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EL ANÁLISIS TERRITORIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL CRIMEN
MEDIANTE EL DISEÑO AMBIENTAL
Carlos Leal Iga1
Abiel Treviño Aldape2
Facultad de Arquitectura, U.A.N.L. (México), 52 (81)83 29 41 60 Ext. 6786, 6721 y 6765 [email protected]
CIUDADANÍA, CULTURA, MOVIMIENTOS SOCIALES Y ALTERNATIVAS FRENTE A LA IRRUPCIÓN
NEOLIBERAL; Los movimientos sociales ante la exclusión
Resumen
La inseguridad en los barrios de muchas ciudades Latinoamericanas ha provocado procesos de auto-
protección en el espacio urbano por parte de las comunidades. Estos procesos se han hecho
presentes físicamente a manera de fraccionamientos encerrados, colocación de rejas y otras barreras
que segregan el espacio público, dejando una percepción de inseguridad que se ha manifestado en
un nerviosismo y constante estado de tensión. La Prevención del Crimen Mediante el Diseño
Ambiental fue definido por el criminólogo Tim Crowe, en está forma de diseño se tiene la idea de
aumentar “los ojos en la calle”, sobre todo en los barrios de baja densidad. Este tipo de diseño
urbano, plantea la necesidad de crear barrios abiertos, en donde los vecinos y su convivencia sean
un factor de auto-protección. El análisis territorial bajo este método plantea la forma en que se
puede diseñar en una localidad, a una escala de barrio que contribuya a su autoprotección, para
analizar la aplicación de esta metodología, se examina espacialmente dos colonias de la ciudad de
San Nicolás de los Garza, en Nuevo León, México, las cuales fueron enrejadas por sus habitantes
como un proceso “natural” ante la inseguridad percibida, concluyendo con la evaluación de los
elementos urbanos que pueden mejorar el diseño sin fragmentar la trama urbana.
Palabras clave: Prevención del crimen, Diseño ambiental, Auto-protección.
Abstract
Insecurity in the neighborhoods of Latin American cities has caused many processes of self-
protection in the urban space by the communities. These processes have been physically present a
way to gated communities, placement of fences and other barriers that segregate public space,
leaving a perception of insecurity has manifested into a constant state of nervousness and tension.
1 Doctor en Arquitectura y Asuntos Urbanos, Profesor de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León (U.A.N.L.), México. [email protected] 2 Maestro en Ciencias en Planificación de Asentamientos Humanos, Profesor de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo
León (U.A.N.L.), México. [email protected]
Crime Prevention Through Environmental Design was defined by the criminologist Tim Crowe, in
the form of design is the idea is to increase "eyes on the street", especially in low density
neighborhoods. This type of urban design, propose the need for open neighborhoods, where
neighbors and their coexistence is a factor for self-protection. The territorial analysis under this
method suggests how they can design a city, in a neighborhood segment that contributes to yourself
auto-protection, to analyze the application of this methodology spatially, was considered in two
colonies of San Nicolas de los Garza, in Monterrey, Mexico, which was barred by its dweller as a
natural process to the perceived insecurity, concluding with the evaluation of urban elements that
can improve the design without fragmenting the urban lay out.
Keywords: Crime prevention, Environmental design, Auto-protection.
Introducción.
La auto-protección en los desarrollos urbanos residenciales y la convivencia vecinal.
A decir de Enríquez (2007), “El urbanismo representado por el fraccionamiento cerrado asume las
ciudades como promotoras de la competitividad del mercado inmobiliario con el fin de privilegiar y
excluir a ciertos grupos sociales”. Parece un hecho consumado, ya que hay una gran proliferación
de Fraccionamientos Cerrados o Privados en el ámbito Latinoamericano. Sitios donde queda
manifiesta la repulsión por “los otros”, los desconocidos, los no deseados, los incómodos, los que
son al no comprar su vivienda en ese enclave urbano parecieran diferentes al resto de los
condóminos.
Palomares (2008) refiere que los fraccionamientos privados surgieron entre setentas y ochentas del
siglo XX en los Estados Unidos, esencialmente desarrollados para niveles socioeconómicos medios
y altos, bordeando campos de golf; diseños pensados como exclusivos, de prestigio y hedonistas.
Sin embargo, estos desarrollos paulatinamente se han transformado, como lo apunta Roitman para
América Latina (2003): “Donde estos nuevos emprendimientos se encuentran muy relacionados con
un proceso de polarización social que se torna cada vez más evidente”. Asimismo, Low (2003)
expone que los fraccionamientos privados crean nuevas formas de exclusión y segregación social,
en la búsqueda de la seguridad.
Podemos concatenar aquí la idea vertida por Outhwaite (2008) respecto a que: “Si los hombres
definen las cosas como reales, sus consecuencias son reales”; es decir, comenzamos a materializar-
validar una acción urbana: los muros que envuelven a los fraccionamientos, encaminada a combatir
un sentimiento-anhelo: la inseguridad. Retomando a Outhwaite, él recuerda una vieja paradoja
formulada por Dubet y Martuccelli, quienes asentaban que: “nuestra sociedad es una totalidad
desarticulada […] pero […] es la desarticulación la que determina la representación de la totalidad”.
Como mencionábamos en líneas anteriores, hay una fuerte proliferación de fraccionamientos
privados, como oferta inmobiliaria dominante hablando de desarrollos nuevos; pero, la ciudad
consolidada, la existente que nació como “ciudad abierta”, ahora se comienza a parapetar utilizando
diversos subterfugios tales como el colocar rejas metálicas en algunas calles de sus colonias,
bardear en lugar de utilizar rejas “transparentes”, colocar pesados maceteros para emular esta
función disuasiva, hasta la utilización de cadenas metálicas con este mismo fin. La totalidad de la
mancha urbana va siendo inundada por muros desarticulados y desarticulantes (Dubet y Martuccelli
en Outhwaite, 2008).
Bajo estas pautas, podemos hablar de los fraccionamientos que se están generando como semi-
accesibles. En los últimos años las colonias de lo que podemos conceptualizar o entender como
ciudad abierta, han acrecentado la tendencia a organizarse como barrios semi-accesibles o semi-
abiertos, y en otros artículos se les ha denominado como semi-cerrados, de acuerdo con la visión
que los trate de explicar.
Outhwaite, aborda la siguiente dicotomía: si los individuos piensan y se comportan en forma
racional conscientemente la mayor parte del tiempo («internalismo»), o si meramente se comportan
como si así ocurriera, tal vez impulsados por un hábito inconsciente («externalismo»). En el caso de
la ciudad abierta que quiere cerrarse sobre sí misma, como una forma de paliar la espiral de
inseguridad urbana, pareciera que responden al externalismo descrito por Outhwaite, y que los
vecinos se dejan llevar por las decisiones de unos cuantos; en el caso de los fraccionamientos
privados, nos dejamos llevar por la oferta inmobiliaria también de unos cuantos, lo que sigue
ensalzando dicho externalismo. Las acciones que podríamos considerar como de “internalismo” y
que han decaído en el devenir del tiempo, pudieran ser las de la convivencia vecinal de la cual
éramos parte hace tres o cuatro escasas décadas.
El (re)conocimiento de los habitantes del rededor se ha perdido, y la relación armoniosa entre estos
cada vez se observa más escasa, lo que fomenta paulatina degradación de los lazos sociales, los
cuales provocan el auto-cuidado o auto-protección barrial. Esta situación es palpable en las ultimas
teorías sobre trabajo social, en donde, desde el estudio de la intervención social se discute como es
que el lazo social se conforma como un territorio virtual en donde se utiliza como lenguaje. El lazo
social de esta manera se transforma en una forma de relación social mediada por la cultura, el
lenguaje y la historia (Caraballeda, 2013). Así es, como lo menciona Caraballeda (2013); “la
intervención social se refuerza como espacio intersubjetivo, atravesado por las representaciones
sociales que rodean al problema o necesidad que generó la demanda de intervención”. Esta postura
plantea que, la pérdida del lazo social provoca que el sujeto se convierta en un objeto que desligado
de nuestra propia vida cotidiana, deje de interesar como punto de reconstrucción de la vida en
sociedad, de la humanización del espacio, y desemboque en lo que se ha denominado un
“padecimiento subjetivo”, de tal forma que el sujeto padezca síntomas de desapego y estrés, que al
final no permitan regenerar el tejido social, con lo cual no se puede garantizar la seguridad en el
espacio urbano, dando paso a la auto-protección de los barrios con la colocación de elementos que
fragmentan la ciudad como bardas, rejas o demás elementos sobrepuestos que estigmatizan la trama
urbana, convirtiéndose en un círculo vicioso de degradación urbana y de convivencia social.
Metodología de diseño en base a la Prevención del Crimen Mediante el Diseño Ambiental.
Prevención del Crimen Mediante el Diseño Ambiental (CPTED, por sus siglas en inglés) se define
como un enfoque multidisciplinario para disuadir conductas delictivas a través del diseño
ambiental. Estrategias CPTED se basan en la capacidad de influir en las decisiones de los
delincuentes que preceden a los actos delictivos al afectar el entorno construido, social y
administrativo3.
Jane Jacobs autora del libro Death and Life of Great American Cities publicado en 1962, sostiene
que la seguridad en el espacio urbano está asociada al nivel de contacto y lazos de confianza que
puedan establecer las comunidades entre sí. Ella acuña el término “ojos en la calle” para definir
aquella característica del medio ambiente urbano de proveer la facilidad para que se realice el
mecanismo de vigilancia natural por parte de la comunidad que habita el espacio (Rau, 2006).
Cozens (2008a) menciona que la criminología ambiental tiene su origen en los estudios de "lugares
peligrosos" del siglo XIX. Posteriormente, los sociólogos urbanos de la "Escuela de Chicago"
mapearon la ubicación de los delincuentes, aunque, estos estudios de localización de los delitos
recibieron poca atención hasta que en las décadas de 1960 y 1970 los estudios de victimización
tuvieron más atención. También indica que en los años setenta se popularizó la idea de que el
diseño urbano podría influir en la disminución de la criminalidad.
Clarke (2002) define que hay tres enfoques o teorías de la Prevención del Crimen Mediante el
Diseño Ambiental.
El primer enfoque dado por el creador del término CPTED, el criminólogo C. Ray Jeffery, quién en
1971, argumentando que las causas sociales y sub-culturales no son las únicas determinantes del
delito sino que también se encuentran presentes los factores biológicos y ambientales. Tim Crowe
seguidor de Jeffery, desarrolló directrices para la reducción de las oportunidades de la delincuencia
en el entorno construido, estas directrices las destino a orientar a la policía, urbanistas y arquitectos.
El segundo enfoque es el espacio defendible, formulada por el arquitecto Oscar Newman en 1972,
él se concentró en la inseguridad en las viviendas de proyectos públicos, criticando su diseño y
disposición. Así mismo se preocupó por señalar, como la gran escala de los proyectos de vivienda y
3 Definición obtenida de la página de la International CPTED Association (http://www.cpted.net/).
edificios, y en condiciones de hacinamiento, deshumaniza, y no da la oportunidad de que la gente se
conozca y se cuide mutuamente, por lo que Newman sugirió que los residentes retomaran un
comportamiento natural de auto-vigilancia de su territorio, emulándolo con el sentido de
conservación en los instintos animales.
El tercer enfoque de diseño ambiental es la prevención situacional del delito, que fue desarrollado
por el departamento de investigación criminológica del gobierno británico, a mediados de los años
setenta. No tiene que ver con el diseño arquitectónico y el entorno construido, más bien, se trata de
un enfoque general para la reducción de las posibilidades de cometer cualquier tipo de delito, que
puede ocurrir en cualquier clase de establecimiento.
Cozens (2008b) indica que existen siete atributos clave de seguridad, vinculados a los entornos
sostenibles, según la Oficina del Primer Ministro de Londres:
• El acceso y el movimiento. Lugares con rutas bien definidas, espacios y accesos que ofrecen
un movimiento conveniente, sin comprometer la seguridad.
• Estructura. Contienen diferentes usos de manera que no promueven los conflictos.
• Vigilancia. Sitios en los que se da facilidad visual a todos los espacios de acceso público.
• La propiedad. Los lugares que promueven un sentido de pertenencia, respeto, territorialidad,
de responsabilidad y de comunidad.
• La protección física. Espacios que incorporan la seguridad necesaria, bien diseñado en sus
características urbanas.
• Actividad. Donde el nivel de la actividad humana es apropiado para la ubicación y se crea
una reducción del riesgo de la delincuencia y la sensación de seguridad en todo momento.
• Gestión y mantenimiento. Diseñados en conjunto con la administración y mantenimiento en
el proceso de planeación, para disuadir a la delincuencia en el presente y el futuro.
Rau (2006) explica que el CPTED es un conjunto de estrategias de aplicación práctica de
prevención del crimen, que buscan reducir la ocasión de cometer delitos de oportunidad, así como
reducir el temor de la comunidad aumentando la cohesión comunitaria. Para esta autora el CPTED
se basa en principios básicos que son generales a distintas configuraciones urbanas del mundo, pero
que se aplican de manera local, estos principios son:
• Vigilancia Natural: habilidad de ver y ser visto y de sentir confianza en el espacio urbano
por sus características físicas y las personas que lo habitan.
• Reforzamiento Territorial: es el lazo de afecto que establece el habitante con su entorno y
por lo tanto lo cuida.
• Control Natural de Accesos: la apropiación territorial de los accesos por parte de la
comunidad civil de manera espontánea por su uso o marcación.
• Mantención de Espacio Público: el diseño de planes de manejo ambiental para asegurar la
sustentabilidad de la estrategia.
• Participación Comunitaria: la incorporación de la comunidad en el diagnóstico, diseño,
ejecución y evaluación de la estrategia CPTED.
Por otra parte, Ekblom (2011) hace una crítica a la conceptualización de los principios utilizados en
el modelo CPTED, y aunque no concluye una reforma concreta a las estrategias, pone en la mesa de
discusión lo que él llama la deconstrucción y reconstrucción de la CPTED, basado en el análisis de
ciertos conceptos como la territorialidad, los objetivos a resguardar o endurecer, el espacio
defendible, el acceso, la imagen y la gestión / mantenimiento, el apoyo a la actividad defensiva, y la
vigilancia. Todos estos conceptos son analizados y replanteados, y manifiesta que están muy
acotados, propone una análisis más profundo para su entendimiento y mejorar su aplicación en la
técnica, además plantea que estos deben ser operados en base a lo que denomina “tareas”, es decir,
que propone que los defensores deben tener una participación activa en cuanto a la defensa de sus
espacios, no solo estrategias vinculadas al estudio del lugar. Estas tareas deben ser planteadas desde
la perspectiva de acciones que deben ser combinadas con el diseño de los espacios para garantizar
su resguardo. El autor plantea esta crítica como una disertación en proceso de elaboración y abierta
a debate.
Como se puede observar, estas teorías están en plena construcción en la actualidad, y como Ekblom
lo menciona en su planteamiento que se puede interpretar como: para cada acto de defensa hecho
por el defensor, con el tiempo habrá un acto con el que los agresores traten de anular su eficacia,
por lo cual las tareas que él plantea deben ajustarse cada vez a este proceso, lo que hace que el
estudio de estas estrategias sea continuo e involucre a los residentes de los espacios para su mejora.
En México, este campo de estudio y aplicación esta cada vez en aumento, debido al incremento de
la violencia y criminalidad que se ha experimentado en los últimos años; sin embargo, aún está
poco desarrollado en los nuevos fraccionamientos, así como en las colonias consolidadas de las
diferentes ciudades del país.
En el 2010 se elaboró un estudio para conformar un protocolo sobre el impacto social y seguridad
ciudadana de proyectos de desarrollo urbano (Salguero, 2010), aquí se especifica que aunque la
violencia es multifactorial, los elementos clave para inhibir el delito en el entorno urbano son dos:
la vigilancia o supervisión y la interacción. Y exponen unos indicadores divididos en:
• Diseño urbano; que incluye la confluencia de miradas (control visual), Accesos,
Iluminación, Arbolado, Permeabilidad, Alineamiento de construcción y Mantenimiento.
• Planeación urbana; que examina Mezcla de usos de suelo, Distribución de lugares de
encuentro, Distribución de equipamiento urbano, Lotes baldíos.
Todos estos factores tienen sus unidades de medición y tratan de evaluar el nivel de seguridad de
los fraccionamientos y espacios urbanos. Para mejorar la seguridad en los barrios, es importarte
aplicar estas estrategias y estudiar los casos que se presentan como ejemplos de buenas prácticas
para poder replicarlos en otros sectores de la ciudad.
Aplicación de la Prevención del Crimen Mediante el Diseño Ambiental (CPTED) en el análisis
territorial.
En el análisis territorial de un área urbana, se observa con más frecuencia el tratar el tema de la
seguridad para cualquier proyecto residencial, y la aplicación de la prevención del crimen mediante
el diseño ambiental es un instrumento que puede ser una manera de medir la eficiencia en este
aspecto del diseño urbano. Cozens (2008 b) menciona que, existen dos principios con los cuales se
puede triangular e identificar las zonas de riesgo vulnerables a la delincuencia, el primer principio
es la teoría de la elección racional (Cornish y Clarke, 1986) en donde se afirma que la mayor parte
de los delincuentes oportunistas son racionales en la toma de decisiones y reconocen, evalúan y
responder a las señales ambientales. Esto se refiere a la percepción del riesgo, la recompensa y el
esfuerzo asociada a los elementos de hecho y de medio ambiente dentro del entorno construido, los
cuales son una parte integral de este proceso de toma de decisiones. En segundo lugar, la teoría de
actividades rutinarias sostiene que, para que un delito tenga lugar, debe haber un delincuente
motivado, un objetivo adecuado y la ausencia de una vigilancia adecuada. Como la mayoría de los
ciudadanos, los delincuentes tienen actividades diarias de rutina (trabajo/escuela, visitar a los
amigos, ir de compras y de ocio) durante el cual se puede descubrir o buscar posibles objetivos.
Estas actividades de rutina y rutas de viaje forman el “espacio de la conciencia” de la delincuencia
(ver Figura 1).
Los autores Brantingham y Brantingham (1993) mencionan que, "Todas las personas, incluyendo a
los que cometen delitos, se desarrollan en un espacio de conciencia”. Calles más permeables
significan más acceso de todos los ciudadanos (incluidos los delincuentes potenciales) y en
consecuencia esto aumenta las oportunidades para el crimen (Ekblom, 1995). Al restringir acceso a
las áreas que hay, se dan menos oportunidades para los delincuentes potenciales a estar presentes
dentro un área en busca de objetivos (victimas) y permite a los lugareños el poder distinguir
fácilmente a los residentes de los no residentes. Para Cozens (2008a) los delitos contra la persona
tienen lugar predominantemente en el hogar o en los alrededores de los establecimientos de bebidas
alcohólicas. Los delitos contra la propiedad son concentrados en o cerca de las principales
atractores personales, donde la gente se reúne. Estos lugares incluyen el hogar, centros comerciales,
el trabajo/escuela, zonas deportivas conocidas, parques y centros de recreación, los nodos de
transporte y en las rutas que conectan estos nodos/atractores. Esta perspectiva generalmente no es
conocida por la mayoría de los nuevos urbanistas y planificadores, y se ha incrementado la impor-
Figura 1.-Teoria de espacio de conciencia-actividades rutinarias
Fuente: Cozens, Paul Michael (2008a). New Urbanism, Crimen and the Suburbs: A Review of the Evidence. Magazine Urban Policy and Research,
Vol. 26, No. 4, 429–444, December 2008, Taylor & Francis Group, USA.
tancia dada a la tendencia en desarrollar usos mixtos en los proyectos urbanos residenciales,
vibrantes comunidades cerca de los centros de atractores y transporte público (Cozens, 2008a).
En estas consideraciones se habla sobre complementar el diseño urbano con un adecuado uso del
espacio, bajo los criterios del modelo CPTED.
Caso de estudio: Colonias Anáhuac y el Roble en San Nicolás de los Garza, N.L., México.
Para aplicar un análisis territorial, en base a la metodología descrita en el apartado anterior, se
realizó un estudio sobre las colonias Anáhuac y el Roble de San Nicolás de los Garza, N.L. Estas
colonias se generaron al Nor-poniente de la ciudad de Monterrey, en la época del desarrollo
industrial de la Ciudad. Estas se desarrollaron como colonias abiertas, sin barreras físicas en las
calles, dando lugar a la convivencia entre los vecinos y sin restricciones para los transeúntes.
En la actualidad, desde hace algunos años el sector se ha transformado en unos barrios semi-
cerrados en donde los propios vecinos, con permiso de las autoridades municipales han colocado
rejas en varias calles que dan acceso vehicular y peatonal a estas colonias. Esta situación se agravó
con algunos hechos que incrementaron la inseguridad, y desde 2007 cuando se terminó la línea 2
del tipo elevada del metro de la ciudad, la imagen de inseguridad y percepción de degradación de la
zona fue en demerito del sector, situación que se vio reflejada en los valores inmobiliarios cercanos
a este proyecto urbano en aquellos años.
Como se observa en las figuras 2 y 3, los puntos rojos marcan la ubicación de las rejas colocadas
por los vecinos para “según su propio criterio” proteger los espacios urbanos alrededor de sus
viviendas. Es una apreciación subjetiva de los vecinos, donde se cree que al incrementarse el paso
de personas por sus barrios demerita su vocación residencial e incrementa el sentimiento de
inseguridad en el espacio y la desconfianza tanto de vecinos como de los transeúntes, por lo cual se
puede inferir que no es la mejor solución bajo un enfoque social, sobre la forma en que se debe
proteger el espacio urbano puesto que al colocar obstáculos, además de fragmentarlo y aumentar la
percepción de inseguridad, trae consigo problemas de exclusión y segregación socio-espacial.
Figura 2.- Localización de las colonias del caso de estudio y equipamiento en la traza urbana.
Fuente: Elaboración propia en base a google map
Ubicación de rejas Rejas con pasa hombre Escuelas Iglesias Restaurant-bar Bancos
Foto 1
Foto 2
Como se observa en las figuras 2 y 3, al encerrarse los vecinos se obstruyen también el paso al
exterior de las colonias, y aunque cuentan con equipamiento en su interior, como escuelas, iglesias,
comercio, y algunos parques, estos no son suficientes para las necesidades de las dos colonias.
A su vez dificultan el que personas ajenas a las colonias puedan hacer uso de los espacios públicos,
lo que está enfrentado al derecho a la ciudad y el espacio público que merece cualquier ciudadano.
De todas las rejas que se presentan en la figura 2, sólo dos tienen puertas integradas para el paso de
peatones (Ver fotografías 1 y 2).
Fotografías 1 y 2.- Rejas con acceso peatonal (pasa hombre)
Fuente: Elaboración propia.
Otro aspecto que se aprecia es que fuera de las colonias, existe equipamiento escolar que en sí
elimina el modelo de protección que promete el auto-encerrarse, puesto que al tener que salir
configura una zona de oportunidad para la delincuencia.
Analizando la figura 4, se observan los patrones del territorio que se presentan en el espacio urbano,
aquí se destaca primeramente la barrera física al sur de la colonia Anáhuac, la que consiste en la
canalización del Arroyo Topo Chico, que impide el acceso por el limite sur, además se aprecia hacia
el oriente la línea 2 del metro que aunque no imposibilita el paso a las colonias, segmenta el espacio
de una forma contundente con sus gruesas pilastras y jardineras intra-columnas (Ver fotografía 3).
Uniendo con polígonos la gran cantidad de equipamiento escolar (achurado azul) se observan
patrones alrededor de las colonias, los cuales son puntos de encuentro que permiten la auto-
vigilancia del espacio y de sus habitantes, tal como lo expone Cozens. En el patrón de las rejas
colocadas (achurado amarillo), es muy clara la semejanza con la canalización del Arroyo, que
pretende dar un cerco a las colonias, sin embargo, dejan zonas desprotegidas, sobre todo a lo largo
Figura 3.- Polígonos de las colonias Anáhuac y El Roble San Nicolás de los Garza y ubicación
de rejas colocadas por los vecinos para controlar el acceso a las colonias.
Fuente: Elaboración propia en base a la base de catastro de 2005
de las estaciones del metro, por lo que se aprecian —siguiendo el modelo de análisis de Cozens—
patrones de espacios de oportunidades que, pueden ser aprovechados por los delincuentes, es decir,
que también bajo las consideraciones del referido autor, los vecinos están dejando mayor espacio a
los delincuentes para actuar sobre todo en las avenidas de mayor amplitud, con el efecto de
incrementar el robo personal a los transeúntes, y por la disposición de las rejas a estorbar las
acciones de la policía de proximidad de la zona. Como se muestra en la figura 4, los achurados
cafés correspondientes a estas áreas de oportunidad, como se menciona en la teoría de Cozens
deben ser replanteadas en este caso como áreas libres de rejas y bardas, para permitir una mayor
visión de habitantes y transeúntes buscando una protección más natural del espacio. Es necesario
revisar estos patrones puesto que, al ser puestos sin un estudio urbano integral puede ser
contraproducente para los habitantes.
Ubicación de rejas Ubicación escuelas Ubicación iglesias
Fotografías 3.-Sistema de transporte metro
Fuente: Elaboración propia.
Si observamos el patrón de las rejas y el patrón de las escuelas del lado izquierdo (oriente) de la
figura 4, se aprecia cómo se intersectan, lo cual reduce la accesibilidad de los equipamientos
escolares a la población tanto del interior como del exterior del enrejado. Es decir, que se están
auto-segregando espacialmente perjudicando el acceso de ellos mismos a estos y otros
equipamientos. Analizando ahora las rutas entre equipamientos, y la accesibilidad a los mismos no
se distingue un sistema bien definido y en consecuencia una mayor probabilidad de que asaltantes
planeen como y cuando cometer actos ilícitos.
También se percibe que del lado de la línea 2 del metro existen dos grandes lotes con edificios
abandonados y algunos baldíos que terminan por eliminar la protección de las rejas. En conclusión
podemos afirmar de este análisis descriptivo, que la auto-protección vecinal, no proporciona una
solución espacial al problema de inseguridad; volcándose tal vez en factor de generación de
apreciación de inseguridad y definitivamente un factor de segregación socio espacial.
Figura 4.-Analisis de patrones de los equipamientos, colocación de rejas y barrera natural en
el espacio urbano de las colonias del caso de estudio. Fuente: Elaboración propia en base a la base de catastro de 2005
Reflexiones finales.
En el tema de la prevención del delito, las estrategias generadas como respuesta de la sociedad
parecen corresponder a lo expresado por Outhwaite sobre el externalismo4. Han sido medidas
desesperadas por sentir que se controla el espacio urbano, por los habitantes de las colonias en los
barrios nuevos y antiguos de una ciudad. El amurallamiento y encerramiento en cualquiera de sus
formas, en lugar de garantizar o prevenir el delito ha venido a estigmatizarlo, provocando más el
temor de la sociedad y la desconfianza entre vecinos y transeúntes.
Esta situación provoca que cada vez sea más frecuente, el rompimiento de la convivencia en los
barrios y la desaparición paulatina de los lazos sociales que, garantizan una vida en comunidad,
dando una auto-protección natural.
4 Recuérdese que deriva de un hábito inconsciente. En la nota del periódico El Porvenir “Divide ‘blindaje’ a vecinos de la Anáhuac”, del 30 de Marzo
de 2010, refiere Guadalupe López Malo --vecina de la colonia Anáhuac-- que “Estar ‘enrejada’ es sentirse más segura” (enrejada = seguridad = hábito). Otro párrafo de la noticia refiere que “Con la reactivación del blindaje de la Colonia Anáhuac, también se iniciaron las opiniones encontradas
entre los vecinos de ese sector” (opiniones encontradas = otros deciden por mi = externalidad).
Patrón de rejas instaladas Patrón espacio escuelas Patrón espacio oportunidades
Las estrategias venidas de la metodología de la Prevención del Crimen Mediante el Diseño
Ambiental, son una forma de tratar de mejorar la calidad del espacio público, desde la vivienda
hasta los puntos de reunión al exterior de un fraccionamiento, buscando que la convivencia sea el
factor de auto-protección de un barrio.
Es por estos motivos que es relevante el abordaje del tema en las ciudades que por su crecimiento y
su falta de capacidad para brindar la suficiente cobertura de protección5, sean los diseñadores y
planificadores urbanos los que puedan aportar bajo estos modelos integrales y de análisis,
herramientas que apoyen a las autoridades en la prevención del crimen. Si como mencionan los
autores citados, la oportunidad situacional motiva al delincuente a cometer un crimen, estas
estrategias que buscan limpiar de obstáculos visuales el espacio urbano, proveer acceso y rutas a
lugares en donde se pueda vigilar, además de la planificación entre las instancias del gobierno y los
vecinos de cómo gestionar tanto terrenos baldíos y accesos a la colonia sin demérito de la misma,
entre otras más, pueden ser la diferencia entre que se cometa un crimen y que se llegue a disuadir al
delincuente de cometerlo.
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5 El alcalde de San Nicolás de los Garza, durante la pasada administración, Lic. Carlos de la Fuente, mencionaba en otra nota periodística que
seguiría trabajando en el blindaje de las colonias, ya que “aseguró que son peticiones que hacen lo vecinos; ya que es una tendencia mundial tener las colonias cerradas” –volvemos al externalismo--, y aduciendo al tema de la seguridad pública, mencionaba al finalizar su entrevista que “tenemos una
deficiencia de más de ciento veinte elementos [policiacos] y creo que con esto podemos ayudar bastante a los colonos y al tema de la seguridad”.
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