calle 20. mik baro. monstruos, sueños y rock & roll

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MONSTRUOS, SUEÑOS, DISEÑO Y ROCK’N’ROLL Reconocerás su estilo aunque no conozcas su nombre. Los diseños de Mik Baro se multiplican en carteles, portadas de discos, chapas, camisetas.... Nos adentramos en la obra de este leonés residente en Valencia con los ojos (y sobre todo las orejas) bien abiertos. POR CIUDADANA ÁLVAREZ Con el #15M se ha evidenciado que el poder no solo está en manos de los grandes (medios de comunicación, partidos políticos, asociaciones o sindicatos...). También nos queda claro que poder, representación y visibilidad van de la mano, lo uno es inherente a lo otro, y viceversa. Esto se hace extensible a todos los ámbitos de la vida, del que por supuesto no se escapa la cultura, porque la vida es cultura. Los grandes artistas, los grandes diseñadores gráficos, los grandes ilustradores, a los que todos conocemos por nombre, apellido o tag, no solo lo son por su quehacer diario, sino también por su visibi- lidad en el mercado, en el sistema del arte, en las publicaciones de gran circulación, en las exposiciones del circuito oficial... A veces nos olvidamos del poder de incidencia que tienen las imágenes, los símbolos, en la cultura popular. Hacen que sepamos reconocer el estilo de un artista a base de verlo..., pero no en exposiciones, sino a pequeña escala: en la entrada de un concierto, en un muro empapelado con carteles de un festival, en la chapa que lleva tu colega, en el packaging de una cerveza... No sabemos la identidad del diseñador, no lo etiquetaríamos como artista, pero lo reconocemos, tenemos sus creaciones guardadas en nuestro archivo, en nuestra memoria. Mik Baro. Leonés. Treintañero. Afincado en Valencia. Ilustrador. Artista. Diseñador gráfico. Melómano de nacimiento. Bloguero. Editor. Freelance, a veces. En ocasiones trabaja en un colectivo. Bebedor de cerveza. Se busca la vida. De repente se forra con un encargo. En general, no. Como muchos otros. 35 34 35 A la izquierda, Cinco años de blog. En esta página, el cartel de la última edición del festival Surforama Valencia 2011.

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Artículo de @ciudadana_alvar sobre, con, para, a y por Mik Baro

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monstruos, sueños, diseño y rock’n’roll Reconocerás su estilo aunque no conozcas su nombre. Los diseños de Mik Baro se multiplican en carteles, portadas de discos, chapas, camisetas.... Nos adentramos en la obra de este leonés residente en Valencia con los ojos (y sobre todo las orejas) bien abiertos.por ciudadana álvarez

Con el #15M se ha evidenciado que el poder no solo está en manos de los grandes (medios de comunicación, partidos políticos, asociaciones o sindicatos...). También nos queda claro que poder, representación y visibilidad van de la mano, lo uno es inherente a lo otro, y viceversa. Esto se hace extensible a todos los ámbitos de la vida, del que por supuesto no se escapa la cultura, porque la vida es cultura. Los grandes artistas, los grandes diseñadores gráficos, los grandes ilustradores, a los que todos conocemos por nombre, apellido o tag, no solo lo son por su quehacer diario, sino también por su visibi-lidad en el mercado, en el sistema del arte, en las publicaciones de gran circulación, en las exposiciones del circuito oficial... A veces nos olvidamos del poder de incidencia que tienen las imágenes, los símbolos, en la cultura popular. Hacen que sepamos reconocer el estilo de un artista a base de verlo..., pero no en exposiciones, sino a pequeña escala: en la entrada de un concierto, en un muro empapelado con carteles de un festival, en la chapa que lleva tu colega, en el packaging de una cerveza... No sabemos la identidad del diseñador, no lo etiquetaríamos como artista, pero lo reconocemos, tenemos sus creaciones guardadas en nuestro archivo, en nuestra memoria.

Mik Baro. Leonés. Treintañero. Afincado en Valencia. Ilustrador. Artista. Diseñador gráfico. Melómano de nacimiento. Bloguero. Editor. Freelance, a veces. En ocasiones trabaja en un colectivo. Bebedor de cerveza. Se busca la vida. De repente se forra con un encargo. En general, no. Como muchos otros.

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Tiene un estilo clásico en el que muchas veces aparece lo monstruoso, la violencia, lo mitológico o lo simbólico. Es su manera de reivindicar que vivimos: «En una saturación informativa, situación que anestesia y adormece la capacidad de sorpresa y asombro. Me gusta imaginar la cara conmovida del populacho en la Alta Edad Media observando los capiteles de una basílica recién construida, los jóvenes estudiantes hojeando el Physiologus, las historias plagadas de seres extraños en boca de los navegantes a la vuelta de tierras lejanas ante boquiabiertas audiencias...».

Atención: obra en construcciónHablar de Mik, y de otros tantos, es hablar de la importancia del proceso. De hecho, me cuenta que disfruta y sufre con el pro-ceso, que registra en su blog (mikbaroblog.blogspot.com), y que goza incluso a veces más con la acción de hacer que con el resul-tado final. Le gusta mezclar lo artesanal y lo digital. «Hace unos años —comenta—, los visuales perseguían resultados asépticos mediante la computadora y ahora el ordenador nos ofrece posi-bilidades orgánicas que emulan lo manual... Pero vamos, que si se te va la luz, solo te quedan las manos».

Hago una pausa. Vuelvo al #15M. Todo está conectado. Todo son nodos. Pienso en Internet como catalizador de ideas comunes, en su capacidad para facilitar la conexión entre muchas y peque-ñas minorías. Cada persona es responsable de lo que hace, cada acción individual repercute en el colectivo... Conocí a Mik porque tenía sus carteles grabados en mi cabeza, localicé su blog, me enteré de que era de León, contacté con él por e-mail, empezamos a hablar, quedamos en Navidad, teníamos amigos en común, nos olvidamos el uno del otro durante un tiempo, volvimos a escribir-nos... Algo completamente normal, la gente simplemente conecta. Yo no me defino como periodista, él no lo hace como artista.

Cuando le pregunto sobre su blog y la web social en general, Mik Baro no se revela especialmente digital: «El blog es uno de los pilares base y lanzadera de la web 2.0. En mi caso no va más allá de una bitácora, un diario de a bordo que va recogiendo contratiempos y resultados, sin plantearme crear nada específico para ese cajón de sastre (cada vez más desastroso)».

Receta contra la soledadNo tiene demasiado definido su futuro. Su proyecto soñado no realizado es, simplemente, «¡el que está aún por llegar!... la cues-tión es hacer camino al andar». De momento, forma parte del colectivo artístico La Tejedora, una opción de trabajo colaborati-vo que despierta mi curiosidad: ¿cómo se ejercen los roles dentro de un colectivo de creadores para que los trabajos sean armonio-sos? Mik detalla: «En este colectivo cada uno se encarga de lo que mejor sabe hacer y a la vez todos somos machacas cuando, por ejemplo, hay que poner en marcha un proyecto de arte público. Pero La Tejedora es, sobre todo, un grupo de amigos, un punto de encuentro en el que suele haber mucho cachondeo. Yo suelo encargarme de la parte gráfica, que es mi pan de cada día. La vida del freelance ya es bastante solitaria e individualista, siempre frente a frente con el cliente. En el desarrollo colectivo lo bueno es que estás bajo el juicio de otros como tú y se genera una crítica recíproca».

Mik Baro es, a pesar de sus alucinantes (y alucinados) diseños, como tú y yo. Ni más ni menos. Sobre todo, ni menos. n

Él es el responsable de que flipemos con los carteles del festival Surforama, con la gráfica de los vinilos de Wau y los Argggs, con el logotipo de la mítica tienda de discos de Valencia Monterrey, con las camisetas de las fiestas de su pueblo, Matadeón de los Oteros, con los carteles de las fiestas de Elektra en León. Su nombre y otros trabajos de más categoría —y vuelvo a poner en cuestión quién otorga la categoría a quién— nos son desconocidos. Por ejemplo, acaba de recibir una mención en el Ed-Awards (los premios europeos de diseño), publica sus ilustraciones en revistas como Visual, Bostezo o alguna más mainstream como GQ. Mik es, significa, por lo que hace.

Un universo musical y musiquero¿Quién no tiene en su cabeza escenas de Tarantino, pin-ups, guitarristas de Nueva Orleans, monstruos, imágenes de serie B, toros, rock’n’roll...? Cada ilustración, cartel o diseño de Mik Baro contiene un despliegue de referencias iconográficas de lo más variadas de la historia de la imagen. Son símbolos, estéticas y narrativas que selecciona en función de la naturaleza del trabajo y de los objetivos marcados por el propio cliente. Su proceso de documentación, previo a la ejecución de un proyecto, pero tan importante como el diseño acabado, también varía dependiendo del encargo.

Digamos que la mayoría de sus partners son discográficas, bandas y promotoras musicales. «En ocasiones, el cliente/banda trae unos elementos y una identidad mar-cada a la que ceñirse y en otras propongo referencias de las cuales partir. También está el punto intermedio y a partir de premisas dadas se van incorporando otras... Con

mayor o menor dificultad, no acaba de ser un proceso mecánico». La música es un elemento más de sus composiciones. En cada una de sus obras viene incorporada una banda sonora, sus personajes bai-lan, las escarapelas también parece que siguen el movimiento del sonido... Él no tiene pudor en confesar que antes que diseñador es fan.

La Familia BaroLo que no sabemos de los trabajadores de la imagen, en general, es cómo es su archivo... En palabras de Mik, «como el de cualquier creativo de nuestro tiempo: car-petas con recortes, libros, revistas, disco duro, el contenedor de papel y cartón, el rastro dominical a eso de las dos de la tarde con todo aquello que no se ha vendido y nadie quiere llevarse...».

Los personajes de sus trabajos son dibujos animados, tienen narratividad y carácter propio, a menudo son prota-gonistas de una escena en la que algo acaba de pasar o pasará. Podríamos decir que sus personajes son una especie de Familia Baro que aparece en diferentes trabajos o de forma similar. «Todos los ilustradores acabamos creándonos un imaginario fruto de filias/fobias y condi-cionado la parte estética por una estilís-tica y una temática recurrentes. Acaban conviviendo con uno, ¡entran y salen de carteles, discos y demás soportes cuando les viene en gana! Menos mal que a día de hoy no se estila el tema del LSD... sería el horror, porque acabaría hablando con ellos, ¡seguro!», reconoce entre risas.

Izquierda: serigrafía Insanity Toons y gráfica para el Covers EP de Bummer. Aquí, de arriba abajo: camisetas Matadeón de los Oteros 2008, chapas de Los Suspiros y Los Glurps!! y portada del LP de Los Chicos We sound amazing but we look like shit.