clij. cuadernos de literatura infantil y juvenil - año 13, número 136
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Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
Montserrat del Amo Tinta Fresca: Emilio Pascual Premios Andersen 2000
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Borita, la fantástica a La investigación sobre l i teratura I
inútil Andreu Martin
CLIJ
Cuentos musicales S
Los libros de caballerías 3
T. Janssonj los Muroin®
Entrevista: Agustín Fernández Paz 3 }
Literatura juvenil g Entrevista: Fina Cas aider rey Sobre Barry Potter 3 j
Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
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Texto, imagen, imaginación Entrevista con .losep Vallverdú , Los 100 iibros del siglo XX I J Ï Ï J ™
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Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
5 EDITORIAL
Un Principe para Ana María Matute
7 ENTREVISTA
Montserrat del Amo Una vida dedicada a la literatura
Olaya Argüeso
15 BIBLIOGRAFÍAS
Premios Andersen 2000
26 COLABORACIONES
Una propuesta creativa de animación Natalia Bernabeu Morón
37 TINTA FRESCA Taller de escritura
Emilio Pascual
ir AUTORRETRATO
Quelot
44 HISTORIETA
Tintín: atajos en el tiempo y en el espacio Femando Zaparaín
136 SUMARIO
Montserrat del Amo Tinta Fresca: Emilio Pascual Premios Andersen 2000
NUESTRA PORTADA
Nos impactó su Pulgarcito (La Galera, 1998), con aquella cabeza ladeada que
ahora sabemos que tienen otros personajes suyos, y que se ha
convertido en uno de los signos reconocibles del trabajo de Quelot, un
ilustrador catalán que aterrizó hace unos años en la LU, procedente del diseño gráfico. Pero hay otras cosas
que nos gustan de sus obras como, por ejemplo, su textura (en la que se aprecia la huella del pincel), o el
colorido. En la actualidad, compagina la ilustración en la LIJ con la
realización de carteles, deportadas para libros de adultos, calendarios, o colaboraciones en revistas como
Cavall Fort y en la prensa. Las últimas Navidades, sus dibujos para la campaña de unas conocidas galerías
de Barcelona lo invadieron todo y nos dimos cuenta de que su talento es difícil de sujetar en un solo medio.
55 LOS 100 DEL SIGLO XX
Los recuerdos de una vaca sabia
(Behi euskaldun baten memoriak, de Bernardo Atxaga) Javier Flor Rebañal
En busca de la propia identidad (L'Ocell de Foc, de Emili Teixidor)
Assumpció Lissón
58 LA COLECCIÓN DEL MES
¿Quieres que juguemos al teatro?
Ana María García Alonso
61 LA PRACTICA
23 de abril: un homenaje a la lectura
Guadalupe Jover y Ma Ángeles Rodríguez
63 LIBROS
78 AGENDA
82 EL ENANO SALTARÍN
Cosas de la genética
Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
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CUJ Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
Directora Victoria Fernández
Coordinador Fabricio Caivano
Redactora Maite Ricart
Diseño gráfico Mercedes Ruiz-Larrea
Ilustración portada Quelot
Han colaborado en este número: Gabriel Abril, Olaya Argüeso, Natalia Bernabeu Morón, Centro de Documentación de la Biblioteca Infantil Santa Creu (Barcelona), Xabier Etxa-niz, Ma Jesús Fernández, Javier Flor Rebañal, Ana María García Alonso, Guadalupe Jover, Assumpció Lissón, Teresa Maña, Nuria Obiols, Ma Ángeles Rodríguez, Fernando Zaparaín.
Edita Editorial Torre de Papel, S.L. Amigó 38, Io Ia. 08021 Barcelona Tel. (93)414 11 66 Fax (93) 414 46 65 E-mail: [email protected]
Administración y suscripciones Susana Sanz Gabriel Abril Horario oficina: de 9 a 17.30 (de lunes a viernes).
Fotomecánica Filma Print S.L.
Impresión MES GRAN (SERVÉIS GRÀFICS INTEGRALS) Ignasi Iglesias, 15 ocal 1 Cornelia de Llobregat (Barcelona) Depósito legal B-38943-1988 ISSN: 0214-41230
Editorial Torre de Papel, S.L., 1996. Impreso en España/Printed in Spain El precio para Canarias es el mismo de portada incluida sobretasa aérea.
CUJ no hace necesariamente suyas las opiniones y criterios expresados por sus colaboradores. No devolverá los originales que no solicite previamente, ni mantendrá correspondencia sobre los mismos.
A R CE
Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España
EDITORIAL
Un Príncipe para Ana María Matute
C l orno cada año por estas V ^ . fechas, comienza la ca-^ ^ ^ rrera por los Premios
Príncipe de Asturias. A mediados de este mes finaliza el plazo de presentación de candidaturas y, a continuación, se pondrá en marcha el proceso de evaluación de currícu-los, méritos y apoyos de los candidatos, que culminará en otoño.
Creados en 1981 por la Fundación Príncipe de Asturias con el objetivo de «galardonar la labor científica, cultural y social realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones cuyos logros constituyan un ejemplo para la Humanidad», los Premios gozan de gran prestigio internacional y la nómina de galardonados en las ocho modalidades establecidas —Comunicación y Humanidades, Ciencias Sociales, Artes, Letras, Investigación Científica y Técnica, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes— no deja lugar a dudas sobre los criterios de excelencia que los rigen. Con todo, son premios «políticos», en los que los Jurados que deciden han de valorar no sólo los méritos de los candidatos —todos son «pesos pesados» con méritos más que suficientes—, sino los apoyos que acompañan a las candidaturas. Cuanto más importantes sean los apoyos, más posibilidades tiene el candidato.
¿Y a qué viene todo esto, se preguntarán ustedes? Pues viene a cuen
to de que CLIJ ha sido invitada por la Fundación asturiana —por segundo año— a presentar candidatura. Y como la hemos presentado, queríamos que nuestros lectores lo supieran. Al igual que el año pasado, hemos optado por la modalidad de Letras y por Ana María Matute. No hubo suerte entonces: ganó Mon-terroso. Así que volvemos a intentarlo. Nuestra candidata, autora «principal» donde las haya, además de académica, tiene para nosotros un mérito singular: es una de
Victoria Fernández
V^TZAÁe-
las fundadoras de la moderna literatura infantil española, y una de las primeras que se atrevió a escribir sobre la cara oculta de la infancia. Acerca de las tristezas, los miedos y la soledad de unos niños auténticos —esos conmovedores príncipes sin reino que son Yungo, de El saltamontes verde; Jujú, de El polizón del «Ulises»; Bongo, de Carnavalito; Paulina y Nin, de Paulina; o Gabriela, de Sólo un pie descalzo— que son ya una referencia en el género.
La princesa secreta que ella misma fue durante una infancia difícil que nunca ha olvidado, y que le impulsó a escribir para inventarse un mundo más respirable, sigue viva en la Matute de hoy. Viva y libre, para defender a sus lectores más jóvenes —«los niños no son tontos», ha repetido una y mil veces—, y para lamentar el escaso respeto con que ha sido tratada la literatura infantil, y los que a tal «género menor» se dedican, en España. Algo que ella sabe muy bien: el que considera su libro más importante, Olvidado rey Gudú, fue etiquetado por la crítica como una novela «de hadas»...
Afortunadamente, la princesa Ana María está por encima de esas cosas. Ni la crítica ni los premios —que le parecen, por otra parte, un regalo estupendo— le quitan el sueño. Sólo quiere seguir inventando el mundo y contando cuentos. Por eso proponemos un Príncipe de Asturias para ella.
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ENTREVISTA
Montserrat del Amo Una vida dedicada a la literatura
por Olaya Argüeso*
Exposición homenaje a Montserrat del Amo en el Salón del Libro de Madrid, en 1999.
Montserrat del Amo (Madrid, 1927), tiene detrás de sí una larga, reconocida y premiada carrera como escritora, en la que siempre ha primado la calidad literaria por encima de otras exigencias. Premio Nacional de LU en 1978, por El nudo, candidata al Andersen, y galardonada en muchas ocasiones, Del Amo sigue interesando a las nuevas generaciones de lectores, como lo demuestran las sucesivas ediciones de algunas de sus obras, muchas de las cuales se pueden leer en alemán, inglés o portugués, además de en catalán, euskera y gallego. En esta conversación con Olaya Argüeso, la autora, que también dedica tiempo a dar cursillos sobre técnicas de animación a la lectura, habla con entusiasmo de su profesión, de cómo ve y vive la literatura.
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ENTREVISTA
ontserrat del Amo es una veterana en esto de la literatura para niños y jóve
nes. Sin embargo, ello no le ha restado vitalidad, más bien al contrario. Habla con enorme entusiasmo de sus pasiones y su mirada chispea como la de una adolescente. Tiene una voz potente, propia de la mujer de carácter que es y a la que no siempre se intuye a través de su obra. En esta entrevista deshace unos cuantos prejuicios.
— Tras una larga y premiada trayectoria como escritora, Montserrat del Amo es, sin duda, una referencia en la LU ¿Cuál es su aportación más reconocible al panorama de la LU, aquella que nadie más ha podido realizar?
— He hecho algunas cosas en solitario, simplemente porque empecé antes que otros en este mundo de la LIJ. Mi aportación, desde siempre, ha sido una exigencia de calidad literaria. A la literatura infantil se le debe exigir calidad literaria. En mis obras, he procurado mantenerme fiel a esa exigencia.
— ¿Hasta qué punto cree que ha influido en su carrera como escritora el ser miembro de una familia numerosa y, además, la pequeña de nueve hermanos?
— Mucho. Indiscutiblemente, ese hecho hace que yo me aficione muy pronto a la lectura. Además, la guerra civil me pilló en Madrid a los 9 años. Durante tres años, no asistí a ninguna escuela de manera sistemática. Todo ese tiempo lo pasé leyendo novelas: en la cola de la cárcel, en la cola de las cebollas, en el sótano durante los bombardeos, etc., etc. Cuando acabó la guerra y comencé a estudiar peritaje de comercio, asignaturas como la Geografía Económica, la Historia, se me hacían fáciles gracias a las lecturas acumuladas durante esos tres años. En cambio, la ortografía siempre me ha dejado un poco mal [risas],
— En una pequeña reseña autobiográfica publicada hace años en esta revista (CLIJ 41, julio-agosto 1992, p. 8), reconoce que comenzó a leer «desordenadamente», alternando Valle Lnclán con Karl May. ¿Usted cree que cualquier lectura es buena para iniciarse?
— Defiendo mucho la libertad de
elección por parte del lector. Eso no está en contradicción con que a los niños se les ofrezca en las escuelas lectura recreativa casi de una manera obligatoria. Si un niño, después de haber leído un libro por obligación, me pregunta: «Y
ahora, ¿qué leo?», yo le daré libertad. Le aconsejaré que se vaya a la biblioteca de su barrio y escoja el que más le guste. Tampoco soy partidaria de una selección extremadamente rigurosa. Considero que es conveniente que algún profesor,
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un familiar aficionado a la lectura, o la bibliotecaria le oriente en su elección.
— Muchos de sus libros se acercan a culturas (La. encrucijada, a Israel y la cultura beduina; El abrazo del Nilo, a la
nerle dificultades al lector de forma consciente; quiero contar esa historia con la técnica narrativa que requiere para llegar en profundidad a los lectores. Pero no tengo miedo a desconcertarles. Sólo un lector infantil y juvenil que ten
ga la experiencia lectora de distintas técnicas narrativas será capaz después de leer lo que llamamos la gran literatura. Si se lo ponemos todo muy facilito, si abaratamos el estilo, ese lector no madurará y de adulto no leerá. En el mo-
«A la literatura infantil se le debe exigir
calidad literaria. En mis obras, he procurado
mantenerme fiel a esa exigencia.»
árabe) completamente distintas de la occidental, a la que, en principio, pertenecerían los lectores a quienes van dirigidos.
— Me fío mucho de las cifras de tirada de los editores. Con El abrazo del Nilo, en diez años, llevamos cerca de los 200.000 ejemplares. Señal de que les interesa. Hay muchos tipos de lectores, y quizás algunos busquen en la lectura una aventura, una escapada.
— ¿Ypor qué ese interés suyo por esos temas?
— Creo que, en primer lugar, se debe a mis primeras lecturas. Todas fueron de aventuras en países exóticos. Durante la guerra, nos juntábamos diez o doce niños de edades parecidas que leíamos más o menos lo mismo —incluso vivimos tres familias en el mismo piso, grande, eso si—, y seguíamos tal o cual novela en los mapas.
— La piedra de toque narra una historia compleja, donde se entrecruzan los narradores y los pensamientos con la acción. ¿No es demasiado compleja para el público al que va destinada?
— ¡Mi novela está muy bien! Se lo digo directamente a los chavales: «Si no la queréis leer, no la leáis, ¡peor para vosotros, peor para vosotros!». No quiero po-
Montserrat del Amo junto a un narrador de cuentos en la ciudad maya de Uxmal (México).
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ENTREVISTA
mentó en que tenga dificultades para entender una novela, la dejará. Esto lo comento con los propios profesores, que en ocasiones no quieren recomendar libros demasiado complicados a sus alumnos para que no se pongan contra ellos. Ahora las novelas tienen que ser «de garra». ¡Pues no quiero escribir novelas que agarroten al pobrecito lector en la primera página! No quiero seducir ni agarrar, sino plantear una historia de modo que el lector en todo momento sea libre para decidir si sigue o no.
En los contactos con los lectores, que a veces son muy difíciles, si hay un grupo que me mira de manera displicente, me lo tomo como un desafío, y pienso cuántos de ésos se interesarán por lo que estoy diciendo. Pero no quiero utilizar el
halago, ni la seducción, ni la «garra». Les respeto, pero exijo respeto para mí también.
— La piedra de toque es una historia de buenos sentimientos. Además, fue un best seller. ¿Cree usted que lo sería también hoy día, cuando triunfan el manga y los videojuegos violentos?
—Vuelvo a remitirme a la experiencia de la continuidad de las ediciones. Las situaciones no han cambiado tanto. Todavía hoy, aunque a los discapacitados se los ve de otra manera y están más presentes en la calle que hace veinte años, mucha gente los rehuye aún, con la excusa de una excesiva sensibilidad. En el fondo es miedo, desconocimiento, no saber cómo comportarse. Se va avan
zando en la aceptación, pero con evidente lentitud.
Esta historia parte de una experiencia personal. A finales de los años 70, yo y un grupo de gente fundamos una primera escuela de animación sociocultural, cuando de este tema ni se hablaba en el país. Un año vino a mi clase un muchacho paralítico cerebral, muy inteligente, con unas dificultades físicas bastante grandes. Ese muchacho hoy es un hombre hecho y derecho, y ha logrado hacer lo que entonces parecía imposible: estudiar Psicología. Lo consiguió y en la actualidad está trabajando como psicólogo en un centro de Educación Especial.
— Pero parece que hoy en día los adolescentes son mucho más duros, qui-
«Defiendo mucho la libertad de elección por parte del lector. Eso no está en contradicción con que a los niños se
les ofrezca en las escuelas lectura
recreativa casi de manera obligatoria.»
zá pueden considerar muy blandengue la historia de este libro.
— No lo creo. Los adolescentes cambian en sus maneras externas, pero en cuanto se rasca un poco la superficie, aquello sigue siendo muy vulnerable, aunque se quiera esconder.
— Y en cuanto a los videojuegos, ¿cree usted que ocupan demasiado tiempo en la vida de los niños de hoy en día? ¿Les distraen de otras formas de entretenimiento, como la lectura?
— Sé que ahora se lee más que cuando empecé.
La autora en una de las visitas que hace habitualmente a los colegios, en plena charla con sus lectores.
— Sin embargo, dicen que el 50 % de los españoles no leen ni siquiera un libro al año.
— Pero ¡es que hace treinta años no leía más que el 20 % de los españoles! En principio, porque, inmediatamente después de la guerra, el acceso material al libro era algo costoso. Además, había unos índices de analfabetismo muy altos. Hoy se lee muchísimo más que hace años. Y nadie me puede decir que vivo en otro mundo, que ya no tengo contacto con la realidad. Mucha gente hubiera salido huyendo de un gimnasio lleno con trescientos chavales de 17 años que me miran con desprecio total; y consigo ganármelos. Si todo fuera la violencia de la que nos están hablando todos los días, no se podría salir a la calle; las universidades no estarían llenas de gente que quiere estudiar y que lo hace bien, y además el país no funcionaría.
— ¿Qué opinión le merecen los apéndices que incorporan algunos libros infantiles y juveniles y que invitan a trabajar sobre el texto, una vez leído? ¿No se establece una relación entre lectura y esfuerzo que puede ahogar vocaciones lectoras?
— No creo que sea un perjuicio para la lectura que el libro se halla metido en la escuela. Cuando era colegiala, encontrar un libro recreativo en la cartera del colegio suponía un castigo inmediato. Entonces se opinaba así, y se lo he oído a gente de muy buena voluntad. Sin embargo, estoy viendo que ahora es al revés. Es el niño lector quien introduce el libro en casa. Uno de mis primeros libros, Patio de corredor, narra las penurias de la posguerra que se vivían en una corrala de los barrios bajos de Madrid. Patio de corredor, en algunas casas, es el primer libro que están leyendo los
abuelos en su vida, y se ha establecido un diálogo entre ellos y sus nietos a partir de esa historia.
— ¿No ve, entonces, perjudiciales esos apéndices?
— Es mejor que un maestro trabaje con las sugerencias que le vienen dadas de la editorial, que con otras que a lo mejor se le ocurren a él y son mucho peores. Porque he visto a profesores formados en las épocas duras del estructuralismo contando sustantivos en mis libros, para comprobar si yo sustantivaba mucho, y calculando la proporción de sustantivos y adjetivos.
— ¿ Cuál es su relación con la tecnología?
— Es muy buena. Nunca diré eso de «en mis tiempos...». Mis tiempos serán éstos siempre. Hace ya mucho, fui a un
ENTREVISTA
centro de profesores en Béjar y allí acababa de llegar un primer equipo informático, cuando no estaban popularizados, ni mucho menos. Vi que aquello me iba a venir muy bien, y me preocupé de aprender in
mediatamente, con uno de aquellos Amstrad de primera generación, con las letras en verde y el papel continuo. Me parece absurdo que todavía haya escritores que digan que elimina la creatividad. ¡ Si no es
más que un aparato que me facilita el trabajo! Más bien al contrario, estoy convencida de que llego a un nivel de exigencia y de corrección al que no habría llegado a mano. Todavía no me he metido en Internet, pero lo haré.
— Su libro La encrucijada tiene lugar en un kibutz. Sus descripciones de la organización del movimiento kibutziano parecen muy documentadas. ¿Ha estado alguna vez en uno?
— He visitado alguno, y también tuve la oportunidad de ponerme en contacto con una persona mayor, no judía, que había ido a un kibutz con otra persona joven que había pasado temporadas en uno de ellos. Además, hay cosas que se ven allí mismo. En el kibutz que visité, tuve experiencias duras, como lo que vi en la zona de la guardería infantil, donde tenían los restos de una avioneta de uno de los muchos enfrentamientos mantenidos entre el Estado de Israel y sus vecinos, para que los niños, ya desde pequeños, se acostumbrasen a que aquél era el enemigo al que había que abatir.
— ¿No es aberrante la separación de padres e hijos en el kibutz? ¿O mi mentalidad es demasiado occidental para entenderlo? Personalmente, me recuerda al Estado de Esparta: a los 7 años, los niños al ejército.
— Sí, eso es un hecho. De una manera indirecta, también tuve referencias de una pareja que entró como tal en el kibutz, y a los diez o doce años se querían marchar con sus hijos. Pero, claro, ¿cómo sale uno de un kibutz? No les dan absolutamente nada, ni seguridad social, ni referencias. La pareja se encuentra en la calle y con dos niños que les reconocen como padres, pero de una manera un poco distanciada. Así que lo que en principio se había elegido libremente, se transforma en una especie de encierro.
— También es muy detallada la descripción del atentado en Jerusalén. ¿Presenció usted alguno allí?
— No, pero Jerusalén es una ciudad de un gran atractivo debido a esa situación de tensión que se vive en ella.
— ¿Le parece admirable la figura del árabe Ahmed ben Xamel (La encrucija-
da), que se arranca los ojos después de peregrinar a la Meca, porque sus ojos «han quedado saciados»?
— El caso de ese hombre es cierto. Sí, me parece terrible, pero admirable. Toda persona que sea capaz de ese sacrificio me lo parece.
— ¿Sintió en Jerusalén —como Joaquín, el protagonista de La encrucijada— «la aproximación al misterio»?; ¿sintió que «la ciudad quemaba»?; ¿se extasió ante la ciudad?
— Sí, creo que sí. Hay otros destinos que he elegido de un modo más amoroso, con un mayor deseo; sin embargo, éste fue más bien fruto de la casualidad. Nunca lo hubiera escogido, porque tenía referencias muy contradictorias, pero realmente me fascinó.
— ¿Es usted creyente? — Sí, pero a muchos creyentes no les
gusta el viaje. Soy una creyente muy profunda, precisamente porque soy muy crítica. Esa intensidad de la que habla el personaje se palpa, pero no sólo por la
«No quiero ponerle dificultades al lector,
pero quiero contar esa historia con la técnica narrativa que requiere. Si se lo ponemos todo
muy facilito, si abaratamos el estilo,
ese lector no madurará y de adulto no leerá.»
religiosidad cristiana, sino también por la musulmana y la judía.
— Respecto a El abrazo del Nilo, ¿no es un poco increíble todo el relato, demasiado bonito, con reunión familiar final incluida?
— Bueno, bueno. De vez en cuando
nos lo podemos permitir. No voy siempre a dejar a Joaquín [protagonista de su libro La encrucijada] en la encrucijada, sin pasaporte, medio muerto y en sitios conflictivos. También hace falta tener un poquitín de esperanza.
— Sinceramente, ¿cree que alguien en la sociedad actual, tan individualista, seria capaz de sacrificar la propia vida por el bien común, tal y como hace el protagonista de Arnalburgo?
— No es que lo crea, lo sé con toda seguridad. Ahí está el éxito brutal que en este mismo momento están teniendo las ONGs, que disponen de numerosos voluntarios. En bastantes ocasiones lo pagan con la vida.
— En el perfil de Montserrat del Amo que se incluye en Cuentos para bailar se dice que ha escrito «toda clase de historias, casi siempre contadas de modo que puedan interesar a lectores niños y jóvenes». ¿Sólo a ellos?
— No, a buenos lectores de 3 a 93 años. Hay textos que sabes que a un adulto no le van a aportar mucho, como por ejemplo la referencia a la búsqueda de la propia identidad, aunque hay adultos que no tiene ni idea de quiénes son. Hay temáticas típicamente adolescentes. Pero, en especial el cuento, está cargado de simbolismos, y para él sí que no hay edades. Ahí está el aún reciente reconocimiento a los valores simbólicos de los cuentos tradicionales. En la época del realismo social, se atacaba a degüello el cuento tradicional.
— Por cierto, ¿de dónde surgió la idea de Cuentos para bailar, un libro en el que la musicalidad de las palabras desempeña un papel destacado?
— Así como no me importa mezclar diversas técnicas literarias en una misma obra, no me importa tampoco mantener-
ENTREVISTA
Bibliografía (selección)
ARCADIO LOBATO, CUENTOS PARA BAILAR, NOGUER, 1984.
Hombres de hoy, ciudades de siglos, Madrid: Hijos de Gregorio del Amo, 1948.
Patio de corredor, Madrid: Ediciones Escelicer, 1956 / Bruño, 1994.
Rastro de Dios, Madrid: Ediciones Cid, 1960 / Ediciones SM, 1981. (Existe versión en portugués, en Ediçoes Paulinas, 1997.)
Chitinay su gato, Barcelona: Juventud, 1970. Zuecos y naranjas (teatro), Barcelona: La Galera, 1972. La torre, Valladolid: Miñón, 1975/ Susaeta, 1990. El nudo, Barcelona: Juventud, 1980. (Existe edición en ca
talán.) Zuecos y naranjas (cuentos), Barcelona: La Galera, 1981.
(Existe edición en catalán.) Cuentos para bailar, Barcelona: Noguer, 1982. La fiesta (teatro), Barcelona: Edebé, 1982. La piedra de toque, Madrid: SM, 1983. (Existe edición en
portugués, en Ediçoes Paulinas, 1989.) La encrucijada, Madrid: SM, 1986. (Existe edición en ale
mán, en Signal-Verlag, 1986.) El abrazo del Nilo, Madrid: Bruño, 1988. (Existe edición
en inglés, en Focus Publications, 1994.) La casa pintada, Madrid: SM, 1990. (Existe edición en
portugués, en Ediçoes Paulinas, 1992.) ¡Siempre toca! (teatro), Madrid: Bruño, 1991. «Arnalburgo», en Compañero de sueños, Madrid: Bruño,
1992. El bambú resiste la riada, Madrid: Bruño, 1996. La cometa verde, Zaragoza: Edelvives, 1996. Alvaro a su aire, Madrid: Bruño, 1997. (Existe edición en
catalán, en Editorial Brúixola, 1997.) Mao Tiang Pelos Tiesos, Madrid: Bruño, 1997. (Existe edi
ción en gallego.) ¡Ring! ¡Ring!, Madrid: Espasa Calpe, 2000.
me en lo que podríamos llamar las fronteras de los géneros. Ese libro se mantiene en la frontera. Además, creo que ese juego con la musicalidad de las palabras es muy importante como experiencia lectora. Siempre me leo una novela a última hora, antes de entregarla, en voz alta, desde el principio al final. E incluso cambio alguna palabra porque no tiene el acento donde debiera, y me rompe el ritmo musical de la frase. Eso no debe notarlo el lector, pero yo sí. La prosa también debe sonar bien.
— ¿Le preocupa la permanencia en el tiempo, pervivir en la memoria de las próximas generaciones?
— Creo que ya lo he logrado. Nunca he vivido el escribir como una cosa angustiosa, con el fin de conseguir esto o lo otro. Claro que quiero que mi obra sea perdurable, pero si me dan a escoger entre tener mil lectores más o que mi libro esté mejor escrito, elijo esto último. Y si un editor me dice que mi obra no responde a lo que ahora está de moda, me la llevo.
— Dentro de cien años, las enciclopedias especializadas dirán de Montserrat del Amo...
— Pondrán una foto mía. Me voy a hacer una, porque no me gusta nada eso de poner una de cuando tenías 20 años. Creo que hablarán de mi dedicación a la literatura. Espero que no digan «a la literatura infantil», sino a la literatura. •
* Olaya Argüeso es licenciada en Filología Clásica.
BIBLIOGRAFÍAS
Premios Andersen 2000
E l IBBY (International Board on Books for Young People) otorga cada dos años los Premios An
dersen y publica la selección bibliográfica Lista de Honor del IBBY. En la convocatoria del año 2000 —en la que resultaron galardonados Ana María Machado y Anthony Browne—, concurrieron 54 autores e ilustradores de todo el mundo, mientras que para la Lista de Honor fueron seleccionados 128 títulos. De todo ello da cuenta este trabajo bibliográfico.
Los Nobel de la LU
Los Premios Andersen, otorgados por el IBBY cada dos años, están considerados como los Nobel de la literatura infantil y juvenil. En cada convocatoria, los más de sesenta países miembros del IBBY proponen a un autor y a un ilustrador como candidatos a los premios (para el año 2000, España presentó a Bernardo Atxaga y Miguel Calatayud), y un jurado elige a los ganadores. La autora brasileña, Ana María Machado, y el ilustrador inglés, Anthony Browne, fueron los premiados del año 2000, y recibieron sus galardones en la ceremonia de los Premios Andersen que tuvo lugar durante el 27 Congreso del IBBY, celebrado en Cartagena de Indias (Colombia), el pasado mes de septiembre.
En el transcurso del Congreso se hizo pública también la Lista de Honor 2000, formada por 128 títulos (8 españoles: 4 en castellano, 2 en gallego, 1 en catalán y 1 en vasco), selecionados según tres categorías: por el texto, por la ilustración y por la traducción.
I —
La importancia, tanto de los premios como de la Lista de Honor —por otra parte, escasamente difundidos por los medios de comunicación—, así como la relevancia de los autores y de los libros
seleccionados —son, en definitiva, «los mejores» de cada país—, nos ha animado a preparar, desde CLIJ, y con la fundamental y muy eficaz colaboración del Centro de Documentación de la Funda-
BIBLIOGRAFÍAS
Ana María Machado. Anthony Browne.
ción Germán Sánchez Ruipérez (GSR) de Salamanca, este trabajo.
En él hemos reunido, por una parte, las bibliografías en español de los candidatos a los Andersen del año 2000, incluyendo en ellas tanto los libros editados en España (en cualquiera de las lenguas peninsulares) como en Latinoamérica (en el caso de que tengan distribución en España, como Fondo de Cultura Económica de México, AZ, Ekaré, etc.), aunque de los autores españoles y de algunos latinoamericanos sólo hemos incluido una selección bibliográfica. Según la búsqueda realizada por la Fundación GSR, en el ISBN y en el propio Catálogo de su Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil, sólo 28 de los 54 candidatos —procedentes de una treintena de países—, tienen obra publicada en español. Es decir, que no están todos los que son, aunque sí son todos los que están. Por otra parte, hemos incorporado las ediciones en español de la Lista de Honor. Siguiendo los mismos criterios y procedimientos de búsqueda, el resultado —29 títulos de los 128 seleccionados— es una breve aunque muy
fiable muestra, avalada por especialistas, de la mejor LIJ internacional publicada en los dos últimos años y disponible para los lectores españoles.
Les ofrecemos, pues, un recorrido por la obra de 27 prestigiosos autores e ilustradores y un conjunto de 29 buenos libros, algunos bien conocidos ya entre nosotros y otros no tanto, pero en cualquier caso, merecedores de una atenta revisión.
Premio Andersen 2000 de Creación
Ana María Machado Río de Janeiro, 1941. Candidata de Brasil.
Bisa Bea, Bisa Bel, Barcelona: No-guer, 1985.
Camilón comilón, Madrid: SM, 1989. Un montón de unicornios, Madrid:
SM, 1990. Adarbakar mordsa, Madrid: SM,
1991. Historia medio al revés, México D.F.:
Fondo de Cultura Económica, 1992. La abuelita aventurera, Madrid: SM,
1992. Del tamaño justo, Madrid: Alfaguara,
1995. El canto de la plaza, Barcelona: No-
guer, 1995. Exploradores y aventureros en Améri
ca Latina, Madrid: SM, 1995. Un pajarito me contó, México D.F.:
Fondo de Cultura Económica, 1995. El domador de monstruos, Madrid:
SM, 1996. Niña bonita, Caracas: Ekaré, 1997. Amanda con cien pies anda, León:
Everest, 2000. Aunque parezca mentira, Madrid:
Anaya, 2000. Currupaco Papaco, Madrid: SM,
2000.
Premio Andersen 2000 de Ilustración
Anthony Browne Sheffieíd, 1946. Candidato del Reino Unido.
Peter Dickinson. Lois Lowrv.
Mira lo que tengo, León: Everest. 1981.
Un paseo por el parque, León: Everest, 1981.
El libro de los cerdos, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1991.
Gorila, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1991.
Willy el tímido, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1991.
Cosas que me gustan, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1992.
Me gustan los libros, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1992.
Cambios, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993.
El túnel, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993.
Willy el campeón, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993.
Willy y Hugo, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993.
Zoológico, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993.
El libro del osito, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1994.
Un cuento de oso, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1994.
Willy el mago, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1996.
Willy el soñador, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1997.
Voces en el parque, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2000.
Autores finalistas
Peter Dickinson Zambia, 1927. Reino Unido.
El pensamiento, Madrid: Altea, 1985. El séptimo cuervo, Madrid: Altea,
1985. El traficante de climas, Madrid: Altea,
1986. Los hijos del diablo, Madrid: Altea,
1987. El gigante de hielo, Madrid: SM, 1990. La caja de nada, Barcelona: Edicio
nes B, 1990. Los sueños de Merlin, Barcelona: Ti-
munMas, 1992. Mi madre es la guerra, Madrid: SM.
1992.
Lois Lowry Hawai. Estados Unidos.
Un estiu per morir, Barcelona: La Magrana, 1985. (Edición en catalán.)
Anastasia Krupnik, Madrid: Espasa Calpe, 1987.(Existe edición en catalán —Anastasia Krupnik—, Barcelona: Alior-na, 1987-.)
Anastasia altra vegada, Barcelona: Aliorna, 1988. (Edición en catalán.)
Anastasia de nuevo, Madrid: Espasa Calpe, 1988.
Anastasia tiene problemas, Madrid: Espasa Calpe, 1989.
Anastasia elige profesión, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Quién cuenta las estrellas, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Una germana per a Rabble, Barcelona: La Magrana, 1991. (Edición en catalán.)
L'Anastasia fa de les seves, Barcelona: Manuel Salvat, 1993. (Edición en catalán.)
Pots comptar els estéis?, Barcelona: La Magrana, 1994. (Edición en catalán.)
BIBLIOGRAFÍAS
El Dador/O Dador, León: Everest, 1997.
Un verano para morir, León: Everest, 1998.
Anastasia «Asusórdenes», Madrid: Espasa Calpe, 1999.
Anastasia, pregunta-ho al psicoanalista, Barcelona: Columna, 1999. (Edición en catalán.)
Anastasia está al mando, Madrid: Espasa Calpe, 2000.
Anastasia tiene las respuestas, Madrid: Espasa Calpe, 2001.
UlfStark Estocolmo, 1944. Suecia.
El disfraz, Madrid: Alfaguara, 1992. Cuando se estropeó la lavadora, Ma
drid: SM, 1993. Una bruja en casa, Madrid: SM,
1994. (Existe edición en gallego —Unira bruxa na casa. Vigo: SM, 1994—.)
La visita del jeque, Madrid: SM, 1996. Mi hermano mayor, Madrid: SM,
1996. ¿Sabes silbar, Johanna?, Madrid: SM,
1996. El club de los Corazones Solitarios,
Madrid: SM, 1999.
Ilustradores finalistas
Rotraut Susanne Berner Stuttgart, 1948. Alemania.
El caballo salvaje agazapado bajo la estufa, Ch. Hein, Madrid: Alfaguara, 1986.
Papá de Pascua, G. Mebs, Madrid: Espasa Calpe, 1989.
Tin y Pía solos en casa, G. Mebs, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Mi padre, T. Tellegen, Madrid: Sime-la, 1995.
La visita del jeque, U. Stark, Madrid: SM, 1996.
Cuando el mundo era joven todavía, J. Schubiger, Madrid: Anaya, 1997. (Existe edición en catalán —Quan el man encara erajove, Barcelona: Barcanova, 1997—.)
El diablo de los números, H.M. En-zensberger, Madrid: Siruela, 1997.
El paquete sorpresa, S. Plath, Madrid: SM, 1997.
El pes, H. Johansen, Salamanca: Lóguez, 1997.
La hora de los cuentos, R. Susanne Berner, Barcelona: Lumen, 2000.
La princesa viene a las cuatro, W. Schnurre, Salamanca: Lóguez, 2000.
¡Me lo pido!, F. Hohler, Madrid: SM, 2000.
Boris Diodorov Moscú, 1934. Rusia.
El mundo de Puff A.A. Milne, Madrid: Anaya, 1989. '
Marija Lucija Stupica Ljubljana, 1950. Eslovenia.
No tiene bibliografía en español. Hay un artículo suyo registrado en el catálogo del Centro de Documentación de la Fundación GSR.
Autores seleccionados
— Alemania Kirsten Boie Hamburgo, 1950.
Qué suerte hemos tenido con Paule, Madrid: Alfaguara, 1987. (Existe edición en catalán —Hem estât de sort, amb en Paule, Alfaguara, 1990—.)
Todo cambió con Jakob, Madrid: Alfaguara, 1988.
Jenny es casi siempre muy formalita, Madrid: Alfaguara, 1991.
— Argentina Graciela Montes Buenos Aires, 1947.
Betina, la máquina del tiempo, Ma-2 drid: Cincel, 1984.
UlfStark. Rotraut Susanne Berner.
El corral de la infancia, Buenos Aires: Libros del Quirquincho, 1990.
El Ratón Feroz vuelve al ataque, Buenos Aires: Libros del Quirquincho. 1990.
Irulana y el ogronte, Buenos Aires: Libros del Quirquincho, 1991.
Otroso, Madrid: Alfaguara, 1991. Cuatro calles y un problema, Madrid:
SM, 1992. Tengo un monstruo en el bolsillo,
Buenos Aires: Libros del Quirquincho, 1994.
Valentín se parece a, Madrid: SM, 1994.
A la sombra de la inmensa cuchara, Buenos Aires: Sudamericana, 1997.
La venganza de la trenza, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1997.
La venganza contra el chistoso, México D.E: Fondo de Cultura Económica, 1998.
La frontera indómita, México: Fondo de Cultura Económica, 1999.
Adán y Eva en el Paraíso, G. Montes y VA. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
David y Goliat, G. Montes y VA. Val-verde Gómez, Madrid: SM, 2000.
José el que sabia leer los sueños, G. Montes y VA. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
La torre de Babel, G. Montes y V.A. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
Moisés y el faraón de Egipto, G. Montes y VA. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
Salomón y el juez más justo, G. Montes y V.A. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
Sansón y Dalila, G. Montes, y VA. Valverde Gómez, Madrid: SM, 2000.
— Austria Renate Welsh
Corinna, Madrid: Espasa Calpe, 1987.
Johanna, Barcelona: La Galera, 1988. Con zapatos ajenos, Barcelona: Edi
ciones B, 1990. Melania y la fórmula mágica, Madrid:
Espasa Calpe, 1991. Una corona de papel, Barcelona: Ede-
bé, 1993.
Una mano tendida, Salamanca: Ló-guez, 1994.
Wu, un perro fantástico, Madrid: SM, 1994.
Espinacas sobre rodas, Vigo: Galaxia, 1995. (Edición en gallego.)
Martín en la bañera, Madrid: SM, 1995. (Existe edición en catalán —En Martí a la banyera, Crui'lla, 1995—.)
Ales de drac, Barcelona: Empuries, 1996. (Edición en catalán.)
MélaniMiráculi, Vigo: Galaxia, 1996. (Edición en gallego.)
Días oscuros, Barcelona: Edebé, 1998.
— Bélgica Pierre Coran St. Denis en Brocquerole, 1934.
La piel del otro, Barcelona: La Galera, 1986. (Existe edición en catalán — Lapell de l'altre. La Galera, 1986—.)
El gat que plora, Madrid: Bruño, 1990. (Edición en catalán.) (Existe edición en castellano —El gato está llorando, Bruño, 1991—.)
El guardabosc fuma massa, Madrid:
BIBLIOGRAFÍAS
ULF STARK < MATI LEPP
M I HERMANO MAYOR
Bruño, 1990. (Edición en catalán.) (Existe edición en castellano —El guardabosques fuma demasiado, Bruño, 1991—.)
Les pastanagues de l'avi Benet, Madrid: Bruño, 1990. (Edición en catalán.) (Existe edición en castellano —Las zanahorias del tío Benito, Bruño, 1991—.)
Lladres de llenya, Madrid: Bruño, 1990. (Edición en catalán). (Existe edición en castellano —Los ladrones de madera. Bruño, 1991—.)
— Chile Alicia Morel Santiago de Chile, 1921.
Juanilla, Juanillo y la abuela, Santiago de Chile: Andrés Bello, 1978.
Cuentos de la lluvia, Santiago de Chile: Andrés Bello, 1993.
Cuentos araucanos, Santiago de Chile: Andrés Bello, 1997.
Leyendas bajo la Cruz del Sur, Santiago de Chile: Andrés Bello, 1998.
— Colombia Ivar da Coll. Bogotá, 1962.
Medias dulces, Bogotá: Norma, 1995. Chigüiro, Abo y Ata, Bogotá: Norma,
1997. Hamamelisy el secreto, Caracas: Eka-
ré, 1997. Garabato, Santafé de Bogotá: Pana
mericana, 1998. Hamamelis, Misotis y el Señor Sor
presa, Caracas: Ekaré, 1998. ¡No, no fui yo!, Bogotá: Panamerica
na, 1998. ' Tengo miedo, Santafé de Bogotá: Pa
namericana, 1998.
— España Bernardo Atxaga. Asteasu (Guipúzcoa), 1951.
Nikolasaren abenturak eta kalenturak, San Sebastián: Elkar, 1979. (Ed. en vasco.)
Ramuntxo detektibea, San Sebastián: Elkar, 1979. (Edición en vasco.)
Antonio Apretaren istorioa, San Sebastián: Erein, 1982.
Nikolasa: aventuras y locuras, Barcelona: Ediciones B, 1989.
Ramuntxo detective, Barcelona: Ediciones B, 1989.
Behi euskaldun baten memoriak, Pamplona: Pamiela, 1991. (Edición en vasco.)
Memorias de una vaca, Madrid: SM, 1992. (Existe edición en catalán — Memóries d'una vaca, Barcelona: Cruï-11a, 1994—.)
Sholaylos leones, Madrid: SM, 1995. Xolak badu lehoien berri, San Sebas
tián: Erein, 1995. (Edición en vasco.) Sara izeneko gizona, Pamplona: Pa
miela, 1996. (Edición en vasco.) Un espía llamado Sara, Madrid:
Acento, 1996. Xola eta basurdeak, San Sebastián:
Erein, 1996. (Edición en vasco.) Shola y los jabalíes, Madrid: SM,
1997. Bambulo. Lehen urratsak, San Sebas
tián: Erein, 1998. (Edición en vasco.) (Existe edición en castellano —Bambulo. Primeros pasos, Madrid: Alfaguara, 1998—, y en catalán —Bambulo. Els primers passos, Barcelona: Alfagua-ra/Grup Promotor, 1998—.)
Nikolasa: histories y caboríes, Barcelona: La Magrana, 1998. (Edición en catalán.)
Boris Diodorov. Marija Lucija Stupica.
Ramuntxo detectiu, Barcelona: La Magrana, 1998. (Edición en catalán.)
Bambulo. Crisis, Madrid: Alfaguara, 1999. (Existe edición en catalán—Bambulo. La crisi, Barcelona: Alfagua-ra/Grup Promotor, 1999— y en vasco —Bambulo. Krisia, San Sebastián: Erein, 1999—.)
Bambulo. Ternuako penak, San Sebastián: Erein, 1999. (Edición en vasco.) (Existe edición en castellano —Bambulo. Amigos que cuentan, Madrid: Alfaguara, 2000—.)
— Francia Susie Morgenstern Newark, New Jersey, 1945.
La tele de Esteban, Madrid: Altea, 1984.
No hay derecho, Barcelona: La Galera, 1984. (Existe edición en catalán — No hi ha dret, La Galera, 1984—.)
Cara i creu, Barcelona: Pirene, 1987. (Edición en catalán.) (Existe edición en castellano —Cara y cruz, Pirene, 1989—.)
Alibi, Barcelona: Pirene, 1988.
Llama un desconocido, Madrid: Di-dascalia, 1990.
La primera vez que cumplí 16 años, Barcelona: La Galera, 1991. (Existe edición en catalán —El primer cop que vaig tenir seize anys, La Galera, 1991—.)
Alibi o ¡'escapada, Barcelona: Pirene, 1992. (Edición en catalán.)
Dos caras tiene la vida, Madrid: Celeste, 1993.
No hi ha dret o Els desenganys d'una nena emprenedora, Barcelona: La Galera, 1997. (Edición en catalán.)
— Irlanda Martin Waddell. Belfast, 1941.
La princesa peleona, Madrid: Anaya, 1987. (Existe edición en catalán —Una princesa d 'empenta, Barcelona: Barca-nova, 1987—.)
El gran desastre, Barcelona: Ediciones B, 1990.
Ahí viene el malvado topo, México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1994.
¿No duermes, osito?, Madrid: Kóki-
nos, 1994. (Existe edición en catalán —Petit Os, no dorms?, Kókinos, 1996—.)
Tú y yo, osito, Madrid: Kókinos, 1996. (Existe edición en catalán —Tu i jo, petit Ôs, Kókinos, 1996—.)
Varias historietas de Draculín, Barcelona: Ediciones B, 1996.
Enriqueta i els cocodrils, Valencia: Bromera, 1998. (Edición en valenciano.)
La Biblia, historias del Antiguo Testamento, Educación Primaria. Material auxiliar, Barcelona: Vicens Vives, 1999. (Existe edición en catalán —La Biblia, histories de l Antic Testament, Educado Primaria. Material auxiliar, Vicens Vives, 1999—.)
Muy bien, osito, Madrid: Kókinos, 2000.
Querido diario ¡esta vez tampoco me han invitado!, Barcelona: Montena, 2000.
— Noruega Jostein Gaarder. Oslo, 1952.
El mundo de Sofia, Madrid: Siruela,
BIBLIOGRAFÍAS
1994. (Existe edición en catalán —El món de Sofia, Barcelona: Empùries, 1994—.)
El misterio del solitario, Madrid: Siruela, 1995. (Existe edición en catalán —El misteri del solitari, Barcelona: Empùries, 1995-.)
El enigma y el espejo, Madrid: Siruela, 1996. (Existe edición en catalán — ¿'enigma i el mirall, Barcelona: Empuñes, 1996—.)
Hay alguien ahí?, Madrid: Siruela, 1998. (Existe edición en catalán —¿Que hi ha algú?, Barcelona: Empùries, 1998—.)
El castillo de las ranas, Madrid: Siruela, 1999. (Existe edición en catalán —El palau de les granotes, Barcelona: Empùries, 1999—.).
— Portugal Antonio Torrado. Coimbra, 1939.
Irnos contar un segredo, Vigo: Ir Indo, 1992. (Edición en gallego.)
Konta dezagun sekretu bat, San Sebastián: Erein, 1992. (Edición en vasco.) Existe edición en castellano —Vamos a contar un secreto, Barcelona: La Calesa, 1992— y en valenciano —Vols saber un secret, Valencia: Tándem, 1992—.).
A historia da Carchiña e do infeliz Xo-án Ratón, Vigo: Ir Indo, 1993. (Edición en gallego.)
A nao Catrineta que ten moito que cantar, Vigo: Ir Indo, 1993. (Edición en gallego.)
O macaco de rabo cortado, Vigo: Ir Indo, 1993. (Edición en gallego.)
Opaxe non cala, Vigo: Ir Indo, 1993. (Edición en gallego.)
Teatro ás tres pancadas, Vigo: Xerais, 1999. (Edición en gallego.)
— Suiza Hanna Johansen. Bremen, 1939.
El pato y la lechuza, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Historia del pequeño ganso que no era bastante rápido, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Félix, Félix, Vigo: Galaxia, 1991. (Edición en gallego.)
O parruliño que sempre chegaba tarde, Vigo: Galaxia, 1991. (Edición en gallego.)
Oparrulo e o moucho. Vigo: Galaxia, 1991. (Ed. en gallego).
Elpes, Salamanca: Lóguez, 1997. La bruja de las estaciones, Madrid:
Anaya, 1997. (Existe edición en catalán —La bruixa de les estacions, Barcelona: Barcanova, 1997—.)
Ilustradores seleccionados
— Argentina Nora Inés Hilb. Buenos Aires, 1953.
Miedo, G. Cabal, Buenos Aires: Sudamericana, 1997.
Tutu Marambá, Ma E. Walsh, Buenos Aires: Espasa Calpe, 1997.
Gastón Ratón y Gastoncito salen de paseo, Buenos Aires: AZ, 1998.
Una montaña para Pancho, M.A. Mainé, Barcelona: Edebé, 1998.
— Austria Angelika Kaufmann. Viena, 1935.
Piruleta, Ch. Nôstlinger, Madrid: Alfaguara, 1985.
El manzano, M. Lobe, Salamanca: Lóguez, 2000.
— Canadá László Gal. Budapest, 1933.
El Cid, Ma L. Gefaell, Barcelona: No-guer, 1965.
Roldan, Ma L. Gefaell, Barcelona: Noguer, 1970.
— España Miguel Calatayud. Aspe (Alicante), 1942.
Escenarios fantásticos, Barcelona: Labor, 1979.
Una de indios y otras historias, Madrid: SM, 1988.
Els lusiades, Barcelona: Proa, 1989. (Edición en catalán.)
El món inventât, Barcelona: Publications de l'Abadia de Montserrat, 1990. (Edición en catalán.)
El último de los dragones, Madrid: Anaya,1990.
Libro de las M'Alicias, Madrid: SM, 1990.
Lobo hombre, Madrid: SM, 1991. El gegantpanxut, Barcelona: Publica
tions de l'Abadia de Montserrat, 1992. (Edición en catalán.)
El árbol inquieto, Madrid: SM, 1994.
La ballena en la bañera, Madrid: SM, 1994.
Una de piratas, Madrid: SM, 1994. Columbeta la isla libro, Madrid: Ana-
ya, 1999.
— Francia Phillippe Dumas. Cannes, 1940.
A Raíña das Abellas, Vigo: Xerais, 1985. (Edición en gallego.)
Cuentos agridulces, G de Maupas-sant, Madrid: Alfaguara, 1985.
La Reina de las abejas, J. Grimm, Madrid: Anaya, 1985. (Existe edición en catalán —La Reina de les abelles, Barcelona: Barcanova, 1985—.)
El otro lado de la vida, Barcelona: Aliorna, 1987. (Existe edición en catalán —L'altre costat de la vida, Aliorna, 1987—.)
El profesor Octavio Gastón-Crustón o el nieto de su abuelo, Barcelona: Aliorna, 1987. (Existe edición en catalán —Elprofessor Octavi Gastó-Crustó o el nét del seu avi, Aliorna, 1987—.)
Los Bandoleros de Sierra Morena, Barcelona: Aliorna, 1987. (Existe edición en catalán —Els Bandolers del Collsacabra, Aliorna, 1987—.)
Historia del Califa Cigüeña, W. Hauff, Barcelona: Ediciones B, 1988. (Existe edición en catalán —Historia del Califa Cigonya, Ediciones B, 1988—.)
Laura: el terranova de Alicia, Barcelona: Aliorna, 1989. (Existe edición en catalán —Laura: el terranova de l 'Alicia, Aliorna, 1989—).
— Holanda Dick Bruna Utrech, 1927.
Historia d'una porqueta, Madrid: Aguilar, 1977.
La porqueta al seu jardí, Madrid: Aguilar, 1977.
Miffy en el parque, Madrid: Aguilar, 1977. (Existe edición en catalán —Miffy al pare, Aguilar, 1977—.)
Una altra historia sense paraules, Madrid: Aguilar, 1977. (Edición en catalán.)
Abecedario, Madrid: Aguilar, 1978. Animales de la granja, Madrid: Agui
lar, 1978. Los animales del zoo, Madrid: Agui
lar, 1978. Buen provecho, Madrid: Aguilar, 1980. En el campo, Madrid: Aguilar, 1980. Mis juguetes, Madrid: Aguilar, 1980. En mi casa, Madrid: Círculo de Lec
tores, 1989. Vamos al campo, Madrid: Círculo de
Lectores, 1990.
23 CUJÍ 36
El cumpleaños de Mifi, Barcelona: Juventud, 1991. (Existe edición en catalán —L'aniversari de Mifi, Juventud, 1991—.)
Mifi en la escuela, Barcelona: Juventud, 1991. (Existe edición en catalán — Mifi a l'escola, Juventud, 1991—.)
Mifi y su amiga, Barcelona: Juventud, 1991. (Existe edición en catalán —Mifi i la seva amiga, Juventud, 1991—.)
Un día con Miffy, Madrid: Círculo de Lectores, 1991.
De paseo, Madrid: Círculo de Lectores, 1992.
Todos mis colores, Madrid: Círculo de Lectores, 1993.
— Irlanda P. J. Lynch Belfast, 1962.
El joven rey, Oscar Wilde, Barcelona: Vicens Vives, 1991. (Existe edición en catalán —Eljove rei—.)
Cuentos para niños, , Oscar Wilde, Barcelona: Vicens Vives, 1991. (Existe edición en catalán —Contes per a nens—.)
El gigante egoístay otros cuentos, Osear Wilde, Barcelona: Vicens Vives, 2000. (Existe edición en catalán —El gegant egoísta i altres contes—.)
— Polonia JósefWilkon Bogucice, 1930.
La montaña de los osos, M. Bolliger, Madrid: SM, 1986.
Los Pipistrelli, E. Hasler, Madrid: SM, 1988.
La gata Rosalinda, R Wilkon, Madrid: SM, 1989.
Dos amigos, P Rodero, Madrid: Kóki-nos, 1995.
— Suiza Anne Wilsdorf. Angola, 1954.
Filomena, Barcelona: Destino, 1991. Yuyuba, Barcelona: Destino, 2000.
(Existe edición en catalán —Gínjol, Destino, 2000—.)
BIBLIOGRAFÍAS
Lista de Honor del IBBY 2000
Libros españoles
Anxos en tempos de chuvia, Miguel Vázquez Freiré, Vigo: Xerais, 1999. (Edición en gallego.) (Existe edición en en valenciano —Angels en temps de pluja, Valencia: Bromera, 2000—.)
As aventuras de Arthur Gordon Pym, Edgar Alian Poe, trad. de Alberto Avendaño, Vigo: Xerais, 1997.
Bunyols de vacances, Teresa Duran, il. Max, Barcelona: Publications de 1'Abadía de Montserrat, 1997.
El misterio Velázquez, Eliacer Cansino, Madrid: Bruño, 1998.
El monstruo de la oscuridad, Uri Orlev, trad. de Eulalia Sanóla, Madrid: SM, 1997.
No sé, Mabel Piérola, Madrid: SM, 1998. Urrezco ibaiaren erregea edo anaia beltzar, John Ruskin,
trad. de Maria Garikano, San Sebastián: Erein, 1998. (Edición en vasco.)
Libros en español
Bonsai, Christine Nôstlinger, trad. de María de las Mercedes Ortíz, Bogotá: Norma, 1998.
Cómo reconocer a un monstruo, Gustavo Roldan (junior), Buenos Aires: AZ, 1997.
El coleccionista de momentos —Der Sammler der Augen-blicke—, Quint Buchholz, Salamanca: Lóguez, 1998.
El hombre que calculaba —O homem que calculava—, Malba Tahan, Barcelona: Verón, 1972.
El imperio de las cinco lunas, Celso Román, il. Alekos, Bogotá: Norma, 1998.
El poeta y los lunáticos, G.K. Chesterton, il. Karol Guerrero, Santafé de Bogotá: Panamericana, 1998.
El secreto del indio —The Indian in the Cupboard—, Lyn-ne Reid Banks, León: Everest, 1998.
Florentino, el guardador de secretos, Jorge Eslava, il. Julio Granados, Lima: Alfaguara, 1998.
Frederick, Leo Lionni, Barcelona: Lumen, 1982. Harry Potter y la piedra filosofal —Harry Potter and the
Philosopher's Stone—, J.K. Rowling, Barcelona: Emecé, 1999. (Existe edición en catalán —Harry Potter i la pedra filosofal, Barcelona: Empùries, 1999—.)
¿Hay alguien ahí? —Hallo? Er det noen her?...—, Jos-tein Gaarder, Madrid: Siruela, 1998. (Existe edición en catalán —¿Que hi ha algú?, Barcelona: Empùries, 1998—.)
La conferencia de los animales —Die Konferenz der Tiere—, Erich Kastner, Madrid: Alfaguara, 1995.
La peor banda del universo —The Worst Band in the Uni-verse—, Graeme Base, Madrid: SM, 1999.
Los cuatro amigos de siempre, Gilberto Rendón Ortiz, il. Rossana Bohórquez, México: SM, 1999.
Los últimos gigantes —Les derniers géants—, François Place, trad. de Leopoldo Iribarren, Caracas: Ekaré, 1998. (Ediciones en España: Madrid: Círculo de Lectores, 1999; Zaragoza: Leopoldo Blume, 2000.)
Mágico Sur, Manuel Peña Muñoz, Madrid: SM, 1998. Mi valle—Ma vallée—, Claude Ponti, Barcelona: Corimbo,
1999. (Existe edición en catalán —La meva vall, Corimbo, 1999—.)
¿Quién cuenta las estrellas? —Number the stars—, Lois Lowry, Madrid: Espasa Calpe, 1990.
Si llega la suerte ponle una silla —Wenn das Glück kommt, muss man ihm einen Stuhl hinstellen—, Mirjam Pressler, Madrid: SM, 1996.
Toby, Graciela Cabal, il. Pez, Buenos Aires: Norma, 1997. Una rueda en la escuela —The Wheel on the School—,
Meindert DeJong, Barcelona: Bruguera, 1980. Willy el mago —Willy the Wizard—, Anthony Browne, trad.
de Carmen Esteva, México D.E: Fondo de Cultura Económica, 1998. •
Notas Información y documentación gráfica extraída de las publicaciones oficiales del IBBY: revista Bookbird (n° 3, vol. 38,2000) y Honour List 2000. Para más información: IBBY Secrétariat. Nonnenweg 12, Postfach. CH-4003 Basel, Switzerland. E-mail: [email protected]
La búsqueda de las ediciones españolas ha sido realizada por el Centro de Documentación de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Salamanca.
COLABORACIONES
Una propuesta creativa de animación
por Natalia Bernabeu Morón*
Conseguir que los alumnos deseen aprender. Ésa es la clave de una enseñanza exitosa. La realidad es que la escuela fracasa a menudo en este intento, porque sólo atiende los aspectos intelectual y racional de la personalidad, y se olvida de motivar al alumnado apelando también a sus emociones y sentidos. La autora del artículo relata una experiencia de animación a la lectura y la escritura que ha ensayado con estudiantes de Secundaria, en la que les propone un juego tan intelectual, como sensorial e imaginativo. Los romances son el eje de esta propuesta, en la que todo cuenta, desde la escenografía hasta la música de fondo.
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«La función propia del juego es el juego mismo. Ocurre que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y para las actividades serias del adulto.»
Roger Caillots
L os docentes que llevamos ya unos cuantos años impartiendo clases nos quejamos de que las sucesivas
oleadas de adolescentes que llegan a nuestros colegios e institutos son cada vez más inmaduros. Les falta capacidad de concentración, no muestran interés por el estudio, no se apasionan... Estos chicos y chicas, que han crecido inmersos en la cultura audiovisual, están acostumbrados a la intensidad de las imáge
nes: han desarrollado poco el pensamiento lógico y mucho las emociones.
La escuela sigue atendiendo exclusivamente a los aspectos intelectual y racional de la personalidad: no sabe operar con las emociones. Por eso resulta cada vez más difícil motivar a los alumnos y conseguir que su deseo de aprender les permita hacerlo.
Enseñar de forma creativa
Para empezar a transformar esta situación propongo un cambio de metodología que atienda a todas las facultades y desarrolle el mayor número de capacidades de los alumnos, dando entrada también a la creatividad y la fantasía. Algunas ideas que están en la base de esta propuesta son las siguientes:
— Se aprende con todas las facultades de la mente y con todos los sentidos del cuerpo.
La metodología que proponemos intenta desarrollar todas las capacidades intelectuales y emotivas de los alumnos. Se intentan potenciar la percepción, la observación, la sensibilidad; la espontaneidad, la curiosidad y la autonomía; la fantasía y la intuición. Se busca que los alumnos desarrollen la memoria visual, auditiva y cinética. Por eso las estrategias de aprendizaje serán muy variadas y entre ellas ocuparán un lugar importante aquellas que requieren movimiento y manipulación; se plantearán diversos caminos hacia el conocimiento que pueden y deben pasar por el mayor número de sentidos posibles. Nos parece importante que el conocimiento se viva y experimente para que quede así marcado en
COLABORACIONES
instancias más profundas de la personalidad. Se trabajará con actividades que potencien los sentidos; tendrán cabida en el aula elementos no convencionales como el fuego, los aromas, la música, papeles y pañuelos de colores, imágenes sorprendentes, etc. Y se puede recurrir también al humor, al juego, al uso de elementos simbólicos e imaginarios; al trabajo en equipo; a audiciones, lecturas y escrituras creativas, etc.
— El aula puede convertirse en un te-menos o espacio sagrado de juego.
La geografía de las aulas de Secundaria está llena de aristas. Todo allí habla de rigidez: las sillas y mesas; el lugar del profesor; las ventanas, siempre algo sucias y desvencijadas; la pizarra; las puertas; las luces del techo... Es uno de los espacios menos creativos que existen. Por eso es necesario transformarlo, para dotarlo de flexibilidad e interés. Con muy pocos recursos el aula puede convertirse en un témenos o espacio sagrado; lugar especial donde es posible la aventura de aprender. Se puede transformar la clase moviendo los muebles de sitio o haciendo que los que se desplacen sean los alumnos: cambiar de sitio es ponerse en el lugar del otro, cambiar de perspectiva, poder ver las cosas desde otro lugar; es romper con estereotipos, variar la rutina del «orden establecido»; y predisponer la mente y el espíritu para aceptar los nuevos conocimientos.
Otro recurso consiste en realizar un breve rito o ceremonia, que puede ser muy simple, pero que sirve a los alumnos como señal de que ahí, en ese momento, empezamos a hacer algo diferente y en otro lugar. Podemos, por ejemplo, adornar el aula con algún elemento simbólico, relacionado con lo que vamos a estudiar ese día; o recurrir a la música de entrada y de cierre, que indique que, en el período entre ambas melodías, el tiempo y el espacio adquieren una naturaleza propicia para que puedan ocurrir las cosas más insospechadas; sería el equivalente al redoble de tambores cuando comienza la función del circo, al «¡se levanta el telón!», y también —al final— cuando «cae el telón».
— El profesor y los alumnos han de estar preparados para el intercambio.
La enseñanza es ante todo comunicación. En nuestro modelo metodológico la relación entre el profesor y sus alumnos es muy intensa y moviliza muchas emociones. Para que el intercambio se produzca, tanto el profesor como los alumnos han de mantener una actitud abierta y receptiva. Por eso los docentes tendrán que prepararse, y preparar a su vez a los alumnos para el aprendizaje. Una preparación muy fácil consiste en realizar algunas actividades motrices, (un breve caldeamiento en el que provocamos una descarga catártica de todas las tensiones corporales y emocionales), y una actividad de relajación y concentración.
— Cada sesión conduce al centro de un laberinto.
El aprendizaje significativo puede realizarse por recepción —a través de las explicaciones del profesor—, o por descubrimiento: la comprensión se va realizando poco a poco, de modo parcial, en el transcurso de las actividades, a lo largo del proceso. Al final, se descubre la totalidad. Nuestro modelo metodológico trabaja con el segundo tipo. Por ello, toda la actuación didáctica ha de estar bien graduada. El acercamiento al núcleo de aprendizaje se ha de hacer no sólo por vía racional; hay también un acercamiento intuitivo, emotivo, irracional.
Los contenidos de aprendizaje se enlazarán y presentarán de forma coherente. En todas las sesiones, debe existir un hilo conductor que lleve a los alumnos a desentrañar el misterio, a llegar al centro del laberinto, a descubrir y asimilar el nuevo conocimiento. Para conseguir esto, es muy importante programar entre actividad y actividad distintos entrenamientos: hay que escoger cuidadosamente el momento en que se facilita la información teórica. Los conceptos se dan después de que los alumnos hayan realizado una serie de actividades que les permitan descubrir o experimentar los aspectos que se van a trabajar de forma teórica. Lo importante no es entregar «la suma del conocimiento», sino dar la información relevante en el momento en que los alumnos la necesiten y demanden. El profesor tendrá las manos llenas de preguntas, no de respuestas...
COLABORACIONES
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FRANCISCO LUIS FRONTAN, EL ROMANCERO, ANAYA, 1985.
— Hay un momento para hacer; otro para reflexionar sobre lo hecho y evaluar lo realizado.
Para favorecer el aprendizaje es importante no criticar ni juzgar. Si el profesor o los propios alumnos, consigo o con los otros compañeros, muestran una actitud crítica sobre lo que están haciendo, no podrán actuar libremente, no darán cauce a todas sus potencialidades. En este modelo metodológico es muy importante ampliar los límites de libertad, crear en el aula un clima de tolerancia propicio para que los alumnos puedan expresarse. Hay que evaluar lo hecho, pero nunca a lo largo del proceso, sino cuando éste ha terminado.
Un modelo de sesión
Un esquema que siempre funciona consiste en distribuir el tiempo de la sesión de clase en cuatro momentos básicos: el caldeamiento, la relajación, las actividades y, por último, la reflexión teórica.
A continuación transcribo un modelo de sesión que he realizado, con variaciones, en tres cursos diferentes: un tercero de ESO (25 alumnos, 22 de los cuales son repetidores, 1 alumno es de integración y 2 pertenecen a minorías étnicas); un cuarto de ESO de diversificación y un cuarto normal.
El libro misterioso
Duración: dos períodos lectivos seguidos.
Materiales necesarios: perfume floral y velas; cestas de mimbre con lápices de colores, ceras o similar; hojas con ilustraciones y hojas en blanco. Además, una selección de romances para su lectura; y una selección de música para el fondo musical.
Desarrollo:
— Preparación (5 min.): se dan las normas iniciales. Se colocan las mesas en corro. Se enciende una barrita de incienso. Se apagan las luces.
— Caldeamiento (5-10 min.): se les pide a los alumnos que paseen por la clase muy despacio, con los ojos cerrados,
Reflexiones de los alumnos
«Iba sintiendo por todo mi cuerpo las cosas que la profesora decía. Después, al despertarnos y coger la vela, me sentí con fuerza y al escribir la poesía me salían cosas que nunca me hubiesen salido.» (Cristina Murga, 4o D.)
«Mi estado de ánimo durante la relajación era muy positivo, me encontraba muy relajado y con ganas de escuchar. Cuando empecé a escribir sentía que podía hacerlo bien. Y así fue, creo que lo hice bien.» (Marcelo Mallo, 4o D.)
«Después de la historia y de la relajación, las ideas para escribir sobre tu personaje llovían. Era como si hubiésemos desarrollado nuestra imaginación en treinta minutos, una imaginación que no sabia de su existencia en mí.» (Jorge González Cabello, 4°A.)
«Lo que sientes puedes decirlo de muchas formas; pero una cosa que se sentía era la libertad de poder decir lo que pensabas y quisieras, ya que nadie te daba pautas para describir a tu personaje.» (Gabriel Casado, 4°A.)
«A mi personaje le acabé cogiendo cariño, ya que me daba pena, ahí, todo solitario: sólo se tenía a él y a nadie más. Con la ayuda de la música y de la relajación que tenía en ese momento, conseguí adentrarme en él para así poderlo sacar de su problema; y así fue.» (Alvaro Diez Gómez, 4o A.)
«A medida que escribía e iba leyendo la historia, tenía cada vez más claro acerca de quién escribía, y fue como si aquel personaje inanimado, aquel dibujo impreso sobre la pequeña pieza de papel, empezase a cobrar vida propia y yo le conociera de toda la vida.» (Ma Eugenia Herreras, 4o A.)
escuchando, oliendo, sintiendo... (mientras lo hacen se pulveriza un perfume floral y suave). También se pone un fondo musical, en este caso, la banda sonora de la película El golpe (Los Osear, vol. 3, Barcelona: Divucsa, 1991).
A continuación se les dice que pueden abrir los ojos pero que deben mirar hacia abajo mientras caminan. Siguen paseando, hay demasiada gente por la calle y, sin querer, al pasar, se chocan los hombros. Levantan un momento la vista. Ahora pueden mirarse unos a otros, muy serios. Son extraños. Se encuentran con un conocido y le saludan con la cabeza. Siguen andando. Saludan a la persona que está más lejos de ellos, levantando el brazo. Se encuentran con un compañero de trabajo. Tienen mucha prisa, así que lo saludan con la mano en alto y siguen andando, muy rápido. Se encuentran con su jefe, y pasan de largo. Levantan la
vista y ven a unos amigos: se dan la mano o un beso rápido y siguen andando. Ahora todos son familiares muy queridos que hace mucho que no se ven. Al pasar por la calle se dan un abrazo y siguen, se dan un abrazo y siguen, se dan un abrazo y siguen...
Luego, se les pide que ensayen distintas formas de saludo. Empiezan saludándose como en las películas; «a la americana», chocando las manos en lo alto.
Cambio de música: danzas del Renacimiento (Renaissance, vol. 3, Arles: Harmonía Mundi, 1998). Y se les pregunta: ¿cómo os saludaríais si fuerais, por ejemplo, astronautas que se encuentran en el espacio? ¿Y si fuerais esquimales? ¿Y si fuerais rusos? ¿Y si fuerais japoneses? ¿Y si pertenecierais a antiguos pueblos árabes? ¿Y cómo os saludaríais si personificarais a valerosos ca-
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"Clásica colección de grandes relatos y de aventuras"
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Ediciones Palabra. S.A. P". de la Castellana, 210. 2S046 MADRID . 91350 77 39 y 91350 77 20 - Fax: 91350 02 30 e-mail: [email protected] http:/w ww.edicionespalabra.es
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Historias surgidas a partir de ilustraciones
Ejemplo de ilustraciones que se entrega a los alumnos y breve texto que las acompaña y sirve de disparador de la historia:
«Me encerraron en esta celda, ¡ay!, rey moro de Granada, por querer que esta ciudad fuera pronto castellana...»
«Me encerraron por no ser igual que ellos, por no tener su misma religión e ideología. Me encerraron por creer que todos los hom,bres son iguales. Y me encerraron como se encierra a un ave, a la que callan los cantos de libertad sólo para poder contemplar su belleza entre rejas. Mis cantos son gritos de silencio que sólo los hombres que tienen las mismas creencias que yo pueden oír. No he callado, no necesito palabras para hablar: lo hago con la mirada.
»Sé que sólo me oirán aquellas personas que miran directamente a los ojos, aquellas que son capaces de leer en mis pupilas de azabache como se lee en un libro abierto. Quien mira a los ojos es infinitamente más sabio que quien se limita a oír simples palabras. Mis ojos no desprenden odio, no. Mis ojos gritan libertad, y lo hacen con más intensidad cuanto más fuertes son las rejas que me tienen preso.»
(María Eugenia Herreras Rodríguez, ESO, 4o A.)
«Ya caía malherido, ya las fuerzas le faltaban. Los caballeros cristianos deciden si lo mataban...»
«Iba por mi camino hacia Granada, cuando me topé con un grupo de guerreros cristianos alrededor de un noble moro que demostraba en la batalla su fortaleza, su valor y su nobleza de alma. Ya caía malherido, ya las fuerzas le faltaban; los caballeros cristianos decidían si lo mataban. Algunos cristianos apostaban por matarlo, pero otros, encabezados por un hombre que irradiaba nobleza, compasión y leyenda estaban a favor de salvarlo. Al no saber qué hacer, me preguntaron. Yo no sabía qué responder, tan sólo iba hacia Granada, ¿cómo me había convertido en el juez que tenía que decidir si ese hombre seguiría con vida o no?
»Me sentí muy asustada. Quería ser justa, pero ansiaba el favor de aquel caballero. Entonces hice un rápido balance de mis intereses y me di cuenta, tristemente, de que a mí me daba igual el guerrero moro del león en el escudo, y que sólo me importaba lo que pudiese pensar el caballero. Quería saber por qué estaba interesado en salvar la vida de aquel hombre.
»Le pregunté al caballero por qué creía que el hombre-león debía vivir y así me contestó:
»—Mi caminante, ¿matarías a la persona que muere a tu lado, a la que llora a su amigo como lloras tú al tuyo, a la que reza a su Dios como tú rezas al tuyo? Este hombre es nuestro lado opuesto, pero a la vez, es igual; nos complementa.
»Desde entonces, veo la vida de otra manera...» (Ángela Sereno Moure, ESO, 4o A.)
balleros que van a entrar en una difícil batalla? Se saludan.
— Relajación (30 min. y como fondo musical Música mágica. Paz, de Salvador Candel, corte 1).
Se les pide a los alumnos que se sienten en su sitio y se realiza una primera relajación de todo el cuerpo con el tema de «entraremos en Granada». (Ejemplo: «Relajad bien los pies, porque sólo así podremos recorrer el camino que lleva a Granada. Relajad las caderas, el pecho, la espalda, etc. Relajad la cara, los ojos, preparad los ojos para descubrir el camino que lleva a Granada, etc.»)
Cuando ya están relajados se entra de lleno en el mundo imaginario planteándoles la situación: «Vamos todos en camino, todos los que queremos entrar en Granada. Mirad bien ese castillo, que ya conocéis. Sus torres: "altas son y relucían"... Acercaos para ver esa ventana iluminada... La de la biblioteca... Subid por las escaleras de caracol hasta la torre... Qué habitación más hermosa, más misteriosa, se diría que está encantada... Tomad entre vuestras manos ese libro tan antiguo que veis allí, en uno de los más altos anaqueles. Ese libro es misterioso y mágico y encierra un secreto. Vamos a leerlo, porque cuenta las verdaderas historias de los más grandes caballeros y las de las más bellas y decididas damas. Allí está la historia del pobre rey visigodo, Don Rodrigo, que perdió su reino por culpa de La Cava, hija del traidor conde Don Julián...».
• Lectura de un fragmento de El reino perdido.
«Allí también leemos las hazañas de los famosos héroes castellanos Bernardo del Carpió, Fernán González... O las del muy renombrado Rodrigo Díaz de Vivar...
»Y, escrita en sangre, esta página cuenta el triste final de los siete infantes de Lara, muertos en campo de batalla, traicionados por su tío Rodrigo Ve-lázquez...
»Pero seguid leyendo... Estas manchas en la tinta son las lágrimas del pobre prisionero que lloraba la muerte de su avecilla y maldecía al ballestero que la mató...
»Y esa figura que aquí veis es la del venturoso Conde Arnaldos, que no pudo aprender del marinero esa tan bella y misteriosa canción...»
• Lectura de un pasaje de El infante Arnaldo.
«Y allí están también las increíbles historias del hombre enamorado de la muerte, y la del hermoso Gerineldo, y la de los malogrados Conde Niño y Alba-niña, cuyo amor fue más poderoso que la propia muerte...» (fondo musical de Música mágica. Paz, de Salvador Candel, Valencia: Biosound, 1994; corte 2 y siguientes).
• Lectura del Romance del amor más poderoso que la muerte.
«Si pasáis otra página, sobre este hermoso fondo dorado, veréis la esbelta figura de la intrépida doncella guerrera que se fue a la guerra disfrazada de hombre y allí enamoró al mismísimo hijo del
rey...» (fondo musical de Eye of the sun, Disky Comunications Europe B.V, 1997; corte 1).
»Y esta otra página, tan ricamente adornada, habla de la bella y joven mora Moraima, engañada vilmente por un cristiano, y del rey moro de Granada Muley Hacen, que mató al pobre mensajero que traía la noticia de la pérdida de Alhama, y la del famoso príncipe árabe Abenámar...»
• Lectura de un fragmento de Abenámar, Abenámar.
«Sin daros cuenta habéis llegado a las páginas finales de este misterioso libro. Están escritas en caracteres mucho más modernos... Las miráis rápidamente, pues estáis impacientes por emprender el camino. Pero os da tiempo a distinguir el nombre de un tal Juan Antonio el de Montilla, que murió a causa de una reyerta, originada por una partida de naipes, y os llama la atención una extraña figura: es la Luna, que camina por el cielo con un niño cogido de la mano...» (fondo musical: Ángelus, de Wojciech Kilar, Katowice: Society of Friends of Polish Radio National Symphony Orchestra, 1997; corte 2).
• Lectura del Romance de la Luna Luna.
«Cerramos tan bellas páginas del libro y nos disponemos a salir de la biblioteca.» (Fondo musical: Tan cerca de ti, de Pedro Guerra, Madrid: BMG, 1997; corte 13.) «Pero al colocarlo de nuevo en su estante, algo cae el suelo... Es la página suelta de otro misterioso libro, perdido
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PARA El premio tendrá carácter anual, no podrá declararse
desierto y su dotación es de 2.000.000 de pesetas.
Los trabajos presentados, fotocopias del original del
diario o revista, deberán ser enviados antes del 10
de septiembre de 2001 a la Fundación, donde podrán
solicitarse las bases completas.
P2 de Eduardo Dato, 2 1 . 28010 Madrid.
T 917002840
F 917002858
Germán Sánchez Ruipérez
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hace mucho tiempo. Nos invade la extraña sensación de que hemos de intentar reconstruir todas y cada una de sus desconocidas páginas... Porque en el grabado que adorna ésta que ha caído al suelo descubrimos, inexplicablemente, nuestro rostro. ¡Nosotros somos una de las figuras que en tan bello grabado aparece!» (Fondo musical: Los unos por los otros, vol. 2, de Paco Ibáñez, Barcelona: PDI, 1996; corte 3).
«Guardamos esa hoja apresuradamente y bajamos de la torre, pues hemos de salir del castillo, y emprender el largo camino a Granada. »
Fin de la relajación: mientras escuchan el poema de Alberti se va poniendo al lado de cada uno de ellos una hoja con una ilustración y el inicio de un romance. Se les pide que vayan despertando y moviendo lentamente las manos, los pies, los hombros, etc.
— Producción (30 min. Fondo musical: Renaissance; corte 5 y siguientes).
Se encienden las velas y se colocan una mesa sí y otra no, ya que toda la producción habrá de hacerse a la luz de estas velas. Entonces, se les pide a los alumnos que abran muy despacio los ojos y miren detenidamente el elemento que tienen a su lado y que imaginen lo que está pasando ahí. Mientras miran la ilustración que les ha tocado, se les van formulando preguntas: ¿Quién será ese personaje? ¿Será un héroe o un traidor? ¿Acaso un rey o un infante? ¿Tal vez una princesa cautiva? ¿Tal vez es una intrépida mujer vestida de hombre? ¿Qué estarán haciendo esos personajes? ¿Se disponen para la lucha o vienen de ella? ¿Se preparan tal vez para el amor? ¿Van a llevar a cabo una gran empresa? ¿Están alegres o tristes? ¿Qué piensan? ¿Cómo son? ¿Qué sienten? ¿Quién soy yo de todas esas figuras que ahí aparecen? ¿Con cuál de esas figuras me relaciono?
A continuación se les pide que escojan de las cestas de lápices de cera un color —sólo uno— y que señalen una parte —sólo una— de su grabado. Aquella que más resuene en su interior, la que más signifique para ellos. Deberán escoger muy bien el color porque con ellos pueden decir las más variadas cosas. Mientras lo escogen y empiezan a colorear se les va diciendo:
• «Tal vez el rojo de la sangre y del beso, de la ira y la furia, del dolor y del amor, del calor y del fuego... »
• «Tal vez el amarillo del odio y de la envidia, de la vitalidad y la fuerza, de la venganza ...»
• «Tal vez el verde de la esperanza y la serenidad, de lo inmaduro, de la naturaleza desconocida, del pasado y del futuro, de la herida y la regeneración...»
• «Tal vez el azul de la imaginación y la sinceridad, de lo frío y lejano, del cuerpo y del alma, de los altos ideales, del cielo y del mar, de lo inmenso y de lo pequeño...»
• «Tal vez el naranja de la ternura y la amistad, de lo cálido y lo hermoso, de lo desconocido y lo triste...»
• «Tal vez el negro de lo exótico, de lo muerto, de lo desconocido, de lo peligroso, de lo lujoso, de lo lejano y misterioso, de lo poderoso...»
Luego, se les pide que miren por detrás de su hoja y lean el comienzo de la historia. Pueden ajustarse a él o no. Pero cada uno de ellos tiene una misión: desvelar el misterio y relatar la verdadera historia. Pueden hacerlo en romance, como se escriben las historias de los grandes caballeros y las bellas damas; pueden hacerlo también en prosa... Escriben su historia a la luz de las velas. (Se presta atención al sentido del olfato: se enciende otra barrita de incienso o se rocía de nuevo la esencia floral.)
— Cierre (5 min. Fondo musical: Confesiones de un malandrín, de Angelo Branduardi, Madrid: Hispavox, 1993; corte 3).
Se coloca una mesa en el centro de la clase y se les pide que pongan lo que han escrito sobre ella. Cuando lo han hecho, se les hace caer en la cuenta de que ése es el libro que faltaba en la biblioteca, el que tenía todas sus páginas sueltas y perdidas. El que ahora, entre todos, han reconstruido. Se colocan cuatro velas para iluminar el libro que han rescatado del olvido y se les pide que formen un corro a su alrededor. Deben rozarse y agarrarse los brazos en todo momento. Bailan y cantan al son de la música que suena.
— Epílogo. Tras la sesión, corrijo los trabajos. Al día siguiente los alumnos pulen el texto y lo pasan a limpio. También rellenan una ficha de evaluación en la que les pregunto cómo se sintieron, qué creen que aprendieron, etc. Luego, se hace un libro con los trabajos de toda la clase.•
* Natalia Bernabeu Morón es profesora en el ÍES «Margarita Salas» de Madrid.
Bibliografía Antunes, Celso, Manual de técnicas de dinámica de grupo, de sensibilización
y lúdico-pedagógicas, Buenos Aires: Lumen, 1989. Bally, Gustav, El juego como expresión de libertad. México D.E: Fondo de
Cultura Económica, 1992. Calvino, ítalo, El castillo de los destinos cruzados, Madrid: Siruela, 1999. Cañeque, Hilda, Juego y vida, Buenos Aires: El Ateneo, 1993. David, José, Juegos creativos para la vida moderna, Buenos Aires: Lumen-Hu-
manitas. 1997. García Lorca, Federico, Romancero gitano, Madrid: Cátedra, col. Letras His
pánicas, 1997. González Ramírez, J.E, Procedimientos de relajación, Madrid: EOS, 1992, Jung, Cari G., El hombre y sus símbolos, Barcelona: Caralt, 1997. Menchén Bellón, Francisco, Descubrir la creatividad, Madrid: Pirámide, 1998. Propp, Vladimir, Morfología del cuento, Madrid: Fundamentos, 1985. Pvodari, Gianni, Gramática de la fantasía, Buenos Aires: Ediciones Colihue/Bi-
blioser, 1973. Romancero, El, Madrid: Anaya, col Biblioteca Didáctica Anaya 1985. Romancero, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1973
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TINTA FRESCA
Emilio Pascual
Heterobiografía
Nunca he transitado el género autobiográfico, y así, cuando CLIJme sometió al tercer grado, me vi en un aprieto mucho mayor que Lope ante el mandato de Violante, y en una aflicción no inferior a la del vidriero de Tremecén cuando su dama le pidió una mona. Tres semanas anduve corrigiendo aquí, borrando allá, enmendando acullá, y cuando me pareció que el género estaba en su punto, llamé a mi amigo Alejandro, hombre de mucha discreción y buen entendimiento, para que me diera su parecer sobre el resultado. Empecé a leer mi laboriosa autobiografía del siguiente modo:
«Primeramente, quiero que vuestras mercedes sepan, señores míos, que a mí me llaman...»
—¡Alto! —dijo mi amigo Alejandro—. No puedes empezar así. Te dirían que está copiado de la biografía autorizada de la princesa Micomicona, legítima heredera del gran reino Micomicón de Etiopía.
Un poco apesadumbrado por tan errado principio, sugerí a mí amigo no sin cierta aprensión:
—¿Y qué tal de esta otra manera?: «En un lugar de las llanuras de Segovia tuvo principio mi linaje...»
—No, no —atajó mi amigo—. Tiene demasiado parecido con la autobiografía del capitán Ruy Pérez de Viedma, y podrían buscarte las cosquillas.
—¿Y si empezara con cierto humor octosilábico? Algo así como:
«Hijo nací tercerón de un hidalgo pobretón, y si la fiebre amarilla no barre media Castilla no espero ninguna herencia.» «¡Pa...»
—¡Que no, que no! —interrumpió mi amigo—. Nada de bromas con estas cosas. No faltaría más sino que por un quítame allá esa biografía salieran los he
rreros de Bretón pidiendo daños y perjuicios.
—Pues ¿sabes lo que te digo? Que no pienso autobiografiarme ni aunque me lo pidan frailes descalzos. Tú que eres discreto y de buen entendimiento y que me retratarás sin maltratarme, haz lo que te plazca, plazga o plega. Y, si no, al diablo doy yo la autobiografía y el taller de escritura y todos los cuadernos del universo.
Dos horas después mi amigo Alejandro apareció con unas líneas harto elocuentes, tan verdaderas como las más autorizadas y tan rigurosas como el periodismo de investigación. Yo las doy por buenas, y desde aquí al día del Juicio ténganse por la biografía más cierta y autorizada que se pueda desear.
Vida y hechos de Emilio Pascual
Tras este epígrafe sustitutorio de la autobiografía, premeditada, alevosamente sustraído a Nikos Kazantzakis, yace Emilio Pascual Martín, varón de cierta edad —como todos— y sobre todo avanzada —porque nunca se detiene, y si lo hace, ya no hay aguijada humana que la mueva—. Segoviano de origen, es madrileño de adopción, que es tanto como decir del mundo. Mamó más de doce meses, a lo que atribuye su alto grado de realización y bonhomía. Se licenció en Filología Hispánica, cautivado por la melancolía de don Quijote y las octavas del Polifemo. Atosigado por la burocracia que nos lleva con más ímpetu que el
otro río, escribió una novelilla —que más de sí no daba— con el título de El purgatorio de don Ojicinio, título tan elocuente y descriptivo que evitaba el trabajo de leerla. Fue acogido por los dioses lares de la edición, donde tuvo la fortuna de estar en el ajo y en el ojo de la colección Tus Libros (aquí Unamuno habría apostillado que estos juegos del vocablo son índice del más menguado ingenio, y a fuer de biografía veraz ahí se deja), colección para la que escribió no menos de una docena de Apéndices (es de esperar que no todos extirpables). Aventura en el Gris fue un librito que apenas logró traspasar los grises umbrales del libro. Un impensado azar le otorgó el Premio Lazarillo por el libro Días de Reyes Magos, que fue corroborado con el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Coqueteos con la literatura quedaron atestiguados en algún cuento disperso, una obra de teatro inédita, ciertos endecasílabos y algún otro textículo «que anda por ahí descarriado y, quizá, sin el nombre de su dueño». No sabríamos decir si es un buen lector, pero, lo mismo que de Borges, podría aventurarse que es un lector agradecido.
Cabría añadir unas cuantas fichas supletorias, que, para sorpresa del «biografiado», figuran en los omniscientes catálogos de la Biblioteca Nacional. Pero para biografía ya es harto suficiente y aun excesiva, pues ya dijo Flaubert que la obra es todo y el autor es nada, y Crines de Pasamonte, «caminemos, que ya es mucho regodeo éste».
Bibliografía (selección)
Aventura en el Gris, Madrid: Libertarias, 1990.
Días de Reyes Magos, Madrid: Anaya, 1999.
TINTA FRESCA
Taller de escritura por Emilio Pascual
A Dimas Mas, profesor luciferino. Repraesentet eas!
U na mañana de invierno neblinosa, aprovechando la hora del recreo, Eulogio Remarque no
pudo resistir el guiño tentador de la puerta entornada del patio. El profesor de Literatura les había mandado escribir un cuento. ¡Si por lo menos hubiera sido un cuarteto! En los de viento, Eulogio era único. Y en los de rima pura, había salido discípulo aventajado de aquel poeta que yacía en el infierno quevedesco, «aherrojado y con más penas que todos», por su afición a la rima contundente, como aquella vez en que
«dijo que una señora era absoluta, y siendo más honesta que Lucrecia, por dar fin al cuarteto, la hizo puta».
El profesor de Literatura les tenía dicho que la inspiración rara vez venía voluntaria: había que salir a buscarla a las calles
«donde habita la turba de las gentes de rudas manos y de oscuros nombres...».
En una palabra: que había que sudarla. Y Eulogio Remarque, aprovechando el guiño de la puerta, la niebla matinal y el frío de diciembre, decidió hacer músculos y sudar la letra gorda. Salió a la calle.
«Puto el que lo lea.» No acababa de semigarrapatear el ra
bo de la a en la luna del escaparate, cuando una mano firme y decidida lo agarró por la pelambrera (¡lo sabía, lo sabía, por qué no me cabezarraparía la semana pasada!) y lo introdujo en la tienda. La puerta se cerró tras el agresor (¿o debería decir ingresorl), y Eulogio se vio en una librería de viejo, rodeado de libros y papeles, y asaeteado en silencio por la mirada penetrante del librero. A juzgar por la energía de sus manos, no podía tener más de cincuenta años, aunque medio siglo para Eulogio era sinónimo de Matusalén, conociera o no la capicuedad del patriarca bíblico. Apoyado en la puerta, el librero, viejo o no según el punto de vista, le espetó:
—¿Has visto La vida de Brian? Eulogio Remarque lo miró con unos
platos hondos rebosantes de signos de interrogación.
—¿Has leído El tesoro de Fermín Minar? —volvió a preguntar el viejo, imperturbable.
Los platos llanos aparecieron repletos de adverbios de negación.
—No te preguntaré si sabes latín: sería un pleonasmo.
Eulogio Remarque estuvo a punto de pellizcarse (ya sabéis, para saber si estaba despierto), pero no lo hizo porque era un recurso más sobado que las perlas odontoilógicas. Tampoco lo necesitó, porque de pronto el cincuentón o me-diosigluelo le dijo:
—Vamos a ver. ¿Qué intentabas: ensuciarme el escaparate o llamarme guarro?
Eulogio Remarque apenas logró bal
bucear un pronombre con puntos suspensivos.
—Verás —prosiguió el librero—: no puedo hacer pedagogía contigo, porque, salvo el pelo, no sé por dónde agarrarte. Si te hago escribir quinientas veces en la luna «puto el que lo lea», ni siquiera sabrás si me falta originalidad o es que me estás limpiando la vitrina. Pero vamos a hacer un experimento. Aunque supongo que supones que el latín es una lata pequeña, igual hasta te atreves a traducir este pequeño sintagma de Cicerón: pu-tissima oratio.
Eulogio Remarque tuvo la traducción a flor de labios, pero un sentido no numerado, de alarma o de prudencia, lo contuvo a tiempo.
—Es una trampa —dijo. —¡Bravo! Todavía podremos hacer
algo de ti. Putissima oratio significa, en efecto, «estilo muy correcto», y a sus discursos más pulidos y trabajados Cicerón los llamaba putissimae oratio-nes meae. Ya ves: putus, puta, putum aludía en latín a la pureza, la limpieza y la corrección. Y, sin embargo, no tiene nada que ver con lo que tú escribías. Mira que son caprichosas las palabras, ¿eh? Pero ¿por qué me estabas puteando el cristal?
—Esqueelprofesordeliteraturanosha-mandadoescribiruncuentoyalverlosli-brosenelescaparateheescritoloprime-roquesemehaocurrido —acertó a decir Eulogio sin respirar.
—¡Así que era eso! —dijo el librero con una picara sonrisa—. ¡Espero que tu profesor no se llame Manuel Leguna Be-lluz...!
—No. Se llama Juan Pérez. —¿Zúñiga?
—No, Gómez. —Entonces estamos salvados. Con
que un cuento, ¿eh? ¿Sabes que en esta librería, aparte de libros de todas las edades, tengo una máquina cuenta-cuentos?
—Anda ya. —No anda, está parada. Para que se
ponga en marcha hay que introducirle datos; ella los elabora, «revolviendo en su memoria laberintos, retruécanos, em
blemas», como una lavadora; al final de la revolución, apretamos la tecla, y ya está. ¿Probamos?
Eulogio Remarque lo miró con unos platos de postre llenos de dudosos adverbios de afirmación. El libre librero abrió la puerta en que seguía apoyado, colocó por fuera el letrero que decía «CERRADO POR INVENTARIO» y se sentó ante la mágica prodigiosa.
—Pues vamos allá. Lo primero, el per
sonaje. ¿Te parece un chico de tu edad, condición y ejercicio?
—Y ¿cuál es mi condición y ejercicio? ¿Y por qué tiene que ser un chico? Quiero que sea una chica.
—¡Marchando una de chica! —tecleó en la máquina menos maravillosa que os podáis imaginar, pues tenía toda la pinta de un ordenador antebillgatesiano—. ¿Guapa, fea o indiferente?
—No hay dieciocho años feos —citó
TINTA FRESCA
Eulogio sin saber—. Pero puede tener dieciséis y la cabeza rapada.
—¿Una cabeza rapada? —preguntó sorprendido el librero.
—No he dicho que sea una cabeza rapada —parodió Eulogio, cada vez más animado—. Sólo he dicho que se rapó la cabeza.
—¿Con qué objeto? ¿Va a ser una historia erótica? Quizá no sepas que las antiguas cortesanas egipcias se rapaban la cabeza, cosa que debía de producir una excitación que se nos escapa. ¡No querrás hacer de ella una puta! Vaya, no parece sino que estamos abonados a la palabreja.
—Pues no. Se rapa la cabeza por llevar la contraria a todo el mundo. Es rebelde porque el mundo la hizo así.
—¡Hasta la máquina parpadea de asombro! —dijo el librero, que seguía introduciendo datos mientras empezaba a tararear una vieja canción—. ¿Alguna aventura especial?
—Un día en clase, no sé de qué se reía, porque ella es muy alegre, ¿sabe?, el profesor de Literatura, que la odiaba por su libertad, le dijo: «¿De qué te ríes con esa cara de hiena?». Y ella le contestó sin inmutarse: «De ver la tuya de perro pachón». Naturalmente la echó de clase.
—¡Ostras! Esto se pone interesante. La suspendería, claro.
—No pudo, porque, el día del examen, ¡se lo hizo en verso!
—¡Me dejas de piedra pómez! ¡Se va a cortocircuitar hasta la máquina! Sigue, sigue, que me tienes en ascua viva. Habrá que meter algo de amor, ¿no?
—Lo tenemos un poco jodido, porque, aunque está como un queso, avienta a los subnormales que se le acercan, con su corrosivo ingenio... y con sus llaves de yudo. Porque tiene unas piernas brutales, pero puede cruzarlas de modo brutalmente peligroso.
—¡El espíritu de las nueve musas habla por tu boca! ¡Hasta la luna vieja llora de emoción! —tecleaba a matacaballo el librero, que iba cambiando de color—. ¡Lu profesor estará encantado contigo!
—Mi profesor es un capullo, y ella lo sabe. Porque el otro día, como empezó a hacer frío, se compró una peluca que le produjo el efecto Gran Hermano.
—¿Y eso qué es? —Debería tener aquí un televisor en
vez de ese trasto.
—¿Trasto llamas a este cráneo privilegiado? De desagradecidos está el mundo lleno. Este trasto te está cambiando la vida. Deberías saber que el alumbrado tiene el corazón azul y «que aunque el mundo conserva sus abismos y todo continúa, el mundo y yo no somos ya los mismos». Ni tú tampoco. ¿Qué es el efecto GH?
—Pues que, cada vez que se pone la peluca, es como un gran ojo que todo lo ve, hasta lo que se esconde en los sótanos de las casas.
—Ah, bueno, te refieres al síndrome diablicojuelo. O sea, «el mundo por de dentro» —hizo una pausa sosegada y añadió—. Más viejo que el andar a pie.
—Pues lo que ve en los trasteros de vuestro mundo es bastante moderno: políticos que te engañan, banqueros y comerciantes que te roban mientras te tutean afectuosamente, profesores que te injurian y suspenden por no haber leído lo que tampoco han leído ellos, escritores chismosos que mienten más que hablan, antiguos esclavos que esclavizan y emigrantes que han olvidado que lo fueron, padres que... mejor me lo callo. Diríase que todos viven en la calle de la Hipocresía y que no hay nadie casi que no tenga, si no una casa, una habitación en ella. ¡Qué diferentes son las cosas del mundo de como las vemos!
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—¡Quevedo ha hablado por su boca, bendita sea! —dijo el librero, tecleando con un ardor que hacía soltar chispas al artilugio a riesgo de electrocutarse—. ¿Esa amiga tuya se llama Teresa?
—No, Ursula. —Lástima. Podríamos haber titulado
este cuento de cuentos «Canto cuarto a Teresa». Lo dejaremos en «Cantocuento de Úrsula». ¿Y qué hacemos con la peluca?
Eulogio debió de recordar algo, porque de pronto se quedó perplejo y pensativo, mientras al librero le temblaban las manos de impaciencia.
—¡La hemos hecho buena! ¡Vaya mierda de cuento que va a salir!
—¿Y eso? —¿No ve que la peluca también es
falsa? ¡Era una peluca postiza! —¿Pues qué esperabas? Las pelucas y
los pedagogos son como los frailes: haz lo que dicen pero no lo que hacen.
En aquel momento se fue la luz, y la máquina hizo ¡bluff!
Eulogio Remarque se encontró ante la vitrina de la librería, con el dedo a punto de escribir una P, cuando vio al otro lado de la luna un cuadernillo, no sé si en letra gótica o de botica, intitulado Cantocuento de Úrsula.
«Entonces —concluyó Eulogio— el viejo me dijo: Forzoso es que descanses. Que el choque de tantas admiraciones y tantos desengaños fatigan el seso, y temo se te desconcierte la imaginación. Reposa un poco para que lo que resta te enseñe y no te atormente.»
Silencio en la clase. —Un poco traído por los pelos... —di
jo por fin el profe. —¿Por qué pelos? —interrumpió Eu
logio—. Pero si no los tenía... —Yo no he entendido nada —dijo Te
resa. —Qué vas a entender llamándote así.
Si por lo menos te llamaras Úrsula... —Yo creo que ese cuento no lo has es
crito tú —dijo Vicentín—. Si no te sabes ni la mitad de las palabras que pone...
—¿Y para qué está el narrador omnisciente, subnormal? ¿Todavía no te has dado cuenta de que estuve en un taller de cuentos, so capullo?
AUTORRETRATO
Quelot
De niño me gustaba dibujar. Me divertía. Entre juego y juego, si el aburrimiento asomaba, cogía mi lápiz y el primer pedazo de papel que encontraba y me pasaba horas dibujando. Viajaba por imaginarios mundos, llenos de historias, llenos de color, y los transportaba hasta mi pequeño mundo real: el papel. Ahora, ya no soy aquel mocoso fantasioso, es verdad. Pero, cosas de la vida, sigo viajando por esos maravillosos mundos y los ojos me siguen haciendo chiribitas cada vez que encuentro mi lápiz y ese trocito de mundo que la gente llama papel.
Supongo que estos viajes se deben en parte a que ahora trabajo como ilustrador. Una profesión que he aprendido de forma autodidacta, ya que mis estudios y mi trabajo durante catorce años estuvieron más enfocados hacia el diseño gráfico. Una autoformación que me ha llevado a crear un lenguaje propio y personal. Un lenguaje basado en un trabajo muy manual, con valores casi pictóricos (pinceles, texturas, pintura sobre papel, madera, tela...) y que tiene como fin dejar una huella propia en cada una de mis obras. Porque mi intención es que cuando estas imágenes lleguen al espectador, éste perciba el paso de las distintas herramientas y, a la vez, sienta la sencillez,
la autenticidad y la fuerza con la que he seguido el proceso de creación.
Tal vez todo esto pueda sonar a excusa para justificar mi sempiterno rechazo a estos maqumismos llamados ordenadores. No dudo en reconocer que son una gran herramienta pero, francamente, me gusta mucho más y me desenvuelvo me
jor con las clásicas herramientas de toda la vida, herramientas que, hoy por hoy, en un mundo cada vez más globalizado, me sirven para plasmar esta huella personal en cada uno de los trabajos que hago. Y, sobre todo, que justifican mi forma de entender la ilustración como mi lápiz, un trocito de mundo para dibujar y yo.
Bibliografía (selección) El petit polzet, Barcelona: La Galera, 1998. Pau, qué et passa, Barcelona: La Galera, 1998. Cena conmigo esta noche, Barcelona: Plaza Janes, 1999. Yo, Tituba, la bruja negra de Salem, Barcelona: Muchnik Editores, 1999. * El problema: Madrid-Barcelona, Barcelona: DeBolsillo, 2000. * Come conmigo en Barcelona, Barcelona: DeBolsillo, 2001.
(*) Sólo portada.
Otros trabajos
— Campaña de Navidad de la Illa Diagonal de Barcelona, 2000. — Calendario de Caixa de Catalunya, 2001. — Colección de carteles para cafeterías: Jamaica, Coffe-Shop. — Cartel de las Festes de Santa Eulalia 2000, Ayuntamiento de Barcelona.
AUTORRETRATO
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HISTORIETA
Tintín: atajos en el tiempo y en el espacio
por Fernando Zaparaín*
Figura2
De la mano del Tintín de Hergé se pone al descubierto la manera como el cómic fabrica sus propios recursos para crear la ilusión de realidad en sus viñetas, para atrapar el movimiento o para dar sensación de profundidad. En definitiva, el autor nos muestra el esforzado camino del cómic en busca de tiempo, movimiento y profundidad. Para ello, este medio de expresión se sirvió de las enseñanzas procedentes de la pintura y del cine, pero también desarrolló sistemas inéditos, nuevas formas de escritura que han sido asimiladas por el público. Viñetas de Tintín en el Tíbet, Stock de Coque, Los cigarros del faraón o Las joyas de la Castafiore sirven de ejemplo de las convenciones gráficas y de las invenciones arbitrarias que utiliza este medio de expresión y representación que es el cómic.
44 CUJÍ 36
T odo el siglo xx se ha visto sacudido por la velocidad y el movimiento (variaciones del tiempo y
del espacio), fascinado por una nueva forma de relacionarse con el entorno, que surgía de los sistemas de locomoción que se estaban poniendo a punto. El ferrocarril, el avión o el automóvil, junto a nuevos medios de representación como el cine, sometieron a los creadores a un nuevo universo de sensaciones y reflexiones que valía la pena conocer y aprovechar.
La nueva percepción dinámica del mundo y la ciudad invadió pronto medios de representación con soportes estables, que en teoría eran reacios al movimiento, dando lugar a jugosos descubrimientos. El cine tenía una relación más directa con el movimiento pues él mismo se movía, pero otros medios que podrían parecer poco apropiados para expresar el mundo cambiante de las comunicaciones, como la arquitectura, el cómic o la fotografía, pronto forzaron sus propias reglas hasta adaptarlas a las nuevas sensaciones que trataban de transmitir.
Ilusión de realidad
Se estudiará aquí un caso particular, el cómic, de la mano de una de sus creaciones más emblemáticas, el Tintín de Hergé. Por la fecha temprana en la que cuajaron los recursos más habituales de este dibujante y por su carácter canónico, se le puede considerar como una referencia válida para estudiar cómo se fue poniendo a punto todo un nuevo medio de expresión la banda dibujada, que requería la fabricación de recursos propios, muchas veces centrados en el interés por crear ilusión de movimiento en un medio aparentemente hostil, allí donde la viñeta parecía ser sólo un marco fijo y atemporal. Junto a la creación de movimiento se analizará también el logro de profundidad en un sistema aparentemente plano.
Estas ambiciones de ilusión de realidad venían de lejos,1 y la pintura occidental le había dedicado buena parte de sus investigaciones y logros. Se pretendía dar una sensación de volumen y de tres dimensiones cada vez mayor, en un medio que sólo tenía altura y anchura,
Figura 3
Figura 4
pero no profundidad. Fue necesaria una compleja investigación científica para conocer las leyes de nuestra visión y hubo que educar la forma de mirar de los espectadores, hasta conseguir, desde el Renacimiento, que la perspectiva focal se impusiera. El Barroco insistió en es
tos trucos visuales gracias a los cuales parecía, por ejemplo, que un edificio pintado tuviera relieve. En las composiciones con figuras, donde a veces faltaba la ayuda de un marco arquitectónico fugado, se fueron encontrando numerosos recursos como el escorzo o los fon-
HISTORIETA
dos, que facilitaban también la sensación tridimensional.2
El esforzado camino del cómic en busca de tiempo, movimiento y profundidad es especialmente ilustrativo porque hubo de recorrerse con mucho ingenio para superar las limitaciones que tenía el soporte técnico inevitable de la viñeta dibujada. El cine recorrió caminos similares, pero quizá tuvo que exigirse menos, al incluir ya su base técni
ca el tiempo y el movimiento. Lo que la cinta de celuloide daba por su propia constitución, el cómic lo tuvo que adquirir con muchas horas de ajuste fino. A veces lo hizo siguiendo las enseñanzas procedentes de la pintura y del dibujo, pero en otras ocasiones desarrolló sistemas inéditos, en muchas ocasiones observados en el cine.
Algunas de estas convenciones gráficas se habían puesto a punto en el largo
¡&""«S3 Plá6"l**d«i¿ )ârteè"t
Figura 5
camino recorrido por la pintura realista en busca de la mimesis y la verosimilitud. Eran más bien descubrimientos de sistemas gráficos que activan nuestra percepción para que reconozca, en presencia del dibujo, lo mismo que reconocería en presencia de la realidad. Así, por ejemplo, ya se sabía mucho sobre cómo manifestar estados de ánimo según las curvaturas de la boca,1 o se conocía sobradamente que por efecto de la perspectiva, una figura lejana aparecerá más pequeña junto a la figura del primer plano (véase fig. I).
Otras convenciones son más específicas del cómic y no parecen tener una base en el mundo real. Son invenciones arbitrarias, nuevas formas de escritura, que en algunos casos han sido asimiladas por el público y en otros no. Es el caso de los rayos y calaveras que salen de la boca de un personaje para expresar enfados e insultos (véase^íg. 2). Se estableció su empleo artificialmente y se empezaron a utilizar con esa intención hasta que ahora todos asociamos esos trazos con un mismo significado. Para que sean reconocidos es necesaria una fuerte aportación del espectador, que necesita una cultura visual educada previamente para reconocer un insulto en lo que alguien ajeno a nuestros códigos no vería más que la línea quebrada de un rayo. Claro que también hace falta una formación previa para entender que dos fi-
1 m V\ :
¡Mi "whisKu''especie de cromaanon...! ¡M¡ "whisky" mameluco... I i l/smjoiro.., I ¡Espantajo... / •7 JO I i'Esp an tajo... /
^W-^^
~xy~-
vNn-«S' >~—«. . - r *v*x .:»
Figura 6
i Deténganlo ! IDeténganlo f
C ¿Oué hau qué detener?
aniel jDeténganlo I
/'Vou corriendo ' 7 por él l
¡Detengan loi ¡Deténganlo! ¡Deténganlo ' j Alto, jovencito, no va usted a escaparse. tSSÍI
Figura 7
guras dibujadas juntas pero con distinto tamaño están a diferente distancia dentro de una perspectiva. Una persona de la Edad Media, por ejemplo, habría entendido al verlas que la grande era el personaje principal (un santo, por ejemplo) y la pequeña uno secundario (el oferente).
A partir de aquí, se intentará explicar, por una parte, cómo el cómic, a medio camino entre el dibujo y el cine, supo descubrir que su esencia está en el montaje, y por otro lado, se recordarán algunas de las convenciones gráficas que puso a punto, como por ejemplo, los atajos narrativos o elipsis, el empleo de la viñeta como escenario, el recurso a la imposible profundidad de campo, la invención de trazos especiales para expresar movimiento o estados de ánimo, la traducción gráfica de onomatopeyas y ruidos, el empleo del globo y la superposición de tramas y argumentos.
El montaje
En primer lugar, conviene recordar que los aspectos gráficos en el cómic están al servicio de su carácter narrativo y que esto le distancia de la sistemática del dibujo aislado. Aquí lo importante es entender un relato, una acción, y no tanto el definir un paisaje, una situación aislada o un personaje. Por tanto, esto justifica la fuerte esquematización o resumen formal que, con frecuencia, presentan las figuras de cómic, en aras de una mayor claridad de todo el conjunto, porque resumir para contar más es costoso y exige concentración y medios propios.
Pero donde el cómic alcanza toda su autonomía respecto al dibujo o la pintura es en su carácter secuencial. Así, se aproxima al cine, con el que comparte la necesidad del montaje. Un cómic no es una mera acumulación de buenos dibu
jos, sino un conjunto que relata una historia. Depende básicamente de su carácter continuo, un poco como el cine, que tiene que pasar necesariamente por estar contenido en una cinta que se proyecta. En ambos medios el montaje es imprescindible, y es el verdadero responsable de la unidad de estas obras de arte. A veces, el montaje se llevará hasta extremos alucinantes, como ocurre en Pulp Fiction, de Quentin Tarantino: un guión circular que acaba donde empezó y podría empalmar la cola de la película con su comienzo, en una proyección infinita. El tiempo se ha dilatado por encima de lo posible y entramos en un mundo en el que la fantasía gobierna las dimensiones. También el álbum Stock de coque empieza con la palabra «fin» en la pantalla del cine al que asisten Tintín y Hadock.
No obstante, decidir cuál es la clave
HISTORIETA
Estas contento ye verme, ¡ eh, viSÍO Cachalote, ? ianlOs a
remo :<jr-lo con t sA?.
...¿Que esteiis aguí.. ? Pues muu sencillo. Mando uno de Jos mercantes de Gorgonzola, Ayer recibí orden de cambiar de rumbo,u esta mañana,como por ca-Sualidad,nos cruzamos con el "Shéhérazade ''.No esta mal el truco,
Xjyerdad? qsíes... ¿ Y podemos saber /o oue van a hacer con nosotros?
Si son buenecitos Jes desembarcaremos, pero no en La Meca,jclarol
Én Wadesdah.
LL——Me •"=
¿SO chiquito, no tenqo tjo por Oue saberlo. Debes de tener sed;
bebe a mi salud---
¡Ni pensarlo I Y vas a desembarcamos ^n ¿6 Mecsjsabes?... Sino...
f? Si no¿oué'?i Ja,ja, ja ¡ ? i Ja,ja,ja! Te ¿ajo Wue seas buenecito- No
| o/vides oue estamos en elmar/fojo, donde abundan tos tiburones . lo sabes... Ahora, oomo soy buan chico/ ahí te dejo esta bote/la para oue te consueles.
Bi/e, Bue... Llegaremos pasado mañana. Así tendras tiempo de pensar en un curioso problema ; ¿ duermes con la barba
: enc/ma o a/ebajo ríe /OÍS sábanas ?
Figura
de un medio de expresión a veces no es inmediato. En la historia del cine,4 por ejemplo, son apasionantes los momentos en los que se discutió si la esencia del nuevo arte estaba en el plano o en el montaje. Los pioneros americanos, como Griffith, dieron por sentado que el plano era vital y emplearon sus energías en determinar el papel que desempeñaría la cámara para definirlo. Griffith supo ver que la cámara no era un recuadro estático encargado de registrar los planos, sino la representante móvil de la mirada del espectador. La cámara debía ir tras la acción en vez de esperar a que las cosas pasaran ante ella. Fue un primer paso clarividente que consiguió que el cine no fuera un mero teatro reprodu-cible sino un medio nuevo.
Pero fue el cine ruso anterior a 1925 el que vio la primacía del montaje sobre el plano, en películas como El Acorazado Potemkim, de Einsestein. Así, no era necesario que cadap/a«o fuera fuertemen
te descriptivo, y la mera secuencia de planos debía narrar cómo variaba un estado de ánimo, o era la encargada de relacionar varias partes de una misma situación. El papel determinante de los empalmes aumentaba porque no existía la voz o la música para dotar de unidad el relato. Las imágenes yuxtapuestas debían decirlo todo. No todas las investigaciones fueron en la misma dirección. El cine alemán expresionista de la época se centró, por ejemplo, en dotar al plano de la mayor capacidad expresiva, algo en lo que también merecía la pena avanzar, pero que quizá no era la esencia del arte que estaba naciendo.
Cuando se trabaja con sucesiones de encuadres, tanto en el cómic como en el cine, es clave encontrar el punto justo de separación entre ellos. Ni demasiado distantes, porque el espectador no sería capaz de rellenar los espacios intermedios suprimidos por la elipsis, ni demasiado juntos, porque se desperdiciaría
espacio y el relato perdería ritmo o se haría trivial. Con el término medio acertaba Hergé cuando sostenía que el ideal del cómic5 está en que cada viñeta contenga un poco de la anterior y algo de la siguiente.
Esto se aprecia muy bien en el desembarco de cajas desde un junco, en El Loto Azul (véase fig. 3). La primera viñeta anuncia la silueta de un barco al fondo y un junco en primer plano, con el que parece relacionarse. En la siguiente, sólo se ve el junco, con unos tripulantes que se asoman por la borda con un gancho largo, que utilizarán en la próxima viñeta para recoger unas cajas que flotan. El barco mercante alejándose por el horizonte hilvana esta escena con el principio. Aparece después una playa en primer plano, con personas que esperan al junco ahora lejano. Enseguida se ve cómo descargan las cajas. En la siguiente viñeta se resume todo lo relatado hasta el momento y se anuncia lo próximo: el
otro, incorporando por el camino cantidad de datos sin dibujarlos.
El dibujo parece aquí haber pasado a un segundo plano. Incluso, como es de noche, lo más que vemos son siluetas. La primacía es para la secuencia y el ritmo. De hecho, muchas veces no sabremos recordar trazos concretos, caras o colores, pero sí nos habrá quedado muy claro qué es lo que ha pasado y a quién. Además, se han conseguido comprimir en pocas viñetas varios kilómetros de distancia entre el barco mercante y la carretera de costa, y un espacio de tiempo largo en el que pasan muchas cosas. La viñeta en la que aparece el mercante al fondo, el junco en el medio y los que esperan en la playa es, en este sentido, la mejor, porque resume ella sola todo el tiempo del incidente y el espacio global en que se desarrolla. ¿Es magia? No, se trata del empleo magistral de verdaderos atajos.
Atajos narrativos
Como se acaba de ver, los atajos sirven para contar más cosas en menos espacio, resumiendo en el instante de una sola viñeta el paso de mucho tiempo o
49 CLIJ136
junco esta al rondo, los hombres con las cajas se mueven por la playa y a la derecha asoma el faro de un coche, hasta ahora desconocido. Es el vehículo que cerrará la serie, alejándose por una carretera. Hay muchas cosas que, mientras
tanto, no hemos visto pero están ahí. Por ejemplo, no cabe duda de que las cajas procedían del buque mercante que se escapa por el horizonte lejano y ahora han pasado a un coche que también se aleja. La acción va fluyendo de un recuadro a
N ^ X A A
&ROULV 8&
Figura 9
HISTORIETA
reflejando en el espacio limitado del recuadro el desplazamiento por una extensión considerable, sin necesidad de presentar todos los pasos intermedios de una acción. Con ellos se busca no sólo aprovechar al máximo la siempre limita
da extensión de una viñeta o un álbum, sino conseguir la mayor intensidad y emoción que permita el medio. A veces, cuando se quiera transmitir calma (lo contrario de intensidad), se detendrá el ritmo habitual de las viñetas para incluir
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§ Figura 11
un dibujo que ocupa varias tiras y apoderarse de todo el tiempo y el espacio que a ellas correspondía. Es el caso de las portadas, o de altos en el camino como el que se produce en el magnífico plano secuencia en el que Tintín encuentra el avión de Tchang estrellado en el Himalaya (véase fig. 4).
Entre las viñetas que Hergé consideraba mejores no se cuentan las de dibujo preciosista o las más documentadas, sino aquellas que se convertían en verdaderos atajos narrativos, lo cual deja claro dónde pensaba él que está la clave del cómic. Una de ellas se encuentra en El cangrejo de las pinzas de oro (véase fig. 5), cuando el capitán Hadock se enfrenta a los beduinos que les disparaban desde unas dunas. El capitán viene por la izquierda, pero no se le ha dibujado. Sabemos que es él por su característica serie de imprecaciones. Se representa así a una persona con unas palabras, y la duna se prolonga virtualmente hacia la izquierda, por donde viene Hadock. Este alarde no es nada en comparación con lo que se hace para describirnos en una sola viñeta la secuencia de movimientos de un beduino levantándose y huyendo. Se utiliza toda la fila de bandidos para que cada uno aparezca en una fase del movimiento individual, y juntos completen el proceso que cada uno ha seguido para ponerse en pie. Para ello se emplea también el marco geométrico de la viñeta. El primer beduino aparece abajo a la izquierda, representando la posición de tumbado tras la duna. Los demás se van reduciendo de tamaño y variando de posición, mientras describen un arco geométrico y narrativo hacia el extremo superior derecho, por el que huyen. Se escapan, prolongando la dimensión virtual de la viñeta, esta vez por la derecha. Un pequeño recuadro nos relata toda la carrera del capitán Hadock, sin dibujarle siquiera, y la de sus perseguidores, ahora perseguidos. Unos cuantos minutos de acción y un buen trozo de desierto en los reducidos límites de un dibujo. ¿Alguien da más?
Personalmente, creo que es el propio Hergé quien da más todavía en una viñeta de Tintín en el Tibet (véase fig. 6). En ella se nos cuentan varias horas de la vida del Yeti y sus jocosas relaciones con el capitán Hadock, pero sin dibujar
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Figura 12 Figura 13
al misterioso Hombre de las Nieves. O más bien, dibujando su vida y su recorrido sobre un soporte imposible como es la nieve. La inmensidad blanca que invade todo este álbum es, en principio, enemiga del dibujo, es como el negativo de la famosa línea clara que institucionalizó Hergé. Dibujar nieve, en un có-mic, equivale a no dibujar nada, dejando el espacio en blanco. En el más difícil todavía, se marcan aquí sobre ese soporte blanco las últimas peripecias del Yeti. Podemos asistir, siguiendo sus huellas, a su hallazgo de la botella perdida por Hadock. Tiempo más tarde vienen las consecuencias en forma de borrachera y caída, seguida de la huida con pasos vacilantes hacia la montaña lejana. En el extremo izquierdo de la viñeta, Hadock vociferando; en el extremo derecho, el Yeti, que se ha ido, presente sin necesidad de ser representado. De una esquina a otra del dibujo, muchos kilómetros de
Himalaya trasladados para nosotros a un pequeño recuadro por la genialidad de Hergé. Entre medias, la inmensidad blanca del no-dibujo de la nieve.
La viñeta como escenario
Ya se ha visto cómo el plano, en el cine, intentó no ser una mera reproducción de la boca de un escenario en el teatro, y lo consiguió moviéndose él en vez de recuadrar una escena que se mueve. Algo similar sucede en el cómic, con el uso de primeros planos, contraplanos, picados o travellings. Aunque aquí, además, el contorno geométrico de la viñeta se convierte a veces en un nuevo elemento para configurar la acción.
La parte inferior de la viñeta será, en muchas ocasiones, no sólo el límite inferior del dibujo, necesario para lotificar la página, sino también el suelo por
el que discurra la acción de los personajes. Así, ficción y soporte se funden, y no se acaba de saber dónde empieza el dibujo (realidad ficticia) y dónde acaba la realidad (el espectador y el papel). Entramos y salimos de la pantalla como en La rosa púrpura del Cairo. Una persecución por los pasillos de un trasatlántico, en Los cigarros del Faraón (véase fig. 7), se sirve del borde inferior de las viñetas, que hace de suelo, para trabar toda la acción. Por él corren en un sentido u otro los diversos personajes. También permanece casi fija la barandilla del barco, que sólo se interrumpe para saltar de una viñeta a otra pero es siempre la misma y atraviesa todos los recuadros consecutivos sirviendo de trabazón a la escena. Es un curioso travelling en el que el marco de la viñeta se desplaza sobre el suelo del barco para seguir una carrera.
En una espectacular serie de Stock de
HISTORIETA
coque (véase fig. 8), se emplea la posición relativa del marco respecto a las líneas del dibujo interior para transmitir la sensación de que estamos dentro de un barco que se balancea. El marco de la viñeta permanece estable y ortogonal, pero las líneas de las puertas, la mesa y los catres del camarote se descuadran ligeramente respecto al borde, en cada viñeta hacia un lado.
El borde de la viñeta también es en muchas ocasiones como la boca de un escenario o como un plano fijo. Se establece así una zona visible e iluminada y se dan a entender otras zonas que están detrás o a los lados y que quedan fuera del alcance de nuestra vista pero están ahí. De esta forma se amplía a placer el espacio escénico, acentuando las dimensiones o aumentando la expectación y el misterio, al no poder abarcarlo todo. Otra vez es Stock de coque el álbum que proporciona un buen ejemplo (véase fig. 9), con una viñeta en la que conversan nuestros héroes mientras se superpone un felino al que no vemos, que persigue a Milu. Todos miran hacia fuera de la escena, a la izquierda, de donde viene un terrible rugido. Milu pasa rápido y se dirige hacia la derecha, intentando salir cuanto antes del encuadre de la cámara. Lleva en su boca un hueso cuyo robo sugiere la más que probable causa del enfado del felino. Ampliando virtualmente los límites de la escena, haciendo trabajar a algunos personajes desde fuera, se consigue relatar en una viñeta una larga acción para la que un principiante habría necesitado varios dibujos o un costoso formato especial.
En otras ocasiones, se recurre al conocido método de empalmar varias viñetas para crear una de proporciones desacostumbradas, por ejemplo, muy larga, con lo que se puede conseguir una toma a medio camino entre el plano secuencia, la panorámica y el travelling. Es lo que ocurre cuando todos caminan hacia el Himalaya, en Tintín en el Tibet (véase fig. 10). Lo interesante es ver cómo se varían las dimensiones allí donde más se necesita. Así ocurre en el ataque de unos aviones a la barca de Tintín en Stock de coque (véase fig. 11). En esta escena aparece un medio nuevo, el aéreo, con movimientos particulares y,
Colección de pílleles, ¿eso es lo que os enseñan en la escuela?
¡Capitán/¿Llsied aq.
Sí... Ydése cuenta de que esta banda de des-carados ha tenido el valor de recibirme sacando ¡a lengua.
lita 'piran, es como - te en el Tibet..
Pues claro, c se saluda la Bxplíqueme ahora por aué
" —' 'sted aguí. Ye'creía que,..
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jAh! Bs-.es...unasorpresa ... ¿sabes ? Mira.
Ejem,go...ttJ... Me había quedado con la ma'guina 'fotoqra'fíca. Entonces creí—medije-sela vou a l/e¡/ar. Ploran...Cosa.-.Turco, el de alia' abajo, puso un. . quía u caballos a mi dis -
posición. hiÇue' amabilidad/ f Y represara t r¡nmgdiai
Pues ahora,como ua esiou aquí, estou pensando que quizá te
acompañe un poco.--
Éso sería magnífico, pero aún no he encontrado guien nos quíe hasta el
¿Hocico del Yac t'¡Mo ir alla^Kou-cho/ No ir... Migou allí arriba. Semana pasada él matar uac
cerca del pueblo. • •
ZuTUí turba, -7n¿¿6 ÙuïcCe...
AQUÍ'Koucho...,aouípastor encontrar uao matado por migou-
tzs cierto. Mire, capitán. No hau falta guía, Milu nos indicara el camino. Ya ha olfateado
ía pista...
rías sido muu simpático ouia'ndonos hasta aguí.. líue'ívete sin tardar a tu casa
Hasta la vista.amioo, u gracias
Figura 14
para la ocasión, se varía el sistema habitual de recuadros. Se intentan potenciar las tomas verticales, en picado invertido, para que tengamos la misma sensación que los personajes. Esto se refuerza puntuando las viñetas con elementos como el mástil y las jarcias, que aumentan la
sensación de verticalidad. No vale el horizonte fugado habitual y se intenta reflejar la visión dinámica que crean los aviones. Incluso cuando éstos se aproximan, la toma se hace desde la misma altura de los aeroplanos, siguiendo su desplazamiento.
j ¡Truenos y rauas! ¡Muchachos, 1 ' que yate 1 /A Qw'en. pertenece? i fVh! Pero... Caramba.¿Secelebré
el carnaval a boro/o?
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rerda.-.e,$cfior maroues, pero tcnoo <¡ue hacerle notar que la señora Casiaj, orey sue conoce\\ ¿7 los náufragos les Ira dado la bienvenida en nombre deiseñor
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Figura 15
La imposible profundidad de campo
Nuestra visión, el cine y la fotografía se enfrentan al problema del enfoque, pues siempre trabajan con lentes interpuestas entre el espectador y la acción.
Esas lentes sólo pueden presentar bien enfocada una cierta zona (llamada profundidad de campo), y el resto se emborrona. Las experiencias renacentistas con la cámara oscura aportaron un remedio para este problema, reduciendo la apertura del diafragma, porque según
las leyes ópticas esto permite observar una mayor cantidad de objetos distantes dentro del enfoque. Los operadores de fotografía y cine emplearon este recurso para presentar bien enfocados un primer plano y una escena posterior, siempre al precio de que cuando se reduce la apertura disminuye la luz y las condiciones de trabajo empeoran (hace falta más iluminación artificial o más exposición). Es conocido el asombro que causó Ciudadano Kane, que conseguía gran tensión visual al introducir continuamente dentro de campo a dos figuras distantes y se servía de las peores condiciones de apertura para acentuar los contrastes de luz y el dramatismo. En todo caso, la lucha por una mayor profundidad de campo ha sido característica de los nuevos medios de expresión, que acogieron con alivio la invención de lentes más capaces como los grandes angulares.
El dibujo tiene una superioridad natural sobre la cámara en todo este tema, y la ha explotado siempre para poder trabajar en profundidad, con el artificio de acumular sin perder definición primeros planos, planos intermedios y fondos.
De todos modos, el cómic es deudor de la visión cinematográfica, y toma lo que quiere del dibujo clásico y lo que le interesa de los nuevos medios. Esto se nota muy bien en una viñeta de las Joyas de la Castafiore (véase fig. 12) en la que vemos cómo se encuadra la escena con recursos propios de una cámara y se acude a un plano americano de cintura para arriba de los personajes más próximos y un lejano Tornasol que queda dentro de enfoque. En la estrecha habitación, una cámara lo pasaría mal para captar todo con nitidez, pero aquí no hay limitaciones y se puede conseguir profundidad de campo donde no la hay. Además, esa mayor profundidad que aporta el dibujo sobre la cámara se refuerza con medios propios de la perspectiva tradicional, como en este caso son los fuertes escorzos de Tintín y el capitán. No dejan de ser los mismos recursos que había buscado el Barroco, perforando el sistema anterior de escenas en planos paralelos, con figuras y elementos que pertenecían a varios planos.6 Un buen ejemplo de este sistema, luego recuperado por el cómic7 serían los fuertes escor-
HISTORIETA
zos de los protagonistas de Las lanzas, de Velázquez.
Aunque el dibujo cuenta, como se ha visto, con recursos propios para soslayar el desenfoque, es tal el peso de la visión fotográfica en nuestros días que, a veces, se imitan sus imperfecciones para hacer un dibujo más verosímil. Es el caso de recientes películas de dibujos animados, que desenfocan un fondo respecto a la figura {Tarzan, de Disney), como lo haría un teleobjetivo, o bien que desenfocan un primer plano respecto al plano principal, como pasa en Mulanh, de Disney, con las ramas del cerezo bajo el que hablan la chica y su padre.
Trazos especiales
Otro sistema habitual que el cómic ha empleado para expresar movimientos y ruidos es el uso de trazos especiales que los representan. Esto supone un gran avance respecto a los medios del dibujo tradicional, que se tenía que contentar con resumir un movimiento con su postura más característica. Otra vez han sido la fotografía y el cine los que abrieron nuevas posibilidades. Gracias a ellos se conoció científicamente la seriación de determinados movimientos (es clásico el estudio del paso de un caballo). Con las fotografías cinéticas y con el fenómeno de la persistencia en la retina, se fue haciendo familiar, por ejemplo, la imagen superpuesta de las distintas fases del movimiento de una pierna. Ahora nadie pensaría que aquello representa a una persona con ocho piernas. Son simplemente ocho fases de un movimiento, acumuladas en un mismo dibujo. Pero ha sido necesaria toda una educación visual de nuestra forma de mirar, gracias al cine y la fotografía, para que se acepten estas convenciones. Y cuando la convención es asimilada, se puede dar un paso más de abstracción, y el movimiento (véase fig. 13) se consigue con unas simples líneas que rodean el cuerpo, o una espiral, o unas gotas de sudor surgiendo de la cara asombrada.
En el cómic hay muchos otros trazos que configuran casi un lenguaje propio. Con ellos se consiguen expresar todas las realidades que no se pueden contar con palabras o con figuras. Es curioso
porque se supera una limitación tradicional del dibujo, gracias a él mismo, sin abandonar el medio plano del que se depende. Existe ya todo un repertorio de signos para explicar onomatopeyas, explosiones, rugidos o estados de ánimo, además de los globos que se deben integrar en el exiguo espacio de la viñeta. Es interesante comprobar que esto no se ha hecho con signos abstractos y arbitrarios (como hace la escritura con los sonidos de las palabras), sino que se ha empleado la poderosa capacidad metafórica1 del dibujo para representar un coscorrón, por ejemplo, no con un sonido traducido a letras, sino con estrellitas que es lo que uno más o menos ve cuando se golpea. Por otro lado, este mecanismo no es muy diferente del empleado cuando se habla de la cola de un piano, la pata de una mesa o la coronación de un edificio.
Superposición de tramas
El cómic ha intentado, con más o menos éxito, superponer varias acciones y escenarios en una misma serie de viñetas, dando mayor compacidad al relato y sacando doble partido al dibujo ya realizado. A algo similar aspira el cine cuando superpone varios arcos arguméntales, o la novela cuando simultánea varias escenas paralelas. De esta manera, el tiempo y el espacio se aprovechan al máximo, como pretendía hacer el cubismo, atento a integrar las facetas más variadas de la realidad en una misma trama compleja.
Hergé se convirtió en un maestro de la superposición de argumentos, gracias a la afortunada aparición conjunta en muchas viñetas de varios paradigmas humanos, representados sobre todo por el quijotesco Tintín, su perro Milu en el papel de Sancho Panza y el capitán Ha-dock, un héroe por accidente. Esto se consigue, desde luego, con procedimientos gráficos y de guión. Un ejemplo interesante es la serie de viñetas que narra el reencuentro, en el Tibet, de Hadock y Tintín, después de un temporal abandono del capitán. Las figuras principales dibujan la escena del encuentro, mientras todos los chiquillos del poblado empiezan a desarrollar por detrás una esce-
54 CUJÍ 36
na paralela en la que aprenden el peculiar saludo de Hadock (véase fig. 14). Otro caso espectacular es el ametrallamiento ya comentado de una barca, en Stock de coque (véase fig. 11), donde todos nosotros estamos aturdidos siguiendo los disparos que pasan cerca, mientras una cuerda del barco se balancea continuamente en torno a la cabeza de Hadock hasta acabar derribando al héroe, con el que las balas no habían podido.
Por último, vale la pena seguir las evoluciones del jersey de Hadock en unas viñetas de Stock de coque (véase fig. 15), para apreciar el fino sentido del humor de Hergé, que mientras nos cuenta el rescate de los náufragos, no se olvida de que el capitán se quitó el jersey para hacer una bandera, y con su tradicional despiste, se lo ha colocado del revés, con el ancla en la espalda. La litote se lleva al extremo porque todos pueden darse cuenta de la confusión excepto el propio protagonista que, como Chariot, vive feliz en medio de su ridículo.
En definitiva, todas las escenas comentadas, nos hablan de un medio, el cómic, seguro de sí mismo, que no se conforma con las exiguas dos dimensiones que se le han concedido e intenta, en sus creaciones más emblemáticas, traspasar con sutiles atajos las limitaciones del tiempo y del espacio, en una búsqueda acaso tan inteligente como la de la ciencia intentando dilatar, para el hombre moderno, los límites del universo. •
* Fernando Zaparaín Hernández es doctor Arquitecto y profesor de Proyectos en la ETSA de Valladolid.
Notas 1. Gombrich, Ernst H., «La psicología del estilo», en Gombrich esencial, Madrid: Debate, 1997, p. 83 y ss. 2. Wôlffling, Heinrich, Conceptos fundamentales de la Historia del Arte, Madrid: Espasa Calpe, 1987. 3. Montes, Carlos, El cómic: potencialidades del lenguaje gráfico e ilusión de realidad, Valladolid: ICE, 1989, p. 9yss. 4. García Escudero, José Ma, Vamos a hablar de cine, Madrid: Salvat, 1970, p. 62 y ss. 5. Asouline, Pierre, Hergé, Barcelona: Destino, 1997, p. 249. 6. Wôlffling, H., op. cit., p. 158. 7. D'Ors, Juan Eugenio, Tintín, Hergé y los demás, Madrid: Libertarias, 1985. 8. Gombrich, E.H., «La imagen visual; su lugar en la comunicación», en op. cit., p. 41 y ss.
LOS 100 DEL SIGLO XX
Los recuerdos de una vaca sabia
por Javier Flor Rebañal*
S i los hindúes designan con la palabra Go a su animal sagrado, los lectores de
libros tenemos la palabra Mo para reconocer a la vaca más sabia que puebla la literatura infantil española del siglo xx. Una vaca que nació como personaje literario en 1991, de la mano de Bernardo At-xaga, y que narra sus recuerdos vacunos desde su nacimiento en 1940, al final de la Guerra Civil española, hasta los albores del siglo XXT, cincuenta años después.
Mo es una vaca reflexiva y pensante, a veces combativa, a veces perezosa, siempre acompañada de otros seres que le ayudarán a expresar sus pensamientos. Así irá Mo desgranando una filosofía de una vida agridulce que le servirá para diferenciarse del resto de su especie y proclamar esa gran máxima que es la quintaesencia de la novela: «No hay nada más tonto que una vaca tonta».
El mirlo de Asteasu
Asteasu, el pueblo natal de Bernardo Atxaga, vio nacer a un niño curioso, en 1951, que pronto empezó a volar libremente por el mundo, estudiar Economía y dedicarse, a partir de los años 70, a escribir, primero poesía y luego novelas para todo tipo de lectores. Bernardo llegó a la literatura infantil voluntaria y gozosamente en los años 80 creando personajes como Nikolasa —aviadora sin par— o Ramuntxo —detective con par—, gérmenes de otros personajes posteriores: Mo, Bambulo, Shola. Premio Na-
Behi euskaldun baten memoriak Bernardo Atxaga, Ilustraciones de Pedro Osés. Editorial Pamiela. Pamplona, 1991. Existe edición en castellano —Memorias de una vaca (SM, 1992)— y en catalán —Memóries d'una vaca (Cru'ílla, 1992)—.
cional de Literatura en 1989 por Obaba-koak, una novela que recrea historias de un pueblo tan real como los lugares y los espacios en los que Memorias de una vaca se mueve, dos obras bastante relacionadas.
Vaca dichosa no tiene historia: Mo sí
Mo es una vaca con historia, a ratos dichosa, a ratos no. Desde su alumbramiento empieza a sentir que a su alrededor pasan cosas de las que sólo ella se da cuenta. Es el comienzo de la posguerra española, que Mo va observando con mansedumbre y buena agudeza mental. En su intento de comprender el mundo, distanciándose de otras vacas, encuentra un copain, La Vache qui Rit, que le guía y aconseja junto a un personaje-
conciencia, conocido como El Pesado. Entre unos y otros desentrañarán el gran misterio que encierra el caserío natal de Mo, vigilado por tipos siniestros, receptor de extraños visitantes mensuales y con costumbres extrañas: periódicamente las vacas son encerradas a comer pienso compuesto pero por separado, bien las rojas, bien las negras. Un misterio que tiene que ver con la época y el lugar: los maquis que poblaron el norte de España. Después, Mo deambula por montes y pueblos hasta conocer a una joven monja para adoptarse y convivir mutuamente.
Escrito en primera persona, Mo es la voz que va desvelando con detalle los primeros años de su vida, coincidentes con los años 40. Después, los recuerdos son menores para dejar paso a una gran incógnita final: ¿habrá segunda parte de las memorias? La propia protagonista se da un plazo de diez años para plan-
LOS 100 DEL SIGLO XX
3ERNARD0 ATXAGA <
MEMORIAS
DE UNA VACA
teárselo, plazo que, casualidad, termina en el año 2001.
Vaca que no lo intenta...
Mo es una vaca que siempre está intentando e inventado cosas nuevas. Su humor es socarrón, sus dichos son sentencias, sus diálogos puro juego lingüís
tico, a veces muy complejo (mezclas idiomáticas), sus aventuras una graduada trama que genera intriga, sus ironías certeras. Un libro con muchos homenajes, algunos abiertamente declarados como el dedicado a Stevenson, y con muchas lecturas.
Una obra que hace de Mo una vaca muy humana que llega a ser más moralista que los episodios bíblicos que oye y
analiza, con más sensibilidad poética que algunos amantes que aparecen en la historia, con más capacidad de escudriñar su alma que ningún religioso. Una vaca prudente y taciturna, segura y vigorosa, charlatana y amante del silencio, perezosa y paciente, fiel y amiga de sus amigos, siempre en búsqueda de sí misma y siempre vital. Algunos dicen que tiene el diablo dentro, pero es un diablo bondadoso y que sólo se altera ante la injusticia o los lobos. Mo es una vaca sabia hasta en los desengaños afectivos: no es lo mismo saberlo que tragarlo.
Un libro ejemplo de que la literatura infantil es simplemente eso: literatura. Como diría Mo: el que quiera escuchar historias que abra los ojos, que abra los oídos, que abra un libro aunque sea por el otro lado (en este caso, estaríamos ante un/una impaciente que quiere saberlo todo muy rápido). El que quiera conocer a Mo que abra Memorias de una vaca. •
* Javier Flor Rebañal es psicólogo y coordinador de la revista de literatura infantil y juvenil Peonza, que se edita en Santander (Cantabria).
EMILIO TEIXIDOR MARCABRU
Y LA HOGUERA DE HIELO
TRADUCCIÓN DE ANGELINA GATEU.
I 'Ocell de Foc ha pasado a ser elegida Lsin discusión como una de las mejores obras de la literatura infantil y juvenil española del siglo xx. Emili Teixidor es au-
En busca de la propia identidad
por Assumpció L issón*
tor de obras para adultos. Es maestro, profesor, crítico, traductor, hasta consigue que se hable de libros en televisión (programa Milparaules), poeta y un gran conversador. Como maestro y amante de su tierra nos regaló una novela en la que un muchacho, poeta, de nombre ardiente y alado, recorre el país venciendo con la pa
labra al malhechor para llegar a conocer cuál es su origen y cuál es su futuro.
Aventuras en la Edad Media
Desde su publicación se ha convertido en libro de lectura de los muchachos de
L'Ocell de Foc Emili Teixidor. Editorial Cruïlla, Barcelona, 1984-2000. Primera edición en Laia, 1972. Existe edición en castellano —Marcabrú y la hoguera de hielo (Espasa Cal pe, 1985)—.
la edad del héroe. Esta novela de aventuras, editada por primera vez en 1972 (el tema suponía en aquella fecha una transgresión política), y traducida al castellano como Marcabrú y la hoguera de hielo, está situada en la Cataluña de la Edad Media entre unos castillos y un monasterio. Empieza el relato cuando tres caminantes y un niño se alejan del castillo, en el que han sido hospedados por el vizconde de Peguera, después de recibir un precioso regalo. Al niño, de unos 12 años, le llaman Ocell de Foc y parece desconocer su propia identidad. Poco más tarde son asaltados por unos bandoleros al servicio del mismo vizconde. El muchacho consigue huir y se dirige al monasterio de Fruitós. Dos personajes le ayudan: Roe Destraler, un ladrón, y un mago, Rasclet, que le aconseja hacerse pasar por peregrino.
Ocell va sintiendo la soledad, el miedo, el descontento ante la persecución a la que se siente sometido y proclama en versos sus sentimientos. De un juglar a otro los poemas van circulando y el pueblo los divulga.
«Qui em té recios no sap qué és desconsol Que no daría per un raig de sol, un cop de vent i el cant del rossinyol.»
De esa misma manera, Ocell conoce la historia de sus soberanos. Consigue llegar, aunque con dificultades, al monasterio de Fruitós y permanecer como un monaguillo más entre sus muros. Allí conoce a Arnau, que piensa en huir y quiere convencer a Ocell para que le acompañe, pero éste debe antes descu-
VICTORIA TUBAU, L'OCELL DE FOC, CRUILLA, 2 0 0 0 .
brir su identidad que sólo conoce un fraile. Van al castillo donde hay justas de caballeros y concurso de juglares, y el protagonista se da a conocer como Ocell de Foc, mientras que Arnau reta al vizconde de Peguera por bandolero. Muerto el malvado vizconde, Carmesina y su madre salvan a Ocell de Foc y a Arnau. Por fin, ambos se van a ayudar a Jaume I.
Arnau será armado caballero y volverá glorioso junto a Carmesma.
En el último capítulo, Ocell de Foc afirma su identidad de juglar y el brujo Rasclet, como adivino, habla del futuro del país.
El Cec de Cabrera canta:
«Terres de Provença qui us ha vist i us veu! Bessiers, Carcassona! ploreu, ploreu!»
La inclusión de poesías de diversos autores actuales o medievales hace la narración más creíble y literaria. El tema es fiel a la realidad histórica y la ambienta. Se va introduciendo la vida de la época (la vida en los caminos, la guerra, la vida en el monasterio o en el castillo, la peste, las diversas culturas...), mientras la acción se va desenvolviendo a través de los diálogos y de la narración del protagonista. Los textos de la época no se presentan entrecomillados, porque, le ha parecido al autor, que estaban bien escritos y que a los lectores les agradaría leerlos así.
Esta obra, anterior a El nombre de la rosa, es para los adolescentes que la leen la aventura que desearían vivir en un momento crucial, de iniciación también, de la historia de su tierra. Es curiosa la trama de esta novela ahora que se puede comparar con otra obra del autor, Cor de roure (1994), situada en la Cataluña del siglo xix. También un muchacho se enfrenta a una terrible aventura, también desconoce su identidad, aunque lo que más le preocupa es vencer por sí mismo la adversidad. Aquí será una muchacha la que le ayudará a defender una masía-fortaleza. El misterio, el amor y la seducción serán las bazas para un héroe más maduro. •
* Assumpció Lissón es bibliotecaria en la escuela «Costa i Llobera» de Barcelona, y crítica de LU.
Esta sección recoge los comentarios críticos sobre los libros seleccionados como los mejores del siglo xx en el VI Simposio sobre Literatura Infantil y Lectura que la Fundación Germán Sánchez Ruipérez organizó en junio de 2000. (Véase CU/130, p. 56.)
LA COLECCIÓN DEL MES
¿Quieres que juguemos al teatro?
por Ana Mar ía García Alonso*
I a práctica teatral infantil/juvenil siempre ha sido uno de nuestros ob-
L _ jetivos desde que nos adentramos en el mundo de la literatura. Así, títulos como Teatro Escolar o Joven Teatro, que contaron con importantes autores para su elaboración, tuvieron y, aún hoy tienen, una importante acogida y difusión.
Teníamos la base, y no podíamos dejarlo ahí. Debíamos continuar ofreciendo obras que siguiesen estimulando la capacidad imaginativa y creadora de niños y jóvenes. Esta fue nuestra premisa, nuestro lema: elaborar un material en el que no sólo pudiesen disfrutar como espectadores con la representación de una obra, sino que fuesen, ellos mismos, los actores, fundamentándonos en que hoy, si tenemos en cuenta la evolución que han sufrido tanto los criterios educativos como editoriales, consideramos a los niños no sólo como referente o paciente, sino también como agente, como sujeto activo.
Pero, además, nuestras expectativas iban más allá: la efectividad de las obras no sólo tenían su maravilloso final en el escenario, sino que debían funcionar como libro, en su doble vertiente de teatro leído y de obra impresa, para lo cual el contenido textual se consideró de suma importancia, pero a su vez, el contenido gráfico, ilustrado, representaba, igualmente, un ingrediente fundamental que no sólo serviría para recrear y reinventar el texto, sino que, en sí misma, constituiría una nueva propuesta de escenario, maquillaje y vestuario.
Y con esta filosofía nació, creció y sigue creciendo el número de títulos de Teatro incluidos en nuestro proyecto de animación a la lectura «Teer es Vivir» en dos de sus colecciones: Montaña Encantada, con títulos para Educación Infantil y Primaria, y Punto de Encuentro, con obras para Secundaria.
Y empezamos...
A partir de todos estos planteamientos era el turno de la elección de las obras. La búsqueda se centró en tres fuentes fundamentales:
— Teatro contemporáneo. — Teatro clásico. — Literatura popular. Nos encontramos con temáticas que
no admitían duda, como la navideña, incondicional en las aulas. Sin embargo, queríamos superar retos, como, por ejemplo, presentar gráficamente algo que en principio parece que sólo puede funcionar «en vivo», como es el Teatro de Guiñol.
Para los jóvenes, la dificultad radicaba en la propia selección, de ahí que dejásemos bien claros desde el principio los criterios a seguir, basándonos principalmente en temáticas de interés para ellos.
Muchas han sido las obras leídas y analizadas, de importantes autores, de autores desconocidos, de autores de siempre que nos llevaron a culminar la elección
en lo que ofrecemos: frescura de creación, planteamientos intemporales y estructuras clásicas.
Y cabe destacar que todas y cada una de las obras han sido representadas. Todas y cada una de las obras, pues, tienen una «consecuencia real», llevada a cabo por el coordinador teatral de la serie, José Canas Torregrosa, que ha puesto en escena cada título con todos sus alumnos, traspasando incluso nuestras fronteras.
— Educación Infantil. Nos fijamos, entre otras, en la fuente popular, cuya oralidad facilitaba de forma imponente su adaptación teatral. La sencillez estructural y la universalidad de los temas encontraron su actualización en tres adaptaciones: Juan Sinmiedo, La ratita presumida y El pastor mentiroso.
Como muestra del Teatro de Guiñol elegimos La princesa que no sabía estornudar, no sólo por lo que supone la representación con títeres, sino porque da pie a todo tipo de actividades relacionadas con la elaboración de las marionetas, potenciando al máximo la creatividad de los niños.
Como pretexto festivo para mostrar los elementos que componen un Belén viviente, contando con los más pequeños, se materializa Érase una vez un niño...
Cierra la lista Cardito Caracol, cuya sana simplicidad sin duda deleitará a niños y grandes.
—Educación Primaria. Nuestra apuesta para dicha etapa está basada en la recuperación de auténticas joyas del teatro infantil (Pluft, el fantasmita, El genera-Uto), adaptaciones de títulos de narrativa cuya estructura y acción sólo tenía que ser reorganizada para constituir una obra de teatro, por su gran contenido dramático (¡Atasco!) por un lado, o cuya temática servía como pretexto ideal, respetando la intencionalidad y belleza de su origen (La historia de un hombrecillo de papel), por otro, clásicos (El toro Ferdinando), temáticas de siempre y nuevos enfoques, que nos dieron la pauta para su elaboración.
— Educación Secundaria. Aquí hemos contado con autores de talla internacional y con el acierto incondicional que suponen nuestros clásicos. Así, La zapatera prodigiosa —de la que declara el propio Federico García Lorca: «Es una
farsa, más bien un ejemplo poético del alma humana... El color de la obra es accesorio... Desde luego la zapatera no es una mujer en particular, sino todas las mujeres...»— nos ofrece una temática universal, de ahí su modernidad; o De pasos y entremeses (Lope de Rueda, Miguel de Cervantes y Hnos. Alvarez Quintero), cuatro obras de tres autores de diferentes épocas que nos prestan la ligereza y comicidad del paso y del entremés.
De temática clásica son Esto es Troya y Erase una vez la revolución, en las que los héroes griegos y la época de Napoleón sirven para extrapolar temas tan actuales e intemporales como el tesón del hombre por alcanzar sus metas o la lucha por el poder.
De la mítica fábula de La cigarra y la hormiga toma su nombre y tema Cigarras y hormigas, en la que, sin embargo, y según declara su autor, Carlos Álva-rez-Novoa, «mi intención fue criticar el trabajo deshumanizado... frente a un mundo de libertad y amor».
Con Segismundo y Compañía se hace una propuesta muy clara: jugar al teatro dentro del teatro. Y se plantea haciendo un guiño, divertido, pero nunca irrespetuoso, a una de las obras más significativas de teatro español: La vida es sueño, de Calderón de la Barca. Con este texto se aprenderá que el teatro es algo vivo, con el que, desde diferentes puntos de vista, todos podemos disfrutar.
Las farsas, en su origen, se intercalaban en medio de la representación de autos sacramentales y misterios medievales, servían para distender, para provocar la risa y el esparcimiento, de ahí que siempre se relacionasen con lo cómico, lo bufonesco, lo grotesco. No es sólo una forma de contar la vida; también alcanza a los espectadores. Con las seis farsas que componen Farsas maravillosas, tanto actores como espectadores se divertirán, además de expresarse sobre temas tan importantes como la muerte.
De la mano de José Luis Alonso de Santos con Cartas de amor a Mary, Ángel Camacho con La consulta, y Jor-
LA COLECCIÓN DEL MES
Bibliografía
Educación Infantil Cardito Caracol, Inmaculada Díaz; il. Ana López Escrivá. El pastor mentiroso, adapt. Violeta Monreal; il. Violeta
Monreal. Juan Sinmiedo, adap. José Manuel Ballesteros; il. Enjamio. La princesa que no sabía estornudar, José Cañas; il. Rocío
Martínez. La ratita presumida, adap. José Manuel Ballesteros; il. Te
sa González. Una vez ocurrió que un niño..., Damián Cañas; il. Nivio
López Vigil.
Primaria ¡Atasco! (6 años), Pablo Prestifilippo; adapt. Ángeles Ji
ménez Soria; il. Pablo Prestifilippo. El parque enfermo (6 años), Damián Cañas; il. Olga Mir. La foto de Navidad (6 años), José Manuel Ballesteros; il.
Xosé Cobas. El toro Ferdinando (8 años), Munro Leaf; adapt. José Ca
ñas; il. Ángeles Peinador. La historia de un hombrecillo de papel (8 años), Fernando
Alonso; adapt. José Cañas; il. Elena Odriozola.
Ojos de botella de anís (8 años), J. Cañas; il. Violeta Monreal. Pluft, el fantasmita (8 años), Ma Clara Machado; il. Tesa
González. El Generalito (10 años), Jorge Díaz; il. Alicia Cañas. El profesor desinflado (10 años), Fernando Almena; il. Rocío
Martínez. Quico, el niño que quiso ser cómico (10 años), Miguel Me
dina Vicario; il. Teresa Novoa. Un país sin nombre (10 años), José Cañas; il. Ada García.
Secundaria Cigarras y hormigas, Carlos Álvarez-Novoa De pasos y entremeses, Lope de Rueda, Miguel de Cer
vantes y Hnos. Álvarez Quintero. Dos saínetes, Fernando Arrabal. Érase una vez la revolución, José Manuel Ballesteros. Esto es Troya, Francisco López Salamanca. Farsas maravillosas, Alfonso Zurro. La zapatera prodigiosa, Federico García Lorca. Segismundo y compañía, Fernando Lalana. Teatro breve, José Luis Alonso de Santos, Ángel Camacho
y Jorge Díaz.
ge Díaz con Epitafio, formamos el volumen de Teatro Breve, donde, por medio de dos personajes protagonistas, en un único decorado y en un espacio breve de tiempo, se nos ofrece el tragicómico desarrollo de tres obras en las que los autores, con su magistralidad, llegan a profundizar en importantes aspectos de crítica social.
Como colofón, no podía falta el teatro del absurdo, cuya máxima expresión la tenemos en Fernando Arrabal con Dos saínetes, en los que, como él mismo declara, «los saínetes gustan, ¡y asustan!, al propio autor porque alteran el orden de las cosas...». La invitación está servida.
Material complementario
La parte central, la del sujeto activo, el actor, estaba cubierta. Sin embargo, muchos eran los educadores que solicitaban no sólo contenidos para trabajar en las aulas, sino también guías, premisas que
les ayudasen a obtener lo mejor de las obras, a conocer, antes de actuar, las directrices que les orientasen y preparasen ante el elenco de actores en potencia que conforman su clase y conseguir de ellos el máximo de sí mismos.
Para ello y de la mano de nuestro experto en teatro, José Cañas, se elaboraron, por un lado, las «Claves de puesta en escena», correspondientes e individuales a cada título, en las que se desgrana la obra, y, por otro, lo que hemos denominado «Propuesta para hacer teatro en Educación Infantil y Primaria» y «Programa básico de Expresión Dramática en Secundaria», en los que se explica nuestro «particular decálogo», y se ofrecen juegos de expresión dramática, talleres, técnicas auxiliares, montajes... de acuerdo a las pautas necesarias y correspondientes a cada ciclo educativo, y que resultan una guía perfecta de preparación y punto de partida.
Y, para terminar, conscientes de que el montaje de una obra puede dar pie a
muchas actividades, hemos creado todo un material lleno de color y sugerencias: un teatro de guiñol con marionetas con las que jugar y poder dibujar, o caretas para recortar y colorear, son la opción para los más pequeños. Sugerencias reales de vestuario, maquillaje, escenografía... en las fichas del «paso a paso», en las que, por medio de fotografías, se explican materiales, se ofrecen directrices de corte y confección, se facilitan dibujos, se marcan pautas, en definitiva que ayudarán a aprovechar todo lo que se tenga a mano.
Nuestra intención ha sido cubrir las necesidades de todas los implicados: material para los niños y los jóvenes y para el profesorado.
Y ¿seguimos? Por supuesto. Bucear por el maravilloso mundo del teatro nos ha ayudado a descubrir las infinitas posibilidades que ofrece este género. Continuaremos, pues, ¡ayudando a actuar! •
* Ana María García Alonso es directora del Dpto. Infantil/Juvenil de Editorial Everest.
LA PRACTICA
23 de abril: un homenaje a la lectura
por Guadalupe Jover y M s Ángeles Rodríguez*
El ÍES «Azorín» de Elda-Pretel celebra el Día del Libro, el 23 de abril, por todo lo alto. Para ellos la jornada constituye un homenaje a los libros y a la relación que se establece entre obras y lectores. Por este motivo, profesores y alumnos se afanan en escoger el fragmento de un libro que leerán ese día a sus compañeros. Es todo un ritual, cuyos preparativos se disfrutan tanto como la ceremonia final.
Cada 23 de abril, Día del Libro, profesores y alumnos del ÍES «Azorín» se encaraman al escenario de la sala de actos para leer, para compartir una lectura con sus compañeros.
«Puedes leer lo que quieras: cualquier tema, cualquier género, cualquier tono, cualquier lengua. La única condición es que te guste a ti y que la lectura no sobrepase el minuto y medio». Así acaba la invitación que, año tras año, hacemos, casi de uno en uno, a todo el profesorado, alumnado y personal no docente del ÍES «Azorín.»
Y es que el 23 de abril ha acabado por convertirse en la fiesta grande del curso académico. En torno a las doce del mediodía y hasta las dos de la tarde, nos reunimos en el salón de actos todos los que queremos participar en este homenaje al libro, a los libros. Y también se rinde homenaje a los lectores y a la lectura. Porque, a diferencia de lo que ocurre con la ya tradicional lectura en voz alta del Quijote, aquí el centro de atención no está tanto en el libro, como en el encuentro entre éste y el lector. Se resalta el hecho de que cada uno haya escogido, entre los miles de textos posibles, uno solo, y haya querido compartirlo con los demás para ofrecer algo de sí mismo o bien descubrir a los otros el latido de unas líneas con las que tal vez nunca habían tropezado.
Los secretos de un ritual
Quienes ya conocen el rito tienen latente su recuerdo durante todo el año, y quizá cuando allá por octubre cae deter-
minado poema, o cuento, o ensayo en sus manos, se dicen: «Éste es. Esto es lo que leeré este año». Y la decisión ya está tomada. Otros, aun conocedores de la cita anual, zozobran hasta el final dubitativos, esperando un impulso de última hora que les arrastre hacia uno de esos dos o tres textos que tienen en cabeza, pero que no saben con cuál quedarse. ¿Qué leer? ¿Lo que a uno le bulle por dentro, y necesita arrancarse del alma? ¿O algo más bien que sorprenda, que inquiete, que invite a la reflexión al auditorio?
Si para unos, decíamos, la celebración del 23 de abril constituye un rito, para otros no deja de ser una sorpresa. Así ocurre con los alumnos y alumnas llegados ese mismo año al centro, o con los profesores aún con plaza provisional que no lo han vivido en artós anteriores. «Pero, ¿qué hay que leer?», preguntan. «Lo que quieras. Algo qu® te apetezca leernos a los demás por los motivos que sea. Y esos motivos te los puedes callar, o nos los puedes explicar en una breve presentación. Pues la lectura puede ir precedida de unas palabras en que, o bien te limitas a decir el nombre del autor y la obra de donde has extraído tu texto, o bien comentas el motivo de tu elección, por qué ha sido ése y no otro el texto que has elegido para compartir con nosotros. Puede ser un texto de física o de biología, un poema o un cuento breve, un fragmento de la Biblia o de una tragedia griega... Lo que quieras.»
Unos aceptan, otros declinan la invitación. Al final, acostumbramos a ser unos 40 o 45 —entre profesores y alumnos y, normalmente, repartidos al cincuenta por ciento—, quienes nos comprometemos a participar como lectores. El resto también lo hará, aunque en calidad de auditorio. Y así, la semana previa al 23 de abril, todas las tardes hay ensayos. Ensayos un tanto caóticos, es cierto, ya que, salvo tres o cuatro coordinadores del acto que procuran estar presentes todos los días, el resto se va distribuyendo para que dichos ensayos no resulten muy pesados. Solemos pedir que cada uno acuda un par de días, y si nos puede decir de antemano a qué hora le viene bien, procuraremos que no tenga que esperar mucho. Es cierto que a algunos les gus-
LA PRÁCTICA
ta pasar allí la tarde, y repetir al día siguiente, y así se teje una alegre red de complicidades. Solicitamos también la colaboración de los alumnos que saben tocar algún instrumento, porque cada lectura va acompañada de la interpretación de una pieza musical. Flautas, guitarras, órganos, violines... cada instrumento se selecciona en función de su adecuación al carácter del texto que ha de acompañar. Se prueba un instrumento, otro... Se opina acerca de si tal pieza absorbe demasiado la atención frente a un recitado... Algunas parejas de lectores y músicos vienen sugeridas por los propios participantes, porque quieren proyectar en esa fusión de melodía y palabra todo un complejo de afinidades o afectos. Son días entrañables, los de los ensayos.
Al mismo tiempo, se organizan otras actividades: los alumnos empapelan literalmente el centro con frases sacadas de aquí y allá, con versos que les han emocionado, con máximas de pensadores o de agitadores. En algunas clases, y también entre los profesores, se han intercambiado previamente pequeñas tarjetas de acuerdo con las normas del «amigo invisible» para que el mismo día 23 podamos regalar un libro y recibir otro con alguna dedicatoria escondida entre sus páginas...
El gran día
Y el día 23, con toda la solemnidad que la fecha requiere, sobre un escenario engalanado para la ocasión y lleno de libros, con un patio de butacas abarrotado de chicos y chicas que asisten porque quieren, pues allí no va nadie por obligación, empieza nuestro homenaje a los libros.
Tras una breve presentación del acto, que nos enmudece a todos y crea una atmósfera contenida de emoción y júbilo, comenzamos, uno tras otro, a subir al escenario. Al confeccionar el pequeño programa que ofrecemos a la entrada, hemos procurado ir alternando voces femeninas y masculinas, verso y prosa, ficción y no ficción, lecturas de profesores y lecturas de alumnos, unas lenguas y otras. Es ya casi una tradición empezar por algo de los griegos —siem-
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pre hay alguien dispuesto a leernos algún fragmento de la Ilíada o la Odisea, de Platón o de Aristófanes—, que se lee, claro está, en griego clásico, acompañado de la traducción al castellano. Esto no será insólito. Aunque muchos textos se leen traducidos, otros se leen en sus lenguas originales: escuchamos el latín en versos de Catulo o de Ovidio, el inglés de Shakespeare o de Alian Poe, el francés de Prevert o Saint Exupèry, el italiano de Rodari o Calvino, y por supuesto, a Salvador Espriu, a Joan Fus-ter, a Lluís Llach los escuchamos en catalán... Se lee tal vez el Génesis o el Eclesiastés, a Lorca o León Felipe, a Cavanilles o Henri Poincaré, a Indro Montanelli o Manuel Vicent, a Bene-detti o Neruda, a Jorge Wagensberg o Laín Entralgo, a Cervantes o don Antonio Machado... Solemos acabar con una pequeña dramatización que, tradicional-mente, corre a cargo de dos de los profesores de teatro del instituto, quienes nos hacen reír hasta saltársenos las lágrimas con sus interpretaciones de algún episodio del Quijote, de un poema de Alberti o unos diálogos de Jorge Edwards, por recordar lo vivido los tres últimos años.
Finalizado el acto, nadie se mueve de su butaca. Es como si no quisiéramos que aquello se acabara, y tuviéramos ganas de que nos leyeran más y más. Pocas veces tendremos una convicción tan profunda de que son los libros los que nos acercan a la entraña de los otros. Por eso, porque no queremos separarnos aún, porque queremos prolongar el momento, vamos todos, lectores y músicos, a comer juntos a la cantina del instituto, aunque sea un bocadillo. Lo importante es poder revivir, recordar, almacenar en la memoria anécdotas e impresiones; conversar sobre los libros. Y siempre hay quien dice, que aunque al año siguiente esté en otro centro, que por favor le avisemos, que no quiere perdérselo. Y tal vez esos, los que se van, se acuerden siempre de aquel 23 de abril en que la celebración del Día del Libro fue algo hondamente vivido y compartido. •
* Guadalupe Jover y Ma Ángeles Rodríguez son profesoras en el ÍES «Azorín» de Elda-Petrel (Alicante).
LIBROS
Lobo Olivier Douzou. Ilustraciones del autor. Traducción de Diana Luz Sánchez. Colección Los Especiales A la Orilla del Viento. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, D.F., 2000. 1.300 ptas.
Hay que ver cuánta literatura ha generado la figura del lobo. Se podría hacer un estudio sobre el trato literario que ha recibido este animal tan especial y, en realidad, tan maltratado por la especie humana. El libro que nos ocupa estaría entre los que proponen un juego visual a través del que se nos inocula un poquito el estrés que genera este animal peludo.
Por medio de una ingeniosa composición, este prestigioso grafista, autor, ilustrador y editor francés, juega con la paulatina aparición de un lobo que termina por comerse una zanahoria. Divertido, simpático y nada dulzón, sino que más bien rompe esquemas y ofrece una línea contundente y un color abrumador en sus páginas. Nuria Obiols.
Una nube Anne Herbauts. Ilustraciones del autor.. Traducción de Miguel Ángel Mendo. Editorial Kókinos. Madrid, 2000. 1.750 ptas.
¡Ay! ¡Qué triste es estar triste! Esto es más o menos lo que le ocurre a un oso llamado Edu. Una mañana se despierta con una nube encima de la cabeza. Una nube que representa su penita y a la que no hay manera de ahuyentar. Sólo el tiempo y el llanto consiguen que Edu se sienta mejor. Y así, como tantas veces ocurre, al día siguiente ya pasó todo.
Se trata de una historia bonita, contada de forma clara y usando la ade
cuada metáfora de la nube, para expresar esa tristeza que no sólo sienten los mayores. También los más pequeños tienen sus días grises y por ello esta historia, a buen seguro, les encantará. Las ilustraciones son muy acertadas y la línea es de lo más fresca y dinámica. Delicioso de verdad. Nuria Obiols.
Blancanieves y otros cuentos de princesas Tiziana Merani. Ilustraciones de Antongionata Ferrari. Traducción de Neus Devant. Colección La Voz y el Cuento. Editorial Montena. Barcelona, 2000. 1.990 ptas.
La princesa y el guisante y Piel de Asno son los otros cuentos que acompañan al de Blancanieves, en este álbum ilustrado. Para la ocasión, Tiziana Merani ha realizado unas adaptaciones de estos clásicos populares pensadas para la lectura en voz alta. Para ayudar a los declamadores en su quehacer, es decir, para señalar o sugerir entonación, pausas, ritmo, etc., se juega con la tipografía. La forma y el tamaño de las letras, la negrita o la cursiva, los espacios en blanco, el movimiento del texto, todo son pistas para que el narrador cambie el ritmo, la entonación, ponga mayor o menor énfasis en lo que lee.
Es una buena idea, y la verdad es que las adaptaciones de Merani son ágiles y contienen los elementos principales de estos cuentos tradicionales. Las ilustraciones hacen el resto. En este caso, son estilo Quentin Blake o, lo que es lo mismo, tienden a la caricatura, ponen la nota de comicidad en las historias, despojadas la carga de crueldad que tienen las primeras versiones. En la misma colección encontramos Caperucita Roja y otros cuentos de lobos malvados, y Pulgarcito y otros cuentos del bosque.
LIBROS/NOVEDADES
DE 6 A 8 ANOS
Miamor Babette Colé. Ilustraciones de la autora. Traducción de Celia Filipetto. Editorial Destino. Barcelona, 2001. 2.100 ptas. Existe edición en catalán —Amormeu—.
Miamor es un perro que va a sufrir en propia carne la llegada de un bebé a la familia, de un nuevo amor. Él va a pasar a un segundo término, por mucho que intente hacerse notar o, lo que es peor, acercarse al recién llegado. Miamor hará muchas y lógicas tonterías, que Babette Colé recoge en imágenes verdaderamente cómicas, chistosas y exageradas, como es habitual en ella. Todo para hacernos entender qué es el amor, qué significa y qué podemos llegar a hacer en nombre del amor.
El tema ha merecido sesudos estudios a lo largo de los siglos, pero Colé ha sabido sintetizar la esencia de este sentimiento en las pocas páginas de un álbum básicamente visual, sólo punteado por frases definitorias tipo: «El amor te da fuerzas», «A veces, el amor te hace hacer tonterías», o «El amor significa perdonar», que Miamor se encarga de llevar a la práctica, dando lugar a las situaciones jocosas que mencionábamos. Una vez más, la autora invita a la reflexión a partir de sus incisivas y, al mismo tiempo, cariñosas caricaturas de nuestra vida.
« MIAMOR
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• = - • Babette Colé •• «
El siglo más nuevo del mundo Teresa Duran. Ilustraciones de Montse Gisbert. Colección Nacimientos. Editorial Tándem. Valencia, 2000. 2.600 ptas. Existe edición en catalán —El segle mes nou del món—.
Que los siglos tienen cien años y las horas sesenta minutos es algo que no sorprende a ningún... adulto. La cosa se complica cuando deben explicarse estas cuestiones a los niños. Por ello es tan destacable el esfuerzo de la autora, que aproxima los conceptos de siglos, años, meses, días, horas, minutos y segundos al público infantil, en tan sólo unas cuantas páginas, de forma pausada, amena y con buen ritmo, utilizando el símil de la familia para explicar cómo medimos el tiem
po —Papá Tiempo y mamá Historia, van a tener un nuevo hijo, un nuevo siglo—. Y si a ello le añadimos que Montse Gisbert ha sabido encontrar la forma de expresar todo este berenjenal mediante la imagen, concluimos que no se puede pedir más.
La cuestión, ahora, es saber a partir de qué edad se puede disfrutar de este álbum. Pues de cualquiera. Es decir, los más pequeños descubrirán qué hay detrás de una terminología que les suena, utilizada a diario por los adultos que les rodean. Y los que son más cre-ciditos podrán comprender y consolidar conocimientos que, sin duda alguna, generan y generarán bastantes quebraderos de cabeza durante los años de este siglo que acabamos de estrenar. Felicidades al tándem de autora e ilustradora por tan grata historia y les deseo muchos más inventos para este siglo. Nuria Obiols.
Hacer el indio Alfredo Gómez Cerda. Ilustraciones de Xan López Domínguez. Colección Soy... Jerónimo, 1. Editorial Bruño. Madrid, 2000. 875 ptas.
Libro de presentación de una nueva colección de álbumes protagonizados por un niño de 6 años, Jerónimo, que debe su nombre a la enorme afición que tiene su padre por las películas de indios. En este episodio, Jerónimo nos confiesa que no entiende a los mayores y, más concretamente, a sus padres, que no le dejan «hacer el indio» durante la semana a pesar del nombre que lleva. Bueno, no los entiende excepto cuando llega el domingo, día en el que toda la familia «hace el indio».
La idea del autor es abordar a través de Jerónimo, que por lo demás es nor
mal, los problemas, las situaciones cotidianas propias de los niños de esta edad. Con la autenticidad que confiere la utilización de la primera persona, se consigue la complicidad con el lector, que se verá reflejado en el espejo de Jerónimo. El autor ha escogido, además, la vía de la comicidad, de las situaciones llevadas al extremo, para explicar, en este caso, el tema de las travesuras, pero sin dogmatizar. Las ilustraciones de López Domínguez, con sus figuras desproporcionadas, sus encuadres atrevidos, su humor, potencian la historia.
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Hacer el indio
Q Bruno
Un tesoro para compartir Chris Conover. Ilustraciones del autor. Traducción de Mireia Porta i Arnau. Editorial Juventud. Barcelona, 2000. 1.800 ptas. Existe edición en catalán —Un trésor per compartir—.
Ninguna riqueza es comparable al gran tesoro de los libros, sería el mensaje explícito, quizá demasiado, en esta historia que transcurre en reinos animales humanizados, y en remotos tiempos. En el imperio de los felinos manda, como no podía ser de otra manera, el león Leo Melena Dorada, que impone su ley vía rugido. El suyo es un reino analfabeto, donde jamás se ha visto un libro. Cuando nace su primogénito, todo el mundo se pregunta por qué tiene alas el cachorrito de león. Pues muy sencillo: está llamado a volar hasta el vecino reino del monarca Ursus de Plata, cuyo mayor tesoro son los libros.
Con la estructura propia de los cuentos populares, pero sin su enjundia, esta historia bienintencionada tiene en la ilustración su mejor baza. Conover ha hecho un dibujo bastante naturalista de los animales y los ha humanizado y vestido con lujosos ropajes de época. El contraste tiene un impacto visual difícil de olvidar. Las imágenes son un primor de expresividad y cuidado del detalle. Además, el color contribuye a caracterizar la especial atmósfera de este álbum.
La Julia té un estel Eduard José. Ilustraciones de Noemí Villamuza. Colección Peripècies, 30. Editorial La Galera. Barcelona, 2000. 620 ptas. Edición en catalán. Existe edición en castellano —Julia tiene una estrella—.
En clave fantástica, este cuento, ganador del Premio Comte Kurt 1999, aborda el difícil tema de la muerte. La madre de Julia se está muriendo, pero se despide de su hija a través de un subterfugio que no es nuevo, pero que aquí presenta una variante distinta: le dice que tiene que irse a trabajar a una estrella. La madre muere, pero a Julia le queda esa estrella brillante en el cielo, que la niña no deja de mirar ni una
El rei deis ocells Helen Ward. Ilustraciones de la autora. Traducción de Nuria Font i Ferré. Editorial Cru'ílla. Barcelona, 2000. 2.550 ptas. Edición en catalán.
Los pájaros se han propuesto elegir rey y, después de discutir si ganará el que haga el mejor nido, tenga el pico más largo o cante mejor, deciden que se ceñirá la corona el que sea capaz de volar más alto. Comienza la carrera, y cuando el águila está tan arriba que apenas se ve, de entre sus plumas sale el cargolet, que todavía es capaz de volar un poco más alto. Así, los pájaros no sólo tendrán como rey al que puede remontarse más lejos en el cielo, sino al más listo.
Helen Ward ha concebido esta fábula como si se tratara de un libro de conocimientos sobre los pájaros, al menos en la parte de la imagen. Es decir, que la
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sola noche. Naturalmente que se hace preguntas: ¿cómo es que su madre puede trabajar si está enferma?, ¿habrá alquilado un cohete para llegar ahí?, ¿podrá ella visitarla alguna vez?...
A pesar de que la idea argumentai no resulta del todo original, aquí está muy bien resuelta, con mucha sensibilidad y sentido común, en un texto contenido, pero emotivo. El resto lo ponen las ilustraciones de Noemí Villamuza, con esa Julia adorable, cabezona y de ojos soñadores con los que escruta el cielo. El desamparo que transmite esa imagen en la que se la ve sentadita en una silla, y detrás la ventana con los porti-cones cerrados, es inmenso. Otra imagen para el recuerdo es la de las caras juntas de madre e hija, en el momento de la despedida. Hay expresividad, movimiento, delicadeza y ternura en este trabajo de la ilustradora.
historia le sirve para dibujar todo un catálogo ornitológico, pero con una composición más propia de un álbum ilustrado creativo, más que de un libro de ciencias, que no pretende ser. Sobre los fondos blancos de las páginas, Ward juega, unas veces a aglutinar una cantidad ingente de especies creando un mosaico de colores y, otras, a centrarse en unos pocos ejemplares, para los que recrea un habitat. Su dibujo es exacto y elegante, y el conjunto tiene una fuerza plástica sorprendente. La autora ha salido airosa en este intento de mezclar ficción y realidad, que aquí guarda un precioso equilibrio. En las última páginas, el lector podrá encontrar el nombre de todos las especies retratadas, y descritas algunas de sus características.
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LIBROS/NOVEDADES
DE 8 A 10 ANOS
El maravilloso plan de Guillermo Richmal Crompton. Adaptación de Martin Jarvis. Ilustraciones de Toni Ross. Traducción de Atalaire. Colección Guillermo el travieso, 3. Editorial Altea. Madrid, 2001. 700 ptas.
Aviso para «guillermófilos»: éste no es «nuestro» Guillermo Brown, que nos lo han cambiado. El responsable del cambio, Martin Jarvis, es un conocido actor y locutor británico que tuvo la idea, allá en 1973, de adaptar para la radio (BBC), y pensando en niños de unos 8 años, una historia del famoso personaje de Richmal Crompton. La acogida fue extraordinaria y sus lecturas, editadas posteriormente en audiocasete, han merecido importantes premios y se han convertido en auténticos best-sellers.
Ahora esas historias han vuelto al papel y, acompañadas de los siempre excelentes dibujos de Tony Ross, se presentan en esta colección formada por seis volúmenes, que agrupan veinticuatro relatos breves. Unos relatos humorísticos, narrados con sencillez y agilidad y muy fáciles de leer, cuya peor virtud es haber conseguido despojar a la espléndida saga de Crompton de su condición literaria y de su intención subversiva. De cualquier manera, son libros que divierten y merecen, por ello, ser tenidos en cuenta: el ingenio y el humor de Crompton, que son únicos, persisten.
Pottokoren otsoa Pello Añorga. Ilustraciones de Jokin Mitxelena. Colección Miru, 43. Editorial Elkarlanean. San Sebastián, 2000. 790 ptas. Edición en vasco.
En esta nueva entrega del conocido personaje creado por Añorga y Mitxelena, se nos presenta el problema del lobo, el miedo de los pastores a este animal. Toda una serie de sucesos desembocarán en una situación límite donde la vida de Pottoko, tras un accidente, se ve en grave peligro... para, finalmente, ser salvado por su perro y sus padres.
Aparte de la historia en sí, que se
lee muy bien y es bastante entretenida, el estilo de Pello Añorga, jugando con las palabras, con la sonoridad de la lengua, con los paralelismos, así como las excelentes ilustraciones de Jokin Mitxelena, que complementan muy acertadamente la narración, hacen que nos encontremos ante un libro ameno y entretenido. Una obra en la que el autor se sirve de los tópicos para crear una historia original y bastante acertada, donde el miedo y el humor se dan de la mano. Xabier Etxaniz.
Poèmes y cançons de Sant Jordi Autores Varios. Ilustraciones de Max. Editorial Publicacions de l'Abadia de Montserrat. Barcelona, 2000. 2.500 ptas. Edición en catalán. Incluye CD.
Se acerca el Día del Libro, la festividad que en Cataluña se celebra el 23 de abril, Sant Jordi, cuya leyenda ha inspirado una parte de los poemas que en este álbum se recogen, firmados por algunos de los mejores escritores catalanes, como Salvador Espriu, Jacint Verdaguer, Joan Maragall o Josep Carner. La selección resulta acertada, pues ofrece visiones muy distintas del personaje y de la celebración.
En la segunda parte del libro, en cambio, hay la letra de una serie de canciones, la mayoría escritas y compuestas por José Manuel Pagan, que hacen referencia a la llegada de la primavera, a la leyenda de Sant Jordi o a la propia cele
bración del Día del Libro, en el que es costumbre regalar libros y rosas. En esta canción, titulada Sant Jordi del futur, el autor se pregunta cómo será la fiesta en el 2093, si la gente tendrá que enviarse el libro y la flor por Internet. Todas las canciones se pueden escuchar luego en el CD que acompaña al libro.
Max realiza toda una recreación actualizada de la leyenda de Sant Jordi y, por ejemplo, convierte al dragón en una especie de cocodrilo gigante. Casi todas las imágenes tienen un marcado carácter cómico-festivo que recogen muy bien el espíritu de la fiesta. Los lectores de 6-8 años también pueden disfrutar de este producto multimedia, con contenidos adecuados para un segmento amplio de edades.
mes i cançons
sant Jordi
DE 10 A 12 ANOS
La selva de los números Ricardo Gómez. Colección Alfaguara Infantil. Editorial Alfaguara. Madrid, 2000. 845 ptas.
Después de mucho pensar, la tortuga Tuga acaba inventando los números. Convencida de que su invento puede ser muy útil para poner un poco de orden en la vida de la selva, sale en busca del rey León para contárselo. Pero resulta que el rey no es precisamente una lumbrera, y Tuga no tendrá más remedio que ir explicando su invento a todos los animales que encuentra. No será sencillo, pero todos —elefantes, abejas, monos— encontrarán prácticas aplicaciones al nuevo descubrimiento.
Un relato entretenido y lleno de humor, en el que a través de los juegos y las actividades de los distintos animales, el autor muestra la importancia de los números en la vida cotidiana. Tras leer este cuento, los lectores —incluso los refractarios a las matemáticas— llegarán a la conclusión de que saber contar, numerar, ordenar y agrupar es, además de imprescindible, fácil e incluso divertido.
Sobre el mismo tema y en esta misma colección, pero para lectores de 12-14 años, se ha publicado también Malditas matemáticas. Alicia en el País de los Números, de Cario Frabetti. Un ameno y didáctico recorrido por el mundo de las matemáticas, siguiendo las andanzas de los personajes de Lewis Carroll.
Un tonel de risas, un valle de lágrimas Jules Feiffer. Ilustraciones del autor. Traducción de Herminia Bevia y Antonio Resines. Editorial Anaya. Madrid, 2000. 1.825 ptas.
Jules Feiffer, un ilustrador neoyorquino muy conocido, se ha atrevido con la pluma y el resultado es esta inusual obra sobre un príncipe que pasa bastantes pruebas antes de encontrar sentido a su vida. Una historia poco convencional, tanto por la forma como por el fondo, aunque utilice la envoltura y algunos de los ingredientes de los cuentos tradicionales, como la magia, los encantamientos, o personajes arquetípicos —un hechicero, un gigante, la princesa, el cazador, etc.—. Pero aquí, nos parecen más humanos, porque erran, reflexionan y aprenden, no están seguros de cuál es su papel y hacen justo lo que no se espera de ellos. Incluso hay uno, el cazador, que se permite entrar y salir de
la historia cuando le da la real gana. Con un punto de partida ingenioso
—un príncipe que irradia alegría, al que todo le parece divertido y que contagia la risa a todo el mundo, no puede reinar si antes no aprende a domesticar su don y adquirir algo de sabiduría—, el relato transcurre optimista y desenfadado pero, al mismo tiempo, lleno de sentimientos. Además, Feiffer ha encontrado un registro lingüístico rico y, a la vez salpicado de expresiones coloquiales, para narrar este cuento apoyado también en unas ilustraciones del propio autor, divertidas y expresivas, plenamente integradas en el texto, que alude a ellas en algunos momentos. Un texto escrito en tercera persona, que interpela en ocasiones al lector, bien para pedirle que se fije en algo, o bien para quejarse del comportamiento de un personaje, etc., recurso que lo involucra más en lo que está leyendo. La edición del libro, de tapa dura y sobrecubierta, no debe amedrentar a los lectores más jóvenes, aunque es un libro para todas las edades. Del mismo autor, Anaya ha publicado El hombre del techo, otra joyita.
Erregina bahitua Aitor Arana. Ilustraciones de Alberto Campos. Colección Tukan, 34. Editorial Giltza. Bilbao, 2000. 888 ptas. Edición en vasco. Existe edición en castellano —La reina dormida (Edebé, 2000)—.
La historia y la mitología se dan la mano en esta novela de Aitor Arana, donde las aventuras y las creencias nutren la trama. Mezclando diversos personajes mitológicos vascos (Maddi, lamias, brujas, enanos y dragones) con la historia de la reina de Bajanavarra, Joana Albretekoa, el autor crea una obra intercalando la rea
lidad actual y lo que sucedió hace más de cuatro siglos. Todo ello a través de las aventuras de dos jóvenes, Elena y Martin.
Entretenida, llena de acción, Erregina bahitua {La reina dormida), esta novela ambientada en el bosque de Irati, te puede atrapar en la lectura, a pesar de que en algunos momentos haya demasiadas explicaciones de diversos acontecimientos, todo ello en pos de una credibilidad bastante bien lograda. Xabier Etxaniz.
LIBROS/NOVEDADES
El refugi Joan Cunill y Gabriela Rubio. Ilustraciones de Gabriela Rubio. Colección Muntanya Encantada. Editorial Cadí. Barcelona, 2000. 825 ptas. Edición en catalán.
Lili, una pointer de cinco meses, es abandonada por su dueño en un refugio de animales, porque después de ser atropellada ya no servirá para la caza. A pesar de la buena voluntad que ponen el veterinario, el cuidador y la secretaria del refugio, la verdad es que allí los animales, perros y gatos abandonados, viven en duras condiciones y sin esperanza. Lili, que hace de narradora, será una privilegiada en un mundo que nos describe en toda su crudeza, aunque también hay momentos efímeros de alegría.
Gabriela Rubio, ilustradora y escritora, y Joan Cunill, veterinario y presidente de la Lliga Protectora d'Animais i Plantes de Barcelona, han planteado el tema de los abandonos y de la situación de los animales en los refugios con todo el realismo brutal que requiere la cuestión, de la que todos somos responsables. En este sentido, no se escatiman escenas de muerte, ni casos tristes en los que primero se adopta un cachorro y luego se retorna al centro, ni peleas entre los perros dentro del refugio. Pero es una novela, no un reportaje, y Lili también vive momentos de felicidad, hace de tutora de una joven gata y, finalmente, consigue la libertad. Es un relato so-brecogedor, enriquecido por unas ilustraciones expresivas y menos duras que el texto, que debe hacernos reflexionar sobre el tema.
Quero que venan meus pais Concha Blanco. Ilustraciones de Marisa Irimia. Colección O Trolebús, 13. Editorial Casais. Barcelona, 2000. 950 ptas. Edición en gallego.
Carlos vive en una aldea gallega con su abuela Lucía. Sus padres son emigrantes en Suiza, y la familia sólo se reúne en vacaciones. Carlos lo pasa muy mal: añora continuamente
a sus padres y se pasa el tiempo deseando que vuelvan para quedarse definitivamente o irse con ellos. Al final, toma una decisión desesperada y, a escondidas, se cuela en un camión que viaja a Suiza.
Un relato emotivo, aunque no exento de humor, estructurado en breves capítulos que, centrados en las pequeñas anécdotas de cada día, van dibujando el perfil de un personaje muy tierno y creíble, un niño con síndrome de abandono, que mueve a la compasión. Un interesante relato, escrito con sencillez y gran sensibilidad, que compensa su dramatismo con peripecias alegres y desenfadadas —la adopción de Cusquiño, un perro perdido; las torpezas de la abuela; la amistad con el auténtico dueño del perro—, y con un oportuno final feliz que pone paz en la difícil vida del protagonista... y permite respirar tranquilos a los lectores.
Serpentines de versos Joana Raspall. Ilustraciones Christian Ynaraja. Colección Els Flautats, 28. Editorial Publicacions de l'Abadia de Montserrat. Barcelona, 2000. 950 ptas. Edición en catalán.
La naturaleza y algunos de sus habitantes animales y vegetales son protagonistas de buena parte de estos deliciosos poemas que Joana Raspall ha encerrado en las páginas de este libro, y que compete al lector devolverles la libertad. Cualquier pequeño animal, cualquier motivo enciende su capacidad de fabular, de contar las cosas con la imaginación y la inocencia de la mirada infantil, pero con la habilidad de quien maneja el lenguaje con soltura. Son poemas luminosos, divertidos, que juegan a la rima con las palabras, que hablan de jirafas que quieren collares, de colado
res y embudos que se envidian, de estrellas invitadas a las fiestas, de gigantes bailarines, de ordenadores obedientes, de felinos presumidos, de conejos despistados, de extraterrestres que confunden caravanas de coches con procesiones de hormigas, pero también de sentimientos, del paso del tiempo, etc. Son composiciones breves, pero intensas, para degustar tranquilamente. Los dibujitos que las acompañan redondean la magia de las palabras.
DE 12 A 14 AÑOS
La colla deis cocodrils Max von der Griin. Ilustraciones de Joan Arocas. Traducción de Jesús Cortés Zarzoso. Colección El Micalet Galàctic, 71. Editorial Bramera. Alzira (Valencia), 2000. 975 ptas. Edición en valenciano.
No es la típica novela de pandillas, aunque los protagonistas son un grupo de amigos, los Cocodrils (los Cocodrilos), ocho chicos y una chica, María, que debe su afiliación a tan selecto club por ser la hermana del jefe, Olaf. Ellos no lo saben, pero hay un chico en el barrio que quiere pertenecer al equipo, sólo que está atado de por vida a una silla de ruedas. La casualidad y el ingenio harán a Kurt merecedor del honor de ser un «cocodrilo». En la ciudad se han cometido una serie de robos y la policía no tiene pistas, pero Kurt sí. A cambio de su ingreso en el club, acepta compartir lo que sabe.
Hay aventura y emoción en la novela, pero también hallamos una certera descripción de ciertas situaciones reales enmarcadas en una pequeña ciudad industrial alemana, donde encontramos población inmigrante, paro y cuestiones sociales no resueltas. Y, cómo no, se habla también de amistad y de lealtad. Los diálogos constantes hacen avanzar una trama bien urdida y resuelta, que nos distraerá, pero también nos dará que pensar.
LIBROS/NOVEDADES
Aprendiz de marinero Armando Boix. Ilustraciones de Jordi Vila Delclós. Colección Periscopio, 77. Editorial Edebé. Barcelona, 2000. 934 ptas.
España, finales del siglo xix. En Madrid, dos hombres conspiran para arrebatar la isla de Fernando Poo al Gobierno español y entregársela a los ingleses. En Barcelona, José, un chico de 14 años que quiere ser marino, merodea por el puerto intentando enrolarse en una goleta rumbo a Fernando Poo, donde vive su tío Arístides, un marino dedicado al comercio. El destino quiere que José y uno de los
Dioses y héroes de la Grecia Antigua Gustav Schwab., Ilustraciones de Ángel Domínguez. Traducción de Francesc Payarais. Edición de José Manuel de Prada Samper. Colección Cuentos Universales. Editorial Juventud. Barcelona, 2000. 3.800 ptas.
El erudito y poeta alemán, Gustav Schwab, tuvo la feliz ocurrencia, allá por 1838-1840, de escribir Las más bellas leyendas de la antigüedad clásica, que ponía al alcance de los jóvenes los entramados de la mitología clásica, en los secretos de los mitos griegos, imprescindibles para entender los referentes de una parte importante de nuestro arte y literatura. Y el gran acierto de Schwab fue acudir a las fuentes, a las obras literarias más antiguas y prestigiosas, para reela-borar estas leyendas y hacerlas asequibles a los lectores del siglo xix. Ahora,
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conspiradores, Beltrán Villaescusa, compartan el viaje y que, ya en la isla, el muchacho y su tío se vean envueltos en sus oscuros planes.
Entretenida novela de aventuras en la línea de los clásicos del género, que reúne en su argumento el romanticismo propio del viaje iniciático con el retrato certero de la convulsa época colonial. Un relato bien estructurado y ambientado, con personajes bien definidos y con la suficiente dosis de emoción, que atrapa al lector desde las primeras páginas y le sorprende con un buen truco, mediada la historia, que gustará especialmente a las lectoras: José es, en realidad, María José, una chica realmente intrépida, que no ha dudado en disimular su condición femenina para hacer realidad sus sueños de aventura.
José Manuel de Prada Samper ha reunido en este libro de lujo una parte de estas leyendas —las que hacen referencia a mitos de metamorfosis y a los ciclos más breves— para brindárselas a los jóvenes lectores del siglo xxi, y con ese fin, ha utilizado la traducción que de la obra hizo Francesc Payarais en 1952, pero modernizando el castellano de esa primera edición.
Junto a estos textos literarios de gran calidad, hay que destacar el soberbio trabajo de ilustración que ha realizado Ángel Domínguez, que nos muestra, en color, blanco y negro o bitono, una imágenes, una iconografía, a la altura de lo que esos dioses y héroes clásicos se merecen. Y les ha dado rostros inspirados en los cánones de belleza actuales que marca Hollywood.
Cuentos y leyendas de África Yves Pinguilly. Ilustraciones de Pablo Alonso. Traducción de Ma Paz Campos. Colección Espasa Juvenil, 131. Editorial Espasa Calpe. Madrid, 2000. 895 ptas.
t El autor francés, gran conocedor de África, ha reunido en este volumen doce cuentos y leyendas procedentes de Burkina Faso, Chad, Costa de Marfil, Mali, Ruanda, Somalia y Togo, en las que aparecen, como en nuestros relatos populares, geniecillos, ogros y ogresas, hechiceros, princesas y animales que se comportan como personas; pero la fantasía tiene en esas culturas su propia y sorprendente dinámica. También el paisaje, la tierra, marca mucho estas narraciones, seguramente procedentes de la tradición oral, y que Yves Pinguilly se ha ocupado de adecuar no sólo a la lengua escrita, sino a un registro lingüístico asequible, aunque lleno de expresiones, palabras autóctonas, muchas de ellas sin traducción posible. También hay otras muchas palabras que están traducidas, pero cuyo significado necesita ser explicado, y así lo hace el autor en el glosario que hay al principio del libro, junto al mapa de África, con los países de los que proceden los cuentos señalados.
Es una lectura apasionante, nada farragosa a pesar de las palabras y expresiones foráneas que jalonan el texto, que son un elemento más del exotismo que desprenden estos relatos cortos, que nos acercarán a un mosaico de culturas africanas, tan sólo una muestra de la riqueza de este vasto continente. En estos tiempos de xenofobia, de incomprensión entre culturas, un libro como éste es un puente tendido. Las ilustraciones son aquí algo más que un adorno; nos trasladan al escenario de los hechos.
LIBROS/NOVEDADES
Os olios do tangaleirón Xosé Antonio Neira Cruz. Colección O Barco de Vapor, 35. Ediciones SM. Madrid, 2000. 850 ptas. Edición en gallego.
La novela engancha al lector desde la primera página. Son varios los factores que contribuyen al interés de la historia: el tema, que la convierte en un relato de aventuras con los clásicos ingredientes del género pero puestos al día; el hecho inusual que pone en marcha la aventura, y que supone el alejamiento de la protagonista, que deja atrás la seguridad de su entorno cotidiano para adentrarse en lo incierto; los sucesivos encuentros, favorables y desfavorables, que jalonan el desarrollo de los acontecimientos y que suponen la toma de decisiones y el abandono de la infancia; y la figura de la heroína, Lena Castelo, la joven que narra en primera persona su aventura, curiosa y decidida, idealista y entusiasta, que no duda en correr riesgos y asumir
¡Viva la Pepa! Ramón García Domínguez. Ilustraciones de Felipe López Salan. Colección El Duende Verde. Editorial Anaya. Madrid, 2000. 925 ptas.
Los UNOS, una pandilla de niños con conciencia ecologista, están acostumbrados a que cada mes de agosto el río de la ciudad, aquejado de contaminación crónica, aparezca lleno de peces muertos. Pero cuando «el acontecimiento» se adelanta al mes de abril, y las autoridades no encuentran a los culpables, deciden entrar en acción.
Beatriz, la «archivera» de los UNOS
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responsabilidades. Junto a ella, hay otros personajes muy bien dibujados. Por ejemplo, están el tío Malaquías, científico de renombre, aficionado a la criptozoología, al estudio de los Pies Grandes, Yetis y otras especies; y la tía Fri, persona poco convencional, llena de encanto, que va ganando protagonismo e interés.
Lena ayuda, ese verano, a su tío en sus investigaciones sobre los Big Foot (Pies Grandes). La posible existencia de uno de estos seres legendarios —el tangaleirón o «Vello dos Aneares», en la Serra dos Aneares— y el peligro que corre son los hechos que propician la aventura. En este punto, el relato mantiene su agilidad, pero también describe un entorno muy especial, su geografía y sus habitantes. En cuanto al desenlace, el autor sugiere, más que muestra, la presencia de lo extraordinario, y lo describe de manera subjetiva, mediante imágenes sensoriales de gran fuerza expresiva. Estupendo relato, Premio O Barco de Vapor 1999, que, además de sus valores literarios, aproxima a los jóvenes al amor por la naturaleza y por las tradiciones. M" Jesús Fernández.
(también llamada Pepa, ya se verá por qué), es la encargada de contar todo lo que pasó desde entonces: una original manifestación, una accidentada recogida de muestras en el río, un homenaje escolar a los olmos de la ciudad —también enfermos— y un castigo ejemplar al desaprensivo industrial causante de la contaminación. Una fórmula acertada, que el autor utiliza para ordenar y dar respiro a un relato lleno de acción y que, siempre en tono de humor, no ahorra críticas a los responsables —ayuntamiento, empresas, medios de comunicación— de la degradación medioambiental.
MÁS DE 14 AÑOS
Peñagrande Miguel Martín. Colección Astor. Editorial Palabra. Madrid, 2000. 1.600 ptas.
En la zona de Rendal, un pueblo perdido de las montañas del norte de España, se contaba en los años 50 y 60 un suceso increíble que se había convertido en leyenda: la amistad de un hombre con un oso salvaje. Vitines era el nombre del protagonista de tal hazaña, un personaje singular —solitario, cultivado, independiente, honrado— para quien el monte era su vida, y de quien se contaban muchas otras historias y anécdotas asombrosas. Pero ninguna como la de su hermosa y trágica relación con el oso «Grandullón».
Miguel Martín (Valladolid, 1927) la contó en esta emocionante novela, publicada por Noguer en 1982, y que ahora rescata Palabra en su colección juvenil Astor. Una acertada recuperación porque, aunque no es precisamente una novela «juvenil», Peñagrande tiene todos los elementos para interesar a un lector joven: es una aventura en plena naturaleza, en la que un hombre y un oso se miden de igual a igual; el protagonista es un héroe indómito, inteligente y con un agudo sentido del humor; todo en ella rebosa autenticidad—los personajes, su manera de vivir y su forma de hablar (un rico y expresivo castellano en vías de desaparición)— componen un preciso retazo de la pequeña historia de la España de la posguerra; y contiene una dura pero espléndida lección de lo que años después se llamaría ecología. Un relato cautivador y apasionante.
Un cadáver per sopar Olga Xirinacs. Colección Columna Jove, 172. Editorial Columna. Barcelona, 2000. 1.150 ptas. Edición en catalán.
Iris Font se ha inscrito en un curso de novela que imparte un conocido autor, y como tema para la obra que tiene que escribir ha escogido el de los asesinos en serie y caníbales, es decir, los que se comen a sus víctimas. Reúne mucha información, pero para construir su personaje se fija en un vecino del pueblo, un marinero que vive solo en una gran casona, sin más compañía que sus perros. Un día descubre que el hombre y los canes han desaparecido, y en la casa vive ahora otro marinero, más joven. También excava en el jardín y allí encuentra enterrados a los perros. Para col-
Kanpai hotsak isiltzean Antton Kazabon. Ilustraciones de Txema Garzia. Colección Ipotxak eta Erraldoiak. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao, 2000. 1.400 ptas. Edición en vasco.
mo, el mar ha arrojado a la playa bolsas con restos humanos...
La autora utiliza el proceso de elaboración de una novela de intriga — búsqueda del tema, del título, construcción del protagonista, etc.— como estructura en esta novela corta de intriga —Premio Ciutat de Badalona de narrativa juvenil 2000—, en la que convergen otros puntos de interés al margen de la investigación de Iris, como su historia de amor con Israel, un joven ecologista que le enseña a mirar de otra manera el entorno. Personajes y trama creíbles —historias más inauditas publican los periódicos—, agilidad en el desarrollo de los acontecimientos, interés y morbosidad del tema principal son ingredientes que hacen de éste un plato apetecible y fácil de degustar, aunque la sensación al final es la de que se podía haber profundizado un poco más en todos los frentes temáticos que plantea la novela.
Libro de cuentos que se encuentra en la frontera entre literatura juvenil y literatura de adultos tanto por la temática de los cuatro relatos que incluye, como por el estilo utilizado en la narración.
Antton Kazabon, conocido escritor de LU vasca, nos presenta cuatro cuentos separados en dos bloques; por una parte, están los dos primeros enmarcados en un ambiente rural y de una gran crudeza en sus argumentos; y, por otra, dos historias urbanas donde el amor es el principal elemento de la narración.
Con un lenguaje muy cuidado y una estructura que te atrapa, los cuentos buscan y logran crear diversas reacciones en el lector, desde la simpatía por el tímido amor hacia una chica, hasta el horror por la muerte violenta de un hermano, todo ello rematado con unos finales que llegan a asombrar al lector. Sin duda, se trata de una muy interesante obra que, repetimos, podría haberse publicado igualmente en una colección de literatura para adultos. Xabier Etxaniz.
... y te diré quién eres Guión de Nacho y Cristina Rubio. Dibujos de Nacho. Colección Solysombra, 2. Edicions de Ponent. Onil (Alicante), 2000. 1.500 ptas.
El cómic ... y te diré quién eres nos ofrece la oportunidad de descubrir a un nuevo talento, Nacho, que, junto a Cristina Rubio, firma un estupendo libro que bebe de fuentes cinematográficas para crear una serie de episodios unidos por el hilo conductor de la propia narración. La historia, contada con parquedad de palabras y riqueza de imágenes, hace un recorrido por diversos personajes y situaciones cotidianas reflejadas en un blanco y negro rico en contrastes y matices. Nacho, abreviatura de Ignacio Casanova, zaragozano nacido en 1972, plasma un dramatismo nada fácil de conseguir con un trazo grueso y eficaz, al que además hay que sumarle una estupenda continuidad narrativa lograda a base de eliminar los espacios entre viñetas. Los personajes, seres anónimos que pululan por una ciudad normal, piensan, se enfadan, lloran y viven en textos que no existen, dando origen a una historia muda (tan sólo oímos la voz de los narradores) que, sin embargo, no afectará al lector, capaz de reconocer de inmediato las vivencias de los protagonistas muy cercanas, probablemente, a las suyas propias. Lo mejor de ... y te diré quién eres es, precisamente, lo que podría resultar vulgar: la cotidianidad de la historia. Nacho ha conseguido no caer en manidos tópicos urbanos y en intentar hacer la obra de su vida. Y eso, en un dibujante que nos presenta su primera obra conceptual, es un valor muy a tener en cuenta. Gabriel Abril. m A partir de 16 años.
LIBROS/COMIC
Un largo silencio Guión y dibujos de Miguel Ángel Gallardo. Edicions de Ponent. Onil (Alicante), 1998. 1.800 ptas.
Dada la poca difusión que el cómic de autor tiene en nuestros días merece la pena reseñar esta pequeña joya que, aunque no es una novedad (esta segunda edición es del 98), sí que debe figurar entre las grandes obras del maltratado mundo del tebeo hecho en casa. Hablar a estas alturas de lo que pudo ser el cómic español si el boom de los años 80 no hubiera sucumbido al manga y a los comics-books americanos sería ahora remover innecesariamente el pasado, pero la memoria histórica debe permanecer para no cometer de nuevo los mismos errores y no olvidar que todavía existen una serie de artistas y editoriales que siguen apostando por un género, tal vez minoritario, pero de gran interés. Precisamente, el guión de esta magnífica obra firmada por el incombustible Gallardo —padre de Makoki, Pepito Magefesa o Roberto España (aquella delirante parodia de Roberto Alcázar)
Itsasminez Enkarni Genua. Ilustraciones de Jesús Lucas. Editorial Erein. San Sebastián, 2000. 775 ptas. Edición en vasco.
Una caracola de mar que le ha regalado su tío submarinista llevará a Argi, una joven chica, a una serie de aventuras por el mar y el cielo en busca de la salvación de los animales marinos.
Este mensaje ecologista es la base de este cómic donde la fantasía y la realidad se dan la mano, y en el que el lector puede disfrutar de todo un cóctel de elementos como son las diferentes ilustraciones de uno de nuestros mejores especialistas, las canciones, el surrealismo y la más cruda realidad.
Un largo silencio
fruMÍMa Gallara. Sarnl.
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que vieron la luz en revistas como El Víbora o la propia Makoki— se sustenta en la memoria histórica. Dedicado casi exclusivamente a la ilustración, Gallardo ha recopilado la historia de su padre a través de recuerdos que, él mismo reconoce, dejan algunas lagunas, pero completan la biografía de un hombre normal que se ve abocado a combatir en una guerra que no es la suya. La figura de un Estado español, pasto de una normalizada miseria, donde se mezclan los primeros maquinistas, los trabajos con aprendices, las familias apiñadas en habitaciones y los militares sin experiencia, se dan la mano creando un relato apasionado y cruel. Por supuesto, Gallardo ha ilustrado partes de la historia a modo de tebeo, pero dotando esta vez todo el conjunto de un romanticismo fuera de lo común. Un largo silencio es un homenaje y un regalo. Un homenaje desde el corazón a todos los que combatieron en la guerra civil y un regalo para cualquiera que desee disfrutar de un trabajo gráfico sobresaliente y emotivo. Gabriel Abril. • A partir de 16 años.
El sacrificio de Argi se verá recompensado con un final feliz que cierra la estructura de la obra, y nos regresa a una situación parecida a la del principio, pero a su vez mucho más enrique-cedora. Entretenido y ameno, este cómic, del que la autora ha realizado también una obra teatral con títeres, hará disfrutar a los lectores que quieran acercarse hasta él. Xabier Etxaniz. • A partir de 12 años.
ARTE
Picasso para niños Marina García. Ilustraciones de la autora. Editorial Celeste/Albur. Madrid, 2000. 950 ptas.
Escrito en primera persona, esta obra pretende mediante este subterfugio acercar la vida y obra del artista malagueño a los más jóvenes. La estructura es muy sencilla y, a la vez, efectiva: cada capítulo trata un tema, una etapa de la vida del pintor; a través de un texto principal, Picasso nos cuenta su biografía; luego, se reproducen varios de sus cuadros, todos ellos comentados a pie de imagen por el propio autor. Marina García ha usurpado con acierto la voz de este gran artista del siglo xx, y le hace escribir de manera concisa, amena y comprensible sobre la evolución de su arte. Incluye, además, sus propias ilustraciones en las que representa a Picasso en distintas actitudes. Estas imágenes simpáticas se mantienen siempre en la parte inferior de la doble página que ocupa cada capítulo, y mantienen un perfecto equilibrio con las reproducciones de los cuadros, que son protagonistas en esta obra bien concebida, que se completa con una serie de juegos al final, que obligan al lector a utilizar su memoria visual. Un libro de iniciación al arte moderno, pero hecho con imaginación y rigor. • A partir de 8 años.
LIBROS/DE AULA
Las pinturas de Willy Anthony Browne. Ilustraciones del autor. Traducción de Carmen Esteva. Colección Los Especiales a la Orilla del Viento. Editorial Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2000. 1.925 ptas.
Sólo un artista del calado de Browne, Premio Andersen de Ilustración 2000, podía permitirse un homenaje tan alocado a los pintores y pinturas de todas la épocas que le han inspirado. Ver a la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, al Adán de Michelangelo Buonarroti o a la propia Frida Kahlo transmutados en gorilas, los personajes favoritos del ilustrador británico, es una osadía que se justifica a la luz de los resultados obtenidos —impresionantes—, y del objetivo que con ello se persigue: descubrir a los niños algunas de las obras más bellas de la pintura universal. La excusa es
Leonardo y el aprendiz volador Laurence Anholt. Ilustraciones del autor. Traducción de Xavier Borras i Calvo. Editorial Serres. Barcelona, 2000. 1.900 ptas. Existe edición en catalán —Leonardo i el no¡ volador—.
Anholt urde un cuento para hablar a los más jóvenes de un genio del Renacimiento, de un hombre que diseñó submarinos, paracaídas, grúas, ingenios para volar siglos antes de que éstos se inventaran. Nos referimos a Leonardo da Vinci, arquitecto, músico, ingeniero militar, matemático, botánico, astrónomo y, cómo no, pintor. Y escoge a uno de sus ayudantes, Zoro (Zoroastro de Peretolo) como protagonista del relato, que nos distrae con la travesura del chi-
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que a Willy le gusta pintar, así que ha incluido en esas grandes obras su propia imagen y la de sus amigos, principalmente Millie y Buster Narizotas. Pero la metamorfosis de los originales no sólo afecta a los personajes, sino que Browne ha realizado otros cambios realmente cómicos. ¿Qué hace, si no, una dentadura postiza en Mona Lisa, o un televisor en El matrimonio Arnolfini, de Van Eyck, pintado en 1434?
En fin, un homenaje muy socarrón y, al mismo tiempo, respetuoso. En las última páginas de este increíble álbum, el lector encontrará las reproducciones de los cuadros que Willy ha «reinterpreta-do» de manera tan sui generis, con un comentario de Browne explicando lo que le gustó de cada pieza. Una oportunidad de lujo para entrar en el mundo de la pintura de la mano de un guía tan especial. ¡No hay que perderse detalle! • A partir de 8 años.
co —que se atreve a probar la máquina voladora de su maestro sin permiso—, pero que también recoge brevemente momentos de la vida del genio. Pero el cuento no sería nada sin las ilustraciones, las originales de Anholt que siguen la narración, en las que se intercalan con gran acierto, pinturas y dibujos de Leonardo. En este sentido, Anholt ha logrado acercar su paleta de colores a la del pintor renacentista, de modo que haya una cierta continuidad cromática entre unas imágenes y otras. Es una fusión perfecta, que no rompe el hilo de la narración, ni desvirtúa la contemplación de la obra de Da Vinci. • A partir de los 6 años.
LIBROS/DE AULA
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Paolo Ucello: La batalla de la Caballería Elke von Radziewsky. Traducción de L. Rodríguez López. Colección Joven Arte. Editorial Lóguez. Salamanca, 2000. 1.600 ptas.
Entrar en la obra de un pintor a través de la lectura de uno de sus cuadros. Eso es, ni más ni menos, lo que nos propone la autora, que leamos La batalla de la Caballería de San Romano, de Paolo Ucello como si fuera un libro, que descubramos no sólo cómo concibió el cuadro, sino quién fue este pintor hijo de barbero y cirujano; quién fue su maestro; qué prohombre le encargó la serie del cuadro; quiénes fueron sus contrincantes; cómo eran los artistas de la época; qué recursos pictóricos se utilizaban; qué conocimientos técnicos se barajaban; cómo era la Florencia del Renacimiento; cómo vivió Ucello, ese hombre atípico, tímido y empeñado en el descubrimiento de la perspectiva en el cuadro.
Sin sobrecargarnos de datos, con una exposición casi novelada de los hechos, la autora logra atraparnos en el apasionante mundo de Ucello, que es también el de la Florencia de los Medici. Las reproducciones de sus obras jalonan este texto ameno y erudito, al mismo tiempo, que nos obliga a hacer un esfuerzo en observar e interpretar lo que vemos. Von Radziewsky disecciona La batalla de la Caballería de San Romano para nosotros, de forma que entendamos cómo se pinto y por qué. • A partir de 16 años.
SOCIALES
En tiempo ole los faraones
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En tiempo de los faraones Dominique Joly. Ilustraciones Autores Varios. Traducción de Marisa Rodríguez. Colección Biblioteca Interactivo. Mundo Maravilloso, 25. Ediciones SM. Madrid, 2000. 2.725 ptas. Existe edición en catalán —L'Egipte del faraons (Cru'ílla, 2000)—.
Pocos temas hay tan atractivos visual-mente como el del Antiguo Egipto, y esa baza se ha jugado a conciencia en esta
obra de divulgación basada en el poder de la imagen, pero que, como es sello característico en esta colección, permite la manipulación, exige la participación del lector. Desplegables, troquelados, acetatos, adhesivos, etc., son recursos magníficamente ensamblados para recrear en toda su belleza esa deslumbrante civilización que surgió hace unos 5.000 años a orillas del río Nilo, y que nos permiten abrir las puertas del palacio del faraón, adentrarnos en el templo de Karnak, o escudriñar en el interior de las pirámides. Fotos, ilustraciones y reproducciones nos permiten este viaje en el tiempo, por el que nos guía un texto ameno, que utiliza diversos recursos tipográficos a fin de resaltar conceptos y nombres importantes para entender el tema. • A partir de 10 años.
El amor explicado a nuestros hijos Nichole Bacharan y Dominique Simonnet. Traducción de Esther Andrés Gromaches. Colección Debolsillo. Editorial Plaza y Janes. Barcelona, 2001. 925 ptas. Existe edición en catalán —Lamor explicat ais nostres filis (Pórtic/ Enciclopedia Catalana, 2001)—.
Título de una nueva serie de libros de ensayo para adolescentes, dedicados a los «grandes temas» de actualidad —emigración, el racismo, el holocausto— y también a temas «eternos», como el amor y la no-violencia. Planteados como diálogos entre padres e hijos, la fórmula de pregunta-respuesta permite centrar los temas con claridad, y el lenguaje, sencillo y directo, facilita la comprensión de unas cuestiones realmente complejas que, sin embargo, gracias a los medios de comunicación, están en la calle y no resultan en absoluto ajenas a los jóvenes. Acercarlos
a ellas, de forma asequible y amena, es el objetivo, plenamente logrado, de estos interesantes libros. Los otros tres títulos de la serie son La inmigración explicada a mi hija, de Sami Naïr; Auschwitz explicado a mi hija, de Annette Wieviorka; y La no-violencia explicada a mis hijas, de Jacques Sémelin, con prólogo de Andrés Aberasturi.
En la misma línea, y también para adolescentes, Muchnik Editores acaba de publicar El hambre en el mundo explicada a mi hijo, del conocido ensayista Jean Ziegler, y Alfaguara ha abierto lo que parece una nueva serie —Libros para pensar— en su colección infantil, reeditando el libro, de Tahar Ben Jelloun, Papá, ¿qué es el racismo?, con prólogo de Savater, indicado para lectores de 10 años en adelante. • A partir de 14 años.
¥ EL AMOR
EXPLICADO A NUESTROS HIJOS
Nicíiole.B acharan Dominique SÍ monos!
Inmigrantes [OSÉ ¡¿¡nació RUÎÏ cii- OLiüudtj.ti
EEÍÍÍ.D Í ÍO^ ' iL . MAÛNÎTUDES ftHGRft-
. HOSTILIDAD MIGRATORIA. DHHE»
= :••;;:;;>. CÍMM .: ¡: :;v-.i-.C!U-í.. iSLEM ESPAÑA. LA IN-
IIÍACIÓM M CftRft AL FUTURO. i a
Inmigrantes José Ignacio Ruiz de Olabuénaga. Colección Flash Europa, 155. Editorial Acento. Madrid, 2000. 595 ptas.
Este librito encierra toda la información que necesitamos los ciudadanos de Europa para situar y entender en su complejidad la inmigración que, como reza la contraportada de la obra, es un tema «con mucho pasado, con un intenso presente y con un extenso futuro». Hay muchas dudas que parecen torturarnos a los ciudadanos de los países económicamente «desarrollados» —¿la invasión migrante nos conducirá, a largo plazo, a todos a la miseria colectiva?, ¿la cultura cristiano-occidental sucumbirá ante la «invasión» de otras culturas?, ¿qué mueve a muchas personas a arriesgar su vida para cruzar una frontera tras la cual lo más seguro es que encuentre incomprensión o a la policía?, ¿tenemos derecho a prohibir por ley y a impedir por la fuerza la entrada de estas gentes en nuestro país?, etc.— que aquí trata de responder de manera rigurosa y clara el autor, catedrático emérito de la Universidad de Deusto. No ofrece soluciones, sino que dibuja las luces y sombras, desde una perspectiva histórica, social y política, de una cuestión que debemos resolver entre todos, aunque propone también criterios de actuación que a muchos les parecerán discutibles. Ese es un valor añadido en la obra, el autor retrata muy bien su posición, su opinión sobre el tema, sin olvidar los datos objetivos. La Ley de Extranjería aprobada en diciembre del 2000, y que tanto rechazo está provocando, desgraciadamente, no se aborda en esta obra, concebida y editada con anterioridad, pero ello no le resta valor alguno. • A partir de 16 años.
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JOVEW
Nuevo diario de un joven maniático Aidan Macfarlane y Ann McPherson. Ilustraciones de John Astrop. Traducción de Víctor A. Oroval. Colección Algar Joven, 1. Editorial Algar. Valencia, 2000. 1.075 ptas. Existe edición en catalán —Nou diarí d'un ¡ove maniàtic (Bromera, 2000)—.
Diarid'unjove maniàtic fue uno de los primeros grandes éxitos de Bromera a final de los años 80. Un libro insólito, por su frescura y claridad al abordar el sexo y la salud de los jóvenes, que hoy va ya por la 52a edición, con un total de 140.000 ejemplares vendidos, sólo en catalán. La editorial valenciana publicó a continuación ¡Jo també sóc una maniática!, la versión para chicas de los diarios, que gozó también de una excelente acogida.
Ambos títulos fueron editados entonces en castellano, por Plaza Joven, y en gallego, por Xerais, y ahora el nuevo sello Algar edita en castellano la versión actualizada de estos estupendos libros.
Escritos en 1987 por los doctores ingleses Macfarlane (pediatra) y McPherson (medicina general), son en realidad excelentes guías sobre salud y sexualidad adolescente, pero nadie lo diría: lo que el lector encuentra, en el caso del joven maniático, es el diario personal, bastante loco y políticamente incorrecto, de Peter Payne, 14 años hipocondríacos y en plena revolución hormonal (en el caso de Nuevo diario de la joven maniática, la protagonista es Susie, una de las hermanas de Peter, de 16 años). Divertidos, ingeniosos, francos y directos, además de informativamente impecables, son libros que aclaran dudas, desdramatizan problemas y ayudan a la gente joven a conocerse mejor. • A partir de 14 años.
Dios, mis hijos y yo Shafique Keshavjee. Traducción de Jordi Giménez Samanes. Colección La Isla del Tiempo. Editorial Destino. Barcelona, 2000. 2.200 ptas. Existe edición en catalán —Déu, els meus filis i jo—.
Keshavjee, pastor de la Iglesia reformada y uno de los animadores de Arzi-llier, una casa para el diálogo entre las religiones en Lausana (Suiza), ya nos sorprendió con El Rey, el Sabio y el Bufón, un cuento, una fábula sobre un torneo medieval mediante la que explicaba los entresijos de las principales creencias religiosas. Aquí riza el rizo, e intenta explicar quién es Dios a los jóvenes que no han oído hablar sobre él o no han querido plantearse el tema. Pero también se dirige a los padres, a los adultos que no saben cómo hablar del
ser superior a sus hijos. Esta vez, sin embargo, no se ha servido de la ficción, sino que ha partido de los diálogos —unos espontáneos, otros más premeditados— con sus hijos para presentar esta cuestión que ha torturado al hombre desde siempre.
No es un libro fácil de leer, aunque el autor se sirve del humor, de los enunciados llamativos para aligerar un tema que tiene mala digestión, es decir, que requiere de mucha reflexión e introspección. Historias, anécdotas, fragmentos de los Evangelios, citas de diversos autores, esquemas, etc., todo le sirve a Keshavjee para conducirnos por esta búsqueda que, finalmente, es personal e intransferible. • A partir de 14 años.
LA BRUJA DEBE MORIR
De qué modo los cuentos de nadas influyen en los niños
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LIBROS/ENSAYO
La bruja debe morir Sheldon Cashdan. Traducción de Martín Sacristán. Colección Temas de Debate. Editorial Debate. Madrid, 2000. 2.600 ptas.
El inquietante y atractivo título se explica en la concreta precisión descriptiva del subtítulo: «De qué modo los cuentos de hadas influyen en los niños». El autor, profesor norteamericano de Psicología, se propone revisar a fondo tres cuestiones clásicas acerca de los cuentos de hadas. Primera, acercarse a estos relatos iniciáticos como instrumentos para expresar y canalizar con
flictos psicológicos latentes. Segunda, proceder a una relectura de los cuentos de hadas «de nuestra infancia» mediante la que mostrar razones y significados ocultos que escapan a una lectura infantil. Y por último, descubrir algunos «cuentos perdidos», que no llegaron a los lectores por la naturaleza sexual o provocativa en general de su contenido.
Tras una demasiado breve desmitifi-cación de los tópicos y las interpretaciones sobre los cuentos de hadas, propone Sheldon una arriesgada opción: agruparlos en torno a los siete pecados capitales. Mediante ejemplos cuidadosamente elegidos, el autor ilustra esa función de propedéutica moral de los cuentos de hadas. Desde su perspectiva, son excelentes instrumentos para que los niños puedan combatir, creativa y relajadamente, su natural predisposición a «la pereza, la envidia, la avaricia y otras inclinaciones fastidiosas». Los cuentos actúan como metáforas que transportan deseos y esperanzas y constituyen una especie de escenario virtual,
imaginativo, fantástico, en el que los pequeños oyentes y lectores pueden proyectar los fantasmas interiores que les atormentan, instintos nuevos que bordean la oscura zona moral en la que habitan los «pecados mortales». Una interpretación sin duda discutible, pero que el autor desarrolla con tacto y a través de una comprensión práctica de la complejidad del desarrollo infantil. En un registro psicoanalítico, Sheldon va argumentando paso a paso sus propias lecturas e interpretaciones. Si bien cita cuentos tradicionales y populares, recurre a veces a otros de menor proyección en nuestro ámbito cultural. La minuciosidad y la coherencia en el análisis simbólico de los cuentos de hadas, la penetrante búsqueda de su significado profundo, junto a una prosa impregnada también de sentido del humor, seducen al lector y suavizan el inevitable mora-lismo de esa agrupación temática acerca de los pecados capitales. Un libro magnífico cuya lectura puede suscitar el debate. Fabricio Caivano.
Vocación y oficio: Montserrat del Amo Rosario Hiriart. Editorial Anaya. Madrid, 2000. 1.082 ptas.
Este libro es, en palabras de su autora Rosario Hiriart, profesora cubana afincada en Estados Unidos y que en la actualidad se dedica a la escritura y a la crítica, un breve e introductorio estudio a la totalidad de la obra y de la vida de Montserrat del Amo. La lectura del sumario ofrece amplias expectativas que, sin embargo, no se ven cumplidas: el capítulo «Reflexiones de la autora» es una larga entrevista que tiene interés porque nos permite saber de boca de la escritora hechos y opiniones, pero con abundantes incisos de Hiriart sobre otros temas colaterales (p. 63, comentario sobre Harry Potter); «Cinco décadas escribiendo», donde la biógrafa comenta las obras de cada período, resulta el más provechoso si pasamos por alto que
el estudio se ha realizado sólo con los libros a los cuales ha tenido acceso Hiriart, no con la obra completa; «Conversaciones literarias» es sólo la transcripción de una larga entrevista (y, sin embargo, es el capitulo más extenso); en el dedicado a la «Selección de opiniones», se recogen sólo cuatro fragmentos extraídos de textos publicados, y la obra termina con una «Breve mirada de conjunto», un resumen de la im-
VOCACIÓN Y OFICIO: Montserrat del Amo 'Rosario Hiriart ¡ANAYA
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presión que causa en la crítica la obra de Montserrat del Amo, a la que compara con una manera de pintar próxima a Miró. Le siguen una muy completa bibliografía (obras, traducciones, premios) que hay que agradecer a C Peralta, puesto que Hiriart reconoce no haber investigado más allá de la excelente biblioteca pública de Nueva York y lo que le ha proporcionado la autora. Contiene también un índice onomástico, un tanto prescindible, y en cambio se echa en falta un índice de títulos que remita con facilidad a los comentarios sobre las obras que se hallan desperdigados en los distintos apartados, sobre todo en la extensa entrevista. También un breve resumen biobibliográfico resultaría útil, puesto que, por ejemplo, localizar la fecha de nacimiento de Montserrat del Amo resulta más bien arduo.
En conjunto, es una obra llena de buenas intenciones, que nos ofrece abundante información sobre esta importante escritora, pero que debido a su composición pastiche queda lejos de ser el completo y ordenado estudio que hubiéramos deseado para Montserrat del Amo. Teresa Maña.
Magda Donato
Pipo y Pipa y el tobo Tragatotodo
Pinocho en el país de los cuentos
Pipo y Pipa y el lobo Tragalotodo Pinocho en el país de los cuentos Magda Donato. Editorial ADE (Asociación de Directores de Escena de España). Colección Literatura Dramática Iberoamericana, 31. Madrid, 2000. 1.000 ptas.
Para los estudiosos de la historia de la literatura infantil española, el de Magda Donato (seudónimo de Carmen Eva Nel-ken Mansberger) es un nombre que siempre va unido al de Salvador Bartolozzi (Madrid, 1882-México, 1950) y a la brillante etapa de renovación del teatro para niños que ambos protagonizaron en la década de los 30.
Nacida en Madrid, en una fecha que no ha sido posible fijar, entre 1898 y 1906, y fallecida en 1966 en México, donde la pareja se exilió a raíz de la guerra civil, Magda Donato era una incipiente periodista, escritora y aspirante a actriz de teatro cuando conoció a Bartoktzzi en 1914, en la Editorial Calleja. Él era ya un reconocido dibujante y pintor, y comenzaba a publicar cuen-
La biblioteca ideal europea: els nens i les nenes opinen sobre cent llibres Meritxell Margarit (coord.). Editorial PAU. Barcelona, 2000. 1.500 ptas. Edición en catalán.
La biblioteca ideal europea parte de una selección de cien (más siete) títulos realizada por especialistas, pero, en este caso, se da la voz a los lectores infantiles y juveniles. El punto de partida no deja de ser interesante: ¿qué opinan los lectores de lo que seleccionan los adultos? ¿Se adaptan los títulos a sus gustos y a sus intereses? La experiencia, llevada a cabo con los alumnos de 5o y 6o de ocho centros escolares, ha sido coordinada por Meritxell Margarit, quien ha seleccionado también los comentarios críticos más interesantes, acertados, originales o sugerentes.
La obra presenta en cada página un título con la crítica de un lector (tema o argumento, preguntas de opinión) y los comentarios de otros: el resultado ofrece una aproximación distinta a las obras consideradas «ideales» y nos lleva a plan-
; : Els nens i les n< opinen sobre cent liibnes
tearnos la vigencia de determinados títulos o los gustos de lectura. Además de las fichas de los libros, ordenados por autor, la obra contiene una detallada introducción que describe la metodología del proyecto y una relación de los títulos citados por los lectores en una pregunta abierta sobre los libros leídos que más les habían gustado al margen de los propuestos. Contamos, pues, con una nueva bibliografía, que va más allá de la utilidad propia de la selección y, al transmitir el punto de vista del lector infantil, nos facilita un elemento imprescindible para la justa valoración de las propuestas de los adultos. Teresa Maña.
tos para niños, entre ellos las famosas series de Pinocho y de Pipo y Pipa, en las que Donato se inspiró para escribir sus obras de teatro infantil, que fueron llevadas a escena con gran éxito y supusieron una auténtica revolución del género de la época. La singular vinculación personal y profesional que mantuvieron los dos autores ha dado lugar a una polémica sobre la autoría de estas obras, que se mantiene viva desde entonces. Firmadas sólo por ella, son varios los especialistas que sostienen que el autor era, en realidad, Bartolozzi. Sea como fuere, las obras de Magda Donato están ahí y, aunque hoy olvidadas, forman parte del patrimonio de la LIJ española, y son un material ejemplar y lleno de originalidad que todo
nuevo autor de teatro infantil debería conocer.
Contribuir a la recuperación del patrimonio del teatro español es el objetivo de la Colección Literatura Dramática, que publica la ADE (tel. 91 559 12 46), en la que aparecido este volumen. Editado y anotado por César de Vicente Hernando, autor también del interesante estudio preliminar sobre la obra de Magda Donato y su significación en el contexto de la República española, incluye dos obras de teatro para niños: la ya conocida Pipo y Pipa y el Lobo Tragalotodo (firmada también por Bartolozzi) y el texto, hasta ahora inédito, de Pinocho en el país de los cuentos, obra escrita por Donato en el exilio mexicano en 1942.
Pasqual Alapont gana el Edebé juvenil
Con L'ovella negra, Pasqual Alapont, el conocido autor valenciano, ha obtenido el Premio Edebé en la categoría juvenil, dotado con cuatro millones de pesetas, mientras que la infantil quedó desierta. Alapont, que además de novelista es (o ha sido) técnico editorial, guionista, dramaturgo, actor y director de escena, y traductor, suma el Edebé, a otros galardones que ya tenía en su haber como el Bancaixa o el Enric Valor de LIJ, o el Premio de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana.
Hermógenes es el protagonista de L'ovella negra. Es hijo de una familia acomodada formada íntegramente por médicos de renombre. Pero el chico quiere ser arqueólogo contra viento y marea, y se matricula en la universidad y, además, se apunta a un campo de trabajo en una excavación arqueológica. Para ganar dinero, hará de canguro de un bebé, Quim, que llegará a ser muy importante en su vida, al igual que Anna, la madre del pequeño.
L'ovella negra (La oveja negra) empieza destilando ironía y sentido del humor, pero evoluciona hasta una situación dramática que sacude las conciencias.
Finalista en esta categoría, en la que
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competían 60 originales, quedó Sindo Pacheco, escritor cubano residente en Miami, con la novela iniciática y de maduración, Las raices del tamarindo.
Fiera del Libro per Ragazzi de Bolonia 2001
La cita para los editores, escritores, ilustradores y demás profesionales vinculados al mundo de la LIJ es el próximo 4 al 7 de abril en la ciudad italiana de Bolonia, en la Fiera del Libro per Ragazzi, la más prestigiosa del mundo en esta especialidad. Allí estarán los 1.400 expositores que este año acuden a la Fiera dispuestos a mostrar tanto libros, como productos multimedia, que ganan terreno en cada edición.
La Muestra de Ilustradores es uno de los pilares de la Fiera y, este año, la portada del Annual que recoge todos los trabajos presentados en la exposición la firma el flamante Premio Andersen británico, Anthony Browne. La Muestra se hace en colaboración con el Itabashi Art Muséum de Japón, y luego la exposición se trasladará a este país y también a Taiwan. Por su parte, los ilustradores holandeses tendrán su propia exposición y catálogo, puesto que el país de los tulipanes es el invitado en esta edición de la Fiera. Dutch Oranges es como se ha bautizado esta selección de trabajos.
Por otro lado, los premios que otorga la Fiera, los BolognaRagazzi, se amplían con dos categorías, el New Art, para libros de arte dirigidos a los niños, y el New Horizons, que premiará la labor de los editores de los países «emergentes».
En sucesivos números de CL1Jampliaremos la información sobre este acontecimiento en el mundo de la LIJ.
Galardón para Drac Magic
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ha concedido el
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Premio González-Sinde a la cooperativa Drac Magic de Barcelona, en reconocimiento a su tarea en la difusión de la cultura cinematográfica entre el público infantil y juvenil. Se trata de un galardón honorífico, que lleva el nombre del primer presidente de la Academia, el productor y guionista José María González-Sinde, creado hace tres años para destacar una labor en beneficio de la sociedad a través del cine.
Drac Magic nació hace 30 años con el propósito de difundir el cine en las escuelas. Para cada nivel educativo, el colectivo organiza distintos ciclos a lo largo del curso escolar, que no sólo procuran una introducción al lenguaje y la historia del cine, sino que permiten trabajar distintas materias del currículo, como Historia o Literatura, a través del séptimo arte. Drac Magic, que funciona en régimen de cooperativa, no sólo organiza las sesiones de cine, sino que elabora materiales pedagógicos y realiza otras actividades, no todas dirigidas a las escuelas, como la Mostra de Films de Dones.
Una de las integrantes más veteranas del colectivo, Marta Selva, fue la encargada de recoger el galardón de manos de la recién estrenada presidenta de la Academia, la actriz Marisa Paredes, el pasado 15 de febrero. ¡Felicidades!
Premio Unesco 2001 Cada dos años, la Unesco concede un
premio que lleva el nombre de la organización, y que distingue las obras para niños y adolescentes que encarnan los principios e ideales de tolerancia y de
paz y que favorecen la mutua comprensión basada en el respeto de los pueblos y de sus culturas. Este año, el galardón ha sido para la obra La guerre, de Anai's Vaugelade, editada por L'école de loisirs, de París, y en España, por Corimbo, bajo el título De cómo Fabián acabó con la guerra. La obra, premiada en la categoría de menos de 13 años, cuenta la historia de un niño que pone fin a una guerra absurda que, después de muchos años, nadie recuerda por qué empezó.
Un total de 309 libros provenientes de 58 países fueron preseleccionados por el Jurado Internacional, reunido los días 4 y 5 de diciembre de 2000. El autor del libro ganador recibe un premio en metálico de 8.000 dólares, y la entrega del galardón tendrá lugar en abril, en el marco de la Fiera del Libro per Ragazzi de Bolonia (Italia).
La LIJ en Internet • El escritor y periodista Andreu Soto-
rra ha decidido que su última novela para jóvenes llegue al público, no vía libro, sino a través de Internet. Desde el pasado 4 de enero, los navegantes de la red tienen a su alcance Llàgrimes de rovell (http ://www.partal. com/aelc/autors/so-torra/andreu/drago. html)
No es la primera vez que Sotorra experimenta en Internet. El año pasado escribió on Une y en tiempo real la novela breve Carezza en W, durante siete días.
Información: página personal del autor: http://www.partal.com/aelc/persona/ asotorra.html
• Cuando faltan todavía diez meses para que se estrene en Estados Unidos la primera de las tres entregas sobre El señor de los anillos de Tolkien, titulada El señor de los anillos: la hermandad del anillo, dirigida por Peter Jackson, los in-ternautas del todo el mundo ya pueden tener acceso a vídeos y grabaciones sonoras sobre el proceso de filmación de la cinta, reportajes, información sobre el rodaje, entrevistas con los protagonistas, con el director, etc., y en diez idiomas. Sólo hay que teclear www.lord oftherings.net, y se tendrá acceso a esta información proporcionada por el es
tudio que financia la trilogía, New Line Cinema.
En abril, el estudio ofreció un tráiler de la película en Internet, que registró la espeluznante cifra de 6,6 millones de entradas en la primera semana. A este hecho hay que añadir que existen en la red 400 sitios dedicados a la trilogía y varios más dedicados a Tolkien, por lo que New Line Cinema ha decidido realizar esta promoción que mantendrá a los fans de Tolkien informados y calmados, puesto que una de las cosas que se ha detectado que les preocupan es la fidelidad al original, y tanto el estudio, como el propio director, han asegurado que se ha respetado la obra del escritor. En fin, ver para creer, y en Internet tendrán las primeras pistas sobre lo que verán en la pantalla a finales de 2001. Las siguientes entregas, Las dos torres y El retorno del rey, no se estrenarán hasta 2002 y 2003, respectivamente.
• Son un grupo de amigos que tienen en común dos aficiones, por lo menos, la literatura y la informática. Las han unido, y el resultado ha sido Libroadic-to.com, una web donde estos chicos, 12 en total, de 14 y 16 años, pertenecientes al Centro de Orientación de Estudios Castilla (CODEC) de Madrid, ejercen la crítica literaria. En la página, que ellos mismos han diseñado y que actualizan periódicamente, aparecen además de las críticas de libros, un concurso de mini-cuentos y un foro donde otros chicos y chicas pueden participar y opinar sobre lo que leen. Por cierto, entre las obras que han merecido mejores críticas están El señor de los anillos y El hobbit, ambas de Tolkien, y el fenómeno Harry Potter les ha llamado naturalmente la atención, y se atreven incluso a adelantar la opinión sobre el último título de la serie, Harry Potter and the Goblet of Fire, que todavía no ha sido publicado en castellano.
Premios de Oro y Platino de la LIJ
La Editorial Alfaguara ha convocado por primera vez los Premios de Oro y
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Platino de la LIJ, para homenajear aquellas obras que han sido leídas por más de 50.000 lectores (Premio Oro) y 100.000 (Platino). Entre los premiados están El pequeño Nicolás, de René Goscinny; Monolito Gafotas, de Elvira Lindo; y El Pequeño Vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg, considerados ya emblemas y clásicos de la LIJ.
Además de estos premiados, también recibieron homenaje Jordi Sierra i Fa-bra, Andreu Martín y Jaume Ribera, Cario Frabetti, Roald Dahl, José María Merino e Isabel Molina.
El acto tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el pasado 18 de diciembre, con la asistencia de muchos de los galardonados, que recibieron el premio de manos de algunos de sus lectores.
Publicaciones
S O P A D fc L I B R O S
50 sopas
ANAYA A * - * " ^ 1 ^ ^
• 50 sopas no es una obra de gastronomía, sino el librito con el que Anaya ha querido celebrar los cincuenta títulos de su colección Sopa de Libros. Se trata de un ejemplar singular, no sólo por su reducido tamaño, sino porque reúne relatos e imágenes de autores e ilustradores que han contribuido a «cocinar» algunas de estas 50 sopas. Ahí están, por ejemplo, Pep Albanell, Mariasun Landa, Vicente Muñoz Puelles, Xabier P. Docampo, José Zafra, Miguel Calatayud, Montse Gi-
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nesta, Fino Lorenzo, Jokin Mitxelena, Emilio Urberuaga y Noemí Villamuza. ¡Que les aproveche!
• La Editorial Alfaguara ha editado tres títulos especiales en sus colecciones Alfaguara Juvenil y Alfaguara Serie Roja. Uno de ellos, Terminemos el cuento, reúne los relatos del II Premio Internacional de Literatura del mismo nombre, en el que la apuesta era que jóvenes de ambos lados del Atlántico terminaran los cuentos escritos por autores hispanoamericanos. El volumen incluye, pues, no sólo los textos completos de los cuentos escritos por once escritores de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, sino los finales a dichos relatos inventados por once chicos y chicas entre 14 y 18 años de sus mismos países.
Por otro lado, Luna Ebria y otros relatos es una antología de siete relatos firmados por los ganadores de la octava edición del concurso literario de «Los nuevos de Alfaguara», dirigido a chicos y chicas de 13 a 18 años. La intriga, el amor, el recuerdo de la guerra desde la vejez, el desengaño amoroso, la transición a la madurez, la fantasía son algunos de los temas abordados por estos nuevos «escritores».
Por último, tenemos La fiesta de mi vida y Tempus Fugit, el volumen que recoge los dos relatos que han obtenido el premio en el concurso «Relatos con Clase», dirigido esta vez a los profesores con vocación literaria.
• En El tío paragüero, el conocido cuentacuentos valenciano, Vicente Cortés, ha recogido y adaptado, con ayuda de un gran equipo, cuentos e historias de la tradición oral de La Serranía, comarca de Valencia. El resultado de cinco años de trabajo es este libro, con textos e ilustraciones, que incluye, además, un CD donde se narran los cuentos con música de acompañamiento. La edición, hecha por el Centro de Estudios «La Serranía» (CELS), ha sido posible gracias al patrocinio del GAC La Serranía-Rincón de Ademuz.
Información: Vicente Cortés. Tel. y fax: 96 395 38 66. E-mail: teatro® gri.es
i b a b a r Revista (te iittíraturamfjiitji y juv<:m] •>'"• -'••>'•
; Raquel Sperber "-. Agustín Fernández Paz \ Medía: Vaca t Serres
• Una entrevista con el escritor gallego Agustín Fernández Paz es uno de los platos fuertes en el número de la revista de LIJ Babar, correspondiente al otoño del año 2000. En ella también encontramos artículos dedicados a Serres y su colección de libros de arte para niños; a Media Vaca, la editorial valenciana que publica libros ilustrados muy especiales; y a Lóguez, que ha editado una colección de tres libros sobre la sexualidad dirigidos a niños y jóvenes. El número se completa con reseñas de libros y una entrevista a Raquel Sperber, una escritora española afincada en Israel, que ha publicado su primera novela juvenil, Mírame, Blime, en Lóguez.
Información: http://perso.wanadoo.es/ pablocruz/revistababar.htm
• Fadamorgana, la revista gallega de LIJ, dirigida por Xosé A. Neira Cruz, incluye en su número de otoño de 2000, el último que ha llegado a nuestras manos, una entrevista con Jostein Gaarder, el autor de El mundo de Sofía, y otra al autor teatral Manuel Lorenzo, y es que, además, la publicación trata de manera monográfica, con diversos artículos, el tema del teatro infantil. El ilustrador del mes es Xan López Domínguez.
Información: Rúa do Tambre, 3. 15705 Santiago de Compostela. Tel. 981 58 25 86. E-mail: [email protected]
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Convocatorias • La Casona, centro de formación e in
vestigación teatral, cumplió 20 años de existencia en el año 2000. Para celebrarlo, en vez de fiestas, el centro ha recargado las pilas y nos ha ofrecido, entre otras cosas, un publicación, la revista Theatrum, que este mes de marzo verá nacer su segundo número. Tiene una tirada de 8.000 ejemplares que se distribuyen gratuitamente en España y diversos países iberoamericanos; y una serie de cursos como, por ejemplo, «Los is-mos en el cine y en el teatro contemporáneo», del 13 de marzo al 19 de junio; «Cómo organizar un taller de juegos y dramatización», los días 4, 5 y 6 de mayo; «Iniciación al teatro de títeres», del 25 de junio al 6 de julio; o «Dirección de Escena I y II», del 11 de mayo al 9 de junio, todos dentro del 11 Proyecto Teatral, que incluye un total de nueve cursos que empiezan ahora en marzo.
Información: La Casona. Tel. 93 422 69 22. E-mail: [email protected]
Página web: www.lacasona.es
• La Escola d'Escriptura i Humanitats del Ateneu Barcelonés organiza a lo largo del año varios cursos trimestrales relacionados con la LIJ, a cargo de la escritora y especialista, Teresa Duran. Los cursos versan sobre «Teoría y práctica del cuento infantil»; «El placer de la lectura», que ofrece desde elementos de análisis para valorar los textos hasta teorías de la recepción lectora; y «Lectura visual y textual del siglo xx».
Además, la Escola organiza cursos anuales y trimestrales de escritura, lengua y estilo, de edición, de literatura, etc.
Información: Escola d'Escriptura i Humanitats de 1'Ateneu Barcelonés. Canuda 6. Barcelona. Tel. 93 317 49 08.
FE DE ERRATAS En CLIJ135 correspondiente a febrero pa
sado, se publicó una práctica, titulada «Cuéntame un cuento», que firmaban Autores Varios. Sin embargo, la autora real del texto era Concepción Espada Pina, cuyo nombre no figuraba en el artículo. Pedimos disculpas a la autora, que luego nombraba a los colaboradores, no en la escritura del texto, sino en la propia actividad en el centro.
Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil
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EL ENANO SALTARÍN
Cosas de la genética «Así vivimos, despidiéndonos conti
nuamente.» R.M. Rilke
L os enanos tenemos larga vida y largas barbas blancas. Parece que hay en algún pliegue de nuestro cere
bro, donde está escrito ese libro inevitable que es el ADN, una proteína fantástica. Se llama GN3. Fue descubierta al alba del siglo xix por un tal Adolphus Wild, un médico alemán, ateo, borrachín y mujeriego, suegro del famoso Wilhelm Grimm, aquel escritor puritano de tomo y lomo. Adolphus Wild era un próspero médico al que le gustaba sobremanera el circo. Se cuenta que, enredado en amores con una hermosísima enana trapecista húngara, Kathia Neruda, financió el que iba a ser mundialmente famoso Circo de los Enanos, Gnomuskaiser. De aquellos efluvios amorosos con la rubia voladora tuvo Adolphus un hijo bastardo, Laszlo, enano pero hermoso como un arcángel, ciego de nacimiento y excepcional violinista. El jovial médico Wild dedicó su vida a la cerveza y a la investigación neurológica del enanismo. Investiga que investigarás acabó descubriendo que los enanos tenemos un peculiar gen, el GN3. Un tropiezo genético más conocido como «síndrome de Wild», descrito como un malentendido contable entre la central, el cerebro, y el proveedor de densidad a los huesos y de azúcar al plasma. Un fastidio. Así es que los «gnomos de Wild», portadores de GN3, estamos condenados a ver el mundo desde abajo, una interesante perspectiva si bien se mira, y somos propensos a la melancolía, la ceguera y la artrosis. Como es bien sabido, los libros en abundancia y el seco clima de los bosques encantados alivian nuestros achaques y los años nos pasan como minutos. Tan aje
nos estamos a todo que la muerte, enlutada y atareada en su negocio al por mayor, ni siquiera repara en nosotros, tan altiva y sostenida es su mirada. Así que vivimos siglos y siglos sin otras molestias que las propias de la poca estatura y
la mucha miopía. Y así vivimos, despidiendo a los amigos que se van, y saludando también a los que llegan. Cosas de la genética.
El Enano Saltarín.
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ParaTninos con mucha madera
L e c t u r a c o n p i c t o g r a m a s Mucha madera es una colección
de literatura infantil creada para niños y niñas de tres a seis años. Mediante la utilización de pictogramas, el niño se inicia como lector jugando.
Son historias sencillas cuyos protagonistas son los árboles y en las que se recogen algunas de sus características más esenciales.