colombia internacional no. 1

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Universidad de los Andes, Colombia Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política Revista de libre acceso Consúltela y descárguela http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/

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  • CONTENIDO

    Nuevos escenarios de la Poltica Exterior Colombiana Rodrigo Pardo 3

    El Caribe, Paraso Perdido Mauricio Reina 6

    Las Consecuencias del acuerdo Reagan-Gorbachov en Francia La era de las paradojas? Christian Boudier 13

    El acuerdo Reagan-Gorbachov y Amrica Latina Francisco Leal Buitrago y Juan Gabriel Tokatlian 16

    Tratado entre los Estados Unidos de Amrica y la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas sobre la eliminacin de sus misiles de alcance medio y corto 22

    Declaracin conjunta Colombo-Brasilea 33

  • Editorial

    Durante 1985-1986. Colombia Internacional apareci con el formato de una Carta Semestral dedicada a ampliar el conocimiento y a difundir la informacin en torno a la poltica internacional y las relaciones exteriores de Colombia. De esa primera y fructfera etapa que culmin con cuatro ediciones, se busc recoger una mayor experiencia para la elaboracin de un material peridico ce acuerdo a las necesidades del pas en este campo y en virtud de la carencia de un debate ms comprensivo sobre la problemtica internacional.

    En 1987, comenzaron los esfuerzos por disear una publicacin gil, atractiva, seria y acadmica sobre cuestiones vinculadas al papel de Colombia en el escenario mundial y sobre aquellos temas de inters e impacto en la formulacin y prctica de la poltica exterior colombiana. Es as como a partir de 1988 se inicia una nueva fase de Colombia Internacional .Con el apoyo de la Universidad de los Andes y aportes brindados por la Fundacin Ford. Colombia Internacional empieza a editarse trimestralmente. En este nuevo esquema, se pretende conformar una carta de anlisis de coyuntura dividido en cuatro secciones: Poltica Exterior de Colombia, Relaciones Econmicas Internacionales, Poltica Mundial y Documentos.

    Continuando con los lineamientos trazados en sus inicios, Colombia Internacional ser una publicacin pluralista, abierta a la controversia y dirigida a elevar la discusin acadmica y nacional sobre la temtica internacional. En una Colombia modernizada en varios aspectos de la vida nacional, con un mayor grado de insercin en las cuestiones globales y decididamente involucrada en varios procesos que influyen en su praxis exterior, aparece ms clara la necesidad de profundizar el debate en cuanto a tpicos de naturaleza internacional. En esa direccin, Colombia Internacional busca hacer un aporte que permita entender, en trminos ms acabados y cientficos, tanto la realidad externa como las posibilidades del ejercicio de una conducta ms autnoma del pas en la escena mundial.

    Colombia Internacional No. I. Enero - Marzo de 1988 CE1 Centro de Estudios de la Universidad de los Andes Publicacin trimestral Rector: Arturo Infante V. Director, C.E.I.: Juan G. Tokaian. Editor: Colombia Internacional: Patricia Pinzn Comit Editorial: Adriana de la Espriella, Gabriel Murillo, Rodrigo Pardo, Manuel Rodrguez, Eduardo Sarmiento, Juan G. Tokatlian Coordinacin Editorial: Fondo Editorial CEREC - Cra. 13 No. 3S-65 (403). TEL.: 2855002 Martha Crdenas, Hernn Dorio Correa.

  • Seccin: Poltica Exterior de Colombia

    Nuevos escenarios de la Poltica Exterior Colombiana

    Por: Rodrigo Pardo*

    * Sub-Director del Centro deEstudios Internacionales de !a Universidad de LosAndes.

    En los ltimos aos Colombia ha tenido que enfrentar un conjunto ce realidades en el escenario internacional que se diferencian notablemente de aquellos que tradicionalmente haban caracterizado su insercin en el sistema de naciones. Ello ha obligado a que algunas de las concepciones tradicionales hayan requerido de una redefinicin por parte de la poltica exterior de la administracin Barco Vargas.

    El papel de Colombia en los asuntos internacionales se ha venido incrementando gradualmente y desde finales de la dcada de los setenta el "bajo perfil" ha ido reemplazndose por una mayor participacin. Esta ha sido una necesidad en la medida en que el sistema internacional se ha modificado y en que los intereses nacionales tienen determinantes por fuera de las fronteras, an en lo relativo a programas y planes internos de desarrollo y modernizacin.

    Para la administracin Barco a su llegada al poder el 7 de agosto de 1986, las opciones en materia de poltica exterior eran diferentes a las que haban encontrado todos sus predecesores de la Segunda Posguerra. No enfrentaba un mundo bipolar, en "blanco y negro", y caracterizado

    por un amplio nivel de convergencia dentro de las rbitas de caca una de las superpotencias. Por el contrario se haba ampliado el margen de maniobra externo para los pases pequeos, y la lucha Este-Oeste haba perdido importancia para ellos a costa de otros temas ms estrechamente vinculados con el inters nacional. De ellos. muchos son determinados en el proceso de la "poltica mundial", y no se refieren a la seguridad, la defensa o la estrategia militar. Ms bien, son de carcter econmico, social y poltico.

    A la luz ce estas realidades, la administracin Betancur haba intentado darle un vuelco al manejo de i a poltica exterior colombiana, para ,1o cual slo haba logrado xitos parciales y haba dejado herencias que requeran de un manejo adecuado. Entre las opciones disponibles no figuraba el desandar todo lo realizado en el ltimo cuatrenio. Pero a la vez su ambiguo balance obligaba a que se "normalizara" el curso en varios temas.

    A la administracin Barco le corresponde, adems, el trnsito de un pas con una estructura de divisas dependientes del caf a otra cuya principal fuente de ingresos externos ser el sector minero: el carbn y el petrleo. En ambos casos, el Estado juega un papel fundamental como socio, lo cual implica oportunidades y desafos distintos a los tradicionales. A partir de 1988, por este motivo, las caractersticas de las relaciones econmicas internacionales de Colombia se transformarn en su esencia.

    Con base en los elementos anteriormente descritos, el Presidente Barco al iniciar su mandato anunci continuar algunas de las tareas llevadas a cabo por su antecesor, Belisario Betancur. tales como la gestin mediadora para fortalecer la OEA, la preocupacin por el

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  • tema de la deuda externa latinoamericana y la presencia de Colombia en el Movimiento de Pases No Alineados. Sin embargo, critic la prdida de la capacidad negociadora del pas por el manejo equivocado de su economa domstica durante los aos anteriores, la cual oblig a aceptar un "mal arreglo" con el Fondo Monetario Internacional y a comprometer la autonoma nacional en el diseo de la poltica econmica.

    Para lograr un equilibrio entre "continuidad" y "normalizacin", el nuevo gobierno apelara al conjunto de principios tradicionales de la poltica exterior colombiana, (las normas del derecho internacional: los principios de no intervencin y autodeterminacin: la creencia en las instituciones formales: el carcter fundamental del sistema interamericano) a la vez que buscara ampliar la capacidad negociadora en los aspectos econmicos de las relaciones internacionales. As mismo, enfrentara las relaciones con Estados Unidos desde una ptica de pragmatismo, lo cual implicara debilitar la importancia del conflicto Este Oeste en la agenda de la poltica exterior y ampliar ("universalizar") el mbito de las relaciones internacionales hacia nuevas zonas y pases, como la Cuenca del Pacfico.1

    La poltica exterior ha sido planteada como una "con miras a preservar los intereses superiores de la patria", enfatizando la "integridad del territorio y la defensa de la soberana".2 Al contrario de la administracin Betancur, la de Barco considera que la mayor autonoma

    1. Rodrigo Pardo. "La polticaexterior de la administracin Barco. En Anlisis Poltico. No. 2. (Septiembre a diciembre de19871. Pgs. 64-7-4.

    2. Virgilio Barco Vargas,Discurso de Posesin. Agosto 7 de 1986. En Las promesas del .Mandato Barco. Documentos "El Mundo", No. 96. Agosto12 de 1986). Pg. 5.

    para el manejo de las relaciones internacionales se determina fundamentalmente por elementes econmicos y no polticos. Por ello. en la agenda de la poltica exterior os temas econmicos aparecen en lugares de privilegio.3

    Tambin juega un papel fundamenta: la concertacin de posiciones en el marco del "Grupo de los 8". El Presidente Barco ha hablado de llevar a cabo "una poltica exterior latinoamericana " 4 Esta busca mejorar la capacidad de negociacin frente a los Estados Unidos, especialmente en temas de intereses conflictivos tales como las drogas, el proteccionismo, la deuda externa y la crisis centroamericana. En varios organismos del sistema internacional, y en momentos de definiciones de importancia para las naciones del hemisferio, en el seno del "Grupo de los 8" se han acordado actitudes conjuntas que de esta manera tienen costos polticos menores.

    El Presidente Barco ha rectificado algunas de las concepciones tradicionales del manejo de la poltica exterior. Su administracin ha rechazado un alineamiento en favor o en contra de los Estados Unidos y ha intentado favorecer la negociacin individual de los temas, con la idea de que es posible la existencia de desacuerdos en algunos de ellos, los cuales no comprometen las posibilidades de cooperacin (y an de coincidencia) en otros.

    3. Bruce Bagiey y JuanTokatlian. "Una potica exterior que puede ser sorpresa". El Tiempo, Septiembre 30 de 1986. Pg. 10-A.

    4. Alocucin por televisin envsperas de viajar a Acapulco. Mxico, para asistir a a "cumbre" presidencial del "Grupo ce los 8". Ver "Enrgica condena de Barco a la Guerra Sucia". El Mundo. Noviembre 27 de 1987.

    Colombia Estados Unidos.

    Durante los primeros 18 meses de gobierno, en efecto, se han presentado desacuerdos en temas de gran importancia para Colombia: frente a la insistencia en una solucin negociada y pacifica a la crisis centroamericana: con el rechazo de Colombia a la instalacin de un satlite norteamericano en San Andrs: con las acciones llevadas a cabo en diciembre de 1986 para concertar con otras naciones cafeteras una poltica para frenar la cada del precio en el mercado internacional: mediante el voto en la Comi-sin de Derechos Humanos de la ONU respecto a Cuba: a tra-vs de un respaldo a la senten-cia de la Corte Internacional de Justicia favorable a Nicaragua y rechazada por Estados Uni-dos: con su total oposicin a un mayor poder de veto norteame-ricano en el seno del BID; bus-cando una cooperacin ms ac-tiva y operativa a nivel re-gional por conducto del "Gru-po de los 8"; insistiendo en un enfoque realmentemultidimensional yefectivamente internacional al problema de las drogas.

    Al mismo tiempo, se han presentado temas de convergencia y alto potencial de cooperacin: el apoyo estadounidense al res-tablecimiento del Pacto Mun-dial Cafetero, el compromiso norteamericano para la obten-cin del as denominado crdito "Concord" de US$ 1060 millo-nes, el inters comn en comba-tir el consumo de drogas y las intenciones de dinamizar al sis-tema interamericano.

    El tema del narcotrfico ha sido el ms importante de la agenda bilateral. Este se carac-teriza por la existencia de inte-reses enfrentados, los cuales han dado lugar a dos tesis conflictivas: por un lado, la ad-ministracin Rehaganconsidera que este problema proviene de las acciones de los pases productores y que debe combatirse

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  • con medidas represivas "en la fuente" de la oferta. Por el contraro, el Presidente Barco considera que: "La creciente amenaza contra la condicin humana representada en el trgico y consumo de drogas, no puede ser conjurada por la accin aislada de unos pocos pases. El pas (Colombia) esta empeado en la lucha contra el flagelo del narcotrfico. Ha visto caer en ella ciudadanos, magistrados, ministros, militares. periodistas, diplomticos que representan un costo en vidas humanas que ningn otro pas ha registrado (...) Pero esta angustiosa lucha no debera darse aisladamente ni limitarse a nuestro propio territorio. Mientras que en los pases consumidores no se adopten medidas eficaces y la venta de narcticos se siga realizando como si fueran productos de primera necesidad, en las mismas calles de las grandes ciudades; mientras que los productores de materias bsicas para la produccin de la droga no estn en capacidad de erradicar las plantaciones que desde hace mucho tiempo se constituyen en el modo de vida usual de amplias masas de poblacin; o mientras algunos otros pases continan permitiendo que en su territorio las entidades financieras y bancarias sean refugio de dineros manchados de sangre y fruto de delito, la batalla contra este flagelo no podr librarse victoriosamente, en Colombia".5

    En el mes de enero de 1988, se produjo un enfrentamiento diplomtico entre Bogot y Washington con relacin al tema de las drogas. El 29 de diciembre fue liberado de la crcel Modelo el narcotraficante Jorge Lus Ochoa Vsquez, por decisin de un juez local, hecho que motiv medidas retaliatorias de los Estados Unidos contra viajeros y exportadores

    5. "Barco fustiga a pases queacogen dinero de droga". El Tiempo, Enero 30 de 1987.

    colombianos. El gobierno del Presidente Barco convoc una reunin del Consejo Permanente, al cual llev, con el apoyo de 12 pases (cuyo ncleo estaba formado por los del "Grupo de los 8"), una proposicin criticando las medidas de la administracin Reagan.

    Al final, los representantes de Bogot y Washington apoyaron un texto de compromiso, que fue acogido unnimemente, en el cual se convocaba una lucha multilateral contra las drogas y se reconocan los esfuerzos hechos por Colombia en tai sentido.

    Otro enfrentamiento semejante ocurri en el seno de la Comisin de Derechos Humanos de la ONU a comienzos de marzo de 1988, en esta oportunidad con relacin al tema de los derechos humanos en Cuba. Colombia present una proposicin alternativa a la de la delegacin norteamericana, encabezada por el exiliado cubano Armando Valladare, que pretenda aprobar para condenar al rgimen de Fidel Castro. La versin colombiana logr el compromiso de todas las partes y al final fue acogida unnimemente. Se localizaba en medio de las posiciones existentes: la de Estados Unidos y una de Argelia que la rechazaba de plano. Con ella se lograba un acuerdo para crear una comisin que viaje a investigar sobre el terreno la situacin de los derechos humanos en Cuba.

    Los casos de la OEA sobre el tema del narcotrfico y de la ONU sobre los derechos humanos reflejan una especie de "parmetro" que eventualmente podra repetirse en otros temas de la agenda bilateral colombo-norteamericana. Existen intereses enfrentados y de conflicto y las dos partes buscarn en ellos que las negociaciones resulten favorables a sus respectivos puntos de vista. El conflicto, sin embargo, no necesariamente tiene que conducir

    a confrontacin ni tampoco debe permear otros puntos de la agenda bilateral de negociaciones. ParaColombia, el uso de los organismos del sistema internacional como escenario para buscar salidas a las situaciones de enfrentamientos con Washington ha sido notorio desde los inicios de la administracin Barco, cuando un mes luego de la posesin asisti a la asamblea conjunta del Banco Mundial y del FMI, en la cual se mostr partidario de que dichas inst i tuciones jueguen un papel activo para buscar que "el reordenamiento de las economas se concilie con un mayor crecimiento y una mejor distribucin del progreso econmico mundial en benefi-cio de los pases ms pobres y de los sectores ms necesitados".6

    Colombia Venezuela

    Desde la perspectiva de la administracin Barco Vargas, el tema del diferendo colombo venezolano en torno al Golfo de Venezuela ocup un lugar privilegiado en la agenda de la poltica exterior. Desde la campaa electoral, as como en el discurso de posesin y en un reportaje publicado en la Revista "South", Barco hizo explcita su voluntad de encontrar una solucin definitiva para la controversia limtrofe entre los dos pases.

    La agenda de las relaciones bilaterales es amplia y contiene temas de gran complejidad en los cuales hay intereses colombianos en juego, as como elementos adicionales de conflicto potencial. En el campo comercial, por ejemplo, Colombia ha expresado su preocupacin por la evidencia de que la tradicional balanza superavitaria frente a su vecino se ha revertido. Adems, luego de haber llegado

    6. Virgilio Barco. Discurso ante!a Asamblea del Banco Mundial y el FMI. Washington. Septiembre 30 de 1986. En Virgilio Barco, As Estamos Cumpliendo. Tomo II, Pg. 257.

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  • a ser el segundo pas en volumen comercial al comenzar la dcada de los ochenta, ha descendido como resultado de as medidas adoptadas por los gobiernos de Caracas a partir de marzo de 1963, destinadas a solucionar los problemas de crisis cambiara.

    Sin embargo, tanto por la intencin de la administracin Barco de estimular una solucin al diferendo. como por la sensibilidad del tema en Venezuela, este ha sido el aspecto fundamental de la relacin bilateral. Las diversas acciones y propuestas llevadas a cabo por parte de Colombia han buscado descongelar el tema para evitar una consolidacin de la soberana venezolana, internacionalizar el conflicto para ampliar espacios de accin y encontrar eventuales aliados, y legitimar (tanto interna como externamente) el uso posible de instrumentos que provee el sistema internacional tales como la Corte Internacional de La Haya.

    Los asuntos econmicos

    La prioridad que la administracin Barco le concede a las relaciones econmicas internacionales se ha manifestado en los viajes del Presidente al exterior. La mayora de ellos han tenido objetivos y motivaciones fundamentalmente econmicas. Ante a Asamblea del Banco Mundial y el FMI en septiembre de 1986, Barco plante la necesidad de redisear el papel de los principales organismos del sistema econmico internacional, en el sentido de que "usen ms generosamente sus recursos", cuenten con mayor capital y adelanten sus programas esencialmente a la bsqueda de un crecimiento econmico que permita enfrentar los problemas ms graves de los pases atrasados, especialmente el desempleo y la pobreza absoluta. Para ello, es necesario que los pases avanzados disminuyan las barreras

    comerciales contra los pases del Tercer Mundo y ejecuten polticas que sean compatibles con la baja en las tasas de inters, (Ibd.).

    El nfasis que han recibido los temas econmicos de la poltica exterior, y que se extienden a las contrapartes ms importantes para Colombia (Amrica Latina. Estados Unidos, la Cuenca del Pacifico. Venezuela) ha llevado a que sean estos los principales determinantes de las prioridades en las gestiones de la Cancillera de San Carlos. As. reas que tradicionalmente no han sido de gran inters para Colombia (como el Asia) reciben ahora mayor atencin. Igualmente en Amrica Latina, con la excepcin de Venezuela que se incorpora fundamentalmente por la existencia del diferendo limtrofe. las naciones econmicas ms slidas (Brasil. Argentina) adquieren un mayor peso relativo en la poltica exterior colombiana y en alguna medida reemplazan a zonas geogrficas, como Centroamrica. que durante el gobierno del Presidente Betancur reciban la mayor atencin, por razones bsicamente de tipo poltico.

    Bogot. Marzo 10 de 1988.

    Seccin: RelacionesEconmicasInternacionales

    El Caribe,ParasoPerdido

    Por: Mauricio Reina*

    *Investigador y Profesor de laFacultad de Economa. UNIANDES

    A medida que se acerca el fi-nal de la administracin del presidente Reagan, cobra mayor inters la evaluacin de su gestin gubernamental. Sus aciertos v sus errores adems de constituir el eje del debate pre-electoral entre republicanos y demcratas, sealan en gran parte los derroteros que ha de seguir en la ltima parte del siglo la nacin ms poderosa del mundo.

    Para los pases latinoamericanos, la poltica exterior hacia la zona tiene una importancia evidente. Aunque sta se ha caracterizado por un manejo torpe y errtico, tanto en lo econmico como en lo poltico, algunas

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  • a ser el segundo pas en volumen comercial al comenzar la dcada de los ochenta, ha descendido como resultado de as medidas adoptadas por los gobiernos de Caracas a partir de marzo de 1963, destinadas a solucionar los problemas de crisis cambiara.

    Sin embargo, tanto por la intencin de la administracin Barco de estimular una solucin al diferendo. como por la sensibilidad del tema en Venezuela, este ha sido el aspecto fundamental de la relacin bilateral. Las diversas acciones y propuestas llevadas a cabo por parte de Colombia han buscado descongelar el tema para evitar una consolidacin de la soberana venezolana, internacionalizar el conflicto para ampliar espacios de accin y encontrar eventuales aliados, y legitimar (tanto interna como externamente) el uso posible de instrumentos que provee el sistema internacional tales como la Corte Internacional de La Haya.

    Los asuntos econmicos

    La prioridad que la administracin Barco le concede a las relaciones econmicas internacionales se ha manifestado en los viajes del Presidente al exterior. La mayora de ellos han tenido objetivos y motivaciones fundamentalmente econmicas. Ante a Asamblea del Banco Mundial y el FMI en septiembre de 1986, Barco plante la necesidad de redisear el papel de los principales organismos del sistema econmico internacional, en el sentido de que "usen ms generosamente sus recursos", cuenten con mayor capital y adelanten sus programas esencialmente a la bsqueda de un crecimiento econmico que permita enfrentar los problemas ms graves de los pases atrasados, especialmente el desempleo y la pobreza absoluta. Para ello, es necesario que los pases avanzados disminuyan las barreras

    comerciales contra los pases del Tercer Mundo y ejecuten polticas que sean compatibles con la baja en las tasas de inters, (Ibd.).

    El nfasis que han recibido los temas econmicos de la poltica exterior, y que se extienden a las contrapartes ms importantes para Colombia (Amrica Latina. Estados Unidos, la Cuenca del Pacifico. Venezuela) ha llevado a que sean estos los principales determinantes de las prioridades en las gestiones de la Cancillera de San Carlos. As. reas que tradicionalmente no han sido de gran inters para Colombia (como el Asia) reciben ahora mayor atencin. Igualmente en Amrica Latina, con la excepcin de Venezuela que se incorpora fundamentalmente por la existencia del diferendo limtrofe. las naciones econmicas ms slidas (Brasil. Argentina) adquieren un mayor peso relativo en la poltica exterior colombiana y en alguna medida reemplazan a zonas geogrficas, como Centroamrica. que durante el gobierno del Presidente Betancur reciban la mayor atencin, por razones bsicamente de tipo poltico.

    Bogot. Marzo 10 de 1988.

    Seccin: RelacionesEconmicasInternacionales

    El Caribe,ParasoPerdido

    Por: Mauricio Reina*

    *Investigador y Profesor de laFacultad de Economa. UNIANDES

    A medida que se acerca el fi-nal de la administracin del presidente Reagan, cobra mayor inters la evaluacin de su gestin gubernamental. Sus aciertos v sus errores adems de constituir el eje del debate pre-electoral entre republicanos y demcratas, sealan en gran parte los derroteros que ha de seguir en la ltima parte del siglo la nacin ms poderosa del mundo.

    Para los pases latinoamericanos, la poltica exterior hacia la zona tiene una importancia evidente. Aunque sta se ha caracterizado por un manejo torpe y errtico, tanto en lo econmico como en lo poltico, algunas

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  • propuestas aisladas representan esfuerzos con un potencial significativo en el mediano plazo para mejorar el bienestar de la regin. Tal es el caso de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICCA). que ha cumplido cuatro aos de ejecucin.

    Aunque sta iniciativa fue concebida como un plan para el desarrollo econmico, sus races se encuentran en consideraciones netamente polticas. El prolongado estancamiento econmico de la regin llev al gobierno de los Estados Unidos a plantear una estrategia conducente a atenuar la inestabilidad poltica de la zona y a consolidar la hegemona norteamericana en esta parte del continente.

    Zona de candela

    Los pases de la Cuenca del Caribe no cuentan con una identidad muy definida en trminos histricos. Desde tiempos muy tempranos las potencias europeas enemigas de Espaa consolidaron militarmente diversas posiciones en el rea, quedando gran parte del Caribe insular y algunos enclaves de la zona continental, en manos de inglesas, francesas y holandesas. Mientras tanto, Centroamrica. Continental era colonizada por la va del Pacfico, razn por la cual su zona caribea no alcanz una identidad hispnica muy definida. La presencia de los Estados Unidos en la zona se consolida en el siglo XIX a travs de los Estados de Louisiana, Florida y Texas, y es entonces cuando los norteamericanos empiezan * a orientar su atencin hacia el mar Caribe. Cerca de veinte incursiones armadas de los Estados Unidos en el rea en el presente siglo ha sido la razn para que el Caribe se haya convertido en zona de conflicto entre las superpotencias.

    Los esfuerzos de algunas naciones de la regin por reivindicar su autonoma no han

    encontrado un terreno frtil para germinar felizmente. Las restricciones y bloqueos por parte de los Estados Unidos hacia estos pases. los han llevado a buscar un mayor apoyo en otras zonas geopolticas colocndose as en la mira del conflicto Este Oeste. As mientras el comunismo internacional se filtraba por los resquicios de la revolucin cubana y el proyecto sandinista. los Estados Unidos tomaban posesin de Puerto Rico y acentuaban su influencia en puntos estratgicos como la zona del Canal de Panam.

    Esta creciente polarizacin sirvi de apoyo a las peticiones formuladas por algunos gobiernos de la zona a mediados de 1981, en las que se destacaba la necesidad de un programa urgente y bien coordinado que respaldara sus esfuerzos por lograr un nivel de desarrollo econmico y social acorde con sus exigencias de estabilidad social. La respuesta de los Estados Unidos a estas peticiones fue la ICC.

    Planteamientos generales

    La ICC se concret en la ley firmada por el presidente Reagan el 5 de agosto de 1983 (The Caribbean Basin Economic Recovery Act-CBERA), la cual entr en vigencia el 1 de enero de 1984 por un perodo de doce aos. El proyecto buscaba generar divisas, crear nuevos empleos y elevar los niveles de produccin de la zona, mediante tres estrategias: libre comercio, ayuda econmica e inversiones norteamericanas.

    Finalmente las propuestas de exenciones fiscales a las inversiones norteamericanas en la Cuenca del Caribe naufragaron en el-Congreso, quedando como cuerpo central de la iniciativa la estrategia del libre comercio y, en menor grado, la de ayuda econmica.

    Estas estrategias consistan concretamente en:

    Permitir el acceso libre de derechos de aduana a productos de exportacin de los pases de la Cuenca del Caribe hacia el mercado norteamericano durante un perodo de 12 aos, es decir, crear una zona de libre comercio unilateral.

    Otorgar 350 millones de dlares para cubrir el dficit en las balanzas de pagos de algunos pases.

    Es evidente que del adecuado funcionamiento de la zona de libre comercio dependera el xito econmico de la iniciativa en el mediano plazo, pues un aumento sustancial de las exportaciones de la regin hacia los Estados Unidos permitira atraer nueva inversin que estimulara las incipientes economas locales.

    Desde el punto de vista poltico, las caractersticas ms importantes de la ICC radicaban en su unilateralidad y su discrecionalidad por parte del gobierno norteamericano. La unilateralidad consiste en que, por medio de una disposicin de derecho interno norteamericano, se conceden una serie de ventajas a algunos pases de la Cuenca del Caribe. Lo anterior dif iere notablemente, por ejemplo, del acuerdo de la Comunidad Econmica Europea con el Caribe, acuerdo de Lom, el cual constituye un tratado internacional en el que se ven representados tanto los pases europeos como los caribeos. La discrecionalidad se refiere a la manera como el presidente de los Estados Unidos puede acoger un pas como beneficiario de la iniciativa, de acuerdo a criterios generales establecidos legalmente. Una vez ms la ICC difiere sustancialmente del acuerdo de Lom, en el sentido en que este ltimo no puede excluir totalmente a ningn pas caribeo, y cualquier limitacin de los beneficios la

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  • decide a travs del mecanismo diplomtico de consultas bila-terales.

    En el fondo la motivacin de la ICC obedece ms a criterios polticos que econmicos. Este hecho se observa claramente al analizar la designacin de pases beneficiarios dentro de los pases enumerados por la Ley (Cuadro 1). Los elementos para llevar a cabo dicha selec-cin van desde la exclusin de cualquier pas comunista, hasta la posibilidad de obviar cualquier requisito especifico si el presidente cree que el pas en cuestin es de inters para la economa o la seguridad na-cional de los Estados Unidos. La aplicacin de criterios tan amplios dio como resultado la seleccin de un grupo de pases muy heterogneo en sus niveles de vida y de gran diversidad en sus estructuras productivas. De las 21 naciones designadas como beneficiaras de la ICC. 6 son repblicas centroamerica-nas, 9 son pequeas islas cari-beas orientales, 3 son islas medianas del Caribe central y 3 "con pases refinadores de petrleo. Esta caracterizacin geogrfica constituye un buen punto de partida para identificar la diversidad que existe entre estos pases en su pasado colonial, su sistema poltico y la estabilidad del mismo, la ca-lificacin y el tamao de su fuerza laboral, su nivel de de-sarrollo econmico y la estruc-tura de su aparato productivo exportador. Esta diversidad marcar definitivamente los re-sultados de la ICC como est-mulo al desarrollo econmico de los pases beneficiarios.

    Por una parte, la mayora de las islas caribeas de habla inglesa disfrutan de una estabi-lidad poltica relativa que esti-mula la confianza de los inver-sionistas; sin embargo, su infraestructura econmica deja mucho que desear. De otro lado, en varios pases hispano-parlantes de Amrica Central donde la infraestructura econmica

    est relativamente desarrollada. la inestabilidad poltica ha derivado en violencia y caos, con la consecuente perdida de confianza para los inver-sionistas extranjeros. Teniendo en cuenta las circunstancias polticas de la regin se puede pensar que la ICC. como medi-da para promover el desarrollo econmico, debe tener mayores posibilidades de xito en as islas del Caribe que en los pases de Amrica Central.

    A pesar de todo, una caracte-rstica comn de los pases be-neficiarios es el reducido tama-o relativo de sus economas, lo que necesariamente las hace sistemas abiertos y altamente dependientes de la disponibili-dad de divisas para su de-sarrollo. Es as como el xito relativo de la ICC depende ce a medida en que se logre ampliar y diversificar la estructura pro-ductiva, mediante agentes lo-cales o inversin extranjera. con el fin de lograr una oferta exportable creciente y competi-tiva hacia los Estados Unidos y otros mercados internacionales.

    Resultados parciales

    Aunque apenas ha trans-currido una tercera parte de un programa concebido para doce aos, y teniendo en cuenta que existen notables limitaciones en nuestro pas para acceder a informacin de perodos recientes, los resultados de los primeros aos dan algunas luces acerca del presente y el futuro de la ICC.

    La zona de libre comercio

    Teniendo en cuenta la gran dependencia de la economa del rea de sus posibilidades ce generacin de divisas, las mayores expectativas sobre el ICC se han centrado en el efecto de la Zona de Libre Comercio sobre las exportaciones de los pases beneficiados.

    Observando los datos disponibles (Cuadro 2) se percibe el

    efecto expansivo de la ICC sobre las exportaciones de los pases beneficiados hacia los Estados Unidos. Sin embargo, un aumento de slo 407.5 millo-nes de dlares 15.77%) apenas se puede considerar un beneficio. Para el segundo ao de ejecucin de la iniciativa el panorama es todava menos alentador: una reduccin de 807.7 millones de dlares (10.8%)en-1 valor total de las exportaciones de los beneficiarios de la ICC hacia los Estados Unidos entre 1984 y 1985. Este descenso se puede explicar parcialmente si se tiene en cuenta que la Zona de Libre Comercio excluye a productos tan importantes en el comercio desde la regin como el petrleo y sus derivados, el atn enlatado, el calzado y otros productos de cuero. En efecto, la baja correspondiente a los aos 84-85 refleja la reduccin del valor exportado de crudo y petrleo refinado, el cual pas de ser casi la mitad del valor total exportado en 1984 a slo una tercera parte en 1985. en otros dos importantes productos bsicos, azcar y bauxita, contribuy tambin a determi-nar el descenso global.

    Una manera de superar las distorsiones mencionadas ante-riormente para observar mejor el efecto de la ICC, es analizar el comportamiento de las ex-portaciones de la zona hacia los Estados Unidos que aparecen como productos elegibles para la entrada libre de aranceles. El cuadro 3 muestra los valores de dichas exportaciones para los aos 1983 y 1984. es decir, el ltimo ao previo a la iniciativa y el primero de funcionamiento de la misma.

    A primera vista, las estads-ticas parecen mostrar un resul-tado favorable representado en un crecimiento de las exportaciones de los pases beneficiarios hacia los Estados Unidos del 17.4%. De este grupo, ocho pases alcanzaron tasas de

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  • Cuadro 1

    Algunos dalos bsicos de los pases elegidos como beneficiarios de la ICC.

    Poblacin P N B per capita PNB per capita Expectativa de vida al nacer

    Tasa de mortalidad

    Tasa de analfabetismo

    Pases beneficiarios rea (Km21) (miles) (Dlares) 1963-83 (aos) (Infantil)Antillas Neerlandesas 821 261 5554 71 26 7.5Antigua 443 78 1710 -0.4 72 21 11.3Barbados 431 253 4050 3.8 73 11 0.7Bahamas 13935 222 -1060 -1.8 69 22 10.3Belice 22963 153 1140 3.6 70 27 8.8Costa Rica 50700 2379 1020 2.1 73 19 11.6Dominica 790 81 980 -0.4 74 13 5.9El Salvador 21041 5200 710 -0.2 65 67 38.0Granada 344 92 840 0.9 71 22 2.2Guatemala 108809 7932 1120 2.1 59 71 54.0Hait 27750 5300 300 1.1 53 98 78.7Honduras 112008 4093 670 0.6 60 82 43.1Islas Vrgenes 130 12 2714 1.7Jamaica 10991 2250 1300 -0.5 73 21 3.9Montserrat 83 11 2636 3.4Panam 75650 1964 2120 2.9 71 26 12.9Repblica Dominicana 48734 5961 1370 3.9 63 64 33.0Sn. Vicente y Granadinas 309 102 860 1.8 65 27 4.4.St. Kitts-Nevis 298 46 950 -A 64 43 2.4Sta. Luca 616 125 1060 3.1 71 18 . 18.3Trinidad y Tobago 5128 1100 6850 3.4 70 24 7.8

    Fuente: Naciones Unidas. Unctad. Handbook on International Trade and Development Statistics. 1985.

    Cuadro 2

    Importaciones totales de los Estados Unidos provenientes de pases beneficiarios de la ICC (Valores en miles de dlares). Pases designados 1983 1984 1985

    Antillas Neerlandesas Antigua Barbados Bahamas* Belice Costa Rica Dominica El Salvador Granada Guatemala Hait Honduras Islas Vrgenes Jamaica Montserrat Panam Repblica Dominicana San Vicente y Granadinas St. Kitts-Nevis Sta. Luca Trinidad y Tobago Total beneficiarios

    2.274.510 2.024.367 793.162' 8.809 7.898 24.695202.047 252.598 202.194

    1.676.394 1.154.282 626.08427.315 42.843 46.951

    386.520 468.633 489.294242 86 14.161

    358.898 381.391 395.658211 766 1.309

    374.692 446.267 399.617337.483 377.413 386.697364.742 393.769 370.219

    880 1.335 11.902262.360 396.949 267.016

    924 989 3.620336.086 311.627 393.605806.520 994.427 965.847

    4.276 2.958 9.64318.758 23.135 16.2584.700 7.397 13.796

    1.317.534 1.360.106 1.255.4987.087.506 7.494.954 6.687.226

    *Designado como beneficiario en Marzo, 1985Fuente: Estadsticas oficiales del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.

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  • crecimiento de dichas exportaciones mayores al 25 %

    Sin embargo. el crecimiento de las exportaciones de productos elegibles para la exencin arancelaria no se puede imputar totalmente en la Zona de Libre Comercio de la ICC. En efecto, menos de la quinta parte del valor de esas exportaciones corresponde a productos que efectivamente entraron a los Estados Unidos bajo la exencin arancelaria de la ICC.

    Segn el Cuadro 4. los valores de las exportaciones beneficiadas apenas ascienden a 577 millones de dlares en 1984 y 498 millones en 1985. Sobre el reducido efecto de las exen-ciones arancelarias se pueden aventurar algunas explicaciones. En primer lugar, las barreras arancelarias de los Estados Unidos son poco significativas en trminos relativos. Las restricciones por medio de cuotas, la proteccin a la industria nacional contenida en la clusula de salvaguardia de la Ley Comercial o la aplicacin de derechos compensatorios y anti-dumping. Constituyen obs-tculos mucho ms serios para las exportaciones potenciales de los pases beneficiarios de la ICC hacia los Estados Unidos. De otro lado, la existencia del Sistema Generalizado de Prefe-rencias (SGP) tambin le resta fuerza al estimulo de la ICC. A pesar de sus limitaciones, el SGP ya ofrece la entrada libre de aranceles a una amplia variedad de importaciones provenientes de los pases de la Cuenca.

    De cualquier modo, los efectos expansivos de la ICC sobre las exportaciones de la Zona hacia los Estados Unidos han sido desalentadores, por decir lo menos. Durante los ltimos 6 aos las importaciones de los Estados Unidos de la ICC en conjunto han disminuido en un promedio del 7 % anual. Mientras tanto, las importaciones norteamericanas de los

    pases desarrollados han crecido a un promedio de 12"c anual y las de otros pases subdesarrollados se han elevado en un 8% anual en el mismo pe-riodo. Las cifras hablan por si solas sobre el estado de dete-rioro del comercio de la Cuenca hacia los Estados Unidos.

    La inversin norteamericana y la ayuda econmica

    La inversin extranjera juega un papel central como apoyo a la estrategia comercial en la ICC. Se supone que las inversiones norteamericanas aportarn no slo capital y tec-nologa, sino tambin los cana-les de comercializacin para abordar de lleno el mercado norteamericano. La revisin ce los datos preliminares muestra un aumento en la inversin bruta norteamericana en los pases de la Cuenca del Caribe en 1984 y 1985 aunque excesivamente concentrada en un nmero re-ducido de naciones. Sin embar-go, los mismos datos muestran una reduccin en la inversin neta norteamericana en la zona en el mismo perodo, debido a la creciente descapitalizacin de las operaciones de las empresas transnacionales en la Cuenca del Caribe. Los estmulos de la ICC a la inversin norteamericana en la zona parecen ser, definitivamente, el aspecto ms dbil de la iniciativa a los pases de la Cuenca del Caribe. Por otra parte, la asistencia econmica se ha venido asignando dentro de lineamientos estrictamente bilaterales en los ltimos aos. Esta situacin es preocupante en extremo, pues politiza notablemente el proceso de asignacin de recursos y limita las prioridades nacionales mediante la imposicin de las ideas norteamericanas sobre el desarrollo. Este es. sin duda, el elemento de a ICC que ms depende de la discrecionalidad poltica norteamericana. Se puede afirmar inclusive, que su dinmica ha estado y seguir estando al margen de los

    parmetros de la poltica exterior de los Estados Unidos.

    La posicin colombiana

    Mientras otros pases como Venezuela. Mjico y Canad, han adelantado planes concretos de apoyo y afianzamiento de los lazos comerciales con los pases de la Cuenca del Caribe, Colombia no ha tenido una presencia decidida en la zona. Este no es un fenmeno aislado; es el resultado del bajo perfil de la poli tica internacional que tradicionalmente ha tenido el pas.

    A pesar de ello, y como respuesta a los planteamientos globales que dieron base a la ICC. el gobierno de Turbay Avala estableci convenios de crdito recprocos por cerca de 250 millones de dlares y un fondo de asistencia tcnica por 50 millones de dlares. Aun que con un impacto econmico mnimo, dichas medidas constituyeron el principal antecedente, reciente de una presencia ms decidida del pas en la zona.

    Ms recientemente, desde la administracin Betancur, se ha venido adelantando una poltica de cooperacin comercial con preferencias no recprocas hacia el Mercado Comn Cen-troamericano, que incluye a los cuatro pases continentales ms importantes de la ICC. La administracin Barco, a su vez, ha mantenido explcitamente esta poltica y se avanza actualmente en las negociaciones para celebrar con Panam y Repblica Dominicana Acuerdos de Alcance Parcial de la misma naturaleza que los celebrados con el MCCA. Estos mnimos esfuerzos no han estado orientados por consideraciones de tipo comercial, sino que deben ser observados en un contexto poltico ms amplio que involucra diversos esfuerzos latinoamericanos para favorecer un desarrollo sin conflictos en la regin.

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  • (Cuadro 1.)

    Importaciones de los Estados unidos provenientes de los pases beneficiarios de la l.C.C productos elegibles para la exencin arancelaria de la Zona de Libre Comercio (valores en miles de dlares)

    Cambios Pases beneficiarios 1983 1984 porcentuales

    Antillas Neerlandesas *4 150 60.661 -27.9 Antigua 795 2.100 + 164.2 Barbados 177 770 236 246 + 32.9 BeTice 2O.857 28.804 + 38.1 . Costa Rica 316.682 382.818 + 21.2 Dominica 70 82 + 17.1 El Salvador 344.337 362.854 + 5.5 Granada 204 761 + 273.0 Guatemala 323.396 403.725 + 24.8 Haiti 234.004 266.902 + 14.1 Honduras 344.337 371.325 + 7.8 Islas Vrgenes 877 1.309 + 49.3 Jamaica 241.075 364.043 + 51.0Montserrat 844 953 + 10.3 Panam 306.726 250.352 -16.4 Repblica Dominicana 657.330 804.720 + 22.4 San Vicente y Granadinas 2.764 1 628 -41.1Si. Kitts-Nevis 13.856 15.197 + 9.7 Su. Luca 1.863 3.163 + 69.8 Trinidad y Tobago : 26.002 10 061 + 49.3 Total 3.197616 3.752.704 -17.4 Fuente: Clculos sobre datos oficiales

    del Departamento de Comercio de EE.UU.

    -

    Cuadro 4

    Importaciones de los Estados Unido* correspondientes a la ICC.

    Libres de derechos de aduana por la Zona de Libre Comercio. (Valores en miles de dlares)

    Pases designados 1984 1985 Antillas Neerlandesas 2.504 2.828Antigua 114 357Barbados 13.376 11.372Bahamas* 3.138Blice 4.621 8.412Costa Rica 67.756 72.833Dominica 9 321El Salvador 71.896 19.322Granada 2 95Guatemala 43.442 43.138Haiti 21.856 46.554Honduras 60.198 45.072Islas Vrgenes 207 21Jamaica 44.737 40.449Montserrat Panam 11.878 6.889Repblica Dominicana 222.462 173.693San Vicente v Granadinas 55 200St. Kitts-Nevis 6.757 5.503Sta. Lucia 1.413 1.556Trinidad y Tobago 6.422 15.791 Total beneficiarios 577.074 497.645

    * Designado como beneficiario en marzo. 1985.

    Fuente: Estadstica oficiales del Departamento de Comercio de los Estados Unidos

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  • Conclusiones

    Aunque los primeros resultados de la ICC planteados hasta el momento distan de ser satisfactorios, la experiencia cumplida permite formular algunos elementos centrales que se deben tener en cuenta para el exitoso desarrollo de la iniciativa en los aos restantes del plazo fijado. Un programa verdaderamente orientado hacia el desarrollo debe responder por lo menos, a dos grandes retos: el primero, atraer a las firmas manufactureras norteamericanas de la Cuenca del Pacfico hacia el excedente laboral de la Cuenca del Caribe; el segundo, garantizar as condiciones necesarias para la formacin de la infraestructura necesaria, el entrenamiento y la calificacin de la mano de obra y la consolidacin de canales de comercializacin eficientes para las exportaciones de la zona.

    Sin embargo, habr que esperar para ver que orientacin decide darle el sucesor del presidente reagan a la ICC. La oleada proteccionista que se plantea cada vez con mayor fuerza como respuesta al descomunal dficit comercial, as como el viraje que tendr que dar el prximo presidente a la poltica exterior norteamericana, son elementos que seguramente afectarn sustancialmente el contexto econmico y poltico de la ICC en el futuro.

    Seccin: Poltica Mundial

    LasConsecuencias del acuerdo Reagan-Gorbachov en Francia La era de las paradojas?

    Christian Boudier*

    *Investigador y profesor delInstituto de Altos Estudios para el Desarrollo.

    El Acuerdo de Washington permiti un espectculo paradjico en Europa: mientras se celebra el Tratado desde varios sectores en los pases acostumbrados a unas discordias internas en el campo de la estrategia, la firma del mismo es objeto de un vivo debate poltico en Francia, pas del consenso nuclear desde la retirada de la organizacin militar do la OTAN. en 1966.

    Los protagonistas, que no responden a la tradicional divisin derecha-izquierda, cuestionan la suerte de la estrategia de disuasin francesa en una Europa que parece dispuesta a ladesnuclearizacin: elPresidente de la Repblica Francois Mitterrand aprueba el acuerdo pues permite volver a la concepcin inicial de la disuasin nuclear masiva, cuya meta es impedir la guerra, apoyndose nicamente sobre la amena/a de las armas nucleares estratgicas.

    Otros dirigentes como el Ministro de la Defensa, A. Giraud, y uno de los principales candidatos a la presidencia, R . Barre, condenan el acuerdo con firmeza, pues segn ellos, debilita el acoplamiento Estados Unidos-Europa, y la estrategia

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  • Conclusiones

    Aunque los primeros resultados de la ICC planteados hasta el momento distan de ser satisfactorios, la experiencia cumplida permite formular algunos elementos centrales que se deben tener en cuenta para el exitoso desarrollo de la iniciativa en los aos restantes del plazo fijado. Un programa verdaderamente orientado hacia el desarrollo debe responder por lo menos, a dos grandes retos: el primero, atraer a las firmas manufactureras norteamericanas de la Cuenca del Pacfico hacia el excedente laboral de la Cuenca del Caribe; el segundo, garantizar as condiciones necesarias para la formacin de la infraestructura necesaria, el entrenamiento y la calificacin de la mano de obra y la consolidacin de canales de comercializacin eficientes para las exportaciones de la zona.

    Sin embargo, habr que esperar para ver que orientacin decide darle el sucesor del presidente reagan a la ICC. La oleada proteccionista que se plantea cada vez con mayor fuerza como respuesta al descomunal dficit comercial, as como el viraje que tendr que dar el prximo presidente a la poltica exterior norteamericana, son elementos que seguramente afectarn sustancialmente el contexto econmico y poltico de la ICC en el futuro.

    Seccin: Poltica Mundial

    LasConsecuencias del acuerdo Reagan-Gorbachov en Francia La era de las paradojas?

    Christian Boudier*

    *Investigador y profesor delInstituto de Altos Estudios para el Desarrollo.

    El Acuerdo de Washington permiti un espectculo paradjico en Europa: mientras se celebra el Tratado desde varios sectores en los pases acostumbrados a unas discordias internas en el campo de la estrategia, la firma del mismo es objeto de un vivo debate poltico en Francia, pas del consenso nuclear desde la retirada de la organizacin militar do la OTAN. en 1966.

    Los protagonistas, que no responden a la tradicional divisin derecha-izquierda, cuestionan la suerte de la estrategia de disuasin francesa en una Europa que parece dispuesta a ladesnuclearizacin: elPresidente de la Repblica Francois Mitterrand aprueba el acuerdo pues permite volver a la concepcin inicial de la disuasin nuclear masiva, cuya meta es impedir la guerra, apoyndose nicamente sobre la amena/a de las armas nucleares estratgicas.

    Otros dirigentes como el Ministro de la Defensa, A. Giraud, y uno de los principales candidatos a la presidencia, R . Barre, condenan el acuerdo con firmeza, pues segn ellos, debilita el acoplamiento Estados Unidos-Europa, y la estrategia

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  • de replica graduada de la O.T.A.N. Se trata entonces para Francia de reconstruir un escaln nuclear intermedio para occidente con suficiente credibilidad: el ministro de Defensa propuso por ejemplo. una modificacin del Programa Hades para fabricar misiles "muitigolpes" en lugar de "preestratgicos". El concepto francs de "ltimo aviso" incluido en una disuasin masiva, seria entonces reemplazado por el de "batalla nuclear" a varios niveles. A la hora cuando el ministro ce Defensa aprueba por primera vez la replica graduada, sera otra paradoja histrica que Francia se acercara a esta estrategia mientras la O.T.A.N parece alejarse de ella.

    Doble o Triple zero?

    En realidad conviene matizar las consecuencias estratgicas para Francia segn el curso dado al acuerdo: la dinmica del Tratado de Washington (eliminacin de los misiles Pershing y S.S. 20 de 1000 a 5000 kilmetros de alcance) deberan permitir una Segunda Opcin Zero (500 a 1000 kilmetros de alcance). En este caso, el peligro estara concentrado en las dos Alemanias, con la presencia de misiles a muy corto alcance (menos de 500 kilmetros). El inconveniente de estas armas es que son capaces nicamente de matar a Alemanes del Oeste y del Este ("The shorter the range, the deader the Germans"); podran entonces aumentar las tendencias al pacifismo y al neutralismo de la Repblica Federal, en razn a la stpotik.

    Dado que esas armas parecen asustar ms a los pases protegidos que disuadir a la URSS, Francia teme una Triple Opcin Zero que suprimira la ltima barrera propia nuclear en Europa, poniendo su propia fuerza en primera fila. Adems, amenazara la estrategia de la Alianza Atlntica, pues sera confrontada a la superioridad del Pacto

    de Varsovia en el campo del armamento convencional. As. Pars esta decidido a oponerse a cualquier negociacin que propondra una supresin del armamento nuclear tctico en Europa a cambio de una reduccin de las fuerzas clsicas soviticas. En ese campo Gorbachov tiene, en efecto muchas herramientas: un informe de la Unin Europea Occidental (U.E.O.) de noviembre de 1987. Muestra que la evaluacin de las fuerzas soviticas es exagerada, que ciertos modos de clculo son aberrantes, y que muchos de los tanques son anticuados. Sin embargo, esas cifras ofrecen a Gorbachov la oportunidad de hacer irresistibles ofertas de desarme convencional en Europa, sin que la potencia real del ejrcito rojo sea debilitada.

    El motivo de la crisis entre Paris y Bonn podra ser la consecuencia del riesgo de una Triple Opcin Zero. No obstante, el argumento de la reduccin de la presencia militar estadounidense en Europa representa un motivo actual de fortalecimiento del eje franco-alemn.

    Cul defensa para Europa?

    Si algunos dirigentes se atreven a evocar la Conferencia de Munich de 1983 para caracterizar el acuerdo de Washington la referencia ms corriente y aceptada parecer ser la de Yalta: la desnuclearizacin se hace sin Europa, sin tener en cuenta sus imperativos de seguridad.

    Por eso, el tratado entre los dos bloques es percibido de manera consensual como la "palanca que impone el coletazo" (J. Chirac) en el campo de la defensa europea. Dentro de lo que seria la tercera potencia militar en el mundo, el papel de Francia provoca un debate en materia nuclear. En el campo del armamento clsico, el consenso se hace acerca de la necesidad de construir una defensa convencional

    europea lo suficientemente disuasiva para enfrentar al Pacto de Varsovia: de aqu la profundizacin del eje franco-alemn (maniobras comunes "Gorrin Intrpido" entre los dos ejrcitos), a cooperacin creciente con Espaa e Italia para reforzar la OTAN en la cuenta del Mediterrneo (el motivo de esa consolidacin es, tambin, el surgimiento de una nueva fuente de tensin para Europa debido al integrismo islmico y las crisis en frica)y los proyectos de colaboracin en la industria de las armas.

    En cuanto a lo nuclear, el debate sobre el papel de Francia refleja lo enunciado sobre la estrategia de disuasin: los partidarios de la rplica graduada quisieran que Francia se hiciera cargo de la proteccin de Europa con misiles tcticos que seran desplegados en Alemania Federal.

    Los otros, entre los cuales est el Presidente Mitterrand, dudan de la capacidad de las armas tcticas francesas para defender Europa (tanto ms cuanto que asustan a los alemanas). y proponen un regreso a la disuasin masiva.

    Sin embargo, esa opcin no sera sinnimo de ostracismo y aislamiento: Francia puede seguir manteniendo la ambigedad sobre la definicin de sus "intereses vitales", que Paris pueda ampliar hasta el Elba.

    Pero no podra ir ms all ya que lo nuclear-estratgico por naturaleza parece excluir la alianza militar tradicional cuando un Estado puede temer las represalias masivas. Adems, Francia no quiere involucrarse en una proteccin automtica que provocara unas controversias inagotables sobre su propia credibilidad (ver, la literatura sobre el "paraguas" norteamericano) e imaginar los debates sobre lo que

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  • sena tcnicamente la "sombrilla" francesa. y tampoco puede compartir la responsabilidad de una "doble llave" con la Repblica Federal de Alemania, en caso de defensa nuclear europea. El propio Presidente de la Repblica dijo, recientemente, que rechazara todo lo que podra afectar la credibilidad de la disuasin y en primer lugar la extensin de la garanta nuclear a la Repblica Federal.

    Por eso, no se puede esperar ms, en ese campo, que un acuerdo como el reciente, que prev una consulta previa automtica de Boon por Fran-cia, en caso de utilizacin de sus armas nucleares tcticas.

    Un pretexto?

    En realidad, muchos expertos en Francia consideran esas discusiones vanas (incluso peligrosas porque cuestionan la disuasin de los Estados Unidos y sirven as a la URSS cuya meta estratgica desde los cincuentas es romper el acoplamiento entre Europa y Washington). El Tratado de eliminacin de las fuerzas nucleares intermedias no tiene, de hecho, consecuencias fundamentales para la defensa de Europa ni tampoco para Francia.

    Primero, porque la desnuclearizacin es sobre todo un discurso y se necesitan muchos aos para cumplir y averiguar esa primera opcin zero. Adems, el escudo nuclear de Europa no se reduce a los cohetes Pershing (hay tambin por ejemplo misiles nucleares en los submarinos), y siguen existiendo las fuerzas disuasivas de Inglaterra y Francia.

    Segundo, porque el acoplamiento Estados Unidos-Europa no est ms afectado que antes por el Acuerdo de Washington: sobre el viejo continente permanecen 300.000 soldados americanos y tambin

    fuerzas nucleares de corto alcance. Los Pershings fueron una respuesta a la presin de los S.S. soviticos, y es un error ver en ellos el nico smbolo de la proteccin norteamericana.

    Por ltimo, la disuasin nuclear es sobre todo una cuestin psicolgica de voluntad: por eso, lo importante no es la ubicacin geogrfica de misiles sino la determinacin poltica de los Estados Unidos de defender a Europa. As. los misiles Tomahawk (4.000 a 5.000 kilmetros de alcance) sobre al-gunos barcos son muy viables para la defensa de Europa, incluso ms que los Pershing ya que la utilizacin de esas armas no necesitara la autorizacin del canciller alemn.

    A modo de conclusin, convendra destacar de nuevo esta cita de Raymond Aron que deca en 1962: "La disuasin es una prueba de voluntades de la que la tcnica de armamento y de los vehculos vectores determina las condiciones mas no la salida".

    Seccin: Poltica Mundial

    El acuerdo Reagan-Gorbachov y Amrica Latina

    Francisco Leal Buitrago* y Juan Gabriel Tokatlian**

    * Director, Instituto de EstudiosPolticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.

    ** Director. Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes.

    La crisis econmica por la que atraviesa el mundo no ha encontrado ningn principio de solucin. Aunque tericamente se puede vislumbrar un mejor ambiente para una salida al problema, con decisiones como un nuevo pacto que reemplace los principios establecidos desde 1944 en Bretton Woods adicionados con los acuerdos del GATT. las incertidumbres hacen que el rgimen capitalista que determina el curso del planeta se aferr a los cnones con que ha operado al menos en los ltimos 40 aos. La aguda situacin econmica desfavorable de los Estados Unidos, condimentada por el rpido deterioro de la imagen del presidente Reagan, ha obligado a reducir el malgasto, comenzando por el presupuesto militar. Esta necesidad ha propiciado la incubacin de medidas que en

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  • sena tcnicamente la "sombrilla" francesa. y tampoco puede compartir la responsabilidad de una "doble llave" con la Repblica Federal de Alemania, en caso de defensa nuclear europea. El propio Presidente de la Repblica dijo, recientemente, que rechazara todo lo que podra afectar la credibilidad de la disuasin y en primer lugar la extensin de la garanta nuclear a la Repblica Federal.

    Por eso, no se puede esperar ms, en ese campo, que un acuerdo como el reciente, que prev una consulta previa automtica de Boon por Fran-cia, en caso de utilizacin de sus armas nucleares tcticas.

    Un pretexto?

    En realidad, muchos expertos en Francia consideran esas discusiones vanas (incluso peligrosas porque cuestionan la disuasin de los Estados Unidos y sirven as a la URSS cuya meta estratgica desde los cincuentas es romper el acoplamiento entre Europa y Washington). El Tratado de eliminacin de las fuerzas nucleares intermedias no tiene, de hecho, consecuencias fundamentales para la defensa de Europa ni tampoco para Francia.

    Primero, porque la desnuclearizacin es sobre todo un discurso y se necesitan muchos aos para cumplir y averiguar esa primera opcin zero. Adems, el escudo nuclear de Europa no se reduce a los cohetes Pershing (hay tambin por ejemplo misiles nucleares en los submarinos), y siguen existiendo las fuerzas disuasivas de Inglaterra y Francia.

    Segundo, porque el acoplamiento Estados Unidos-Europa no est ms afectado que antes por el Acuerdo de Washington: sobre el viejo continente permanecen 300.000 soldados americanos y tambin

    fuerzas nucleares de corto alcance. Los Pershings fueron una respuesta a la presin de los S.S. soviticos, y es un error ver en ellos el nico smbolo de la proteccin norteamericana.

    Por ltimo, la disuasin nuclear es sobre todo una cuestin psicolgica de voluntad: por eso, lo importante no es la ubicacin geogrfica de misiles sino la determinacin poltica de los Estados Unidos de defender a Europa. As. los misiles Tomahawk (4.000 a 5.000 kilmetros de alcance) sobre al-gunos barcos son muy viables para la defensa de Europa, incluso ms que los Pershing ya que la utilizacin de esas armas no necesitara la autorizacin del canciller alemn.

    A modo de conclusin, convendra destacar de nuevo esta cita de Raymond Aron que deca en 1962: "La disuasin es una prueba de voluntades de la que la tcnica de armamento y de los vehculos vectores determina las condiciones mas no la salida".

    Seccin: Poltica Mundial

    El acuerdo Reagan-Gorbachov y Amrica Latina

    Francisco Leal Buitrago* y Juan Gabriel Tokatlian**

    * Director, Instituto de EstudiosPolticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.

    ** Director. Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes.

    La crisis econmica por la que atraviesa el mundo no ha encontrado ningn principio de solucin. Aunque tericamente se puede vislumbrar un mejor ambiente para una salida al problema, con decisiones como un nuevo pacto que reemplace los principios establecidos desde 1944 en Bretton Woods adicionados con los acuerdos del GATT. las incertidumbres hacen que el rgimen capitalista que determina el curso del planeta se aferr a los cnones con que ha operado al menos en los ltimos 40 aos. La aguda situacin econmica desfavorable de los Estados Unidos, condimentada por el rpido deterioro de la imagen del presidente Reagan, ha obligado a reducir el malgasto, comenzando por el presupuesto militar. Esta necesidad ha propiciado la incubacin de medidas que en

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  • un contexto conservador aparecen como drsticas y que presentan perspect ivas que pueden inducir una reduccin en los estrambticos gastos militares. Tal es. en forma simple, el cuadro norteamericano que desemboc en la reciente firma de un convenio en Washington que puede revertir la tendencia armamentista observada hasta ahora desde la Segunda Guerra Mundial.

    La economa sovitica, a su vez, no ha podido sustraerse de lo que ocurre en el mundo capitalista. No obstante algunos intentos autrquicos con sus aliados, la URSS hace parte orgnica del sistema dominante. El solo hecho de competir en el plano militar trastoca todo el engranaje de su organizacin social. Y hasta all llegan los efectos de la recesin, despertando necesidades de revisin de sus rgidos patrones de concepcin socialista. Como en la crisis norteamericana, las pretensiones de solucin econmica del nuevo gobierno sovitico exigen una redistribucin de sus excesivos gastos militares. Pero para que ello pudiera tener cierta viabilidad se requerira un cambio de concepcin, no slo dentro de las fronteras del Estado, sino en las mismas consideraciones estratgicas planetarias. Este es el indudable gran logro del nuevo lder sovitico, que ha podido compaginar con su iniciativa los intereses de su pas con los anteriores irreconciliables de los Estados Unidos, en una decisin bilateral que involucra por sus efectos a todo un universo cada vez ms integrado como sistema.

    En sntesis, no todos los efectos de una mala situacin econmica pueden ser negativos. Al menos en el plano poltico, sus consecuencias pueden llegar a ser constructivas, dando cabida a que bajo mejores circunstancias en el campo de las confrontaciones del poder, el futuro econmico pueda ser

    ms halageo. Mirado en forma positiva, esto es lo que parece haber acontecido a raz del convenio de desarme de los misiles de mediano y cort alcance.

    La combinacin de ingredientes esenciales

    Este "pacto histrico es. sin duda, el resultado de varios factores que, en forma entrecruzada y compleja, condujeron a la firma del acuerdo Reagan-Gorbachov. En primer lugar, ya hicimos mencin a una variable estructura fundamental: las economas de las dos superpotencias no muestran la posibilidad de sostener, permanentemente, una carrera armamentista que lentamente desangra a las dos sociedades.

    En segundo lugar, el elemento "prestigio" jug un papel importante. Gorbachov que haba tomado la iniciativa desde la cumbre de Islandia a finales de 1986, necesitaba reasegurar su imagen de conciliador, hombre de paz y hbil diplomtico. El tratado firmado fortalece an ms su prestigio internacional y definitivamente lo coloca como el lder sovitico ms lcido e intrpido de las ltimas dcadas. Ronald Reagan, por su lado, necesitaba recuperar el terreno perdido y modificar una imagen mundial y domstica gradualmente erosionada por su aparente falta de voluntad para propiciar el desarme y por las consecuencias del escndalo Irn-Contras.

    En tercer lugar, estn las consideraciones sociales. En las dos superpotencias as como en Europa (Occidental y Oriental), los movimientos a favor del desarme, la coexistencia y la distensin fueron ganando espacio y generando mecanismos de presin que no podan pasar inadvertidos para los diversos gobiernos. Multitudinarias manifestaciones, contactos bilaterales de pueblo a pueblo, eventos cientficos y

    culturales, sin distincin de pases y sistemas, fueron creando unos canales de expresin social que decididamente influiran sobre las diferentesadministraciones.

    En cuarto lugar, los factores polticos tambin intervinieron. Cadamandatario actu en funcin de sus propias realidades nacionales polticas y partidistas. Reagan deseaba dejar una "herencia" de paz capitalizable por el partido republicano en las prximas elecciones. Gorbachovrequerira consolidar su control poltico interno, aislando a los elementos duros y ms ideolgicos a nivel del partido y en el Kremlln. Para ambos, el pragmatismo por sobre las ideologas era ms importante y para ello actuaron con una alta cuota de realismo.

    En quinto lugar, las cuestiones estratgicas tambin cumplieron un papel central. La Unin Sovitica rompe, de alguna manera, el bloqueo que se haba producido con la instalacin de misiles norteamericanos en el corazn europeo y el acercamiento chino-norteamericano desde mediados de la dcada de los setenta. Se distensiona el frente occidental, se tienden puentes nuevamente con Estados Unidos luego de los acuerdos Salt II, nunca rectificados por el Congreso norteamericano, y se disminuye el fortalecimiento del eje Pekn-Washington. Por su parte, Estados Unidos logro' que no se incluyeran en las conversaciones las fuerzas disuasivas propias de Gran Bretaa y Francia, las armas nucleares tcticas de hasta 311 millas de alcance, ni los bombarderos F-111 capaces de transportar y lanzar cargas nucleares en Europa Oriental. No se agrieta, por lo tanto, la alianza occidental de la OTAN, se redujo el nivel de tensin en el epicentro europeo, manteniendo ventajasconsiderables en los sistemas tcticos aire-tierra y en

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  • trminos de fuerzas navales respecto al Pacto de Varsovia. Ello explica, en gran parte, por qu el tema de la superioridad convencional del bloque socialista no signific una barrera infranqueable para los acuerdos.

    Por ltimo, en trminos tecnolgicos se est frente a una gran transformacin de profundas implicaciones. El desarrollo naval de ambas superpotencias est desplazando la concentracin sobre fuerzas terrestres como primera lnea de posible combate. Los desarrollos en el campo areo, y en particular en el espacio con sistemas defensivos de una inmensa complejidad, estconcentrando mayores recursos: en especial en Estados Unidos con el proyecto de la Iniciativa de Defensa Estratgica. De all la insistencia sovitica en que Estados Unidos cumpla con los requisitos del Tratado de Misiles Antibalsticos (A.B.M.) de 1972 por los prximos 10 aos.

    La lucha por el avance y la ventaja tecnolgica en el campo militar se convertir en la fuerza motriz para impulsar un retorno a la supremaca militar norteamericana, lo cual preocupa a los soviticos. Por el momento no hay ni vencederos ni vencidos en este terreno, pero en ese campo se dirimir el futuro de paz o no de la humanidad.1

    Es Probable el Condominio?

    Con marcado inters, los ocho presidenteslatinoamericanos, reunidos en la reciente Cumbre de Acapulco, sostuvieron en el documento final del encuentro que observaban "con beneplcito los avances en as negociaciones entre os Estados Unidos y la Unin Sovitica para lograr acuerdos en 1. El contenido del AcuerdoReagan-Gorbachov se puede leer en la Seccin Documentos de esta publicacin.

    materia de eliminacin de proyectiles nucleares de corto y mediano alcance"; los cuales finalmente se consumaron con el acuerdo Reagan-Gorbachov. "Sin embargo aaden estos esfuerzos se hacen al mareen del sistema multilateral y. en especial, de la Conferencia de Desarme de Ginebra (en la cual existe representacin latinoamericana). Por lo tanto, debern complementarse con un esfuerzo de los mecanismos multilaterales contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, con miras a la efectiva participacin de toda la comunidad internacional en la seguridad, la preservacin de la paz y la cooperacin".2

    A esta evidente preocupacin por el debilitamiento de los instrumentos y conductos multilaterales, en favor de canales y procesos bilaterales a nivel de !as superpotencias, se agrega el hecho de que ya se ha tornado casi permanente en las ltimas cumbres URSS-EEUU. incluir en su agenda los as denominados "conflictos regionales". Con poca informacin y mucha especulacin, se desconoce a ciencia cierta no slo el contenido de las discusiones sobre este tema, sino tambin el grado de compromiso alcanzado entre !as partes. Una hiptesis optimista es que por ese medio se logra una distensin efectiva en los diversos escenarios de confrontacin en el Tercer Mundo. Lo evidente es. no obstante, que en la actualidad no hay ningn conflicto regional iniciado en la dcada de los setenta que se haya reducido o resuelto.

    Ello abre dos alternativas: que estos enfrentamientos ya exacerbados por aos de combate y desangre continen durante esta dcada, sin alterar el balance de poder Este-Oeste (ni, en forma concomitante.

    2. Ver el Documento Oficial delGrupo de los Ocho, Mxico, noviembre de 1967 121 pginas).

    hallar soluciones a la raz Norte-Sur de la mayora de ellos), o que estemos asistiendo al comienzo de un nuevo periodo. Este privilegiara una lgica transaccional a nivel de las grandes potencias, para neutral izar determinados conflictos con una racionalidad de reciprocidad de acuerdo a sus histricas reas de influencia.

    Gorbachov fue enftico al sealar que la "coexistencia" no equivala a la "convergencia". Esto es acertado si se interpreta como la no transformacin interna del modelo socioeconmico sovitico a favor de una lgica de mercado o la irrenunciable existencia de un esquema socialista: Sin embargo, un mecanismo de"corresponsabilidad" de los asuntos mundiales (lo cual implica el definitivo reconocimiento norteamericano del status de superpotencia de la Unin Sovitica y la enorme dificultad de recomponer su hegemona restricta en la poltica mundial podra conducir a una suerte de condominio flexible con zonas vitales para ambas par: reas intermedias y mrgenes perifricos,trasladndose el epicentro de control conflictivo del Atlntico hacia el Pacfico, a travs de un despliegue de mayor podero naval de ambas superpotencias. Este escenario no descartable sin embargo es difcil de materializar. Las estrategias ms sofisticadas fracasan a la luz de las profundas transformaciones que van sacudiendo las relaciones internacionales contemporneas.

    Ms Autonoma para Amrica Latina?

    Quizs con excepcin de Europa Occidental, los efectos del tratado entre Reagan y Gorbachov sonfundamentalmente polticos. No obstante las motivaciones econmicas que la crisis del dlar como patrn monetario internacional y la implementacin de la

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  • perestroika tuvieron sobre la gestacin del tratado, y a pesar de la reorganizacin militar europea que parece emerger a partir de su implementacin. las consecuencias que se ven venir son tpicamente polticas, al menos a nivel de las expectativas. Cabe acotar que estos resultados polticos tambin pueden abrir las puertas a un mayor acercamiento econmico comercial entre Latinoamrica y el bloque socialista.

    Para el contexto latinoamericano es posible prever que la identificacin de sus conflictos domsticos con la confrontacin Este-Oeste sufra una diferenciacin, con lo cual se podra dar un gran paso para un claro mejoramiento. El caso centroamericano y caribeo es el ms notorio. La ingerencia real y supuesta de las dos .grandes potencias ha impedido que se pueda llegar a una solucin. Nicaragua seguramente logre alcanzar la mnima autonoma requerida para implementar una democracia, cuestin que redundar en beneficio de conflictivos pases como El Salvador. Honduras y Guatemala. Y probablemente se podr abrir paso la idea de que Cuba comience a recuperar su largamente negada condicin de pas latinoamericano.

    En cuanto a los esfuerzos de democratizacin en Suramrica, podran contar con una mayor seguridad en sus iniciativas, pues los gobiernos dictatoriales ya no podrn contar entre sus estmulos la defensa a toda costa del concepto de civilizacin occidental reforzado por la guerra fra. A partir de los pases que han salido de sus dictaduras y de aquellos que las han eludido, como Colombia y Venezuela, sera factible asegurar tambin la relativa independencia de la poltica exterior de Mxico, sin que sea interrumpida, como lo ha sido en los ltimos aos, por la polarizacin del conflicto centroamericano. Con ello, se abrira la

    posibilidad de que los ensayos que le han hecho de transitorios grupos internacionales, como Contadora y el ms permanente del Grupo de los Ocho, tenga la oportunidad de establecerse con menores prevenciones de las grandes potencias. Sin duda, los periodos ms lgidos de guerra fra han limitado las acciones reivindicativas de las naciones dependientes. Por eso, la distensin que se presagia facilitara una mayor libertad de accin a Amrica Latina. No obstante en el piano econmico se podra intensificar una tendencia que comenz a tomar forma en la presente dcada: dos Latinoamrica. la una centroamericana y mexicana, cada vez ms integrada econmicamente al hemisferio norte (EEUU y Canad), y la otra, suramericana, con posibles mayores grados de insercin diferencial en la economa mundial.3

    Por otra parte, y a pesar de la exclusividad en el protagonismo y la decisin ejercidas por Estados Unidos y la Unin Sovitica en el proceso del tratado, que se manifestara en la posibilidad del condominio, la tendencia hacia la formacin de nuevos centros de poder mundial puede acrecentarse. El debilitamiento econmico norteamericano frente a Europa, Japn y otras naciones menores emergentes, y la prioridad que los soviticos parecen estarle dando a su reestructuracin interior, dan pie para pensar que los pases de Amrica Latina tengan mejores perspectivas para mirar ms autnomamente hacia Europa e incluso hacia el Pacfico. Naturalmente que

    3. Este argumento lo desarrollaampliamente Carlos Rico en su ensayo "Crisis y recomposicin? de la hegemona norteamericana. Algunas reflexiones en torno a la coyuntura internacional en la segunda mitad de los ochenta. En Lus Maira (ed.) Una Nueva Hegemona Norteamericana? Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano. 1986.

    las ataduras de su enorme deuda externa dificultaran sus movimientos en forma separada de los Estados Unidos, pero una definicin ms clara y menos estrecha de las zonas de influencia de los dos colosos militares, como consecuencia de su distensin poltica, facilitarn posibles soluciones al endeudamiento con mayor participacin de otras latitudes.

    El acuerdo Reagan-Gorbachov vuelve a colocar sobre la mesa de discusin la necesaria colaboracin y concertacin latinoamericana para maximizar su margen de accin y de insercin mundial. La realidad del Grupo de los Ocho demuestra una clara tendencia en esa direccin. No obstante, lo que deseamos poner de relieve es la imperiosa necesidad de generar un rgimen de seguridad latinoamericana. Como bien seala el experto chileno Augusto Varas, se tratara de "un sistema de seguridad regional propio, producto de una resolucin endgena, que no trate de lograr un papel protagnico de Amrica del Sur en materias estratgicas, sino una cooperacin, protegiendo y al mismo tiempo desarrollando intereses comunes de largo plazo en el plano de la defensa".4

    Ello implicara buscar mecanismos para un entendimiento regional en la reduccin del gasto blico y la posibilidad de ir pensando en formas integradoras de produccin de armamento defensivo y para fines de defensa externa de la regin. Igualmente, habra que establecer un sistema regional obligatorio para la solucin pacfica de conflictos y controversias, un decidido compromiso multilateral de no participacin

    4.Augusto Varas, "De laCompetencia a la Cooperacin Militar en Amrica Latina", en Augusto Varas (comp.) Paz. Desarme y Desarrollo en Amrica Latina. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, P 13

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  • en la disputa global Este-Oeste, y la ratificacin por todos los pases de la regin del Tratado de Tlatelolco para la proscripcin de las armas nucleares en Amrica Latina. para evitar que ninguna de las superpotencias esgrima el argumento de una falta de consenso y compromiso regional para transportar naves con armamento nuclear, entre otras medidas.

    Existen varios instrumentos internacionales a los que la totalidad de Amrica Latina debera adherir. En el caso colombiano, nos referimos al Protocolo de Ginebra sobre la prohibicin del uso blico de gases asfixiantes, venenosos y otros y sobre mtodos de guerra bacteriolgica, el Tratado que prohbe el uso de armas convencionales exclusivamente dainas o no discriminatorias. Al mismo tiempo, se podran ratificar otros instrumentos como el Tratado de prohibicin parcial de experimentos nucleares en la atmsfera, en el espacio exterior o bajo el agua, el Tratado sobre principios que rigen la exploracin y otros usos del espacio exterior, incluidos la luna y otros cuerpos celestes, y el Tratado que prohbe la instalacin de armas nucleares u otras armas de destruccin masiva en el lecho, el suelo o el subsuelo del mar.

    Distensin en Colombia

    La posibilidad de un dilogo directo entre los mandatarios de las dos superpotencias y la concrecin de acuerdos norteamericano-soviticos impulsan la expectativa de una mayor distensin y una menor polarizacin internacional. El realismo y el pragmatismo se impusieron sobre las visiones maniquestas y las concepciones hiperideologizadas. Las negociaciones superaron los escollos que se teman y permitieron descongelar una atmsfera internacional cercana a los

    periodos mas calientes de la "guerra fra".

    Si existe la posibilidad de una seal hacia el entorno mundial, de un mensaje que pudiera transferirse a otras latitudes, ce una necesidad de dilogo y no polarizacin que podra trasladarse a diferentes escena-nos, entonces sena valioso considerar el significado de esta ltima cumbre Reagan-Gorbachov para Colombia.

    Probablemente, la nueva situacin internacional creada por los recientes acuerdos brinde la oportunidad interna de reflexionar en torno a la morigeracin de posiciones y tcticas, a la no transferencia domstica del conflicto Este Oeste, a un llamado a la disten-sin y el dilogo.

    Culturalmente (esto es. en trminos del apoyo e impulso a !a democracia, al pluralismo, al respeto de los derechos humanos, a la convivencia de ideologas y pensamientos, a as libertades, derechos y garantas de los ciudadanos, entre otros) Colombia pertenece a Occidente, pero no puede asumir un compromiso estratgico que recorte su poder negociador internacional y su margen de insercin diversificada en el concierto de naciones o que lesione sus legtimos intereses nacionales.

    En la pgina 253 del reciente informe de la Comisin de Estudios sbrela Violencia 5 se recomienda como un hecho que ayudara a distensionar la situacin poltica interna rechazando la va armada como alternativa de toma de poder, la visita al pas del lder Mijail Gorbachov dentro del marco del periplo que realizar en

    5. Comisin de Estudios sobre laViolencia. Colombia: Violencia y Democracia. Bogot: Universidad Nacional. 1987. p. 253.

    1988 por varios pases latinoamericanos. Estooxigenara el clima poltico, reforzara las gestiones de paz del gobierno, advertira a los sectores ms duros e intransigentes sobre la necesidad de una va pacifica y legitima de lucha poltica, y brindara al pas una enorme proyeccin internacional.

    En un clima de distensin mundial, la confrontacin militar interna perdera su sentido, siempre y cuando las fuerzas renuentes al cambio den va libre a reformas que posibiliten un espacio de convivencia democrtica.

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  • Seccin: Documentos

    Tratado entre losEstados Unidos deAmricay la Unin deRepblicas SocialistasSoviticas sobre laeliminacinde sus misiles dealcance medio y corto

    La Unin de Repblicas Socialistas Soviticas y los Estados Unidos de Amrica, una y otros denominados a continuacin "Partes", conscientes de que la guerra nuclear tendra consecuencias devastadoras para toda la humanidad, movidos por el objetivo de reforzar la estabilidad estratgica, convencidos de que las medidas expuestas en el presente Tratado contribuirn a disminuir el peligro de guerra y a consolidar la paz y la seguridad internacionales, y teniendo presente sus obligaciones estipuladas por el Artculo VI del Tratado de No Proliferacin de Armas Nucleares, acordaron lo siguiente:

    Artculo I

    Conforme a lo estipulado por el presente Tratado que incluye el Memorndum sobre el acuerdo y los Protocolos, como parte integrante del mismo, cada parte eliminar sus misiles de alcances medio y ms corto, carecer de tales medios en lo sucesivo y cumplir los dems compromisos previstos por el presente Tratado.

    Artculo II

    A los efectos del presente Tratado:

    1. El trmino "misil balstico" significa un misil quetiene trayectoria balstica en la mayor parte de su vuelo. El trmino "misil balstico lanzado desde tierra" (GLBM) significa un misil balstico, lanzado desde tierra, que constituye un vehculo portador de armas.

    2. El trmino "misil crucero" significa un vehculoautopropulsado y no pilotado, cuyo vuelo en la mayor parte de su trayectoria se asegura mediante la fuerza dinmica de suspensin. El trmino "misil crucero" lanzado desde tierra" (GLCM) significa un misil crucero, lanzado desde tierra que constituye un vehculo portador de armas.

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  • 3. El trmino "lanzador de GLBM" significa unlanzador fijo o un equipo transportador-erector-lanzador terrestre mvil, destinado a lanzar misiles GLBM.

    4. El trmino "lanzador de GLCM" significa unlanzador fijo o un equipo transportador-erector-lanzador terrestre mvil, destinado a lanzar misiles GLCM.

    5. El trmino "misil de alcance medio" significa unmisil GLBM o GLCM, cuyo alcance exceda 1.000 kilmetros, pero que no llegue a 5.500 kilmetros.

    6. El trmino "misil de alcance mas corto' significaun misil GLBM o GLCM, cuyo alcance es igual o superior a 500 kilmetros pero que no excede 1.000 kilmetros .

    7. El trmino "rea de despliegue" significa una zonaespecialmente designada, dentro de la cual pueden operar misiles de alcance medio y lanzadores de tales misiles y dentro de la cual se encuentran una o ms bases de operacin de misiles.

    8. El trmino "base de operacin de misiles" significa:

    a) En el caso de misiles de alcance medio, unconjunto de instalaciones situado dentro del rea de despliegue, en que suelen mantenerse misiles de alcance medio y lanzadores de tales misiles y se encuentran montados equipos auxiliares: y

    b) En el caso de misiles de alcance ms corto, un conjunto de instalaciones situado en cualquier lugar, en el que suelen mantenerse misiles de alcance ms corto y lanzadores de tales misiles y en el que suelen encontrar se equipos auxiliares vinculados con tales misiles y sus lanzadores.

    9. El trmino "instalacin misilstica auxiliar"significa, en el caso de misiles de alcance medio o misiles de alcance ms corto y sus respectivos lanzadores, un centro de produccin de misiles o un centro de produccin de lanzadores, un centro de reparacin de misiles o centro de reparaciones de lanzadores, un centro de adiestramiento, un rea de almacenamiento de misiles o un rea de almacenamiento de lanzadores, un campo de pruebas y una zona de liquidacin, tal como estos trminos estn definidos en el Memorndum sobre el acuerdo.

    11. El trmino "misil desplegado" significa unde alcance medio que se encuentra dentro de un despliegue o un misil de alcance ms corto que se encuentra en una base de operacin de misiles.

    12. El trmino "misil no desplegado" significa unmisil de alcance medio que se encuentra fuera de un de despliegue o un misil de alcance ms corto que se encuentra fuera de una base de operacin de misiles:

    13. El trmino "lanzador desplegado" significalanzador de misil de alcance medio que se encuentra dentro de un rea de despliegue o un lanzador de ; de alcance ms corto que se encuentra en una base de operacin de misiles.

    14. El trmino "lanzador no desplegado" significalanzador de misil de alcance medio que se encuentra fuera de un rea de despliegue o un lanzador de mis alcance ms corto fuera de una base de operacin de misiles.

    15. El trmino "pas de emplazamiento" significapas, aparte de la Unin de Repblicas Socialistas Sovitica o los Estados Unidos en Amrica, en cuyo territorio se encontrarn desplegados, en algn momento despus del lo. de noviembre de 1987, misiles de alcance medio o de alcance ms corto de las partes, lanza de tales misiles o instalaciones auxiliares vinculadas con tales misiles y sus lanzadores. Misiles o lanzadores que se encuentran en trnsito no se consideren "desplegados".

    Artculo III

    1. A los efectos del presente Tratado, los tiposexistentes de misiles de alcance medio son:

    a) Para la Unin de Repblicas SocialistasSoviticas, misiles de los tipos designados en la Unin de la pblicas Socialistas Soviticas como RSD-10, R-12 R-14 y conocidos en los Estados Unidos de Amrica como SS-20, SS-4 y SS-5; y

    b) Para los Estados Unidos de Amrica, misiles delos tipos designados en los Estados Unidos de Amrica como Pershing-2 y BGM-109G, conocidos en Unin de Repblicas Socialistas Soviticas bajo los mismos nombres.

    2. A los efectos del presente Tratado, los tiposexistentes de misiles de alcance ms corto son:

    10. El trmino "en trnsito" significadesplazamiento notificado de acuerdo con el punto 5 "f" del Artculo IX del presente Tratado, de un misil de alcance medio o lanzador de misil de este tipo entre las instalaciones misilsticas auxiliares, entre tal instalacin y rea de despliegue o entre reas de despliegue, o de un lanzador de este tipo de misil desde la instalacin misilstica auxiliar o base de operacin de misiles a la zona de liquidacin.

    a) Para la Unin de Repblicas SocialistasSoviticas. misiles de los tipos designados en la Unin de Re pblicas Socialistas Soviticas como OTR-22 y OTR 23 y conocidos en los Estados Unidos de Amrica como SS-12 y SS-23, respectivamente; y

    b) Para los Estados Unidos de Amrica, misiles de;tipo designado en los Estados Unidos de Amrica como

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  • Pershing-IA. conocido en la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas bajo el mismo nombre.

    Artculo IV

    1. Cada una de las partes eliminar todos sus misilesde alcance medio y los lanzadores de estos misiles. as como todas las instalaciones y equipos auxiliares de las categoras mencionadas en el Memorndum sobre el acuerdo, relacionadas con esta clase de misiles y lanza dores, con tal de que dentro de tres aos, a ms cardar, despus de entrado en vigor el presente Tratado, y en lo sucesivo, ninguna de las partes posea misiles ce esta clase, lanzadores, instalaciones y equipos auxiliares.

    2. Para cumplir el punto 1 del presente articulo, alentrar en vigor el presente tratado, las dos partes pro cedern a reducir todos los tipos de sus misiles de alcance medio, desplegados y no desplegados, los lanzadores desplegados y no desplegados para esto misiles, as como las instalaciones y los equipos auxiliares para estos misiles y lanzadores, y seguirn realizando tales reducciones durante cada etapa, conforme a lo estipulado por el presente Tratado. Estas reducciones se realizarn en dos etapas, de modo que:

    a) Para finales de la primera etapa, es decir, a los 29meses, como plazo mximo, despus de entrado en vigor el presente Tratado:

    I) El nmero de lanzadores desplegados de misiles dealcance medio por cada una de las partes no exceda el nmero de lanzadores capaces de portar o contener a la vez misiles que porten, segn consideran las partes. 171 ojivas:

    II) El nmero de misiles de alcance medio por cadaparte no exceda el nmero de tales misiles capaces de portar, segn consideran las partes, 180 ojivas:

    III) El nmero total de lanzadores de misiles dealcance medio desplegados y no desplegados por cada parte no exceda el nmero de lanzadores capaces de portar o contener a la vez misiles que porten, segn consideran las partes, 200 ojivas:

    IV) El nmero total de misiles de alcance mediodesplegados y no desplegados por cada parte no exceda el nmero de misiles de este tipo, capaces, segn consideran las partes, 200 ojivas: y

    V) La referencia del nmero total de misiles GLBMde alcance medio, tanto desplegados como no desplegados, en poder de cada parte, al nmero total de misiles de alcance medio, desplegados y no desplegados, que pertenecen a esta parte, no exceda la referencia, de estos misiles GLBM de alcance medio a estos misiles de alcance medio en poder de esta parte, en lo que corresponde al 1o. de noviembre de 1987, tal como est indicado en el Memorndum sobre el acuerdo; y

    b) Para finales de la segunda etapa, es decir, a los tresaos, como plazo mximo, desde la entrada en vigor del presente Tratado, todos los misiles de alcance medio en poder de cada parte, los lanzadores de estos misiles, as como todas las instalaciones y equipos auxiliares, relacionados con estos misiles y lanzadores, mencionados en el Memorndum, debern ser eliminados

    Artculo V

    1. Cada parte eliminar todos sus misiles de alcancemedio y los lanzadores de tales misiles, y todos los equipos auxiliares de las categoras incluidas en el Memorndum sobre el acuerdo, relacionadas con tales misiles y lanzadores, de modo que a los 18 meses a ms cardar, de entrado en vigor este Tratado y en lo sucesivo, ninguna de las partes posea estos misiles, lanzadores y equipos auxiliares.

    2. A los 90 das. a ms tardar, de entrado en vigor este T