conducta no verbal

33
Conducta no verbal La conducta no verbal desempeña una importante función en la comunicación y las relaciones con los demás. Al comunicarnos tendemos a dar más importancia al lenguaje oral, donde gran parte del significado del mensaje el 65% o más, se transmite a través del lenguaje no verbal (Birdwhistell, 1970). Knapp (1978, p. 38) define la comunicaci6n no verbal como «cualquier suceso humano comunicativo que trasciende de las palabras orales o escritas». Evidentemente, muchas conductas no verbales se interpretan como símbolos verbales. La conducta no verbal es un importante apartado de la terapia por la enorme cantidad de información que transmite. Los terapeutas pueden aprender mucho de los clientes si se sensibilizan a las señales no verbales que emiten éstos. Ademtis la conducta no verbal del terapeuta tiene también un gran impacto sobre el cliente. Una de las principales clases de mensajes verbales del cliente que se maneja en la terapia, el mensaje afectivo, depende en gran medida de medios de comunicación no verbal. Ekrnan y Friesen (1969a, p. 88) han señalado que gran parte de la información que puede recogerse de las palabras de los clientes se deriva de su conducta no verbal. Schutz (1967) en su libro Alegría: Desarrollo de la Conciencia Humana a f m a que «la estrecha conexión entre lo físico y lo emocional es evidente en las expresiones verbales que se van desarrollando mediante la interacción social. Los sentimientos y la conducta se expresan a través de todas las partes del cuerpo, del movimiento corporal y de las funciones corporales» (pp. 25-26). Schutz aiiade una lista de algunos términos que asocian lo físico a lo emocional: «perder la cabeza, ser caradura, tener roto el corazón, llevar la cabeza bien alta,. . (pp. 25-26). Cinco dimensiones de la conducta no verbal que influyen grandemente sobre la comunicación son las kinestesias, lo paralingüístico, las proxemias, losfactores ambientales y el tiempo. El movimiento corporal, o la conducta kinestésica, incluye los gestos, los movimientos del cuerpo, las expresiones faciales, los movimientos oculares y la

Upload: eduardo-blas

Post on 31-Jan-2016

5 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Capitulo del libro Estrategias de Entrevista para terapeutas

TRANSCRIPT

Conducta no verbal

La conducta no verbal desempeña una importante función en la comunicación y las relaciones con los demás. Al comunicarnos tendemos a dar más importancia al lenguaje oral, donde gran parte del significado del mensaje el 65% o más, se transmite a través del lenguaje no verbal (Birdwhistell, 1970). Knapp (1978, p. 38) define la comunicaci6n no verbal como «cualquier suceso humano comunicativo que trasciende de las palabras orales o escritas». Evidentemente, muchas conductas no verbales se interpretan como símbolos verbales. La conducta no verbal es un importante apartado de la terapia por la enorme cantidad de información que transmite.

Los terapeutas pueden aprender mucho de los clientes si se sensibilizan a las señales no verbales que emiten éstos. Ademtis la conducta no verbal del terapeuta tiene también un gran impacto sobre el cliente. Una de las principales clases de mensajes verbales del cliente que se maneja en la terapia, el mensaje afectivo, depende en gran medida de medios de comunicación no verbal. Ekrnan y Friesen (1969a, p. 88) han señalado que gran parte de la información que puede recogerse de las palabras de los clientes se deriva de su conducta no verbal. Schutz (1967) en su libro Alegría: Desarrollo de la Conciencia Humana a f m a que «la estrecha conexión entre lo físico y lo emocional es evidente en las expresiones verbales que se van desarrollando mediante la interacción social. Los sentimientos y la conducta se expresan a través de todas las partes del cuerpo, del movimiento corporal y de las funciones corporales» (pp. 25-26). Schutz aiiade una lista de algunos términos que asocian lo físico a lo emocional: «perder la cabeza, ser caradura, tener roto el corazón, llevar la cabeza bien alta,. . .» (pp. 25-26).

Cinco dimensiones de la conducta no verbal que influyen grandemente sobre la comunicación son las kinestesias, lo paralingüístico, las proxemias, los factores ambientales y el tiempo.

El movimiento corporal, o la conducta kinestésica, incluye los gestos, los movimientos del cuerpo, las expresiones faciales, los movimientos oculares y la

106 CONDUCTANOVERBAL

postura (Knapp, 1972, p. 5). Según el trabajo de Birdwhistell (l970), las kinestesias también incluyen características físicas como la fisionomía corporal, la altura, el peso y el aspecto general que se mantienen relativamente constantes durante una conversación. Además de la observación de los movimientos corporales, la terapia implica la identificación de las señales vocales no verbales denominadas paralen- guaje - la forma del mensaje. El paralenguaje incluye las características de la voz y las vocalizaciones (Trager, 1858). Los silencios y los errores del discurso también pueden considerarse parte del paralenguaje (Knapp, 1978, p. 19). El área de las proxemias también es interesante para los terapeutas (Hall, 1966) - esto es, el uso que uno hace de su espacio social y personal. La proxemia, en lo que respecta a la relación terapéutica, incluye el tamaño del despacho, la disposición de las sillas, el contacto y la distancia entre el terapeuta y el cliente.

La percepción del entorno propio es otra parte importante de la conducta no verbal porque la gente reacciona emocionalmente al ambiente. El entorno puede producir sobre los clientes efectos diversos como excitación o aburrimiento, co- modidad o estrés dependiendo del grado en que un individuo selecciona determi- nadas partes relevantes del ambiente. El quinto aspecto de la conducta no verbal hace referencia a la percepción y uso del tiempo. El tiempo puede ser un factor significativo en la terapia. Los factores temporales incluyen la puntualidad o el retraso al iniciar o finalizar las sesiones así como la cantidad de tiempo dedicado a la comunicación con el cliente sobre unos temas o sucesos particulares.

OBJETIVOS

1. Dado un listado con descripciones de clientes y conductas no verbales, describir un significado posible asociado a cada conducta no verbal.

2. En una situación de entrevista, identificar tantas conductas no verbales de la otra persona como sea posible. Describir el posible significado asociado a estas conductas. Las conductas identificadas pueden proceder de cualquiera de las categorías kinestésicas o movimientos corporales, paralenguaje o cualidades vocales, proxemia o espacio y distancia y del aspecto general de la persona.

3. Mostrar el uso eficiente de conductas no verbales propias de un terapeuta en una entrevista de role-play.

4. En una entrevista identificar cuatro de las cinco ocasiones que se presentan para responder a la conducta no verbal del cliente

CONDUCTA NO VERBAL DEL CLIENTE

Una parte importante del repertorio de un terapeuta consiste en la capacidad para discriminar las diversas conductas no verbales de los clientes y sus posibles significados. En la terapia es muy importante reconocer y explorar las señales no

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPE~JTAS 107

verbales del cliente por múltiples razones. Porque las conductas no verbales de los clientes son claves de sus emociones y desde una perspectiva más global, las conductas no verbales son parte de las expresiones personales de los clientes. Como afkma Perls «todo lo que haga un paciente, oculto u obvio, pertenece a la expresión de sí mismo» (1973, p. 75). La mayor parte de la conducta no verbal de un cliente a usted puede parecerle obvia, sin embargo a él desconocida. Passons (1975, p. 102) señala que la mayoría de los clientes son más conscientes de su palabras que de su conducta no verbal. El análisis de la conducta no verbal puede proporcionar a los clientes una visión más completa de su conducta.

Las señales no verbales del cliente pueden divulgar más «información secreta» que sus mensajes verbales (Ekman & Friesen, 1969a). La divulgación de «infor- mación secreta» es la transmisión de mensajes válidos que no se emiten intencio- nadamente. Passons (1975) sugiere que, debido a esta divulgación, la conducta no verbal del cliente puede describirse con más exactitud que sus mensajes verbales (p. 102). Añade que «generalmente las conductas no verbales son más espontáneas que las conductas verbales. Las palabras pueden ser seleccionadas y manipuladas antes de ser emitidas.. . las conductas no verbales, por el contrario, son mas difíciles de controlan> (p. 102). Un cliente puede contarle una historia y su lenguaje no verbal puede iransmitir una historia completamente diferente (Erickson, Rossi & Rossi, 1976).

Knapp (1978, p. 20) señala que las conductas verbal y no verbal se relacionan. Es útil reconocer las formas en que las señales no verbales apoyan los mensajes verbales. Knapp diferencia seis formas:

1 . Repetición. El mensaje verbal es «entra y siéntate»; el gesto de la mano que señala la habitación y la silla reproduce el mensaje verbal.

2. Contradicción. El mensaje verbal es «Me gustas*, y se manifiesta con el ceño fruncido y con enfado en la voz. Algunas pmebas sugieren que cuando recibimos mensajes verbales y no verbales contradictorios tendemos a creer los no verbales.

3. Susritucidn. Con frecuencia se utiliza un mensaje no verbal en lugar del verbal. Por ejemplo si pregunta a alguien «¿Cómo estás?* y recibe una sonrisa como respuesta. la sonrisa equivale a «Hoy muy bien».

4 . Complementacibn. Un mensaje no verbal complementa al verbal elaborando o modificando el mensaje. Por ejemplo, si alguien comenta un sentimiento incómodo y empieza a hablar más rápido cometiendo más errores, estos mensajes no verbales añaden información al verbal.

5 . Acento. Los mensajes no verbales pueden subrayar los verbales y con frecuencia enfatizar el impacto que producen. Por ejemplo, si usted trata de transmitir preocupación verbalmente, su mensaje puede fortalecerse con gestos no verbales como fruncir el ceiio, lágrimas, etc. El tipo de emoción que alguien transmite se detecta mejor en sus expresiones faciales. El cuerpo transmite también una buena descripción de la emoción (Ekman. 1964; Ekman & Friesen, 1967).

6. Regulacibn. La comunicación no verbal es útil para regular el flujo de la conversación. ¿Ha advertido alguna vez que si usted asiente con la cabeza mientras la otra persona habla, ésta tenderá a seguir hablando? Pero, si usted mira hacia otro lugar o se levanta del asiento, la persona puede dejar de hablar, al menos momentaneamente. Tanto si lo advertimos como

CONDUCi'A NO VERBAL

si no, confiamos en las señales no verbales como feedback para iniciar o finalizar una conversación y para percatarnos de la atención de la otni persona [pp. 21-24].*.

Identificar la relación entre la comunicación verbal y no verbal del cliente puede proporcionarnos una imagen más exacta del cliente, de sus sentimientos y de los problemas que le han conducido a solicitar ayuda. Además, el terapeuta puede detectar en qué medida coincide o es congruente la conducta verbal y no verbal que muestra el cliente. La frecuencia de discrepancias entre las expresiones del cliente puede ser indicativa de la falta de integración o presencia de conflictos (Passons, 1975).

La conducta no verbal Últimamente ha sido objeto de gran interés en los pe- riódicos, artículos de revistas y libros. Estas publicaciones pueden ser válidas para que los lectores se sensibilicen con respecto a la importancia de la conducta no verbal, sin embargo, los significados atribuidos a detenninadas conductas pueden estar simplificados en exceso. Es importante señalar que el significado de la con- ducta no verbal varia en razón de las personas y las situaciones (contextos). Por ejemplo, la humedad en los ojos puede ser signo de felicidad o alegría para una persona; para otra puede ser señal de enfado, frustración o problemas con las lentes de contacto. Una persona que balbucea puede ser insegura, otra puede tener un problema de lenguaje. Encogerse o escurrirse en el asiento puede ser síntoma de ansiedad en una persona o dolor de estómago en otra. Por otra parte, Las conductas no verbales de una cultura pueden tener significados diferentes e incluso opuestos en ofra. Watson (1970) encontró diferencias significativas en el contacto y las conductas no verbales (distancia, contacto físico, contacto ocular, etc.) entre las culturas. Por ejemplo, en algunas culturas evitar el contacto ocular es signo de respeto. Nosotros le aconsejamos que no asuma el significado de la conducta no verbal como algo común o con el mismo efecto para todas las personas. Es im- portante recordar que gran parte de lo que sabemos sobre la conducta no verbal se ha obtenido de la investigación con «poblaciones típicas» o mediante estudios análogos, limitando así la generalidad de los resultados.

Nuestro Inventario de Conductas No Verbales (Tabla 4.1) presenta algunas de las posibles categorías de conducta no verbal clasificadas como kinestésicas, pa- ralingüísticas, proxemias, entorno y tiempo y los significados probables o posibles asociados a cada conducta no verbal. Recuerde que el significado o efecto de cada conducta no verbal que presentamos puede ser muy tentador; estos significados variarán según las personas, contexto o tul-tura. Incluimos sólo algunos significados posibles con el único propósito de ayudarle a aumentar su conciencia sobre las diversas conductas y no para que se convierta en un experto de los sentimientos del cliente utilizando un inventario para generalizar los significados aplicables a todos los clientes. La conducta no verbal de cualquier cliente debe interpretarse con respeto tanto a los antecedentes de la conducta como a la reacción del terapeuta

* Extraído de Nonverbal Comunicarion in Human Interaction, 2.da Ed., de Mark L. Knapp. Copyright 1978 de Holt, Riiehart y Wiston, Inc. Reproducido con permiso del CBS College Publishing.

ESTüATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA W E ü T A S 109

tras la conducta. Para mostrarle la importancia de la interpretación del significado de la conducta no verbal en un contexto determinado, incluimos las descripciones de varias interacciones terapeuwcliente e ilustrar así las señales no verbales y los posibles significados en este inventario.

Las kinestesias incluyen los ojos, la cara, la cabeza, los gestos, las expresiones corporales y los movimientos.

Ojos. En nuestra cultura mostramos mucho interés por los ojos de las personas. La cultura occidental en particular enfatiza la importancia del contacto ocular en las interacciones interpersonales. Los terapeutas que sean sensibles al área ocular de los clientes pueden detectar diversas emociones como:

Sorpresa: Se elevan los párpados y las cejas se curvan. Temor: Se elevan y se juntan las cejas. Enfado: Se bajan y se juntan las cejas. Entre las dos cejas aparecen llneas verticales.

En las interacciones terapeuwcliente es muy significativo el contacto ocular (también denominado amirada mútua directa*). El contacto ocular puede expresar sentimientos, deseos de cambio interpersonal o disposición para seguir o dejar de hablar. La falta de contacto ocular o eludir la mirada puede ser signo de retracción. vergüenza o incomodidad (Exline'& Winters, 1965). En oposición a la opinión generalizada, la falta de contacto ocular no sugiere decepción o falta de sinceridad (Sitton & Griffin, 1981). Las personas que generalmente evitan el contacto ocular pueden buscarlo cuando esperan algún feedback. El contacto ocular también puede ser una señal para pedir una pausa en la conversación o para decir algo (Knapp, 1978).

Cuanto mayor sea el número de miradas compartidas entre dos personas mayor es el nivel de vinculación emocional y de comodidad entre ellas. Apartar la mirada puede servir para esconder la vergüenza mientras se expresa un sentimiento par- ticular que se valora social o culturalmente como tabú (Exline & Winters, 1965). Cualquier movimiento breve de ojos o la mirada fija puede ser señal de rigidez o preocupación (Singer, 1975). Los movimientos rápidos pueden ser síntoma de excitación, enfado o problemas con las lentes de contacto.

El parpadeo excesivo (normal = de 6 a 10 veces por minuto en los adultos) puede relacionarse con la ansiedad. La frecuencia del parpadeo decrece normal- mente durante los períodos de atención y concentración. La humedad o las lágrimas pueden tener significados emocionales contradictorios en personas diferentes. Ale- jar la mirada del terapeuta, a una pared por ejemplo, puede indicar que el cliente se haila procesando o recordando material (Singer, 1975). La dilatación de las pupilas, una respuesta autónomica (involuntaria), puede indicar activación emo- cional, atención e interés (Hess, 1975). Aunque la dilatación de las pupilas ocurre

110 CONDUCTA NO VERBAL

bajo ciertas condiciones que representan actitudes interpersonales positivas, no existen pruebas de que lo contrario (la contracción de las pupilas) se asocie a las actitudes negativas hacia las personas (Knapp, 1978).

En la terapia parece que se producen más miradas mutuas o contacto ocular cuando:

1. La distancia física que existe entre el terapeuta y el cliente es mayor. 2. Se discuten temas cómodos o impersonales. 3. Existe implicación interpersonal entre el terapeuta y el cliente. 4. Usted escucha más que habla. 5. Usted es mujer. 6. Usted pertenece a una cultura que valora el contacto visual durante la in-

teracción.

Se producen menos miradas mutuas cuando:

1. El terapeuta y el cliente están físicamente próximos. 2. Se tratan temas íntimos o difíciles. 3. El terapeuta o el cliente no están interesados en las reacciones del otro. 4. Usted habla más que escucha. 5. Usted se siente avergonzado, cohibido o intentando esconder algo. 6. Usted pertenece a una cultura que sanciona el contacto visual durante algunas

interacciones interpersonales.

Algunas conductas de los ojos se presentan en la Tabla 4.1, sin embargo, estos significados pueden considerarse de diferente modo para cada cliente en particular dependiendo del contexto y de la cultura.

Boca. La s o ~ s a se asocia a las emociones de felicidad y diversión. Los labios tensos pueden implicar estrés, frustración, hostilidad o enfado. El temblor del labio inferior o morderlo puede ser síntoma de ansiedad o tristeza. Una boca abierta sin hablar puede indicar sorpresa o dificultad par hablar (ver Tabla 4.1).

Expresiones Faciales. La faz de la otra persona puede ser el estímulo más importante en la interacción porque es el principal emisor de información emocional (Ekrnan, Friesen & Ellsworth, 1972). Las expresiones faciales se utilizan para iniciar y terminar las conversaciones, proporcionar feedback a los comentarios de 10s otros, subrayar o apoyar un mensaje verbal y transmitir emociones (Ekrnan & Friesen, 1969b). Por ejemplo, una emoción puede transmitirse mediante una parte de la cara y otra diferente en otro área. Es raro que una cara exprese sólo una Única emoción cada vez. Con mayor frecuencia el rostro muestra una gama de diversas emociones.

Las diferentes áreas faciales expresan diferentes emociones. Felicidad, sorpresa y disgusto pueden transmitirse a través de la parte inferior del rostro (boca y región de la mandíbula) mientras que la tristeza se transmite con los ojos. La parte inferior del rostro y las cejas expresan el enfado; el temor se expresa generalmente a travCs

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 111

de los ojos (Ekman, Friesen & Tomkins, 1971). Aunque sea difícil «leen> a alguien sólo por sus gestos faciales, estas señales pueden apoyar otros índices de emoción no verbales en el contexto de la entrevista. Las expresiones faciales incluidas en la Tabla 4.1 son combinaciones de las regiones bucal y ocular.

Las expresiones faciales que transmiten las emociones básicas anteriormente descritas no parecen variar mucho entre las culturas. Según Harper, Wiens y Matarazzo (1978, p. 99), «Hay bastantes pruebas sobre la 'universalidad' o no 'determinación cultural' de las expresiones faciales». En otras palabras, las emo- ciones básicas o fundamentales como el enfado, el asco, el temor, la tristeza y la felicidad parecen representarse mediante las mismas expresiones faciales en las distintas culturas, aunque las normas culturales individuales pueden influir sobre cómo y cuándo se expresan dichas emociones.

Cabeza. Los movimientos de la cabeza pueden ser fuente de mucha información para interpretar el estado afectivo o emocional de una persona. La cabeza erecta, de frente a la otra persona de forma relajada indica receptividad para la comuni- cación interpersonal. Mover la cabeza de arriba hacia abajo implica confirmación o asentimiento. Mover la cabeza de izquierda a derecha implica desacuerdo o rechazo. Mover la cabeza al mismo tiempo que las piernas puede connotar enfado. Sostener la cabeza con rigidez puede ser indicativo de ansiedad o enfado y cuando la cabeza cuelga en dirección al pecho puede ser indicativo de desacuerdo o tristeza. Ver Tabla 4.1 para más detalles sobre estas conductas.

Hombros. La orientación de los hombros puede proporcionar información sobre la actitud de la persona con respecto a los intercambios interpersonales. Los hom- bros dirigidos al frente pueden indicar interés, atención o receptividad para la comunicación interpersonal. Girar el hombro, o dirigirlo hacia otro sentido puede implicar que la persona no es receptiva a los intercambios interpersonales. Esta postura también puede reflejar tristeza o ambivalencia. Encoger los hombros puede ser síntoma de desconcierto, sorpresa, ambivalencia o frustración.

Brazos y Manos. Los brazos y las manos pueden ser muy expresivos para transmitir el estado emocional del individuo. Los brazos cruzados delante del pecho pueden indicar la evitación del intercambio interpersonal o el rechazo a la reve- lación. La ansiedad o el enfado pueden reflejarse en las manos temblorosas. Los brazos y manos que no se mueven y que se hallan en posiciones fijas pueden ser indicativas de tensión, ansiedad o enfado. Los brazos desplegados, relajados y unas manos gesticulantes pueden indicar apertura hacia la implicación interpersonal o la acentuación de algunos puntos de la conversación. La respuesta autonómica de sudoración de las palmas puede reflejar ansiedad o activación emocional.

Piernas y Pies. Si las piernas y los pies parecen cómodos y relajados la persona parece indicar apertura para el intercambio personal. Cmzar las piernas o un pie que da golpes puede indicar que la persona experimenta cierta ansiedad o impa-

112 CONDUCTANOVERBAL

ciencia o que quiere decir algo. Cruzar y descruzar las piernas repetidamente puede indicar ansiedad, depresión o impaciencia. Una persona que parezca tener unas piernas y pies «muy controlados» o «rígidos» puede ser rígida, ansiosa o cerrada a los intercambios personales (ver Tabla 4.1).

El cuerpo en su totalidad y los movimientos corporales. La mayoría de los movimientos corporales no parecen tener un significado social preciso. Los mo- vimientos corporales se aprenden en cada cultura. Los movimientos corporales que tratamos en este apartado se derivan del análisis de (y por lo tanto preferiblemente aplicables para) adultos blancos pertenecientes a las clases socioeconómicas media y alta de los Estados Unidos.

Los movimientos corporales no se producen al azar. Por el contrario, parecen estar ligados al discurso humano. Desde el nacimiento parece que se realiza un esfuerzo para sincronizar los movimientos corporales y los sonoros. En los adultos, la falta de dicha sincronía puede ser síntoma de patología. La falta de sincronía en los movimientos y el discurso entre dos personas puede indicar que ninguna de las dos personas atiende (Condon & Ogston, 1966).

TABLA 4.1. Inventario de conducta no verbal

Dimensión Conducta Ejemplo de interacción no verbal observada clientelterapeuta (contexto) Posible efecto o significado

1. Kinestesias.

Ojos. - Contacto ocular directo. El cliente acaba de manifestar

un problema; el terapeuta responde; el cliente mantiene el contacto ocular.

- Falta de contacto ocular Cada vez que el terapeuta sostenido. plantea el tema familiar. él

mira hacia otro sitio.

El cliente muestra contactos intermitentes mientras conversa con el terapeuta.

El cliente menciona problemas sexuales, entonces mira bruscamente hacia otro lugar. Cuando el terapeuta inicia este tema, vuelve a mirar hacia otro sitio.

- Bajar la vista, mirar hacia El cliente habla bastante sobre el suelo o evitar la las posibles alternativas a su mirada. actual situación laboral; hace'

una pausa breve y mira al suelo; vuelve a hablar y a restablecer el contacto ocular.

Disponibilidad o deseo de comunicación o intercambio personal; atención.

Retraimiento o evitación del intercambio personal; respeto o deferencia.

Respeto o deferencia.

Retraimiento del tema de conversación; incomodidad o vergüenza; preocupación.

ESTRATEGIAS DE ENIREVISTAS PARA TERAPEUTAS 113

- M i fijamente a una persona o a un objeto.

- Movimiento o parpadeo rápido de ojos; cejas contraídas.

- Cerrar o surcar los párpados.

- Humedad en los ojos.

- Movimiento de ojos.

- Dilatación de las pupilas.

Boca - Sonrisa.

El terapeuta acaba de pedir al cliente que piense en las posibles consecuencias de cierta decisión. El cliente se calla y mira fijamente a un cuadro de la pared.

El cliente muestra interés por discutir un tema pero duda. Mienaas el terapeuta lo intenta los ojos del cliente se mueven rápidamente alrededor del despacho.

El cliente acaba de pedir consejo al terapeuta. El terapeuta explica el rol y el cliente cierra y amiga los párpados. El terapeuta sugiere al cliente algunas posibilidades para explorar sus dificultades con algunos miembros familiares. El cliente no responde verbalmente; aparecen surcos en sus párpados. El cliente acaba de relatar el reciente fallecimiento de su padre. Aparecen lágrimas en 10s ojos del cliente.

El cliente manifiesta haber mejorado la comunicación marital dumte la semana anterior; sus ojos se humedecen.

El terapeuta pide al cliente que recuerde los sucesos significativos de la semana; el cliente hace una pausa y mira hacia otro lugar, después responde mirando otra vez al terapeuta.

El cliente manifiesta el repentino desinterés de su cónyuge y las pupilas se dilatan.

Mientras el terapeuta habla el cliente se pone de frente y las pupilas se dilatan.

El terapeuta pide al cliente que le cuente los sucesos positivos de la semana. El cliente som'e y después relata algunos de éstos.

El cliente responde con una s o ~ s a al saludo verbal del terapeuta al iniciarse la entrevista.

Preocupación; posible rigidez o incomodidad.

Excitación o ansiedad; o usa lentes de contacto.

Pensamiento o perplejidad; evita la persona o el tema.

Evita la persona o el tema.

Tristeza. frustración, áreas sensibles.

Felicidad.

Procesamiento o recobro de material; interés, satisfacción.

Alarma; interés favorable.

Interés favorable; satisfacción

Pensamiento. sentimiento o acción positiva en el contenido de la conversación.

Saludo.

114

- Labios tensos. Sellados.

- Muerde o le tiembla el labio inferior.

- Boca abierta sin hablar.

Expresidn Facial. - Contacto ocular con

s o ~ s a .

- Ojos tensos y surcos en las cejas; la boca cerrada.

- Ojos rígidos, boca rígida (inanimada).

- El cliente se pone rojo, aparecen manchas rojas en su cuello.

Cabeza. - Mueve la cabeza de

arriba hacia abajo.

CONDUCI'A NO VERBAL

El cliente acaba de describir sus esfuerzos para acomodarse a unas condiciones vitales difíciles. Hace una pausa y tensa los labios. El cliente expresa irritación por la tardanza del terapeuta. El cliente se sienta con sus labios tensos mientras el terapeuta se justifica. La cliente empieza a contar su reciente violación. Mientras sigue hablando su labio inferior empieza a temblar, a veces se muerde el labio inferior. El cliente manifiesta la pérdida del apoyo parental tnis el reciente divorcio. El cliente muerde su labio inferior después de decir esto. El terapeuta expresa sus sentimientos sobre el bloqueo en la relación. La boca del cliente se abre; el cliente manifiesta que no era consciente de ello. Ha sido una sesión larga. Mientras el terapeuta habla, la boca del cliente se abre levemente.

El cliente habla con facilidad y suavidad. s o ~ e n d o de vez en cuando; mantiene el contacto ocular durante la mayor parte de la sesión.

El cliente acaba de contar la una situación tensa con un niño. después el cliente cierra los labios y frunce el ceno. El cliente a f m a que no tiene nada que decir; no aparece ninguna expresión evidente o muestras de alerta en la faz del cliente. El cliente ha empezado a tratar sus problemas sexuales.

El cliente ha manifestado preocupación por su estado de salud; el terapeuta refleja los sentimientos del cliente. El cliente mueve la cabeza y dice «Esto es».

htrés o determinación; enfado u hostilidad.

Enfado u hostilidad.

Ansiedad o tristeza.

Tristeza.

Sorpresa, evita bostezar, fatiga.

Evita bostezar, fatiga.

Felicidad y comodidad.

Enfado; preocupación; tristeza.

Preocupación; ansiedad; miedo.

Ansiedad; incomodidad y vergüenza.

Confumación, acuerdo o escucha atenta.

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS

- Agita la cabeza de izquierda a derecha.

- La cabeza y la mandlbula cuelgan hacia el pecho.

Hombros. - Encoge los hombros.

- Digidos hacia el frente.

- Hombros encogidos, recogidos o en otra dirección que el terapeuta.

- Brazos cruzados frente al pecho.

- Manos temblorosas.

- Rióos agarrados a algún objeto o manos cerradas.

El cliente mueve la cabeza durante la explicación del terapeuta.

El terapeuta acaba de decir que la falta de puntualidad del cliente es un aspecto que debe ser discutido. El cliente responde «No» y mueve su cabeza de izquierda a derecha.

EL terapeuta inicia el tema de la finalización. El cliente agacha su cabeza en dirección al pecho, entonces dice que no está preparado para dejar las sesiones de terapia.

El cliente dice que su cónyuge se ha ido sin dar ninguna explicación. Mientras lo describe se encoge de hombros.

El cliente ha estado reclinado en el asiento. La terapeuta revela algo sobre si misma; el cliente se acerca y pregunta algo sobre la experiencia.

El cliente manifiesta sentimientos de incapacidad y fracaso a consecuencia de sus malas notas; se encoge en la silla desputs de decir esto. El cliente manifiesta dificultades par hablar.

Cuando el terapeuta inicia este tema, el cliente se encoge en su silla y dirige los hombros en otro sentido.

EL terapeuta ha iniciado la conversación. El cliente no responde verbalmente; se reclina en su asiento con los brazos cmzados frente al pecho.

El cliente expresa temor al suicidio; las manos tiemblan mientras habla de esto.

El cliente manifiesta resentimiento con tono de voz elevado; las manos del cliente se agitan mientras habla.

El cliente acaba de Uegar a una entrevista inicial. Dice que se siente incómodo mientras sus manos se aferran la una a la otra.

Escucha; atención.

Desacuerdo; rechazo.

Tristeza, preocupación.

Desconcierto o ambivalencia.

Interés, atención, apertura a la comunicación.

Tristeza o ambivalencia; falta de receptividad al intercambio personal.

Falta de receptividad al intercambio personal.

Evita el intercambio personal; desagrado.

Ansiedad o enfado.

Enfado.

Ansiedad o enfado.

CONDUCTA NO VERBAL

- Brazos sueltos, gesticula con brazos y manos.

- Pocos gestos, manos y brazos tensos.

Piernas y pies. - Las piernas y los pies

parecen cómodos y relajados.

- Cruza y dexmza las piernas repetidamente.

- Mueve un pie insistentemente.

- Las piernas y los pies parecen tensos y controlados.

- De cara al terapeuta o en disposición frontal.

- Gira el cuerpo en otra dirección a la del terapeuta, se acurruca en el asiento.

- Balanceo en la silla, se revuelve en el asiento.

El cliente expresa hostilidad por su jefe; aprieta los puños mientras habla. El terapeuta formula una pregunta; el cliente responde y gesticula durante la respuesta. El cliente inicia un nuevo tema. El cliente responde con buena disposición; los brazos se mantienen abiertos mientras tanto. El cliente llega para la sesión inicial. Responde a las preguntas del terapeuta con respuestas breves. Los brazos se mantiene extendidos a ambos lados del cuerpo. El cliente ha sido derivado; se sienta con los brazos extendidos mientras explica las razones de su derivación y su enfado por estar aquí.

Las piernas del cliente están relajadas sin excesivos movimientos mientras el cliente se refiere a sus problemas personales. El cliente está hablando atropelladamente; cruza y descruza sus piernas continuamente mientras habla. El cliente mueve un pie durante el resumen prolongado del terapeuta; el cliente interrumpe al terapeuta para señalar algo. El cliente está abierto y relajado mientras habla del trabajo. Cuando el terapeuta menciona el tema del matrimonio, las piernas del cliente se tensan. El cliente menciona uno de sus problemas y mira directamente al terapeuta mientras habla; continúa de cara al terapeuta mientras éste responde. El cliente muestra dificultad para «entran> en la entrevista. El terapeuta pide razones y el cliente cambia la orientación de su cuerpo. El cliente se muestra nervioso al enfocar una situación conflictiva. El cliente se balancea mientras trata el tema.

Enfado

Acentúa o enfatiia un aspecto de la conversación, o apertura hacia el intercambio personal. Apertura hacia el intercambio personal.

Tensión o enfado.

Enfado.

Apertura al intercambio personal; relajación.

Ansiedad. depresión.

Ansiedad, impaciencia (desea hacer una aclaración).

Rigidez o ansiedad, cerrado al intercambio personal extensivo.

Abierto al intercambio y comunicación interpersonal.

Menor apertura para el intercambio personal.

Problemas, preocupaciones. ansiedad.

ESTRATEGMS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS

- Tenso, postura erecta y rígida en la punta de la silla.

El cliente muestra desconcierto sobre la dirección de la entrevista; postura tensa y erecta mientras tanto.

Tensión, ansiedad y preocupación.

- Retuerce el pelo repetidamente, golpea la mesa con los dedos.

El cliente responde con respuestas muy breves que no incluyen ninguna autorrevelación.

Se siente distraido, abumdo o incómodo, o indica alguna emoción no expresada.

- La respiración es más lenta y profunda.

El cliente empieza a acomodarse en el asiento y relata un suceso positivo ocurrido durante la semana.

El cliente se siente más cómodo y relajado; los cambios de respiración reflejan que la activación ha disminuido.

Nivel y tono de voz. - Susurra o casi no se le

oye. El cliente ha estado en silencio durante mucho tiempo. El terapeuta prueba; el cliente responde pero con un tono de voz tan bajo que casi no se le oye.

Dificultad para autorrevelarse.

- Cambios de tono. El cliente habla con un nivel de voz moderado mientras trata el tema laboral. Empieza a hablar del jefe y su tono de voz se eleva considerablemente.

Los temas de conversación tienen diferentes significados emocionales.

Fluidez de expresión. - Tanamudeos, dudas,

errores. El cliente habla con rapidez sobre la tensión que siente en determinadas situaciones sociales; el cliente tartamudea y comete errores mientras lo hace.

Sensibilidad sobre el tema de conversación; ansiedad y incomodidad.

- Gimotea o balbucea. El cliente se queja de sus dificultades para adelgazar; la voz se eleva como para gemir.

Dependencia o tnfasis emocional.

- Ritmo lento. rápido o desigual en el discurso.

El cliente inicia la entrevista hablando lentamente sobre un mal fin de semana. Según avanza el tema hacia los sentimientos del cliente por si mismo, este empieza a hablar m8s rápidamente.

Sensibilidad a los temas de conversación; los temas tienen diferentes significados emocionales.

- Silencio. El cliente entra y el terapeuta le invita a hablar, el cliente se mantiene en silencio.

Reacio a hablar. preocupado.

El terapeuta pregunta algo al cliente. Este se calla y piensa en la respuesta.

Preocupación, o deseo de continuar hablando desputs de la aclaración.

118 CONDUCTA NO VERBAL

111. Proxemia.

Distancia. - Se aleja.

- Se acerca.

Posición en el despacho. - Se sienta detrás o al lado

de un objeto como la mesa o el escritorio.

- Se sienta cerca del terapeuta sin que haya entre ellos ningún objeto.

Contacto Fisico. - Da la mano junto con una

s o ~ s a y un saludo verbal.

- Toca el brazo del cliente.

El terapeuta se enfrenta al cliente; este se echa hacia atrás antes de responder verbalmente.

A mitad de la sesión el cliente acerca la silla hacia el terapeuta.

Un cliente nuevo entra y se sienta en una silla alejada del terapeuta.

El cliente que ya conoce al terapeuta escoge la silla más cercana al terapeuta.

El cliente saluda al terapeuta y responde al apretón de manos.

El terapeuta toca al cliente en el brazo mientras éste expresa preocupación sobre su hijo enfermo.

Señal de que el espacio ha sido invadido; aumenta la activación y la incomodidad.

Busca una interacción más cercana o más íntima.

Pide protección o mis espacio.

Expresa un grado idóneo de comodidad.

Deseo de iniciar la interacción de forma no verbal.

Deseo de transmitir apoyo y confianza.

IV. Medio.

- El despacho del terapeuta El cliente manifiesta que se Se produce tan poca activación es pequeño, pintado de siente aletargado. La falta de en el entorno de la terapia que colores pasteles y hay autorrevelación también es el cliente se siente demasiado luces suaves. evidente. cómodo para empezar a

«trabajan>.

V. Tiempo.

- El cliente trata muchos El terapeuta inicia la Ansiedad para iniciar un temas inconexos durante finalización de la terapia. El problema por temor a ocupar la sesión. cliente a f m a que tiene «un más tiempo del terapeuta.

gran problema* sin comentar.

- Repetidamente el cliente Después de que el terapeuta ha Duda en responder al terapeuta demora las respuestas. comentado algo o formula una o desconfianza en la relación.

pregunta, el cliente espera un rato antes de responder verbalmente.

Una de las funciones más importantes de los movimientos del cuerpo es la regulación. Varios movimientos corporales regulan o mantienen la interacción interpersonal. Por ejemplo, los movimientos corporales importantes que acompañan al saludo verbal que el terapeuta dirige al cliente incluyen la mirada, la sonrisa, el uso de gestos de manos y el movimiento vertical o lateral de la cabeza (Kri- vonos & Knapp, 1975). Los movimientos corporales tambitn son útiles para fi-

~ T E G I A S DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 119

nalizar una interacción, como puede ser el final de la entrevista. La salida no verbal o las conductas de finalización que acompañan una afirmación verbal conclusiva incluyen la disminución del contacto ocular y la disposición del organismo cerca de la salida. Al finalizar una interacción, particularmente cuando es terapéutica, es importante presentar conductas no verbales que impliquen apoyo, tales como sonreír, dar la mano al cliente, dar una palmada en el hombro o brazo y asentir con la cabeza. Como explica Knapp (1978, p. 213), «Las conductas de apoyo tienden a eliminar cualquier sensación negativa derivada de las señales de la fi- nalización del encuentro y establece al mismo tiempo un estado positivo para el siguiente encuentro, ésto es, nuestra conversación ha terminado, pero nuestra re- lación no».

Otra forma de regular una interacción mediante el movimiento corporal consiste en coger el turno, el intercambio de roles de emisor y receptor en la conversación. La mayoría de las veces adoptamos los turnos de forma automática «Sin ser cons- cientes de lo que hacemos, utilizamos los movimientos corporales. las vocaliza- ciones y algunas conductas verbales que a menudo parecen acompañar a la adopción del turno con una eficacia asombrosa» (Knapp, 1978, p. 2 1 3). La efectividad en el cambio de turnos es un factor importante en la interacción terapéutica porque contribuye a la percepción de que usted y el cliente mantienen una buena relación y de que, como terapeuta, es un interlocutor competente. Por el contrario el in- tercambio poco efectivo de los turnos puede provocar que el cliente le perciba como una persona ruda (demasiadas intervenciones) o dominante (el cliente no dispone de suficiente tiempo para hablar).

Duncan (1972, 1974) encontró diversas conductas no verbales, denominadas señales de turno, que regulan el cambio de interlocutores. Estas señales de turno se describen a continuación.

Ceder el turno. Se produce cuando el terapeuta (hablante) quiere dejar de hablar y espera una respuesta del cliente (oyente). Para proceder a una cesión efectiva del turno, el terapeuta puede formular una pregunta y hablar más lentamente, reducir el ritmo del discurso, pararse en la última sílaba de la última palabra, incluir alguna coletilla como «Ya sabes» o utilizar el silencio. Los movimientos corporales de finalización y la mirada directa al cliente también indicarán que ahora corresponde hablar al cliente. Si después de un silencio prolongado, el cliente no responde, deberán utilizarse señales más explícitas de cesión del turno como tocar al cliente o elevar y mantener alzadas las cejas en señal de expectación. El uso de estas claves no verbales más explícitas puede ser particularmente importante con clientes tranquilos y poco habladores.

Mantener el turno. Sucede cuando el terapeuta (o el cliente) quiere seguir hablando y no ceder el turno a la otra persona, probablemente porque trata de expresar una idea importante. Las señales que indican este mantenimiento del turno incluyen alzar la voz y continuar o incrementar el número de gestos y otros mo- vimientos corporales que acompañen a las palabras. El terapeuta no desea mantener ai turno con tanta frecuencia porque de lo contrario el cliente puede sentirse úustrado e incapaz de hacer aclaraciones. Sin embargo, los clientes muy charlatanes

120 CONDUCTA NO VERBAL

pueden intentar tomar el control de la entrevista manteniendo y no cediendo el turno.

Solicitar el turno. Sucede cuando o el terapeuta o el cliente está escuchando y quiere hablar. Puede solicitarse el turno de palabra levantando el dedo índice, a menudo acompañado de una inspiración audible y del cambio de postura del cuerpo. El terapeuta puede utilizar estas señales con los clientes que hablan en exceso o con aquellos que mantienen insistentemente su tumo como hablantes. De hecho, para animar a un cliente a que finalice más rápidamente, el terapeuta puede utilizar movimientos de cabeza más rápidos acompañados de verbalizaciones seudo-afir- mativas como «Sí», «Mm-hmm» o «Ya veo» (Knapp, 1978).

Negar el turno. Sucede cuando recibimos una señal de cesión de turno enviado por el hablante pero no queremos decir nada. Por ejemplo, si el cliente no es muy hablador o si el terapeuta desea que el cliente se responsabilice más de la relación, el terapeuta puede decidir negar o no acoger un turno de palabra para que el cliente siga hablando. Las señales que indican que no se acepta el turno de palabra incluyen la postura relajada, el silencio y la mirada atenta. El terapeuta también deseará mostrar conductas que muestren su implicación en las ideas que expresa el cliente mediante la sonrisa, asentimiento con la cabeza o utilizando señales verbales como «Mm-hmmn.

Además de regular, los movimientos corporales también cumplen la función de adaptadores. Los adaptadores consisten en conductas como coger, rascar, frotar y golpear repetidamente. En la terapia es importante advertir la frecuencia con que un cliente utiliza los adaptadores no verbales porque estas conductas parecen estar asociadas con la activación emocional y la incomodidad psicológica (Dittmann, 1962; Ekman & Friesen, 1972). El contacto con el propio cuerpo puede indicar preocupación por sí mismo y retraimiento ante la interacción presente (Freedman, 1972). Un cliente que utiliza adaptadores con mucha frecuencia puede sentirse incómodo con el terapeuta o con el tema que se discute. El terapeuta puede utilizar la frecuencia del uso de adaptadores por parte del cliente como índice global del nivel de comodidad del cliente durante la terapia.

Otro aspecto importante del cuerpo total del cliente es la respiración. Los cambios del ritmo respiratorio (más lento, más rápido) o de la profundidad (más ligera, más profunda) proporcionan claves sobre el nivel de comodidad, los sen- timientos y los aspectos significativos. Por ejemplo, en la medida que un cliente se relaje su respiración se vuelve generalmente más profunda y más lenta. La respiración más rápida y más superficial se asocia comúnmente a la activación, intranquilidad, incomodidad y ansiedad.

Aspectos Paralingüísticos

Los aspectos paralingüísticos son aquellas variables extralingüísticas como el nivel voz (volumen), tono (entonación), ritmo del discurso y fluidez de expresión. Las pausas y los silencios también pertenecen a esta categoría. Las señales para-

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 121

lingüísticas influyen sobre la forma del mensaje aunque algunas veces estas señales vocales representan también lo que se dice.

Las señales vocales son importantes en la terapia por múltiples razones. En primer lugar, ayudan a manejar la interacción desempeñando un rol importante en el intercambio de los papeles de hablante y oyente, esto es, cambio del turno de palabra. Como puede recordar del apartado referente a los movimientos corporales, ciertas vocalizaciones se utilizan para ceder, mantener, solicitar o negar el turno de palabra. Por ejemplo, reducir el tono se asocia con la cesión del turno mientras que aumentar el volumen y el ritmo se asocian al mantenimiento del turno. En segundo lugar, las características vocales transmiten información sobre el estado emocional del cliente. Si usted es capaz de discriminar los sonidos, puede identificar la presencia de emociones básicas a partir de las señales vocales del cliente. Para reconocer emociones a partir de las claves vocales, es importante conocer algunas características vocales de las emociones básicas. Por ejemplo, un cliente que habla lenta y suavemente puede sentirse triste o puede ser reacio a tratar un tema sen- timental. El aumento del volumen y del ritmo del discurso son normalmente sín- tomas de enfado o felicidad (ver también Tabla 4.1). Los cambios en el nivel y tono de voz deberían interpretarse junto al resto de los cambios en los temas de conversación y en otras conductas no verbales.

El nivel de voz puede variar en las diferentes culturas. Sue y Sue (1977) señalan que algunos americanos tienen un nivel de voz más alto que la gente de otras

I culturas. Un terapeuta americano, al recibir en la terapia un cliente procedente de un medio cultural diferente no debería concluir automáticamente que el volumen de voz bajo del cliente indica debilidad o vergüenza (Sue & Sue, p. 427).

Las señales vocales en forma de errores de pronunciación o aspectos defluidez de expresión también transmiten información importante para el terapeuta porque La ansiedad o incomodidad del cliente a menudo se detecta identificando el tipo y la frecuencia de los errores que comete el cliente durante el discurso. La mayoría de los errores aumentan su frecuencia según aumenta la ansiedad y la incomodidad (Knapp, 1978).

Las pausas y los silencios constituyen otra parcela paralingüística que puede proporcionar datos al terapeuta sobre el nivel de activación y ansiedad experimen- tado por el cliente. Existen dos tipos de pausas: cubiertas y descubiertas.

Pausas cubiertas son aquellas que se rellenan simplemente con algún tipo de fonema como «uh», o el balbuceo, falsos inicios, repeticiones y sonidos con la lengua (Knapp, 1978, p. 356). Las pausas cubiertas se asocian a la activación y a la ansiedad (Knapp, 1978). Un cliente puede tender a usar el balbuceo o un falso inicio cuando se siente incómodo o ansioso.

Pausas descubiertas son aquellas que no se rellenan con ningún sonido. Las pausas descubiertas ocurren Para que la persona tenga tiempo de interpretar el mensaje y tomar una decisión sobre las respuestas pasadas, presentes o futuras. Las pausas descubiertas o los períodos de silencio, tienen diferentes funciones en

I La entrevista de consejo. El propósito de una pausa descubierta depende a menudo de quien inicie la pausa, el terapeuta o el cliente. Los clientes utilizan el silencio

122 CONDUCTANOVERBAL

para expresar emociones, para reflejar un aspecto, para recordar una idea o sen- timiento, para evitar un tema o para ajustarse al progreso del momento. Los silencios iniciados por los terapeutas son más efectivos si se utilizan con un propósito determinado como reducir el nivel de actividad del terapeuta, reducir el tiempo de la sesión, dar al cliente tiempo para pensar o transferir al cliente alguna respon- sabilidad mediante la cesión o rechazo del turno de palabra. Cuando el terapeuta hace una pausa por necesidad propia, por ejemplo porque le faltan las palabras, los efectos del silencio pueden o no pueden ser terapéuticos. Como señalan Hackney y Cormier (1988, p. 44), en tales momentos, el terapeuta puede sentirse más afortunado que competente.

Proxemia

La proxemia hace referencia al concepto de espacio ambiental y personal (Hall, 1966). En aplicación a la interacción terapéutica, la proxemia se refiere al uso del espacio en el despacho donde tienen lugar las terapias, la disposición del mobiliario, la colocación de los asientos y la distancia entre el terapeuta y el cliente. La proxemia también incluye una variable aparentemente importante en las interac- ciones humanas: la temtorialidad. Muchas personas son posesivas no sólo respecto a sus pertenencias sino tambiCn del espacio que les rodea. Es importante que el terapeuta transmita sensibilidad no verbal por la necesidad de espacio del cliente. Un cliente que sienta que su espacio o temtorio ha sido invadido puede tratar de restablecer la distancia conveniente. Tales conductas pueden incluir: mirar a otro lado, cambiar el tema por otro menos personal o cruzar los brazos para establecer una «barrera frontal» (Knapp, 1978, p. 1 19).

En la terapia, la distancia de 90 a 120 centímetros entre el terapeuta y el cliente parece ser la más productiva y la que menos ansiedad provoca, por lo menos con los americanos adultos de clase media (Lecomte, Berstein & Dumont, 1981). Para estos americanos, las distancias más cercanas pueden inhibir la productividad ver- bal(Schu1z & Barefoot, 1974), aunque las mujeres de las culturas occidentales en general son mas tolerantes con su espacio personal que los hombres, especialmente cuando interactúan con otras mujeres (Harper et al., 1978). Los clientes proble- máticos parecen necesitar una mayor distancia de interacción (Harper et al., 1978). Estos límites espaciales (901120 cm.) pueden no ser adecuados para todas las edades o culturas. Los clientes muy jóvenes y muy ancianos parecen desarrollar una mejor interacción en distancias más cercanas. Las personas procedentes de culturas de «contacto» (culturas donde los interactuantes se miran directamente a la cara, interactúan de cerca usan más contacto físico y contacto ocular) pueden utilizar distancias diferentes para las interacciones interpersonales que personas procedentes de culturas de «no contacto» (Watson, 1970). En resumen, a diferencia de las expresiones faciales, los aspectos relacionados con la distancia parecen no ser universales.

En la terapia la utilización de la proxemia puede ser importante para advertir los cambios como el aumento o disminución del espacio o el acercamiento o el

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEWAS 123

alejamiento. Algunas pruebas muestran que los cambios proxémicos señalan seg- mentos o momentos importantes de una interacción como el inicio o el final de un tema o el cambio a un tema diferente (Erickson, 1975). Los cambios proxémicos pueden indicar al terapeuta cuando inicia el cliente un tema diferente, da por terminado un tema o evita un tema cambiándolo.

Otro aspecto de la proxemia hace referencia a la disposición del mobiliario. En las culturas occidentales, la mayoría de los terapeutas prefieren disponer los asientos sin ninguna mesa o objeto intermedio aunque muchos clientes prefieran tener el espacio protector o «escudo» que proporciona una mesa (Harper et al., 1978).

La disposición espacial y de los asientos también es un aspecto fundamental en las terapias familiares. Los terapeutas familiares con éxito dedican mucha aten- ción a las proxemias familiares: ¿A qué distancia se sientan los miembros de la familia?, ¿Quién se sienta cerca de quién?, ¿Quién se coloca más cerca del tera- peuta? La respuesta a estas preguntas proporciona información sobre los roles familiares, las relaciones, las preferencias, las alianzas, etc.

Un último aspecto de la proxemia se refiere al contacto físico. Aunque el contacto físico puede ser un poderoso estímulo no verbal, sus efectos sobre la interacción terapéutica rara vez han sido examinados. Un contacto iniciado por el terapeuta puede ser percibido por el cliente como positivo o negativo dependiendo del tipo de contacto (expresión de atención frente a gesto íntimo) y del contexto o situación (apoyo frente a evaluación). En dos estudios recientes se ha comprobado que el contacto físico (darse la mano y palmadas en el hombro o en el brazo) tienen un efecto positivo en la evaluación que el cliente hace de la terapia (Alagna, Whitcher, Fisher & Wicas, 1979) y en la percepción que tiene el cliente sobre la pericia del terapeuta (Hubble, Noble & Robinson, 1981). Según Alagna et al. (1979, p. 471), estos resultados

muestran la posibilidad de aislar algunas de las reservas que experimentan los terapeutas respecto al contacto físico con los clientes, porque bajo ninguna condición el contacto ffsico produjo efectos negativos sobre la comunicación. Sin embargo, aunque en este experimento el contacto físico fuera consistentemente positivo, es obvio que en otras condiciones (e.g. interés abier- tamente sexual), el contacto físico puede tener efectos negativos.

Los terapeutas deberían ser conscientes de los estándars éticos adoptados por la Asociación Americana para La Terapia y el Desarrollo (1981) y la Asociación Americana de Psicología (1981), según los cuales cualquier forma de intimidad sexual con los clientes, incluida la sexualidad del contacto físico, no es ética.

Medio

La terapia y el consejo suelen desarrollarse normalmente en entornos o medios similares a un despacho, aunque también pueden utilizarse otros entornos cubiertos. Los mismos entomos pueden afectar de forma diferente a los clientes. El medio

124 CONDUCTA NO VERBAL

puede percibirse como activador o no activador (Mehrabian, 1976). Si un cliente reacciona ante un entorno de baja activación y placer medio, el cliente se sentirá cómodo y relajado. Los entomos deben ser moderadamente activadores para que los clientes se sientan suficientemente relajados para explorar sus propios problemas y para autorrevelarse. Si el cliente se siente tan cómodo que se inhibe su deseo de trabajar sobre el problema, el terapeuta debe pensar en la forma de aumentar las señales de activación asociadas al entorno cambiando la disposición del mobiliario, utilizando colores más brillantes, utilizando más luz o aumentando la expresividad de los mensajes verbales. Los terapeutas que hablan más alto y más rápido y utilizan patrones expresivos de entonación son buenas fuentes de activación para las personas que les rodean (Mehrabian, 1976).

Un concepto importante relacionado con la activación ambiental de los clientes es la seleccibn de estímulos: la proporción en que una persona selecciona diferen- ciadamente las partes menos relevantes del entorno y por lo tanto reduce eficien- temente la carga ambiental y su propio nivel de activación (Mehrabian, 1976). Este concepto es útil para comprender las diferentes reacciones de los clientes al mismo espacio o despacho. Los individuos que seleccionan bien su entorno, se- leccionan aquellas partes a las que pueden responder. Como resultado, se centran más en los aspectos centrales del entorno porque extraen menos componentes relevantes. Por el contrario los sujetos que extraen menos aspectos, son menos selectivos y reaccionan a más estímulos ambientales. Por lo tanto, los clientes no selectivos perciben los espacios como más complejos y cargados y consecuente- mente sienten más activación y eshés (Mehrabian, 1976). En general, los no selectivos son más sensibles a las reacciones emocionales de los otros y a advertir antes los cambios en el entorno y tienden a reaccionar más fuertemente a dichos cambios.

Tiempo

El tiempo incluye multitud de dimensiones que pueden afectar a la interacción terapéutica. Uno de estos aspectos está relacionado con la percepción del tiempo del cliente y del terapeuta, la puntualidad al iniciar y finalizar los temas y las sesiones. Muchos clientes se sentirán desplazados por los retrasos o los cambios de las citas, y por el contrario se sentirán apreciados y valorados cuando se les dedica tiempo extra. Los clientes pueden manifestar ansiedad o resistencia mediante su retraso o esperando a que finalice la sesión para iniciar un tema significativo. Las percepciones del tiempo también vm'an. Algunas personas tienen una pers- pectiva del tiempo muy estructurada, de tal forma que estar «en punto» o preparados para ver al terapeuta (o al cliente) es importante para ellos. Otros tienen una percepción más informal del tiempo y no se sienten ofendidos o desplazados si el terapeuta se retrasa y tampoco esperan que el terapeuta se moleste si ellos llegan a la cita con retraso.

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 125

CÓMO TRABAJAR CON LA CONDUCTA NO VERBAL DEL CLIENTE

Muchos enfoques teóricos subrayan la importancia de trabajar con la.conducta no verbal del cliente. Por ejemplo, los terapeutas conductuales pueden reconocer y señalar determinadas conductas no verbales de un cliente que constituyen ha- bilidades sociales efectivas o inefectivas (Eisler & Fredenksen, 1980). Un cliente que siempre refunfuña y evita el contacto ocular puede hallar que tales conductas son inadecuadas para establecer relaciones interpersonales efectivas. El uso de conductas no verbales efectivas también'constituye una parte de los programas de entrenamiento en aserción (Otter & Guerra, 1976). En el Análisis Transaccional (TA), las conductas no verbales se utilizan para evaluar el «estado del ego», o partes de la propia personalidad utilizadas para comunicarse o referirse a los otros. Por ejemplo, el padre «crítico» o controlador puede estar asociado a un tono de voz condescendiente y culpante, a dedos señaladores, a colocar las manos en las caderas, etc. (Woollams & Brown, 1979). Los terapeutas TA advierten cómo la conducta no verbal de un cliente puede mantener el curso de una comunicación (transacciones complementarias) o cortar una comunicación (transacciones cruza- das). Los terapeutas centrados en el cliente utilizan las conductas no verbales del cliente como indicadores de los sentimientos y emociones de éstos. Los terapeutas de la Gestalt ayudan a los clientes a reconocer sus conductas no verbales para aumentar la conciencia que tienen sobre ellos mismos, sus conflictos o discrepan- cias. Por ejemplo, un cliente puede decir «sí, quiero licenciarme» y al mismo tiempo niega con la cabeza y baja el tono de voz y los ojos. Los terapeutas de orientación corporal utilizan el lenguaje del cuerpo activamente como un instru- mento para entender los «asuntos» encubiertos o Tos conflictos no resueltos y la personalidad. Los terapeutas de orientación Adlenana emplean las reacciones no verbales de los clientes como recurso para descubrir los propósitos (encubiertos a menudo) de la conducta y de la lógica equivocada. Los terapeutas familiares se interesan por la comunicación no verbal (analógica) y la verbal (digital) de la familia. Un instrumento basado en la comunicación no verbal de la familia se denomina «escultura familiar» (Duhl, Kantor & Duhl, 1973). La escultura familiar es una distribución no verbal de las personas que se colocan en diferentes posiciones físicas en un espacio para representar las relaciones que tienen entre sí. En una prolongación de esta técnica, la coreografía familiar (Papp, 1976), las esculturas o las distribuciones espaciales se cambian intencionadamente para modificar las relaciones existentes y para generar nuevos modelos.

Passons (1975) ha descrito cinco formas de responder a la conducta no verbal del cliente en una entrevista. Sus sugerencias son útiles porque representan formas no verbales de trabajar con los clientes que son consistentes con diversas orien- taciones teóricas. A continuación se exponen las cinco formas:

1. Comprobar la congruencia entre la conducta verbal y no verbal del cliente. 2. Anotar o responder a las discrepancias o mensajes verbales y no verbales

mixtos.

3. Responder o anotar las conductas no verbales cuando el cliente se mantiene en silencio o no habla.

4. Centrarse en las conductas no verbales para cambiar el contenido de la entrevista.

5. Advertir los cambios en la conducta no verbal del cliente que ocurren a lo largo de una entrevista o en las diferentes sesiones.

Congruencia entre Conductas

El terapeuta puede determinar si el mensaje verbal del cliente es congruente con su conducta no verbal. Un ejemplo de congruencia es si el cliente expresa confusión sobre una situación al mismo tiempo que tuerce la vista o frunce el ceño. Otro cliente puede decir «Estoy contento con la marcha de las cosas desde que vengo a tu consulta», lo que se acompaña con el contacto ocular, una postura relajada y una s o ~ s a . El terapeuta puede responder de una de las dos formas a la congruencia entre la conducta verbal y no verbal del cliente. Un terapeuta puede hacer una anotación mental de la congruencia de las conductas o puede pedir al cliente que le explique el contenido de las conductas no verbales. Por ejemplo, el terapeuta podría preguntar: «Mientras me decías que este tema es difícil para tí, tus ojos se han humedecido, has agachado la cabeza y tus manos se han tensado. Me pregunto qut significa esto».

Mensajes Mixtos

El terapeuta puede observar al cliente y ver si lo que éste dice y su conducta no verbal configuran mensajes mixtos. La conducta verbal y no verbal contradictoria sería aparente en un cliente que dice «Me siento muy [pausa] contento con la relación. Nunca antes he [pausa] experimentado nada igual», mientras mira al suelo y cambia la posición de su cuerpo en una dirección diferente a la del terapeuta. El terapeuta tiene tres posibilidades como minimo para manejar esta discrepancia verbaYno verbal. La primera consiste en hacer una anotación mental de las dis- crepancias entre lo que dice el cliente y las señales corporales y paralingüísticas que utiliza al emitir el mensaje. La segunda opción consiste en describir al cliente dicha discrepancia de la siguiente forma: «Tú dices que estás contento con la relación pero tu cabeza estaba gacha mientras hablabas y lo hacías dudando mucho». (Otros ejemplos para enfrentarse al cliente se incluyen en el Capítulo 6). La tercera opción consiste en preguntar al cliente, «He advertido que bajabas la vista y te callabas mientras lo decías. ¿Qué significa ésto?».

Conducta no Verbal durante los Silencios

La tercera forma en que el terapeuta puede responder a la conducta no verbal del cliente es durante los períodos de silencio de la entrevista. ¡El silencio no significa que no pasa nada! Recuerde también que el silencio tiene diferentes

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA iER4F'EUTAS 127

significados en las distintas culturas. En algunas culturas, el silencio es un signo de respeto, no una señal de que el cliente no quiera hablar más (Sue & Sue, 1977). El terapeuta puede centrarse en la conducta no verbal del cliente durante los silencios anotándolos mentalmente, describiéndolos para el cliente o preguntando al cliente por el significado de los mismos.

Cambiar el Contenido de la Entrevista

Con algunos clientes puede ser necesario cambiar el curso de la entrevista porque continuar con el mismo tema puede ser poco productivo. Cambiar el curso de la entrevista también puede ser útil cuando el cliente está proporcionando mucha información o está divagando. En tales momentos, el terapeuta puede interrumpir el contenido verbal del cliente dirigiendo el centro de atención a su conducta no verbal.

Ante un contenido «poco productivo» del mensaje del cliente, el terapeuta puede decir «Nuestra conversación hasta el momento se refería a la muerte de tu hermano y a la relación con tus padres. Ahora me gustaría que te centraras en lo que hemos estado haciendo mientras hablábamos. ¿Eres consciente de lo que hacías con tus manos?».

Estas interrupciones del terapeuta pueden ser favorecedoras o pe judiciales para el progreso de la terapia. Passons (1975) sugiere que estas interrupciones son útiles cuando ponen al cliente en contacto con la «conducta que presenta». Si alejan al cliente del curso de sus sentimientos, entonces pueden ser perjudiciales (p. 105). Passons también afuma que «la experiencia, el conocimiento y la intuición del terapeuta» contribuyen en las decisiones que adopta el terapeuta para cambiar el contenido de la entrevista utilizando para ello la conducta no verbal del cliente.

Cambios en la Conducta no Verbal del Cliente

Para algunos clientes las conductas no verbales pueden ser índices de cambio terapéutico. Por ejemplo, al principio de la terapia los brazos del cliente pueden estar cruzados delante de su pecho. Posteriormente el cliente puede encontrarse más relajado con sus brazos sueltos mientras gesticula con las manos durante la conversación. En los estadios iniciales de la terapia, el cliente puede enrojecer, sudar o mostrar frecuentes movimientos corporales durante la entrevista si se dis- cuten algunos temas. En estadios posteriores, estas conductas no verbales pueden desaparecer y se sustituyen con posturas más relajadas y cómodas. Una vez más, dependiendo del momento, el terapeuta puede responder a estos cambios no verbales de forma abierta o encubierta.

Esta decisión de responder a la conducta no verbal del cliente encubiertamente (con una anotación verbal) o abiertamente depende del interés en la conducta no verbal y del tiempo. Passons (1975) cree que los terapeutas deben proporcionar

128 CONDUCTA NO VERBAL

respuestas abiertas e inmediatas (ver Capítulo 2) a la conducta no verbal del cliente desde el principio del proceso terapéutico. De lo contrario, cuando se presta atención a alguna conducta no verbal del cliente después de la décima sesión, es probable que el cliente quede confundido al apreciar el cambio en su enfoque. Otro aspecto relacionado con el tiempo implica la discriminación de los posibles efectos deri- vados de responder inmediatamente a la conducta no verbal. Si la inmediatez tiende a aumentar la comprensión y la continuidad de la sesión, puede ser útil, sin embargo si sus respuestas interrumpen el curso de la exploración del cliente, su respuesta puede ser molesta y perjudicial.

Al responder con inmediatez a la conducta no verbal de un cliente, es con- veniente ser descriptivo más que evaluador y emitir sus respuestas con cuidado. Por ejemplo, decir algo como «¿Eres consciente de que mientras hablas con Gene, te aparecen manchas rojas en el cuello y en la cara?» puede ser más conveniente que hacer un comentario evaluador y dogmático como «¿Por qué te estás poniendo rojo?», «Oye, estás rojo» o «Te estás poniendo rojo, seguro que debes sentirte muy avergonzado por ello».

CONDUCTANOVERBALDELTERAPEUTA

Como terapeuta, es importante que preste atención a su conducta no verbal por varias razones. En primer lugar porque algunos tipos de conducta no verbal del terapeuta parecen contribuir a facilitar la relación; otras conductas no verbales pueden deteriorar la relación. Por ejemplo, los niveles «altos» o facilitativos de conductas como el contacto ocular directo, la orientación del cuerpo y la postura relajada pueden contribuir a que el cliente valore positivamente la empatía del terapeuta incluso en presencia de niveles bajos o deteriorantes del mensaje verbal (Fretz, Com, Tuemrnler & Bellet, 1979). Además, el grado en que los clientes le perciben como persona atractiva y experta está asociado en cierta medida al uso efectivo de destrezas no verbales (Claibom, 1979).

Como la mayoria de las investigaciones sobre la conducta no verbal del terapeuta se han realizado en base a valoraciones de videos y fotografías, es difícil especificar con precisión qué conductas no verbales del terapeuta están relacionadas con la efectividad terapéutica. La Tabla 4.2 incluye algunos usos presumiblemente efec- tivos e inefectivos de conductas no verbales del terapeuta. Al analizar este listado es importante recordar que los efectos de algunas conductas no verbales del tera- peuta están relacionadas con las variables contextuales en la terapia como el tipo de cliente, el contenido verbal, la temporalización de la sesión y el estilo perceptual del cliente (Hill, Siegelman, Gronsky, Sturniolo & Fretz, 1981; Seay & Altekruse, 1979). De este modo, los clientes que tienen una impresión subjetiva favorable del terapeuta pueden no verse afectados negativamente por una conducta suya no verbal inefectiva o «de nivel bajo» como puede ser martillear en la mesa con el dedo o manipular un bolígrafo o su pelo (le recomendamos que trate de evitar tales ma- nierismos). Del mismo modo, el empleo de las conductas no verbales clasificadas

EST~ATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEWAS 129

como efectivas en la Tabla 4.1 pueden ser insuficientes para eliminar la impresión negativa que un cliente particular tiene sobre usted.

Además de utilizar conductas no verbales efectivas, existen otros tres aspectos importantes en el porte no verbal del terapeuta: sensibilidad, congruencia y sin- cronía.

Sensibilidad

Probablemente los entrevistadores experimentados son más capaces de emitir mensajes no verbales efectivos (codificar) y son más conscientes de los mensajes no verbales de los clientes (descodificar) que los entrevistadores menos experi- mentados. Existen pruebas que muestran que las mujeres de diferentes culturas son mejores descodificando (más sensibles a las señales no verbales de la otra persona) que los hombres (Sweeney, Cottle & Kobayashi, 1980). Los terapeutas masculinos deberían asegurarse de que no pasan por alto señales importantes que envía el cliente. La sensibilidad no verbal también se relaciona con los sistemas represen- tativos.

TABLA 4.2. Conducta no verbal efectiva e inefectiva del terapeuta

Forma de comunicación no verbal Uso inefectivo Uso efectivo

Proceder de ate Estas conductas favorecen la modo cerrar8 o disminuir8 la conversación porque

conversación muestran aceptación y

probablemente respeto por la otra persona

Espacio Distante o muy cercano Aproximadamente a la distancia de un brazo

Movimiento Se aleja Postura

Contacto ocular Tiempo

Desgarbado, rígido, no sentado de cara al terapeuta Ausente, desafiante Continúa haciendo lo mismo, desputs responde; de prisa

Pies y piernas (está sentado) Se utilizan para mantener la distancia entre las personas

De cara Relajado pero atento; sentado ligeramente hacia adelante

Usual Responde a la primera oportunidad; comparte tiempo con el cliente No estorban

CONDUCTA NO VERBAL 130

Muebles

Expresión facial

Gestos

Manierismos Voz: volumen Voz: ritmo

Usados como barrera Se utilizan para reunir a la gente

No coincide con los Coincide con sus propios sentimientos. ceñudo, sentimientos o con los de la mirada vacía otra persona; sonrisa Coinciden con sus Subrayan sus palabras; no palabras dificultan; son suaves Obvios, distrayentes Ninguno o no obstnictivos Muy alta o muy baja Claramente audible Impaciente o Media o levemente inferior entrecortada; muy lenta o dudosa

Nivel de energía Apático, medio Alerta; se mantiene la alerta dormido,inquieto durante una conversación larga

De Arnity: Friendship in action, Par? 1: Basicfn'endship skills. Copyright 1980 por Richard P. Walters, Boulder, Colo.: Chnstian Helpers, Incl. Con permiso de reproducción.

Como la mayoría de nosotros confia más en un sistema representativo (visual, auditivo, kinestésico) que en otros, podemos aumentar nuestra sensibilidad no verbal abriendo todos los canales sensoriales. Por ejemplo, las personas que tienden a procesar la información a través de los canales auditivos pueden aprender a prestar más atención a los signos visuales y las personas que procesan visualmente pueden aprender a hacerlo a través de señales auditivas.

Congruencia

Las conductas no verbales del terapeuta paralelas a los mensajes verbales tam- bién tienen algunas consecuencias sobre la relación, particularmente cuando estos mensajes son mixtos o incongruentes. Los mensajes mixtos pueden ser confusos para el cliente. Por ejemplo, suponga que un terapeuta dice al cliente «Estoy muy interesado en la relación que tienes con tus padres» mientras mueve su cuerpo en una dirección diferente a la que se halla el cliente y con los brazos cmzados delante de su pecho. El efecto de este mensaje inconsistente sobre el cliente podría ser fuerte. De hecho, un mensaje no verbal negativo junto a uno verbal positivo puede tener mayores efectos que el contrario (positivo no verbal y negativo verbal). Como señalan Gazda et al. (1977. p. 93), «cuando se contradicen los mensajes verbales y los no verbales, el receptor cree generalmente el mensaje no verbal». Los mensajes no verbales negativos se comunican mediante el escaso contacto ocular, la posición del cuerpo a 45." del cliente, el cuerpo reclinado hacia atrás, las piernas cruzadas y alejadas del cliente y los brazos cmzados en el pecho (Graves & Robinson, 1976; Smith-Hanen, 1977). El cliente puede responder a los mensajes inconsistentes del terapeuta aumentando la distancia interpersonal y puede apreciar tales mensajes

E S T R A ~ I A S DE ENTREVISTAS PARA TERAPEWAS 13 1

como indicadores de la decepción del terapeuta (Graves & Robinson, 1976). Ade- más, los mensajes mixtos pueden disminuir la cercanía psicológica que el cliente siente con el terapeuta y la percepción de genuinidad del terapeuta. .

Por el contrario, la congruencia entre los mensajes verbales y no verbales del cliente se relaciona con las valoraciones que hacen tanto los clientes como los terapeutas de la capacidad facilitativa del terapeuta (Hill et al., 1981; Reade & Smouse, 1980). La importancia de la congruencia o consistencia del terapeuta, entre varias conductas verbales, kinestésicas y paralingüísticas no debe sobre- enfatizarse. La congruencia entre los canales verbal y no verbal parece especial- mente crítica al enfrentarse a los clientes (ver Capítulo 6) o cuando se discuten aspectos personales, sentimentales o estresantes (Reade & Smouse, 1980). Un aspecto Útil respecto a la congruencia del terapeuta consiste en aprender a equiparar la intensidad de las conductas no verbales con las que muestra el cliente. Por ejemplo, si pide al cliente que recuerde un momento en el que se sintió fuerte, con recursos o poderoso, puede ser conveniente transmitir estos sentimientos a travCs de su propia conducta no verbal. Aumentar el grado de ánimo, hablar más alto y enfatizar las palabras clave como «fuerte» y «poderoso». Muchos de nosotros pasamos por alto una de nuestras armas más importantes para lograr la congruencia, nuestra voz. Los cambios de tono, volumen, ritmo y énfasis son especialmente importantes para equiparar nuestra experiencia a la del cliente.

Sincronía

La sincronía es el grado de armonía entre las conductas no verbales del cliente y del terapeuta. En las interacciones terapéuticas, en las iniciales especialmente, es importante corresponder o guardar el ritmo de las conductas no verbales del cliente. Coincidir en la postura corporal y en otras conductas no verbales favorece el rapport y la empatía (Maurer & Tindall, 1983). La sincronía no implica que el terapeuta reproduzca cada movimiento o sonido que produce el cliente, implica que la apariencia global no verbal del terapeuta es equiparable a la del cliente. Por ejemplo, si el cliente se reclina en posición relajada con las piernas cruzadas, el terapeuta también se disponge de forma similar. La falta de sincronía, o la falta de sintonía, es evidente cuando por ejemplo, un cliente está reclinado, muy relajado y el terapeuta se inclina hacia delante, muy atento, o cuando el cliente muestra una expresión muy iriste y el terapeuta sonríe, o cuando el cliente habla en voz suave y muy baja y el terapeuta responde con una voz fuerte y poderosa. Mientras más numeroso sea el número de conductas no verbales del terapeuta que coinciden con las del cliente más poderoso será el efecto de las mismas. Sin embargo, al aprender esta destreza, es excesivo intentar coincidir con muchos aspectos no verbales de la conducta del cliente. Halle un aspecto del porte del cliente como su voz, postura del cuerpo o gestos que sea cómodo para que usted los reproduzca y concéntrese en sincronizar este aspecto único cada vez.

CONDUCTA NO VERBAL

RESUMEN

Este capítulo se ha centrado en la conducta no verbal del cliente y del terapeuta. La importancia de la comunicación no verbal se ilustra a través de la confianza que ponen tanto el cliente como el terapeuta en los mensajes no verbales del otro. La conducta no verbal puede dar una imagen más exacta de nosotros mismos. La mayona de las conductas no verbales son muy espontáneas y no pueden ser falseadas con facilidad. La conducta no verbal se añade de forma significativa a las inter- pretaciones que hacemos de los mensajes verbales.

En este capítulo se han tratado las cinco dimensiones significativas de la con- ducta no verbal: kinestesias (expresiones faciales y corporales), aspectos paralin- güísticos (señales vocales), proxernias (espacio y distancia), medio y tiempo. Aun- que mucha literatura haya especulado sobre el significado del «lenguaje corporal*, en las interacciones terapéuticas es importante recordar que el significado de las conductas no verbales varía según las personas, las situaciones y las culturas y además no puede ser interpretada con facilidad sin el soporte del mensaje verbal.

Estas categorías de conducta no verbal también se aplican al empleo que hace el terapeuta de conductas no verbales efectivas durante la entrevista. Además de utilizar conductas no verbales para comunicar interés y atención, los terapeutas deben intentar que sus mensajes verbales y no verbales sean congruentes y vayan sincronizados a la conducta no verbal del cliente. La congruencia y la sincronía son dos formas importantes de contribuir al rapport y a la formación de empatía durante el desarrollo de la relación.

PRIMERA PARTE

Describa brevemente el posible efecto o significado asociado con cada una de las siguientes diez conductas no verbales del cliente (Primer Objetivo del capítulo). Deduzca el significado de la conducta no verbal a través de la descripción y del contexto presentados. Si lo desea puede escribir sus respuestas. Algunas páginas más adelante se incluye el feeback.

Conducta No Verbal Descripción del Cliente Observada (Contexto)

1. Agacha la vista, mira al suelo El cliente acaba de describir las relaciones inces- o en otra dirección. tuosas que ha mantenido con su padre.

Agacha la vista después de relatar el episodio. 2. Se le dilatan las pupilas. Se ha informado al cliente que debe ingresar en

el hospital. Sus pupilas se dilatan y s e reclina en el asiento para escuchar.

ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEüTAS 133

3. El labio inferior tiembla y lo muerde.

4. Mueve la cabeza de arriba hacia abajo.

5. Se encoge de hombros.

6. Se agarra a los objetos o aprieta sus manos fuerte- mente.

7. Cruza y descruza sus pier- nas repetidamente.

8. Tartamudea, duda y comete errores.

9. Se acerca.

10. Se enrojece su cara y apa- recen gotas de sudor.

La cliente cuenta al terapeuta que ha tenido un aborto recientemente. Al finalizar el relato su la- bio inferior tiembla y lo muerde. El terapeuta describe las razones por las que el cliente deberla dejar de beber. El cliente respon- de asintiendo con la cabeza y diciendo ((ya lo sé)). El terapeuta informa al cliente que no puede ser escogido para trabajar en esa agencia. El cliente se encoge de hombros mientras escucha. El cliente cuenta una discusión reciente con su cónyuge. Mientras relata el suceso sus puños se tensan. El terapeuta pregunta al cliente si ha tomado la medicina como se le prescribió. El cliente cruza y descruza las piernas mientras contesta. El cliente duda cuando el terapeuta le pregunta sobre su fidelidad marital. Empieza a tartamudear y comete errores mientras describe sus affaires extramatrimoniales. Mientras el terapeuta autorrevela un episodio si- milar al relatado por el cliente, éste acerca su silla hacia el terapeuta. El terapeuta se enfrenta al cliente sobre el tema del aspecto y postura provocativos.

SEGUNDA PARTE

Dirija una entrevista breve y vea cuántas conductas no verbales de kinestesias (movimiento corporal), aspectos paralingüísticos (cualidades de la voz) y proxemias (espacio) puede identificar comparándolas con las del observador después de la sesión (Segundo Objetivo del capitulo). Describa los posibles efectos o significados asociados a cada conducta que identifique. Compruebe con el observador qu6 con- ductas del cliente ha identificado y cuáles no.

TERCERA PARTE

En una entrevista de role-play en la que procederá como terapeuta, demuestre el uso efectivo de su cara y cuerpo, su voz y la distancia/espacio/contacto (Tercer Objetivo). Tenga en cuenta el grado de correspondencia entre su conducta no verbal y sus mensajes verbales. Trate también de sincronizar con un aspecto de la conducta no verbal del cliente como su postura corporal o el ritmo y profundidad de la res- piración. Utilice el Cuestionario de Conductas No Verbales que se incluye al final de este capítulo para evaluar su ejecución si ésta se ha grabado en video o disponga de un observador durante la sesión.

CUARTA PARTE

Recuerde que hay cinco ocasiones para responder a la conducta no verbal del cliente:

a. Evidencia de congruencia entre la conducta verbal y no verbal del cliente.

134 CONDUCTA NO VERBAL

b. Un mensaje no verbal y verbal ((mixton (discrepante). c. El cliente usa el silencio. d. Cambios en las señales no verbales del cliente. e. Centrarse en la conducta no verbal del cliente para cambiar o redirigir la

entrevista.

Identifique cuatro de las cinco ocasiones que se presentan a continuación en las descripciones de los clientes (Cuarto Objetivo del capitulo).

El cliente dice que su feedback no le afecta; frunce el ceño, mira hacia otro lugar y cambia la postura de su cuerpo. El cliente se ha mantenido en silencio durante un buen rato despues de su última pregunta.

3. El cliente le ha inundado con una gran cantidad de información en los últimos cinco minutos.

4. La cliente manifiesta estar enfadada por estar obligada a permanecer en el hospital. Según lo dice su tono de voz se eleva, fiota sus manos y frunce el ceño.

5. La cara del cliente estaba muy animada en la primera parte de la entrevista; ahora su expresión es bastante seria.

FEEDBACK: PoSTEVALUACIÓN

PRIMERA PARTE

Algunos de los posibles significados de la conducta no verbal del cliente son los siguientes:

1. Esta cliente agacha la vista y evita la mirada probablemente porque se siente avergonzada e incómoda al discutir este problema particular.

2. La dilatación pupilar de este cliente probablemente indica excitación y temor a ser obligado.

3. En este ejemplo, el temblor del labio inferior denota probablemente la am- bivalencia y el arrepentimiento de sus actos.

4. Los movimientos de asentimiento del cliente indican que está de acuerdo con las razones expuestas por el terapeuta.

5. El gesto de encogerse de hombros puede indicar desconcierto o reconcilia- ción.

6. En este caso, el gesto de apretar los puños puede indicar enfado con el cónyuge.

7. Los movimientos de cruzar y descruzar las piernas pueden estar asociados a la ansiedad e incomodidad sentidos por el cliente.

8. Las dudas al responder y los tartamudeos consiguientes asícomo los errores, pueden indicar sensibilidad hacia este tema e incomodidad al referirse a sí mismo.

9. En este caso, que el cliente se acerque al terapeuta, puede interpretarse como intriga oidentificación con lo que está revelando el terapeuta.

ESTRATEGIAS DE MAS PARA ~ERAF'E~JTAS 135

10. El enrojecimiento y sudor del cliente pueden ser signos de excitacibn ne- gativa, 6sto es, ansiedad y10 vergüenza con la opinión enfrentada del tera- peuta sobre el atuendo y postura provocativas.

SEGUNDA PARTE

Comente con el observador el feedback o utilice el Cuestionario de Conductas No Verbales para recordar las conductas que ha identificado.

TERCERAPARTE

Usted o su observador pueden determinar que conductas no verbales efectivas ha mostrado en su rol de terapeuta, utilizando para ello el Cuestionario de Conductas No Verbales.

CUARTAPARTE

Las cuatro posibles ocasiones para responder a las señales no verbales del cliente según se muestra en los ejemplos de la postevaluación son las siguientes:

1 .b. Responder al mensaje mixto del cliente; en este caso el ceño fruncido y la desviación de la mirada asícomo el cambio de postura contradicen el men- saje verbal del cliente.

2.c. Responder al silencio del cliente; en este ejemplo la pausa del cliente indica silencio.

3.e. Responder a las conductas no verbales del cliente para redirigir el centro de la entrevista, en este ejemplo, para parar el torrente de información.

4.a. Responder a la congruencia entre los mensajes verbal y no verbal del cliente; en este caso las conductas no verbales del cliente coinciden con su expre- sión verbal de enfado.

5.d. Responder a los cambios en las señales no verbales del cliente; en este ejemplo, responder al cambio en la expresión facial del cliente.

CUESTIONARIO DE CONDUCTAS NO VERBALES

Nombre del Terapeuta Nombre del Observador

Instrucciones: Para una grabación de video o para una entrevista en directo, utilice las siguientes categorías al observar la conducta no verbal. El cuestionario de observación puede emplearse para observar al terapeuta, al cliente o a ambos. La columna de la izquierda incluye las conductas que deben observarse. La columna de la derecha tiene espacios para marcar con un (X) si se observa la conducta y para incluir algún comentario descriptivo sobre ello. Por ejemplo, ((parpadeo - Excesivo)) O ((Colores de la habitación - mucha excitación».

l. Kinestesias

1 . ojos Cejas elevadas. bajas o juntas

(Xl Comentarios

136 CONDUCTA NO VERBAL

Calidad de la mirada constante Parpadeo- excesivo, moderado o leve Humedad. lágrimas Dilatación pupilar

2. Cara, boca, cabeza Continuidad o cambios en las expresiones

faciales. Sonrisa apropiada o inapropiada Labios temblorosos, tensos Cambios en el color de la piel Enrojecimiento o manchas en cara y cuello Aparecen gotas de sudor

3. Movimientos corporales, postura y gestos

Postura corporal, relajada o rígida Continuidad o cambios en la postura del

cuerpo Frecuencia de los movimientos corporales,

excesiva, moderada o leve Gestos: abiertos o cerrados Frecuencia de uso de adaptadores no verbales

(manierismos molestos): excesiva. moderada o leve

Orientación del cuerpo: directa (de cara al terapeuta) o lateral

Respiración: superficial o profunda, rápida o lenta

Continuidad o cambio en el ritmo respiratorio Cruzado de brazos o piernas

11. Aspectos Paralingüísticos

Continuidad o cambios en el nivel y tono de voz y ritmo del discurso

Subrayado verbal: énfasis en la voz para algunas palabras o frases

Susurros, voz baja Dirección o falta de dirección en el discurso Errores verbales: excesivos, moderados o

leves Pausas iniciadas por el terapeuta Pausas iniciadas por el cliente

111. Proxemias

Continuidad o cambio en la distancia (más cerca o más lejos)

Uso del contacto físico (apretón de manos, palmada en el hombro ...)

Posición en el despacho

ESiRK'IUjIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS

IV. Medio

Activación (alta o baja) asociada a: Distribución del mobiliario

Colores Luz voz Espacio global

V. Tiempo

Inicio puntual o con retraso de la sesión Rapidez o retardo en dar respuestas al otro Cantidad de tiempo dedicado a problemas

primarios y secundarios: excesiva, moderada O escasa

Continuidad o cambios en la temporalización de la sesión

Finalización puntual o retrasada de la sesión

VI. Sincronia y Ritmo

Sincronia o falta de sincronla entre las conductas no verbales y los mensajes verbales

Ritmo semejante o arritmia entre las conductas no verbales del cliente y del terapeuta . -

VII. Congruencia

Congruencia o incongruencia No verbal entre las diferentes partes del cuerpo

No verballverbal, entre las conductas no verbales y las palabras

VIII. Resumen

Teniendo en cuenta las observaciones realizadas y las variables culturales/con- textuales de la interacción, ¿qué conclusiones referentes al terapeuta puede de- ducir?, jsobre el cliente?, jsobre la relación terapéutica? Considere aspectos como emociones, nivel de comodidad, deseo de más intercambios y atracción/gusto.