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cu dernos
de rquitectur
mesoamer cana
nmero
8
septiembre
98
UNA
DIVISIN
DE
ESTUDIOS
DE
POSGR DO F CULT D
DE
RQUITECTUR
-
5/19/2018 cam08_reducido.pdf
2/102
cuader
nos
de arquitectu
ra
mesoamericana
DIVISIN DE ESTUDIOS DE POSGRADO
FACULTAD DE ARQUITECTURA, UNAM
Editor: Paul Gendrop
Consejo editorial:
Jess Aguirre Crdenas
Alberto Amador Sellerier
George F. Andrews
Alfredo Barrera Rubio
Marvin Cohodas
Beatriz de
la
Fuente
H. Stanley
Lo
en
Horst Hartung
Miguel Len Portilla
Jaime Litvak King
Karl Herbert Mayer
Mary E. Miller
Ernesto Velasco Len
Redaccin y di
seo grfico:
Paul Gendrop, Gerardo Ramirez, Juan Anto
nio Siller Alejandro Villalobos P .
Impresin: Offset Comercial Policromo, S.A.
Mdicos N
23,
Col. Sifn CP .
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UNAM Cen
tro
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tural Universitario C.U., Librerlas Insurgen
tes, Minerla y otras), en las librerlas del INAH
Crdoba 45, El Carmen, Aeropuerto, Tep
ot
zotln, y en los Centros Regionales di: O
ax
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Arquitectura de Mrida y Guanajuato, en la
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Los artculos debern
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redactados en espa
i\ol acompai\ados de un breve resumen en
ingls, o bien en ingls con resumen en espai\ol.
Sern dirigidos al Seminario
de
Arquitectura
Prehispnica, Apartado Postal
20-442,
S
an
Angel, Delegacin Alvaro Obregn,
01000,
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D.F
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El consejo editorial se reserva el derecho de
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artculos a condicin de que se cite
la
fuente.
No
se
devolvern originales.
nmero S-septiembre 986
ARQUIT fURA DEL GOLFO
ndice
EDITORIAL .
.
English . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . .
. . .
. . . . . . . . .
. . .
.
. . .
r n ~ i
. .
. . .
. . . . . . . . . .
. . . . . . . .
LA ARQUITECTURA FUNERARIA DE QUIAHUIZTLAN
Ana
Luisa Izquier
do
.
.
. . . .
. .
.
.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS DATOS
ARQUITECTNICOS RECOGIDOS
POR
LOS CRONISTAS
Ulald Dfaz Balerdi . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . .
.
APROX
IMAC IONES AL DESARROLLO URBANO POR
FECHAMIENTO DE SISTEMAS CONSTRUCTIVOS.
SEGUNDA PARTE: EL
TAJIN,
VERACRUZ
Ale
j
andro
Villalobos
P
rez .
. . .
. .
PUNTOS Y LINEAS DE REFERENCIA EN LA
ARQUITECTURA
MAYA
ficha tcnic
a
Horst
Hartung
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.
LA ARQUITECTURA DE YOHUALICHAN, PUEBLA
Daniel Molina Feal . . . .
. . . . . . .
. . . . .
.
.
ELEMENTOS ARQUITECTNICOS EN UNA
PALMATOTONACA
Ramn AreUanos Melgare
jo
Lourdes
Beauregard Garcla .
.
. .
. . . .
. . . . . . .
LA ARQUITECTURA PREHISPNICA DE
COYOXQUIHUI
J . Orn
ar
Ruiz Gordillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.
.
.
.
ALGUNAS CONSIDERACIONES CONSTRUCTIVAS
SOBRE LA P I
RMIDE
DE LOS NICHOS EN EL
TAJIN
Vlct
or
Rivera Grijalba .
. .
. . . .
.
LA ESTRUCTURA
PIRAM
IDAL DE
CASTILLO
DE
TEA
YO:
UN EDIFICIO EN PROCESO CONSTRUCTIVO O UN
PECU
LIAR ESTILO
ARQUITECTNICO
Felipe R. Solis Olguin . . . . . . . . .
.
. . . . . . . . . . . . . .
GENTE
PEL GOLFO
TI
ERRA ADENTRO?
ALGUNAS OBSERVACIONES
ACERCA DE LA REGIN DE
RO
VERDE, S.L.P .
Dominique Michelet. . . . . . .
. .
SEMBLANZA sobre Miguel ngel Fernndez) . . .
CARTA
AL
EDITOR
. . . . . . . . . . . . . . . . .
. . .
. . . .
.
EVENTOS . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . .
. .
PRXIMOS
N
MEROS
PRESENCIA
PREH
I
SPNICA
EN LA
ARQUITECTURA MODERNA
ARQU
I
TECTURA
MAYA 4
ARQUITECTURA
FUNERARA
1
ARQUEOASTRONOMA EN EL ALTI
PLANO
1
ARQUITECTURA
DEL OCCIDENTE
Y
NORTE DE MXICO
1
ARQUITECTURA DE OAXACA 2
1
2
2
3
25
37
s
SI
S
63
68
72
80
84
9
94
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3/102
El papel
de
la
tecnologla en el pensamiento
de V. Go
rdon
Childe por Bruce G. Tri,gger;
Presencia
de Gordon
Childe
en
la
arqueologla mexicana. Julio
C ~ a r
Olive;
La Revolucin neolltica: la perspectiva de
Gordon Childe medio siglo despub.
Lamberg-Karlovsky.
Sesin sobre
la
revolucin neoUtica (surgimien
to de la agricultura):
as hiptesis de los oasis fluviales de Chil
de. Evidencias recientes de Egipto y consi
deraciones tericas. Fekri A. Hassan; Cam
bio clmtico y los orgenes de
la
agricultu
ra. Richard MacNeish; En busca de
la
Re
volucin neolhica. Yoko Sugiura; Los ori
genes
de
la agricultura en
el
sureste asitico.
Consideraciones surgidas de la excavacin
de Khok
Phanom
Di.
C.F.W.
Higham.
Sesin sobre cambios sociales y surgimiento del
Estado:
La evolucin cultural: bsqueda de sus me
canismos. Alberto Rex Gonzlez; Intensifi
cacin y transicin en el modo de produc
cin: implicaciones tericas. Barbara Price;
Teortas de cambio social en
la
prehistoria:
una apreciacin y algunas nuevas orienta
ciones. S. E. Van der Laeuw; Gordon Chil
de y las revoluciones neolltica y urbana, se
gn
la
evidencia andina. Luis Guillermo
Lumbreras; El papel de
la
concentracin de
recursos en el Surgimiento del Estado. Ro
bert Carneiro; Observaciones sobre el tr
mino terico
Estado
Arcaico" . Manuel
Gndara.
Sesin sobre la revoluci
n urbana en
el Cerca
no
Oriente:
Sentido comn versus la teoria tradicional
en la interpretacin del desarrollo cultural
del Cercano Oriente antiguo. James Mella
art; desarrollo cultural del Cercano Oriente
antiguo. James Mellaart; El surgimiento de
la sociedad urbana y la formacin del Esta
do:
la
organizacin del templo y del palacio
como indicadores bsicos
en
dichos proce
sos. Linda Manzanilla; De nuevo
la
"Revo
lucin Urbana de Mesopotarnia. Hans J .
Nissen; Urbanizacin en reas perimesopo
trnicas: El Estado como empresa.
El
reino
de
Mari.
Jorge Silva Castillo.
Sesin
sobre
domesticacin
de
animales:
Pastoreo temprano en el Sahara Oriental.
Fred
Wendorf
y Angela Close; Evidencia
del proceso
de
domesticacin
en
Rock Art.
Karl Heinz Striedter; Domesticacin y cria
temprana de animales
en
Europa Central,
Oriental y Meridional. Sandor Bokonyi; El
ms antiguo sur:
una
revisin de la domesti
cacin de los camlidos andinos.
Jonathan
O. Kent; Episodios de domesticacin de
fauna
en
el rea centro-sur andina. Lautaro
Nftez.
Sesin sobre domesticacin
de
plantas:
Evidencia arqueolgica recientesobre
el
ini
cio de la agricultura. C. Earle Smith Jr.;
Procesos
darwinianos de cambio en
antropologla: el ejemplo de la agricultura.
David Ridos; Fitolitos
de
plantas: un factor
probable en
la
domesticacin de plantas y
animales. lrwin Rovner; Sistem4tica racial
y patrones de diversificacin en el malz ~
xicano. Bru
ce
F. Benz;
La
domesticacin
de
Pbaseolus. Lawrence Kaplan ; Diferentes
interpretaciones en torno a la domestica
cin de Phaseolus. Alfonso Delgado.
Sesin general sobre indicadores
de
procesos
diversos:
Transicin
de grupos cazadores-recolecto
res
a agrlcolas incipientes en el sur de J alis
co. Dolores Soto;
La
agricultura y la for
macin
del estado teotihuacano. Emily Mc-
Ciung de Tapia; Perspectivas de colabora
cin entre Arqueologla y Etnohistoria
para
el
conocimiento de la evolucin de la agri
cultura mesoamericana. Teresa Rojas R
a-
biela; Anlisis de entierros y surgimiento
del Estado. Mari Carmen Serra, Yoko Su
giura y Guillermo Espinosa; El tributo
una
variable primordial
en una
socie
dad
compleja. Terry Stocker;
La
formacin del
Estado Acolhua. Eduardo Corona.
Sesiones de slntesis y discusin:
Resumen y discusin final sobre
la
"Revo
lucin NeoUtica".
Resumen y discusin fmal sobre
la
"Revo
lucin
Urbana .
La vida termina mejor cuando
uno
est
alegre y fuerte.
Jo
s Antonio Prez.
Se hicieron visitas al Museo Nacional
de
Antropologia, Universidad Nacional Autno
ma
de
Mxico y a las pirmides
de
Teotihua
c. n.
Las
sesiones se llevaron a cabo en el
Centro Interamericano (CIESS). La coordina
cin general del evento estuvo a cargo de
la
Ora.
Linda Manzanilla, IIA UNAM.
Juan
Antonio Siller
XX Mesa Redonda de la Sociedad
Mexicana de ntropologfa
La Sociedad Mexicana
de
Antropologla comu
nica la celebracin de su XX Mesa Redonda,
bajo
el
tema:
Antropo logfa Mexicana: Proyec-
cin l Futuro
i
cha reunin coincide con el quincuagsi
mo aniversario
de
la Sociedad, y
se
llevar a ca
bo en la Ciudad de Mxico, durante el mes de
octubre de 1987. Constar
de
una mesa redon
da
o sesin lineal, y del congreso con simposios
emticos
y
ponencias
de
tema libre. Las po
nencias presentadas
bajo
el tema central de la
reunin debern referirse a
cada una de
las e
pecialidades,
las que
constituirn temas centr
les: antropologla fisica, antropologa soci
arqueologla, lingistica, etnologa y etnohist
ria. Los aspectos
bajo
los cuales debern enf
carse cada uno de los temas son los siguiente
metodologla, tcnicas
de
investigacin, doce
cia, trabajo de campo y gabinete, difusi
antropologla integral vs. especializacin y pr
yeccin al futuro o nuevos campos.
Las ponencias debern presentar ev
luaciones criticas de aquellos aspectos que se
de inters, asl como
de
las proposicion
concretas
para
sus proyecciones futuras. El i
ters principal de la reunin ser el de hac
una reflexin critica del campo profesional
la antropologla y evitando hacer historiales
acontecimientos.
El titulo
de
la
s ponencias deber presentar
a ms tardar el31
de
diciembre de 1986. El
C
mit Organizador revisar las proposiciones
aceptar los trabajos que acadmicamente se
convenientes.
Para
efectos del registro
de
ponencias debern proporcionarse los siguie
tes datos: titulo del trabajo, nombre del
os
participante(s)
y
su
afiliacin instit
cional, nombre, direccin
y
telfono del
os
responsable(s)
de la
ponencia.
En
prxima circular
el
Comit Organizad
har
saber: calendarizacin y cuotas
de
prein
cripcin, calendarizacin de inscripcin, fo
matos para
publicacin de pono:ncia
caracteristicas de los simposios ternticos, r
quisitos acadmicos
para
la expedicin
comprobantes
de
participacin, locales
fechas
para
los eventos.
Para
mayor inform
cin, dirigirse
al
Comit Organizador de
la
X
Mesa Redonda de
la
Sociedad Mexicana
Antropologla, Apartado
postal
105-25
11580, M ~ x i c o
O.
F.
Juan
Antonio Sil
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOM
DE Mi:XJCO
RE TOR
Dr. Octavio Rivero Serrano
SECRETARIO GENERAL
Lic. Raid Bjar
avarro
SECRETARIO GENERAL
ADMINISTRAT
IV
O
C. P. Rodolfo Coe1o
Mota
SECRETARIO DE LA RECTORIA
Dr. uis
F. Aguilar Villanueva
ABOGAOO GENERAL
Lic. Cuauhtmoc Lpez Snchez
DIR
ECTO
R DE LA FACULTAD DE
ARQUITECTURA
Arq. Ernesto Velasco Len
JEFE DE LA DIVISIN DE ESTUDIOS
DE POSGRADO
Mtro. Xavier Corts Rocha
-
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4/102
en este nmero:
ARQUITECTURA DEL GOLFO
autores:
ISSN
1855
113
a. l izquierdo i daz balerdi a. villalobos h. hartung
d. molina
fea
r. arellanos m.
l
beauregard g.
j
o. ruiz gordillo
v. rivera g.
f
r. sols olgun d. michelet d. schvelzon
-
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5/102
Portada Detalle del edificio C, Tajn Chico,
Veracruz . Contraportada Restos de relieves
con
su
caracterstica decoracin de volutas
en trelazadas. El Tajn. Fotos Paul Gendrop.
Adjunto Fuente e
ntr
e las ruinas de
Tuzapn ;
segn Carlos Nebel 1829-1834.
Archivo de la Librera Porra.
EDITORIAL
Este nmero, dedicado a la arqui tectura prehispnica del Go lfo de Mxico y de
algunas regiones adyacentes, empieza con una pormenorizada monografa
sobre la arqui tectura funeraria de Quiahuiztl
an
, con nfasis en las tumbas en
miniatura mal llamadas
tumbas-mausoleo )
que son tan caractersticas de
aquella regin veracruzana durante el Pos
tcl
sico Tardo, y cuyos exponentes
ms numerosos y mejor conservados
se
encuentran precisamente en
Quiahuiztlan, cerca de la Villa ica donde se asent Corts.
Despus de un ensayo terico sobre los datos arquitectnicos recogidos
pm
los cronistas en general, sigue un detallado anlisis de trazos urbanos en El
Tajn,
en el
que
se
propone una posible secuencia en el desarrollo de aquella
ciudad de la misma manera que, en el nmero anterior,
se
procedi con Monte
Albn).
Nuestra
fic
ha tcnica, en esta ocasin, nos habla de los puntos y lneas de re
ferencia que rigen muchos conjuntos arquitectnicos en la arquitectura maya, y
que a menudo son aplicables al resto de Mesoamrica. Este anlisis ser comple
mentado, en nmeros ulteriores,
por
estudios sobre proporcin y sobre los gne
ros de simetra que son utilizados en la
arqu
itectura mesoamericana.
Sigue una presentacin de la arquitectura monumental de Yohualichan y sus
nichos de
ma
rcado estilo Tajn), con una discusin sobre los criterios empleados
en
su restauracin. Este mismo tipo de nichos y dems molduras figura, dentro
de un claro contexto arquitectnico, decorando la base de una de las dos her mo
sas pa lmas procedentes de Banderilla hoy en el Museo de Antropologa de la
Universidad Veracruzana en Xalapa). Y despus de un ensayo sobre la arquitec
tura monumental de Coyoxquihui, tenemos unas consideraciones sobre aspec
tos constructivos de la Pirmide de los Nichos en El Tajn.
Tras una discusin sobre el Castillo de Teayo y sus aspectos arquitectnicos y
estilsticos, se cierra este nmero con unas observaciones acerca de la regin de
Ro Verde, San Luis Potos, y su probable relacin con las reas vecinas del Gol
fo. Y nues
tra
semblanza est dedicada esta vez a rescatar del olvido la figura de
Miguel ngel Fernndez, arquelogo y artista cuya l
abo
r fue ejemplar en
muchos aspectos y debera hacernos reflexionar ms a fondo sobre las distintas
formas de intervencin arqueolgica en monumentos prehispnicos.
El editor
-
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Devoted to the Gulf Coast area and adjacent regions, the prescnt issue starts
with a monograph on Quiahuiztlan and its temple-like miniaturc tombs, charac
teristic
of
the Late Postclassic period in Veracruz.
After an
es
say on architectural data gathered from the postconquest ebro
nicles, comes an analysis
of
the possible urban development
of
El Tajn, follo
wed by a synthesis on the importance of lin
es
and points of reference in Maya ur
ban planning as well
as other a reas'.
Then come severa essays on monumental architecture: Yohualichan and its
Tajn-like niches, a
palma
decorated with architectural features
of
the talud
tablero type, an approach on the construction technique at the Pyramid
of
the
Niches in Tajn, the architecture
of
Coyoxquihui and Castillo de Teayo, and the
probable intluence of the North Gulf Coast areas in the hinterland region
of
Ro
Verde, S.L.P.
The editor
Consacr essentiellement aux rgions bordant le nord du Golfe du Mexique,
ce
numro dbute par une monographie sur Quiahuiztlan et ses tombeaux en
forme de temples en miniature caractristiques du Postclassique rcent.
Apres un essai sur
les
aspects architecturaux
se
dgageant de certaines chroni
ques de la post-conquete, vient une analyse sur les grandes lignes du dveloppe
ment urbain
a
El Tajn, suivi
d'une
synthese sur l'importance des lignes et des
poin
ts
de rfrence daos l'urbanisme maya (et prcolombien en gnral).
Viennent ensuite plusieurs articles sur l'architecture monumentale:
Yohualichan et ses niches de style Tajn, une
palma
orne d'lments architectu
raux du type
tablero-talud
une analyse sur les techniques de construction de la
Pyramide des Niches
aEl
Tajn, l'architecture de Coyoxquihui et de Castillo de
Teayo, et
les
rapports semblant exister entre les rgions au nord de la zone du
Golfe et, a l'intrieur des terres, celle de Ro Verde, S.L.P.
L'diteur
2
Arriba:
Piedra en el
monte de Mapilca"
1829
1834
, segn Carl
os
Nebel. Enfrente Tumba 3
de l Cementerio Central en Quiahuiztlan,
Ve
racruz. Fotos Librerla de Manuel Porra y Ana
Luisa Izquierdo.
-
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7/102
LA ARQUITECTURA
FUNERARIA
DE QUIAHUIZTLAN
Ana
Luisa Izquierdo*
During the Postclassic pcriod one o f the most original features o f the Totonac
Architecture from the central area of the State of Veracruz
was
to erect graves
with monuments that seemed pyramids crowned with temples
in
miniature.
In this paper the author makes
an
account
of
the sites in Mesoamerica where
the
se
monuments
were
built and of those p/aces located
in
middle Veracruz
where this architectural style imitating huge ceremonial s/ructures was deve-
lopped.
fter
making a brief report of the historical and archaeological sources o
Quiahuiztlan
the
author proceeds to deal with the core point o the paper
being the analysis
of
these monuments
in
their location within their architectu-
ral ensemble their materials and techniques
of
construction
and
their formal
description to conclude with sorne final considerations about the religious and
plastic concepts involved in these monuments.
Los monumentos funerarios en Me-
soamrica
Desde pocas muy tempranas
se
prac-
ticaron en Mesoamrica diferentes
formas de entierro.
Se
acostumbraba
inhumar los cadveres ya sea colocn-
dolos simplemente bajo la tierra, edi-
ficndoles alguna construccin o eri-
gindoles un monumento funerario .
De los diversos tipos de obras que los
mesoamericanos realizaron para estos
entierros, nos hemos dedicado al an-
lisis de un tipo de arquitectura fune-
raria particular, que adems de en-
cerrar un sepulcro, tenga un edificio
cuya funcin concreta sea la de servir
de monumento al difunto.
Hemos investigado un tipo particu-
lar de tumbas con uha construccin
que recubre la sepultura imitando en
pequea escala, de la edificacin reli-
giosa tpicamente mesoamericana, la
pirmide con su templo, o ambas
obras separadas.
Garca Payn en su artculo
Las
tumbas con mausoleo en la regin
Central de Veracruz ,
apunta
que
posiblemente sigue este sistema de
inhumacin un sepulcro ubicado en
Teotihuacan y
otro
localizado en la
Sierra de Puebla. El primero fue des-
cubierto por Ales Hardlicka,2
se trata
de
una
fosa cubierta de un doble piso
de estuco que, aunque tiene
una
cons-
truccin que delimita
el
lugar del en-
tierro, no tiene monumento funera-
rio. El segundo entierro lo cita Vicen-
te Lombardo Toledano en su
obra
''Geografa
de las lenguas de la Sierra
de
Puebla ,
y consiste en
una
cavidad
formada
por bloques de
barro,
dentro de la cual haba
una
vasija con
huesos humanos y veinte idolillos del
culto al
falo 3
Sin embargo, en am-
bos casos parece tratarse de lo que
suele llamarse fosas, qu no forman
cmaras funerarias y que no tienen
monumentos o mausoleos segn
el
trmino de Garcia Payn, hecho que
se puede apreciar en el dibujo del
autor. Se trata de uno de muchos en-
tierros que acostumbraban hacer
l
pie de
una
pirmide a manera de
ofrenda.
Licenciatura en Historia, UNAM. Investiga-
dora del Centro de Estudios Mayas, y titular
de la ctedra sobre Mesoamrica en la Fa-
cultad de Filosofla y Letras, UNAM.
3
-
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8/102
En
Cholu la Eduardo Noguera en-
contr una estructura con las
caractersticas primero citadas , en el
conjunto del lado noreste que
se
en
cuentra en el exterior de la Gran Pi
rmide a la altura del primer basa
mento, y le llam ' 'Altar de los cr
neos esculpido
s .
Escribe que
El
as
pecto de este e
di f
icio, sus propor
cion
es
y elementos arquitectnicos,
corresponden a un templo prehispni
co, slo que aqu se trata de una cons
truccin en pequeo, pero con las
mismas caractersticas arquitec
tn
i-
cas a edificios correspondientes al l
timo perodo de Cholula y a otras
construcciones que se levantaban en
Mxico en pocas inmediatamente
anteriores a la llegada de los espafio
les, es decir, durante los siglos XV y
principio del XVI, como en el caso de
Tenayuca, Teopanzolco, Tenoch
titlan, etc.
4
De acuerdo con los dibujos de Du
Solier, el Altar de los crneos escul
pidos (fig. 1 y un momoztli se loca
lizan sobre
una
platafo
rma
co
mn
de
6.10 m. de largo por 2.15 m. de
ancho, de poca elevacin, en el que
descansa la construccin formada en
tres de sus lados por un muro en talud
de escasa inclinacin que se convierte
en un paramento vertical proyectado
del muro en 2 cm.
En
el lado oriente
fue construida la escalera, limitada
por alfardas que en el plano horizon
tal se remeten fo rmando ngulos rec
tos con los muros laterales, y en el
plano vertical se tr ansforman en pa
raleleppedos en la parte superior. La
escalera est formada
por
tres escalo
nes cuyos peraltes no guardan un mis
mo ritmo en sus dimensiones, y resu
l-
tan muy altos en relacin a las pro
porciones del edificio. La huella, en
cambio,
es
lo bastante estrecha como
para
no permitir el trnsi to por la es
calera. Noguera no describe el piso
superior, por lo que
no
sabemos si en
contr algn rastro de la
exi
stencia de
un edificio que partiera de esta plata
fo rma. Frente a la estructura est un
momoztli o sea
un
altar que
se
acos
tumbraba poner delante de los tem
plos. Sus elementos arquitectnicos
son semejantes a los de la
tumba,
4
aunque sin escalera y con
pr
opor-
cione
s ms
pequeflas de los volme
nes .
Explorando el edificio
se
encontra
ron, en el espacio interior del basa
mento, dos esqueletos en posicin
fle
xionada
-uno
femen ino y
otro
masculino-,
rodeados de
una
ser
ie
de ofrendas de cermica , huesos
esgrafiados y un alfiler de cobre con
filigrana, que ponen de manifiesto el
rango de las personas ah enterrada
s
La cmara funeraria estaba unida con
el exterior por un tubo de
barro
que
penetraba la pared hacia afuera, se
trata de lo que se ha llamado psico
ducto o va por donde el espritu del
difunto
se
pona en co
nta
cto con
el
exterior. Noguera, a pes
ar
de men
cionar es
ta
tu
mba
como altar, conclu
ye que podra ser una construccin
votiva que vendra a ser un verdade
ro mausoleo y no s lo una
tumba ...
.5
Ms tarde se encontraron en Cho
lula dos estructuras que guardan se
mejanzas formales con el
monumento
antes descrito, una en el suroeste y
otra en el sureste de la ' 'Gran Pirmi
de .6
Tambin en la costa de Yucatn
hay estructuras de pequefias dimen
siones que
Lothrop
llam santuarios
para diferenciarlas de los altares. Son
pequefios templos de planta rectangu
lar o cuadrada de aproximadamente 2
m. de lado (fig. 2). Generalmente
arrancan del suelo, aunque los hay
con una plataforma
baja,
que alcan
zan una altura de 1 m. En forma ge
neral, y sin aclarar su sentido, el
autor
afirma que marcan
un
sitio de
importancia religiosa en la ciudad y
quiz fueron usadas para quemar in
cienso.7 Alberto Ruz, ms concreta
mente, dice que servan para colocar
dolos y, fundndose en el hecho de
haber sido encontradas cerca de los
templitos de Tulum dos falos y unos
fragmentos de calabaza, sugiere que
se
relacionaran con el culto a lh fer
tilidad .s
Se han encontrado construcciones
de estas caractersticas en Tanch,
Xelh y Cozumel. En los dos prime
ros sitios estn colocadas en las
gran
-
ld
o
D
1
2
[ ]n__
b
l l i
i j l ~
Olll l
f
l Planta del
altar
de los crneos esculpidos
en
Cholula Puebla, segn Du Solier
y
Noriega.
2 Estructuras 39 a 42 de Tulum, Quintana
Ro o,
se
gn Lothrop. 3. Dibu
jo
de una tumba
en miniatura de Monte Real, Misantla, Ve
racruz, segn Gondra.
-
5/19/2018 cam08_reducido.pdf
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des pirmides y en los dos ltimos se
encuentran frente a ellas. Son espe
cialmente conocidas las estructuras
39, 40 y
43
de Tulum. Esta ltima, de
acuerdo con el
dibujo
a escala de
Lothrop,
tiene
una altura aproxima
da
de
1.02
m. incluyendo la
platafor
ma
de
donde
arranca.
Tiene
cuatro
vanos de acceso rematados
por
dinte
les. El techo est marcado con una
moldura
compuesta por
una banda
rectangular. No se han hecho estudios
arqueolgicos sistemticos
que
acla
ren el
objeto
de estas obras. Sin em
bargo, planteamos a manera de hip
tesis, la posibilidad de que
hayan
sido
edificadas con la intencin de recor
dar
el sitio de inhumacin de algunas
personas distinguidas de la comuni
dad, ya que existen noticias de que en
saqueos, se
han
extrado huesos hu
manos. Adems, encontramos seme
janzas en cuanto
a
tamao
y forma,
con las
tumbas
de San Isidro y Texuc
(El
Bernalillo),
Veracruz,
que
Medelln Zenil llama rurales,9 y que
son la imitacin, en pequeas dimen
siones, de un templo sin basamento.
Parece
que
en el
rea maya hay
otros ejemplos de edificaciones seme
jantes. Alberto Ruz sostiene que es
probable
que muy
pocos montculos
tengan especialmente
la
intencin de
servir de monumento a un entierro;
sin embargo,
un
montculo de Ba
king
Pot,
el Edificio XV de Palenque,
los montculos de San Agustn Acasa
guastln y Guaytn, s fueron pro
bablemente edificios con fines exclu
sivamente funerarios, al parecer to
dos durante el
perodo
Clsico
Tardo'' 10
Aun siendo necesario un estudio
exhaustivo y sistemtico de la cos
tumbre
de erigir en Mesoamrica
tumbas
con un pequeo
monumento,
con los pocos ejemplos que hemos
descrito podemos comprobar que la
construccin de este tipo de monu-
mentos funerarios se realiz tambin
en la poca prehispnica. Esta prcti
ca parece
que
no fue de uso comn
entre las culturas ajenas al Centro de
Veracruz sino que se manifest
como
un fenmeno aislado.
Los monumentos hacen patentes
los lugares de las inhumaciones con la
finalidad de que se rinda un cu iLa par-
ticular a los despojos de sus
antepasa
dos que de alguna
manera
fueron sig
nificativos
para
la
comunidad.
As,
hemos visto
que se
encuentran in
tegrados a las grandes edificaciones
religiosas, siguiendo
patrones
sin for
mar
conjuntos que pudieran ser con
siderados como cementerios.
Los monumentos funerarios en el
Centro de Veracruz
Las primeras noticias que hay sobre
la existencia de pequeos monumen
tos funerarios en el Centro de Ve
racruz,
datan
del siglo pasado.
En
agosto de 1836 Isidro Gondra, basn
dose en noticias publicadas en
un
diario de Jalapa y en otras
informa
ciones verbales, public un artculo
en el
que
relat
que
en el cerro llama
do del Estillero, en el rancho de
Mon
te Real en Misantla, a cuya falda se
descubre
una montaa terminada en
una meseta muy angosta ,11 se des
cubrieron murallas,
una
pirmide y
restos de habitaciones. Aade
que
hacia
la parte norte y casi al extremo
de la ciudad, se extiende una legua de
terreno, cuyo centro est
ocupado
por
un t
mulo
o cementerio: a la fal
da
izquierda del cerro
por
donde hoy
se sube a las ruinas, hay t
amb
in doce
sepulcros circulares de dos varas de
dimetro sobre igual altura, que con
tienen algunos esqueletos sentados en
cuclillas, de los
que
una parte se
con
servan en buen estado: las paredes
son de cantera y la argamasa o
mezcla que las una casi ha de
sapa
re
cido 12 Con tal descripcin public
un plano y un dibujo de los edificios
donde
se aprecia
la
influencia de los
estilos arquitectnicos occidentales de
la poca (fig.
3);
el mencionado dibu
jo representa un basamento de
planta
aparentemente rectangular, cons-
truido a base de sillares perfectamen
te cortados y con una escalera sin al
fardas adosada al edificio. En la parte
superior est colocado el templo de
techo plano con dos aleros, con su
entrada
en forma de arco de medio
punto formado por
dovelas.
3
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i 1 : :
; . ~ ~
Ese mismo ao el gobierno de Ve
racruz comision al general Jos
lberri
para
que llevara a
cabo un
re
conocimiento de las ruinas descubier
tas cerca de los pueblos de Tonayan
Misantla. De dicha expedicin result
un
estudio del
terr
eno y
de
los resto
arqueolgicos, 1\S como un levanta
miento topogrfico del
rea donde
s
localizan las ruinas. Iberri mencion
los sepulcros pero no explica ningun
caracterstica de ellos.13
Dcadas ms tarde, en 1890, la Co
misin Cientfica
Exploradora,
a car
go de don Francisco del Paso y Tron
coso, realiz
un
recorrido
por
la re
gin Central de Veracruz desde
Pa
pantla hasta Cotaxtla. De acuerd
con lo que narra Galindo y Villa, e
.orimer sitio
que
visitaron fue la
punt
de la Villa Rica, con la intencin d
localizar la fundacin espaola y
n
la poblacin indgena prehispnica
As El sitio de la Villa Rica
qued
determinado
en
la falda del
Cerro
d
la
Cantera,
que va
entrando en
el ma
al Pen y forma con ste
una
especi
de
canal
.
4
A pesar de conoce
ampliamente lo
que
las fuentes hist
ricas mencionan acerca de la regin
saban que a
poca
distancia de ah
debera localizarse Quiahuiztlan; si
embargo, no se detuvieron
en
busc
de restos de este pueblo y por lo tant
no tuvieron conocimiento de las tum
bas del Cerro de los Metates.
Ms al
nor
te,
en
la cima del cerr
Mara
Andrea,
encontraron
una
ruinas que Galindo y Villa describ
como singulares construcciones lla
madas en el pas Las Boveditas, po
su pequet\ez: tienen todo el aspecto d
casas aztecas; estn construidas e
-
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lajas y revestidas de mezcla y ofrecen la
circunstancia comn a todas, de tener
sus entradas fronteras al mar, y
por
lo
tanto, con vista general al Oriente.
Son cerradas en todos lados, con
una
sola
entrada
que les da el aspecto de
nichos .1S
El jefe de la
Co
misi
n
Cientfica
Exploradora trat de busc
ar
el carc
ter y el objeto de tal es estructuras y
expuso varias consideraciones al res
pecto: pens que tenan un sentido re
ligioso y dada su orientacin, repre
sentaban una forma de culto al sol
naciente y a las aguas del cielo; ade
ms, present la posibilidad de que
h
ub
ieran servido
para
colocar dolos
o depositar los restos de nii\os sacri fi
cados; basndose en las noticias que
Torquemada en su Monarqula In-
diana
consigna, aadi:
que
all se
depositaron los restos de los diez y
ocho indios totonacos ofrecidos al
Dios Todopoderoso, esposo de Tona
cayahua o Centeotl, para que enviase
a su hijo el Sol como redentor de
aquella raza oprimida por el tri buto
de sangre .
1
6
Ya en este siglo,
el
arquelogo ale
mn He
rma
n Strebel en su obra lt
Mexiko describe unas pequeas edifi
caciones, diciendo que en medio de
la selva virgen, se encuentran
nume
rosas obras de albailera, semejantes
a casas, hechas con piedra y argama
sa; tienen
una
vara de longitud en la
base, con un escaln en la misma, un
nicho en medio y
un
techo inclinado .
Debajo de
un
a de estas construc
ciones se hallaron restos humanos 11
Se refiere, indudab lemente, a Ta
cahuite, sitio ubicado aproximada
mente a
29 km. al sur de
Nau
tla . Es
posible que el encontrar semejanza
con la costumbre occidental de eregir
monumentos so
bre
las t
umba
s, le lle
v a pensar que se
tra
taba de cons
trucciones de la poca de la Conquis
ta y que los nichos estaban destinados
a colocar imgenes de santos . Estos
hechos fueron del conocimiento de
Walter Krickeberg,
qu
ien los comenta
en su obra
Los
totonaca sin embar
go, considera
no
tener la informacin
suficiente que le proporcione elemen
tos de
ju
icio, y slo expresa que se
6
trata de pequei'las capillas aisladas, es
decir, construcciones con nichos en
las fachadas y generalmente adosadas
a los
sepulcros''. 18
En
1943 se mencionan por p r i r n e
vez las tumbas de Quiahuiztlan . Jos
Luis Melgarejo, quien posiblemente
fue
el
descubridor de tal es construc
ciones, explica en su obra Totonaca-
pan que su forma
es
la de nuestros
jacales, su puerta con la
sa
la (nica
pieza) forma un nicho, y dentro de la
tierra va la urna funerar i
a
.
1
9
Sei'lala
que fuera de una de las tumbas en
contr un gato de argamasa, lo que le
hizo pensar que cada
una
de ellas de
bi tener una representacin semejan
te; dentro de las cmaras encon tr
tambin objetos de cermica. Los
otros sitios que menciona donde exis
ten construcciones con caractersticas
similares,
son
El Bernalillo,
San
Isidro, Boca Andrea, Rancho del Ni
o y Cempoala.
En la misma obra Mclgarejo
objeta
la aseveracin de Francisco del Paso y
Tr
oncoso, acerca de la direccin
exclusivamente al oriente de las
fachadas, sosteniendo que los pe
queos edificios, en este aspecto, no
siguen un patrn determinado, sino
que estn colocados de tal manera
que la
parte
de enfrente de la estruc
tura mira a cualquiera de los puntos
cardinales.
El primer artculo que se escribi
especficamente sobre los monumen
tos de Quiahuiztlan fue redactado
por
Garca Payn y publicado en 1950
con el titulo de
Las
tumbas con
mausoleos en la regin Central de Ve
racruz . Adems de hacer
una
descripcin deta llada de la arquitec
tura funeraria del Cerro de los Meta
tes -que ms adelante comentare
mos-,
rene
informacin
de todas
aquellas localidades de Veracruz don
de se encuentran, y establece su exten
sin geogrfica c
on
el lmite al norte
en Tacahuite, al oeste en Monte Real
Misantla, y el sur en Cempoala.2o
Sobre este lugar explica durante su l
tima
temporada
de
trabajos,
explor,
frente a la estructura circular de
Eh
catl, un pequeo edi ficio en el que en
contr una
cmara
funeraria.21
De acuerdo al dibujo de Garca P
yn,
el
monumento imita, en p
quei'las proporciones, el edificio d
dios del aire: una plan ta circular un
da a una rectangular que forma
facha
da
(fig. 4). Consta de una esc
lera de tr es escalones, flanqueada p
alfarda
s de
muro
s en
ta
lud que en
pa
rte superior
cambian
su inclinaci
hacindose ms verticales. La cma
donde fue ron depositados los resto
es descr ita por
el
mismo arquelog
como un hueco .. originalmente c
bierto
por
un piso y paredes lateral
revestidas de argamasa, cuyos ves
gios acusaban la existencia de un p
quei'lo recinto rectangular ala:gad
de Norte a Sur. .. . 2 El resto de l
edificios de Cempoala que hoy v
mo
s, y los elementos arquitectnic
que
los caracterizan, nos hacen pe
sar que podran ser del posclsi
temprano, aunque no conocemos l
tipos de cermica que se encontraro
asociados al monumento. En el m
mo
trabajo
se sei\alan otros sitios
Veracruz con tumbas pequeas ad
ms de las ya apuntadas por otr
autores,
como
Cerro
Tres Pico
Arroyo
Mariano, Cerro Marian
Cerro Cercado, Morro y Ocelo
pan.
23
1
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...... ... .......
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1UM
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VA( ION
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A AL(ft
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(OHJ f i .Ul
-
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11/102
Alfonso Medelln Zenil en su obra
Cermicas del Totonacapan dedica
parte de su ltimo captulo a las
tumbas
miniaturas". Las considera
como un rasgo tpico de lo que l lla-
ma horizonte histrico,
sig
los XIII a
XVI d.C. y aumenta el nmero de si-
tios conocidos con lugares como Ca-
sitas, Comapan, Tlacolulan, Ejido de
Palmas de Abajo, Atlixcos,
Punta
Delgada y Cerro de la Bandera, alar-
gando su extensin geogrfica a la re-
gin de Veracruz comprendida entre
la Barra de Nautla al norte y el ro Ja-
mapa cerca de Huatusco al sur.24 De
manera resumida y clara afirma que
" reproducen en peque'la escala a un
teocalli mesoamericano" y constan
fundamentalmente de basamento, c-
mara funeraria, adoratorio, techo y
escalinata.2s Se refiere a dos tipos de
estas construcciones funerarias; llama
rurales a aqullas que carecen de ba-
samento, siendo exclusivamente la
representacin del adoratorio, y ur-
banas a la que cuentan con pirmide y
templo que, adems, se encuentran
generalmente en conjuntos arquitec-
tnicos. Sus aportaciones
se
refieren
bsicamente, a dos aspectos: las ca-
ractersticas formales de las construc-
ciones y su funcin; agrupa todas las
peque'las tumbas del Centro de
Ve-
racruz segn la forma de la planta del
basamento; sus elementos, la confi-
guracin del techo el nmero de es-
calones, sin hacer relacin entre los
sitios en que estn ubicadas y las ca-
ractersticas formales. Especifica que
los basamentos son huecos, forman-
do as una cmara funeraria donde
colocaban los huesos, cermica y
otros objetos de ofrenda. Apunta la
existencia de un peque'lo orificio que
comunica el espacio de la inhumacin
con
el
adoratorio y ste con
el
exte-
rior.26
Por lo visto anteriormente, pode-
mos comprobar que el hecho de cons-
truir edificios de pequef\as dimen-
siones que imitan pirmides con sus
templos con un carcter funerario,
fue una prctica tan generalizada en
el
rea central
de
Veracruz
que
debe
ser
tomada
como
una
costumbre muy
difundida y tpica de los totonacas del
posclsico. Los monumentos general-
mente forman conjuntos dedicados al
depsito de restos seos, resultando
verdaderos cementerios integrados a
los conjuntos arquitectnicos reli-
giosos como sucede en la poca colo-
nial en que el templo los cemente-
ri
os estaban en un mismo recinto. En
cuanto a su orientacin, Del Paso y
Troncoso no estaba en lo cierto, ya
que las tumbas tienen sus fachadas di-
rigidas a diversos puntos cardinales y
no slo al oriente como asever.
Como hemos dicho, el origen
prehispnico de las tumbas fue puesto
en duda por Strebel y Garca Payn,
fundndose en el hecho de que Esca-
lante, uno de los miembros de la espe-
dicin de Corts, muri en la Villa Ri -
ca, lo que les hizo suponer que sus
compaf\eros de armas le edificaron un
monumento, por lo que Es posible
admitir que esta modalidad de erigir
mausoleos sobre las tumbas haya sido
copiada por los indgenas de la re-
gin .
7
Sin embargo, la arqueologa
nos
ha
demostrado su origen prehis-
pnico, ya que los monumentos fune-
rarios se encuentran asociados a edifi-
cios anteriores a la Conquista y con-
tienen ofrendas de cermica propias
de los totonacas prehispnicos de la
regin.
QUIAHUIZTLAN
El medio geogrfico
Quiahuiztlan,
lugar
de la lluvia
est situada en la parte de la costa d
Golfo de Mxico denominada
por
a
gunos arquelogos como Totonac
pan. Su lmite sur es el ro Papalo
pan y el pueblo de Tlacotalpan; el o
cidente corre de Prez Figueroa
Oaxaca hasta Tehuacn, Chalchic
mula, Zacatln y Metlatoyuca,
Puebla, cerrndose al norte en el r
Cazones.
2
8 Algunos autores com
Krickeberg y
Melgarejo
Vivan
amplan el lmite norte hasta el r
Tuxpan; sin embargo, se han e
contrado
asentamientos huaxtec
hasta
el
sur de dicha corriente .
De las diferentes caracterstic
geogrficas de este territorio, la po
cin
comprendida entre
los r
Nautla y Actopan es una planicie co
tera que se rompe continuamente p
colinas de poca elevacin formad
por afloraciones rocosas. Su clima
tropical, con precipitacin pluvi
moderada que va de los 674 a 12
mm., una
vegetacin con rboles
escasa altura, cactus y pastos integr
dos en
una sabana
interrumpida
p
bosque que flanquean las mrgen
de los ros que desembocan en
mar.29
Las ltimas estribaciones de la co
dillera neovolcnica llegan hasta
costa, donde una de las formacion
rocosas llamada por los conquistad
res Pef\n de Berna se adelan ta en
mar unos 500 m. originando una p
quef\a baha denominada
Punta
Villa Rica, a unos 1935 de latit
norte y
96
8
' de longitud oeste, ub
cada en
el
municipio de Actopa
Frente a este punto natural se levan
una colina rocosa de laderas m
inclinadas, designada por los lugar
f\os como Cerro de los Metates,
donde se encuentran numerosos re
tos de la poca prehispnica, que
han identificado como los vestigi
del sitio totonaca de Quiahuiztlan d
que hablan los cronistas.
-
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12/102
uiahuiztlan
en
las fuentes
en la
arqueologa
El inters de los
que
escribieron sobre
la Conquista est centrado, natural
mente, en la narracin de los hechos
protagonizados
por
los espaoles;
por
lo tanto, la informacin que ellos
aportan sob re los pueblos indgenas
que fueron paso de Jos espaoles an
tes de su llegada a Tenochtitlan, es
muy escueta y
li
mitada. As sucede
con Quiahuiztlan, a pesar de
que
fue
el lugar donde
Hernn
Corts comen
zara a trazar la poltica que seguira
con los indgenas durante la Conquis
ta.
Despus de que los conquistadores
desembarcaron en Jos arenales de
Chalchiucueyehcan, fundaron la
Vi
lla Rica de la Veracruz; sin
embar-
go, por lo insano del lugar y porque la
costa no ofreca las condiciones de se
guridad necesarias para sus embarca
ciones, decidieron trasladarse a un
puerto
natura
l que Francisco de Mon
tejo y Antn de Alaminos
haban
lo
calizado frente a la
poblacin
indgena de Quiahuiztlan.
En
el
camino pasaron por Cempoa
la donde Corts se entrevist con Chi
comecatl el
cacique gordo
temblador , quien los acompa a su
destino. Al llegar al Cerro de los Me
tates vieron el pueblo indgena su
bieron a l, pero
Jos
habitantes ya
Jo
haban
abandonado;
posteriormente
los principales salieron a recibirlos e
iniciaron las plticas. Enterado Cor-
ts de las circunstancias polticas de la
regin con respecto al imperio me
xica , los convenci para que estable
cieran
una
alianza militar con ellos.
Al relatar estos acontecimientos,
Jos cronistas
proporcionan,
en
forma
indirecta, diversas noticias de Quia
huiztlan. Berna Daz del Castillo
describe
el
lugar en Jo s siguientes tr
minos: " ...dio la vuelta (Francisco de
Montejo) a San Juan de Ula, sin
ms pasar adelante
..
que doce leguas
de all haban visto un pueblo
como
puerto en fortaleza, el cual pueblo se
llamaba Quiahuitlan, y
que
cerca de
aquel pueblo estaba un puerto que le
pareca al piloto que podran estar los
8
navos seguros del norte. Psole un
nombre feo que es l Bernal ;'oy ms
adelante agrega:
" ...
llegamos
al
pueblo fuerte que se llama
Quiahu
iz
tl
an, que
est
entre
grandes peascos
y muy altas cuestas, y
si
hubiera resi
s-
tencia era malo de
tomar :11
A su vez,
Hernn
Cortes Francis
co Lpez de Gmara aportan noticias
similares que muestran la imagen de
un medio que coincide con las
caractersticas del
si
tio donde est
enclavado el Cerro de
Jos
Metates, en
cuya cima est el cementerio que se
considera perteneciente al pueblo de
Quiahuiztlan del que
hab
lan los cro
nistas.
El
puerto
en el que Corts resguar
d
sus naves, se
encontraba
enfrente
de aquel pueblo, obra de un legua de
l
32
y dice
que
era
una
villa
muy
fuerte y puesta en recio lugar,
porque
est en
una
ladera de
una
sierra muy
agra, y para la
entrada
no hay solo un
paso de escalera" .33 La poblacin
indgena de Quiahuiztlan se
encontra
ba
aproximadamente a
cuatro
kil
metros frente al
mar,
en
una
de las la
deras del Cerro de los Metates, aun
que al oriente la pendiente es dema
siado inclinada
como
para que ah es
tuviera asentada la poblacin; sin em
bargo,
es posible que los datos de las
exploraciones arqueolgicas nos pro
porcionen la pauta para conocer me
jo r la ubicacin exacta del poblado.
Lo que
s
podemos
afirmar,
es que la
situacin estratgica de Quiahuiztlan
la protega de cualquier invasin y
permita a sus habitantes una fcil de
fensa. Es comn, en la
parte
Central
de Veracruz, encontrar edificaciones
prehispnicas en la cima de eleva
ciones con accesos difciles,
como es
l caso de Misantla, Comapan y
otros.
Posiblemente la rada natural for
mada frente a Quiahuiztlan fue utili
zada
como puerto de intercambio, ya
que Torquemada nos dice que la
poblacin tambin recibi
el nombre
de Tianquicolco, porque all era el
lugar del Mercado, y
ahora est todo
despoblado ... " .3
4
En los relatos acerca de la estancia
de Corts en Quiahuiztlan, slo Ber-
nal Daz hace una referencia a las edi
ficaciones del lugar, en los trmino
siguientes: Y estando en lo ms alto
de la fortaleza, en una plaza ju nto
donde ten an los cus casas grande
de sus dolos, vimos estar quince in
dios con buenas mantas, cada uno
con un brasero de
barro
.. ."
Como
los conquistadores llegaron
a la cima del Cerro de Jos Metates, e
posible que hayan estado en la zon
de las tumbas ya que, de hecho, estn
integradas a
Jos
dems edificios pbli
cos. Vemos as en estos pasajes de l
Conquista, que los hechos revisten ta
importancia para los cronis tas, que
e
Jugar donde acontecieron no tuvo in
ters particular para ellos, por lo qu
no
dejaron
testimonio sobre el pobla
do y sus caractersticas.
Las mismas fuentes consignan que
toda
el rea
recorrida por los conquis
tadores
desde Chalchiucueyehcan
hasta Quiahuiztlan, estaba habitada
por
los totonacas, pueblos de una
misma filiacin tn ica y lingstica
que en esos momentos vivan domina
dos
por
los mexicas a quienes paga
ban altos tributos.
Despus del siglo XVI Quiahuiz
tlan sigue siedo mencionado en toda
las obras que
tratan
de la Conquista
por
lo que no se pierde la idea de su
situacin geogrfica; adems, de en
tonces a nuestros das, la punta roco
sa
que
irrumpe en el
mar
y
que
origi
na
la pequea
baha
donde Cort
fonde sus naves, recibe el nombre de
Villa Rica.
Aunque
la localizacin de
sitio
era
muy clara, no hay noticias de
que hubiera sido visitado o conocido
antes del siglo XX .
En
nuestro tiempo la
primer
descripcin
de
los
entierros
d
Quiahuiztlan es la
que
hizo Gard
Payn
en el artculo antes citado. S
refiere,
fundamentalmente,
al con
junto
ubicado en la falda noroeste de
Cerro de
Jos
Metates sobre una plani
cie llamada comnmente Cementeri
Central; tambin menciona las Tum
bas del Sur situadas sobre la ladera
arriba
de las primeras. Hace un
descripcin ambigua de las formas d
los edificios. Despus de afirmar qu
siguen la
forma
de
pequeo
-
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templos , explica que cada una de
las tumbas contiene una peq uefia
re
c mara que era ... utilizada por los
deudos para depositar ofrendas a sus
muertos ;3
6
en
su parte inferior esta
ba el espacio que serva para deposi
tar l cadver
en
posicin
fet
u
s- in
ter
o
Incluye un d
ib
ujo de los
edificios que rep
re
senta su elevacin
frontal y la teral, planta
y
corte long i
t
ud
inal. Esto aclara su descripcin;
si
n embargo, da la idea de que todas
las construccione s son iguales. Pero
aunque todas tienen los
mi
s
mo
s e
le
mentos formales, en cada una de ellas
es tn tratados de manera diferentes;
as por ejemplo, hay alfardas que
si
guen la fo rma de dos lneas paralelas
y otras que son ms anchas en su par
te inferio r y poco a poco se van ha
ciendo ms angostas.
El mismo autor consigna que haba
represe nt acione s de animales
he
chas
de argamasa y que se encontraban de
lante de los monumentos funerarios,
mismas que
se
han desaparecido . Cita
fi
guras de tortugas, monos,
ti
gre,
rana y serpiente de donde se percata
que la persona sepultada per
te
neca
al
clan del animal all representado,
de donde se puede inferir que en
el
perodo correspondiente a la hechura
de
estas tumbas, sus habitantes profe
saban
el
totemismo 3
8
Explica que
algunas de las tumbas del Cementerio
Central estn en estado tan ruinoso
que slo
se
conserva de ellas
el
basa
mento.
A pesar de que en su artculo, como
ya indicamos, cita otros lugares de la
regin central de Veracruz donde se
construyeron estos monumentos, du
da de su origen prehispnico, acep
tando
el
criterio de Strebel. La princi
pal razn que aduce para seguir esta
opinin,
es el
hecho de que, fundado
ah el puerto de la Villa Rica, Corts
dej una guarnicin de
150
hombres,
de los cuales
el
comandante Escalante
y otros cuatro murieron. Agrega que
por ello, los indgenas observaron la
costumbre espafiola de erigir mauso
leos en las tumbas y la imitaron, edifi
cando monumentos iguales para sus
muertos en la poca colonial. El
se
gundo argumento aducido
es
el de su
escasa extensin geogrfica limitada a
la regin central de Veracruz. En
cuanto al primer argumento, adems
de todos los datos que posteriormente
ha aportado la arqueologa, creemos
que es muy difcil que hayan im itado
un
solo modelo, ya que tales semejan
zas
se
dan ms b
ie
n como una mani
festaci n de
la
unidad cultural de los
grupos que las edificaron. Por
lo
que
se refiere al segundo, si bien es cierto
que no fue una costumbre generaliza
da en Mesoamrica, s existe tal tipo
de
monumentos fuera del Centro de
Veracruz con caractersticas forma
les semejantes y con un mi smo senti
do, como lo comprobamos con los
casos revisados anteriormente.
Los trabajos de exploracin ar
queolgica en Quiahuiztlan fueron
llevados a cabo entre
195
l y l
953
por
el arquelogo Alfonso Medelln Ze
nil, bajo los auspicios del Instituto de
Antropologa de la Universidad
Ve
racruzana. El lugar, aunque ofrece
posibilidades de gran inters para
el
estudio de la cultura totonaca, como
es el hecho de ser una ciudad cons
truida en una escarpada eminencia,
no ha sido explorado mayormente,
por lo que gran parte de lo que se co
noce de
l se
debe a la labor de
Medelln Zenil.
En la explicacin general de lo en
contrado en el Cerro de los Metates,
corrobora la informacin que las
fuentes histricas consignan. De la si
tuacin de la ciudad, confirma la ubi
cacin de la poblacin legada por los
cronistas, explicando que Quiahuiz
tlan ocup en verdad toda la falda
del cerro, pero concentr sus ncleos
de poblacin en su parte sur, poniente
y fundamentalmente norte 39 As,
Quiahuiztlan fue una ciudad col
gante levantada en mltiples terra
zas que adecuaron las laderas del
cerro para las construcciones, lo que
asombra por el gran esfuerzo humano
que implica.
La poblacin campesina debi
es
tar asentada junto a sus sementeras,
en las partes planas que circundan el
Cerro de los Metates, y las habita
ciones de los principales debieron
construirse en las laderas de las emi-
nencias. En caso necesario la pobla
cin
se
trasladara al sitio reconocido
por los espai\oles como fortaleza
por lo fcil de su defensa; esta si
tuacin de refugio se aclara con el
hallazgo de puestos de viga
40
oquedades que consigna Medelln Ze
nil
como excavadas en la roca para
servir de puestos de observacin. Este
modelo de centros fortificados son
tpicos de la regin, pudindose citar
Tlacotepec, Centla y Quauhtochco,
entre otros. Lo anterior pone de ma
nifiesto la imperiosa necesidad que
los totonacas tuvieron de protegerse
de otros pueblos, lo que los llev a re
fugiarse en las partes altas de los
cerros.
En los informes de los trabajos ar
queolgicos realizados en Quiahuiz
tlan no se menciona la metodolgia
que se sigui en la investigacin, ni
las tcnicas utilizadas para trabajar
en las construcciones; slo
se
explica
el
estado en que se encontraron los
monumentos y cules fueron las
obras de reconstruccin y consolida
cin. Se describen los monumentos en
funcin de las variantes que presen
tan sus elementos estructurales y aun
que cada tumba tiene una gran indivi
dualidad, se nos muestra que siguen
un mismo patrn formal.
La cermica
Medelln Zenil, en su libro Cermicas
del Totonacapan
explica que en este
lugar no se hizo estratigrafa ya que
sus terrenos son muy inclinados y de
grandes proporciones rocosas'' . 1 Por
ello
el
material debe proceder de reco
leccin de superficie, de hallazgos en
los trabajos hechos en las construc
ciones y de las ofrendas funerarias en
contradas en las tumbas; a estas lti
mas se refiere en su informe.
La cermica ms comn en
el
sitio
es la llamada Quiahuiztlan, de barro
crema claro, sin desgrasante, com
pacto y generalmente muy bien coci
do, decorado siempre con pintura
guinda que vara del tono claro al
muy obscuro. En algunos cajetitos
hay esgrafiado o rayado inciso orna
mental .
4
2
La cermica ms antigua
9
-
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de este es tilo, llamada Quiahuiztlan 1,
procede de la Is la de Sacrificios y se le
asigna una ubicacin temp
ora
l de 900
d.C. Este tipo de cermica no se en
contr en el Cerro de los Metates, por
lo que la ocupacin del lugar de
bi
efectuarse en poca posterior. Duran
te las ex ploraciones se descubri en
los entierros, a
ma
nera de ofrendas,
abundante cetamica de Qui ahuiztlan
II
consistente en: caje ti tos trp
od
es
con decoracin pintada o esgrafia
da .. aunque menos frecuentes, copas
y grandes platos ...
4
3 Excepto los
platos de fo ndo
pl
ano de unos 27 cm.
de dimetro , el rn to de la cermica
fune raria es de pe
qu
eas dimen
siones, semejante a la que se localiza
en otros sit ios de Veracruz y que cre
emos puede estar relacionada con los
enanos mticos vinculados con la
ll
u
via.
Tambin
se
hall cer
mi
ca de ot ros
estilos tpicos de Tot
on
acapan: Tres
Picos II y III ; perteneciente toda ella
a
lo
que el arquelogo llama horizon
te histrico de los sigl os XIII al XVI.
Se
trata de un barro de col or semejan
te a la alfarera tipo Quiah
ui
ztlan, de
corada con faj as pintadas color na
ranja, caf oscuro y guinda y motivos
esgrafiados .
44
Otras ce rm icas exis
tentes aunque en menor g
rado
, son
las de barro
naran
ja y la policroma
totonaca; de este es tilo se rescat un
vaso globular decorado con un ciem
pis.
Las conclusiones a las que llegamos
del es tudio de la
ce
rmica son las
si
guientes: la poca del florecimiento
de Quiahuiz
tl
an pertenece al horizon
te posclsico tardo, lo que corrobora
lo que dicen las fuentes histricas
acerca de que la
vi
da en el Cerro de
los Meta tes es t en pleno auge en el
momento de la llegada de los conquis
tadores.
La cermica de importacin ms
antigua encontrada en Quiahuiztlan
- hasta
ahora
los restos ms t empra
nos del si
t o
proviene
de
la
tumba
4
del grupo Sur; es del tipo Azteca II
producida en Tenayuca,
4
5 lo que de
muestra la relacin de los to tonacas
con este pueblo, y s
ob
re todo , la po
sible ocupacin del sitio hacia el
posclsico temprano. Adems, tu-
lO
QU U I Z T L N
o
vieron estrechos contactos con
el
Al
tiplano Central ya que abunda la ce
rmica policroma
Mix teca -
Puebla
que tal vez procede de Cholula, ya
que frecuentemente se encuentra
alfarera de ese lugar en
el
Centro de
Veracruz; muestra de esas relaciones
es la existencia de tumbas con monu
mento. Aparece tambin cermica
Azteca III y IV, ambas variedades de
la poca mexica, que ponen de mani
fiesto la influencia de este pueblo en
Quiahuiztlan, como sucedi en dicha
regin central en
el
posclsico t
ard
o
La poblacin del Cerro de los Me
tates tambin mantuvo relaci
on
es po
siblemente de carcter comercial co
otros sitios de Mes
oam
rica . Es con
veniente recordar lo que indica Tor
quemada cuando dice que esta
ci
uda
era un mercado. El puerto de la Vill
Rica seguramente fue un important
sitio de intercambio de productos y
que se han enc
ont
r
ado
objetos d
barro
Pnuco V y VI, procedentes d
la Huaxteca (1200 d.C. a 52 d.C.)
-
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15/102
LA
ARQUITECTURA
FUNERARIA
Distribucin de los volmenes en el
espacio
En el Cerro de los Metates los edifi
cios estn distribuidos en las terrazas
que fueron construidas en varios ni
veles en las faldas del promontorio, y
que implican grandes superficies
rellenas y kilmetros de muros de
contencin.
Como
sucede generalmente en toda
la arquitectura prehispnica de carc
ter religioso, aqu en Quiahuiztlan los
volmenes subrayan el espacio o sir
ven como puntos de referencia
para
formar plazas ayudndose de la con
figuracin natural de la eminencia o
regularizando sta
para
lograr los pla
nos necesarios. Estas plazas eran
el
lugar donde
se
concentraba la pobla
cin para celebrar sus rituales. Las si
guientes consideraciones de la distri
bucin de los cuerpos en el espacio es
tn fundamentadas en el mapa elabo
rado por Medelln Zenil fig. 5).
Cada uno de los tres conjuntos ar
quitectnicos consignados en ese
ma
pa forma una unidad con caractersti
cas propias. Adems, hay dos grupos
de tumbas que no estn dibujados en
l
y que aparecen constituidos
por
va
rios monumentos alineados uno junto
a
otro.
El Cementerio Central
se
comunica
con el Grupo de Oriente por medio de
un muro escalonado; este ltimo se
une a su vez con el Cementerio Orien
te por
un
paso natural que corre por
el flanco occidental de la estructura
llamada Palacio . Al grupo de
Tumbas del Sur parece que tambin
se llegaba por un paso natural ascen
diendo unos quince metros desde el
Cementerio Central. El acceso al
Grupo de Ojital no lo hemos podido
distinguir.
S
Plano de Quiahuztlan segn Medelln Zenit,
retocado por Ana Luisa Izquierdo. 6. Vista ge-
neral del Cementerio Central. Foto Ana Luisa
Izquierdo.
El Cementer io Central fig. 6), ubi
cado en un plano de composicin rec
tangular abierto hacia el norte por
una pendiente, est integrado por
tumbas, un palacio y un templo .
Hacia el oriente fueron edificadas
cuatro estructuras: un adoratorio
flanqueado por tres tumbas que for
man
el
eje lmite norte-sur con
una
trayectoria ligeramente inclinada
lograda a base de remeter las facha
das de cada una de las construcciones
unos centmetros a part ir de la tumba
l. De estos edificios slo permanece
en pie el ltimo. El lmite sur del con
junto est formado por pequeos mo
numentos colocados en dos niveles,
uno inferior y
otro
superior, que si
guen una trayectoria oriente-
poniente, con sus entradas dispuestas
al norte excepto la nmero 3 que ve al
oriente. Los niveles estn separados
por un muro de contencin que evita
el derrumbe del cerro y que forma la
base para las tumbas de la parte supe
rior.
En
ambos niveles los monumen
tos no se encuentran alineados unos
con otros; algunos fueron dispuestos
ms adelante y otros ms atrs sin se
guir un ritmo; dos de ellos incluso
quedan ocultos.
Al poniente se distingue un eje
norte-sur constituido por la estructu
ra ms grande de la plaza. Es un basa
mento de planta rectangular con un
muro en talud, triple escalinata y
cuatro alfardas. En la parte superior
tuvo una habitacin tambin de plan
ta
rectangular y gran entrada. Esta
estructura no ha sido explorada.
El grupo de Oriente se encuentra
dispuesto de tal manera que circuns
cribe
otra
plaza rectangular abierta
por el lado poniente hacia el muro es
calonado que ya mencionamos, y li
mitada en
el
sur por la ladera del
cerro. El lmite oriental de la plaza
es
t
determinado por un edificio de
planta elptica. Esta estructura pre
senta una amplia escalinata flanquea
da por alfardas trapezoidales.
El edificio mayor que limita la pla
za por el norte est integrado por dos
cuerpos escalonados; tiene una doble
escalinata que da hacia el sur y permi
te
el
acceso al primer cuerpo; al se-
gundo se sube por una amplia esc
lera. Las dos escalinatas estn limit
das por alfardas que en la parte sup
rior terminan en paramentos rectan
gulares. La pirmide tuvo una habit
cin de planta rectangular con un v
no de acceso en toda la amplitud de
fachada. El espacio de la plaza se in
terrumpe con dos pequeas estruct
ras que parecen ser adoratorios y
qu
an no han sido explorados.
El lado norte de aquel edificio sirv
de lmite sur a otra plaza en la que
construyeron numerosos monume
tos agrupados en escuadra, aunqu
sin seguir una lnea recta. La mayor
de ellos estn concentrados en la e
quina noreste de la plaza. Los d
extremo norte tenen sus fachadas
h
cia el sur, en
tanto
que los del lad
oriente presentan su parte posteri
hacia el mar.
En el mapa elaborado por Medell
Zenil
y
que utilizamos en este trab
jo), l coloca errneamente la plan
del mausoleo triple, cuya localizaci
l mismo apunta en su nform
est en el Grupo del Sur
aun cuand
puede tratarse de una subestructu
de la que no
se ve
ningn resto supe
ficial. Durante alguna de las tres tem
poradas de exploracin, practic un
cala en la parte sur de esta plaza y e
contr que debajo de ella hay una s
bestru
ctura
de la cual se aprecian e
caleras y alfardas con remates, de
misma manera que en otros edificio
Estos datos fueron omitidos en el pl
no aunque todava queden visibles.
Sistema materiales de construcci
El material utilizado en la constru
cin de estos monumentos procede d
la misma localidad y consiste en laj
de piedra volcnica recubiertas co
estuco. Las lajas tal y como salan d
la cantera eran colocadas, salvo algu
nas que se trabajaban para darl
cierta forma y ponerlas en esquina
piso y bases de techos
... .
46
Los componentes del mortero co
el que recubran la piedra son
aren
de ro
y
cal hecha por calcinacin d
los carapachos calcareos de molusco
bivalvos, fundamentalmente osti
-
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que debieron tomar de la Laguna del
Llano y de la Mancha .
47
Para
que la
argamasa tuviera ms coccin le agre-
gaban pequeas esferas de
barro
y
restos de cermica.
El basamento de las tumbas est
construido directamente en el suelo o
sobre un piso recubierto de estuco; en
algunas, primero
se
edific una plata-
forma baja recubierta de argamasa,
por lo que carece de cimiento
s.
La c-
mara funeraria queda colocada en el
espacio que dejan libres las cuatro pa-
redes del basamento. Algunas de esta
cmaras presentan una planta rectan-
gular, y otras elptica. Ah colocaban
los restos seos y las ofrendas de cer-
mica (fig. 7 .
El techo de la
cmara
fueneraria es-
t formado por una o varias lajas que
componen, a su vez,
el
piso del pe-
queo templo que
es
de menores d i-
mensiones. ste, generalmente, tiene
planta rectangular, aunque hay algu-
nos cuya planta
es
de esquinas redon-
deadas. El techo del adoratorio es
plano, construido tambin con una o
varias losas, pero se eleva con ms la-
jas, creando la forma que se aprecia
desde el exterior. Lo burdo de la
construccin
se
disimula con gruesas
capas de argamasa que cubren inte-
riores y exteriores, logrando la forma
que adelante describiremos.
Descripcin formal
De las 77 tumbas localizadas en el
Cerro de los Metates, slo hemos po-
dido observar 68, de las cual
es se
l
ec
-
cionamos algunas para ser desc ritas
en el presente trabajo, por considerar
que son las autnticas ya que conser-
van sus partes originales; las dems,
estn reconstruidas, en mayor o me-
nor proporcin, en dos ocasiones di-
fe
rentes.
7. Tumba 2
del
Grupo Sur. 8 Tumba 1 del Ce-
menterio Central, segn dibujo de Rafael Mo-
ranchel
y
foto de Diego Villasei lor Cusi. 9. De -
talle de la misma.
10
Tumba 4
del
Cementerio
Central. Fotos Ana Luisa Izquierdo.
12
1 1
{ ~
~
~ .
} ~
A ~
.,.. . - .o __
. '.
7
8
a
b
-
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CEMENTERIO CENTRAL
Tumba nmero
figs. 8 y 9)
La tumba 1 situada en el oriente del
Cementerio
Central, con su fachada
dirigida hacia
l
poniente, puede con-
siderarse la de mayores dimensiones y
la ms original, ya que en ella
el ma-
nejo de las formas es totalmente dis-
tinto de los dems. Su nico cuerpo
tiene planta rectangular y los cuatro
muros en talud. Adosada en el muro
poniente est la escalera; no cubre to-
da su extensin y est limitada por al-
fardas que terminan en dado o rema-
tes con forma de paraleleppedos que
sobresalen
unos
centmetros
de
aqullas. A pesar de las pequeas di-
mensiones del monumento, la escale-
ra
presenta siete escalones con huellas
muy estrechas y altos peraltes.
ste
es el
nico monumento con de-
coracin realizada a base de grandes
almenas con perfiles escalonados,
cuatro en la parte posterior y dos en
cada uno de sus lados, colocadas en la
parte superior de la pirmide. Por Jo
que se observa, el basamento no tuvo
templo. Melgarejo Vivanco afirma
adems que en su interior
haba
una
cmara de forma rectangular capaz
de conterner un entierro primario de
uno o varios
individuos
48
Tumba nmero 4
fig. 10).
Esta
tumba
se encuentra ubicada en el
nivel superior del Cementerio Central
con su fachada dispuesta hacia el nor-
te. El basamento se desprende direc-
tamente del suelo; su planta es de as-
pecto cuadrangular con esquinas re-
dondeadas. La escalera est
adosada
a la estructura, parece tener cuatro es-
calones y anchas alfardas que apenas
se distinguen por su mal estado de
conservacin.
El adoratorio presenta una planta
semejante a la del basamento aunque
de menores dimensiones; est colocado
de tal manera que en la parte superior
del basamento
queda
un pasillo; el
vano
de
acceso tiene forma trape-
zoidal y est desplomado. El techo es
plano. formado por dos cuerpos de
esquinas redondeadas: un friso infe-
rior que es el mayor y una moldura
superior angosta, ambos con una
inclinacin se mejante. Algunos de los
elementos de este monumento no se
unen en ngulos rectos, debido al po-
co cuidado de sus construcciones.
En general, en los edificios prehis-
pnicos de estas caracters ticas,
el
templo
es
mucho menor que el basa-
mento que lo sostiene; en este edificio
es
a la inversa, el santuario
es
de ma-
yores dimensiones que la pirmide.
Medelln Zenil encontr dentro del
templo del monumento una figura fe-
menina de barro en posicin sedente,
lo que aclara su sentido ya
que
emu-
lando a los templos, era en realidad
un pequeo santuario, o sea, el recin-
to donde se guardaba la efigie de la
divinidad.
Tumba nmero 5 fig. 11)
Junto al pequeo edificio arrib
descrito y con la misma orientacin
se
encuentra otra tumba de plan
rectangular con un cuerpo vertica
Su escalera, que
no ocupa
toda la pa
te frontal de la estructura, est limita
da por
alfardas ms angostas en
parte superior, donde cambian s
inclinacin y se
transforman
en
un
r
mate cilndrico. Los escalones po
siblemente tuvieron la huella y el p
ralte muy desiguales.
El templo, tambin de planta rec
tangular con muros ligeramente re
dondeandos en las esquinas, es de m
nores dimensiones que el basamen to
por lo que deja
un
corredor que lo ci
cunda. Tiene un vano de acceso e
forma
de paralelogramo. Las parede
siguen
una
lnea curva que se une e
la parte inferior del techo plano,
pro
yectndose fuera de los muros d
adoratorio.
La
parte
inferior d
techo
es
ms ancha en los costado
del templo, siguiendo una lne
diagonal. La moldura superior n
corre paralela a aqulla, sino que s
gue una lnea horizontal.
Los dos elementos principales de
construccin fueron edificados dn
do
le
al templo
una
proporcin much
mayor, de tal
manera que
es dos vec
ms grande que la plataforma inferio
Sus formas son bastante irregular
aunque se nota mayor cuidado en
fachada del edificio.
1
1
-
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Tumba nmero 5
(fig. 12
Situada en el nivel inferior del Ce-
men terio, guarda la misma orienta-
cin que las otras. Su basamento es-
t integrado por
muros
en talud y
paramentos
que
se proyectan unos
centmetros fuera del
muro.
Tiene
una
amp
lia escalera de tres
peldao
s,
limitada por alfardas a la
que
rema-
tan
dado
s con liste en la
pa
rte infe-
rior, sin
ocupar
totalmente la parte
frontal de la estru
ctura.
El templo,
sumamente alto en relacin al basa-
mento tiene planta rectangular; su
vano de acceso presenta el aspecto de
un arco deprimido.
El techo pl
ano
tambin est in-
tegrado por dos partes: un friso que
se proyecta fuera de los muros del
adoratorio y que se va estrechando en
la parte superior a
manera
de pirmi-
de truncada, y una moldura ms an-
gosta que sigue
una
misma lnea e
inclinacin. EL basamento es suma-
mente
bajo
en relacin al templo ya
que este tilmo es tres veces ms
gra
n-
de que
el
primero.
12
1 Tumba del Cementerio Central. 12 . Tum-
ba
IS
del Cementerio Central. 13. Tumba 26
de l Cementerio Central. Tumba 33 del Ce -
menterio Central. Fotos Ana Lui sa Izquierdo.
14
a
b
-
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Tumba nmero 6
fig. 13
Localizada en el nivel inferior del Ce
menterio, con la posicin de su facha
da hacia el norte, descansa sobre una
baja
plataforma rectangular ms
amplia en la parte anterior del edifi-
13
4
a
b
cio donde, hasta hace unos afios, con
serv dos esculturas de argamasa que
al parecer representaban felinos.
4
9 De
ella arranca
el
basamento vertical de
planta rectangular donde se en
cuentra adosada una escalera de tres
peldafios con
alfardas
que se
estrechan en la parte superior, rema
tadas en forma de paralelogramo con
esquinas redondeadas. El
adoratorio
de mucha ms altura que el basamen
to, tiene tambin una planta rectan
gular pero de menores dimensiones, y
est colocado de tal forma que deja
un estrecho pasillo alrededor de la
estructura. Su vano de acceso es tra
pezoidal, ms angosto, y ligeramente
arqueado en la parte superior. Los
muros del pequefio templo muestran
varios rec
ub
rimientos de gruesas ca
pas de estuco. Su techo plano de dos
elementos, no muy regular, tiene
un
friso ancho en forma de pirmides
truncadas cuyas esquinas terminan en
arista y una moldura de menores di
mensiones que
el
elemento inferior .
Este monumento es el que nos da la
imagen ms aproximada de lo que pu
dieron haber sido las dems tumba
de Quiahuiztlan, ya que se encontr
tal como lo observamos.
Tumba nmero fig. 14
Localizada en la esquina suroeste de
la plaza del Cementerio y con su
fachada dirigida hacia el norte
muestra el poco cuidado que tuvieron
sus constructores
para
darle a sus ele
mentos formas regulares, por lo qu
destaca notablemente su falta d
simetra y el desequilibio en sus ele
mentos. El mausoleo est colocado
sobre una baja plataforma rectangu
lar que en su parte anterior tena do
escul turas de estuco.
4
5
Su basamento
planta de aspecto rectangular y es
quinas redondeadas,
es
un cuerp
vertical. Su escalera sumamente an
gosta, est limitada por alfardas qu
terminan en cubos que fueron recons
truidos. Estos ltimos, de grandes di
mensiones en relacin a la alfarda,
se
proyectan fuera de ella, de tal manera
que dan la impresin de estar despro
porcionados.
1
-
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20/102
El
templo
es
de planta rectangular
levemente redondeada en sus es-
quinas . Est colocado al centro del
basamento, quedando un corredor
alrededor de l. La puerta de entrada
es ligeramente trapezoidal, ms an
gosta en la parte inferior tal vez por
que aqu la capa de estuco es ms
gruesa. El techo plano, de dos partes,
tiene un friso que en la fachada sigue
una lnea diagonal, siendo ms ancho
en el lado izquierdo que en
el
de-
recho. En algunos de sus lados termina
redondeado y en otros en arista a
la
manera de cornisa volada. La moldu
ra superior est casi totalmente re
co nstruida,
es
ms ancha en el lado
derecho que en el izquierdo, a la in
versa que la parte inferior del techo.
TUMBAS DEL SUR
Tumba nmero (fig. 16
Este monumento se puede tomar co
mo modelo porque, en parte, se en
contr tal como lo vemos ahora, ex-
cepto la escalera que estaba muy
destruida; se reconstruy basndose
en los restos de una alfarda con su re
mate de ese mismo edificio. El basa
mento, de planta rectangular,
es
esca
lonado en dos de sus lados y en forma
de paramento vertical en la cara ante
rior y en la posterior. El templo con
planta del mismo tipo, pero de meno
res dimensiones, fue colocado en el
centro del basamento de tal forma
que deja un pasillo alrdedor del pe
queo templo. Su escalera, adosada a
la estructura, consta de tres peldaos,
y est limitada por alfardas suma
mente inclinadas que adquieren
el
as
pecto de rampas que en la parte supe
rior modific