Download - Trabajo Rorschach
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Universidad Central de Venezuela
Facultad de Humanidades y Educación
Escuela de Psicología
Cátedra de Personalidad “Armando Gil Navarro”
El Test de Rorschach
Mujica, Andrea., Peña, Lisbeth., Pereda, Glaucia.
En el presente trabajo pretende brindarse información sobre el test de Rorschach de manera
que no se invaliden aspectos del test y se mantenga la neutralidad de quién lo lee, lo cual
puede ser útil para aquellas personas que no manejan el test y sin embargo quieren conocer un
poco más de este para así adentrarse al mundo de las manchas.
Hermann Rorschach fue un médico psiquiatra y psicoanalista, nación en Zúrich, Suiza,
el 8 de noviembre de 1884. Hermann fue hijo de un pintor que enseñaba su profesión en una
escuela de solo varones. El joven Hermann, en su etapa de secundaria mostró gran entusiasmo
por entintar papeles y doblarlos a la mitad, era un juego muy popular en Europa que se
llamaba “Blotto”. Este juego le permitía obtener formas de pájaros, mariposas, entre otros
objetos, y formas tanto animados como inanimados a los cuales les colocó el nombre de
manchas (Alessandri, 1983).
Una vez en su etapa profesional, Rorschach experimentó con sus pacientes y estas
manchas. Colocaba un borrón en el medio, un vacío de manera que la mancha se distribuyera
de manera simétrica en el papel. Él llamó a este experimento “la interpretación de formas” y
comparó las observaciones e interpretaciones realizadas por pacientes psiquiátricos y personas
sin ninguna condición psiquiátrica aparente. Esto le permitió el desarrollo de “el test de
Rorschach” (Alessandri, 1983)
Este test es un método y una técnica proyectiva que se utiliza para el psicodiagnóstico,
fue publicado por primera vez en la segunda década del siglo XX en su artículo
“Psychodiagnostik, Métodos y resultados de un experimento de diagnóstico por la percepción
(interpretación de formas debidas al azar)”, este artículo y el test en general alcanzaron amplia
difusión en la comunidad corriente, no únicamente en la psicoanalítica. A partir de este libro
han surgido diversas ediciones y ediciones paralelas por otros autores (Bohm, 1979).
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El test se utiliza para realizar un estudio profundo de la personalidad, evaluación de la
inteligencia, confirmación de un diagnóstico clínico y el estudio estructural del aparato
psíquico. Consiste en 10 láminas que presentan manchas de tinta, las cuales se caracterizan
por su ambigüedad y falta de estructuración (Bohm, 1979)
Las láminas están divididas en 3 tipos: cinco acromáticas (I, IV, V, VI y VII), tres
cromáticas (VIII, IX y X) y dos en negro y rojo (II y III). Hermann explicaba que la prueba
consiste en interpretar formas accidentales, imágenes sin configuración determinada. No
existen respuestas correctas o incorrectas para definir los dibujos, solo ideas comunes,
normales estadísticamente, las más repetidas, populares o convencionales. Si el individuo de
aleja en su contestación demasiado de ellas reflejará entonces un distanciamiento de la
realidad (Bohm, 1979).
El primero en intentar convertir en un test psicológico estas manchas fue Alfred Binet,
que junto con Víctor Henri sugirió la idea de realizar tal test, aunque solo quedo en una
propuesta. En América esta idea fue convertida en hecho por el psicólogo G. Dearborn, quien
en 1897 publicó en la psychological review la primera serie de manchas como test, y un año
más tarde dio a conocer sus resultados en el American Journal of Psychology (Bohm, 1979).
Beck desarrolló un sistema categorial y estructural para el uso del Test de Rorschach,
al igual que el aporte de Klopfer constituyen un punto de partida para otros sistemas de
análisis y psicodiagnóstico de esta prueba. Klopfer planteó de forma sintética los aspectos de
personalidad que se podían abordar desde el Rorschach y señaló que se agrupaban en
Aspectos intelectuales y cognitivos, aspectos emocionales o afectivos y aspectos del
funcionamiento del yo (Badilla y Jorquera, s.f.).
Por su parte Hertz desde la psicometría brindó un importante aporte para el Rorschach,
pues creó tablas para la calificación y clasificación de los resultados del test. Piotrowski
aportó indicadores para la caracterización y diagnóstico de los trastornos orgánicos cerebrales
(Badilla y Jorquera, s.f.).
Mas adelante Schafer y Rappaport dieron salida y desarrollaron las concepciones
psicoanalíticas por medio del Rorschach. Esto permitió la obtención de una noción
interpretativa del inconsciente, a partir de las respuestas que los participantes daban a las
manchas, además incluyeron y fundamentaron al Rorschach dentro de la batería de pruebas
psicológicas (Badilla y Jorquera, s.f.).
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Exner y Sendin, plantean aspectos generales de una manera bastante detallada sobre lo
que podemos esperar del Rorschach, de acuerdo con estos autores los aspectos son: la
emoción, la ideación, estilos preferentes para enfrentarse y responder a las situaciones,
autopercepción, capacidad de control, percepción interpersonal, procesamiento de la
información, estrategias defensivas habituales, preocupaciones, mediación cognitiva y fuentes
de malestar de un sujeto (Badilla y Jorquera, s.f.).
En la actualidad, en el ámbito internacional destaca la escuela de Exner pues el
proporciona un Sistema Comprehensivo para el Test que se caracteriza por un minucioso
trabajo en el campo de la investigación cuantitativa, aporta nuevas nomenclaturas y un
sistema categorial novedoso. Este sistema aglomera la experiencia de los “cinco grandes
sistemas” de la personalidad y mantiene su originalidad y novedad (Badilla y Jorquera, s.f.).
Recientemente Parisi desde la escuela Romana de Rorschach ofrece un enfoque donde
la objetividad del análisis cuantitativo se mantiene presente y va de la mano con un extenso
trabajo que hace referencia a los fenómenos espaciales (sobre los que se comentará más
adelante) y al análisis de contenido (Badilla y Jorquera, s.f.).
Para poder aplicar el test es necesario ser un experto en el mismo, por lo que es
decisivo el conocimiento de los saberes psicológicos y psicopatológicos básicos. Quienes no,
no pueden realizar valoraciones utilizables y pueden desacreditar al test de Rorschach ante
psicólogos y médicos. Es por esto que se recomienda que los cursos sobre este test se hallen al
final de la carrera de psicólogo pues, sin unos conocimientos psicológicos bastante profundos
y sobre todo psicopatológicos, el rorschachista difícilmente deducirá algo valioso de sus
protocolos (Bohm, 1979).
Es importante hacer una distinción entre el administrador y el intérprete del
Rorschach. El administrador debe dominar la técnica de tal modo que sepa de qué se trata,
sino, o puede, después de cada protocolo realizar a cuenta para comprobar las respuestas poco
claras (Bohm, 1979).
Antes de la toma de protocolo debe procurarse que el test puede administrarse con
tranquilidad. El explorador (Exp.) y el probando (Pr.) deben hallarse en lo posible, solos en la
habitación. La presencia de una tercera persona es de por si una perturbación aunque no
siempre puede evitarse, sobre todo en una cierta fase de la enseñanza. En caso de los niños, se
debe evitar la presencia de padres y maestros (Bohm, 1979).
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La luz del día no es imprescindible pero es aconsejable, si es inevitable tomar un
protocolo por la tarde con luz artificial debe hacerse constar. También deben evitarse
oscilaciones bruscas de luz (Bohm, 1979).
No deben utilizarse láminas deterioradas, con manchas y deslustradas. Las láminas
viejas, manoseadas, deben mantenerse en reserva. Morgentaler propone utilizar dos series,
una nueva para personas cuidadosas (sobre todo para los neuróticos y esquizofrénicos
fanáticos de la limpieza) y otra usarla para las personas menos escrupulosas (Bohm, 1979).
Es importante evitar las palabras “examinar” y “examen” y en general todo lo que sea
parecido, se puede hablar de exploración, en intelectuales a veces de un experimento, pero en
muchas personas, sobre todo en las desconfiadas, esta palabra tiene una pesada carga (Bohm,
1979).
Antes de cada aplicación, el examinar debe interrogar al sujeto sobre si ha hecho ya el
test o ha oído algo acerca de él y si la contestación es afirmativa debe preguntar cuando ha
ocurrido. Si hace mucho tiempo, el sujeto no ha leído desde entonces, nada sobre el test,
puede administrársele de nuevo la serie original confiadamente (Bohm, 1979).
En otros casos. Es decir, cuando el test se ha hecho hace poco tiempo o varias veces,
es mejor utilizar la serie paralela, también es recomendable aplicar el Test Z (Bohm, 1979).
En cuanto a las instrucciones, no podemos ser esclavos de una determinada formula
verbal, el mismo Rorschach solo preguntaba “¿Qué podría ser esto?”. Ha de decirse tan poco
como sea posible y tanto como sea necesario (Bohm, 1979).
Deben evitarse explicaciones sobre el modo de originarse las manchas, así como
cualquier demostración de la manera de producirlas, porque e otro caso no se puede juzgar
acerca de lo que Rorschach llamo conciencia de interpretación. No hay que explicar a las
personas de inteligencia normal que las manchas no representan nada determinado, también es
peligrosa la comparación con nubes, porque entonces corrientemente se produce respuestas de
nube que de otro modo no hubieran aparecido (Bohm, 1979).
Las láminas son presentadas sucesivamente, preguntándole al Pr. lo que ve en ellas,
cómo y dónde manifiesta lo observado. Se basa en lo que la persona percibe en los diferentes
aspectos de las láminas. Entre las características a tener en cuenta están la localización de toda
o parte de la lámina, su forma, si presenta movimiento, que aspectos percibe, si se observan
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objetos inanimados, humanos, animales, paisajes, el tipo de respuesta, entre otras (Bohm,
1979).
Las láminas se entregan en posición normal pero el sujeto puede hacerlas girar y darles
vueltas según su gusto. Se recomienda no decir nada sobre esto al principio y solo si el sujeto
no las hace girar espontáneamente presentarle las láminas en otras posiciones y en la lámina II
decirle que si quiere puede voltearla (Bohm, 1979).
No debe limitarse el tiempo. Tal limitación iría en contra del axioma fundamental de
que para la investigación del carácter para el trabajo de una persona, especialmente de si su
actitud se dirige preferentemente hacia la rapidez o hacia la perfección, no puede limitarse el
tiempo. Esto no impide que de cuando en cuando sea necesario limitar el número de
respuestas (Bohm, 1979).
Ahora bien, el protocolo consiste en una hoja con todas las láminas (reducidas). En el
protocolo se coloca arriba, a la izquierda, los datos personales (nombre, fecha de nacimiento,
profesión y dirección) en la parte superior se escriben también la fecha y la hora en minutos
(al comenzar, al presentar la lámina VI y al final) (Bohm, 1979).
En el protocolo se deben anotar las respuestas de los Pr., especificando la localización
de su respuesta. En los Pr. que se expresan con lentitud es posible transcribir las respuestas
literalmente pero en los que hablan con rapidez habrá que escribir abreviaturas o signos
convencionales. En lo posible, se debe escribir todo incluso las exclamaciones y las
observaciones ocasionales, lo mismo que la mímica y la conducta del Pr. (risas, suspiros,
frucimientos de la frente, elevación de las cejas, etc.) (Bohm, 1979).
Es importante destacar que este es un test de modalidad individual ya que de forma
colectiva, aunque se pueden proyectar las láminas, es difícil para los sujetos describir las
partes de manchas interpretadas, sin embargo, encontramos un test similar de aplicación
grupal que se llama “test z” (Bohm, 1979).
El objetivo principal es determinar rasgos de personalidad, emocionales e
intelectuales, examinando los procesos de cada objeto a estudiar y detectar las características
de personalidad y funcionamiento emocional en los sujetos a los que se les aplica, aunque
también da luces sobre un problema psicológicos (Bohm, 1979).
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Numerosas son las posibilidades de utilización de la prueba de Rorschach tanto como
test de exploración como con fines de investigación. No cualquiera puede aplicar este test. Se
requiere estar especializado y tener un set oficial de lámina y los parámetros de interpretación.
Por más que las personas estudien las láminas de antemano y traten de averiguar cuáles son
las mejores respuestas es imposible hacer trampa en el test de Rorschach (Bohm, 1979).
El Rorschach puede utilizarse como test de exploración, si bien en la actualidad no se
utiliza de esta manera se llegó a hacer uso del mismo para la orientación en la elección de
profesiones (Bohm, 1979).
Resulta interesante el test de Rorschach en la prevención psicológica de los
accidentes. Existen típicas “víctimas de accidentes” en las que pueden diferenciarse los
expuestos a accidentes, pasivos, es decir, los individuos con una necesidad neurótica de
castigo, y los activos, los temerarios e imprudentes (Bohm, 1979).
En la psicología infantil el test puede representar un valioso medio auxiliar del
consejero de educación, sobre todo si en la investigación se incluyen también a los padres y
los maestros. En los niños puede administrarse partir de los tres años aunque la valoración
exige tantas modificaciones que en la práctica lo mejor es utilizarlo solo a partir de los 12
años (Bohm, 1979).
En Psicología organizacional también es adecuado para el reclutamiento por ejemplo
de oficiales, soldados y otros cargos que requieren de una gran exploración de la personalidad
del aspirante (Bohm, 1979).
En la Peritación médico – legal se puede utilizar como soporte de la investigación de
la fidelidad del testimonio y también puede proporcionar algunos resultados prácticos en la
exploración psicológica de delincuentes (Bohm, 1979).
También es usado en el diagnostico psiquiátrico, siendo este el campo de utilización
más importante de la prueba pero solo es un medio auxiliar para el diagnóstico clínico. Si el
explorador no es psiquiatra se requiere, como la condición previa más importante, una
colaboración entre el médico y el psicólogo (Bohm, 1979).
Con fines de investigación el test de Rorschach no ha sido utilizado, ni mucho menos,
en todos los casos en que podría ser empleado, puesto que existen numerosas posibilidades.
Se puede utilizar en la investigación de la constitución y de la herencia, como también pueden
estudiarse con él los influjos de los factores ambientales en el desarrollo (Bohm)
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El test proporciona distintos tipos de información pues éste puede con frecuencia
mostrar el primer indicio de psicosis orgánicas (o de complicaciones en esta esfera). Algunos
estados producidos por causas orgánicas muestran con frecuencia alteraciones psíquicas, de
todos modos en estos casos de recomienda comprobar con otros test la sospecha obtenida con
el Rorschach (Bohm, 1979).
El test permite realizar distintos niveles de análisis (Bohm, 1979):
Identificación del mundo afectivo
Reconocimiento de las relaciones de objetos
Evaluación de la función de identidad y sexual
Determinar carácter y subtipos
AQUÍ VA LO QUE FALTA DE LOS CRITERIOS Y LOS DETERMINANTES.
Las láminas del Rorschach cumplen cada una distintas funcionalidades, están
estructuradas de maneras distintas y llevan a análisis diferenciales.
La primera lámina es una mancha de color gris, matizado según zonas, con algún
pequeño detalle negro y cuadro blanco. Por lo general, las respuestas esperadas son de tipo
globales, esta lámina tiene poca aceptación por el color y el enfrentamiento a una tarea nueva.
En ella se busca observar la representación y adecuación a situaciones nuevas, enfrentamiento
de yo bajo la mirada del otro, también se muestra la fantasía de enfermedad. (Badilla y
Jorquera, s.f.).
La segunda lámina es gris con manchas rojo brillante sobre el fondo y sobre sí misma.
Con blanco central que incita a dar una respuesta principal (inversión figura y fondo). Se
presenta en algunos casos shock al rojo, la mayoría responde animales, total o en partes. Se
busca observar conflictos internos e impulsos. Algunos consideran que es la más importante,
desencadena impulsos agresivos y sexualmente, emociones primitivas (ira, culpa, temor) y
reacciones básicas en el vivenciar (Badilla y Jorquera, s.f.).
La tercera lámina es una de las más fáciles de interpretar. Hay dos superficies
grisáceas y tres de tipo rojo brillante separadas de ellas. Las primeras se relacionan con
figuras humanas realizando una acción, si no se ven se asociada al shock cenestésico, y el
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centro se ve como lazo o mariposa. Se busca observar las relaciones interpersonales. Es
importante la percepción de personas y los vínculos, evalúa la identidad sexual (Badilla y
Jorquera, s.f.).
La cuarta lámina es una lámina vertical, de un gris muy oscuro, la respuesta más
frecuente es la de monstruo, se ve siniestro, grande y amenazador, frecuentemente visto de
manera total. Esta lámina nos indica autoridad. Representa al padre, la ley, al padre edípico
(agente crucial para la identificación sexual del sujeto) (Badilla y Jorquera, s.f.).
La quinta lámina es una mancha gris, casi negra. Se le percibe generalmente como
murciélago o mariposa, por esto produce respuestas globales, es difícil que produzca fracaso.
En ella se percibe realidad. Es el estímulo más estructurado del test, tiene que ver con la
identidad sexual, ya que se espera que los hombres vean un murciélago y las mujeres una
mariposa (Badilla y Jorquera, s.f.).
La sexta lámina es gris claro y compacta, es la más fácil para producir asociaciones, se
puede percibir con facilidad un órgano sexual masculino y uno femenino en el centro. Se dan
con frecuencia contenidos de animales completos. Se puede presentar un shock sexual. En
esta lámina se percibe la sexualidad masculina. Evalúa la sexualidad, se espera que las
respuestas sean simbolizadas, se intenta ver algún tipo de perversión sexual (hacia donde se
dirige la pulsión). Depende de la etapa evolutiva en que este la persona (Badilla y Jorquera,
s.f.).
La séptima lámina no es de estructura compacta, está en dos bloques con vacío en el
centro. Se encuentran frecuentes respuestas de detalle y dificultad para globalizar. Puede
darse shock al vacío, generalmente se dan respuestas de mapa o figuras humanas en temáticas
infantiles. Se busca observar femenina, materna. El espacio en blanco suele ligarse a lo
uterino, la zona inferior es muy sexual, se aprecia el vínculo de la persona con su madre
(Badilla y Jorquera, s.f.).
La octava lámina es la primera lámina de color, pudiendo provocar shock al color. Se
interpretan fácilmente las figuras de los costados como animales, mayor respuesta de detalles,
pueden suscitar verbalizaciones agresivas y anatómicas, es difícil que se produzca fracaso. Se
perciben los Afectos. Adaptación del individuo hacia lo afectivo, dependiendo de lo percibido
será el vínculo y la alianza terapéutica. También demuestra la fantasía de la curación (Badilla
y Jorquera, s.f.).
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La novena lámina es la más difícil de interpretar, y por esto provoca más rechazos y
fracasos, también es de color, pero más intensos. Generalmente se interpreta por partes y
aparecen respuestas de animales, humanas y anatómicas. Se percibe angustia, situaciones
limite.se evalúa el manejo de la angustia y de los mecanismos de sublimación, frente a la
tolerancia de la frustración (Badilla y Jorquera, s.f.).
La décima lámina es la última lámina de la prueba, ésta es la más dispersa, hay gran
variedad de colorido y de forma, que originan respuestas independientes, es difícil encontrar
respuestas globales, aparece el shock de la disgregación. En ella se percibe Pronóstico.
Proyección y evolución de los conflictos psíquicos. Como se va el sujeto del test. También
muestra como este enfrenta a su ambiente (Badilla y Jorquera, s.f.).