dussel -- el viraje la cuestion rusa 1868- 1877- cap 7

54
DUSSEL, E. "El Viraje: La "Cuestión Rusa"(1868-1877) En: El último Marx (1863- 1882) y la liberación latinoamericana. Siglo XXI, México, 1990. Cap. 7. 7.2. El Viraje": La "Cuestión Rusa"(1868-1877) La última década de la vida de Marx resulta de gran importancia hoy para América Latina. Vivió en ella momentos cruciales de su existencia, 12 que determinaron la evolución de su pensamiento. Marx había expresado, hasta la publicación del libro I de El capital, una visión unilateral de la historia universal. Recurramos a tres ejemplos para probar la afirmación. El primero de ellos, de 1848: La burguesía arrastra la corriente de la civilización hasta las más bárbaras naciones [...] Del mismo modo que ha subordinado el campo a la ciudad, las naciones bárbaras o semibárbaras a las naciones civilizadas, ha subordinado los países 12 Véase su biografía Karl Marx. Biographie , ya citada, pp. 567-782; F. Mehring, Karl Marx. Geschichte seines Lebens , pp. 385-535; B. Nicolaievski, O. Mänchen-Helfen, La vie de Marx , pp. 340-430; etc. Véase en especial Rubén Jiménez Ricárdez, "Marx y su teoría de la revolución para el mundo subdesarrollado", en Cuadernos Políticos , 41 (1981), pp. 5-32. de campesinos a los países burgueses, el Oriente al Occidente . 13 La sola denominación de "naciones bárbaras" y "civilizadas", manifiesta una cierta visión de la historia universal. Era la época en que admitía "el idiotismo rural" o el reaccionarismo campesino en general. Así, hablando de1a ocupación de la India por Inglaterra, escribe el 10 de junio de 1853: [...] a pesar de todos sus crímenes, Inglaterra fue el instrumento inconsciente de la historia al realizar dicha revolución. 14 Los desvastadores efectos de la industria inglesa en la India [escribía el 22 de julio] son evidentes y aterradores [...] y sólo cuando una gran revolución social se apropie de las conquistas de la época burguesa [...] sometiéndolas al control común de los pueblos avanzados, sólo entonces habrá dejado el progreso humano de parecerse a ese horrible 13 Manifiesto comunista, I (Buenos Aires, Ed. Claridad, 1967, p. 32; MEW 4, p. 466). 14 K. Marx, "La dominación británica en la India", en New York Daily Tribune, 25 de junio de 1853 (Sobre el colonialismo, México, Cuadernos de Pasado 1

Upload: fer-sanchez-villagra

Post on 18-Sep-2015

245 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

DUSSEL, E. "El Viraje: La "Cuestión Rusa"(1868-1877) En: El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana. Siglo XXI, México, 1990. Cap. 7.

TRANSCRIPT

DUSSEL, E

DUSSEL, E. "El Viraje: La "Cuestin Rusa"(1868-1877) En: El ltimo Marx (1863-1882) y la liberacin latinoamericana. Siglo XXI, Mxico, 1990. Cap. 7.

7.2. El Viraje": La "Cuestin Rusa"(1868-1877)

La ltima dcada de la vida de Marx resulta de gran importancia hoy para Amrica Latina. Vivi en ella momentos cruciales de su existencia, que determinaron la evolucin de su pensamiento. Marx haba expresado, hasta la publicacin del libro I de El capital, una visin unilateral de la historia universal. Recurramos a tres ejemplos para probar la afirmacin. El primero de ellos, de 1848:

La burguesa arrastra la corriente de la civilizacin hasta las ms brbaras naciones [...] Del mismo modo que ha subordinado el campo a la ciudad, las naciones brbaras o semibrbaras a las naciones civilizadas, ha subordinado los pases de campesinos a los pases burgueses, el Oriente al Occidente.

La sola denominacin de "naciones brbaras" y "civilizadas", manifiesta una cierta visin de la historia universal. Era la poca en que admita "el idiotismo rural" o el reaccionarismo campesino en general. As, hablando de1a ocupacin de la India por Inglaterra, escribe el 10 de junio de 1853:

[...] a pesar de todos sus crmenes, Inglaterra fue el instrumento inconsciente de la historia al realizar dicha revolucin. Los desvastadores efectos de la industria inglesa en la India [escriba el 22 de julio] son evidentes y aterradores [...] y slo cuando una gran revolucin social se apropie de las conquistas de la poca burguesa [...] sometindolas al control comn de los pueblos avanzados, slo entonces habr dejado el progreso humano de parecerse a ese horrible dolo pagano que slo quera beber el nctar en el crneo del sacrificado.

De manera que, para Marx en esos aos, Inglaterra era un verdadero "dedo" como el de Smith en el mercado que cumpla los designios de la historia universal. Todava en el prlogo de El capital de 1867 leemos:

Se trata de estas leyes mismas, de esas tendencias que operan y se imponen con frrea necesidad (Nothwendigkeit). El pas industrial- mente ms desarrollado (entwickeltere Land) no hace sino mostrar al menos desarrollado (minder entwickelten) la imagen de su propio futuro.

Y Marx se est refiriendo aqu al hecho de que "la sede de ese modo de produccin es, hasta hoy, Inglaterra", y por ello Alemania no debe desentenderse porque "en el futuro" le tocar todo lo analizado: "A ti se refiere la historia! (De te fabula narratur!)." Es, como diramos hoy en Amrica Latina, una posicin claramente "desarrollista". Pero todo esto cambiar en profundidad, como queremos demostrar con certeza.

Marx dej muchos cuadernos de apuntes de estos aos. En ellos podemos observar los estudios que realizaba en el Museo Britnico. Sus investigaciones respondan a problemas planteados previamente, los cuales haba descubierto en la realidad histrica misma. Los primeros antecedentes podran buscarse en el modo como Marx describi, por ejemplo, el caso de Polonia.

Pero esto adquiri an mayor claridad con Irlanda. El 30 de noviembre de 1867 pocas semanas despus de la aparicin del libro I de El capital, Marx escribi a Engels: " Lo que los irlandeses necesitan es 1) Gobierno autnomo e independiente de Inglaterra. 2) Revolucin agraria [...]. 3) Aranceles proteccionistas frente a Inglaterra." Sin embargo, irlanda slo importaba porque liberara al proletariado ingls; as como Polonia o Turqua tenan sentido porque debilitaran a la reaccionaria Rusia. Pero todava no valan estas naciones por ellas mismas.

Por ello, pensamos que el origen del "viraje" fundamental en la visin de Marx de la historia universal se debi a un hecho muy simple. Al editarse en 1867 su obra El capital, sta produjo reacciones que llegaron a los odos de Marx. Quiz la ms entusiasta de todas fue la de algunos jvenes rusos revolucionarios; entre ellos, ciertamente, Nikoli F. Danielsn (que naci en 1844 y muri el 3 de julio de 1918).

Ahora Marx poda entablar un dilogo directo y fecundo con pensadores y militantes de otros horizontes El capital se haba transformado en una correa de transmisin problematizante. La realidad rusa, que no era nueva para Marx, quien sin embargo la haba despreciado frecuentemente, se transformar poco a poco en un objeto casi obsesivo de estudio, para desesperacin de Engels, quien no obstante reconoci su importancia: "En la seccin acerca de la renta de la tierra, Rusia estaba destinada a desempear el mismo papel que haba desempeado Inglaterra, en el primer tomo, al tratarse el trabajo asalariado industrial."

El tema del campesinado de un pas no hegemnicamente dominado por el capitalismo irrumpi con mpetu cuestionando muchos elementos del marco terico hasta ese momento desarrollado por Marx, desde los Grundrisse de 1857. Nos situaremos entonces en 1868 aunque quiz antes, en 1865, con la cuestin de la renta de la tierra a propsito del libro III, Marx haba comenzado a sospechar la necesidad de cambios en su anlisis. Pensamos que todo se inici el 30 (o 18, diferencia con el calendario ruso) de septiembre de 1868" cuando Danielsn escribi a Marx: "La importancia de su ltima obra El capital. Crtica de la economa poltica ha impulsado a uno de los editores de aqu a emprender su traduccin al ruso."

El 4 de octubre escribe Marx a Engels: "me alegro mucho naturalmente or que se editar mi libro en San Petesburgo, traducido al ruso". Y el 7 de octubre le responde a Danielsn aceptando la idea de la traduccin, y le aclara: "Ud. no debe esperar a la publicacin del tomo II [...]. El tomo I constituye un todo en s mismo."

Como veremos, esta ltima aclaracin de Marx tiene gran importancia metodolgica. Es decir, Marx no estaba angustiado por no llegar a publicar los libros siguientes, porque el libro I significaba, conforme a su conciencia cientfica y poltica, un "todo" que se autofundamentaba. Residiendo en la produccin el nivel esencial del capital, dicha produccin de valor y creacin del plusvalor era el momento "ontolgico" suficiente que justificaba el ser del capital y la necesidad tico-poltica de su superacin histrica. La circulacin y realizacin del capital (del valor con plusvalor) eran corolarios, consecuencias, resultados que ya no modificaban la esencia. Eran "desarrollos" posteriores ya fundados; expresiones fenomnicas, existentes o reales de la esencia oculta.

Marx muestra su entusiasmo desbordante por el pueblo ruso, por su grupo revolucionario, en una carta del 12 de octubre a Kugelmann, y considera una "irona del destino" que sea en Rusia donde sus escritos han recibido mayor acogida, y que "la primera nacin extranjera que traduzca El capital, sea Rusia", ya que en realidad no se haba ocupado mucho de ella, ni haba tenido conciencia de sus posibilidades revolucionarias, ni haba establecido muchos contactos all.

De todas maneras, Danielsn tiene su proyecto propio, y por ello en su segunda carta, del 12 de octubre (30 de septiembre), le plantea ya claramente la cuestin:

No existe hasta el momento [...] un trabajo que arroje una visin correcta [...] sobre los destinos y la situacin econmica del campesino [...] Fue un tal Flerovski quien de alguna manera logr vencer aquellos obstculos y conocer hasta el ms mnimo detalle del rgimen econmico y la vida del pueblo ruso.

En efecto, Flerovski (Vasili Vasilievich Bervi, 1829-1918), autor de la obra La situacin de la clase obrera en Rusia (1869), fue un gran terico y militante "populista", del cual Marx escribe el 24 de marzo de 1870:

Hace unos cuantos meses me mandaron desde San Petesburgo [Danielsn] la obra de Flerovski [...] Es un escrito de un observador serio, de un trabajador intrpido, de un crtico imparcial, de un artista vigoroso y, ante todo, de un hombre indignado [obsrvese la "posicin" tica de Marx] con la tirana en todos sus aspectos, de un hombre que no tolera los himnos nacionales y que comparte apasionadamente todos los sufrimientos y las aspiraciones de la clase productora. Obras como la de Flerovski y la de Chernishevski, el maestro de ustedes, hacen verdaderamente honor a Rusia.

En efecto, en el Cuaderno B 112, Marx saca apuntes de la obra de "Cernicvskij, Letters without address" todava del ingls, ya que slo a partir del Cuaderno B 116 de 1869 a 1870, estudia sistemticamente el ruso y comienza a leer en esa lengua; pero en el Cuaderno B 167 de 1881, Marx relee la obra, pero ahora en ruso: Pris'ma be adresa, ed. 1874, en el folio 12. Chernishevski (Nikolai Gavrilovich, 1828-1899) fue el mayor de los tericos "populistas", y public en 1855 su obra La relacin esttica del arte y la realidad. En prisin escribi en 1862 su obra Qu hacer? de la cual Lenin tomar posteriormente el ttulo. El texto que Marx ley es un alegato contra el zar de Rusia por la reforma agraria de 1861 contra el campesinado. En su obra de 1859, Crtica al prejuicio filosfico contra la propiedad comunal (posterior en un ao a los Grundrisse de Marx), escriba el lder populista:

Muchos de los adversarios de la propiedad comunal son seguidores de la nueva filosofa germana; algunos se inspiran en Schelling, otros apoyan firmemente a la escuela hegeliana [...] con respecto a la continuidad de las formas en el proceso del desarrollo mundial [...]Por nuestra parte, no somos discpulos ni de Hegel ni de Schelling [...] Si en el tiempo presente nuestra civilizacin con un gran grado de desarrollo pueda o no incluir la propiedad comunal es cuestin que no se resolver a travs de inducciones o deducciones lgicas de leyes generales de la historia mundial, sino slo por el anlisis de los hechos.

Chernishevski describe que para algunos, hay primeramente un "estado primitivo" de "propiedad comunal de la tierra", que es superado en un "segundo estado" de mayor desarrollo, donde se alcanza la propiedad privada, de donde cuestiona:

Debemos enfrentamos al asunto de si dado un fenmeno social, ste debe pasar por todos los movimientos lgicos en la vida real de la sociedad, o si bajo circunstancias favorables puede saltar de un primer o segundo estadio grado de desarrollo directamente a un quinto o sexto, omitiendo las mediaciones.

Lo indicado por Chernishevski en el texto citado arriba era exactamente lo que en 1869 planteaba Nicoli Konstantinovich Mijailovski (1842-1904) en su artculo "Qu es el progreso?", publicado en la revista Otichestviennie Zapiski [Anales Patrios]:

La palabra progreso es usada aqu en el sentido corriente de un perfeccionamiento en direccin del bienestar sentido, no es sorprendente, rechazado por Spencer porque, segn su opinin, implica una interferencia indebida en la investigacin.

Claro que aqu hay una cierta romantizacin de lo primitivo, siguiendo el verso de Schiller: "Ocupndose eternamente de un cierto fragmento del todo, el hombre se torna, l mismo, un insignificante fragmento." En efecto, los narodniki (de narod: "pueblo" o "nacin" en ruso) era un movimiento filo-eslavo, en sus comienzos romntico-conservador, opuesto a los "occidentalistas", quienes se inspiraban en un racionalismo liberal eran hijos de la Ilustracin, como el "positivismo" latinoamericano del siglo XIX. El movimiento se origin en la dcada de 1840 y descubri la obshchina (comuna agrcola) que se organiza en torno del mir (asamblea de ancianos): un "pueblo-nacin" con propiedad y decisiones polticas comunitarias. K. Aksakov, un ultraconservador, critic la "modernizacin" desde el pasado ruso ancestral. Schelling tuvo una gran recepcin, por su filosofa de los smbolos positivos, populares, histricos: La opinin pblica habla francs, el pueblo habla ruso; la opinin pblica se viste a la manera alemana, el pueblo a la manera rusa; la opinin pblica come carne los das de ayuno, el pueblo guarda el ayuno [...] la opinin pblica es un fenmeno pasajero, el pueblo es eterno.

Herzen (Aleksandr Ivanvich, 1812-1870), por el contrario, comenz por ser un "occidentalizado" y hegliano, pero en sus viajes por Occidente, en 1847 (como los que en lo personal hicimos como latinoamericanos desde 1957), redescubri su propia cultura. De la misma manera sucedi con V. Bielinski. Sin embargo, la forma de Herzen de presentar las cosas se le apareca a Marx como semejante a las posiciones de M. Bakunin, de la misma generacin. En este suelo naci el "socialismo populista ruso" como sntesis superadora que postulaba partir del pueblo y la tradicin ancestral de la obshchina (contra los occidentalistas) y producir una revolucin hacia adelante (contra el romanticismo conservador). As surgi el movimiento Ir al Pueblo (a partir de 1873), que fue rpidamente masacrado, y la organizacin Tierra y Libertad (Zemly i Vol'ya), que posteriormente se dividi en dos: la Voluntad del Pueblo (Narodnaya Vol'ya) y la Reparticin Negra (Chernyi Peredel), a la que pertenecieron Plejnov (Georgi Valentinovich, 1856-1918, quien concluy siendo menchevique en contra de Lenin) y Zaslich (Vera Ivanovna, 1849- 1919), quienes slo hasta 1883, luego pues de la muerte de Marx, se convirtieron al ''marxismo", bajo el nombre de Emancipacin del Trabajo (Osvobozhdenie Truda). Debe tenerse muy en cuenta todo esto para las conclusiones a las que deseamos llegar, que resultan muy importantes para la revolucin o segunda emancipacin latinoamericana.

Una vez fracasada la experiencia de la Comuna de Pars, Marx deja constancia para la historia en su obra La guerra civil en Francia:

"La Comuna habra redimido al campesino de la contribucin de sangre [...] habra convertido a los que hoy son sus vampiros en empleados comunales asalariados, elegidos por l y responsables ante l mismo."

Marx posee ahora sensibilidad por el problema campesino; al mismo tiempo, tiene conciencia de la dificultad del triunfo de la revolucin en los pases desarrollados y centrales del capitalismo. Rusia se le aparece, entonces, como una nueva posibilidad. As pues, es necesario entonces estudiar mucho ms este aspecto. Marx escribe a Danielsn: "Estoy tan abrumado de trabajo y se me interrumpe tanto en mis estudios tericos que para septiembre pienso retirarme del consorcio comercial [la Internacional]."

Podemos deducir entonces que cuando el 5 de septiembre de 1872 Engels anuncia en La Haya la idea de Marx y de l mismo de trasladar la Internacional a Nueva York, la decisin haba sido claramente tomada tiempo atrs y a fin de recuperar espacio para el trabajo "terico". Lo cierto es que Danielsn sigue enviando material a Marx. Debemos recordar en especial la carta del 10 (22) de mayo de 1873 sobre la obshchina: "la comunidad agraria an espera a su historiador".

En la Crtica del programa de Gotha (1875), no se acepta, y esto se subraya, que los "campesinos" puedan considerarse junto con los pequeos burgueses, como "una masa reaccionaria". Mientras tanto, Pedro Nikitich Tkachov (1844-1885) atacaba duramente unos artculos publicados por Engels sobre la realidad rusa en Volksstaat, en 1874 y 1875. All afirm:

Es necesario que se posea un mnimo de informacin. Esto le falta y, en consecuencia, sus estimulantes lecciones provocan en nosotros, rusos, la misma sensacin que, con certeza, sentira Ud. si un chino o japons, que jams hubiera puesto los pies en Alemania, aunque se hubiera dedicado a la literatura alemana, tuviese de repente la idea original de erigirse desde lo alto del pedestal de su grandeza china o japonesa y comenzase a ensear a los revolucionarios alemanes lo que deberan hacer.

A lo que Engels respondi de manera tan diferente a Marx, como veremos enseguida:

La revolucin a que aspira el socialismo moderno consiste, brevemente hablando, en la victoria del proletariado sobre la burguesa [...] Por ello se precisa adems de la existencia del proletariado [...] de la burguesa [...] Entre los salvajes y los semisalvajes tampoco suele haber diferencias de clases y por ese estado han pasado todos los pueblos [...] Pero el seor Tkachov quiere decir que esa revolucin ser socialista, que implantar en Rusia, antes de que nosotros lo logremos en Occidente [...] y ello en una sociedad en la que el proletariado y la burguesa slo aparecen por el momento espordicamente y se encuentran en un bajo nivel de desarrollo! Y se nos dice que esto es posible porque los rusos constituyen, por decirlo as, el pueblo escogido del socialismo al poseer arteles y la propiedad comunal de la tierra!

Engels se re irnicamente pero, en realidad, por una "irona de la historia", Tkachov (como los "populistas") tuvo al final razn. Para nuestros fines, y como veremos, puede afirmarse que Engels nunca cambi la manera de concebir la historia: el desarrollo unilineal exiga pasar por el capitalismo o, al menos, que Europa ayudara desde su revolucin primera a otros pueblos a hacer las suyas. No fue sta la posicin de Marx!

Cuando Mijailovski defiende matizadamente a Marx en 1877, en su artculo "Karl Marx juzgado por Y. Zhukovski", que fue publicado en la revista Otichestviennie Zapiski, nm. 10, expone una posicin "populista" que critica, desarrollando, el discurso de Marx en cuanto al tema de la "acumulacin primitiva" como poda suponerse por ser un captulo ms histrico, ms concreto. Partiendo de las conclusiones de Marx mismo (fin del pargrafo 3 del captulo 6 sobre la acumulacin [captulo 24 de la segunda edicin]), Mijailovski escribe:

Imaginmonos ahora que un ruso acepte esta teora histrica [...] Ms an si es un discpulo de Marx y por ello comparte su visin histrico-filosfica, debera alegrarse de la separacin del trabajo y la propiedad, del rompimiento del trabajador con sus vnculos, con las condiciones de trabajo, ya que stos son los primeros pasos de un proceso, al final de cuentas, moralmente positivos.

En noviembre de 1877 Marx escribi un texto que, como otros de esta poca definitiva, guard para la "crtica de los roedores". Pensamos, a partir de los argumentos dados, que se trata de un momento fundamental en la vida de Marx y que posee gran significacin para la historia del marxismo latinoamericano contemporneo. Leemos all, con referencia a Chernishevski:

[...] ste ha planteado en algunos artculos notables el problema de si Rusia, para abrazar el sistema capitalista, necesitar empezar por destruir como lo sostienen sus economistas liberales la comunidad rural o si, por el contrario, sin necesidad de conocer todos los tormentos de ese sistema, podr recoger todos sus frutos por el camino de desarrollar sus propias peculiaridades histricas. Y l opta por la segunda solucin [...] Para poder enjuiciar con conocimiento propio las bases del desarrollo de Rusia, he aprendido el ruso y estudiado durante muchos aos memorias oficiales y otras publicaciones referentes a esta materia. Y he llegado, al resultado siguiente: si Rusia sigue marchando por el camino que viene recorriendo desde 1861, desperdiciar la ms hermosa ocasin que la historia ha ofrecido jams a un pueblo para esquivar todas las fatales vicisitudes del rgimen capitalista.

De manera que, para Marx, como puede comprobarse, el evitar Rusia el capitalismo sera una "bella oportunidad". Por ello: "El captulo de mi libro que versa sobre la acumulacin originaria se propone sealar simplemente el camino el que, en la Europa Occidental, naci el rgimen econmico capitalista del seno del rgimen feudal."

Aqu copia el texto corregido de la edicin francesa de El capital que hemos incluido al comienzo de este captulo 7. Si Rusia se transforma en una nacin capitalista, deber pasar por esa metamorfosis descrita, pero y esto es absolutamente esencial para el marxismo contemporneo latinoamericano:

A mi crtico le parece, sin embargo, poco. A todo trance quiere convertir mi esbozo histrico sobre los orgenes del capitalismo en la Europa Occidental en una teora filosfico-histrica sobre la trayectoria general a que se hallan sometidos fatalmente todos los pueblos, cualesquiera que sean las circunstancias histricas que en ellos concurran [...] (Esto es hacerme demasiado honor y, al mismo tiempo, demasiado escarnio) [...] He aqu, pues, dos clases de acontecimientos qu aun presentando palmaria analoga, se desarrollan en diferentes medios histricos y conducen, por tanto, a resultados completamente distintos. Estudiando cada uno de estos procesos histricos por separado y comparndolos luego entre s, encontraremos fcilmente la clave para explicar estos fenmenos, resultados que jams lograramos, en cambio, con la clave universal de una teora general de filosofa de la historia, cuya mayor ventaja reside precisamente en el hecho de ser: una teora suprahistrica.

Esta aclaracin de Marx, que expondremos en el prximo pargrafo con ms detalle, derrumba gran parte de las "filosofas de la historia", del marxismo posterior. Qu es entonces lo que Marx propone si no postula una "teora histrico-filosfica general''? Puede llamarse eso ''materialismo histrico", o algo mucho ms fundamental pero al mismo tiempo ms humilde, limitado, sostenible todava en nuestro presente latinoamericano? No es la situacin de posmarxismo una buena oportunidad para repensar en qu consisti la intencin profunda del programa terico de Marx?

7.3. La Respuesta A Vera Zaslich O El Apoyo A Los "Populistas Rusos" (1877-1881)

El 28 de abril de 1875 escriba Marx el eplogo de la edicin francesa de El capital. En esa edicin incluye ya ciertas correcciones que usar como argumentos contra sus crticos "populistas" para probarles que, en realidad, estaba de acuerdo con ellos. La correccin fundamental es la siguiente, y la colocaremos enfrentada al texto corregido:

sta, y muchas otras correcciones que veremos, prueban que en 1875 Marx posea ya conciencia plena de la "cuestin rusa". As, en el Manuscrito VII del libro II, de julio de 1878, muestra la dificultad de la implantacin del capitalismo en Rusia concediendo as razn a los "populistas":

Los terratenientes rusos, que a consecuencia de la llamada emancipacin de los campesinos [en 1861] deben efectuar ahora la explotacin agrcola con trabajadores asalariados, sin siervos forzados a trabajar, se quejan de dos cosas: en primer lugar, de falta de capital dinerario [...] Pero ms significativa es la segunda queja, o sea: que aunque se tenga dinero, no se encuentra fuerza de trabajo disponible [...] ya que a consecuencia de la propiedad comn del suelo en la comunidad aldeana el bracero ruso no est an totalmente separado de su medio de produccin.

Es decir, no estaban tan errados los populistas en su pesimismo en cuanto a las posibilidades de la implantacin del capitalismo en Rusia. Por otra parte, Marx ley en 1879 la obra de Maksim Maksimovich Kovalevski (1851-1916) sobre la "comuna rural rusa" (Obscinoie Zemlevladjenie, 1879, en los folios 26-47 y 66-90 del Cuaderno B 156) y, en especial, entre diciembre de 1880 y marzo de 1881, el libro de L. H. Morgan, Ancient society, 1877 (folios 4 al 101 del Cuaderno B 162). Estaba entonces investigando estos temas, cuando le lleg la carta de Vera Zaslich, escrita en francs en Ginebra, el 16 de febrero de 1881:

Honorable ciudadano! No ignora usted que su Capital goza de gran popularidad en Rusia [...] En los ltimos tiempos hemos solido or que la comuna rural es una forma arcaica que la historia, el socialismo cientfico, en una palabra, todo cuanto hay de indiscutible, condenan a perecer". Las gentes que predican esto se llaman discpulos por excelencia de usted: "marxistas". [...] "Pero, cmo lo deducen ustedes de su Capital" [...]nos interesa su opinin al respecto y el gran servicio que nos prestara exponiendo sus ideas acerca del posible destino de nuestra comunidad rural y de la teora de la necesidad histrica para todos los pases del mundo de pasar por todas las fases de la produccin capitalista.

En primer lugar, es necesario recordar que tanto Plejnov como Zaslich no son los "marxistas" que aparecen en su texto, sino que ms bien hay que ligarlos con revolucionarios del crculo de Taksis y Murashkinsev, por lo que Marx indica:

"Los marxistas rusos de quienes me habla me son totalmente desconocidos. Los rusos con los que mantengo relaciones personales [y que son los populistas] tienen, que yo sepa, opiniones completamente opuestas."

Marx sabe quines son sus amigos y de qu lado se encuentran. Sus argumentos nos interesan bastante y los detallaremos paso a paso. Sabemos que Marx escribi cinco textos: tres textos preparatorios largos, un borrador de carta y la carta definitiva los cuatro primeros fueron publicados en 1924, que fueron resumidos en una pgina a manera de carta de respuesta.

La estructura de los cinco textos, que consta de seis momentos o niveles, es la siguiente: 1. Excusas por el retraso en la respuesta.

2. Citas de los textos de El capital en traduccin francesa (pp. 315 y 340-341) que ya haban sido utilizados en la respuesta a Mijailovski para la Otichestviennie Zapiski, en 1877.

3. Palabras acerca del desconocimiento de los "marxistas" rusos.

4. Argumentos negativos contra la "comuna rural rusa".

5. Argumentos positivos.

6. Conclusin: la "comuna rural" debe ser el punto de partida de la regeneracin de Rusia si se produce la revolucin rusa (y Marx no habla para nada de la necesidad de una revolucin socialista en la Europa Occidental como condicin necesaria para ello).

El texto 2, ms corto (con puntos del I al V), resulta ms confuso, es inicial, y tiene gran nmero de correcciones, lo que demuestra que es el primero. El texto 1, en realidad el segundo, es el ms largo y posee mayor nmero de argumentos. El texto 3 comienza ya a tener fisonoma de carta, pero no se concluye (queda interrumpido). El primer esbozo de carta (texto 4) es muy incompleto. El texto 5, la carta definitiva enviada a Zaslich y Plejnov y que siempre negaron, ya que no serva para sus fines, aunque todava no eran "marxistas", resume concisamente la estructura de los documentos anteriores (eliminando slo la referencia a la ignorancia sobre los "marxistas rusos"). Podemos concluir que la carta enviada era clara y polticamente no comprometedora en exceso aunque su apoyo a los "populistas" es definitivo, sin ninguna duda, como lo expresa Marx mismo:

"Espero, sin embargo que unas cuantas lneas basten para no dejarles ninguna duda acerca del mal entendimiento respecto de mi supuesta teora."

Consideremos ahora las premisas y la conclusin de Marx. El punto de partida es el nivel 2, es decir, las citas de El capital en su correccin francesa. El sentido de estas citas se dirige a negar la "unilateralidad" del proceso histrico, ya que "la fatalidad histrica de ese movimiento se restringe expresamente a los pases de la Europa Occidental". Se enuncia todava otro argumento de la misma edicin francesa (ahora de las pp. 340-341): en Europa se pas de un rgimen de propiedad privada de trabajo personal a uno de propiedad privada capitalista. Pero en Rusia la propiedad es "comunal" y no privada y no se podra pasar fcilmente de la "comunal" a la "privada", lo que en Europa tom muchos siglos. Se presentan argumentos en contra de la posibilidad del pasaje de la comuna rural a un grado de propiedad comunitaria superior (socialista) y es el nivel 4, de los 6 indicados ms arriba. El ms fuerte de ellos se enuncia as: "Se encontraba en Europa Occidental la propiedad comunal de un tipo ms o menos arcaico; pero ella ha desaparecido en todas partes." La "disolucin fatal" de la comuna es negada explcitamente por Marx. An ms, l le objeta: Al amante ruso del sistema capitalista [expresin irnica contra los "occidentalistas" o racionalistas liberales a lo Plejnov] que niega la posibilidad terica de tal evolucin [de la comuna al socialismo] yo le propondra esta objecin: Para explotar las mquinas, los navos a vapor, los ferrocarriles, etc., se vera Rusia forzada, como lo estuvo el Occidente, a pasar por el largo perodo de incubacin de la industria mecnica? Marx se manifiesta, en un sinnmero de expresiones o argumentos, a favor de tal "pasaje" de la comuna, de la propiedad comunal, a la propiedad socialista: propiedad comunal arcaica de forma superior o moderna.

Adems, la comuna rural rusa no es tan arcaica, ya que tiene cierta propiedad privada, en la explotacin; este dualismo, por otra parte, es su debilidad pero igualmente su fecunda posibilidad. Los estudios de Morgan y Kovalevski le ayudan en su argumentacin.

En el nivel 5, propone argumentos a favor de tal "pasaje":

Llegando ahora a la comuna rural en Rusia, dejo de lado por el momento todas las miserias que la oprimen. Considero slo las capacidades que le permitirn un desarrollo posterior, su medio constitutivo y su medio histrico.

Los aspectos positivos son: la comuna rural es nacional; no es producto de una invasin extranjera ni sirve a sus intereses; no est aislada del mundo moderno; su configuracin fsica permitira una implementacin mecnica en vasta escala; el contrato de artel permitira un trabajo cooperativo. No puede negarse "la posibilidad terica" de un pasaje directo al socialismo de este "microcosmos localizado", regional. Por ltimo, el nivel 6 es la conclusin: estas comunas pueden ser el "punto de partida" (o "punto de apoyo") directo de la "regeneracin" de Rusia (texto citado al comienzo de este captulo 7). Marx aprueba entonces, de manera argumentada, la posicin de los "populistas rusos" en 1881. Esto significa que Marx ha cambiado fundamentalmente su posicin terica, es decir, que se ha producido una "ruptura"? De ninguna manera. Este "viraje (Kehre)" por llamarlo de alguna manera slo se sita en el nivel histrico, concreto; nivel del desarrollo del discurso dialctico. El nivel esencial, en donde se encuentra abstractamente el discurso de El capital, no es cuestionado en absoluto. En realidad, no hay en l argumentos en pro o en contra de la cuestin de la "comuna rural rusa", porque sta se sita en el nivel concreto o histrico de las condiciones de posibilidad de la aparicin del capital. En Rusia, la discusin se centr por ahora, porque despus se desarrollar ms en torno al libro II en la seccin sptima sobre la "acumulacin", y en especial en el captulo 24 (de la edicin de 1873) sobre la acumulacin "originaria" aspecto "histrico" del origen de esa acumulacin, pero que, en cierto modo, est fuera del plan propiamente dicho (y, por ello, junto con el captulo 25 sobre la colonizacin, estn al final, como apndices).

De todas maneras la discusin de los revolucionarios rusos ayud a Marx a clarificar un asunto fundamental: los sistemas econmicos histricos no siguen una sucesin lineal en todas partes del mundo. Europa Occidental, y de manera clsica Inglaterra, no son la "anticipacin", del proceso por el cual han de pasar obligatoriamente todos los pases "atrasados". Se superaba lo que hoy llamaramos el "desarrollismo" en el cual, como veremos, caern Plejnov, Zaslitch y el mismo Engels, y se abra el ancho camino para el desarrollo del discurso de Marx considerando vas diferenciadas: una es la del capitalismo de Europa Occidental o "central, ms desarrollado; otra es la de los pases perifricos y menos desarrollados. Lo cierto es que Rusia sigui el camino previsto por Marx. Sin agotar el "pasaje" por el capitalismo, realiz su revolucin permitiendo que la "comuna rural rusa" pasara, en gran medida, directamente de la propiedad comunal a la propiedad social del socialismo real, desde la revolucin de 1917.

7 .4. Del "Viraje" A La Segunda Emancipacin O La Revolucin Latinoamericana

Examinaremos en este pargrafo dos aspectos de un mismo desarrollo histrico de pases perifricos: el de Rusia, posterior a 1880, y el de Amrica Latina, ya en el siglo XX. a] El debate ruso posterior Sabemos que Marx se refiri despectivamente al grupo de Plej- nov, la Reparticin Negra de Ginebra, cuando escribi: "Esas seores estn en contra de toda accin poltica revolucionaria."

El 21 de enero de 1882, Marx y Engels escribieron el prlogo a una nueva edicin rusa del Manifiesto. Es un texto de compromiso entre Marx y Engels sobre la cuestin de la comuna rusa (obshchina) y este "compromiso" contiene una contradiccin indicativa para el futuro. Leemos:

La mitad de la tierra [en Rusia] es poseda por los campesinos. Cabe entonces la pregunta: podr la comunidad rural rusa forma, evidentemente ya muy desnaturalizada de la primitiva propiedad comn de la tierra pasar directamente a la forma superior de propiedad comunista, o, por el contrario, pasar primero por el proceso de disolucin que caracteriza el desenvolvimiento histrico del Occidente? La nica respuesta que puede darse hoy a la cuestin es la siguiente: si la revolucin rusa es la seal de una revolucin proletaria en Occidente, de modo que ambas se complementen (posicin de Engels), la actual propiedad comn de la tierra en Rusia podr servir de punto de partida [posicin de Marx] para un desarrollo comunista.

Para Engels, como hemos visto en su respuesta a Tkachov, la revolucin socialista slo puede estar liderada por Occidente, porque all hay propiamente proletariado y burguesa. Por ello, aunque haya revolucin rusa concesin de Engels a Marx no puede realmente cumplir con sus fines sino hay simultneamente al menos y cualitativamente en la vanguardia una revolucin en Occidente condicin que Marx nunca inclua en su dilogo con los populistas. En ese 1882 los populistas de la Voluntad del Pueblo (Narodnaya Vol'ya) comenzaron a declinar; fueron perseguidos con violencia. En 1883, ao de la muerte de Marx, el grupo de Zaslich y Plejnov constituyen una nueva agrupacin: la Emancipacin del Trabajo, que rpidamente deviene "marxista" y aun es reconocida por Engels. Plejnov escribe en 1885 Nuestras diferencias contra los populistas que quedaban. Engels le escribe a Vera Zaslich el 23 de abril de 1885: Quiero decirle que estoy orgulloso de saber que hay un partido de la juventud rusa que acepta francamente y sin equvocos las gran- des teoras econmicas e histricas de Marx y que rompi decidida mente con todas las tradiciones anarquistas y ms o menos filoeslavas de sus predecesores [los populistas]. Marx tambin estara orgulloso si hubiese vivido un poco ms.

Engels habla claramente de "las grandes teoras econmicas e histricas de Marx". Qu hubiera dicho Marx de estas "grandes teoras''? No las habra ridiculizado defendindose de que l hubiera producido una ''teora histrico-filosfica", como lo hizo ante Mijailovski en 1877, o un "sistema socialista", como sucedi ante Adolph Wagner? Marx, ciertamente, era humilde, limitado, conocedor de la originalidad de su intento, pero al final propuso una filosofa unilineal de la historia que Engels defendi, y que de inmediato pas a ser la esencia del ''marxismo", es decir, un "marxismo" contra Marx.

En 1894, Plejnov escribi, mofndose de Mijailovski:

Presenta el incidente [de la discusin de 1877] de la siguiente manera: antes de leer su artculo, "K. Marx enjuiciado por Zhukovski", Marx pensaba que Rusia necesitaba pasar por el capitalismo; pero, gracias a su brillante trabajo, Marx cambi de opinin. Todo esto sera gracioso si no fuera triste como lo dice nuestro Lermontov.

No es verdad que Marx cambiara de opinin por el artculo de Mijailovski, pero s es verdad que Marx haba cambiado de posicin gracias a Danielsn, en primer lugar sin contradiccin con la matriz esencial de su "teora". Pero lo que Plejnov no comprende es que, efectivamente, en Marx se haba producido un "viraje" de importancia: en 1877 expres claramente su oposicin a una visin unilineal de la historia (la idea de que al feudalismo le sigue necesariamente el capitalismo, y a ste el socialismo; puntos que ya haba tratado mucho ms complejamente en los Grundrisse. Plejnov, apoyado por Engels, cree "marxista" su visin histrica. Y all comenz un gran equvoco. El 15 de marzo de 1892, Engels escriba a Danielsn: "Temo qu pronto nos veamos obligados a ver a la obshchina como un sueo del pasado irrevocable, y contar para el futuro con una Rusia capitalista."

Y de manera an ms clara, y hasta violenta, en una carta del 24 de febrero de 1893, expresa Engels: No hay duda de que la comuna, y en cierta medida el artel, contenan grmenes que en ciertas condiciones podran haberse desarrollado ahorrando a Rusia la necesidad de pasar por los tormentos del rgimen capitalista [...] Pero para l tanto como para m, la primera condicin que se necesitaba para realizar esto era el impulso desde el exterior, el cambio del sistema econmico en Europa Occidental, la destruccin del sistema capitalista en sus pases de origen [...] Pero la historia es la ms cruel vsejbogin [de todas las diosas] y conduce su carro triunfal sobre montaas de cadveres, no slo en la guerra sino tambin en tiempos de desarrollo econmico "pacfico".

Este determinismo trgico, unilineal, se impondr como filosofa de la historia, como teora del desarrollo de la humanidad: el "marxismo" haba nacido [...] poco despus de la muerte de Marx. Marx tena un sentido ms complejo de la realidad y su "teora", si la hubo, se plegaba a esa realidad, se modificaba, cambiaba, no era una "doctrina" sino un "mtodo" abierto.

Cuando Engels public por su parte el tomo II de El capital, en 1885, a partir del legajo que tena por ttulo "Lo que pertenece al libro II" como hemos visto en las "Palabras preliminares" III, la discusin en Rusia se centr en este tomo y, en particular, en la seccin tercera sobre la reproduccin recurdese lo expuesto en el captulo 6.4. Recordemos que hay un punto 9 del Manuscrito I de 1865 (punto 6 del plan posterior) en el que se deba hablar acerca de los ''Impedimentos del proceso de reproduccin", es decir: la crisis. Es interesante anotar que los crticos de los "populistas", al igual que los socialdemcratas reformistas integrados al capitalismo alemn crticos de Rosa Luxemburg, entonces, tomaron los textos de Marx sobre la reproduccin para "demostrar" la posibilidad de la reproduccin del capital sin crisis, de manera armoniosa, con capacidades intrnsecas de realizacin del plusvalor, gracias a su mercado nacional interno, sin necesidad de mercados "externos" al capita- 265 lismo (coloniales o precapitalistas). Como ya hemos expuesto al final del apartado 6.4, se violentaron metdicamente los grados de abstraccin del discurso dialctico de Marx y se dedujeron conclusiones contrarias a las que hubiera deducido Marx. Como en el caso de la "comuna rural rusa", Marx hubiera escrito: "Acerca de que el capitalismo pueda reproducirse contando slo con su capacidad de absorber el plusvalor en su propio mercado nacional, nada se puede concluir en pro o contra por la sola exposicin de la seccin tercera del tomo II." Sin embargo, por otros textos sobre la crisis, la desvalorizacin, la crtica al armonicismo de Say, s puede concluirse que Marx se opona a esa interpretacin de crecimiento indefinido sin crisis.

Lo cierto es que, despus de la muerte de Marx, el movimiento populista se distanci del marxismo no en el caso de Danielsn y sus amigos, que fueron siempre discpulos de Marx mismo contra los "marxistas" armonicistas, legales, etapistas, etc. Los "marxistas" usaron a Marx contra ellos. La primera discusin memorable es la entablada entre el mismo Danielsn y Engels. El autor ruso populista dudaba de la posibilidad del capitalismo en Rusia, fundamentalmente por la dificultad de crear un mercado nacional interno suficiente:

Tena la intencin de ofrecerle una versin rusa de la creacin del mercado interno para las clases productivas [...]. Quera llamar su atencin [escribe el 24 de noviembre de 1891] sobre la especificidad de nuestra situacin; nos incorporamos al mercado mundial en la etapa en que debido a su progreso tcnico predomina el modo capitalista de produccin.

Y conclua: Una nacin capitalista supera la contradiccin sealada ampliando el mercado exterior. Cmo hemos de vencer nosotros esta contra- diccin? [...] Sin mercado no hay capitalismo [...] Salimos a la arena mundial precisamente en un momento en que todos los esfuerzos de nuestros rivales han alcanzado su mxima tensin [...].

Engels responde que, despus de la guerra de Crimea, Rusia ha comenzado a desarrollar su gran industria y por ello crear su propio mercado interno. Con estas bases, se inclina a mostrar la posibilidad del crecimiento de un capitalismo ruso.

Por su parte, la crtica contra los ''populistas", en Rusia partir del estudio de la seccin tercera del tomo II sobre la reproduccin. Ya en 1897, Sergei Nikolaievich Bulgkov, escribe su obra Acerca del problema de los mercados en el modo de produccin capitalista. El intercambio entre el sector I y II del capital, en el fenmeno de la reproduccin ampliada, demostrara que el capitalismo puede realizar el plusvalor y crecer en el interior de una nacin. Se apoya aqu en Tugn Baranovski: "La produccin capitalista crea, por su mero crecimiento, un mercado que se expande ininterrumpidamente y que el grado de extensin de ese mercado slo depende de la existencia de las fuerzas productivas. "

En efecto, en 1894, Mijail Ivanovich Tugn Baranovski, public su obra Estudios sobre teora e historia de la crisis comercial en Inglaterra. A partir de los esquemas de la reproduccin de Marx y con el deseo de corregirlos, llegaba a la siguiente conclusin: "Los esquemas citados debieron demostrar hasta la evidencia el fundamento, sumamente sencillo de por s [...] a saber, el principio de que la produccin capitalista se crea un mercado para s misma."

Estas posiciones tericas tendrn gran arraigo. Por ello el mismo Plejnov, en la segunda edicin de Nuestras diferencias, llega a escribir:

Jams fui partidario de esa teora de los mercados en general, y de las crisis en particular, que se apoder como una epidemia de nuestra literatura marxista legal en la dcada de 1890 [...] Adems del seor Tugn Baranovski tambin propag entre nosotros esta teora el seor V. Ilyin [Lenin] en su Observacin sobre el problema de la teora de los mercados, de 1899, as como en su libro El desarrollo del capitalismo en Rusia.

Por su parte, Rosa Luxemburg, en una posicin contraria, criticaba la postura de los armonicistas que pretendan demostrar la posibilidad del capitalismo desde su propio mercado interno; pero Rosa pretenda que los esquemas de la reproduccin eran insuficientes aunque ella tena plena conciencia de que, en realidad, Marx no termin su exposicin. Paradjicamente, tanto los armonicistas como Luxemburg no consideraron el grado de abstraccin del discurso dialctico de Marx. De los esquemas, por su grado de abstraccin y no porque no se hubiese terminado su exposicin, no se poda concluir la reproduccin del capital sin crisis (contra los armonicistas) ni su insuficiencia por no haberse considerado la necesidad de otros mbitos de la expansin del capital (colonial o precapitalista). En realidad, Marx no haba entrado en esos niveles concretos. Pero Rosa tena razn, en oposicin a los armonicistas, en cuanto al desarrollo del discurso dialctico de Marx mismo:

El capital necesita que todas las capas y sociedades no capitalistas se conviertan en compradores de mercancas y que le vendan sus productos.

La fase imperialista de la acumulacin del capital, o la fase de la competencia mundial del capitalismo, abarca la industrializacin y emancipacin capitalista de los antiguos hinterland del capital, en los que realiz su plusvalor. Los mtodos especficos de esta fase son: emprstitos exteriores, concesin de ferrocarriles, revluciones y guerra.

Por la posicin perifrica de Polonia, Rosa Luxemburg era sensible a esta problemtica la cual resulta por ello tan til para Amrica Latina, y en la lnea de las "intuiciones" de los primeros populistas rusos. Por el contrario, los socialdemcratas alemanes y los rusos antipopulistas tendan a ver con optimismo las posibilidades del capitalismo tanto en Alemania como en la periferia; para, desde dentro del mismo capitalismo, realizar una revolucin propiamente "proletaria". Sin embargo, Marx haba escrito: "La produccin capitalista no puede existir, en modo alguno, sin comercio exterior. Pero si se supone [...]." Es decir, en la "suposicin" o caso abstracto en que Marx se sita, esta referencia al mercado externo debe dejarse de lado, metdicamente, en el anlisis. Pero de ninguna manera se dice que esta variable no deba ser reintroducida en un anlisis ms concreto posterior. Y ste es el caso de Amrica Latina.

Nuestra hiptesis de fondo, en un momento en el que el "posmarxismo" est de moda en Europa y entre los repetidores de la periferia, es que Marx contra lo que pens Engels es hoy pertinente en los pases de capitalismo subdesarrollado y dependiente, porque ese capitalismo permite una creciente realizacin del plusvalor de la periferia en el capitalismo central, hegemnico, desarrollado. La transferencia sistemtica de valor de la periferia subdesarrollada hacia el centro es la ley de la acumulacin en escala mundial: parte de la riqueza de las naciones ricas es la contrapartida de la miseria de las naciones pobres. Por ello nos importa mucho el "viraje" del ltimo Marx, cuando descubre el "problema ruso" ms all de que pueda o no coincidir con la posicin de los populistas, quienes, de todas maneras, fueron los primeros tericos y revolucionarios de la periferia en descubrir la especificidad del marxismo en dicha rea. Y es por ello que la liberacin nacional y popular de la periferia no tiene hoy otra posibilidad de fundamentacin terica que la obra dialctico-cientfica de Marx. Su pertinencia es extrema.

Pero el Marx que nos importa no es el que "entr en crisis" en Europa all era un Marx "cientfico" para el positivismo, teleolgico histricamente, materialista dialctico, etc. "Nuestro" Marx se sita, en cambio, en el nivel de las necesidades vitales bsicas: es un Marx econmico-antropolgico, tico, de un "materialismo" productivo que permite al mismo tiempo fundar una liberacin nacional y popular; es decir, evadir un capitalismo que impide un desarrollo real En Europa la crisis del marxismo es "acadmica" y "poltica". En la periferia su pertinencia es "econmica" . All la libertad es esencial, es decir, la democracia; aqu, adems de la democracia, lo esencial es el "comer". El socialismo no vendra despus del capitalismo desarrollado como pensaba Engels; el socialismo es la solucin frente a la imposibilidad de un desarrollo real (relativo) del capitalismo dependiente y perifrico como empez a sospechar el ltimo Marx. El socialismo como momento de superacin necesario ante el "bloqueo" de un capitalismo perifrico tardo en cuanto aparece tardamente cuando ya el capitalismo central est desarrollado. Ante esto, es necesario saber que Marx queda vigente (qu es lo que produjo Marx tericamente y qu es pertinente todava). Veamos todo esto resumida y hasta esquemticamente, por partes, hasta el final de esta obra.

b] El debate en Amrica Latina

En Amrica Latina, Marx lleg de muchas maneras; pero el que nos interesa, en virtud del desarrollo posterior, es, de modo muy diverso que en Rusia, el Marx "poltico" no tanto el de El capital, sea en su libro I o II (ya que en Amrica Latina la discusin terica sobre El capital ha sido casi nula hasta el presente), sino el Marx que desarrolla de hecho un discurso poltico, en sus obras no sistemticas o "menores" (que los editores del MEGA clasifican en la seccin I), tales como El 18 Brumario, La crtica del programa de Gotha, etc. En esas obras, usa concretamente en su discurso poltico los conceptos de "nacin", "estado", "clase", "pueblo", etc., que se articulan mutuamente, pero que no aspiran a ser "categoras" cientficas, tales como las constituidas lentamente en las cuatro redacciones de El capital. Es evidente que el Marx ''poltico", desarrolla su discurso en un estatuto epistemolgico diferente de su obra sistemtica poltico-econmica. Su diverso grado de cientificidad (o racionalidad) no puede ser dejado de lado en la discusin sobre "lo poltico" en Marx.

En efecto, Marx respondi a Vera Zaslich que sus investigaciones en El capital no daban argumentos ni en pro ni en contra de la cuestin de la comuna rural rusa. Y esto porque el grado sumamente abstracto en el que se situaba El capital exiga un detallado "desarrollo" para llegar a los temas ms concretos. Era posible llegar a lo concreto, pero "desarrollando", a partir de estudios pertinentes y nuevos, las categoras que permitieran constituir las "mediaciones" tericas necesarias para no caer en "confusiones" o "saltos", como sucedi con Smith o Ricardo, por nombrar a los ms "cientficos" de los clsicos. Dichas mediaciones categoriales polticas nunca fueron sistemticamente desarrolladas por Marx. Recurdese que el "Estado" sera objeto de la cuarta parte del plan despus del capital, la renta y el salario.

En general, en la discusin sobre el tema se olvida con frecuencia esta cuestin, en la que Rosdolsky ha insistido tanto y con razn. Para Marx mismo, considerando su concepto de ciencia, todos sus trabajos "polticos" estn dentro del campo opinable, intuitivo (en el sentido de "hiptesis", "plpitos", "perspectivas"" pero no "categoras").

Y es en este nivel en el que se produce el "viraje" al que nos venimos refiriendo y no en el plano de su matriz "cientfica" fundamental que qued inconclusa" pero no tuvo ninguna "ruptura" esencial en el "ltimo Marx".

Para vertebrar nuestra exposicin de manera central, consideraremos la categora "nacin", siempre en relacin con "pueblo", categoras que no fueron explcitamente constituida por Marx. Hemos visto que el Marx de la etapa de interpretacin unilineal de la historia propici que el marxismo posterior, en especial en Amrica Latina, como observamos despus, se internara en posiciones dogmticas, abstractas, que no tuvieron en cuenta la realidad distinta de los pases de capitalismo perifrico. Marx, contrapesando la posicin unilateral de Hegel, otorg preponderante importancia a la determinacin econmica del Estado "de abajo hacia arriba": "Solamente la supersticin poltica puede imaginarse todava en nuestros das que la vida burguesa debe ser mantenida en cohesin por el Estado, cuando en realidad ocurre al revs, que es el Estado quien se halla mantenido en cohesin por la vida burguesa."

Los fracasos de 1846-1848 hicieron cambiar un tanto la posicin de Marx. As se originaron lentamente dos posiciones un tanto unilaterales: el internacionalismo proletario y el nacionalismo antimperialista al no situarse adecuadamente el "Estado" y la "nacin" desde el "pueblo", en una estructura suficientemente articulada. La visin unilineal queda claramente expresada en la posicin de Marx en la cuestin de Polonia:

De todos los pases, Inglaterra es aquel en el cual ms desarrollada se encuentra la contradiccin entre el proletariado y la burguesa [...]. De ah que a Polonia no haya que liberarla en Polonia, sino en Inglaterra.

Las burguesas estn hermanadas en el nivel mundial (aunque haya una "competencia entre ellas en el mercado mundial"). De la misma manera, los obreros deben unirse en todo el mundo: las naciones deben ser sobrepasadas, disueltas, y con ellas los "Estados" nacionales. El "Estado nacional" es fruto de la revolucin democrtico-burguesa y la revolucin debe negarlo dialcticamente. Pero ese "pasaje" slo puede efectuarse "desde" el capitalismo: "El comunismo, empricamente, slo puede darse como la accin coincidente o simultnea de los pueblos dominantes."

El socialismo se realizara no slo desde el sistema capitalista, sino desde las "grandes naciones histricas"; ya que los "pueblos sin historia" como los checos, ucranianos, eslovacos, rumanos y otros no contaban ni constituiran estados nacionales en la visin de Marx en esa poca. Y, de la misma manera, el derecho a la autodeterminacin slo era reconocido a las "grandes naciones histricas".

Desde este contexto debe situarse su artculo sobre "Bolvar y Ponte", de enero de 1858. En primer lugar, como todas las obras "polticas" de Marx y por el hecho de no haber "desarrollado" el concepto de Estado, ste expone un discurso que podramos llamar "intuitivo"; es decir, no "cientfico" en su propia definicin. Por ello, el artculo sobre Bolvar, adems de depender de un eurocentrismo propio del Iluminismo, muestra un profundo desprecio por lo latinoamericano, por lo criollo, que resulta del todo injustificable pero que no cuestiona en absoluto el nivel abstracto de sus investigaciones sobre "el concepto de capital en general"; no forma parte, como sus obras polticas, de lo que hemos llamado su discurso "cientfico", pero de todas maneras nos pondr en guardia contra un desarrollo posterior semejante, tanto de Engels como del marxismo estaliniano europeo, y aun latinoamericano.

En esta poca, entonces, Marx exager la importancia de las naciones europeas, de la burguesa, y por ello no pudo captar ni el problema "nacional", ni el "popular" o del campesinado, sino solamente la funcin histrica del proletariado.

El descubrimiento de la nueva posicin poltica de Irlanda cuya emancipacin nacional es condicin de la revolucin inglesa, de Polonia, de Rusia, tal como hemos visto, es lo que implica un verdadero "viraje" en la posicin de Marx. En 1863, exclama con respecto de Rusia, en una todava insuficiente interpretacin de las reformas de 1861:

"Esperemos que esta vez la lava corra del este hacia el oeste, y no a la inversa."

As pues, Marx ir perdiendo la concepcin de la "nacin" como tarea democrtica burguesa, para comprenderla como una "revolucin democrtico-burguesa inconclusa dentro del marco general de una revolucin conducida ahora por el proletariado". Sin embargo, al fin de su vida, como hemos estudiado, considera que el campesinado podra ser el "punto de partida" para una "regeneracin" de Rusia lo cual significa una nueva perspectiva.

A diferencia de Marx, Engels experimentar ese "viraje". Continuar con la posicin que ya tena desde 1848. Ser por ello el eje sobre el que se estructurar el "marxismo" posterior a la muerte de Marx.

Por su parte, Lenin "logr ligar el paradigma socialista del internacionalismo proletario con el paradigma democrticoburgus del derecho a la autodeterminacin nacional". Lenin reconoce, en primer lugar, una diferencia en los "pases capitalistas adelantados", donde el nacionalismo ha sido sustituido por el colonialismo, y por la dominacin. En segundo lugar, en los "pases del Este de Europa" (Austria, Rusia, etc.), el proletariado debe intervenir activamente en la lucha de la autodeterminacin nacional, pero sin abandonar ni confundirlas las tareas de clase revolucionaria. Por ltimo, estn las colonias (y Amrica Latina tambin?), donde las fuerzas revolucionarias deberan unirse a los movimientos democrtico-burgueses para luchar contra el colonialismo. La revolucin es mundial y por ello, aun en la emancipacin colonial, la lucha antiburguesa debe continuar.

Pero lo cierto fue que, despus de la Revolucin de 1917, la revolucin socialista de la Europa occidental que se esperaba, no se produjo. Era posible la revolucin socialista en una sola nacin? De 1923 a 1927, cuando Maritegui afirmaba su propio pensamiento latinoamericano, se discuti esta cuestin en la Unin Sovitica. Stalin afirm que s era posible. Trotski, por su parte, opinaba que la Revolucin rusa deba ser el fermento de la revolucin socialista mundial. Ambos no concibieron la "nacin" de acuerdo con los intereses de los pases perifricos. La revolucin era "mundial": para uno, en cuanto que la revolucin "rusa" era lo esencial de la revolucin socialista mundial y por ello la poltica "nacional" de todos los otros pases y de todos los revolucionarios del mundo deba coadyuvar al triunfo de la Unin Sovitica; para el otro, en cuanto no haba revoluciones "nacionales". El "internacionalismo proletario" y el "nacionalismo antimperialista" imposibilitaron un concepto adecuado de "nacin", ya que ambos perdieron lo propio y caracterstico de la "nacin" en cuanto tal. La "clase" como nica categora interpretativa de un proceso de fetichizacin del anlisis de Marx en El capital y de una inadecuada comprensin del nivel abstracto de su investigacin impide comprender el "Estado", la "nacin", el "pueblo". Todo esto que es un esbozo esquemtico y por tanto unilateral e insuficiente, repercuti en Amrica Latina.

La historia del movimiento socialista en Amrica Latina podra dividirse, opinamos, en cuatro grandes pocas. La primera, desde mediados del siglo XIX hasta 1919, con la organizacin de los partidos ligados a la III Internacional. La segunda, desde esa fecha, hasta 1935 aproximadamente, cuando el marxismo revolucionario dejar el lugar a lo que pudiramos llamar el "frentismo", con todas sus consecuencias tericas y polticas. La tercera, desde ese momento hasta la Revolucin cubana (1959). La cuarta poca, an presente, liderada por el movimiento iniciado por el Frente Sandinista de Liberacin Nacional (1979).

b.1] La poca de preparacin (hasta 1919)

Los movimientos socialistas de Amrica Latina se iniciaron lentamente en el siglo XIX. Esteban Echeverra, en el Plata, escribi su obra Dogma socialista en 1846. Era ms bien una interpretacin fisiocrtica de las extensas pampas, donde la revolucin consista en poblar las llanuras infinitas e inhspitas. Eugenio Tandonnet estuvo en Montevideo de 1840 a 1842, y public lo que podramos llamar el primer peridico socialista latinoamericano: Le Messager Franais, y posteriormente la socialista en Ro de Janeiro, en 1845. En 1849 apareci un "Club socialista" en Bogot; Francisco Bilbao fund la "Sociedad de la Igualdad" en Santiago de Chile en 1850, en relacin con el socialismo utpico; Plotino Rodakanaty organiz un "Falansterio" en Mxico en 1861. Quiz la primera organizacin poltica en esta tradicin fue el Partido Demcrata fundado por Rafael Allende en Santiago de Chile en 1887. Sabemos que los anarquistas haban estructurado, por su parte, un "Crculo Socialista Internacional" en Buenos Aires en 1879, el cual particip en el Congreso Socialista Internacional de 1889.

En Buenos Aires en 1870 haba apenas 12 saladeros, 57 molinos harineros, 21 curtiembres, queseras, fbricas de jabn y velas, carpinteras, herreras, tipografas, aserraderos unos 1500 talleres, que no pueden denominarse "fbricas". El 25 de mayo de 1857 se fund la Sociedad Tipogrfica Bonaerense, que quiz sea el primer antecedente de organizacin sindical latinoamericana moderna si no se considera que en la poca colonial las cofradas desempeaban la funcin de defensa gremial, como en la Edad Media. As, hubo delegados del Cono Sur, de Uruguay, en la II Internacional, con observadores de Chile y Brasil. Juan B. Justo (1865-1928) tradujo el volumen I de El capital en 1895; fund la revista La Vanguardia el 7 de abril de 1894, de cuyo grupo sobresali Alfredo Palacio que fue elegido en 1904 como diputado al congreso argentino.

En 1917 se separ del partido de Justo el Partido Socialista Internacional, que el 6 de enero de 1918 se transform en el Partido Comunista de Argentina. En Mxico, Ricardo Flores Magn (1873-1922) haba fundado la revista Regeneracin y la Unin Fraternal Liberal (1906) como presencia de un socialismo utpico. Es entonces una poca de maduracin, de mucho socialismo utpico, de anarquismo y anarcosindicalismo, de efervescencia. Tericamente, en cuanto a recepcin "estricta" de Marx, Amrica Latina est muy lejos de ser Rusia, donde con Bakunin sean cuales fueren sus defectos o Danielsn, el socialismo y el marxismo propiamente dichos fueron "recibidos" desde la segunda mitad del siglo XIX. No sucedi as en Amrica Latina.

b.2] Los marxistas revolucionarios (1919-1935)

El 10 de marzo de 1919 se fund en Mosc la III Internacional. En el Congreso llevado a cabo entre el 17 de julio y el 7 de agosto de 1920, se definieron las 21 exigencias que deban cumplirse para poder organizar un Partido Comunista afiliado a la III Internacional. Los nuevos partidos deberan "llamarse Partido Comunista de tal pas (seccin de la III Internacional comunista)" (condicin 18). Un autorizado comentador indica: "Las 21 condiciones anotadas dan una idea del desconocimiento por parte de la Internacional Comunista de la situacin por la que atravesaba la mayor parte de los movimientos obreros de los pases coloniales o atrasados."

No es extrao que "en el comienzo la Internacional Comunista atrajo la atencin y el entusiasmo de muy diversos grupos latinoamericanos. Los anarquistas brasileos, socialistas uruguayos y chilenos, revolucionarios pequeoburgueses del Per, los generales revolucionarios de Mxico, que fueron atrados por el Cominte". Cuando en 1919 se funda el Partido Comunista en Mxico por accin de un lder sumamente importante, el hind M.N. Roy, "slo se insista en las generalidades contenidas en el Manifiesto de Mosc".

En 1920 se fund el Partido Comunista en Uruguay. ste tena antigua tradicin de movimientos sindicalistas. Cabe recordar al Partido Socialista de Emilio Frugoni, desde 1910. En 1922 fue el momento de la fundacin del partido en Brasil, donde desde 1918 haba una "Liga Comunista de Libramento" en Ro Grande, y un "Grupo Comunista" en Ro desde 1921. De esta manera, los movimientos anarquistas y anarcosindicalistas originados desde el siglo XIX se unieron en la nueva organizacin. En Chile trabajaba desde haca tiempo Luis Emilio Recabarren (1876-1924); all se fund el partido en 1922, al mismo tiempo que en Guatemala. El 16 de agosto de 1925, Julio Antonio Mella (1903-1929) organiz el partido en Cuba, donde desde 1890 exista un "Club de Propaganda Socialista" originado por Diego Tejera (1845-1905). En 1930 apareci esa institucin en Colombia, donde surgi de la experiencia de los grupos promotores que trabajaban desde 1926, y que en ese ao haban fundado el Partido Socialista Revolucionario. En 1931 se fund en Venezuela.

En todos estos partidos se impuso lentamente la "ideologa" marxista que fue elaborada en la Unin Sovitica. Los perodos de esta historia fueron aproximadamente los siguientes: un primer momento, hasta 1924 (muerte de Lenin); un segundo momento, hasta el afianzamiento de Stalin (1929); en un tercer momento, los debates tericos en torno a la necesidad de un aumento acelerado de la "tasa de produccin" en la Unin Sovitica (nuevo criterio de la racionalidad del socialismo real).

En este contexto, debemos indicar la primera "recepcin" original del marxismo latinoamericano; la figura de Jos Carlos Maritegui (1894-1930), quien tendr influencias desde George Sorel, Benedetto Croce, Henri Bergson, hasta Antonio Gramsci por medio de la revista L'Ordine Nuovo de Turn, liderada por Piero Gobetti. Pero desearamos analizar algunos puntos antes de situar al gran pensador peruano.

Otto Bauer haba escrito La cuestin de las nacionalidades y la socialdemocracia, contra la posicin de Lenin, que se formul en una situacin revolucionaria en la cual la accin proletaria, internacionalista y socialista de Occidente se articulaba con la liberacin nacional colonial. Pero cuando el capitalismo se estabiliz despus de la guerra de 1918, la situacin cambi. Por ello, Bauer intent superar la contradiccin entre internacionalismo proletario y nacionalismo antimperialista, en una coyuntura en la cual la revolucin mundial no poda ya ser considerada la condicin de las revoluciones nacionales (socialistas, proletarias y populares). Adems, contra la oposicin tradicional en el marxismo entre la cultura nacional ancestral (folclrica o populista) y la cultura internacional proletaria desde Lenin, Trotski o Stalin, ser necesario distinguir entre lo "nacional" y lo "burgus", y por ello: ''El desarrollo de todo el pueblo hacia la nacin no ha de ser obtenido [slo] por medio de la lucha con otros pueblos, sino a travs de la lucha de clases dentro de la nacin."

De manera que la revolucin socialista mundial, en vez de disolver a las naciones al menos durante largo tiempo, parte de su fisonoma nacional propia. Es dentro de la "nacin" donde el proletariado socialista realiza su accin transformadora; es decir, hay que "adaptarse a la cultura espiritual existente de la nacin [...], ponerse al unsono con la historia entera de la nacin". La "cuestin de la cultura", como puede verse, es central en el proceso de transformacin histrica. Bauer indica todava la diferencia entre "carcter"; "conciencia" y "sentimiento" nacional; el proletariado, en el seno de las masas populares, transforma la totalidad de la nacin, y la democratiza. De todos modos, hay que aclararlo, Bauer deja un tanto en la sombra el problema poltico del Estado y la realidad econmica en cuanto tal. No pudo solucionar toda la problemtica, pero al menos dio un paso nuevo que posteriormente permitir distinguir entre la "nacin burguesa autoritaria" y la "nacin popular democrtica y socialista".

De otra forma, pero en una tradicin que tendr importancia en Amrica Latina, Antonio Gramsci descubre el mbito de lo poltico, en esencial correlacin con lo ideolgico; es decir, la sociedad poltica como lugar prioritario contra el economicismo producido por una lectura unilateral de El capital, construyendo nuevas categoras: el "bloque histrico" y su accionar por medio de la "hegemona". Se trata de poder estudiar la problemtica de una comprensin "ampliada" del Estado (desde el fracaso de la revolucin en Occidente en 1923, como lo pensaba Lenin y ante el afianzamiento del Estado fascista) y de la "cuestin nacional" (en las contradicciones de los bloques de clases, con respecto al pueblo, su cultura, folclore, etc.). Los "aparatos de hegemona" (desde la fbrica, la escuela, la iglesia, el ejrcito, etc.), que traspasan desde la sociedad poltica a la sociedad civil (y viceversa), son fundamentales en una lucha de clases (como "guerra de posicin" o de "movimiento"). El proletariado de cada "nacin" deber construir un camino hasta la toma del poder hegemnico del Estado. Gramsci sabe articular en dicho proceso al campesinado y a la pequea burguesa revolucionaria. Contra el economicismo, afirma la democracia desde la base obrera. En el Cuaderno 4 (XIII), pargrafo 33, del 1930-1932, escribe:

Pasaje del saber al comprender, al sentir, y viceversa del sentir al comprender, al saber. El elemento popular "siente", pero no comprende ni sabe; el elemento intelectual "sabe", pero no comprende, y especialmente no siente. Los dos extremos son, entonces, pedantera y filistesmo de una parte, y pasin ciega y sectarismo de la otra [...] El error del intelectual consiste en creer que se puede saber sin comprender y sentir [...] es decir, que el intelectual pueda ser tal diferencindose y distinguindose del pueblo [...] El intelectual no comprende ni siente si sus compromisos con el pueblo-masa slo se reducen a lo puramente burocrtico, formal, y as los intelectuales se transforman en una casta, en un sacerdocio (centralismo orgnico). Slo si ese compromiso entre intelectuales y el pueblo-masa [...] significa una articulacin orgnica, en el cual el sentimiento-pasin deviene comprensin y aun saber (no mecnico, sino de modo viviente), entonces dicho compromiso es de representacin [...] se realiza la vida conjunta en la que consiste la fuerza social: se crea un bloque histrico.

Es evidente que Gramsci se sita en un plano mucho ms concreto que Marx en El capital, y en el campo de lo que hubiera sido el cuarto tratado (sobre el Estado), y aun en un nivel ms complejo, concreto: el de la estrategia y tctica poltico- ideolgica en el horizonte de una nacin (Italia). Evidentemente, significa un "desarrollo" no sistemtico ya que Gramsci no conoca tericamente toda la cuestin de la metodologa de El capital tal como Marx la haba concebido, de paradigmtica claridad prctica como una "teora" de dicha prctica poltica. Esta problemtica se hubiera situado, para Marx, dentro de una teora de la "reproduccin". Por ello, desarrollando el concepto de "hegemona" dentro del horizonte de la "reproduccin", se acierta cuando se define al Estado burgus o lo especficamente poltico del capitalismo como "el sesgo con el que la sociedad tiende a reproducirse como capitalista ".

En efecto, J.C. Maritegui surgi en el Per en el momento de crecimiento de lo que pudiera llamarse el estalinismo. Es interesante anotar que personalmente insiste con frecuencia en que su interpretacin arranca de la "economa". Sin embargo, su gran aporte histrico fue, justamente, su posicin antieconomicista y antidogmtica como dira Gorbachov al final de la dcada de los ochenta. En realidad no conoci al Marx de las cuatro redacciones de El capital, ni el del estatuto abstracto del desarrollo del concepto de capital, etc., pero se situ claramente desde una praxis poltica delimitada a la perfeccin en Amrica Latina. En este sentido, debe colocrselo en la tradicin que Marx inici en la dcada de 1870 y despus de su "viraje": la praxis, la realidad histrica determina a la teora y no viceversa:

Rechazando la pasividad, colocaba en el centro el problema de la revolucin y el partido [...] Es por esto que revindicaba como la forma ms elevada de actividad humana, como la forma y la fuente del conocimiento, a la prctica humana asociada.

Ello le permiti oponerse al positivismo, al materialismo ingenuo, y aun a las filosofas de la historia propias del idealismo italiano pero tambin al etapismo y a la visin unilineal de la historia del mismo Lenin. Tena una visin de lo nacional, de lo popular, y, por ello, del campesinado, como "indgena". Como los populistas rusos hasta 1883, comprenda la situacin propia nacional del Per:

El nacionalismo de las naciones europeas donde nacionalismo y conservatismo se identifican .y consustancian se propone fines imperialistas [fascismos]. Es reaccionario y antisocialista. Pero el nacionalismo de los pueblos coloniales s, coloniales econmicamente, aunque se vanaglorien de su autonoma poltica tiene un origen y un impulso totalmente diverso. En estos pueblos, el nacionalismo es revolucionario y, por ende, concluye con el socialismo. En estos pueblos la idea de nacin no ha cumplido an su trayectoria ni ha agotado su misin histrica.

Para Maritegui, el problema indgena, que es una ''cuestin nacional interna", es fundamental en Per. Ciertamente los indgenas no son proletariado y sin embargo, al igual que el "ltimo Marx" piensa que deben ser la referencia necesaria de un proceso revolucionario socialista:

Las comunidades [indgenas] que han demostrado bajo la opresin ms dura condiciones de resistencia y persistencia realmente asombrosas, representan en Per un factor natural de socializacin de la tierra. El indio tiene arraigados hbitos de cooperacin [...] Una conciencia revolucionaria indgena tardar quizs en formarse; pero una vez que el indio haya hecho suya la idea socialista, la servir con una disciplina, una tenacidad y una fuerza, en la que pocos proletarios de otros medios podran aventajarlo.

Parecera que estamos oyendo al Marx estudioso de la "comunidad rural rusa" como "fulcrum" (punto de partida) de la "regeneracin social de Rusia". Esta posicin de Maritegui, perfectamente marxista, fue considerada por Eudocio Ravines, de los "dogmticos" del partido, y posteriormente por Miroshvski y el VII Congreso de la Internacional Comunista, y por el mismo Comintern, como un "populismo", resabio de sus anteriores relaciones con el APRA de Haya de la Torre. En Amrica Latina, sin embargo, no haba un conocimiento suficiente de El capital como para haber podido defender a Maritegui de esas acusaciones. El estalinismo creciente sepult por un tiempo al gran pensador y poltico peruano.

De esta poca no podr olvidarse, y deber estudiarse con ms cuidado en el futuro, la obra de Agustn Farabundo Mart (1893-1932), que organiz en 1932 la nica rebelin armada liderada por un Partido Comunista en la historia de Amrica Latina. De todas maneras, podemos decir que si la fase de 1924 a 1929 fue de lucha interna de fracciones en los partidos comunistas latinoamericanos (entre anarquistas, trotskistas, estalinistas, etc.), la etapa de 1929 a 1935 fue de crecimiento y expansin en los medios sindicales y populares.

b.3] El frentismo etapista y el "browderismo" antirrevolucionario (desde 1935)

Desde 1935, la fase del Frente Popular llevar a los partidos latinoamericanos a perder, en muchos pases, su ala sindical, en buena medida absorbida por los movimientos populistas. Su lnea antimperialista no se distingui del antimperialismo impulsado por la burguesa nacional populista. Y cuando a partir de 1941 cambian abruptamente de lnea, no por una lgica latinoamericana ni por exigencias de coyunturas nacionales, sino por la entrada en la guerra antigermana de la Unin Sovietica, todo esto asla a los partidos de sus antiguos aliados del frente, los aleja de los populistas frecuentemente simpatizantes de las causa del "Eje", por levantarse contra el poder anglosajn que dominaba a Amrica Latina y los entrega en manos de sus antiguos enemigos: las oligarquas liberales, terratenientes exportadores ligados con Londres o Nueva York, o con las burguesas nacionales. El pueblo no los reconocer ms, y su prdica antifascista se tornar incomprensible para los que hasta la vspera haban sufrido el poder del capitalismo imperialista de los "Aliados".

Tericamente estas dos pocas, la del frentismo (de 1935 hasta la guerra de 1939) y la del posterior browderismo antifascista en favor de los "Aliados", dejarn poco de creativo. En cambio, y como hemos dicho, dejarn de negativo la destruccin de las "bases" de la izquierda latinoamericana, absorbidas por los "populismos" (cardenista en Mxico con la crisis de Lombardo Toledano, y anlogamente, en Brasil con el varguismo, en Argentina con el peronismo, etctera).

Fuera de Chile, donde el frentismo logr ciertos frutos en 1938 (al unirse slo el Partido Comunista, el Socialista y el Radical), en el resto produjo una profunda hipoteca del futuro. En Per, los "marxistas" se unieron a la oligarqua liberal tradicional (Frente Democrtico); Colombia apoya al Partido Liberal; en Cuba se apoya a Fulgencio Batista; en Argentina, posteriormente, se unirn con la Unin Democrtica contra Pern. Por lo general, entonces, contra las causas "nacionales" y "populares". La poltica "nacional" de la Unin Sovitica, habiendo devenido idntica al "internacionalismo proletario'', nulific la posibilidad de un anlisis "nacional" del proceso poltico concreto, con lo cual el "marxismo" retrocedi histricamente hasta transformarse en sectores antinacionalistas y, paradjicamente en nombre de la "clase" proletaria, antipopulares. Se vean con simpata las posiciones etapistas que propugnaban la necesidad de la "etapa capitalista" para poder pasar despus al socialismo.

Por ello, desde el fin de la guerra, en 1945, los partidos comunistas latinoamericanos estaban completamente desacreditados. La muerte de Stalin en 1953 y el XX Congreso del PC de la URSS en 1956, marcan el comienzo de la llamada "dcada del desarrollo", que encuentra a los movimientos comunistas latinoamericanos con menos influencia sobre las masas que en 1930.

b.4] Las revoluciones cubana (1959) y sandinista (1979)

El ao 1959 trajo nueva vida al movimiento de izquierda latinoamericano. Hubo un cambio profundo desde las crticas antiestalinistas de Nikita Jrushov.

En 1949 Sergio Bag escribi Economa de la sociedad colonial, en el cual se defenda una tesis contraria a la tradicional: la sociedad colonial no fue feudal, sino "capitalismo colonial [...]. Iberoamrica nace para integrar el ciclo del capitalismo naciente, no para prolongar el agnico ciclo feudal". Bag podra denominarse el Flerovski o el Danielsn latinoamericano. Tericamente, su figura es en realidad creadora. Caio Prado Junior en Brasil y Marcelo Segall en Chile pertenecen a esta generacin de los precursores de un marxismo latinoamericano que deja de ser meramente imitativo.

La Revolucin cubana, en 1959, es el acontecimiento socialista ms importante en Amrica Latina en el siglo XX como Hait lo fue en el siglo XIX, con su emancipacin de Francia en 1804, ya que inicia en la historia, en los hechos, en la praxis (no slo en la teora), una nueva poca en nuestro continente. Con Ernesto "Che" Guevara (1928-1967) llegamos al marxismo poltico latinoamericano contemporneo. Se trata del ms significativo terico marxista, adems de revolucionario real, de la historia del continente y uno de los ms conscientemente antidogmticos y antieconomicistas de esta historia. Para nuestra labor interpretativa de Marx, la posicin "tica" de Guevara nos ha guiado continuamente. El "hombre nuevo" es un ideal tico y ello ser una particularidad del marxismo latinoamericano de fines del siglo XX y principios del XXI. Como Marx, el Che parte de un "hecho" emprico, concreto, cotidiano, pero suficientemente fundamental, global, como para ser un "real" punto de partida:

Vemos, pues, cmo hay grandes e inesquivables denominadores co- munes de Amrica Latina, y cmo no podemos nosotros decir que hemos estado exentos de ninguno de estos entes ligados que desembocan en el ms terrible y permanente: hambre del pueblo. El latifundio [...] queda por resultado el bajo salario, el subempleo, el desempleo: el hambre de los pueblos. Todo exista en Cuba. Aqu tambin haba hambre [...]. Las condiciones objetivas para la lucha estn dadas por el hambre del pueblo, la reaccin frente a esa hambreo... Marx parti de la "miseria" y la "pobreza" del proletario europeo. En el mundo perifrico (frica, Asia y Amrica Latina), se trata de la pobreza creciente, del "hambre" en la expresin que lanzar toda una filosofa del lenguaje y cuestionar la "accin comunicativa" habermasiana: "Tengo hambre!" presente y creciente. Desde ese "hecho" primero el hambre del pueblo, se define la subjetividad del revolucionario (que es el primer "hombre nuevo"):

Djenme decirles, a riesgo de parecer ridculo, que el revoluciona- rio verdadero est guiado por grandes sentimientos de amor. Es im- posible pensar en un revolucionario autntico sin esta cualidad [...] Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas ms sagradas y hacerlo nico, indivisible [...] En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmticos, en escolasticismos fros, en aislamiento de las masas. Todos los das hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilizacin.

Para Guevara los dos pilares de "la teora" son "la construccin del hombre nuevo y el desarrollo de la tcnica". El mismo se refiere a la Crtica del programa de Gotha, al cual habra que remitir en su sentido positivo, estos textos utpicos del Che:

Los hombres del partido deben tomar esa tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo [...] Quisie- ra explicar ahora el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo dirigente de las masas que hacen la historia. Es nuestra experiencia, no una receta [...] El revolucionario, motor ideolgico de la revolucin dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene ms fin que la muerte, a menos que la construccin se logre en escala mundial [...] La revolucin se hace a travs del hombre, pero el hombre tiene que forjar da a da su espritu revolucionario[...].

En comparacin con la experiencia poltica y prctica del Che, el mismo Marx debera ser considerado slo como un "terico". Sin embargo, Guevara saba de la importancia de la teora, pero de una teora que surge articulada desde y en la praxis:

De esta revolucin [cubana], debe recalcarse que sus actores principales no eran exactamente tericos, pero tampoco ignorantes de los grandes fenmenos sociales [...] Eso hizo que, sobre la base de algunos conocimientos tericos y el profundo conocimiento de la realidad, se pudiera ir creando una teora revolucionaria.

En lo terico, entonces, es decir, polticamente, seal la necesidad de derrocar al mismo tiempo al imperialismo y a las clases nacionales dominantes. Afirm la prioridad de la liberacin de la dependencia de las naciones perifricas, del campesinado y las masas populares, y la posibilidad de crear polticamente las condiciones objetivas de un cambio revolucionario. Una "voluntad" no voluntarista un compromiso "tico" no eticistaanticipaba la accin revolucionaria. Estaba entonces lejos del objetivismo etapista, pero tambin de la complicidad. Por ello, en el famoso discurso de Argel, de febrero de 1965, lleg a decir, con respecto al comercio internacional entre pases socialistas:

Creemos que con este espritu debe afrontarse la responsabilidad de ayudar a los pases dependientes y que no debe hablarse ms de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los pases atrasados [...En este caso] los pases socialistas son, en cierta manera, complices de la explotacin imperial.

Nuestra relectura tica de Marx debe mucho al Che Guevara, y desea situarse en su "tradicin", en cuanto a interpretacin "situada" desde el "hambre" de Amrica Latina. Fidel Castro, evidentemente, define lo "nacional" y "popular" a la manera de Guevara. Lo mismo debe indicarse del Frente Sandinista de Liberacin Nacional.

La Revolucin sandinista tiene una originalidad prctico-poltica particularmente clara. Por ello, de igual modo, su "teora" posee un perfil que debe ser considerado por la filosofa de la liberacin latinoamericana. Omar Cabezas, en su obra La montaa es algo ms que una inmensa estepa verde, hablando de los hombres y mujeres que se fueron a la montaa a luchar, escribe poticamente:

Entre nosotros no haba egosmo. Como que la montaa y el lodo, el lodo y la lluvia tambin, la soledad, como que nos fueron lavan- do un montn de taras de la sociedad burguesa. Nos fueron lavando una serie de vicios. All aprendimos a ser humildes porque no slo no vales ni mierda ah dentro, aprends a apreciar los valores estrictamente humanos que ah van saliendo afuera, y poquito a poco se van muriendo todas las lacras, por eso nosotros decimos que la gnesis del hombre nuevo est en el FSLN. El hombre nuevo empieza a nacer como hongos, con los pies engusanados, el hombre nuevo empieza a nacer con soledad, el hombre nuevo empieza a nacer picado de zancudos, el hombre empieza a nacer hediondo [...] Por dentro, a fuerza de golpes violentos todos los das, viene naciendo el hombre con la frescura de las montaas...

El temple de la subjetividad tica es el origen de una nueva sociedad. La de los hroes que como Ricardo Morales Avils escriben en la crcel con la muerte en el horizonte: Vengo, camarada, con las manos llenas del polvo de esta tierra, sobre los hombros cargando los dolores de este pueblo.

Cargando con responsabilidad (que significa "tomar a cargo" al otro: al pueblo oprimido) a la historia que se construye con "sujetos": los hroes. Pero esa praxis que comporta tambin la claridad terica. Carlos Fonseca Amador reflexiona histricamente:

El Partido Socialista Nicaragense naci en un mitin cuyo objetivo era proclamar el apoyo al gobierno de Somoza. Esto aconteci el 3 de julio de 1944 en el gimnasio de Managua y para ser rigurosamente objetivos es necesario explicar este gravsimo error, no como producto de la simple mala fe de los dirigentes, sino tomando encuenta los factores que lo propiciaron.

Eran ciertas categoras simplistas como la mera aplicacin de El capital a Amrica Latina sin mediaciones o inadecuadas como una lucha contra el nazismo inspirado en el browderismo las que llevaron a estos errores. Por el contrario, el FSLN tendr originalidad terica a partir de su praxis revolucionaria concreta. Orlando Nez describe de la siguiente manera los momentos que el proceso sandinista de transicin recorre en Nicaragua, despus del triunfo de 1979:

a) La lucha del pueblo contra la dictadura militar somocista por las transformaciones democrticas;

b) La lucha de la nacin nicaragense contra el imperialismo norteamericano por la soberana nacional;

c) La lucha entre los sectores productivos del campo y los sectores improductivos de la ciudad. La transicin es entonces para nosotros el proceso que media entre la revolucin poltica (nuevas relaciones de poder frente a la dictadura, la contrarrevolucin y el imperialismo), y la revolucin social (nuevas relaciones de produccin o lucha econmica frente a la descapitalizacin, mercantilizacin especulativa y mayor diferenciacin social producidos por el mercado).

De 1979 a 1982 se realiza la "Revolucin poltica y las transformaciones democrticas"; de 1983 a 1986 se estructuran las "Condiciones econmicas y sociales de la transicin".

Quiz lo ms importante en la descripcin de Nez es la "categorizacin" poltica. Describe que en el proceso revolucionario nicaragense es necesario no caer en reduccionismos: no en el economicismo clsico, pero tampoco en un reduccionismo populista:

El reduccionismo de aquellos primeros proclama que no puede haber revolucin ms que con la participacin exclusiva de los proletarios, y el reduccionismo de los segundos afirma que los proletarios ya no son los que hacen la revolucin, sino que es el pueblo. Primero nos dijeron que no era posible hacer la revolucin en estos pases, ahora se esfuerzan en demostrar que no es proletaria. La miopa de los primeros est en no poder ver lo popular en lo proletario, y la de los otros en no poder ver lo proletario en lo popular.

Nez muestra la importancia de lo poltico, articulndolo con lo social y econmico articulacin dialctica que no excluye sino que asume. Hay factores y condiciones objetivas, pero los hay igualmente subjetivos. La accin revolucionaria y poltica, el movimiento de liberacin nacional y social, popular, nacen en la conciencia, primero (anterioridad entonces en el proceso revolucionario-poltico de la cultura y la educacin tica), para llegar despus a la conquista del poder. Desde el poder se alteran las relaciones sociales y, por ltimo, se desarrollan las fuerzas productivas, a partir de una nueva estructura econmica. Es decir, se han invertido las tradicionales prioridades analticas.

El momento poltico exige un anlisis propio. As distingue entre el "sujeto social", las masas populares o el pueblo, que pueden constituir un ''bloque social", antihegemnico (antes de la revolucin) o hegemnico e histrico (despus de la revolucin triunfante). Pero el "bloque social" incluye como protagonista y referencia central (al menos en Nicaragua, aunque no podra anticiparse que sera igual en Guatemala, por ejemplo) al "sujeto histrico", "sujeto de la revolucin", el proletariado urbano e industrial (en alianza con el campesinado y la "tercera fuerza": la pequea burguesa en la produccin o como grupos tcnico-ideolgicos).

Por su parte, el "sujeto poltico" (la vanguardia, los lderes de los partidos, en gran parte la pequea burguesa) tiene la responsabilidad de la organizacin, al menos en parte. Todos ellos constituyen el "sujeto popular".

Por su parte, el "bloque revolucionario" es un conjunto de fuerzas polticas (los partidos de la alianza) que se articulan con el "sujeto poltico". Todo esto permite a Nez analizar el proceso poltico de la lucha de clases en Nicaragua con una novedad y claridad significativa en la poca de crisis, de un "pas pequeo, dependiente, perifrico y subdesarrollado". El concepto de dependencia es el horizonte obligado de la constitucin de todas estas categoras.

Por su parte, la "democracia representativa" burguesa, que tenda a un proyecto histrico capitalista, es remplazada por un nuevo concepto de "democracia participativa", que articula al "sujeto social" con el "sujeto poltico". La "revolucin cultural" entre cuyos factores el cristianismo revolucionario de la "Iglesia de los pobres" es considerado como un momento central desempea una funcin determinante en la accin poltica concreta, en la conciencia necesaria del proceso revolucionario.

Creo que la originalidad de la propuesta, se encuentra en la articulacin del proletariado en el seno del pueblo. Se afirman ambos polos (proletariado y pueblo), pero se los analiza de tal manera que, dentro del "bloque social o popular", desde el "pueblo" entonces, el proletariado (el "sujeto histrico") cumple una accin protagnica creciente. Es decir, a un pas poco proletarizado en el momento de la revolucin porque el campesinado era, en una nacin agroexportadora, la mayora del pueblo, el mismo desarrollo de las fuerzas productivas planificado por la revolucin lo ir proletarizando, y con ello adquirir centralidad protagnica. Y todo esto por tratarse de un "pequeo" pas perifrico, Qu acontecera en Brasil, Argentina o Mxico?

Opinamos, entonces, que se ha logrado un significativo avance en cuanto a la definicin o demarcacin de categoras como: "nacin", "pueblo", "democracia", articulacin de "lo poltico" con "lo econmico" por mediacin de "lo social", etc. Por ello no sera anticipado hablar de un "marxismo sandinista", como lo expresa un autorizado pensador:

La acusacin de marxismo-leninismo es, en el espritu de los que la formulan, la acusacin ms grave dirigida contra el Frente Sandi- nista y contra el proceso revolucionario que l encabeza. Esta acusacin implica la de totalitarismo, dogmatismo, economicismo, alineamiento con la Unin Sovitica y anticristianismo.

1. El marxismo sandinista es la teora de la praxis liberadora del pueblo [...] 2. El marxismo sandinista es nicaragense [...] 3. El marxismo sandinista es nacionalista [...]. 4. El marxismo sandinista es antidogmtico [...] 5. El sandinismo es un marxismo abierto al aporte de la subjetivid