economía en el rio de la plata

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Economía en El Rio de La Plata

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Antes de la entrada en vigencia del Reglamento para el Comercio Libre, el puerto de Buenos Aires estaba muy lejos de ser lo que es ahora. Con poca profundidad y asentado sobre un terreno muy barroso, los barcos deban anclar a cientos de metros de la costa. Hasta all iban las carretas para descargar las mercancas y traerlas a tierra firme. Pese a su precariedad, el puerto rioplatense fue incrementando su actividad a punto tal de preocupar no slo al comercio de Lima sino tambin a la economa de los pueblos del Interior debido a la competencia que le hacan los productos importados.Espaa obligaba a sus colonias a comerciar en forma exclusiva con la madre patria: ese sistema econmico se conoce como monopolio y su aplicacin ahogaba toda posibilidad de progreso. En 1778 Carlos III moder esa situacin al habilitar 33 puertos en Amrica y Espaa para el intercambio y suprimir algunos impuestos. Pese a las nuevas medidas, los comerciantes porteos, en especial los criollos que eran los menos favorecidos, pretendan algo ms: el libre comercio.Espaa impuso un rgido sistema comercial a sus dominios en America, conocido como el monopolio, segn el cual las colonias solo podan comerciar a travs suyo. El problema era que Espaa no era un potencia industrial ni mucho menos y no estaba en condiciones de abastecer y comprar a su vez, todos los productos que produca Amrica. Por lo tanto, se fue transformando en una intermediaria entre los productores y consumidores ingleses o franceses y los productores y consumidores americanos. Era una situacin injusta que provoco distintas consecuencias. Por un lado el desarrollo del contrabando, es decir la entrada y salida de mercaderas por puertos clandestinos para no pagar derechos de aduana. Por otra parte fue generando mucho descontento, sobre todo en Buenos Aires, y fomentando las ideas partidarias de terminar con el monopolio y el fomento del libre comercio.Dentro del enorme territorio del virreinato del Ro de la Plata, convivan regiones muy diferentes con situaciones culturales, sociales y econmicas muy distintas. Esto va a tener consecuencias muy importantes para nuestro futuro como pas.Buenos Aires era la zona mas rica. Las principales actividades eran la ganadera y el comercio. Los grandes campos de Buenos Aires fueron un excelente criadero natural para las vacas y caballos dejados por Don Pedro de Mendoza all por 1536. Desde entonces no pararon de reproducirse y para la poca del virreinato resultaron ser la principal riqueza de la zona. El cuero, el sebo y el tasajo (grasa salada que se usaba para alimentar a los esclavos de EEUU y Brasil) se exportaban a muy buen precio enriqueciendo a los estancieros de Buenos Aires. La capital disfrutaba del privilegio de tener el puerto y la Aduana, la principal fuente de recursos.El litoral competa con Buenos Aires en la produccin ganadera pero estaba en desventaja por que no tena puertos habilitados al comercio internacional.En el interior se fueron desarrollando pequeas industrias y artesanas en las que se fabricaban vinos, licores y aguardientes (Mendoza y San Juan), ponchos y tejidos (Catamarca, La Rioja), carretas (Tucumn, Crdoba y Salta) yerba mate y tabaco (Corrientes y Misiones). Estas pequeas industrias no podan competir con la gran industria inglesa. A estas regiones el sistema de monopolio les daba cierta proteccin.La industria fue el sector de la economa americana menos favorecido por el gobierno de la metrpoli. Hay que tener en cuenta que Amrica constitua el principal mercado consumidor de las manufacturas espaolas y que por ello, tanto la corona como los propios fabricantes y comerciantes, estaban interesados en impedir el establecimiento de manufacturas en las colonias. Su objetivo era evitar a toda costa que la demanda de productos espaoles decayera. Una ordenanza real estableca lo siguiente: "Su Majestad no puede permitir que se multipliquen o aumenten ni an que subsistan dichos establecimientos fabriles. Lo estima contrario al bien y a la felicidad de todos sus vasallos y dominios y recela que acostumbrados sus vasallos a los calores y trabajos de dichos rehusaran despus volver a las minas de oro y plata y al cultivo de los preciosos frutos y efectos de esos reinos que tienen seguro consumo en esta pennsula.As que quiere S. M. de V. E. se dedique con todo celo ,y la preferencia correspondiente a examinar cuntos y cules son los establecimientos de fbricas y manufacturas que se hallan en todo el distrito de su mando, y a procurar la destruccin de ellos por los medios que estime ms conveniente.."Durante el virreinato de Arredondo se creo el Consulado en 1794, un organismo destinado a organizar la vida economica de la Colonia. Controlaba a los comerciantes para que no aumentaran injustificadamente sus precios y para con no engaaran a sus clientes con los pesos y medidas de sus mercaderas.El primer secretario fue un joven criollo que habia estudiado en Europa las ms modernas teoras econmicas, Manuel Belgrano, quien en los informes anuales del consulado aconsejara a las autoridades fomentar la industria y las artes productivas."No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conoc a los hombres nombrados por el Rey para el Consulado. Todos eran comerciantes espaoles, exceptuando uno que otro, nada saban ms que su comercio monopolista, a saber: comprar por cuatro para vender con toda seguridad a ocho."Las ideas innovadoras de Belgrano quedarn reflejadas en sus informes en los que tratar por todos los medios de fomentar la industria y modificar el modelo de produccin vigente. ()Hiplito Vieytes y Manuel Belgrano publican elSemanario de agricultura, industria y Comercio.En uno de sus primeros nmeros deca:"Si se tiende la vista por la vasta extensin de nuestras campaas, al instante se presenta la triste situacin del labrador, ste, aunque dueo absoluto de una porcin de tierra, capaz en otras tierras de mantener a un potentado, vive de ella escasamente y se halla sin recursos y sin auxilios para hacerla producir. Desconoce enteramente todo gnero de industria; labra solamente aquella porcin que considera necesaria para su sustento, y lo que es peor, desconoce enteramente aquel deseo que nace con los hombres de aumentar sus comodidades y sus bienes.