cuentos clásicos del norte

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Cuentos Clásicos del Norte Por Washington Irving, Nathaniel Hawthorne y Edward Everett Hale

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CuentosClásicosdelNorte

Por

WashingtonIrving,NathanielHawthorneyEdwardEverettHale

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WÁSHINGTONÍRVING

Wáshington ÍrvingnacióenNuevaYorkel3deabrilde1783;murióenSúnnyside, su casa de campo cerca de Tárrytown, Nueva York, el 28 denoviembrede1859.ErahijodeWílliamÍrving,uninglésoriundodelasislasdeÓrkney.Desdemuyjovencomenzóatrabajaryestudiarenundespachodeabogado, pero interesábale más escribir para elMorning Chronicle, bajo elseudónimo de “Jonathan Oldstyle,” que dedicarse a los estudios serios.Habiendo decaído su salud, resolvió viajar, dirigiéndose a Europa en 1804,dondepasódosaños.AsuregresoalosEstadosUnidosfundóelSalmagundiensociedadconJ.G.Páulding.Conquistósufamaliterariaconlapublicaciónde su History of New York, by Diedrich Knickerbocker (1809). En 1810estableció en compañía de sus dos hermanos una casa de comercio. Desde1815hasta1832residióenEuropa,siendonombradoagregadoa la legaciónde los Estados Unidos en Madrid en 1826, y secretario de la legación enLondresen1829.Permaneciócasi constantementeenSúnnysidedesde1832hasta 1842, época en que fué nombrado ministro en España, volviendo aSúnnyside en 1846 y continuando allí hasta sumuerte. Además del trabajoarribamencionadodióaluzlasobrassiguientes:TheSketchBook(publicadopor partes en 1819 y coleccionado en 1820); Bracebridge Hall, or theHumourists (1822); Tales of a Traveler (1824); Life and Voyages ofChristopherColumbus(1828);ChronicleoftheConquestofGranada(1829);Voyages of the Companions of Columbus (1831); The Alhambra (1832);CrayonMiscellany (including Tour on the Prairies, 1835); Astoria, etc. (encolaboraciónconPierreM.Írving,1836);AdventuresofCaptainBonneville,etc. (1837);OliverGoldsmith (1849);Mahomet andHis Successors (1850);Wolfert’sRoost(1855);LifeofGeorgeWáshington(1855-1859).

ESBOZOBIOGRÁFICO

Wáshington Irving, uno de los primeros y más populares autoresamericanos,aquienTháckeray,eninspiradafrase,llama“elprimerembajadorque el mundo nuevo de las letras envió al antiguo,” nació en 1783, en laciudad de Nueva York. Recibió su educación en las escuelas públicas,abandonandolasaulasalosdieciséisaños,auncuandocontinuaradespuésporlargo tiempo la lectura sistemática de los mejores autores, especialmenteCháucer, Spénser yBunyan.Desde su juventud, demostró poseer un talentonatural para escribir ensayos e historietas. Como siempre detestó lasmatemáticas, escribía a menudo las composiciones de sus compañeros

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quienes, en cambio, solucionaban sus problemas.Estudió derechopor algúntiempo;peronosintiéndoseinclinadoalaesclavituddeunaprofesión,prefirióentregarse a vagabundas correrías alrededor de la isla deManhattan, que lefamiliarizaron con el magnífico paisaje que hizo después famoso con supluma. Adquirió de esta manera el conocimiento exacto de varios puntoshistóricos,curiosastradicionesyleyendasdequetanbellousohahechoensuSketch-BookyenlaHistoryofNewYork.En1804,amenazadodepulmonía,seembarcóparaEuropaypermanecióenelextranjerocercadedosaños.Asuregreso intentó reasumir la práctica legal, pero sin ningún resultado. Encompañíadealgunoscompañeros inicióentonces lapublicacióndeunaobraporentregasllamadaSalmagundilacual,biendirigida,obtuvoéxito.En1809publicó su Knickerbocker’s History of New York, obra única en nuestraliteratura, perfectamente redondeada, y de sátira fina y sostenida. Dirigiódurante dos años una revista en Filadelfia a la cual contribuía con artículosincluidos después en el Sketch-Book. En 1814 sirvió como ayudante delgobernadorTompkins,ycuandoterminólaguerra,regresódenuevoaEuropadonde permaneció esta vez diecisiete años.Conmotivo de la quiebra de suhermanoperdiótodasufortunay,entregadoasuspropiosrecursos,dedicósealaliteraturaparaatenderasusubsistencia.PublicósuSketch-Booken1819,elcual, debido a la influencia personal de SirWálter Scott, se reimprimió enLondres,quedando inmediatamenteestablecida la reputacióndeÍrvingcomogranautor.

AcontinuaciónpublicóBracebridgeHall,en1822,yTalesofaTraveleren1824. Encargado de algunas traducciones del español, fué a establecerse enMadrid. A su permanencia en España debemos algunas de sus obras másencantadoras, como la Life of Columbus, Conquest of Granada, TheAlhambra,MahometandHisSuccessorsySpanishPapers.RegresóaAméricaen1832;ydurantelosañossubsiguientessepublicaronAstoria,AdventuresofCaptainBonnevilleyWolfert’sRoost.En1842ÍrvingfuénombradoMinistroen España. Su Life of Goldsmith vió la luz pública cuatro añosmás tarde,despuésdesuvueltaalapatria.Supostreraobra,escritaconespecialesmero,fuélaLifeofWashington,encincovolúmenes.

LosúltimosañosdeÍrvingtranscurrieronen“Sunnyside,”suencantadoraresidencia enTárrytown, a las orillas delHudson, en el centro del hermosopaisajequehabíainmortalizado.Írvingfallecióel28denoviembrede1859,elmismoañoquePréscott,elhistoriador,yqueMacáulay.Unamigoque tratómuchoanuestroautorensusúltimosdías, ledescribeasí:“Teníaojoscolorgrisobscuro,hermosanarizrectaquecasipodríadecirsegrande;frenteancha,alta y abierta, y boca pequeña. Era de tamañomediano, cinco pies y nuevepulgadas más o menos, y tendía un poquillo a la obesidad. Su sonrisa eraextremadamente genial, iluminándole todo el rostro y haciéndole muyatrayente; y cuando se preparaba a decir algo jocoso, brillaba en sus ojos

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muchoantesdequehubierapronunciadounapalabra.”

GeorgeWílliamCurtis,enunodesusdeliciososensayos,EasyChair,dice:“Írving era personaje tan exótico como su Díedrich Kníckerbocker en losanuncios preliminares de la History of New York. Hace treinta años podíavérseleenciertastardesdeotoño,marchandoalolargodeBroadwayconpasoágilyelástico,calzandozapatosbajosesmeradamenteatados,yataviadoconcapaTalma,prendacortasemejantea laesclavinadeunabrigo.Teníaciertoaire ligero, jovial y de antigua escuela, que revelaba incontestablemente alholandés y armonizaba admirablemente con sus obras. Parecía, en realidad,escapado de alguno de sus libros; y la afabilidad cordial y agudeza de susdiscursos, al detenerse para alguna charla pasajera, constituían uno de susdeliciososrasgoscaracterísticos.Erayaporaqueltiempounodenuestrosmásfamosos literatos, pero jamás demostraba vanidad alguna ni pretensionesdogmáticas.”

INTRODUCCIÓNARIPVANWINKLE

La historia de Rip Van Winkle se supone escrita por DíedrichKníckerbocker, jocosacreaciónde Írving,ycuyonombresehizo familiaralpúblico como autor deAHistory of NewYork. Esta historia se publicó en1809, diez años antes de que viera la luz pública el primer número de TheSketch-BookofGeoffreyCrayon,Gent.Estenúmero,queconteníalahistoriadeRipVanWinkle,fuéescritoporÍrvingenInglaterrayenviadoaAméricaparasupublicación,lomismoquelasedicionessucesivas.ColocólaescenaenKáatskill, pero describió el sitio según su fantasía y ajenos informes,habiéndolovisitadosolamenteen1833.Elargumentonoesnuevo:elcuentodehadasdelabelladurmienteenelbosquetieneelmismotema,asícomolahistoriadeEpaminondasdeCreta,queflorecióenlasextaoséptimacenturiaantesde J.C.SeaseguraqueEpaminondas sequedódormidoenunacuevacuandoeramuchachoydespertócincuentay sieteañosdespuésmientras suindividuohabíacontinuadosudesarrollonormal.ExistetambiénlaleyendadelossietedurmientesdeÉfeso,mártirescristianosemparedadosenunacuevaquebuscaroncomorefugioydondeseconservaronmaravillosamentedurantedossiglos.

EntrelashistoriasquetantoabundanenlosmontesHarzdeAlemania,serefiereunadePéterKlaus,uncabreroaquien se acercóciertodíaun jovenquecomenzóaseguirlesilenciosamenteylecondujoaunlugaraisladodondeencontró doce caballeros que jugaban a los bolos sin pronunciar una solapalabra.Elcabrerovióunacantimploradevinofraganteybebiéndolo,quedósumergidoenprofundosueñoqueseprolongóduranteveinteaños.Lahistoria

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relatalosincidentesdeldespertardelcabreroyloscambiosqueencontróensualdeaasuregreso.

Esta historia, publicada con algunas otras en 1800, dió probablementeorigenaladeÍrving,quienhaceusocasideidénticoargumento.LasjocosasadicionesconquehaadornadosurelatoylagraciadequetodoelcuentoestárevestidohanlogradoquelahistoriadeÍrvingsuplanteenlamentepopularatodaslasprimitivasdeestegénero,llegandoRipVanWinkleaconvertirseenunpersonajefamiliaraquienaludenfrecuentementeaunpersonasquejamáshan leído la historia de este festivo autor. La forma dramática dadaposteriormenteaestecuento,aunqueasumiendosólolosrasgosprincipales,hacontribuídoengranmaneraadefinirlaconcepcióndelpersonaje.Lahistoriadespierta un sentimiento de curiosidad respecto de la vida futura, no muyalejado de aquel que se considera en general como la tendencia del espírituhumanoalainmortalidadindividual.ElnombredeVanWinklefuéunafelizeleccióndeÍrving,peronohasidoinventadoporél.ElimpresordelSketch-Book, sin ir más lejos, llevaba el mismo nombre. El de Kníckerbocker seencuentratambiénentrelosholandeses,peroÍrvinglohahechotípico.EnTheAuthor’s Apology, que agregó como prefacio a una nueva edición de laHistoryofNewYork,dice:“Heencontradoqueestenombreesunapalabradeordenparadarsellofamiliaracualquieracosadestinadaalfavordelpúblico,comolassociedadesKníckerbocker;lascompañíasdesegurosKníckerbocker;los vapores Kníckerbocker; los ómnibus Kníckerbocker; el panKníckerbocker;elhieloKníckerbocker;y...hasta losneoyorquinosdeorigenholandéstienenagalallamarse“genuinosKníckerbockers.”

RIPVANWINKLE

OBRAPÓSTUMADEDÍEDRICHKNÍCKERBOCKER

Por Woden (Odin), Dios de los sajones, de quien procede Wednesday(miércoles)queesWodensday(díadeOdin).Laverdadesalgoquesiempreconservaréhastaeldíaenquemearrastrehacialatumba.

El cuento siguiente se encontró entre los papeles del difunto DíedrichKníckerbocker,unviejocaballerodeNuevaYork,muycuriosorespectodelahistoriaholandesadelaprovinciaydelascostumbresdelosdescendientesdesusprimitivoscolonos.Sus investigacioneshistóricasdirigíansemenosa loslibrosquealoshombres,puesquelosprimerosescaseabanlamentablementeen sus temas favoritos mientras que los viejos vecinos y, sobre todo susmujeres, eran riquísimos en aquellas tradiciones y leyendas de valorinapreciableparaelverídicohistoriador.Así,cuandoleacontecíatropezarcon

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alguna familia típica holandesa, agradablemente guarecida en su alquería debajotechado,alasombradelfrondososicomoro,mirábalacomounpequeñovolumen de letra gótica antigua, cerrado y abrochado, y lo estudiaba yprofundizabaconelcelodelapolilla.

Elresultadodetodasestasinvestigacionesfuéunahistoriadelaprovinciaduranteeldominioholandés,publicadahacealgunosaños.Laopiniónanduvodivididacon respectodelvalor literariodeestaobraque, adecirverdad,novale un ápice más de lo que pudiera. Su mérito principal estriba en suexactitud,algodiscutidaporciertoenlaépocadesuprimeraaparición,peroque ha quedadodespués completamente establecida y se admite ahora entrelascoleccioneshistóricascomolibrodeindiscutibleautoridad.

Elviejocaballero falleciópoco tiempodespuésde lapublicacióndeestaobra;yahoraqueestámuertoyenterradonoperjudicarámuchoasumemoriael declarar que pudo emplearmejor su tiempo en labores demás peso. Erabastante hábil, sin embargo, para encaminar su rumbo como mejor leconviniera;yaunquedevezencuandoecharaunpocodetierraalosojosdesus prójimos y apenara el espíritu de algunos de sus amigos, a quienesprofesaba sin embargo gran cariño y estimación, sus errores y locuras serecuerdan“másbienconpesarqueconenojo,”ysecomienzaasospecharquejamásintentóherirniofenderanadie.Mascomoquieraquesumemoriahayasidoapreciadaporloscríticos,continúaamadapormuchagentecuyaopiniónes digna de tenerse en cuenta, como ciertos bizcocheros de oficio que hanllegadohasta elpuntode imprimir su retratoen lospastelesdeAñoNuevo,dándole así ocasión de inmortalizarse casi tan apreciable como la de verseestampadoenunamedalladeWáterloooenunpeniquedelareinaAna.

RIPVANWINKLE

Todo aquél que haya remontado el Hudson recordará las montañasKáatskill. Son una desmembración de la gran familia de los montesAppalachian y se divisan al este del río elevándose con noble majestad ydominando toda la región circunvecina. Todos los cambios de tiempo o deestación, cada una de las horas del día, semanifiestan pormedio de algunavariación en las mágicas sombras y aspecto de aquellas montañas,consideradascomoelmásperfectobarómetroportodaslasbuenasmujeresdelacomarca.Cuandoel tiempoestáhermosoysereno, lasmontañasaparecenrevestidas de púrpura y azul, destacando sus líneas atrevidas sobre el clarocielo de la tarde; pero algunas veces, aun cuando el horizonte se encuentredespejado,seadornanen lacimaconunacaperuzadevaporesgrisesquese

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iluminan e irradian comouna corona de gloria a los postreros rayos del solponiente.

Al pie de estasmontañas encantadas puede descubrir el viajero el ligerohumo rizadoque se elevadeuna aldea, cuyos tejadosde ripia resplandecenentre los árboles cuando los tintes azulesde la altura se fundenenel frescoverdordelcercanopanorama.Esunapequeñaaldeamuyantigua,fundadaporalgunoscolonosholandesesenlosprimerosdíasdelaprovincia,alláporloscomienzosdelgobiernodelbuenPéterStúyvesant(¡queenpazdescanse!),ydonde se sostenían contra los estragos del tiempo algunas casas de losprimitivospobladores,construídasdepequeñosladrillosamarillosimportadosde Holanda, con ventanas de celosía y frontones triangulares rematados engallosdecampanario.

Enaquellamismaaldeayenunadelasaludidascasasque,adecirverdad,estabalastimosamentemaltratadaporlosañosyporlaintemperie,vivíahacemucho tiempo, cuando el país era todavía provincia de laGranBretaña, unhombre bueno y sencillo llamadoRipVanWinkle. Era descendiente de losVanWinklequefigurarontanheroicamenteenloscaballerescosdíasdePéterStúyvesant y le acompañaron durante el sitio del fuerte Christina. Habíaheredado muy poco, sin embargo, del carácter marcial de sus antecesores.Hice ya notar que era un hombre sencillo y de buen corazón; era ademásvecino atento y marido dócil, y gobernado por su mujer. A esta últimacircunstanciasedebíaprobablementeaquellamansedumbredeespírituquelevalióuniversalpopularidad;porque loshombresqueestánbajo ladisciplinadearpíasenelhogarsonlosmejorpreparadosparamostrarseobsequiososyconciliadoresenel exterior. Indudablemente sucarácter sedoblegayvuelvemaleable en el horno ardiente de las tribulaciones domésticas; y, a decirverdad,una reprimendade alcoba esmás eficazque todos los sermonesdelmundoparaenseñar lasvirtudesde lapacienciay longanimidad.Unamujerpendencierapuede así, en ciertomodo, considerarseunabendición; y a esterespectoRipVanWinkleeratresvecesbendito.

Lo cierto es que era el favorito de todas las comadres de la aldea que,como las demás de su amable sexo, tomaban parte en todas las querellasdomésticasynuncadejabandecensuraralaseñoraVanWinklesiemprequeseocupabandeesteasuntoenlachismografíadesusreunionesnocturnas.Loschicos de la aldea le aclamaban también alegremente cuando se presentaba.Tomabaparteensusdiversiones,lesfabricabajuguetes,lesenseñabaavolarcometaya jugarbolas,y les refería largashistoriasdeaparecidos,brujas, eindiossalvajes.Fueradondequisiese,escabulléndosepor laaldea, rodeábaleuna turba de pilluelos colgándose de sus faldones, encaramándose en susespaldas y jugándole impunemente mil pasadas; y ni un sólo perro delvecindariosehabríadecididoaladrarle.

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ElgrandefectodelaíndoledeRiperasuaversióninsuperableatodaclasedelaborprovechosa.Noqueadolecieradefaltadeasiduidadoperseverancia,puessehabríasentadoapescarsinunmurmulloenunarocahúmedayarmadodeunacañalargaypesadacomolalanzadeuntártaro,auncuandonopicaraelanzuelounsólopezentodoeldíaparaalentarleensufaena.Podíallevarpor largashorasunaescopetaalhombroyarrastrarseporselvasypantanos,porcolinasycañadaspara tirar aunascuantasardillasopalomas silvestres.Nuncarehusabaayudarasusvecinosauncuandofueraenlatareamáspenosa,y era el primero en todas las reuniones de la comarca para desgranar lasmazorcas de maíz, o construir cercos de piedra; las mujeres de la aldea leocupabantambiénparasuscorrerías,oparaciertostrabajillosdepocamontaque sus poco amablesmaridos no querían desempeñar. En una palabra,Ripestabasiempredispuestoaatenderalosnegociosdecualquieradepreferenciaa los propios; pues cumplir con sus deberes domésticos o mirar por lasnecesidadesdesugranjaleerapuntomenosqueimposible.

Declaraba,enefecto,queresultabainútiltrabajarensupropiaalquería;erael más endiablado trozo de terreno en todo el país; cualquiera cosa que seemprendiera salía mal allí y saldría siempre, a pesar de sus esfuerzos. Loscercossecaíanapedazoscontínuamente;suvacaseextraviabaosemetíaenlas coles; la mala hierba crecía de seguro más ligero en su finca que encualquieraotraparte;llovíajustamentecuandoélteníaalgoquehaceracampoabierto; demanera que si su propiedad se había desmoronado acre por acrehastaquedarreducidaaunpequeñotrozoparaelsembríodemaízydepapas,debíaseaqueeralagranjadepeorescondicionesentodalacomarca.

Sus chicos andaban tan harapientos y selváticos como si no tuvierandueño. Su hijo Rip, un rapazuelo vaciado en su mismo molde, prometíaheredar con losvestidosviejos todas lasdisposicionesde supadre.Veíaseleordinariamentetrotandocomounpotrilloalostalonesdesumadre,ataviadocon un par de polainas de desecho de su padre, que con gran dificultadprocuraba mantener en alto sujetándolas con una mano, como llevan lasseñoraselegantessucolaenelmaltiempo.

Rip Van Winkle era, sin embargo, uno de aquellos felices mortales dedisposiciónfácilybobaliconaque tomanelmundodescuidadamente,comenconlamismaindiferenciapanblancoopanmorenoacondicióndeevitarselamenormolestia,ypreferiríanmorirsedehambreconunpeniqueatrabajarporuna libra. Si le hubieran dejado vivir a su manera, nada pediría a la vida,sumído en beatitud perfecta; pero sumujer andaba siempre repiqueteandolelos oídos con su incuria, su pereza y la ruina que atraía sobre su familia.Mañana,tardeynochetrabajabasulenguasincesar,ycadacosaqueéldecíaohacíaprovocabaseguramenteuntorrentededomésticaelocuencia.Ripteníasolamente una manera de contestar a estas reprimendas que, en razón del

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continuo uso, había llegado a convertirse en hábito. Encogía los hombros,sacudíalacabezaylevantabalosojosalcielosinpronunciarunapalabra.Estamímica daba siempre lugar a una nueva andanada de parte de sumujer; demodoqueseveíaconstreñidoareunirsusfuerzasytomarelportante,únicorecursoquequeda,enverdad,almaridomaltratadoporsumujer.

ElúnicoaliadoconquecontabaRipenlafamiliaerasuperroWolf(lobo),tan maltratado como su amo, pues la señora VanWinkle juzgaba a amboscompañerosdeociosidad,yaunmirabaaWolfconmalosojosconsiderándoleculpabledelosfrecuentesextravíosdesudueño.LaverdadesquebajotodopuntodevistaeraWolfunperrohonorable,yvalerosocomoelquemásparacorretearenlosbosques;pero¿quévalorpuedeafrontarelcontinuoysiemprerenovado terror de una lengua de mujer? Apenas entraba Wolf en la casadecaía suánimoycon lacolaarrastrandoporel suelooenroscadaentre laspiernasdeslizábaseconairedeajusticiadomirandode reojoa laseñoraVanWinkle,yalmenorblandirdeladamaunpalodeescobaouncucharónvolabaalapuertaconquejumbrosaprecipitación.

Las cosas iban de mal en peor para Rip Van Winkle a medida quetranscurríanlosañosdematrimonio.Elcarácterdesapaciblenuncasesuavizaconlaedad,yunalenguaafiladaeselúnicoinstrumentocortantequeseaguzamásymásconelusocontinuo.Poralgún tiempo tratódeconsolarseensusescapadasfueradelacasa,frecuentandounaespeciedeclubperpetuodelossabios, filósofos y otros personajes ociosos del pueblo, que celebraba sussesiones enunbanco a la puertadeunpequeñomesónqueostentaba comomuestra un rubicundo retrato de su majestad Jorge III. Acostumbrabansentarse allí a la sombra durante los largos y soñolientos días de verano,repitiendo indolentemente la chismografía del vecindario o relatandoinacabables historias sobre cualquier friolera. Pero habría representadocualquiercapitalparalosestadistasescucharlasprofundasdiscusionesqueamenudo tenían lugar cuandopor casualidad algúnviejoperiódico tiradoporcualquiertranseúntecaíaentresusmanos.¡Cuánsolemnementeatendíanasucontenido conforme iba desentrañándolo elmaestro de escuela,DérrickVanBúmmel,doctoyvivarachohombrecilloquenoseamedrentabaporlapalabramás altisonante del diccionario! Y ¡cuán sabiamente deliberaban sobre losacontecimientospúblicosalgunosmesesdespuésderealizados!

Las opiniones de esta junta se sometían completamente al criterio deNicholasVédder,patriarcadelaaldeaypropietariodelmesón,acuyapuertasentábase de la mañana a la noche, cambiando de sitio lo justamenteindispensableparaevitarelsol,yaprovecharlasombradeungranárbolqueallí junto crecía; de manera que los vecinos podían decir la hora por susmovimientoscon tantaexactitudcomoporuncuadrante.Verdadesque raravez se le oía hablar, pero en cambio fumaba su pipa constantemente. Sus

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admiradores (¿qué grande hombre carece de ellos?) le comprendíanperfectamente y sabían la manera de interpretar sus opiniones. Cuando ledisgustabaalgodeloquese leíaorefería,podíaobservarsequefumabaconvehemencia lanzando frecuentes y furiosas bocanadas; pero cuando estabasatisfecho arrancaba suaves y tranquilas inhalaciones, emitiendo el humo ennubesplácidasyligeras;yaunalgunasveces,separandolapipadesuslabiosydejandoqueelhumofraganteseondularaalaextremidaddesunariz,movíagravementelacabezaenseñaldeperfectaaprobación.

Pero aun de esta fortaleza se vió desalojado el infortunado Rip por suagresivamujer, quien atacó repentinamente lapazde la asambleavolviendopolvo a todos sus miembros; y ni la augusta persona de Nicholas Védderquedóasalvodelaatrevidalenguadelaterriblearpíaqueleacusódealentarasumaridoensushábitosdeociosidad.

ElpobreRipvióse al fin en losumbralesde ladesesperación; siendo suúnicaalternativaparaescapardeltrabajodelaalqueríaydelosclamoresdesumujer,cogersufusile internarseentre losbosques.Sentábaseallíavecesalpie de un árbol y compartía el goce de sus alforjas con Wolf, con quiensimpatizabacomocompañerodemiserias.“¡PobreWolf,”acostumbrabadecir,“tuamatedaunavidadeperros;peronoteimporte,compañero,quemientrasyovivanotefaltaráunfielamigo!”Wolfmovíalacola,mirabadehitoenhitoal rostro de su dueño y, si los perros pudieran sentir piedad, creería yoverdaderamentequeexperimentabaenelfondodesucorazónunsentimientorecíprocoalqueexpresabasuamo.

En un hermoso día de otoño en que llevaba a cabo una de sus largascorrerías,trepóRipinconscientementeaunodelospuntosmáselevadosdelasmontañas Káatskill. Perseguía su distracción favorita, la caza de ardillas, yaquellassoledadeshabíanretumbadovariasvecesalecodesufusil.Fatigadoyjadeante,echósehacialatardeadescansarenlacimadeunverdemontecillocubiertodevegetaciónsilvestreyquecoronabaelbordedeunprecipicio.Atravésdeunclaroentrelosárbolespodíadominartodalapartebajadelterrenoen muchas millas de rica arboleda. Veía a la distancia, lejos, muy lejos, elmajestuosoHudsondeslizándoseencursopotenteysilencioso,reflejandoaquíy allá ya una nube de púrpura, ya la vela de alguna barquilla remolonaadormilada entre su seno cristalino, y perdiéndose al fin entre las azulesmontañas.

Por el otro lado hundía sus miradas en un valle profundo, salvaje,escabroso y desolado, cuyo fondo estaba sembrado de fragmentosamenazadoresde rocasalumbradasapenaspor la refracciónde los rayosdelsolponiente.PoralgúntiemporeposóRipabsortoenlacontemplacióndeestaescena.Lanoche caía gradualmente; lasmontañas comenzaban a tender susgrandes sombras azules sobre el valle; Rip comprendió que reinaría la

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obscuridadmuchoantesdequepudieraregresaralaaldeaylanzóunhondosuspiro al pensamiento de afrontar la temida presencia de la señora VanWinkle.

Cuandosepreparabaadescender,oyóunavozquegritabaaladistancia:“¡RipVanWinkle! ¡RipVanWinkle!”Miró en torno suyo, pero sólo pudodescubriruncuervocruzandolamontañaenvuelosolitario.Creyóquehubierasidounailusióndesufantasíaeiniciabadenuevoeldescenso,cuandollegóhastaélidénticogritoatravesandoelambientetranquilodelatarde:“¡RipVanWinkle! ¡RipVanWinkle!” almismo tiempo queWolf, erizando el lomo ylanzando un ladrido concentrado, refugiábase al lado de su amo, mirandotemerosamentealvalle.Ripsintióqueunavagaaprensiónseapoderabadesuespíritu; miró ansiosamente en la misma dirección y advirtió una figuraextrañaqueavanzabacondificultadenmediodelasrocas,inclinándosebajoelpesodeciertobultoquellevabaensusespaldas.SorprendióseRipdeverunserhumanoenaquel lugardesiertoyaislado;pero juzgandoquepudieraseralguien del vecindario necesitado de su ayuda, se apresuró a brindarle suasistencia.

Conformeseaproximabasorprendíasemásymásanteelaspectosingulardel desconocido.Eraunviejopequeñoy cuadrado, debarbagris y cabellosásperosyenmarañados.Vestíaalaantiguausanzaholandesa:coletodepañorecogido a la cintura y varios pares de calzones, el de encimamuy anchoyadornadodehilerasdebotonesaloscostadosyborlasenlasrodillas.LlevabaalhombrounbarrilqueparecíallenodelicoryhacíaseñasaRipparaqueseacercara y le ayudase a llevar su carga. A pesar de sentirse tímido ydesconfiado con respecto de su nuevo conocido, obedeció Rip a su celoacostumbrado;ysosteniéndosemutuamentetreparonambosporunaestrechagargantaqueparecíaellechodesecadodealgúntorrente.Mientrassubían,oíaRipdevezencuandoruidosque retumbabanenondulacionescomo truenoslejanosyqueparecíanbrotardeunaprofundahondonada,ohendeduramejordicho, entre inmensas rocashacia las cuales conducía el áspero senderoqueseguían. Detúvose Rip por un momento; mas prosiguió luego su caminoimaginando que el rumor provendría de alguna de aquellas pasajerastempestades de lluvia y truenos que a menudo estallan en la altura.Introduciéndose por la hendedura llegaron a una cavidad semejante a unpequeñoanfiteatrorodeadodeprecipiciosperpendiculares,sobrecuyasorillastendían grandes árboles sus ramas colgantes, de manera que sólo podíavislumbrarseatrozoselcieloazulylasbrillantesnubesdelatarde.Ripysucompañero, habíanmarchado en silencio durante todo el trayecto, pues auncuando el primero se maravillaba grandemente al conjeturar el objeto deacarrearunbarrildelicorenaquellasmontañasagrestes,habíaalgoextrañoeincomprensible en el desconocido que inspiraba temor y cortaba todafamiliaridad.

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Alpenetrarenelanfiteatroaparecieronnuevosmotivosdeadmiración.Enelcentrodeunaplanicieveíaseungrupodeextrañospersonajesjugandoalosbolos.Vestíandefantásticayexóticamanera;algunos llevabancasacacorta,otros coleto con gran daga al cinto, y la mayor parte ostentaban calzasenormesdeestilo semejantea lasdelguía.Suaspectoera tambiénpeculiar:unoteníalargabarba,rostroanchoyojospequeñitosdecerdo;lacaradeotroparecíaconstarúnicamentedenarizyestabacoronadaporunsombreroblancopan de azúcar adornado de una pequeña cola de gallo encarnada. Todosllevabanbarba,dediversasformasycolores.Habíaunoqueaparentabasereljefe.Eraunviejoyrobustogentilhombredeaspectocurtidoporlaintemperie;llevabacasaca,chorreradeencaje,cinturónanchoyalfanje,sombrerodecopaaltaadornadodeunapluma,mediasrojasyzapatosconrosetas.ElconjuntodelgruporecordabaaRiplasfigurasdeciertocuadroantiguoflamenco,traídodeHolandaentiempodelacolonizaciónyqueseconservabaenelsalóndeDominieVanShaick,elpárrocodelaaldea.

Loque encontrabaRipmás extraño era que aun cuando indudablementetodosaquellospersonajestratabandedivertirse,conservarantantagravedadensusemblante,unsilenciotanmisterioso,yformaran,enunapalabra,lapartidade placer más melancólica que pudiera presenciarse. Sólo interrumpía elsilencioel ruidode losbolos, cuyo rodar repercutían losecosa travésde lamontañasemejandoelrumorondulantedelostruenos.

CuandoRip y su compañero se aproximaron, los jugadores abandonaronsúbitamente el juego y fijaron en el primero unamirada tan persistente, tansepulcral, con tan singular y apagado continente, que sus rodillas seentrechocaronyelcorazónledióunvuelcodentrodelpecho.Sucompañerovaciabaentretantoelcontenidodelbarrilengrandesfrascos,haciéndoleseñasdequesirvieraalacompañía.Ripobedeciótrémuloyasustado;bebieronellosellicorenprofundosilencio,volviendoluegoasujuego.

PocoapocofuerondesapareciendoelterrorylasaprensionesdeRip.Aunse aventuró a probar el licor cuandonadie lemiraba, encontrandoque teníamuchodelsabordeexcelenteholanda.Sedientopornaturaleza,prontosintiólatentaciónderepetirlaprueba.Untragoprovocabaotrotrago;ehizoalfinalfrasco visitas tan reiteradas, que sus sentidos se adormecieron, sus ojosnadaronensusórbitas,sucabezainclinósegradualmenteyquedósumergidoenprofundosueño.

Aldespertar,encontróseenlaverdehondonadadondevióporprimeravezalviejodelvalle.Sefrotólosojos.Eraunabrillanteyhermosamañana.Lospajarillosgorjeabanyrevoloteabanentrelafronda,eláguilaformabacírculosen la altura, y se respiraba la brisa pura de las montañas. “Seguramente,”pensóRip,“nohedormidoaquítodalanoche.”Rememorólossucesosantesde que el sueño le acometiera: el hombre extraño con el barril de licor; la

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hondonadadelamontaña;elagresteretiroentrelasrocas;latétricapartidadebolos;elfrasco....“¡Oh,esefrasco,esecondenadofrasco!”pensóRip.“¿QuéexcusadaréalaseñoraVanWinkle?”

Buscósufusilalrededor;peroenvezdelalimpiaybienaceitadaescopetade caza halló una vieja arma con el cañónobstruidopor el polvo, el gatillocayéndoseylamaderaroídaporlapolilla.Sospechóentoncesquelosgravesfanfarronesdelamontañalehabíanjugadounapasaday,embriagándoleconsulicor,lehabíanrobadolaescopeta.Wolfhabíadesaparecidotambién;peroera posible que se hubiera extraviado persiguiendo alguna ardilla o algunaperdiz. Le silbó y llamó a gritos por su nombre, pero en vano; los ecosrepitieronsusilbidoysullamada,peroningúnperroaparecióenlontananza.

Determinóentoncesregresarallugardondesehabíarealizadolabromadelanocheanteriorysiencontrabaaalgunodelapartida,reclamarlesuperroysufusil.Cuandoselevantó,encontróseconlasarticulacionesrígidasyfaltodesu acostumbrada actividad. “Estos lechos de montaña nome sientan bien,”pensóRip, “y si labromame resulta en reumatismo,voya tenerun tiempobenditoconlaseñoraVanWinkle.”Conbastantedificultadpudollegarhastael valle y encontró la garganta por donde él y su compañero subieron lavíspera;peroobservócongranestuporqueespumabaallíuntorrentesaltandoderocaenrocayllenandoelvalledeparlerosmurmullos.Trató,sinembargo,deingeniarseparatreparporloscostados,ensayandounafatigosaascensiónatravésdematorralesdeabedules, sasafrasesyarbustosdevariasclases,másdifícilaúnporlatrepadoravidsilvestrequelanzabasusespiralesotijeretasdeárbolaárboltendiendounaespeciederedenelsendero.

Llegóalcaboalsitiodondelasrocasdelahondonadaseabríanparallevaral anfiteatro; pero no quedaba rastro de semejante abertura. Las rocaspresentabanunmuroaltoeimpenetrablesobreelcualsedespeñabaeltorrenteencapasderizadaespumaparacaer luegoenunaanchayprofundacuenca,obscurecidaporlassombrasdelaselvacircundante.AquíelpobreRipvióseprecisadoadetenerse.Llamóa superroy lo silbóunayotravez;pero sóloobtuvo en respuesta el graznido de una bandada de cuervos holgazanessolazándoseenloaltodeunárbolsecoqueseproyectabasobreunasoleadoprecipiciodesdeelcual,segurosensuelevación,parecíanespiarloquepasabaabajoymofarsedelasperplejidadesdelpobrehombre.¿Quésepodíahacer?LamañanatranscurríarápidamenteyRipsentíasehambrientopor lafaltadesudesayuno.Apenábaleabandonarsuperroysufusil; temblabaalaideadeencontrarseconsumujer;peronopodíamorirsedehambreentrelosmontes.Sacudiólacabeza,echóalhombrolaviejaescopeta,yconelcorazónllenodeangustiaydeaflicciónenderezólospasosalhogar.

Conformeseacercabaalaaldeaibaencontrandovariaspersonasaquienesnoreconocía,locuallesorprendíauntantopuessiemprehabíacreídoconocer

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atodoelmundoenlosalrededoresdelacomarca.Losvestidosquellevabaneran también de estilo diferente al que estaba él acostumbrado. Todos leobservabanconigualesdemostracionesdesorpresa,yapenasfijabanenélsusmiradas llevaban invariablemente lamanoa labarba.Larepeticiónunánimedeestegesto indujoaRipahacerelmismomovimientosindarsecuenta;y¡cuálnoseríasuestuporalnotarquesubarbateníaunpiedelargo!

Llegabaahoraalosarrabalesdelaaldea.Unaturbadechiquillosextrañoscorría a sus talones, burlándose de él y señalando su barba gris. Los perrosladrabantambiénasupasoynopodíareconocerentreellosaningunodesusantiguos conocidos.Todo el pueblo estaba cambiado; eramásgrandeymáspopuloso. Había hileras de casas que él jamás había visto, y habíandesaparecido sus habituales guaridas.Veíanse nombres extraños sobre todaslaspuertas,yrostrosextrañosentodaslasventanas;todoeraextraño,enunapalabra. Sus ideas comenzaban ya a abandonarle; principiaba a recelar quetanto él como elmundo que le rodeaba estaban hechizados. Evidentementeésteera supueblonatal, elmismoqueabandonó lavíspera.Allí estaban lasmontañasKáatskill;allíacortadistanciasedeslizabaelplateadoHudson;lascolinas y cañadas ocupaban exactamente el mismo lugar donde siempreestuvieran;peroRipsehallabatristementeperplejo.“¡Esefrascodeanoche,”pensaba,“hadejadohueramipobrecabeza!”

Conalgunadificultadencontróelcaminodesupropiacasa,hacialacualse aproximaba con silencioso pavor esperando oír a cada instante la vozchillonadelaseñoraVanWinkle.Todoestabaarruinado,eltechocayéndoseapedazos, las ventanas destrozadas y las puertas fuera de sus goznes. Unhambriento can, algo parecido a Wolf, andaba huroneando por allí. Rip lollamóconelnombredesuperro,maselanimalgruñóenseñandolosdientesyescapó. Esto fué una herida dolorosa, en verdad. “¡Aun mi perro me haolvidado!”sollozóelpobreRip.

Penetró en la casa que, a decir verdad,mantenía siempre enmeticulosoorden la señora Van Winkle. Aparecía ahora vacía, tétrica y en aparienciaabandonada.Taldesolaciónsesobrepusoasustemoresconyugales,yllamóenaltavozasumujeryasushijos.Lasdesiertaspiezasresonaronunmomentoconsusvocesyluegoquedótodonuevamentesilencioso.

Apresuróseasalirysedirigiórápidamenteasuantiguorefugio,elmesónde la aldea; pero éste también había desaparecido. En su lugar veíase unamplio y desvencijado edificio de madera con grandes y destartaladasvidrieras, rotas algunas de ellas y recompuestas con enaguas y sombrerosviejos, el cual ostentabapintado sobre la puerta un rótuloquedecía: “HotelUnión, de Jónathan Dóolittle.” En vez del gran árbol que cobijaba con susombraalsilenciosoymenudomesoneroholandésdeotrostiempos,alzábaseahora una larga y desnuda pértiga con algo semejante a un gorro rojo de

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dormirensuextremidadsuperior,yde lacualsedesprendíaunabanderaderayas y estrellas en singular combinación: cosas todas extrañas eincomprensibles.Reconocióenlamuestra,sinembargo,larubicundafazdelreyJorge,debajodelacualhabíasaboreadopacíficamentetantaspipas;peroaun la figurasehabíametamorfoseadodemanerasingular.Lachaqueta rojahabíase convertido en azul y ante; ceñía una espada en lugar del cetro; lacabezaestabaprovistadeunsombrerodetrespicos,ydebajodelretratoleíaseengrandescaracteres:GENERALWASHINGTON.

Había, como de costumbre, una multitud de gente delante de la puerta,pero Rip no podía reconocer a nadie. Aun el espíritu del pueblo parecíacambiado.Oíanseacaloradasyruidosasdiscusionesenlugardelasflemáticasy soñolientas pláticas de otros tiempos. Buscaba en vano al sabioNicholasVédder con su ancho rostro, su doble papada y su larga y hermosa pipa,lanzandonubesdehumoenvezdediscursosociosos;oalmaestrodeescuelaVan Búmmel, impartiendo a la concurrencia el contenido de antiguosperiódicos. En lugar de ellos, un flaco y bilioso personaje con los bolsillosllenos de proclamas, peroraba con vehemencia sobre los derechos de losciudadanos, las elecciones, los miembros del congreso, la libertad, BúnkerHill,loshéroesdelsetentayseis,yotrostópicosqueresultabanunaperfectajergababilónicaparaeltrastornadoVanWinkle.

La aparición deRip con su inmensa barba gris, su escopetamohosa, suexóticavestimenta,yunejércitodemujeresychiquillospisándolelostalones,atrajomuyprontolaatencióndelospolíticosdetaberna.Amotináronseasualrededormirándolecongrancuriosidaddelacabezaalospies.Eloradorseabalanzóhaciaélyllevándoleauncostadoinquirió“dequéladohabíadadosu voto.” Rip quedó estupefacto. Otro pequeño y atareado personajecogiéndole del brazo y alzándose de puntillas le preguntó al oído:“¿Demócrataofederal?”VeíaseRipigualmenteperdidoparacomprenderestapregunta, cuando un sabihondo, pomposo y viejo caballero, con puntiagudosombrero de tres picos, abrióse paso entre lamuchedumbre apartándola conloscodosaderechaeizquierda,yplantándosedelantedeRipVanWinkleconunbrazoenjarrasydescansandoelotroensuvara,conojospenetrantesysuagudo sombrero amenazador, preguntó con tono austero, como si quisieraahondarhastael fondodesualma,“quémotivo le traíaa laseleccionesconfusilalhombroyunamultitudasushuellas,ysiintentabaporacasoprovocarunainsurrecciónenlavilla.”

—¡Ay de mí, caballero,—exclamó Rip con desmayo,—yo soy un pobrehombre tranquilo, unhabitantedel lugar yunvasallo leal de sumajestad, aquienDiosbendiga!—

Aquíestallóunaprotestageneraldelosconcurrentes.

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—¡Unconservador!¡unconservador!¡unespía!¡unemigrado!¡golpeconél! ¡afuera!—Con gran dificultad pudo restablecer el orden el pomposocaballerodel sombrerode trespicos;y,asumiendo talgravedadqueprodujodiez arrugas por lo menos en su entrecejo, preguntó de nuevo al incógnitocriminalelmotivoque le traíayaquiénandababuscandoporelpueblo.Elpobrehombreaseguróhumildementequenoteníaproyectossubversivossinoqueveníasimplementeenbuscadealgunosdesusvecinosqueacostumbrabanpararenlataberna.

—Bien,¿quiénessonellos?Nombradlos.—

Ripmeditóunmomentoeinquirióluego:—¿DóndeestáNicholasVédder?—

Hubo un corto silencio, hasta que un viejo replicó con voz débil ybalbuciente:

—¡Nicholas Védder! ¡Vaya! ¡Si murió y está enterrado hace dieciochoaños!Una lápidademaderadaba razóndeélenelcementeriode la iglesia,perosegastótambiényyanoexiste.

—¿DóndeestáBromDútcher?

—¡Oh!sefuealejércitoalprincipiodelaguerra;algunosdicenquemurióen la toma de Stony Point; otros que se ahogó en una borrasca al pie deÁntony’sNose.Yonopodríadecirlo;loqueséesquenuncaregresó.

—¿DóndeestáVanBúmmel,elmaestrodeescuela?

—Sefuétambiénalaguerra,seconvirtióenungrangeneralyestáahoraenelcongreso.—

ElcorazóndeRipdesfallecíaalescuchartantristesnuevasdesupatriaydesusamigos,yencontrarsederepentetansoloenelmundo.Lasrespuestasleimpresionabantambiénporelenormelapsodetiempoqueencerrabanyporlos temas de que trataban y que él no podía comprender: la guerra, elcongreso,StonyPoint.Notuvovalordepreguntarporsusotrosamigos,perogritócondesesperación:

—¿NadieconoceaquíaRipVanWinkle?

—¡Oh,seguramente!RipVanWinkleestáallírecostadocontraelárbol.—

Rip miró en la dirección indicada y pudo contemplar una exactareproduccióndesímismocomocuandofuéalamontaña;tanholgazáncomoél,alparecer,eindudablementeharapientoalmismogrado.Elpobrehombrequedódel todo confundido.Dudabade su propia identidady si sería élRipVanWinkleocualquierotrapersona.Enmediodesuextravío,elhombredelsombrerodetrespicoslepreguntóquiéneraycómosellamaba.

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—¡Sólo Dios lo sabe!—exclamó, al cabo de su entendimiento.—¡Yo nosoyyomismo,soyalgunaotrapersona;noestoyallá,no;éseesalguienquesehametidodentrodemipiel.Yoerayomismoanoche,peromequedédormidoenlamontañayallímecambiaronmiescopetaymelohancambiadotodo.Yomismoestoycambiado,ynopuedodecirsiquieracuálesminombreniquiénsoy!—

Aestaspalabras loscircunstantescomenzaronacambiarentresímiradassignificativas,sacudiendolacabeza,guiñandolosojosygolpeándoselafrenteconlosdedos.Corriótambiénunmurmullosobrelaconvenienciadeasegurarelfusilyaunalviejopersonajeparaevitarquehicieraalgúndaño;antecuyasuposición el sabihondo caballero del sombrero de tres picos se retiró conmarcada precipitación. En tan críticomomento, una fresca y hermosa jovenavanzó entre lamultitud para echar una ojeada al hombre de la barba gris.Llevaba en sus brazos un rollizo chiquillo que asustado con el extranjerorompióallorar.

—¡Sht, Rip!—dijo la joven, calla, tontuelo; el viejo no te hará ningúndaño.—

El nombre del niño, el aire de la madre, la entonación de su voz, tododespertó en Rip Van Winkle un mundo de recuerdos.—¿Cómo os llamais,buenamujer?—preguntó.

—JudithGardenier.

—¿Elnombredevuestropadre?

—¡Ah,pobrehombre!LlamábaseRipVanWinkle,perohaceveinteañosque salió de casa con su fusil y jamás regresó ni hemos sabido de él desdeentonces.Superrovolviósoloa lacasa;ynadiepodríadecir simipadresematóosilosindiosselollevaron.Yoeraentoncesunachiquilla.—

Quedábale a Rip sólo una pregunta por hacer y la propuso con vozdesfallecida:

—¿Dóndeestávuestramadre?

—¡Oh!ellamuriópocodespués.SelerompióunaarteriaenunarranquedecóleraconunbuhonerodeNuevaInglaterra.—

Aquello era una gota de alivio, a su entender. El buen hombre no pudocontenerse por más tiempo. Cogió a su hija y al niño entre sus brazos,exclamando:

—¡Yo soy vuestro padre! ¡ElRipVanWinkle joven de otros tiempos, yahoraelviejoRipVanWinkle!¿NadiereconocealpobreRipVanWinkle?—

Todos quedaron atónitos, hasta que una viejecilla trémula atravesó la

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multitudyponiéndoselamanosobrelascejasleexaminópordebajoelrostroporunmomento,exclamandoenseguida:

—¡Seguro que esRipVanWinkle! ¡Elmismo, en cuerpo y alma! ¡Bienvenidoalpueblo,viejovecino!Decidnos,¿dóndehabéisestadometidoestoslargosveinteaños?—

ProntohuboreferidoRipsuhistoria,puesquelosveinteañostranscurridossereducíanparaélaunasolanoche.Losvecinoslemirabanconasombroalescucharla; algunos seguiñabanentre sí poniendo la lenguaen susmejillas;mientras el pomposo caballero del sombrero de tres picos—que regresó alcampodeaccióntanprontocomolaalarmahubopasado—sacudíalacabezarecogiendolasextremidadesdesuboca;sacudimientodubitativoquesehizoentoncesgeneralenlaasamblea.

Decidióse, sin embargo, consultar al viejo Péter Vánderdonk a quien seveía avanzar por la carretera. Era descendiente del historiador del mismonombrequeescribióunadelasprimerascrónicasdelaprovincia.Pétereraelmás antiguo de los habitantes de la aldea y muy versado en todos losacontecimientosmaravillosos y tradiciones del vecindario. Reconoció a RipVan Winkle inmediatamente y corroboró su relato de la manera mássatisfactoria. Aseguró a la asamblea que era un hecho establecido por suantepasadoelhistoriadorque lasmontañasKáatskill habíanestadopobladassiempre de seres extraños. Afirmábase igualmente que el gran HéndrickHudson, descubridor del río y de la comarca, celebraba allí una especie develada cada veinte años con toda la tripulación de la Half-Moon; siéndoledadoasíelrecorrerloslugaresdondeserealizaronsushazañasymantenerojoalerta sobreel ríoy lagranciudad llamadospor sunombre.Declaróquesupadre les había visto una vez vistiendo sus antiguos trajes holandeses yjugandoa losbolosenunacuevadelamontaña;yqueélmismohabíaoídounatardeelecodelasbolasresonandocomolejanasdetonacionesdetruenos.

Paraabreviar,lacompañíasedisolvióvolviendoalasuntomásimportantede la elección.LahijadeRip llevósele a su casa avivir conella; teníaunalinda casita bien amueblada, y por marido a un fornido y jovial granjero aquien recordaba Rip como uno de los pilluelos que acostumbrabanencaramarseensusespaldas.EncuantoalhijoyherederodeRip—lacopiadesupadrequeaparecióreclinadocontraelárbol—estabaempleadocomomozode la granja; pero mostraba una disposición hereditaria para atender acualquieraotracosadepreferenciaasulabor.

Rip reasumió entonces sus antiguos hábitos y correrías; encontró prontomuchos de sus contemporáneos, aunque bastante averiados por los estragosdeltiempo;prefiriendoentablaramistadesentrelanuevageneracióndelacualapocollegóaserelfavorito.

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No teniendoocupación en la casa y habiendo alcanzado la edad feliz enqueelhombrepuedeserholgazánimpunemente,ocupódenuevosulugarenel banco a la puerta del mesón, donde era reverenciado como uno de lospatriarcas de la aldea y como crónica viviente de la época “anterior a laguerra.”Transcurrió algún tiempo antes de que se pusiera al corriente de lachismografía del vecindario o llegara a comprender los extrañosacontecimientosquesehabíandesarrolladodurantesusueño: laguerradelarevolución,cómoarrojóelpaíselyugodelaviejaInglaterra,ycómoeraqueen vez de ser vasallo de su majestad Jorge III, se había convertido enciudadano libre de losEstadosUnidos.En realidad,Rip no era político: lastransicionesdeestadoseimperioshacíanlemuypocamella;peroexistíaciertaclasededespotismobajoelcualhabíagemidolargotiempo:elgobiernodelasfaldas. Felizmente aquello había terminado; había escapado al yugomatrimonial y podía ir y venir por todas partes sin temor a la tiranía de laseñoraVanWinkle.Cadavezquesemencionabaestenombre, sinembargo,Rip sacudía la cabeza, encogía loshombrosy levantaba losojos al cielo, locualpodíatomarsetantocomoexpresiónderesignaciónasusuertecomodealegríaporsuliberación.

AcostumbrabareferirsuhistoriaatodoslosextranjerosquesehospedabanenelhoteldeMr.Dóolittle.Pudonotarsealprincipioque larelacióndiferíacada vez en varios puntos, lo que se debía indudablemente a su recientedespertar.Peroalfinsefijóexactamenteenlaformaqueacaboderelatar,ynohabía hombre, mujer o niño en todo el vecindario que no se la supiera dememoria.AlgunosafectabansiempredudardesuveracidadinsistiendoenqueRip no había estado en sus cabales, y que respecto de este punto siempredesvariaba.Losviejosholandeses,sinembargo, ledabancasiunánimementeplenocrédito.AunhoynopuedenoírlastempestadesdetruenosqueestallanciertastardesdeveranoenlosalrededoresdelasmontañasKáatskill,sindecirqueHéndrickHudsonysutripulaciónestánjugandosupartidadebolos;yeseldeseogeneraldelosmaridosdelpueblomaltratadosporsumujer,cuandolavidalesresultamuypesada,obteneralgunostragosdelfrascobienhechordeRipVanWinkle.

NOTA

PodríasospecharsequeelcuentoqueantecedehubierasidoinspiradoaMr.Kníckerbocker por una pequeña superstición alemana acerca del emperadorFedericoderRóthbartylamontañaKypphaüser.Lanotaadjunta,sinembargo,que escribió como apéndice a este cuento, demuestra que es un hechoabsolutamenteverídico,narradoconsuhabitualfidelidad:

“LahistoriadeRipVanWinklepareceráincreíbleamuchaspersonas;mas,apesardetodo,ledoyenterocréditoporqueséquelosalrededoresdenuestraviejas colonias holandesas han sido teatro demuchos sucesos y apariciones

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maravillosas. Verdaderamente, he oído en las ciudades de las riberas delHudson historias más inverosímiles que la presente, las cuales estabandemasiado bien autorizadas para permitirse alimentar la menor duda. Yomismo he hablado varias veces con Rip VanWinkle, quien era un hombreanciano y venerable la última vez que le vi, y tan perfectamente racional ylógico, desde todo punto de vista, que no creo que ninguna persona deconcienciarehusaradarcréditoasuhistoria;hevistotambiénuncertificadoalrespectootorgadoanteeltribunaldelacomarcayfirmadoconunacruzdelapropiamanodel juez.Deconsiguiente lahistoria seencuentra fuerade todaposibilidaddeduda.

“D.K.”

POSTSCRIPTUM

Las siguientes notas se han tomado de unmemorándumde viaje deMr.Kníckerbocker:

El Káatsberg, o montañas Káatskill, han sido siempre una región deleyenda. Los indios las consideraban como la mansión de los espíritus quedominaban el tiempo lanzando nubes o rayos de sol sobre el horizonte yprocurando buenas o malas estaciones de caza. Estaban dirigidos por elespíritudeunavieja indiaquesesuponíaser lamadreyhabitabaenelpicomás elevado de lasmontañasKáatskill. Corría a cargo de las puertas día ynocheparaabrirlasycerrarlasalahoraconveniente.Colgabalaslunasnuevasen el firmamento y recortaba las viejas para hacer estrellas. En tiempos desequíapodíaobtenerse,conadecuadapropiciación,quehilaraligerasnubesdeverano,formadasdetelarañasyrocíodelamañana,ylasenviaraaflotarenelaire copo a copo desde la cresta de la montaña, como vedijas de algodóncardado; hasta que disueltas por el calor del sol caían en lluvia deliciosaprovocandoelbrotedelahierba,lamadurezdelosfrutosyelcrecimientodelas mieses a razón de una pulgada por hora. Si, en cambio, se encontrabadisgustada, aglomeraba nubes negras como tinta, colocándose en el centrocomo una araña ventruda en medio de su tela; y cuando aquellas nubesestallaban¡quédecalamidadessucedíanseenelvalle!

Antiguamente, afirmaban las tradiciones indias, existía una especie deMánitou o espíritu que habitaba las regiones más salvajes de las montañasKáatskillyexperimentabaunmalvadoplacerenprocurartodaclasedemalesyvejacionesaloshombresrojos.Algunasvecesasumíalaformadeoso,gamoopanteraparaarrastraralextraviadocazadoraunafatigosa jornadaa travésde bosques intrincados y ásperas rocas, y desaparecer entonces lanzando unfuerte ¡ho! ¡ho! dejando al despavorido cazador al borde de un escarpadoabismoodeuntorrentedevastador.

AunsemuestralaresidenciafavoritadeesteMánitou.Esunarocaorisco

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enormeenlapartemásagrestedelamontañayseconoceconelnombredeGarden Rock (Roca florida) a causa de las frescas vides que trepanabrazándola,ydelasfloressilvestresqueabundanasualrededor.Asuspiesyace un pequeño lago, asilo del solitario alcaraván y poblado de serpientesacuáticas que toman el sol en las hojas de los nenúfares que duermen en lasuperficie.Ellugareratenidoengranveneraciónporlosindios,hastaelpuntoqueni elmás atrevido cazadorhabríaosadoperseguir la piezadentrode surecinto. Cierto día, sin embargo, un cazador extraviado penetró en GardenRock y pudo observar gran número de calabazas colgando de las ramasahorquilladasdelosárboles.Cogióunadeellasytratódehurtarla;peroensuprisaporhuir ladejócaerentre las rocas,dedondebrotóun torrenteque learrebatóyarrastróaprofundosabismosencuyofondoquedódestrozadoporcompleto. El torrente siguió su curso hasta el Hudson y continúa corriendohastaeldía;siendoelmismoarroyoconocidohoyporelnombredeKaaters-kill.

LALEYENDADELVALLEENCANTADO

ENCONTRADAENTRELOSPAPELESDELDIFUNTODÍEDRICHKNÍCKERBOCKER

Estierrabonancibledeextrañasfantasías,

Deensueñosqueseciernensobreojosentornados,

Yencantadoscastillosennubesfugitivas

Quesiempresecoloranencielosestivales.

—CastleofIndolence.

Enelfondodeunadeaquellasespaciosasensenadas,quetantoabundanenlas playas orientales del Hudson, y en un gran ensanchamiento del río,denominado Tappan Zee por los antiguos navegantes holandeses, dondeacortabanvelasprudentemente, invocando laproteccióndeSanNicolásparaatravesarlo, yacía una pequeña aldea o puerto rural que algunos llamanGréensburgh,peroqueesgeneralypropiamente conocidapor elnombredeTarry Town (Lugar de parada). Se dice que este nombre le fué dadoantiguamente por las buenas comadres del pueblo vecino, conmotivo de lainveterada costumbre de susmaridos de estacionarse en las tabernas en losdías de mercado. Sea de ello lo que fuere, yo no garantizo el hecho sinosimplementeloconsignoenmideseodeserprecisoyauténtico.Nomuylejosdelpueblo,quizáadosmillasmásomenos,existeundiminutovalleomásbienunreplieguedelterrenoentrealtascolinas,queesunodelossitiosmás

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tranquilosen todoeluniverso.Unpequeñoarroyo loatraviesa,deslizándosecon suavemurmullo que invita al reposo; siendo el reclamo eventual de lacodornizo el golpeteodel pájaro carpintero losúnicos ruidosque turbandevezencuandolatranquilidadestáticadeaquelparaje.

Recuerdo que mi primera hazaña en la caza de ardillas, cuando yo eratodavía un mozalbete, tuvo lugar en un bosquecillo de altos nogales quesombrean un lado del valle. Vagaba por allí al mediodía, hora en que lanaturalezaestáparticularmente tranquila,yme sobrecogí al estruendodemipropiaescopeta,prolongadoyrepercutidoporelindignadoeco,rompiendoelsosegado silencio de los alrededores. Si alguna vez anhelara yo un pacíficoretirodondehuirdelmundoydesusdistraccionesysoñarentranquilaquietudtodoelrestodeunaagitadaexistencia,nadaresponderíamejoratalpropósitoqueesteescondidovallecito.

Acausadelaindolentetranquilidaddellugarydelcarácterpeculiardesushabitantes, que descienden de los originarios colonos holandeses, aquellarecónditacañadaeraconocidahacemuchotiempoporelnombredeVALLEENCANTADO,ylosrústicosmozosdelvecindariosonconocidosentodoelpaíscircunvecinocomoloszagalesdelvalleencantado.

Unaletárgicaysoñadorainfluenciaparecepesarsobretodalacomarcayprevalecerensuambiente.Algunosafirmanqueellugarfuéhechizadoenlosprimerosdíasde la colonizaciónporun ilustredoctor alemán;otros,queunviejo jefe indio, el profeta o adivino de la tribu, celebraba allí sus conjurosantesdeldescubrimientodeaquellaregiónporMasterHéndrickHudson.Locierto es que el lugar continúa bajo el dominio de algún encantador quemantienehechizadalamentedeaquellasbuenasgentes,haciéndolasvivirenplenafantasía.Sondadasatodaclasedecreenciasmaravillosas;estánsujetasaéxtasisyvisiones,ycontinuamentevenextrañasaparicionesyoyenmúsicasy voces por los aires. El vecindario abunda en cuentos locales, en lugaresfrecuentados por espectros y en supersticiones sombrías. Las estrellasvoladoras y los brillantes meteoros cruzan aquel valle más a menudo quecualquieraotracomarca;yeldemoniodelapesadilla,consusnuevesecuaces,parecehaberhechodelpaíselescenariofavoritodesuscabriolas.

Sinembargo,elespíritudominanteenestahechizadaregión,yqueparecesereljefesupremodetodaslaspotenciasdelaire,eselfantasmadeunjinetesincabeza.AlgunosopinanqueeselespectrodeunsoldadodecaballeríadeHesse, cuya cabeza fué arrebatada por una bala de cañón en alguna batalladesconocidadelaguerradelarevolución,yaquienpuedensorprenderdevezen cuando los naturales del pueblo galopando en la obscuridad de la nochecomo llevado en alas de los vientos. Sus apariciones no se limitan al valle,sino que se extienden a veces hasta las carreteras adyacentes y se repitenparticularmente en las cercanías de una iglesia situada a corta distancia. En

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efecto, algunos de los historiadores más auténticos de la comarca, que hanrecogidoyasociadolasversionesflotantesconrespectoaesteespectro,aleganque por haber sido enterrado el cuerpo del soldado en el cementerio de laiglesia,rondaelfantasmaporlasnochesellugardelabatallaenbuscadesucabeza;atribuyéndoselavelocidadconqueatraviesaamenudolahondonadaalaprisaquetieneporllegaralcementerioantesdelamanecer,conmotivodehaberseretardadomásdelopermitidoensuspesquisasnocturnas.

Tal es la interpretación general de esta legendaria superstición que haprocurado tema para muchas historias descabelladas en aquella región deaparecidos;siendoconocidoelespectroentodosloshogaresporelnombredeEljinetesincabezadelvalleencantado.

Esdignodenotarsequelapropensiónvisionariadequehehabladonoselimita solamente a los naturales de la comarca, sino que se la asimilainconscientemente todo aquel que reside allí por algún tiempo. Por másdespierta que haya sido una persona antes de penetrar en la región de lossueños,esseguroqueseapropiaráenpocotiempolainfluenciaencantadadelambiente,volviéndosefantástica,fingiendoquimerasyviendoaparecidos.

Mencionocontodoelogioestepacíficoretiro,puesqueenestosapartadosrinconesholandeses,escondidosacáyalláenelgranestadodeNuevaYork,seconservan las antiguas costumbres, población y hábitos, mientras los barreinadvertidosenotroslugareselimpetuosotorrentedeinmigraciónyprogresoque provoca incesantes cambios en la agitada vida de la nación. Son comoaquellasfajasdeaguatranquilaquebordeanalgúntumultuosoarroyo,dondepermanecenquietamenteal anclaburbujasypajasmeciéndosecon suavidadensuimprovisadopuertosinsermolestadasporelflujodelacorriente.Auncuandohantranscurridomuchosañosdesdequemedesprendídelasletárgicassombrasdelvalleencantado,mepreguntosi encontraría todavía losmismosárbolesylasmismasfamiliasvegetandoensuabrigadoseno.

En este recóndito paraje de la naturaleza vivía, en época remota de lahistoriaamericana,esdecirharáunostreintaaños,unadignacriaturallamadaÍchabodCrane,queresidíao“paraba”allí,comoéldecía,conelpropósitodeinstruir a los niños del vecindario. Era natural de Connécticut, estado queprocuraalaUniónexploradorestantodelasselvascomodelpensamiento,yreparte todos los años legiones de hombres de sus bosques fronterizos ylegionesdemaestrosdeescueladesuscomarcas.ElnombredeCrane(grulla)noestabaendesacuerdoconsupersona.Eraaltoyexcesivamenteflaco,conhombrosestrechos,largosbrazosylargaspiernas,manosquesobresalíanunamilla de sus mangas, pies que podían servir de palas, y toda una figuracolgantequeparecíamantenerseunidacondificultad.Sucabezaerapequeñaychataenlapartesuperior,congrandesorejas,grandesojosverdesyvidriososy larga nariz agachadiza; de manera que semejaba un gallo de campanario

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encaramado en su cuello de huso para indicar de qué lado iba a soplar elviento.Al verle, enundíaventoso, dando zancadaspor el flancode algunacolina,consusvestidoscolgantesyflotandoentornosuyo,selehabríacreídoelgeniodelhambredescendiendosobrelatierra,oalgúnespantajohurtadodecualquiercampodetrigo.

Laescuelaeraunedificiobajo,deunasolapieza,construídorústicamentecontablones;lasventanasenpartesteníanvidriosyenotras,parchesdehojasde cuadernos viejos. En las horas vacantes se aseguraba de manera muyingeniosa por medio de un mimbre retorcido en la aldaba de la puerta, yestacas colocadas contra las persianas de las ventanas—idea sugeridaindudablemente al arquitectopor elmisteriode las trampasde anguilas—demanera que, si bien los ladrones podían penetrar con perfecta facilidad,encontrarían posiblemente alguna dificultad para salir. La escuelaencontrábaseaisladahastaciertopunto,peroenagradablesituación,alpiedeuna frondosa colina, con un arroyo deslizándose en las cercanías y un granabedul sombreandounade susesquinas.Desdeallípodíaescucharse, en lossoñolientosdíasdeverano,elmurmullodelasvocesdelosalumnossemejanteal zumbido de una colmena, interrumpido de cuando en cuando por laautoritariavozdelmaestroyaentonodeamenazaodemandato;oporacaso,elrumorpavorosodelabedulcomoaguijoneandoaalgúnholgazánnegligenteenlafloridasendadelaciencia.Adecirverdad,ÍchabodCraneeraunhombrede conciencia que tenía siempre presente lamáxima de oro: “Escatimar losazotes es malograr al discípulo.” Y seguramente con Íchabod Crane no semalograbanlosdiscípulos.

Nodebededucirsedeaquí,sinembargo,quefueseunodeaquelloscruelespotentados de la escuela que se gozan en la aflicción de sus vasallos; alcontrario, administraba justicia más bien con método que con severidad,aliviando la carga de los hombros del más débil y poniéndola sobre lasespaldas del más fuerte. Al chiquillo esmirriado que retrocedía al menorpreludiodeazotes,seleadministrabanconindulgencia;perolosfuerosdelajusticia quedaban incólumes infligiendo doble ración al robusto y obstinadorapazueloholandés,deampliasposaderas,queseenfurruñabayensoberbecíaysevolvíamástozudoyhoscobajoelabedul.Atodoestollamabaelmaestro“cumplir su deber para con los padres;” y jamás se dió el caso de queadministrarauncastigosinquelesiguieralaadvertencia,muyconsoladorasinduda para el adolorido mozalbete, de que “recordaría toda su vida y lequedaríasiempregratoporloqueahorahacíaensuobsequio.”

Fueradelashorasdeclaseeraelcamaradaycompañerodejuegosdelosmuchachosmayores;yenlastardesdelosdíasfestivossolíaacompañarasucasaaalgunosdelosmáspequeños,siemprequetuvieranlindashermanasobuenas amas de casa por madres, lo que se dejaba notar en seguida por el

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regalodelasalacenas.Enrealidad,leconveníaestarenbuenostérminosconsusdiscípulos.Larentaqueproducíalaescuelaerapequeñayhabríabastadoapenasparasudiariasubsistenciaporqueeraungranglotóny,aunqueflaco,teníaelpoderdedilatacióndeunaboa;masparaayudarasusostenimientosealojabaycomía,siguiendolacostumbredellugar,encasadelosgranjerosacuyoshijosenseñaba.Turnábaseporsemanasencasadetodosellos,dandoasílavueltaalvecindarioyllevandotodoloqueposeíaenelmundoatadoenunpañuelodealgodón.

Paraqueestesistemanoresultarademasiadoonerosoparalabolsadesusrústicos patrones, siempre prontos a considerar pesada carga cualquierapensión de la escuela y a juzgar a los maestros solamente como unoszánganos, tenía Íchabod variosmodos de hacerse a la vez útil y agradable.Ayudabaalosgranjerosdevezencuandoenlaslaboresligerasdelaalquería,tomabaparte en la preparacióndel heno, componía los cercos, abrevaba loscaballos, traía a las vacas del pasto y cortaba leña para combustible en elinvierno.Despojábase asimismo de toda la dignidad autócrata y despotismoabsoluto con que reinaba en su pequeño imperio, la escuela, y se volvíaadmirablemente gentil e insinuante. Atraíase a las madres mimando a loschicos, particularmente a losmás pequeños; y, semejante al león audaz queacariciabaantiguamentealcorderocontantamagnanimidad,solíasentarseconunchicoen las rodillasmientrasmecíaconelpie lacunadeotroporvariashoras.

Ademásdesusdiversashabilidades,eraelmaestrocantordelvecindarioycosechabamuchosbrillanteschelinesporenseñarlasalmodiaalosmozosdellugar.Noeraunadesusmenores satisfacciones instalarse losdomingosconungrupodecantoresescogidos,enelcentrodelatribunadelaiglesiadonde,asuentender,arrebatabacompletamentelapalmaalviejocapellán.Lociertoes que su voz resonaba sobre todas las de la congregación; y aun hoy seescuchanenaquellaiglesiagorgoritosquesedicenlegítimosdescendientesdela nariz de ÍchabodCrane, y que pueden oírse amediamilla, hasta el ladoopuestodelaalberca,enlastranquilasmañanasdeldomingo.Así,pormediodesuspequeñosardidesydelaingeniosamanerallamadavulgarmente“echarde mangas,” el digno pedagogo hacía su vida tolerable, mientras todosaquellosquenocomprendenunapalabradeltrabajomental,juzgabanquesepasabaunaexistenciamaravillosamenteenvidiable.

El maestro de escuela es generalmente una figura importante entre elcírculofemeninodeunacomunidadrural,dondese leconsideraunaespeciedecaballerodesocupado,demuchogustoytalentomuysuperiora todoslosburdos zagales de la comarca, y solamente inferior al párroco enconocimientos. Por consiguiente, su presencia causa siempre cierta emociónenlasmesasdetédelasgranjas,provocandoamenudolaadicióndealgunos

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dulces y pastas y aun, en ocasiones, la exhibiciónde alguna tetera de plata.Nuestroletradosentíasetambiénespecialmentefelizconlassonrisasdetodaslas damiselas campesinas. ¡Con cuánto gozo discurrían entre ellas losdomingos en el cementerio de la iglesia, después del servicio religioso,cogiendo los racimos de las vides silvestres que cubrían los árboles de lascercanías,descifrandoparadistraerlas losepitafiosde las tumbas,ovagandocontodalacompañíaporlaorilladelarepresadelmolinoadyacente,mientraslosencogidospatanesdellugarseguíantímidamentepordetrás,envidiandolasuperioridaddesutalentoyelegancia!

Aconsecuenciadesuerrantevidaera tambiénunagacetaambulantequellevabadecasaencasatodosloslíosdelachismografíalocal,porloquesupresencia se acogía siempre con satisfacción.Era, además, estimado por lasmujeres a causade su erudición, pueshabía leídovarios libros casi hasta elfinalyconocíaafondolaHistoryofNewEnglandWitchcraft(HistoriadelabrujeríaenNuevaInglaterra),porCottonMáther,enlaque,diremosdepaso,creíafirmeyardientemente.

Íchabod Crane poseía en realidad una extraña mezcla de sagacidadlimitadaypuerilcredulidad.Suaficiónporlomaravillosoysufacilidadparadigerirlo eran igualmente extraordinarias, habiendo alcanzado mayoresproporcionesconsuestadíaenaquellaencantadaregión.Ningunaleyendaerademasiado monstruosa o inverosímil para su capacidad de absorción.Deleitábaseamenudo,despuésdecerrarlaescuelaporlastardes,entenderseenelmullidolechodetrébolquebordeabaelpequeñoarroyoquemurmurabaenlascercanías,yleerloshorrendosyantiguoscuentosdeMátherhastaquela obscuridad creciente de la tarde convertía los caracteres impresos en laspáginas en sombras indecisas delante de sus ojos.Entonces, continuando sucaminoatravésdepantanosymedrosasarboledashacialaalqueríadondesehospedaba en aquelmomento, turbábase su excitada imaginación con todoslos ruidos de la naturaleza en aquella hora misteriosa: el lamento de lachotacabrasdesdelosflancosdelacolina,elgritoagorerodelaranaarbóreaanunciando la tempestad, el medroso alarido de la lechuza y el repentinorumor del follaje al roce de los pájaros sorprendidos en su asilo. Lasluciérnagas, que brillaban conmayor intensidad en los sitiosmás obscuros,asustábanletambiéndevezencuandoalcruzarinopinadamentealgunadelasmás lucientes su camino; y si por casualidad cualquier enorme escarabajoaturdidoveníabamboleándoseendesatinadovueloensudirección,elpobrecamastrónestabaapuntoderendirelánimaimaginandoquehabíasidoheridopor algún maleficio. Su único recurso en tales ocasiones para distraer suspensamientos o alejar los malos espíritus era entonar salmos; y las buenasgentes del valle encantado, sentadas al ocaso a las puertas de sus casas,llenábanseavecesdepavorescuchandosumelodíanasal“brotandoenlargoseslabonesdedulzura,”yextendiéndosedesdeladistantecolinaoalolargode

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lapolvorientacarretera.

Otrafuentedemedrosoplacerconsistíaparaélenpasarlaslargasnochesde invierno en compañía de las mujeres que hilaban en torno del fuegoescuchando,mientras sartas demanzanas se asaban y chisporroteaban en elhogar, sus maravillosas historias de duendes y aparecidos, de campos yarroyos encantados, y de casas y puentes poseídos; y particularmente laleyendadeljinetesincabezaosoldadogalopantedelvalleencantado,comolellamabanaveces.Deleitábalasporsuparteconlasanécdotasdebrujeríaydepavorosos augurios y apariciones portentosas y ruidos en los aires, queacontecían en los antiguos tiempos deConnécticut; y llenábalas de angustiacondiversasconsideracionessobreloscometasyestrellaserrantes,asícomosobreelhechoalarmantedequeelmundogirabaabsolutamenteenredondoyqueestabanprecisamenteamediocaminodelavoltereta.

Pero si existía algún placer en tales conversaciones mientras seencontraban abrigados y protegidos en el rincón de la chimenea, en unahabitación vivamente alumbrada por el resplandor de los crujientes leños ydondeningúnespectrosehubieraatrevidoporciertoaasomarlafaz,estegocesepagabacaramenteconlossubsiguientesterroresdelcaminoderegresoalosrespectivos hogares. ¡Qué figuras y sombras más horrendas a lo largo delsendero,entrelabrumaybrillosepulcraldeunanochedenevada!¡ConquéanhelantemiradaexaminabaÍchabodcadarayotemblorosodeluzbrillandoatravésdelvastocampodesdealgunadistanteventana!¡Cuánfrecuentementesintióse atemorizado ante cualquier arbusto cubierto de nieve que, cualfantasmarevestidodeunasábana,parecíaespiarsucamino!¡Cuántasvecesseestremeciódeheladopavor al sonidode sus propios pasos en la endurecidacortezadelatierra,sinatreversesiquieraamirarporencimadelhombroportemordeencontrarseconalgúnserextraordinariomarchandopesadamenteasustalones!¡Ycuánamenudosesintiódesfallecerdeltodoalrumordeunaráfagadevientogimiendoentrelosárboles,conlaideadequeeraelsoldadodecaballeríagalopandoenunadesusexcursionesnocturnas!

Noeran,sinembargo,másquesimplesterroresdelanoche,fantasmasdelamentedelquecaminaenlaobscuridad;yauncuandoÍchabodhabíavistomuchosespectrosendiversasocasionesyhabíasidomásdeunavezacechadoendiferentes formasporSatánensussolitariosvagares, la luzdeldíaponíasiempre fin a estas alucinaciones; y habría disfrutado con todo una dichosaexistencia,adespechodeldiabloydesusobras,sinosehubieracruzadoensucamino el ser que causa a losmortales perplejidadesmayores que todos losespectros,duendesylarazaenteradelosbrujosreunidos;estoes:unamujer.

Entre los discípulos demúsica que se reuníanunavezpor semana en lanochepararecibirsusleccionesdesalmodia,encontrábaseKatrinaVanTássel,hija única de un rico granjero holandés. Era un delicioso pimpollo de

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dieciochoaños, regordeta comounaperdiz, sabrosa, suaveydemejillas tanrosadas comouno de losmelocotones de su padre; y de fama universal, nosóloporsubellezasinoporsusvastasexpectativasenelporvenir.Conesto,era un poquitillo coqueta como podía deducirse de su manera de vestir,combinaciónde lamodaantiguaymodernaen la formamásapropiadapararealzarsusencantos.UsabalosmismosadornosdeoroamarillopuroquesutatarabuelatrajeradeSaardam;eltentadorpetoyunaprovocativafaldacortaquepermitíaadmirarelmáslindopieytobilloqueselucíanentodalaregióncircunvecina.

ÍchabodCraneteníauncorazónblandoydecididoporelbellosexo;porlocual nodebemaravillar quebocado tan exquisito encontraragracia ante susojos,sobretododespuésdehaberestadodevisitaenlacasapaterna.ElviejoBaltusVanTásseleralaencarnaciónperfectadelgranjeropróspero,felizydecorazónabierto.Esverdadque raravez traspasabansus ideaso susmiradasmás allá de los linderos de su granja; pero dentro de ellos todo era dicha,holguraycomodidad.Vivíasatisfechoperonoorgullosodesuprosperidad;yteníamásagalalaabundanciasencillaqueelestilorebuscadoensumaneradevivir.Susdominiosestabansituadossobre lasriberasdelHudson,enunodeaquellosverdes,abrigadosy fértiles rinconesenque tantogustaanidara losagricultores holandeses. Un gran olmo extendía sus anchas ramas sobre lacasa,yasuspiesbrotabaunafuentedeaguadulceycristalinaenunpequeñomanantial formadoporunbarril,dedondeseescapabacentelleandoentreelcéspedhastareunirsealarroyuelovecinoquemurmurababajolosalisosylossaucesenanos.Cercadelacasahabíaunavastatrojequepodíahaberservidode iglesia; sus ventanas y hendeduras parecían a punto de estallar con lostesorosde lagranja;oíase resonardentrodíaynocheel atareadomayal; lasgolondrinas y vencejos deslizábanse gorjeando bajo los aleros; mientrashilerasdepalomas,algunasconunojovueltohaciaarribacomoparaexaminarel tiempo, otras con la cabeza bajo el ala o enterrada entre el pecho, otrashinchándose,arrullandoohaciendolaruedaasusdamas,tomabanelsoldesdeeltejado.Cerdosbruñidosypesadosgruñíanenelreposoyabundanciadesuschiqueros, de donde asomaban las narices aquí y allá, como absorbiendo elaire, manadas de cachorros. Un majestuoso escuadrón de nevados gansosnadaba en el cercano estanque, escoltando flotillas enteras de patos;regimientosdepavoscloqueabanporlagranja,mientraslasgallinasdeGuineaprotestabandetalatrevimientoconsumalhumoradoydiscordantegrito,comogruñonas amas de casa. Delante de la puerta de la troje pavoneábase elarrogante gallo, modelo de maridos, de guerreros y gentileshombres,sacudiendo sus brillantes alas y cantando toda la alegría y el orgullo de sucorazón; escarbando a veces la tierra con las patas y llamando despuésgenerosamenteasusiemprehambrienta familiademujeresychiquillosparaquesaborearanelricobocadoquehabíadescubierto.

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Volvíaseagualabocadelpedagogoalcontemplarlasmagníficaspromesasde suculenta mesa para el invierno. En su devoradora visión aparecían loslechoncillosrellenoscorriendoasualrededorconunamanzanaenelhocico;lospichonesvoluptuosamenteacostadosenapetitosopastelyarrebozadosensu dorada corteza; los gansos nadando en su propia salsa; y los patosagradablemente instalados por parejas en las fuentes, como amorososcónyuges,conunadecenteprovisióndesalsadecebollas.Enlospuercosveíaseñalarselasrayasdelfuturoyrelucientetocino,yeljugosoydelicadojamón;no había un solo pavo al que no adivinara deliciosamente trufado, con lamolleja bajo el ala y algunas veces con un collar de sabrosas salchichas; yhasta los bizarrosmonarcas del corral yacían tendidos sobre el lomo, comoplatodeentrada,conlasgarraslevantadascomoimplorandoelcuartelquesucaballerescoespíritudesdeñarademandarenvida.

AlmismotiempoqueelextasiadoÍchabodfantaseabatodoestoalrodarlamiradadesusverdesojossobrelospingüesprados,losricoscamposdetrigo,decenteno,detrigosarracenoymaíz,comosobrelosárbolescediendoalpesodelosrubiosfrutosenlashuertasquerodeabanlapropiedaddeVanTássel,sucorazónsuspirabaporladamiselaqueheredaríaestosdominios,ycaldeábasesu imaginación a la idea de cuán fácilmente podrían convertirse en platacontantequeasuvezseinvertiríaeninmensasposesionesdeterrenoyermoypalaciosderipiaeneldesierto.Nosedeteníaallísuardientefantasíasinoque,realizando sus esperanzas, le presentaba a la graciosaKatrina con toda unalargaproledechiquillos, sentadaen loaltodeuncarrocargadodebaratijascaseras,conpotesymarmitasdanzandoenlaparteinferior;yélmismoveíasemontandoahorcajadasunapacíficayeguaconunpotrilloalazaga,caminodeKentucky,TennesseeoDiossabequérumbo.

Cuandoentróenlacasa,sucorazónquedóconquistadoporcompleto.Erauna de aquellas espaciosas granjas de altos caballetes y tejados de bajodeclive,construídasalestilotransmitidoporlosprimeroscolonosholandeses;proyectándose hacia adelante los bajos aleros hasta formar un corredorfronterizocapazdecerrarseporcompletoenelmaltiempo.Debajocolgabanmayales, arneses, instrumentos de labranza y redes para pescar en la riberacercana. En todo el largo de los costados había bancos para el tiempo deverano; una gran rueda de hilar a unode los extremos y unamantequera alotro lado,mostraban los diversos usos a que este importante pórtico estabadestinado.DelcorredorpasóelembelesadoÍchabodalasalaqueformabaelcentro del edificio y era el sitio habitual de residencia. Allí, hileras deresplandeciente vajilla, colocada en un gran aparador, deslumbraron susmiradas.Enunrincónhabíaunenormesacodelanalistaparahilarse;enotro,una cantidadde linoy lana acabadade llegardel telar;mazorcasdemaízycuerdasdemanzanasymelocotonessecospendíandelosmurosenatractivadecoración,mezcladosalfestivaldelosrojospimientos;mientrasunapuerta

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ligeramente entornadapermitía echarunaojeada al salónmás caracterizado,dondelassillasconsuspatasdegarrasylasmesasdecaobaobscurarelucíancomoespejos; losmorillosde lachimenea,consuscorrespondientespalasytenazas, resplandecían bajo su cubierta semejando cabezas de espárragos;arbustosyconchasdecorabanlarepisadelachimenea,sobrelacualveíansesuspendidashilerasdehuevosdediversoscolores;ungranhuevodeaveztruzcampeaba pendiente en el centro de la pieza; y un gran anaquel, abiertointencionadamente,desplegabainmensostesorosdeplataantiguayporcelanabienconservadadelaChina.

DesdeelmomentoenqueÍchabodreposósusmiradasenaquellasescenasdeleitosasdesapareciólapazdesuespíritu,ytodosuestudioconcentróseendescubrir la manera de ganar el afecto de la sin par hija de Van Tássel.Tropezaba, sin embargo, para esta empresa con dificultadesmayores de lasqueacostumbraravencerelenjambredecaballeroserrantesdeantañoquesólocombatíancongigantes,encantadores,fierosdragonesyotrosadversariosdeeste jaez, fácilesdedominar;viéndoseobligados solamente a abrirsepasoatravés de puertas de hierros y bronce, ymuros de adamanto, para llegar alcastillo encantadodonde sehallaba confinada ladamade suspensamientos;hazañastodasquerealizabantanfácilmentecomoquienabreunavíahastaelfondodeunpasteldeNavidad,encontrandoalcaboqueladamalesotorgabasu mano como cosa convenida con anterioridad. Íchabod, por el contrario,teníaqueganarelcorazóndeunacoquetadealdea,perdidoenunlaberintodecaprichos y extravagancias que ofrecían cada vez nuevas dificultades yestorbos;yhacerfrente,además,aunalegióndeadversariosdecarneyhueso,los rústicos y numerosos admiradores de Katrina, que sitiaban todos losaccesos a su corazón espiándose mutuamente con irritadas miradas, peroprontosaformarcausacomúnparaatacaracualquiernuevocompetidor.

Elmás formidable entre ellos era un jactancioso, turbulento y atronadorvalentónllamadoAbrahamoBromVanBruntsegúnlaabreviaturaholandesa,que se había hecho el héroe de la comarca por sus hazañas de fuerza ytemeridad. Tenía anchos hombros y macizas articulaciones, cabello corto,negroyrizado,yaspectorústicoperonodesagradable,conciertoairemezclade jovialidad y arrogancia. Por su figura hercúlea y sus potentesmiembroshabíamerecidoelsobrenombredeBromBones(Bromelhuesoso),porelcualseleconocíageneralmente.Teníafamadegrandesconocimientosydestrezaen la equitación, sintiéndose tan firme a caballo como un tártaro. Era elprimeroen todas lasapuestasypeleasdegallosy,conelascendienteque lafuerza física ejerce siempre en la vida rural, hacía de árbitro en todas lasdisputas,decidiendoporcualquieradelaspartesydictandosussentenciasconaireytonoquenoadmitíaréplicanicontradicción.Estabasiempreprontoparaun líooparauna juerga;perohabíamás travesuraquemala intenciónensutemperamentoy,enmediodetodasurudezaexterior,gastabaenelfondosus

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arranquesdebromaybuenhumor.Teníatresocuatrobuenoscamaradasquele tomaban como modelo y a la cabeza de los cuales recorría la comarcamezclándose en todas las contiendas y diversiones en muchas millas a laredonda.Enelinviernollevabasiemprecomodistintivoungorrodepielconairosaborlade colade zorro; y cuando lagente reunida en alguna fiestadealdeadivisabaaladistanciaelconocidopenachoagitándoseenmediodeunescuadrón de atrevidos jinetes, sabía ya que se preparaba una borrasca.Algunasvecesseoíapasarlabandaamedianochedelantedelasgranjas,enmediodegritosy exclamaciones comouna tropade cosacosdelDon; y lasviejasdamasarrancadasasusueñoacostumbrabanescucharporunmomentohastaqueelruidohubieracesadoyexclamabanentonces:“¡Ah!¡PorallíandaBrom Bones y su banda!” Los vecinos le miraban con mezcla de pavor,admiración y simpatía, y siempre que ocurría en el pueblo algún tremendoalboroto o cualquier extravagante locura, sacudían la cabeza y garantizabanqueBromBonesseencontrabaalfondodelasunto.

Hacía ya algún tiempo que este selvático héroe había hecho de ladeslumbradoraKatrinaelobjetodesusrudasgalanterías,yapesardequesusamorososmanejoseranalgosemejantesalasgentilescariciasyhalagosdeunoso, semurmurabaque la jovennodesalentaba susesperanzas.Lociertoesquesusavancesfueronlaseñalderetiradaparaloscandidatosrivalesquenosesentíaninclinadosairritaraunleónensusamores;demaneraque,cuandoundomingopor lanochepudoverse su caballo atadoen las caballerizasdeVanTássel,comomuestrainfalibledequesuamohallábasedentrocortejandoo “pretendiendo,” como se acostumbraba decir, todos los aspirantescontinuaronsucaminodesesperadosyfueronainiciarnuevaslidesporotrosbarrios.

TaleraelformidablerivalconquienÍchabodCranehabíadeluchary,todobienconsiderado,hombresmásfornidosqueélhabríantemidoalcompetidor,y losmás prudentes habrían desesperado. Pero en la naturaleza delmaestrohabíaunamezclafelizdemaleabilidadyperseverancia;enfigurayenespíritueraunmozobientemplado;flexible,perotenaz;doblegándosesinromperse;yauncuandoinclinabalacabezaalamenorpresión,apenaspasadoelmomentodifícil¡zas!erguíasedenuevoyllevabalafrentetanaltacomodecostumbre.

Habría sido ciertamente una locura combatir a campo abierto contrasemejante rival, hombre tan incapaz como el fogoso Aquiles, de sufrir lamenoroposicióna susamores, Íchabod,porconsiguiente,hacía susavancesdemaneramuysuaveeinsinuante.Socapademaestrodecantohacíavisitasfrecuentesalaalquería;sinqueestosignifique,deotrolado,quetuviesenadaquetemerdelaoficiosaintervencióndelafamiliaqueamenudorepresentaungrave escollo en la senda de los amantes. Balt Van Tássel era un hombrebuenoeindulgente;amabaasuhijamásaúnqueasupipa,yafuerdehombre

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razonableyexcelentepadre,dejábalahacersuvoluntaden todocuantose laantojase.Su arregladamujercita tenía demasiadoquehacer con atender a lacasaycuidardelasaves;yademás,comoobservabasabiamente,lospatosylos gansos son muy tontos y es preciso mirar por ellos, mientras que lasmuchachas pueden cuidarse por símismas.Así,mientras la atareada señorabullía por la casa o daba vueltas a la rueca en un extremo del corredor, elhonrado Balt sentábase a fumar su pipa al otro extremo, contemplando lasproezasdeunpequeñoguerrerodemaderaque,armadodeunaespadaencadamano, desafiaba al viento valientemente desde el pináculo del granero.EntretantoÍchaboddefendíasucausaconlahijabajoelgranolmoalladodela fuente o vagando por la granja hacia el crepúsculo, hora lamás propiciaparalaelocuenciaamatoria.

Nomepreciodesabercómosevenceyesvencidoelcorazóndelamujer.Paramíellashansidosiempreunenigmayunmotivodeadmiración.Algunasparecen tener solamente un punto vulnerable o puerta de acceso, mientrasotrastienenmillaresdeavenidasypuedencapturarsedemilmodosdiferentes.Esungrantriunfodelaestrategiaconquistaralasprimeras,perodemandaaunmayoresconocimientosenestacienciaconservarlaposesióndelassegundas,porque entonces el hombre tiene que librar batalla en todas las puertas yventanas para defender su fortaleza. Aquel que vence un corazón de milentradas tiene ciertamente derecho a algún renombre; pero el que conservadominio indisputable en el corazón de una coqueta es un héroe, en verdad.MasnoeraésteelcasoconeltemibleBromBones,puesdesdeelmomentoenqueÍchabodCraneiniciósusavances,declinaronevidentementelosinteresesdelprimero;noseveíayasucaballoatadoenlacaballerizalosdomingosporla noche, y una enemistad mortal desarrollóse gradualmente entre él y elpreceptordelvalleencantado.

Brom,consunaturalrudezacaballeresca,habríallevadodebuenaganalascosasacampoabiertoydefinidolaspretensionesdeambossobreladamaencombate singular, de acuerdo con la moda de los más concisos y simplesrazonadores, loscaballeroserrantesdeantaño;peroÍchabodteníademasiadaconcienciadelasuperioridadfísicadesuadversarioparaarriesgarsea justarcon él; había oído jactarse aBones de que “doblaría endos almaestro y leencerraríaenunode losanaquelesde laescuela;”yerademasiadoprudenteparadarleocasióndeponerloenpráctica.

Había algo extremadamente provocativo en su sistema de pacíficaobstinación, que no dejaba a Brom otra alternativa que acudir al fondo debellaquería que tenía siempre a su disposición y jugar a su rival pesadasbromas,Íchabodllegóaconvertirseenelobjetodeunafantásticapersecuciónde parte de Bones y sus zafios camaradas. Pillaban sus en otro tiempopacíficos dominios, llenaban de humo la sala de canto obstruyendo la

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chimenea,invadíanlaescueladurantelanocheadespechodelasatadurasdemimbresyestacasdelasventanasvolviéndolotododetravés,demaneraqueel pobre maestro comenzaba a creer que las brujas de todo el país secongregabanallíparacelebrarsussábados.Pero todavía lomás insoportableeraqueBromaprovechabatodaocasióndeponerleenridículodelantedesudama,yteníauncanalladeperroaquienhabíaenseñadoaaullardelamaneramás irritante y al cual presentaba como rival de Íchabod para enseñar aKatrinalasalmodia.

Enestaformamarcharonlosasuntosporalgúntiemposinproducirefectossensiblesenlarespectivasituacióndelospoderesbeligerantes.Unahermosatarde de otoño encontrábase Íchabodmuy pensativo, entronizado en el altoescabel desde donde dominaba generalmente todos los incidentes de supequeño reino de las letras. Balanceaba en sumano una férula, cetro de sudespótico poder; la varilla justiciera, terror constante de los malhechores,reposaba en tres clavos detrás del trono,mientras sobre el escritorio podíanversediversosartículosdecontrabandoyarmasprohibidas, comomanzanasmordidas, cerbatanas, perinolas, jaulas de moscas y legiones enteras deexuberantes gallitos de papel, decomisados sobre la persona de aquellosholgazanesbribonzuelos.A todas luces,había tenido lugarhacíapocoalgúntremebundo acto de justicia, porque los escolares estaban intensamenteatareadosconsuslibrosocuchicheabantrasellosahurtadillasconojoavizorsobreelmaestro;yunaespeciedelatentezumbidoreinabaentodalasaladeclase. Bruscamente el silencio se interrumpió con la aparición de un negro,vestidodechaquetaycalzóndecáñamo,conunfragmentoredondodecopade sombrero semejando el gorro de Mercurio, y montado en un potroesmirriado, salvaje y cojitranco, al que manejaba con una soga a guisa deronzal.SepresentóalborotandoalapuertadelaescuelaytrayendoaÍchabodunainvitaciónparaunafiestacampestreo“quiltingfrolic”que tendría lugaraquellanochedondelosVanTássels;ydespuésdedeclamarsumensajeconelaire de importancia y el esfuerzo por expresarse en lenguaje fino que losnegrosson tandadosadesplegarenpequeñasembajadasdeestaclase,saltósobre su rocinante y desapareció por la hondonada con toda la prisaceremoniosaquerequeríasumisión.

Todo era ahora bullicio y aturdimiento en la poco ha tranquila sala declase. Los muchachos pasaron sus lecciones al escape sin detenerse enbagatelas; los más vivos escamotearon la mitad impunemente; los tardíosrecibierondevezencuandoalgunaeficazaplicaciónenlaparteposteriorparaaguijonear su inteligencia y ayudarles a encontrar cualquier palabra difícil.Arrojáronse los libros a un lado sin preocuparse de ordenarlos en losanaqueles; volteáronse los tinteros, cayeron las bancas, y la escuela quedódesierta una hora antes de lo acostumbrado, dejando escapar una legión dediablillos que chillaban y alborotaban entre el verdor en la alegría de su

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tempranaemancipación.

ElgalanteÍchaboddedicóporlomenosmediahoramásdeloordinarioasu tocador, acepillando y puliendo sumejor y a decir verdad único vestidonegrodesteñido,yarreglandosusguedejasconayudadeun trozodeespejocolgadoenunadelasparedesdelaescuela.Parapresentarseantesudamaenverdaderoestilocaballeresco,pidióprestadouncorcelalgranjeroencuyacasasealojabaporentonces,unviejoholandésgruñónllamadoHansVanRípper,yasí, bizarramente montado, salió como un caballero errante en busca deaventuras.Mas tratándosedeunahistoria romántica,necesitoconsignaraquísiquieraensomeraformaelaspectoyequipodemihéroeydesucabalgadura.Montabaunaveriadocaballodearadoquehabíadejadotrassítodoenlavidamenossusdefectos.Eraflacoypeludo,conpescuezodeovejaycabezaqueparecíaunmartillo; susamarillentascrinesycolaestaban todasenredadasyllenasdenudosdecadillos;unodesusojoshabíaperdidolapupilayaparecíavidriosoyespectral,mientraselotroteníareflejosgenuinamentediabólicos.Ajuzgarporsunombre,Gunpowder(Pólvora),debíahabertenidomuchofuegoybríoensusdías.Habíasido,enefecto,lamonturafavoritadeliracundoVanRípper,jinetefrenético,quehabíainfundidoprobablementealanimalalgodesupropioespíritu,puesviejoymaltratadocomoestaba,conservabaaunmásocultamaliciaquecualquierpotrojovendelacomarca.

Íchaboderafiguraadecuadaparatalcabalgadura.Llevabaestriboscortosque ponían sus rodillas cerca del pomo de la silla; sus codos agudosproyectábanse hacia fuera como patas de saltamonte; sostenía el látigoperpendicularmentecomouncetro;yal trotardelcaballo,elmovimientodesus brazos figuraba un continuo aleteo. Un pequeño sombrero de lanadescansabaen lacumbrede sunariz,queasípodía llamarse laestrecha fajaquehacía lasvecesde frente;y losnegros faldonesde suchaqueta flotabansobrelasancascasihastalacoladelcaballo.TaleraelaspectodeÍchabodydesucorcelcuandotranspusieronrenqueandolaportadadeHansVanRípper,formandoen conjuntouna aparición tan extraordinaria comopocasveces esdadocontemplaralaclaraluzdeldía.

Era, comohedicho, una hermosa tarde de otoño; el cielo estaba claro ysereno y la naturaleza hacía gala de la rica y dorada librea que asociamossiemprealaideadeabundancia.Losbosquesostentabansusoberbioamarilloobscuro,mientras algunos árboles tiernos se habían teñido con la helada debrillante colorido anaranjado, púrpura y escarlata. Hileras interminables depatos salvajes aparecían en el horizonte; podía oírse el latido de la ardilladesdelosbosquecillosdehayasynogalesyaintervaloselmeditabundosilbodelacodornizdesdeelvecinocampoderastrojo.

Lospajarilloscelebrabansuúltimobanquetediurno.Enlaplenituddesuregocijorevolvíansechirriandoytriscandoderamaenramayárbolenárbola

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sucapricho,entrelaprofusiónyvariedaddelosalrededores.Revoloteabaporallíelhonradopetirrojoconsunotaaltayquejumbrosa,cazafavoritade losmozalbetes;ylosmirlosgorjeadoresvolandoennegrasnubes;elcarpinterodedoradas alas con su cresta carmesí, su ancha gorguera negra y espléndidoplumaje;elpájarodelcedroconsusalasdepuntasrojas,sucolaterminadaenamarillo y su pequeña montera de plumas; y el gayo azul, ese estrepitosocurrutaco,consuchaquetaazulclaroysuropajeblancointerior,chillandoygorjeando,cabeceando,agitándoseyhaciendocortesías,yafectandoestarenbuenasrelacionescontodosloscantoresdelboscaje.

MientrasÍchabodseguíaatrotelentosucamino,susojos,siempreabiertosatodosíntomadeabundanciaculinaria,recontabancondeleitelostesorosdelopulento otoño. Divisaba por todos lados amplia provisión de manzanas,colgandounasde los árboles enpesadamadurez, reunidas otras en cestos ybarrilesparaelmercado,yamontonadas lasdemásalláenabundantespilasdestinadas a la prensa del lagar. Más lejos podía observar los hermososcamposdemaízconsusdoradasmazorcasasomandoentrelahojosacubierta,sugiriendo la promesade bollos y pasteles; y debajo las amarillas calabazasmostraban sus redondos vientres, preludio de las pastas más exquisitas; ydondequiera que atravesaba y observaba los fragantes campos de trigosarracenoexhalandounoloracolmena,dulcesesperanzasseapoderabandesumente haciéndole saborear de antemano las tortas bien cargadas demantequilla y endulzadas con miel o jarabe, preparadas por las lindas yregordetasmanecitasdeKatrinaVanTássel.

Alimentando así su imaginación con mil dulces pensamientos y“azucaradas” fantasías, caminaba por el flanco de una hilera de colinas quedominaban algunos de los paisajes más bellos del majestuoso Hudson.Gradualmente descendía el sol hundiendo su ancho disco hacia el oeste. Eldilatado seno del TappanZee yacía inmóvil y vidrioso, y apenas una ligeraondulación acá y allá delineaba y engrandecía la sombra azulada de lasmontañaslejanas.Elhorizontelucíabellostonosdoradosquepaulatinamentese tornaban en nítido verdemanzana y luego en el azul profundo del cenit.Rayos oblicuos, prolongándose sobre las crestas arboladas de las montañasquedominanalgunospuntosde la ribera,prestabanmayor intensidadalgrisobscuroypurpúreodesusrocososflancos.Unabarcamecíaseindolentementealadistancia,derivandoconsuavidadaimpulsosdelacorrientemientrassuvelaflotabaociosacontraelmástil;y,comolarefraccióndelcielosereflejabasobreelaguaquieta,laembarcaciónparecíasuspendidaenelespacio.

HacialanochellegóÍchabodalcastillodeHerrVanTássel,encontrándoloatestadodelomásaltoyfloridodelacomarcaadyacente.Viejosgranjerosconelrostroenjutoycurtidodesuraza,vistiendocalzasychaquetasdetelabasta,mediasazules,enormeszapatonesymagníficashebillasdemetal.Mujercitas

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vivarachas y ajadas, con sus gorros plegados y ceñidos, sus faldas cortas ycorpiñosdetallelargo,enaguasdetelabasta,ylastijerasyacericosybolsillosde zaraza colgando al exterior.Alegresdoncellas, vestidasdemoda casi tananticuadacomolasmamás,salvounoqueotrosombrerodepaja,algunalindacinta y a veces algún vestido blanco que revelaba síntomas de ciertasinnovacionesdelaciudad.Mozosllevandochaquetasdefaldonescuadrados,hileras de estupendos botones de metal y el pelo largo por lo común ydispuestoencoletasegúnlamodadeaqueltiempo—especialmentesihabíanpodidoconseguirunapieldeanguila,queseconsiderabaentodoelpaíscomoeltónicomáspoderosoyeficazparaelcabello.

Brom Bones era, sin embargo, el héroe de la jornada, habiéndosepresentadoalafiestamontandosucaballofavoritoDaredevil(Temerario),queposeíaalaparquesuamograndesbríosycoraje,yalcualnadiesinoBoneshabríapodidodominar.Distinguíase,enefecto,porsuaficiónaesosanimalesreaciosyespantadizos,acostumbradosa todaclasedemañasyqueponenaljineteencontinuoriesgoderomperselacrisma;puessosteníaqueuncaballotratableybiendomeñadoeracabalgaduraindignadeunmozodehígados.

DebuenaganamedetendríaadescribirelmundodeleitosoquebrotóantelasmiradasdemihéroealpenetrarenlasaladerecibodelamoradadeVanTássel. No se trataba por cierto de los encantos del grupo de muchachascampesinas con su ostentoso despliegue de blanco y rojo, sino de losinnumerables atractivos de una mesa de te campestre y genuinamenteholandesaen laabundanteestacióndelotoño. ¡Quéaglomeracióndefuentesdepastasdediversasclases,casiindescriptibles,ycuyosecretoguardabanlashacendosasamasdecasaholandesas!Veíaseallíelilustredoughnut,eltiernoolykoek,yelfrágilydoradocruller;bizcochosybollos,pastelesdejengibreypastasdemiel;en fin, todas las familiasdepastasybollos.Yhabíaademáspastelesdemanzana,demelocotónydecalabaza,codeándoseconrebanadasdejamónycarneahumadaycondeliciosasfuentesdeconservasdeciruelas,melocotones, peras y membrillos; sin hacer mención de los pescados a laparrillaygallinasasadas,nidelostazonesdelecheycrema,todoamontonadotan confusamente como lo he enumerado, ni de lamaternal tetera lanzandodesdeelcentronubesdevapor.¡Diosbendigalamarca!Necesitaríaalientoytiempodequedisponerparadescribircomosemereceestebanquete,ytengodemasiada prisa para terminarmi historia.Afortunadamente, ÍchabodCranenoestabatanapuradocomosuhistoriador,ydispensógrandeshonoresatodasestasgolosinas.

Era una bondadosa y agradecida criatura, cuyo corazón se dilataba enproporción al buen alimento que recibía su estómago y cuyo espíritu seabrillantaba con la comida como acontece a otros con la bebida. Tampocopodíaevitarquesusgrandesojosrodaranportodaspartesmientrascomía,ni

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regocijarseinteriormenteantelaposibilidaddellegaralgúndíaasereldueñodeeste lujoyesplendidezcasi incomparables.Pensabacuánprontovolveríaentonces la espalda a la vieja escuela, cómo chasquearía sus dedos en lasnarices de Hans Van Rípper o cualquier otro de sus tacaños patrones, yenviaríaarodaralambulantepedagogoqueseatrevieraallamarlecamarada.

ElviejoBaltusVanTásseldiscurríaentresusinvitadosconrostrodilatadoporlaalegríaybuenhumor,tanredondoyjovialcomoelpleniluniodeotoño.Sus hospitalarias atenciones eran breves pero expresivas, limitándose a unapretóndemanos,algunapalmadaenelhombro,unarisotadaylaapremianteinvitaciónpara“embestiralascosas,yatendersecadaunoporsímismo.”

Pronto el sonido de la música en la sala o aposento general invitaba adanzar.Elejecutanteeraunnegroviejodepelogris,quepormásdemediosiglohabíasido laorquestaambulantede todoelvecindario.Su instrumentoaparecía tan viejo ymaltratado como el dueño. Lamayor parte del tiemporascabaelviolinistasólodosotrescuerdasacompañandoconlacabezacadamovimientodelarco;inclinándosecasihastaelsueloydandoungolpeconelpiesiemprequeibaacomenzarunanuevacopla.

Íchabod estaba tan orgulloso de sus cualidades de danzarín como de supodervocal.Niunosolodesusmiembros,niunasoladesusfibrasquedabaenreposo;yalversudestartaladafiguratodaenmovimientoychacoloteandoalrededordelcuarto,habríapodidocreersequeSanVitoenpersona,elbenditopatrón de la danza, había descendido entre los bailarines. Constituía laadmiracióndelosnegrosdetodasedadesytamañosque,habiéndosereunidode la misma granja y del vecindario, formaban una pirámide de rostros denegrura brillante en todas las puertas y ventanas, y miraban la escena condeleite rodando lasblancasbolasde susojosymostrando enunamuecadeoreja a oreja dos hileras de marfil. ¿Cómo era posible que el azotador depilluelosnose sintieraanimadoysatisfecho?Ladamadesucorazónera suparejaenelbaileysonreíagraciosamenteasusamorososguiños,entantoqueBrom Bones, dolorosamente carcomido por el amor y por los celos, semanteníatodomeditabundosentadoenunrincón.

Cuando terminó la danza, Íchabod se sintió atraído hacia un grupo depersonajesseriosque,encompañíadelviejoVanTássel,estabansentadosenunextremodelaplazoletafumandoydepartiendosobrelosantiguostiemposysacandoarelucirlargashistoriasdelaguerra.

Enlaépocadequemeocupo,aquellacomarcaeraunodeloslugaresmásfavorecidospor la crónicaypor los grandeshombres.Las tropas inglesas yamericanas habían andadomuy cerca de allí durante la guerra; y había sidoporconsiguienteelescenariodetodaclasedemerodeos,viéndoseinfestadadeemigrados, vaqueros y otras formas de caballería de la frontera. Había

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transcurridojustamenteeltiemponecesarioparapermitiracadaunourdirsuhistoria con ribetes novelescos que la hicieran más interesante y, en lavaguedad de los recuerdos, erigirse en héroe de todas las hazañas que serelataban.

Salióa luz lahistoriadeDoffueMártling,ciertoholandésde largabarbaazulquecasillegóaapoderarsedeunafragatainglesaconunviejocañóndehierrodeanueve,colocadoenunparapetodebarro,sóloqueelcañónestallóa la cuarta descarga. Y había también un viejo caballero a quien nonombraremos por ser unmynheer demasiado poderoso paramencionarle deligero, y el cual era maestro tan cumplido de esgrima que en la batalla deWhitePlainsdesvióunabalademosqueteconlapuntadesusable,demaneraquepudopercibirperfectamenteelsilbidodelabalaresbalandoporlahojayrebotando en el puño; en prueba de lo cual estaba dispuesto a mostrar encualquiermomentoelpuñounpoquitoabolladoporelchoque.Muchosotrossehabíandistinguidoigualmenteenelcampodebatalla,persuadidostodosdehaberejercidoconsiderableinfluenciaparallevarlaguerraafelizterminación.

Peroestonoeranadaencomparacióndeloscuentosquesiguieronsobreespectros y apariciones. La comarca es rica en tesoros legendarios de talnaturaleza.Lashistoriaslocalesylassupersticionesmedranbienenaquellosescondidos y antiguos retiros; pero son menos apreciados por la flotantemultitud que forma la población de la mayor parte de nuestras ciudadesrurales. Además, los espectros no encuentran gran aliciente en nuestraspoblaciones porque apenas han tenido tiempo de echar la primera siesta yrevolverse en sus tumbas, cuando ya los amigos que les sobrevivieron hanabandonadoellugar;demodoqueallevantarseparasusrondasnocturnasnoencuentrangenteconocidaaquienvisitar.Éstaesquizá la razónpor lacualtan rara vez oímos hablar de espectros, a no ser en aquellas antiguascomunidadesholandesas.

Contodo,lacausainmediatadelpredominiodelashistoriasmaravillosasenaquellossitiosera,sinduda,debidaensumayorpartealaproximidaddelvalleencantado.Habíaunaespeciedecontagioenelambientedeestaposeídaregión;respirábaseunaatmósferadequimerasyfantasíasque infestaba todoellugar.Varioshabitantesdelvalleencantadoseencontrabanpresentesenlareunión de Van Tássel y, como de costumbre, repetían sus salvajes yextraordinarias leyendas. Relatáronse muchos cuentos horrendos acerca deprocesiones funerarias, sollozos y gemidos lamentosos, vistas y oídosrespectivamente,cercadelgranárbolquecreceensusinmediacionesybajoelcual hicieronprisionero al infortunadomayorAndré.Hablóse tambiénde lamujervestidadeblancoquevisitabalaobscuracañadadeRavenRockdondepereció entre la nieve, y cuyos alaridos se oían amenudo en las noches deinviernoantesdealgunatempestad.Lamayorpartedeestashistoriastornaba

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siempre, sin embargo, al espectro favorito del valle encantado, el jinete sincabeza, de quien se había oído hablar varias veces últimamente en suscorreríasatravésdelacomarcayque,segúndecían,maniatabasucaballoporlasnochesentrelastumbasdelcementeriodelaiglesia.

La situación aislada de esta iglesia parece haber contribuído siempre aconvertirlaenelrefugiopredilectodelosespíritusinquietos.Estáedificadaenlacimadeunmontecilloyrodeadadesoberbiosolmosyalgarrobos,entreloscuales brilla modestamente con sus discretos muros blanqueados, comoresplandecelapurezacristianaentrelassombrasdelclaustro.Suavependienteconducehastaunaplateada sábanade aguabordeadapor altos árboles entrelos cuales pueden divisarse las azules colinas delHudson.Contemplando elcementerio cubierto de césped, en que los rayos del sol parecen dormirtranquilamente, sepensaríaqueallí almenos losmuertospueden reposarenpaz.Auncostadode la iglesiaseextiendeunanchobarrancomontuosopordonde se precipita un torrente entre rocas destrozadas y troncos de árbolescaídos.Sobrelapartemásnegrayprofundadeltorrente,nolejosdelaiglesia,habían arrojado antiguamente un puente de madera; el sendero que allíconducía y el puente mismo estaban sombreados por árboles colgantesestrechamenteenlazadosqueproducían tétricasombraduranteeldía, lacualse convertía hacia la noche en pavorosa obscuridad. Era ésta una de lascorreríasfavoritasdeljinetesincabeza,yellugardondeseleencontrabaconmayorfrecuencia.

SecontabaqueelviejoBróuwer,elheréticomásdescreídoenmateriadeaparecidos, encontró al jinete de regreso de una de sus excursiones al valleencantado,viéndoseobligadoamontaralagrupa;quegaloparonporbosquesymalezas,porcolinasypantanos,hastaquellegaronalpuentedondeeljinetese transformó súbitamente en un esqueleto, arrojó al viejo Bróuwer en eltorrenteydesaparecióconruidodetruenoentrelascopasdelosárboles.

Esta historia encontró inmediatamente una competidora en la tres vecesmaravillosa aventura de Brom Bones, quien afirmaba haberse burlado delgalopadorsoldadoensuspretensionesde jinete insigne.Segúnél,volviendouna noche del vecino pueblo de Sing Sing, fué detenido por el nocturnocaballero,quien lepropusoapostarcarrerasporunvasodeponche;yque lehabríaganado,puesDaredevilllevabachicoalcaballoduendeentodoelvalle,sinohubierasidoquealllegaralpuentedelaiglesia,elfantasmadióunsaltorepentinoydesaparecióenunallamarada.

Todosaquelloscuentos relatadosenelmisteriosomedio tonoconquesehabla en la obscuridad, mientras el auditorio recibía tan sólo de cuando encuando el rayo imprevisto del reflejo de alguna pipa, produjeron hondaimpresiónenlamentedeÍchabod.Contribuyóasuvezconlargosextractosdesu incomparable autor Cotton Máther, añadiendo maravillosos

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acontecimientos realizados en su estado natal, Connécticut, y pavorosasapariciones presenciadas por élmismo en sus paseos nocturnos por el valleencantado.

Lafiestaterminabagradualmente.Losviejosgranjerosreuníanasufamiliaensuscarros,oyéndoseporalgúntiempoeltintineodeloscascabelesquesealejabaporlascarreterasdelahondonadayporlasdistantescolinas.Algunasdamiselasibansentadasenalbardasalagrupadesugalánfavorito,ysurisaalegre,mezcladaalrumordelaspisadasyrepetidaporelecoatravésdelasselvas silenciosas, resonabamásymásdébil hasta extinguirsegradualmenteporcompleto,quedandomudoydesiertoellugarpocohallenoderuidoydealegría.

Sólo Íchabod había quedado, siguiendo la costumbre de los galanes delpaís, para tener un tête-à-tête con la heredera, plenamente convencido dehallarse en vísperas del triunfo. No pretendo decir lo que pasó en aquellaentrevista,porqueloignoroenrealidad.Temo,sinembargo,quealgoanduvomal porque Íchabod salió tras corto intervalo con las orejas caídas y el airetodo desolado. ¡Oh,mujeres! ¡mujeres! ¿Era posible que esta chica hubieseestado representando con él una de sus acostumbradas comedias decoquetería?¿Alentarlasesperanzasdelpobrepedagogohabíasidounasimplefarsaparaasegurarlaconquistadesurival?¡SóloDioslosabe,noyo!BastedecirqueÍchabodescapóconelaspectodeunsalteadordegallineromásbienquedel corazóndeuna lindadama.Sinmirar a laderechani a la izquierdaparaobservarlaopulenciaagrícolaquetanamenudohabíaambicionado,fuédirectamentealpesebreyapuñetazosypatadaslevantócongrandescortesíaasucorceldelcómodoalojamientodondedormíaapiernasueltasoñandoconmontesdemaízyavenayvallesenterosdeforrajeytrébol.

EraprecisamentelahoranocturnadelasbrujeríasaquellaenqueÍchabod,alicaído y descorazonado, seguía el camino de su casa por el flanco de laselevadascolinasquedominanTarryTownyquecontantaalegríarecorrióesamisma tarde. La hora estaba tan melancólica como él. Lejos, allá abajo,extendíaelTappanZee laobscurae incierta inmensidaddesusaguas, sobrelas que se divisaba aquí y allí el alto mástil de un barco meciéndosetranquilamentealancla.EnelmortalsilenciodelamedianochepodíaÍchabodpercibirelladridodelperrodelguarda,débilyvago,comoparadarsolamenteideade ladistanciaaqueseencontrabaeste fielcompañerodelhombre.Devezencuandoescuchaba también resonarconeco fantásticoensusoídosellargoyarrastradocantodealgúngallo incidentalmentedespierto, lejos,muylejos, en alguna granja entre las apartadas colinas. Ninguna señal de vidamostrábaseasualrededor,fueradelmelancólicochirridodelgrillooelgritoguturalde lasranasdesdeelpantanovecinocomosi,sintiéndose incómodasduranteelsueño,serevolvieransúbitamenteensulecho.

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Todas las historias de duendes y espectros que había oído al crepúsculo,acudíanahoraentropelasumemoria.Lanocheseponíamásymásobscura;lasestrellasparecíanhundirsemásprofundamenteenelfirmamento,ynubeserrantes las ocultaban pormomentos a sus ojos. Jamás se había sentido tantristeyabandonado.Aproximábase,deotro lado,alsitiodondeseradicabanmuchashistoriasdeaparecidos.Enmediodelacarreteraelevábaseunenormetulipánquedominabacomoungigante a todos los árbolesde lavecindadyservíacomounaespeciedemojón.Sus ramas, tangrandescomo troncosdeotrosárboles,afectabanformasnudosasyfantásticasretorciéndosecasihastallegaral sueloyelevándosedenuevopor losaires.Se le relacionabacon latrágicahistoriadelinfortunadoAndré,hechoprisioneroenlascercanías,yerauniversalmente conocido por el nombre de “árbol del mayor André.” Elpueblolemirabaconciertamezcladerespetoysuperstición,nacidaenpartede la simpatía por la suerte de sumalaventurado tocayo, y en parte de loscuentosdeextrañasaparicionesylamentacionesdolorosasquecirculabanasurespecto.

Conforme se aproximaba Íchabod al temido árbol comenzó a silbar,creyendo luegoque alguienhabía respondido a su silbo; pero era solamenteunaráfagasutilcortandolassecasramas.Alacercarseunpocomás,pensóqueveíaalgoblancocolgandodelcentrodelárbol;detúvoseydejódesilbar;peromirandoconmáscuidadoadvirtióqueelárbolhabíasidoheridoporelrayoyen cierto sitio aparecía desnuda la madera blanca. Repentinamente oyó ungemido; sus dientes se entrechocaron y sus rodillas golpearon la silla: erasolamente el roce de una gran rama contra otra, movidas por la brisa.Transpusoelárbolconfelicidad,peronuevospeligroslevantábansecontraél.

A doscientas yardas del árbol un pequeño arroyo cruzaba la carretera ycorría hacia un valle cenagoso y montuoso llamado el pantano de Wíley.Algunosásperosmaderoscolocadosuno juntoaotro servíandepuenteparapasaralriachuelo.Alladoopuestodelcamino,dondeelarroyoseinternabaenel bosque, un grupo de castaños y robles espesamente entrelazados con vidsilvestrearrojabasombrascavernosassobrelavía.Atravesarelpuenteeralapruebamás difícil. En idéntico sitio fué capturado el desventuradoAndré ybajo aquellos castaños y vides se ocultaron los inflexibles labriegos que lesorprendieron.Desdeaquelentoncesseconsiderabaencantadoelarroyoysellenaban de terror los muchachos de la escuela que se veían obligados aatravesarelpuentedespuésdeanochecido.

Amedidaqueseacercabaalarroyo,elcorazóndeÍchabodcomenzóadarpesadosgolpesensupecho;invocóensuayuda,sinembargo,todasuenergía,dió a su caballo una veintena de talonazos en las costillas y decidióvalerosamentecruzarelpuentecillo;peroelviejoyperversoanimal,envezdelanzarsehaciaadelante,dióunbotedecostadoysearrojódetravéscontrala

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estacada.Elmaestro,cuyostemoresaumentabanconlademora,tiróentonceslas riendas del lado opuesto y espoleó vigorosamente al jaco con el piecontrario. Todo fué en vano: el caballo arrancó, es verdad, pero sólo paraarrojarsealotroladodelcaminoentreunasmatasdezarzasymalezasdetodaclase. Íchabod hizo uso entonces del látigo y los talones contra los flancoshambrientos del viejo Gunpowder que se lanzó de frente resoplando ybufando,peroparadetenersejustamentedelanteelpuente,tandesúbito,quecasiarrojaaljineteporlasorejas.EnesteprecisoinstanteelsensibleoídodeÍchabodpercibióunpesadochapoteohaciaelladodelpuente.Entrelaobscurasombra de la arboleda a orillas del arroyo, vió algo inmenso, informe y dealturadesmesurada.Nosemovía,sinoqueparecíarecogerseen las tinieblascomoalgúnmonstruogigantescoprontoalanzarsesobreelviajero.

Elcabellodeldespavoridopedagogoseerizabaaimpulsosdelterror.¿Quépodía hacer? Era demasiado tarde para volver riendas y además, ¿quéprobabilidadesteníadeescaparaunduendeoaparecido,sitalera,quepodríacabalgar en alas de los vientos? Reuniendo su valor, preguntó con voztemblorosa:“¿Quiénsois?”Norecibiórespuesta.Repitiósupreguntaconvozaunmásagitada.Tampocoobtuvocontestación.Azotódenuevolosijaresdelinflexible Gunpowder y cerrando los ojos rompió a entonar un salmo coninvoluntario fervor. Precisamente en aquel momento el sombrío objeto dealarmasepusoenmovimientoylanzándosedeunboteplantóseenmediodelcamino. Aun cuando la noche era lóbrega y siniestra podía discernirse encierto grado la figura del desconocido.Aparentaba ser un jinete de grandesdimensiones montado en un caballo negro de aspecto vigoroso. No hacíademostración alguna en pro ni en contra sino que semantenía a lado de lacarretera, zangoloteándose ligeramenteporel lado tuertodeGunpowderqueparecíaahoralibredesuterrorymalasdisposiciones.

Íchabod, a quien no agradaba mucho el extraño y nocturno compañero,rememorandolaaventuradeBromBonesconelsoldadogalopante,apresuróentonces el paso con la esperanza de aventajarle; pero el extranjero picótambién paramantenerse almismonivel. Íchabod acortó riendas entonces yavanzóalpasotratandodequedarseatrás;elotroprocediódeigualmanera.Sucorazóncomenzóadarsaltosdentrodesupecho;tratódereanudarelcantodela salmodia; pero su lengua apergaminada se pegaba al paladar y le eraimposible emitir una sola estrofa. Había algo demisterioso y terrible en elextraño y pertinaz silencio de su obstinado compañero. Pronto pudo darsecuentadelacausayquedóhorrorizado.Alascenderunaelevacióndelterrenoque delineó en gigantesco relieve sobre el firmamento la figura de sucompañerodeviajeembozadoenunacapa, Íchabodsesintiódespavoridoalobservar que ¡carecía de cabeza! ¡Y su horror llegó al colmo cuando seapercibiódequeelespectrollevabaenelpomodelasillalacabezaquedebíadescansar sobre sus hombros! Su terror se convirtió en desesperación;

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descargó una lluvia de puñetazos y patadas sobre Gunpowder, esperandoescapar a su compañero a favor de algún salto repentino; pero el espectropartiócon igualvelocidad.Lanzáronseentoncesambosenfantásticacarrera;volaban laspiedrasysaltabanchispasacada rebote.Los ligerosvestidosdeÍchabodvolaban por el airemientras tendía su largo y seco cuerpo sobre elcuellodelcaballoenlarapidezdelafuga.

Llegaron así al camino que endereza hacia el valle encantado; peroGunpowder,queparecíaposeídodeldemonio,enlugardeseguirporestavía,cambiódedirecciónyselanzóimprudentementeporlapendientedelacolinahaciala izquierda.Estesenderollevabaaunaarenosahondonadasombreadadeárbolespormásdeuncuartodemilla,cruzandoluegoelpuentefamosoenlas historias de aparecidos, precisamente detrás del cual se eleva el verdemontecillodondeestabaedificadalapequeñaiglesiademurosblanqueados.

Hastaaquíelpánicodesucabalgadurahabíadadoaparenteventajaenlacaceríaaljinetemenosdiestro;peroalllegaralamitaddelcaminodelvalle,aflojáronse los cordones de la cincha y sintió el maestro que la monturaresbalababajosuspiernas.Lasujetóporelpomotratandodeafirmarla,peroenvano;y tuvoapenas tiempodesalvarsede lacaídacolgándosedelcuellodelviejoGunpowdermientraslasillarodabaporelsuelo,pudiendooírcómolaatropellabanlaspisadasdesuperseguidor.PorunmomentoleacometióeltemordelairadeHansVanRípperportratarsedesumonturadelosdíasdefiesta, pero no había tiempode pensar enmenudos terrores; el aparecido seprecipitaba sobre sus talones y, jinete inhábil como era, encontraba grandificultadparamantenersuposición:unasvecesseescurríaporunlado,otraspor el otro, cayendo algunas con tal violencia sobre el huesudo lomo delanimalquetemíaverdaderamentequedarpartidoendosmitades.

Unclaroentrelosárbolesreanimósuvalorinfundiéndolelaesperanzadeque el puente de la iglesia se hallara cercano. El reflejo vacilante de unaplateadaestrellaenelfondodelarroyolehizoverquenosehabíaengañado.Pudo divisar los muros de la iglesia brillando confusamente en lontananzaentre los árboles. Recordando el sitio donde desapareció el espectrocompetidor de Brom Bones: “Si logro alcanzar el puente estoy en salvo,”pensó Íchabod. Justamente en aquel momento oyó muy cerca tras de sí alnegrocorcelresoplandoyjadeante;hastasefigurósentirsualientoardoroso.OtrotalonazoconvulsivoenlascostillasyelviejoGunpowderselanzósobreelpuente; pasó comoun torbellino sobre las tablas resonantes; llegó al ladoopuesto;yentoncesÍchabodseatrevióamirarhaciaatrásparacorroborarsi,deacuerdoconlaregla,superseguidorsehabíadesvanecidoenunallamaradadefuegoyazufre.

En este preciso instante vió que el aparecido, levantándose sobre losestribos, sedisponíaaarrojarsucabezacontraél. Íchabod tratódeevadirel

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siniestroproyectil,perodemasiadotarde.Tropezóconsucráneoentremendoestallido;dióunvuelcoelmaestrodecabezacontraelpolvo,yGunpowder,elnegrocorcelyeljineteduendepasaroncomounaexhalación.

Alamañanasiguienteencontraronalviejocaballosinsillayconlabridaalospies,pastandojuiciosamenteelcéspedalaspuertasdesuamo.Íchabodnose presentó al desayuno; llegó la hora del almuerzo, pero Íchabod no llegó.Losmuchachos se reunieronen laescuelayvagaron indolentementepor lasmárgenes del arroyo sin que nada se supiera delmaestro.HansVanRíppercomenzabayaasentiralgunainquietudporlasuertedelpobrepedagogoyporsu silla de montar. Hiciéronse investigaciones y tras diligente pesquisahalláronse sus huellas. A un lado del camino que conducía a la iglesiaencontraronlamonturahundidaenelpolvo;lasseñalesdeloscascosdedoscaballos en vertiginosa carrera al parecer, y profundamente marcadas en lacarretera, llevaban al puente, pasado el cual, en las orillas de la parte másancha del arroyo, donde corre el agua negra y profunda, se encontró elsombrerodelinfortunadoÍchabod,ymuycercadeallíunacalabazarota.

Sondearonelarroyosinllegaradescubrirelcuerpodelmaestro.HansVanRípper, a fuer de ejecutor testamentario, examinó el paquete que conteníatodoslostesorosqueposeíaÍchabodenelmundo.Consistíanendoscamisasymedia;doscorbatines;unoodosparesdemediasdeestambre;unviejopardecalzones cortos de pana; una navaja mohosa; un libro de salmodia con laspuntas llenas de dobleces; y un diapasón roto. Los libros y muebles de laescuela pertenecían a la comunidad, con excepción de la History ofWitchcraft, deCottonMáther, unNewEnglandAlmanac, y un libro de lossueñosyde labuenaventura;enelúltimohabíaunahojadepapelministrollenadetachadurasyborronesaconsecuenciadevariastentativasinfructuosaspara preparar el borrador de unos versos en honor de la heredera de VanTássel.LoslibrosdemagiayelensayopoéticofuerondestinadosalasllamasporHansVanRípper,quiendesdeentoncesdeterminónoenviarenadelantesus chicos a la escuela, observandoque nada bueno se saca de la lectura niescritura. Si el maestro tenía algún dinero—y había recibido su pagajustamenteunoodosdíasantes—lollevabatodoconsigoprobablementeenelmomentodesudesaparición.

El misterioso acontecimiento causó mucha expectación el domingosiguienteenlaiglesia.Gruposdemironesycomentadoressedieroncitaenelcementerio,enelpuenteyenelsitioenqueseencontraronelsombreroylacalabaza.LashistoriasdeBromBonesy todauna sarta por elmismoestilofueron el tema de conversación general; y después de considerarlas con ladebidaatenciónydecompararlasconlossíntomasdelcasoactual,losvecinossacudieron la cabeza arribando a la conclusión de que Íchabod había sidoarrebatado por el ginete sin cabeza. Como era soltero y no tenía deudores,

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nadieserompiómáslacabezaaesterespecto;laescuelasemudóaotrobarriodelahondonadayotropedagogovinoareinarensutrono.

A decir verdad, un viejo granjero que estuvo de paso en Nueva Yorkalgunos años después, y de quien se recogió el relato de la aventura delaparecido, llevó a su pueblo la inteligencia de que Íchabod estaba vivotodavía;quedejóelvalle,parteportemordelespectroydeHansVanRípper,y parte por lamortificaciónde haber sidodesdeñado inopinadamente por laheredera; que había transladado sus lares a otra parte lejana del país; habíaregentado una escuela y estudiado derecho al mismo tiempo; había sidoadmitidoenelforo;habíahechopolítica;fuéelector,yselemencionóenlosperiódicos;yporúltimo,fuénombradojuezdeltribunaldediezlibras.BromBones,quepocodespuésdeladesaparicióndesurivalllevótriunfalmentealaltaralaencantadoraKatrina,parecíatambiénestardemasiadoalcorrientedelahistoriadeÍchabodyrompíaenunaalegrecarcajadacadavezquesehacíamencióndelacalabaza;locualllevóaalgunosasospecharquesabíamásdeloqueleagradabadecirsobreesteasunto.

Sin embargo, las viejas del pueblo, que son los mejores jueces en lamateria, aseguran hasta hoy que Íchabod fué arrebatado por mediossobrenaturales; y ésta es una de las historias favoritas del vecindario que serelataamenudoalladodelfuegoenelinvierno.Elpuentellegóasermásquenuncaelobjetode supersticioso terror;ypuedemuybienhaber sidoésta larazónporquésedesvióelcaminoenlosúltimosaños,llegandoalaiglesiaporlaorilladelarepresadelmolino.Laescuela,abandonada,prontocomenzóaarruinarse, y se decía que estaba habitada por el espectro del infortunadopedagogo; y los mozos de labranza, al volver perezosamente al hogar enalguna tarde serena de verano, imaginan a menudo escuchar su voz a ladistancia entonando un melancólico salmo en las apacibles soledades delVALLEENCANTADO.

POST SCRIPTUM DE LA PROPIA MANO DE MR.KNÍCKERBOCKER

ElCuentoqueantecedeestáescritocasiconlasmismaspalabrasquelooírelatarenunareunióndelAyuntamientode laantiguaciudaddeManháttoesenqueestuvieronpresentesmuchosdelosvecinosmásnotableseilustresdellugar.Elnarradoreraunviejecitoagradableycortés,demíseroaspectoconsusvestidosraídosysurostrotristementefestivo:sujetoquedabaasospecharfuertemente su indigencia por los mismos esfuerzos que hacía para serentretenido. Cuando terminó su historia, hubo muchas risas y grandesmuestras de aprobación, especialmente de parte de dos o tres diputadosregidoresquehabíandormidocasi todoel tiempo.Había,sinembargo,entrelosoyentesunviejocaballeroaltoyseco,decejasprominentes,quepaseabapor todas partes su faz grave y casi severa; de vez en cuando cruzaba los

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brazosinclinandolacabezaymirabaalsuelocomoabrumadoporelpesodealgunaduda.Eraunodeaquelloshombrescircunspectosquesólosearriesganareírenterrenofirme,cuandotienendesuladolarazónylaley.

Cuandoseapaciguóelregocijodelacompañíayserestablecióelsilencio,apoyó un brazo en el descanso de la silla y colocando el otro en jarras,preguntó con cierto movimiento ligero pero extremadamente hábil de lacabezaycontraccióndelascejas,cuáleralamoraldelcuentoyquéeraloqueseintentabaprobar.

El narrador que llevaba justamente un vaso de vino a sus labios comorefrescodespuésdelalabor,detúvoseporunmomento,miróalpreguntónconaire de infinita deferencia, y bajando suavemente el vaso hasta la mesaobservóquelahistoriatratabadeprobarcontodalógica:

“Quenohay situación en la vidaqueno tenga sus ventajas y placeres acondicióndequesepamoscogerlaocasiónalpelo;

“Que,enconsecuencia,elqueapuestacarrerasconjinetesduendestendráverosímilmenteunacarreraaccidentada;

“Ergo,queenciertomodosirvedeescalónparaaltosmerecimientosdelestadoelqueaunmaestrodeescuelaleseadenegadalamanodeunaherederaholandesa.”

El cauto y viejo caballero frunció las cejas en diez dobleces al escucharestas premisas, dolorosamente impresionado por la fuerza del silogismo;mientras el de los vestidos raídos le miraba triunfalmente de reojo, a miparecer.Alfinhizoobservarquetodoaquelloestabamuybien,peroque,sinembargo, él juzgaba la historia un poquillo extravagante; uno o dos puntosquedabantodavíapordilucidar.

—Palabra, señor,—replicó el narrador,—en cuanto a eso, yo no creo nisiquieralamitad.

D.K.

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NATHÁNIELHÁWTHORNE

NathánielHáwthorneeraoriundodeSálem,Massachusetts.Nacióel6dejuliode1804,ymurióenPlýmouth,NewHámpshire,el19demayode1864.ObtuvosusgradosenelBowdoinCollege,Maine,en1825.FuéempleadodeaduanaenBostondesde1838hasta1841.EnaquellaépocasehizomiembrodelaBrookFarmAssociation,sociedadformadaconelobjetodellevaracabociertos experimentos en agricultura y educación; y fijó su residencia enCóncord, Massachusetts, en 1843. Fué nombrado inspector del puerto deSálem en 1846 y permaneció allí un período de tres años. Prestó servicioscomo cónsul de los Estados Unidos en Líverpool desde 1853 hasta 1857.Regresóalapatriaen1861.Fanshawe,suprimercuento,ahoramuydifícildeconseguir,fuépublicadoasupropiacostaen1826.Susobrassepublicaronenelordensiguiente:TwiceToldTales(1837;segundaserie,1842);Mossesfroman Old Manse (1846); The Scarlet Letter (1850); The House of the SevenGables (1851); TheWonder-Book (1851); The Blithedale Romance (1852);Snow Image and Other Twice Told Tales (1852); Life of Franklin Pierce(1852); Tanglewood Tales (1853); The Marble Faun (1860, publicado elmismoañoenInglaterrabajoeltítulodeTransformation,ortheRomanceofMonte Beni); Our Old Home (1863); Pansie (1864, llamada también TheDolliverRomance);NoteBooks(1868-1872);SeptimiusFelton(1872);TalesoftheWhiteHills(1877);Dr.Grimshawe’sSecret(fragmento,1888).

ELANCIANOCAMPEÓN

HubounavezuntiempoenquelaNuevaInglaterragemíabajoelpesodeinjusticiasmásgravesquetodaslasqueamenazaratraerlarevolución.JaimeII,elhipócritasucesordeCarloselVoluptuoso,habíaabolidolosprivilegiosde todas las colonias y enviado un soldado grosero y sin principios paraarrebatarnos nuestros derechos y poner en peligro nuestra religión. LaadministracióndeSirÉdmundAndrosteníatodoslosrasgoscaracterísticosdela tiranía: un gobernador y un consejo que recibían su poder del rey conabsolutaindependenciadelanación;leyesquesefabricabanytributosqueseimponían sin intervención inmediata del pueblo o de sus representantes; losderechosdelosciudadanosviolados,y los títulosdepropiedadanulados; lasquejasamordazadasporlacensuradelaprensa;yfinalmente,eldescontentosojuzgadoporunabandade tropasmercenariasqueporprimeravezhollaba

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nuestrosuelo.Durantedosañoscontinuaronnuestrosantecesoresentaciturnasumisión, debido al amor filial que garantizó siempre su lealtad a lamadrepatria, representada ya por el parlamento, ya por un protector o por algúnmonarcapapista.Hastaaquellosaciagostiempos,sinembargo,nuestropleitohomenajehabíasidonominal,pueslascoloniassegobernabanporsímismas,gozandomuchomayorlibertaddelaquedisfrutanordinariamentelosvasallosnaturalesdelaGranBretaña.

AlfinllegóanuestrasplayaselrumordequeelprimerpríncipedeOrangesehabía lanzadoenuna empresa cuyoéxito sería el triunfode losderechosreligiosos y civiles y la salvación de laNueva Inglaterra. Era solamente unmurmulloincierto;podíaserfalsoopodíatambiénfracasarlaaventura;peroenamboscasoscostaríalacabezaalhombrequesedecíaenarmascontraelreyJaime.Apesardetodo,lanoticiaprodujovisibleefecto.Lagentesonreíamisteriosamenteenlascallesylanzabaatrevidasmiradasasusopresores;entantoquesedejabasentiralolejosunasordaycontenidaagitación,comosialamásligeraseñalestuvieraprontoalevantarsetodoelpueblodesuindolenteabatimiento.Advirtiendo el peligro, los gobernantes trataron de evitarlo pormediodeunimponentedesplieguedefuerza,confirmandosudespotismoconmedidasaunmásagresivas.Unatardedeabrilde1689,SirÉdmundAndrosysusconsejeros favoritos,exaltadosporel licor, reunierona todas lascasacasrojasdelaguardiadelgobernadorysepresentaronenlascallesdeBoston.Elsolestabacercadesuocasocuandocomenzóeldesfile.

El sonidodel tambor, resonandopor las calles en aquellosmomentos decrisisyagitación,parecía,másbienquelamúsicamarcialdelossoldados,untoque de rebato para los ciudadanos. Una multitud que afluía por diversasavenidas se reunió en King Street, lugar destinado, casi una centuria mástarde, a ser el escenariodeotro encuentroentre las tropasde Inglaterray elpueblo en lucha contra su tiranía. Aun cuando habían transcurrido más desesentaañosdesdeelarribodelosprimerosperegrinos,estamultitudformadaporsusdescendientesmostrabatodavíalosrasgosenérgicosysombríosdesucarácter,más notables quizá en esta ruda emergencia que en ocasionesmásfelices.Notábase el rostro grave, el porte generalmente severo, la expresiónfirmeaunquemelancólica,labíblicaformadeelocuciónylaconfianzaenlasbendiciones del cielo por la justicia de su causa, que distinguía a cualquiergrupo de los primitivos puritanos cuando se veían amenazados de algúnpeligroensuaislamiento.Enrealidad,noeratiempoaúndequeseextinguierael antiguo espíritu, pues que se encontraban aquel día en la calle muchoshombresdeaquellosqueadorabanenlosbosquesalDiosporquiensufríaneldestierro,mientrasnopudieronerigirunedificioapropiadopararendirleculto.Habíatambiénviejossoldadosdelparlamentoquesonreíanespantosamentealpensamientodequesusantiguasarmasfueranaunhábilesparadescargarotrogolpea lacasade losEstuardos.Figurabanasimismoveteranosde laguerra

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del rey Felipe, de aquellos que quemaban ciudades y asesinaban jóvenes yviejos con ferocidad religiosa mientras las piadosas almas del lugar lesayudaban con sus plegarias. Varios ministros veíanse esparcidos entre lamuchedumbre, que lesmiraba, a diferencia de otras agrupaciones, con tantareverenciaqueparecíaquesusvestidurasdebieranencarnarlasantidad.Estossantosvaronesejercíansuinfluenciaparatranquilizaralpueblo,perosintratarde dispersarlo. Al mismo tiempo era motivo de comentarios diversos ycuriosidad general el objeto del gobernador al turbar la paz de la ciudad entalesmomentos,enquelamásligeraconmociónpodíaprovocarunestallidoentodoelpaís.

—Satanásdaráahorasugolpemaestro,—exclamabanalgunos,—porqueélsabequeeltiempoescorto.¡Todosnuestrospiadosospastoresseránllevadosaprisión!¡HabremosdeverlesenlashoguerasdeSmíthfielddeKingStreet!—

Aesto,losfeligresesdecadaparroquiasereuníanapretadamenteentornodesuministro,quemirabatranquilamentealoaltoyasumíamayordignidadapostólica,comocandidatodispuestoarecibirelhonormásaltodesucarrera,lacoronadelmartirio.Esperábaseverdaderamenteenaquelmomentoque laNuevaInglaterratuvierasupropioJohnRogersparareemplazaraestevarónilustreenelmartirologio.

—¡ElPapahaordenadounanuevaSanBartolomé!—gritabanotros.—¡Nosasesinaránatodos,aloshombresyalosniños!—

Aunesterumorteníasusadherentes,aunquelaclasemásprudentejuzgabael objeto del gobernador algo menos atroz. Sabíase que Brádstreet, supredecesorbajolaantiguaconstituciónycompañerovenerabledelosprimeroscolonos, se hallaba en la ciudad. Había allí terreno para conjeturar que SirÉdmund Andros intentaba producir el terror por un despliegue de fuerzamilitar,ydominaralafacciónenemigaapoderándosedesujefe.

—¡Firme con los antiguos privilegios, gobernador!—rugía la multitud,apoderándosedelaidea.—¡Buengobernador,ancianoBrádstreet!—

Cuando más fuerte se alzaba este grito, sorprendióse el pueblo a laaparición de la figura bien conocida del propio gobernador Brádstreet, unpatriarcadecercadenoventaaños,quesedestacóenloaltodelasgradasdeunapuerta,yconsusuavidadcaracterísticaexhortóalamultitudparaquesesometieraalaautoridadconstituída.

—Hijos míos,—concluyó el venerable personaje,—no hagáis nadainconsideradamente. No gritéis tan alto, sino rogad por el bienestar de laNuevaInglaterrayaguardadconpacienciaqueelSeñorseaservidodehaceralgopornosotros.—

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Los acontecimientos debían decidirse pronto, de otro lado.Durante todoeste tiempo el redoble del tambor se aproximaba por Cornhillmás fuerte ymásprofundo,hastaque, repercutiendodecasaencasa,estallóen lamismacalleacompañadodelecoregulardelamarchadelosmilitares.Aparecióunadoble filadesoldadosocupando todoelanchode lavía,conelmosquetealhombroymechasencendidas,formandounalíneadefuegoenlaobscuridad.Su marcha firme semejaba el progreso de una máquina arrollando conirresistible empuje todo lo que se encontrara en su camino. En seguida,avanzandolentamente,conunruidoconfusodecascosenelpavimento,veníauna partida de jinetes entre los que se destacaba la figura central de SirÉdmundAndros,elmásancianodeellos,peroerguidoydeaspectomarcial.Rodeábanlesusconsejerosfavoritos,losenemigosmásacérrimosdelaNuevaInglaterra. A su derecha montaba Édward Rándolph, nuestro principaladversario, aquel“mezquinodemoledor,”como le llamaCottonMáther,quellevóacabolaruinadenuestraantiguaadministración,mereciendoelanatemaque le persiguióobstinadamentedurante suvidaymás allá de la tumba.Alotro lado iba Búllivant, lanzando burlas y escarnio a su paso. Venía atrásDúdley, con losojosbajosy continente temeroso, como si no se atreviera aafrontarlasmiradasindignadasdelpuebloquelecontemplabaaél,suúnicocompatriota, entre los opresores de su país natal. El capitán de una fragatafondeada en el puerto y dos o tres oficiales civiles se veían también en elgrupo.Perolafiguraqueatraíamáslasmiradasdelpúblicoydespertabamásvibrantes sentimientos, era el clérigo episcopal de King’s Chapel, con susvestiduras sacerdotales, figurando con altanería entre los magistrados, yencarnandoadmirablementelaprelacíaylapersecución,launióndelaiglesiayelestadoy todasaquellasabominacionesquehabían llevadoaldestierroalospuritanos.Unadoblehileradesoldadoscerrabalamarcha.

Toda la escena pintaba la condición de la Nueva Inglaterra:desprendiéndosecomomorallosefectosfatalesdeungobiernoquenonacedelanaturalezade lascosasnide la índoledelpueblo.Deunlado, lamultitudreligiosa,consusemblantetristeysuobscuravestimenta;ydelotro,elgrupode gobernantes despóticos, ostentando acá y allá algún crucifijo sobre elpecho,conelaltopersonajeeclesiásticoalcentro,magníficamenteataviados,encendidos por el licor, orgullosos de su autoridad injusta y burlándose delmurmullo universal.Y los soldadosmercenarios, aguardando solamente unapalabraparainundarlascallesdesangre,representabanelúnicomedioporelcualpodíaasegurarselasumisión.

—¡Oh,Dios de los ejércitos!—clamóuna voz entre lamultitud,—¡envíaunsalvadoratupueblo!—

Estaexclamación,lanzadaenvozmuyalta,parecióserelgritodelheraldopara introducir un notable personaje. La multitud había retrocedido y se

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hallaba en aquel momento en plena confusión a la extremidad de la calle,mientras los soldados avanzaban en una tercera parte de su longitud. Elespacio intermedio estaba vacío, mostrando la calzada libre entre altosedificios que arrojaban sombras confusas sobre toda la escena. De pronto,vióseaparecerlafiguradeunanciano,queparecíahaberbrotadodeenmediodelpuebloyavanzabasolohaciaelcentrodelacalle,hastaponerseenfrentedelbandoarmado.Llevabaelantiguovestidodelospuritanos:capaobscuraysombrerodealtacopaalamodadecincuentaañosatrás,porlomenos,ygranespadaalcostado;perollevabaademásunbastónenlamanoparasostenereltrémulotemblordelosaños.

Cuando estuvo a cierta distancia de la multitud volvióse el ancianolentamente, mostrando un semblante impregnado de antigua majestad, ydoblementevenerableporlablancabarbaquedescendíahastasupecho.Hizounademándealientoyexpectativaalavezy,dandomediavuelta,prosiguiósucaminoenlínearectahaciaadelante.

—¿Quién es este anciano patriarca?—preguntaron los jóvenes a suspadres.—

—¿Quién es este hermano venerable?—se preguntaron los viejos unos aotros.—

Nadie pudo responder. Los patriarcas del pueblo, que contaban ochentaañosyalgomás,sepreocuparoncavilandosobresuextrañoolvidorespectodeestaevidentepersonalidad,aquienprobablementehabíanconocidoenlosdíasprimitivoscomoasociadodeWínthropytodoslosviejosconsejeros,dictandoleyes y elevando plegarias, y apercibiéndoles contra el salvajismo. Loshombresmayoresdebíanrecordarsindudahaberlevistocuandojóvenes,conmechones tan grises como los que ellos ostentaban ahora. ¡Y los jóvenes!¿Cómosehabíaborradotancompletamenteensumemoriaelrecuerdodeesteblanco patriarca, reliquia del tiempo desvanecido, cuya venerada bendiciónhabíaacariciadoseguramenteenlainfanciasuscabezasdescubiertas?

—¿Dedóndehasalido?¿Quésepropone?¿Quiénpuedeserestehombre?—susurrabalaadmiradamultitud.

Entretantoelvenerableextranjero,consubastónenlamano,proseguíasusolitariamarchaporelmediodelacalzada.Cuandoseencontrómáscercadelos soldados que avanzaban y llegó claramente a sus oídos el redoble deltambor, irguióse el anciano en toda su altura, envuelto en sombría einquebrantabledignidad,pareciendoquetodaladecrepituddelaedadcaíadesus hombros. Marchaba ahora con paso marcial, llevando el compás de lamúsicamilitar.Deestamaneraavanzaron, laantiguaaparicióndeun ladoytoda la parada de soldados y magistrados por el otro, hasta que apenasquedabanveinteyardasdedistanciaenmediodeellos;yentonceselanciano,

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cogiendo su vara por lamitad y blandiéndola en alto como una insignia demando,exclamó:

—¡Deteneos!—

Lamirada, el continente y la actitud de mandato; el solemne y marcialtimbre de la voz, acostumbrada tanto a dirigir las huestes en el campo debatalla como a elevarse hasta la divinidad en fervorosa plegaria, fueronirresistibles. A la voz del anciano y ante su brazo erguido, callóinmediatamenteelredobledeltamborylalíneaenterasedetuvo.Untemblordeentusiasmoseapoderódelamultitud.Aquellaaugustaaparición,enquesecombinabanlasantidadyelpoder, tanblanca, tanvagamenteentrevista,consusantiguasvestiduras,podíaserúnicamentealgúnviejocampeóndelacausade la justicia, levantado de su tumba por el redoble del tambor de losopresores.Lanzaronuna triunfantey reverenteexclamación,yaguardaron laliberacióndelaNuevaInglaterra.

El gobernador y los caballeros de su bando, al darse cuenta de suinesperada detención, avanzaron rápidamente como si quisieran lanzar susatemorizadosypalpitantescorcelescontralablancaaparición.Elanciano,sinembargo,noretrocedióunpaso;yrecorriendoconmiradaausteraelgrupoquele rodeaba a medias, la fijó al cabo severamente en Sir Édmund Andros.Podría haberse creído que el sombrío anciano era el jefe allí, y que elgobernador y el consejo, con todos los soldados que les acompañaban,representando todo el poder y la autoridad real, no teníanmás recurso queobedecer.

—¿Qué hace aquí este viejo?—gritó Édward Rándolph ferozmente.—¡Adelante,SirÉdmund!Hacedavanzaralossoldadosynodejéisaesteviejochochomásalternativaquelaquedaisatodalanación:¡hacerseaunladooserpisoteados!

—Vamos,vamos,mostremosalgúnrespetoalbuenpatriarca,—dijoriendoBúllivant.—¿Noveisqueesalgúnantiguodignatarioquehaestadodurmiendoestostreintaañosynosabenadadeloscambiosocurridos?¡SindudapiensaecharnosabajoconalgunaproclamaennombredelviejoNoll!

—¿Estáis loco, anciano?—preguntó Sir Édmund Andros en tono rudo eincisivo.—¿Cómo os atrevéis a detener la marcha del gobernador del reyJaime?

—Habría detenido en estos momentos aun la marcha del mismo rey,—replicó el respetable personaje con severa compostura.—Me encuentro aquí,señor gobernador, porque el grito del pueblo oprimido ha llegado hasta miescondidamorada;eimplorandoardientementelaproteccióndelSeñor,mehasidootorgadoaparecerunavezmássobrelatierraendefensadelacausajusta

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desussantos.Y¿quédirédeJaime?Noexisteyaeste tiranoenel tronodeInglaterra; ymañana almediodía su nombre será objeto de escarnio en estamismacalledondevos lohacíaisemblemade terror. ¡Atrás, túquehassidogobernador, atrás! ¡Esta noche tu poder ha terminado; mañana, la prisión!¡Atrás,amenosquedeseesquetepronostiqueelcadalso!—

El pueblo se había aproximadomás ymás, bebiendo las palabras de sucampeón, que hablaba con acento singular, como alguien que no estuvieraacostumbradoahacerusodelapalabra,exceptoconlosmuertosdeañosatrás.Pero su voz sacudió el espíritu de la multitud. Afrontaron a los soldados,sacandoareluciralgunasarmasylistosaconvertireninstrumentosdemuertelasmismaspiedrasdelascalles.SirÉdmundAndrosmiróalanciano;recorrióluego la multitud con ojos duros y crueles, encontrando por todas partesaquella ira sombría tan difícil de ablandar o quebrantar; y otra vez fijó sumiradaen la figuradel anciano,obscuramentedelineadaenel espacio libre,dondeniamigosnienemigossehabíanatrevidoapenetrar.Cualesquieraquefuesen sus pensamientos, no pronunció una sola palabra que pudieradescubrirlos. Mas, sea que estuviese dominado por la mirada del blancoadalid, seaqueadivinaraelpeligroen laactitudamenazadoradelpueblo, locierto es que retrocedió ordenando a sus soldados una retirada lenta y a ladefensiva. Antes de que se pusiera el nuevo sol, el gobernador y todos losgenerales que tan orgullosamentemontaban a su lado estaban prisioneros, ytanprontocomosesupoqueJaimehabíaabdicado,GuillermofuéproclamadoreyentodalaNuevaInglaterra.

Mas¿dóndeestabaelancianoCampeón?AlgunosdijeronquemientrasseretirabanlastropasdeKingStreetyelpuebloseamotinabatumultuosamenteensuseguimiento,vióseaBrádstreet,elviejogobernador,abrazaraunafiguraque aparentaba ser aun de mucha más edad que él. Otros afirmaban muyseriamente que, en tanto que se maravillaban del aspecto imponente delanciano,habíaseéstedesvanecidoantesusojos,fundiéndosesuavementeentrelassombrasdelcrepúsculohastaquequedósolamenteelespaciovacío.Perotodosconveníanenquelablancafigurahabíadesaparecido.Loshombresdeaquellaépocaaguardaronmuchotiemposureaparición,tantoalaluzdeldíacomoen lashorasdel crepúsculo; pero jamásvolvieron averle, ni supieroncuándo se celebraron sus exequias, ni dónde se encontraba su piedratumularia.

¿Quién fué el anciano campeón?Quizápodría descubrirse sunombre enlosanalesdeaqueltribunalquedictóunasentencia,demasiadoexcelsaparaeltiempo, pero gloriosa en la eternidad por su lección humillante para losmonarcas, y altamente ejemplarizados para los vasallos. He oído decir quedondequiera que los puritanos necesitan mostrar el espíritu de susascendientes, aparece de nuevo el anciano. Transcurridos ochenta años, se

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presentóotravezenKingStreet.Cincoañosdespués, en laauroradeciertamañanadeabril,aparecióenlapraderafrentealacapilladeloscuáquerosenLéxington, donde se levanta ahora el obelisco de granito con una lápidaconmemorativadelaprimeracaídadelarevolución.YcuandonuestrospadrespreparabanelparapetodeBúnkerHill,elviejoguerreroestuvorondandotodalanocheenlosalrededores.¡Mucho,muchotiempopuedetranscurrirantesdequesepresenteotravez!Suhoraeslahoradeobscuridad,deadversidadydepeligro.Mas,si latiraníanacionalnosoprimieraalgunavezoelpasodelosinvasoresviolaranuestrosuelo,volveríadenuevoelancianocampeón,porqueencarnaelespíritugenuinodelaNuevaInglaterra;ysuapariciónsimbólicaenla hora del peligro representará siempre la promesa de que los hijos de laNuevaInglaterrasabráncorresponderasualcurnia.

ELMAY-POLEDEMERRYMOUNT

Temaadmirableparaunanovelafilosóficaes lahistoriadelosprimeroscolonos en Mount Wóllarton o Merry Mount. En el ligero bosquejo acontinuación, los hechos consignados en las severas páginas de nuestroscronistas de la Nueva Inglaterra hanse cambiado casi espontáneamente enuna especie de alegoría. Lasmascaradas,mojigangas y costumbres festivasdescritas en el texto, estándeacuerdocon losusosdeaquel tiempo.Puedetomarse como autoridad en esta materia el Book of English Sports andPastimesdeStrutt.

HermososdíaslosdeMerryMount,cuandoelMay-poleeraelestandartedeaquellaalegrecolonia!Losqueloerigíancomotriunfantebanderahacíanbrotar claridady alegría sobre las agrestes colinas de laNueva Inglaterra, yesparcían semillas de flores en todo el país circunvecino. El regocijo y lamelancolía sedisputabanentonces el imperio.LavísperadeSan Juanhabíallegado,aportandoalosbosquesverdormásintensoyllevandoensuregazorosas de color más vivido que los tiernos pimpollos de la primavera. PeroMayo, o su espíritu gozoso, habitaba el año entero en Merry Mount,divirtiéndoseenlosmesesdeverano,alborotandoenelotoñoycalentándoseen tornodel fuegodurante lasbrumasdel invierno.RevoloteabaconsonrisasoñadoraatravésdelmundollenodepesaresypreocupacioneshastaquevinoaestablecersuslaresentrelosespíritusrisueñosdeMerryMount.

Jamás se había visto el May-pole tan galanamente ataviado como enaquellatardevísperadeSanJuan.Elveneradoemblemaeraunpinoquehabíaconservado la flexible gracia de la juventud aunque igualaba en altura a losmonarcasmáspotentesdelaantiguaselva.Ensucimaflotabaunabanderade

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sedaqueostentabaloscoloresdelarcoiris.Abajo,cercadelsuelo,el troncoestabarevestidoderamasdeabedulyvariasotrasdelverdemásllenodevida,entre las que se mezclaban algunas de hojas argentadas, sujetas con cintasflotantes en fantásticos nudos de veinte colores distintos, a cual másencendidos. Flores cultivadas y flores silvestres reían alegremente entre elverdor,tanfrescoyhúmedo,queparecíahaberbrotadoporartedemagiaeneste regocijado pino.Hacia donde terminaba este verde y florido esplendor,veíasepintadoelMay-polecon lossietebrillantescoloresde labanderaqueostentaba al tope. De las ramas verdes más bajas pendía una frondosaguirnaldaderosas,cogidasalgunasenlosparajesmássoleadosdelbosque,yotras, de colorido aun más rico, nacidas de las semillas inglesas que loscolonos habían cultivado. ¡Oh, pueblo de la edad de oro, cuya principalocupacióneracultivarflores!

Mas¿quésignificabalaextrañamultitudquecogidadelasmanosveíaseeltornodelMay-pole?Nopodíasuponerseseguramentequelosfaunosyninfasde las antiguas fábulas, arrojados de sus clásicas grutas, hubieran buscadorefugio en los frescos bosques del oeste, como lo habían hecho los demásperseguidos.Éstosparecíanmonstruosgóticos,aunquequizádedescendenciagriega.Enloshombrosdeunhermosomanceboerguíanselacabezaylasastasramosasdeunciervo;otro,humanoentodolodemás,teníaunrostrohorribledelobo;untercero,coneltroncoylaspiernasdehombre,mostrabalabarbaylos cuernos de un venerable macho cabrío. Por allá se destacaba la figuraerguida de un oso, fiera en todos sus detalles, salvo en sus piernas traseras,cubiertas demedias de seda color de rosa. Y allí otra vez, casi portentoso,aparecíaunverdaderoosode lasprofundidadesde la selva,extendiendosusgarras delanteras prontas a estrechar manos humanas, y tan dispuesto alparecer como los demás de la rueda a desempeñar su parte en la danza. Sufigura inferior levantóse amedias para llegar a la altura de sus compañeroscuando éstos se detuvieron.Otros rostros tenían la apariencia de hombres omujeres,perodisformesyextravagantes,conrojasnaricescolgandodelantedelas bocas quemostraban horribles profundidades, distendiéndose de oreja aoreja en una perpetua carcajada. Podía verse allí al hombre primitivo, bienconocido en la heráldica, peludo como un cinocéfalo y con su cinturón dehojasverdes.Asuladosediscerníaunafiguramásnoblequizá,perosiemprecontrahecha,uncazadorindioconpenachodeplumasycinturóndeconchas.Muchos personajes de esta bizarra compañía llevaban gorros de bufones ypequeños cascabeles pendientes de su atavío, que vibraban con sonesargentinos en armonía con lamúsica inaudita de su espíritu jovial.Algunosmancebos y doncellas ofrecían aspecto más serio, pero mantenían bien supuesto,sinembargo,enmediodelaheterogéneamultitud,porelarrobamientoexaltado que se revelaba en sus facciones. Todos estos personajes eran loscolonos de Merry Mount solazándose en la vasta sonrisa del sol poniente

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alrededordesuveneradoMay-pole.

Si algún paseante extraviado en la melancólica selva hubiera oído esteregocijoylanzadounafurtivayquizámedrosamiradaalespectáculo,habríajuzgadoqueeraelséquitodeComo,convertidosyaenbrutosalgunosdesuspersonajes, otros a media transformación entre el hombre y la bestia, yembriagados otros en el torrente de enloquecedora alegría que precedía alcambio.Entretanto,unabandadepuritanos,que,invisible,espiabalaescena,asimilabalamascaradaalosespíritusdiabólicosycorrompidosconloscualespoblabasusupersticiónelnegrocaos.

Dentrodelcírculodemonstruossedestacabandosfiguras tanaéreasquehacían pensar que jamás hubieran hollado piso más sólido que nubes depúrpuraydoradas.Launaeraunmanceboderesplandecientesvestiduras,conuna banda semejando el arco iris que le cruzaba sobre el pecho. Su manoderechasosteníauncetrodorado,emblemadealtadignidadentrelosalegresadoradoresdelMay-pole;mientrasoprimíaconlaizquierdalosgrácilesdedosde una hermosa doncella, no menos brillantemente ataviada que sucompañero. Vívidas rosas contrastaban, en su esplendente colorido, con losobscuros y sedosos rizos de sus cabelleras, y veíanse esparcidas a sus pies,donde quizá brotaron espontáneamente. Detrás de la luminosa pareja y tanpróximo al May-pole que las ramas más bajas sombreaban su semblantejovial, había un sacerdote inglés adornadode sus vestiduras canónicas, perocubiertas de flores a lamoda del paganismo, y llevando una corona de vidnatural. Por el extravío de sus ojosmovibles y la decoración pagana de sucontinente parecía el monstruo más selvático y el verdadero. Como de lareunión.

—¡AdoradoresdelMay-pole!—exclamóelfloridooficiante,—alegrementehanresonadolosbosquestodoeldíaconvuestroregocijo.Peroéstadebeservuestra hora más feliz, corazones míos. Sí; aquí están el rey y la reina deMayo,aquienesyo,unclérigodeOxfordygransacerdotedeMerryMount,voyaunirenesteinstanteconlossantoslazosdeHimeneo.¡Levantadvuestroespírituligero,vosotros,bailarinesmoriscos,hombresdelasselvasyrisueñasdoncellas, osos, lobos y cornudos caballeros!Venid, entonad un coro ahora,vibranteconelantiguojúbilodelaalegreInglaterra,yconelentusiasmomásexaltado de esta fresca selva; y luego, una danza paramostrar a esta jovenparejaparaquésehahecholavidaycuánligeramentehabrándeatravesarla!¡VosotrostodosqueamáiselMay-pole,prestadvuestrasvocesparaentonarelcantonupcialdelreyylareinadeMayo!—

Este himeneo era acontecimiento más serio de los que tenían lugar deordinarioenMerryMount,dondelabromaylafarsa,latravesuraylafantasíafomentaban un continuo carnaval. El rey y la reina de Mayo, aun cuandodebieran perder su título al ocaso, iban a ser real y verdaderamente

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compañeros en la danza de la vida, comenzando el compás aquella mismahermosatarde.LaguirnaldaderosasquependíadelasverdesramasbajasdelMay-polehabíasidotrenzadaparaellosysearrojaríasobresuscabezasunidascomosímbolodesufloridaunión.Así, tan luegoqueelsacerdoteconcluyó,unaexclamacióntumultuosabrotódelgrupodefigurasmonstruosas.

—¡Comenzad la estrofa, reverendo padre,—gritaron todos;—y jamáshabráncoreadolosbosquesecostanregocijadoscomolosquelanzaremosalairelosadoradoresdelMay-pole!—

Inmediatamentesedejóoírunpreludiodeflautas,cítarasyviolas,tocadoporhábilesministrilesdesdeelfondodeunaarboledavecina,contanalegrecadenciaquehastalasramasdelMay-poleseestremecieronasussones.Peroel rey de Mayo, el del cetro dorado, buscando los ojos de su reina,sorprendiósedelamiradacasimelancólicaquetropezóconlasuya.

—Édith,midulcereinadeMayo,—murmuróentonodereproche,—¿estaguirnaldaderosaspendeacasosobrenuestrastumbasquetantristeapareces?¡Oh, Édith! ¡Ésta es nuestra época de oro! No la opaques con sombras demelancolía;porquenadanostraeráelfuturomáshermosoqueelrecuerdodeloqueenestosmomentosestápasando.

—¡Estoesprecisamenteloquemeentristece!¿Cómohavenidotambiénatumente?—dijoÉdithen tonoaunmásbajoqueel suyo;pueseradelitodealta traición estar triste en Merry Mount.—Por esto suspiro en medio delfestivalydelamúsica.Yademás,queridoÉdgar,meparecedebatirmeenunsueño,ypiensoquelasfigurasdenuestrosjovialesamigossonvisiones;quesualegríaesimaginaria;yquenosomosnosotrosenrealidadelreyylareinadeMayo.¿Quémisterioeséstequeoprimemicorazón?—

Precisamenteenaquelinstante,comoalinflujodealgúnconjuro,cayóunaligera lluvia de hojas de rosa yamarchitas delMay-pole. ¡Ayde los pobresamantes! Tan pronto como ardieron sus corazones en la verdadera pasión,sintieronalgovagoyperecederoensusanterioresplaceresylesacometióunmedroso presentimiento de cambios inevitables. Desde el momento en queamaron profundamente, cayeron bajo la ley terrenal de pesar ypreocupaciones,dealegrías turbadas,yseencontraronyaextrañosenMerryMount. Éste era el misterio del corazón de Édith. Dejemos ahora que elsacerdotelosuna,yquelasmáscarassediviertanentornodelMay-pole,hastaque el último rayo del sol se refleje en su cima, y las sombras de la selvapongan su melancolía en medio de las danzas. Veamos, entretanto, quiéneseranestosalegrespersonajes.

Hacedoscientosaños,quizámás,queelmundoantiguoysushabitantessefatigaronmutuamentedesussempiternasrelaciones.Loshombresemigraronpormillareshaciaeloeste;unos,para trocarcuentasdevidrioybaratijasde

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joyeríapor laspielesde loscazadores indios;otros,paraconquistar terrenosvírgenes;yotros,másausteros,paraorar.Peroningunodeestosmotivoshabíasido el aliciente para los colonizadores de Merry Mount. Sus jefes fueronhombresquehabíangozado tantode la vida, que cuando se presentaron losenfadososhuéspedes,PensamientoySabiduría,seencontraronarrolladosporla turba de pompas y vanidades a las cuales debían haber puesto en fuga.Obligaron al errante Pensamiento y a la Sabiduría pervertida a endosar unamáscara y representar la farsa de la Locura. Los hombres de quienes nosocupamos, habiendo perdido la fresca alegría del corazón, imaginaron unafilosofía de placer desenfrenado y vinieron a estos lugares para realizar susfantasías. Reunieron adeptos en aquella aturdida raza cuya vida enteratranscurrecomolosdíasfestivosdeloshombresgraves.Habíaensuséquitoministriles no del todo desconocidos en las calles de Londres; cómicosambulantes, cuyo teatro fueran los salones de los gentileshombres; bufones,juglaresysaltimbanquis,cuyaausenciasedejaríasentirpor largo tiempoenlas romerías, fiestas conmemorativas y ferias; en una palabra, forjadores dealegría en todo sentido, que abundaban en aquella época, pero quecomenzaron a desaparecer con el desarrollo del puritanismo.Ligeros habíansidosuspasossobrelatierrayligeramentecruzaronelloselocéano.Muchoshabían sido arrojados por sus sufrimientos en desesperada locura de placer;otroserantanlocamentefestivosporlafuerzadesujuventud,comoelreyylareinadeMayo;mas,cualquieraque fuese lacausadesu regocijo, jóvenesyviejosestabanalegresenMerryMount.Losjóvenessecreíanfelices.Losdemás edad, aun cuando supieran que el regocijo es solamente una falsafelicidad,seguían,sinembargo,obstinadamentelaengañosasombrapuesquesiquierallevababrillanteatavío.Frívolosimpenitentesdurantetodasuvida,noseatrevíanaaventurarseenlasausterasverdadesdelaexistencia,niaunconlaesperanzadeencontrarlosgocesverdaderos.

Todos los pasatiempos clásicos de la vieja Inglaterra habíansetransplantado allí.El reydeChristmasostentaba su coronay elmonarcadeMisrule (Desconcierto) llevaba un cetro poderoso. La víspera de San Juancortabanvariosacresdebosqueparahacerhoguerasydanzabanasulumbretoda la noche coronados de guirnaldas y arrojando flores a las llamas. Entiempode cosecha, auncuando su campo fuese elmáspequeño,hacíanunaimagen con las gavillas de maíz, la decoraban con guirnaldas de otoño yllevábanlaen triunfoalhogar.Pero loquecaracterizabaespecialmentea loscolonosdeMerryMounterasuveneraciónporelMay-pole,quehaconvertidosuhistoriaenuncuentollenodepoesía.Laprimaveracubríadebotonesydefrescos y verdes vástagos el venerado emblema; el verano le traía rosas delmásvivocoloridoyelfollajeperfectodelosbosques;elotoñoleenriquecíaconsupomparojayamarillaqueconvertíacadahojasilvestredelbosqueenuna pintada flor; y el invierno le plateaba con su escarcha, adornándole de

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estalactitashastaqueresplandecíaa la luzsemejandotodoélunrayoheladodel sol.Asíalternaban lasestacionessuhomenajealMay-polepagándoleeltributodesumásricoesplendor.Susadeptosbailabanentornodelárbolporlomenosunavezalmes;denominábanleavecessureligiónosualtar;peroentodaocasiónrepresentabaelestandartedeMerryMount.

Desgraciadamente, había en el Nuevo Mundo ciertos hombres quealardeaban de una femás austera que la de aquellos alegres adoradores delMay-pole. No muy lejos de Merry Mount había una colonia de puritanos,hombres losmás infelices, que recitaban susplegarias antesdel amanecer ytrabajaban luego en los bosques o en las sementeras hasta que la noche lesllamaba de nuevo a la oración. Tenían siempre sus armas apercibidas paraatacar a los salvajes extraviados.Cuando se reunían en cónclave, jamás erapara sostener el clásico regocijo inglés, sino para escuchar sermones que seprolongabantreshoras,oproclamarpremiosporcabezasdelobosocabellerasdeindios.Susfiestaserandíasdevigiliaysudistracciónprincipalelcantodelos salmos. ¡Desgraciado del mozo o doncella que siquiera soñara con ladanza!Loshombreseminenteshacíanunsignoalcondestable;yponíanenelcepoalosréprobosdepiesligeros;odehaberdanza,eraenderredordelpostedelosazotes,quepodíallamarseelMay-poledelospuritanos.

Una partida de estos feroces puritanos, abriéndose paso penosamente atravésdelasdificultadesdelaselvayrevestidocadaunodeunaarmaduradehierropesadísimaparaembarazarsumarcha,llegabaaveceshastaelrisueñorecinto deMerryMount. Allí estaban los suaves colonos, regocijándose entorno del May-pole; quizá enseñando la danza a algún oso, o tratando decomunicarsualegríaalosgravesindios;odisfrazándoseconlaspielesdelosciervosy los lobosquehabíancazadoconesteobjeto.Amenudo lacoloniaentera,ylosmagistradoscomotodoslosdemás,jugabaunjuegosemejanteala gallina ciega, en el cual perseguían los gozosos pecadores, con los ojosvendados, a uno de ellos sin vendar que hacía de chivo y a quien debíandescubrirporel ruidode loscascabelesque llevabaensusvestidos.Sedicequeunavezvióselesescoltandohastasutumbauncadávercubiertodeflores,en medio de músicas festivas y gran regocijo. ¿Reiría el difunto? En susmomentos de tranquilidad cantaban baladas y recitaban historias paraedificación de sus piadosos visitantes; o llenábanles de perplejidad con susjuegosdeprestidigitación;oleshacíanmuecasdesdeelcentrodecollarinesdecaballo; y cuando se fatigaban de diversión, hacían broma de su mismocansancio y comenzaban a apostar a los bostezos. Presenciando todas estasenormidades,loshombresdehierrosacudíanlacabezayfruncíanlascejasdemaneratansombríaquelosalegresalborotadoreslevantabanlosojosalcielopara observar lamomentánea nube que había opacado el resplandor del solque, estaba sobrentendido, debía brillar constantemente en aquellos parajes.Deotro lado, afirmaban lospuritanosquecuandoelevabanun salmoen sus

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lugaresconsagrados,elecoquedevolvíanlasselvassemejabamuchasveceselestribillo de un alegre coro que terminaba en una carcajada. ¿Quién sino eldemonio y sus fieles secuaces, los habitantes de Merry Mount, había demolestarles?Coneltiempolevantóseunaenemistad,amargaysombríadeunlado, y tan seria como podía serlo, por el otro, entre los puritanos y losespíritus ligeros quehabían juradopleito homenaje alMay-pole.El carácterfuturodelaNuevaInglaterrahallábaseenjuegoenestainsoportablequerella.Si los feroces santos llegaban a establecer su jurisdicción sobre los jovialespecadores, su espíritu obscurecería el ambiente y convertiría el país en unatierrade rostrosnublados,deardua labor,de sermonesy salmospor toda laeternidad. Pero si el estandarte de Merry Mount alcanzaba la primacía,brillaríaelsolsobrelascolinas,lasfloresembelleceríanlafloresta,ytodalaposteridadrendiríahomenajealMay-pole.

Despuésdeestosdetallesauténticosdelahistoria,volvamosalasnupciasdel rey y la reina deMayo. ¡Ah! hemos demorado demasiado y nos vemosobligados a ensombrecer nuestra historia repentinamente. Lanzando unaojeadaalMay-pole,encontramosqueunsolitariorayodesolsedesvaneceensucimadejandosolamenteundébilmatizdoradofundiéndoseentrelostonosirisados de la bandera. Aun esta dudosa luz comienza a desaparecer,abandonandoeldominioenterodeMerryMounta lasbrumasdel atardecer,que tan instantáneamente han surgido de los negros bosques circunvecinos.Masalgunasdeestasobscurassombrasasumenfigurahumana.

Sí; con el sol poniente, ha pasado para Merry Mount su último día deregocijo.Elcírculodealegresmáscarasestaba rotoyendesorden;elciervobajabasusastas tristemente;el lobosevolvíamásdébilqueuncordero; loscascabeles de los danzantes moriscos repiqueteaban con trémulos sones deterror.Lospuritanoshabían tomadounaparte característica en lamascaradadelMay-pole.Sussombríasfigurasmezclábansealasbizarrasformasdesusenemigos, convirtiendo la escena en un cuadro de actualidad semejante aldespertardelamenteenmediodelasfantasíasdesparpajadasdeunsueño.Eljefedelbandohostilerguíaseenelcentrodelcírculo,mientraselséquitodemonstruosseinclinabaentornosuyosemejandoespíritusdelmalenpresenciade un mago temido. Ninguna farsa fantástica podía continuarse en supresencia.Tanindomableserevelabalaenergíadesucontinente,quelafiguraentera,rostrocuerpoyánima,parecíaforjadaenhierro,todadeunapiezaconelcascoylaarmadura,aunquedotadadevidaypensamiento.¡Eraelpuritanodelospuritanos;eraÉndicottenpersona!

—¡Detente,sacerdotedeBaal!—dijocontorvoceñoycolocandosumanoirreverente en la sobrepelliz.—¡Teconozco,Bláckstone!Eres elhombrequejamáspudosoportardisciplinaalguna,nisiquieraladetucorrompidareligión,yhasvenidoaquíapredicarlainiquidaddequedisteelejemplocontupropia

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vida.MasahoraseveráqueelSeñorhasantificadoestoslugarespormediodesupuebloescogido.¡Anatemasobrelosprofanadores!¡Yantetodo,sobreestaabominacióncubiertadeflores,elaltardetureligión!—

YconsucortanteespadaasaltóÉndicottelveneradoMay-pole.Noresistióelárbolporlargotiemposupoderosobrazo.Gimiócontristesecos;llovieronhojas y capullos sobre el cruel exaltado; y cayó por último el estandarte deMerry Mount arrastrando sus verdes ramas, cintas y flores, símbolo deplaceres desvanecidos.A su caída, cuenta la tradición, se puso el cielomásobscuroyenviaronlosbosquessombrasmástétricassobreaquelloslugares.

—¡Allí,—gritóÉndicott,mirandosuobraconairetriunfador,—allíyaceelúnicoMay-poledelaNuevaInglaterra!Tengolafirmeconviccióndequesucaída decidirá la suerte de los livianos e indolentes sectarios de la alegríadurante nuestros días y los de toda nuestra posteridad. ¡Amén, dice JohnÉndicott!

—¡Amén!—coreósuséquito.

Los adoradores del May-pole lanzaron un gemido por su ídolo. A estamanifestación,el jefepuritanodirigióunamiradaalacuadrilladeComo,enque cada figura, representación de la más franca alegría llevaba en aquelmomentolaexpresióndehondoabatimientoytristeza.

—Valientecapitán,—inquirióPéterPálfrey,elmásancianodelabanda,—¿quédisposicionessetomaránconrespectodelosprisioneros?

—Nopensabaarrepentirme jamásdehaberechadoabajounMay-poley,no obstante encuentro ahora en mi corazón que le plantaría de nuevo paraprocurar a todos estos paganos otra danza en torno de su ídolo. ¡Hubieraservidoperfectamentecomopostedeazotes!

—Haybastantespinos,sinembargo,—sugirióellugarteniente.

—Esverdad, buen anciano,—replicó el jefe.—Deconsiguiente, atad a lacondenada banda y procurad a cada uno de ellos una pequeña ración decardenalescomoadelantodenuestrafuturajusticia.Colocadluegoenelcepoa algunos de esos villanos para que descansen hasta que la Providencia losconduzca a una de nuestras bien organizadas colonias donde podremosencontraracomodopara todos.Despuéspensaremosenotroscastigos, comomarcasdehierrocandenteocortedelasorejas.

—¿Cuántosazotesparaelsacerdote?—preguntóelancianoPálfrey.

—Ninguno todavía,—respondió Éndicott, dirigiendo su inflexible ceñohacia el reo.—El gran tribunal general determinará si los azotes y largaprisión, acompañados de otras severas penas, serán expiación suficiente porsusculpas.¡Dejadlemirardentrodesímismo!Porviolacionesdeordencivil

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podríamossentirpiedad,mas¡aydeaquelqueatacanuestrareligión!

—Yelosodanzante,¿compartirá tambiénlosazotesdesuscompañeros?—preguntóeloficial.

—¡Disparadvuestrasarmasensucabeza!—exclamóelenérgicopuritano.—¡Sospechoalgúnmaleficioenestabestia!

—Aquíhayunaresplandecientepareja,—continuóPéterPálfrey,señalandoconsuarmaalreyylareinadeMayo.—Parecenserdealtorangoentreestosmalhechores. Pienso que su dignidadmerece por lomenos doble ración deazotes.—

Éndicott, apoyándose sobre su espada, miró atentamente el atavío y elcontinentede ladesventuradapareja.Estabanpálidos, temerososy abatidos;peronotábaseenellosciertoairedemutuososténypuraafecciónquedabaypedíaalientoalavez,quedemostrabaqueeranmaridoymujer,conlasanciónde un sacerdote en su amor. En el momento del peligro arrojó el joven sudoradocetro,enlazandoconsubrazoalareinadeMayoquesereclinabaensupecho,muyligeramenteparadejarlesentirningúnpeso,maslobastanteparaexpresarque susdestinosestabanunidospara siempre, en la fortunaoen laadversidad.Miráronse primero uno a otro y luego enderezaron la vista a latorvafazdelcapitán.Asítranscurríalaprimerahoradesusbodas,mientraslosvanos placeres de que sus compañeros eran el emblema se trocaban en lasarduasdificultadesde lavida,personificadasen lossombríospuritanos.Masnuncasehabíareveladosujuvenilbellezatanelevadaytanpuracomocuandosuesplendorseabrillantabaconelinfortunio.

—¡Joven,—dijoÉndicott,—te encuentras enmomentos difíciles, tanto túcomo la doncella que es tu esposa. Estad preparados; porque imagino quetendréismotivopararecordareldíadevuestrasnupcias!

—¡Hombre inflexible!—exclamó el rey de Mayo,—¿cómo podréconmoverte? Si tuviera los medios, resistiría hasta la muerte, peroencontrándomeimpotente,merindoatuvoluntad.¡Hazdemíloquequieras,perodejamarcharilesaaÉdith!

—De ningún modo,—replicó el cruel fanático.—No hemos de mostrar,ciertamente, vana cortesía hacia un sexo que requiere la más estrictadisciplina. ¿Qué dices, doncella? ¿Sufrirá tu dulce esposo tu parte de penasademásdelasuyapropia?

—¡Asísealamuerte,aplicadlastodassobremicabeza!—exclamóÉdith.

En verdad, como decía Éndicott, encontrábanse los pobres amantes enterriblesituación.Susenemigos triunfaban,susamigosestabanprisionerosyabatidos,suhogardesolado,obscurasoledadlesrodeabayundestinoriguroso

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encarnadoeneljefepuritano,eratodoloqueteníanqueesperar.Sinembargo,niaunlanochequeavanzabapudodisimularqueelhombredehierrosehabíasuavizado:sonrióaldulceespectáculodelprimeramor;ycasisuspiróporelinevitablefracasodesusbellasesperanzas.

—Laspenasdelavidahanvenidomuytempranoparaestajovenpareja—observóEndicott.—Veremoscómosemanejanensudesgraciaactual,antesdeque les impongamos mayores sufrimientos. Si podéis encontrar en el botínvestidurasmásdecentes,hacedlasponeraestereydeMayoyasudama,enlugardesubrillanteyvanapompa.Ocupaosdeello,algunosdevosotros.

—Y ¿no cortaremos el cabello al mozo?—preguntó Péter Pálfrey,dirigiendounamiradadeodioalacoletayaloslargosysedososbuclesdelmancebo.

—Cortádselo inmediatamente, dejándole la cabeza en el verdadero estilocalabaza,—replicó el capitán.—Traedlos luego con nosotros, pero con mássuavidad que a sus compañeros. Hay ciertas cualidades en el mancebo quepueden hacerle valiente en la lucha, sobrio en el trabajo y piadoso en laoración; y otras en la doncella que la convertirán en unamadre de nuestroIsrael, dando vida a hijos mejor educados de lo que ella ha sido. ¡Noimaginéis,jóvenes,quelosmásfelices,aunennuestraperecederaexistencia,sonaquellosquelamalgastandanzandoentornodeunMay-pole!—

YÉndicott, elpuritanomásausterode todos loque fundaron lospétreoscimientos de la Nueva Inglaterra, levantó la guirnalda de rosas del abatidoMay-pole y la arrojó con su propia mano cubierta del guantelete sobre lascabezas reunidas del rey y la reina de Mayo. Fué un acto simbólico. Delmismo modo que la tétrica moral del universo destruye toda alegríasistemática, así había sucedido con su mansión de apasionado regocijo,desoladaahoraenmediodelatristeselva.Jamásvolveríanahabitarla.Pero,comosufloridaguirnaldahabíasidoentretejidaconlasrosasmásbellasqueallí crecían, así el lazoque lesunía representabaahoramáspurasymejoresalegrías. Siguieron vía del cielo, sosteniéndose en el áspero sendero que lestocóenloteatravesar,yjamásdedicaronunsentimientodepesaralaspompasdesvanecidasdeMerryMount.

ELEXPERIMENTODELDOCTORHÉIDEGGER

ElancianodoctorHéidegger,hombremuyoriginal,invitóunavezacuatroamigos suyos para que se reunieran en su estudio. Eran tres caballeros debarbablanca:elseñorMédbourne,elcoronelKílligrewyelseñorGascoigne;

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yunaajadaseñora,laviudaWycherly.Todoselloseranviejosymelancólicospersonajes, que habían sufrido infortunios durante su vida, y cuya mayordesgraciaconsistíaenquenogozaban tiempohadel reposode la tumba.ElseñorMédbournehabíasidoenelvigordesuedadunprósperocomerciante;masperdió todasu fortunaenespeculacionesarriesgadasyeraporentoncespoco menos que un mendigo. El coronel Kílligrew había malgastado susmejoresaños,susaludysuenergíaenpecaminososplaceresqueleprodujeronmultituddeincomodidades,comolagotayotrosvariostormentosdecuerpoyalma.ElseñorGascoigneeraunpolíticoarruinado,hombredemalafama,quelehabíaperseguidohastaqueeltiempoleborródelamemoriadelapresentegeneración, haciéndole obscuro en vez de infame. En cuanto a la viudaWycherly, contaba la tradición que fué una belleza en sus días; mas habíavivido largo tiempo en profundo aislamiento a causa de ciertas historiasescandalosasquelevantaroncontraellalaopinióndelasociedad.Esdignademencionarse la circunstancia de que los tres viejos caballeros, el señorMédbourne, el coronel Kílligrew y el señorGascoigne, habían sido en otrotiempopretendientesde laviudaWycherly,yestuvieronunavezapuntodecortarse el cuelloporgozardel privilegiode su amor.Yantesdeproseguir,quierotambiéndejarapuntadoquesesusurrabaquetantoeldoctorHéideggercomosuscuatro invitadosseencontrabanavecesalgo fueradesuscabales;cosanodel todo sorprendente tratándosedepersonasancianas atormentadasporactualessufrimientosoporangustiosasremembranzas.

—Misantiguosyqueridosamigos,—dijoeldoctorHéidegger,haciéndolestomarasiento,—Deseoquemeayudéisenunodelospequeñosexperimentosconqueacostumbrodivertirmeasolasenmiestudio.—

Sihemosdedarfealahistoria,elestudiodeldoctorHéideggereraunsitiodelosmáscuriosos:unaobscuracámara,amuebladaalaantigua,festoneadadetelarañasycubiertadepolvodesdetiempoinmemorial.Apoyadoscontraelmuro veíanse varios estantes de roble, cuyos anaqueles inferiores estabanllenos de infolios gigantescos y libros góticos en cuarto, mientras la partesuperior guardaba los pequeños libros en duodécimo con cubierta depergamino.SobreelestantecentralhabíaunbustodeHipócratesconelcual,según fuentes autorizadas, acostumbraba sostener consultas el doctorHéidegger en todos los casos difíciles de su profesión. En el rincón másobscurodelaposento,habíaunarmarioderoble,altoyestrecho,a travésdecuyaentreabiertapuertasedivisabaconfusamenteunesqueleto.Enelespaciocomprendido entre dos estantes pendía un espejo mostrando su alta yempolvada superficie dentro de un deslustradomarco dorado.Entremuchasotrashistoriasmaravillosasqueserelatabanacercadeesteespejo,decíasequelas almas de todos los pacientes difuntos del doctor habitaban dentro de suvera,yseencarabanconélsiemprequemirabaenaquelladirección.Elladoopuestodelacámaraestabadecoradoconelretratodecuerpoenterodeuna

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jovendama,vestidaderaso,sedaybrocadoendescoloridamagnificencia,ycon semblante tan pálido como su atavío. Hacía medio siglo que el doctorHéidegger estuvo a punto de casarse con la joven señora;mas sucedió que,afectadadeligeromalestar,tomóunadelasrecetasdesuprometidoymurióenlamañanadelasbodas.Quedaaúnpormencionar laprincipalcuriosidaddel estudio: un enorme infolio, encuadernado en cuero negro y cerrado conpesadosbrochesdeplata.Nollevabaletrasenellomoynadiepodíadecireltítulodelaobra.Perosabíaseperfectamentequeeraunlibrodemagia,yunavezquelocogióunacamarera,simplementeconlaideadequitarleelpolvo,elesqueletoseremovióensuarmario,elretratodeladamacolocóunpiesobreelpavimentoyvariosrostrosdefantasmasasomaronenelespejo;entantoquelabronceadacabezadeHipócratesfruncíaelceñoydecía:“¡Detente!”

TaleraelestudiodeldoctorHéidegger.Enlatardedeestíoaqueserefierenuestrahistoria,habíaunapequeñamesaredonda,negracomoelébano,enelcentro de la habitación, sosteniendo un ánfora de cristal cortado, de bellaformaydelicadotrabajo.Losrayosdelsolpenetrabanatravésdelaventana,entre los pesados festones de dos cortinas de damasco descolorido, y caíandiscretamentesobreelánfora;demaneraqueunsuaveresplandorsereflejabaenloscenicientosrostrosdeloscincoviejosreunidosentorno.Tambiénhabíacuatrocopasdechampañasobrelamesa.

—Misantiguosyqueridosamigos,—repitióeldoctorHéidegger,—¿puedoconfiarenvuestracooperaciónpararealizarunexperimentoextremadamentesingular?—

Hay que advertir que el doctor Héidegger era un viejo caballero muyoriginal,cuyasexcentricidadeshabíanllegadoaserlabasedemilfantásticashistorias. Es posible que algunas de estas invenciones, dicho sea paravergüenza mía, puedan remontarse hasta mi propia y verídica persona; demodo que, si algunos pasajes de este cuento chocan con la credulidad dellector,soportarégustosamenteelestigmadenovelero.

Cuando los cuatro visitantes oyeron hablar al doctor de su famosoexperimento, no imaginaronmaravillamayor que lamuerte de un ratón pormedio de alguna bomba neumática, el examen de cualquier basura en elmicroscopio,oalgunaotratonteríaporelestilo,conlasqueteníaelhábitodeimportunar a sus amigos.Mas, sin aguardar respuesta, el doctor Héideggeratravesó renqueando la habitación y volvió con aquel enorme infolioencuadernadoencueronegro,quelaopinióngeneraldeclarabaserunlibrodemagia.Desabrochando las plateadas cerraduras, abrió el volumen y sacó deentresusgóticaspáginasunarosaoloquefuéalgunavezunarosa,puesqueentonces las verdes hojas y pétalos de púrpura habían adquirido un tonoparduzco, y la flor entera parecía a punto de convertirse en polvo entre lasmanosdeldoctor.

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—Esta rosa,—explicó suspirando el doctorHéidegger,—estamisma rosaqueveisaquímarchitaycasideshecha,florecióhacecincuentaycincoaños.MeladioSilviaWard,cuyoretratopendeallí;yyopensaballevarlasobreelpechoeldíadenuestrasbodas.Cincuentaycincoañoslaheconservadocomountesoroentre laspáginasdeesteviejolibro.Ahorabien;¿creeríaisposiblequeestarosademediosiglopudierareviviralgunavez?

—¡Qué ocurrencia!—exclamó la viuda Wycherly con un impertinentemovimientodecabeza.—¡Podríaispreguntarigualmentesiunrostroarrugadodeviejapuederejuvenecersealgunavez!

—¡Mirad!—respondióeldoctorHéidegger.

Descubrió el ánfora y echó la rosa seca en el agua que allí había. Alprincipiosemantuvolaflorenlasuperficie,sinabsorbernadadehumedad,alparecer.Pronto,sinembargo,pudonotarseuncambiosingular.Losarrugadosysecospétalosseagitaron,adquiriendountintecarmesímásvivo,comosilaflordespertaradealgúnsueñomortal;elesbeltotalloylasramitasdefollajetomarontonosverdes;yporúltimolarosademediosigloatrásapareció tanlozanayfrescacomocuandoSilviaWardlaobsequióasuprometido.Apenassilucíacompletamenteabierta;puesalgunasdesusdelicadashojasencarnadasapretábansetodavíamodestamentesobresuhúmedoseno,dondebrillabandosotresgotasderocío.

—Es ciertamente una linda ilusión óptica—dijeron descuidadamente losamigosdeldoctor,pueshabíanpresenciadomayoresmilagrosenespectáculosdeprestidigitación;—hacedelfavordemostrarnosdequémaneraserealiza.

—¿HabéisoídohablaralgunavezdelaFuentedelaJuventud?—preguntóeldoctorHéidegger,—aquéllaquefuéabuscarPoncedeLeón,elaventureroespañol,harádosotrescenturias?

—Pero¿laencontróalfinPoncedeLeón?—preguntólaviudaWycherly.

—No,—respondió el doctor Héidegger,—porque nunca la buscó en suverdadero sitio. La Fuente de la Juventud, si estoy bien informado, seencuentrasituadaenlapartemeridionaldelapenínsuladelaFlorida,nolejosdel lago Macaco. Su manantial está sombreado por varias magnoliasgigantescas, que aun cuando cuentan innumerables siglos se conservan tanfrescascomovioletaspor lavirtuddeestaaguamaravillosa.Unamigomío,conociendomiaficiónaestaclasedeestudios,mehaenviadolaqueveisenaquelvaso.

—¡Ejem!—murmuróelcoronelKílligrew,quenocreíaunapalabrade lahistoria del doctor;—y ¿cuál sería el efecto de este líquido en la naturalezahumana?

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—Podéis juzgarlo por vosmismo,mi querido coronel—replicó el doctorHéidegger,—y vosotros todos, mis respetados amigos, sois los bienvenidosparabeberdeestelíquidomaravillosolacantidadnecesariaparadevolveroselbrillo de la juventud. Por mi parte, he tenido tantos disgustos antes deenvejecer, que no tengo prisa de volverme joven otra vez. Con vuestropermiso,observarésolamentelosprogresosdelexperimento.—

Mientras hablaba, llenaba el doctor Héidegger las cuatro copas dechampaña con el agua de la fuente de la juventud. Parecía impregnada dealgún gas efervescente, porque continuamente ascendían pequeñas burbujasdesde el fondo de los vasos y estallaban en plateado rocío en la superficie.Como el líquido difundía agradable perfume, los viejos personajes novacilaronencreerqueposeyerapropiedadescordialesyreconfortantesy,auncuandoescépticosconrespectoasupoderrejuvenecedor,sentíanseinclinadosa beberlo inmediatamente. Pero el doctor Héidegger les detuvo por unmomento.

—Antes de que bebáis,mis respetables y antiguos amigos,—dijo,—seríaconvenienteque,conlaexperienciaquehabéisadquiridodurantevuestravida,adoptarais algunas reglas generales de conducta al afrontar por segunda vezlospeligrosde la juventud. ¡Pensadqueseríauncrimenyunavergüenzasi,conlasventajasespecialesdequevaisadisfrutar,nofueraismodelodevirtudydesabiduríaparatodoslosjóvenesdevuestraedad!—

Loscuatrovenerablesamigosdeldoctorsólorespondieronconunadébilytrémula carcajada; tan ridícula les pareció la idea de que, conociendo cuánpróximosigueelarrepentimientolashuellasdelerror,hubierandeextraviarsenuevamente.

—Bebed entonces,—dijo el doctor inclinándose.—Me regocijo de haberelegidocontantadiscreciónlossujetosparamiexperimento.—

Con temblorosasmanos levantaron las copashasta sus labios.Si el licorposeía en realidad lasvirtudesque le atribuía el doctorHéidegger, nopodíaemplearseencuatrosereshumanosquelonecesitaranmáslastimosamente.

Parecíaquenuncahubierantenidojuventudniplaceres,quehubieransidoun producto anormal de la naturaleza, siempre las mismas criaturas grises,decrépitasysinsaviaqueseencontrabanenderredorde lamesadeldoctor,tanyertasdecuerpoyalmaquenisiquierasentíanentusiasmoantelaideaderejuvenecer.Bebieronelaguaycolocarondenuevolosvasossobrelamesa.

Indudablemente pudo notarse al punto cierta animación en el aspecto delosinvitados;algoasícomoelefectoproducidoporunvasodevinogeneroso,conunresplandordeclaridadrepentinaqueirradiabaenloscuatrorostrosalapar.Aparecióunsonrosadodesaludensusmejillas,reemplazandolapalidez

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terrosa que les hacía asemejarse a un cadáver. Miráronse unos a otros,imaginandoquealgúnmágicopoderprincipiabaaborrarenrealidadlahondaytristehuellaqueelTiempohabíagrabadodesdemuyatrásensuentrecejo.LaviudaWycherlyarreglósucapota,casisintiéndosemujerdenuevo.

—¡Dadnos un poco más de esta agua maravillosa!—exclamaronansiosamente.—Hemos comenzado a rejuvenecer, pero estamos todavíademasiadoviejos.¡Pronto,dadnosunpocomás!

—¡Paciencia, paciencia!—dijo el doctor Héidegger que, sentado,observabalosefectosdelexperimentoconfilosóficafrialdad.—Habéispuestolargotiempoparahacerosviejos.Nodudoqueoscontentaréisconrejuvenecerenunahora.¡Sinembargo,elaguaestáavuestradisposición!—

Llenólascopasnuevamenteconellicordelajuventud,delcualquedabalobastanteenelrecipienteparavolvertanjóvenescomosusnietosalamitaddelosviejosdelaciudad.Mientrasestallabanaúnlasburbujasenelborde,loscuatroinvitadosdeldoctorseapoderarondelosvasosybebieronelcontenidodeunsolosorbo.¿Erailusiónacaso?Nobienacababadepasarellíquidoporsu garganta cuando pareció presentarse un cambio en toda su naturaleza.Tornáronsesusojosclarosybrillantes;unasombraobscuraseextendiósobresusplateadosrizos;yseencontraronreunidosentornodelamesadeldoctorHéidegger tres caballeros demediana edad y una dama salida apenas de laprimerajuventud.

—¡Mi querida viuda, estáis encantadora!—exclamó el coronel Kílligrewquehabíaconservadolamiradafijasobreelrostrodelaseñora,mientraslassombrasde la edad sedesvanecíancomo laobscuridadante la auroradeunnuevodía.

La hermosa viuda sabía desde largo tiempo atrás que los elogios delcoronelKílligrewnosiempresebasabanenlaestrictaverdad;así,saltandodesuasientoseabalanzóalespejo,temiendoaúnquesusmiradastropezaranconel feo rostro de una mujer de edad. Entretanto los tres caballeros secomportabandemaneratalquedabalugaracreerqueelaguadelafuentedela juventudposeíaciertas cualidadesespirituosas; amenosque la exaltaciónde sus ideas fuera simplemente el alegre desvanecimiento producido por lasúbitadesaparicióndelpesodelosaños.LaimaginacióndelseñorGascoigneparecía encaminarse a tópicos políticos; mas no era fácil determinar si suselucubraciones se referían al pasado, al presente o al futuro, pues que lasmismas ideas e idénticas frases habían estado en boga durante los últimoscincuentaaños.Yaenunciabaaplenavozproposicionessobreelpatriotismo,la gloria nacional y los derechos del pueblo; ya musitaba algunos planesatrevidosenrecelosoytaimadomurmullo,tancautelosamentequenisiquierasupropiaconcienciallegaraaapoderarsedelsecreto;oexpresábasedenuevo

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con acento mesurado y docta entonación de orador, como si oídos realesescucharanlosbienredondeadosperíodosdesuarenga.ElcoronelKílligrewentonaba almismo tiempouna alegre canción báquica, tamborileando en suvasoelcompásdelcoro,mientrassusojosvagabansobreelrisueñosemblantedelaviudaWycherly.AlotroladodelamesaelseñorMédbournesumíaseenprofundoscálculosdedólaresycentavos,queteníanqueverparticularmenteconunproyectoparaproveerdehieloalasIndiasOrientalesoequiparuntirodeballenasparalostémpanospolares.

En cuanto a la viuda Wycherly, permanecía frente al espejo haciendomonadas y cortesías a su propia imagen y saludándola como al amigomásamadoqueexistíaenelmundoparaella.Acercósurostromuyjuntoalespejopara observar si la pata de gallo y las importunas arrugas marcadas largotiempoatráshabíandesaparecidoverdaderamente.Examinósilanievedesuscabelloshabíase fundidopor completoy si podría echar atrás su capota conentera seguridad.Al fin, volviéndose alegremente, avanzó hacia lamesa enunaespeciedepasodebaile.

—¡Mi viejo y querido doctor!—exclamó,—¡por favor, brindadme otrovaso!

—¡Ciertamente,miqueridaseñora,ciertamente!—replicóelcomplacientedoctor.—¡Mirad!Yateníalosvasosllenos.—

Enefecto,loscuatrovasosaparecíanllenoshastaelbordedeaquellaaguamaravillosa, cuyo delicado rocío, efervescente en la superficie, semejaba eltrémulo chispear de diamantes. Estaba ya tan próximo el ocaso que lahabitación se hallaba más sombría que nunca; pero un resplandor suave,análogoaldelaluna,emanabadelagranánfora,reposándoseporigualsobreloscuatroinvitadosysobrelafiguravenerabledelmédico.Sentóseésteenunsillón de roble, de alto respaldar y primorosamente tallado, con tal aire deantiguamajestadquehabríapodidocaracterizaralTiempo,cuyopoderjamáshabíasidodiscutido,salvoporestaafortunadatertulia.Apesardequebebíanansiosamente en aquelmomento la tercera copa del licor de la fuente de lajuventud, sintiéronse casi atemorizados por la misteriosa expresión de lafisonomíadeldoctorHéidegger.

Pero pronto la alegre efusión de la juventud cundió por sus venas.Hallábanse ahora en la dichosa adolescencia. Recordaban la vejez, con suséquitomiserable de preocupaciones, sufrimientos y enfermedades, tan sólocomounsueñodesagradabledelcualacababandedespertaralegremente.Lafrescuradealma,perdidatantemprano,ysinlacuallasescenassucesivasdelavidaeranúnicamenteunacoleccióndecuadrosdescoloridos,prestabaotravez su encanto al porvenir. Sintiéronse como seres nuevos creados en ununiversonuevo.

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—¡Somosjóvenes!¡Somosjóvenes!—exclamabanensuéxtasis.

La juventud, al igual que la vejez, borraba los caracteres fuertementemarcados de la edad mediana y asimilaba mutuamente a todos aquellospersonajes. Era un grupo de muchachos alegres, casi enloquecidos con elregocijoexuberantedesuspocosaños.Elefectomássingulardesualegríaeraelimpulsodemofarsedelasenfermedadesyladecrepituddequehabíansidovíctimas hasta hacía pocos instantes. Reían locamente de su extravaganteatavío, de las chaquetas de amplios faldones y los chalecos flotantes de losjóvenes, y de la antigua capota y vestimenta exótica de la deslumbranteseñora. Uno de ellos púsose a cojear alrededor del cuarto como un abuelogotoso; otro colocó en su nariz un par de gafas, pretendiendo descifrar lasgóticaspáginasdellibrodemagia;eltercerotomóasientoenunagransilladebrazosyprocurabaimitar lavenerabledignidaddeldoctorHéidegger.Todosalborotaban regocijadamente, saltando en torno de la habitación. La viudaWycherly(siunadamiselatanfrescapodíallamarseviuda)seacercóbailandoágilmente hasta la silla del doctor, con el sonrosado rostro brillando demaliciosaalegría.

—¡Doctor, viejo y querido corazónmío, levantaos y danzad conmigo!—exclamó.Yentoncesloscuatrojóvenesrieronmásestrepitosamentequenuncaalpensarenlaextravagantefiguraqueharíaelpobreviejodoctor.

—Os ruego dispensarme,—respondió el doctor tranquilamente.—Estoyviejo y reumático y mi tiempo de bailar concluyó muchos años ha. Perocualquieradeestosjóvenesserámuyfelizdetenertanlindapareja.

—¡Bailadconmigo,Clara!—gritóelcoronelKílligrew.

—¡No,no;yoserésucompañero!—profirióelseñorGascoigne.

—¡Fuísuprometidohacecincuentaaños!—exclamóelseñorMédbourne.

Todosseagruparonentornodeella.Unocogiósusdosmanosconimpulsoapasionado; otro pasó el brazo en derredor de su talle; el tercero hundió lamanoentre los sedosos rizosqueasomabandebajode lacapotade ladama.Sonrosada, palpitante, luchando, riñendo, riendo y lanzando por turno sualientoardorosoenlafazdecadaunodelospretendientes,hacíaellaademánde desprenderse,mas sin llegar a librarse del triple abrazo.Nunca se habíapresenciadocuadromásvivoderivalidadjuvenilconhermosuratanhechiceracomogalardón.Sinembargo,porextrañailusión,debidaalaobscuridaddelacámarayalosantiguosvestidosqueaunllevabanlosinvitados,sedicequeelgranespejoreflejabalafiguradelostresancianos,canososyajadosabuelos,contendiendoporlafealdadangulosadeunaviejaencogidayarrugada.

Peroeranjóvenes:porlomenossuspasioneslodemostraban.Inflamadoshasta la locura por la coquetería de la damisela viuda que no otorgaba ni

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rehusaba por completo sus favores, los tres rivales comenzaron a cruzaramenazadoras miradas. Sujetando con una mano el anhelado galardón,echaron la otra mutuamente a sus gargantas, llenos de rencor. Mientrasluchabanaquíyallá,cayólamesa,destrozándoseelvasoenmilfragmentos.Lapreciosaaguadelajuventudcorrióenbrillantearroyosobreelpavimento,humedeciendo las alas de unamariposa, envejecida al declinar del veranoyque había venido a morir allí. El insecto voló ligeramente a través de lahabitaciónyfuéacolocarseenlanevadacabezadeldoctorHéidegger.

—¡Venid, venid, caballeros! ¡Venid Madame Wycherly,—exclamó eldoctor.—Tengoqueprotestarseriamentedeestetumulto.—

Aquietáronse y se estremecieron; porque parecía que el Tiempo gris lesllamara haciéndoles retroceder de su luminosa juventud,muy lejos, hasta elheladoyobscurovalledelosaños.MiraronaldoctorHéidegger,quientomóasiento en su tallado sillón, sosteniendo la rosa de medio siglo que habíarecogido entre los fragmentos del estrellado vaso. A un movimiento de sumano,loscuatrorevoltososasumieronsusasientosalamayorbrevedad,puessuviolentoejerciciohabíales fatigadoenextremo,apesarde la juventuddequecreíandisfrutar.

—¡MipobrerosadeSilvia!—exclamóeldoctorHéidegger,exponiéndolaalaluzdelasnubesdelponiente;—parecequesemarchitaotravez.—

Yasíeraenverdad.Bajo lasmiradasde la reunióncontinuóajándose laflor hasta que apareció tan seca y frágil como cuando el doctor la habíaarrojado en el vaso. Sacudió el anciano las pocas gotas de rocío que aunpendíandesuspétalos.

—La amo tanto ahora como en su húmeda frescura,—observó el doctor,oprimiendo la marchita rosa contra sus labios ajados. Mientras hablaba, lamariposavolóotravezdesunevadacabezaycayósobreelpavimento.

Los invitados se estremecieron de nuevo. Una frialdad extraña, que nosabíansiatribuiralcuerpooalespíritu,apoderábasedeellosgradualmente.Semiraron unos a otros e imaginaron que cada minuto que se escapabaarrebatábales un encanto, y dejaba en su semblante surcos más profundosdondenadasenotabaenelmomentoprecedente.¿Eraacasounailusión?¿Elcambiodeunavidaenteralimitábaseatanbreveespacio,yeranyasólocuatroancianossentadosconsuviejoamigo,eldoctorHéidegger?

—¿Nos volvemos viejos tan pronto, otra vez?—exclamarondolorosamente.

Asíeraenrealidad.Elaguadelajuventudposeíasolamentevirtudesmáspasajerasquelasdelvino.Eldelirioquecreabahabíadesaparecido.¡Sí!Eranviejosotravez.Conimpulsorepentino,quedemostrabaqueeraaúnmujer,la

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viudaoprimiósusflacasmanoscontrasusemblante,deseandoquelatapadelataúdcayerasobreella,yaquenopodíavolveraserhermosa.

—Sí, amigos míos; sois viejos otra vez,—dijo el doctor Héidegger:—y¡ay! el agua de la juventud se ha derramado toda por el suelo. Bien; no lolamentaré;puesauncuando la fuentebrotaraen losmismosumbralesdemipuerta,mislabiosnolahabríandetocar;no,aunqueeldelirioqueprodujeradurase años en vez de algunos instantes. ¡Ésta es la lección queme habéisenseñado!—

Pero los cuatro amigos del doctor no aprovecharon para sí la lección.ResolvieronorganizarunaperegrinaciónalaFloridaybebermañana,tardeynochedelaFuentedelaJuventud.

LEYENDASDELACASAPROVINCIAL

I

LAMASCARADADEHOWE

Vagando por la calle deWáshington una tarde del verano pasado, atrajomis miradas una muestra de hotel que asomaba de un estrecho zaguánabovedadocasienfrentedelaantiguaiglesiadelSur.Lamuestrarepresentabalafachadadeunsoberbioedificiodesignadoconelnombrede“AntiguaCasaProvincial,alcuidadodeThomasWaite.”Mesentísatisfechoderecordarasíelpropósito,queabrigabalargotiempo,devisitaryrecorrerlamansióndelosantiguos gobernadores reales de Massachusetts; y penetrando en el pasilloabovedadoqueseextendíaenmediodeunahileradetiendasdeladrillo,unoscuantospasosmetransportarondesdeelbulliciosocentrodelmodernoBostonhasta un patiocillo pequeño y silencioso. Un lado de este espacio estabaocupado por la fachada cuadrada de la casa provincial, de tres pisos, ycoronadadeunacúpulaencuyacimapodíadistinguirseunindiodorado,consu arco tendido y una flecha en la cuerda, apuntando al gallo de la veletacolocadaenelchapiteldelaIglesiadelSur.Estafiguraconservabalamismaactitudhacíasetentaañosoquizámás,desdeeltiempoenqueelbuendecanoDrowne,undiestroescultorenmaderas,lacolocóporprimeravezensulargavigiliadecentinelasobrelaciudad.

La casa provincial es una construcción de ladrillo que parece haberrecibido últimamente una capa de pintura de color claro. Una escalinata derojos peldaños de piedra blanda y arenosa, y ornada de una balaustrada dehierro curiosamente cincelada, asciende desde el patio hasta el hermoso

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vestíbuloalrededordelcualseextiendeunagaleríaconbarandilladehierrodeidéntico modelo y labor a la que se encuentra abajo. Entre los dibujos dehierrodelagaleríasevenforjadaslassiguientesletrasycifras:“16P.S.79,”que indican probablemente la fecha en que se construyó el edificio y lasiniciales del nombre de su fundador. Una ancha puerta de dos hojas mefranqueólaentradaalvestíbuloosalón,aladerechadelcualseencuentralaentradaaldespachodelicores.

Enestesalón,presumo,esdondelosantiguosgobernadorescelebrabansusrecepciones con pompa casi regia, rodeados de los militares, consejeros,juecesyotrosoficialesdelacorona,mientrastodosloslealesdelaprovinciasereuníanenhonorsuyo.Peroestahabitaciónnopuedepresumirsiquieradeantigua magnificencia en sus condiciones actuales. Los artesones de laensambladura están cubiertos de barniz obscuro, adquiriendo tonos aunmásopacos por la sombra profunda que arrojan sobre la casa provincial lasconstruccionesdeladrillodelacalledeWáshingtonquelacircundan.Jamásunrayodesoliluminaestamansión,dondetampocoluceyaelresplandordelas antorchas de los saraos, extinguidas desde la época de la revolución. Elobjeto más antiguo y decorativo que allí se encuentra es una chimeneaformada de placas de porcelana azul holandesa, con figuras representandoescenas de la Escritura; y por cuanto yo me sé, las damas de Pównall oBérnarddebíanocuparallísusitiojuntoalfuego,mientrasreferíanasushijoslahistoriadecadaunadelasazulesplacasdeporcelana.Unacantinadeestilomoderno, bien surtida de recipientes, botellas, cajas de cigarros y bolsas demalla para los limones, y provista de un receptáculo de cerveza y de unafuentede soda, seextiendeen toda la longituddeunode loscostadosde lahabitación.Cuandoentré,unviejopersonajechasqueaba los labiosenformatalquemehizocomprenderque lossalonesde laCasaProvincialcontienentodavíabuenoslicores,auncuandoindudablementededistintosviñedosdelosqueacostumbrabansurtirselosantiguosgobernadores.DespuésdesaborearunvasodesangríapreparadoporlasdiestrasmanosdeMr.ThomasWaite,tratéde que el digno sucesor y representante de tantos personajes históricos meguiaraatravésdelamansión,tanveneradaenotrotiempo.

Satisfizomisdeseosprontamente;mas,adecirverdad,tuvequeponerenjuegoenérgicamentemiimaginaciónparaencontraralgodeinteresanteenunacasaque,despojadadesusrecuerdoshistóricos,tienesolamenteelaspectodeuna taberna favorecida de ordinario por la clientela de los habitantesacomodadosdelaciudad,ydelosgentilhombresruralesdelaantiguaescuela.Las habitaciones, vastas probablemente en otro tiempo, están divididas ensecciones que se subdividen en pequeños cuartuchos, que ofrecen apenas elespacio necesario para el angosto lecho, silla y mesa tocador de un soloocupante.Apesardetodo,lagranescalerapuedecalificarsesinhipérboleunaostentacióndegrandezaymagnificencia.Subeenespiralporelcentrode la

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casa, en series de anchos peldaños, que terminan en un vestíbulo cuadrado,desdedondecontinúa laascensiónhasta lacúpula.Unabarandillacincelada,pintadadenuevoenlospisosinferiores,peroquevavolviéndosemássuciaydesteñidaconformeseasciende,bordealaescalinatadearribaabajoconlindascolumnasprimorosamentelabradasyentrelazadas.Lasbotasmilitaresyquizálosanchoszapatonesdealgunosgobernadoresgotososhollaronestaescaleracuando loshabitantesde lacasa subíana lacúpula,que tanvastopanoramaofrecíasobresumetrópoliysobretodalacomarcacircunvecina.Lacúpulaesunrecintooctógonoconvariasventanasyunapuertaqueabresobreeltecho.Desde este mismo sitio, según me complacía yo en imaginar, pudo Gagecontemplar, a menos que alguna de las tres montañas se lo impidiese, sudesastrosabatalladeBúnkerHill;yHoweapercibióquizálaaproximacióndelejército sitiadordeWáshington, aunque los edificios construídosdespués enlos alrededores han ocultado casi todo el paisaje, salvo el campanario de laIglesia del Sur, que parece estar dentro del alcance de los brazos.Descendiendo de la cúpula, detúveme en los desvanes para observar laponderosaarmazónderobleblancomuchomáspesadaqueladelosedificiosmodernosysemejandounantiguoesqueleto.Losmurosde ladrillo,materialimportadodeHolanda,yelmaderajedelacasaseconservantanenteroscomoantes;pero,debidoalosarruinadospavimentosyaotraspartesdestruidasdelinterior,sepiensaaprovecharelconjuntoyconstruirunnuevoedificiodentrodel molde de la antigua estructura y obra de albañilería. Entre otrosinconvenientes de la actual construcción,mi hostelero hizomención de quecualquier choque o sacudimiento podía echar abajo el polvo de las edadesdesdeel techodeunahabitaciónhastaelpavimentode laqueseencontrabadebajo.

Desdelagranventanadelafachadanosdirigimosalosbalconesdondelosrepresentantesdel reyacostumbraban sindudaenotro tiempopresentarsealpueblo leal, requiriendo los aplausos y el ondular de los sombreros, conmajestuosasveniasdesumagníficapersona.Enaquellosdíaslafachadadelacasaprovincialdabasobrelacalle;ytodoelsitioocupadoahoraporlahileradetiendasdeladrilloyporelpatioseencontrabaentoncesdivididoencuadrosde césped, sombreados de árboles y bordeados de un cerco de hierrocincelado.Ahora, el antiguo edificio aristocrático oculta su faz roída por eltiempodetrásdeunaadvenedizaconstrucciónmoderna;hastapudeobservarenunaventanadelfondoalgunaslindasobrerascosiendo,charlandoyriendomientras lanzabandevezencuandoalguna indolentemiradaa losbalcones.Descendiendo de allí, entramos nuevamente en la cantina, donde el viejocaballero arriba mencionado, cuyo chasquido de labios decía tanfavorablemente de los buenos licores de Mr. Waite, continuaba todavíaregodeándoseensusillón.Aparentabaseralgúnhuéspedovisitanteordinariodelacasa,queteníacuentaabiertaenlacantina,susilladeveranocercadela

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ventanaabiertaysuconocidorincóndeinviernoalladodelfuego.Comoerade aspecto sociable, me aventuré a dirigirme a él con una observacióncalculadaparadespertarreminiscenciashistóricas,siporacasoexistíanensumente; y complacióme mucho descubrir que, entre recuerdos propios ytradiciones, el viejo caballero conocía en realidad historias muy divertidasacerca de la casa provincial. La parte más interesante de su conversaciónesbozó las líneas principales de la siguiente leyenda.Aseguraba tenerla porreferenciasdeuntestigoocular;peroladerivaciónnatural,unidaal lapsodetiempotranscurrido,debehaberdejadogranoportunidadparadiferenciasenlanarración;demaneraque,desesperandodeobtenerverdad literalyabsoluta,no he tenido escrúpulo alguno en hacer los cambios más conducentes paradelectaciónybeneficiodellector.

Enuna de las recepciones dadas en la casa provincial, durante el últimoperíodo del sitio de Boston, tuvo lugar un incidente que jamás ha podidoexplicarse satisfactoriamente. Los oficiales del ejército inglés y los lealeshabitantesdelaprovincia,elegidosensumayorparteentrelosbloqueadosdelaciudad,habíansidoinvitadosaunbailedemáscaras;puesladiplomaciadeSirWílliamHowe consistía en ocultar lo angustiosoy expuesto de aquellosmomentosylacondicióndesesperadadelsitio,bajolapompadesplegadaenlossaraos.Elespectáculodeaquellanoche, sihadecreersea losmiembrosmás ancianos del círculo de la corte provincial, era la fiesta más alegre yfastuosa que se registraba en los anales del gobierno. Los salones,brillantemente iluminados, estaban llenos de figuras que parecíandesprendidas del obscuro lienzo de los retratos históricos, brotadas de lasmágicas páginas del romanceo escapadas, por lomenos, de algún teatrodeLondres, sin tiempo para haber cambiado su atavío. Caballeros de laconquista, cubiertos de acero; barbados estadistas de la reina Elízabeth ydamasdesucorteconvestidosdealtosvolantesalternabanconpersonajesdecomedia, como algún pintarrajado Merry Ándrew removiendo su gorro ycascabeles; algún Fálstaff casi tan cómico como su prototipo; o algún DonQuijote con una rama de judías en vez de lanza y una cobertera de olla enlugardeescudo.

Pero el mayor regocijo provenía de un grupo de figuras ridículamentevestidas de uniformes viejos, que parecían comprados en alguna feria deandrajos militares o hurtados de algún receptáculo de desechos del ejércitotanto inglés como francés. Ciertas prendas de aquella vestimenta habríansellevadocontodaprobabilidadenelsitiodeLoúisburg,mientraslaschaquetasdecortemásmodernopodíansuponersedesgarradasyhechasjironesporlasespadas,balasybayonetasusadasenlaépocadelavictoriadeWolfe.Unodeaquelloshéroes,defiguraaltayescuálida,blandiendounamohosaespadadeenorme longitud, pretendía ser nada menos que el general GeorgeWáshington;y losdemásaltosoficialesdelejércitoamericano,comoGates,

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Lee,Pútnam,Schúyler,WardyHeath,aparecíanrepresentadosporespantajossemejantes. Una entrevista entre los guerreros rebeldes y el general en jefeinglés,forjadaenelmismoestiloburlesco,fuérecibidaconinmensoaplauso,másestrepitosoaúndepartedeloslealesdelacolonia.Unodelosinvitados,sinembargo,manteníaseapartemirandoestasbufoneríasconausterodesdényfrunciendodevezencuandoelceñoconamargasonrisa.

Era un anciano de gran reputación y alta clase en otro tiempo en laprovincia,yquehabíasidosoldadofamosoensusdías.Sedemostrabaciertasorpresa de que una persona como el coronel Jóliffe, cuyos principiosconservadores eran bien conocidos, aunque demasiado viejo entonces paratomarparteactivaenlalucha,hubierapermanecidoenBostonduranteelsitio,y particularmente hubiera consentido en presentarse en la morada de SirWílliam Howe. Pero había venido, sin embargo, trayendo del brazo a unahermosajovennietasuya;yerguíaallísuausterafiguraentreelregocijoylabufonería,caracterizandosutipomejorqueningúnotroenlamascarada,puesqueencarnabaadmirablementeelantiguoespíritudesutierranatal.Losdemásinvitados afirmaban que el torvo ceño puritano del coronel Jóliffe arrojabasombrasasualrededor;auncuando,adespechodeestanefastainfluencia,laalegríarayabacadavezmásalto,semejando(¡siniestracomparación!)elbrillofalazdeunalámparaquearrojasusúltimosdestellos.Haríamásdemediahoraque el reloj de la Iglesia del Sur había dado once campanadas, cuandocomenzóacircularentrelasociedadelrumordequeibaaofrecerseunnuevoespectáculooexhibiciónquecerraríademaneradignaelespléndido festivaldeaquellanoche.

—¿Quénuevayjocosainvencióntraevuecenciaentremanos?—interrogóel reverendo Máther Byles, cuyos escrúpulos de ministro no habían sidosuficientesparamantenerlealejadodelafiesta.—Creedme,señor,hereídoyamás de lo que conviene a mi traje con vuestra homérica plática con elharapiento general de los rebeldes. Otro acceso de alegría semejante, y meveréobligadoadespojarmedemipelucaymibandadeclérigo.

—No tal, mi buen doctor Byles,—repuso Sir Wílliam Howe;—si elregocijo fuera un crimen, nunca habríais alcanzado el grado de doctor enteología. En cuanto a la nueva bufonada, no estoymás adelantado que vosmismo; quizá ni siquiera al mismo grado. Vamos, doctor, confesadlo, ¿nohabéis incitado la austera imaginación de algunos de vuestros compatriotasparaproducirunaescenadenuestramascarada?

—Quizá,—hizoobservarmaliciosamentelanietadelcoronelJóliffe,cuyoelevado espíritu sentíase indignado por tantas burlas contra la NuevaInglaterra;—quizá si tendremos una cuadrilla de figuras alegóricas. LaVictoria,con los trofeosdeLéxingtonyBúnkerHill; laProsperidad,consucuernosuperabundante,para representarel actualbienestardenuestrabuena

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ciudad;ylaGloria,brindandounacoronaparalassienesdevuecencia.—

SirWílliamHowesonrióaestaspalabras,a lascualeshabría respondidoconsuceñomássombrío,aserpronunciadasporlabiosbigotudos.Vióselibrede lanecesidadde replicarporunasingular interrupción.Escucháronseecosde música fuera de la casa, como si procedieran de alguna banda militarcompleta,estacionadaenlacalleytocandounalentamarchafúnebre,envezde los alegres sones requeridos por las circunstancias. Parecía que lostamboresestuvieranensordecidosyque las trompetasexhalarangemidos,demanera que tales ecos apagaron inmediatamente el regocijo del auditorio,llenandoatodosdesorpresayamuchosdeaprensión.Ocurrióavariosdeloscircunstantes la idea de que el cortejo de las exequias de algún elevadopersonajesehabíadetenidoalaspuertasdelacasaprovincial,otambiénquealgúnsuntuosoataúd,cubiertodeterciopeloylujosamentedecorado,estabaapuntodesersacadoporelportal.Despuésdeescucharporunmomento,llamóSirWílliam Howe con áspera entonación al director de orquesta que anteshabíaanimadolafiestaconalegresyrisueñasmelodías.Eratambormayordeunregimientoinglés.

—Dighton,—interrogó el general,—¿qué significa esta farsa? ¡Hacedcallarinmediatamenteavuestrabandaconsumarchafuneraria,opalabraquetendránmotivosuficienteparasulúgubrevena!¡Hacedloscallar,bribón!

—Con el perdón de vuestro honor—respondió el tambor mayor, cuyorubicundorostrohabíaperdidoporcompletoelcolor,—laculpanoesmía.Yoy mi banda estamos aquí todos reunidos; y dudo que ninguno de nosotrospudieratocaresamarchadememoria.Sólolaheoídounavez,enocasióndelosfuneralesdeldifuntoreysumajestadGeorgeII.

—¡Bien,bien!—dijoSirWílliamHowe,recobrandosucompostura.—Ésteeselpreludiodealgunaextravagantemascarada.Dejadlopasar.—

Una nueva figura apareció en aquel momento; mas, entre todas lasmáscarasfantásticasdispersasenlossalones,ningunopudodecirconcertezadedóndevenía.Eraunhombrecon trajedesarganegrademodaantigua,yque tenía laaparienciademayordomoocriadoprincipalde lacasadealgúnnoble o rico propietario rural inglés. Avanzó hacia la puerta exterior de lamansióny,abriendoporcompletoambashojas,sehizoaunladoymiróhaciaatrás en dirección de la gran escalera, como si aguardase que alguiendescendieraporallí.Almismotiempo,lamúsicadelacalleejecutabaaltasydolientesllamadas.SirWílliamHoweysusinvitadosdirigieronsusmiradasala escalera, donde aparecían, en el descansomás alto quepodía distinguirsedesdeabajo,variospersonajesquedescendíanhacialapuerta.Elprimeroeraunhombrederostroaustero,quellevabasombrerodealtacopacubriendouncasquete;capaobscura,ygrandesbotasarrugadasquesubíanhastaelmuslo.

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Traíabajoelbrazounabanderaarrollada,queparecíaserladeInglaterra,perosingularmente desgarrada y hecha jirones; y llevaba una espada en lamanoderechamientrassosteníaunaBibliaconlaizquierda.Lafigurasiguienteerade aspecto más suave aunque lleno de dignidad, y lucía cuello alechugadosobre el cual caía la barba, togade terciopelo labradoy justillo y bragasderasonegro.Llevabaenlamanounrollodemanuscritos.Muydecercaseguíaaestosdosunjovenderostroycontinentequeatraíanlaatención,confrenteprofundamentepensadoraycontemplativaytalvezciertorayodeentusiasmoenlamirada.Suatavíoeraantiguo,comoeldesuspredecesores,yteníaunamanchadesangreensucuelloalechugado.Enelmismogrupoconlostresdeque hemos hablado venían otros cuatro personajes, todos de aspectomajestuoso y habituado almando, y ademanes de gente acostumbrada a lasmiradas de la multitud. Los circunstantes imaginaban que estos personajesibanareunirseconelmisteriosofuneralquesehabíadetenidofrentealacasaprovincial; sin embargo, esta suposición parecía desmentida por el aire detriunfoconqueagitabanlasmanosalatravesareldintelydesaparecerporelportal.

—¡Porelnombredeldiablo!¿quésignificaesto?—murmuróSirWílliamHowe, dirigiéndose a un caballero que se encontraba a su lado;—¿es acasounaprocesióndelosregicidasjuecesdeCarloselMártir?

—Éstos,—dijo el coronel Jóliffe, rompiendo el silencio casi por primeravezaquellanoche,—éstos,siinterpretobien,sonlosgobernadorespuritanos,losjefesdelaantiguayprimitivademocraciadeMassachusetts.Éndicott,conlabanderadelacualhaarrancadoelsímbolodesumisión,yWínthropySirHenryVaneyDúdley,Haynes,BéllinghamyLéverett.

—¿Por qué tenía aquel joven una mancha de sangre en su gorguera?—preguntóMissJóliffe.

—Porque, años después,—respondió su abuelo,—separaba el tajo de sutroncolacabezamáshábildetodaInglaterra,enarasdelacausadelalibertad.

—¿No desea vuecencia ordenar la guardia?—musitó Lord Percy, que sehabíareunidoconotrosoficialesinglesesentornodelgeneral.—Puedehaberalgunaconspiraciónbajotodaestamojiganga.

—¡Psh!Notenemosnadaquetemer,—replicóindolentementeSirWílliamHowe.—Nopuedehabertraiciónenesteasunto,sinounasimplefarsa,yéstaesdelasmásinsulsas.Yauncuandofuerahirienteyamarga,reírnosdeellaseríalamejordiplomacia.Mirad,aquívieneunpocomásdeestagentuza.—

Otro grupo de personajes había descendido en parte la escalera. Veníaprimerounvenerablepatriarcadebarbablanca,que tentabacuidadosamentesucaminoconunavara.Siguiendosushuellasconpremurayextendiendosu

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mano cubierta del guantelete como para coger el hombro del anciano,adelantábase una figura alta y de aspecto marcial, con casco de aceroempenachadodeplumas,brillanteescudoy largaespadacinto,queresonabacontralospeldaños.Elqueveníaenseguidaeraunhombrerobusto,ataviadocontrajericoydecorte,perodejandonotaral instante,sinembargo,quenoerauncortesano;sumarchateníaelmovimientooscilatorioquedistinguealosmarinos; y habiendo tropezado por azar en la escalera, púsose iracundosúbitamente y se le oyó mascullar un juramento. Inmediatamente detrásaparecíaunpersonajedenoblecontinente,conpelucarizadacomolaqueseveenlosretratosdeltiempodelareinaAnneyenotrosanterioresaaquellaépoca;yostentandounaestrellabordadaenlapecheradesucasaca.Mientrasavanzaba hacia la puerta, saludaba a derecha e izquierda de manera muygraciosa e insinuante; pero, a diferencia de los primeros gobernadorespuritanos,llegandoaldintel,parecióagitarlasmanosconpesar.

—Mi buen doctor Byles, haced la parte del coro, os ruego,—dijo SirWílliamHowe.—¿Quiénessonestosilustresvarones?

—Conelpermisodevuecencia,—respondióeldoctor,—éstos florecieronunpocoantesdemisdías;pero, sinduda,nuestro amigoel coronelha sidouñaycarneconalgunosdeellos.

—Nunca vi sus rostros en vida,—dijo gravemente el coronel Jóliffe; sinembargodequehehablado frente a frente conmuchos jefesde estepaís, yesperoauncongratularaotroantesdemorirconlabendicióndeunanciano.Mas ahora se trata de estos personajes. Supongo que el venerable patriarcarepresenteaBrádstreet,elúltimodelospuritanos,gobernadoralláporelañonoventa,másomenos.ElotroesSirÉdmundAndros,untirano,comooslodirácualquierchiquillodeescuela;ydeconsiguiente,elpuebloleprecipitódesualtopuestoparaencerrarleenunaprisión.LuegovieneSirWílliamPhipps,pastor,tonelero,capitándemarinayluegogobernador.¡Ojalámuchosdesuscompatriotasseelevaranatantaalturadesdetanmodestoorigen!YelúltimoquevisteiseraelbenignoEarldeBéllamont,quenosgobernóbajoelreinadodelreyWílliam.

—Pero¿quésignificatodoesto?—interrogóLordPercy.

—Sifuerayounrebelde,—dijoMissJóliffeamediavoz,—imaginaríaquese ha citado a los espectros de los antiguos gobernadores para asistir a losfuneralesdelaautoridadrealenlaNuevaInglaterra.—

Variosotrospersonajesaparecíanenlaescalera.Elqueveníaalacabezadel grupo tenía cierta expresión preocupada, ansiosa y casi taimada; y, adespecho de su altanería, producida indudablemente por la ambición de suespírituyporeldesempeñocontinuadodealtospuestos,noparecíaincapazdeadular a los que se encontraban superiores a él. Algunos pasos más atrás

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veíase un oficial de rojo y bordado uniforme, de corte tan antiguo queperfectamentepodíahabersellevadoentiempodelduquedeMárlborough.Sunariz teníaun tinte rubicundoque,unidoal trémuloparpadeodeunode susojos,bastabaparasindicarlecomoadoradordelvinoydelaalegrecompañía;a pesar de lo cual se mostraba inquieto y arrojaba frecuentes miradas enderredor,comotemerosodealgúnpeligrooculto.Veníaenseguidaunrollizocaballero,concasacadepañoafelpado,forradaensedosoterciopelo;mostrabainteligencia,astuciaybuenhumorensusemblanteyllevabauninfoliobajoelbrazo;perosuaspectoeraeldeunhombrevejadoyatormentadomásalládesupacienciayacosadodefatigamortal.Bajólasescalerasprecipitadamente,seguidoporunmajestuosopersonajeataviadocontrajedeterciopelopúrpuraricamente bordado; su porte habría sido imponente, si un penoso ataque degotanolehubieraobligadoacojeardepeldañoenpeldañoconcontorsionesdel cuerpo y del semblante. Cuando el doctor Byles pudo contemplar estafiguraenlaescalera,seestremeciófebrilmente;perosiguióobservándoleconpersistenciahastaqueelgotosocaballerollegóalumbral,hizounademándeangustiaydesesperacióny sedesvanecióentre laobscuridadexterior,desdedondelellamabalamúsicafuneraria.

—¡Mirad!¡ElgobernadorBélcher!¡miantiguojefe,ensumismafigurayvestido!—profiriójadeanteeldoctorByles.—¡Estoesunaburlahorrible!

—Una broma enfadosa, nadamás,—dijo SirWílliamHowe, con aire deindiferencia.Mas¿quiéneseranlostresqueleprecedían?

—ElgobernadorDúdley,unastutodiplomático,peroaquiensusartificiosllevaronaprisión,—replicóelcoronelJóliffe.—ElgobernadorShute,antiguocoronelbajoMárlborough,yaquienobligóelpuebloasalirdelaprovincia;yelsabiogobernadorBúrnet,aquienprodujosulegislaturaunafiebremortal.

—Imagino que eran unos desgraciados estos gobernadores reales deMassachusetts,—observóMissJóliffe.—¡Cielos!¡Cómoseobscurecelaluz!

Eraunhechociertamenteque la luzde lagran lámparaque iluminaba laescaleratornábaseahoraopacaysombría;atalpuntoquevariasfiguras,quebajaron rápidamente y atravesaron el pórtico, más parecían sombras quepersonasdecarneyhueso.SirWílliamHoweysusinvitadossemanteníanenlapuertadelossalonescontiguosobservandoelprogresodeesteespectáculosingular,condiversasemocionesdeira,desdényterrordisimulado;pero,sinembargo,conansiosacuriosidad.Lassombras,queparecíanapresurarseahorapara unirse a la misteriosa procesión, demostraban su identidad por lasnotablespeculiaridadesdesuatavíoopor rasgosmarcadosdesumaneradeser, más que por la semejanza de facciones con sus prototipos. Casiinvariablemente, en verdad, conservaban sus rostros ocultos en profundasombra.PerooíasemurmuraraldoctorBylesyaalgunosotroscaballeros,que

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habían conocido por largo tiempo a los gobernadores sucesivos de laprovincia, los nombres de Shírley, Pównall, de Sir Francés Bérnard, y elrecordado Hútchinson; confesando de aquella manera que los actores,quienesquiera que fuesen, habían conseguido representar los rasgoscaracterísticosde losverdaderospersonajesensuprocesiónde fantasmasdegobernadores. Al desaparecer por el portal, extendían sus brazos aquellassombrashacia laobscuridadde lanochecon formidableexpresióndedolor.TrasdelaformaquepersonificabaaHútchinsonaparecíaunafiguramarcialsosteniendodelantedesurostrounsombrerodetrespicosquehabíaretiradode su empolvada cabeza; pero las charreteras y demás insignias de su claseeranlasdeunoficialgeneral;yalgoensuporterecordabaalospresenteslafigura de un personaje que había sido recientemente el amo de la casaprovincialydetodalacomarca.

—¡La figura de Gage, tan exacta como en un espejo!—exclamó LordPercy,palideciendo.

—¡No, por cierto!—profirió Miss Jóliffe, riendo nerviosamente;—nopuede ser Gage, puesto que SirWílliam habría saludado en este caso a suantiguocompañerodearmas.¡Quizánodejarápasaralpróximosindesafiarle!

—Podéisestarseguradeello,señoritamía,—respondióSirWílliamHowe,fijando la mirada con marcada expresión en el semblante impasible de suabuelo.—Hetardadodemasiadoenhacerloshonoresalosinvitadosquenosabandonan.Elpróximoqueseretirerecibirálacortesíadebida.—

Un salvaje e imponente estallido de la música dejóse escuchar en estemomento a través de la puerta abierta. Parecía que la procesión, que habíallenado sus filas gradualmente, estuviera a punto de proseguir, y que aquelvibrantealaridodelassollozantestrompetasyelresonardelosensordecidosatambores fuera la señal de apresurarse para algún rezagado. Lasmiradas sevolvieronporirresistibleimpulsohaciaSirWílliam,comosifueraélaquienconvocaba la imponente música para asistir a los funerales de su poderdesvanecido.

—¡Mirad! ¡aquí viene el último!—murmuróMiss Jóliffe, señalando contrémulodedolaescalera.

Presentóse una figura a las miradas, conforme iba descendiendo laescalera;aunquetansombríoestabaellugardedondeemergió,quealgunosdelos espectadores imaginaron que la misma obscuridad se había moldeadosúbitamente en forma humana. Descendió la figura con paso marcial eimponente;yal llegara lospeldaños inferiores,pudoversequeera ladeunhombrealto,conbotas,yembozadoenunacapamilitarquecubríasurostrohasta reunirse con el ondulante borde de un sombrero galoneado. Lasfacciones,deconsiguiente,quedabanocultasporcompleto.Perolosoficiales

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inglesesimaginabanhabervistoantesestacapamilitaryhastareconocíaneldesgastadobordadodel cuello, así como la doradavainadeuna espadaqueasomabaentrelosplieguesdelacapa,reflejandovívidosdestellosluminosos.Además de estos pequeños detalles, había ciertos rasgos del porte y de lasmaneras,queincitaronalosmaravilladoscontertuliosasepararsusmiradasdela embozada figura para buscar a Sir Wílliam Howe, con el propósito deverificarsinohabíadesaparecidodeimprovisodeenmediodeellos.Vieronentonces al general tirar de su espada, con el rostro lleno de ira sombría, yavanzarhacialafiguraencapada,antesdequeéstahubierapodidoavanzarunsolopaso.

—¡Descubríos,villano!—gritó.—¡Nopasaréismásallá!—

Lafigura,sinretrocederunpeloantelaespadaqueamenazabasupecho,hizo una pausa solemne y bajó en seguida la capa de su rostro, pero no lobastante para que los espectadores alcanzaran a discernirlo. MasindudablementeSirWílliamHowehabíavisto losuficiente.Ladurezadesucontinentesetrocóenunairedehorror,mientrasretrocedíavariospasosantela aparición, dejando caer al suelo su espada. La figura de aspectomarcialcubrió de nuevo sus facciones con la capa y prosiguió su camino; pero alllegar al umbral, y de espaldas a los espectadores, se notó que golpeaba elsueloconelpieysacudíasuscrispadasmanosenelaire.AsegurábasedespuésqueSirWílliamHowehabíarepetidoelmismodesesperadoademánderabiaydepesarcuandoporúltimavez,ycomoelúltimodelosgobernadoresreales,atravesóeldinteldelpórticodelacasaprovincial.

—¡Mirad!Elcortejoavanza,—dijoMissJóliffe.

Lamúsicamoríaenlacalle,ysustristessonesvinieronmezcladosconelresonardemedianocheenelcampanariodelaantiguaIglesiadelSur,yconelestruendodelaartilleríaqueanunciabaqueelejércitositiadordeWáshingtonsehabíaatrincheradoenunacolinamáscercana.Cuandoelsonidoretumbantedelcañónhiriósusoídos,irguióseelancianocoronelJóliffeentodasualturaysonrióausteramentealgeneralinglés.

—¿Querría vuecencia investigar algo más acerca de este misteriosoespectáculo?—preguntó.

—¡Cuidado con vuestra cabeza blanca! ¡Ha estado demasiado tiemposobre los hombros de un traidor!—exclamó ferozmente SirWílliam Howe,aunquesuslabiostemblaban.

—¡Debéis entonces apresuraros a cortarla,—replicó tranquilamente elcoronel;—porquedentrodepocashorastodoelpoderdeSirWílliamHoweytodoelpoderde suamoserán impotentesparahacercaeruno solodeestoscabellosgrises!¡Elimperioinglésenestaprovincia,estádandoestanochesus

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últimas boqueadas; casi es ya cadáver mientras hablo; y pienso que lassombrasdelosantiguosgobernadoressoncortejoadecuadoparaelfuneral!—

A estas palabras el coronel Jóliffe se arrebozó en la capa y cogiendo elbrazo de su nieta, abandonó los salones donde se había celebrado el últimofestival quegobernadores británicosofrecieran en la antiguaprovincia de labahíadeMassachusetts.Secreequeelcoronelylajovendamaposeíanalgunasecretainteligenciarespectodelmisteriosoespectáculodeaquellanoche.Seacomo quiera, este conocimiento jamás se hizo general. Los actores de estaescenasedesvanecieronensombrasmásprofundasaúnqueaquellabandadeindiossalvajesquearrojóalasolaslacargadelosbuquesdete,mereciendoasíocuparunpuestoenlahistoria,aunquesusnombresquedaranignorados.Mas refiere la superstición, entre otras leyendas respecto de estamorada, elmaravillosoconceptodequeenlanochedelaniversariodeladerrotainglesa,losespectrosdelosantiguosgobernadoresdeMassachusettssedeslizanaunatravés del pórtico de la casa provincial, y que la última de las sombras,embozadaenunacapamilitar,pasalevantandoalairesusmanoscrispadasehiriendo con sus ferradas botas los anchos peldaños de piedra con ademánfebrildedesesperación,ysinquesedejepercibirenlomenorelruidodesuspasos.

Cuandodejarondeoírselosverídicosacentosdelanarracióndelancianocaballero, respiré largamente y miré en torno de la habitación, tratando dearrojarconmenteenérgicauntintederomanceydegrandezahistóricasobrelasrealidadesdelaescena.Peromiolfatopercibíalafraganciadelhumodelcigarroqueelnarradorhabíaemitidoengrandesnubes,visibleemblema,mefiguro,delanebulosaobscuridaddesurelato.Además,miexuberantefantasíasedistrajo conel repiqueteode la cuchara enunvasodeponchedewhiskyqueMr.ThomasWaitepreparabaparaunconsumidor.Tampococontribuíaenmuchoa laaparienciapintorescade losmurosensamblados, lapizarrade ladiligenciadeBróoklinequependía allí envezdel escudoarmorial de algúngobernador de antiguo linaje. Un mayoral, sentado cerca de una de lasventanas y leyendo un diario de a centavo, el Times de Boston, ofrecíatambiénunaspectomuypocoadecuadoparareproducirseentrefotografíasde“tiempos deBoston,” de setenta o cien años ha. En el hueco de la ventanahabíaunpaquetemuybienenvueltoenpapelobscuro,cuyadireccióntuvelatrivial curiosidad de leer: “Miss Susan Huggins, Province House.” Algunalinda camarera, indudablemente. En verdad, es labor terriblemente arduaquererarrojarelencantodelapátinadeantigüedadsobrelocalidadesconlascuales tenga algo que ver el mundo viviente y los días que se deslizanapresuradamente sobre nuestras cabezas. Sin embargo, al contemplar lamagnificente escalera, por la cual descendió la procesión de viejosgobernadores,yatravesarelvenerableportalenelquesufantasmamehabíaprecedido, me llenó de gozo la conciencia de sentir un estremecimiento de

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pavor.Entonces,lanzándomeporelestrechopasilloabovedado,unoscuantospasosmetransportarondenuevoenmediodeladensamultituddelacalledeWáshington.

II

ELRETRATODEÉDWARDRÁNDOLPH

Elantiguoy tradicionalcontertuliode laCasaProvincialestuvopresenteenmisrecuerdosdesdelamitaddelveranohastaelmesdeenero.Unatardedesocupada de invierno resolví hacerle otra visita, confiando en que leencontraría como de costumbre en el rincón más cómodo de la cantina, ycreyendo,deotro lado,hacerobrameritoriaparamipaísal sacardelolvidocualquierotrohechodesconocidodelahistoria.Lanocheeracrudayfría,yvolvíasecasiborrascosaporefectodeuna ráfagadevientoquesoplabaa lolargo de la calle de Wáshington, haciendo que las luces de gas flotaran yvacilaran dentro de los faroles. Apresurábame en mi camino, mientras mifantasía se ocupaba de comparar el aspecto presente de la calle con el queasumíaprobablementecuandolosgobernadoresingleseshabitabanlamansiónhacia la cual me dirigía. Los edificios de ladrillo eran escasos en aquellostiempos, hasta que estalló una sucesión de incendios destructores, barriendouna y otra vez las casas y depósitos de madera de uno de los barrios máspopulosos de la ciudad. Las construcciones se hacían entonces aisladas eindependientes, sin encerrar como ahora su existencia particular en hilerasseguidas,confachadadesimilitudfatigante;sinoostentandocadauna,porelcontrario, ciertos rasgos originales, como si el gusto individual de supropietario las hubiera delineado, y ofreciendo un conjunto de pintorescairregularidad: pérdida que no puede compensarse con ninguno de losatractivos de nuestra arquitectura moderna. Este espectáculo, revelándoseconfusamenteacáyalláalasmiradas,alosrayosdealgunaveladesebo,quese filtraban bajo las pequeñas hojas de las diseminadas ventanas, formabasombríocontraste con la calle tal comoaparecía enaquelmomento, con laslucesdegasbrillandodeesquinaaesquina,yconsustiendasresplandecientesquearrojabanclaridaddiurnaatravésdelasgrandesvidrierasdecristal.

Masvolviendohaciaarribalasmiradas,encontrabaelmismocieloobscuroynebulosoquemostrabaenotrostiempossufazceñudaaloshabitantesdelaépocacolonial.Lasráfagas invernales teníanelmismosilbidofamiliarasusoídos. La antigua Iglesia del Sur lanzaba igualmente al espacio su viejochapitel,queseperdíaenlaobscuridadentreelcieloylatierra;yentantoqueyo pasaba, el mismo reloj que había advertido a tantas generaciones lo

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transitoriodeestaexistencia,mehablótambiénpausadaysonoramentedeestamismafilosofíatanolvidada.“Lassietesolamente,”pensé.“Lasleyendasdemiviejoamigomataránapenaseltiempoentreestahorayladeacostarse.”

Atravesando el estrecho pasillo, crucé el patio cuyo cercado recinto eravisible a merced de una linterna colocada sobre el pórtico de la CasaProvincial. Entrando en la cantina, encontré como esperaba al viejoescudriñadorde tradiciones, sentadoanteunmagnífico fuegodeantracita,ylanzando nubes de humo de un enorme cigarro.Me reconoció con evidentesatisfacción, debido a las raras cualidades de oyente atento que me haceninvariablemente el favorito de las damas y caballeros de edad, conpropensiones narrativas. Acercando una silla al lado del fuego, pedí alhosteleroquenosfavorecieraacadacualconunvasodeponchedewhisky,que fué prontamente servido, y se nos trajo arrojando su caliente vaho, conunarajadelimónalfondo,unacapadeoportorojoobscuroenlasuperficieysucorrespondientepolvillodenuezmoscadaespolvoreadosobreelconjunto.Cuando levantamos nuestros vasos al mismo tiempo, mi amigo, el de lasleyendas, sepresentócomoel señorBelaTíffany;siendoparamímotivoderegocijosuexóticonombre,puesquedabaasufiguraycarácterciertaespeciede individualidad, ami entender.La bebida actuó comoun disolvente en lamemoria del viejo caballero, que fluyó innumerables cuentos y tradiciones,anécdotasdefamosospersonajesyadifuntos,yrasgosdecostumbresantiguas,taninfantilesalgunascomocantineladenodrizas,ydignasotrasdelaplumade un grave historiador.Nadame hizomás impresión que la historia de uncuadro negro y misterioso que pendía en aquellos tiempos en una de lashabitaciones de la Casa Provincial, justamente sobre la pieza en que nosencontrábamos. La siguiente versión del hecho es tan correcta como la queverosímilmente podría obtener el lector de cualquiera otra fuente; aunqueposeeademás,enverdad,ciertotintenovelescoqueseacercaalomaravilloso.

En uno de los salones de la casa provincial conservábase desde largotiempoatrásunantiguocuadro,demarcotannegrocomoelébano,ycuyatelaestabatanobscura,porefectodelosaños,elhumoylahumedad,quenoeraposibledistinguiruna solapinceladadel artista.El tiempohabíaarrojado suveloimpenetrablesobreaquelcuadro,dejandoalafábula,lasconjeturasylatradición, el trabajo de decir lo que alguna vez reflejó su lienzo.Durante laadministraciónsucesivademuchosgobernadoreshabíacolgado,porderechopropioeindiscutible,sobrelachimeneadelamismahabitación;ycontinuabatodavíaallícuandoeltenientegobernadorHútchinsonasumióelmandodelaprovincia,alaseparacióndeSirFrancisBérnard.

Eltenientegobernadorhallábaseunatardesentadoensumajestuososillón,descansando la cabeza en el tallado espaldar y mirando pensativo la vacuaobscuridad del cuadro. No era tiempo oportuno, sin embargo, para esta

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inactivacontemplación,yaqueasuntosdeimportanciatrascendentalrequeríanla decisión del gobernador; pues acababan de recibirse nuevas del arribo deuna flota inglesa conduciendo tres regimientos de Hálifax para dominar lainsubordinacióndelpueblo,ydicha tropaaguardaba laveniadelgobernadorpara ocupar la fortaleza y la torre de Castle Wílliam. Mas, en lugar deestampar su firma en la orden oficial, permanecía sentado el tenientegobernador,examinandotanintensamentelanegravacuidaddelatela,quesucontinente atrajo la atención de dos jóvenes que le acompañaban. Uno deellos, que vestía uniformemilitar de ante, era su pariente, Francis Lincoln,capitánprovincialdeCastleWílliam;laotra,sentadaasuladoenuntaburetebajo,eraAliceVane,susobrinapredilecta.

Vestíacompletamentedeblanco;eraunapálidayetéreacriaturaque,auncuando nacida en la Nueva Inglaterra, se había educado fuera del país, yparecía no sólo una extranjera de lejanas tierras sino un ser de un mundodiferente.Variosaños,hastaquequedóhuérfana,habíahabitadoconsupadrela risueña Italia y adquirido allí un gusto delicado y una afición por laesculturaylapintura,queencontrabamuypocassatisfaccionesenlasmoradaspocoelegantesde laburguesía colonial.Decíaseque lasproduccionesde sulápizmanifestabanuntalentosuperior,aunquelarudaatmósferadelaNuevaInglaterrahubieratalvezcoartadosusimpulsos,obscureciendolosbrillantestonosdesufantasía.Observandolapersistentemiradadesutíoclavadaenelcuadroytratandodedescubriratravésdelabrumadelosañoselargumentodesarrolladoenellienzo,sucuriosidadsesintióexcitada.

—¿Se sabe, querido tío—interrogó la joven,—lo que representaba estecuadroenotrotiempo?Quizásipudierarestaurarse,encontraríamosqueeslaobra maestra de algún gran artista. ¿Por qué, si no, habría ocupado tantotiempoestesitiopreferente?

Comonocontestódeprontoeltío,contrasucostumbre,porquesiempresemostraba tan complaciente a los caprichos y fantasías de Alice como sihubiera sido supropia hija bien amada, el joven capitán tomóa su cargo larespuesta.

—Este negro y viejo cuadrado de lienzo, mi bella prima,—dijo,—havenidoheredándoseenlacasaprovincialdesdetiempoinmemorial.Encuantoal artista, nada sé decir; pero si ha de creerse lamitad de las historias quecirculanacercadeestecuadro,ningunode losgrandesmaestros italianoshaproducidojamásobradeartetanmaravillosacomolaquetenéisdelante.—

YelcapitánLincolncomenzóa relatar algunasde lasextrañas fábulasyfantasíasquesecontabanrespectodelviejocuadro, lasmismasque,vista laimposibilidadderefutarlascondemostracionespositivas,sehabíanconvertidoen populares artículos de fe.Una de lasmás extravagantes y, a la vez,más

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acreditadas versiones, aseguraba que el cuadro era el retrato auténtico yoriginaldeSatanásenpersona,tomadoenunareunióndebrujosybrujas,quefueron juzgados en pleno tribunal.Afirmábase igualmente que un espíritu odemoniofamiliarhabitabatrasdelanegruradelcuadroyhabíaaparecidoenmomentos de calamidad pública a más de uno de los gobernadores reales.Shírley,porejemplo,habíasidotestigodeestaominosaapariciónlavísperadela vergonzosa y sangrienta derrota al pie de los muros de Ticonderoga.Muchosdomésticosde lacasaprovincialhabíanpercibidouna torvafazquelesobservaba,enelcrepúsculomatutinoovespertinooenlaobscuridaddelanoche,mientrasavivabanelfuegoquechisporroteabaabajoenelhogar;pero,si alguno era suficientemente intrépido para acercar una antorcha al lienzo,aparecía éste tan negro e indescifrable como siempre. El habitante másanciano de Boston recordaba que su padre—en cuyos días el retrato no sehabíaborradoaúndeltodo—consiguiómirarlounavez;peronuncapermitióqueleinterrogaranacercadelrostroqueestabaallírepresentado.Enrelaciónconestashistoriaseracuriosoobservarquesobrelapartesuperiordelmarcohabíaalgunospedazosdestrozadosdesedanegra,indicandoqueunvelohabíacubiertoelretratohastaquelapátinadelosañosloocultóporcompletoalasmiradas.Pero,despuésde todo, lapartemásoriginaldelasuntoconsistíaenquetantospompososgobernadoresdeMassachusetts,hubieranpermitidoqueel ennegrecido cuadro permaneciera en el salón de estado de la casaprovincial.

—Algunas de estas historias son terribles en realidad,—observó AliceVane,quesehabíaestremecidoavecesysonreídootras,mientrassuprimolasrelataba.—Casi sería mejor arrancar el negro lienzo, puesto que la pinturaoriginalnuncaserátanformidablecomoaquellasqueforjalafantasía.

—Pero,¿seríaposible—preguntósuprimo,—devolveraestaobscura telasusprístinoscolores?

—EsearteseconoceenItalia,—dijoÁlice.—

El teniente gobernador había vuelto de su abstracción y escuchabasonriendolaconversacióndesusjóvenesparientes.Sinembargo,suvozteníauntimbrepeculiarcuandohizolaexplicacióndelmisterio.

—Siento mucho, Álice, destruir tu fe en las leyendas a que eres tanaficionada,—observó;—peromisinvestigacionesdeanticuariomehanhechoconocer hace largo tiempo el tema de este cuadro, si cuadro hemos dellamarle;elcualnoesyavisible,niloserájamás,comojamáshadeversedenuevoelrostrodelhombreaquienrepresentaba,enterradolargosañosha.EraelretratodeÉdwardRándolph,fundadordeestacasa,ypersonajefamosoenlahistoriadelaNuevaInglaterra.

—¿De aquel Édward Rándolph,—exclamó el capitán Lincoln,—que

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obtuvolarevocacióndelaprimeracartaconstitucionaldelaprovincia,bajolacualnuestrosantecesoreshabíangozadoprivilegioscasidemocráticos?

—EraelmismoRándolph,—respondióHútchinson,removiéndoseinquietoensusilla.—¡Fuésudestinosaborearlaamarguradelodiopopular!

—Nuestrosanalesrefieren,—continuóelcapitándeCastleWílliam,—quelasmaldicionesdelpueblosiguierondondequieraaeseRándolph,causándoledañoentodoslosacontecimientosposterioresdesuvida,ymostrándoseaúnen cierta manera estos mismos efectos en las circunstancias de su muerte.Dicen también que la oculta pesadumbre de esta maldición hizo mellaigualmente en su exterior, y podía percibirse en el semblante, horrible demirar,deestehombreinfortunado.Siestoeraverdad,yelcuadrorepresentabaverdaderamentesuaspecto,esobramisericordiosaestanegranubequesehaaglomeradosobreelretrato.

—Estastradicionessonabsurdasparaquien,comoyo,haexperimentadoelescasofondodeverdadqueexisteentodasellas,—dijoeltenientegobernador.—ConrespectoalavidaycarácterdeÉdwardRándolph,sehadadoimplícitafe al doctor CottonMáther, quien (debo decirlo, aunque algo de su sangrecorrapormisvenas)hallenadonuestrahistoriaprimitivadecuentosdeviejas,tanfantásticosyextravagantescomolosdeGreciaolosdeRoma.

—Y sin embargo,—murmuró Álice Vane—¿no tienen acaso su moralaquellas fábulas? Imagino que si era tan espantoso el rostro de este retrato,habríaalgunarazónparaquepermanecieratanlargotiempocolocadoenunahabitación de la casa provincial. Cuando los gobernadores olvidan susresponsabilidades, sería bien que algo les recordara el horrible peso de lamaldicióndetodounpueblo.—

Eltenientegobernadorseestremecióymiróporunmomentoasusobrina,como si las juveniles fantasías de Álice respondieran a algún sentimientooculto en su pecho, que toda su política y sus principios no habían podidodominar completamente. Sabía, es verdad, que la joven, a despecho de sueducaciónextranjera,alimentabalassimpatíasderazadecualquiermuchachadelaNuevaInglaterra.

—¡Silencio, necia chiquilla!—profirió al fin,más ásperamente de lo quejamássedirigieraalagentilÁlice.—Lacensuradeunreyesmásterriblequeel clamor de una salvaje y descarriadamuchedumbre.CapitánLincoln, estádecidido.Las tropas realesocuparán la fortalezadeCastleWílliam.Losdosregimientos restantes se alojarán en la ciudad o acamparán en terrenoscomunales. Es tiempo ya, después de tantos años turbulentos y casi derebelión, que el gobierno de su majestad tenga un muro de fuerza pararesguardarlo.

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—¡Confiad,señor,confiadtodavíaunpocomásenlalealtaddelpueblo,—repusoelcapitán.—Noleenseñéisquepuedeestarconlossoldadosinglesesen otros términos que en los de la fraternidad más cordial, como cuandopeleabanjuntosenlaguerrafrancesa.Noconvirtáisencampamentolascallesdevuestraciudadnatal.¡Pensadlodosveces,antesdeentregaraotrasmanos,que no sean las de los verdaderos naturales de laNueva Inglaterra, el viejoCastleWílliam,llavedelaprovincia!

—Joven, está decidido,—repitió Hútchinson, levantándose de su silla.—Un oficial estará de servicio esta noche para recibir las instruccionesnecesarias para el acuartelamiento de las tropas. Vuestra presencia serátambiénnecesaria.¡Hastaentonces,adiós!—

A estas palabras el teniente gobernador abandonó precipitadamente lahabitación,mientrasÁliceysuprimoseguíanlentamente,conversandobajitoydeteniéndosedevezencuandoparalanzarunaojeadaalmisteriosocuadro.El capitán de CastleWílliam pensaba que el aire y continente de la jovenpodía compararse al que se atribuye a uno de aquellos espíritus fabulosos,hadas o personajes de la mitología antigua, que intervienen a veces en losasuntos de los mortales, mitad por capricho, mitad por un sentimiento desimpatíahacialadesgraciaolafelicidadhumana.Mientrassosteníaelcapitánla puerta abierta para que pasaraÁlice, hizo ella un signo con la cabeza alcuadroysonrió.

—¡Preséntate, sombría y diabólica figura!—exclamó.—¡Tu hora hallegado!—

Aquellanochesehallabael tenientegobernadorHútchinsonen lamismahabitacióndonde tuvo lugar laescenaquehemosnarrado, rodeadodevariaspersonas a quienes reunían diversos intereses. Encontrábanse allí losconsejeros municipales de Boston, sencillos patriarcas, padres del pueblo ypersonificacionesadmirablesde losantiguoscolonospuritanos,cuyaenergíaaustera imprimió tan hondo sello al carácter de la Nueva Inglaterra.Contrastando con ellos, veíase uno o dos miembros del consejo, ricamenteataviadosconlasblancaspelucas,lascasacasbordadasyotrasmagnificenciasde aquella época, y haciendo en cierto modo ostentación del ceremonialcortesano.Unmayordel ejército inglés, aparentementedeguardia, esperabalasórdenesdeltenientegobernadorparaeldesembarquedelastropas,queaunpermanecían a bordo de los transportes. El capitán de Castle Wílliam semantenía junto a la silla deHútchinson, con los brazos cruzados ymirandocon altanería al oficial inglés que pronto iba a reemplazarle en su puesto.Sobreunamesacolocadaenelcentrodelahabitaciónhabíauncandelabrodeplata, cuyas seis bujías arrojaban su resplandor sobre un papel listoaparentementeparalafirmadeltenientegobernador.

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Disimuladaenparteentrelosvoluminososplieguesdelascortinasdeunade las ventanas, podía percibirse la blanca drapería de un vestido demujer.Parecerá extraño queÁliceVane se encontrara allí en talesmomentos; perohabía algo tan infantil y caprichoso en su carácter original que siempre seapartaba de las reglas acostumbradas, que su presencia no sorprendió a lospocosquellegaronanotarla.Enaquelmomento,elpresidentedelmunicipiodirigíaaltenientegobernadorunalargaysolemnearenga,protestandocontralaintroduccióndetropasinglesasenlaciudad.

—Ysi vuestrohonor,—concluyó este excelente aunque enojoso anciano,—estimaconvenienteinsistirenqueespadachinesymosqueterosmercenariossienten sus reales en nuestros barrios tranquilos, ¡que la responsabilidad deesta decisión no caiga sobre nuestras cabezas! ¡Pensad, señor, mientras estiempo todavía, que si llega a derramarse una sola gota de sangre, será unamanchaeternasobrelamemoriadevuestrohonor!Habéisescrito,señor,conhábil pluma las hazañas de nuestros abuelos.De consiguiente, seríamuydedesear que merezcáis a vuestro turno honrosa mención como verdaderopatriota y recto gobernador cuando vuestros hechos sean consignados en lahistoria.

—No soy insensible, mi buen señor, al deseo natural de ocupar un altopuesto en los anales de mi país,—replicó Hútchinson, dominando suimpaciencia hasta convertirla en cortesía;—ni conozco método mejor paraalcanzar este fin que contrarrestar el pasajero espíritu demalevolencia que,conperdónvuestro,parecehaberatacadoahombresaunmásancianosqueyo.¿Meaconsejaríaisqueaguardehastaquelamultitudasaltelacasaprovincial,como lo hicieron con mi casa particular? ¡Creedme, señor, puede llegar eltiempo en que os sintáis felices de buscar refugio bajo la bandera real, quetantodisgustooscausaahoraverizar!

—Sí;—agregóelmayoringlésqueaguardabaconimpaciencialasórdenesdel teniente gobernador.—Los demagogos de esta provincia han evocado aldiabloynopuedenahoradeshacersedeél.NosotroslosexorcizaremosenelnombredeDiosyeneldelrey.

—Simezcláisaldiabloenelasunto,¡cuidadoconsusgarras!—replicóelcapitán de Castle Wílliam, molesto por la burla que se hacía de suscompatriotas.

—Conperdónvuestro,mijovenseñor,—dijoelvenerableconsejero,—nopermitáis que un espíritu pernicioso inspire vuestras palabras. Lucharemoscontra el opresor con ayunos y oraciones, como hubieran hecho nuestrosantecesores. Pero también como ellos nos someteremos a la suerte que a lasabia Providencia plazca enviarnos, después de haber agotado nuestrosmayoresesfuerzospararemediarla.

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—¡Ya asoman las garras del diablo!—murmuró Hútchinson, quecomprendió perfectamente la naturaleza de esta puritana sumisión.—Esteasunto se resolverá inmediatamente. Cuando haya un centinela en cadaesquina y una guardia de corte delante de la casa consistorial, cualquiergentilhombrelealpodráaventurarseasalir.¿Quépuedeimportarmeelvoceríodel populacho de esta remota provincia del reino? ¡El rey esmi señor y laInglaterraesmipatria!Sostenidoporlafuerzaarmada,sentaréelpiesobrelacanalla,yladesafiaré!—

Cogióunaplumay estaba apuntode estampar su firmaen el papel queyacíasobrelamesacuandoelcapitándeCastleWílliamcolocóunamanoensuhombro.Lalibertaddeaquelacto,tancontrarioalceremoniosorespetoquese consideraba entonces debido a la categoría y a la dignidad, despertósorpresageneral,muchomayorenelmismogobernadorqueencualquierotrode los circunstantes.Al levantar la vista encolerizado, observóque su jovenpariente señalaba con el dedo el muro opuesto. La mirada de Hútchinsonsiguióladirecciónindicada,yvioalgoquehabíapasadoantes inadvertidoasusojos:unacortinadesedanegrasuspendidasobreelmisteriosocuadro,alqueocultabaporcompleto.Supensamientovolóinmediatamentealaescenade la tarde precedente; y en su sorpresa y en el tumulto de emocionesindefinidasqueseapoderabandesuespíritu,entrelascualesadivinabaquesusobrinateníaalgunaparteentalfenómeno,llamólaenaltavoz:

—¡Álice!¡Venacá,Álice!—

ApenashabíapronunciadoestaspalabrascuandoÁlice,deslizándosedesusitioconrapidezycubriéndoselosojosconunamano,descorrióconlaotralaobscuracortinaqueocultabaelretrato.Unaexclamacióndesorpresabrotódeloslabiosdelosespectadores;mientraslavozdeltenientegobernadorteníauntimbredehorror.

—¡Por el cielo!—murmuró con voz baja y reconcentrada, hablandomásbien consigomismoque con losque le rodeaban;—si el espíritudeÉdwardRándolph apareciera entre nosotros desde la región del tormento no llevaríaseguramentemásvisiblesensurostrolosterroresdelinfierno!

—Conalgún finespecial,—dijo solemnementeel ancianoconsejero,—hahecho desaparecer la Providencia el velo que ocultaba tanto tiempo estaespantosaefigie.¡Hastaestemomentonadiehabíapodidoverloquenosotroscontemplamos!—

Dentrodelantiguocuadro,quehacíatanpocotiempoencerrabasolamenteunatelanegrayvacua,aparecíaahoraunafigura,todavíaobscuraesverdad,en sus sombras y matices, pero destacándose en poderoso relieve. Era elretrato de un caballero con barba, vistiendo rico traje antiguo de terciopelobordado, con ancha gorguera, y llevando un sombrero cuyo ancho borde

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sombreabasufrente.Bajoestasombralosojosteníanunbrillopeculiar,casidepersonaviviente.

Resaltabalafiguratandistintamentesobreelfondo,quehacíaelefectodeuna persona mirando desde el muro a los atónitos y despavoridosespectadores. A ser posible describir con palabras la expresión del rostro,diríase que era la de algún desgraciado, sorprendido en algún crimenrepugnanteyexpuestoalodioacerbo,alaburlayalvergonzosoescarniodeuna multitud que le rodease. Veíase la lucha de la altanería, vencida ysubyugadaporelpesoopresordelaignominia.Latorturadelalmaserevelabaplenamenteenelsemblante.Parecíaqueelretrato,ocultotraslanubedelosaños, hubiera ido adquiriendo expresiónmás lúgubre e intensahasta dejarseverdenuevo,arrojandosufatídicoauguriosobrelahorapresente.Talera,sihemosdedarcréditoa la leyenda,el retratodeÉdwardRándolphcuando lamaldición popular había impreso su nefasto sello en la personalidad delgobernador.

—¡Este espantoso rostro me enloquecerá!—dijo Hútchinson que parecíafascinadoporaquellacontemplación.

—¡Tenedcuidadoentonces!—murmuróÁlice.—Élatropelló losderechosdelpueblo.¡Miradsucastigo,yevitaosuncrimensemejante!—

El teniente gobernador tembló por un instante; mas apelando a toda suenergía, que no era, sin embargo, uno de sus caracteres predominantes,consiguiólibrarsedelhechizoquesedesprendíadelsemblantedeRándolph.

—¡Niña!—exclamóriendoacerbamenteyvolviéndosehaciaÁlice,—¿hashechousodetutalentoenlapintura,detuintriganteespírituitaliano,detusgolpes de efecto escénicos, pretendiendo ejercer alguna influencia conartificiostantrivialessobreelconsejodelgobernadorytratándosedelinterésdelasnaciones?¡Mira!

—¡Deteneos un instante más,—dijo el consejero, mientras Hútchinsoncogíadenuevolapluma;—puessialgúnmortalrecibiójamásunaadvertenciadepartedeunalmaatormentada,vuestrohonoresesehombre!

—¡Basta!—repuso Hútchinson ferozmente.—Aun cuando aquella mismafigurainsensiblemegritara,“¡deténte!,”nomeconmovería.—

Yarrojandounatorvamiradadedesafíoalretrato,queparecíaexpresarenaquelmomentoconmayorintensidadquenuncatodoelhorrordesumiseria,rasgueósobreelpapel,concaracteresquedemostrabanhallarseempujadoporladesesperación,elnombredeThomasHútchinson.Enseguidaseestremeció,dicen,comosiestafirmahubierasidosucondenacióneterna.

—¡Estáhecho!—dijo;ycolocóunamanodelantedesusojos.

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—¡Quiera Dios perdonar este acto!—dijo Álice Vane, con voz suave ytriste,comoladeunespíritubuenoalhuirmuylejos.

Al día siguiente circulaba entre la servidumbre de la casa un rumorpersistente que se extendió por toda la ciudad, asegurando que el negro ymisteriosoretratosehabíadesprendidodelmuroyhabladofrenteafrenteconel teniente gobernador Hútchinson. Si tal milagro se verificó, no quedarontrazas del suceso; puesnadapudopercibirse dentrodel negromarco sino lanubeimpenetrablequelecubríadesdeel tiempoqueeraposiblerecordar.Siverdaderamente apareció la figura, había huído luego como un espíritu, alrompereldía,ocultándosetrasunsiglodetinieblas.LomásprobableesqueelsecretodeÁlicepararestaurarloscoloresdelcuadro,habíatenidosolamenteresultados pasajeros. Pero todos aquellos que pudieron contemplar en esebreve intervalo el espantoso rostro de Édward Rándolph, no deseabanrepeticióndelespectáculo,ysiempretemblabanmástardealrecordaraquellaescena,comosihubierasidoelmismoespíritudelmalquienaparecióantesusmiradas.EncuantoaHútchinson,cuandollegósuúltimahora,allálejos,sobreelocéano,jadeanteysinrespiración,quejábasedequeseahogabaenlasangrede los asesinatosdeBoston;mientrasFrancisLincoln, el antiguocapitándeCastleWílliam,queseencontrabajuntoasulechodemuerte,podíanotarenelextravíodesumiradaciertaexpresiónsemejantealadeÉdwardRándolph.¿Sintió acaso su destrozado espíritu, en aquella hora suprema, el tremendopesodelamaldicióndeunpueblo?

A la terminación de estamilagrosa leyenda, pregunté ami huésped si elcuadroseconservabatodavíaenlahabitaciónqueestabaencimadenuestrascabezas;peroMr.Tíffanymeinformódequehabíasidoretiradodeallíhacíalargo tiempo, y se suponía que estaba disimulado en cualquier rincónextraviadodelMuseodelaNuevaInglaterra.Quizásialgúncuriosoanticuariopuedadaralgunaluzsobreelasuntoy,ayudadoMr.Hóworth,elreparadordecuadros,llegueaproducirunapruebanodeltodoinnecesariaconrespectoalaautenticidaddeloshechosarribarelatados.Duranteelcursodeestahistoria,sehabíapreparadounatempestad,queestallócontantoestrépitoyviolenciatal, en lapartealtade lacasaprovincial,queparecíaque todos losantiguosgobernadores y grandes hombres estuvieran alborotando arriba, mientras elseñor Bela Tíffany murmuraba de ellos abajo. En el transcurso de lasgeneraciones, cuandomucha gente ha vivido ymuerto en una vieja casa, elsilbidodelvientocolándoseatravésdesusgrietasyelcrujidodesusvigasycabrios,semejanextraordinariamenteeltonodelavozhumana,ocarcajadas,opasospesadoshollandolasdesiertashabitaciones.Escomosirevivieranlosecos de media centuria. Estos mismos fantásticos sonidos repercutían ymurmuraban en nuestros oídos, cuando me despedí del círculo formado entornodelfuegodelacasaprovincial,ybajandolospeldañosdelpórtico,medirigíamimoradaluchandocontraunaviolentatempestaddenieve.

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FEATHERTOP

LEYENDAMORAL

Dickon!—gritóMamáRigby,—¡fuegoparamipipa!—

Lavieja señora tenía lapipaen labocacuandodecíaestaspalabras.Lashabía lanzado después de llenarla de tabaco, sin tratar de encenderla en elhogardonde,enrealidad,nohabíahuellasdequesehubieraencendidofuegoaquellamañana.Sinembargo,tanprontocomohubodadolaorden,brotóunrojointensoenelhuecodelapipayunabocanadadehumodeloslabiosdeMamá Rigby. Nunca pude descubrir de dónde vino el fuego, ni qué manoinvisiblelohizoencenderseallí.

—¡Bien!—dijoMamá Rigby, con una inclinación de cabeza.—¡Gracias,Dickon!Ahorahagamos el espantajo.Quedad al alcancede la voz,Dickon,porsiosnecesitootravez.—

Apenasamanecía;pero labuenamujerhabíamadrugadoaquellamañanacon el objeto de hacer un espantajo que quería colocar en su sementera demaíz. Era la última semana demayo, y ni los cuervos ni losmirlos habíandescubierto aún las pequeñas hojas verdes y enrolladas del maíz quecomenzaba justamente a brotar de la tierra. Así, había resuelto fabricar unespantajoqueparecieravivoportodossusladosyterminarloinmediatamentede pies a cabeza, de manera que comenzara aquella misma mañana susdeberesdecentinela.Ahorabien;MamáRigbyera,comotodossabemos,unadelasbrujasmáshábilesypoderosasdelaNuevaInglaterraypodíahacer,enconsecuencia, con muy pequeño esfuerzo, un espantajo suficientementehorribleparaaterrorizaralmismísimoministrodelaiglesiaprotestante.Pero,habiendo despertado aquella mañana con disposición de espírituextraordinariamenteplacentera,suavizadatodavíamásporsupipadetabaco,resolvióproduciralgofino,hermosoyespléndido,depreferenciaalohorribleyespantoso.

“Noquierocolocarunduendegroseroenmipropiocampodemaízycasiamispuertas,”díjosea símisma, lanzandounabocanadadehumo;“podríahacerlo si quisiera, pero estoy cansada de cosasmaravillosas y esta vezmequedarédentrodeloslímitesdelavidaordinaria,enobsequioalavariación.Además, no hay necesidad de espantar a los chiquillos a una milla a laredonda,aunqueyosea,comoellosdicen,brujadeverdad.”

Quedó sentado, de consiguiente, en la mente de Mamá Rigby, que elespantajo representaría un caballero elegante de la época, hasta donde lo

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permitieran los materiales de que podía disponer. Quizá será oportunoenumerarlosprincipalesartículosqueentraronenlacomposicióndelafigura.

Elmás importantede todos indudablemente, aunque llegaba a apreciarsemuypoco,eraciertopalodeescobaenqueMamáRigbyhabíadadomuchosnocturnospaseosaéreosalamedianoche,yelcualservíaahoradecolumnavertebralalespantajo,odeespinazo,hablandoentérminosvulgares.Unodelos brazos estaba constituído por un mayal, inútil ahora, que acostumbrabamanejarelbuenRigbyantesdequesuesposaleenviarafueradeestepícaromundo;elotro,sinomeequivoco,estabacompuestodelcabodeunaescobael travesaño roto de una silla, atados fuertemente a la altura del codo. Encuantoalaspiernas,laderechaeraelmangodeunazadónylaizquierdaunpalocogidoenlamisceláneaconfusadelmontóndemaderas.Lospulmones,estómagoydemáscosasporelestiloerannadamenosqueunsacodeharinarelleno de paja. Tenemos así el esqueleto y la individualidad entera delespantajo,conexcepciónde lacabeza; lacualsesuplióadmirablementeconunacalabazasecayarrugada,dondeabrióMamáRigbydoshuecospara losojos y una abertura para la boca, dejando que cierta azulada prominenciahiciera en el centro las veces de nariz. El conjunto constituía realmente unsemblantedeltodorespetable.

“Hevistomuchos rostrospeores sobrehombroshumanos, seguramente,”pensóMamáRigby.“Ymásdeunfinocaballerotienecabezadecalabaza,lomismoquemiespantajo.”

Pero en este caso los vestidos debían hacer al hombre. Así, la buenaanciana cogió de una percha una casaca antigua color ciruela, hecha enLondres, y con restos de bordado en las costuras, puños, solapas de lasfaltriquerasyojales;perolamentablementeusadaydescolorida,remendadaenlos codos, rasgada en los faldones y completamente raída. En la solapaizquierda veíase un agujero redondo, producido quizá por alguna placanobiliariaarrancadaviolentamente,oporelcorazónardientedealgunodelosposesores de la prenda que la hubiera chamuscado. Los vecinos asegurabanqueestaricavestimentapertenecíaalguardarropadelHombreNegro,quienlaconservaba en la casa de Mamá Rigby por la comodidad de vestirse allísiemprequequeríapresentarsedegranparadaalamesadelgobernador.Paracompletar el atavío había un amplio chaleco de terciopelo, bordadoprimitivamenteconfollajededorado tanbrillantecomolashojasdearceenoctubre,peroquesehabíaapagadoyacasideltodosobreelterciopelo.Veníaen seguida un par de calzas color escarlata, llevadas alguna vez por elgobernador francés de Loúisbourg, y cuyas rodillas habían tocado losescalones inferiores del trono de Louis el Grande. El francés regaló estascalzasaunindiocuranderoquienlasdióalaviejabrujaacambiodeunvasodeaguardienteenunadesusdanzasenlaselva.Además,sacóMamáRigby

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un par de medias de seda y las calzó en las piernas del espantajo dondeaparecían como una fantasía, mostrando la realidad de los palos al dejarpercibirdolorosamentelamaderaatravésdelosagujeros.Colocó,porúltimo,lapelucadesuamadoesposoenelpeladocráneodelacalabaza,ycompletóelconjunto con un empolvado sombrero de tres picos adornado con las máslargasplumasdecoladegalloquesepudieraimaginar.

Tanluegoquelaviejahuboterminado,colocóestafiguraenunrincóndesucabaña,riendoalobservarelamarillorostrodelespantajoconlapequeñanaricillapicaresca levantadaalaire.Teníauncómicoaspectodesatisfaccióndesímismoyparecíadecir:“¡Pero,venidaadmirarme!”

“¡Y es un hecho que sois digno de que se os admire!”murmuróMamáRigby,llenademaravillaantesuobra.“Hefabricadomuchosmuñecosdesdeque soy bruja, pero se me figura que éste es el mejor de todos. Casi esdemasiado magnífico para espantajo. Y ahora, llenaré primero mi pipa contabacofrescoylollevaréenseguidaalasementerademaíz.”

Mientras llenaba su pipa, seguía mirando la anciana con cariño casimaternalalespantajoensurincón.Adecirverdad,seacasualidadodestreza,oquizá sólo hechicería, había algo maravillosamente humano en la ridículafiguraacicaladaconsuharapientoesplendor,yqueparecíaarrugarsuamarillosemblanteenunamuecadecuriosaexpresiónentredesdényregocijo,comosicomprendiera que representaba en sí misma una burla a la humanidad.Mientrasmás la contemplabaMamáRigby,más satisfecha se hallaba de sulabor.

—¡Dickon!—gritóimperiosamente—¡fuegootravezparamipipa!—

Apenashabíaterminado,cuandoapareciócomoantesunabrasaenrojecidasobreel tabaco.MamáRigbyaspiróuna largabocanaday laexhalódespuéshacia el rayo de luz matinal que luchaba por atravesar las empolvadasvidrierasdelaventanadesucabaña.Gustábalesaborearsupipaconunabrasadelfuegodelachimeneadedondehabíasidoarrancado.Peronopuedodecirdónde estaba tal chimenea, ni quien aportaba el fuego, salvo aquel invisiblemensajeroqueparecíaresponderalnombredeDickon.

“Estemuñeco,”pensabaMamáRigby, con losojos fijosenel espantajo,“es trabajo demasiado artístico para dejarlo todo el verano en un campo demaízespantandoaloscuervosyalosmirlos.Escapazdealgomejor.¡Vayaquehedanzadomuchasveces con figurasmás ridículas, cuando escaseabanlasparejasennuestrasreunionesdehechiceríaenlosbosques!¿Quésucederásiledejobuscarselavidaentrelosdemáshombresdepajaygentevacíaqueandanalborotandoporelmundo?”

Laviejabrujaaspirótresocuatrobocanadasdehumodesupipaysonrió.

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“¡Encontrará una multitud de semejantes en cada esquina!” continuó.“Bien;nointentometermehoyenbrujerías,másalládeloqueduremipipa;perosoymagayloseréydenadasirvequererdisimularlo.¡Haréunhombredemiespantajo,siquieraseaporelplacerdepegarunpetardo!”

Mientrasmurmurabaestaspalabras,MamáRigbyretirólapipadesubocay la arrojó en la abertura que hacía de tal en el rostro de calabaza delespantajo.

—¡Fuma, querido mío, fuma!—dijo.—¡Fuma, elegante mozo! ¡tu vidadependedeello!—

Eraindudablementeunaexhortaciónoriginal,dirigiéndoseaunpaquetedepalos, paja y vestidos viejos, sin nadamejor que una arrugada calabaza porcabeza, como sabemos bien que estaba formado el espantajo. Sin embargo,debemos recordarlo muy especialmente, Mamá Rigby era una bruja desingular habilidad y poder; y teniendo presente este hecho, no habrá nadaincreíble en los notables incidentes de nuestra historia. A la verdad, ladificultadmayorquedarávencidaalpunto,silogramosllegaralacreenciadequetanprontocomolaviejaleordenófumar,brotóunabocanadadehumodelabocadelespantajo.Fuéseguramenteunabocanadamuyligera;peroaéstasiguióotrayotrasmás,cadaunamásdecididaquelasanteriores.

—¡Fuma,ángelmío!¡fuma,lindo!—siguiódiciendoMamáRigbyconsusonrisamásgraciosa.—Eshálitodevidaparati;tedoymipalabra.—

Queda fuera de duda que la pipa estaba encantada. Debía existir algúnconjuroseaeneltabaco,oenelardientefuegoqueardíamisteriosamenteensu hueco, o en el humo aromático que se exhalaba de las encendidas hojas.Después de varias tentativas vacilantes, la figura arrojó al fin una nube dehumo que se extendió desde el obscuro rincón hasta la faja luminosa de laventana.Allísedifundióysedesvanecióentre losátomosdepolvo.Parecíahaber sido un esfuerzo convulsivo, pues que las dos o tres bocanadassiguientes fueronmás débiles, aunque el fuego ardía todavía y arrojaba susreflejos sobre el rostro del espantajo.La vieja bruja aplaudió golpeando susflacasmanosunacontraotraysonrióasumuñecodemaneraalentadora.Veíaqueelencantoobraba.Lafazarrugadayamarilla,quehastaentoncesnohabíaofrecidoaspectovital,comenzabaamostrarunaespeciedefantásticaytenueatmósfera humana que parecía fluctuar a su alrededor, desvaneciéndose aveces completamente, y haciéndose otras más perceptible siguiendo lasexhalacionesdelapipa.Deigualmaneraasumíatodalafiguraunasemblanzade vida, como la que prestamos a formas mal definidas de las nubes,engañándonosamediasconlasdivagacionesdenuestrapropiafantasía.

Sihubiéremosdeahondarprofundamenteenlamateria,podríadudarsesi,despuésdetodo,huboalgúncambioenlasórdida,raída,insignificanteymal

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pergeñadafiguradelespantajo;osiúnicamentealgunailusiónfantasmagóricayciertocuriosoefectodeluzysombralacoloreabaydelineabaenformadeengañar los ojos demuchas personas. Losmilagros de la brujería adolecensiempredeartificiomuysuperficial;yporúltimo,siestaexplicaciónnollegaalfondodelproceso,nopuedoofrecerotramejor.

—¡Muybien,lindomancebo!—exclamódenuevoMamáRigby.—Vamos,otrabuenayvigorosainhalación,ylánzalaconfuerzayviolentamente.¡Fuma,portuvida,telodigo!¡Aspiradesdeelfondodetucorazón,sicorazóntienes,ysiéstetienefondo!¡Bien,ahora!Aspiraestabocanadacomosigozarasenhacerlo.—

Y la bruja hizo un ademán con la cabeza al espantajo, poniendo talpotenciamagnéticaensugestoqueinevitablementedebíaésteobedecer,comoobedeceelhierroalamisteriosaatraccióndelimán.

—¿Porquétequedasholgazaneandoenturincón,perezoso?—dijoMamáRigby.—¡Avanza!¡Tieneselmundodelantedeti!—

Palabra,quesinohubieraoídoyomismoestarelaciónenelregazodemiabuela y no hubiera quedado completamente establecida entre las cosasverosímilescuandomiinfantilcredulidadnopodíaaúnanalizarsuposibilidad,jamáshabríatenidoelatrevimientodereferirlaahora.

Obedeciendo a la voz deMamá Rigby y alargando el brazo como paracoger su mano extendida, la figura avanzó un paso, una especie desacudimiento o salto más bien que paso; vaciló luego y casi perdió elequilibrio.

¿Qué más podía esperar la hechicera? No era nada, después de todo;solamenteunespantajodemaderaarmadosobredosestacas.Perolaenérgicabruja se enfadó, y sacudió la cabeza, y lanzó la fuerza de su voluntad tanpoderosamentesobreaquellamiserablecombinacióndemaderapodrida,pajamohosa y raída vestimenta, que se vió obligado el espantajo a mostrarsehombre, a despecho de la realidad de las cosas. Así avanzó hasta la fajaluminosa.Detúvose allí ¡pobre diablo de invención! revestido solamente deuna capa ligerísima de apariencia humana, a través de la cual era visible larígida, desvencijada, incongruente, vieja, harapienta, múltiple e inútilcombinaciónde suesencia,pronta adesplomarseen tierra enunmontónderesiduos,porlaconcienciadesupropiaindignidadparaerguirse.¿Confesarélaverdad?Enestepuntodevivificación,elespantajomehacerecordarciertoscaracteres indefinidosyanormales,compuestosdeelementosheterogéneosyempleadosmil veces, a despechode su insignificancia, por los escritoresdenovelas (yo también como los demás) que han poblado con ellossuperabundantementeelmundodelafantasía.

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Maslaferozbrujacomenzabayaaencolerizarseyamostrarlosrasgosdesunaturalezadiabólica,queasomabasibilantecomounacabezadeserpientedesdeelfondodesupecho,anteelcomportamientopusilánimedelacosaqueellasehabíatomadolamolestiadecomponer.

—¡Fuma,miserable!—gritó con ira.—¡Fuma, fuma, fuma, tú, criaturadepajayvacuidad!¡tú,andrajo!¡tú,sacodeharina!¡tú,cabezadecalabaza!¡tú,nada! ¿Dónde encontraré una palabra suficientemente vil para calificarte?¡Fuma,tedigo,yaspiratuvidafantásticajuntoconelhumo;osino,arrancaréla pipa de tu boca y te arrojaré al lugar de donde ha venido aquella brasaardiente!—

Amenazado así, el infeliz espantajo no tenía más remedio que inhalaraquellapeligrosavida.Haciendodenecesidadvirtud,aplicósevigorosamentealapipa,arrancandonubesdehumotanespesoquelapequeñacocinadelachozaestabaenvueltaporcompletoenlosvaporesdeltabaco.Unrayodesolluchabaporatravesarestanieblaypodíaapenasreflejarvagamentelaimagende la hendida y empolvada vidriera de la ventana sobre el muro opuesto.EntretantoMamáRigby, conunbrazoen jarrasy el otro extendidohacia lafigura,sedestacabaferozmenteenmediodelaobscuridad,conelmismoporteyexpresiónquecuandoprovocabaalgunaterriblepesadillaensusvíctimasypermanecía al lado del lecho para saborear su agonía. El pobre espantajofumabayfumaba,trémuloyllenodeterror.Masesprecisoreconocerquesusesfuerzos servían perfectamente para el objeto; pues a cada sucesivaexhalación, perdía la figura visiblemente su aspecto informe y confuso yparecía condensar su esencia. Aun la misma vestimenta participaba de estemágico cambio, brillando con reflejos de novedad y resplandeciendo con elbellobordadodeoroqueportanlargotiempohabíaestadoopacadosobreelterciopelo. Y, revelándose apenas entre el humo, un rostro amarillo dirigíahaciaMamáRigbysusojossinexpresión.

Alfinlaviejabrujacerróelpuñocrispado,sacudiéndoloendirecciónalafigura. No estaba iracunda verdaderamente; mas procedía bajo el principio,falso quizá pero profundo, como todos los que profesara persona de lascualidades de Mamá Rigby, de que las naturalezas débiles y entorpecidas,incapacesdesentirmejorinspiración,debenaguijonearsepormediodelterror.Encasodequefracasaraloqueellaintentaba,teníaelinhumanopropósitodedesparpajaralmiserablesimulacroensusprimitivoselementos.

—Tienes el aspectodeunhombre,—dijo labruja severamente.—¿Tienestambién,poracaso,algúnecooremedodevoz?¡Teordenohablar!—

El espantajo abrió la boca, hizo algunos esfuerzos y emitió al fin unmurmullotanentremezcladoconelhumosoaliento,queapenaspodríadecirsesieravozenrealidadosolamenteunabocanadadelhumodeltabaco.Algunos

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narradoresopinanquelosconjurosdeMamáRigbyylafuerzadesuvoluntadhabíanevocadounespíritu familiardentrode la figurayqueéstaera lavozquerespondía.

—¡Madre,—murmurólapobrevozahogada,—noseáistancruelconmigo!Yobiendesearíahablar;pero¿quépuedodecir,careciendodesesos?

—¿Que no puedes hablar, querido mío? ¿que no puedes hablar, tú?-exclamóMamáRigby,suavizandoconunasonrisaladurezadesucontinente.—Y ¿qué podrías decir, preguntas? ¡Vaya, en verdad! Perteneces a laconfraternidad de los cráneos vacíos, y ¿preguntas lo que habrías de decir?¡Dirásmil cosas,y repitiéndolasmilymilvecesmás,nohabrásdichonadatodavía! ¡No tengasmiedo, te digo! Cuando entres en el mundo dondemepropongo lanzarte, no te faltará lo necesario para poder hablar. ¡Habla!¡Vamos!Hablarástantocomounmurmuradorarroyodemolino,sitúquieres.¡Tienessuficientetalentoparaeso,estoysegura!

—Avuestrasórdenes,madre,—respondiólafigura.

—Eso ha estadomuy bien dicho, tesoromío, respondióMamáRigby.—Entonces,hablacomoseteocurraynotepreocupes.Encontrarásuncentenardefraseshechasyquinientaspersonasque lasaprovechan.Yahora,queridomío,mehe tomadotanto trabajopor ti,yeres tanhermosoque,a femía, teamomásqueacualquierotromuñecodebrujeríaentodoelmundo;yloshehechodetodasclases:deyeso,decera,depaja,depalos,denieblanocturna,rocíodelamañana,espumadelmaryhumodelaschimeneas.Perotúereselmejordetodos.Así,atiendealoquevoyadecirte.

—¡Sí,bondadosamadre,—dijolafigura;—contodoelcorazón!

—¡Contodoelcorazón!—exclamólabruja,dejandocaerlasmanossobrelos costados y riendo estrepitosamente.—Tienes una linda manera deexpresarte.¡Contodoelcorazón!¡Ypusiste lamanosobreel ladoizquierdodetuchaleco,comosirealmentetuvierascorazón!—

De excelente humor por su fantástica invención, Mamá Rigby dijo alespantajoquedebía ira representarsupapelenelgranmundo,dondeniunhombre entre ciento, aseguraba ella, estaba dotado de esenciamás refinadaquesupropiacreación.Yparaquepudieramantenermuyaltalacabezaentrelosmejores,dotólealpuntodeincalculablesriquezas.Consistían,parteenunamina de oro en Eldorado, y parte en diez mil acciones en una bancarrotafraudulenta;mediomillóndeacresdeviñedosenelpolonorte;uncastilloenelaireyuncastilloenEspaña;agregadoa la rentaque todoaquellopudieraproducir. Hízole donación asimismo del cargamento de sal de Cádiz quellevaba cierto buque al cual hizo naufragar la hechicera diez años atrás enmitaddelocéanopormediodesusartesnigrománticas.Silasalnosehubiera

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disueltoypudiera introducirse en elmercado,permitiría levantarunabonitasumaentrelospescadores.Paraquenocarecieradedineroenefectivo,ledióuncuartodepeniquede cobre, selladoenBírmingham,que era todo loqueposeía; y, además, muchísima calderilla que al aplicarse sobre la frente, lavolvíamásymásrefractariaacolorearse.

—Con esta clase de moneda solamente,—dijo Mamá Rigby,—puedeshacercarreraenelmundo.¡Bésame,tesoromío!Hehechoportilomásquemehasidoposible.—

Además, con el objeto de que tuviera el aventurero todas las ventajasnecesarias para un bello ingreso en la vida, la excelente anciana le dió unacontraseñaqueleharíareconocerporciertomagistrado,miembrodelconsejo,mercader,yfuncionarioeclesiástico:cuatrodignidadesqueconstituíanunsolohombrequeseencontrabaalacabezadelasociedadenlametrópolivecina.La contraseña era ni más ni menos que una sola palabra queMamá Rigbymurmuróaloídodelespantajoyqueéstedebíamurmurarasuvezaloídodemercader.

—Gotoso y todo como es este viejo camarada, hará por ti cualquieracorreríatanprontocomohayaspronunciadoestapalabraensusoídos,—dijolaviejabruja.—¡MamáRigbyconocemuybienaldignojuezGookin,yeldignojuezconocebienaMamáRigby!—

Aestas palabras la bruja acercó su arrugada faz a la delmuñeco, riendoinconteniblementeyestremeciéndosecondeleitedepiesacabezaalaideadeloqueibaacomunicarle.

—El digno magistrado Gookin,—murmuró,—tiene por hija una donosadoncella.Y¡escuchabien,mi favorito!Tú tienesbellocontinenteybastanteingenio natural. ¡Sí, bastante viveza de entendimiento! Lo comprenderásmejorcuandohayaspodidoapreciarelingeniodelosdemás.Ahorabien;coneseexterioreinteriortuyos,ereselhombrellamadoaconquistarelcorazóndeunajoven.¡Nolodudesjamás!Tegarantizoqueasíserá.Ponsolamentedetupartebastanteaplomoenelasunto,suspira,sonríe,agitatusombrero,adelantael pie como un maestro de baile, coloca la mano derecha sobre el ladoizquierdodetuchaleco,ylalindaPollyGookinserátuya.—

Todoestetiempolanuevacriaturahabíaestadoinhalandoyexhalandolavaporosafraganciadesupipayparecíaahoracontinuarenestaocupaciónporpropio placer y no como condición indispensable para su existencia. Eramaravilloso observar cuán extraordinariamente se asemejaba ahora a un serhumano. Sus ojos—que a este tiempo parecía ya tenerlos—estaban fijos enMamáRigby,ymovíaoinclinabasiemprelacabezaenelmomentooportuno.Tampocodejabandeacudirasuslabioslaspalabraspropiasparalaocasión:“¿Realmente? ¿En verdad? ¡Dígame, se lo ruego! ¿Es posible? ¡Palabra de

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honor!¡Deningunamanera!¡Oh!¡Ah!¡Jem!”ymuchasotrasexclamacionesderigorqueimplicanatención,interrogación,asentimientoodisentimientodeparte del oyente. Aun después de haberse encontrado por allí y haber vistofabricardesdeelprincipioalespantajo,eradifícilresistirsealaconviccióndequeelsujetocomprendíaperfectamenteelalcancedelosastutosconsejosquelaviejabrujadepositabaensuremedodeoído.Mientrasaplicabaconmayorentusiasmosuslabiosalapipa,suexpresiónsevolvíamássagaz,susgestosyademanesadquiríanmayorvidaysuvozresonabademaneramásinteligible.Susvestidoslucíantambiénmásymásconilusoriamagnificencia.Lamismapipaenqueardíaelconjurodetodaestaobramaestra,dejódeaparecercomoun pesado artefacto de tierra ennegrecida para convertirse en un artísticoobjetodeespumademarconcabezapintadayboquilladeámbar.

Podríatemerse,sinembargo,quedependiendodelvapordelapipalavidade esta ilusión, hubiera de terminar simultáneamente con la reducción deltabacoacenizas.Perolabrujahabíaprevistoestadificultad.—Sosténlapipa,hermosomío,—dijo,—mientraslallenodenuevoparati.—

Erapenosover cómoel elegante caballero comenzabaa retrocederhastaespantajomientrasMamáRigby sacudía las cenizas de la pipa y procedía allenarlaotravezconeltabacodesucaja.

—¡Dickon!—exclamó con su voz fuerte e imperiosa,—¡más fuego paraestapipa!—

Apenaslohabíadicho,cuandolapartículaderojointensobrillabadentrode lacabezade lapipa;yel espantajo, sinaguardar lasórdenesde labruja,aplicando el tubo a sus labios, comenzaba a arrancar cortas y convulsivasbocanadas que pronto, sin embargo, se convirtieron en más iguales yregulares.

—Ahora, chiquillo de mi corazón,—dijo Mamá Rigby,—suceda lo quequieradebesadherirteatupipa.Tuvidaresideallí;yestolosabesbien,auncuandono sepasmuchomás fuerade esto. ¡No tedesprendasde tupipa, tedigo! Fuma, aspira, lanza nubes de humo, y si alguien te pregunta, di a lagentequeesporsalud,quetumédicoloharecomendadoasí.Ycuandotupipaestéconcluyéndose,ve,deliciamía,acualquierrincóny,penetrándoteprimerobien de humo, exclama con imperio: “¡Dickon! ¡una nueva pipa de tabaco!¡Dickon!¡fuegoparamipipa!”yfúmalatanprontocomoseaposible.Delocontrario, en lugar de un galano caballero con casaca bordada de oro, teconvertirásenunhazdepalosyvestidosdestrozados,unsacodepajayunaarrugadacalabaza.¡Ahoraparte,tesoromío,yladichaseacontigo!

—¡Nada temáis, madre!—dijo la figura con voz sonora, lanzando unavigorosa bocanada.—¡Yo arribaré, si esto es dado a un caballero y a unhombrehonrado!

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—¡Oh, tú me harás morir!—exclamó la vieja bruja, en una carcajadaconvulsiva.—Eso estuvomuybiendicho. ¡Si es dado a un caballero y a unhombre honrado! Representas tu papel a la perfección. Continúa siendo unelegantecaballero;yyoapostaréen tucabezacomohombredemeolloydesubstancia,provistodetalentoydeloquellamancorazón,ydetodoaquelloquedebeposeerunhombre,contracualquierotroanimaldedospies.Por timecreoyoahorahechiceramáshábilqueantes.¿Noteheformadoacaso?¡YdesafíoahacercosaparecidaalamejorbrujadelaNuevaInglaterra!¡Mira,llévatemivara!—

La vara, que era un simple palo de roble, tomó inmediatamente laaparienciadeunbastónconpuñodeoro.

—Estacabezadeorotienetantotalentocomolatuya,—dijoMamáRigby,—yteguiarádirectamentealacasadeldignomagistradoGookin.Veallá,milindo,querido,precioso,tesoromío;ycuandopreguntentunombre,diquetellamas Feathertop (Cabeza Emplumada). Llevas plumas en el sombrero, yarrojétodounmanojoenelhuecovacíodetucabeza;tupelucaestambiéndelestilollamadoFeathertop.¡Así,Feathertopserátunombre!—

Saliendo de la cabaña, Feathertop marchó virilmente hacia la ciudad.MamáRigbypermaneció en el dintel, profundamente complacidadever losrayosdelsolreflejándoseensuobra,comositodaaquellamagnificenciafuerareal; y observando cuán empeñosa y amorosamente fumaba su pipaFeathertop,yconquéeleganciamarchaba,apesardeciertaligerarigidezenlaspiernas.Lemiróalejarsehastaqueseperdiódevistayenviósubendiciónasu favoritocuandouna revueltadelcamino leocultócompletamentea susojos.

Cerca del mediodía, cuando la calle principal de la vecina ciudad seencontrabaenelcolmodelbullicioyanimación,seguíalaaceraunextranjerodeaspectomuydistinguido.Suporteysusvestidosestabanllenosdenobleza.Llevaba casaca color ciruela ricamente bordada, chaleco de suntuosoterciopelomagníficamente adornado de hojas doradas, un espléndido par decalzas encarnadas y las más bellas y brillantes medias de seda. Su cabezaestaba cubierta con una peluca tan lindamente arreglada y empolvada quehabría sido un sacrilegio desordenarla con el sombrero de encaje dorado yadornadodeunaplumanevada,queelcaballerollevababajoelbrazo.Enelpecho de la casaca resplandecía una estrella. Manejaba este personaje subastóndepuñodoradoconlagraciapeculiardelosgentilhombresdeaquellaépoca;y,paracompletarsuatavío,llevabaenlospuñosvolantesdeencajededelicadeza etérea, delatandoa las claras cuánociosasy aristocráticasdebíanserlasmanosqueocultabanamedias.

Circunstanciadignadenotarseenelcontinentedeestebrillantepersonaje,

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era que llevaba en la mano izquierda una pipa fantástica, con cabezadeliciosamentepintadayboquilladeámbar.Aplicábalaasuslabioscadacincoo seis pasos e inhalaba una profunda bocanada de humo que, después deretenerunmomentoensuspulmones,arrojabaengraciososremolinosporlabocaylanariz.

Comoesfácilimaginar,entodalacallesetratabaactivamentedeconocerelnombredelextranjero.

—Es,sinduda,algúngentilhombredeelevadaalcurnia,—decíaunvecinodelaciudad.—¿Veislaestrellaquellevasobreelpecho?

—¡No;vayaqueespocobrillanteparaverse!—decíaotro.—Sí;debeserforzosamenteungentilhombre, comodecís.Mas ¿qué ruta imagináisque suseñoría haya tomado para venir acá? No ha llegado barco del viejomundodesdeelmespasado;ysihubieravenidodelsurportierra,¿queréisdecirmedóndeestánsuscriadosysuequipaje?

—No necesita equipaje para establecer su alcurnia,—hizo observar untercero.—Así se presentara en harapos, brillaría su nobleza a través de losagujerosdesuscodos.Jamáshevistosemejantedignidaddeaspecto.Tienelaantiguasangrenormandaensusvenas,lojuraría.

—Masbienletomaríaporunholandésounalemándesangrenoble,—dijootrodelosciudadanos.—Loshombresdeaquellasregionestienensiemprelapipaenlaboca!

—Así son también los turcos,—respondió su compañero.—Pero, a mijuicio, este extranjero ha nacido en la corte francesa y aprendido allí lacortesanía y dignidad demaneras que en ninguna parte se despliegan comoentre la nobleza de Francia. ¡Aquelmodo de andar también!Un espectadorvulgarlojuzgaríaalgorígido,localificaríaquizádesacudimientootrote;peroa mis ojos tiene indecible majestad, y debe haberlo adquirido por laobservación constante de las maneras del gran monarca. El carácter yprofesióndelextranjeroestánbastanteevidentes.Esalgúnembajadorfrancésque ha venido a conferenciar con nuestros gobernadores sobre la cesión delCanadá.

—Verosímilmente es un español,—dijo otro,—y de allí viene su tezamarillenta;omásbienesdelaHabanaodealgúnotropuertodelosdominiosespañoles, y viene a investigar las piraterías con las cuales se dice quecontemporizanuestrogobernador.AquelloscolonizadoresdelPerúyMéjicotienenlapieltanamarillacomoeloroqueextraendesusminas.

—¡Amarilloono,esunhombremuyhermoso!protestóunaseñora;—¡tanalto, tanesbelto!conunsemblante tanfinoydistinguido,unanariz tanbiendelineadayunabocatandeliciosamenteexpresiva!Y¡Diosmebendiga,qué

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estrellamásbrillante!¡Positivamentearrojallamas!

—Lo mismo que vuestros ojos, hermosa dama,—dijo el extranjero,haciendounareverenciayagitandosupipa;puespasabajustamenteenaquelinstante.—¡Pormihonor,casimehandeslumbrado!

—¿Se ha oído alguna vez cumplimiento más exquisito y original?—murmuróladama,enéxtasisdedelectación.

En medio de la admiración general que excitaba el extranjero, sólo seescucharondosvocesdiscordantes.Unadeellasfuéladeunimpertinentecanquedespuésdeolfatearlostalonesdelresplandecientepersonaje,metiólacolaentre las piernas y se lanzó al corral de su amo, vociferando un execrableaullido. El otro ser en desacuerdo con la opinión pública fué un chico quelanzóunchillidocontodalafuerzadesuspulmones,balbuceandonoséquéininteligibletonteríaacercadecalabazas.

EntretantoFeathertopseguíasucaminoporlacalle.Conexcepcióndelaspocaspalabrascortesesquedirigióaladamayunaqueotraligerainclinacióndecabezacorrespondiendoprofundasreverenciasdelosespectadores,parecíacompletamente absorbido en su pipa. No era necesariamayor prueba de sualcurnia e importancia que la perfecta ecuanimidad con que se manejabamientraslaadmiracióndelaciudadcrecíahastaconvertirsecasienclamorentorno suyo. Con una multitud congregada tras de sus huellas, llegó elextranjerofinalmentealacasadeldignojuezGookin,atravesólareja,subiólospeldañosdelaescaleracentralyllamóalapuerta.Pudonotarseque,enelintervaloentresullamadaylarespuesta,sacudíaelextranjerolascenizasdesupipa.

—¿Qué dijo con aquella voz tan imperiosa?—preguntó uno de losespectadores.

—No sé, no podría decirlo,—respondió su amigo.—Pero el sol medeslumbra de manera extraña. ¡Qué ajado y descolorido se ha puestorepentinamentesuseñoría!¡Diosmebendiga!¿Quéesloquemepasa?

—Lomaravillosoesquesupipa,apagadahaceunmomento,apareceotravezencendidayconelfuegomásintensoquehevistoenmivida.Hayalgomisteriosoenesteextranjero. ¡Québocanadadehumomásespesa!¿Decíaisqueestabaajadoydescolorido?¡Mirad!Cuandosevuelve,brillalaestrellaensupechocomounallamarada.

—Asíes,enverdad,—dijosucompañero;—ydeslumbraráprobablementea la linda Polly Gookin a quien veo asomándose a la ventana de aquellahabitación.—

Tan luego que se abrió la puerta, volvióse Feathertop hacia la multitud,

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inclinóse majestuosamente, como un gran hombre que reconociera loshomenajesen la formamásestricta,ydesaparecióen lacasa.Brillabaensusemblante una especie de sonrisamisteriosa, unamueca,mejor dicho; peroentre la muchedumbre que le contemplaba, nadie tuvo la penetraciónsuficiente para descubrir su ilusoria personalidad, salvo un chiquillo y unmiserablecan.

Nuestra leyenda pierde aquí algo de continuidad, y saltando sobre lasexplicacionespreliminaresentreFeathertopyelcomerciante,pasaenbuscadelalindaPollyGookin.Eraéstaunadamiseladesuavesyredondeadasformas,cabellorubio,ojosazulesybellorostrosonrosado,nidemasiadoingenuo,nidemasiadoperspicaz.Lajovendescubrióporlaventanaalbrillanteextranjeroque se encontraba a la puerta y, preparándose para la entrevista, se acicalóinmediatamenteconunacofiadeencajes,uncollardecuentas,supañuelomáshermosoysufaldadedamascodelamejorcalidad.Mientrasseapresurabaabajar de su aposento al salón, mirábase en los grandes espejos ensayandolindosmodales,yaunasonrisa,yaciertadignidadceremoniosa,yaunasonrisamás dulce que la primera,mientras besaba sumano,moviendo la cabeza ymanejando el abanico; en tanto que, dentro del espejo, una insignificantedoncellicarepetía todossusademanesygestosridículossin lograrquePollyse avergonzara de ellos. En suma, si la linda Polly no llegaba a producirilusióntancompletacomoelilustreFeathertop,eraculpadesupocahabilidadynodesupocavoluntadparaconseguirlo;demaneraquealdemostrarasísusimplicidad, no era aventurado suponer que el fantasma creado por lahechicerapudieraconquistarla.

Apenas oyó Polly el ruido de los pasos gotosos de su padre,aproximándose a la puerta del salón acompañados del rígido resonar de loszapatos de altos tacones de Feathertop, sentóse recta como una flecha ycomenzóinocentementeaentonarunacanción.

—¡Polly!¡Polly,hijamía!—gritóelviejomercader.—Venacá,chiquilla.—

Elcontinentedelmagistradoaparecía turbadoe indecisocuandoabrió lapuerta.

—Este gentilhombre,—continuó, presentando al extranjero,—es elcaballero Feathertop, no, perdonadme, es Lord Feathertop, que me trae unrecuerdo de una antigua amiga. Cumplid vuestros deberes sociales con suseñoría,niña,yhonradlecomosucalidadmerece.—

Despuésdeestaspocaspalabrasdepresentación,elmagistradoabandonóelsalón.MassienestebreveinstantehubieramiradoPollyasupadreenvezde dedicarse por entero a la contemplación del brillante caballero, habríapodido comprender que algún peligro se cernía a la inmediación. El viejoestabanervioso,inquietoymuypálido.Tratandodeesbozarunasonrisacortés

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deformabasu rostroenunamuecagalvánica,queseconvirtióenceñoferoztan pronto comoFeathertop hubo vuelto las espaldas; almismo tiempo queamenazabaconelpuñocerradoygolpeabaelsueloconsupiegotoso;faltadecortesía que trajo consigo su inevitable y doloroso resultado. Parece, enverdad,quelapalabradeintroduccióndeMamáRigby,seacualfuere,actuabamásporel temorquepor lavoluntadsobreelricomercader.Siendoademáshombre de extraordinaria sagacidad y penetración, advirtió que las figuraspintadas en la pipa de Feathertop estaban dotadas demovimiento.Mirandocon mayor atención, pudo convencerse de que aquellas figuras eran unapartidadediablillosdebidamenteprovistosdecuernosycola,ydanzandoconlasmanosenlazadasygestosderegocijodiabólicoentodalacircunferenciadela cabeza de la pipa. Para confirmar sus sospechas,mientras guiabaMasterGookin a su huésped a través de un obscuro pasadizo desde su despachoparticular hasta el salón, la estrella que Feathertop llevaba al pecho arrojóverdaderas llamas, reflejando trémulos rayos sobre losmuros, el techo y elpavimento.

Con tales siniestros pronósticos que se manifestaban de maneras tandiversas,noes sorprendentequeelmercaderpensaraquecomprometía a suhijaenrelacionesmuydudosas.Maldecíaenelfondodesualmalaeleganciainsinuante de losmodales de Feathertop cuando este atrayente personaje seinclinaba, sonreía, posaba lamano sobre el corazón, inhalaba una profundabocanadadesupipayenriquecía laatmósferaconelalientovaporosodeunsuspiro fragante y visible. Alegremente habría puesto en la puerta el pobreMasterGookinasupeligrosovisitante;perohabíadepormediociertograveterrorqueleconstreñía.

Esterespetableanciano,sehabíadejadoarrastraralgoenmalcaminoensutempranajuventud,lotememos,yquizáseveíaahoraobligadoaredimirloporelsacrificiodesuhija.

Lapuertadel salóneraenpartedecristales cubiertosporunacortinadeseda,cuyosplieguesquedabanunpoquilloalsesgo.Tanvivointerésacosabaalcomercianteporpresenciar loqueibaaacontecerentre labellaPollyyelgalanteFeathertopque,despuésdeabandonarelaposentonopudoimpedirsedemirarporlaaberturadelacortina.

Masnadademilagrosolefuédadoobservar;nada,fueradelasbagatelasantes enunciadas, que le confirmaron en la idea de que algún peligrosobrenatural amenazaba a la bonita Polly. El extranjero era indudablementehombre de mundo, práctico, metódico y dueño de sí mismo; y, deconsiguiente, el personaje preciso a quien un padre no debe confiar sin ladebidaprecauciónunaingenuaysencillamuchacha.Eldignomagistradoqueconocía la humanidad en cualquiera esfera o condición, no podíamenos deadvertir que todos los gestos y ademanes del distinguido Feathertop

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respondían en absoluto a las conveniencias del momento: nada de rudezanaturalhabíaquedadoenél;lasconvencionessocialesestabantanadaptadasyasimiladasa sunaturaleza íntima,que le transformabanenunaobradearte.Quizásiestamismapeculiaridaderaloqueleprestabaciertoairepavorosoyfantasmagórico. Todo lo que es consumado y perfectamente artificial en elhombrelehaceaparecersobrenaturalantenuestrosojos,algoasícomosisuindividualidadbastaraapenasparadibujarenelsuelounasombra.Tratándosede Feathertop, esta impresión se confundía en un sentimiento extravagante,fantásticoyoriginal,comosisuvidayesenciadependierandelhumorizadoqueseescapabadesupipa.

PerolalindaPollyGookinnopensabadeestamanera.Laparejapaseabaentoncesa travésde lahabitación:Feathertop,consuandardistinguidoysunomenosdistinguidosemblante;lajovenconciertagraciafemeninanatural,realzadaporuntoqueligerodeafectaciónquenolaperjudicabayqueparecíaaprendidodelarteperfectodesucompañero.Mientrasmásseprolongaba laentrevistamásencantadaestabalalindaPolly;hastaque,pasadouncuartodehora, la joven comenzó positivamente a sentirse enamorada, como pudonotarloelviejomagistradodesdesuescondite.Noeranecesariamagiaalgunaparaprovocaresterápidoresultado;elcorazóndelapobreniñaerasindudatan apasionado que se fundía a su propio calor, reflejado en la huecasemblanza de un amante. Nada importaba lo que Feathertop dijera: suspalabraslevantabanprofundoecoyrepercutíanenlosoídosdelajoven;nadaimportaba lo que hiciera: sus acciones revestían siempre caracteres heroicosante los ojos de Polly. Y puede suponerse que en aquellos momentos seencendían lasmejillas de la joven y brillaba en sus labios tierna sonrisa, yhúmedadulzuraensusmiradas;mientraslaestrellachispeabaenelpechodeFeathertopylospequeñosdemonioscorríanconregocijomásymásfrenéticoalrededor de la cabeza de la pipa. ¡Oh, linda Polly Gookin! ¿Por qué seregocijan tan locamente aquellos diablillos de queunanecia doncella esté apuntodedarsucorazónaunasombra?¿Esacasounadesgraciataninusitada,untriunfotanraro?

De pronto se detuvo Feathertop y adoptando una actitud majestuosapareció imponer a la joven la contemplaciónde su figuraydesafiarla aqueresistierasuatractivosiestoeraposible.Laestrella,losbordados,lashebillas,brillabanenaquelmomentoconesplendorindecible;losmaticespictóricosdesuatavíotomaronmayorriquezadecolorido;desprendíasedetodasupersonaellustreycortesaníaquetraduceelencantodemodalesrefinados.Ladoncellalevantó los ojos y los fijo en su compañero con expresión tímida ymaravillada. Luego, como deseosa de juzgar por sí misma el valor que susencilla belleza pudiera tener al lado de tal esplendor, lanzó una mirada alespejodegrandesdimensionesenfrentedelcualsehallabanincidentalmente.Eraunaláminadelasmásclaraseincapazdelisonja.Apenastropezaronlos

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ojosdePollyconlasimágenesallíreflejadas,lanzóunagudogrito,alejósedelextranjero, le miró un momento con desordenado espanto, y se desplomóinsensiblesobreelpavimento.Feathertop,siguiendoladireccióndesumiradaen el espejo, contempló también, no el brillante remedo que su exterioraparentaba, sino la imagen del sórdido conjunto de su composición real,despojadadetodahechicería.

¡Miserablesimulacro!Casidebiéramoscompadecerle.Levantólosbrazoscon expresión desesperada, más intensa que todas sus manifestacionesanterioresparavindicarsuspretensionesdeconsiderarsehumano;puesquizápor primera vez desde que inició la vida mortal, tan a menudo vacía ydecepcionada,sehabíaforjadoyaceptadoplenamentelailusióndesupropiapersonalidad.

MamáRigbyestabasentadaalfondodesucocinahaciaelcrepúsculodeestedíatanllenodeacontecimientos,ysacudíajustamentelascenizasdeunapipanueva,cuandoescuchóunpasoprecipitadoalolargodelacarretera.Noseasemejabamuchoalruidodepasoshumanos,sinoqueparecíamásbienelgolpeteodeleñosoelchocardehuesosdescarnados.

“¡Ah!” pensó la vieja bruja, “¿qué pasos son éstos? ¿Qué esqueleto hasalidofueradesutumba?”

Unafiguraseprecipitóporlapuertadelacabaña.¡EraFeathertop!Supipaestaba todavía encendida; la estrella flameaba aún sobre su pecho; losbordados brillaban todavía en su atavío; y tampoco había perdido aún, enforma apreciable, el aspecto que le hacía asemejarse a los mortales. Sinembargo,poralgo indescriptibleensucontinente,comosucedeen todos loscasosenqueeldesengañosehaapoderadoporcompletodenosotros,latristerealidad,sediscerníabajoelhábilartificio.

—¿Qué cosa salió mal?—preguntó la bruja.—¿Olfateó el hipócrita juezmás de lo preciso y arrojó a mi niño de su casa? ¡Infame! Enviaré veintedemoniosparaatormentarlehastaqueteofrezcasuhijaderodillas!

—No,madre,—dijoFeathertopdesesperadamente;—noeseso.

—¿La chica desdeñó a mi precioso?—preguntó Mamá Rigby lanzandorayos feroces de sus ojos, semejantes a dos brasas de Tóphet.—¡Cubriré surostrodebarros! ¡Volveré sunariz tan rojacomoel fuegode tupipa! ¡Harécaersusdientesdelanteros!¡Dentrodeunasemananoseráyadignadeti!

—Dejadlatranquila,madre,—respondióelpobreFeathertop;—ladoncellaestabacasivencida;ycreoqueunbesodesusdulceslabiosmehabríahechosentirme completamente humano. Pero,—añadió tras breve pausa y con ungrito de desprecio para sí mismo,—¡me he visto, madre! ¡He visto lamiserable,harapientayvacíacriaturaquesoy!¡Noquierovivirmás!—

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Arrancando la pipa de su boca, la estrelló con toda su fuerza contra lachimenea,y sedesplomóenelmismo instanteconvertidoenunamezcladepaja y andrajos con algunos palos sobresaliendodelmontóny una arrugadacalabaza en el centro. Los huecos de los ojos carecían ya de luz; pero laabertura toscamente rasgada, que había hecho las veces de boca, parecíaretorcerseaúnendesesperadamuecayteníaaspectocasihumano.

“¡Pobrechico!—exclamóMamáRigby,lamentándoseantelosrestosdesudesventuradacreación.—¡Pobrequeridomío,lindoFeathertop!Haymillaresymillares de mequetrefes y charlatanes en el mundo, formados de la mismamescolanza de desechos, andrajos y cosas inútiles que entraban en sucomposición. Gozan, sin embargo, de buena fama y jamás se aprecian a símismosenloquevalen.¿Porquémipobremuñecohabíadeserelúnicoenconocerseyensufriryperecerporello?—

Murmurando estas palabras, había llenado la bruja una nueva pipa detabaco, y sostenía el tubo entre sus dedos vacilando entre colocarla en suspropioslabiosoenlosdeFeathertop.

—¡Pobre Feathertop!—continuó.—Podría darle fácilmente ocasión deensayar una nueva vida haciéndole salir mañana al mundo. Pero no; esdemasiado tierno, demasiado exquisitamente sensible. Tiene demasiadocorazónparamanejarseconprovechoenestemundotanvacíoe indiferente.¡Vaya! ¡vaya!Leharemosservirdeespantajo,despuésde todo.Esunoficioinocente y útil, y vendrá bien a mi protegido. Si todos sus semejantesencontraranocupacióntanadecuada,seríaungranbienparalahumanidad.Yencuantoalapipa,yolanecesitomásqueél.—

Diciendoasí,MamáRigbyllevóeltuboasuslabios.

—¡Dickon!—gritóconsuagudaeimperiosavoz,—fuegoparamipipa!

ELENTIERRODERÓGERMALVIN

Laexpediciónproyectadael año1725endefensade las fronteras,yqueterminóenlarenombrada“batalladeLóvell,”esunodelospocosincidentesdelaguerraindiasusceptiblesdelaluzfantásticadelromance.Dejandoalasombrajudiciariaciertascircunstancias,laimaginaciónencuentramuchoqueadmirarenelheroísmodeunapequeñabandaquepresentóbatallaaenemigodosvecessuperior,enelcorazóndesupropiopaís.Lavalentíadesplegadaporambaspartesestuvodeacuerdoconlasideascivilizadassobreelvalor;yaunlacaballeríaandantenoseavergonzaríaderegistrarensusanaleslashazañasindividuales de uno o dos de aquellos combatientes. La batalla a que nos

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referimos,aunquefatalpara losbeligerantes,no tuvoconsecuenciasfunestasparalanación,porquederrocóelpoderíodeunatribuycondujoalapazquesubsistió durante varios años consecutivos. La historia y la tradición sonminuciosasen suscrónicas sobreesteasunto;yel capitándeunapartidadeexploradoresenlafronteraadquiríarenombremilitartanpositivocomoeldeljefequecondujeramillaresdehombresalavictoria.Apesardelasubstituciónde nombres ficticios por los verdaderos, será fácil reconocer algunos de losincidentes que se refieren en las páginas siguientes, como el mismo relatoescuchadodelabiosdelosancianossobrelasuertedelospocoscombatientesquesobrevivieronenlaretiradadela“batalladeLóvell.”

Brillaban alegremente los primeros rayos del sol sobre la copa de losárboles a cuyo pie reposaron la noche anterior dos hombres, susmiembrosfatigadosyheridos.Habíanpreparadosulechodehojassecasderoblesobreelpequeño plano que se extendía al pie de una roca situada cerca del puntoprominente de una de aquellas ondulaciones del terreno que prestan tanvariadoaspectoalacomarca.Lamasadegranito,elevandosubruñidaylisasuperficieaquinceoveintepiessobresuscabezas,semejabaunagigantescapiedra tumularia, enque lasvenasnaturalesparecían formaruna inscripciónen caracteres olvidados. En una extensión de varios acres en torno de estaroca, los robles y otros árboles de madera dura habían reemplazado a lospinos,productoordinariodelterreno,yunjovenyvigorosorenuevoderobleseerguíainmediatamentedetrásdelosviajeros.

Las graves heridas del hombremás anciano le habían privado del sueñoevidentemente;puesapenasseposóelprimerrayodelsolenlacopadelárbolmáselevado,enderezósepenosamentedesuposiciónyacenteysesentó.Laslíneasprofundasdesurostroyalgunashebrasgrisesensuscabellosacusabanquehabíapasadode laedadmediana;perosumusculosocuerpohabríasidocapaz de resistir la fatiga como en la fuerza de la juventud, a no ser por elefecto de sus heridas. La languidez y el agotamiento se revelaban en susmacilentasfacciones;ylamiradadesoladaquearrojóalasprofundidadesdelaselvamanifestabalaíntimaconviccióndequesuperegrinajehabíaterminado.Volvióenseguidalosojosalcompañeroqueestabaacostadoalladosuyo.Eraun joven que apenas habría alcanzado la edad viril, y yacía, con la cabezasobre el brazo, entregado a un sueño intranquilo, que un estremecimientocausadoporeldolordesusheridasparecíaacadainstanteapuntoderomper.Su mano derecha asía un fusil; y a juzgar por el juego violento de susfacciones,susueñolemostrabadenuevolavisióndelconflictodelcualerauno de los escasos sobrevivientes. Un grito, agudo y fuerte sin duda en susoñadorafantasía,llegóasuslabiosenvagomurmullo;y,estremeciéndoseaeste ligero eco de su propia voz, despertó repentinamente. Su primerapreocupaciónalrecobrarsussentidosfuépreguntaransiosamenteporelestadodesucompañeroherido.Éstesacudiólacabeza.

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—Rubén, hijo mío,—dijo,—esta roca tras de la cual nos encontramosservirá depiedra tumularia a unviejo cazador.Hay todavía largasmillas detétricasoledadantenosotros;yseríalomismoparamíauncuandoelhumodela propia chimenea demi casa estuviera al extremo de esta ondulación delterreno.Lasbalasindiassonmásmortíferasdeloqueyopensaba.

—Estáis débil por efecto de nuestra caminata de tres días,—replicó eljoven,—yunpocodedescansoosdevolverálafuerzas.Quedadaquímientrasbuscoenelbosquelashierbasyraícesquedebensustentarnos;ydespuésdehabercomido,apoyándoosenmí,emprenderemoslavueltaalhogar.Nodudode que con mi ayuda podréis llegar hasta una de las guarniciones de lafrontera.

—No tengo dos días de vida, Rubén,—dijo el otro, serenamente,—ymicuerpo inútil no debe ser más tiempo una carga para ti, que con dificultadpuedessostenerteatimismo.Tusheridassonprofundasytusfuerzasdecaenrápidamente;sinembargo,puedessalvarteaún,siteapresurasaavanzarsolo.Paramínohayesperanza,yaguardaréaquílamuerte.

—Siesasí,permaneceréavuestroladoyvelaréporvos,—dijoRubénconresolución.

—No, hijo mío, no,—insistió su compañero.—Deja que se imponga lavoluntad de un moribundo; dame tu mano, que yo la estreche, y parte.¿Piensasquemisúltimosmomentosseríanmástranquilosconlaideadequete condenaba a morir de muerte más lenta? Te he amado como un padre,Rubén; y enmomentos como éste debo tener la autoridad de un padre. ¡Teordenomarchar,paraqueyopuedamorirenpaz!

—Yporquehabéissidounpadreparamí,¿hededejarospereceryquedarinsepultoenestasoledad?—exclamóeljoven.—No;sivuestrofinseaproximaenverdad, velaré a vuestro ladoy recibiré vuestra eterna despedida.Cavaréunatumbaaquí,bajolaroca,enlacualdescansaremosjuntos,siladebilidadme hace desfallecer; o si el Cielo me da fuerzas, buscaré el camino demihogar.

—Enlasciudadesyencualquierapartedondevivenloshombres,—replicóelotro,—seacostumbraenterraralosmuertos.Ocúltanlosasíalavistadelosvivos; pero aquí, donde ningún ser humano pasará quizá en cien años, ¿porquénohabríadedescansarbajoelcielo,cubiertoúnicamenteporlashojasderoblecuandolashagancaerlasráfagasdeotoño?Ysidemonumentosetrata,aquítenemosestarocagris,dondemimanomoribundaesculpiráelnombredeRógerMalvin,paraquelosviajerosfuturossepanquereposaaquíuncazadoryunguerrero.Noteretardes,porconsiguiente,sinoapresúratealcontrario,yaquenoportimismo,¡porella,quequedaríadesolada!—

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Malvin pronunció con voz trémula las últimas palabras que produjeronvisiblementehondoefectoensucompañero.Hiciéronle recordarqueexistendeberes menos cuestionables que el de compartir la suerte de un hombre aquien lamuerte de su camarada no iba a beneficiar.No podría afirmarse sialgún sentimiento egoísta se abrió paso en el corazón deRubén, a quien suconcienciahizoaunresistirobstinadamentelassúplicasdesucompañero.

—¡Cuán terrible sería aguardar la muerte en esta soledad!—exclamó eljoven.—Unhombrevalientenotiemblaenelcampodebatalla;yaunlamujerpuedemorirvalerosamentecuandolosamigosrodeansulecho;peroaquí...

—Tampoco temblaré aquí, Rubén Bourne,—interrumpió Malvin.—Soyhombre de corazón; y aunque no lo fuera, hay una fuerza superior a la quepuedenprestar todos los amigosdelmundo.Eres joveny amas lavida.Tusúltimos momentos necesitan comodidades que mi naturaleza no reclama; ycuandomehayasdepositadoen tierray teencuentres solo,y lanochecaigasobrelaselva,sentirástodalaamarguradelamuerteaqueahorapodíashaberescapado.Masnodarérazonesegoístasatugenerosocorazón.Abandónamepor mi propia conveniencia, para que, después de haber murmurado unaplegaria por tu salvación, tenga tiempode arreglarmis cuentas sin sentirmeperturbadoporpesaresterrenales.

—¿Yvuestrahija!¿Cómomeatreveréaafrontarsusmiradas?—exclamóRubén.—¡Meinterrogarásobrelasuertedesupadre,cuyavidajurédefenderconlamíapropia!¿Hededecirlaquemarchasteistresdíasconmigodesdeelcampo de batalla y que os abandoné luego, dejándoos perecer, solo, en eldesierto? ¿No es preferible que me acueste en la tierra y perezca al ladovuestro,antesqueregresarsalvoyvermeobligadoadecirestoaDorcas?

—Dirás a mi hija,—repuso RógerMalvin,—que, a pesar de encontrartedolorosamente herido, débil y fatigado, sostuviste por muchas millas mispasosvacilantesy te separastedemí sóloamis ruegos,porquenoquiseyoque tu muerte pesara sobre mi alma. Le dirás que fuiste fiel en medio delsufrimiento y los peligros, y que si tu sangre hubiera podido salvarme, lahabríasderramadohastalaúltimagota;ydiletambiénqueserásparaellaalgomás querido que un padre, y que os bendigo a ambos y que mis ojosmoribundos pueden vislumbrar una vía larga y placentera que recorreréisjuntos.—

Mientras hablaba, habíase erguido Malvin, y la energía de sus últimaspalabraspareció llenar la selva solitaria conunavisiónde felicidad;mas, alcaerexhaustodenuevosobresulechodehojasderoble,seapagólaluzqueporunmomentohabíabrilladoenlosojosdeRubén.Sintióselocoyculpablede pensar en la dicha en momentos semejantes. Su compañero espiaba sumovible fisonomía, tratando de arrastrarle con arte generoso a procurar su

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propiointerés.

—Quizámeequivocorespectoaltiempoquemerestadevida,—prosiguió.—Esposibleque conpronta asistencia llegara a recobrarmedemisheridas.Los primeros fugitivos deben haber llevado ya a la frontera las nuevas denuestrodesastrosoencuentro,yprobablementerecorrenelcampopartidaspararecoger a los que se hallan en condiciones semejantes a las nuestras. Sitropezaras con una de estas partidas y la guiaras a este sitio, ¿quién puedeasegurarquenomeveríaotravezsentadoalfuegodemihogar?—

Unadolorosasonrisavagóporlasfaccionesdelmoribundoalinsinuarestainfundada esperanza que, sin embargo, produjo efecto en Rubén. Ningúnmotivo puramente egoísta, ni siquiera la situación desolada de Dorcas lehabríainducidojamásaabandonarasucompañeroenmomentossemejantes;perosusdeseosacogieronlaideadequeeraposiblesalvarlavidadeMalvin,ysuentusiastanaturalezallegócasiaposesionarsedelaremotaposibilidaddeencontrarayudahumanaenaquellasoledad.

—Seguramente que hay razones, y razones poderosas para esperar quenuestros amigos no se encuentran muy distantes,—dijo a media voz.—Uncobardehuyóensalvoalcomienzodelapeleayesprobablequehayaidobiendeprisa.Todoslosfielesdelafronterahanempuñadosindudaelfusilatalesnuevas; y, a pesar de que ninguna partida se aventuraría tan adentro de losbosques,puedoencontrarlaquizádespuésdeundíademarcha.Aconsejadmeescrupulosamente,—añadió,volviéndoseaMalvin,desconfiadode supropiocriterio.—Siestuvieraisenmilugar,¿meabandonaríaismientrastuvieravida?

—Hace veinte años,—replicóRógerMalvin, suspirando, sin embargo, alreconoceríntimamenteladisimilituddeamboscasos,—haceveinteañosqueescapé con un amigo muy querido del cautiverio de los indios cerca deMontreal.Vagamosdurantemuchosdías entre losbosques,hastaqueal fin,desfallecidosporelhambreyelcansancio,miamigosedesplomóytratódepersuadirmequeleabandonase,porquesabíaquealpermanecerpereceríamosambos; y con muy poca esperanza de encontrar socorro, amontoné unaalmohadadehojassecasbajosucabezaymeapresuréapartir.

—¿Yvolvisteisatiempoparasalvarlo?—preguntóRubén,pendientedelaspalabrasdeMalvincomosifueranelproféticoanunciodesupropioéxito.

—Sí;—respondió el otro.—Llegué al campamento de una partida decazadores elmismo día antes del ocaso. Los guié hasta el paraje dondemiamigoaguardabalamuerte;yahoraesunhombresanoyvigorosoquetrabajaensuspropias tierrasmuy lejosde la frontera,mientrasqueyoestoyheridoaquípereciendoenlasprofundidadesdeldesierto.—

Este ejemplo, actuando poderosamente sobre la decisión de Rubén, se

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fortalecíainconscientementeconmuchosotrosmotivosenelalmadeljoven.RógerMalvincomprendióqueeltriunfoestabacerca.

—¡Ahora ve, hijo mío, y que el cielo te proteja!—dijo.—Vuelve connuestrosamigostanprontocomopuedasencontrarlos,amenosquelasheridasyelcansanciotehagandesfallecer;peroenestecaso,envíadosotres,losqueseaposible,enbuscamía;ycréeme,Rubén,micorazónsesentirámásligeroacadapasoqueteacerquealhogar.—

Mas podía quizá observarse cierto cambio en su voz y en su fisonomíamientrashablabaasí;porqueera,enverdad,suertehorribleverseabandonadoparaexpirarenlasoledad.

Rubén Bourne, convencido sólo a medias de que procedía con rectitud,alzóseysepreparóparalapartida.Peroantes,aunquecontrariandolosdeseosdeMalvin,reunióunmontóndelashierbasyraícesquehabíansidosuúnicoalimento en los dos últimos días. Colocó la inútil provisión al alcance delmoribundo,paraquiendispusoigualmenteun lechofrescodehojassecasderoble.Subiendoentoncesalápicedelaroca,queeraásperayrugosaporunodesuslados, inclinóel jovenrobleyatósupañueloenlaramamásalta.Laprecaución no era innecesaria para guiar a cualquiera que pudiese venir enbusca deMalvin; porque los costados de la roca, salvo el ancho y bruñidofrente,quedabanocultosapocadistanciaporladensavegetacióndelaselva.Elpañuelo era el vendajede laheridadelbrazodeRubén;y al atarlo en elárboljuró,porlasangredequeestabamanchado,queregresaría,yafueraparasalvarlavidadesucompañerooparadepositarsucuerpoenlatumba.Bajódespuésysemantuvoconlosojosbajos,escuchandolasúltimaspalabrasdeMalvin.

Laexperienciadeéstelesugeríanumerososydetalladosconsejosrespectoal viaje del joven a través de la intrincada selva. Habló de ello con serenagravedad,comosienviaraaljovendecazaoalaguerramientrasquedabaélenseguridad;ydeningúnmodocomosielrostrohumanoquecontemplabaenaquellos momentos fuera el último que había de ver en su vida. Pero sufirmezaseconmovióantesdeconcluir.

—LlevamibendiciónaDorcasydilequemiúltimaplegariaseráporellay por ti. Encarécele de mi parte no conservar amargos sentimientos por tuabandono—aquípalpitódolorosamenteelcorazóndeRubén—porqueséquesituvidahubierapesadoenfavormío,lahabríassacrificadosinvacilar.Ellasecasarácontigodespuésdehaberlloradoalgúntiempoasupadre;y¡quieraelCieloconcederoslargosyfelicesdías,ypuedanloshijosdevuestroshijosrodearvuestrolechodemuerte!Yvuelve,Rubén,—añadió,puesladebilidaddelamuertelevencíaalfin,—cuandotusheridasesténcuradasytucansanciohayapasado;vuelveaestarocasolitaria,adepositarmishuesosenlatumbay

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amurmurarunaplegariasobremisrestos.—

Los habitantes de la frontera prestaban atención casi supersticiosa a losritosdelasepultura;locualseoriginabaquizáenlascostumbresdelosindiosque hacían la guerra tanto a los muertos como a los vivos; presentándosemuchoscasosenquesesacrificabalavidaporelpropósitodeenterrara losque habían perecido “en las fauces del desierto.” Rubén comprendía, porconsiguiente,todalaimportanciadelasolemnepromesaquehizodevolveryde llevar a cabo las exequias deMalvin. Era digno de notarse que éste, alhablar a corazón abierto en sus palabras de despedida, no trataba ya depersuadir al joven de que quizá un rápido socorro podría salvarle. RubénestabaíntimamenteconvencidodequeeralaúltimavezqueveíavivoelrostrodeMalvin.Sunaturalezagenerosaleimpulsabaaquedarseacualquierriesgohastaquetodohubieraterminado;peroelansiadevivirylaesperanzadelafelicidadsehabíanfortalecidoensucorazón,yfuéincapazderesistir.

—Essuficiente,—dijoRógerMalvin,despuésdeescuchar lapromesadeRubén.—¡Ve,yqueDiosteguíe!—

Eljovenoprimiósumanosilenciosamente,volvióseypartió.Susdébilesyvacilantespasoslehabíanconducidomuypocotrecho,sinembargo,cuandolavozdeMalvinlellamódenuevo.

—¡Rubén, Rubén!—dijo débilmente; y Rubén regresó, y arrodillándosejuntoalmoribundo.

—Levántameydéjamereclinadocontralaroca,—fuésuúltimapetición.—Misemblantesedirigiráasíhaciamihogar,ypodrédivisarteuninstantemáscuandodesaparezcasbajolosárboles.—

HabiendosatisfechoRubéneldeseodecambiardeposturaalmoribundo,comenzó otra vez su solitaria peregrinación. Avanzaba al principio másrápidamente de lo que correspondía sus fuerzas porque una especie deremordimiento,queatormentaavecesalhombreensusactosmásjustificados,le incitaba a ocultarse cuanto antes a los ojos deMalvin; mas, después deavanzar bastante lejos sobre las crujientes hojas, retrocedió agazapándose,empujadoporunaardienteydolorosacuriosidad,yocultoporlasraícesmedioenterradasdeunárbolcaído,miróansiosamentealhombreabandonado.Elsolmatinalestabaclaroy losárbolesyarbustos inhalabanelsuaveambientedemayo; pero había, sin embargo, cierta melancolía en el aspecto de lanaturaleza, comosi simpatizaracon losdoloresy sufrimientosde lamuerte.Lasmanos deRógerMalvin se elevaban unidas en ferviente plegaria, de lacual pudo percibir Rubén en medio de la tranquilidad de la selva algunaspalabras que penetraron en su corazón torturándole con sufrimientointolerable. Eran acentos interrumpidos que imploraban por la felicidad deljoven y de Dorcas; y al escucharlos, su conciencia o algún sentimiento

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análogo,luchófuertementeparapersuadirleavolveryreposardenuevojuntoa la roca.Sintió todoelhorrordeldestinodelnobleygeneroso ser aquienhabíaabandonadoentalextremidad.Lamuerte llegaría lentamentecomounfantasma,avanzandopocoapocohastaélatravésdelaselva,ymostrandodeárbol en árbol, cada vez más cerca, su faz horrenda e implacable. Mas eldestinodeRubén le impulsabaprobablementeano retardarseundíamás;y¿quiénlereprocharíahaberseretraídodesacrificiotaninútil?Cuandolanzabaenderredorlapostreramirada,labrisahizoondearlapequeñabanderaenlacopadelroble,recordandoaRubénsujuramento.

Muchas circunstancias contribuyeron a retardar al viajero herido en sumarchaalafrontera.Elsegundodíalasnubes,densamenteapretadassobreelhorizonte,descartaronlaposibilidadderegularsucaminoporlaposicióndelsol; y el joven ignoraba si los esfuerzos de su naturaleza casi exhausta lellevabanmáscercaomás lejosdel finapetecido.Proveíanescasamenteasusubsistencia las bayas y otros productos naturales del bosque. Rebaños deciervospasaban,esverdad,muycercadesuladoylasperdicesselevantabanantesupaso;perohabíaconsumidosusmunicionesen labatallaynopodíasiquieraintentarlacaza.Susheridas,inflamadasporelconstanteesfuerzodeque dependía su sola esperanza de vida, disminuían sus fuerzas y muchasveces perturbaban su razón. Pero, aun en medio de su desvarío, el jovencorazóndeRubénseaferrabafuertementea laexistencia;hastaque, incapazabsolutamente de movimiento, desfalleció al fin bajo un árbol, viéndoseobligadoaesperarallílamuerte.

Entalsituaciónfuedescubiertoporunapartidadespachadaensocorrodelossobrevivientes,alasprimerasnuevasdelabatalla.Lleváronlealacoloniamáscercana,queresultóporazarsupropiaresidencia.

Dorcas,conlasencillezdelostiemposprimitivos,velabaalladodellechode su amante herido prodigándole aquellos cuidados que son privilegioexclusivo del corazón y las manos de la mujer. Durante varios días losrecuerdosdeRubénvagaronpesadamenteentrelospeligrosyobstáculosquehabíatenidoquevencer,yeljovenfuéincapazdedarrespuestadefinidaalaspreguntas con que muchas personas se apresuraban a fatigarle. No habíancirculado aún detalles auténticos del combate; ni era dado tampoco a lasmadres, esposas e hijos saber si los seres amados de su corazón estabancautivos o yacían entre las cadenas inquebrantables de la muerte. Dorcasguardabaensilenciosus temoreshastaqueuna tarde,despertandoRubéndeun sueño intranquilo, pareció reconocerla más claramente que las vecesanteriores. Observó que el joven había reconquistado por completo sussentidosynopudodominarmáslargotiemposuansiedadfilial.

—¿Ymipadre,Rubén?—comenzó;maselcambiode lafisonomíadesuamantelaobligóadetenerse.

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Eljovenseestremeciócomoaimpulsosdeagudodolorylasangresubióviolentamente a sus descoloridas y flacas mejillas. Su primer impulso fueocultar el rostro; pero, con desesperado esfuerzo se enderezó y habló convehemenciadefendiéndosecontraunaimaginariaacusación.

—Tu padre quedó mal herido en la batalla, Dorcas; y me prohibióembarazarme con el peso de su compañía, permitiéndome solamenteacompañarlohastalaorilladellagoparaquepudierasaciarsusedymorirenpaz.Peroyonoqueríaabandonaralancianoentalsituación;y,aunqueheridoyomismo,lesostuveprestándolelamitaddemisfuerzas,ylellevéconmigo.Durantetresdíasvagamosjuntos,ytupadreresistiómuchomásdeloqueyoesperaba;peroaldespertardelcuartodía,leencontrédesfallecidoyexhausto;nopodíaproseguir;lavidaseleescapaba;y...

—¡Murió!—exclamóDorcasdébilmente.

Rubénsintiócuánimposibleeraconfesarquesuegoístaamoralavidalehabía obligado a partir antes que la suerte del padre de la joven se hubieradecidido.Nohabló;solamenteinclinólacabeza,ysedesplomó,desfallecidoyavergonzado,ocultando, el rostroentre las almohadas.Dorcas sollozóalverconfirmados sus temores; pero como se había anticipado este golpe largotiempo,pudorehacersemejorcontrasuviolencia.

—¿Abriste una fosa parami padre en el desierto?—fué la pregunta queexpresóinmediatamentesupiedadfilial.

—Misbrazosestabandébiles;perohiceloquepude,—replicóeljovenenvoz baja.—Elévase una magnífica piedra tumularia sobre su cabeza y,¡pluguieraalcieloquemeseadadoreposartantranquilamentecomoél!—

ObservandoDorcaselextravíodesusúltimaspalabras,noinquiriómásenaquellaocasión;perosucorazónsetranquilizóalaideadequeRógerMalvinnohabíacarecidodelosritosfunerariosqueeraposibleprocurar.LahistoriadelvalorylafidelidaddeRubénnoperdiónadadesufuerzacuandoDorcaslarefirióasusamigos;yelpobrejoven,aldejarconvacilantepasosucuartodeenfermopararespirarlabrisasoleada,hubodesufrirlamiserableyhumillantetortura del inmerecido elogio general. Todos reconocían que era digno desolicitarlamanodelahermosadoncellaacuyopadrehabíasidofiel“hastalamuerte;”y comomi cuentono esde amor, baste decir quepasados algunosmesesRubén llegó a ser el esposodeDorcasMalvin.Durante la ceremonianupcial el rostro de la desposada brillaba con reflejos sonrosados; pero elsemblantedelesposoestabapálido.

Atormentaba ahora el corazón de Rubén Bourne un sentimientoincomunicable;algoquedebíaocultarcuidadosamentea lapersonaquemásamaba y en quien más confiaba en el mundo. Deploraba amarga y

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profundamente la cobardía moral que había retenido sus palabras cuandoestuvo a punto de confesar la verdad aDorcas; pero el orgullo, el temor deperdersucariño, laobsesióndeldespreciogeneral, impidiéronle rectificar lafalsedad. Comprendía que no era acreedor a censura alguna por haberseseparado de Róger Malvin. Su presencia, el sacrificio gratuito de su vida,habría agregado solamente una nueva angustia a los últimos momentos delmoribundo; pero al disimular este hecho justificable, le había prestado laaparienciamisteriosa de una falta; demanera que Rubén, a quien su razóndecía haber procedido honradamente, experimentaba, sin embargo, en altogradolosterroresmentalesqueconstituyenlaexpiacióndetodoaquelquehaperpetradouncrimenoculto.Porefectodeciertaasociacióndeideasllegabahastaconsiderarseavecescasiunasesino.Durantemuchosaños,también,leasaltabade repenteuna ideaquenopodíaarrojarporcompletode sumenteauncuandocomprendíatodasuinsensatezyextravagancia.Teníalaobsesióntorturadoradequesusuegropermanecíaaúnsentadoalpiedelaroca,sobrelasmarchitashojas,vivoyaguardandoelsocorroquehabíaimplorado.Estasalucinaciones mentales, aparecían y desaparecían sin que, a pesar de todo,jamáslashubieratomadoRubénporrealidades;perocuandosuánimoestabatranquilo y despejado, sentíase consciente de haber faltado a una promesasolemne,ydequeuncuerpoinsepultoclamabaporéldesdeeldesierto.Mas,aconsecuenciadesuprevaricación,veíaseenlaimposibilidaddeobedeceralallamada. Era demasiado tarde para invocar la asistencia de los amigos deRógerMalvin para llevar a cabo el entierro diferido por tanto tiempo; y elsupersticioso temoraqueerandadosmásquenadie loscolonosextranjeros,retraíaaRubéndeaventurarsesoloenestaempresa.Nosabíasiquierahaciaquéladodelainmensaselvadebíabuscarlabruñidarocaconsusfantásticoscaracteres, a cuya base yacía el insepulto cadáver: sus recuerdos de todo elviajeeranmuyindistintos,ylaúltimapartenohabíadejadoimpresiónalgunaen su memoria. Sentía, sin embargo, un impulso constante, una vozperceptiblesóloasusoídos,queleordenabavolveryredimirsupromesa;ytenía la convicción extraordinaria de que, al tratar de efectuarlo, llegaríadirectamente hasta los restos de Malvin. Mas año tras año seguíadesobedeciendoestaintimacióndesoídaaunquesentida.Esteúnicoysecretopensamientollegóaconvertirseenunacadenaqueliabasuespírituyroíasucorazón como una serpiente, transformándole poco a poco en un hombreirritable,melancólicoyabatido.

Enel transcursodealgunosañosdematrimonio, sepresentaronnotablescambios en la prosperidad deRubén yDorcas. Toda la riqueza del primerohabíaconsistidoen sucorazón sanoy susbrazos robustos,mientrasDorcas,únicaherederadesupadre,hizodueñoasuesposodeunagranjacultivadadeantiguo, más extensa y mejor provista que la mayor parte de losestablecimientosdelafrontera.RubénBourneera,sinembargo,unpropietario

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descuidado:entantoquelastierrasdelosotrosfructificabananualmentecadavez más, las suyas se arruinaban en igual proporción. El desaliento por laagriculturahabíadisminuídoconlaterminacióndelaguerraindia,durantelacual viéronse los hombres obligados amanejar con unamano el arado y elmosquete con la otra, juzgándose afortunados si los salvajes no destruían elproductodesuarriesgadalabor,yaenlassementerasoenlosgraneros.PeroRubénnoaprovechódelasnuevascondicionesdelpaís;nituvieronéxitosusescasosintervalosdeaplicaciónindustriosaasusnegocios.Lairritabilidadporla cual había llegado a distinguirse era otra de las causas de su decrecienteprosperidad, ocasionándole continuos disgustos en sus inevitables relacionesconloscolonosvecinos.Elresultadodetodoestofueronjuiciosinnumerables;porqueelpueblodelaNuevaInglaterra,enlosprimerostiemposyenmediode las salvajes condiciones del país, adoptaba siempre que le era posible elmétodo legal para zanjar sus diferencias. En una palabra, la gente nosimpatizaba con Rubén Bourne; y, completamente arruinado algunos añosdespuésdesumatrimonio,restábaleunsólorecursoparalucharcontralamalasuerte que venía persiguiéndole: abrirse paso entre los rincones másescondidosdelaselvayprocurarselasubsistenciaenalgúnparajevirgendeldesierto.

RubényDorcasteníanunhijodesumatrimonio,llegadoyaalaedaddequince años, hermoso adolescente que prometía gloriosa virilidad. Estabaespecialmentedotadoparalassalvajesproezasdelavidadelafrontera,enlascualesempezabayaasobresalir.Teníaelpieligero,lapunteríaexacta,rápidacomprensión y corazón animoso y jovial; de manera que todos los quepreveíanlarepeticióndelaguerraindia,hablabandeCyrusBournecomodeun jefe futuro para la colonia. Rubén amaba al mancebo con profundo yreconcentrado ardor, como si todo lo que había de bueno y feliz en sunaturalezasehubieratransmitidoasuhijoconlafuerzadesuafección.AunDorcas, amanteyamada, leeramuchomenoscaraqueel joven;porque lossecretospensamientosyemocionessolitariasdeRubénhabíanlevueltoegoístapoco a poco, y sólo era capaz de amar profundamente aquello querepresentaba, o que él imaginaba, un reflejo o renovamiento de su propianaturaleza. Se reconocía en Cyrus, como había sido en sus lejanos días; yparecíaavecescompartirelespíritudelmanceboyreviviraunavidanuevayfeliz.Rubénpartióacompañadodesuhijoalaexpediciónemprendidaconelobjetodeelegireltrozodeterrenoquedeberíancultivar,yderribaryquemarlos árboles; labor necesariamente preliminar al transporte de sus enseresdomésticos.Transcurrieronasídosmesesdelotoño;pasadosloscualesRubénBourne y el joven cazador regresaron a pasar el último invierno en lascolonias.

Aprincipiosdelmesdemayolapequeñafamilia,cortandolosvínculosdeafectoquelaencadenabanalosobjetosinanimados,sedespidiódelospocos

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que aún se apellidaban sus amigos adespechode la ruinade su fortuna.Latristeza de la partida mitigábase en diversas formas en cada uno de losperegrinos.Rubén,hombrecaprichosoymisántropoacausade sudesdicha,partió con su severa fisonomíahabitual y con losojosbajos, sintiendopocapesadumbreydesdeñandoreconocerla.Dorcas,sollozandofuertementeporeldesgarramientodeloslazosconquesunaturalezasencillayafectuosasehabíaunido al lugar, sentíase de otro lado confortada a la idea de que los seresqueridos de su corazón marchaban con ella y que estarían reunidosdondequiera que se dirigiesen. Y el mancebo, a la vez que enjugaba unalágrimaensusojos,pensabaenelplacerde lasaventurasquelebrindabalaselvajamáshollada.

¡Oh!¿quiénnohadeseado,enelentusiasmodeunensueñoaojosabiertos,vagar en la inmensidad de un desierto estival, sintiendo en el brazo el pesoligerodeunacriaturadulceybella?Losjóvenesnoencontraríanmásbarreraasupasolibreytriunfantequeelbullenteocéanoolasmontañascoronadasdenieve; el hombre tranquilo elegiría su hogar allá donde la naturaleza haprovistodobleriqueza,enelvalledealgúntransparentearroyuelo;ycuandolaedad provecta le alcanzara allí, tras largos años de esta pura existencia,encontraríaleconvertidoenelpadredeunaraza,enelpatriarcadeunpueblo,enelfundadordeloqueestaballamadoaserunanación.Ycuandolamuertellegarahastaél,comoeldulcesueñoqueinvocamostrasundíadefelicidad,sus numerosos descendientes llorarían sobre sus venerados restos. Envueltopor la tradición enmisteriosos atributos, sería semejante a un dios para lasgeneracionesvenideras;ysuposteridadmásremotalemiraríaenunpedestal,dominandoelvallemilenarioenelesplendordesugloria.

Laintrincadaysombríaselvaatravésdelacualvagabanlospersonajesdemi cuento era completamente diferente de la tierra fantástica del soñador.Posesionábasedesuexistencialanaturaleza,apesardetodo;ylasaflictivaspreocupacionestraídasdelmundoexterioreranloúnicoqueseoponíaahoraasufelicidad.Unarobustaypeludacaballería,queconducíatodassusriquezas,noprotestabaporelpequeñopesodeDorcasquese leagregabaaveces;yaquegeneralmenteelvigordesurazalasosteníaalladodesumaridodurantela última parte de la jornada diaria. Rubén y su hijo, con el mosquete alhombro y el hacha colgada a la espalda, conservaban su paso infatigable,espiandoconojosdecazadorlaspiezasqueservíanparasusustento.Cuandoelhambresedejabasentir,deteníanseypreparabansualimentoenelbosque,enelmargendealgúninmaculadoarroyoqueprotestabacondulcemurmullo,comounadoncellaalprimerbesodeamor,cuandosearrodillabanparabeberrozándoloconsuslabiossedientos.Dormíanenunachozafabricadaderamasydespertabanalbrotarlaaurora,frescosparaemprenderlastareasdelnuevodía.Dorcas y elmancebo viajaban alegremente, y aun el espíritu deRubénbrillabaa intervalosconmuestras exterioresdeplacer;pero interiormente le

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agobiaba un pesar frío, tan frío que lo comparaba a las masas de nieveacumuladas en las profundidades de los valles y en las hondonadas de losriachuelos,mientrasarribaseostentanlashojasdeverdebrillante.

CyrusBourne tenía suficienteconocimientode la selvaparaadvertirquesupadrenoseguíaelmismorumboquetomaronensuexpedicióndelpasadootoño.Dirigíanse ahoramáshacia el norte, abandonando ladirecciónde lascoloniasypenetrandoenunaregióndequebestiasyhombressalvajeseranlosúnicosposesores.Eljovenhizoalusiónalgunasvecesaestamateria,yRubénleescuchabaatentamente,llegandoacambiarunaodosvecesladireccióndesu marcha siguiendo los consejos de su hijo; mas apenas lo había hecho,parecía encontrarse intranquilo. Lanzaba hacia adelante miradas rápidas yescudriñadoras, buscando aparentemente enemigos ocultos detrás de lostroncos de los árboles; y no encontrando nada peligroso por aquel lado,tornábalas atrás como si temiera ser perseguido. Observando Cyrus que supadrevolvíagradualmenteasuprimeradirección,notratóyadeintervenir:nopermitiéndolesunaturalezaaventureralamentarlamayorextensiónymisteriodesuruta,aunquesentíainvoluntariamenteoprimírseleelcorazón.

Enlatardedelquintodía,hicieronaltoyarmaronsusencillocampamentouna hora antes del ocaso. El aspecto del país en las últimasmillas aparecíadiverso a causa de las ondulaciones del terreno que semejaban las olasenormes de algún mar petrificado; en una de cuyas depresiones, parajerománticoyagreste, levantó la familiasu tiendayencendiósuhogar.Habíaalgoqueestremecíayemocionabaalaparenelespectáculodeaquellostresseres, unidos por los fuertes lazos del amor y aislados de toda otra criaturahumana.Losobscurosy tétricospinos se inclinabansobreellosycuandoelviento barría sus altas ramas, un rumor misericordioso escuchábase en elbosque; ¿o quizá se lamentaban aquellos viejos árboles, temiendo que loshombresintentaranalfindestrozarsusraícesconelhacha?Rubénysuhijosepropusieronmarchar en busca de caza, de la cual no tenían provisión aqueldía,mientrasDorcaspreparabalacena.Elmancebo,despuésdeprometerqueno se alejaríamucho del campamento, partió con paso tan ligero y elásticocomoelciervoqueseproponíaderribar;mientrassupadre,sintiendopasajerafelicidadalmirarle,pensabaenderezarsuspasosendirecciónopuesta.Dorcas,entretanto, sentósecercadel fuegode secas ramas, sobreun troncodeárbolcaído hacía largos años, enmohecido ahora y cubierto de musgo. Suocupación, alternadaconunamirada incidental alpucheroquecomenzabaahervirsobreelfuego,eralalecturadelalmanaquedeMassachusettsdelañoencurso que, con excepción de una vieja Biblia en gótico, constituía toda lariqueza literaria de la familia. Nadie presta mayor atención a la divisiónarbitraría del tiempo que aquéllos que se encuentran excluídos de todasociedad;yasíDorcashizonotarcomodatodeimportanciaqueeraeldocedemayo.Sumaridoseestremeció.

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—¡El doce de mayo! ¡Debería recordarlo bien!—murmuró, mientras untorrente de pensamientos ocasionaba cierta confusión momentánea en sumente.—¿Dónde estoy? ¿Dónde me encuentro vagando? ¿En dónde le hedejado?—

Dorcas,demasiadoacostumbradaalasmanerasinciertasdesumaridoparanotarespecialmenteestanuevapeculiaridad,dejóelalmanaqueaunladoysedirigióaélconaqueltonomelancólicoqueloscorazonestiernosdedicanalospesareslargotiempoenfriadosydesvanecidos.

—Porestosdías,enestemismomes,hacedieciochoaños,mipobrepadreabandonóestemundoporotromejor.Tuvounbrazocariñosoparasostenersucabezayunatiernavozparaalentarleensusúltimosmomentos,Rubén;yelpensamiento de los afectuosos cuidados que le prodigasteme ha consoladomuchas veces desde aquel tiempo. ¡Oh! ¡La muerte sería horrible para unhombresolitarioenunlugartanabandonadocomoéste!

—¡RuegaalCielo,Dorcas,—dijoRubénconvozinterrumpida,—ruegaalCieloqueningunodenosotrosmuerasolitarioyquedeinsepultoenestatristesoledad!—Yseapresuróaalejarse,dejándolacuidardelfuegobajolostétricospinos.

La rapidez de la marcha de Rubén Bourne disminuyó poco a pococonforme se hacía menos sensible el dolor que las inocentes palabras deDorcas le habían producido. Mil extrañas reflexiones se apoderaron, sinembargo,desumente;y,avanzandomásbienconpasodesomnámbuloquedecazador,nopodía atribuirse aprecauciónalgunade suparteque su tortuosamarchanolearrastraramuylejosdelcampamento.Suspasosseencaminabanmaquinalmentecasiencírculo;ynoobservósiquieraqueseencontrabaenelmargende un trozode terreno cubierto de espesa arboleda, entre la cual nohabíayapinos.Envezdeéstos,veíanseaquíroblesyotrasclasesdeárbolesde madera dura; y en torno de sus raíces brotaba densa y apretada malezadejando, sinembargo,espaciosvacíosycubiertosdegruesascapasdehojassecas.Cadavezqueelrocedelasramasoelcrujidodelostroncosproducíaalgún rumor, como si la selva despertara de un sueño, Rubén levantabainstintivamente elmosqueteque reposabaen subrazoy lanzabaunamiradarápida y escrutadora por todos lados; mas, convencido por su ligeraobservacióndequeningunapiezaseaproximaba,entregábasedenuevoasuspensamientos.Meditabasobrelaextrañainfluenciaquelehabíaarrastradotanlejos en las profundidades del desierto y fuera de su rumbo premeditado.Incapazdepenetrarhastalossecretosreplieguesdesualma,dondeelmotivoyacíaoculto, creyóqueunavoz sobrenatural lehabíahechoadelantaryqueuna potencia sobrenatural había impedido su regreso. Confiaba en que laProvidencia leprocuraría laocasióndeexpiarsupecado;esperabaencontrarloshuesostanlargotiempoinsepultos;yque,unavezdepositadosbajotierra,

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lapazarrojaríasusresplandoressobreelsepulcrodesucorazón.Distrájoledeestas ideas un rumor en el bosque a corta distancia del sitio a que habíallegado.Observandoelmovimientodealgúnobjetodetrásdelaespesacortinade maleza, hizo fuego con el instinto del cazador y la seguridad del buentirador. Un suave quejido, que decía de su certeza, y con el cual aun losanimales pueden expresar su agonía mortal, pasó inadvertido para RubénBourne.¿Quérecuerdosseatropellabanensumente?

Laespesuraencuyadirecciónhabíahechofuegocrecíacercadelacimadeunaondulacióndel terreno,apretándoseen tornode labasedeunarocaqueporlaformaypulidodeunodesuslados,noestabalejosdeasemejarseaunagigantesca piedra tumularia. Como reflejada en un espejo se reproducía laimagendeesta rocaen lamemoriadeRubén: reconocíahasta lasvenasqueparecían formar una inscripción en olvidados caracteres. Todo continuabaigual,exceptounadensamalezaqueenvolvíalapartebajadelaroca,yhabríaocultadoaRógerMalvinencasoquepermanecieratodavíasentadoenaquelsitio.Enestemomento lasmiradasdeRubénadvirtieronotrocambioqueeltiempo había efectuado desde que se encontró por última vez en el mismolugar que ahora ocupaba, detrás de las raíces enterradas del árbol caído. Elárboljovenencuyacopahabíaatadoelsangrientosímbolodesujuramento,había crecido y, desarrolládose hasta convertirse en un gran roble, lejostodavía de su madurez, pero abundantemente provisto de umbrosas ramas.Pero había en este árbol una particularidad que hizo temblar a Rubén. Elcentro y las ramas inferiores mostraban vida exuberante, y el exceso devegetacióncubríaeltroncocasihastalatierra;peroalgunacircunstanciahabíaesterilizadolapartesuperiordelroble,ysuramamásaltaaparecíamarchita,sin savia y tristemente muerta. Rubén recordaba cómo había flotado lapequeña bandera al tope de aquella rama cuando estaba verde y fresca,dieciochoañosatrás.¿Quécrimenpueslahabíamarchitado?

Después de la partida de ambos cazadores, Dorcas continuó suspreparativos para la cena. Sumesa silvestre era el gran tronco de un árbolcaído y cubierto de musgo, en cuya parte más ancha había extendido unmantelblancocomolanieveydispuestotodalavajilladebrillantemetalqueles restaba de lo que había sido su orgullo en la colonia. Era algo extrañoencontraraquelrincóndelujodomésticoenelsenodesoladodelanaturaleza.Elsollanzabatodavíasusresplandoressobrelasramasaltasdelosárbolesquecrecían en terreno elevado; pero las sombras de la tarde obscurecían ya lahondonada donde habían acampado, y el fuego comenzaba a enrojecersereflejándoseenlosnegrostroncosdelospinosorevoloteandosobreladensayobscuramasadefollajequecircundabaaquelparaje.Dorcasnoestabatriste;porque sentía que era preferible viajar en el desierto con los amados de sucorazón,queviviraisladaenmediodeunamultitudquenoseinteresaraporella.Mientrasseocupabaenarreglarasientosdetrozosdemaderacubiertosde

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hojas paraRubény su hijo, flotaba su voz en la selva sombría siguiendo elritmodeunacanciónaprendidaenla juventud.Larudamelodía,produccióndeunbardoquenoconquistólagloria,describíaunanochedeinviernoenunacabañade la frontera, cuando la familia, aseguradacontra las irrupcionesdelos salvajespor las avalanchasdenieve, se regocijabaal fuegode suhogar.Todalacanciónposeíaelindeciblehechizopeculiardelaideaoriginal;perocuatro líneas, insistentemente repetidas, brillaban entre el conjunto como elfuegodeloscorazonescuyaalegríacelebraban.Enellas,conlamagiadeunascuantaspalabras,habíadestiladoelpoetalaverdaderaesenciadelamordelafamilia y de la felicidad doméstica, y eran un cuadro y un poema a la par.MientrasDorcascantaba,losmurosdesucasaabandonadaparecíanrodearla;noveíayalostétricospinos,niescuchabaelrumordelvientoqueenviaba,sinembargo, su fuerte hálito a través de las ramas con cada verso, amorir allálejos en hondo lamento cargado de los ecos de la canción. Sobrecogióse alruido de un disparo en las cercanías del campamento; y, sea a causa delrepentino estallido o de su soledad al lado del fuego, comenzó a temblarviolentamente.Masenseguidariócontodoelorgullodesucorazónmaternal.

—¡Mi bello cazador! ¡Mi hijo ha derribado algún ciervo!—exclamó,recordandoqueCyrushabíapartidoacazarenladirecciónhaciadonderesonóeltiro.

Aguardó un espacio razonable de tiempo creyendo escuchar sobre lascrujienteshojaselpasoligerodesuhijoquevolvíaareferirsusproezas.Peroel joven no apareció inmediatamente; y entonces ella lanzó su alegre voz aencontrarleentrelosárboles.

—¡Cyrus!¡Cyrus!—

Aun se retardaba su aparición; y Dorcas decidió ir personalmente a suencuentro, ya que el disparo había sido muy cerca al parecer. Quizá si suayuda era también necesaria para traer al campamento el venado que selisonjeabahaberderribadosuhijo.Seadelantó,deconsiguiente,enderezandosuspasosenladireccióndelyalejanodisparo,ycantandomientrasavanzabaparaqueelmancebopudieraadvertirsullegadaycorrerasuencuentro.Trascadatroncodeárbolycadasitioquepodíaservirdeesconditecreíadescubrirelsemblantedesuhijoriendoconlamaliciajovialquenacedelaafección.Elsolestabayamuybajoenelhorizonteylaluzqueatravesabalosárboleserasuficientemente indecisa para crear muchas ilusiones en su bien preparadafantasía.Variasvecescreyóvagamenteversurostromirándolaentrelashojas;y una vez imaginó que la hacía señas desde la base de una escarpada roca.Mirandoesteobjetoconmásatención,encontróquenoeramásqueeltroncodeunroblecubiertohastaelsuelodepequeñasramas,unadelascuales,mássalientequelasotras,movíaseaimpulsosdelabrisa.Rodeandolabasedelaroca, se encontró súbitamente junto a sumarido que había llegado por otra

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dirección.Inclinandoelcañóndesufusilcuyaculatadescansabaenlashojasmarchitas, Rubén parecía absorto en la contemplación de cierto objeto queyacíaasuspies.

—¿Quéeseso,Rubén?¿Derribastealciervoytequedastedormidosobreél?—exclamóDorcas,riendoalegrementealobservaralaligeralaposiciónyaspectodesumarido.

Élnosemovió,nivolviólosojoshaciaella;yciertohorrorfríoysiniestro,indefinibleensuorigenyensuobjeto,comenzóaapoderarsedelasangredeDorcas.Advertíaahoraqueelrostrodesumaridoteníapalidezmortalyquesus facciones estaban rígidas, como si fueran incapaces de asumir otraexpresión que la de la horrible desesperación que las petrificaba.No dió elmásligerosignodehabernotadosupresencia.

—¡Por el amor del cielo, háblame, Rubén!—exclamó Dorcas, y el ecoextrañodesupropiavozlaaterrorizómásaúnqueelsilenciodemuerte.

Sumaridoseestremeció,lamiróenelrostro,condújolaalfrentedelarocayseñalóconeldedo.

¡Oh! ¡Allí yacía el mancebo, dormido, pero sin sueños, sobre las hojascaídasdelaselva!Descansabalamejillasobreelbrazo;sussuavesrizoscaíanechadoshaciaatrássobresufrente;susmiembrosestabanligeramentelaxos.¿Algún súbito desfallecimiento había acometido al joven cazador?¿Despertaríale la voz de su madre? ¡Dorcas sabía bien que aquello era lamuerte!

—Esta inmensa roca es la piedra tumularia de tu familia más cercana,Dorcas,—dijosumarido.—Tuslágrimasregaránalavezlatumbadetupadreyladetuhijo.—

Ellanoleoyó.Conunalaridosalvaje,queparecióbrotardelomáshondodesualmadolorida,sedesplomóinsensiblejuntoalcuerpodesuamadohijo.Enelmismo instante la ramamarchitaen lacopadel roblesedeshizoenelambientetranquiloycayóenligerosysuavesfragmentossobrelaroca,sobrelashojas,sobreRubén,sobresumujerysuhijoysobreloshuesosdeRógerMalvin. Entonces se conmovió el corazón deRubén y brotaron lágrimas desusojoscomoelaguadeunaroca.Elhombreabatidoporladesgraciaredimióla solemne promesa del mancebo herido. Su crimen quedaba expiado; lamaldición se apartaba de su lado; y después de haber vertido sangre másqueridaasucorazónquelasuyapropia,subióaloscielosporprimeravezenlargosañosunaplegariadelabiosdeRubénBourne.

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ÉDWARDÉVERETTHALE

Édward Éverett Hale nació en Boston, Massachusetts, el 3 de abril de1822; murió en la misma ciudad el 10 de junio de 1909. Procedía de unafamiliadistinguidadepatriotasyhombresimportantesenintelectualidadyenmoral. Se educó en la Boston Latín School y en Harvard University,graduándoseenlauniversidadalatempranaedaddediecisieteaños.Comenzósucarreraenseñandolatínporcortotiempo,dedicándoseluegoalestudiodelateología,ymástardefueministrounitario,ejerciendoelministeriodepastoren varias iglesias principales deWórcester y Boston,Massachusetts. Desde1903hasta1909,épocadesufallecimiento,fuécapellándelsenadonacional.Fuéabolicionistaardiente,caudilloenvariosmovimientosdereforma,famosoconferenciante, anticuario, naturalista, sociólogoy filántropo.Colaboraba enmuchosdiariosyrevistasyescribiósobretemasmuydiversos.Entresusobraspuedenmencionarse:HistoryofKansas andNebraska (1854);NinetyDays’WorthofEurope(1861);AManwithoutaCountry(1861);PuritanPoliticsinEnglandandNewEngland(1869);TheInghamPapers(1870);TenTimesOneIsTen(1870);HisLevelBest(1872);PhilipNolan’sFriends(1876);ANewEnglandBoyhood(1892);HowtoLive(1902);MemoriesofaHundredYears(1902);We,thePeople(1903);FoundationoftheRepublic(1907);ymuchosvolúmenesdesermones,librosparaniños,etc.

ELHOMBRESINPATRIA

Supongo que pocos lectores del New York Herald del 13 de agosto de1863 observarían por casualidad en una humilde esquina, entre lasdefunciones,elanunciosiguiente:

NOLAN: Fallecido el 11 demayo, a bordo de la corbeta Levant de losEstadosUnidos.Lat.,2°11´S.Long.,131°O.,PHÍLIPNOLAN.

Por mi parte lo advertí, debido a la circunstancia de encontrarmedesamparado en la antigua casa de la misión en Máckinac, aguardando unvaporcito del lago Superior que nunca se decidía a llegar; y devoraba, porconsiguiente, cuanta lectura podía acaparar, hasta las defunciones ymatrimoniosanunciadosenelHerald.Tengobuenamemoriaparanombresypersonas, y el lector echará de ver conforme avance que tenía razonessuficientes para recordar a Phílip Nolan. Muchas personas, en cambio, sehabrían interesado en este anuncio, si el oficial del Levant que lo redactó,hubiéralo hecho en esta forma: “Falleció, mayo 11, El hombre sin patria”.Pues bajo el nombre de “El hombre sin patria” había sido generalmente

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conocido este pobre Phílip Nolan por todos los oficiales de marina que leteníanbajocustodiahacíacosadecincuentaañosy,alaverdad,portodoslosmarinerosde laarmada.Hastapodríadecirquemuchosde loshombresqueacostumbraban beber con él un vaso de vino una vez a la quincena duranteviajesdetresaños,nuncasupieronquesunombreeraNolan,ynisiquierasielinfelizteníanombrealguno.

Nohayningúnmalenreferirlahistoriadeesteserinfortunado.Hastahoyha habido razón para guardar secreto absoluto, aun cuando terminó laadministracióndeMádisonen1817;secretodehonorentrelosoficialesdelaarmada que tenían sucesivamente bajo custodia a Nolan. Y dice muy altociertamente del esprit de corps de la profesión y del honor personal de susmiembrosquelahistoriadeestehombrehayasidototalmentedesconocidaalaprensay, segúncreo, a toda lanación.Porciertas investigacioneshechasenlos archivos navales, cuando fuí agregado al despacho de los astilleros,meinclinoapensarquelosinformesoficialesasurespectosequemaroncuandoel incendio de los edificios públicos enWáshington. Uno de los Túcker, oquizá uno de los Watson, estuvo a cargo de Nolan a la terminación de laguerra;ycuando,alregresardelviaje,presentósuinformeenWáshingtonaunodelosCrówninshield,queseencontrabaentonceseneldepartamentodemarina,descubrióqueenlasoficinasdeestadose ignorabaporcompletotalhistoria.Nosabríadecirsieradesconocidaenrealidadosilapolíticaadoptadaconsistíaenun“Nonmiricordo.”Peroloqueséesque,desde1817yquizáantes, ningún oficial demarina hamencionado aNolan en sus informes deviaje.

Como dije antes, no existe ahora la necesidad demisterio. Y ya que hamuertoladesgraciadacriatura,parécemeinteresantereferirunpoquillodesuhistoria, siquiera sea para enseñar a los jóvenes americanos del día lo quesignificaserunhombresinpatria.

PhílipNolaneraunjovenoficialdelosmásdistinguidosenla“LegióndelOeste,”comosellamabaentoncesladivisióndenuestroejércitooriginariadeloeste.CuandoAarónBurr realizósuprimerayarrojadaexpediciónaNuevaÓrleansen1805,encontróenelfuertedeMássacoenalgúnotropuntodelaribera,comocosadispuestaporeldiablo,aaquelalegre,intrépidoybrillantejoven,en,algunacena,imagino.Burrleobservó,conversóconél,paseóconél,llevóleunoodosdíasanavegarensubarcoylefascinó,enunapalabra.Alañosiguiente lavidadecuartel erademasiado insípidaparaelpobreNolan.Hizousodelpermisodeescribirlequelehabíaconcedidoelgranhombre.Elpobremozoescribióunatrasotralargas,floridasypomposascartas,yvolvióaescribir,yenviólascopias,sinquejamásvinieraunalíneaderespuestadelfastuoso impostor. Los demás jóvenes de la guarnición se burlaban de élporque,ensuafecciónmalrecompensadaporunpolítico,habíasacrificadoen

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escribirleeltiempoqueellosdedicabanalmonongahela,alsledgeyalhigh-low-jack.Elbourbon,eleuchreyelpoker,eranaundesconocidos.PeroundíaNolantuvosudesquite.AquellavezdescendióBurrelrío,nocomoabogadoenbuscadelugaradecuadoparaestablecersusreales,sinocomoconquistadordisfrazado.Habíaderrotadoanosécuántosprocuradores,habíaasistidoanosécuántosbanquetespúblicos;sunombrehabíasalidoenletrasdemoldeenno sé cuántas revistas semanales; y se rumoraba que tenía un ejército a susespaldasyunimperiodelantedeél.EldíadesullegadafuéungrandíaparaelpobreNolan.NoharíaunahoraqueseencontrabaBurrenelfuertecuandoyahabíaenviadoabuscarle.AquellanochepidióaNolanqueleacompañaraensuesquifeparamostrarleuncañaveralounárboldealgodón,segúndecía;enrealidad,paraseducirle;ycuandoarriaronlavela,Nolanestabayaalistadoencuerpo y alma. Desde entonces, aun cuando él todavía lo ignoraba, seconvirtióenunhombresinpatria.

Lo que Burr proyectaba lo sé tanto como vos, querido lector. No nosinteresa,deotrolado.Solamente,cuandoestallólagrancatástrofe,yJéffersony los partidarios de la casa de Virginia de aquel entonces se propusieronenrodaratodoslosClárenceposiblesdelaCasadeYorkconmotivodeljuiciodealtatraiciónenRíchmond,algunosdelosacaloradosdesegundoordenenaqueldistantevalledelMisisipí,másalejadoentoncesdenosotrosdeloquehoyseencuentra lasondadePúget, introdujeron lanovedadensuescenarioprovincial;yparadisipar lamonotoníadelveranoenel fuertedeAdams,sedieroncomoespectáculounaseriedejuiciosmilitaresdelosoficiales.Varioscoroneles y mayores fueron enjuiciados, y para completar la lista entrótambién Nolan contra quien existían indicios más que suficientes, Dios losabe: que estaba aburrido del servicio, que había querido abandonarlo, quehabríaobedecidogustosolaordendemarcharacualquierladocontodoelquequisiera seguirle, siempreque laordenapareciera firmada: “PormandatodeSu Excelencia, A. Burr.” La corte marcial proseguía sus tareas. Pero lospájarosgordosvolaban, a loqueyome sé.LaculpabilidaddeNolanquedósuficientemente establecida, como decía; sin embargo, ni vos lector ni yohubiéramossabidonuncadeél,sinofueraporquealpreguntarleelpresidentedeltribunal,momentosantesdeterminarsideseabadeciralgoparaprobarsulealtadconstantealosEstadosUnidos,enunfrenesíderabiagritó:

“¡Al diablo los Estados Unidos! ¡No quisiera oír hablar jamás de losEstadosUnidos!”

SupongoqueNolannoimaginóhastaquépuntoibanaherirsuspalabrasalviejocoronelMorganquepresidíalacortemarcial.Lamitad,porlomenos,delos oficiales presentes había servido bajo la revolución, arriesgando la vida,por no decir el cuello, en obsequio a los ideales que él zahería tandesdeñosamenteensulocura.PhílipNolan,porsuparte,habíacrecidoenel

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oeste de aquellos días, en medio de la “conspiración española,” y la“conspiracióndeÓrleans,”ytodolodemás.HabíaseeducadoenunacoloniacuyamejorsociedadestabaformadaporunoqueotrooficialespañoloalgúnmercaderfrancésdeÓrleans.Sueducación,talcomoeraenlaactualidad,sehabía perfeccionado en sus expediciones industriales aVeracruz, y creo quemedijoalgunavezquesupadretomóauningléscomoayosuyoduranteuninviernoenlacolonia.Habíapasadolamitaddesujuventudconunhermanomayor persiguiendo caballos salvajes enTejas; en una palabra, los “EstadosUnidos”apenaspasabandeunaideavagaparaél.Sinembargo,habíavividoacostadelos“EstadosUnidos,”todoeltiempoqueestabaenelejército.Habíajurado,por su fedecristiano, ser leal a los“EstadosUnidos.”Los“EstadosUnidos” le habían dado el uniforme que vestía y la espada que llevaba alcostado. Nada,mi pobre Nolan; solamente porque los “Estados Unidos” oshabíanaceptadoentrelosprimeroscomounodesuslealeshombresdehonor,aquel“A.Burr”sepreocupabadevosunpelomásquedeloshombresdesuchataqueizabanlaveladelaembarcación.

No excuso a Nolan; explico simplemente al lector por qué enviaba aldiabloasupatriaydeseabanovolveraoírhablardeellajamás.

Sólo volvió a oír el nombre de su patria una vez después de aquellaspalabras.Desde aquel instante, el 23de septiembrede1807,hasta el día enquemurió,11demayode1863, jamásoyónombrardenuevoa losEstadosUnidos.Duranteestelargomediosiglofuéunhombresinpatria.

ElviejoMorgan,comohedicho,sintióseterriblementeofendido.SiNolanhubiera comparado a George Wáshington con Bénedict Árnold, o gritado“¡DiosguardealreyGeorge!”nohabríaquedadoMorganmásdolorosamenteimpresionado. Transladó la corte marcial a sus habitaciones particulares, yvolvió al cabo de quinceminutos con el rostromás blanco que un sudario,paradecir:

“¡Prisionero,escuchadlasentenciadeltribunal!Eltribunaldecide,sujetoalaaprobacióndelpresidente,quejamásvolváisaoírelnombredelosEstadosUnidos.”

Nolansoltóunacarcajada.Peronadie le imitó.El tonodelviejoMorganhabía sido demasiado solemne, y todo el cuarto quedó en silencio mortaldurante unminuto.AunNolan perdió su fanfarronería pasado unmomento.EntoncesMorganañadió:—“Señormariscal,llevadalprisioneroaÓrleansenunbuquedeguerrayentregadloallíaljefenaval.”

Elprebostediósusórdenes,ysacaronalprisionerodelasaladeltribunal.

“Señor preboste,” continuó el viejo Morgan, “cuidad de que nadiemencione los Estados Unidos en presencia del prisionero. Señor preboste,

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ofreced mis respetos al teniente Mítchel en Órleans, y pedidle que nadienombrealosEstadosUnidosmientraselprisioneroseencuentreabordodelbuque.Recibiréisórdenesescritasdeloficialdeservicioestanoche.Lacortesesuspendesindíadeterminado.”

Siempre he creído que el coronel Morgan llevó a Wáshington losprocedimientos de la corte marcial, explicando a Jéfferson lo que habíapasado.Lociertoesqueelpresidenteaprobólaresolución;esdecir,acreersea las personas que aseguran haber visto su firma.Antes de que el Nautilusdiera la vuelta de Nueva Órleans por la costa septentrional del Atlánticollevandoasubordoalprisionero, lasentenciaquedabaaprobadayéleraunhombresinpatria.

Elplanadoptadofuémásomenoselmismoquesesiguiósiempre.Quizánació de la necesidad de enviarle por agua desde el fuerte de Adams y deÓrleans. Se solicitó del secretario de marina,—probablemente el primerCrówninshield, aun cuando no estoy seguro de la persona,—que pusiera aNolan a bordo de algún buque del gobierno aparejado para larga travesía,ordenandoqueseleconfinaradetalsuertequejamásvolvieseaoírhablardesu patria ni a volverla a ver. Pocas travesías largas se realizaban en aqueltiempo,ylamarinanogozabadegranfavor;demaneraque,siendocasitodotradición en esta historia, como ya lo he explicado, no podría decir concertidumbre cuál fué su primer viaje. Pero el capitán a quien fué entregadoNolan—probablementeTíngey o Shaw, aunque también pudo ser alguno delos jóvenes de aquel tiempo que, como yo, son viejos en la actualidad—elcapitán,decía,regulólaformaylasprecaucionesnecesariasparaelcaso,lasmismas que, de acuerdo con aquel programa, se llevaron a cabo hasta lamuertedelprisionero.

Treinta años después, cuando era yo oficial segundo del Intrepid, vi elpliegooriginalqueconteníalasinstrucciones.Siemprehelamentadonohabersacadoentoncescopiaexactadeestepapel.Decía,sinembargo,másomenoslosiguiente:

Wáshington(ylafecha,quedebehabersidoafinesdel1807).

Señor: El teniente Neale os entregará la persona de Phílip Nolan, extenienteenelejércitodelosEstadosUnidos.

En el transcurso de su juicio por la corte marcial, manifestó dichapersona,acompañadodeunvoto,eldeseodenovolveraoírhablarjamásdelosEstadosUnidos.

Lasentenciadeltribunalfuéqueestedeseoquedarasatisfecho.

Por ahora ha confiado el presidente la ejecución de la sentencia a estedepartamento.

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Tomaréisalprisioneroabordodevuestrobuque,yleguardaréiscontodaclasedeprecaucionesparaimpedirsufuga.

Leprocuraréisalojamiento,mesayvestidosen relaciónconelgradodeoficialquehabíaalcanzadoenelejército,comosifueraabordounpasajeroporasuntosdelgobierno.

Los caballeros pueden hacer a bordo cualquier arreglo que juzguenconvenienteconrespectoasusociedad.Nodebeexponérseleaningunafaltadecortesía,niesnecesariorecordarlequeseencuentraprisionero.

Pero bajo ningún concepto oirá hablar de su patria ni leerá la menornoticiaconcernientealosEstadosUnidos;yrecomendaréisespecialmentealos oficiales a vuestras órdenes que, en las diversas concesiones que dichapersonapuedaobtener,cuidendequesemantengaestareglaqueenvuelvesuexpiación.

La intención del gobierno es que jamás vuelva a ver el país de que harenegado.Antesdelaterminacióndevuestroviaje,recibiréisórdenesacercadelaformaenqueestodebeverificarse.

Respetuosamente,

PorelDepartamentodeMarina,

W.Sóuthard.

Si hubiera conservado yo en lamemoria esta orden completa, no habríasolución de continuidad al principio de mi historia. Por lo que respecta alcapitánShaw,siemprequefueraél,pasólaordenasusucesorenelpuesto,yéste,asuvez,alquelesiguió;ysupongoqueelcapitándelLevantlaconservahasta hoy como documento para probar su derecho de conservar a aquelhombrebajosuindulgentecustodia.

La regla adoptada a bordo del buque en el cual conocí al “hombre sinpatria”eralamismaquesehabíaobservadodesdeelprincipio,segúncreo.Enningunamesaagradabatenerledecontinuo,porquesupresenciacortabatodaconversaciónsobrelapatriaoelregresofuturo,sobrepolíticayliteratura,pazoguerra;suprimiendo,enfin,másdelamitaddelostemasqueagradatrataraloshombresduranteunanavegación.Perosecreyósiempredemasiadoduroqueleestuvieravedadoreunirsesiquieraalgunavezconnosotrosmásalládeunsimplesaludo;yadoptamos,porúltimo,ciertosistemadefinido.Noselepermitía conversar con los tripulantes amenos que hubiese algún oficial depormedio.Conlosoficialesnoexistíarestricción,naturalmente,hastadondeélylosotrosquisieranextenderlo.Peroélsevolvíamásymástímido,aunqueteníasusfavoritos:yoeraunodeellos.Entonceselcapitánleinvitóasumesatodosloslunes,ycadamesaletomóundíaporturno.Segúnlasproporciones

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delbarco,cadaunoleteníaasumesaconmayoromenorfrecuencia.Tomabael almuerzo en su camarote—siempre tenía su camarote particular—dondehabíauncentinelaoalguiendeguardiaparavigilarlapuerta.Ytodolodemásquecomíaobebía,lotomabasolo.Enciertasocasiones,cuandolosmarinosola tripulación tenían algún día de fiesta, se les permitía invitar a “PlainButtons”(Botonesllanos),comolellamaban.EntoncesenviabanaNolanconalgún oficial, y mientras se encontraba con ellos, tenían los hombresprohibición de hablar de la patria. Tengo paramí que el espectáculo de sucastigo eramoralizador. Llamábanle “Plain Buttons,” porque aun cuando élprefería vestir el uniforme regular del ejército, no se le permitía usar losbotonesquellevabanlasinicialesolainsigniadelpaísquehabíadesconocido.

Recuerdoquepocotiempodespuésdehabermeagregadoalamarina,meencontraba una vez en tierra con algunos de los oficiales más antiguos denuestrobuque,ylosdelBrandywineconquienesnosreunimosenAlejandría.Teníamos licencia para hacer una excursión al Cairo y a las Pirámides.Mientrasnoszangoloteábamosalomodeburroenaquelladirección,algunosdeestoscaballeros(losjóveneslesllamábamos“Dons”entonces,perolafrasecambió hace largo tiempo) comenzaron a hablar de Nolan, y uno de ellosmanifestóelsistemaqueseseguíaconrespectoasuslibrosyasuslecturas.Como casi nunca se le permitía desembarcar aunque el buque estuvierafondeado en el puerto largos meses, el tiempo se le hacía pesado confrecuencia,ycualquieraestabaautorizadoparaprestarlelibrossiemprequenofueranpublicadosenAmérica,nihicieranmencióndeestepaís.Estaclasedelibroseramuycomúnenaqueltiempo,enquelagentedelotrohemisferiosepreocupabadelosEstadosUnidostantocomonosotrosdelParaguay.Recibíaasí, pronto o tarde, todos los periódicos extranjeros que llegaban al buque;solamente que alguien los revisaba primero y recortaba cualquier aviso ocapítulo en que se aludiera por incidencia a la América del Norte. Estoresultabaunpococruelaveces,cuandoloescritodetrásdelocortadoerataninocente comoelHesiodo.En lamitaddealguna relación sobre lasbatallasnapoleónicas, por ejemplo, o de cierto discurso de Cánning, encontraba derepenteelpobreNolanungranvacíoporquealavueltadelapáginaveníaelaviso de algún paquebote paraNuevaYork, o cualquier trozo insignificantedelmensajedelpresidente.Aquéllafuélaprimeravez,digo,quellegabaamiconocimiento algo de este sistema, con el cual tanto y tanto tuve que hacerdespués.Lo recuerdo, porque apenas sehizo alusión a las lecturas, el pobrePhillips,queeradelapartida,nosrefirióalgoacontecidoaNolanensuprimerviajealcabodeBuenaEsperanza;siendoestotodoloquealcancéasaberdetal viaje. Habían tocado en el cabo, y después de cumplir los deberes decortesíaconelalmirantazgoylamarinaingleses,sepreparabanapartirparaunalargatravesíaenelocéanoÍndico.Enprevisióndelpesadoviaje,Phillipsconsiguióqueunoficial leprestaraunacolecciónde libros ingleses, lo cual

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entonces como en nuestros tiempos significaba una suerte inesperada. Entreellos,comosieldiablolohubiesepreparado,contábaseTheLayof theLastMinstrel (El canto del último trovador), poemadel cualmás omenos todoshabían oído hablar, pero que ninguno conocía a fondo. Creo que no haríamucho que se había publicado. Bien; nadie pensó que hubiera riesgo deencontrar allínadanacional, aunquePhillips jurabaqueelviejoShawhabíaarrancadolaTempestaddeShákespeareantesdedárselaaNolanporquedecía,“las islas deBermudadeben ser nuestrasy, por Júpiter, algúndía lo serán.”Así,permitióseaNolanquesereunieraalacompañíaciertatardeenqueungrupofumabayleíaenvozaltaenelpuente.Ahoranosehaceestoamenudo,pero cuando yo era joven matábamos así el tiempo con mucha frecuencia.Bien;sucedióque llegóel turnoaNolande leerpara losdemás;y leíamuybien, por lo que me sé. Ninguno de los presentes conocía una palabra delpoema;solamentequetratabademagiaycaballería,yquepasabahacíadiezmilaños.ElpobreNolanleyódeseguidoelcantoquinto,detúvoseunminuto,bebió un trago, y comenzó de nuevo, sin la menor idea de lo que venía acontinuación:

Allíviveunhombretandesgraciado,quenuncaasímismopudodecir,

Pareceimposiblequeningunodenosotroshubieraoídoantesaquelpoema;peroasíera,yelpobreNolanprosiguió,inconscienteomecánicamente:

¡Éstaesmipatria,mipaísnatal!

Entonces todos advirtieron que algo doloroso se acercaba; mas Nolan,esperandopasarpronto,supongo,empalidecióunpoco,perosiguióadelante:

“¿Cuyocorazónjamásardiódentrodelpecho,

traslargosañosenajenastierras,

alenderezarsuspasosalhogar?...

Siallíviveesehombre,id,miradlebien....”

En estemomento todos deseaban en sus adentros que hubiera forma desaltar dos páginas del poema; peroNolan no tuvo presencia de ánimo paraesto;tartamudeóunpoco,volviósecolordeescarlataybalbuceó:

Paraélnoentonaelministrilsustrovas;

apesardesustítulos,sunombrefamoso,

riquezassinnúmero,cuantoeldeseopuedeforjar,

aquelinfeliz,dentrodesíconcentrado....

Y aquí se ahogó el desgraciado; no pudo continuar; y levantándoseprecipitadamente,arrojóel libroalmar,desaparecióensucamarote,“y ¡por

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Júpiter!”decíaPhillips,“nolevimosmásporespaciodedosmeses.YyotuvequeinventarunatristehistoriaparaexplicaralcirujanoinglésporquémeeraimposibledevolverlesuWálterScott.”

Esta anécdota revela más omenos el tiempo en que la fanfarronería deNolan se había venido abajo.Al principio, decían, era altanero, considerabaunafarsasuprisión,afectabagozarconelviaje,yasíenlodemás;pero,dicePhillips,quecuandovolvióasalirdesucamarotenoerayaelmismohombre.Jamás leyó en voz alta otra vez, a menos que fuera la Biblia o algo deShákespeareocualquieraotracosadequeestuviesemuyseguro.Peronofuéestosolamente. Jamásvolvióamostrarcon los jóveneselcompañerismodeotrostiempos.Siempreeratímidodespuéscuandoyoleconocí,hablabararavezysóloparacontestar,exceptoconunospocosamigos.Entusiasmábaseencontadasocasiones—recuerdohaberleoídoexpresarseconbellaelocuenciaenlosúltimosañosdesuvida,sobretemainspiradoenunodelossermonesdeFléchier—pero generalmente tenía el aspecto fatigado y nervioso de unhombreheridoenelcorazón.

CuandoefectuabasuviajederegresoelcapitánShaw,siemprequefueraShaw, como he supuesto, abordó con sorpresa general a una de las islasWindward o Antillas menores, permaneciendo allí casi una semana. Losmarineros decían que los oficiales estaban hartos de carne salada y queríanprobarsopade tortugaantesderegresara lapatria.MasdespuésdealgunosdíasllegóelWarrenalmismofondeadero;cambiaronseñales;enviaroncartasydocumentosaPhillipsyatodosaquelloshombresqueestabanderetornoalhogar, y dijeron que el Warren zarpaba para el extranjero, quizás hasta elMediterráneo, y que tomaba a bordo al pobre Nolan y sus petates para lasegunda travesía. Él empalideció profundamente cuando recibió la orden dealistarseparaeltransbordo.Sabíabastantedeastronomíaparacomprenderquehastaaquelmomentoseguíanrumboa“lapatria.”Estoerapruebaevidentedealgo en que no había pensado, de que quizá nunca regresaría a su país, nisiquiera para estar en prisión. Y fué éste el primero de los veinte o mástransbordos, que le llevaron a habitar pronto o tarde, más de la mitad denuestrosmejoresbuques;manteniéndoledurantesuvidaenteraacienmillasdedistanciamásomenosdelapatriadelacualmanifestóunavezeldeseodenovolveraoírhablar.

Quizásífuéduranteestasegundatravesía—puesqueelloacontecióenelMediterráneo—cuandotuvoocasióndebailarconMrs.Graff,famosabellezadelsurenaquellaépoca.HabíanestadofondeadoslargotiempoenlabahíadeNápoles donde los oficiales intimaronmucho con lamarina inglesa que lesofreció grandes fiestas; por lo cual pensaron nuestros hombres corresponderlas atenciones dando un suntuoso baile a bordo del buque. Cómo pudorealizarseestoabordodelWarren,nosabríadecirlo.TalveznoeraelWarren,

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otalvezlasdamasdeaqueltiempononecesitabantantoespaciocomolasdehoy.PrecisabaalosoficialesdisponerconalgúnfindelcamarotedeNolan,yles disgustabapedírselo sin invitarle para el baile; demaneraque el capitánautorizólainvitación,siemprequeellosaceptaranlaresponsabilidaddeevitarque conversara con personas inconvenientes “que pudieran darle noticias.”Así, el baile se verificó, siendo la fiestamás hermosa de la temporada,meatrevoadecir;puesjamáshesabidoquenolofueranlossaraosdelagentedeguerra.EntrelasdamascontábaselafamiliadelcónsuldelosEstadosUnidos,una o dos viajeras que se habían aventurado hasta allí y un lindo grupo deseñoritasyseñorasinglesas,quizásihastalamismaLadyHámilton.

Bien; diferentes oficiales se turnaban conversando amistosamente conNolan en forma de evitar que otra persona le hablase. La fiesta transcurríaalegremente; y después de las primeras horas los mismos camaradas quemontaban la guardia honoraria con Nolan dejaron de temer que ocurrieraningún contratiempo. Solamente cuando una dama inglesa, quizá LadyHámiltoncomodijeantes,pidió“lasdanzasamericanasdefiguras,”sucedióalgomuy original. Todos bailaban contradanzas en aquella época.La bandanegra, muy entusiasta, convino en lo que serían “las danzas americanas defiguras,”yseabrióconVirginiaReel,continuandoconMoney-Musk,alcualdebíaseguirTheOldThirteensegúnelordencronológico.Mas,precisamenteenelmomentoenqueDick,eldirectordeorquesta,golpeaba labatutaparaquecomenzaranlosviolines,yseinclinabahaciaadelanteparadecircontodoel ceremonial negro: “¡TheOldThirteen, señorasy caballeros!” comohabíadicho,“¡VirginnyReel,sigustáis!”y“Money-Musk,sigustáis!”elasistentedelcapitán le tocóenelhombro,ymurmuróalgoensuoídoque le impidióanunciar el nombre de la danza; se inclinó simplemente, comenzó el aire, ytodoslesiguieron;enseñandolosoficialeslasfigurasalasjóvenesinglesassindecirlasporquéladanzanoteníanombre.

Masnoeraéstalahistoriaqueibayoareferir.Entantoquesedeslizabalafiesta,Nolany loscamaradashabían recobradosuaplomo,comodigo, a talpuntoqueparecióenteramentenaturalque,inclinándoseantelaarroganteMrs.Graff,dijeraelprimero:

—Espero que nome habréis olvidado,MissRútledge. ¿Puedo aspirar alhonordetenerosporpareja?—

HizoestotanimpensadamentequeShúbrick,queestabaasulado,nopudoimpedírselo.Ellarióydijo:

—YanopuedollamarmeMissRútledge,Mr.Nolan;perobailaréconvoslomismoque si lo fuera;—ehizo una seña con la cabeza aShúbrick comodiciendoqueleconfiaraaNolan,aquiencondujoallugardondeseformabalacuadrilla.

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Nolan pensó que al fin le llegaba su vez. Había conocido a la dama enFiladelfiaysehabíaencontradoconellaenotraspartes,ypensóqueeraunaenviada deDios.No es fácil conversar en contradanzas como se hace en elcotillónyaunenlosintervalosdelvals;peroallíhabíaoportunidadparalavozy los sonidos lo mismo que para las miradas y los sonrojos. Comenzóhablando de sus viajes y de Europa y el Vesubio y los franceses; y luego,cuando terminaron la figura, y teníanbastante tiempode conversarmientraslosdemásdesempeñabansuturno,dijoélconintrepidez,aunquealgopálido,afirmabaellacuandomerefiriólaanécdotaañosdespués:

—Y¿quéhabéissabidodelapatria,Mrs.Graff?—

Entonceslaarrogantecriaturalemiróconojospenetrantes.¡Júpiter!¡Quémiradamáspenetrantedebiólanzarle!

—¡La patria?? ¡Mr. Nolan!!! ¡Yo creía que erais vos el hombre que nodeseaba volver jamás a oír hablar de su patria—y subió inmediatamente alpuenteenbuscadesumarido,dejandoalpobreNolansolo,comoestabadeordinario.Nuncavolvióélabailar.

No podría referir una historia ordenada de su vida: nadie sería capaz dehacerloahora;yalaverdad,tampocotratoyodehacerlo.Éstaeslatradiciónque he arreglado, porque es lo que creo entre las fábulas que han circuladoacercadeestehombredurantecuarentaaños.Lasmentirasquesecuentandeél son innumerables.Lagente acostumbrabadecir que era el “hombrede lamáscara de hierro;” y el pobre George Pons fué a la tumba con elconvencimiento de que era el autor de “Junius,” castigado por su famosolibelocontraThomasJéfferson.Ponsnoeramuyfuerteenmateriadehistoria.

Anécdotamásfelizquetodaslasquehereferido,eslaqueserefierealaguerra.Estosucediópocodespués.Heoídocontarlahistoriaentresocuatroformasdiferentes,yquizáhayapasadomásdeunavez.Peronosabríadecirencuáldelosbuquestuvolugar.Sinembargo,enunodelosgrandesduelosdefragataconlosingleses,enloscualesrecibiórealmenteelbautismodefuegonuestra armada, aconteció que un proyectil redondo del enemigo cogió dellenounadenuestrasbaterías,llevándosealoficialyacasitodosloshombresdeartillería.Podéisdecircuantoqueráisacercadelvalor;peroseguramentenoera espectáculo muy agradable aquél. Mientras los hombres que estabansolamenteheridostratabandelevantarse,ylossanosayudabanalosasistentesdelcirujanoaretirarloscuerpos,aparecióNolanenmangasdecamisa,conlabaquetadeunfusilen lamano;y,comosihubierasidoeloficialdemando,expresóconautoridadquiénesdebían iralsolladocon losheridosyquiénesdebían permanecer con él; completamente tranquilo y con aquel aire deseguridadquehacesentiralosdemásquetodomarchaperfectamente.Cargóenseguidaelcañónconsuspropiasmanos,apuntóydió laordende fuego.

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Permaneció allí, capitán de aquella batería, levantando el espíritu de sushombres hasta la destrucción del enemigo; sentado en la cureñamientras elcañón se enfriaba, aunque estaba expuesto en todo instante; explicando lamanera más sencilla de preparar las descargas pesadas; haciendo que losinexpertosrierandesuspropiaschambonadas;ycuandoelcañónestabafrío,cargándolo de nuevo y disparando con rapidez dos veces mayor quecualquiera otra batería del buque. El capitán rondaba para alentar a sushombres,yNolan,tocandosusombrero,dijo:

—Estoyaquíenseñándolescómohacemosestoenlaartillería,señor.—

Y en esta parte de la historia concuerdan todas las leyendas; que elcomodorodijo:

—Yaloveoyosloagradezco,señor;ynuncaolvidaréestedía,señor,nivostampocoloolvidaréis.—

Y después que todo hubo pasado y que recibió la espada del inglés, enmediodelfaustoyceremoniadelalcázar,elcomodoroexclamó:

—¿DóndeestáMr.Nolan?DecidalseñorNolanquevengaacá.—

YcuandovinoNolan,dijoelcapitán:

—Mr.Nolan,todostenemosmuchoqueagradeceroshoy;hoysoisunodelosnuestros;seréisnombradoenelparteoficialdelabatalla.—

Yentonceselanciano,desciñéndosesupropiaespadadeceremonia,ladióaNolanehizoqueéstelaciñera.Elhombrequemelocontófuétestigooculardelaescena.Nolanllorabacomounniñoytenía,enverdad,razóndehacerlo.NohabíaceñidoespadadesdeaquelinfernaldíaenelfuertedeAdams.Perodespués,enocasionesdeceremonial, llevabasiempreaquellaantiguaespadafrancesa,primorosamentecincelada,delviejocomodoro.

Elcapitánlemencionóenelparteoficial.Siempresehadichoquepidióentonces la gracia de Nolan. Escribió una carta particular al secretario deguerra; pero nada resultó. Como he dicho antes, sucedía esto cuandocomenzabaa ignorarseenWáshington todoelasuntoycuando laprisióndeNolan continuaba simplemente porque nadie había capaz de ordenar que sesuspendiera sin nuevas órdenes del gobierno.He oído decir que estuvo conPórter cuando tomó posesión de las islas de Nukahiwa. No este Pórter,comprendéis,sinoelviejoPórter,supadre,ÉssexPórter;quierodecir,elviejoÉssex, no el Éssex de nuestros días. Como oficial de artillería que habíaservido en el oeste, Nolan sabía más que todos ellos de fortificaciones,troneras, revellines, empalizadas y todo lo demás; y trabajó con la mejorvoluntadparafijarconvenientementelabatería.HepensadosiemprequefuéunalástimaquePórternoledejaraelmandoenunióndeGamble.Estohabría

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arregladoelasuntoconrespectoasucastigo.HabríamosconservadolasislasytendríamosahoraunpuertoenelocéanoPacífico.Ycuandonuestrosamigoslos franceses pretendieron esta pequeña bahía, habrían encontrado que sehallaba ya ocupada de antemano. Pero Mádison y sus partidarios losvirginianosdescartaronporcompletoestaposibilidad.

Todo esto sucedía hace cincuenta años. Si Nolan tenía treinta entonces,debiócontarcercadeochentaasufallecimiento.Parecíaunhombredesesentacuandosolamentecontabacuarenta.Perodespuésdeaquellaépocameparecequenocambióunalíneasufisonomía.Segúnimaginoyosuvida,porloquehesabido,debehaber recorrido todos losmaressindesembarcarcasinunca.Debe haber conocidomejor que nadie a todos los jefes de nuestro servicionaval.Medijounavez,congravesonrisa,queningúnhombrellevabavidatanmetódica como la suya.—Sabréis que la gente me llama el “hombre de lamáscara de hierro,” y no ignoráis cuán ocupado vivía este personaje.—Acostumbrabadecirquenoaconsejaríaanadieleercontinuamente,comonoes posible dedicarse de continuo a ninguna ocupación; pero que él leíaprecisamente cinco horas diarias.—“Luego,” añadía,—pongo al día misanotaciones, escribiendo a determinadas horas los comentarios sobre mislecturas e incluyendo en ellasmi colección de recortes.—Esta colección eramuy interesantea laverdad.Teníaseisuocho librossobre temasdiferentes.Uno de historia, otro de ciencias naturales y otro que él llamaba“Misceláneas.” Mas no eran simplemente colecciones de recortes deperiódicos.Habíaademásejemplaresdeplantasygramíneas,conchascerradasytrozoscinceladosdehuesosymaderaqueélmismohabíaenseñadoalabrara los marineros y que figuraban hermosamente como ilustraciones en sucolección. Dibujaba admirablemente. Tenía algunos cuadros sumamentedivertidosyotrosdelomáspatéticosquehevistoenmivida.QuisierasaberquiénconservalascoleccionesdeNolan.

Bien; acostumbraba decir que sus lecturas y apuntes constituían suprofesión,ylesdedicabacincoydoshorasdiarias,respectivamente.—Luego,—proseguía,—todo hombre necesita alguna distracción tanto como unaprofesión. La historia natural es mi distracción.—Esto le tomaba dos horasmástodoslosdías.Losmarinerosacostumbrabantraerlepájarosypeces;peroenlaslargastravesíasteníaqueconformarseconciempiés,cucarachasyotrosmenudos ejemplares de este estilo.Era el único naturalista que he conocidoque hubiera observado algo de las costumbres de la mosca casera y delmosquito.Todososdiránsisonlepidópterosoestrepsíteros;peroencuantoalamaneradelibrarsedeellosoalaformaenqueestosbichosescapancuandoselesgolpea,¡vamos!LinneussabíatantoacercadeestocomoelidiotaJohnFoy.Estasnuevehorasformabanla“ocupación”diariayregulardeNolan.Elrestodeltiempoconversabaopaseaba.Hastaqueenvejeció,subíaacubiertacon frecuencia. Hacia siempre bastante ejercicio, y nunca supe que hubiera

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estado enfermo. Si alguna otra persona experimentaba algúnmalestar en elbuque, convertíase en el enfermeromás atento y afectuoso y sabíamás quemuchoscirujanos.Así,siemprequealguienestabaenfermoomoríaabordo,osiempre que el capitán requiriese sus servicios en estos casos,Nolan estabadispuestoarecitarlasoraciones.Hedichoqueleíaadmirablemente.

MisrelacionesconPhílipNolancomenzaronseisuochoañosdespuésdelaguerraconInglaterra,enocasióndemiprimerviajecuandofuínombradoguardiamarina. Eran los primeros tiempos del tratado sobre elmercado deesclavos, cuando la casa reinante que era aún la casa de Virginia,experimentaba cierto sentimentalismoprovocadopor los horrores del tráficodeesclavos,ehizoalgoentoncesenfavordesusupresión.Nosencontrábamosporestemotivoal surdelAtlántico.Porel tiempoenqueyomeagreguéalbuque,creíaqueNolaneraunaespeciedeclérigosecular,unclérigodelevitaazul. Nunca pregunté nada acerca de él. Todo en el barco me resultabaextraño.Yosabíaqueeradenovatoselpreguntarysemefiguraquepenséquedebía haber un “PlainButtons” en todas las naves.Le teníamos a comer ennuestramesa una vez por semana, y se nos recomendaba que aquel día nohabláramos una sola palabra acerca de la patria. Pero si nos hubieran dichoque no debíamos hablar del planeta Marte o del Deuteronomio, tampocohabríapreguntadolacausa.Tandesprovistasderazóncomoéstahabíamuchasotrascosas,amientender.Lleguéacomprenderalgoporprimeravezacercadelhombresinpatriaenciertaocasiónenquedimoscazaaunasórdidagoletaque llevaba esclavos a bordo. Enviaron un oficial al abordaje, y pasadosalgunosminutos,regresóelbotepidiendoqueseenviaraaalguienquehablaraportugués.Mirábamos todos desde la barandilla cuando llegó elmensaje, ycadaunodeseabapoder adivinarlo, cuandopreguntó el capitán si algunodenosotros sabía hablar portugués. Pero ninguno de los oficiales conocía esteidioma;yenmomentosenqueelcapitántratabadeaveriguarsialguiendelatripulacióneracapazdehacerlo,seadelantóNolanydijoque,sielcapitánlodeseaba,podíaservirdeintérpretepuestoqueconocíaelportugués.Elcapitánle dió las gracias, hizo preparar otro bote para él, y allí tuve la suerte deacompañarle. Cuando abordamos la goleta, se presentó a nuestra vista unaescena que rara vez es posible contemplar y que, por otra parte, nunca seexperimentaríatampocoeldeseodehacerlo.Lasuciedadylaconfusiónmásespantosas reinaban sobre cubierta. No había muchos negros; mas con elobjeto de que comprendieran que se hallaban libres, habíales hecho quitarVaughanlosgrillosyesposasquellevaban,loscualesenobsequioalaocasiónse colocaron a los bribones que componían la tripulación de la goleta. Losnegros, libres ahora en su mayor parte, hormigueaban en el sucio puente,amontonándoseentornodeVaughan,aquiensedirigíanentodoslosdialectosimaginables, y en el patois de cada dialecto, desde lasmodulaciones zulúeshastaeldialectodeBeled-el-jerid.

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Cuandollegamosalpuente,Vaughanmirabadesdeloaltodeungranbarrildondesehabíaencaramadoensudesesperación,yexclamaba:—¡PorelamordeDios! ¿Hay alguien que pueda hacer entender algo a estos infelices? Lagenteleshadadoron,peroesonoloshaaquietado.Heaporreadodosvecesaese grandullón, pero tampoco ha servido de nada. Luego, les hablé enchoctaw;pero¡quemecuelguensientendieronestomejorqueelinglés!—

Nolandijoquepodíahablarportugués,yentonceshicieronsalirdelasfilasadoshermososafricanosde la tribudeKroo,que según sehabíapuestoenlimpio anteriormente, trabajaron alguna vez con colonos portugueses en lacostadeFernandoPo.

—Explicadles que están libres,—dijo Vaughan;—y que estos bribonesseránahorcadostanprontocomotengamoscuerdasuficienteparatodosellos.—

Nolan“dijoestoenespañol;”esdecir, loexplicóenportuguésinteligibleparalosnegrosdeKroo,quienesasuvezlotransmitieronalosdemásnegrosen idiomaque todos fuerancapacesde comprender.Huboentoncesungritosalvajededelectación,unapretarlospuñosysaltarydanzarybesarlospiesdeNolan;yunprecipitarsegeneralhaciaelbarrilenadoraciónespontáneaaVaughan,eldeusexmachinadelaocasión.

—Decidles,—continuó Vaughan, muy complacido,—que los llevaré atodosalCabodePalmas.—

Estonohizoyatanbuenefecto.ElCabodePalmasestabarealmentetanalejadodesupatriacomoNuevaÓrleansoRíodeJaneiro,locualsignificabaquequedaríanallíeternamenteseparadosdesuhogar.Ycomocomprenderéis,los intérpretes dijeron inmediatamente,—¡Ah, Palmas no!—y comenzaron aproponermultituddeexpedientesdiversosconlamayorvolubilidad.Vaughanparecía decepcionado por el resultado de su magnanimidad, y preguntóseriamenteaNolanloquedecían.GotasdesudorperlabanenlapálidafrentedelpobreNolancuandohizocallaraloshombresyrepitió:

—DicenqueaPalmasno.Dicenquese les lleveasupatria,asupropiatierra,asupropiacasa;queseleslleveadondeestánsuspropioschiquillosysuspropiasmujeres.Diceunoquetienepadreymadreancianosquemoriránsi no le ven.Y este otro dice que dejó a todos enfermos en su casa, y queremaba con dirección a Fernando para rogar al médico blanco que lessocorriese,cuandoestosdemonioslecogieronenlabahíajustamenteenfrentedesuhogar,yquedesdeentoncesnohavueltoaveranadiedesufamilia.Yesteotrodice,—seatragantóNolan,—quenohasabidounasolapalabradesutierraduranteseismesesquehapasadoencerradoenunabarracainfernal.—

Vaughan decía después que se sentía envejecer mientras Nolan bregaba

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para dar la traducción. Yo mismo, que no comprendía todo el alcance deaquello, podía observar que hasta los elementos parecían fundirse a algúnardientecalor,yquealguiensufríalosresultados.HastalosnegrosdejarondeaullaralverlaagoníadeNolanylaagoníadeVaughan,casitanintensaporsimpatía.Tanprontocomoéstepudoencontrarpalabrasexclamó:

—¡Decidlesquesí,quesí,quesí!Decidlesqueiránalasmontañasdelaluna,si lodesean. ¡Siyoorientoel rumboa travésdelgrandesiertoblanco,ellosvolveránasuhogar!—

Ydespuésdealgúnesfuerzo,Nolanlorepitió.Entoncesselanzarontodosabesarleotravez,yqueríanquefrotarasunarizcontralassuyas.

PeroNolannopudosoportarmástiempo;y,lograndoqueVaughanledieraautorización para regresar, me arrastró hacia el bote. Cuando estuvimosinstaladosapopayloshombrescomenzaronaremar,medijo:

—¡Joven, que esto os enseñe lo que es estar sin familia, sin hogar y sinpatria!Ysialgunavezossentístentadoadecirunapalabraoahaceralgoquepuedalevantarunabarreraentrevosyvuestrafamilia,vuestrohogaryvuestrapatria, ¡pedidaDios lagraciadequeenaquelmismo instanteos llevea supropiacasa,elcielo!Uníosestrechamenteavuestrafamilia,joven;olvidaosavosmismocuandolaboréisparaella.Pensadenvuestrohogar,joven;escribid,enviadmensajes,habladde losvuestros.Conservadvuestrohogarmáscercadevuestrocorazónmientrasmáslejososencontréis;yapresuraosavolverencuanto estéis libre, como lo hacen ahora estos infelices esclavos. Y conrespectoavuestrapatria,joven,—ylaspalabrasseahogabanensugarganta,—yporestabandera,—yseñalabaaladelbarco,—nuncatengáisotroanheloqueservirla como ella lo exige, aunque el servicio os procure mil infiernos.Cualquieracosaqueossuceda,quienquieraqueoslisonjeeoqueosseduzca,nunca miréis otra bandera, nunca paséis una noche sin rogar a Dios quebendiga este emblema. ¡Recordad, joven, que detrás de todos aquelloshombresconquienestratáis,detrásdelosoficialesydelgobierno,yaundelpueblo, existe la Patria misma, vuestra patria, y que le pertenecéis comopertenecéisavuestramadre!¡Defendedlasiempre,joven,comodefenderíaisavuestramadre,siestosdemoniossehubieranhoyapoderadodeella!—

Yoestabamortalmenteaterrorizadoporsucalmacargadadepasión;mas,casisindarmecuenta,protestéporlomássagradoqueasíloharíayquejamáshabíapensadoenhacer lo contrario.Apenasparecíaoírme;peroasí era, sinembargo,porquecasienunmurmulloprofirió:—¡Oh!¡sialguienmehubierahabladoasícuandoteníavuestraedad!—

Creoqueestaconfidenciaamedias,delacualjamásabusé,siendoéstalaprimeravezquehagoreferenciaaella,fuéloquenoshizodespuéstanbuenosamigos.Élsemanifestabasiempremuybondadosoparaconmigo.Sentábasea

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menudoamilado,yaunselevantabamuchasvecesporlanocheparapasearconmigoenelpuentecuandometocabalaguardia.Meenseñómuchísimodematemáticas,yaéldebomiaficiónporestaciencia.Prestábamelibrosymeayudaba a comprenderlos. Jamás aludió otra vez directamente a su historia;pero durante treinta años supe por diversos oficiales todo lo que voyrefiriendo.Cuandoterminadanuestratravesía,nosseparamosenelpuertodeSantoTomás,estabayomástristedeloquepodríaexpresar.Tuveelplacerdeencontrarleotravezen1830;ymástarde,cuandocreíteneralgunainfluenciaenWáshington,removícieloytierraparaobtenersugracia.Pero,fueradesuprisión, se había convertido en una especie de fantasma. Pretendían que noexistíatalindividuo,quejamáshabíaexistido.¡Probablementediránlomismoahoraeneldepartamentodemarina!Quizásiloignoranenrealidad.¡Noseríaelprimerasuntodelservicioquepareceignorareldepartamentodelramo!

SecuentaqueNolanencontróunavezaBurrenunodenuestrosbuques,cuandounapartidadenorteamericanosvinoabordoenelMediterráneo.Perocreo que esto es falso; o más bien una fábula ben trovata acerca deltremebundo golpe que asestó a Burr preguntándole si le agradaba muchoencontrarse “sin patria.” A juzgar por la vida de Burr, nada de esto puedehabersucedido,porsupuesto;ylomencionoúnicamentecomoilustracióndelasinnumerableshistoriasquecirculancuandoexisteunpequeñomisterioenelfondo.

Así vió cumplido su deseo el infeliz Nolan. Sólo considero suerte máshorriblequelasuya,ladeaquelloshombresquetienenundíaparaabandonarsu patria por el destierro en castigo de haber intentado su ruina, y puedencomprobar al mismo tiempo la prosperidad que alcanza después de versedepuradadeellosydesusiniquidades.EldeseodelpobreNolan,comotodosaprendimosa llamarle, noporque su expiación fuerademasiadogrande sinoporquesuarrepentimientoeratanvisible,fuésindudaelmismodelosBraggyBeáuregard,quefaltaronasujuramentodesoldadoshacedosaños,yeldelosMauryyBarrón,quefaltaronalsuyodemarinos.Nosésiellossehabránarrepentidoamenudo.Séquehicierontodoloposibleparadestruirlapatria;paraconvertir enátomosyarrojara losvientos todos loshonores,vínculos,recuerdos y esperanzas que constituyen la patria. Sé también que mientrasvegetan por todo el resto de su vida en sitiosmiserables, comoBoulogne yLéicester Square, dedicados a vituperarse mutuamente hasta la muerte, suexpiación tendrá la misma punzante agonía que la de Nolan, agregada altormento de que todo aquel que les conozca podrá verles despreciados yexecrados.¡Habránsatisfechosudeseo,lomismoqueNolan!

En cuanto a éste, ¡infeliz! se arrepintió de su locura y se sometióvalerosamentealasuertequehabíainvocado.Nuncaagravóintencionalmentela dificultad o delicadeza de la misión de quienes le tenían bajo custodia.

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Sucedieronalgunosincidentes;masnuncafueronprovocadosporsuculpa.EltenienteTruxtonme refería que cuando la anexión deTejas hubo acaloradadiscusiónentrelosoficialesacercadelaconvenienciadearrancaresteestadodelahermosacoleccióndemapasqueteníaNolan;delmapauniversalydelmapa de Méjico, conforme arrancaron el de los Estados Unidos cuandocompraron un atlas para él. Pero se decidió, con bastante buen criterio, quehacerlo así sería revelarlevirtualmente loquehabía sucedido,o comodecíaHarryCole, hacerle pensar que el viejoBurr había llegado a triunfar al fin.Así, no fué culpa de Nolan que tuviera lugar un gran contratiempo en mipropia mesa, cuandome encontré por pocosmeses al mando de la corbetaGeorgeWashingtonenunviajealaAméricadelSur.EstábamosancladosenlabahíadeLaPlata,yalgunosdelosoficialesquedesembarcaronyvolvíanjustamente a bordo nos entretenían con la relación de sus malaventurasmontando loscaballosbraviosdeBuenosAires.Nolanestabaa lamesaconnosotros, y de humor inusitadamente jovial y comunicativo. La historia decierta caída hízole recordar una de sus aventuras cuando era todavíaadolescente y cogía caballos salvajes en Tejas con su hermano Stephen.Refirió la anécdota con muchísima gracia, tanto que él mismo rompió elsilencio de un instante que sigue generalmente a las historias interesantes,preguntandosindarsecuenta:

—Decidme ¿qué ha sido de Tejas? Después que Méjico proclamó suindependencia,creíayoqueTejasleseguiríamuypronto.Esverdaderamenteunadelasregionesmáshermosasdela tierra;es laItaliadeestecontinente.PeronohesabidounapalabradeTejasdurantecasiveinteaños.—

Había en la mesa dos oficiales de Tejas. La razon por la cual ignorabaNolan todo lo que se relacionaba con esa zona era que se habían cortadolastimosamentedesusperiódicostodaslasnoticiasdesdequeAustininiciólacolonización;demaneraqueauncuandoleíadeHondurasydeTamaulipas,yhasta últimamente de California, aquella virgen provincia que tanto habíarecorrido, y donde habíamuerto su hermano según creo, no existía ya paraNolan.WatersyWilliams, losdostejanos,miráronseferozmentetratandodenoreír;ÉdwardMorrisparecíaabsortoenlacontemplacióndeltercereslabónde la cadena de la lámpara del capitán. Watrous tuvo una convulsión deestornudos.Nolancomprendióquealgohabíaenelaire,nosabíaqué.Yyo,comodueñodelafiesta,meviobligadoadecir:

—Tejasestáfueradelmapa,Mr.Nolan.¿Habéisvisto lacuriosarelacióndelabienvenidaaSirThomasRoe,porelcapitánBack?—

DespuésdeesteviajenovolvíaveraNolan.Escribíaleporlomenosdosvecesalañoporqueenaquellatravesíaintimamosmuchísimo;peroél jamásmecontestó.Loscompañerosmecontaronqueenvejeciómuyrápidamenteenlos últimos quince años, para lo que había motivo, en verdad; pero que

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siempreeraelmismosuave,estoicoysilenciososufridor,soportandolomejorposible la pena impuesta por su propio deseo;menos sociable quizá con lagente nueva a quien no conocía, peromás ansioso que nunca al parecer, dehacerseutil,deayudaryenseñaralosjóvenesquesentíanporélunaespeciedeadoración.Yahoraparecequehamuertoestequeridoyviejocompañero.¡Haencontradoalfinunapatriayunhogar!

Después de haber escrito estas líneas, y mientras dudaba si las haríapublicar como enseñanza a los jóvenes Nolan y Vallándigham y Fátnall denuestrosdías,recibíunacartadeDánforth,abordodelLevant,conlarelaciónde las últimas horas de Nolan. Esto ha venido a desvanecer todos misescrúpulosconrespectoalapublicacióndesuhistoria.

Paracomprenderlasprimeraspalabrasdeestacarta,deberecordarellectorprofanoquedesde1817era sumamentedelicada laposiciónde losoficialesqueconservabanaNolanbajosucustodia.Elgobiernonohabíarenovadolasinstrucciones de 1807 a su respecto. ¿Qué debían hacer en esta situación?¿Dejaríanlemarchar?Y¿quéresponderíanencasodequeeldepartamentodemarinalespidieracuentasporhabervioladolasórdenesde1807?¿Seguiríanguardándole?¿Quésucedería,sialgunavezllegabalaliberacióndeNolan,yentablabaéljuiciocriminalporfalsaprisiónosecuestrocontratodoslosquele habían tenido prisionero? Yo hice presente e insistí con Soúthard sobretodas estas circunstancias, y tengo mis razones de creer que los demásoficialesprocedieronde igualmanera.Peroel secretariocontestabasiempre,como sucede enWáshington con bastante frecuencia, que no había órdenesespecialesquedaryquedebíamosresolversegúnnuestropropiocriterio.Loque significaba, “Si tenéis suerte, seréis sostenido; si fracasáis, seréisabandonado.”Bien;comodiceDánforth,todohapasadoahora,auncuandonosé si me expongo a ser perseguido criminalmente por las revelaciones quevengohaciendo.

Heaquílacarta:

Levant,2°2´S.a131°O.

QueridoFred:

EstoytratandodereunirmivalorparadecirosquetodohaterminadoparanuestroviejoyqueridoNolan.Duranteestatravesíaheestadoconélmásquenuncayhepodidocomprenderampliamentelaformaenqueacostumbrabaisexpresarosacercadeesteviejocamarada.Pudeadvertirquenoandabamuyfuerte en los últimos tiempos, pero no tenía la menor idea de que su finestuviese tan cercano. Elmédico le atendía con gran esmero, y ayer por lamañana vino a decirme que Nolan no se sentía muy bien y que no habíapodido dejar su camarote; algo que yo no recordaba haber sucedido jamás.Permitió que le visitara el doctormientras él permanecía acostado—primera

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vez que el médico había entrado en su camarote—y manifestó deseos deverme. ¡Oh, amigomío! ¿Recordáis lashistoriasmisteriosasque inventabanlos marineros a propósito de su camarote, en los lejanos días del Intrepid?Bien;acudí,yallíyacíaelpobrehombreensulecho,sonriendoplácidamenteal darme lamano, pero con aspectomuydébil.Nopude evitarmede lanzarunamirada en torno, la cual memostró el pequeño santuario que se habíaformadoenelhuecoquehabitaba.LasestrellasylasrayaslucíanrodeandounretratodeWáshington,yhabíapintadounáguilamajestuosa,arrojandorayosporelpicoysujetandoconlasgarraselgloboquesusalascubrían.Elqueridoy antiguo compañero sorprendiómi ojeada y dijo con triste sonrisa: “Comoveis,¡aquítengopatria!”Yseñalóentoncesalospiesdesulecho,dondeyonohabíadirigidoanteslamirada,ungranmapadelosEstadosUnidos,dibujadodememoria,yquehabíacolocadoenaquelsitioparamirarlomientrasyacíaacostado. Veíanse allí en grandes letras nombres originales y anticuados:IndianaTerritory,MississippiTerritoryyLouisianaTerritory, como supongoque aprenderían la geografía nuestros padres; pero el viejo camarada habíaagregadotambiénTejas,llevandolafronteraoccidentalhastaelPacífico;sóloqueenestascostasnohabíanadadefinido.

“¡Oh, Dánforth! Sé que me muero. No volveré a ver mi patria!” dijo.“¡Espero que querréis decirme algo ahora? ¡Aguardad, aguardad! Nopronunciéis una palabra hasta que yo haya dicho lo que estoy seguro quesabéis:quenohayenestebuque,quenohayenlosEstadosUnidos¡Dioslosguarde! hombre más leal que yo. ¡No puede haber hombre que ame tantocomoyonuestropabellón,queoreporélcomoyolohago,oinvoqueparaélporvenir tan brillante como yo! Cuenta ahora treinta y cuatro estrellas,Dánforth.DoygraciasaDiosporello,aunqueignorosusnombres.Jamásseha arrancado ninguna de sus estrellas; ¡doy gracias aDios por ello!De allídeduzcoqueningúnBurrha triunfado. ¡Oh,Dánforth,Dánforth!—suspiró—¡qué espantosa pesadilla parece la idea juvenil de gloria personal o desoberaníaindependiente,cuandounolarecuerdatrasvidasemejantealamía!Pero¡decidmealgo,queyosepatodo,Dánforth,antesdemorir!”

Íngham,osjuroquemesentíunmonstruopornohaberledichotododesdeantes.Hubieraonopeligroenhacerlo,fueraonodelicadeza,¿quiénerayo,para haber tiranizado todo este tiempo a aquel querido y santo anciano quehabía expiado largos años, en toda la fuerza de su virilidad, la locura detraicióndeunadolescente!

“Mr.Nolan,”exclamé,“osdirétodoloquedeseéissabermas,¿pordóndehedecomenzar?”

¡Oh,labienaventuradasonrisaqueiluminósupálidosemblante!Estrechómimanoydijo:“¡Diososbendiga!Decidmesusnombres,”añadió,señalandolasestrellasdelpabellón.“LaúltimaqueconozcoesOhío.Mipadrevivíaen

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Kentucky.PeroheadivinadoMíchigan,IndianayMisisipí;allíestabaelfuertedeAdams.Esto sumaveinte. ¿Cuáles son las otras catorce? ¡Esperoquenohabréisquitadoningunadelasantiguas?”

Bueno,noeramalexamenéste;yyoledijelosnombresenelmejorordenque me fué posible, y él me pidió que bajara su hermoso mapa y que lasdibujaraal lápiz lomejorquepudiese.Estaba locodealegríaapropósitodeTejas yme dijo que allí habíamuerto su hermano. Teníamarcada una cruzdoradaenel sitioenquesuponíaencontrarse su tumba;yhabíaconjeturadoqueTejaspertenecíaalaUnión.LuegoseextasióalverCaliforniayÓregon;esto, decía, lo había sospechado en parte porque jamás se le permitiódesembarcar en dichas playas, aun cuando los buques se dirigían allá amenudo. Y los marineros—agregaba riendo—traían muchas otras cosasademásdepeletería.Luegoretrocedió¡cuánlejos,Diosmío!paraaveriguardelaChesapeakey loque sucedió aBarronpor rendirse alLeopard; y siBurrhabía hecho alguna nueva tentativa—rechinando los dientes con el únicoimpulso de ira que demostró. Pero pronto lo hubo dominado, y exclamó:“¡Dios me perdone, como estoy cierto de haberle perdonado!” Luego mepreguntóacercade laantiguaguerra,yrefiriéndomelaverdaderahistoriadesus proezas con el cañón el día en que tomamos el Java, inquirió por elqueridoviejoDavidPórter,comolellamaba.Ydespués,tranquilizándosealgoydemostrandosentirgranfelicidad,meescuchóreferirenunahoralahistoriadecincuentaaños.

¡Cuántodeseabayoquehubieraotroquesupieramás!Perohicelomejorquepude.Hablédelaguerrainglesa.LecontédeFultonydeloscomienzosdelanavegaciónavapor.LehablédelviejoScottydeJackson;ledijetodoloquesabíaacercadeMisisipí,NuevaÓrleans,Tejasysutierranatal,elantiguoKentucky. Y pensad, me preguntó quién estaba al mando de la Legión delOeste.DíjelequeeraunbizarrooficialllamadoGrantque,segúnlasúltimasnoticias, ibaaestablecersucuartelgeneralenVícksburg.Entonces,“¿dóndeestáVícksburg?”dijo.Selodibujéenelmapa;estáacienmillasmásomenosdesuviejofuertedeAdams;ycreoqueelfuertedeAdamsseráunaruinaenlaactualidad.“ProbablementeestásituadoenlaantiguacoloniadeVick,”dijo,“¡vaya,quécambio!”

Os aseguro, Íngham, que era tarea bien difícil condensar la historia demediosigloenaquellaconversaciónconunenfermo.Nosétodoloqueledijeacercadelainmigraciónylamaneraderealizarla;devapores,ferrocarrilesytelégrafos;deinventos,librosyliteratura;delcolegiomilitardeWestPointyde la escuela naval de Annápolis; todo esto con las interrupciones másoriginales que podáis imaginar. ¡Figuraos a Róbinson Crusoe haciendo laspreguntasacumuladasencincuentayseisaños!

Recuerdoquepreguntódeimprovisoquiénerapresidenteahora;ycuando

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se lo dije, inquirió si el Viejo Abe era hijo del general Benjamín Lincoln.DecíaquecuandoeraaunmuyjovenhabíaconocidoalviejogeneralLincolnenciertanegociaciónllevadaacaboconlosindios.Díjelequeno,queelViejoAbeeradeKentucky,comoél;peronopudedecirleaquéfamiliapertenecía;habíasalidodeesferabaja.“¡Bravo!”gritóNolan.“Mealegro.Meditandoyrumiandotodoesto,hellegadoalaconclusióndequenuestromayorpeligroconsistía en la sucesión regular al mando, de nuestras primeras familias.”EntonceshablédemivisitaaWáshington.Lecontécómohabíaconocidoaldiputado por Óregon, Hárding; le hablé de la Smithsonian Institution y lasexpedicionesexploradoras;lecontédelCapitolioydelasestatuasdelfrontónydelaLibertaddeCráwfordenlacúpula;ydelWáshingtondeGréenough.Íngham, díjele cuanto pude recordar que demostrara la grandeza y laprosperidad del país; pero ¡nome fué posible forzarmis labios para decirleunapalabraacercadelainfernalsublevación!

Yélbebíamispalabrasygozabaconellashastaunextremoindecible.Ibaquedando poco a pocomás silencioso, pero no seme ocurrió que estuvierafatigado o desfalleciente. Le alcancé un vaso de agua en que apenashumedeció sus labios, y me dijo que permaneciera a su lado. Entonces mepidió que le trajera el libro presbiteriano deOraciones generales que estabacerca, y me anunció con una sonrisa que se abriría por sí solo en el sitiodeseado, como efectivamente sucedió. Había una doble marca roja en elextremo inferior de la página; yo me arrodillé y leí, mientras él repetíaconmigo: Por nosotros y por nuestra patria, te damos gracias, Diosmisericordiosoporque,apesardenuestrasrepetidastransgresionesatusantaley, has continuado dispensándonos tu bondad maravillosa—y así hastaterminar la acción de gracias. Entonces volvió las páginas hasta el final delmismolibro,yleyópalabrasmásfamiliaresamisoídos:—Desdeelfondodelcorazóntesuplicamos,Señor,sostenercontugraciaybendeciratusiervoelpresidentedelosEstadosUnidos,atodaslasdemásautoridades,...yelrestodelaoraciónepiscopal.

“Dánforth,” dijo, “he repetido estas oraciones mañana y noche hacecincuentaycincoaños.”Yluego,expresóeldeseodedormir.Hízomeinclinarsobreél,ymebesó;entoncesdijo:“AbridmiBiblia,Dánforth,cuandohayamuerto.”Salí.

No tenía idea de que aquello fuera el fin. Imaginéque estaba fatigadoyqueríadormir.Sabíaqueerafeliz,yquisedejarlesolo.

Pero una hora más tarde, entrando suavemente el doctor, encontró queNolanhabíaentregadosualmaenunasonrisa.Oprimíaalgocontrasuslabios.EralabandadelaOrdendeCincinnati,desupadre.

Abriendo suBiblia, encontramos una tira de papel en una página donde

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habíasubrayadoeltexto:

Desean patria, una patria celestial; allí dondeDios no se avergüence dellamarsesuDios:porqueÉlhapreparadounaciudadparaellos.

Enlatiradepapelhabíaescrito:

Sepultadmeen elmar; ha sidomihogar, y le amo.Pero ¿querrá alguiencolocarunapiedraamimemoriaenelfuertedeAdamsoenÓrleans,paraquemidesgracianoseamayorde laqueestabacondenadoasobrellevar?Decidallí:

Enmemoriade

PHÍLIPNOLAN

TenientedelEjércitodelosEstadosUnidos

Amósupatriamásqueninguno;peroningunocomoél

fuéindignodesupatria.

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