INSTITUTO TECNOLOGICO DE TUXTEPEC
Docente:Ezequiel Villalobos Vázquez
Materia:Taller de Desarrollo Humano
Unidad:3
Tema:3.1 Saber Ser
Integrantes:Modesto de Jesús Altamirano Lucas.
María de los Ángeles Gómez Joaquín.
Mario Josué Marcial Palacios.
Dayana Ortiz Barrientos.
Ángel Francisco Santos Apolinar.
INTRODUCCION
SABREMOS DE LO QUE NOS HABLA EL TEMA “SABER SER” Y
VEREMOS TODO LO QUE CONLLEVA ESTO EN LA VIDA DIARIA,
ADEMAS TRATAREMOS DE RESOLVER ALGUNAS DUDAS DE LO
QUE SIGNIFICA EL TEMA; EN ESTE TEMA TAN PEQUEÑO NO SE
PUEDEN ENCONTRAR MUCHA INFORMACION Y DEBIDO A ESTO
LE TUVIMOS QUE PONER MUCHO MAS EMPEÑO A ESTE
TRABAJO.
ESTAREMOS HABLANDO DE UN TEMA MUY IMPORTANTE PARA
NOSOTROS LOS ADMINISTRADORES Y PARA EL PUBLICO EN
GENERAL Y TENEMOS QUE REPRESENTARLO EN DIVERSAS
FORMAS DE TRABAJAR.
DESARROLLO
TEMA 3.1 SABER SER
SABER SER, SABER ESTAR, SABER HACER
Sea cortés con todos, sociable con muchos, familiar con pocos.
Poniendo en práctica el saber ser, saber estar y saber hacer,
siendo siempre uno mismo, con sus virtudes y defectos,
triunfarán.
La comunicación y la convivencia son el propósito de las habilidades
sociales por las que todos los seres humanos nos interesamos como
medio y fin para mejorar las relaciones que mantenemos con
familiares, amigos, vecinos, conocidos, desconocidos, compañeros,
colegas, jefes…
La costumbre y los gustos generales de los miembros de una
comunidad han propiciado el establecimiento de normas o
recomendaciones sobre las conductas apropiadas. Comportarnos en
sintonía con el entorno en el que nos encontramos en cada momento,
sitio y ocasión sin dejar de mostrar (o manifestar) nuestra personalidad
es el objetivo que persigue el tan popular pero a veces malinterpretado
“Saber estar” que floreció con la práctica de los buenos modales en las
cortes y propició, junto con los inventos y la educación, la evolución
del ser humano.
Los códigos sociales de conducta han experimentado profundas
variaciones en su avanzar a través de las distintas épocas. Hasta el
siglo XVI, todos los textos relativos al civismo, sociabilidad o urbanidad
distinguían tres categorías claramente diferenciadas: tratados de
cortesía, reglas de moral común y artes amatorias o de placer.
Avanzado el siglo XVIII surge un nuevo género a medio camino entre
los manuales de civilidad y las artes del cortesano: Reglas del decoro
y de la civilidad cristiana, escrito por Juan Bautista de La Salle que
viene a ocupar el lugar dejado poco antes por las normas de civilidad o
los manuales del perfecto aristócrata, en clara discordancia con la
naturalidad, la libertad de elección y el dinamismo imperante.
En los siglos XIX y XX la urbanidad retoma un importante papel en la
cimentación de una sociedad liberal, que evoluciona al ritmo de las
variaciones principalmente sociales y políticas, y el papel que ocupan
en la misma la mujer y el hombre. Se pretende un modelo de personas
respetuosas, disciplinadas, trabajadoras, responsables, de trato
agradable y transmisores de estos valores a sus hijos. Reforzar el
sentimiento de patria y la sensibilidad higiénica social son las
principales innovaciones que incluyen los manuales de urbanidad de
este período.
En su adecuación a la compleja sociedad del siglo XXI, las normas de
urbanidad se han sometido a un proceso de renovación,
modernización y adaptación a los tiempos actuales, al ambiente
concreto, a cada situación precisa y a las personas implicadas en el
trato, siempre sin perder de vista las hipótesis que la sustentan:
expansión de la sociabilidad y éxito de la convivencia, bajo las
premisas de observación, prudencia y apreciación.
El fingimiento, la cursilería, la rigidez y la hipocresía no tienen cabida
en la conducta y dignidad humanas. La naturalidad es esencial para
un proceder correcto y seguro. La integración en grupos comunitarios
propicia la deferencia, el aprecio y el interés como lenguaje social que
identifica a sus miembros, que construyen su futuro sobre una base
sólida en la que la sencillez, la amabilidad, el respeto, la tolerancia, la
cordialidad y el sentido del humor ocupan un puesto privilegiado.
El saber ser se compone esencialmente de los siguientes instrumentos
afectivo-emocionales; valores actitudes y normas. A través de ellos se
procesa la información afectiva y se pone al servicio del desempeño
idóneo.
1. Valores. Son procesos cognitivo-afectivos generales, caracterizados
por ser profundos y perdurables, a través de los cuales se da la
disposición a la acción. Orientan las construcción de metas e ideales,
por lo que constituyen el eje fundamental del proyecto ético de vida.
Se componen de actitudes.
2. Actitudes. Son disposiciones específicas a la acción orientadas por
los valores y se estructuran con base en tres elementos: un
componente cognitivo (tienen un saber de algo), un componente
afectivo (tienen una tonalidad emocional relacionada con un querer) y
un componente conductual (se expresa en acciones manifiestas). Las
actitudes implican experiencias subjetivas mediante las cuales se
hacen juicios evaluativos que se expresan en forma no verbal, son
relativamente estables y se aprenden en la interacción social (Díaz y
Hernández, 1999). La firmeza de una actitud se da cuando lo que
hacemos es congruente con lo que nos gusta y lo que creemos.
3. Normas. Constituyen reglas de conducta esenciales para vivir en
sociedad, regulando las relaciones entre las personas y las cosas.
Guían en cómo ha de comportarse una persona en una determinada
situación; a su vez, son un criterio esencial para valorar la actuación
de los demás. En las normas se concretizan las actitudes
Desconocer cuestiones básicas de protocolo social coloca a los
protagonistas de las distintas situaciones en una posición incómoda, al
desconocer qué hacer, además de situarle en ridículo por esa
ignorancia sobre cómo desenvolverse, de forma natural, lógica y
flexible, en situaciones realistas y cotidianas. Sin lugar a dudas, todo
es más agradable, saludable, conveniente y fácil si sabes cómo
comportarte.
Vivimos en una sociedad en la que todo vale; cada persona pelea por
sus intereses sin importarle las consecuencias sobre otros seres
humanos. La educación social vive en la actualidad un desmerecido
período de descalificación y afrenta. Se ataca a todo aquel, niño, joven
o adulto, que practica las buenas formas y las palabras comedidas.
Descuidamos el trato con nuestros semejantes con los que nos
relacionamos a diario tanto en nuestros compromisos académicos y
laborales como nuestro estimado tiempo de ocio. La grosería, como
sabiamente apunta Alfonso Ussía, es la peor plaga que padece hoy en
día la humanidad.
En la actualidad, la formación académica e incluso la experiencia
profesional forma parte del currículum de millones de personas y, aun
así, con ese historial curtido a base de esfuerzo y dedicación, no
encuentran el necesario puesto de trabajo. ¿Cuál es la característica
que diferencia a estos profesionales que ofrecen un currículo similar?
Sin lugar a dudas, la educación, la cortesía, el saber estar. De qué
valen todos tus conocimientos y experiencias si no sabes comportarte
correctamente en tus relaciones sociales y profesionales. Aristóteles
defendía que la armonía entre los miembros de una sociedad civil era
completa cuando existía civilidad, conducta cívica mutua entre los
ciudadanos.
La coexistencia, o entendimiento social, demanda unas pautas de
comportamiento y relación. Agradar a los demás y pertenecer a
determinados grupos sociales son los objetivos de toda persona y el
ejemplo es un efectivo método para merecer y disfrutar del respeto
que ofrecemos sin olvidar que el respeto dado se convierte en respeto
debido y que para recoger frutos, primero debemos sembrar la
simiente.
El que cifra su placer en herir y aborrecer, no es estimado jamás.
Quien no quiere a los demás, no puede hacerse querer…
Saber, saber ser y saber hacer es la ecuación que en los nuevos
tiempos traza y define el camino que nuestros estudiantes deberán
irremediablemente recorrer si desean convertirse en profesionales
actualizados, competentes y responsables. Al descomponer esta
ecuación, la palabra “saber” hace referencia al conocimiento científico
impartido, siendo este la base de la formación profesional; “saber ser”
hace referencia a las condiciones humanas que son intrínsecas a la
persona y que deberían ser fundamentales, pues se refiere a aptitudes
y comportamientos en función de las reglas de la ética y de la
humanidad, también se refiere al sentido de responsabilidad. “El saber
hacer” hace referencia a la habilidad que debe poseer un profesional
para ejercer bien su trabajo. Esta ecuación se conoce
pedagógicamente bajo el nombre de aprendizaje por desarrollo de
competencias y es el camino o la tendencia que se impone cuando se
desea formar profesionales bajo los parámetros del mundo de hoy.
CONCLUSIONES
En conclusión general con el tema “saber ser” trata y abunda más
que nada en los subtemas como carácter y temperamento, que nos
dice que el temperamento está relacionado con las bases biológicas
de la personalidad, el carácter psicológico seria la peculiaridad del
individuo que se enfrenta al mundo de la vida diaria y a sus constantes
cambios de estilos de vida. Que obliga al individuo a permanecer
ecuánime en la toma de algunas decisiones sin la necesidad de
alterar algunas de sus emociones. Todas las emociones son
esencialmente impulsos a la acción, cada una de ellas inclina al ser
humano hacia un determinado tipo de conducta. También en creer en
sus valores y creencias que lo definen como alguien bueno o malo en
sus actos que puede repercutir en su vida, el autoconocimiento con el
que cuente que se interpreta como la capacidad que tiene una
persona de conocerse a sí misma. Y algo muy importante en la vida de
un ser humano, su autoestima si nos sentimos listos o tontos, capaces
o incapaces, nos gustamos o no, es fundamental para una persona
tener la autoestima muy elevada y tener confianza en sí mismo.
ANGEL FRANCISCO SANTOS APOLINAR
En lo que nos da a entender la lectura es que más que nada está
basada en ciertos tipos de comportamientos adecuado e inadecuados
paras las personas y que esto que nos enseñan es solo lo que
tenemos que hacer para llegar hacer unos buenos profesionistas y que
nada manche nuestro comportamiento, tanto como estudiante como
profesionista, y que más que nada tenemos que ser uno mismo pero
tampoco llegar hacer muy malos en nuestra persona y que tenemos
que comportarnos distintos en los diversos ámbitos de la vida.
Modesto de Jesús Altamirano Lucas
Necesitamos tener una buena comunicación y convivencia con los
amigos, familiares y con las personas que se encuentran en nuestro
alrededor, ser sociable, conocer a muchas personas para tener una
buena imagen ante todos. Pero sobre todo siendo uno mismo, tratar
de ser mejor cada día, hacer un poco de cambios buenos en tu vida.
Saber trabajar en equipo, saber ser sociable, ser cortes, habla muy
bien de la persona que somos. Primero debemos estar bien emocional
y espiritualmente con nosotros mismos para después poder
proyectarlo ante todos.
El saber ser es nuestra parte emocional que no ayuda a estar bien con
nosotros mismos y con la sociedad.
Dayana Ortiz Barrientos
El saber ser es una capacidad del ser humano que determina nuestra
conducta mediante la mente y el conocimiento. La mente refleja la
capacidad de concebir lo que percibe el organismo, de definir las
situaciones, de evaluar los fenómenos, de trasformar los gestos en
símbolos y de exhibir una conducta que deriva de la mente y la
inteligencia. El saber ser lejos del debate ético- moral de los códigos
sociales del lugar donde viene el individuo, es la conformación de una
conducta programada y proyectada a un objetivo común que se
posiciona en la formación del ser y se transforma en las acciones
individuales y colectivas. Con esto hemos podido aprender que las
conductas están todas relacionadas con la mente humana, ya de que
de ella derivan todas nuestras acciones.
María de los Angeles Gómez Joaquín.
El saber ser se toma como enseñanza de aprendizaje, para obtener
conocimientos, propicia un mejor entendimiento de los conocimientos.
Al igual que el carácter y el temperamento nos sirven para darnos
cuenta de que forma podemos tomar una decisión, cual va ser la
mejor. Las emociones nos sirven como medio de expresión, el
autoconocimiento es parte de cómo nos vemos nosotros mismos, la
autoestima y la autorrealización son como un último escalón del cual
nosotros debemos manejar a nosotros mismas sin la cuestión de estar
inseguros. Uno es lo que quiere ser y nadie lo puede cambiar más que
uno mismo.
Mario Josué Marcial Palacios.