granadacostanacional.esgranadacostanacional.es/downloads/alas de libertad web.pdf · 2020. 10....

344

Upload: others

Post on 31-Jan-2021

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • GRANADA CLUB SELECCIÓN

    Alas de Libertad-Antología Poética 1974-2016-

    MARCELINO ARELLANO ALABARCES

  • 1ª Edición: año 2017

    Copyright: Marcelino Arellano AlabarcesCopyright de esta edición: Granada Club Selección S.L.

    I.S.B.N.: 978-84-16656-41-7Depósito legal: GR 857-2017

    Portada: Jean Baptiste CamilleEdita: Granada Club Selección S.L.Empresa Distribuidora: Granada Club Selección, S.L.Avda. de Andalucía 16.18611 MOLVÍZAR (Granada)Teléfono Redacción: 958 62 64 73E-mail: [email protected]

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización expresa y por escrito de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejem-plares de la misma mediante cualquier alquiler o préstamos públicos.

  • A mis queridos nietos: Miguel Ángel Arellano Martínez y Álvaro Arellano Lladó

  • 7 Alas de Libertad

    PRÓLOGO

    LOS JARDINES DEL TIEMPO

    Los asombros y la nostalgia constituyen un piélago de naturaleza amorosa que se interna por el devenir de los días. Los versos del poeta Marcelino Arellano Alabarces, recogidos en “Alas de Libertad. Antología Poética” (1974-2016)”, atraviesan esa andadura llena de imágenes y signos.

    Los desgarros del alma se hacen visibles. El poeta es espectador de sí mismo y atraviesa una senda estructural, como caminante y soñador, aunando la senda de la expectación y el desencanto, como llamarada viva, en medio de la inquietud. La realidad poética y el sentimiento se unen para liberar esquemas, tras intuir el final del trayecto. Desde la palabra y la nostalgia, voz en el tiempo. Al filo de la realidad, antes de la llegada del fantasma de la noche. Goethe lo supo, tras asomarse un día desde el campanario de Estrasburgo y sentir el vértigo de la existencia.

    Es un deseo primordial: atravesar la jungla de los sentimientos para neutralizar el desencanto, frente a la ausencia del fulgor de las primeras alboradas. La reconstrucción de un tiempo soñado y vivido, se trasmuta en reconstrucción de miradas, huellas, el espíritu del instante imperecedero que invoca a la sabiduría de los tiempos, apostando por la realidad vestida de nostalgia, cuando el amor invoca a la antigua sabiduría de los mitos –la mujer idealizada, mecida por la faz del tiempo- sin renunciar a la verdad y al poder omnívoro de la razón. Pese a que el poeta siga asomado al precipicio y reitere las ansias del recuerdo, en permanente nostalgia de pretéritos, en un intento de armonizar naturaleza y vida.

    El plano sensorial de la pérdida del amor constituye una regata llena de secuencias. Huellas en una arena perdida de un mar insondable. El poeta recorre las fases de la proclamación de una primavera vivaldiana, para recorrer el resto de las estaciones, veranos y otoños tormentosos antes de desembocar en un invierno gélido, a veces totalmente incompatible con la esperanza del regreso.

    Los sentidos rastreadores mueven a una base reflexiva, donde aparece el apetito espiritual –también carnal- frente al nihilismo. La tristeza, profunda en sesgos de melancolía, se abre al contacto de unas manos en la meditación de cada apuesta, para abstraer la negación de la realidad y aceptar la derrota del paso de los días. Existe esa comunión personal y anímica, intrínseca, que recorre unas páginas de recorrido ascensional por el desierto del sentimiento

  • 8Marcelino Arellano Alabarces

    amoroso, en la representación de juegos de espejos que reflejan el umbral de un mundo que se va descomponiendo al compás de las luces y sombras, desde la extrañeza, donde la vida y los sueños se avienen a encontrarse y fundirse en las profundidades del ser.

    Un sello neorromántico que denota atmósferas de destellos, donde la poesía se convierte en tabla de salvación, materia encendida al otro lado del desfiladero. Ante la pérdida de la causa de amar por falsos convencionalismos y esquemas impuestos. Llegar hasta la hondura en el ars amandi, saber de la levedad de la rosa. La flor/mujer, en medio de la búsqueda de la claridad, de la transparencia, un nido de aves en busca de la libertad, entre los cauces del sueño, vividos desde el lamento y la sensualidad del amor.

    Hay matices que nos llevan a contactar con una realidad que permanece en el tiempo. El recuerdo del abuelo, “por los caminos de España/ se han perdido mis sueños”, el legado de la tierra. La vida que sale al encuentro, desde el pasado, desde el presente necesariamente vivo. Un canto homenaje a Federico García Lorca. Muerte en Víznar. Ecos villaespesianos, modernistas, libaciones y manantiales de azahar y deseos, pulsiones estelares que se mueven entre el viento y la brisa, en las secuencias de los contrarios, en el perfume de un tiempo. La luz/mujer, aquella mirada: “y a mí/, oculto en el zarzal de la floresta/, se me va quedando blanca el alma”.

    El río, la casa, el hogar, los silencios. Las noches en Ítrabo, la escarcha en una mañana fría. Aquellos tiempos de dolor y miseria de postguerra, tras la inclemente e incivil guerra del 36. El recuerdo del maestro, el viento helado pujando por entrar a través de una ventana donde no había cristales, sólo esquirlas en el alma. Aquellos niños del hambre. Huérfano de sensaciones, aquel diario de ausencias. La inocencia de la infancia: dando de comer migas de pan a las palomas. El recuerdo de los seres queridos. Las lecturas juveniles: el Capitán Trueno, Roberto Alcázar y Pedrín… Una senda de rotaciones y vivencias. La senda hacia Motril. Los álamos y los campos del Pisuerga. Soledades y viento de otoño, atravesando los días.

    Ecos de Bécquer, Neruda, Machado. Vida, raíces amadas y regreso. El cine, realidad y ficción. Las hojas secas, los sueños, las veredas a las que conduce el olvido. Historias de segadores, en verano. La luz y la necesidad del campo. Las almendras majadas en el almirez, aquel pinar, la maceración de las uvas, el lagar, las alpargatas de esparto. Los segadores del sol y de la noche. Las campanas tañendo, la oración de la tarde, tiempos de misales y rosarios. La hogaza de pan recién cocido, “las manos suaves y blancas de mi abuela”. Transcurriendo los minutos, escuchando a los mayores contar historias en el porche del cortijo. El tren de las 5: la vida, saliendo al encuentro. Los primeros

  • 9 Alas de Libertad

    amores, las enseñanzas paternas. El molino viejo, aquellos castaños y encinares, el lenguaje de los árboles, las verdes espigas, el camino que llevaba hasta la ermita.

    Una tarde en la Alhambra. El agua de las acequias, de los arrayanes. Belleza, noches de lunas, Torre de Comares, Torre de la Vela. Añoranza de la primavera en Granada. El río Darro. Noches calladas, de ausencias. Naufragios, peregrino de amor olvidado. El tiempo detenido tras un volcán de sensaciones imperecederas. El eco de una voz. Y, por siempre el mar, la mar de Alberti. Una cancioncilla para el recuerdo. Palma, Almería, tantos lugares recorridos por la mirada. La belleza de un recorrido colmado de sugerencias.

    El poeta también rinde homenaje a los desvalidos, ante las injusticias aplastadoras de la vida. Y sufre por los niños soldados, por la muerte inclemente de los refugiados, por tantos sueños rotos. Contra la sinrazón de las guerras, contra los dictadores y el maltrato. Un muro alto, difícil de destruir, mientras, en vuelo alado, los versos claman por las libertades con el fin de recomponer sesgos de esperanza. Porque es posible y necesario reconstruir un paisaje vital donde sobreviva un humanismo solidario.

    La vida se cubre de velos y de sombras. Aquellos lirios, grutas de ninfas escondidas. Aquel amor con nombre de mujer. Brújula y razón de ser, desde “sus ojos negros como las noches de invierno”. Cuando nacían los luceros y el agua convertía en sensualidad la primavera. Infinitos faros apagados en la ciudad inhóspita, tras la velada ensoñación de otros tiempos. Tempus fugit, amargo como la flor de la adelfa, junto una ladera de espinos, en un paisaje cercano al imposible olvido. En aquellos parajes, repletos de leves florecillas, acunadas por la brisa –en clave franciscana- y una luz colmada de sensaciones. Los senderos y los paraísos perdidos. Aquellas notas de Chopin, mágicas en el crepúsculo, junto a la fragilidad de unas conchas recogidas en la playa de la ilusión. Los vértices de aquel sur, transitado por la mirada, alto muro frente al desaliento, tan lleno de ocasos e incógnitas. Por si algún día, esa tibia luz regresara y llenara el sendero de la vida.

    Pilar Quirosa-CheyrouzeArticulista de IDEAL y Crítica Literaria

    Primavera de 2017

  • 11 Alas de Libertad

    NOTA DEL AUTOR

    Siempre me preguntaré si he estado acertado al elegir los presentes poemas para esta Antología, que abarca desde el año 1974 hasta el año 2016. Debo reconocer que, como siempre, me he dejado llevar más por el corazón y los sentimientos que por la rigurosidad estructural de las composiciones. Posiblemente, muchos de los poemas que nutren esta Antología no tendrían por qué incluirse, y habré obviado otros que deberían figurar en este libro. Desde que empecé a escribir poesía a la edad de trece años, no he dejado de hacerlo, siendo a partir del año 1997 cuando me dediqué con más intensidad a mi producción poética. También es cierto que ha habido largos periodos de tiempo en que me costaba mucho escribir poesía, quizás porque no disponía de la necesaria motivación para es-cribir, y la pluma se quedaba dormida entre los dedos. Mi poesía –parte de ello no lleva implícito la vivencia personal- es un canto al amor, la esperanza y el desamor, pero no de-béis pensar en ningún momento que todo lo que expreso en ella sean hechos sucedidos. Realmente, ha sucedido en ti, en ellos y ellas y, al final, nos pasó a todos. Pido compresión a mis posibles lectores si llegan a leer esta An-tología, sé que serán tolerantes a la hora de juzgarme, pues no soy perfecto y, seguramente, no he sabido elegir mis mejores poemas –si es que existe alguno del que se pueda decir eso-. Sea de la manera que sea, sí puedo asegurar que todos ellos fueron escritos con toda since-ridad, sintiéndolos en ese momento mi alma. Pocos fueron festivos y si muchos regados con lágrimas al contemplar cómo eran arrancadas las florecillas endémicas del campo y ver quemarse los bosques y sufrir con el dolor de aquellas personas conocidas que penaban por amor. Y hay tantas personas que sufren en silencio: unos, por ser poco decididos, y los más, por cobardía a la hora de dar el paso y romper las cadenas oxidadas que nos sujetan a los barrotes de los convencio-nalismos. Sufren en silencio y su corazón poco a poco se va secando, y lo que en un tiempo fue fragante primavera es ahora oscuro invierno, cuando (él o ella) ven con amargura que el ser amado pasa por delante de ti sin volver la vista atrás, porque las palabras se quedaron ocultas en la garganta y no salieron para expresar al ser amado los sentimientos más tiernos. Fueron cobardes y aquellas palabras se convirtieron en nostalgia eterna.

  • 12Marcelino Arellano Alabarces

    En mis poemas he querido solamente tocar la sensibilidad que toda persona lleva dentro. ¿Quién puede negar que alguna vez en su vida no haya sufrido por amor? ¿Quién puede negar que alguna vez en su vida no haya dejado pasar el verdadero amor y lo perdió por falsos convencionalismos? Si solamente uno de los poemas de esta Antología ha servido para hacerte recordar un amor lejano, sin que te llene de melancolía y sí de bellos recuerdos, ya podría sentir verdade-ra satisfacción. Pero, sobre todo, espero que los presentes poemas –su mensaje- lleguen a tu corazón. Pues no hay ningún camino que sea totalmente recto ni las estrellas brillan cada noche con la misma inten-sidad.

  • 13 Alas de Libertad

    EN MI PROPIO EXILIO(1974)

    EN LOS CAMINOS DE ESPAÑA

    A mi abuelo Antonio Alabarces Jiménez,que sólo ha sido tierra.

    ¡Ah!, por los caminos de Españase quedó mi corazónen el polvo de la añoranza.-¿De dónde vienes?-“De la montaña, estuve luchando;me despertó la claridad de la mañana”.

  • 14Marcelino Arellano Alabarces

    POR LOS CAMINOS DE ESPAÑA

    A Guillermo Mudoy y Margarita Rotger.

    Por los caminos de Españase han perdido mis sueños:ya no soy nada, y era…Ya no soy nada, y sueño.

    Ya no soy nada, y miro;ya no soy nada, y sueño;me han pisoteado el alma,sólo me queda el hielo.

    Mis sueños de juventudse han perdido en los senderos,por los caminos de Españase han perdido mis sueños.

    Quiero decir, y callo;quisiera decir, y no puedo.

  • 15 Alas de Libertad

    FLOR CAUTIVA

    A Cati Torres.

    Flor, que se está muriendoy perdiendo su fragancia.¡Qué mano caritativate tendrá en su casa!

    ¡Qué manos cultivadas-buenas, finas, blancas-te pasarán por la fazbendita de tu cara!

    ¡Qué dedos rozarántus hojas, oro, plata!¡Qué boca besarátus hojas de escarlatas!

    ¡Qué ojos te mirarán,dulce flor de fragancia!¡Qué brazos te estrecharán,flor por mí cultivada!

    ¡Qué mejillas rozarántus hojas sonrosadas,cuando veas correra tus hijos, en tu casa!

    Y yo que te cultivé.Te pierdo de mis manos blancas.

  • 16Marcelino Arellano Alabarces

    CANCIONES DE CUNAI

    Duérmete mi niño,duérmete mi amor,duérmete capullitode algodón.

    ¿No te has dormido?¿Cuándo te dormirás?La canción de la nanano te voy a cantar.

    Ni serás un hombre,ni sabrás cantar,si tú, mi cielo,no te duermes ya.

    Ni verás a la lunani podrás soñar,ni al sol radiante verásal despertar.

    Duérmete mi niño,duérmete ya,que la luna en el tejadoasomada está ya.

    Si no te duermesno vendrá,y un beso en la caramamá no te dará.

  • 17 Alas de Libertad

    I I

    Mi niño está tendidosobre la hierba verde,sobre la hierba verdecon un nido.

    Con un nido en la hierbadel prado verde,pío, pío, los pajarillostiemblan de frío.

    I I I

    Caracolea, caracoleandopor la suave veredasube el caballo.

    Sobre el caballo, mi niño.No corras, caballo,que a mi niño puedes tirarlo.

    I V

    Vellón de seda, vellón de lana,así de fina…Tiene mi niño su cara.

    Como el valle verdey el azul del martiene mi niño sus ojosal despertar.

    V

    La mar y el sol,así de dulce tienemi niño su corazón.

  • 18Marcelino Arellano Alabarces

    Y sus cabellosson sortijas derramadassobre mis dedos.

    V I

    Dormido, dormidolo veo y no lo veo.Lo miro, y al mirarlosiento frío.

    Señor, ¡si Tú me lo quitaraspor un momento…!Cojo sus manecitasy con ellas en mis labios bebo.

    V I I

    Frío, frío,tú conmigoy yo contigo,hijo mío.

    Los dos juntos,juntos los dos;despacio, despaciocamino del río.

    Trovadores somos,somos los mejores;cantan el ruiseñory los verderones.

  • 19 Alas de Libertad

    V I I I

    Cruá, cruá,canta la rana,asomando su cabezapor encima del agua.-¡Me voy!-¿Te vas?Separados, hijo mío.¡Jamás!(1968)

  • 20Marcelino Arellano Alabarces

    EL ROSAL

    ATere Peñalver.

    En el jardín de mi casa yo tengoun rosal, que cuido con esmero.Me lo traje de un viaje lejanoun día todo luz, del mes de enero.

    Un año he visto deshojar sus ramasy quedar desnudo al llegar otoño,cuando en el cielo se cubre de un gris-perlay los pastores anuncian el retorno.

    En lo profundo y lejano del tiempollegaron los días de lluvias y truenos.Cuando las muchachas suspiran quedoy sus suspiros llegan hasta el cielo.

    Y llegó la primavera rejuvenecedoray los semblantes tristes se llenaron de luz.¡Unos capullos asomaron a la vida,unos capullos que no verás tú!

    Llegará mayo, joven y pujante de nuevo,más triste miraré el rosal.¡Que no abra la rosa! ¿Qué no llegue mayo,si a mi lado –amada-, tú no has de estar?

  • 21 Alas de Libertad

    GRANADA

    A José Soto y Pilar Uribe.

    ¡Granada! ¡Granada!De tus alcazabasya no queda nada.

    En la alcaicería,la orfebreríaya está abandonada.

    Ya no hay moros,ni ondear de banderasen tus torreones.

    ¿Dónde están las floresy los surtidoresdel soñador sultán?

    En los aposentos:sólo bellos sueñoslo custodian ya.

    En la Alhambra:sólo corren lágrimaspor sus corredores.

    Y en el mirador:sólo los turistascontemplan el sol.

    ¡Granada! ¡Granada!De tu esplendorya no queda nada.

    De los abencerrajes:sólo el corajey la maldición.

  • 22Marcelino Arellano Alabarces

    Y de los arrayanes:solo bellas floresen el surtidor.

    ¡Granada! ¡Granada!De tus alcazabasya no queda nada.

    Solo el torreóndonde un día, un príncipecontigo soñó.

  • 23 Alas de Libertad

    POEMAS DEL AMANECER (2005)

    RECUERDOS

    I

    A Federico García Lorcalo mataron de madruga…Lloraron las campanas.

    Las campanas enmudecieron.Un tabletear de muerterompió el silencio.

    Enmudeció. Enmudecieron.Las escarchas en los olivosse durmieron.

    En Víznar…Me lo dijeronjunto al puente,en medio…Lo hirieron y bebieron su sangre,las rosas de los vientos.

    A lo lejos,dos ángeles llevaban a Federicoal cielo.

    I I

    En Granadalloran los cipresesen los huertos.

    En los huertosde mis recuerdos.

  • 24Marcelino Arellano Alabarces

    Llora la lunade madrugadasu sangre calientederramada.

    Tapad la herida,tapadla,que se está escapandoel romancero.

    Y lloran y gritanlos cipreses en los huertos.

    Tintinea en el vasola risade tu hiedra carcomida.

    ¡Ésta es, ni más ni menos,la bala, cantinero,con que he matado el romancero!.

    ¡Muerto! ¡Está muerto!¿Dónde está enterrado?En mi corazón lamento.

    Alberti, Aleixandre, Arellano,Gerardo Diego, Damián, Neruda,Altolaguirre… poetas todos,en vosotros y en mí…

    ¡Vive el romancero!

    I I I

    Que callen,que callen todaslas campanas de mi pueblo.

  • 25 Alas de Libertad

    Que saquenlas viejas sus pañuelos,que lloren… que llorenmi muerte, su muerte.

    Por la vega lo llevan,lo llevan a Granada,su Granada de guitarras,de canciones y de zambras.

    Callad. Y si callamosmorirá de nuevoy brotará la sangrede su herida amarga.

    Y se truncó mi llanto,y mi alegría, sin quererlo,se volvió pena.

    Y no quiero. Debo maldecir,no debo silenciarsu pena su muerte.

    (1985)

  • 26Marcelino Arellano Alabarces

    TU CABELLERA ES TOMILLO Y JARA

    Es tu cabellera ondinaseda, tomillo y jaraluna que brilla estáticaEn el manantial de tu cara.

    La sonrisa en tus labioses rosa deshojada,panal de abejas que libanen la dulzura de tu habla.

    Tus ojos castaños, solestristes de infinitas lágrimas,son lagunas donde remadesesperada mi esperanza.

    Son tus pechos manantialessecos, de limones amargos.Dulzuras donde titilanla flor de azahar del naranjo.

    Cimbrea en tu cintura el deseooculto, de amor, que no encuentraspaisaje, donde se va perdiendoel surco árido, gris, de tu tierra.

    Son tus dientes perlas nacarinasdonde se funde la fresa de tu beso.Río de ansiedad, tumultuoso,quién pudiera rozarlo con mis dedos.

    Es tu cuerpo fronda fresca y suaveque meces, sin descanso, al viento.Vas y vienes, vienes y vasy nunca te paras, ni te detienes.

    Eres cometa, que tiembla en lo altode un hilo, cargada de sentimiento.Vorágine de luz que se pierde en las manos traviesas de un niño.

  • 27 Alas de Libertad

    ERES COMO LA BRISA

    A Pilar Queirosa-Cheyrouse.

    Eres como la brisa que despejael lagrimar inerte de mis ojosy tiendes tu mirada acariciandoel ópalo, gris, de mi ventura.Yo quisiera que tendieras tus manosenlazándose con las mías de retama,mientras el sol va expandiendo sus rayosacariciando tu cuerpo de acacia.

    Pero me miras y, de nuevo tierra,me repito a los pies de tus sandalias.

  • 28Marcelino Arellano Alabarces

    NO ME DIGAS QUE EL VIENTO

    No me digas que el vientoondeó en los párpados abiertos de tus ojosni que la lágrima de rocíomojó la aurora de tu cara.

    No me digas que el sol esta mañanabesó los labios purpurina de tu boca.Ni que el espejo de los secretos ocultoscontempló el misterio de tu cara.

    No me digas que el perfume “lila”fue un acto oculto de misterio,ni provocador abismo en tus manos.

    No me digas que la tibia sonrisafue un gesto cauteloso de esperanza.Tibio cuerpo de anémonas engarzadasprendidas en su mirada, en tu mirada.

    Y a mí, oculto en el zarzal de la floresta,se me va quedando blanca el alma.

  • 29 Alas de Libertad

    CAMINO QUE VA AL RÍO

    En el aposento, donde el calor arrullaa través de la ventana que da a la vida,se divisa la neblina que difumina los cerezos,los juncos se mecen en los riachuelos de agua.Abajo, en el hogar, la chimenea crepitasu ardor de fuego y pan caliente,de olor a café y queso añejose va gastando en los blancos y rizados dedos.El gato maúlla en la puerta abierta del misterioy la ventana entreabierta cierra el viento.Charo –dice Luis-, déjame a míque yo lo explique, que tú no entiendes.Fuera, en el campo, la lluvia cae monótonay nos envuelve a todos un gran silencio.Echado en el sofá, miro el techo de vigas negrasque, según Luis, trajo de algún lejano pueblo.Mientras, Pilar y Consuelo bebencaliente y humeante café negro.El día pasa entre lánguido y sereno;en la puerta, un kiwi lleno de besos.Onofre, ¿damos un paseo, antes que la noche venga?Vamos por el camino que va al río,y que pasa por encima del puente.Soy tan feliz cuando veo el campoy me envuelven tantos silencios.Mi pecho, sediento de ternurasólo para ti, yo quiero.El agua discurre bajo nosotros,un pájaro se esconde en el albero.Los chopos mojados de viday yo tras de ti, en silencio,siempre tras de ti yo voy,queriendo ser la flor del romeroy la flor rosa del cerezo.Cuando te veo delante de mí, andando, me pregunto: ¿dónde estarán sus pensamientos?El campo, sólo el campo, mi vida

  • 30Marcelino Arellano Alabarces

    que yo soy raíz en tu pecho.Yo la oigo, la miro y calloy volvemos a la casa en silencio.Entramos en el hogar, la chimenea está encendiday no sé por qué el corazón me brinca en el pecho.

  • 31 Alas de Libertad

    HAY NOCHES

    Hay noches en que silban las palabrasy sólo se oye el graznido de la corneja.Hay noches en que la luna lloray están los aposentos vacíos.Hay noches en que el silencio barre las callesy la paz se duerme en caja de cartón.Y hay noches en que el dolor ayunta las esquirlasy profana los cálices vacíos.Hay noches calcinadas por el recuerdoy en las que surcan las cenizas por las heridas.Y hay noches donde los cuerpos sudorososson embriones de noches mutiladas.Otras noches, chirría la veleta de la iglesiay en la casa está apagado el fuego en la chimenea.Pero hay otras noches en que me miran tus ojosy las estrellas radiantes brillan en el cielo.

  • 32Marcelino Arellano Alabarces

    ERA DE NOCHE

    A Albertina González-Guerrero y sus hijos.

    Era de noche, al final de la Gran Vía.Cuando el asfalto ya casi duermey se serena un poco la sangre alterada.Íbamos Laura, Albertina y los niñospor la acera del Cine Azulya muy cerca de la Plaza España.Nos llevó Albertina a un bar muy grandedonde colgados del techo habíainfinidad de jamones de Trevélez y Jabugo.Degustamos una bandeja y cervezasmientras hablábamos del Acto Culturalde esa tarde, en Leganitos, 10.Donde había intervenido Antoniacon grandes poetas.

    De regreso, creo que por la Plaza de los Monteses,Laura y yo hablábamos de las drogasy de cuántas familias destrozadas.Detrás, Antonia, Albertina y los niñosy los aguacates que ya se hacían pesados.De pronto intuí el llanto acongojado.Nos giramos Laura y yo y, en la acera,sobre las baldosas heladas a poniente,estaba la miseria entre cartones;junto a sus pies, dormía la inocencia de un perro.Albertina consolaba la emoción de Antoniaque no aprende a retener su dolor,los niños la miraban en silencio -¡son pequeños-¡Laura y yo la mirábamos –creo que le dije algo:una reflexión que ella no escuchaba.Laura le cogió las manos calmándola.No pasaba nada, por la calle seguíaun deambular de fantasmas eternos.

  • 33 Alas de Libertad

    Seguimos andando por la Gran Vía. Hacía fresco.Nos despedimos unos de otros emocionados,perdiéndonos en la soledad de la noche.

  • 34Marcelino Arellano Alabarces

    EN EL RÍO PISUERGA

    Cautivo estoy de vuestra hermosura,campos de Palencia en lejanía,esteparia tierra, gris y fríadonde vuela el águila mayestáticosobre las agujas heladas de tus Catedrales.Campos de Palencia tierra de panque nunca vieron tus manos.Lágrimas de nieve sobre tu tejado,en donde duerme el invierno su cansancioy mitiga su soledad el campesino,mirando que la tierra no se muevey chirría el viento en el arado.En ti veo tu grandeza pasadade la estirpe castellana por tu suelo,de cocinas vacías y de pucherosy de siegas que otras manos se llevaron.Hay huellas de tus pasos sobre las piedrasdormidas, blanquecinas, que lloraron…Rumores junto a la margen silenciosaverdiazul de los mimbrales de tu ríoPisuerga caudaloso. Desde el puentenos entretuvimos tirándote piedrasque contábamos: una, dos, tres, cuatro…Pasaba el peregrino, iba solopor la carretera; gentes que paseaban:-Buenas tardes: ¿De paseo?-Paseando. Dios les guarde.Hacía frío en las tardes de diciembre.La nieve entre los zarzales y en las márgenesen que el sol se hace querer se derretía.En el pueblo del silencio, sólo un niñojugaba a la pelota y un perroque ladró a nuestro paso…Pobre niño que tienesa la soledad de compañero.Ella, sentada en la fuente que goteaen la plaza inacabada y desierta.

  • 35 Alas de Libertad

    Tras los cristales, un viejo que nos mira.Nos volvemos, ya es tarde…Pueblos de Palencia, pequeños pueblos,vuestra soledad me entristece.Pero qué alegría volver de nuevoa tu Convento de Santa María de Mave,al calor del hogar, en la sala desierta,en un gran silencio que me envuelve.Leo.

  • 36Marcelino Arellano Alabarces

    AÚN BUSCO A ZORAIDA

    A José Segura Haro.

    En las mañanas de crudo inviernocaminaba por los caminos de piedra.Era temprano y las palomasarrullaban todavía a sus polluelos.Dejaba Molvízar a un lado y, por las ramblas,perseguía a las hormigas, madrugadoras,transportaban granos de nieve.Motril estaba lejos y en los kioscoscampeaban Roberto Alcázar y Pedríny, bajo un antifaz negro y misterioso,se escondía el Capitán Trueno.Eran tiempo de escasez y penuria,de higos secos con gusanosy cebada tostada para el café.Yo era un niño, y terminada la misa primeraera una aventura ir hasta Motril.Corriendo volvía, acompañadode Roberto, Pedrín y el Capitán Trueno.Llovía y por el barrizal de la carreterahudíanse mis pies en el barropero no estaba sólo. La esperanzade poder leer era una realidad.Junto al fuego, sentado a los pies de mi abuelo,leía una nueva aventura.Pasaba el tiempo y, en la tarde monótona,ladraban de hambre los perros.“Este niño perderá la cabeza con tanto leer”,decía mi abuela. ¿De dónde sacará los papeles?“Déjalo que lea, que ahora es tiempo de sueños para él”.El viento, fuera, golpeaba la ventanay me asomé a la calle, por si era Zoraida.

    (Diciembre, 2004)

  • 37 Alas de Libertad

    EL VIENTO HELADO

    A Carlos Benítez- Villodres.

    Cuando niños, jugábamoscon las gumías en la tierra,con la que el alfarero hace cántaros.Por las tardes, a la salida del colegio,saltábamos sobre los agujereadoszapatos de goma.En la escuela de pupitres desnudosen donde la ausencia de librosembrutecía la tarde,un Maestro triste y preocupadonos enseñaba que Españallegaba más allá de Andalucía.No había cristales y el vientoaullaba en nuestras manos frías.

    (Diciembre, 2004)

  • 38Marcelino Arellano Alabarces

    LA BARCA DE CARONTE

    A Miguel Ávila Cabezas.

    Ungía los besos dados tiernamentecon el agua, por recibo de tus manos calladas;había pensamientos ocultos, nada era igualy las espigas amarilleaban en la era.Era todo paz y la espiga en tus manosse volvía pan candealsi tú me llevaras, Amarilis,por el lado no oculto… Desaparecela codicia del hombre soberbio,todos somos y nunca llegamosa la barca de Caronte.Y en serpientes se convertirán tus cabellos.Ámame, Amarilis, y deja que los lobosaúllen en esta noche ingrata,buscaremos a Perseo y que nuevamentederrote al minitauro en su deseo.Que estoy sediento de ternura Amarilisy no encuentro tus senos para beberlos.

    (Diciembre, 2004)

  • 39 Alas de Libertad

    VIENTO DE OTOÑO

    (2007)

    BUSCO UNA VOZ

    A Juani Molina

    Busco una vozque me diga amigoy que su eco traspase fronteras.

    Busco un anillo de amorque se fije a mi cinturay no deje que me vaya.

    Busco unos ojos compresivosque, al mirarme, brilleny dejen una estela de luz en mi alma.

    (13/06/2007)

  • 40Marcelino Arellano Alabarces

    NUEVAMENTE

    A Inmaculada Rejón

    Nuevamente aquí estoy,tan lejos de tu sombray de la mirada de tus ojos.

    Nuevamente aquí me encuentroy no oigo tu voz graveni veo tus manos blancas.

    Como siempre en mi soledad,esperándote, aunque tú no vienesa mi encuentro de romero.

    Voy estando en esta soledad de días,tan lejos de ti, de tu presencia.Se hace tan larga la distancia.

    Como una nube de azul,son siempre mis recuerdos.Tú, de mí, tan desprendida.

    Tan lejos y tan cerca en mi memoria,toda llena de soledad y ausencia,por eso cierro este poema con tu nombre.

    (Agosto, 2007)

  • 41 Alas de Libertad

    ME DORMÍ EN LA ESCARCHA HELADA

    Me dormí en la escarcha heladadonde tirita la nochey en el silencio que la piel araña.Sólo había sábanas embrujadasen el perfil de la balaustrada.Sobre la calle, la luzmortecina haciendo sombraen la cálida mañana.Y mi sombra, sobre las sábanasde la cama sola, inmaculada.En el silencio del dormitorio,se oía el roce de los besosen la habitación cercana.Ya nada es igual. No será lo mismola luz que entra por la ventanani los besos que diste al tiempo.Mi pensamiento se vuelve de estambre,subiré por mi calle solitariamentecuando ya no me quieras.Florecerán ortigas y cardossobre mis dedos. Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. Las amapolas rojas,entre los trigales verdes, se volverán negras.Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras, mis ojos ya noverán las estrellas. Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. No veré la sonrisapícara de tu cara. Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. No habrá susurrosde aire en mi vereda. Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. Mi boca estará seca.cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. Mi pecho será tormentaen noche negra. Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. Tú ya estarás con otro.Cuando ya no me quieras.Cuando ya no me quieras. Contaré mi historiade otra manera. Cuando ya no me quieras.

    (2007)

  • 42Marcelino Arellano Alabarces

    DESPIÉRTAME, AMOR

    A Gloria de Málaga.

    Despiértame, amor, en el alborozo de tu pleamar.Cuando lavas tus cabellos de verdadessobre la playa dormida de tu ausencia.

    Cíñeme, con tus brazos, mi cinturaque doblega de nostalgia peregrinatoda la ansiedad de mi angustia.

    Háblame, amor, que tus palabras seancascada sonora en mi pecho seco.Agua que purifica mi herida verde.

    Bésame, golondrina, tú, inquieta,que doblegas los sentimientos más queridosa la voluntad dulce de un momento.

    Grítame una y otra vez, tú, en la noche,herida amarga que ya no siento.Olas que llevan tu reflujo y descansan en mi desierto.

    Soy como la hierba mustia y amarillaque está agostadade tanto pisar tu ausencia.

  • 43 Alas de Libertad

    JAMÁS CRUZARÉ TU LAGUNA DE NIEBLA

    Jamás cruzaré tu laguna de niebla.Ni tu río que solloza en la alborada.Ni tocaré el ciprés verde de tu casadonde, por abril y mayo,anidan los pájaros en sus ramas.Jamás cruzaré tu laguna de nieblas.Ni fustigaré la grupa de tu caballo.Ni beberé ya nunca más la salde la fuente turbia de tu agua.Jamás cruzaré tu laguna de niebla.Ni navegaré por la sangre esmeralda de tus venas.Ni cantaré letanías de desarraigo y tristezascuando ya tú no estés, cuando ya te vayas.Cuando tú regreses, saldré a tu encuentro;y te abriré, de par en par, las puertas de mi casa;y te diré, entra, el fuego está encendidoy una hogaza de pan te espera en la mesa.Cuando tú regreses, saldré a tu encuentroy cogeré tus maletas y todos los olvidos.Te alargaré mi mano y, en un altar inmenso,te abriré mi pecho para que pongas en él todos los olvidos.Cuando tú vengas de nuevo a mi lado,besaré tus pies y olvidaré tus agravios.Nada te preguntaré, nada, es cierto.limpiaré tus sandalias con mi pañuelo blanco.Entrarás despacio en mi aposento fríoy abrirás las ventanas del desaliento.Me mirarás a los ojos y una lluvia frágilmojará el suelo de cárcava de mi invierno.En la pared, el candil encendidoalumbrará ya sin sombra.El fuego chisporrotea entre los troncos heladosy, en la mesa, se encuentran los platos vacíos.

  • 44Marcelino Arellano Alabarces

    UNA ESTRELLA EN EL MAR

    A Norma Suiffet

    Te irás un día, despaciosamente,cuando la lluvia de abril moje tu tejado.Nada me dirás, sonreirás mientras tu manocorre despacio la cortina de tu ventana dormida.

    Te irás un día, lo sé, mas ya estoy preparadopara verte partir sin saber a dónde. El mar… llorarátu ausencia. Mientras, el barco a lo lejos dejará la estelade tus besos en mis labios. Mi pecho herido.

    Te irás un día de invierno, o de verano, cuando la dulce cariciadel sol en tu frente suavice tus pasos.

    Te irás un día, yo lo sé, quizás por la tarde o por la mañana.Deberás apagar la luz, la casa ya no estará encendida.Cuando falte tu aliento y las caricias de tus manos,cerraré la puerta a tu adiós y a mi nostalgia.

    Cuando te hayas ido por la calle mojadade la ciudad dormida que gime y descansa,con tu abrigo en el brazo y el paso cansado,desde la distancia, te estaré mirando.

    Cuando mi voz sólo sea un eco, que ya no reconoces,y mi imagen esté borrada en tu memoria,cuando los dos seamos una historia,sé que guardarás el sabor de mis besos en tus labiosy el perfume arábigo de mi boca en tu boca.

  • 45 Alas de Libertad

    A FINALES DE ABRIL

    A Helena González González.

    Cuando a finales de abrilllegaban las primeras golondrinas al pueblo,tú te reías de contenta y alegre; era tu primavera.De chiquita, cogida de la mano de tu madre,cruzabas la plaza de España, donde está la fuenteen la que yo siempre me paraba a jugar con el agua.Y me sorprendía ver abrevar a los caballos,que venían sudorosos del campo.Cuando, de pequeña, tu padre te llevaba al parquedonde olías las florecillas y las rosas sin cortarlas,te escapabas corriendo de su mano y te escondíasen los jardincillos verdes y rojos, en donde yo me ocultaba.Cuando, de pequeña, a reata de tus hermanas,corrías por la calle del Carmen, jugando,tú descubrías cada día un mundo nuevo y bello.Cuando, por las tardes, tus hermanas te poníanel vestido blanco de lazo azul, te creías en primaveray te ponías una cinta roja sobre tus cabellos negros.Cuando, de pequeña, te llevaban alegrea la laguna, tu tirabas piedrecillas al aguaporque te asustaban tus hermanas diciéndotequé allí vivía un gigante.

    La tarde era un espejo mágicoque se ponía por el horizonte.

  • 46Marcelino Arellano Alabarces

    YO ME ENREDO

    A María Asunción Jiménez Montes.

    Yo me enredo en la suave brisade los trigales verdes de tu cuerpo,en el murmullo del agua de tus ríos.Mi corazón se enredó en el tuyoy floreció la sonrisa en tus labiosy en las hojas secas de mi corazón herido.Enredado estoy en tu mañana virgeny en el frescor del agua de tu caleta.Enredado estoy entre tus labios,en el despertar indeciso de cada día.Soy como un accidente en el caminocuando me miran tus ojos.Estoy enredado a ti, a tu cintura,en la madeja suave de tu cariño,en la ternura de tus manos.Enredado estoy a ti y quisiera, mi vida,que no tuviera fin esta madeja,que fuera el hilo de un camino de esperanzadonde tú cultivaras todos tus sueños.

  • 47 Alas de Libertad

    COMO UN VOLCÁN

    A Loli Molina.

    Por los caminos de mis sueños,galopa mi sentir hacia tu esperanza.Tic, tac, tic, tac. Corre la sangrecomo un volcán hasta tus brazos.

    Como el viento que se enreda en tu peloy se engarza en tu sonrisa nacaraday ve el infinito, a través de tus ojos,la catarata dulce y caudalosa de tu habla.

    Riegan los ríos secretos de mi almalas cicatrices de tu corazón herido.¡Si volvieran los pasos que has andadopor el polvo inclemente del camino!

    Si fuese yo el almíbar definitivoque endulzara el amargor de tu boca.Si fuese yo el bálsamo milagrosoque cicatrizara todas tus heridas.

    El río se desliza. Corre, entre los juncos, el agua.Y canta, en el álamo erguido, la calandria.En la sombra, tú te duermes en mis brazos;y los árboles mecen sus hojaspara darte frescor en la cara.

  • 48Marcelino Arellano Alabarces

    EL SABOR A MAR DE TUS LABIOS

    No quiero más el sabor del mar en tus labios.Quiero el sabor de los lirios silvestres de los montes dorados de mi Ítrabocuando, en las noches de verano,alumbra la solitaria luciérnaga.Quiero el dulzor de tu palabra claray el entendimiento profundode los dedos de tus manos que leenen la superficie trémula de mi pecho.No quiero la melancolía de la violetaque se riega en las huertas, por la tarde,con manos encallecidas y amorosasdel labrador que teje y tejeun hilo de cristal en silencio.Te quiero, mariposa loca que libas el néctar del tomillo y del romeroen los bancales de polvo y leyendade los campos de dulzores de mi pueblo.No quiero más llanto ni angustiaen las soleadas plazas de mi pueblo.Quiero la libertad de la paloma mensajera,que se acurruca en el hueco de tu mano.Te quiero corriendo, alondra de mi vida,por los campos de dorado trigo.Tú eres la esperanza, insignia de mis días.Amapola que diste color a mis tardesmientras se oscurece la tarde en mi frente.

  • 49 Alas de Libertad

    TE RECUERDO HOY

    Te recuerdo hoy, en que el día no es propicio,cuando caminábamos solos por la sierra,camino de nuevos paisajes y aventuras,buscando una fuente escondida en el paisaje.

    Te recuerdo hoy cuando está lloviendoy estoy sufriendo tu ausencia, Sofía.Te recuerdo hoy como te recuerdo cada día.Tú, tan ausente para siempre en mi vida.

    Te recuerdo hoy, camino en la mañana,cuando en el silencio se dormían los pájaros.Ruidos de pasos sobre el polvo del caminode un pastor triste que conducía las cabras.

    Te recuerdo hoy, en que no es un día propiciopara el recuerdo, la añoranza y las lágrimas.Tú, Sofía, ¿por qué caminos –me pregunto-escucharás el sonido del agua de aquel día?

    Te recuerdo hoy, Sofía, y no quiero recordarte.Me hace daño tu ausencia y tu olvido.Mas no importa, sé que algún día aceptarásnuevamente ir cogida de mi mano, junto al río.

    Mas sé que me quieres, lo veo en tus ojoscuando de tarde en tarde, en silencio, nos vemos.Sé que me quieres, Sofía, me lo dicen tus ojos,en la pantalla del cine, cuando te veo.

    (Agosto, 2007)

  • 50Marcelino Arellano Alabarces

    EN UN CERCANO Y LEJANO ECO

    Otra vez me pierdo camino del olvidoque me da tu ausencia y tu lejanía.¿Por qué caminos, por qué rutasse gastaron mis sandalias?

    Huelo el perfume penetrantede la verde y rizada albahaca.Decías mi nombre que se repetíaen un cercano y lejano eco.

    Sombra de las altas encinas,que se mecían por el viento.Sus ramas barrían las hojas secas.Un ruiseñor cantaba en una rama.

    Tus manos a albahaca olían;tus manos blancas, soñadas,que nunca he olvidadoni nunca olvidaré en mi vida.

    ¿Por qué caminos, por qué rutasse gastaron tus sandalias?Yo, perdido en la vereda de tus olvidos.Tú, perdida en la distancia.

    (Agosto, 2000)

  • 51 Alas de Libertad

    DOS LÍNEAS

    A Lucía Caparrós.

    Te recuerdo como siempre,bajo un silencio de nieve.Desnuda, mis ojos cansadosse pierden entre dos líneas.

    En las dos líneas de tus muslos,en la estepa del ensueño,que se hizo realidad un díapor donde naufragaremos.

    Dos líneas, sólo eso.Tu sueño y mi sueño.No dos líneas paralelassino dos líneas en la distancia.

    Dos líneas. Dos caminos,desnudos en mis sueños.Tú y yo. Yo y tú. Nada.dos caminos desiertos.

  • 52Marcelino Arellano Alabarces

    PERFIL QUE TANTO AMO

    Déjame que coja tu cinturaen donde se apoyen mis ilusiones.Déjame prenderme en tus ojos,perfil que tanto adoro y tanto quiero.

    Déjame fundirme en tu boca,aliento que me envuelve y me destierra.Déjame que libe, en la colmena,de tu amor, para mí firme y sincero.

    Déjame que ponga mi manojunto a tu corazón dolorido.Palpitaciones de amor que yo sientocuando no estoy junto a ti.

    Déjame que me pierda por las sendasde las curvas de tu cuerpo enamorado.Déjame que me duerma, amor mío,a la sombra de tu costado.

    Déjame, amada, si no has de quererme,que la tarde se va poniendo en su silencio.Si no has de quererme, no me retengas,no quiero morir en tu jaula cerrada.

    Déjame, amada, y no obstantesi tú a mí me dejaras,las flores no serían floresni el sol saldría al alba.

    Dejemos que el río camine el agua,despacio y sereno camino del mar.O cógeme de la mano y caminemos juntossin volver ya nunca la mirada atrás.

  • 53 Alas de Libertad

    SÍ LO SABES

    Sí, lo sabes,como un niñome comporto.Juguete rotoen tus blancas manos.Cuando me castigas,se me cae una lágrimaque tú, mujer, no vesy se quedaescondida en el trajede color qué me pusiste.Le he compradoa mi niño –decías-un traje nuevo.Igual que un juguetepara ti siempre soyen tus manos blancas.En tus manos de nieve.En tus manos de agua.En tus manos de furia.Un muñeco roto,que no tiene lágrimas.Que no tiene alma.Que no tiene corazón.Que no tiene habla.Pero tú no ves las lágrimasque por mi cara pasan.Termino tirado, sobre un montónde cosas baratas.

    (Julio, 2007)

  • 54Marcelino Arellano Alabarces

    SÓLO EN MÍ DORMIRÁ TU PENA

    A Inmaculada López.

    Sólo en mí dormirá tu penacomo duerme en la jaula el canario,que fue preso en las cañas verdesdel río verde, que floreció la tarde.

    Sólo en mí dormirá tu penapero sé que esa pena, no dicha ni entendida,despertará de alegría en la mañana celeste,cuando el sol desgarre los hierros de tu jaula.

    Sólo la alegría besará tus brazos cansadosy fotografiará el perfume eterno de tu pechoy labrará el surco fecundante de tu tierray engendrará la sonrisa en tus débiles labios.

    Sólo en mí reposará tu alegría,huyendo la pena de tu valle solitario.Y libertarás tu ideología como palomasque planean en círculo sobre la tarde.

    Sólo en mi estará el tálamo de tu vidaque labrarás día a día, sueño a sueño.Y tus pasos libertarios son pasos en el caminoque dejarán sólo huellas de nuestro calvario.

    Sólo en mí dormirá tu pena y mi penaque se puede truncar en tu alegría y mi alegría.No hagas de ella noche oscura y eterna,no me asusté, créeme, nada ni nadie vale la pena.

    Me pones a prueba, y no sé por qué me pones.Durante tantos años, mi silencio fue tuyo.En la soledad de la tarde, te llamaba a gritos;y tu respuesta era un eco en la distancia.

  • 55 Alas de Libertad

    Sé que un día, ese día en que tú no piensas,encontrarás mi vida, encerrada en tu jaula.Tú sabrás qué grito hay en mi silencioo pondrás amapolas cuando se acerque la tarde.

    A veces me hablas, y quieres divertirme,de lo que yo seré y de lo que tú eres.Y sólo veo en ti un lirio moradoy yo sólo nieve entre tus manos cálidas.

    Yo no quiero ser depositario de tus penasni de causas perdidas, que se lleva el río,ni ser pájaro libre en la alameda,que se queda solo mojado en una rama.

    Yo quiero ser depositario de anhelos,de flores y surcos en el campo.De pastores y de labradores que siembran grano.De mujeres que amasan pan en los hogares.

    Yo quiero la sonrisa de las gentes sencillas.Yo estoy con el niño que llora y el hombre que sufre.Yo estoy con las cosas sencillas de mi puebloy con el pastor que lleva al monte el ganado.

    Yo estoy con la cigarra que canta en el campo.Estoy con el herrero que abre puertas.Estoy con los enfermos que sufren y están solos.Estoy en las cárceles con los presos de conciencia.

    No quiero que me des, tú, más penay mezcles tu sangre en mi herida.Sigue tu camino, no tropieces nunca.Créeme, soy sincero, ¡no valgo la pena!

  • 56Marcelino Arellano Alabarces

    LLUEVE

    A Fernanda Llabrés.

    Llueve y, en la ventana cerrada,golpea el agua rítmicamente.Rompiendo la luz de la madrugada.

    ¿Quién suspira entre los cañaverales?La alondra perdida navegaa la deriva entre lágrimas.

    Llueve y el fuego está apagadoen la estancia gris y fríade mi alma abandonada.

    Son tus labios carbones encendidosque calentaron mi pecho,martirizado y herido.

    ¡Si en la encrucijada de tu caminose detuviera el vientoque acarició tu cintura!

    Sobre mi frente,se quedó temblando tu besoque cicatrizó mi herida.

    Llueve sobre la ventana cerrada,desangrándose la tarde otoñal.Y la chimenea sigue apagada.

  • 57 Alas de Libertad

    BEBÍAMOS EL AGUA DE LAS FLORES

    A Antonio Gutiérrez Moreno.

    Hacía frío, muchas veces la escarchaservía de sábana a las aceitunas.Los pies enfundados en abarcasse entumecían de frío.

    Íbamos los niños del hambrecon la ropa envejeciday hundíamos en el suelo de nievenuestras manos inocentes.

    Bebíamos en el agua de las floresy las lágrimas del alma.Preguntábamos al patrón la hora.El tiempo no pasaba nunca.

    Buscábamos ajos porros en los “orillones”,manjar de la pobreza y el aliento.Ingeríamos los júreles heladosque invernaban en un tierno lecho.

    Nos dolían las uñas por el fríoy por tanto excavar en la tierrapara extraer las aceitunas que el aguahabía escondido entre las piedras.

    Volvíamos con los pies dormidos,helado el estómago y la vida,entrábamos en la casa del hambrey en el fuego nos calentábamos.

    Cuando niños, corríamos por las callesde piedra y agujeros de mi pueblo.No sé aún por qué corríamossi no era para calentarnos.

  • 58Marcelino Arellano Alabarces

    No existía nada. No había de nada.Mi refugio fue un colegio esteparioen donde había un maestro tristey un taburete viejo, manchado de tinta.

    (2007)

  • 59 Alas de Libertad

    EN VERANO, LOS SEGADORES

    A Rogelio Garrido Montañana

    En verano, cuando la mies dorada al solinclinaba sus espigas sobre las manos de los segadoresy el agua del botijo limpiaba las gargantas de espliegos,era todo el campo alacena preparada para el invierno.Cuando las almendras habían ya dejado su cáscara de abrigoy enseñaban impúdicamente su vientre al hombre,las almendras en el almirez, caldo blanco, bendecido y bueno.Cuando, de pequeño, yo iba a la viña del pinary ponía uvas a macerar al sol, las abejashacían un corro a mi alrededor.Cuando, por la vereda, yo subía con la espuertallena de uvas recién cogida, de grano crujiente,era la tarde bandera de paz y sortilegio.Y era un espejo el agua clara del riachuelo.Cuando yo, desde la terraza de mi bendita casa,veía las manos agrietadas y sonrisa al labio,una algarabía de niños seguía sus pasos.Cuando traían en mulos las uvas al lagar de mi calle,me gustaba ver a los pisadores, con sus alpargatas de esparto,triturar las uvas y un caldo “negrusco” corría hacia el tonel,preparado para fermentar olvidos e ilusiones.Cuando, ya cerca del mi pueblo, oía tocarlas campanas para la oración de la tarde,despertaba en mí el sentimiento nunca acabadodel olor a pan recién cocido y tierno,labrado por las manos suaves y blancas de mi abuela.Cuando, por las noches, una vez los segadores, lavadosy reconstruidos los estómagos de penas y hormigas,se sentaban a platicar con mi abueloy me mandaba a que sacara vino de esperanza,yo, en silencio y como nada, bebía en la fuenteIndescifrable de las palabras recias de los hombres.

  • 60Marcelino Arellano Alabarces

    EL GATO MAÚLLA

    Desde el aposento donde el calor arrullaa través de la ventana que da a la vida,se divisa la neblina que difumina los cerezos.Los juncos se mecen en los riachuelos de agua.En el hogar, la chimenea encendida.Su olor de fuego, café y pan caliente.Un sabor a café y a queso duro añejose va gastando entre los blancos y rizados dedos.El gato maúlla en la puerta abierta de silencioy la ventana de secretos cierra el viento.Amparo –dice Luis-, déjame a mí que lo cuente.Fuera en el jardín, cae la lluvia monótonay nos envuelve a todos un gran silencio.Echado en el sofá, miro el techo de vigas negrasque, según Luis, trajo de un lejano pueblo.Mientras, Pilar y Consuelo bebencaliente y humeante café negro.El día pasa entre lánguido y sereno.En las puertas de la casa, un kiwi lleno de besos.Paseamos por los senderos que se pierdenpor el bosque, camino del Monasterio de Yuste.Volvemos a la casa en silencio,entramos en el hogar, la chimenea está encendiday –no sé por qué- el corazón me brinca en el pecho.

  • 61 Alas de Libertad

    DE NOCHE EN EL PORCHE

    De noche se reuníanlos hombres cansadosen el porche del cortijo,debajo del porcheque daba sombra a la casa.Allí, sentados en sosiego,hablaban de la faenaque nunca se acaba en el campo.Entre cigarro y cigarro, pasaba el tiempo.Mientras, los niños descansabanen sus cunas de viento.Las madres, por cualquier lado, trajinaban.A lo lejos, en el mar,brillaban las estrellas.Yo siempre, cuando niño,semiescondido gustabade oír a los mayorescontar historiasviviendo la aventura.No sé por qué siemprehablaban casi en silencio y con temora ser por alguien escuchados.-A Manuel lo ha detenidoesta mañana la guardia civil.¡Pobre, con mujer y cuatro hijos!-No –decía otro- si estas cosas ya se sabe,tarde o temprano se pagaesto de servir a dos amos…Un perro ladraba a lo lejosy, en el camino cercano,se oían las pisadas de un burro cansado.-Alárgame el pipote, Antonio,que tengo la garganta seca,y me tiembla el costado.-¿Os habéis enterado? –Dice José-,lo del tío Alberto.Una coz de madrugada

  • 62Marcelino Arellano Alabarces

    le dio la mula y lo ha matado”.-Mañana, de madrugada,iremos a “Bolobona”,hay que segar el trigo.-Cuídate tú, Antonio,de preparar las hoces.-¡Cuántas espigas doradashan pasados por mis manosy ni siquiera un grano ha sido mío!Todo el sudor para mí y el grano para el amo.-¡Qué tarde, y esta mujer aún con los platos!¡Qué pelo con tantas canas!¡Qué manos tan doloridas!¡Qué alma siempre tan frágil!¡Qué sonrisa en esos labios!¡Qué cintura ya de parto,Pechos tan amamantados!¡Qué madre para sus hijos!¡Qué sombra para mi costado!-Vicente, alarga esa petacaque eche el último cigarro,que mañana hará bonanzay el trigo nos estará esperandosobre la tierra echado.

    En el porche del cortijo, en silencio,las horas van pasando.

  • 63 Alas de Libertad

    TODOS CORREN APRISA

    A Filo Arellano Alabarces.

    Me encuentro aturdidocuando en mi caminar de lunasveo el llanto afligidode un niño abandonado.

    Suena un estallido de bombaen cualquier calle martirizada de Bagdad.Y una mujer vestida de negrosuplica ante un yanqui asustado.

    Pasa una ambulancia sangrantesobre los hierros retorcidosde un coche bomba.Mientras, los perros olfatean la muerte.

    Todos corren aprisa, brújula rota,nadie sabe a dónde.La muerte ronda permanentepor las calles de Bagdad.

    Mientras, en la casa blancaun hombre tiene las riendasde un caballo de hierro.Un grito en la mañana,y un niño inocentese desangra herido de muertepor cualquier calle de Bagdad.Y nadie hace nada.(julio, 2007)

  • 64Marcelino Arellano Alabarces

    EL TREN DE LAS CINCO

    A Manuel Gahete.

    Pasaba el tren de las cinco,siempre fuera de su hora.Todos los sabíamos,y siempre estábamosesperándolo.

    En las tardes de silencio,en que no hacíamos nada,entrábamos en la destartalada estaciónpara que pasara la tarde.

    En una estufa de leña,ahumada y vieja,poníamos nuestras manospara calentarlas.

    En los bancos de madera,de color indefinido,dormitaban las gentesvigilando a los niños.

    Un hombre alto y delgado,ciprés que no derriba el aire,con un saco por equipaje,espera el tren de la tarde.

    De pronto, un silbido rompe el silencio,y se acerca el tren renqueante.Todos a una salena que les dé el aire.

    Saludos, besos, abrazos.Gentes que van llegando.Unos bajan contentos,otros suben llorando.

  • 65 Alas de Libertad

    En el pueblo lejano,se queda llorando una madrejunto a la chimenea humilde,que el fuego va gastando.

    Arranca el tren, serpientesobre raíles helados.Todo se queda en silencio,y se van regresando.

    En la estación desnuda,me quedo solo, viendocómo se aleja el trenhacia un destino ignorado.

    Que un día yo también,hacia un destino lejano,partiré para no volver,viento que lleva mis manos.

    Un día y otro día,siempre la misma emoción.Y el tren de las cinco en puntollegando tarde a la estación.(julio, 2007)

  • 66Marcelino Arellano Alabarces

    ME GUSTA VER PASAR LAS GENTES

    A José Tamayo.

    Me gusta pasear por las mañanascuando están recién regadas las aceras.Y, por doquier,se halla la noche ausente.

    Suelo fijarme en las gentes,ahora tengo tiempode percibir las pulsaciones,de una ciudad, en movimiento.

    Los hay que caminan resueltos,cartera en mano y engominados,son ejecutivos, los hay altanerosy llevan una planificaciónde millones de euros en las manos.

    Los hay, éstos son los más…,que van serios y taciturnos,piensan en una larga jornadade sudor y trabajo.

    Veo a otras que caminan serias,y la vista perdida en un horizonte.Y, en la casa de estaño,se quedan los niños solos.

    Toda la noche fue una vigiliade mirar y mirar por la ventana.Él no venía. La noche fue largay, al amanecer, cuando ya no había estrellas,se encontró sola con sus penas y sus lágrimas.

    ¡Niños levantaos, ya tenéis puesto el desayuno!¡Antonio, qué cuides del niño!¡Me voy a trabajar, Josué, dadme un beso.¡Que seas bueno y no hagas enfadar a tu hermano!

  • 67 Alas de Libertad

    Otra noche y ya son tantas las nochesque él no viene, quizás se le hizo tardeo el mucho trabajo lo retiene.Hoy estoy segura, vendrá prontopero otra noche más y él no regresa.

    Lleva la vista cansada de ausenciasy de un desamor hiriendo su garganta.Unas sábanas que se quedan heladasy es tan grande la pena para pasar la noche.

    Otra mujer por la aceratira de un niño adormilado.Una luz es su sonrisa de ángel.Tiempo tendrás para la miseria.

    Una joven corre agitada,haciendo señales con la mano,un abrazo, un beso, un grito,cruza la calle corriendo.

    Un saludo desde el otro lado.Un chirrido, un grito de agonía,queda el asfalto regadode sangre caliente.

    Un joven desesperado,en busca de la muerte va.La calle, un sitio abandonado,de bocas que jamás se encontrarán.

    Va pasando la mañana, lentamente,cada persona con su cruz.Un mendigo me tiende la mano.Un río de almas inocentes.

    Como vosotros yo, mendigo,veo pasar la vida. Ausentete voy buscando, en la casa,tan vacía y tan oscura, y nunca te encuentro.

  • 68Marcelino Arellano Alabarces

    Ya secó el sol el agua en la calle.Ya pasan las gentes, sin saber a dónde.Un chirriar de frenos en el asfalto.Una prostituta me mira sonriente.Mientras en la esquina del banco,un perro alivia sus agravios.

    Todo es igual, cada día a otro.Los niños que se quedan solos.La mujer que añora una ausencia.Una vida que queda truncada.

    Un ejecutivo soberbio.Sólo existe una ternuraen la inocencia del perro.Yo, al igual que vosotros,como vosotros, voy ausente.Aquí en este banco dejo,olvidados, mis recuerdos.

    (julio, 2007)

  • 69 Alas de Libertad

    YO SOY DEL SUR

    A todas las madres que vivieron y sufrieron lafratricida guerra civil (1936.1939).

    Yo soy del sur,en el sur está mi patria,están mis raíces y mis cantes,están mis gentes calcinadasy están los llantos de mi pueblo.En el sur, está el dolorde los caminos tortuosos.Está el arado de esperanzay el trigo de la vida.

    Allí está el quejido de mi razay el brazo levantado de la lucha.El llanto de las madres abnegadasy el silencio de los padres aturdidos.Allí despiertan mis gentes,que miran las estrellasy convulsionan sus corazones,arrogantes de lucha y sufrimientos.

    Allí, las jóvenes Macarenas,amamantadoras de emigración,de luchas y desesperanzas.Allí los hombres de sombrero plano,de manos encallecidas y raída barba.Allí, los jornaleros de chaquetas de vientoy grandes penas en el alma.Allí, los niños de azucenasy analfabetismo en las almas,niños jornalerossin escuelas ni alpargata.Allí están las madres,benditas y santas,madre con olor a espliegoy agrietada garganta.

  • 70Marcelino Arellano Alabarces

    Madres de dulces miradas.Trabajadoras de batallas,de lágrimas contenidas,de palomas desplegadas,de cabellos blanquecinosy delantales de agua,con olores a pucheros rancios,sacrificadas, abnegadas.

    Madres, con niños a cuestas,recogiendo en los rastrojoslas espigas dispersadasdel sustento de su casa.Madres de alaridos graves,entristecidas y descalzas.Madres de caminos y piedrasy rugidos en el alma.

    Madres de sangre y nobleza,mártires desconocidas de mi patria.Vosotras sois la espiga,sois la fuerza de mi raza.Madres que parieron héroes,caudillos de batallas.Madres que dieron al mundorosas de una nueva raza.

    Madres que cantan llorando,meciendo al hijo en la cuna,con el pecho desgarradopor la pobreza y la amargura.

    ¡Yo os bendigo, madre!,dolor de mi Andalucía pura.Heroínas de mi infanciay bálsamo de mis heridas.Yo soy del sur, ¡mi patria!De hombres recios y ennoblecidos.

  • 71 Alas de Libertad

    Donde el honor es una cruz levantaday una espada que desgarralas estancias adormecidasde mi patria abandonada.

    (1999)

  • 72Marcelino Arellano Alabarces

    EL SUEÑO DEL AGUA

    A María Dolores Aguilar España.

    En la Alhambra existe un silencio rotoque pasea por los pasillos ocultos.Nada se ve y una oraciónrompe el sueño del agua.

    Por los jardines, corre un sueñode amor. Nunca realizado.Sobre el estanque,llora el silencio.El silencio oculto de la tarde.Las rosas que se cultivanen los bellos jardines de la Alhambratienen lágrimas, sobre sus hojas,de las cristianas cautivas.

    Estanques dorados,lunas de ensueños.Sobre la albahaca verde,se duerme la tarde.

  • 73 Alas de Libertad

    LAS ACEQUIAS

    A Carmen Rodríguez Ávila.

    Mira las acequias. Rebosantebrilla la luna en el agua mágica.Una ilusión. Un sortilegiose va perdiendo en el almabajo los frondosos árboles.

    Una luciérnaga brillaen la noche embrujaday toda la Alhambrase convierte en ascua encendida.

  • 74Marcelino Arellano Alabarces

    MARAVILLA DEL MUNDO

    A Xisca Aguiló.

    No os sorprendáis al entrar en la Alhambray contemplar una de las maravillas del mundo.Fue hecha sólo con amorpor un rey que creía en el paraíso.

    No veáis tan grande maravillasólo hecha por los hombres,fue construida por los diosesen un sueño.

    Contemplad la torre de Comares,atalaya a la nieve y al viento,hacia el verde de la vegay la nieve blanca de la sierra.

    Contemplad sus bellezas en el mármol blanco. En sus estilizadas columnas.Leed los poemas que los poetasescribieron en sus paredes.

    Pensad que, por estos pasillos,pasó Muhammad, artíficede este paraíso en la tierra,creador de un iluminado sueño.

    Pasead por sus corredores,sentid el momento mágicoy enalteced el alma,no hay otra más grande y elocuente.

    Alabado sea Dios, que permitió tanta bellezapara poder ser contemplada por los elegidos.Vive el momento y recuerda siempreque tuviste la suerte de conocer Granada.

  • 75 Alas de Libertad

    PARA ESTA VIDA

    Para esta vida, yo pongo vientoen tu senda, párpado de luna.Para esta vida, yo pongo aguapara tus labios resecos.Para esta vida, yo pongoalfileres en mis ojos angustiados.Y un almirez de musgocantará tus noches febriles.Para esta vida, yo pongo sonidos,que sonarán metálicos en mis oídos.Una manzana podrida de olvidospondré yo en mi corazón.

    Un día, yo me perderé en un puerto lejano,donde nadie habrá de preguntarmequé alborada busco ni qué sueño se quedó perdidoentre las grietas de tu recuerdo.Me perderé, quizás, entre la blanca arena,un mar embravecido borrará mi huella.Nada queda, sólo un viento marinoy un recuerdo amarillo perdido en el tiempo.

    (Agosto, 2007)

  • 76Marcelino Arellano Alabarces

    TÚ. GRANADA., TAN LEJOS Y TAN AÑORADA

    A Mari Carmen Martínez Arellano.

    Qué magia hacia mi corazón llevas,alfanjes de lunas en mis noches soñadas.Qué resplandor de bellezas perdurables,tú, Granada. Tú tan lejos y tan añorada.¡Qué ríos de agua! ¡Qué sonido de oro!Siempre llevas a tus pies Granada,tus jardines que sueñan con el viento,el agua que moja los arrayanesen tus noches de lunas, en tus noches soñadas.A ti van mis pensamientos, siempre Granada.Las tardes de flores de tus catedrales,el silencio y la paz en tus verdes jardinesy, el silencio dormido de tus arrabales.Granada, qué perfume de flores en tus calles,qué arabescos embriagados en tus torres.Comares, la Vela. Ventanas mágicas,abiertas a tus noches embriagadas.Te marchas, Granada, por tus ríos de agua.Te perfumas de albahaca y de romero verde,pero siempre vuelves, por un sendero de aire,que se pierde por tus calles al llegar la tarde.También yo me voy, pero vuelvo siemprea tu mágica belleza, a tus duendes dormidos.Me voy, y no me voy. Estoy, y no estoy,pues aunque me marche, siempre estás conmigo,y respiro en mi ausencia, Granada, toda tu magia.

  • 77 Alas de Libertad

    CUANDO SE PARE EL VIENTO

    (2010)

    ¿ME LLAMARÁS? O ¿TE LLAMARÉ?

    ¿Me llamarás? Le pregunté.Te llamaré, me contestó con una leve sonrisay la vi alejarse calle arribaperdiéndose entre las gentes.

    Nunca más sonó el móvilaunque cada día presentíaque habría una llamada de esperanzaen la esfera encendida.

    Un día sonó el móvil,la una y media sería.Sonó sólo una vezy la estancia se llenó de alegría.

    Una sola vez, sonó el móvil,por equivocación sería.Y toda la estancia quedóllena de melancolía.

    No la olvido y, como un rito cada día,miro el móvil temblandopor si en él, por equivocación,hay una llamada perdida.

  • 78Marcelino Arellano Alabarces

    ¡QUÉ TRISTE LA TARDE!

    ¡Qué triste la tarde!En este primer día de diciembre.Las hojas de los árboles lo inundan todoy el agua cae monótona sobre ellas.

    ¡Qué triste la tarde!En esta desapacible tarde de diciembre.El viento arrastra las hojas secas en la callepor donde tú pasas.

    ¡Qué triste la calle!En esta ventosa tarde de diciembre.No has querido verme: ¡qué triste!,qué triste ha quedado la tarde.

    La tarde se va perdiendopor las calles tristes y solitarias,el viento silba con dientes de hieloy tú, no has querido verme.

  • 79 Alas de Libertad

    NO ME GUSTÓ TU DESPEDIDA

    Te esperaba y tú subíasa lo alto de la mañana,aprisa corrías cansadallena de dicha y alegría.

    Las altas encinas, los pinosy tu bella sonrisa y tu alegría.Qué lentas las horas y qué silencio hasta que tú llegabas.

    Las horas se detenían sin tu presencia.Las horas corrían con tu llegada.Tu cuerpo daba calor a mi cuerpoy todo yo era un naufragiovarado eternamente, ancladoen tu suave puerto.Llegó la tarde. Noche eternaen que te marchaste, era septiembre.Bajaste el mismo sendero,el mismo sendero de siempre.

    No me gustó tu despedida.Todo quedó en silencio.La habitación fría.Nada me dijiste, nada.Y esa tardesupe que te había perdido para siempre.

  • 80Marcelino Arellano Alabarces

    COMO LO TUYO Y LO MÍO

    No pasa nada. Nada.Todo empieza y todo acaba.Como lo tuyo y lo mío,como los ríos caudalososque empiezan en la montañay llegan secos a la mar.

    Así empezó mi amor.El tuyo y el míocomo el agua cristalinaque cae pura en la poza de un pilar.

    No pasa nada –me dijiste-yo busco mi libertad,mientras tus hermosos ojos negrosno me miraban ya.

    No pasa nada, hombre,si todo ha de pasar:las gentes que van por la calle,los barcos que surcan el mar,las estrellas errantes del cieloy el amor que nos tuvimostambién ha de pasar.

    Tú lo dijiste alegre,yo no he dejado de llorar.

  • 81 Alas de Libertad

    SE HA NUBLADO

    Ya te vas por un sendero incierto,corazón que tanto amo y tanto quiero.¿Me llamarás? La tarde se ha nubladoy el agua borrará, si hubo, alguna huella.

    Todo es verdad o mentira, según se piense,así como lo cuento, lo siente mi pecho.Un abismo. Una tempestad de celosme va matando por dentro.

    Ya ves, qué horrible silenciome rodea. Siento la nocheque me sujeta, que me rodeay no deja que tus manos me retengan.

    Llueve sobre tu cuerpo mi viday el sol, para no verme, se esconde.Mientras el viento juega con tu peloy, sin darme cuenta, llega la noche.

  • 82Marcelino Arellano Alabarces

    AUSENCIA

    Todo es igual: los árboles,las zarzas que lo invaden todo,el rumor del agua en la acequiay, sobre todo, tu ausencia.

    Todo es igual, los juncos verdesy las cañas con sus talles erguidos,y el paisaje que lo envuelve todo,y todo lleno de tu ausencia.

    Todo es igual: la misma brisay los mismos pájaros cantando,el camino que va a la ermitay que vuelve con tu ausencia.

    Todo es igual, no cambia nada.Por eso, pienso en no volverporque encuentro tu ausenciapresente en el paisaje.

  • 83 Alas de Libertad

    LA MISMA BRISA

    Después de mucho tiempo sin tenerteentre mis brazos, te encuentro aquí arribay todo es silencio. Y las flores de este mayo,que se resisten a abrir, te esperan.

    Siempre encuentro la misma brisa –está nublado-.No sé por qué, la coincidencia me acompaña.Las mismas gentes, el canto de los pájarosy el mismo silencio, en mi larga espera.

    Que larga las horas, en mi espera –nunca llegas-y me parece que es tarde tu llegada,pues cuando llegas, porque has llegado,qué corta se hace la tarde para marcharte.

    Y, sin embargo, siempre estoy esperando,lo sabes. ¡Qué bueno, que siempre llegasa mis brazos, a mis besos, a mi corazón,y entonces me parece dulce la espera!

  • 84Marcelino Arellano Alabarces

    A LAS SEIS NO

    A las seis no. Es tan corta la tardey los pinos están ausentes en el bosque.Da la sombra sobre un asfalto calcinadoy se me va la esperanza.

    Ya no puedo encontrar el fuegoy busco tu primitivo amor desesperadamente.Es tan larga la tarde, tan triste y sola,tan cansada tu alma, tan cansado tu cuerpo.

    A las seis no. A las seis no puedo.Es tan largo el día y tan corta la tarde.Te busco, te busco, pero no te encuentro.Es tan corta la tarde, tan triste el recuerdo.

    No. No, a las seis no. A las seis no puedo.Las cuatro y media y mi recuerdo.Te llamé, tú ya no estabas, ya te habías idoy la tarde se me volvió fría como el hielo.

    No. No, a las seis no puedo. A las seis imposible.A las cuatro y media. A las cinco tan cerca,¿a quién darás tus abrazos y tus besos?

  • 85 Alas de Libertad

    EL ÚLTIMO BESO

    Era sábado, sobre el mediodíael calor hacia el caminar fatigoso.Los niños portaban cometas de papely una ambulancia aulló pidiendo paso.

    Sentados en el mismo sitio de siemprejunto a la ventana, donde perseguíamoslas libélulas verdes de nuestros pensamientos.Con miedo y recato pasaba el tiempo.

    Civilizadamente debemos acabar, -me dijiste-,como acaba el día y llega la noche.Tuya es la culpa, tuya, nunca mía.Y se volvió marchita, la flor del cerezo.

    Me mirabas ¡ay tus ojos negros!¡Tus ojos negros que ya no beso!Y tus manos y tu cuerpo y tus pechos.Candela perdida que se llevó el viento.

    En la calle quemaba el sol al rojo vivo.Se escondían del mediodía las floresy al subirte al coche, me diste sin ganas,en tu despedida, el último beso.

    Fue un abrazo de despedida.Fue un abrazo ya para siempre.Pero, al darme el último abrazo,cruzaste tu brazo sobre los pechos.

    Y supe que ya nada sería como antes,que ya más no me vería en tus ojos negros.Me quedé pensativo y me quedé tristecuando al marcharte me diste el último beso.

  • 86Marcelino Arellano Alabarces

    ME LLEGÓ TU ABRAZO AL ALMA

    Me llegó tu abrazo al alma.Y, desde entonces, olvidar no puedo.Si te veo, ¿por qué te veo tan distante?Si no te veo, ¿por qué te veo tan cercana?Un laberinto, desde entonces me pierdoentre tus brazos y entre tus pechos.Recordar no quiero y te recuerdo siempre.Y, de estar a tu lado, estoy anhelante,pero siempre nos perdemos –un enredo-.Tú para arriba o para abajo, aún no séla brújula que sur indica.Una mirada, un beso, un roce, sólo eso…y tu cuerpo palpitando entre mis brazos,y tu mirada limpiaclavada en mis ojos.Si pudiera, ¡ay!, mi atrevimiento,besar tus blancas manos de vida,tus morenos y suaves pechos y tu garganta de dorada plata.Aromas de flores, en mi recuerdo.Si pudieras… dame tus manos blancas,tus labios suaves de nieve y de fuego,tu pecho cálido, donde yo pudieraver los soles, mientras pasa el tiempo.Dame tu cintura imán de mi cuerpo,y tus muslos de estambre, azahar en mis manos,y tu frente amplia de esperanza,y el mirar sereno de tus ojos.

  • 87 Alas de Libertad

    EL CAMINO SE PIERDE A LO LEJOS

    El camino se pierde a lo lejos.Tú pasabas elegante y hermosa.Llevabas en la mano los cuadernos llenos de dormidas letras.

    Con tu falda a cuadro, te recuerdo,y con cintas coloradas en tus dos trenzas.Zapatos negros, calcetines blancosy un halo en tu cara de tristeza.

    Pero te fuiste un día calle abajo,como tantas otras, sin mirar atrás.En una mano, una ajada maletaya sin trenzas, sin cintas en el pelo negro.

    Ya no vi más a la niña hermosalas de las cintas rojas anudadas a su pelo,ella tan bella y tan alegrese perdió muy sola por una calle desierta.

  • 88Marcelino Arellano Alabarces

    POR LOS MISMOS SITIOS

    Por los mismos sitios de siempre.Me pierdo en silencio, en tu silencio.Llora el sauce sobre el agua del ríollora el sauce eternamente.

    Cubre el salto del agua sobre el río.El gato de erizadas uñas que en mi pechova perforando siempre, despiadadamentequeriendo que olvide tu recuerdo.

    Sobre el agua del río, caminan mis lágrimas,esas que vaciaron mis ojos, siemprepor ti, siempre. Siempre por ti, mientras vivajunto a las zarzas del olvido me detengo.

  • 89 Alas de Libertad

    LA VENTANA DORMIDA

    La luz entraba por la ventana dormidaen el interior del aposento helado y oscuro.No había más claridad que tus ojos negros,ni más tristeza que la de tus manos.

    La oscuridad lo invadía todo. Clareaba el díay no había más luz, que la luz de tus ojos negros.Despertabas sola, por la ausenciaera la significación única de tu vida.

    Sobre las sábanas heladas tu bello cuerpoacariciaba el día. Un rayo de sol entraba en la habitación dormida.Fuera un clavel, junto a la ventana moría.

  • 90Marcelino Arellano Alabarces

    PEREGRINO DE UN AMOR OLVIDADO

    Siempre te busco en el alma,peregrino de un amor olvidado.Tú siempre en las alturas,yo siempre solo aquí abajo.

    Siempre en la esperanza, tu ausenciavuelve una y otra vez tu recuerdo.La misma mesa donde contábamoslas historias más tristes y diversas.

    Las mismas sillas, donde sentadoshilvanábamos mil historias. Mil historias incumplidasque quizás tú ni yo deseábamos.

    Por distintos caminos tú y yo.Yo, por un camino de espliego,tú, por un camino de retama.Como las ramas que caíansobre el estanque de agua.

    ¿Sabes?, te recuerdo hoy en díaaquí, sentado en la misma sala,oyendo el agua en la fuente,la fuente de los cinco caños.

    Los mismos cuadros, sin estilo,de las blancas paredes colgados.Las mismas cortinas en las ventanasy el mismo destartalado armario.

    Te recuerdo, sí, ¡para qué negarlo!Mientras yo estoy esperando,el reloj en mi muñeca sin pulsoy un número, el tres, parado.Pero un viento fuerte y huracanado,sé que hacia mí, te irás acercando.

  • 91 Alas de Libertad

    Entre pinos y encinas por la cuesta,un sol tímido se duerme.

    Un beso, un abrazo, el sonidode tu voz, y una dulce sonrisa temblando,para decirme después adiós, mientras marchas,quizás sin yo saberlo, a otros brazos.

    La misma brisa de entonces.Las mismas calles. Un rayo de luzpor la ventana, serena entra,mientras tú, siempre ausente.

    Verdad, mentira, aquí arribasiempre te estaré esperando.Tú para abajo, siempre para abajo.Yo, siempre para arriba, sin encontrarnos.

  • 92Marcelino Arellano Alabarces

    DIME

    Te recuerdo siempre.Tus brazos en mi cintura.Y recuerdo un beso chiquitoposado en mis labios con ternura.

    Lo recuerdo todo, tu ausencia,la lejanía de tus brazos.Y, sin embargo, te sientojunto a mí, tan cerca.

    Dime, y no me digas nuncala última palabra. Pasó el tiempo.Un beso en la despedidaque a un amigo se le da siempre.

    Te recuerdo hoy más que ayer.Es un abismo mi ventana.Te veo tan cerca, casi te tocodespierto, estás tan lejana.

    Sueño que te toco. Que te huelo,que me acerco a ti, que te beso,que me tocas la cara, en tu gesto.Despierto, y, por la ventana,a las encinas veo mover sus ramas.

  • 93 Alas de Libertad

    VENCIDO HOY POR TI

    Vencido hoy por ti, yo me encuentrotan lejos de tu amor y de tus brazos.Nada me inspira cuando escribosi a mi lado no te encuentras.Nada es igual. Nada. Tu cuerpotan lejos de mí, tan perdido.¿Por qué camino? Rueda que ruedaun motor incandescente.

    Nada es igual. Nada. Tú lo sabesy sin embargo no ayudas a mi tristeza.Vencido yo me encuentro, ante tivencido y nada de ello te lo tengo en cuenta.

    Nada me inspira. Nada. Si no es, en tu presenciatu recuerdo me hace que te escriba.Me lleno tristemente de pacienciay abro para ti, de par en par, mi puerta.

    Vencido siempre estoypor ti, por tu amor y tu ternura.Vencido de amor a tus pies me tienes.Vencido a tu lado. Vencido siempre.

  • 94Marcelino Arellano Alabarces

    DIÁLOGOS

    A mi madre.

    -Vamos, hijo.Levántate ya, perezoso,que el sol está yaen todo su esplendor,y los pájarosestán sin cantarpor nosotros.

    ¡Caminos tristes! Perezosa,cansada ya me siento.-Descansemos, hijo mío,a la sombra de los chopos.

    -Madre, mira aquel nido;es de jilgueros¡tienen hambre!Si perdieran a su madre,que triste, “sin duda alguna”,iba a quedar el sendero.

    -Hijo, cógeme aquella florque beba en su lucero.-¡No! No, mamá. No quiero.-Hijo, cógeme aquella espiga,que yo soy tu granero.-¡No! No, mamá, no… quiero.

    -Mamá, el agua corre…¿a dónde va?-Es como las penas que pasansin acabarse jamás.-Mamá, ¿cojo un pájaropara con él jugar?-No. No quiero…su mamá iba a llorar,

  • 95 Alas de Libertad

    y qué triste el riachuelo,por las tardes sin su cantar.-Anda, niño perezoso…¿no oyes la brisa, que baja por el trigal?Reanudemos la marchaque descansado estás ya.

    -Madre, ¿te digo una cosa?muchas veces he pensado¡si tú me faltaras…! Sería un pajarito,abandonado en el pradoy no, no quiero

    -¿Ves aquella paloma?¡Es blanca como tu alma, hijo!-Mamá, no quiero ser paloma,quiero ser gavilán.-No hijo, no, paloma.-No, mamá, gavilán.-Si eres paloma, conmigo,si eres gavilán… te vasy yo te quiero, conmigo,conmigo, y con nadie más.-Mamá, si yo fuera un lucerodel azul inmensidad,¿qué harías de noche?¿Abrirías tu balcón,madre para mirarme?

    -Y tu dirías, baja, travieso,que puedes caerte.Y mientras caminábamos,todo se volvió besos.

  • 96Marcelino Arellano Alabarces

    DESPIÉRTAME, AMOR

    Despiértame amor, en el alborozo de tu pleamar.Cuando lavas tus cabellos de verdadessobre la playa dormida de tu ausencia.

    Cíñeme con tus brazos, mi cinturaque se doblega de nostalgia peregrinatoda la ansiedad viva de mi angustia.

    Háblame, amor, que tus palabras seancascada sonora en mi pecho seco.Agua que purifica mi herida verde.

    Bésame golondrina, tú inquieta,que doblegas los sentimientos más queridosa la voluntad dulce de un momento.

    Grítame una y otra vez, tú, en la nocheherida amarga que ya no siento.Olas que lleva tu reflujo y descansa en mi desierto.

    Soy como la hierba mustia y amarillaque está agostadade tanto pisar tu ausencia.

  • 97 Alas de Libertad

    LOS LAZOS SE ESTRECHARON

    Junto a los árboles que besan el río,ella caminaba despacio sobre la hierba.En lontananza, sentado yo la miraba.Paseaba entre las flores de la umbríadonde su alma galopaba en la mañanahacia la fuente, en donde su boca,todo corazón, el agua besaba.Más arriba, el fragor de las hojas perennesde los esbeltos pinos que daban sombrasobre el prado tendida besaba las floresllenas de escarchas en el despertar mañanero.No lejos yo la contemplaba en la distanciaya más cercano, paralelo a ella, junto al ríoen silencio caminaba.Junto al espino silvestre, sus palabrasfueron dardo que partió mi alma.Nunca lo supe con certeza, si me dijoque me quería, o me odiaba y no obstante mi sangre se volvió clara.Seguimos caminando hacia la fuentey metimos nuestras manos en el agua.Nos miramos, el sol brillaba,se enredaron nuestros dedos.Ladró un perro en la lejanía,los dos estábamos en silencio.

    Y metimos nuestras manos en el agua.Nos miramos, el sol brillaba,se enredaron nuestros dedos.Ladró un perro en la lejanía,los dos estábamos en silencio.

  • 98Marcelino Arellano Alabarces

    LA LIBERTAD

    A Diego Sabiote.

    Todos los caminos llevan al mismo destinosi en el viaje no perdemos la esperanza.Si presto llevamos el ánimo dispuestoa disfrutar del paisaje que nos es dado.No buscamos la libertad en la huida,ni en el alto muro que saltamos,la libertad está en las cosas sencillas,las que vivimos cada día cotidiano.

    Todos los caminos llevan al mismo destino.En lo que andamos, en lo que hemos andado,en los paisajes áridos y en los frondosos bosques,y en el solitario vuelo sobre el valle del milano.La libertad está en los pasos libres en el caminoy contemplar sentado sobre una piedra grisel valle de luz y vida desde el altozano.

    La libertad está en las palabras claras y blancas,sobre el corazón sediento de justicia.En el cantar del pájaro en los cañaveralesy del agua mansa que se desliza.Entre las flores silvestres que aroma el caminoy en la cuna que una madre al niño mece.En la campana lejana que a misa tocay en las “migas” que en la sartén se cuecen.

    La libertad está en el gorrión que en la malezabate sus alas y las patas estira.Echándose tierra en las plumas pardas,corriendo y jugando en la sementera…La libertad está en el eco lejanodel hombre recio en la trilla,y en la horca que a venta la pajay en la vieja que borda en una silla.En el perro fiel que juguetea

  • 99 Alas de Libertad

    que al ver al dueño mueve la cola.En el hombre, que se para, lía un cigarroy saluda al vecino para pedirle fuego.

    La libertad está en el niño que estudia y se educa y en el maestro que va forjando hombres.En las cabras que saltan de piedra en piedray en el pastor que las cuida y las guarda.En los besos de las madres amorosasque cuidan de sus hijos y los arrullan.Todos los caminos nos llevan al mismo destinoy al mismo encuentro entre glaciares.A veces pueden ser sólo inviernoso soles rojos sobre el romero.

  • 100Marcelino Arellano Alabarces

    COMO UN VOLCÁN

    Por los andamios de mis sueñosgalopa mi sentir hacia tu esperanza.Tic, tac, tic, tac, corre la sangrecomo un volcán hasta tus brazos.

    Como el viento que se enreda en tu peloy se engarza en tu sonrisa nacaraday ve el infinito de tus ojosla catarata dulce y caudalosa de tu habla.

    Riegan los ríos secretos de mi almalas cicatrices de tu corazón herido.¿Si volvieran los pasos que has andadopor el polvo inclemente de tu camino?

    Si fuese yo el almíbar definitivoque endulzara el amargor de tu boca.Si fuese yo el bálsamo venditoque cicatrizara todas tus heridas.

    El río se desliza. Corre entre los juncos el aguay canta en el álamo erguido la calandria.En la sombra tú te duermes en mis brazosy para los dos se paró el tiempo.

  • 101 Alas de Libertad

    LA CASA DEL RÍO

    Junto a la casa del río,entre chopos casi caducos del Pisuerga,andaba como gacela sola en la mañana.Su melancolía de andar entre las ramas.Soñaba en la sorpresa del camino, senderosen zig-zag, sorteábamos el barroque habían producido las herraduras de los caballos.En silencio entre el blanco destellante de la nieveque se mecía en las hojas grises de los árboles.Hacía frío en el corazón calientede los pájaros negros que volaban en círculosobre el campo de escarcha.Caían mariposas tristes.No quiso pasar la casa del río. Antigua fábricasobre las piedras, por la vereda verde,bajo los peñascos de arenisca. Cuevas encantadaspor los suspiros del viento y el llanto del agua.Tú, tan valiente. Corazón desgarradopor la nostalgia de los campos sin fronteras.¿Por qué no pasas? ¿Qué miedo enturbia tu mirada?Tú no puedes alegrar estos camposde tierra ocre y soledad infinita.Tu corazón de dulces soles extremeños,de verdes encinas, mares en el horizonte.De flores rojas, de clavales de besos.Tú sueñas lunas que en lontananzahierve en tu corazón grande aventura.En tus días claros y en la cal blancade tus pueblos y de sus calles.Dame la mano. Ven. Descubriremos cosasallá por el recodo del río.Pero no viniste, te daba miedo.Te llamaban los árboles, el agua, el silencio.Te llamaba mi voz, que ya no escuchabas.Te volviste y quedó en silencio.De rama en rama tu eco, de no decir nada.

  • 102Marcelino Arellano Alabarces

    YA NUNCA MÁS LLORARÉ

    Ya nunca más llorarésobre la cumbre altadonde no se posa la mariposa.Ni entre los álamos blancos,que están junto al río,ya nunca llorarésobre orquídeas blancasque ilusionaron tu tardetemblando de frío.Ya nunca más lloraréjunto a ti, nunca más,en la profundidad del vientoque ahoga mi soledad,desprovista de soles.Ya nunca más lloraréentre el crujir de las hojarascaspor el camino de penaque pisaron mis pies cansados.Ya nunca más lloraré,por el frío de tu ausenciacuando me decías “te quiero”y te vas perdiendo por la playa,entre brumas cálidasde las mañanas de arena.Ya nunca más lloraré…Te lo digo y estoy llorandopor entre los árboles del parque,tú me dejaste ausencia.

    Cerca de mí, unos niños juegan.Lentamente cae la tarde.

  • 103 Alas de Libertad

    EN LAS NOCHES DE SANTIAGO

    A Claudio López García.

    De noche, cuando reía mi infanciay el silbido del búho era todo misterio,el caballo de Santiago galopaba raudopor los caminos azules del cielo.Cuando mis mayores hablaban a veces dudososde las cabañuelas, en los meses del solsticio,yo me quedaba maravillado de su magia.“En agosto del próximo año, habrá tormentasy el trigo aturdido llegará tarde a la era”.Era julio cuando los hombres fatigaban,se quitaban el sombrero y abrían la camisay las mujeres altivas y orgullosas, casi ocultas,se aflojaban el refajo y se subían los vestidos.Tiempo era de temperaturas altasy de fiebres jóvenes apagadas en los pucheros.Una estela blanca, de nublados débilescruzaba el cielo –el camino de Santiago-.Yo miraba extasiado por ver el caballo,ese que pintaban en las estampas del libro del colegio.Cuando finalizaba julio y todo era ajetreoy muy temprano preparaban las mulashabía como una guerra interior en casa.Los hombres a veces maldecían airadosy las mujeres ponían su toque de ternuraal desayuno de cebada tostada.En julio por las mañanascuando el sol aún no aullaba,por los caminos de polvo y esperanza,cargaban las espigas sobre grandes hacesy era el grano rubio redondeadodespensa caliente de hogaza tierna.Cuando por el mediodía, cuando el sol no se ocultabay las cabras buscaban sombras y descanso,los hombres no hablaban y a la sombravigilaban a lo lejos alquiles.

  • 104Marcelino Arellano Alabarces

    Cuando de nuevo volvían a casa y una vez aseados,se iban reuniendo a la puerta de casa,el más viejo, sacaba la petaca, se la ofrecía a todosy liaban un cigarro lento, despacio,y, mientras los niños jugaban,las mujeres permanecían en silencio.

  • 105 Alas de Libertad

    QUE SOY ÁRBOL, QUE SOY AULAGA

    Sueño con esta paz grande de ruiseñores,donde siente el corazón y se adormece el alma.Me da la luz que se filtra por el cristal opaco,que separa el frío de este recinto sagrado.

    Sueño que soy hombre, que soy árbol,que soy aulaga hiriéndome el pecho.Sueño que soy hombre, que soy romero,que no soy una abubilla perdida en el sendero.

    Sueño y, por soñar, me pasa que me duelode mí mismo, ¡son tantos los duelos!; alma, calla,sigue el camino, síguelo, no lo dejes, anda,pero no andes siempre por el mismo sendero.

  • 106Marcelino Arellano Alabarces

    CUANDO TÚ TE ACUERDES

    Otra vez, por esos caminosdonde se duerme el silencio.Te vi de nuevo. Gélidas alasque miraban al cielo.

    Donde canta el agua, arroyuelo perdidoque de mí te alejas, -dulce brisa-.Ya no recuerdo tus ojos negros.Se me perdieron en la tarde.

    Y, si vinieras otra vez a mi encuentropor la esquina vacía de mi pecho,donde se apagó el eco de tu voz amorosa,me encontrarás perdido.

    Por ese camino de nuevo, donde en silenciogerminaron ortigas y pusieron arena y piedra,te perderás de nuevo. Y sin embargo sientoque estarás siempre conmigo.

    El silencio es grande y profundo.Esta herida sangra y en mí se detieney no obstante por el río abajo,navegaremos hacia un mar perdido.

    Cuando tú te acuerdes de mi silencio.¡Cuando tú te acuerdes! ¡Cuando tú te acuerdes!

  • 107 Alas de Libertad

    ¿QUÉ SERÁ DE LOS RECUERDOS?

    ¿Qué será del viento cuando no encuentre tus brazos donde serenarse?¿Qué será de los ríos cuando no puedan quitar la sal de tus labios?¿Qué será del mar que muere en la arena y no puede besar tu cuerpo?

    Viento, río, eternamente dolorido.

    ¿Qué será de la luna cuando ya no pueda verse en tus ojos negros?¿Qué será de las estrellas cuando ya no brillen en tu cara?¿Qué será de nuestras iniciales grabadas sobre una piedra fría?

    Luna, estrella, iniciales, por siempre olvidados.

    ¿Qué será del mirador de los besos? Solo en la oscuridad del alma.¿Qué será de tus manos y de mis manos? Ya nunca más enlazadas.¿Qué será de los sueños, de mis sueños? Tú nunca los tuviste.

    Mirador, manos, sueños, sólo en las palabras está la verdad de lo que

  • 10