Isaac ben Jacob Campantón (1360-1463), Rabino de Zamora y Gaón de Castilla y León,
Autor de Los caminos del Talmud1
Jesús Jambrina, PhD
Viterbo University
En los párrafos que siguen resumo parte de la información significativa acerca de
Isaac ben Jacob Campantón (1360- Peñafiel 1463), rabino de Zamora, considerado por
sus contemporáneos Gaon de Castilla y León, un título honorífico otorgado sólo a
aquellas personalidades que marcan una época en la historia y la cultura de la comunidad
judía. Como veremos, la figura de Campantón abarca no sólo la religión, sino también la
educación y la política al ser uno de los participantes en la reorganización de las
comunidades hebreas a mediados del siglo XIV. Su influencia pedagógica, además,
alcanza la diáspora sefardí a través de su libro Los caminos del Talmud2, usado para
impulsar las escuela rabínicas, fundadas en toda la cuenca mediterránea por los
expulsados españoles y portugueses después de 1492 y hasta bien entrado el siglo XIX.
Poco se conoce de los orígenes de Isaac ben Jacob Campantón (variantes Yitsḥaḳ
Ḳanpanṭon o Izchap Qanpanton), pero su impacto como maestro y sabio de la tradición
perdura sin dudas en el tiempo3. Una de las referencias más elocuentes que tenemos a la
1 Texto incluido en Los judíos de Zamora. Una cronología anotada, Madrid, Editorial Verbum, 2016, pp. 81-91 2 El libro se publicó en Constantinopla en el siglo XVI (fecha sin confirmar), Viena (1565 y 1891), Mantua (1593), Amsterdam (1706, 1711 y 1754) (Jewish Encyclopedia 1906). 3 Existe otro escritor de apellido Campantón. Se trata de Judah ben Solomon Campantón, autor de Arba'ah
Kinyanim (Las cuatro posesiones). La información siguiente sobre él está tomada principalmente de "Judah
ben Solomon Campantón and his Arba'ah Kinyanim", de Elhanan H. Golomb, Philadelphia, 1930: En la
introducción a su libro Arba'ah Kinyanim (Las cuatro posesiones), Judah ben Solomon Campantón dice que
vivía en Molina, cerca del río del mismo nombre. Además del libro mencionado, Judah escribió Lekah Tob.
Por su escrito sabemos también que participó en debates religiosos con los cristianos. Judah Campantón
tenía conocimiento de la literatura rabínica de su época, así como de los escritos filosóficos y místicos, El
importancia de su persona y su obra la ofrece Enmanuel Aboad en su Nomología o
Discursos legales (1629) cuando escribe:
La novena edad4 fue del excelentísimo Rabenu Ishac Campantón, hijo del grande
Rabenu Iahacob. A este señor llamavan comúnmente el Gaón de Castilla5, vivió
ciento y tres años hasta que en el de cinco mil y dozientos y veynte y tres pasó a
gozar la vida eterna (año1463). Hizo augmentar con fructuosísimo progresso la Ley
Sanctíssima en toda España, y tuvo muchos y muy excelentes discípulos. Dize el
docto Abraham Zachuto, en su libro de las Genealogías, que él alcançó a ver a este
señor, y que era por estremo hermoso y venerable, y que sus faces parecían más
angélicas, que de hombre moral. (296)
Además de que vivió y enseñó en Zamora, y de que su padre fue un gran rabino la
única referencia a sus posibles antecedentes, en este caso intelectuales, la encontramos en
el Sefer ha Kabbalah, (Libro de la Tradición,1510) de Abraham ben Solomon Torrutiel
(1482-¿?)6, donde, además de afirmar que Campantón aprendió con su propio padre7, se
lee que:
Zohar incluido. Algunos de los autores que nombra son: Abraham Ibn Ezra, David Kimpi, Nahmánides,
Joshua Nahmias, R. Jonah Girondi, R. Menahem ben Simeon, Abraham ben David, Maimónedes y once
citas de RITBA (Yom-Tob ben Abraham Ishbili), de quien fue discípulo. Por este último dato podemos
pensar que vivió en la primera mitad del siglo XIV. Judah Campantón se disculpa con los lectores por tener
que citar de memoria debido a la falta de libros en el sitio donde él vivía. 4 La novena edad refiere a las épocas iniciadas luego que el centro de los estudios talmúdicos y de la Toráh pasara de Pumbeditá a la península ibérica alrededor del año 948. 5 Por Castilla se entiende también el antiguo reino de León, cuya importancia para los judíos es capital, entre otras razones, por ser la región donde se produjo el Zohar o Libro del Esplendor, de Moisés de León, en el siglo XIII. 6 El libro de Torrutiel, cuyo padre estudió con Campantón, es la continuación de un primer tomo escrito por Abraham ha-Leví ben David (Toledo, circa 1110- 1180) conocido como RABaDI. 7 Recientemente se ha encontrado en la Genizah del Cairo una Responsa escrita por R. Jacob Campantón,
quien remite unos maravedíes para ser entregados en Valladolid a un Abraham. Ver: Glick, Shmuel, and
Dotan Arad. “Pre-Exilic Halakhic Text in Judeo-Spanish from the Cairo Genizah by R. Jacob
Canpanton”, Madrid, Revista Sefarad, vol. 73:2, julio-diciembre 2013, pp. 409-421. En la misma
Responsa se encuentran otros datos como el nombre de Don Yosef Picho. Asimismo, en un libro de
oraciones de 1439, actualmente en la biblioteca Palatina de Parma, No. 2207, el copista menciona a R.
Murió el maestro Isaac Campantón en Peñafiel, en el año 5223 (1463), después de
haberle sobrevenido varias desgracias, yendo errante y vagabundo por todas las
tierras, de aquí para allá, por causa del terror real. He oído decir, respecto de él,
que cuando era perseguido por los príncipes se echó sobre el sepulcro del grande e
insigne maestro R. Isaac Gikatilla, y que, al levantarse de dicho sepulcro, dijo a
sus discípulos: “de hoy en 8 días moriré”. (271)
Nótese, por ejemplo, que Campantón escogió morir en la misma población donde
uno de sus maestros espirituales, lo cual indica el impacto que este tuvo en la
personalidad y la obra del zamorano8, indicando además la raíz castellana y leonesa de la
vida del sabio. Otro aspecto en común entre Gikatilla y Campantón es la integración de la
filosofía y la Cábala en los estudios de la Torá y el Talmud. Entre las pocas referencias
contemporáneas que encontramos a Campantón se subraya particularmente la aplicación
de la teoría del lenguaje de Aristóteles a la interpretación de la escrituras sagradas por lo
que se le considera el padre del método especulativo en la tradición y la cultura judía9.
(Boyarin 1-2, Ravitsky 189).
Jacob Campantón como su maestro en el año 1406. Luego para la primera fecha – 1439- R. Jacob ya había
fallecido, quedando su hijo Isaac como el discípulo más aventajado. Otro de los alumnos de R. Jacob
Campantón fue R. Hasdai ben Hasdai, quien en el siglo XV lo menciona junto a Joseph Albo como uno de
sus maestros. 8 Algunos datos sobre Yosef ben Abraham Gikatilla (Medinaceli, 1248- Peñafiel, 1305): fue un cabalista y
filósofo, autor de varios libros, entre ellos Puertas de Luz, quien no renunció a la ciencia para elaborar y
explicar sus posiciones. A continuación, un extracto de la Encliclopedia Judaica: (…) Al igual que su
maestro - Abraham Abulafia (1240-1291)- , Gikatilla se ocupó de las combinaciones místicas y las
transposiciones de letras y números; sin duda, Abulafia le consideró como el continuador de su escuela.
Pero Gikatilla no era un adversario de la filosofía; por el contrario, trató de reconciliar la filosofía con la
Cábala, manifestando que aquella es la fundación de ésta. Sin embargo, él se esforzó por la ciencia más
alta, esto es, el misticismo. En general sus trabajos representan un desarrollo progresivo de penetración
filosófica en el misticismo. Su primer trabajo muestra que tenía conocimiento considerable de las ciencias
seculares, y que estaba familiarizado con las obras de Ibn Gabirol, Ibn Ezra, Maimónides, y otros (...) Tenía
a Maimónides en gran estima aún cuando se oponía a él, y le citaba muy a menudo. Otras autoridades
citadas por él son Ibn Gabirol, Samuel ibn Nagrella y Abraham ibn Ezra (…) (traducción de Federico
González y Mirea Valls) 9 El otro autor importante en esta tradición es el rabino Samuel ibn Sid, autor de Kelale Shmuel. Ibn Sid fue discípulo de Isaac de León en Toledo quien a su vez había sido discípulo de Isaac Campantón
La entrada sobre Campantón en la Enciclopedia Judaica de 1906 es bastante
escueta, algo que se corrige en las más recientes. En ninguna, sin embargo, se ofrecen
datos sobre su vida privada, entiéndase familia, descendencia, o estudios formales:
Campantón, Isaac B. Jacob: Rabino español; nació en 1360; falleció en Peñafiel
en 1463. Vivió en el período oscuro de los insultos de Ferrán Martínez y Vicente
Ferrer cuando la vida intelectual y la erudición talmúdica iban en declive entre los
judíos de España. El historiógrafo Immanuel Aboab (“Nomología” ii.2), Zacuto
(“Yuhasin”, ed. Filipowski, p. 226b; comparar “Seder ha Dorot”, pp. 27b, 28a), y
Joseph b. Zaddik (Neubauer, “ Anécdota Oxoniensia”, i.99) coinciden en designar
a Campantón como Gaon, declarando Aboab que fue nombrado “Gaon de
Castilla”. Entre sus discípulos pueden ser mencionados Samuel (ibn Sadillo) al-
Valensí e Isaac Aboab (se refiere al II). Dejó un solo escrito, “Darke ha-Gemara”,
o “Darke ha-Talmud” (Los caminos del Talmud), el cual es una importante
contribución al tema en tanto intenta ser una guía práctica para aquellos que son
llamados a enseñar el Talmud. Se publicó en Constantinopla, siglo XVI; Venecia,
1565; Mantua, 1593; y en Amsterdam, 1706, 1711, 1754; y nuevamente editada
en Zamora, lo cual reafirma una comunidad intelectual de raíz zamorana desde finales del siglo XIV y durante todo el siglo XV. Ibn Sid se casó con la hija de Isaac Aboad II, quien igualmente fue discípulo de Campantón. Sobre Kelale Shmuel, Daniel Boyarin escribe: “Kelale Shmuel es una enciclopedia alfabética de terminología talmúdica que incluye ejemplos de sus usos en textos concretos donde se discute la terminología citada. Como tal revela el método científico y la sistematización tan estimados a los judíos españoles influenciados por el escolasticismo. Sin embargo, la parte más interesante del libro es la introducción en la cual el autor despliega una metodología para el estudio y la interpretación del Talmud, siguiendo la teoría y práctica del “iyyun” o especulación. Esta introducción, junto con Los caminos del Talmud (de Campantón) uno de los dos más importantes documentos teóricos de la Escuela (zamorana) que han sido preservados” (Paréntesis míos. Traducción mía al igual que las siguientes.)
por Isaac H. Weiss, Vienna, 1891. Bibliografía: Gratz, Gesch. Der Juden, 3d ed.,
viii.217 et seq.; Jellinek , , p.6, Vienna, 1878.
Hay que decir que la entrada pasa por alto alguna información relevante sobre
Campantón que ya estaba disponible en varios de los libros citados en la bibliografía y en
referencias españolas no agregadas a la misma: como vimos arriba, Immanuel Aboab en
su Nomología lo nombra como el rabino principal de la novena época de los Rabanim
(286) y Joseph Rodríguez de Castro en su Biblioteca Española, Tomo I, recuerda que el
título de Gaon no se le había otorgado a ningún rabino desde el fallecimiento de Moshe
ben Nachman (Nahmanides). (202). Por su parte Torrutiel en su Sefer ha-Kabbalah
(1510) había llamado a Campantón “lumbrera de los desterrados, de cuyas aguas viene
bebiendo todo Israel hasta el día de hoy” (33). La entrada, aunque menciona la existencia
de discípulos ilustres, no localiza a Zamora ni a su academia como el lugar de las
enseñanzas.
Una de las ediciones recientes de la enciclopedia judaica (Skolnik, Fred ;
Berenbaum, Michael, 2007) corrige y expande algunos de estos datos. Así, reconoce las
influencia de Los caminos del Talmud en la dispora sefardí de Safed a través de Jacob
Berad y en Egipto mediante Samuel ibn Sid, discípulo de Isaac de León en Ocaña.
Además de estos discípulos de primera o segunda generación, la reseña incluye a otro no
menos importante, se trata de Shem Tob ibn Shem Tob (1390-1440) quien sostenía
fuertes opiniones a favor de la cábala y en contra de la filosofía. Nótese que, uno de los
contrarios a ibn Shem Tob fue, precisamente, Moises Alaskhar, otro discípulo de
Campantón lo que nos permite afirmar que bajo la tutela del maestro zamorano cabían
criterios divergentes. Como reconoce Mario J. Saban, lo que distiguía a la escuela
zamorana era el alto nivel de sus miembros (Jambrina) llegando estos también a
Marruecos con la familia Valensí, y a Salónica y Jerusalén con la familia Habid.
Pero la entrada en la más reciente enciclopedia judaica (Skolnik, Fred ;
Berenbaum, Michael, 2007) contiene otro elemento que nos habla de la participación
comunitaria de Campantón, así como su red de relaciones más allá de la academia. Se
menciona aquí que “ en 1450, después del fallecimiento de Don Abraham Benveniste,
Rabino mayor de Castilla, Campantón se convirtió en miembro del comité de rabinos,
junto con Josef ibn Shem Tov, el conocido filósofo, y Josef ben Abraham Benveniste”10.
Es decir, al final de su vida, lo vemos formando parte del gobierno de las comunidades
judío castellanas. Todo parece indicar que Campantón también participó activamente en
la creación de las famosas Taqqanot (leyes u ordenanzas) de Valladolid en 1432 que
priorizaron la educación de los judíos castellanos. Como sabemos, las Taqqanot de
Castilla se implementaron en las comunidades sefardíes de Marrucecos después de la
expulsión11.
No cabe dudas de que en Zamora existió desde finales del siglo XIV y durante el
siglo XV hasta 1492 una escuela de pensamiento talmúdico, cabalístico y filosófico que
impactó el devenir de la cultura sefardí a través de los siglos. Familias de rabinos
importantes como los Aboab, los Valensí, los Arama y los Habib, entre otros, quienes a
su vez crearon sus propias academias ibéricas como las de Ocaña (de León), Buitrago y
Guadalajara (Aboab) y Salamanca (Habid) tuvieron su formación Zamora, en cuyas
10 Esta información es incluida por Baer en su libro clásico sobre el judaísmo en España: "Tras la
muerte de (Abraham) Benveniste (rab de la Corte), tenemos la noticia, en 1450, de una comisión encargada
de repartir los impuestos entre los judíos del reino formada por las siguientes personas: R. Yosef ben
SemTob, el famoso filósofo, Yosef Benveniste, hijo de Don Abraham; R. Isaac Campantón, el último Gaon
de Castilla; y de otros dos judíos ricos e ilustres" (Baer 708) 11 Para una valoración de la importancia de las Ordenanzas de Valladolid (1432) ver Suárez Fernández, 57-59.
casas, sinagogas y escuelas judías no es difícil imaginar conversaciones y debates sobre
el futuro de la comunidad12.
Así lo parece reconocer el cronista judío Eliyahu Capsali a través de cuya
narración sobre el legado de Campantón se vislumbra el significado de la escuela
zamorana y su punto de referencia para la diáspora en Salónica:
Estableció Adonay un salvador para Israel, un gran hombre, fuerte y
vigoroso, sabio y capaz de mover montañas, intrépido entre los valientes, el
sabio, el gran Rab R. Yishaq Campantón, sea su recuerdo para bendición, que
restableció a los sacerdotes en sus funciones y a los levitas en su servicio
religioso y a Israel en su rango: restituyó la corona (de Adonay) a su condición
primordial. Formó a muchos alumnos e hizo una cerca de la Toráh.
De sus mejores alumnos y amigos hubo cuatro que bebieron siempre agua
viva y buena y figuraban en los escritos (Núm. 11,26): en el nombre del
primero, capaz de mover montañas y molerlas, la luz sagrada, el ingenioso, el
alegre Rab. R. Yishaq Aboab, sea su recuerdo para bendición, quien sólo tenía
un ojo, fue único en su generación. El nombre del segundo sinay, - Adonay
vino desde el Sinaí (Deut 33,2) -, el más importante de su pueblo y de los
rabinos de su nación el sabio R. Yishaq de León. El nombre del tercero el que
está sentado en cátedra, el más sabio gusanillo (2 Sam 23,8), el sabio R. Yosef
Hayyún, sea su recuerdo para bendición, está tullido de ambos pies. Y el
cuarto río es el Eúfrates (Gen 2, 14) cuyas aguas son fructíferas y abundantes,
12 “La valoración de Isaac Arama por Zamora es inequívoca. Cuando habla sobre su propia vida intelectual en la ciudad, Arama describe el lugar y sus sentimientos hacia él con frases como “hermosa provincia, la mejor entre las del Norte”, apropiándose del salmista que usa esta expresión para describe a Jerusalén” ( Gross, 6-7)
el sabio Simón Meme, sus aguas estarán seguras (Is 33,16), con las fieles
misericordias prometidas a David (ibid 55,3).
Y a continuación entonces, aparece una anécdota mítica, cuyo imaginario localiza a
estas cuatro figuras en el lugar – la sinagoga- y la ciudad – Zamora- con las cuales se
identifica la transmisión del legado judío en Sefarad antes de la expulsión y en la
diáspora:
Una vez, estando sentadas estas cuatro personalidades en el umbral de la
sinagoga, pasó un hombre sabio por entre ellos, les miró y dijo: “sobre una
piedra hay siete ojos, que son los ojos de Israel, su luz, sus cedros y lo más
selectos de sus valientes”. Por medio de los cuatro sabios se extendió la
Torah en Sefarad, en Portugal y en el Magreb. Por todo lugar al que iban iba
también ante ellos gloriosamente la bendición. Y si no fuera por esto no
hubiera quedado nada. Estos sabios fueron anteriores a la expulsión, una
pequeña minoría, sin importancia (Is 16, 14)(…)
Si bien Campantón no dejó una extensa obra escrita, sin embargo, su dedicación a
la educación denota una consciencia visionaria sobre los posibles escenarios, algo que los
sefardíes tenían integrado en su cultura, a pesar de que los reinos españoles, en
comparación con Inglaterra, Alemania y Francia, les había ofrecido un tenso refugio por
varios siglos (Suárez Fernández 32)
Es cierto que a Campantón le tocó vivir un momento de declive cultural a partir
de 1391 cuando los crímenes y asaltos desvastaron las aljamas de Sevilla, Burgos,
Todelo, Zaragoza y Barcelona, entre otras, impulsando al exilio y la conversión a un gran
número de judíos. Pero, como recuerda Luis Suárez Fernandez, dos circunstancias
favorecieron una paciente recuperación a comienzos del siglo XV: el Cisma eclesiástico
de Occidente y la reconstrucción de la monarquía: “25 nucleos de población (judía) en la
corona de Aragón y 224 aljamas en Castilla (…) Abundaban pues las juderías pequeñas
compuestas por dos o tres docenas de familias, lo que facilitaba el conocimiento y
asistencia mutuas” (56).
Haim Beinart considera que los eventos de 1391 no alcanzaron a la aljama de
Zamora, pero sugiere que esto se debe al aumento de las conversiones. Samuel de la
Verga en su Vara de Judá y Abraham Zacuto en Libro de los Linajes comentan las
persecuciones de ese año en los reinos cristianos y Simón Durán hace mención a Zamora
en uno de sus poemas como uno de los sitios donde los judíos perdieron posesiones
(Ferrero 23). Lo cierto es, sin embargo, que en Zamora, posiblemente se hayan refugiado
judíos andaluces cuando la expulsión de la diósesis de Sevilla, Cádiz y Córdova en 1483
(Lacave 252) como ya lo habían hecho en los siglos XI y XII durante las invasiones
Almorávides y Almohades. Hasta el momento no se ha encontrado documentación
histórica significativa que pruebe en Zamosra los niveles de agresión física antijudía de
otros reinos cristianos en 1391.
En los años inmediatamente posteriores a 1391, por ejemplo, en 1400, tenemos en
Zamora un reporte de venta de casas a judíos por parte del cabildo catedralicio en las
áreas de San Pedro y de San Cedrián, ambas intramuros, lo que denota que estas familias
judías posesían un status económico alto o incluso aristocrático (García Casar, El pasado
60). En 1411, Vicente Ferrer menciona en un sermón la existencia de una sinagoga mayor
en Zamora (García Casar, De la España judía 428) y en 1412, a pesar del Ordenamiento
de Catalina, donde se estipulaba la separación de los judíos, todavía se reportan viviendo
en la judería vieja o del Valle y llevando una activa vida económica (Ferrero 6). En 1419
conocemos de una sinagoga colindando con la Iglesia de Santa María la Nueva,
pertneciente a la familia Benavento, que la dona a la iglesia local luego de la conversión
de sus propietarios (Ruiz de Loizaga 287-307)
Esta es la ciudad cercana en el tiempo a la que, si no nació, posiblemente
Campantón llega a establecerse. De acuerdo a la Enciclopedia Judaica (1906) en 1492,
Isaac de León tenía más de setenta años, siendo uno de los discípulos de Campantón lo
cual nos pone, como mínimo, en el año 1422. Otra posibilidad es que Campantón haya
enseñado en otra ciudad previamente, en este caso Toledo, pero hasta el momento todas
las referencias lo ubican en Zamora, de donde, sin dudas, seguramente viajó, como en el
caso de a Valladolid para el Sínodo judío de 1432.
Torrutiel igualmente hace referencia a los discípulos de Campantón, incluido de
León:
El maestro Isaac de León, que fue un sabio en todas las ciencias y formó
también numerosos discípulos, siendo uno de los mejores el maestro, santo
piadoso que santificó a Dios en Portugal, el maestro Simeón Maimi (Meme) – de
bendita memoria. El maestro Isaac Aboad, R. Moséh el Francés, R. Shem Tob ben
Shem Tob y el gran maestro, favorecedor de sus amigos, Samuel El-Valensí – de
bendita memoria-, quien a su vez tuvo muchos discípulos entre los mejores, el
martillo fuerte, el de agudeza de ingenio, el maestro Josef Uzziel y el maestro
Moséh Alliegna. Otros , además de los mencionados, estudiaron con el maestro
Isaac Campantón, en los primeros años de su vida, siendo ya en el final de ella,
cuando lo hicieron el maestro santo y piadoso R. Moséh El-Valensí – de bendita
memoria- y algunos grandes sabios aquí no mencionados. El grande y piadoso
maestro R. Shem Tob Lerma, que fue uno de los más distinguidos discípulos del
maestro Isaac Aboad, se quedó en la cárcel, en la capital de Portugal, después que
llegaron a Fez los judíos expulsados, junto con el sabio Morí, el maestro R. Jacob
Lual y R. Abraham Saba (…) Estos maestros mencionados, discípulos todos ellos
del maestro, enseñaron la Ley en España hasta el tiempo de la expulsión, en que
hubimos de salir de allí, como vamos a referir luego. (270-271).
Esta es la lista más completa hasta ahora de los discípulos más prominentes de
Campantón, ella denota la progenie intelectual de esta escuela repartida por toda la
pensínsula ibérica y más allá. Además de la de Capsali mencionada más arriba, existen
otras referencias al legado de Campantón en la diáspora sefardí, caracterizado por tanto
por su indagación intelectual como por su apertura a población en general:
Los rabinos que dirigieron las academias talmúdicas en Safed eran herederos del
método de Isaac Campantón, Gaon de Castilla. Los discípulos de Campantón,
ellos mismos destacadas figuras de la generación de la expulsión, pasaron este
método especulativo a sus propios estudiantes en las academias rabínicas que
fundaron en todo el imperio otomano. En el caso de Safed, la línea de transmisión
fue a través de Isaac Aboab II, quien dirigió dos academias, una en Buitrago y
otra en Guadalajara, y fue un discípulo directo de Campantón, a Jacob Berah, de
quien hablaremos más abajo (…)Al parecer, los estudiantes eran ellos mismos
investigadores eminentes (…) lo cual fue cierto en el caso de Safed. Este aspecto
del método, sin embargo, no estuvo restringido sólo a los investigadores; parte de
las sesiones de estudios diarias realizadas luego de la oración estaban abiertas a
los investigadores y a los laicos por igual (Abraham David, y Dena Ordan 124)13
En el caso de la ciudad de Salónica también tenemos el siguiente dato:
Samuel ben Moses de Medida (1506-1589), conocido como Maharashdam, fundó
una Yeshiva en Salonika en la cual introdujo el sistema de enseñanza talmúdica
de Isaac Campantón (1360- Peñafiel,1463), fundador de la Yeshiva de Zamora.
Medina a su vez tuvo varios discípulos, entre ellos Aaron Abayuv, Joseph ibn
Ezra, Abraham di Boton, David Nahmias y Abraham ibn Aruz. La Yeshiva de
Medina en Salonika fue patrocinada por la financista Gracia Mendes (1510-?).
(Virtual Jewish Library).
De esta forma queda establecida la impotancia de Isaac Campantón como el
magnífico catalizador cultural que fue para la comunidad judía en Zamora, dándole a la
misma un prestigio poco común para su época. Puede decirse que su figura es totalmente
coherente con los datos y la documentación histórica sobre la presencia hebrea en
Zamora desde los siglos XI y XII con un evidente crecimiento entre los siglo XIII y XV.
(García Casar, El pasado 43, Ladero Quesada “Apuntes” 34)
13 “Aunque en este contexto no podemos hacer justicia al método especulativo de Isaac Campantón para el
estudio del Talmud, es imposible continuar sin explicar brevemente sus características. Este método
incorporó un escrutinio didáctico intelectual detallado al texto talmúdico con un ojo puesto en las
derivaciones prácticas de la Halajá en asuntos de relevancia actual. Este estudio textual intenso descansaba
fuertemente en los comentarios de Rashi, los Tosafistas, y en las novedosas interpretaciones (novellae) de
Nahmánides (Hidushey ha Ramban)”(Abraham David, y Dena Ordan 124)