desnutricion hospitalaria

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Page 1: DESNUTRICION hospitalaria

P E D I Á T R I C A NUTRICIÓN INFANTIL

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(Acta Pediatr Esp 2005; 63: 63-69)

Resumen

La desnutrición afecta a casi la mitad de los pacientes adultosque ingresan en un hospital y tiende a agravarse durante suestancia. Aun así, continúa siendo, en muchas ocasiones, unagran desconocida. La desnutrición repercute sobre la estruc-tura y la función de muchos órganos y sistemas y, por ello,afecta de forma negativa a la calidad asistencial y produce unaumento del gasto económico.

El niño es especialmente vulnerable a la desnutrición y, portanto, la instauración del soporte nutricional en el paciente deriesgo debe ser precoz y adaptada a las condiciones biológicaspropias de la edad. La prevalencia de desnutrición en los es-tudios pediátricos oscila alrededor del 20-25%. En un estudiorealizado en 268 niños ingresados en el Hospital «12 de Octu-bre» durante un mes se observó que la prevalencia de desnu-trición fue del 17,2%.

La valoración nutricional en el niño se apoya en la historiaclínica, la antropometría y las exploraciones complementarias,al no disponer de un marcador biológico o bioquímico únicoque sirva para este fin. La estimación del riesgo nutricional esmás adecuada cuando se valoran de forma conjunta los datosdel estado nutricional, aspectos de la ingestión y las repercu-siones que la enfermedad tiene sobre los aspectos nutricio-nales. Ello ha permitido elaborar puntuaciones pediátricas deriesgo nutricional como la Sermet-Gaudelus.

El abordaje de la desnutrición hospitalaria puede efectuar-se a dos niveles. Desde el punto de vista del individuo, con lainstauración rápida de un soporte nutricional adecuado. Peroademás, la desnutrición trasciende al ámbito clinicoasisten-cial. El Consejo de Ministros del Consejo de Europa ha dictadorecientemente una resolución (ResAP 2003/3) sobre la alimen-tación y el cuidado nutricional en los hospitales. Se precisa co-nocer cuál es la situación real de la desnutrición hospitalariaen niños en España.

Palabras clave

Desnutrición, valoración nutricional, soporte nutricional, in-gestión

Abstract

Title: Hospital-related malnutrition in children.

Nearly half of the adults admitted to hospital present mal-nutrition, which tends to worsen during the hospital stay. Ne-vertheless, hospital malnutrition is still often poorly understo-od. Malnutrition affects the structure and function of differentorgans and systems. As a consequence, it has a negative im-pact on the quality of care and increases costs.

Children are especially susceptible to malnutrition. There-fore, in the child nutritionally at risk, it is necessary to start nu-tritional support, adapted to the age-associated biologicalconditions, as soon as possible. The prevalence of hospitalmalnutrition in children is about 20% to 25%. In a study of 268children admitted to Hospital 12 de Octubre in Madrid, Spain,over the course of one month, over 17% of them were mal-nourished.

Nutritional assessment in children is based on clinical his-tory, anthropometrics and laboratory data, as there is no sin-gle biological or biochemical marker for this purpose. The de-termination of nutritional risk is most reliable when the datafrom the nutritional assessment is accompanied by an evalua-tion of food intake and of the impact the disease in questionhas on nutritional status. There are specific pediatric nutritionrisk scores, such as the Sermet-Gaudelus score.

To deal with hospital malnutrition in children, two strategiesare available. On the individual level, it is necessary to startthe appropriate nutritional support as soon as possible. In ad-dition, at the clinical care level, the European Commission hasrecently issued a resolution (ResAp 2003/3) on diet and nutri-tional care in hospitals.

It is necessary to establish the actual incidence of hospitalmalnutrition among children in Spain.

Keywords

Malnutrition, nutritional assessment, nutritional support, foodintake

Correspondencia: J.M. Moreno Villares. Unidad de Nutrición Clínica. Hospital «12 de Octubre». Madrid. Carretera de Andalucía km 5,400. 28041 Madrid. [email protected]

Desnutrición hospitalaria en niños*J.M. Moreno Villares, L. Oliveros Leal1, C. Pedrón Giner2

Médico adjunto. 1Dietista-Nutricionista. Unidad de Nutrición Clínica. Hospital «12 de Octubre». Madrid. 2Médicoadjunto. Sección de Gastroenterología y Nutrición Infantil. Hospital Universitario «Niño Jesús». Madrid

*Parte del material empleado en este artículo ha sido utilizado en el capítulo «Desnutrición hospitalaria en los niños en España», incluido en el Libro blanco sobrela desnutrición hospitalaria en España, de próxima publicación.

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Introducción

La desnutrición* es una causa importante de morbimortalidaden los niños menores de 5 años de los países en desarrollo1, einterviene en el 40-60% de los fallecimientos de ese grupo deedad2. Son bien recordadas las imágenes de lugares como Bia-fra, Sudán, Somalia y otros países del Tercer Mundo. En estemedio, el origen de la desnutrición es generalmente resultadode la falta de alimentos, a diferencia de la malnutrición ob-servada en países industrializados, que aparece de forma se-cundaria, en el curso de enfermedades agudas o crónicas. Eldesarrollo de la enfermedad puede ir acompañada de una pér-dida de apetito, de cambios metabólicos que conlleven la pérdi-da de masa grasa y masa muscular y, en ocasiones, de una ma-labsorción de nutrientes.

El problema de la desnutrición hospitalaria en el pacienteadulto ha sido motivo de preocupación al menos durante losúltimos 30 años. Desde los estudios pioneros de Bistrian3 yHill4 de mediados de los años setenta, en los que encontrarontasas de desnutrición entre el 45 y el 54% en pacientes ingre-sados en el hospital hasta la fecha, se han elaborado nume-rosos estudios clínicos, algunos de ellos en nuestro país5-7. Es-tudios recientes en Galicia muestran cifras de hasta un 59%de pacientes adultos desnutridos en el momento del ingreso(Martínez Olmos MA y cols., 2003. Datos no publicados). Lastasas de desnutrición grave llegan hasta el 12% de los pa-cientes ingresados8. En una encuesta de ámbito nacional rea-lizada en Brasil a finales de la década pasada se encontró des-nutrición en el 48,1% de los pacientes hospitalizados9. Y, sinembargo, continúa siendo en muchas ocasiones una gran des-conocida10. La desnutrición hospitalaria se asocia a un incre-mento de la morbimortalidad, que repercute en peor calidadasistencial (aumento de la estancia media y de la tasa de re-hospitalización) e incremento del gasto económico11, 12. El de-sarrollo de complicaciones es consecuencia de las alteracio-nes producidas por la malnutrición en la estructura y funciónde diversos órganos y sistemas (función inmune, cardiaca, res-piratoria y digestiva)13. La malnutrición crónica en los niñosorigina, además, un retraso en el crecimiento y, si no se corri-ge, puede ocasionar efectos a largo plazo en el tamaño cor-poral y en el desarrollo intelectual.

Hoy en día, disponemos de técnicas de soporte nutricionalútiles para la prevención o el tratamiento de la desnutrición,aunque existen situaciones clínicas en las que revertir la des-nutrición no es posible hasta que el proceso de base esté con-trolado, como ocurre en algunos pacientes con cáncer y en lospacientes críticos. Incluso, en esos momentos, el soporte nu-tricional conseguiría detener el proceso de deterioro y ganartiempo para el tratamiento eficaz del problema de base. El usode las técnicas de soporte nutricional ha demostrado ser efi-caz para mejorar los resultados clínicos y disminuir la duraciónde la estancia hospitalaria en pacientes desnutridos14.

Por sus características especiales (crecimiento, maduraciónde órganos y sistemas y dependencia familiar), el niño es es-pecialmente vulnerable a la deprivación nutricional y, por tan-to, la instauración del soporte nutricional en el paciente deriesgo debe ser precoz y adaptada a las condiciones biológicaspropias de la edad15. La identificación de los pacientes pediá-tricos con necesidad de soporte nutricional se basa en el usode algunos elementos de cribado que deben formar parte de laevaluación de todos los niños enfermos. El conocimiento dela desnutrición en el niño hospitalizado es más escaso que enel paciente adulto. Son varias las razones que lo explican: lafalta de una valoración sistemática del estado nutricional decada niño ingresado en un hospital, las importantes diferen-cias en crecimiento y maduración en las diversas etapas de lavida del niño, y la escasez de Unidades de Nutrición ClínicaPediátricas16.

Valoración del estado nutricional en el niño hospitalizado

No existe un indicador biológico o un marcador bioquímico quepor sí solo sirva para calibrar el estado nutricional en el niño.La valoración nutricional en el niño se apoya en la historia clí-nica (anamnesis y exploración física), la antropometría y lasexploraciones complementarias17.

En la anamnesis deben recogerse los antecedentes perso-nales y la historia clínica actual, haciendo hincapié en laexistencia de enfermedades agudas o crónicas y en los datosrelacionados con la alimentación. Se realizará un análisisaproximado de la ingestión mediante encuesta nutricional (re-cuerdo de 24 horas, cuestionario de frecuencias, etc.). La his-toria clínica se completará con una detallada exploración,prestando especial atención a la presencia de signos caren-ciales específicos.

La antropometría es una herramienta clave en la valoracióndel estado nutricional del niño. En situaciones de malnutriciónaguda, el peso es el primero en afectarse y la velocidad de cre-cimiento se mantiene, mientras que si la malnutrición evolu-ciona a la cronicidad, también aquélla se verá afectada. Estasrepercusiones son especialmente importantes en los periodosde crecimiento rápido: lactancia y pubertad. Las medidas an-tropométricas básicas son el peso, la talla o longitud, el perí-metro craneal (hasta los tres años), la circunferencia o perí-metro braquial y la medida de los pliegues cutáneos (tricipitaly subescapular). Es fundamental llevar a cabo una interpreta-ción dinámica de las medidas antropométricas, es decir, hayque considerar su evolución en el tiempo más que los valorespuntuales aislados. También es importante su comparacióncon los patrones antropométricos de referencia de la pobla-ción, bien sea en percentiles o puntuaciones Z18.

Desnutrición hospitalaria en niños. J.M. Moreno y cols.

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*Hemos preferido utilizar a lo largo del texto el término desnutrición al más clásico de malnutrición, al entender que en éste también se englobaría la malnutriciónpor exceso (obesidad).

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A partir de estas medidas antropométricas básicas, se ob-tienen los índices nutricionales que permiten categorizar el es-tado de nutrición. Los más empleados son la relación peso/ta-lla, el porcentaje de peso para la talla en P50 o porcentaje delpeso estándar y el porcentaje de la talla para la edad (índicesde Waterlow), así como el índice de masa corporal (IMC). Se-gún el punto de corte de los datos obtenidos, se categorizarála malnutrición en leve, moderada o grave (tabla 1). La utiliza-ción del peso y la talla exclusivamente o los índices derivadosde éstos puede infravalorar la desnutrición19.

La valoración del estado nutricional se completa en la prác-tica clínica con diversos exámenes complementarios. La cuan-tificación de linfocitos totales tiene un escaso valor en niñospor la existencia de una linfocitosis relativa. La valoración delcompartimiento proteico visceral se realiza mediante las pro-teínas séricas: albúmina, transferrina, prealbúmina y otrasproteínas de semivida corta o muy corta (proteína ligadora delretinol, fibronectina e IGF-1)20.

El análisis de la composición corporal precisa de un instru-mental no disponible habitualmente en la clínica. De entre lastécnicas de composición corporal, las más accesibles son labioimpedancia eléctrica y la densitometría, quedando relega-das las demás al ámbito de la investigación.

Incidencia de desnutrición en el niño hospitalizado

Las primeras investigaciones sobre la prevalencia de la des-nutrición en el niño hospitalizado se efectuaron en EstadosUnidos en los años 1980, y en ellas se evidenció que entre el

12 y 46% de los pacientes ingresados, fuera del periodo neo-natal, padecían una malnutrición moderada y el 48% una tallabaja. Con posterioridad, se han comunicado cifras ligeramen-te inferiores en Europa: entre el 7 y 24% de los niños ingresa-dos presentaban un peso para la talla inferior al 80%. En la ta-bla 2 se muestran los datos de los estudios más relevantes.Cifras similares aparecen en grupos específicos de pacientes;así, Schiavetti y cols. encontraron una prevalencia de malnu-trición del 26,3% en niños con cáncer en tratamiento21. Cuan-do se considera la existencia de riesgo nutricional, medido poralguna de las escalas al uso –la de Reilly por ejemplo–, estacifra puede aumentar hasta casi el 70%, en función de la com-plejidad de la población estudiada22, 23.

El estudio de Hendriks permitió comparar la prevalencia demalnutrición en la misma institución en 1976 y en 199224. Ob-servó una disminución significativa de la malnutrición aguda ycrónica según la clasificación de Waterlow, aunque todavíaera común en 1992 (alrededor del 25% de los niños ingresa-dos).

Al igual que ocurre en el paciente adulto, la desnutrición seagrava durante los periodos de hospitalización debido, en granmedida, a una ingestión insuficiente. Muchos factores contri-buyen a ese aporte energético deficitario: algunos están liga-dos a la enfermedad (anorexia, dolor, etc.) o a las exploracio-nes practicadas para su diagnóstico, que condicionan periodosde ayuno frecuentes, y otros al ambiente hospitalario extrañoo a los propios gustos del niño.

A continuación, se exponen los resultados de un estudio ob-servacional realizado en el Hospital Infantil «12 de Octubre»en los meses de noviembre y diciembre de 2003 para estimarla prevalencia de desnutrición infantil.

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Índices nutricionales. Cálculo y clasificación

Relación o índice Cálculo Valoración

Relación peso/talla Curva percentilada Normal P10-P90Riesgo sobrenutrición >P90Riesgo subnutrición <P10Sobrenutrición >P95Subnutrición <P5

Porcentaje del peso estándar Peso real (kg) Normal >90%Peso para talla en P50 3 100 Subnutrición aguda leve 95-90%

Moderada 80-70%Grave <70%Sobrenutrición >115%

Porcentaje de la talla para la edad Talla real (cm) Normal >95%Talla P50 para edad 3 100 Subnutrición crónica

Leve 95-90%Moderada 90-85%Grave <85%

Índice de masa corporal Peso (kg)/talla2 (m) Sobrepeso P>85Curva percentilada Obesidad P>95

Malnutrición P<5

TAB

LA1

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Material y métodos

Se recogieron de forma prospectiva los siguientes datos de to-dos los niños hospitalizados en el departamento de Pediatríaentre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre de 2003, exclu-yendo todos los menores de 1 mes y aquellos en los que la du-ración del ingreso fue inferior a 48 horas: edad, motivo de in-greso, peso y talla al ingreso y al alta, duración del ingreso ydeterminaciones analíticas. Con el fin de obtener suficientenúmero de pacientes según el motivo de ingreso, éste se ca-tegorizó en: 1) enfermedad médica aguda; p.ej., una neumo-nía; 2) enfermedad médica crónica; p.ej., epilepsia; 3) cirugíaurgente; p.ej., una apendicitis, y 4) cirugía programada; p. ej.,la corrección de una malformación craneofacial. Asimismo, seclasificó la malnutrición en moderada y grave en función de lapuntuación Z para el peso (tabla 3). En un subgrupo de la mues-tra (lactantes menores de un año ingresados por una causamédica) se analizó la evolución ponderal durante el ingreso.

Resultados

Durante el periodo de estudio, ingresaron 268 niños (150 niñosy 118 niñas), con una edad media al ingreso de 4,2 años, y un

intervalo entre 1 mes y 19 años. La distribución de pacientespor grupos de edad se muestra en la figura 1. La mitad de losniños fueron ingresados por una enfermedad médica aguda, el24% por una enfermedad médica crónica, el 14% por cirugíaprogramada y el 12% por una cirugía urgente. La prevalencia

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Prevalencia de malnutrición energeticoproteica en el niño hospitalizado

Autores Año % de malnutrición Criterio Comentarios

Merrit y Suskind1 1979 36 P/T <90% >3 mesesParsons2 1980 12 P/T <P5 <11 mesesCooper y Heird3 1982 46 P/T <90%Pollack4 1982 39 P/T <90% UCIPLeLeiko5 1986 12 P/T <90%Hendriks6 1995 24,5 P/T <90%

27,3 Talla edad <95% >6 mesesHendrikse7 1997 8 P/T <80%Sermet-Gaudemus8 2000 26 % peso ideal <85% >1 mesHankard9 2001 21 IMC < -2 DE >6 meses

P/T: relación peso/talla; UCIP: Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos; IMC: índice de masa corporal; DE: desviación estándar. 1. Merritt RJ, Suskind RM. Nutri-tional survey of hospitalized pediatric patients. Am J Clin Nutr 1979; 32: 1.320. 2. Parsons HG, Francoeur TE, Howland PE y cols. The nutritional status of hospitalizedchildren. Am J Clin Nutr 1980; 33: 1.140. 3. Cooper A, Heird WC. Nutritional assessment of the pediatric patient including the low-birthweight infant. Am J Clin Nutr1982; 35: 1.132. 4. Pollack MM, Wiley JS, Karter R, Holbrook PR. Malnutrition in critically ill infants and children. JPEN 1982; 6: 26. 5. LeLeiko NS, Luder E, FridmanM y cols. Nutritional assessment of pediatric patients admitted to an acute-care pediatric service utilizing anthropometric measurements. JPEN 1986; 10: 166. 6.Hendricks KM, Duggan C, Gallagher L y cols. Malnutrition in hospitalized patients. Current prevalence. Arch Pediatr Adolesc Med 1995; 149: 1.118-1.122. 7. Hendrik-se WH, Reilly JJ, Weaver LT. Malnutrition in a children´s hospital. Clin Nutr 1997; 16: 13-18. 8. Sermet-Gaudelus I, Poisson-Salomon AS, Colomb V y cols. Simple pe-diatric nutritional risk score to identify children at risk of malnutrition. Am J Clin Nutr 2000; 72: 64-70. 9. Hankard R, Bloch J, Martin P y cols. État et risqué nutrition-nel de l’enfants hospitalise. Arch Pédiatr 2001; 8: 1.203-1.208.

TAB

LA2

Categorización de la desnutrición en la cohorte estudiada

Desnutrición moderada Desnutrición grave

Puntuación Z para el peso < -1,28 < -1,88

Peso actual – mediana (P50)Puntuación Z para el peso = ————————————

Desviación estándar

TAB

LA3

150

100

50

0

N.ºd

epac

ientes

< 2 años 2-7 años > 7 años

7140 33

61

2929

NiñasNiños

Intervalo de edad

Figura 1. Distribución de los pacientes de acuerdo con la edad

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de desnutrición fue del 17,2% en el total de la muestra (figu-ra 2). No se encontró ninguna correlación entre los valoresplasmáticos de hemoglobina y albúmina al ingreso y la pun-tuación Z para el peso (figura 3). En la cohorte de lactantes me-nores de un año, ingresados por una causa médica, pudo es-tudiarse la variación ponderal durante la hospitalización. Lamediana de ganancia diaria de peso fue de +6 gramos, con unintervalo entre +140 y –150 g/día.

Detección de la desnutrición en el niño hospitalizado

La desnutrición en el hospital continúa siendo un problemafrecuente, tanto en adultos como en niños, que pasa a menu-do desapercibido25.

Además de medidas más generales encaminadas a aumen-tar los conocimientos sobre la nutrición en relación con la sa-lud y la enfermedad, mediante materias específicas tanto enel pregrado como en el posgrado de las Ciencias de la Salud,debe determinarse qué herramientas pueden ser de mayor uti-lidad para detectar los pacientes con riesgo de malnutrición ypara monitorizar la eficacia de la intervención nutricional26.Desafortunadamente, no todas las herramientas o técnicas dedetección de la malnutrición hospitalaria publicadas han sidodiseñadas o comprobadas con rigor27, 28.

La primera estrategia se basa en fomentar el interés de losprofesionales hospitalarios para la recogida de datos relativosa la ingestión y los hábitos alimentarios, y la realización deunas determinaciones antropométricas básicas. El peso y latalla son los datos más sencillos, prácticos y baratos que pue-den utilizarse para la valoración del estado nutricional; sin em-bargo, estas medidas no se obtienen de forma rutinaria en to-dos los hospitales. En un estudio transversal efectuado en elHospital «12 de Octubre» en 1998, se observó que se pesabaal 85% de los niños que ingresaban en el hospital durante unperiodo superior a 24 horas; la estatura se midió sólo en el37% de los pacientes y sólo en el 16% de las historias clíni-

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140

100

60

0

N.ºd

epac

ientes

Normonutridos

M. aguda M. crónica Cir. aguda Cir.programada

120

80

40

20

Malnutrición graveMalnutrición moderada

*

*

* P< 0,05 cuando se compara con médica crónica.

Figura 2. Prevalencia de malnutrición de acuerdo con el motivode ingreso. M: enfermedad médica; Cir: cirugía.

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0,00

-5,00

2,50

-2,50

2 2 2 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 5 5 532 2 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 5 5 5

Albúmina (g/100 mL)3A

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0,00

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-2,50

24

Hemoglobina (g/100 mL)3B

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8 8 9 9 10 10 1011 11 11 12 12 12 13 13 13 1314 14 15 16 178 9 9 9 10 10 11 11 11 11 1212 12 13 13 13 14 1414 16 16 188 9 9 10 10 10 11 11 1112 12 1212 13 13 13 14 14 15 16 16

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Figura 3. Correlación entre datos antropométricos y analíticos. 3A. Correlación entre albúmina y puntuación Z para el peso. 3B. Correlaciónentre hemoglobina y puntuación Z para el peso.

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cas existía algún comentario referente a la situación nutricio-nal29. Lamentablemente, la situación no había cambiado seisaños después, pues sólo se registró el peso al ingreso en el85% de los niños; peso y talla en el 42%, y sólo el 17% habí-an sido pesados al alta, como se pudo constatar en el estudiocuyos resultados publicamos.

Además de las medidas antropométricas, los marcadoresbioquímicos y otros métodos de medida de la composición cor-poral, en los últimos diez años se ha extendido el uso de la va-loración subjetiva global (Subjetive Global Assessment), queproporciona información esencial sobre el estado nutricional apartir de la historia y la exploración física30. Esta herramientaha sido diseñada para pacientes adultos y modificada para de-terminadas situaciones, p.ej. el Mini Nutricional Assessment(MNA), para pacientes geriátricos. Aunque ha habido algún in-tento de adaptación de esta escala para la población pediátri-ca en España31, la herramienta no ha sido validada.

El uso de distintos índices nutricionales clásicos (clasifica-ciones de malnutrición de Gómez, de Waterlow o de MacLa-ren y Read) puede originar resultados discordantes. Como lanormalidad se establece dentro de unos límites basados enconsideraciones biológicas deducidas de observaciones trans-versales en grupos de población, su aplicación a individuosconcretos tiene sus limitaciones, porque sólo se puede tenerseguridad diagnóstica ante desviaciones importantes de lanormalidad. Por tanto, parece más correcto hablar de niño conriesgo de padecer efectos adversos por la malnutrición que deniño malnutrido, basándose sólo en los índices32.

Los índices de riesgo nutricional desarrollados con poste-rioridad son una herramienta mejor, pues permiten, no sóloidentificar a los individuos ya malnutridos, sino detectar a lospacientes con riesgo de desarrollar malnutrición. El índice deriesgo nutricional de Reilly recoge, en una planilla que rellenala enfermera al ingreso, los siguientes datos: pérdida de peso(duración e intensidad); índice de masa corporal o tabla de per-centiles en niño; ingesta (apetito y capacidad para comer), ylas repercusiones de la enfermedad sobre los aspectos nutri-cionales33. Más recientemente, Sermet-Gaudelus y cols. handiseñado y validado una «puntuación pediátrica de riesgo nu-tricional» para detectar pacientes con riesgo de malnutri-ción34. La puntuación valora como factores de riesgo de pérdi-da de peso durante el ingreso una ingestión insuficiente, laexistencia de dolor y su intensidad, y la gravedad de la enfer-medad. Clasifica el riesgo en leve, moderado y grave, sugi-riendo para cada nivel un tipo de intervención. La enfermeríapuede desempeñar un papel relevante en la detección de lospacientes con riesgo nutricional35.

Planes de futuro

La actuación sobre este problema puede enfocarse a varios ni-veles. Desde el punto de vista del individuo con riesgo de pa-decer desnutrición o con una desnutrición ya establecida, sepuede actuar mediante la instauración de un soporte nutricional.

Éste puede incluir varios aspectos: modificaciones en la dieta,uso de suplementos por vía oral, el recurso a la nutrición en-teral por sonda o a la nutrición parenteral36. Siempre que seaposible, es preferible utilizar la vía digestiva. No es el objeti-vo de esta revisión comentar el tratamiento nutricional del ni-ño hospitalizado. Existe un amplio número de estudios que handemostrado la eficacia del soporte nutricional para conseguirmejorar el estado nutricional y cómo se traduce en mejores re-sultados clínicos.

Pero, además, la preocupación por la malnutrición hospita-laria ha trascendido el ámbito meramente clinicoasistencial.El propio Consejo de Europa decidió reunir, en 1999, un grupode expertos con el fin de analizar el problema de la nutriciónen los hospitales europeos37, 38. Fruto de ese trabajo, el Con-sejo de Europa, a través de su Consejo de Ministros, ha dicta-do recientemente una resolución (ResAP 2003/3) sobre la ali-mentación y el cuidado nutricional en los hospitales39, en laque se recomienda a los estados miembros el desarrollo de es-trategias para detectar el riesgo nutricional y el estableci-miento de las medidas necesarias para su resolución tantomediante las comidas habituales como con técnicas de sopor-te nutricional. En esta tarea de prevención de la desnutriciónhospitalaria tiene un lugar importante el trabajo conjunto en-tre los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, dietis-tas) y la cocina del hospital. El periodo de hospitalización pro-porciona, además, una oportunidad única para educar a lospacientes sobre una dieta saludable. No sólo serviría para tra-tar la desnutrición, sino como una manera de actuar en la pre-vención de enfermedades40, 41. Estrategias similares se handesarrollado en el ámbito de los comedores escolares, conbuenos resultados42.

El primer paso para afrontar este problema podría plantear-se con los siguientes objetivos:

– Medida del peso y talla (y también del perímetro cranealen los niños menores de 3 años) en todos los pacientes que in-gresan en un hospital.

– Uso comprensivo de las gráficas de crecimiento.

– Intervención adecuada y mantenida cuando el peso y laestatura caen fuera de los intervalos normales.

– Reconocimiento de que el soporte nutricional forma partede la atención global del niño enfermo.

Desde un punto de vista práctico, sería muy interesante con-tar con una encuesta nacional sobre la prevalencia de malnu-trición en los niños hospitalizados en España. La SociedadEspañola de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pe-diátrica o la propia Asociación Española de Pediatría podríanser los principales valedores de esta iniciativa.

Bibliografía

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Desnutrición hospitalaria en niños. J.M. Moreno y cols.

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