cuaderno de bitácora. comienza febrero
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Cuaderno de clase. Empieza febreroTRANSCRIPT
Jueves, 2 de febrero
Esta mañana nada más despertarnos,
se nos acercó un barco médico y nos
comunicaron que a las 9 horas a.m.
tendríamos un control de vacuna, pero
por desgracia, solo las chicas.
Estábamos atemorizadas y muy
inquietas.
Al pasar el puente que comunicaba un
barco con otro nos encontramos con
compañeras de barcos vecinos que ya
habían pasado la experiencia de la
vacuna.
Al llegar allí, como éramos muy pocas
nos pasaron a todas al camarote
medicinal.
Salimos mareadas y al llegar al barco
estaba Marisa que notó nuestra
decadencia y nos dejó relajarnos y
tranquilizarnos mientras que ella
hablaba de la burguesía del siglo XVI.
El martes pasado fue el día de la Paz
y todos hicimos unos carteles muy
bonitos relacionados con la Paz.
Victoria, nuestra comandante
civilizadora, escribiría la palabra Paz
en grande con nuestros carteles; lo
situaría en el camarote principal para
que todos los que pasaran lo vieran.
Fátima Castaño
Lunes, 6 de febrero
Todos dormimos plácidamente
cuando, molestando, los
despertadores anuncian el comienzo
de una semana.
Nos levantamos un poco nerviosos
debido a que realizaremos el
esperado examen con la
comandante Rosa; este fin de
semana todos hemos estudiado a
conciencia para
preparar bien el examen, pero antes
de que Rosa llegara, nos tocaba
aprender un poco de francés con
Susana la sustituta de “Forne”; nos
enseña distintas cosas que ojalá nos
sean de utilidad si vamos a París.
Después de que la comandante
Susana se fuera, fuimos a un
camarote alejado del nuestro para
realizar el examen.
Cuando llegamos Rosa ya estaba
allí, preparando con esmero los
exámenes.
Al final todos acabamos los
exámenes y coincidimos en que fue
demasiado fácil.
Ya relajados después del examen ,
volvimos al camarote habitual para
dar matemáticas con la comandante
Mercedes, aunque algunos alumnos
no estaban por la labor, muchos, la
mayoría atendimos a Mercedes que,
como siempre, nos mandó tareas
para casa.
Llegó la hora del ansiado recreo, la
gente se dispersa por las distintas
áreas del barco y comemos los
almuerzos merecidos.
Volvemos a nuestro camarote
habitual para continuar otro día
más las clases de inglés con Lola,
que fija la fecha para el próximo
examen.
Al fin llegó la hora de salir fuera,
donde Pedro nos esperaba para
jugar partidos de “volleyball”,
jugamos con mucho cuidado, debido
a evitar que el balón se caiga por la
borda.
Acabamos el partido y nos dirigimos
por fin al camarote más relajado, el
taller de pintura.
Rafa nos enseña las escalas de
color y nosotros lo intentamos
hacer en folios; la hora pasa
rápidamente y llega la hora de
volver cada uno a su camarote y
preparar las cosas del día siguiente.
Diego del Barco