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El Excedente Económico y sus usos en la Argentina de la post-Convertibilidad (2003-2011) Sbattella, Chena, Palmieri y Bona.Economía II

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El Excedente Econmico y sus usos en la Argentina de la post-Convertibilidad (2003-2011)

El Excedente Econmico y sus usos en la Argentina de la post-Convertibilidad (2003-2011)

Sbattella, Chena, Palmieri y Bona

Introduccin

El propsito de este trabajo es revitalizar el concepto de Excedente Econmico a travs de una breve sntesis de sus acepciones a lo largo de la historia del pensamiento econmico, para luego aproximar una estimacin del mismo para la economa argentina de la post-Convertibilidad. Ser necesario, para ello, cuantificar un Costo de Reproduccin Social representativo de las necesidades de subsistencia de nuestro pas, que permitir estimar aquella parte de producto social generado que no tiene fines de reproduccin social.

Una vez estimado el Excedente Econmico en Argentina entre 2003 y 2011, el otro gran objetivo que persigue este trabajo es analizar sus destinos, intentando caracterizar la etapa abierta en 2003 a partir de los principales usos del EE: la Inversin Productiva, la Fuga de capitales y el Consumo Suntuario. En lo que respecta a la Inversin, desarrollaremos un concepto alternativo al que brindan las cuentas nacionales (IBIF), con el propsito de identificar los componentes productivos de la inversin, concentrando la atencin en las particularidades de la construccin a lo largo de este perodo. La Fuga de Capitales y el Consumo Suntuario completan el panorama de los usos del EE.

Para alcanzar estos objetivos, el estudio se desarrolla como sigue: despus de esta breve introduccin, en la seccin 1 se resumirn las definiciones y abordajes tericos sobre el concepto de Excedente Econmico. Luego de repasar las alternativas sugeridas por diversos autores, en la seccin 2 se esquematizar una alternativa de medicin del mismo para Argentina en la post-Convertibilidad, siguiendo los pasos de Furtado. La seccin 3 buscar aportar al anlisis de los usos del EE identificando los componentes productivos. Para ello, se har un apartado (A) dedicado a la Inversin Productiva, donde en las secciones I, II y III discutiremos y propondremos una nueva medicin de este rubro. En el apartado (B) se cuantificar la Fuga de Capitales y en el (C) se incorporar al anlisis global de los destinos del EE al Consumo Suntuario.

Por ltimo, se extraern las conclusiones pertinentes.

1- Sobre el concepto de Excedente Econmico

El concepto de Excedente Econmico reviste una importancia capital para el anlisis de una estructura productiva. Como lo destaca Filadoro (2005, 2011), sus orgenes datan del inicio del estudio de la economa como ciencia. De ah que su gnesis se encuentre en los trabajos de los fisicratas franceses durante el apogeo mercantil.

En la discusin sobre las fuentes del valor, autores como Quesnay y Turgot asociaron la generacin de riqueza y por ende, de Excedente, al producto de la tierra (produit net). Esta idea resultaba consecuente con los principios de quienes promovan el desarrollo de la agricultura en un pas rico en tierras frtiles como Francia.

Smith (1776) y Ricardo (1817) se refirieron al concepto de Excedente en clave de desarrollo del sistema social capitalista. Mientras el pensador escocs consider a la divisin social del trabajo como fuente de riqueza social que generaba excedentes, Ricardo alert sobre el peligro que contena el poder del terrateniente en su dinmica de apropiacin del mismo. As, ambos autores esgrimieron importantes recetas de poltica que iban en lnea con la promocin de la acumulacin de riqueza en manos de la clase social capitalista ya que, bajo su ptica, garantizaba el crecimiento de las fuerzas productivas. Esta acumulacin patronal contrastaba con un nivel de vida de subsistencia de los trabajadores, ya que ambos suponan (y alentaban) la Ley de Hierro de los salarios (que enunciaba que los salarios de los trabajadores deban tener un nivel mnimo que garantizara su reproduccin).

Marx (1867) adopt una posicin inspirada en la teora del valor trabajo de Ricardo pero con el agregado de la nocin de explotacin. Tomando al trabajo como fuente nica del valor, la plusvala se transforma en el Excedente que se apropian los capitalistas, tanto en su versin industrial, como financiera o terrateniente. A diferencia de Ricardo y Smith, Marx consideraba que los trabajadores, en condiciones normales, eran remunerados por el valor de su fuerza de trabajo. Este valor no necesariamente deba equivaler a un ingreso de subsistencia, sino que su determinacin dependa de condiciones histricas y morales relacionadas con el devenir poltico-social y las particularidades de la lucha de clases en cada pas o regin.

A lo largo del siglo XX se abrieron importantes lneas de investigacin respecto a la lgica del Excedente. Las dos principales corrientes que seguiran la tradicin del anlisis del EE seran la marxista y la estructuralista.

Para el primer enfoque resulta significativo el trabajo de Baran (1973). A diferencia de Marx, la idea de Excedente incorporaba el carcter Econmico en su definicin, dejando de restringirse al concepto de plusvala y siendo aplicable a todas las formaciones histricas de produccin, tales como el feudalismo y la esclavitud (Santarcngelo y Borroni, 2008).

En un contexto de Guerra Fra, Baran tom el concepto de Excedente Econmico para explicar la dinmica del desarrollo capitalista, poniendo especial atencin en los usos del mismo. Su tesis haca hincapi en lo paradjico que resulta la utilizacin de recursos generados por una sociedad (EE) en gastos socialmente innecesarios (como los militares o el consumo opulento). Por el contrario, con una economa planificada, el autor consideraba que podan organizarse la produccin y el consumo de forma armnica y socialmente equilibrada. Baran seal dos posibles definiciones de EE:

- el real (o ahorro corriente) que genera la sociedad capitalista bajo las condiciones econmicas y polticas reinantes, estimado como la diferencia entre la produccin social real y el consumo efectivo corriente y

- el potencial, definido como: la diferencia entre la produccin que podra obtenerse en un ambiente tcnico natural dado con la ayuda de los recursos productivos utilizables, por una parte, y, por otra, lo que pudiera considerarse como consumo esencial (Baran, 1973; pag. 334).

Pasando a la rama estructuralista, es importante la posicin de Prebisch respecto del EE (1981): Podramos definir [el excedente econmico] como aquella parte del fruto de la creciente productividad que, en la medida que no fue compartido por la fuerza de trabajo en el juego espontaneo del mercado, tiende a quedar en manos de los propietarios de los medios productivos, adems de la remuneracin de su trabajo empresarial en virtud de su capacidad, iniciativa y dinamismo, as como del riesgo que corren (Prebisch, 1981; pg. 56).

Prebisch desarroll as un concepto de EE concebido como una porcin del producto no compartido con los trabajadores en el espontneo juego de mercado. Su posicin, a diferencia de la marxista, no persegua la denuncia del sistema capitalista a travs de la lgica del EE, como lo haba hecho Baran. Por el contrario, las ideas de Prebisch parecen depositar confianza en el sistema capitalista y asumir que al capital le corresponde una remuneracin en virtud de su aporte empresarial. De ah que el economista argentino discuta preponderantemente los fines en que se emplea el EE, ms que su generacin.

El otro trabajo fundamental desde la posicin estructuralista es el de Furtado (1978), quien plantea un concepto de Excedente Econmico que resulta en una posicin intermedia entre los conceptos de EE real y potencial de Baran. Furtado arguye que el EE es la diferencia entre el producto generado por una sociedad y su nivel de reproduccin, de modo que distingue el consumo esencial del suntuario (a diferencia del enfoque de EE real) pero no incluye el despilfarro de la economa capitalista debido a la insuficiencia de Demanda Efectiva, trabajo improductivo, apropiacin monoplica de renta, etc. (propias del EE potencial).

Lo que pretende resaltar Furtado es la extrema desigualdad social en Amrica Latina, para lo cual el enfoque del EE resulta muy adecuado ya que manifiesta la estratificacin social a travs del consumo desigual de las clases sociales: La igualdad de los niveles de consumo no excluye necesariamente la diferenciacin social, ni siquiera la existencia de una clase ociosa. Tampoco excluye la acumulacin destinada a elevar la productividad del trabajo. Pero s excluye la acumulacin cuyo fin es reproducir la estratificacin social basada en la disparidad de los niveles de consumo. Histricamente, esta ha sido por lejos la forma ms importante de acumulacin, subordinndose a ella todas las dems (Furtado 1978; pg. 23).

Haciendo una sntesis de los trabajos sobre EE, prestaremos especial atencin a los destinos que puede tener, a saber (Baran 1973, Furtado 1978, Prebisch 1981, Lippit 1995):

a- El crecimiento demogrfico.b- El consumo suntuario, reflejado en las desigualdades en los estndares de vida de los diferentes estratos de la sociedad.

d- El gasto pblico transferido a grupos de altos ingresos y que no forman parte del CRS (Ej. pagos de intereses de la deuda pblica, subsidios a grupos privilegiados, etc.).

e- Acumulacin pblica y privada en capital productivo y en perfeccionamiento humano.

f- Fuga de capitales al exterior del pas.

Siguiendo el trabajo que realizramos en Sbattella y otros (2012), en adelante nos ocuparemos de los destinos b), e) y f).

2- Estimacin del Excedente Econmico en Argentina (2003-2011)

Existen diversas formas de cuantificar el Excedente Econmico. A travs de la utilizacin de los esquemas de clculo del ingreso nacional, tanto por el lado de los gastos como de los ingresos, Lippit (1985) define el Excedente Econmico como la suma de los beneficios, las rentas, el inters y la parte del ingreso laboral que se destina a consumo no esencial menos el consumo esencial. Posteriormente, Danielson (1990) y Yeldan (1995) reformulan el esquema de clculo del EE propuesto por Lippit restndole la depreciacin del capital y diferenciando explcitamente el rol del trabajo productivo e improductivo en el proceso de generacin y uso del EE. En cualquier caso, resulta central la definicin de algn consumo esencial o costo de reproduccin social que sirva como parmetro para estimar el EE.

Segn Furtado (1978), el Costo de Reproduccin Social (CRS) representa conceptualmente las pautas de consumo bsicas que establece la sociedad para garantizar la supervivencia y reproduccin de sus miembros. Dichas pautas dependen fundamentalmente del nivel de acumulacin de capital alcanzado en el pasado y de la capacidad de la propia clase trabajadora de valorizar su propio trabajo, definen la productividad laboral y la capacidad de la clase trabajadora de apropiarse de la utilizacin del producto social.Esta nocin de CRS (como as tambin la de consumo esencial de Baran) si bien incluye a toda la poblacin y no slo a los trabajadores, est inspirada en las ideas de Marx sobre los elementos histricos y morales que definen el valor de la fuerza de trabajo y que dependen del grado de civilizacin del pas. El salario del trabajador, lejos de ubicarse en su nivel de productividad, como lo plantea la teora neoclsica, es un factor exgeno, fijado histricamente dentro de cierto contexto cultural, donde el sistema de precios funciona como regulador de la distribucin del EE. En este sentido, resulta central preguntarse cules son los mecanismos de remuneracin de la fuerza de trabajo en una sociedad concreta. Para ello, se requiere analizar los conceptos del valor de la fuerza de trabajo y su precio (o salario).

El valor de la fuerza de trabajo es el valor de los bienes y servicios necesarios para asegurar la produccin y reproduccin de la clase trabajadora e incluye los siguientes elementos (Torrado, 1992):

Reconstitucin de la fuerza de trabajo, que es la parte del valor destinado al sustento cotidiano del trabajador.

Mantenimiento en la inactividad del trabajador, que es la porcin del valor destinada a la sobrevivencia del trabajador durante sus perodos inactivos, vejez, inactividad, etc.

Reemplazo generacional, es la fraccin del valor destinada a la produccin de un sustituto trabajador, mediante el mantenimiento y la educacin del progenitor.

Los trabajadores, al vender su fuerza de trabajo, reciben un salario que al menos debera cubrir los tres componentes de la produccin y reproduccin de la fuerza de trabajo. La reproduccin de la fuerza de trabajo no es financiada en su totalidad en forma directa por el capitalista, sino que tambin interviene la financiacin colectiva. Por este motivo, se distinguen los siguientes componentes (Torrado, 1992):

1. Componente salarial, que representa la parte de la remuneracin pagada directamente por el capitalista.

2. Componente no salarial, que representa la parte del salario redistribuido por organismos socializados. Si bien puede tomar la forma monetaria, en la mayora de los casos se trata de bienes y servicios distribuidos por el Estado, como educacin, vivienda, salud, etc.

A su vez, parte del componente social es financiado por los propios asalariados a travs del pago de impuestos. Si bien existen situaciones en las cuales el aporte de los trabajadores no calificados es mayor que los beneficios que reciben, en pases con una legislacin social avanzada, el costo de reproduccin es mayor que el salario de un trabajador de baja calificacin.

En Furtado (1978) se considera como representativo de este costo bsico de reproduccin de la poblacin, el nivel de vida de los trabajadores manuales no calificados, ya que se trata del sector de la poblacin econmicamente activa que menos se beneficia de la acumulacin destinada a formar el factor humano. En efecto, si toda la poblacin adoptara el nivel de vida de los trabajadores manuales, las formas de consumo vinculadas a la estratificacin social tenderan a desaparecer (Furtado, 1978).

En el caso de los pases subdesarrollados se plantea una complejidad adicional: la informalidad laboral es tan elevada que surgen dos (o ms) niveles de vida distintos para los trabajadores manuales no calificados. Por un lado, se encuentran los trabajadores protegidos por la legislacin laboral con acceso a la seguridad social (y otros beneficios) y, por el otro, aquellos empleados urbanos y rurales en negro o sin proteccin social, cuyo nivel de vida es muy inferior. El autor propone en estos casos utilizar un promedio ponderado que tenga en cuenta este tipo de disparidades.

Siguiendo el planteo de Furtado (1978), quien considera como representativo del CRS el nivel de vida de un trabajador no calificado, estimaremos el CRS a partir de los microdatos de la EPH y otras fuentes complementarias. Dadas las caractersticas de las bases de datos, vamos a trabajar en forma independiente sobre dos segmentos poblacionales, por un lado, los individuos de los hogares cuyo jefe pertenece a la Poblacin Potencialmente Activa (PPA), es decir las personas que estn en edad de trabajar, ms los nios que estn a su cargo. Por el otro, las personas mayores que estn en edad de jubilarse, es decir, como establece la legislacin actual, las mujeres mayores de 60 aos y los hombres mayores de 65. El primer grupo representa cerca del 90% de la poblacin total, mientras que las personas mayores ocupan el otro 10%.

Hemos tomado como representativo del CRS para este segmento de la poblacin, el nivel de vida de los asalariados no calificados. Para aproximarnos a este valor, consideramos el nivel de vida de los hogares cuyo jefe presenta esta categora ocupacional. Para poder estimar el mismo, realizaremos los siguientes pasos:

1- Identificar los hogares cuyo jefe es asalariado no calificado.

2- Estimar los ingresos totales familiares (ponderando los ingresos de los no calificados entre formales e informales).

3- Estimar la cantidad promedio de miembros en los hogares.

4- Estimar la cantidad promedio de nios en edad escolar.

5- Estimar el gasto pblico por hogar en materia de educacin, salud y subsidios al transporte y energa.

6- Analizar de la presin tributaria por hogar.

7- Finalmente estamos en condiciones de estimar el CRS por hogar de la siguiente manera:

CRS por hogar= Ingreso salarial + costo en educacin pblica + costo en salud pblica + subsidios al transporte y energa aportes tributarios

Para estimar el CRS por persona sumamos el componente salarial, ms los beneficios en salud, educacin y subsidios, menos el pago de impuestos. A partir del valor del hogar, realizamos la equivalencia por persona, en base al tamao promedio del hogar. Una vez estimado el CRS por persona y por hogar, debemos expandirlo al total de la poblacin para poder cuantificar el EE. Para estimar el valor del CRS para toda la poblacin, expandimos el valor del CRS por persona al total de los habitantes de Argentina para el perodo de anlisis segn tramo de edad. A las personas que no estn en edad de jubilarse, les asignamos el valor estimado para los individuos que pertenecen a hogares cuyo jefe es asalariado no calificado, a las personas mayores le asignamos el valor estimado para los jubilados. Es decir, tenemos en cuenta de manera muy simple y a muy grandes rasgos, la estructura demogrfica (cuadro N 1).

En definitiva, aplicar el CRS por persona a toda la poblacin equivale a estimar, en valores presentes, los tres componentes del proceso de reproduccin de la fuerza de trabajo:

- El costo del reemplazo generacional: ya que le asignamos un CRS a los nios.

- El mantenimiento durante la actividad: porque asignamos el CRS de las personas en edad de trabajar

- El mantenimiento durante la inactividad: al agregar el CRS de las personas mayores.

Cuadro N1. CRS por hogar y por persona. Componente salarial y no salarial. Dlares anuales. Perodo 2003-2011.AosComponente salarial (ITF)componente no salarialCRSCRS total poblacin CRS total variacin interanual

EducacinSaludSubsidiosAportes tributarios por Hogarpor personapor persona mayor

20032.686450495266213.03683295335.108-

20042.890568607266683.4219371.27840.71816%

20053.555804755828224.3731.1981.66352.65629%

20064.3589929151741.0085.4311.4881.94765.56925%

20075.5761.2981.183661.2907.1311.9542.53986.88633%

20087.6271.7511.4016311.7649.6462.6433.195117.73336%

20097.6561.8021.5486221.7719.8562.7004.211114.058-3%

20109.2552.0781.9198742.14111.9843.2835.253139.21422%

201110.0952.3822.3631.0022.33513.5073.7006.561159.45815%

Fuente: Elaboracin propia en base a EPH, Direccin de Anlisis de Gasto Pblico y Programas Sociales (SPE), Ministerio de Salud (MSAL); Ministerio de Educacin (ME), INDEC, ANSES y PAMI.

Observamos a partir del cuadro N 1 que el CRS aumenta sistemticamente entre 2003 y 2011, pasado de los U$ 35.108 millones a prcticamente U$ 160.000 millones en 2011. De todas maneras, debemos tener en cuenta que el punto de partida de esta comparacin es un momento en que los salarios se encontraban muy deprimidos. En el 2002, como consecuencia de la devaluacin los salarios reales cayeron ms de un 30% y recin comenzaron a recuperarse a mediados del 2003 (Basualdo, 2010). Pero, como vimos previamente, el aumento en el CRS no se explica nicamente por el aumento de los componentes salariales, sino que en buena medida este incremento se debe a la accin del Estado, a travs de las polticas de gasto en salud, educacin y subsidios al transporte y energa. La sola contraccin observada se produce en 2009, ao de impacto de la crisis internacional. Para 2010 y 2011 se registran aumentos significativos de esta variable.Obtenido el CRS, nos queda cuantificar el EE. Este es definido como el Producto Bruto Interno, menos la depreciacin del capital reproductivo y menos el Costo de Reproduccin Social para toda la poblacin. Esto equivale al valor de la produccin que excede al consumo necesario para que la poblacin se reproduzca como tal, manteniendo el stock de capital constante.

EE= PBI - CRS - Depreciacin del capital reproductivo

En cuanto a la depreciacin del stock de capital, tomamos la estimacin de Keifman (2005) del 5,6% anual y la aplicamos al stock de capital estimado en INDEC hasta el ao 2004. A su vez, esta tasa se aplica sobre los rubros reproductivos, es decir, maquinaria y equipos y construccin no residencial, que son aquellos que permiten que la sociedad se reproduzca como tal. La actualizacin del stock de capital para los aos 2005-2011, se hace en base a los datos de inversin.

En el cuadro N 2 se observa la evolucin del Excedente Econmico, la depreciacin del capital reproductivo y el CRS. En el ao 2003, el EE alcanz los U$77.841 millones de dlares, lo que representaba el 62% del PBI. De all en adelante, la participacin del EE va cayendo, en la medida en que va aumentando la del CRS, mientras que la participacin de la depreciacin del capital se mantiene relativamente estable. Hacia el ao 2011, el EE representa el 53,8% del PBI y CRS el 35,7%.

Cuadro N 2. CRS y Excedente Econmico en millones de dlares corrientes y como porcentaje del PBI. Perodo 2003-2011.

AoPBIDepreciacinCRSExcedente

del capitaltotal poblacinEconmico

U$%U$%U$%U$%

2003125.496100%12.54810,0%35.10828,0%77.84162,0%

2004151.412100%14.2619,4%40.71826,9%96.43263,7%

2005181.506100%16.3709,0%52.65629,0%112.48162,0%

2006211.678100%18.6238,8%65.56931,0%127.48660,2%

2007260.263100%23.7459,1%86.88633,4%149.63157,5%

2008325.705100%28.5208,8%117.73336,1%179.45255,1%

2009307.155100%33.61010,9%114.05837,1%159.48751,9%

2010368.736100%39.60810,7%139.21437,8%189.91551,5%

2011446.040100%46.67610,5%159.45835,7%239.90553,8%

Fuente: Elaboracin propia en base INDEC, EPH, Direccin de Anlisis de Gasto Pblico y Programas Sociales (SPE), Ministerio de Salud (MSAL); Ministerio de Educacin (ME), ANSES y PAMI.

La variacin en la composicin del PBI indica algunos rasgos del proceso de crecimiento a lo largo de estos aos. La cada de la participacin del EE y el aumento del CRS reflejara una dinmica de crecimiento donde los eslabones de menores ingresos han mejorado sus estndares de vida, de acuerdo a este mtodo de estimacin. Es de esperar que esta tendencia conlleve a un descenso en los niveles de desigualdad. Por otro lado, si bien se observa una estabilidad en la participacin de la depreciacin del capital reproductivo, la misma va cayendo en los aos de fuerte crecimiento pero se incrementa en 2009, ao de retraccin del producto medido en dlares.A modo general, entonces, destacamos el incremento de la participacin del CRS en el producto generado socialmente. El mismo tuvo un crecimiento sostenido hasta el ao 2010 (exceptuando el aos 2004), alcanzado una participacin en el PBI del 37,8%, cayendo levemente en 2011 (35,7%). Esto indica una fuerte recuperacin de la capacidad de los sectores populares de incrementar sus niveles de vida despus de la catstrofe social de 2001-2002. Este tipo de fenmeno remite a un anlisis de las formas de Estado y disputas entre las clases sociales y sus fracciones para comprender los procesos que permitieron esta recuperacin. Un anlisis pormenorizado del tema est fuera del alcance de este trabajo.

3- Los destinos del Excedente Econmico

Una vez estimado el Excedente Econmico en la Argentina, nos dedicaremos a indagar sobre una segunda etapa: sus usos o destinos.

Siguiendo la lgica propuesta por Baran (1973), en esta etapa se manifiesta la irracionalidad del sistema capitalista debido a los usos improductivos del producto social. Acercndonos a ideas ms benevolentes con el capitalismo, el mismo Prebisch (1981) sostiene que los destinos del EE son, en la esfera latinoamericana, grandes amplificadores de las desigualdades sociales.

Podemos afirmar entonces, que la distribucin del EE hace a los patrones de desarrollo de una sociedad, en la medida en que permite motorizar las potencialidades productivas a travs de la inversin; o bien profundizar la estratificacin social por medio del consumo suntuario o el drenaje de recursos de nuestro sistema financiero.

Resulta central para nuestro anlisis, discriminar los componentes productivos y no productivos del EE, para interpretar el perodo de la Post-Convertibilidad en trminos de desarrollo. Para ello, exploraremos en este apartado los 3 principales destinos del EE identificados en nuestro pas: una Inversin Productiva (redefinida en clave de EE), el Consumo Suntuario y la Fuga de Capitales.

A) La inversin productiva

En el anlisis de Furtado (1978) se considera a la inversin como un uso positivo del Excedente Econmico en virtud de su contribucin al desarrollo de las fuerzas productivas. Esta primera impresin llevara a considerar a la totalidad de la Inversin Bruta Interna Fija (IBIF) como promotora de la capacidad productiva. Sin embargo, la IBIF es una medida amplia que se compone de dos grandes rubros (inversin en equipos durables y construccin) que, para el anlisis del Excedente Econmico, no necesariamente contribuyen al desarrollo productivo. Prebisch (1981), por ejemplo, entiende que buena parte de la vivienda construida en los pases perifricos responde a la acumulacin de capital no reproductivo como resultado de los privilegios distributivos. Inmediatamente, esto nos plantea el problema de que la totalidad de la construccin no puede ser considerada como inversin.

Cuadro N 3. Discriminacin de los componentes de la Inversin Bruta Interna Fija (IBIF) de acuerdo a sus usos para el estudio del Excedente Econmico.

Fuente: elaboracin propia.

Como se sintetiza en el (cuadro N 3), la IBIF, desde el punto de vista del anlisis del Excedente Econmico, puede dividirse entre:

Construccin de viviendas populares a las que accede un sector no superior en ingresos al segmento de trabajadores no calificados.

Inversiones que aceitan los motores de las fuerzas productivas (IP), como equipos durables y construccin asociada a infraestructura.

Inversiones que intensifican la estratificacin social, como viviendas a las que no acceden los sectores no calificados.

Este panorama nos obliga a buscar la identificacin de los componentes de la IBIF que corresponden a cada segmento, ya que definirla como Inversin Productiva (IP) en su totalidad pierde de vista para el anlisis del EE sus implicancias en materia de desarrollo.

I) La discusin sobre la IBIF, el caso de la construccin

Durante el perodo de post-Convertibilidad la IBIF ha sido uno de los motores del crecimiento econmico (pasando del 15% al 22,6% del PBI entre 2003 y 2011), donde la construccin cumple un rol preponderante, ya que supera sistemticamente a la inversin en equipos durables (mientras que la primera representa alrededor del 60% de la IBIF, la ltima redondea el 40%). Por este motivo, un estudio pormenorizado de la construccin ser clave para interpretar sus implicancias en trminos del anlisis del EE.

Los informes del IERIC (Instituto de Estadstica y Registro de la Industria de la construccin) de los aos 2003 a 2010 sealan que el marcapasos de la construccin en el perodo bajo estudio ha sido el rubro Viviendas. En este perodo los permisos para construccin han crecido significativamente desde los 5 millones en 2003 hasta los 9,6 millones en 2008 (IERIC, 2010).

Este ritmo de la construccin residencial, no ha permitido, sin embargo, reducir el dficit habitacional del pas. Para el Censo del Bicentanario (2010), las viviendas deficitarias se mantenan en el orden del 25 al 30% del total. Estimaciones de CAVERA (2008) reflejaban situaciones similares, estimando el dficit habitacional en unas 2,5 a 3 millones de viviendas, a pesar del fuerte crecimiento del rubro en estos aos. Podemos afirmar entonces que la construccin de viviendas no ha contribuido a incrementar el Costo de Reproduccin Social dado que las condiciones de vivienda de los sectores menos favorecidos se han mantenido Qu necesidad cubrieron entonces estas nuevas viviendas? Para analizar este fenmeno, estudiaremos 2 canales de informacin alternativos: el distributivo y el crediticio.

a) La redistribucin del ingreso a partir de la devaluacin y la construccin como alternativa rentable

Para abordar la temtica de la distribucin funcional del ingreso en la Argentina en los ltimos aos, la estimacin de la Cuenta de generacin del ingreso e insumo de mano de obra (CGI) indica que la remuneracin al trabajo asalariado pas de 43% del PBI en 2001 a 34% en 2003, una cada de 8pp explicada por la devaluacin. Esta masiva redistribucin del ingreso a favor del capital fue mejorando progresivamente ya que desde 2008 recuperaba los niveles de la convertibilidad.

Para interpretar este dato en clave de Excedente, Panigo y Chena (2011) plantean que en la post-Convertibilidad se desarroll en primer trmino (2002-2005) un modelo de carcter neo-Mercantilista basado en un tipo de cambio alto que requera moderar las subas salariales y atarlas a los incrementos de productividad, suponiendo una economa export-led. En este esquema, el efecto riqueza positivo post-devaluatorio en el sector privado (asociado a la cobertura con bonos de la pesificacin asimtrica al sistema financiero y la cesacin de pagos de Deuda Pblica) sumado a la combinacin de la cada de demanda de dinero motivo reserva de valor y la salida del corralito; permitieron que aumentara el consumo de bienes durables fundamentalmente a partir de los rubros automotores y viviendas de lujo.

La materializacin del efecto riqueza positivo en construccin residencial hasta 2005 se haca notar en el fuerte incremento del ndice de la construccin reseado previamente. A la histrica tendencia de la transformacin de ahorro en ladrillos en nuestro pas (Keifman, 2005) se le sum la falta de confianza en activos financieros tales como plazos fijos o LEBACS, dando lugar al desarrollo de una fuerte construccin residencial de carcter suntuario.

Para contemplar el negocio que represent construir viviendas en el perodo desde la salida de la Convertibilidad en 2001, el grfico N 1 muestra una evolucin de precios del metro cuadrado construido y de los precios al consumidor.

Grfico N 1. Evolucin de los precios del metro cuadrado promedio de depto. 2/3 amb. (CABA) y del IPC* (Ao base: 2001=100). Perodo 2001-2008.

(*) El IPC se comput tomando las mediciones de INDEC 2001-2006 e IPC 7-provincias 2007-2008.

Fuente: Reporte Inmobiliario, INDEC y CENDA.

Como se desprende del grfico N 8, si bien desde 2001 los precios se triplicaron, el m2 aument 5,4 veces, una manifestacin de la burbuja inmobiliaria originada en el perodo. Este comportamiento en las valuaciones del mercado transform a la construccin de viviendas en una fenomenal alternativa para obtener rentas y reservar valor en la medida en que sectores concentrados capitalizaron los beneficios del crecimiento a travs de una masiva apropiacin de Excedente.

Como se desprende de los anlisis del IERIC reseados, las caractersticas de la construccin y su financiamiento no brindan un panorama alentador para pensar en la misma como parte del Costo de Reproduccin Social. En un estudio de Sproveri y Bulat (2008), se calculaba que slo el 29% de las viviendas construidas entre 1998 y 2007 eran de carcter econmico, a la vez que se constataba respecto de las viviendas de lujo que: esta clase (ABC1: viviendas suntuosas, lujosas y confortables que corresponde a las clases alta y media alta) est sobre atendida, pues se construyen anualmente unas 56.600 viviendas de estas categoras, frente a una demanda de 10.300 viviendas anuales, lo que se explica, por un lado, por el incremento del nivel de ingresos de la clase ABC1 y su consecuente mejora en la categora habitacional (aumento de la brecha de ingreso) y por otro lado, en la desproporcionada orientacin de los inversores que, deseosos de colocar sus activos en ladrillos, han preferido hacerlo en viviendas premium, lo que puede conducir a una saturacin de la oferta de viviendas para el segmento ABC1 (Sproveri y Bulat, 2008, pg. 26).

b) La accesibilidad al crdito hipotecario de los sectores no calificados

Es evidente que buena parte del crecimiento de la construccin, entonces, se explica por la construccin suntuaria. Sin embargo, sabiendo que hubo en la etapa un incremento del CRS, sera de esperar que tambin hayan mejorado las demandas de construccin de los sectores populares Las condiciones de acceso al crdito permitieron entre 2003 y 2011 este fenmeno? El grfico N2 aporta una aproximacin inicial a la respuesta:

Grfico N 2. Relacin entre salario medio y precio del metro cuadrado (CABA). Perodo 2001-2008.

Fuente: Reporte Inmobiliario, 2009: Crdito hipotecario a cuentagotas y para pocos.

Como lo testimonia el grfico, la relacin establecida entre el salario medio de la economa argentina y el precio de un metro cuadrado (tomando como referencia la Ciudad Autnoma de Buenos Aires) pas de ms de 1 a prcticamente la mitad en 2002 (estimacin Reporte Inmobiliario). Si bien los salarios han ido aumentando ms que la inflacin en estos aos (al menos hasta 2007), los precios de la vivienda lo han hecho prcticamente a la par. Esto indica que la brecha originada en 2002 entre salario y precio del m2 no ha logrado achicarse significativamente. Al respecto: Intuitivamente, se puede argumentar que el salario en U$, luego de la devaluacin, sufri un ajuste enorme. Por su parte, el valor de las viviendas en dlares present una cada menor en comparacin al salario- inicialmente, pero rpidamente comenz a recuperarse, hasta alcanzar e incluso superar sus valores de la convertibilidad () (Amado y Giesenow, 2007: 9).

De esta manera, se observa que a pesar de los aumentos de salarios y la cada en la cotizacin nominal del dlar hacia finales de la dcada, la posibilidad de que los trabajadores manuales no calificados califiquen para comprar una primera vivienda era cada vez ms difcil debido no slo al incremento de los precios del mercado de viviendas sino tambin al endurecimiento de las condiciones exigidas por los bancos (El crdito cada vez ms lejos, Reporte Inmobiliario, septiembre de 2008).

Distintos anlisis del crdito para el perodo de post-Convertibilidad (Chena y Bona, 2009; Cibils y Allami, 2010) indican que ha habido pocas transformaciones desde esta arista para revertir la tendencia regresiva desde la sancin de la Ley de Entidades Financieras en 1977. Si bien el nivel de crditos hipotecarios ha evolucionado positivamente en este perodo (Chena y Bona, 2009), resulta, por las condiciones mencionadas, inalcanzable para los obreros no calificados que utilizamos como referencia para estimar el Costo de Reproduccin Social.

En lo referente a los requisitos de calificacin, tomando como ejemplo el ao 2006: con una cuota de $ 1.000 para crditos de $ 90.000, los ingresos promedio necesarios llegaban a $ 3.200, un 280% ms que el CRS salarial que hemos estimado para ese ao. Para 2008, segn Reporte Inmobiliario se requeran ms de $ 9.400 de ingresos mensuales para calificar al crdito ms accesible en Ciudad Autnoma de Buenos Aires (CABA), mientras que para Catamarca y La Rioja (las ciudades ms baratas) la cifra ascenda a $ 5.000, llevando el promedio de la muestra para estos 18 centros urbanos prcticamente a $ 7.000. Este valor supera el triple del CRS salarial por hogar en 2008 (grfico N 3).

Grfico N 3. Ingreso mnimo necesario para acceder a un crdito hipotecario y CRS salarial mensual por hogar. Principales ciudades del pas y promedio. Pesos corrientes. Ao 2008.

Fuente: elaboracin propia en base a datos de Reporte Inmobiliario.

A partir de lo expuesto, resulta evidente que las posibilidades de acceder a una vivienda no slo han estado clausuradas para los sectores no calificados sino tambin para buena parte de la poblacin de sectores de ingresos medios y medio altos, al menos hasta el lanzamiento e implementacin del programa ProCrear. De hecho, el trabajo de Sprovieri y Bulat para CAVERA La financiacin de la vivienda de para la clase media hace hincapi en la necesidad de promover prstamos ms asequibles para segmentos de mayores ingresos (posiblemente de los deciles 6 y 7).

El resumen: la construccin residencial en el perodo de post-Convertibilidad se orient a sectores de altos ingresos como estrategia de preservacin del Excedente acumulado en detrimento de otros activos financieros. Simultneamente, estas construcciones con fines especulativos impulsaron los precios de las propiedades y combinado con la fuerte brecha salario-Pm2 generada en 2002, los grupos que no se apropian del Excedente (e inclusive algunos grupos que s lo hacen) no han tenido la posibilidad de acceder a una vivienda a travs del crdito bancario.

II) El Sector Pblico como auxilio de los trabajadores no calificados

El reverso de la construccin suntuaria, que hemos visto en el segmento dedicado a la construccin residencial privada del perodo de post-Convertibilidad, ha sido la del sector pblico, que despus de aos de magros presupuestos, recuper protagonismo en la promocin de viviendas sociales.

La construccin de viviendas pblicas (soluciones habitacionales) entre mayo de 2003 y junio de 2012 totaliz 683.154 terminadas, 205.361 en ejecucin y 29.157 a iniciar. Esta dinmica ha permitido que sectores de la poblacin otrora marginados accedieran a un hogar que no hubiese sido alcanzable de no mediar el Estado, ya que los requisitos monetarios eran lo suficientemente bajos para permitir a trabajadores no calificados pagar por las propiedades.

De esta manera, los programas nacionales de vivienda motorizados principalmente por el Programa Federal han cumplido un rol social en la promocin del acceso a un hogar propio para los sectores no calificados y de bajos ingresos, permitiendo que estos grupos hayan recibido unas 900.000 soluciones nuevas. Sin embargo, repasando los datos a los que hacamos mencin sobre el inicio del anlisis de la construccin, cuando decamos que la proporcin de hogares deficitarios no se haba modificado en 2009 y se mantena en del total de hogares argentinos (entre 2,5 y 3 millones de hogares), queda de manifiesto que sera necesario recurrir a ms instrumentos para paliar la situacin habitacional del pas.

Consideraremos, entonces, como parte del Costo de Reproduccin Social a la inversin Pblica en Vivienda y Urbanismo (V y U) y la de Agua y Alcantarillado (A y A) a partir de los datos que suministra el Plan Nacional de Inversiones Pblicas.

A partir de lo expuesto, dividiremos a la construccin en 3 categoras (cuadro N 4):

la inversin pblica en Vivienda y Agua integrar el CRS, ya que es la nica que permite a sectores populares acceder a su propia vivienda,

la construccin pblica (descontando Vivienda y Urbanismo y Agua y Alcantarillado), al igual que la construccin privada no residencial pertenecern a la Inversin Productiva, dado que brindan una plataforma de infraestructura necesaria para el desarrollo de las fuerzas productivas tales como mejoramientos en el transporte, en los caminos, en el espacio pblico, etc.

la construccin privada residencial ser considerada inversin no productiva. Como hemos visto, en este perodo ha sido un componente esencial del destino del EE. Con fastuosas inversiones en las reas ms ricas del pas y con precios aprecindose ao a ao, las edificaciones residenciales privadas has estado lejos de mejorar la infraestructura social y desarrollar las fuerzas productivas.

III) La estimacin final de la inversin Productiva

Una vez limpiada la construccin para el anlisis del EE, a nuestro concepto de inversin le restan incorporar tres componentes centrales que toman la forma de Gasto en las Cuentas Nacionales: la Educacin Superior, la Investigacin en Ciencia y Tcnica y la Cultura.

Debemos aadir entonces el Gasto Pblico en Cultura en estos aos y sumarle el Gasto Pblico Consolidado en Educacin superior ms el componente invertido en educacin superior privada. Para el cmputo de este ltimo monto, ante la imposibilidad de agregar la inversin total en cada una de las instituciones privadas, hemos tomando el Gasto Pblico universitario por estudiante y lo hemos expandido por el total de alumnos de las instituciones privadas, reconociendo que se trata de una aproximacin no exenta de imprecisiones.

Los niveles estimados en Educacin Superior, Ciencia y Tcnica y Cultura le devuelven a nuestro concepto de IP parte del componente que le habamos sustrado discriminando la construccin privada residencial. Resumimos el anlisis de la inversin esquemtica y numricamente en los cuadros N 4 y 5 respectivamente:

Cuadro N 4. Componentes de la inversin para el anlisis del Excedente Econmico en la Argentina de la post-Convertibilidad.

Fuente: elaboracin propia.

Cuadro n 5. Inversin Productiva total. Millones de dlares corrientes. Aos 2003-2011.Inversin productiva 20032004200520062007200820092010*2011*

Educacin superior y universitaria9981.1251.5432.0192.6953.6194.0555.2476.789

Educacin universitaria privada1111321952734065746849151.232

Ciencia y tcnica2543064055156798669681.2371.581

Cultura137170227276375465535683872

Educacin y cultura sin discriminar3754787249101.2411.8021.9302.6423.616

Construccin no residencial (productiva)4.4386.65110.07612.57617.08019.31213.02217.01620.415

Equipo durable7.29912.03714.61418.20023.29524.19722.16531.72142.210

total13.61220.90127.78434.76945.77150.83543.35959.46176.715

Fuente: elaboracin propia en base a datos de INDEC, ASAP y Anuario de Estadsticas Universitarias 2004, 2008 y 2010 del Ministerio de Educacin. (*)Valores estimados.Como se observa, todos los componentes crecieron significativamente en dlares, aunque en forma diferenciada: entre 2003 y 2011 la educacin universitaria pblica vio incrementada su inversin en 6,8 veces, la privada lo hizo en 11 veces (producto del aumento de la matrcula, ya que, por supuesto, equiparamos el gasto por alumno en pblicas con privadas), Ciencia y tcnica pblicas 6,2; Cultura 6,4; Educacin y cultura sin discriminar 9,6; Construccin no residencial 4,6 y Equipo Durable en 5,8 veces. Como resultado, la IP se multiplic por 5,6 entre 2003 y 2011.

El grfico N 4 nos permite visualizar las diferencias entre la estimacin de inversin que proporcionan las Cuentas Nacionales y la propia. Como podemos observar, existe una diferencia del orden de entre 4 y 8 puntos porcentuales en trminos de PBI entre una y otra medicin.

Grfico N 4. Evolucin de la IBIF y la Inversin Productiva (IP) estimada en trminos del anlisis del Excedente como porcentaje del PBI. Perodo 2003-2011.

Fuente: elaboracin propia en base a datos de INDEC.

B) La evolucin de la fuga de capitales

Los trabajos de Basualdo (2010) y Basualdo y Kulfas (2000, 2002) que abordan la temtica de la fuga de capitales en Argentina coinciden en que se trata de una variable capital para entender el perodo de valorizacin financiera (1976-2001). Como veremos, este condicionante de la poltica macroeconmica no ha retrocedido en la postconvertibilidad.

Los estudios de Gaggero y otros (2007, 2010) sealan que la misma ocasiona un drenaje de recursos que podran ser utilizados para potenciar el crecimiento econmico y el empleo (Gaggero et al, 2007), a la vez que impacta negativamente en la distribucin del ingreso.

Existen distintas definiciones de fuga de capitales, en este trabajo utilizaremos la cambiaria, que la considera como toda salida de capitales domsticos, tanto de residentes como de no residentes, del sistema financiero nacional. Esta definicin contabiliza como fuga a todos los movimientos de salida de divisas y billetes, incluyendo tanto los que salen efectivamente del pas como los llamados dlares debajo del colchn pero descontando los que se reinsertan en el circuito bancario dado que pueden tener efectos sobre el multiplicador bancario.

Siguiendo el trabajo de Gaggero y otros (2010) la estimacin de la fuga proviene de la informacin que provee el Mercado nico y Libre de Cambios del BCRA como formacin de activos externos del sector privado no financiero, menos las divisas que se reinsertan al sistema como aumentos de depsitos de entidades financieras en moneda extranjera en el Balance del BCRA. Este mtodo tiene la ventaja de captar aquellas operaciones cambiarias (como la compra de dlares) que no son tenidas en cuenta por otros mtodos (como el de Balance de Pagos) y adems gozar de la mayor exactitud que brinda el balance del Banco Central. El cuadro N 6 resume su estimacin.

Cuadro N 6. Estimacin de la fuga de capitales de acuerdo. Millones de dlares corrientes. Perodo 2003-2011.

aofuga

20032.826

20041.414

2005-659

20062.695

20078.617

200820.777

200911.270

20108.515

201125.021

Fuente: elaboracin propia en base a Gaggero y otros, 2010.

Como puede observarse, el fenmeno de la fuga de capitales en nuestra economa est lejos de haberse eliminado. Sin embargo, manifiesta dos etapas bien diferenciadas: entre 2003 y 2006 la fuga nunca alcanza los U$ 3.000 millones anuales (habiendo incluso repatriacin de capitales en 2005), mientras que desde 2007 los valores siempre superan los U$ 8.000 (con picos superiores a los U$ 20.000 millones en 2008 y 2011). Es menester sealar que, de acuerdo a este mtodo de estimacin, el mecanismo ms importante para fugar ha sido la compra de moneda extranjera, especialmente dlares.

C) Evolucin de los usos del EE

A partir del anlisis realizado, estamos en condiciones de estimar la composicin del EE segn sus destinos.

Grfico N 5. Evolucin de los destinos del Excedente Econmico. Aos 2003-2008.

Fuente: elaboracin propia.

En el grfico discriminamos los destinos del Excedente que hemos identificado. Se observa que el primer gran uso es el consumo suntuario, estimado como la diferencia entre el EE total y los montos invertidos y/o los fugados. El mismo experimenta sin embargo un descenso pleno en el perodo 2003-2011, pasando de representar casi el 80 hasta menos del 60% del EE. Se trata de una cada de ms de 20 puntos porcentuales en 9 aos. La contracara de este proceso es el aumento de la Inversin Productiva, que pasa de representar el 17,5% del EE en 2003 al 30,5% en 2007, cayendo levemente en 2008 (28,3%) y recuperndose hacia 2011 (32%). Como mencionbamos precedentemente, la fuga tiene niveles bajos hasta 2006, pero luego se dispara, llegando a superar el 11% del Excedente en 2008 y el 10% en 2011.

Grfico N 6. Evolucin del CRS, la depreciacin del capital y los usos del EE en porcentaje del PBI. Perodo 2003-2008.

Fuente: elaboracin propia.

Si hacemos un anlisis en porcentaje del PBI de los usos del EE y la evolucin del CRS en estos aos, accedemos a un panorama completo de cmo se han comportado las principales variables, hecho que ponemos en evidencia en el grfico N 7.

Interesantemente, el CRS progresa en desmedro del consumo suntuario y desde 2008 el CRS supera al consumo suntuario como primer destino del producto. Por su parte, la IP mejora su participacin hasta 2007 (18%), estabilizndose en torno a los 16-17 puntos del producto. La fuga de capitales es especialmente alta desde 2007, con picos de 6% del PBI en 2008 y 2011. Los niveles de depreciacin se mantienen relativamente constantes (9-11%) para el perodo.

Si hacemos una radiografa esttica del PBI para los aos 2003 y 2011, observamos que de punta a punta: de los 18 puntos del PBI que pierde el consumo suntuario y el 1% que cae la depreciacin, 8 son absorbidos por el aumento del CRS, 6 por la Inversin Productiva y otros 4 por la fuga de capitales. Si bien tanto la dinmica redistributiva (aumento del CRS) como productiva (incremento de la IP) ha resultado virtuosa en los extremos de la muestra, tambin es evidente que desde 2007 la misma sufre un amesetamiento, indicando la dificultad para perforar barreras estructurales a procesos redistributivos y de cambio en los regmenes de acumulacin. 4- Conclusiones

En el trabajo presentado se ha intentado realizar un anlisis del Excedente Econmico en la Argentina de los ltimos aos, poniendo especial nfasis en sus destinos para el anlisis del desarrollo.

El objetivo ha sido revitalizar una discusin que fue central para la Economa Poltica desde los clsicos: la generacin y el uso del Excedente Econmico. Intentando abordar desde diferentes ngulos este fenmeno, se lleg a la conclusin de que este asunto resulta clave para el anlisis, el diagnstico y la comprensin del desarrollo y subdesarrollo de las economas perifricas, donde la desigualdad y la estratificacin social se hacen alarmantes.

Al debate sobre la importancia del Excedente Econmico le hemos incorporado una estimacin del mismo tomando como referencia la propuesta de Furtado. Para ello, se cuantific el CRS tomando como representativo del mismo el nivel de vida de los trabajadores no calificados.

El Excedente Econmico estimado resulta de una enorme cuanta. Sin embargo, la dinmica es virtuosa, ya que entre 2003 y 2011 el Costo de Reproduccin Social crece mientras que el EE se reduce del 62 al 54% del producto.

El otro aporte que pretende brindar este trabajo es el relacionado el anlisis de los destinos del EE. Para ello, se discrimin entre inversin productiva, fuga de capitales y consumo suntuario.

Distancindonos del concepto de inversin que brindan las cuentas nacionales (IBIF), preferimos construir una variable que refleje fielmente la potenciacin de las fuerzas productivas. Encontrando que la construccin residencial en este perodo ha sido en buena medida refugio de valor de los sectores acaudalados, y sin que los trabajadores no calificados puedan acceder a la vivienda propia, asignamos la construccin privada residencial al consumo suntuario (algo que Prebisch haba alertado hace 30 aos). Por su parte, encontramos que la vivienda construida por el Estado obedece a patrones de reproduccin social (por sus bajos costos) y no de promocin de fuerzas productivas, por lo que la definimos como parte del CRS.

La Inversin Productiva estimada result de limpiar los componentes de reproduccin social (vivienda pblica social) y de consumo suntuario (construccin privada residencial) y agregar otros gastos que s permiten desencadenamientos productivos: cultura, ciencia y tecnologa y educacin superior. La variable construida prcticamente duplic su participacin en el EE en la etapa (pasado del 17 al 32% entre 2003 y 2011). A pesar de ello, slo 1/3 del EE y apenas el 17% del PBI tienen como destino el desarrollo de fuerzas productivas, mientras que lo restante se transforma en consumo opulento o fuga de recursos.

En este sentido, se encontr que la fuga de capitales contina siendo un problema endmico, an en pocas de crecimiento y estabilidad macroeconmica como lo fueron estos aos. Entre 2003 y 2011 la fuga de capitales totaliz U$ 80.476 millones (31% explicada por la fuga del ao 2011: U$ 25.000 millones), la mayor parte de la misma va compra de moneda extranjera. Por su parte, el principal destino del EE contina siendo el consumo suntuario o imitador de los centros, casi el 60% del EE y un 31% del PBI. Si bien parece un dato desalentador, manifest una disminucin significativa en la etapa.Los resultados permiten concluir que en estos aos se lograron avances significativos en lo que respecta al incremento del CRS, reducido a su mnima expresin a principios de los aos 2000. Esto no slo se apoya en incrementos salariales sino adems en mejoras en los gastos de reproduccin social (educacin bsica, salud pblica y subsidios). Sin embargo, en lo referente a los destinos del EE, si bien se ha incrementado la Inversin Productiva, se mantuvieron los mismos los patrones de conducta propios de la valorizacin financiera (persistente fuga de capitales y elevado consumo suntuario).

En este sentido, recientes medidas parecen haber dado cuenta de estas problemticas: en octubre de 2011 se establecieron controles de cambios para disciplinar a los fugadores de divisas y en junio de 2012 se lanz el programa ProCreAr, que permite el acceso al crdito hipotecario a sectores populares que lo tuvieron vedado todos estos. Restara a este paquete incorporarle medidas tendientes a incrementar la IP, tanto mediante polticas industriales sectoriales como a travs de la creacin de un Banco de Desarrollo Productivo. Todo programa requiere un financiamiento, por lo que no debe descontarse la bsqueda de mayor apropiacin de rentas (petrolera, minera, agraria, pesquera) por parte del Estado para recuperar la dinmica virtuosa amesetada desde 2007.

Construccin de viviendas populares

COSTO DE REPRODUCCIN SOCIAL

EXCEDENTE ECONMICO

IBIF

Equipos durables y Construccin (infraestructura)

Construccin de viviendas de carcter suntuario

Gastos no contemplados en la IBIF

IBIF

Equipo Durable

Construccin

Privada

no residencial

Pblica

no residencial

Privada residen-cial

Pblica en vivienda

Ciencia y Tcnica

Cultura

Educacin Superior

Inversin en reproduccin social

Inversin no productiva (Consumo suntuario)

Inversin Productiva

Excedente Econmico

CRS

Este trabajo se basa en la metodologa del libro Origen, apropiacin y destinos del excedente econmico en la Argentina de la postconvertibilidad (Sbattella, Chena, Palmieri y Bona, 2012).

Sbattella, Jos A.: Presidente de la UIF, Director del Instituto de Estudios Fiscales y Econmicos (IEFE). UNLP.

Chena, Pablo I.: Lic. En Economa (UNCu). Dr. En Economa (Univ. Picardie Jules Verne, Francia), Dr. En Ciencias Sociales (UBA). Miembro del IEFE. UNLP.

Palmieri, Pilar: Lic. En Economa (UNLP). Maestrando en Sociologa Econmica de la UNSaM, miembro del IEFE. UNLP.

Bona, Leandro M.: Lic. En Economa (UNLP). Maestrando en Economa Poltica de FLACSO, miembro del IEFE. UNLP.

La Poblacin Potencialmente Activa comprende a todas las personas mayores de 15 aos y menores de 64 aos, se trata de las personas que estn en edad de trabajar.

La inclusin de los subsidios a la energa y el transporte como parte del CRS provisto por el Estado es materia de debate. Recientemente, el Gobierno Nacional inici un proceso de retiro parcial de los subsidios con el propsito de disminuir su participacin en el gasto pblico. Est claro que mantener estas tarifas fue una transferencia a prestadores/proveedores de estos servicios, financiando su tasa de ganancia. Sin embargo, no puede descontarse que tambin significaron una proteccin a los ingresos de los sectores populares en un escenario de inflacin desde 2003 y, fundamentalmente, 2007 en adelante. Para una discusin de esta poltica, ver Bona (2012).

La tasa de depreciacin est estimada para el perodo 1993-2004. La utilizacin de esta tasa es vlida en el mediano plazo, ya que la depreciacin agregada depende de la composicin del stock. Sin embargo, en el largo plazo, la composicin del stock de capital depender de la composicin de los flujos de inversin (Keifman, 2005).

Para diversas interpretaciones de la dinmica social en la postconvertibilidad desde el punto de vista de las clases sociales y sus fracciones, ver Ms all del individuo. Clases sociales, transformaciones econmicas y polticas estatales en la Argentina contempornea. Chena, Fliz, Prez y otros (2012). Editorial El Colectivo.

Posiblemente este haya sido uno de los motivos que impuls el recientemente lanzado programa ProCrear, que se supone financiar con crditos a tasas reales negativas la construccin de nuevas viviendas, fundamentalmente para sectores populares.

Disponible en INDEC.

El ingreso mnimo necesario se calcul bajo las siguientes condiciones: simulacin en base a crdito del Banco Hipotecario a 240 meses a tasa variable de 12,75%, prstamo del 70% del valor total de la propiedad, tipo de cambio de referencia: $ 3,73 = U$ 1, valores promedio de referencia de las ciudades segn Reporte Inmobiliario.

Las cuotas contemplaban las necesidades de los grupos vulnerables y variaban segn el programa, empezando por $ 500, entre $ 500 y $ 1.000, etc. (Informe Sntesis FONAVI 2007).

Una discriminacin y anlisis pormenorizado de la fuga de capitales en Argentina y sus mtodos de estimacin en la postconvertibilidad se encuentra en Sbattella y otros (2012).

A fines de 2011 el Gobierno Nacional, en consonancia con la AFIP y el BCRA, han dispuesto medidas ms restrictivas a la compra de divisas en el mercado local. Si bien el argumento era el de mejorar los controles sobre lavado de dinero, es evidente que tambin persegua detener la masiva fuga de capitales que opera por esta va. Segn el Departamento del Tesoro estadounidense, Argentina es el pas que tiene ms dlares (en billetes) por habitante del Mundo.

Vale destacar que la Inversin aadida a la productiva (principalmente en capital humano) no se deprecia, lo que puede explicar la estabilidad de los niveles de depreciacin del capital fijo. El aumento en 2009 se da como resultado de la cada del PBI medido en dlares corrientes de ese ao.