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® 11 de enero de 2015 Cultural Tras sortear los estragos de la crisis, el emirato de Oriente Próximo revalida su hegemonía de poder en la región. Páginas 8 a 12 D UBÁI : La meca del lujo

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®

11 de enero de 2015

Cultural

Tras sortear los estragos de la crisis, el emirato de Oriente Próximo revalida su hegemonía de poder en la región. Páginas 8 a 12

Dubái:La meca del lujo

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Domingo es un magazine semanal. Impreso en los talleres de Editora DEMAR, S.A. de C.V., ubicados en la calle Matías Canales No. 504, Código Postal No. 88620, Col. Ribereña, Apartado Postal No. 14, Cd. Reynosa, Tam. [email protected]

DIRECTOR gEnERAL orlanDo tomás DeánDar martínez

[email protected] Adrián Altamirano Jaime

[email protected]

DISEÑo Mariela olvera

ApArtAdo postAl 14

Nos interesa saber sus comentarios, por lo que lo invitamos a que nos envíe sus correos electrónicos con sus opiniones de lo ya publicado y sugerencias de temas que le interesen.

Cultural®

Esperamos sus comentarios en los correos electrónicos: [email protected]

2Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 Psicología

Por Xavier guix

Durante el examen de Selectividad de este año se produjo una situación curiosa: algunos alumnos pusieron el grito en el cielo ante uno de los pro-blemas que planteaba la prueba de matemáticas, cuya resolución podía ser simple o compleja. La mayoría eligió el camino más complicado, lo que ocasionó que les bajara algo la nota aunque la mayoría aprobara finalmente. Una maestra, acertada-mente, dio en el clavo. El problema no era el examen sino los cálculos que se suelen hacer antes de la prue-ba, lo que convierte la Selectividad en pura estrategia resultadista. Al fallarles los planes a los alumnos, la

Menos calcular y

- Nos pasamos el día echando cuentas. Vivimos instalados en buscar resultados.- Hay que discernir, convertir la experiencia en sabiduría para encontrar calma y belleza.

más pensarmaestra añadió: “¡Menos calcular y más pensar!”.Es una evidencia que hoy vivimos ins-talados en la sociedad del resultadis-mo, es decir, la vida se ve reducida al resultado, al cálculo, a las medidas, las proporciones, la cantidad o la estadística. La felicidad y el sentido existen-cial dependen de lograr los resultados calculados, sobre la base del beneficio propio. Piénselo usted, por un momento. ¿En qué se pasa el día calculando? ¿Dónde echa más sumas y restas, hipoteca al margen?Por supuesto que, en una sociedad que permanece instalada en crisis

“Aprender sin reflexionar es malgastar la energía”. ConfuCio.

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311 de enero de 2015 / el mañana / DomingoPsicología

Para conectarnosliBros

w Del tener al ser Erich Fromm (Paidós)

w Adiós a la universidad Jordi Llovet (Galaxia Gutenberg)

PelícUlas

w El lobo de Wall Street Martin Scorsese

w Descubriendo a Forrester Gus Van Sant

“Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es”. Joseph fouChé

consecutivas, uno se ve obligado a hacer muchos números para llegar a fin de mes. No es de esos cálcu los de los que vamos a reflexionar, sino de aquellos otros que convierten la vida en mera especulación, en la obsesión por el control y el beneficio propio. Si una persona quiere permanecer en un estado de puro egocentrismo, seguro que habrá desarrollado el arte de calcularlo todo, no fuera que por debilidad emocional se viera obligada a esforzarse y a tener que salir de sí misma.La experiencia de esos jóvenes en la Selectividad nos da algunas pistas. La primera es el valor que se le dan a los estudios en concreto, y al cono-cimiento en general. Salvo excep-ciones, no existe amor por conocer, curiosidad por aprender o apertura a experimentar, sino mera superación de pruebas. Para ello es suficiente con saber lo justo para aprobar. Calcular preguntas, saberse las respuestas y después olvidarlo todo. Prima el resultado, no el conocimiento. Vale el cómputo final y no el proceso.Esa forma de proceder no es una moda estudiantil, sino consecuencia de una cultura reciente que se ha basado en la inmediatez, el desprecio al esfuerzo, la falta de autodisciplina y la intole-rancia a cualquier tipo de frustración. Para colmo, se ha instalado en el ima-ginario social la poca practicidad de las ciencias humanas, y los múltiples réditos futuros que se esconden tras las tecnologías. Consultados nuestros jóvenes ciudadanos, la mayoría pre-fiere ser funcionario o, en segundas nupcias, trabajar en cualquier disci-plina biotecnológica o en la empresa privada. Ya no interesa tanto la edu-cación (cuyo origen etimológico es educere, hacer salir), sino el cálculo avispado hacia el máximo beneficio al menor esfuerzo.También la psicología sufre de alguna manera esta visión coyuntural. Las personas que se acercan a las con-sultas no están dispuestas a mante-ner un proceso terapéutico. Exigen soluciones rápidas, prácticas y que no requieran demasiados cambios y esfuerzos. Al final la solución la encuentran en algún fármaco que adormezca el problema y a seguir para adelante. Mandan los resultados. Pensar en la vida y en cómo se vive es

perder el tiempo, hacer entelequias, algo muy agotador y poco productivo.Para los calculadores, la vida espe-culativa empieza con preguntas poco filosóficas, del tipo: ¿y esto para qué sirve, o para qué me servirá? ¿Qué sacaré con eso? ¿Cuánto me va a cos-tar? ¿Qué puedo ganar y qué puedo perder? La visión tiene poco de hon-dura y mucho de extensión. Es pura practicidad al servicio de los resul-tados. Es una manera de mirar hacia otro lado cuando emerge el viejo dilema de si el fin justifica los medios.No hay nada malo en querer resul-tados beneficiosos, faltaría más. No podemos desear nada mejor que la máxima plenitud para nosotros, para los nuestros y para el mundo en su conjunto. Para los especuladores, el credo se basa en el beneficio propio por encima de todas las cosas. Así, forma y fondo, medios y fines, se aúnan con un solo propósito: darle vida a la ambición personal y al logro sin miramientos, como en las burbu-jas especulativas, que lo único que han logrado es que las ganancias sean privadas y las pérdidas públicas.Obviamente, no se trata de demoni-zar la capacidad de calcular, sino su uso especulativo al servicio solo del resultado. Es creer que a la postre solo somos valorados y amados por nuestros éxitos, por lo que consegui-mos, amasamos o contabilizamos. El caso es pasar cuentas al final y poder presumir de lo mucho que se tiene, de lo listillo que se ha sido hacien-do cálculos y de cómo se han sabido aprovechar astutamente las ocasio-nes. ¿Extraña que nademos entre tanta corrupción?El vivir no entiende de tantos cálcu-los. Entre otras cosas porque nadie sabe lo que sucederá y porque somos más hijos de las contingencias que de los grandes propósitos. El único cálculo posible en la vida es la muer-te. Y por ahí empezamos a entender por qué tantas personas necesitan echar cuentas. A sabiendas de que no se podrán llevar nada al más allá, al menos en el más acá que nadie les quite lo bailado.

Cuando el vivir se basa en la mera compensación; en pro-curar que la balanza se incline siempre a favor; en pasarse las horas del trabajo calculando la lle-gada de las próximas vacaciones; en tratar las relaciones como si fuesen inversiones; en hacer cálculos elec-torales, en lugar de gestionar los problemas de los ciudadanos… Si el vivir se convierte en un libro de con-tabilidad, el materialismo más des-piadado habrá logrado su propósito. Erich Fromm, uno de los padres de la psicología humanista, alumbró al mundo con el tratado a través del cual discernía entre el “ser” y el “tener”. Ya entonces nos advirtió sobre el peligro que podría suponer para el futuro que los hombres se conviertan en robots. A menudo, entre tanta tecnología y tanto cálculo parece inevitable un destino desalmado.No obstante, aún nos asiste la facultad de discernir. La maestra tenía razón: “Menos calcular y más pensar”. Necesitamos más espacios de reflexión, paciente y dialógica, en lugar de ese resultadismo en el que vivimos instalados, volátil, vacío y deshumanizado. No solo se trata del gozo intelectual. También consiste en el arte de meditar la vida, de convertir la experiencia en sabidu-ría. Se trata de abandonarse, algunas veces, al discurrir propio de las aguas de la vida. ¿Sirve de algo empujar el río?Pitágoras fue un gran sabio aritméti-co, hasta el punto de descubrirnos su famoso teorema. Sin embargo, fue a la vez un mago, chamán y creador de su propia hermandad en la que dis-cernieron sobre el alma, la naturaleza matemática de la realidad y la vida espiritual. El cálculo no está reñido con la trascendencia, como demostró el filósofo. Al contrario, es un instru-mento necesario. En cambio, se torna un peligro en la mente de aquellos cuyo afán de surfear por la vida no les permite encontrar la calma y la belleza de las profundidades.Cuando todo se rige por el resultado,

se pierden los matices, el proceso, el viaje, la motivación profunda. Fluyendo se logran los mejores resultados. Angustiados, solo encon-tramos justificación en grandes compensaciones, que duran poco y esclavizan a ir detrás de la ilusión de la zanahoria. La vida es lo que pasa mientras hacemos cálculos. Que el contar no nos haga perder el vivir. Porque la vida se vive, no se cuenta.

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4Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 cUltUra

Por Álex Vicente

Tras ser nombrado presidente y director del Museo del Louvre, Jean-Luc Martinez decidió convertirse en turista por un día. El verano pasado, se puso a hacer cola ante la pirámide de cristal que da acceso al museo parisino y esperó dos horas y media para comprar una entrada. Tuvo suerte: en los días de mayor afluen-cia, la espera puede alcanzar hasta cuatro horas. “La reflexión había empezado bajo el mandato de mis predecesores, pero al meterme en la piel del visitante y conversar con el

JeAn luc-MArtinez, nuevo director, detAllA su plAn pArA AdAptAr el centro A lAs 10 Millones de entrAdAs AnuAles

El Louvre invierte 53,5 millones para ‘humanizar’ la visita al museo

el museo de louvRe. imagen De julio 2014.

personal del museo entendí hasta qué punto urgían los cambios”, explica Martinez. Mucho ha cambiado para el hogar de la Mona Lisa y la Venus de Milo en las últimas décadas. En 1988, el Louvre recibía 2,7 millones de visitas al año. “Hoy nos acercamos a los 9,5 millo-nes”, apunta el director. “Las conse-cuencias son múltiples: alargamiento de las colas, dificultades para orien-

tarse, molestias sonoras y falta de espacio en el guardarropa”.Con el diagnóstico en mano, Martinez se decidió a operar, con el objetivo de “valorizar una de las colecciones más bellas del mundo y lograr una mejor acogida para todos los públicos”. El resultado es el llamado Proyecto Pirámide, una serie de medidas de urgencia iniciadas en el último tri-mestre, que empezarán a dar sus fru-

tos en este 2015. Cuando lleguen a término, dentro de dos años, habrán provocado una transformación con-siderable en los pasillos del museo más visitado del mundo. El Louvre adoptará cambios logís-ticos para reducir colas y descon-gestionar corredores: las puertas de acceso al museo se multiplicarán por dos, se abrirán nuevas taqui-llas y se creará la posibilidad (hoy inexistente) de adquirir la entrada por Internet. Además, se ampliarán consignas y sanitarios y se trasla-dará la librería del vestíbulo a uno de los pasillos colindantes. La idea

El Proyecto Pirámide empezará a dar sus frutos en 2015 y terminará en 2017.

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ben más de 5 millones de visitas al año, como el MoMA neoyorquino, el British Museum, la Tate Modern o la National Gallery de Londres. El con-junto de cincuenta grandes museos y monumentos de París, que sigue siendo el primer destino turístico mundial, recibe 73 millones de visi-tas anuales. El Centro Pompidou y el Museo de Orsay superan los 3,5 millo-nes de visitantes anuales, mientras que el Grand Palais y el Museo del Quai Branly, dedicado a la antropo-logía, bordean los 1,5 millones. Las autoridades empiezan a tomar cartas en el asunto. Durante los próximos dos años, el ministerio de Cultura incitará a tres centros patrimoniales —el Palacio de Versalles, el Museo de Orsay y el mismo Louvre— a abrir siete días a la semana “de modo expe-

(2 horas y 42 minutos, de media) y no siempre está adaptada a los conocimientos de ese nuevo perfil de visitante. Para corregir las dis-funciones, el museo creará nuevos espacios dedicados a la mediación

con el visitante, que proporciona-rán orientación artística y cultural respecto a las obras expuestas. “El Louvre debe ser capaz de dirigirse a todo tipo de públicos, a la vez que seguir siendo fiel a su reputación de exigencia científica”, responde Martinez, descendiente de emigran-tes almerienses que creció en un suburbio modesto de París y aspira a conectar con esa nueva tipología de visitante. “Debemos conseguir una mejor aco-gida de todos los públicos, sea cual sea su origen y el motivo de su lle-gada, el tiempo del que dispone o su nivel de conocimiento”, puntualiza. “Sueño con un museo cada vez más abierto al exterior, más accesible y más legible. En una palabra, con un Louvre más generoso”.

511 de enero de 2015 / el mañana / DomingocUltUra

jeaN-luc maRtiNez, Director Del louvre.

El plan del Louvre supone una de las mayores iniciativas para responder al insospechado fenómeno de visitas.

es aliviar el flujo de visitantes en el lobby situado bajo la pirámide, hoy permanentemente saturado.“Quiero que la pirámide vuelva a ser un espacio de serenidad. El Louvre es el único museo del mundo en el que la propia entrada ya es considerada una obra de arte”, apunta Martínez sobre la obra arquitectural de I. M. Pei, inaugurada en 1989. El arquitecto habría validado los cambios que se anuncian. “Los aceptó sin reservas. No es como otras estrellas de la arquitectura, que ven su obra como algo inmutable”, apunta la directora de proyectos inmobiliarios del Louvre, Cristina Haye, precisando que no se inter-vendrá sobre el caparazón arquitec-tónico.Las obras, cifradas en 53,5 millones de dólares, estarán financiadas por los propios fondos del museo, gra-cias al proyecto del nuevo Louvre de Abu Dabi, que será inaugurado en 2016. Por ese proyecto, el emirato ha pagado 965 millones de dólares al museo parisino (400 de los cua-les solo por poder utilizar la marca Louvre), que han pasado a formar parte de un fondo propio y no a las arcas del Estado. Además, el Louvre recurrirá al mecenazgo privado para terminar de sufragar el costo de su nuevo proyecto.El proyecto también aspira a mejorar la calidad de la visita, juzgada confu-sa o caótica por muchos visitantes, a menudo perdidos en un laberinto de salas y departamentos. Martinez aspira a simplificar el recorrido con un nuevo mapa pensado para recorrer sus pasillos y la instalación de una señalética más llamativa. Además, la totalidad de sus 40.000 paneles y car-telas pasarán a ser trilingües (francés e inglés, pero también español) y los textos explicativos tendrán un perfil más conciso y didáctico, adaptado a un público cada vez más joven y forá-neo. Según datos de 2013, un 74,9% de los visitantes del museo son turistas y su edad media ha descendido hasta los 37 años.El plan del Louvre supone una de las mayores iniciativas detectadas hasta hoy para responder al insospechado fenómeno de visitas protagoniza-do por los grandes centros de arte. Hasta 10 museos internacionales reci-

rimental”, para repartir la afluencia y evitar las aglomeraciones.Para el Louvre, donde las visitas se han duplicado en la última década, el reto consiste en evitar morir de éxito. “El incremento continuo de visitantes nos honra tanto como nos constriñe”, opina Martinez, para quien la clave es dejar de pensar en cifras y entrar en un debate cualitativo. “Los museos, al ser lugares que muestran y ayudan a entender nuestro pasado, nos ayu-dan a dar sentido a nuestro presente y futuro. Para mí, la cuestión esencial no es hacer aumentar ese número de visitantes, sino lograr que la acogida sea mejor y conseguir que se aprenda lo máximo con cada visita”, precisa Martinez.Responsables del Louvre reconocen que la visita resulta demasiado larga

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6Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 foto nota

la iglesia en tiemPos De Crisisel declive de la otrora más poderosa institución de occidente se debe a su actitud frente a la modernidad. sus resultados son la deserción masiva y la emergencia de otras expresiones del cristianismo.

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7foto nota 11 de enero de 2015 / el mañana / Domingo

Muchos católicos ya ni siquiera van a misa, o lo hacen solo para formalizar determinados

ritos de pasaje (bautismos, matrimonios y primeras comuniones).

esCasez De Fe

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8Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 rePortaJe

Por Paloma abad

Impecable y puntual, el magnate de la construcción Mohamed Alabbar (Dubái, 1958) entra sigilosamente en la habitación vestido con una kandura blanca recién planchada. Se sienta en un amplio sofá gris e inicia una con-versación informal sobre el caluroso noviembre que se ha vivido en Dubái este año. La pared situada a su dere-cha proyecta sombras chinas en las que un grupo de beduinos camina por el desierto junto a sus camellos. Ningún otro detalle de la sala remite a nada relacionado con Oriente Próximo.La cita tiene lugar en una sala pri-vada del hotel Armani, en la planta baja del edificio más alto del mundo. Emaar Properties, compañía que lidera Alabbar, fue responsable de levantar este mastodonte en forma de espiral que en un principio se iba a llamar

Dubái, la meca del lujoEl Emirato árabE sufrió los Estragos dE la gran rEcEsión y logró Esquivarlos gracias a un rEino

vEcino. ahora rEvalida su podEr como EpicEntro mundial dEl consumo dE alta gama

Burj Dubai. Cuando la crisis económica asoló la ciudad en 2009, el jeque de Abu Dabi (y presidente de Emiratos Árabes Unidos), Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, prestó 8.000 millones de dóla-res a sus vecinos para reflotar las cuen-tas. En agradecimiento, Mohamed bin Rashid Al Maktoum, conocido como el jeque Mohamed y mandatario de Dubái, bautizó su récord Guinness como Burj Khalifa.Los 828 metros de altura de esta impo-nente torre, desde cuyos pisos superio-res se divisa toda la ciudad y parte del desierto, que irrumpe abruptamente en el horizonte, se alzaron como demos-tración palpable de la hegemonía de Dubái. Era una manera de decir al pla-

neta: “Miradnos, estamos aquí y somos capaces de grandes cosas”. El escenario no se parece en nada a la ciudad en la que creció Alabbar. “Hasta que cumplí los 14 años no tuvimos agua corriente ni electricidad en casa. La gente no se alo-jaba en viviendas de ladrillo y cemento, sino en refugios de hojas de palma. Fue la pasión de nuestros jeques por cambiar nuestra calidad de vida y fomentar el crecimiento la que desencadenó todo esto. Empezamos a mejorar y tuvimos carreteras, electricidad, hospitales, cole-gios…”.Tres días antes de la cita con el señor Alabbar, Franca Sozzani, directora de Vogue Italia, presentaba en la ciudad la segunda edición de la Vogue Fashion

Dubai Experience (VFDE). Este encuen-tro, organizado en colaboración con Emaar, promueve una cultura de la moda que vaya más allá de las com-pras (un capítulo en el que la ciudad ya tiene matrícula de honor) e incluye en su agenda desfiles de talentos locales, conferencias y exposiciones.El evento se logró gracias a la persistencia de Mohamed Alabbar, que viajó a Milán en 2012 para convencer a Sozzani de que organizar algo juntos era una buena idea. “Me dijo que por el centro comercial que habían inaugurado en 2008, The Dubai Mall, pasaban al año más de 60 millones de personas y me pareció increíble. Así que le contesté: ‘Tienes las visitas, tienes el emplazamiento y nosotros te traere-mos la creatividad”, recuerda la direc-tora de Vogue Italia mientras remueve con una cucharilla su taza de té justo después de la inauguración de la VFDE. Está sentada en uno de los lounges de

celeBRacióN De la reciente segunDa eDición De la vogue Fashion Dubai eXperience.

Franca Sozzani, directora de ‘Vogue Italia’: “Dubái es como una parte de nueva York en medio del desierto”.

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911 de enero de 2015 / el mañana / DomingorePortaJe

el descuBRimieNto en los sesenta De petróleo en Dubái permitió al jeque sheikh rashiD bin saiD al maktoum convertir su poblaDo De recolectores De perlas en una metrópoli. su hijo (en primer plano), el jeque mohameD, es su sucesor al Frente De Dubái.

este centro comercial, el más grande y transitado del mundo (según los datos que maneja Emaar, termina 2014 con una cifra récord de visitantes: 80 millones), y no duda en reconocer que hace cinco años no tenía ni idea de qué era Dubái. “Sabía que estaba creciendo, sufrió la crisis y ahora se está renovando. La ima-gen que daba no era muy buena, por-que se veía como un Las Vegas para las compras, pero cuando llegué descubrí que no tenía nada que ver: es como una pequeña parte de Nueva York en mitad del desierto, y este lugar tiene potencial para convertirse en el gran centro de la moda. Para firmas como Chanel o Louis Vuitton ya está entre los primeros mer-cados del mundo”.La megalomanía urbanística, que ha modificado radicalmente el horizonte de la ciudad en un abrir y cerrar de ojos, ha reportado muchos beneficios a los emiratíes. El turismo se aloja en sus cui-dados y ostentosos hoteles, mientras que los expatriados viven en lujosas villas en la Marina o en The Palm Islands cuyo alquiler puede oscilar en torno a 50.000 dólares al año. Hay adolescentes loca-les que van al instituto al volante de un Porsche. Si hay alguien que decide usar el trans-porte público, disfrutará del aire acon-dicionado en todas las paradas.El descubrimiento de pozos de crudo en los años sesenta y la llegada de los petro-dólares permitieron al jeque Rashid bin Saeed Al Maktoum (en el cargo desde 1958 hasta su fallecimiento en 1990) transformar su poblado de recolectores de perlas en una ciudad moderna y ambi-ciosa, nutrida de infraestructuras para prosperar en un escenario pospetróleo. Al fin y al cabo, tenían mucho menos oro negro que sus vecinos. Sus premisas fueron claras: tenían que convertirse en el epicentro de la región. El jeque Rashid, padre del actual jeque Mohamed, inau-guró un aeropuerto, creó (y amplió) el puerto comercial y a las afueras alzó el World Trade Center, un edificio destina-do a convertirse en centro de negocios internacional. Arrancaba así una zona de libre comer-cio donde gran cantidad de multina-cionales (desde Microsoft hasta CNN, pasando por Oracle y Reuters) han establecido sus sedes por los grandes beneficios que encuentran: exención de impuestos, obtención del terreno en propiedad, posibilidad de crear

una cuenta en un banco local, confi-dencialidad absoluta… Una propuesta tan exitosa y rentable (según el libro Doing Business and Investing in the UAE, publicado por IBP el pasado año, en estas zonas se han establecido más de 5.000 empresas de 80 países diferentes y su volumen de negocio ya supera los 3.000 millones de dólares) que otros países del Golfo, como Qatar, ya están imitando la fórmu la.“Todo lo que Rashid hizo fue visiona-rio, pero muy criticado en su momento”, apunta Charley Kestembaum, diplomá-tico estadounidense destinado en la región, en el libro Dubai: City of Gold (publicado por Jim Krane en la edito-rial Picador en 2009). “La gente se pre-guntaba: ‘¿Para qué construir una torre de 39 plantas en el desierto?”. Su hijo y sucesor en el cargo, el jeque Mohamed, se enfrenta medio siglo después a la misma disyuntiva. ¿Era necesario cons-truir el edificio más alto del mundo? ¿Y una pista de esquí en pleno desierto? ¿Realmente se necesita una isla artificial en forma de palmera?Excentricidades al margen, los antiguos poblados desérticos de Dubái son ahora, como predijo el jeque Rashid, uno de los centros neurálgicos del planeta. Los ingresos por la venta de crudo suponen

tan solo un 3% de la economía local y, según un análisis de la compañía de estu-dio de mercados Oxford Economics, la aviación (gracias a Emirates) y el turis-mo superan ya el 27% de su PIB, con 21.000 millones de dólares aportados a su economía en el último ejercicio. Este mismo comité de expertos pronostica que para el año 2020 (en que organizarán la Expo Universal) la cifras se habrán duplicado.Dubái no se parece a ninguno de los países vecinos, mucho más ricos en recursos naturales. Si acaso, uno de los pocos lugares comparables en el plane-ta es Singapur. “Ambas son ciudades-Estado, sus economías se basan en los servicios porque no producen nada; se dedican al transporte de mercancías y pasajeros (sus aerolíneas son las más potentes del mundo) y a la hostelería, y han construido grandes edificios que la gente anhela visitar”, enumera Jim Krane, especialista en el golfo Pérsico en el Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice (Houston, EU). Para este investigador, el único emirato parecido podría ser el vecino Sharya, pero las malas decisiones tomadas por sus jeques lo han dejado atrás en la lucha por la hegemonía: “Dubái construyó su puerto antes que ellos y, aunque tuvie-

ron el primer aeropuerto, la llegada de Emirates barrió sus perspectivas eco-nómicas. Además, en la década de los ochenta prohibieron el consumo de alco-hol incluso en los hoteles y el turismo se desplazó a Dubái”. ¿Podría compararse con Catar? Aunque el investigador Jim Krane emula alguna de las estrategias de supervivencia de Dubái de cara a un escenario pospetrodólares, lo hace sobre seguro: los recursos cataríes de crudo y gas son de los más altos del planeta.Cuando el magnate dubaití Mohamed Alabbar era joven, la venta de petróleo le permitió estudiar, con una beca con-cedida por el Gobierno, en The Albers School of Business and Economics, en la Universidad de Seattle (EU). Ese fue su primer paso para conver-tirse en uno de los hombres más pro-minentes en el emirato. Tras varios puestos en la Administración y unos años trabajando para el Gobierno en Singapur (que aprovechó para inves-tigar cómo habían construido la ciu-dad), en 1997 fundó la empresa pública Emaar, actualmente la mayor compa-ñía inmobiliaria de Dubái. Y se con-virtió en héroe para sus compatriotas.Con el cambio de siglo todo parecía posible y los dominios del jeque se extendieron al mar. En 1999 inauguró

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10Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 rePortaJe

PeRfil de la futuRista duBái, un enclave De metrópoli Del siglo XXi en pleno Desierto De arabia.

A lo largo de 2009, la crisis económica global afectó severamente a la liquidez de los inversores en Dubái.

el Burj Al Arab, sobre una isla artificial a 280 metros de la costa. Este hotel de lujo, cuya construcción costó más de 500 millones de dólares, se convirtió en el principal símbolo de poder de una ciudad en plena expansión. Y lo sigue siendo. Los habitantes de Dubái le han puesto como apelativo cariño-so “el único siete estrellas del mundo”. El helipuerto situado en la azotea de la estructura, en forma de vela, ha alberga-do varios partidos míticos; entre ellos, el de los tenistas Roger Federer y Andre Agassi, televisado en 2005. El futbolista David Beckham también contribuyó a la promoción de la ciudad al ser uno de los primeros en adquirir una villa en The Palm Islands, el siguien-te experimento en cuestión de islas arti-ficiales, esta vez en forma de palmera justo enfrente de la Marina. Las ventas relacionadas con este proyecto, que aportó más de 500 kilómetros de costa, se dispararon tras saberse que los pro-pietarios podrían convertirse en vecinos de la estrella balompédica.Durante la primera década del Siglo XXI, el empresario Mohamed Alabbar, mano a mano con el jeque, se ha entre-gado sin reparos al frenesí urbanístico. En pleno desierto, con 50 grados a la sombra, levantó el centro comercial con mayor afluencia de público del planeta (75 millones de visitantes en 2013, según los datos que maneja su compañía), el rascacielos más alto del mundo y, a su alrededor, Dubai Downtown, un centro de ciudad hecho a medida. Al mismo tiempo que se asentaban los cimientos de las infraestructuras más modernas del planeta, la ciudad se hacía hueco en los titulares. Pasó de ser una completa desconocida al lugar al que había que ir. Chuck Bass, uno de los pro-tagonistas de la serie Gossip Girl, viajaba allí por negocios; Paris Hilton buscaba, a través de un programa en televisión, a su mejor amiga dubaití, y Tom Cruise se colgaba boca abajo del Burj Khalifa en Misión Imposible: Protocolo fantasma (2011). “La ciudad tuvo un periodo único en su historia, una oportunidad increí-ble de volverse loca y construir todo sin límites, porque la inversión era infinita; lo que el jeque Mohamed hizo fue apro-vechar esa ventana temporal, sabía que no se volverían a dar unas circunstancias tan óptimas”, explica Jim Krane desde la Universidad de Rice.El Gobierno tenía más propuestas bajo

la manga: nuevas islas en forma de palmera, otra dedicada a la moda, un archipiélago que replicaba un mapa del mundo… Pero en 2009 un zarpazo de realidad lo despertó del sueño de ladri-llos en que vivía. La crisis económica mundial afectó severamente a la liquidez de los inversores. La falta de regulación que había en la compraventa del sector inmobiliario provocó un colapso del que Dubái solo salió gracias a un rescate del emirato vecino. “El jeque perdió gran parte de su credibilidad. Había hecho promesas y predicciones que no ocu-rrieron y sintió vergüenza”, recuerda el investigador Jim Krane. El mandatario de Abu Dabi y el Banco Central de Emiratos Árabes firmaron un generoso préstamo para reflotar Dubái. Los proyectos experimentales se frenaron en seco. Ni un céntimo más se invertiría en megaconstrucciones imposibles de amortizar, según recuerda Ritu Upadhyay, corresponsal en Oriente Próximo de la revista Women’s Wear Daily desde hace 10 años. “Volcaron sus esfuerzos en lo que funcionaba y reportaba beneficios. Emaar creó todo el Downtown con una fórmula muy exito-sa: habían construido el edificio más alto del mundo; a su sombra, el centro comer-cial más grande del globo, y alrededor, hoteles de lujo: todo se retroalimenta”.Es un análisis compartido por otros observadores. La infraestructura ya estaba hecha y tras la crisis queda-ron grandes edificios muy útiles para el futuro de la ciudad y su visibilidad internacional. Su gran ventaja frente a otros competidores es que pudieron urbanizar en función de sus necesidades y en muy poco tiempo. “Tras la crisis, se mantendrán fuertes”, añade la periodista afincada en la región Ritu Upadhyay. “La gente que vive y que viene aquí quiere que haya muchos centros comerciales, porque los impuestos son mucho meno-res que en el resto de Oriente Próximo, Asia o incluso Rusia. Otros países de la zona, como Arabia Saudí, podrían repli-car la fórmula, pero nunca será igual”.Con más de 11 millones de visitantes durante 2013, los hoteles de la ciudad mantuvieron un 80% de ocupación media entre enero y diciembre, según datos del Departamento Económico de Dubái. Una cifra tan atractiva para los locales como para las multinacionales de lujo que encuentran en el Golfo un goloso mercado emergente.

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1111 de enero de 2015 / el mañana / DomingorePortaJe

PeRsPectiva del duBai shoPPiNg mall, emblema De Dubái y centro comercial más granDe Del munDo. la amplia-ción De su capaciDaD aspira a lograr la ciFra De 100 millones De visitantes anuales.

PaNoRámica de the Palm islaNds, aFamaDa construcción De islas artiFiciales para acoger vivienDas De lujo junto a la marina De Dubái, en una ima-gen De 2010.

El pasado mayo, una de las islas artificia-les de Dubái fue el escenario del último desfile de la colección resort de Chanel. Sentados en las sillas, los famosos veían pasar a las modelos mientras al fondo se alzaba un horizonte futurista, cuajado de infinitos rascacielos. Un Nueva York o un Tokio en medio del desierto. “Esta

localización inspira al viaje y evoca el auténtico espíritu de la colección cru-cero”, decía Bruno Pavlovsky, presiden-te de la firma de lujo. En la web Style.com, Karl Lagerfeld lo definía como “el siguiente paso, la nueva realidad. Es algo totalmente inesperado, que no podrías haber imaginado hace 50 años”.

La estilista Teresa Karpinska, que cola-boró con la casa francesa durante la pre-paración del desfile, lleva un decenio viviendo en la ciudad y forma parte de la amplia comunidad de expatriados, que roza el 95% de los más de dos millones de habitantes. Cuando llegó, impartía cursos de seguridad en vuelo. Ahora tra-

baja como estilista, personal shopper y bloguera: “Siempre digo que esto es lo que América solía ser: la tierra de las oportunidades. Si eres ambicioso y tra-bajador, triunfarás”. Según Karpinska, la elección de la ciudad por parte de Chanel para desfilar tiene que ver con el volumen de negocio que la marca mueve en la zona. Y con los muchos estímulos visuales que se pueden encontrar: “La mezcla de culturas que se produce aquí, un lugar en el que con-viven más de 200 nacionalidades, es interesantísima”.Según cifras proporcionadas por la compañía Emaar Properties, el 30% de las ventas de lujo en el mundo se facturan en Emiratos Árabes Unidos, y la mitad de ellas ocurren en The Dubai Mall. Sus pasillos son una marabunta de clientes que visten lo mismo que se ofrece en los escaparates: tacones de Christian Louboutin, bolsos de Prada, gafas de sol de Dolce & Gabbana, pie-zas exclusivas de Gucci y pañuelos de Hermés. La maquilladora británica Sheida Babareza, que vive en la ciudad desde hace cuatro años, camina por uno de esos corredores sorteando a decenas de mujeres. Visten, indistintamente, shaylas, burkas, pantalones vaqueros o modelitos de verano.Babareza habla sobre el estilo de vida aspiracional de Dubái: “No hay límite de dinero que puedas gastar. Cuando te mudas aquí desde Europa te das cuenta de lo mucho que cuesta el lujo y de lo importante que es para ellos. Ves logo-tipos de marcas todo el tiempo; así, en un determinado momento, sientes la necesidad de conseguirlas para estar a la altura”. Esa logomanía, en la que los dubaitíes están visiblemente inmersos, enturbia los deseos de Franca Sozzani: la directora de Vogue Italia, que ha via-jado a Oriente Próximo para fomentar una industria local de diseñadores, se ha encontrado con que, de los más de 1.200 establecimientos abiertos en The Dubai Mall, tan solo uno, Symphony, ofrece a sus clientes prendas de talentos emergentes.La organización de la semana de la moda de Vogue convocó a ocho dise-ñadores internacionales (provenientes de lugares tan dispares como Corea del Sur, Australia o Arabia Saudí) a partici-par en un desfile en el centro neurálgico de The Dubai Mall. Franca Sozzani está dispuesta a cumplir lo prometido: llevar

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ReuNióN de homBRes eN el ‘hall’ De uno De los granDes hoteles que pueblan la ciuDaD. el turismo De alta gama y los comercios De lujo constituyen el principal motor económico local.

la creatividad adonde 80 millones de ojos puedan verla. Para ello, constru-yó una pasarela en una explanada de la planta baja del centro comercial. Desde los balcones de los pisos superiores, el público podía congregarse para disfru-tar del espectáculo.En la planta baja del Burj Khalifa otro grupo de diseñadores convocados por Vogue Italia se congregaba para expo-ner su trabajo al público local. Entre ellos, la joven Shamsa Alabbar, no por casualidad hija de Mohamed Alabbar, propietario y presidente de Emaar. “La diferencia entre cuando yo fui al colegio teniendo dos camisetas para todo el año y cuando mis hijos han ido es abismal”, resume el magnate. Este empresario, segundo en la lista de los 100 líderes árabes más poderosos según la revista Arabian Business y uno de los principa-les lugartenientes del jeque Mohamed, es la prueba viviente del cambio radical que ha transformado Dubái en menos de medio siglo.Hace 15 años, el jeque Mohamed procla-mó que quería convertir su ciudad en el

centro mundial de inversión y turismo del Siglo XXI. Les explicó que desplazar a Londres y Nueva York no era imposi-ble. Así que solo había que elaborar un plan y luchar por él. Este año, la revista Forbes ha situado a Emiratos Árabes Unidos como el vigésimo sexto mejor país para hacer negocios y ha posicio-nado a Dubái como la séptima ciudad más influyente del mundo (por detrás de Londres, Nueva York, París y Singapur) y la que goza de una mejor conexión aérea.La aerolínea Emirates, fundada en 1985 por el Gobierno y presidida por Ahmed bin Saeed Al Maktoum (tío del jeque Mohamed), es en gran parte responsa-ble de este éxito. En 30 años ha trans-formado un poblado beduino en uno de los principales nudos aéreos del planeta. Dubái está a tan solo un vuelo de distan-cia de 140 ciudades del mundo y cuenta con la flota más importante de Airbus A-380, el avión más grande del planeta. El inmenso Aeropuerto Internacional, que planea una ambiciosa ampliación para transformarse en el mayor del

mundo, ya pugna con Heathrow (en Londres) por posicionarse como el más transitado del año: cuando acabe el ejer-cicio, el número de pasajeros rozará los 72 millones. Muchos de ellos llegarán a la ciudad, visitarán sus centros comer-ciales, cenarán en sus restaurantes y dormirán en sus hoteles. Otros harán escala en alguna de sus ter-minales y tomarán algún café, o harán alguna compra en la inabarcable retahíla de tiendas duty-free que se agolpan en sus infinitos pasillos.El futuro del emirato, como ha sido hasta ahora, depende de las decisiones que tome una sola persona. En 2008, Hamdan bin Mohamed bin Rashid Al Maktoum, segundo hijo del jeque Mohamed, fue nombrado príncipe heredero. Este joven moreno, apuesto y aventure-ro se presenta, a su 32 años, como la ver-sión 2.0 de su padre. En 2009 inauguró la primera e-universidad en la ciudad y no es difícil seguir sus pasos a través de las redes sociales. Su alias en Twitter es @hamdanmohammed, y en Instagram se hace llamar @Faz3.

El periodista Leonard Stall le entrevistó en 2012 para la revista local Vision. El discurso del joven heredero y sus pro-yectos para este insólito territorio no se salen del guión. “Hoy día, trabajando mano a mano con mi padre, mi priori-dad es apoyar la transición de Dubái a la próxima etapa en su crecimiento. Primero, asegurándonos de que los sectores clave de nuestra economía (comercio, logística, finanzas, turis-mo y retail) son cada vez más fuertes y competitivos. A continuación, debe-mos enfocarnos a transformarnos en el epicentro de un gran mercado de más de 2.000 millones de personas de Oriente Próximo, el norte de África y el sur de Asia. Lo haremos apoyando el desarrollo de las mejores ideas emiratíes y dando la bienvenida a las mentes con más talento del resto del planeta”.Mientras llega su momento, el príncipe heredero se dedica otras actividades, como sobrevolar el Burj Khalifa en avio-neta o escalar hasta la parte más alta del rascacielos, para luego difundir las imágenes en las redes sociales.

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Por guillermo altares

Nerón pertenece a la estirpe de los grandes tiranos, su fiesta del chivo se ha prolongado a lo largo de los siglos. Pero existe una gran diferencia con los Ceausescu, Sadam Husein, Duvalier, Bokassa, Idi Amín Dadá o el Trujillo que noveló Vargas Llosa: en el caso del emperador romano del Siglo I resul-ta imposible separar la realidad de la leyenda negra. Como escribió la cate-drática de Latín de la Universidad de Cambridge Mary Beard: “La mayoría de los emperadores romanos no fueron

Regreso a la morada de Nerón

las teRmas de tRajaNo eN Roma, que utilizaron como cimientos la Domus aurea.

depuestos porque fueran demonizados, sino que fueron demonizados porque fueron depuestos”. La tradición mantie-ne que Nerón fue condenado a damnatio memoriae, un castigo que consistía en enterrar todo el legado de un emperador para que su nombre fuese olvidado. En el caso del último miembro de la dinastía Julia Claudia, sus enemigos fracasaron:

existen muy pocos personajes históri-cos sobre los que se hayan escrito tan-tos tebeos, novelas, óperas, películas o ensayos –el último, Dying Every Day (Muriendo cada día), un magnífico estudio del profesor de Clásicas del Bard College James Romm, en torno a su relación con su tutor, el filósofo estoi-co cordobés Séneca– y sobre cuya figura

se siga debatiendo con tanta intensidad más de 2.000 años después de su des-aparición. “¿Cómo no nos iba a fasci-nar?”, asegura Romm en una entrevista por correo electrónico. “Poder absoluto sobre la mayor parte del mundo cono-cido unido a los caprichos, la traición, la locura… ¿Puede ofrecer la historia un espectáculo más fascinante?”.Las dos imágenes más populares del emperador –tocando la lira mientras contemplaba cómo ardía Roma en julio del año 64 y disfrutando de la prime-ra gran masacre de cristianos en el Coliseo– no es que sean falsas, es que

“¿Cómo no iba a fascinarnos? Poder absoluto unido a la traición y la locura”, explica el historiador James Romm,

autor de un ensayo sobre nerón y Séneca.

pocAs figurAs históricAs siguen siendo tAn poléMicAs coMo nerón, Aunque lA fuerzA del Mito hA enterrAdo lA reAlidAd

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NeRóN Decoró su palacio soñaDo con toDo tipo De estatuas que trajo De grecia, algunas De las cuales se conservaron en el mismo lugar DonDe se encontraron.

Busto de NeRóN eNcoNtRado eN liBia. Fue el último emperaDor De la Dinastía julia clauDia.

nerón cambió las normas de edificación en Roma después del incendio

que arrasó la capital del Imperio para evitar que se repitiese el desastre

son imposibles. Nerón no estaba en la ciudad cuando empezó el incendio, llegó tres días más tarde y se puso al frente de los equipos de rescate (el fuego duró una semana). Casi ningún histo-riador piensa actualmente que fuese el responsable. En cuanto al Coliseo, fue construido varios años después de su muerte por el primer emperador de la siguiente dinastía, Vespasiano (9-79). Aunque, en una prueba más de la inten-sidad de su leyenda, acabó por darle su nombre: el monumento fue levantado en el lugar donde Nerón erigió una gigantesca estatua de 35 metros que le representaba como el dios Helios. Durante la Edad Media, el recuerdo de este coloso, hoy perdido, convirtió el Anfiteatro Flavio en el Coliseo.Como ha escrito el profesor de Clásicas de la Universidad de Princeton Edward Champlin en la biografía más reciente del emperador –Nerón (Turner)–, “no hay necesidad de rehabilitar a Nerón: fue un mal hombre y un mal gobernan-te, pero hay sólidas pruebas que sugie-ren que nuestras fuentes principales erraron al presentarlo tan mal y crearon así la imagen de un monstruo, desequi-

librado y ególatra, que ha regido la ima-ginación escandalizada de la tradición occidental durante dos milenios. Pero la realidad es más compleja”. La revis-ta National Geographic le dedicó una reciente portada titulada “Repensando a Nerón”. En la otra cara de la polémica están afirmaciones contundentes como la que hace el gran crítico de arte Robert Hughes en su libro Roma (Crítica): “Es de suponer que no es posible que un hombre practique todas las perversio-nes sexuales conocidas o imaginables, pero es evidente que Nerón tenía un repertorio impresionante de ellas”.Los restos de su gran palacio romano, la Domus Aurea, la fabulosa Casa Dorada que Nerón ordenó construir después del incendio, situados en la colina del Esquilino, acaban de volver a abrir al público después de permanecer casi diez años cerrados, aunque solo se pue-den visitar los fines de semana y con cita previa (es necesario reservar con meses). En realidad, solo han sido acce-sibles con normalidad entre 1999 y 2005, cuando el palacio fue clausurado por problemas de conservación. Los espa-cios neronianos, ahora subterráneos, encarnan una metáfora perfecta de su mito: un laberinto de pasillos y estancias enormes, como los datos que se pier-den en los rincones de la historia entre juegos de sombras y luces. “La Domus Aurea es impresionante por su arquitec-tura, pero también por su importancia simbólica”, afirma el historiador francés Joël Schmidt, autor de Néron, Monstre Sanguinaire ou Empereur Visionnaire? (Nerón, ¿monstruo sanguinario o empe-rador visionario?). “Todos los historia-dores describieron sus proporciones gigantescas, su magnífica decoración y la profusión de oro (de ahí viene su nom-bre de Casa Dorada). El interior alber-gaba muchísimas obras de arte, traídas directamente de Grecia, sin contar los lagos, jardines, bosques, las fuentes de agua dulce y salada alimentadas por acueductos construidos especialmen-te para ello”.A la muerte de Nerón, en el año 68, el palacio fue abandonado y finalmente Trajano (53-117) lo utilizó como cimien-tos para sus termas, tras haber esquil-mado todo el mármol. Redescubierto en el Siglo XV, fascinó a los artistas rena-centistas y luego a personajes como el Marqués de Sade o Casanova, que dejaron la firma en sus paredes. Rafael,

que se deslizaba con sogas hasta lo que entonces eran unos túneles abovedados, creó el estilo grotesco (de gruta) con el que pintó varias estancias del Vaticano en 1519 inspirándose en los frescos de aquel misterioso palacio enterrado –el hecho de que los papas se paseasen durante siglos bajo pinturas inspiradas por el palacio de Nerón es una de las muchas paradojas que emanan del per-sonaje–. Una de las mejores copias de los frescos tal y como los encontraron los artistas del Renacimiento fue realizada por Francisco de Holanda en 1538 y se encuentra en la Biblioteca de El Escorial, en las afueras de Madrid.A lo largo de los siglos, muchas pintu-ras se han borrado, y durante la visita guiada, protegidos por cascos de plás-tico amarillo (obligatorios porque se han producido desprendimientos), en medio del olor a humedad y bajo un frío pegajoso, resulta difícil imaginar lo que fue entonces un palacio luminoso y ajar-dinado. Pero, tal vez porque por esos espacios circula la leyenda de Nerón, tal vez por la inmensidad de las salas en las que el emperador ofreció alguna de las mejores fiestas de la antigüedad, resulta fascinante. En los alrededores, entre los miles de turistas, los falsos legionarios y los vendedores de aparatos para hacerse selfies, el viajero puede toparse con la Hostaria da Nerone o el hotel El Coloso. “Nerón siempre vende, no podemos olvidar que era un showman”, explica Darius Arya, arqueólogo estadouni-dense afincado en Roma desde hace 15 años y director del American Institute for Roman Culture.Durante un paseo por los Foros Imperiales, Arya asegura que, después

del incendio, Nerón cambió las normas de edificación para evitar que una catás-trofe de estas dimensiones pudiese repe-tirse. “Solo un idiota quemaría la ciudad. En Roma en aquel momento vivían en torno a un millón de personas y el fuego provocó 200.000 refugiados”, asegu-ra. Ordenó que las calles fuesen más anchas, las casas de pisos –las insulae– más bajas, y, también es cierto, aprove-chó la destrucción general para edificar su palacio soñado. Arya encuentra en la Domus Aurea un problema mucho más contemporáneo que afecta a demasia-dos lugares en Italia, como Pompeya: la conservación del patrimonio. Para salvar el palacio (un proyecto que con-siste ante todo en transformar el jardín que hay encima para que los árboles y las infiltraciones dejen de dañar el con-junto arqueológico) son necesarios 32 millones de dólares que, sin embargo, no llegan.¿Quién es el Nerón más cercano a la historia, si esta pregunta tiene respues-ta? Claudio César Augusto Germánico nace en Antium (actual Anzio) el 15 de diciembre del año 37. Miembro de la familia imperial, se convierte muy joven, en el año 54, en sucesor de Claudio (11-54), el tercer emperador de la dinastía que instauró Augusto (63-14 a. de C.) y continuaron Tiberio (42-37 a. de C.) y Calígula (12-41). Séneca es el principal consejero de un emperador muy popu-lar. En el año 64, el mayor incendio que ha conocido Roma destruye una parte muy importante de la ciudad. Un año después, tras desactivar un complot, lanza una purga salvaje que le cuesta la vida al filósofo cordobés, entre muchos otros miembros de la élite. Sin embargo,

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Resulta difícil imaginar ahora, al recorrer los inmensos espacios subte-rráneos, que la Domus aurea era un palacio lleno De luz, muchas De cuyas estancias Daban a jarDines.

el ejército, harto de sus caprichos –la oligarquía romana nunca le perdonó que participase en concursos de canto y poesía que siempre ganaba (¿quién iba a atreverse a darle un segundo pre-mio?)–, le depone en el año 68. Nerón se suicida para evitar una muerte horren-da a manos de sus antiguos legionarios, que se habían propuesto azotarle hasta la muerte. Como había acabado con todos los posibles herederos de Augusto y no dejó hijos, Roma entró en un periodo de caos –cuatro emperadores en un año–, hasta la instauración de la dinastía Flavia con Vespasiano en el año 69.El historiador español Juan Luis Posada Sánchez, profesor de la Universidad Antonio de Nebrija y autor de El año de los cuatro emperadores, resume: “Hace ya mucho que los historiadores están intentando rehabilitar la figura de Nerón, un emperador tachado de loco, matricida, incendiario y asesino de cristianos, pero también un artista que protegió las artes y las letras, que gobernó por el pueblo y para el pueblo y que acabó con todos los descendientes de Augusto que pudieran desestabilizar su régimen. Nerón pudo haber tenido trazas tiránicas, sobre todo en la última etapa de su reinado, pero el ejército le puso en su lugar y le llevó a huir y suici-darse”. El ensayista australiano Stephen Dando-Collins, autor de Arde Roma (Ariel), un ensayo sobre el emperador, explica así su final: “Nerón dirigió los esfuerzos para detener el fuego y enca-bezó la reconstrucción posterior. Pero sus oponentes en el Senado, que des-preciaban sus pretensiones artísticas y que añoraban a emperadores soldados como Augusto, vieron que culparle del fuego era una forma de reducir su popu-laridad, lo que haría más fácil expulsarle del poder. Lo que al final ocurrió”.Las principales fuentes sobre Nerón pro-vienen de tres historiadores romanos, Suetonio (70-126), Tácito (55-120) y Dión Casio (155-235), y la panoplia de per-versiones y crímenes que describen es interminable; algunas de ellas –que mató a su madre, a sus dos primeras esposas y a su hermanastro; que asesinó a todos los que consideró oponentes políticos o un peligro para su poder; que escribía poesía y versos (actividades intolerables para un emperador)– están corrobora-das por diferentes fuentes; otras, sin embargo, no: que violó a una virgen ves-tal, que castró a un hombre para casarse

con él, que fundió los lares para conver-tirlos en dinero, que era un pervertido sexual sin freno. Tampoco es seguro, y es un punto especialmente polémico, que lanzase la primera gran persecución de seguidores de una nueva religión que había nacido en Judea unos años antes. La tradición cristiana mantiene que Pedro y Pablo sufrieron su martirio durante las persecuciones neronianas, que se desataron después de que los cristianos fuesen acusados de quemar Roma en una maniobra para evitar que las culpas recayesen en el emperador. Pero no hay documentos ni evidencias

arqueológicas que lo demuestren.Suetonio y Tácito son los únicos que citan las persecuciones fuera de la tra-dición cristiana. Tácito escribió en sus Anales el célebre pasaje sobre su bru-talidad: “Nerón buscó rápidamente un culpable, e infringió las más exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. (…) Todo tipo de mofas se unieron a sus ejecuciones. Cubiertos con pellejos de bestias, fueron des-pedazados por perros y perecieron, o fueron crucificados, o condenados a la hoguera y quemados para servir de

iluminación nocturna cuando el día hubiera acabado”. Sin embargo, estos testimonios plantean muchas pregun-tas. ¿Por qué solo lo cuentan ellos? ¿Por qué emplean el término cristiano que entonces no usaban los romanos? ¿Pudo ser un añadido posterior al texto que manejamos durante su copia en la Edad Media? ¿Por qué no vuelven a produ-cirse persecuciones de cristianos hasta décadas más tarde? Marco Aurelio ha pasado a la historia por su sabiduría (véase Gladiator, donde lo encarna un impecable Richard Harris), pero nadie recuerda sus salvajes persecuciones, como la que tuvo lugar en Lyon en el año 177. Yves Perrin, profesor de Historia y Arqueología Romanas en la Universidad de Saint-Etiène-Lyon y presidente de la Sociedad Internacional de Estudios Neronianos (SIEN), afirma: “Los autores cristianos hacen de Nerón el primer perseguidor de la verdadera fe y esta idea ha atravesado los siglos con errores de bulto, como situar los martirios en el Coliseo, que no exis-tía. Los autores cristianos imponen a la posteridad la idea de que el año 64 representa un cambio de rumbo en la historia: la Roma pagana desaparece bajo el fuego y los mártires garantizan la victoria de la fe verdadera”. La mayo-ría de los investigadores creen que sí se produjeron persecuciones, aunque ponen en duda que fuesen tan intensas.Sin embargo, la fuerza de la ficción es imbatible. Por muchos ensayos que se escriban, resulta casi imposible separar en la imaginación occidental a Nerón del sádico, caprichoso, vicioso e infantil emperador que dibuja Peter Ustinov en una de las mejores versiones cinemato-gráficas de Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951), la famosa novela que ofrece una reconstrucción mítica de los orígenes del cristianismo, publicada por el pre-mio Nobel polaco Henryk Sienkiewicz a finales del XIX. Y encima la ponen en televisión cada Semana Santa. James Romm asegura: “La pérdida de fuen-tes contemporáneas es un problema, pero son todavía más frustrantes los silencios y las opacidades del propio Séneca. Escribió muchos volúmenes, pero nunca dijo la verdad sobre lo que había hecho o visto junto a Nerón”. La realidad, como la Domus Aurea, se encuentra enterrada bajo demasiadas capas de mitos para que algún día pueda llegar a derrotar a la leyenda.

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Por Juan José Millás

Qué hay en esta foto? De terrible, quiero decir. ¿Qué hay en esta foto de terrible? A primera vista no es más que un retrato, fechado en 1979, de una pequeña. Si la niña contaba entonces con 10 ó 12 años, tendrá ahora unos 40. Imaginemos, pues, a una mujer de esa edad repasando el álbum de su infancia. Supongamos que al pasar una pági-na se tropieza con esta imagen. Esta eras tú, se dirá a sí misma. ¿Pero era ella o su sombra? Hemos de suponer que Ariel (tal es el nombre de la pequeña) tenía la naríz entera y los labios completos, y que las hormigas no le habían vaciado la cuenca de los ojos mientras dormía la siesta. A esa edad en la que aún no somos responsables de nuestro rostro, todo el mundo es guapo. Y cuando no lo es, nos lo creemos.

Probablemente, esta pequeña

16Domingo \ el mañana \ 11 de enero de 2015 la iMagen

Niña sobre fondo oscuroDa mieDo porque no ha fotografiaDo a la niña, sino la zona De sombra De la niña;

ha retrataDo, como si Dijéramos, su noche

era bellísima. Se deduce de la melena, tan cui-

dada, aunque también de la pos-tura autoindulgente: esa espalda arqueada, como para exhibir la parte delantera del edificio corporal.

¿Por qué Mapplethorpe la foto-grafió de espaldas, o casi? Yo creo que para darnos miedo.

¿Acaso no gritaríamos si de súbi-to se volviera y nos lanzara una son-risa con todos sus dientes? Eso es lo que tiene de terrible esta foto, el miedo que da.

Y da miedo porque no ha fotogra-fiado a la niña, sino la zona de som-bra de la niña, ha retratado, como si dijéramos, su noche, su noche oscura del alma, por dejarnos llevar.

Ha retratado el otro lado de la inocencia, la cara oculta de la Luna, que es la cara oculta de la pureza.

Es probable que la obligara a posar sobre ese fondo oscuro para que no hubiera lugar a dudas. Una foto perversa.

¿