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La Paz, septiembre 2014 Página Periódico mensual Septiembre 2014 Qollasuyu Bolivia Año 8 Número 97 Edición electrónica El cuestionamiento del indianismo y de la descolonización. A propósito de un reciente libro de H. C. F. Mansilla, algunas opiniones, divergentes entre ellas, sobre los criterios de ese conocido filósofo boliviano.

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La Paz, septiembre 2014 Página

Periódico mensualSeptiembre 2014QollasuyuBoliviaAño 8Número 97

Ediciónelectrónica

El cuestionamiento delindianismo y de ladescolonización. A propósito de unreciente libro de H. C. F. Mansilla, algunas opiniones,divergentes entre ellas, sobre los criterios de eseconocido filósofo boliviano.

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La Paz, septiembre 2014 Página

Descolonización delas Fuerzas Armadas

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Depósito legal 4-3-116-05

e-mail:[email protected]

www.periodicopukara.com

Teléfonos: 7151904871280141

Calle México Nº 1554, Of. 5La Paz, Bolivia

Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

Colaboran en este número:Jorge Rendón VásquezMateo Quispe QuispeBlithz Lozada PereiraCarlos Macusaya CruzWalter ReynagaChristian J. Kanahuatya

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El asunto desargentos y clasesdescorrió el velo,mostrando a lainstitución y algobierno desnudosde políticasdescolonizadoras

Paradojalmente, el actual go-bierno tiene éxito allí donde nolo buscaba: Predicaba el socialis-mo y sus mejores aliados sonahora los empresarios cruceñosy los informales indígenas;defendía el pachamamismo, consu consecuente repudio del sabercientífico y tecnológico occi-dental y en la actualidad susobras propagandísticas ante lapoblación son, entre otras, elsatélite Tupac Katari y elteleférico... y anuncia futurosplanes nucleares en Bolivia.

Donde se nota también ladiscordancia entre presupuestos y resultados es en el institucionalde las FF. AA. A inicios del gobierno del MAS, de manera realista ypragmática el régimen protegió y favoreció a la institución militartal cual es, sin buscar transformarla, no sea que quienes detentanlas armas se enojen y sean sus sepultureros, tal como acontecióen la historia anterior con otros “gobiernos progresistas”. Esaprotección se efectuó “tragando culebras”, pues se tuvo que relegarel sentimiento de antiguos luchadores, para quienes las FuerzasArmadas son anatema, y arrinconar legítimas demandas, como ladesclasificación de los archivos militares para los casos de represióny desaparición de luchadores sociales. El “sacrificio” valía la penasi, de esa manera, los militares se tenían tranquilos mientras seintentaba cambiar la sociedad. Tal intento requería, pues, unas FF.AA. intocables e incuestionadas.

Sin embargo, el reclamo de los sargentos y clases en busca de la“descolonización en las FF. AA.” turbó esa quietud. El gobierno deningunas manera pretendía descolonizar esa institución. Estaba yacontento de que los altos mandos hubiesen aceptado colocar en elhombro de los militares el emblema de la wiphala al lado de latricolor boliviana y que en algún acto oficial algún alto jefe declareque las FF.AA. son socialista y están por el proceso de cambio.Ambos hechos, el del emblema y el de la declaración, inicuos porqueesencialmente simbólicos: al interior de la institución nada cambiaba.

El asunto de los sargentos y clases descorrió el velo, mostrandoa la institución y al gobierno desnudos de políticas descolonizadoras.Ahora las FF. AA están juzgando a los líderes de esa protestamediante recursos y procedimientos que violan elementales derechoshumanos y pone al gobierno ante un desafío, pues en algún momentosí se tiene que descolonizar a las FF. AA.

Estas FF. AA. enfrentan, además, otra consecuencia indeseadadel gobierno del MAS. Las mejoras sociales en el área rural, elingreso de una mayor cantidad de indígenas a los mecanismos delmercado liberal —aun sea a título informal—, el acceso a medioscontemporáneos como el internet, hace que, como lo reconocieronrecientemente dirigentes de la CSUTCB, los jóvenes indígenas yano quieren cumplir el servicio militar obligatorio. Parece que ladescolonización de las FF. AA. es inexorable, a pesar del gobierno yde los altos mandos militares.

Sobre el anti semitismo de cierta izquierdaJorge Rendón Vásquez*(Extracto del artículo Israel, Hamas y la izquierda)¿De que raíces parte este antijudaísmo que contamina a la izquierda

de inspiración marxista o seudo marxista y se vierte, como densatinta, sobre otros grupos populistas o de tendencias autocalificadasde izquierda, coloreándolos con diversos matices de la misma gama?

El socialismo del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo XX,incluidas las corrientes bolchevique y comunista, no fue antijudío. Nopodía serlo. Muchos de sus ideólogos y militantes, comenzando porCarlos Marx, eran judíos. Fueron hombres y mujeres para quienes elsocialismo, liberando a la clase obrera de la explotación y a la sociedadde las injusticias, podía liberar también a los judíos de la exclusión ylas persecuciones, y contribuyeron a crear e impulsar un formidablemovimiento de reivindicación social.

El nazismo, como la expresión más brutal e intolerante del capitalismo,hizo de la aniquilación de judíos, comunistas y socialistas su razón deser.

En los partidos comunistas el antijudaísmo fue asumido por JoséStalin y su grupo como un procedimiento para librarse de los militantesjudíos que pensaban de modo diferente al suyo en el Partido Comunista.En los procesos de 1936, instaurados contra los opositores a Stalin,cerca de la mitad de los condenados a muerte o a largas penas deprisión fueron judíos. Trotsky, ex comisario de la Guerra luego de laRevolución de 1917 y brillante ideólogo del Partido Bolchevique nopodía salvarse aunque estuviera fuera de la Unión Soviética. Stalin lohizo asesinar en México, en 1940. Era judío. Allí no pararon las cosas.A los demás judíos no comunistas se les destinó la pequeña ciudad deBirobidzhán, ubicada en los confines de Siberia, como un lugar deconfinamiento nacional, proyecto que no pudo prosperar por laresistencia de muchos judíos.

La Segunda Guerra Mundial obligó a Stalin y su grupo a cambiar suparecer con los judíos. Los necesitaban, y ellos peleaban denodadamen-te contra el nazismo. Además, ya se conocía su exterminio masivo enlos campos de concentración. Es presumible que a sugerencia delPresidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, Stalintuviera que declarar en la Conferencia de Yalta, de febrero de 1945,que los judíos debían tener una patria en Palestina (Cfm. DominiqueLapierre y Larry Collins, ¡Oh Jerusalem!, crónica de la creación del Es-tado de Israel). Esta declaración le fue transmitida en seguida a BenGurión, jefe de la Agencia Judía de Palestina, la embrionaria organizacióndel futuro Estado israelí. Stalin tenía, además, otro motivo: el territoriode Palestina estaba ocupado desde 1917 por Gran Bretaña, y era dehecho una de sus colonias, y para la Unión Soviética y su PartidoComunista la descolonización en el mundo debía seguir a la guerra.

La decisión de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, porla cual se acordó la creación de un Estado israelí y otro árabe enPalestina, contó con el voto favorable de la Unión Soviética. El Estadode Israel fue proclamado por Ben Gurión el 14 de abril de 1948, alvencerse el plazo para la evacuación de las autoridades y tropas de laGran Bretaña, y, al día siguiente, Egipto, Siria, Jordania y su temibleLegión Árabe, entrenada y comandada por oficiales ingleses, y el GranMufti de Jerusalén, un antiguo protegido de Hítler, al mando de unejército armado hasta los dientes, atacaron en concierto al nacienteEstado israelí. Pero, éste ganó esa desigual guerra.

Unos años después, la actitud de Stalin, del Partido Comunista y dela Unión Soviética, cambió radicalmente. Se parcializaron con losgobiernos de los países árabes y los grupos islámicos fanatizados, losproveyeron de armamento e instructores y con ellos se empeñaron enla destrucción del joven Estado israelí y la expulsión de los judíos delCercano Oriente. Esta actitud era parte de su estrategia contra EstadosUnidos en la Guerra Fría. Por consiguiente, su propaganda contra elEstado de Israel, a través de los partidos comunistas, fluyó caudalosae inacabable. El fanatismo islámico quedó oculto por una escenografíade imágenes casi idílicas, y hasta se le justificó mientras se satanizabaa los israelíes.

Pero el Estado de Israel no fue destruido con las campañas bélicasde los países árabes vecinos: Egipto, Jordania, Siria y el Líbano, con laconformidad de la Unión Soviética, ni sus habitantes fueron arrojadosal mar. Israel, un pequeño país que luchó con la voluntad y el heroísmode sus antepasados los macabeos, ganó las subsiguientes guerras de1956, 1967 y 1973, y, gracias al esfuerzo de sus pobladores, judíosnacidos en su territorio y llegados de todas partes del mundo, seconvirtió en una sociedad cada vez más moderna y poseedora de unode los ingresos per cápita más alto del mundo.

José Stalin murió en 1953, pero su política contra Israel y los judíossigue instalada como una fijación en la conciencia de los militantes delos partidos comunistas y de otros grupos de izquierda. Para ellos,hagan lo que hagan los fanatizados islamistas es bueno y,correlativamente, hagan lo que hagan los israelíes es malo.* Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima.

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Entrevista a Javo Ferreira:

La desaparición del Partido delos Trabajadores de Bolivia

Javo Ferreira discurseando en una concentración en Oruro, de la FederaciónSindical de Trabajadores Mineros de Bolivia. Fuente ilustración: http://pateandoeltablero.com.ar

Pukara.- Tú fuiste protagonis-ta en el intento de organizacióndel Partido de los Trabajadores,PT. ¿Cuáles fueron los ante-cedentes de este intento, cuálessus expectativas?

Javo Ferreira.- La génesis delPT la podemos rastrear a prin-cipios de la década, en el año2000, cuando en varios congre-sos mineros, incluso de la Cen-tral Obrera Boliviana, COB, sevenía aprobando la necesidad decontar con un instrumento polí-tico. ¿Por qué esa decisión? Por-que por un lado estaba la expe-riencia de los cocaleros del Cha-pare y por otro la constataciónobjetiva de que solamente conlas demandas salariales no sepodían modificar las leyes. Esosson los antecedentes.

Sin embargo, donde la idea co-menzó a tomar cuerpo fue du-rante las jornadas del 2003 y,en especial, luego de la caída delgobierno de Carlos Mesa, mayo-junio del 2005. Ahí una cumbreobrero campesina, a los quincedías de haber caído Mesa, deter-minó la implementación del Ins-trumento Político de los Trabaja-dores. Lamentablemente ese in-tento se frustró por la proximi-dad de las elecciones generalesdeterminada por el gobierno deRodríguez Veltzé, por lo quemuchos elementos sindicalesoptaron por integrar las filas delMovimiento al Socialismo, MAS.

Luego de varios años de expe-riencia de gobierno por el MASel año 2013, particularmente lostrabajadores de la mina de Hua-nuni, los de la Universidad Na-cional Siglo XX y los trabajadoresde salud, determinan impulsarla creación de este instrumentopolítico. Se funda el 7 y el 8 demarzo con 1.300 delegadosmineros, fabriles, de salud, dedistintos sectores. Lamentable-mente luego de las huelgas demayo de ese año y de los resul-tados de la misma, el gobiernologra imponer una línea de ame-drentamiento que empuja amuchos dirigentes a negociarpara evitar las represalias. Tenía-mos 22 mineros de Huanuniprocesados penalmente y había

procesos en marcha para tra-bajadores de otros sectores:magisterio, salud, por ejemplo.Había 400 detenidos.

Entonces, en una combinaciónde represión, de cooptación dedirigentes, de prebendas, obse-quios y amedrentamiento a lossectores más radicalizados,como la Universidad Siglo XX, elPT queda tensionado, abando-nado por los mismos dirigentesque debían haber cumplido lasresoluciones del XVº Congresode Tarija. En este momento hayun reducido grupo de dirigentesy simpatizantes, pero lamenta-blemente no pueden participaren la contienda electoral. El PTqueda como una bandera, comoun balance, para el próximocongreso de la COB y el próximocongreso minero donde se ten-drá que evaluar el comporta-miento de los dirigentes.

P.- ¿Aparte de la dirigenciasindical minera, qué otros movi-mientos sociales o personali-dades notables estaban alorigen de esta iniciativa?

J. F..- Estaba el sector de sa-lud, que venía de protagonizarimportantes movilizaciones endefensa de la jornada de 6 ho-ras, tanto salud pública como delsector privado; estaban trabaja-dores fabriles , particularmentede Oruro, Sucre y La Paz, algu-nos de Santa Cruz; algunossectores del magisterio, los queno estaban controlados por nipor el Partido Comunista Bolivia-no, ni por el Partido ObreroRevolucionario y docentes uni-versitarios, particularmente de laUniversidad Siglo XX.

P.- ¿Fue entonces la actividaddel gobierno la que frustró tanimportante iniciativa a través,especialmente, de la división enel sector minero? ¿Es estesector tan importante comopara hacer gravitar lasdecisiones de otros sectores?

J. F..- Aquí tenemos que ana-lizar la tradición y la cultura polí-tica de nuestro pueblo. Previa laRevolución de 1952 y despuésla forma de hacer política de losdistintos sectores trabajadoresfue siempre alrededor de los

sindicatos. Esto lo han teorizadovarios, entre ellos Zavaleta Mer-cado. Los partidos políticos deizquierda para sobrevivir debíanrefugiarse detrás de alguna fe-deración, de algún sindicato.Esta situación tenía un doblecarácter cuando se impulsa el PT.Al surgir de los sindicatos mis-mos daba un impulso tremendoa este partido. Pero ese impulsoera también su debilidad porquesi los sindicatos se retiraban lostrabajadores no iban a podersostener contra sus propiasorganizaciones naturales unproyecto político alternativo.

Entonces, el PT nacía con mu-cha fuerza, pero con un talónde Aquiles muy importante queel gobierno supo aprovechar alreprimir, al perseguir a los diri-gentes y luego controlar las or-ganizaciones sindicales. El go-bierno vio un enemigo importan-te en el PT porque iba a ser una

franja de la izquierda descon-tenta con el MAS; un sector detrabajadores que no ve alter-nativa en los partidos tradicio-nales, pero que tampoco estabasatisfecha con este “proceso decambio”.

La respuesta a la pregunta esque tiene que ver con la culturapolítica de nuestro pueblo. Algu-na vez un amigo decía: “En Boli-via no hay tradición de militanciapolítica, hay militancia social ysindical”. Esa es una gran ver-dad. Cuando surge el PT por lossindicatos y organizaciones so-ciales surgía con fuerza enorme,pero su punto débil era nocontar con dirigentes idóneos,capaces de sostener lo quedeterminaban los congresos.

P.- Con el fracaso de este pro-yecto político no terminan losproblemas de sus promotores.El gobierno, por lo que sabe-mos, ha ejercido represalias

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contra algunos de ellos…J. F..- Lamentablemente hay

que decir que el gobierno delMAS ha iniciado una especie decacerías de brujas. Es decir, to-dos los sectores que estuvierona la vanguardia en impulsar unproyecto político alternativobasado en los sindicatos hoynos encontramos o perseguidospolíticamente o acosados ennuestras fuentes laborales. Tepuedo dar algunos ejemplos: Enla ciudad de Cochabamba, la Se-cretaria de Prensa y Propagandade la Central Obrera Departa-mental ha sido excluida de sucargo, pese al Congreso, porimpulsar el PT. Mi persona seencuentra siete meses sin tra-bajo, pese a haber ganado unamparo constitucional y existiruna serie de resoluciones lega-les, incluso demandando mireincorporación inmediata, loque no se ha producido. La re-solución con la que me despidenes abiertamente política, es decir,los tres dirigentes de Huanuni,los ex dirigentes del sindicato deHuanuni: Ronald Colque, Quispey el compañero “Bicho” han sidobotados con ignominia hace unmes aproximadamente porhaber impulsado el PT. Y lasemana pasada la FederaciónUniversitaria Local de la Univer-sidad Siglo XX, que eran un sec-tor de estudiantes que impulsa-ban el PT, ha sido desconocidapor el rectorado y ahora estánpreparando una nueva Federa-ción masista. Te puedo seguirdando ejemplos: el ex Secreta-rio Ejecutivo de la Federación delMagisterio de Norte Potosí,Enrique Coronado, también seencuentra vetado en ese sector.

Es decir, lo que se está bus-cando es evitar que los compa-ñeros que han respetado lasdecisiones del XVº Congresopuedan exigir un balance en elpróximo Congreso de la COB.Entonces, esos vetos son paraimpedir el acceso a ese congre-so. El gobierno está preparandocongresos absolutamente con-trolados y amañados, sobre labase del acoso político, del acososindical, de la persecución.

P.- ¿Cómo explicarías el hechode que ciertas formas que sonconocidas como democraciacomunitaria indígena, que ha-brían influido las formas deorganización sindical obreras,tengan esas manifestacionesperversas que son utilizadas porel gobierno para reprimir yanular efectivamente todaforma de disenso? Es decir,¿Por qué esas formas de demo-cracia permiten la manipulaciónfácil por el poder y el uso

arbitrario de sus dirigentes?J. F..- Justamente es la carac-

terización de la llamada “demo-cracia comunitaria indígena” queyo discuto con algunos teóricosaymaras, concretamente conFélix Patzi. Si bien la democraciacomunitaria se caracterizaba porla rotación de cargos y la par-ticipación de todo el colectivocomunal en las decisiones deorden público, esa situación conla presencia cada vez mayor deuna economía mercantil, un cadavez mayor desarrollo relativo dela industrialización en el país,empieza a desnaturalizarse. Esdecir, se mantienen las formasrotativas, etc., pero se empiezaa producir una expropiación dela voluntad popular.

Sucede lo que lamentablemen-te voy a explicar con un ejemplo:Yo soy Secretario de Conflictosde La Federación Docente deLlallagua. Los dirigentes estántan asustados por el ame-drentamiento del gobierno quepara evitarse problemas estántratando de separarme delsindicato. Naturalmente, comoyo tengo un respaldo de toda labase de la asamblea, han optadopor no convocar a la asamblea.O sea, no hay ni reuniones deasambleas ni reuniones dedelegados y eso les permite alos dirigentes manejar discre-cionalmente los destinos de lasconfederaciones, de las fede-raciones, de los sindicatos.

Es decir, el mito de la demo-cracia comunal es justamenteeso, un mito. En la medida quehay economía mercantil, que hayeconomía capitalista, hayexpropiación de la voluntadpopular. Y lo que estamos vien-do ahora es una expropiaciónen todos los ámbitos, nosolamente en la democracia delos sindicatos, incluso en lademocracia más general, es deciren el intento de avanzar en elcontrol absoluto de la gestiónpública, de las instituciones, etc.

P.- Este fin de año tenemoslas elecciones generales. Con laausencia del PT y de cualquierotra alternativa de izquierda,tenemos al MAS enfrentado afrentes esencialmente dederecha. En este marco, ¿Cómocaracterizas a los diferentesfrentes que participan y cuálcrees será el resultado de laspróximas elecciones?

J. F..- Estas elecciones debenser elecciones más aburridas quehemos presenciado, porque escomo que el resultado está can-tado. Al desaparecer el PT, al de-saparecer una competencia porla izquierda al partido de go-bierno, la contienda electoral

queda reducida a demandas quequedan en temas de gestión, detransparencia, en la que no exis-ten proyectos nacionales alter-nativos ni para los pueblos indí-genas, ni para la clase obrera,ni para los sectores populares.Es decir, si analizamos cuál es ladivisión política en La Paz, en lasede de gobierno, tenemos queestán los partidarios del PumaKatari y a los del Teleférico.Ambos son sistemas de trans-porte público modernistas, elprimero realizado por la alcaldíacontrolada por el Movimiento SinMiedo y el otro por el gobiernodel MAS. Estamos hablando demega obras, de servicios, perono de proyectos estructuralesprofundos, de qué hacer con losrecursos naturales, qué hacercon la tierra.

El MAS está tratando de arro-parse con un discurso de iz-quierda cuando polemiza, porejemplo, con Doria Medina, peroes sólo ropaje externo. En con-secuencia, ¿cómo veo estas elec-ciones? La veo como el intento,por parte del MAS, de plebiscitarsu gestión económica y política.Y al intentar plebiscitar sugestión y al intentar plebiscitarsu gestión establece un rumbode características semi bonapar-tistas. ¿A qué me refiero con eltérmino semi bonapartista? Aque busca dividir a la gente enlas elecciones a favor o en contradel MAS, y al avanzar en esecamino van a tratar de consolidarel control de todas las insti-tuciones, sindicales, políticas,universitarias, administrativas,etc., etc., en un intento deobtener el control del poder delEstado en forma absoluta.

Yo pensaba antes que el MAS,producto de lo que había suce-dido en el TIPNIS, producto delo que había sucedido en Cara-navi, producto de cómo respon-dió el MAS a las huelgas obrerasde mayo del año pasado, yo aligual que mucha gente pensabaque el MAS tendría el apoyo demenos del 50% de la población.Sin embargo, mediante el con-trol que ha venido estableciendoel gobierno, con su respaldo enlas instituciones represivascomo son las Fuerzas Armadas,creo que se juegan a obtenerrealmente esos dos tercios demayorías de votos y establecerun rumbo cada vez más bona-partista en el país. Cuando digobonapartista me refiero a que elgobierno quiere ubicarse comoel árbitro exclusivo y absolutode los conflictos sociales y admi-nistrador exclusivo de los nego-cios generales de la clase domi-nante.

EL ACOSO A JAVO FERREIRAEl dirigente y fundador del Par-

tido de los Trabajadores, impul-sado por la COB y la FSTMB elaño pasado, Javier OrellanaMetz, conocido en círculos aca-démicos, sindicales y políticoscomo Javo Ferreira, denunciaser víctima de persecución polí-tica por parte de la misma orga-nización obrera y del rector dela Universidad Nacional Siglo XX,Pablo Martínez Bustillo, quien lodespidió intempestivamente,violando el fuero sindical queampara a Javier Orellana Metz.

El pasado 14 de enero, en unampliado de la Federación deMineros y a sugerencia de PedroMontes y de otros militantes delpartido de gobierno, se aprobóuna resolución apuntando eldespido de su cargo de docenteuniversitario a quien impulsó laconstrucción del PT. Pese a re-soluciones administrativas y delministerio de trabajo rechazan-do ese despido por ilegal y vio-latorio de derechos laborales ysindicales (Orellana Metz ocupala cartera de relaciones y con-flictos de la Federación Universi-taria Docente de la UNSXX), elrectorado se ha negado a resta-blecerlo en su puesto de traba-jo. Ante esta situación y pesea los exhortos emitidos por laFUD-UNSXX, la CUD y diversoscentros de estudiantes yrectorados que manifestaron supreocupación por la persecuciónpolítica dentro del sistema uni-versitario, Javier Orellana Metzse vio obligado a recurrir a unAmparo Constitucional como úl-timo recurso legal para la de-fensa de derechos. El mismo diofavorable a la demanda impues-ta, con la resolución número 4del juzgado de partido deLLallagua en fecha 29 de abrildel presente, conminando a laUniversidad Nacional Siglo XXpor intermedio de su rector,Pablo Martínez, a dar cumpli-miento inmediato a su reincor-poración. A casi dos meses detal fallo, no sólo que el rectorse niega a cumplir el mandatode la ley, sino que desde laFSTMB el pasado mes de mayo,se ha emitido una nueva reso-lución de ampliado minero, ame-nazando con más despidos a es-tudiantes y docentes que apo-yen al Sr. Javier Orellana. Anteesta situación y las amenazasa quienes han manifestado surechazo a estas prácticas depersecución política y ante elriesgo de agresiones físicas demilitantes del partido de gobier-no a miembros y dirigentes delPartido de los Trabajadores yde otras organizaciones políticaso sindicales, se llama a la opi-nión pública a estar alertas anteprácticas que retrotrae al paísa épocas donde la libertad depensamiento, de cátedra o deorganización se constituían enserios riesgos personales.

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Crítica:

Lo oscuro en los «laptops» paralos estudiantes bolivianosMateo Quispe Quispe

La dotación de computadoras portátiles, «laptops» a todos los estudiantes de secundaria de Bolivia es,innegablemente, un aporte valioso y necesario para su educación. Sin embargo, la politización que rodea esta medidaal propagandizar sin tapujos la figura del Presidente, hace que se despierten susceptibilidades, desmereciendo sucaracter técnico y pedagógicop y resaltando los aspectos menos gratos de esa iniciativa. Fuente foto: reyquibolivia.blogspot.com

En estas semanas el gobiernode Evo Morales anuncia que en-tregará computadoras persona-les a todos los estudiantes desecundaria del país. Para ello semontó una ensambladora decomputadoras en la ciudad deEl Alto del departamento de LaPaz. Ésta empresa venderá lascomputadoras al gobierno a unprecio que ronda los 400 $ porunidad1. Las computadorasserán de uso exclusivo en lossalones de clase y no sepermitirá que los estudianteslas lleven a sus hogares.

El público irreflexivo aplaudirála iniciativa inmediatamente y depie. Sin embargo, hay quienespiensan y evalúan la decisión delgobierno antes de emitir sucriterio. Por ese motivo es queahora se hace necesaria unalectura crítica del anuncio y delo que implica para la educaciónboliviana.

En primer lugar es necesarioindicar que la iniciativa de entre-gar computadoras a estudianteno es novedosa, lleva años sien-do implementada en varias par-tes del mundo. La iniciativa nacióen Estados Unidos el año 2005en el Media Lab del Instituto Tec-nológico de Massachusetts (MIT),y entre sus principales impulso-res está Nicholas Negroponte,hermano del tristemente célebreJohn Negroponte. Actualmentese trata de un proyecto ejecuta-do por la organización OneLaptop Per Child,2 la misma queviene trabajando en varias par-tes del mundo, como lo atesti-gua su página web.3 Si el lectorapresurado desea loar al gobier-no boliviano por la entrega decomputadoras a los estudiantes,debe reconocer también que esalgo que ocurre desde hace añosen varias partes del mundo, conparticularidades regionalesimportantes, claro.

En segundo lugar, debe com-prenderse que las computa-doras solamente serán ensam-bladas en Bolivia. Bolivia no po-see la tecnología que le permita

diseñar un microprocesador decomputadora, que es lo que ha-cen las grandes compañías. Es-tas compañías dejan luego eltrabajo de ensamblaje a paísescon regulación laboral favorablea la contratación de mano deobra barata. Y en Bolivia, inclusoel trabajo infantil está permitido.No es lo mismo ensamblar unacomputadora, que diseñar yconstruir sus componentes. Al-go similar ocurre con el software.Si bien existen interesantes pro-puestas bolivianas en el desa-rrollo de programas informáti-cos, por lo general son resultadode iniciativas privadas con ningúnapoyo del Estado. Pese a queno se conoce la lista de pro-gramas educativos que vendránincluidos en las computadoras,la sospecha es que ninguno deellos fue desarrollado en Bolivia.De nuevo, como en muchosotros momentos de la historia,Bolivia importa del extranjero lo

que es incapaz de producir. Porestos motivos, el público y enespecial los seguidores políticosdel gobierno debería tener encuenta que tener una ensambla-dora de computadoras de bajocosto, no es un motivo paratener un orgullo original.

En tercer lugar, es necesariopreguntarse qué informacióntendrá el disco duro de las com-putadoras. Cientos, quizá milesde libros dirá el apresurado lec-tor. ¿De autores bolivianos? Lapropaganda del gobierno señalaque las computadoras vendránincorporadas con los dicciona-rios de lenguas indígenas que elministerio de educación ha ela-borado. Ante tal anuncio unopodría esperar que dichas com-putadoras tengan, también, unaenorme colección de literatura yciencia escrita desde y en lenguaindígena. ¿Existe esa colección?No lo sabemos, pero dudamosde ello. De no existir dicha co-

lección, encontraremos en lascomputadoras lo mismo que seencuentra en la página web deeducabolivia: una sorprendenterecopilación de páginas e infor-mación que no ha sido producidaen Bolivia, complementada porartículos breves y otros conte-nidos sobre algunos tópicos bo-livianos tratados con superficia-lidad e inconexos entre sí. Si es-te es el contenido educativo quevendrá con las computadoras,está claro que ante todo seránun instrumento alienante y colo-nizador. En especial consideran-do el uso de Internet, lo que noslleva a nuestro cuarto punto.

El Internet es una enormefuente de información, pero quede por sí no genera conocimien-to. Pero las computadoras y elInternet no son una asépticafuente de información, son tam-bién un símbolo de progreso y

Continúa en la página 14

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Análisis:

La mirada crítica de Mansillasobre el indianismo

Blithz Lozada Pereira

Agradezco la invitación de miprofesor de posgrado y colegade las carreras de Filosofía y deCiencia Política en la UMSA, y có-frade de la Academia Bolivianade la Lengua, don Hugo CelsoFelipe Mansilla Ferret, para co-mentar su libro. Creo que espertinente previamente realzarlo que para mí son las principalestesis filosóficas y políticas quedesarrolla en sus obras el Dr.Mansilla. En el sentido profundode la filosofía clásica, su críticarefiere una normativa ética quepone en evidencia la necesidadde hacer consideraciones mora-les al analizar la ideología quejustifica la acción gubernamentaly la cultura política prevalecienteen la sociedad. Pero, su produc-ción logra siempre objetividadconceptual y rigor. Así, en estacomo en otras obras, hace galade una prosa impecable, un estilode redacción claro, conciso, pre-ciso y notablemente adecuadopara referirse a situaciones y aobjetos de estudio que, siendopolémicos, contienen una evi-dente y abstrusa complejidad.

Como en otros libros de suautoría al tratar Mansilla el india-

nismo y la descolonización recu-rre a autores de importanciamundial, a obras originales pu-blicadas en distintos idiomas —especialmente en alemán—haciendo una lectura crítica dequienes son solo divulgadoresy epígonos sin brillo de ideo-logías y lugares comunes de dis-tinta procedencia. De este mo-do, el análisis del indianismo yla descolonización remite a re-ferencias ilustrativas de autoresy de contenidos clásicos, con-densa valiosas teorías de crea-dores de concepciones de ac-tualidad, y contrasta diseccionesintelectuales con ideologías queel autor critica con detenimiento,como una tarea insoslayable queaparece como una obligaciónmoral autoimpuesta.

La labor crítica que en otrospaíses es cotidiana, extendida,valorada y sobre todo leída, raravez se produce en nuestro me-dio intelectual. Por esta razón,lo que Mansilla realiza desde hacevarias décadas (ostentando,además, valentía cuando se tratade exponer sus ideas sin tapu-jos) es, sin duda, excepcional.Así, el autor salvaguarda nues-tra dignidad intelectual en unmedio donde de forma alar-mante la producción teórica hadecaído ostensiblemente.

Si reparo en las tesis de Man-silla con la seriedad y exhausti-vidad que amerita su obra, mefaltaría espacio para agotar losdos temas del libro; tarea, estoyseguro, realizará con gusto ellector interesado en la proble-mática. Por otra parte, siendomi texto un comentario, querríatambién verter mi opinión sobrealgunas aristas temáticas que,relacionadas con el libro, tienensignificativa importancia ennuestro medio académico.

Como indica el título, Mansillavierte una mirada crítica sobreel indianismo y la descoloniza-ción. Expone sus fundamentosy analiza el contenido de ambosconceptos, presentándolos conuna evidente desvaloración desu potencial como factores decambio a favor del país. Se tra-taría, apenas, de conceptos deuna cultura de vida conservado-ra: contenidos tradicionales,

convencionales y rutinarios que,peligrosamente, constituirían labase para asentar prácticas cau-dillistas, populistas y autorita-rias. Por lo mismo, exigirían quesobre ellas se vierta agrias y me-ditadas críticas; en especial, res-pecto de la instrumentación polí-tica e ideológica que desde me-diados de la década anterior, seproduce intensiva y extensiva-mente en diversos contextosintelectuales de nuestro país.

Un aspecto sobresale de modoinequívoco: el cuestionamientoa la actitud obsecuente de quie-nes defienden ambas ideologíasde forma extrema. Se trata delos impugnadores que condenanla civilización occidental reducién-dola a una secuela de caracterís-ticas de poder, lo que sólo esverdad de modo parcial y ses-gado. Por ejemplo, tildan a la co-

lonización española como pletó-rica de rasgos negativos: pater-nalista, dogmática, santurrona,superficial, expoliadora, memo-rística, autoritaria, retórica y cul-pable de etnocidio. Por otra par-te, estos mismos “críticos” deOccidente, asumen como caídosdel cielo los productos de dichacivilización, particularmente losmodelos y estilos de consumoy ocio. Así, el indianismo comola descolonización constituyendiscursos obsecuentes, alinea-dos a posiciones de prosaicaconveniencia; con alarmantescarencias teóricas y una radicalincomprensión de la historia;evidencian la intención oculta dedesconocer el valor y el potencialde lo que la civilización occidentallogró en el pasado y que con-tinúa realizando en el siglo XXI.

En el texto resuena un cues-

Recientemente fue publicado ellibro Una mirada crítica sobreel Indianismo y ladescolonización, de H. C. F.Mansilla. Dicha publicaciónmotivó expectativa en losmedios interesados en esastemáticas. Presentamos doscomentarios sobre ese libro. Acontinuación una condensacióndel texto de Blithz LozadaPereira, quien tuvo a su cargo elcomentario en la presentaciónpública de ese libro en la XIXFeria Internacional del Libro, LaPaz, 6 de agosto de 2014. Elsegundo comentario (página 9del presente Pukara), otraopinión de Carlos Macusayasobre el contenido del citadolibro.

n.d.e.

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tionamiento moral: si los india-nistas y los sustentadores de ladescolonización fuesen con-secuentes con su crítica extre-ma a la civilización occidental, nodeberían incorporar en su estilode vida cotidiana, nada en abso-luto que proviniese de dicha civi-lización. En nuestro país, porejemplo, no tendrían que hablarespañol ni incluir a sus lenguasvernáculas, hispanismo, anglicis-mo o neologismo alguno quetuviese procedencia foránea,negándose en consecuencia, aacceder a la ciencia y la comu-nicación universal. No tendríanque vestir ropas ni trajes confec-cionados según modas euro-peas o del hemisferio septen-trional, incluidas las polleras,típicas indumentarias de Castillay Extremadura en los siglos XVIy XVII; ni deberían ostentar mo-delos que sean producto de di-señadores contemporáneos dealta o baja costura. Los autén-ticos indianistas y los verdaderosdescolonizadores, no tendríanque comer nada que se supongaprocesado industrialmente, pro-ductos cultivados con tecnologíamoderna, ni plato o reposteríaque sea parte de la culinariaoccidental. El indianismo y ladescolonización extremos ytomados en serio, prohibirían eluso de cualquier símbolo delimperialismo, la civilizaciónindustrial, el colonialismo y laglobalización, de la bicicletaalemana o el automóvil y el aviónestadounidenses, hasta lossatélites y las naves espaciales,las sondas interplanetarias y losrecientes medios de transporte.Siendo los logros tecnológicosy científicos productos de Occi-dente, que lo son, en verdadresulta absurdo exigir a quienesse reclaman indianistas y quesustentan la descolonización,que no aborden un avión o queno usen cualquier vehículo quetenga ruedas. Su condena sim-bólica fundamentalista a lacivilización occidental exigiría,por mínima coherencia, querechacen los productos de dichacultura material; sin embargo,dado que los aceptan, su dis-curso cae en el descrédito desdeel punto de vista de la conse-cuente obligación moral a la quedaría ha lugar.

Así, la condena fundamenta-lista de Occidente no tiene sen-tido, pues resulta absurdo negara cualquier ser humano el dere-cho a acceder a los productostecnológicos y científicos de lacivilización occidental que sonlegado patrimonial de la huma-nidad sin propiedad exclusiva.Por esto, en el libro de Mansillatambién resuena el imperativode demandar a los sustenta-dores del rechazo a Occidente,

que se abstengan de multiplicarlos clichés ideológicos orientadosa desconocer, devaluar o criticaren extremo a tal civilización. Lacrítica del Dr. Felipe Mansilla es ala obsecuencia de quienes sonconsumidores compulsivos y sinlímite de los bienes producidospor la civilización que condenan.

El libro de Mansilla no es, sinembargo, una apología a ultran-za del industrialismo, la civiliza-ción tecnológica ni la sociedadde la ciencia y el conocimiento.Mansilla, formado según lasorientaciones de la Escuela deFrankfurt, critica con igual o ma-yor acidez, las condiciones de losproductos de la civilización occi-dental, en particular, la raciona-lidad instrumental de la inmedia-tez y las condiciones de poderque se satisficieron para alcanzarlos logros. Por esta misma ra-zón, una diferencia epistemoló-gicamente sustancial entre lasociedad moderna y las culturastradicionales radica en que sólola civilización occidental motivala autocrítica. Se trata de unadiferencia sustantiva que explicala diferencia de desarrollo; esdecir, el desenvolvimiento civiliza-torio se ha dado, en gran medi-da, gracias al valor y el papel dela crítica, auspiciándose demanera intencional y consciente,el despliegue de la autocríticamoderna.

En efecto, desde su surgimien-to la civilización actual con con-tenido democrático ha fomenta-do la autocrítica; ha protegido,promovido, valorado y susten-tado que personas como FelipeMansilla, sin reparos, eufemis-mos o intenciones pedestres,sin ansias de procurar poder odinero, critiquen a la sociedad ya sus gobernantes. La crítica yla autocrítica han sido condi-ciones para el desarrollo, parala regulación y auto-correccióncolectiva; la base para imponercambios de marcha en susprocesos, velando por y para símismos, laburando en búsque-da del bien común e integrandolo ajeno con lo propio. Para estalabor, el trabajo de los intelec-tuales es insustituible y funda-mental, pues cuanto más ymejor critiquen, cuanta mayoracidez viertan con sus palabrasdiciendo lo que pocos quierenescuchar, desechando las pro-pias mentiras fundacionales,mejor es su contribución a susociedad: son los valientesvisionarios del largo plazo, losautores intelectuales que des-brozan el futuro posible, instan-do a que la sociedad comience aforjarlo.

Por lo demás, es responsa-bilidad de los pueblos; es decir,de su grado de conciencia, edu-cación, ilustración, cultura, al-

truismo e inteligencia; disponerde los medios sociales donde sefragüe la crítica para la cons-trucción del futuro, sin ídolossagrados, sin caudillos autori-tarios intocables, sin regímenestotalitarios ni familias dinásticasencaramadas indefinidamente enel poder. De los pueblos depen-de los gobiernos que tengan yel futuro que tendrán, pues lahistoria condena sin perdón niredención, a quienes siendo pro-tagonistas de procesos falacesy cínicos, son responsables delas oportunidades irremediable-mente perdidas.

En sentido contrario, tienen unsitial imperecedero y luminoso enlos registros de la historiamundial, personajes comoGandhi y Mandela. Se trata delíderes que vivieron realidades decolonialismo político efectiva-mente patente hasta el extremodel apartheid; ambos fueron lu-chadores íntegros en contra delcolonialismo, capaces de condu-cir a sus pueblos por el caminode la victoria derrotando a losregímenes impuestos por el paíscolonialista por excelencia:Inglaterra. Ambos fueron inte-lectuales formados y educadoscon lo mejor que ofrecía la propiacolonia inglesa en cada contex-to; ambos fueron hábiles paravolcar su educación, su visiónpolítica y su filosofía personal,para liberar y beneficiar a sussociedades. La historia ha con-sagrado a Mahatma Gandhi porsu consecuencia existencial ensus acciones y actitudes contrael colonialismo inglés: hilaba supropia ropa, comía frugalmentelos productos endémicos de supaís, rechazaba todo medio detransporte y comunicación, vivíaen radical austeridad, desvalo-rando con dignidad moral y efi-cacia política el mundo colonial;inclusive rechazó por convic-ciones religiosas, los aspectosplacenteros de la relacionesconyugales íntimas. Por suparte, Nelson Mandela abofeteómoralmente a los ingleseshaciendo que su país y su razafuesen respetados por el mundoentero; tuvo la inteligencia deaplastar de manera ejemplar ydefinitiva la ideología del apar-theid, y gracias a su visión dereconciliación nacional, perdonótambién a sus carceleros pordécadas de reclusión. Su gene-rosidad fruto de su admirableethos personal hizo posible quela sociedad sudafricana enfrentey supere las cicatrices y el dolorsecular ocasionados por la discri-minación y el racismo. Así, el sitialde Mandela en la historia uni-versal no es por el color de supiel, sino por su integridad mo-ral, su inteligencia y genero-sidad; porque de verdad y en

serio, se constituyó en lídercontra el colonialismo: dejó laPresidencia cuando debía hacerloy fue capaz de establecer lasbases y crear las condicionespara que, en contra de las argu-cias discursivas y las manipu-laciones mediáticas, negros yblancos de Sudáfrica aporten enla construcción del futuro expec-table y posible de una sociedadtolerante, progresista e igua-litaria.

A contrahílo de la congruenciaexistencial anti-colonial de Gan-dhi y del discurso de reconci-liación de Mandela, el indianismovernáculo y la descolonizaciónnativa tienen, como otras co-rrientes ideológicas de izquierdaque Mansilla desnuda y critica,una visión dicotómica de anta-gonismos: amigos contra ene-migos, aliados contra oposi-tores, adláteres contra críticos.Se trata de una visión que enrealidad es una coartada discur-siva para ocultar prosaicos inte-reses de sus propugnadores,por el poder y el dinero. La obse-cuencia de los indianistas radica-les y de los “profesionales de ladescolonización”, como Mansillalos llama, es una concepcióninfantil marcada por un mani-queísmo simplón, que presentaa la civilización occidental como“malvada” y “perversa”, en opo-sición a la cultura tradicional deraíz indígena imaginada como“buena”, “sufrida” y victimizadaexclusivamente por la acción delotro. Se trata de una visióncarente de autoestima y sin laenergía para reponerse de lapostración secular.

Una crítica científica a Occidentedebe poner el dedo en la llaga,pero no puede hacerlo con unsesgo ideológico dirigido a lamanipulación. Debe mostrar losmalogros de la civilización, perotambién sus logros; por ejem-plo, debe criticar las armas dealta sofisticación y las tecno-logías de exterminio racial, perotambién valorar la posibilidad deresolver los problemas de lahumanidad en actual crecimientoexponencial, la demanda de ali-mentación, salud, educación einformación que sólo puedenenfrentarse con los recursostecnológicos del presente; sedebe impugnar la vigilanciaintrusiva, pero también valorarlas chances que brindan el inter-net, las computadoras y los ce-lulares globales; se puede obje-tar el consumismo compulsivoy el poder financiero al cual estárelacionado, pero se debe tam-bién apreciar el trabajo indivi-dual, la creatividad que permitensociedades resistentes y exito-sas; se puede criticar los riesgosdel capitalismo salvaje y el peli-gro al medio ambiente que con-

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lleva, pero se debe reconocer laspotencialidades de la sociedadindustrial tecnológica y el des-pliegue moral que conlleva elconocimiento científico. La críticacientífica debe ser ecuánime,racional y moral desde el puntode vista teórico. A contrahílo dela actitud crítica, científica y ética,los apologetas del indianismo yla descolonización, apenas incita-rían a transitar, rutinaria y exce-sivamente, por el camino hedo-nista del folklorismo inacabable,de la celebración ilimitada, con-virtiendo por ejemplo a la edu-cación, en otra ficción y pretextopara descarrilar los impulsos.

Los rumbos que Mansilla insi-núa como crítica razonable a lacivilización occidental, permitenasumir relativamente y con dis-tancia, cierto sentido de la tareade descolonizar la conciencia delos lastres pre-modernos. Losintelectuales deberían bregarpor la discusión abierta, sinmanipulación ni censura; por laconstrucción de la sociedad conefectiva libertad de expresión,asociación, organización y acciónen el marco de la ley; por el res-peto de la institucionalidad, delos derechos humanos y del es-tado de derecho; por la preva-lencia de la razón no instrumen-tal, por la abominación de losimpulsos aguijoneados por dis-cursos que manipulan las accio-nes colectivas en defensa delautoritarismo, la irracionalidad yla violencia; deberían lucharcontra el dogmatismo, laimpostura y la obsecuencia.

En su libro, resuena el impe-rativo moral de que los intelec-tuales como visionarios del futu-ro, dejen de lado sus interesesy superen el estado de confu-sión en el que muchos se en-cuentran. Promuevan el desa-rrollo social, contribuyendo a laconstrucción de institucionessólidas y demandando el res-peto a la institucionalidad y elderecho; exijan que exista unaefectiva separación de poderesdel Estado, vociferen porque seprecautele el ejercicio pro tem-pore del poder, y denuncien aquienes se pongan por encimade la ley. Según la interpelaciónde Mansilla los intelectuales de-berían también exigir que las en-tidades y los actores combatande verdad a la corrupción, y nocomo hacen los políticos de tur-no, con argucias retóricas. Sólocuando sea sincera la convoca-toria a la conciliación y la reden-ción colectiva como lo hizo Nel-son Mandela, la insana promo-ción del resentimiento y el rencorse transformará en un ejercicioauténtico de libertad y pluralis-mo. Entonces la política dejaráde ser lo que siempre ha sido:el medio para realizar desde el

poder, los propios y pedestresintereses, tanto del caudillocomo de los adláteres y de lasfacciones que lo acompañan ypromueven.

El imperativo moral de FelipeMansilla resuena para que losintelectuales no se dobleguenante el poder, desplieguen críti-cas inteligentes sin temor y des-pierten a las colectividades tris-temente amodorradas y desca-minadas debido a la extensiónde la anomia, la proliferación dela inercia y el conformismo, y porla preferencia por la astucia ven-tajista y los desvalores. Mansillavisualiza el contenido conserva-dor del indianismo y del discursode la descolonización, mostrán-dolos como ideologías que sólojustifican el cambio de quienesreemplazan a los que ejercierondeplorablemente el poder.

Respecto del indianismo y ladescolonización, Mansilla aceptaque el germen del discurso eco-lógico advertido en concepcionesindígenas, es un valor que debe-ría servir para orientar las políti-cas públicas de nuestro país.También la solidaridad comunita-ria, si no implicase una intromi-sión en la privacidad de los ciu-dadanos, el fisgoneo y controlde la población; ambos valoresconstituirían aspectos potencial-mente valiosos para que, conestrategias individualistas,motiven el crecimiento personal.

Sobre la democracia compul-siva que obliga al consenso porcansancio, las prácticas machis-tas y discriminatorias que noadmiten divergencia, las accio-nes intolerantes y ser parte delrebaño manipulado por la pro-paganda, debería ser criticadoacremente en el siglo XXI. Debe-ría ser objeto de crítica la prác-tica política deleznable de lacooptación y la persecución aquienes se resisten a los estí-mulos informales.

Respecto del concepto deidentidad criticado por el Dr.Mansilla, queda claro que ni elindigenismo radical ni el discursode la descolonización comocoartada ideológica, desarrollanuna teoría expectable lógica-mente sostenible. Se trata enambos casos, de la paradoja delmentiroso, que en política (evo-quemos solamente el ejemplodel nacionalsocialismo) ofrecepingües beneficios, sin queimporten los efectos deplorablesque produce.

La única forma de evitar talesexcesos es mediante la suposi-ción de que las identidades só-lidas y definitivas, en verdad, noexisten. Todo es híbrido, todoes sincrético, todo es mezcla delegados y procesos culturalesque también son anfibológicos,y que deben ser objeto de crí-

tica. Tanto necesario es criticarvarios contenidos del legado dela conquista y la colonización es-pañola, como es imprescindiblecriticar ciertas prácticas que lahistoria y la etnohistoria handevelado como constitutivas dela cosmovisión y práctica de lospueblos pre-hispánicos. Ténga-se en cuenta, por ejemplo, lossacrificios humanos entre losincas (la capacocha); el genoci-dio y la aculturación como formade dominio político (el mitima-yazgo), y el sometimiento a con-dición de servidores y esclavasa sectores numerosos de la po-blación (el yanaconazgo y lasñustas del Sol). Dejar de creeren los mitos y las mentiras fun-dadoras de identidades inventa-das es la finalidad de la labor crí-tica. Por eso mismo, es impres-cindible focalizar, como lo haceel Dr. Mansilla, la atención delobjeto de reflexión, tanto en lacivilización occidental con suscontradicciones, errores y falen-cias; como en las leyendas y losmitos del supuesto ser de lospueblos indígenas. Sólo así seráposible comprender la necesidadde construir teórica y racional-mente un mundo mejor paranosotros mismos y para lasgeneraciones a las que lega-remos esta tierra.

En suma, siendo que las identi-dades se construyen en la diná-mica de los procesos, que se re-hacen continuamente en un cur-so universal de aculturación ymestizaje; resulta absurdo pro-clamar el mundo pre-modernocomo superior a la civilización oc-cidental, sin prestar valor a losfundamentos filosóficos y socia-les que han dado lugar a quelos logros tecnológicos, científi-cos, médicos, logísticos e insti-tucionales de la modernidad. Elreconocimiento mínimo y la con-gruencia básica de la teoría conla práctica, son el imperativo mo-ral que Mansilla demanda; sien-do también una obligación teneruna pizca de autocrítica por lainstrumentación que recurre alinventario de los agravios his-tóricos y al dolor colectivo paradesplegar discursos arcaístascon propósitos penosamenteprosaicos, produciendo comoefecto dominante, aplastar laautoestima, despreciar el espíri-tu crítico y científico, desvalorarlo individual y tener que sopor-tar una irracionalidad organiza-tiva interminable y una adminis-tración deficiente y obsecuente,que ha convertido en retórico eldiscurso de tolerancia a la plu-ralidad y divergencia. La críticaboliviana, científica y filosófica,debería darse como la despliegaHugo Celso Felipe Mansilla conmaestría, siguiendo estosrumbos.

Por: PepoEL PACHAMAMISMO está cadavez más decaído. Ya no lotoman en serio ni los curas.Hasta hace poco en lasceremonias religiosas de fiestaspatrias (otrora exclusivamentecatólicas), debían participartambién yatiris y ch’amaqanis:ecumenismo, posmodernismo yproceso de cambio lo obligaban.EL PASADO 6 de agosto elarzobispo de Sucre, JesúsJuárez, se enojó contra esasce remon ias in te r r e l i g i o sasinstituídas por el gobierno. «Estasdeben ser organizadas porlíderes religiosos y no políticos»,declaró, lo cual es perfectamenterazonable en un Estado, comoel boliviano, que constitucional-mente se declara laico.Y ES QUE quienes ofician ene sa s ce r emon i a s c omo«sacerdotes nativos», yatiris ydemás, no son religiosos nativos,s ino activ is tas polí t icos oaficionados adictos al cuentode la cosmovisión andina. Loscuritas no quieren sustos, comolos que pasó Evo cuando sedescubrió que el yatiri que loentronizó en Tiwanaku era unvulgar traficante en cocaína.LAS FF. AA. de Bolivia estánen pie de guerra. No contraChile o cualquier «enemigo»externo, sino contra sus propiosmiembros. Eso sí, el enemigodebe tener piel morena y rasgosétnicos indígenas.CONSECUENCIA DE la recientemovilización de sargentos yclases, el Alto Mando se devanalos sesos en cómo desen-mascarar futuros enemigosinternos. Ya probó con éxitol a s e scu cha s t e l e f ó n i c a s(ilegales, pero nuestras FF. AA.están por encima de esasminucias) mediante la cualaver iguaron hasta cuantascervezas tomaba por día unode los cabecillas de la pasadarebelión.AHORA UN INFORME de inteli-gencia de las FF. AA. sugieretomar un examen de “lealtad”a militares de baja graduación,sector que protagonizó en abrilprotestas exigiendo la descolo-nización de la institución. Nadainteligente la sugerencia delinteligencia. ¿Para qué exáme-nes de lealtad? Los indios sontan felones que fácilmentepueden mentir. Los examenesde sangre y los certificados depureza racial son más confiables.PARA EL GOBIERNO t od ainsinuación de que el ejecutivono manda en nada a las FF.AA. es pura alevosía. Paramostrar quién manda a quiénEvo ordenó cambiar el saludoque la tropa da al Presidente.Los soldaditos ya no tienenque gritar «Buenos días señorPresidente», sino «Buenos díashermano Presidente». ¿Quiendijo que no había descolonizaciónen las FF. AA.?

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Reinaga y Mansilla:

Presunciones y vacíos en unintento de crítica al indianismoCarlos Macusaya*

A finales del mes de julio deeste año (2014), Hugo Celso Fe-lipe (H. C. F.) Mansilla presentóun libro titulado Una Mirada Crí-tica al Indianismo y a la Desco-lonización, en el cual se encuen-tra un acápite referido al indianis-mo de Fausto Reinaga. Entre loselementos deleznables de eselibro (que cuenta también conaportes notables), me detendrésolamente en lo que se refiere aFausto Reinaga. Previamente, es“curioso” que personajes comoDavid Choquehuanca, RafaelBautista, Fernando Huanacuni oRaúl Prada, entre otros célebrespachamamistas, omitan en susescritos cualquier referencia alindianismo o a Fausto Reinagacuando tratan sobre los “pue-blos indígenas” o la “descolo-nización” y que sí lo hagaMansilla, alguien de “derecha”.Mansilla demuestra así mayorconocimiento y dominio del tema,(y también mayor honestidadintelectual) que los pachama-mistas. Sin embargo, esedominio y honestidad parecenrelativos, pues, a nuestroparecer, la crítica de Mansilla dejamucho que desear.

La preocupación que guía eltrabajo de Mansilla es ladescalificación del adversario,hasta llegar a la caricatura.Siendo el indianismo unacorriente rica en pensamientosy expositores, deja de ladoaquello y aquellos que en elindianismo pueden obstaculizarsu objetivo y se dedica, casiexclusivamente, a resaltar losaspectos que le conviene enfunción de su objetivo final. Portal razón alude a la forma que elpasado es idealizado o alantioccidentalismo indianista,cuando, salvo “tímidamente”, noevoca la realidad que el india-nismo trata de explicar y trans-formar. ¿Mansilla no es, pues,tan ético, como afirman susadmiradores? En todo caso suconocimiento no es nada plenoy cabal en el tema que trata.

Por ejemplo, no logra dife-renciar adecuadamente lasetapas del pensamiento deReinaga. Considera que lostrabajos anteriores a la etapaindianista de Reinaga “no son degran interés para comprender lafilosofía indianista”1 y que laetapa amaútica se “...trata, enrealidad, de la acentuación dealgunos de los rasgos centralesdel periodo indianista”2. Mansillaincurre en dos errores funda-mentales: confundir la etapaindianista con la amaútica, consi-derando a esta última como unasimple variante de la anterior ydesechar los trabajos anterioresal indianismo. De esta maneraartificial y alevosamente aísla enla producción del autor indianistaaquello que le sirve solamentepara intentar demolerlo.

En realidad, el pre-indianismode Reinaga es el que prefigurasu indianismo, lo que puedeevidenciarse en la siguientefrase, extraída de un trabajo deReinaga de 1956, antes de serindianista:

“En los desfiles se pone demanifiesto la escandalosaselección racial. Los jefesmilitares que presiden losdesfiles son gente de pigmentoblanco, y la tropa es una tropaindia… Las gentes menosavisadas, pero ajenas al paísse percatan al instante de estadominación no solo de unaclase, sino de una raza porotra… Sin exagerar, el ejércitode Bolivia parece un ejércitocolonial de Indochina o dealgún punto del Sahara, dondemandaban o gobiernan aún las‘fieras rubias’ de Francia,España o Inglaterra. Esto esque la leva es negra, morenao india y los jefes oficialesgente de metrópoli, rubia”. 3

La cita es por demás clarifi-cadora. Reinaga ya veía elproblema del “indio” antes de serindianista, pero no tenía claro laimportancia de este tema, comotampoco expresaba aún lanecesidad de una organizaciónde carácter político y propia delsujeto racializado, lo que es algomuy característico de su etapaindianista y de la que Mansilla

no dice nada. El periodo “pre-indianista” de Reinaga esimportante, pues en ese periodose puede rastrear rasgos de supensamiento indianista pero queaún no están clarificados entérminos políticos, lo que en elindianismo tiene que ver conlos fiascos de la “revoluciónnacional”.

Respecto al pensamientoamaútico, éste surge en untiempo en el que Reinaga no sóloera rechazado por los “q’aras”sino también por las organiza-ciones indianistas. Lejos de laintencionalidad de sola crítica antioccidental que Mansilla presta alindianismo, en esta corriente elproblema fundamental es que

el “indio” logre forjar un estadonación y ponga fin a layuxtaposición social entre las“dos Bolivias”. Es pues unplanteamiento político que paraReinaga, en su etapa amútica yano es central, en cuando ya nointerpela al sujeto racializado,sino que se deriva a otros acto-res, por ejemplo la instituciónmilitar. En consecuencia, supensamiento debe alterarse. Enel “pensamiento amaútico”, elindio deviene una entidadabstracta y ya no histórico-social. Y como entidad abstracta,pueda “encarnarse en cualquierraza”. Esta encarnación ya notiene la obligatoriedad de resol-ver el problema colonial, sino el

* Es miembro del grupo MINKA. Correoelectrónico: [email protected]

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de “salvar a la humanidad”. Meanimo a decir que la etapaamaútica no es una variante delindianismo, sino que se trata deun escape de Reinaga de larealidad socio-política del “indio”—en circunstancias en las queél era rechazado no sólo por los“q’aras” sino también por los“indios”— y de un refugio enideas de muy buena intención,pero sin contenido sustancial.

Al no diferenciar claramente elindianismo del pensamientoamaútico, Mansilla lanza unaafirmación falsa, pues dice: “Ensu etapa indianista Reinaga llegaa la conclusión central de quetodo el pensamiento occidentaldesde Sócrates a Marx repre-senta una sola lógica de domi-nación basada en la mentira y elcrimen”4. Reinaga en su etapaindianista critica a los marxistasbolivianos y a su “ideologíamarxista-leninista mestiza”5 —nótese el sentido racializado—y no tanto a Marx o a suideología en sí. Incluso da valora esa ideología cuando afirmaque un “... marxista en Bolivia,v.gr. tiene que ser por lo menosautóctono, nacional; y no unacopia o ‘robot’ ruso, chino ocubano”6. Es en su etapaamaútica que Reinaga seestrella, sin argumentaciónteórica, contra el pensamientode Marx.

Por otra parte, Mansilla piensaque las concepciones indianistas“no son posiciones democráticasni pluralistas”7. No debemosolvidar que en los años en queemerge el indianismo los “indios”fueron incluidos” como “cam-pesinos” y podían elegir, pero noestaban entre los elegidos ¿esoera algo democrático? Elindianismo surge en forma departido, entre otras cosas, porel carácter no democrático de lapolítica en Bolivia. Fue muy lucidala idea de organizar un partidoindio en un espacio socialracializado y fueron las orga-nizaciones indianistas —comotambién las kataristas— quieneslograran sentar bases parademocratizar la “democracia”. Lacrítica indianista no es antide-mocrático por sí misma, sinoque está condicionada por elfuncionamiento racista de la“democracia”, algo que nomenciona el señor Mansilla.

No se puede dejar de lado laforma en que el orden social sereproduce en sentido raciali-zado, aspecto que es central enla lectura indianista, pero que notiene lugar en la crítica de Man-silla, quien incluso plantea queReinaga expresa “sus sufrimien-tos personales y los de supueblo”8. Esto parece ubicar el

problema en un ámbito sicoló-gico individual: la cosa es pro-blema de Reinaga; pero tambiénen una especia de problema sico-lógico colectivo de los “indios”:problema de “su pueblo”, elpueblo de Reinaga. Lo que acáse produce es un despla-zamiento que opera en funciónde hacer ver un problema sólocomo propio de los aludidos,Reinaga y su pueblo; pero delque es ajeno quien alude almismo, en este caso, Mansilla.Como si el indianismo noexpresara una relación socialracializada, en la que los no“indios” también tienen muchoque ver.

Sin embargo, como tratandode no obviar el papel de los“otros” con respecto al “indio”,Mansilla dice que los “indígenas”“han sido víctimas del odio y laviolencia de los mestizos yblancos, pero asimismo han sidohumillados —o se sienten así—en los último siglos por serperdedores de un desarrollohistórico que se basa ahora enla ciencia y la tecnología occi-dentales”9. El asunto es, paraeste autor, cuestión de perde-dores que se sienten humilla-dos, asunto de resentidos en elque nada tienen que ver lascondiciones sociales, históricas,económicas y políticas.

La forma en que Mansilla nopercibe la importancia de losfactores que originan al india-nismo puede comprenderse sinos remitimos a otro de sustrabajos, donde se refiere a loque valoran los no indígenas ylos “indígenas”. En el caso de losprimeros: “Valoración de lapersona: de acuerdo a sudesempeño individual y susingresos, aunque el origensocial-geográfico y la provenien-cia por estrato sigue jugando uncierto rol importante”10 y en elcaso de los segundos: “Valo-ración de la persona: de acuerdoa su proveniencia étnica y geo-gráfica”11. Mansilla expresa en unlenguaje “diplomático”, algo quemuchos otros de su casta dicensin su elegancia y sus ambages:“los racistas son los indígenas,nosotros sólo un poquito...”.

La valoración racista (porprocedencia étnica) es —segúnél— un rasgo “indígena”, “pre-moderno”. En el caso de los“blancos” no sucede así, sinosimplemente, por decirlo de unmodo sugestivo, se trata de:“solamente la puntita”, perosabemos que eso de solamentela puntita no es verdad, siemprese va más allá. Esto es llamativo,porque Masilla no logra articularuna explicación en la que los“indígenas” y los “otros” sean

considerados en sus relacionesdinámicas.

El indianismo de Reinaga sería“un pensamiento que estábasado en sus experienciaspersonales de discriminación yde sufrimiento y en sus refle-xiones en torno a terriblesavatares de los indígenas detierras altas”12. Empero, la formaen la que Mansilla entiende lasvaloraciones entre los “no indí-genas” también está basada ensus experiencias personales, porlo que no puede ir más allá delas limitaciones de sus vivencias.Es por tal razón que cree quesu casta valora según el de-sempeño individual y losingresos, pero cuando los “noindígenas” y sus otros se rela-cionan, el desempeño individualy los ingresos pasan a segundoplano. Si fuera cierto lo que diceMansilla deberían ser normaleslos matrimonios entre indígenasy no indígenas. Pero esto no esasí, pues los “q’aras” valoran al“indo” independientemente desaber sobre su desempeñoindividual o sobre sus ingresos,porque eso es algo que suponeno creen ya saber.13

Consideremos que la valo-ración es muy importante en laelección de parejas y ello tieneque ver con la formación de lascastas. La importancia del temade la reproducción del ordensocial en forma de castas esexpresado por Reinaga deforma muy sencilla, pero a la vezclara y contundente: “¿Cuándoy dónde un Ballivián se hacasado con una Juana Apaza; oun Mamani con una PazEstensoro?”14. Reinaga hacenotar algo que, en realidad, esuna observación básica. Formulauna pregunta muy importanterespecto a la dinámica de lasrelaciones sociales racializadas ylas alianzas matrimoniales eneste país, pero este tema notiene cabida en la forma en queMansilla entiende el asunto.

No puedo entrar en mayoresdetalles por razones de espacio,pero debo decir que en estostiempos es muy importantereflexionar críticamente sobre elindianismo en general, y enparticular sobre la obra deReinaga15. En ese entendido eltrabajo de Mansilla es desta-cable, sin embargo, se nota queno conoce del tema, lo que restavalor a su trabajo. Además, suinclinación por la descalificación,hace que su ensayo carezca deun balance serio sobre el asunto.En general, en su crítica, Mansillano logra percibir —o no quierehacerlo— que el indianismo deReinaga apunta al carácterracializado del orden social en

Bolivia. Además, no puedediferenciar adecuadamente elindianismo de las otras etapasdel pensamiento de Reinaga, loque lo lleva a dejar variosaspectos importantes, perotambién a confundir otros. Nopercibe la importancia de lasideas indianistas en la demo-cratización de la democracia enBolivia y deja de lado el contextoen el que el indianismo emerge.

La frase con que Mansillatermina su análisis del indianismoes muy llamativa: “para com-prender adecuadamente cual-quier realidad sociopolítica nonecesitamos simplificaciones y síun análisis crítico exhaustivo dela realidad”.16 Pero Mansilla nohace “un análisis críticoexhaustivo” sobre el asunto; esmás, su trabajo es una sim-plificación que no contribuye a“comprender adecuadamente” eltema de análisis y menos aún,la “realidad sociopolítica” en laque el indianismo emerge y seposiciona. En síntesis, su análisises simplificador y carece deexhaustividad.1 H. C. F. Mansilla, Una mirada críticaal indianismo y a la descolonización,Rincón Ediciones, La Paz-Bolivia, 2014,p. 116.2 Ibid., p. 129.3 Fausto Reinaga, Franz Tamayo y laRevolución de la Fuerzas Armadas ,Editorial Casegural, La Paz-Bolivia,1956, p. 106-107.4 Mansilla, op. cit., p. 118.5 Fausto Reinaga, Tesis India ,Impresiones Wa-Gui, La Paz-Bolivia,2006, p. 67. Resaltado en el original.6 Fausto Reinaga, La Revolución India,Impresiones Wa-Gui, La Paz-Bolivia,2007, p. 115. “el marxismo crea, nocopia; es método, no dogma deslogan…”. Ibid.7 Mansilla, op. cit., p. 108.8 Ibid., p. 112.9 Ibid., p. 114.10 H. C. F. Mansi l la, El carácterconservador de la nación boliviana,Editorial El País, 2da edición, SantaCruz-Bolivia, 2010, p. 95.11 Ibid., p. 100.12 H. C. F. Mansilla, Una mirada críticaal indianismo y a la descolonización, p.117.13 Muchas personas de piel clara,esperan ser tratados como “caballeros”por los “indígenas”, sin importar sucondición económica o formaciónintelectual. Esperan ser valorados porun imaginado “l inaje”, algo muymedieval. Contrariamente, un aymaraque tiene “plata” espera ser valoradopor su dinero, y cuando esto no sucede,suele decir en tono molesto: “tengoplata carajo”. El ser valorado por eldinero es un rasgo moderno. En muchosaspectos los “indígenas” son másmodernos que los “q’aras”, y hasta sonquienes están modernizando Bolivia.14 Fausto Reinaga, La Revolución India,p. 53. “En esta Bolivia mestiza seinstaura un culto a la piel blanca”. Ibid.,p. 180.15 Con las disculpas del caso, remito alos interesados a ver mi ensayo Desdeel sujeto Racializado. Consideracionessobre el pensamiento indianista deFausto Reinaga, disponible en versióndigital en www.minka.tk16 H. C. F. Mansilla, Una mirada crítica alindianismo ya la descolonización, p. 115.

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La Paz, septiembre 2014 Página12

¿Universidad Harry Potter?

Apuntes sobre la universidadposmoderna y socialistaWalter Reynaga

Estuve en el Seminario Inter-nacional LOS DESAFÍOS DE LAUNIVERSIDAD PÚBLICA EN AMÉ-RICA LATINA, organizado por elCides-UMSA (La Paz, del 31 dejulio al 1 de agosto de 2014), yescuché cosas para el asombro.

Yo conocí la UMSA, y el CIDESpor los años 90, y no hay puntode comparación con lo que ahoramuestra. Por esos tiempos, apesar del signo dominante delmarxismo, el CIDES y la Uni-versidad, se ocupaban de lascosas propias de las universi-dades: la enseñanza-apren-dizaje de la ciencia y el saberracional, formando recursoshumanos calificados, y de lainvestigación científica, aunqueesto en niveles exiguos. El CIDESactual, si nos atenemos a lovivido en este Seminario, estáen otra cosa. Al parecer bajo elinflujo ideológico de una suertede mezcla mágica de neo-marxismo y posmodernismo,combinado con tratos, acuerdosy compromisos que lo hacenparte del movimiento de mani-pulación ideológica, componenteestratégico del “socialismo delsiglo XXI”, aquí llamado “so-cialismo comunitario” o “sumaqamaña”. 

Vi lo que fue una actitudmilitante contra la ciencia, latecnología, la razón y el desa-rrollo… Tanto, que la cienciaparece haberse convertido enmala palabra. Acusada, sinasomo de argumento, de que“construye verdades absolutas,irrefutables e insoslayables”(Roncal, boliviana), propias “delparadigma neoliberal o neo-conservador” (Perrotta, argen-tina CLACSO), “conocimiento quemilita y reposa en átomos” —Roncal, la que además habla de“resonancias cuánticas entre laspersonas cuando se compren-den”, “sociedades dominadaspor la razón” y no por el sen-timiento—. Cosas dichas porcatedráticos de posgrado queparecen haber perdido sus dic-cionarios básicos y contacto conla realidad de la ciencia y la tec-

nología, las cuales no son otracosa que frutos efectivos de labúsqueda del saber, inherentea la naturaleza humana.

¡Incomprensible! ¿Cómo fueque perdieron de vista, porquede seguro que no lo ignoran,que la ciencia surge precisa-mente de la duda? Que la cien-cia, por naturaleza, no aceptanada como verdad absoluta ymenos irrefutable… Que, pre-cisamente, surge de la descon-fianza ante las verdades abso-lutas de la religión y del mito.Cómo es que no toman en cuen-ta que la ciencia sólo construyeverdades provisionales, concargo a contrastación con larealidad, abiertas a su falsacióny superación. Cómo es quesabiendo todo esto, le atribuyenuna imagen falsa: “saberabsoluto….” ¡Por qué! ¡Para qué!

Un cientista social mejicanodecía que la universidad deberíaocuparse de “Un saber alter-nativo a los centros capitalistas”,“el otro saber” (Gandarilla). Estecientista, que al parecer fuepuesto para iniciar el evento ymarcar la pauta, enfiló susafanes directamente contra la

ciencia y la tecnología, quesegún el mismo sirven al poder.Alegaba el derecho a la existenciade otros saberes, que no todose debe reducir a lo científico…E identificaba el poder, al que nila ciencia ni la universidad debe-rían servir, con el capitalismo ycon la empresa privada. Pero,muy cuidadosamente, perdía devista que el poder tiene sumayor expresión en los estadosy sus gobernantes. Que tienesu máxima realización en losregímenes socialistas, junto a losdespotismos y satrapías rema-nentes de épocas pasadas,paradigmas de la arbitrariedady abuso del poder. Y, ocurren-temente, pretendía encontrar enel racionalista Kant, el que seocupó de dar fundamentoepistemológico a la ciencia,argumentos para sostener susafanes posmodernistas anti-científicos e irracionalistas.

Un tal de apellido Villavicencio(ecuatoriano) postulaba fervien-temente que la ciencia deberíainvestigar y generar saber ytecnología, pero no para cual-quiera: “La universidad debeproducir bienes públicos, no

privados (decía), estos nomerecen ser financiados por elestado”. Postulado que sosteníasin tomar en cuenta que entrelos ingresos del estado, con losque financia las universidadespúblicas, cuentan de modocentral los impuestos y regalíasque pagan, precisamente, losprivados. Que los efectos deincremento de la producción,fruto de la aplicación de losproductos de la investigaciónpor éstos, pueden derivar enmayores ingresos para el estadoy las universidades…

Otro expositor (boliviano-mexicano), Noriega, en la mismalínea, decía que “Los programasde investigación deben orien-tarse no a satisfacer a lasempresas, sino, a las personas”.¡Como si las empresas estuvie-ran hechas por razones de otromundo o del más allá! Su actitudanticapitalista no le permitía en-tender que las empresas capi-talistas producen a escalasindustriales, para las masas; queeso las define y distingue de losproductores de los tiemposfeudales y esclavistas, cuandose producía cosas exclusivas

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principalmente para los grandespotentados dueños del poder yla riqueza. O, ¿será que paraeste cientista las masas socialesno están constituidas por per-sonas? Pero, es más, este señorque mostro evidentes cualidadesde caudillo, por su tono y con-tundencia en la expresión, cerrósu exposición con un exhor-tación épica: “Seamos pode-rosos, yo lo he calculado, consólo sumar las fuerzas armadasde Irán, Irak y América Latinaya seríamos una verdaderaamenaza.” Si esta no es unaproclama fascista, ¡qué es!

Un tal Hawes (chileno) afir-maba muy seriamente que“Nuestros intereses (los de loslatinoamericanos) no son cla-ramente los de los europeos” yproclamaba que “Por la codiciahay competitividad”, queriendodar a entender que la codicia esmala de nacimiento lo mismo quela competencia. Dando evidenciade no haber leído a Adam Smitho de no haberlo entendido.

Todos, salvo excepción, ex-presaron militantemente que sedebería investigar para beneficiodel estado, no de la empresa pri-vada (Zapata). Que se deberíadar lugar a la “solidaridad” y noa la “competencia”. Sin repararque ni la solidaridad ni la com-petencia son buenas por símismas. Que también implicasolidaridad el acuerdo de cártelentre empresarios ávidos dehacer fácil riqueza manipulandoprecios, lo mismo que los tratoscriminales entre mafiosos ycriminales. Que Hitler fue muysolidario con Mussolini y Franco,con quien masacró a losrepublicanos españoles. Pero,para las personas, que expu-sieron sus ideas en este semi-nario, la palabra “solidaridad”parece encarnar lo bueno delmundo, mientras que la“competencia” encarna lo malo.La joven Perrotta, de la CLACSO,recomendaba a los posgrados“Prácticas solidarias” y rechazarel “mercado competitivo deposgrados”. Tan mal le cae, alparecer, la palabra competencia,que exhortaba a los estudiantesa no competir.

El boliviano Luís Claros afir-maba: “Dicen que la universidadtiene 2500 trabajadores admi-nistrativos y 2000 docentes, 56Carreras y 70 mil estudiantes”,intentando al parecer respondera los reproches que se dan a launiversidad por su escasoservicio al país, a pesar de losrecursos que recibe. Con lo quesin querer daba evidencia de lairracional sobrecarga burocráticade la UMSA. Burocracia conver-

tida ya en razón por sí mismaantes que en recurso adicionalde la actividad universitaria. Contodo, seguramente para noromper la disciplina y losobjetivos del seminario, con-venía también en que la inves-tigación en la universidad “nodebería atender la demanda demercado, sino de las institu-ciones y grupos”.

En suma un festival pos-modernista extremo, centradoen valorizar saberes alternativos,otra cosa que la ciencia y latecnología (ciencias o filosofíasalternativas, saberes más allá dela razón “occidental”...). Saberesde los que no dieron pistaalguna. Menos aún carac-terizaciones conceptuales.Tampoco lo hicieron de la cienciaque repudian. En cambio, dieronevidencia fehaciente de que setrataría de saberes (los «otrossaberes») alineados contra elcapitalismo, su ciencia y tecno-logía, el mercado, la compe-tencia, Europa, “el norte”… —postulados muy útiles alproyecto totalitario del socia-lismo del siglo XXI—.

Por fuera del Seminario,algunos comentaban que esteevento se daba en el marco deacuerdos entre el Gobierno delMAS y la UMSA (conducida porsu rector, ex Defensor delPueblo). Y no faltó entre losexpositores, gente entusiasma-da que daba cuenta de queestaría empezando la UMSA unperiodo de actividades similaresen el marco de acuerdos concierto posgrado de la UNAM yotros posgrados del sur.Superando, decían, etapasviejas en las que nuestras uni-versidades estaban ligadas aconvenios con universidades delnorte o los países desarrollados.Lo que presentaban como unaruptura anticolonial. Cuandoalguien del público comentó quelas universidades de AméricaLatina estaban en la cola de lasuniversidades del mundo, laseñora de la CLACSO dijo termi-nantemente, algo como: A míqué me importan los ranking quehacen, “habría que ver ademásquiénes lo hacen”.

¿No es la universidad, pordefinición, una organizaciónligada a la ciencia, su inves-tigación y enseñanza? ¡Puedecompaginar el afán militanteanticientífico e irracional con labúsqueda del saber racional ycientífico!!!! ¿Eso es lo quellaman «multiverso»? (Tapia). Locierto es que algo muy retorcidoparece estar ocurriendo, o estápor ocurrir, en el CIDES. Espe-remos que puedan rectificarlo.

El grupo MINKA y el Centro de Estudiantes de laCarrera de Sociología de la UPEA tienen el agrado deinvitarles a la presentación del libro: Desde el sujetoracializado. Consideraciones sobre el pensamientoindianista de Fausto Reinaga de Carlos Macusaya.

Comentaristas: Pedro Portugal, David Ali.

El acto tendrá lugar el 11 de septiembre 2014 en la SalaAudiovisual de la Carrera de Sociologia-UPEA, El Alto, apartir de las 19:00

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Elecciones nacionales:

Un pacto de reciprocidadelectoralChristian J. Kanahuaty

¿Las relaciones políticas entre criollos e indígenas seguirán bajo la impregna colonial de la manipulación, como unaforma de reciprocidad que en cualquier forma es perjudicial y negativa para los indígenas? Fuentes ilustración: www.anarkismo.net, pabloarivero.blogspot.com

Quizá lo que nos presenta elnuevo contexto electoral nospuede dar pistas sobre lo queha cambiado y lo que aún per-manece en la sociedad boliviana,o mejor, en lo que queda comoresiduo social e ideológico en lasmúltiples formaciones socialesque componen el estado bolivia-no de un tiempo a esta parte.Pensar el país a partir de losresultados electorales tiene uncomponente limitado debido aque analiza datos en frío yresultados que están estruc-turados para dar la victoria a undeterminado partido, pero no selos trabaja con otro ánimo queno sea los porcentajes y el caudalde votación por departamentos,municipios o regiones; pensar enel dato electoral como un me-canismo de estratificación socialy de gestación de políticas pú-blicas es lo que podría acercar-nos a entender la dinámica polí-tica y social de un Estado quese reclama como plurinacional yque construye políticas públicasbajo ese membrete.

Ahora bien, dejando de ladoesta dimensión, intentamospensar lo electoral como unarelación de clientelismo político,bajo el estigma de la raza y bajola estratificación de la clase social.No sólo como prebendalismo, nidentro de las relaciones mercan-tiles establecidas por el sistemapolítico y los electores. Ese de-bate desde las ciencias socialesha sido sumamente abordadotanto cualitativamente comocuantitativamente, según cen-sos, listas, y postulaciones don-de se mueve un alto capital sim-bólico y social. Donde aquellos

que han obtenido un alto nivelde aceptación dentro de la listade candidatos son los que tie-nen ese repertorio de capitalsimbólico y social agilizado endistintas temporalidades y espa-cios geográficos.

Eso por un lado, por otro, te-nemos una figura que se repro-duce en el tiempo, generando elEstado interlocutores válidosentre la sociedad, y luego, ais-lando la población, dotándola deun sentido de pertenencia segúnsu lugar en la adjudicación debeneficios estatales en tiempospost electorales.

Presentamos el siguiente grá-fico para ilustrar el argumentode este artículo:

El espacio 1 se instaura en lacolonia con el pacto de recipro-cidad entre la república de es-pañoles y la república de indios.Un pacto que protege las tierrascomunidades de origen en tantoy en cuanto lo indígenas ofrez-can un tributo a la colonia yreconozcan su poder y la es-tructura de dominación instau-rada. La resistencia se paga conla eliminación de los escasosderechos y con la reversión delterritorio.

El espacio 2 fue articulado apartir de la revolución nacionalde 1952 y más que todo a partirdel 2 de agosto de 1953 –lareforma agraria- donde losindios convertidos en campe-sinos, dieron su apoyo al MNRpara conseguir la ampliación dederechos sociales y económicosligados a la tenencia y uso de latierra. Pero a la par eso cons-truyó una élite dirigencial queusufructuó la representaciónpolítica para obtener réditospolíticos de la estructura de

poder del nacionalismo revolu-cionario. Lo que implicó que elsegmento campesino se frag-mentó en dos parcialidades. Unaelectoral y la otra representante.Lo que implicó que incluso losrepresentantes políticos de loscampesinos generaran un pactode reciprocidad con las autori-dades mestizas para ser tantoreconocidas legítimamente comopara tener ciertos y -en muchoscasos, sólo simbólicos- espaciosen los procesos de toma dedecisión gubernamental.

El espacio 3 estuvo marcadopor la larga noche neoliberal ylas reformas constitucionales demediados de la década de losnoventa. Donde la inclusión indí-gena generó planes de desarro-llo, y capacitación a los indígenasy campesinos de distintas par-tes de Bolivia, pero abrió y cana-lizó la participación y repre-sentación política de indígenasdesde los poderes locales cons-tituyendo sus propios instru-mentos políticos que a la larga

Lo electoral comouna relación declientelismo político,bajo el estigma dela raza y bajo laestratificación de laclase social.

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coadyuvaron en la construccióndel Instrumento Por la Soberaníade los Pueblos; y además de ello,dio la posibilidad a que la éliteindígena tuviera a su cargo res-ponsabilidades administrativasde importancia en el Estado. Yque matizará las políticas neoli-berales con una patina de inclu-sión y reconocimiento de la dife-rencia mediante políticas de in-clusión de corte multicultural.Los indígenas no entraron delleno en el Estado, sino que elEstado se sirvió de ellos paradar signos de modernización. Loque implicaba que el Estadoadhería a sus políticas la firmaindígena, demostrando susbuenas intenciones y su alta legi-timidad en los procesos de ela-boración de políticas públicas.Pero lo que hubo detrás de esosprocesos, fue un proceso de ad-ministración de poblaciones quedelimitó la acción social campe-sina e indígena y la enfrascó enlos programas de apoyo y capa-citación que como se sabe sólosirvió para que existiera una altacantidad de personas y lideresreceptores de esta ayuda y quese alejaron cada vez más de lasbases sociales y campesinas delpaís, sin hablar, de los planes ydemandas elaborados desdefinales de la década del setenta,como los programas que luegose conocerían como “propuestade Ley de la década productiva”.

En el 4to espacio, se da en elgobierno de Morales. El controlde poblaciones se realiza pormedio de los mismos indígenasque al ser los canales por loscuales actúa el poder, hacen usode los instrumentos de clasifica-ción y estratificación social yracial de Bolivia, los censos y losreferéndums son sólo una facetade este accionar. Es más, el pac-to de reciprocidad se legitimaporque los indígenas y campe-sinos aceptan la representaciónpolítica y la participación flagran-te de una élite, cada vez más,blanco mestiza en las listas, endetrimento de sus pretensionesemancipadoras, porque losacuerdos que establecen con elEstado y sus niveles de decisiónterritorial (local, municipal, regio-nal, etc.); lo que quiere decir queel Estado habla en nombre delos sujetos “subalternos”: losindígenas y campesinos y armaun piso electoral donde el reco-nocimiento a uno de ellos quedamarcado porque luego, las polí-ticas públicas si bien aparente-mente son pensadas para elconjunto de la población, deter-minan los verdaderos beneficia-rios del Estado, lo que implicareproducir no sólo el colonialis-mo interno esta vez, encarnado

en indígenas que someten a indí-genas bajo arreglos pragmáticosde continuidad en el poder, sino,que las políticas generan uncontrol sobre los cuerpos, unabiopolítica capaz de estratificarde nuevo al Estado y reproducirlógicas precoloniales en escena-rios de discursividad descoloni-zadora. Ello, entonces, significaque propuestas como las deampliar al qhathu de hoja decoca, es pensada en dos dimen-siones como reducción de lafrontera agrícola y como amplia-ción del monocultivo de hoja decoca a nombre de la soberanía(pluri)nacional.

Quizá esta dinámicas no seacasual y el Estado boliviano másallá de la parafernalia, esté en-quistado por mecanismos colo-niales de uso del poder y de or-ganización de la vida económicade la sociedad donde la pobla-ción es controlada electoralmen-te para ser manipulada política-mente y ser silenciada social-mente. Ello, por supuesto, noes sino el reverso de un Estadoplurinacional en constante con-tradicción e implosión, pero, alno poder reconocerse como tal,necesita de nuevo, segmentary controlar a la población, pri-mero indígena y luego mestiza.Lo discursivo es uno de los ele-mentos, que se va haciendo mássofisticado cuando lo económicoy territorial empieza a ser partede políticas públicas racializadasy de fuerte contenido étnico quees capaz de invisibilizar identida-des, colectivos e historias queno sólo no son vistos comoimportantes desde el poder, sinoque no significan gran cantidadde población en capacidad demovilización en tiempos de crisis.Esa condición, finalmente, estambién importante.

La administración de poblacio-nes es una manera más de es-tablecer y justificar el movimien-to de poblaciones. Ya sea ennombre del proceso de cambioo en nombre del repoblamientode geografías aparentementecon baja densidad demográfica.

En realidad, la administraciónde poblaciones es el justificativopara el pacto de reciprocidadque ahora pasa a ser electoral.Un pacto de reciprocidad con elEstado que implica una subordi-nación hacia el poder central yuna eliminación del fondo histó-rico de las movilizaciones campe-sinas e indígenas. Ello, implicaun postergamiento de la lógicade la autodeterminación o de laautogestión y traslada toda ladecisión política al Estado y a lasélites indígenas y campesinasque están en el gobierno desdeenero de 2006.

modernización. Lo mismo ocurre con el teleférico, el satélite TupacKatari y otros artefactos que más que mejorar la vida de las personas,son ante todo símbolos de progreso al estilo occidental. Gracias aInternet, la computadora llevará los contenidos de la civilizaciónoccidental (la privilegiada en la creación de los contenidos que Internetostenta) a los más recónditos lugares del país. Entonces, será másfácil para un adolescente de un pueblo indígena platicar por Facebookcon un hombre extraño de pelo anaranjado que vive en Islandia, queplaticar con su propio abuelo que está a una habitación de distancia.Será más sencillo encontrar instrucciones para fabricar un explosivo,que conocer la manera de elaborar chuño. Pero por suerte, esimprobable que esto ocurra, por lo menos en los siguientes años. Nopor la labor del gobierno en la defensa y difusión de la tradición yconocimiento indígena, sino porque Bolivia tiene las conexiones a Internetmás lentas de Sudamérica. Con el Satélite Tupac Katari…, dirán losseguidores del gobierno. Acá simplemente repetiremos lo que el gobiernoocultó intencionalmente: el satélite millonario es solamente unarepetidora para la televisión extranjera.

En quinto lugar debemos mencionar la necesaria infraestructura querequiere la instalación y uso de una computadora. Analizando estepunto encontramos cosas interesantes. El gobierno gastará millonesde dólares en comprar computadoras y éstas serán usadas en aulascon bancas en mal estado, con pisos de tierra, sin ventanas o puertas.No hablamos de aquella escuela rural víctima de la sequía. Hay que ir ala ciudad de El Alto y ver las condiciones en las que están algunas delas aulas que albergarán las computadoras. Es increíble que el gobiernode Evo Morales entregue computadoras a miles de estudiantes, perono sea capaz de garantizar que los estudiantes pasen clases en unaula con los cristales de las ventanas completos. Ahí notamos lasprioridades del gobierno. Algunos lectores tributarios del “hermano”Evo dirán que se construirán aulas nuevas, pero debe notar que éstasestarán al servicio de las computadoras, que parecen ser más impor-tantes que los propios estudiantes pues hasta que aquellas llegaron,no hubo tantos esfuerzos en mejorar las condiciones de las aulas.

Finalmente, es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué hadecidido el gobierno de Evo Morales entregar computadoras a los estu-diantes? ¿Qué objetivo persigue tal inversión? ¿Cómo se elaboró elproyecto? ¿Existe un proyecto? ¿Por qué no es público? El lector apresu-rado dirá que las computadoras son necesarias y que con esta iniciativamejorará la educación. Y entonces cabe preguntarse, ¿de dónde sacatal conclusión? El dinero también es necesario y mejora la calidad devida, entonces regalar dinero desde los balcones presidenciales esuna práctica que debería popularizarse entre los presidentes de todoel mundo. Es ya reconocido que entregar computadoras no implica porsí mismo una mejora en la calidad de la educación, así como los espejitosy cuentas de colores no implicaron una mejor vida para nuestros abuelos.Además, reconociendo que existe una ley de educación y un nuevodiseño curricular, ¿cómo apoyarán las computadoras al logro de losobjetivos de la educación boliviana? ¿Cómo se articula la provisión decomputadoras y el nuevo diseño curricular? No conocemos lasrespuestas a estas preguntas, pero esperamos que los funcionariosdel ministerio de educación sí hayan meditado el asunto. Caso contrario,observaremos que en la práctica de aula, las computadoras seránutilizadas simplemente para escribir texto con algunas imágenes(obtenidas de Internet por supuesto), preparar presentaciones enPowerPoint y ver algún video o animación en Flash Player. Lamen-tablemente, parece que la dotación de computadoras se trata solamentede un gasto con fines electorales que tiene por objetivo aparentar queBolivia progresa al estilo occidental, y nada más.

Existen evaluaciones de las experiencias de los países que, comoBolivia, proveyeron a sus estudiantes con computadoras, y losresultados apuntan a que “Las habilidades cognitivas pueden mejorarpor el uso de los programas de las laptops, ya que estos están dirigidosa mejorar los procesos de pensamiento. Sin embargo, para mejorar elaprendizaje de matemática y lenguaje, se necesita una instrucción dealta calidad”.4 A este respecto, también sería de utilidad conocer laevaluación del impacto sobre la educación que tuvo la entrega delaptops a los profesores, pero como ya es evidente, el ministerio deeducación rehúsa hacer evaluaciones de cualquier tipo. Y ni hablar delas experiencias de algunos países que vieron cómo la provisión decomputadoras y su correspondiente software fueron motivo parainvestigar algunos de sus funcionarios por sospechosas de corrupción.1 No conocemos el detalle que justifica esta cifra.2 http://es.wikipedia.org/wiki/OLPC3 http://one.laptop.org/map4 Julián P. Cristia et al. “Tecnología y desarrollo en la niñez: Evidencia del programaUna Laptop por Niño” publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo el año2012.

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