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    Editorial

    de Palimpsesto y recogen la clasificacin de la obra de Pau-lo Mendes da Rocha que aparece en la extensa entrevista que publicamos, tras la generosa acogida que nos dispens. En sus realizaciones, la tcnica al servicio de la arquitectura es capaz de encontrar su mejor disposicin en el territorio y ponerlo en valor, as como de articular a su alrededor nuevos episodios urbanos.

    La carga heroica que se asocia en ocasiones a la arquitec-tura brasilea aparece con delicadeza caligrfica en la pro-puesta de lvaro Siza para la fundacin Iber Camargo en Porto Alegre. Nos hallamos frente a arquitecturas que nacen de certezas y que expresan su realidad tcnica y funcional para transformar un lugar.

    No es casual la recurrencia del uso del hormign como ma-terial y procedimiento de construccin en estas arquitec-turas. La verdad a la que remite, nos acerca tambin a su proceso constructivo como sucede en muchas de las ar-quitecturas argentinas del pasado siglo tal y como recoge la reflexin de Fernando Dez. El hormign como resultado de una accin tiene en la ausencia de la madera del encofrado su origen constructivo y una gran carga evocadora que nos remite desde a las geometras de los fluidos hasta la ocul-tacin y al deseo.

    El solape del discurso contemporneo con arquitecturas y propuestas con cierta carga utpica, tiene en las instalacio-nes del Laboratorio de Politics of fabrication una vertiente ms propositiva generada desde la sofisticacin de las he-rramientas contemporneas. Esta contraposicin que plan-tean Nuria Alvarez Lombardero y Curro Gonzlez de Canales invita a la relectura disciplinar de lo existente.

    De una manera muy distinta Helio Pin nos propone su mirada purovisual a la casa Alvarez de Mxico DF que recogemos ntegramente como un parntesis silencioso al contenido de este nmero.

    La atmsfera domstica a la que nos traslada, enlaza con la descripcin de Elena Fernndez de la gestacin de la casa Schrder como resultado de una relacin sintnica entre ar-quitecto y cliente que tendr su rplica en el nmero 4.

    Por ltimo, y cerrando el nmero, Oriol Bohgas nos rega-la su reflexin sobre la situacin de la profesin y de los estudios de arquitectura, donde encontramos sin duda ese acento en algunos de los vrtices disciplinares con los que nace el nmero pero tambin la transgresin de una mirada siempre lcida.

    Territorio, tcnica y ciudad son tres vrtices de la disci-plina arquitectnica que recorren la tercera propuesta

    PALIMPSESTOTERRITORIO, TCNICA Y CIUDAD

    # 03 Diciembre 2011

    DireccinCarlos Ferrater y Alberto Pen

    Redaccin y diseo grficoCeclia Obiol

    Colaboradores en este nmeroNuria lvarez Lombardero, Oriol Bohigas, Jos Luiz Canal, Fernando Dez, Elena Fernndez, Francisco Gonzlez de Canales, Sergio Mar-ques, Paulo Mendes da Rocha, Helio Pin

    EdicinCtedra Blanca - E.T.S.A.Barcelona - UPC

    ImpresinArts Grfiques Orient

    Depsito legal B-5689-2011ISSN 2014-1505

    V.O. PALIMPSESTO respeta el idioma original de los autores.El papel utilizado para su impresin es ecolgico, certificado por el Forest Stewardship Council . Las bolsas de celofn en las que se suministra son 100% reciclables. La tipografa empleada, Helvetica Light , garantiza una mxima legibilidad con un mnimo gasto de tinta.

    De los textos: sus autores.Las imgenes han sido cedidas por los autores de los artculos. No ha sido posible encontrar todos los propietarios de sus derechos. Las partes intere-sadas pueden ponerse en contacto con el editor. Reservados todos los derechos. Ninguna forma de reproduccin, distribu-cin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra se puede hacer sin autorizacin expresa de los titulares.

    ENTREVISTA

    arquitecto?

    Yo no creo mucho en vocaciones predeterminadas, no consigo imaginar a alguien destinado a ser arquitecto. En mi caso particular, mi formacin, diga-mos que desde mi infancia, est muy ligada a esa idea de la virtud del es-pacio construido. Yo nac en la ciudad de Vitria, en Esprito Santo, que es un puerto de mar. Un puerto de mar, como es sabido, contribuye de forma decisiva a la educacin si uno presta atencin de lo que puede llamarse los trabajos del mar, porque el mar no es nada fcil: barcos, puertos, astilleros, gras, m-quinas, comercioEs una ciudad, una ciudad portuaria muy activa. Y tambin, por otro lado, con el paso del tiempo fui haciendo otras reflexiones que, de forma natural, me llevaban siempre a esas memorias iniciales sobre la con-dicin de lugar. Los barcos siempre han establecido esas relaciones entre un pequeo lugar y el mundo entero, y yo poco a poco fui tomando conoci-miento de ello. Mi padre era ingeniero, y yo me eduqu siempre en esa visin de que las cosas pueden ser construi-das; es decir, la naturaleza siempre fue ms que simple paisaje, un conjunto de fenmenos, mares, tierra ganada al mar, territorio estable e inestableSin preocuparme por la arquitectura o la propia ingeniera como objetivo en s mismas, casi sin querer las fui estu-diando hasta que, llegado el momento en que tuve que decidir qu hacer, me decant por la arquitectura porque algo me deca que, en relacin a la ingenie-ra, es la gran abertura hacia lo que lla-mamos proyecto, o sea, la proyeccin de las ideas para hacer posible aquello que se ha visto antes de que se haga definitivamente, que en mi opinin es la esencia de la idea del proyecto. En contraposicin a la ingenie-ra me interes de la arquitectura una cierta dimensin de gran libertad en la cuestin fundamental de qu es nece-sario hacer, en el sentido ms poltico de las decisiones. Hoy nos quejamos de las ciudades, del desastre urbano; Sao Paulo es un caso muy ilustrativo pero el mundo entero est as. En es-tas circunstancias es posible ver con claridad que la razn fundamental, el asunto fundamental de lo que llama-mos arquitectura se piensa hoy en da en trminos de proyecto de la ciudad.

    La construccin de la ciudad es hoy, y todava, el escenario de la ar-quitectura?

    La construccin paulatina de la ciudad, poco a poco, por acumula-cin, sedimentacin Se podra decir

    mo, y en qu momento, to-maste la decisin de hacerte C

    P Inicios-Aprendizaje

    CB.BCTEDRA BLANCA. BARCELONA

    que la primera posicin de la arquitec-tura es evitar el desastre. No se puede imaginar una ciudad perfecta, definitiva, pero si uno no sabe qu hacer siempre puede decidir qu no hacer. Soy cons-ciente de que lo que estoy diciendo es un lugar comn, y que en general los arquitectos coinciden con esta idea, pero no est mal que haya algn con-senso; que la cuestin principal ya no sea una visin digamos palladiana de composicin, simetra, objeto aislado e idealizado, sino el resultado de lo que precisamente es la ciudad. Ms o me-nos sta fue mi formacin. Tanto que hasta hoy me sorprende mi posicin de gran respeto hacia las decisiones que debo tomar, que de alguna ma-nera tienen que ver con esas mismas memorias de mi infanciaque ya no son las mismas. Cuando uno evoca un recuerdo cincuenta aos despus, ste est ah almacenado porque estaba re-servado para el momento oportuno, pero ya es otra cosa, un producto de la reflexin. Nuestra vida es un discurso; no tenemos salida.

    Y entonces, despus de esta deci-sin ms o menos inducida por la memoria de la infancia, cmo fue tu formacin? Cules fueron tus maestros? Qu papel jug Vilano-va Artigas?

    Estudi en una escuela privada, la universidad Mackenzie. El director haca una arquitectura digamos clasi-cista; era el famoso Cristiano Stocker das Neves cuya postura tica influy mucho en nuestra formacin. Era un arquitecto cuya obra ya empezba-mos a rechazar, pero su actitud frente a la sociedad, la conciencia de lo que haca influy mucho en mi educacin. La ctedra de construccin y estructu-ras, que tena un gran peso en esa es-cuela, estaba dirigida por un hombre extraordinario, Roberto Zculo. Este ingeniero fue el que introdujo aqu el sistema de pretensado. Tena un des-pacho importante, calculaba puentes y obra civil, y era un hombre brillante. De l aprend a desarrollar la limpidez de la visin de aquello que debe ser construido. Por tanto, la inseparable concomitancia entre arte, ciencia y tcnica la aprend desde muy pronto. Poco despus de acabar la carre-ra fui invitado por Vilanova Artigas para ser su asistente en la Universidad de Sao Paulo, y con esto mi formacin se complet porque l era un arquitecto brillantsimo, de un razonamiento lm-pido, claro, muy bien estructurado, de formacin marxistaque tuvo una gran influencia en mi manera de ver las cosas. Podra decir, en resumen, que fui muy afortunado. Tuve mucha suerte en la aproximacin a la vida profesio-nal con oportunidades que no busqu por m mismo. Empec a trabajar muy pronto. Me present al concurso para el Club

    Club Atltico Paulistano, 1958


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