easton - esquema para el analisis politico (cap. 7 y 8) (1965) (1)

22
innovaciones en su repertorio de respuesta, ensanchándolo. En último análisis, se dispondrá de tantas respuestas alter- nativas para enfrentar una situación tensiva como sea capar de crear el ingenio humano. Una vez más, a diferencia de lo implicado en el modelo de equilibrio, los miembros no necesitan absorber simplemente una perturbación e intentar restablecer de manera mecánica algún antiguo punto d estabilidad del sistema político, o pasar a otro nuevo. Ea realidad, aceptarlo equivaldría a dejar el sistema en manos de algún elemento político invisible. Los miembros tienen opciones, y dentro del margen de estas opciones puedes resultar consecuencias alternativas para la persistencia del sistema. Una de esas opciones, capital para los sistemas so- ciales, consiste en la búsqueda de caminos completamente nuevos para enfrentar incluso tipos antiguos de tensión. L adaptación, si así se quiere llamar a este proceso, pasa a ser tarea creadora y constructiva, inspirada en ciertos objetivos y dotada de una dirección. Desbordaría los límites de esta obra hurgar, aunque fuera someramente, en los modos reales con que los sistemas po;% ticos enfrentaron tensiones, o lo que es lo mismo, en kx principales tipos de tensión a que estuvieron expuestos desde tiempos inmemoriales. La elaboración del aparato conceptual apropiado a estos fines constituirá la parte me- dular de un próximo volumen. Aunque no ahondemos en estos problemas, es evidente que para seguir examinando cómo los sistemas manejan la ten- sión, necesitaríamos disponer de conceptos satisfactorios para descubrir y analizar cómo se les imponen las perturbaciones No creemos que ésta sea una cuestión de simple sentido común, si bien la investigación actual parece sostener in- advertidamente lo contrario. Al analizar este punto en el capítulo siguiente, veremos la necesidad de crear conceptcs especiales para ello: los que he de llamar insumos y pro. ductos. Iq xnxyjrf utqıynht gfjt yjsxnós ¡Cómo descubrir el modo en que las perturbaciones afectan al funcionamiento de un sistema? La investigación política tendió a prescindir de esta cuestión o a suponer que no constituye un problema especial vincular hechos del am- biente con las estructuras y procesos internos de un sistema político. Es importante considerar problemático lo que nor- malmente se da por descontado. En efecto, descubriremos que el mismo método que resultó útil para averiguar la repercusión de las perturbaciones en un sistema político, nos proporcionará también indicadores de tensión esenciales y teóricamente manejables. En este capítulo examinaré el modo preciso en que ciertos hechos y circunstancias del ambiente se transmiten al sistema político como fuentes po- ibles de tensión. La comunicación de perturbaciones al sistema político Perturbaciones ambientales debidas al cambio Comenzaré en forma relativamente simple. Intentamos en- tender cómo se las arregla un sistema político cualquiera para persistir. Suponemos que está sujeto a influencias de varias clases, que derivan del ambiente o de hechos que llenen lugar dentro de un sistema político: es lo que hemos Mamado perturbaciones. Una cosa es reconocer de manera ;eneral que un sistema puede estar sujeto a esas influencias, y otra muy distinta crear categorías de análisis que permitan tratar las complejidades inherentes a su transmisión al sis- tema político. Teniendo en cuenta la magnitud de la tarea, haré a un lado 7:: 478

Upload: carolina-garcia

Post on 25-Apr-2015

25 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

innovaciones en su repertorio de respuesta, ensanchándolo.En último análisis, se dispondrá de tantas respuestas alter-nativas para enfrentar una situación tensiva como sea caparde crear el ingenio humano. Una vez más, a diferencia delo implicado en el modelo de equilibrio, los miembros nonecesitan absorber simplemente una perturbación e intentarrestablecer de manera mecánica algún antiguo punto destabilidad del sistema político, o pasar a otro nuevo. Earealidad, aceptarlo equivaldría a dejar el sistema en manosde algún elemento político invisible. Los miembros tienenopciones, y dentro del margen de estas opciones puedesresultar consecuencias alternativas para la persistencia delsistema. Una de esas opciones, capital para los sistemas so-ciales, consiste en la búsqueda de caminos completamentenuevos para enfrentar incluso tipos antiguos de tensión. Ladaptación, si así se quiere llamar a este proceso, pasa a sertarea creadora y constructiva, inspirada en ciertos objetivosy dotada de una dirección.

Desbordaría los límites de esta obra hurgar, aunque fuerasomeramente, en los modos reales con que los sistemas po;%ticos enfrentaron tensiones, o lo que es lo mismo, en kxprincipales tipos de tensión a que estuvieron expuestosdesde tiempos inmemoriales. La elaboración del aparatoconceptual apropiado a estos fines constituirá la parte me-dular de un próximo volumen.Aunque no ahondemos en estos problemas, es evidente quepara seguir examinando cómo los sistemas manejan la ten-sión, necesitaríamos disponer de conceptos satisfactorios paradescubrir y analizar cómo se les imponen las perturbacionesNo creemos que ésta sea una cuestión de simple sentidocomún, si bien la investigación actual parece sostener in-advertidamente lo contrario. Al analizar este punto en elcapítulo siguiente, veremos la necesidad de crear conceptcsespeciales para ello: los que he de llamar insumos y pro.ductos.

Iq"xnxyjrf"utqıynht"gfjt"yjsxnós

¡Cómo descubrir el modo en que las perturbaciones afectanal funcionamiento de un sistema? La investigación políticatendió a prescindir de esta cuestión o a suponer que noconstituye un problema especial vincular hechos del am-biente con las estructuras y procesos internos de un sistemapolítico. Es importante considerar problemático lo que nor-malmente se da por descontado. En efecto, descubriremosque el mismo método que resultó útil para averiguar larepercusión de las perturbaciones en un sistema político,nos proporcionará también indicadores de tensión esencialesy teóricamente manejables. En este capítulo examinaré elmodo preciso en que ciertos hechos y circunstancias delambiente se transmiten al sistema político como fuentes po-ibles de tensión.

La comunicación de perturbacionesal sistema políticoPerturbaciones ambientales debidas al cambio

Comenzaré en forma relativamente simple. Intentamos en-tender cómo se las arregla un sistema político cualquierapara persistir. Suponemos que está sujeto a influencias devarias clases, que derivan del ambiente o de hechos quellenen lugar dentro de un sistema político: es lo que hemosMamado perturbaciones. Una cosa es reconocer de manera;eneral que un sistema puede estar sujeto a esas influencias,y otra muy distinta crear categorías de análisis que permitantratar las complejidades inherentes a su transmisión al sis-tema político.Teniendo en cuenta la magnitud de la tarea, haré a un lado

7::478

Page 2: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

por el momento las perturbaciones que ocurren dentro de unsistema, para circunscribirme a las que surgen en el am-biente, especialmente en la parte intrasocietal. Es lícito pro-ceder de este modo porque, en teoría, los problemas quederivan de tratar las perturbaciones internas y externas tie-nen status semejante, y por consiguiente, no requieren instru-mentos analíticos especiales.Empezaré por suponer, a título ilustrativo, que los sistemasambientales están sometidos también a cambios considera-bles. ¿ Cómo vincular estos cambios con sus consecuenciaspara un sistema político?Por ejemplo, ya es cosa común insistir en los problemasprincipales que se les plantean a las sociedades tradicionalespor su lenta exposición a los efectos de las civilizacionesindustrializadas, en los últimos siglos, y el ritmo e intensidadrepentinamente acrecentados de esos contactos en nuestradías. A través de una compleja maraña de influencias, estollevó al nacimiento de nuevas unidades nacionales en nú-mero sin precedentes; a la redistribución de la poblaciónen centros urbanos superpoblados, cargados de tensiones; alcrecimiento' de una élite educada en los ideales de la civili-zación occidental; a la lenta infiltración de esas ideas en losvastos núcleos indígenas, y a la implantación de nuevasescalas de valores asociadas a la desaparición de una eco-nomía de subsistencia y a la difusión de cultivos de ventainmediata en el mercado. Economía monetaria, movilidadde las personas y nuevos ideales y objetivos para los indivi-duos y colectividades: todo esto fomentó la importación radopción de nuevas aptitudes técnicas. Estas, se advirtió,eran críticas, tanto para facilitar elemento humano al com-plejo industrial en desarrollo, que puede ser de evoluciónlenta, como para movilizar a los miembros de la sociedaden pos de ambiciones y posibilidades recién descubiertas.El cambio significó un despertar bastante rápido con res-pecto al poder de la conducta organizada por medio desindicatos obreros, partidos políticos y grupos de base étnicao tribal. Para la consecución de objetivos económicos y poli-ticos es igualmente indispensable adoptar estructuras buro-cráticas racionales.Los cambios societarios mencionados tuvieron efectos deci-sivos sobre el funcionamiento de un sistema político (o cabe

demostrar que pueden tenerlos) . En muchos casos, por loque respecta a las naciones en desarrollo, en especial enAfrica, provocaron en los sistemas políticos 1"nativos tensionestales que esos sistemas resultaron incapaces de enfrentar lasperturbaciones. Los antiguos sistemas tribales, ya un tantoatrofiados por las diversas políticas coloniales, están simple-mente en proceso de desaparición, aunque a paso lento.Pocas dudas hay de que serán absorbidos por completo, enla mayoría de los casos, por sistemas seculares de base terri-torial y organización burocrática.Si intentáramos vincular estos cambios del ambiente de unsistema —de su economía, cultura y estructura social— conel destino del sistema político en cuestión, deberíamos seguirenumerando los diversos elementos del ambiente que sufrie-ron cambio. Podríamos vincularlos ad hoc con sus aparentesresultados para las estructuras y procesos de los sistemaspolíticos relevantes. Según cuáles fueran nuestros intereses,podríamos escribir volúmenes enteros mostrando cómo elcambio y el desarrollo, tanto en las naciones nuevas comoqn las antiguas, provocaron la aparición de partidos, legis-laturas, nuevas pautas de reclutamiento político, nuevas da-tes de motivaciones políticas, formas especiales de grupos deintereses, tipos de participación política diferentes de losque conocemos en Occidente y métodos nuevos de direccióné control. Pero al final nos encontraríamos; ante la necesidadde poner algún orden en esa confusión de teorías descripti-vas materiales y parciales, o sea de las llamadas teorías degrupos de intereses, partidos, personalidades o cambios polí-ticos estructurales en las regiones en desarrollo que hayanpodido surgir. Necesitaríamos, al menos, un orden derivado,no ya del hecho de que las investigaciones se ocupen de loque todos los observadores concordarían en llamar trans-formaciones importantes de la vida política, atribuibles acircunstancias ambientales cambiantes, sino de algo más.Podríamos tratar de ordenar teóricamente los datos, pos-tulando requisitos funcionales, la posibilidad de reemplazarestructuras y la comparación de estructuras variables paracumplir funciones constantes. Por más valor científico quepueda tener ese enfoque, se ha demostrado de modo termi-nante que por lo que respecta a la teoría resulta, en el mejor

146 47:

Page 3: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

i

•e los casos, trivial, 1 y en el peor, atrapa al investigador enn juego de números gigantesco e interminable: se lo alientaestablecer su número favorito de funciones invariables y

o hay manera satisfactoria de escoger entre las alternativas.:n la medida en que este enfoque tiene alguna validez, ésta

•eriva del hecho de que esclarece lo que hay en el fondo•e toda investigación científica. Toda indagación postula*ertas clases de funciones, aunque no se emplee, ni sea ne-esario emplear, el término exacto. Por esta razón, la idea-ificación explícita de la función no revela la presencia deinguna teoría especial. Refleja solamente una postura cien-' ica, que sin duda, merece estímulo. Indica además el•unto de partida para construir la teoría. Detenerse aquí

comparar meramente estructuras optativas es obligarnos aesperar en suspenso que llegue la próxima etapa, es decir,algún tipo de teoría.Incluso para comenzar la indagación teórica es necesariomucho más que relacionar las estructuras variables con lasfunciones. El orden que el análisis funcional, por lo menatal como ha sido esbozado vagamente en la ciencia política.intenta poner en la investigación comparativa, deja intactalos problemas básicos de la construcción teórica y hastapodría perjudicarla, si inadvertidamente se le permitieraocupar el lugar de la teorización. No ofrece lo mínimoque cabría pedir: un modo de ordenar datos fundado eaun cuerpo coherente y consistente de conceptos, salvo lallamados términos funcionales que son y deben ser comunesa toda indagación 'científica. Además de estas consideradlanes generales, el llamado enfoque funcional nos haría seguirluchando en pos de una elaboración sistemática de la rela-ción entre los cambios ambientales y las respuestas que seproducen dentro de los sistemas políticos.

La estabilidad como caso especial de cambio

Aunque renunciáramos a la suposición de que el cambisse opera en el ambiente y nos fijáramos en los sistemas cuna1 K. Davis, "The Myth of Functional Analysis".2 También yo ensayé este "juego de números", por ejemploel articulo "Political Anthropology" ya citado.

148

ambientes han permanecido relativamente estables (casoexcepcional en el mundo moderno, pero frecuente en tiem-pos pasados y sin duda posible, aunque sea de manera espo-rádica, en el futuro), seguimos frente al problema de cómotratar en forma económica y sistemática las influencias pro-cedentes del ambiente. Tanto si un sistema está incluidoen un ambiente en constante cambio o en uno estable, loselementos de éste continúan influyendo sobre su funciona-miento. El análisis del efecto del ambiente estable sobreun sistema plantea los mismos problemas teóricos que losambientes de cambio rápido, aunque el ritmo de cambiopuede tener consecuencias adicionales importantes.Si bien el amor de la ciencia social por los problemas delcambio ha sido un acontecimiento reciente y repentino,y corremos ahora el peligro de ser inundados por una mareade teorías del cambio, por lo menos nos hizo abrir los ojosante el hecho de que cualquier teoría general, si posee unmínimo de adecuación, debe poder tratar el cambio tanfácilmente como trata la estabilidad .3 Pero lo cierto es queal elaborar las categorías básicas iniciales del análisis, no serequieren conceptos especiales para estudiar el cambio Enrealidad, el hecho de introducirlas sería un signo de debi-lidad y disgregación de la teoría, no de fuerza e integración.La estabilidad es solo un ejemplo especial de cambio, queno difiere en género de éste. Ninguna situación social poseePautas de interacción absolutamente invariables. Para que laestabilidad tenga un sentido significativo, es preciso querepresente un estado cuyo ritmo de cambio sea suficiente-mente lento para no crear problemas especiales. Pero cam-bio siempre hay. Por consiguiente, el estudio de sistemasestables comprende un caso especial de cambio, aquel enque el ritmo es lento. De modo análogo, el así llamadocambio atrae la atención hacia otro caso especial, en queel ritmo es lo bastante acelerado para crear consecuencias

I Aplico en este caso el concepto de "cambio" en el sentidoamplio que le da la ciencia social. Lo cierto es que la estabilidadx"está relacionada con el cambio ni con su antítesis. En cuantof"la diferencia entre situación estática y situación cambiante, véasefxn"ya citado artículo "Limits of the Equilibrum Model in Sociallesearch".

47<

Page 4: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

de las que es necesario tomar nota, tanto analítica comoempíricamente.No obstante, cualquier teoría o marco conceptual generaldebe poder ocuparse a la vez de ambos casos especiales 1

Para comenzar, el objetivo esencial no será crear una seriede categorías para analizar casos especiales, sino una quesea útil para identificar las variables principales incluidasen el funcionamiento del sistema, prescindiendo por el mo-mento del ritmo de cambio. El hecho de que un sistemacambie en forma imperceptible y de él se diga, por ende,que es estable, o que cambie rápidamente y se lo califiquede inestable o en transición, no altera la naturaleza de lasvariables fundamentales a examinar. Puede incrementarlas >

pero no suprimirlas. Las categorías que presentaremos estánconcebidas con este carácter genérico.

Perturbaciones ambientales en condiciones de estabilidad

Aun en condiciones de estabilidad, en que la tasa de cambioes lenta, hay interacción entre el ambiente y un sistema. Deahí que aunque se necesitara elaborar una teoría especialdel cambio, ella no eliminaría la semejanza existente entreel cambio y el no cambio con respecto a los continuosintercambios entre un sistema político y su ambiente.Supongamos, a título de ejemplo, que nos interesa averiguarlas consecuencias de la estratificación social en la estructurapolítica. En cierto punto, allí donde se haya producido uncambio en la estructura social, podríamos descubrir que elreordenamiento de las clases sociales modificó la distribu-ción del poder en la sociedad de modo tal que una nuevaélite política suplantó a la anterior. Tanto la revoluciónfrancesa como la rusa tuvieron consecuencias de esta índole.Pero una vez producidos estos efectos sobre el sistema po-lítico, esto no eliminó los efectos de la nueva estructura declase sobre la sociedad, aunque permanecieran absoluta-mente estáticas las relaciones de la nueva clase. Incorporadoy estabilizado, el cambio puede seguir influyendo sobre otrosaspectos de la sociedad. No es como la fulminación de unrayo, que causa su daño y desaparece dejando un simple

efecto residual; antes bien, constituye una presión continuasobre el sistema político.El nuevo status y estructura de clases de la sociedad ejerceráen varias formas esa presión sobre la estructura política.Podría afectar a las personas reclutadas para cargos políti-cos, la diversidad de problemas puestos en discusión y eltipo de decisiones que se adopten y ejecuten. La ausencia decambio no implica que la política escape a la influenciade sus parámetros, sino la estabilización de estas influencias.En otras palabras, los intercambios entre un ambiente y elsistema político en él ubicado continúan, pero sin modifi-caciones importantes.Comprender esto es esencial. Aun en el caso irreal de unambiente absolutamente estático, habrá transacciones. Deotro modo, sería incomprensible que un sistema experimen-tara tensiones sin que se alteraran sus condiciones de exis-tencia. Si las condiciones mismas hubieran sido siempretensivas, un sistema podría ser destruido, no a consecuenciade la aparición de nuevas tensiones, sino de la incapacidad delos miembros para tratar en tal o cual momento las antiguasy estables con el mismo acierto que sus predecesores.

Las variables que sirven de nexo entreel sistema y el ambiente

De este análisis se desprenden claramente dos cosas: pri-mero, que hay una gran diversidad de influencias proce-dentes del ambiente de un sistema político que puedenperturbar la forma en que éste desempeña sus tareas; se-gundo, que estas influencias existen tanto si el ambientees mlativamente estable como si fluctúa a tontas y locas. Elcambio ambiental que tanto —y con tanta razón— llamala atención en la actualidad, no crea problemas teóricosnuevos para construir una estructura general de análisis;agrava simplemente un problema analítico ya existente.¡Cómo sistematizar o entender el modo en que se trans-fieren a un sistema político las perturbaciones o influenciasque proceden del ambiente? ¿Debemos tratar cada cambio

150 151

Page 5: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

t"ujwyzwgfhnós"htrt"ynut"ufwynhzqfw"t"ljsjwfq/"xjlús"qtxhfxtx/"Ç"qnrnyfwstx"f"ijyfqqfw"xzx"jkjhytx"jxujhıknhtxC"Sn"fxıkzjwf/"qtx"uwtgqjrfx"ijq"fs¨qnxnx"xnxyjr¨ynht"xjwıfs"nsxzuj0wfgqjx/"ijgnit"f"qf"jstwrj"in{jwxnifi"ij"nskqzjshnfx1"Ishfrgnt/"xn"uzin‘wfrtx"ijxhzgwnw"zs"rtit"ij"ljsjwfqnáfwszjxywt"r‘ytit/"hfgwıf"jxujwfw"vzj"jxf"in{jwxnifi"xj"wjiz0jjwf"f"zs"súrjwt"wjqfyn{frjsyj"ujvzjñt/"Ç"js"htsxjhzjshnfk¨hnq"ij"rfsjjfw/"ij"nsinhfitwjx"t"{fwnfgqjx1"Ixyt"jx"qt"vzjrj"uwtutslt"mfhjw1

Transacciones a través de los límites de un sistema

Tjsnjsit"js"hzjsyf"vzj"mjrtx"htshjgnit"fq"xnxyjrf"utqıynhthtrt"xjufwfgqj"ij"ytitx"qtx"ijr¨x"xnxyjrfx"xthnfqjx/"Ç"frjszit"inkjwjshnfit"fxnrnxrt"utw"zsf"jxywzhyzwf"utqıynhfnsijujsinjsyj/"jx"úynq"ywfyfw"qfx"ujwyzwgfhntsjx"t"nskqzjshnfxvzj"uwthjijs"ij"qf"htsizhyf"ij"qtx"xnxyjrfx"frgnjsyfqjxhtrt"intercambios o transacciones vzj"fywf{njxfs"qtx"qırnyjxijq"xnxyjrf"utqıynht1"Rnslzst"ij"qtx"fruqntx"xnxyjrfx"xthnfqjxjs"vzj"in{niı"jq"frgnjsyj"jx"utw"htruqjyt"nsijujsinjsyjij"qtx"ijr¨x>"xj"if"jsywj"jqqtx"zsf"nsyjwujsjywfhnós"htruqj0jf1"Ix"ijhnw/"hfif"zst"xj"fxthnf"f"tywt"ij"fqlús"rtit/"fzs0vzj"xjf"js"ktwrf"rzÇ"qnljwf1"Sj"uzjij"jruqjfw"jq"y‘wrnst%nsyjwhfrgntx%"ufwf"ijxnlsfw"qf"rzyzfqnifi"ij"qfx"wjqfhntsjx1jx"ijhnw"hzfsit"hfif"zst"jjjwhj"nskqzjshnf"wjhıuwthf"xtgwjjq"tywt/"Ç"%ywfsxfhhntsjx%"hzfsit"ijxjjrtx"nsxnxynw"js"jq"rt0{nrnjsyt"ij"zs"jkjhyt"js"zsf"úsnhf"inwjhhnós/"ufxfsitxnruqjrjsyj/"f"ywf{‘x"ijq"qırnyj"ij"zs"xnxyjrf"f"tywt1 4

4 "Intercambio" -q´ctmnsq. se emplea a veces para designar unau otra clase de relación benéfica mutua, por ejemplo una trans-acción o vínculo contractual en que cada una de las partes tienela impresión de ganar algo. Entiendo que Talcott Parsons empleade ordinario en este sentido y en algún otro muy afín a él, dicho con-cepto. Véase Ttq ]{cumx ]yíñqy1 Nueva York, Free Press of Glen-coe, Inc., 1951, esp. págs. 122 y sigs., y el libro que escribiera encolaboración con N. J. Smelser, Nc{n{yy mnp ]{cuqñy1 Nueva York,Free Press of Glencoe, Inc., 1956, págs. 105-184. En este pasaje,en cambio, me limitaré a asignarle un significado neutral, queindique solo que los hechos de dos o más sistemas tienen efectcsrecíprocos sobre los sistemas en cuestión, y que tales efectos estánmutuamente relacionados. Se podría haber usado perfectamente, pa-

Ezsvzj"ijxij"jq"uzsyt"ij"{nxyf"hnjsyıknht"xjf"rzÇ"nrutw0yfsyj"xjñfqfw"jxyj"fxujhyt/"qf"fknwrfhnós"jx"yfs"tg{nf"vzjynjsj"utht"nsyjw‘x1"Pt"vzj"uzjij"mfhjw"Ç"mfw¨"vzj"qf"firn0xnós"ij"jxyj"{ıshzqt"xjf"fqlt"r¨x"vzj"zsf"ujwtlwzqqfif/"jxjshtsywfw"jq"rtit"ij"fsfqnáfw"qtx"nsyjwhfrgntx"htruqjjtx/ij"rfsjwf"vzj"utifrtx"wjizhnw"qf"jstwrj"in{jwxnifi"ijnsyjwfhhntsjx"f"uwtutwhntsjx"yjównhf"Ç"jruıwnhfrjsyj"rf0sjjfgqjx1Tfwf"qtlwfwqt/"uwtutslt"wjizhnw"qfx"nskqzjshnfx"frgnjsyfqjxuwnshnufqjx"Ç"xnlsnknhfyn{fx"f"zstx"uthtx"nsinhfitwjx/"hzÇtj~frjs"ujwrnynjwf"fuwjhnfw"Ç"xjlznw"js"ytifx"xzx"htsxjhzj"s0hnfx"jq"nrufhyt"utyjshnfq"ij"qtx"mjhmtx"frgnjsyfqjx"xtgwjjq"xnxyjrf1"Tjsnjsit"uwjxjsyj"jxyj"tgjjyn{t/"ijstrnsfw‘"pro-ductos ijq"uwnrjw"xnxyjrf"f"qtx"jkjhytx"ywfsxrnynitx"f"ywf{‘xij"xzx"qırnyjx"mfhnf"tywt"xnxyjrf/"jkjhytx"vzj"xjw¨s"qtxinsumos ijq"xjlzsit"xnxyjrf/"fvzjq"xtgwj"jq"hzfq"nskqzÇjs1Ttw"htsxnlznjsyj/"zsf"ywfsxfhhnós"jsywj"xnxyjrfx"xj"htsxnij0wfw¨"htrt"zs"sj~t"jsywj"jqqtx"js"ktwrf"ij"wjqfhnós"nsxzrt0uwtizhyt1Sn"fuqnhfrtx"fmtwf"jxyf"htshjuyzfqnáfhnós"ljsjwfq"ij"qtxuzsytx"ij"jsqfhj"jsywj"xnxyjrfx"f"zs"xnxyjrf"utqıynht"Ç"xzxxnxyjrfx"frgnjsyfqjx/"tgyjsjrtx"zs"rtijqt"wzinrjsyfwnt"ijqynut"nqzxywfit"js"jq"Hnflwfrf"51"Ixyt"wjuwjxjsyf/"utw"xz0uzjxyt/"xnruqnknhfhnós"j~hjxn{f"ij"qf"wjfqnifi"Ç"ij"rn"uwtuntjxvzjrf"htshjuyzfq1"Tjwt"qf"yfwjf"nsnhnfq"vzj"ijgj"fgtwifwjq"fs¨qnxnx"jx"jqnrnsfw"qfx"wjqfhntsjx"fhhnijsyfqjx"ufwf"ijjfwfq"ijxhzgnjwyt"jq"rfwht"jxjshnfq1"Ixytx"xts"qtx"wjvznxnytxrısnrtx"ufwf"jxyzinfw"qf"{nif"utqıynhf"htrt"xnxyjrf"ijhtsizhyf1"Is"tywf"tgwf"stx"knjfwjrtx"htrt"tgjjyn{t"fñfinw{f=nfx"hqfxjx"ij"wjqfhntsjx"htruqnhfifx/"yfq"vzj"jq"rtijqttkwjáhf"zsf"rjjtw"fuwt~nrfhnós"f"qfx"wjqfhntsjx"ij"qtxxnxyjrfx"kjstr‘snhtx1"Is"jxyf"tutwyzsnifi/"jq"fs¨qnxnx"xjlznw¨xnjsit"rfhwtxhóunht1"Sgxjw{fwjrtx"qtx"xnxyjrfx"utqıynhtx"ijx0ij"zsf"inxyfshnf"htsxnijwfgqj/"htrt"xn"kzjwf"f"ywf{‘x"ijzs"yjqjxhtunt/"st"ij"zs"rnhwtxhtunt1"Exı"qt"j~nlj"qf"sfyz0wfqjáf"ijq"hfxt/"ifit"jq"jxyfit"fhyzfq"ijq"fs¨qnxnx"yjównht"js

ra hacer referencia a esta relación, el término "interacción" -un-ñqémcñu{n.1 pero ya es costumbre restringir la aplicación de esteúltimo a las acciones y reacciones entre roles sociales, y no entresistemas.

152 153

Page 6: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

I I I

Irlo) aauaiquzn 46

la investigación política. Aunque contamos con muchos de-talles empíricos, hemos perdido de vista, en general, la exi-gencia de apreciar los contornos del panorama total.

Un modelo de flujo del sistema político

A grandes rasgos, el diagrama del funcionamiento de unsistema político sugiere que lo que sucede en el ambientelo afecta a través de las influencias que se mueven hacia él.Mediante sus estructuras y procesos, el sistema opera enton-ces sobre estos insumos de modo tal que se convierten enproductos, o sea las decisiones autoritarias y su ejecución.Los productos vuelven a los sistemas del ambiente o enmuchos casos al sistema mismo, directamente y sin interme-diarios. En el Diagrama 2 de la pág. 154 las flechas que salende los ambientes reflejan la gran diversidad de transaccionescon el sistema político; sin embargo, las flechas apuntan enuna única dirección, y se presentan de modo tal que seintroducen en el sistema, en forma sumaria, como demandasy apoyo. El intercambio o reciprocidad de relaciones entreel sistema y sus ambientes, antes simbolizado con flechas dedos puntas, se indica ahora con flechas que muestran elflujo de los productos hacia los sistemas ambientales. Estorevela claramente que los insumos del ambiente son enrealidad iguales a los productos del sistema político. Laslíneas de guiones de los sistemas ambientales reflejan la di-námica de las relaciones: hay un flujo continuo de influen-cias o productos desde el sistema político hacia los ambientesy a través de ellos. Al modificar estos ambientes, los produc-tos políticos influyen en la próxima ronda de efectos queretornan del ambiente al sistema político. Así podemos iden-tificar un círculo continuo de retroalimentación. A medidaque avance nuestra exposición explicaremos el significadode otras líneas y denominaciones del diagrama.Aunque el diagrama es detallado, se han omitido muchascosas, como cabe suponer. En primer lugar, se habríanpodido añadir muchos otros sistemas ambientales, precisa-mente para tomar en cuenta los pocos que se mencionaronen un capítulo anterior. En segundo lugar, se han dejado

155

Page 7: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

ente

Demandas

El

sistema

políticoApoyo

Decisiones y

acciones

de lado las relaciones entre los sistemas ambientales mismos,puesto que habrían complicado el diagrama al punto devolverlo indescifrable. Por último, las estructuras y procesasmediante los cuales un sistema político convierte sus insumo►en productos, están representados apenas por una línea on-dulada; ello sugiere, sin embargo, que los insumos proce-dentes del sistema externo se elaboran y convierten en pro-ductos, que vuelven a uno u otro de los sistemas externosen calidad de insumos.

l+m\I‘el‘te

Diagrama 3. Un modelo simplificado de sistema político.

El Diagrama 3 va aun más allá en la omisión de los abun-dantes y complejos procesos políticos; podría decirse quelos reduce a sus puros huesos. Presenta del modo más escuetoposible las relaciones dinámicas entre dichos procesos.Sirve para realzar una imagen a la que volveremos; revelaque, a fin de cuentas, en su forma más elemental, un sistemapolítico no es más que un medio para convertir en productosciertas clases de insumos. Esto es, al menos, un útil puntohi"partida para hurgar en las complejidades de la vidapolítica.

f¡Zfwnfgqjx"ijq"nsxzrt

Demandas y apoyo como indicadores de insumo

`El valor del concepto de insumo consiste en que nos permi-irá captar el efecto de la gran variedad de hechos y cir-cunstancias del ambiente que conciernen a la persistenciade un sistema político. Sin él sería difícil deslindar, en formaoperacional precisa, de qué manera la conducta de losdiversos sectores de la sociedad afecta a lo que ocurre en elsector político. Los insumos servirán de variables sintéticasque concentran y reflejan todo lo que en el ambiente essignificativo para la tensión política. Gracias al uso que seles puede dar, constituyen un instrumento analítico podero-so. Ahora bien: que los empleemos o no como variablessintéticas dependerá del modo como los definamos. Podría-;nos concebirlos, en su sentido más amplio, como que com-prenden cualquier hecho externo al sistema —limitándonospor el momento a los insumos ambientales— que lo altere,modifique o afecte de algún modo. Así interpretados, jamás!agotaríamos la lista de los que repercuten en el sistemapolítico. Tal lo que indica el Diagrama 1, pág. 112. Laslechas de dos puntas que enlazan los sistemas ambientalescon el sistema político se podrían multiplicar por mil y'apenas habríamos tocado superficialmente las numerosasr diversas influencias que fluyen entre estos sistemas.¡Tomemos unos pocos ejemplos. Los efectos de la economíat il crear y mantener clases económicas poderosas, urbaniza-Iáón, segmentación de grupos de intereses, fluctuaciones en"ti ciclo comercial y otros fenómenos análogos, constituyennnsumos (en el sentido amplio) que configuran el caráctertie la estructura política, la distribución del poder en ellaú los objetivos que persiguen las controversias políticas. Lacultura general contribuye a moldear las restricciones a queleben ajustarse la discusión y competencia políticas (supo-iiendo que sean permitidas) , imprime color al estilo de lasida política y revela los tipos de problemas que los miem-oros del sistema considerarán importantes. Las pautas mo-ávacionales propias de los tipos de personalidad modaleso de las personalidades de élite dentro de una sociedad,nntervendrán en la disponibilidad de personal para desem-

7;? 157

Page 8: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

peñar papeles políticos, en los incentivos para la partid-pación política, y en los tipos de sujetos que alcancen statusdirectivo y su percepción de la política. Podríamos ampliaresta lista hasta el infinito. Para cada nuevo sector delambiente necesitaríamos una teoría individual que expli-cara el efecto probable de sus insumos. El único elementounificador sería nuestra intención de conocer e interrelacio-nar los insumos (es decir, los efectos específicos y generales}de cada uno de estos parámetros con respecto a un objetocomún: el sistema político.No obstante, se simplificaría enormemente la tarea de ana-lizar el impacto del ambiente si adoptáramos insumos másestrictamente definidos y los usáramos como indicadoressintéticos de los efectos más importantes que atraviesan loslímites entre estos sistemas. Esta conceptualización nos exi-miría de tratar de investigar el efecto que cada tipo stacontecimiento ambiental produce por separado sobre unsistema.Como instrumento analítico para esta finalidad, es come-niente considerar a los parámetros principales centrando susefectos en dos insumos básicos: demandas y apoyo. Pormedio de ellos se pueden encauzar, reflejar y resumir mu-chos cambios del ambiente, lo cual permite emplearlos comoindicadores claves del modo en que los hechos del ambienteafectan el funcionamiento del sistema. En el Diagrama 2.pág. 154 las múltiples transacciones quedaron reducidas ados insumos principales, únicos a los que se concibe en mo-vimiento de flujo hacia el sistema político.Poco importa que consideremos estos insumos internos o ex-ternos al sistema político : están en el límite, y sirven depuente entre este último y los demás sistemas intra y extra-societales. Según las exigencias del análisis podremos ubicar-los dentro o fuera, siempre que permanezcan cerca de lalínea fronteriza.

"Co-insumos" como indicadores intrasistémicos

E"veces me he expresado como si todas las influencias operturbaciones que hay que tener en cuenta para entender

cómo un sistema logra persistir, ocurrieran en el ambientedel sistema. Como sabemos por lo ya expuesto, muchas deestas influencias pueden tener lugar dentro del sistema. Ená medida en que lo que ocurra dentro de un sistema decidau destino en tanto sistema de interacciones, será posibleconsiderarlo tal como lo reflejan los insumos de los miembros.No parece razonable hablar de estos hechos como insumos,puesto que suceden dentro del sistema y no fuera de él. Paraser lógicamente coherentes podríamos llamarlos "co-insu-mos". Este neologismo solo significaría que hemos decididotratar en forma unificada los efectos que los hechos y cir-cunstancias, tanto interiores como exteriores a un sistema,pueden tener sobre su subsistencia. Por consiguiente, sidel contexto no se desprende lo contrario, incluiré los "co-insumos" en la misma categoría que los insumos.Esta distinción se torna valiosa, porque el hecho de recono-cer las dos categorías nos advierte la utilidad de indagar enel interior del sistema y en su ambiente para descubrir lasprincipales influencias tensivas. Así como el cuerpo humanopuede dejar de funcionar por una infección proveniente delexterior o por el agotamiento, debido a la vejez, de algúnórgano (como el corazón), un sistema político puede sufrirtensión por las perturbaciones del ambiente o por fallasdirectamente atribuibles a la disposición de las estructuras

lo procesos dentro del sistema mismo. Por ejemplo, los miem-bros del sistema político norteamericano tienen de vez en

}cuando la impresión de que todo el régimen está amenazado4 por las dificultades relativas a la aprobación de las leyes,agravadas por la separación de poderes. Esta cuestión sesuele traer a colación en los debates sobre el sistema de dospartidos que existe en el país, sistema al que se juzga respon-sable del problema. El concepto de "co-insumos" permiteponer de manifiesto que la perturbación ha tenido lugar

fdentro del sistema y que el insumo causante de la tensiónha sido conformado por las circunstancias internas.

Ejemplos de la función sintetizadora de los insumos

Convendrá indicar brevemente aquí qué comprenden lasdemandas y el apoyo y cómo se pueden emplear; no obstante,

158 159

Page 9: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

dejaremos para una obra posterior un análisis completo desu rol de variables sintéticas mediante las cuales se transmitela tensión. Veamos un ejemplo: supóngase que estamos inte-resados en estudiar una nación en desarrollo en transicióndesde una forma de organización tribal fundada en cabeci-llas de aldea, ancianos de linaje y un jefe supremo determi-nado por el linaje y con un poder mínimo, hasta unadirección política nacional fundada en una organizaciónsecular de partidos, una legislatura, una burocracia orien-tada por la eficiencia y un grupo de líderes dominantes. FAde presumir que las modificaciones del antiguo sistema tribalse debieron en parte al contacto con los ideales occidentalesde democracia y administración, reforzados por las necesi-dades de una economía y estructura social cambiantes.Siguiendo los procedimientos actuales de la investigaciónpolítica, podríamos especificar qué aspecto del cambio po-lítico resulta importante. Como criterios de relevancia íál-ríamos normalmente los cambios que se produjeran en direc-ción a las instituciones democráticas occidentales o que seapartaran de ellas. Trataríamos de explicar luego el rumbo,ritmo y resultado de estos cambios examinando todos loecambios externos que probaran ser relevantes con respectoa aquéllos.Desde la perspectiva de nuestro análisis, los cambios ambien-tales se consideran perturbaciones del sistema tribal existentedebido a la tensión que le imponen, y que en definitiva llegana su transformación. El sistema puede responder de dcsmodos a la tensión: extinguiéndose y siendo absorbido paotra sociedad, o adaptándose mediante estructuras políticasmodernizadas en forma de partidos, legislaturas, burocraciaracionalizada y dirección generalizada (en vez de una direc-ción de linaje, tribal o de base étnica) .Aquí, las cuestiones críticas no se refieren al modo como lasperturbaciones ambientales modifican la forma particularde las estructuras o procesos internos del sistema. Esos cam-bios pueden tener lugar sin producir efecto discernible a-guo sobre la capacidad de persistencia de algún tipo desistema, o sin que guarden una relación fundamental coaesta capacidad. O sea, el hecho de que la estructura moder-nizada adoptada se inspire en el sistema parlamentarioinglés o en el régimen presidencial norteamericano puede

no tener relevancia para la capacidad de subsistenciaalgún tipo de sistema. Lo importante es que las formas

líticas tradicionales fueron reemplazadas, al menos en apa-.:encia, por tipos burocratizados. Para nosotros, las pregun-

críticas son: ¿En qué medida las perturbaciones impu-ron tensión sobre el sistema preexistente? ¿De qué modoeciso se manifiesta y comunica esta tensión? ¿ Cómo en-nta el sistema a esta tensión, si es que realmente lo hace?n modo útil de contestarlas es investigar qué repercusio-

tienen en los insumos los contactos ideológicos y econó-'cos con Occidente. En una palabra: la exposición alo de vida posible con arreglo a las formas occidentalesorganización social, junto con la aparición de mediosteriales debidos al pasaje de una economía de subsis-

ncia a otra de precios y salarios, provocó un gran aumentoel volumen de las demandas, que los miembros del

tema tratan de satisfacer ahora por medio de la acciónlítica. Esto por sí solo impone a las antiguas formas tri-les de organización una carga tan pesada que posible-ente no puedan soportarla.or otra parte, los cambios en el ambiente contribuyen apliar los tipos de demandas para los que ahora se busca

tisfacción por medio del sistema político. Esas nuevas de-mandas, en su nivel más global, se condensan por lo común

programas de libertad nacional y unidad política entremtpos divergentes, generalmente vinculados con políticasnte alientan una rápida tasa de desarrollo económico. Los

i.ompromisos que se exige a los miembros del sistema para.ntisfacer estos tipos de demanda, son a todas luces dife-Tntes de los requeridos bajo los sistemas tradicionales ante-liores. La novedad de las demandas mismas crea crisis gra-res en las naciones en vías de desarrollo.Los cambios en volumen y diversidad de las demandas cons-tuyen uno de los tipos principales de tensión que, segúnTípdp"interpretarse, los cambios ambientales imponen sobrel sistema político (y ha sido descuidado en lo fundamental) .De este modo, muchos cambios diferentes como éstos pue-Zen reunirse y ser observados mediante una sola clase deariable, es decir, por el hecho de influir en el volumen yi'iversidad de las demandas.

7?6 $94

Page 10: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

Pero algo más está en juego en estas unidades nacionalesincipientes. Es la necesidad de una nueva dirección capazde consolidar un grupo que ofrezca apoyo suficiente parauna nueva unidad política, un nuevo conjunto de estructu-ras para lograr llevar a cabo las acciones políticas, y nue% asautoridades, con aptitud para la dirección y administración.Estos componentes básicos de un sistema político, podríanser denominados respectivamente la comunidad, el régimende gobierno, y las autoridades políticas. 8 La búsqueda de unveloz desarrollo económico y social, combinado con la esta-bilidad política, impone a esos sistemas la necesidad decrear una dirección capaz de promover apoyo para estoscomponentes y conservarlo. Para ello, tal vez deban negociarcoaliciones entre los grupos dominantes en la sociedad (ét-nicos, de linaje y los nuevos grupos económicos) . Puedenbuscar apoyo entre los jóvenes, entre las tribus política-mente desposeídas o entre los trabajadores urbanos, privadosde la seguridad anterior que le brindaban los vínculos dellinaje. Es posible que recurran al empleo de la coerción.No obstante, por mucho que la nueva dirección se empeñeen renovar el insumo de apoyo en favor de algún sistema.la tensión debida a la pérdida de apoyo del sistema pre-existente se puede achacar a cambios ambientales de lostipos mencionados. En los casos en que el cambio reveleque los sistemas antiguos fracasaron, podemos interpretarla situación en el sentido de que los miembros lograron ase-gurar la persistencia de alguna clase de sistema, transfor-mándose ellos mismos y apoyando un tipo de sistema moder-nizante o de transición. Prescindiendo del modo como elsistema enfrenta a la tensión, la cuestión es que las pertur-baciones ambientales se pueden resumir y unificar por su in-fluencia sobre el nivel del apoyo en favor de un sistema.Utilizando así el apoyo como eslabón entre el ambiente yun sistema, obtenemos un indicio importante para compren-der la tensión que pesa sobre un sistema: la manera enque esta variable sirve de centro de muchas clases de cam-bios ambientales.5 Véase un breve análisis de estos términos en Easton, "An Ap-proach to the Analysis of Political Systems", y "Political Anthro-pology". Los examinaremos con más detalle en un volumen pos-terior.

162

i(ucho más podríamos agregar sobre la forma en que losamnios de las demandas y el apoyo sintetizan y reflejanos cambios que se dan en el ambiente de un sistema político,s transmiten al sistema en calidad de perturbaciones y a surz son objeto de la reacción del sistema, como modo denfrentar posibles tensiones. La confirmación definitiva deve la mayor parte de los aspectos ambientales importantesn refractados a través de estos dos indicadores, exigirá laaboración previa de cada insumo y la respuesta del sistema.fi propósito es solamente ofrecer un esbozo preliminar delpel real que desempeñan estos insumos. La adopción

e esta clase de conceptualización nos permitirá averiguarmo se comunica la tensión a un sistema.ocos sistemas sucumben a la tensión procedente de un

Yunbiente estable, ni siquiera de un ambiente en rápido cam-bio. El hecho de que muchos de ellos puedan enfrentarxrturbaciones capaces de amenazar la existencia misma de'tvalquier sistema, nos induce a indagar los medios que les

rmitieron lograrlo. Cuando lo sepamos, habremos com-',1letado nuestro preámbulo a las clases de compromisos quenadvertidamente podemos asumir una vez que empezamos. analizar en forma coherente todo lo que lleva la idea¡misma de sistema. Tal será el. tema de nuestro próximoapítulo.

4 163

i

Page 11: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

Nuestra atención se concentró hasta ahora en la forma en quese comunica tensión a un sistema. El análisis demostró que siqueremos averiguar qué ocurre en un sistema político, debe-mos considerar por separado dos clases de hechos. Unaecuación representativa de los factores que entran en juegocomprendería no solo índices vinculados a cualquier au-mento amenazador del volumen de demandas o de la dis-minución del apoyo, sino también a las respuestas particu-lares de un sistema. Allí donde un sistema es destruidoporque no logra atenuar apropiadamente la tensión, otropuede avanzar raudamente gracias a sus reservas de expe-riencia anterior, a las que puede echar mano para enfrentarsituaciones tensivas. Así como se necesitan conceptos paraordenar las experiencias que llevaron a la tensión, así tam-bién se requieren, en un enfoque sistémico, categorías deanálisis que nos permitan interpretar los modos variablesde respuesta de que disponen los sistemas políticos.

Tipos de respuestas reguladoras frentea la tensión derivada de la demanda

Fuentes de tensión derivada de la demanda

Un sistema puede estar expuesto de dos modos a tensiónprocedente de las demandas. Por una parte, si sus autori-dades no están en condiciones de satisfacer en cierta pro-porción las demandas de los miembros (por lo menos lasde los políticamente poderosos), o se resisten a hacerlo,esa situación provocará en definitiva un descontento cada

tvez mayor. A su debido tiempo, si las demandas siguen'siendo soslayadas o desechadas, la insatisfacción de los miem-bros que cuentan se puede extender también al régimende gobierno. En ciertas circunstancias, algunos grupos po-drían intentar apartarse de la comunidad iniciando un mo-

ivimiento separatista.' El fracaso del producto —como lla-

$

asaríamos al resultado de la renuencia o incapacidad de,satisfacer las demandas— tendería a socavar el apoyo alSistema, tipo característico de tensión. Vemos así que lasdemandas tendrán importantes consecuencias para el insumode apoyo, por lo menos en la medida en que quedeninsatisfechas.Por otra parte, pueden provocar tensión por razones com-pletamente independientes de su repercusión en el apoyo.Ya aludí a ello en el capítulo anterior, al hablar de latensión causada por el excesivo volumen y diversidad delas demandas. Esto implica que la existencia de demasiadasdemandas, o bien su diversidad y contenido (de tal índo-le que el conflicto que estimulan requiera un tiempo exce-sivo para el proceso) pueden ser fuente de tensión. Enambos casos el sistema carece del tiempo suficiente paraprocesar las demandas, que según se supone no puedenaguardar indefinidamente a ser satisfechas. Cabe describir,;pues, esta situación de tensión como sobrecarga de insumode demanda.5 Aunque éste no es el sitio para investigaras ramificaciones de este tipo de tensión, conviene hacer'algunas observaciones que permitan apreciar los compro-?misos inherentes al tipo de enfoque sistémico que estudia-mos en esta obra.

4"Pf"Kzjwwf"ij"Secesión norteamericana jx"uno ij"estos casos.La"htsynszf"inxfynxkfhhnós"hts" los productos js"relación hts"lasÁqjrfsifx"xzwjñfx"provocaron js"definitiva, st"xtqt"un conflictofysq"sino qf"demanda ij"un sistema político completamente sepa 0kfit1q"N1"K1"Qnqqjw/"%Isktwrfynts"Isuzy"S{jwqtfi"fsi"TxÇhmtufymtqtlÇ%/m American Journal of Psychiatry, 449/"4<93/"págs. 9<80:37>%Tmj"Isin{nizfq"fx"fs"Isktwrfynts"Twthjxxnsl"SÇxyjr%/"js"[1S."Jnjqix"Ç"[1"E1"Eggtyy/"htrux1/"Information Storage and NeuralControl, Suwnslknjqi/"Iqqnstnx/"Gmfwqjx"G1"Tmtrfx/"Tzgqnxmjw/"4<96/págs. 63405;/"j"%Isktwrfynts"Isuzy"S{jwqtfi%/"js"Q1"G1"^t{nyx/eK1"T1"Nfhtgn"Ç"K1"H1"Ktqixyjns/"htrux1/" Self-Organizing Systems,6962, [fxmnslyts/"H1"G1/"Sufwyfs/"4<95/"págs. 940:;1

8. La respuesta del sistema político

164 165

i

Page 12: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

En primer lugar, la tensión debida a la sobrecarga de insu-mo se da como consecuencia de un hecho muy simple:que ningún sistema puede aceptar y transformar en produc-tos un número y diversidad ilimitados de demandas. Pordefinición, las demandas son proposiciones articuladas quese formulan a las autoridades para que lleven a cabo algunaclase de asignación autoritaria. En algunos sistemas, quizálos miembros estén muy poco acostumbrados a presentardemandas de esta índole, salvo tal vez en épocas de grandescrisis. Muchos sistemas tradicionales de población agrariasin movilidad social, apática o impotente, asumieron estecarácter. En otros sistemas quizá no se necesiten mucho,o bien la cultura pueda conspirar contra su formulación,por ejemplo en los sistemas del siglo xix dominados durantebreve tiempo por fuertes sentimientos liberales o de laissez-f aire. Pero en muchos sistemas actuales y en algunos períodosdel pasado —p.ej., durante el período mercantilista euro-peo— el volumen de demandas que se presentan a las auto-ridades es suficiente para crear un verdadero problema alsistema, por la imposibilidad de atenderlas. En realidad sepuede llevar la cuestión más lejos y preguntar si no se veríantodos los sistemas ante un alud insoluble de demandas, deno mediar los diversos elementos reguladores que constan-temente tratan de impedirlo.Antes de fijarnos en algunos de estos medios, veamos cuálhabría de ser la naturaleza de la tensión si hubiera unflujo ilimitado de demandas. Las consecuencias no son dill-ciles de imaginar. En tanto indicaciones expresas de lo quelas autoridades deberían hacer, las demandas son mensajesque para llegar a su destino —las autoridades, en este caso—deben poder fluir a través de canales como la palabra, loamedios masivos de comunicación, la correspondencia, etcé-tera. Cualquiera sea el grado de diferenciación y especiali-zación estructural de un sistema, jamás poseerá tantos ca-nales que su capacidad de transmitir demandas sea infinita-En algún punto, según el tipo de sistema, su estructura icultura, habrá una sobrecarga de insumos de demandas.Para analizar en forma cabal este fenómeno habría queinvestigar en qué circunstancias cabe esperar que se produz-ca una sobrecarga de insumo. Por ahora bastará saber que

.liste tal posibilidad. A fin de dar rasgos distintivos a unfoque sistémico, debemos preguntarnos si se pueden exhi-

iir sistemas que hayan ideado modos genéricos de frustrarantemano posibles tensiones o de atenuar sus consecuen-s en caso de que éstas resulten inminentes.

Rt"son probablemente muchos los sistemas que sucumbieronte la tensión procedente de una sobrecarga de insumoj"demandas. No obstante, en numerosas democracias mo-rnas se ha sostenido que la pesada carga impuesta a lasislaturas es una fuente real de peligro para el funciona-ento de esta clase de sistema. La mayoría de los sistemasdernos se ven obligados a considerar un pavoroso númeroproyectos de ley y decisiones. Por extensión, la mismaenaza pesaría sobre cualquier otro tipo de sistema poli-o que debiera atender un volumen de asuntos mayor queque su organización le permite.alegato sobre los peligros posibles de una sobrecarga de

mandas no se apoya en pruebas concretas. Aunque pu-era demostrarse que ningún sistema estuvo nunca ame-zado de este modo, ello por sí solo no prueba mucho;'n podría argumentarse que si no fuera por las medidasversales de precaución que toman los sistemas, ese pe-ro surgiría. Las defensas que los sistemas crearon contrainsumo excesivo de demandas pueden muy bien ser la

tizón de que pocos o ninguno de ellos hayan sido destrui-s completamente por este tipo de tensión. En tal caso, elmen de estas defensas se tornaría más necesario que

nca.

gulación de la tensión de las demandas

tbservando al sistema político desde esta perspectiva, ad-rtimos de inmediato que no se puede entender adecuada-

lente las consecuencias de gran cantidad de dispositivosrecursos a menos que se las vincule con la regulación

7 1 exceso de demandas. En realidad, empiezan a funcionarde el momento mismo en que nace la demanda.nos pusiéramos a averiguar el curso seguido por una

manda en un sistema, encontraríamos que al principio,

7?? 167

Page 13: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

antes de ser demanda, se presenta en forma de necesidpreferencia, esperanza, expectativa o deseo social, con respec.to al cual en algún momento pensamos que convendría Laintervención de las autoridades. Solo en ese momento—cuando nuestras necesidades o esperanzas sociales se expre-san como propuestas formuladas a las autoridades para queellas decidan o actúen— podemos llamarlas demandas po-líticas. Es en este punto de conversión de las demandasen propuestas políticas para la acción, que se puede produ-cir la primera clase de regulación importante de su volumeny diversidad.Ilustraré brevemente este punto con algunos de los meca-nismos típicos. Así, por ejemplo, no es probable que todoslos miembros expresen por igual una cierta demanda. Porsu status social general, algunos individuos o grupos sonmás propensos a considerarse suficientemente capaces paraarticular una posición política; las personas que desempeñenestos roles en la estructura social y política controlarán enimportante medida la cantidad de demandas presentadasal sistema. Por esta razón podemos llamarlas reguladoresestructurales del volumen de demandas; son los sujetos queimpiden la entrada a los canales de admisión de un sis-tema. En las sociedades modernas podemos identificarloscomo los grupos de intereses, partidos, líderes de la opinióno medios masivos de comunicación; en las tradicionales.pueden adoptar la forma de conjunto de notables, aristo-cracia o jefes militares. Cualquiera sea la forma que tomenestos reguladores estructurales, es evidente que el volumeno diversidad de las demandas que entren en un sistema vempiecen a moverse hacia el punto del producto (las auto-ridades) dependerá de las características de estos "custo-dios" de las vías de entrada.Además de esta limitación impuesta al insumo indiscrimi-nado de demandas, incluso en esta etapa del avance deuna demanda, muchas restricciones culturales modifican elnúmero de aspiraciones que los miembros pueden siquierapensar en convertir en demandas. En todo sistema existenciertas inhibiciones culturales acerca de las necesidades paralas que un miembro considera adecuado buscar un arreglopolítico. Tal vez las cuestiones estéticas no se juzguen pro-

'ias de la acción política, o tal vez se excluya la religión,!stimando que es asunto de incumbencia privada; en uneríodo de xmuííq¿-rmuéq1 puede incluso dejarse librada a los

"miembros la solución de diversas necesidades económicas,in intervención política. Sean cuales fueren los criterios que

adopten para excluir las resoluciones políticas, cada sis-ym crea restricciones culturales que contribuyen a limitar

l número de demandas en el comienzo mismo de su evo-ción, cuando empiezan a formarse a partir de lo quen todavía exigencias, aspiraciones o deseos no políticos.s sistemas intentaron mediante muchos otros tipos de

respuesta regular una posible sobrecarga de demandas. Sedría demostrar que todos ellos disponen de procesos paraducir de uno u otro modo el volumen inicial de deman-

das que logran expresarse. Cabe describir estos procesosIComo la reducción del volumen y diversidad de las deman-das mediante la combinación de dos o más en una sola.`Los partidos, grupos de intereses y líderes de la opinión;desempeñan en las sociedades modernas esta función (insti-tuciones semejantes lo hacen en otros sistemas) . Parte deiu actividad consiste en la síntesis y homogenización de las'demandas, de modo que reuniendo varias de ellas se puedeformar un programa viable y simplificado de acción, y al'mismo tiempo ampliar la base de apoyo del grupo o indi-viduo. Independientemente de los motivos que inspiren laInterconexión de varias demandas en un programa sintético'común, la consecuencia es que el sistema debe atender me-*'nos demandas.Con todo, para reducir el volumen de las demandas senecesita algo más que esto, sobre todo en los sistemas mo-dernos. La mayoría de los sistemas que sufrieron sobrecargarespondieron por lo común aumentando su capacidad decirculación, a fin de llevar más rápido las demandas alpunto en que se convierten en productos. Los canales paracomunicar demandas desempeñan un papel esencial en laayuda ofrecida a un sistema para enfrentar una posibletensión. Por ejemplo, la misma proliferación de estructuraspolíticas significa que se cuenta hoy con muchos más mediospara atender las demandas. El hecho de que la crecientediferenciación estructural haya ido acompañada de mayor

168 A49<

i

Page 14: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

especialización, implica también que estos canales puedenpermanecer abiertos durante lapsos más largos, atendiendopor consiguiente un volumen mayor.Es imposible agotar en esta breve exposición una descrip-ción siquiera nominal de los modos típicos de respuesta a lasobrecarga de insumo de demanda. No obstante, me detuvelo suficiente en este punto como para ejemplificar qué seentiende por respuesta a una sobrecarga de esa índole. Deeste modo se obtiene algún indicio sobre la clase de con-ceptos y tendencias implícitas en un enfoque sistémico, amedida que se mueve hacia una fase más complicada delanálisis.

Tipos de respuestas reguladoras frente a latensión derivada del apoyo

Hemos observado que las demandas representan solo unode los índices primarios para ubicar e identificar el modoen que las perturbaciones ambientales e internas pueden in-troducir tensión en un sistema. El segundo índice impor-tante es el apoyo brindado a varios aspectos de un sistema(p. ej. a ciertas autoridades, el régimen de gobierno o elorden constitucional), o bien a la comunidad política mis-ma. Cuando este apoyo corre el peligro de disminuir pordebajo de un nivel mínimo, cualquiera sea la causa de ello,el sistema debe ofrecer mecanismos que lo refuercen, puesde lo contrario sus días están contados. Las respuestas a unadeclinación del apoyo adoptaron por lo común tres formasprincipales, que es conveniente examinar a fin de tener unavisión global de los conceptos que sugieren.

Regulación estructural del apoyo

Una respuesta reguladora del apoyo puede incluir inten-tos por cambiar la estructura y procesos que caracterizana un tipo particular de sistema político. Esta es tal vez laestrategia más radical. Requiere transformar los objetivos

á estructuras como medio de mantener por lo menos algúnema de formulación de asignaciones autoritarias. Ya mos-ré que entre todos los tipos de sistemas, los sociales son losice gozan de la mayor libertad para adaptar su ordennterno a fin de enfrentar tensiones. Un caso de autotrans-`ormación que contribuye a asegurar la persistencia de unsstema de formulación de asignaciones autoritarias es aquelen que, frente al peligro de sufrir una desorganización y unnos tales que las variables esenciales ya no puedan fun-sonar, se adopta un nuevo orden constitucional (estructura,normas y objetivos) fundamentalmente diferente del que.xistía antes. Es el tipo de respuesta que llamaríamos regu-!ación estructural del apoyo.

Apoyo difuso

Todo sistema dispone de medidas menos radicales que laarriba citada. En estos casos, la persistencia no requiere quee abandone el régimen de gobierno existente ni que se lomodifique a fondo. Un sistema puede tratar de inculcar ensus miembros un alto grado de apoyo difuso 9 a fin de que,?ase lo que pase, los miembros continúen vinculados a élaor fuertes lazos de lealtad y afecto. Este tipo de apoyocontinúa independientemente de las ventajas específicas queel miembro juzga que le reporta pertenecer al sistema.El medio para originar este apoyo difuso y generalizadoquede entrañar el aliento de sentimientos de legitimidad ysumisión, la aceptación de la existencia de un bien comúnlue trascienda el bien particular de cualquier individuo

grupo, o la inspiración de profundos sentimientos decomunidad. De este modo, mediante los procesos usualesle socialización política y las diversas medidas especiales

Aunque el concepto de "apoyo" aparece a menudo en la inves-igación política, su uso aquí promete darle mucha más precisiónle la que es corriente, y dotarlo de amplia significación teórica.Su empleo teórico deliberado fue sugerido por Talcott Parsons en!I artículo de Young, "Approaches to the Study of Politics", arribaatado, aunque las categorías propuestas por mí y su significadoipecífico fueron ideados teniendo en cuenta mis propios objetivosteóricos.

4:3 4:4

Page 15: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

que un sistema puede adoptar si entiende que ese apoyodeclina, se inculcan en los miembros maduros de un sistemasentimientos de legitimidad, el reconocimiento de un bien-estar general y un sentido de comunidad política. 7

Esta referencia a los diversos tipos de respuestas por cuyointermedio un sistema puede abrigar la esperanza de man-tener un alto nivel de apoyo con respecto al cual los miem-bros no exijan ningún quid pro quo, apenas roza la funcióncentral de estos mecanismos: frustrar las tensiones casi antesde que se produzcan.No obstante, para los fines que ahora perseguimos bastarácon aceptar el hecho de que ningún sistema duraría muchosi no formara una reserva de apoyo —frecuentemente lla-mada patriotismo, amor al país, lealtad, etcétera— con Laque pudiese contar, sean cuales fueran las pruebas, tribula-ciones o frustraciones a que en un momento se vieran some-tidos los miembros. 8

Los productos como mecanismo regulador

Una última categoría importante de respuesta a la tensiónderivada del apoyo se puede describir como productos.Mediante ellos, cabe estimular el insumo de apoyo específicocuando el apoyo difuso amenaza con descender hasta unpunto peligrosamente bajo. Este insumo para el sistema seproduce a cambio de los beneficios y ventajas específicosque los miembros experimentan como parte de su condi-ción de tales. El representa o refleja la satisfacción quesiente un miembro cuando advierte que sus demandas fue-ron atendidas.4 Me ocupé de algunos de los problemas teóricos y empíricos dela socialización política (en colaboración con R. D. Hess) en lossiguientes ensayos: "The Child's Changing Image of the Presiden(,en Public Opinion Quarterly, 24, 1960, págs. 632-44; "Youth andthe Political System", en Lipset y Lowenthal, comps., Culture andSocial Character, págs. 226-51, y "The Child's Political World",en Midwest Journal of Political Science, 6, 1962, págs. 229-46.5 Testimonio de ello son los esfuerzos de todo nuevo sistema político{l~l"fortalecer los vínculos con sus miembros mediante el "adoc-trinamiento", forma de socialización del apoyo en que la ideologíadesempeña un papel importante.

Esto no significa que un sistema pueda satisfacer todas lasdemandas de sus miembros; algunas deben quedar forzo-samente insatisfechas. Hasta cierto punto, cuando las de-mandas presentadas al sistema no son atendidas, es posibleque se estimule el descontento y hasta la hostilidad. Susconsecuencias se modifican siempre, no obstante, por elapoyo difuso predominante que el miembro se haya acos-tumbrado a prestar. Cualesquiera sean los agravios que ésteexprese, sigue siendo en lo fundamental fiel al sistema.Pero cuando un sistema desatiende en forma regular y con-tinua las demandas mínimas que los miembros juzganjustas —y que variarán según el momento histórico y lacultura— el insumo de apoyo específico disminuye. Tendríaque confiar cada vez más en los sentimientos generales debuena voluntad (apoyo difuso) abrigados por los miembros.Si la frustración sistemática de las que se estiman necesida-des justas se extiende durante lapsos prolongados y no escompensada con un aumento de insumo de apoyo difuso,lleva a un grado de agotamiento del apoyo específico quedebilita radicalmente al sistema. Las listas de agravios pre-sentadas repetidas veces a los monarcas europeos en siglosanteriores, fueron consideradas como precursoras de la re-beldía o de la revolución.Por consiguiente, los productos pueden constituir una delas fuerzas centrales para mantener las variables esencialesde un sistema. Un análisis más completo exigiría una inves-tigación extensa de los diversos tipos de productos y susconsecuencias. Un solo hecho bastaría para revelar la rele-vancia de los productos: en estas últimas décadas, la cienciapolítica mostró mayor interés que en cualquier momento delpasado por la manera en que se conforman y ejecutan laspolíticas públicas. Y las políticas públicas se pueden con-cebir, de manera muy general, como uno de los tipos deproductos de un sistema.

Productos¿Qué son estos productos? Esta pregunta nos permite ob-servar desde otra perspectiva los intercambios entre un sis-

4:5 * 173

Page 16: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

tema y su ambiente. Podemos verlos como transacciones quese desplazan de aquél a éste.En todo sistema político se producen varias clases de heci/.sque repercuten en el ambiente. Podríamos sentir la tentacihde considerarlos a todos, productos; no obstante, a los fi-nes de nuestro análisis será preferible, como en el caso de losinsumos, dar un sentido más estricto a los productos. Usare-mos el término, no para resumir todos los acontecimientosde un sistema, sino solo para aquellos que ya designamoscomo asignaciones autoritarias de valores o decisiones obli-gatorias, y las acciones que las implementan o se relacionancon ellas.En este sentido, son ejemplos de productos los status de unorden jurídico, resoluciones y acciones administrativas, de-cretos, reglamentos y otras medidas políticas formuladas porlas autoridades públicas, el consenso informal de un consejode clan, y hasta los favores y beneficios que proceden de lasautoridades. Así como los insumos son un modo de organizary comunicar al sistema político los efectos de los cambiosambientales, también lo son los productos, pero invirtiendoel proceso. Representan un método para vincular lo queocurre en un sistema con el ambiente por medio de la con-ducta singular relacionada con la asignación autoritariade valores. Identifican y sintetizan el efecto que las accionesy hechos del tipo especificado tienen sobre el ambiente, y aveces directamente sobre el sistema mismo, como lo mues-tran las flechas correspondientes en el Diagrama 2, pág. 154.

Por medio de qué procesos influyen los productos en elnivel de apoyo específico prestado a un sistema? En sí mis-mos y por sí mismos, los productos no tienen consecuencias.Deben modificar de algún modo las circunstancias existen-tes, o mantenerlas en los casos en que, de no mediar su inter-vención, se hubieran modificado. A veces, sin embargo,será suficiente que se comuniquen a los miembros, de modoque perciban que algo se hace en su beneficio.Esto se puede exponer de otro modo diciendo que para quelos productos repercutan en el apoyo, es preciso que deun modo u otro satisfagan las demandas existentes o pre-vistas de los miembros. Lo lograrán modificando las cir-cunstancias ambientales o internas del sistema, a fin de que

desaparezcan las condiciones que originaron las demandas,o bien adoptando medidas que creen esta impresión en elánimo de los miembros, aunque de hecho solo haya cam-biado la imagen. Si no sucede así, las autoridades puedenobligar a los miembros, a través de los productos, a seguirapoyando un sistema a pesar de que no haga esfuerzo algunopor satisfacer sus demandas.Esta cuestión suscita varios interrogantes. Para determinarlos efectos de los productos sobre el apoyo, deberíamos saberqué demandas deben atenderse a fin de mantener un nivelde apoyo suficiente para persistir, con qué frecuencia debe-ría ocurrir esto, cómo se deberían satisfacer muchas deman-das (incluso de estos miembros importantes), etcétera. Peroprescindiendo de todo ello solo me interesa destacar aquíque la capacidad de un sistema para responder a unatensión (propiedad que lo distingue como sistema de con-ducta) se puede ejercer mediante su creación de productos.Por consiguiente, será esencial averiguar las consecuenciasde estos productos en cuanto afectan al ambiente y al sis-tema mismo y crean las condiciones que nutren sentimientosde apoyo o los aniquilan.

Retroalimentación (feedback)

Suponiendo que las autoridades de un sistema deseen crearproductos que regulen el volumen de las demandas o elevenal máximo el insumo de apoyo, ¿ cómo lo lograrían? ¿ Cómose enteran de que se les exige llevar a cabo alguna acción?¿Cómo llegan a hacerse una idea de lo que significan accio-nes justas? En una palabra: para que los miembros de unsistema, incluyendo a las autoridades, puedan respondera una tensión en forma de regularla de alguna de las ma-neras expuestas, ¿qué es lo que les permite, dentro de unsistema político, esforzarse en tal dirección? Esto nos llevaa la entraña del sistema político concebido como un con-junto autorregulador, autodirectivo, de conductas.En términos generales, la capacidad de un sistema de res-ponder a tensiones emanará de dos de sus procesos cen-

7A: 175

Page 17: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

trales. La información sobre el estado del sistema y suambiente puede ser retransmitida a las autoridades; median-te sus acciones, el sistema puede cambiar o mantener cual-quier condición en que se halle. Es decir que un sistemapolítico está dotado de retroalimentación y de la capacidadde responder a ella. Mediante la combinación de dichaspropiedades —retroalimentación y respuesta—, que hastahace pocos años eran virtualmente desconocidas, un sistemapuede esforzarse por regular la tensión modificando o re-encauzando su propia conducta.9

Contenido de la retroalimentación

¿"Qué tipo de información debe obtener un sistema pararesponder y, en consecuencia, enfrentar la tensión? Es evi-dente, en primer lugar, que sus autoridades, los individuosinvestidos de responsabilidades y atribuciones especiales paraactuar en su nombre, necesitarían conocer las condicionesprevalecientes en el ambiente y en el sistema mismo. Deeste modo podrían actuar en prevención de cualquier hechoque determinara el retiro de apoyo, ya sea difuso o específico.Si las acciones se adoptaran antes de que se produjeranlas circunstancias causantes de tensión, no solo tendrían lasautoridades mejor oportunidad de mantener el insumo deapoyo, sino que a veces sería imperativo tomar esas previ-siones.En segundo lugar, las autoridades deben tratar de infor-régimen y solidarios con la comunidad política o si estánmarse sobre la disposición de los miembros a prestar apoyo

6 En jxyj"hfrut"se inxutsj"de zsf"htuntxf"qnyjwfyzwf1"Menciona-wjrtx"fqlzsfx"tgwfx"ufwynhzqfwrjsyj"xnlsnknhfyn{fx"ufwf"el fs¨qnxnxde qtx"xnxyjrfx"xthnfqjx="Ashby, An Rnñé{pócñu{n ñ{ Lynqénqñucí yMqíusn r{é m Kémun1 Nueva York, John Wiley & Sons, Inc., 1952;J. W. Forrester, Rnpóíñéumx Mynmyucí , Nueva York, M. I. T. Pressy John Wiley & Sons., Inc., 1961; Kuhn, Ttq ]ñópy {r ]{cuqñy;W. Sluckin, Munpí mnp Mmctunqí1 Ptsiwjx/"Penguin, 1954; G. Vic-kers, Ttq anpuéqcñqp ]{cuqñy1 Toronto, University of TorontoPress, 1959; N. Wiener, Lynqénqñucí1 Nueva York, John Wiley& Sons, Inc., y Technology Press, 1948, y Ttq Qóymn aíq {r Hu-man Kqunsí1 edic. rev., Nueva York, Doubleday & Company, Inc.,Anchor book 1954.

y sobre las demandas expresadas, al menos, por los política-mente influyentes. Es importante saber si son adictos alal borde de la rebelión contra ambos, y cuáles son susdemandas específicas.En tercer lugar, deben conocer los efectos que ya surtieranlos productos; pero para ello sería necesario que actuaranen oscuridad perpetua. Es preciso que exista un flujo con-tinuo de información que vuelva a ellas, de modo que seancuales fueren sus objetivos en materia de apoyo o de cum-plimiento de las demandas, tengan conciencia de la medidaen que sus productos anteriores o actuales lograron alcan-zar dichos objetivos.Es importante advertir que con respecto al insumo de apoyo,no podemos dar por descontados los objetivos de las auto-ridades. No es necesario que éstas se muestren siempre de-seosas de alentar el apoyo a un sistema; aunque por locomún se identificarán con el sistema existente, hay casosen que están interesadas en modificarlo radicalmente o endestruirlo por completo. Convenía a las intenciones de Hitlerllegar al poder aprovechando el sistema de la República deWeimar, pero tenía prisa por reducirlo a cenizas y reempla-zarlo por el Tercer Reich. Desde su posición de autoridad,De Gaulle logró acabar con el apoyo residual prestado a laCuarta República y transformarla en un régimen que invir-tió las relaciones entre los poderes legislativo y ejecutivo.En casos como ésos, la información retransmitida a lasautoridades se emplea para socavar el orden antiguo, másque para apoyarlo.Prescindiendo, sin embargo, de los objetivos específicos delas autoridades, lo importante es que para alcanzarlos debehaber un flujo de información, de los tipos descriptos, queles sea retransmitido. Solo fundándose en el conocimientode lo ocurrido o de la situación actual con respecto a lademanda y al opoyo, podrán dar aquéllas una respuestaque reajuste, modifique o corrija decisiones anteriores, in-clusive la abstención de tomar una decisión. No es quedeban obrar así por fuerza, pero la información que poseanles brindará al menos la oportunidad de utilizarla si así lodesean. Sin esta retroalimentación, la conducta sería vaci-lante o azarosa, y no estaría causalmente relacionada conlo ocurrido antes.

176 177

Page 18: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

El Diagrama 2, pág. 154 ilustra los procesos de retroali-mentación. Los efectos sobre los productos vuelven al am-biente y se desplazan a través de sus sistemas significativos,como indican las líneas de guiones en los rectángulos delos ambientes. La información sobre estas consecuencias pasaluego otra vez del ambiente al sistema. Debido a que lasautoridades son, por definición, los creadores de productos,la retroalimentación debe volver a ellas si se quiere queresulte eficaz para enfrentar la tensión procedente de unadeclinación del apoyo. La red en su conjunto, desde elpunto inicial del producto hasta el retorno a las autorida-des, se puede llamar ciclo de retroalimentación.

Otros aspectos de los procesos de retroalimentación

En este libro nos ocupamos exclusivamente de develar loscompromisos teóricos o supuestos implícitos en la adopciónde un análisis sistémico; esto hace innecesario investigar lasnumerosas complejidades centradas en los procesos de re-troalimentación. Necesitaríamos conocer, por ejemplo, quéclase de información suele retornar a las autoridades si-guiendo el círculo de retroalimentación, y en qué medidaes exacta, errónea o distorsionada. ¿Hasta qué punto influ-yen en la información retransmitida las anticipaciones y losretrasos, el número y diversidad de canales de retroalimen-tación, su longitud como correas de transmisión? ¿Hastaqué punto depende la exactitud del aparato perceptivo delas autoridades, y del modo en que influyan en él la ideo-logía, el prejuicio, la indiferencia o la falta de aptitudpara obtener e interpretar información? Por otra parte,aunque las autoridades obtengan información exacta, sufalta de voluntad o de recursos para utilizarla, su escasodiscernimiento o aptitud para ello, pueden contribuir a suincapacidad para enfrentar una disminución del apoyo tan-to como la misma ausencia de retroalimentación. Necesi-taríamos, además, averiguar las reglas de decisión que guíanla extracción de informaciones de los bancos colectivos dela memoria en que se almacena la experiencia del pasado.La habilidad para emplear la información acumulada en

la memoria, está íntimamente relacionada con el buen tinode los productos con respecto a la tensión actual.De todos modos, es evidente que la retroalimentación des-empeña un rol prominente en el modo como los miembrosde un sistema enfrentan la tensión. También sirve paracomprender mejor la capacidad manifestada por los siste-mas sociales en comparación con todos los otros tipos desistemas. Para conservar un sistema de adopción y ejecu-ción de decisiones obligatorias, las autoridades pueden res-ponder a un nivel bajo de apoyo mediante diversas accio-nes, solo limitadas por sus recursos intelectuales e inven-tivas. Sin retroalimentación, estas posibilidades se desperdi-ciarían; solo se las podría emplear al azar; en cambio, con-tando con ella, los miembros de un sistema están en condi-ciones de dar a sus esfuerzos una dirección y finalidad. Poresto se ha reconocido que la retroalimentación es un fenó-meno central de la conducta humana, tanto individualcomo colectiva ,4

La tensión y el proceso de conversión

La identificación de insumos, productos y retroalimenta-ción, y de las funciones que desempeñan en la vinculaciónde un sistema con su ambiente, así como con las fuentes detensión generadas dentro del sistema, nos permiten rede-finir las interacciones que constituyen un sistema político.Ahora podemos concebir a los insumos como la materiaprima con que se fabrican los productos. De la diversidadde demandas presentadas en un sistema, sus miembros —yen particular, a veces, los que tienen especiales responsabili-dades en el liderazgo— deben seleccionar algunas en ca-lidad de metas y objetivos del sistema y reservar para su

7 Tenemos la suerte de que muchos de los problemas críticos re-lativos a la retroalimentación en los sistemas sociales hayan sidoexpuestos por Karl W. Deutsch en numerosos artículos y en sureciente libro The Nerves of Government, que apareció despuésde haber completado yo en lo esencial, el manuscrito de la pre-sente obra; su publicación me exime de la necesidad de hurgaren el amplio trasfondo cibernético de esta clase de enfoque.

7AB 179

Page 19: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

realización los recursos limitados de la sociedad. Si los re-cursos necesarios son, en gran parte, materiales, se puedenobtener mediante productos que adopten la forma de im-puestos, órdenes, restricciones o expropiaciones. Si son hu-manos, pueden originar la organización y movilización dediversos grupos para conseguir su apoyo en favor del siste-ma en su conjunto y también en favor de las autoridadesencargadas de adoptar objetivos específicos y llevarlos ala práctica.En realidad estoy describiendo un gran proceso de conver-sión. En él se actúa sobre los insumos de demandas y apo-yo de modo que el sistema pueda persistir y crear produc-tos que satisfagan las demandas de algunos, por lo menos,de los miembros, reteniendo el apoyo de la mayoría. El sis-tema constituye un modo de traducir en asignaciones auto-ritarias las demandas y el apoyo.La persistencia de cualquier tipo de sistema político puedesometerse ahora a una nueva definición. Si cualquier ten-sión amenaza con destruir el sistema, su impacto interferiráde algún modo en la capacidad de mantener en funciona-miento dicho .proceso de conservación. En caso de que nose puedan conseguir productos relacionados con decisionesy acciones obligatorias, el sistema se derrumba. Con el aná-lisis sistémico tal como aquí se emplea, no buscamos com-prender el funcionamiento de tipos específicos de sistemas,por ejemplo una democracia. Si así lo hiciéramos, podría-mos decir que esta última fracasó al no poder convertir losinsumos en productos bajo las restricciones impuestas por lanaturaleza del sistema.

Volvamos ahora a la tensión, a fin de proyectar sobre ellauna luz algo distinta. ¿ Qué impide que los sistemas políti-cos mantengan en acción algún tipo de proceso de conver-sión? La respuesta es dolorosamente simple en cierto nivel.La derrota a manos de un conquistador, una serie de crisiseconómicas o nuevas posibilidades procedentes de la expo-sición a la economía, ideales y usos de la cultura occidental,como ocurre en muchas sociedades africanas tradicionales,pueden provocar la destrucción definitiva de los sistemasexistentes.

Pero ya dije que una explicación de este tipo soslaya losproblemas principales. Describe las circunstancias externaso internas de un sistema político que acompañan, como he-mos visto, a los cambios sociales, mas no nos da un indiciosobre la manera de localizar y describir sistemáticamente losprocesos reales a través de los cuales se comunican a unsistema político las presiones inherentes a estos hechos.Gracias a la identificación de los insumos y productoscomo indicadores de combinaciones más complejas de va-riables, ahora nos es posible señalar con exactitud la locali-zación de la tensión que puede impulsar más allá del mar-gen crítico a las variables esenciales. En vez de vernos obli-gados a entrelazar las diversas perturbaciones amenazadoras,podemos ahora ubicar la tensión examinando lo que ocurrecon el insumo de demandas y apoyo. Es presumible que lasfluctuaciones de este último provoquen en ciertas circuns-tancias una tensión mayor que en otras sobre el procesode conversión. Nos interesará saber algo, entonces, acercade los modos habituales en que, por medio de los produc-tos, un sistema logra frustrar dichas circunstancias, o bienenfrentarlas una vez producidas.La persistencia de un sistema, su capacidad de continuarcreando productos autoritarios, dependerá, por consiguien-te, de que se consiga mantener en funcionamiento un pro-ceso de conversión. Esta conclusión nos ofrece una pautade análisis; sugiere que deberíamos examinar las siguientesvariables: primero, la naturaleza de los insumos; segundo,las condiciones variables en que ejercerán una perturbacióntensiva en el sistema; tercero, las circunstancias del am-biente y del sistema que originen ese estado tensivo; cuarto,los modos habituales con que los sistemas intentaron en-frentar la tensión; quinto, el rol de la retroalimentación deinformación y, por último, el papel que desempeñan los pro-ductos en estos procesos de conversión y enfrentamiento.Tales, en realidad, los lineamientos generales de una obrafutura, que pensamos dedicar a la construcción de una teo-ría sustantiva de la vida política en términos sistémicos.

4;3 4;4

Page 20: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

Las posibilidades de respuesta de lossistemas políticos

Es evidente, pues, que aun cuando una conceptualizaciónsistémica no nos ofreciera nada más, por lo menos nosbrinda un modelo dinámico de sistema político. A medi-da que las demandas y el apoyo se desplazan a través delsistema, éste puede lograr que se haga algo. El resultadofinal de esta actividad adopta la forma de productos, loscuales pueden repercutir sobre lo que se pida al sistemahacer a continuación.Por otra parte, como ya insinué, este flujo no es de tipopasivo. No es análogo a un líquido que, luego de otravesarun conducto, sale convertido en algo diferente porque du-rante el camino le añadieron ingredientes químicos; tam-poco lo es al agua que circula a través de una planta ge-neradora hidroeléctrica y realiza trabajo durante el pro-ceso. Un sistema político es un sistema que se fija objetivos,se autotransforma y se adapta de manera creativa. Constade seres humanos que pueden prever, evaluar y actuar cons-tructivamente para evitar las perturbaciones del ambiente;a la luz de sus objetivos, procurarán modificar cualquierade ellas que según se supone, puede producir tensión. Esposible amoldar las demandas y el apoyo a los fines y de-seos de los miembros en la medida en que lo permitan losconocimientos, recursos e inclinaciones presentes.Los miembros del sistema no son transmisores pasivos decosas introducidas en él, que las asimilan con indolencia ylas envían, en forma de productos, para que influyan enotros sistemas sociales o en el propio sistema político. Estánhabilitados para regular, controlar, dirigir, modificar e in-novar con referencia a todos los aspectos y partes de losprocesos correspondientes. Esto es lo que significa que pue-den enfrentar constructivamente la tensión. Si queremoscomprender cómo una u otra clase de vida política pudomantenerse en la sociedad, debemos volvernos hacia losproblemas teóricos que plantea una conceptualización deesta índole, implícita en la idea de sistema de conducta.

Conclusión

Como sugerí al principio, la investigación conductalista enpolítica es algo más que la aplicación de las técnicas rigu-rosas de la ciencia y una mayor conciencia de los cánonesde la investigación científica. Constituye por primera vezuna adhesión a los amplios y esenciales requisitos del cono-cimiento científico: buscar criterios que, dentro del marcocientífico, permitan al investigador probar la relevancia delos datos empíricos, y al mismo tiempo ofrezcan alguna es-peranza de facilitar la comprensión de los fenómenos quelo preocupan. Esto es misión exclusiva de la teoría, y laciencia conductalista moderna nos ha guiado hacia su cons-trucción con tal lentitud que solo en la última década co-menzó a ser aquélla ligeramente perceptible.Sin lugar a dudas, buena parte del nuevo e intenso entusias-mo que provoca la investigación política gira en torno aldescubrimiento y perfeccionamiento de técnicas novedosasy provechosas para la recolección de datos confiables, sucomparación y análisis. No podría ser de otro modo. Hemosdescubierto el poder de la investigación rigurosa, en el mo-mento en que inventos tecnológicos fascinantes se añaden,a un ritmo abrumador, al repertorio que ya poseen todaslas ciencias de la conducta. Los procedimientos mecánicosde almacenamiento, procesamiento y recuperación de datoshan abierto nuevas perspectivas, tan revolucionarias paralas ciencias sociales como el descubrimiento de la fisión delátomo lo fue para la física o el de los isótopos para las dis-ciplinas biológicas. ;

8 Una w¨unif"wjxjñf"de fqlzstx"de qtx"jxkzjwátx"uwnshnufqjx"reali-áfitx"en jxyf"inwjhhnós"se uzjij"htsxzqyfw"en qfx"Actas del Gtslwjxtde qtx"Ixyfitx"Ysnitx"de 1963 (U. S. House of Representatives,Committee on Education and Labor, "Ad Hoc" Subcommittee ona National Research Data Processing and Information RetrievalCenter, Hearings, 88<"ujwıtit"de xjxntsjx"del Gtslwjxt"1 7"xjxnós,1Z‘fxj"fijr¨x="The American B.ehavioral Scientist, 6, 1962, súrjwtijinhfit"a "La szj{f"yjhstqtlıf"jizhfhntsfq%>"P. E. Converse,"A Network of Data Archive for the Behavioral Sciences", enPublic Opinion Quarterly, 28, 1964, u¨lx1"273-86; Report on theMinnowbrook Conference on Information Retrieval in the SocialSciences, Syracuse y Western Reserve Universities, 1961; qtx"tra-gfjtx"uwjxjsyfitx"ante la International Conference on the Use

4;5 4;6

Page 21: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

La ciencia política se ha encaminado hacia la investigaciónrigurosa en el momento oportuno para incorporarse a lamarea de la innovación técnica, con todo lo que ésta signi-fica para las disciplinas empíricas en cuanto aprendizaje denuevos lenguajes, aptitudes mecánicas y hasta procesos depensamiento. Aunque en el pasado la ciencia política vioperjudicado su desarrollo por su tardanza en aprovechar lobueno que podía ofrecerle la investigación social, ese mismodefecto se convirtió, hecho bastante curioso, en una posiblevirtud. A diferencia de otras disciplinas sociales más desa-rrolladas, no debe correr con los gastos derivados de reem-plazar aptitudes empíricas tradicionales o anticuadas, niluchar con conceptos respecto a los cuales los investigadorestienen intereses creados. Por el contrario, gracias a queaborda la investigación con un lastre mínimo de adhesióna los antiguos conceptos empíricos y tipo de capacitación,es libre de aprovechar en su totalidad las ventajas que leofrecen las más adelantadas técnicas mecánicas. 9

Al mismo tiempo, en virtud de su misma potencia, las nue-vas aptitudes técnicas lanzaron señales de alarma, como sila empresa científica estuviera dotada de reguladores pro-pios. El conocimiento empírico no basta; en un sentido, sinembargo, amenaza resultar más que suficiente. Debido alritmo precipitado con que actualmente se pueden acumu-lar datos, la ciencia corre el peligro de ser inundada conuna oleada abrumadora y prácticamente irresistible de ellos.Se necesita una fuerza que, actuando en dirección contra-ria, evite que la disciplina sea sepultada por un alud deconocimientos; si esta avalancha se desencadena sin con-trol, solo adquirirá solidez en varias décadas. El hiperfac-tualismo del período anterior a la segunda guerra mundial

tk"Uzfsynyfyn{j"Ttqnynhfq/"Sthnfq"fsi"Gzqyzwfq"Hfyf"ns"Gwtxx0Rf0yntsfq"Gtrufwnxtsx"js"qf"Ysn{jwxnifi"ij"^fqj/"4<96>" Rnñqénmñu{nmx]{cumx ]cuqncq S{óénmx1 49/"4<97/"súrjwt"jxujhnfq"ijinhfit"f"%Ptxifytx"js"qf"ns{jxynlfhnós"htrufwfyn{f%>"{fwntx"fwyıhzqtx"ij" TtqJyqéucmn Kqtmúu{émx ]cuqnñuíñ1 :/"4<97/"Ç"{fwntx"súrjwtx"ij"]{cumx]cuqncqí Rnr{éymñu{n1 kzsifif"js"4<951<"Ixyt"stx"fÇzif"f"htruwjsijw"—htrt"qt"nsinhf"qf"styf"fsyj0wntw—"utw"vz‘"qtx"fzytwjx"ij"hnjshnf"utqıynhf"kzjwts"ij"qtx"vzjr¨x"uwtrt{njwts"qf"hfrufñf"vzj"xj"qqj{f"f"hfgt"js"jxyf"i‘hfifjs"kf{tw"ij"zs"uwtlwfrf"nsyjlwfit"ij"htsxjw{fhnós/"uwthjxfrnjsytÇ"wjhzujwfhnós"rjh¨snhtx"ij"ifytx"xthnfqjx1

parecería pura teoría comparado con la recopilación y al-macenamiento de datos brutos que, gracias a los asombrososinventos vinculados con las computadoras, están ya al al-cance de la mano.Nos hallamos ahora como un niño que da los primeros pa-sos por la senda de las facilidades mecánicas. Nuevos tiposde computadoras cada vez más complejas, de posibilidadescasi inimaginables, se atisban en el horizonte. Su invencióny perfeccionamiento será obra de una nueva generación deespecialistas, los primeros en hablar el lenguaje de las má-quinas desde su primera experiencia con la aritmética yla matemática de la escuela primaria y secundaria. A dife-rencia de sus predecesores, estos estudiosos se sentirán có-modos y seguros en su relación con la computadora y en sudominio de ella. La introducción y empleo creciente de es-tas máquinas para almacenar y procesar información, debeasumir realmente la forma de una empinada curva expo-nencial.Aunque solo fuera por su sentido de autoconservación, lainvestigación política científica se verá obligada a controlary dar significado, de alguna manera, a este flujo de datosen continuo aumento. Por consiguiente, la ciencia conduc-talista de nuestros días ha empezado a dirigir su atención,bien que con lentitud y vacilaciones, a la construcción teó-rica. La teoría general, cabe esperarlo, dará un significadoe importancia más amplios a lo que sería, de no mediar suintervención, un cúmulo de investigaciones cada vez másdispersas, no obstante ser cada vez más confiables. Por pri-mera vez, la teoría orientada empíricamente ha comenzadoa estimular la imaginación de los estudiosos de la política.Y a medida que éstos se sientan más cómodos frente a lascomputadoras aprenderán también a usarlas para formulary solucionar sus propios problemas teóricos.En este libro no fue mi propósito reiterar los persuasivosargumentos que se podrían esgrimir en favor de una teoríageneral de este tipo, ni tampoco construir dicha teoría. Yaintenté lo primero en otra parte 10 ; en cuanto a lo segundo,será el tema de una próxima obra. Aquí me propuse de-

10 En Ttq Y{xuñucmx ]yíñqy.

184 185

Page 22: Easton - Esquema Para El Analisis Politico (Cap. 7 y 8) (1965) (1)

mostrar las clases de compromisos a que debemos adherirsi no queremos adoptar el concepto simple de "sistema" deun modo puramente simplista.Muchos de los que se interesan prácticamente por estas cues-tiones, juzgarán que la descripción de la vida política cornosistema no es sino una manera conveniente y elegante, envez de otras, de hablar de política en su nivel teórico másincluyente. Pero si el desarrollo de una teoría política ge-neral es motivo de nuestro fervor, adoptar el concepto desistema implica ciertos compromisos intelectuales. Podría-mos seguir utilizándolo en forma vaga, incluyendo en él todocuanto quisiera poner el hablante. En la investigación po-lítica, sin embargo, las ideas analíticas no crecen con talexuberancia que nos esté permitido ser excesivamente pró-digos con ellas. Si queremos explotar a fondo las pocas ideasque cada generación consigue arrancar de la dura y recal-citrante roca de la naturaleza, debemos hacer de ellas el usoteórico más riguroso y, por ende, más poderoso. En el casodel concepto de sistema, esto significa que podría tomárse-lo como núcleo esencial de un marco analítico, elaborandoen torno a él conceptos secundarios apropiados que constitu-yeran una serie completa de categorías interrelacionadas. Elanálisis en términos sistémicos promete facilitar este marcoconceptual, y en ello reside su mayor justificación.

Isinhj

9 Prefacio

17 1 Teoría e investigación de la conducta46 2 La vida política como sistema de conducta

62 3 El status teórico de los sistemas

76 4 Identificación del sistema político

91 5 El ambiente de un sistema político

113 6 Persistencia en un mundo de estabilidad y cambio

145 7 El sistema político bajo tensión

164 8 La respuesta del sistema político

186 187