla, resulta cada vez ms complicado persuadir a los ciudadanos de que paguen por unos contenidos que encuentran gratis por doquier.

    3) Ruptura del ciclo editorial. Se han multiplicado los soportes de difusin, tanto jos (ordenadores) como mviles (tabletas, telfonos), provocando una creciente complejidad editorial a la hora de producir informacin adaptada a esos dispositivos. A diferencia de antao, ya no basta con producir una publicacin o un programa cada cierto perodo de tiempo para un nico

    1233grados.com (2012), Fape: La destruccin de empleo se acelera en los medios de comunicacin, 23 abril. En: http://233grados.lainformacion.com/blog/2012/04/observa-torio-fape-la-destruccion-de-empleo-se-acelera-en-los-medios-de-comunicacion.html2APM (2012), Observatorio para el seguimiento de la crisis hasta 16/04/2012, 16 abril. En: http://www.apmadrid.es/images/stories/Observatorio_APM_16abril12.pdf3 Society of Editors (2011), The future is yours. A survey of editors attitudes, 15 noviembre. En: http://www.societyofeditors.co.uk/user les/ les/SoESurveyreport.pdf4 Media Daily News (2012), Big Newspaper Publishers Cut Work Force 7% in 2011, 30 marzo. En: http://www.mediapost.com/publications/article/171457/big-newspaper-publishers-cut-work-force-7-in-2011.html

    Medios y periodistas, un futuro compartido? 13

  • soporte. Antes la organizacin de los medios atenda a una ne-cesidad de producir contenidos para una nica plataforma y en intervalos de nidos: cada hora (boletines radiofnicos), cada da (diarios impresos, programas informativos de radio y televisin) o cada semana (revistas). Ahora, en cambio, las organizaciones pe-riodsticas se ven obligadas a combinar esos clsicos productos editoriales con otros distribuidos en soporte digital, que carecen de periodicidad y que atienden apenas al ritmo de la actualidad informativa.

    4) Ruptura del monopolio de la palabra. Se ha rede nido la rela-cin de los medios con las audiencias, evolucionando hacia una interlocucin mucho ms horizontal, multidireccional y simult-nea. Especialmente las redes sociales, han colocado a los medios y a sus periodistas en una situacin de permanente escrutinio, donde el mnimo desliz encuentra eco y reprobacin.

    5) Ruptura del modelo de negocio. Todo lo anterior ha desembo-cado en una enorme di cultad para sostener modelos de nego-cio basados en la venta de contenidos. La consiguiente merma de ingresos por ventas est causando gran perjuicio en las cuentas de resultados de todos los medios y ha terminado por dar la pun-tilla a no pocos de ellos.

    Periodistas en renovacinTodos estos cambios estructurales estn erosionando con sor-prendente rapidez a las organizaciones periodsticas. Los medios tradicionales se muestran como castillos de arena ante la ola di-gital. De ah que, de un tiempo a esta parte, se haya convertido en un mantra a rmar que los medios deben reinventarse. Lo que los periodistas no deberan olvidar es que a ellos tambin les co-rresponde reorientar su futuro.

    As como se reclama una regeneracin de las organizaciones periodsticas, tambin sus profesionales estn necesitados de una profunda modernizacin. No se pueden gestionar medios del siglo XXI con rutinas profesionales del XX. Y hoy da muchos periodistas perpetan procesos de trabajo y mentalidades pro-fesionales ancladas en un tiempo pasado. Sorprende que tantos periodistas, a pesar de estar acostumbrados por su trabajo a en-frentarse con lo ms novedoso, sean al mismo tiempo tan refrac-tarios a renovar sus propios modos de trabajar.

    Hay, por supuesto, fundamentos de la profesin que no cambian. Antes y ahora, el periodismo ha consistido siempre en proveer a los ciudadanos de informacin veraz, novedosa e interesante, con el triple objetivo de formar, informar y entretener. Con ello, el periodismo cumple una funcin esencial para el funcionamiento democrtico de las sociedades. Ahora bien, en ningn lugar est escrito que solo exista una forma de cumplir con esa funcin. La sociedad necesita del periodismo, pero no necesariamente de diarios, radios, televisiones o incluso de internet. Toda tecnologa es pasajera y, como tal, tarde o temprano, caduca. Cada medio de comunicacin es una forma histrica de cumplir con una funcin periodstica, que responde, esta s, a una necesidad permanente en las sociedades modernas. Por eso carece de sentido sacralizar cualquiera de los medios: as como un medio puede triunfar en

    un momento dado, aupado por sus ventajas tcnicas y su mejor adaptacin a las peculiaridades de una sociedad, tambin es se-guro de que le llegar su declive, cuando se vea arrinconado por otros medios que cumplan mejor su misma funcin.

    Este es el meollo del cambio al que se enfrenta el periodismo en la actualidad. No se trata de una simple necesidad de renovar los modelos de negocio, ni basta por supuesto con simples cambios tecnolgicos o de diseo. Todo eso es pura cosmtica. Se trata de rede nir los modos de informar para seguir cumpliendo una fun-cin que la sociedad demanda. Y en esa rede nicin, tambin a los periodistas les toca su parte.

    En qu aspectos deberan renovarse los periodistas?

    1) Destrezas tecnolgicas. Los periodistas deberan mostrar una voluntad permanente de renovar sus facultades instrumenta-les. Lo mismo que no se concibe que un cirujano o un arquitecto trabajen durante aos con las mismas herramientas, no debera aceptarse que ningn periodista hiciera lo propio. Y sin embargo, con frecuencia ocurre. Todos conocemos periodistas que se resis-ten a renovar sus utensilios de trabajo.

    Ahora bien, modernizar la maquinaria no es lo principal. Lo b-sico es rejuvenecer la mentalidad para explorar usos creativos en las nuevas tecnologas. Cuando poseer todo tipo de dispositivos digitales (ordenadores, telfonos, tabletas, cmaras...) se ha con-vertido en algo comn, el profesional de la informacin no se di-ferencia del resto de los ciudadanos por contar con aparatos ms exclusivos y avanzados. Su principal diferencia consiste debe consistir en su especial capacidad para poner esas tecnologas al servicio del periodismo. Es decir, en su maestra para producir y difundir informacin veraz, novedosa e interesante con esas he-rramientas. En esto consiste la verdadera destreza tecnolgica de un periodista: en dominar las tecnologas para obtener resulta-dos informativos de calidad.

    2) Tratamiento de la informacin. El acceso a la informacin ha cambiado de raz en los ltimos aos. Si en el siglo XX trabajar como periodista consista bsicamente en enfrentarse a la es-casez informativa, en el XXI, por el contrario, el trabajo consiste muchas veces en responder al desafo opuesto: lidiar con la su-perabundancia de informacin. Aunque para el periodista sigue siendo tarea principal sacar a la luz asuntos desconocidos, cada vez resulta ms importante seleccionar, jerarquizar e interpretar la informacin de verdadero valor. Si la red ha puesto cualquier contenido a la distancia de un clic, necesitamos de profesionales que nos indiquen dnde se halla la informacin valiosa. Ms an: necesitamos que la hagan relevante, inteligible y amena. Solo de ese modo la informacin cobrar signi cado y podr ser interpre-tada por la ciudadana. La creciente popularidad del periodismo basado en el procesamiento de grandes volmenes de datos el llamado data journalism responde a este nuevo horizonte del periodismo: el del periodista como un intrprete.

    3) Medios y lenguajes. Aunque todo periodismo comparte un sustrato comn, cada medio cuenta con sus propios cdigos. De

    14 Medios y periodistas, un futuro compartido?

  • ah que distingamos entre el periodismo impreso, el periodismo radiofnico o el ciberperiodismo como variedades espec cas de una misma disciplina. Manejarse con soltura en una sola de esas variedades requiere de esfuerzo y constancia; tanto es as, que con frecuencia un periodista diestro en un medio resulta nulo cuando se traslada a otro. Las redes digitales han alumbrado un periodismo con fundamentos y gneros espec cos. Hoy da, sin embargo, las formidables posibilidades expresivas de ese terri-torio hipertextual, interactivo y multimedia continan todava, en gran medida, inexploradas. Los periodistas que aspiren a re-novarse deberan esforzarse en buscar formas imaginativas de explotar todo ese potencial comunicativo. Hay mucho margen de mejora ah.

    4) Procesos editoriales. La digitalizacin ha hecho que los me-dios cambien tanto por fuera como por dentro. Hoy, las empresas periodsticas de vanguardia se caracterizan no solo por difundir productos periodsticos avanzados, sino tambin por su moder-na con guracin interna. Frente al modelo de compartimentos estancos que, apenas una dcada atrs, mantena separadas las operaciones de los distintos medios de una compaa, se ex-tiende una nueva estructura multiplataforma de las empresas, donde la coordinacin entre medios resulta cada vez ms impor-tante. En ese nuevo marco, los periodistas precisan rede nir sus rutinas y ujos de trabajo. Cuando un medio simultanea la infor-macin ms reposada y la ms inmediata, se impone organizar el trabajo editorial de un modo distinto: repensar los gneros para cada tipo de informacin, organizar los equipos de un modo e -ciente, reconsiderar los ltros editoriales, buscar modos de apro-vechar la interactividad con los lectores

    A pesar de todo, esperanzaQue el panorama del periodismo pinta feo nadie lo puede ne-gar. Por eso, no sorprende que a oren voces que entonan cantos

    fnebres ya no solo para los medios, sino para la propia profe-sin y quienes la ejercen. Esos agoreros sostienen que los medios carecen de razn de ser en un contexto donde la ciudadana se autoabastece de informacin. Ms an: a rman que, en la era de los algoritmos y las bases de datos, el criterio informativo de los periodistas ha quedado de nitivamente trasnochado.

    El tiempo dir si esos vaticinios se cumplen y sus orculos, capaces en apariencia de vislumbrar el futuro, tienen nalmente razn. De momento, veinte aos despus de que las tecnologas impacta-ran de lleno en la profesin periodstica, los ciudadanos, lejos de perder el inters por la informacin de los medios, le prestan ms atencin que nunca. Consumen noticias por tierra, mar y aire. Y las redes digitales no han hecho sino aumentar las posibilidades de hacer periodismo de calidad. Permiten documentarse mejor, di-versi car las fuentes y los enfoques, aumentar los mecanismos de correccin, publicar en ciclos editoriales tanto largos como simul-tneos, enriquecer las informaciones con recursos hipertextuales y multimedia, enviar los contenidos al bolsillo de los ciudadanos Las tecnologas, en n, no han demostrado ser un sustituto para los periodistas, sino un formidable complemento. Nunca el perio-dismo haba contado con semejantes posibilidades para cumplir mejor la funcin social que le corresponde.

    Resta, por supuesto, renovar los contenidos y los lenguajes para aprovechar a fondo todo ese potencial tecnolgico. Hay que dejar de nitivamente de desaprovechar las tecnologas del maana para seguir haciendo periodismo de ayer. Urge asimismo hallar modelos de negocio que permitan sostener a las organizaciones periodsticas. Pero esa bsqueda de modelos no debe centrarse como hasta ahora en perpetuar moldes caducos, sino en propor-cionar viabilidad a los medios que encarnen el nuevo periodismo. En ese nuevo escenario, es seguro que seguirn siendo necesa-rios los buenos periodistas. Como siempre.

    Medios y periodistas, un futuro compartido? 15

    Reduccin de empleo en los principales diarios EEUU (2011)

    Fuente: Securities and Exchange Commission (SEC), Gobierno de EEUU. Va:http://www.mediapost.com/publications/article/171457/big-newspaper-publishers-cut-work-force-7-in-2011.html

    Gannett Co.McClatchy Co.

    New York Times Co.Washington Post Co.

    Lee EnterprisesA.H. Belo

    E.W. ScrippsMedia General

    TOTAL

    2011

    20.900

    6.880

    7.273

    1.911

    5.700

    1.900

    2.800

    4.200

    2010

    22.400

    7.773

    7.414

    2.002

    6.098

    2.200

    3.000

    4.650

    %

    -6,7 %

    -11,5 %

    -2,0 %

    -5,0 %

    -6,5 %

    -13,6 %

    -6,7 %

    -9,7 %

  • 16 Las nuevas profesiones del periodismo

  • LAS NUEVAS PROFESIONES DEL PERIODISMO

    Chiqui EstebanChiqui Esteban (Cdiz, 1980) es Director de Nuevas Narrativas de lainformacion.com, consultor de infografa y narrativas digitales para Innovation Media Consulting y dirige su empresa de perio-dismo visual This is Visual. Ha pasado por los departamentos de infografa de Pblico, Diario de Cdiz y La Voz de Galicia tras li-cenciarse en Comunicacin Audiovisual en la Universidad de Na-varra (2002). Ha recibido ms de 40 galardones internacionales de infografa periodstica durante su carrera, incluyendo Premios Malo ej, SND, H y European Newspapers Awards.

    Las nuevas profesiones del periodismo 17

  • Decir que el periodismo ha cambiado es de perogrullo. Que el cam-bio no est an completo tambin lo es. Por eso todo intento de visualizar el futuro es peligroso. Todo el mundo predijo las naves espaciales, los coches voladores y los trajes de papel albal, pero na-die la irrupcin de internet. En el periodismo tambin fue as: no haba pelcula del futuro sin una foto en movimiento, pero todas en papel y muy pocas tabletas y mviles. As que me atendr al presente, a aquello que ya existe y funciona. O parece hacerlo.

    Nuevo panorama: mayor concentracin de funcionesLa crisis econmica, la publicitaria, la del papel y tantas otras han provocado una serie de cambios en las redacciones que afectan de manera radical a su funcionamiento.

    La falta de dinero ha llevado a la reduccin de personal y a los periodistas multifuncin. Los problemas que esto conlleva son obvios, pero tambin es cierto que puede hacerse un par de lec-turas positivas.

    A da de hoy los conocimientos de programacin son ms

    necesarios en las redacciones con componentes online

    que los idiomas.

    18 Las nuevas profesiones del periodismo

  • La primera es que esto ocurre en un momento en el que las posi-bilidades de que un solo periodista lleve adelante ms funciones de las clsicas son mayores que nunca: herramientas gratuitas en internet para crear piezas interactivas, mviles capaces de grabar vdeo y sacar fotos de alta calidad, tecnologa ms accesible...

    La segunda es el hecho de que un solo periodista pueda cubrir una noticia para diferentes medios y soportes da ms coherencia a las piezas y permite que la persona que escribe sobre el tema sea la que conozca a fondo la informacin.

    Decir esto, sin embargo, no nos puede hacer olvidar las funciones de especialistas y que lo deseable es la divisin de funciones. Una sola persona no puede escribir, lmar, montar, crear interactivos, audios, entrevistar, analizar... y hacerlo todo a un alto nivel. Por lo que hay que valorar en qu temas o piezas tendremos que contar con esos per les ms espec cos.

    Adems de los per les ms conocidos como los Responsables de Redes Sociales (de gran importancia dentro de las redacciones y en el que en ocasiones se encuadra a becarios, depositando en ellos buena parte de la responsabilidad de la imagen de nuestros medios) o los analistas de tr co o especialistas en SEO, existen unos nuevos profesionales que estn empezando a a orar y pue-den llegar a ser piezas claves en el futuro a corto plazo de los medios de comunicacin.

    Los nuevos especialistasLos nuevos especialistas son, ante todo, menos especialistas que los antiguos. Un rasgo comn de los nuevos per les que surgen es la necesidad de aunar capacidades. Pero dentro de esta idea s caben algunas personas trasversales a los departamentos clsi-cos de una redaccin.

    Estos profesionales estn enfocados sobre todo (aunque no ni-camente) al periodismo online. Al nal y al cabo, es el medio que ms tiene que evolucionar y el heredero del rey papel. Cuando se producir (si no ha ocurrido ya) la sucesin es un tema aparte.

    Surgen todos ellos de la necesidad de nuevas maneras de contar historias con las nuevas herramientas. Para no caer en el error de la televisin que haca radio con cmaras debemos plantear-nos todo desde el principio. Internet nos permite todo tipo de recursos para contar las historias (vdeo, audio, gr cos, anima-ciones...). Por ello vamos a pensar primero qu queremos contar y, a partir de ah, ya veremos cmo. Van ms all del texto + foto o del vdeo.

    Los per les se solapan, se denominan de maneras diferentes y son susceptibles de mltiples variables: un per l cubierto por dos personas con distintas capacidades, una persona capaz de cubrir varios per les y todo tipo de variantes.

    Especialista en narrativas digitales

    Es el encargado de pensar y ejecutar esas maneras distintas de contar historias, sobre todo centrado en el campo visual. La -

    gura ms parecida en una redaccin clsica sera el infogra sta, aunque sus atribuciones van ms all de los gr cos.

    Se trata de una persona con mentalidad periodstica muy mar-cada, ya que su principal preocupacin es buscar cual es la mejor manera de explicar una historia. Debe tener vocacin pedaggi-ca, mucha capacidad de trabajar en equipo (porque le va a hacer mucha falta) y una amplia cultura visual. Con amplios conoci-mientos de diseo y soltura con la programacin, al menos lo su ciente como para conocer las posibilidades y limitaciones y poder realizar piezas bsicas.

    Tambin es deseable conocimientos de edicin de vdeo y audio y manejo de software de diseo en 3d.

    Imagen A. Ejemplo de Nuevas Narrativas: videotest sobre qu es legal en redes sociales: entrevista, vdeo e interaccin. lainforma-cion.com 2010

    Periodista multimedia

    Responsable de la creacin de piezas audiovisuales, sobre todo aquellas relacionadas con el vdeo y la fotografa. Mentalidad periodstica, ya que debe tratarse de una persona capaz de reali-zar sus propios temas de principio a n en caso de ser necesario: buscar temas, hacer guiones, lmar y montar.

    Que el vdeo sea el rey de internet y uno de los formatos ms apreciados por la publicidad no debe hacer que nos olvidemos de la fotografa y las posibilidades de nuevos desarrollos con ellas. Tampoco de las posibilidades interactivas de ambos formatos.

    Aparte de conocimientos de fotografa clsica y programas de edicin de vdeo y audio, debe tener muy alto nivel de Photoshop

    Las nuevas profesiones del periodismo 19

  • y manejo de programas relacionados con todo lo anterior como After Effects o software 3d, por ejemplo.

    Imagen B. El equipo multimedia no solo hace vdeo. La fotografa tambin tiene muchas posibilidades. Ejemplos de lainformacion.com y nytimes.com.

    Equipo de tabletas y mviles

    La navegacin desde aparatos mviles (tanto telfonos como ta-bletas) est teniendo un gran crecimiento y se espera que ste sea an mayor en estos prximos aos. El tamao de pantalla y tipo de consumo desde estos dispositivos hace que nos replan-teemos las cosas cuando se trata de comunicar a travs de ellos.

    El primer instinto de los medios fue crear aplicaciones que le-yeran el RSS que producan, pero se ha venido demostrando que no es suficiente, salvo para agentes externos como Flip-

    board o Zite. Tampoco parece que haya funcionado la publi-cacin de peridicos en PDF complementados con algunas piezas multimedia.

    Por ello y para crear productos diferentes y especializados se hace patente la necesidad de un equipo que vele por una mejor adaptacin de los productos para estos formatos. Cierto es que lo ingresos que producen no dan an para grandes dispendios, pero s que hay que buscar maneras de optimizar la produccin pensando en tabletas y mviles.

    La consultora Innovation propone un tro de funciones en el que se unan un editor, un diseador (en el estilo de especialista en narra-tivas digitales o ms enfocado al diseo clsico) y un programador. Pueden encontrarse per les capaces de asumir ms de un papel en este esquema, aunque conviene cuidar el contenido y, adems de tratar de hacer piezas espec cas, al menos adaptar y editar los temas producidos por los medios de la mejor manera posible. Es prcticamente imposible hacer un producto diferente, original y realmente adaptado a estos dispositivos slo con automatismos.

    Periodista de datos

    Caben muchas descripciones en este per l, pero se tratara prin-cipalmente de una persona capaz de tratar y analizar grandes ba-ses de datos y, sobre todo, ser capaz de encontrar historias dentro de ellas. En un mundo en el que el acceso a la informacin es ms sencillo, el reto es saber poner orden, buscar las pepitas de oro y ser capaz de localizar las tendencias y aquellos contenidos que se salen fuera de la norma.

    Adems del olfato periodstico hacen falta conocimientos avan-zados de programacin y tratamientos de bases de datos. Este per l puede solaparse o tener una fuerte colaboracin con el especialista en narrativas, ya que en muchas ocasiones las visua-lizaciones y gr cos son las mejores maneras de contar historias basadas en el ya conocido como Big Data.

    Un ejemplo de este tipo de per l es Amanda Cox, editora de gr- cos en The New York Times, de formacin estadstica y progra-madora, y una de las grandes responsables de la fama de este departamento en el mundo de la visualizacin. Su cabeza est detrs de muchas de las grandes innovaciones de este medio.

    En grandes medios con recursos importantes incluso se pueden encontrar per les relacionados con la cartografa, tambin a me-dio camino entre estos periodistas-programadores y los especia-listas en nuevas narrativas.

    Dicho esto, tambin cabe apuntar que, aunque la visualizacin tie-ne mucho que decir en el periodismo de datos, no es la nica forma de expresarlo. Si la informacin as lo indica, hay ocasiones en las que el texto es la mejor manera de explicar las conclusiones.

    Nuevas necesidades generalesLa aparicin de estos nuevos per les no surge de la noche a la maana ni existen como tales en las facultades. Hay una serie de

    20 Las nuevas profesiones del periodismo

  • capacidades a las que hay que atender comunes a la mayora de ellas, en mayor o menor grado, y que conviene potenciar dentro de las redacciones.

    Ms programacin

    Al igual que en las redacciones de medios de papel se tiene que aprender a usar programas de edicin (Quark, InCopy, Millenium) o los periodistas audiovisuales tienen en muchas ocasiones que editarse sus piezas (televisin o radio), cuando entramos en el mundo online es conveniente tener ciertos conocimientos de programacin. No es necesario ser un experto, pero s conocer las limitaciones y ventajas que puede ofrecer cada lenguaje, qu es posible o imposible, sobre todo de cara a pensar en piezas, posibi-lidades sobre la mejor manera de contar historias e inspirar ideas.

    Sera deseable tambin un conocimiento bsico como para rea-lizar las acciones ms comunes: crear una tabla en HTML, poder tocar un CSS, entender dnde se produce algn fallo sencillo que nos desmonta una pgina...

    Se est extendiendo la idea de que el cdigo debera ensearse como el ingls en los colegios. An estamos lejos de llegar a ese punto, pero desde luego a da de hoy los conocimientos de pro-gramacin son ms necesarios en las redacciones con compo-nente online que los idiomas.

    Ms cultura visual

    La mejor forma de que un medio sobreviva es conseguir ser dife-rente del resto. El factor visual es muy importante para lograr ese objetivo. El ser capaz de explicar la informacin de una manera ms completa y accesible siempre nos va a ayudar.

    Como ocurre en la programacin, no hace falta que todos sean expertos, pero s tener una mnima formacin de las normas de estilo del lugar de trabajo, el tipo de gr cas que debe usarse para representar segn qu clase de datos, un mnimo sobre uso de co-lor y tipografa... Las posibilidades que dan algunos servicios on-line (Google Fusion Tables, ManyEyes, TagCrowd...) permiten que los redactores sin especializacin en infografa puedan crear sus propias gr cas sencillas para complementar y sustentar las pie-zas, por lo que es necesario que sean capaces de llevarlo a cabo correctamente. Tampoco debemos esperar que un redactor sin es-pecializacin en diseo o gr cos realice trabajos complejos.

    Mentalidad periodstica

    Aunque pueda parecer una obviedad, no siempre se concibe en los medios que los infogra stas, fotgrafos o diseadores ten-gan que pensar periodsticamente. Pero si se trabaja en un me-dio hay que hacerlo con esta idea siempre en la cabeza. Los gr- cos son piezas periodsticas, visuales en lugar de habladas. Lo mismo ocurre con vdeos y fotografas. Ms an con elementos ms complejos. El diseo es la primera (y ms importante) edi-cin. Todos los eslabones de la cadena de produccin de la noticia tienen relevancia informativa.

    Menos cantidad y ms calidad

    En la peor crisis de los medios de comunicacin, los periodistas que pueden encuadrarse dentro de los per les antes apuntados no tienen apenas problemas para encontrar trabajo. Poco a poco se ha ido evolucionando a una bsqueda de la calidad por enci-ma de la cantidad, que ha sido la obsesin estos ltimos aos (y lo sigue siendo en muchos medios). As se explica que hayan emergido medios como Politico o ProPublica, o iniciativas como Jot Down o Panenka en Espaa.

    Dentro de esa bsqueda de la calidad y la apuesta por explicar mejor la informacin, ganan mucho peso estas profesiones especializadas y capaces de ofrecer algo nuevo a la informa-cin. Surge de la necesidad de ofrecer diferencias que hagan que la gente visite tu medio y no otro. Cmo conseguir que alguien pague por tu contenido? Slo es posible dando lo que no est gratis. Una muestra de ello es The Times y cmo uno de los primeros cebos que se ofrecieron de cara al exterior para vender su edicin en iPad fueron los grficos. Del mismo modo no hay mes que algn medio no saque un artculo sobre el departamento de grficos de The New York Times o de algu-na pieza realizada por ellos y la importancia que tiene para el futuro del periodismo.

    Google indica a los medios cuando se quejan de los cambios en el algoritmo que desbaratan las estrategias de SEO que si quieren contentar al buscador de Google lo que tienen que hacer es in-tentar contentar al lector, porque eso es lo que ellos van a buscar en cada cambio que hagan. Eso deben hacer los medios: intentar explicar mejor la informacin. Enfocar de nuevo el periodismo a contar las cosas de la mejor manera posible. Y a eso deben ir en-focados los nuevos per les que surjan en esta profesin.

    Las nuevas profesiones del periodismo 21

  • 22 Periodista, la marca eres t

  • PERIODISTA, LA MARCA ERES TSilvia CoboSilvia Cobo (@silviacobo) es periodista especializada en infor-macin sobre medios de comunicacin e Internet. Autora de In-ternet para periodistas, kit de supervivencia para la era digital (UOC editorial). Es bloguera desde hace ms de 5 aos hablando siempre del tringulo que forman los medios, el periodismo e In-ternet. En estos aos se ha interesado tanto en cmo los perio-distas utilizan Internet y los medios sociales como el impacto de la tecnologa en los propios medios digitales.

    Periodista, la marca eres t 23

  • El periodista como marca no es en realidad nada nuevo. Conoce-mos cientos de casos de periodistas que son conocidos por el gran pblico independientemente del medio en el que trabajen. Son ejemplos de ayer o de hoy. Por otro lado ha existido durante dca-das la gura del periodista freelance, trabajadores autnomos que trabajan por encargo en medios y ofrecen sus servicios relaciona-dos con el mundo de la comunicacin. Si ya existan periodistas muy conocidos y periodistas freelance, a qu viene tanto bombo en los ltimos aos con la marca personal del periodista?

    Los primeros, necesitaron haber trabajado en algn momento en algn medio que les diera un altavoz y sobre todo una visibilidad permanente. La radio y la prensa, pero sobre todo la televisin han sido un escaparate tradicional para la fama -en el sentido de reputacin- de los periodistas. stos se convirtieron en las primeras marcas personales dentro del periodismo, la mayora trabajando ya dentro de un medio.

    Tal y como estn las cosas en el Periodismo y sus empresas, la marca personal va a ser ms un

    remedio que una eleccin.

    24 Periodista, la marca eres t

  • En el caso de los freelance, su trabajo se mova en un oscuro mun-do llamado contactos. Construirse una reputacin, una marca, era una tarea ms ardua que la de aquellos que trabajaban en un medio masivo. Su visibilidad era estrictamente proporcional a los contactos profesionales que tena en los medios y dnde conseguan publicar. Si un redactor jefe les conoca, pensaran en l, pero si no conocan su trabajo con anterioridad resultaba muy complicado que llegaran a ofrecerle trabajo.

    En general, ser periodista freelance supona una terica mayor independencia a la hora de escribir, pero haba que soportar las inseguridades de un trabajo por encargo y sin bene cios socia-les. Adems, estos dos mundos, el de los periodistas muy reputa-dos y los freelance se cruzaban en contadas ocasiones.

    Entonces, qu ha cambiado para el periodista en los ltimos sie-te u ocho aos?

    La clave est en que tanto periodistas afamados y los freelance nunca fueron dueos de los medios para la publica-cin y distribucin de sus contenidos. Y esto es lo que Internet ha empezado a cambiar.

    El nuevo periodista en la era de InternetEl prestigioso estudio State of The News del Pew Internet Research Center for Excelence in Journalism, destac entre las tendencias ms importantes en 20091, el nacimiento de un grupo de perio-distas individuales que salan de los medios tradicionales y eran capaces de atraer a audiencia e incluso nanciacin para la puesta en marcha de pequeas iniciativas periodsticas en Internet.

    A travs de las bsquedas, el email, los blogs, los medios sociales y otros, los consumidores estn acudiendo al trabajo de redacto-res individuales y otras voces, y alejndose de alguna manera de la marca institucional.

    El estudio apuntaba que gracias a las herramientas de comunicacin de la Web 2.0, los blogs primero y las redes sociales despus, periodis-tas individuales haban conseguido atraer audiencia a su alrededor y obtener visibilidad hacia su persona, por encima de las cabeceras.

    Sin embargo, algunos aos antes ya se empezaba a hablar de este fenmeno. Una de las primeras referencias a la marca per-sonal del periodista se puede encontrar en la periodista poltica Chris Nolan en 2004. Nolan empez a escribir sobre lo que llam entonces The Stand Alone Journalist2. Nolan provena de los medios escritos tradicionales. Inici un blog, Politics from Left to Right, donde comentaba la actualidad poltica con un estilo personal a la vez que informativo e irnico. Desde la propia expe-riencia personal Chris Nolan tuvo claro que el auge de los blogs tendran especial impacto en el mundo del periodismo.

    Para la norteamericana, la gran novedad que ofreca internet para los periodistas fuera de las estructuras tradicionales era la

    de permitir el acceso no solo a la publicacin sino tambin a la distribucin. Ahora tenemos nuestra propia imprenta (el blog) y el Rss nos proporciona camiones o satlites para su distribu-cin, escriba Nolan.

    De la identidad digital a la marca personalUna de los impactos ms importantes que ha tenido internet sobre nuestras vidas profesionales es el concepto de identidad digital. Toda nuestra actividad online es rastreada por los bus-cadores y organizada de tal manera que cuando introducimos nuestro nombre en Google, el buscador nos devuelva una ima-gen de nosotros.

    Acertada o no, esa imagen de nosotros es interpretada como nuestra identidad digital. De esta manera Google se ha conver-tido en algo ms que un buscador, es en realidad un gran siste-ma global de reputacin personal. Qu dice Google de mi? qu dice Google de otros? qu dice el buscador de mis colegas, de mi competencia, de mis posibles empleadores o de mis clientes? Todos tienen una identidad digital, una imagen que re eja el buscador. Y ya entrando de pleno en el terreno de los periodistas, Quin dice Google que soy como periodista?

    En tiempos tan duros para la profesin como los actuales es ms importante que nunca saber diferenciarse. Periodistas hay muchos, cmo expresar lo que nos hace nicos? Internet ofre-ce esas nuevas herramientas para decir al mundo lo que somos, relacionarnos como tal con l, y provocar reacciones en los otros.

    Nuestra actividad es rastreada y clasi cada por los buscadores, pero a la vez se muestra lo que otros dicen que yo soy. Hablamos por tan-to del concepto de reputacin, que tradicionalmente ha sido distri-buida: mi reputacin siempre ha sido lo que los otros dicen que soy. No puedo cambiarlo, tan solo in uirlo con mis acciones.

    He aqu algo que est cambiando la vida muchos profesiona-les: nuestro nombre se ha convertido en una marca. Una mar-ca es una promesa de valor. Las marcas desprenden valores y generan expectativas, cuesta construirlas y es fcil que se erosionen con el tiempo. Hay una gran diferencia entre tener o no tener una actividad on-line. Si no la tenemos es como si no existiramos. Es casi imposi-ble que nadie pueda dar con nosotros. Nadie se interesar por lo que hacemos si no mostramos a desconocidos lo que hacemos an sin saber quines somos. Existir online es hacerse el encon-tradizo. Si no estoy, nunca podrn encontrarme.

    En Internet todo queda registrado. Si tenemos una actividad online, si contamos con per les profesionales en una red social, si tenemos un blog o portafolio de nuestro trabajo, eso ir nu-triendo nuestra identidad digital. Somos lo que hacemos. Si no hay nada nuestro online, qu podr de nirnos para aqul que no nos conozca?

    1 http://stateofthemedia.org/2009/overview/major-trends/2 http://archive.pressthink.org/2005/04/21/nol_stnd.html

    Periodista, la marca eres t 25

  • Herramientas para la creacin y consolidacin de la marca personalSabemos que nuestro nombre es nuestra marca y que estar on-line nos abre la posibilidad de ser encontrados y ser descubier-tos. Como deca Chris Nolan, gracias a Internet los periodistas tenemos la posibilidad publicar y distribuir nuestros trabajos, mostrar lo que sabemos hacer e incluso consolidarnos como es-pecialistas en una rea. Con qu herramientas contamos para dar a conocer nuestra marca?

    En primer lugar encontramos la web personal. Comprar nues-tro propio dominio, adems de facilitar nuestro aparicin en los primeros resultados en Google, puede actuar como un hub o centro aglutinador de nuestra identidad y marca personal. Des-de nuestro dominio nos aseguramos que quin nos busque nos relacione con un espacio web donde centralizar todo nuestros datos: explicar quines somos y qu hacemos, mostrar nuestro historial laboral, colgar nuestro portafolio de trabajos, facilitar un contacto personal, o sealar enlaces a otros sitios webs don-de tambin estamos presentes y estn relacionados con nues-tra actividad profesional.

    En segundo lugar, hablamos del blog. Ha sido y sigue siendo -por muchos que algunos lo den por muerto- una de las mejo-res herramientas para la construccin de la marca personal del periodista. En el momento que un periodista empieza a publicar activamente en un blog centrado en un tema comienza a atraer a un pblico interesado.

    El blog se ha convertido en una especie de nuevo currculum. Se trata de una foto mucho ms dinmica de lo que es un cu-rrculum que muestra lo que puedes hacer, aunque incluso no hayas tenido una experiencia laboral en ese campo (en este sentido, para aquellos jvenes que no han tenido una expe-riencia profesional, es un recurso de gran valor3). Es decir, el blog te permite construir tu reputacin a travs de la publica-cin regular de artculos relacionados con una temtica ms o menos concreta, con una personalidad definida que te dife-rencie de los dems.

    El blog es un recurso muy importante para el posicionamien-to profesional del periodista: de esto s y de esto escribo. Los periodistas partimos con ventaja. No sorprende que un tercio de los blogueros en todo el mundo afirmen haber trabajado en un medio. Al menos eso es lo que sealaba el estudio anual de Technorati sobre el Estado de la blogosfe-ra en 20114: un 24% afirmaba trabajar para un medio de co-municacin. Resulta obvio decir que los periodistas partimos

    con ventaja por formacin y habilidades (y algunos, no todos, incluso por vocacin) a la hora de escribir, gestionar informa-cin y hacerla entendible a otros.

    Una tercera herramienta para la construccin y consolidacin de la marca personal son las redes sociales. Si el blog fue una he-rramienta para la publicacin de contenidos, las redes sociales permiten al periodista relacionarse con otros de manera ms di-nmica, encontrar nuevas audiencias y contactos profesionales. Por otro lado, son un canal donde distribuir sus contenidos y dar a conocer sus trabajos y ampliar su in uencia. Las redes son un complemente muy importante para la construccin de la marca personal, ya que refuerzan el valor de marca de nuestro nombre, difunden nuestra imagen y nos hacen accesible tanto a nuestra audiencia que sigue nuestro blog como a posibles contactos y a nuevas oportunidades laborales.

    Adems de redes sociales generalistas5, como Facebook y Twitter -donde los periodistas nos encontramos especialmente a gusto-, han surgido otros espacios en Internet que segn nuestra activi-dad o tema de especialidad resulte fundamental estar presentes.

    Por ltimo, un incipiente campo al que los periodistas-marca no deberan dejar de observar es el de la autoedicin de libros elec-trnicos6. Si stos tienen el talento su ciente de crear buenos contenidos, podrn vender su trabajo a la comunidad que previa-mente ha reunido a travs de blogs y redes sociales.

    La marca personal, una necesidad ms que un deseoTal y como estn las cosas en el periodismo y sus empresas, la marca personal va a ser un remedio ms que una eleccin7. La tendencia a externalizar contenidos en los medios es imparable junto a que cada vez las redacciones se hacen ms pequeas. Casi todos los medios han sufrido desde 2005 algn ERE, despidos o han puesto en marcha programas de jubilacin anticipada8. El paro registrado entre periodistas se situ en 2011 en 9.937 perso-nas. El ltimo ao ha sido especialmente cruel: 4.373 correspon-den al ltimo ejercicio9. Las perspectivas de inversin publicitaria siguen sin ser buenas.

    Es decir, los periodistas de redaccin son una especie que no se extinguir pero que estar formada tan solo por un grupo pri-vilegiado (puede que a algunos de ellos les chirre la etiqueta de privilegiados). En este contexto y las pocas perspectivas a que nazcan nuevos medios a corto plazo, la va de salida para los profesionales en paro ser, o bien ser trabajadores aut-nomos o intentar reciclarse en el sector de la comunicacin corporativa en Internet.

    3 http://www.bbc.co.uk/journalism/blog/2011/05/personal-branding-for-would-be.shtml4 http://technorati.com/social-media/article/state-of-the-blogosphere-2011-introduction/5 Las redes sociales adems, hacen esfuerzos importantes para atraer a los periodistas, ya que precisan llenar de contenidos sus espacios. Lo muestran iniciativas como la pgina Facebook and Journalist o Twitter and Media.6 http://gigaom.com/2011/12/22/how-amazon-is-helping-to-sustain-long-form-journalism/7 http://newsosaur.blogspot.com.es/2011/07/why-journalists-need-to-build-their-own.html8 Observatorio para el seguimiento de la crisis, Asociacin de la Prensa de Madrid http://www.apmadrid.es/noticias/generales/cerca-de-3000-afectados-por-la-crisis-del-sector-periodistico-en-madrid-segun-el-observatorio-de-la-apm9 Informe Anual de la Profesin periodstica 2011

    26 Periodista, la marca eres t

  • Problemas alrededor de la marca personal: roces y regulacionesLa marca personal del periodista puede parecer la tierra prometi-da para cualquier periodista. Sin embargo, su generalizacin est produciendo no pocas tensiones en el seno de algunas redaccio-nes que ven en la marca personal como una amenaza para la marca del medio.

    Ya han surgido casos donde la presencia demasiado visible del periodista ha supuesto un problema para el medio o se la ha pedido que reduzca su actividad online fuera del contexto del medio para el que trabaja. Hay medios que no desean a marcas personales para cubrir algunos puestos de trabajo ya que consi-deran que estos profesionales demandarn una salario ms alto que aquellos que son ms annimos, o bien porque creen que pueden hacer pblicas informaciones internas del medio.

    En lo que se re ere a las redes sociales, muchos medios ya han empezado a regular la actividad de sus periodistas desde diferen-tes aproximaciones al fenmeno de la marca personal. Algunos lo

    ven como positivo para el medio, asumiendo que las marcas per-sonales refuerzan la marca global del medio. Otros miran a la mar-ca personal con recelo, temerosos que su accin personal pueda comprometer la independencia del medio en el que trabajan .

    En de nitiva, no podemos escapar a la importancia de tener visibilidad como profesionales, precisamente en tiempos tan complicados como los actuales. Tampoco debemos ignorar la responsabilidad que esa visibilidad conlleva: es necesario ser conscientes de que todo lo que hagamos o digamos en Internet es informacin pblica.

    Con todo, Internet est revolucionando la forma en la que los pe-riodistas trabajamos, creamos o nos relacionamos con lo antes conocido como audiencia. As, la marca personal del periodista ha dejado de ser una opcin para convertirse prcticamente en nuestro nico capital laboral que nos acompaar en nuestra carrera profesional. Se abren muchos caminos para periodistas individuales, solo hay que estar ah para explorarlos.

    Periodista, la marca eres t 27

    As se ven los periodistas a s mismos

    Fuente: The Worlds of Journalism Study

    0%

    Facilitador de oportunidadesAgente del cambio

    Difusor populistaVigilante destacado

    20% 40% 80% 100%60%

    Alemania 69 417 10

    Austria 63 21 8 7

    Estados Unidos 63 11 21 4

    Suiza 48 29 8 15

    Australia 40 19 20 21

    Brasil 28 26 27 20

    Espaa 24 40 11 25

    Rumana 24 48 10 18

    Bulgaria 14 35 32 9

    Mxico 13 31 33 23

    Israel 13 49 24 15

    Turqua 6 14 68 13

    Egipto 8 73 19

    Rusia 39 13 41

    Chile 7 32 20 41

    Indonesia 5 6 36 53

    China 1 19 25 56

    Uganda 2 8 20 69

  • 28 Reporterismo multimedia y periodismo participado

  • REPORTERISMO MULTIMEDIA Y PERIODISMO PARTICIPADO

    Juan Luis Snchez Juan Luis Snchez (Sevilla, 1983) es periodista. Es subdirector de eldiario.es y cofundador de Periodismo Humano, del que fue edi-tor hasta enero de 2012. Su cobertura informativa del 15M ha sido publicada en medios internacionales y referenciada en decenas de estudios acadmicos sobre comunicacin. Ha sido reportero en Kosovo, Sahara, Marruecos o Espaa. Publica habitualmente reportajes sobre Sociedad, Poltica, Dere-chos Humanos y Redes.Dirige programas de formacin digital y es colaborador de la Ca-dena SER.

    twitter: @juanlusanchez blog: juanlusanchez.com

    Reporterismo multimedia y periodismo participado 29

  • S que es un tiempo duro para trabajar de periodista, s. Pero vamos a aislar la parte negativa y miremos a otro punto del ecosistema: qu apasionante es este tiempo para ser periodis-ta, s. Qu de innovaciones somos y seremos capaces de aco-meter para que la sociedad est informada, sea responsable, sea ms consciente, ms madura.

    Internet es lo mejor que le ha podido pasar a la informacin de inters general y servicio pblico. Si eso no es, de una u otra manera, bueno para el periodismo, es que el periodismo tiene un problema metafsico. Si es el mejor momento para la informacin debe ser el mejor momento para el periodismo o entonces el periodismo no tiene sentido. Pero ese es un deba-te de reconversin industrial, preocupante desde el punto de vista laboral, pero probablemente estril a medio plazo desde el punto de vista social.

    Internet es lo mejor que le ha podido pasar a la informacin de inters general y servicio pblico.

    Si eso no es, de una u otra manera, bueno para el

    periodismo, es que el periodismo tiene un problema metafsico.

    30 Reporterismo multimedia y periodismo participado

  • Los formatos del periodismo se han atomizado y multiplicado. Ahora el periodismo de datos cuenta ms, y mejor, en menos tiempo; visualiza realidades que la pirmide invertida lleva dca-das intentando desbrozar con mucha di cultad. Crea contenidos enciclopdicos de consulta recurrente, como tuderechoasaber.es, e integra en el proceso creativo e informativo a profesionales que son ya los nuevos mejores amigos del periodista: el editor web, el desarrollador informtico, el diseador. A ellos, eso s, hay que pedirles que compartan la vocacin humanista y social del perio-dista, la intucin y el olfato, el rigor.

    Ahora el cine documental se hace en proyectos multimedia como elmaldelcerebro.com o hellashell.eu, y se emite por captu-los, creando comunidades propias y llevando su ciclo de trabajo ms all del producto nal, abriendo la puerta a otras fuentes de ingresos, como las exposiciones, las charlas, el crowdfunding, los talleres en los que los periodistas reutilizan el conocimiento aplicado para hacer divulgacin por otras vas.

    Ahora el reportaje narrativo, de gran formato, recupera su sitio gracias al libro electrnico, que por ahora solo es un embrin de lo que llegar a ser en apenas unos aos. Periodistas como Ander Izaguirre, Alberto Arce o Jordi Prez Colom han dado salida, con buena acogida, a reportajes que los dominicales ya no quieren publicar.

    Y ahora, de todas esas posibilidades, la que Internet est refor-zando ms, multiplicando sus posibilidades, es el reporteris-mo multimedia, la narracin pegada a la realidad a travs de redes sociales como parte de un proceso que culmina, aunque no termina, en la pieza periodstica. Mejor se explica con un ejemplo personal.

    El 17 de mayo de 2011 me sub a una terraza de uno de los blo-ques de pisos y o cinas de la Puerta del Sol. Desde all comenc a retransmitir por streaming desde el telfono mvil, con seal 3G, lo que suceda en la primera gran concentracin del movi-miento 15-M. En ese momento ninguna televisin contaba lo que all suceda y pocos medios le daban importancia a lo que all comenzaba a gestarse.

    Luego baj a la plaza. Para entonces la retransmisin ya era se-guida por decenas de miles de personas y uno de los vdeos su-bidos a YouTube alcanzaba el medio milln de reproducciones en apenas un par de horas, en portada de cadenaser.com, 20mi-nutos.es, y luego en New York Times o Washington Post. Desde los entresijos de la ya incipiente acampada de Ciudad Sol pas 5 horas entrevistando en directo a decenas de personas, pre-guntndoles por qu estaban all. Un programa de televisin de 5 horas desde el mvil.

    Con el paso de los das, nuestras cuentas personales y profe-sionales de Twitter se convirtieron, aun partiendo de un punto

    muy inferior al de los grandes medios, en las referencias infor-mativas sobre el 15M, segn varios estudios cient cos sobre el ujo de datos en aquellas semanas1. Con el paso de los meses, otros medios decidieron sumarse a aquella prctica del repor-terismo multimedia.

    As, cada vdeo que los periodistas desplegados en los diferentes eventos del 15M subamos desde el mvil a las redes sociales, cada foto, se converta en una pldora informativa, de contexto y proporcionaba tensin informativa. Ese ujo de 3 o 4 vdeos de 40 segundos a lo largo de una hora, con testimonios y planos de ambiente es el equivalente en redes sociales a una pieza de informativos de televisin donde esas personas y esos mismos planos aparecieran, todos juntos. Formatos nuevos para ensear una realidad parecida.

    Aquella retransmisin fue parte de la cobertura plani cada que desde Madrid hicimos Lydia Molina, Jessica Romero y yo para el que entonces era nuestro medio, Periodismo Humano.

    Adems de la transmisin en vdeo y redes sociales, hicimos hue-co para el contexto. Reportajes, investigacin, fuentes, matices y contradicciones sobre lo que all suceda.

    En su blog Cdigo abierto, el periodista Bernardo Sampa propo-na un mani esto posperiodstico2, una revisin del o cio del periodista en una poca donde ste ya no tiene el monopolio de la palabra ni el sello de la notara de la verdad.

    Dice Sampa, como aclaracin previa a los puntos de su manifes-to, que tiene claro que el periodismo no va a morir sino que est sufriendo una mutacin semntica. Lo que antes entendamos como parte de nuestro trabajo ya no lo ser; lo que antes no for-maba parte de nuestras tareas ahora ocupar un lugar central en nuestras dinmicas.

    El primer punto de este declogo lo dice claro: la informa-cin pasa a ser un proceso compartido donde los detalles de cmo se ha elaborado un trabajo informativo es tan importan-te como el resultado nal. El periodismo como making of en tiempo real.

    Durante el 15M, pero tambin antes desde el Sahara o en la huelga general del 29M3, o despus desde el interior del hotel El Algarrobico4 durante la ltima accin de Greenpeace, experi-mentamos la potencia del smartphone para hacer reporterismo multimedia de dos velocidades. Por un lado, dejar a un lado el cuaderno y convertir la cuenta de Twitter en un bloc de notas pblico: si ves algo que te llama la atencin, en vez de anotarlo en el cuaderno para la pieza que tendrs que escribir, se cuenta directamente en la red. As, se va confeccionando una comuni-dad alrededor del contenido que vas recopilando; ese contenido, compuesto adems de fotografas y vdeos subidos inmediata-

    1 http://www.juanlusanchez.com/archivos/2011/09/19/ ujo-de-informacion-durante-el-nacimiento-del-15m/ 2 http://blogs.20minutos.es/codigo-abierto/2012/04/27/un-mani esto-posperiodistico/ 3 http://historias29s.posterous.com/4 http://periodismohumano.com/temas/algarrobico

    Reporterismo multimedia y periodismo participado 31

  • mente a la red y que sirven de adelanto, luego se une con un hilo narrativo para formatos periodsticos ms convencionales como la crnica o el reportaje, pero dotados de recursos multimedia. Periodismo de inmediatez que sirve como materia prima del pe-riodismo narrativo enriquecido.

    As, como dice Sampa, la noticia - que no desaparecer - deja de ser la unidad bsica del periodismo. El ujo, un constante uir de hechos, pasa a ser la columna vertebral del posperiodismo. Estos formatos, claro, tienen sus lmites. Durante la cobertura desde el Sahara, la cobertura 3G era nula y, en todo caso, la trans-misin de datos desde un telfono en el extranjero tiene un alt-simo coste que hay que prever, probablemente adquiriendo una tarifa de datos local. Con ese hndicap, un ujo de trabajo online desde el terreno puede convertirse en una farsa, ya que los mo-mentos en los que hay conexin a la red son tan limitados como los turnos para emitir por satlite de las televisiones.

    Lo verdaderamente inquietante, y apasionante, de esta nueva era es que ese mismo trabajo que hacemos los que experimentamos con el reporterismo multimedia podra ponerse en prctica por cualquier ciudadano. Todo eso que hacemos es periodismo, claro; pero acaso no al alcance de cualquiera? Lo publicamos en nues-tro medio, s, pero no podra haber hecho cualquier otra persona exactamente lo mismo en su pgina personal? Con el mismo ri-gor, con el mismo espritu narrativo, con la misma solidez.

    Todo esto es para resumir mi tesis sobre la participacin en una frase: el periodismo no es un o cio, es una metodologa.

    Quiero decir que, cada vez ms, lo que hace creble una historia no es la profesin del que la rma sino la credibilidad del que la rma. Y, en el nuevo ecosistema en red, la credibilidad no es exclusiva del periodista; es ms, hemos maltratado tanto nuestro o cio que del periodista de grandes medios siempre se sospecha, tiene el estigma del que hablaba en un post Carmela Ros, pre-miada con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo precisamen-te por su cobertura del 15M en redes sociales.

    Si una persona, sea cual sea su profesin, se atiene a la metodo-loga periodstica que hace de una informacin algo creble, hace periodismo. Otro da discutimos qu hace creble a una noticia y si algunos elementos de credibilidad no son ms bien mitos del gremio para esconderse, un arti cio de cartn piedra que el lector detecta cada vez con ms facilidad. Eso s, solo una perso-na dedicada profesionalmente al periodismo podr hacer de esa metodologa su modo de vida y, por tanto, garantizar la consis-tencia, la continuidad y calidad en sus informaciones.

    Si la informacin deja de ser un producto para convertirse en una comunidad, por qu entonces la informacin no va a ser producida, tambin, por la comunidad? Por qu todo ese tra-bajo de informacin o anlisis no puede ser acometido por per-sonas en su tiempo libre?

    El concepto de periodismo ciudadano ha sido muy maltratado desde que aquel libro de We, the media, en la corriente ms cl-

    sica, o aquel Dont hate the media, be the media de indymedia.org, en la corriente ms activista, lo impulsaran al cielo del gu-rusismo digital. Muy pocos medios han tratado al periodismo ciudadano como algo consistente, sino que ms bien se ha ido a rebufo de la moda para acabar publicando contenidos sin pa-gar hasta el extremo de convertir sus plataformas de periodismo ciudadano en lugares donde periodistas jvenes o en paro hacan mritos ante los editores de los medios, publicando camu ados como ciudadanos en lugar de como periodistas. Eso, claro, aca-ba situando al periodismo ciudadano como una fuente de preca-riedad, una amenaza de intrusismo laboral, cuando en realidad es un complemento a nuestro trabajo y, casi dira, una de nues-tras tablas de salvacin.

    Por todo esto, se abre camino el concepto renovado de periodis-mo participado, donde est ms claro que el periodista s tiene un papel: el de editor, el de comisario (curator es el nuevo neolo-gismo), el de ltro y preceptor de contenidos en la era de la so-breabundancia y el ruido.

    La primera persona a la que le periodismo participado fue a Merche Negro, productora de informativos y programas en Tele-cinco hasta que un da decidi dar el salto a las redes para fundar vudeo.org, una plataforma de vdeo ciudadano donde se provoca la participacin y el protagonismo de los usuarios. Vdeo es ade-ms un laboratorio de participacin e integracin de procesos periodsticos en comunidades online.

    Nos cuenta Merche Negro que una de las claves del xito del pe-riodismo participado es que el ciudadano no sienta la accin de participar como algo ajeno a su actividad cotidiana, algo que por tanto tambin requiere la adaptacin de los medios, empecina-dos como instituciones que son en que la gente se amolde a sus dinmicas, en vez de al revs.

    Otro pionero en Espaa del periodismo participado es Pau Llop, que lleva 6 aos ensayando diferentes mtodos y he-rramientas para democratizar la informacin, con proyectos como bottup.com, el primer peridico ciudadano en espaol, o el inminente Fixmedia.org, una plataforma para que los usua-rios mejoren las noticias que publican los medios, identifi-cando errores o lagunas importantes.

    La clave del periodismo participado, nos dice Pau Llop, es mo-ral, ms que tcnica. Reside en la empata del periodista res-pecto a su audiencia y viceversa. En el plano tecnolgico, la mente del usuario debe trabajar lo menos posible en cuestiones super uas para que pueda concentrar en lo que quiere aportar, hay que borrar barreras tcnicas.

    En este proceso, el periodista tiene la responsabilidad de organi-zar la informacin, diseccionarla, analizarla, revolverla y categori-zarla, dice Merche Negro. No hay que ser periodista para hacer este trabajo, pero el profesional de la informacin maneja habi-lidades para hacer esto de forma e caz, del mismo modo que un cocinero sabra abrir mi nevera y para mi pasmo hacer una crema maravillosa con las cuatro cosas que tengo.

    32 Reporterismo multimedia y periodismo participado

  • Llop explica el cambio de modelo: el periodista creaba antes un producto escaso: la informacin. Ahora la informacin no es escasa sino todo lo contrario. As que ahora el periodista es el mejor situado para mutar sus rutinas hacia la gestin de la edicin abierta de la participacin ciudadana. Un buen periodista sabr gestionar toda esa abundancia en beneficio de una buena informacin para ese nicho del que quiere ser un referente de credibilidad.

    Eso s, aclara Negro, yo rechazo terminantemente el concepto del periodista como gatekeeper de la democracia, o la libertad y los derechos del hombre. Es una de nicin completamente descatalogada en nuestros das. Este punto es importante por-que para que el periodismo participado sea sincero debemos perder el miedo a que el usuario participe en la creacin de la agenda informativa. Si no, estamos marcando las cartas y la ciu-dadana lo nota.

    Reporterismo multimedia y periodismo participado 33

    Crecimiento en acceso a noticias desde smartphones

    Fuente: comScore MobiLens

    0%

    Casi a diarioAl menos una vez al mes

    20% 40% 80% 100%60%

    GB76%63%

    Italia75%67%

    Francia59%62%

    Espaa160%127%

    Alemania82%80%

    EU582%74%

    Media de noviembre 2011-enero 2012 frente a mismo periodo anteriorTotal EU5 (AL, ESP, FR, IT, GB), Mayores de 13 aos

    % de crecimiento interanualAudiencia de smartphones que acceden a noticias

    120% 140% 160%

    Frecuencia de acceso a noticiasentre usuarios de smartphones

    Fuente: comScore MobiLens

    Media de noviembre 2011-enero 2012 frente a mismoperiodo anterior.Total EU5 (AL, ESP, FR, IT, GB), Mayores de 13 aos

    Penetracin (%) de usuarios de smartphones

    0%

    Casi a diarioAl menos una vez a la semana

    10% 20% 40% 50%30%

    15,8%15,5%

    De una a tres veces al mesAl menos una vez al mes

    15,5%46,8%GB

    10,2%9,4%

    11,2%30,9%Italia

    11,3%11,1%14,1%36,6%Francia

    10,3%9,7%

    12,2%32,2%Espaa

    10,4%10,8%

    13,8%35,0%Alemania

    11,8%11,5%13,5%36,9%EU5

  • 34 Es viable una sociedad sin periodistas?

  • ES VIABLE UNA SOCIEDAD SIN PERIODISTAS?

    Ismael Nafra(Barcelona, 1968)Periodista, escritor, consultor y conferenciante especializado en internet. Director de innovacin digital de Grupo God desde oc-tubre de 2011 (previamente, director de contenidos digitales des-de julio de 2008). Impulsor de la editorial de libros electrnicos Ebooks de Vanguardia.

    Ha sido subdirector de contenidos de Prisacom (2005-2008) y di-rector de la web de guas prcticas ParaSaber.com. Autor de los libros Internet es til (Plataforma Editorial, 2008), Web 2.0. El usuario, el nuevo rey de Internet (Gestin 2000, 2007) y Sr. Director: Les millorscartesdelslectors de La Vanguar-dia (Ara Llibres, 2004).

    Autor, desde 1999 a 2005, de la columna semanal La Crnica de La Vanguardia Digital, de la que fue redactor jefe durante dos aos. Es tambin consultor del INNOVATION International Media ConsultingGroup.

    Vivi un ao en Miami (EEUU), donde fue redactor jefe de Baqua.com. Tambin ha trabajado en prensa, radio y agencias. Ha sido becario de la Fundacin Fulbright (SalzburgSeminar) y ponente en numerosos congresos nacionales e internacionales.

    Es viable una sociedad sin periodistas? 35

  • El pasado 3 de mayo de 2012 se celebr en todo el mundo una nueva edicin del da internacional de la libertad de prensa. En nuestro pas, el lema escogido por la Federacin de Asociaciones de Periodistas de Espaa (FAPE) para celebrar la jornada fue el siguiente: Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo no hay democracia.

    El primer punto del mani esto reivindica