Download - SEÑOR, DAME DE ESA AGUA…
JUAN 4,5-42
23 MARZO 2014 III Domingo Tiempo Cuaresma .A.
Ambientación:Jarra llena de agua y el lema: “Danos, Señor, el agua viva”
“Danos, Señor, el agua viva”
Cantos sugeridos: A las fuentes de agua viva; Un solo Señor
En las aguas del Bautismo fuimos fecundados con la vida divina y fuimos incorporados al misterio pascual de Cristo. El evangelio de hoy afirma que el verdadero “don de Dios” es el agua viva
del Espíritu que Jesús da a quien se la pide.
Oración inicial
Oh Cristo, manantial de vida nueva:Tú ofreces a la humanidadconsumida por la sed,el agua que sacia y mana de tu costado.
Oh Cristo, roca de salvación herida por nuestros pecados…
concédenos acercarnos a ti; concédenos conocer de qué sed
delira nuestra existencia; concédenos el don abundante del espíritu generoso sobre los que
caminan hacia ti.
Y podremos también nosotros llegar a ser fuentes de vida proclamando con nuestra
enteraexistencia en el mundo, la
gloria de tu nombre.Amén.
I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Juan 4, 5-42
Este texto es una
hermosa catequesis sobre la fe
como descubrimiento de Cristo,
fuente de
agua viva;
sobre el verdadero culto en espíritu y verdad; sobre el proceso de conversión
de una vida de pecado al testimonio misionero del Mesías a quien ha
encontrado. Escuchemos:
En aquel tiempo, 5Llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. 6Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino,
estaba sentado junto al pozo. Era alrededor del mediodía.
Lectura del Evangelio según San Juan 4, 5-42
7Llega una mujer de
Samaria a sacar agua,
y Jesús le dice:
- “Dame de beber”.
8Sus discípulos se habían ido al
pueblo a comprar comida.
9 La samaritana le dice:
- “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de
beber a mí, que soy samaritana?”.
Porque los judíos, no tienen trato con los
samaritanos.
10Jesús le contestó:
-“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le
pedirías tú, y él te daría agua viva”.
11La mujer le dice: - “Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar esa
agua, y el pozo es muy hondo, ¿de dónde vas a sacar esa agua viva”?;
12¿eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo, y de él
bebieron él y sus hijos y sus ganados?
13Jesús le contestó: - “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; 14pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá
dentro de él en un manantial del que brota hasta la vida eterna”.
15La mujer le dice:- “Señor, dame de esa agua; así no tendré más sed, ni tendré que venir
hasta aquí para sacarla”.
16Él le dice: -”Anda, llama a tu marido y vuelve”.17La
mujer le contesta: -”No tengo marido”.
Jesús le dice: -”Tienes razón, que no tienes marido. 18 Has tenido ya cinco, y el que ahora tienes no es tu marido.
En eso has dicho la verdad”.
19La mujer le dice: -”Señor, veo que eres un profeta. 20Nuestros padres dieron
culto a Dios en este monte; pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde se
debe dar culto está en Jerusalén”.
21Jesús le dice: - “Créeme, mujer, se acerca la hora, en que ni en
este monte ni en Jerusalén darán ustedes culto al Padre..
22Ustedes dan culto a uno que no conocen; nosotros adoramos a uno que
conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en
espíritu y en verdad,
Porque el Padre desea que le den culto así, 24Dios es espíritu,
y los que le dan culto
deben hacerlo en espíritu y
en verdad”.
25La mujer le dice:- “Sé que va a
venir el Mesías, el Cristo; cuando
venga, él nos lo dirá todo”.
26Jesús le dice:- “Soy yo, el que habla contigo”.
27En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer; aunque ninguno le dijo:
“¿Qué le preguntas o de qué le hablas?”
28La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: 29- “Vengan a ver un hombre que me ha dicho todo lo que hice: ¿Será éste el Mesías?
30Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.
31 Mientras tanto sus discípulos le insistían: - “Maestro, come”. 32Él les dijo: -”Yo tengo por comida un alimento que ustedes no
conocen”.
33Los discípulos comentaban entre ellos: - “¿Le habrá traído alguien de comer? 34Jesús les dice: -”Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y
llevar a término su obra.
35 ¿No dicen ustedes que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo les digo esto: Levanten los ojos y contemplen los campos, que están ya maduros para la
cosecha; 36el que trabaja en la cosecha ya está recibiendo su salario y almacenando fruto para la vida eterna, de modo que el que siembra y el que cosecha se alegran.
37Con todo, tiene razón el proverbio: «Uno siembra y otro cosecha». 38Yo los
envié a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros, fueron los que
trabajaron y ustedes son los que se han beneficiados del trabajo de ellos”.
39En aquel pueblo muchos
samaritanos creyeron en él por el testimonio que
había dado la mujer: “ Me ha
dicho todo lo que hice”. 40Así,
cuando llegaron a verlo los
samaritanos, le rogaban que se
quedara con ellos. Y se quedó allí
dos días.
41Todavía creyeron mucho más por su predicación, 42 y decían a la mujer: - “Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él
es de verdad el Salvador del mundo”. PALABRA DE DIOS
. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
Juan 4: 5-42 En aquel tiempo, Llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Allí estaba el pozo de
Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: -
“Dame de beber”. Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: - “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que
soy samaritana?”. Porque los judíos, no tienen trato con los samaritanos. Jesús le contestó: -“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva”. La mujer le dice: - “Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar esa agua, y el pozo es muy hondo, ¿de dónde vas a sacar esa agua viva”?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob que nos
dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados? Jesús le contestó: - “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá
dentro de él en un manantial del que brota hasta la vida eterna”. La mujer le dice: - “Señor, dame de esa agua; así no tendré más sed, ni tendré que venir hasta aquí para sacarla”. Él le dice: -”Anda, llama a tu marido y vuelve”. La mujer le contesta: -”No tengo marido”. Jesús le dice: -”Tienes razón, que no tienes marido. Has tenido ya cinco, y el que ahora tienes no es tu marido. En eso has dicho la verdad”. La mujer le dice: -”Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres dieron culto a Dios en este monte; pero ustedes los judíos
dicen que el lugar donde se debe dar culto está en Jerusalén”. Jesús le dice: - “Créeme, mujer, se acerca la hora, en que ni en este monte ni en Jerusalén
darán ustedes culto al Padre.. Ustedes dan culto a uno que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los
judíos.
Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, Porque el Padre desea que le den
culto así, Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dice: -
“Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo”. Jesús le dice: - “Soy yo, el que habla contigo”. En esto llegaron sus discípulos y
se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer; aunque ninguno le dijo: “¿Qué le preguntas o de qué le hablas?” La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: - “Vengan a ver un hombre que me ha dicho
todo lo que hice: ¿Será éste el Mesías? Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían: - “Maestro, come”. Él les dijo: -”Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen Los discípulos comentaban entre ellos: - “¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dice: -”Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No dicen ustedes que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo les digo esto: Levanten los ojos y contemplen los campos, que
están ya maduros para la cosecha; el que trabaja en la cosecha ya está recibiendo su salario y almacenando fruto para la vida eterna, de modo que el que siembra y el que cosecha se alegran. Con todo, tiene razón el proverbio:
«Uno siembra y otro cosecha». Yo los envié a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros, fueron los que trabajaron y ustedes son los que se han
beneficiados del trabajo de ellos”. En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: “ Me ha dicho todo lo
que hice”. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron mucho más por su predicación, y decían a la mujer: - “Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo”.
¿Quién era la mujer
samaritana?
Preguntas para la Lectura
¿Con qué dificultades tropieza el diálogo entre Jesús y la samaritana?
¿Se refieren los dos al mismo tipo de agua? , ¿por qué?
¿Qué características tiene el agua
que Jesús ofrece?
Mira a la mujer, la manera como se relaciona con
el Señor, su reacción ante Él, lo que dice, sus actitudes, sus
mecanismos de autodefensa, sus evasivas,
¿qué indicaban con eso?
Buscando el agua viva, la samaritana descubre algo más
importante
¿Cómo evoluciona su visión de Jesús?
¿Qué títulos de Jesús van
apareciendo a lo largo del relato?
¿Qué importancia tiene?
II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
La Iglesia ha leído este pasaje en clave bautismal. Nosotros que hemos bebido en las fuentes del Espíritu, debemos ser para otros dadores del agua viva, testigos del Evangelio
de Jesús.
Motivación:
Si conocieras el don de Dios…
¿Cómo te ayuda este pasaje a conocer mejor a Jesús?
¿Te identificas
con el camino de fe que hace la
samaritana?
Yo te daría agua viva…
¿Qué significa para ti que Jesús pueda darte agua viva?
¿Cuál es esa sed que puede saciar tu relación con él?
¿qué es aquello que no quiero ver en mi
vida o aquello de lo
que estoy huyendo?
¿Cuáles son mis evasivas para encontrarme con el Señor?
¿qué puedo hacer para encontrarme de corazón a
corazón con el Señor?
¿Qué motivos
de ilusión y de
esperanza para
seguir caminand
o has encontrad
o hoy junto al pozo de Jesús?
III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Adorar “en espíritu y en verdad” significa acercarnos a Dios como hijos movidos por su Espíritu
Motivación:
Así, la relación con él no será un culto estéril, sino una fuente de agua viva que apague nuestra sed.
para reconocer en su
rostro de Padre la
verdad de la que
Jesús nos ha
hablado.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración (o todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 94).
Salmo 94 Salmo 94
Vengan , aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Escucharemos tu voz, Señor
Entre, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Escucharemos tu voz, Señor
Ojalá escuchen su voz: «No endurezcan el corazón como en
Meribá, como el día de Masá, en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras”
Escucharemos tu voz, Señor
IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: En una conferencia a las Hijas de la Caridad sobre el espíritu del mundo,
san Vicente resalta los
compromisos que derivan de
nuestro bautismo:
“El primero, sumamente
urgente y que no tolera ninguna
objeción, es que son cristianas,
hermanas mías, y por consiguiente están obligadas a pelear contra el mundo por las
promesas que le han hecho a Dios en su bautismo.
No les gustaría renunciar al
sagrado carácter que recibieron en
este sacramento y a la gracia de la fe que entonces les confirieron. Por tanto, hay que mantener las
promesas que allí hicieron; si no,
serían ciertamente cristianas,
porque el carácter no se puede quitar, pero no lo
serían más que de nombre, porque no realizan las obras. Piensen un poco en
esto, hermanas mías, por favor:
"Yo soy cristiana por una gracia especialísima de
Dios. Otras muchas serán condenadas por
no haberlo sido aunquehubieran sido mejores que
yo si Dios les hubiese concedido esta misericordia.
¿Voy a renunciar a lo que prometí a
Dios? ¡Qué crimen sería y qué castigo merecería!". Sin duda alguna, si
entran decididamente en
estos sentimientos,
conservarán el
espíritu de Dios y
destruirán el
espíritu del mundo.
COMPROMISO:
Iniciar el camino de conversión hacia la fuente que es Cristo hacia la fuente que es Cristo, modificando en ese caminar nuestros falsos valores, egoísmos, pecados y temores.
Tengo miedo a decirte sí, Señor.Tengo miedo a beber en tu fuente,¿Dónde me llevarás?
Tengo miedo a firmarte una hoja
en blanco.Tengo miedo a
decirte un Sí que reclama otros Sí.
Y no obstante no hallo la paz. Tengo sed... mucha sed, y tú me ofreces el agua que brota hasta la vida eterna.
Igual que la Samaritana tengo sed, Señor…mucha sed.
Pero estoy bebiendo en fuentes que no me la apagan.
Tengo sed de paz, sed de libertad, sed de felicidad,
Tengo sed de ser
amado, valorado,
perdonado.
Tengo sed de Ti, Jesús,
fuente pura de
agua viva...!!
Amén
Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión. Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúlwww.hijasdelacaridadperu.org www.cm.peru.com.pe