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    Rapports de subordination personnelle et pouvoir politique dans la Mditerrane antique et au-del

    XXXIVeColloque international du GIREA, 2013, 253-269

    Figuras del cautivo: evolucin del uso de la palabra

    desde la Antigua Roma hasta la Espaa moderna

    Rudy CUniversit de Franche-Comt (Francia)

    Institut des Sciences et Techniques de lAntiquit (ISTA EA 4011)

    Despus de repasar otra vez, rpidamente, el tema del cautivo que es, o no es,un esclavo, abandonaremos este ltimo estatuto para estudiar el uso que, en el pasadoantiguo, medieval o moderno, se haca de la palabra cautivoy tratar de entender cmo sepudo llegar, en la Espaa Moderna a utilizarlo sistemticamente para los sbditos del ReyCatlico privados de libertad y casi nunca para sus enemigos musulmanes capturados alos que se reservaba el trmino de esclavo.

    La diferencia que puede existir entre el estado de cautivo y el de esclavo durantela poca moderna es una cuestin peridicamente debatida (Pez Garca 1996, Fontenay2002 y 2008). Para resumir el discurso dominante, podemos decir que se considera comocautivo a un individuo capturado durante un episodio guerrero que as forma parte delbotn reservado a los vencedores; est detenido y puede ser liberado si se paga rescatea quien le detiene. Mientras que el esclavo, que puede haber llegado a esta situacinpor la misma va, o por haber nacido de madre esclava, no tiene ninguna esperanza deser rescatado. Fontenay (2008) insiste en la diferencia que puede existir entre los dosestatutos como correspondiendo a la que existe entre valor de uso y valor de cambio,siendo la primera asociada preferentemente al esclavo y la segunda al cautivo.

    Aunque estas observaciones estn llenas de sentido no nos parecen totalmente

    eficaces para describir y analizar la situacin de los cautivos, en particular de los cristianosque se encontraban en frica del Norte a principios de la poca Moderna. En efecto,el valor de cambio es el que puede tener el cautivo de categora social relevante, o porlo menos lo suficiente para mantener, tanto en el propio rehn como en sus amos, laesperanza de un posible rescate. Si esta esperanza no existe o desaparece, el valor de cambio

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    deja de existir y slo queda entonces el valor de uso, el que, segn la pauta enunciada, se

    suele atribuir al esclavo. Entonces incluso a travs del esquema valor de cambio versusvalor de uso es difcil oponer eficazmente el estatuto de esclavo y el de cautivo excepto sislo se consideran los cautivos de alto rango, en los que el valor de cambio siempre existiry ser muy superior al supuesto valor de uso que podran tener.

    As nos parece til seguir cuestionando la utilizacin que se haca en aquella pocade los dos vocablos y en particular del de cautivoque la sociedad hispnica hered dela Antigedad y la poca romana. Nuestra hiptesis inicial es que, en la poca romana,el trmino cautivo tena un papel puramente funcional: era cautivo el que haba sidocapturado fuese quien fuese, romano o brbaro. Pero mientras se va avanzando hacia lapoca moderna, el trmino castellano de cautivopas a designar un cristiano capturadopor los musulmanes muchas veces reducido efectivamente en esclavitud pero que setrataba de rescatar por las armas o por el dinero, en particular gracias a la iniciativa delas bien conocidas rdenes redentoras. Mientras que el uso del trmino esclavo se ibaespecializando para designar a los no cristianos: musulmanes de frica del Norte y deOriente u hombres y mujeres oriundos de frica negra, ubicados en la pennsula ibrica yprivados de libertad despus de su captura o nacidos de madre esclava1.

    En todos los contextos histricos, pueden confundirse los estatutos de cautivo yde esclavo en una misma persona como aparece en este fragmento de las Memorabiliade Jenofonte cuando se evoca la preocupacin que tena Scrates de que los hombres

    mantuviesen una buena forma fsica para poder participar con xito en las accionesmilitares:

    Sin embargo, no pocos, a causa de su debilidad fsica, mueren en los peligros de la guerra ose salvan vergonzosamente. Muchos, por la misma razn, son hechos prisioneros y pasan encautividad el resto de su vida, si es se su destino, en la ms penosa esclavitud o caen en la msdura necesidad despus de pagar rescates superiores por mucho a sus posibilidades y pasan elresto de su vida carentes de lo necesario y pasando calamidades2.

    Los que no sean capaces de enfrentarse al contrario corren tres peligros: el mayorde perecer en las contiendas, y los menores aunque poco envidiables de convertirseperpetuamente en esclavos o de arruinarse pagando un rescate por encima de sus

    posibilidades econmicas. As se contemplan en este fragmento de Jenofonte las tres

    1 Sobre la situacin y origen de los esclavos en la pennsula Ibrica de finales del Medioevo y principios de la EdadModerna, ver los trabajos de Martn Casares (2000), Marzal Palacios (2006), Blumenthal (2009).

    2 Jenofonte,Memorables(3,12,2), traduccin de Juan Zaragoza, Gredos, 1993. El texto griego no usa una palabra quepudiera ser traducida por rescatesino que evoca las cantidades de dinero entregadas al enemigo.

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    suertes posibles del soldado vencido: la muerte, el cautiverio con rescate o ste sin

    redencin, lo que es, el autor lo expresa claramente, la esclavitud.Entre los griegos, si no existe un trmino especfico para designar a los cautivos en

    la poca homrica, la palabra se impone en la poca helenstica (Ducrey 1998)sin que su uso sea exclusivo. Es cierto que los principales estudios nicamente enfocan losprisioneros de guerra griegos y no los capturados por los griegos (ibid., Bielman 1994 y 1999).

    Tanto entre los griegos (Pritchett 1991: 203 y ss.) como entre los romanos, loscautivos, segn las circunstancias, podan ser matados, rescatados, liberados, cambiadoscontra cautivos romanos de la parte opuesta, vendidos como esclavos, o incluso integradosen el limescomo colonos pobladores de zonas amenazadas por la invasin como ocurri

    con los godos a finales de la poca imperial

    3

    .Pero, qu pasaba si se inverta la situacin, si el cautivo era un ciudadano romano?Como ya lo sealaba Buckland (2010, 291) casi todas las fuentes [jurdicas] tratan delcaso de un sbdito romano capturado por el enemigo.

    A partir del momento en que estaba prisionero de los enemigos se converta enesclavo o segn su rango y valor potencial, poda ser detenido en espera de un rescate comoel famoso ejemplo de Julio Csar quien, segn Plutarco (Vidas paralelas, Csar, II-2):

    Lleg a quedarse entre unos prfidos piratas de Cilicia con un solo amigo y dos criados, y, sinembargo, les trataba con tal desdn, que cuando se iba a recoger les mandaba a decir que nohicieran ruido. Treinta y ocho das fueron los que estuvo ms bien guardado que preso por

    ellos, en los cuales se entretuvo y ejercit con la mayor serenidad, y, dedicado a componeralgunos discursos, los tena por oyentes, tratndolos de ignorantes y brbaros cuando noaplaudan.

    Con un preso de semejante categora, si se puede confiar en este texto,evidentemente inspirado por relatos creados para la mayor gloria de Julio Csar, lasituacin poda ser bastante cmoda para el cautivo.

    Despus de rescatado el cautivo romano poda recuperar sus derechos de ciudadanogracias al ius postliminiumque, en cierta forma, le haba conservado su estatuto, del cual podagozar de nuevo cuando reintegraba la comunidad de los romanos4. As lo afirma el Digesto:

    3 Barbero (2009), en particular p. 179-193.

    4 Es de notar que en Francia, los estudios jurdicos ms notables sobre el ius posliminium(Faiveley 1942, Imbert 1944) sonestudios jurdicos y parecen reflejar una de las grandes preocupaciones de su poca ya que fueron publicados despus de laderrota del 40 durante la cual cerca de dos millones de soldados franceses fueron capturados por los alemanes. Tambin nosreferimos aqu a estudios ms recientes como los de Hernndez Tejero (1989), Perin (2008) y Huntzinger (2009:27-43).

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    5. Pomponio; Comentarios a Quinto Mucio, libro XXXVII. Compete el derecho de

    postliminio o en guerra o en paz.1. En guerra, cuando los que son nuestros enemigos cogieron a alguno de los nuestros,

    y se lo llevaron a sus fortificaciones; porque si en la misma guerra hubiere vuelto aqul,tiene el postliminio, esto es, se le restituyen todos los derechos lo mismo que si no hubiesesido aprisionado por los enemigos; antes que haya sido llevado a las fortificaciones de losenemigos, permanece siendo ciudadano; mas se entiende que regres, si llegara a donde haamigos nuestros, o si comenz a estar dentro de nuestras fortificaciones.

    Pero no todos eran patricios del calibre del futuro cnsul, no todos tenan una redsocial que pudiera costear el rescate, precio de su libertad. As despus de la batalla deCannas perdida por los romanos contra los cartagineses en 216 a. C., Anbal, vencedor de

    la contienda, propuso restituir los numerosos prisioneros contra una cantidad de dinero:Dio entonces permiso a los prisioneros para rescatarse a s mismos; cada jinete porquinientos denarios, cada infante por trescientos y cada esclavo por cien. Esto era algo msde lo que la caballera haba acordado cuando se rindi, pero estuvieron ms que contentosaceptando estos trminos. Se estableci que deban elegir a diez de ellos para ir al Senado, enRoma, con la nica garanta de que jurasen regresar (Tito Livio,Ab Urbe condita, XXII-57).

    A partir de all la cosa se convirti en un asunto de estado: una delegacin deprisioneros romanos fue recibida por el Senado y el portavoz de los cautivos recordque no haban sido capturados por su actitud cobarde sino despus de una resistenciaheroica pisando los cadveres de las decenas de miles de muertos romanos; tambinrecord pasadas batallas en las que los cautivos haban sido rescatados pese a una derrotavergonzosa resultado de una desbandada. Y, argumento que me parece contundente,aludi a un recin reclutamiento de esclavos para paliar las prdidas:

    Habis alistado soldados de toda edad y condicin; he odo que se ha armado a ochomil esclavos. Nuestro nmero no es menor y no costar ms rescatarnos de lo que costcomprarles; pero si fuera a compararnos, como soldados, con ellos, estara insultando elnombre romano (Ibid.XXII-59).

    Este discurso conmueve al pblico auque el debate es difcil:

    Haba grandes diferencias de opinin; algunos decan que deban ser rescatados a expensas

    de la repblica, otros eran de la opinin de que no deba gastarse del erario pblico, pero queno deba impedirse que se obtuviera el costo de fondos particulares y que, en caso de que nohubiera dinero lquido disponible, se podra adelantar del tesoro sobre garantas personalese hipotecas (Ibid.)

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    captus captivus captivitas6

    total

    romanos 35 60 0 95 (27, 9%)

    enemigos 119 96 0 215 (63%)

    otros 11 20 0 31 (9, 1%)

    Cuadro 2: captus, captivus, captivitasen losAb urbe condita libri

    Si en la gran mayora de los casos, se aplican dichas palabras a enemigos de Romacapturados por los romanos, el uso para con los propios romanos est presente y entoncesno se puede considerar que la palabra se aplique con valor diferente segn la nacin de

    los cautivos. La diferencia resultara ms bien, en nuestra opinin, del tipo de relato quenarra episodios en los que, en su mayora, Roma resulta victoriosa y se apodera adems desus bienes, de las personas de sus enemigos derrotados.

    El desarrollo del cristianismo y la paralela descomposicin de las institucionesimperiales en el Occidente se acompaan de una intervencin religiosa institucional en lacuestin de los cautivos. En el siglo VI, por ejemplo, se puede citar la bien documentadafigura del obispo Cesreo de Arls el cual extiende su poder y su patronato mientrasdifunde el ideal cristiano de caridad gracias a la redencin de cautivos (Klingshirn 1985).

    En la poca visigoda se encuentran muy pocas referencias a cautivos (Daz Martnez

    1992). Sin embargo aparece bajo la gida de otro protagonista de la accin institucionala favor de la redencin de los cautivos: la iglesia cuya actuacin a favor de los libresprivados de libertad se integra en el registro ms amplio de la asistencia a los pobres. Laintervencin de la Iglesia en el rescate de cautivos se intensificar en los siglos posteriores.

    Pero tras la cada de los visigodos, el panorama ibrico va a cambiar del todocon la llegada de los musulmanes y su rpida conquista de la pennsula y la progresivaconstitucin de unos reinos cristianos en la franja norte lo cual va a producir numerososconflictos, razzias, con su consiguiente bsqueda de botn y una de las piezas mscotizadas eran los seres humanos que se raptaban para venderlos como esclavos o pedirun rescate para ellos. De la multiplicacin de los cautivos tanto en la pennsula ibrica,

    en las costas mediterrneas y en el mar van a surgir dos manifestaciones institucionalesdel inters que haba por los cautivos. Por una parte, los municipios cristianos cercanosa las zonas de contacto movedizas que les separaba de los musulmanes obtuvieron de su

    6 Es de notar que enAb urbe condita no aparece la palabra captivitas.

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    soberanos (Aragn, Navarra, Castilla, Len), a finales del siglo XII, principios del XIII,

    unos fueros o cartas pueblas que rigen entre otros disposiciones legales que conciernenla justicia, las obligaciones militares de los ciudadanos as como las cuestiones dereparticin del botn (Brodman 1985 y 2011, Caldern Ortega, Daz Gonzlez 2011a).En esos fueros se encuentran leyes que se relacionan con la cuestin de la cautividad:as se facilita la compra de un esclavo musulmn con la perspectiva de cambiarlo contraun cautivo oriundo del municipio mientras se protegen los derechos del propietariodel esclavo. Tambin la legislacin poda prever que para los soldados destinados adefender el municipio que cayesen presos, se utilizaran, si los hubiese, los musulmanescapturados para conseguir su libertad (Ibid.). Adems aparecen en el siglo XII una seriede especialistas llamados mostolafs, exeas, alfaqueques elegidos por su conocimiento de

    los diferentes idiomas peninsulares, su buena fama y su capacidad a llevar a cabo el rescatede cautivos (Caldern Ortega, Daz Gonzlez 2011b).

    Paralelamente a este proceso, cunde otro alimentado por donativos a monasterioso iglesias con el objetivo de redimir cautivos. De este segundo proceso nacen dosinstituciones que rpidamente van a convertirse en protagonistas de la cuestin de laremisin: la Orden de la Santsima Trinidad y de la redencin de cautivos fundada en 1194por el francs Juan de Mata en el Norte de Francia y aprobada por el papa Inocente IIIcuatro aos despus; La Orden de la Merced fundada en 1218 por Pedro Nolasco enBarcelona y oficializada en 1265.

    Estas rdenes, principalmente la Merced por lo que concierne a Espaa, van adesarrollar su actividad en los ltimos siglos de la Edad Media y toda la poca modernarecogiendo limosnas por los reinos peninsulares con las que montarn expediciones haciatierras musulmanas para redimir a los cautivos cristianos.

    En cuando al vocabulario, como lo subraya Verlinden (1942) si no se encuentrael trmino sclavusen los documentos medievales cristianos que slo aparece en Italiadurante el siglo XIII y al siglo siguiente en la Pennsula Ibrica, el de captivus s queaparece para designar a un esclavo aunque los ms difundidos son maurus,sarracenus.

    Cabe destacar tambin en este panorama de las relaciones entre poder y cautivolos apartados que dedican el famoso cdigo legal de las Siete Partidas (redactado amediados del siglo XIII y aplicado un siglo despus), la segunda partida recoge en suttulo 29 una serie de leyes en su mayora orientadas hasta la proteccin de los bienes delcautivo y su posible trasmisin (como lo subraya el ttulo De los cativos y sus cosas). Setrata nolens volens de un ius posliminiumcastellano (Ortuo Snchez-Pedreo 1999-2000). Sin profundizar en ellas se destacar un texto el cual prev que en el caso en que

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    el cautivo no recibiera ayuda de sus hijos legtimos y que tenga uno o una con una mujer

    musulmana durante su detencin, y que este hijo o esta hija le ayudase a huir y volver a lazona cristiana, ste o sta resultara el nico heredero del excautivo. Esto no es sino unaforma extrema de incitar a los herederos legtimos a que se esfuercen por conseguir laliberacin de su genitor.

    A partir de aquella poca, de finales de la edad media, el paradigma de la redencinde cautivos va a cambiar tanto desde el punto de vista econmico como religioso. En loreligioso, va evolucionando desde un modelo de redencin, las ms de las veces, individual,costeada por familiares o allegados hacia un modelo mayoritariamente colectivo en quese suman cantidades de dinero recaudadas en personas que no todas son parientes decautivos a las que se aaden remesas de particulares que aprovechan las expedicionesredentoras para encomendar a los padres redentores las sumas correspondientes a laliberacin de un familiar o conocido.

    Adems si las rdenes religiosas ahora se hacen cargo de las redenciones decautivos, es tambin porque los motivos que mueven a los que los liberan tambin hanevolucionado. En la poca romana el deseo de que un romano recobrase la libertad ysaliese de una situacin de esclavitud indigna de un ciudadano de Roma era, creemoslo que motivaba a los redentores. Ahora, si bien pueden permanecen las antiguasmotivaciones una nueva se est sobreponiendo, la religiosa. En efecto, con la extensin deldominio islmico por el mediterrneo la situacin del cautivo evoluciona radicalmente.

    No desde el punto de vista material ya que la situacin del cristiano ibrico esclavo de losmusulmanes no difiere absolutamente de la de un ciudadano romano en manos de losbrbaros, con toda la gama de situaciones diferentes que se puedan contemplar, privacintotal de libertad, reificacin, dificultad ms o menos acentuada de la labor que tiene quecumplir, tratamiento ms o menos duro, etc. S evoluciona en cuanto a lo espiritual. Ahoraal esclavo cristiano de los musulmanes se le plantea la posibilidad de la conversin al Islam,a veces solicitada, segn los testimonios existentes, por los dueos, y muchas veces, muyprobablemente, aunque las fuentes cristianas subestiman estos casos, por voluntad propiadel cautivo que quiere mejorar su situacin material mediante la conversin.

    Por consiguiente el rescate de los cautivos cristianos se hace un tema urgente ya que

    cunto ms permanezca en tierras musulmanas ms grandes sern las ocasiones de que seconvierta al Islam. As el rescate ya no es la recuperacin de un ciudadano, un ser humano,apartado de su mbito originario, sino la de un alma que est en peligro de perderse porabandonar de la religin cristiana. Adems, al nivel estratgico-militar, se trataba de no

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    reforzar el bando enemigo con una aportacin peligrosa por el conocimiento que tenan

    los renegados de la lengua y usos se su antigua tierra.Lo ms notable en las fuentes espaolas de la poca es que este movimiento est

    acompaado de la desaparicin casi completa del trmino esclavo para denominar a uncautivo cristiano.

    Esta dominacin del poder religioso en el sector de las redenciones de cautivos seacompaa de un compromiso cada vez ms grande de los monarcas ibricos: en efecto eltema de la cautividad va a aparecer cada vez ms en las preocupaciones de los soberanoshispnicos. Es en 1059, cuando aparece la primera referencia en el testamento de unmonarca, el rey Ramiro I de Aragn prev dedicar una parte de sus bienes para la redencin

    de cautivos para la salvacin de su alma, evidentemente, pero a esta preocupacin seadjuntan inquietudes claramente polticas: una tercera parte del dinero reservado a esteapartado se reservar a dotar un monasterio, otra parte a la construccin de puentes yfortificaciones, la ltima se destinar a San Pedro de Roma y a Santiago de Compostela(Senac 2001:208).

    Esta costumbre se generalizar en Castilla a partir de los Reyes Catlicos y sussucesores Habsburgos hasta finales del siglo XVII y la extincin de la rama ibrica dela dinasta. El que ms dinero dedicar a la redencin de cautivos fue Carlos V como loindica este fragmento de su testamento:

    Otrosi ordenamos y mandamos que, dentro del dicho ano de nuestro fallecimiento, se

    distribuyan treinta mil ducados de limosna, en esta manera: los diez mill para redimircristianos captivos en tierras de infieles, los que mas justo pareciere, preferiendo los queovieren sido captivos en armadas nuestras donde Nos ayamos hallado presente y despues, losque en las otras armadas nuestras obieren sido captivos (Fernndez lvarez 1982).

    El emperador estaba verdaderamente obsesionado por la situacin de los soldadosque haban sido presos por los musulmanes despus de la fracasada expedicin de Argelen 1541 que dirigi en persona. Actitud diametralmente opuesta a la del Senado romanoen 216 antes de Cristo, despus de la batalla de Cannas, pero las condiciones religiosashan cambiado del todo. Gracias a la difusin del ideal cristiano de caridad y a la actividadde las rdenes religiosas, la preocupacin por la salvacin de los cautivos, la cual est

    sometida a su liberacin, es la de todos y en primer lugar la del monarca.A partir del siglo XVI escasean las referencias al cristiano cautivo como a un

    esclavo, lo que al fin y al cabo no deja de ser. Hemos examinado como ejemplo tpicode la historiografa de la edad moderna: la Vida y hechos del Emperador Carlos V dePrudencio de Sandoval (1604, 1606) la cual narra todos los acontecimientos ocurridos

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    durante la vida del monarca (1500-1558). Ella consta de 195 palabras que evocan

    directamente el cautiverio sin contar los pocos usos metafricos. Cerca del 90% se refierena cristianos aunque el libro se propone celebrar la gloria y las victorias del emperador.Muy pocos son los casos en que remiten a musulmanes (menos del 11% de los casos) yentre ellos domina el uso del verbo cautivar el cual designa la accin de los cristianos,como por ejemplo, durante la toma de Tnez en 1535: los [moros] que se cautivaronen Tnez pasaron de diez y ocho mil personas de toda suerte (Sandoval, Libro 22-39).

    cautivo cautiverio cautividad cautivar total

    cristianos 124 16 5 25 170 (87, 2%)

    musulmanes 8 1 0 12 21(10, 8%)

    otros 7 2 0 0 2 4 (2, 1%)

    Cuadro 3: cautivo, cautiverio, cautividad, cautivaren la Vida y hechos del Emperador Carlos Vde Sandoval

    En la poca en que se publica la obra de Sandoval, la palabra cautivo se haconvertido en imagen y reflejo del cristiano que padece la privacin de la libertad en

    tierras musulmanas y que se debe rescatar para permitir su salvacin.Es de suponer que hubo un importante giro al propsito durante el siglo XVI ya queal examinar con el mismo criterio la Chrnica de los muy altos y esclarecidos reyes Catholicosdon Fernando y doa Ysabelde Fernando del Pulgar (primera edicin en15658) que relatanlos acontecimientos ocurridos desde 1462 (nacimiento de la princesa Juana la Beltraneja)

    7 Los 2 casos en que la palabra cautivo no designa a un cristiano o musulmn se refieren a nativos de Mxico o del Perdurante la conquista espaola (Otro da envi [Corts] por tres partes a reconocer la tierra con gana de tomar algncautivopara informarse de las particularidades della 4-4 ; Hall Pizarro muy muchos cautivosde all de Tumbez 13-30) y los dos usos del verbo cautivar remiten el uno a los cautivos americanos sacrificados por los aztecas (Los pecadosprincipales que hacan eran sacrificar hombres y comerlos, aunque no sacrificaban ni coman sino los hombres quecautivabanen la guerra 4-23) y el otro a las vctimas de los piratas que persigui Julio Csar, a quien se equipara CarlosV (as Csar castig largamente a todos los cosarios que depredaban y destruan todas las costas de cristianos, matando ycautivando, y arruinando y saqueando todas las tierras martimas, de los cuales largamente se veng con razn. Honras enRoma). Los subrayados son nuestros.

    8 Aunque hubo dos ediciones anteriores 1545 y 1550 falsamente atribuidas al humanista Antonio de Nebrija. Sesupone que Pulgar falleci poco despus de concluir su crnica o sea hacia 1492-93.

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    hasta 1492 (rendicin de Granada). En esta obra se encuentran 91 ocurrencias de los

    sustantivos captivo/cautiverioy del verbo captivar. Entre ellas, ms del 37 % se aplica a losmusulmanes sin que exista, al parecer, una jerarqua entre los cautivos de una u otra religin.El texto incluso llega a presentar situaciones simtricas que equiparan los cautivos

    de ambos bandos como en el captulo 78 (Cmo se entreg la ciudad de Velezmlaga,Pulgar 1780:298-299) en el que se recuerdan los pactos de rendicin de 1487: E quesi algn Moro o Moros de los que estn cautivos en tierra de Cristianos, o algunosCristianos de los que estn captivos en tierra de Moros se soltaren, e vinieren a los lugareso casas donde ellos moran que los no encubran; o el mismo ao del 87 (captulo 75), conla evocacin del estado de nimo de los contrincantes:

    E los Cristianos sintiendo muy grave no poder vencer a los Moros , e los Moros deseandoverter sangre de Cristianos, arremetan unos contra otros fasta que llegaban a se ferir con lasespadas e con los puales. E tan grande era el deseo de la venganza, que privaba al deseo dela cobdicia: porque ninguno pugnaba por captivar al enemigo aunque poda, salvo por loferir o matar (Pulgar 1780:301).

    cautivo captiverio captivar total

    cristianos 39 10 8 57 (62, 6%)

    musulmanes 15 14 5 34 (37, 4%)

    Cuadro 4: captivo, captiverio, captivaren la Crnicade Hernando de Pulgar

    Tambin conviene sealar el uso que se hace en la crnica de Sandoval de la palabraesclavo.

    cautivo %

    cristianos 23 32, 4%

    musulmanes 25 35, 2%

    amerindios 5 7%

    antiguos 2 2, 8%

    uso metafrico 14 19, 7%

    uso ambiguo 2 2, 8%

    Cuadro 5: esclavoen la Vida y hechos del Emperador Carlos Vde Sandoval

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    Mientras que el sustantivo cautivoestaba mucho ms difundido con un referente

    cristiano que con uno musulmn, son ms numerosas las palabras esclavoque remiten aseguidores del Islam, aunque la diferencia es poca (25/23).Mientras en la Antigedad o en la Edad Media podan denominarse corrientemente

    esclavos los cautivos del propio bando, parece que la Espaa tiene cada vez ms dificultadcon este vocablo ya que para los coetneos de Sandoval, como el famoso lexicgrafoCovarrubias (2006 [1611]), si esclavo: [es] el siervo, el cautivo (Ibid.:364), Hase deadvertir que entre captivo y esclavo hay mucha diferencia, porque captivo es el enemigode cualquiera condicin que sea, habido en buena guerra, esclavo el mesmo siendo infiel(Ibid. 196). Llamar esclavo es entonces comenzar a asimilarle a los musulmanes, o a losnegros africanos, que suelen ser, segn el enfoque occidental, el esclavo por antonomasia.Seguir llamando a los cristianos cautivos aunque su suerte no difiera en absoluto de la delesclavo es como mantenerlos vinculados simblicamente con su rea de origen, pudiendoser interpretada la cautividad como un estatuto provisional, en espera de la anheladaredencin.

    Entre los usos metafricos de la palabra esclavo, suficientemente numerosos paraque aqu se les conceda un apartado especfico, cabe notar los que se ponen en boca delrey de Francia Francisco I9, preso de Carlos V despus de la derrota de Pava (1525) que,segn Sandoval, se expres en los siguientes trminos cuando el emperador le visit en suprisin de Madrid, alarmado por la noticia de la enfermedad de su clebre preso:

    Como el Emperador entr en el aposento donde el rey estaba, le quit el sombrero y lleg aabrazarle en la cama donde estaba; y el rey se incorpor en la cama y abraz al Emperador,dicindole: Monsieur, veis aqu vuestro esclavo. Y el Emperador respondi: No, sinobuen hermano y amigo libre. Y el rey replic: No, sino vuestro esclavo. Y el Emperadortorn a responder: No, sino libre amigo y buen hermano (Sandoval 13-16).

    Los cuales no seran la marca de la cortesa y buena voluntad del rey de Franciasino, todo al contrario, la marca de su duplicidad ya que poco despus form el proyectode evadirse ideando disfrazarse de esclavo negro.

    9 Palabras confirmadas por las cartas que Francisco escribi a Carlos V: par quoy si vous plaist avoir ceste honnestet

    et piti de moy, avec la seuret que mrite la prison dun roy de France, lequel lon doibt rendre amy et non desespr,vous pourrez estre seur de faire un acquest, au lieu dun prisonnier inutile, de rendre un roy jamais vostre esclave (Weiss1841:266-267). Vous suppliant la vouloir recevoir et jugier en cueur dempereur, qui dsire plustost se faire honneur quehonte celuy qui espre tant de misricorde et de bont en vous, que deson esclavesera jamais son bon frre, amy tropoblig (Ibid.268). car aprs ne vous pouvoir voir, cest le plus grand plaisir que puisse avoir celuy qui, si Dieu luy dointvie, a esprance de ne vous faire repentir de lavoir appell vostre bon frre et parfaict amy, esclavesil vous plaist (Ibid.269). Los subrayados son nuestros.

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    El ardid era que un esclavo negro, que meta lea en la cmara donde dorma el rey, para una

    chiminea, se acostase en la cama del mismo rey, y el rey se vistiese las ropas del negro y tiznasela cara, y as se saliese fuera del alczar cuando quisiese anochecer, a hora que nadie pudieseechar de ver el tizne fingido. Maravillose el Emperador de que el rey de Francia quisiese usarde esta treta, y humillarse tan feamente para huir. Y al principio no daba crdito al camarero,

    porque pareca que hablaba apasionadamente, y lo otro porque no se poda persuadir que unprncipe, como el rey de Francia, quisiese intentar cosa tan fea. (Ibid.)

    La ancdota puede ser fruto de la propaganda antifrancesa del mismo modoque su ausencia aparente en las fuentes francesas puede resultar de un proceso opuestoaunque simtrico.

    Ms all parece bastante diferente la percepcin del concepto de esclavo en ambos

    lados de los Pirineos. Un siglo despus, poco ms o menos, el franciscano Pierre Dan,por ejemplo, dedica el captulo IV del Libro Primero de su famoso tratado Histoire deBarbarie et de ses corsaires (Dan 1637) a este tema en trminos perfectamente claros. Elttulo del captulo se presenta bajo la forma de una pregunta: Por qu Dios permite quelos fieles sean esclavos?10A la que siguen cuatro apartados que sirven para contestarla:

    1. Dios estima particularmente a los Justos y por eso les somete a la prueba.2. La Virtud nunca es tan fuerte como en la adversidad.3. De la Cautividad de los Israelitas.4. Razones para probar Dios ama a los a quienes aflige.5. Instrucciones para los Esclavos oprimidos por los Infieles11.

    La igualdad cautivo=esclavo est clara tanto en el ttulo del captulo como en elapartado nmero 5.Est confirmado este enfoque un par de dcadas dcadas despus en el pequeo

    relato de San Vicente de Pal, titulado Relacin de los malos tratamientos ocurridos alcnsul de Francia en Argel, y de las necesidades de los pobres esclavos12.

    La diferencia de vocabulario refleja una diferencia de actitud para con la cautividadde los cristianos. Primero porque aunque Francia tambin est amenazada por los ataquesberberiscos proveedores de cautivos para las ciudades de frica del Norte e incluso deTurqua, la sociedad francesa se siente menos concernida por el tema de la cautividad que

    10 (Dan 1637:32): Pourquoi Dieu permet-il que les fidles soient esclaves?.11 Ibid.: 1- Dieu fait une estime particuliere des Justes, et cest pour cela quil les espreuve. 2- La Vertu nest jamais siforte que dans les adversitez. 3- De la Captivit des Isralites. 4- Raisons pour preuver que Dieu aime ceux quil afflige.5- Instruction pour les Esclaves que les Infidelles opriment.

    12 Rcit du mauvais traitement arriv au consul de France Algers, et des besoins des pauvres esclaves. [1657]. Sobre esteopsculo, ver Turbet Delof (1967).

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    azota sobre todo su litoral sur, el cual est muy alejado poltica y culturalmente del centro

    neurlgico del pas y sobre todo se siente poco concernida por la oposicin sistemticacon el Islam, todo al contrario desde que Francisco I concluy una alianza con los turcos(Garnier 2008). Esto no significa que los franceses acepten la situacin de los cautivossino que la consideran con un enfoque religioso diferente, si nos atenemos a la pautaenunciada por el padre Dan: una prueba que les manda Dios a los cautivos y con la quedeben fortalecerse en vez de una amenaza directa contra su salvacin.

    A travs de este recorrido vemos como entre los romanos, dada la naturalezaexpansiva de su imperio, la cautividad estaba perfectamente integrada en el mbitojurdico con un ius postliminiumque prevea la conservacin de los intereses materialesy morales de los ciudadanos esclavizados por los enemigos de Roma. Sin embargo encuanto a los soldados capturados despus de una derrota militar el tema era menos claroy se examinaban los casos una vez tras otra con decisiones no siempre a favor de losciudadanos romanos combatientes como lo ilustra la suerte de los vencidos de la batallade Cannas. As la palabra cautivo parece designar tanto a los ciudadanos de Roma comoa los pueblos vencidos por ella.

    Con el desarrollo de la religin y de las instituciones cristianas y la disgregacindel imperio romano la cuestin de los cautivos pasa a ser una preocupacin individual yreligiosa en la medida en que los obispos y otros jerarcas se convierten en los principalesmediadores para los rescates desarrollando de este modo tanto la doctrina cristiana de la

    caridad como el poder de la institucin que sirven.Con la irrupcin del imperio musulmn en la pennsula ibrica, la cuestin de lasredenciones de cautivos conservar un aspecto individual pero la legislacin contenidaen los fueros de las urbes prximas a la zona de contacto entre las dos religiones muestrauna voluntad de proteger institucionalmente a los cautivos y de favorecer su liberacin,voluntad reforzada por la compromiso personal de los monarcas que van a dedicar en sustestamentos, de manera sistemtica, importantes cantidades de dinero para la redencinde cautivos. La extensin y banalidad del cautiverio se refleja en los usos lingsticoshispnicos: existe una gran difusin de la palabra cautivoo de su forma latina tanto paradescribir la situacin de un cristiano como de un esclavo, musulmn o no. Como en las

    pocas anteriores, se equipara la cautivad perpetua a la esclavitud como lo expresan muyclara aunque metafricamente los unionistas aragoneses del siglo XIV al temer: que latierra sea puesta en captividat perpetua e vinamos a condicion desclavos (Simn Ballesteros2012).

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    El siglo XVI, segn lo que hemos observado, constituye una ruptura ya que los

    espaoles parecen repugnar cada vez ms a usar la palabra cautivo para tratar de unno cristiano mientras que dicho trmino tiende a sustituirse al de esclavo cuando uncristiano est privado de libertad, y ser los esclavos identificados las ms de las veces conmusulmanes, al contrario de lo que pasa en Francia, donde ser esclavo puede constituiruna de las muchas pruebas a las que puede ser sometido el cristiano.

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