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He sido desafiado y ricamente bendecido al leer Caminos de Gloria”. COMISIONADO CARL ELIASEN *** “Estamos endeudados con Enrique Lalut por la forma en que ha dado vida a la historia del Ejército de Salvación en Chile”. GENERAL JOHN LARSSON. (R) *** “La historia es un tema fascinante y cuando se trata de la Obra del Ejército de Salvación en Chile es doblemente fascinante. Enrique Lalut ha usado un estilo que sin duda será bien aceptado no solamente por el pueblo salvacionista, sino por muchos otros. El Ejército de Salvación, en Chile, sigue firme y estoy seguro que este libro hará una contribución fuerte a su misión y ministerio”. COMISIONADO ALEX HUGHES. *** “…contiene reflexiones y comentarios que se aplican dondequiera haya un grupo de hombres y mujeres con “S” en el cuello y un llamado en el corazón”. MAYORA IRIS DE LA ROSA, DOCTORA EN TEOLOGÍA. PUERTO RICO *** “Caminos de Gloria toma aquellos personajes salvacionistas que los años han plasmado en monumentos y los hace caminar, hablar y sentir como nosotros”. P ASTOR JUAN J. R. WEHRLI, HISTORIADOR. SANTIAGO CHILE *** “He leído con mucho interés los ocho primeros capítulos de Caminos de Gloria, ellos ciertamente me abren el apetito para anticipar los capítulos restantes, aquellos que completarán la historia del ministerio del Ejército de Salvación en Chile”. COMISIONADO SIEGFRED CLAUSEN. ***

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“He sido desafiado y ricamente bendecido al leer Caminos de Gloria”.Comisionado Carl EliasEn

***“Estamos endeudados con Enrique Lalut por la forma en que ha dado

vida a la historia del Ejército de Salvación en Chile”.GEnEral John larsson. (r)

***“La historia es un tema fascinante y cuando se trata de la Obra del

Ejército de Salvación en Chile es doblemente fascinante. Enrique Lalut ha usado un estilo que sin duda será bien aceptado no solamente por el pueblo salvacionista, sino por muchos otros. El Ejército de Salvación,

en Chile, sigue firme y estoy seguro que este libro hará una contribución fuerte a su misión y ministerio”.

Comisionado alEx huGhEs.

***“…contiene reflexiones y comentarios que se aplican dondequiera haya un grupo de hombres y mujeres con “S” en el cuello y un llamado en el

corazón”.mayora iris dE la rosa, doCtora En tEoloGía. PuErto riCo

***“Caminos de Gloria toma aquellos personajes salvacionistas

que los años han plasmado en monumentos y los hace caminar, hablar y sentir como nosotros”.

Pastor Juan J. r. WEhrli, historiador. santiaGo ChilE

***“He leído con mucho interés los ocho primeros capítulos de Caminos de

Gloria, ellos ciertamente me abren el apetito para anticipar los capítulos restantes, aquellos que completarán la historia del ministerio del Ejército

de Salvación en Chile”.Comisionado siEGfrEd ClausEn.

***

“Fácil de leer, difícil de olvidar. Su lectura produce lágrimas, sorpresas y carcajadas, pero termina enseñándonos historia”.

mayora marta dEarin. nuEva yErsEy usa

***“Quien lea este libro captará el espíritu de sacrificio y devoción de

nuestros pioneros. Sin duda, este es un trabajo inspirado por Dios”.mayor frEd BailEy. illinois usa

***“Leyendo Caminos de Gloria usted llorará y alabará a Dios por el gran

trabajo de aquellos misioneros y nacionales que levantaron lo que hoy es el Ejército de Salvación en Chile...”

mayor fErnando martínEz. doCtor En tEoloGía, miami usa

***“Un libro motivante que recomiendo a cada salvacionista que desee continuar formando parte de la historia del Ejército de Salvación”.

mayora maría florEs. santiaGo ChilE

***“Muchas gracias por mandarme el libro – ayer en el cuartel me dieron la copia. Sólo había leído la primera parte y me interesó mucho leerlo todo - estoy muy gratamente impresionada – Enrique ha hecho un magnífico

trabajo…”mary salvany. traduCtora

***“El libro está bien. Debiste ponerle más de tu papá, él hizo bastante. Si

vienes, trae calcetines gruesos, está haciendo frío aquí”.CoronEla EdElmira lalut, madrE dEl autor

Enrique Lalut

Caminos de GloriaLos primeros 100 años

del Ejército de Salvación en Chile

Con un prólogo del

General (R) John Larsson

Cronología

Eduardo Valenzuela

Ilustración de la Portada: Un Aire Libre celebrado en la Quinta Normal por los años 40. El Comisionado

George Scott Railton solía decir que el Aire Libre es la Catedral del Ejército de Salvación. Miles de personas han conocido al Señor por medio de esta actividad.

Ilsu cotra: El Capitán Hellmout Hühner subiendo al camión en el que llevó a repartir 8.000

raciones de comida en los barrios pobres de Santiago, aquí el vehiculo había sido reparado para recolectar fondos para mantener el programa.

© Ediciones Ejército de SalvaciónAutor Enrique Lalut

Cronología Eduardo ValenzuelaEdición General Annabella BrüningDiseño Giovanna PeimePrólogo John Larsson

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio osoporte, en Chile o en el extranjero sin autorización.

Inscripción Registro Derechos de Autor Nº 185859ISBN: 978-956-8893-00-2Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723

IMPRESO EN CHILEImpreso en Imp. Difusión Cristiana, Stgo.Primera edición 2009

Dedicatoria

A mi padre y a mi madre, los Ttes. Coroneles Alberto y Edelmira Lalut, quienes tuvieron la feliz ocurrencia de reunir sus vidas dándome el pasaporte para hacer mi entrada a este fascinante mundo salvacionista.

La fe (es) la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

La Biblia (Hebreos 11:1)

Contenidos

Prólogo del General John Larsson 15

Introducción 19

Capítulo 1 Los primeros momentos 23

La llegada 24

Encuentro fortuito 26

Capítulo 2 Por qué vinieron 27

En el mejor sentido de la palabra 28

Chile a la llegada 31

Primeras escaramuzas 33

Conversiones junto al bombo 34

Capítulo 3 Inicios en la Capital 37

La inauguración 39

Comienzo de operaciones 40

De vuelta al Puerto 43

Segunda apertura 44

Capítulo 4 El mártir de los conventillos 45

Patio de los Disidentes 47

La visita del Comisionado 49

Estamos de Congreso 53

Celebrar y Celebrar 55

Apertura en el Sur 56

Capítulo 5 La Obra Social comienza 57

Se va un líder 59

Capítulo 6 La marcha continúa 63

Importantes relaciones 66

¡Salvacionistas al abordaje! 68

Capítulo 7 Los años de Lindvall 71

Reconocimiento legal 72

Reorganización administrativa 72

Escuela de Cadetes 73

Grito de Guerra 74

Bramwell Booth es promovido a la Gloria 77

Capítulo 8 Dos cortos años 81

Empieza la crisis mundial 83

Capítulo 9 Llega Steven 87

Nuestros gringos 88

Siempre con los pobres 89

Un edificio con historia 91

Cuando se mueve la tierra 92

Hogar de Niños Esperanza 95

Obra social femenina 96

Dios os guarde en su santo amor 97

Capítulo 10 Los tiempos de Lündgren 101

Un nuevo lugar en Angostura 103

El movimiento campamentista 104

Música salvacionista: la banda y el coro 106

Nos visita un poeta 109

Capítulo 11 Un Coronel diferente 111

Predicación ante todo 112

Estrecheces financieras 113

Déjame a los niños 113

Capítulo 12 Nuevas brisas 115

Una atmósfera de cambios 117

El Consejo asesor 118

Una colaboradora genial: La Coronela 119

Un terremoto con historia 120

Capítulo 13 Días de austeridad 123

Visitas importantes 124

Fuérzalos a entrar 126

Liga del Hogar, un toque femenino 129

Cuando las cosas no se dan 131

Capítulo 14 Bondad que se nota 133

Reconocimientos 134

El verdadero valor de una reliquia 138

Capítulo 15 Tiempos de prueba 141

11 de septiembre 142

A los 70 años 144

Misericordia quiero y no sacrificios 146

Capítulo 16 Liderazgo y simpatía 149

El gran sueño cumplido 151

Aportes desde Norteamérica 154

Un apunte importante 154

Capítulo 17 Decisiones claras 155

Un hijo del regimiento 155

Nueva sede 156

El Tesoro escondido del Ejército 157

Se extiende el Territorio 159

Capítulo 18 La perspectiva de las cosas 161

La última década 165

Sin indios no hay caciques 167

Capítulo 19 ¿Quién es más salvacionista? 171

Estos cien años 177

No serán olvidados 2o7

Agradecimientos 215

Bibliografía 219

Los Autores 223

15

Prólogo

Cuando un liBro llEva El título “Caminos dE Gloria” uno puede esperar grandes cosas. Y eso es exactamente lo que usted recibe cuando lee en estas páginas todo lo que el Señor ha hecho a través del Ejército de Salvación en Chile, durante los últimos 100 años.

Los libros de historia a veces pueden ser difíciles de leer, ¡pero no éste! Después de describir los primeros años como pioneros y el inicio de la obra evangelística y social del Ejército en Chile, el autor se refiere a las épocas de sucesivos líderes territoriales como lienzos sobre los cuales pintar una serie de retratos llenos de color, drama e interés humano.

En estos retratos el autor describe los principales eventos de cada período y nos presenta algunas fascinantes personalidades que han hecho del Ejército en Chile lo que hoy es. Hace pausas para compartir anécdotas, comentar y reflexionar sobre lo que describe. Ve el cuadro completo; mas, tiene tiempo para concentrarse en detalles vívidos. Nos lleva de vuelta a la Biblia para ayudarnos a comprender con ojos de fe lo que estamos

Prólogo del General John Larsson

16

Caminos de Gloria

observando. Y porque él mismo es parte de la herencia que él retrata, ha podido basarse en la historia y tradiciones de su país y escribir desde una perspectiva chilena.

Tenemos, por tanto, una deuda de gratitud con Enrique Lalut por la forma en que le ha dado vida a la historia del Ejército de Salvación en Chile. Esta narrativa del pasado será una inspiración, no sólo para la generación actual, sino para muchas generaciones venideras.

Mis padres, los entonces Mayores Sture y Flora Larsson, sirvieron como oficiales en ese territorio entre 1949 y 1952, y cuando yo llegué a Chile con ellos, como un niño de once años, no me daba cuenta cuán joven era todavía el Ejército de Salvación en esta parte del mundo. ¡Solamente tenía 40 años! Como movimiento, ¡todavía estaba en su infancia! Muchos gigantes de la segunda generación de oficiales y soldados aún estaban presentes en esos días y, sin saberlo, me imbuí de algo de su espíritu y dedicación. Lo que dijeron y lo que ellos eran, influenció todo el curso de mi vida. La historia del Ejército de Salvación en Chile, por lo tanto, también es parte de mi propia heredad personal y siempre estaré agradecido por ello.

Cuando regresé a Chile en 1980, esta vez como un oficial, y acompañado de mi esposa y nuestros dos hijos pequeños, fue con una sensación de gran anticipación. Esos cuatro años de servicio para el Señor y el Ejército en Chile, junto con Perú y Bolivia y el inicio de la obra en Ecuador, resultaron inolvidables para nosotros. Como familia, muchas veces recordamos con gran afecto esos años en que vivimos en Chile y para mí fue un asunto de construir sobre la heredad de mi juventud.

Ahora que nosotros, los salvacionistas, celebramos 100 años del Ejército de Salvación en Chile, cada uno deseará agradecer al Señor por la forma que él ha bendecido e inspirado a su pueblo. Él ha ido delante de nosotros, Él nos ha ayudado a vencer obstáculos y Él ha abierto el camino para nosotros. Gracias a Él hemos avanzado por “Caminos de Gloria”.

17

Prólogo

¡Pero el camino no termina aquí! Muy por el contrario. El Señor ahora nos llama a caminar por sendas que nos llevarán a gloria aún mayor, no gloria para nosotros, sino gloria al nombre de Jesús, el nombre que es sobre todo nombre.

Cuánto más haya avanzado el Ejército de Salvación en Chile en diez, veinte, cincuenta y cien años más, desde ahora dependerá de la dedicación y espíritu de los salvacionistas de esta generación y de las generaciones por venir. Que las páginas de este libro, por lo tanto, puedan inspirar a cada lector a tener expectativas y a tener fe en las cosas aún mayores que el Señor nos ha prometido que veremos.

¡Pueda Dios ciertamente continuar bendiciendo la Obra del Ejército de Salvación en Chile!

John LarssonGeneral (en retiro)

19

A modo de introducción

No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

la BiBlia (2 Corintios 4:18)

Introducción

El liBro quE tiEnEs ahora En tus manos Es una invitaCión a visitar los comienzos del Ejército de Salvación en Chile. Es un viaje a nuestra historia y puedes hacerlo como un turista que sólo visita el lugar, o como alguien que va de romería, llevando sus interrogantes, inquietudes y anhelos.

Es saludable ir a la fuente donde todo empezó y oír nueva-mente al Señor pronunciando nuestro nombre. La lucha necesita, a veces, de reposo para continuar, y es beneficioso ir y mirar “la piedra de donde fuisteis cortados y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.1 No venimos a conver-tirnos, eso ya sucedió, sólo deseamos poner agua fresca en nuestras cantimploras secas, para continuar la batalla.

El viaje nos brindará sorpresas, en primer lugar notaremos que los primeros salvacionistas eran personas como nosotros, que se preocupaban por la educación de sus hijos y en los paseos campestres formaban reñidas “pichangas” porque les gustaba el fútbol.

1 La Biblia (Isaías 51:1).

…narro los hechos tal como fueron documentados. Me limité a hilarlos con un ejercicio mínimo de

imaginación.isaBEl allEndE

20

Introducción

2 La Biblia (Salmo 121:1)

Era gente normal pero resaltaba en ellos un área que, en mi opinión, los hacía sobresalir y es la razón del éxito que lograron.

Cuando a sus vidas llegaban circunstancias adversas y amenazantes, en forma de escasez, nostalgia, tentación, cansancio, sabían levantar la mirada a las alturas. Allí, en una atmósfera libre de los ruidos discordantes, podían una vez más sintonizar la voz de nuestro Padre, que nos ha amado con amor eterno y nos tiene en el hueco de su mano donde permanecemos abrigados y seguros. Es increíble el poder que adquiere la persona que aprende a levantar su mirada por encima de lo que le rodea para fijarla en lo Eterno, aquello que permanece para siempre. Conocer a Dios es un asunto de saber dónde poner los ojos.

Mi interés por los primeros salvacionistas comenzó después de pasar por una experiencia que me exigió arrancar la mirada de mis circunstancias para enfocarla en Cristo.

Había sido derivado por mi médico de cabecera a la consulta de un neurólogo, debido a una leve molestia que sentía en la muñeca. El especialista me examinó con detención, me hizo varias preguntas y después de unos minutos constató: Parkinson. Pasaron rápidamente por mi mente una serie de imágenes de mi posible futuro: parálisis paulatina, pérdida de movilidad y la llegada temprana de la ancianidad. Durante tres meses no me animé a levantar la vista, no deseaba luchar, me sentía cómodo en mi derrota, había llegado a ser víctima de mis circunstancias. ¿Por qué a mí?, me preguntaba. Una mañana la respuesta me llegó desde lo profundo: ¿Y por qué a ti no?

Fue entonces que decidí aplicar a mi vida lo que por años había proclamado y enseñado a los demás. Ahora tendría la oportunidad de probarlo en mí mismo. Arranqué la mirada de esas circunstancias que me aterraban haciéndome un muñeco de ellas, y alcé los ojos a los montes.2 El socorro no se hizo esperar, me vino en forma de una nueva perspectiva, que yo

21

Introducción

sentí como una revelación porque expulsó mi terror brindán-dome la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento.3 Paulatinamente, comencé a entender mi situación desde la pers-pectiva de lo Eterno. Libre de la estática que producen nuestros temores y desconciertos ante un problema o situación, comen-zaba a escuchar la voz de lo alto que me recordaba el amor del que he sido objeto desde la fundación del mundo. Era la voz del Señor reiterándome que no estoy solo, él caminaba junto a mí y prometió estar conmigo cada día hasta el final. Puedo confiar en la seriedad de sus palabras porque él murió una muerte de cruz por ellas. Alguien que muere por ti, no te va a abandonar cuando tu vida sufre un percance. Él se preocupa por mi bien-estar y mantiene una estricta vigilancia sobre lo que eventual-mente toca mi vida. Puedo estar seguro que da su visto bueno a todo lo que me sucede y dio su aprobación a la enfermedad que me aqueja. Esta manera de ver las cosas ha transformado para mí el mal de Parkinson en el bien del Parkinson, y puedo reportar bendiciones y servicios que derivan de mi condición, incluyendo el escribir esta narrativa con el presente enfoque.

Esa es la razón por la que te invitamos a visitar nuestra historia; las vidas de nuestros antepasados espirituales presentan facetas de las cuales podemos aprender. Cuando los veamos tan gozosos en el ministerio, tan tranquilos en la adver-sidad, tan poderosos en la proclamación, sentiremos impulsos de rogar que el milagro de la fe ocurra una vez más, esta vez, dentro de nosotros.

3 La Biblia (Filipenses 4:7)

23

1. Los primeros momentos

De esas cuatro tablas dependen los destinos de América.

BErnardo o´hiGGins

Para aBrir la oBra En ChilE, el Ejército eligió a los Brigadieres Bonnet, una pareja de oficiales con mucha experien-cia que, por haber llegado a la Argentina diez años antes y haber sido pioneros en ese hermano país, tenían la ventaja de saber el idioma español, ventaja con la que no todos contaban. Muchos de los que vinieron a nuestras tierras, debieron aprender el idioma estando en el país.

Existen numerosas historias de oficiales que predicaron su primer sermón el domingo siguiente después de llegar del extranjero y resolvieron el problema leyendo un tratado evangélico, que los chilenos, siempre abiertos a lo de afuera, recibían con respeto y aún con felicitaciones. Además del idioma, el Brigadier William T. Bonnet poseía otro punto a su favor: quienes lo conocieron, hablan de una personalidad franca y amistosa, que se hacía entender a pesar de un acento más bien marcado. Su amplia frente y su mirada clara nos sugiere una persona extrovertida a la cual le era fácil esta-blecer relaciones y conocer gente nueva. Esto lo convertía en

1. Los primeros momentos

24

Caminos de Gloria

uno de aquellos extranjeros que los chilenos llaman con afecto “un gringo buena-gente”, ya que se interesa por comprender nuestra idiosincrasia y como resultado, obtiene cariño y fide-lidad.

La llegada

Para dirigirse a Chile, los Brigadieres tomaron el vapor “Londres”, que los llevó a Montevideo, desde donde navegaron hacia Valparaíso en el “Oropesa”, un barco de la Compañía Inglesa de Navegación. Eran los años previos al Canal de Panamá y la ruta del Atlántico al Pacífico se hacía a través del Estrecho de Magallanes, un área de vientos extremos y corrien-tes traicioneras, que todo marino ha aprendido a respetar. Podemos estar seguros que la travesía no fue placentera. El barco arribó al Puerto de Valparaíso el 1º de octubre de 1909.

Cuando el “Oropesa” atracó al muelle, Bonnet pudo contem-plar la bulliciosa muchedumbre que se aglomeraba en el malecón para recibir a sus familiares y amigos. El Brigadier sabía que por mucho que escudriñase entre la multitud, no encontraría una sola cara conocida, ni un uniforme, ni una mano que se agitara para saludarle. Esa es la soledad que todo pionero siente al llegar por primera vez al lugar que ha sido destinado, donde nadie lo conoce y nadie lo espera y al cual ha ido sólo porque siente que Dios lo envía.

Apartó los pensamientos grises, tenía diligencias que demandaban su atención: una de ellas era averiguar dónde pasaría la noche con su familia. Los tres descendieron por las escalerillas del barco con ánimo tranquilo y espíritu sereno. Entraban a Chile con fe, aquel fenómeno espiritual que produce certeza en lo que se espera y convicción en lo que no se ve.1 Su fortaleza radicaba en ver más allá de las circunstancias pre-sentes y distinguir la mano de Dios trabajando calladamente, a través de los problemas tan propios de una labor pionera.

1 La Biblia (Hebreos 11:1)

25

1. Los primeros momentos

Pronto se encontraron envueltos en los detalles prácticos que son obligación de todo pasajero que llega a su destino.

Si hubiésemos contratado un camarógrafo con la misión de filmar la llegada de los Bonnet a Chile, de manera que las generaciones venideras tuviesen la oportunidad de emocio-narse con tan magno acontecimiento, nos decepcionaríamos al ver la película. La grandeza se oculta en lo cotidiano y nuestra película nos mostraría un hombre de mediana edad que junto a su mujer, abren maletas y llenan formularios para la inspección de aduana.

La grandeza es humilde y no llama la atención hacia sí misma. Nos llega escamoteada casualmente en eventos del diario vivir: un vaso de agua que damos a un sediento, un enfermo al que visitamos en su lecho, un preso al que nos damos tiempo para ir a ver, nos pone cara a cara con la anchura, longitud, altura y la profundidad de Dios.2 Con la ayuda de los años es fácil notar el valor de aquella llegada, ahora nos damos cuenta lo que ella significó: albergues para niños desamparados, comida para familias hambrientas, y almas que serían salvas. En aquel momento, todo se escondía en el futuro y podía contemplarse sólo con los ojos de la fe. Un día se nos mostrará que nuestros momentos más sublimes, aquellos en los que el Cielo se puso de pie para aplaudirnos, fueron eventos simples y carentes de lustre, estaban cubiertos por la neblina de lo habitual; la vez que le dimos una palabra de aliento a alguien que la necesitaba, el día que depositamos ese pequeño dinero en las manos del amigo que perdía el trabajo o aquella ocasión en la que simplemente mantuvimos silencio.

2 La Biblia (Efesios 3:18-19)…seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento.

26

Caminos de Gloria

Encuentro fortuito

Cuando Dios envía a uno de sus siervos en una encomienda de fe, ya ha despachado telegramas de aviso a lo largo del trayecto. Bonnet caminaba por las calles de Valparaíso cuando un niño se acercó a preguntarle de dónde era ese uniforme; el Brigadier respondió: “Es el uniforme del Ejército de Salvación, que yo he venido a abrir en este país”. El niño recordó que en su casa se había hablado de este Ejército y rogó al Brigadier que lo esperara mientras buscaba a su madre. Cuando ésta vino, los invitó a quedarse en su casa mientras se establecían en la ciudad.

Fue en el domicilio de los Tansley, hogar del niño curioso, donde se llevaron a cabo las primeras reuniones salvacionistas. Años más tarde, el ahora joven Jorge Tansley, ingresó a las filas del Ejército de Salvación y cuando llegó el momento de enrolarse como soldado, se hizo el propósito de ahorrar dinero para comprar el uniforme por lo que comenzó a caminar hacia su trabajo, aun cuando su padre no estaba de acuerdo con este sacrificio. Un día llegó a la casa vistiendo la flamante indumen-taria salvacionista y su padre, ahora convencido de la seriedad de sus convicciones, le dijo: “Puedes llevar el uniforme, pero acuérdate siempre de la dignidad que él tiene, jamás lo deshon-res”. Jorge tomó en serio este consejo y, con el tiempo, llegó a ser un respetado oficial que junto a su esposa prestó valiosos servicios a la Institución.

27

2. Por qué vinieron

2. Por qué vinieron

El más fuerte de los hombres es siempre aquel que no posee más que una idea. Pues todo lo que en él se acumula de fuerza, de

energía, de voluntad, de inteligencia, de tensión nerviosa, lo dirige y emplea únicamente en esa misma dirección, creando así una

fuerza a la cual difícilmente puede el mundo resistirstEfan zWEiG

Jonás…levántate y ve a Nínive…la BiBlia (Jonás 1:2)

¿qué induJo a los PrimEros salvaCionistas a venir a nuestras tierras? ¿Por qué dejaron sus hogares, sus familias y sus relativas comodidades para avecindarse aquí? ¿Qué razón daban a sus hijos y a sus familias para explicar las estrecheces económi-cas, la falta de comodidades y las durezas de su trabajo?

Para contestar estas preguntas debemos trasladarnos a la Inglaterra del siglo XIX y acercarnos a aquel enorme fenómeno espiritual que se llamó William Booth.

No podríamos entender la mente de los primeros oficiales que cruzaron las fronteras de nuestro país si no entendemos la mente del Fundador de nuestro Movimiento.

Los zapadores que llegaron a nuestro país portaban un mensaje que era más grande que ellos, producto de un desper-tar que estremeció a la sociedad inglesa, una manera fresca de ver el ministerio del Evangelio; no era una idea original, ni aun era nueva: por siglos había sido parte de la proclamación de la Iglesia. Ahora, se ponía en práctica con nuevos bríos.

28

Caminos de Gloria

En el hombre existen dos planos: el espiritual y el material, y ambos son aceptados por Dios. Sencillo, ¿verdad? Booth lo tomó en serio y comenzó a ministrar ambos.

Si para Dios nuestro cuerpo con sus necesidades de alimento, de refugio y protección, es tan importante como nuestras nece-sidades espirituales, quiere decir que él se preocupa de igual manera de mi mala digestión que no me deja dormir, como de mi falta de arrepentimiento que no me deja vivir. Entonces, es negligencia que yo me concentre sólo en la parte espiritual del Evangelio y desatienda la parte física. De aquí nació aquello de: “un hombre no puede escuchar el Evangelio con un dolor de muelas y no puedes predicar salvación a un hombre con el estómago vacío”.

Este era un Evangelio desacralizado, libre de toda falsa espi-ritualidad. No estaba atado a un edificio, podía ser predicado en cualquier lugar, no necesitaba un género específico, hombres y mujeres podían proclamarlo, no necesitaba de una casta especial, todo el mundo estaba invitado a compartirlo: obreros, mineros, ejecutivos, dueñas de casa.

En el mejor sentido de la palabra

Era un evangelismo mundano en el mejor sentido de la palabra. Los instrumentos y métodos que Booth usó para proclamarlo también lo eran. ¿Qué más mundano que usar melodías populares, de aquellas que se entonaban en los bares y ponerles letra cristiana para copiarlas en los himnarios que él llamó cancioneros, y cantarlas en sus servicios que él llamó reuniones, para ser dirigidas desde el púlpito que él llamó pla-taforma? Cuando lo criticaron por usar himnos de tan dudosa procedencia, exclamó: ¿Por qué tenemos que dejarle al diablo las mejores melodías?

William Booth reclutó todo aquello que entretenía, deleitaba y tenía cautiva a la sociedad victoriana, lo bendijo en el nombre de Jehová y lo envió de vuelta a proclamar el Evangelio Eterno

29

2. Por qué vinieron

a las calles, burdeles y antros de perdición de Gran Bretaña. ¡Qué gran dolor de cabeza se habrá llevado el diablo cuando oyó sus melodías proclamando las Buenas Nuevas, sus salones de perdición albergando servicios religiosos y a sus esclavos, que había encadenado cuidadosamente con engañosos vicios, pregonando la libertad que hay en todo aquel que se aferra de la gracia del Señor! ¡Verdaderamente, su reino era atacado con saña santa!

Este era un Evangelio que reconocía que todo era de Dios, que tomaba en serio la parte material del mundo y se declaraba con derecho a hacer uso de ella, para proclamar el Evangelio y lo proclamaba sin discriminación. Pronto la sociedad londi-nense comenzó a ver prostitutas, borrachos y publicanos que se paraban en medio de una congregación y decían: Cristo me ha cambiado.

Esta línea de pensamiento dio origen a una serie de pro-gramas sociales que hasta entonces no se acostumbraban en el quehacer de una Iglesia. Lógicamente esto enfocó el movi-miento a las clases más necesitadas que, hasta esos momentos, permanecían ignoradas. Se estimaba que sólo el 2% de ellas concurría a una iglesia cristiana que generalmente les parecía fría, convencional y clasista.

Esta fue la visión que traían los primeros salvacionistas que cruzaron nuestras fronteras. Si queremos comprenderlos debemos mirar sus acciones a través de ese lente. La fuerza de esta convicción hizo que gente común, sin muchas dotes espe-ciales, la mayoría sin gran educación, levantara lo que hoy es el Ejército de Salvación en Chile.

Es verdad que muchas veces nos trajeron este mensaje en una envoltura anglosajona, que no siempre fue el vehículo más apropiado para transportarlo y en ocasiones fue un factor negativo. En Argentina, primer país latinoamericano que recibió al Ejército, se comenzaron las reuniones en inglés y los primeros números del “Grito de Guerra” fueron publica-

30

Caminos de Gloria

dos en ese idioma. Aún más, los primeros candidatos a ofi-ciales debían hablar inglés si deseaban entrar a la Escuela de Cadetes. Muchas aristas de corte sajón podrían haberse esme-rilado para difundir el mensaje en un formato más acorde a la idiosincrasia latina. Pero en su entusiasmo, los primeros salvacionistas actuaron como si todo lo que tenía éxito en Inglaterra, necesariamente funcionaría en Santiago, Pekín o Nueva York. Era el fuego que traían en el corazón, el que los cegaba a todo intento de adaptación. Su afán era proclamar, proclamar y proclamar.

Cuando sumamos a esto la apertura que el chileno exhibe por todo lo que es extranjero, comprendemos por qué el Ejército en Chile tiene marcado corte británico y menguado sabor latino. Habiendo dicho esto, nos inunda un sentido de agradecimiento al contemplar la actuación de los primeros salvacionistas en nuestro país. Nos sacamos el sombrero y saludamos su fervor, sus esfuerzos y sus sacrificios. De ellos recibimos un Ejército que, aunque pueda tener detalles ajenos a nuestra cultura, es “nuestro” Ejército; y con él nos quedamos para bien o para mal. El Señor ha corroborado esta posición ya que han trascurrido 100 años y aún estamos de pie y con ganas de luchar.

No podemos olvidar que el Ejército de Salvación fue el instrumento que Dios usó para hacernos nacer a Su verdad. ¿Cómo podemos enemistarnos con la comadrona que nos trajo a la vida?

Con la llegada de los Bonnet, el Ejército de Salvación se hizo presente en Chile. El Brigadier, su señora y Stanley, el hijo, habían descendido del barco. Ahora figuraban en Chile, el tercer país en Latinoamérica en abrir las puertas al Ejército de Salvación, dos soldados adultos y un joven soldado.1 Las esta-dísticas comenzaban a moverse.

1 Existen diferencias en cuanto a la llegada de un cuarto pasajero: la Capitana Wrigth, pero un registro de llegadas oficiales al Comando, la muestra arribando al país tres años después.

31

2. Por qué vinieron

Chile a la llegada

No había smog en Santiago. En toda la ciudad circulaban sólo siete automóviles: contaminación ambiental es mucho pedir a tan bajo número de vehículos. Todavía se podían observar los efectos del desastroso terremoto de 1906, que afectó trágica-mente a la Zona Central y destruyó gran parte de Valparaíso. Fueron 4.000 los muertos. La gente armó carpas en plazas y calles y no tenían servicios sanitarios de ninguna especie. Santiago también sufrió grandes destrozos.

En todo Chile había 3.250.000 habitantes. Hoy, sólo en Santiago, hay 6.500.000.El dólar fluctuaba entre los cuatro y cinco pesos. El país esperaba celebrar el Centenario de su Independencia. Un obrero ganaba al día $ 3. El kilo de pan costaba 40 centavos, el par de zapatos costaba $20 y el alquiler de una pieza, $ 18. Dos días antes de Navidad, en 1909, se elige como nuevo presidente a Ramón Barros Luco, debido al falleci-miento de Pedro Montt, en Alemania, a donde había viajado por su enfermedad. Durante la Nochebuena de 1910, el primer avión vuela sobre Santiago; es un Blériot de 50 caballos de fuerza.

Las celebraciones del Centenario de la República resultaron ser apoteósicas. El Club Hípico fue uno de los centros donde la alta burguesía exhibió sus joyas y sus ropas importadas de Europa, y su mezquindad reflejada en la despreocupación por los más necesitados. Fueron cinco días de banquetes, recepcio-nes y todo el mundo –es decir el mundo opulento– comió caviar de Fuagrá y bebió champaña de Saint Marceaux así como vino Sillery Moseaux de Francia.

El flujo del capital extranjero no alivió la miseria de las clases menos privilegiadas pero sí creó mayores beneficios para la clase adinerada. Estos se tradujeron en palacios de escanda-loso boato. Cuando se visita el Palacio Cousiño, en la actualidad un museo municipal, y se observan las cortinas tejidas con hilo de oro, la loza y los muebles europeos, vienen a la mente las pocilgas en que vivían los mineros de Lota -que inmortalizó

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Caminos de Gloria

Baldomero Lillo en su libro “Sub Terra”-; ellos, a riesgo de su salud y sus vidas, sacaban a la superficie el oro negro, para beneficio de la clase dominante, la familia Cousiño entre otros.

El club de fútbol Colo-Colo aún no nacía. De los equipos, que el lector conoce, existían el Wanderers y el Ranger y eran amateur; la hinchada del Colo-Colo debió esperar 15 años para ovacionar a su equipo, que se formó cuando los hermanos Arellano se separaron del Magallanes.

La Iglesia Católica era la iglesia oficial del estado que se declaraba católico, apostólico y romano, y había legislado de acuerdo a esa posición; pero el campo no estaba completamente abandonado: había congregaciones protestantes instaladas en el país a costa de grandes sacrificios. Los presbiterianos se organizaron en 1868, los metodistas en 1878 y los bautistas en 1908.2

Un metodista que trascendió los límites de su organización y que pronto empezó a predicar con una oratoria fácil que llegaba al pueblo, fue Juan Canut de Bon, un formador de pastores que llegó a ser conocido en todo Chile. Tanto así que su nombre se asoció a todas las denominaciones protestantes y sus miembros, incluyendo a salvacionistas, llegaron a conocerse con el nombre despectivo de “canutos”.

Este es el Chile al cual llegó el Ejército de Salvación. Por supuesto, no podíamos resolver todos y cada uno de los pro-blemas que aquejaban en aquel entonces al país. Vinimos en un acto de testimonio. Para Gloria de Dios, ayudamos a los que pudimos y a los que nos pidieron auxilio y se dejaron atender.

Nuestra experiencia es similar a la del niño que baja a la playa al amanecer y observa las miles de estrellas de mar que la marea ha lanzado fuera de las aguas durante la noche, seguro

2 En ese año ya habían 5 congregaciones y 300 miembros formaron la Unión Bautista de Chile. Realmente el primer bautista que pisó suelo chileno fue el educador Diego Thompson que fue invitado por don Bernardo O’Higgins, el padre de la Patria.

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2. Por qué vinieron

que perecerán en las arenas que se pondrán candentes con el sol. Con furia, comienza a lanzarlas de vuelta al agua, una por una. –”Nunca alcanzarás a devolverlas todas”, exclama un hombre que pasaba. A lo que el niño responde: –“Eso es verdad, señor, pero, ¿se imagina usted lo agradecidas que estarán las que sí alcanzo a devolver?”.

Primeras escaramuzas

No muchos días después de pisar tierra, durante el mes de octubre del 1909, se levantaba por primera vez en público la bandera del Ejército de Salvación. El lugar fue la plaza Echaurren, la ciudad Valparaíso, el país Chile. Los pormenores de este primer Aire Libre se pierden en la bruma de la historia, pero podemos estar seguros de algunos detalles que sí sucedie-ron.

Estamos seguros de que en las manos del Brigadier Bonnet se encontraba una Biblia que todo el mundo podía ver, ya que la mostraba al público y se refería a ella constantemente. Su presencia en la ocasión subrayaba el hecho que el Ejército de Salvación vino a Chile a predicar el Evangelio de Cristo, porque él es parte de la Iglesia Universal. El uniforme y su formación cuasi militar, son sólo el paquete en el que viene envuelta una expresión genuina de la Iglesia que Cristo estableció. Nuestra tarea principal es predicar la palabra de la cruz que es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios.3 Predicar fue la tarea principal que Booth se impuso. Inglaterra lo vio a sus 80 años desplazándose en el recién inventado automóvil por la campiña británica y predi-cando la Palabra de Salvación. Bonnet venía al país a predicar el Evangelio de Cristo y esa es la principal tarea del Ejército de Salvación.

También podemos estar seguros que la bandera que se levan-taba era similar a la que manos decididas y corazones resueltos

3 La Biblia (1 Corintios 1:18).

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Caminos de Gloria

habían plantado en cinco continentes. Ahora se desplegaba en el primer puerto del Chile y comenzaba a flamear serenamente. Las brisas del cielo azulado le daban la bienvenida.

También podemos estar seguros que en aquel Aire Libre había un bombo, aquel redondo instrumento que vemos en los desfiles militares y las orquestas sinfónicas, y que aquí trascen-día su misión de puntualizar el ritmo de los cánticos. Entre los salvacionistas se usaba también con fines económicos. Cuando llegaba la hora de pedir un aporte del público, el bombo se acostaba al centro de la rueda y con un “tum” de agradecimiento recibía las monedas que la gente lanzaba. Muchos oficiales vieron su salario semanal adquirir realidad a medida que las monedas impactaban en el estirado cuero de aquel instrumento servicial.

Conversiones junto al bombo

Otro servicio era de carácter menos financiero y más recogido y espiritual: cuando alguien pasaba al frente, porque recibía el llamado a limpiar y cambiar su vida, era invitado a arrodillarse al lado del bombo. Presentamos sólo dos ejemplos de personas que hicieron uso físico de este instrumento y se encontraron con la vida eterna; aunque sucedieron años después de este Aire Libre ilustran lo que desde un principio el Ejército proclamó: “Que no hay nada mundano que no pueda reclutarse para ser usado en el servicio del Señor”, sea un salón de baile, una melodía de bar, una banda de hipódromo y, ahora, un bombo.Salvador Quiroz era un trabajador de la construcción. No era un mal hombre, más bien era amigo de sus amigos y le gustaba pasarlo bien. Si había una debilidad en su carácter era su genio ligero, se airaba con facilidad especialmente cuando una copa seguía a la otra y pasaban más de tres. Un domingo en el que bebía con su hermano, se desató una discusión que terminó en pelea. El hermano ofendido se fue de la casa y de la ciudad. Entonces, Salvador salió a caminar para aliviar su mal genio y se encontró con un Aire Libre del Ejército. Un cadete, hoy el

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2. Por qué vinieron

Mayor Claudio Vidal, se le acercó y lo invitó a recibir al Señor. Aún con los efectos del trago, sintió el impulso de pasar adelante y se arrodilló junto a un instrumento redondo que allí había, el bombo. Alguien oró con él y le presentó el perdón que Dios da a todo aquel que le busca. Al levantarse, se sintió una persona cambiada. Desde ese día el Oficial Directivo se encargó de discipularlo y recalcarle lo que dice Mateo 5: 24b: reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. El convertido se dio cuenta de que debía perdonar a su hermano si quería continuar en este nuevo camino que se abría ante él, así que juntó dinero y viajó a Graneros donde encontró a su hermano y le pidió perdón. Su esposa Juanita al constatar el cambio que experimentó su marido, también recibió al Señor. En un futuro cercano, Quiroz se convertiría en el Sargento Salvador Quiroz, quien prestara el patio de su casa donde comenzó la Avanzada La Cisterna que hoy es el Cuerpo El Bosque.

El bombo se convertía en un altar callejero. Luis Orellana era un alcohólico consuetudinario e irrever-

sible, que no podía evitar gastar en vino el sueldo que ganaba como herrero en la maestranza de la Municipalidad de Santiago. Su esposa Luisa vendía velas para alimentar a los 5 hijos del matrimonio. Decepcionado por no poder dejar el veneno que hundía a su familia y aplastaba su vida, decidió suicidarse. Con este fin se encaminó a la línea del tren que pasaba por Quinta Normal. Era temprano, se recostó en un árbol, que por haber crecido inclinado, ofrecía un buen respaldo. Pensó que sus problemas estarían resueltos en el minuto en que se lanzara a los rieles. El tren se atrasó y Luis Orellana se quedó dormido. Nos cuesta imaginar el reproche que transita por la mente de un hombre que se siente inútil aun para organizar su suicidio. Lo despertó una voz proveniente de un grupo que predicaba en la cercanía: Levántate, tú que duermes y te alumbrará Cristo.4

4 La Biblia (Efesios 5:14).

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Caminos de Gloria

Los había visto antes sin darles importancia pero esta vez les prestó atención. Cuando se hizo el llamado pasó adelante y alguien le dio la mano y lo invitó a arrodillarse junto a un bombo. Al levantarse era otra persona. Nunca más una gota de alcohol pasó por su garganta. Con el tiempo su testimonio y su entusiasmo atrajeron a un grupo de hombres y mujeres que formaron una congregación, que por falta de local se reunían en su casa. Hoy, con edificio propio y oficiales directivos es el Cuerpo de Quinta Normal. Cada vez que Luis pasaba por el lugar con alguien, le decía: “este es el árbol donde me acosté a esperar el tren”, agregando en buen chileno, “él quedó chueco5 pero yo me enderecé”.

5 Torcido

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3. Inicios en la Capital

3. Inicios en la Capital

Si Dios es el que guía, no puedo estar perdido, aun si me encuentro en una tierra

completamente desconocida frEdEriCk Coutts

nuEstros PaísEs tiEnEn una CaraCtErístiCa Común: nada se mueve en provincia si no lo empuja la capital. Es allí donde se encuentra el poder de decisión. Bonnet sintió la necesidad de proseguir la marcha de su benigna invasión y radicarse en Santiago. Una vez en la capital, se dedicó a buscar un local lo suficientemente céntrico, grande y económico para, en él, efectuar las primeras reuniones. Consiguió una antigua bodega de vinos que tuvo que reparar y preparar para su nuevo propó-sito. Se podría decir que ésta fue la primera escaramuza contra el alcoholismo en Chile; y era ganada por el Ejército: “Se logró instalar una capilla religiosa donde antes se encontraba una bodega de vinos”. ¡Buen comienzo!

Para preparar este local tuvo la ayuda de dos nuevos refuer-zos: el Capitán David Arn y el Teniente Alfred Danielson, uno argentino y el otro sueco, quienes llegaron desde Argentina por tren, una manera más rápida aunque más incómoda.

El Ferrocarril Trasandino, que por varias décadas unió Argentina y Chile cruzando Los Andes, la cordillera más alta

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Caminos de Gloria

del continente americano, llegó a ser el trasporte principal de los visitantes internacionales que llegaban a nuestro país, pro-cedentes de Argentina. Arn y Danielson fueron los primeros salvacionistas en usarlo. Aún no se había completado el tendido de rieles y los jóvenes pioneros tuvieron que bajarse del tren con su equipaje y cruzar a lomo de mula hasta llegar al lugar donde los rieles continuaban nuevamente. Una vez allí, desmontaron y arrastraron su equipaje y sus adoloridos cuerpos al vagón que les esperaba. Para abordar, debieron avanzar entre los doscientos pasajeros que viajaban junto a ellos. Con el uniforme cubierto de polvo, trataron sin éxito de dormir al ritmo del traqueteo del tren.

El General José de San Martín hizo esta travesía en forma brillante cuando, con gran genio militar, condujo al Ejército Libertador a través de los elevados pasos cordilleranos con el propósito de ayudar a emancipar a Chile del dominio español.

Ahora Arn y Danielson atravesaban la cordillera con un pro-pósito similar. Venían a contribuir en la liberación de hombres y mujeres que quisieran emanciparse de una fuerza más destruc-tiva y deshumanizante que la más despótica opresión política: el pecado.

Horas después, llegaron a la Estación Mapocho de Santiago donde los esperaba el Brigadier Bonnet. Después de los saludos y manifestaciones de aprecio, que en esos días eran efusivos en el Ejército, cargaron su equipaje para dirigirse a la casa del Comandante Provincial, nombramiento oficial de Bonnet. Para esto tomaron un tranvía. Pasarían treinta años antes que el Ejército de Salvación, en Chile, fuera dueño de un vehículo a motor. Los dos jóvenes se sintieron felices de ubicar sus cuerpos en una cama de verdad. Al día siguiente el Brigadier los llevó al lugar que sería su alojamiento: dos cuartos con escaso mobiliario. A la hora de almuerzo los dos jóvenes misioneros se arrodillaron para almorzar, no porque fueran excesivamente espirituales, sino porque no había sillas en el departamento. El viernes y el sábado lo emplearon, junto al Brigadier, dando los

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3. Inicios en la Capital

últimos toques al local que se convertiría en el primer Cuerpo de Chile.

La Inauguración

El 28 de noviembre de 1909, cincuenta y nueve días después de desembarcar del “Oropesa”, Bonnet levantaba la cortina del local ubicado en calle Arturo Prat 803, a la altura de la calle Copiapó (a la hora estrictamente británica). Hasta este lugar llegaron los pastores, amigos, reporteros y gente del pueblo que habían sido invitados y re-invitados. El salón, con capacidad para 160 personas, estaba repleto.

La reunión fue dirigida por el Brigadier Bonnet. A conti-nuación, la narración que del evento publicó un periódico de la época llamado La Ley:

“El objeto del Ejército de Salvación se transcribe en anunciar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y amparar y socorrer física y espiritualmente a la doliente humanidad. No importa la religión que tenga, su misión es la de hacer bien a todo el mundo. Bien se puede decir que su parroquia es el mundo. El salvacionismo era lo que a Chile le faltaba para su progreso físico-moral. Dios bendiga copiosamente a la cristiana Institución, el Ejército de Salvación. Habrán conferencias todas las noches de esta semana y el jueves con proyecciones luminosas”.

A tono de comentario personal, el reportero agrega:

“Según estaba anunciado, el sábado 27 de 8:00 a 10:00, en Arturo Prat número 803 esquina Copiapó, se verificó la solemne inauguración oficial del Ejército de Salvación. Presidió el acto el Sr. Brigadier W.T. Bonnet Comandante Provincial para Chile, ante una numerosa concurrencia. El Brigadier Bonnet, en un brillante discurso, hizo la historia compendiada del Ejército de Salvación, desde su origen hasta el día de hoy. El orador tuvo rasgos conmovedores y felices. El Teniente Danielson cantó un hermoso solo vocal acompañado por instrumentos

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Caminos de Gloria

de música; (nos imaginamos que era una concertina obviamente desconocida por el reportero N.A.) después, un dúo acompañado por el Capitán Arn. Enseguida el Brigadier Bonnet declaró organizado en Chile el Ejército de Salvación e instalados respectivamente el Capitán Arn y el Teniente Danielson. La Brigadiera Bonnet trajo la bandera del Ejército y al pie de ella el Sr. Bonnet hizo prestar promesa de fidelidad a los oficiales instalados; esta parte de la ceremonia fue importante y preciosa. El reverendo Sr. Juan de Dios Leyton, pastor presbítero de chilenos, en una brillante disertación dio la bienvenida al Ejército de Salvación y el Señor Avelino González, lo hizo en nombre de la clase obrera. La Brigadiera Sra. de Bonnet pronunció un hermoso discurso sobre “la serpiente que hizo levantar en el desierto Moisés”, después los oficiales Arn y Danielson hablaron respectivamente para requerir fidelidad en cumplimiento de su misión”.

“Linterna mágica” era el nombre que se le daba a un proyec-tor y consistía en una caja con una lámpara de aceite a la cual se le insertaban diapositivas pintadas a mano; con cierto ingenio se lograba ilustrar historias que agregaban interés al mensaje. Fue una forma de enseñanza visual muy atrayente.

Comienzo de Operaciones

Capitán y Teniente, convertidos ahora en oficiales del flamante Cuerpo, salieron a “bombardear” los cafés y los des-pachos de bebidas alcohólicas. Con este aguerrido nombre se conocía la actividad de llevar literatura cristiana y dar testimo-nio en los lugares donde se congregaba gente que necesitaba del Evangelio. El Ejército comenzaba así su marcha de salvación en Chile.

La marcha no fue a paso lento: antes que terminara el año se había organizado el trabajo de la Escuela Dominical. Pronto fun-cionaban seis compañías, cinco integradas por menores y una por adultos. En aquellos días las clases de Escuela Dominical se conocían con el nombre de compañías. En cortas semanas, los

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3. Inicios en la Capital

salvacionistas formaron una Escuela Dominical de seis clases. Tres alumnos fueron elegidos para, eventualmente, convertirse en profesores.

¿Qué tenían esos primeros salvacionistas que lograban resultados tan rápidamente?

La Navidad de 1909 estaba a las puertas y los pioneros qui-sieron celebrarla a cabalidad: el salón se engalanó con árboles y adornos típicamente europeos que en Chile no estuvieron fuera de lugar, porque la cultura chilena tendía a ser europea. La víspera de Navidad el salón permanecía atiborrado de gente escuchando declamaciones, cantos, música, lo que es usual en estas actividades; lo inusual es que se haya logrado reunir a tantos chilenos el día 24, que es el tiempo dedicado a la familia.

Lo mismo se puede decir sobre las festividades de fin de año que los oficiales decidieron celebrar con una reunión de vigilia. Debe haber sido muy difícil para los primeros salva-cionistas conseguir asistentes para una reunión en vísperas de Año Nuevo. No muchos chilenos estaban dispuestos a dejar sus familias en una ocasión así para irse a pasar la celebración con unos extranjeros. Pero, ¡maravilla de maravillas! Cuando el reloj marcó la medianoche, 22 personas se arrodillaban en el banco de penitentes para recibir el año 1910. En ese año se cumplía un siglo de Chile libre. Aquellos chilenos arrodillados en el altar celebraban el inicio de una vida en libertad.

Al día siguiente el pueblo salvacionista se juntó en la Quinta Normal para un pic-nic, que ellos llamaban festival campestre, casi todos estaban santamente trasnochados por la vigilia anterior. Entre ellos había gran cantidad de nuevos convertidos. Durante el día se llevaron a cabo los juegos y competencias propias de un paseo. Cuando llegó la tarde algo sorprendente sucedió: gran cantidad de público observaba a este grupo que se mostraba tan alegre y al que no habían visto consumir licor. Espontáneamente surgió un Aire Libre donde los salvacionistas cantaron y testificaron dando gracias al

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Caminos de Gloria

Señor por su nueva vida. Este fue el primero de muchos Aires Libres que a lo largo de los años se han venido realizando en la Quinta. Un monolito que se ha puesto como recordatorio indica el lugar donde semanalmente, durante mucho tiempo, el Ejército de Salvación ha predicado a miles de personas allí. Son muchos los que ven este parque como el lugar en el que Dios los llamó a una nueva vida; es encomiable que el primer Aire Libre, como el perfume que la mujer derramó a los pies de Jesús, fuese espontáneo. Todo lo que se hace por el Señor, sin pensarlo anticipadamente, tiene doble valor.

El año 1910 se dio inicio a una campaña evangelística cuyo nombre era claro e iba al grano: “Campaña pro-almas”. Por cinco semanas el Brigadier Bonnet predicó cada noche a una congregación que era producto de visitación intensiva. Los esfuerzos tuvieron éxito, 33 convertidos comenzaron un curso de reclutas.

Obviamente el ministerio de la predicación y la proclama-ción se percibía como un llamado de todos los oficiales, tanto a los que estaban en el campo de batalla como a los que eran parte de la cúpula administrativa. Hoy en día los desafíos de la administración al lado del ministerio se hacen más latentes. La responsabilidad de administrar, ajustar y apoyar el ministerio en todos los aspectos es un reto cada vez mayor. El Brigadier Bonnet siempre demostró su interés por la proclamación del Evangelio; con el correr del tiempo, lo vimos constantemente en la plataforma con motivos de reuniones normales o campañas evangelísticas, le gustaba estar en las trincheras. Comentando sobre la vigilia de Año Nuevo en El Cruzado dice:

“como solía hacerlo en la Argentina, yo mismo la tomé a mi cargo” (la dirección y conducción del programa)

Comprendemos que la labor administrativa puede consumir tiempo y concentración, pero no podemos evitar recordar la anécdota que sucedió en Betania donde dos hermanas tuvieron una discusión similar, una que no tenía tiempo para “malgas-

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3. Inicios en la Capital

tarlo” en conversaciones con el Señor, recibió un suave reproche de él, y aquella que parecía “derrochar” su tiempo con él, fue puesta como ejemplo. La escala de valores del Señor es dife-rente a la nuestra, lo que nos parece importante y roba nuestra atención y tiempo es, muchas veces, innecesario e insignificante para él.

De vuelta al puerto

Cuando un Ejército regular invade una playa enemiga, ve como prioridad establecer una cabeza de puente. Para eso envía lo que llaman zapadores, que son los soldados cuya misión es establecer un pequeño terreno, en el que pueden destacar soldados y depositar comida y pertrechos. Un zapador no trata de invadir todo el país, sus esfuerzos se centran en conseguir un lugar que esté fuera de control del enemigo y desde donde dirigir la invasión.

Santiago fue la cabeza de puente del Ejército de Salvación en Chile. Desde la pequeña oficina que Bonnet abrió en su hogar, comenzó a dirigir lo que sería la benigna invasión del país. Ahora el Ejército estaba preparado para abrir un segundo Cuerpo. Bonnet eligió Valparaíso. ¿Por qué Valparaíso? Porque este puerto gozaba de una extensa influencia anglosajona. Se estima que la cuarta parte de su población era inglesa, americana o alemana. Ahí estaba la Union Church1 y su comercio contaba con un gran número de compañías inglesas y americanas que, conociendo al Ejército de Salvación en Inglaterra y Estados Unidos, estarían dispuestas a cooperar con la Obra. Además, el Cuartel Territorial de Argentina, del cual Chile dependía, había destinado a dos jóvenes oficiales cuyas órdenes especificaban que deberían abrir operaciones en Valparaíso. El Alférez Juan Tiner y el Cadete-Teniente Aniceto Taborda llegaron a Santiago vía Trasandino, esta vez sin tener que usar mulas como Arn y

1 Una Iglesia dedicada a ministrar a los súbditos de habla inglesa en el mundo sin considerar a que denominación pertenecía. El Ejército fue siempre muy bien recibido en la Union Church.

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Danielson, ya que los rieles estaban tendidos en su totalidad. Los oficiales fueron muy bien recibidos por la congregación del Cuerpo de Santiago, en una reunión en la que el local estaba repleto y atento y, según las palabras del Brigadier Bonnet, “los nuevos oficiales como la audiencia cayeron en gracia los unos a los otros”.

Es interesante notar la camaradería y hermandad que existía entre los primeros salvacionistas. Se sentían compañe-ros en una aventura emocionante. Cada vez que se juntaban era como una fiesta. Ese es el milagro de vivir para un fin que se vislumbra por fe y para un fin que te consume y te posee. ¡Qué diferencia con un servicio hecho por rutina! Lo primero es vivir por fe, lo otro es vivir por Ley.2

Segunda apertura

El 26 de febrero de 1910, se abría el segundo Cuerpo en la Provincia de la Costa del Pacífico.3 Llama la atención el comen-tario que el Brigadier Bonnet hizo sobre las instalaciones del Cuerpo en su reporte al Cruzado:

“Un magnífico salón que viene a ser uno de los mejores que el Ejército posee en el continente”.

La palabra poseer no es la más acertada. Uno de los proble-mas del Ejército en sus comienzos es que su situación econó-mica no le permitía adquirir locales propios y constantemente el domicilio de los Cuerpos cambiaba con la pérdida de su membresía. Este problema no se solucionaría hasta la llegada del Comisionado Gearing. Sí sabemos que, al igual que con el Cuerpo de Santiago, el brigadier Bonnet, se preocupó de que el salón tuviera instalaciones eléctricas, algo que en aquellos días era opcional y poco común.

2 …. Y todo lo que no proviene de fe, es pecado. La Biblia (Romanos 14: 23b).3 Esta obra no está conectada al Cuerpo de Playa Ancha que conocemos hoy y que

empezó en el año 1942.

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4. El mártir de los conventillos

4. El mártir de los conventillos1

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú.

Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.

GaBriEla mistral

En ChilE Era usual vEr GEntE viviEndo BaJo los PuEntEs y en las plazas, debido a la carencia de habitaciones. Para solucio-nar este problema el gobierno tuvo la idea de construir vivien-das comunes, que resultaban más económicas porque una familia viviría en un cuarto y compartiría el baño y la cocina con los demás. Así nacieron los conventillos, palabra que llegó a definir todo lugar donde había crimen, pobreza, enfermedad y miseria. Se hizo habitual ver hasta 15 personas viviendo en un cuarto, lo que convirtió esta modalidad de vivienda en un foco de infecciones y enfermedades. La historia del Ejército de Salvación está muy relacionada con los conventillos. De allí surgieron muchos de los convertidos. ¿Acaso no era esa la gente que William Booth tenía en mente cuando dijo “Id por almas e id por las peores”?

1 Los conventillos eran viviendas colectivas instaladas en casas unifamiliares adaptadas para tal fin, generalmente en mal estado o construcciones precarias levantadas o habilitadas para este objeto. Su característica principal era que cada familia disponía de una pieza que daba a un pasillo o a un patio común en el que ocasionalmente existía una fuente de agua y un servicio higiénico colectivo.

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Danielson, lleno de entusiasmo y deseos de servir, pronto comenzó a familiarizarse con los conventillos, a los que iba para atraer niños y adultos al Cuerpo. Con su castellano mal pronunciado declaraba a quien se le cruzara en su camino: “Yo invitar venir a reunión. Estarr muy bonitaahh”. El chileno siempre abierto a ayudar al extranjero, contestaba con la mejor intención: “Yo tratar ir”, olvidando que nadie aprende un idioma correctamente si no se expone a uno que es bien hablado.

La gente llegó a encariñarse con Danielson. Las madres le confiaban sus hijos para que los llevara al Cuerpo en donde les daba alimento para el estómago y para el corazón. Su perso-nalidad alegre y sonrisa franca le abrían las puertas, pero su cuerpo físico no encontró la misma acogida y su organismo, indefenso a los embates de los virus propios de nuestro medio, no resistió el constante ataque y contrajo lo que en un princi-pio se creyó era un resfriado fuerte; exámenes médicos más serios indicaron que se trataba de influenza con tendencia a la fiebre tifoidea. Después de algunos días, los doctores admitían la terrible verdad: era tifus. El enfermo fue trasladado al domi-cilio del Brigadier Bonnet. La Brigadiera asumió el cuidado del Teniente y le brindó atención maternal. Por un momento se pensó que Danielson se recuperaba pero, sorpresivamente, sufrió un paro cardiaco. Murió el 06 de abril de 1910, lo que conmovió profundamente a la pequeña comunidad salva-cionista y a los amigos de otras iglesias. Su funeral se llevó a cabo en el local del Cuerpo de Santiago. La antigua bodega de vinos, que se había transformado en salón de reuniones, servía ahora de capilla para despedir los restos de un predicador del Evangelio. El servicio fue dirigido por el Brigadier Bonnet. Asistieron oficiales, pastores de otras iglesias, salvacionistas y amigos. El local estaba repleto. Los testimonios, que se refi-rieron a su breve vida, fueron espontáneos y conmovedores.

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4. El mártir de los conventillos

Patio de los disidentes

Cuando la carroza fúnebre, que en aquellos días era arras-trada por caballos, comenzó su viaje al cementerio, unos 150 camaradas2 y amigos la siguieron un trecho, para luego tomar el tranvía. El trayecto al Cementerio General pasaba por el centro de Santiago, para continuar por la Vega Central y el Mercado, un total de 36 cuadras. Miles de personas tuvieron la oportu-nidad de ver el paso de la carroza, muchos la saludaron con el respeto que es característico del pueblo chileno. Carabineros,3 obreros, amas de casa se descubrían o se cuadraban a su paso. Los que saludaban, no se daban cuenta que pasaba ante ellos un mártir que, lejos de su tierra, moría por servir a los chilenos y llevaba a su tumba un ministerio que no alcanzó a completar. Al llegar al cementerio, manos serviciales bajaron el féretro y lo depositaron en la cureña4 para guiarlo a su morada final. Los asistentes lo siguieron formando una columna. Súbitamente, algo que nadie había programado, sucedió: una voz, cautelosa al principio, determinada después, comenzó a entonar un himno que reflejaba los sentimientos de ese momento. Pronto, otras voces se le unieron hasta que el humilde grupo, lleno de fervor, se encontró cantando a todo pulmón. Alguien captó el signifi-cado de ese momento y envió un reportaje al El Cruzado, que publicó el evento con este comentario:

“Esta era la primera marcha salvacionista en Chile y cupo a nuestro camarada glorificado, el alto honor de encabezarla”.

Los salvacionistas portaban en el brazo una cinta blanca con una cruz y una corona y a quienes querían saber el sig-nificado le explicaban: “La cinta es blanca porque un funeral salvacionista es una ocasión para celebrar que un camarada ha recibido el último ascenso: ser Promovido a la Gloria. La

2 Nombre con los que se llamaban los salvacionistas entre ellos.3 Nombre de la policía en Chile.4 Carro mortuorio que se usa para transportar el ataúd dentro del cementerio. En

el ejército regular es el carro que transporta las municiones.

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Caminos de Gloria

corona ilustra el premio que nos será otorgado. La cruz nos recuerda la razón por la que recibimos este premio. Alguien, que nos amaba mucho, hizo un sacrificio para abrirnos un camino al Padre”.

El cortejo se dirigió hacia el Patio de los Disidentes, lugar donde se enterraba a las personas que no estuvieran de acuerdo con la religión oficial. Esto incluía a gitanos, judíos y masones, además de evangélicos y ahora un salvacionista. Nos honra estar en la compañía de los perseguidos, los débiles, los pobres. Estamos seguros que Danielson no se habría molestado por la vecindad a la que fue enviado su cuerpo. El Ejército siempre ha sido, es y será el Ejército de la gente que sufre, que es discrimi-nada y que carece de poder.

Antes de existir este lugar, que a pedido de la Iglesia católica, estaba separado del resto del cementerio por una gruesa muralla de 7 metros de alto por 3 de ancho, los cuerpos de quienes no profesaban la religión oficial, eran lanzados al basurero de la ciudad de Santiago. Esto debía hacerse durante la noche, única hora en la que se podía celebrar este tipo de funeral. Los deudos trataban, con palas, de cavar una forma de sepultura que protegiera el cadáver de los perros y las ratas. Fue el presidente Federico Santa María quien, durante su gobierno, puso fin a esta práctica, por lo que entabló una larga lucha con la Iglesia Oficial, que cedió solamente después de exigir que se levantara la mencionada muralla para aislar debidamente el Patio de los Disidentes, que es el nombre que recibió este sitio. El Gobierno concedió esta petición, pero exigió el derecho de todo ciudadano a entrar por la puerta principal. Desde entonces una leyenda en la entrada proclama: “Avanza pasajero...”.

La muerte del Teniente Danielson dejó un cúmulo de interro-gantes que son difíciles de contestar, a menos que examinemos su inesperado deceso y su vida a la luz de la fe. Somos hijos de un Padre que nos ama y se preocupa por nosotros. Podemos estar seguros que todo lo que sucede en nuestras vidas pasa antes por

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4. El mártir de los conventillos

sus manos y sólo llega a mi vida lo que él ve beneficioso para mí. Toda incongruencia, aun la muerte temprana de un hombre que vino desde lejos a predicar su Evangelio, adquiere sentido y si no lo entiendo es por mi punto de vista que es pequeño o por mi ignorancia que es enorme.

Los salvacionistas han hecho muchas visitas al Cementerio General, pero en la mente de todo soldado, oficial y convertido perdurará para siempre esta humilde procesión de nuestros acongojados hermanos que con preguntas en la mente pero confianza en el corazón, entraron al camposanto entonando preces al Dios Todopoderoso y escoltando el cuerpo de aquel “Mártir de los Conventillos” que siendo llamado, obedeció… (y) por la fe habitó como extranjero… en tierra ajena.5

La visita del Comisionado

Sólo diez meses después de haber llegado a Chile, el pequeño grupo de salvacionistas, que había brotado como una sandía en terreno chileno, hacía preparativos para recibir la visita del Comisionado.

¿Qué comisionado? ¿Y por qué nos visitaba? Se trataba del Comisionado Ulysse Cosandey y nos visitaba porque, desde su oficina en Buenos Aires, dirigía el Territorio de Sudamérica, del que Chile formaba parte y que se conocía como la Provincia de la Costa del Pacífico.

Podemos decir que Argentina fue la plataforma de lanza-miento desde la cual el Ejército de Salvación saltó a Chile. Esta es la razón por la que un buen número de oficiales argentinos, y otros que habían sido nombrados a ese país, prestaron servicios en Chile.

Era usual en aquellos días que los salvacionistas chilenos se reunieran en la Estación Mapocho para recibir los refuer-zos, ya sean nacionales o extranjeros, que descendían del tren

5 La Biblia (Hebreos 11:8, 9a).

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trasandino procedente de Buenos Aires. Estaremos permanen-temente agradecidos por esta cooperación, que no mucho más tarde se complementaría al compartir la Escuela de Cadetes de Buenos Aires, lugar de estudios, en la que nuestros primeros candidatos se prepararon para ser oficiales.

Un clima de emoción y de entusiasmo reinaba en el pequeño grupo de cristianos uniformados de Santiago y Valparaíso, por la venida del Jefe Territorial. Era la primera vez que los salva-cionistas tendrían contacto con un líder territorial y estaban todos intrigados por su presencia. El Comisionado Cosandey no los decepcionó. Este oficial excepcional, con una educa-ción superior a lo común entre los oficiales de aquellos días, había sido estudiante de derecho y era miembro de la Orden de la Corona de Italia, otorgada por servicios prestados a esa nación. El Comisionado abandonó un brillante futuro en el cuerpo diplomático de su país, Suiza, para entrar a la Escuela de Cadetes.

Era un buen orador y poseía la capacidad de conectarse favo-rablemente con una audiencia culta. Durante su visita a Chile tuvo la oportunidad de dictar una conferencia en el salón de honor de la Universidad de Chile. El Brigadier Bonnet, conoce-dor de las cualidades de su Jefe, se esmeró en conseguir el uso de esa renombrada sala y, con buen sentido de las relaciones públicas, contactó al Rector don Valentín Letelier, quien le cedió gratuitamente esas instalaciones. El domingo en la noche se suspendió la reunión de los Cuerpos y el Comisionado se explayó sobre: “El alcoholismo, las investigaciones científicas y los medios para combatirlo según nuestra experiencia”. Esos eran los tiempos en los que no había televisión y un discurso era escuchado como un programa de entretenimiento. En esa ocasión asistió un público de ochocientos, o algunos dicen mil atentos oyentes; en la audiencia se distinguían algunos unifor-mes salvacionistas, eran soldados que con orgullo y un poco de aprehensión, asistieron por primera vez a este magno centro de estudios. No debemos olvidar que esto se logró sólo diez meses

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después de que el Ejército iniciara su labor en Chile y aparente-mente tuvo éxito pues fue repetido en 1911, por el mismo orador.

La visita del Comisionado fue lo suficientemente impre-sionante para que el diario La Mañana se ocupara de ella. Este periódico, además de reportar el discurso que Cosandey ofreció en el salón de honor de la Universidad de Chile, hizo mención de la labor de Bonnet durante el último año con palabras muy elogiosas.

La visita terminó con una reunión privada y en familia. Toda visita de un jefe territorial termina con una sesión como ésta. Usualmente es la última del programa y se lleva a cabo los días lunes por la mañana, cuando el resto de los delegados se ha ido a sus casas o trabajos y quedan sólo oficiales y soldados que ministran. Ahora el grupo se deleita en la palabra de Dios, sacando de ella el alimento y la nutrición sin la cual todo lo que hacemos es sólo: …metal que resuena o címbalo que retiñe.6

Luego los visitantes viajaron al Perú, lugar en el que, estamos seguros, tuvieron muchas bendiciones, pero queda fuera de los límites que le hemos impuesto a esta narrativa.

Por diseño y por necesidad, hemos decidido concentrarnos en las labores del Ejército de Salvación en Chile. No nos consi-deramos idóneos para representar el punto de vista que nece-sariamente tienen Perú, Bolivia y Ecuador. Nuestra decisión se basa en un sentimiento de respeto. Reconocemos, eso sí, la dedicación y la entrega de nuestros hermanos y podemos apreciar que sus logros y avances han sido admirables por haberse llevado a cabo a pesar de políticas establecidas por una administración que no siempre estuvo en condiciones de enfo-carse a sus mejores intereses.

No podemos pasar por alto la importante contribución que nuestros hermanos peruanos y bolivianos han hecho al mundo salvacionista de América, entre las cuales se encuentra una que viene en un envoltorio simple y sencillo llamado Eduardo Palací.

6 La Biblia (2 Corintios 13:1b).

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Quienes lo escucharon concuerdan que era el predicador hispa-noamericano de mayor trascendencia en nuestra Institución: su persona es conocida en la totalidad de los rincones de Latinoamérica, trascendiendo los límites del Perú.

Palací fue un poeta que comprendía y sabía manejar el ritmo y movimiento de la lengua castellana y de esta manera escribía y predicaba. Fue el principal traductor del repertorio de himnos salvacionistas que se produjo en el avivamiento de Gran Bretaña, muchas veces con maestría lograba traducir verdades espirituales en forma aún más elegante que el original. Himnos que hemos usado desde nuestra juventud y que han alimentado con su preciosa poesía nuestra vida espiritual, son obras de él. Era un hombre sencillo y humilde, querido por todos y espe-cialmente por los niños, con los que mantenía correspondencia, contestando con seriedad y detalle las preguntas infantiles que ellos formulaban. Su voz era profunda, con un tono agradable y sabía extraer de una ilustración la enseñanza y el drama necesario para estamparla indeleblemente en el corazón de sus oyentes. El Ejército en aquellos días, reticente a ceder la admi-nistración de la Institución a manos nacionales, no le supo dar el valor que realmente tenía Palací, quien llegó a la posición, más bien discreta, de Secretario en Jefe. Su popularidad fue adqui-rida después de que se retiró del Ejército y empezó a moverse en las iglesias de todas las denominaciones que lo invitaban con gran entusiasmo.

El entonces Capitán Frank Payton cuenta que cuando abrió el libro de visitas de la Iglesia Menonita, en el pueblo de Albonito, enclavado en las montañas del centro de la isla de Puerto Rico, encontró una página que decía: “Palací pasó por aquí”. Son muchos los que en diferentes países hispano parlantes agrade-cen la bendición y el aliento que él les procuró.

Gracias hermanos peruanos, su contribución al Ejército ha sido impresionante.

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Los hermanos bolivianos no se han quedado atrás. Entre los muchos oficiales que han hecho buen trabajo en Chile y Perú se destaca la figura del Tte. Coronel Jorge Nery, quien conoció al Señor siendo un joven conscripto de su país mientras peleaba en la Guerra del Chaco. Cuando el conflicto terminó, ingresó a las filas del Ejército de Salvación y con el tiempo llegó a des-empeñar el cargo administrativo de Comandante Divisional en Bolivia. Bajo su mandato la Obra se desarrolló enormemente. Era un hombre dinámico, lleno de ideas, muchas de las cuales puso en práctica. Por varios años trabajó en Chile dejando tes-timonios de su laboriosidad. Creó la Banda Juvenil, que fue un gran recurso para suplir la Banda de Adultos; muchos músicos deben su formación a la enseñanza práctica del entonces Capitán Nery. Recibió la Orden del Fundador, lo que enorgu-lleció a todos, chilenos, peruanos y bolivianos. Muchas gracias salvacionistas bolivianos.

Estamos de Congreso

Una de las actividades más emocionantes, y la que trae más recuerdos a todo salvacionista, es el Congreso. Los preparativos comienzan con meses de anticipación, se preparan programas, se levantan fondos para viajar, se dan asignaciones a los dife-rentes Cuerpos. En una fecha determinada, que cada salvacio-nista graba en su mente, todos se dirigen a un punto central y comienza el Congreso.

Es inspirador ver cómo los salvacionistas que vuelven del Congreso transmiten el entusiasmo a los que han quedado en casa. La música, la alabanza y los testimonios alimentan sus almas y renuevan el entusiasmo. De esta manera los que fueron y los que no pudieron ir son bendecidos. En un Congreso se conversa de las noticias, los eventos y las últimas novedades (y uno que otro chisme): “¿Quién vendrá de oficial directivo?”, “¡Qué bien predicó el Coronel!”, “¿Cómo encontraste la Banda?”, “¿Leíste el nuevo reglamento sobre el uniforme?”

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Caminos de Gloria

El primer Congreso del Ejército de Salvación en Chile se celebró en 1911. Existían solamente dos Cuerpos, el de Santiago y el de Valparaíso. En este Congreso se optó por hacer que los jefes viajaran y no la congregación, aparentemente por razones económicas, y se programó una serie de reuniones en Santiago y otra en Valparaíso. El Cruzado habla de “reuniones excelentes que se llevaron a cabo en ambos Cuerpos” y “numerosos casos de conversión y consagración”. El Espíritu estuvo deslumbrante en ambas localidades, el entusiasmo fue general, era realmente una celebración para la Gloria de Dios. Y algo sorprendente: al Comisionado Cosandey se le permitió hablar por segunda vez en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. Las Últimas Noticias reportó el evento con términos muy halagadores.

El Ejército en Chile mantiene hasta ahora la costumbre de hacer congresos periódicamente; al principio fueron dirigidos por visitantes territoriales que venían de la jefatura de Buenos Aires y luego de Europa o de Estados Unidos. Estos últimos eran invitados con el propósito de visitar la Obra para que se enteraran de las necesidades que teníamos. De esta manera el Comisionado Gearing, consiguió que el Comisionado Nacional de Estados Unidos, Marshall, mandara un camión y dinero para varios edificios. El primer visitante de Europa fue el General Higgins, que ya bajo retiro fue enviado a nuestro país en calidad de visitante especial.

Todos estos congresos, que al principio se realizaban cada dos años, producían un ambiente de alegría y celebración y atraían nuevos convertidos. En la alegría y la espontaneidad que se ve en un Congreso se muestra la confianza, la paz y el gozo que el creyente encuentra cuando conoce al Señor. Hemos aprendido a confiar en un Padre que nos ama y que se preocupa por cada uno de nuestros problemas y nada que nos molesta a nosotros le parece pequeño a él: el llanto de una niña a quien se le ha roto la muñeca o la preocupación de un Jefe Territorial que tiene un nombramiento sin cubrir porque carece de oficia-les, son de igual importancia para él. Quien tiene un Padre así,

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puede darse el lujo de disfrutar de la vida junto a los amigos que también creen en él.

Celebrar y celebrar

Cuando estudiamos la historia del Ejército notamos que se actuaba como en un Congreso continuo y perenne. Esta gente vivía celebrando; todo era motivo para reunirse, abrazarse y compartir. Bastaba que un oficial o un jefe se dirigiera a otra ciudad en una misión, para que un grupo de sus compañeros tomara una bandera, un bombo y unas panderetas y fuera a la estación del tren, provocando tumultos que siempre desem-bocaban en un Aire Libre. Era habitual que cuando un Jefe Provincial del Sur o del Norte, o para los efectos de cualquier lugar, se encontraba con un grupo de salvacionistas en la estación, éstos, entre aleluyas y Gloria a Dios, cantaran y lo saludaran, abrazándolo, dándole la mano, riendo y disfrutando de la libertad cristiana; debido a ello se ha dicho que “éramos santamente escandalosos y positivamente molestosos”. Esta conducta es de esperar en un grupo de hombres y mujeres que han descubierto el Evangelio de forma tan novedosa y vital.

“Por nada estéis afanosos” decía Pablo a sus seguidores y los primeros salvacionistas, aunque tenían problemas, estaban conscientes de que esto era verdad.

El celebrar no es ajeno al Evangelio. El Señor comenzó su ministerio en las bodas de Canaán y lo terminará con las bodas del Cordero.7 Una boda es un signo de celebración y alegría; en Canaán, resolvió un problema de abastecimiento, que permitió seguir celebrando. Celebrar es parte importante del Evangelio. Pablo decía regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo ¡regocijaos!8 Nada más anacrónico que un cristiano con la cara larga.

7 La Biblia (Apocalipsis 19:7).8 La Biblia (Filipenses 4:4).

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Todo lo que está relacionado con Dios es alegre. En Génesis vemos que cada cosa que creó, la celebró con alegría encon-trando que todo era bueno. La creación que vemos hoy muestra las marcas de un creador feliz, contento de lo que crea, lleno del gozo que produce el hacer algo sin presión, sin obligación, sólo por el placer de hacerlo. Un creador que no tiene límites, que todo lo hace en grande porque es rico, todo lo excede porque es todopoderoso y todo le sale bien porque lo hace con amor. La celebración es un acto de gozo y también de adoración y es parte integral de los Caminos de Gloria.

¡Pásame esa concertina que me dieron ganas de cantar un par de coritos! O mejor, pásame esa guitarra para hacerlo a la chilena. Pero como no sé tocar ninguna de las dos, mejor que nos acompañe la Banda.

Apertura en el sur

Terminado el Congreso y habiéndose retirado los visitan-tes, libre de las obligaciones de anfitrión, el Brigadier Bonnet emprende un viaje hacia el Sur, para el cual empaca una linterna mágica, una concertina y una trompeta, extrañas herramientas para un viaje y extraño momento para realizarlo. Llevó consigo al Capitán Martin, hicieron escala en Rancagua, San Fernando, Talca, Chillán y, por fin, en Concepción.

¿Qué hizo en esas ciudades? Visitar gente importante en algunas, predicar en otras, sencillamente conocer y percatarse de la situación local.

¿Trajo resultados para el Ejército de Salvación? Sí, el 23 de diciembre de 1911 se abrió el Cuerpo de Concepción, el tercer Cuerpo en el país.

Habían transcurrido dos años desde que desembarcó del “Oropesa” y la Provincia ya contaba con 131 soldados y reclutas, se consiguieron 374 conversiones, 675 reuniones se llevaron a cabo en Santiago, Valparaíso y Concepción. El Ejército dio frutos, ¿qué pasaría en el futuro?

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5. La Obra Social comienza

5. La Obra Social comienza

Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros le dice: id en paz, calentaos

y saciaos pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?

la BiBlia. (santiaGo 2(15:16)

no hay huEvo sin yEma, no hay Ejército de Salvación sin Obra Social; el salvacionista está siempre dispuesto a darle cuerpo material al sentimiento espiritual, nos esmeramos en mostrar en forma material lo que sentimos en forma espiritual. El Evangelio del Señor busca con insistencia encarnarse en actos visibles y concretos, a la vista de todo el mundo. Así el mundo detecta la presencia del Señor. Es tan importante, que necesita del vaso de agua para revelarse. Su presencia podemos sentirla a través de obras concretas… la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.1

Esa es la razón por la que hacemos obra social.

El Ejército posee algo que puede servir de mucha ayuda al público: la enormidad de su tamaño. Está presente en 118 países, en cada uno de ellos tiene una oficina central unida a la oficina internacional y todas unidas entre sí. Esto constituye una inmensa red con el poder de manejar información que puede ser beneficiosa para mucha gente. Esto se hizo desde el

1 La Biblia (Santiago 2: 15,16).

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principio con un fin muy determinado: buscar gente perdida, cuyo paradero es desconocido por sus familiares y amigos. Gente que se fue a algún lugar y no volvió nunca más y ahora es buscada por madres, esposas e hijos. Se envía una foto y un mensaje a los cuarteles más relevantes del lugar y se publican en el Grito de Guerra.

Cada día el Ejército tiene el honor de devolver un hombre, una mujer o un niño a los suyos.

Este fue el primer servicio social que, con el nombre de “Departamento de Personas Buscadas” brindó el Ejército al pueblo chileno.

En aquellos días era común ver gente durmiendo en las calles, espectáculo que avergonzaba a los chilenos y sorprendía a los extranjeros.

El Ejército de Salvación obtuvo mucho éxito con los Hogares de Hombres en Europa.

Todo empezó cuando William Booth pasó por el Puente de Londres, tarde en la noche, y vio gente durmiendo bajo él. Al día siguiente, cuando su hijo llegó a la oficina le preguntó: ¿Sabes que hay gente que duerme bajo los puentes? Bramwell no pudo negar que lo sabía y aceptó resignado la orden peren-toria de su padre: ¡Pues ve y haz algo! Eso dio comienzo a una cadena de hospederías en la que miles de hombres tenían acceso, cada noche, a un lugar limpio, libre de asaltos, en el cual encontraban la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios.

En Chile, el primero de estos Hogares se abrió en Santiago, anexo al Cuerpo Nº 1 en calle Arturo Prat, y contaba con 36 camas y 11 habitaciones. Pronto el local se hizo estrecho por lo que se reemplazó por uno más espacioso ubicado en la Alameda de las Delicias Nº 2597. Por aquellos días también en Valparaíso se abrió un Hogar.

En un asilo del Ejército el hombre y la mujer (había tam-bién para damas) tienen derecho a una cama limpia, un lugar

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resguardado de los peligros de la calle y del frío del invierno. William Booth había luchado por establecer esta cadena de hogares. Conociendo la existencia de una ley que obligaba a los dueños de bestias de carga a proveerles un lugar temperado y suficiente comida, declaró a la prensa londinense: “Yo estoy luchando para que se de a un ser humano los mismos derechos que a un caballo”. El Fundador sabía poner los puntos sobre las ies cuando se presentaba la ocasión.

Se va un líder

Transcurría el año 1920 y lo que tenía que suceder, sucedió; lo que todo Oficial espera llegó. En el Ejército no existe un nombramiento que no venga atado a una futura despedida, esto incluye la “Promoción a la Gloria”, cuya despedida es la única que se hace al mismo tiempo que la promoción, y toma lugar en el campo santo, pero como lo dice el término, es una promo-ción, no un nombramiento y no está en las manos del Ejército el otorgarlo, lo da el Señor.

Bonnet recibió el incómodo telegrama que le llegaba de Buenos Aires, lo abrió con la calma y el donaire de un soldado veterano: “Deberá despedirse de su nombramiento a finales de marzo”. La noticia cayó como un balde de agua fría en el Comando Provincial, los soldados y camaradas se dieron cuenta de lo muy importante que eran los Brigadieres para el Ejército en Chile. Fue con tristeza y desaliento que se comenzaron a realizar los preparativos para despedir a esta pareja de oficiales que llegaron a conocer y a querer. Bonnet se hizo cargo cuando nadie conocía el uniforme, ahora se iba dejando 6 Cuerpos, 3 obras sociales, 22 Oficiales y numerosos Oficiales Locales.

Los comienzos fueron difíciles, la Provincia soportaba graves necesidades económicas, se carecía de capital para invertir en propiedades, lo que obligaba al Ejército a desangrarse mensual-mente con numerosas rentas. A consecuencia de esto, continua-mente las congregaciones debían cambiarse de domicilio. Los arrendadores pedían el salón a su conveniencia obligando al

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Cuerpo a irse a otro lugar que no siempre era cercano y que la mayor parte de las veces les exigía comenzar de nuevo.

Ahora era tiempo de empacar y atender a muchos detalles, por ejemplo: preparar el memorando, un documento que todo oficial conoce y en el cual se deja minuciosa información sobre el nombramiento que se entrega. Luego se deben organizar las reuniones de despedida, en este caso de 6 Cuerpos, cada uno de los cuales esperaba la última visita de los Comandantes Provinciales. Bonnet como oficial experimentado en bienvenidas y despedidas, emplearía esta oportunidad preparando a la gente para recibir al nuevo líder.

En los 10 años que el Coronel permaneció en Chile, demostró ser la persona indicada para la labor que se le había encomen-dado. Exhibió un gran entendimiento de lo que significa abrir el Ejército en un nuevo país, labor que exige cualidades diferentes a las de administrar uno ya establecido.

El Coronel poseía un alto sentido de la estrategia, en cir-cunstancias que le habría sido más cómodo permanecer en Valparaíso, donde la influencia anglosajona era notoria y podía desenvolverse en su cultura, optó por instalarse en la capital, donde todo le era ajeno, considerando que obtendría mejores resultados debido a la centralización imperante en Latinoamérica. Era una persona de mente progresista; sin ser radical, tenía un don de gente que le hizo conseguir beneficios que no todo el mundo consigue recién llegado a un país extraño, en el que no conoce a nadie ni nadie le conoce.

Entró a las oficinas del diario La Mañana sin saber con quien se encontraría, sabiendo que lo más probable era que ni siquiera hubiesen oído hablar del Ejército de Salvación y cuando salió de allí, después de un par de horas, los operarios ya trabajaban en la tipografía para la entrevista que el repor-tero principal del periódico había hecho y que sería publicada al día siguiente.

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Logró que Valentín Letelier, figura de renombre histórico en Chile, le cediera gratuitamente el Salón de Honor de la Universidad de Chile, donde realizó un programa para enfrentar el alcoholismo y que logró atraer alrededor de 1000 personas. Había trabajado por un corto período en los Estados Unidos, donde aprendió el valor de las relaciones públicas.

Tenía la capacidad de hacer planes de largo alcance, se anticipó a las necesidades de crecimiento e hizo viajes al sur, que de seguro desataron comentarios ya que en el momento no parecían tener sentido. Pero fue precisamente en los pueblos que visitó, Concepción, Curicó, Talca y Rancagua, donde se abrieron nuevos Cuerpos. Al llegar a un pueblo, conseguía con facilidad y sin costo para el Ejército, un lugar para quedarse; además, contactaba las personalidades importantes de cada comunidad.

No sentía la necesidad de acapararse la gloria. Sus reportes al Cruzado son entusiastas y dan crédito a sus subalternos.

Era un orador efectivo. Hizo campañas evangelísticas en el Cuerpo Santiago Nº 1 y Valparaíso. Algunas con bastante éxito. En el Cuerpo de Santiago, 33 reclutas tomaron el curso de entrenamiento después de una campaña de cinco semanas en la que él predicó. No era un oficial de oficina, su atracción era el púlpito, su corazón estaba en las trincheras. Fue misionero toda su vida, sólo tuvo ocho cortos nombramientos en Gran Bretaña cuando joven. En uno de ellos se lo llevaron preso por disturbios a la paz pública. Fue enviado a la Argentina como Capitán, para asistir en la apertura de la Obra en ese país.

Allí conoció a doña Raquel, con quien se casó y quien par-ticipó de todos sus logros y derrotas. Ella había estudiado en la Escuela de Cadetes, en Francia, donde recibió la influencia del Comisionado Peyron, una personalidad muy relevante en el Ejército de Salvación. Además del francés, llegó a dominar el castellano con gran fluidez. Fue una compañera ideal muy efectiva en la plataforma. Y ahora ambos se retiraban del

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2 La Biblia (2a Timoteo 4:7).

Campo de Batalla. Lo hacían con el honor de quien ha…peleado la buena batalla, ha acabado la carrera y ha guardado la fe.2

Se dirigieron a Inglaterra, donde después de un año pasaron a retiro. Estamos ciertos de que en las tardes tranquilas, comunes a los años otoñales, las brisas del recuerdo les traían memoria de aquellas tierras que les impulsaron a ejercer su fe y en donde aprendieron a tener certeza, cuando todo era sólo una esperanza y convicción cuando todo estaba por verse.

Nosotros, estaremos por siempre agradecidos a esta pareja de oficiales visionarios que despues de recolectar semilla en los campos de William Booth, vinieron a Chile a esparcirla haciendo florecer una fértil campiña salvacionista.

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6. La marcha continúa

6. La marcha continúa

A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar

sería menos si le faltara una gota.

madrE tErEsa dE CalCuta

El EJérCito Es una PuErta Giratoria en la que uno entra y el otro sale. Al mismo tiempo que Bonnet recibía en Chile el telegrama anunciándole que se iba, los Brigadieres Hauswirth recibían uno en Suiza nombrándolos Comandantes Provinciales (1920-1924). Salieron de Suiza, su país natal, directamente hacia Argentina. No tenían experiencia misionera, sólo habían trabajado en Europa, no hablaban el castellano ni tampoco el inglés, solamente el francés.

La historia muestra que el Ejército de Salvación se despreo-cupó de la problemática del idioma y de las diferencias cultu-rales que existen en el resto del mundo. En el caso de Chile, a menudo se actuaba con la idea de que todo lo que funcionaba al lado del Támesis tenía que funcionar obligatoriamente a orillas del Mapocho.

En parte eso es consecuencia del rotundo éxito del Ejército de Salvación en Gran Bretaña, en que todas las políticas funciona-ron a la perfección, lo que creó una excesiva credibilidad en los métodos; esto impidió revisar y adaptar su manera de hacer las

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cosas. Se daba por sentado que era el país receptor quien debía acomodarse a Inglaterra. Se usó el modelo de la administra-ción del Imperio Británico, en el que todas las colonias debían uniformar sus sistemas administrativos. Cuando hablamos de adaptación, no estamos hablando de sacrificar valores o creen-cias, sino de adaptar políticas y modalidades.

Habiendo dicho esto, no podemos menos que admirar la fidelidad y devoción que el Ejército siempre supo producir en sus guerreros, que iban a cualquier parte del mundo obedientes a un telegrama que en dos o tres palabras los enviaba a ellos y a sus familias, a una cultura que desconocían, donde necesita-ban un diccionario para comprar un kilo de pan y en el cual, más de un misionero tuvo que hacer un sincero “mmmuuuuu” para conseguir un litro de leche. Estamos casi seguros que los Hauswirth debieron recurrir al mapa para ubicar el lugar que el telegrama del Cuartel Internacional les señalaba como destino.

Es un crédito al espíritu de lucha y sacrificio de los oficiales zapadores que, a pesar de esta política desatenta a las peculia-ridades y necesidades locales, lograron establecer el Ejército en un sinnúmero de culturas ajenas y diferentes. El Ejército siempre contó con soldados dispuestos a ir a los confines del mundo para anunciar el Evangelio.

Los Hauswirth llegaron a la Argentina siendo recibidos con una reunión bienveni-despedida. Iban sólo de paso y empren-dieron el viaje hacia Chile en el Trasandino, llegando a la estación Mapocho el 6 de Agosto 1920.

Allí les esperaba un expectante grupo de salvacionistas chilenos con cánticos de aleluya y toda la algarabía reservada para tales ocasiones. La hora no tenía importancia, ni tampoco importaba que al día siguiente se trabajara, ni que la gente normal se acostase temprano para levantarse a la hora. Esa noche los camaradas estaban reunidos, era tiempo de fiesta y había que celebrar.

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El editor del Cruzado describe la Reunión de bienvenida efectuada unos días después, con palabras que hoy nos pueden parecer azucaradas y sentimentales, pero en aquellos días eran el reflejo del sentimiento que los salvacionistas manifestaban el uno por el otro:

“El 6 de agosto fue un día de grandes acontecimientos por ser la bienvenida de nuestros jefes. Ya el día anterior muchas personas deseaban que llegase ese día para oír la voz del Brigadier. La iglesia de la Santísima Trinidad estaba repleta de un selecto auditorio. Primero hablaron varios oficiales venidos de diferentes puntos de la República exteriorizando el gozo de ver al nuevo jefe. El Brigadier en frases galanas expresó su alegría al verse presidiendo una reunión, recordándoles sus primeros años en Suiza. Además dijo, que había atravesado dos mares para venir aquí y si era necesario cruzaría dos mares con tal de llegar, pero ya estaba aquí.”

Se podría decir que la administración de Chas Hauswirth estuvo ocupada en asuntos rutinarios y comunes; si esto fue así, debemos recordar que la historia de la Iglesia, en general, tiene tiempos dramáticos en los que hay persecuciones, guerras, grandes discusiones doctrinales y otras épocas que son tran-quilas y en ellas se sigue abriendo las puertas de la iglesia, se entregan las ofrendas, se asiste a los servicios. Ambas tienen la promesa de la presencia de Dios quien con una mano más grande y sabia que la nuestra, conduce nuestras vidas hacia el fin que él ha preparado para nosotros. Todos los tiempos pertenecen al Señor cuando se miran con los ojos de la fe. Hay períodos que son de Josué, en ellos, se oyen rumores de guerra, los soldados atacan, las murallas se derrumban. Hay otros que son de Ruth: en ellos la fidelidad que esta mujer sencilla y sensible brinda a su suegra, es el drama de la ocasión.

La fe potente y saludable no necesita pirotécnica ni destellos de fuegos artificiales para detectar la Presencia de Dios. Lo dijimos ya, Dios se oculta en las cosas sencillas y cotidianas, tanto como en la lucha y la actividad.

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El Señor comparó el Reino de Dios con muchas cosas, una de ellas fue con el tranquilo desarrollo de una planta que: es como un hombre que echa semillas en la tierra, y la semilla brota sin que él sepa cómo…porque de suyo lleva fruto la tierra.1 El apresuramiento y la preocupación son indicios de falta de fe. Es razonable que la administración de Hauswirth fuese más tranquila y calmada que la anterior. El Ejército ya se había hecho presente en el país, ahora necesitaba conso-lidarse.

Importantes relaciones

En aquellos cuatro años ocurrieron eventos bastante positi-vos para el desarrollo de la Obra. La nueva administración supo crear sólidas relaciones con personalidades importantes de la comunidad chilena.

El Brigadier Hauswirth logró entrevistas con el director del Diario La Nación y con el director de El Mercurio. El Ejército comenzaba a darse a conocer. Además consiguió entrevistarse con el Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, un personaje carismático, de alto valor histórico en Chile, que efectuó cambios drásticos en la administración del país. Uno de ellos fue promulgar una nueva Constitución que introduciría en 1925 cambios en las leyes del trabajo y en la ley de culto. Este último de inmenso valor para el Ejército, porque permitía conseguir la personalidad jurídica.

El Presidente Alessandri fue un gran orador, tenía la capa-cidad de mover una audiencia con el poder de su palabra. Era de ascendencia italiana, alegre y amigable. Existe un montón de anécdotas sobre su personalidad dicharachera y espontá-nea; inclinado a los gestos dramáticos, solía salir al balcón de La Moneda, la casa presidencial, y hablar al público que se juntaba a oírlo; acostumbraba llamar a su audiencia “chusma inconsciente”, saludo peyorativo que dicho por otro habría sido

1 La Biblia (Marcos 4 26,27).

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insultante pero que a él le aplaudían. En una oportunidad en que se reunió una multitud extraordinariamente abultada, el presidente sintió la necesidad de terminar su perorata con un gesto dramático y al son de las palabras “Os amo, Chile, os amo”, lanzó un abrigo a la multitud. Al día siguiente los titu-lares proclamaban: “Alessandri lanza su abrigo al pueblo de Chile”. Todo estuvo bien hasta que 20 años después apareció la autobiografía de su Ministro del Interior, quien estaba con él ese día en el balcón: “El muy fresco lanzó mi abrigo”, decía, recordando ese momento.

Arturo Alessandri se interesó por la obra del Ejército de Salvación llegando a visitar personalmente varias de sus ins-tituciones. A su vez, el Brigadier lo visitó en su oficina de la presidencia. Como toque final, el Presidente le envió una carta muy conceptuosa en la que entre otras cosas declaraba:

“Me es especialmente grato manifestar a Ud. el alto concepto que tengo de la Institución que tan dignamente usted dirige en mi país. He tenido ocasión de conocer de cerca su vasta labor y con todo agrado puedo dejar constancia de que no se trata de una Institución de propaganda religiosa. Ella está destinada, en mi concepto, a procurar el mejoramiento moral y material de las clases desvalidas sin importarle las creencias religiosas o los dogmas políticos que profesen quienes llegan hasta ella en busca de amparo y apoyo. (Firmado) Arturo Alessandri Palma, Presidente de Chile”.

Bellos elogios que se deben agradecer, aunque el señor Presidente muestra la desinformación que generalmente se tiene sobre el Ejército de Salvación. Somos una Institución de propaganda religiosa, si por ese término se entiende que predi-camos al Cristo crucificado, para los judíos ciertamente trope-zadero, y para los gentiles locura, pero para los llamados así judíos como griegos, Cristo, poder de Dios sabiduría de Dios.2

2 La Biblia (1 Corintios 1:23).

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Con motivo de la visita que se le hizo al Presidente Alessandri para hacerle entrega de una Biblia, éste se expresó de la siguiente manera: “Una de las razones por las que sim-patizo con ustedes es que se preocupan de las personas en forma integral”. Aquí el señor presidente da el martillazo en la cabeza del clavo. Nuestra gloria es llevar el Evangelio de Cristo a la persona completa: Alma, espíritu, estómago, cuerpo y corazón. El Señor demanda nuestra totalidad, porque si bien está dispuesto a recibirnos como venimos, se rehúsa a dejarnos continuar como llegamos.

¡Salvacionistas al abordaje!

Un nuevo Cuerpo se abrió bajo la administración de Hauswirth. Fue en Iquique, al norte de Chile, donde el Ejército se presentó para predicar la Palabra y aliviar el sufrimiento de la región. El norte era el termómetro que marcaba la vida económica de Chile. Allí se encontraban las salitreras, que producían divisas al país. Allí se extraía el salitre, que en su tiempo fue un artículo de alto valor ya que con él se fabricaba la pólvora. Todo eso terminó cuando los laboratorios de Suecia y Alemania lograron producir este artículo de forma sintética. Pueblos enteros quedaron desiertos en el norte de Chile. Las familias vieron desaparecer todo medio de sustento y quedaron expuestas a una ruina total. El clima laboral se encendió y comenzaron las huelgas, los desmanes sociales y la fuerte repre-sión del gobierno que estaba en manos de las oligarquías nacio-nales. Fue en ese clima que el Alférez Kuttner y el Pro-Capitán Staszeski abrieron un local en Iquique. Esto en sí significaba un gran esfuerzo.

La crisis económica y la falta de trabajo continuaban para-lizando las minas en Chile. El Ejército fue bien recibido en la ciudad. El diario La Provincia de Iquique expresó:

“Fue un verdadero placer recibir ayer en nuestras oficinas a dos apóstoles de la salvación social, el capitán Alejandro Staszeski y el alférez Jacobo Kuttner del

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Ejército de Salvación que vienen a Iquique a encender la obra benéfica que ya está establecida en casi todos los países del mundo…”

Otro diario importante de Iquique publicó un artículo que habla de las ollas populares diciendo:

“Un día antes el Ejército había inaugurado la llamada “olla popular”. Esto se hizo en un acto que fue simpático y bien concurrido. Mediante bonos se repartieron ciento setenta raciones; los comercios reportaron esta noticia e instaron al público y al comercio a que cooperaran favorablemente con el Ejército de Salvación.”

Con esta obra social inició sus actividades un Cuerpo que a través de los años ha mantenido el Evangelio y ha ministrado a una parte más bien humilde de la población chilena.

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7. Los años de Lindvall

7. Los años de Lindvall

No podemos cambiar el futuro sin molestar el presente.

Catalina Booth

la administraCión dEl BriGadiEr EmmanuEl lindvall (1925-1930) se distingue por dos eventos importantes que bene-ficiaron al Ejército en Chile sin que éste hubiese tenido acción directa en ello: el primero fue que en ese periodo Chile promulgó una nueva Constitución Política de la República (1925) en la que, entre otros importantes cambios para el gobierno del país, se estableció la separación de la Iglesia del Estado y garanti-zó la más amplia libertad de conciencia y de cultos.1 Ahora se

1 (Capítulo III Garantías Constitucionales ART. l.-La Constitución asegura a todos los habitantes de la República: 2.0 La manifestación de todas las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio

libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo, por tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar templos y sus dependencias con las condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas. Las iglesias, las confesiones e instituciones religiosas de cualquier culto, tendrán los derechos que otorgan y reconocen, con respecto a los bienes, las leyes actualmente en vigor; pero quedarán sometidas, dentro de las garantías de esta Constitución, al derecho común para el ejercicio del dominio de sus bienes futuros.

Los templos y sus dependencias, destinados al servicio de un culto, estarán exentos de contribuciones;)

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podrían realizar Aires Libres sin infringir la ley. El segundo, la reorganización administrativa del Ejército en Sudamérica.

Reconocimiento legal

Por primera vez en Chile son legales las iglesias no católicas, hasta ese momento el gobierno se había declarado católico-apostólico y romano. Esto no avasalló a los misioneros protes-tantes que con entusiasmo y denuedo predicaban el evangelio al pueblo, pero complicaba muchísimo el aspecto legal. Uno de los principales problemas era la falta de personería jurídica, que impedía la tenencia de bienes a nombre de la Institución. ¿Qué significa esto? Una persona tiene derechos legales que incluyen vender una casa, comprar un terreno, fabricar un producto, pero cuando un grupo de personas se une y crea una iglesia, un club, y en este caso, el Ejército de Salvación, no se puede vender, comprar o producir, a menos que se cuente con esa personería jurídica. Cuando el Ejército de Salvación necesitó comprar una propiedad, el bien raíz quedaba a nombre del Jefe Territorial, algo que era incómodo e impráctico.

El gobierno del Presidente don Emiliano Figueroa Larraín, otorgó el reconocimiento legal al Ejército de Salvación en Chile mediante un Decreto Supremo de 1927 y desde esa época es reconocido como una Institución espiritual y de servicio.

Además, la nueva Constitución legislaba sobre la ley del trabajo y previsión social algo que, como chilenos y cristianos, nos llena de orgullo y satisfacción.

Reorganización administrativa

El segundo evento ocurrido durante la administración de Lindvall, fue que el Cuartel Internacional en Londres decide reorganizar la administración en Sudamérica (1926) y crear tres territorios: el Territorio de Brasil, el territorio Este de Sudamérica -compuesto por Argentina, Uruguay y Paraguay- y el Territorio Oeste de Sudamérica, que incluye a Chile, Perú y

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Bolivia, al que se agregaría Ecuador en 1985. Hasta ahora Chile dependía de Buenos Aires para su administración. Desde ahí emanaban los cambios, las decisiones financieras, los nombra-mientos de oficiales. Esto que tiene una lógica administrativa, produce ciertos problemas cuando las órdenes vienen de fuera, tienden a implementar políticas enfocadas a intereses ajenos al país; esto sucede tanto en un medio civil, como en la iglesia. El hecho de que Chile quedara conectado directamente a Londres nos daba la posibilidad de ser más independientes y nos permitía una mayor libertad de movimiento. Debemos recordar que esta es la posición que ahora tienen, con respecto a nosotros, Perú, Bolivia y Ecuador, a los que saludamos con aprecio, compren-diendo que muchos de sus logros han sido realizados en medio de una política que no siempre les favorece.

Escuela de Cadetes

Esta nueva organización permitió, entre otras cosas, que la Escuela de Cadetes iniciara sus funciones en Chile con todo lo que eso significa. Los cadetes con su presencia en el Territorio bendicen y animan el quehacer salvacionista; cuando son enviados a otro país para ser entrenados, lo que es más costoso y ofrece dificultades especiales, se extraña, en las reuniones ese entusiasmo y algarabía siempre contagiosa y positiva que ellos exhiben. Esta Escuela es un arma esencial que brinda crecimien-to al Ejército local. Hasta ahora Chile debía enviar a sus cadetes a Buenos Aires, donde el entrenamiento era de gran categoría pero nos privaba del entusiasmo, la energía y la juventud que una brigada de cadetes trae al campo de batalla.

El primer Director de la Escuela de Cadetes en Chile fue la señora Agnes Lindvall, esposa del Comandante Territorial. El rol de los cadetes que integraron la primera promoción de la escuela contiene nombres que perduran en el mundo salvacio-nista. El apellido Calvimontes permaneció por años; tal como Juan Fuenzalida, quien fue promovido a la gloria como oficial jubilado después de dedicar muchos años al Ejército, siendo el

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primer oficial chileno que recibió el cargo administrativo de Oficial de Distrito. Por primera vez los salvacionistas chilenos sentían el vigor de una Brigada de Cadetes que con su entusias-mo contagiaban a una congregación.

El día 20 de mayo de 1926, cinco cadetes chilenos abordaban el futuro, para conquistar y responder al llamado de su Capitán, el Señor.

Grito de Guerra

Otro acontecimiento importante que ocurrió durante esos años fue la publicación de “Grito de Guerra” en Chile. Desde el principio la publicación era editada en Argentina, que con el nombre de “El Cruzado” constituía el órgano oficial del Territorio Sudamericano. Debemos admitir que los camaradas argentinos fueron muy ecuánimes en cubrir las noticias que se generaban en la Provincia del Pacífico Oeste.

Grito de Guerra es una publicación que trae sentimientos encontrados en la mayoría de los oficiales. Por un lado es un arma de proclamación que ayuda a la clase de evangelismo que el Ejército practicaba en los bares de la ciudad, por el otro era la herramienta económica por la cual el oficial conseguía su salario. “Vender gritos” y “hacer subscriptores” fueron ins-trumentos, que desde un principio y hasta los años 60, usaron los oficiales para financiarse. Ambas eran actividades que no ofrecían problemas para ser llevadas a cabo, pero luego se con-virtieron en una rutina que pesaba, sobre todo a quienes, durante treinta años, en diferentes Cuerpos, debían efectuar esta labor por tres o cuatro noches a la semana. Debemos aplaudir a los muchos oficiales que hicieron esta labor. Hoy, el Grito de Guerra se imprime a todo color, con métodos modernos, y cumple la misión de publicar noticias salvacionistas y dar testimonio de nuestro caminar con Cristo.

El primer editor del Grito de Guerra en Chile fue el Mayor Amadeo Salvany, un catalán con una personalidad especial, que

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con gran inteligencia y autodisciplina, sin haber pisado el dintel de una escuela, llegó a dominar la lengua española escribiendo con una prosa agradable y clara. Él se convirtió siendo ya adulto. Era un revolucionario nato, perteneció a partido anarquista. Salió de su país con destino a Panamá, en busca de trabajo en la construcción del Canal. Contrajo malaria, alguien le reco-mendó que el clima de Buenos Aires era beneficioso para esa enfermedad; tomó la decisión de ir y en esa ciudad se encontró con un grupo de hombres y mujeres vestidos con uniforme azul portando una bandera que decía: “Sangre y Fuego”.

Esto captó la atención del anarquista Amadeo. Los siguió en su marcha hacia el salón, se sentó a escuchar palabra por palabra durante una hora y media y no entendió nada. Todo era totalmente ajeno a su experiencia, pero algo lo hizo volver. Tal vez fue el hecho que estaba solo y esta gente le demostraba gran cariño e interés. Así conoció al Señor. El Mayor, que nunca había pisado el dintel de una escuela, vio despertarse en él tal sed de conocimientos espirituales como generales, que cuando el Ejército en Chile necesitó un editor para el nuevo Grito de Guerra, que se comenzó a publicar en el país, él fue elegido para hacerlo. Era un autodidacta nato, aprendió el inglés y el francés por sí solo, convirtiéndose en el traductor oficial del Territorio cada vez que venía un visitante de habla inglesa.

Es fácil mantener la cercanía al Señor cuando se está mane-jando y editando material religioso, pero no siempre fue así para el Alférez Salvany: tuvo otros nombramientos en los que su trabajo debió desarrollarse en ambientes mundanos, como siendo Colector en Campaña, nombre que recibía un número de oficiales cuya misión era recorrer las estancias, fundos, campos y pueblos del Sur y el Norte del país a lomo de caballo, reuniendo fondos para la Obra del Ejército de Salvación. Salvany sintió la necesidad de mantener la presencia del Señor y en un artículo que publicó años después leemos lo siguiente:

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“La vida del Colector en campaña está llena de variantes, pues le toca alternar con todas las clases sociales; comer las más diversas comidas; probar toda clase de aguas y toparse con todas las clases de caracteres. Pero si en la parte que podríamos llamar humana hay grandes cambios, en lo que hace a la parte física no son menores; frío, calor, lluvias, tempestades de arena, barro, etc.… en cuanto al alojamiento, una vez es una opulenta estancia con todo confort, para la noche subsiguiente caer bajo un alambrado, con el cielo por techo, la montura por almohada y unos estribos para taparse los pies” “la vida del oficial colector en general es solitaria… en la Patagonia estuve hasta tres meses sin ver una carta ni un periódico… es cabalmente en esas peregrinaciones a través de los solitarios caminos que se consigue una mayor comunión con el Maestro y se halla gozo, aun en el cansancio. Pedir dinero, semana tras semana, mes tras mes, año tras año; salir del hogar volver y volver salir otra vez, es árido y seco… fue en mis primeros viajes como colector que sentí, que si yo no cuidaba mi vida espiritual era hombre al agua… vi que ante mí había oportunidades, por demás preciosas, y hoy no hay viaje en que ya no sea en un sencillo rancho, en capilla de diversas denominaciones, en cocinas, en comedores o bajo los frondosos árboles, no tenga oportunidad de contar a la gente lo que Cristo hizo por mí.”

Tal como sucede hoy día, los salvacionistas de aquellos años se esmeraban en mantener la cercanía al Señor, a pesar de las arduas labores que no siempre eran conducentes a una vida espiritual. Toda acción social que llevaban a cabo partía desde un punto de vista espiritual. No importaba cuán material era la labor, se preocupaban de hacerla bajo una perspectiva espiri-tual. Es fácil hacer las cosas por rutina olvidándonos de la paz y satisfacción que sentimos al comenzar. El Señor nos insta a recordar que las bendiciones que él nos da, vienen escondidas en las cosas cotidianas de nuestra vida. Son los pequeños actos que hacemos en su nombre los que nos conectan a la grandeza

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de Su Gloria. Es cuando lo incluimos a él en las acciones de nuestro diario vivir, que él da brillo a nuestro día.

El Mayor Salvany descubrió la grandeza en su vida cotidiana, sus viajes continuaron, estamos seguros que sus momentos de soledad permanecieron, el agotamiento siguió acompañándolo, pero ahora el viajero tenía Alguien con quien compartir, había decidido invitar al Señor a su diario recorrer. El Mayor vivió un testimonio real, pero sabiamente comprendió que éste se desvanecería si no tomaba cartas en el asunto.

La primera edición del Grito de Guerra fue de tres mil ejem-plares, luego fue subiendo a cuatro mil, hasta llegar a seis mil. Era publicado quincenalmente.

Bramwell Booth es promovido a la Gloria

Una noticia que electrificó y causó tristeza entre los sal-vacionistas chilenos, fue el anuncio de la muerte del General Bramwell Booth, hijo mayor del Fundador, quien murió en 1929. Era un joven de 16 años cuando se inició como ayudante de su padre en las labores de la “Misión Cristiana”, nombre con el que se conocía al Ejército de Salvación en sus inicios.

Era un muchacho tímido, tal vez por su sordera, por lo que en sus años maduros usaba un cuerno acústico. Bramwell era el típico organizador que secunda al genio creador y ordena todo lo que éste, en su afán de materializar ideas crea, no siempre en forma metódica.

No tendríamos Ejército de Salvación, como lo conocemos hoy, si no fuera por la mente organizadora del hijo del Fundador. Bramwell carecía del magnetismo de su padre, era más bien seco y estricto, a veces hasta intransigente. Dos de sus hermanos se retiraron de la Obra por discrepancias que tuvieron con él; no permitió que su hermano Herbert, que ahora se dedicaba a evangelizar independientemente, asistiera al entierro de su padre. Aún así, no se puede poner en duda que él fue el artífice que dio forma al Ejército.

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Redactó las órdenes y reglamentos para oficiales y soldados, diseñó la organización de los Territorios, los grados, procedimientos y demás detalles propios de un Movimiento Internacional. Este trabajo arduo, que ejerció durante toda su vida, lo debilitó y en su vejez comenzó a exhibir una conducta en ocasiones inusual y errática. El Consejo Supremo, un orga-nismo compuesto por todos los jefes territoriales del mundo, del que el Brigadier Lindvall fue integrante, se reunió en Londres para resolver este problema. Después de analizar la situación y de mucha oración, concluyeron que era para bien del Ejército que el General ofreciera su retiro. Este se resistió y luego de una batalla legal, que duró por meses, la Corte dictaminó que el Consejo Supremo tenía derecho a retirarlo del cargo y elegir un nuevo General. Esto se hizo y un nuevo General tomó las riendas. De esta manera se eliminaba el derecho de sucesión mediante el cual un General elegía a su propio sucesor, poder que ni el Papa poseía y que hubiese convertido al Ejército de Salvación, en cortos años, en una institución de la familia Booth. Quedamos así libres de toda cadena que pudiera atarnos a un nepotismo fatal.

La tremenda luz que Dios dio al Ejército de Salvación moviéndolo a dedicarse tanto a la parte material como a la espi-ritual del hombre, el celo que le dio por las almas, la visión de ir a buscar lo humilde de la sociedad, constituye un tesoro inapre-ciable que nos vino a través del ministerio de William Booth, ayudado por sus descendientes, por lo que viene en vaso de barro.2 No debemos ignorarlo y tratar de esconderlo, debemos ser salvacionistas maduros que no temen enfrentar las partes débiles de nuestra Institución. Hemos recibido libertad para venir tal cual somos ante el Señor y el tratar de vernos como santos perfectos sin derecho a equivocarse, es falta de fe y la Biblia dice: todo lo que no viene de fe es pecado.3

2 La Biblia (2 Corintios 4: 7).3 La Biblia (Romanos 14: 23b).

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El General Edward Higgins fue nombrado como el siguiente líder internacional. Y ahora la muerte de Booth cerraba un capítulo que era necesario superar.

El General Bramwell Booth fue enterrado con todos los respetos que merecía y su recuerdo vivirá con cada salvacio-nista.

***

Uno de los problemas que esta situación acarreó fue que la mayoría de la familia Booth se atrincheró en contra del Consejo Supremo provocando algunas molestias en el buen desempeño de la administración del Ejército. Una de las acciones que deci-dieron para solucionar estos conflictos fue enviar a Lucy Booth a la Argentina como Líder de los Territorios de Sudamérica, lo que tuvo implicaciones para los salvacionistas sudamericanos deshaciendo los aciertos que había tenido en 1926 al ponernos directamente bajo Londres. Afortunadamente esto duró solo hasta 1930 en que las cosas volvieron a la situación anterior y se restableció el orden.

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Despacito por las piedrasdiCho PoPular ChilEno

El BriGadiEr karl Johanson y su sEñora fueron recibi-dos una noche de noviembre de 1930, en la estación Mapocho. Venían desde Latvia y Estonia y se quedarían en Chile por dos años. Viajaron por vía marítima, desembarcaron en Valparaíso. Ya conocían algo de Chile porque recibieron la bienvenida en Iquique y en Antofagasta, donde el barco que los traía recaló. Así comenzó la administración más corta de un Jefe Territorial en Chile. Johanson pidió cambio de nom-bramiento después de dos años, por mala salud de su esposa. De todos los oficiales que trabajaron en nuestro país en sus comienzos, el Brigadier parecía tener la hoja de servicios más brillante. Karl Johanson nació en Estocolmo, Suecia, y durante su niñez, asistió al Ejército junto a su padre, hábito que cambió en su adolescencia cuando se separó de toda influencia religiosa. Un día que salía a divertirse con un amigo, llegó a sus oídos una melodía procedente de una casa que él conocía como un dispensario de cerveza, cuando se acercó y entró en la habitación se dio cuenta que estaba en medio de

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una reunión salvacionista con banda y todo. El joven siguió asistiendo y una noche se encontró con la presencia del Señor. Pronto ingresó a la Escuela de Cadetes de Estocolmo donde estudió bajo la tutela del Mayor Carl Larsson, aparentemente con mucho aprovechamiento. Durante los años de servicio, el Brigadier trabajó en su país tanto como en Finlandia, según un artículo del Grito de Guerra, con un “éxito notable”. Fue oficial directivo de los grandes Cuerpos de Suecia, uno de los cuales fue el Templo de Estocolmo, con cabida para dos mil personas y con setecientos soldados en el rol. Luego fue nombrado Director de la Escuela de Cadetes. En 1923 el Ejército lo envió a abrir la Obra en Latvia y Estonia, donde sus esfuerzos fueron coronados con el éxito. Al año de llegar a Latvia inauguraba una Escuela de Cadetes, al segundo año comenzó la publica-ción del Grito de Guerra. En 1927 abrió Estonia; y en 1929, tuvo la despedida para venir a Chile. Dejaba en el Territorio 25 Cuerpos y avanzadas y un numeroso contingente de salva-cionistas.

En el último Congreso que se efectuó en ese Territorio las autoridades pusieron a disposición del Ejército una de las más grandes explanadas del país. El esfuerzo y abnegación sobre-pasó las metas en un 30%. Antes de que el Brigadier saliera de Estonia se agregaron al rol 93 soldados adultos y 59 jóvenes.

El Cuartel Internacional nos enviaba a Chile un campeón, testimonio de la importancia que le daban al Territorio de Sudamérica.

Cuando descendió del tren en la Estación Mapocho, los sal-vacionistas chilenos pudieron observar a un señor corpulento y fornido, de presencia distinguida, rostro serio que se tornaba amable cuando se conversaba con él.

Después de visitar Cuerpos de la capital y Valparaíso viajó a la Argentina, país que no conocía, para entrevistarse con la líder Territorial Lucy Booth.

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Empieza la crisis mundial

Los años de Johanson en Chile coincidieron con la crisis mundial que empezó con la caída de la bolsa de valores de Wall Street, lo que afectó grandemente la Obra del Ejército en Chile. Como se trabaja con las clases más necesitadas el diezmo no siempre es una opción válida para mantener un Cuerpo.

El cuartel era administrado con un presupuesto estrechí-simo. Los oficiales debían acostumbrarse a un régimen draco-niano. Existían ciertos dichos que revelaban las necesidades de los oficiales, se decía: “yo viajo en tercera por no haber cuarta”. Un oficial que fue a reclamar al Brigadier Johanson su falta de dinero, argumentando que no tenía para comprar una simple camisa, levantó su manga para mostrar su antebrazo descubierto; Johanson también levantó su manga y mostró un precioso puño de camisa de buen material. El oficial pensó que había ganado la batalla y le dijo: “Usted puede comprar camisas porque es Brigadier, pero a mí me es imposible”. Johanson sonrió y tranquilamente se abrió la guerrera para mostrar la ausencia de camisa y la presencia de dos solitarias colleras que se asomaban a través de la manga.

Había un decir entre los oficiales que el mejor lugar para comprar ropa era el Molino San Cristóbal. Confeccionaban sus calzoncillos con las bolsas de harina blanca, pero siempre estas conversaciones terminaban con palabras similares a las del Teniente Danielson quien después de descubrir que no había sillas en su departamento dijo: “Nos sentimos muy felices y agradecidos por lo que tenemos”.

El Brigadier, como líder del Ejército, había recibido un pase del tranvía por lo que se asignó a sí mismo la tarea de retirar personalmente el correo.

Vender Gritos y Subscripciones impulsaron el crecimiento del Ejército por muchos años y de ello estamos eternamente agradecidos, pero sabemos que existen otras formas de obtener aportes financieros, que debemos explorar. Ahora

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que vemos en Chile fundaciones que colectan abundantes fondos con los cuales pueden prestar valiosos servicios a los necesitados, nos damos cuenta que el dinero está allí y que las manos que lo guardan están dispuestas a compartirlo; la disposición del público es positiva. Debemos aprender el uso de los medios de comunicación modernos y adiestrar-nos en nuevas formas de obtener fondos, es innecesario que nos mantengamos con procedimientos que ya parecen haber cumplido su etapa.

Una vez escuchamos a un experto en el levantamiento de fondos, un ministro evangélico muy conocido en Estados Unidos, quien dijo algo que nos hace pensar: “He dado la vuelta al mundo visitando iglesias y orfanatos bajo diferentes regíme-nes e instituciones. Nunca, repito, nunca he visto una iglesia pobre, sólo he visto iglesias pobres de imaginación”. Con esto quiso decir que el dinero está ahí, pero hay que tener fe y pensar nuevos métodos para conseguirlo.

Viene a colación una experiencia que se podría considerar ilustrativa. Ocurrió en un país latinoamericano, hace unos 30 años, donde el Ejército de Salvación experimentó con nuevos métodos de recolección de fondos. Se consiguieron contactos con personas influyentes, que a su vez contactaron artistas de reconocida popularidad. En el hotel más prestigioso de la ciudad se llevó a cabo una presentación a la que se le dio el nombre de “Amor y Estrellas para un Niño”. Artistas como Armando Manzanero, Olga Guillot, Celia Cruz y otros, dieron lo mejor de sí para los necesitados. Como resultado se obtuvieron US $ 125.000 de aquel tiempo. El segundo año se contó con la pre-sencia de Pedro Vargas y sus mariachis, quienes en un principio se excusaron porque al día siguiente actuaban en el Kennedy Center en Washington. Accedieron cuando la Fuerza Aérea del país se comprometió a ir a buscarlos a México y después de su actuación los llevó a Washington. Esta vez se reunieron US $ 250.000.

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En estos asuntos, debemos recordar que trabajamos para un Dios que dijo: Mío es el dinero1.

Esto en nada disminuye nuestro respeto y admiración por el servicio de aquellos que supieron enfrentar las necesidades por la Obra del Ejército, pero lo mencionamos por que tenemos la promesa de que Jehová saldrá a batallar con nosotros y eso incluye que nos proveerá del dinero para comprar las municio-nes.

La tarjeta de crédito Mastercard incluyó en uno de sus envíos, una invitación que ofrecía autorizar el cargo para una pequeña donación mensual. Se enviaron 70.000 cartas, de las cuales respondió el 1%, un porcentaje normal, que aceptó le descontaran US $ 5 mensuales para ir en ayuda de un niño en problemas. Estos son sólo ejemplos de lo que se puede hacer, cuando se amplía la mirada y se mantiene la visión en el fin para el que Dios nos ha llamado.

Recordemos lo que ocurrió con el pueblo de Dios al llegar frente a la tierra de Canaán: dos grupos fueron enviados a reconocer el terreno. Uno informó: No podremos subir contra aquel pueblo, es más fuerte que nosotros… es tierra que traga a sus moradores…2, y su sugerencia fue: ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 3 El otro grupo después de ver la misma situación, el mismo terreno, dijo: Es tierra en gran manera buena… tierra que fluye leche y miel4 y, aquí viene algo intere-sante, este grupo no negaba que la batalla iba a ser fuerte, pero por fe sabía que la batalla no era de ellos, quien peleaba era el Señor… Si Jehová se agrada de nosotros él nos llevará a esta tierra y nos la entregará. Nosotros los comeremos como pan.5

1 La Biblia” Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los Ejércitos (Hageos 2:8).

2 La Biblia (Números 13:31, 32).3 La Biblia (Números 14:3).4 La Biblia (Números14:8).5 La Biblia (Números 14:9).

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Cada día el Señor nos ofrece la Tierra Prometida; nos corres-ponde a nosotros elegir qué modalidad seguir. Un ejemplo de lo que se puede hacer cuando los problemas se ven como oportu-nidades para ejercer la fe.

***

Durante estos dos años no se agrega ningún Cuerpo debido a la crisis, pero se abre la “cocina popular” en el Hogar de Hombres de Santiago, que entre junio y agosto repartió 8.622 raciones de comida. También se abrió un anexo en el barrio Matadero repartiendo 2.500 raciones. No se abrieron Cuerpos pero se abrió esta “Cocina Popular”. Para los salvacionistas ambas cosas son importantes. No olvidemos que el llamado del Ejército de Salvación es alimentar tanto al cuerpo como al espíritu.

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9. Llega Steven

…vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob

en el reino de los cielos.la BiBlia (matEo 8:11)

la administraCión dE los stEvEn fuE ExtEnsa (10 años, 1932-1942), lo que le dio tiempo para crear ciertas pautas y con-cretar ciertos avances.

Como de costumbre, se le fue a esperar a la Estación Mapocho que, por esos días, había llegado a ser como el salón de espera oficial del Ejército. Los salvacionistas pre-sentes vieron descender del tren a un hombre más bien bajo, con bigotes y una amable sonrisa que ocultaba una personalidad fuerte, estricta y, a veces, hasta severa. El Teniente Coronel Robert Steven viajaba solo, su señora le siguió algunos días después y con su llegada marcó un nuevo record en el Ejército de Salvación en Chile: ser la primera oficiala que llegaba en avión. La característica más notoria de los Coroneles Steven era su perenne amabilidad. Eran porta-dores de algo difícil de definir y la gente que se cruzaba en su camino no los olvidaba fácilmente. Cuando se conversa con los salvacionistas más antiguos, suelen recordar algo positivo que decir sobre ellos. Las personas con las que

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hablamos eran niños en ese entonces y se acuerdan de esas pequeñas atenciones que los hacían sentirse importantes y queridos.

Le tocó a Steven reorganizar el Comando para deshacer el desacierto de 1929 y reinstaurar la división administrativa antigua, en la cual los tres Territorios de Sudamérica estaban directamente ligados a Londres, con un Jefe Territorial al mando: Argentina con Uruguay y Paraguay que constituían el Territorio Este de Sudamérica; Brasil, el Territorio de Brasil; y Chile con Perú y Bolivia, el Territorio Oeste de Sudamérica. Esta división administrativa está vigente hasta el día de hoy.

Nuestros gringos 1

La administración de Steven concuerda con los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial. Esto no detuvo la llegada de misioneros interesados en venir a Chile, aunque corrían el riesgo de quedarse separados de su país de origen hasta que la guerra terminara. Hubo oficiales que permanecieron 14 años sin poder regresar a visitar a sus seres queridos.

Nombres que nos traen recuerdos tales como: Napiersky, Waschke, Eliasen, Clausen, los Hühner, Magnenat, Nalegach, son algunos de los muchos nombres que, como niños apren-dimos a pronunciar y luego a querer. Sus vidas se entrelaza-ron con las de nosotros, sus hijos fueron nuestros amigos de infancia. Aprendimos a escuchar conversaciones en alemán, sueco, francés e inglés; y aunque no las entendíamos, lo que a veces nos hacía pensar que hablaban de nosotros, nos acos-tumbramos a aceptarlas. Compartir con ellos nos enriqueció, en ocasiones nos decepcionaron, en muchas nos inspiraron, pero hoy que hemos crecido y conocemos más del Mensaje de Gracia de la Biblia, estamos ciertos de que aunque eran dignos de nuestra admiración, eran, igual que nosotros: vasos de barro y tenían derecho a nuestro respeto y cariño.

1 Al contrario de otros países la palabra gringo denota cariño y respeto y de acuerdo a esa acepción se usa en este libro.

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Sus caracteres eran diversos, así como sus capacidades y habilidades; con algunos congeniamos más que con otros. Algunos nos influenciaron, otros nos dejaron tal cual, pero agradecemos a todos ellos porque contestaron afirmativamente el llamado que habían sentido de venir a nuestra patria y com-partir su ministerio con nosotros.

Como un acto de agradecimiento y respeto, este libro trae en su apéndice una lista completa y exhaustiva, que comienza con Bonnet y continúa hasta nuestros días mencionando a todos y cada uno de los salvacionistas que vinieron a este Territorio y que con su ministerio levantaron un Ejército, en el que hoy nos sentimos orgullosos de marchar.

Como consecuencia de la guerra sería lógico pensar que oficiales que provenían de diferentes bandos tendrían algún resquemor o rivalidad ocasional, no podemos decir que esto no sucedió; sin embargo, el fin de la guerra los vio trabajando juntos; la política del Ejército de designar a sus misioneros en distintos nombramientos y la gran dimensión del Territorio, los mantuvo libres de rencillas o malos entendidos. Alguien dijo que los misioneros son como el estiércol, que amontonados hieden a carta cabal pero si se esparcen a través del terreno brindan un gran beneficio.

Por ellos sentimos cariño, aprecio y nunca los olvidaremos. Somos, para bien o para mal, producto de lo que nuestros gringos vinieron a hacer a Chile.

Siempre con los pobres

El Ejército de Salvación no sería de salvación si se olvidara de alimentar al pobre. Nuestro menú es tan variado como la carta del mejor restaurante internacional que podamos encon-trar. Según donde estemos servimos comida china, holandesa, neoyorquina o chilena y la proveemos con cariño y satisfacción. Si se entiende que en cada país servimos comida local acerca-mos el privilegio, aunque a veces sea lo mismo que se conoce

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con distintos nombres; servimos porotos con riendas en Chile, arroz con habichuelas en Puerto Rico, caraotas en Venezuela, frijoles en México y beans en Estados Unidos, pero en cada lugar estamos brindando el mismo guiso nutritivo y siempre en el nombre de Aquel que se llamó a sí mismo el pan de vida, quien llena todos los platos y cubre todas las necesidades.

Además, recordemos algo que el Fundador dijo: “Si cuando repartes tratados evangélicos encuentras a alguien que tiene hambre, envuelve tu tratado en un sánguche”.

Un diario de la capital se interesó en nuestra labor y publicó un reportaje titulado “Comida gratis reparte en los arrabales el Ejército de Salvación”. En el texto dice:

En una camioneta roja, hemos recorrido los suburbios de Santiago con el Capitán Hühner, del Ejército de Salvación. Es una noche lluviosa, pero eso no impide que a un centenar de metros del puente Manuel Rodríguez o al otro extremo, en el Zanjón de la Aguada, cerca de Buzeta, se apretuje una cola de chiquillos y mujeres harapientas para recibir su ración de porotos de todas las noches. Al Capitán Hühner, alto, recio, absolutamente sereno, lo esperan con cariño: Ya viene el Capitán… ¿los porotitos?...a mí… Todos tienden sus tarros y los oficiales salvacionistas hunden el cucharón en los porotos humeantes (los hemos probado en la cocina del Cuartel general y los encontramos buenos) para repartirlos en un espíritu de bondadosa equidad. Esta es una escena que se repite todas las noches. La camioneta roja, piloteada por el Capitán Hühner, cruza todo el plano de Santiago, cotidianamente, llevando a los desheredados del bajo fondo un plato de comida y la voz de aliento de los abnegados oficiales del uniforme azul.

Hay momentos en los que la expansión no es lo principal, un líder que mantiene sus tropas en orden y luchando debe ser encomendado. La orden del día era mantenerse en su puesto y ayudar al más necesitado, aún cuando uno también está necesi-

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tado. Eso significa levantar la vista a los montes cuando se está tentado a mirar sus propios problemas. Saludamos la valentía y la fe de aquellos salvacionistas que no tuvieron la oportuni-dad de abrirnos un nuevo Cuerpo, pero en medio de la horrible crisis nos brindaron toda la cooperación y esfuerzo que sólo puede impulsar la fe.

Un edificio con historia

Cupo al Coronel Steven llevar a cabo un acto de fe2 y de confianza que trajo un cúmulo de bendiciones al Ejército. En la calle Portales esquina Herrera, donde hoy se encuentra la Escuela Ejército de Salvación Santiago, existía un majestuoso edificio con una estructura de albañilería a la vista, que fue construido para un colegio inglés de mucha categoría. Poseía grandes salones y subterráneos y se levantaban cuatro pisos sobre la calle. Contaba con extensos terrenos y otras edificacio-nes anexas, además de una piscina. El Ejército decidió usarlo como un cómodo Hogar de Hombres y la construcción anexa como el Cuartel General del Territorio.

Este edificio que se conoció con el nombre genérico de Hogar de Hombres, trae profundos recuerdos a los salvacionistas de más edad: la juventud de esos años vio los eventos más des-tacados de su vida que constantemente se realizaban en sus instalaciones. El inmenso comedor y la cocina industrial tenían capacidad para atender a trescientas personas. Era el lugar de encuentro para el almuerzo del día de la colecta, bienvenidas, despedidas, reuniones de oficiales, navidades, fiestas patrias y toda clase de eventos especiales. Además de ese comedor existía uno más privado en donde cualquier oficial que estu-viese de paso en Santiago podía pasar a almorzar entre camara-das. Momentos tristes, bendecidos y alegres se asocian con ese

2 El Coronel estuvo dispuesto a prescindir de la subvención que el Ejército Internacional enviaba a Chile, con el objeto de reunir los fondos con qué comprar el edificio. Por un número de años el Ejército subsistió sin la ayuda de Inglaterra. Un acto de fe digno de destacarse.

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edificio. Ahí estuvo el General Osborn, Palací y muchos otros líderes que llenan la memoria de los salvacionistas.

En él se recordaron hechos penosos como el fallecimiento de la Brigadiera Eliasen, el funeral de la Mayora Goetschman y el doloroso accidente de la hijita de los Capitanes Silva, quien sufrió una caída fatal cuando se tropezó en las escaleras.

Todos los salvacionistas sintieron la pérdida, cuando se difundió la noticia de que este edificio se había quemado por completo en un incendio, cuya causa aún no está aclarada. No podemos evitar incluirlo en esta reseña ya que fue parte impor-tante de la historia del Ejército de Salvación en Chile.

¡Muy buena adquisición, Coronel Steven!

Cuando se mueve la tierra

Todos estos recuerdos y añoranzas desembocan en un día amargo que puso a prueba la resistencia del pueblo chileno y la consagración y profesionalismo de los salvacionistas. Nada indicaba aquel 23 de enero de 1939 que aquella noche ocurriría uno de los sismos más devastadores de la historia de Chile: el terremoto de Chillán. Este abarcó gran parte de la zona central y de la zona sur; su mayor efecto se sintió desde Rancagua a Concepción.

Las fuerzas salvacionistas encabezadas por el Coronel Robert Steven y su Secretario General Mayor Hjalmar Eliasen, comenzaron la coordinación inmediata y recolección de ayuda para los damnificados. Esta rapidez en ayudar es parte inhe-rente de los servicios del Ejército de Salvación. Se hizo ver en las trincheras de la Primera Guerra Mundial donde las jóvenes salvacionistas llegaron hasta el mismo frente en su misión de ayuda; se hizo ver en el terremoto de San Francisco, donde el Ejército acudió prestamente a dar pan, consuelo y ayuda; con los años, se hizo ver en las Torres Gemelas donde el Ejército de Salvación fue la primera institución social que se hizo presente

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en el sitio del suceso. Es en un desastre que la parte material y humana adquiere importancia y debe ser atendida.

Un hombre cuya casa se ha derrumbado, tal vez hiriendo a sus familiares, necesita la fe que produce el Evangelio, pero también necesita consuelo y alimentos que lo mantengan vivo mientras reconstruye su cocina. Cuando se mueve la tierra, se hunde la embarcación o se desbordan los ríos, lo único que se nos pide que entreguemos es amor al prójimo, esto se traduce en Acción Social organizada, expedita y eficiente. Con este fin el Ejército usa voluntarios, muchas veces estos pertenecen a con-gregaciones de otras iglesias que se sienten movidos a ayudar en tiempos de desastre, en ocasiones personas que no se identi-fican con la doctrina cristiana vienen a prestar su colaboración y nosotros los aceptamos. No importa quien dé el pan, lo que importa es que le llegue al hambriento.

Todos los recursos y vehículos con que contaba el Ejército de Salvación se pusieron al servicio de las víctimas del sismo. El Capitán Helmuth Hühner, misionero alemán de gran tra-yectoria en nuestro Territorio, fue cabeza de puente, adaptó un autobús de trabajo dental, que cargó de comestibles y lo subió a un tren, que en forma expedita, lo condujo al sitio del desastre. Los diarios de la época publicaron una foto, en un especial de prensa, en la que se podía ver un tren de tres carros que cargaba un autobús, además de elementos de primeros auxilios y cuya locomotora iba engalanada con sendas banderas de Chile y del Ejército de Salvación, como simbolizando que íbamos con el “corazón a Dios y la mano al hombre”, dispuestos a superar por “la razón y la fuerza” todo obstáculo que se interpusiera entre nosotros y aquellos que necesitaban de nuestra ayuda. El Grito de Guerra informó sobre los sitios de distribución de comida gratis, que el Ejército instaló en la zona del desastre.

El pueblo de Cauquenes, uno de los lugares del área que resultó gravemente afectado, fue uno de los puntos adonde se dirigió la Brigada de Socorro, llevando cuarenta toneladas de provisio-nes que los salvacionistas de Brasil enviaron a nuestro país. El

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terremoto del 39 marca un hito en la Obra Social del Ejército de Salvación. Por primera vez el país fue testigo de la forma rápida, organizada y profesional con que nuestro Movimiento actuó, ya que posee la capacidad de reaccionar rápidamente ante un desastre de semejante magnitud. La foto de aquella locomotora portando esas dos banderas, nos recuerda la rapidez con que el Capitán Hühner hizo llegar la ayuda, actitud que quedaría grabada en la mente de los salvacionistas y en el corazón de los chilenos.

El Ejército de Salvación no sólo lleva auxilio en términos materiales, su presencia en el desastre trae al lugar la perspec-tiva de lo eterno en contraposición a la realidad de lo pasajero, inyecta la fe en el caos presente.

Un terremoto provoca pánico, porque pone en tela de juicio nuestra percepción material de las cosas. Es una experiencia horrenda por el poder que tiene de hacernos dudar de lo que consideramos confiable. Estamos acostumbrados a creer que el suelo es siempre suelo y debe estar ahí, firme; cuando esto deja de ser así, nos confundimos, porque para nosotros lo que tocamos y palpamos es la realidad, pero la Biblia nos dice algo diferente: las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.3 Aquello que no vemos y que desprecia-mos es lo que constituye la realidad. Es por el contenido de esta realidad que seremos juzgados. Un terremoto es un recordato-rio de Dios de que la tierra que nos afirma no es eterna y un día pasará, a pesar de su solidez, como así también pasarán todas aquellas cosas que nos parecen tan reales como las telenovelas, los autos, el anillo de oro, el traje nuevo, los sábados gigantes, el festival de Viña.

El Evangelio consiste en apartar nuestra mirada de lo que es transitorio y fijarla en lo que es eterno. Tal como dice el himno:

3 La Biblia (2 Corintios 4:18).

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Cristo es nuestro amparo y nuestra fortalezanuestro pronto auxilio en la tribulaciónaunque se traspasen los montes a la maraunque la tierra tiemble debemos de cantar.

Hogar de Niños Esperanza

Como consecuencia del terremoto muchos niños quedaron sin hogar y por iniciativa del Secretario General Brigadier Hjalmar Eliasen, el Ejército de Salvación se dio a la tarea de ayudar a la niñez abandonada. A su tiempo se concretó la for-mación de un Hogar para Niños que con el nombre de Hogar Esperanza prestó servicios por muchos años. La sociedad británica donó al Ejército un galpón desarmable de madera, el que fue emplazado en el patio del Hogar de Hombres, contiguo al Cuartel General Territorial y en donde se hizo lugar para niños recogidos bajo los puentes del Mapocho conocidos por el nombre de “pelusitas”.

El Brigadier tenía amplias razones para preocuparse por la niñez, la suya fue muy accidentada: quedó huérfano a la edad de cuatro años, fue enviado a diferentes familias adoptivas que lo usaron comercialmente y lo maltrataron físicamente. Deambulaba por las calles de Copenhague cuando vio un salón lleno de niños que jugaban muy alegres, de una manera libre y espontánea que él nunca había conocido. Súbitamente una señora apareció en la puerta y se dirigió hacia el muchacho, éste se dio media vuelta para arrancar, lo que era un hábito, pues los adultos constituían una constante amenaza para él. Pero una voz amistosa lo detuvo: “–No te vayas ¿quieres entrar?”. La pregunta iba en contra de todo lo que él había experimentado, ya que lo que acostumbraba oír era: “¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te vas?”

El muchacho aceptó la invitación. Esa fue la manera como Hjalmar encontró el amor de Dios a través de una sierva uni-formada. Posteriormente, entró a la Escuela de Cadetes, llegó

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a ser Comisionado y líder en Sudamérica. Su mayor honor es haber sido el promotor de la Obra que el Ejército ha hecho entre los niños de Chile.

Este Hogar fue posteriormente trasladado a Lo Espejo en donde se arrendó una casa quinta que poseía el espacio ideal para esta clase de programas; allí se montó una imprenta y un taller de zapatería para darle a los muchachos las destrezas necesarias que los ayudarían a desenvolverse en la sociedad de aquellos años.

Obra Social Femenina

Fue en ese tiempo que se hizo presente en el Territorio la Mayora Elizabeth Wood, quien por su experiencia y esforzado trabajo, llegaría a ser Inspectora de la Obra Social Femenina. Inglesa, de recio carácter, poseía una voluntad férrea y un corazón caritativo, cualidades con que dirigió el Hogar de Mujeres que el Ejército instaló en la calle Matucana con Santo Domingo. Al año siguiente fue trasladado a calle Catedral esquina Herrera junto con el Hogar Esperanza.

Su ministerio se hizo notorio en la ciudad de Santiago, en las tardes acudía al sector de prostíbulos de la calle Maipú, ya que allí llegaban desde el sur jovencitas que venían a trabajar como empleadas domésticas y eran engañadas por individuos ines-crupulosos para obligarlas a ejercer la prostitución. Con astucia y sangre fría se daba maña para contactar a las muchachas que querían salir de esa vida. Para ayudarlas a escapar iba provista de una amplia capa, bajo la cual las ocultaba como gallina que protege a sus polluelos. Su vida corría peligro. Los dueños de prostíbulos, que estaban molestos porque veían disminuir sus ganancias, la amenazaron. En una oportunidad, uno de éstos puso un cuchillo en el cuello de una de las muchachas que pretendía irse con la Mayora, ella con admirable valentía, se interpuso diciéndole: “-Si quieres matarla, mejor mátame a mí”. Esta actitud sorprendió al hombre que fue incapaz de hacerlo;

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antes de irse para salvar su dignidad, le advirtió que dejara de inmiscuirse en sus negocios o le pasaría algo muy grave.

Con el apoyo del Coronel Steven se habilitó un lugar en donde estas muchachas, rescatadas de esos lugares, estarían a salvo.

Estando en su oficina alguien le avisó que tenía una visita; se trataba de un joven sacerdote muy interesado en sus programas de asistencia a niños y a prostitutas. El visitante presentaba buen aspecto y la Mayora presintió que había algo especial en él, de manera que le propuso que la acompañara en sus rondas de rescate, lo que él aceptó con gran entusiasmo. Esa noche la oficiala salvacionista y el sacerdote católico salieron a buscar muchachas descarriadas. Él se interesó en todos los programas de asistencia social que el Ejército mantenía, inquiría sobre su funcionamiento, visitaba los Hogares de Niños, de Hombres y de Mujeres. Los viernes acompañaba a la Mayora Wood y a su asistente, la Capitana Aguilar,4 a recoger los recortes de pan que les regalaban en la panadería San Camilo. Años más tarde, el Padre Alberto Hurtado, que era el nombre del sacerdote, reco-noció que lo que aprendió en el Ejército de Salvación fue de gran ayuda para abrir su obra del Hogar de Cristo. Nos hace muy humildes saber que un puñado de nuestra arena contribuyó a crear esa hermosa playa que el Padre San Alberto Hurtado, hoy canonizado por la Iglesia católica, legó a los pobres de Chile.

Dios os guarde en su santo amor

La carta que llega a todos los oficiales fue entregada al Coronel Steven: cambio. Los Coroneles comenzaron a hacer sus maletas no sin antes presidir una ceremonia que estaba muy cerca del corazón del Coronel: la inauguración del Hogar de Niñas Desamparadas “La Aurora”. Un cierre de oro para un trabajo bien hecho.

Las reuniones de despedida que se efectuaron a través de todo el Territorio fueron espontáneas, emocionantes y sinceras;

4 Nos referimos a quien llegó a ser la Mayora Carmen Magallanes.

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éstas culminaron a la manera salvacionista: entonando el himno “Dios os Guarde en su Santo Amor…”

Este himno, al que se le podría llamar la canción oficial de despedida, nos ayuda a enfrentar los cambios que el Ejército de Salvación impone. Quien tenga cierta trayectoria en las filas de nuestra Institución, siente como los ojos se le humedecen cada vez que lo escucha. Cantado en las reuniones de despedida y en ocasiones en el camposanto, nos trae recuerdos de ausencias, distanciamientos y soledad.

Este himno nos ha ayudado a afrontar las separaciones y seguir adelante. Su fuerza consoladora radica en que sus palabras son bíblicas y su doctrina es sana.

Dios os guarde en su santo amorhasta el día que lleguemosa la Patria do veremoslos salvados por su santo amor…

Estas son palabras que ayudan a enfrentar la separación definitiva que muchas veces un cambio de nombramiento significa para los salvacionistas y que nos invitan a considerar la eternidad para encontrar consuelo. Es allí donde terminará toda geografía que pone distancia en kilómetros entre nosotros y la persona que habíamos aprendido a respetar y querer. Es allí donde todo tendrá gloriosa permanencia y nuestras relaciones en el cielo serán sin cambio ni sombra de variación.5

En fraterno amor nos veremosa los pies de nuestro Salvador,para nunca más separarnosvinculados por el Buen Pastor.

5 La Biblia: (Santiago 1 17: v).

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Por supuesto, esto sólo se puede ver con los ojos de la fe, pertenece a las cosas que no se ven, y nos sirve de consuelo y esperanza para aceptar las separaciones que este mundo nos depara.

Nos agrada la reacción de aquel joven salvacionista que viendo irse a su noviecita, hija de un oficial misionero, adaptó el versículo bíblico: “la fe es la cercanía de lo que se aleja, la per-manencia de lo que se va”.6 No creemos que el Señor, atento a los problemas de sus hijos, tenga reparos con esta interpretación.

6 Es una adaptación de (Hebreos 11.1): La fe (es) la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

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10. Los tiempos de Lündgren

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Sólo una vida que se vive para otros tiene valoralBErt EinstEin

El CoronEl lündGrEn, JEfE tErritorial entre 1942 y 1947, juega un papel especial en la lista de Jefes Territoriales, es el más antiguo jefe del cual todavía podemos encontrar personas que le conocieron personalmente. Era sueco. Cuando llegó como joven capitán, en 1901, no sabía ni una palabra de español. Su primer nombramiento fue pararse en una esquina a vender “El Cruzado” a 10 centavos cada uno. Sirvió el resto de su vida en Sudamérica: lo hizo en Brasil, Argentina y Chile.

Su señora era argentina, hija de padres ingleses que habían emigrado a ese país para trabajar en la construcción del ferrocarril británico de Buenos Aires, su nombre era Annie Watkins. Le encantaba leer y devoraba todo material escrito que llegaba a sus manos. En una oportunidad su padre llegó a casa con una caja llena de libros, que logró rescatar del fuego al que los condenó un obispo católico, que se los había quitado a una dama de la sociedad que cometió el “delito” de casarse con un sacerdote anglicano. Entre ellos venía una concordan-cia bíblica, que todavía permanece en la familia Lündgren, y la

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biografía de Catalina Booth por Harold Begbie. Su pasión por la lectura y esos libros terminaron siendo el instrumento que más tarde introducirían a Annie al Ejército de Salvación. Una mañana en que caminaba por el parque con una amiga, divisó un grupo de gente reunidos en un círculo, inmediatamente los reconoció por los libros que había leído y se acercó a escuchar; al finalizar, un joven oficial, “gallardo” y atento, las invitó a la reunión de salvación, ella decidió concurrir y llevó al resto de la familia. Aquella noche Annie pasó al banco de penitentes, se encontró con el Señor y llegó a ser miembro del Ejército de Salvación.

Con el tiempo entraría a la Escuela de Cadetes y dedicaría su vida al servicio de Dios.

Posteriormente se casó con ese atento joven oficial: Samuel Lüngren con quien, por el resto de sus vidas, se consagraron el uno al otro y ambos al Señor. Como se estilaba entonces, se casaron durante una reunión de salvación en la que hubo gente en el banco de penitentes y ofrenda y todo lo propio de estas reuniones. Al concluir la reunión el Capitán debió terminar sus deberes normales de cada domingo: contar el dinero de la ofrenda, ordenar el salón, apagar las luces, cerrar el edificio, mientras su novia esperaba fuera del salón con el bouquet de flores en las manos. Por supuesto, no hubo arroz. ¿Quién iba a atreverse a tirar el almuerzo? La luna de miel la pasaron visi-tando los barcos surtos en la Bahía de Montevideo, un buen lugar para recolectar fondos para la Obra, dado que los marinos conocían el Ejército en Europa. Antes de llegar a Chile, habían trabajado en Buenos Aires, Montevideo, Lima y ahora proce-dían de Río de Janeiro.

Los tiempos de Lündgren fueron tranquilos aunque él era una persona activa. Los primeros días de trabajo en el Territorio se reunió con el Director de Cesantía, con la esposa del Ministro de Fomento y con el Coronel Gárate que dirigía un Hogar Gubernamental. También con la señora Marta Berríos, esposa

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del Presidente de la República. Como producto de esta última reunión se llevaron a cabo dos funciones de gala en el Teatro Municipal de Santiago, en beneficio de los niños desamparados que el Ejército de Salvación cuidaba.

El Coronel Lündgren había venido a trabajar, comenzaba así una administración abundante en frutos.

Un nuevo lugar en Angostura

No es un tema de discusión, al menos con un chileno. Las mejores sandías del mundo se dan en Chile; las mejores sandías de Chile se dan en Paine, el área que incluye Hospital y Angostura. Donde la cordillera de los Andes y de la Costa se acercan de tal manera que el valle central se pone tan estrecho como un embudo, en ese lugar, el Ejército recibió de manos del gobierno de Chile un pedazo de terreno, cedido provisoria-mente, con la condición de ejecutar una Obra en beneficio de los niños necesitados. Quien gestionó y logró esta sorprendente cesión del terrero, fue el mayor Goetschman, misionero suizo que dejó muchos recuerdos en Chile, quien además de tratar los detalles del contrato, tuvo la responsabilidad de implementar las instalaciones físicas y los programas del nuevo Hogar. Si el proyecto tenía éxito en 25 años, el lugar pasaría a ser propiedad del Ejército.

Allí, bajo la administración de Lündgren, el Ejército inauguró en 1942, la Escuela Granja “El Alba” que en un comienzo pre-tendía preparar jóvenes para el trabajo agrícola. Este programa no llegó a implementarse pero por treinta años funcionó como Hogar de Niños desamparados en donde muchos recibieron afecto, enseñanza y estuvieron expuestos a una formación cris-tiana.

En este lugar ocurrieron una serie de hechos que pusieron a prueba la flexibilidad y adaptación del Ejército de Salvación, ellos trascienden la administración de Lündgren y nos llevan hasta los días del Comisionado Eliasen en 1984.

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El movimiento campamentista

Además del Hogar de Niños, la “Granja” fue usada por los salvacionistas para picnic, reuniones especiales y aun campa-mentos. La belleza del lugar fue desde un principio un imán que atrajo gente. Esto duró hasta la administración de Gearing. Después del terremoto de 1960 quedaron 10 o 15 carpas donadas por el Ejército de Salvación de Estados Unidos. Estaban dis-ponibles para quien necesitase. El Capitán Siegfried Clausen, que era el Secretario Territorial de la Juventud, un joven entu-siasta, emprendedor y “pedigüeño”, acudió al Jefe Territorial y las solicitó para realizar campamentos anuales. Cuando los salvacionistas despertaron a la vida campamentista, el entu-siasmo creció más allá de la capacidad de las carpas, se nece-sitaba algo más sólido que sustentara el creciente interés por este programa. Entonces, el Capitán se ofreció para ir a colectar en las viñas de la región con el fin de construir una cabaña; el problema era en qué irse. Esto fue en los tiempos del Coronel Gearing, quien ofreció su vehículo personal para que se pudiera colectar en él. Es interesante notar cómo una persona con una idea, entusiasmo y deseos de producir logra aunar voluntades, talentos y personalidades para un fin común.

Clausen era una persona sociable, nacido en Chile, hijo de misioneros alemanes tenía un genio alegre con un sentido del humor germánico que atraía a la juventud. Solía reírse incluso de su propia calvicie, que era más bien distinguida. En cierta ocasión, un colorín bromista le preguntó:

-¿Por qué no oras para que Dios te haga crecer el pelo?

-No –contestó Clausen–.

-¿Por qué? -insistió el joven-.

-Porque me lo puede dar colorín.1

El arquitecto Deutsch, un amigo del Ejército, contagiado con el entusiasmo de los salvacionistas, dibujó el plano, consiguió

1 Pelirrojo, persona que tiene el pelo cobrizo.

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troncos e hizo la lista de todos los materiales necesarios. En ferreterías de Santiago se recolectaron materiales de construc-ción, pizarreño, puertas, ventanas. ¡Hasta los clavos y los torni-llos fueron donados! El Sargento Ismael González, del Cuerpo Central, que era carpintero, se puso en acción con la ayuda de la gente joven. Se organizaron jornadas de trabajo donde se organizaba a los futuros campamentistas y se los ponía a abrir hoyos, palear tierra, cargar troncos, empujar una carretilla. Los voluntarios sobraban. Todos felices y orgullosos: ¡construían un campamento! La juventud es dada a poner la mirada en lo que no se ve. De esta manera, con la visión y osadía de uno y el esfuerzo y la colaboración de muchos, nació el campamento de Angostura.

Este comienzo auspicioso, tuvo un fin inesperado. Primero, el sismo de 1985 inhabilitó el Hogar el Alba. Los niños fueron repartidos en los otros hogares. Para completar este desastre las cabañas construidas con tanto entusiasmo por los jóvenes, fueron arrastradas por la crecida del río. Todo se perdió.

Lo único razonable era cerrar el lugar, al menos esa parecía ser la solución que estaba tomando forma en la mente de aquellos que enfrentaban el problema. Existen ocasiones en la que es sabio contar el monto de lo que se ha perdido y cerrar. Era una decisión difícil para el Jefe Territorial, quien ahora era el Coronel Eliasen. Cómo olvidarse de los paseos, los retiros, las fogatas, la sana camaradería salvacionista, que son experien-cias que se atesoran de por vida. Además, y no menos impor-tante, ¿dónde se podría conseguir con tanta facilidad sandías tan jugosas y tan sabrosas como las que se daban en la región?

¡Algo tenía que hacerse con rapidez!

Fue entonces que apareció en la oficina del Cuartel Carlos Donoso, un muchachote de rostro franco, que en su niñez había sido alumno de la Granja. Ahora trabajaba en la Embajada de Noruega y tenía una cómoda posición. “Cuando Dios borra es porque desea escribir de nuevo” y Carlos parecía ser el lápiz que

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él iba a usar. Al igual que el Coronel Eliasen que sentía afecto por el lugar porque había participado en inolvidables eventos campestres durante su juventud, Carlos que lo había conocido como “su hogar” no deseaba que desapareciera.

–Coronel, déme una oportunidad para ver lo que podemos hacer con La Granja–.

Realmente ninguno de los dos contaba con una solución clara. El Coronel no tenía muchas alternativas; para ser más precisos, no tenía ninguna y tal vez fue eso lo que le impulsó a aceptar lo que Donoso ofrecía. Le otorgó el grado de Enviado y lo puso a cargo de La Granja. Lo que sucedió es ejemplo de lo que ocurre cuando un problema es enfrentado por un jefe de mente abierta y un subalterno de corazón osado y con deseos de trabajar. Carlos Donoso comenzó a hacer uso de sus habilida-des, reparando, pintando y hermoseado el lugar. Cuando todo estuvo listo, se abrieron las facilidades para recibir la visita de congregaciones ajenas al Ejército que pagaban por ocupar las instalaciones. Una cosa llevó a la otra y así se fueron constru-yendo cabañas, áreas de recreo, canchas de fútbol, dos magnífi-cas piscinas, salón de convenciones, etc.

Ahora es un centro de eventos donde el Ejército realiza campamentos para niños, jóvenes y adultos. Campamentos de música a los que asisten profesores de Estados Unidos que vienen a perfeccionar a los músicos de las bandas salvacionis-tas de Chile. Se efectúan seminarios, congresos, conferencias para oficiales, soldados y líderes latinoamericanos e internacio-nales. También permanece abierto para ser usado en diversas actividades, por otras Instituciones cristianas y civiles como el Rotary Club y otros.

De escuela de agricultura a Centro de convenciones. ¡No está mal!

Música salvacionista: la banda y el coro

Junto con la cultura salvacionista que los primeros oficiales trajeron nos llegó la música: algo especial, diferente y totalmente

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británico. El elemento principal es la banda de bronce, que se compone, como su nombre lo dice, únicamente de instrumentos de ese metal, excluyendo los de madera y cuerdas que acostum-bramos a ver en bandas militares o de alcaldías. Una banda de bronces suena muy diferente, puede sonar como un órgano; esa fue la intención de William Booth cuando la adaptó para usarla en sus reuniones religiosas. En Inglaterra la banda de bronces es un fenómeno cultural nacional: las fábricas, las escuelas, los talleres, tienen sus bandas y hacen competencias anuales que atraen a mucha gente. El Ejército empezó participando en estas competencias, hasta que se dio cuenta de que esa no era la fina-lidad de una banda salvacionista, por ello, y aunque se ganaban la mayoría de los premios, la participación fue prohibida.

En Sudamérica la banda de bronces ha causado mucho entusiasmo entre los jóvenes que ya son salvacionistas. En Chile vimos las primeras bandas formándose temprano en la historia del Ejército. Bonnet organizó el primer conjunto musical en 1913 con motivo del tercer Congreso, con el Jefe Territorial Coronel Mapp. Este grupo aparentemente se desva-neció, porque no oímos hablar de bandas hasta que en 1942 el Brigadier Eliasen formó una que llamó mucho la atención pues contaba con nuevos instrumentos y vistosos uniformes para los músicos. Esta banda inspiró a la que hoy llamamos Banda del Cuerpo Central.

Unos meses después se forma una banda juvenil que prepara a jóvenes para que más tarde ingresen a la banda de adultos. La Mayora Rowlanes toma el puesto de maestra de banda; una mujer delgada, de poca estatura, tímida y de escasas palabras, pero cuando se ponía una corneta en la boca emitía un sonido cristalino y musical que llamaba poderosamente la atención. Todavía quedan varios salvacionistas antiguos que pasaron por el método de enseñanza de la Mayora, a quien describen como una maestra exigente pero preocupada por sus alumnos, y dan fe de su eficiencia.

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El siguiente maestro de banda fue Juan Magnenat, hijo del Brigadier, quien por 11 años sirvió como maestro en forma ejemplar. A él le siguieron Gustavo Allemand y Maximiliano Espejo, a quien le siguió su hijo David.

Hoy en día, felizmente tenemos Bandas en diferentes ciudades de Chile, cuatro en la División Central, dos en la División Sur y dos en la División Norte. Para el Congreso, del cual este libro formará parte, se está organizando la Banda del Centenario, que esperamos en el futuro se convierta en la banda nacional, formada por los mejores músicos de los diferentes Cuerpos: Antofagasta, Santiago, Concepción y otros, y estará bajo la dirección del Soldado Oscar Soto.

Por lo general, donde hay una banda hay un coro que está compuesto mayormente por los miembros de la banda más otros que cantan solamente y que, al igual que la banda, acepta hombres y mujeres.

Los primeros conjuntos corales fueron dirigidos por los Capitanes Weeks y Dex, y eran generalmente organizados para los congresos y, por lo tanto, se componían de cantores de dife-rentes Cuerpos. Pero muchos salvacionistas opinan que el Coro del Cuerpo Central nunca sonó mejor que cuando lo dirigió el Mayor Ernest Waschke, un misionero alemán que sirvió por esos años en Chile; algo tenía ese oficial, no era un músico pro-fesional, no era erudito en ningún instrumento, pero cuando se paraba delante de un coro éste cantaba con una belleza y armonía especial. ¿Será eso lo que llaman carisma?

El Ejército ha sido bendecido con músicos de gran talento, que han escrito bellas melodías para la banda y el coro, las que han perdurado a través de los años.

Cabe decir respecto al progreso de las bandas hoy en día, que este se debe en gran parte a las visitas de bandas salvacio-nistas del extranjero, que han venido al país despertando en los músicos chilenos el deseo de superación. Además, en los cam-pamentos de música, que se celebran anualmente en Angostura,

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los jóvenes aprenden de profesores dispuestos a demostrar las técnicas que hacen que una banda funcione profesionalmente.

Los que fuimos músicos antiguos, y soplábamos nuestro instrumento a la antigua, nos sacamos el sombrero ante los jóvenes que con mayor técnica, y porqué no decirlo, con mayor talento, logran producir una alabanza a Dios que es agradable al oído. Esta es la manera más digna de admitir que en cuestiones de banda, nosotros, los más antiguos “ya no soplamos”.

Nos visita un poeta

Por aquellos días se celebró un Congreso Territorial que tuvo por visita a uno de los generales más brillantes y talento-sos que ha tenido el Ejército, era un poeta que compuso innu-merables himnos que aún hoy los salvacionistas entonan. Al General Albert Orsborn le correspondió tomar las riendas del Ejército Internacional, al final de la horrible guerra europea. Su tarea fue reunificar los Territorios que por estar en diferen-tes bandos del conflicto no habían podido seguir conectados a Londres.

A su llegada a Chile, oficiales, soldados y camaradas le esperaban en el aeropuerto portando banderitas salvacio-nistas impresas en los talleres de la Imprenta del Hogar de Niños Esperanza, de Lo Espejo. Este Congreso tuvo un relieve especial. Además de la asistencia de los representantes de todos los Cuerpos de Bolivia y de Chile, hubo una delegación de ofi-ciales y cadetes cubanos que por aquellos días trabajaban en nuestro país.

La planificación de los detalles estuvo a cargo del Brigadier Eliasen, Secretario General. Se destacó la presencia del Mayor Johannes Clausen, quien asistió con 12 delegados provenien-tes de Bolivia, quienes viajaron dos días y una noche en tren hasta Antofagasta y tres días y dos noches más para llegar a Santiago.

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Numerosos Aires Libres, que comenzaron aun antes de la llegada del General, prepararon al pueblo salvacionista para este importante evento. La reunión de bienvenida se hizo en la Iglesia Metodista de Avenida Portales con Cueto, lugar que por largos años y en numerosas ocasiones, nos prestaron gen-tilmente para celebrar eventos especiales, favor que nosotros agradecemos desde las páginas de esta reseña.

En los tiempos de Lündgren proliferaron los avances: la Obra Social y evangelística floreció y dio sus frutos: se compraron propiedades en Concepción y Playa Ancha, se abrió el Cuerpo de Punta Arenas, el más austral del mundo (cabe recordar que el oficial que lo abrió, el Capitán Dex, también abrió el Cuerpo de Trujillo situado, entonces, en el extremo norte del Territorio), funcionaron las Cocinas Populares con gran reconocimiento de la prensa y del Gobierno, se inauguraron nuevos centros de actividades como el de Puente Alto, se ampliaron los hogares, algunos con talleres. Para atraer a los jóvenes se inaugura un centro recreativo: diplomáticos y sus esposas se vieron partici-pando en los diferentes programas, las bandas del Ejército se escuchaban muy a menudo y así suman y siguen.

Durante la gestión de Lündgren, bajo la dirección del Capitán Marcelo Allemand, se organizó entre la juventud de Santiago un grupo de Boy Scouts, que llegó a desfilar ante el Presidente Juan Antonio Ríos, frente al Palacio de La Moneda.

Pero todo tiene su tiempo y éste llegó para los Lündgren, quienes fueron despedidos oficialmente de Chile con emotivas reuniones.

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11. Un Coronel diferente

11. Un Coronel diferente

No se es famoso así en general y en abstracto.Cada fama tiene su estricto perfil.

ortEGa y GassEt

El CoronEl riCardo JaCoBsEn y sus aComPañantEs se dirigían a Bolivia en el tren de Antofagasta a La Paz, en donde se celebraría un Congreso Regional. Ahora estaban a siete minutos de la estación, donde les esperaban los líderes regionales y un gran número de salvacionistas acompañados por la banda. Todo aseguraba una buena bienvenida en la que se honraría al Señor y se comunicaría el Evangelio al público. El Coronel, siempre atento a su presentación personal, se levantó para ir al baño a revisar su tenida, le pareció ver pulgas en su uniforme, entonces se sacó los pantalones y empezó a sacudirlos por la ventanilla, repentinamente sintió que el viento del tren le arre-bataba la prenda. Consternado y sólo en calzoncillos, a cinco minutos de una recepción oficial, un cristiano aprende lo que es estar en problemas: con justificado nerviosismo trató de captar la atención del Mayor, procurando que los demás pasajeros no se dieran cuenta. Todo fue inútil, cuando el tren se detuvo en la estación y se escucharon los acordes de la Banda, los hermanos bolivianos vieron descender a su Jefe Territorial envuelto en una frazada, pero sonriente. Este es el Jacobsen que los chilenos aprendimos a amar: original, espontáneo y humano. Supo dar la debida importancia a la administración, pero era increíble-mente personal; era estricto, pero con el corazón en la mano.

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Su generosidad era tal que le resultaba imposible ver a alguien pidiendo dinero sin sacar algo de su bolsillo. Cuando se hospedaba en una casa, todo mendigo que tocaba a la puerta era bienvenido, aunque el anfitrión, conocedor de la fauna local, le hubiese advertido que se trataba de un aprovechador.

Todo se podía conseguir con él, poco llegaba a nuestras manos, prometía con el corazón, cumplía con su mala memoria, pero todo el mundo estaba consciente de que sus intenciones eran buenas y de esa manera lo aceptábamos. Le encantaba el contacto personal, le aburría la oficina, tanto así que en ocasio-nes gustaba ir al río Mapocho a repartir tratados y dialogar con los niños que habitaban debajo de los puentes.

Jacobsen trabajó en los inicios del Ejército en Chile como Capitán; cuando enviudó, regresó a su país natal: Suecia; ahora llegaba de vuelta con Tora, su nueva y flamante esposa, a quien todo el mundo llamaba cariñosamente “Torrha”, imitando la manera simpática con que pronunciaba el Coronel.

Predicación ante todo

Sus años de servicio en Chile, que fueron siete (1947-1954), denotan un énfasis en el evangelismo. Jacobsen programó una campaña de evangelización para la cual consiguió el apoyo del Coronel Palací, el predicador de mayor trascendencia en el continente americano. En una reunión de oficiales efectuada en el Hogar de Niños Esperanza de Lo Espejo, se dio inicio a la campaña que luego se extendió a todos los Cuerpos de los dis-tritos norte, sur y central. Iquique, Antofagasta, Concepción, Valdivia son algunas de las ciudades en donde este renombrado evangelista salvacionista dejó el eco de su elocuencia y de su espíritu cristiano.

Jacobsen era un evangelista ya sea montado en una pla-taforma o cara a cara con un inconverso, era el defensor del Evangelio y el proclamador de la Gracia. Numerosas almas recibieron a Cristo gracias al énfasis que este Jefe Territorial

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11. Un Coronel diferente

puso en la evangelización. Su pasión eran las almas y en él los chilenos vimos a uno de los jefes más cercanos a esa descrip-ción que William Booth hizo de sí mismo cuando escribió en el libro de visitas del Rey de Inglaterra: “Mi pasión es el alma de los Hombres”.

Con o sin pantalones, Jacobsen fue uno de los líderes más dedicado dentro de lo que se ha dado en llamar el trabajo espi-ritual del Ejército.

Estrecheces financieras

En la agenda de un Jefe Territorial se pueden encontrar tareas de toda índole, algunas son de contenido más bien espiri-tual y otras increíblemente prácticas y necesarias, una de éstas es la que el Coronel debió enfrentar cuando se produjo el alza de avalúos de las propiedades que poseía el Ejército, lo que originó un gasto extra que afectó aún más el presupuesto, aumentando el problema económico. Generalmente es el Secretario en Jefe quien se preocupa de los problemas monetarios, pero el Coronel contaba con la experta ayuda del Brigadier Eliasen quien detentaba una mente práctica y orientada al detalle y le ayudó a manejar acertadamente esta situación financiera. Es benefi-cioso para un Territorio cuando el primer jefe está orientado a la labor espiritual y el segundo es un hombre de negocios.

Déjame a los niños

En 1953 ocurrió un accidente que expuso por primera vez al Ejército de Salvación ante la opinión pública, no para mostrar su labor social sino para informar sobre un hecho trágico, que al mismo tiempo unió emocionalmente a los salvacionistas que se sentían objeto de la curiosidad popular. El Mayor Daniel Goetschman, un misionero suizo, padre de seis hijos, se des-empeñaba como Inspector Social del Territorio, nombre con el que se conocía en aquel tiempo al Secretario de la Obra Social.

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Caminos de Gloria

En un viaje de inspección a Rancagua, que hizo con parte de su familia en un camión, se detuvo en La Granja, donde almorzó con los Mayores Lalut, sus amigos personales; estaban despidiéndose cuando la Mayora Edelmira Lalut le dijo espontáneamente: “–Déjame a los niños, yo te los cuido hasta que regresen.” La Mayora Goetschman asintió y le dejó a Francis y a Jean Pierre. Esto, probablemente, les salvó la vida ya que veinte minutos después de emprender nuevamente el viaje, el vehículo que el Mayor conducía, chocó frente a frente con otro camión proveniente de Rancagua. Aún no existían los vidrios irrompibles y una arista de la ventana posterior se clavó en la cabeza de la Mayora dejándola gravemente herida, falleciendo luego en el Hospital de Rancagua.

La noticia del accidente se publicó en los diarios y por primera vez los salvacionistas tuvieron la experiencia de que hablaran de ellos por algo no relacionado con la Obra, una experiencia inquietante cuando no se está acostumbrado a ello. El caso se complicó cuando el Mayor tomó sus vacacio-nes para ir de vuelta a su país natal y su hija mayor, que no quería volver, decidió quedarse por amor a un joven chileno que no contaba con el consentimiento de su padre; esto trajo al caso detalles románticos que añaden drama a una historia y los diarios explotaron la noticia con avidez. Ahora la gente atajaba en la calle a los salvacionistas para pedirles detalles que ellos desconocían. La dignidad con que esta joven enfrentó este incidente causó la admiración de muchas personas. Lo positivo fue el amor y la confianza cristiana que se cerraron detrás de la familia Goetschman y las oraciones que el pueblo salvacionista levantó por ellos.

La Mayora, quien era una mujer dulce y amigable, fue llorada por todo el Ejército de Salvación, que concurrió en masa al Cementerio General para despedirla con la fe y la seguridad que poseen los miembros del Ejército de Salvación cuando uno de ellos es Promovido a la Gloria.

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11. Un Coronel diferente

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Caminos de Gloria

Los que han dirigido la Obra en ChileRetratos de los Jefes Territoriales

En sus comienzos Chile era una provincia del Territorio Este de Sudamérica, cuya oficina matriz estaba en Buenos Aires y el jefe en Chile se conocía como Comandante Provincial. Este fue el puesto que tuvo Williams Bonnet y Charles Hauswirth. Siendo Comandante provincial Emanuel Lindwall se creó el Territorio quedando como el primer Jefe Territorial.

Estos son los hombres que guiaron nuestro Territorio en los primeros cien años. Nadie ha dicho que la posición de Jefe Territorial es fácil, quien la ejerce está en las cúspide de una pirámide a la que ascienden todos los problemas, necesidades y posibilidades de un territorio; aunque están asesorados por un número de consejeros es una posición solitaria ya que, en última instancia, son ellos quienes tienen la decisión final. Esto nos trae a la mente lo que exclamó Lindcold cuando era presidente de los Estados Unidos: “me he dado cuenta que en algunas ocasiones lo único que podía hacer era doblar mi rodillas”. Estamos seguros que este grupo, en un plano de menor escala, supo llevar la carga de sus nombramientos al Trono Celestial.

También les presentamos algunas fotos que podrían interesar al lector porque muestran personas y eventos de nuestra historia.

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Jefes Territoriales

1932-1942 Tte.Crnel. Robert H. Steven

Jefe Territorial

1942-1947 Coronel Samuel Lundgren

Jefe Jerritorial

1947-1954 Coronel Richard Jacobsen

Jefe Territorial

1954-1964 Tte. Cmdo. Ray Gearing

Jefe Territorial

1964-1969 Tte. Crnel. Joseph Dex

Jefe Territorial

1930-1932 Brig. Karl Johanson

Jefe Territorial

1909-1920 Brig. William T. Bonnett Comandante Provincial

Chile-Perú

1920-1924 Brig. Charles Hauswirth Comandante Provincial

Chile-Perú-Bolivia

1925-1930 Brig. Emanuel Lindvall Comandante Provincial

Chile-Perú-Bolivia

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Caminos de Gloria

1969-1973 Coronel Peter Staveland

Jefe Territorial

1973-1980 Coronel Edmundo Allemand

Jefe Territorial

1980-1984 Coronel Ruben D. Nuesch

Jefe Territorial

1984-1990 Comisionado Carl Eliasen

Jefe Territorial

1990-1992 Coronel David Baxendarle

Jefe Territorial

1992-1997 Coronel Alex Hughes

Jefe Territorial

1997-2000 Coronel Lowrence Moretz

Jefe Territorial

2000-2006 Comisionado Hugo Pintos

Jefe Territorial

2007- Coronel Jorge A. Ferreira

Jefe Territorial

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Jefes Territoriales

Brigadieres William y Raquel Bonnet, pioneros de la Obra del Ejército de Salvación en Chile

Primeros oficiales. De izquierda a derecha, de pie: Capitana Peterson, Tenientas Sandoval, Reszczynski,

Fort, Teniente Bravo. Sentados: Capitán D. Arn, Capitán O. Alhm, Brigadier Bonnet y sra., Capitán Martin, sra. e hijo. Abajo: Teniente L. Mc Bride y el

pequeño Stanley Bonnet

La Primera Banda del Territorio formada en 1913 en el Cuerpo Av.

Matta, dirigida por el Brigadier Bonnet

Primera sesión de cadetes realizada en Chile en 1926. Su primera Directora Brigadiera

Agnes de Lindvall

Hogar de Hombres Valparaíso, primer edificio construido por el Ejército de salvación en 1936, aún

en funcionamiento

Comedor del Hogar de Hombres Av. Portales. Santiago 1937

Añoranzas

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Caminos de Gloria

1943 El Camión conocido con el nombre de “Robertito” en honor al Coronel Robert Stevens que hizo gestiones para conseguirlo. En la foto el Capitán Hühner que lo usaba para llevar

alimento a las poblaciones necesitadas

Un Aire Libre en Quinta

Normal efectuado en 1945 durante el Congreso

con la visita del Comisionado

Larrson. Preside el Coronel

Lüngren, de espaldas el Brigadier Eliasen

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Cien años en imágenes

Aire Libre en Quinta Normal el año 1982.

Un grupo de oficiales del Territorio posa para la cámara en ocasión del Congreso celebrado con la visita del General W. Kitching y Sra. en 1962

1960 Los Brigadieres Elie y

Ruth Magnenat reciben la medalla a la Orden Bernardo O”Higgins

por servicios prestados al país

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Caminos de Gloria

Grupo de oficiales

Aire Libre en Concepción motivo del primer Congreso Regional realizado en

esta ciudad en 1974

Aire Libre en la Plaza de la Constitución en Santiago

Oficiales que acompañaron a los Coroneles Ray y Winifred Gearing con motivo de la entrega de la Medalla al Mérito

Bernardo O”Higgins en 1963

El Enviado Luis Orellana recibe la distinción

máxima del Ejército de Salvación La Orden Del

Fundador en 1962

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Cien años en imágenes

Hogar de Niños Esperanza, el primer Hogar del ejército en

Chile, en el pueblo de Lo Espejo año 1946

La estación Mapocho lugar donde llegaban los refuerzos de oficiales que

venían del extranjero

Una repartición de comida en una de las poblaciones más necesitadas de Santiago

Hogar de niños El Alba, dirigido por los Brigadieres Alberto y Edelmira Lalut foto de

alrededor de 1953

* Mis agradecimientos a todos quienes proporcionaron fotografías para este libro

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Caminos de Gloria

Nuestra meta: almas al banco de penitentes

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12. Nuevas brisas

12. Nuevas brisas

La Lealtad a una opinión petrificada, nunca rompió una cadena ni dio libertad a un alma.

BEnJamín disraEli

los Próximos 10 años, ComEnzando En 1954, en la historia del Ejército en Chile, se pueden describir con una palabra: cambios. Algunos sutiles, otros menos sutiles y uno que otro contundente. El agente catalizador que efectúa esta transición se llamó Ray Gearing.

Tan notorio fue el cambio que se produjo en el Ejército durante este periodo, que el Comisionado Carl Eliasen solía comentar que nuestra historia se puede dividir en AG (antes de Gearing) y DG (después de Gearing).

Los Tenientes Coroneles venían desde México, adonde él había pedido ser enviado cuando se produjeron problemas en el Comando del Ejército de Salvación de ese país. El Coronel, en aquel entonces, era el Comandante Divisional del Estado de Texas, una de las Divisiones más grandes del Territorio Americano, lo que le prometía un futuro de importancia. Cuando buscó, sin resultados, un oficial para resolver el problema, se ofreció para ir él mismo, empezando así su vida como misionero. Su gestión en ese país fue muy exitosa. Ahora

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Caminos de Gloria

que se presentaba un puesto ejecutivo en Chile, Londres lo designó como Jefe Territorial.

Los cambios que ocurrieron durante la administración de los Coroneles Gearing, no fueron producto de algo planeado. En el estricto sentido de la palabra, él no era un reformador, no predicaba nuevos métodos ni buscaba la manera de hacer las cosas diferentes. Tuvo éxito en Chile porque se dedicó a hacer lo que hacía mejor: ser un norteamericano común y silvestre, con todas sus características, posibilidades y recursos. Su secreto fue aplicar sus capacidades con tino y sin aspavientos, sin jugar el papel de reformador. Gearing vino a Chile con la camisa arre-mangada, de la única manera que sabía hacerlo: a la americana.

Francisco Encina, en su Historia de Chile, habla de la raza castellano-vasca, una de las cuales descendemos y que posee la característica de ser tradicionalista y dudar de todo lo que es cambio y tiende a mirar como extraño al que piensa diferente y es progresista.

Al descender del tren que lo traía de Valparaíso, ya hizo noticia: venía con una Speed Graph, una cámara profesional que sólo los reporteros usaban y que nunca nos imaginamos ver en las manos de un salvacionista.

Gearing no nos gustó en un comienzo, lo percibimos extraño, distinto a los líderes anteriores; por ejemplo: todos ellos habían viajado en microbús, él se consiguió un station-wagon (donado por Estados Unidos) con el que se trasladaba a mil lugares en el día. Entregó la casa que se arrendaba para el Jefe Territorial y adquirió una para el Ejército. Y el colmo de los colmos, ¡consiguió un refrigerador! Un jefe con vehículo ya está mal, pero con un refrigerador en la casa, ¡eso no tiene nombre!

Desde el principio hizo notar que no tenía miedo a la comodidad, al contrario de la típica manera de pensar sud-americana, acostumbrada a las estrecheces y dificultades,

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12. Nuevas brisas

que tildaba de mundano lo que es holgura y comodidad; el Coronel no confundía espiritualidad con pobreza.

Su atracción radicaba en su personalidad sencilla y honesta. La palabra que lo define mejor es: auténtico. Al principio fue muy criticado pero, paulatinamente, se dio a querer y respetar. Cuando se fue todo el mundo lo lloró.

Una atmósfera de cambios

El cambio fue gradual, controlado, pero efectivo. Incluyó detalles pequeños que a la larga fueron muy importantes para la gente. Por ejemplo, las bodas dejaron de ser una reunión de salvación para convertirse en una boda común y normal, con la solemnidad y profundidad digna de los votos que se ofrecían. Antes, las bodas se efectuaban durante una reunión pública como cualquier reunión de salvación.

También cambió la política de alejamiento: cuando un oficial pedía permiso para cortejar a una oficiala podía esperar el inmediato cambio a un lugar distante, ya que el criterio era que mientras más alejado, más a salvo estaba. La nueva política usaba el criterio de que debían conocerse mejor.

Gearing introdujo el nuevo uniforme con camisa y corbata que se usaba en Estados Unidos, el que finalmente fue autori-zado por Londres. La aleluya, aquel impresionante gorro victo-riano, cedió el paso al amén, un gorro más moderno y atractivo.

Cambió, también, el trato entre oficiales y subalternos: cuando un oficial ejecutivo del Cuartel venía al nombramiento, el auxiliar, generalmente un teniente, podía esperar que entrara a su cuarto y lo revisara; Gearing se rehusó a hacer esto.

El Comisionado no era un gran orador. La fuerza de su trabajo en la plataforma radicaba en la sinceridad y el amor a la Obra que emanaba de su persona, tenía el corazón bien puesto y era muy práctico. Cuando visitó el Hogar El Redil, de Llo-Lleo, y vio que los muchachos comían solamente con una cuchara,

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Caminos de Gloria

pidió a su señora que lo acompañara a una tienda y compró cuchillos y tenedores para ellos.

Es interesante notar cómo el Ejército produce dos clases de guerreros, que mezclan en diferentes proporciones la parte espiritual y la social. A un extremo están aquellos que con voz profética retumban desde la plataforma con un mensaje que va dirigido al alma del hombre; en el otro extremo, tenemos a aquellos que poco suben a la plataforma pero que su ministerio se desarrolla entre la gente que necesita ser apoyada también en lo material.

El Ejército de Salvación ha sido bendecido desde sus comien-zos con guerreros que mezclan estas dos cualidades en variadas proporciones, haciéndolos aptos para diferentes ministerios.

El Consejo Asesor

Una de las modalidades americanas para reunir dinero y que el Coronel implementó en Chile, fue la formación de un Consejo Asesor, integrado por un grupo de personas distin-guidas, que ejercían gran influencia en la comunidad; es la clase de gente que con una llamada telefónica puede conse-guir un favor o una solución que a un salvacionista común y corriente le costaría meses obtener. El Coronel tuvo mucho éxito con este sistema y cada treinta días un grupo de hombres de negocios se reunían en el Club de la Unión para estudiar y concretar ayuda y soluciones para los problemas del Ejército de Salvación.

Mediante la ayuda prestada, en parte, por este Consejo, se concretaron varios proyectos: el Hogar de Mujeres y Guardería Infantil de Mapocho, un Asilo nocturno de Mujeres en Santiago, un nuevo edificio para la Escuela de Cadetes, el Cuerpo de Lo Vial, una guardería infantil en San Gregorio, un Cuerpo en Puerto Montt, el Hogar El Faro –un centro de rehabilitación para alcohólicos–, entre otros.

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12. Nuevas brisas

Una colaboradora genial: La Coronela

Por primera vez los chilenos veían una pareja de Jefes Territoriales, en que la esposa tenía casi la misma actuación que el esposo. La Coronela Winifred Gearing, con un gran talento musical y un espíritu innovador, tuvo la capacidad para crear muchos programas novedosos. Gran parte del cambio y progreso fue posible gracias a su cooperación. La Winny, como le llamaban cariñosamente los chilenos, tenía una personalidad alegre y extrovertida; a pesar de ser muy buena ejecutora, no era impositiva. Bueno, no mucho.

Uno de sus logros que trascendió los límites del Ejército fue el de la Unión de Mujeres Evangélicas, UME, que incluyó a todas las Iglesias Evangélicas de Chile y que aún en la actuali-dad continúa funcionando.

Bajo su dirección, la Liga de Misericordia cobró un auge muy pronunciado: innumerables grupos salían a visitar enfermos llevándoles artículos de aseo y otras cosas útiles. Para financiar esto, se creó un festival anual que con el nombre de Festival de la Liga de Misericordia, era esperado con anticipación dentro y fuera del Ejército.

El rol de la esposa del Jefe Territorial había cambiado. La mayoría de las veces ella actuaba como la Jefa Territorial de los temas femeninos, con el beneplácito de su esposo quien seguro de sí mismo y consciente de las cualidades de ella, le daba carta abierta para que pudiera desarrollar sus proyectos.

La Coronela organizó un conjunto vocal: el Octeto Femenino, que estaba compuesto por un grupo de oficialas cuidadosa-mente escogidas, que ella entrenó en forma muy esmerada, consiguiendo gran éxito cuando actuaban en congresos, festi-vales o giras.

Con el objeto de conseguir financiamiento para los progra-mas, organizó un Grupo Auxiliar de Damas, en el que partici-paban las esposas de los diplomáticos acreditados en Chile.

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Caminos de Gloria

La Coronela escribió numerosos artículos en inglés que, publicados en el extranjero, dieron a conocer la Obra en Chile, lo que fue muy importante pues facilitó que se enviaran fondos para el desarrollo de numerosos programas.

Un terremoto con historia

Pareciera que la historia del Ejército de Salvación en Chile es un quehacer entre un terremoto y otro. En 1960, la placa de Nazca, que corre a lo largo de la costa de nuestro país, sintió deseos de acomodarse como cualquier vecino que duerme su siesta. El 21 de mayo la tierra chilena se estremeció una vez más.

Al saberse la noticia por la radio, el Mayor Edmundo Allemand, Director de la Escuela de Cadetes reaccionó opor-tunamente ofreciéndose con sus cadetes para ser enviados de urgencia a Concepción. Con el visto bueno de las autoridades, obtenido por el Mayor Hühner y el respectivo salvoconducto, cargaron en un camión víveres, frazadas y ropa y partieron rumbo a Concepción; por las dificultades del camino llegaron de amanecida.

Se encontraban en plena labor social atendiendo a los damni-ficados cuando a eso de las 3:10 de la tarde del día 22, se produce un sismo aún más grande que el anterior que dejó en serio peligro las dependencias del Ejército, por lo que tuvieron que proseguir, después del susto, atendiendo en la Iglesia Metodista que estaba en mejores condiciones. Este segundo terremoto, por su inusitada intensidad, ha sido considerado el terremoto más grande de que se tenga documentación en la historia, no sólo de Chile sino del planeta. Sus efectos más nefastos se extendieron desde Concepción a Chiloé, asociándose también a un maremoto que afectó cientos de poblados costeros. En algunos no quedó ninguna casa en pie y se perdieron miles de vidas humanas.

Nunca se necesitó más ayuda y voluntarios que en esta ocasión. Esta clase de desastres necesita de una acción organi-

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12. Nuevas brisas

zada y sistemática y quienes la realizan deben estar preparados física y emocionalmente para esta clase de emergencias.

La Intendencia manifestó que fuimos la primera Institución en llegar con ayuda y los únicos que la brindamos por los primeros cuatro días.

Las filas de gente necesitadas eran enormes. La acción del Ejército se expandió también hacia el sur. A Valdivia fueron enviados camiones premunidos de víveres y ropas de abrigo que el Ejército entregó con diligencia. Durante los días siguien-tes se recibió ayuda de los Estados Unidos y de otros países, que se debió canalizar en Santiago de manera que todos los salva-cionistas se pusieron en campaña para ayudar, tanto los que viajaron hacia la zona afectada, como los que permanecieron en sus lugares habituales.

El problema con las catástrofes es que al principio desatan potentes sentimientos de solidaridad pero que, con el trans-curso de los días, van perdiendo su fuerza e intensidad. Las personas ya no ayudan con tanta energía, sin embargo, sabemos que el Ejército, de acuerdo a sus políticas, se mantuvo firme y constante, aún aumentando sus acciones de ayuda a los dam-nificados.

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13. Días de austeridad

13. Días de austeridad

Un hombre merece ser llamado grande sólo si a sus logros se suman amabilidad, coraje y humildad.

William mCintyrE

El ttE. CoronEl JosEPh dEx rEGrEsaBa a ChilE como Jefe Territorial (1964-1969).

En su reunión de bienvenida afloraron muchos recuerdos y testimonios de su reconocida trayectoria en nuestro país.

El Ejército no pudo haber elegido como sucesor, del ahora Comisionado Gearing, a alguien más diferente. Venían de dis-tintas culturas, lo asombroso es que ambos fueron excelentes líderes y desempeñaron un trabajo de alto nivel. Aunque uno de ellos careció del apoyo financiero que al otro le vino con relativa facilidad, los dos hicieron uso de sus destrezas, que eran muchas, y lograron avances en el Territorio. Ambos contaban con capacidad de mando, tenían el mismo amor por los propó-sitos del Ejército y ambos eran siervos del Señor.

Dex había sido enseñado en la escuela del sacrificio econó-mico. Estaba acostumbrado a enfrentar problemas de finanzas y sobrevivir con pocos recursos. Vivía por la primera parte de Filipenses 4:12: “Sé vivir humildemente”. La segunda parte: “sé vivir en abundancia”, estaba fuera de sus libros.

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Caminos de Gloria

Esta filosofía de vida se aplicaba a algunas decisiones y políticas que salpicaban a sus oficiales, que en ocasiones no la veían con buenos ojos. Esto le hizo parecer severo y apegado al reglamento, cuando en realidad era extremadamente amable y bondadoso. Tenía sentido del humor y gustaba de contar histo-rias jocosas. Fue muy respetado por su trabajo en la plataforma. Se adjudicó a sí mismo la predicación en las Reuniones Unidas de los jueves en el Cuerpo Central. En ellas presentaba temas que se correlacionaban de una semana a otra. Sabía alimentar a su gente.

El carácter de un hombre se aprecia en acciones pequeñas. Un hijo de oficiales, cuyos padres vivían en las cercanías de Santiago, pescó un resfriado y tuvo que alojarse en casa de la familia Goetschman, que por aquellos días estaba a cargo del Hogar de Hombres, allí supo que tenía que dormir en la pieza donde sólo dos meses atrás había sido velada la Mayora Goetschman. A los doce años se es salvacionista pero también se puede ser supersticioso: el muchacho estaba aterrado, su imaginación se había echado a correr, aun así estaba dispuesto a pasar una noche de horror. Esta situación llegó a oídos del entonces Capitán Dex, quien con mucha diplomacia lo sacó de allí y se lo llevó a dormir a su propio hogar, sin criticarlo ni hacerle notar su inmadurez. La bondad, verdaderamente se refleja en estos pequeños detalles.

Los Tenientes Coroneles Dex fueron pioneros en el Perú donde levantó el Cuerpo de más al norte del país: Trujillo; y, en Chile, donde levantó el Cuerpo más austral del mundo, Punta Arenas. Era un hombre de extremos, al menos geográficamente hablando; en ambos lugares tuvo éxito, pero a costa de enfren-tar serios problemas financieros.

Visitas importantes

El Coronel tiene la distinción de ser el Jefe Territorial más visitado por personalidades salvacionistas internacionales: recibió al Secretario Internacional Comisionado Carey y señora,

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13. Días de austeridad

del Territorio Central de Estados Unidos, los que visitaron la Obra Social en Chile y Perú; al Comisionado Samuel Hepburn y señora, quien presidió las celebraciones del Centenario del Ejército de Salvación Internacional que se realizaron en Chile, Perú y Bolivia.

La principal visita fue el General Frederick Coutts, quien se entrevistó con el Presidente Frei. El diario El Mercurio publicó un extenso artículo respecto a su visita y a la labor del Ejército Salvacionista.

También hubo inauguraciones, aquellos eventos que coronan una dilatada gestión para obtener fondos y una dedi-cación especial al supervisar los detalles de una construcción. Una inauguración es un recordatorio de que todavía hay sangre en las venas de la Institución, pues se lleva a cabo en ella el milagro de la gestación y el crecimiento de algo nuevo. La siguiente lista tiene semejanza con los capítulos de la Biblia que nombran las generaciones: mengano engendró a peren-gano, ellas pueden ser un poco monótonas de leer, pero están ahí para rendir alabanza a Dios por la presencia de vida en nuestro Ejército.

En Temuco se inauguró una guardería infantil, por aquellos mismos días se comenzó, no una, sino dos construc-ciones, la primera en Playa Ancha, Valparaíso, la segunda en Lo Valledor, de Santiago Sur. También se inauguró el local que sería avanzada de Maipú. Esta Avanzada comenzó a funcionar en la casa del Hermano Arturo Moya, luego pasó a la casa de la familia Cáceres. Esto fue un trabajo que se tomó el Grupo Misionero del Cuerpo Central. Todos estos esfuerzos culminaron en 1982 cuando se inauguró un nuevo Templo y Guardería Infantil en la comuna de Maipú, con dos flamantes Tenientas Patricia Gallegos y Nina Novoa.

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Caminos de Gloria

Fuérzalos a entrar

Si todos los hombres son iguales, hay unos que son más iguales que otros, todos conocemos esos caracteres independientes que marchan al compás de su propia música. El Brigadier Máximo Nalegach es uno de ellos. Su muerte, que ocurrió en 1967, marca un hito en aquella clase de salvacionismo agresivo, personali-zado y pintoresco, siempre rico en fe. Nacido en Rusia, sirvió en Chile por largos años.

No se podía estar con el Brigadier por más de tres minutos sin que llevase la conversación al tema de la eternidad y a la relación del interlocutor con ella. No importaba si te habías encontrado con él en la Reunión de Salvación del domingo, o si te habías sentado y compartido el cancionero: la pregunta que te hacía era: ¿cómo está tu alma? Se trataba de un evangelismo a tiempo y fuera de tiempo.1 Tan inmerso estaba en su tema que te arrinco-naba entre su pregunta y la pared, instándote a reflexionar.

Este celo por compartir el evangelio constituye el prototipo de cómo se evangelizaba por esos días. Había en el Ejército un gran amor por las almas, cuyo ejemplo viviente provenía del Fundador. Se cuenta que, al término de una Reunión de Salvación tremendamente exitosa, su edecán le preguntó:

-¿General, vio los cientos de almas que pasaron al banco de penitentes esta noche?

El anciano General contestó bruscamente:

- ¿Viste a los que se fueron sin pasar?

Esta preocupación por las almas se hizo presente en el entre-namiento y la preparación de los oficiales. Antes de admitir un candidato a la Escuela de Cadetes, el Cuartel preguntaba a su Oficial Directivo:

-¿Ha demostrado el candidato amor por las almas? ¿Ha con-ducido penitentes a los pies de Cristo?

1 La Biblia (2ª Timoteo 4:2)… que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; pero redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina…

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13. Días de austeridad

En la escuela, el cadete debía estar listo para abordar a cualquier persona con el mensaje de salvación por lo que salía a practicar con un oficial instructor:

-Cadete, ¿ve ese hombre en el poste de la luz? –preguntaba el instructor–.

-Lo veo –contestaba el cadete, agregando con débil espe-ranza–: Está ocupado conectando cables.

El instructor, sordo a cualquier excusa, decía:

-Vaya y háblele del Señor.

Con este método se preparaba oficiales seguros de sí mismos, capaces de entablar conversación con desconocidos. Si la gente estaba muy renuente a asistir a las reuniones, usaban “toda clase de artimañas”, que a diferencia de las arti-mañas del error que menciona Pablo, mediante las cuales los hombres se engañan unos a otros, éstas servían para atraer gente al Reino de Dios, tal como las melodías de los bares que Booth adoptó para usarlas con palabras cristianas, poniéndo-las así al servicio del Evangelio.

Si el asunto era llenar un salón, se quitaban la chaqueta del uniforme, se dirigían a la plaza en donde empezaban una dis-cusión que crecía hasta convertirse en una riña. Cuando uno de ellos sacaba un inmenso cuchillo, vociferando amenazas, el otro huía, convenientemente, hacia el salón del Ejército de Salvación. La gente, hambrienta de novedades, los seguía y entraba para ver el desenlace de la pelea, y se encontraban con los contrincantes que, vestidos de uniforme, les daban, con una sonrisa, la bienvenida a la reunión de Salvación. Esta era una de las santas artimañas.2

Muchos se convirtieron escuchando a un oficial que predi-caba desde un ataúd abierto en plena calle, infundiendo a los transeúntes un saludable temor por las cosas eternas. En oca-

2 La Biblia: (Efesios 4:14) para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por donde quiera todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

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Caminos de Gloria

siones celebraban hasta un funeral completo, con desfile, caras tristes y uno que otro sollozo.

Existía urgencia por evangelizar. El genio de William Booth, consistió en imbuir a su Ejército de la realidad que poseen las cosas eternas y de la necesidad que conlleva el preocuparse de ellas ahora. Había visto al demonio cara a cara en el East End3 de Londres y el encuentro había dejado su marca. No podría olvidar el sufrimiento que el pecado implanta en aquellos que atrapa: niños que no alcanzaban a tener diez años y tamba-leaban ebrios a las ocho de la mañana; mujeres famélicas que trataban de dar leche a sus criaturas; hogares en que la priori-dad era conseguir licor para el dueño de casa, sin importar la comida de los niños. ¡Pobreza tan insoportable como innece-saria, producto de la ambición y la explotación humana!

Booth sabía que el mal era real y nunca pudo conformarse con un Evangelio que fuese menos real, –“mi religión me gusta como mi té: caliente”. William Booth sentía y comu-nicaba una claridad meridiana de las cosas “que no se ven pero son eternas”. El cielo era tan real como el periódico que le dejaban cada mañana en su casa. Solía decir que le habría gustado terminar el entrenamiento de sus cadetes colgándo-los sobre el infierno, por dos semanas. Como testigos oculares del sufrimiento que existe en aquel lugar, subirían al púlpito a predicar con la pasión necesaria para salvar a las almas.

Los primeros salvacionistas se veían a sí mismos como los siervos del rey que preparó las bodas, en la parábola de la Gran Cena, a las cuales sus amigos no quisieron asistir y que fueron enviados con las instrucciones de buscar a los que no tenían interés en asistir, y aunque fuese con “santas artimañas”, for-zarlos a entrar.

3 Bajos fondos.

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13. Días de austeridad

Liga del Hogar, un toque femenino

Mis mejores hombres, son mujeres, decía William Booth. Por aquellos días contamos con la visita de la Comisionada Ryan, quien estuvo presente para la celebración del aniversario 60 de la Liga del Hogar.

Una historia del Ejército de Salvación que no incluya a la Liga del Hogar, es como una sandía chilena a la que le falta el corazón. Las ligueñas, con su alegría, su dinamismo y su entusiasmo refrescan la Congregación y le dan vida al Cuerpo. Mantienen viva esa llama tan indispensable que une a todos los salvacionistas. Ahora estaban celebrando su aniversario número 60.

La Liga del Hogar fue iniciada por la Comisionada Higgins, esposa del que fue Tercer General del Ejército de Salvación. El programa fue un éxito desde un comienzo.

Como es parte de la política salvacionista no hacer separaciones entre lo espiritual y lo material, es posible pertenecer a la Liga del Hogar sin necesidad de pertenecer al Ejército.

A estas reuniones se invita a mujeres en situación social desmejorada, generalmente con pocos estudios, casadas con un hombre pobre, llenas de hijos, que trabajan todo el día en la casa, enfrentadas a un futuro sin posibilidades, repitiendo día a día la misma rutina. Es un cuadro real que corresponde a la vida de miles de mujeres. La idea es apartarlas por un momento de ese mundo. No para hablar de religión sino de entretención y de crecimiento personal. Cuando se juntaban, se divertían, conversaban y compartían una taza de té. Aprendían cosas nuevas mediante sencillos talleres que impartían las ligueñas. Muchas de ellas se integraron a las filas del Ejército a través de esta entrada a los caminos del Señor.

Un ejemplo de esto es la historia de Norma, quien nació en Illapel y siempre ha vivido en el norte del país. Con su esposo Luis Hidalgo, se fue a vivir a la oficina salitrera “Prosperidad”, en pleno auge del mineral; al decaer la activi-

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Caminos de Gloria

dad salitrera se trasladaron a Calama con sus hijos. Norma se vio obligada a salir a buscar trabajo. Aparentemente este no era el plan de Dios, quien parecía tener otra cosa para ella. Cierto día su hijo Luis llevó a la casa una invitación de la Liga del Hogar para celebrar el Día de la Madre. Esa fue la primera conexión que tuvo con el Ejército de Salvación. Dice ella: “La atención que recibí aquel día fue tan especial que me sentí muy grata y mi vida cambió radicalmente a partir de aquel momento”.

“Los Oficiales Directivos, Mayores Raymond y Carol Allot, fueron desde allí en adelante como parte de mi familia. Fue tanta su demostración de afecto y cariño que toda mi familia llegó al Ejército”.

Norma Jorquera Henríquez se inscribió como soldado y recibió sus Artículos de Guerra. Comenzó a trabajar en la Guardería Infantil, allí cuidó niños que hoy son oficiales y la recuerdan como la tía Norma. Luego fue nombrada Secretaria de la Liga del Hogar. Su esposo también se hizo Soldado y siendo un hombre muy entusiasta salía todos los domingos al parque Manuel Rodríguez con su acordeón a hacer Aires Libres.

Nótese que la hermana Norma no fue invitada a la Iglesia, lo que podía haber sido negativo, ella concurrió a una cele-bración en un club de damas, lo que para muchas personas es mucho menos amenazante. Eso demuestra el acierto que sig-nifica adaptarse al mundo para llevar el Mensaje. El Ejército ha mostrado desde un principio que no toda la gente entra por la misma puerta a los caminos de Dios. Algunos entran por la necesidad de una cama, a través del trabajo social, allí se conectan y les cambia la vida. Hay casos en que un jugador empedernido ha llamado a nuestras oficinas porque se quedó sin dinero para volver a su casa y ese contacto le ha significado recibir el Mensaje.

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13. Días de austeridad

Cuando las cosas no se dan

El Capitán Mario Castillo fue uno de aquellos misioneros que impactó a la juventud salvacionista de Chile por su dina-mismo y sus ideas renovadas. Procedía de Argentina y ahora, después de algunos años, era nombrado de vuelta a su tierra. Se habían hecho las respectivas reuniones de despedida y un nutrido grupo de salvacionistas de Santiago fue a Los Cerrillos a dar el último adiós al Capitán, su señora y sus tres hijos –Mario, Ana Cristina y Silvia–. Cuando llegó el turno del pasajero Castillo, éste se presentó con sus boletos en el mesón y aquí sucedió algo que nunca vamos a entender y a lo que se le ha dado diferentes interpretaciones: por equivocación de alguien, sus asientos habían sido vendidos a otras personas. La familia Castillo no podía abordar ese avión, tendría que viajar en el próximo vuelo. Nunca nadie acusó al Capitán de ser una persona tranquila, jamás nadie lo tildó de paciente. Ante este “error” de la compañía aérea, el Capitán dejó caer todo el peso de su temperamento sobre los empleados: –“¡Esto es un abuso, cómo pueden hacerle esto a los pasajeros, los voy a demandar a la IATA, es un descaro, una falta de respeto!”… No había nada más que hacer. Cuando se calmaron los ánimos la mayoría regresó a sus hogares pero en el Cuartel se reunió un pequeño grupo de salvacionistas para consolar a los frustrados viajeros. Fue entonces que se presentó Javier, un joven que no pudo ir al aeropuerto. Venía tremendamente alterado pues escuchó en la radio que el avión había caído, estrellándose en la Cordillera a la altura del Cajón del Maipo. Todos los pasajeros habían perecido y la conclusión lógica era que el Capitán y su familia habían muerto.

¡Imagínense el impacto que causó esa noticia! Todos los periódicos, incluyendo a El Mercurio mantuvieron la noticia por tres días llenando las portadas. Dejaremos que el lector sea quien interprete este acontecimiento ¿Fue la intervención directa de Dios que salvó a esta familia dejando que otras perecieran? ¿Querría el Señor darles un mensaje especial a los

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Caminos de Gloria

Castillo y a los salvacionistas? ¿A qué costo? ¿Cuántos niños volaban en el avión?

Si algo nos enseña este acontecimiento es que hay áreas a las que debemos acercarnos con humildad y aceptación porque sencillamente no las comprendemos.

Son asuntos que no debemos tratar de entender, muy altos para nuestras pequeñas mentes y nuestros mezquinos puntos de vista. Hay veces en que la fe se manifiesta en no conjeturar, confiando en que dependemos de la mano de alguien que nos ama y que es mucho más sabio que nosotros, que tiene en su mente y su corazón cada recoveco, curva y situación de nuestras vidas y todo lo hace con un propósito. Como decía Einstein, el azar no existe. “Dios no juega a los dados”.

El Capitán regresó al aeropuerto y como el caballero y el cristiano que era, se disculpó ante aquellas personas que, en su enojo, había increpado. Airaos pero no pequéis; no se ponga el sol sobre nuestro enojo.4 Espontáneamente un grupo de salva-cionistas comenzó a orar dirigidos por el emocionado Capitán. La gente del aeropuerto se acercó para participar. El periódico del día siguiente mostraba mujeres y hombres uniformados unos como oficiales del Ejército de Salvación y otros como miembros de las líneas aéreas, más un centenar de personas orando.

Aún sin entender, alabamos a Dios por la deferencia que se gastó con la familia Castillo. El Capitán ya se fue con el Señor, esta vez había pasaje. Su hija es doctora en medicina y sus dos hijos sirven hasta hoy en el Ejército de Salvación.

4 La Biblia (Efesios 4:26).

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14. Bondad que se nota

14. Bondad que se nota

La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son

unas pocas palabras bondadosas.siGmund frEud

El mismo avión quE traJo a uno, sE llEvó al otro. Corría el año 1969 y al aeropuerto llegaba un nuevo Jefe Territorial, el Teniente Coronel Peter Staveland. Esta era la primera vez que un Jefe Territorial saliente se iba en el mismo avión en que llegaba su reemplazante.

Como la flora salvacionista es muy rica en especies que exhiben diferentes atributos y cualidades, los que llevaron al Coronel Dex al aeropuerto regresaron con un nuevo ejemplar.

Staveland era una persona callada y más bien reservada, tenía problemas con el castellano, su pronunciación delataba su origen noruego, nadie lo habría llamado carismático pero, en 1973, cuando se despidió del Territorio, todo el mundo lo lloró. ¿Cuál era su secreto? Su secreto se resumía en una palabra: bondad. Trasmitía un sentido de afecto y cariño que inspiraba confianza. Era inmensamente personal y la gente se sentía acogida por él. Exhalaba paz y tranquilidad, su carácter nos recuerda aquel dicho de Churchill refiriéndose a un miembro

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Caminos de Gloria

del Parlamento que se caracterizaba por su amabilidad: “Es una oveja que viene cubierta en piel de oveja”.

Reconocimientos

No lo hacemos por conseguir un premio. Nunca hemos esperado agradecimientos. Lo hacemos porque tenemos que hacerlo y ¡ay de nosotros si no lo hacemos!1 Aún así nos sentimos satisfechos cuando uno de nosotros recibe un reco-nocimiento. A través de estos 100 años, el Gobierno de Chile ha distinguido a varios miembros del Ejército de Salvación con la “Orden Bernardo O’Higgins”, que fue creada en 1956, lleva el nombre del máximo prócer de Chile y es entregada, como recompensa, por el Gobierno, a los ciudadanos extranje-ros que merecen ser distinguidos por su participación sobre-saliente en las artes, ciencias, educación, industria, comercio o cooperación humanitaria y social.

BriGadiErEs mC CaW

Eduardo Frei Montalva, Presidente de Chile en ese entonces, convocó al Palacio de la Moneda al Coronel Staveland, para materializar la entrega de la Condecoración a la Orden Bernardo O’Higgins, en el grado de Caballero, a los Brigadieres John Mc Caw y su señora May, quienes habían trabajado 35 años en el Territorio y ahora, al acogerse a retiro, regresaban a Gran Bretaña. Eran dos medallas una para él y otra para su señora. El Gobierno chileno reconocía así que en el Ejército de Salvación la esposa recibe el mismo llamado y posee el mismo rango que su esposo.

BriGadiErEs maGnEnat

El Brigadier Elie Magnenat y su dulce esposa Ruth, reci-bieron en junio de 1960, la Orden Bernardo O”Higgins. Él por

1 La Biblia (1 Corintios 9:16) pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesto necesidad; ¡hay de mí si no anunciara el evangelio!

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14. Bondad que se nota

servicios prestados a la comunidad doliente en el terremoto de ese año (y ella, según las malas lenguas, por haberlo sopor-tado a él).

El Brigadier es una de las figuras claves para muchos jóvenes de la época, que recuerdan sus sermones, cuyas verdades han moldeado sus vidas hasta hoy. Lo escucha-mos a menudo, narrando historias con enseñanzas que aún no hemos olvidado y de muchos otros temas que llamaban nuestra atención. Había venido de Suiza a la Argentina, en donde conoció el Ejército de Salvación entrando a la Escuela de Cadetes de Buenos Aires. El Ejército lo envió a Chile en 1934; tuvo varios nombramientos, uno de los cuales fue en el Hogar de Hombres de Valparaíso que ostenta la distinción de ser el primer edificio construido por el Ejército y en cuyo diseño Magnenat tuvo participación. Aquí ocurrió una des-gracia que lo marcaría para toda su vida: una de sus hijitas de cuatro años se subió a una baranda y en un descuido de la muchacha que la cuidaba, cayó del cuarto piso a la vereda de la calle. Su muerte ensombreció a todo el pueblo salvacionista. Era sastre de oficio y tenía una mente clara y un genio rápido. Hablaba 5 idiomas y en los 5 parecía tener el mismo genio. Pero la gente lo aceptaba, porque veía la sinceridad en él. Los que estábamos presentes, nunca nos olvidaremos de la vez que acudió con un ebrio al banco de penitentes y cuando el hombre no mostró la debida seriedad para el paso que estaba dando, lo levantó y lo sacó sin preámbulos del salón. “Las cosas del Señor son serias”, exclamó mientras lo conducía del cuello hacia la salida.

Su último nombramiento en Chile fue de Secretario General.

Todo el mundo se alegró cuando supo que el gobierno le otorgaba esta importante distinción, en ocasión de su aleja-miento del país.

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En su reunión de despedida dijo algo que quedó grabado en el corazón de muchos salvacionistas: “Cuando me entregué al Señor, él me prometió pan. A través de los años no sólo he visto que me cumplió la promesa, sino muchas veces le puso mantequilla”. Magnenat se despedía de nosotros en su estilo pintoresco y directo.

CoronEl GEarinG

Los diez años que los Gearing pasaron en Chile fueron beneficiosos para el país. Aunque su labor se desempeñó en una plataforma más bien humilde y discreta, ya que no era el representante de un gobierno extranjero ni el plenipotenciario de un conglomerado internacional, sino sencillamente el diri-gente de una institución cristiana, canalizó numerosos frutos para el país, beneficiando a muchos chilenos. El Gobierno hizo lo correcto condecorando con la Orden Bernardo O’Higgins a este extranjero que, mientras permaneció aquí, se entregó por completo a contribuir al bienestar de la gente de Chile.

sarGEnto PaChECo

Los camaradas del Cuerpo de Concepción estaban listos para empezar su Reunión de Santidad, cuando el Alcalde de la ciudad, don Marcos Ramírez Marchant, que todos conocían, entró en el salón acompañado de su comitiva. El Mayor Rune Sjöström lo invitó a sentarse en la plataforma. Aparentemente era algo concertado de antemano; el motivo de su visita se reveló cuando tomó la palabra y dijo: “Por cuarenta largos años, la ciudad ha presenciado el paso seguro y decidido del Sargento Domingo Pacheco y su afán de predicar el Evangelio y rescatar a los perdidos por el ancho camino de la vida. Personalmente, lo observé por espacio de muchos años, domingo tras domingo en la Plaza Cruz, en memorables jornadas de predicación, llenas del fuego que inspira su vida.” Y continuó declarando que la Municipalidad que él presidía y representaba venía a conferir al Sargento Domingo Pacheco

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14. Bondad que se nota

una medalla de oro como reconocimiento de la ciudad a un hombre que entregaba lo mejor de su vida a rescatar de la per-dición a hombres y mujeres que hoy son útiles a la sociedad. “Esta medalla se ofrece por su constancia y ejemplo en estos tiempos de mezquindad”. Y haciendo uso de un conocimiento de la doctrina que va más allá de lo usual en un político, agregó: “Esta medalla nada representa ante la corona que el Hacedor le tiene en las moradas celestiales.”

Dicho esto, prendió en el pecho del Sargento una medalla de oro con el escudo de la ciudad en plata. El Sargento Pacheco, con reconocida humildad la tomó diciendo: “Recibo esta medalla no como un homenaje personal, sino como un reconocimiento a la labor de nuestro querido Ejército de Salvación”.

¡Cómo nos gustaría que hubiesen más “Pachecos” en el Ejército!

El Ejército de Salvación también entrega una condecora-ción para los salvacionistas que sirven con honor en sus filas: la “Orden del Fundador”. Dos chilenos han sido receptores de la distinción: el Enviado Luis Orellana y el Sargento Raúl Guerrero.2

Enviado orEllana

El Enviado Orellana, de quien ya hemos hablado, alegró a todo el mundo salvacionista cuando, en 1962, le fue entregado este reconocimiento por el General Kitching.

raúl GuErrEro

Raúl Guerrero es uno de esos chilenos al que Chile le queda chico y tiene que salir al mundo a buscar aventuras. Bastante joven emigró a Estados Unidos, allí trabajó en su negocio de sastrería, con tanto éxito que no sólo confeccionaba los uni-

2 No podemos dejar de nombrar al Coronel Nery quien recibió la Orden del Fundador en Bolivia y cuya larga trayectoria salvacionista incluye brillantes momentos en Chile.

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formes para el Salvation Army, sino que comenzó a trabajar para las Fuerzas Armadas americanas. Mientras hacía esto, seguía trabajando como Oficial Local y abrió varios Cuerpos Hispanos en el área de Chicago. Uno de sus dichos más populares era: “El Ejército necesita buenos Oficiales Locales tanto como Oficiales de planta.” Cuando recibió la “Orden del Fundador”, la revista “Buenas Noticias” 3 lo llamó para hacerle una entrevista. Después de felicitarlo, el entrevistador le preguntó: “–¿Sabías que tú eres el primer sastre que recibe la Orden del Fundador?” , “–No lo sabía- contestó–, pero estoy seguro que soy el primer “desastre” al que se la dan.” Raúl es un hombre alegre y de buen humor, que aún hoy, octogenario, participa de la Obra salvacionista.

El verdadero valor de una reliquia

A la llegada del Ejército, durante la inauguración del primer Cuerpo, el Mayor Bonnet hizo entrega a los flamantes Oficiales Directivos de una bandera salvacionista. Ésta no era una bandera cualquiera, había sido desplegada en los inicios del Ejército de Salvación en Argentina y los hermanos del otro lado de la cordillera la enviaban ahora para que desempeñara la misma labor en Chile. El Teniente Arm atesoró ese pabellón rojo, azul y amarillo, hasta que el Ejército decidió, como reco-nocimiento a la ayuda prestada, entregárselo a Jorge Tansley, el niño preguntón que por su espíritu inquisitivo abrió las puertas de su hogar a los Bonnet, quienes desesperadamente necesitaban un lugar donde alojarse a su llegada al puerto de Valparaíso.

Ahora, Jorge Tansley era Promovido a la Gloria (1970). Poco antes, hace entrega de esa bandera al Sargento Luis Ascencio, allí le perdemos la pista, ya que Ascencio falleció dejando sólo a su yerno y dos nietos, los que se cambiaron de domicilio.

3 Periódico hispano del Ejército de Salvación en Estados Unidos.

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14. Bondad que se nota

Nos sentimos apenados por no habernos preocupado de esta reliquia que enriquece nuestra memoria como Institución, pero cuando pensamos en el asunto, nos damos cuenta que los objetos no nos traen el pasado, sólo lo subrayan, lo que sí queremos experimentar es el espíritu salvacionista, su manera de pensar y actuar, ése es nuestro afán. Una cosa es ser dueño de la bandera que fue llevada por nuestros antepasados a los caminos, las plazas o a las poblaciones y otra cosa es permitir que se adueñe de nosotros el espíritu que los llevó a ellos a esos lugares.

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15. Tiempos de prueba

15. Tiempos de prueba

La fe es pisar el primer peldaño cuando aún no se ve toda la escalera.

martin luthEr kinG

El Comisionado Edmundo allEmand sirvió En El tErritorio desde 1973 a 1980. Tiene la particularidad de ser el primer jefe hijo de misioneros que trabajaron en Sudamérica. Comenzaban a aparecer oficiales cuyos padres los habían traído como niños. Generalmente hablaban el castellano como un nacional y el idioma materno bastante bien. Sus padres, los Comisionados Edmundo Allemand (padre) fueron Jefes Territoriales en Argentina. Era una familia salvacionista a cabalidad. El joven Edmundo creció junto a dos hermanas y dos hermanos, en un ambiente en el que todo giraba en torno al Ejército. Cuatro de ellos se hicieron oficiales, una hermana murió en su niñez. Comenzaba a llegar a la cúpula administra-tiva una generación de líderes biculturales, en términos chilenos semi-gringos, una condición muy propicia. Era sudamericano por nacimiento y europeo (suizo) por herencia. Hizo la secun-daria y el servicio militar en Argentina. Entendía el aspecto europeo de la Institución y al mismo tiempo comprendía la sen-sibilidad latina de los salvacionistas sudamericanos. Hablaba

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inglés, francés y español. Tenía el don de manejar situaciones interpersonales con tino y sabiduría. El Comisionado no era desconocido en Chile, donde se le respetaba y admiraba por su desempeño como editor del Grito de Guerra, Director de la Escuela de Cadetes de Chile y Oficial de Distrito en el Perú, país donde fue elegido Presidente del Concilio Evangélico.

Era una persona persistente, lo demostró desde joven. Su corazón se prendó de una misionera sueca muy atractiva y talen-tosa con el único problema de que era mayor que él. Cuando pidió permiso para casarse se encontró con el reglamento que impide el casamiento de oficiales con más de 6 años de dife-rencia. El entonces Capitán, se puso en campaña, investigó y batalló, siempre con respeto, era un modelo de caballerosidad, hasta conseguir, después de varios años, lo que su corazón anhelaba. Desde Londres llegó la autorización. ¡Tanto va el cántaro al agua que al final se quiebra!

Su hijo Gustavo fue, también, muy popular en el medio sal-vacionista chileno. Como joven de 18 años se había esmerado tanto en la corneta, que llegó a ser brillante músico. Sus solos instrumentales eran la atracción y el deleite de los festivales musicales. Son pocos los que se quedan fríos al escuchar a un cornetista talentoso que se eleva vertiginosamente por las escalas musicales, haciendo brotar de su instrumento mil variaciones de un coro que todos conocemos. Gustavo recibió el cargo de Maestro de la Banda del Cuerpo Central y, es el decir general, que nunca la banda estuvo mejor, con la excepción de la Banda que se prepara para el Congreso del centenario. Los salvacionistas con canas debemos admitir que los salvacionis-tas actuales son más entonados que lo que éramos nosotros.

11 de septiembre

Se veía venir. Era solamente una cuestión de días. Como nubes cargadas de goterones que anuncian una tormenta, las noticias diarias presagiaban lo que finalmente sucedió. El golpe militar ocurrió el 11 de septiembre de 1973. Los

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próximos 16 años arrastraron al país por los senderos de la opresión, el abuso y la discriminación, o del progreso, avance y liberación, según quien cuente la historia. Chile se polarizó, los grises desaparecieron, todo llegó a ser blanco o negro. Es de notar que el Ejército de Salvación, una Institución vertical, que insta a la disciplina y la cohesión, no haya sentido la nece-sidad de obligar a su personal, oficiales o soldados, a tomar una posición determinada. Confiaron en que éstos estaban formados bajo principios más amplios e imperecederos que aquellos que vienen y se van, porque son de este mundo. Como Institución hemos sido llamados a concentrarnos en lo eterno, lo que permanece. Y caminamos por entre peleas y batallas sin adherirnos a ninguna posición, ya que la prioridad que Dios ha instalado en nuestro corazón, es entregar el mensaje eterno, aquel que será relevante aún cuando la hierba se haya secado, la flor se haya marchitado y todo el mundo compruebe que la palabra del Dios nuestro permanecerá para siempre.1 Esto no nos impide auxiliar a las personas que sufren o nece-sitan ayuda, no importando de qué bando provengan.

Nosotros, los salvacionistas, hemos notado que nuestro compromiso con lo eterno nos acerca más al mundo material y concreto donde se necesita un plato de sopa, un techo o una mano ayudadora. Servimos a un Señor que dijo claramente que su reino no era de este mundo, pero no tuvo a menos adentrarse en él, ayudando, enseñando y comprometiéndose con él hasta sus últimas consecuencias.

La concentración es parte importante del éxito de una misión. Cuando alguien sugirió a la Madre Teresa de Calcuta que se involucrara en política, para hacer más efectivo y real su trabajo, ella contestó: “La última vez que fui a un mitin político se me murieron dos viejitas”.

1 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre. La Biblia (Isaías 40:8)

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Habiendo dicho esto, el Ejército, como toda Institución humana, está compuesto por hombres y mujeres pensantes, que tienen opiniones políticas personales. Lo que honra a la Institución, es que éstas conversan y discuten entre ellas, pero no permite separaciones que impidan el desarrollo de la misión. Una vez terminada la hora del café, cada uno vuelve a su puesto a continuar su misión.

El problema social que se abordó de inmediato fue el de los detenidos que debieron dejar a sus familias sin provisión. El Ejército de Salvación hizo arreglos para proveer alimentación a estas familias. Esto fue posible gracias a que el Concilio Mundial de Iglesias puso los fondos para la adquisición de alimentos y confió plenamente en la gestión del Ejército de Salvación, para atender a estas personas. Gran cantidad de familias, en todo Chile, fueron beneficiarias de esta labor que se llevó a cabo con mucha discreción por la naturaleza de los hechos y muchos oficiales participaron dando alivio, ayuda práctica y consuelo. A esto se debe agregar la asistencia que el Ejército de Salvación Internacional procuró a los exiliados que llegaban a diferentes países sin conocer a nadie, sin trabajo y sin familia.

Como un ejemplo entre muchos, en Punta Arenas, que estaba cerca de la Isla Dawson, uno de los lugares de detención del régimen militar, el Capitán Arnoldo Soto se concentró en visitar oficinas, hacer antesalas, escribir cartas y empujar “a tiempo y fuera de tiempo” para conseguir los papeles necesarios para que el gobierno autorizara la salida de los detenidos que pre-ferían ser expulsados del país a permanecer en prisión, de esa manera tenían mayores posibilidades de trabajar y atender a sus familias. Muchos chilenos alrededor del mundo agradecen la oportuna intervención de este oficial que significó esperanza y salvación para muchas familias.

A los 70 años

Cuando Bonnet desembarcó con su familia, del “Oropesa”, comenzaron a funcionar las estadísticas. En momentos en que

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su pie pisó tierra, figuraron en Chile dos oficiales adultos y un joven soldado. Todavía no había Cuerpos, ni Avanzadas, ni Obra Social, todo estaba por hacerse. Todo era sólo una certeza de lo se espera.2

Después de 70 años de esfuerzos y bendiciones, funcionaban en Chile: 26 Cuerpos, 5 avanzadas, 11 centros comunitarios y 24 obras sociales.

Prestaban servicio: 96 oficiales activos y alrededor de 1380 soldados.

Entre estos oficiales había un buen número de misioneros; el influjo de éstos fue potente y decisivo, ellos con mejor prepa-ración y mayor experiencia tendían a ocupar los puestos más importantes. El desenvolvimiento de los oficiales nacionales había sido lento. Aquí hacemos una reseña de los primeros chilenos que recibieron un nombramiento o grado que los con-virtió en primeros en un grupo.

¿Quién fue el primer hombre en llegar a la luna? –Exacto. Amstrong.

¿Quién fue el segundo? —Se olvidó ¿verdad?

Tiene valor ser el primero, si no por otra razón, por el valor que le damos nosotros.

En 1947 un chileno alcanzó el grado de Jefe de Distrito por primera vez: el Brigadier Fuenzalida era nombrado jefe del Distrito Central. Se debió esperar hasta 1972 para tener la primera pareja de Coroneles chilenos: los Teniente Coroneles Alberto y Edelmira Lalut. La primera chilena que llegó a ser redactora del Grito de Guerra fue la Capitana Eliana Cristi, en 1974.

Los primeros chilenos que llegaron a la Dirección de la Escuela de Cadetes en 1978, fueron los Mayores Joel y Débora León y luego, en 1993, el Mayor se convertiría en el primer

2 La Biblia (Hebreos 11:1) La fe (es) la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

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chileno en ser nombrado Secretario en Jefe con el grado de Coronel.

Desde hace diez años el dinero del Territorio es manejado por una dama, lo que, en nuestra opinión, es una excelente política. Muchos presupuestos familiares estarían en mejor forma si estuvieran en manos femeninas; la Mayora María Alarcón, fue nombrada Secretaria de Finanzas en 1999, tarea que todavía cumple.

Misericordia quiero y no sacrificios

Cuando nos encontremos cara a cara con el Señor, él no nos hará preguntas teológicas, no le interesará lo que sabemos de doctrina, él nos preguntará cómo nos comportamos con nuestro prójimo, si le dimos pan cuando tenía hambre, si lo vestimos cuando estaba desnudo. El interés y la dedicación que los salvacionistas demuestran por la gente que sufre, salta a la vista cada vez que la Liga de Misericordia se derrama por los hospitales, los asilos o las cárceles, llevando un regalo que demuestra interés y una sonrisa que demuestra la presencia del Señor. Este ministerio es apreciado mayormente por los hombres y mujeres que deben enfrentar una Navidad lejos del hogar y la familia y por aquellos que no tienen a nadie que los visite. Existen numerosos casos de personas que llegaron a conocer al Señor por medio de un apretón de manos o una sonrisa de alguien uniformado, que no habían visto antes y que se presentaba en un momento de soledad y confusión, con un mensaje de solidaridad y esperanza.

El Grito de Guerra del año 1979 dedicó un reportaje espe-cialmente dirigido a este grupo que se inició el año 1924 bajo la dirección de la Coronela Lindvall y que en las navidades hacía paquetes con víveres y artículos de aseo, para ser repartidos por sus integrantes en hospitales y cárceles.

Durante el año se reunían para remendar vestuario pre-viamente recolectado, el que luego se entregaba a la gente

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más pobre. En 1938 el grupo había crecido y las reuniones se realizaron en casa de la Coronela Stevens. Nombres como los de E de Eliasen, R de Magnenat, señora de Dennis, de Salvany, de Nalegach, de Sparrow, de Perpignan, de Schant, Chiappa, Winkler, eran conocidos en ese ambiente de amor y misericor-dia.

La Liga de Misericordia testifica la posición del Ejército de que la amistad con el Señor debe producir obras positivas, claras y palpables: La fe debe producir obras; sin ellas, está muerta.3

La Liga de Misericordia originalmente se inauguró en Canadá, en 1892. Fue ideada por la señora del Comandante Herbert quien era Jefe del Territorio de Canadá. Su éxito fue tan rotundo que en 1905 pasó a los Estados Unidos. Hoy en día es parte esencial del Ejército en todo el mundo. Consiste en una unidad que se forma con la expresa intención de proveer un ministerio social y espiritual a los enfermos, discapacitados y postrados.

3 La Biblia: (Santiago 2:20) “la fe sin obras es muerta”.

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16. Liderazgo y simpatía

16. Liderazgo y simpatía

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

ConfuCio

Por razonEs quE nos Es difíCil ComPrEndEr, el liderazgo nacional floreció más rápidamente en el Territorio Este de Sudamérica que en el territorio Oeste. Es verdad que nuestros hermanos tienen 19 años de ventaja –abrieron la Obra en 1890– pero aún hoy llama la atención, a quien mira la historia, la ausencia de líderes nacionales en nuestro medio.

Haciendo honor a la intención de hablar con libertad sobre todo tema que interesa al Ejército, ponemos éste sobre la mesa. Nuestra osadía proviene de que no nos atrevemos a pasar por alto algo que está en la cabeza y el corazón de camaradas que han probado su lealtad y dedicación. El Señor nos entrega libertad para tocar todo tema y preocupación que nos embargue, no debería erigirse, por lo tanto, en el jardín de William Booth un árbol que no se pueda tocar. Si lo tocamos lo hacemos con el debido respeto y bajo la clara convicción de que no poseemos todos los elementos de juicio para hacer un comentario.

Nuestro interés aquí es crear conciencia de que esta situa-ción existe, para que se estudie.

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Parte de la explicación que se escucha cuando se discute este problema, es que el chileno es mal patrón y eso es dicho por los propios chilenos, que prefieren trabajar para un extran-jero. Otra explicación tiene que ver con la preparación que el Ejército brinda a los oficiales; alguien dijo: “En términos generales, el Ejército no se ha preocupado de preparar líderes”. Aparentemente él tiene razón.

Chile es conocido como un pueblo cariñoso y abierto a lo foráneo, lo que hace fácil promover a extranjeros como Jefes sin reacción negativa de los nacionales. Además, es más simple para el Ejército nombrar a personas que ya tienen experiencia en el puesto. Terminamos dando testimonio de nuestro agra-decimiento y admiración a los hermanos que han cruzado la cordillera para brindarnos ayuda y liderazgo.

Uno de éstos fue el Coronel Rubén Nüesch, hijo de oficiales suizos, criado en Argentina. Por cuatro años, empezando en 1980, llevó a cabo una administración balanceada, tranquila y ordenada. El Coronel tenía un especial sentido del humor que usaba muy bien para disolver o neutralizar situaciones difíciles o embarazosas.

El autor de este libro tuvo la oportunidad de experimentar esto recientemente. Cuando lo llamó por teléfono al Hogar de Ancianos, en Buenos Aires, él contestó con su amabilidad acostumbrada, su voz, aunque sonaba cansada todavía tenía un toque de picardía. (Tiene 88 años). Le di mi nombre y me reconoció de inmediato. Inicié la entrevista con la primera pregunta: “–¿Es verdad que en su administración se construyó la primera Escuela de Cadetes en Chile?” Desde mi teléfono podía escuchar las rueditas de su cerebro dando vueltas, se oyó una carcajada y luego me dijo: “–No me acuerdo, Enrique, no me acuerdo, tú eres bien molestoso.” Después de esto sólo intercambiamos palabras de afecto y se acabó la entrevista. El Coronel se libró del molestoso que lo quería llevar al pasado.

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16. Liderazgo y simpatía

El gran sueño cumplido

Un gran sueño de los salvacionistas en esa época era contar con una nueva Escuela de Cadetes. Había un edificio respeta-ble en la Calle Brasil, pero el número de candidatos lo hacía pequeño e incómodo para su uso. Se trataba de un amplio Hogar Residencial en el que se habían adaptado salones de clase y dormitorios.

La necesidad era tan grande que el Coronel Nüesch organizó una campaña de oración para llevar al Trono de Gracia esta petición.

En aquellos días el Secretario en Jefe era el Coronel John Larsson, muy conocido en el mundo salvacionista por su música y sus escritos. Su nombre está conectado al nuevo edificio por una serie de acontecimientos que recalcó en él, y en todos los salvacionistas del Territorio, que todavía Dios tiene su oído atento a las necesidades del Ejército de Salvación.

Un día que revisaba el correo, encontró una carta escrita a mano proveniente de un pueblo de Inglaterra y que hablaba de unas inversiones que un tal Walter Vis había hecho 20 años atrás, cuando pasó por Chile. Se refería a unas acciones de la Compañía Nacional de Petróleos depositadas en un Banco de Valparaíso y que él ahora deseaba donar al Ejército de Salvación en Chile. La misiva no indicaba el número de acciones ni el valor que tenían. Cuando averiguaron los detalles en el banco, todo el mundo en el Cuartel se sorprendió. Walter Vis estaba donando al Ejército medio millón de dólares, que para los años 80 era una cantidad aún más respetable que ahora.

Los Oficiales del Cuartel se hacían varias preguntas: “¿Quién es Walter Vis? ¿Qué razón tenía para hacer esta donación? ¿Se daba cuenta de la magnitud de lo que estaba regalando?”

Por medio del Departamento de Relaciones Públicas, en Inglaterra, el Coronel Larsson supo que los Vis eran una pareja de retirados que vivían en un pueblo al sur de Londres. Walter había sido marino mercante en sus días de juventud. Su barco

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descendía a menudo por la costa oeste de Sudamérica y recalaba en el puerto de Valparaíso con mucha frecuencia. Alguien le sugirió comprar acciones, lo que llevó a cabo, depositándolas en un Banco de Valparaíso. Los años pasaron, ahora quería arreglar sus asuntos económicos y se encontró con esos documentos que, lejos de Chile, eran sólo papeles que ocupaban espacio. Cuando él y su esposa hablaban de este asunto, buscando a alguien en Chile que pudiera ser receptor del dinero, Walter recordó que siendo niño, su familia había sido tan pobre que en una Navidad, en la que nadie esperaba ni un regalo ni comida, golpearon a la puerta; cuando abrieron encontraron un canasto surtido con todo lo indispensable para una cena de Navidad. Al mirar hacia la escalera, vieron descender la figura de una señora vestida con el uniforme del Ejército de Salvación. Walter nunca se olvidó de ello.

Ahora necesitaban saber si el Ejército de Salvación estaba en Chile. Los Vis no tenían conexión con la Institución en Gran Bretaña. ¿Dónde conseguir información sobre Chile? El domingo siguiente, a las diez de la mañana, hora británica, entraron al living de la casa de Inglaterra los acordes musi-cales de una banda salvacionista. Ahí afuera estaba la banda del Cuerpo de “Maidenhead”, soplando sus instrumentos justo frente a la casa de los Vis. Buscaban un nuevo lugar para hacer su Aire Libre. Walter salió y se presentó al Oficial Directivo del Cuerpo lanzándole a boca de jarro la pregunta que le interesaba más: “¿Hay Ejército de Salvación en Chile?” El sorprendido oficial no tuvo la respuesta inmediata pero él prometió buscarla en el Year Book (anuario del Ejército).

Cuando Walter Vis supo que sí había Ejército en Chile se apresuró a enviar una carta al Cuartel en Santiago, que el Coronel Larsson, Secretario General, recibía ahora.

Todo parecía decir que el Territorio tendría una nueva Escuela de Cadetes, pero el plan se nubló. El gerente del banco advirtió que necesitaba la autorización por escrito del Sr. Vis para poder entregar los fondos: “–Cualquiera que entregue documentos de

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16. Liderazgo y simpatía

un valor tan grande al Ejército de Salvación está loco”, exclamó el funcionario, agregando: “Antes de entregarles el dinero, el Sr. Vis deberá visitar el Consulado Chileno en Londres para que el Señor Cónsul certifique que el Sr. Vis se encuentra en sus cabales y no ha sido forzado a tomar esta decisión”.

¿Cómo explicarles a dos ancianos retirados cuya salida más larga era ir a la esquina a comprar el pan y su preocupación más seria ver que el gato se haya tomado la leche, que tienen que ir a Londres y presentarse ante un cónsul para firmar un papel? Si ellos se negaran, y tenían derecho a hacerlo, tendría-mos que decir adiós a la Escuela de Cadetes. Pero, ¡maravilla de maravillas!, ellos estaban decididos a hacer algo positivo con ese dinero. Efectuaron el viaje a Londres acompañados por un Oficial de Relaciones Públicas y acudieron al Consulado chileno, pero por asuntos inesperados, ese día no se atendía público: “–Lo sentimos mucho, pero tienen que venir otro día”. Esto podría haber sido el final del proyecto. Pero, unas semanas después se presentaron nuevamente y al fin lograron firmar el documento.

Cuando el banco recibió el certificado en Chile, los abogados descubrieron otro problema: “Según la Ley chilena cualquiera que hace una donación de ese monto, debe presentarse perso-nalmente en una Corte de nuestro país y probar que al hacer su donación no deshereda a ningún miembro de su familia”. Nuestro propio abogado confirmó la validez de esta ley. Era imposible hacer que los Vis vinieran a Chile. Ahora era cosa de sacar el pañuelo y despedirse de la Escuela de Cadetes.

Al día siguiente nuestro abogado nos llamó de nuevo: “Consíganse otro abogado, yo no sirvo para nada”. El Coronel Larsson lo escuchó con atención, son pocas las veces que uno ve a un abogado que se disculpa. “–Acabo de averiguar que la ley de herencia a un pariente ha sido abolida.” Y prosiguió: “Ya no está vigente, los abogados del banco están equivocados.”

El Coronel guardó el pañuelo en el bolsillo, no había nada que despedir, la Escuela de Cadetes ya era una realidad.

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Caminos de Gloria

Aportes desde Norteamérica

Resalta el Congreso que se hizo con la visita de Norman Marshall, Comisionado Nacional de los Estados Unidos, quien vino acompañado de su señora esposa.

Estas visitas son cuidadosamente preparadas por los Jefes Territoriales ya que generalmente los Comisionados norteame-ricanos tienen acceso a fondos que ellos, con su generosidad, comparten con los países menos desarrollados del mundo. Se interesan en visitar los edificios y las propiedades que se encuentran deteriorados o con necesidades de implementación. Muchos edificios, a lo largo de Chile, exhiben una placa que lleva el nombre de algún Comisionado norteamericano, que fue invitado a nuestro país, agasajado a la chilena y que recibiendo un poncho y el cariño de los chilenos, regresó a su Territorio motivado para ayudar a nuestra Obra en Chile.

Por mucho tiempo el camión que se usó para repartir la comida de las cocinas populares era llamado el “marchal” y la camioneta que se usaba para uso del Cuartel, el “marchalito”, nombres que indicaban su procedencia.

Un apunte importante

Un hecho que debemos considerar importante es la Promoción a la Gloria de la Mayora Celia de Fuenzalida. Ella y su esposo Juan Fuenzalida, fueron los primeres cadetes chilenos que entraron a la primera promoción de la Escuela de Cadetes en Chile, en Mayo de 1926. Se cumple así un ciclo en el que una persona conoce el Ejército, se entrena como oficial, sirve por décadas, se retira y ahora se va con el Señor. Son un ícono de nuestro Ejército. Ellos estuvieron activos por 53 años aunque, después de su retiro, continuaron prestando servicios. Un salvacionista mantiene su grado y sigue predicando, en el bien entendido que el llamado de Dios no deja de existir porque sople 65 velas en la torta.

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17. Decisiones claras

17. Decisiones claras

Cuando el líder dirige, el pueblo dice lo hemos hecho nosotros.

lao-tzu

hay lídErEs y lídErEs. Los primeros toman la posición, trabajan concientemente en ella y hacen lo que se espera que hagan, más que líderes son administradores. Con ellos los asuntos se llevan con tranquilidad, suavidad y eficiencia. Los otros, los segundos, pertenecen a una clase distinta, cargan una visión que los apremia, cada día se levantan dispuestos a hacerla realidad. Muy pocos pertenecen a ambas categorías; el Comisionado Eliasen es uno de ellos: dirigió el Territorio desde 1984 hasta 1990.

Un administrador sensato, diligente crea una atmósfera de trabajo carente de favoritismos en que cada uno puede sentirse reconocido en su individualidad.

Un hijo del regimiento

El apellido Eliasen no es extraño a las playas de Chile. Hjalmar Eliasen, su padre, fue oficial por muchos años en el Territorio, como Secretario General, y se le recuerda con gran respeto como el iniciador de los programas de Hogares para

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Caminos de Gloria

Niños. Ahora su hijo mayor tomaba las riendas del Territorio, aplicando un liderazgo que fue, entre otras cosas, cooperativo, equitativo y en cierta medida preclaro con visión de futuro.

Él y su señora formaban un equipo eficiente y vigoroso. El entonces Coronel Carl Eliasen hizo una reunión unida de santidad en el Cuerpo Central que dedicó a su matrimonio y a su esposa. Los salvacionista, que al principio les pareció raro, se dieron cuenta que recibían de su Jefe Territorial un testimonio objetivo y ejemplar, una pareja que, en medio de la avalancha de obligaciones y actividades que el Ejército impone, había logrado un matrimonio armonioso y productivo.

El Coronel Eliasen sentía la urgencia de enseñar, de preparar, de hacer que el salvacionista, del rango que fuere, tuviera la oportunidad de crecer y desarrollarse en su servicio. Numerosos oficiales, jóvenes por aquellos días, recuerdan con agradecimiento los pequeños grupos de encuentro que hacían con su grupo territorial en el que discutían los problemas de sus servicios diarios, a la luz de las Escrituras.

Nueva sede

Un desenvolvimiento de importancia fue la construc-ción en Santiago de la nueva Sede para el Territorio Oeste de Sudamérica, desde donde se dirigen las actividades de Chile, Perú, Bolivia y Ecuador. El financiamiento se hizo con dinero de los amigos del Ejército Internacional.

El terremoto de 1985 había dejado en mal estado el edificio de la Avenida Portales. Existía la urgente necesidad de construir nuevas dependencias para las oficinas centrales del Territorio. Esto siempre es un peligro y el Coronel estaba consciente de ello. Ocurre en toda tribu, ya sea tribu comercial, tribu insti-tucional o tribu religiosa que empieza con muchos guerreros luchando en el campo de batalla y termina con muchos caciques fumando la pipa de la paz en la retaguardia de la oficina. Una de las advertencias que hace el experto en administración, el

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americano Peter Drucker, es que entre más grande es el edificio central más fuerte se hace la presión para llenar el espacio; lo que se hace agregando puestos, tal vez no tan necesarios y restando personal del campo de batalla. Eso ocurre también en otros países. Drucker afirma que la acromegalia1 es el peligro más grande que enfrenta una organización.

El arquitecto se entusiasmó con los espacios y presentó unos planos espectaculares pero el Coronel, visualizando estos pro-blemas, le pidió achicar y simplificarlos.

La parte principal de un Ejército no es el Cuartel, es la infan-tería que lleva la bayoneta, es la que, en última instancia, gana la batalla.

El Edificio como lo tenemos hoy es práctico y funcional, pero nadie puede llamarlo extravagante ni acusarlo de ser un elefante blanco aunque considera espacios para un futuro crecimiento.

El Tesoro escondido del Ejército

Los edificios no son la riqueza del Ejército de Salvación: su capital y su tesoro se encuentra en los miles de soldados, oficiales y oficiales locales que sirven al Señor en las filas de la Institución. El Ejército no siempre ha manejado bien este recurso, no siempre ha preparado este terreno fértil y promiso-rio con la capacidad que le aseguraría una cosecha abundante y generosa.

Esto se nota en la escasez de material didáctico y la carencia de programas de enseñanza que alimenten, hagan crecer y motiven al salvacionista. El problema se hace más notorio en el grupo que conocemos con el nombre de Oficiales Locales. Es increíble el potencial que existe en estos hombres y mujeres que sin remuneración económica, en forma totalmente volun-taria, prestan servicios domingo tras domingo, predicando y apoyando al Oficial Directivo. No han recibido un curso de homelética, no han participado en un curso bíblico en pro-

1 Gigantismo, crecimiento excesivo de los huesos de la cara y cabeza.

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fundidad, pero les exigimos que prediquen y enseñen. Los oficiales tienen más recursos a su disposición pero aún así la administración que se preocupa debidamente por ellos, causa atención y genera agradecimiento por parte de los beneficia-dos. Es por eso que presentamos aquí un ejemplo que vale la pena destacar.

La Mayora Martita Magallanes, quien acaba de ser Promovida a la Gloria, en la última entrevista grabada que le hicimos en Maipú, nos dejó un testimonio de lo que significa una administración que se preocupa por el futuro del Ejército representado por los oficiales jóvenes. Dejemos que ella lo exprese con sus propias palabras:

Mi generación de oficiales tiene mucho, mucho que agradecer al Comisionado Carl Eliasen, él se preocupó especialmente de los oficiales jóvenes. Hizo un seminario en Malloco, se consiguió el lugar de las monjitas y nos llevó por siete días entregándonos pura doctrina y Biblia, nos dio duro desde la mañana hasta la noche; doctrina y Biblia, pero a ratos, orden y reglamento. Yo no sé de adonde se consiguió dinero, porque tuvo que pagar ahí. He guardado el programa que ya está amarillo, tiene que haber sido en el año 1977, cuando él era Secretario en Jefe. –“Ustedes van a ser los líderes del futuro”, nos decía, (esto impresiona, porque los que él dijo, fueron). Estaban todos los que ahora son líderes: Alarcón, Arguedas, Almendras, Martínez, habían 21. Éramos todos oficiales de Chile, Perú y Bolivia, la única extranjera era la Tenienta Janet Davis que más tarde abrió el Hospital Harry Williams en Bolivia. En los seminarios de los años 80, durante las noches se planteaban los temas: ¿Por qué escogí ser oficial? El otro: “Mis sueños como oficial”, después nos hacía analizar a todos y nunca me olvidaré de eso, me recuerdo clarito que todavía les puedo decir a algunos lo que dijeron. Nos decía: Cuando tú seas Capitán, cuando tú seas Mayor ¿ése es tu sueño, eso es lo que quieres hacer? O ¿tu sueño es pregonar a Cristo? Recuerdo muy claro que uno dijo: “Mi sueño como oficial es viajar

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en un trasatlántico, ir a Inglaterra”. El Mayor Eliasen invirtió tiempo, preocupación y dinero. Cada vez que me toca participar en Consejo digo esto: “Por toda cosa que uno recibe tiene que ser responsable, por eso, el que fue a un curso de lo que sea, después tiene que aplicarlo en su ministerio”. Cada cierto tiempo él nos escribía haciéndonos preguntas específicas en las que teníamos que decir cómo habíamos aplicado lo que nos enseñó.

Otro de los seminarios fue en Padre Hurtado donde el local era un galpón con dos dormitorios, uno para hombres y otro para mujeres, íbamos a la feria de Lo Valledor a pedir cooperación, nos turnábamos para cocinar y comíamos casi puro zapallo, porque era lo que más nos daban. El día empezaba con lo espiritual, y de allí el resto orando, ese (seminario) duró como cuatro días.

Cuando tuve la entrevista de evaluación de los cinco años él (Mayor) tenía las preguntas en el escritorio. Me dijo: “Esto se invirtió en ti, ahora cómo lo has aplicado y cómo lo piensas aplicar si tuvieras tal nombramiento, ¿cuál va a ser el mensaje que vas a entregar?” Yo creo que a toda esa generación la hizo muy responsable. Cuatro años después vino como Jefe Territorial, fue un gran jefe.

Con cariño y respeto hemos presentado este testimonio de nuestra querida Martita Magallanes. Ella era una amante de la historia y son muchas las anécdotas desperdigadas en las páginas de este libro que no estarían aquí si ella no las hubiera traído a nuestra atención. Su recuerdo estará con nosotros para siempre.

Se extiende el Territorio

Uno hecho, de los más novedosos, es que el Ejército sobrepasó la línea ecuatorial que divide los hemisferios, la bandera sangre y fuego comenzaba a flamear en Ecuador. Hacía varios años que se estaban haciendo planes y realizando esfuerzos orientados

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a la apertura de la Obra en ese país. Esto se concretó por las gestiones realizadas por Erick Theinhardt, hijo de oficiales, que por su actividad profesional hubo de trasladarse desde Costa Rica a Quito, y por el Enviado A. Vivanti. En enero del año 1986 el Coronel Eliasen inaugura el Primer Cuerpo ecuatoriano que aumenta los límites del Territorio Oeste de Sudamérica, dejando como oficiales directivos a los Capitanes Flores.

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18. La perspectiva de las cosas

18. La perspectiva de las cosas

El Ejército de Salvación existe tanto para sus miembros, como para los que no lo son.

GEnEral ClarEnCE WisEman

Cuando El viaJEro Pisa Por PrimEra vEz las CallEs de Nueva York, siente una sensación de cansancio. Su mirada, que salió entusiasta a buscar detalles nuevos, vuelve agotada de su recorrido por calles interminables, que enmarcadas por ambos lados con edificios similares forman lo que alguien llamó “la jungla de cemento”. Para ver el paisaje de la ciudad, el que todos conocemos, el turista debe alejarse de sus calles y contemplarla desde lejos. Ese es el poder de la perspectiva, el que nos permite percibir la importancia o grandeza de las cosas y la relación que existe entre ellas. Si queremos comprender la importancia de los hombres, los hechos y las situaciones, hay que mirarlos a través del tiempo, y es entonces que podemos evaluar, comparar y dis-cernir, sobre personalidades, contribuciones y logros. Cuando queremos acercarnos al pasado para aprender de él, necesita-mos de la Historia y ésta necesita de la perspectiva que dan los años para pintar una época con cierta ecuanimidad.

Lo que resta de los cien años lo iluminamos con luz somera, sólo lo suficientemente fuerte para indicarle al lector que el

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sujeto estuvo allí desempeñando su función histórica. Estamos demasiado cerca para enfocarlos con el potente rayo de luz que se necesita para analizar su acción y evaluar su contribución.

los CoronElEs david y aliCE BaxEndalE 1990-1992. En Chile estuvieron sólo dos años. Venían de Jamaica, donde fueron Jefes Territoriales. En el aeropuerto fueron recibidos por los camaradas felices de tener otro Jefe Territorial nor-teamericano.

Su personalidad entusiasta y alegre atraía a la juventud. Su primera gestión fue dialogar con el Cuartel Internacional para subir los salarios de los oficiales, con lo que ganó mucha admiración y cariño. Le correspondió a los Baxendale diseñar y planear la campaña “Cinco años de crecimiento” que, entre otras cosas, tenía el propósito de conseguir 25 cadetes cada año, por cinco años. El primer año de esta campaña ingresaron 25, con los del segundo año se juntaron 42, la sesión más grande que ha habido en Chile. El Coronel y su señora fueron ascen-didos al grado de Comisionados y enviados como Directores al Colegio Internacional de Oficiales en Londres.

los CoronElEs alEx E inGEBorG huGhEs, fueron elegidos para dirigir el Territorio entre 1992 y 1997. Aunque nacido en Escocia, el Coronel es considerado en Chile como un caso especial pues se adaptó de tal manera a nuestra cultura que hablaba castellano y a lo “chileno”. No sólo se le recuerda como un cristiano “buena gente”, sino uno “requete buen agente” 1 . Era sencillo, amistoso y además excelente administrador. Ante cualquier situación lograba poner el aspecto personal y humano en primer lugar.

Al Coronel Alex Hughes le correspondió poner el pecho para que el Ejército de Salvación pudiera recibir del Gobierno de Chile un reconocimiento institucional por los 85 años de importante labor. Hughes, con la modestia que le es característica, llevó el reconocimiento al Cuartel General donde lo expuso a la vista de todos.

1 Chilenismo superlativo.

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18. La perspectiva de las cosas

La Coronela se interesó por los hijos de oficiales que hoy día, como adultos, recuerdan con mucho cariño las atenciones que ella les prodigó.

Posteriormente, se fueron a Inglaterra, en donde él, ahora Comisionado Alex Hughes, desempeñó el cargo de Secretario Internacional para las Américas y el Caribe. Luego fue nombrado Jefe Territorial del Territorio Reino Unido con la República de Irlanda, el más grande del Ejército de Salvación. Dos años antes de retirarse, pidió ser nombrado Oficial Directivo, el puesto con que había empezado su brillante carrera; con este gesto lo convertía en el nombramiento más importante del Ejército de Salvación.

los CoronElEs laWrEnCE y nanCy morEtz se desempeñaron como Jefes Territoriales de 1997 al 2000. Esta era la primera vez que la esposa de un Jefe Territorial era nombrada Jefa Territorial Asociada. Fueron muy bien recibidos por el contin-gente salvacionista que se reunió en el aeropuerto de Pudahuel para darles la bienvenida. El milenio terminaba con un ameri-cano al mando. El Coronel siempre tuvo atracción por la Obra hispano-americana; había sido Comandante Divisional en Puerto Rico, donde aprendió un español con tonos caribeños que usó con beneficios en Chile. Como estadounidense, tuvo acceso a la ayuda norteamericana.

Bajo su administración el Ejército celebró noventa años de trabajo en el país. Uno de los eventos más brillantes del Congreso de ese año, fue el enrolamiento de 100 soldados adultos. El Coronel Moretz, con su sentido de organización, consiguió que cada Territorio apadrinara un programa diferente para la cele-bración.

Durante su administración se celebró un Congreso Internacional al que asistió todo el mundo salvacionista. ¿Qué celebraban? ¿Quién dijo que los salvacionistas necesitan una razón para celebrar? Este era el primer Congreso Internacional que ocurría fuera de Inglaterra. Se llevó a cabo en la ciudad de

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Atlanta, Georgia, Estados Unidos, y el Coronel Moretz se las arregló para enviar el grupo chileno más grande que ha asistido a un Congreso Internacional.

Antes de irse fue ascendido al grado de Comisionado lo que es un honor para el Territorio.

los CoronElEs huGo y Julia d. Pintos, administraron el Territorio entre los años 2000 al 2007. Se encontraba en el país desempeñando el cargo de Secretario en Jefe cuando él recibió el nombramiento de Jefe Territorial y el rango de Comisionado.

El Coronel Hugo Pintos ostenta la distinción de ser el Jefe Territorial más joven que ha desempeñado este cargo en el Territorio. Supo ganarse el aprecio de la juventud, tenía cierto carisma para atraer a la gente. Su testimonio personal había sido potente al compartir sus vivencias como un niño de la calle en la ciudad de Buenos Aires, hasta llegar a ser responsable por la Obra Salvacionista en Chile, Perú, Bolivia y Ecuador. El niño, que un día anduvo en la calle con hambre y necesidades, fue dos veces a Inglaterra como miembro del Consejo Supremo a parti-cipar en la elección del Líder mundial del Ejército de Salvación.

Durante su administración se cambió el antiguo sistema, que separaba la administración por departamentos, a uno de Gabinetes y se creó el Departamento de Educación y Escuelas, poniendo énfasis en la confesionalidad de nuestros estableci-mientos educacionales.

Los hijos de oficiales que desean seguir estudiando recuer-dan con agradecimiento al Coronel Pintos ya que fue él quien instituyó las becas universitarias, que los favorecen. Este bene-ficio es único para el Territorio Oeste Sudamericano, y se lleva a cabo con fondos provenientes de las escuelas.

Su administración terminó abruptamente por problemas personales, que le impidieron seguir dirigiendo el Territorio, pero que no impiden que se le reconozca con aprecio y agrade-cimiento

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18. La perspectiva de las cosas

los CoronElEs JorGE y adElina fErrEira, desde 2007 son Jefes Territoriales. Él, argentino de nacimiento. Debemos admitir que nos gustaría haber tenido un Jefe chileno para el centena-rio, pero si esto no sucedió tenemos a la persona más indicada. El Coronel posee un don de gente que le permite moverse con facilidad y donaire entre situaciones que estamos seguros son difíciles de manejar. En su manera discreta, sabe cuando debe actuar y hasta donde es recomendable llegar.

El Coronel fue parte de la comisión investigadora que en el año 1996 viajó por diferentes países de América buscando datos e información que serían enviadas al Cuartel Internacional para implementar nuevas políticas en el campo hispano-americano. Esta información y experiencia le ha valido para entrar rápida-mente en el ritmo del Territorio y de la Obra en Chile de manera particular. Los Coroneles enseñan, viven y motivan un compro-miso al “sacerdocio de todos los creyentes”, que se expresa en el llamado que comparten todos a participar de igual a igual en el engrandecimiento del Reino de Dios. La Coronela Adelina, nació en Chile, pero cuando niña sus padres regresaron a la Argentina donde ella estudió y se crió; testimonio que comparte públicamente a mucha honra.

La última década

Los últimos diez años hemos presenciado el desarrollo de ciertas tendencias en la Obra del Ejército de Salvación en Chile. Para empezar, el rostro es más local, todas las posiciones divi-sionales están en manos de oficiales nativos del Territorio que comprende Chile, Perú, Bolivia y Ecuador, al igual que los jefes de Gabinetes y la Escuela de Cadetes. Nos tomamos el tiempo de mirar hacia atrás y agradecer a los oficiales extranjeros que nos prepararon para asumir esta posición.

El panorama de la Obra Social ha cambiado, ha disminuido el número de Hogares de Menores. El Sename, la institución gubernamental encargada de proteger a la niñez, ha enfocado su política a reinsertar a los menores con sus familias, restán-

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dole importancia al Hogar de Menores tradicional. El nuevo énfasis del Ejército es de fundar escuelas que en cooperación con el Ministerio de Educación realizan una magnífica labor, por lo que en 2002 se crea el departamento de Educación y Escuelas.

En Chile se ha dado un fenómeno único en el mundo: el de la Escuela Confesional. El gobierno permite y apoya a una iglesia para que entregue educación y, al mismo tiempo, permite que se predique el evangelio y se enseñe religión. El currículo de religión fue diseñado por un oficial del Ejército de Salvación: el Capitán Salinas, que tiene título de profesor. La interacción entre la Escuela y el Cuerpo puede ser muy nutritiva. Una escuela puede tener entre seiscientos y mil alumnos; toda esa gente y sus familiares están abiertos a la evangelización. En las manos de un oficial sagaz, el Cuerpo aumentará su asistencia en forma superlativa. Por ejemplo, el Cuerpo de Puerto Montt logró tener una congregación de setecientas personas, nutrién-dose de la Escuela Naciones Unidas.

Con respecto a la Escuela de Cadetes, el Ejército aumentó los requerimientos para ingresar, exigiendo a los postulantes cumplir con cuarto año medio rendido. Se han hecho arreglos pedagógicos y académicos para que un egresado de la Escuela de Cadetes en Chile obtenga créditos en la Universidad Catherine Booth.

El Ejército de Salvación también se ha puesto al día con los adelantos tecnológicos y varios Cuerpos mantienen sitios Web en los que anuncian sus programas y dan a conocer sus actividades e inquietudes. Una publicación que ha encontrado cabida inter-nacional es el “Círculo de la Amistad” iniciada por Mary Salvany, una salvacionista que trabaja en el departamento de traducciones del Cuartel Central, en Santiago y que además, ha traducido 38 libros salvacionistas del inglés al español, en sus comienzos con máquina de escribir (le tenía fobia a las computadoras), siempre en forma profesional, discreta y modesta. Mary era hija de oficia-les zapadores, siendo chilena, se crió en Perú donde sus padres

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fueron misioneros; su madre era inglesa, su padre español. Se desempeñó como secretaria en compañías norteamericanas. Asistía a las reuniones cuando su trabajo se lo permitía. Cuando jubiló, se ofreció para trabajar como voluntaria en la oficina del Cuartel Territorial. Sigue ahí después de 27 años.

Fue allí donde se encontró con el General Larsson, que por esos días era el Secretario en Jefe en Chile, quien se presentó en su oficina con un libro en la mano preguntando quien lo había traducido. Mary con cierta timidez le dijo que ella era la culpable. El Coronel sonriendo le recomendó que dedicara sus esfuerzos a traer el legado espiritual del Ejército de Salvación enjaulado en el idioma inglés al lector hispano. Hoy en día el Ejército de Salvación en Chile es el primer productor de material impreso de Latinoamérica.

Sin indios no hay caciques.

Nadie se atrevería a escribir una historia del Ejército de Salvación sin mencionar a sus soldados, nadie debería hacerlo. Es el grado más importante en nuestra Institución. Si él no avanza no avanzamos, si él no progresa no progresamos, si él no aprende no aprendemos. En definitiva, él es el Ejército.

El plan mejor preparado, producto del estratega más bri-llante, es inútil si no cuenta con la participación de los soldados, cuya función es llevarlo a cabo, aun a riesgo de sus vidas. La Obra salvacionista ha tenido la bendición de contar con la fide-lidad y lealtad de un sinnúmero de hombres y mujeres que con entusiasmo se han dado de sí mismos y de sus pertenencias, para proclamar el Evangelio.

El Ejército considera a todos sus miembros como soldados. Aun el General debe asistir como soldado a un Cuerpo en donde recibe el ministerio espiritual del Oficial Directivo. Todavía me acuerdo haber visto al General Paul Rader, en Londres, tomando notas del mensaje que entregaba un Capitán.

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Desde estas páginas rendimos homenaje a los miles de soldados anónimos, que sin mayor intención que la de honrar al Señor, dieron y dan de su tiempo, compartieron y comparten de sus pertenencias, y sembraron y siembran la buena semilla.

¡Cómo quisiéramos nombrarlos a todos, uno por uno!, pero estamos ciertos que sus nombres están grabados en aquel Libro en el que no se pierde un nombre ni se olvida una buena acción.

El mundo acostumbra a clavar su mirada y prodigar honores a quienes dirigen, olvidando, muchas veces, a los cientos de colaboradores cuya labor es crucial para el éxito. Las cosas son diferentes en la viña del Señor, existe un cúmulo de personas que sin subir a la plataforma producen abundantes frutos y reciben del cielo el reconocimiento y los honores que se merecen. Nunca sabremos, a este lado de la Eternidad, el efecto que tiene la oración que un soldado hace a las cuatro de la mañana, las visitas semanales al preso que nadie visitaba, o la comida que se lleva a una vecina enferma.

El Señor parece deleitarse en usar lo aparentemente pequeño…o humilde para avergonzar a lo grande.2 En un pueblo que había sufrido la sequía por meses, se decidió hacer un día de oración para pedir agua, todas las Iglesias de la locali-dad estaban reunidas en la plaza para comenzar las peticiones, cuando súbitamente las miradas de los participantes se fijaron en un muchachito, de aproximadamente 12 años, el único que se presentó con un paraguas en las manos. Si Dios hizo llover sobre la población, probablemente fue por la fe de este niño que sin quererlo, puso en vitrina la falta de fe de sus mayores.

Los cristianos grandes, en el Señor dan honor a esta verdad. Cuando alguien preguntó a Billy Graham:”–¿Cómo se siente una persona que puede llenar un estadio? –él le contestó–: “yo no he llenado el estadio; una viejecita, cuyo nombre no conoce-

2 La Biblia (Mateo 11:25) Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y los entendidos y las revelaste a los niños.

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remos, y que se levantó anoche a las dos de la mañana a orar es la que lo ha llenado.”

Sorprende la cantidad de salvacionistas que han apoyado la Obra y que para expandirla “prestaron su casa o donaron el patio” para construir una mediagua que sirviera de lugar de reuniones. En la cronología de este libro se detallan muchos de esos hechos, aquí sólo corresponde agradecerles sacándonos respetuosamente el sombrero ante ellos.

También es notoria la cantidad de familias que se han desta-cado en la expansión de esta Obra.

El Ejército de Salvación cuida a sus Soldados, porque sabe que sin ellos no hay Ejército, lo mismo que sin indios dispuestos a luchar, no hay caciques.3

3 Del pueblo mapuche “Grandes Hombres”.

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19. ¿Quién es más salvacionista?

19. ¿Quién es más salvacionista?

Para que en el nombre de Jesús se doble “toda rodilla” de los que están en los cielos,

y en la tierra, y debajo de la tierra.la BiBlia (filiPEnsEs 2:10)

soy hiJo dEl rEGimiEnto. Nací dentro del Ejército en el campo misionero, cuando mis padres fueron nombrados a Bolivia. Aun antes de nacer ya andaba en errandas salvacionis-tas, me llevaron a Aires Libres en Cochabamba y visité bares en La Paz. A mis cuatro meses bien cumplidos, me dejaban en la plataforma del salón, que después de las reuniones servía como dormitorio para mis padres. Allí, en una cuna, esperaba que ellos volvieran de la venta de “El Grito de Guerra”.

Digo todo esto con alabanza y agradecimiento a Dios, no todo el mundo tiene el privilegio de tomar parte en la guerra de Salvación a tan temprana edad, aunque sólo sea en calidad de peso extra. Tampoco creo ser el único; en aquellos días los hijos de oficiales eran reclutados a temprana edad en el quehacer salvacionista de sus padres, con o sin su “agú” de consentimiento.

Esto, en mi humilde opinión, me da el derecho –creo yo–, de considerarme un salvacionista y terminar esta narración

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que exalta los hechos del Ejército de Salvación en Chile, con una nota de advertencia que quizás alguien pudiera necesitar.

Este llamado a la precaución me viene como resultado de haber revisitado nuestro pasado donde tuve el privilegio de codearme con los primeros salvacionistas. Después de admirar sus esfuerzos, observar su espíritu y gozarme con su entusiasmo, volví con un sorprendente hallazgo, tan sorpren-dente que lo lanzo aquí sin preámbulos: “Los primeros salva-cionistas no eran tan salvacionistas como nosotros, nosotros somos mucho más salvacionistas que ellos”.

Aunque usaban el uniforme diariamente, aun en sus días libres, y algunos pegaron las “S” en sus pijamas; aunque miraban a sus líderes con ojos de admirable acatamiento, su concepto del Ejército de Salvación era esencialmente diferente al nuestro. Veían al Ejército como un músico ve a su violín o un cirujano su bisturí; sólo como un instrumento que sirve para algo determinado y se juzga por la forma en que cumple su finalidad.

Pero ¿cuál es la finalidad del Ejército? Dejemos que Catherine Booth nos conteste:

“Una verdad indiscutible es que al menos que salvemos pecadores, nuestra existencia como Ejército no tiene justificación”.

William Booth es aún más drástico, con su estilo directo dice:

“Quiero decirle a cada soldado salvacionista que no deposite su confianza en el Ejército de Salvación, pero sí en el Dios Todopoderoso que levantó el Ejército de Salvación. Nuestro poder no se encuentra en nuestras banderas, ni en nuestros estandartes, ni en nuestros camaradas, si se han apartado del poder de Dios y del Espíritu Santo”.

La diferencia es muy sutil. Comienza cuando sacamos los ojos de nuestra meta espiritual y la bajamos cubriendo con

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ella lo que es palpable, en este caso nuestra institucionalidad. El cambio de énfasis se nota en cómo nos expresamos. Los primeros salvacionistas hablaban de ganar almas para el Señor, nosotros hablamos de conseguir soldados para el Ejército. Ellos descubrían posibilidades de servicio, nosotros vemos oportunidades de crecer. Una de las primeras campañas evan-gelísticas en Chile se llamó “Campaña pro-almas”, nosotros la habríamos llamado, “Cinco años de expansión” o “Con sangre y fuego al futuro”.

Albert Orsbon uno de los Generales más destacados de nuestro Movimiento, escribía en el prólogo de un libro de historia salvacionista:

El Ejército de Salvación no fue planificado, ni por un hombre ni por un grupo de hombres. William Booth nunca manifestó que había inventado o creado el Ejército de Salvación. La verdad es que no hay indicios que ni él, ni su devota esposa, ni sus tenaces seguidores, soñaran jamás con el resultado al que iban encausados, hasta que un buen día se dieron cuenta de que se había establecido un Ejército en el cual ellos eran soldados.

En ningún lugar he leído que William Booth se levantó una mañana diciendo: “Voy a construir una iglesia en forma de Ejército”. Sus palabras fueron: “He encontrado mi destino”.

¿Y cómo lo encontró? Mirando cara a cara las necesidades de los pobres en los conventillos de Londres, siendo testigo presencial de sus niños desamparados, de sus antros de per-dición, del hambre y la necesidad de los explotados, a los que veía como almas perdidas, en cuerpos desatendidos, cuyo sufrimientos clamaban por redención.

El interés de los primeros salvacionistas era ganar almas, servir a los necesitados, levantar al Señor ante un mundo perdido. Si organizándose en forma cuasi militar lograban estas metas con mayor rapidez y eficacia, esta era la forma que se debía adoptar. Catherine Booth con su estilo rotundo y pintoresco hizo un comentario que dejó esto muy claro: “Si

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Caminos de Gloria

descubrimos que tocando la pandereta cabeza abajo en las calles, más almas vienen al Señor, eso es exactamente lo que haremos”.

Soy salvacionista y debo admitir que al principio el comen-tario no me supo bien, aun considerando su fuente, pero ahora comprendo lo que quiso decir. El Ejército no tiene un propó-sito en sí, es sólo un instrumento a nuestra disposición, que debemos usar para cumplir un cometido infinitamente más grande e importante: llevar las almas perdidas a la luz del Evangelio.

¡Qué apropiado sería entonces que, antes de soplar las 100 velas de nuestra torta de cumpleaños, nos tomáramos un momento para llevar a los pies del Señor cada logro, cada oración, cada predicación, cada plato de sopa que hemos entregado en estos últimos cien años!

¿Por qué debemos hacerlo? Porque él es el Dueño del Ejército de Salvación:

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia”.

En otras palabras, debemos llevar el Ejército de Salvación a los pies del Señor, porque este fue creado por él y para él. Todo lo que la Institución posee es de él, ya sea visible o invi-sible: Cuerpos, edificios, bandas, rangos, buena reputación, guarderías, donantes, juntas asesoras, tradiciones; sean estos divisionales, territoriales o internacionales, todo es de él y en él subsiste.

Traemos esto, a la atención de los salvacionistas, para que en todo lo que hagamos sea él quien tenga la preeminencia. Él es la cabeza de las huestes de soldados que ha traído a Sus filas mediante la sangre de Jesús. Es a esta tropa, con sus

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19. ¿Quién es más salvacionista?

superiores, oficiales y líderes, que invitamos hoy a levantar la mirada a las alturas para contemplarlo en toda Su plenitud y declararlo “Rey de reyes, Señor de señores”.

“Pon tus ojos en Cristotan lleno de paz y de amory lo terrenal sin valor seráa la luz del bendito Señor”…

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Estos cien años

Para los que necesiten datos más precisos, hemos incluido esta cronología que capta el fluir de los eventos que la documentación a nuestro alcance nos ha permitido delinear. No es una cronología exhaustiva; estamos conscientes que faltan muchos datos, pero la ponemos a disposición del lector para que haga más clara la historia del Ejército en Chile.

Estos cien añosCronología preparada por Eduardo Valenzuela Rubio

Octubre 01: Llega a Valparaíso el Brigadier William Taylor Bonnet con su esposa Raquel Marrett e hijo Stanley en el Vapor “Oropesa”. En este mes se realiza el primer Aire Libre en Chile.

Octubre 28: El Brigadier Bonnet visita el periódico “La Mañana”.

Noviembre 25: Llegan el Capitán David ARN y el Tte. Alfred Danielson.

Noviembre 28: Se abre el Primer Cuerpo Salvacionista Chileno “Cuerpo Nº 1” (Av. Matta).Dos oficiales pioneros, el Capitán David Arn y el Tte. Alfred Danielson se hicieron cargo del Primer Cuerpo Salvacionista en Santiago, que se abrió en la calle Arturo Prat 803 esquina Copiapó. En 1912, en un rinconcito anexo al Cuerpo, se habilitó un modesto Hogar para Hombres, dando inicio a la Obra Social del Ejército de Salvación en Chile. El Cuerpo ha tenido la bendición de tener frutos durante estos

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100 años, de él han salido los Cuerpos de Lo Vial, Puente Alto, Lo Valledor y El Bosque. Al no contar con una propiedad, el Cuerpo estuvo arrendando en 7 lugares distintos, siempre en el sector Av. Matta. El 8 de Octubre de 1983 se inauguró el actual Templo ubicado en Santiago Concha 1473 comuna de Santiago, sus O.D. Capitanes Pino. (Últimas direcciones donde estuvo ubicado el Cuerpo: San Francisco esquina Coquimbo, Pedro Lagos esquina Gálvez).

Enero: Llegan el Alférez J. Tiner y el Tte. Aniceto Taborda; serán oficiales directivos del Cuerpo Nº 1 de Valparaíso.

Febrero 26: Se abre el “Cuerpo de Valparaíso”, Segundo Cuerpo Salvacionista en Chile, ubicado en calle Independencia 162-A ciudad de Valparaíso.*

Marzo: Comienza a funcionar la “Oficina de Empleos y Personas Buscadas”.

Abril 06: Promoción a la Gloria del Tte. Danielson.

Mayo: Se enrolan los primeros 20 soldados, ceremonia realizada en el Cuerpo Nº 1 Av. Matta.

Junio: Visita del Jefe Territorial Comisionado Ulises Cosandey.

Julio 24: Día domingo, con permiso de la Intendencia y de la Policía se realiza el primer Aire Libre autorizado en la plaza Echaurren, ciudad de Valparaíso.

Julio 29: El Brigadier Bonnet junto al Capitán Martín, efectúan la primera de varias giras al Sur de Chile.

Noviembre: Al celebrarse el segundo aniversario la Obra, ya se encontraba en Santiago, Valparaíso, Concepción y contaba con 22 Oficiales, OOLL, cadetes y 150 Soldados.

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Estos cien años

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Febrero: Primeros cadetes chilenos que parten a Buenos Aires: O. Bravo, M. Reszczynski- D. Fort- M.C. Sandoval.

Agosto: Se alquila un saloncito en Mapocho 2809, será la primera avanzada del Cuerpo Nº 1, después se trasladó a San Pablo 2958.

Octubre: El diario “Las Ultimas Noticias” publica la noticia de la reunión especial Anti-alcohólica que el Ejército de Salvación realizó en el local llamado El Pabellón Nacional; asisten 600 obreros, 30 miembros de la Liga contra el Alcoholismo.

Noviembre: Primer Congreso Salvacionista en Chile y segunda visita del Jefe Territorial Comisionado Ulises Cosandey.

Diciembre 23: Se abre el Tercer Cuerpo en Chile, el “Cuerpo de Concepción”, Su primera ubicación fue en la calle Maipú 1181. El Brigadier Bonnet entregó esta responsabilidad al Capitán Ahlm y al Teniente Lowry Mac Bride, sus primeros Oficiales Directivos. El 01 de octubre de 1943 se compra una propiedad que servirá de local, casa y futuro Hogar de Hombres. Un año después que el terremoto del año 1960 destruyera totalmente el Cuerpo y Hogar de Hombres, en Mayo de 1961 se inaugura el actual Templo que está ubicado en la calle Hipólito Salas 760. Fruto de este Cuerpo es el actual Cuerpo de Hualpencillo.

Diciembre: El diario local “El Sur” publica en extenso un artículo, respecto a la obra del Ejército de Salvación.

Marzo: Se abre un modesto Hogar para Hombres al lado del Cuerpo Nº 1 de Santiago, que significa el comienzo de la Obra Social en Chile.

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Julio: Se inaugura un Asilo para Hombres en Valparaíso, calle Blanco 17, a cargo del Capitán Arn y del Teniente Jansson.

Agosto 17: Se abre el Cuerpo de Talca, ubicado en calle 10 Oriente entre 2 y 3 Norte, a cargo de las Tenientas D. Fort y M .Sandoval.*

Octubre 17: Se abre el Cuerpo Nº 2, en calle Alameda 2597, ciudad de Santiago, a cargo del Tte. Oscar Bravo.*

Septiembre: En el Cuerpo de Valparaíso, se enrolan los dos primeros Cadetes Locales; su guardiana de CCLL será la Capitana Ostera.

Abril 08: Se inaugura el Asilo Nocturno para Hombres en Santiago, calle Alameda 2595, a cargo del Capitán Arn y del Teniente Bravo.

Junio 21: Actúa la Primera Orquesta Salvacionista, formada por los Capitanes Arn y Ostera, el Teniente Jansson y soldados del Cuerpo Nº 1.

Noviembre 23: Segundo Congreso Salvacionista en Chile, visita del Jefe Territorial Comisionado Ulises Cosandey. Actúa la primera Banda de Música salvacionista dirigida por el Brigadier Bonnet.

Marzo: Debido a la alta demanda, el Hogar de Hombres de Valparaíso se amplía, esta vez alcanzando 60 camas.

Agosto 12: Se inaugura el Cuerpo de Antofagasta. A pesar de la gran depresión económica que había sobrevenido en la provincia de Antofagasta -a causa de la clausura de las salitreras-, fue inaugurado este Cuerpo ubicado en la calle Bolívar 957, con los Capitanes Oscar Ahlm y señora como O.D. y la Tenienta Retamal

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Estos cien años

como asistente. Se comenzó la Obra con una cocina popular que proporcionaba alimentos a los desocupados, bien sea a un precio nominal o gratuitamente. El Cuerpo estuvo ubicado en calle Arturo Prat 826, también en calle 14 de Febrero 920, en Adamson 3336 y por último -en 1982- se inaugura la remodelación del mismo Edificio, templo y casa para el Cuerpo en su actual ubicación, calle Sucre 866. El fruto de este Cuerpo fue su avanzada Antofagasta Nº 2 actual Cuerpo de Lautaro y la avanzada de Bonilla.

Noviembre 07: Se inaugura un nuevo salón para el Cuerpo de Valparaíso, en calle Colón 477.

Febrero: Debido a la Primera Guerra Mundial, los cadetes son entrenados en Chile por el Brigadier Bonnet.

Julio: En la ciudad de Antofagasta se abre un Asilo Nocturno de Hombres.

Marzo: Se abre la Rama Industrial, en calle Sotomayor 19, en conexión con el Hogar de Hombres (allí se colecta desperdicios de papel, se corta y prepara leña).

Febrero: El Teniente Carlos Schwager inaugura la primera Liga de Amor, contando con 6 miembros.

Marzo: Se abre el Cuerpo de Rancagua. Sus primeros O.D. fueron, el Capitán Tobar y el Teniente Cuevas que repartían su trabajo entre Talca y Rancagua.

Abril: Se realiza la primera Fiesta de la Cosecha.

Noviembre: Se realiza el Congreso presidido por el Coronel Palmer.

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Caminos de Gloria

Marzo: Se realizaron diversas reuniones en los Cuerpos por la despedida de los Tenientes Coroneles W. T. Bonnet y Sra. incluyendo un Aire Libre en la plaza Echaurren, Valparaíso, (Lugar del primer Aire Libre en Chile).

Abril: Primer Congreso dirigido por un oficial Internacional, la Comisionada Catalina Higgins.

Septiembre: Se inaugura el Cuerpo de Iquique, conjuntamente con un Hogar de Hombres ubicados en calle Tacna 1435; este Cuerpo tuvo como primeros oficiales directivos al Alferez Jacobo Kuttner y al Pro-Capitán Alejandro Staszeski. En 1926 se traslada a su actual ubicación en la calle Esmeralda 862. El 24 de Enero de 1991 se inaugura el Nuevo edificio para el Hogar de Hombres y Templo para el Cuerpo; sus oficiales directivos los Capitanes Claudio y Aura Vidal.

Mayo: El Brigadier Charles Hauswirth acompañado de otros oficiales visitan al Presidente de la República Arturo Alessandri, quien después de escuchar al Brigadier expresó: “Somos, entonces, de una misma idea y mente”.

Abril 30: Se abre el Cuerpo Nº 3, en calle Maruri 579, Santiago. El Teniente Manuel Paredes fue su primer oficial directivo. El 29 de marzo de 1954 se inauguró el Nuevo Templo para este Cuerpo, en calle Agustinas 3050, que desde ese momento se denominó Cuerpo Central de Santiago. O.D. Capitán Jorge Nery. También fue conocido como Cuerpo de San Pablo. Otras direcciones donde estuvo ubicado fueron: calle Libertad 1198 y calle Esperanza 820. Frutos de este Cuerpo son los actuales Cuerpos de Quinta Normal y de Maipú.

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Estos cien años

Febrero: El “Grito de Guerra” se edita e imprime en Chile. Primer redactor Ayudante A. Salvany.

Mayo 20: Se abre la primera Escuela de Cadetes en Chile, directora la Brigadiera Agnes de Lindvall.

Marzo 31: El Gobierno de Chile otorga la Personería Jurídica al Ejército de Salvación (Decreto Supremo Nº 822 del 31.03.1927).

Julio y agosto: Funciona la cocina popular que durante el invierno repartió más de 8000 raciones de pan y comida.

Diciembre: Terremoto en Talca. Se distribuyó ayuda a los necesitados, especialmente comestibles.

Noviembre: Primera Banda del Cuartel General Territorial; se presentó en el Congreso presidido por el Coronel Palmer.

Londres decide nombrar a la Comisionada Lucy Booth-Hellberg (hija del fundador), como Jefe del Territorio Este de Sudamérica (Territorio de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Perú y Bolivia) con sede en Buenos Aires. Después de tres años y meses se disuelve este nombramiento y todo queda como antes (tres territorios independientes, dependiendo cada uno de Londres).

Marzo: La Comisionada Lucy Booth-Hellberg preside el Congreso en Chile.

COMANDO TERRITORIAL 1926-1937 (depende directamente de Londres)

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Febrero: Se abre el Hogar para Mujeres, calle Unión Americana 209. Santiago.

Abril: Nos visita la Comisionada Lucy Booth-Hellberg con el Mayor Palací.

Diciembre: Promoción a la Gloria de la Capitana Eva Kanter de Pedreira. Es la Primera oficiala chilena que fallece en servicio activo.

Octubre 12: Se inaugura el Hogar para Hombres en Valdivia, a cargo del Ayudante Miraval.

Enero: Se abre el Cuerpo de Osorno. Sus primeros oficiales directivos fueron los Capitanes Ernesto Waschke y señora, el local ubicado en calle Zenteno 1015. En 1980 comienza a funcionar un Jardín Infantil que dos años después da inicio a la Escuela Particular N º 185 “El Despertar”. El año 1983 marca la inauguración del complejo formado por: Templo, Escuela Particular Nº 185 “El Despertar” y Hogar de Hombres “El Refugio”. El 30 de Agosto de 1996 se inaugura la Escuela Particular Nº 40 William Booth.

Agosto 07: Se inaugura el primer edificio en Chile levantado por el Ejército de Salvación: el Hogar y Asilo de Hombres, en Valparaíso, calle Clave cerca de la plaza Echaurren.

Se restituye el Territorio Oeste de Sudamérica (depende directamente de Londres)

Julio 22: Se abre el Cuerpo de Puente Alto. El Cuerpo de Av. Matta entrega la avanzada de Puente Alto que funcionaba desde octubre de 1936, para ser declarado Cuerpo con su O.D. el Teniente

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Martín, ubicado en calle Balmaceda 196. El día 12 de junio de 1941 bajo la administración de los Ofiaciales Directivos Pro-Capitanes León, fue inaugurado el nuevo local para reuniones, al que se anexó un Hogar para Hombres. El sábado 25 de octubre de 1959, se procede a la inauguración y dedicación del actual Templo, ubicado en calle Santo Domingo 90; la oficiala directiva es la Capitana Betty Espinoza. También funcionó en Calle Balmaceda 196, calle Irarrázaval 191, calle José Luis Coo 431.

Julio: Se adquiere una propiedad en Santiago, calle Av. Portales esquina Herrera. Será para el Asilo y Hogar de Hombres.

Enero 24: Terremoto de Chillán; mayor efecto desde Rancagua a Concepción. El gobierno solicitó el apoyo del Ejército de Salvación.

Julio 24: Se crea el Hogar para Niños: “Hogar Esperanza”, a cargo de los Mayores Lalut.

Julio: Llega a Chile la Ayudante Elizabeth Wood (llegó a ser inspectora de la Obra Social Femenina). El Sacerdote Jesuita Alberto Hurtado aprendió de ella la labor social, llegó a ser su amigo.

Enero: La Municipalidad de la Comuna de Llo-Lleo cede un terreno para la instalación de un Hogar para Niños.

Marzo 29: Se abre un nuevo Hogar Femenino en Santiago, calle Matucana esquina Santo Domingo.

Marzo: El Gobierno de Chile crea la Escuela Nº 84, al interior del “Hogar de Niños Esperanza”.

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Septiembre 07: Se inaugura un nuevo Hogar Femenino en Valparaíso, calle Lucano 32, a cargo de los Ayudantes J. Mac Cow y Sra.

Junio: Se inaugura el Hogar para Niños “El Redil”, en la ciudad de Llo-Lleo.

Diciembre 07: Se abre el Cuerpo de Lota.*

Durante todo el año se transmite por la radio “El Mercurio”, el programa “Al son del clarín”.

Enero: Se habilita una casa en calle Catedral 3086 donde se instala al “Hogar de Mujeres” a cargo de La Mayora Wood y el “Hogar de Niños Esperanza” a cargo del Mayor Lalut.

Diciembre 12: Se inaugura la Escuela Granja “El Alba” en Angostura.

Se abre el Cuerpo de Valdivia. En mayo del año 1928 se realizaron las primeras reuniones salvacionistas en esa ciudad, en casa del Sargento 1º Luis Henríquez Meyer. El 12 de octubre de 1935 se inauguró el Hogar para Hombres a cargo del Ayudante Miraval. Recién en el año 1942 se abre el Cuerpo de la ciudad de Valdivia, su primer oficial directivo fue el Pro-Teniente Raimundo Silva, el local ubicado en calle Picarte 1894. En el año 1983 se inaugura el nuevo Templo y Centro de Atención Diurna; sus oficiales directivos son los Capitanes Carlos y Lilian Cortez.

Junio 03: Se abre el Cuerpo de Playa Ancha, Valparaíso, en calle Santa Marta, bajo la dirección de los Oficiales Directivos, los Mayores Mc.Caw. La Obra empieza con la llegada de una familia salvacionista desde Antofagasta, el Sargento Buenaventura y su esposa, la Soldado Isidora García, quien abre las puertas de su casa en el cerro Playa Ancha, específicamente en la calle Norte, bajo la dirección del entonces Brigadier Magnenat. Por el crecimiento

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Estos cien años

se vio en la necesidad de trasladar la avanzada hasta la calle Domeyko, donde se encontraba ubicada una lechería. En 1968, el Cuerpo es trasladado a su actual ubicación de calle Río Frío 450, ciudad de Valparaíso.

Mayo 24: Se crea el grupo “Boy-scout patrulla W. Booth”.

Junio: Se inaugura el Hogar Femenino “La Aurora”, en Calle San Pablo 5024.

Noviembre 28: Se abre el Cuerpo de Curicó.*

Diciembre: Por decreto presidencial este año se autoriza la colecta pública.

Diciembre 17: Se abre el Cuerpo de Punta Arenas, en una propiedad donada por don Alejandro Menéndez, ubicado en calle Bellavista 577. Son sus O.D. los Capitanes Joseph y Moss Dex. En 1970 se inaugura el nuevo edificio que albergará el Templo y Hogar para Hombres, los O.D. serán los Capitanes E. Blankegard.

Se cambia de ubicación el “Hogar de Hombres de Antofagasta”, a calle Prat 1045.

Se reabre el Cuerpo de Rancagua al mando del Teniente José Fidel Magallanes, local ubicado en Lastarria con Carrera Pinto. En 1960 se trasladó a calle San Martín 691 (esta Obra tiene sus orígenes en marzo de 1916 cuando el Capitán Tobar y el Teniente Cuevas repartían su trabajo entre Talca y Rancagua.

Julio: Se arrienda una casa quinta en la comuna Lo Espejo, para el “Hogar Esperanza” que sigue a cargo del Ayudante Lalut; se habilitó un pequeño taller de imprenta y zapatería.

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Marzo 23: Se abre el Cuerpo de Quinta Normal. Los inicios de este Cuerpo se remontan a 1939 cuando comenzó como avanzada en calle Alejandro Fierro 3950, casa del Sargento 1º Luis Orellana y Sra. En 1959 se inaugura el nuevo Templo, ubicado en Mapocho 4130, Comuna de Quinta Normal, de Santiago. Los Enviados Orellana han sido sus O.D. desde hace 20 años, es decir, desde que se abrió como avanzada. Fruto de este Cuerpo es el Actual Cuerpo Neptuno.

Octubre 16: se abre el Cuerpo de San Felipe. *

El Mayor Fuenzalida es el primer oficial chileno que ocupará el cargo de Oficial del Distrito Central.

Febrero 12: Se abre el Cuerpo Lautaro, de la ciudad de Antofagasta. Conocido en sus inicios como avanzada Antofagasta 2. Su primer oficial directivo fue la Tenienta 1ª Hortensia Bella Vallejos, estaba ubicado en calle Castro 5193 población Lautaro, ciudad de Antofagasta. En 1991 se inaugura el nuevo Templo.

Abril: Se inaugura nuevo “Templo del Cuerpo San Pablo”, ex Nº 3, desde ahora se conocerá como Cuerpo Central de Santiago.

Se inaugura un Hogar para Mujeres y “Guardería Madre y Niño”, en calle Mapocho 412.

Enero 13: Se inaugura un nuevo edificio en calle Av. Brasil 71-73, Santiago, destinado para la “Escuela de Cadetes”, primeros Directores Coroneles Clausen.

El “Hogar Madre y Niño” se traslada a Avenida España 46.

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Agosto: se organiza el Grupo misionero del Cuerpo Central de Santiago, grupo de apoyo evangelístico.

Marzo: Se crea el Grupo Auxiliar de Damas de apoyo al Ejército de Salvación.

Julio: Se abre el Cuerpo de Lo Vial, de Santiago. Oficial Directivo, el Teniente Maurice McCaw. Desde 1932 ha sido avanzada del Cuerpo Av. Matta, por la buena voluntad de la Sargenta Sra. de Jofré, quien ha prestado un lugar en su patio para edificar un local. El viernes 8 de diciembre de 1961 se da por inaugurado el nuevo salón que se ha adquirido para ese Cuerpo, en Gaspar de Soto 790. Oficial directivo, Capitán Siegfried Clausen.

Octubre 12 al 18: Se celebra el Congreso del 50º aniversario, con la presencia del Comisionado N. Marshall (USA.).

Octubre 17: Se inaugura el nuevo “Templo Cuerpo Quinta Normal”.

Octubre 16 y 17: Se realiza un seminario para OOLL, asistieron hermanos de todo el Territorio.

Noviembre: Correos de Chile saluda al Ejército de Salvación colocando en su matasellos el escudo con la leyenda “50 años al servicio de Chile”.

Marzo: Comienza a funcionar la “Oficina de Bienestar Social” en Santiago.

Mayo 21 y 22: Terremotos Concepción hasta Chiloé. Se crea un “Grupo Móvil” para ayudas bajo el mando del Brigadier H. Hühner. La Intendencia de Concepción declara que el Ejército fue la primera Institución en llegar a prestar ayuda.

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Septiembre 01: El primer ejemplar del “Joven Soldado”, dedicado a la juventud, especialmente salvacionista.

Junio: El Gobierno de Chile entrega la Medalla al Mérito Bernardo O’Higgins a los Brigadieres Elie y Ruth Magnenat, por servicios prestados al país durante su larga carrera.

Primer oficial chileno en ocupar el cargo de Secretario Social y Propiedades, el Brigadier A. Lalut.

Mayo 07: Se inaugura una Guardería Infantil en la comuna de San Gregorio. Santiago.

Mayo: Se inaugura el nuevo Templo del Cuerpo de Concepción ubicado en calle Hipólito Salas 760, fruto de este Cuerpo es el actual Cuerpo de Hualpencillo.

Diciembre 08: Se da por inaugurado el nuevo salón del Cuerpo de Lo Vial, ubicado en calle Gaspar de Soto 790, su Oficial Directivo el Capitán Sigfried Clausen.

Enero: Primer campamento de la Liga del Hogar en La Granja (Hogar El Alba).

Marzo: Congreso, visita del General Wilfred Kitching y Sra. El Enviado Luis Orellana recibe de manos del General Kitching la distinción “La Orden del Fundador”.

Cuerpo de Calama, llega el primer Oficial para abrir la obra en Calama el Capitán Duik Anders en sus inicios realizaban los servicios en su casa. (Los inicios de la obra en la ciudad de Calama fueron con los viajes del Mayor Fred Bailey desde la ciudad de Antofagasta hacia Chuquicamata, para realizar servicios religiosos a los extranjeros residentes

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(europeos y norteamericanos). Con este contacto consiguió los recursos para financiar la obra en inicios en este lugar.El 22 de Enero de 1965 toman la responsabilidad los Capitanes Allot, ellos iniciaron una Guardería Infantil y también un Hogar de Ancianos. La iglesia estaba entre las calles Antofagasta con Anibal PintoEn el año 1973 se construyó el actual Templo con aportes de Noruega.Agosto de 1978 se inaugura el Hogar de Niñas Esperanza, con niñas traídas desde la ciudad de Taltal.

Enero: Se abre el Cuerpo de Puerto Montt y el inicio de la Escuela Nº 51 Naciones Unidas. Su primer oficial directivo fue el Capitán Hugo Faúndez y estaba ubicado en Séptimo de Línea 132, Población Libertad. Comenzó funcionando con una pequeña escuelita de 60 alumnos. A raíz del terremoto del año 1960 el Ejército de Salvación comenzó su trabajo en esta ciudad. El Capitán Eduardo Cárdenas consolidó las labores evangelísticas y sociales en la ciudad de Puerto Montt. En 1968 se inaugura un nuevo Templo.

Enero: Se construye la primera cabaña para campamentos, en La Granja (Hogar El Alba).

Febrero: El Gobierno de Chile entrega la Medalla al Mérito Bernardo O’Higgins a los Ttes. Comisionados Ray y Winny Gearing.

Marzo 11: Se publica la ley Nº 15.170 Art. 2. Desde este año el Gobierno de Chile autoriza al Ejército de Salvación a realizar su colecta pública anual y nacional.

Junio 28: Se inaugura el “Hogar El Faro” centro de rehabilitación para alcohólicos, en calle Santiago Concha 1333, ciudad de Santiago.

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Abril: Se abre el Cuerpo de San Gregorio, Santiago. Desde 1961 funcionaba en la Población de San Gregorio, una guardería y sala cuna. En 1964 se instala el Cuerpo. Sus oficiales directivos fueron la Capitana Ida Matus y la Tenienta Erica Mesas. El Templo está ubicado en la calle 12 Poniente 8390. Funciona con la guardería y sala cuna que desde 1961 ya prestaban servicios en esa comuna.

El Ejército de Salvación de los Estados Unidos dona dos camiones al de Chile: Marshall, y Marshalito.

Se inaugura la Guardería Infantil “Los Copihues”, en la ciudad de Temuco.

Terremoto en La Ligua. Se presta ayuda a los damnificados.

Agosto 31 al 06 de septiembre: El General F. Coutts preside el Congreso Territorial.

Abre sus puertas una Residencial Estudiantil en Antofagasta.

Julio: Se abre el Cuerpo de Lo Valledor y una Guardería Infantil, ubicados en Av. Arturo Alessandri 6342, Comuna de P. A. Cerda. La avanzada de Santa Adriana, dependiente del Cuerpo de Av. Matta, se inició en una carpa el año 1962; después la familia de la Soldada Fresia de Valenzuela, facilitó su casa donde empezaron con las Ligas del Hogar. Sus primeros oficiales directivos los Capitanes Débora y Joel León. Fruto de esta Obra es el actual Cuerpo Nueva Extremadura en Santiago.

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Julio 27: Se abre el Cuerpo de Temuco, inaugurado por el Jefe Territorial Joseph Dex. En los inicios de esta Obra, los Brigadieres Amadeo y Mary Salvany se acogieron a retiro (1950) y se radicaron en Temuco. Hasta ese entonces no existía el Ejército de Salvación en esa ciudad. Muy pronto la magnética personalidad de ellos y el extraño uniforme del Ejército de Salvación, no sería una rareza, sino parte del ambiente religioso. En diciembre de 1965, es nombrada la Mayora Ida Matus como Oficial Directivo de la nueva guardería y casa de oficiales; en este período se inician varias reuniones como la Escuela Dominical, la Liga del Hogar, la Liga de Jóvenes. En el año 1968 se inaugura un nuevo Templo. En 1975 la guardería se transforma en Hogar, se logra la creación de un Centro de Protección denominado Hogar de Niñas “Los Copihues”, ubicado en el sector de Las Quilas en Temuco, que acoge a 60 niñas de extrema pobreza, víctimas de abusos físicos y psicológicos. Local ubicado en calle Los Sauces 0202 esquina Los Copihues, Población Las Quilas, ciudad de Temuco.

Agosto: Se inaugura un nuevo Templo para el Cuerpo de Puerto Montt.

Entre 1968 y 1969 funciona el estudio de grabación audio visual para preparar audiciones radiales; Canadá aporta los medios económicos para esta Obra, el Tte. Coronel Dex, Brigadier Lalut y el Mayor Gruer están a cargo.

Se comienza a transmitir el Programa Radial “Ejército en Marcha” en las ciudades de Antofagasta, Calama, Concepción, Puerto Montt, Punta Arenas, San Antonio, Santiago y Valparaíso.

Se inaugura un nuevo Templo para el Cuerpo de Playa Ancha.

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Marzo 15: Se abre el Cuerpo de Llo-Lleo, que comenzó a funcionar en la Capilla del Hogar de Niños El Redil, en la Comuna de Llo-Lleo, Puerto de San Antonio. En el año 1963 comenzó como Avanzada en la casa de los Hermanos Espinoza. La actual ubicación es calle Independencia 2115, Barrancas, San Antonio. Esta Obra está siendo atendida por los Oficiales Directivos del Hogar de Niños de Llo-Lleo.

Mayo: Se inaugura el nuevo Templo del Cuerpo de Punta Arenas; sus oficiales directivos: Capitanes Eskil y Ruth Blankegard.

Agosto 24: Promoción a la Gloria de Jorge Tansley (el niño inquisitivo que con su pregunta le consiguió alojamiento al Ejército de Salvación en Chile).

Junio 08: El Gobierno de Chile entrega la Medalla al Mérito Bernardo O’Higgins al Brigadier John Mc Caw y Sra.

Los Tenientes Coroneles Lalut son los primeros oficiales chilenos en alcanzar este grado.

Abre sus puertas la librería “Resplandor”, en calle Agustinas 3020.

Se inaugura un “Hogar para Estudiantes”, en la ciudad de Punta Arenas.

Diciembre 08: Se incendia el “Hogar para Hombres” de calle Portales con Herrera.

Asume la primera redactora de nacionalidad chilena, del “Grito de Guerra”, Capitana Eliana Cristi.

Octubre: Primer Congreso Regional Norteño.

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Es inaugurado el “Jardín Infantil Nido Alegre” en el sector San Pablo, ciudad de Santiago.

Se inaugura el Jardín Infantil “Rayito de Sol” en la calle Brasil, ciudad de Santiago.

Mayo: Se inaugura el Hogar de Niños “Helmuth Hühner”, en Lo Valledor, Santiago.

Agosto 09: Avanzada Belloto Sur. Se comienzan las reuniones en casa de los Sargentos Cifuentes, en calle Nueva Villarrica 110, Población El Lucero. Esta Avanzada depende del Cuerpo Central de Valparaíso. En el año 1987 se inaugura un Templo para la Avanzada, ahora conocida como Belloto Sur y depende del Cuerpo de Playa Ancha (Capitanes Darío y Rosa Pino), el local está ubicado en Islote Snipe 913, Belloto Sur, Quilpué. Esta Avanzada, en la actualidad, depende directamente de la División Central.

En Temuco la guardería se transforma en Hogar para Niñas con el nombre de “Los Copihues”.

Marzo 13: Se inaugura el nuevo edificio para el “Hogar de Niñas La Aurora”.

Marzo 28: Se abre el Cuerpo de Neptuno, Santiago. Gracias a la importante donación del terreno hecha por la Soldada (del Cuerpo Central) Juana López de Veas, el Cuerpo de Neptuno y su Guardería, pudo abrir sus puertas. Su primer oficial directivo fue el Capitán Eskil Blankegard. Está ubicado en calle Los Aromos 833, Comuna de Lo Prado,en la ciudad de Santiago. En 1986 se inaugura el nuevo edificio para el Cuerpo y Centro Escolar.

Diciembre 03: Se abre el Cuerpo de Hualpencillo, en la ciudad de Concepción. La avanzada de Hualpencillo dependiente del Cuerpo de Concepción, comenzó en casa del Sargento Bustos Fierro y

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1975

1976

196

Caminos de Gloria

después en casa del Sargento Serafín Ortiz. Su primer oficial directivo fue la Capitana Elena Pérez, local ubicado en Av. Alemania 3510, Hualpencillo. En 1978 se inaugura el actual templo con su oficial el Teniente Luis Hidalgo.

Diciembre 26: Se abre el Cuerpo de Maipú, ciudad de Santiago. La avanzada de Maipú dependiente del Cuerpo Central comenzó a funcionar en enero del año 1959, estuvo en casa del hermano Arturo Moya y después en casa de la familia Cáceres. El Grupo Misionero del Cuerpo Central apoyó esta Obra. Su primer oficial directivo fue el Teniente Mario González. El año 1982 se inaugura un nuevo Templo ubicado en la calle Maipú 284, que funcionará en conjunto con la Guardería Estrellita, sus Ofícialas Directivas serán las Tenientas Nina Novoa y Patricia Gallegos.

El Mayor Joel León es nombrado Secretario de la Juventud y Candidatos, primer oficial chileno en ocupar este cargo.

Se crea el primer “Hogar de Ancianos Dassori”, en Santiago, ubicado en calle Vargas Fontecilla 4131, sector Mapocho.

Mary Salvany inicia el “Círculo de la Amistad”.

Los Mayores León son nombrados Directores de la Escuela de Cadetes, primeros oficiales chilenos en ocupar este cargo.

Se abre un “Hogar de Niñas”, en la ciudad de Calama.

El Distrito Central se convierte en División Central, su primer comandante Divisional, los Mayores Garrido.

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1977

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Estos cien años

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Octubre: Celebración de los 70 años en Chile. Correos de Chile crea una estampilla conmemorando los 70 años del Ejército de Salvación. El diseño de la estampilla fue realizado por el Mayor Juan Von Hrómada.

La Guardería y Sala Cuna de San Gregorio se transforma en el Hogar de Niñas “El Broquel”.

En 1980 se hacen cargo del Cuerpo de Puerto Montt el Capitán Fernando Martinez y Sra. bajo su liderazgo se amplió el lugar, fundandose la Escuela Básica Ejército de Salvación. En el año 2005 se da inicio a la enseñanza.Marzo: Se inaugura el Jardín Infantil “Soldaditos de Jesús”, en la Comuna de Puente Alto.

Septiembre 12: Se inaugura el Centro Abierto y Cuerpo de Pudahuel. Esta Obra se abre en la Comuna de Pudahuel, Santiago, con un Comedor Infantil y Avanzada de Barrancas, en una sala del hogar de la señora Marta Reyes G. en calle Los Montes 1230, Población Teniente Merino; inicialmente estuvo a cargo del Soldado Mariano Reyes (del Cuerpo Central) y los Brigadieres en retiro Raimundo y Sara Silva. Después esta responsabilidad se traspasa al Cuerpo de Neptuno (Tenientes Aycon), los Brigadieres continúan con su apoyo. En un terreno donado por la Municipalidad de la Comuna de Pudahuel, ubicado calle Mapocho 9047, se construye el Cuerpo y Centro Abierto. Sus primeros oficiales directivos fueron los Tenientes Miguel y Evangelina Bravo.

Es enviado a abrir la obra en Arica, el Teniente Jaime Concha.

198

Caminos de Gloria

Enero: Se abre una avanzada en Arica.

Mayo 30: Se inaugura un nuevo edificio para el Jardín y el Cuerpo de Maipú.

Octubre 30: Se inaugura el nuevo edificio para la Escuela de Cadetes, ubicada en calle Coronel Souper 4564, Santiago, construida especialmente para este propósito.

Inauguración de nuevas cabañas para el complejo Angostura.

Se inaugura la remodelación del edificio casa del “Templo para el Cuerpo de Antofagasta”, en calle Sucre 866.

Octubre 08: Se inaugura un nuevo Templo para el Cuerpo de Av. Matta, ubicado en calle Santiago Concha 1473, con sus oficiales directivos los Capitanes Darío y Rosa Pino (últimas direcciones donde estuvo ubicado el Cuerpo: San Francisco esquina Coquimbo, Pedro Lagos esquina Gálvez).

Se inaugura el nuevo Templo y Centro de Atención Diurna, para el Cuerpo de Valdivia; sus oficiales directivos son los Capitanes Carlos y Lilian Cortez.Se inaugura Centro Abierto y Sala Cuna en Playa Ancha, ciudad de Valparaíso.

Se abre el Cuerpo de Nueva Extremadura, inaugurado por el Coronel John Bate; sus oficiales directivos son los Tenientes Luis Cisterna y Sra. Local ubicado en calle El Fundador 13.682, Población Nueva Extremadura. Los comienzos de esta Obra se remontan a la población Nueva Lo Valledor, ubicada al lado de la Vega de Lo Valledor, en la década de los 80. Esta Avanzada estaba a cargo del

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1983

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1982

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Estos cien años

Cuerpo de Lo Valledor. La población fue erradicada de ese lugar y trasladada a la población El Castillo, Comuna de La Granja; nuestra Avanzada se fue con ellos y continuó su trabajo de evangelización. Comenzando en una sede social ubicada en calle Batallón de Chacabuco con Fundadores, se inicia con la Escuela Dominical, Liga del Hogar y un Comedor Infantil.

Enero 10: El Distrito Sur se convierte en División Sur, su primer Comandante los Mayores Mario y Alicia Garrido.

Marzo 03: Terremoto en la zona central de Chile afecta principalmente a Santiago; la ayuda no se hizo esperar.

Se abre el Cuerpo y Colegio en Arica, En el año 1982 es enviado a abrir la Obra en esta ciudad, el Teniente Jaime Concha, en 1985 se inaugura el Cuerpo y Colegio, ubicados en Av. Cancha Rayada 3839, segunda etapa Población Cardenal R. Silva Henríquez, ciudad de Arica. Sus Oficiales Directivos los Tenientes Jaime y Vilma Concha.

Noviembre 26: Se inaugura la nueva Sede Territorial en Av. España 46, Santiago.

Junio: Se abre el Cuerpo de Ancud. Sus primeros Oficiales Directivos fueron los Tenientes Carlos Bravo y Sra. En el año 1983 se inicia la Obra en la ciudad, dependiente del Cuerpo de Puerto Montt (Capitanes Juan Carlos y Nancy Alarcón) frente a esta nueva Avanzada estará el Sargento Ricardo Villegas con su familia., local ubicado en calle Ejército, casa 721, ciudad de Ancud.

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Caminos de Gloria

Agosto 09: Se inaugura un Templo para la Avanzada, ahora conocida como Belloto Sur, depende del Cuerpo de Playa Ancha (Capitanes Darío y Rosa Pino), local ubicado en Islote Snipe 913, Belloto Sur, Quilpué. Esta avanzada en la actualidad depende directamente de la División Central.

Se inaugura “Casa de Tránsito”, en calle Zenteno esquina Pedro Lagos, ciudad de Santiago.

Se inaugura el nuevo edificio para el “Cuerpo y Centro Escolar de Neptuno”, ciudad de Santiago.

Se amplía el edificio de Puente Alto, con salones adecuados para niños.

Llo-Lleo recibe un nuevo vehículo.

Se reabren los pisos dañados del “Hogar de Hombres de Valparaíso”, después de ser reparado debido a los daños del terremoto del año 1985.

Septiembre 10: Se abre el Cuerpo de Angol. Su primer Oficial Directivo fue la Tenienta Sandra Vargas. Los inicios se remontan a agosto de 1985, dependía del Cuerpo de Temuco (Tenientes Claudio y Aura Vidal); en 1988 los hermanos Seguel donaron un terreno adyacente a su casa. Funciona además un Centro Abierto para la tercera edad. Local ubicado en calle Berlín 818, Población Los Lagos, ciudad de Angol.

Octubre: Celebración de 80 años en Chile. El logo del Congreso es diseñado por el Soldado Ramón Urzúa del Cuerpo Av. Matta.

Es inaugurado el “Hogar de Ancianos Otoño Dorado”, en la ciudad de Santiago.

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1988

1989

201

Estos cien años

Octubre 20: Se abre el nuevo Cuerpo de Chillán, sus Oficiales Directivos los Capitanes Gómez. Local ubicado en calle Hernando de Magallanes 544, Población Irene Frei, ciudad de Chillán. Esta Obra comenzó en el año 1986 con una campaña de los cadetes y quedaron a cargo de la Avanzada los Enviados (hoy Mayores) Mario y Marisol Cárdenas.

Enero 24: Se inaugura el Nuevo Hogar de Hombres y Templo para el Cuerpo de Iquique, sus oficiales directivos los Capitanes Claudio y Aura Vida.

Se inaugura el nuevo Templo para el Cuerpo de Lautaro, ciudad de Antofagasta.

Se abre una Avanzada del Cuerpo de Copiapó.

Septiembre 04: Se abre el Cuerpo de El Bosque. Esta Obra comenzó como la Avanzada La Cisterna en julio de 1980, dependiente del Cuerpo Av. Matta. En el patio de la casa del Sargento Salvador Quiroz se levantó un salón donde se realizaron los primeros años de reuniones, después estuvo en casa de las Hermanas Elisa Licanqueo y Olga Núñez. Sus oficiales directivos fueros los Tenientes Juan Köenig y Sra. El Cuerpo y Comedor Infantil “Las Acacias”, está ubicado en calle las Vizcachas 858, Comuna El Bosque, ciudad de Santiago.

Se inaugura el Jardín Infantil “Rayito de Luz” en la ciudad de Valdivia.

Noviembre 07: El Gobierno de Chile condecora al Ejército de Salvación en sus 85 años en Chile, con la medalla “Bernardo O’Higgins”, la recibe el Coronel Alex Hughes.

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1991

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1990

202

Caminos de Gloria

Inauguración del monolito en el Parque Quinta Normal, en homenaje a las reuniones de Aire Libre realizadas por el Ejército de Salvación en ese lugar.

Se abre el Cuerpo de Copiapó. Sus primeros Oficiales Directivos los Capitanes Jaime y Noemí Montes. En los inicios de esta Obra, el Ejército de Salvación se hizo cargo del Hogar Universitario “Flora Normilla”, con 40 señoritas. Allí nació la obra pionera bajo la responsabilidad de la Capitana Angélica Salvany y la Tenienta Beatriz Montenegro.

En agosto de 1992 la sección de Cadetes “Luchadores por Cristo”, en su campaña anual, visitaron Copiapó y reforzaron el trabajo evangelístico. Local ubicado en Av. Carlos Condell 1535, ciudad de Copiapó.

Se abre el Cuerpo de Villa Esmeralda, ciudad de Calama. Sus primeros oficiales directivos Capitana Evelyn Carrillo y Tenienta Diana Gutiérrez. El Cuerpo Esmeralda comenzó su Ministerio Evangelístico el año 1983 a través de su colegio Básico Catherine Booth. El Cuerpo está compuesto por alumnos, ex alumnos, padres y apoderados de nuestro Colegio. Local ubicado en calle Irene Frei 2875, en Villa Esmeralda, ciudad de Calama.

Se celebran los 90 años del Ejército en Chile. El logo es diseñado por la Soldada Alicia Garrido del Cuerpo Central de Santiago.

Marzo: Avanzada Bonilla. Se dio inicio al trabajo en el sector norte de Antofagasta (Bonilla); se comenzó con la película “Jesús”, del libro de Lucas, se arrendó un taller de vulcanización y luego una casa a cargo del hermano Ronald Ruiz. Se trabajó con la Escuela Dominical y luego con la Liga del Hogar, hasta el año 2002. Estuvieron a cargo

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1998

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2000

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203

Estos cien años

el Capitán Moya, el matrimonio Ferreira y el matrimonio Páez, del Cuerpo Lautaro. El año 2004, 13 de diciembre, llegó el primer Oficial Directivo de planta el Tte. Remberto Mayta. Luego asume el Sargento del Cuerpo Central Eduardo Gaviño hasta febrero 2006, en donde se compraron dos casas para vivienda e Iglesia, siendo reemplazado por la Mayora Beatriz Montenegro y luego el matrimonio Marcos y Maruja Choque.

Agosto: Avanzada Los Ángeles. Se inicia con una campaña de los cadetes. Quedando a cargo los Sargentos Esteban y Ana Figueroa (actuales Capitanes); por un año se arrendó una sede social para realizar las reuniones, posteriormente la hermana Mirta Carrasco ofreció el patio de su casa para realizar un pequeño salón .En Noviembre del año 2003 se inaugura el nuevo Templo, local ubicado en calle Juan Guzmán Cruchaga 578, Población Escritores de Chile, ciudad de Los Ángeles.

Se inaugura el Jardín Infantil “Lautarito”, en la ciudad de Antofagasta.

Se inaugura el “Jardín Infantil Gotitas”, en la ciudad de Copiapó.

Se crea el Departamento de “Educación y Escuelas” del Territorio; estará a cargo del Capitán Eduardo Salinas.

El departamento Relaciones Públicas (Mayor E. Flores) diseñó una nueva imagen corporativa que integra el escudo Social y el Eclesiástico.

Se inaugura la nueva capilla para el complejo Angostura.

2001

2002

204

Caminos de Gloria

Diciembre: Obra pionera en Tocopilla: local ubicado en Av. 18 de Septiembre 1610, Población La Patria, ciudad de Tocopilla. En la Navidad de 2003, con Misión integrada, se visitó la zona con la Escuela de Cadetes siendo su Director el Mayor David Alarcón. Se llevó una banda de England para una tocata en la plaza pública. El 2007 se compró una propiedad, se reparó la vivienda y se inició la Escuela Dominical. Su primer Oficial Directivo, la Capitana Clauris Morales de nacionalidad cubana. El 14 de noviembre de 2007 se produjo un terremoto y la propiedad quedó en el suelo; en la actualidad se trabaja en dos medias aguas que fueron entregadas por el Municipio de Tocopilla.

Se reabre el Cuerpo de Rancagua; sus oficiales directivos los Postulantes Heriberto y Valeska Jara. El local está ubicado en calle Iquique 234 esquina Bolivia, Población San Francisco, ciudad de Rancagua.

Septiembre 15: El gobierno de Chile autorizó oficialmente el Programa de Religión del Ejército de Salvación, según Decreto Exento Nº 0772 (este programa fue preparado por el Dpto. de Educación y Escuelas).

Se inaugura el jardín infantil Marta Brunet, en la ciudad de Santiago.

El Departamento de Relaciones Públicas logra los permisos para la venta de tarjetas de Navidad en la vía pública.

Avanzada Marta Brunet, ubicada en calle Montaña Adentro 01650, Comuna de Puente Alto, comenzó a funcionar en el año 2005, dependiente del Cuerpo de Puente Alto (Mayor Domingo Negrete y posteriormente el Mayor Hernán Moya), el año

2004

2005

2003

205

Estos cien años

2006 se hacen cargo los Sargentos Eduardo y María Cassisa; cabe destacar de estos hermanos que han prestado apoyo a la Avanzada de la Cisterna y a la Avanzada de Belloto Sur. Desde el año 2007, depende directamente de la División Central.

Octubre 31: Homenaje de la Iglesia Evangélica en el Cementerio Canaán y en el Cementerio General, patio disidentes, al primer mártir del Ejército de Salvación, Tte. Alfred Danielson.

Se inauguran las siguientes salas cunas:Sala Cuna “Hijitos de Dios”, en la ciudad de Rancagua.Sala Cuna, en la ciudad de Concepción.Sala Cuna “Estrellitas”, en la ciudad de Iquique.Sala Cuna “Padre las Casas”, ciudad de Temuco.

Se inaugura “El ropero”, en la ciudad de Santiago.

Marzo: El Grupo Auxiliar de Damas cumple 50 años de apoyo al Ejército de Salvación.

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2006

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El agradecimiento de Chile

Apéndice: No serán olvidados

Brigadieres William Bonnet y señoraTeniente Alfred Danielsson

Capitán David ArnCapitán Oscar Emilio Ahlm

Teniente Lowry MacbrideAyudante David Thomas y Sra

Alférez Juan TinerTeniente Aniceto TabordaTeniente Zacarias Ribeiro

Alférez Ricardo Andrés y Nancy JacobsenCapitán Luis Ostera

Teniente Brar JanssonAlférez Elizabeth WrightAlférez William MunfordCapitán William Yililah

Capitán Agusto AndersenTeniente Hjardis S. Donnu

Capitán Ramón PerpiñaCapitán Colston Gibbs

Esta es una lista de los oficiales que vinieron del extranjero para ayudar en la contrucción de nuestro Territorio. Vinieron con corazones dispuestos y mangas arremangadas obedeciendo un llamado que les hacía el “Señor de la mies”. Nos trajeron su experiencia, nos brindaron sus conocimientos, compartieron con nosotros su testimonio, y por esto les agradecemos; pero lo que nos ha movido a incluir sus nombres en nuestro libro centenario, es que al mirar a nuestro alrededor, sentimos que de una manera u otra, cada uno de ellos dejó algo de sí mismo en Chile. Por esa razón no serán olvidados.*

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Caminos de Gloria

Alférez Johan A. GraeTeniente Alberto CuevasAyudante Daniel Schranz

Capitán Vicente GarcíaCapitán Elisa Ericksen

Brigadier Charles Hauswith y SraAlférez Jacobo y Duvia Kuttner

Capitán Alejandro Staszeski Mayor Primero Máximo Nalegach

Mayores Guillermo Van Kranemburg y Sra.Brigadiera Mary Knight de Salvany

Maurice y France CachelinBrigadier Amadeo Salvany

Brigadier Emmanuel Lindvall y SraBrigadieres Elie y Ruth Magnenat

Capitán Halfdan SkuiCapitana Marie Olsen

Alfereza NielsenBrigadieres Brar e Ingrid Mannstrom

Brigadier Kart Johanson y SraCapitán Karl Bjur

Mayores Sosa y Pirovado (Urug)Coronel Robert Steven y Sra

Ttes. Coroneles Helmuth y Ruth HühnerCoroneles Johannes y Elízabeth Clausen

Brigadieres Daniel y Raymond GoetschmannBrigadieres Daniel y Marie Goetschmann

Brigadieres John y May McCawMayores Ernest y Anna Waschke

Mayores Herbert y Frances RowlanesBrigadieres Johann y Rosa Napiersky

Capitanes Schröder Capitán William Weeks

Caminos de Gloria

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El agradecimiento de Chile

Comisionado Hjalmar y Edith Eliasen Brigadieres Stanley y Violet Bell

Capitanes George y Joyce WestbrookCapitanes Albert Elsie Thomas

Mayor Elizabeth WoodCoronel Samuel Lundgren y SraMayor Eugenio y Laura Pedreira

Ayudantes Marcelo y Mery AllemandTte. Coronel Rosa Gesi de Nery

Ayudante Valerie NachbarCoroneles Joseph y Moss Dex

Coronel Richard Jacobsen y SraMayores Rune y Margarita Sjostrom

Capitanes Gustavo y Lill OhmanCapitanes Ture y Helvi Skold

Mayores Eduardo y Marcela JonesCapitán Edna May Read

Capitán Siri Margareta JorgardMayores Ake y Greta Sunneryd

Brigadieres Hilmar y Faith GruerMayora Rosa Gerber

Comisionados Sture y Flora LarssonMayor Eveline Goulding

Capitana Hazel WilliamsonCapitana Ingrid Jordmann

Capitanes Karl Eskil e Ylva RoosMayora Margaret Knacke

Tte Comisionado Ray y Winifred GearingCapitana Jean Watson

Mayora Sijbrechtje J. EkenaarTeniente Kanamori

Capitanes George y Muriel DavidsonMayores Fredrick y Lilian Bailey

No serán olvidados

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Caminos de GloriaCaminos de Gloria

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Brigadier Dorothy Durant Davy Mayores Goffred y Liv-Sigfrid Runar

Capitanes Janne y Elida PaloniemiCapitanes Donald y Elsie Gooddridge

Capitán Carol ConeCapitán Gunny Bengtson

Capitán Catherine Curl SteeleCapitanes Kenneth y Barbara ToutCapitanes Leonard y Olga Stenberg

Mayores Maurice y Elizabeth McCawMayores John y Lisen Sundberg

Mayor José HerediaCapitanes Milton y Valery Atkins

Comisionados Siegfried e Inger-Lise Clausen Coroneles John y Valda Bate

Brigadier Gwenyth L. NormanMayora Elizabeth Luriaud

Mayora June YoungBrigadieres Ake y Dagny Brunnberg

Mayor Ann-May LovquistMayor Aina Petterson

Coroneles David y Renée GruerMayores William y Margaret Good

Mayores Raymond y Carol AllotCoroneles Peter y Julie Staveland Capitanes Gerald y Jeanine Jaggi

Capitán Carol Frances SnyderMayores Lennart e Ingvor Johanson

Capitán Julia SawyerMayores Eskil y Ruth Blankegard

Capitán Janice HopwoodCapitana Ulla Eklund

Mayor Ruth Ellen Dalberg

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El agradecimiento de ChileNo serán olvidados

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Capitana Sinikka Margarita RöckmanComisionados Alex e Ingeborg Hughes

Mayores Erling y Synneva VestheimMayores Washington y Catherine Navarro

Mayores Larry y Evelyn RepassMayores Hugo y Caroline Faúndez

Capitanes Duncan y Beverly Mclean Mayores Albert y Jane Smith

Capitanes Hendrik y Beatriz I. HeerlienMayores Edward y Ruth RingleCapitanes John y Valeta Merritt

Mayores Stanley Lewis y Caroline MeltonMayores Bert y Gun-britt Jakobsson

Mayores Henry y Berenice TaramascoCapitán Elsa Maud Samuelsson

Mayor Eliana CristiComisionados Edmundo y Ruth Allemand

Mayora Bodil Larsen BaileyMayor Blanche Muzika

Coroneles Sydney y Betty BoothMayor Santos e Ilda Arrieta

Capitanes John y Cristine de SennaComisionados John y Freda Larson

Capitán Karin AnderssonComisionados Rubén y Rosario Nüesch

Comisionados Carl y María EliasenCapitana Marilyn Stride

Mayora Renate SteingraberMayor Gerd Dahlin Oberg

Mayores Gordon y Susan DalyMayores Chester y Joy Emmons

Teniente Coronel Roberto y Martha FríasTte. Coroneles Bradford y Heidi Bailey

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Caminos de Gloria

Coroneles Hugo y Julia PintosTtes Coroneles Alexander y Luisa LópezComisionados David y Alice Baxendale

Tenientes David y Clara HodgeMayores Juan y Ulla Gallardo

Capitana Olga RainfordCapitanes Marc y Karen Johnson

Mayores Neil y Beth SaundersMayores Rolf y Orla LarsenCapitana Kirsty Mckenzie

Capitanes Ian y Collen Marshall Comisionados Lawrence R y Nancy A Moretz

Capitanes Douglas y Rhode DanielsonCapitanes David y Darlene Harvey

Tte Coronela Susan Mcmillan Capitanes Phillip y Sheila Davison Coroneles Jorge y Adelina Ferreira

Capitana Clauris Morales Brigadier Eliseo Steven y Sra

Ttes. Coroneles Bernard y Mary SmithMayores Mario y L Castillo

Mayora Gweneth WoodburyCapitanes Fhure y Sally Jansson

Capitanes Eduardo y Andrea BaigorriaAlférez David Hellsten

Mayor Albert Thomas y SraMayores José García y Sra.

Fuentes de información: Archivos antiguos del C.G.T., programa Congreso 1999, “Cruzados y Gritos de Guerra”.

•No están incluídos aquí los nombres de nuestros hermanos bolivianos y peruanos, que por causa de la estructuración territorial son considerados oficiales naciona-les. Su ausencia, no indica falta de reconocimiento por nuestra parte, sus labores en nuestro país han sido amplias y fructiferas.

Caminos de Gloria

212

215

Agradecimientos

Apéndice: Agradecimientos

“Aquí son todos los que están, pero no están todos los que son”

(lEtrEro a la Entrada dE la Casa dE oratEs, En santiaGo)

Un libro no se hace solo. Muchas manos se necesitan para sacarlo a la luz, y este libro ha tenido la bendición de ser abun-dante en manos.

Una prosa clara y pertinente que sea liviana de leer es algo que cuesta conseguir. Este libro ha tenido el beneficio de contar con una editora de alto nivel profesional, meticulosa, quisqui-llosa, pero que no la cambiaría por nadie: Annabella Brüning. Sus consejos certeros y su atención al detalle han beneficiado profundamente este proyecto.

Antes del libro viene el manuscrito, y aquí conté con la colaboración de varias salvacionistas a las que agradezco con mucho sentimiento y cariño. Fue un placer trabajar con ellas: Marta Maldonado y Patricia Gallegos, del Cuerpo de Maipú, y Patty Villanueva, del Cuerpo de Pudahuel.

Gran parte de los datos que “Caminos de Gloria” entrega, han sido consecuencia de la importante investigación que realizó el Hermano Oscar Pavez Cornejo, (“El Ejército de Salvación en la costa del Pacífico Sudamericano”) a quien reconocemos

216

Caminos de Gloria

como el primer investigador histórico de la Obra del Ejército de Salvación en Chile. En su libro él expresa el deseo de que sus investigaciones sirvan de base para obras futuras: se lo agrade-cemos y esperamos que con esta narrativa que hoy ofrecemos al pueblo salvacionista sus deseos se hayan cumplido.

El Pastor Juan J. R. Wehrli, historiador luterano, me aconsejó en los detalles de su profesión.

Quien escribe historia necesita muchos datos y yo molesté a mucha gente para conseguirlos: Comisionado Hughes, Comisionado Eliasen, Sargento Raúl Guerrero, Maestro de Banda Juan Magnenat, Mayor Arnoldo Soto, Comisionado Moretz, Martita Magallanes -cuyo repertorio de anécdotas sal-vacionista era maravilloso-, la familia Lündgren, los Mayores Castillo.

Agradezco a Eduardo Valenzuela su valiosa cooperación. Su interés en la historia del Ejército de Salvación en Chile es enco-miable y produjo la cronología.

La última corrección se la agradezco a Mary Salvany quien es implacable con los detalles.

El General (R) Larsson me ha honrado con aceptar escribir el prólogo de este libro por lo cual le estoy profundamente agra-decido.

Agradezco al Comisionado Siegfred Clausen. Su posición de Secretario Internacional para las Américas le permitió aportar claridad a lista de nombres de los Oficiales, hasta donde esto es posible, y a quien aprovecho de pedirle disculpas por haberlo despertado a las dos de la mañana (en Santiago eran solamente las diez). “Caminos de Gloria” ganó mucho cuando le pidió revisar la ortografía de los nombres extranjeros.

Agradecimientos a Daniel Alarcón que nos ayudó con sus sugerencias y a Gabriela Rivera y Pamela Céspedes, Secretarias del Cuartel Territorial en Santiago, cuya eficiencia es igual a su amabilidad.

217

Agradecimientos

Debo agradecer, también al Concejo de Literatura, en las personas del Coronel Jorge Ferreira y del Tte. Coronel Bradford Bailey por la sorprendente libertad que me dieron para escribir esta narrativa. El éxito que este libro pudiera tener es producto de esta política.

0Además, agradezco a la Mayora María Flores, quién cooperó ampliamente con todos los detalles de la impresión de este libro, y todo lo que ello implica.

Y por último agradezco a mi madre, la Coronela Edelmira Lalut, que a mi entender es la salvacionista más antigua del Territorio, y a quien los años no le han quitado el espíritu crítico; además, ella me proporcionó abundantes detalles y me entregó muchos consejos.

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Bibliografía

“La Biblia”. Versión Cipriano de Valera, traducción 1960.

“El Ejército de Salvación en la Costa del Pacífico Sudamericano” (1909-1989).Oscar Pavez Cornejo.Territorio Oeste de Sudamérica.

“Historia de Ejército de Salvación en Chile”.Vicente Vivante (No publicado)Territorio Este de Sudamérica.

“Pasado, Presente y Futuro” Compilado por R E Gurney. Territorio Este de Sudamérica. (1965)

“El Cruzado” (1905 -1926) Territorio Este de Sudamérica.

“El Grito de Guerra”(1926 -1990) Territorio Este de Sudamérica.

“The Wounded Healer” Henri Nouwen Imge Books, 1979

“The Problem with the Church”Helmuth ThielickeHarper & RowPublisher New York,1965

“Behold The Spirit”Allan Watts Vintage Books, New York, 1971

“Notable Quotables”Allen SatterleeThe Salvation Army, Atlanta, Georgia

Apéndice: Bibliografía

220

Caminos de Gloria

“A Salvationist Tressaure”Henry GariepyCrest Books Alexandria VI, 1995

“The history of the Salvation Army in five volumenes”Arch Wiggins, Frederick Cutts. The Salvation Army New York

“Say yes to life an Autobiography”John LarssonCrest Book Salvation Army Nationald Publications.

“The life & Ministry of William Booth” Roger J GreenAbingdon Press

“Se desvivió por los Desdichados”Richard CollierCondensación y traducción por Selecciones del Reader Digest

“Catherine Booth”Catherie Bramwell Booth1892, London

“Echoes and memories Bramwell Booth”London, 1925

“Marching on to war”The first 100 years of the Army in USAEdward MacKinley

“The Betrayal of Bramwell Booth” Frank Jarr Blisher London, 1929.

“Deposed but not Despised”John C KirkhamCita del Press Vicoria Australia, 1999

“The Salvation Army”William Booth Founder of the Salvation Army Harold Begbie, 1920

“Catherine Booth” Booth Tucker1951 The Salvation Army 1928

221

Bibliografía

“Catherine Booth”Roger Green Baker Books

“The Prime Ministars” (Stories and anecdotes from number 10)William Douglas Home“Barnes and Noble”,1987

Year Book of the Salvation Army London, Años varios

“Historia de Chile” 20 tomosFrancisco Encina Editorial Ercilla 1958 Santiago Chile

Apéndice: Los autores

ENRIQUE LALUT MIRANDA es un salvacionista chileno, hijo de oficiales, que emigró tempranamente a los Estados Unidos, donde entró a la Escuela de Cadetes de Nueva York, Sesión Defensores de la Fe..

En Puerto Rico comenzó la Obra en un barrio marginal llamado “La Perla”, donde residió junto a su esposa, para estar cerca de su congregación; desde allí produjo un programa de TV y otro de radio llamado “Caminos de Vida”, además de una revista del mismo nombre. Cursó estudios de Teología en el Seminario Teológico de Río Piedra, San Juan.

Ha publicado “Somos un Pueblo Especial” y “Once verdades que te harán crecer”, un manual de historia y un estudio sobre doctrinas, y es iniciador de la revista Ven, Cristianos en Marcha y Buenas Noticias. En la actualidad es Soldado del Cuerpo de York en Pensylvania, donde dirige la clase Bíblica de Adultos.

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Apéndice: Los autores

EL SOLDADO EDUARDOVALENZUELA RUBIO. Autor de la cronología de este libro, asiste desde su niñez al Cuerpo de Avenida Matta, el primer cuerpo que se inauguró en Chile, tal vez siendo esta la causa de su gran afición a la historia salvacio-nista, cuando niño, la familia de Eduardo se movió a la vecindad del Cuerpo y en una campaña de la Escuela de Cadetes, Eduardo asistió por primera vez a una reunión del Ejército de Salvación. Encontró La hora de gozo muy atractiva y conoció al Señor.

Eduardo invirtió una considerable cantidad de tiempo en revisar y organizar el caudal de información que se encuentran archivados en los Cruzados y Gritos de Guerra de la época. Este material se compartió ampliamente con Caminos de Gloria.

Su trabajo secular lo ha llevado a diferentes ciudades de Chile, ha servido en el cuerpo de Rancagua, Antofagasta e Iquique en todos los cuales a tomado una posición siempre relacionada con la Escuela Dominical.

Eduardo vive en Santiago de Chile, junto a su esposa Jenny con la cual tiene tres hijos: Jónatan, Gerson, Berenice.

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