conductas adictivas y transformación personal

139

Upload: omnia-palmer

Post on 05-Jul-2015

6.042 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Page 1: Conductas Adictivas y Transformación Personal
Page 2: Conductas Adictivas y Transformación Personal

1

Page 3: Conductas Adictivas y Transformación Personal

2

Page 4: Conductas Adictivas y Transformación Personal

3

Javier Carbonell Lledó

CONDUCTAS ADICTIVAS Y TRANSFORMACIÓN PERSONAL

Ediciones Síndrome

Page 5: Conductas Adictivas y Transformación Personal
Page 6: Conductas Adictivas y Transformación Personal

5

Gracias a todas aquellas personas que sin pretenderlo me

han enseñado lo verdaderamente esencial en la vida.

Anónimo

Page 7: Conductas Adictivas y Transformación Personal

6

Page 8: Conductas Adictivas y Transformación Personal

7

“Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de

lejos, parece una comedia”.

Charles Chaplin

Page 9: Conductas Adictivas y Transformación Personal

8

Page 10: Conductas Adictivas y Transformación Personal

9

Prólogo

Se han escrito numerosos libros sobre las conductas adictivas en general y más concretamente sobre las adicciones a las sustancias químicas, tales como el alcohol, la cocaína, las benzodiacepinas, el cannabis, etc... y su repercusión sobre la salud de las personas que la padecen, tanto desde una perspectiva física como mental.

Sin embargo, sobre las demás conductas adictivas sin sustancias químicas llamadas socioadicciones, tales como internet, juego, sexo, co-dependencia, compras, comida, etc.., se ha tratado por muchos menos autores y todavía se plantean algunos estudiosos de la materia si debería de considerarse una enfermedad mental.

A pesar de ello y con independencia del debate que esta cuestión suscita, son escasos los autores que han profundizado en los aspectos de la transformación personal como palanca para trascender las conductas adictivas, vistas como una unidad, es decir, tanto las adicciones a sustancias químicas como a las socioadicciones.

Page 11: Conductas Adictivas y Transformación Personal

10

El hecho de ahondar sobre este aspecto con una visión global, es lo que convierte a este libro en un manual único, pues profundiza en la personalidad adictiva mostrando las claves necesarias para llevar a cabo una auténtica transformación personal, que permita no sólo superar las conductas adictivas, sino que genere un auténtico cambio personal que conduzca al adicto a su propia auto-realización personal.

Respecto al autor, cabe destacar su habilidad para exponer todos estos conceptos tan complejos en un lenguaje sencillo y fácil de comprender, lo que demuestra su exhaustivo conocimiento y experiencia en el campo de las adicciones y que ha sido fundamental para exponer las claves necesarias para solucionar cualquier problema de adicción.

En resumen, es una gran suerte contar con este libro que de forma clara y directa nos introduce en un tema de gran actualidad y de gran alcance social.

Firmado:

P.E.A.

Page 12: Conductas Adictivas y Transformación Personal

11

Índice

Introducción.

• Las Socioadicciones.

• Qué hay detrás.

• Recompensa.

• Recuperación. 1º La Personalidad Adictiva. La transformación al Yo

Experiencia.

1.1. La transformación al “Yo Experiencia”. 2º La Conciencia y la Auto-Observación permanente.

2.1. Hábitos de Conducta Adquiridos. 2.2. Los Modelos.

3º Diferencia entre Sentimientos y Emociones.

3.1. Sentimientos. 3.2. Emociones.

Page 13: Conductas Adictivas y Transformación Personal

12

4º Las tres Necesidades Fundamentales: Amor, Seguridad y Libertad.

A) Necesidad de Amor. B) Necesidad de Seguridad. C) Necesidad de Libertad.

5º El Triángulo Trágico de KARPMAN.

5.1. La Víctima. 5.2. El Salvador. 5.3. El Perseguidor. 5.4. ¿Cómo manejar o cambiar estos comportamientos?. 5.5. Un Ejemplo Práctico.

6º Codependencia. 7º La Ansiedad. 8º Los Resentimientos.

8.1. Los resentimientos nacen de las expectativas frustradas.

8.2. ¿Cómo se crean las Expectativas?. 8.3. Estableciendo Acuerdos Claros. 8.4. Expectativas del otro. 8.5. No extender el resentimiento. 8.6. El resentimiento complica las relaciones con los

demás. 8.7. Aceptar la responsabilidad en el hecho. 8.8. El perdón, el máximo regalo.

9º La Transformación del carácter.

Page 14: Conductas Adictivas y Transformación Personal

13

10º Modelo de Psicoterapia Integrativa. 11º Modelo de los Estadios del cambio. La Entrevista

Motivacional.

11.1. Qué hace cambiar a las personas. 11.2. Qué es la Entrevista Motivacional. 11.3. Principios Generales de la Entrevista

Motivacional. 11.3.1- Expresar Empatía. 11.3.2- Desarrollar la discrepancia. 11.3.3- Evitar argumentar y discutir con el paciente

sobre la conveniencia o utilidad de un cambio, porque esto le puede crea resistencia.

11.3.4- Trabajar las resistencias del paciente evitando las actitudes del terapeuta que pueden facilitarlas.

11.3.5- Apoyar y fomentar el sentido de auto-eficacia.

11.4. Ejemplo Práctico Real. 12º Ebriedad versus Sobriedad. 13º El significado de la Felicidad. 14º La Vida como Propósito. 15º El Sentido de la Vida. Bibliografía. Sobre el autor.

Page 15: Conductas Adictivas y Transformación Personal

14

Page 16: Conductas Adictivas y Transformación Personal

15

Introducción

En la enfermedad de las adicciones, se suele ignorar la importancia que puede tener para el individuo que la padece, la auténtica transformación personal.

Con frecuencia la idea más generalizada en la sociedad sobre las adicciones es, que quien las sufre, ha tenido algunos problemas de carácter o de personalidad, y que como no han tenido la suficiente fuerza de voluntad o valentía para saber decir que no a las drogas, éstas se han apoderado de la persona.

Modificar esta equivocada idea en la sociedad sobre las adicciones, tanto a las drogas como las denominadas adicciones sociales, es decir, todas aquellas adicciones sin sustancias químicas tales como Internet, juego, sexo, compras, tecnología, etc., junto con el principal objetivo que es servir de ayuda a todos en la recuperación de esta enfermedad, son dos de las principales razones que me han impulsado a escribir este libro, para tratar de clarificar algunos conceptos básicos que puedan ser útiles, tanto para el paciente como para sus familiares y/o

Page 17: Conductas Adictivas y Transformación Personal

16

amigos en la comprensión de los factores clave que inducen al desarrollo de la enfermedad.

Para algunos especialistas en la materia, la enfermedad de la adicción se trata solamente de una cuestión temporal en la vida de una persona, bajo unas determinadas circunstancias personales, sociales e incluso neurobiológicas.

Para otros, sin embargo es el resultado de un determinado tipo de personalidad adictiva, que puede o no desarrollarse en el transcurso de la vida, pero que sin duda este tipo de personalidad tan característica, tiene un mayor nivel de riesgo.

En cualquiera de los casos, el aumento del nivel de tipologías adictivas en nuestro país y el alarmante aumento del número de personas que desarrollan estos trastornos adictivos, son cuestiones lo suficientemente importantes como para analizar las distintas posibilidades que puedan ayudar a resolverlas.

Evidentemente no trato de mostrar en este libro todas las claves, pues sería demasiado pretencioso por mi parte, que un sólo libro contuviera todo el conocimiento necesario para salir de una enfermedad tan compleja.

Page 18: Conductas Adictivas y Transformación Personal

17

Las Socioadicciones.

Por otra parte y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta relacionados con las nuevas adicciones. Bajo este término, o el de adicciones no químicas, comportamentales o socioadicciones, se agrupan los trastornos que, aun no precisando de sustancias químicas como la cocaína, el alcohol o un psicofármaco para obtener el anhelado subidón, pueden crear la misma dependencia y provocar consecuencias similares.

¿Dónde está la frontera entre comprar mucho y ser adicto a las compras; entre ser sexualmente activo o sufrir un trastorno de adicción al sexo; cuál es la diferencia entre trabajar largas horas y ser laboradicto, entre hacer ejercicio y ser vigoréxico, entre usar las nuevas tecnologías y ser dependiente?. La línea la delimita el uso, la frecuencia, la intensidad, la cantidad de tiempo y el dinero invertido y, sobre todo, el grado de interferencias que éstas suponen en las relaciones familiares, sociales y laborales de la persona afectada.

Respecto a las toxicomanías, la distinción entre drogas duras y drogas blandas es irrelevante; “más que el tipo de sustancia, lo que importa es la dependencia y, en último término, la pérdida de libertad que provoca a la persona”.

Parte del ocultismo que existe alrededor de estas adicciones se sustenta en que no están reconocidas como tales en clasificaciones médicas como el DSM-IV

Page 19: Conductas Adictivas y Transformación Personal

18

(Asociación Americana de Psiquiatría) o el CIE-10 (OMS), donde se agrupan bajo el término “trastornos”. El diagnóstico adicción está reservado a las producidas por un abuso de sustancias. Sin embargo, muchos de los profesionales que las tratan están en desacuerdo con la división.

La evolución de estas conductas es igual a la de cualquier adicción química pues “aumentan los niveles de dopamina –neurotransmisor cerebral responsable del subidón–, se da una mayor necesidad de uso, dificultad para controlar la actividad, y al iniciarse un periodo de abstinencia aparecen la irritabilidad y malestar, con riesgo de recaída.” Es necesario erradicar el prejuicio de que éstas son un vicio, mientras que las toxicomanías son una enfermedad, porque las hace todavía más invisibles.

Las adicciones no químicas son conductas difícilmente detectables en una primera fase. Al tratarse de actividades socialmente aceptadas, y algunas, como el trabajo o el deporte, incluso bien valoradas, es difícil reconocerlas como tales.

Algunos signos que pueden dar la voz de alerta entre adolescentes son el abandono de actividades, un bajo rendimiento escolar o el absentismo. Los adultos suelen sufrir alteraciones en el sueño, deterioro físico u obsesión por él, inestabilidad emocional, descenso en la capacidad intelectual e irritabilidad, y mienten con asiduidad.

Page 20: Conductas Adictivas y Transformación Personal

19

Qué hay detrás.

Detrás de una conducta adictiva se esconden rasgos de impulsividad, perfeccionismo, búsqueda exagerada de sensaciones, inseguridad o insatisfacción. Los laboradictos son personas muy activas, con objetivos ambiciosos, toques de hostilidad e impaciencia. Quienes sufren vigorexia –búsqueda de la perfección corporal gracias al ejercicio– se caracterizan por una alta exigencia y conductas obsesivas. Respecto a los adictos a las drogas la compulsividad y los comportamientos obsesivos son los factores más claros.

Los periodos de inestabilidad emocional, dificultades, carencias afectivas o laborales, inseguridad o baja autoestima son rendijas por las que se pueden colar las adicciones. Los enfermos entienden hoy que tras su compulsión se escondían grandes dosis de inseguridad y carencia de autoestima, consumiendo para llenar un hueco afectivo. Algunos especialistas en este campo, apuntan que una conducta normal se convierte en adictiva cuando el objetivo de la conducta es más la reducción de un malestar que la obtención de placer.

Recompensa.

Al igual que ocurre con los politoxicómanos, los socioadictos también sienten una inmediata sensación de recompensa al realizar la actividad de la que dependen.

Page 21: Conductas Adictivas y Transformación Personal

20

Sin embargo, con el tiempo, ese momento dura cada vez menos.

Una de las principales cruces del enfermo durante el trastorno y la recuperación es un hondo sentimiento de culpa por las mentiras y manipulaciones que convierte en habituales para sobrevivir enganchado a su adicción... Se sienten fatal, no sólo por su comportamiento, sino porque éste les obliga a mentir, pero la adicción es superior a todo.

Recuperación.

A diferencia de la relación de nunca más que se da en los procesos de desintoxicación, es muy difícil que esto ocurra con el trabajo, las compras, el sexo o las tecnologías. “No se pueden prohibir para siempre, por tanto el adicto debe ser capaz de normalizar su relación con la actividad, porque ésta seguirá en el mismo lugar.” Las terapias refuerzan la autoestima y fomentan la recuperación de las habilidades y las aficiones que se han perdido a causa de la adicción. La recuperación es posible si se produce una previa toma de conciencia y hay voluntad por parte del adicto, así como de su entorno.

Lo que sí podemos afirmar con rotundidad y pueden confirmarlo el testimonio de numerosas personas, es que solamente bajo una auténtica transformación personal es posible superar las conductas adictivas de las personas.

Page 22: Conductas Adictivas y Transformación Personal

21

1 La Personalidad Adictiva

Con frecuencia, entre los expertos parece que todavía no se han puesto muy de acuerdo sobre el auténtico significado de la autoestima y la posible vinculación que puede suponer para el individuo la carencia de la misma en las conductas adictivas y con el aumento del consumo de drogas u otras adicciones sociales. Para algunos especialistas en la materia, se trata de la percepción emocional global de aprecio o de rechazo de uno mismo. Para otros, sin embargo es el resultado de la evaluación metódica de atributos y cualidades personales.

En cualquiera de los casos, la autoestima es la suma de ambos conceptos, es decir, tanto de la propia percepción emocional como de la evaluación de cualidades sobre nosotros mismos, y su aumento o disminución pueden influir de manera directa en el consumo de drogas y conductas adictivas en general. Aunque no exista una evidencia científica al respecto, la observación empírica

Page 23: Conductas Adictivas y Transformación Personal

22

muestra un posible grado de vinculación entre el nivel de autoestima y las conductas adictivas, aunque el objeto del presente libro no sea demostrar dicho grado de implicación, sino solamente reflexionar sobre sus posibles interrelaciones y las ventajas terapéuticas de su aplicación.

En primer lugar, deberíamos de clarificar el hecho de que la percepción de nuestro auto concepto es el resultado de lo que “Nosotros creemos ser”, de lo que “Nos gustaría ser” y de lo que “Nosotros realmente somos”.

Partiendo de esta distorsión se encuentra por una parte nuestro “Yo idea”, es decir, la idea o creencia sobre nosotros mismos que suele ser normalmente negativa, por otra parte nuestro “Yo ideal” entendido como la idea o creencia sobre cómo nos gustaría ser y qué suele ser normalmente una idea positiva e idealizada, y entre el medio de ambas creencias, se encuentra lo que realmente somos.

Respecto al “Yo Idea”, se forja desde la niñez como resultado de factores familiares y sociales y en los que sin duda tiene una gran influencia nuestro entorno, que predetermina la personalidad del niño en cuanto a su percepción particular de los factores y acontecimientos

Page 24: Conductas Adictivas y Transformación Personal

23

que le rodean. Bien es cierto que cada niño reacciona de una forma diferente ante los mismos acontecimientos, incluso pudiendo producirse la situación de que un determinado acontecimiento traumático puede influir no tan negativamente en un niño que otro no tan traumático y que sí le repercute muy negativamente. La predisposición a la influencia e interpretación sobre nuestro entorno vendría ya a definir un futuro comportamiento adictivo.

Externamente puede que la reacción del niño ante un suceso pueda parecer la misma que la del resto, pero la gran diferencia radica en su interior y en la forma en la que éste interpreta y vive dicho suceso, y por tanto su futura predisposición a un determinado comportamiento. La personalidad adictiva puede tener su origen en un mayor grado de sensibilidad en la percepción y vivencia de lo que podríamos denominar una “Experiencia Activadora”, según define Ellis en su teoría ABC dentro de la terapia Racional Emotiva.

En dicha teoría, se expone que A, una experiencia activadora, no provoca necesariamente C, una perturbación emocional, sino que es B, conjunto de ideas y creencias, las que provocan finalmente C, es decir una perturbación emocional y no necesariamente A.

A B C

Page 25: Conductas Adictivas y Transformación Personal

24

Siguiendo en la línea ideológica de Ellis, podríamos afirmar que ese conjunto de ideas y creencias que provocan una determinada perturbación emocional, es diferente en cada individuo y por tanto es el resultado directo de su “Yo Idea” forjado desde su infancia. Como resultado de este análisis, se puede verificar cómo la personalidad adictiva surge como resultado del “Yo Idea” creado en la infancia, y que da lugar a un conjunto de ideas y creencias negativas sobre uno mismo y que provocará una perturbación emocional, distinta en los individuos con personalidad adictiva frente a los individuos sin dicha personalidad adictiva.

Vemos pues, que el origen del problema surge de la idea negativa que tenemos sobre nosotros mismos desde nuestra infancia y que nos predispone negativamente a reaccionar con perturbaciones emocionales, cada vez que nos aparezcan determinadas experiencias a lo largo de nuestra vida.

Por otra parte, dentro de nuestra personalidad adictiva, aparece el “Yo Ideal” que supone todas aquellas ideas y deseos de lo que nos gustaría ser, frente a lo que creemos ser. Es fácil deducir, que nuestro “Yo Ideal” se compone de todo lo contrario a nuestro “Yo Idea” y que por tanto si queremos descubrir cómo se estructura nuestro “Yo Idea” sólo tenemos que ver cuáles son nuestros deseos e ideas de futuro, tales como quiero ser muy inteligente, quiero ser poderoso, quiero ser fuerte, quiero ser valiente, admirado, querido, etc…

Una vez analizados nuestro “Yo Ideal” y por tanto nuestro “Yo Idea”, tenemos ya la configuración exacta de nuestra

Page 26: Conductas Adictivas y Transformación Personal

25

Personalidad Adictiva y el porqué este tipo de personalidad reacciona de manera emocionalmente perturbada ante cualquier experiencia activadora en nuestra vida, que considere que puede ser una agresión o amenaza. Por ejemplo, una experiencia activadora podría ser un desengaño amoroso, que en lugar de actuar con racionalidad ante este hecho si no existiera esta personalidad adictiva, es decir, aceptando el dolor de la situación y tratando de recuperarnos poco a poco sin que ello dañe nuestra autovaloración personal, la reacción del adicto es de frustración total y de total devaluación personal. Ante esta reacción desmesurada e irracional, queda una tremenda angustia que sólo puede ser apaciguada con la huída en ciertas conductas adictivas, como forma de anestesiar la angustia producida por la situación, y que representa a ese “Yo Ideal” buscando una falsa satisfacción que evite la vivencia y aceptación de su angustia.

En este “forcejeo mental” el principal problema radica en la visión errónea de ambas creencias y en la falta de aceptación de uno mismo, pues ni somos tan negativos como creemos ser, ni podemos alcanzar las elevadas expectativas idealizadas que nos hemos proyectado, lo que cuanto mayor es la brecha entre ambas ideas, mayor es el nivel de frustración y dolor, lo que desemboca en la necesidad de huir de nuestro “Yo idea” pudiendo entonces desencadenar el consumo de drogas como medio de aliviar ese dolor y frustración interna, ubicando al individuo durante un determinado tiempo en ese “Yo ideal” mientras se mantiene el efecto de la sustancia, para pasar posteriormente de nuevo a la realidad del “Yo idea” cuando ya han desaparecido los efectos de dichas

Page 27: Conductas Adictivas y Transformación Personal

26

sustancias, encontrándonos finalmente de nuevo con lo que se había estado huyendo y provocando aún más frustración y dolor a causa del “Sentimiento de Culpa” que irremediablemente emerge, por lo que la única salida es volver a consumir para tratar de hacer desaparecer ese dolor interno y revivir otra vez ese estado de “Yo ideal”.

Profundizando por tanto en la cuestión principal, la clave se encuentra en la correcta visión y en la auténtica aceptación de lo que realmente somos, tanto desde una perspectiva afectiva como intelectual, corrigiendo la percepción distorsionada que tenemos de nosotros mismos. Según nuestras prioridades particulares, a la hora de “Autovalorarnos”, podemos incluir una amplia gama de factores tales como la habilidad para relacionarnos con los demás, la apariencia física, los rasgos particulares de carácter, la capacidad intelectual, la eficacia en lograr lo que nos proponemos, las cosas materiales que poseemos o el nivel de satisfacción que sentimos en nuestra vida.

De cualquier forma lo más importante para aceptarnos a nosotros mismos y aumentar nuestro nivel de autoestima, es en primer lugar necesario examinar con detalle todas estas prioridades particulares, seleccionando con una visión equilibrada y con sinceridad las que realmente nos merecen la pena y adaptarlas en función de nuestras virtudes, defectos, capacidades, limitaciones e incluso valorando el impacto positivo que puede tener en nosotros mismos y en los demás.

Page 28: Conductas Adictivas y Transformación Personal

27

Cuando este análisis introspectivo se realiza de una forma correcta y sincera, descubrimos que en muchas de esas prioridades se fundamentan en la imagen que proyectamos a los demás y en la necesidad de que nos vean como a nosotros nos gustaría y de esta forma conseguir la aprobación y el reconocimiento social, tan ansiado en personas que han tenido una idea de sí mismos de desaprobación y de falta de reconocimiento social y familiar.

Mediante este proceso de análisis, podemos darnos cuenta que muchos de las prioridades que establecemos internamente para alcanzar un elevado nivel de autoestima, se construyen en función de la opinión de los demás y no de nuestras auténticas necesidades, lo que produce una elevada vulnerabilidad y dependencia tanto emocional como social, es decir, si los demás nos reconocen como personas válidas y nos muestran su afecto y cariño, entonces nos sentimos bien con nosotros mismos porque elevamos nuestro auto concepto y nuestra autovaloración.

Page 29: Conductas Adictivas y Transformación Personal

28

Por el contrario, si los demás no nos muestran este afecto y cariño o si nos critican por nuestra forma de ser y de actuar, nos devaluamos interiormente, sintiéndonos fracasados y apáticos, teniendo actitudes tales como “Da todo igual” o “No me importan los demás” o “Total, para qué actuar de una determinada forma si al final igualmente me van a criticar ó a no aceptar”.

Es desde esta frustración interior, donde surge la necesidad de ahogar el dolor recurriendo con frecuencia a las drogas, como un mecanismo de efecto rápido, que nos permite alcanzar temporalmente nuestro ansiado lugar de reconocimiento social y que supuestamente nos permite actuar en la forma que nos gustaría que los demás nos viesen, es decir más comunicativos, espontáneos, simpáticos y capaces de conseguir cualquier cosa; en definitiva más extrovertidos.

Una vez realizado esta análisis interno y descubriendo mediante la introspección lo realmente esencial en nosotros mismos y en los demás, pero sin la excesiva dependencia del exterior, es cuando se reorganiza nuestra estructura interna de pensamiento y cuando realmente nos aceptamos tal como somos, pasando a ser prioridades otra tales como el cultivo de relaciones gratificantes, conseguir objetivos válidos a base de un esfuerzo consciente y continuado, y a desarrollar las aptitudes y talentos naturales que siempre emergen en nosotros cuando se produce este proceso de auto observación y aceptación interior.

En resumen podríamos afirmar, que la autoestima es algo personal en el sentido de que cada uno construye el

Page 30: Conductas Adictivas y Transformación Personal

29

concepto de su Yo Real con distintos ingredientes, tales como sentirse eficaces y válidos, y que uno es siempre capaz de conseguir metas, siempre y cuando estas metas sean razonablemente alcanzables por nosotros de acuerdo con nuestras capacidades y aptitudes, y no fijarse metas inalcanzables o pensar que tenemos unos atributos para alcanzarlas, que en realidad no poseemos.

En la medida que la consecución de esas metas alcanzables sean una realidad, esta situación nos motivará a plantearnos otras nuevas metas que al ser nuevamente alcanzadas, aumentarán de forma acumulativa nuestro nivel de autoestima.

En este aspecto, en el caso de las dependencias a las sustancias tóxicas, nos podemos encontrar con dos situaciones claramente diferenciadas: Por una parte normalmente en la adolescencia, cuando surge el primer contacto con las drogas hasta que su continuado consumo desencadena una tremenda adicción, y por otra, una vez alcanzada la adicción hasta el nivel de “Tocar Fondo” en el que con frecuencia el enfermo necesita erradicar el consumo, pero se siente profundamente fracasado y se considera incapaz de poder volver a tener una vida normal.

Ante la primera situación, es decir, ante el primer contacto con las drogas, el nivel de autoestima desempeña un papel esencial, pues dependiendo de cómo se siente el individuo y de cuál es su nivel de autovaloración, si éste se encuentra en un nivel bajo y por tanto con dolor y frustración interior, las drogas irán paulatinamente anestesiando este fuerte dolor interno y

Page 31: Conductas Adictivas y Transformación Personal

30

cada vez que desaparezcan sus efectos, será necesaria más cantidad de droga u otras adicciones para paliar un dolor cada vez más fuerte que además del mismo, se alimenta de un fuerte sentimiento de culpa, lo que va generando un “Círculo Vicioso” difícil de romper.

La única medida de prevención real en esta fase, no consiste solamente en informar de los peligros que pueden ocasionar el consumo de drogas, sino en reforzar la autoestima de los jóvenes como el mejor medio de evitar un consumo desmesurado que desencadene en una adicción.

En la segunda situación, es igualmente esencial e imprescindible reforzar la autoestima, pues el sentimiento de fracaso personal y social, además del elevado nivel de culpa, hacen difícil abandonar definitivamente el consumo de sustancias sin saber que pueden aferrarse a algo más importante como es la autoestima real, debiendo de priorizar esta meta frente a simplemente la situación de romper la dependencia sin ninguna meta más que mejorar la salud y recuperar la familia y el trabajo, que por muy importantes que sean para la persona, en el caso de un enfermo de adicción no representan en una primera fase de su recuperación una auténtica motivación por sí misma, aunque a pesar de ello reconozca su importancia.

En resumen, por todo ello, la auténtica y primera meta a alcanzar debería de ser la de aumentar el nivel de autoestima como el medio más eficaz de prevención y abandono de las conductas adictivas, y del que emanan las demás conductas positivas mediante el reforzamiento

Page 32: Conductas Adictivas y Transformación Personal

31

positivo, incrementando más aún el nivel de autoestima, generándose de esta forma un “Círculo Virtuoso” en lugar de un “Círculo Vicioso” y que tiene como objetivo vivir una vida sin drogas satisfactoria, llena de alegría y con la suficiente fuerza interior como para superar los distintos avatares que aparecen en la vida, sin la necesidad de recurrir a las drogas como remedio para anestesiar un dolor interno.

Círculo Vicioso de las Adicciones

1.1. La transformación al “Yo Experiencia”.

Una vez se ha realizado este análisis de nuestra personalidad adictiva, surge la necesidad en nosotros de realizar una reestructuración cognitiva y conductual, pues es cierto que es importante darse cuenta de nuestro

Page 33: Conductas Adictivas y Transformación Personal

32

proceso mental y de cómo reaccionamos ante las experiencias en nuestra vida cotidiana, pero no es suficiente dicha percepción sin un trabajo interior intenso que nos obligue a una autentica transformación, como única vía de garantizar la abstinencia y en el futuro, mediante una maduración conseguir la autentica sobriedad.

El primer requisito es por tanto que se produzca un cambio de actitud. Normalmente ésta pueda ser positiva o negativa, dependiendo de nuestra reacción e interpretación de las circunstancias, tal como explicábamos anteriormente según la teoría ABC de Ellis. Lo que requiere es que nos obliguemos a mantener siempre una actitud positiva, aflorando todo lo mejor de nosotros mismos en todo momento, como por ejemplo amabilidad, comprensión, simpatía, empatía, alegría, optimismo, entusiasmo, etc...

El segundo requisito es que esta actitud además de ser positiva, tiene que ser activa, es decir, tenemos que aflorar la positividad y movilizarla a través de nuestro entorno, mediante la expresión genuina de todo este contenido. Cuando yo aprendo a expresar y proyectar todo lo mejor de mí mismo a los demás, es cuando comienzo a ser de verdad yo mismo, pues esto no lo hago para que los demás me reconozcan o me quieran, sino porque al expresar lo mejor de mí, que es lo que realmente soy, voy siendo más auténtico, dejando de preocuparme tanto por mis ideas y creencias, y transformándome en aquello que soy de verdad.

Page 34: Conductas Adictivas y Transformación Personal

33

Este proceso de cambio de una actitud positiva y activa en mi vida cotidiana es lo que va dejando paso a mi “Yo Experiencia”, que lejos de vivir entre los parámetros de la personalidad adictiva del “Yo Idea” y el “Yo Ideal”, va realizando en mí aquello que realmente soy a través de mi experiencia diaria.

Es cuando se produce entonces este cambio de visión, para dejar de estar atentos a mis necesidades y deseos de yo quiero que me respeten, yo necesito que me quieran, deseo que me reconozcan, para poner la atención y el énfasis en respetar a los demás, querer a los demás y reconocer a los demás, pero siendo yo el centro de esta acción y nunca olvidando que todo parte de mí, de mi voluntad real de cambio y transformándome en un centro emisor que aporta a los demás lo mejor de mí.

Este cambio, lejos de actuar como actuaba en mi estructura de personalidad adictiva, en la que hacía siempre cosas para los demás para que me reconocieran o me aceptaran, lo hago desde mi “Yo Experiencia” en el que no busco este reconocimiento o aceptación, sino el desarrollo de todo mi potencial interior, como resultado de poner toda mi energía, voluntad, afecto e inteligencia en expresar aquello que soy, pues cuando más lo expreso más crezco como experiencia auténtica y profunda de mí.

Page 35: Conductas Adictivas y Transformación Personal

34

Page 36: Conductas Adictivas y Transformación Personal

35

2 La Conciencia y la

Auto-observación permanente

Si como hemos apuntado anteriormente, la premisa es que yo en vida me auto obligue a una actitud positiva y activa para poder desarrollar mi “Yo Experiencia”, es fundamental que para el mantenimiento de dicha actitud aprenda a desarrollar la conciencia global y la atención permanente en mí, tanto de cómo siento y de cómo actúo. Esta atención, requiere un esfuerzo por mi parte, de ver y de observar cómo siento y cómo actúo, hasta adquirir un estado de Auto-Observación permanente.

No es una cuestión de dificultad, sino de aprendizaje y desarrollo de esta capacidad en nosotros, mediante la poderosa herramienta de “La Atención”, hasta que llegue a convertirse en un nuevo hábito saludable en nosotros.

Page 37: Conductas Adictivas y Transformación Personal

36

Los frenos e impedimentos que nos encontraremos en este proceso son fundamentalmente dos:

1º- Hábitos de Conducta Adquiridos.

2º- Modelos.

2.1.- Hábitos de Conducta Adquiridos.

Son todos aquellos hábitos, que hemos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y que han venido configurando la naturaleza de nuestra personalidad adictiva. Decíamos en el anterior capítulo, que la personalidad adictiva, se estructura en base a nuestro “Yo Idea” y nuestro “Yo Ideal”, y que la mejor forma para detectarlos es observar cuáles son nuestros deseos e ideas de futuro, pues entonces descubriremos nuestro “Yo Ideal” y por tanto nuestro “Yo Idea”. Debemos de partir del hecho que ambos están compuestos de ideas y creencias falsas y que siempre nos conducirán a una determinada conducta adictiva, que es la que tenemos que erradicar para poder llegar a ser nosotros mismos.

Pues bien, nuestros hábitos de conducta adquiridos son la consecuencia directa de nuestra personalidad adictiva y de los hábitos que se han incrustado en nosotros como consecuencia de esta personalidad.

Sólo podemos desmontar esta estructura mediante la auto-observación y la plena conciencia de nuestras reacciones, emociones y conductas, ante un determinado hecho o experiencia.

Page 38: Conductas Adictivas y Transformación Personal

37

2.2. Los Modelos.

Por otra parte, una vez vayamos tomando conciencia de nuestros hábitos adquiridos y de nuestra personalidad adictiva, siendo plenamente conscientes de cómo actúa en el momento en que sucede cualquier reacción, nos encontraremos con otros importantes frenos que son los modelos. Estos últimos, son los bloqueos interiores que nos condicionan a tener una determinada respuesta que aun siendo conscientes y deseando actuar de una determinada manera, nos impide actuar así.

Para ilustrar mejor este mecanismo, vamos a poner un ejemplo. Supongamos que después de realizar un importante proceso de auto-observación y de conciencia, vemos que nuestra personalidad adictiva, aún ya en recuperación, nos impulsa a la realización de compras compulsivas. Somos conscientes del deseo y el impulso de comprar por ejemplo un determinado modelo nuevo de coche, es consecuencia de mi personalidad adictiva, pues ni lo necesito y además no es muy práctico para el uso que voy a hacer del mismo. No obstante, la compulsión sigue y finalmente realizo la compra. El resultado de este proceso, indica como mis condicionamientos internos me han impedido ejercer un autocontrol efectivo sobre mis impulsos. La explicación de cómo funcionan en mí los modelos y el hecho de no poder controlarlos a pesar de ser plenamente conscientes, es que se encuentran ubicados en nuestro subconsciente y por tanto tienen una fuerza tremenda que nos impulsa a actuar de una determinada manera.

Page 39: Conductas Adictivas y Transformación Personal

38

Alguien podría pensar que de la misma forma que estos modelos pueden influir en la realización de determinados impulsos sin poder ejercer un auténtico autocontrol, por el hecho de estar arraigados en nuestro subconsciente, podrían llevarnos a una posible recaída en el consumo de tóxicos. Bien esto es realmente cierto y de hecho, el origen de las recaídas procede de estos modelos, lo que ocurre es que afortunadamente en este caso, el control para evitarla es tan poderoso que nos salva de muchas de estas ocasiones, aunque lamentablemente en otras ocasiones nuestras fuerzas flojean y se cae en el consumo.

La cuestión no es por tanto aumentar sólo el autocontrol sobre nosotros, sino de forma paralela, modificar la estructura de nuestro subconsciente para evitar así que el impulso salga a nuestra mente consciente con demasiada fuerza.

En resumen, para ir erradicando los modelos, debemos de buscar en nuestro subconsciente y no solamente en nuestra mente consciente. Para buscar en nuestro subconsciente hay dos herramientas fundamentales; una de ellas es la Terapia de Grupo, que por el famoso efecto espejo por una parte, yo me veo reflejado en el otro y por asociación puedo ir realizando modificaciones más profundas y el ejercicio de expresión ante los demás, hace que yo me vuelva consciente de todo lo que me ocurre. La segunda herramienta es la Interiorización para alcanzar determinados estados de ensoñación, es decir, antes de llegar al sueño, que es el momento en el que podemos conectar mejor con nuestro subconsciente y enviarle mensajes positivos que vayan modificando esas

Page 40: Conductas Adictivas y Transformación Personal

39

creencias negativas y que provocan determinadas conductas adictivas.

Hemos de recordar que el mejor momento es justo antes de dormir y que los mensajes deben de ser cortos, precisos y de carácter positivo, y que nunca deben de llevar un no. Por ejemplo si soy impulsivo en las compras y en la vida en general, no debo de enviar a mi subconsciente un mensaje negativo de NO SOY IMPULSIVO, sino un mensaje de SOY TRANQUILO. Este mensaje repetido continuamente en la base de nuestro subconsciente, irá paulatinamente modificando nuestra conducta, al ir cambiando nuestro subconsciente y por tanto nuestros condicionamientos internos, para comprobar cómo progresivamente actuaremos de forma más tranquila para tomar decisiones en la vida ,e incluso ser más tranquilos en nuestras reacciones ante determinados sucesos que puedan generar en nosotros una reacción.

Por supuesto, se pueden elaborar más mensajes, pero siempre con las características anteriormente citadas, para que el efecto sea el deseado y que produzca un cambio real en mi subconsciente que se refleje en mi vida consciente y de esta forma, no tengo que sentir una tremenda presión para cambiar, sino que el cambio se produce de forma natural, pues esta totalmente integrado en mi interior.

Page 41: Conductas Adictivas y Transformación Personal

40

Cada cual tiene que crear su propio mensaje interno, para ir modificando el subconsciente, con una fórmula positiva y repetida a media voz antes de dormir y que nos vaya eliminando esa presión interior que el modelo ejerce en nosotros.

Page 42: Conductas Adictivas y Transformación Personal

41

3 Diferencia entre Sentimientos

y Emociones

Una de las mayores confusiones en general para cualquier persona y en particular para los adictos, consiste en hablar indistintamente de las emociones y de los sentimientos, como si se tratara de una única cosa, que queda poco definida. También se suele hacer referencia a su positividad o negatividad, argumentando que hay sentimientos positivos y sentimientos negativos, así como emociones positivas o emociones negativas, creando con este tipo de afirmaciones más confusión y clasificando o encasillando lo positivo como bueno y lo negativo como malo, lo que provoca a menudo que reprimamos aquellas supuestos sentimientos o emociones negativas y tratemos de manifestar, sentir o expresar aquellos que consideramos como positivos.

Para clarificar todas estas cuestiones, comenzaremos a definir cada una de ellas, para luego ver las distintas implicaciones y cómo pueden éstas, afectarnos en nuestro desarrollo personal.

Page 43: Conductas Adictivas y Transformación Personal

42

3.1. Sentimientos.

En primer lugar, tenemos que aclarar que no existen sentimientos negativos, pues solamente existen sentimientos positivos. La razón es que aquello que llamamos sentimientos negativos es solamente una carencia en el desarrollo de los sentimientos que son siempre por naturaleza positivos y por ello no pueden sustantivarse como si fueran algo concreto o existente. Un ejemplo ilustrativo lo tendríamos con la luz y la oscuridad, en la que solamente existe la luz, siendo la oscuridad la carencia de luz, pero la oscuridad no tiene en sí una existencia propia y no se puede luchar contra la oscuridad, sino simplemente poner luz donde no la hay.

Este es un importante matiz, pues no se puede luchar contra los sentimientos negativos, utilizando la analogía de la luz, pues no existen y sólo reflejan una carencia de sentimientos positivos. El tremendo esfuerzo en luchar contra algo que no existe, nos desgasta y nos provoca frustración. Por tanto el esfuerzo tiene que ir orientado en desarrollar los sentimientos que son en sí ya positivos, supliendo así su carencia.

Para desarrollar los sentimientos, la mejor manera es la expresión consciente y voluntaria de los mismos, incluso auto-obligándonos a su continua y constante expresión. Esta expresión no es para buscar un reconocimiento de los demás, sino una necesidad en mí que implica mi desarrollo integral como persona y que me hace crecer de manera proporcional al esfuerzo realizado.

Page 44: Conductas Adictivas y Transformación Personal

43

Este mismo esfuerzo se comprende muy bien a nivel físico y si yo quiero estar en forma, tengo que hacer un esfuerzo en desarrollar mi musculatura o mi forma física y el resultado será directamente proporcional al esfuerzo realizado. Pues en materia de sentimientos, es exactamente lo mismo y mi desarrollo es la consecuencia de mi esfuerzo consciente y voluntario.

Este enfoque, cambia la visión que normalmente se tiene de los sentimientos y su implicación en las relaciones humanas, pues normalmente exijo que los demás me quieran, me acepten y tengan una buena actitud hacia mí y puede que a partir de entonces yo me abra un poco a los demás. Sin embargo si yo decido abrirme afectivamente sin esperar recibir, este cambio transforma mis relaciones personales, descubriendo una riqueza en mí y en los demás que nunca antes había experimentado y de esta forma reduzco mi dependencia emocional en los demás, para pasar a ser un centro emisor, es decir un foco que emite y no un mero receptor que espera.

Si analizamos cuales son los sentimientos positivos, podemos observar que todos emanan principalmente del amor. El amor es el principal sentimiento y la fuente transformadora en mi relación con los demás, sea la pareja, la familia, los amigos, los compañeros, etc…

El resto de sentimientos proceden del amor, tales como la ternura, la comprensión, la empatía, etc... Si yo soy capaz de expresar amor auténtico a mi entorno, pero no solamente amor de pareja sino amor en un sentido amplio y profundo de la palabra, entonces creceré como persona. Si soy capaz de expresar amor, seré entonces

Page 45: Conductas Adictivas y Transformación Personal

44

feliz, porque no es posible ser feliz si no se ama y no es posible amar si no se es feliz. Es el anverso y el reverso de la misma moneda que se llama AMOR-FELICIDAD.

Entonces para comprobar si estoy o no amando de verdad, no tengo que ver en mí si odio o no odio a los demás o a algunas personas, pues de forma errónea a lo que se piensa el odio no es lo contrario al amor, sino el miedo. Si yo observo en mi miedo, en cualquiera de sus distintas manifestaciones de temor, esto implica que tengo una carencia total de amor y por tanto como apuntábamos al principio, yo no tengo que luchar contra el miedo o el temor, pues esto es solo una manifestación de la carencia de amor en mí. Tengo que ir a favor del amor y desarrollarlo mediante la expresión consciente y voluntaria, y de esta forma surgirán en mí el resto de sentimientos positivos que emanan del amor, y así podré ser realmente feliz, no un poco feliz o solamente feliz a ratos cuando las cosas me han salido bien o he tenido un golpe de suerte, me refiero a ser feliz de forma permanente, con independencia de cómo me hayan salido las cosas o de cómo se hayan portado los demás conmigo.

Si yo espero ser feliz cuando tenga trabajo, me acepte un determinado grupo de personas, me haga caso una determinada mujer, tenga mucho dinero o los demás me respeten, puedo pasarme toda la vida esperando que nunca seré feliz, pues la felicidad non proviene de todas estas cosas, sino del amor que yo de forma consciente y voluntaria soy capaz de expresar.

Page 46: Conductas Adictivas y Transformación Personal

45

La prueba evidente la tenemos con los niños mimados, que reciben cariño de sus padres y amigos, reciben todo tipo de regalos y sin embargo no son felices, porque la felicidad nunca es el resultado de recibir, sino el resultado de dar. Cuando más doy más feliz soy. Cuando más amo, más feliz soy y cuando más feliz soy más amo.

3.2. Emociones.

Las emociones son la expresión de estados mentales, que a diferencia de los sentimientos proceden de mis estados de ánimo, de mis ideas y mis creencias, frente a los sentimientos, que podré o no expresarlos o habrá carencia, pero no dependen de mi estado mental, aunque sí que pueden reprimirlos.

Si yo tengo diferentes emociones, es porque no estoy expresando amor y ante la carencia de esta expresión, como si de una energía reprimida se tratara, salen manifestándose en distintas formas según mi estado de ánimo, y a esto es lo que llamamos emociones negativas o emociones positivas; pero hemos de recordar que las emociones no son ni negativas ni positivas, sino la expresión de una energía comprimida en mi interior y que se expresa según mi estado de ánimo.

Por ejemplo, si me toca la lotería tendré una emoción de euforia que la solemos comparar o equiparar con la felicidad cuando por principio no es equiparable, pues la felicidad no depende de nada externo, y siguiendo este ejemplo, si luego me roban el dinero que he ganado en la

Page 47: Conductas Adictivas y Transformación Personal

46

lotería, me entra rabia y frustración, y una tremenda agresividad contra quien me ha robado.

Son por tanto estados mentales que dependen de los acontecimientos que me suceden en la vida, pero no son la expresión genuina de algo interior que no depende de nada ni de nadie como en el caso de los sentimientos.

La mejor manera de trabajar con las emociones, es ser muy consciente del por qué afloran en mí y si soy capaz de expresar amor auténtico y genuino, comprobaré cómo mis emociones, tanto las que llamamos positivas como las negativas, van desapareciendo para dejar paso solamente a los sentimientos, que como decíamos anteriormente sólo son positivos.

Decíamos que las emociones son energía mental reprimida y por esa razón es tan necesario expresar las emociones, para que salgan y desatasquen todo mi interior y así quedar libre para expresar mis sentimientos. Es como si de agua embalsada y turbia se tratara, y la mejor forma de limpiar el embalse es drenar toda esa agua para poder llenarlo de agua limpia y transparente.

Existen diversas formas de drenar las emociones, y sin duda la más importante es hablar, por ejemplo a través de las terapias de grupo que me permiten mediante la expresión de la palabra, sacar fuera de mí toda mi energía comprimida, dejándome una sensación de “Quitarme Peso” y dejándome libre y disponible para sentir y expresar sentimientos. Es como un proceso de higiene mental, que limpia y depura mi interior.

Page 48: Conductas Adictivas y Transformación Personal

47

Existen otras formas de expresión de las emociones, tales como la expresión corporal mediante el deporte, la danza, el ejercicio moderado, etc. Por último la otra vía de expresión es a través de actividades artísticas como la música, no sólo escuchar sino sobre todo cantar, la pintura, la escultura, la interpretación.

En resumen, todas son formas de expresión útiles para sacar fuera mis emociones, pero lo más importante es que cualquiera que sea la vía o las vías utilizadas, tiene que hacerse de forma consciente y deliberada, y no de forma mecánica, pues en caso de hacerlo mecánicamente es sólo una descarga temporal y poco efectiva que sin embargo al hacerlo de manera consciente y deliberada, se descargan de verdad las emociones y nos encontramos libres, ligeros y dichosos, como si nos hubieran quitado un importante peso de encima.

Page 49: Conductas Adictivas y Transformación Personal

48

Page 50: Conductas Adictivas y Transformación Personal

49

4 Las tres Necesidades

Fundamentales de la Persona

Al estudiar el ciclo se satisfacción de las necesidades, se observa cómo una sensación puede revelar la naturaleza de una necesidad actual y cómo el organismo se moviliza para satisfacerla.

Para comprender mejor la naturaleza de dichas necesidades, vemos en primer lugar cómo a nivel fisiológico tenemos la necesidad de aire, comida y bebida, vitaminas, descanso, etc..., pues en caso contrario supondría la muerte del organismo en poco tiempo.

Respecto al nivel psicológico, encontramos tres necesidades vitales que condicionarán la vida de la persona y en donde su no satisfacción total, puede entrañar también la muerte:

Page 51: Conductas Adictivas y Transformación Personal

50

A) Necesidad de Amor.

B) Necesidad de Seguridad.

C) Necesidad de Libertad.

A) Necesidad de Amor.

La necesidad de amor es la necesidad vital de establecer una relación con otro ser, de dar y de recibir la ternura y el cariño, prueba clara de la relación, así como la necesidad de sentir el placer de la existencia del otro, de sentir el placer de existir para el otro.

Para el niño pequeño, es en primer lugar el contacto físico, las caricias, el contacto directo sobre la piel. Los momentos que procuran más placer al bebé son el baño y el mamar. Más tarde, será más el contacto auditivo con las palabras de la madre, sus cuentos e incluso los sonidos sordos de su corazón.

La falta de amor se traduce en una sensación de tristeza, dolor, nostalgia, pena, melancolía, etc... “No me siento bien, tengo un vacio interior, me siento solo, tengo la impresión de no existir para nadie, necesito recibir caricias, estoy llorando y gimiendo”. Todo esto significa que necesito que alguien me consuele, me acaricie y me mime. Es de este tipo de cariño de lo que tengo realmente necesidad.

Pero al no recibirlo, me tragaré las lágrimas y me frotaré los ojos para no llorar, retendré mi respiración para cortar

Page 52: Conductas Adictivas y Transformación Personal

51

la emoción, subiré a mi habitación para esconderme, iré al cine a distraerme e incluso beberé alcohol o tomaré algún tipo de droga para evadir el dolor y la tristeza. Puedo incluso enfadarme o incluso ir a consolar a alguien, ofrecerle caricias y amor, mientras que soy yo quien las necesita, pero haré lo que sea para no vivir mi tristeza. Ahora bien, cuanto más expreso y vivo mi tristeza, más consciente soy, tendré más energía y valor para satisfacer mi necesidad de amor, de ir a acurrucarme en los brazos de alguien, percibir las caricias de su mano sobre mi cabeza, escuchar su voz y sentir su calor humano.

B) Necesidad de Seguridad

La necesidad de seguridad es en principio la necesidad de una presencia fuerte a mi lado, de una mano sólida con la que puedo contar, la certeza de que no se me abandonará. Para el niño pequeño, es también el contacto físico el que transmite esta seguridad. Pero en vez de las dulces caricias, es el contacto seguro de estar sostenido firmemente con los brazos o los pequeños golpes en la espalda de los padres.

Más tarde, la necesidad de seguridad se convierte en la necesidad de tener un sitio en el mundo, de comprenderlo y de comprenderse uno así mismo en relación con el exterior. Es también la necesidad de dominar el destino a través de nuestra inteligencia, la necesidad de asegurarse, de crear reglas de convivencia, contratos, acuerdos, etc... La falta de seguridad se traduce en una sensación de miedo, angustia, pánico,

Page 53: Conductas Adictivas y Transformación Personal

52

inquietud, nerviosismo, ansiedad: “No estoy bien, mi corazón late deprisa, respiro entrecortadamente, tiemblo, estoy pálido, tengo la boca seca, estoy inquieto y nervioso”. A un nivel menos intenso o más controlado, siento vergüenza, me siento mal, dudo, tengo a veces una risa nerviosa. Todo esto me indica la necesidad de estar seguro, de comprender lo que pasa, de que alguien me explique lo que está ocurriendo.

Para evitar el contacto con el miedo, la “Desensibilización” es el método más empleado: “Me entreno para no sentir miedo y me llego a decir a mí mismo que no lo tengo”. Y para soltar de vez en cuando un poco del miedo que tengo acumulado dentro de mí, iré a ver una película de terror, de suspense, leeré una novela policíaca, asistiré a un espectáculo de gran emoción, etc..

C) Necesidad de Libertad

En un primer nivel, el del niño, la necesidad de libertad es ante todo el poder moverse sin ataduras y tener su propio espacio vital. Más tarde, esta necesidad surge como la posibilidad de elegir y actuar según el propio criterio personal.

La falta de libertad se manifiesta en sentimientos de cólera, irá y protesta. La percepción de sentirse “Encarcelado” sin libertad de movimientos ni de actuación. Mi protesta ante esta situación se expresa en

Page 54: Conductas Adictivas y Transformación Personal

53

forma de rabia, levantando la voz, incluso insultando y amenazando.

Para superar esta angustia puedo desensibilizarme para no sentir nada, también puedo tragármela aunque finalmente se volverá contra mí destruyéndome. Como última opción, puedo huir recreándome en la violencia exterior como por ejemplo viendo películas de acción, practicando deportes de riesgo o cambiando de ciudad.

En este caso, tenemos que sentir esta rabia y expresarla, para que una vez haya descargado la emoción, me encontraré con la fuerza necesaria para cambiar la situación y para sentirme más libre en la vida.

En resumen, si tengo amor, seguridad y libertad, tengo las condiciones básicas para alcanzar la plenitud como ser humano y así poder gozar plenamente de mí y de mi vida en general. La tristeza y la apatía se convierten en la señal que me indica la necesidad de amor, el miedo me indica la necesidad de seguridad y la rabia me indica la necesidad de libertad.

Page 55: Conductas Adictivas y Transformación Personal

54

Hay personas que han deformado y alterado incluso estas señales tan importantes y puede que solamente se les aparezcan algunos de estos síntomas, cuando en realidad están enmascarando los otros.

Lo principal es volver a encontrar el sentimiento fundamental y darle toda la importancia que requiere, para que así se pueda desbloquear toda la energía lo que dará la fuerza necesaria para satisfacer las necesidades fundamentales.

Page 56: Conductas Adictivas y Transformación Personal

55

5 El Triángulo Trágico de

Karpman

El Dr. Stephen B. Karpman, en abril de 1968, escribió lo que él llamo “Análisis del Libreto Dramático” que lleva grabado la gente. Este consiste básicamente en tres roles psicosociales que juega la gente. Son El Salvador, La Víctima y el Perseguidor, formando un triángulo que considero que es realmente trágico, ya que el final de cada uno de estos roles frecuentemente se sienten frustrados, enojados y amargados, amargándoles la existencia a los demás. Veamos en que consiste este Triángulo Trágico.

Casi todas las personas “juegan” (o desarrollan), alguno de estos roles en forma estereotipada principalmente, aunque por otra parte, existen personas que juegan los tres papeles en forma indistinta según el momento social, intercambiándose de un papel hacia otro, dificultando

Page 57: Conductas Adictivas y Transformación Personal

56

totalmente la comunicación directa, es decir, honesta, creando de esta forma una situación social compleja.

5.1. La Víctima.

Generalmente se siente que la tratan mal, piensa que todos abusan de “su nobleza”, se percibe incapaz. Muchas de las veces “se hace” o finge ser víctima, es decir, “se tira al suelo para que otro la levante”. Sus frases típicas son, “eso yo no puedo”, “yo no soy bueno para eso”, “hazme tú esto, tú eres bueno en eso”, “me resulta imposible”, “quisiera morirme de la pena” o “todo yo, sólo yo, nomás a mí, me exigen, piden, obligan etc.”

Su sentimiento crónico es de tristeza; puede meterse horas en su habitación imaginando situaciones miserables o penosas, puede quedarse hundida en un sillón o en la cama viendo la tele por tiempo indefinido. Sus conversaciones van siempre pintadas de pesimismo, de quejas y melancolía.

5.2. El Salvador.

Es un rol que juega la gente mucho menos que el anterior, pero que también se da dentro de las familias, y lo podemos encontrar en la escuela y en la oficina. Es aquella persona que trata de ayudar, auxiliar, apoyar en todo a las demás personas que siente que lo necesitan;

Page 58: Conductas Adictivas y Transformación Personal

57

Les aconseja aunque no le hayan pedido ningún consejo. Sus frases típicas son: “yo sé, déjame hacerlo por tí”, “yo sé lo que sientes con todo esto…” hazlo así, te lo digo por tu bien” y cosas por el estilo.

El problema mayor con este rol es que la persona se resiente mucho si no siguen su consejo o no le hacen caso en lo que recomienda.

El sentimiento crónico del Salvador es el resentimiento, y siempre van impregnados todos sus consejos y comentarios de una sensación de omnipotencia, como si lo pudiera o lo supiera todo.

Su ayuda no es tan desinteresada, ni altruista, siempre van en el sentido de obtener mayor reconocimiento, elogios, premios en caricias a su ego, y si no llegan entonces se resiente aun más. No es tan genuino su deseo de ayuda. La persona que desea ayudar en forma desinteresada es un filántropo o lo hace en forma anónima y desinteresada.

Puede dirigirse a instituciones que se dedican a ayudar a los verdaderamente necesitados e impedidos.

La persona que ha jugado el rol de Salvador te vas a dar cuenta cuando no le haces caso y te dice “ya te lo dije…”, “por eso deberías de hacerme caso”. Con esto te das cuenta que está buscando tu reconocimiento, tu elogio a su “conocimiento”.

Es típico de estas personas Rescatadoras que las busquen por su gran disposición para ayudar y dedicar tiempo a los

Page 59: Conductas Adictivas y Transformación Personal

58

demás, aunque muchas veces descuida a su familia; tiene que trabajar horas extras para sacar su trabajo por darle mayor importancia a los otros. Hay diferentes tipos de Salvadores, así como Víctimas. En ocasiones parecen complementarse pero para “invadirse, obstruir su crecimiento o absorber su yo”.

5.3. El Perseguidor.

Es un rol que juega la gente en mayor medida que el del Salvador, son personas muy rígidas y estrictas en cuanto a la justicia y sus propias creencias. Tienen un sistema de creencias demasiado rígidas, aunque fallan al aplicárselas a sí mismos.

Los perseguidores pueden ser muy agresivos verbalmente y hasta violentos. Son personas muy insistentes y hasta moralistas, generalmente están señalando los errores de los demás con su índice, son los que le toman el tiempo al que toma la palabra, a la pareja en cuanto tiempo tarda de su trabajo a su casa, (puede ser el hombre o la mujer).

Sus frases preferidas son: “deberías de llegar más temprano”, “tienes que hacer esto en casa y luego aquello”, “debes de, decirme todo lo que te pasa”, “nunca debes de esconder, omitir o mentirme en algo, porque te va peor”, … en fin siempre están hostigando, presionando, amenazando, chantajeando,… éstos son estilos y formas diferentes de un mismo rol psicosocial

Page 60: Conductas Adictivas y Transformación Personal

59

trágico, porque finalmente en sus relaciones resulta un perdedor frustrado.

Su sentimiento crónico negativo es el coraje, la ira y la

inseguridad. Puede enfermar de hipertensión arterial, y caer en trastornos de tipo obsesivo-compulsivo, y en alguna otra enfermedad mental más grave.

Son de las personas que siguen a su pareja para ver a dónde van, tienen sus dudas sobre su fidelidad llamando insistentemente a su pareja para ver dónde se encuentran, y con quién está y no para decirle que le ama.

5.4. ¿Cómo manejar o cambiar estos comportamientos?.

Se requiere aceptar que tú estas jugando constantemente o frecuentemente alguno de estos roles con tu pareja, en tus relaciones interpersonales o contigo mismo. Esto último quiere decir que puedes cambiar de un rol a otro, y lo puedes hacer para reprocharte a tí mismo en forma de rabia y protesta algún comportamiento.

En segundo lugar, necesitas decidirte a cambiar, porque estas convencido que no te está resultando beneficioso esta conducta. En tercer lugar requieres la comunicación.

Page 61: Conductas Adictivas y Transformación Personal

60

El Triángulo Trágico de Karpman

Page 62: Conductas Adictivas y Transformación Personal

61

5.5. Un Ejemplo Práctico.

José es enfermo alcohólico y necesitaba que su esposa Susana, su hijo, sus hermanos y cuñados, sus padres y sus suegros, los vecinos del barrio y sus amigos le ayudaran. Y de hecho lo hacen. Algunos eran perseguidores, otros lo salvaban. En otros momentos el perseguía a su esposa y el hijo la salvaba. Su suegro lo perseguía y su mujer lo salvaba. Y así se pasaban la vida. Ese Triángulo Dramático funcionaba alrededor del alcoholismo de José. Ahora bien: desde que José ha empezado a recuperarse, dos de sus cuñados han mejorado la relación con sus mujeres, su suegro ha comenzado a ir al médico para hacerse tratar su artrosis (antes sólo se quejaba), sus padres, tan apenados por lo del hijo, se fueron de vacaciones cuando nunca lo habían hecho antes. ¿Qué está pasando en este momento? Pues que José ha comenzado a hacer un tratamiento, en donde están incluidos la mujer, el hijo y, ocasionalmente, algún otro miembro de su entorno. José ha dejado de beber, está trabajando responsablemente y es reconocido en su trabajo. ¿Qué influencia puede estar teniendo esta mejoría de José sobre su entorno? Finalmente sus dos hermanas volvieron a tener dificultades con sus maridos. Una de ellas se fue a vivir sola. La madre de José se rompió la cadera y el suegro está dejando de hacer los ejercicios de rehabilitación porque, dice "no le sirven para nada". El entorno de José necesitaba de su alcoholismo para enmascarar los problemas de los otros miembros. ¿A quién protegía realmente José con su alcoholismo?.

Page 63: Conductas Adictivas y Transformación Personal

62

Page 64: Conductas Adictivas y Transformación Personal

63

6 La Codependencia

El término codependencia es relativamente nuevo en la literatura de psicología y áreas afines, ya que se empezó a usar como tal en la década de los 60’s para referirse a aquellas personas (llámese pareja, padre/madre, hijo, hermano, amigo, etc.) cercanas a otra que sufría algún tipo de adicción química, ya fuera alcohol o drogas, y cuyas vidas se veían afectadas como producto de la cercanía de esta relación.

El cónyuge, o hijo, o amante codependiente de alguien químicamente dependiente era visto como una persona que había desarrollado un patrón para contender con la vida del que no era sano, como una reacción hacia el abuso del alcohol o de las drogas que hacía otra persona.

Así pues, el codependiente era aquél que, en principio, se olvidaba de sí mismo y se dedicaba a “salvar” a alguien que, atrapado en algún tipo de sustancia química, era hostil y autoritario.

Page 65: Conductas Adictivas y Transformación Personal

64

Esto significa que los primeros codependientes descritos fueron aquellas personas que trataron de ayudar a otra, muy cercana, afectada por alguna enfermedad considerada dentro del grupo de las dependencias químicas, específicamente alcoholismo o toxicomanías.

Con el paso del tiempo, este concepto se fue desarrollando y ampliando más allá de referirse a esta relación familia-dependiente químico, ya que los profesionales de la salud encontraron otro tipo de comportamientos compulsivos como comer en exceso, ciertas conductas sexuales, el juego, que eran paralelos al alcoholismo y empezaron a advertir que muchas personas que se encontraban en una relación cercana con estas personas compulsivas, desarrollaban patrones para enfrentarse a la situación muy parecidos a los que desarrollaban aquellos que se relacionaban con alcohólicos.

A medida que se empezó a comprender mejor la codependencia, aparecieron más personas que parecían haberla desarrollado: hijos de alcohólicos, gente vinculada a otro mentalmente o emocionalmente perturbado, gente relacionada con personas con algún tipo de padecimiento crónico, personas relacionadas con gente irresponsable, etc.

Encontraron también que cuando el codependiente rompía su relación con la persona afectada, frecuentemente buscaba otra relación con otra persona perturbada y repetía las conductas codependientes con esta nueva persona. Así, se presentaba un patrón repetitivo de comportamiento.

Page 66: Conductas Adictivas y Transformación Personal

65

Con el paso del tiempo, el concepto de co-dependencia se fue desarrollando y ampliando hasta abarcar una forma particular de vínculo afectivo entre una persona que renuncia a sí misma para involucrarse totalmente en la problemática de otra. Tal vínculo afectivo no solamente se da entre un individuo y otro, sino que también puede darse con respecto a una institución a la que se le entrega todo sin pedir a cambio nada.

Además de este factor común a los codependientes, el de la relación cercana con personas con algún tipo de perturbación, se encontró también que en las familias de estas personas se prohibía tácitamente la expresión abierta de los sentimientos y la discusión del problema, es decir, se carecía de una comunicación franca y abierta.

En este contexto de relaciones patológicas, introduzco aquí algunas definiciones del concepto de co-dependencia:

”Un estado emocional, psicológico y conductual que se

desarrolla como resultado de que un individuo haya

estado expuesto prolongadamente a algo o a alguien, y

haya ejercido una serie de reglas opresivas, reglas que

bloquean la abierta expresión de sentimientos al igual

que la discusión abierta de problemas personales e

interpersonales”, “aquel comportamiento desprovisto de

autodefensa y que se caracteriza por la incapacidad de

poder iniciar o conducir por un camino independiente

una relación sentimental”.

Page 67: Conductas Adictivas y Transformación Personal

66

"Aquella (persona) que ha permitido que la conducta de

otra persona le afecte, y que está obsesionada con

controlar la conducta de esa persona”

Lo que es común a estas definiciones, es que en todas se alude a una persona que se ocupa de otra en una relación patológica ajena a la vida independiente de las personas, cayendo en una dependencia total de esa conducta patológica y dominante.

La otra persona puede ser un niño o un adulto, un familiar o algún amigo íntimo; puede ser alcohólica, farmacodependiente, mental o físicamente enferma. Ese otro puede ser inclusive una persona considerada normal, ya que el énfasis se pone en la obsesión de la persona por controlar, es decir, en la dedicación y la gran energía que pone tratando de forzar que las cosas sucedan.

El codependiente controla portando el amor como estandarte y considera que lo que hace lo hace por ayudar, convencido de que él está bien y el otro está mal.

En una relación de codependencia, el codependiente está convencido de que puede hacerse cargo de la cura del otro, de cuidarlo, aunque él mismo se convierta en víctima.

En los vínculos de codependencia, se hace alusión al TRIÁNGULO DE KARPMAN, según el cual el codependiente cumple un triple rol, a saber, el de salvador, el de perseguidor y el de víctima. Karpman describió el modelo de comportamiento típico del codependiente con sus amigos, su familia y sus vecinos.

Page 68: Conductas Adictivas y Transformación Personal

67

Los tres lados del triángulo representan una interacción compleja entre los papeles de víctima, salvador y perseguidor, en donde la culpa y la manipulación son la sustancia activa de este proceso.

El de víctima es el papel dominante en este triángulo porque la posición de los otros dos gira alrededor de éste. La víctima no toma suficiente responsabilidad sobre sus acciones y sentimientos y cree realmente que la vida está contra él.

Puede tomar la forma de perseguidor o de salvador o de los dos juntos y puede comportarse como sumiso, actuando temerosa y desvaloradamente, o bien, como rebelde, oponiéndose agresivamente, almacenando rencor y sintiendo los resentimientos.

Usa frases como “tú eres malo” o “no me harás eso otra vez”. El segundo lado del triángulo es el del salvador, o la buena persona, que busca aliviar su culpa haciendo algo bueno. El salvador considera que su valor como persona está basado en su disposición para ser “bueno” y ayudar a los demás. Vemos aquí también, al igual que en el caso del víctima, que el salvador no reconoce sus sentimientos y necesidades en un intento por preservar una imagen ante los demás.

El tercer lado es el del perseguidor, el “Chico Malo”, el cual manipula provocando miedo. Rara vez se juega este papel de manera consciente ya que no es agradable.

En la medida en que se ha ido avanzando en el estudio de esta forma de relación patológica, se han definido las

Page 69: Conductas Adictivas y Transformación Personal

68

características y definiciones del codependiente. Cito algunos de estos conceptos:

- “Pensamiento o creencia de su responsabilidad absoluta por los actos, sentimientos, acciones e incluso destino de otros.”

- Ansia, compasión y sentido de culpa al no poder remediar un problema conductual específico de otro.

- Displacer en forma de rabia cuando su acción resulta ineficaz para solucionar ese problema ajeno.

- Hacer lo que en realidad no se desea ni se siente pero que se toma como obligación o favor hacia otro que lo considera necesario.

- Al mismo tiempo, se culpa a quien crea la co-dependencia del propio malestar interno y se llega a criticar el espíritu altruista.

- El co-dependiente proviene por lo general de una familia con problemas internos, distorsiones emocionales y represiones, los cuales externamente son siempre negados.

- El co-dependiente se hace responsable por todo lo que le corresponde y por todo lo que no le corresponde y carga con culpas propias y ajenas.”

No obstante el codependiente tejió una aparente responsabilidad sobre el otro, ésta en realidad está encubriendo una falta de responsabilidad sobre sí mismo y sus necesidades, por lo que el eje de la responsabilidad

Page 70: Conductas Adictivas y Transformación Personal

69

se encuentra afectado y el miedo que hay detrás es a estar solo.

“La codependencia... es una dependencia de los demás: de sus estados de ánimo, de su conducta, de su enfermedad o bienestar y de su amor.

Es una dependencia paradójica. Parece que los demás dependen de los codependientes, pero en realidad ellos son los dependientes.”

Aclarada ya la relación patológica que establece el codependiente y que constituye el núcleo de esta problemática, el tratamiento terapéutico debe estar orientado a una toma de conciencia de la forma en que ha perdido su identidad y responsabilidad, y a asumir como propio lo que ha manejado como ajeno.

Es muy importante también trabajar sobre la autoestima de aquellas personas que han caído en este tipo de vínculos enfermos, perdiendo su individualidad para vincularse a problemas que no le pertenecen.

Así mismo, revisar la manera en que se dieron las primeras relaciones interpersonales establecidas en la vida, es decir, los primeros vínculos afectivos con los padres y hermanos, es también de importancia crucial para llevar a la persona a tomar conciencia de los patrones que usa y de la forma en que se relaciona.

Page 71: Conductas Adictivas y Transformación Personal

70

Sólo fortaleciendo su autodependencia se podrá crear la base para establecer sistemas sanos de relaciones interpersonales. La madurez consiste en pasar del apoyo ambiental al auto apoyo...

El crecimiento de las personas depende de la capacidad que tengamos para ser independientes y de procurarnos el apoyo requerido; sin embargo, negar que necesitamos también del apoyo de los demás no conduce tampoco a la madurez. El equilibrio entre nuestra independencia y el reconocimiento de la necesidad que tenemos del otro, movernos con flexibilidad entre estos dos estados y la libertad para elegir nuestra fuente de apoyo y hacernos responsables de nuestra elección, puede ser la clave.

Page 72: Conductas Adictivas y Transformación Personal

71

7 La Ansiedad

La ansiedad es una respuesta que tenemos los seres humanos (y también los animales) cuando nuestro cerebro comprueba que existe un peligro que pone en riesgo nuestra vida.

Pero, ¿qué ocurre si nuestro cerebro interpreta como peligroso algo que es inofensivo? Inmediatamente envía síntomas de ansiedad, como si el peligro fuera real. Si existe un peligro real, la ansiedad hace que huyamos o evitemos esa situación, es decir, nos ayuda a ponernos a salvo.

Podríamos decir que hay dos tipos de ansiedad: la ansiedad positiva, que es consecuencia de peligros reales, y la ansiedad negativa, que responde a miedos que sólo están en nuestra imaginación. La primera es buena porque nos moviliza y nos lleva a buscar una solución, mientras que la segunda es negativa porque nos bloquea y nos impide sacarle gratificación a la vida.

Page 73: Conductas Adictivas y Transformación Personal

72

La ansiedad se produce siempre como consecuencia de dificultades a la hora de adaptarnos a los cambios que se van produciendo en nuestra vida.

El cerebro tiene una forma concreta de funcionar. Cuando algo tiene especial importancia para él, el cerebro produce una respuesta emocional. Sea buena o mala, el cerebro repite esa misma respuesta una y otra vez ante el mismo estímulo.

Por ejemplo, ¿qué pasa por tu cabeza siempre que escuchas aquella canción especial o cuando hueles un aroma familiar? La canción o el aroma hacen que te vengan a la cabeza, no sólo el recuerdo de lo que ocurrió, sino también las sensaciones que tu cerebro tiene relacionadas con aquella situación.

La ansiedad funciona de la misma manera, se queda "enganchada" y se activa cada vez que algo se lo recuerda a tu cerebro. Muchas veces, la ansiedad se produce por un motivo real (un susto, por ejemplo), pero se sigue manteniendo una vez que ha pasado el peligro real, ya que queda asociado el suceso que la motivó con la respuesta de miedo.

La ansiedad provoca de forma inmediata una serie de síntomas en el sistema nervioso con la finalidad de poner a salvo la vida. Experimentas sudoración, taquicardia, palpitaciones, un nudo en el estómago, falta de aire, la cabeza que me estalla... hay más de cuarenta síntomas relacionados con la ansiedad. Esto es maravilloso si el peligro es real, pero es un gran problema si no lo es.

Page 74: Conductas Adictivas y Transformación Personal

73

Una vez que la ansiedad se ha "enganchado", cada vez hay más cosas cotidianas y habituales que te provocan esos síntomas, cada vez hay más estímulos que provocan la misma reacción de ansiedad. La ansiedad se generaliza hacia cosas parecidas (primero te da miedo ir a una tienda, después te da miedo pasear por la ciudad, finalmente te da miedo salir de casa, por ejemplo).

AnsiedadAnsiedad

Page 75: Conductas Adictivas y Transformación Personal

74

Page 76: Conductas Adictivas y Transformación Personal

75

8 Los Resentimientos

8.1. Los resentimientos nacen de las expectativas frustradas

En toda relación humana, desde la más ocasional a la más profunda, cada una de las partes espera a que la otra se comporte de determinada manera y a esto lo llamamos: expectativas. Es algo así como una forma de vivir por anticipado nuestras relaciones con los demás, con todas las suposiciones y deseos que tenemos antes de que un acontecimiento suceda.

Expectativa es una palabra clave cuando hablamos de resentimiento. Los resentimientos nacen de las expectativas frustradas. Cuando damos por descontado y creemos justo y lógico que el otro se comporte de determinada manera en algo que tiene significado especial para nosotros, y esto no sucede así, nos sentimos injustamente pagados, ofendidos, doloridos y frustrados. Así comienzan los resentimientos.

Page 77: Conductas Adictivas y Transformación Personal

76

Reconozcámoslo o no, de alguna manera nosotros pensamos que la otra persona se va a ver afectada cuando tenemos hacia ella un resentimiento; sin embargo, la paradoja es que el resentimiento es una de esas “victorias engañosas” que obra como un bumerán, es decir, que se devuelve contra el que lo lanza. El dolor que esperaba causarle al otro y todas las demás consecuencias negativas las está recibiendo uno mismo.

Cuando una persona está resentida con alguien, desea vengarse. Quiere que el mismo dolor que está sintiendo, lo padezca el otro y, por lo tanto, lo primero que se le ocurre es retirarle lo más importante que está dando: su amor, su afecto, su amistad o su interés, dependiendo del tipo de relación que tengan.

Lo importante es que el otro se de cuenta que está herido y esto le duela. Quien está resentido con otro, sabotea poco a poco su relación porque, a partir de su herida, aplica una forma intransigente y a veces injusta para juzgar lo que la otra persona hace o deja de hacer.

El resentimiento cambia tu perspectiva de la relación, cuando comienzas a ser menos transigente con el otro; algunas cosas que antes no te molestaban ahora las encuentras insoportables y, aún más, lo que todavía funciona bien entre los dos, empieza a parecer falso o sin sentido.

Esto lo aplicas no sólo al presente y al futuro sino a tu análisis del pasado, y allí encuentras muchos motivos de queja de los que “no te habías dado cuenta antes”.

Page 78: Conductas Adictivas y Transformación Personal

77

Este es el momento en que te preguntas: “¿Por qué fui tan ciego o ciega ante todo esto?, ¿cómo fue que dejé que esto sucediera y no reaccioné? Lo que pasa es que ahora estás mirando las cosas con otros “ojos”. Ya no tienes la flexibilidad, la comprensión y la buena voluntad que tenías en ese momento hacia esa persona. Ahora, debido a tu herida, te has convertido en “un enemigo” y ya no estás dispuesto a disculpar nada.

Cuando las cosas llegan a este punto, lo único que nos parecería aceptable sería que el otro se diera cuenta de “lo que nos hizo” –a veces pretendemos que esto suceda sin decírselo directamente-, que nos presentara disculpas y que, de alguna manera, nos dijera que también le duele que le quitemos nuestro aprecio. Generalmente, no sucede nada de esto y aún cuando estés muy dolorido, es posible que el otro ni siquiera se haya enterado del asunto. El que verdaderamente sufre con el resentimiento es el que lo siente, no es otro.

El esclavo es el que espera a que alguien venga a liberarlo.

El Resentimiento, ¿le hace daño al otro o a tí mismo?.

8.2. ¿Cómo se crean las Expectativas?.

Lo que realmente cuenta en un resentimiento es lo que esperábamos que fuera y no fue; es decir, nuestras expectativas frustradas.

Page 79: Conductas Adictivas y Transformación Personal

78

Para formar esas expectativas, utilizamos varios recursos. Casi siempre, cuando establecemos una relación con el otro, ya existen unos "acuerdos" más o menos claros de lo que podemos esperar.

Cuando consigues una pareja, tienes tus expectativas sobre el comportamiento de esa persona y la mayoría de las relaciones humanas tiene unas expectativas generales ya determinadas acerca de lo que puede ser o no se puede esperar en ese tipo de relación.

A esto se le suma lo que nosotros conocemos acerca de la conducta anterior del otro. De acuerdo con lo que sabemos de la otra persona, deducimos la forma como podría actuar en el futuro. Si mi jefe es muy serio y distante, yo no espero que me haga una broma o me dé un abrazo muy efusivo el día de mi cumpleaños.

Sin embargo, estas expectativas que tenemos acerca de que el otro se comporte de la misma manera como ya lo ha hecho otras veces, son inciertas, ya que la forma de obrar de una persona sólo se refleja en el momento en que está actuando. Esa persona puede decidir cambiar su conducta como decide cambiar su forma de vestir, ya que nadie está atado a lo que piensa o a cómo actúa en un momento dado y, por el contrario, siempre tiene la posibilidad de ensayar nuevas opciones. Otro método que utilizamos es el del propio deseo. Esperar con el deseo: “como yo quiero tanto a esa persona y ella a mí, estoy seguro de que…”, “como yo me he portado tan bien con tal persona, espero que el…” Allí comienza nuestra anticipación del futuro y se mezcla con aquello que deseamos a nos gustaría que fuera.

Page 80: Conductas Adictivas y Transformación Personal

79

8.3. Estableciendo Acuerdos Claros.

Tener expectativas sobre la conducta del otro es absolutamente inevitable. Sin embargo, mientras más realistas sean éstas, mayores posibilidades tienes que se cumplan. Un buen método para lograr que tus expectativas sean adecuadas, es hacerlas explícitas. Cuando te comprometes con alguien para realizar entre los dos alguna actividad, pregúntale claramente lo que espera de tí y, a su vez, comunícale tus expectativas. Esto facilitará su comunicación y cada uno sabrá claramente qué esperar.

En la sociedad se tienen asignadas unas ciertas funciones o formas de actuar; sin embargo es importante que se determinen explícitamente en cada caso. Los terapeutas de pareja hablan constantemente de este punto. Muchas veces entre los integrantes de una pareja se asume que la esposa debe hacer esto y esto, y el marido esto y aquello.

Sin embargo, uno de los dos puede estar pensando: “yo lo que espero es que mi pareja esté muy dedicada a mí, que me atienda y comparta todo su tiempo libre conmigo, que sus diversiones sean las mismas mías y que estemos juntos todos los fines de semana”, y el otro, a su vez, pensará “yo espero que mi pareja sea muy respetuosa de mi tiempo, que tenga su propia vida, que esté de acuerdo con que yo tenga tiempo para mis cosas personales y que compartamos nuestro rato de descanso sin necesidad de estar siempre juntos.”

Ambas expectativas son válidas y justas pero, así como tú no puedes complacer a tu pareja en algo que no sabe que le gusta, tampoco esa persona lo podrá hacer si tú no se

Page 81: Conductas Adictivas y Transformación Personal

80

lo has dicho explícitamente. Cuando no se expresan claramente las expectativas entre las partes, a veces es difícil obrar como el otro espera, aun teniendo la mejor disposición para hacerlo.

Las expectativas no expresadas son una fuente potencial de frustraciones y de heridas. Aun cuando la otra persona –jefe, compañero de trabajo, vecino, amigo, empleado, hijo, pareja, familiar – deseé hacer lo que tú esperas, le será bastante difícil complacerlo si no sabe que es.

Hay personas que llegan al extremo de decir: “Lo que quiero es que me sorprenda”. Esta es una forma de decir “además de que deseo que obre de tal o cual manera, quiero no tenérselo que decir, sino que adivine cuándo y cómo deseo que actúe”. Generalmente, quienes manejan así sus relaciones se sienten defraudados y resentidos, ya que no le proporcionan al otro herramientas para que lo complazcan.

8.4. Expectativas del otro.

Sabiendo que los resentimientos nacen de las expectativas defraudadas y, teniendo en cuenta que de tí depende tener unas expectativas justas y realistas, y que tus expectativas son responsabilidad únicamente tuya, ya que el otro no tiene la culpa de lo que se espera de él, puedes comenzar a pensar en solucionar un resentimiento que tengas “guardado”.

Te sugiero que te tomes un par de minutos antes de seguir adelante, para que lo identifiques. El hecho de que

Page 82: Conductas Adictivas y Transformación Personal

81

puedas reconocerlo es el primer paso para empezar a resolverlo.

Las personas hacia las que tenemos algún resentimiento pueden estar vivas o haber desaparecido de nuestra vida. No necesitamos hablar con el otro para “soltar” nuestro resentimiento. La solución está en nuestro interior y, cuando nos damos cuenta del mal que nos estamos haciendo, podemos perdonar sinceramente.

Lo primero que podemos hacer para aclarar las cosas es analizar qué fue lo que la otra persona hizo o dejó de hacer para que nos sintiéramos defraudados.

Además de poner atención al método que utilizamos para formar nuestras expectativas, debemos considerar que no cualquier cosa que nosotros esperamos del otro es justa y razonable por el sólo hecho de que se la comuniquemos. Nuestras expectativas deben tener en cuenta algunos aspectos para que no le exijamos al otro más de lo que le corresponde hacer en la relación.

• Lo primero es ser muy realista en lo que la otra persona puede, quiere y está en capacidad de dar en esa relación. A veces creemos que, debido a nuestra muy buena relación con el otro, éste va a cambiar las cosas que no nos gustan o nos mortifican: si tu novio es alcohólico y tú has decidido casarte con él, no te sientas engañada por que “a pesar de que le des hasta tu propia vida”, sigue siendo alcohólico. Tu expectativa realista debe ser que él se va a seguir comportando igual, por mucho que le quieras. Y esto no excluye que tú puedas apoyarlo para que cambie pero, mientras tanto, debes esperar solamente lo que es y no lo que tú desearías que fuera.

Page 83: Conductas Adictivas y Transformación Personal

82

Las personas violentas y agresivas son personas asustadas que no han sabido comunicar su miedo.

• Mantén tus expectativas dentro de los aspectos que comprende la relación. Si tu jefe, con quien tienes una buena comunicación en el trabajo, no acepta ser el padrino de bautismo de tu hijo, no deja de ser un buen jefe ni está incumpliendo ningún contrato contigo. Simplemente, tus expectativas se salieron del contexto de la relación que ambos teníais.

Algunas personas piensan que si su relación con su mejor amigo funciona perfectamente, lo más seguro es que sea el socio ideal para hacer un negocio y, si no se entienden como esperaban, difícilmente vuelven a ser tan buenos amigos por que quedan los resentimientos. Las expectativas que tenían en el campo de la amistad las extendieron al de los negocios, y ambos se sintieron frustrados.

• Sé justo con lo que esperas de los demás. Este es otro aspecto muy importante en las expectativas: no pretender que el otro haga cosas que no le corresponden. Si tienes una amistad con alguien a quien le has hecho grandes confidencias y, cuando lo necesitas, no te presta el dinero que te urge aun cuando lo tenga disponible, no cultives un resentimiento en su contra: puede ser que en la mente de esa persona esté muy claro que no desea mezclar la amistad con el dinero.

• Sé flexible con los cambios de circunstancias o de intereses del otro. Los seres humanos estamos continuamente cambiando; nuestro organismo cambia, nuestras circunstancias externas varían, nuestros

Page 84: Conductas Adictivas y Transformación Personal

83

intereses son diferentes en las distintas épocas de la vida y esto hace que nos relacionemos en forma distinta con los demás.

Algunos padres tienen resentimiento con sus hijos adolescentes porque ya no quieren salir a pasear con ellos o a visitar a sus familiares. La razón es que han conservado sus expectativas rígidamente, sin considerar que en esa edad, el hijo puede demostrar su interés hacia la familia de maneras distintas a ésta.

• Acepta “la forma” del otro. Si le has dicho a tu pareja que te encanta que sea detallista y, para el otro esto significa llamarte por teléfono desde el trabajo, estar pendiente de tu comodidad, salir a comer juntos, recordar las fechas especiales, no te ofendas porque no celebra tu cumpleaños como tu esperabas: el otro está siendo detallista a su manera.

A veces creamos resentimientos con la gente porque no reconocemos que muchas de sus actitudes agresivas, descorteses, desatentas, son su forma habitual de comportarse, no es exactamente una respuesta en contra nuestra, podríamos decir que la persona “es así” con todo el mundo y nosotros fuimos uno más que se le cruzó en el camino.

Si al analizar nuestro resentimiento somos capaces de reconocer que estamos heridos porque queríamos que el otro hiciera las cosas de una manera determinada, nos podemos dar cuenta de todo el dolor que podríamos habernos evitado solamente aceptando “la forma” del otro.

Page 85: Conductas Adictivas y Transformación Personal

84

De hecho, si estás en una relación con una persona y permanece con ella, quiere decir que lo que tú recibes del otro es más importante para tí que lo que no te gusta. Tal vez has tratado de cambiar a la persona, y esto ha empeorado la relación o la situación puesto que, como he afirmado en varias ocasiones, nadie cambia a menos que quiera. De esa manera, nos vemos ante una alternativa muy sencilla: aceptamos lo que la relación nos ofrece, o terminamos la relación.

En el caso de que aceptemos continuar, es mejor que resaltemos lo que nos gusta y lo que recibimos, y que reconozcamos nuestra capacidad para manejar lo que no nos gusta.

Es importante también tener claro que si discrepas de la forma como la otra persona hace las cosas, no quiere decir necesariamente que esté mal hecho como el otro lo realice sino que tú tienes un punto de vista distinto.

Esto te facilitará comprender y aceptar “las razones” de la otra persona para actuar como actúa.

Reflexiona acerca de esto: Muchas veces pasamos años en una relación que puede ser muy importante para nosotros, no expresando nuestro afecto o disfrutando de momentos agradables con la sombra de un resentimiento, porque consideramos que la forma como esa persona hace determinadas cosas “no es la conveniente”.

Si tu no estas de acuerdo con la manera como tu hermano maneja su familia, su dinero, sus relaciones o su vida y, sin embargo, sigues relacionándote con él, acepta

Page 86: Conductas Adictivas y Transformación Personal

85

que esa es la vida de él y “su forma” de hacer las cosas. A tí tampoco te gusta que alguien permanentemente te esté recalcando qué es lo correcto, sobre todo cuando se refiere a tu propia vida. Haz lo que puedas por tí y disfruta del afecto y de lo que te gusta de las personas con quienes estás relacionándote.

8.5. No extender el resentimiento.

Con el resentimiento sucede que generalizamos fácilmente. Si consideramos que una persona actuó de forma diferente a nuestras expectativas, con frecuencia extendemos esa frustración a todos los aspectos de nuestra relación y acabamos diciendo que todo en esa persona es “malo” o “indeseable”, cuando realmente la experiencia que tuvimos sólo se refería a un aspecto de la relación.

“Escribe las injurias en la arena y los beneficios en el mármol”

B. Franklin

Ese mismo proceso lo aplicamos cuando, a partir de nuestro resentimiento con alguien, acabamos convenciéndonos que cualquier persona que tenga las mismas características, el mismo oficio o pertenezca al mismo conglomerado, va a actuar de igual manera a la persona con quien estamos resentidos y así comenzamos a llenarnos de odio hacia el mundo que nos rodea: “los

Page 87: Conductas Adictivas y Transformación Personal

86

militares son…” o “los ricos son…” o “los pobres son…” o “los jefes son…” o “los empleados son…” o “el gobierno es…”.

La generalización también nos perjudica porque estamos negando la oportunidad de valorar, disfrutar y enriquecernos de muchas personas que, siendo políticos, ricos, pobres, extranjeros…, son distintas de esa concepción negativa que tenemos. Hay quienes descalifican un trabajo o un oficio porque “aquí todos son mediocres, superficiales o tramposos y yo no quiero ser así”, y deciden retirarse del puesto e incluso abandonar su profesión.

Algunas personas tienden a pensar que esto de las expectativas sólo se da entre enamorados o entre amigos muy cercanos; sin embargo, ocurre en todas las relaciones, no solamente con las personas sino con las entidades. Son muy comunes los resentimientos contra empresas, instituciones o gremios de personas, que se han formado de igual manera que los resentimientos hacia las personas, es decir, por nuestras expectativas frustradas.

8.6. El resentimiento complica las relaciones con los demás.

Quien tiene un resentimiento pierde mucho más que aquél hacia el cual el resentimiento va dirigido. Además del tiempo que dedicas a cultivar tu odio contra el otro, dedicas tus pensamientos para planear mentalmente cómo contestarle para que “le duela”, cómo hacerle

Page 88: Conductas Adictivas y Transformación Personal

87

saber que… “cómo mortificarlo, cómo vengarme de lo que me hizo…” y le pones una gran pasión a tu venganza o a “sacarte esa espina” y, por si fuera poco, le dedicas tu persistencia: aún aquellos que se llaman a sí mismos inconstantes son capaces de tener vivo un resentimiento por muchos años.

No sólo a ti te afecta tu resentimiento, a las personas más queridas y cercanas a ti también les afecta. Ellas son las que en última instancia, muchas sin tener nada que ver con este asunto, pagan tu mal genio, tus generalizaciones, tu negativismo y tu amargura. Estás dañando tus ratos íntimos con el recuerdo del otro y tu gente más allegada sufre por tí o se enoja en contra del otro.

¿Te imaginas todos los dolores que te habrías evitado y toda la energía que habrías tenido libre para utilizarla en mejorar tu vida hacia donde tú deseas, si no hubieras invertido tanto en tu resentimiento?.

Cuando tenemos un resentimiento nos limitamos socialmente, obrando de manera precavida y hasta nos privamos de la relación con otros por el mismo miedo de que “nos vuelva a suceder algo parecido”. Es tan destructivo el resentimiento, que algunas personas después de una relación dolorosa con su pareja, deciden que nunca más se van a enamorar (se castigan a sí mismas).

También hay quienes lo utilizan para probar a los amigos. Si no se ponen de su lado, los consideran desleales y se distancian de ellos. En las relaciones laborales sucede esto frecuentemente. Cuando alguien hace un

Page 89: Conductas Adictivas y Transformación Personal

88

comentario crítico sobre el jefe o sobre otro compañero con quien tiene algún resentimiento, espera que quienes lo escuchen lo apoyen y le den la razón.

Busca recoger adeptos para su causa y esto pone a los otros en una situación que no desean y, a la larga, prefieren no frecuentar a esa persona. Esto también se hace evidente cuando una pareja se separa: los amigos de ambos no saben como comportarse, a cuál de los dos invitar y, a veces, acaban alejándose de los dos para no quedar mal con ninguno.

Hay resentimientos muy profundos en los que la persona “alimenta” su desgracia o su mala situación, supuestamente causada por el otro, para mostrarles a todos el daño que esa persona le causó.

El resentimiento es como una bola de nieve: mientras más energía le dediquemos, más va creciendo y más áreas de nuestra vida va comprometiendo.

8.7. Aceptar la responsabilidad en el hecho.

Es indispensable recalcar quién es de verdad el responsable de tener un resentimiento, y así como se acrecentó el dolor y el sentimiento negativo pensando más y más en eso y negando todo lo bueno de la relación, pues tenemos el poder y la capacidad de aminorarlo, reducirlo y olvidarlo, concentrándonos en todo lo bueno de la relación, o en lo positivo que obtuvimos del hecho, porque de cualquier manera, las consecuencias las recibimos nosotros.

Page 90: Conductas Adictivas y Transformación Personal

89

A muchas personas les sucede que, al aceptar su parte en el resentimiento que habían guardado por tantos años, reconociendo que su responsabilidad estuvo en albergar las expectativas que tenían (en lo cual la otra persona no tuvo culpa alguna), sienten ganas de correr a donde el otro y decirle lo equivocadas que han estado al permitir que eso sucediera en su relación. Esta es una muestra de que se liberaron de esa pesada carga que se habían impuesto a sí mismas porque, además de todo el dolor y la amargura que les causara la conducta de la otra persona, estaban imponiéndose un nuevo dolor.

“Lo más paradójico del resentimiento es que a quienes más herimos son a quienes nos quieren y no a la persona contra la que resentimos”.

8.8. El perdón, el máximo regalo.

Perdón es una palabra conformada por el prefijo “per” que significa intensidad y “don” que significa regalo: Regalo intenso. Principalmente para quien perdona, porque cuando perdonamos es como si desatáramos un ancla de nuestros pensamientos, de nuestras acciones, de nuestras emociones. Es como si abriéramos la puerta de las opciones que siempre hemos sabido que nos benefician pero que, por esta ancla, hemos mantenido cerrada.

Cuando las personas hablan de perdonar, frecuentemente se refieren ha haberse quitado un peso de encima, esto quiere decir que quien perdona es el primer beneficiado con este regalo.

Page 91: Conductas Adictivas y Transformación Personal

90

Es muy frecuente y válido el argumento de perdonar por comprender, por entender, por compasión con el otro; sin embargo, puede ser más efectivo que busques perdonar porque eres tú el que se beneficia, el que se libera, el que comprende que manteniendo y alimentando tu resentimiento, el daño es para ti y para los tuyos.

Perdonar no significa que el otro cambie. Algunas personas perdonan y, sin embargo, crean inmediatamente la expectativa de que la otra persona “no lo vuelva a hacer”, cuando sabemos que este cambio sólo se dará cuando el otro realmente lo decida. Entonces, en este caso, la expectativa realista sería, si la persona ha actuado varias veces de esa manera determinada, lo más probable es que vuelva a hacerlo igual. Por tanto, sería conveniente que, además de perdonar, tomes las medidas para no verte afectado de nuevo por ese comportamiento.

El resentimiento es una extraña fantasía de dolor que quizá mantenemos con la esperanza de que otra persona venga a disculparse, a reconocer su error. La otra persona tiene sus propios argumentos y razones o justificaciones para haber obrado como lo hizo y nuestro resentimiento no va a cambiarlos. Si esa manera de actuar, que nos dolió tanto, es verdaderamente un error del otro, él mismo estará sufriendo las consecuencias aun cuando aparentemente no lo demuestre, ya que es difícil saber lo que pasa en el corazón de otro ser humano.

Page 92: Conductas Adictivas y Transformación Personal

91

Un conocido poeta decía: “Si nosotros pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, podríamos encontrar en la vida de cada uno de ellos tanta pena y tanto sufrimiento, que sería suficiente para desarmar cualquier hostilidad”.

Page 93: Conductas Adictivas y Transformación Personal

92

Page 94: Conductas Adictivas y Transformación Personal

93

9 Transformación del Carácter

Cuando se habla de carácter, muchas personas piensan que les gustaría tener un carácter más desarrollado, menos débil, con más voluntad y mucho más fuerte frente a las circunstancias de la vida. Es como si se tratara de fabricar un carácter adaptado a las necesidades sociales en las que creemos estar inmersos. Esto es una concepción totalmente errónea y distorsionada de lo que ha de ser carácter y personalidad, pues no son moldes que yo fabrico, sino la expresión genuina e inteligente de lo auténtico, de lo que es mi verdadero ser; han de surgir de un modo natural y espontáneo. En la medida en la que yo quiero educar un rasgo de mi carácter sólo porque lo considero útil e interesante, este rasgo es ya de por sí falso y se volverá contra mí.

Podemos afirmar por tanto que todos los problemas de carácter y personalidad se deben a un insuficiente desarrollo en nosotros de aspectos tales como la

Page 95: Conductas Adictivas y Transformación Personal

94

inteligencia o la afectividad. Por tanto no he de luchar nunca contra la angustia, contra la timidez o contra la inseguridad, sino siempre a favor del desarrollo de mis aspectos positivos y de mi inteligencia y afectividad.

Por tanto, podemos decir que la personalidad es una noción más rica, más compleja y que incluye todos los factores tales como los genéticos, de temperamento, de educación, culturales y el propio carácter. Si nosotros tenemos una personalidad adictiva, es bastante complicado que transformemos dicha personalidad, pues es el conjunto de los factores anteriormente citados, que son intrínsecos a la persona. No obstante si es posible modificar el carácter mediante el desarrollo de nuestros aspectos básicos como inteligencia y afectividad, así como los aspectos más esenciales de convivencia tales como las conductas personales.

Para comenzar con esta transformación interior, el primer paso es el del cambio de conductas, tanto en su vertiente externa y social, como en su parte más íntima, sobre todo a través de las actitudes. Si no somos capaces de cambiar una serie de conductas que nos han llevado irremisiblemente al consumo, difícilmente podremos cambiar otros aspectos más vitales de nosotros mismos. Estos cambios implican sobre todo, mantener una actitud positivo-activa en absolutamente todos los aspectos de mi vida e incluso cuando estamos en soledad, pues el diálogo interior negativo o las actitudes despóticas, pueden ser dañinas para nuestro cambio de actitud y de conducta.

Page 96: Conductas Adictivas y Transformación Personal

95

Una vez he ido modificando mi conducta a través de mis actitudes en todos aquellos aspectos esenciales en la vida, es entonces cuando estoy en disposición de modificar mi carácter, reforzándolo a un carácter más estable, sólido y fuerte que no se deja arrastrar por las vicisitudes de la vida ni por las personas, sabiendo decir no cuando corresponda, y sabiendo tomar decisiones aunque los demás nos las aprueben, aún siendo personas muy próximas a nosotros.

Este reforzamiento del carácter se produce porque he desarrollado de forma positiva mi inteligencia y mi afectividad y dejo de ser un dependiente emocional, para tener una autoestima realmente reforzada y sólida, y que me permite decidir por mí mismo y ser yo mismo en la vida, sin mendigar afecto ni aprobación de los demás.

Esta transformación es la realmente importante y significativa en nuestro proceso de recuperación, pues marca un punto realmente de inflexión en el que se produce un giro de mi personalidad adictiva atrapada en el consumo de drogas y otras adicciones sociales, en la que no éramos mas que “títeres” buscando aprobación social, para convertirnos en personas con independencia intelectual y afectiva, que ya no temen en expresar sus ideas y que no están esperando recibir afecto externo.

Cuando se produce este cambio, es cuando realmente se comprende el trabajo de transformación interior y todo el proceso de recuperación cobra más sentido que nunca, consolidando así nuestro bienestar y nuestra sobriedad real, que es la que procede de ser realmente libre, no solamente ante la droga u otras adicciones sociales, sino

Page 97: Conductas Adictivas y Transformación Personal

96

ante las personas y ante el entorno del que antes éramos dependientes.

Así pues, este es el fin último de nuestro proceso de recuperación de las conductas adictivas de las que hemos estado dependiendo tanto tiempo, para pasar a ser realmente “Nosotros Mismos”, libres y profundamente satisfechos.

Veremos en el siguiente capitulo, los modelos terapéuticos que nos pueden ayudar a consolidar estos cambios.

Page 98: Conductas Adictivas y Transformación Personal

97

10 Modelo Psicoterapia de Grupo

Integrativa

La Psicoterapia de Grupo Integrativa adopta una actitud hacia la práctica de la psicoterapia que afirma el valor inherente de cada individuo. Es una psicoterapia unificante que responde apropiada y eficazmente a la persona en los niveles de funcionamiento afectivos, conductuales, cognitivos y fisiológicos, y se dirige también a la dimensión espiritual de la vida.

El término "integrativo" de la Psicoterapia de Grupo Integrativa tiene una serie de significados. Se refiere al proceso de integrar la personalidad: tomar aspectos de los que se reniega, de los que no se es consciente o aspectos sin resolver y hacerlos parte de una personalidad cohesionada, reduciendo el uso de

Page 99: Conductas Adictivas y Transformación Personal

98

mecanismos de defensa que inhiben la espontaneidad y limitan la flexibilidad en la resolución de problemas, en el mantenimiento de la salud, y en el relacionarse con la gente, para reconectar con el mundo con un contacto pleno. Es el proceso de completar. A través de la integración, se vuelve posible para la gente afrontar cada momento abiertamente y de forma espontánea sin la protección de una opinión, postura, actitud, o expectativa formadas de antemano.

La Psicoterapia de Grupo Integrativa también se refiere a juntar los sistemas afectivos, cognitivo, conductual y fisiológico que hay dentro de una persona, con una conciencia de los aspectos sociales y transpersonales de los sistemas que rodean a la persona. Estos conceptos se utilizan dentro de una perspectiva de desarrollo humano en el que cada fase de la vida presenta tareas propias del desarrollo intensificadas, necesidades, sensibilidades, crisis y oportunidades para un nuevo aprendizaje.

La Psicoterapia de Grupo Integrativa tiene en cuenta muchos puntos de vista del funcionamiento humano. El enfoque psicodinámico, el enfoque centrado en el cliente, el conductual, el cognitivo, la terapia familiar, la terapia Gestalt, las psicoterapias corporales, las teorías de relación de objetos, la auto-psicología psicoanalítica y el análisis transaccional, así como la psicología transpersonal, pues son enfoques que están todos contemplados dentro de una perspectiva de sistemas dinámicos.

Page 100: Conductas Adictivas y Transformación Personal

99

Cada uno proporciona una explicación parcial de la conducta y cada uno se ve mejorado cuando se integra de forma selectiva con otros aspectos del enfoque del terapeuta. Las intervenciones de psicoterapia que se usan en Psicoterapia Integrativa están basadas en investigaciones del desarrollo y en teorías que describen las defensas auto-protectoras utilizadas cuando hay interrupciones en el desarrollo normal.

El objetivo de la psicoterapia integrativa es facilitar una plenitud tal que la calidad del ser y el funcionar de la persona en el espacio intrapsíquico, el interpersonal y el social se maximiza con la debida consideración hacia los propios límites personales y las restricciones externas de cada individuo.

Dentro de este marco se reconoce que la integración es un proceso con el cual los terapeutas también necesitan comprometerse ellos mismos. Por tanto, hay un énfasis en la integración personal de los terapeutas. Sin embargo, aunque un énfasis en el crecimiento personal del terapeuta sea esencial, también hace falta que haya un compromiso con la búsqueda del conocimiento en el área de la psicoterapia y sus campos afines.

Page 101: Conductas Adictivas y Transformación Personal

100

Page 102: Conductas Adictivas y Transformación Personal

101

11 Modelo de Estadios del

Cambio

Prochaska y Diclemente, estudiando procesos de cambio en las personas, encontraron que aquellas que consiguen una mejora en sus estilos de vida pasan a través de una serie de estadios, cada uno con una actitud mental y un tipo de motivación diferente. Describieron el Modelo de Estadios de Cambio (Fig. 1), también llamado Rueda del Cambio, donde éstos se sitúan circularmente y no funcionan como etapas en un solo sentido. Refleja la realidad de que, en cualquier proceso de cambio, la persona gira varias veces alrededor del proceso antes de alcanzar un cambio estable.

En la práctica clínica se observan altibajos en la posición que va ocupando el paciente en el continuo de la rueda del cambio respecto a hábitos de salud insanos.

Page 103: Conductas Adictivas y Transformación Personal

102

Cada estadio registra una actitud mental diferente e implica un tipo de motivación también distinto:

- Pre-contemplación:

En esta fase la persona no ve, o no quiere ver ningún problema en su conducta, como lo demuestran frases del tipo "de algo hay que morir", "yo soy fuerte y a mí el alcohol no me hace daño" y "mi abuelo murió con 95 años y bebía bastante".

- Contemplación:

La persona empieza a tener algunas dudas sobre su conducta. Empieza a sopesar los pros y contras aunque no se ve todavía con ánimo de intentar un cambio: "Tendría que dejar las drogas porque llevo ya muchos años" o "Me gustaría hacer más ejercicio pero me aburre".

Page 104: Conductas Adictivas y Transformación Personal

103

- Determinación:

En este momento de la rueda la persona decide intentar un cambio y requiere tener confianza en poder controlar la nueva conducta: "El día de mi cumpleaños me ingresaré en algún centro".

- Cambios:

En esta fase se pone en práctica la decisión tomada.

- Mantenimiento:

La persona ha de concentrarse activamente en mantener el cambio y consolidarlo, ya que las tentaciones (atracción por la conducta antigua) están presentes.

- Recaída:

Se vuelve a la conducta anterior y a estadios anteriores, precontemplación o contemplación.

La ayuda que el profesional o el terapeuta pueden ofrecer a sus pacientes consiste en facilitar avances hacia el siguiente estadio, sabiendo que tienen necesidades y características diferentes en cada uno de ellos. Podemos identificar en qué fase del proceso se encuentra y ayudarle a ir transitando dentro del círculo hacia el cambio de hábitos y su mantenimiento.

Este modelo resulta muy útil en el tratamiento de la adicción a las drogas u otras adicciones sociales por las siguientes razones:

Page 105: Conductas Adictivas y Transformación Personal

104

- Facilita un trabajo más realista y eficiente al poder realizar un diagnóstico motivacional y una utilización de estrategias adaptadas a cada estadio; es decir, al grado de motivación para el cambio de un hábito que presenta una persona en un momento concreto.

- Plantea una ayuda continuada, con pequeños avances, alejada del todo o nada que se utiliza habitualmente. Intervenciones breves pero pertinentes y repetidas a lo largo de un periodo, más o menos largo de tiempo, pueden ser eficaces y gratificantes.

- Aunque la recaída se considera un fracaso del paciente, en ocasiones forma a parte del proceso normal de cambio. Para algunos pacientes cada recaída no es la misma y representa un avance hacia el éxito del cambio ya que los intentos fallidos sirven de aprendizaje que acercan a la persona a la meta de consolidar un cambio.

11.1. Qué hace cambiar a las personas.

La motivación, o deseo de cambio, fluctúa de un momento a otro y de una situación a otra, y puede verse influida por muchos factores. Los principios más importantes del cambio son los siguientes:

- La motivación intrínseca:

La capacidad de cambio está en el interior de cada persona y es poco susceptible de ser incrementada desde fuera por "transfusiones de voluntad". La voluntad no es

Page 106: Conductas Adictivas y Transformación Personal

105

otra cosa que la motivación para el cambio y los terapeutas podemos ser facilitadores de ese cambio.

- La elección y el control propio:

La persona está más motivada para hacer cambios cuando se basa más en sus propias decisiones que si solamente una figura de autoridad le dice lo que tiene que hacer.

- El auto-convencimiento auditivo:

Se tiende a creer con más fuerza aquello que una persona se oye decir en voz alta a sí misma. Por esto es importante que el paciente saque sus propios argumentos y si los terapeutas se los repetimos, ayudamos a que los oiga dos o tres veces ("Dices que quieres dejar de beber porque te va mal para tu vida").

- La autoconfianza o percepción de auto-eficacia:

Si una persona cree que puede cambiar será más fácil que lo consiga. Esto tiene gran influencia en la capacidad para iniciar una nueva conducta y mantenerla como hábito.

- La ambivalencia:

¿Quiero o no quiero cambiar? Con frecuencia es el mayor obstáculo para el cambio. Está presente en casi todos nuestros actos y aún más en las conductas adictivas ("Quisiera dejar el tabaco pero me gusta mucho fumar").

Page 107: Conductas Adictivas y Transformación Personal

106

- El traje a medida:

Cada persona necesita diferente ayuda dependiendo de la etapa en que se encuentre en el proceso de cambio.

- La relación interpersonal:

La motivación y la resistencia del paciente al cambio pueden estar poderosamente influenciadas por el tipo de relación interpersonal que desarrolle con el terapeuta.

A pocas personas les gusta que les digan lo que deben hacer y las indicaciones u órdenes del terapeuta pueden provocar oposición al cambio ("Tienes que dejar de beber"). Es importante aprender cómo actuar para aumentar la conciencia del paciente sin provocar su reactancia psicológica (rechazo a perder libertad de decisión o actuación).

En general todos los pacientes comparten una serie de argumentos: “No llegan a promover un cambio por casualidad sino que van acumulando buenas razones para iniciar una conducta más sana, y progresivamente aumentan su compromiso y determinación, cosa que les permitirá resistir el sufrimiento que tendrán cuando lo intenten”. Una buena información puede producir cambios en la conducta de ciertas personas pero en otras muchas no. Motivar, o ayudar a cambiar, es conseguir que el paciente descubra cuáles son sus elementos o razones motivadores.

Page 108: Conductas Adictivas y Transformación Personal

107

11.2. Qué es la Entrevista Motivacional.

La entrevista motivacional, es un tipo de entrevista clínica centrada en el paciente que, fundamentalmente, le ayuda a explorar y resolver ambivalencias acerca de una conducta o hábito insano para promover cambios hacia estilos de vida más saludables. Facilita que el paciente se posicione hacia el deseo de cambio, tratando de ayudarle a reconocer y ocuparse de sus problemas presentes y futuros y potenciando su percepción de eficacia.

No pretende cambiar el estilo de trabajo de cada terapeuta sino aportar herramientas que permitan afrontar situaciones que no han podido ser resueltas por las estrategias habituales empleadas en promover cambios de conducta en los pacientes.

La Entrevista Motivacional permite al terapeuta provocar un aumento en la motivación del paciente teniendo en cuenta cuál es su nivel de motivación basal y respetando siempre sus últimas decisiones sin penalizarlo por ello.

11.3. Principios Generales de la Entrevista Motivacional.

El terapeuta centrado en el paciente necesita ofrecer tres características decisivas para facilitar el cambio:

- Empatía. - Calidez emocional. - Autenticidad.

Page 109: Conductas Adictivas y Transformación Personal

108

La Entrevista Motivacional consta de una serie de elementos teóricos y prácticos que tratan de mejorar las habilidades de comunicación de los terapeutas con el paciente y se basa en cinco principios:

11.3.1- Expresar Empatía.

Significa aceptar y respetar al paciente pero no necesariamente, aprobarlo. Implica un cierto grado de solidaridad emocional intentando comprender sus pensamientos y emociones preguntándonos ¿cómo me sentiría yo en sus circunstancias?, ¿coincide la emoción que yo tendría con la que él me expresa?, ¿cómo le transmito que le comprendo? La respuesta empática es una habilidad bien definida que se adquiere con entrenamiento y permite comprender y aceptar lo que el otro expresa. Permite expresar sinceramente, la solidaridad con gestos (tocar ligeramente al paciente) y con palabras ("Entiendo que te sientas mal por lo que ha ocurrido").

La empatía es la espina dorsal de la Entrevista Motivacional porque, ante el dolor que prevé el paciente por el cambio, el sentir que tiene un apoyo emocional resulta muy útil.

Page 110: Conductas Adictivas y Transformación Personal

109

11.3.2- Desarrollar la Discrepancia.

Lograr que el paciente reconozca dónde se encuentra y dónde querría estar respecto al hábito o conducta a modificar. Interesa aumentar su nivel de conflicto, especialmente entre la conducta actual y los valores importantes de su vida. Trabajar la emoción que genera la incomodidad de la duda y/o conflicto, es el mayor motor para el cambio. Para aumentar la eficacia de la entrevista es importante conseguir que el paciente verbalice sus discrepancias.

11.3.3- Evitar argumentar y discutir con el paciente sobre la conveniencia o utilidad de un cambio, porque esto le puede crea resistencia:

Los argumentos directos y los intentos de convencerle tienden a producir oposición ante las indicaciones, sugerencias u órdenes para el cambio. Esta oposición se llama “Reactancia Psicológica” (cuanto más se empeña el terapeuta más se cierra el paciente), y surge con frecuencia cuando la persona tiene la percepción de que su capacidad de elección está limitada y, en general, cuando la sensación de libertad se coarta.

Antes de informar es conveniente preguntar al paciente si tiene o quiere información al respecto con frases como ¿quieres que te explique algo sobre...? También es importante no precipitarse con un cúmulo de información, siendo más útil informar poco a poco e ir preguntando ¿qué te parece esto que te he dicho?, centrándonos en los conflictos del paciente.

Page 111: Conductas Adictivas y Transformación Personal

110

11.3.4- Trabajar las resistencias del paciente evitando las actitudes del terapeuta que pueden facilitarlas:

Tratar de imponer un cambio por "su bien", plantear implícita o explícitamente que la relación asistencial conlleva la obligatoriedad de un cambio, reñir al paciente ante el no cambio, etc.

11.3.5- Apoyar y fomentar el sentido de auto-eficacia:

Creer en la posibilidad de cambiar es un factor motivacional importante, ya que tiene una gran influencia en la capacidad de iniciar una nueva conducta y en mantenerla. Los resultados previos satisfactorios refuerzan la creencia del paciente en su capacidad para conseguirlo, y la ayuda del terapeuta aquí puede estar en analizar con él esos resultados potenciando su positividad ("Es difícil dejar el alcohol del todo y tú lo conseguiste").

No podemos olvidar que el paciente es responsable de escoger y realizar el cambio y nosotros le prestamos ayuda si lo desea.

11.4. Ejemplo Práctico Real.

Juan es un joven procedente de una familia de clase media, en la que nunca ha sobrado el dinero, pero tampoco nunca ha faltado absolutamente nada. Juan es hijo único y sus padres han hecho lo posible para que su

Page 112: Conductas Adictivas y Transformación Personal

111

hijo tuviera todo aquello que ellos no pudieron tener acceso, como colegios privados con una alto nivel educativo, clases particulares, etc., de los que Juan fue desaprovechando, habiendo sido expulsado en dos ocasiones de dos conocidos colegios, uno por mala conducta y el otro por pésimo rendimiento académico y rechazando también las clases particulares de idiomas por desidia.

A los veinte años de edad, Juan se daba cuenta de que no había completado ni sus estudios de bachillerato, ni tenía ningún oficio, y lo peor es que no tenía ninguna perspectiva profesional clara y que desde los catorce años había estado consumiendo cannabis, alcohol, cocaína en alguna ocasión y últimamente éxtasis para los fines de semana y hachís entre semana para estar “Más Tranquilo”. Además se pasaba varias horas al día “enganchado” a Internet, sobre todo en páginas de cibersexo.

Tenía una estupenda novia, que en palabras de la madre de Juan era sorprendente pues era guapa e inteligente, no consumía ni alcohol ni ninguna droga y no comprendía que hacía con un chico sin futuro y consumidor de drogas.

Juan tuvo una infancia sin traumas, sin malos tratos, sin acoso escolar y con unos padres comprensivos y muy transigentes, de padre funcionario, estricto y reservado pero comprensivo y educado, y una madre que había sido maestra de instituto retirada, con un buen nivel cultural y educación y que siempre estaba protegiendo a su “Niño”.

Page 113: Conductas Adictivas y Transformación Personal

112

Con los ahorros de varios años de sus padres, Juan les convenció para montar una tienda de una conocida marca de ropa joven, en un local ubicado en una de las mejores calles de la ciudad. Este negocio le implicaba a Juan viajar a otras ciudades para ver las colecciones de las últimas tendencias de moda, y como comenzó a generar dinero y a relacionarse con “Gente Guapa”, comenzó su consumo intensivo de cocaína, reduciendo el de hachís y prácticamente eliminando el de éxtasis.

Su comportamiento se volvió más compulsivo, agresivo e intolerante, y lo peor es que siempre quería tener la razón en todo. Este aumento del consumo le provocó un importante deterioro físico, mental y sobre todo emocional, así como un progresivo abandono del negocio lo que le llevo al cierre del mismo, pero asumiendo a nivel personal importantes deudas a las que no podían hacer frente ni él ni sus padres.

Con el dinero que tuvieron que pedir sus padres a un familiar, pudieron hacer frente a su ingreso en un centro de desintoxicación, pero a su salida, aunque no consumía, Juan seguía con sus mismas actitudes de “Consumidor en Activo”.

La cuestión que se plantea, es cómo abordar esta situación , desde el punto de vista terapéutico, familiar y sobre todo personal, para conseguir en Juan una auténtica transformación que le conduzca a la auténtica sobriedad.

Page 114: Conductas Adictivas y Transformación Personal

113

12 Ebriedad Versus Sobriedad

Para salir de la postración anímica que produce la ausencia de sentido en la vida y de felicidad, se busca entonces un estado de euforia que compense el sentimiento negativo. Se trata de una afirmación eufórica de la vida, del placer pujante y esplendoroso. Cuando el hombre se embebe de golpe y en exceso en el embrujo que posee la fuerza de la vida, puede sobrevenir un estado de euforia excesiva que llamamos “Ebriedad”, que es un procedimiento de exaltación y estimulación dionisíaca, en el cual el hombre se pone, por así decir, en un cierto «trance» de explosión vitalista, mediante algún estimulante (sustancia o adicción social) que le proporcione el optimismo que él no termina de sentir. Es como darle «marcha» a las fuerzas irracionales de la vida que uno lleva dentro, liberarlas, y que ellas se encarguen de transportarnos a un «éxtasis» en el que estamos por un tiempo en sus manos, olvidados del feo rostro de lo cotidiano.

Page 115: Conductas Adictivas y Transformación Personal

114

La ebriedad es abandonarse por un tiempo en manos de fuerzas vitales que no controlamos, porque son irracionales. Se trata simplemente de olvidar la vida propia, o de sumirse en experiencias un poco «salvajes». Es un procedimiento casi tan antiguo como la humanidad. El modo más ordinario de estar ebrio es embriagarse con la bebida, pero hay otros estimulantes, como son todos los demás tipos de drogas y/o adicciones sociales. El sexo puede vivirse también como algo embriagador y sumamente adictivo. Al embriagarse uno pierde la cabeza, se deja invadir por sensaciones nuevas, fuertes, placenteras, que le «transportan» a un «viaje alucinante», que tapa un poco el asco que produce la vida cotidiana. Quienes viven en el aburrimiento y el pesimismo a veces pueden pensar que la ebriedad es lo que pone un poco de sal en la vida, y dota de la «chispa» de inspiración necesaria para crear algo que valga la pena. En realidad, viene a ser un sustituto de las acciones lúdicas y del diálogo: el ebrio tiene debilitada la libertad, porque sufre una dependencia y es muy vulnerable; sustituye el ápice de la vida humana por una situación irreal. Parece obvio decir que la ebriedad es un procedimiento de buscar la felicidad que tiene inconvenientes físicos, psicológicos y morales, pues se basa en la renuncia

Page 116: Conductas Adictivas y Transformación Personal

115

temporal a conducirse desde la razón, la voluntad y la libertad. También parece innecesario señalar que muchas veces no se concibe la diversión sin ebriedad. Pero una vez empiezas, sobreviene «el desarreglo de todos los sentidos», el descontrol, la violencia, y finalmente el letargo. Reaparece el feo rostro de lo cotidiano, imposible de aceptar. Y se repite el ciclo. La ebriedad pasa factura, tiene «efectos secundarios»: con frecuencia acentúa el rechazo de la realidad que nos ha tocado vivir. La única solución posible a esta situación es aprender a vivir en Sobriedad y para alcanzar esto es necesario aprender a ser feliz.

Page 117: Conductas Adictivas y Transformación Personal

116

Page 118: Conductas Adictivas y Transformación Personal

117

13 El Significado de La Felicidad

La manera más sencilla de definir la felicidad es decir que es aquello a lo que todos aspiramos, aun sin saberlo, por el mero hecho de vivir. Felicidad significa para el hombre plenitud, perfección. Por eso toda pretensión humana es «pretensión de felicidad», todo proyecto vital, búsqueda de ella, todo sueño, aspiración a encontrarla. A fin de esclarecer este complejo tema, adoptaremos ya desde el principio una doble perspectiva: una exterior y objetiva, viendo las cosas «desde fuera», y otra más experimental y subjetiva, metiéndonos dentro de nosotros mismos. Ambas se complementan mutuamente. Respecto de la primera perspectiva, la vida lograda, felicidad o autorrealización exige la plenitud de desarrollo de todas las dimensiones humanas, la armonía del alma, y que ésta, considerada desde fuera, se consigue si hay un fin, un objetivo que unifique los anhelos, tendencias y amores de la persona, y que dé unidad y dirección a su conducta.

Page 119: Conductas Adictivas y Transformación Personal

118

Los clásicos acostumbraron a decir que la felicidad es ese fin, el bien último y máximo al que todos aspiramos, y que todos los demás fines, bienes y valores los elegimos por ése objetivo final. La felicidad sería pues, el bien incondicionado, el que dirige todas nuestras acciones y colma todos nuestros deseos. Ese bien incondicionado no sería, evidentemente, medio para conseguir ningún otro, pues los contendría a todos y alcanzarlo supondría tener una vida lograda. Según esta consideración «objetiva», la felicidad consiste en la posesión de un conjunto de bienes que significan para el hombre plenitud y perfección. Es un planteamiento que busca responder a esta pregunta: ¿Qué bienes hacen feliz al hombre? Se trataría de aquellos que constituyen una vida lograda, una vida plena, o incluso una vida buena. Sin embargo, para hacerse cargo de todo el alcance de la cuestión de la felicidad es preciso ver las cosas «desde dentro» de nosotros mismos, de una manera más vital y práctica, más «interior»: ¿Cómo vivo y siento yo mi felicidad?, ¿Qué significa para mí tener una vida lograda, ser feliz?, ¿Lo soy realmente?, ¿Acaso lo puedo ser?. Vivir es ejercer la capacidad de forjar proyectos y después llevarlos a cabo. Cada uno hacemos nuestra propia vida de un modo biográfico, y por eso tiene tanta importancia la pretensión vital de cada uno, aquello que cada uno pide a la vida y procura por todos los medios conseguir.

Page 120: Conductas Adictivas y Transformación Personal

119

Somos felices en la medida en que alcanzamos aquello a lo que aspiramos. El problema es que muchas veces eso no se consigue, porque queremos quizá demasiadas cosas. Por eso, «la felicidad consiste en la realización de la pretensión..., pero como la pretensión es compleja y múltiple, su realización es siempre insuficiente. Así aparece el carácter dual de la felicidad: es algo que constituye el móvil de todos nuestros actos, pero nunca terminamos de alcanzarla del todo, puesto que siempre hemos de renunciar a algo. Parece como si la felicidad fuese una necesidad ineludible e irrenunciable, que sin embargo muchas veces parece imposible de satisfacer. Por eso, para estudiar la felicidad desde esta segunda perspectiva, hemos de fijarnos sobre todo en las pretensiones que tenemos, en nuestros proyectos e ideales, y en el modo en que los realizamos. Es una perspectiva de la felicidad que mira hacia el futuro, pues es en él donde están los bienes que buscamos. Se trata de contestar a la pregunta: ¿cómo ser feliz?. Este modo de enfocar la cuestión permite que surjan las preguntas acerca del sentido de la vida: ¿Qué vida merece la pena vivir? ¿Es que en general merece la pena vivir? ¿Qué sentido tiene la vida (si es que tiene alguno)? ¿Qué sentido tiene mi vida, lo que hago cada día?. Evidentemente, la primera forma de ser feliz es no ser un desgraciado o un miserable, pues «la miseria se opone a la felicidad». En la vida humana, y también en la felicidad, lo más alto no se sostiene sin lo más bajo: hay unas

Page 121: Conductas Adictivas y Transformación Personal

120

condiciones mínimas que tienen que cumplirse. De lo contrario esa felicidad sería una farsa. Esas condiciones son las que se recogen en la palabra bienestar. La desgracia es el advenimiento del mal y el dolor a la vida humana. Esta última contiene una dualidad, un tránsito, desde el advenimiento del mal hasta el logro del bien, desde la infelicidad hasta la alegría. No se puede olvidar este amplio contexto de la cuestión de la felicidad: ésta consiste, radicalmente en la liberación del mal. Por eso, es preciso advertir que la limitación natural del hombre, temporal, física, moral, es el punto de partida para considerar la felicidad, la cual tiene cierto carácter de meta o fin, a alcanzar desde la inevitable experiencia de la limitación y de la finitud que toda vida humana tiene, y cuya serena aceptación es la primera condición para no echar a perder la dicha que dentro de ella puede conseguirse. Sin embargo, aquí vamos a tratar de la felicidad, no tanto como liberación del mal y de la desgracia, sino como medio para alcanzar y celebrar el bien. La primera cuestión pertenece a la experiencia de los límites de la vida humana, dentro del contexto de su destino, lo cual será tratado más adelante. Ahora, por tanto, no vamos a fijarnos principalmente en los mínimos de la felicidad, sino en la respuesta a las preguntas planteadas.

Page 122: Conductas Adictivas y Transformación Personal

121

Aunque en los primeros epígrafes de este capítulo trataremos de dar una respuesta realista y seria a todas ellas, no podemos olvidar que hay mucha que no cree en la felicidad, que la considera una ilusión, un imposible. Se trata de analizar las ideas más normales y pragmáticas acerca de la felicidad, según las cuales ésta reside en el bienestar y la evitación del dolor, en la búsqueda del propio interés, en la consecución de placeres rápidos e inocuos, e incluso en la acumulación de poder, influencia y riquezas.

Page 123: Conductas Adictivas y Transformación Personal

122

Page 124: Conductas Adictivas y Transformación Personal

123

14 La Felicidad como Vivencia y

Expectativa Es imposible entender la felicidad si se olvida que el hombre, por su condición biográfica y temporal, es alguien instalado en el tiempo, y en una situación concreta, y simultáneamente es también un ser volcado hacia el futuro, que vive una continua anticipación de lo que va a ser y hacer. Y así, respecto de nuestra felicidad hemos de considerar nuestra instalación en ella y nuestra expectativa de ella: lo que estamos siendo y viviendo, y lo que vamos a ser y hacer. En primer lugar, «la felicidad afecta primariamente al futuro», puesto que el hombre es un ser con futuro, abierto hacia adelante. «Ser feliz quiere decir primariamente ir a ser feliz, y si ya se es, seguirá siéndolo en el futuro. Es más importante la anticipación que la felicidad actual: si soy feliz, pero veo que voy a dejar de serlo, estoy más lejos de la felicidad que si no soy feliz pero siento que voy

Page 125: Conductas Adictivas y Transformación Personal

124

a serlo». En efecto, «llevamos muy bien el estar mal, si mañana vamos a estar muy bien». Por el contrario, «alguien que está seguro de que va a estar mal, acaba estándolo». Uno es feliz cuando disfruta con lo que tiene, y sobre todo con lo que aún no tiene, pero tendrá: la expectativa de lo bueno es la forma más genuina de felicidad, sobre todo en los niños, puesto que entonces se vive por anticipado ese disfrute, nace la alegría, la esperanza y la preparación. A veces vale casi más la expectativa que la misma realización de lo deseado. Por eso la felicidad es la ausencia de males futuros, mirar hacia adelante y estar seguros, y regocijarnos con la expectativa de disfrutar o seguir disfrutando los bienes anhelados o ya poseídos. Si ser feliz consiste en realizar lo que pretendemos, para lograrlo es preciso tener imaginación, y después atrevimiento para querer y soñar. En efecto, los proyectos vitales que uno se hace dependen en primer lugar de la voluntad: para lograr grandes bienes antes es preciso desearlos. Pero en segundo lugar, esos proyectos dependen también de la imaginación creadora, que es la encargada de diseñarlos: «la imaginación funciona como un bosquejo de la felicidad». Por eso, «los principales obstáculos para la felicidad son el temor y la falta de imaginación.

Page 126: Conductas Adictivas y Transformación Personal

125

Y ambas cosas son frecuentes». El primero nos hace presentes los males futuros, y la segunda lleva a tener proyectos vitales estereotipados y poco personales, vulgares en definitiva: nos acogemos entonces a modelos que en el fondo no deseamos, pero que están vigentes a nuestro alrededor, y olvidamos que la felicidad sólo nace cuando nuestro proyecto vital es algo de veras personal. Si la felicidad es la realización de la pretensión, de los proyectos vitales que uno ha hecho verdaderamente suyos, de aquellas pretensiones que a uno verdaderamente le importan, en la medida en que éstas se realizan uno llega a ser el que realmente quiere ser. «Si, en condiciones objetivamente favorables, no nos sentimos identificados con aquello que estamos siendo, no somos justamente aquello que estamos haciendo, que estamos viviendo, no podemos decir que somos felices». La felicidad es algo radical, que afecta a la persona en lo más profundo, en su propio ser, en su propia vida. La felicidad no es un sentimiento, ni un placer, ni un estado, ni un hábito, sino una condición de la persona misma, de toda ella, es decir, está en el orden del ser, y no del tener. Precisamente por eso, «se puede ser feliz en medio de bastante sufrimiento, y a la inversa, se puede ser infeliz en medio del bienestar, de los placeres, de lo favorable. Hay el peligro de no ver −de no vivir− la felicidad por tener malestares, inconvenientes, sufrimientos reales, que no impiden ser feliz; y a la inversa, se buscan placeres, éxitos, bienestar, dejando en hueco el fondo de la vida, y entonces la felicidad se escapa».

Page 127: Conductas Adictivas y Transformación Personal

126

La felicidad nace de la conformidad íntima entre lo que se quiere y lo que se vive. Aunque dependa de factores externos, que a ella contribuyen favorable o desfavorablemente, para que surja se necesita sobre todo no tener en hueco el fondo de la vida, sino poseer esa conformidad íntima de uno consigo mismo, que es la que muchas veces permite afrontar las dificultades sin sentirse infelices. En tales casos «esa felicidad mana y se difunde, aun en situaciones tremendamente penosas; en la guerra, en la cárcel, en un campo de concentración, en la miseria, se tiene dolor, sufrimiento y a última hora infelicidad; pero si hay un punto por el cual la felicidad penetra en ese mundo, ejercerá su poder transfigurador y se podrá tener una felicidad precaria, difícil, combatida, pero felicidad a pesar de todo». Y es que existe «una irradiación de la felicidad o su contrario sobre la vida entera». En efecto, «hacemos mil cosas triviales y que no tienen que ver con la felicidad, pero si somos felices, esas ocupaciones quedan transfiguradas y adquieren una especie de aureola». La conformidad íntima que nos hace ser felices se refleja en nuestro talante y nuestras acciones, pero también en el entorno inmediato, en lo que podríamos llamar cotidianidad: «una cotidianidad profunda es la fórmula más probable de felicidad. Hacer todos los días ciertas cosas, ver a unas personas, contar con ellas, si esto es realmente profundo, es lo que se parece a la felicidad».

Page 128: Conductas Adictivas y Transformación Personal

127

Es la pacífica instalación, interior y exterior, en el disfrute de la vida cotidiana, del hogar y del entorno, que posibilita el ocio, la compañía amorosa, las tareas comunes y el afecto que todo ello conlleva.

Page 129: Conductas Adictivas y Transformación Personal

128

Page 130: Conductas Adictivas y Transformación Personal

129

15 La Vida como Propósito

El proyecto vital se perfila cuando se encuentra la verdad que va a inspirar los propios ideales. Corresponde más propiamente a la juventud el diseño de ese proyecto. Por eso es el tiempo de la esperanza y las expectativas. La madurez consiste en conocer, asumir y recorrer la distancia que separa el ideal de su realización. En la madurez cabe: renunciar al ideal, porque está demasiado lejos de la realidad asequible, o seguir realizándolo, sin que la distancia que siempre hay de cualquier ideal a su puesta en práctica nos haga renunciar. Según se haga una cosa u otra se adoptará una postura pesimista y pasiva, u otra optimista y constructiva. Un buen proyecto vital y una vida bien planteada son aquellos que se articulan desde convicciones que articulan la conducta a largo plazo, con vistas al fin que se pretende, y que orientan la dirección de la vida, dándole sentido. Las convicciones crecen en la vivencia de la propia experiencia de trato con las cosas, el mundo y las personas.

Page 131: Conductas Adictivas y Transformación Personal

130

Son como el depósito de esa experiencia, una coherencia y constancia de propósitos en el modo de encarar la realidad y decidir la conducta. Las convicciones contienen las verdades inspiradoras de mi proyecto vital. Con ellas se perfecciona el arte de vivir, que tiene carácter moral. La realización de las pretensiones y de los proyectos vitales que nos hará felices asume la forma de una tarea o trabajo que hay que realizar. La propia vida humana puede concebirse como la tarea o propósito de alcanzar la felicidad. Tiene la estructura de la esperanza, pues ésta se funda en la expectativa de alcanzar en el futuro el bien amado arduo. El sentido de la vida aparece entonces como la tarea que hay que realizar para alcanzar este propósito.

15.1. El Sentido de la Vida. Apenas hemos dicho nada hasta ahora del sentido de la vida. Podemos describirlo como la percepción de la trayectoria satisfactoria o insatisfactoria de nuestra vida. Descubrir el sentido de la propia vida es, pues, alcanzar a ver a dónde lleva, tener una percepción de su orientación general y de su destino final. Si se ven las cosas a largo plazo, lo importante es el final, el destino. Pero normalmente, como se ha dicho antes, la vida tiene sentido cuando tenemos una tarea que cumplir en ella. Eso es lo que, al despertarnos, introduce un elemento de estabilidad, de ilusión, de expectativa

Page 132: Conductas Adictivas y Transformación Personal

131

concreta, y por tanto de una cierta felicidad para el día que comienza. «Cuando hay felicidad se despierta al día, que puede no ser muy grato, con un previo sí. Si uno se despierta con un sí a la vida, con el deseo de que siga, de que pueda continuar indefinidamente, eso es la felicidad. En cambio, si esa cotidianidad se ha roto o se ha perdido, si uno despierta a la infelicidad que está esperando al pie de la cama, no hay más remedio que intentar recomponerla, buscarle un sentido a ese día que va a empezar, ver si puede esperar de él algo que valga la pena, que justifique seguir viviendo». Esto quiere decir que el sentido a la vida «no se identifica con la felicidad, pero es condición de ella», pues cuando falta, cuando los proyectos se han roto, o no han llegado a existir nunca, comienza la penosa tarea de encontrar un motivo para afrontar la dura tarea de vivir. Por tanto, la pregunta por el sentido de la vida y del mundo surge cuando se ha perdido el sentido de orientación y de uso de la propia libertad, cuando no se tiene una idea clara de adonde conducen las tareas que la vida a todos nos impone, y sobre todo cuando disminuye el nivel medio de felicidad de una sociedad. Hoy ese sentido aparece muchas veces como algo problemático y de ninguna manera evidente, pues hay una fuerte crisis de los proyectos vitales, de los ideales y valores: faltan convicciones, no hay verdades grandes ni valores fuertes en los que inspirarse de una manera natural, sobreviene la falta de motivación y la desgana, no

Page 133: Conductas Adictivas y Transformación Personal

132

se percibe ninguna orientación definida, decae la magnanimidad en los fines, el proyecto vital está constantemente en revisión, los ideales no son suficientemente valiosos para justificar el aguantar las dificultades que conlleva ponerlos en práctica, etc. La ausencia de motivación y de ilusión es el comienzo de la pérdida del sentido de la vida. Puede llegar a constituir una patología psíquica, y ocasionar sentimientos de inutilidad, de vacío, frustraciones e incluso depresiones. Cuando no se encuentra el sentido del propio vivir, sólo hay dos soluciones: «una posibilidad es relativizar la vida, equiparando los placeres o los éxitos con la felicidad; y esto conduce a la inautenticidad, a la vida en hueco; la persona que no encuentra sentido a su vida y la llena de placeres o de éxitos como equivalentes, hace trampa y deja introducirse la falsedad en su vida. La otra posibilidad es recurrir a las drogas u otras adicciones sociales, como medio de anestesiar el dolor que provoca ese vacío interior. Responder de una manera convincente a la pregunta por el sentido de la vida exige dos cosas: tener una tarea que nos ilusione y enfrentarse con las verdades grandes, con los grandes interrogantes de nuestra existencia. Quien sabe responderlos, encuentra una dirección satisfactoria para su vivir e incrementa tremendamente su expectativa de felicidad en la realización de sus tareas ordinarias, pues sabe lo que verdaderamente le importa, lo que se toma en serio:

Page 134: Conductas Adictivas y Transformación Personal

133

« ¿Qué es lo que de verdad me importa? Es el camino para la pregunta por el sentido de la vida». Dicho de otro modo: saber cuáles son los valores verdaderamente importantes para mí es lo que hace posible emprender la tarea de realizarlos. Dicho crudamente: se es hombre cuando se tiene saber teórico y capacidad práctica para responder a estas tres preguntas: ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué existo? ¿Qué debo hacer? Encontrar la respuesta es la cuestión clave del sentido de la vida.

Page 135: Conductas Adictivas y Transformación Personal

134

Page 136: Conductas Adictivas y Transformación Personal

135

Bibliografía

- Blay Fontcuberta A. (2000) “Creatividad y Plenitud de

Vida.” Barcelona. Iberia.

- Blay Fontcuberta A. (1997) “Tensión, Miedo y Liberación Interior. Barcelona”. Indigo.

- Branden N. (1995) “Los Seis Pilares de la Autoestima. Barcelona. Paidos Ibérica.”

- Ellis A (2003) “Manual Terapia Racional Emotiva.” Bilbao. Desclée de Brouwer.

- Lega L, Caballo V., Ellis A (2002) “Teoría y Práctica de la Terapia Racional Emotivo-Conductual.” Siglo Veintiuno de España Editores.

- Gavino A. (2006) “Guía de técnicas de terapia de conducta.” Ediciones Pirámide.

- Ginger S. (2005) Gestalt. “El arte del contacto.” RBA Integral.

Page 137: Conductas Adictivas y Transformación Personal

136

- R. Millar W. & Rollnick S. (1999) “La Entrevista Motivacional.” Barcelona. Paidós Ibérica.

- Rojas Marcos L. (2007) “La Autoestima.” Madrid. Espasa Calpe.

- Tolle E. (2006) “Un Nuevo Mundo Ahora.” Barcelona. Random House Mondadori.

Page 138: Conductas Adictivas y Transformación Personal

137

Sobre el Autor

Javier Carbonell Lledó, es Psicoterapeuta especializado en terapias de grupo y tiene un postgrado Universitario en Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas. Con independencia de su formación académica, lleva ya dedicándose más de diez años al tratamiento de las Conductas Adictivas, tratando a numerosos pacientes sobre este tipo de patologías, con excelentes resultados de reinserción y abandono de dichas conductas, puesto que ha desarrollado un método propio de tratamiento que resulta ser plenamente eficaz.

Esta experiencia es la que le permite transmitir en este libro, las palancas necesarias para conseguir una transformación personal que permita al individuo un auténtico cambio integral que sea además sostenible en el tiempo.

Page 139: Conductas Adictivas y Transformación Personal

Autor:

Página personal:

Página del libro:

JAVIERCARBONELL-LLEDO

http://carbonell.bubok.com

http://www.bubok.com/libros/14990/Conductas-Adictivas-y-Transformacion-Personal