Es la estructura que soporta el propósito de formación, para que este propósito se materialice el constructo curricular integra el modelo pedagógico, didáctico y el proceso de evaluación. No existe currículo sin intencionalidad; en este sentido se puede afirmar que el currículo no es neutro. En él median intereses, finalidades y esquemas de poder y control que se ven reflejados en la jerarquización de sus saberes o conocimientos en el propio desarrollo de la formación. Si abordamos el currículo desde el sentido instrumental y desde el modelo de la pedagogía conductista, se puede definir así:  Es un plan o programa orientado al logro de unas metas educativas, considerando una filosofía institucional, que deben orientar a la consecución de unos objetivos de aprendizaje que están contenidos en un plan de estudios.