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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - VIERNES 24 DE JUNIO DE 1931. \.

rm. A@ND

VERDAD AJUSTICIA aditMwt PBITO meo iLvrnuDo ora.

Jtreetor: Jase CeU Vidal. Administrador: Anral lemos. Oficina: BXVXCXO PtmBTO BUCO ILUSTRADO

Apartado da Comea Sil

Prado da suscripcin fctados unido TPfl- lacluTndo sabatino y ees dentro drt Trata-

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Para al Kstranjaro:

Afto SH-OS

Semestre _ 1.00

Trlmaitra TI njase la correspondencia informatlra y lltenrlaj la dlraceldn.

Pan enuneicajeomunleados. ate., dirija al Administrador.

Lo que dice la experiencia

Desidia, cartas y cablegramas

En nuestro editorial dt ayer apuntbamos la necesidad de proceder con diligente prontitud en todas las demandas y reclamacionts que asisten a Puerto Rico, desplegando cuantas iniciativas estuvieren a nuestro alcance hasta lo- grar el reconocimiento del derecho o la concesin de la me* dida d JMfticia interesada. La experiencia demuestra que no debe espMrse a que las cosas vengan por si mismas, ni a que el derecho se reconosca espontneamente, ni a que la ley rinda sus beneficios por la sola virtualidad de sus disposi- ciones. Precisa poner en movimiento la voluntad, tocar en todas las puertas, usar todos los recursos, e insistir con vigi- lante inters hasta conseguir lo reclamado.

Como buena prueba de que, cuando se acta asi, el triun- fo est asegurado, aludimos a las eficaces diligencias que se realizaron cerca del Secretario de la Guerra de Estados Unidos para que hiciera extensivos a los cosecheros de ca- f de Puerto Rico los beneficioe concedidos a los produc- tores de Hawaii. Tambin destacamos las oportunas gestio- nes que se llevaron a cabo cerca de la Asociacin de Oficia- les de la Reserva de Estados Unidos, con vistas a que la convencin del afto venidero tenga lugar en la Capital de nuestra Isla. En ambos casos se obtuvo completo xito mer- ced al dinamismo desplegado, al inters que se puso de re- lieve, a la inteligente coordinacin de esfuerzos.

Una elocuente confirmacin de lo que venimos diciendo, de cmo la indiferencia puede perjudicar nuestro derecho y la dirigente actividad facilitar su reconocimiento e impulsar el prejgreso general de la Isla, la tenemos en lo sucedido con el proyecto para la construccin del dique de carena. Por las evidentes ventajas que concurran en el puerto de nues- tra capital, se nos hizo originalmente la adjudicacin de la obra. No nos ocupamos mii del aaunto. Confiamos en nues- tro derecho y en las buenas razones que habia tenido la Ad- ministracin para considerar que el dique sera de mayor utilidad levantndose en nuestra Isla. Pensamos que opor- tunamente se hara la asignacin necesaria, se dara comien- zo a los trabajos, se terminara la edificacin y Puerto Rico disfrutara de sus beneficios.

Mientras nos dormamos en los laureles alcanzados, el Gobernador de Islas Vrgenes laboraba intensamente por que la obra se construyera en St. Thomas. Y tan activos fueron sus esfuerzos y tan perseverantes sus empeos que, cuando menos lo esperbamos, la Administracin acord de- jar sin efecto la adjudicacin original y encomend el es- tudio del asunto a un comit especial designado por el se- cretario lckes, instruyndole para que determinara en cul de los. puertos concurran las condiciones ms deseables pa- ra la construccin del dique.

Puerto Rico estuvo a punto de perder la adjudicacin por su manifiesta negligencia. Afortunadamente se hizo un gran esfuerzo a ltima hora. El gobernador Winship se to- m el mayor empeo por que no se arrebatara a nuestra Is- la el legitimo derecho que le asista. Apel a todos los re- sortee de su influencia; plante el caso formalmente a la Administracin y, al cabo de mltiples gestiones, obtuvi- mos una resolucin favorable.

La experiencia ganada sirvi para que en loe trmites subsiguientes confiramos' ms en el poder de la iniciativa, en la eficacia del esfuerzo, en la conveniencia de la deman-

< da insistente. No se esper, pues, a que la Administracin de Obras Pblicas hiciera la asignacin necesaria para la construccin del dique cuando lo creyera oportuno, sino que se desplegaron las ms fecundae iniciativas para conse- guir los fondos a la brevedad posible. El resultado no puede ser ms halageo. Ayer precisamente publica- mos un despacho procedente de Washington, informan- do que entre las primeras asignaciones anunciadas por la PWA, despus de haber firmado el presidente Roosevelt el proyecto de rehabilitacin, figuran una de $795,273 y un prstamo de $972,000 para la construccin del dique de ca- rena.

A menudo nos quejamos de loe discrmenes que el Go- , bierno de Estados Unidos comete con nuestro pueblo. En

efecto, ha habido discrmenes de daoso alcance para nues- tra economa. Se han promulgado medidas altamente perju- diciales para el desenvolvimiento de nuestro pais. Pero de- bemos reconocer que muchos de esos actos discriminatorios y muchas de esas medidas injustas, han obedecido a negli- gencia nuestra, a inactividad nuestra, a falta de previsin de nuestra parte. Por no haber formulado en tiempo oportu- no la demanda procedente, por no haber realizado las ges- tiones de rigor, por no haber concertado loe esfuerzos pre- cisos, por no haber recabado la cooperacin necesaria, han resultado a veces perjudicados nuestroe intereses. Al .apo- yar iniciativas, proyectoe y derechos que afectan al pueblo en general, no puede ni debe adoptarse una actitud de indi- ferencia ni basta con el despliegue del esfuerzo mnimo. Al- gunos pretenden llenar la forma y dar la impresin de que laboran por tal o cual medida, limitando sus empeos al en- vo de una carta o un cablegrama. Tales recursos son com- pletamente inadecuados. Mientrae en Estados Unidos se destacan nutridas comisiones para que trabajen de manera directa y personal en favor de los proyectoe que interesa cualquier zona afectada, en Puerto Rico creemoe que basta


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