Prisioneros de la esperanza''En cuanto a ti,por la sangre de mi pacto

contigo librare de la cisterna seca a tusautivos. Vuelvan a su Jortaleza, cautivos

de la esperanza, pues hoy mismo les hago.saber que les deooluere el doble"

(Zacarias 9:11-12).

En 10s paises orientales, desde tiempos inmerno-riales, 1ascisternas 0 aljibes eran (y todavia son) deuso cornun para almacenar agua y beneficiar a 10svecinos de una aldea 0 zona de pastoreo.

Las habia de todas 1as medidas 0 capacidadespara el almacenamiento del vitalliquido. Se cons-truian en pozos de relativa profundidad, segun 1anecesidad que se tuviese de agua, proviniera estade lluvia 0 de vertientes naturales. E1 interior de 1acisterna se forraba con piedra y argamasa para im-permeabilizarla 10 mejor posib1e. Pero fuese porescasez del agua, par grietas 0 fisuras, algunas seconvertian en "cisternas secas", pues dejaban deretener el liquido y quedaban en desuso. Enton-ces, yen muchos casos, se emp1eaban para retenercriminales 0 prisioneros.

En 1a misma Biblia hay referencias a hechosconcretos en ese sentido. Jose, uno de 10s hijosde Jacob, fue encerrado por sus propios hermanosen una cisterna del desierto, aunque 1uego estosse "arrepintieron" y 10 vendieron como esclavo aunos beduinos.

Tambien el profeta Jeremias, por problemascon el poder politico y religioso de su epoca, estu-vo prisionero en una de esas cisternas.

Imaginemos la situacion en un 1ugar asi. Eraprofundo, sus paredes se estrechaban a medidaque subian. Arriba, en el tope, una enorme pie-dra cumplia 1a funcion de una "puerta". Esta, a1cerrarse, dejaba en una oscuridad casi abso1utaaquel ambiente sordido, sucio y lleno de infinidadde alirnafias que reptaban por sus paredes 0 en elarenoso suelo mezclado con 1as propias heces de10s prisioneros.

Sin duda que 1a condicion de esos cautivos eraespantosa. Estar alli apenas unas horas seria des-esperante. Podemos considerar como una condi-cion infrahumana ser condenado a vivir, morir 0enloquecer en tal situacion.

De 10 contrario debian caminar, a veces,hasta kilOmetros para obtener agua.

~Podemos imaginarlo? ~Que esperanza podiatener una persona en esas condiciones? Con suhumanidad degradada y humillada al extremo-dob1egado animica y aun fisicamente-, ~Quepodia esperar en cuanto saliera de esa situacion?

Pero el humano es un ser de reservas increib1esy aun cuando puede reconocer 10 abso1uto de sumal, una muy tenue 1uz de esperanza se mantienetodavia 1atente en su hora mas oscura. Atesora esatenue 1uzy cada dia vela por ella. "Tal vez hoy ... ","Quiza manana", suspira su torturado corazon,Su razon puede decirle que deje de esperar 10 im-posib1e, pero el se aferra a esa remota esperanza,necesita creer, aunque la espera sea dolo rosa. Esprisionero de 1aesperanza.

Veamos ahora a las personas que padecen situa-ciones emocionales, espirituales 0 mentales apa-rentemente ineligibles, 0 al men os eso piensanellas; personas que en el fondo de su corazon an-helan, esperan y ruegan aDios por salir de esas« • "Clsternas secas .

Prisioneros de sus emociones~Cuantas de esas situaciones, en muchos casos en-focadas en otras personas, se vuelven contra quienlas promueve con toda su carga de dolor e infeli-cidad?

Prisioneros espiritualesDe la culpa, de los remordimientos, de los recuer-dos tristes, de los errores cometidos, de los celos,

de los pecados secretos, de las fahas a sus princi-pios morales y religiosos, de la infidelidad aDiosy a la iglesia, de la faha de fe, de la pobre vidade oracion, de la faha de lectura y refiexion de laPalabra, ete.

Prisiones mentalesDe la negligencia, la vergiienza, la autosuficiencia,la injusticia, la irresponsabilidad, la imprudencia,la astucia, la blasfemia en el pensamiento 0 conpalabras, las dudas, la incredulidad, la falta de fe,la timidez, el pesimismo, el racismo, la faha de in-teres, la critica, el juicio, el chisme, la hipocresia,el fabulador, el mentiroso, ete.

Pero para salir de la cisterna hay que desearlo.Hay que creer que uno puede hacerlo.

Las prisiones de un hombre comunEl gran apostol Pablo no fue mas que un ser hu-mano cornun, sometido alas mismas circuns-tancias que cualquiera de nosotros. No solo lasenfermedades aRigieron su cuerpo, tambien laspasiones y condiciones del corazon que, en mediode la inmensa tarea que era la pasion de su vida yla obediencia al mandato de Dios, 10 obligaban auna lucha permanente en el plano Fisico y espiri-tual:

''Pero me doy cuenta de que en los miembros demi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Estaley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cau-tivo. jSoy un pobre miserable! ~Quiin me librard deeste cuerpo mortal? jGracias aDios por medio de [e-sucristo nuestro Senor!"

El insigne apostol encontro su liberacion enel Salvador Jesucristo y pudo proclamar con gran

alegria: "jJesucristo me hizo libre!" En otra oca-sion, refiriendose a sus multiples problemas desalud, oposiciones religiosas, carceles y violenciaHsica afirrno: ''Por eso me regocijo en debilidades,insultos, priuaciones, persecuciones y dificultades quesufi'o por Cristo; porque cuando soy debil, entoncessoyfoerte" (2 Corintios 12:10).

Hay debilidades en nuestras vidas que en nopocas ocasiones nos conducen a estados de que-brantamiento y, en algunos casos, hasta a la deses-peracion. Hermanos y herman as cristianos, cuyasvidas parecen el blanco de todas las vicisitudes nosmaravillan con la victoria en su vida personal y suministerio en el Senor.

El apostol Pablo invirtio la ecuacion de sus pri-siones entregandose a Cristo de tal manera que,en iI, se transformaba en fuerte y victorioso.

La congregaci6n de la pequefia sinagoga de Naza-ret se mostraba levemente interesada, se le habiaentregado la lectura de la Palabra a ese mucha-cho ... 'dcomo es que se llama? jAh! [esus, es solo elhijo del carpintero del pueblo ... ". Hay un silencioapenas cortes. El muchacho se demora en leer, ylos ojos de la congregaci6n Ie miran con mayorcuriosidad. Ven en El una sonrisa afectuosa, sin-cera; Su voz se alza con una claridad y autoridadque sorprende: "El Espiritu del Senor esta sobremi, por cuanto me ha ungido para anunciar buenasnuevas a Lospobres. Me ha enviado a proclamar li-bertad a Loscautivos y dar vista a Losciegos, a poneren libertad a Losoprimidos, a pregonar el ano delfavor del Senor" (Lucas 4: 18-19).

Luego bes6 y enrolle delicadamente el Libro y10 entreg6 al ayudante. Y, mirando serenamente ala congregaci6n, afirm6: ''Hoy se cumple esta Escri-tura en presencia de ustedes".

Hubo en principio una reacci6n favorable,pero cuando comenz6 a explicarles que necesita-ba de la fe de ellos para hacer la obra de Dios, seirritaron y, enfurecidos, le sacaron del pueblo conla intencion de lincharle. Mas cuando estaban porcumplir su criminal prop6sito, El sencillamente

se volvi6 y enfrentandoles avanz6. Intimidados nose atrevieron a tocarle.

jQue perdidal, lamentablemente. jEl mismoUngido de Dios estaba delante de elIos!, peroellos, esclavizados en sus prisiones de prejuicios,que arrastraban desde siglos, no supieron recono-cerle y aceptarle como tal.

Todavia hoy Jesus se encuentra dedicado a latarea de rescatar de sus cisternas secas a cuantosprisioneros de la esperanza esten dispuestos a salirde ellas.

Los prisioneros de la esperanza no confian ensi mismos, sino en Aquel que es poderoso paraguardarnos; para salir, por tanto, debemos renun-ciar a todo esfuerzo puramente humano, siendoautenticos al reconocer nuestras limitaciones:

''Poresto,ya que por la misericordia de Dios tene-mos este ministerio, no nos desanimamos. Mas bien,hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace aescondidas; no actuamos con engano ni torcemos Lapalabra de Dios ... " (2 Corintios 4: 1,2).

~Estis dispuesto a renunciar a esas cadenas detu pasado para recibir a Jesucristo el Salvador, quete quiere rescatar y darte una nueva, hermosa yplena vida en El?

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