_doc 2 población y medio ambiente

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IMPACTO DE LAS TENDENCIASDEMOGRAFICAS

SOBRE LOS SECTORES SOCIALESEN AMERICA LATINA

CONTRIBUCIN AL DISEODE POLTICAS Y PROGRAMAS

COMISIN ECONMICA PARA AMRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL)CENTRO LATINOAMERICANO DE DEMOGRAFA (CELADE)BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO (BID)1996

POBLACIN Y MEDIO AMBIENTE

1.INTRODUCCIN

Las interrelaciones entre la poblacin, el medio ambiente y el desarrollo constituyen un asunto de creciente importancia y sobre el cual abunda la polmica y escasean la investigacin y la evidencia. Algunas reflexiones conceptuales -algo as como la mirada general a tales interrelaciones- ya han sido expuestas con especial referencia a la situacin de Amrica Latina y el Caribe (CEPAL/CELADE, 1993: captulo IV). No obstante, an se requieren grandes esfuerzos adicionales para identificar, y poner en su justa dimensin, las eventuales repercusiones de las tendencias demogrficas sobre el ambiente, as como los impactos de los cambios ecolgicos sobre la dinmica de la poblacin. Este captulo intenta una aproximacin operativa a ambos asuntos. Vale decir, se busca examinar tanto los mecanismos generales de interaccin entre la poblacin y el medio ambiente -considerando las mediaciones que impone, entre otros factores, el desarrollo- como las modalidades especficas de su vinculacin en contextos sociales, geogrficos e histricamente determinados.

Cabe destacar que el tema ambiental no es un sector social clsico, como s lo son los sectores analizados en los captulos previos de este libro (III al VI). A causa de lo anterior, la organizacin de este captulo, as como los elementos conceptuales y las herramientas usadas en l, difieren de los usados en los captulos previos. En estos ltimos resulta factible estimar cambios en los requerimientos sociales (trabajos, pensiones, matrculas, atencin mdica, etc.) ocasionados por la dinmica demogrfica. De hecho, existen metodologas definidas para aquello. En cambio, en este captulo tales instrumentos son usados slo marginal mente. Los efectos mediadores de "los patrones de consumo", "la tecnologa" y "los contextos ecolgicos", por mencionar slo tres de los factores mediadores ms relevantes, obligan a tener mucha cautela con la aplicacin de modelos de estimacin de requerimientos -en particular en el caso de los recursos naturales y otros elementos ambientales- derivados de la simple evolucin de la poblacin. Por otra parte, a causa de los efectos de los factores mediadores, ms cuestionable an es imputar directamente al cambio demogrfico modificaciones en los principales parmetros ambientales. Por lo anterior, el componente cuantitativo de este captulo no se estructura sobre la base de la aplicacin de estos modelos (aunque ellos s se usan eventualmente y con las precauciones del caso), sino sobre la base de la identificacin cuantitativa y cualitativa de impactos ambientales que en alguna medida pueden ser atribuidos a la dinmica de la poblacin.

En ltima instancia este enfoque guarda una relacin profunda con la visin general que se adopta respecto de las interrelaciones entre la poblacin, el medio ambiente y el desarrollo. Esta se basa en la siguiente constatacin: el hecho de que la dinmica demogrfica no tenga en s repercusiones directas e inmediatas sobre las condiciones ecosistmicas o los problemas ambientales, no conduce lgicamente ni empricamente a concluir que no hayan interrelaciones entre ambas variables. Asimismo, del hecho de que para la generacin de un cambio ambiental sea necesario que concurran numerosos factores -la gran mayora de ellos no demogrficos- no se deriva una suerte de insensibilidad de los ecosistemas con relacin a las tendencias de la poblacin. El captulo intenta, precisamente, mostrar la existencia de tales relaciones, con especial referencia a ecosistemas concretos -tal como se expone en varios recuadros, entre otros lados-, sin caer en el extremo de establecer vnculos, positivos o negativos, directos o inevitables.

Desde hace largo tiempo es posible advertir intentos por analizar las relaciones entre poblacin, medio ambiente y desarrollo. Sin embargo, slo recientemente se ha avanzado hacia enfoques que den cuenta de sus interacciones mutuas. Esto ltimo representa un adelanto sustantivo con respecto a las aproximaciones que separan los vnculos entre poblacin y ambiente, por un lado, y entre desarrollo y ambiente, por otro, sin identificar o analizar sus vnculos tripartitos.

Una mirada inicial a estas interrelaciones sugiere que si bien el dao eco lgico puede derivarse de procesos naturales o de la accin de otras especies animales, en la prctica el deterioro creciente de los ecosistemas registrado en las ltimas dcadas se ha producido principalmente por actividades de la poblacin humana. No obstante, tales interrelaciones son ms complejas que lo que deja entrever este primer juicio. Con el propsito de evitar una simplificacin excesiva, resulta conveniente que una perspectiva de anlisis integrado de la poblacin, el medio ambiente y el desarrollo tenga en cuenta los principios que se mencionan a continuacin.

El efecto degradante del medio ambiente que pueden tener las actividades de la poblacin no se deriva linealmente del volumen de la poblacin. Entre ambos se encuentran las mediaciones del grado y caractersticas del desarrollo socioeconmico de los pases.

No es posible imputar al desarrollo un efecto nico sobre las actividades de la poblacin, ya que ste, si bien puede implicar la realizacin de actividades altamente nocivas para los equilibrios ambientales, puede a la vez originar avances tecnolgicos para el control del dao ambienta1. As, la mediacin del desarrollo, entre otros factores, hace imposible adjudicar a las actividades humanas consecuencias unvocas y ahistricas sobre el medio ambiente.

Los efectos ambientales de las actividades de la poblacin no son independientes del contexto ecolgico en que se desenvuelven. Esta constatacin adquiere mayor relevancia an si se considera que entre los pases, e incluso dentro de ellos, las condiciones ecolgicas de los territorios presentan una gran heterogeneidad. Asimismo, la distribucin de la poblacin dentro del territorio es desigual, y el dao potencial que pueden provocar las actividades de la poblacin tambin presenta una gran diversidad, segn grupos sociales y geogrficos, de acuerdo a su situacin relativa de desarrollo o sus orientaciones culturales.

Los mrgenes temporales de los efectos sobre el medio ambiente de las actividades humanas deben ser examinados cuidadosamente. Lo anterior, porque a menudo los cambios demogrficos y ambientales (y, por tanto, sus interrelaciones) tienen un lapso de inercia, y slo despus de un perodo de tiempo se perciben manifestaciones claras de ellos. Igual criterio es aplicable a los mrgenes espaciales de los efectos sobre el medio ambiente de las actividades humanas, ya que stos pueden dejarse sentir sobre ecosistemas alejados de la poblacin que los gener.

Finalmente, los grandes objetivos histricos que persiguen actualmente la mayora de los gobiernos se relacionan, a la vez, con el avance en el proceso de desarrollo y con el mantenimiento de un medio ambiente que permita que las generaciones 'futuras lo disfruten (concepto ms aceptado y general de sustentabilidad ambiental). Por ende, resulta evidente que debe buscarse la compatibilidad entre las actividades de la poblacin destinadas a mejorar sus condiciones de vida y el efecto nocivo que stas pudieran tener sobre el medio ambiente. De esta manera se reconoce que la alteracin del medio ambiente es algo inherente a la especie humana, pero a la vez que es perfectamente posible usar el medio ambiente y el patrimonio de recursos naturales de una manera sustentable. Asimismo, en ocasiones un margen de deterioro de la situacin inicial de los ecosistemas es necesario para avanzar en el desarrollo, as como por el contrario ciertas actividades, que incluso pueden ser de gran importancia para generar avances en el proceso de desarrollo, no deben llevarse a cabo -o deben modificarse o controlarse rigurosamente- por sus efectos nocivos sobre el medio ambiente.

Este captulo se propone en primera instancia identificar de manera general los mecanismos mediante los cuales las tendencias demogrficas, en el marco de procesos de desarrollo, influiran sobre los principales problemas ambientales. Luego de esta identificacin se pretende revisar la accin de tales mecanismos en Amrica Latina y el Caribe, de tal manera que del anlisis surjan prioridades y alternativas de poltica sectorial. Cabe destacar que si bien en este captulo no se efecta un escrutinio de los principales conceptos y marcos tericos existentes para el examen de las interrelaciones entre la poblacin, el medio ambiente y el desarrollo, s se reconocen las distintas aproximaciones a esta problemtica y sern consideradas en el anlisis concreto de los asuntos que se abordarn.

Dentro de los principales problemas ambientales se distinguir entre aquellos que por su envergadura afectan a todo el planeta, y los que se sitan en reas sociogeogrficas relativamente delimitadas.

Usando el criterio anterior, es posible diferenciar entre problemas globales, rurales y urbanos. En los dos ltimos casos se subdividirn los problemas segn el recurso afectado (agua, suelo, aire, infraestructura fsica, y recursos humanos). Esta distincin tiene un carcter eminentemente prctico y su nico propsito es facilitar el anlisis.

2. PROBLEMAS AMBIENTALES GLOBALES

Existen cuatro problemas ambientales que reconocidamente tienen un alcance mundial. Estos son: el efecto invernadero, el adelgazamiento de la capa de ozono, la prdida de la biodiversidad, y el transporte internacional de desechos txicos.

2.1. EFECTO INVERNADEROSe entiende por tal un alza de las temperaturas del planeta como resultado del proceso de acumulacin de gases termoactivos (ozono de bajo nivel, clorofluorocarburos, xido nitroso, metano y dixido de carbono) en la atmsfera. Su causa directa es el aumento explosivo de la produccin de estos gases. Mientras en 1950 la emisin de dixido de carbono alcanz las 2 400 toneladas, en 1985 sta fue de, al menos, 6 800 toneladas (Naciones Unidas, 1993). Aunque las consecuencias de este recalentamiento global no estn del todo claras, los expertos sealan que podra afectar la fertilidad de los suelos, el nivel de los ocanos, y la frecuencia de catstrofes o trastornos climticos en los trpicos (Banco Mundial, 1992; UNESCO, 1991 y 1989).

Las tendencias demogrficas, en cuanto al volumen y ritmo de incremento de la poblacin, tendran un papel relevante en el aumento de la concentracin de estos gases en la atmsfera. Como la mayora de ellos son producidos por la actividad humana, es lgico suponer que mientras ms gente habite el planeta mayor sea la generacin de tales gases y, por tanto, ms rpidamente avance el efecto invernadero. Apoyando el razonamiento anterior, clculos elementales han concluido que, en las ltimas cuatro dcadas, el aumento demogrfico habra sido el responsable del 60% del alza de emisiones de dixido de carbono (FNUAP, 1991). Por su parte, la quema del bosque tropical -que segn algunos especialistas tiene un vnculo estrecho con la expansin demogrfica- genera una gran cantidad de dixido de carbono en la actualidad. Adems, esta destruccin de los bosques implica un deterioro a largo plazo de la capacidad para reprocesar el dixido de carbono a travs de "ciclos naturales" (Naciones Unidas, 1993; PNUMA/ AECI/MOPU, 1990).

En virtud de lo sealado en el prrafo anterior, podra afirmarse que las polticas y acciones destinadas a reducir el incremento de la poblacin seran beneficiosas para los equilibrios ecolgicos mundiales.

No obstante, tal conclusin puede ser relativizada si se atiende a otros argumentos. En primer lugar, la emisin de gases termoactivos se explica en su mayor parte por el uso de combustibles fsiles. Dado que stos se utilizan preferentemente en los pases desarrollados, el efecto invernadero estara siendo provocado, bsicamente, por la produccin industrial y los estilos de consumo vigentes en estas naciones. En consecuencia, las medidas de poltica destinadas a preservar la atmsfera planetaria se relacionaran ms con el control de esos procesos y actividades econmicas que con la reduccin del crecimiento demogrfico en los pases pobres (Gosovic, 1984).

Por otra parte, los antecedentes disponibles permiten sealar que, independientemente de los efectos nocivos para la atmsfera planetaria de los niveles de produccin y los patrones de consumo de los pases industrializados -los cuales, adems, estaran en condiciones de reducir sus emisiones de gases termoactivos mediante inversiones en reconversin industrial y en tecnologa anticontaminante, una legislacin decidida en este campo, y la "exportacin" de las fuentes de polucin, la rpida difusin de su estilo de desarrollo entre los pases del Sur, que son los que presentan una expansin demogrfica ms acelerada y en los cuales el control y cuidado del medio ambiente est menos consolidado, ratifica la conclusin de que, de no mediar procesos de transferencia tecnolgica o cambios culturales y legislativos profundos, el tamao demogrfico de estos ltimos desempear un papel fundamental en el equilibrio ecolgico mundial futuro (recuadro VII.1, Naciones Unidas, 1993).

Cabe destacar que una visin ms completa sobre este asunto debe relevar la distribucin espacial de la poblacin. Esta constituye un factor decisivo en el efecto de las tendencias demogrficas sobre la acumulacin de gases termoactivos, por cuanto las actividades humanas que potencialmente producen tales gases dependen en buena medida de la localizacin de la poblacin. As, ciertas actividades altamente productoras de dixido de carbono, como el uso cotidiano del automvil, presentan un marcado sesgo urbano, mientras que otras generadoras de metano (agricultura del arroz, y la ganadera) tienen un carcter eminentemente rural. Igualmente, es importante tener en cuenta la estructura segn edad de la poblacin, porque las actividades de los individuos y su potencial efecto de dao medioambiental, difiere segn el ciclo de vida de las personas (Naciones Unidas, 1993).

2.2. ADELGAZAMIENTO DE LA CAPA DE OZONO

Como resultado del incremento de la concentracin de cloro en la atmsfera se ha estrechado la capa de ozono, provocando un aumento de la intensidad con que llegan los rayos ultravioletas a la tierra. Las consecuencias de esta alza de la radiacin ultravioleta no estn del todo claras, pero existe evidencia en el sentido de que elevara los riesgos de enfermedades de la piel y tendera a reducir el crecimiento y la actividad energtica de varias especies de plantas (Mayer, 1992; UNESCO, 1991 y 1989).

RECUADRO VIII.1ESTIMACIONES DE LA PRODUCCION DE CARBONO BAJO DIFERENTES ESCENARIOS DE DESARROLLO Y NIVELES DE AGREGACION, 1990-2050

AoRegin

(varios niveles de agregacin)Poblacin

(miles de millones)Escenario con emisiones per cpita constantesEscenario con emisiones per cpita cambiantes

Emisiones

(toneladas per cpita)Emisiones

(totales en gigatons)Emisiones

(toneladas per cpita)Emisiones

(totales en gigatons)

1990

(obs.)Mundo5.291.075.67

PD1.143.303.76

PED4.150.461.91

2 bloques5.295.67

Superior0.298.002.32

Medio alto1.001.951.95

Medio bajo2.000.501.00

Inferior2.000.200.40

4 bloques5.295.67

2050

(proyec. Media)Mundo11.201.0711.98

PD1.243.304.093.34.09

PED9.960.464.581.09.96

2 bloques11.208.6714.05

Superior0.308.002.405.01.50

Medio alto1.201.952.342.53.00

Medio bajo3.200.501.601.03.20

Inferior6.500.201.300.53.25

4 bloques11.207.6410.95

Nota: PD corresponde a pases desarrollados (Europa Occidental y Oriental; Japn, Australia y Nueva Zelanda; Estados Unidos y Canad) y PED a pases en vas de desarrollo (resto del mundo). La distincin en cuatro grupos (superior, medio alto, medio bajo e inferior) se basa en una estratificacin segn ingreso per cpita de los PED. La mayora de los pases de Amrica latina se encuentran en la categora medio bajo.Los clculos de este cuado muestran tremendas diferencias en la produccin de desechos per cpita entre pases. En efecto, mientras los pases ms desarrollados emitan en 1990 ocho toneladas de carbono por habitante, los pases ms pobres slo generaban 0.20 toneladas. Incluso en trminos absolutos los pases desarrollados concentran la emisin de contaminantes. Adicionalmente, las cifras ilustran el efecto de la falacia de agregacin en los cmputos sobre el impacto de las tendencias demogrficas en la produccin de desechos contaminantes, ya que al descomponer los clculos segn el estado de desarrollo de las regiones los resultados varan sensiblemente respecto del ejercicio que toma al globo en su conjunto.

Por otra parte, los resultados del cuado sugieren que los desafos futuros en materia de emisin de contaminantes se vincularn, tambin a lo que ocurra con los pases en vas de desarrollo. De no concretarse en ellos procesos de transferencia tecnolgica o redefiniciones de las pautas de consumo deseables (que responden, hasta cierto punto, al efecto demostracin respecto de los pases ms avanzados), el peso de sus emisiones de carbono dentro de las cifras.

Fuente: Lutz y otros, 1993.El razonamiento sobre el mecanismo por el cual las tendencias demogrficas influiran en el agravamiento de este problema es muy similar al expuesto en el caso del efecto invernadero. Como ya se dijo, el adelgazamiento de la capa de ozono es causado por el aumento de la concentracin de cloro en la atmsfera. Este gas es producido, bajo la forma de c1orofluorocarburos, por algunos procesos industriales y por el funcionamiento de ciertos artefactos del hogar. Los diferentes estilos de vida y de produccin del mundo desarrollado y del mundo en desarrollo hacen que, en la actualidad, estos ltimos sean responsables de slo el 17% de la emisin de clorofluorocarburos, pese a constituir las cuatro quintas partes de la poblacin mundial (FNUAP, 1991). De lo anterior se deducira que la principal responsabilidad por el dao a la capa de ozono es de los pases desarrollados, y que las medidas destinadas a proteger la capa de ozono debieran centrarse en ellos.

Sin embargo, la evidencia disponible indica que en los pases desarrollados se han dado pasos para cumplir el Protocolo de Montreal, destinado a reducir drsticamente la emisin de estos gases dainos. Adicionalmente, las campaas orientadas a desincentivar el uso de productos que requieren de procesos perjudiciales para la capa de ozono, parecen haber tenido cierto xito en estos pases. En cambio, en las naciones en vas de desarrollo la situacin en este campo est muy retrasada y, adems, los planes de desarrollo prevn la expansin de la industria y la masificacin de ciertos artefactos domsticos durab1es -como la mayora de los refrigeradores- cuyo funcionamiento produce emanaciones de clorofluorocarburos. De esta manera, por la extensin de pautas de consumo exigentes con el medio ambiente y la falta de difusin de las tecnologas productivas no contaminantes con que ya cuentan algunos pases del Norte, el crecimiento de la poblacin de los pases en vas en desarrollo podra en el futuro agravar el problema de la capa de ozono, hasta convertirse incluso en un factor clave de su deterioro (Naciones Unidas, 1993; FNUAP, 1991).

Dado el peso de la poblacin de Amrica Latina y el Caribe dentro de la poblacin mundial, sus actividades implican efectos sobre la acumulacin de gases termoactivos y ozono en la atmsfera del planeta. En el pasado reciente, la preocupacin por los efectos ambientales globales de las tendencias demogrficas de la regin se concentr en su acelerado crecimiento y sus consecuencias en el consumo y generacin de desechos. Actualmente, por la rpida cada de la fecundidad registrada en los ltimos veinticinco aos -y la concomitante desace1eracin del incremento de la poblacin-, la inquietud por el aumento demogrfico ha disminuido, pero ha crecido la preocupacin por las consecuencias de la trayectoria urbana de la regin (recuadro VTI.2; anexos 1 y 2).

La poblacin urbana de Amrica Latina y el Caribe pas de representar el 42% de la poblacin regional en 1950 al 72% en 1990, y se espera que llegue al 76% en el ao 2000 con aproximadamente 400 millones de personas (CEPAL/CELADE, 1993) y, por el mero avance del proceso de urbanizacin, se prev que aumenten las emisiones per cpita de gases dainos para la atmsfera mundial. Adiciona1mente, las aspiraciones de desarrollo de los pueblos y los gobiernos de la regin implicarn una mayor produccin, un mayor consumo, y una mayor generacin de desechos. Por tanto, podra concluirse que las actividades de la poblacin de la regin tendern cada vez ms a agravar el efecto invernadero y el deterioro de la capa de ozono.

Pese al reconocimiento de los potenciales efectos negativos del aumento de la poblacin de Amrica Latina y el Caribe para el ecosistema global, es necesario sealar que en gran medida tal amenaza surge por la falta de polticas destinadas a generar una relacin ms "amistosa" con el medio ambiente; es decir, una conducta de uso racional de los recursos naturales y los ecosistemas.

Por otra parte, tambin se ha sostenido que la regin contribuye al deterioro de la atmsfera global por las amplias reas rurales destinadas a la ganadera en Amrica del Sur, Amrica Central y Mxico, las que seran productoras de buena parte del metano que escapa al aire. Los antecedentes disponibles indican que la presin demogrfica endgena tendra una participacin marginal dentro de las fuerzas que estimulan el avance de la ganadera extensiva; de hecho, la poblacin rural de la regin prcticamente no ha aumentado desde lo aos 80 y, por otra parte, la ganadera extensiva ha tendido ms bien a expulsar que a retener poblacin campesina. Adicionalmente, la expansin de la ganadera extensiva respondera a la demanda de carne y cuero por parte de los mercados internacionales y, por ende, a la alta rentabilidad que tiene este uso de los suelos para los grandes terratenientes de la regin (CEPAL, 1993b y 1991b; PNUMA/AECI/MOPU, 1990).

RECUADRO VII.2

TRAYECTORIA URBANA DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Uno de los rasgos que ms destaca en los cambios experimentados por Amrica Latina durante el siglo XX es su acelerada urbanizacin. Si bien la intensidad de este proceso se ha atenuado en las ltimas dcadas, su fuerza es tal que ha llevado a la regin a ubicarse entre las ms urbanizadas del mundo contemporneo. Alrededor de 1925, un cuarto de la poblacin de Amrica Latina resida en localidades urbanas, proporcin que se ubicaba a mitad de camino entre el 50% registrado por Europa y Amrica del Norte, en un extremo, y menos del 10%, correspondiente a Africa y Asia, en el otro. Todos los datos posteriores sealan que el nivel de urbanizacin de Amrica Latina ha estado ms cercado a las cifras de Europa y Amrica del Norte que a las de Africa y Asia. En 1990 era la regin ms urbanizada dentro del mundo en desarrollo, con un 72% de su poblacin residiendo en localidades urbanas. Las proyecciones indican que a fines de siglo tal cercana podra convertirse en igualdad.A menudo se singulariza el proceso de urbanizacin de Amrica latina por su tendencia metropolitana, es decir, por una elevada concentracin de la poblacin y de las funciones socieconmicas y administrativas en unas pocas ciudades de gran tamao, en la mayora de los casos coincidentes con las capitales nacionales que devinieron metrpolis durante el siglo XX. En ese sentido, es sugerente que de las doce urbes ms pobladas del mundo en 1992 cuatro se localizaran en Amrica Latina (Sao Paulo, Ciudad de Mxico, Buenos Aires y ro de Janeiro); este hecho es an ms llamativo si se considera que en 1950 slo Buenos Aires se encontraba entre las diez reas metropolitanas mayores del mundo, y que en 1990 la poblacin latinoamericana representada apenas el 8% del total del planeta. Sin embargo, la informacin disponible permite concluir que el proceso de metropolizacin no ha sido tan distinto del detectado en otras de las grandes regiones del mundo en desarrollo. En diferentes territorios se constata la existencia de metrpolis que son el centro poltico y econmico de su pas, que se expanden aceleradamente, que albergan a varios millones de habitantes, y que concentran una fraccin importante (20% o ms) de la poblacin urbana. Entre otros casos pueden mencionarse: Dhaka, en Bangladesh; El Cairo, en Egipto; Bagdad, en Irn; Lagos, en Nigeria; Manila, en Filipinas; Sel, en Corea del Sur, y Bangkok, en Tailandia.Ahora bien, lo que s puede concluirse a partir del examen de los ltimos datos disponibles para los pases de Amrica Latina es que en esta regin es bastante mayor la frecuencia relativa de urbes que concentran ms del 25% de la poblacin total de los respectivos pases. Buenos Aires, Santiago, Lima, Montevideo, Santo Domingo, Managua y San Jos son ejemplos claros de esta situacin.

Adems, otros rasgos que suelen distinguir a las ciudades de la regin , aunque en los ltimos aos se ha verificado ciertos cambios que atenan estas caractersticas, son: su estilo de expansin fsica de tipo horizontal irregular, que se traduce en uso ineficiente del espacio urbano y bajas densidades demogrficas; la marcada diferenciacin en la localizacin espacial de los estratos socioeconmicos (concentracin de los pobres en la periferia), y la gran concentracin de las actividades terciarias en el centro.Fuente: CELADE, 1994.

En conclusin, aunque el acelerado crecimiento demogrfico prevaleciente hasta hace poco en la regin puede haber incidido en la agudizacin de estos dos problemas atmosfricos globales, resulta claro que slo ha sido uno de los muchos factores coadyuvantes de esta agudizacin, y por tanto la accin al respecto slo sera una parte de su solucin.

2.3. PRDIDA DE LA BIODIVERSIDAD

La desaparicin de especies animales y vegetales se ha estado produciendo con gran rapidez en las ltimas dcadas. Dados los intrincados y a menudo no bien conocidos vnculos entre las distintas formas de vida, las consecuencias de la extincin de algunas de ellas podran ser graves para el resto. Por estas interrelaciones tan complejas, la mayora de los expertos consideran la prdida de la biodiversidad como un problema que puede afectar al planeta en su conjunto.

El aumento de la poblacin ha significado, por un lado, requerimientos de consumo crecientes (y dentro de los bienes de consumo se encontraran varios tipos de organismos vivos) y, por otro, la ocupacin, perturbacin y destruccin de hbitats naturales, como producto de las crecientes exigencias de espacio para solventar el crecimiento y multiplicacin de los asentamiento s humanos. Este enfoque que identifica un impacto negativo tan directo entre la poblacin y el medio ambiente, ha sido cuestionado por aquellos que sostienen que la causa efectiva de la merma de la biodiversidad radica en la explotacin comercial indiscriminada de las especies vivas, ya sea con el propsito de satisfacer los patrones de consumo de una minora que se localiza muy lejos de las reas afectadas por tal depredacin, o con el objetivo de realizar procesos de transformacin energtica que van en beneficio de pases altamente desarrollados o de asentamientos humanos dentro del pas, pero fuera de las regiones ricas en biodiversidad que estn siendo depredadas.

Dentro de todos los fenmenos de merma de la diversidad biolgica, la deforestacin es el que causa mayor preocupacin. Por varias razones, la depredacin de las selvas del trpico hmedo provoca una inquietud especial. En primer lugar, en estos bosques la biodiversidad es mucho ms rica. Luego, all habita buena parte de las especies an no catalogadas. Adems, las grandes selvas tropicales tienen una fuerte influencia sobre los principales procesos climticos, los ms importantes ciclos de renovacin de los recursos naturales bsicos, y numerosos aspectos geofsicos. Por ltimo, el ritmo de la deforestacin avanza mucho ms rpido en ellas (Naciones Unidas, 1993).

Todas las cifras disponibles coinciden en sealar que la de forestacin, especialmente la del bosque tropical, es un problema acuciante. La Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (FAO) estimaba a principios del decenio de 1980 que por esta causa se perdan 11 millones de hectreas cada ao (la superficie de Austria); empero, con los recientes progresos en materia de teledeteccin se ha podido conocer que la deforestacin ha sido an ms intensa, alcanzando a cerca de 17 millones de hectreas anuales. En varias regiones del mundo prcticamente ha desaparecido la capa boscosa nativa, y en otras tantas el ritmo de explotacin de la misma es tan intenso que elimina la posibilidad de reposicin natural (Naciones Unidas, 1993; FAO, 1992).

Ahora bien, respecto de los factores que generaran la deforestacin no hay completa certidumbre. Tal como lo seala un grupo de expertos reunido por Naciones Unidas recientemente: "Al parecer, habra tres causas principales de la prdida de bosques tropicales: la invasin de agricultores sin tierra que utilizan prcticas de corte y quema, las actividades de tala en gran escala, y la conversin de esos bosques en tierras de pastoreo y grandes plantaciones" (Naciones Unidas, 1993).

Las tendencias demogrficas podran estar provocando la deforestacin a travs de varios mecanismos. La lea contina siendo importante como fuente energtica para las unidades domsticas, por lo cual el aumento de la poblacin, sobre todo en las zonas rurales y en las reas urbanas pobres, puede incidir de manera directa en la intensidad con que se explota el recurso madera (CEPAL, 1993b; Banco Mundial, 1992; United Nations Secretariat, 1991). Por otra parte, se ha visto que el aumento de la densidad demogrfica en las zonas rurales se enfrenta ya sea aumentando la intensidad de uso de las tierras y la productividad de las mismas (el efecto positivo en el crecimiento demogrfico, segn Boserup) o expandiendo la frontera agrcola. En este ltimo caso, los campesinos pobres o sin tierra, obligados a la bsqueda de nuevos territorios para sobrevivir, tarde o temprano terminan desbrozando y deforestando para ganar tierra cultivable (Banco Mundial, 1992; Davis y Bernstam, 1991; United Nations Secretariat, 1991). De hecho, algunos especialistas sostienen que a nivel mundial la principal fuente de la deforestacin (60% aproximadamente, segn Myers, 1991) sera la colonizacin agrcola y la agricultura migratoria. Los campesinos colonos y migrantes talan los bosques para obtener lea, y los queman para abrir nuevos territorios para sus cultivos.En muchos casos la dinmica demogrfica se ha constituido en factor negativo para los bosques a causa de las condiciones de pobreza de los campesinos, la falta de apoyo financiero y tecnolgico por parte del gobierno, y la concentracin del recurso suelo en unas pocas manos. Una mejor distribucin de la tierra inhibira la densificacin excesiva. Asimismo, el mejoramiento del recurso humano y un mayor acceso al crdito ya la tecnologa podran aumentar la productividad de los campesinos sin mayores daos para el acervo de recursos naturales, incluso bajo condiciones de rpido crecimiento de la poblacin rural (Tapia, 1993; Hogan, 1992; UNESCO, 1989).

Por otra parte, se reconoce que en la depredacin de las selvas del trpico hmedo han tenido un papel relevante otros factores. Por ejemplo, la actividad de la industria de la madera y de otros rubros fabriles sin control alguno por parte de los gobiernos nacionales y locales, y sin acciones de reforestacin; la expansin de la ganadera y las plantaciones extensivas; las polticas de colonizacin acelerada, y la falta de claridad respecto de los derechos de propiedad de las reas boscosas (Naciones Unidas, 1993; Banco Mundial, 1992).

Lo que ocurre en Amrica Latina y el Caribe tiene una importancia decisiva en la prdida de biodiversidad y en la destruccin de la selva tropical a nivel mundial, por cuanto es aqu donde se encuentra el 57% de las reservas mundiales de tales bosques. Lo cual adquiere mayor importancia an si se considera que la deforestacin est avanzando muy rpidamente en la regin. La superficie boscosa disminuy en 8.4 millones de hectreas anuales durante el decenio de 1980, lo que significa una tasa de deforestacin del 1.3% anual (Naciones Unidas, 1993)8. La superficie talada en los ltimos treinta aos equivale a la de Mxico (FAO, 1992). Por otra parte, la tala y quema masivas del bosque tropical, en especial en la Amazona, estara generando entre el 7%. Y el 10% de las emisiones de dixido de carbono a la bioesfera (PNUMA, 1990).

Ahora bien, al analizar con mayor detalle las interrelaciones entre la deforestacin, la poblacin y el desarrollo en Amrica Latina y el Caribe se observa un conjunto de situaciones muy diversas, producto de la heterogeneidad que caracteriza a la regin en estos tres mbitos. Similar dispersin se da, tambin, al interior de los pases.

Podra sostenerse que en los pases centroamericanos que se encuentran en las etapas iniciales de la transicin demogrfica, los vnculos entre deforestacin y poblacin seran ms evidentes, ya que all se registran las tasas de crecimiento demogrfico y las densidades de poblacin ms altas de la regin, y a la vez el proceso de deforestacin ms acelerado y devastador (CEPAL, 1993b; PNUMA, 1990). Adems, los pases de esta subregin se caracterizan por el alto porcentaje que representan la lea y el carbn vegetal en el consumo total de energa nacional. Segn datos de la FAO, estos valores seran de 85% en Hait, 65% en Honduras, 63% en Guatemala y 54% en El Salvador (CEPAL, 1993a).

Parte de estas consecuencias crticas han surgido por las condiciones de pobreza de los campesinos y la distribucin muy concentrada de la tierra. Tambin existen antecedentes sobre el papel, a veces muy relevante, que han tenido otros agentes en la deforestacin de la regin (recuadro VII.3).RECUADRO VII.3

POBLACION, DEFORESTACION Y DESARROLLO EN AMERICA CENTRAL Y EL CARIBE

Pese a que en los ltimos aos en Centroamrica se ha perdido un promedio anual de 240 mil hectreas de bosque (entre 1981 y 1985 fueron 370 mil hectreas anuales), y a que la superficie boscosa experiment una gran merma, ya que de ser el 37% del territorio de esta subregin en 1980 pas a ser el 28% en 1990, el rubro forestal ha representado cifras mnimas dentro de las exportaciones regionales (1%), lo que evidencia el uso domstico de este recurso.

En Salvador, la expansin del caf, el algodn y la caa de azcar se bas en el despeje de la superficie boscosa. Los campesinos productores de granos bsicos desplazados por el anterior proceso y por otras causas como la guerra interna y la falta de tierra, ocuparon las laderas montaosas eliminando el bosque. En la actualidad, se estima que la superficie forestal de El Salvador llega al 7% de su territorio. Guatemala tiene una clara vocacin de cultivos, pero las reservas de alguna de sus regiones prcticamente se han agotado por la expansin de cultivos como el algodn. En los ltimos aos el proceso de deforestacin ha avanzado rpidamente en las zonas de Alta Verapaz, Quich e Izabal, en las cuales se conjugan las presiones derivadas de un fuerte crecimiento de la poblacin y de la ampliacin de las actividades agrcolas y ganaderas de grandes dimensiones. En la nortea regin del Petn se concentran los recursos boscosos (de hecho, en 1990, 1.4 millones de hectreas se declararon como zona de reserva). Aqu, la tala de bosques se est intensificando como resultado de masivos desplazamientos de campesinos enmarcados en los programas de colonizacin gubernamentales. En Honduras, casi la mitad del territorio con vocacin forestal se ha talado y experimenta un marcado proceso erosivo. No obstante, ha aumentado las zonas de reserva forestal y existen mejores condiciones materiales para un aprovechamiento ms eficiente del recurso madera. Nicaragua ha experimentado el mayor volumen de deforestacin de Amrica Latina, ya que entre 1976 y 1985 se habran perdido aproximadamente 120 mil hectreas anuales de bosque. Esto a pesar de la creacin, en 1979, del Instituto Nicaragense de Recursos Naturales y del Medio Ambiente (IRENA), cuya misin era resolver los problemas ecolgicos de ese pas. En Costa Rica se emiti un decreto para mejorar la gestin de los recursos madereros y asegurar la supervivencia de una cantidad mnima de zonas boscosas, por cuanto las estimaciones oficiales del ritmo de deforestacin hacan prever la extincin de los bosques nativos a fines de los aos 90. La cuenca del canal de Panam ha sido deforestada aceleradamente y se reconoce que el crecimiento de la poblacin rural con su secuela de migracin en busca de nuevas tierras tuvo gran influencia en el agravamiento de este problema. Asimismo, el crecimiento de la poblacin urbana se tradujo en deforestacin, por las necesidades de usar el suelo con propsitos urbanos (habitacin, transporte, depsito de residuos, etc.). Entre las islas del Caribe, la situacin ms dramtica es la de Hait. Mientras en 1963 el 60% de la superficie de este pas presentaba alguna cobertura boscosa, en la actualidad slo un 2% del territorio contara con manchones selvticos. Los resultados de esta deforestacin salvaje estn a la vista: el 30% del territorio puede considerarse improductivo, numerosos ros pequeos han perdido profundidad por efecto de la acumulacin de sedimentos, han bajado los niveles freticos, y su principal embalse ha reducido su capacidad de acopio.En sntesis, entre las causas de la deforestacin en esta subregin se pueden sealar: a) la fuerte dependencia de su poblacin respecto del recurso madera. Se calcula que casi el 90% de la madera que se corta se destina a lea o carbn. La situacin de pobreza y la carencia de alternativas energticas incrementa esta dependencia. La expansin demogrfica aumenta la presin sobre el recurso boscoso; b) La ineficiencia de la industria de la madera, que no utiliza completamente los rboles que tala; c)la fuerte expansin hacia zonas de vocacin forestal de cultivos como algodn, caf y caa de azcar; d) el desplazamiento de los agricultores productores de granos bsicos y de los campesinos sin tierras, hacia suelos de vocacin forestal, y e) el impetuoso avance de la ganadera extensiva, que utiliza tecnologas rudimentarias e ineficientes desde los puntos de vista socioeconmico y medioambiental.

Fuente: CEPAL, 1193 y 1996b; Bilsborrow, R y P. DeLargy (1991), Land Use, Migration, and Natural Resource Deterioration: The experience of Guatemala and the Sudan, en Davis, K. y M. Bernstam, 1991, PNUMA/AECI/MOPU, 1990.

En la actualidad -dadas las dimensiones relativamente pequeas de esta subregin, la gran superficie destinada a ganadera extensiva y a cultivos para exportacin (caf, pltano, algodn, caa de azcar, etc.), la tremenda concentracin de la tierra y la creciente conversin de las ltimas reservas de bosque nativo en parques nacionales-, han agotado prcticamente las posibilidades de continuar expandiendo la frontera agrcola. As, el crecimiento demogrfico est empujando, por un lado, la migracin a las ciudades y, por otro, la proletarizacin de los campesinos. Ante la falta de tierra, estos ltimos ofrecen su fuerza de trabajo a los terratenientes e industriales agrcolas de la regin (Ortega, 1992; Dewalt y otros, 1991).

Por su parte, en los pases de Amrica del Sur que ms han avanzado en la transicin demogrfica, la principal causa de la deforestacin ha sido la ampliacin de la superficie destinada a la ganadera extensiva. Luego vendran la explotacin masiva de los bosques por parte de la industria de la madera, y las presiones demogrficas en contextos de pobreza o de minifundio. Adems, el avance sobre la frontera agrcola en esta subregin ha sido empujado, en muchos casos, por polticas pblicas de colonizacin que no consideraron un evaluacin de su impacto ambiental (recuadro VII.4; Tapia, 1993; CEPAL, 1991b).

Hay que destacar que en muchos de estos pases la poblacin rural ha estado disminuyendo en los ltimos aos, por lo cual imputarles la responsabilidad de la deforestacin parecera contradictorio. Aun as, se reconoce que en ciertas zonas rurales de Amrica del Sur que han experimentado un crecimiento explosivo de su poblacin (algunos estados amaznicos de Brasil-Rondnia-, y Bolivia -Santa Cruz, Beni, Pando-, por ejemplo), en buena medida causado por flujos inmigratorios incentivados por los gobiernos, la expansin demogrfica puede haber acelerado la tala masiva de bosques (recuadro VII.4).

2.4.TRANSPORTE INTERNACIONAL DE LOS DESECHOS TXICOS

Pese a que no se trata de un problema global, dado el carcter internacional de este fenmeno lo ms conveniente es situarlo dentro de los problemas planetarios. El asunto es relativamente nuevo, pero se le reconoce una tremenda importancia, hasta el punto de existir un tratado reciente sobre la materia. Por cierto, este problema es una manifestacin ms de las asimetras del desarrollo mundial, por cuanto est claro que son los pases industrializados los que "exportan" estos residuos, mientras que los pases pobres los reciben. No obstante su importancia, especialmente en Amrica Latina y el Caribe que se ha convertido en un receptor de tales desechos (PNUMA/AECI/MOPU, 1990), sus vnculos con las variables de poblacin son difusos, por lo cual no parece apropiado extenderse sobre este particular.

3. PROBLEMAS AMBIENTALES EN REAS RURALES

Los daos ecolgicos en las zonas rurales estn directamente ligados a las actividades que les son propias y a las caractersticas de su geografa. Retornando la taxonoma efectuada con anterioridad, a continuacin se vern los distintos tipos de problemas posibles de encontrar relacionados con las tendencias de la poblacin y el proceso de desarrollo de las reas rurales.

RECUADRO VII.4POBLACION, DEFORESTACION Y DESARROLLO EN SUDAMERICAExiste una gran cantidad de antecedentes sobre los daos provocados por los flujos migratorios hacia la Amazona. Estas corrientes se deben, en parte, al acelerado crecimiento de la poblacin de los pases con selva amaznica (Brasil, Venezuela, Per, Colombia y Ecuador), tal como lo ha hecho notar Myers (1991) al analizar el caso de los estados brasileos de Rondnia y Acre. Sin embargo, no puede desconocerse la influencia de los programas de colonizacin gubernamentales, que implicaron el traslado masivo de campesinos y pobladores urbanos hacia el vaco amaznico en un primer paso por conquistar ese territorio desconocido y aparentemente tan rico. Adicionalmente, est claro que vastas reas de la Amazona han sido depredadas por grandes empresas del rubro de productos primarios (ganadera, madera, minerales, etc.) que a menudo usan a los campesinos migrantes como limpiadores de terrenos. En el mismo sentido, se ha descrito la existencia de polticas econmicas de deforestacin que combinaban las ya mencionadas medidas de colonizacin con subvenciones a la construccin de infraestructura (habitacional, transporte y almacenamiento) en la Amazona y beneficios tributarios y facilidades crediticias para las empresas que se radicarn all. En definitiva, siguiendo un lema popular en esta subregin, gobernar es poblar, se impuls el dominio de la Amazona, aun a costa de la tala masiva de bosques y del uso de ecosistemas nativos frgiles para fines de produccin primaria que implican su degradacin rpida.En Argentina la poblacin rural ha disminuido en las ltimas dcadas, pese a lo cual la superficie del bosque nativo se ha reducido a la mitad de las existencias originales como producto de la expansin de las actividades agrcolas y ganaderas destinadas al consumo urbano e internacional. Los incendios han contribuido a la disminucin de la superficie boscosa. La falta de un ordenamiento en la explotacin del bosque nativo es preocupante, porque los grupos ms pobres de la poblacin argentina se localizan en reas donde ste es abundante y se mantienen gracias a su explotacin en ocasiones, no sustentable.

A principios de 1990, la superficie boscosa del Ecuador alcanzando los 115 km2, equivalente al 42% del territorio nacional. El 99% de ella era bosque nativo. Sin embargo, la deforestacin avanza a un ritmo de 340 mil hectreas anuales y las plantaciones nuevas representan menos del 5% de esta cifra. El problema afecta a todos los tipos de bosques que tiene el pas. El tropical est siendo talado por la expansin de la frontera agrcola y los requerimientos de espacio de la actividad petrolera, minera y ganadera. El manglar ha sido mermado por la expansin urbana y la produccin de tipo minero y marino. El bosque cordillerano ha sido diezmado por el uso de lea por parte de la poblacin, y por el desmonte para abrir nuevos suelos de cultivo para los campesinos sin tierra.Se ha establecido que en Chile inicialmente hubo un perodo agropastoril en el cual el bosque fue considerado como un recurso infinito y se le explot de manera irracional, por los requerimientos que impona el desarrollo y el aumento de la poblacin. En los primeros cincuenta aos del siglo XX durante la etapa preindustrial, se hace ms eficiente la explotacin de los recursos madereros, que ya eran mucho menos abundantes que en el pasado. Los crecientes conocimientos sobre gestin forestal permiten enfrentar la merma de recursos con acciones de manejo apropiado de los bosques y reforestacin. Despus de la posguerra y en pleno perodo industrial, la explotacin del bosque nativo (como madera productiva) se reduce bastante y se reemplaza por bosque artificial de mayor crecimiento y resistencia a los suelos degradados. Adems, crece y se diversifica la industria de la madera y se constituye una importancia masa de formaciones vegetales protegidas. En la actualidad, la mayor parte de la industria explota las plantaciones iniciadas en torno a 1950. Pese a que el caso de Chile ha sido considerado un ejemplo de manejo forestal, existen varias crticas al modelo seguido. La relevancia econmica de la silvicultura contrasta con su escasa absorcin de mano de obra se ha dicho, incluso, que la poltica de explotacin forestal ha estimulado la migracin rural-urbana. Adems, se ha insistido en la fragilidad de las especies plantadas, susceptibles de ser atacadas por plagas especialmente devastadoras. Por ltimo, se ha sealado que el aumento de las especies forneas puede atentar contra los desequilibrios ecolgicos de las zonas boscosas.Fuente: CEPAR, 1993; CEPAL, 1993b, 1990 y 1990c; Susaeta, E. (1989), La sustentabilidad en el desarrollo forestal chileno, en Ambiente y desarrollo, Santiago de Chile, N 3, pp. 13-28.

3.1.RECURSOS HIDRICOS

La falta de agua ha sido un problema crnico en muchas regiones del mundo. La distribucin espontnea de este lquido vital presenta una alta complejidad, al igual que la existencia de procesos naturales de renovacin del mismo. En las zonas rurales, la escasez del agua implica limitaciones y carencias directas para los individuos y es un obstculo para las actividades humanas, en general, y las agrcolas y agroindustriales, en particular.

Ahora bien, en los ltimos decenios se ha observado una merma importante de las reservas de agua en varias regiones del mundo; de hecho numerosas napas freticas y cursos de agua superficiales se han secado. El agravamiento de este problema ha sido provocado por la intensa expansin del consumo de este recurso vital, ya que, aun siendo el agua un bien en principio renovable, al exceder su uso cierto lmite cuantitativo los procesos naturales de renovacin o reposicin dejan de funcionar y comienza su agotamiento.

El crecimiento demogrfico sera un importante factor explicativo del alza de consumo de agua, tanto por su uso directo por parte de los seres humanos, como por su utilizacin en diferentes actividades, en especial el riego de tierras agrcolas. Este ltimo ha aumentado significativamente por la necesidad de elevar la productividad de las tierras con el propsito de satisfacer los requerimientos nutricionales de una poblacin creciente y con pautas de consumo alimentario cada vez ms exigentes (FNUAP, 1991; Davis y Bernstam, 1991).

En todo caso, mantiene validez el argumento de que el problema principal no es la cantidad de poblacin sino sus patrones de consumo (en este caso, uso del agua). Adicionalmente, se ha sostenido que la tecnologa tendra un papel de primera importancia en el mejoramiento de la eficiencia del uso de este recurso y en la generacin de procesos de renovacin artificial del mismo, a causa de lo cual, ciertos progresos tcnicos y su difusin podran revertir el problema del agotamiento de las reservas de agua dulce. Se ha destacado, tambin, que en numerosos casos de merma de las reservas de agua, el factor demogrfico vinculado a tal problema no ha sido endgeno de las zonas rurales, ya que la demanda de agua ha provenido de asentamientos humanos (normalmente grandes ciudades) fuera del ecosistema donde se est produciendo el problema.

Un segundo tipo de deterioro hdrico consiste en la perturbacin y contaminacin de las fuentes de agua. La magnitud de este problema ha aumentado significativamente en los ltimos aos, y son frecuentes los casos de alteracin y degradacin irreversible de ros, lagos y reas ocenicas.

Se ha sostenido que la creciente densificacin demogrfica de las zonas agrcolas, sobre todo de las aledaas a las fuentes hdricas, y el mayor uso de qumicos y fertilizantes en la produccin agrcola, han implicado un aumento de la generacin de residuos y de productos txicos en el campo. En algunos casos, este incremento ha sido de tal magnitud que ha quebrado los ciclos de absorcin natural de desechos existentes, desencadenando la acumulacin de desperdicios en las fuentes hdricas, tradicionales "basureros" de las zonas rurales. Lo anterior ha provocado serios daos a la calidad del agua, que se vuelve intil para el uso humano, y la desaparicin de las especies que habitan en estas fuentes. De hecho son varios los casos verificados de lagos y ros "muertos" (Banco Mundial, 1992).

En este contexto, se ha planteado que el crecimiento de la poblacin ha sido uno de los factores claves de este proceso de deterioro. Por un lado, causara un aumento de la densidad demogrfica en las zonas rurales, cuyo resultado neto es un incremento de los residuos domsticos y orgnicos. Por otro, elevara la demanda por alimentos, impulsando el incremento de la productividad agrcola mediante el uso de aditivos, fertilizantes y procedimientos qumicos (FNUAP, 1991).

Sin embargo, se ha hecho notar que en la mayora de los casos la densidad rural y los estilos de vida de los campesinos de los pases en vas de desarrollo difcilmente alcanzan niveles que se traduzcan en una produccin de desechos tan grande como para impedir los procesos de absorcin natural de los mismos. El caso de los ocanos es uno de los ms citados para ilustrar que no es la poblacin rural la que provoca el deterioro de las fuentes hdricas. Por su magnitud, stos pueden ser afectados slo por grandes desastres ecolgicos, por procesos de depredacin industrial a gran escala, o por el depsito de desechos urbanos; todos ellos, factores sin vinculacin prctica con la cantidad y velocidad de crecimiento de la poblacin rural.

Pese a que Amrica Latina y el Caribe es una zona rica en recursos hdricos, prcticamente en todos los pases existen reas desrticas y otras afectadas por sequas peridicas, estimndose que una cuarta parte de la regin es rida o semirida. Se calcula que, en 1980, 61 millones de latinoamericanos vivan en estas zonas (CEPAL, 1991a).

La falta de agua en la regin no se ha originado solamente por causas naturales. Existe evidencia de que este problema se ha suscitado, a veces, debido a las actividades humanas. En algunas zonas agrcolas andinas el problema ha estado vinculado a una alta densidad demogrfica, precarias condiciones de vida y manejo inadecuado de los escasos recursos hdricos. En reas rurales cercanas a grandes proyectos hidroelctricos o actividades mineras de gran envergadura, hay carencia de agua por el uso intensivo de ella que requieren estas actividades. Se ha constatado, asimismo, que numerosas reas rurales o semiurbanas de los alrededores de las grandes ciudades de Amrica Latina han visto mermadas sus reservas de agua dulce como consecuencia de su creciente demanda por parte de estas metrpolis (recuadro VII.5).

Los antecedentes disponibles sealan que en la mayora de los casos las tendencias de la poblacin rural no han tenido mayor incidencia en el aumento de esta contaminacin. El problema se ha suscitado, ms bien, por el vertimiento sistemtico de desechos y de sustancias txicas derivadas de las actividades de ciudades aledaas, por la ocurrencia de desastres industriales, y por el gran aumento de la poblacin urbana (CEPAL, 1991b; Reboratti, 1989).

3.2. RECURSO SUELO

Dentro de la degradacin de los terrenos se encuentran numerosos tipos de dao, destacndose la erosin, la prdida de fertilidad, la desertificacin y la salinizacin. Diversos estudios indican que, pese a la carencia de datos precisos, estos problemas se estaran extendiendo aceleradamente en varias regiones del mundo. Si bien a menudo los medios de comunicacin de masas difunden la idea de que la desertificacin es el problema ms grave, mucho ms peligrosa, y sobre todo en los pases en desarrollo, pareciera ser la erosin (Banco Mundial, 1992).

Las tendencias demogrficas pueden contribuir a la degradacin de los suelos a travs de varios mecanismos. Dado que en muchas culturas campesinas la tierra debe dividirse entre la descendencia, la porcin de terreno productivo por persona disminuye con el paso del tiempo, en un contexto de escasez de suelos cultivables yen directa relacin con la fecundidad. Aunque algunos autores sealan que la densificacin puede tener consecuencias positivas para la productividad agrcola al empujar la intensificacin del uso del suelo -tal como lo ilustra el ejemplo de las terrazas en los cultivos de altura de los Andes o la alta correlacin entre tamao de los predios y porcin de los mismos trabajada (CEPAL/FAO, 1986)-, cada vez existe ms conciencia de que, en contextos de pobreza, distribucin desigual de la tierra y falta de capital humano, tcnico y financiero, sta tarde o temprano se traduce en sobreexplotacin del recurso.

RECUADRO VII.5PROBLEMAS DE AGUA EN ZONAS RURALES POR PRESIONES DE LA POBLACION URBANA

En Mxico, el Valle de Lerma ha sido fuertemente afectado por la extraccin de agua desde sus fuentes para satisfacer los requerimientos hdricos de su vecina, Ciudad de Mxico. Esta transferencia caus alteraciones ecolgicas en el Valle; en particular, deprimi la napa subterrnea y sec sus lagunas ocasionando serios problemas sociales y productivos a sus habitantes hasta tal punto que la situacin devino en un problema poltico.En Brasil, la cuenca hidrogrfica de Piracicaba, en la regin de Campinas del estado de So Paulo se conoce como la California brasilea por el alto nivel de vida de su poblacin y por su amplio desarrollo agrcola e industrial. Pese a que las estimaciones indican que los recursos hdricos bastaran, en el futuro inmediato al menos, para cubrir los requerimientos de la poblacin y la economa locales, la perspectiva de carencia de agua se ha hecho inminente en la ciudad de Piracicaba y en zonas rurales cercanas, a causa del desvo de las aguas del ro con el mismo nombre al sistema que abastece a So Paulo.

La expansin de la ciudad de Lima ha significado prcticamente la desaparicin del sistema de riego y de los cursos de agua que alimentaban las tierras de cultivo del Valle del Rmac, deteriorando gravemente los suelos agrcolas de la regin costea, los ms frtiles del pas.

En Chile, las configuraciones de caudal de la mayora de los ros entre Santiago y Puerto Montt estn o se vern afectados por la construccin de represas hidroelctricas, necesarias para satisfacer las proyecciones de aumento de la demanda de energa elctrica. Adems de alterar los cursos y los flujos normales de los ros, tales construcciones han implicado e implicarn profundos cambios en el paisaje rural, incluyendo la inundacin de vastas zonas escasamente habitadas pero de reconocida importancia cultural. Por otra parte, los altos grados de contaminacin por coniformes y residuos industriales que alcanza el ro Mapocho en su paso por Santiago ha significado desde hace varias dcadas una creciente contaminacin de la produccin agrcola de las parcelas aledaas a los sectores poniente y surponiente de la ciudad. De hecho, el temor a una extensin de la epidemia de clera en los ltimos dos aos, tuvo como consecuencia el cierre de numerosas de estas parcelas.

Estimaciones para mediados de los aos 80 indicaban que 2 mil hectreas de cultivos cercanos a la ciudad de Mendoza, Argentina, eran irrigadas con aguas cloacales sin tratar provenientes de la mencionada ciudad. Algo semejante ocurra con 6 mil hectreas prximas a Santiago, Chile; 58 mil del Valle de Mezquital, aledao a Ciudad de Mxico, y 2 mil de San Martn de Porres, en Lima, Per.

Fuente: Hogan, 1992; CEPAL, 1992c.

Ahora bien, la densificacin demogrfica de las zonas rurales no repercute slo en las reas agrcolas consolidadas. Segn vimos, en algn momento la disponibilidad de tierra per cpita disminuye a tal punto que la emigracin en busca de nuevas tierras llega a ser imprescindible para los campesinos ms pobres. La agricultura de "roce y quema" que ellos practican ha significado, como ya se explic, la desaparicin de numerosos bosques. Dado que stos son barreras naturales contra la desertificacin, su tala ha permitido que sta cobre un vigor mayor al que ya haba adquirido a causa de la disminucin de las fuentes de agua. Esto ltimo es una muestra de los profundos lazos que guardan entre s los distintos tipos de dao ambiental. En este sentido, las repercusiones de las tendencias demogrficas sobre el suelo podran hacerse sentir por varios canales a la vez, amplificndose su impacto final.

Por otra parte, los suelos donde se levantan los grandes bosques tropicales, que se "limpian" para ser destinados a cultivo o pastoreo, son, contrariamente a la primera impresin que tienen los campesinos migrantes y parte de la opinin pblica, sumamente frgiles y de poca fertilidad. A causa de esto ltimo, su uso con fines de cultivo los erosionan rpidamente. Se ha visto que en un lapso de tres a cuatro aos los terrenos desbrozados requieren de largos perodos de barbecho para no terminar definitivamente estriles. En igual sentido, tarde o temprano los campesinos sin tierras que practican la agricultura migratoria ocupan suelos que son frgiles, como los de laderas, y que rpidamente son afectados por la erosin (Banco Mundial, 1992; CEPAL, 1991b).

La degradacin de las tierras es la situacin ambiental ms crtica del medio rural en muchos pases de Amrica Latina y el Caribe (CEPAL, 1993b y 1991b; PNUMA/ AECI/MOPU, 1990). Salvo en el caso de la erosin natural de los suelos, sta es provocada por el uso inapropiado de los terrenos. Existe, adems, un estrecho vnculo entre ciertos procesos de dao de los suelos y los procesos de deforestacin analizados anteriormente.

Pese a la ya sealada estabilidad demogrfica de la poblacin rural de la regin, en algunas reas especficas del campo latinoamericano y caribeo se han registrado reducciones importantes de la superficie de los predios -en parte causada por el incremento de la poblacin en esas zonas- a causa de lo cual la nica manera de obtener mrgenes mnimos de produccin para la sobrevivencia del grupo familiar ha sido la sobreexplotacin del recurso tierra. Esta es la situacin de amplias zonas de la sierra peruana y ecuatoriana y de ciertas zonas minifundistas de Centroamrica, Mxico y Chile. Se advierte, entonces, el vnculo entre una de las caractersticas de la trayectoria rural de la regin -la alta concentracin de la propiedad de la tierra- y los procesos de densificacin demogrfica y sobreexplotacin de los suelos agrcolas (CEPAL/CELADE, 1993; Hogan, 1992).

La migracin de campesinos sin tierra hacia la frontera agrcola tambin ha implicado severos daos a los suelos. En este caso, el desmonte de la selva y el uso indiscriminado de los suelos limpiados como rea de cultivo, deteriora rpidamente a estos ltimos por su fragilidad natural, su escasa dotacin de nutrientes y su exposicin a lluvias torrenciales. En Brasil, Ecuador, Colombia, Venezuela y Centroamrica estos procesos han sido notorios (CEPAL/CELADE, 1993; CEPAL, 1991b; PNUMA/ AECI/MOPU, 1990). El caso de Bolivia es peculiar, no tanto por los efectos perversos de las polticas de colonizacin -ya que stos tambin se advierten en otros pases del rea-, sino por su relacin con la masificacin del cultivo comercial de la coca (CEPAL/CELADE, 1993; Morales, 1990)

Hay que destacar que adems de la concentracin de la propiedad de la tierra y de la pobreza rural existen otros factores no demogrficos relacionados con el deterioro de los suelos. Aparte de la falta de polticas gubernamentales y los errores de los criterios mercantiles, se ha identificado un vnculo crtico entre el modelo de uso energtico empleado en el agro de Amrica Latina y la degradacin de los suelos y de los ecosistemas rurales.

Este modelo de uso energtico se caracteriza por la introduccin de tcnicas y elementos forneos que artificial izan excesivamente los ecosistemas, tendiendo a deteriorados. Se ha desaprovechado as la enorme oferta energtica local que, adems de ser menos costosa, resulta ms "amistosa" con el medio ambiente rural. De hecho se dice que el aumento de la produccin agrcola de la regin se ha debido principalmente a la intensificacin del uso del suelo, y que la ampliacin de la frontera agrcola se habra destinado bsicamente a ganadera extensiva, cultivos de colonos de baja productividad y explotacin forestal no sustentable (CEPAL, 1991b; PNUMA / AECI / MOPU, 1990; Gligo, 1984).

3.3.RECURSO AIRE

Aunque se ha sostenido que la contaminacin atmosfrica de las zonas rurales es prcticamente inexistente, algunos trabajos recientes han llamado la atencin sobre la aparicin de este problema en asentamientos campesinos cercanos a grandes ciudades o industrias. Por otra parte, se reconocen las consecuencias adversas para el aire rural de las fumigaciones indiscriminadas sobre las plantaciones comerciales.

Adems del lazo entre poblacin rural y polucin por pesticidas, la contaminacin atmosfrica tiene a lo menos dos vnculos importantes con los efectivos rurales. En primer lugar, la llamada "lluvia cida" se debe a polucin a nivel atmosfrico y, pese a ser producto de actividades eminentemente urbanas, suele ocurrir en zonas rurales con resultados desastrosos para los ecosistemas agrcolas y costeros. En segundo lugar, varias actividades agrcolas, principalmente la ganadera, producen metano, uno de los gases termoactivos que provoca el efecto invernadero. Por esto ltimo, la poblacin rural puede incidir, sin pretenderlo, en la aparicin y agudizacin de problemas ecolgicos globales (Naciones Unidas, 1993; Banco Mundial, 1992).

Hay que destacar, por otro lado, que el recurso aire no involucra slo a la atmsfera, ya que se relaciona tambin con lo que diariamente se respira en las casas. Numerosos estudios concluyen que muchas familias rurales sufren de una grave contaminacin del aire en sus viviendas (polucin "indoor"), producto de la combinacin de factores como elementos dainos en la construccin (piso de tierra o ciertos tipos de pintura), hacinamiento, ausencia de un lugar fsico especfico para la preparacin de las comidas, y la inexistencia de mecanismos de eliminacin de los residuos (gases y partculas) derivados de la preparacin de alimentos y la calefaccin en el hogar (Satterhwaite, 1993).

Se ha destacado un vnculo entre las tendencias demogrficas y este problema en la medida que, ceteris paribus, una alta fecundidad favorece un mayor hacinamiento y una mayor concentracin de gases y partculas contaminantes dentro del hogar. Ahora bien, tambin se reconoce que las condiciones de pobreza y la falta de tecnologa desempean un papel determinante en la calidad del aire dentro de las viviendas rurales, por cuanto los factores asociados a la polucin "indoor" se relacionan ntimamente con los procedimientos domsticos de gestin energtica.

Los antecedentes disponibles permiten concluir que la mayor contaminacin del aire en el medio rural de la Amrica Latina y el Caribe se ha debido a la difusin de plaguicidas. Normalmente este problema es pasajero en cuanto al aire, pero las sustancias txicas pueden ser absorbidas por aguas y suelos, provocando daos en estos medios o en el de la biodiversidad. En ocasiones, ciertas reas especficas han sido afectadas por contaminacin atmosfrica, como resultado de actividades industriales o mineras cercanas, o por la proximidad de grandes centros urbanos.

Por su parte, la polucin del aire dentro de las viviendas rurales afecta a gran parte de la regin. Sin disponer de datos confiables respecto de la prevalencia de este problema, se sabe que se produce bsicamente por el uso de biomasa como combustible dentro de los hogares de la regin.

3.4. INFRAESTRUCTURA FSICA

La cobertura de la red de servicios bsicos (agua potable y de riego, alcantarillado, electricidad, y recoleccin de desechos) en las zonas rurales es, en general, deficiente y los costos de ampliada suelen ser muy altos. Las demandas habitacionales a menudo no estn satisfechas. Comnmente, las necesidades de infraestructura no pueden ser enfrentadas por los individuos aislados y, a menudo, ni siquiera por las comunidades organizadas, a causa de los altos costos que implican. Estas deficiencias hacen que en las reas rurales de los pases en vas de desarrollo las carencias de infraestructura fsica constituyan un problema de primera importancia. En este contexto, el crecimiento acelerado de la poblacin rural es una presin adicional sobre la ya insuficiente red de servicios bsicos en el campo.

En el plano de los requerimientos habitacionales, el crecimiento de la poblacin rural tambin puede considerarse una presin por nuevas unidades. Sin embargo, diversos estudios han mostrado que en muchos pases del mundo en desarrollo la situacin crtica en el sector de la vivienda rural se relaciona ms con su deficiente calidad que con la demanda por nuevas construcciones. La informacin sobre fecundidad, migracin, patrones de nupcialidad y pautas de estructura familiar es tambin de gran importancia para la elaboracin de polticas en el mbito de la vivienda rural. Lo anterior porque estos factores influyen sobre el tamao y las caractersticas de las familias, es decir, de las unidades sociales que en ltima instancia requieren de viviendas. As, esta informacin resulta fundamental para estimaciones rigurosas de demanda y dficit habitacional

Por otra parte, generalmente las grandes obras de infraestructura (represas, caminos, molinos, silos) son levantadas con el propsito de explotar algn recurso natural. De modo que su construccin no se define en funcin de la poblacin rural del sector. Ms aun, su emplazamiento puede provocar fuertes impactos negativos para los ecosistemas prximos (CEPAL/CELADE, 1993; CEPAL, 1991b).

La falta de infraestructura es un problema grave en las zonas rurales de Amrica Latina y el Caribe. En 1988, el 55% de la poblacin rural de la regin tena acceso al agua potable y un 32% contaba con alcantarillado en esa fecha (OPS, 1990). Cifras ms recientes tambin sugieren un panorama de grandes carencias de servicios bsicos en las zonas rurales, y de marcados contrastes urbano-rurales. En Chile, uno de los pases cuyas reas urbanas tienen una alta cobertura de servicios bsicos, slo un 42% de las viviendas rurales tena conexin a la red de agua potable en 1992. La poblacin de las viviendas restantes deba abastecerse mediante pozos, grifos, pagando a aguateros, o directamente acarreando agua desde ros o vertientes (cuadro VII.1).

El dficit de infraestructura de otros servicios bsicos y de obras pblicas de relevancia, como caminos o establecimientos de salud y educacin, parece ser incluso mayor que el de la cobertura de agua potable en las zonas rurales de la regin. Las razones para estas carencias estn enraizadas en los patrones de desarrollo de Amrica Latina, en la ya tradicional postergacin de los sectores rurales, y en los mayores costos que implica el levantamiento de esta infraestructura en las condiciones de dispersin demogrfica propias del campo.

Como ya se ha dicho anteriormente, el hecho de que en la mayora de los pases de la regin la poblacin rural haya tendido a permanecer estable en los ltimos quince aos niega toda validez a las visiones simplistas que apuntan hacia el crecimiento demogrfico para explicar los problemas del campo.

No obstante lo anterior, los datos y proyecciones disponibles permiten distinguir pases, ya que en algunos las tendencias demogrficas de su poblacin mal podran constituirse en una presin adicional sobre la escasa infraestructura existente. Tal situacin la ilustra el caso de Honduras, que slo para mantener la cobertura de la red de alcantarillado requerir aumentar en un 15% sus conexiones entre 1990 y el ao 2000. En otros, como Chile, la presin demogrfica por servicios bsicos ser mnina, lo que facilitara el mejoramiento de la cobertura y la calidad de la red (cuadro VII.2).

CUADRO VII.1

CHILE: DISTRIBUCIN PORCENTUAL DE LAS VIVIENDAS PARTICULARES OCUPADAS POR DISPONIBILIDAD DE AGUA POTABLE Y SEGN TIPO DE VIVIENDA.

1992

Disponibilidad

de agua potableTotalCasaDepto.PiezaMediaguacRanchoMvil y otros

Total100.0100.0100.0100.0100.0100.0100.0

Con caera dentro de la vivienda23.827.0100.018.26.82.26.1

Red pblica12.914.5100.012.44.61.23.1

Pozo o noria6.47.4-3.71.10.41.6

Ro o vertiente4.55.1-2.11.10.61.4

Con caera fuera de la viviendaa18.618.4-29.422.110.510.8

Red pblica12.412.0-20.916.66.24.8

Pozo o noria3.13.2-4.92.71.33.1

Ro o vertiente3.13.1-3.62.83.02.9

Sin caerab57.654.7-52.471.187.383.1

Fuente: INE, 1993.a Pero dentro del sitio.b Incluye, tambin, a los que se abastecen de la red pblica, pero desde una caera fuera del sitio donde se encuentra la vivienda.c Construccin de emergencia, precaria por definicin.CUADRO VI1.2 ESTIMACIONES y PROYECCIONES DE VIVIENDAS RURALES CON CONEXIN AL ALCANTARILLADO BAJO DOS HIPTESIS DE CAMBIO DE LA COBERTURA. EN PAISES SELECCIONADOS. 1990, '995 Y 2000

PasAos

Hiptesis de cobertura constanteAos

Hiptesis de cobertura creciente

199019952000199019952000

Chile

Viviendas202 833203 952203 097255 176309 214360 328

Cobertura del servicio11.311.311.314.217.120.0

Honduras

Viviendas56 92161 93866 19666 72899 288134 629

Cobertura del servicio12.312.312.314.419.725.0

Fuente: CELADE/BID, 1994.3.5. RECURSOS HUMANOS

Las condiciones ecolgicas tienen numerosas implicaciones para los recursos humanos en las zonas rurales. Por cierto, el adelgazamiento de la capa de ozono y el efecto invernadero implican consecuencias negativas para la salud de las personas y la productividad agrcola. La falta de agua o su contaminacin, la degradacin de los suelos y la polucin atmosfrica generan, tambin, enormes perjuicios a la poblacin rural, tanto en el aspecto de la salud, como en el de sus actividades econmicas bsicas. Se ha insistido en los efectos nocivos que tiene para la poblacin rural la contaminacin del aire por pesticidas o la polucin de los ros por sustancias txicas. Adicionalmente, tales fenmenos de deterioro ambiental pueden influir sobre los patrones migratorios, renovando el crculo de dao ecolgico. De hecho, este ltimo asunto est adquiriendo tal importancia que se ha acuado la categora de "refugiados ambientales" para identificar a un creciente nmero de personas que se ven obligadas a desplazarse por motivos de deterioro ambiental.

Las carencias de infraestructura tambin son desfavorables para la poblacin rural. La baja cobertura de la red de agua potable, alcantarillado y recoleccin de basuras se encuentra en la base del precario estado de saneamiento bsico de los hogares rurales. Esto ltimo incide en su patrn de morbilidad y mortalidad, estimndose que "el 80% de todas las enfermedades y ms de un tercio de los fallecimientos en los pases en desarrollo se deben al consumo de agua contaminada y que, en promedio, hasta la dcima parte del tiempo productivo de cada persona se pierde a causa de enfermedades relacionadas con el agua" (CEPAL, 1994, p. 11). Las malas condiciones de las viviendas tambin se suman a la deficiente calidad de vida de la poblacin rural, y constituyen circunstancias que van en claro desmedro de los recursos humanos en el campo.

De hecho, existe un vasto conjunto de antecedentes sobre las consecuencias perjudiciales para stos de tal situacin. Las condiciones de salud de los campesinos han sido afectadas por la falta de agua potable y por la contaminacin de las fuentes hdricas. Todava son comunes las enfermedades diarreicas y parasitarias. El impetuoso avance del clera es una manifestacin del grado de contaminacin de las aguas. El deterioro de los suelos ha implicado productividades decrecientes y ha significado penurias econmicas en diferentes zonas rurales de la regin. Diversos estudios nacionales han hallado una relacin entre las condiciones habitacionales del campo (viviendas precarias y deficiencias de los servicios bsicos) y los elevados ndices de mortalidad infantil (CELADE, 1990). Puede sealarse, adems, que tales deficiencias forman parte del sndrome de reproduccin intergeneracional de la pobreza, al mermar, desde su nacimiento, las posibilidades fsicas e intelectuales de los pobres rurales.

Puede concluirse que pese a la existencia de ciertas condiciones comunes, relevantes para la vinculacin entre la poblacin y el medio ambiente, en el agro latinoamericano, como la gran concentracin de la tierra en una pocas manos; la dualidad entre agricultura moderna de exportacin y otra tradicional de subsistencia; y la rgida estratificacin del mundo rural en terratenientes productores, agricultores con poca tierra, y campesinos proletarizados sin tierra, y no obstante la tendencia al equilibrio demogrfico en las zonas rurales de la regin, los vnculos entre poblacin, medio ambiente y desarrollo varan entre y dentro de los pases en virtud de sus heterogneas caractersticas demogrficas, socioeconmicas y ecosistmicas.

4. PROBLEMAS AMBIENTALES EN LAS ZONAS URBANAS

Los problemas ambientales urbanos guardan una estrecha relacin con la densidad de poblacin, los patrones de produccin y consumo y las condiciones de vida en las ciudades.

Debe sealarse que la urbanizacin no constituye, en s misma, una amenaza para el medio ambiente. Tiene beneficios (liberacin de tierras y economas de escala, por ejemplo) que podran contrapesarse con sus eventuales desventajas (concentracin de la presin demogrfica en los planos de demanda de recursos y produccin de desechos). Incluso, tales externalidades negativas podran ser enfrentadas con polticas apropiadas. No obstante, en la prctica y por la conjuncin de distintas circunstancias, la urbanizacin en la mayora de los pases en desarrollo ha estado asociada a variados problemas ambientales.

4.1. RECURSOS HDRICOS

Tal como sucede en las zonas rurales, las dos principales situaciones crticas de los recursos hdricos en las localidades urbanas se relacionan con la escasez de agua y con la contaminacin de las fuentes hdricas. El vnculo crtico entre poblacin, desarrollo y

dotacin de agua dulce se suscita por la concentracin de la poblacin. As, se ejerce' una gran presin sobre los recursos hdricos prximos a las ciudades, que son los que normalmente las abastecen, hasta el punto de que se usan con una intensidad que supera su tasa de reposicin y comienzan a agotarse.

De esta manera, se ha visto que la expansin demogrfica muy acelerada de algunas ciudades ha generado una "presin insostenible" sobre las fuentes de agua dulce usadas para cubrir los requerimientos. Hay varios ejemplos de ciudades que, a causa de sus requerimientos, virtualmente han "secado" las fuentes de agua cercanas, por lo cual han debido expandir su red de captacin acufera, encareciendo la recoleccin del agua y quitando este recurso a las zonas rurales prximas (CEPAL, 1993a, 1991b y 1989).

Ahora bien, aunque hay un creciente consenso acerca de la existencia de un mecanismo mediante el cual la expansin urbana contribuye al agotamiento de los recurso hdricos, es necesario subrayar que ste opera con intensidad variable segn cules sean las caractersticas de las localidades urbanas. La principal de estas caractersticas es la disponibilidad fsica de agua, porque existen urbes cuya poblacin, aunque ha crecido rpidamente en los ltimos aos y alcanzado una gran envergadura en la actualidad, est todava lejos de provocar una "presin" insostenible sobre las fuentes de agua que las abastecen. En segundo trmino se encuentra la tecnologa, ya que se han producido enormes avances en los procedimientos destinados a hacer un "reciclado rpido" del agua usada, con lo que puede contrarrestarse el quiebre de los circuitos de renovacin naturales. Por ltimo, los patrones de produccin y consumo de las distintas ciudades, as como la poltica de precios aplicada a este recurso, pueden contribuir a exacerbar o a suavizar los efectos de la "presin demogrfica urbana" por agua.

En lo que se refiere a la contaminacin de las fuentes hdricas, la alta densidad de poblacin y los estilos de vida urbanos tienen el poder de generar una cantidad de desperdicios que, de no ser tratados con tecnologas modernas, resultan imposibles de absorber de manera natural por las fuentes de agua donde stos son vertidos o depositados (CEPAL, 1992d, 1991a y 1991b).

La cantidad y el ritmo de crecimiento de la poblacin se constituiran en factores agravantes del deterioro hdrico, debido en gran medida a las condiciones de pobreza y la ausencia de acciones de cuidado ambiental decididas que impera en las ciudades de los pases en desarrollo. En contraposicin, las grandes urbes europeas han logrado mejorar notablemente sus condiciones ambientales en los ltimos aos, gracias a fuertes inversiones en tecnologa anticontaminante y a polticas exigentes de control ambiental (recuperacin del ro Tmesis en Londres y del ro Sena en Pars, por va de ejemplo).

Lo anterior permite comprender por qu el menor crecimiento demogrfico de muchas ciudades del mundo en desarrollo durante los aos 80 no se tradujo en mejoramientos en el abastecimiento de agua para las mismas. Los efectos negativos de la falta de inversiones e inexistencia de polticas adecuadas, verificadas durante esta dcada, superaron con creces las potenciales consecuencias positivas de la reduccin de la presin demogrfica sobre los recursos hdricos (Satterthwaite, 1993; Hardoy y otros, 1992).

En Amrica Latina y el Caribe existe un amplio conjunto de antecedentes acerca de las consecuencias que ha tenido la dinmica de la poblacin urbana sobre los principales problemas en esta materia, vale decir la escasez y la contaminacin de las fuentes de agua. El rpido crecimiento de las ciudades (anexos 1 y 2) ha significado un fuerte aumento de la demanda de este lquido, tanto para el consumo de los habitantes de las ciudades como para su uso en las actividades industriales y de servicios.

Esta demanda se ha satisfecho con las fuentes hdricas prximas a las urbes. Sin embargo, el emplazamiento geogrfico de muchas de las grandes ciudades de la regin -enclavadas entre montaas o en alturas de zonas semiridas- se traduce en crecientes dificultades para obtener este vital lquido de tales fuentes. As, los depsitos cercanos de agua van agotndose, se hacen ms frecuentes los problemas en el suministro y se imponen ingentes inversiones en infraestructura para establecer captaciones ms lejanas (recuadro VII.6).

Tambin existe amplia evidencia sobre la contaminacin de fuentes de agua dulce como resultado de las actividades de la poblacin urbana. En Amrica Latina y el Caribe, la causa principal de contaminacin del agua es la descarga directa de desechos domsticos e industriales a las fuentes de aguas superficiales y a los acuferos subterrneos. En la distribucin geogrfica del agua contaminada predominan los flujos provenientes de las grandes reas metropolitanas. Datos recientes sobre veinticuatro ros centro y sudamericanos sugieren que sus ndices promedios de contaminacin son ms elevados que en la mayora de las restantes grandes regiones del mundo. La proporcin de ros de la regin con recuentos superiores a 100 mil coliformes fecales por 100 mil duplica la de ros estudiados en otras partes del mundo (CEPAL, 1992c).

RECUADRO VII.6

ESCASEZ DE AGUA Y EXPANSION URBANA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Cada una de las grandes reas metropolitanas de Amrica Latina y El Caribe posee una relacin especfica con el recurso hdrico que depende de su emplazamiento. Sin embargo, poseen caractersticas comunes como la demanda creciente de abastecimiento de agua domiciliaria e industrial. Esto se refleja en la necesidad de explorar fuentes de agua cada vez ms distantes, y en la utilizacin de acuferos subterrneos.Ciudad de Mxico est asentada en un valle cerrado ubicado a 2 240 metros sobre el nivel del mar. En sus orgenes estaba rodeada de lagos y la demanda de agua pudo satisfacerse sin mayores problemas. Durante el presente siglo, su acelerado crecimiento demogrfico y econmico oblig a la perforacin de pozos subterrneos que provocaron hundimientos de tierra e inundaciones. La continuacin de estos procedimientos ha provocado una fuerte baja de las napas subterrneas, y en algunas zonas de la urbe los hundimientos han alcanzado los nueve metros y han alterado el sistema de drenaje superficial, el bombeo desde napas cada vez ms profundas ha implicado la extraccin de aguas fsiles deteriorando la calidad del lquido. A fines de los aos 50 se inici la transferencia del lquido desde el vecino valle de Lerma. Se estima que a principios del prximo siglo el agua tendr que traerse desde unos doscientos kilmetros de distancia y en su recorrido deber elevarse ms de mil metros.

En Ecuador, ciudades principales como Quito, Portoviejo y Guayaquil no escapan a la escasez del recurso en sus cuencas vecinas; sus dotaciones no alcanzar a cubrir el aumento de su poblacin. En el caso de Quito, sus fuentes escasas han obligado en la actualidad a la ejecucin de costosos proyectos de transporte del recurso desde las cuencas orientales hasta la sierra. En la prctica los dficit hdricos se compensan mediante racionamientos de agua en ciertos sectores urbanos.

Lima se asienta en dos valles, verdaderos oasis en medio de un desierto costero. Prcticamente no llueve en esta zona, por lo tanto el abastecimiento de agua de la poblacin de la ciudad depende de los ros Rmac, Chilln y Turn, y de las napas subterrneas. A principios de los aos 80 el dficit de captacin hdrica de ros llegaba al 10%, lo que se supla mediante bombeo de aguas profundas. Sin embargo, este procedimiento ya haba hecho descender en veinte metros la napa usada. Segn expertos, la solucin para la ciudad sera desviar agua desde el ro Mantaro situado a 150 kilmetros de la ciudad y a cuatro mil metros de altitud. No obstante, no ha podido ser implementada porque, adems de los costos econmicos que involucrara, el cauce principal de este ro est seriamente contaminado por relaves mineros acumulados durante aos en su cauce y laguna tributaria.

Santiago, en cambio, se localiza en un valle rico en recursos hdricos. La ciudad se abastece, principalmente, a travs de captaciones directas del Ro Maip; tambin existen captaciones gravitacionales desde el ro Mapocho y la quebrada de San Ramn, y extraccin desde pozos profundos (estos ltimos cubren parte de la demanda del sector ponente de la ciudad). Pese al crecimiento de su poblacin y de su economa, esta rica dotacin del recurso agua ha permitido que Santiago tenga un abastecimiento casi total y regular- de agua potable, la que es distribuida mediante una amplia malla interconectada de funcionamiento gravitacional. Se calcula, adems, que la bocatoma en el ro Maip, a cuarenta kilmetros de distancia del centro de la ciudad, permitir solventar los requerimientos de agua dulce de la ciudad, sin problemas, hasta el primer cuarto del prximo siglo.Fuente: CELADE, 1994; CEPAL, 1992c.

La industrializacin tambin ha contribuido a la polucin hdrica. En prcticamente todos los pases de la regin la totalidad de los efluentes industriales, salvo los ms txicos, se descargan sin tratamiento adecuado. Se ha estimado que en Argentina se retiene slo un 10% de las cargas de desechos industriales, y que en Mxico los efluentes industriales son causantes del 90% de la contaminacin del agua. La industria colombiana, a su vez, es responsable de un 50% de la contaminacin hdrica. El lago Valencia, en Venezuela, prcticamente ha perdido su capacidad de albergar vida a causa de los residuos industriales que terminan en l. En Sao Paulo, los cursos de agua que cruzan la ciudad han devenido anaerbicos por efecto de la contaminacin. En Quito, se ha estimado que las aguas servidas que se vierten sobre el ro Manchgara lleva 360 millones de coliformes fecales por litro. En Santiago, segn datos de 1990, el caudal medio de aguas cloacales que se vierten al ro Mapocho es de 9.6 m3, mientras que el caudal medio del ro, medido antes de ingresar a la ciudad, es de slo 6.6 m3. A causa de lo anterior, la contaminacin fecal del ro flucta entre 100 mil y 1 milln de coliformes por 100 ml de agua, y todo vestigio de vida ha desaparecido del mismo. Por el aumento de la poblacin y de las actividades humanas en general, se prev que la descarga se multiplique en los prximos veinte aos (CEPAL, 1992c).

Como se desprende del prrafo anterior, el rpido crecimiento de las ciudades se ha constituido en uno de los factores agravantes de la contaminacin hdrica a causa de las carencias de infraestructura, tanto en el plano de la recoleccin de los residuos (de los hogares y de las industrias) como en el de su tratamiento..

4.2. RECURSO SUELO

Si se considera el territorio slo en su funcin productiva natural, vale decir, como superficie destinada a la mantencin de la biodiversidad y a la produccin de alimentos, podra sealarse que, por definicin, las localidades urbanas constituyen una modalidad de degradacin del suelo, por cuanto ste pierde su carcter "productivo" y "expulsa" a la mayora de las especies vivas.

Sin embargo, tal planteamiento no tiene en cuenta otra importante funcin del territorio para la humanidad, cual es la de servirle como espacio de asentamiento. Adems, no considera el hecho de que las actividades humanas exceden en mucho a las tareas agrcolas. Tampoco reconoce que si los efectivos urbanos se dispersaran en el campo la disponibilidad per cpita de tierras agrcolas disminuira sensiblemente.

Ahora bien, los razonamientos del prrafo anterior no autorizan a concluir que todo uso urbano del terreno sea socialmente ventajoso o que la dinmica de las ciudades no implique daos para los suelos. En general, puede sealarse que los problemas de degradacin de los suelos en las zonas urbanas son ms bien de tipo cualitativo que cuantitativo, ya que -como producto de la densidad de poblacin inherente a la condicin urbana- la superficie de las ciudades suele ser una fraccin muy reducida del territorio.

El carcter cualitativo del problema est dado por el hecho de que las ciudades en su mayora se han establecido en los terrenos ms frtiles y en ubicaciones privilegiadas desde el punto de vista del acceso a los recursos bsicos. Es decir, aun siendo poco el territorio que ocupan, ste es normalmente de buena calidad. La expansin fsica de las ciudades, que es muy acelerada en las urbes de los pases en vas de desarrollo, implicara, por tanto, la prdida de terrenos de alta productividad agrcola.

Se ha sealado insistentemente que las tendencias de la poblacin urbana en los pases en vas de desarrollo han estado entre los factores determinantes de esta prdida de suelos de buena calidad. No slo se tratara de la expansin fsica necesaria para enfrentar el crecimiento demogrfico de las ciudades, tambin se ha subrayado la incidencia en ella de los flujos de inmigracin hacia las urbes. Adems de su cuantioso volumen, estas corrientes tienen una fuerte presencia de personas pobres que ante la imposibilidad de costear la compra o el arriendo de una vivienda simplemente se instalan, a menudo como ocupantes ilegales, en terrenos perifricos y en condiciones sanitarias muy precarias. A causa de lo anterior, la migracin impulsa un estilo de expansin horizontal que contribuye a la ocupacin habitacional de los sitios agrcolas aledaos a las ciudades.

Tambin la movilidad intraurbana parece favorecer la expansin horizontal. En muchos pases subdesarrollados se han aplicado polticas de reordenamiento urbano que en la prctica han significado el traslado de los asentamientos precarios desde el centro hacia la periferia, expandiendo la superficie de las urbes. El poblamiento des controlado de reas riesgos as -zonas inundables, laderas, quebradas- hace an ms probable la ocurrencia de desastres naturales, y la tala indiscriminada de la capa vegetal y arbrea cercana a las ciudades hace a los suelos de la periferia ms frgiles, facilita su erosin e impide la funcin protectora que a veces cumple el entorno urbano.

Ms all de los mltiples mecanismos a travs de los cuales las t