el casino mazatlán
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Lugar de convivencia social-cultural y entretenimiento de la élite social de Mazatlán, antecedente del actual Centro de Convenciones.TRANSCRIPT
El Casino Mazatlán, reflejo de una mala administración
Lea aquí la historia de su nacimiento, vida y muerte
Por Juan Lizárraga T.
NOROESTE-Mazatlán, 17 de mayo de 1982.
La inflación, pero sobre todo una mala
administración, propició la quiebra del
Casino Mazatlán, centro de diversión,
de conferencias, de juego, de
entretenimiento, social, centro de todo
Mazatlán, que se encuentra hoy
completamente arruinado, aunque
vigilado por infantes de Marina porque
el gobierno del Estado pretende,
contra la devaluación, construir ahí el
Centro de Convenciones de Mazatlán.
Todo lo anterior es muy discutible, más
no lo es el surgimiento del casino mismo, pues fue una necesidad para la alta
sociedad mazatleca. Se inauguró con un baile de gala el 31 de diciembre de 1963.
No alcanzó a cumplir los veinte años.
Antes de que funcionara el Casino, la "aristocracia mazatleca" pasaba su
socios en el Club Tamar, situado en la antes calle Tacuba y la Mariano Escobedo,
que se transformó luego en el Casino Alemán. En 1956 desapareció y los centros
de reunión eran los hoteles Camino Real y De Cima, eventualmente la Casa del
Marino.
Así era hasta 1961. No se podían hacer fiestas privadas, porque los
huéspedes se sentían con derecho a asistir, además, Mazatlán no contaba con
ningún centro de conferencias o congresos. Es por lo anterior que en la cabeza de
acaudalados mazatlecos, primero que nada en la de José H. Rico, empezó a
formarse la idea de construir un centro que satisficiera esta necesidad.
Banqueros, comerciantes, industriales, profesionistas distinguidos, entre
estos últimos el doctor Guillermo Ruiz Burguete —quien nos proporciona la
información—, apoyaron la idea.
INAUGURACIÓN. Este es el momento en que fue inaugurado el Salón Crepúsculo del Casino Mazatlán. Enla foto aparece una persona no identificada, Raúl Rico, el doctor Guillermo Ruíz Burguete y Francisco Madero.
Se hizo la promoción entre toda la sociedad y aproximadamente 200 socios
se integraron aportando 5 mil pesos... bueno, acordaron aportarlos en 10 pagos.
El arquitecto Raúl Cárdenas hizo un boceto de la fachada y la obra la realizaron
varios arquitectos e ingenieros encabezados por Quirino Ordaz, quienes como
pago obtuvieron acciones dentro de esta asociación.
En septiembre de 1962 se hizo la "obra negra", el "cascarón" del casino y
se pidió una segunda aportación de 5 mil pesos.
Las cosas marchaban. Estaban asociados los mazatlecos más distinguidos
por el signo de pesos. El primer consejo directivo quedó integrado como sigue:
José H. Rico, como presidente; vice presidente, José Ramón Fuentevilla;
secretario, Héctor López Castro; prosecretario, Olavo Corona; el licenciado Carlos
Ortega, tesorero, y de vocales Juan José Vicente Laveaga, Tomás Valderrama,
Alfredo Lizárraga, Jorge Veadez (sic), Ernesto González Pantoja y Lorenzo Rico.
Comisario propietario, Alberto Fuentevilla, con el contador José Llausás como
suplente.
Las directivas siguientes fueron presididas por las siguientes personas: Luis
Fuentevilla, en 1966; Francisco Madero Herrera en 1968; Guillermo Ruiz Burguete
en 1970; licenciado Carlos Ortega en 1972; José González Lie en 1974 y en 1976
Sergio Escutia, ésta la última directiva que cargó con la quiebra y si se acepta, la
que la propició.
ASÍ EMPEZÓ
Con sus salones "Sancho Panza", "Alejandro Quijano" y "Cristal", con su
sala de dominó, su sala de juego para pin pon y billar, así como su terraza, inició
su funcionamiento el casino. Después se construiría la alberca y su bar
"Crepúsculo".
Desde su comienzo, el casino trabajó con números rojos, siempre debía,
pero seguía funcionando. Las cuotas mensuales de 140 pesos sólo alcanzaban a
cubrir los sueldos y llegó a tener hasta 13 trabajadores. El mantenimiento, pago de
agua, luz, impuestos diversos, se cubrían con eventos pues todas las
convenciones se realizaban ahí. Se confeccionaron todos los materiales de cocina
exclusivamente para el casino, un largo mantel con las siglas CM.
La privacía. Siempre se respetó la privacía. El primer año de
funcionamiento se hizo una fiesta de carnaval. Fue la única vez. Sí, el casino, lo
decía en sus estatutos, se facilitaba a todas las convenciones que promovieran la
imagen de Mazatlán. En ese sentido no había restricción, más sí la había y casi
absoluta, en caso de festivales realizados por mazatlecos que no fueran socios y
los socios podían realizar fiestas, aniversarios matrimoniales, cumpleaños de sus
hijos o graduaciones, casi sin costo.
El doctor Ruiz Burguete lo afirma categóricamente: "El casino era elitista.
Después de ese carnaval no se permitió la apertura a todo el público para que no
se perdiera esta privacía".
La mayoría de los socios estuvieron siempre en destacados puestos
públicos. Los presidentes municipales de Mazatlán eran socios. Nada raro era que
el casino gozara de todas las prerrogativas por parte del gobierno.
Así, el Casino Mazatlán se esforzaba por la asistencia de los socios y
siempre les tenía atractivos. El casino era la casa de los socios.
El costo del casino, al construirlo, se calcula entre 12 y 15 millones. Empezó
con deuda. Aún así, Ruiz Burguete construyó el bar "El Crepúsculo", que ofrecía
excelentes puestas de sol. Esto sin solicitar nada a sus socios y aún disminuyendo
la deuda, que durante la presidencia de González Lie llegó a 120 mil pesos. Casi
se llegó al punto de equilibrio.
Pronto se iban a obtener utilidades y ¿qué pasó?
Toma las riendas Sergio Escutia, la gerencia Raúl Sánchez Cárdenas, se
abre el casino al público, con grandes eventos artísticos que sólo acrecentaban las
deudas, se termina el periodo de la directiva, pero no hay convocatoria para
sustituirla y de pronto, en 1981, se informó que debido a las altas deudas, sin
consultar con la mayoría de los socios, se dona al gobierno del Estado.
Y así está ahora la situación.
NINGUNA INTENCIÓN DE LUCRO
El objetivo del casino nunca fue el lucro, lo afirma y reafirma el informante.
Sólo se buscaba el beneficio de los socios, sin embargo, se hacían actos
solemnes como el Día de las Madres, la Fiesta de las Debutantes, la Fiesta de Fin
de Año, que tenían gran resonancia.
En fiestas como éstas se cobraba —1972— 250 pesos por toda la familia
del socio y se incluía una cena; los invitados de los familiares del socio debían
pagar 100 pesos y la pareja local mil pesos. Era un precio para que no asistiera
esta última.
Se aceptaban socios foráneos, se crearon los "socios juniors" y aumentó la
membresía. Se fortaleció.
El ciclón de 1969 causó destrozos que se repararon con la cooperación de
todos y se hizo otra aportación. Los socios nunca pidieron cuentas, pero confiaban
y confiaban bien, en que todo marchaba correctamente.
Al entrar la última directiva,
todo cambió. Una carta
anónima circuló denunciando
la ineptitud del gerente y de la
directiva, que pretendía pedir
un alto préstamo a un banco
para pagar algo del pasivo
que se arrastraba por millones
de pesos. Los trabajadores no
recibían su paga.
Los socios empezaron a
retirarse del casino. Después se enteraron que pasó a pertenecer al gobierno del
Estado, sin que se les hubiera informado, hasta la fecha, si se liquidó el pasivo y el
activo.
se violaron los estatutos que establecían que para la disolución del casino
se requería que asistiera a la asamblea el 80 por ciento de los accionistas y
estuviera de acuerdo en ella el 80 por ciento de los asistentes.
Así, con un destino incierto, arruinado de manera no muy clara porque se
han escondido los números, el Casino Mazatlán cumplió con la necesidad que
impulsó su creación.
FIN DE UNA
ÉPOCA. El
Casino Mazatlán
tiene tras de sí
toda una historia.
Hoy, custodiada
por la Armada, se
piensa convertir
el edificio en el
Centro de
Convenciones.
Veremos. FIN DE UNA ÉPOCA. El Casino Mazatlán lleva tras de sí toda una historia. Hoy, custodiado por la Armada, se piensa convertir el edificio en el Centro de Convenciones. Veremos