¡COMÉ TU CACA!

MIERDOTERAPIA: MÉTODO

ALTERNATIVO DE TRATAMIENTO

RESIDUAL DE EMOCIONES.

Dr. Iten Mario Mendoza Camacho

Versión digital abreviada y gratuita para lectura personal sin fines de lucro,

todos los derechos reservados, ISBN No. 978-607-00-7974-0. Agencia Nacional

de Reservas de Derechos de Autor, México. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Contactos en la página del facebook comé tu caca, gracias por descargar y leer

el presente libro, espero sea de tu agrado y lo compartas con amigos o familia

para que hagamos un foro internacional mediante la página para el intercambio

de experiencias. Un abrazo. El Autor. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; a 15 de Julio

del 2014.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

CAPÍTULO PRIMERO: CONSIDERACIONES GENERALES DEL MÉTODO ALTERNATIVO DE

TRATAMIENTO RESIDUAL DE EMOCIONES.

Vivimos en un mundo complicado, que cada día se hace más difícil por lo fácil que todo aparenta ser, en

el cual nos sentimos acreedores a mayores derechos y comodidades cuando en realidad estamos en

“déficit emocional” por el desgaste que la rutina diaria impone al superar nuestras capacidades o límites,

viviendo con una mentalidad de guerra que nos lleva a estar en constante alerta en una sociedad egoísta

de consumo, siempre impulsados a dar el ciento diez por ciento con tal de lograr el tan anhelado éxito que

conlleva a la aceptación social, el bienestar y la satisfacción de vanidades más que de necesidades; así

llegamos a casa totalmente agotados, quemados y desinflados, sin querer ya nada, sin haber guardado

energía o buen ánimo para invertirlos en la familia, en los seres amados, en nosotros mismos; nos hace

falta más que un mayor ingreso económico, ganancias emocionales para equilibrar el gasto emotivo

cotidiano, apostando a un “superávit emocional” en el que encontraremos la fortaleza, sabiduría y

templanza para saber elegir primeramente y luego afrontar las problemáticas, los retos que nos desgastan

física, emocional y espiritualmente.

Para el actual modelo de competencias poco importa desgastar nuestra salud, sistema nervioso o

emociones con tal de satisfacer nuestros deseos más que necesidades reales, nos forzamos en jornadas

laborales o ambientes de trabajo degradantes, agobiantes y estresantes “hasta que el cuerpo aguante”

tomando litros de café, bebidas energéticas e incluso drogas para estar “alertas”, el problema es que

nuestra salud y bienestar, así como el equilibrio familiar tienen un límite, requieren su tiempo y espacio,

por ello empezamos a somatizar dicha carga emocional manifestando padecimientos tristemente comunes

ya, como la gastritis, insomnio, colitis, migraña y demás alteraciones nerviosas que no son otra cosa que

“focos rojos” avisos de alerta de que estamos haciendo las cosas mal, descomponiendo nuestro cuerpo

afectando con tales padecimientos el sano equilibrio y funcionamiento del núcleo primario social, al punto

de tener familias disfuncionales perfectamente cubiertas en su necesidades básicas de alimento, vestido y

techo, incluso con lujos adicionales como pantallas, equipos de videojuegos, teléfonos inteligentes,

computadoras, buena ropa, gimnasios, clubes deportivos o colegios particulares, pero totalmente carentes

de cohesión, confianza, comunicación afectiva y efectiva, incapaces de convivir, de pasar tiempo en común

de calidad porque todos sus miembros tienen intereses diferentes y la creencia de que son ellos los del

derecho y la razón, intolerantes a cualquier diálogo o negociación que los aleje de su verdad o egoísta

comodidad, no comparten metas ni valores.

De nada sirve que procures el mejor colegio o universidad para tus hijos, la educación sin valores ni

solidez emocional no es más que otro producto de consumo que solo te garantizará un patán o una egoísta

muy ilustrada que probablemente sepa decir las mismas majaderías en diferentes idiomas pero incapaz de

entender el de la vida y nuestro creador; esa finalidad última de ser humanos, amar y vivir de acorde a

nuestra conciencia que siempre ha de estar comprometida con el prójimo o bienestar común no germina

en la mejor escuela que tu dinero pueda pagar si no en los mejores ejemplos que con tus acciones y

voluntad a tus hijos puedas dar ya que entre los individuos como entre sus pueblos no es realmente la

educación o el conocimiento lo que ha de hacerlos libres si no la solidaridad e identidad como tales ya

que un ser humano ambicioso sin bondad es como una súper potencia nuclear sin conciencia de respeto a

sus pueblos hermanos, son entes egoístas que olvidaron la naturaleza misma de la ambición que es regalo

divino cuando se acompaña de buena voluntad, esfuerzo, templanza y valores.

Ciertamente el ser humano es ambicioso por naturaleza, pero también era un apasionado explorador

dispuesto a ofrendar su vida por un ideal, por sus sueños, por sus descubrimientos, no como ahora

acontece que ofrendamos la vida de nuestros semejantes por una vanidad o interés, aprendimos a ser

verdugos, predadores y carroñeros que prefieren sacrificar a sus semejantes antes que ofrendarse ellos

mismos, con ello garantizamos la sobrevivencia no de los más aptos sino de los más corruptos, no de los

mejores sino de los más perversos y degenerados, con ello estamos condenando la sobrevivencia misma

del género humano; en otras palabras, sabíamos apostar fuerte por nuestros sueños y anhelos ¡pero

apostábamos lo nuestro! Ahora apostamos con lo ajeno o “de a mentiritas” en este carnaval donde el

premio es ya cualquier deseo vano.

En tal modernidad las ambiciones son vorazmente desmedidas y nuestras capacidades humanas están

raquíticamente famélicas, dan pena y vergüenza; hemos perdido los medios lícitos y decentes para

satisfacer con el sudor de nuestra frente, con nuestro esfuerzo tales sueños y pasiones que también hemos

degenerado en avaricia, ahora esperamos que otro sude para explotar o robar su esfuerzo, los

emprendedores, los descubridores, los conquistadores están casi extintos en una sociedad de producción

in vitro que desvirtuó a hombres y mujeres exploradoras, dignos de ser llamados humanos comparados

por su valor, dignidad y fuerza de voluntad con águilas y leones en hienas cobardes y traicioneras, en

astutos buitres sociales.

Lo mismo pasa con la vida en pareja, en la que nos limitamos a ser proveedores en constante discusión de

qué función es la más importante sí la oficina o los quehaceres del hogar, siempre cansados, siempre

estresados, siempre con reproches mutuos, olvidando el motivo que originó el nacimiento de esa célula

familiar: ¡El Amor! Por lo anterior son núcleos disfuncionales, incapaces de conciliar, de complementar,

de solventar problemáticas o afrontar dificultades que necesiten algo más que dinero para solucionarlas;

se requiere de buena disposición, voluntad de conciliar y tratar nuestras emociones negativas en pareja,

de dialogar, entender que somos como nubes cargadas de emociones y del choque de ambas se producen

las tormentas; se dice fácil pero en tiempos donde todo se “textea” hablar, comunicarse de forma

afectiva y efectiva es un arte en peligro de extinción, pues mediante los equipos inteligentes de

comunicación -de los cuales no apartamos la vista y no soltamos ni en el baño- acercamos a gente que

está lejos -que tal vez no conocemos y a quienes lo más probable ni importemos- mientras alejamos a los

que tenemos cerca, los que nos necesitan, quienes nos aman, debilitando así nuestra manada; entendamos

que el internet es una red y como tal su finalidad no es conectar ni ayudar sino atrapar al cardumen,

aislar e inmovilizar al ser haciéndolo sujeto; no se puede escapar de una red más que rompiéndola, es por

ello que se requiere de un despertar de conciencias y voluntades que rescate nuestra humanidad y

defienda nuestros valores de los voraces intereses del consumismo global.

Ya que nos convertimos en egoístas exigentes y metiches gracias a las redes sociales, todo nos importa de

todo opinamos o criticamos pero poco hacemos al respecto, estamos en todo menos en lo que nos

corresponde, juzgando vidas ajenas y desatendiendo la propia ¡Ocupémonos de nuestros asuntos y

dejemos en paz a los demás! Porque demandamos que todo debe ser correcto y en apego al respeto de los

derechos y dignidad no solo de las personas, sino de los animales y plantas, pero somos incapaces de

cumplir con nuestras obligaciones familiares o sociales, de respetar a nuestros semejantes o al medio

ambiente, convirtiéndonos en una sociedad de “protectorado ficticio” de grandes declaraciones y pocas

acciones, en la cual a diario se promulgan leyes para la igualdad de la mujer o la protección de los niños

mientras se disparan de forma alarmante las cifras de violencia familiar y maltrato infantil; igual pasa

con la flora y fauna, publicamos “fotos de conciencia” en nuestro muro del Facebook como grandes

defensores de tales causas, pero poco nos importan las grandes fábricas y demás fuentes de

contaminación porque sabemos que son quienes nos brindan las comodidades de las cuales gozamos;

reprobamos todo tipo de abuso e injusticia, pero de ahí no pasa, somos cómplices por omisión esperando

no ser nosotros a los que sancionen por tirar basura, por no cuidar adecuadamente a una mascota, por no

respetar o agredir a nuestra pareja, exigiendo incluso que en donde se enseña -la escuela- “eduquen” a

nuestros hijos, cuando es en la familia donde el primer salón de clase tiene lugar y son nuestros ejemplos

como padres las mejores lecciones para ellos.

En general, queremos una buena vida, un buen trabajo, un buen cuerpo, una buena apariencia, una buena

pareja; ¡Queremos tantas cosas! Por las cuales ni nos esforzamos ni trabajamos, es el verdadero

problema, que hemos hecho de nuestros deseos necesidades y de nuestra pereza emocional una forma de

vida, ya que despreciamos y rehuimos a toda responsabilidad, nos aterra el compromiso para con

cualquier persona, trabajo o proyecto, sin comprender que la fuente de la cual emana todo derecho es el

cumplimiento de las obligaciones, de ese compromiso de acción, del sano esfuerzo por las metas

adecuadas, la congruencia entre el decir y hacer; nos empeñamos con todo nuestra energía en ir detrás de

espejismos que satisfagan nuestra inseguridad, nuestra necesidad de aceptación, de logro, de triunfo, en

ésta era de “fotos pal face” y vida cibernética no queremos nada aburrido o que requiera esfuerzo, lo

queremos todo fácil y bonito, así los aparatos son los inteligentes, todos los sistemas para adelgazar son

tan ridículos como inútiles, todo lo que anuncian en televisión es revolucionario, novedoso y maravilloso

¡La solución a todos tus problemas existenciales! vivimos en la cultura de la negación y el engaño, es lo

que le conviene al consumismo que creamos en mentiras para que las compremos, sin decirnos que nada

funciona si no te comprometes, si no te esfuerzas; al quitarnos el derecho a tal esfuerzo e impedir una

cultura de compromiso y solidaridad social, nos quitan libertad de elección y derechos también, pues

creemos que pensamos, decidimos y vivimos pero estamos de hecho siendo pensados ya, obedeciendo

subliminalmente en vez de tener libre albedrio, viviendo en granjas o colonias virtuales de consumo, en

una esclavitud virtual casi perfecta de acorde a los intereses de tal sistema globalizado de poder.

¿Cómo puede un psicólogo o cualquier terapia ayudarnos con nuestros trastornos o afectaciones

emocionales si nos encontramos inmersos en tal chiquero que las fomenta infectando la más mínima

herida? Debemos ser capaces de equilibrar y sanear nuestro entorno, de recalibrar nuestra visión y

valores de vida, si bien sería difícil volvernos ermitaños sin requerir nada de la modernidad, no se trata

de extremos sino de balance, de equilibrio; entonces ¿Cómo y por dónde empezamos? ¡Ya lo sabemos!

Debemos empezar por nosotros mismos y con nuestra familia, moderando nuestros deseos, actividades y

consumo, dejar de pasar horas en manía o compulsión checando constantemente nuestro Facebook -por

ejemplo- husmeando en lo que no nos importa y tomándonos cientos de fotos exactamente en la misma

pose para ver en cual salimos mejor -o sea como en verdad no nos vemos- retacando nuestro muro de mil

cosas que al final nadie ve; procurar que nuestra relación más duradera y satisfactoria no sea con el

televisor, la computadora o la nevera.

Dedicarle más tiempo a nuestro ser, invertir esfuerzo en nuestro arreglo y aseo personal, nuestra salud, en

activarnos con una rutina breve de ejercicio y alimentación balanceada; lo mismo con nuestros seres

queridos, implementar al menos una hora diaria de convivencia familiar sin celulares, sin tabletas, sin

video juegos ¡Solo familia no aparatos! Basta con salir a pasear una mascota, lavar el automóvil o

arreglar el patio entre todos mientras se conversa e interactúa restaurando la sana vinculación familiar;

Con la pareja también, darse un tiempo para dejar de ver pantallas y mirarse a los ojos, para motivarse

mutuamente, arreglarnos, vernos mejor para Él o Ella, interesarnos en sus inquietudes, escuchar su sentir

sin criticar, pues a veces quedarse callados y atentos con cariño en la mirada y la calidez de una mano en

la espalda es la mejor respuesta que podemos dar, porque el amor al igual que el deseo en pareja deben

nutrirse como un árbol, de lo contrario por más robusto que éste haya crecido, sin importar los bellos

frutos que haya dado, terminará por secarse y morir.

Lo anterior nos permitiría activarnos física, mental y emocionalmente en todos los ámbitos, lo

preocupante es que eso también ya lo sabemos, pero simplemente como los adictos al consumo

tecnológico que somos poco nos importa, ya perdimos la voluntad de hacerlo, preferimos que nuestros

hijos estén “calmados” frente a la computadora o videojuego, que nuestra pareja este “chateando” con

su familia y amigos, porque ya somos incapaces de esforzarnos en tal restauración emocional, los niños

son “insoportables” y la pareja “siempre empieza con lo mismo” los hombres salimos con el cuento de

que “ya no me siento atraído” y las mujeres con que “ya no me comprende” cuando esa mujer te dio

hermosos hijos o ese hombre inició feliz a tu lado ese hogar, por lo que sostenerlo emocionalmente y

trabajar por mantener sana la relación es trabajo mutuo, no hay lugar para mierdas machistas o

feministas, orgullos mal entendidos o dignidades exacerbadas, se trata de humildad y servicio mutuo en

dicha tarea; lo triste es que actualmente solo nos interesa ser servidos, vivir de apariencias, cuidándonos

más del “qué dirán” que de preocuparnos por lo que dice, necesita o siente nuestra pareja, hijos y familia

¡son ellos los que importan! Por lo que antes de hacer algo pregúntate si en verdad es lo mejor para ellos

o solo lo que tú deseas, lo mejor para ti, aprende a consensar con tu pareja que la democracia inicia en

casa y acordar algo que afecte a todos sus miembros no es debilidad ni “ser mandilón” como tampoco

obedecer dichos acuerdos es motivo de vergüenza, sino por el contrario, muestra de unión, de

compromiso, de verdadera disciplina familiar por metas comunes y bienestar grupal; Alejándonos de la

inercia actual en la cual decimos: “Qué más da, total ¡Que viva la libertad! y que cada quien haga lo que

se le antoje” pero resulta que en ese modelo nuestros hijos no aprenderán valores ni seguirá

manteniéndose firme el compromiso de pareja y todos en la familia serán débiles emocionales incapaces

de cargar con la más mínima responsabilidad o comprometerse con cualquier tarea que requiera un poco

de esfuerzo, siendo presa fácil tanto el hombre como la mujer de tentaciones externas que mitiguen su

frustración y los hijos al crecer ¿Qué tipo de caminos, relaciones o resultados crees que sean los que

busquen en la vida? Pues los más cómodos y fáciles, aquellos que les alienten su mal entendida rebeldía o

resentimientos hacia los padres; determinaciones o caminos que son precisamente en los cuales el

fracaso, la frustración, el vicio y la mediocridad autodestructiva esperan a los perezosos emocionales, a

los débiles de carácter, a los faltos de fuerza de voluntad para tratar sus frustraciones, resentimientos y

demás afecciones emocionales.

Es por ello que insistimos en una renovada cultura del esfuerzo, de pensamiento libre de infecciones

emocionales y voluntad no engordada por consumir sino ejercitada por producir, crear, trabajar con gozo

para volver a sentir satisfacción por nuestro quehacer; aun cuando aparenten ser cosas triviales, los

pequeños esfuerzos o atención al detalle en una rutina diaria terminan por definir el curso completo de

nuestra vida, en los pequeños detalles se esconde el impulso que nos llevará por el camino correcto o el

equivocado, son los pequeños esfuerzos que como gotera llenan el cántaro e inclinan la balanza, en una

inercia emocional que nos dará como resultado buenos hábitos sostenidos o vicios emotivos que nos

proyectarán contra el suelo, que es la dura realidad de las afecciones que hoy día padecemos, pues nadie

despertó un día siendo depresivo, neurótico o ansioso, fueron los pequeños detalles en los que puso o no

atención, esmero por realizar que dieron como resultado su configuración presente.

De esos pequeños detalles hay mil ejemplos, que son buenos hábitos como la cortesía, la empatía, la

amabilidad que traducidos en sencillas acciones como el ceder el paso a otro vehículo o no tocar “el

claxon” como poseídos pueden no solo darnos otra visión más serena de las cosas sino evitar que dicha

inercia emocional nos lleve a un escenario poco deseado como una riña o daños materiales por un

siniestro o percance que pudo haberse evitado con tan solo tener la amabilidad o cortesía de ceder el

paso, pues como decía mi querida bisabuela Meca: “En alguien debe caber la prudencia” tan sencillo

como eso, si ves algún poseído infectado por algún tipo de cólera emocional, no lo confrontes déjalo

seguir, su finalidad es la de escupirte o salpicarte con su infección, será tu determinación si lo permites o

simplemente lo dejas pasar y te alejas para evitar contagio, que enfrentarse a una bestia rabiosa sin

necesidad ni legitima o necesaria defensa lejos de valentía es una estúpida necedad.

Igual, aunque no sea necesario en apariencia camina en vez de usar un vehículo para diligencias

cercanas, sube las escaleras en vez de utilizar el elevador, toma papel y lápiz para realizar tus cuentas u

operaciones matemáticas dejando de lado la calculadora del celular, lleva una agenda o un diario donde

escribas todos los días al menos unos reglones, prepárate tu propia limonada exprimiendo los limones,

endulzando el agua, no solo abras un sobre con polvo artificial y lo mezcles, trata de alejarte un poco de

todo lo que sea “exprés o instantáneo” disfruta del esfuerzo por hacer tus propias cosas; esos pequeños

detalles fortalecen no solo el cuerpo sino también la voluntad permitiéndonos valorar y disfrutar la vida

con una renovada actitud.

Las nuevas generaciones desconocen ya por ejemplo, lo que para nosotros era escribir una carta, meterla

en un sobre pegarle estampillas, enviarla por correo y esperar un mes la respuesta, eso nos hacía ser

cuidadosos, selectivos en el contenido sin contar con la emoción y emotividad de la comunicación, ya que

el significado e importancia de una carta de amor por ejemplo era tan hermoso, tan pleno que en estos

tiempos de entregas exprés y comunicación instantánea es prácticamente imposible de entender; ahora se

pueden decir mil cosas en un segundo publicándolas en redes sociales, por ello tal vez al agotarse lo que

tenemos que decir y sentir la necesidad de seguir “comunicándonos y estar actualizados” empezamos a

hablar puras tonterías sin el más mínimo sentido, importancia o trascendencia y como sabemos que todo

eso no tiene importancia, es banalidad, pero queremos seguir en ese círculo vicioso ¡pues se la

inventamos! Deformando así nuestras prioridades, parámetros y escala de valores, para luego quejarnos

de que la vida es pura apariencia, las personas pura hipocresía, pero resulta que la vida es como la

vivimos y que somos parte de esas personas.

Nos hacen creer que el esfuerzo es una pesada carga una amarga obligación, el resultado: hombres y

mujeres obesos emocionalmente, perezosos en todos los sentidos, con la actitud de un mendigo que exige

su limosna, que maldice a quien no le regala una moneda para comprar su botella de alcohol de caña; ésa

es la mentalidad que nos genera materia fecal emocional, que nos hace creer que todo nos merecemos

“solo por nuestra linda cara” por lo mucho que lo deseamos o sufrimos por no tenerlo y que sí no lo

obtenemos es culpa de los demás, de la vida, del destino o de Dios; justificando nuestros miedos y

resentimientos, creyendo que tenemos todo el derecho de reclamar, de pelear, de agredir por nuestra

frustración de tales deseos no satisfechos o exigencias no cumplidas, cuando a quien hacemos daño es a

nosotros mismos ya que tal “mierda emocional” infecta en primera instancia a quien la genera para luego

contaminar su entorno familiar y social; por ello, quienes pueden se alejan de una persona nociva,

pesimista, abusiva o negativa porque quien vive de limosna emocional, de chantaje, de mentiras, de

engaño, tarde que temprano se verá solo con sus monstruos y éstos al no tener ya una pareja, hijos,

familia o amigos de quien alimentarse a quienes lastimar y sangrar se irán encima de su creador.

Es por ello de vital importancia entender que solo en el esfuerzo habrán de cosecharse resultados

positivos verdaderos, porque incluso lo que se obtiene gratis o por medios indebidos al disfrutarse sin

derecho ha de generar una expectativa que no podremos seguir cumpliendo en lo subsecuente, es por ello

que la primera dosis de todo lo nocivo es gratis; si seguimos por la vida esperando “golpes de suerte” a

que el destino se compadezca de todo lo que sufrimos al no tener lo que deseamos, seremos tristes

hombres y mujeres resentidos, frustrados, infectados de un tipo de cólera emocional por estar batidos

hasta las orejas de esa materia fecal que son los deseos en descomposición, porque así como hay gozo en

el esfuerzo, también hay una satisfacción insana en la autodestrucción a la que conlleva la pereza

emocional, así hay hombres y mujeres que ya no saben de existir si no es mediante el sufrimiento

emocional, para ellos trasmitirlo es una necesidad vital como respirar, sienten que se mueren si no hacen

su mejor esfuerzo por contagiar a los demás, endosan su miseria a quienes pueden que por desgracia son

aquellos que los aman, pareja o hijos por lo regular, reflejándose lo anterior en un incremento de la

violencia intrafamiliar, mujeres maltratadas en una era de supuesta igualdad, niños abusados y

explotados en modernos Estados de derecho, es por ello que consideramos ésta cólera emocional como la

pandemia del siglo junto con las Enfermedades de Transmisión Virtual.

En nuestras sociedades modernas vemos a la enfermedad como una necesidad, el consumo propicia

competencia en un modelo que privilegia las estrategias y mentalidad de guerra, que genera

contaminación y explotación ecológica, desigualdad e injusticia social, así como un desequilibrio físico y

emocional personal y familiar; necesitamos romper el paradigma del dinero, del consumo para

evolucionar a un nuevo modelo interno de producción no industrial, sino cultural y social, una nueva

mentalidad de esfuerzo y compromiso, de congruencia, de ahorro y austeridad, de gozo y felicidad,

olvidándonos del triunfo o éxito, del pensamiento de que todo nos merecemos ocupándonos de lo que

debemos, pues nos creemos tan especiales, tan únicos, cuando en realidad somos ya todos iguales de

egoístas y perezosos, si alguna vez el ser humano fue único eso se ha perdido, porque nos hemos

obsesionado en tener olvidando ser, en consumir olvidando producir, hemos olvidado nuestra principal

cualidad de ser hechos a imagen y semejanza ¡La de ser creadores! curiosos, innovadores, exploradores y

eternos soñadores, ahora no solo nos conformamos si no que nos aferramos a nuestras miserables zonas

de confort en nuestro pequeño espacio asignado en ésta colmena virtual en la cual estamos conectados

viviendo no de sueños, sino de espejismos o ilusiones programados por alguien más ¡Porque un verdadero

sueño es aquel que te lo quita! que te abre los ojos y no te permite cerrarlos, que activa en el corazón la

voluntad para materializarlo, que te pone en pie e impulsa al avance, a diferencia de ésta sociedad

estática y sintética en la cual todo te invita a quedarte dentro de tu corral y más que defenderlo, pagarlo

con la vida, mientras el sistema te enchufa, te conecta para recibir la infusión virtual de satisfacción

artificial como si de una máquina de granja automática proveedora de alimento se tratase.

Nuestra propuesta El Método Alternativo de Tratamiento Residual de Emociones -La Mierdoterapia- se

fundamenta en dicho control natal de los deseos como primera instancia, para luego trabajar en la sana

conformación de los que restan, tratándolos más que reprimiéndolos o pensar en superarlos porque todo

es un deseo así sea olvidar un hecho traumático, superar una fobia o perdonar una ofensa; hombres y

mujeres tenemos por naturaleza el impulso de mejorar, de avanzar, de ser mejores y esto no ha de

lograrse hablando para tratar de superar un sentimiento o acontecimiento porque siempre estará ahí, es

pasado y no puede borrarse, debemos aceptar que no se debe cambiar la naturaleza de las cosas o

acontecimientos al igual que tomar la responsabilidad por nuestras determinaciones que pudieron

generarlos sin permitir que nos predispongan en el presente, porque tales hechos o cosas pasadas nos

estarían quitando entonces la capacidad de adaptarnos y conformarnos al “aquí y ahora” en donde

encontraremos siempre nuevas oportunidades para tejer nuestro futuro.

Es por ello que no debemos permitirle dicha existencia a nuestro pasado si está infectado o al menos

necesitamos contar con la capacidad de tratamiento para una adecuada desinfección emocional; no

importa si seguirá estando ahí de por vida mientras sea ya inofensivo para nuestro ser, entendiendo que

nuestros pensamientos y acciones son los que nos definen y no las experiencias o preferencias, ya que

tampoco es en lo sexual ni en la infancia que conforma a los seres humanos si no sus determinaciones, su

voluntad de superación, porque somos capaces de regenerar lo dañado en el corazón, de buscar siempre

la bondad, así como un ave con un ala rota siempre intentará hasta el último aliento volar, los humanos

tenemos la hermosa capacidad de no importando nuestro pasado, formación o malas experiencias de ser

bondadosos, de buscar la felicidad porque instintivamente siempre hemos de buscar volar y retornar a

donde fuimos creados; por lo que esa afirmación de que: “Infancia es destino” está equivocada, para

nosotros un niño violado puede convertirse en el policía más eficaz o juez más imparcial, una niña

abusada o explotada en una excelente doctora o trabajadora social y un joven con problemas de

integración familiar o expuesto a malos ejemplos en un excelente maestro, no creemos en eso de que:

“hice esto o aquello porque a mí me lo hicieron de niño o así lo aprendí de mis padres” ya que somos

creadores capaces de aprender lo bueno de los malos ejemplos o experiencias, podemos crear el futuro

que deseemos, el destino es nuestro sin importar el pasado, solo necesitamos el valor y fuerza de voluntad

para tomarlo en nuestras manos.

Un ave no vuela porque tiene alas sino porque ejercita su derecho natural de hacerlo, con esfuerzo y

sacrificio ante las inclemencias del tiempo, si no lo hiciere y determinara quedarse cómoda en un buen

árbol sin migrar terminarían todas las especies en un cautiverio interior o como los pingüinos incapaces

de volar aun teniéndolas; eso es lo que la modernidad nos arrebata o más bien astutamente hace que

nosotros mismos despreciemos ¡Nuestras alas! Por ello nos doméstica engordando nuestras vanidades y

deseos, para que en pocas generaciones más seamos seres ya no humanos, sino como pingüinos incapaces

de volar, entes carentes de voluntad; tenemos que defender y ejercer nuestro derecho a esforzarnos, a ser

mejores mediante el trabajo y compromiso con nuestros sueños o metas verdaderas, a que nos de más

asco esa mierda emocional que nuestro sudor ¡Eso es ser delicados y orgullosos! El no aceptar limosnas

ni recoger migajas, tener el valor de luchar por nuestra vocación y pasión por la vida despreciando la

idea del “éxito” que nos convierte en malvados egoístas al aceptar “el contrato de los triunfadores” que

básicamente se resume a que no todos pueden serlo y no es más que la manera elegante de decir que debes

pasar por encima de tus semejantes para conseguirlo aprovechándote del esfuerzo ajeno, burlándote de

los sentimientos, manipulando y utilizando a las personas, convirtiéndonos así en una especie de buitres o

hienas que prefieren robar la presa o comer carroña que esforzarse por lo suyo despreciando el esfuerzo,

la solidaridad, la empatía, la bondad, la nobleza; en una palabra desechando nuestra humanidad.

Claro que las experiencias traumáticas afectan nuestra conformación negarlas o reprimirlas es un error

como lo es también continuar dándoles vida en el recuerdo o en la recreación continua de ese pasado

permitiéndoles seguir ensuciándonos sin darnos la oportunidad de intentar, de esforzar, de volar y

liberarnos; los resultados no importan ni dependen solamente de nosotros, a final de cuentas la ley de

causa y efecto no es tan precisa tal y como se conoce pues ambas tienen como si de planetas se tratase

diversos tipos de movimientos, algunos evidentes, naturalmente simbióticos, otros independientes o al

azar que no se limitan solamente a la traslación y rotación sino también de precesión, nutación e incluso

bamboleos y variaciones orbitales ¿Qué te quiero decir con todo este rollo del movimiento de los

planetas? Que no todo efecto está condicionado a una causa, al menos no como lo calculamos, es decir no

siempre los resultados serán los esperados aun cuando se haya hecho todo correctamente, por ello nos

frustramos cuando pensamos en los fracasos porque seguimos las instrucciones o hicimos lo posible y

simplemente las cosas no resultaron, las personas nos fallaron, traicionaron o lastimaron.

Lo anterior pasa por una sencilla razón: Hacemos las cosas por interés no por dedicación, pasión o amor,

trabajamos para tener no para ser; cuando las metas personales o laborales no se alcanzan y si se

alcanzan no reditúan las satisfacciones, las recompensas esperadas es porque no entendemos que los

resultados son interpretativos y no vinculativos a futuros esfuerzos; razón por la que también nos alejamos

del tan famoso “conductismo” pues en uso de las facultades que le fueron conferidas al ser humano éste

es capaz de romper el paradigma de estímulo-respuesta, eso funciona con ratones de laboratorio no con

quienes fueron creados a imagen y semejanza del Creador, capaces de invertir tal paradigma conductista

de responder sin estímulo y estimularnos aun sin respuesta o refuerzo positivo; comprender y aplicar lo

anterior es pieza clave para un sano tratamiento de residuos emocionales como la frustración, enojo o

intolerancia al fracaso, pues la felicidad no consiste en erradicar el sufrimiento o la tristeza si no en

saberlos tratar y conformar positivamente como abono para los fines y metas que den razón a nuestra

existencia.

Por ello se propone el Conductivismo como piedra angular de nuestro método descartando el

psicoanálisis y el conductismo pues nada tiene que ver con la conducta racional si no con la capacidad

humana de conducir la energía vital, de entender que hombres y mujeres están más allá de la razón, he

ahí la falla de la psicología moderna al tratar de “transcribir” de conceptualizar, racionalizar o

encasillar las emociones para trabajarlas “en el terreno de la ciencia” cuando los deseos no aceptan

traducción, deben ser tratados en el plano donde habitan, si algo quieres encontrar o entender debes

buscarlo y observarlo en su hábitat natural y una vez que lo ubiques no convivas con ello que es

reconocerle el derecho de seguir existiendo, aplica el “desparasitante emocional” hablar demás de tus

problemas, de tus miedos es como hablar con tu violador o agresor, terminarás por convivir con él

justificándolo en una relación enferma; a lo nocivo no se le consecuenta se le trata para erradicarlo.

Es decir, la comunicación es buena herramienta pero no debe abusarse de ella ni mucho menos utilizarla

para retrasar lo que debes hacer, hablar de los problemas está bien en principio pero si ya los ubicaste

debes pasar a la acción y no quedarte en la comodidad de las palabras, si has de seguir hablando hazlo de

tus alegrías, de tus avances, de tus logros respecto a eso negativo que originó el tratamiento emocional; si

algo te dañó o afectó es bueno reconocerlo pero de inmediato debes trabajar en ello para tratarlo y

digerirlo sin que te siga enfermando, que la acción y movimiento de voluntad es como agua y caminar

para bajar el residuo que te produce tal “colitis emocional” es nuestra principal crítica al psicoanálisis

que mantiene enfermo al sujeto -ni lo mata ni lo cura- lo domestica en una zona de confort en las

“terapias” al punto de que mucha gente espera sus citas para adueñarse del sofá y comenzar a hablar

nuevamente de cómo se sintió al respecto de tal o cual situación o conflicto, solo quieren ser escuchados

en su novela dramática recreando en franco sadomasoquismo aquello que les afectó y peor aún,

agregando nuevos capítulos con tragedia recargada en los cuales el psicólogo o terapeuta es un simple

espectador del cual en realidad no les importa su labor u opinión, en vez de dar cuenta de qué hicieron o

están haciendo al respecto.

Así como solo es estúpido el que hace estupideces, no importan limitaciones o características si no tu

actitud, pensamiento y acción, ya que nadie es de riesgo por sí mismo o por su pasado, hay violadores

con sotana como salvadores con antecedentes penales, lo que decidas pensar y actuar en el presente

definirá tu futuro, son tus acciones no tu historial o errores pasados que importan, inclusive si tuviéramos

una enfermedad contagiosa es en nuestra intención presente que se encuentra el peligro de futuro

contagio no en la enfermedad, como cuando preguntamos sí una serpiente es venenosa, pues ¡Solo si te

muerde! Así nosotros, aun cuando tuviéramos veneno emocional y todos en la vida nos hayan lastimado o

dañado es nuestra decisión si nos dedicamos a morder e infectar a nuestros semejantes o tratamos ese

veneno para obtener el suero, el antídoto que nos haga inmunes cumpliendo así con nuestra naturaleza

creadora, utilizando la mierda emocional como abono para buenas acciones en el presente que habrán de

conformar nuestro futuro, por lo que a mayor cantidad de estiércol son más tus posibilidades de dar

excelentes frutos.

Para nuestro método no importa la afectación ni nos concentramos en “darle pelea” mejor nos enfocamos

en fortalecer, esforzar y avanzar, luego ésta será ya pequeña o estará muy distante para poder afectar; no

trabajamos en el por qué eres neurótico, depresivo o ansioso, ni en cómo te sientes al respecto, sino en

qué hacer para que no te sigas batiendo y salpicando a los demás de esa materia fecal emocional, para

nosotros toda situación traumática o conflictiva es un chiquero, lo primero es que te pongas en pie y

avances, de lo contrario estarás viviendo cada día en él, recreándolo permitiendo que controle todas tus

acciones, como la mujer que no supera un marido infiel o abusivo y por temor no vuelve a confiar, en

cierta forma sigue siendo de ese hombre, prisionera de su miedo y resentimiento porque no ha sido capaz

de avanzar y liberarse; nuestro método no permite que el temor o la pereza sean limitantes por el

contrario los aprecia como fertilizantes para hacer nacer de ellos esperanza, fortaleza y voluntad; siempre

hay opciones para el método alternativo lo que pasa es que algunas son muy costosas en cuanto a pago

emocional y fuerza de voluntad se refiere.

Son los deseos no satisfechos, deformados, engordados e infectados los generadores de ese residuo fecal

emocional que contamina nuestro pensar y actuar cotidiano; son pues los deseos a los que debemos

gobernar no las emociones -porque éstas son su prole- teniendo un “control natal” sobre ellos -como si de

planificación familiar habláramos- aprenderemos a engendrar emociones sanas y positivas de nuestros

deseos, para ello debemos aprender a usar un “preservativo emocional” ante situaciones potencialmente

generadoras de estos, ya que empezamos “soñando” con un automóvil o cualquier otro objeto de lujo y

decimos “mataría por él” pero como ya sabemos el sub consiente obedece no sabe de bromas, terminando

al menos prostituyendo nuestros valores o algo más, si no es que literalmente robando o matando por

conseguir lo que deseamos.

Es por ello que no debemos “soñar despiertos” pues equivale a una “masturbación mental” que puede

constituir una seria obsesión, compulsión o trastorno de personalidad que nos aleje de la realidad al dar

vida en la imaginación a tales deseos y al menos en ella disfrutarlos para luego encadenarlos en la

oscuridad de la vergüenza, con las buenas costumbres por celadoras es garantía segura de que estamos

creando monstruos deformes que luego crecerán cual perros rabiosos que eventualmente seremos

incapaces de controlar terminando devorados por nuestras propias creaciones insanas; el problema es

que nuestra sociedad moderna es una prostituta que procrea más deseos vanos diarios que logros

verdaderos o satisfacciones emocionales y ahí el punto medular de nuestra propuesta: Entender que

tenemos sobrepoblación de deseos y escases de verdaderos esfuerzos, que debemos controlar los primeros

como si fueran una plaga y alentar la reproducción de los segundos como si de una especie en peligro de

extinción se tratase, tomar conciencia del divorcio necesario de tal sistema corrupto e infectado que nos

tiene siempre frustrados, insatisfechos y reprimidos, optando por la austeridad emocional alejándonos del

querer para trabajar en el ser.

Para la Emotividad Inteligente incluso lo sexual -que es una de las principales motivaciones del

pensamiento y actuar en el ser humano- pasa a segundo término, se engloba dentro de algo más basto: El

anhelo, que para el conductivismo es el impulso divino manifiesto en cada latido del corazón que le

recuerda al ser humano su tarea presente de esforzarse para consolidar su voluntad y humanidad, que son

sus alas para remontar vuelo y retornar de ésta migración que es la vida a su divina morada, que es tal

vida en sociedad que ha distorsionado “el radar o GPS” en hombres y mujeres, haciéndoles perder el

rumbo y encallar; así como nos da tristeza ver aves morir congeladas por perder el rumbo o ballenas

muertas en costas, esa misma pena y preocupación deberíamos sentir por nosotros mismos, porque

sufrimos de una desorientación y perdida de ruta similar degenerando ese anhelo puro, esa llama e

impulso que el pecho se anida y nos guía a lo que conocemos como deseos, que de ninguna manera

habitan en el corazón, son una creación de la razón para contener el pánico y desesperación que

sentiríamos de ser conscientes de tal realidad; es por ello que la moderna globalización nos mantiene con

los ojos tapados, con la mirada en sus pantallas y la voluntad drogada con sus alicientes, comodidades y

distractores, pues de lo contrario nos azotaríamos contra las ventanas como aves atrapadas, hasta

liberarnos o morir en el intento.

Aquí no importa tanto sí no te amamantaron o quien te violó de chiquito, ya que de acorde al

Conductivismo el ser humano es capaz de adaptarse, de sobreponerse a toda circunstancia y crear la

apropiada, de usar la adversidad a favor, de invertir la famosa pirámide de Maslow para generar un

resultado positivo de experiencias negativas ¡Somos Creadores pues! y los creadores conforman lo que

necesitan, la calidad de la materia prima importa pero más importa el amor, dedicación y pasión que el

artesano imprima en su trabajo, en el esmero por los detalles, en el amor por lo que se hace; La

Emotividad Inteligente a través de nuestro Método de Tratamiento Residual de Emociones te invita a

convertirte en el artesano de tu propio destino, para quien tal materia fecal emocional es incluso benéfica

pues como el estiércol es abono necesario para crear, conformar y hacer nacer robustos arboles de

nuestra voluntad que darán nutritivos frutos así como bellas flores; por lo que otras corrientes

psicológicas desde nuestra óptica no hacen más que encallar al sujeto en las zonas de confort a las que se

aferra pretextando un estado emocional derivado de cierto acontecimiento pasado.

Para nuestro Método Alternativo de Tratamiento Residual de Emociones no son prioritarios los porqués

sino los cómo tratarlos y conformarlos positivamente, al igual que considera materia prima necesaria

tales residuos incluso los agradece, lo que en verdad le interesa es fortalecer las capacidades de ese

artesano de ese ser humano para conformarlas en lo positivo esperado; si eres neurótico, fóbico,

compulsivo, ansioso, depresivo o cualquier otra configuración emocional ¡Pues así eres! Ni te acomplejes

ni permitas te limiten y discriminen, concentra tu pensamiento y actuar presente no en transportarte al

pasado para luchar contra las causas que originaron dicha configuración que será mediante el accionar

presente con fuerza de voluntad y humanidad en tu corazón que lograrás limpiar tal pasado y despejar tu

futuro; tampoco es causa de conflicto determinada creencia o preferencia sexual no importa lo que seas o

te guste si no como lo aceptes, manejes y utilices a favor en tu rutina habitual sin que te acompleje o dañe

a terceros, ya que ser mejor persona no implica estar libre de conflictos si no tratarlos adecuadamente en

provecho de nuestro ser y nuestros semejantes.

Consideramos un desperdicio de tiempo y complicidad morbosa pasar incontables sesiones hablando de

cómo te sentiste cuando tenías cinco años o de los sentimientos que no pudiste externar, si tienes una

fijación con tu madre o tu padre ¡Eso ya fue! Intentar “superarlo” es para nosotros el equivalente a “La

negación original” que nos enseña a comer esa mierda emocional y continuar infectados; te invitamos

mejor a que desarrolles la capacidad de tratamiento residual de emociones es decir, no te desgastes

intentando superarlo mejor fortalécete, hazte inmune a esa infección intestina emocional “desparasítate

emocionalmente” en el presente y ésta morirá o aun cuando siempre esté en ti “tus anticuerpos

emocionales” la mantendrán siempre a raya, te proponemos no concentrarte en tus sufrimientos y sus

efectos, sino en tu capacidad de adaptación, de fortalecerte, de ayunar en tus deseos para que estés en

aptitud de convertir en emociones positivas todo lo que te conflictúa, sea lo que te haya pasado ¡ya pasó!

no tuvo solución y no la tendrá jamás, en el presente es donde aprenderás a manejar esos residuos para

convertirlos en emociones positivas que te permitan un sentir y actuar sano, equilibrado en el futuro

inmediato.

Aprender a vivir en el aquí y ahora es el gran reto que la modernidad nos impone, ser capaces de manejar

emociones como la ansiedad, depresión, neurosis, entre otras, pero sobre todo implementar ese control

natal de deseos hambrientos de satisfacción, no construir mundos imaginarios donde somos príncipes o

reinas, no fantasear con un objeto y mucho menos con una persona, si una chica te gusta por ejemplo

¡Pues háblale! Como dicen el “No” ya lo tienes y en una de esas aplicándote, con esfuerzo y dedicación te

dice que sí, pero sé respetuoso con su decisión y no te aferres en caso no salgas favorecido, sigue tu

camino evitando a toda costa fantasear con su cuerpo, con una intimidad que te lleve a la obsesión que se

materialice en un acto impropio como el convertirte en un acosador o de plano en un delito como el de ser

un violador, para que luego pretextes que ella te provocó o que estabas alcoholizado, drogado y no sabías

lo que hacías cuando muy intencionalmente alimentaste tal deseo malsano por no ser capaz de vivir en la

realidad y avanzar en tu vida sin aferrarte a un resultado aun a costa de afectar a tu prójimo.

Saber cuáles deseos fomentar y cuales evitar o de plano aplicarles “desparasitante o herbicida

emocional” es nuestro reto, ya que ¡hay tanto por invertir! aprender a decir que “SI” a lo positivo, que

“NO” a lo negativo, a saber cuándo hablar y cuando callar, cuando actuar y cuando dejar pasar es la

clave, pues hoy día hacemos todo eso como dirían en mi pueblo “Al revés volteado” nada más nos dicen:

¡Ranita! y brincamos, para luego decir que nos provocaron o que fuimos engañados, cuando en realidad

ya sabemos que: “Pretextos quiere el diablo” en palabras de un amigo de adolescencia: “Sí ya saben

cómo me pongo cuando bebo ¡para que me invitan!” Lo anterior no ha de lograrse auto

compadeciéndonos o culpando a los demás por nuestros errores o sufrimientos, mucho menos hablando

del pasado, viviendo del recuerdo con la esperanza de un mejor mañana sin hacer nada al respecto en

nuestro Aquí y ahora, porque emocionalmente equivale a estar revolcándonos en nuestro lodo, se logra

poniéndose en pie y avanzando, esforzándose, forjando un mejor futuro a cada paso, a medida que te

alejes del chiquero tu propio avance te irá limpiando, porque mucho de lo que hoy día se considera

enfermedad mental o afección emocional no es más que debilidad de voluntad o una colitis emocional por

deseos en descomposición que generan emociones contaminadas las cuales a su vez infectan el

pensamiento y consecuentemente el actuar del sujeto.

Por tanto deben tratarse como lo que son, con un método de ejercitación volitiva emocional que nos

impida aceptar la invitación de los temores a ponernos cómodos en posición fetal auto confinados a un

rincón oscuro batidos de mierda, pretextando que algo nos hirió o lastimó para no seguir avanzando, para

no intentar, para conformarnos en la ilusión de una degenerada imaginación que insiste en recrear el

pasado y lamer nuestras heridas; básicamente de ello trata nuestra propuesta o invitación que equipara

las emociones infectadas o deformes nacidas de los deseos insatisfechos a materia fecal emocional que

nos impide responsabilizarnos y tomar el timón de nuestro destino dejándonos arrastrar a la deriva por

las personas o circunstancias.

Por ello el título del presente libro, no por irreverencia o para hacerse el gracioso sino en cariñoso

recuerdo de mi bisabuela Adela Espinosa Madrigal, mujer de antes siempre correcta y delicada en su

pensar y actuar hasta el último día de sus nueve décadas, se levantaba siempre a las cinco de la mañana

para bañarse con agua de la pila, siempre trabajadora, pulcra en su vestir y actuar, sin dejar nunca de ser

gente de rancho sencilla, honesta, trabajadora, solidaria y sincera; sí alguien fue mi ejemplo de que la

infancia no es destino fue Ella, hija de padres hacendados dueños de toda una región del Estado –Hasta la

fecha el pueblo se llama Ocozocoautla de Espinosa- solo conocía de mimos y lujos hasta los nueve años

cuando la revolución arrasó su mundo, viéndose en un abrir y cerrar de ojos sin ninguna propiedad

viviendo en cuevas, en el monte, padeciendo hambre, temor y frio, sin contar con las violaciones de tías y

primas, la muerte de los hombres en su familia y las humillaciones a las que fue objeto en su adolescencia,

casada por necesidad a sus catorce años y viuda antes de los veinte, se dedicó a la costura y remiendo de

ropa ajena para sobrevivir y sacar adelante a sus hijos.

A pesar de todo jamás perdió la sonrisa al igual que ese aire altivo más nunca ofensivo, siempre nos decía

que la verdadera elegancia estaba en la limpieza, el mejor atuendo eran los buenos modales y la pulcritud

en nuestra persona la mejor recomendación; decía que cuando la gente ya no tenía temor de Dios ya no

temía a nada y era capaz de todo, insistía en “Ser delicados” –Que tal vez era su frase máxima- sus

palabras jamás conocieron la mentira y sus promesas tampoco el incumplimiento, tal vez por ello no era

de mucho decir ni de promesas a la ligera, pero sin duda esa matriarca predicó con el ejemplo lo que era

la fuerza de voluntad, amor, compromiso y rectitud por la vida, nadie de nosotros hubiere sido capaz de

robar siquiera un dulce, no por temor a su varejón, sino para no ver la vergüenza y desilusión en sus

ojos.

Hasta la fecha quienes tuvimos el privilegio de conocerla cuando hacemos algo falto de carácter, nos

dejamos llevar por algún impulso a decir una mala palabra o tener un comportamiento poco decoroso,

deshonesto tal vez, sentimos su mirada en la nuca, de cómo se le hacían pequeñitos sus hermosos ojos al

estar molesta y escuchamos en el corazón sus palabras: “¡Ten un poco de delicadeza!” Ella era quien nos

decía sonriendo siempre que en gula pedíamos más de un segundo plato de comida: “Te voy a servir un

pedacito de tu caca a ¡ver si te lo acabas!” también recuerdo cuando por actitud caprichosa o berrinche

trataba primero de contentarnos con un dulce, luego con un juguete pero al ver que eso solo aumentaba la

intensidad de nuestra actitud negativa, nuestra terquedad de berrear y tirarnos hacia atrás azotándonos

contra el suelo -para que nos doliera más el berrinche al pegarnos en la cabeza- nos decía: “Tú no

quieres nada más que comer tu mierda” acompañado de dos varejonazos en las piernas con una ramita de

su árbol de guayaba a la cual le llamaba “la gobernadora” o “mirinda” en alusión a un refresco

embotellado de la época, preguntando -según contaban mis tíos abuelos- cuando alguno de ellos se ponía

insoportable con sus berrinches en público por algo que no les podía comprar o dar “si querían un poco

de mirinda” tal pregunta bastaba porque sabían era mujer que cumplía, sin importarle que hubiera

audiencia o el qué dirán, ya que en sus palabras “dos varejonazos a tiempo evitaban muchos dolores de

cabeza”.

Ella advertía una sola vez, no amenazaba de más ni decía “¡te vas a caer! o ¡No te vayas a caer!”, si te

tirabas por berrinche a varejonazos te levantaba pues recuerdo otra de sus frases: “No estoy para

consecuentar tus caprichos” pero nadie como ella para consolar y dar aliento cuando algo te lastimaba

sin haberlo propiciado, para defender ante una amenaza real, para amar a todos sus hijos, nietos y

bisnietos a quienes les dio en la medida de sus capacidades un honesto vivir y una sonrisa al recordarla

ahora que ya no está; los tíos dicen cuando alguien de los hermanos o sobrinos la menciona ¿Te acuerdas

de la abuela Meca? –En cariñosa alusión a su tez clara y pecas- “Si pues, varejonazos nos hicieron falta”

contestan todos, al igual que las mujeres de la familia a quienes les “espantaba los novios” al no tener

empacho en decirles frente al pretendiente que no sabían “ni lavar su calzón y ya querían andar de

novias” o cuando querían más de dos pares de zapatos les preguntaba que cuantos pares de pies tenían,

porque nadie debería tener más de lo necesario para vivir decorosamente, que dejaran de estar de ociosas

y se fueran a bañar con agua fría para bajar las calenturas y limpiar los malos pensamientos, que

arreglaran su ropa, que si estaban aburridas tenía muchos pendientes por hacer en la casa en los cuales

podían ayudarle “En vez de andar en la calle buscando lo que no se les ha perdido” les decía.

Hasta los diez años –cuando falleció- recuerdo que me preguntaba por las noches si quería un vaso de

leche tibia para conciliar el sueño –No abue Meca le contestaba- luego me preguntaba si quería ir al baño

o si tenía frio y quería otra cobija, Yo que solo buscaba pretexto para seguir despierto volvía a contestar:

“Tampoco abue” ¡Entonces comé tu caca y dormité ya! –Me decía sonriendo al tiempo que me acariciaba

la sien- Esa fue mi bisabuela Meca, a la cual aparte de esas frases muy suyas jamás le escuche una mala

palabra o le presencié una acción indebida, dolosa o deshonesta, ni tan siquiera irrespetuosa para con los

demás. De mi abuela Martha, su hija, siempre recuerdo su frase cuando algo nos entristecía, daba coraje

o simplemente peleábamos entre primos y caíamos por un empujón al querer todos el mismo juguete,

sintiendo el derecho legítimo -en llanto todavía- de exigir desquite o buscar revancha, Ella intervenía

diciendo: “No pongás nada en tu corazón hijito, vení te voy a abrazar” Que sabias palabras ante las

situaciones generadoras de emociones negativas como la ira o el rencor ¡No pongás nada en tu corazón!

contaba siempre la historia de dos hermanos, tíos bisabuelos suyos que por un queso se tiraron bala y

hasta el apellido se cambiaron, diciendo que cuando los hombres permiten la entrada del odio en su

corazón se apaga la flama noble del amor que todo perdona, por lo que todo puede pasar menos que

pongas en tu corazón odio, temor o rencor; de esas grandes mujeres y en honor a su memoria se toman

sus máximas para darle nombre e identidad orgullosamente Chiapaneca y Mexicana a nuestra propuesta.

Entonces una vez otorgado el crédito del título a quienes lo merecen, queda claro que “Comé tu Caca” es

el lema de campaña de nuestro método conductivista de tratamiento residual de emociones que contempla

una terapia de shock temprana la cual nos alerta cuando empezamos a constiparnos emocionalmente, que

nos permite conservar el equilibrio y no sufrir el golpe por la inercia de nuestras emociones negativas,

brindándonos una alternativa de tratamiento y descongestión; por tanto a la materia fecal no puede

llamársele de otra forma más que por su nombre franco y sincero: ¡Mierda! Tratar de perfumarla o

disimularla -literal o metafóricamente- es tolerarla y cuando algo es tolerado se convierte en parte

nuestra ya que si por vergüenza, inseguridad, debilidad o degenerada comodidad no la limpiamos o

tratamos a tiempo terminaremos “comiendo nuestra propia mierda emocional” -como esos cerdos a los

que poco les importa pelear por el desperdicio o comida descompuesta que se les arroja al suelo de su

chiquero- infectándonos de ésa cólera emocional que tiene tantos tipos o cepas como la gripe, adoptando

la forma de trastornos, síndromes, neurosis, ansiedad, depresión y todas sus variantes, contaminando a

nuestra familia, seres queridos y entorno social.

CAPÍTULO SEGUNDO: PRINCIPIOS Y EJES RECTORES DEL MÉTODO ALTERNATIVO DE

TRATAMIENTO RESIDUAL DE EMOCIONES.

Una vez que hablamos en lo general de nuestra propuesta conductivista entraremos al estudio en lo

particular de los rasgos característicos que la definen y han de servirnos como directrices de

procedimiento operativo; es decir ¡Vamos al grano! concentrándonos en el conjunto de acciones

específicas aplicables, en el “Cómo hacerlo” que encontraremos en los siguientes principios o ejes

rectores:

PRINCIPIO CONDUCTIVISTA

Esta corriente del pensamiento o escuela filosófica se basa en el Método del Corazón propuesto por el

Autor en el Libro El Acertijo de la Felicidad; que básicamente puede entenderse como un

metaconductismo que reprueba la fórmula de estímulo-respuesta por estar al servicio de los intereses del

sistema de poder mundializado condicionando las respuestas, la conducta y forma de vida de los seres

humanos mediante tan sencillo pero efectivo esquema cíclico de estímulo-respuesta-refuerzo que permite

el control masivo constantemente retroalimentado y en su momento la aniquilación o quema global del

segmento de población que ya no le sea útil, objetivo que está logrando no con ejércitos invasores o

epidemias biológicas, sino con la indiferencia social alimentada por el egoísmo de consumo; es decir,

somos nosotros los verdugos, sus ratones de laboratorio infectados en laberintos artificiales compitiendo

por un estímulo llamado éxito, somos quienes propician y fomentan la deforestación, el hambre, las

guerras y toda injusticia necesaria para el sustento de la modernidad, orden y progreso en los que tal

grupo iluminado de poder se cimienta.

El conductivismo apuesta a las cualidades y virtudes humanas, en especial a la fuerza de voluntad,

sosteniendo que es en el corazón y no en el cerebro donde radica la inteligencia pura o mente superior, así

como los demás sentidos incapaces de ser percibidos o administrados por dicho cerebro, como la

intuición; más importante aún, es en el corazón donde mora la chispa divina que nos conecta como

género: Nuestra humanidad; el conductivismo en el contexto emocional se plantea como una ruta

alternativa a quienes ya han intentado llegar por caminos sin salida o equivocados a la solución de sus

problemas existenciales, encontrándose atascados y frustrados, sin avance o salida; estima como

problemática central el castigo o sufrimiento que la humanidad se infringe a sí misma en busca de los

estímulos o recompensas sociales, de la satisfacción de sus deseos; todo es sufrimiento, pena o castigo,

nos condicionan a no esperar ningún resultado si no es mediante tal pago mal entendido “Si no hay dolor

no hay ganancia” nos dicen.

Confundiendo intencionalmente en un conductismo negativo o inverso al dolor con el genuino gozo

resultado del esfuerzo que es una finalidad en sí mismo, no un medio penoso y necesario como

actualmente se entiende; para nuestra propuesta si hay dolor en algo es que no se está haciendo

correctamente o no se debería hacer de plano y si hay gozo en el esfuerzo el resultado es complementario

e interpretativo; el dolor está ligado a los deseos infectados, el gozo a los sanos anhelos, por lo que

esforzarse es necesario pero sufrir es opcional, hacer por el gozo y conciencia de responsabilidad nos

garantiza no esperar recompensa ni sentir frustración por el resultado material, apostando al tan famoso

ser y olvidando el tan perseguido tener.

Este principio es eje transversal de nuestro método, predica que el temor, dolor y sufrimiento son

resultado de los deseos en descomposición, la pus de nuestras heridas emocionales, por lo que no son

capaces de existir por sí mismos, requieren de la infección en nuestro ser para manifestarse, por lo que al

ejercitar nuestra capacidad de tratarla y sanar mediante el esfuerzo de voluntad, gozo en nuestro

quehacer diario y amor por la vida, estos desaparecerán, perecerán por inanición al no tener la ingesta

diaria de nuestras emociones negativas de las cuales se alimentan, terminando por comerse a sí mismas o

comiendo lo único que les ofrecerás: Amor y emociones positivas, pereciendo entonces por

envenenamiento; así que no debemos enfocarnos en ellos, pensando en lo que nos da miedo o aquello que

nos hizo sufrir ¡Somos Creadores! y como tales, estamos más allá de la necesidad de estímulos para

generar respuestas, somos capaces de utilizar lo malo que nos hicieron o nos pasó -la mierda emocional-

como abono para dar vida a buenas obras y acciones, de responder correctamente aun cuando no haya

recompensa, lo que es más, tenemos por naturaleza la capacidad de procurar justicia aun cuando en ello

nos vaya la vida ¡A eso no hay conductismo que lo pare! Aun cuando nos bombardean a diario para ser

egoístas, cobardes resentidos; hombres y mujeres tienen el corazón de oro –no por ser un metal precioso,

si no por ser el mejor conductor de la electricidad que existe- hasta en el pecho más lastimado o

contaminado basta una chispa de nobleza, un pequeño impulso electromagnético o “toque de gracia”

para que se ofrende completo en sacrificio por una buena causa, en verdad creemos que la nobleza y

humanidad son atributos divinos irrevocables e irrenunciables, solo se requiere fortalecer la voluntad

para ejercerlos; es por ello que al no poder quitarnos lo divino, apuestan a despojarnos de lo humano:

Nuestra voluntad, para que perdamos la capacidad de vinculación o conductividad afectiva y efectiva con

Dios, el universo y la naturaleza, con nuestros semejantes y seres queridos, con nuestro propio ser por

inicio de cuentas.

Al quitarnos nuestra humanidad, nuestra voluntad y capacidad de esfuerzo nos despojan de toda

resistencia, pasando de ser una manada salvaje o rebaño sano, libre y compacto -al cual sería muy difícil

de cazar para alimentarse de él- a simples animales de engorda temerosos y perezosos hacinados en

granjas virtual de consumo conductista, aplicando la estrategia que utilizan los lobos: Apartar de tal

manada o rebaño a las presas, haciéndolas débiles en la individualidad de su egoísmo y los temores

resultantes, logrando incluso que seamos nosotros mismos los que ofrendemos en sacrificio a nuestros

semejantes, de eso se trata el éxito, de justificar el hecho de dañar o explotar al prójimo para conseguir la

meta deseada aun –o precisamente- a costa del sufrimiento ajeno; el conductivismo propone la

restauración de la comunicación y cohesión de la manada humana para buscar el sano equilibrio, el

bienestar común y la felicidad en cuenta del éxito; esto no es más que una cruda carrera evolutiva, o nos

fortalecemos para ser capaces de enfrentar a tal predador consumista globalizado siendo inmunes a sus

estrategias o nos extinguiremos no como género, sino como humanos.

PRINCIPIO DEVOLUTIVO EMOCIONAL DE NO OFENSA NI PERDÓN.

Al reinvertir la polaridad del pensamiento y conducta humana cada quien hará lo que de conciencia le

corresponda sin condicionar a sus deseos el resultado, concentrándose en el esfuerzo por la tarea en sí

misma como generador de emociones positivas; lo primero que debemos “desaprender” es nuestro

concepto del perdón, no esperar a que nos lo pidan para que podamos “superar” una emoción infectada,

debemos ser capaces de generarlo sin necesidad de “inflamar” nuestra herida, porque pensamos que

mientras más daño demostremos nos hicieron tenemos derecho de exigir una reparación más costosa o

esperar una satisfacción más amplia, el problema de tirarnos al suelo al más leve empujón y alentar la

infección emocional inflamando y ensuciando nuestras heridas para hacerlas más notorias, es que

podamos agravarlas más de lo que originalmente las causó, ocasionando una “gangrena emocional” sin

que sea esto garantía de que nos den la satisfacción esperada, pues el perdón es una acción reparadora

por lo que somos nosotros mismos quienes debemos iniciarla sin esperar a que quien originó el daño lo

requiera o se haga responsable; pero en vez de ello tendemos a agravar los daños que nos causaron para

luego esperar cobrar más por ellos, dejando expuestas las heridas o afectaciones emocionales para que se

contaminen e infecten en una actitud francamente sadomasoquista.

El perdón ha sido una excusa siempre para seguir infectados en la mendicidad emocional, sea porque no

podemos perdonar o porque no somos capaces de pedir perdón, el resultado es el mismo: Una afectación

continuada en el tiempo y espacio. A nuestro método no le importa que aprendas a perdonar, sino que

fortalezcas tu capacidad para no caer en la debilidad de sentirte ofendido o que cualquier acontecimiento

pueda afectarte, así como cualquier persona lastimarte, pues quien es capaz en primera instancia de no

sentirse ofendido, de tener la suficiente fortaleza para no ser dañado, se verá libre de rezago emocional al

no sentir la necesidad del perdón.

Mientras que para aquellos débiles emocionales infectados, el perdón es un refugio y zona de confort

desde el que se justifican diciendo “Estoy Trabajando en ello” “Me tardó veinte años pero creo que ya he

perdonado a mi Padre” sí alguna vez sientes la necesidad de dar o pedir perdón ¡Entonces pídetelo a ti

mismo por tal debilidad! pídete perdón y perdónate por permitir que una ofensa te afectara o que una

persona te dañara, porque las acciones ajenas que constituyan una violación a nuestros derechos están

fuera de nuestro control, pero como las tratemos y la actitud que tomemos ante ellas si es nuestra directa

responsabilidad; pedirnos el perdón por sentirnos ofendidos, agraviados o heridos en nuestras emociones

es necesario en el precepto de que el sufrimiento es un hijo bastardo de la debilidad.

Las ofensas encarnan en los débiles emocionales resentimientos y frustraciones que justifican el deseo de

venganza o el impulso a conmiserarse de todas sus desgracias, por lo que jamás te permitas caer en el

error de sentirte ofendido, pues en ese momento se verá infectada tu razón y justificados tus deseos

destructivos; todos hablan del perdón, pero pocos entienden que no existe en realidad como efecto sino

como causa, es decir, el perdón no es resultado de una ofensa, si no la ofensa es el resultado de nuestra

incapacidad de perdonar; el perdón es una acción espontánea que se agota en el mismo instante de la

consumación de los hechos que lo generan, neutraliza el miedo, el agravio y la ofensa antes de que

nazcan, el perdón es un preservativo para evitar la procreación de emociones negativas, si no te lo pusiste

o utilizaste en el momento indicado, no tiene caso ya lo hagas después; si algo ya te dañó entonces no

requiere perdón, ya que se le permitió surtir efectos, por lo que un método preventivo ya no es aplicable,

sino uno correctivo de tratamiento residual.

Dejemos de ver al perdón como el pretexto para ir saldando en facilidades las consecuencias de nuestras

afecciones emocionales, determinémonos a fortalecernos para estar en condiciones de no ser afectados y

de serlo, tener los suficientes anticuerpos para perdonar en el instante, antes de que ser infectados, porque

haz de cuenta que todo agravio es una flema sanguinolenta infectada que te escupen en la cara y el perdón

es una elevada técnica emocional que te permite no tragarla, aun cuando te caiga en el rostro, mientras

que los deseos de venganza hacen que no solo te la tragues, sino que saques tu lengua para lamer los

residuos restantes de tus labios.

Nuestra máxima en éste principio: “Sin ofensa no se requiere perdón” Por ello a nuestro método no le

importa que aprendas a perdonar, sino que fortalezcas tu voluntad y carácter para no caer en la

debilidad de sentirte ofendido de cualquier persona, cosa o acontecimiento, dándoles la capacidad de

afectarte, dañarte o lastimarte ya que por principio de cuentas quien es capaz de no sentirse ofendido no

requiere de perdonar; en resumen, buscamos que tengas la capacidad de prevenir la existencia de las

ofensas más que de perdonarlas, de entender que éstas tienen un efecto devolutivo o de “boomerang” que

si las dejas pasar impactarán a quien las originó, recayéndole el peso emocional en forma de culpa por su

mala intención o frustración por no haber podido afectarte, ya que una ofensa solo cobra vida al cumplir

su propósito, si hace que te sientas ofendido, con la necesidad de satisfacer un deseo de venganza, antes

de eso es una acción negativa ajena, que tarde o temprano y de una u otra forma, retorna siempre a quien

la profirió y que no le importaba pedir perdón o que tuvieras la capacidad de otorgarlo, solo quería

satisfacer su deseo de afectarte y al no poder conseguirlo tal creación deforme emocional ha de volverse

en contra suya y quien para mí fue máximo exponente de este principio fue el colérico y orgulloso

Nazareno, porqué Jesús no perdonó ni aprendió a perdonar en la cruz ¡Aprendió a no sentirse ofendido!

Obtuvo respuesta a su pregunta formulada a nuestro padre divino del porqué le había abandonado,

aprendió a no ofenderse y con eso ejecutó el poder máximo que es amar a tu prójimo -en especial al que te

hiere u ofende- y no solo pudo perdonar sino interceder por ellos, entendió que estaban infectados y pidió

a nuestro padre celestial el perdón para aquellos que no sabían lo que hacían, pero no porque el agravio

fuere a su persona o el hijo de dios, sino porque entendió que el infectado emocional es en realidad un

discapacitado, un enfermo mental inimputable, merecedor de compasión y no de castigo; Así es como un

hombre subió a la cruz y bajó un perfecto hijo de Dios.

PRINCIPIO PROCESAL OPORTUNO DEL PERDÓN

Una vez entendido que es mejor saberse no ofender que aprender a perdonar, librándonos con ello del

rezago o contaminación emocional resultante al evitar la debilidad para ser ofendidos, utilizaremos el

perdón en caso de que tal ofensa surtiera efecto como un método anticonceptivo de emociones negativas

que para su adecuada efectividad debe ser aplicado en el momento mismo o inmediatamente seguido a la

consumación de dicha ofensa, para no ser como los malos abogados que cuando se les concede el uso de

la voz en defensa de su cliente se limitan por ignorancia o temor a decir: “Me reservo el derecho para su

momento procesal oportuno” ¡Jamás te reserves el derecho de perdonar, que su momento oportuno es el

mismo en el que te has sentido ofendido! Ya que el perdón no solo es un preservativo emocional sino un

acto de preservación personal, pues beneficia más a quien lo otorga que a su agresor, quien tal vez ni

siquiera tenga la capacidad para entenderlo o recibirlo, perdonarlo es dejarlo solo con su ofensa,

olvidarlo y superarlo; esto no es otra cosa más que llegar al perdón por arrepentimiento inverso, es decir

mediante un desistimiento del ejercicio de la acción a la cual tenemos derecho por el agravio u ofensa

recibida -sea venganza o reparación del daño- pues tanto el perdón y el arrepentimiento son una misma

cosa vista desde perspectivas distintas, surten el mismo efecto, por lo que igualmente efectivo es que te

arrepientas de haberte sentido ofendido pues automáticamente se reflejará el perdón.

De eso versa nuestro tratamiento residual de emociones, no de creernos magnánimos aprendiendo a

perdonar para sentirnos iluminados o tocados por la gracia del señor –ya que estaríamos cometiendo un

acto de soberbia, orgullo y vanidad que también requiere tratamiento- con el arrepentimiento o perdón no

es Dios quien entra a nuestro corazón, somos nosotros quienes tenemos el privilegio y gozo de sentir, de

tocar el suyo; necesitamos comprender la naturaleza de las personas, cosas y situaciones en las cuales

somos objeto de una acción que cause agravio u ofensa, se requiere de una elevada empatía para ponerse

en los zapatos de quien te está insultado, de quien te está empujando o violentando un derecho; una vez

que te hayas puesto en sus zapatos tienes que sentir que eres él, porque él es incapaz de ser justo, porque

él es incapaz de pedir una disculpa y decir: Sabes, lo siento ¡Porque Él está infectado y no es capaz de ver

su miserable realidad! Entonces tú vas a hacer el trabajo por ambos, te vas a poner en su lugar, te vas a

insultar y a ofender, dándote cuenta que el insulto fue mezquino, fue cobarde, que el agravio fue

inmerecido y en ese momento vas a pedir una disculpa pero no a nombre de ese pobre infeliz infectado

incapaz de dimensionar las consecuencias de sus acciones sintiéndote una figura divina de generosidad

¡Con humildad vas a pedir perdón en tu propio nombre! –porque en ese momento tú eres él- te vas a

desdoblar para ser él y pedirle perdón a un semejante para luego abandonar su humanidad y retornar a tu

ser, el cual de inmediato aceptará el perdón y disculpas para alejarse de tal situación o persona, sin que

probablemente jamás sepa la elevada acción de estrategia emocional que en ese momento realizaste.

Porque no se vale decirle: Te perdono porque eres un pobre drogadicto, indigente o ignorante -allí

estaría hablando tu soberbia- Una vez que generaste el perdón y lo aceptaste, transformaste la ofensa en

algo limpio, en un área libre de infección que te permitirá el sano paso, pero requisito indispensable es

que te alejes de inmediato y no dejes seducirte por la vanidad de presumir tu obra o intentar ganar más de

la situación porque el agresor la volverá a ensuciar sin remedio, ésta técnica es evasiva/disuasiva y

requiere de agilidad en su ejecución y extracción inmediata del área o situación de compromiso.

En lo que respecta a la pareja o familia, si en un principio habían dos partes con una ofensa o mutuo

reclamo, una lanza un poco de mierda emocional y sí la otra en vez de evadir lanza por igual, se hará un

chiquero la situación; pero sí en el momento que te lanzan tú logras evadir y disuadir, tratando y

convirtiendo en algo limpio el proyectil infectado, ahora tienes tú la oportunidad de lanzarle el antídoto,

regresándole el lodo como agua limpia que podrá limpiarlo tal vez lo suficiente para que inicie su proceso

propio de tratamiento residual; te aseguro que la gran mayoría de los casos si de verdad aplicas este

método sin falso mesianismo, sin que te sientas el gran redentor o perdonador de vidas, en un determinado

momento la persona va a bajar la guardia y va a decir: Sabes que: ¡discúlpame! Porque ¡muy en su

interior se va a dar cuenta que la está cagando! y que tú no solo estas recibiendo toda su mierda sino que

la estas tratando y la estas regenerando, la estas conformando en algo mejor; si la persona no se da

cuenta, esa es la ganancia de este sistema, de este método de tratamiento residual de emociones, que entre

más mierda te aviente alguien, te está dando más materia prima para que tú puedas generar sentimientos

antídoto y emociones positivas al respecto, mientras más odio te de alguien más bondad vas a poder

generar, mientras más injusticia propine alguien más justicia vas a poder tú procurar; tarde que

temprano, por cansancio, karma o por lo que tú quieras, esa persona va a caer, tus buenas obras y

adecuado tratamiento de esa mierda emocional es la que va a prevalecer.

Entonces aquí se trata de ir capeando la mierda de todo el mundo sin asco ni delicadeza, de los que

andamos enfermos de ese cólera en este mundo globalizado, en este mundo jodido de competencias, de

egoísmos, de consumo, que seamos aptos todos de capear esa materia fecal antes de que nos bata, antes

de que nos apeste y antes de que nos infecte de esa cólera llamada neurosis, ansiedad o depresión; todo

ese rio espeso de materia fecal emocional en el que nuestra rutina diaria nos tiene inmersos hasta las

narices podremos ser capaces mediante el método propuesto de tratarlo para ser poderosos filtros con la

propiedades necesarias para transformarlo en agua pura, transparente y potable que impida a ese virus

vuelva como zombis rabiosos a más seres humanos, a nuestros hijos, a las nuevas generaciones esa es la

finalidad de este método alternativo de tratamiento residual de emociones, aquí no vamos a estancarnos

en terapias pendejas de que sí el sexo lo es todo, es mentira quien dijo eso, Sigmund Freud no era más que

un homosexual reprimido incapaz de manejar su propia materia fecal emocional, si para él todo era sexo

en su cabeza bueno, parafraseando a mi hermano Niet: El puerco solo piensa en porquerías;

efectivamente el sexo es una no solo de las motivaciones sino de los comandos genéticos y de las

instrucciones divinas a cualquier nivel que el ser humano tiene, pero también el ser humano viene con

otros atributos y cualidades de voluntad que no limitan su existencia al sexo, más bien se limita a sus

deseos, en especial a los reprimidos y muchas veces el sexo los encarna, no por sí mismo, sino por las

ataduras morales y convencionalismos sociales mediante los cuales lo hemos repellado.

El ser humano tiene otras necesidades, motivaciones e impulsos más allá del sexo, porque si bien animal

racional, también es divino, en las relaciones humanas no todo es vagina y no todo es pene, también es un

abrazo, también es una palabra de aliento, también es una caricia, entonces muchas veces podrás estar

hablando del homosexual más retorcido o de la persona que ha cometido un crimen de carácter sexual y

vas a decir que porque fue violado de niño ¡No chingues! esa es una teoría o conclusión mediocre,

efectivamente pudo haber sido dañado, pudo constituir un factor precipitante o desencadenante, pero el

ser humano es mucho más que eso ¡El ser humano es por naturaleza regenerador y creador! y no puedes

dañar irreversiblemente algo que tiene la capacidad de crear, porque se regenera a sí mismo, entonces

esa es la naturaleza de este método que se propone alejarnos de la terapia de mediocre complicidad –

como la del psicoanálisis- en realidad ese tipo de terapias es fomentar la mierda emocional, porque si tú

te vas a ir a sentar horas a hablar sobre que de niño te violaron o que te golpearon, lo único que estás

haciendo es que estás comiendo tu mierda emocional podrida y apestosa, defecándola y volviéndotela a

tragar, en vez de que te pongas en pie y actives la regeneración emocional de la que eres capaz.

Solo así podremos romper los procesos cíclicos negativos emocionales, vacunándonos y haciéndonos

inmunes a tal cólera emocional que en su etapa crítica muta en cáncer terminal de espíritu, cuya única

cura es ya extraerlo del cuerpo infectado, es decir, la muerte del portador; es por ello que insistimos: El

más puro y elevado perdón consiste en saber no ofenderse, nuestro método alternativo tiene como eje

transversal éste principio, no el aprender a perdonar sino el aprender a no ofenderte, porque en ése

elevado estado emocional tú vas a consumar en un solo acto el perdón justo y perfecto: La no ofensa ante

una acción propia o ajena; para que vas a permitir primero que te duela, que te hiera, que te lastime, que

te ofenda y luego después de un proceso de 10 años de psicoterapia digas: Está bien ya lo dejo ir y lo

perdono; proponemos una economía emocional que te ahorre toda una vida de temor o resentimiento en

muchos de los casos, mediante un jaque mate exprés al pastor a las ofensas y agravios.

No se confunda la estrategia de generación del perdón con aquello de poner la otra mejilla, aun cuando

admiro al Gran Maestro Jesús, no concuerdo con eso de poner la otra mejilla -ni siquiera con dejar la

primera- prefiero tener la habilidad de esquivar el primer golpe al tiempo de llevar a cabo la maniobra o

técnica evasiva/disuasiva propuesta; pero sí evitar el agravio u ofensa no fuera posible o estos no fuesen

predecibles, nuestro método considera totalmente valida la legitima defensa, pero jamás la venganza; es

decir, hemos hablado de situaciones emocionales en su mayoría de familia o relación sentimental, pero si

te encontraras ante un peligro real e inminente del cual no pudieras escapar y que tuviere en riesgo la

integridad de los que amas, te sugerimos un ataque sorpresivo y directo que le brinde aun a costa de tu

vida una posibilidad al menos de escape a los tuyos, pues hay que saber cuándo no vale la pena

arriesgarse y cuando es vital arriesgarlo todo en la vida; así que como verás no somos ni pacíficos ni

piadosos en nuestra propuesta, mas bien estratégicos, pues no se puede ir entablando batalla con cuanto

infectado se te atraviese en el camino –sería una derrota segura- pero de no poder evitarla asegúrate de

ganarla o al menos defender lo que vale la pena preservar, que tu tolerancia sea el motivo de que el

agresor de tu familia siga vivo en caso lo tengas ya sometido o cuentes con mejores armas, pero no la

excusa para la cobardía de no defenderla con la vida de ser necesario si te encuentras sin salida en

inferioridad de fuerza, en tal caso la sorpresa, osadía o lo impredecible de tus acciones serán tu única

oportunidad de encontrar al menos una ruta de escape.

Cuando te haya herido o alcanzado el agresor y te diga: “Ahora si estás muerto” y tú le contestes: ¿Quién

te dijo que esperaba salir vivo? Verás la sorpresa en sus ojos ante lo osado e impredecible de tu actuar;

en su modo defensa, nuestro sistema contempla el ataque quirúrgico, estratégico y concentrado en un solo

punto como la mejor estrategia, llevando el ejemplo de este asalto imaginario ahora al terreno emocional,

cuando tu pareja te diga en chantaje o ultimátum: “ahora sí, todo se ha terminado entre nosotros” y tú le

respondas: ¿Y quién te dijo que yo quería continuarlo? Solo intentaba solucionar el problema no implorar

tu perdón, veras entonces un fenómeno curioso que acontece en la cacería cuando el siervo

sorpresivamente se voltea y encara al león, éste sorprendido se desorienta el tiempo necesario para que la

presa escape; así, cuando emocionalmente no sea posible esquivar el agravio, ya no debes tratar de

alejarte, por el contrario acércate lo más posible para que el golpe pierda su efectividad por haberte

salido del rango de daño programado, pero esto solo es una estrategia para reacomodarte no para

plantarte en un frente permanente de batalla.

Tenemos unas preguntas desde un enfoque legal en cuanto a la honestidad y veracidad de las cosas, los

agravios u ofensas derivadas y el perdón o arrepentimiento necesario, debes preguntarte primero que

nada: ¿Me corresponde ofenderme? luego ¿Tiene la capacidad de ofenderme? ¿Este sujeto o situación

realmente tienen la capacidad de ofenderme? Porque éstas interrogantes te permitirán recordar y

reflexionar que del tamaño de la ofensa es el tamaño de tú capacidad emocional, espiritual, personal y

profesional, es decir, si un borrachito te ofende quiere decir que tú estás en nivel de un borrachito, si una

prostituta te ofende quiere decir que tu estas en nivel de una prostituta, si el que se te ponche una llanta o

tener un contratiempo menor te saca de tus cabales -te pone neurótico o histérico- quiere decir que tu

voluntad y templanza, tu carácter es tan pequeñito como un neumático ponchado, entonces la primera

pregunta que te tienes que hacer es -así como si fueras un abogado!- ¿Tiene éste acontecimiento,

situación, comentario o persona la capacidad, personalidad, status y nivel para ofenderme? ¿Si? o ¿no?

ahí tú te vas a pesar y a medir también; Ahí tú vas a decir: ¡pues no me afecta ni me incumbe! entonces si

no me afecta “ni me viene el saco” y no ganaré nada enganchándome en esta ofensa, lo mejor que puedo

hacer es cerrar la boca, seguir mi camino no el juego de quien pretende ofenderme; la segunda pregunta

filtro ¿Tengo el derecho de ofenderme?¿es para mí la ofensa y tiene la capacidad de serlo? es como el que

dice: ¡Me amenazó de muerte! y está dentro de un tanque blindado, sin el más mínimo riesgo de sufrir

agresión por parte del infectado que te amenaza con lanzarte una piedra ¡entonces no hay amenaza real o

inminente! para que una ofensa se constituya como tal, debe tener la capacidad de ofenderte, revelando

con ello tu verdadero tamaño emocional y espiritual.

Tú vas a decidir lo siguiente: ¿Tengo la capacidad o autoridad emocional para no darle trámite a esa

ofensa? ¿Puedo entonces ejercer la acción de no ofensa? En ese momento vas a determinar que no hubo

lugar a la ofensa y así como fueran resultandos de una sentencia, determinaras que: PRIMERO.- Se

ejecuta la no acción ofensiva a la situación o persona trasgresora por no contar con la personalidad,

competencia o jerarquía necesaria para ser tomada en cuenta como tal, viendo el resultado de sus

acciones como las de un imbécil, retrasado mental o enfermo incapaz. SEGUNDO.- En consecuencia

devuélvase la ofensa a tratamiento -es decir, no te das por ofendido y en ese momento mandas a

tratamiento residual esa ofensa- porque no califica para el tamaño de tu ser como un agravio, para tu

seguridad como una amenaza, para el tamaño de tu ser como una ofensa y una vez que se devuelve a

tratamiento, también se la devuelves públicamente a la persona para que revise sus acciones y en esa

revisión se va a desvanecer como un trozo de hielo la ofensa, el coraje o resentimiento que está en caliente

como lava hirviente; sin embargo el perdón, como una declaración unilateral en un acto contractual,

requiere de ciertos formalismos sin los cuales quedaría en una mera intención que incluso puede generar

más gasto emocional de lo que nos ahorraría, siendo los siguientes elementos constitutivos necesarios

para un perdón eficaz, que surta sus efectos en tiempo y forma:

I. Que la ofensa sea real, fundamentada y acreditada.

II. Que las partes sean las facultadas e interesadas para otorgarlo o recibirlo.

III. Que se encuentre libre de vicios o condicionado a intereses ajenos a su naturaleza irrevocable,

lisa y llana.

IV. Que no sea vinculativo con acciones reparadoras del daño, exigido por quien lo requiere ni

impuesto por quien lo otorga mediante la satisfacción de condición alguna.

De los elementos anteriores debemos establecer entonces que no todo aquello que nos haga sentir

ofendidos es una ofensa por el simple hecho de que así la percibamos, pues muchas veces nos ofende hasta

el respirar de quien envidiamos, no está de acuerdo con nuestras posturas o simplemente nos desagrada,

si algo ajeno te molesta, primero sincérate y determina si dicha circunstancia no es el reflejo de algún

prejuicio o residuo emocional tuyo; es decir, porqué te ofenderás si tu vecina se va con cualquier fulano o

tu compañero de trabajo es un lambiscón, constituyéndote en parte de la Santa Inquisición moderna en la

que se han convertido las redes sociales para linchar a todo aquel que no piense como la mayoría,

nosotros exigimos democracia, pero somos los primeros en agredir a quienes no comulgan con nuestros

principios o juicios de valor.

Mientras alguien no transgreda la ley o vulnere el derecho ajeno, lo que haga con su vida solo le incumbe

a él, así como nosotros debemos ocuparnos de lo que debemos hacer no de lo que piensen los demás al

respecto; necesitamos alejarnos de la mentalidad metiche, listos para criticar, para juzgar u opinar,

porque cuando en verdad se requiere nuestra intervención en alguna causa o acción social en beneficio de

nuestra misma comunidad entonces sí, estamos muy ocupados y decimos: “Que cada quien se encargue de

sus propios asuntos” para criticar somos los pistoleros más rápidos del oeste, para ayudar siendo

solidarios dejando de opinar y actuar, lentos como buenos políticos; aprendamos que la gente, en especial

nuestros seres amados no requieren nuestro reproche, juicio u opinión, si no el apoyo y la acción,

inclusive para corregir, debemos procurar hacerlo con el buen ejemplo, evitando el “te lo dije”

procurando el ¿En qué te apoyo? Convirtiéndonos en parte de la solución.

Entonces una vez que hayamos establecido una ofensa real, no fruto de nuestra distorsión mental o

emocional, evitaremos el primer error de querer perdonar algo que no requiere perdón, porque no

constituyó una ofensa real; cosa muy común entre parejas, pues por machismo por ejemplo, el hombre se

siente legítimamente ofendido por que alguien saludó a su pareja o hasta porque un “ex” se atravesó en el

camino, haciendo dramas y berrinches que derivan en conductas agresivas o autodestructivas, ante las

cuales la pareja, aun sin haber dado motivos o propiciado situación alguna, por amor se resigna a decir

para llevar la fiesta en paz: “Está bien, ya perdóname” por algo que nunca fue una ofensa ni constituyó

falta; por lo que debemos cuidar en resumen, antes de exigir un perdón asegurarnos de que la falta u

ofensa en verdad exista, de lo contrario quienes deben pedir una disculpa somos los que por inseguridad,

celos o residuos emocionales permitimos que una situación nos afecte, aceptando que algo nos causó

conflicto sin que fuera fundado o motivado nuestro sentimiento de agravio ¡pero lo hagamos! No se nos

caerá un pedazo a los hombres el decir: “Discúlpame amor, sentí inseguridad porque tal persona con

mejor físico o nivel económico se acercó a ti o porque alguien en tu trabajo te hizo un cumplido y dijo la

verdad, que te ves preciosa” porque son precisamente tales situaciones las incubadoras de los

resentimientos, de las inseguridades, de los residuos emocionales que tanto nos afectan.

Lo mismo pasa en el trabajo, en la calle, en los centros comerciales y demás sitios públicos, vamos por la

vida viendo y juzgando, pensando que todo debe ser de acorde a nuestro criterio, descalificando

creencias, modos de vida u opiniones ajenas por el simple hecho de no concordar con las nuestras, en tal

caso debemos aprender a purgar nuestra intolerancia o aceptar nuestra ignorancia y al menos reconocer

que no somos partidarios de las bodas Gay por ejemplo, reservándonos siempre nuestra opinión sobre

cualquier tema si es negativa, descalificativa o denostativa al respecto, entendiendo que si no es de

nuestra preferencia cualquier cosa con que nosotros no la hagamos basta, evitando también caer en el

papel de “salvador el mundo” o “perdona vidas” ya que las personas diferentes a nosotros no requieren

de nuestro perdón ni autorización para vivir su vida de la forma que mejor les acomode, siempre y cuando

no afecten o dañen a terceros; o sea, no es ningún mérito ni motivo de presunción el que de repente te

sientas “compasivo” y digas ante esa pareja lesbiana “Está bien, pobrecitas tienen derecho a existir”

porque ni requieren de tu compasión ni te están pidiendo tu bendición, solo exigen tu respeto; aprendamos

pues a no meternos en lo que no nos importa y a que nos importen aquellos a quienes si podemos ayudar a

mejorar, aprendamos a ser constructivos quitándonos la capucha emocional tipo Ku Klux Klan en la que

nos escondemos para quemar o linchar personal, mediática y socialmente a los demás.

El segundo elemento constitutivo Que las partes sean las facultadas e interesadas para otorgarlo o

recibirlo nos remite a una triste verdad social, andamos en todo menos en lo que debemos y queremos

componer el mundo ajeno mientras el nuestro se desmorona; muchas veces juzgamos a la pareja de un

familiar o amigo, cuando no somos los facultados para ello, si la persona legítimamente interesada esta

consiente de la circunstancia, solo ha de corresponderle a ella y su pareja evaluar las alternativas de

acción al respecto, cuántas mujeres no contestan indignadas “Ni a mi marido le doy explicaciones, menos

a Usted” o cuando utiliza ropa entallada, ante la mirada morbosa o critica mal intencionada

atinadamente contesta: “Sí a mi marido no le molesta, lo que es más ¡le encanta! ¿A ti que te importa?” y

cuando nos ponen en nuestro lugar y reaccionamos, solo atinamos a contestar: “No, si yo nada más

decía” Es así que debemos entender que primero debemos ser jueces de nuestra propia vida, evitando

invadir ajenas, en las cuales no tenemos “jurisdicción emocional” ni autoridad moral para intervenir,

menos para juzgar.

Así mismo, el perdón debe no solo ser otorgado sino aceptado también, ya que luego nos aferramos a

querer perdonar y a la otra parte no le interesa ser perdonada o no ha madurado todavía emocionalmente

la consecuencia de sus actos para ser consciente de su falta u ofensa, por lo que debes evitar caer en la

figura de “perdonador compulsivo” por el placer emocional que perdonar genera a la vanidad y

sentimiento de bondad que nos brinda esa agradable sensación de superioridad o santidad con la que

vamos por la vida en actitud de perdona vidas, porque nos gustó eso de perdonar y empezamos a buscar

las más mínimas ofensas para sentir la satisfacción de hacerlo y que los demás digan: “Mira que maduro,

que buena persona es, que buenos sentimientos tiene” cuidado con ello, el perdón es un acto de amor y de

humildad, no de vanidad o interés.

Es precisamente lo que nos lleva al tercer elemento: Que se encuentre libre de vicios o condicionado a

intereses ajenos a su naturaleza irrevocable, lisa y llana, pues el perdón encierra trampas como la razón,

en las cuales nuestros defectos anidan ofreciendo recompensas, es decir, un hombre golpeador espera el

perdón mediante el obsequio de una costosa joya y una mujer comienza a manipular su otorgamiento a la

espera de una recompensa económica o satisfacción de cualquier índole distinta a los sanos sentimientos

de superación que conflictos o agravios que el perdón nos obsequia, por lo que éste no tiene precio, ni es

cómplice de actitudes o comportamientos repetidos, no puedes pedir perdón cada día por los agravios

causados, ni la otra parte puede estar perdonando la misma falta siempre; el perdón condiciona a ambas

partes a que debe ser gratuito, libre de intereses económicos o materiales, pero sobre todas las cosas, a

que una vez otorgado no puede ser quitado por quien perdona, así como el agravio no puede ser repetido

por quien lo acepta.

Debes pedir perdón y perdonar de corazón, en pareja sobre todo es necesario evitar usar el perdón como

rehén de nuestras deficiencias, cayendo en un juego perverso de que uno perdona los agravios, faltas u

ofensas a cambio de que el otro perdone las nuestras, porque así se fomentan vicios y conductas

autodestructivas llevándonos a relaciones conflictivas infectadas de reproches mutuos y reclamos

añejados, eso no es más que una perversa complicidad de dos seres humanos conformes en su

mediocridad emocional, perdonar una vez es grandeza de corazón, seguirlo haciendo es complicidad,

como diría mi abuela: “ ¡Solo una vez capan al cochi mi´jita! porque gallina que come huevo, ni que le

quemés el pico, así que ahí lo ves si seguís con ese hombre, pero luego no vengás de nuevo a llorar, que

una vez es gracia, más de dos desgracia”.

Lo anterior nos lleva a entender que mucha gente en realidad no quiere el perdón ¡porque no quiere

cambiar! solo necesita la excusa para continuar con su forma de ser esperando “salir de ésta bronca” en

lo que se olvida el agravio u ofensa y ya después verá en caso reincida, el pedir perdón nuevamente

arrastrarse, humillarse y jurar que será -ahora sí- la última vez, pero no tiene el más mínimo

arrepentimiento que es el verdadero objetivo del perdón: Brindar la oportunidad a un ser humano de

cambiar y ser mejor después de haber cometido una falta y para ello se requiere que tal hombre o mujer

sea digno mediante su arrepentimiento y esfuerzo futuro de ese perdón, si no se reúnen esos requisitos ten

la dignidad de no pedir ni dar un perdón que estará viciado o será utilizado como papel de baño;

aprendamos que el perdón no es vinculativo en las relaciones humanas, es decir, puedes perdonar pero no

continuar, si alguien te lastimó y pide tu perdón, el que se lo otorgues no significa que estés obligado a

seguir con tal persona o estar cerca de ella, en tal situación el perdón puede ser una etapa de

reconstrucción si le causaste un grave daño a tu pareja o a un ser amado, no esperes por haber sido

perdonado que todo en automático sea igual que antes ¡debes trabajar arduo para que sea mejor! por

reconstruir lo que dañaste demostrando que eres digno de confianza, de la oportunidad brindada sin que

por ello seas objeto de humillación o castigo, pues así como el perdonado se esfuerza de corazón por ser

mejor, quien perdona ha de borrar todo residuo emocional negativo del suyo que tal agravio generó; así

que no esperes una cena romántica después de “haberla regado o hecho tu gracia” eso es reconciliación

amorosa sino es que solo sexual, no confundamos la calentura corporal o el interés material con los

verdaderos motivo y fines del perdón.

El verdadero perdón es serio y responsable, no de resultados fáciles o alegres, pero al mismo tiempo es

más sólido que el concreto si se trabaja adecuadamente en la reconstrucción de una relación afectiva, sea

familiar o de pareja; hagamos de cuenta que dicho agravio fue la tormenta, el terremoto la devastación y

el perdón la fase inmediata de buena voluntad y fortaleza humana para limpiar los escombros poniéndose

en pie solidariamente, así que en tal fase ya no caben lamentaciones o reproches, es decir, no se perdona

por partes o en episodios pues hay quienes dicen: “te perdono todo, menos esto o aquello” perdonar o no

es tu elección, pero una vez hecho ya no puedes seguir quedándote en el estadio emocional de

lamentación, reproche o resentimiento, una vez que se perdona ya no tienes el derecho de reclamo, mucho

menos de echar en cara constantemente la falla que originó tu perdón, ya que el perdón borra la ofensa y

por tanto no puedes invocarla bajo ninguna circunstancia; una vez otorgado y aceptado no puede ser

retirado, aun cuando se haya dado en desconocimiento de prueba superviniente ya que es un acto de

amor y bondad puro; ejemplo, te perdono por violarme pero no sabía, quedé embarazada y ahora

desquito mi frustración con esa criatura culpándolo de toda la felicidad y oportunidades perdidas; en

pareja, te perdono por golpearme porque no sabía que me dejaste una cicatriz permanente en la ceja que

afecta mi imagen y recordará por siempre tu agresión; o en la vida diaria, simplemente me arrepiento de

perdonar un daño material a mi automóvil porque no sabía que no tenías seguro y que yo tendré que

pagar el golpe.

Si perdonas, ya perdonaste, no hay marcha atrás ¡Es lo bello! vacuna el pasado y te permite un presente

libre de infección emocional para forjar un futuro inmune; El perdón no borra el agravio o daño en sus

consecuencias naturales, te da la capacidad y fortaleza para superarlos creando con ello incluso un mejor

futuro del que hubieras tenido si esa ofensa o agresión no hubiere tenido lugar, pues te permitirá utilizar

el sufrimiento como impulso y encontrar gozo en tu esfuerzo así como satisfacción en el resultado.

Por lo que perdonar no es una obligación resultado de la presión social o familiar, ya que muy a menudo

no solo te invitan sino que hay gente que te presiona a perdonar cuando no son ellos los facultados,

cuando de estar en la misma situación tal vez te estarían pidiendo un arma para ir en busca de su agresor,

así tenemos como elemento final del perdón Que no sea vinculativo con acciones reparadoras del daño,

exigido por quien lo requiere ni impuesto por quien lo otorga mediante la satisfacción de condición

alguna, no permitas que alguien a quien pueda redituarle beneficio tu perdón te coaccione a otorgarlo,

sea tu suegra quien te diga que su hijo no quiso lastimarte o tu socio a quien no le conviene te retires del

proyecto, así y te digan: “tan linda tu esposa o tu marido, un error lo comete cualquiera o se le paso

tantito la mano, pero fue por culpa del alcohol” ¡pues si tanto te gusta, quédatelo tú! -Dan ganas de

contestar- Así pues, una vez que están ubicados los que tienen la personalidad para dar y recibirlo,

debemos entender que no se puede perdonar a quien no quiere ser perdonado, ni exigir, presionar o

condicionar con una ayuda futura por ejemplo a quien tiene derecho de otorgarlo, debemos diferenciar

entre la reparación del daño y el perdón, ambos son derechos del agraviado y uno no es condicionante del

otro; el que alguien te page las curaciones de las heridas que te ocasionó no significa que le otorgues el

perdón; igual, aunque no las page si no tiene la capacidad económica de hacerlo no lo excluye de la

posibilidad de recibirlo, ya que el perdón no está sujeto al cumplimiento de condición alguna para ser

dado, ni el incumplimiento de las mismas condiciones si existieran impiden que sea otorgado, lo anterior

solo genera un perdón infectado por interés de cualquier tipo ajeno a las finalidades de la bondad y el

amor.

Ah! No cuenta eso de que: “Te perdone Dios porque yo no puedo” ¿Sabes por qué? ¡El perdón es un

obsequio divino que no puedes devolver! Una medicina que no caduca, puedes elegir guardarlo, no

otorgarlo o negarlo toda tu vida, él seguirá estando ahí en el fondo de tu corazón a la espera de que

tengas la capacidad para obsequiarlo ya que nunca es tarde para pedirlo o para otorgarlo; el perdón es la

máxima expresión de nuestra divina humanidad exaltada mediante su práctica, por lo que perdonar no es

de Dios sino de humanos -ya que Él no se enferma de cólera emocional ni es posible agraviarlo en

realidad- a nosotros es a quienes obsequia ésta poderosa cura, el perdón es el Kyrie Eleison verdadero, la

auténtica piedad del Señor que purifica el corazón y consuela el alma, pues ningún pecado lo ofende tanto

como el daño que causa a nuestros semejantes y a nosotros mismos; Él es amor puro que no requiere dar

ni pedir perdón, solo nos permite a nosotros disfrutar de su gracia mediante dicho amor y ejercicio de

voluntad llamado perdón que nos libera de la esclavitud de nuestras bajas pasiones, resentimientos y

temores haciéndonos su soberano; así que pido una disculpa Abuelita, que sí decías: “No ofendas a Dios”

¡Él no se ofende! Nada ni nadie tiene la capacidad de hacerlo, somos los hombres y mujeres que nos

ofendemos e indignamos en su nombre, cosa peligrosa porque como ya hemos comentado en el nombre de

Dios se han cometido las más inhumanas atrocidades.

PRINCIPIO DE LEGITIMIDAD EMOCIONAL

Toda causa pierde su derecho de ser justa y perfecta cuando empieza a surtir efectos violentos, invasivos o

transgresores a la existencia de lo que en principio procuraba, por lo que debemos cuidar la legitimidad

de nuestros pensamientos y acciones consecuentes, evitando no solo “adoptar” ofensas ajenas como

propias, sino cuidar la proporcionalidad emocional de nuestras reacciones ante el agravio, es decir,

dejando de lado el perdón si decides ejercitar tu legítimo derecho al reclamo de una satisfacción cuida de

no causar un agravio mayor con tu reclamo al que lo originó, como ejemplo cotidiano, ante alguien que le

silva a tu esposa o incluso la toca de manera indebida, si tú sacas un arma de fuego y lo matas, tendremos

a un abusivo muerto y a un asesino prófugo, así de simple es cuidar u observar este principio de

legitimidad emocional y proporcionalidad de reacción, pues tengamos en cuenta que la idiotez ajena no

justifica la violencia propia, ni la falta de valores o necesidades de una persona el que nos aprovechemos

de las circunstancias, entonces tenemos que guardar el equilibrio para salvaguardar nuestra propia

integridad emocional y física; cuantos percances menores de transito hemos escuchado terminan en

enfrentamientos, lesiones y homicidios, a final de cuentas porque alguien infectado de rabia emocional o

neurosis se pasó un semáforo y el otro en vez de ser consiente que se topó con una persona infectada,

escudado en su razón y calidad de ofendido, decide liarse a golpes o entablar una riña, así podríamos

poner cientos de ejemplos en nuestra alterada rutina diaria, pero creo es clara la finalidad de este

principio fundamental: El que te asista la razón no justifica una agresión y mucho menos una reacción de

exceso en la defensa del derecho afectado, cuidemos de no caer en la tentación del cobro abusivo

emocional cuando sabemos nos asiste la razón o el derecho, seamos prudentes en nuestras reacciones y

consientes de las situaciones.

Piensa siempre sí un leve daño a tu vehículo o un comentario indecoroso a tu pareja merece que huyas

como un asesino o que te ganes una enemistad de por vida, pues las personas infectadas andan buscando

desesperadamente huéspedes que le den razón de existir a su odio y resentimiento ¡Déjalas pasar! Algún

día le dije a mi padre ante la reparación de un daño y agravio al que tenía derecho exigir pero tendría un

costo emocional o de salud probablemente elevado: “Caro te saldrá barato papá, déjalo ir no te alteres”

dejar pasar es la clave ante la gente infectada, no persigas al adicto que te arrebató una cadena o un

celular, porque se dará la media vuelta para enterrarte un puñal o si lo alcanzas reflexiona que no tendrás

más remedio que enfrentarlo en una riña en la cual tú llevas todas las de perder, pues el infeliz ya ha

perdido tal vez todo en la vida; es natural sentir impotencia y coraje ante un asalto, un abuso o una

agresión, pero déjame decirte algo muy personal que entendí el día que golpearon a mi hijo de cinco años

en la cabeza por un celular barato dejándole un trauma por días, viendo a mi pequeño sangrar y llorar,

con el temor y dolor en sus ojos sentí como la ira se apoderó de todo mi ser, tomé en mano el arma de

fuego para ir detrás de los dos agresores, conforme avanzaba por callejones oscuros una pregunta que

inició como un débil susurro incrementaba de volumen en mi cabeza ¿Qué estás haciendo? Vomité mi

impotencia y les grité a lo lejos: “¡Se los regalo perros!” y regresé de inmediato a donde no debí haber

salido, a casa e hice lo que desde un principio debí: Abrazar a mi hijo, llorar con él, consolarlo y

agradecerle a Dios con una idea fija en mi mente: “Que bueno que frené, que bueno que no los alcancé”

debemos tener cuidado de no inflamar nuestro ánimo de revancha o “defensa del honor” porque nuestros

seres amados requieren de nuestro cariño y protección no de nuestra emoción infectada por el odio y

rencor, que los dejará con el agravio y un padre o esposo vengador ausente, los seres amados que han

sufrido un agravio, una agresión o simplemente una decepción no necesitan venganza, mucho menos que

la ejecutemos en su nombre, necesitan de nuestra solidaridad, de nuestro cariño, de nuestro apoyo, tú

ocúpate primero de quien en verdad te importa, deja que la autoridad o la justicia divina se encargue de

quien le hirió.

En nuestras sociedades hipócritas, cuantos padres vemos en una tragedia griega porque su hija

adolescente resultó embarazada o su varón homosexual ¡En realidad están heridos en su amor propio!

Buscando reparar el honor de la familia casando incluso con su violador a la menor o reprimiendo,

escondiendo e incluso mandando a terapias a ese hijo o hija con preferencias sexuales diferentes, eso es

causado por un egoísmo enfermo de protagonismo emocional, pues las elecciones son personales, máxime

en lo que al desarrollo sexual y de personalidad se refiere, tu pareja o hijos no tienen por qué vivir como

tú crees que se debe hacerlo, vive tú a tu manera y respétales a ellos su forma, evitando los nefastos “te lo

dije” a su más mínimo tropiezo, porque de todas formas la vida se compone no de los tropiezos, sino de

las veces que el ser humano se pone de pie; dar la vida por los hijos, no significa manipular la de ellos,

como tampoco amar a tu pareja significa marcarla con tu “fierro emocional” ningún ser humano es

propiedad de otro en ningún sentido, por lo que mientras más amor, comprensión y apoyo brindes ante un

agravio u ofensa a dichos seres queridos, más legitimo serás como pater familias, tu hombría no será

determinada por las cuchilladas que le des al violador o agresor de tu esposa o hija, sino por el amor y

apoyo que proporciones a ella en su recuperación y fortalecimiento, sin reproches, sin protagonismos, sin

ánimos de venganza.

Ejerciendo claro está las acciones legales necesarias para procurar justicia, sin que en ellas re victimices

a esa mujer o permitas que alguien más lo haga, pues el que tu hija menor por inmadurez o incluso

adicción enviara fotos desnuda al novio que luego la exhibió como “la fácil de la escuela”, no justifica

que la autoridad se vea “obligada a actuar solo porque es menor” pero en el ánimo de funcionarios y

policías de que están ante “una fichita” por lo que no permitas ni alientes la burla, morbo y reproche

ajeno, aunque se hable de victimas provocadoras, una violación es una violación y no tiene justificación,

lo anterior por recrear un caso ficticio, pero en general jamás debes permitirte decir o que digan: “Sí le

pasó fue por estúpido (a)” o “Que bueno que le paso para que aprenda y se le quite el andar de

provocadora” porque entonces estarías contribuyendo con el trabajo del agresor con tu actitud de padre o

esposo indignado o agraviado en su honor, generando más castigo y violencia moral para tu propio ser

amado que para el delincuente, a quien tal vez nunca capturen, mientras todos -incluido tú- pasaran la

vida entera reprochándole a la víctima “su error, su estupidez o locura” es en ese punto en el cual nos

convertimos como familiares y sociedad en cómplices de cualquier agresión porque continuamos con el

daño emocional hacia la victima de por vida, recordándole a cada momento lo sucedido como sí ella

tuviera que pedirle perdón al mundo entero por haber sufrido una agresión o sido víctima de un delito.

Es por ello que el verdadero amor todo lo perdona, no requiere de manos vengadoras sino de corazones

abiertos y cálidos dispuestos a cobijar al herido, sin reproche, sin juzgar ni menospreciar; créeme,

cuando la propia gente note tu ejercicio de legitimidad emocional, sea ante un agravio a tu persona, daño

en tus propiedades u ofensa a tu familia, no tendrás necesidad de exigir justicia, porque encontrarás

solidaridad, tendrás apoyo unánime, manos justas dispuestas a defender e impulsar tu legitimo reclamo.

PRINCIPIO DE CONTINUIDAD EMOCIONAL

Este principio nos permite evitar que las circunstancias cotidianas o variaciones en la rutina nos hagan

cambiar los objetivos y nuestra configuración emocional; es comprensible que tengas días buenos o

malos, golpes de buena suerte o rachas de mala, pero debemos estar firmes en nuestra dirección, no ser

veletas que se muevan con el viento, aun cuando esto parezca por demás obvio a veces nos dejamos llevar

por la inercia emocional que esta montaña rusa llamada vida moderna produce con su acelerado ritmo y

cambios bruscos que se traducen en padres de familia o parejas impredecibles, a quienes sus propios hijos

temen por no saber “cómo le fue en el trabajo hoy” pues un día son todo amor o comprensión y al otro

andan “de malas” porque no resultaron las cosas como se esperaban, tuvieron una discusión con el jefe o

perdieron una oportunidad de trabajo; lo anterior genera bipolaridad, hijos y seres amados no tienen la

certeza de tus respuestas emocionales de un día a otro ante la misma circunstancia y esa incertidumbre

produce temor y ansiedad.

Conserva siempre una postura, un equilibrio emocional frente a quienes amas sobre todo, comparte tus

alegrías o logros así como tus cansancios o tropiezos, pero jamás les condiciones a circunstancias

externas tu respuesta emotiva, verás que tu pareja e hijos serán los primeros en animarte ante la

adversidad o en reconocerte en tus logros; respecto de tus semejantes, siempre recuerda que no tienen

culpa de tus prisas, de tus broncas ni de tu buena o mala suerte, piensa que cuando tú tienes un excelente

día o resultado la satisfacción del logro te hace incluso presuntuoso o arrogante y que los demás tal vez

no tuvieron el mismo resultado o no tienen un día tan bueno, entonces cuando el mal día sea el tuyo no

quieras que el mundo entero lo tenga; este principio propone el egoísmo conductivista inverso, es decir así

como solo tu disfrutas de logros y metas cumplidas, igual se egoísta con tus problemas y emociones

contaminadas ¡no las compartas con nadie! -al menos no con la mala intención de amargarles el día

también- mucho menos andes con la mentalidad de que “No importa quién me las hizo, sino quien me las

pague” porque terminaran pagando los que amas o intentarás cobrarle a las personas equivocadas que te

pondrán en tu lugar; aplica la tolerancia al comprender que el mundo no tiene que ser gris para todos

solo porque tú tienes un mal día, así como tampoco tienes que sentirte culpable por un buen resultado si

es obtenido de forma honesta frente a quienes no se esforzaron lo suficiente o al que no obtuvo los mismos

resultados.

Con nuestros hijos en especial, no interrumpamos su sano desarrollo por nuestro cansancio o poca

disposición que un mal día conlleva, pues algo tan sencillo como: “ya duérmete porque ahí viene el coco”

hace temerosos e inseguros a esos niños, nosotros mismos les estamos infundiendo miedo por flojera,

cansancio o hastío, para que al otro día nos preguntemos porque todavía no van al baño solos o no dejan

de usar pañal, este mismo ejemplo de continuidad emocional negativa es la que debemos no solo evitar si

no invertir, tener la honestidad de decir “El único coco es el mal humor o cansancio de mamá o papá” en

vez de crear monstruos imaginarios cómplices de nuestra débil continuidad emocional; ser buen padre,

esposa o ciudadano requiere de tal actitud, de continuidad positiva emocional a efecto de no ponerle esas

mascaras emocionales a nuestras frustraciones o malestares que solo asustan o afectan a los nuestros y

dan risa o poco importan a los ajenos.

PRINCIPIO DE GESTIÓN EMOCIONAL

Es necesario aprender a delegar emociones así como lo hacemos con las responsabilidades en la casa y

trabajo, evitando ser una mamá o papá “helicóptero” que quiera hacer las tareas o actividades de sus

hijos o una pareja manipuladora que desee acciones y resultados como si fueran ejecutados por él mismo,

en ese aspecto las parejas no son uno solo, en la pareja se respeta el método o forma de ver la vida, de

hacer las cosas mientras esto sea por el mismo objetivo y con los medios lícitos o permitidos; o sea, no le

digas a tu esposa cuanto tiempo tiene que dejar al horno el pollo ni a tu hijos cual es la mejor forma de

hacer una tarea ¡Déjalos ser! Hacer las cosas a su manera, que mediante su actuar se conformaran en lo

que serán y si tú quieres de verdad el mejor futuro para ellos, no les niegues la libertad y capacidad de

esfuerzo propio, no son apéndices tuyos, son libres y autónomos emocionalmente hablando; lo anterior

evitará que seas aprensivo y represivo, al igual que invasivo en los espacios ajenos, pues es correcto estar

al pendiente, preocuparte por tus hijos, monitorear sus acciones incluso, pero no condicionarlas ni

manipularlas, que tus seres amados sepan que sabes de su esfuerzo, de sus metas, de sus problemas y que

estás dispuesto a brindar apoyo incluso sin que lo pidan, pero sin condicionarlo, sin querer hacer las

cosas a tu manera, pues el problema es suyo y debe solventarse en sus terrenos.

Si tú dices: “Ok, necesitas ayuda, esto es lo que debes hacer o déjamelo todo a mi” entonces estas

convirtiendo en tu proyecto o tu problema ya tal situación, deja que ellos trabajen en sus emociones, no

las migres a tu persona por sentirte “mamá gallina” o “padre capitán américa” tampoco asumas el

papel de “páter familias” con tu esposa, al decir: “Ya déjalo, yo lo arreglo” porque estarías negando sus

capacidades en vez de fomentarlas e implícitamente tratándola como una discapacitada emocional o

funcional, las problemáticas y retos se enfrentan en familia como un grupo bien organizado y

administrado, así como todo juego es de conjunto, las individualidades o protagonismos tienen su breve

espacio pero no son lo más recomendable como estrategia de gestión emocional continua, porque luego

dirás en abnegada e hipócrita afirmación: “Sin mí no viven, todo lo tengo que solucionar yo” quejándote

del sistema al cual tú les acostumbraste, pero te sorprenderías que de darles el espacio y oportunidad, tu

mujer o hijos pueden hacer las cosas incluso mejor que tú, que a final de cuentas eras el más necesitado

de tal esquema, por sentirte el héroe salvador del día, el papá de los pollitos.

Debemos tener la capacidad emocional para delegar no funciones si no la confianza, permitir en el núcleo

familiar que sus integrantes se sientan alentados por el buen ánimo y apoyo que les brindemos en sus

tareas o rutinas cotidianas, para ello se requiere honestidad, franqueza en la comunicación sobre todo en

pareja, donde necesitamos ser objetivos al efectuar un “Análisis FODA emocional” que nos permita

hablar sin temor a herir susceptibilidades sobre las debilidades y fortalezas que dicha relación tiene para

poder identificar adecuadamente tanto las amenazas como las oportunidades en aras del sano desarrollo

de ésa relación sentimental; es decir, debemos fomentar la cultura de la comunicación franca y entender

que no se trata de una agresión o ataque el dialogar con tu pareja sobre su sentimientos, necesidades

emocionales y sus opiniones respecto de cómo puede mejorar la relación, porque desde luego éstas

incluirán la modificación de alguno de tus hábitos o conductas; en la actual mentalidad de guerra lo que

hacemos es contra atacar “Sacándole sus trapitos al sol” o sus defectos a la otra parte convirtiendo el

sano y necesario diálogo que nos permitiría trabajar y superar los obstáculos que impiden el crecimiento

de la relación en una discusión negativa que solo da cabida al orgullo y cerrazón que le impide a cada

parte acercarse para hacer equipo, quedándose cada quien en su esquina viendo ya a la pareja como un

adversario, siendo cómplices de un deterioro emocional y aprendiendo a dormir con el enemigo.

Esta franqueza nos permitirá administrar o dosificar los costos emocionales que una relación sentimental

requiere, partiendo del entendido que ésta no ha de nutrirse ni crecerá en base a mentiras, conformismos,

complicidades, halagos o la satisfacción egoísta de las necesidades de una sola de las partes, alejándonos

de la mentalidad mediocre “De que ya agarré marido para que me mantenga o ya agarré mujer para que

me cocine, lave y planche” exigiendo el estricto cumplimiento de estos roles -sin opción a interacción o

cooperación- para que la relación funcione; es un gasto inútil de energía exigir o quejarnos por el

cumplimiento de tales derechos u obligaciones como “el hombre o la mujer de la casa” compitiendo en un

debate de cuál es la actividad más importante o agotadora, lo único que habremos de generar es mal

entendidos y resentimientos, mejor entendamos que al aceptar iniciar una relación constituimos un

binomio de trabajo, somos un solo equipo de juego y que las tareas o responsabilidades son compartidas y

colaborativas; tal pareja o binomio con el tiempo integrará nuevos jugadores -nuestros hijos- con los

cuales tendremos la opción de elegir el camino de la sumisión, autoritarismo, desigualdad, temor y

castigo o el de la solidaridad emocional que permita a cada uno de los integrantes de nuestro equipo ser

verdaderamente capaces, seguros de sí mismos y satisfechos de pertenecer a tal equipo.

Se dice fácil, pero alejarse de viejos esquemas como el machismo o feminismo requiere de valor y

voluntad para romper los paradigmas sociales que la tradición y costumbre nos imponen, comprender que

no es motivo de halago el que un hombre cocine y planche porque es una actividad como el que ahora la

mujer se desempeñe profesionalmente contribuyendo al gasto familiar; no te hace menos hombre o digno

de respeto el que colabores con las tareas del hogar ni menos mujer el que obedezcas y respetes a tu

marido por amor reciproco a su esfuerzo y cuidado de los suyos, no tenemos por qué aplaudir o decir

“que buen marido te tocó” o “ te salió trabajadora tu mujer”, esa etapa debe estar entendida y superada,

alejados de mantenernos en posturas machistas o feministas por inseguridad, ya que no por ello el

primero es mandilón ni la segunda independiente, es decir las actividades y tareas no determinan la

identidad ni el lugar que en la familia se ocupa, lejos de perder el respeto o autoridad por realizarlas

estas los reafirman, pues ya sabemos que el liderazgo se ejerce con el ejemplo y el amor crece con los

abonos de la confianza y libertad; de nada sirve en una cadena que es la familia un eslabón tenga mejor

educación o alimentación, porque ésa cadena está destinada a romperse por el más débil, familia es

fortalecer todos los eslabones por igual, conscientes de que en cada uno de ellos está la fuerza de unión.

Superemos ya el complejo de mujer sumisa o marido incomprendido que nos llevó a adoptar posturas

antagónicas machistas o feministas, hoy día la mujer que ha conseguido el respeto a sus derechos no tiene

por qué sentir vergüenza de su naturaleza protectora y femenina, es decir obedece y respeta a su hombre

no por temor u obligación sino por el amor y confianza que él mismo se ha ganado con sus acciones y

cuidado por ella y familia y es que hoy en día “confundimos a los mansos con los mensos” porque nos han

enseñado a que de los buenos todos se aprovechan, que ser cariñoso o confiada es receta segura para ser

burlados o engañados y por ello preferimos ir por la vida con nuestras armaduras de “hombres muy

machos o viejas cabronas” pero resulta amigos míos que para hacer el amor se requiere estar desnudo ¡y

es por ello que no lo hacemos bien! tememos quitarnos esas armaduras que irónicamente en poco

defienden y mucho obstaculizan.

Mientras no entendamos que para amar debemos estar desnudos en todos los sentidos -aceptando la

posibilidad real de salir heridos al estarlo- seremos incapaces de ser pareja ¡simple y sencillamente

porque no somos parejos! Ya que entramos a una relación con la guardia alta y con la actitud negativa de

burócrata mediocre pensando: “a ver cuánto me van a pagar para que yo vea cuanto les trabajo” lo que

traducido emocionalmente a la relación de pareja sería: “Tú haces como que me engañas y yo hago como

que te creo o me hago de la vista gorda con tus vicios y tu perdonas mis fallos” y así los dos contentos

siendo una pareja, solo que de embusteros ya no de leones sino de carroñeros tramposos, perezosos y

cobardes.

Acumulando facturas emocionales o recibos por cobrar que endosamos en automático a la siguiente

relación sin reconocer que fuimos cómplices y no victimas del fracaso de la anterior, iniciando con

temores y resentimientos pasados que nos llevan a establecer condiciones previas, injustas o alevosas en

nuestro afán de garantizar el no “volver a repetir el mismo error” sin aceptar como ya dijimos que

fuimos parte y cómplices de dicho fallo resultándonos más cómodo simplemente decir que todos o todas

son iguales, quién afirme tal cosa está haciendo implícitamente una confesión de su incapacidad para

elegir adecuadamente o que simple y sencillamente “el igual” es él o ella, porque toda equivocación es

comprensible en una ocasión, pero si alguien sostiene que en todas sus relaciones le han tocado malas

parejas, tendríamos que revisar el proceder de ese alguien porque probablemente esté viendo al espejo

todas las mañanas al o la causante de todos sus fracasos.

Así, nuestro temor o resentimiento nos predispone a mantener un estado de alerta, prejuzgando a la

pareja y negándole el derecho humano a cometer errores, a final de cuentas esas relaciones fallidas

anteriores también constituyen parte de nuestro pasado, de nuestras experiencias y de nuestros errores;

por lo que es necesario de acorde a éste principio de gestión emocional no permitir que las experiencias

pasadas condicionen las oportunidades presentes o futuras inmovilizándonos por el peso que cargamos a

cuestas el cual nos obliga a deformar nuestra postura y plantarnos a la defensiva incapaces de tomar

iniciativa o dar confianza, porque ya pesa más el lodo o escombro emocional adheridos a esa armadura

que la armadura original misma; entendamos pues que sí de inicio no te sientes confiado para quitarte

dicha coraza defensiva porque sigues viendo las futuras relaciones como una amenaza potencial, al menos

tomate la molestia y esfuerzo de limpiarla antes de una nueva batalla, en lo que te convences u obtienes la

confianza de que tu nueva pareja no es un adversario o agresor como el anterior.

Para lo anterior se propone una técnica disociativa emocional que consiste simplemente en una purga o

lavado de armadura, en términos prácticos aceptar la posibilidad de que las cosas o personas pueden

volver a fallar pero no por ello prejuzgarlas o condenarlas sin haberles dado la oportunidad para

demostrar lo que son; entendamos que dicha mentalidad de que todos son iguales es un tipo de violencia

emocional ejercida en contra de alguien que todavía no ha cometido falta alguna, pero si tú ya tienes la

convicción que sin duda lo hará, te fallará o lastimará, entonces de plano no tiene caso que engroses la

lista de “tus iguales” pues hasta para las batallas hay que tener inteligencia, estrategia y táctica para

elegirlas o librarlas, no se diga entonces de algo igual de complejo como las relaciones sentimentales,

siendo el eje rector de esta técnica disociativa el ver dichas relaciones no con una mentalidad de guerra,

pensando en conquistas o fracasos, sino como un juego de habilidad constructiva, es decir no jugamos al

ajedrez en donde se trate de dar jaque mate para ganar, sino un juego de capacidad emocional en el que

se gana evitando dicho jaque mate perpetuando de por vida dicho juego sin que ninguna de las partes

pierda posición o pieza alguna.

Entonces no se trata de ganar o conquistar puesto que no es un adversario sino más bien un compañero al

que debes elegir adecuadamente para que esa batalla se convierta en un juego que no solo sea divertido

sino también duradero y de provecho para ambas partes, las cuales irán sumando nuevos miembros a su

equipo conforme tengan la habilidad para subir de nivel en tal juego que es la vida; es por ello importante

no continuar si el compañero no es afín, no está comprometido con la partida o interesado en dar el

siguiente paso y es ahí donde cometemos el error de presionar o chantajear queriendo forzarlo para ir en

una determinada dirección, permitiendo acontecimientos deliberadamente premeditados como un

embarazo u oponiéndonos a que otros sucedan -ejerciendo incluso violencia emocional- como sería una

mejor oportunidad laboral que pudiera restarle exclusividad o seguridad a la relación, es ahí donde el

juego pierde su modo cooperativo -pues tomamos de rehén a ese compañero- y entra en modalidad de

guerra -todos contra todos- es ahí cuando termina el juego.

PRINCIPIO DE NO LAPIDACIÓN VIRTUAL

En tal juego de la vida hemos incluido un elemento distractor que nos permite voltear la vista a otro lado

cuando lo que vemos en nuestro camino es desagradable o no tenemos la capacidad para lidiar con los

retos y problemáticas que tenemos de frente, hablamos del internet y las redes sociales que distraen con su

magia nuestra atención y concentración redireccionándolas a escenarios más cómodos y situaciones más

fáciles de juzgar o resolver ¡las vidas ajenas claro está! así pasamos gran parte de nuestro tiempo

revisando y escudriñando muros y perfiles ajenos con el morboso ánimo de comparación y nuestra

necesidad de juzgar a alguien más por nuestra cobardía y falta de coraje para juzgarnos a nosotros

mismos; andamos buscando la ofensa y falta ajena para minimizar o ignorar las propias poniéndonos el

traje de superhéroes, defensores de las causas justas y los necesitados cuando en realidad no somos más

que una turba virtual con ánimo de linchamiento que ofrece vergonzosamente en sacrificio para su

lapidación a quien en un descuido se vea públicamente expuesto o evidenciado en acciones o situaciones

reprobables ética y moralmente hablando y una vez que acabamos con este personaje nos volvemos a

sentar en el monitor al acecho y caza del siguiente caso que invariablemente concluirá con otra

lapidación virtual, convirtiéndonos así en una degenerada corte a la que ya no le importa procurar

justicia sino simplemente linchar al culpable olvidándose incluso de las víctimas por ir en busca de otros

culpables porque una vez que se llevó a cabo el linchamiento mediático es para nosotros historia vieja o

cosa juzgada aplicando lo que popularmente se dice de que cuando los buenos empiezan a matar a los

malos al final solo quedarán asesinos.

El problema es que ni somos buenos ni las faltas que juzgamos son más graves de las que nosotros mismos

cometemos o seguramente cometeríamos de estar en el mismo lugar o situación, ni nos interesa la

prevención, mucho menos el perdón o el arrepentimiento ¡nosotros solo queremos ver a alguien arder! Y

lo más irónico de todo es que para ser parte de dicha turba aceptamos participar del juego de la ruleta

rusa virtual rogándole a dios no ser los próximos persignándonos con una mano mientras en la otra

sostenemos el garrote todavía ensangrentado.

En esta sociedad homovora de lapidación virtual somos adictos a un nuevo tipo de circo romano que nos

seduce con el espectáculo del sacrificio, escarnio y linchamiento público en línea, hemos hecho de la vida

un “reality show” barato, degenerado, perverso y nefasto; incluso de cuestiones absurdas e

intrascendentes como el hecho de que un funcionario o personaje público se equivoque al mencionar el

autor de un libro, la capital de un país o algún dato relacionado con la geografía, historia y cultura

general porque en automático nos volvemos expertos en la materia –previa búsqueda claro está del dato

correcto en internet que ni nosotros conocíamos- es por ello que este principio nos invita a no sumarnos a

esta modalidad virtual de cacería de brujas, a no dejarnos seducir por la histeria colectiva que nos

despoja o desinhibe de nuestra individualidad para integrarnos a ese cardumen, a esa chusma enardecida

alimentada por el desenfreno de nuestras frustraciones liberadas y acuerpadas, confundidas entre las

ajenas, llevándonos a una perversa fuente ovejuna en la cual los pulcros, castos, siempre correctos y

justos pobladores son en realidad seres deformados por el morbo, la envidia, frustración y rencor

ciertamente alimentados también por las diferencias e injusticias sociales, políticas y económicas, sin

embargo responder degradando nuestras capacidades y pervirtiendo nuestras cualidades humanas es

satisfacer los perversos intereses de un sistema corrupto.

Traduciendo este principio a nuestra vida cotidiana entenderemos la necesidad de salir de tal inercia

mediática, pues si bien es cierto las redes sociales facilitan la comunicación también lo es que los

intereses económicos y políticos la saturan y pervierten; es decir, volvamos a la justa medida de tener un

muro o página para comunicarnos con nuestra familia, alertarnos de cuestiones sociales trascendentes y

también -porque no- divertirnos un poco pero sin caer en la seducción del morbo, generando la madurez

virtual de no meternos en lo que no nos importa ni criticar aquello que solo afecte la vida privada de

terceros, entendamos pues que el tener acceso a fotografías o historias ajenas no otorga el derecho a

opinar o juzgar sobre ellas y en caso de hacerlo tengamos la honestidad emocional de cuestionarnos si

contamos con la autoridad moral para realizarlo, en una simple frase ¡quitémonos el vicio y adicción a

dicho circo virtual y pongamos atención en nuestra propia vida! Sobre todo entendamos que mentarle la

madre a un político no hará el cambio sino todo lo contrario, les estamos siguiendo el juego porque nos

hacen pensar que con hacerlo ya somos parte de una oposición, la verdadera resistencia es acción y la

verdadera unión no es en línea sino en las calles.

¿No consideras sospechoso que el facebook contenga millones de reflexiones, chistes, chismes y noticias

que se actualizan cada segundo? ¿No será que las mismas empresas como Apple, google o facebook son

cómplices y accionistas de un poder globalizado cuya función consiste en mantenernos en línea sin estar

verdaderamente unidos pero con la necesidad compulsiva de mantenernos actualizados? ¡Piénsalo por un

momento! Y te darás cuenta que a ellos les convenimos chismosos, metiches, criticones pero temerosos,

haciéndonos sentir que con la valentía, indignación o solidaridad mostrados por dar un “me gusta” o

escribir una mentada de madre ya cumplimos e hicimos del nuestro un mejor país; este principio te invita

a ser insurgente, un verdadero activista social que deje de estar en línea y esté con su familia o haciendo

sin distracciones lo que le corresponde y luego entonces tendremos padres de familia y ciudadanos activos

que defiendan sus derechos con el correcto cumplimiento de sus obligaciones.

Entendamos ya que a nadie le importa un carajo nuestro estado, nuestras fotos ni nuestras profundas

reflexiones filosóficas o casi novelas que solemos escribir en nuestros muros, que si lo revisan es por

morbo y empecemos a forjarnos el carácter para ir y decirle a quien le tenemos que decir lo que

escribimos como indirectas en nuestras publicaciones; si estas enfermo, feliz, en un hospital o disfrutando

de una rica comida en un buen restaurant aléjate de la tentación de proclamarlo al mundo entero,

disfrútalo con quienes debes o apóyate con quienes en verdad te quieren, dejemos ya de buscar en línea lo

que no tenemos el valor de hacer en persona, tratemos de esforzarnos por retomar nuestras vidas

cortando los hilos llamados redes sociales con los que dichos titiriteros nos manipulan a su antojo.

¡Perdámosle el miedo al miedo! estar solo, enfermo o en una situación emocional difícil requiere de

esfuerzo y voluntad no de andar dando lástima o pena ajena a quienes no le importamos, si en vez de

lamentarte pones manos a la obra por muy difícil que sea tu situación verás que en algo empezarás a

mejorarla y no solo eso, sino que manos amigas verdaderas se harán solidarias contigo porque habrás

dejado de buscar la aceptación o apoyo que necesitas en esas publicaciones que en la mayoría de los

casos no son más que un grito desesperado de ayuda, necesidad de aceptación o reafirmación; ya

sabemos que no importa cuánto te repitas una mentira, esta no se hará verdad ¿Entonces porque tratas de

convencer a los demás de lo que ni tú crees o sabes que no es cierto? a eso se resume el circo de las redes

sociales, a un mercado barato donde las emociones se ponen a la venta con una foto provocativa y donde

aceptamos y le damos “me gusta” a las mentiras ajenas porque necesitamos desesperadamente que

refuercen y aprueben las nuestras.

Mención aparte merece la vanidad, por la que muchas chicas prácticamente se promocionan como objetos

sexuales en poses o ángulos que solo captan sus atributos físicos, demostrando que su seguridad es

inversamente proporcional al número de seguidores o “me gusta” que sus publicaciones obtienen y

quejándose amargamente cuando alguien no la valora como ser humano o por sus capacidades sin

aceptar que mandó las señales equivocadas que atrajeron una manada de “perfectos caballeros” a los

cuales no les importa en realidad que una mujer hable dos idiomas –español y pendejadas- pues

únicamente van tras el premio o trofeo que ella misma publicó; lo mismo pasa con hombres que se

dedican a ostentar todo lo que tienen para encubrir lo poco que se sienten, en resumen ¡sabemos que es

una farsa! Pero nos halaga reforzando vanidades o inseguridades y nos volvemos actores cómplices de

ella.

Mucho más cuidado debemos de tener aquellos que requerimos de reforzar nuestra superioridad, que no

es otra cosa más que un reclamo sarcástico, irónico o con desdén a quienes consideramos inferiores

cultural, intelectual o socialmente -pero al fin y al cabo es reclamo- con el cual estamos reconociendo

tácitamente nuestra inseguridad y necesidad de aceptación por parte de aquellos a quienes reprochamos;

es decir, el mismo tiempo pierde quien es fanático de la selección nacional de futbol poniéndose la

camiseta que quien entra a las redes sociales a criticar tal fenómeno masivo, ambos están perdiendo el

tiempo en el internet ¡pero al menos uno de ellos lo está disfrutando! mientras otro reclama con

frustración autoproclamándose libre de manipulación pero constituyendo una especie de lapidario

oligárquico más peligroso, aquel que viendo la manipulación no hace realmente nada para cambiar las

cosas pues se conforma con despreciar o ridiculizar a los manipulados; sí perteneces a un club literario, a

un grupo de reflexiones o de exclusivos fisicomatématicos ¡Que bueno! Utiliza eso que sabes o has leído

en beneficio propio y de tus semejantes y deja en paz al prójimo, si algo quieres mejorar que sea con tu

ejemplo no con tu opinión soberbia desde tu burbuja de arrogancia y autoproclamada superioridad

mientras inconsciente pero desesperadamente tratas de llamar la atención de aquellos a quienes críticas;

la vanidad y sus necesidades alimenticias tienen muchos rostros, no solo el de una chica bonita que exhibe

su cuerpo en las redes sociales para ser popular, todos requerimos de reforzar o reafirmarnos

emocionalmente y no será en el facebook que verdaderamente se logre, sino con las acciones y sus

consecuentes resultados cotidianos.

Lo cierto es que en sociedad hombres y mujeres necesitan distractores, por ello el circo siempre ha

existido y lo seguirá haciendo -llámese coliseo romano o selección nacional de futbol- debido a nuestra

perdida identidad resultante del contrato social en el cual ya no somos tan individuales ni tal libres como

quisiéramos y sí a eso le sumas una sociedad de consumo que te bombardea en cada comercial que debes

buscar la identidad del triunfador socialmente aceptado mediante la proyección de una imagen adecuada

que se logra con la posesión u ostentación determinada de objetos –ropa, accesorios, celulares entre

otros- tendrás como resultado hombres y mujeres desesperados por encontrarle un sentido a su vida de

acorde a la brutal programación masiva de la que es víctima, por ello el sistema crea identidades

triunfadoras para el colectivo en las cuales obtienen refugio aquellos que no han logrado la individual

–que son la inmensa mayoría- por ello existen las selecciones nacionales o los campeones mundiales para

que nos proyectemos olvidando nuestros mediocres fracasos sintiéndonos por un momento triunfadores y

campeones o descargando nuestra frustración si pierden –ambas cosas son igualmente convenientes- es

tan simple como brutalmente conductista, nos venden la idea de partirnos el lomo para ser los mejores,

para ser exitosos y triunfadores, pero el sistema sabe que muy pocos de millones podrán serlo así que

fabrica, promociona y obsequia tales selecciones y campeones al pueblo, para que dicho éxito esté -al

menos en la ilusión- a la mano de todos, quienes -tengo la esperanza- algún día comprendan que a

diferencia de ganar o ser exitoso ser feliz no tiene precio ni requiere batalla por medalla o trofeo alguno,

requiere equilibrio, aceptación y gozo por la existencia definida por el sano esfuerzo de voluntad y que

todo ello está en el interior de cada ser humano por obsequio divino; pero claro, cuando descubramos y

nos enfoquemos a ello se le acabará el negocio y control a dicho sistema globalizado de poder.

PRINCIPIO DE NO ASPIRACIÓN NEGATIVA

Del anterior emerge un fenómeno como objetivo claro de las redes sociales: Convertirnos en seres

aspiracionales más que funcionales, alejarnos de la falsa pretensión es el punto neurálgico de nuestra

propuesta, del triste refrán entre policías o delincuentes: “Caballo grande manque no ande, mujer bonita

manque sea puta y dinero en la bolsa manque sea robado” olvidando que las cosas no definen al ser

humano sino por el contrario y sobre todo prefiriendo la apariencia sobre la utilidad, viviendo en una

sociedad de adornos e inventos tan ridículos que todavía nos venden como la solución esperada en

nuestras vidas, maquinas revolucionarias que exprimen una naranja en segundos como si fuéramos a

perder los dedos por hacerlo con nuestras propias manos, debemos recobrar el sentido de verdadera

necesidad y utilidad de las cosas; los hombres preferimos una motocicleta aunque sea de mala calidad

pero que se vea deportiva y bonita a una de trabajo confiable y de buen material aunque no glamorosa, lo

mismo pasa con las réplicas o clones, nos permiten sentir que traemos algo que de otra forma no

podríamos costear en original y la verdad es que no hay nada más nefasto que lo falso, pero nos

presionan tanto por tener esos objetos símbolo de estatus que cubrimos nuestra necesidad de aceptación

con un producto que es el espejo de nuestro propio ser: Una mentira, una falsificación, algo de mala

calidad ¡pero que se ve bonito aunque no sirva para nada! así nos vamos convirtiendo en apariencia

plástica en vez de auténtica esencia.

Cuando comprendamos que es mejor preferir cosas que pueden ser humildes o sencillas pero confiables y

funcionales porque somos nosotros quienes les damos sentido y significado dejaremos que otro traiga el

automóvil deportivo mientras la chica permanece a nuestro lado en nuestro humilde pero versátil y

rendidor sedán o que otra se mate de hambre para verse glamorosa mientras tu pareja te adora por tus

cualidades y virtudes que al no estar concentrada solo en la imagen o apariencia podrás invertir en

acciones que demuestren verdadera belleza a quienes te rodean, es por ello que algunas dicen: “La

belleza cuesta” ¡y bien cierto! a esas personas les cuesta su tranquilidad, su armonía y su generosidad

pues no tienen otra finalidad que cuidarla, esclavos de su vanidad -la cual es una pésima inversión por

costosa y efímera- sintiendo que como han soportado el sacrificio de no desayunar o llevar una dieta

estricta merecen ya el reconocimiento general pues su única función en la vida es ser popular o bonitos

reducidos a un simple objeto o trofeo, mientras que los auténticos, los genuinos no se preocupan por la

marca de su camisa o si tienen la nariz o senos un poco chicos o caídos, se ocupan de hacer bien, con

esfuerzo y amor lo que les corresponde en beneficio propio y de sus semejantes, esas personas son

simplemente hermosas.

Cierto es que en un primer momento como te ven te tratan, pero inmediato te conocen como eres te

respetan y aprecian en vez de burlarse porque eres una piñata vacía, un árbol de navidad con foquitos y

adornos pero artificial, la complicidad y la adulación sí pueden comprarse -son algo barato como las

apariencias mismas- pero la admiración, respeto y cariño jamás, es por ello que debes preocuparte por

ser un excelente abogado en vez de solo aparentarlo con tu traje costoso, un excelente esposo en vez de

solo compensarlo con regalos o rosas en solicitud de perdón o suplencia de ausencia con tu pareja e hijos,

una madre y compañera amorosa en vez de esposa trofeo; en general como ya habrás entendido, se trata

de no ser aspiracionales para ser reales, de ya no perseguir en una carrera frenética el éxito y aceptación

social que te aleja de tus seres amados y de ti mismo; eso de que: “No es lo mismo llorar en la banqueta

que en tu Ferrari” es una excusa estúpida, cuando un millonario se suicida lo mismo se salpica de sangre

el cemento que el fino cuero y a final de cuentas ¡De todas maneras no tenemos un Ferrari! ¿O sí?

La miseria emocional no se cubre con dinero al contrario se agrava, no es justificar la pobreza pero

cuantos no preferimos una mano cálida y pecho solidario al llorar que el frio tablero de tan exclusivo

automóvil, sin ser extremistas cuántos hombres maduros que ahora pueden presumir dicho Ferrari no

sienten envidia de la buena al ver un chico en bicicleta al cual su novia abraza con ternura mientras

juntos avanzan por la vida con una sonrisa de esperanza; porque vemos todo eso que hemos perdido, que

dejamos en el camino o que cambiamos por los objetos que satisfacen dichas aspiraciones y apariencias.

No ser aspiracionales nos permite despojarnos de la ansiedad competitiva, de pensar que algo se va a

acabar o no nos tocará, todo llegará cuando deba si es que te corresponde, solo nos resta esforzarnos

cada día con amor y entrega en todo lo que hacemos lo cual habrá de definir lo que somos y por lógica

determinará lo que tendremos, no hay necesidad de obsesionarse con los resultados, metas u objetivos

porque vendrán solos, no tienes que contaminarte ni vender tus principios y valores para conseguir dicha

meta porque entonces habrás prostituido tu ser y el logro estará viciado, pensar por ejemplo que debes

traer ese auto deportivo para que te sientas un profesionista exitoso es un error, ejercer con amor tu

profesión te hará un profesionista exitoso, al cual todos busquen o recomienden y por tanto, ese automóvil

llegará solo, las metas amigos míos a veces son como las mariposas o las plumas al viento, mientras más

las persigues más las alejas, al tiempo que sin darte cuenta en esa persecución te pierdes; no te extravíes

ni te vendas, simplemente esfuérzate con todo tu ser en tus deberes inamovible en tus principios y valores,

veras como las mariposas llegan solas a posarse en tus manos.

PRINCIPIO DE CONECTIVIDAD EMOCIONAL EFECTIVA Y AFECTIVA

Este principio nos permitirá comprender que el daño al tejido familiar y social es nuestra directa

responsabilidad no de los gobernantes, claro que es lo más cómodo es aplicar la fórmula de que todo es

culpa de alguien mas, que la delincuencia e inseguridad, la crisis en todas sus vertientes como falta de

empleos, malas políticas públicas de salud o educación es culpa de los “malditos cerdos corruptos que

nos gobiernan” te diré que “Sí, pero no” la realidad de los países sub desarrollados o de tercer mundo es

que su población está sometida ya no por dictadores o gobiernos opresores sino por sus propios vicios y

pereza cívica, estos gobiernos neo liberales en realidad no son gobernantes si no regentes porque

fomentan y se aprovechan de nuestra prostitución moral y adicción al consumo, en realidad libertad de

expresión hay sobrada, todo mundo puede incluso mentarle la madre a su presidente o gobernador por las

redes sociales, cosa que en otros tiempos ameritaría la inmediata irrupción de la policía secreta o el

ejército en tu casa para desaparecerte ¿pero sabes quienes son los primeros interesados en que maldigas,

mientes madres y te contamines emocionalmente con tal resentimiento? ¡Los propios regentes claro está!

Quienes jamás arrestaran siquiera legal o justificadamente a un transgresor de la ley, a un manifestante

que se convierte en vándalo destrozando propiedad no solo publica si no afectando comercios y dañando

viviendas ajenas, porque les convenimos polarizados, transgresores, resentidos y divididos para tenernos

a mano de su herramienta de represión llamada Derecho Penal.

Ante una sociedad respetuosa de sí y de la ley con sus miles de reglamentos, que de ser injustos los

superan mediante la protesta pacífica, tales grupos de poder tendrían entonces que ser ellos los violentos

perdiendo legitimidad y obligando a la comunidad internacional a actuar; Esto se relaciona directamente

con nuestra propuesta de tratamiento residual de emociones, pues identifica al sistema político neo liberal

o globalizado como un regente o padrote de la prostitución de valores sociales, pues el reproche y la

desconfianza mutua en sociedad nos impiden retomar la comunicación y vinculación humana tanto sana

como necesaria, recordando de aquellos tiempos que los abuelos cuentan cuando no era necesario cerrar

la puerta de la casa, tu vecino era solidario y los pueblos no solo con identidad sino que orgullosos de

ella; En cambio tenemos mucha tecnología, mucha diversión y entretenimiento pero una pobre economía

diseñada para mantenernos con la mentalidad de mendigos dependientes de un gobierno paternalista, en

tal sentido es nuestra responsabilidad activarnos, creando nuevos burgos, impulsando una nueva

economía retributiva y distributiva familiar, en la que nadie sea un peso muerto, porque todos

contribuirán a la actividad grupal.

Claro, el joven que ve como “su única obligación” estudiar se pone “de a pechito” al sistema, quien le

valida esa pereza y desinterés por integrarse al esfuerzo familiar que tiene esclavizados a sus padres

trabajando para costear estudios mientras que tales muchachos están en una nube virtual o zona de

confort en la cual son víctimas de las apariencias y poses, del convencionalismo social, más preocupados

por impresionar a sus amigos o compañeros de colegio con un nuevo celular inteligente o ropa de marca

que por ser conscientes del sacrificio de sus padres y sumarse a la tarea, convirtiéndose en un elemento no

solo útil sino de aporte, más que esa “promesa futura de éxito” gracias a la cual no es más que un peso

muerto, un lastre, porque incluso sabemos de familias donde privilegian al varón o primogénito, porque

“no todos pueden ir a la universidad” mientras los hermanos menores o mujeres tienen que conformarse

con ser parte de la plataforma que sostiene tales aspiraciones.

Lo que el gobierno jamás te dirá es que en realidad no tiene trabajo para jóvenes y que cuando se gradúen

el ámbito profesional está igualmente saturado, por lo que es una estrategia muy astuta mantener a un ser

humano productivo “estudiando” la mitad de su vida al tiempo que se constituye en una carga para sus

padres que a la vez se ven obligados a trabajar “En lo que sea o de lo que sea” con tal de “sacar adelante

a sus hijos” cuando el esfuerzo debe ser de grupo, así como la responsabilidad y beneficios, no hacerle

creer a los jóvenes que el estudio es una obligación, sino un derecho, que además el propio Estado tiene

la obligación de procurar y que ser estudiante no lo deja exento de sumarse al esfuerzo necesario para

mantener equilibrada la economía familiar en vez de ser un tipo de “junior” que solo sirva para exigir a

sus padres más herramientas, más equipos de cómputo, mejores o más caras universidades y todo lo

necesario para ser “un profesionista exitoso” lo cual, con tal mentalidad de parasito jamás será.

Al igual que una jovencita a la que se le programó para “agarrar marido” tener hijos y que por ello la

mantengan el resto de la vida, ve cómodo el no ir a la escuela, el pasar los días sin compromiso ni

esfuerzo, hasta que la juventud y buena figura se le termina, entonces todo es culpa de “un mal hombre”

“de la vida injusta que no le brindó igualdad de oportunidades” cuando nunca se esforzó en realidad más

que en meter la panza en la pose para las fotos, ya que siendo honestos las redes sociales alientan la

prostitución y que las mujeres se promuevan como pedazos de carne, fijando su valía, popularidad y

aceptación social en el tamaño de sus senos o caderas, engordándoles la vanidad para que sientan

innecesario esforzarse en sus estudios, en sus buenos hábitos, en ser mejores personas, porque todos le

dicen por docenas de comentarios lo lindas que se ven y por ende no necesitan de hacer más que posar

para tener el halago fácil que les haga sentirse “grandes mujeres” y que merecen todo, simplemente por

su linda cara.

Pero en nuestro conformismo llevamos el castigo, porque luego de ser “ninis” jóvenes que ni estudian ni

trabajan, que constituyeron por años una carga para sus padres, cuando dos de éstos se encontraron

formando una nueva célula familiar pasaran a ser jóvenes padres desempleados porque no estudiaron o

porque no aprendieron a hacer nada mientras estaban con sus padres y así se sigue el circulo vicioso

teniendo como resultado una generación de discapacitados emocionales compitiendo por trabajos de

mostrador con sueldo mínimo, porque ya tienen hijos y ahora sí “Hay que trabajar de lo que sea para la

leche y los pañales” ¡y esa es la ganancia de este sistema! Que trabajemos de lo que sea y por lo que sea

porque no fuimos capaces de darle un sentido a nuestra vida y ahora nos aferramos a decir que “nuestro

bebé” lo es todo en la vida para nosotros; es crudo pero real, tenemos jóvenes que pasaron la mitad de su

vida en sueños, tomándose fotos para el face y creyendo que eran como su ídolo juvenil prefabricado y

para cuando abren los ojos percatándose de su amarga realidad prefieren la negación, los vuelven a

cerrar justificando con la nueva vida de sus hijos la suya propia vacía, tomando a sus bebés como rehenes

de sus frustraciones y excusas para no vivir o intentar algo por ellos y para ellos mismos en la otra mitad

de vida que les resta ¿Ves como si tiene mucho que ver la política en tu vida? Porque mientras no sepas

que estás siendo pensado y vivido por un sistema que fomenta el egoísmo, la indiferencia y degradación

humana en general, no tendrás conciencia plena y no podrás tener libertad jamás, necesitamos

ciudadanos que se interesen en la política no políticos interesados que fingen representar a los

ciudadanos, optando por la honestidad y compromiso de servicio que por la corrupta especialidad, la

experiencia se va adquiriendo con buena voluntad, pero la honestidad en un corrupto jamás.

En resumen, se trata de olvidar un poco el “wi-fi” dejando a un lado el teléfono inteligente y retomar la

comunicación social, vecinal y familiar, mirar a los ojos a las personas, evitar de no ser una emergencia

el uso de redes sociales o programas de texteo como el Whats y esperar a comunicarnos en persona, de

forma efectiva y afectiva, pues estar siempre “en contacto” de la forma en la que nuestra sociedad

moderna tecnológica apuesta es quitarle esa magia, esa emotividad, esa humanidad que tener, estar,

hacer o mantener contacto con nuestros semejantes otrora significaba, entendamos que las personas son

más que un icono de contacto y que las emociones verdaderas no son “caritas” enviadas por texto; una

vez que practiquemos este principio, tomaremos las riendas emocionales de nuestra capacidad conectiva o

de vinculación social y con ello permitiremos reforzar ese tejido social dañado con células aisladas por

una pantalla y personas resentidas por su situación económica y social culpando a sus gobiernos cuando

no son capaces de gobernarse a ellos mismos.

Acusando a tus representantes populares de la mala organización social, corrupción, desigualdad e

injusticias no serás mejor ciudadano; llevar la protesta a niveles de indignación virtual elevados no hará

diferencia real, porque no movemos un dedo fuera de nuestro sofá o monitor para realizar una sola acción

en congruencia con tales protestas; mientras sintamos que con insultar a un político hemos hecho patria o

que nuestro “revolucionario interno” ya combatió en el frente de batalla social, estaremos viendo a

control remoto o “en línea” un campo de batalla desierto que todos están observando desde sus muros

diciendo: “Algo tenemos que hacer” ¡basta ya! Pero nadie cierra cesión, se pone en pie y se hace

presente en la trinchera por lo que tal gobierno gana por ausencia de contrincantes reales; somos los

cómplices perfectos de tal sistema y nuestros gobernantes son fieles y dignos representantes de nuestra

apatía, indiferencia y pereza social; si quieres causarle un agravio a un corrupto, no le mientes la madre

¡No tiene! Mejor salúdalo de mano en una comisión popular que le dé las gracias por ser ineficiente y

corrupto, diciéndole adiós con una sonrisa en los labios; organizando vecinos, colonias, pueblos y estados

en frentes cívicos apartidistas que se constituyan en observatorios ciudadanos de la función pública, sin

interés alguno de obtener puesto o beneficio de cualquier índole, pues ya sabemos que lo primero que

hacen los gobiernos corruptos es cerrar la boca con un fajo de billetes a quien cruza la línea de la

protesta virtual o tolerable a sus intereses, aprendieron a no hacer mártires, ya no asesinan o

desaparecen como antes, solo corrompen o fabrican delitos, nos dan cuerda y peso para que nos

ahorquemos solos, así de simple.

Así que ya dejemos de gritarle ¡Gobierno represor! Puesto que te deja gritarlo e insultar a cuanto

funcionario se te antoje no lo es en realidad -tiene una estrategia más perversa que nos incita a mucho

hablar y poco actuar- así que mejor nos veamos como la sociedad cómplice en cómoda omisión que somos

y restablezcamos la conectividad humana que nos permita consensar, llegar a acuerdos reales y

ejecutarlos en beneficio de nuestras familias y pueblos; en base a lo anterior, cambiando nosotros

cambiaremos el panorama, equilibraremos las reglas del juego y por simple resultado lógico tendremos

familias con un nuevo paradigma de conciencia social, de esfuerzo y responsabilidad grupal, tendremos

una nueva economía productiva de núcleos o aldeas, no consumista globalizada sino retributiva y

distributiva, lo cual a su vez generará una activación comercial e impulsará la dinámica cultural

resultando en una mejor calidad de vida para todos nosotros, por lo tanto el cambio sí está en cada uno de

nosotros, pero no en el protagonismo egoísta ni en la mediocridad conformista, sino en nuestra capacidad

de retomar la cohesión como género humano, de ser solidarios y con plena disposición a trabajar por

tales metas comunes, de otra forma nuestros hijos nunca tendrán las oportunidades que soñamos para

ellos, por más que atropellemos y pasemos encima del vecino, tarde o temprano seremos nosotros quienes

caeremos, sobre quienes pasaran sin importar nada otros que también andan con la mentalidad de guerra,

con pensamiento egoísta de triunfo.

Según estadísticas tristemente oficiales –de la Organización para la Cooperación y Desarrollo

Económico- al 2014 en México 4 de cada 10 no tienen el dinero suficiente para comer, por ello la

conveniencia de un sistema egoísta de consumo, pues el gobierno ineficiente y corrupto solo tiene que

cuidar que no sean más de cinco los que no tengan para comer, mientras sean más lo que todavía pueden

hacerlo, tendrá aliados por omisión o apatía para no permitir que se solucione el justo reclamo social de

los otros cuatro; con la vinculación propuesta, tendríamos esa conciencia social necesaria que no

permitiría tan siquiera dos mexicanos o mexicanas con hambre, aceptando que los retos sociales son

complejos, aportarían todos su esfuerzo para equilibrar la situación de los que no pudieran tener un nivel

mínimo aceptable de vida eliminando así la pobreza extrema que es incubadora de criminales y toda la

corrupción social como la explotación laboral o infantil; pero mientras sigan educando al pueblo para

saber de futbol y novelas no de civismo y política, tirándonos migajas a esos chiqueros que llamamos

zonas de confort seguiremos en una sociedad dividida, polarizada y agresiva, incapaz de consensar y

coordinar acciones que lleven a una superación personal y crecimiento social, cultural y económico; no se

trata de “mover a México” de que nos acomoden dónde y cómo quieran ¡Sino de activarnos y ponernos en

movimiento Mexicanos! En la dirección que realmente convenga a nuestras familias, colonias,

poblaciones y comunidades.

PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA EMOCIONAL

El ser humano acepta muchas cosas que no están dentro de su naturaleza, pero las hacemos por una sana

conveniencia social que garantiza cierto orden mediante acuerdos mutuos o colectivos de respeto a ese

invento llamado derecho, sin embargo debemos cuidar que no se degenere ni lo primero ni lo segundo; es

decir, hombres y mujeres no están hechos para vivir en una sociedad regulada como la hemos pactado,

somos simplemente como somos, las etiquetas las pone la moral y esas normas establecidas que

contractuan e incluso deforman el interior de hombres y mujeres con las ataduras y convencionalismos

sociales -es en ése momento que nacen los delincuentes- es mentira que un agresor sexual sea un criminal

porque es homosexual, al contrario el complejo social y represión familiar hicieron de un ser humano

dotado de muchas cualidades un ente deformado por la fuerza, por la violencia moral ejercida en el

reproche y desaprobación familiar o grupal de su naturaleza.

Lo mismo aplica a otras situaciones no menos complejas, como la infidelidad por ejemplo ¡nos sinceremos

hombres! ¿Cuántos de nosotros tenemos miedo a aceptar que nos apetece un encuentro sexual ocasional o

que sí, al menos deseamos voltear a ver a esa chica que pasó? Pero es totalmente inaceptable en una

sociedad hipócrita en la que nuestra imagen pública determina incluso nuestro nivel económico o puesto

laboral; en el servicio público por ejemplo, un escándalo sexual puede más que los buenos resultados de

tal funcionario, por ello nacen las bajas pasiones -a las que nosotros denominamos subterráneas- por ello

el hombre prefiere irse a esconder en un prostíbulo de mala muerte y exponerse a un contagio, porque se

siente culpable de su naturaleza y no debe ser así; éste principio nos enseña que debemos conocer nuestra

naturaleza para poder administrarla con buena voluntad, porque toda forma o estilo de vida debe ser una

elección no una obligación ¡es la clave amigos! los seres humanos no debemos renegar de nuestra

naturaleza y pasiones, porque tenemos la fuerza de voluntad para conformarlas, pero debe ser por

convicción no por imposición.

En mi caso particular, siempre he dicho que los hombres somos como perros, solo necesitamos sexo y

comida, sosteniendo que es injusta la pregunta de una mujer: ¿Sabías que los pingüinos eligen una pareja

para toda la vida? ¡Tal cuestionamiento encierra todo el dolo y reproche del mundo! el peso de la

culpabilidad ¿Por qué? ¡Si no soy un puto pingüino! Soy un hombre que genera millones de espermas en

cada eyaculación, mientras la mujer un óvulo por mes, es decir venimos programados diferentes, así lo

dispuso la sabia naturaleza, no somos águilas ni pingüinos, somos humanos, con todos sus pros y contras;

no es cinismo ¡simplemente honestidad! si quieres que un hombre te diga que sus parámetros e impulsos

sexuales son iguales o deben ser de acorde al pensamiento femenino simplemente tendrás un hombre

mentiroso. es mejor tengas un hombre honesto que reconozca su naturaleza y por la cual tú no lo

acomplejes ni agredas emocionalmente, porque te diré que también ese hombre tiene fuerza de voluntad y

si en verdad te ama, será un perro fiel toda la vida, pero por elección no por intimidación o negación de

sus impulsos naturales, sino por el control que de propia voluntad ejerza sobre ellos; Quitémonos la

mentalidad de que todos los hombres son unos perros o unos puercos, son simplemente hombres que si

bien tienen motivaciones diferentes, comandos genéticos incluso que les impulsan a ciertos

comportamientos, también tienen la capacidad de moderar y gobernar tales impulsos en beneficio de algo

mejor, el amor de una mujer y de una familia por ejemplo.

Igual hombres, no esperen que sus mujeres se sometan solo porque son el sostén de la casa y los “señores

del castillo” exigiendo como derecho la satisfacción de tus necesidades, ni mucho menos creas que está

obligada a satisfacerlas; no esperes amigo a que cambie su mentalidad de que eres un cerdo porque a

veces solo necesitas sexo no de hacer el amor, que no siempre tiene que ser una experiencia religiosa con

velas y ambiente romántico ¡Solo quieres un “rapidito” y ya! después de ello quieres estar tranquilo, sin

necesidad de contestar preguntas románticas para reforzar la relación o estar de cariñoso abrazando por

horas, ten la honestidad de aceptar que el 90% de las veces solo quieres sexo, pero igual comprende que

tu mujer requiere lo contrario noventa por ciento de amor y diez de sexo salvaje, si la amas harás lo

necesario no solo por entenderlo si no que lejos de reprochar y decir que te sientes insatisfecho, generar

los escenarios para que tu pareja se sienta segura, relajada y animada a satisfacer las necesidades de

ambos, logrando tal vez un sano 50/50 ¡debemos poner de nuestra parte ambos pues! Atrincherarse en

nuestros reclamos e insatisfacciones tachando al marido de un “perro calenturiento” o a la esposa de una

“achacosa poco pasional” no soluciona absolutamente nada, pero si da excusas para disolver la sociedad

conyugal, para que al final vayamos por despecho o capricho a caer con uno o una peor, como decía la

abuela: “Salimos de Guatemala para entrar en Guatepeor”.

Debemos corresponder a nuestra naturaleza y recordar que cada ser humano es único, por tanto no

exijamos comportamientos robotizados o respuestas automáticas generalizadas bajo la amenaza de

violencia emocional, sexual o física; no reprimas la naturaleza de las personas, aliéntalas para que con

ella hagan y den lo mejor de sí, por tu parte no grites al mundo “Así soy y qué o a quien le importa lo que

yo haga” mejor trabaja en la auto aceptación y madurez emocional necesaria para ser un hombre o mujer

positivo, un ejemplo a tu sociedad, sin importar que seas metalero, punk, gay, bi, les, católico, cristiano,

budista o metodista y todas las posibles combinaciones o variantes de ello, hazlo no como rebeldía haz en

tu vida lo que sea tu pasión, porque si necesitas demostrar a los demás algo evidencias que requieres de

su aprobación y tú naciste único, libre, soberano.

Por tanto no requieres del permiso ajeno para existir, para desarrollar tu ser, ni de que te perdonen por

respirar e igual piensa que en la diversidad está la ganancia, por lo que tampoco el distinto a ti requiere

de tu aprobación para serlo, o sea que así como tú eres gay, ateo o comunista respétale la existencia a

quienes son católicos, capitalistas o heterosexuales, si a ellos les produce escozor tu persona, pues es

problema de ellos no tuyo, probable solo sea inseguridad o envida, pues si peleas con el racista, puede ser

que más racista resultes tú, si respondes a quien te descalifica más intolerante que él serás; esa tolerancia

que nace de la sana diversidad garantizará el respeto e inclusión en sociedad de todos sus miembros, sin

importar su color, raza, religión o preferencia, solo serán importantes sus acciones en beneficio de la

comunidad, en valorar a cada hombre y mujer por sus acciones no por su apariencia, como alguien muy

grande ya dijo: “Por sus frutos los conoceréis” así que buen árbol no es aquel muy lindo o correcto, si no

el que buenos frutos da, igual a las personas las definen sus acciones.

Una vez que entiendas y aceptes tu naturaleza podrás elegir el cauce que ha de seguir, cambiarla no

puedes es lo que te tocó, pero eso no excusa el desenfreno porque también te tocó fuerza de voluntad y

libertad de elección, así puedes elegir ser feliz sin importar la naturaleza ajena, pues reflexionemos por un

momento: Sí la felicidad se acaba por que el ser amado no se sometió a los parámetros de lo que mi

naturaleza dicta, entonces tal vez sea yo un egoísta que solo necesite de que la otra persona éste sin que

en verdad le ame por sí misma, sino por el efecto que produce en mi vida o la cobertura de una necesidad

emocional; creo que quien en verdad ama no necesita al ser amado, lo ama por libre elección y tampoco

espera que éste se someta a su parámetro de aceptación para que tal amor no nuera, porque entonces no

es amor, solo necesidad emocional; lo anterior se traduce en mujeres que soportan todo con tal de sentir o

presumir que “son señoras” o “que tienen marido” u hombres que ven a la mujer como un trofeo, que sí

bien exige un esfuerzo y gasto, es una propiedad por los demás codiciada; estamos pues, enamorados de

nuestras vanidades e inseguridades, no de otro ser humano, porque es muy cómoda la monógama

fidelidad cuando uno se siente dueño del otro y el otro acepta como pago ser esclavo, pero cuando la

igualdad aparece trae consigo los celos y otras bestias emocionales que atacan a todo el que se acerca a

su propiedad o trofeo al que llaman “ser amado” negándole toda libertad y restringiéndole no solo

acciones si no sueños y vocaciones; creo que mantener un matrimonio a tales costos simplemente ya no es

negocio, por ser poco redituable emocionalmente hablando para ambas partes.

Dejemos entonces de repetir mentiras con la esperanza de que se conviertan en realidades, nuestra

naturaleza no cambiará solo porque la confinemos a lo más profundo de nuestro ser donde los complejos

procrean perversiones; lo mismo con nuestra realidad, aceptemos las consecuencias de nuestras acciones

y seamos congruentes con nuestra naturaleza, para luego tener un pensamiento adecuado que podamos

ejecutar, traduciendo: Dejemos de hacer lo que tan bien nos sale a muchos, esa extraña cruza de panda

con conejo que se ha convertido en el animal más abundante sobre la faz de la tierra; sobre todo en las

relaciones de pareja donde jugamos tan bien al engaño que lo hemos convertido en un arte, unos jurando

que “Cómo crees mi vida yo sería incapaz de engañarte” y otras asegurando: “Claro corazoncito, yo creo

ciegamente y confío plenamente en ti, de quien no lo hago es de esa zorra desgraciada” un buen hombre

sabe que sí es perfectamente capaz de estar con otra –aceptando su cruda o nefasta naturaleza a los ojos

de toda mujer de que pensamos o al menos somos impulsados por algo que está más debajo de la cabeza y

el corazón- pues engañándose o negando su verdadera naturaleza terminará fallando y engañando a su

pareja, para un hombre que ama la mejor estrategia de fidelidad es la prevención, no caer en la negación

de su condición si no aceptarla para luego controlarla, es la diferencia entre un buen jinete y otro que es

arrastrado por sus pasiones; si estos impulsos o “bajas pasiones” son caballos, entonces todos los

hombres somos jinetes, la cuestión sería entonces que tan buenos seamos para montarlas y domarlas, al

igual que tan prudentes y congruentes seamos con las posibles acciones o situaciones que fomenten esa

parte de nuestra naturaleza, como dicen: Sí no quieres sentir calor, no te acerques a la cocina y listo; en

resumen, un hombre debe convertir en halago el que le digan perro, porque los perros son fieles,

solidarios y amorosos, pero para que puedan ser todo eso y mas, primero tienen que aceptar que simple y

sencillamente son perros para luego procurar, fomentar e incrementar todas las cualidades que también

poseen.

Entonces este principio de correspondencia te invita a que no te avergüences de lo que eres, porque en

esta vida se trata de hacer lo mejor que se pueda con lo que se tenga, no de aparentar que se tiene o se es

lo mejor; la confianza en ti mismo al igual que el reconocimiento de tu naturaleza y por tanto de tus

límites te permitirán controlar situaciones o emociones que pueden crecer como una bola de nieve o

causar una avalancha que estará fuera de tu control; concluyendo este principio, jamás te avergüences de

ti mismo, eres único y como tal, debes aceptarte dejando de mal gastar tiempo y energía en disimular o

aparentar buscando la aprobación de los demás, mientras no dañes a nadie con tus gustos o preferencias

atrévete a ser, respetando tu naturaleza y encausándola para cumplir tus sueños y metas logrando

entonces la paz interior y plena confianza de que serás aceptado por quien eres y por el fruto de tus

acciones no por quien aparentes o por cuan convenientemente útil seas a los demás.

PRINCIPIO DE RELATIVIDAD EMOCIONAL

Chiapanecamente dicho, éste principio es el del “Sí, pero no” que nos permite comprender la necesidad

de tener diferentes “lentes” o enfoques para una misma situación que nos brinde la capacidad de sacar lo

mejor de ellas alejándonos de la frustración, el temor o la incertidumbre, tal principio se caracteriza por

la reflexión de emotividad inteligente que nos permita una toma de decisiones no solo madura sino audaz

e incluso inesperada para los demás; es decir, debemos aplicar no solo la paciencia o tolerancia a los

retos y problemáticas, sino también la astucia, pues no solo es un error ver la vida toda en blanco o negro

sino también es limitativo no saber distinguir las tonalidades de cada color; es decir, no debemos permitir

que la frustración, ira o temor nublen nuestra visión de las cosas, esto va más allá del tradicional: “Todo

para por algo o por algo pasan las cosas” ¡Nos permite entender e incluso darle forma a ese algo!

Recuerdo una sencilla anécdota de un conocido ladrón que pasaba siempre con su carreta frente a los

policías quienes a diario le revisaban escrupulosamente su carga sin encontrar nada ilegal ¡hasta que

descubrieron que lo que robaba era carretas! Caer en pensamientos negativos como el de: “Todos o todas

son iguales” es desaprovechar las características y atributos de cada persona, pues si bien sabemos que el

ser humano es propenso a fallar social y emocionalmente hablando, también debemos tomar lo mejor de

cada persona sin limitarnos en la regla general, como diría mi tío Eduardo que en paz descanse: “Sí todos

somos iguales, entonces para que se esfuerzan las mujeres tanto en elegir a uno” pareciera sencillo, pero

en realidad nos demuestra como tomamos nuestras decisiones afectados por miedos y prejuicios.

Personas a quienes les han fallado afirman: “El mejor amigo es un billete en la bolsa” y se dedican a

sembrar desconfianza entre sus allegados, efectivamente es bueno tener ese billete en la bolsa, pero ese

billete no te golpeara la espalda cuando te estés atragantando con un trozo de carne o te sacará del rio

cuando te estés ahogando en el rio, entonces es bueno tener ese billete en la bolsa, pero procura hacerte

de verdaderas amistades; de forma simple, no dejes que tales prejuicios infectados por temores o

resentimientos limiten tus opciones, siempre debes tener un plan “B” o alternativo al tiempo que confías y

trabajas con todo en el plan “A” lo importante siempre es no descuidar el plan principal por atender al

secundario, es decir, nunca debes perder el enfoque y determinación en tus objetivos primarios como

tampoco debes cerrar puertas adyacentes; emocionalmente hablando, este principio nos invita a

arriesgarnos con quienes menos lo hacen los demás, pues mientras ellos buscan las opciones o personas

más seguras y confiables -cosa que de alguna forma las sobrevalua y les resta posibilidades- tú puedes

tener la osadía de apostar a otro jinete, quien te estará agradecido por el voto de confianza.

Es decir, mientras todos pretenden a la misma chica, a la más guapa de la clase y por tanto no le hacen

necesario su esfuerzo por sentir que ella es quien hace el favor de su atención, tú puedes cultivar una

amistad con la chica inteligente o de buenos sentimientos que seguramente te brindara una hermosa

amistad, mientras que te aseguro de entre todos los pretendientes apilados de la otra difícilmente salga el

novio, ya que es más probable sea un chico de otro grupo talvez mayor o tú ¡Sí, Tú! Porque habrás hecho

todo menos lo que hicieron los demás ¡Ignorarla! Aun cuando el ejemplo de un noviazgo de escuela sea

muy sencillo, la vida por lo regular también es sencilla solo que nos quedamos con las dudas y no

preguntamos, no lo intentamos, nos da miedo ser “Aventados” y pasado el tiempo, cuando encontramos

esa chica hermosa de universidad y le preguntamos por qué nunca nos hizo caso o salió en una cita, talvez

te sorprenda la respuesta cuando te conteste: “porque nunca me hablaste o nunca me lo pediste” y el

problema es que nos causa tanto estrés pedir o intentar algo, que cuando lo hacemos ya es con atropello

si no es que de plano con malas maneras, escudándonos en nuestras acciones con el típico: “Más vale

pedir perdón que pedir permiso” cuando sería lo correcto: “más vale tener el valor de intentar o

preguntar antes que hacer algo mal y tener que pedir perdón” pues el que no tengamos el atrevimiento

para determinada acción no debe ser justificante para que tengamos la abusives de cometerla por otros

medios o incluso bajo el influjo del alcohol u otra droga “que nos dé el valor”, entendiendo que no es lo

mismo pues la osadía y valentía en el intento que el abuso, atropello o el exceso de fuerza en el mismo.

En un sentido más profundo, este principio nos permite llegar al desapego, cuando algo no resulta o se

termina, todo nos puede decir en nuestro interior ¡Aférrate, pelea, humíllate si es necesario por no perder

lo que se va o conservar lo que quieres! Es donde tú pensaras: ¡Sí, pero no! Sí quiero esta meta, pero no a

éste costo; sí deseo este resultado, pero no por estos medios; Sí deseo conservar esto, pero no a este

precio ¿Entiendes? Y cuando el egoísmo te diga: “No seas tont@ que lo estas dejando ir o estás perdiendo

lo que quieres” ése mismo “Sí, pero no” te permitirá entrar en los “asegunes” porque siempre en la vida

todo es según se vea, un final también es un nuevo inicio, un vacío también es la oportunidad para llenar

con algo mejor y una perdida también encierra una libertad, ya que como buena dama la vida es

caprichosa, a veces tienes que dejarla ir para que permanezca, tienes que soltar y ella se quedará quieta.

Dejar de buscar lo perfecto y apreciar las inconsistencias de la vida es cualidad de un buen artesano,

quien busca siempre el trozo de madera, la piedra en bruto o el lienzo en blanco porque no espera

encontrar la obra terminada, si no contar con la materia prima para realizarla, entonces con estos

ejemplos de cocina y vida, aprendamos que lo que aparenta perfección es solo una trampa para atraer a

quienes buscan siempre encontrar “la mesa puesta” no te fíes de lo que se ve bien -puede ser como una

flor artificial o carnívora- pues lo hace solo para engañar tus temores no para llenar tus expectativas, vive

las circunstancias de tu realidad no las evadas ni busques salvadores o damiselas en peligro, nadie te

estará esperando en una torre o en un estuche de cristal a que llegues a su vida para que sea todo

perfecto, mucho debes agradecer a Dios de que alguien te espere, de que alguien se arriesgue a quitarse

máscaras arremangándose la camisa para construir juntos la obra de sus vidas; aprendamos que en la

relatividad emocional están las opciones de crecimiento, no le apostemos siempre a lo seguro porque

paga poco o nada pues todos apuestan por ello, tampoco se trata de vivir en apuestas de riesgo,

simplemente de un equilibrio entre esfuerzo por un logro y no permitir que temores o conformidades

dictaminen el rumbo de tu vida, porque a final de cuentas ésta no te garantiza más que la muerte.

Así mismo, tenemos el principio inverso de “No, pero sí” que te permitirá reconocer tus límites al tiempo

de alentar tu esfuerzo en las posibilidades, de tal suerte que algún día podrás decirle a esa misma chica:

“No podemos seguir siendo novios, pero si esposos” En general, tener la agudeza de visión emocional

para no aferrarte a la opción del “NO” y ver todas las periféricas que representen un “SI” potencial, ya

que como sabemos cada problema encierra la semilla de la solución, así como cada reto el de una

oportunidad y cada situación al menos una posibilidad; por lo que no justifiques tus miedos o

inseguridades con la razón al momento de tomar una determinación o hacer una elección pues

emocionalmente hablando todo es relativo, por ejemplo: tu temor a perder el trabajo donde percibes un

salario de miedo te impide ver otras opciones que seguramente son mucho mejores –aunque nadie dice

que fáciles o instantáneas- o aferrarte a una relación sentimental solo porque “ya le has invertido años”

es como echarle “dinero bueno al malo” dirían los expertos financieros, siempre hay opciones

secundarias viables, no seamos como los malos jugadores de póker que no saben cuándo retirarse y por

querer recuperar lo poco que les quitaron terminan perdiéndolo todo.

Con este principio aprenderás a “torear” a todos aquellos que quieren venderte una idea o inducirte a

cualquier acción con buenas razones o excelente labor de convencimiento -inclusive con chantaje o

violencia emocional- pero de lo cual tú sabes es un engaño, algo indebido o sí con beneficio pero no para

ti, por lo que sin engancharte en discusiones o fricciones, puedes siempre contestar con una sonrisa a esos

lógicos y bien intencionados argumentos que te invitan a que hagas o dejes de hacer ése algo “Sí, pero no;

suena bien tu idea, pero no quiero problemas o no tengo las mismas motivaciones e intereses que tú para

llevar a cabo esa acción” recordando a una querida compañera de doctorado y maestra de preescolar

Xochitl Valdez Portillo quien ante las exigencias de los padres de familia e incluso en su vida privada -

cuando le querían vender una idea o convencerla de hacer o participar en algo con lo que no estaba de

acuerdo- siempre contestaba después de escuchar paciente y cortésmente hasta el final los argumentos

ajenos: “Puede ser, pero yo creo que no, que talvez es mejor como yo lo pienso” siempre con una sonrisa

pero haciendo respetar la postura propia, de ésta dama aprendemos el poder de la cortesía y diplomacia

emocional, pues en éstos tiempos de necesitada aceptación social saber decir que no o que sí cuando se

debe es una de las tareas más complejas a las que nos enfrentamos en nuestra rutina diaria y conste lo

que dijimos “saber decir” y no solo aprender a decir, pues no se trata de entablar batalla no solo es tener

el valor y templanza para defender nuestra postura, si no contar con la astucia y diplomacia para hacerlo.

Así que parafraseando al ídolo de mi hija Siomara Paola, Don Albert Einstein quien se dice una vez

comentó: “Pon tu mano en una estufa caliente durante un minuto y te parecerá que ha pasado una hora.

Pásate una hora hablando con una chica guapa y te parecerá que ha pasado un minuto ¡Eso es la

relatividad! ” Así pues, no importa tanto la situación o el tiempo si no el ánimo con el que te lo tomes, no

pidas las cosas más rápido, por el contrario ejercita tu templanza y paciencia; al igual que no pidas la

gente cambie, cultiva el respeto y la tolerancia; de igual forma no esperes las oportunidades fáciles por la

vida, prepárate y esfuérzate para ser capaz de tomar aquellas que otros por temor dejan pasar y sobre

todo: Emocionalmente hablando ¡Procura estar siempre con las manos en la chica no en la estufa! Porque

luego nos quejamos de que en la vida solo recibimos heridas o quemaduras, pero no sabemos estar en otro

lado que no sea en la cocina o estando en ella voluntariamente por interés alguno, somos incapaces o

poco diestros para manejar la sartén, entonces como dicen: Si no quieres sentir calor, no entres a la

cocina y Yo te digo: Sí le entras, que sea a la cocina correcta ¡Hazlo bien y sin temor, cocínate con gozo y

amor un buen pastel! Porque a final de cuentas la vida es una enorme cocina en la cual debemos aprender

a manejar los sartenes y trabajar con fuego siempre con la debida distancia, la necesaria y suficiente

como para cocinar tu platillo sin quemarte las manos o la cara. Algo tan relativo como un “Sí, pero no”

te ayudará a perderle el miedo a la soledad, al sufrimiento a tus propias inseguridades y temores, a saber

que son tus aliados y alimento en realidad ¡Aprende a comer tus miedos y no tu caca!¡Conviértelos en

combustible y aliento para avanzar por lo que en realidad quieres! para crecer y ser feliz en vez de

aferrarte por temor a perder una persona, trabajo o situación en las cuales los únicos satisfechos son

precisamente dichas inseguridades y temores, por lo que cuando éstos te griten: ¡Doblégate, híncate,

arrástrate, humíllate, suplica y aférrate! Contéstale de pie con una sonrisa: ¡Sí, pero no! Que podrás

perder hasta la vida pero no tu dignidad y humanidad.

PRINCIPIO DE AFINACIÓN EMOCIONAL

En muchos sentidos somos medios, herramientas o instrumentos y como tales debemos estar ajustados,

debidamente calibrados o afinados -ni mayor o menor tensión de la necesaria- como una cuerda de

guitarra, así debemos manejar el estrés, ansiedad, temores y demás emociones negativas; mientras otras

escuelas filosóficas o corrientes de pensamiento te dicen que debes buscar dicha relajación total, que te

lleva a tomar clases de Yoga o meditación para eliminar dicha tensión, El Método Alternativo que te

propongo no busca darte relajación sino equilibrio, pues los motivos o circunstancias que generan tales

emociones estarán siempre esperándote a que salgas de tus clases de meditación para tensarte ¿y qué

crees que pase sí andas de un estado emocional u otro sin control ni equilibrio? La vida en sociedad es

como los niveles de glucosa en sangre para el diabético, debe controlarlos no suprimirlos, porque de lo

contrario sufrirá de hipoglucemia, pero sobre todo debe activarse, ejercitarse y alimentarse

equilibradamente para obtener el nivel adecuado.

Por lo que frustrarte u obsesionarte con obtener paz interior o relajación emocional constituye en sí la

peor fuente de estrés ¿o no te pasa que solo de pensar en todo lo que debes desestresarte ya te estresas?

como aquel que piensa en todo lo que debe o en las tareas que pendientes para el otro día le esperan ya ni

duerme, por lo que para nuestro método la relajación solo es importante como un nivel más no como una

finalidad, por el contrario estima sano tener un nivel de estrés adecuado que te permita estar atento y

alerta, así que no te enfoques en crear escenarios libres de estrés porque serán artificiales, ni te encierres

en tu carro con música de relajación porque el sonido de la vida cotidiana es otro, mejor aprende a

mantener dicho nivel sano de tensión, no evadas ni te fugues de la realidad, debes ser capaz de relajarte

en ella y esperar la noche para el justo y merecido descanso, quitándote voluntariamente toda carga

emocional o pensamiento aprensivo de tu día, pues dormir constituye la mitad de la vida humana, por lo

que es tan importante saber dormir como saber vivir despierto sí quieres un verdaderamente un sano

desarrollo humano y espiritual.

Aprender a equilibrar y no evadir o ignorar las fuerzas que convergen en tu persona y rutina cotidiana es

la verdadera templanza emocional que te permitirá un estado de gracia permanente e independiente,

autónomo de lo externo, de las causas exógenas; comencemos analizando el hecho que desde nuestro

egoísmo o resentimiento por experiencias pasadas tenemos aberración a la idea de ser utilizados y por ese

miedo somos explotados, entendamos primero que nada de malo tiene ser una herramienta, servir a tus

seres amados y al prójimo es algo hermoso, honroso y digno, el mismo hijo de Dios fue instrumento de su

voluntad, entonces ¿por qué ofendernos cuando sabemos que requieren de nosotros algo para un buen

propósito y no darlo con gozo y sacrificio? estamos con tanto temor y a la defensiva en esta jungla de

asfalto para no ser devorados que olvidamos el propósito de la vida misma: Amar mediante el servicio y el

sacrificio de ser necesario.

El problema es que no usamos las capacidades humanas para una construcción cooperativa de tal

desarrollo emocional y espiritual ¡Abusamos de ellas! explotamos a nuestros semejantes no como dignas

herramientas sino como platos desechables, por ello el temor generalizado a servir, porque a menudo se

confunde al “manso con el menso” en una sociedad gandalla en la que todos “ven burro y se les antoja

viaje” efectivamente es difícil tener la buena disposición de dar, pero te diré que siempre será mejor

poder dar que necesitar recibir, solo debemos estar conscientes de cuándo y a quien darle, una vez que lo

hagamos ya no debe haber temor ¡Ya diste! Deja que la persona o proyecto con el que te comprometiste o

apoyaste demuestre si es digno o no de tal obsequio, de no serlo es una situación que está fuera de tu

alcance y que ya no es tu problema ¡tú ya diste! y no digas: “Ya no vuelvo a caer” porque esa capacidad

de dar y confiar te hace único, superior a quien solo puede esperar, engañar o robar en el suelo como el

animal ponzoñoso que es, mientras que aquellos como tú, con alas pueden caer las veces necesarias,

porque el suelo no representa un problema pues siempre tendrán en el corazón con que remontar vuelo,

dejando en el suelo, muy atrás y muy lejos a quien no fue digno de tu apoyo y que lejos de corresponder el

impulso brindado te hizo tropezar; pero sucede que mientras algunos cuando tropiezan en vez de caer

vuelan, otros son ya incapaces de ponerse en pie, aun cuando alguien les tienda la mano, lo jalan para

derribarlo sin haber tenido jamás la intención de pararse o caminar juntos.

Afina tus emociones para que entones magistralmente ésta melodía que es la vida ¡Tu vida! No te

desgastes o aflijas por el futuro y por las intenciones de las personas con las que te relacionas, no eres

adivino, no cometas el error de querer pensar por los demás ni de que tu miedo ponga palabras en boca

ajena, pues así nace la ansiedad de nuestra temerosa necesidad al querer conocer el siguiente acorde, la

siguiente nota ¡El futuro! lo que solo resultará en una melodía acelerada, alterada o entrecortada, quien

intenta predecir podrá tener a lo mucho un cincuenta por ciento de posibilidad, quien vive plenamente su

presente se queda con el cien por ciento; la realidad es que debes entender que nada puede garantizarte el

que algo o alguien falle –tarde o temprano- porque de todas formas nada es para siempre, las notas y el

ritmo de la vida cambia constantemente, por lo que a veces los fallos no son más que cambios de ritmo

necesarios aun cuando estemos aferrados a la tonada pasada, en esta marea siempre reinará el vaivén de

las olas, por lo que es necesario más que amarrarse al muelle conocer y sobrellevar las mareas, ya lo

dicen los hombres de mar: “Ningún mar en calma hizo experto a un marinero”.

Te diré algo que compartió conmigo mi Padre una noche de soledad y lágrimas: “Nunca culpes a los

malos de no poder ser bueno” porque cada quien toma sus determinaciones hijo mío –me dijo- Tú avanza

con buena fe y procurando confiar en tus semejantes, no te reserves por temor ni prejuzgues por dolor,

que quien dice era bueno pero por una maldad no lo es mas, solo es una vaca sin ubres presumiendo de la

leche que ya no puede dar, viviendo de glorias y capacidades pasadas; como abogado entendí que

cualquier ofensa o daño es como un delito, pero no lo comete quien nos agravia ¡sino uno mismo! porque

esa persona te hirió o defraudo a ti, mientras que tú escudándote en ese hecho defraudas a tu propio ser y

lo condenas al resentimiento, al temor y la mediocridad emocional.

Si algo o alguien te dañó, no pudiste preverlo, evitarlo ni perdonarlo y surtió el sufrimiento su efecto, este

principio de afinación emocional te permite recalibrar ante una tensión violenta, pues aun cuando el daño

tuvo lugar, por cuantioso o intenso que fuere ¡Ya fue! No pudiste o supiste preverlo, pero lo que si puedes

es negarle tu permiso y real voluntad de continuar existiendo en tu presente o futuro; entre abogados

sabemos que en la clasificación de los delitos encontramos los de consumación instantánea y los

continuados, siendo los primeros que surten todos sus efectos en el momento mismo de consumados y los

segundos que prolongan en el tiempo dichos efectos, bueno pues como buen juez aprenderás a hacer de

toda ofensa o daño un delito solamente de consumación instantánea, pagarás lo que debas y sufrirás lo

necesario dándole a manera de término constitucional cuarenta y ocho horas como máximo plazo a tu

pena para llorar y lamer las heridas, que como dicen las seguidoras de la Doña María Félix: “A un

hombre hay que llorarle tres días, al cuarto te pones tacones y ropa nueva” lo mismo con las penas y

sufrimientos que emocionalmente ocasionan los engaños y fallos ajenos, como a los muertos se les llora en

el entierro –aunque muchos ni cristiana sepultura merezcan- y continuas con tu camino, porque imagínate

andar cargando tantos muertos por la vida ¿Con que manos o fuerza emprenderás nuevas etapas y

proyectos? Parece algo muy lógico y sencillo, pero resulta que la gran mayoría de nosotros vamos

cargando nuestras penas, temores y tristezas pasadas, ¡muertas! en total descomposición ya.

CAPÍTULO TERCERO: TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO EMOCIONAL

RESIDUAL

Nuestro Método propone sencillos pero efectivos mecanismos aplicables a situaciones cotidianas, que a

manera de un “antiácido emocional” podrán auxiliarnos con las molestias causadas por los síntomas del

estrés, ansiedad y demás emociones negativas con la finalidad de identificar las señales de alerta que nos

previenen a evitar suceda un acontecimiento fuera de nuestro control, pues confiamos que no llegaría a

tanto pero que alimentado -como leña al fuego- por ésta carga emocional es común se nos salga de las

manos para inmediatamente después de consumado el hecho pensemos: ¿pero qué hice? o ¿Por qué

reaccioné de ésa manera? Con sencillas anécdotas, fábulas o parábolas que sin más, te presento a

continuación:

LA MANO QUE ABOFETEA

El Método Alternativo de Tratamiento Residual de Emociones enseña no a poner la otra mejilla sino a

sentir que eres la mano que abofetea -entender que ésa mano también siente ardor o dolor- para

comprender la naturaleza y causa verdadera de una acción, pues muchas veces quien agrede lo hace

porque sus emociones negativas le han rebasado -no por las causas o motivos que esgrime- por tanto en

su ataque puede sufrir una lesión igual o mayor de la intencionada para su víctima si ésta sabe cómo

recibir el golpe ¡Ahí se encuentra la esencia de la defensa! un ataque con la propia fuerza de la agresión

-Siguiendo el ejemplo de poner la otra mejilla- ésta técnica te permite si no prever la primera bofetada al

menos bajar la cabeza en vez de poner la otra mejilla, pero bajar la cabeza no por temor o humillación

sino en un movimiento relámpago inesperado para que el puño de tu agresor se tope con la dureza de tu

cráneo, siendo él quien se lleve la lesión mayor que le desoriente o haga desistir al menos en lo que se

recompone y tienes la oportunidad, tiempo o espacio para poner distancia del agresor ¿Es una buena

estrategia verdad? por lo que en realidad si fueran artes marciales, nuestra propuesta no sería defensiva

si no contundentemente ofensiva-disuasiva que tendría como objetivo primero -una vez agotadas otras

opciones- no el huir sino inmovilizar, desalentar y alejar al agresor, hacerle pensar dos veces a quien te

agravie o desea hacer un mal -mediante un despliegue o desplante de fuerza breve, concentrado y

contundente- que de continuar con su intención podría salirle “más caro el caldo que las albóndigas” ya

que “irá por lana, pero saldrá trasquilado” ¡una victoria pírrica pues! Aunque tu agresor no sepa qué

signifique eso –si tú tampoco lo sabes en un segundo lo encuentras en el internet- lo verá en tus ojos y lo

sentirá en sus huesos, porque los malvados como los cobardes que son tienen mucha sensibilidad e

intuición para el resultado de una batalla y casi nunca atacan presas sanas o aptas para la defensa ni dan

una mordida a algo que de ponerse en pie será implacable con ellos.

Podríamos hablar de la anatomía de la cobardía, de la razón primera de una agresión y el fin último de la

batalla, pero no lograríamos entendernos jamás con los infectados porque los ojos del carroñero ven

diferente el mundo ¡Buscan solo presas no contrincantes con quien medirse! porque saben de antemano

sus limitadas capacidades -lo que diremos a su favor es que las explotan al máximo con estrategias de

engaño o emboscada- quienes dañan, traicionan o se aprovechan de su prójimo tienen muy clara su

incapacidad emocional y bajeza moral, no hay necesidad de insultarlos ellos no se dan por insultados

aunque les recuerdes a su madre ¡No tienen, talvez ellos mismos se la comieron! Entonces no te desgastes

entablando una batalla como según tú crees que debe ser –de frente en campo abierto, una pelea justa

pues- ahí el primer error estratégico, al pensar que quien te agrede lo hace por los mismos motivos que tú

lo harías o empleará los medios justos para combatir de los que tú echarías mano -nunca esperes de los

demás una determinada reacción solo porque sea la que tú tendrías al caso en particular- No olvides esto.

Sí alguien te subestimó al elegirte como víctima de una agresión o engaño es primeramente porque pensó

que podría victimizarte ¿Por qué sintió que podía? En una relación sentimental talvez no te guste la

respuesta, pero probable tengas parte de culpa en tal situación, analiza que señales estas enviando o en

que postura te estás acomodando para que le haga pensar al agresor que podía o puede aprovecharse de

ti -créeme ningún abusador se mete con alguien que sienta no puede abusar- por lo que es importante

evitar mandar las señales equivocadas -como un ciervo que cojea- porque es precisamente lo que atrae a

los infectados de esa cólera emocional convertidos en carroñeros y predadores, alguien más débil que

ellos de quien puedan alimentarse, así que hagas lo que hagas jamás cojees como un ciervo herido -a no

ser que sea una estrategia de psicología inversa- es decir no dejes ver tus penas o necesidades

emocionales con cualquiera, porque la traición es a menudo un crimen por omisión del debido cuidado ya

que nadie puede enterrarte un puñal en la espalda sin que previamente tú se la hayas dado por descuido o

para apoyarse en ella.

Seguidamente, una vez que analices por qué fuiste objetivo o víctima de una agresión, engaño o agravio

cualquiera que sea, piensa que te subestimaron al creer que podrían aprovecharse de ti o de haberlo

hecho ya, que serias una presa cautiva incapaz de superar la adversidad de haber sido derribado o

dominado, que no podrías ponerte en pie y superarlos poniendo distancia de por medio; ése ha de ser su

error ¡el subestimarte! ¡No les devuelvas el favor entonces! No te quedes en el mismo lugar presumiéndole

a tu agresor tu capacidad de ponerte en pie o queriendo jugar a “dos de tres caídas” con esto te quiero

decir que si con el tiempo tu esposo se reveló como un hombre agresivo, en tu trabajo esos ratos u horas

extras “de vez en cuando” se convirtieron en un horario esclavizante o cualquier otra situación en tu vida

en la cual se hayan aprovechado de tu buena voluntad con la intención de tenerte cautivo o sometido es

una tontería pensar que por el hecho de haberte puesto en pie la situación cambiará, tu agresor ahora sí

te respetará o querrá, solo quiere te quedes para tener tiempo y volverte a derribar, por lo que tú sabrás si

caes en las trampas de la razón infectada por el temor con esos cuentos chinos de que: “Es mi esposo y ya

se portará bien, porque ya entendió que estuvo mal o ya me prometió cambiar” o “Ya que me puse en pie

me vuelvo a subir al toro chance y esta vez no me tira” si continuas en el mismo lugar será poco el tiempo

que permanezcas de pie, porque volverán a derribarte y atarte con más fuerza para impedir vuelvas a

revelarte.

Las personas infectadas emocionalmente, como vampiros insaciables jamás te verán con respeto –menos

con cariño o aprecio- solo como presa o rehén para satisfacer su vacío, su necesidad constante de

alimento y sustento, serán capaces de lo impensable por retenerte -cosa que podrás confundir

estúpidamente con arrepentimiento o amor- pero difícilmente un vampiro emocional ha de recobrar su

humanidad, así como diría mi tío Eduardo que en Gloria éste: “Mi´jo yo he conocido muchos hombres

que se ha vuelto homosexuales, pero ningún homosexual que se haya regresado a hombre, por lo que no

ande de curioso ya que preguntando empezaron todos” Así que no quieras jugar al redentor y cambiar la

naturaleza de las personas, debes aceptarla y respetarla pero alejarte si es nociva para tu persona y sobre

todo ser muy cuidadoso con “las segundas oportunidades” porque ya quedamos que perdonar no significa

permanecer en el mismo lugar o con la misma gente, así que evalúa -en una situación sentimental sobre

todo- las posibilidades reales de que algo mejore sí decides quedarte, porque hablando de estrategia a

veces es mejor irte, que quien haya aprendido la lección y en verdad te valore ahora será quien vaya por ti

a demostrarte su cambio.

Entonces, cuando tu pareja por primera vez te agreda verbalmente o te ponga una mano encima, no pelees

por los motivos que él o ella argumenta le dieron el derecho o lo sacaron de sus cabales para agredirte,

enfócate y ponte en su lugar, pero no para justificarlo ¡Sino para desenmascararlo! sé la mano que te

abofeteó y descubre las verdaderas razones y motivaciones -no los pretextos- que originaron dicha acción,

verás que no fueron celos o cualquier otra excusa, fue su infección o cólera emocional que buscaba

desesperadamente manifestarse, infectarte para debilitarte y empezar a devorarte lentamente, porque

salvo en las agresiones sexuales o asaltos por desconocidos en la calle –que también pueden ser altamente

previsibles por las señales que enviamos y situaciones en las que nos colocamos- todo agravio tiene su

genealogía, toda situación de abuso sentimental, profesional o social -sea psicológico o físico- tiene su

génesis constructiva, pues los abusadores son cobardes -como las hienas dan un paso adelante y dos atrás

si es necesario- que a menudo están replicando su propio temor y cobardía anidados en su ser desde la

infancia talvez, por lo que entender la naturaleza y motivación verdadera de estas personas es una

necesidad estratégica para desmarcarse de ellas y superarlas.

Ésta técnica de Emotividad Inteligente no debe ser entendida como una modalidad de combate, pues como

los antiguos maestros de la espada en el primer lance no buscaban matar al oponente si no cortarle la

mano con la que sostiene la espada agresora, es decir nosotros no peleamos contra el agresor sino contra

sus medios de agresión, mientras el espera con una discusión por ejemplo iniciar el cruce o choque de

espadas ¡Tú irás directo a cortarle la mano! se trata de neutralizarlo en su veneno ¡cortarle la cola al

alacrán! No entablar batalla para matarlo, basta con dejarlo solo y sin su veneno -o al menos sin la

capacidad ya de que te lo inyecte- entonces verás como el predador se convierte en manso y necesitado

cordero ¡Cuidado! Que la compasión es la debilidad del fuerte dijere mi hermano Niet, una vez

neutralizado en su veneno el agresor apelará a tu bondad o vanidad dándote lastima, afirmando que te

necesita para vivir –cosa cierta, pero no de la forma como a ti te gustaría- y de sentirte un mártir, apóstol

redentor del amor o del perdón podrías ser tentado, para dormir el plácido sueño de los confiados hasta

que un aguijón renovado te atraviese el pecho mientras duermes, entonces como dijeran en mi pueblo,

solo una cosa te digo: “¡Ahí lo ves!” Pero luego no digas que lo hiciste por bondad, al menos reconoce

que lo hiciste por vanidad mal entendida en tu deseo de revancha o cobro de lo perdido en una especie de

“botín de guerra” al cual consideras tienes derecho ante la capitulación del enemigo, cando lo que

necesitas entender es que de muchas personas no hay nada bueno que se pueda obtener, ni en pasado,

presente o futuro, que el mejor botín, recompensa o ganancia es sacarlos para siempre de tu vida.

Ahí la estrategia, no de agresión o reacción sino de fortaleza y templanza, pues harás notarle a quien te

lastima o agrede que no quieres pelear pero que estás lejos de ser una presa fácil y que en un descuido el

caído será él, es todo lo que necesitan los cobardes amigos míos para ser persuadidos o disuadidos,

logrando tú el objetivo principal que jamás fue la victoria si no neutralizar la agresión, de tal forma que si

fuere un partido de futbol estarías buscando suspender el juego no ganarlo, simple y sencillamente porque

no tienes el interés de jugar o competir con quien te agrede, pues de caer en esa actitud o ánimos entonces

ya serías un contrincante mas, aceptando que estas al mismo nivel esperando esforzarte por demostrar

eres mejor y en tales situaciones con gente infectada de ésa cólera emocional es una estupidez querer

contender o esperar que sea un juego justo; Si necesitas competir con alguien significa que no tienes clara

tu superioridad y necesitas de la victoria, de ganar para reafirmar tu inseguridad y desde ese momento

estratégicamente ya estás perdido.

No somos partidarios de que nos peguen en la mejilla ¡menos de poner la otra! pero tampoco de alzar los

puños en pie de lucha a la primera bofetada, es mejor esquivar desde la primera y definitivamente estar

muy lejos para cuando quieran asestar la segunda, pero de no poder poner distancia de por medio la

habrás de acortar de forma contundente dando tú el siguiente golpe con la fuerza y precisión necesaria

para sorprender y abrir caminos o alternativas, si opciones no siguieren habiendo entonces aprenderás a

rematar duro y a la cabeza -sin odio ni rencor- solo como una acción de preservación necesaria, no

comulgamos con la idea de dar la vida solo porque alguien la quiere tomar sin razón o derecho, si bien

ofrendarse en sacrificio es lo más hermoso de la vida también legitimo es nuestro derecho a la defensa;

debes saber ser buena oveja para ser gran león que una cosa no quita la otra, o sea noble siempre pero

implacable también ya que tus capacidades y fortalezas te mantendrán a salvo de las agresiones y ofensas

mientras que tu bondad y humanidad mantendrán con vida a quien te ofende o agravia.

En tanto, tu sano juicio hará el resto manteniéndote alejado de quienes solo daño te causen y evitando

atraer a tu vida -como abejas a la miel- a ese tipo de personas que solo conflictos y penas saben aportar;

cada cosa en su lugar, así el equilibrio de fuerzas en la vida, pues convertirte en un vengador anónimo por

haber sido víctima de una traición o daño no hace más que amarrarte en un matrimonio enfermizo con los

agresores infectados al ir por la vida como “mujeres cabronas” u “hombres muy machos” el bien o el

mal son ingrediente necesario en esta cocina, debes aprender a dosificar y sobre todo a cocinar sin receta,

pues muchas veces se requiere improvisar y componer tu guisado de ingredientes inesperados.

LA POLINIZACIÓN EMOCIONAL

Cada que te enfrentes a una situación adversa que te genere sentimientos o emociones negativas en vez de

preguntarte qué has hecho para sufrir tal cosa, mejor preguntante que no hiciste para merecerlo, qué te

colocó en tal situación y sobre todo: ¡No te frustres¡ cuando te esfuerces por alguien o algo y no rinda

fruto ¡Recuerda a las abejas! porque a todos nos encanta la miel pero no todos sabemos producirla, las

abejas no piden miel ¡Buscan polen! Lo buscan bajo el sol, la tormenta o vientos adversos, trabajan con él

produciendo con esmero y amor la miel, por ello la valoran, le demuestran con hechos, con esfuerzo que

es su razón de ser; Entonces no pidas amor en tu vida ni solamente éxitos, pide la confianza del ser

amado, sus preocupaciones y sus necesidades, pide siempre en cualquier situación la oportunidad para

demostrar lo que eres capaz de dar o aportar ¡Ahí está tu polen! Cierto que no todas las flores lo dan o

tienen para darlo, pero ninguna abeja se sienta a llorar si su esfuerzo no se vio redituado en el primer

arbusto ¡Sacude sus alas y vuela! Avanza alejándose de quien no supo apreciar su labor, porque ella no

pide que le den, sino que la pongan donde haya.

Así mis estimados amigos, no pidamos amor o felicidad, triunfo o éxito, solo que nos pongan donde haya

la materia prima para generarlos, recuerda siempre ser un polinizador emocional, pues las recompensas

a menudo provienen de acciones no premeditadas, de tal forma que siempre abona, siempre poliniza -no

seas amable o caballeroso solo cuando algún interés te mueva- transfiere como polen tus buenas

intenciones del pensamiento a la acción, verás cómo germinarán por doquier, veras como la vida te

empieza a ofrecer la miel de dulces frutos por donde quiera que vayas; lo anterior no es más que la

empatía y humanidad, solidaridad y buena voluntad, no te garantizo que rendirá fruto en la primera flor

que elijas, pero definitivamente te dará la miel de la vida en formas que talvez ni hubieras imaginado, la

felicidad y el gozo son tan bastos como el horizonte a donde las abejas vuelan en busca de materia prima,

de realizar su labor, no se conforman con quedarse en el patio de su casa buscando la flor “Menos peor”

van y se arriesgan, vuelan y exploran, no se quejan por las inclemencias del tiempo ni por los golpes

recibidos, que sí las derriban no se preocupan ni lamentan solo se sacuden y siguen su vuelo, si en una

embestida cayeran fulminadas, tampoco eso les preocupa ¡Porque saben que ya estarán muertas! siempre

en busca del polen encuentran el gozo en el esfuerzo, en la satisfacción de haber cumplido con su mandato

y razón de ser ¡Aun cuando su vida es corta, es tan plena y llena de propósito! Con esta pequeña

parábola o analogía quiero transmitirte que es necesario abandonar los temores y dar -no pedir- porque

todos queremos que nos amen, que nos aseguren no han de lastimarnos o traicionarnos, que nos cuiden y

procuren, que nos mimen y laman nuestras heridas, andamos en busca de un padre o madre que siga

fomentando nuestros temores infantiles complaciendo nuestros caprichos y sobando nuestras caídas,

queremos la miel ya procesada y huimos del proceso necesario para producirla ¡Andamos buscando que

las flores vuelen hacia nosotros para traernos el polen¡ Somos abejas perezosas y cobardes pidiendo a la

flor un contrato de exclusividad y productividad, cuando el amor no tiene garantías ni clausulas, como la

vida no tiene nuestra lógica ni razón.

Para que entiendan aquellos hombres que van dando lastimas y buscando en la compasión consuelo, la

vida es una bella dama ¡Una Querida cara pues! Se da con el que da, no con el que como mendigo pide,

así na´mas amigos, como buena mujer es compasiva con los demás -incluso da limosnas- pero solo a los

dignos guerreros en el justo camino del desarrollo humano y espiritual su corazón entrega ¿Quieres que

la vida te ame? Lucha por ella con amor, humildad y gozo, verás cómo cae rendida a tus pies, como acude

cada noche tierna y mansa a curar tus heridas, a confortar tus dolencias, nada le tendrás que pedir

cuando entregues todo en la batalla, por completo se entregará a ti, amante fiel hasta la muerte te seguirá

orgullosa de haber morado en tal calidad de hombre, no hagas que te abandone con vergüenza como una

mujer insatisfecha ¡Respétala, consiéntela y hazle siempre el amor mientras la tengas! Demuéstrale quien

es el hombre, pero con nobleza, sacrificio y templanza ante la adversidad, manso cual cordero y fiero

como león, eso a la vida como a las mujeres les encanta, nada que les enamore más que el verdadero

sacrificio por ellas, la lealtad a tus ideales y valores, el gozo en tu esfuerzo por conquistarlas dejando la

vida en el intento de ser necesario, pero siempre callados y nobles ¡Ése es el verdadero rigor de hombre

que anhelan! -por ello a veces creo Dios es mujer- Créeme, no habrá necesidad de que pidas nada, todo te

será dado.

Parece que ésta alegoría fuera dedicada exclusivamente a los hombres y ¡Sí, pero no! Las mujeres son las

abejas por excelencia de la humanidad, tenaces y de buena madera ¡Tienen que serlo porque de ellas Dios

hace cuna! así que las dispuso de la mejor calidad, de los mejores materiales y con la mejor capacidad

para amar y para entregarse completas - por ende para sufrir, si no saben gozar incluso de la adversidad-

así que amigas no sean de igual forma abejas temerosas que encogen sus alas y muestran su aguijón, esas

que son las actuales “cabronas” y “perras” abejas africanizadas que olvidaron su divino propósito de

amar, gozar y ser felices, dadoras y sustentadoras de la vida por mandato divino enfocándose en picar a

cuanto cristiano se les atraviese por el temor a ser heridas o derribadas nuevamente, que no por un golpe

traidor pierda la nobleza tu corazón ¡Tú poliniza¡ sonríe ante el sufrimiento como sonríes de gozo en el

parto, si te posaste en un arbusto venenoso o la tormenta de derribó, agradece a tu capacidad dada el

poder continuar ¡Pero avanza! No te quedes encolerizada en el mismo lugar, guarda tu aguijón y

despliega tus alas que en cada día un nuevo horizonte espera con la promesa de la flor deseada, porque si

algo saben hacer Ustedes mujeres es miel, Dios las creo con esa gran capacidad de amar –mientras que a

veces pienso a los hombres nos creó como escarabajos coprófagos a los cuales les encanta vivir en la

mierda- pero bueno, mi Padre Divino sabe en su infinita sabiduría la naturaleza y tarea de cada ser, que

tan necesaria la miel como el abono que hace florecer el campo de trabajo donde tal abeja obrera la

produce.

LA VIDA ES IGUAL PARA TODOS, SOMOS TODOS QUIENES TENEMOS LA

OPORTUNIDAD DE VIVIRLA DIFERENTE, COMO LA DETERMINEMOS CON NUESTRA

VOLUNTAD Y ACCIÓN, NO CON LOS DESEOS POR BELLOS QUE SEAN. LO QUE EN UNOS

GENERA ESFUERZO DE VOLUNTAD Y GOZO A OTROS LES CAUSA TRAUMAS Y

COMPLEJOS; EN ESTA OBRA DE TEATRO TODOS LOS PAPELES ESTAN DISPONIBLES,

SOLO NECESITAS DEMOSTRAR TU CAPACIDAD PARA INTERPRETAR EL QUE ELIJAS.

Es básico aclarar que el presente libro se llama comé tu caca –al margen de la anécdota familiar- por

algo importantísimo: ¡Los seres humanos estamos generando más mierda emocional que nunca! El

oscurantismo del medievo se queda corto en una era repleta de luces artificiales donde hombres y mujeres

caminan ciegos, indiferentes al matadero; haz de cuenta que tuviéramos un intestino perforado, estamos

contaminando con materia fecal todo nuestro sistema, esa mierda se llama consumismo -y no es que yo

esté duro y dale con lo del consumismo conductista- pero te voy a explicar que todas las emociones malas

se producen por una sola cosa: Porque somos seres humanos y anhelamos, solo que ya no tenemos fuerza

para tantos deseos vanos de poder ¡Estamos destinados a ser, a crear mediante nuestra humanidad! Sin

embargo nos pervertimos, degradamos y deformamos para tener u obtener ¡para triunfar! Ahí, en ese

momento empezamos a generar mierda emocional, porque estamos reprimiendo, suprimiendo nuestro

mandato divino, abaratando el nivel de nuestros anhelos a meros caprichos de vanidad y necesidad de

reafirmar una identidad perdida por los que damos la vida entera, ya no son los auténticos sueños quienes

nos alimentan, si no el plástico y las luces de la modernidad, es como si comiéramos un guisado súper

grasoso, pesado y condimentado artificialmente, nos enfermamos del estómago -y cagamos apestoso-

tenemos que entender: Que si los seres humanos nos esforzáramos por sentir, por ser, en vez de tener o

poseer, no generaríamos tanta mierda emocional; son chingaderas ésas del conductismo del poder y eso

del psicoanálisis -que si de niño no me amamantaron y del porqué algo te traumó- ¡Son jaladas!

¡Pretextos! ¡Así nada más! Para los perezosos y los cobardes todo es trauma, todo les hiere, todo les

ofende, todo les acompleja, todo les lastima, todo en la vida confabula y conspira contra ellos.

La vida amig@s es bella pero no es fácil, requiere esfuerzo y gozo, si eso te espanta o trauma ¡Pues no la

vivas! Como de hecho hacen tantos, quienes como sapo bajo la piedra se conforman con ver pasar desde

la seguridad de su prisión el tiempo y a quienes sí la viven, pero al menos ten la delicadeza de no chillar

cuando veas que se te agota sin haber sido pleno ¡Sufrir o morir en el intento que más da, si a final de

cuentas todos moriremos de cualquier manera! Por ello la vida se goza por quienes la viven y la sufren,

porque le hacen el amor a esa bella mujer, aceptando su peligro y dificultad, sin quererla engordar o

aprisionar por celos, temor e inseguridad; el gozo amig@s es el divino sadomasoquismo que permite

disfrutar el esfuerzo puesto que desde la cobarde razón infectada de vanidad, siempre egoísta, siempre

temerosa todo es sufrimiento y dolor, tanto por lo que no tienen como por lo que tienen también, nada

agradecen y de nada pueden disfrutar, sin entender que mientras aliento haya, tanto el dolor como el

placer, a final de cuentas se reduce a la misma cosa: La gracia de sentir, de vivir.

Así el estado de las cosas, aterrizamos en que sentir es un privilegio divino, cómo lo configures es tu

elección, si en sufrimiento o gozo, si en pena o esfuerzo, si en pesadumbre o esperanza, si en miedo o en

fe, si en justificaciones o en acciones, pero algo si te garantizo: No nacimos para esto, no fuimos creados

para consumo, no somos ratones de laboratorio o animales de engorda ¡Somos seres humanos! tenemos

que aprender a armonizar y conformarnos con nuestra naturaleza íntima y razón de ser, a invertir el

paradigma conductista y con ello nuestras polaridades, porque estamos en shock, en corto circuito, haz de

cuenta como sí la batería o acumulador de tu automóvil estuviera conectando al revés, el cable positivo

con el borne negativo y viceversa ¡Eso es lo que hace el actual sistema consumista-conductista-capitalista

globalizado en busca del éxito! Nos están poniendo las baterías la revés, necesitamos retomar nuestro

origen conductivista para que esa energía fluya adecuadamente por nuestro ser, esa es la base y fondo de

la propuesta Comé tu Caca y su Método.

LIBERATE DEL OSCURANTISMO VIRTUAL

Alerta especial merece el Oscurantismo Virtual al que nos tienen sometidos, pues aunque se burlan de

nuestra teoría de las Enfermedades de Transmisión Virtual por ejemplo, es un hecho que mediante una

estrategia de saturación el sistema ha logrado restringirnos el acceso, comprensión y difusión del

conocimiento verdaderamente trascendente, haciéndonos divagar perdidos en su laberinto o red que es el

Internet, saturados de refritos y contenido chatarra, morboso, vano y tendiente a la estupidez, como quien

deliberadamente alimenta a una turba virtual de linchadores ignorantes y agresivos; sí crees que es una

exageración haz un rápido análisis de conciencia y dime cuanta de tu capacidad o productividad laboral e

intelectual no es distraída por el tiempo que pasas en redes sociales o navegando por ese laberinto

llamado red que nos fomenta el vicio de conexión o actualización urgente y necesaria a cada segundo del

día; En México -como en otros países- prefieren culpar al futbol de todas las distracciones sociales,

económicas y políticas que permiten al grupo iluminado de poder mundializado mover en su tablero las

piezas a entero capricho, desde una reforma constitucional hasta una intervención armada, es

programada en los mismas fechas que el mundial de futbol por ejemplo, para que nos dividamos, mientras

unos están disfrutando del circo otros están protestando fuera de él en su contra, pero sabes algo: ¡Todos

están en el circo! y curioso, cuando concluye la función de todas maneras nadie pone atención en lo que

supuestamente estaba encubriendo, ¡Nadie hace nada de todas maneras! en automático aficionados y

protestantes buscan otro evento deportivo, social o de diversión masiva que les entretenga o justifique su

poca conciencia social, así que el futbol como otros espectáculos solo son en realidad “el chivo

expiatorio” de la desidia, fala identidad, orgullo y sentido de pertenencia que deberíamos tener como

pueblos o naciones.

Entonces como principal sugerencia te pedimos desconectarte de esa red para encontrarte nuevamente,

disfrútala o utilízala como la herramienta que es, pero no permitas que supla tus capacidades y mucho

menos modifique tus finalidades, porque hacernos creer que todos somos especiales y diferentes no es más

que otra forma de hacernos mediocremente iguales, cada día más gente se duerme, se la pasa soñando

despierta, presumiendo lo que no tiene o de metiche en la vida ajena, quedan pocos ya enfocados,

concentrados y determinados en una meta verdadera: El desarrollo humano que les permita crear, dar

vida a verdaderos sueños y anhelos, sino dime cuanta gente dice hoy día: “Quiero creer o quiero pensar

que esto o aquello es así o asado” es lo más patético que se pude decir, mientras alguien dice: “Quiero

creer o pensar” ¡Alguien más ya lo está haciendo! y lo está haciendo bien, pensando, creyendo y creando

con gozo y fuerza de voluntad lejos de la cómoda suposición, aventurándose a la exploración,

descubrimiento y creación con todos sus riesgos; por supuesto nunca reconoceremos que la diferencia

entre ambos fue que uno solo quiso mientras que el otro puso manos a la obra, se esforzó y lo hizo.

El internet es el principal operador de este neoscurantismo ¡y actúa como doble agente! pues

curiosamente pugnamos porque sea considerado como un derecho humano universal ¡el internet es “el

topo” amig@s! es la rata infiltrada portadora de tal peste virtual que propaga el cólera emocional del

cual padecemos todos, para el Conductivismo internet para todos ¡significa libertad para nadie! pues

restringe el verdadero conocimiento, nuestras capacidades de conocer hechos y con ello la verdad,

logrando una manipulación masiva que impide el pensamiento crítico e independiente que sea capaz de

crear nuevas realidades por estar obsesionados con tener y consumir nuevas tecnologías y todo lo plástico

que ésta modernidad defeca, manteniendo así la rienda global en manos de una élite de poder que

manipula y altera el destino de pueblos al tiempo que va destruyendo la democracia de aldea, pues ellos

no requieren de pueblos ni países, que tengan conciencia de sí, mucho menos orgullo y sentido de

pertenencia o identidad, por ello nos están convirtiendo en seres genéricos, uniformados, globalizados

¡En serio que el Internet es el puto Anticristo! Si algún consuelo tengo, es la seguridad de que tal creación

pronto terminará devorando a sus propios creadores quienes cosecharán sin duda lo que siembran –Esos

genocidas que hacen guerras por petróleo o que arrojan toneladas de bombas contra un pueblo

desarmado, que están sembrando hambre, lágrimas, sangre y muerte- pues la bestia tomará conciencia de

sí y con ello las riendas de la humanidad.

Ok! Sí ya sé, demasiado apocalíptico, pero es necesario despertar y alertar que estamos -sin saberlo

talvez- adorando ya a una falsa deidad, que vivimos y morimos en perfecta comunión con ella, ya quisiera

Jesús, Buda o cualquier otro hermano hijo de Dios que le siguieran y predicaran su palabra de tal forma,

que a cada segundo estuvieran en comunicación y conexión con él, a ese nivel está el Internet amig@s

míos, antes dichoso era quien sentía en cada latido a Dios en su corazón, ahora los únicos corazones que

importan son los del procesador de nuestra computadora o teléfono inteligente y la única conexión que

nos interesa es la del Wi-Fi ¡Sí eso no es devoción, entonces simplemente yo estoy pendejo! Y lo que siento

me inspira en el corazón mi Padre divino a escribir es solo diarrea mental.

Nota que las iglesias o templos son ya cajones vacíos y todos los dioses agonizan a los pies del tal

Anticristo que predica no el amor si no el egoísmo, no el gozo si no el placer, no el sacrificio propio sino

el ajeno, la colectiva soledad y la seguridad virtual; El último Gran Maestro edificó su Iglesia sobre la

piedra, ésta bestia lo hizo sobre el plástico, por cruces tiene la tecnología y modernidad ante las cuales

nos arrodillamos y besamos devotos ¿Cómo podemos seguir siendo creadores? Sí la gente ya no cree en

nada, sí el hombre pasó de guerrero a bestia en vez de a santo ¿Cómo recuperar esa pasión por la vida

que encienda el corazón y nos aliente a volar? En un sueño obtuve la respuesta: Clavarle como espada su

propia cruz a esa enorme rata blanca de ojos rojos y decirle: “No te sirvo a ti y jamás lo haré, prefiero

morir, que sobre ello y después ya no tienes poder” todavía no sé lo que signifique tal sueño a ciencia

cierta.

Solo sé que a ojos de los demás perdí el buen juicio, dejé trabajo, cómodo presente y prometedor futuro

así como la necesidad de aceptación ajena para trabajar en la propia –y con esa renuncia renunció novia

adorada, amigos y demás- abrí los ojos y me vi danzando como estúpido en un baile alterado -en el cual

todos chocan y se golpean entre sí- al abrirlos lo primero que sentí fue miedo, luego negación y vergüenza

por cómo había vivido, por la forma tan estúpida en la que había bailado, traté de aferrarme, de pensar

que la realidad era el sueño, traté de volverme a dormir, pero no pude, mi ser me exigía cada vez más

violento seguir el camino ya visto, turbación que me llevó a un ataque hipertensivo severo con

taquicardia, entonces estando talvez bajo el influjo del oxígeno, solo en ésa fría sala de emergencias con

el corazón golpeado por mis propias acciones y decisiones -cuando pensé que todo había terminado- en

sueños sentí la mano de mi padre divino y le hice un juramento: “Mientras tú me des aliento yo seguiré

avanzando” desde ese día todas las dificultades son oportunidades, todo esfuerzo produce gozo y toda

lagrima es cálida, desde ese día no me siento solo nunca más, desde ese día la pobreza y necesidad me

sabe rica -ya no tanto a plástico- no tengo las respuestas ni sé que me depara el camino –porque ahora

siento que todo ésta iniciando- pero tengo el gozo de haberme puesto en pie y haber iniciado un

peregrinar, más liviano y seguro a cada paso, sé que tropezaré pero también sé que solo muerto no

volvería a ponerme en pie –Pobre pero muy alzado, delicado y feliz; prometí con alguien que ya no está-

esa es la historia del escritor que ahora lees, quien ahora te invita a que escribas la propia.

Te invita alguien que siempre se burló de los Testigos de Jehová, de los cristianos, de los católicos, de

todos a quienes consideraba ovejas tontas adiestradas para aportar el diezmo, que les decía colérico los

domingos cuando tocaban su puerta: “¿Que no tienen marido que atender o mujer que pasear? Sí Dios

descansa hoy dejen de chingar, que también yo trabaje muy duro toda la semana” nunca fui grosero en el

tono, fui peor: Burlón y despreciativo, con una sonrisa de estúpida seguridad y superioridad; ahora

entiendo que “Sí, pero no” Dios entra por cualquier puerta, por cualquier ventana, por cualquier grieta,

no importa nuestro tamaño o capacidad intelectual, él sabe amoldarse y aunque sigo siendo el mismo

cínico malhumorado –y me siguen cayendo mal las religiones- al menos a base de varejonazos ahora

tengo la humildad de reconocer que mi corazón era vacío antes de Él y créeme que me rio de mí mismo en

estos momentos al escribir como si fuera uno de esos fanáticos religiosos a los que tanto compadecía, por

ello siempre digo: ¡Padre divino, tienes un sentido del humor muy cabrón! Aquí no se trata de religiones o

que te vayas a dar golpes de pecho a una iglesia o templo, se trata más de que entiendas, de que sientas en

el corazón el llamado a una conexión más íntima y necesaria que la del Wi-Fi, no importa si vas o no a

una iglesia, yo nunca he leído la biblia –la cito como cualquier otro libro de consulta o referencia que se

encuentra en el Internet- Como abogado sabía que me convenía más ser la oveja negra y descarriada,

porque si hacia un pacto con Dios -siendo Él juez- me la aplicaría si fallaba en mi palabra ¡por ello no se

la daba! Era un egoísta muy astuto, sabedor de que no es lo mismo ser la oveja descarriada a la que se

busca con amor que el Judas traidor; lo que sí tenía muy claro es que con Dios no se puede andar

jugando, por eso mejor hacia que la virgen me hablaba cuando desde niño sentía su llamado, pero a final

de cuentas, como dirían mis estimados policías: “Piquete que va derecho…”

Bueno, guardo el violín más pequeño del mundo con el que acompañé éste episodio de mi novela

dramática y concluyamos el punto con una reflexión: Nos todos los asuntos de Dios son religiosos ni todos

los asuntos de las religiones son de Dios, por lo que no condenemos con nuestra desconfianza o

premiemos con nuestra fe a uno por las acciones de la otra y viceversa, nuestra única esperanza como

seres humanos es retomar esa conectividad con nuestro divino origen –a mi gusto, alejados de cualquier

religión, pero como ya acordamos cada quien cocina a su manera, con receta o propio sazón- ¡y por Dios

no pongas imágenes de vírgenes o santos pidiendo “me gusta” en el facebook, que es como los españoles

quemaron templos antiguos para erigir iglesias o como los nativos ponían escondidas a sus deidades tras

los cuadros de hermosas vírgenes rubias! No contribuyas a ésa domesticación o evangelización virtual,

guarda en tu corazón a Dios ¡Él no necesita ni un pinche me gusta! ¿O sí? Dejemos entonces de fortalecer

ésa red que nos impide volar, que hace el conocimiento confuso y difícil de digerir ya, como sí de un grano

altamente contaminado por basura y químicos hablásemos, es necesario “espulgar” o limpiar esos frijoles

antes de cocinarlos para no seguir haciéndolo como hasta ahora, con toda esa suciedad que nos tragamos

a diario y que por tanto produce tal cantidad de materia fecal emocional, intelectual y espiritual, hasta

constiparnos o convertirnos en animales de engorda -mediante el consumismo destinados al consumo

mismo del sistema- Recordando a un personaje de mi bello Tuxtla, no te diré: “Arrepiéntete hermano” Sí

no: ¡Desconéctate y vive hermano! Vive ya que la vida no se repite no dejes que ninguna red te inmovilice.

SÉ IMPERATIVO Y NO ENCUESTADOR EN TUS DETERMINACIONES

Cuántas veces no escuchamos a una amiga preguntar ¿Será que vuelvo con él? o a un amigo preguntar

por inseguridad hasta lo más trivial ¿Será que voy al gimnasio? ¿Será que voy al baile? ¿Dios Por qué

permites que me inviten a beber? Sí soy débil -y luego ya saben cómo me pongo- A menudo nuestra

cobardía, pereza, inseguridad o complicidad para con una persona, situación, hábito o zona de confort

nos hacen levantar encuestas estúpidas entre amigos o familiares destinadas a justificar una conducta o

respuesta que ya conocemos de antemano, solo queremos la aprobación consensada o al menos hacernos

a la idea de que tuvimos la madurez o valor de realizar un juicio crítico de valor y por tanto esa decisión o

elección -de antemano viciada, amañada o cobarde- se maquilla de legalidad ¡Aprende a determinar! Que

es tomar las riendas de tu vida, saber plantarte, respetar y hacer respetar tu palabra, tus principios y

valores ¡Hay que tener un poquito de delicadeza pues! –Dijera Doña Adela- ¡No, es no y se acabó, se

acabó! Como también un compromiso se cumple sin pretextos ni excusas, que nuestra palabra es la

medida de nuestra voluntad y capacidad.

Lo anterior nos lleva a la imperatividad volitiva como uno de los principios o lineamientos básicos de

nuestro método, pues nuestras determinaciones de voluntad son la voz de mando interna que activa

nuestro ser y lo impulsa al quehacer, por lo que jamás afirmes preguntando -¿Iré mañana a la escuela?

No es lo mismo que ¡Iré mañana a la escuela!- Así como aprendí de mis generales y oficiales instructores

de academia que: Mejor sabrá mandar quien mejor sepa obedecer, te digo que no puedes aspirar a ser

líder, jefe o cabeza sí primero no te obedeces a ti mismo, mucho menos esperar el respeto y cariño ajeno si

no cuentas con el propio; cuando determines algo, ante un reto, compromiso o responsabilidad, antes de

tratar de convencer a los demás, dite primeramente a ti mismo: “No es una encuesta compa, es una orden

y las ordenes no se discuten ¡Se cumplen! A darle”.

Cuando logres tal disciplina en tu actuar veras que los días de gimnasio o escuela se vuelven meses y los

kilos de más músculos, así como los desvelos y esfuerzos de estudio satisfactorios logros académicos; en

general, debemos disciplinar a nuestra propia conciencia y ser interno, a quienes siempre debes

recordarles que se hace lo que se debe –hasta que se les olvide que es un deber y comiencen a disfrutarlo-

¡es nuestra receta original – y nada secreta- para formar el carácter¡ hacer con tanto empeño y

dedicación lo que debes hasta que lo ames; la vida no es una encuesta ni una prueba de opción múltiple,

requiere de fuerza de voluntad, disciplina, enfoque, congruencia y compromiso en tus metas y proyectos

–cuestión aparte es saber elegirlos adecuada y previamente- así que “Por favorcito” amig@s no anden

haciendo preguntas “inteligentes” si no quieren recibir respuestas “estúpidas” pues como decían mis

estimados oficiales instructores, la primer arma del policía es su voluntad de servicio, respecto a las

armas de fuego, son muy “pendejas” en manos de “peligrosos”.

Por su puesto que nada malo tiene preguntarte o reflexionar sobre un tema en particular a determinar,

pero que sea uno del que no tengas la respuesta no del que quieras escuchar una respuesta en particular y

sobre todo, si ya realizaste el juicio crítico de valor da la voz de mando a tu voluntad para actuar, no le

preguntes ¡Que no es encuesta o pregunta de opción múltiple! Ejecuta el plan cómo mejor lo hayas

trazado, olvídate de frases estúpidas como ésa de que: “Quiero querer” “Quiero creer” “Quiero pensar”

o “Pero es que yo creí...” y simplemente ¡Hazlo! Sea buena o mala tu determinación o decisión al menos

ten el valor de aceptar su autoría y con ello todas sus consecuencias, no te justifiques ni excuses, fue tu

idea, tu decisión y tuyo será el resultado –sea el suelo o el cielo- porque eso de que: “Fulanito me dijo”

solo hace reír al recordar la respuesta de nuestras madres: “Entonces, sí el pendejo de tu amigo se tira de

un puente ¿También te tiras tú? –Hermosas nuestras madres- como el dicho de mi padre -siempre que me

quería salir con la mía argumentando algo razonable o inteligente-“Tú le quieres vender chiles a la

Clemente Jackes mi chavo” el problema actual es que nadie nos compra ya nuestras mentiras o

inseguridades, entonces ¡nos quedamos con puro chile! resentidos y ardidos con los resultados de nuestra

inseguridad, buscando claro está a quien culpar, que pretexto o escusa utilizar.

INVALIDA O PRACTICA LOBOTOMÍA EMOTIVA A TUS DESEOS REPRIMIDOS Y NO

PERMITAS LA MIGRACION DE SENTIMIENTOS.

Ya hemos hablado en capítulo anterior del método anticonceptivo para los deseos, pero sí esto no fuere

posible –porque los bastardos se aferran a nuestro ser- estaremos entonces ante una infección antigua con

deseos como parásitos o lombrices de años y metros de largo en nuestro sistema, que son capaces incluso

de alojarse en el cerebro y corazón; además de que en ocasiones enterrar el pasado es un error, porque

como animales anfibios de sequía puede estar toda una vida esperando emerger y escapar de él es todavía

menos viable estratégicamente hablando, porque siempre ha de correr más rápido que tú, ayudado de los

relevos que son aquellos a quienes les interesa deshilachar el avance de tu vida, entre chismes e intrigas,

un error o fallo del pasado nunca te dejará tranquilo, probablemente tendrás que dar constantes y más

lastimosas explicaciones al respecto, por lo que una táctica o maniobra cuando el pasado te persiga es

frenar en seco y derribarlo, que parafraseando al buen Poe y su cuento de la carta robada, una amenaza o

posible chantaje pierde su poder si es llevado a cabo ¿Recuerdas a un buen chico que como galán de

televisión y cantante se veía obligado a cuidar su imagen de símbolo sexual, hasta que alguien le tomó

unas fotografías evidenciando su homosexualidad y quiso chantajearlo? Salió al encuentro de la situación

y declaró pública, valiente y astutamente su homosexualidad ¡No pasó nada! En la actualidad sigue

siendo un gran cantante y ser humano también, admirado no solo arriba si no bajo el escenario.

El pasado puede ser un “zombie” lento y torpe, pero también uno ágil y rabioso, tienes que aprender a

diferenciarlos, porque no todos puedes dejarlos escondidos en el closet, pues saldrán cuando menos lo

esperes, lo deseable sería una ejecución pública, pero como no siempre tu pasado debe incumbir a todos,

al menos con quienes tengan el derecho o la obligación de conocerlo; si no lo haces, tu pareja sentimental

o tu círculo familiar se verá lento, sin entender porque tu ansiedad por escapar o estar siempre a la

defensiva, habla con quien tengas que hacerlo -con nadie más tampoco- pues no se trata de convertir tu

vida en la telenovela de las nueve o en un patético caso de esos programas basura “de casos de la vida”

defiende tu derecho a la privacidad, pero no le niegues el acceso a la información a quien tenga derecho

de conocerla, talvez su reacción te sorprenda, pues entienda que no buscas su perdón sino su apoyo para

ultimar a ésos parásitos y vivir desinfectado a su lado, pero sin duda debes aprender a rematar esos

“zombies” o “muertos vivientes” que guardamos celosamente en nuestro pasado, pues mantenerlos

encadenados, ocultos pero vivos es una mala determinación ya que siguen alimentándose y esperando la

oportunidad para derribarte, mientras siguen afectando tu juicio crítico y toma de decisiones por temor o

necesidad de encubrirlos.

Eso en cuanto a situaciones graves –que a veces las cosas no son tan graves como pensamos- pero lo que

realmente es absurdo son las pequeñas o cotidianas, que alimentamos con ansiedad desmedida de un día

para otro -crecen como si de frijoles mágicos se tratase- por querer cubrir una pequeña mancha

terminamos batiendo todo el piso, en éstas situaciones de la rutina diaria lo mejor siempre será la

ejecución instantánea mediante el reconocimiento de nuestros errores –Ok! Sí fui yo, no estaba enfermo

solo no estudié, etcétera- lo anterior es un tema simple en apariencia, pero de verdad que en nuestra

sociedad de apariencias estresa más una mancha en la reputación que un cuerpo en la cajuela del

automóvil; sobre todo ten la congruencia de no solo de aceptar tu error ¡Si no de remediarlo calladito!

Recuerdo siempre a un buen policía y amigo bajo mi mando que cierta noche me dijo requería permiso

porque su menor hijo estaba un poco enfermo -el cual fue concedido desde luego- pues teníamos un

patrullaje en pueblos vecinos, pero dio la casualidad que apoyaron otros sectores y reasigné misiones

tocándonos patrullajes preventivos en las zonas de diversión donde los del pueblo se ponían los fines de

semana a escuchar música y beber cerveza en sus automóviles, lugar donde vi a mi buen amigo muy bien

vestido y perfumado en compañía de dos bellas damas, a lo que de inmediato mi jefe de plaza quiso

evidenciarlo y arrestarlo -se lo impedí- solo me acerqué -a donde mi amigo y subordinado ya estaba mudo

y pálido- “Buenas noches mi Comandante, espero esté disfrutando de su merecidísimo descanso, ya sabe

nosotros estamos para servirle, que la pasen bien y saludos a la familia mi jefe” –fue todo lo que le dije-

al otro día, estaba ya en la guardia en prevención –lugar de arresto- con equipo completo y sol a raya, sin

haber esperado siquiera boleta de arresto, se disculpó con sus compañeros patrulleros y después de

cumplir voluntariamente el doble de horas al que hubiera sido sujeto, la amistad continuó.

El problema es cuando somos “cochis y trompudos” y queremos adoptar la equivocada estrategia de

hacernos los ofendidos ante nuestras fallas -cuando nos descubren algo por ejemplo nos ofendemos

porque vieron nuestras cosas sin permiso- porque estamos tan seguros que somos indispensables o tan

amados por nuestra pareja, que terminará la cosa en un “empate técnico” y no hay apuesta más estúpida

y peligrosa, que por algo sin importancia digas: “esto es así o terminamos” o pienses como diría mi tío

Eduardo, que te va a funcionar “Castigarla con el látigo de tu desprecio” porque déjame decirte que con

ese mismo habrás de recibir tus azotes, no por tu error si no por tu abusives y soberbia; por ello tienes

que aprender a no “hacer pasado” quiébrale las piernas a ésos “zombies” o de plano derribarlos con un

golpe certero de humildad y madurez a tu vanidad y soberbia, aprende a reconocer errores -sí es antes de

que sean descubiertos mejor- se honesto, que la confesión espontanea siempre tendrá atenuantes o de

plano el perdón, quien te ame o aprecie verá arrepentimiento, buena fe y voluntad, que pudo haber estado

engañad@ toda una vida y que en el más dramático de los casos, prefieres perderle que hacerle daño.

Bueno y también lo otro muy importante: No camuflajees tus emociones negativas verdaderas –porque

luego ni tú las encontrarás- haciendo un drama “reloaded” para justificarlas con algo que nada tiene que

ver con su causa original -por ejemplo si en la noche tu pareja no tuvo ánimos de hacer el amor- pero

como sabes que es moralmente incorrecto reclamarle, te aguantas el coraje y al otro día que deja el

automóvil sin alarma o se le olvida alguna diligencia aprovechas para que tu frustración se las cobre,

cuando no tienes los tamaños para decir que andas de malas por tensión sexual -si tú quieres llamarle así-

y tu pareja estará tratando de emendar un error menor que no es en realidad la causa de tu molestia, por

lo que difícilmente llegaran a un entendimiento por error invencible en sujeto u objeto, tengamos los

tamaños para decir lo que verdaderamente nos inquieta o molesta –sobre todo en pareja- porque de otra

forma estaremos haciendo de cualquier tipo de relación un “campo minado” y no sabes cuándo -si años

después incluso- pises una de tus propias minas la cual te estallará en la cara sin que recuerdes siquiera

el motivo real por el cual la pusiste ahí.

Lo mismo pasa en todos los aspectos de la vida cotidiana, lo que nos encabrona en la mayoría de los

casos nos lo tragamos por vergüenza o conciencia de que no estamos en lo correcto -y en esto se basa el

método porque la mierda todos la ocultamos- y como lo que nos encabrona es vergonzoso, machista,

sexista o racista entonces no lo externamos y un buen surge la pregunta del porqué se divorciaron, la

versión oficial es que todo inició con una discusión porque tu pareja no puso la alarma al carro y le

robaron el equipo de sonido, luego dirás que habían ya otras diferencias, pero jamás dirás que fue porque

no quiso practicarte sexo oral ¿O sí? De eso se trata el no migrar o transferir emociones negativas de una

persona o hecho a otro, por el simple hecho de que seas incapaz de reconocer que tu inmadurez o egoísmo

dio vida a un sentimiento incomodo del cual prefieres no hablar porque sabes no quedarás bien parado y

tu imagen se verá afectada; imagínate en el mismo caso, que tu pareja dice: ¡Hablemos! ok mi amor lo

que a ti te molestó es que por mi descuido -de no ponerle alarma o seguro al automóvil- se robaron el

equipo de sonido ¿pero qué crees? Ya pagué el deducible y le instalará uno mejor, de todas maneras

disculpa por el descuido” y a ti no te quedará más que aceptar la disculpa porque de lo contrario se

evidenciaría que es algo más –como en realidad lo es- lo que te tiene molesto, entonces en vez de decirle

la verdad -que tú también exageraste por otra causa- esperas mejor otro nuevo descuido o error para

migrar a él la vieja inconformidad, pero nunca se va a poder arreglar el problema porque nada más es

una fachada; entonces hay gente que es igual, que va al psicólogo a hablar, durante años de cómo su papá

lo dejaba encerrado, no salía y eso le causo un trauma, que lo odia porque nunca le dio seguridad

confianza -etc. etc.- cuando en realidad la “astilla emocional” o lo que le tenía molesto que su papá

prefería a su hermana por ser más responsable -y no un borracho parrandero- por lo que no le dejo de

herencia la casa y negocio familiar –que seguramente a esa edad hubiera gastado en parranda- y

mientras la hermana se dedicó a estudiar y trabajar el andaba de paseo por la vida hasta que llegó a los

cuarenta dándose cuenta que era un don nadie con una hermana profesionista y de situación económica

muy holgada ¡Y ese es todo su trauma! Por ello siempre debemos tener cuidado con ésas “astillas

emocionales” porque si bien pequeñas, a veces se pueden encarnar tanto y tan profundo que se

constituyen en una incapacidad emocional severa.

Entonces, para que te dejes de comer tu mierda y digas la verdad, o sea mí me encabrona, el que tú digas:

“Es que cuando yo era adolescente me violaron y por eso soy homosexual de closet y estoy acomplejado”

¿Por qué no dices que te gustaba el maquillaje y ponerte la ropa de tu hermana desde niño y que no tienes

el valor para reconocerte cómo eres ante el mundo y prefieres jugar al mujeriego por la aceptación

general? Qué si tuviste un episodio traumático no se discute -pero el ser humano es tan astuto, que

aprovecha lo malo- y tú te aprovechaste una circunstancia, un acontecimiento negativo, para sacarle

provecho, así somos también los humanos ¡vividores y oportunistas! pero siendo así de sinvergüenzas y

deshonestos terminamos comiendo nuestra mierda, porque luego quedamos atrapados en nuestras propias

mentiras, en terapias por años y adictos a medicamentos tratando lo que en realidad no es el problema o

no es el origen de nuestro deseo -simplemente es la fachada- el cebo del cual nos agarramos, pretexto

como en las guerras, de las que algunos dicen que todo el mundo sale de las guerras como llega, pero ya

teniendo los pretextos para descararse.

ELIGE BIEN TUS BATALLAS

Sobre todo elige bien tus batallas ¡las que sean reales y necesarias! no te pongas a pelear con el polvo que

levantan cada uno de tus problemas o conflictos emocionales y esto no tiene nada que ver con lo

tradicional de elegir batallas, esto tiene que ver con que no pierdas la paz, para obtener la razón en algo

que no vale la pena, te quiero poner un ejemplo que es controvertido: Los matrimonios gay, la gente que

lucha incansablemente porque se le reconozcan sus derechos como homosexuales, la verdad de fondo es

que la gran mayoría está luchando en algo porque solo les dijeron que no, porque su insatisfacción es

otra, muchos lo que quieren es transformar su cuerpo, es conciliar ese conflicto entre lo que son y lo que

ven en el espejo, muchos de ellos –a los cuales admiro profundamente- no buscan el reconocimiento de la

gente, buscan su propia armonía y respeto, esas marchas por el orgullo gay que en otros tiempos eran

dignos ejemplos de la defensa de los derechos civiles y la libertad sexual hoy día han degenerado la

mayoría en algo menos que un circo de libertinaje donde el orgullo ya no se encuentra por ningún lado;

pasamos de auténticos defensores de la justicia a meros provocadores a quienes nadie toma ya en serio,

porque a leguas se ve que habla una frustración personal no un auténtico reclamo social, pero como

estamos tan vacíos y resentidos nos es fácil escudar tales emociones negativas tras las banderas de la

defensa de cualquier derecho, sea el de los animales o el de las plantas, el chiste es protestar y sacar en

parte esa frustración, gritamos consignas y llamamos arbitrarias a las autoridades, pero cuando el motivo

de la protesta es solucionado o la ley es promulgada en defensa de lo que se protegía, nadie la observa,

todos se olvidan entonces de ese caso y se van como grandes activistas a camuflagearse en otra causa a la

que migran las mismas emociones negativas.

Acá aplica muy bien la caricatura del gallo encaprichado, que cuando una chica le dice “NO” él dice:

“¿Cómo no?” ¡Entonces lo quiero, lo quiero y lo quiero! y cuando te vienes a dar cuenta –ya que lo

obtuviste- no era lo que querías, simplemente fue con lo que te enganchaste, el objeto al cual migraste tus

insatisfacciones y frustraciones; todos sabemos que el reconocimiento del matrimonio gay es importante

como el triunfo o reconocimiento de un derecho civil, pero muchas personas homosexuales asocian y

migran la frustración, la desaprobación familiar , la falta de cariño, la falta de afecto y de aceptación por

parte de su entorno social con el hecho de que la ley no les permita casarse ¡entonces van y protestan!

como si ese papel fuera a remediar lo otro -sabemos que no- no va a cambiar en nada el hecho de que no

se siente a gusto con su cuerpo, que todavía no tiene todo el dinero para pagarse todas las operaciones

que desee, que no se siente aceptado por su familia o amigos; una vez que tenga el papel, va a decir: “Si,

si claro lo logramos” y es el discurso obligado, pero dentro de él no va a cambiar nada, porque talvez ni

siquiera quería casarse, solo busca mitigar los sentimientos negativos que la familia y sociedad le generó

por su preferencia sexual.

Entonces, elegir bien una batalla implica en primer lugar que en verdad sea una batalla, no una

migración de emociones negativas -pues de ganarla o perderla todo sería un espejismo- una vez

establecida la veracidad entraremos al estudio de “la necesidad de” pues no porque haya condiciones o

campo de batalla te aventarás en automático a batirte en duelo por todo reto o agravio, pues incluso en

una de las reglas del duelo se establecía que para darse, las partes debían ser de igual condición o

nobleza, traducido a la modernidad: ¡No puedes andarte peleando con cuanto pendejo se te atraviese!

Porque vas a perder por cansancio ¡Abundan! Entonces no solo porque tengas el derecho de reclamo te

embarques en una cruzada santa contra la estupidez o la ofensa, evalúa la real necesidad de entablar

combate, que uno solo de tus barcos –emociones positivas- de ser hundido será por sí mismo una derrota,

pues tu contrincante no era digno de ello; sí la batalla es real y necesaria entonces ¡Dale duro! Sin charla

ni enamoramientos verbales, ve y haz lo que debas para regresar cuanto antes a lo tuyo, es decir no te

enamores de tu guerra, no hagas de ninguna batalla la razón de tu vida, si son algo necesarias

conclúyelas de forma contundente, en una sola batalla de ser necesario; eso de tener “enemigos de por

vida” es para los poco estratégicos emocionalmente hablando, que necesitan de un “némesis” para sentir

completo su “inventario emocional” pues aunque no creas, hay gente que no sabe vivir en paz y sin rival.

Debemos de procurar la continuidad la continuidad emocional, que en ella se den nuestras batallas

eternas, de preferencia contra nuestros malos hábitos, defectos o vicios, porque un día empezamos con

todo el gimnasio, la dieta , compramos todos los polvos, los suplementos y al otro día nos vamos a comer

tacos y gorditas –estamos dándole armas a nuestros verdaderos enemigos- Eso es lo que nos frustra el no

poder disciplinar nuestro ser, nuestras capacidades para lograr un objetivo -por ello preferimos entablar

batalla con el prójimo y no con nosotros mismos- la continuidad emocional es importantísima para logar

todos los objetivos y metas, que no se confunda con el esfuerzo o la perseverancia sino, porque eso es

externo, el esfuerzo y la perseverancia en las cuestiones da un resultado, yo te estoy hablando de una

continuidad emocional al interior o sea que procures no solo sentirte bien sino mantenerte bien en tu

lucha o batalla interna diaria, que a final de cuentas es la que más importa de todas, por ello la necesidad

de ser estratégicos y honestos al momento de elegir batallas externas, pues sabemos que estamos

descuidado el campo de trabajo más importante: nuestro propio ser y su necesario desarrollo.

Es por ello que los soldados nunca están en paz con la paz, porque rehúyen a su enemigo más temido y

capaz: Ellos mismos y prefieren embarcarse en guerras y conflictos bajo cualquier bandera o causa ajena

que implique el guerrear o aniquilar a un mal que no sea el propio; es por ello que la evolución del

soldado al guerrero solitario -peregrino, filosofo, escritor o poeta- que deja la espada por la pluma y la

armadura por el humilde hábito, enfocándose en sus pensamientos no en las acciones ajenas, buscando

una conquista interior que le habrá de dar la más grandiosa y honorable victoria de todas; esos guerreros

descalzos que dejan la espada de lado – pero siempre a la mano- tiemblan ya ante la posibilidad de

volverla a empuñar, pero no por cobardes sino porque han cobrado conciencia de su ser, ya que de

hacerlo un enemigo violento habrá despertado a un dragón tanto fuerte como sabio, del cual si confunde

su pacifica humanidad con temor o incapacidad, será su triste fin, porque tal dragón en su cólera será

implacablemente misericordioso quitando de inmediato del sufrimiento a los infectados mediante la

muerte.

NO TE ENAMORES DE TUS IDEAS

No te enamores de tus ideas porque te vas a volver adicto a un tipo masturbación emocional -mental- y

luego vas a empezar a vivir en un mundo inexistente más que en tu mente –que ya de por sí- alejándote de

la percepción real o al menos general -acuérdate que son tres: Como tú ves las cosas, como las ven los

demás y como realmente son- pero si te empiezas a hacer “chaquetas mentales” vas a quedarte solo en tu

percepción obsesiva perdiendo el sano equilibrio entre los tres puntos anteriores, entonces te voy a poner

un ejemplo muy claro de cómo uno se enamora de las ideas no de las realidades: Tú no eres motociclista,

pero estás enamorado de la idea de ir en una motocicleta con la cara al viento y una chica escultural a la

espalda mientras sientes que vuelas, libertad total ¿verdad? pero ya cuando te subes a esa motocicleta te

das cuenta de que te vas quemando todo de sol, que te vas tragando mosquitos, que es peligroso, que duele

la espalda, que no ves lo que los demás ven, tú ves el camino concentrado no ves el estereotipo de un

motociclista rebelde y conquistador; no hay mejor ejemplo que manejar una moto deportiva, se ve

precioso pero prácticamente incomodo no puedes llevar nada, la verdad es que es mucho más práctico el

carro y lo sabes, pero como primero te enamoras de la idea y te venden idea como ejemplo de libertad,

como objetivo logrado de triunfo y de gloria ¡Pues te aguantas el dolor de espalda! te tomas dos pastillas,

no llevas nada, ni siquiera documentos pero ahí vas en la moto deportiva, satisfaciéndote de que los

demás te vean como el cumplimiento del enamoramiento de una idea, con levantar envidias -aunque te

lleve la chingada ¿No?- o sea, igual tú como mujer te sientes como la modelo del comercial de cerveza o

cereal de dieta dices: ¡Me voy a ir al mar! y te imaginas que estás en una playa paradisíaca, con un bikini,

bebida e mano y total relajación y resulta que la playa esta hasta la madre de gente que busca comprar la

misma idea romántica que tú, hay marea roja, te quemas de sol, no hay ni relajación ni meditación

trascendental -solo cervezas y mariscos- pero como ya has comprado la idea, ya estás ahí no te queda más

que publicar “Esto es vida” agradecido a Dios de llegar a la comodidad de tu hogar.

En general se trata de jamás guardar las apariencias solo porque te enamoraste o casaste con una idea,

soportando hasta el final –toda tu vida a veces- una persona o situación que sí bien satisface la idea o el

“en teoría” en la realidad no te brinda la satisfacción, equilibrio y desarrollo que supone, por lo que

debemos tener la madurez de aceptar cuando nos hemos enamorado de una idea y no seguir

manteniéndola con vida artificialmente o costa de nuestro crecimiento verdadero, no permitas que la

transmisión de los deseos –como si fuera un comercial por televisión- se imponga a tu realidad, porque

jamás debe importar más el deseo de hacer algo que hacerlo realmente y una vez hecho ratificar en la

práctica que sea lo que esperábamos en la teoría.

PROPONTE NO TENER PROPÓSITO

Estábamos hablando de la búsqueda de identidades, de satisfacciones de vida y mucha gente quiere

buscar lo que encaje, lo perfecto ¡y eso no existe! sí sientes que tu vida está mal ¡Es porque está mal¡ si

sientes que no hay nada perfecto es porque no hay nada perfecto y más importante aún nos venden la idea

de que nuestra vida tiene que tener un propósito; sabes algo: Creo que no, creo que hay veces que el

propósito es que no hay que tener propósito, es como si fuéramos hojas de un árbol, una sola hoja en sí

es parte del propósito que es la existencia de ese árbol, quien tiene el propósito es el árbol, nosotros

somos como un cabello de Dios, le damos forma, nuestro propósito es ser parte de él , pero no tenemos un

propósito individual -en un sentido protagonista- y al mismo tiempo somos parte de un propósito grupal

enorme, y una de esas hojas va a transportar una semilla o va a llevar un ADN, va a cumplir con el

propósito principal de ese propósito general; El que tu propósito no sea principal o protagonista no

significa que no sea necesario para el cumplimiento del general, en la humildad de la existencia reside la

grandeza.

Talvez no encuentres la relación directa de lo anterior con tu vida, pero reflexiona por un momento:

Somos manipulados e inflados como globos – con puro aire caliente- por la maquinaria implacable de

propaganda consumista que te programa a tener, a ser exitoso, a ser popular, a triunfar y la peor etiqueta

que muchos temen recibir es la de perdedor o “loser” arrojados socialmente al cajón de los que no son

populares o “cool” prácticamente hacen girar nuestra entera existencia en torno a esos temores que como

infecciones emocionales nos contagian intencionalmente para manipular nuestro ser y existir; cuando

dejes de intentar ser lo que te dicen debes ser, de buscar esa aceptación general y refuerzo emocional

externo talvez puedas entender que no necesitas del halago ajeno si no del equilibrio interno, lo que seas,

lo que te guste o como veas la vida, mientras no dañes a nadie, si estas a gusto no necesitas más, ni

siquiera de gritar consignas del tipo “A quién le importa lo que yo haga” porque si lo haces, inversamente

estarías buscando de igual forma esa aprobación, sé tú mismo y que no te importe lo que a lo demás les

importe, no adoptes posturas desafiantes pues no necesitas defender de los demás ni convencerlos de tu

postura ¡Ejércela y ya! Sin pedir permiso para existir, sin querer tampoco imponer tu existencia o

entablar batalla por ella, pues es tuya, si la aceptas podrán no aprobarla pero jamás quitarla.

Así que no malgastes tiempo y energía ni en lo uno ni en lo otro, ni en ser como los demás digan ni en

defender lo que quieres ser en actitud hostil, simplemente sé tú mismo y listo; olvídate de tener un

propósito en la vida, porque probablemente este infectado, condicionado por tales exigencias sociales, sé

humilde y actúa con gozo en todo lo que hagas, el propósito verdadero de tu vida habrá de revelarse sin

necesidad de maquillaje egoísta o consumista, permítete sentirte liviano, sin exigencias sociales o

económicas, solo así podrás verte de cuerpo entero, conocerte y reconocerte para luego entonces

mediante tus verdaderos anhelos o metas encontrar tu propósito en la vida, el cual por humilde que sea,

de cumplirlo te dará plenitud emocional, así como el desarrollo humano tan discursado y poco entendido

en la actualidad.

¿SIN OFENDER?

Ahorita -mientras escribo este libro- recibí un mensaje por internet de un tipo desconocido que decía:

“Sin ofender, te ofrezco treinta mil por tu camioneta, porque mira que es usada y luego el mantenimiento

de esa marca es caro y el gasto de gasolina es un poco mayor a un vehículo pequeño y si la quieres vender

es muy difícil” ¡ahh! Y concluyó diciendo: “Dios te bendiga, saludos” El valor comercial y justo del

vehículo es del doble ¿y el tipo espera no ofender? Contesté: “Pensaba considerar tu oferta y dado que

eres revendedor incluso descontar otro porcentaje por el combustible que pudieras utilizar en los días que

la tengas, pero en atención a las razones que me expones mejor no te la vendo, porque no quiero

ocasionarte problemas, es una camioneta vieja, de caro mantenimiento y que consume mucho

combustible; no te conviene mi amigo, bendiciones también”.

Hay gente de la que tienes que cuidarte porque tienen una venenosa amabilidad, dicen al principio de un

comentario lleno de mala intención: “sin ofender” o “con todo respeto” y lo finalizan con una bendición,

es la estrategia más mezquina y artera de comercio que pueda haber –sin ofender, como tu hijo está

gravemente enfermo te ofrezco un préstamo con el cien por ciento de interés ¡Ah! y me traes las facturas

de tus propiedades como garantía ¡Dios te bendiga amigo!- ¡No cabe duda que son personas enviadas

como ángeles por la providencia para socorrerte en tus aflicciones! ¿Verdad? ¡Hijos de puta es lo que

son! De la peor calaña, que no tienen ni los tamaños para demostrarse como los buitres que son Así que

aléjate de quien haga una mezcla de bendiciones con malas intenciones, no son más que carroñeros

cobardes y arteros con un pésimo disfraz de oveja.

En la misma categoría caen las “amistades” que tratan de maquillar o perfumar su estupidez, prejuicios o

frustración; nunca seas tan mezquino de no tener al menos el tamaño para externar una opinión negativa

de manera franca –si es que no puedes mantener la boca cerrada al tener nada bueno que decir- al menos

evita lo patético de: “No es por criticar o hablar mal de fulano o zutana pero…” Sé derecho y di

simplemente: “No me agrada y punto” no justifiques tu aversión o mala disposición hacia una persona o

situación, mucho menos robustezcas con bendiciones tu cobardía o abusives al hablar, que echarle flores

al chiquero de una boca no hará que la mierda salga perfumada, pues recuerda lo que tanto dicen hasta

en el face: “Sí quieres conocer a alguien no escuches lo que dicen de ella, escucha lo que ella dice de los

demás”; Lo anterior nos lleva a un punto muy importante: Retomar las virtudes humanas del respeto y

agradecimiento por lo propio y por lo ajeno, porque la calumnia o comentarios dolosos no son más que el

reflejo de nuestra insatisfacción, temor o inseguridad; recuerda que tus palabras son semillas que buscan

tierra fértil para crecer, así que elígelas cuidadosamente en su especie, naturaleza y finalidad porque

invariablemente habrás de cosechar sus frutos.

Tampoco te escudes en que solo contestaste a una agresión verbal con otra –que siempre has de buscar

sea más ingeniosa e hiriente- Para el tratamiento residual es de entender que toda acción ajena debe

tomarse como propia -como ya se expuso en el principio de no ofensa- es decir quién te insulte en ese

momento -en vez de calentarte o encabronarte enganchándote en una discusión- ponte en su lugar de ésa

persona y mira porqué te insulto, a lo mejor tú vas a poder ver algo que él no está viendo -si él es un

neurótico, un estúpido y está ciego ante su estupidez- tú si la vas a poder ver y a lo mejor vas a poder

servir como espejo para que él mismo se vea y recapacite entonces, ante alguna ofensa, lo primero que

tienes que hacer es pensar que el que está ofendiendo eres tú y canalizar -ahí en ese momento va a entrar

el método residual de tratamiento de emociones- cuando sientas que el que está ofendiendo eres tú, pero al

mismo tiempo sientas la ofensa, lavaras esa ofensa mediante una especie de perdón, pero a ti mismo, te

vas a ver como si tú eres el que está ofendiendo y te vas a perdonar a ti mismo y con eso vas a perdonar al

otro así de simple -vas a pensar siempre que tú eres los demás y que los demás son tú- entonces cuando

alguien te ofenda vas a ver lo que él no ve y entender lo que ni él entiende, entonces podrás sonreír

inmune.

Entender la naturaleza, motivos y razón de ser de un fenómeno –o persona- es identificar el problema y

poder tratarlo en consecuencia; sí alguien es homofóbico, racista o malinchista al ponerte en su lugar y

vasa entender porque está dando esa ofensa y vas a comprender lo que él no comprende -que tiene

atrofiado su sistema de tratamiento residual de emociones- a lo mejor vas a entender su propia

homosexualidad reprimida o sentimiento de temor e inferioridad que le acomplejan y en ese momento tú

le vas a otorgar a él un perdón -que él es incapaz ni siquiera de visualizar, ni siquiera de saber que lo

necesita- en ese momento vas a ir más allá de la empatía y perdón, llegando a tu corazón la compasión y

con ella la piedad que superan cualquier ofensa ¡Pero que sea autentico! No un insulto de ironía

devolutiva desde un falso pedestal de superioridad que te impulsen a decir: “pobrecito, es un idiota no

sabe lo que dice” si en verdad lo sientes, no dirás nada, sentirás esa compasión y actuarás en

consecuencia sin hablar.

Es por ese riesgo de compasión o piedad infectada de vanidad que nos volvemos abusivos, que creemos

tener derechos incluso sobre lo que no nos importa ¡Es por ello que somos metiches! porque lejos de

adquirir la capacidad de no ofensa la hemos magnificado, todo nos incumbe, todo nos interesa, todo

merecemos, todo nos molesta, estamos de metiches hasta con la vida ajena, somos inquisitivos, somos

investigadores, si vemos a una persona en la calle viendo algo, sentimos el derecho de interrogarlo como

si fuéramos policías, somos metiches e incluso cómplices forzados, aprovechados y cobardes, porque si

vemos un delito pedimos que nos den parte del botín para no delatar, en pocas palabras, hemos pervertido

el derecho básico de ser ofendidos para ser trasgresores, ahora somos víctimas abusivas que se

transforman en violentos agresores.

Lo mismo se observa en la vida pública, en especial con nuestros flamantes gobernantes y representantes

de elección popular, que piensan la confianza depositada es capital propio –ya hablamos del capital

social- lo que hoy se conoce como capital político es en realidad un préstamo de confianza social, que

emana de la comunidad y es quien tiene el derecho legítimo de exigir los intereses, traducidos en una

buena gestión pública o en su defecto hacer efectivo el cobro o embargo –moral y social- al servidor

público que no hay cumplido con su naturaleza de servir y funcionar en beneficio de tal comunidad; por

desgracia somos prestamistas con pésima memoria, nos olvidamos incluso que el capital es nuestro, este

eje rector de política pública es transversal para la recomposición social, no son más partidos ni alianzas

lo que darán resultado, tampoco novedosas estrategias contra la delincuencia, pobreza o desempleo, si no

el cobro efectivo de dicho capital por su mala administración o desvío, en ese momento no habrá grupo de

poder que se arriesgue a rescatar a uno de los suyos que se haya prestado a una acción contraria al bien

común; debemos hacer nuestra “lista negra” de funcionarios y aplicarles de forma efectiva este

principio, con las primeras carreras políticas acabadas, los demás empezarán a tomar con más seriedad

los asuntos públicos de sus gobernados, porque los cobardes como las ratas viven y se reproducen

mientras el dueño de casa no hace efectiva limpieza, mientras los valientes duermen.

A un político no le duele que le mientes la madre ¡Algunos de plano ni tienen! pero retíralos de la nómina

y veras como suplican de rodillas, a ellos es que debemos aplicarles el conductismo, no hay buenos

resultados no hay premio, recompensa o bono; es la manera más efectiva de quitarles nuestra cuchara,

con la que se sirven a su antojo; esto es para quien diga que no se puede, que esta generación está

perdida, claro que se puede, por lo que en este eje rector se propone la firma de un convenio entre

servidores públicos de elección popular y sus votantes, al margen de los procesos legales electorales, será

un convenio de voluntades y buena fe, que tendrá como objeto ese capital social mal entendido como

político, porque es nuestro, no de ellos; veremos cómo en menos de un sexenio -si no nos seguimos

vendiendo por despensas, tarjetas con una miseria depositada o tortas- tendremos otro tipo de gobierno y

nuevos actores; es más, le digamos a los partidos: “ Ok! No puedo poner candidatos ciudadanos –

tampoco quiero entonces candidatos independientes oligárquicos o demagógicos financiados por oscuros

intereses- pero éste será tu candidato si quieres mi voto, porque éste candidato ya firmó convenio

compromiso moral con nosotros y es el que más confianza nos inspira –Somos nosotros quienes

llevaremos a nuestro “gallo” no seguir alimentando el chiquero- Así lo partidos estarían al servicio de los

ciudadanos, quienes deben constituirse en cuerpos colegiados comunales como observatorios u

organizaciones populares, no se trata de cambiar el esquema, sino de utilizarlo nuestro favor.

Pues si algo en verdad ofende e infecta nuestras emociones son esas formas de gobierno o representación

popular infectadas de corrupción, impunidad y nepotismo por la simple y sencilla razón de que le

otorgamos el control de la música y con él nos hacen bailar al son que se les antoje; con esto queda claro

que nuestro método es perfectamente aplicable a las cuestiones públicas o de intereses social -porque

desgraciadamente es donde más mierda hay- necesitamos participación ciudadana legitima y verdadera,

no más partidos políticos que solo constituyan refugios de poder o pago a quienes pretenden ser una

opción de alternancia, pues son los cómplices más peligrosos del poder, aquellos que polarizan y

fomentan la desunión entre hermanos ciudadanos mientras el aparato de poder gana estabilidad y control

sobre el destino de un pueblo.

Además de que la felicidad es un derecho humano y finalidad suprema de cualquier pacto social a la par

de la seguridad ofrecida –la que nunca debe ser pagada con la libertad si no con la cooperación y

esfuerzo colectivo- por lo que en México como en otros países no es una revolución lo que se necesita –eso

también es negocio para el sistema de poder mundial que tiene su propio mercado de armas- sino un

despertar de conciencias, hombres y mujeres “desparasitados” emocionalmente, con voluntad renovada e

interés genuino en sus procesos internos de elección así como en el debido seguimiento de sus

representantes elegidos; pero mientras sigamos leyendo revistas del corazón en vez de nuestra

constitución y viendo la telenovela en turno en vez de las sesiones de nuestro congreso difícilmente

podremos estar a la altura de nuestros reclamos, seremos como esos borrachos que lloran en el suelo su

desdicha, pero no son capaces de ponerse en pie ni dignos de luchar por lo que quieren; así que por

principio de cuentas dejémonos de ofender a nosotros mismos con una actitud tan despreciable como los

que lamen las botas del poder y golpean a sus hermanos necesitados o en pie de lucha ¡tengamos un poco

de delicadeza pues! Dejemos de pelear por sus migajas y pongamos de pie a nuestra sociedad.

CAPÍTULO CUARTO: TERAPIAS DEL MÉTODO ALTERNATIVO DE TRATAMIENTO

RESIDUAL DE EMOCIONES

1. FORMATO BÁSICO DE LAS MIERDOTERAPIAS

La Mierdoterapia es un tratamiento poco ortodoxo y más bien heurístico-sistémico, porque no se enamora

o casa con ninguna doctrina tradicional de la ciencia o saber humano, apuesta a solucionar conflictos

emocionales no a analizar y fundamentar soluciones, las toma al “aire” como el cazador que dispara sin

apuntar o haciéndolo al aire -no donde está el ave, si no donde estará cuando el proyectil llegue al lugar-

porque entiende que nada es fijo, que nada es en sí una constante, todo es variable y relativo, que todos

los hombres y mujeres son iguales por diferentes, por ello se requiere un enfoque sistémico que reinvente

o conforme incluso fórmulas probadas a cada caso en particular; en tal sentido es un tratamiento

heterodoxo-inductivo, parte del sujeto para determinar la realidad a tratar y de la solución o avance

parcial nace el diagnostico que siempre será auto graduable.

Con lo anterior quiero decirte que lo mismo puede ser aplicado –en todo o en parte, conjugado o

entrelazado con otro método- por una madre, esposo, hermana o amigo que un médico general o

especialista –psiquiatra, pediatra o geriatra- pues al ser un conjunto de medios y remedios emocionales

con el entendido de que ya existe la cura al interior del paciente, cualquier sujeto e incluso acontecimiento

puede ser factor precipitante o desencadenante para que tal remedio emerja y sea aplicado; es decir, la

cura no ésta en la corriente de pensamiento o terapia aplicada, tampoco en el profesionista de la salud o

del desarrollo humano que la pretende ejecutar, ésta dentro del sujeto en conflicto y por ende ha de ser el

único que sabrá con que medio, circunstancia o acontecimiento la deja salir y surtir sus efectos; estamos

pues ante un método que es de terapia imperativa-resolutiva –que no viene a ver sí puede, sino porque

puede viene- y puede no por sí mismo, sino porque repetimos: La cura ésta en el sujeto, por lo que no es

terapéutico, pues poco se ocupa de los medios empleados o la forma de aplicarlos siempre y cuando den

los resultados necesarios; como ejemplo sencillo te diré que si alguien se ayuda de la superstición

mediante una “limpia” pasándose hiervas y loción por el cuerpo para sacar los “malos aires” y con ello

activa su proceso de tratamiento residual, pues ha de preferirse una buena limpia a meses de mantenerlo

drogado con fármacos psiquiátricos que simplemente no comulguen con su percepción de la realidad.

Todo inicio o activación es buena para nuestro método -no te preocupes si es formal o informal, placebo o

sustancia activa- el mismo sujeto verá conforme avance, se desarrolle y fortalezca que era ridícula su

postura inicial –por lo que voluntariamente abandonará las muletas o ruedas auxiliares como

supersticiones o remedios paliativos para irse con verdadero coraje, con todo y a la cabeza del problema-

luego entenderá que toda situación o estado emocional es transitorio y perfectible, habrá un efecto

“gimnasio” en el cual se motivará con el desarrollo y tonificación emocional y esto le alentará a realizar

más “repeticiones” a “levantar” más peso, a ir más allá; cuando se encuentra el gozo en el esfuerzo de

voluntad y la dignidad en el trabajo de su desarrollo emocional y espiritual el ser humano se vuelve

imparable, a eso aspira nuestra terapia, a activar y hacer imparable la voluntad del sujeto, sin enfocarse

o darle el papel estelar a los problemas, porque una vez que esté fortalecido como ser humano el sujeto no

estará más de rodillas o en posición fetal aplastado por dichas problemáticas, si no de pie y con el vigor

emocional necesario para pulverizarlas.

Nuestro método contempla terapias individuales o grupales, mediante dinámicas interactivas en las cuales

todos rolan el papel de moderador aplicando desde su óptica y experiencia los diversos principios y

lineamientos de la Mierdoterapia, siempre francos, siempre cálidos, siempre mordaces e indolentes pero

humanos y solidarios mediante una terapia de shock que les invite a la sátira de la autocompasión y

victimización, grupalmente se hará una tragicomedia cínica de los eventos que a cada quien afectan,

manteniendo siempre el buen ánimo y el gozo en el relato que permitan invertir el estado actual de las

cosas, en donde dichas problemáticas son gigantes y los sujetos esclavos temerosos arrodillados.

Siguiendo con el ejemplo de la brujería, un buen médico que ante la obsesión de su paciente por estar

“hechizado” que no permite que tratamiento alguno sea efectivo, dirá: “Sí señor, efectivamente necesita

una “limpia” porque esos “malos aires” deben salir, pero una vez fuera como es “energía negativa” que

le debilitó su sistema, vamos a requerir un tratamiento de vitaminas y minerales más éste relajante suave

para que le ayude a recuperar su buena vibra, porque como dicen: A Dios rogando y con el mazo dando”

de tal manera que una de las estrategias de nuestro método es aprovecharse de los usos y costumbres del

sujeto para iniciar su activación o tratamiento emocional, porque a diferencia de la creencia popular de

que solo los pueblos indígenas los tienen, todo hombre y mujer en sociedad cuenta con un cumulo muy

bien nutrido de usos y costumbres, sean estos evidentes o no, incluso maquillados o negados.

Se evitaran las conductas o actitudes paliativas –nada de toma mi hombro y llora en el- y se hará énfasis

en posturas de shock o radicales que sacudan la percepción del sujeto ante sus problemáticas dándole la

oportunidad de reacomodo a conveniencia –reír juntos y preguntar irónicos: ¿y qué? ¿Quieres una

medalla por eso? y quien externe aquello que le conflictúa diga por ejemplo: Bueno, inicio mi novela,

párame saco el violín para acompañar la triste historia- al tiempo que se cuida el enfoque sintomático, es

decir, no se trata de enseñarle a nadar a un niño aventándolo al rio sin previo conocimiento, sino de ir

logrando cada sujeto de por voluntad propia y con su mejor ánimo los pasos en el avance del tratamiento

que irán calmando o aliviando los síntomas que su afectación emocional manifiesta, con lo que se

producirá el efecto de confianza o autoestima necesaria para que se motive por alcanzar el tratamiento

completo y eficaz de dicha afectación.

Lo anterior hará que el sujeto pierda el miedo a ser juzgado o a quedar en ridículo, pues será el mismo

quien ha de burlarse de su situación, quien se mida y se pese sin sentir hostilidad por los demás

participantes, porque sabrá que cada uno habrá de hacer lo mismo, se trata pues de terapias descaradas,

francas y a corazón abierto, que por tanto sí requieren como ingrediente indispensable la confianza entre

los participantes, de lo contrario caeríamos en sesiones grupales de participación extendida, donde cada

quien estará más preocupado por cuidar su imagen y justificar sus acciones o peor aún, por auto

flagelarse para congraciarse con los espectadores, en nuestro método todos son actores principales, no

hay espectadores, inclusive el moderador principal o psicólogo si se tratase de una terapia individual debe

ganarse la confianza compartiendo situaciones o experiencias reales con el sujeto, quebrando esa

hipócrita distancia que otros métodos imponen entre médico-paciente, que a final de cuentas todos somos

humanos y realizamos juicios de valor queramos o no, es decir juzgamos o criticamos a nuestro paciente

de acorde a nuestros parámetros, lo anterior en mayor o menor medida, consiente o subconscientemente,

por lo que es mejor reconocer esa simbiosis humana y explotarla en beneficio sin que ello conlleve a un

exceso de confianza o situaciones que pongan en riesgo el debido proceso o mutuo respeto.

Ahora que si no eres médico o psicólogo, simplemente esposo, hermana o amigo, evita querer tomar ese

papel porque estarías sobre actuando, instaurándote en lo alto de una tribuna que por principio de

cuentas es un sitio que no te corresponde y seguidamente constituirá una barrera entre ambos, aprende

simplemente a escuchar, a ser humano en conexión con otro, implementando una charla con dinámica

autocrítica no agresiva o de reproche, con “buena vibra” no de “linchamiento emocional”, recuerda

siempre que no es un juicio sumario en el cual tú seas juez, más bien una obra de teatro en la cual todos

son actores conocedores del “género mierdo” que es una combinación agridulce de tragicomedia en la

que impera el cinismo, la sátira, la ironía y el sarcasmo de buena fe –aun cuando creas conocer bien el

significado de estos cuatro principios te recomiendo eches un vistazo a la definición amplia de cada uno al

menos en un buscador de internet- hay cuadros leves depresivos o ansiosos en los que sí puedes auxiliar

como familiar o amigo mediante un “comunismo emocional” que aliente la autocrítica, buena disposición

al diálogo y monitoreo de los estadios emocionales que pueden desencadenar en una situación crítica;

pero en definitiva ante una crisis severa éste método de ninguna manera puede sustituir la atención

profesional de un médico especializado o psicólogo.

Sí logras esa combinación al menos en lo que llega el profesional de la salud o arriban a una sala de

emergencias, créeme que habrás disminuido la presión emotiva e incluso arterial, previniendo un

probable desenlace de lamentar, guardando la calma y conservando el buen ánimo -por más difícil que

parezca- garantizaras un apoyo sólido a tu ser querido; Sí eres ése profesional de la salud, continúa con

esa tonalidad ya que nuestro método en manos expertas es una gran herramienta que fomenta la apertura

y autocrítica en el sujeto que te garantizará la disposición de cambio fortaleciendo sus capacidades de

interpretar los diversos mundos entre los que se encuentra conflictuado hasta que se ubique en el punto

medio deseado, logrando con ello la mejora esperada en cada etapa del tratamiento; es por ello que la

Mierdoterapia maneja un humor muy fino mezcla de cinismo, sátira, sarcasmo e ironía que está muy

distante del “buen humor” esperanzador, compasivo y autocomplaciente que muchos médicos utilizan con

sus pacientes.

Con todo lo anterior lograremos algo muy importante: Desactivar las defensas de la emoción negativa en

conflicto, pues como buena infección es muy sensible o resistente al antibiótico y naturalmente no se

dejará tratar o vacunar tan fácilmente, por ello se requiere la astucia emotiva del “humor mierdo” el cual

ni siquiera requiere de una sonrisa en los labios de empatía, sino una autentica conexión con esa emoción

que al ser malsana -depravada pues- será imposible de distraer con “humor blanco” se necesita algo tan

mordaz como ella para entretenerla y “zafar” al sujeto; debemos entender que aunque entrelazados, una

cosa es tal afectación emocional y otra el ser humano enredado en ella –como un soldado de trinchera

atrapado en alambre de púas enemigo- así que tampoco apliques el método “rudo” porque al querer

lastimar al parasito estarás lastimando también al humano; básicamente se trata de encontrar el justo

equilibrio entre ése hombre o mujer intoxicado de temor, asustado o perdido y la mordaz afectación

emocional que le ataca, que sí quieres golpearla se revolverá cual serpiente para ponerse a la espalda de

su víctima exponiéndola de pecho y rostro para recibir todo golpe.

De tal forma que debemos entender todo problema emocional a tratar como una dualidad, en la cual se

encuentran entorchados ser humano y afección emocional –a veces más apretados o estrechos que los

hilos de un cable de acero- por lo que no solo se necesita fuerza sino habilidad y astucia para el

“desentorche emotivo” en el cual la autocrítica o capacidad de reírse de uno mismo es una efectiva

anestesia emocional para el sujeto mientras es sometido al fino corte que separa su piel de la verruga o

afectación emocional a remover; otro efecto positivo del humor y actitud “mierdo” es el adecuado nivel

de la autoestima del sujeto, pues los temores se alimentan de la inseguridad y la necesidad defensiva

-instigándolo incluso al ataque- ante una amenaza.

Con tal actitud se logra entonces algo vital: Ganarte la confianza no solo del ser humano si no distraer la

afección emocional a tratar, evitando así reacciones condicionadas por una falsa necesidad de respuesta

o sentido de emergencia –ataques de ansiedad o pánico- todo mediante la manutención de los niveles

adecuados de autoestima y sentimiento de seguridad en el sujeto –como si se tratase de esos equipos que

vemos en las películas que monitorean el ritmo cardiaco- lo más importante es “no perder al paciente” al

menos el tiempo necesario para observar esa afección como sí de un parasito bajo microscopio se tratase,

porque de esconderse no podrás identificarlo y por tanto, tratarlo adecuadamente.

En nuestro sistema se utilizan las incongruencias que hagan reír la razón del sujeto, evidenciando y

ridiculizando sus manías o fobias ¡No a Él! evitando estas dejen cicatrices por una mala remoción, no

generando más traumas pues, dejándolos como simples anécdotas o situaciones – no personas- ridículas y

dignas de contarse o recordarse con una sonrisa ¡Ésa es la manera de generar el suero, los anticuerpos

emocionales! Evitando el autocastigo o menosprecio por sí mismo en nuestro familiar o paciente quien si

bien estará consiente de que su afección emocional requiere un tratamiento a mediano o largo plazo, verá

que no es “el fin del mundo” tal padecimiento o sus crisis periódicas, permitiendo la apertura necesaria y

buena disposición al tratamiento que dará sin duda mejores resultados comparados con otros métodos en

los cuales no se tiene de aliado al sujeto ni se distrae la afectación para tratarla generando la vacuna o

anticuerpos necesarios de su propia genética o ADN, como lo sería una autoestima renovada, tolerancia,

flexibilidad y menos resistencia al cambio en el familiar o paciente.

La terapia del yo supremo -del egoísmo supremo- es una herramienta de auto ayuda en caso no podamos

por cualquier situación acudir a terapia o tratamiento con un especialista y predica que si realmente nos

importamos, si realmente queremos sanar, si realmente queremos aprender a tratar nuestras emociones,

debemos evitar a toda costa -fíjate bien- el egoísmo malsano de la conmiseración -porque es el peligro

más grande que hombres o mujeres enfrentan- la auto victimización -el sentir que tiene derecho a ser

víctima anula al ser humano en todas sus capacidades- es la peor situación en la cual podemos estar, eso

de que necesitemos desesperadamente a un semejante para “hablar de los problemas” o “necesitas

sacarlo” ¡No señor¡ no necesitas hablarlo, eso es una prostitución convenida de tus deseos masoquistas,

de tus flojeras, de tus limitantes y tus zonas de confort ¡Necesitas trabajar en ello! Sí necesitas sacarlo

vomítalo entonces no lo regurgites ¡Eso es lo que necesitas hacer¡ pequeña parte del proceso puede

incluir hablar de ello -pero hablarlo como dice el Norteño: “Andando y meando pa´ no hacer hoyo”- Ésa

es la propuesta de nuestra emotividad inteligente -de la Mierdoterapia- no hablar sino actuar

¡Conformarse¡ dejar de ser el yo-yo, para entender que sí hemos sido abusados, violados o robados, hay

otras cuestiones en la vida ¿No? ¿O quieres seguir cada minuto de tu día y vida sintiendo ese abuso o

dolor? Ésa es tu elección.

A final de cuentas cada quien ve lo que quiere, incluso profesionales expertos en el psicoanálisis se

proyectan a sí mismos, se están haciendo el psicoanálisis a sí mismos -Es por ello que Sigmund Freud

todo era sexo, porque era su homosexualidad reprimida la que hablaba- y por eso nos conviene el

conductivismo porque todo lo que pasa en nuestra cabeza nosotros lo sentimos aunque no lo sepamos,

entonces si nos sinceramos y reinvertimos las polaridades emocionales logrando la conectividad humana

afectiva y efectiva no tendremos que suponer lo que sucede, en base a lo que si vemos -lo que el sujeto dice

o deja de decir, hace o deja de hacer- el suponer que tenemos que ir y ver hacia dentro viene del modelo

médico, ya que el médico no toma en cuenta lo externo sino no lo interno -tiene diarrea, lo importante no

es la diarrea, es la infección que la está generando, la infección está adentro; tiene unos puntitos rojos, lo

importante no son los puntitos, lo importante es que algo contaminó la sangre- lo importante es lo que

está adentro no lo que el sujeto o afectación intenten proyectar.

2. LOS DESEOS COMO EJE DE ROTACIÓN EMOCIONAL

Como ya dijimos, son los deseos en descomposición productores de la materia fecal emotiva que nos

causa tal cólera emocional –en sus variadas presentaciones- por lo que es indispensable aprender a

identificar el eje rector de una problemática, por más vertiginosa o violenta que ésta sea, hay siempre un

eje de rotación definido que una vez identificado podrá ser desenganchada y volada fuera de nuestro ser

para que se destroce con su propia fuerza lejos de nosotros –como un huracán que se aleja y muere

disipándose en la inmensidad del océano- o tratado sin distraernos en las “salpicaduras emocionales” de

tal rotación, contrarrestando así la inercia que genera sobre nuestros pensamientos y acciones.

Aprenderemos a danzar con nuestros deseos como dicen popularmente “Al son que toquen ¡Porque como

quieras quiero y como me la pintes la brinco¡” ya que los cinco sentimientos básicos reconocidos con sus

millones de tonalidades o combinaciones serían imposibles de atajar, es mejor frenar la ofensiva –como si

de un partido de futbol se tratase, no esperes a que el delantero dispare para confiar en tu portero, mejor

ordena bien tu defensa e impide la oportunidad del tiro- así de simple es nuestra lógica en el método

propuesto.

Por ello proponemos no la saciedad de nuestros gustos o sentidos, si no la austeridad en el apetito del

deseo, disfrutar con mesura estoica los placeres de la vida y con el mismo enfoque afrontar los

contratiempos, porque en ambos casos se generan emociones hambrientas de réplicas de tal realidad o

ficción; es decir, no creemos que las emociones generen sentimientos de deseo como se afirma

tradicionalmente, si no por el contrario, el método alternativo propuesto concibe a los deseos como entes

autónomos en su mayoría parásitos emotivos que moran cual mosquitos en nuestro ser interior y que

mediante su picadura generan o transmiten tal cólera emotiva, el deseo es una maquinación autónoma y

primaria, los sentimientos no le preceden simplemente lo estimulan o brindan corporeidad, pero su

esencia mora en el mismo nicho que la chispa divina impulsora de nuestro latido, a cada cual se

conforman en una danza infinita.

El deseo no nace por un sentir si no lo contrario, son tiempos o acordes tan rápidos que a veces

confundimos donde termina uno e inicia el otro -porque cuestión aparte son simbióticos- por lo que nos

resulta imposible suprimir a uno descuidando el otro, el deseo es el eje de rotación de todo sentir y cada

sentir resuena o vibra con otros centro de gravedad no con otros sentires; sin tantas complicaciones,

satisfacer los deseos no es prioritario sino tratar las emociones que les alimentan y que impulsan a

hombres y mujeres mediante poderoso combustible mezcla de miedo, frustración y complejo a la agresión

o automutilación emocional, las emociones si pueden tratarse los deseos puros no, por ser etéreos.

Las emociones y deseos se entorchan en una elipse doble reproductiva interminable que producen

abundantes racimos cual uvas de ambos que generan complicados y conflictuados estadios emocionales

en los seres humanos; aterrizando, el método propuesto apuesta al control natal de los deseos

manipulando su alimento –las emociones- racionándolas, tratándolas y conformándolas para obtener un

equilibrio humano deseable, pues cabe mencionar que los deseos no pueden ser erradicados, solo evitar

tomen cuerpo -mucho menos se robustezcan con alimento enriquecido si tales deseos son mal sanos- así

que tal equilibrio y la felicidad consisten en mantener un régimen alimenticio emocional sano de tales

deseos, en mantener nuestra voluntad magra y ágil para que no quiera poseer todo lo que desee, pues

estará preocupada por mantener su línea, por cuidar su figura, impuesta de que tal gula la deformará

haciéndole perder su belleza, a esto se reduce la cuestión: A la belleza de la voluntad y su debido cuidado,

a ser vanidosos en tal sentido; porque todo manjar es apetecible, pero te aseguro que por más que se lo

pongas en bandeja de plata a un atleta de alto rendimiento no lograras que pierda su forma.

Ése atleta o fisicoculturista no se frustra por no disfrutar de tales manjares porque aprendió a moderar

sus apetencias en aras de su meta, de igual forma hombres y mujeres pueden ser indolentes a los deseos y

con ello capaces de tratar sus emociones sin importar lo que deseen los deseos logrando con ello la

inmunidad a la frustración, desvinculando el gozo o la satisfacción y plenitud de dichos deseos y su prole

de emociones negativas; por tanto los deseos son como “malos espíritus” que “poseen” nuestras

emociones, que las preñan e infectan al producto que habrá de alimentarse de nuestro ser; combatirlos

efectivamente consiste en no dañar nuestra corporeidad si no tratar sus manifestaciones con la finalidad

de expulsarlo para que vuelva al nido del que salió, comprender que son indestructibles es fundamental,

como entender la prioridad de evitar que posean o infecten nuestras emociones, la cuales si son tratables.

Los deseos están en el corazón como la voluntad, son malos enamorados que todo lo que buscan es

infectarla, corromperla y procrear emociones negativas bastardas que nos convierten en hombres y

mujeres infectados viviendo alterados, convulsos entre la frustración e insatisfacción, el miedo, los

excesos y los extremos; nuestro método trata dichas emociones para que el sujeto pueda recobrar su

voluntad de tal rapto y la ejercite libremente en la sana construcción y desarrollo de su ser.

Por ello cuando los deseos nos gobiernan mediante sus hijas bastardas –las emociones negativas- no

puede haber ni libertad ni paz, por más que nos esforcemos para satisfacerlos, solo estaremos

alimentando una colmena, una legión voraz de tales deseos siempre hambrientos e insatisfechos, nunca

será suficiente ningún esfuerzo, ningún logro, así como en ningún lugar o persona encontraremos paz si

no somos capaces de tratarnos, conformarnos y desinfectarnos primero ellos; hombres y mujeres debemos

aprender a vivir de acorde a nuestra voluntad no al capricho de los deseos, porque esa fuerza o chispa

divina creadora es nuestra razón, causa y misión de vida.

3. ¡NO SEAS PERPLEJO!

Sin doble sentido ¡No seas perplejo! Elimina los estadios de estrés o tensión que se producen ante las

múltiples opciones que la modernidad nos presenta en la rutina diaria, porque habrás de perderte en los

trucos de la elección que demoran tu acción, cuando estés ante opciones igualmente útiles, válidas y

atractivas ¡no pienses¡ apaga el cerebro y deja que el impulso del corazón te diga el camino correcto, que

elija la opción verdadera, de lo contrario te enfrascarás en reflexión excesiva e innecesaria que te

producirá ansiedad ¿No te ha pasado que cuando estas indeciso entre dos opciones igualmente atractivas,

digamos un par de zapatos del mismo modelo y no determinas si negros o cafés, mientras lo piensas llega

alguien y simplemente toma uno de ellos dejándote hecho pelotas en tu proceso de elección que perdió su

razón de ser por la determinación ajena? o que a final de cuentas, después de horas de reflexión terminas

eligiendo la primera opción que contemplaste y si eliges otra por algún temor, siempre quedarás

pensando: “Qué hubiera sido sí…” muchos se cobijan de la razón y la autocrítica, pero nuestro método es

del corazón y por tanto apuesta a lo irracional para la elección -una vez que las opciones han sido

validadas por su razón como viables todas- ser perplejo es casi garantía de fallo por indecisión o

confusión, cuando la duda invade la determinación se duerme.

Reflexión aparte merece el hecho de que si varias opciones aparentemente diferentes entre sí son

igualmente válidas y atractivas, entonces habría que pensar en la validez de la necesidad que las reclama,

porque en su egoísmo y voracidad de quererlas todas evidencia su banalidad o carecía de esencia;

partiendo de la premisa que aquello que es necesario no es de opción múltiple, ni puede ser satisfecho con

otra cosa distinta a lo que reclama; entonces sí tu argumentabas morir por una bicicleta y cuando te

presentan una motocicleta deportiva tal necesidad se desvanece habría que preguntarse qué tan necesaria

era dicha bicicleta; por el contrario, aun cuando reconozcas que la motocicleta está hermosa, digas:

“Pero no me es útil, necesito una bicicleta de montaña porque a donde requiero llegar no hay combustible

ni hay posibilidad de mantenimiento de esta máquina, ésta bella pero realmente requiero la bicicleta” y

tal ejemplo debe ser un parámetro de actuación o congruencia, pues no todo lo mejor o más costoso es

siempre lo que necesitamos o dicho inverso: No todo lo que necesitamos tiene que ser lo mejor y más

costoso.

Elige pues siempre lo que en verdad necesites no lo que quieras, sin importar costos o características

externas nunca hagas de lo que quieres algo que necesites, pues estarás condenándote a tus deseos; que

procures lo que necesitas aunque no lo quieras es el mejor combustible de la voluntad y abono para el

sano desarrollo humano, a esto se reduce el presente libro que te invita a poner en ayuno tus deseos y

dejar de comer tu mierda emocional como primer paso para que el siguiente consista en una eficaz

desparasitada con la cual habrás de llevar satisfactoriamente o a buen término el presente tratamiento

alternativo de emociones residuales; porque la gente que en última instancia obtiene todo lo que desea se

consume en su propio vacío –es el lado oscuro que no te cuentan del éxito- por ello tienden a hacer

estupideces, pues necesitan sentirse vivos -aunque se dañen o sean excéntricos por no decir imbéciles en

su proceder- si no échale un vistazo a la vida de algunos los grandes ídolos o estrellas del espectáculo,

quienes fueron monstruos en todos los sentidos y se devoraron a sí mismos no en amor si no en una

estúpida necesidad generada de su vacío e insatisfacción.

Ese afán de satisfacción y perfección es el que nos está hundiendo como sociedad y como género humano;

somos intolerantes al fracaso y voraces, despiadados en el circo romano moderno del éxito, aceptación

social y triunfo, queremos ser campeones, los numero uno a como dé lugar, los más bellos, los más

acaudalados, todos presas de nuestros deseos y vanidades dejamos de ser barro para convertirnos en

plástico; recuerdo que en alguna ocasión reflexionando sobre la vida y obra de mi hermano mayor el

Nazareno me preguntaba por qué había elegido a un ignorante, cobarde y traidor como Pedro para erguir

su iglesia y concluí que no fue porque Pedro fuera el mejor –creo era el que menos le agradaba en ese

aspecto- pero eligió lo que necesitaba no lo que le gustara, pues también creo que la misión de mayor

sacrificio se la encomendó –con o sin su voluntad o aceptación de participación- a Judas porque en

verdad era el que más lo amaba, y de quien talvez la ignominia que cayó sobre su nombre sea inmerecida,

concluí entonces que todos somos Pedro, porque así debe ser -piedras brutas e la cual se pueda trabajar y

esculpir- sin errores, sin fallos o sufrimientos no hay materia prima, no hay necesidad de cambio o

esfuerzo, no hay necesidad de tener voluntad o fe.

Hombres y mujeres debemos sentir la perfectibilidad en nuestros corazones -porque también existen ahí

los “buenos espíritus” o sanos anhelos- y no buscar en la perfección donde moran todos esos “malos

espíritus” o deseos, que exigen resultados con el menor esfuerzo posible y satisfacción de sus demandas

sin importar los costos; por ello es necesario entender que nuestros derechos y obligaciones no están

determinados por nuestros prejuicios o juicios de valor viciados, debemos aprender a pensar para sentir

correctamente -apoyarse de la sana crítica y el pensamiento lógico- Comé tu caca es una sencilla guía

práctica que nos permitirá identificar conductas y estados emocionales nocivos para nosotros mismos y

nuestros semejantes, los cuales son como materia fecal emocional que vamos tirando a los demás en

forma de neurosis, depresión, chantajes emocionales, manipulación, victimización, etc. Debemos aprender

a ser una “planta de tratamiento de material residual emocional” para no batir a los demás o andar

apestosos; por ello, el “Comé tu caca” es un indicador de alerta y terapia de “auto shock” para que

mediante la emotividad inteligente y la disciplina emocional podamos poner un alto a esas conductas,

diciéndonos: ¡Ya basta! ¡Déjate de chingaderas, comé tu caca y poneté a trabajar o déjate de quejar!

Sacudirnos del yugo víctimal autoimpuesto es primer paso para dicha desinfección, por lo que la

honestidad y responsabilidad emocional es pieza clave, pues mientras no haya una aceptación interna de

la situación emocional generada no podrá haber conciliación con la realidad obtenida no deseada.

Para alejarnos entonces de la perplejidad debemos silenciar la voz de la razón infectada por los deseos,

pues el mejor escondite para una verdad incómoda es la ficción y empezar a vivir en ella para

escondernos de nosotros mismos es el principio del fin de cualquier ser humano pues se neutraliza como

tal; sabes, la gente cree que su vida es especial y no lo es a menos que así la conformen, se pasan el

tiempo esperando que algo suceda, cuando deben hacer que suceda, soñando y sintiendo que ya es una

realidad cuando deben trabajar por ese resultado, por ello las frustraciones, porque tenemos las

capacidades para soñar, pero ya no tenemos la fuerza de voluntad para trabajar por esas ilusiones; algún

día, cuando superemos la versión consumista de este virus globalizado, éste tendrá una mutación final,

verá a la felicidad como la próxima franquicia humana a comprar o necesaria de adueñar.

Pues la humanidad cobrará conciencia de su burdo maquillaje y por naturaleza regresará a sus orígenes,

por lo que futuros sistemas de control se adelantarán a un modelo de esclavitud en verdad perfecta, uno

que evolucionó del éxito al control de la felicidad; la presente red –Internet- caerá por su propio peso,

pues como dijera el profesor heurístico: “La naturaleza tarde o temprano aborta todo aquello que de su

seno no haya sido engendrado” por lo que solo hay que tener cuidado en un futuro de no ser engendrados

fuera del orden natural de las cosas, manipulados o reproducidos en serie, porque entonces lo humano se

extinguirá de tal ser condenado por la máxima expuesta a fenecer; mientras no perdamos nuestra

humanidad hay esperanza.

Es por tanto que nuestro método pretende no solo tratar las afecciones emocionales si no activar el sano

desarrollo de las capacidades humanas, porque todos los temores existen gracias a que no hemos sentido

verdadera necesidad de afrontarlos -nos camuflamos o atrincheramos en lo que podemos- ya pasó el

tiempo de las cavernas y ahora dormimos con nuestro predador, por ello todas las alarmas no cesan,

emocionalmente estamos en “corto circuito” ante tantos indicadores de alerta –depresión, ansiedad,

fobias y demás temores que nos genera dicha infección- que nos esforzamos por desactivar

constantemente en vez de tratar o erradicar la amenaza verdadera, las alarmas están cumpliendo con su

función, somos nosotros quienes hemos dejado de atenderlas.

Debemos retornar a nuestro camino humano, pues por más iluminado que se encuentre el que actualmente

transitamos no es el correcto, por lo que a medida que avancemos más en él las señales de alarma y

rebeldía de nuestro ser tendrán más intensidad, tal perplejidad será más profunda, al punto de ya no

bastar nuestro pensamiento y juicio crítico que se verán ahogadas en ella, por eso nos presenta la

modernidad tantas opciones, para alimentar la perplejidad no para hacernos la vida más cómoda,

teniéndonos inmovilizados, juntos pero no unidos, con más desacuerdos que nunca, porque habrá creado

una deidad en cada hombre y mujer que reclamará para sí la verdad absoluta.

CAPÍTULO QUINTO: CONCLUSIONES, ENSAYOS CONEXOS Y NOTAS DEL AUTOR

En resumen, te planteo un método para el cual los deseos distorsionados, mal encausados o “las

querencias” son la fuente de las emociones negativas –porque que suplen nuestra incapacidad, como por

ejemplo: Como quisiera no ser tan gordo, como quisiera no estar casado contigo, como quisiera que mi

padre todavía viviera, etc.- y en donde solo tú tienes el acceso al tratamiento o antídoto por ser una

realidad íntima y no generalizada, aun cuando hayan mucha etiquetas como “depresión” “neurosis”

“ansiedad” “fobias” “manías” “síndromes” y “trastornos” -entre otras más graves- lo cierto es que

dichas afectaciones emocionales son como perros salvajes que no responden a dichos nombres ni al

tratamiento que según le etiqueta se le quiera dar, es por ello que nos cansamos de batallar con ellos y

preferimos acostumbrarnos a vivir en vecindad sobrellevando sus efectos, signos y síntomas

conformándonos con la triste realidad de que nunca se irán, aprendiendo a resistir sus ataques.

Sabes, a veces pienso que si tuviera un accidente grave automovilístico que me dejara en coma o con

afectación cerebral-motriz severa ¿A dónde se irían todas mis emociones negativas? Porque no creo que

en tal estado pueda darme el lujo de seguir siendo neurótico o ansioso, entonces creo que son emociones

que existen porque están cómodas en nuestra situación y realidad actual, si algo modificara grave y

abruptamente tal zona de confort haría que dichos zopilotes volaran en busca de otra presa; entonces

¿Porque no modificarlas intencionalmente? ¿Es necesario esperar un accidente grave o la muerte para

terminar con una afectación emocional encarnada en nuestro ser como parásito? ¿Sí con un evento

“traumático” llegaron, no sería posible desalojarlas con un “trauma positivo” mayor? –pues a final de

cuentas todo ejercicio como el de voluntad representa un trauma, un esfuerzo que causa atrofia muscular,

desgarro que permite la regeneración y crecimiento de la masa- además, si reflexionas es más gente sana

la que muere que aquellos llenos de achaques, traumas, complejos o fobias ¿Por qué será? ¡Pues porque

están más sanos físicamente que nadie! ¡Son los que nos enterrarán a todos! Dichas afectaciones

emocionales nos necesitan vivos y sanos –al menos físicamente- para poder sobrevivir, pues no tienen la

capacidad de hacerlo por cuenta propia necesitan del huésped para hacerlo.

Cuando entiendes el porqué de las cosas dejas de hacer preguntas, sí algo te revela la verdad de la vida

–sea producto de tu imaginación o inspiración divina- ya no hay necesidad de filosofar o especular, éste

libro te presenta una verdad particular encontrada por alguien que luchó contra sí mismo más de veinte

años –y que lo seguirá haciendo mientras respire porque se sabe perfectible- contra una jauría de

emociones negativas, diagnósticos clínicos alarmantes y luchas solitarias extenuantes contra “sus

demonios” que le impulsaron a buscar primero la “muerte heroica” y lo único que logró fue servir a sus

semejantes -cosa que no eran sus planes- hasta que un buen día sintió morir y no se reveló a tal hecho,

entonces todo cesó, alguien le hizo sentir y comprendió de golpe en una madrugada de emergencias

asistido por oxígeno y monitoreado por muchos aparatos que el monstruo era él, por haberse dejado

deformar, corromper en su humanidad y voluntad; entendió que ese hombre grande y fuerte lo que tenía

era una sola cosa: ¡Miedo! Sonrió al saberse temeroso porque había descubierto lo que un “gran

guerrero” con uniforme y armado hasta los dientes custodiaba celosamente por vergüenza: Su humanidad

y necesidad de afecto, pero no de una madre o de un amigo, de él mismo en primera instancia, entendió

que tanto cansancio y agotamiento era porque estaba en shock desde hacía dos décadas aparentando

fortaleza.

Yo no tenía miedo a morir ¡Tenía miedo a vivir! Entonces comprendí que la vida sin un propósito es peor

que la muerte, que sin el esfuerzo genuino por avanzar -con toda mi malformada humanidad en el camino

trazado para retornar a donde mi Padre Divino aguarda- respirar era un desperdicio, una vergüenza, una

verdadera penitencia; fue cuando el gozo entró en mi corazón y todo el sufrimiento, culpa, auto

victimización y conmiseración se convirtieron en combustible, porque vi a un hombre capaz, inteligente y

con todo para ser feliz que simplemente se conformaba con aparentarlo, porque era más fácil engañar a

lo demás que a sí mismo; entendí que las cosas bellas en verdad son libres, salvajes y peligrosas ¡Por ello

la vida era mortal! Que de cualquier manera no saldría vivo de ella, esa noche o cualquier otra daba lo

mismo, si no había el esfuerzo sin importar los resultados.

O dime tú ¿Qué caso tiene dejarla como un automóvil al cual jamás disfrutaste por no ensuciarle las

llantas o maltratar la pintura en un bonito camino soleado? Te iras dejando ése hermoso vehículo con sus

plásticos de nuevo todavía en los asientos ¡Que jodido! Como quien compra un juguete para jamás abrirlo

y hacerlo “coleccionable” –Qué madres pasa por nuestra cabeza en serio me pregunto- pues bien,

nosotros coleccionamos cosas y la vida nos colecciona a nosotros -lo más bonito es que podemos elegir

que versión ser, si una copia barata que guarde apariencias o una original, rara o edición limitada-

entonces dejé de ahogarme en los deseos y comencé a sentir, no sé cómo, dónde o en qué pare esto o si lo

que escuché y sentí esa noche fue producto del oxígeno ¡No me importa! No quiero vender una idea sino

compartir un sentimiento nacido de un anhelo: Regresar a mi Padre Divino sudado, esforzado y con una

sonrisa de gozo por la jornada, satisfecho de que fui capaz de traspasar el velo del dolor para encontrar

el gozo, de la excusa para encontrar la vergüenza impulsora a la acción, de la apariencia para aceptar

toda mi debilidad e imperfección y ejercitarme para obtener la verdadera fortaleza ¡Demostrarle que soy

digno hijo suyo es todo lo que anhelo! ya Él juzgará si fue o no de provecho mi jornada y obra, yo solo

cumpliré mi parte del pacto: Mientras Él me de aliento seguiré avanzando.

Desde ése día éste método alternativo lo desarrollé o emplee en mi persona y me ha funcionado -al menos

en el tiempo de tratamiento que llevo- sigo en proceso, pero es la vergüenza ahora quien siente vergüenza,

de la autocompasión ni sus luces, aprendí que sentir pena por sí mismo es un opio emocional espantoso y

en gran medida siento que la gran mayoría de las somatizaciones que presentaba se fueron porque

simplemente determiné no alimentarlas más; bien, después de otro capítulo de mi novela, concluimos en

que la propuesta de éste libro es un método alternativo porque sin saber cómo en un inicio eliminó la

mayoría de los síntomas físicos de origen emocional en quien escribe –que atribuía naturalmente a

diversas enfermedades o trastornos, pero jamás a él- ciertamente muchos de los trastornos como el de la

colitis nerviosa existían porque así se lo permitía no su voluntad si no la falta de ésta, ya que todo espacio

vacío puede ser llenado con algo talvez peor de lo que hubiéramos elegido, por lo que es importante

elegir, ejercer voluntad o alguien más lo hará por ti -aunque sea tus mismos deseos y sus emociones

negativas en rebeldía volitiva- así que atrévete a decidir por ti, no delegues la responsabilidad en nadie

por inseguridad o temor, menos en tus “achaques o estados emocionales” porque éstos tomaran pésimas

determinaciones y no podrás decir: “cóbraselos a mi depresión que fue la que decidió por mi” pues haz

de cuenta que les diste tu tarjeta de crédito, esas emociones hacen el gasto y a ti te corresponderá siempre

e invariablemente realizar el pago.

Nuestro método considera imperativa la honestidad y sentido de responsabilidad emocional, la aceptación

de nuestras palabras, acciones y todas sus consecuencias nos permitirán dejar de pretextar, de darle

rodeos a las situaciones, dejar de hablar al respecto y actuar, entender que si queremos que algo mejore

entonces tenemos que mejorarlo, que hablando de ello o de cómo nos sentimos al respecto no habrá de

cambiarlo ni moverlo un centímetro, todo avance en el dialogo es un avance “en teoría” aquí somos

prácticos, hablar de más solo consume saliva, tiempo y energía, todo problema tiene soluciones, unas más

rebuscadas que otras, siempre habrá una simplificada, sencilla y efectiva, pero que requerirá de una

acción o inversión de voluntad significativa, es decir exigen de las capacidades en nosotros y es donde ya

no nos gusta la cosa ¡Porque hablar se nos da tan bien y bonito, pero hacer que flojera! ¿Verdad?

Recuerdo de un elemento policiaco que tenía un problema financiero fuerte -prácticamente no tenía para

darle de comer a su familia por una mala decisión al haber apostado su sueldo- fue se sacó y vendió su

diente de oro sin decir nada solventando su problema –todos se reían pero a sus espaldas al verlo

chimuelo sin que alguien se atreviera a hacerle una burla directa- le pregunté por qué no había dicho

nada, talvez sus compañeros podían haberle hecho un préstamo, le dije que me hubiera contado su

problema antes de irse a sacar su diente a lo que él me respondió: “No mi jefe, si con quejarme o

lamentarme la gente me diera dinero sería limosnero, además el problema lo busqué yo, así que yo lo

resolví y listo, pa que andar chillando por lo que yo mismo me busqué, no me gusta deberle a nadie ni

andar dando lástimas, que por uno que te ayuda nueve se ríen de ti, pero gracias por preocuparse mi jefe

y no me lo tome a mal lo respondido” ¡Mis respetos me dije! me dejó una gran lección que no olvido,

como tampoco olvido que en los dos años siguientes que continuó bajo mi mando jamás volvió a apostar

más de la cuenta, convirtiéndose en mi escolta de confianza a quien por tal motivo le decíamos “El

chimuelo” pero ya no de burla, si no en reconocimiento a su responsabilidad asumida, ejemplo de

honestidad y congruencia emocional.

El problema entonces con nosotros no son los errores o fallos cometidos, sino que nos aterra la crítica o

juicio social “el qué dirán” y hacemos todo para maquillarlos, enterrarlos, justificarlos u ocultarlos -por

ello se pudren y apestan luego como cadáveres en portaequipaje- aparentando siempre el eterno “Estoy

bien” o “todo está bien” para un día desmoronarnos e ir queriendo apoyarnos en quienes poco

importamos; así elegimos mal a las personas, a las amistades a las parejas, para luego decir que nos

fallaron o no fueron dignos de nuestro amor, cuando ni nos fallaron ni era amor el nuestro, si no

necesidad y complicidad; pero igual que mucho aquí platicado ¡ya lo sabemos! Solo que nos hacemos de

la vista gorda o confiamos en que no se producirán los resultados lógicos ante una mala decisión y a eso

se reduce nuestra vida, a un continuo tropezar, una larga cadena de malas determinaciones por no tener

el valor, la honestidad, responsabilidad y congruencia emocional de hacer un alto y recalibrar, retomar el

rumbo, es más como dejarse llevar, aunque sea más costoso y doloroso.

Hombres y mujeres debemos cuidar el camino elegido, porque estamos forjando con nuestro andar por la

vida nuestro destino, de la calidad de tus pensamientos, principios, valores y acciones será tu

construcción y desarrollo humano-espiritual ¡No hay más! La vida es una construcción y lo anterior es la

materia prima que habrá de determinar la calidad y solidez de la misma; eso también lo sabemos, pero

preferimos los materiales de construcción baratos, de pésima calidad rogando a Dios resistan, pero

cuando tal edificación se desploma lloramos amargamente preguntándonos estúpidamente el porqué, pues

a menudo lo que alguien cree que es o merece es inverso a la realidad, las cosas no son como lo deseamos

solo por el simple hecho de quererlo así y aferrarse a la ilusión de la negación es naufragar en la

realidad.

La vida amig@s es un fenómeno divino y extraño, divertido e inexplicable en muchas de sus

manifestaciones, querer conceptualizarla o manipularla es la verdadera locura del ser humano, así como

el fuego no se posee -se siente- la vida simplemente se vive, todo intento por predecir, manipular o

asegurarla es un deseo malsano que degradará en emociones negativas como el miedo o cualquier temor

-que no son otra cosa que la misma energía vital pero invertida en su polaridad y mal encausada- cuando

se trata y canaliza positivamente nacen la fe y esperanza; así que todo es como es, nosotros lo

interpretamos a nuestra manera, por ello han florecido los trastornos psicológicos en ésta moderna era de

las luces artificiales que nos enceguecen, que nos impiden ver con nuestro corazón, ya que apenas vemos

o entendemos la vida con una razón infectada por miedos, frustraciones y complejos que derivan en

juicios críticos o de valor equívocos y viciados ocasionando que vayamos afligidos de tropiezo en tropiezo.

Desde la década de los setenta se maneja el termino neurosis para referirse a los trastornos sensoriales y

motores causados por enfermedades del sistema nervioso, creo que a final de cuentas lo que padecemos

hombres y mujeres es una “anhelosis” que es la malformación de los deseos, su dilatación y consecuente

descomposición ya que conductivistamente hablando esa energía o corriente eléctrica que nos recorre al

tener alguna terminal en corto o sobrecargada hará que la fluctuación afecte los conductores básicos que

son en éste caso los nervios o músculos, sobrecargándolos e incluso quemándolos; es por ello que en un

estado emocional alterado son comunes las tensiones, parálisis faciales, embolias o derrames; el origen

pues de la afección no es nervioso sino emocional, cuantas veces nos dice alguien alterado: “ando mal de

los nervios” ¡No! Anda mal de sus emociones que es lo que sobrecarga sus nervios, confundir los efectos

con la causa es uno de los errores que a menudo cometemos al pensar que los trastornos mentales o

nerviosos son la causa de nuestra distorsión o disfunción, cuando solo son los síntomas o efectos de un

problema de anhelosis emocional que está alterando el flujo de nuestra energía vital.

Es por ello que dicen de la neurosis que ha de acompañar al sujeto toda la vida, porque no encuentran

lesión orgánica –ni la encontrarán, al menos hasta que una terminal o músculo se queme- y etiquetan

equivocadamente la variación anómala o fluctuación de energía emotiva como niveles de angustia o

estrés, que fomentan espasmos musculares u orgánicos involuntarios –si aplicas corriente eléctrica al

cuerpo sin vida de un ratón de laboratorio obtendrás los mismos espasmos o contracciones- sobrecarga

que tendemos a dosificar mediante la represión, negación, intelectualización o desplazamiento de la

anomalía en el flujo de dicha corriente o energía vital que nos impone la necesidad de equilibrarla incluso

con nuestro propio desequilibrio, pero de una u otra forma logra que estemos en sintonía; si no somos

capaces de regular o modular el flujo de energía entonces ésta nos habrá de conformar a nosotros en

hombres y mujeres trastornados porque el flujo no para, es continuo y si tiene la necesidad de alterar

nuestras capacidades sensitivas o motoras para continuar su paso pues así lo hará.

La neurosis pues no se genera por la angustia, más bien la excitabilidad del paciente es resultado de su

sobre calentamiento nervioso por un flujo alterado de emociones, es decir las angustias miedos o fobias

no son del paciente si no de dicho flujo alterado ¡Nosotros no tenemos nada! El sujeto solo es el conducto

de sus deseos, por lo cual al tratarlos mediante el saneamiento de las emociones ya no presentará fallo

alguno; en sencillo ejemplo, si un fusible de tu hogar se quema constantemente, tienes dos opciones: Vivir

con el problema de tener que cambiar fusibles constantemente o revisar tu instalación o cableado donde

seguramente encontraras un falso contacto que genera la fluctuación, así mediante un sencillo tratamiento

de apretado, tensado o aislamiento adecuado tus fusibles no necesitarán ser reemplazados, nuestros

nervios son esos fusibles, mientras no localicemos y tratemos el fallo en la línea de energía se seguirán

calentando o fundiendo, pero no porque ellos tengan algo malo, sino porque están reaccionando en

consecuencia –trabajando a toda su capacidad, agotándose hasta quemarse- a esa sobrecarga o variación

de energía provocada por tales emociones negativas.

Entendamos pues que no estamos enfermos solo alterados, que necesitamos tratamiento no cura, porque

no estamos enfermos –los fusibles están buenos- pues al solucionar el conflicto o corto circuito que

generan dichas emociones negativas todos sus síntomas o trastornos desaparecerán sin necesidad de

haberlos curado; como decimos comúnmente: “la tristeza se irá como llegó, un buen día sin razón ni

motivo” así que ya deja de culpar a tus fusibles o nervios del problema y enfócate en el debido tratamiento

de las emociones negativas que son las causas del mismo, ya que por culparte aparece el miedo y la

frustración, la depresión y la ansiedad, la hipocondría y toda la bola de disfunciones causadas por esa

“castración emocional” resultado de la necesidad de proteger tus fusibles -pues como tu ser sabe que se

están quemando mejor los pone en modo básico o funcionamiento limitado- es decir todos los trastornos

son en realidad un “modo seguro” o de autoprotección en el cual funcionamos instintivamente, pues

nuestro ser siente que en modo normal esos nervios no soportarían la sobrecarga causada por tales

emociones, por lo que de cierta forma no son una discapacidad o deficiencia nerviosa, sino todo lo

contrario, una capacidad o atributo de preservación, de seguir trabajando en conflicto, por tanto es

imperativo dejar de hablar o analizar dicho conflicto y solucionarlo pues dicha modalidad de

funcionamiento no durará siempre, solo nos otorga un tiempo necesario o la oportunidad para tratar la

falla, de no hacerlo todo el sistema colapsará eventualmente.

Para nuestro método todos los trastornos y problemas nerviosos que hoy se consideran una afección o

enfermedad en realidad son aliados, respuestas de protección a nuestro sistema o “caja de fusibles” son

un autodiagnóstico desagradable pero muy confiable que nos indica cuales emociones debemos tratar

para restablecer el flujo constante o adecuado de energía emocional en nuestro ser; así que cuando tengas

un ataque de ansiedad o una crisis depresiva fuerte piensa que no es una debilidad, es una capacidad de

tu ser para diagnosticar y regularse, debes estar atento a tal diagnóstico y empezar a tratar las emociones

negativas que son la causa verdadera, en cuanto logres eso tu sistema saldrá de ese modo limitado o

básico de funcionamiento que “ahorca” o “ahoga” tus capacidades disminuyendo el limite sus

revoluciones máximas –y por ello llegas a ese límite de emergencia más pronto o por cualquier situación

de angustia o estrés, porque están siendo protegidas para que solo se sobrecalienten se fundan- para

recobrar toda su normalidad y capacidad, si no logras esto, tu sistema te seguirá protegiendo, prefiriendo

que “se te boten las pastillas” ante una sobrecarga a que se queme entera la casa.

Entonces no hay nada de qué avergonzarse o acomplejarse al presentar algún trastorno o síntoma de

afectación emocional, sino por el contrario aprovechar tal diagnóstico para activar el tratamiento,

agradecer por ésa capacidad que previene se queme todo nuestro sistema, pues es preferible que te

desmayes a que sufras un paro cardíaco ¿No crees? Todo lo demás, incluidas las puterias de Freud ¡son

pendejadas! Querer obtener un diagnostico externo es una estupidez cuando ya tienes uno interno seguro

y confiable que no necesita de simbolismos o interpretaciones solo de tu voluntad para iniciar un

tratamiento emocional que regule dicha energía vital que se encuentra errática o distorsionada por que

invertimos la polaridad de los conductores emocionales en alguna parte o estación de nuestra vida, no se

trata de viajar al pasado si no de reinvertirla en nuestro presente con pensamientos y acciones

consecuentes en un tratamiento residual de emociones.

Dr. Iten Mario Mendoza Camacho

BONUS TRACK

Incluyo en el presente libro material adicional bajo los términos de ensayos conexos y notas del autor

para que suene convincente, pero la realidad es que nada tienen que ver –o talvez todo- con el tema del

presente libro, simplemente que ya no tengo recursos económicos –o algo más que vender- para seguir

financiando mis publicaciones así que decidí hacer un pequeño “dossier personal” de varios ensayos, en

especial un breve poemario que dedico a mis hijos, el cual permaneció oculto bajo el peso de mi

inseguridad, pues del pueblo en el que me crecí la poesía era cosa de mujeres o afeminados, luego supe

que mis admirados samuráis eran grandes poetas, ahora ya no me importa lo que opinen en mi pueblo ni

como hayan sido ésos guerreros, todo lo que siento es que ésas poesías, pensamientos y notas personales

son resultado de mi ser y como tal debo dejarlos ir, además que por los tiempos acorté el presente libro

que ya está pactado a cien páginas con mi buen amigo impresor Lázaro de la Cruz Mondragón a quien

agradezco su apoyo, pues entre abonos chiquitos, pagos en especie y pausas obligadas por la falta de

recursos me ha demostrado su amistad y solidaridad.

APUNTES: “DIARIO OCASIONAL” ITEN MARIO MENDOZA CAMACHO.- JIQUIPILAS,

CHIAPAS.- 21 DE DICIEMBRE DEL 1998.- He notado que de tiempo en tiempo las ideas se acumulan

al grado de realmente molestar así que una vez más, continuaré escribiendo en mis “lapsus brutus” con la

simple finalidad del desahogo; divagando y hurgando en mi ser, limpiando y depurando; por tanto, no

extrañe que el resultado sea un poco más –o menos- que defecación mental. Nada debe despreciarse, ni el

dolor siquiera, pues es tan caprichosa la vida, que se abre camino en formas insospechadas y se niega en

el mejor de los cuidados, en nadie se queda por siempre y como el peor de los usureros ni un segundo de

más regala. 24-dic-99.

Qué escribir de la vida que otros no hayan hecho ya; una prostituta, un rocío matinal, un sueño, un

continuo lamentar; regalo divino, castigo infernal, paraíso, purgatorio e infierno. Yo creo que aquí hay

una gran estafa que la vida se cobra cara, pues tima o amenaza con acabar, cuando tal vez no tenga fin.

Que Dios es el más astuto vendedor pues de acuerdo a la religión en quiebra de almas y corazones puros

esta. Y el diablo es el millonario, pero como muchos no sabe qué hacer con su fortuna o no tiene buenas

relaciones públicas y manejo de imagen. Es que si alguien ha de tener la necesidad de comprar almas ése

es Dios, pues por actos propios la de nosotros del demonio son ya. 16-febrero-2002.

Pobre mi Padre Dios que agobiado debe estar, tantas quejas, tantas peticiones; al demonio nadie le pide

su intervención o permiso para mal actuar. Esos son los placeres, los vicios y los defectos; pecados, que

nadie nos obliga a cometer. Ni el mismo demonio tiene ya la necesidad de tentar, pues por ellos algunos

son capaces hasta de matar. Todos trabajan para él, sin un pago solicitar. Más cuando a mi padre quieren

acudir, entonces, alto se les hace, al grado de hacer promesas, o de llamar “penitencia” a los actos con

los cuales se le quiere agradar o el favor pagar. 06-Junio-2003.

Tal vez Dios y el demonio en una mesa sentados estén, como en un juego de ajedrez, o tomando el té; tal

vez mi Padre sea más ingenioso y tal demonio no exista en verdad, mero invento suyo para que lo dejemos

de molestar, para que solos nos pesemos moralmente y para aceptar los contratiempos de la vida,

poniendo en la balanza nuestros malos actos. Así que el tacaño patrón sea a últimas cuentas mi Papá.

Pues qué más da, por eso es Dios, por eso es mi Padre Divino y así o de cualquier forma del mío y del

destino y vida de los demás puede disponer. Sea para su diversión, por su sabiduría, por su amor o por su

indiferencia, eso no debe importar. 21-dic-04.

Hoy me volví a sorprender con la naturaleza caprichosa de la mujer, como se dice, “Si las mujeres fueran

buenas, Dios tendría una” o de plano, Dios es mujer; La mejor forma de ser amado por ellas es de plano

no entenderlas, es infructuoso tratar de comprender sus sentimientos y la supuesta delicadeza y sutilidad

de los que su ser esta impreso, pues son terribles, vengativas, sadomasoquistas y poseen una mezcla única

de ingenio y estupidez, lo cual nos atrae irremediablemente a ellas, como la luz a las polillas. Sin duda

somos incompletos también, puesto que de ése ser creado por Dios en sus cinco minutos de humor negro,

necesitamos. Y digo Dios, porque el diablo en definitiva no posee la capacidad para amalgamar en una

sola pieza tales sentimientos, esa pasión tan diferente a la del hombre, que puede ser tan pura o tan vil. Si

algo ha de concedérsele a la mujer en ventaja del hombre es que sus límites son mucho más amplios, tanto

para amar como para odiar, tanto para crear como para destruir. Creo que es la razón de fondo e

inconsciente del porqué el hombre la ha esclavizado moral y socialmente, pues si llegare a liberarse,

pobre de él. Como todo en el universo, tiene la mujer su polaridad y algunos la creen inferior al hombre

puesto que solo se ha resaltado histórica y evolutivamente sus defectos. No se le ha permitido cultivar sus

cualidades, aptitudes y capacidades. En fin, por una nacemos y por otra gustosos morimos. Concluyo que

nosotros fuimos creados por el diablo, ellas por Dios y como uno es parte de otro, así nosotros al

hacernos uno con ellas, damos vida a lo absoluto. 22-dic-04.

¿Cuántas y distintas rutas de evolución está tomando el hombre en este mismo instante sin percatarse de

ello? ¿Cuál de ellas reinará y cuáles serán callejones sin salida? Lo cierto es que no es el mismo hombre

de hace diez mil años al de hace dos mil, cuando a mi parecer, se aceleró el experimento de la vida que es

movimiento en él. Pues hace dos mil años vieron la cúspide de su fuerza física combinada con su

conocimiento, se maravillaron de sus creaciones y se deleitaron con sus civilizaciones. Hace mil años

tampoco fue el mismo, pues la raza humana se purgó a sí misma, con acontecimientos como la santa

inquisición y guerras santas. Hasta llegar al siglo diecinueve, donde la purga fue más extensa y fructífera,

pues gracias a las llamadas guerras mundiales y otras supuestas atrocidades a los ojos del sentimiento, el

hombre exploró y explotó las fuerzas de la naturaleza y el universo, con el error de pensar que lo hizo en

su favor. No son más que purgas, nacimientos de una nueva camada modificada genética y evolutivamente

las que surgen después de tales y grandes acontecimientos. Ahora, cuando me veo, entiendo que formo

parte de una de esas líneas de evolución, que nada tienen que ver con lo físico, o tal vez todo, pero no

como lo conocemos. Un entendimiento que de madurar desafiara, aún más, dejará por tierra los

conocimientos científicos fundamentales en los cuales el hombre rige su existencia hasta la fecha. Más

allá de la enfermedad mental del siglo que agobia a tantos como yo, llamada depresión o sus aliados, el

estrés y ansiedad; para aquellos como yo, a los cuales se les atribuye un daño orgánico cerebral conocido

como epilepsia, no convulsiva en mi caso, es claro que el cuerpo no está en su momento para recibir tales

atributos, por eso se descompone y revela, pues en el cerebro de algunos ya se ha plantado la semilla, la

cual, tal vez germiné en una decena de camadas. Para ese entonces, los que trasmitimos lo que ahora se

conoce como una enfermedad, seremos capaces de utilizar la mente a un nivel no sospechado por el

hombre común actual. Es por ello que la mayoría de los grandes hombres han sufrido esta implantación.

Muchos son los cuerpos y mentes que se descompondrán y han de quebrarse, hasta que el propio cuerpo

encuentre la forma de soportar tal cambio y beneficiarse de él, que muchas muestras de ventaja a dado,

como la llamada genialidad. Todo lo anterior, se reduce a una simple teoría, las enfermedades mentales

(no discapacidades) son la semilla de la evolución, al menos en una de sus formas y ha de verse en el

futuro si el cuerpo humano se adapta y sobrevive como lo hicieron los animales que salieron de mar para

caminar en la tierra, entonces una nueva especie se habrá formado tomando su oportunidad por vivir,

seguir evolucionando o extinguirse. 06-enero-2005.

BORRADOR DE POEMARIO PARTICIPANTE EN EL XV CERTAMEN ESTATAL DE POESÍA

“YDALIO HUERTA ESCALANTE 2005”.- ITEN MARIO MENDOZA CAMACHO.- PALENQUE,

CHIAPAS.- “BIJLEL KPUSIK´AL” POR CHÄKCHÄK BAJLUM.-

Abuelita

Abuela,

abuelita, como de niño te decía ¿recuerdas?

verdugo despiadado el que Dios envía a los mortales;

el tiempo que todo arrasa, todo sepulta,

carne, obra y piedra.

como quisiera retarlo,

a puño o espada;

arrebatarle las partes que de ti se lleva,

tu vista, tu fuerza, tu ágil andar, tu lucido pensar.

pero ni las grandes obras que orgullosas lo desafían con él pueden abuelita,

¿qué podré hacer solo con mi cariño y tu recuerdo?

¡abuelita querida!

como quisiera engañarlo.

para que su vista de ti aparte,

pero en mi no se fija;

a veces voltea, y en los ojos de mi madre veo su fatal presencia,

sé que a mi vendrá cuando de ustedes se sacie.

vencerlo es imposible,

rendirse a él cobardía;

abuelita ¿recuerdas?... ¡Claro que recuerdas! mis caprichos,

si nadie como tú para cumplirlos.

dejemos esta plática,

ahora toma tú mi brazo;

deja devolverte esa cálida fuerza,

con la que otrora me cargabas.

Cleo

Cuando escribo esto,

tú sufres;

callada, sin emitir llanto, no te quejas,

y tu dolor es inmenso.

Tus ojos golpean mi hombría,

me dicen: “veme, tan pequeña y frágil; tengo la valentía que te hace falta, el coraje sin el que te arrastras

por la vida”

eres un animal salvaje, divino,

talvez mañana te encuentre muerta; jamás habré conocido tu queja.

¿ por qué no me pides ayuda, no me pides amor?

¿no ves que estoy dispuesto a dártelo?

¿que nadie me lo ha ofrecido como a ti?

no ves que es un amor como el que sueño.

Un amor que la carne no alcanza,

puro y sin baja pasión;

tan intenso, que duele,

hace brotar lágrimas tiernas y estremece el alma por su desinterés.

Esa enfermedad que en la piel tienes,

y que a tu corazón no alcanza;

podrá segarte los ojos con pus y sangre, comer tu carne como un asesino voraz,

pero jamás alcanzará tu dignidad, tu valentía chiquita.

Tienes tal salvajismo o valor,

que ni cuando sentiste la curación destripar esas llagas de carne podrida emitiste sonido alguno;

solo me veías,

no pude sostenerte la mirada.

Ya no puedo escribir más,

las lágrimas me han segado;

no sé de tu suerte,

si vivas o mueras.

Solo sé que tienes lo que a tantos falta,

y eso que tan sólo eres una cachorrita moribunda;

duerme ya, que el sueño te traiga fortaleza o muerte,

de cualquier forma, estarás mejor.

Duerme ya chiquita,

duerme, mientras yo vivo con tu enfermedad en el alma;

mientras busco en mis entrañas ese valor, ese salvajismo,

que me permita vivir sin lamentar.

Mis demonios

Heme aquí,

en mi cárcel, con mis demonios;

no es la primera vez que a ella regreso, escapo para ver la luz,

pero siempre la pierdo, siempre le temo.

Mis fieles demonios no me abandonan, solo ellos,

en mi miedo me consuelan;

solo ellos, a mi soledad no desprecian,

no tengo más amada compañía.

A veces, se espantan con una cálida silueta,

cuando alguien ocupa mi cama;

a veces, se pierden entre la multitud,

pero siempre angustiados me buscan, me esperan.

A ellos les gusta lo oscuro, lo árido;

huyen cuando una lágrima moja mi alma,

cuando una luz de esperanza al corazón entra;

pero siempre regresan, heridos y flacos, con mi calma se nutren.

En las noches serenas revolotean sobre mi cama,

al que no le gusta que duerma, a mi lado se acuesta;

me paro y prendo un cigarro, para el que siempre esta intranquilo,

y escribo para el mejor de ellos, mi más grande amigo, el que con los demás no se lleva.

Ese demonio que se vuelve ángel con el sentimiento,

mi melancolía es su alimento;

cuando él tiene hambre, patea a los demás,

nada le impide hacerme escribir, hacerme llorar.

Y todos huyen despavoridos, la celda se abre,

y mientras él esté satisfecho, estaré libre;

al terminar, siempre ríe, con una bella risa de esperanza,

y así seguirá, hasta que el hambre de nuevo lo transforme.

Aunque no todos comen,

El más flaco es la muerte, que a cambio de saciar su hambre, me ofrece paz;

El que más grita, la locura, quien me envía para seducirme a su bella hermana,

la genialidad.

Pero los demás se unen,

Saben que si ellos comen, nada les quedará;

Pelean rabiosos, y en grupo los derriban,

mientras mi demonio amigo me distrae con su hambre.

Escribo de nuevo,

y sin darme cuenta, me quedo dormido;

la mañana me sorprende, y asombrado, los ojos abro,

doy gracias por haber vivido un día mas.

Mientras yo despierto sereno,

ellos están agotados;

algunos sangrando,

algunos, muertos.

Así, el día es mío,

hasta que el sol cae;

y ellos voraces despiertan en busca de alimento,

otra sangrienta batalla da comienzo.

Mujer fatal

Mujer de combinación fatal,

falsa y bella;

de alma libertina,

y mirada tierna.

Conquistas con una fácil mirada,

te alejas con una bella sonrisa;

del caído en tu pecho recuerdo no queda,

tu sonrisa de una nueva presa se ocupa.

Así, crece el número de tus conquistas,

el número de amantes, que entre lágrimas y lamentos no te olvidan;

aún con la daga de tu adiós clavada en el corazón,

añoran tu mirada, la luz de tus ojos, de tus labios el calor.

Eres una mujer fatal,

como todas las criaturas venenosas,

fascinante de verdad;

como la luz que atrae a las polillas,

eres irresistible, simplemente mortal.

Te desprecio,

porque jamás te tendré;

y bajo la mirada,

que si me miras, de amor a tus pies me postraré.

Tú

Donde nace el caudal y el agua brota cristalina,

nace tu persona;

donde nacen las flores, con sus pétalos tiernos,

brota tu dulce aroma.

Donde las aves planean esta tu corazón,

y donde a trinar se detienen, tu risa;

cuando la noche cae clara y serena, basta alzar la mirada para tus ojos encontrar,

esos, que destellan luminosos como bello par de estrellas.

Aún si la noche no brillara,

ni el agua fuera cristalina y las aves no trinaran;

la misma luz,

la misma melodía al verte se escuchara.

Y si por desgracia verte no fuera posible,

me basta con cerrar los ojos;

y a mi viene tu aroma,

en un largo suspiro amada mía.

A veces

A veces,

en mudos intentos quisiera decirte;

quisiera abrazarte,

besarte.

La idea en cobardía muere,

en el orgullo del miedo me refugio;

y tú, no ves más que mi duro semblante,

no escuchas más que mis ásperas palabras, y no sientes más que la fría distancia.

A veces,

cuando te veo,

te desconcierta una callada llamada de ternura;

parece que adivinaras lo que ocultan mis cerrados labios.

Yo, que nunca digo nada,

pienso en ti tanto;

nunca siquiera te rozo,

y eres la más soñada de mis caricias.

Con quien tanto peleas,

con quien tanto te enfadas, si supieras;

es tu más hipócrita enemigo,

finge odio, cuando en realidad te ama.

Tu nombre

Desde hoy,

te llamarás olvido;

en ti, caerán mis oscuras lágrimas,

que en las noches solitarias empapan mi pecho roto.

Desde hoy,

te llamarás silencio;

el reclamo de esa bella melodía,

estas donde tu risa no alcanza mis oídos.

Desde hoy,

te llamarás recuerdo;

de un sueño pasado,

al cual solo cerrando los ojos llego.

Te llamarás de muchas formas,

menos por ese nombre, que llenaba mi boca ilusionada;

ese nombre,

que con ese amor, en tu adiós se perdió.

Entre lágrimas lo susurraré,

con amargo reclamo, en mis adentros lo ahogaré;

te llamarás de muchas formas,

hasta que un día, olvide como llamarte.

Cuando otro nombre mi boca llene,

y otra risa rompa el silencio;

entonces como te llamaste no importará más,

el dolor de tu silencio, de tu recuerdo, en otros brazos morirá.

Mientras tanto,

tu nombre no pronunciaré jamás;

desde tu adiós,

olvido, silencio y recuerdo para mi serás.

Réquiem para un amor

Canta fuerte corazón,

que mi mente te acompaña;

pide quedo a Dios por ella,

que los ojos mojan tu plegaria.

Reza así,

tan intenso, que me cortas la respiración;

Exhalo un lamento,

y nace una queja.

Canta ese tierno adiós,

tan hermoso, que los ojos con racimos de lágrimas se ciegan;

canta fuerte a ese amor,

aunque no me dejes respirar.

Rézale con esa tierna devoción,

aunque jamás mis ojos recuperen la visión;

la traición no importa,

nada de lo mundano a este bello amor podría ensuciar.

Tan bello,

tan puro;

postrado sin vida,

en el fondo de tu dolor.

Que sabe ella de tu canto,

que sabe ella de nuestro dolor;

Piensa que por ella son las lágrimas,

que por ella es esta devoción.

No sabe, (y nunca sabrá)

que le lloramos a un divino amor;

no sabe que sin él nada vale ya,

no sabe que era quien nos hacía a cada uno especial.

Sigue tu canto,

de ella no hablemos más;

estamos aquí para llorarle a algo bello,

para darle a este amor el último adiós.

Canta,

mientras con las bellas flores del recuerdo cubro su ataúd;

Canta,

mientras bajo el féretro a la tierra del olvido, del nunca más.

Canta solo corazón,

que mi voz se apaga;

pero, lloremos juntos,

que lágrimas si tengo para ese amor.

Ya tengo que irme,

pero no te apures noble amigo;

quédate el tiempo que quieras a cantarle,

a solas con él, trata, promete no olvidarle.

Tomate el tiempo que necesites para sanar,

no te apresuraré;

no habrá distracción alguna,

nadie en tu luto te presentaré.

Tú me dirás cuando acabe el duelo,

Tú me dirás cuando aceptes nuevas ilusiones;

Adiós amor, dulce amor,

Te dejo a solas con el único que te mereció, que te llora y te canta; te dejo con mi corazón.

La loca del pueblo

corre la loca, de calle en calle,

gritando: ¡Mi casa se ha quemado!

mi marido dentro,

durmiendo quedó.

Nadie la mirada le ofrece,

todos saben por qué;

a ella no le importa,

gritando sigue su calamidad.

¡Mi casa se ha quemado!

parecía un bello lirio naranja,

que resplandecía en la oscuridad;

y él, dormido, inocente parecía también (decía al vacío).

Ríe sentada en una banqueta,

con las manos aprisionando sus mejillas;

ríe y grita: ¡Mi casa se ha quemado!

mi marido como un león dormido al que la muerte sorprendió; al fuego no pudo golpear, a él no pudo

burlar.

¡Se ha quemado mi casa!

¡Yo la vi arder!

se quemó como la marchita paja de promesas e ilusiones;

como el hombre que con sus manos la construyó.

ardió fuerte,

como sus golpes arteros;

fuerte,

como sus engaños ¡traicionero!

La histeria le invade,

a veces y grita a toda mujer: ¡Cuida que tu casa no se queme!

a veces, se le ve callada y ausente;

con una leve sonrisa tierna en su faz.

Y dice: del fuego, un bello ángel se ha salvado;

solo el demonio en las llamas quedó.

Eso, entre otras cosas balbucea y divaga;

para ella su casa hoy se quemó.

Para los demás,

veinte años tiene que una mujer cansada de los golpes y la infidelidad,

a su casa, con su marido dentro,

fuego prendió.

Esa es la historia de la loca del pueblo,

la que los mayores cuentan;

por la que algunas mujeres la justifican,

por la que algunos hombres la condenan.

La locura la libró de la cárcel,

el destino a las calles la aventó;

duerme entre las cajas del mercado,

donde come cualquier cosa que se pueda masticar.

Así pasaron de su vida más de veinte años, entre sus gritos histéricos;

y por su ángel, sus lamentos.

Dicen que al final de sus días, su ángel llegó;

no era un mensajero de la muerte; si no de la redención, del perdón.

Un joven médico, vestido de blanco, la mejilla le acarició,

ven madre, dijo él;

ven, a donde tu nueva casa te espera,

tan limpia, tan tranquila, que nunca se quemará.

Fue lo último que se supo de la loca en el pueblo,

jamás sus lamentos se volvieron a escuchar;

mientras las viejas mujeres dicen: cuantas casas se queman por dentro, sin que se vean arder;

cuantas locas por dentro piensan: ¡Mi casa quemare! Cuántos hombres crueles merecen en el fuego

perecer.

Tu recuerdo

Pensando en ti,

en oscuro rincón;

triste sonrío,

pareciera que veo algo, pero tengo los ojos en el vacío.

Recuerdo el brillo de tus ojos,

tu pelo al viento,

tu sonrisa sin igual,

tu cuerpo en movimiento.

Y reniego de mi libertad,

de nada me sirve;

como hoja al viento,

sin ti, en soledad.

Para cuando recuerdo tus besos,

mi sonrisa se acentúa;

el corazón late engañado,

viviendo un recuerdo apasionado.

Y lo que recordar no quiero,

al corazón asalta;

tu adiós,

que a la realidad me vuelve.

Mis ojos se abren con una lágrima furtiva,

Y con un suspiro, mi sonrisa se desvanece;

la vida sigue, como tu recuerdo,

hasta que la muerte no me permita recordar más.

En memoria de una dulce mirada

Cinco años tiene ya,

cuando mis veinticuatro eran apenas dieciocho impacientes años;

cinco años y esa mirada de vez en cuando a mi recuerdo llega,

recuerdo que sea talvez la única atadura a mi pueblo, Cintalapa de Figueroa.

La miré mucho antes de que nos viéramos,

y solo puedo decir por la bruma del olvido qué bella era;

el parque central de Cintalapa, con su nevería, gracias a ella un espacio por siempre en mi tendrá,

Fue tan breve esa mirada, como su vida; Gaby Moguel, me dijo un primo, se llamaba.

En una parranda de universitario la vi,

Pregunté por ella y pocas semanas bastaron para que su

Mirada en mí se posara;

quisiera decir que era una noche bella y estrellada, de cálida brisa, toda ella perfecta;

la verdad, es que no la recuerdo, era una noche seguramente, como otra cualquiera.

Solo que esa noche en la calle del parque, con amigos platicando ella de un carro bajó;

directo hacia mí, solo sus bellos ojos y travieso pelo largo pude ver;

mi primo nos presentó, no recuerdo que nos dijimos, fue tan breve el momento, tan eterno a la vez.

Solo recuerdo que esos ojos me vieron, por unos segundos en mí se posaron, fueron para mí y nadie más.

Ella, como apareció, de mí se alejó;

quien pensaría...como imaginar... en fin, la nueva semana llegó y el deseo de volver a verla,

como nunca antes esperé de nuevo el fin de semana,

que, como todo, llegó.

Tomé el camión que va de la capital al pueblo,

con mi mejor muda y ánimos de conquista;

con el firme propósito del encuentro planeado,

sutil o descarado; no pensaba dejar pasar la ocasión.

Llegué a casa de mi abuela, después de la comida familiar, ella me comentó la fúnebre noticia: Gaby

había muerto.

Fue en un accidente, en la carretera,

qué sé yo de los detalles; jamás pregunté.

En ese momento, aquella mirada que me cautivó, paso del recuerdo, de ser un tierno capullo de

esperanza, a una paloma, que remontó el vuelo para jamás volver.

Pensé llevar flores a su tumba, pero jamás investigué siquiera donde se encontraba;

solo me imaginaba dejando una rosa blanca, bella y solitaria sobre la loza.

Nunca nadie supo de mis deseos, talvez mi primo sospechó;

todo el duelo y la desilusión lo cambié por el recuerdo de aquella mirada.

Quisiera decir que de ella me enamoré,

quisiera haberle llorado, recordarla de otra forma, como un amor por la fatalidad arrebatado.

Pero no pude hacerlo, como jamás podré olvidar aquella mirada, la de Gaby Moguel;

La que se fue sin saber qué en mi vida pudo haber sido, de la que ya no recuerdo detalles; la que en

realidad, jamás conocí.

Este poema lo escribo ahora y es lo primero que de ella digo o escribo;

me levanté de la cama a media noche, solo para hacer este justo recuerdo;

y bien sabe Dios que lo merece,

bien sabe él que bella fue esa mirada.

Ella es el recuerdo perfecto,

de lo que pudo ser y jamás por nada lo bello de la ilusión perderá;

fui un pretendiente futuro,

al que la muerte le arrebato la oportunidad de pretender.

Como deseé haberla conocido,

pero ahora sé que fuera lo que pasara, esa mirada no valdría para mí lo que siempre valdrá;

se convirtió por siempre en una musa, aquella que da la alegría del nuevo amor;

no importa cuántas heridas reciba, y desde ese día a la fecha, varias he recibido ya; siempre esos ojos me

recordaran lo bello de aspirar, de ilusionarse ante una posibilidad de amar.

Vaya este poema como un racimo de rosas al recuerdo de Gaby Moguel,

aquella linda chica de Cintalapa; a la cual su destino me negó toda oportunidad,

Pero que me dejó un regalo eterno,

Esa bella mirada que nunca olvidaré.

Ahora sé...

Ahora sé lo que es extrañar,

siento el vacío, la inseguridad, la otra cara de la soledad;

sé que se extraña, no por la ausencia de la persona,

sino de los sueños que a la vida sentido daban.

Ahora sé que con el adiós,

se va una vida que en el pudo ser muere;

y esa identidad, esa persona,

que no seré ya nunca más.

De nuevo el vacío impulsa a la búsqueda,

del dolor se reconstruye el mundo;

pero será otro, en el que ella y yo estábamos,

nunca jamás.

Tantas cosas he aprendido en lo único que me dejaste,

la soledad;

que si el tiempo regresar pudiera,

créeme, no dejaría que ese mundo se extinguiera.

No sé qué será de ti,

en quien y para quien renacerás;

no sé qué será de mi, solo sé que te extraño,

siento amarte más ahora que no estas.

La gente cambia, el tiempo pasa, los amores marchitan;

será eso el paso necesario del tiempo y el movimiento inevitable del destino;

qué sé yo,

mas que sin ti, vivir no soporto.

Solo sé que mis pasos son más cortos,

que no tengo rumbo;

me falta el otro remo,

para no navegar en círculos.

Las calles son más anchas,

las tardes largas y llenas de hastío;

en las noches, las sombras forman imágenes de añoranza,

y los ojos en una cama ancha y solitaria, nublados no se confortan.

Los planes que teníamos, antes titanes,

ahora insectos que confusos mueren fumigados;

uno a uno, se derrumban, y como piezas de cristal, en mi corazón estrellan;

como duelen sus astillas.

Cada uno muere,

y su alma escapa por mis ojos en forma de lágrima;

su último lamento,

es un suspiro que de mi boca escapa.

Vivo sabiendo que he muerto,

no sé quién soy;

porque existía al verme en tus ojos,

y mi nombre, en tus labios adquiría su significado.

Eso es el amor, no tener identidad propia,

existir en el reflejo de los ojos del ser amado;

Esto es la soledad, el vacío;

la búsqueda desesperada de esa perdida identidad.

Por eso, el que no ama, nunca el rumbo pierde,

nunca sentirá la muerte en un adiós;

existe para sí mismo, nadie le quita su plena y vacía personalidad,

sus sueños no tienen socios, de sus deseos nadie tiene la exclusividad; Disfruta la que puede, mientras

puede; nunca mira atrás.

Pero esa magia,

que ahora hechizo es, nunca conocerá;

esa secreta sincronía de dos corazones,

que para comunicarse no necesitan romper el silencio.

Historia de un amor

Un lunes de noviembre la vi,

entre gente que desconocida para mí, alguien su nombre pronunció;

ella es Marisol, hoy es su cumpleaños.

Todo el cuarto con gente se fue a otra dimensión,

mis ojos en ella anclaron;

la felicité y desde esa noche, tres años separados no pasamos jamás.

Me convertí en caballero de brillante armadura,

y ella, en mi bella dama, mi princesa encantada;

mas blanca que la nieve, más cálida que el sol,

y más pura para mí, que la virgen madre de Dios.

Talvez esa soberbia comparación él castigó,

demostrándome que solo era una mujer, y mi pecado, idolatrar a una mortal;

pero... ¡Que me importa! Si mi corazón nunca sintió tanta dicha y felicidad.

Para mí, ella era diosa, fuente de orgullo ante el mundo;

arrogante pregonaba: ¡Nadie tiene lo que yo! Es única, especial.

Cuan equivocado estaba, de qué forma me cegó el amor;

si otro la tuvo y otro la tiene ya.

Me dolió bajar la mirada,

y ver la fuente de mi hombría reducida al silencio de la vergüenza;

todos los desgraciados que nunca presumir lo que yo sentía pudieron,

se confortan preguntando hirientes: ¿Dónde está ese gran amor? ¿La mujer por la que decías meter las

manos al fuego?

Yo,

callo y escondo mis quemadas manos tras la espalda;

Tal parece que el mundo tenía razón,

tal parece que no era tan grande ese amor que prometía superar toda prueba y adversidad.

Pero no importa,

me equivoqué, acepto mi error, mío y de nadie más;

así acabó un cuento de hadas, sin el clásico final,

así, murió un amor que prometía jamás siquiera tambalear.

Mis manos,

lento, empiezan a sanar;

y sin dudarlo, en esta búsqueda por el verdadero amor,

al fuego las volvería a apostar.

No solo apuesto mis manos, me apuesto entero yo,

que si lo que quiero no encuentro, prefiero arder completo;

antes que vivir en un mundo donde el dinero todo compra, en un mundo del amor que busco desierto.

Así que, voy de nuevo a la mesa, donde la vida apuesta,

y llevo todo lo que poseo;

¡Dame ya nuevas cartas vida!

y vemos quien gana esta partida.

Veamos si te arrebato lo que tanto me niegas, o ardo por completo;

no demores, que juego rápido, el todo por el todo;

y esta vez, nada de tablas, que sea la definitiva;

o me amas o me matas.

Destinos

Camina antes de correr, dicen todos,

sabio consejo, regla en general;

lo que no contemplan, es que algunos nacen con alas,

otros, con las piernas quebradas.

A quien la fortuna obsequia alas,

no necesita siquiera caminar;

le basta con levantar la vista,

y sin el mayor esfuerzo, a los cielos remontar.

Quien nace con las piernas rotas, jamás podrá siquiera caminar,

de paso en paso, solo el suelo su resultado será;

no importa cuanto lo intente, cuanto lo desee, inevitablemente, tras cada paso, la caída vendrá;

solo le queda llorar, y soñar, con aquello que nunca alcanzará.

Así,

por los suelos se arrastran miles de almas desdichadas;

bajo la mirada lastimera de los que caminan,

los que corren, los que vuelan.

Los que corren, lo hacen sin tregua, con la mirada al frente y una lejana meta por conquistar,

no se detienen ante los caídos;

y a los que caminan, a los perezosos que sentados esperan la fortuna llegar,

los rebasan con una sonrisa de triunfo y desprecio.

Los que tienen alas planean con facilidad,

tienen todas las ventajas;

la buena estrella, el genio,

la inteligencia que los terrestres no se atreven siquiera a soñar.

Para ellos está reservada la inmortalidad,

el poder y la fama, los grandes logros de la humanidad;

ellos miran superiores la convencionalidad,

la mediocridad no les alcanza y sus logros son dignos de admiración y alabanza.

Hay tantas clases de cada uno, que sería difícil enumerar,

entre los que se arrastran, hay quienes ni siquiera lo intentan ya;

se quedan como tristes troncos anclados a tierra,

a su fijo destino, muriendo sin importar.

Los hay, que se quejan y maldicen su perra suerte,

pero tampoco el intento por pararse hacen;

culpan a todo y a todos de su destino, acumulan ponzoña en sus corazones,

y como alacranes sin patas, no dudan en picar a quien a su alcance se ponga.

Los hay también nobles,

que aceptan su condición;

se arrastran tan fuerte,

que sangran por los codos y rodillas.

quienes, a veces, superan a los que pudiendo caminar, se sientan en la cómoda sombra de la mediocridad,

son bravos y nobles guerreros a los que la vida no favoreció;

a quienes la miseria y sufrimiento azota sin ellos quejar,

quienes en la vida esa oportunidad tan merecida de caminar nunca tendrán.

Similar pasa con los que caminan,

quienes son los peores;

pues, pudiendo correr, se conforman con pasos flojos dar,

o quienes se sientan a renegar, porque quieren volar.

Entre los que alas tienen, también sus categorías hay,

Son los más bellos, y los más frágiles también;

algunos no saben siquiera de sus alas,

y caminan confundidos por un extraño peso en la espalda sin el vuelo remontar.

Otros temen volar,

y se conforman con sus alas caminar, presumiéndolas, inútiles, sin usar;

algunos, como tiernos pichones de extraño destino,

tienen las alas heridas, quebradas; ya sea desde el nido o por una caída.

Hay tanto en la humanidad, que pasar a lo divino sería una calamidad;

Dios interviene,

puede dar alas, puede quitarlas,

Puede sanar piernas, puede quebrarlas.

No hay nada más bello,

que ver a un ángel del suelo despegar;

ni nada más triste,

que verlo en picada contra el suelo chocar.

A veces, esas atribuciones divinas, como Ícaro, en nuestras manos tomamos,

y también, a veces, Dios el esfuerzo o la osadía premia;

a veces, fuerte la castiga; como dije, sus designios son un misterio,

nos hace creer que esto es un caos, que nada controlado tiene; que en esta jungla no hay reglas.

¡Que jugador tan sabio!

nadie conoce sus cartas, todos creen poder ganar;

¡tontos! por él todo planeado está,

piernas y alas, destino y fortuna, en sus manos están.

Nada más observa,

y sube o baja la apuesta;

nos da el triunfo,

o nos arruina sin reserva.

Jamás sabremos si nos quita las alas para con el sufrimiento, más cerca de él llegar,

o si las da para más fuerte contra el piso estrellar;

nuestro esfuerzo lo complace,

aunque no sabemos cuándo y cómo premiará.

La visión humana es tan limitada,

juzgamos, injusticia gritamos,

cuando vemos al villano disfrutar en la impunidad,

al humilde aplastado por la miseria.

Por eso, algunos, más que cínicos, mastines rabiosos,

que por la vida mordiendo van, dicen: tanto tienes, tanto vales, el fin justifica los medios;

mas, en algún punto, talvez más allá de la vida,

nos daremos cuenta que la injusticia y el sufrimiento eran parte de su plan.

A esto, algunos llaman fe, esperanza;

para mí, es valor, es amor,

que eleva el espíritu más allá del odio, las pasiones y el sufrimiento terrenal;

Talvez, a resumidas cuentas, no importa si se tengan alas o piernas rotas, sino lo que con ellas se haga.

Porque también los demonios vuelan,

también las bellas flores en la tierra se dan;

entonces, ¿Cuál es la conclusión?,

¡Caray! ¡No la sé! Sí el que escribe no sabe si tiene piernas o alas, sanas o rotas.

¿Cómo saberlo?

¡Viviendo digo Yo!

intentando,

sufriendo y amando hasta el final.

Dime ave

Dime ave,

cómo se ve todo desde las alturas;

cómo se siente la espaciosa libertad,

dime si no te sientes sola en ese ancho lugar.

Dime como vivir en esa libertad,

cómo volar, aun con frío de verdad;

dime como soportas la tormenta en las ramas,

sin de la lluvia quejar.

Dime el porqué de tu bello canto,

cuál es el secreto de tu felicidad;

dime porque nunca te quejas,

porqué mueres sin llorar.

Dime porque no aceptas cuidados,

cuál es el motivo de tu seguridad;

dime porque vuelas sola,

por qué no necesitas de nadie para al cielo remontar.

Dime porqué nada extrañas,

cualquier árbol te da igual;

nada de lo que te pregunto contestarás,

con tu canto me conformo, que me inspira tu belleza, tu libertad.

Lástima que tu trinar sea caprichoso y breve,

como todas las cosas que en la vida son bellas de verdad;

lástima que no tenga alas,

para como tú, volar.

Al amor de toda una vida

Quien debiendo un beso, dice adiós,

jamás se olvidará;

no importa si casi en la niñez la deuda nace,

ésa ilusión en otros labios siempre se buscará.

Las mariposas que en el pecho se revolvían,

con el vuelo del tiempo, en cada lágrima se van;

así llega el vacío,

y el melancólico recuerdo de su vuelo en el corazón.

Tú me debes un beso,

bendito beso,

por el que no te olvido;

bendito beso que revive al niño.

Bendito niño,

que en mi imaginación me anima;

que juega, me reclama,

y me roba una sonrisa.

Cien besos han pasado,

cien mujeres he olvidado;

pero ese beso debido es el amor de mi vida,

el que siempre busco, el que jamás olvido.

Platica de cantina

¿Qué cuentas compadre?

Nada, vine a tomar una cervecita para el calor;

¿Qué hay de nuevo por aquí?

lo mismo de siempre, mucha música, penas y licor.

¿Te acuerdas cuando le llorabas a María?

Pues mira...en la mesa del rincón;

hay otro más clavado, que le llora a otra;

ha pedido diez veces la misma canción.

Caramba, que duras son esas penas ¿verdad?

gracias a Dios que a mí ya se me pasó;

pero no creas compadre, aun la recuerdo,

aunque con una nueva mujer me entretengo.

Así dice el dicho: un clavo saca otro clavo...

¿Otra cervecita compadre?

¡Sale pues! Por el gusto de volvernos a ver.

Pasaron las horas con sus respectivas cervezas;

al final, en la mesa del rincón,

ya no era uno el que lloraba,

eran tres.

¡Salud mi nuevo amigo!

¡Salud compadre!

por las ingratas, aunque mal paguen;

¡Y que toquen de nuevo esa canción!

Gracias amigos, por acompañarme en mi pena,

por hacer menos grande mi tristeza;

no te apures, que todos por ella hemos pasado,

todos, por más hombres que nos digamos, por una mujer hemos llorado.

Pues sí, pero ninguna como ella,

si la hubieran conocido;

todas son iguales, todas son únicas amigo,

cuando al corazón se meten ya nos llevó la...tristeza.

¡Salud por ellas!

dijo uno, mientras las botellas al aire chocaban;

la noche llegó, y delos tres, dos sobre la mesa ya dormían,

solo el de pena más reciente seguía tomando; solo él seguía llorando.

Uno de los dormidos despertó como poseído,

¡Tú me la has quitado!

le Gritó al que todavía estaba tomando;

el otro despertó, y le dijo: ¡Tranquilo compadre! Él es nuestro amigo, estas equivocado.

Perdóname hermano,

le dijo llorando;

es que de repente recordé mi pena,

y juntos, abrazados lloraron.

¡La cuenta!

gritó el compadre;

uno quedo dormido, otro de borracho bailando a su casa se fue,

así, un nuevo día llegó; de esas penas nada quedó.

Los grandes amigos,

los hermanos de dolor;

los que juraron solidaridad,

jamás se volvieron a encontrar.

Pero nunca falta en esa cantina,

no es difícil un hermano solidario encontrar;

entre las canciones y el licor, los hombres hermanos son,

de las mismas penas, del mismo dolor.

Héroes del silencio

Son aquellos que ante la tragedia callan,

ante el amor, se entregan desnudos y sin defensa;

a la vida, sin quejas amargas enfrentan,

con su única arma, lágrimas mudas y tibias.

La religión los llama mártires,

para mí son héroes;

de los cuales las calles están repletas,

desde el pordiosero hasta el médico.

Cada uno es una historia,

una tragedia;

que nadie conoce, porque ellos no la pregonan,

en el valor de su silencio la queja muere.

La miseria ataca a los héroes pobres,

la soledad a los que la miseria no alcanza;

si no, la enfermedad o la tragedia,

a ellos, una lucha nunca les falta.

Los héroes tienen dos cualidades necesarias,

el valor y el miedo;

el que solo posee valor y no siente miedo,

es un loco inconsciente.

Aquellos que sienten miedo, y con valor a sus demonios enfrentan,

son héroes de la vida;

mi admiración para ellos,

que sufren, callan y mueren.

Para los que aman,

no piden nada, y dan el alma;

para los castigados por la vida,

que a su verdugo, una sonrisa le brindan.

Hay más héroes en la vida de los que reconocemos,

ése, que trabajó toda su vida, sin queja, si en él pensar para darte todo lo que necesitabas, ése es tu héroe

personal;

ella, que de su vida misma, la tuya se formó; que en noches de eterno cansancio te alimentó; ella, que su

vida daría antes que algo te pudiera tocar,

ella, es tu heroína angelical.

Esos héroes, anónimos y abnegados,

los tienes en tu hogar;

reconócelos, abrázalos,

que su silencio no te impida ver sus sacrificios.

De hoy en adelante,

cuando veas alguien que va por la vida lamentándose y sintiéndose vencido;

compadécelo, es un pobre desgraciado;

pero si ves que lucha callado, y a la vida no renuncia, admíralo, es un héroe del silencio.