de econo)aía las huellasde la minería romana de …

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_______________ =a=d!stancia lVIollográfico MAR ZARZALEJOS PRIETO Departamento de Prehistoria y Arqueología. UNED DE ECONO)AíA ANTIGUA LAs HUELLAS DE LA MINERíA ROMANA DE SIERRA MORENA Cuando está a punto de aprobarse una normativa que a escala planetario prohíbe el uso del mercurio en cualesquiera de sus aplicaciones, una mirada retrospectiva al territorio que ha producido un tercio del producto consumido a nivel mundial en tiempos históricos, permite identificar los huellas de su explotación romano que aún perviven en el paisaje. Algo similar cabe apuntar sobre uno comarca que formo parte de lo región que fue, hasta hace unos décadas, cabezo de lo producción de plomo en el mundo desde mediados del siglo XIX. Los problemas de contaminación medioambiental o lo falto de rentabilidad de las explotaciones en codo coso han motivado el abandono de uno actividad que ha impreso uno huella indeleble en el paisaje de esto región situado en el sector centro-occidental de lo vertiente norte de Sierra Moreno. Su análisis arqueológico proporciona datos materiales sobre el peso de la actividad minera en la trama económica del Estado ro- mano, al tiempo que nos permite efectuar una aproximación a la organización espacial impuesta por Roma para asegurarse un control eficaz de los recursos de esta naturaleza. En un sentido más general, y en relación con el peso específi- co de la Arqueología en el marco de las ciencias humanísticas, los resultados de este estudio ilus- tran sobre las posibilidades de indagación en la Historia económica de la Antigüedad que pro- porciona la aplicación del método arqueológico. Esta investigación se encuadra en el es- tudio del territorio controlado por la antigua ciu- dad de Sisapo, que fue cabeza, según los testimo- nios de los autores greco-latinos, del distrito minero emplazado al norte de Sierra Morena y sede dela gestión del monopolio que Roma aplicó al bene- ficio del cinabrio. Esta ciudad antigua ha podido ser identificada con el yacimiento arqueológico de La Bienvenida, que se localiza en el sector ceno tro-occidental del Valle de Alcudia, en el extremo SO de la provincia de Ciudad Real. Las claves de esta identificación se apoyan fundamentalmente en argumentos epigráfícos, ya que se han hallado diversos fragmentos de inscripciones con refe- rencias inequívocas al viejo núcleo sisaponense. También la investigación sistemática que se viene realizando en el citado yacimiento desde 1980 bajo el patrocinio de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM)!, corrobora con sus resultados que la en- tidad del lugar se corresponde con lo que debió ser un centro de la talla de Sisapo. Entre los años 1998 y 1999 el equipo de in- vestigación de La Bienvenida inició una nueva línea de trabajo sobre el área geográfica en la que se inscribe este yacimiento, como un com- , 1 El equipo de investigación está integrado por C. Fer- nández Ochoa (UAM), M. Zarzalejos Prieto (UNED), P. He- via Gómez (Codirectora del Proyecto Sisapo) y G. Esteban Borrajo (Equipo de investigación Sisapo).

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_______________ =a=d!stancialVIollográfico

MAR ZARZALEJOS PRIETODepartamento de Prehistoria y Arqueología. UNED

DE ECONO)AíA ANTIGUALAs HUELLAS DE LA MINERíA ROMANA DE SIERRA MORENA

Cuando está a punto de aprobarse unanormativa que a escala planetario prohíbe el

uso del mercurio en cualesquiera de susaplicaciones, una mirada retrospectiva al

territorio que ha producido un tercio delproducto consumido a nivel mundial en

tiempos históricos, permite identificar loshuellas de su explotación romano que aún

perviven en el paisaje. Algo similar cabeapuntar sobre uno comarca que formo parte

de lo región que fue, hasta hace unosdécadas, cabezo de lo producción de plomo

en el mundo desde mediados del siglo XIX. Losproblemas de contaminación medioambiental

o lo falto de rentabilidad de las explotacionesen codo coso han motivado el abandono de

uno actividad que ha impreso uno huellaindeleble en el paisaje de esto región situado

en el sector centro-occidental de lo vertientenorte de Sierra Moreno.

Su análisis arqueológico proporcionadatos materiales sobre el peso de la actividadminera en la trama económica del Estado ro-mano, al tiempo que nos permite efectuar unaaproximación a la organización espacial impuestapor Roma para asegurarse un control eficaz delos recursos de esta naturaleza. En un sentidomás general, y en relación con el peso específi-co de la Arqueología en el marco de las cienciashumanísticas, los resultados de este estudio ilus-

tran sobre las posibilidades de indagación en laHistoria económica de la Antigüedad que pro-porciona la aplicación del método arqueológico.

Esta investigación se encuadra en el es-tudio del territorio controlado por la antigua ciu-dad de Sisapo, que fue cabeza, según los testimo-nios de los autores greco-latinos, del distrito mineroemplazado al norte de Sierra Morena y sede delagestión del monopolio que Roma aplicó al bene-ficio del cinabrio. Esta ciudad antigua ha podidoser identificada con el yacimiento arqueológicode La Bienvenida, que se localiza en el sector cenotro-occidental del Valle de Alcudia, en el extremoSO de la provincia de Ciudad Real. Las claves deesta identificación se apoyan fundamentalmenteen argumentos epigráfícos, ya que se han halladodiversos fragmentos de inscripciones con refe-rencias inequívocas al viejo núcleo sisaponense.También la investigación sistemática que se vienerealizando en el citado yacimiento desde 1980bajo el patrocinio de la Consejería de Cultura dela Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha(JCCM)!, corrobora con sus resultados que la en-tidad del lugar se corresponde con lo que debióser un centro de la talla de Sisapo.

Entre los años 1998 y 1999 el equipo de in-vestigación de La Bienvenida inició una nuevalínea de trabajo sobre el área geográfica en laque se inscribe este yacimiento, como un com-

,1 El equipo de investigación está integrado por C. Fer-

nández Ochoa (UAM), M. Zarzalejos Prieto (UNED), P. He-via Gómez (Codirectora del Proyecto Sisapo) y G. EstebanBorrajo (Equipo de investigación Sisapo).

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plemento necesario para el análisis arqueoló-gico de la antigua Sisapo y la comprensión de surol en la Antigüedad. Se intentaba así abundaren el papel desempeñado por la ciudad dentrode su territorio, valorando las relaciones jerár-quicas que se desprenden de un análisis espacial.En líneas generales, los datos obtenidos por estavía se han orientado al esbozo de los rasgos delpaisaje antiguo de la región sisaponense, enun intento de mostrar la relación existente en-tre el hábitat antiguo y la actividad minera,analizada desde una perspectiva diacrónica.

Desde el punto de vista ge-ográfico, las investigacionesse han centrado en las actua-les comarcas de Valle de Al-cudia, Sierra Madrona y Al-madén, así como en las zonasde contacto con éstas, comoel Valle de los Pedroches, queconstituyó la salida natural delmineral sisaponense hacia el Guadalquivir, y la «Sibe-ria» extremeña, que linda porel oeste con las anteriores.Los resultados que difundi-mos en este breve apunte secentrarán en las investiga-ciones desarrolladas en lastres primeras comarcas cita-das, por constituir el territo-rio de explotación controla-do por la ciudad de Sisapo.

La riqueza del subsuelo y su glosa porlos autores clásicos. Las comarcas citadasse inscriben en varios distritos mineros —Al-cudia y Almacén— vinculados a la unidad geo-gráfica de Sierra Morena y cuya explotación hamarcado durante siglos y hasta fechas recientesla orientación económica de este territorio. Demanera más concreta, en la zona objeto de es-tudio existen dos áreas metalogenéticas per-fectamente definidas. Al occidente, se encuen-tra el conjunto paleozoico del que forman partelos yacimientos de Almadén. Aquí, el vulcanis-

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mo básico que se registró desde el Ordovícico alDevónico dio lugar al mercurio de la región al-madense a partir de la mineralización del ci-nabrio. Los geólogos relacionan este vulcanis-mo con fenómenos distensivos de la cortezaterrestre que tuvieron lugar en un margen con-tinental de tipo pasivo durante el ciclo hercíni-co. De este modo, parece que los yacimientosse formaron por la impregnación de los mate-riales volcánicos eruptivos y de las rocas sedi-mentarias detríticas, afectadas por el vulcanis-mo que arrastró consigo el aporte de mercurio.

Por su parte, en la zonacentral y oriental del Valle deAlcudia, la orogenia hercinia-na deformó toda la serie sedi-mentaria del Macizo Hespéri-co provocando un vastosistema de fracturas. La for-mación de los yacimientos me-tálicos se debe a la actividadhidrotermal desarrollada en-tre fines del Carbonífero e ini-cios del Pérmico, que produjonumerosos filones de plomo yplata. Además, de manera mu-cho más puntual, en la zonaexiste cobre y, quizá, pudo ob-tenerse también oro en pale-oplaceres a partir de la ero-sión de los sistemas filonianoscon sulfuros que incorpora-ban pequeñas proporciones deeste metal precioso.

La riqueza del subsuelo de esta región em-plazada en la mitad meridional de la penínsulay sus posibilidades de explotación en la Anti-güedad fueron enfatizadas por diversos autoresgrecolatinos. En efecto, la búsqueda de metalesy su explotación ha sido una constante desde lostiempos antiguos hasta nuestros días y, en estecontexto, la Península Ibérica fue consideradacomo «El Dorado» de Occidente, según la gráfi-ca expresión acuñada años atrás por algunos in-vestigadores. Los escritos de Plinio, Estrabón oMela sobre la abundancia de minerales en el sur

Las investigacionesse han centrado en

las actualescomarcas de Vallede Alcudia, Sierra

Madrona yAlmadén

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peninsular ofrecen una imagen llamada a con-vertirse en un topos de referencia recurrenteen autores posteriores. En relación con el sec-tor central de Sierra Morena, las citas de lasfuentes glosan la existencia de plata, cobre,plomo y cinabrio. Así, refiriéndose a la plata,Polibio2 será el autor que presente el cuadromás completo sobre su beneficio en tiemposrepublicanos haciendo mención explícita a laconcentración de yacimientos en Sierra More-na, en torno a Castulo, ciudad antigua identi-ficada en El Cortijo de Cazlona (Linares, Jaén).Estrabón3 insiste en la ri-queza minera controlada poreste núcleo bético al tiempoque menciona la existenciade plata en la comarca de Si-sapo. Por lo que respecta alos recursos del área de Al-madén, allí existe mercurionativo denominado por Vi-trubio argentum vivum4,pero su riqueza principal esel sulfuro de mercurio o ci-nabrio que se presenta im-pregnando las cuarcitas. Laexplotación de este mineralno pasó desapercibida paralos autores antiguos, puestoque el cinabrio de Iberia apa-rece citado ya en el siglo IV a.C. y ampliamente referen-ciado por Estrabón, Vitrubioy Plinio quien indica clara-mente su procedencia de la región sisaponense.

En este apartado cabe recordar, únicamente,el uso que los romanos dieron al cinabrio y a lossubproductos que de él se derivan. El cinabrio,una vez triturado, calcinado y lavado, además deutilizarse como colorante inorgánico —el ber-mellón, para la fabricación de tintes y para usosmedicinales—, se empleó también en su fórmu-

la de mercurio o azogue para la captación de me-tales nobles y su separación de las impurezas conque éstos se presentan en la naturaleza, es decir,como un procedimiento para obtener metalespreciosos según la técnica conocida como amal-gama o amalgamación, proceso que ya en su mo-mento describen Estrabón5, Vitrubio6 y Plinio7.Creemos que este uso fue especialmente apre-ciado en época romana teniendo en cuenta el in-terés constante del Estado por obtener metalespreciosos con destino a las emisiones moneta-les. Ello explicaría la gestión directa por el pro-

pio Estado de estos recursos através de la fórmula de arren-damiento a sociedades civilesdesde tiempos republicanos yhasta bien entrada la épocaaltoimperial.

El método de trabajo ylos planteamientos teó-ricos de partida. Esta in-vestigación se inscribe meto-dológicamente dentro de lospresupuestos de la Arqueolo-gía del Paisaje, propuesta quetoma forma en el seno de ladisciplina arqueológica a me-diados de la década de los años80 y que considera el paisajecomo el resultado dinámico desucesivos y complejos proce-sos históricos en los que inter-actúan las comunidades hu-

manas y el medio8. Estos procesos pueden serleídos a través de documentación de naturaleza ysoportes diversos, como las fuentes antiguas —que informan sobre el concepto de espacio y sucontrol por parte de las sociedades del pasado—,ciertas fuentes epigráficas —que ilustran proce-sos de territorialización (hitos de demarcación te-

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La explotación delcinabrio no pasódesapercibidapara Estrabón,Vitrubio y Plinio,quienes indicanclaramente....

2 5, 36-38; 3, 147.3 3, 2, 11; 3, 142.4 Arch. VII, 8, 9.

5 3, 2, 8.6 Arch. VII, 8, 4.7 NH, 33, 32, 99-100.8 Para mayor abundamiento en esta cuestión remitimos

al artículo de A. Orejas en este mismo número.

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rritorial, menciones a gentilicios o topónimos, mi-liarios, etc.)— y, desde luego, el registro material,que permite un acercamiento a las huellas de usospasados fosilizadas en los paisajes actuales.

Esta última vertiente del estudio cuentacon unos métodos de trabajo específicos que seorientan a la detección de los vestigios de pobla-miento antiguo, de sus características y de su re-lación con el marco geográfico en el que se ins-criben. La metodología básica para conseguirresultados de este tipo es la prospección arqueo-lógica, que consiste básica-mente en la búsqueda de losvestigios existentes en la su-perficie, mediante técnicas es-pecíficas que se encaminanhacia la elaboración de unahipótesis de trabajo que cul-mina en la inspección directadel terreno. Entre las técnicasempleadas se encuentran elanálisis cartográfico, la foto-grafía aérea e, incluso, lasprospecciones electromagné-ticas, geoeléctricas y geomag-néticas, el georradar o la tele-detección, que permitenperfeccionar la capacidad dedetección de yacimientos y ac-ciones antrópicas sobre el te-rritorio.

La elaboración de una hi-pótesis sobre la intensidad dela prospección previa al trabajo de campo se com-pleta con un exhaustivo estudio histórico, topo-gráfico, etimológico y bibliográfico del espacio so-bre el que se llevará a cabo la investigación. Unavez establecidas las áreas de mayor potencialidad,durante el trabajo de campo se aplica en ellas unsistema de prospección habitualmente denomi-nado «sistemático de cobertura total». Este pro-cedimiento implica una cuidadosa labor de reco-gida directa de la información, recorriendo todoel espacio delimitado previamente. Suele reali-zarse ordenando el recorrido de los prospectores

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en batidas lineales, con una distancia entre ellosde 3 a 5 m, con el fin de identificar todos los ves-tigios existentes y proceder a su localización pun-tual. Cada registro es georreferenciado y la infor-mación recopilada de manera uniforme de acuerdocon los criterios especificados en una ficha digi-tal en la que constan los datos de localización, lafuncionalidad del yacimiento, la superficie de dis-persión de restos y la naturaleza y descripción deéstos, así como el tipo y cantidad de materialesarqueológicos visibles en superficie y, por supuesto,su encuadre cronológico.

Una vez realizado el tra-bajo de campo debe pro-cesarse la información ob-tenida en las fichas para componer una cartografía es-pecífica que represente con fi-delidad los datos y reproduzcalas líneas maestras del paisajedel ámbito geográfico anali-zado en el momento históricoque nos interesa. Para su ela-boración partimos de un modelo digital del terreno —el Mapa Digital de España,editado por el IGN— formadopor capas organizadas en for-mato raster continuo con unaresolución de 100 m, ademásde una base de datos de tipovectorial temática con la redhidrográfica nacional y bases

de datos alfanuméricas elaboradas por nosotrosa partir de los atributos que conforman los dife-rentes apartados temáticos contemplados en lasfichas de yacimiento. La asociación de ambos ti-pos de bases de datos y su conversión al lengua-je gráfico de los mapas se realiza con el softwareArc View9, soporte imprescindible para integrar ennuestro Sistema de Información Geográgica (SIG)imágenes y bases de datos alfanuméricos.

9 Arc ViewTM GIS version 3.2. Environmental Systems Re-search Institute, Inc.

La metodologíapara conseguirresultados es la

prospecciónarqueológica, estoes, la búsqueda de

los vestigios

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La valoración de los resultados: un bos-quejo sobre el paisaje minero antiguoen el entorno de la ciudad de Sisapo. Lallegada de Roma a estas tierras se encuadra en elprogreso de la acción de conquista y explotacióneconómica de este ámbito peninsular, que resul-taba estratégico para asegurar fronteras establesentre el Guadalquivir y el Guadiana en los com-pases iniciales de este proceso histórico. La in-corporación de estas comarcas al nuevo escena-rio político tuvo lugar en las primeras décadasdel siglo II a.C., aunque durante un tiempo con-tinuaron produciéndose epi-sodios de inestabilidad, comolos subsecuentes a las guerrasceltíbero-lusitanas y, sobretodo, a la segunda guerra cel-tibérica (154-152 a.C.). La im-plantación romana supuso eneste espacio la puesta en mar-cha de una explotación in-tensiva y a gran escala de losrecursos mineros que en-cuentra reflejo en la articula-ción del poblamiento. Desdeel punto de vista administra-tivo, estas comarcas se incor-poran inicialmente a la pro-vincia Hispania Ulterior. Sinembargo, a partir de la rees-tructuración efectuada porAugusto en el año 27 a.C.,nuestra zona se desplaza dela Ulterior Bética a la Tarra-conense, que ostentaba el rango de provincia im-perial, con el fin de asegurarse el Emperador elcontrol directo de los beneficios de las minas.

De acuerdo con el reparto del poblamiento dela comarca durante la etapa republicana y valo-rando la función ejercida por los puntos ar-queológicos conocidos, podemos identificar va-rias acciones en la implantación territorial deRoma que se traducen en una progresiva trans-formación del paisaje antiguo de este ámbito dela mitad sur peninsular. La primera de ellas con-siste en la potenciación de enclaves preexistentes

a su llegada, como La Bienvenida-Sisapo, esta-blecimiento que hunde sus raíces en el Bronce Fi-nal y había sido un importante centro durantela época ibérica. Se trata del núcleo urbano demayor entidad de la zona y del centro gestor delos recursos mineros. Desde la fase inicial de laocupación ya tenemos constancia de que los mo-radores del lugar conocían el cinabrio, puestoque aparecieron varios fragmentos de este mi-neral en un sondeo estratigráfico practicado enel sector central del yacimiento. Este hecho esimportante ya que constituye el dato más antiguo

conocido sobre el beneficio deeste mineral procedente delentorno de Almadén. No obs-tante, no es posible aún aven-turar a cuál de sus posiblesusos se aplicaba en aquellaépoca. La época romana su-puso para el centro una eta-pa de importante prosperidadeconómica que encuentra re-flejo en las viviendas urbanasque se encuentran en proce-so de estudio, así como en lacalidad y volumen del mate-rial arqueológico de importa-ción (cerámicas, vidrios, bron-ces, etc.).

En otros casos se detectala creación de poblaciones se-cundarias situadas en zonasde marcado interés estratégi-co, cuya función principal de-

bió ser la captación y gestión de recursos ali-mentarios para abastecer a los poblados mineros.Dentro de esta categoría se encuentra el «Cerrode las Monas», ubicado en la salida del valle deAlcudia, en el término municipal (TM) de Alma-dén. Este asentamiento romano tiene una ex-tensión aproximada entre 5 y 6 Ha y en superfi-cie aparecen materiales arqueológicos queacreditan su actividad desde el período romanoaltoimperial hasta la Edad Media. Controla unárea de importante potencialidad agropecuariadesde una pequeña eminencia que le confiere un

La incorporaciónde estas

comarcas al nuevoescenario político

tuvo lugar alcomienzo del siglo II a.C.

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gran dominio visual del entorno de las vegas delValdeazogues y el Alcudia. El lugar se encuen-tra, además, en las inmediaciones del trazado dela vía 29 del Itinerario de Antonio, que enlazabaMérida con Zaragoza por el interior de la Mese-ta, y de la vía Corduba-Sisapo, por lo que des-empeña un importante papel en la red de co-municaciones.

Directamente en relación con la explotación mi-nera y como protagonistas de excepción de la trans-formación de este paisaje en época romana, se fundaron nuevos enclaves que responden a dife-rentes categorías funcionales:

• Minas: Aunque las ex-plotaciones de época poste-rior han enmascarado nota-blemente las evidencias delbeneficio romano, se conocela entidad de algunos traba-jos antiguos a través de lasdescripciones de los ingenie-ros de minas de fines del sigloXVIII, el XIX e inicios del XX.Desde una perspectiva ar-queológica, los trabajos deprospección realizados en sudía por Claude Domerguepropiciaron el conocimientode un importante número deexplotaciones de época ro-mana en estas comarcas. Elsistema de explotación másempleado consistió en la rea-lización de trincheras o «ra-fas» que seguían la dirección de los afloramien-tos. Pero también se realizaron pozos y galeríasa gran profundidad. Un caso paradigmático esla mina denominada La Romana de Valmayor(Fuencaliente), donde se identificaron dos gale-rías bautizadas Cuatro de Agosto y Los Murcié-lagos. La primera sigue la dirección de las rafassuperficiales; aunque resulta poco conocida acausa de los desprendimientos y derrumbes, seconoce su sección oval y una gran angostura queprácticamente imposibilita el cambio de direc-ción cuando se transita en su interior. La gale-

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ría de Los Murciélagos es accesible a lo largo de424 m y sigue la dirección de un filón de tra-yectoria este-oeste. Sus mayores dimensiones (2x 2 m), poco habituales en los trabajos de can-tería romanos, podrían haber sido modificadasen la explotación moderna. De ella parten otrasgalerías menores, actualmente inundadas.

• Complejos mineros y minero-metalúr-gicos: Dentro de esta categoría se incluyen lasagrupaciones conformadas por un poblado y/oun centro de transformación del mineral, que selocalizan junto a los filones en explotación. Los

ejemplos más elocuentes deeste modelo organizativo sonlos yacimientos de Mina Dió-genes (Solana del Pino) y ElQuinto del Hierro (Almadén).En Mina Diógenes la explo-tación de la plata originó unasentamiento de 6 ó 7 Ha(Diógenes I) que experimen-tó su momento de máximaactividad en la primera mi-tad del siglo I a.C. La exca-vación permitió reconocer enel lugar evidencias de explo-tación y fundición junto alasentamiento minero. Al Oes-te de este lugar surgió en épo-ca altoimperial otro estable-cimiento (Diógenes II), demenores dimensiones que elde época republicana, tam-bién orientado a actividades

de carácter minero y metalúrgico. Se ha pro-puesto el vínculo de esta explotación con Cas-tulo, como cabeza que fue del distrito minero delSur de Sierra Morena, a partir de argumentoscomo el abastecimiento monetal por la ceca deCastulo o el hallazgo de sellos con la marca dela societas castulonensis. Por su parte, el áreaarqueológica de El Quinto del Hierro se locali-za en el extremo noroccidental de la Sierra dela Cerrata, y comprende un cerro, no muy ele-vado (537 m), y las laderas y vegas cercanas,dentro de la Dehesa de Castilseras. Se han lo-

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Desde la faseinicial de la

ocupación yatenemos constancia

de que losmoradores conocían

el cinabrio

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calizado dos poblados mineros, un centro detransformación de mineral y un importante fi-lón de plomo argentífero con «rafas» y hundi-mientos que evidencian trabajos profundos,todo ello en un radio no superior a 800 m. Asi-mismo, en una vaguada localizada al sureste, ungrupo de aficionados de Almadén localizó hacealgunos años un epígrafe funerario que hoy seconserva en la Casa de la Cultura de esta loca-lidad. Este hallazgo, que puede datarse haciael siglo II d.C., sería indicativo de la existenciade una necrópolis asociada a este hábitat.

Dentro de los complejosmineros relacionados con lasexplotaciones de cinabrio he-mos de mencionar el yaci-miento de Guadalperal, per-teneciente al TM de Almadén,lugar de excepcional interéspor manifestar evidencias ma-teriales que asocian un po-blado minero con una minade cinabrio. Aún se observanindicios en superficie de unencintado defensivo que pro-tegía este enclave en sus flan-cos norte, este y oeste. En elinterior del recinto se detec-tan restos de construccionesde planta rectangular.

• Centros metalúrgicos:Se trata de enclaves dedica-dos a las actividades de trans-formación metalúrgica. Elmejor conocido desde el punto de vista arqueo-lógico es el yacimiento de Valderrepisa (Fuen-caliente). La intervención de urgencia realizadaa comienzos de la década de los 90 permitió de-limitar un poblado de unas 4 Ha, activo entre co-mienzos del siglo II e inicios del I a.C. La exca-vación ha mostrado un conjunto de estructurasque revelan la existencia de una planificación ur-banística previa a su trazado que se organizó es-tableciendo diferentes estructuras y habitáculosen torno a calles. La orientación económica delcentro fue, sin duda alguna, la actividad meta-

lúrgica, según se infiere de los restos hallados(escorias, restos de fundición, mineral de plomoy plata, piezas de plomo), así como del caráctermismo de las instalaciones excavadas, con zo-nas identificadas como lavaderos y sistemas decanalización en plomo y cerámica. Además dela fundición de plomo y plata y su conversión enlingotes o galápagos, resultan muy destacableslos resultados de análisis que denotan la exis-tencia de cristales de cinabrio en algunas con-ducciones.

Estrechamente relacionados con los estable-cimientos de funcionalidadminera hemos identificadouna serie de asentamientosrurales de clara vocaciónagropecuaria, que debieronconstituir una base económi-ca en necesaria coexistenciacon las actividades mineras,a fin de proveer al manteni-miento de los centros relacio-nados con la extracción o latransformación del mineral.

La información arqueoló-gica permite defender el man-tenimiento de la explotaciónminera en estas comarcas du-rante la etapa altoimperial, sibien desde el cambio de Eralos indicios de explotación mi-nera experimentan un retro-ceso. Aunque algunos autoreshan interpretado que podría

tratarse de un desplazamiento del eje de los in-tereses económicos hacia la producción agríco-la, pensamos que el cambio obedece a una racionalización y sistematización de las explo-taciones en consonancia con las nuevas direc-trices económicas del Alto Imperio. No debe ol-vidarse a este respecto que, a causa del tipo deexplotación oportunista, las monteras de los fi-lones habrían empezado a agotarse haciendo máscostoso su beneficio y menor el rendimiento. Portanto, se inicia ahora una nueva política de re-estructuración que consistió en la concentración

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La excavaciónpermitió reconocer

evidencias deexplotación yfundición en elasentamiento

minero

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de la inversión en las minas más rentables, quepasan a ser controladas directamente por el Em-perador a través de un procurator metallorum.Esta hipótesis explicaría la intensificación entiempos altoimperiales de la actividad minera enlos yacimientos de cinabrio-mercurio del áreade Almadén, de la que tenemos noticia tanto através de argumentos arqueológicos como epi-gráficos y literarios.

El Bajo Imperio supuso un momento derecesión considerable en la minería de las co-marcas en estudio. Este he-cho trajo consigo importan-tes cambios que se traducenen una cierta decadencia delos centros gestores de las áre-as mineras y en una consoli-dación del poblamiento ruralde tipo villa y ligado a explo-taciones latifundistas, ya quelas pequeñas explotacionesagropecuarias vinculadas a loslugares mineros también de-clinan ahora, evidenciando suvínculo directo con aquellos.No obstante, la produccióndel cinabrio sisaponense de-bió mantenerse aún activa entiempos tardíos, pues SanAgustín informa en una de susepístolas de su exportación aCartago y Egipto. También losdatos arqueológicos apuntanla existencia de una cierta actividad, que se ma-nifiesta en el mantenimiento de la ocupación dela propia Sisapo hasta momentos avanzados delsiglo V d.C., momento en el que tuvo lugar elabandono definitivo del enclave. Aunque care-cemos de información sobre el laboreo en épocavisigoda, lo cierto es que la ocupación islámicade la región abre un período álgido en la explo-tación de las minas de mercurio, inaugurandouna etapa que se sigue sin solución de continui-dad hasta fechas muy recientes, pero ésa es yaotra historia.

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La orientacióneconómica delcentro fue la

actividadmetalúrgica, segúnse infiere de losrestos hallados

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