Estudio sobre la construcción de la vida comunitaria en un conjunto residencial de
Viviendas de Interés Social en Soacha: Una mirada multidimensional de la vivienda.
Daniela Gaviria Machado
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Ciencias Sociales
Sociología
Bogotá D.C
2018
Estudio sobre la construcción de la vida comunitaria en un conjunto residencial de
Viviendas de Interés Social en Soacha: Una mirada multidimensional de la vivienda.
Daniela Gaviria Machado
Trabajo de Grado para optar el título de
Socióloga
Tutora: Diva Marcela García García
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Ciencias Sociales
Sociología
Bogotá D.C
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Agradecimientos
Primero, a Dios quien día a día me fortalece y me bendice. A mis padres, Julian y Carmen
por guiarme en cada paso de mi vida y brindarme su amor y apoyo incondicional.
A mi hermana, a Cuchi y mi familia por ser mi escudo y mi bastión durante toda mi vida.
Al amor, por caminar a mi lado durante estos últimos años e impulsarme a cumplir mis
sueños.
A mis compañeros de carrera, a mis docentes, en especial Diva Marcela, por permitirme
aprender y acompañarme durante este camino de la Sociología.
A Constructora Bolívar y a mis compañeros de Relaciones con la Comunidad, por darme
la oportunidad de iniciar mi vida laboral
4
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 6
CAPÍTULO 1: PROBLEMA CONCEPTUAL .................................................................... 10
1. La vivienda como hecho social ................................................................................. 10
1.1. Dimensión político - institucional. ..................................................................... 12
1.2. Dimensión familiar. ............................................................................................ 17
1.3. Dimensión espacial y social ............................................................................... 19
CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA ........................................................................................ 26
2.1. Caso de estudio: Conjunto residencial Parque Campestre 11 ................................ 27
2.2. Dimensiones de estudio ......................................................................................... 31
2.3. Entrevistas .............................................................................................................. 32
CAPÍTULO 3: DIALOGOS COMUNITARIOS ................................................................. 34
3.2. Construcción de la vida comunitaria: La ley vs la practica ................................... 38
3.2.1. Conflictos en el espacio...................................................................................... 44
CAPITULO 4: CONCLUSIONES ....................................................................................... 53
ANEXOS .............................................................................................................................. 60
Anexo A: Instrumento de entrevistas ................................................................................ 60
Anexo B: Evidencia del formato para registro de sanciones en Parque Campestre 11 .... 62
ILUSTRACIONES
Ilustración 1. Esquema de componentes residenciales. ....................................................... 11
Ilustración 2. Dimensión espacial. ....................................................................................... 19
Ilustración 3. Mapa satelital de Parque Campestre 11........................................................ 29
Ilustración 4. Conjunto residencial Parque Campestre 11 .................................................. 30
Ilustración 5. Evidencia de problemática de ropa en ventanas. .......................................... 46
Ilustración 6. Evidencia del único parque infantil de Parque Campestre 11 ..................... 47
5
TABLAS
Tabla 1. Déficit de vivienda en Colombia ............................................................................ 14
Tabla 2. Déficit de vivienda en Soacha – Cundinamarca .................................................... 15
Tabla 3. Relación entre las dimensiones de análisis y variables de estudio ........................ 32
Tabla 4. Información de los entrevistados ........................................................................... 33
GRÁFICAS
Gráfica 1. Grado de importancia en temas comunitarios .................................................... 24
Gráfica 2. Indicador de victimización en Soacha ................................................................ 28
Gráfica 3. Tipos de delitos en Soacha .................................................................................. 28
Gráfica 4. Indicador de victimización en Bogotá................................................................. 29
Gráfica 5: Lugar en el que residían los habitantes de Soacha hace 5 años o más. ............. 37
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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo, nace tras varios interrogantes de la autora durante el periodo de práctica
en Constructora Bolívar, una empresa privada cuyo objeto de negocio es la construcción de
Viviendas de Interés Social (VIS). Varias preocupaciones académicas surgen, una vez se
establece contacto con los conjuntos residenciales de la compañía, y se afianzan al entablar
conversaciones con los residentes y comprender de forma general cómo funciona el
negocio de la construcción.
Esta investigación es producto de un trabajo con los habitantes de Parque Campestre 11, un
conjunto residencial tipo VIS ubicado en el municipio de Soacha. Tiene como objetivo
entender la construcción de la vida comunitaria en este tipo de conjuntos y plantea las
siguientes preguntas:
1. ¿Los nuevos residentes del conjunto son conscientes de las implicaciones de vivir
en comunidad, incluyendo lo establecido en el Régimen de Propiedad Horizontal
(Ley 675 de 2001)?
2. ¿Cómo es el proceso de adaptación a este nuevo espacio, teniendo en cuenta la
trayectoria residencial de los nuevos habitantes?
3. ¿Qué papel juegan los espacios del conjunto residencial (tanto privados, como
públicos) en la construcción de la vida comunitaria? ¿Se presenta conflictividad
entre los residentes en este espacio?
Durante el trabajo, se introducen elementos teóricos y prácticos, que conforman las
hipótesis a desarrollar y que cobran sentido en la medida en que se observa la forma cómo
las familias empiezan a residir en un nuevo espacio y a relacionarse con sus nuevos
vecinos. Por este motivo las experiencias, las vivencias, las ideas y la vida cotidiana de los
habitantes y el rol de los órganos de gobierno del conjunto son los que le dan sustento a
este trabajo.
7
Esta investigación se centra en analizar el papel de la vivienda desde diferentes
dimensiones y entender cómo se construyen las relaciones vecinales en conjuntos con esta
característica. La sociología es un punto clave para ello, pues es una disciplina que ha
tenido el concepto de comunidad como un foco de estudio desde diferentes ángulos; y para
efectos de esta investigación permite recoger varios de esos estudios. Adicionalmente, el
concepto de vivienda como hecho social, ha sido un tema que se ha venido estudiando
desde esta disciplina para profundizar y entender la construcción de nuevas comunidades.
Además, da la posibilidad de entender la propiedad horizontal y el tipo de vivienda VIS
desde una perspectiva social y no desde temas meramente jurídicos, urbanísticos y/o
políticos. Es darse la oportunidad de pensar desde las familias que llegan a un nuevo lugar,
en el que son propietarios de su vivienda y cómo esta población adopta e interioriza
conceptos legales y sociales para tener una mejor calidad de vida y la intención de hacer
acciones colectivas.
Llegar a residir en un nuevo espacio es para muchas familias colombianas una experiencia
habitual, (Velásquez, 2010) debido a factores que generan múltiples cambios de vivienda
en periodos cortos de tiempo. Algunos de estos son: el déficit de vivienda que se presenta
en el país, la búsqueda de acercamiento al lugar de trabajo, debido a los problemas de
movilidad diaria que le implica a una persona en cuanto a desplazamiento y tiempo.
Igualmente las dificultades para el acceso a la vivienda propia, hace que la mayoría de
familias tengan la condición de arrendatarias o con sus parientes (Dureau, 2002).
También es importante considerar que, durante las últimas décadas, se imponen más las
unidades residenciales en torre, como modelo de construcción. Lo anterior, debido a que se
optimiza el espacio físico, dando mayor cantidad de solución de vivienda a las
comunidades que lo requieren.
El municipio de Soacha en los últimos años ha sufrido una transformación urbana. El
periódico web ‘Periodismo Público’ del municipio afirma que “el panorama de Soacha
cambió radicalmente al pasar de ser un municipio de características meramente barriales, a
8
convertirse en una metrópoli en la que más del 60% de sus viviendas son unidades
habitacionales de propiedad horizontal.” (Periodismo Público, 2015). Lo anterior,
contextualiza el gran crecimiento de la construcción de vivienda en el municipio.
Este escenario, permite entender la dinámica poblacional en Soacha y específicamente entra
a jugar un papel muy importante, en el trabajo realizado en Parque Campestre 11. La
trayectoria residencial de las familias que llegan a residir en este conjunto, indica que
probablemente procedan de otra forma residencial (barrio abierto, urbanización ilegal,
inquilinatos, casas de familia, zona rural, etc.) y por lo tanto no son conscientes que llegar a
vivir bajo el régimen de Propiedad Horizontal, trae consigo deberes, derechos y
prohibiciones.
Este trabajo pretende explicar, el proceso de adaptación de los nuevos habitantes de estos
conjuntos residenciales bajo la norma. Cabe citar lo siguiente:
(...) la población que inicia una nueva vida en su vivienda propia bajo el régimen
de propiedad horizontal carece de una cultura de derechos, deberes, obligaciones y
prohibiciones que regulen su vida en comunidad. Esta situación, para los hogares
con menos ingresos, se convierte en una gran dificultad para garantizar el
sostenimiento de su único patrimonio. (Salamanca, 2016, p. 311)
En relación a lo anteriormente planteado, en esta investigación también se evidencia cómo
las trayectorias residenciales, las costumbres, los diferentes estilos de vida y el
desconocimiento de la norma que cada familia trae consigo al momento de habitar e
interactuar en esos nuevos espacios, conducen a que haya nuevas formas de convivencia
que afectan las relaciones de vecindad que comienzan a construirse.
Así pues, en el primer capítulo se realiza una aproximación teórica acerca del concepto de
vivienda como hecho social, otras concepciones que se derivan de este y adicionalmente, se
exponen a profundidad las hipótesis que guían los capítulos posteriores. En el segundo
capítulo, se explica la metodología, las técnicas y variables usadas para la recolección y la
9
sistematización de la información. Por último, el tercer capítulo se enfoca en relatar los
resultados del estudio de caso de Parque Campestre 11, en donde se conectan los elementos
teóricos de la investigación con la realidad que viven los residentes en los espacios de su
hogar y su conjunto. Por último, se presenta un apartado de conclusiones.
10
CAPÍTULO 1: PROBLEMA CONCEPTUAL
1. La vivienda como hecho social
La vivienda se considera un tema de interés no solo político y económico, sino que también
es relevante para la academia. Sin duda alguna, es un tema multidisciplinar, pues ha tenido
análisis desde diferentes perspectivas: espaciales, con estudios de arquitectos, urbanistas,
ingenieros; y la perspectiva que queremos abordar durante este trabajo, la social, adelantada
por sociólogos, antropólogos y demás académicos de las ciencias sociales. La sociología es
una disciplina que permite hacer aproximaciones al tema de la vivienda de una manera
integral pues facilita hacer una reflexión tanto teórica como práctica del asunto. Tal como
lo manifiesta Alcalá (1995) la sociología brinda una visión panorámica de la vivienda.
“La Sociología se ha centrado en el análisis de los procesos sociales que se
desarrollan en torno a la vivienda, estudiándola como indicador de bienestar
social, espacio de la estructura familiar, generadora de divisiones sociales que
estructuran las clases sociales, objeto de movilización y conflicto social, y espacio
de consumo en el que se reproduce la fuerza de trabajo” (Alcalá, 1995, p. 123)
Uno de los autores que ha trabajado el tema de la vivienda, formulando una teoría social
que la aborde: Jim Kemeny, tiene como una de sus premisas que la vivienda debe ser
entendida como hecho social y para explicarlo, lo hace a través del concepto ‘Residence’.
Según Alcalá (1995), quien hace un esfuerzo por comprender la teoría de Kemeny, define
residencia como un fenómeno social multidimensional en el que se combinan dos unidades
de análisis: individual y colectiva; y dos dimensiones: social y la espacial. La Ilustración 1.
Esquema de componentes residenciales. Fuente: Alcalá, 1995 representa la teoría de Kemeny
sintetizada por Alcalá.
11
Ilustración 1. Esquema de componentes residenciales. Fuente: Alcalá, 1995
Por lo tanto, lo que se desarrolla en el presente texto es uno de los cuatro puntos de la
Teoría de Kemeny y que García, resume así: “el traslado del objeto de investigación de la
vivienda al hecho social de residir” (García, 2014, p. 263). Observar la vivienda de esta
forma, introduce elementos representativos para la investigación, que, si bien van a ser
explicados en apartados posteriores, es importante que se haga explícita la manera en la que
se va adaptar la teoría para el propósito de este trabajo.
Como se evidencia en la Ilustración 1. Esquema de componentes residenciales. Fuente: Alcalá,
1995, se puede analizar la vivienda desde diversas dimensiones, para efectos de la
investigación se tomará: Una dimensión macro: político-institucional, en la que se evalúa
cómo el Estado colombiano juega un papel importante, debido a que tiene la función de
proveer el derecho de vivienda digna a los ciudadanos a través de la política de vivienda de
interés social, que como se menciona en páginas anteriores es objeto de este estudio. De
otra parte, se plantea que existe una dimensión meso: espacial y social, en la que se
entiende que el hecho de habitar implica la construcción de relaciones sociales en los
nuevos espacios habitados por las familias. En otros términos, se observa a la vivienda
conectando el componente social con el espacial. Y la última dimensión, la micro, referida
a: la familia, pues en este escenario la vivienda, además de brindar protección y refugio, es
el primer escenario de socialización y el lugar en el que una persona aprende a tomar un rol
en la sociedad, con normas y valores (acción - estructura).
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Ahora bien, las dimensiones social y familiar, se relacionan y una interfiere en la otra, en la
medida en que la vivienda además de formar al residente o habitante, lo relaciona con
condiciones externas del barrio o la localidad (Alcalá, 1995). Por esta razón, aunque en esta
investigación el foco estará en analizar cómo se construyen las relaciones vecinales
(dimensión meso) se deberá conocer paralelamente cómo es la relación que construyen los
habitantes con la vivienda en el seno de la familia. Entendiendo dicha relación y para darle
coherencia al texto, en el siguiente apartado se aborda primero la dimensión institucional,
seguido de la dimensión familiar que le da sustento a la última dimensión, la social.
1.1. Dimensión político - institucional.
No hay que perder de vista los dos atributos que tiene la vivienda: valor de uso, en donde se
configura la vida familiar de las personas y el valor de cambio, ya que, como objeto, tiene
un propósito lucrativo. Esta doble condición permite considerar la vivienda como derecho y
como mercancía. En el caso colombiano, dado su alto valor de cambio, la vivienda es una
mercancía de difícil acceso para toda la población, y es cuando la figura del Estado cobra
importancia al tener que cubrir ese derecho fundamental, tal como la expresa el artículo 51
de la Constitución Política de Colombia
Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las
condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de
vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y
formas asociativas de ejecución de estos programas de vivienda. (Constitución
Política de Colombia, 1991, art. 51)
Es por lo anterior, que en este apartado se analiza la función del Estado, como regulador y
como productor de vivienda, especialmente para los ciudadanos que por motivos
económicos no puedan adquirirla. Si bien no es centro de la investigación, es importante
contextualizar dicha problemática, pues muchas de las decisiones gubernamentales que
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históricamente se han tomado para resolver el déficit de vivienda, determinan el
comportamiento de las personas en el conjunto residencial a estudiar.
A continuación se mencionan algunos sucesos que permitieron construir la situación de la
vivienda en el país, tomando como punto de inicio la crisis habitacional del siglo XX, sin
desconocer que hubo sucesos anteriores igual de importantes, pero que por los límites de la
investigación no se tienen en cuenta. (Velásquez, 2010)
1. Ineficiencia de la planeación territorial: el país hasta la Legislación del 1991, no contaba
con planes de ordenamiento territorial eficaces. La promulgación de la Constitución del 91
en esta temática, se materializa en la Ley 388 de 1997, que reglamenta los Planes de
Ordenamiento Territorial (POT), como instrumento de planificación a corto, mediano y
largo plazo.
2. Un sistema económico neoliberal que eleva los precios de la tierra: la tendencia a densificar
las ciudades para asegurar un acceso más eficiente a los servicios urbanos, genera un
fenómeno de valorización de la tierra y aumento en el desarrollo de proyectos asociados a
la construcción.
3. El conflicto armado y las emergencias de desastres naturales: el desplazamiento forzado y
demás consecuencias de la guerra, como también los fenómenos invernales que se han
presentado en el país, se traducen en que el Estado tenga el reto de brindarle a estas
personas un espacio habitable y digno.
4. En relación con lo anterior, la migración a los centros urbanos, la llegada de grandes
cantidades de población a las principales ciudades, ocasiona que haya carencia de
condiciones habitacionales, se produzca déficit de la vivienda y que los colombianos vivan
en condiciones de hacinamiento y pobreza (según la medición de Necesidades Básicas
Insatisfechas) (Villegas, s.f, p. 98). Tal como se evidencia en la Tabla 1, las estadísticas del
14
Ministerio de Vivienda, indican que el déficit de vivienda cuantitativo 1en Colombia era del
12.56% en el 2005.
Déficit de vivienda en Colombia Censo General 2005
Muestra Cocensal
Total hogares Hogares en déficit Hogares en déficit
cuantitativo Hogares en déficit
cualitativo Total % Total % Total % Total % 8.210.347 100 2.216.863 27,00 1.031.256 12,56 1.185.607 14,44
Estimaciones del Déficit habitacional en Colombia realizadas por Ministerio de Vivienda, Planeación
Nacional y Dane
Tabla 1. Déficit de vivienda en Colombia. Fuente: DANE, 2005.
Lo anterior es una mirada somera de las principales causas del déficit que se presenta, pero
permite reconocer que el sector vivienda en Colombia presenta “ausencias y desencuentros
entre los actores vinculados a la gestión, insuficiencias, inflexibilidad, poca pertinencia y
baja calidad de la vivienda ofrecida, y (…) desaciertos e inequidades en la aplicación de
los recursos. Todo ella implica negativamente la construcción de un hábitat de calidad”
(Escallón, 2011, p. 57)
De igual forma, como se muestra en la Tabla 2, los datos del Censo 2005 realizado por el
DANE (2005) indica, que el 14,64% de los hogares de Bogotá, están en déficit cuantitativo.
Los datos para el municipio de Soacha de la misma fuente indican que, el 35,08% está en
dicha categoría.
1 El déficit de vivienda, referido a los aspectos sociales, busca determinar si las condiciones habitacionales de
la población se encuentran cubiertas. En tal sentido, tiene como vocación indicar, en forma sintética, la brecha
que es preciso superar con el fin de lograr una meta de progreso social, es decir, determina qué tan lejos se
encuentra la aplicación de prescripciones sociales que han dado base a la promulgación del derecho a la
vivienda digna”. (Secretaría Distrital del Hábitat, Caracterización y definición del déficit de vivienda abril de
2015). El déficit cuantitativo estima la cantidad de viviendas que la sociedad debe construir o adicionar para
que exista una relación uno a uno entre las viviendas adecuadas y los hogares que necesitan alojamiento, es
decir, se basa en la comparación entre el número de hogares y el número de viviendas apropiadas existentes.
15
Déficit de vivienda en Soacha - Cundinamarca Censo General 2005
Muestra Cocensal
Nombre de
municipio Total hogares
Hogares sin
déficit Hogares en
déficit
Hogares en
déficit
cuantitativo
Hogares en
déficit
cualitativo Total % Total % Total % Total % Total %
Soacha 105.100 100 68.232 64,92 36.868 35,08 17.553 16,70 19.315 18,38 Tabla 2. Déficit de vivienda en Soacha – Cundinamarca. Fuente: DANE, 2005.
Pues bien, la necesidad de asistencia del gobierno antes estos problemas, en los que se ven
vulnerados los derechos fundamentales de los colombianos, obliga a pensar al Estado con la
lógica del mercado de la tierra y la industria de la construcción y es cuando se comienzan a
buscar mecanismos de direccionamiento fiscal para proyectos de desarrollo en vivienda.
Chiappe (1999) evidencia claramente cómo a partir de los noventa el Estado deja de ser el
directamente constructor de vivienda, proveedor de crédito y de subsidios y adopta el
sistema de ‘Subsidios a la Demanda’. Adicionalmente, establece alternativas de solución
para los colombianos a través del Sistema Nacional de Vivienda de interés Social, el cual
contempla tres tipos de programas: a) vivienda b) mejoramiento de vivienda y entorno y c)
legalización de títulos. “En ese orden de ideas la Ley 3ª de 1991 establece el Sistema
Nacional de Vivienda de Interés Social como el conjunto de acciones, entidades, fines y
mecanismos para alcanzar estándares plenos de cubrimiento y calidad en materia de
vivienda para las familias de menores ingresos” (Zúñiga, 2014, p.6)
“Las soluciones de vivienda para las cuales se han brindado subsidios son
adquisición de terrenos, vivienda nueva y vivienda usada. Los terrenos pueden ser
simplemente lotes urbanizables, o lotes con servicios. En vivienda nueva existen dos
alternativas, la unidad básica, consistente en un espacio de uso múltiple con cocina,
baño y lavadero y la vivienda mínima que tiene habitaciones separadas y otros
desarrollos adicionales.”(Chiappe, 1999, p. 11)
La anterior cita, evidencia cómo las políticas de VIS, no siempre han consistido en entregar
vivienda nueva con subsidios. Es relevante para la investigación, ya que el conjunto
residencial VIS que se estudia, hace parte de la política de vivienda nueva y sería
importante resaltar qué connotación tiene esto para los propietarios.
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La vivienda tipo VIS en Colombia, según el Ministerio de Vivienda, “es aquella que reúne
los elementos que aseguran su habitabilidad, estándares de calidad en diseño urbanístico,
arquitectónico y de construcción, cuyo valor máximo es de ciento treinta y cinco salarios
mínimos legales mensuales vigentes (135 SMLV)” (Ministerio de Vivienda, 2017). Hasta
el año en curso (2018) para poder tener un subsidio que otorga el gobierno de hasta
$13’789.100 para el pago de la cuota inicial, más un subsidio de cuatro puntos a la tasa de
interés de su crédito, durante los primeros siete años de vigencia, una familia colombiana,
debe: (Ministerio de Vivienda, 2017)
1. Tener ingresos mensuales entre $1’378.910 y $$2’757.820, es decir, los ingresos del
hogar no pueden superar cuatro SMLV.
2. No haber sido beneficiario de subsidios familiares de vivienda.
3. Ninguno de los miembros del hogar debe ser propietario o poseedor de una vivienda a
la fecha de postular.
Aunque el Estado, en un momento inicial suministra dichas viviendas, incurre en tercerizar
la construcción de estas (como espacio físico) y aparecen las constructoras privadas que
ofrecen este servicio. En este punto, se plantea una hipótesis de investigación, en tanto que
estas empresas que se alinean con las políticas públicas existentes, se enfocan
principalmente en el valor de cambio de las viviendas, produciendo que su diseño,
arquitectura y demás elementos estructurales puedan afectar la vida en comunidad y
familiar de los nuevos residentes. Juan Manuel González, director del Centro
Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (CIDER) ha expresado esta problemática
“Es así como la producción de vivienda ha sido dejada completamente a las leyes
de la oferta y la demanda del mercado, fuertemente condicionado por las políticas,
los logros y los fracasos del sistema financiero en su conjunto. En este contexto se
han dejado de lado los elementos colectivos que cualifican a la vivienda, a pesar de
que éstos pesan mucho más en el balance del `conjunto vivienda digna´ que la casa
en sí misma (espacio privado) y trascienden la condición de tenencia en propiedad
o no de la vivienda.” (Citada en: Falla, 2014, p.12)
17
Del mismo modo, Pinto (2005) hace una crítica al deterioro de la VIS, en el marco de la
política pública vigente en Colombia desde la década de los noventa. Es sobresaliente para
esta investigación debido a que desde el enfoque del urbanismo y la arquitectura se estudia
cómo la construcción de estas viviendas nuevas y las políticas establecidas, responden a un
mercado que privilegia la oferta privada y no a los ciudadanos “con muy contadas
excepciones, tales intervenciones están agregando nuevos y serios problemas a los cascos
urbanos y a las finanzas públicas y muy pocas soluciones a la calidad del hábitat de los
pobladores urbanos” (Pinto, 2005, p. 13).
Este enfoque urbanístico permite hablar de los espacios construidos (comunes y privados)
del conjunto residencial a analizar, observando de manera detallada estas apreciaciones en
la medida que estos espacios deficitarios pueden ser una fuente de conflictividad social.
1.2. Dimensión familiar.
Es claro que la vivienda se convierte en una necesidad, en el sentido social de ésta, en la
medida que el ciudadano requiere de un espacio que le permita desarrollar y expresar
dinámicas individuales y familiares. Una vez se obtiene, las familias construyen su propio
territorio en el que proyecta su identidad
“...la identidad de los sujetos se constituye en parte por el arraigo a una localidad,
a un territorio donde cotidianamente se realizan prácticas y costumbres, las cuales
a su vez le adjudican a ese lugar su particular distinción…” (Amparán, 2002, p.
18-19)
Por lo tanto, es preciso examinar en este apartado la relación entre vivienda e identidad,
pues esto le da sentido al vínculo que los residentes tienen con su vivienda (ámbito privado)
y cómo lo manifiestan en el conjunto residencial (ámbito público). García Alejandro
(2005), argumenta y debate que la identidad que el individuo refleja en su casa es producto
de la sensación de orgullo, el sentido de competencia y satisfacción por haber obtenido su
propio espacio. Es la posibilidad de que cada persona le imprima a una estructura física, sus
18
costumbres, hábitos, gustos, pasiones, etc. y sienta que materializa una necesidad en un
espacio delimitado.
Resulta valioso al tratar la identidad familiar, que si bien es el resultado de la identidad
individual de cada miembro de la casa, la unión de estas resulta ser muy fuerte “pues dotan
al sitio de una particularidad que los representa ante la comunidad que los rodea,
compartiendo un conjunto de costumbres y ritos específicos, dotados de un sentido sólo
comprendido a cabalidad por los partícipes de la interacción cotidiana.” (Garcia A. G.,
2005, p. 45)
Esto permite articular lo privado y lo público. Puesto que, la construcción de identidad
familiar en la vivienda se traslada a los espacios comunes en la cotidianidad de cada
miembro fuera de la vivienda, es decir, el accionar público representa una extensión del
accionar privado. Se demuestra la importancia de comenzar por comprender dicha
identidad familiar que da paso a analizar la dimensión social, foco del trabajo.
Por lo tanto, este apartado incluye dos niveles importantes de análisis, para resolver las
preguntas planeadas: el primero, la organización espacial interna de las viviendas y el uso
de la misma da pista sobre la identidad que tienen en el conjunto residencial, es decir, en
forma práctica se evalúa cómo los residentes han apropiado y adaptado su hogar y cómo
esto se refleja en el conjunto residencial. Poniendo en evidencia la primera forma de
relación entre la dimensión familiar con la social.
El segundo nivel de análisis es, el proceso de adaptación de las familias en el conjunto
residencial, esto debido a que éste se somete al régimen de propiedad horizontal2 (Ley 675
de 2001), lo cual trae consigo unas implicaciones sociales, culturales, económicas y
políticas que en las mayoría de personas –familias, produce un choque al no tener
conocimiento de ello. Lo anterior, abre la puerta a la segunda relación entre las dimensiones
micro y meso, ya que el no tener interiorizada la norma, puede llegar a causar una
2 Régimen de Propiedad Horizontal: Sistema jurídico que regula el sometimiento a propiedad horizontal de un
edificio o conjunto, construido o por construirse.
19
conflictividad en la vida comunitaria del conjunto. Esta dimensión cobra fuerza y sentido
en la medida que se plantea la tercera dimensión.
1.3. Dimensión espacial y social
El componente espacial de la presente investigación, no se limita al aspecto físico-
estructural de la vivienda sino que va un poco más allá, analizando por un lado, el contexto
urbano en el que se ubica el conjunto residencial, refiriéndose al municipio de Soacha, pues
este tiene condiciones que son importantes y se deben observar y analizar, ya que influyen
en el comportamiento de los residentes y en algunas medidas tomadas por los órganos de
dirección (esto será abordado en detalle en el Capítulo 2).
Por otro lado, siendo el espacio más importante para la presente investigación, se trabaja el
conjunto residencial Parque Campestre 11, en el que a su vez se estudiaron los espacios
privados y comunes que lo conforman. La Ilustración 2. Dimensión espacia delimita el
alcance que se estudiará en la dimensión espacial:
Ilustración 2. Dimensión espacial. Fuente: Elaboración propia, 2018
Así pues, el espacio delimitado, en este caso del conjunto residencial, es entendido como
una unidad espacial de viviendas agrupadas, que presenta unas características particulares e
identificables por sus habitantes y que, a su vez, establece límites de acceso, por su
encerramiento por muros o rejas (Mayorga, 2016). Es preciso mencionar que no son ‘islas’
dentro de la ciudad, sino que son parte integral de ella. Es aquí donde ocurren las relaciones
vecinales que se quieren estudiar. Todo conjunto residencial cuenta con dos espacios, igual
de importantes para la investigación: privado y común.
20
Espacio privado, es definido en la Ley 675 de 2001 como “Inmuebles debidamente
delimitados, funcionalmente independientes, de propiedad y aprovechamiento exclusivo,
integrantes de un edificio o conjunto sometido al régimen de propiedad horizontal, con
salida a la vía pública directamente o por pasaje común.” (Régimen de Propiedad
Horizontal, art. 3, 2001). Así mismo, los espacios comunes, son definidos en la misma Ley
como “Partes del edificio o conjunto sometido al régimen de propiedad horizontal
pertenecientes en proindiviso a todos los propietarios de bienes privados, que por su
naturaleza o destinación permiten o facilitan la existencia, estabilidad, funcionamiento,
conservación, seguridad, uso, goce o explotación de los bienes de dominio particular.”
(Régimen de Propiedad Horizontal, art. 3, 2001). En este sentido los espacios privados son
importantes, pero los espacios comunes resultan significativos porque la vida en comunidad
tiene sentido aquí y por lo tanto son la fuente de interacción entre vecinos, aunque también
generan conflictos.
Esta dimensión brinda elementos claves para poder llevar a cabo las preguntas de la
investigación. Autores que han referenciado y estudiado la Teoría de Kemeny, resaltan la
dimensión socio-espacial como la principal puesto que logra unificar elementos de las
demás dimensiones. García (2014) logra sintetizarlo así:
“ii) La incorporación del espacio al concepto de residencia, no sólo en términos
físicos, sino con una mirada ampliada hasta la localidad en donde se ubica; iii) El
planteamiento de que la estructura social afecta el proceso de producción y
consumo de la vivienda y también la “vivencia de la vivienda”; iv) La
incorporación de dos perspectivas de análisis: la referida a las unidades familiares
y la que se sitúa en un plano colectivo, con un papel estatal de especial
importancia.“ (Garcia, 2014, p.263)
Una categoría para comprender cómo lo espacial es importante para construir la adaptación
de los residentes al conjunto es la trayectoria residencial, entendiéndola desde Dureau
(2002) como el conjunto de cambios de residencia y localización de un hogar en el medio
21
urbano. Por razones ya mencionadas en la primera dimensión, la población que pertenece a
sectores sociales bajos, presenta más dificultades para conseguir vivienda estable, debido a
los elevados precios del suelo, es por esto que la mayoría de las nuevas familias proceden
del ‘mercado inmobiliario informal’ (Camargo & Tarazona, 2013) es decir, viven bajo la
modalidad de alquiler, bien sea casa o habitación, o en vivienda multifamiliar o construyen
su vivienda en lotes ilegales, entre otras modalidades
Una parte significativa de la población no cuenta con ingresos suficientes que le
permita cubrir los precios del mercado formal de suelo urbanizado y de vivienda, o
no le resulta lo suficientemente atractivo en función de sus necesidades y de sus
representaciones de la vivienda, por tanto prefiere optar por adquirir terrenos que
le resulten más asequibles o que le permita contar al final del proceso con una
vivienda de un tamaño y unas características más convenientes que las de la oferta
formal y con posibilidades de generación de rentas, aun a costa de los
inconvenientes que representa adquirir de manera ilegal un bien tan preciado.
(Camargo & Tarazona, 2013, p. 81)
Estas residencias por lo general están localizadas en barrios abiertos (o informales), donde
las familias actúan e interactúan con cierta libertad, no hay preocupación adicional al acto
de residir. Este panorama cambia al momento en que estos hogares llegan al conjunto
residencial que opera bajo el régimen de propiedad horizontal, puesto que se trata de un
espacio específico que tiene implicaciones sociales, económicas y culturales. Es decir, los
antecedentes en las trayectorias residenciales de la mayoría de las familias, comienzan a ser
determinantes en la construcción de la vida comunitaria, por el desconocimiento de la Ley
y la dificultad para formar relaciones vecinales.
Por lo tanto, en este apartado se van a tener en cuenta dos escenarios importantes, que
parten de dicho choque espacial que traen las familias dada su trayectoria residencial: 1. La
conflictividad que causa ese proceso de adaptación entre los residentes y 2. La construcción
de relaciones e interacciones en los espacios comunes del conjunto residencial.
22
1.3.1. Régimen de Propiedad Horizontal e implicaciones sociales.
Es preciso hacer es una síntesis somera sobre el Régimen de Propiedad Horizontal (Ley 675
de 2001), ya que regula la vida en comunidad en los conjuntos residenciales. Esta contiene
4 aspectos generales:
I. Participación: Todos los propietarios deben elegir los respectivos órganos
administrativos del conjunto: nombrar el administrador, comité de
convivencia y consejo administrativo, mediante la asamblea de
copropietarios.
II. Convivencia: Solución pacífica de los conflictos vecinales y las debidas
sanciones
III. Zonas comunes: Hace referencia a los espacios compartidos del conjunto
residencial y los derechos y deberes que los propietarios adquieren sobre
éstas
IV. Cuota de expensas: Parte financiera que debe llevar el conjunto para el
cuidado y mantenimiento de este.
En la revisión bibliográfica realizada, se encuentran diferentes publicaciones que hablan de
esta Ley, pero desde un enfoque meramente jurídico y no desde una mirada social. Esto
quiere decir que hay un camino académico que recorrer en el que se visibilice cómo esta
Ley tiene implicaciones sociales en los conjuntos residenciales VIS. Este trabajo aporta a
dicho vacío académico.
Se realizó la revisión bibliográfica sobre convivencia en conjuntos residenciales. Dos tesis
fueron encontradas: la primera titulada “La Felicidad incluye a todos. La construcción de
un barrio mezclado en Bogotá“ de Ivette Carolina González (2013), que realiza su trabajo
en un barrio de Bogotá llamado La Felicidad, para conocer el funcionamiento de un barrio
con dos tipos de vivienda: VIS y no VIS y el impacto que esta mezcla tenía en los
habitantes , esta tesis aporta pistas sobre los estereotipos o estigmas que se tienen sobre los
residentes de conjuntos VIS, adicional que da ciertas herramientas sobre el funcionamiento
23
interno de un conjunto VIS, en términos sociales. El otro trabajo de grado es el de Laura
Carolina Díaz “El surgimiento de comunidad en el conjunto residencial Villa Karen II”
(2017), y aunque no es un conjunto tipo VIS, es un trabajo que evidencia cómo mediante
mecanismos de participación una comunidad de un conjunto se puede unir para hacer un
entorno mucho más agradable.
Como se mencionó anteriormente, el ideal es que las familias al momento que llegan a vivir
a su nuevo domicilio tengan en cuenta que, por el hecho de residir en una propiedad
horizontal, por norma tienen derechos y deberes que de ser cumplidos permitirán una vida
en comunidad sana y pacífica. Es decir, los propietarios durante su proceso de adaptación al
conjunto se percatan que ahora son parte de una comunidad y que las acciones individuales
comienzan a tener sentido en lo social.
En el momento en que se incumplen las normas, es decir, situaciones no normativizadas, es
cuando aparecen los problemas de convivencia y que es importante identificar para saber
cómo el concepto de ‘residir’ cobra sentido. Los principales problemas que la autora de este
trabajo ha podido evidenciar durante su experiencia de trabajo comunitario en la zona de
análisis y en otras similares, son: la inseguridad, la tenencia de mascotas, el ruido, el tiempo
libre de jóvenes y niños, el mal uso de las zonas comunes, entre otros. Como sustento de lo
anterior se utilizan los resultados del sondeo (Gráfica 1) realizado por el área de Capital
Social de Constructora Bolívar durante noviembre y diciembre del 2017, con el fin de
conocer las principales problemáticas que se presentaban en los conjuntos residenciales de
la compañía
24
Gráfica 1. Grado de importancia en temas comunitarios. Fuente: Programa de Creación de
Capital Social de Constructora Bolívar
Ahora bien, cómo el otro elemento de esta dimensión es lo social, es indispensable
comprender en este punto, cómo la calidad de las relaciones, son causa y a la misma vez
consecuencia de la forma en que se gestionan los conflictos al interior del conjunto
residencial. Esto quiere decir que, por un lado, dependiendo que tan deteriorada o sólida
están las relaciones entre un vecino y otro, así mismo se gestiona el conflicto entre ellos
(causa): puede ser utilizando el diálogo si hay confianza3 y cooperación4 o por el contrario,
violencia verbal o física, si la relación nunca ha sido en los mejores términos. Por otro
lado, las diferentes decisiones que se toman dentro del conjunto residencial, para solucionar
los conflictos, influyen en la manera cómo los residentes interactúen entre ellos
(consecuencia).
3 La confianza, entendida como “la actitud –de lealtad motivada afectivamente– para la aceptación de
relaciones solidarias” (Acedo, 2013, p. 255) 4 Mediada por los niveles de confianza, son elementos clave que dan pista para entender cómo son las
interacciones y las relaciones vecinales.
15
24
17
19
20
65
57
65
66
69
80
81
82
85
89
Preparación y prevención
de desastres
Actividades recreativas
Manejo de basura
Manejo de mascotas
Seguridad
ASUNTOS IMPORTANTES PARA LA COMUNIDAD
Muy importante + Importante Muy importante Importante
25
Es aquí donde se ve con claridad cómo se entiende e interioriza el concepto de habitar en
un conjunto residencial de tipo VIS, pues en este apartado interactúan todas las demás
dimensiones; por una parte, las estructuras familiares y por otra parte, la estructura social
del conjunto residencial.
26
CAPÍTULO 2: METODOLOGÍA
“...tres dimensiones de la reflexividad que están permanentemente en juego en el trabajo de
campo:la reflexividad del investigador, en tanto miembro de una sociedad o cultura: la reflexividad
del investigador en tanto investigador, con su perspectiva teórica, sus interlocutores académicos,
sus habitus disciplinarios y su epistemocentrismo; y las reflexividades de la población que
estudia…” (Guber, 2011, p. 19)
Este capítulo presenta la metodología utilizada en la investigación, la cual fue cualitativa y
con el fin de contemplar las preguntas desde diferentes ángulos, se utilizaron diferentes
técnicas. Herramientas etnográficas, pues se hizo un estudio de las experiencias de vida de
los residentes Parque Campestre 11 (Giddens, 1994), a través de entrevistas. La perspectiva
y la experiencia laboral de la autora siempre estuvieron presentes durante la investigación
con el fin de conectar la visión teórica con la práctica.
La metodología cualitativa fue la seleccionada para este proceso ya que permite resolver las
preguntas planteadas desde los protagonistas, pues son ellos los que viven el día a día en los
espacios a estudiar y quienes los dotan de una identidad “Los procedimientos cualitativos
pretenden descubrir los significados que para los participantes tienen los acontecimientos
que suceden dentro del quehacer” (Murillo, 2011, p. 11)
Las técnicas de recolección de datos utilizadas fueron: la observación directa y las
entrevistas semi-estructuradas a profundidad.
En cuanto a la primera técnica, esta se realizó por medio de visitas constantes al conjunto
residencial y a la urbanización, así como a algunas viviendas donde los residentes
permitieron el acceso; también se participó de algunas actividades organizadas por la
constructora del conjunto con el fin de conocer de manera más detallada las dinámicas
sociales, culturales, políticas y económicas que ocurren al interior del mismo.
De otra parte, se usaron entrevistas semi-estructuradas a profundidad, planeando con
anticipación las variables y formulando preguntas según el rol de cada persona en la
27
comunidad. Se tuvo un diálogo abierto con cada persona, donde pudiera expresar con
naturalidad aspectos de su vida cotidiana, su trayectoria y que permitiera profundizar y re-
elaborar preguntas si se consideraba necesario. En esta técnica el lenguaje sencillo, jugó un
papel importante, pues hace que se comprenda el significado que tiene para cada residente
el lugar donde habita y los aportes que este tiene a la vida en comunidad. (Murillo, 2011).
A continuación, se hace un acercamiento al conjunto residencial de estudio, con el fin de
conocer el contexto donde está inmerso y como esto condiciona algunas acciones de los
residentes. Seguido, se presentan las dimensiones de estudio, lo que permite, por un lado,
resaltar los conceptos claves de la investigación y por otro construir el formulario de las
entrevistas realizadas. Por último, se explica cómo se obtuvo la información en campo.
2.1. Caso de estudio: Conjunto residencial Parque Campestre 11
El conjunto donde se desarrolla todo el trabajo es Parque Campestre 11. Se encuentra
ubicado en el municipio de Soacha.
Para tener una mejor comprensión del análisis hecho de los datos recogidos en campo, es
preciso realizar un contexto del municipio. Soacha, creció de manera acelerada los últimos
años, esto debido, principalmente, a que comienza a albergar a miles de colombianos que
por los motivos expresados en la dimensión político –institucional migran hacia este
territorio. En términos de vivienda, según el portal de ProBogotá, de los 378 barrios y
urbanizaciones que tiene el municipio, el 48% son de origen informal, es decir 152 se
encuentran en situación de asentamiento (2018); a esto se le suma el desarrollo de macro
proyectos de vivienda de interés social (el caso de Parque campestre 11).
Hay dos fenómenos que se quieren resaltar de este municipio pues aportan al posterior
análisis de la investigación. Primero, las familias que llegan a esta zona del país, por lo
general trabajan, estudian (sobre todo en educación superior), gastan, pagan y consumen en
la capital de la república, lo que convierte al municipio en ‘ciudad dormitorio’, es decir, la
mayoría de personas solo permanecen en sus viviendas en las noches y fines de semana.
Segundo, en Soacha se registran altos índices de inseguridad reflejados en actos como:
28
asesinatos, robos callejeros, aparición de pandillas, el consumo de sustancias alucinógenas,
entre otras. Según el Observatorio de seguridad de Cundinamarca (2015), el 32% de la
población residente en Soacha reportó haber sido víctima de algún delito (Ver: Gráfica 2)
donde el 13% se ha visto afectado de forma directa dentro del cual el más común es el
hurto a personas (Ver: Gráfica 3).
Gráfica 2. Indicador de victimización en Soacha. Fuente: Observatorio de seguridad de
Cundinamarca, 2015
Gráfica 3. Tipos de delitos en Soacha. Fuente: Observatorio de seguridad de Cundinamarca, 2015
Estos resultados se analizan y comparan, con la encuesta realizada en Bogotá, como
cabecera municipal, por la misma entidad. En la ciudad capital, el 36% de los ciudadanos
aseguró que habían sido víctimas de algún delito donde el 14% se ha visto afectado de
forma directa, siendo de igual manera, el hurto a personas el más común. (Ver: Gráfica 4).
29
Gráfica 4. Indicador de victimización en Bogotá. Fuente: Observatorio de seguridad de
Cundinamarca, 2015
Si bien la comparación no resulta muy diferente en cifras, dado la cercanía entre estos dos
territorios, si se identifica que existe un alto porcentaje de inseguridad en el municipio de
estudio.
Ahora bien, Parque Campestre 11 está localizado entre las avenidas Indumil, Ducales y la
Autopista Sur (Ilustración 3). Tiene gran cantidad de parques públicos que articulan toda la
urbanización, así como dos humedales cercanos.
Ilustración 3. Mapa satelital de Parque Campestre 11. Fuente: Google Maps, 2018
El conjunto residencial (Ilustración 4), estrato 2, que será sujeto de investigación, fue
construido en el año 2015 por Constructora Bolívar y hasta el momento es la última etapa
construida en la urbanización Parque Campestre. Este conjunto cuenta con 412 unidades de
vivienda, 136 parqueaderos (105 para residentes y 31 para visitantes), lo que quiere decir
que los parqueaderos son insuficientes, al tener una relación de 1 cupo para 6 apartamentos.
30
Un edificio comunal donde se encuentra la portería, salón de juegos, salón de eventos
sociales, cuarto de basuras y terraza bbq; ninguno de estos espacios se entregó
completamente dotado. Un parque infantil, espacios de zonas verdes y senderos para que
los residentes puedan transitar, a raíz de la observación son reducidos para la cantidad de
residentes (niños) que habitan.
Ilustración 4. Conjunto residencial Parque Campestre 11. Fuente: Trabajo de campo, 2018
Finalmente, como resultado de la observación y del trabajo realizado durante la elaboración
de esta investigación, la autora considera que existen aspectos que parecen importantes en
cuanto a la construcción (en términos físicos o arquitectónicos) de los conjuntos
residenciales tipo VIS ya que, considera influyen en algunas conflictividades y en la calidad
de relaciones vecinales que se conforman. Si bien son espacios que se alinean con todas las
políticas públicas y pasan los estándares mínimos de calidad, hay aspectos que sin tener
total conocimiento en materia de ingeniería y arquitectura, obstaculizan la parte social de la
nueva comunidad que lo va a habitar:
1. El diseño arquitectónico de la vivienda que se construye es igual, para todas las
soluciones de vivienda a nivel nacional, sin importar las condiciones sociales,
ambientales, climáticas, económicas, territoriales en las que esté inmerso el
conjunto.
2. El material utilizado y el diseño de las torres tienen espacios muy reducidos entre
apartamentos, es decir, que las paredes construidas son muy delgadas, produce que
31
la intimidad de la vivienda se vea un poco afectada, ya que las personas pueden
escuchar y sentir las actividades que se realizan en los apartamentos vecinos.
3. Las viviendas son entregadas en obra gris, lo que conlleva a que cada propietario le
pueda hacer las modificaciones que desee. A esto es interesante seguirle la pista,
pues, la forma en que el residente se apropia de su vivienda refleja su
comportamiento y la forma en la que quiera ver su conjunto.
4. El equipamiento del conjunto residencial no tiene un espacio suficiente para la
recreación de los niños (parque infantil), no cuenta con parqueaderos suficientes
para todos los residentes, los salones comunales son en obra gris.
2.2. Dimensiones de estudio
Una vez se tuvieron claros los objetivos y alcances de esta investigación se definió
detenidamente cuáles serían los conceptos que tendrían como soporte la investigación:
vivienda como hecho social, vivienda de interés social, conjunto residencial, relaciones
vecinales y propiedad horizontal. Posterior a esto, a cada uno se le otorgó una unidad de
análisis que es de donde nacen las tres dimensiones de estudio:
1. Adaptación a la propiedad horizontal: Aquí se resalta la importancia de la
trayectoria residencial de las familias y la transición de llegar a vivir en un lugar
delimitado bajo una normatividad y un concepto territorial obligatorios.
2. Conflicto en el espacio: Esta variable quiere evidenciar qué acciones producen los
conflictos que se presentan al interior del conjunto residencial, identificar cuáles son
y cómo se gestionan, así como también los espacios en los que se desarrollan.
3. Construcción de la vida comunitaria: Aquí se pretende identificar la calidad de
relaciones vecinales, como causa y consecuencia de la gestión de los conflictos
evidenciados.
32
El siguiente cuadro, evidencia la relación de estas variables con las dimensiones de análisis
desarrolladas en el capítulo anterior:5
Dimensiones
Variables
Dimensión
familiar
Dimensión espacial y
social
Adaptación a la propiedad
horizontal X
Conflictos en el espacio X
Construcción de la vida
comunitaria (relaciones
vecinales)
X
Tabla 3. Relación entre las dimensiones de análisis y variables de estudio. Fuente: Elaboración
propia, 2018
2.3. Entrevistas
“Los sentidos de la vida social se expresan particularmente a través de las conversaciones que
surgen en la vida diaria, de manera informal, a través de comentarios, anécdotas y diálogos
cotidianos” (Guber, 2011, p. 30)
Contar la vida privada y familiar a un tercero no es para nada fácil, y muchas veces no se
entiende por qué se debe revelar cierta información íntima a otra persona. Ese es el mayor
reto al que cualquier entrevistador se enfrenta cuando desea que su investigación la
sustenten los propios protagonistas. Este trabajo no fue la excepción, pero los lazos de
confianza, las conversaciones previas sobre otros asuntos y la cercanía de la autora con esta
comunidad hizo que las historias, los cuentos, las anécdotas y todo lo registrado en
apartados siguientes fuera de la manera más amena y natural posible.
Se realizaron un total de once entrevistas, en diferentes espacios del conjunto residencial:
zonas verdes, apartamentos, portería y pasillos, oficina administrativa, esto con el fin de
permanecer en los espacios mientras se habla de estos. Los entrevistados fueron escogidos
por su rol dentro del conjunto. El administrador, quien es la persona encargada del conjunto
residencial; dos miembros de los órganos de dirección (consejo de administración y comité
5 La dimensión político- institucional se estudia de manera transversal a todas las variables, ya que el
conjunto residencial de estudio es producto de la política de VIS
33
de convivencia); dos personas que trabajaran en el conjunto residencial, la figura del guarda
de seguridad es importante ya que él conoce a perfección el funcionamiento de los espacios
y la persona de servicios generales, ya que presencia diferentes acciones de los residentes,
estos se entrevistaron durante la jornada laboral. Se entrevistó a los líderes comunitarios,
pues son ellos los que más permanecen en el conjunto y realizan actividades para mejorarlo
(la autora ya había trabajo desde la práctica profesional con estas dos personas) y la
entrevista con los residentes se buscó que fueran tanto propietarios como arrendatarios,
estos fueron elegidos al azar. El instrumento utilizado para el ejercicio puede ser consultado
en el Anexo A: Instrumento de entrevistas. Los entrevistados fueron:
Tabla 4. Información de los entrevistados. Fuente: Elaboración propia, 2018
Estas entrevistas dieron resultados interesantes de analizar, pues cada persona tiene una
visión diferente de lo que ocurre en el conjunto, haciendo que cada variable y categoría
tuviera una justificación particular. Muestra de ello, es la entrevista la joven Valentina, pues
en el trascurso del trabajo en campo se reflejó como los residentes adultos tienen un
estigma hacia los jóvenes, por esto la decisión de mantener este dialogo.
Rol
Tiempo de
permanencia en el
conjunto
Tenencia de la
vivienda
Administrador Parque
Campestre 11 3 años N/A
Guarda de seguridad 1 año N/A
Servicios generales 1 año N/A
Miembro del Comité
de convivencia 5 años Propietaria
Consejera
administrativa 5 años Propietaria
Líder del conjunto 4 años Propietaria
Líder del conjunto 5 años Propietaria
Residente 3 años Arrendataria
Residente 5 años Propietario
Residente 2 años Arrendatario
Residente 5 años propietaria
34
CAPÍTULO 3: DIALOGOS COMUNITARIOS
El presente capítulo refleja las voces y las experiencias de los residentes y órganos de
administración de Parque Campestre 11, lo que permite evidenciar el proceso de adaptación
a la norma, la construcción de la vida comunitaria en los nuevos espacios, la conflictividad
entre residentes, permitiendo analizar la calidad de las relaciones vecinales.
Los relatos recolectados permiten conocer de manera general el comportamiento y la
perspectiva de muchos residentes, entender desde su quehacer y su cotidianidad como
cobra sentido la palabra residir (Alcalá, 1995)
El capítulo será abordado desde las dimensiones planteadas por Kemeny (1995), plasmando
la información recolectada en cada variable tras las entrevistas. Primero, la dimensión
familiar (micro) en la que se evidencia como se manifiesta dentro del conjunto residencial
lo privado en lo público, y cómo se da el proceso de adaptación a la propiedad horizontal
teniendo presente la trayectoria residencial de las familias. Esto abre paso a la segunda
dimensión: espacial y social, pues permite hablar sobre el desconocimiento a la norma, y
relatar los principales conflictos, que se dan en los espacios del conjunto como
consecuencia a dicho desconocimiento normativo. Para finalizar se exponer algunas
alternativas de gestión de conflictos y las relaciones vecinales.
3.1. Un sueño familiar hecho realidad: adaptación a Parque Campestre 11
(dimensión familiar)
Para muchas personas llegar a un nuevo lugar propio genera sentimientos encontrados: es
sinónimo de alegría, miedo e incertidumbre. Para los residentes de Parque Campestre 11,
no fue la excepción, este nuevo paso en sus vidas significó un gran cambio, pues para
buena parte de los propietarios de estas nuevas viviendas era la primera vez que tenían un
espacio propio para ellos y su familia.
“la alegría de cuando por fin me dijeron que fuera a firmar unos papeles (la
escritura, creo) no se la puedo describir, casi se me sale el corazón. Usted no sabe
todo lo que yo tuve que pasar para conseguir esta casita, mi casita. Y mi hija no la
creía tampoco. Y el día que nos abrieron la puerta del apartamento casi me da un
35
infarto. Es que usted no me lo va a creer, pero para mí y mi familia es un sueño
hecho realidad tener algo propio” (Comunicación Personal, 2018)
a) Lo privado en lo público
Y desde esa emotividad que representa sentir algo como propio, es que el nuevo residente
configura la identidad con su vivienda y con el conjunto residencial. Y es en este punto
donde se evidencia lo privado en lo público, en términos de la tenencia de la vivienda, es
decir, dicha identidad varía si la familia que llega a habitar ese nuevo es arrendataria o
propietaria. Esto cobra sentido en la medida que se percibe que ‘lo propio lo cuido, lo ajeno
no me importa’, si bien es una percepción de los propietarios e incluso del administrador, se
manifiesta que son los arrendatarios quienes infringen más la ley, mediada por el desinterés
en lo público, por estar de paso en ese lugar.
“En mi torre son 24 apartamentos de los cuales 18 son inquilinos y 6 propietarios,
entonces, ¿qué pasa? que los inquilinos no cuidan ni les importa nada. Tú conoces
un inquilino como cierra la puerta y todos ¡pum! la tiran a la hora que sea, en
cambio un propietario cuida, la cierra mucho más delicado. Ese sentido de
pertenencia en mi torre esta tenaz (...)” (Comunicación Personal, 2018)
Lo anterior, comienza a dar pistas sobre como es el proceso de adaptación a su nuevo
hogar, a su apartamento, como espacio físico, pues la mayoría de propietarios, le hace
arreglos para ‘verlo más bonito’ o ‘como siempre lo imaginaron’; se adaptan también al
conjunto residencial, y con esto al espacio delimitado y a una vida mucho más pública , a
sus vecinos al tener que convivir con distintas formas y estilos de vida; por último y lo que
es clave para este apartado, la adaptación a vivir bajo el régimen de propiedad horizontal y
la norma.
En los relatos recogidos se manifiesta un claro desconocimiento a la Ley 675 de 2001 de
Propiedad Horizontal, por parte de los residentes. Aunque si bien, sí la han escuchado o la
han mencionado, aseguran que no están totalmente familiarizados con ésta y menos cuando
llegan a vivir en el conjunto. Este desconocimiento lo ratifica el administrador del conjunto
en estudio.
36
“Todos los días en mi trabajo he sido fiel testigo que existe un desconocimiento de
la Ley y de algunas normas por parte de los residentes, claro no te estoy diciendo
que todos los residentes, pero si la mayoría. Siempre llegan a pelear aquí
(refiriéndose a su oficina) por cosas que está supremamente claras en el
Reglamento de Propiedad Horizontal. Por esto no me basta con mostrarles el
librito sino que, también trato de que les haga sentido lo que les digo”
(Comunicación Personal, 2018)
b) Trayectoria residencial
En el diálogo con los órganos de gobierno y el análisis hecho a partir de las entrevistas, se
logra evidenciar que el proceso de adaptación al conjunto residencial, bajo la normatividad
de Propiedad Horizontal, es difícil para la mayoría de los nuevos residentes. La principal
causa evidenciada de ese choque es la trayectoria residencial, ya que procedían de vivir en
casas de barrio abierto, que tiene dinámicas diferentes y cierto grado de flexibilidad en su
habitar, lo que genera conflicto al llegar a vivir bajo el régimen de Propiedad Horizontal.
En ese sentido, es interesante analizar cómo se va poblando el conjunto residencial, para
esto se identificaron tres tipos de trayectorias, lo que genera que el proceso de adaptación
varié dependiendo de las condiciones habitacionales previos de cada familia. Adicional,
esta tipología permite comenzar a dimensionar sobre las diferentes condiciones
socioeconómicas que se mezclan en el conjunto residencial:
1. Familias que nunca han vivido en una cabecera municipal. Es muy común encontrar
en Parque Campestre familias que vivían del campo y que, por causas mencionadas en
capítulos anteriores llegan a vivir a un conjunto VIS. Para estas, el proceso de
adaptación es el más complejo, ya que se cruzan diferentes variables: por lo general
inician un nuevo proyecto de vida familiar a raíz de su situación; deben aprender a vivir
en un nuevo territorio, más grande de lo que están acostumbrados (en un Municipio) y
por lo tanto, aprender a desenvolverse en él; llegar a vivir a un espacio más delimitado
(Parque Campestre 11) en el que se integran con personas diferentes. Lo anterior, refleja
que no tienen ninguna aproximación de qué es vivir en Propiedad Horizontal.
37
Un ejemplo de lo dicho anteriormente es el de la señora Aurora, que desde que nació ha
sabido de la importancia del campo para el sustento de ella y su familia. Ahora que logró
tener su apartamento, gracias a los subsidios que le otorgó el Estado, quiere volver a sus
raíces y desea hacer una huerta urbana en el conjunto, tanto para que los jóvenes lo
conozcan, como para cosechar algunos productos. Esta iniciativa está tomando fuerza,
pero hasta el momento no se ha desarrollado.
2. Familias que vivían en barrios cercanos a la urbanización, como: San Bernardino, León
XIII, Ciudad Latina, Compartir, San Marcos, San Mateo, Las Acacias, entre otros, (los
cuales fueron producto del desarrollo informal). Para estas personas, la zona no les es
desconocida, pero se evidencia que llegar a residir en un espacio delimitado produce un
cambio en la manera de situarse y comportarse en el territorio. Es decir, las personas
entrevistadas que anteriormente eran vecinas al sector resaltan que se sentían tranquilas
al momento que llegan a vivir al conjunto, asegurando que ya conocían, pero que no se
adaptaron tan fácil a las normas, pues no conocían qué podían hacer y qué no.
Hay un alto de porcentaje de familias con esta situación, muestra de ello son los
resultados del Censo 2005 (Ver Gráfica 5), donde a la pregunta de ubicación de la
residencia 5 años antes, el 84% de las personas aseguran, haber vivido en Soacha.
Gráfica 5: Lugar en el que residían los habitantes de Soacha hace 5 años o más. Fuente:
DANE,2005
38
3. Familias que provienen de Bogotá D.C, y que, por motivos del subsidio recibido o
económicos, llegan al Municipio de Soacha. Se evidencia que aquí la adaptación es
doble, por un lado, llegan a un nuevo territorio, en el cual deben explorar en cuanto a
equipamientos cercanos: colegios, hospitales, rutas de transporte, posibles empleos etc.,
pues en un principio hay un arraigo a la ciudad capital; y por el otro, el hecho de vivir en
un conjunto residencial, aquí también se presenta un desconocimiento a la Ley. Vale la
pena aclarar que no es un proceso de adaptación tan chocante como en la primera
situación. Durante los diálogos con el administrador, se hizo una relación de estas
personas frente a las dos anteriores “no me preguntes por qué, pero yo si noto que las
personas que vienen de Bogotá, son un poco más razonables y entienden un poco más
rápido (refiriéndose a la Ley de Propiedad Horizontal), yo no sé o no he comparado si
se puede asociar a un tema de escolaridad, pero es menos desgastante (...)”
(Comunicación Personal, 2018). Aunque no se pudo comprobar su testimonio, ni hallar
causas determinantes, es un interrogante que se deja abierto, para próximas
investigaciones.
3.2. Construcción de la vida comunitaria: La ley vs la practica
(dimensión social y espacial)
3.2.1. ¿Ley 675 de 2001? ¡Ni idea!
A ese difícil proceso de adaptación al conjunto residencial por la trayectoria residencial, se
le agrega a las familias un nuevo elemento muy importante: el Régimen de Propiedad
Horizontal (Ley 675 de 2001). En este apartado es preciso dejar claro los aspectos que más
causan impacto entre los residentes cuando llegan a habitar, es decir, plasmar que es lo que
más se desconoce y tiene repercusiones. En el análisis de las entrevistas se encontraron 4
categorías:
a) Ley en general
Durante el trabajo de campo se evidenció que esta norma era desconocida para los nuevos
residentes, si bien esta les da unos derechos y deberes, las personas no son conscientes de
ello. Los entrevistados mencionan que una causa a esto es, la falta de canales de
comunicación que les permitan a los residentes conocer sus deberes, derechos, obligaciones
39
y prohibiciones en la propiedad horizontal de manera profunda, desde el primer momento
que llegan a vivir. El sentir común es que llegan un poco solos y desprotegidos a vivir en el
conjunto residencial, pues les toca adaptarse por sí solos. Adicional, consideran que
Constructora Bolívar, al ser la constructora del conjunto debe estar más presente en esos
momentos iniciales y tener mecanismos que aseguren el aprendizaje, puesto que es con la
única entidad con la que se tiene relación desde que se separa el apartamento6. Es un
proceso de bastante duración en el que no se les menciona a los hogares de manera
insistente las implicaciones que conlleva comprar allí
“Yo quiero mucho a la Constructora, me dio mi casita, para que más, pero si siento
que nos dejó muy a la de Dios. Deberían hablar con claridad desde un comienzo y
decirnos usted por Ley no puede hacer esto, ni esto, ni esto (porque aquí uno no
puede hacer nada); va a tener que pagar una administración, cositas así… que uno
aprende con el tiempo y a las patadas” (Comunicación Personal, 2018)
Así pues, se transmite un claro mensaje que existe un desconocimiento de la Ley (derechos
y deberes), lo que “se convierte en una gran dificultad para garantizar el sostenimiento de
su único patrimonio” (Salamanca, 2016). Esto es relevante para el trabajo, porque permite
hacer un sondeo de percepción de los residentes frente a su hogar y el conjunto, y tener un
acercamiento de cómo todas estas realidades que se presentan dentro del espacio
configurarán la vida en comunidad.
a) Desconocimiento del derecho de participar en la toma de decisiones
Los propietarios no reconocen la importancia que tiene la figura de la Asamblea General7
para el desarrollo y buen funcionamiento del conjunto residencial. Asistir a ésta es de
6 Por experiencia de la autora, se conoce que Constructora Bolívar tiene un programa de Responsabilidad
Social, llamado ENCONJUNTO, en el que se quiere brindar un acompañamiento permanente a las familias
propietarias desde que llegan a la sala de ventas para separar su apartamento. Dicha constructora entiende que
para las personas no es fácil acoplarse a este nuevo estilo de vida en propiedad horizontal, razón por la cual
desde 1999 trabaja en todos los conjuntos que se construye para brindar asesoría en temas administrativos,
económicos, ambientales, de convivencia y seguridad ciudadana. Pero parece no tener un alcance
significativo, ni los resultados esperados. Aquí también se deja abierto un tema de investigación sobre el
impacto de este programa social. 7La Asamblea General es la máxima autoridad de la copropiedad, y está conformada por los
copropietarios “o sus representantes” reunidos en la forma en que se indica en la ley y en el reglamento de Propiedad Horizontal, en lo que se refiere a Quorum, representación, etc. (Régimen de
Propiedad Horizontal, 2001, Capítulo X)
40
carácter obligatorio, lo que la convierte en un deber, pues en esta reunión se deben aprobar
decisiones, elegir los órganos de administración del conjunto, establecer nuevas normas,
aprobar presupuesto anual, entre otras8. Durante los diálogos que se mantuvieron se refleja
que los residentes no dimensionan el significado de la misma, expresan que se trata de una
“reunión aburrida durante todo un día, en el que solo hablan los mismos para pelear”
(Comunicación Personal, 2018)
Al no tener conocimiento de esto, el propietario a su vez, se niega el derecho de hacer valer
su voto y los demás beneficios de su participación. Por lo tanto, asume que las medidas que
se toman en el conjunto y que obligatoriamente debe cumplir, fueron ‘exclusivamente del
administrador o del consejo administrativo’, lo que influye en la relación de estos actores.
Asociado a lo anterior, es importante mencionar que también hay un desconocimiento de
las funciones de los órganos de gobierno del conjunto y del administrador. Aunque el rol de
éste último es el más reconocido por los residentes, no se tiene el panorama completo que
existen otras personas elegidas por la Asamblea quienes representan la voz de la comunidad
y que trabajan por mejorar el conjunto residencial.
“pues, que yo sepa aquí solo esta Nicolás, para atendernos y Marisol (su asistente)
cuando él no está. Por eso la oficina siempre permanece llena, hasta cita hay que
sacarle (risas). Claro yo si he escuchado que hay un consejo pero ni sé quiénes son.
También he escuchado del comité de convivencia pero la verdad aquí ni se sienten.
Yo creo que hacemos más nosotros con los de la torre por la convivencia que ellos
(...)” (Comunicación Personal, 2018)
b) Desconocimiento del funcionamiento de los espacios públicos y privados
Hay que recalcar que la mayoría de residentes tiene claridad cuando se hace referencia a
espacios privados y comunes, los reconocen y saben qué sucede en cada uno en la
cotidianidad. Pero si se traslada a la norma, no hay un conocimiento pleno de los deberes,
8Todos los propietarios de bienes privados que integran el edificio o conjunto tendrán derecho a participar en
sus deliberaciones y a votar en ella. El voto de cada propietario equivaldrá al porcentaje del coeficiente de
copropiedad del respectivo bien privado. Las decisiones adoptadas de acuerdo con las normas legales y
reglamentarias, son de obligatorio cumplimiento para todos los propietarios, inclusive para los ausentes o
disidentes, para el administrador y demás órganos, y en lo pertinente para los usuarios y ocupantes del edificio
o conjunto. (Régimen de Propiedad Horizontal, 2001, Capítulo X)
41
derechos, prohibiciones que hay en estos lugares. Por un lado, para los bienes de uso
privado (apartamentos para este caso) se tiene la falsa concepción de que ‘cómo es mío,
puedo hacer lo que quiero’ si bien si se tiene un dominio exclusivo sobre este tiene deberes
y derechos que se reducen a (Régimen de Propiedad Horizontal, 2001, Capítulo V) usarlos
de acuerdo con su naturaleza y destinación, absteniéndose de ejecutar acto alguno que
comprometa la seguridad o solidez del edificio o conjunto, producir ruidos, molestias y
actos que perturben la tranquilidad de los demás propietarios u ocupantes o afecten la salud
pública.
Por otro lado, en los bienes comunes (parte importante de la investigación), todo
propietario tiene derecho al uso y goce de área para la circulación, área de recreación, áreas
de encuentros y reuniones sociales, zonas verdes, porterías, parqueaderos, entre otras. Por
lo tanto, también se tienen deberes como, contribuir al pago para la buena administración y
prestación de los servicios de las zonas comunes y/o velar por el cuidado, la vigilancia, la
conservación y disposición de los mismos. “la propiedad sobre los bienes privados implica
un derecho de copropiedad sobre los bienes comunes del edificio (...)” (Régimen de
Propiedad Horizontal, 2001, Capítulo V)
La evidencia que se tiene como soporte en este punto, por un lado, son los conflictos que se
presentan al interior del conjunto residencial en estos espacios, los cuales serán analizados
más adelante y por el otro lado, el manual de convivencia, que nace para que los residentes
tengan conocimiento de lo que está permitido hacer en estos espacios. Hasta la fecha no se
ha aprobado el manual de convivencia del año 2018, esto debido a que la Asamblea se
realizó a comienzos del mes mayo y las modificaciones a este aún se están realizando. Sin
embargo, Ingrid quien es miembro de este comité durante su entrevista nos dio a conocer de
manera general como se compone este Manual:
“El manual comienza haciendo un llamado a que en el conjunto comprendamos que
todos somos diferentes, que hay que respetarnos y tolerarnos entre todos. Como cosas
generales, hay un capitulo en el que se explican los derechos de los propietarios y/o
residentes, del administrador, del consejo…. Hay un capitulo en el que se menciona
cuáles son los horarios, de escuchar música a todo volumen, del salón comunal, de la
basura, de los trasteos y demás. Otro capítulo, creyera yo el más importante, el de las
42
sanciones, hay explicamos que da multa y el rango de estas. Uno donde se explica el
uso que se le debe dar a las zonas comunes como: parqueaderos (que no hay para
todos), el parque, las zonas verdes, el salón comunal. Y uno último en el que hace
recomendaciones generales al interior de las viviendas: el ruido otra vez, hacerse
cargo de las mascotas, de los hijos cuando salen al conjunto, de donde tiende la
ropa…y ya cositas así. Pero si le soy sincera, no nos afana que no esté, pues ese librito
los años anteriores nadie lo lee, aquí todo el mundo aprende cuando hace algo malo”
(Comunicación Personal, 2018)
c) Compromisos económicos
Este fragmento describe el aspecto que más causa conmoción en las personas, que inquieta
y despierta la atención de los residentes del conjunto residencial, puesto que afecta la
economía familiar, al tener que pagar cobros adicionales, que no se tenían presupuestados
al momento de adquirir su vivienda. Ese asombro que produce enterarse de esto nace a raíz
del desconocimiento y del proceso de adaptación al espacio. Una vez instalados, los
residentes debieron comprender que no solo por el hecho de estar pagando o haber pagado
su vivienda podría gozar libremente de esta y del conjunto residencial. Llegar a vivir allí
traía implicaciones económicas como: el pago de una administración, que permite cuidar de
las zonas comunes, el pago de los empleados y servicios del conjunto (seguridad, aseo,
servicios públicos); el pago de las mejoras que se haya decidido hacer al conjunto en la
Asamblea General (instalar puertas de seguridad con huella en las torres, cámaras de
seguridad, iluminación, etc.) y el pago de multas, bien sea la sanción que acarrea no asistir
a la reunión de la Asamblea General (por Ley) o las diferentes penalidades que se
establecieron en Parque Campestre 11, como medida de regulación de la convivencia
“Cual fuera mi sorpresa cuando llegué aquí y que me recibiera el administrador de
aquella época y me diga bueno mi señora la cuota mensual de administración es de
$32.000, no me acuerdo bien el valor. Lo primero que pensé fue este señor está
loco, me quiere robar, pero no, tenía toda la razón, lo debía pagar (...) Es que como
si fuera poco la cuota del apartamento, los arreglitos que hay que hacerle, los
servicios, los colegios, el mercado, mejor dicho, yo no sé uno como hace para que
le rinda esa plata” (Comunicación Personal, 2018)
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Además del anterior relato, cuando se realizaba la entrevista al administrador en su oficina,
entró una señora que reflejaba en su rostro preocupación y desespero, su visita era porque
en el momento no contaba con el apoyo económico de su esposo y por lo tanto, no podía
dar la cuota para la instalación de la puerta de seguridad de su torre (esta iniciativa por
parte de la administración, consistía en instalar en la entrada de cada torre , una puerta de
seguridad con huella para que solo los habitantes de esos apartamentos pudieran ingresar y
así disminuir los robos); adicional esta residente pedía un plazo extra para ponerse al día
con las cuotas de administración. Con esto se quiere mostrar cómo los residentes
efectivamente cuentan con diversos gastos de la propiedad, a los cuales de forma
obligatoria debieron asumir y responder.
Este apartado es importante, ya que se constata que hay un interés de los residentes solo por
lo que genera costo o lo que les afecta la economía, es decir, se interesan en saber por qué
les generaron una multa o en que se invierte el pago del salón comunal, mas no en resolver
problemas de convivencia, porque consideran que es función exclusiva del administrador.
“De lo que debemos estar pendientes todos es de la parte financiera del conjunto,
aunque si se ve que el administrador invierte en arreglitos para la portería, para la
biblioteca de los niños, debemos hacer un seguimiento detallado de eso. Porque es
que a nosotros no nos regalan la plata, la trabajamos y tras todos los gastos que
tenemos también debemos pagar la multa, la administración, al todero si le hace un
favor, en fin…” (Comunicación Personal, 2018)
A raíz de lo anterior, se refleja que adicional a la trayectoria residencial y a la tenencia de la
vivienda, por parte de las familias arrendatarias (explicadas en el apartado anterior), se
evidencia que existe un desinterés por interiorizar la norma, mediado principalmente por:
a) Residir en un municipio dormitorio
Soacha funciona para muchos jefes de hogar como municipio dormitorio. Los
desplazamientos al ser muy largos entre el hogar y los lugares laborales, produce que los
residentes deban salir de sus apartamentos temprano y lleguen cansados a altas horas de la
noche. Esto genera que no haya un acercamiento de estas personas hacia su copropiedad,
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pues el tiempo libre que les quedan por lo general es dedicado a sus familias más no a las
preocupaciones por la norma o por la vida en comunidad.
b) Presencia de familias jóvenes
Como resultado de la observación realizada, se pudo detectar que hay en gran cantidad
familias jóvenes, que están comenzando a construir su hogar. El administrador lo reafirmó
y si bien no hizo una relación directa del desinterés por la situación de estos jóvenes, el
análisis realizado es que este prototipo de familia se concentra en conformar y mantener su
hogar en este nuevo espacio privado, pudiendo apartarse del sentido de comunidad y de lo
que pasa con el otro.
c) Tenencia de la vivienda
Como ya mencionó, según las entrevistas realizadas, las familias que son arrendatarias se
preocupan menos por apropiarse de las normas que rigen al conjunto residencial, así como
por las decisiones que se toman. Esto debido a que no sienten como propio este lugar y
consideran que es un lugar de paso.
3.2.1. Conflictos en el espacio
En este punto se aborda y se analiza desde la práctica, cómo se configura la vida
comunitaria en Parque Campestre 11. Se presentan los principales conflictos hallados en
campo, en los dos espacios que se han venido trabajando: privados y públicos, que surgen
como consecuencia de ese desconocimiento de la Ley y del proceso de adaptación a la
propiedad horizontal.
Se resaltan cuatro conflictos, que se gestan en los espacios privados, pero que tienen
implicaciones en la construcción comunitaria. Esto con el fin de entablar una relación entre
las dimensiones micro y macro
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a) Problemas familiares
Los entrevistados si mencionan con gran preocupación, la falta de valores, en cuestión de
respeto y tolerancia dentro de los hogares como un problema central, pues se evidencia
constantemente faltas de respeto verbal y física hacia los trabajadores del conjunto y entre
los mismos vecinos, cuando se presentan problemas en los espacios comunes. Estas son
conductas que se han normalizado:
“Aquí la grosería, la falta de respeto entre todos es el pan de todos los días. La
crianza de los niños es cada vez más difícil, yo lo sé, pero hay que enseñarles a
respetar a sus mayores y a otros niños. Los niños y jóvenes de aquí dicen más
groserías que un adulto y eso viene desde casa, pues porque los padres son
iguales” (Comunicación Personal, 2018)
b) Mascotas
Se presentan conflictos con las mascotas, debido a que constantemente los dueños no
desarrollan una tenencia responsable con estas, el aseo, la recolección del excremento, los
perros sin bozal, son algunas de las quejas más recurrentes por los residentes.
“Una vez una señora había recogido 7 gaticos y los tenía a todos en ese
apartamento tan chiquito, pasados unos días había un olor asqueroso que se salía
del apartamento y apenas uno entraba a la torre lo sentía. Ahí tuvimos que ir con
Nicolás a hablar con la señora (apenas nos abrió la puerta, casi nos desmayamos,
risas) y hacerla entrar en razón, de primero, el mal que le estaba haciendo a todos
los vecinos por no tener aseado su apartamento y segundo que los animalitos no
tenían el espacio ni las condiciones más óptimas para su desarrollo digámoslo así.
Menos mal la señora entendió y le tocó quedarse con uno y regalar los otros”
(Comunicación Personal, 2018)
c) Ruido
El ruido asociado al alto volumen con que algunos residentes escuchan su música favorita,
en horas no permitidas, hace parte de dicha conflictividad. Valentina, menciona durante su
entrevista que ella es consciente que escucha reggaetón ‘a todo volumen’ después de las
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10:00 pm o los domingos en la mañana, a sabiendas que es un horario de descanso para
muchas personas. Un claro ejemplo de cómo las acciones individuales tienen impacto en lo
comunitario y los residentes aunque son conscientes de esto actúan como si el vecino no
importara.
“Lo único malo que yo sé que hago en el conjunto y que no lo debo hacer es
escuchar reggaetón a todo volumen después de las 10:00 de la noche y los
domingos mientras hago oficio, pero que hago yo es que la música es todo para mí,
no puedo vivir sin ella. Pero también lo compenso cumpliendo con las otras normas
y hasta participo en las actividades de la Constructora” (Comunicación Personal,
2018)
d) Ropa colgada en ventanas
Un último conflicto que permite discutir lo que se gesta en los espacios privados, es cómo
las familias utilizan las ventanas de su apartamento, para tender la ropa, afectando
visualmente la fachada del edificio, que es un bien común. Para algunos residentes, esto es
una falta de respeto “eso se ve inmundo, además yo no tengo porque verle los chiritos a
ninguno” (Comunicación Personal, 2018), para otros es la decisión que toma cada familia
de qué uso darle a su vivienda, sin afectar a nadie.
Ilustración 5. Evidencia de problemática de ropa en ventanas. Fuente: Trabajo de campo, 2018
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Ahora, se presentan otros conflictos recurrentes en los espacios comunes. De los dos
primeros, es preciso mencionar que se dan por un hallazgo importante, que permite
comprobar la hipótesis planteada en el primer capítulo. A pesar que ningún residente
menciona como relevante lo físico o estructural cuando se refiere a la convivencia entre
vecinos, en el trabajo de campo, si se logra evidenciar un déficit en la infraestructura del
conjunto residencial, en el proceso de diseño y construcción por parte de Constructora
Bolívar, ya que esto en el mediano plazo produce conflictos entre vecinos en las zonas
comunes como:
a) Zonas de recreación
La falta de espacios para la recreación y diversión de los niños y jóvenes produce que los
menores tengan que jugar en los pasillos, en las torres, portería y espacios de circulación y
causen algún tipo de daño al conjunto. Adicional que el uso que se le da al único parque
infantil este no es el adecuado.
“(…) tenemos un solo parque para los cientos de niños que viven aquí, entonces
ellos no tienen más remedio que jugar donde puedan y preciso resultan los vidrios
rotos, las paredes rayadas, y los propietarios llegan a quejarse. La verdad yo no le
echo la culpa a los pobres niños, ¡es que no tienen dónde más estar y son niños!”
(Comunicación Personal, 2018)
Ilustración 6. Evidencia del único parque infantil de Parque Campestre 11. Fuente: Trabajo de
campo, 2018
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b) Parqueaderos
Los parqueaderos disponibles para carros y motos son insuficientes para la cantidad de
residentes que habitan el conjunto residencial. Esto causa molestias en la medida que por
cada seis apartamentos hay solo un parqueadero (624 apartamentos y 105 parqueaderos
para residentes) lo que produce que esa zona común cause enfrentamientos entre vecinos.
La administración como entidad encargada de la gestión de estos, prioriza por orden de
llegada la asignación de cupos, siempre y cuando la persona no esté atrasada en el pago de
la cuota administrativa, distribución que se realiza mensualmente. En la entrevista intervino
la asistente de administración y expresó “eso sí que es difícil, hacerle entender que no hay
cupo, que no es que yo no quiera darles un parqueadero, ¡pero es de verdad, no hay!”
(Comunicación Personal, 2018)9
c) Consumo de sustancia psicoactivas y robos
Otros conflictos que se presentan con frecuencia, son manifestaciones propias del contexto
en el que se encuentra Parque Campestre 11 (aquí se evidencia una nueva relación entre la
dimensión macro y la meso), es decir, la situación actual del municipio y de la zona descrita
anteriormente, se refleja en la realidad que se vive al interior. Los robos al interior del
conjunto tienen preocupados a todos los actores, pues son más frecuentes de lo que se
espera. Robos a bienes materiales dentro de los apartamentos, donde los ladrones rompen
las ventanas y sacan objetos como: computadores, celulares o tabletas; robo de bicicletas,
llantas de carros, cascos y hasta robos con arma blanca a residentes que transitan por el
conjunto. Si bien nadie logra mencionar a los sospechosos, identifican un ‘grupito de
jóvenes’ que permanecen en el parque, como los implicados.
Adicionalmente, el consumo de sustancias psicoactivas dentro del conjunto y las agresiones
físicas en las zonas comunes, producen un malestar generalizado en los residentes y una
preocupación para los órganos de administración. Los adultos entrevistados, estigmatizan a
los jóvenes de ser los que consumen drogas y por lo tanto, causan los robos y las peleas
entre ellos. Valentina Asegura que “las peleas comienzan por bobadas, porque este
9 Asistente de administración, quien se encontraba presente en la oficina, durante la entrevista al
Administrador. Aunque no es una entrevistada es preciso mencionar su cita, debido a que es ella quien asigna
los cupos de los parqueaderos.
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muchacho miró mal al otro y ya se agarran. Pero no son sólo los jóvenes la otra vez un
señor borracho se dio puños con el otro, solo que a los pelaos, los tienen en la mira”.
(Comunicación Personal, 2018).
3.2.2. Gestión de conflictos y relaciones vecinales
Para esta investigación es importante revelar las acciones que se han tomado para gestionar
los conflictos que suceden en los espacios de forma asertiva, bien sea por parte de los
residentes, órganos de gobierno o entre toda la comunidad de la urbanización de Parque
Campestre. A continuación se mencionan algunos actores y elementos utilizados para
mejorar la vida en comunidad dentro del conjunto
a) El comité de convivencia:
Este tiene como función, mejorar la vida en comunidad, disminuir los problemas y resolver
los conflictos a través del diálogo.
“Nuestro trabajo no es fácil, pues es tiempo extra que le dedicamos al conjunto y a la
comunidad. Todos estamos comprometidos con la labor de hacerle la vida más fácil a
muchas personas, porque creemos que los conflictos que suceden aquí tienen arreglo,
todo no se debe llevar a los extremos de peleas (...)”(Comunicación Personal, 2018).
Su trabajo lo sustenta a través del manual de convivencia, el cual resulta ser un mecanismo
que si bien no se ha incorporado completamente en los residentes, en las entrevistas si se
reconoce que hay normas internas de convivencia expresadas en ese compendio.
b) El administrador
Es la persona más visible para todos los residentes, juega un papel muy importante en la
mediación y resolución de los conflictos. Es preciso resaltar la labor que realiza en el
conjunto residencial, pues no se limita a cumplir sus funciones, sino que siempre quiere
hacer más por su comunidad. Él considera que es de suma importancia trabajar con los
niños y jóvenes, ya que son las personas que más permanecen en el conjunto, los que tienen
tiempo libre, ganas y energía para realizar actividades.
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Por lo tanto su objetivo es transformar las acciones diarias que los perjudican y
potencializar las capacidades para lograr algo positivo. Para realizar esto, ha creado grupos
de lectura, ambientales, patrulleritos y de deporte principalmente, en donde el grupo de
interés ocupa su tiempo libre. No es una tarea que pueda lograr solo, necesita la ayuda de
los padres de estos menores, para que refuercen lo aprendido en los hogares.
“yo soy de los que me siento a hablar con ellos (refiriéndose a los jóvenes y a los
niños), escucharlos, ellos tienen cosas interesantes que decir, y tienen todo el ánimo de
hacerlo. A modo de anécdota te cuento un poco lo que me pasó con Juan David, un
chico de la 6 (torre) el man un marihuanero, perdido ya; mantenía sólo en ese
apartamento porque los papás dizque trabajan todos los días, todo el día. Bueno,
cuando llegué veía a Juancho caminando con su cigarro por todos lados dentro y fuera
del conjunto, era más bien de pocos amigos. Un día lo vi sentado en una banca, más
triste de lo normal, me le acerque y le dije ¡Hey Juan! ¿Qué pasa? y en pocas palabras
me contó de sus intenciones de suicidarse, y ahí comenzó mi trabajo porque aquí hasta
psicólogo me toca ser (risa). Todos los días lo invitaba a tomar onces y hablamos de
todo un poco, yo le prestaba algunos libros para que leyera y los comentamos; fue
Juan Salvador Gaviota, el que le hizo el clic y le cambió su vida, ahora quería echar
pa’ lante, le conseguí un sitio donde se pudiera rehabilitar, y con diálogo con su
familia, logre que la relación estuviera mejor. Todo ese carreto para mostrarte como si
se puedo, como si hay esperanzas en los jóvenes”. (Comunicación Personal, 2018).
c) Sanciones económicas
La otra cara de la moneda, a lo realizado por el administrador, es un ejercicio de alguna
manera coercitivo para la gestión de los conflictos, en la medida que se pone un castigo a
las personas que cometen acciones que sanciona la Ley o que perturban la sana
convivencia. Nos referimos a las multas o sanciones económicas que se les ponen a los
residentes, con el fin de regular todas las acciones perjudiciales y brindar un bienestar
común. Como ya se mencionó, la parte económica es un asunto sensible para todos, por lo
tanto, las personas están alerta a esta medida. Hay que recalcar que estas multas están
acordes con la Ley y las normas establecidas en el manual de convivencia, esto con el fin
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de mantenerse bajo la cultura de la legalidad y que los residentes no tengan excusa de no
saber.
El personal de seguridad, por ser quien permanece todo el tiempo en el conjunto y haciendo
rondas de vigilancia, es el encargado de registrar el mal comportamiento en un formato
(Ver Anexo B), que tiene la siguiente información: Nombre completo; torre y número de
apartamento; lugar de la infracción (hace referencia los espacios públicos y privados, ya
mencionados en el texto); tipo de infracción (se refiere a los conflictos que se han tratado a
lo largo de este capítulo) y observaciones donde se detalla el caso. Si bien es el
administrador el encargado de imponer el rango monetario, de acuerdo a lo aprobado en la
Asamblea General, los residentes expresan que les parece que la imposición de una multa
tiene algún grado de subjetividad, dependiendo del guarda de turno.
3.2.2.1. Vivir con la diferencia: las relaciones vecinales
Algo que hay que resaltar y que, sin duda alguna, trae implicaciones en la conformación y
calidad de las relaciones vecinales, es que hay una excesiva regulación de la vida pública y
privada dentro del conjunto residencial, pues el comparendo, a su vez, funciona como
soporte de las llamadas de atención hechas por el administrador a los residentes. Acciones
como realizar mantenimientos a los vehículos en zona común que la dañen, guardar las
bicicletas o carros de comidas dentro del edificio, realizar arreglos en los apartamentos en
horarios no establecidos, hacer trasteos a deshoras, etc, conllevan a un registro en estos
formatos.
Muestra de ello, es el llamado ‘toque de queda’, una estrategia para evitar que los jóvenes
(principalmente) delincan y malgasten el tiempo en las calles que encontraron los
habitantes de la urbanización. Consiste en que ningún menor de edad puede estar por fuera
de su apartamento después de la 9:00 pm, a menos que esté acompañado de un adulto
responsable, de lo contrario su representante legal se hará cargo de una multa.
El exceso de mecanismos de control y la presión que se ejerce por parte de los órganos de
administración, para que la vida comunitaria permanezca de una forma tranquila y el
esfuerzo que hacen para que cada persona pueda mantener un ambiente sano, a su vez,
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afecta que se mantengan relaciones vecinales. Cada vez que se hace un llamado de
atención, se realiza una multa, se produce en los residentes un cierto temor de actuar y
socializar de manera natural en el conjunto.
“(...) Uno ya no sabe ni que hacer aquí con ese poco de multas y de llamados de
atención. Si uno mira multa, si toca multa, si pisa, si pone, todo es multa. Falta es
que yo no pueda hablar con nadie porque estoy cometiendo un falta grave al
manual de convivencia, como siempre nos dicen” (Comunicación Personal, 2018)
La forma cómo los mismos residentes gestionan los conflictos que se presentan entre ellos,
con violencia y falta de respeto, quiere decir que las relaciones vecinales en este aspecto
están deterioradas, a causa de la intolerancia y la falta de capacidad de pensar en el otro.
Por un lado, la trayectoria residencial, vuelve a jugar un papel importante, pues si la
persona no está acostumbrada a convivir con otras familias, en el proceso de adaptación, se
le dificulta concebir que existan otros estilos de vida que hay que respetar. Por otro lado,
está el conflicto evidente entre los propietarios y arrendatarios por el cuidado del espacio,
lo que hace tensa la convivencia.
En relación a esto, no hay condiciones que aseguren la construcción de relaciones vecinales
sólidas y sostenibles, dado que los habitantes cuentan con poco tiempo para compartir con
sus vecinos, por los cortos periodos que permanecen en sus viviendas, los cortos trayectos
que recorren para llegar a sus apartamentos y el cruce de palabras con algún vecino no pasa
de ser saludo espontáneo.
En definitiva, se considera que la calidad de las relaciones en Parque Campestre 11, está
mediada por muchos factores:
1. El conjunto tiene apenas tres años de habitado, lo cual hace que la construcción de
la vida comunitaria esté incipiente y en proceso de consolidación.
2. Es complejo que los residentes desde sus diferencias trabajen por objetivos
comunes. Cada uno aporta desde su individualidad su mayor esfuerzo para vivir de
una forma más tranquila, asume y aprende de los errores, pero no hay una reflexión
profunda acerca de esto.
53
3. El aporte de cada persona no alcanzan los niveles deseados, esto debido a que en los
espacios se presentan diversos conflictos y los residentes no están en la capacidad
de gestionarlos por sí solos de manera pacífica.
CAPITULO 4: CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo se ha tratado la vivienda como un aspecto central, y se le han
agregado elementos como: el político al tratarse de una VIS, situada en el municipio de
Soacha (dimensión macro); un atributo familiar en el que entra en juego el proceso de
adaptación de las familias y la trayectoria residencia (micro), una parte social al analizar los
tipos de conflictos que se presentan al interior del conjunto y la calidad de las relaciones
vecinales; por último un espacio delimitado: el conjunto residencial asociado a un
reglamento de propiedad horizontal (meso). En otros términos, se ha podido observar la
vivienda desde una perspectiva multidimensional.
El estudio realizado en el conjunto residencial Parque Campestre 11, permitió tener un
acercamiento de lo descrito anteriormente con experiencias reales, es decir, se logró pasar
de la teoría a la práctica. Así mismo, conocer tanto las historias de las familias para
conseguir su apartamento y construir su hogar, como el trabajo de los órganos de gobierno
del conjunto, le dio sentido y valor a la investigación, dado que se desarrolla el trabajo de
manera conjunta y no sólo desde la perspectiva de la autora.
En este último capítulo, se sintetizan los hallazgos de cada una de las dimensiones
planteadas y paralelamente se da respuesta a las preguntas investigativas. Por último, se
realiza una reflexión acerca del significado de residir para los habitantes del conjunto
residencial.
La primera dimensión descrita es la político - institucional, en la que se planteó la hipótesis
de cómo los diseños ‘estándar’ que tienen las constructoras de VIS, en términos
arquitectónicos y estructurales contribuyen a generar conflictividad entre los residentes,
afectando la calidad de las relaciones vecinales. El trabajo de campo realizado, revela que,
aunque se percibe entre los residentes un descontento por el tamaño de los apartamentos, la
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entrega de los mismos sin acabados y en obra gris, así como la falta de equipamientos en
zonas comunes; las familias en sus relatos, no relacionan directamente las problemáticas
comunitarias con un tema de diseño, sino con un tema de valores y principios familiares.
Sin embargo, después del análisis realizado, se concluye que los espacios si causan
conflictos entre vecinos, en la medida que muchos de ellos son insuficientes para la
cantidad de personas que habitan el conjunto residencial. Las familias no lo perciben así,
puede ser por que no sean conscientes de esto, si no que consideran que el problema son las
personas y el mal uso que se le da a estos espacios. En ese sentido, esto resulta valioso pues
es un punto inicial, para que otras investigaciones realicen una crítica más detallada sobre
la de calidad (en términos de diseño) de la construcción de VIS en Colombia, que nacen
para resolver un déficit poblacional, pero que afectan el desarrollo de la vida comunitaria.
Ahora bien, el crecimiento habitacional que se observa en el municipio de Soacha, obedece
a decisiones de ordenamiento territorial de los gobernantes de turno, y como se pudo
demostrar en el presente trabajo, se convierte en una ‘ciudad dormitorio’. Esto es una de las
causas del desinterés por parte de los residentes hacia las cuestiones comunitarias y
normativas que ocurren al interior del conjunto residencial, pues llegan a sus viviendas solo
con la intención de compartir con sus familias y descansar. En otros términos, que Soacha
sea considerada un ‘lugar de paso’, influye en el funcionamiento de la vida cotidiana de las
familias y la calidad de las relaciones entre vecinos.
La segunda dimensión que se abordó fue la familiar (micro) con el fin de darle sustento a la
dimensión social- espacial. Los resultados se presentan a partir de los dos niveles de
análisis planteados al inicio. El primero da cuenta de cómo la apropiación y adaptación del
espacio privado, se manifiesta en la identidad que cada familia tiene con el conjunto
residencial. En este punto, los residentes entrevistados encuentran que este comportamiento
varía según la tenencia de la vivienda, en palabras concretas, las familias que son
propietarias cuidan y velan por el correcto mantenimiento de su espacio privado (el
apartamento) y por ende, de los espacios comunes del conjunto residencial, demostrando un
interés mayor por la labor de los órganos de gobierno al sentir que el buen funcionamiento
de la copropiedad traerá un beneficio para todos. Mientras que las familias que son
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arrendatarias, según las entrevistas, muestran un cierto desinterés en los dos espacios
(privados y comunes) mediado, por el poco poder de decisión que se tiene, pues no son
parte de la asamblea general.
El otro nivel de la dimensión familiar, hace referencia, al proceso de adaptación a un nuevo
espacio (conjunto residencial) el cual se rige por una norma (Ley 675 de 2001). Esto
permite dar respuesta a la primera pregunta de investigación. Como se pudo demostrar, los
nuevos residentes no son conscientes de las implicaciones que conlleva vivir en comunidad,
principalmente en aspectos como: el económico, dado que no comprenden los cobros
adicionales (pago mensual de administración), por parte de la administración para el
mantenimiento, vigilancia y aseo del conjunto; en lo social se constata por los diversos
conflictos que se presentan en la convivencia, que los residentes en un momento inicial no
interiorizan que comienzan a vivir con otras familias y que los comportamientos con los
que llegan deben ser ajustados, pues comienzan una vida comunitaria, en la que las
acciones realizadas en lo privado, afectan lo comunitario; por último el aspecto cultural,
resulta importante ya que a los nuevos residentes les es difícil vivir con la diferencia del
vecino al no comprender que están interactuando diversos estilos de vida en un solo
espacio.
La última dimensión, social - espacial, permite responder la segunda y tercera pregunta
investigativa, y complementar lo dicho sobre el proceso de adaptación de las familias. La
llegada al conjunto resulta complicada para los nuevos residentes debido a la trayectoria
residencial, dado que las familias nunca habían vivido en propiedad horizontal, por el
contrario, vivían en barrio abierto, casas multi-familiares, en zonas informales, etc., en
donde tenían cierto grado de libertad e independencia para actuar.
No obstante, se le suma que deben interiorizar el reglamento de propiedad horizontal, el
cual les otorga una serie de derechos, deberes y prohibiciones, que deben respetar y
cumplir, pues no están exentos por no conocerlo. Estas causas reflejan cómo se va
construyendo la vida comunitaria dentro del conjunto residencial y cómo lo social cobra
sentido. Como consecuencia de esto, se genera conflictividad en los espacios: el ruido, las
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mascotas, la ropa en las ventanas, el poco espacio para la recreación de los niños, y los
cupos limitados de parqueadero (como muestra de la influencia en el diseño del conjunto),
entre otras, son las más mencionadas por los entrevistados. Los órganos de gobierno, tienen
un papel muy importante en este punto, ya que tienen la función de gestionar los conflictos,
utilizan herramientas coercitivas para que estas situaciones que afectan la tranquilidad de
los habitantes no sean repetitivas y se cumpla la norma.
Ahora bien, el espacio es determinante durante toda esta investigación por dos razones: la
primera, es que los residentes identifican que es en las zonas comunes, donde generalmente
ocurren los conflictos mencionados y a su vez son los lugares para conformar relaciones
vecinales basadas en la confianza y la cooperación. En cuanto a estas, se logró corroborar
que no son tan sólidas, en la medida que hay una híper-regulación normativa en el afán de
disminuir las problemáticas sociales, lo que produce que los residentes limiten su accionar
por temor de tener sanciones económicas.
La segunda razón tiene que ver con el contexto del municipio de Soacha, como se pudo
evidenciar los datos sobre la inseguridad se trasladan al interior del conjunto donde se
presentan actos de hurto y riñas, principalmente. Esto también afecta la calidad de las
relaciones vecinales al producir desconfianza sobre todo hacia los más jóvenes del conjunto
por el estigma de ser ellos los autores de los delitos.
Por último, después de haber hecho un arduo trabajo de campo y haber compartido
experiencias con algunos residentes de Parque Campestre 11, se quiere hacer una reflexión
sobre qué significado tiene el concepto de residir (Alcalá, 1995) en este lugar:
1. Las familias consideran su apartamento propio como un logro en sus proyectos de
vida, por lo tanto, están en constante agradecimiento con el Estado por los
subsidios, y con Constructora Bolívar por materializar el sueño.
2. Los residentes identifican otros espacios comunes aparte de su vivienda, como
espacio físico: el parque, la portería, los senderos, las zonas verdes, el salón
comunal, necesarios para el desarrollo de sus actividades diarias.
57
3. A pesar que les costó comprender que pertenecían a un espacio comunitario y que
esa adaptación aún está en proceso, se logra percibir en algunos residentes y en la
labor del administrador, un deseo por convivir de manera pacífica, entendida para
algunos, como lo menciona el señor Héctor: “que nadie se meta con nadie, eso es
vivir uno tranquilo”.
58
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ANEXOS
Anexo A: Instrumento de entrevistas
PARA RESIDENTES PARA ÓRGANOS DE
DIRECCIÓN Y
ADMINISTRACIÓN PARA TRABAJDORES
Adaptación a los
derechos y deberes
en la Propiedad
Horizontal
¿Dónde vivió anteriormente? ¿Cómo llegó a vivir aquí?
¿Hace cuánto tiempo vive aquí? Podría narrarme un poco sobre
sus viviendas anteriores
¿Qué es lo que más recuerda de cuando se pasó al conjunto?
¿Conoce si hay alguna norma o ley que regule su conjunto?
¿Quién se encarga de ello? ¿Sabe o ha escuchado hablar sobre
la Ley de Propiedad horizontal?
¿Conoce cuáles son sus deberes y derechos como residente del
conjunto? ¿Cuáles? ¿Desde antes de pasarse a esta vivienda está
familiarizado con esto?
¿Qué tan respetuosos son sus vecinos con la norma?
¿Qué actores importantes reconoce en el conjunto?
¿Qué tan respetuosos son los
residentes con la norma?
¿Qué es lo que más les cuesta
entender de la norma?
¿Quién y por qué son los que más la
irrespetan?
¿En qué ocasiones hay
incumplimiento de la norma?
Conflictos en el
espacio
Acciones
que los
producen
Privado
Dimensión
familiar
¿Qué es lo que más recuerda de cuando le
entregaron su vivienda?
¿Cómo es la relación entre las personas que
viven en su hogar?
Usted o algún miembro de la familia ¿han
tenido inconvenientes con los vecinos de al
lado o de arriba?
En términos de espacios ¿Qué fue lo que más
le gustó de su vivienda?
¿Tiene conocimiento sobre
residentes que hayan tenido
problemas al interior de la vivienda?
Y que sean ellos quienes causen
problemas con los demás vecinos?
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Público
¿Qué acciones le incomodan de sus vecinos?
¿Cuáles son los problemas más frecuentes
entre vecinos?
¿Cómo es su relación con el administrador, el
consejo y el comité de convivencia? En términos de espacio y diseño ¿cómo está el
conjunto residencial? ¿Qué es lo que más y
menos le gusta?
¿Qué uso le dan a las zonas comunes del
conjunto?
¿Cuáles son las problemáticas que
más se presentan en el conjunto?
¿Quiénes y en donde se producen?
¿Cuáles son las causas de estas?
¿Qué uso le dan los residentes a las
zonas comunes?
¿Qué tipo de interacción ocurre en
estos espacios?
¿Ha tenido problemas con
algunos residentes?¿ por qué?
¿Cuáles son los problemas
que más evidencia usted y por
qué?
Cómo se
gestionan Actores
¿Cómo se solucionan los conflictos en el
conjunto?
¿A quién acude cuando ocurre alguna
problemática en el conjunto?
¿Cómo es su relación con el administrador?
¿Cómo es la relación de los vecinos con el
administrador?
Además de su apartamento ¿Qué otros
espacios visita con frecuencia?
¿Cómo se gestionan los conflictos al
interior del conjunto?
¿Cómo funciona el comité de
convivencia?
¿Cuáles han sido los principales
temas de trabajo del comité?
Adicional de la Ley ¿al interior del
conjunto tienen normas para
disminuir los conflictos entre los
vecinos?
¿Cómo actúa usted en los
eventos de conflictos entre
vecinos o entre vecinos y el
administrador?
Construcción de la
vida comunitaria
Calidad de
las
relaciones
vecinales
¿Los miembros de este hogar a cuantas
familias o personas del conjunto conocen?
¿Visita usted a los vecinos? ¿Por qué? ¿Con
que motivo?
¿Qué tanta confianza tiene usted con sus
vecinos y con los órganos de administración?
¿Ha recibido apoyo de sus vecinos en alguna
circunstancia? ¿Cuál? Cuando se encuentra con algún vecino en la
portería o pasillos ¿qué hace? ¿Cómo es su relación con sus vecinos de
torre? ¿Cómo percibe las relaciones entre vecinos?
En términos generales ¿cómo es la
relación entre vecinos?
Anexo B: Evidencia del formato para registro de sanciones en Parque
Campestre 11
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64