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minorias religiosas en castilla-la mancha

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  • MIGUEL HERNANDO DE LARRAMENDI yPUERTO GARCA ORTIZ (dirs.)

    RELIGION.ESMINORAS RELIGIOSAS

    EN CASTILLA-LA MANCHA

    casman-001-016.p65 28/01/2009, 6:295

  • Realizado como resultado del Contrato de Investigacin entre la Fundacin Pluralismo y Convi-vencia y la Universidad de Castilla-La Mancha Pluralismo Religioso en Castilla-La Mancha ydel proyecto Inmigracin y pluralismo religioso: el caso de Castilla-La Mancha financiado porla Consejera de Educacin y Ciencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (PAI08-0159-2339).

    Diseo de la cubierta: Muntsa Busquets Miguel Hernando de Larramendi (dir.), Puerto Garca Ortiz (dir.), Jos Manuel Lpez Rodrigo,

    Ignacio Javier Garca Pinilla, Irene Gonzlez Gonzlez, Brbara Azaola Piazza, Ana I. PlanetContreras, Fernando Bravo Lpez, Jess Carrobles Santos, Santiago Palomero Plaza, Jos Ma-ra Contreras, Francisco Dez de Velasco

    de las fotografas: Equipo TEMIR de esta edicin Icaria editorial, s.a.Arc de Sant Cristfol, 11-23, 08003 [email protected] Fundacin Pluralismo y ConvivenciaPintor Rosales, 44, 6 izquierda - 28008 Madridwww.pluralismoyconvivencia.esfundacin@pluralismoyconvivencia.es

    Primera edicin: febrero de 2009

    ISBN: 978-84-9888-025-0Depsito legal: B-3.321-2009

    Composicin: Grafolet, S. L.Aragn, 127, 4 1 - 08015 Barcelona

    Impreso en Romany/Valls, s.a.Verdaguer, 1, Capellades (Barcelona)

    Impreso en Espaa. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducci total o parcial.

    Este libro ha sido editado con papel ecolgico, libre de cloro.

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  • NDICE

    Presentacin institucional,

    Jos Manuel Lpez Rodrigo 13

    Introduccin,

    Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca Ortiz 17

    El origen de la investigacin 20

    Metodologas y fuentes 21

    Estructura del libro 23

    I. Alumbradismo, criptojudasmo, moriscos y protestantismo.

    Siglos XVI-XVIII,

    Ignacio Javier Garca Pinilla 27

    II. Segunda Reforma y primeras iglesias evanglicas en Castilla-La Mancha,

    Miguel Hernando de Larramendi e Irene Gonzlez Gonzlez 37

    La Iglesia Evanglica de Camuas 40

    La Misin Evanglica Espaola en Valdepeas 44

    La Iglesia Evanglica en Puertollano 63

    La Iglesia Bautista en Albacete 73

    III. Desarrollo y perfil de las iglesias evanglicas,

    Puerto Garca Ortiz y Miguel Hernando de Larramendi 87

    Un proceso de institucionalizacin en marcha: la creacin del Consejo

    Evanglico de Castilla-La Mancha 96

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  • 8Iglesias Bautistas e Iglesias Libres 100

    Iglesias Reformadas 105

    Asambleas de Hermanos 108

    Asambleas de Dios 116

    Iglesia Cuerpo de Cristo 126

    Iglesias Carismticas 132

    IV. La Iglesia Evanglica Filadelfia,

    Puerto Garca Ortiz y Brbara Azaola Piazza 139

    De los primeros lugares de culto al mapa actual de las iglesias Filadelfia

    en Castilla-La Mancha 143

    La heterogeneidad de las iglesias Filadelfia 147

    Iglesias Filadelfia, asociacionismo gitano e integracin social 151

    La Iglesia Evanglica Filadelfia de Talavera de la Reina 154

    V. Las Iglesias Evanglicas y la inmigracin,

    Puerto Garca Ortiz 159

    Aumento del nmero de fieles evanglicos 159

    La respuesta de las iglesias evanglicas ante la inmigracin 162

    La creacin de iglesias tnicas 165

    Iglesias Evanglicas latinas 166

    Iglesias Evanglicas pentecostales rumanas 172

    VI. Testigos Cristianos de Jehov,

    Puerto Garca Ortiz 189

    Implantacin de los Testigos de Jehov en Espaa 189

    Los inicios en Castilla-La Mancha: Torralba de Calatrava 199

    Congregaciones pioneras en la regin y expansin de la Obra 203

    La actualidad en Castilla-La Mancha 209

    casman-001-016.p65 28/01/2009, 6:298

  • 9VII. Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das,

    Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca Ortiz 217

    Implantacin en Castilla-La Mancha 223

    Dinmicas de funcionamiento 226

    El Centro de Reuniones de Azuqueca de Henares 229

    VIII. Iglesia Adventista del Sptimo Da,

    Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca Ortiz 231

    La implantacin del adventismo en Castilla-La Mancha:

    un proyecto en marcha 233

    La Iglesia Adventista de Albacete 240

    La Iglesia Adventista de Toledo 241

    Grupos en desarrollo 243

    IX. Comunidades islmicas,

    Miguel Hernando de Larramendi, Puerto Garca Ortiz,

    Ana I. Planet Contreras y Fernando Bravo Lpez 245

    Islam e inmigracin: comunidades musulmanas en

    Castilla-La Mancha 245

    El proceso de creacin de las entidades religiosas islmicas en

    Castilla-La Mancha 252

    El funcionamiento interno de las comunidades musulmanas 256

    El mantenimiento de un lugar de culto: una preocupacin

    constante 258

    Autoridad religiosa y liderazgo comunitario, dos caras de una

    moneda 261

    La vida en las comunidades: ser musulmn en Castilla-La Mancha,

    hoy 263

    Y las mujeres? 265

    Y los nios y jvenes? 266

    casman-001-016.p65 28/01/2009, 6:299

  • 10

    La accin social de las comunidades 269

    La organizacin de las comunidades musulmanas en

    Castilla-La Mancha: hacia una visibilidad regional 271

    La interaccin con el entorno 276

    X. La Iglesia Ortodoxa Rumana,

    Miguel Hernando de Larramendi 279

    XI. Los judos de Toledo,

    Jess Carrobles Santos y Santiago Palomero Plaza 289

    En los tiempos remotos 289

    Visigodos y judos 291

    El Califato y los judos 292

    La conquista cristiana y los judos 293

    Los judos de Toledo y su aporte cultural 296

    La progresiva desaparicin de los judos de Toledo 296

    Los judos en poca contempornea. Realidades distantes y nuevos

    contactos 300

    XII. Otras comunidades religiosas y espirituales en Castilla-La Mancha,

    Brbara Azaola Piazza e Irene Gonzlez Gonzlez 305

    Asociacin para la Conciencia de Krisna 305

    Budismo y asociaciones de espiritualidad Zen 307

    La comunidad Bah 308

    La Comunidad odinista de Espaa satr 311

    Anexo 1. Marco jurdico, Jos Mara Contreras 315

    Anexo 2. Glosario, Francisco Dez de Velasco 337

    Anexo 3. Bibliografa 365

    Anexo 4. Directorio 377

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    10

    La accin social de las comunidades 269

    La organizacin de las comunidades musulmanas en

    Castilla-La Mancha: hacia una visibilidad regional 271

    La interaccin con el entorno 276

    X. La Iglesia Ortodoxa Rumana,

    Miguel Hernando de Larramendi 279

    XI. Los judos de Toledo,

    Jess Carrobles Santos y Santiago Palomero Plaza 289

    En los tiempos remotos 289

    Visigodos y judos 291

    El Califato y los judos 292

    La conquista cristiana y los judos 293

    Los judos de Toledo y su aporte cultural 296

    La progresiva desaparicin de los judos de Toledo 296

    Los judos en poca contempornea. Realidades distantes y nuevos

    contactos 300

    XII. Otras comunidades religiosas y espirituales en Castilla-La Mancha,

    Brbara Azaola Piazza e Irene Gonzlez Gonzlez 305

    Asociacin para la Conciencia de Krisna 305

    Budismo y asociaciones de espiritualidad Zen 307

    La comunidad Bah 308

    La Comunidad odinista de Espaa satr 311

    Anexo 1. Marco jurdico, Jos Mara Contreras 315

    Anexo 2. Glosario, Francisco Dez de Velasco 337

    Anexo 3. Bibliografa 365

    Anexo 4. Directorio 377

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  • 11

    A todos aquellos que desde la fe y la razn trabajanpor un mundo mejor.

    Isabelo Ortiz Fernndez yJuan Contreras Solera

    In memoriam

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  • 13

    PRESENTACIN INSTITUCIONAL

    Jos Manuel Lpez Rodrigo*

    La religin es hoy un tema de debate social, mucho ms que lo era hace pocosaos. Y es que en nuestro contexto, detrs de la palabra religin hay un amplioabanico de factores que deben ser tenidos en cuenta, tales como la tradicin, lacultura, la creencia individual, la migracin e incluso la poltica. No es sencillosu estudio, pero no por ello menos necesario. Esta investigacin pretende seruna aportacin ms al anlisis y por tanto al debate.

    Este es el quinto estudio que se publica en esta coleccin, previamente lohan sido los referidos a Catalua Las otras religiones, Comunidad Valen-ciana Minoras de lo mayor, la Comunidad de Madrid Arraigados yCanarias Religiones entre continentes. En los prximos meses vern la luz losinformes de Andaluca, Aragn, Navarra, Murcia y Euskadi, con lo que nosaproximaremos ms al objetivo de tener una visin general de la pluralidadreligiosa en el Estado. Es precisamente este mayor conocimiento sobre la reali-dad religiosa del pas lo que permite constatar los cambios sociales que en tornoal factor religioso se estn produciendo.

    Si comparamos la fotografa sociolgica, en aspectos religiosos, del ao 1980en el que se aprob la vigente Ley Orgnica de Libertad Religiosa con laactual, podemos apreciar dos cambios muy relevantes. El primero es que paraun nmero importante de ciudadanos que viven en el Estado espaol la reli-gin es un tema indiferente. Durante la transicin y los primeros aos dela democracia la religin tena un mayor peso, fruto de la fuerte relacin de laIglesia Catlica con el Estado durante el franquismo. En esos momentos eldebate estaba muy polarizado entre posiciones clericales y anticlericales,perspectivas que en cualquier caso ponan a la religin en el centro. Hoy son los

    1. Director de la Fundacin Pluralismo y Convivencia.

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  • 14

    indiferentes la mayora y su visin sobre la religin es ms distante, lo quefacilita una aproximacin ms atemperada. Las diferentes encuestas que reco-gen datos sobre este tema indican que es una tendencia adems creciente.

    El segundo cambio tiene que ver con la poblacin que se considera creyen-te; si en el ao 1980 la prctica totalidad era catlica, hoy fruto de los cambiossociales y tambin de los procesos migratorios existe una minora creciente quepertenece a otras confesiones. Los fieles de las religiones minoritarias protes-tantes, musulmanes, judos, mormones, budistas, testigos de Jehov... supe-ran en nuestro pas los dos millones de personas y son ya una minora cuantita-tivamente importante. El pluralismo religioso es una realidad significativa quehay que tomar en cuenta.

    Estas dos nuevas situaciones, el aumento de la poblacin indiferente y lamayor pluralidad de la poblacin creyente, son de tal importancia que estnforzando a releer el papel de la religin y la libertad religiosa en la sociedad yque hacen necesaria la revisin legislativa. De hecho son las lneas que debenenmarcar el debate social que se ya se est produciendo. En este contexto no esposible ya abordar la libertad religiosa desde la perspectiva de la relacin Igle-sia-Estado, sino en una interrelacin a tres bandas, entre el Estado y una socie-dad indiferente que no demanda que este sea un tema prioritario y entre elEstado y las diferentes confesiones religiosas que demandan mayor desarrollodel derecho de libertad religiosa. Hay un nuevo paradigma, nuevos actores y noes posible que se replique la misma discusin. Las preguntas del debate ahoratienen nuevas respuestas que habr que saber dar. Este libro es un grano dearena, es una aportacin ms a la discusin.

    Este informe es fruto de dos aos de trabajo del Taller de Estudios sobreMinoras Religiosas (TEMIR) de la Universidad de Castilla-La Mancha. Es im-portante resaltar que en esos dos aos el equipo de investigacin ha recorridotoda la comunidad autnoma y ha entrevistado a la prctica totalidad de co-munidades religiosas que hay en ella. El resultado es un informe muy completoque tiene dos caractersticas especialmente reseables. La primera es precisa-mente que un trabajo tan exhaustivo permite tener una foto absolutamente fielde la realidad y tener una idea cuantitativa muy clara. La segunda es que en elanlisis de cada confesin se ha hecho un estudio histrico que ayuda a com-prender su proceso de implantacin y su proceso de crecimiento o desaparicincomo el caso de la comunidad juda. El cruce de ambas perspectivas permitetener una visin de la realidad y una visin prospectiva.

    Pero el informe se enfrenta con un problema. El propio equipo investigadores consciente de que al momento de editar este libro ya habrn aparecido nue-vas comunidades y desaparecido otras, aunque con un balance de crecimientoclaramente positivo; esto demuestra que estamos ante un proceso muy activo yque el pluralismo religioso va a ms y hay que tenerlo en cuenta. Esta situacines a su vez una constatacin muy relevante que debe tenerse en cuenta para en

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  • 15

    el futuro poder implementar un observatorio estable que permita un anlisistemporal y permanente.

    Me gustara hacer una felicitacin explcita a los coordinadores del informe,Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca Ortiz, que han sabido haceruna muy buena interpretacin de los datos de campo recogidos y adems lahan plasmado de manera pedaggica en el texto.

    Para los lectores que se aproximen por primera vez a esta coleccin hay querecomendar que antes de la lectura del informe hagan un acercamiento previoal tema consultando el apndice jurdico desarrollado por el profesor Jos Ma-ra Contreras Mazaro en el que se recoge sintticamente la evolucin de lalibertad religiosa en Espaa; igualmente la lectura del glosario sobre las religio-nes realizado por el profesor Francisco Dez de Velasco permite conocer loselementos fundamentales de cada una de las confesiones y es un apoyo para laconsulta en cualquier momento de la lectura del libro.

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  • 17

    INTRODUCCIN

    Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca Ortiz

    Durante los ltimos dos siglos, pensadores y cientficos sociales han venidoprediciendo la desaparicin de la religin, o al menos la prdida de su pertinen-cia social e individual. Partan de una ecuacin entre modernidad y secularidadque dio lugar a lo que, en sociologa, se ha denominado teora, tesis oparadigma de la secularizacin. Este paradigma alcanz su apogeo en los aossesenta y setenta del siglo XX, cuando los europeos dejaron de acudir en pro-porcin significativa a los templos, y todava hoy mantiene buen nmero deseguidores. De hecho, como se ha puesto de manifiesto en una parte de labibliografa dedicada al respecto, la creencia en el imparable progreso de lasecularizacin es todava compartida por la mayor parte de la poblacin occi-dental y constituye en la actualidad la hiptesis sobre la que se asienta la aproxi-macin al fenmeno religioso de no pocos gobiernos e instituciones y, lo quepuede constituir una paradoja en s mismo, de, incluso, las principales iglesiascristianas.2

    Sin embargo, en el terreno acadmico ya hace tiempo que comenzaron aalzarse voces que alertaban de la insuficiencia de una tesis que se mostrabaincapaz de explicar la vitalidad religiosa de una de las sociedades ms modernasdel planeta: la norteamericana. A esas voces se unieron otras que, desde unasensibilidad postcolonial, resaltaban la pluralidad de las modernidades y lasignificativa presencia de la religin en muchos puntos del planeta, hasta el

    2. Cueva, Julio de la (2008): La secularizacin: debate sociolgico, debate historiogrfico?,Conferencia indita pronunciada dentro del curso Historiografa y tendencias en historia contem-pornea, UIMP, Santander, julio de 2008. Vase tambin Cueva, Julio de la y Montero, Feliciano(2007): Introduccin: clericalismo y anticlericalismo en la Espaa contempornea en Cueva,Julio de la y Montero, Feliciano (eds.): La secularizacin conflictiva. Espaa 1898-1931, Madrid,Biblioteca Nueva, pp. 9-22.

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  • 18

    punto de que Berger, uno de los ms conspicuos defensores de la tesis de lasecularizacin, ha afirmado recientemente que el mundo es tan furiosamentereligioso como siempre y, en algunos lugares, ms que nunca.3

    La secularizacin est dejando de ser pensada como un proceso universal ynecesario para presentarse como un fenmeno localizado y contingente. Que-da an por probar si, all donde se ha producido, contina siendo un procesoirreversible o si nuevas circunstancias pueden provocar una desecularizacinde la sociedad. Es decir, si el nuevo contexto de una Europa inmersa en unmundo globalizado y receptora de inmigracin va a permitir que mantenga suexcepcional estatus de continente secularizado. En estas circunstancias, mu-chos autores prefieren hablar ya no de secularizacin sino de recomposicinde lo religioso en la modernidad tarda, de transformacin de la religin o,simplemente, de procesos de cambio religioso con diversos ritmos, variantesy lecturas.

    Tres han sido los objetivos de esta monografa centrada en el estudio de casode Castilla-La Mancha: contribuir a recuperar la memoria histrica de las mi-noras religiosas presentes en poca contempornea, trazar de manera minucio-sa el mapa actual del pluralismo religioso y reflexionar sobre cmo se est desa-rrollando este proceso de transformacin de la religin.

    Castilla-La Mancha es una regin joven que administrativamente naci en1978 en el marco del proceso que dio lugar a la creacin de la Espaa de lasAutonomas prevista en la Constitucin aprobada aquel ao. Hasta ese mo-mento las provincias que en la actualidad forman parte de Castilla-La Manchahaban formado parte de dos regiones administrativas diferentes. Ciudad Real,Cuenca, Toledo y Guadalajara formaban parte hasta ese momento de Castillala Nueva, en la que tambin estaba integrada la provincia de Madrid, mientrasque la provincia de Albacete formaba, junto con Murcia, la Regin de Murcia.La creacin ex novo de la regin planteaba importantes retos e incertidumbresvinculados a la consolidacin del sentimiento autonmico, a la articulacin delterritorio, as como al efecto frontera con la Comunidad Autnoma de Ma-drid. Todos estos elementos han jugado y continan jugando un papel impor-tante en el proceso de implantacin, organizacin e institucionalizacin de lasminoras religiosas en la regin.

    Desde la creacin de la autonoma Castilla-La Mancha ha conocido impor-tantes cambios, entre los que cabra destacar su reciente transformacin deregin emisora de mano de obra hacia otras regiones del pas y hacia el exterior,en regin receptora de poblacin procedente de pases no comunitarios, excep-cin hecha de los colectivos rumano y blgaro, que en 2007 han cambiado su

    3. Berger, Peter L. (ed.) (1999): The Desecularization of the World. Resurgent Religion andWorld Politics, Washington, D.C.-Grand Rapids, Ethics and Public Policy Center-W. E. Eerdmans.

    4. Vanse grficos en el cuadernillo central.

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    consideracin en trminos polticos al incorporarse a la Unin Europea. EnCastilla-La Mancha haba empadronados a 1 de enero de 2008 un total de203.847 ciudadanos con nacionalidad extranjera, lo que representa prctica-mente el 10% de su poblacin. El colectivo rumano es el ms numeroso (85.419),seguido de marroques (28.534), ecuatorianos (16.642) y colombianos (11.809).

    Uno de los temas que desde la academia ha recibido menos atencin hasta elmomento ha sido el impacto que la inmigracin est teniendo en la aparicinde un panorama religioso mucho ms plural. Aunque normalmente la diversi-dad religiosa se asocie sobre todo al islam a travs de la inmigracin marroqu,un anlisis ms detenido de la realidad castellano-manchega, y tambin de ladel resto del pas (Estruch 2004; Buades y Vidal 2007; Lpez y Ramrez 2007y Dez de Velasco 2008), muestra que este pluralismo va ms all y alcanza alresto de confesiones religiosas minoritarias.

    En otoo de 2008 haba en Castilla-La Mancha 254 lugares de culto nocatlicos. El 57% eran iglesias evanglicas, el 18% oratorios musulmanes y el13% salones del reino de los Testigos Cristianos de Jehov. Los lugares de cultoortodoxos y las capillas mormonas representaban un 4% en cada caso; las igle-sias adventistas del sptimo da el 2% y el resto de lugares de culto de otrasconfesiones el otro 2% restante.4

    La inmigracin es el fenmeno que en mayor medida ha dinamizado elpluralismo religioso en Castilla-La Mancha. Adems de las religiones implan-tadas en la regin como consecuencia directa de la presencia de poblacin in-migrante, como es el caso del islam, la inmigracin ha tenido un fuerte impac-to en las confesiones religiosas con mayor tradicin en la regin. La inmigracinha incrementado notablemente el nmero de fieles, fundamentalmente evan-glicos, pero tambin del resto de confesiones religiosas minoritarias. Por otraparte, se han creado iglesias (en su mayora iglesias evanglicas pentecostales)integradas exclusivamente o de forma mayoritaria por poblacin inmigrante.En el caso de Castilla-La Mancha, por el perfil de su inmigracin, destaca elpeso de las iglesias evanglicas pentecostales rumanas.

    La existencia de minoras religiosas no es una realidad presente en toda laregin. Se concentran en las grandes ciudades y en los espacios fronteracon la Comunidad de Madrid (corredores de La Sagra Toledo y del HenaresGuadalajara). Sin embargo, tambin destaca la presencia de lugares deculto no catlicos en municipios pequeos y en localidades rurales. Ello sedebe fundamentalmente a dos razones: la influencia que han ejercido comu-nidades religiosas histricas en su entorno ms prximo (como es el caso, porejemplo, de Valdepeas en la provincia de Ciudad Real) y la apertura de lugaresde culto por colectivos inmigrantes, asentados en estos municipios a menudopor la existencia de demanda de mano de obra en el sector agrcola.

    La localidad con mayor nmero de lugares de culto no catlicos en Castilla-La Mancha es la ciudad de Albacete, donde existen en 2008 un total de 24. Le

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    siguen las ciudades de Guadalajara (17), Toledo (15), Talavera de la Reina (13),Cuenca (10) y Ciudad Real (9).5 En cuanto a la ubicacin de los locales deculto de las confesiones religiosas no catlicas en las ciudades, existe una ten-dencia a que stos se desplacen desde los centros urbanos, donde tradicional-mente han estado asentados, hacia las periferias. Este desplazamiento, impulsa-do en ocasiones por los gobiernos locales a travs de la cesin de terrenos enespacios perifricos, permite a las diferentes comunidades religiosas disponerde lugares de culto ms amplios y mejor acondicionados. Sin embargo, estedesplazamiento est contribuyendo a invisibilizar el pluralismo religioso y, endefinitiva, a obstaculizar el proceso de normalizacin de las minoras religiosasen el mbito local.

    El origen de la investigacin

    Esta monografa es el resultado de una investigacin iniciada en 2006 que per-segua el objetivo de profundizar en el conocimiento del pluralismo religiosono catlico en la comunidad autnoma de Castilla-La Mancha. La investiga-cin ha sido promovida y financiada por la Fundacin Pluralismo y Conviven-cia en el marco de un proyecto ms amplio, con el que se pretende realizar unaradiografa similar en todo el Estado espaol. Esta investigacin tambin hacontado con el apoyo de la Consejera de Educacin y Ciencia de la Junta deComunidades de Castilla-La Mancha a travs del proyecto I+D+I Inmigra-cin y pluralismo religioso: el caso de Castilla-La Mancha (PAI08-0159-2339)que se est desarrollando entre 2008 y 2010.

    La investigacin, dirigida por Miguel Hernando de Larramendi y PuertoGarca Ortiz, ha sido realizada por un equipo interdisciplinar de profesores einvestigadores vinculados al Taller de Estudios sobre Minoras Religiosas(TEMIR)6 y al Seminario de Estudios Interculturales de la Facultad de Humani-dades de Toledo. En la elaboracin del trabajo han participado otros profesorese investigadores como Jess Carrobles, Ignacio Garca Pinilla y SantiagoPalomero. La realizacin del trabajo ha contado tambin con la colaboracinde Fernando Rovetta, Juan Bautista Vilar, Mara Prez, as como de algunosalumnos de la licenciatura de Humanidades como Maite Snchez Brunete,Ivn Guijarro y Mara ngeles de la Cruz. A todos ellos nuestro agradecimien-to por su valiosa ayuda.

    5. Vase el mapa Pluralismo religioso en Castilla-La Mancha (2008) en el cuadernillocentral.

    6. El Taller de Estudios sobre Minoras Religiosas (TEMIR) de la Universidad de Castilla-LaMancha est integrado por Brbara Azaola, Fernando Bravo, Julio de la Cueva, Thierry Desrues,Gerardo Fernndez Jurez, Puerto Garca Ortiz , Irene Gonzlez, Miguel Hernando de Larramendi,Ana I. Planet, Rita Gomes y Ahmed Zayed.

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  • 21

    La investigacin realizada por el TEMIR se inserta en el marco de un intere-sante trabajo en red con otros equipos de investigacin encargados de llevar acabo una investigacin de similares caractersticas en otras comunidades aut-nomas. Algunos de estos trabajos ya han sido editados en la misma coleccinen la que aparece publicado este volumen. El primero en ser publicado fue elestudio sobre las minoras religiosas en Catalua dirigido por Joan Estruch.7 Elsegundo, dedicado a la Comunidad Valenciana, ha sido dirigido por JosepBuades y Fernando Vidal.8 El tercer trabajo, centrado en la Comunidad Aut-noma de Madrid, fue realizado bajo la direccin de Bernab Lpez.9 El cuartoen ver la luz ha estado centrado en Canarias y ha sido realizado bajo la direc-cin de Francisco Dez de Velasco.10

    No querramos dejar pasar la oportunidad que nos brinda esta introduc-cin para agradecer a la Fundacin Pluralismo y Convivencia la posibilidadque nos ha dado para participar en este proyecto y tambin para felicitar poresta iniciativa a Jos Mara Contreras, a Jos Manuel Lpez y al resto del equipode la Fundacin Pluralismo y Convivencia.

    Metodologa y fuentes

    Para reconstruir la historia y la memoria de las minoras religiosas en Castilla-La Mancha durante la poca contempornea, se ha explotado a fondo la toda-va limitada bibliografa existente sobre la cuestin as como las tesis doctoralesy tesinas de investigacin ledas tanto en universidades espaolas como extran-jeras. Esta bibliografa, incluida como apndice en este libro, ha sido completa-da con fuentes impresas procedentes de las propias comunidades religiosas ascomo con la informacin recogida en sus pginas web. De especial utilidadpara reconstruir la historia han sido los boletines informativos y revistas elabo-radas por las misiones e iglesias evanglicas que informaban de sus actividadesa sus benefactores en otros pases europeos. Las fuentes bibliogrficas han sidocomplementadas con la explotacin de los archivos y fondos de algunas comuni-dades religiosas, as como con la consulta de algunos fondos del Archivo del Mi-nisterio de Asuntos Exteriores y Cooperacin (AMAEC) y del Archivo del Minis-terio de Justicia (AMJU), especialmente tiles para reconstruir la represin sufrida

    7. Estruch, Joan, Gomez i Segala, Joan, Griera, Mara del Mar, Iglesias, Agust (2006): Lasotras religiones. Minoras religiosas en Catalua, Barcelona, Icaria Editorial.

    8. Buades, Josep y Vidal, Fernando (2007): Minoras de lo mayor. Minoras religiosas en laComunidad Valenciana, Barcelona, Icaria Editorial.

    9. Lpez Garca, Bernab, Ramrez Fernndez, ngeles y otros (2007): Arraigados. Minorasreligiosas en la Comunidad de Madrid, Barcelona, Icaria Editorial.

    10. Dez de Velasco, Francisco (ed.) (2008): Religiones entre continentes. Minoras religiosasen Canarias, Barcelona, Icaria Editorial.

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    en la posguerra, as como la evolucin del marco jurdico que regulaba el ejer-cicio de la libertad religiosa.

    La elaboracin de un mapa de las minoras religiosas en Castilla-La Manchaha resultado ser un trabajo complejo que se ha enfrentado a diferentes retos: laextensin de la regin casi 80.000 kilmetros cuadrados, la dispersin desu poblacin cerca de dos millones de habitantes y un elevado nme-ro de municipios (919). A estas dificultades se aada el carcter dinmico deuna realidad social que cambiaba de semana en semana. La consulta del Regis-tro de Entidades Religiosas existente en el Ministerio de Justicia rpidamentemostr sus lmites, ya que, al no ser un requisito obligatorio la inscripcin,proporcionaba una radiografa parcial del mapa religioso. Una buena parte delas comunidades religiosas no estaban inscritas en l y muchas de las que esta-ban no tenan actualizados sus datos.

    Para contrarrestar esas dificultades recurrimos a fuentes complementariaspero siempre fragmentarias, como el Vademecum Evanglico publicado por laFundacin Fliedner, muy til para identificar las iglesias e instituciones evan-glicas con una presencia sostenida en Espaa, paginasarcoiriscritianas, oislamicfinder con buen nmero de comunidades musulmanas registradas,son algunos ejemplos que se suman a los directorios accesibles en las pginaswebs de las diferentes confesiones religiosas. Tambin ha resultado de gran uti-lidad la consulta de los boletines y rganos de expresin de las diferentes comu-nidades. Todas estas fuentes, adems de ayudar a trazar el mapa de las minorasreligiosas en Castilla-La Mancha, nos han permitido acercarnos a la realidad ydinmicas de funcionamiento de las diferentes confesiones religiosas y de lascomunidades en particular. El lector encontrar referencias detalladas delas fuentes consultadas en cada uno de los captulos que componen esta obra.

    Por otra parte, conscientes de la existencia de asociaciones que bajo unacobertura cultural realizan actividades religiosas, hemos recurrido a la explota-cin de los diferentes registros de asociaciones de mbito regional, provincial ymunicipal. En estos registros estn inscritas tambin las Organizaciones NoGubernamentales creadas por las comunidades religiosas para poder acceder arecursos y financiacin de alguna de las administraciones pblicas.

    La realizacin de entrevistas en profundidad ha resultado fundamental tan-to para reconstruir, a travs de la memoria oral, la historia de las minorasreligiosas en Castilla-La Mancha como para analizar sus perfiles y sus dinmi-cas de funcionamiento. En total fueron realizadas 165 entrevistas a responsa-bles de comunidades de las diferentes confesiones religiosas con presencia enCastilla-La Mancha. Las entrevistas se llevaron a cabo entre mayo de 2006 yjunio de 2008 y contaron con la presencia de varios miembros del equipo. Parasu realizacin se utiliz como base un cuestionario semiestructurado que fueperfilado de forma conjunta con el resto de equipos que participan en el pro-yecto global de elaboracin de un mapa de las entidades religiosas no catlicas

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    del Estado espaol. En este perodo se realizaron tambin entrevistas a los res-ponsables autonmicos o nacionales de las diferentes confesiones religiosaso denominaciones dentro de una confesin que resultaron especialmentetiles para reconstruir su proceso de implantacin a escala nacional. Finalmen-te, entre julio y octubre de 2008 se llev a cabo una segunda vuelta de entrevis-tas (presenciales en unos casos y telefnicos en otros) que nos permiti contras-tar la informacin obtenida en las anteriores entrevistas y elaborar un directoriolo ms actualizado posible de las comunidades religiosas no catlicas existentesen Castilla-La Mancha en 2008.

    La gestin de esta informacin hizo necesario el diseo de herramientasinformticas. El equipo TEMIR, con el soporte tcnico de Ahmed Zayed, haelaborado una Base de Datos sobre el Pluralismo Religioso en Espaa que nosha permitido la sistematizacin y explotacin de la informacin recabada a lolargo de la investigacin. La elaboracin de esta base de datos fue posible gra-cias a una ayuda complementaria prestada por la Fundacin Pluralismo y Con-vivencia. Ha sido diseada para que pueda ser utilizada por el resto de equiposque trabajan en la elaboracin del mapa de las minoras religiosas en el EstadoEspaol con el objetivo de obtener una radiografa global del mapa religioso nocatlico a escala del Estado espaol. La base de datos atiende una amplia varie-dad de situaciones tanto legales como reales para encuadrar el mayor nmeroposible de espacios relacionados con las actividades realizadas por los grupos oentidades religiosas presentes en el territorio.

    No querramos dejar de subrayar la disponibilidad y generosidad en tiempoy dedicacin que hemos recibido de los responsables de todas las comunidadesreligiosas que hemos entrevistado. Sin su desinteresada ayuda, esta investiga-cin no hubiera sido posible. Cualquier error o imprecisin en el trabajo es, sinembargo, responsabilidad exclusiva de sus autores.

    Estructura del libro

    El crecimiento de los grupos religiosos minoritarios en Castilla-La Mancha esuna realidad muy reciente y est directamente relacionada con la transforma-cin de la regin en polo de inmigracin. La constatacin de esta realidad nodebe, sin embargo, hacer perder de vista que existe en la regin una larga tradi-cin de presencia religiosa no catlica cuya evolucin ha estado vinculada a losavatares del hecho religioso en nuestro pas. Esta monografa pretende combi-nar ambas perspectivas, poniendo en valor la experiencia histrica del pluralis-mo religioso y el impacto que sobre sta est teniendo la inmigracin.

    Los primeros captulos de la obra estn dedicados a reflexionar y presentarbrevemente esa experiencia histrica en el largo tiempo. Ignacio Garca Pinillaaborda la situacin de las minoras religiosas juda, morisca y protestante en elperodo comprendido entre el siglo XVI y el XVIII, en un contexto caracterizado

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    por la activa bsqueda de la uniformidad religiosa llevada a cabo por la Inqui-sicin. El captulo undcimo enlaza esa perspectiva histrica con la actualidada travs del estudio de caso dedicado a los judos de Toledo.

    A partir del segundo captulo el libro se centra en la presencia de las diferen-tes confesiones religiosas en Castilla-La Mancha durante el perodo contempo-rneo, y muy particularmente durante el siglo XX y los aos transcurridos delsiglo XXI. La primera confesin analizada es la evanglica, a la que se dedicancuatro captulos. El marco de libertad religiosa establecido por la Constitucinde 1869 permiti la consolidacin y el desarrollo de comunidades protestantesen Espaa presentes desde principios del siglo XIX. El segundo captulo trata desituar el papel de lo que hoy es Castilla-La Mancha en este proceso, que, graciasa la labor de misiones internacionales como la Misin Evanglica Espaola o laMisin Minera Internacional, va a permitir la creacin e implantacin de lasprimeras iglesias en la regin. Los vaivenes del marco jurdico que ha reguladola libertad religiosa desde el siglo XIX11 deben ser tomados en consideracinpara poder comprender las dificultades que este proceso ha experimentado. Elmarco de libertad religiosa establecido por la II Repblica fue sustituido tras elfin de la Guerra Civil por un rgimen de tolerancia limitada, acompaada derepresin en un contexto de nacional catolicismo. En este captulo se recons-truye la evolucin de las comunidades protestantes a travs de varios estudiosde caso. El primero est dedicado a la primera iglesia evanglica creada en laregin en 1870, la de Camuas. El segundo estudio est dedicado a analizar elimpacto que tuvo la instalacin en la localidad ciudadrealea de Valdepeas dela Spanish Gospel Mission o Misin Evanglica Espaola, responsable de la la-bor evangelizadora en la provincia de Ciudad Real y el Norte de Jan. Conecta-da con esta experiencia se analiza la historia de la Iglesia Evanglica de Puertollanovinculada inicialmente a la Misin Minera Internacional y posteriormente a laMisin Evanglica Espaola. Por ltimo, el captulo concluye con el estudio dela iglesia bautista en Albacete. Tras este recorrido histrico el captulo terceroanaliza el desarrollo de las iglesias evanglicas, el peso de las diferentes denomi-naciones con presencia en la regin y su proceso de implantacin que conectacon este mismo proceso a escala nacional. El caso de la Iglesia EvanglicaFiladelfia, presente en Castilla-La Mancha desde la segunda mitad de los aossetenta y actualmente an a la cabeza de las iglesias pentecostales en la regin,se aborda en el captulo cuarto. El bloque dedicado a las iglesias evanglicasconcluye con el captulo quinto consagrado al impacto que sobre el panoramaevanglico en la regin ha tenido la llegada de inmigrantes. En este captulo sepresta una atencin especial al proceso de creacin de iglesias tnicas entre lasque destacan cuantitativamente las iglesias pentecostales rumanas.

    11. Vase anexo 1.

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    El libro dedica los siguientes captulos al estudio del resto de confesionesminoritarias implantadas en la regin. En primer lugar se analizan los Testigosde Jehov (captulo 6), la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das(captulo 7), la Iglesia Adventista del Sptimo Da (captulo 8). A continuacinse aborda el estudio de las Comunidades islmicas (captulo 9), la iglesia orto-doxa rumana (captulo 10) y, por ltimo, se dedica un captulo a otras comuni-dades religiosas y espirituales presentes en Castilla-La Mancha en el que seaborda la presencia minoritaria de la Asociacin para la Conciencia de Krisna,del budismo y la Fe Bah entre otras.

    La obra cuenta con cuatro anexos. En primer lugar, un anlisis de la evolu-cin del marco jurdico que regula el campo religioso en Espaa escrito porJos Mara Contreras. En segundo lugar, un glosario sobre religiones realizadopor Francisco Dez de Velasco. El tercer anexo es una bibliografa selecta. Estorganizada segn obras de referencia, obras generales sobre pluralismo religio-so, y obras y documentos sobre los fundamentos teolgicos y la historia de laimplantacin y organizacin de las diferentes confesiones religiosas abordadasen la monografa. Por ltimo, un directorio con los 254 locales de culto exis-tentes en Castilla-La Mancha en el otoo de 2008 ordenados por confesionesreligiosas y dentro de cada una de ellas por localidades.

    Por ltimo queremos reiterar nuestro agradecimiento a todos los que hanaceptado ser entrevistados y a los que nos han proporcionado fotografas, ma-teriales y documentos reproducidos en este libro con los que hemos queridoilustrar de forma grfica la historia del pluralismo religioso en Castilla-La Man-cha.

    Miguel Hernando de Larramendi y Puerto Garca OrtizToledo, 18 de noviembre de 2008

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    I. ALUMBRADISMO, CRIPTOJUDASMO,MORISCOS Y PROTESTANTISMO.SIGLOS XVI-XVIII

    Ignacio Javier Garca Pinilla

    Situamos el siglo XVI como la fecha de inicio de estas observaciones por dosmotivos: en primer lugar, porque coincide casi exactamente con la expulsinde los judos (1492) y de los mudjares (1502), hechos estos con graves conse-cuencias para la configuracin de las minoras religiosas en la Pennsula. Ensegundo lugar, porque se trata de un siglo de reformas importantes en el mbi-to religioso cristiano, que acabarn cambiando el conjunto de la actitud espiri-tual de la sociedad castellana. A esto podra aadirse que muy pocos aos antes,en 1481, se haba instaurado el tribunal de la Inquisicin, que sera instrumen-to importantsimo de la Monarqua Hispnica para afianzar de modo definiti-vo la unidad religiosa de los reinos peninsulares.

    La disyuntiva presentada a los judos en 1492, conversin o exilio, no hizosino agravar una situacin ya percibida durante todo el siglo XV: la existenciade muchos judos aparentemente convertidos al cristianismo pero que interna-mente mantenan la religin de sus antepasados. Ocultar las verdaderas creen-cias se haba convertido en la forma de evitar las presiones ejercidas por el restode la sociedad, las persecuciones, y, finalmente, la expulsin. Habra que aadiradems que la doctrina rabnica ms difundida justificaba la ocultacin de lapropia fe en situaciones extremas. En consecuencia, resulta difcil determinaren qu medida las abundantes conversiones de judos eran provocadas por sin-ceros deseos de asumir la religin cristiana y en qu medida persista el deseo deseguir fieles a su primera fe. Sin lugar a dudas hubo de todo. La dificultadestriba en sealar qu actitudes resultaron ms extendidas. Las conversiones, entodo caso, no fueron numerosas. Se estima que unos 50.000 judos optaronpor esta va. Entre estos ltimos conversos hay judaizantes, personas que con-servan casi todas las costumbres anteriores y conocen bien los contenidos de sufe, y tambin ignorantes, que, ante la insuficiente labor de catequizacin du-rante las primeras dcadas del siglo XVI, simplemente mantienen la inercia delas tradiciones asumidas. Tras la expulsin de 1492 no existen pblicamente

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    juderas ni sinagogas, pero los conversos suelen vivir en barrios compactos yexiste amplia documentacin sobre el hbito de celebrar reuniones de conteni-do religioso, incluso con lectura y comentario de la Biblia por parte de perso-nas que pueden ser calificadas de rabinos.

    A comienzos del siglo XVI las importantes comunidades conversas de Ciu-dad Real y Toledo ya haban sido sometidas al control de la Inquisicin, y pocodespus sucedi lo mismo en muchas localidades de Guadalajara, especialmen-te en Sigenza, Brihuega, Salmern y Cifuentes. Son escasos los casos dejudaizantes, en cambio, en la provincia de Albacete, mientras que la provinciacon ms procesos inquisitoriales contra conversos es Cuenca, especialmente ensu capital y en Huete. Es reseable tambin que el quimrico asesinato ritualdel Nio de La Guardia (1490) se sita tambin en pleno territorio castellano-manchego. Los procesos de finales del siglo XV y comienzos del siguiente reve-lan, como es lgico, la existencia de muchas personas que seguan profesando lareligin juda. Sin embargo, hacia mediados del siglo XVI la actividad inqui-sitorial contra criptojudos realmente, el nico indicador de que dispone-mos se reduce casi totalmente, con la nica excepcin del tribunal de Cuen-ca (que se extenda hasta Soria), donde el nmero de procesos es tan elevadoque los mismos inquisidores sospechan de la rectitud de intencin de los de-nunciantes espontneos. No faltan casos, sin embargo, en que los procesadostodava hablaban hebreo perfectamente, usaban Biblias hebraicas y conserva-ban una importante cultura juda, como en el caso de los procesados de Salmern.La vida de estos verdaderos criptojudos se tornaba cada vez ms difcil y tenanque extremar la discrecin, hasta el punto de que, como sucedi en Madridejosen 1547, un hombre a pesar de ser escribano convivi durante dcadascon su esposa sin percibir que esta judaizaba en secreto.

    La situacin da un nuevo giro en 1589, cuando el descubrimiento de unfoco criptojudo en Quintanar de la Orden provoc 37 procesos; resulta intere-sante comprobar que no tenan grandes conocimientos religiosos, pero conser-vaban aspectos rituales, como descansar el sbado encendiendo candiles y po-nindose ropa limpia, guardar las fiestas del Cordero y de las Cabauelas, etc.En otras ocasiones, en cambio, puede hablarse de supersticin ms que de ri-tos. Otro ncleo descubierto poco despus en La Roda estaba compuesto ex-clusivamente por portugueses, hasta un total de dieciocho. Los judos portu-gueses haban conservado mejor las seas identitarias y la cohesin de sucomunidad, pero a partir de 1547 la implantacin de la Inquisicin en Portu-gal haba empeorado su situacin. As las cosas, la ulterior incorporacin dePortugal a la Corona en 1580 haba abierto la puerta para su emigracin aCastilla, y no pocos de ellos se establecieron en territorios de la actual Castilla-La Mancha. Esta importante entrada de judaizantes portugueses, especialmen-te a partir de 1601, es la causa de la existencia en las siguientes dcadas desealadas comunidades en Toledo, Guadalajara, Pastrana y Ciudad Real. La

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    nueva situacin suscit muchas nuevas denuncias de criptojudasmo y de sacri-legios por odio al cristianismo, y la Inquisicin actu multiplicando el nmerode procesos contra ellos.

    Un caso curioso afect a un vecino de San Clemente: Lope de Vera y Alarcn,hijo del regidor perpetuo de la localidad conquense y, por lo tanto, cristianoviejo, que viva en Salamanca, se convirti al judasmo pblicamente y terminsiendo ajusticiado por la Inquisicin en 1644, mientras despotricaba de loscristianos. Aparte de casos inusuales como ste, la gran represin del siglo XVIIacab con los ltimos reductos significativos de criptojudos de Castilla-LaMancha, de modo que no se puede rastrear en todo el siglo XVIII una verdaderaactividad judaizante. Esto no quiere decir que algunas familias aisladas no con-servaran su fe juda, pues existen testimonios en este sentido hasta el siglo XIX,como, por ejemplo, la denuncia de 1820 contra una familia de Casas de SantaCruz, en Cuenca y el testimonio de George Borrow sobre un hombre que cercade Talavera acab reconocindose judo.

    Tambin el islam haba sido prohibido en Espaa en 1502, pero la actitudde la sociedad cristiana respecto a sus conversos fue muy diferente de la mostra-da hacia los judos. Algunas moreras dentro del territorio de Castilla-La Man-cha eran muy nutridas. Destacado es el caso de Almagro, que en 1502 constabacon 284 vecinos musulmanes, lo que representaba aproximadamente el 10%de la poblacin. En las primeras dcadas del siglo XVI se observa una ciertapermisividad por parte de las autoridades, que confan en el tiempo como ele-mento integrador. Sin embargo, a partir de la dcada de 1530 aumenta la re-presin con el objetivo de eliminar la identidad musulmana. En ese mismo aode 1530, en Daimiel, un lugareo tuvo que huir a Berbera para poder practi-car abiertamente su religin. Sin embargo, todava en 1541 a la Inquisicin leconstaba que haba reuniones en las que se lea el Corn.

    Con la conversin forzosa desaparecen las moreras en cuanto tales, pero lanueva poblacin conversa evidencia una deficiente aculturacin cristiana: semantienen hbitos culinarios y alimenticios musulmanes como el sacrificio dereses, omisin del cerdo, rechazo aunque relativo del alcohol; siguen vi-gentes las cinco oraciones diarias, las abluciones rituales, el ayuno del Ramadn,la fiesta del sacrificio de carneros, la observancia de los viernes con sus zambras,as como los ritos nupciales y fnebres. Exista, por tanto, un verdaderocriptoislamismo que, de hecho, no era muy recatado, pues abiertamente hacagala de la conservacin de costumbres: en Bolaos, por ejemplo, la noche deljueves era un momento festivo.

    Dentro del mbito manchego constituyen un elemento particular los De-rechos moriscos de las Cinco Villas (Almagro, Bolaos, Villarrubia de los Ojos,Daimiel, Aldea del Rey), mantenidos por reconocimiento de los Reyes Catli-cos en 1502 y que permitieron que se perpetuaran en los nuevos conversosciertas particularidades musulmanas. De hecho, en esta zona del maestrazgo

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    calatravo pas desapercibida la represin antimorisca de 1524; aunque s sernotoria a partir de 1545, pues en los quince aos siguientes fueron ms de 50los procesados por mahometanismo. Al consultar estos procesos, se percibeque ya estn muy perdidas las seas de identidad musulmanas, incluso el Co-rn haba de ser traducido por el escaso conocimiento del rabe.

    Entre los moriscos pueden sealarse diversos grupos. Los cristianos nuevos,procedentes de las conversiones, ya fuera de la de 1502 o de iniciativas persona-les previas, eran conocidos como moros viejos, y dentro de ellos haba unnmero indeterminado de criptomusulmanes. Adems, haba musulmanes es-clavos, como es el caso de los prisioneros turcos y berberiscos que se dedicabanen Almadn al trabajo en las minas. Por ltimo, exista la figura de los renega-dos y de los tornadizos, aquellos que haban pasado por la apostasa voluntariao forzada y quedaban por ello marcados con un sello de desconfianza. En cual-quier caso, los moriscos sufran una manifiesta postergacin social y una pre-sin social asfixiante, que en algunos casos abrira el camino hacia la margina-lidad y el bandolerismo, tpicamente atribuido a este colectivo.

    Se produce un cambio radical de la situacin en torno a 1569, cuando laautoridad obliga en Castilla al desarme de los moros viejos, para evitar que sesumen a la rebelin de las Alpujarras. Esta rebelin, sofocada tajantemente porFelipe II, supuso el ltimo intento de los moriscos descontentos por recuperarla capacidad de vivir segn sus costumbres y, en muchos casos, segn sus creen-cias. Su derrota definitiva conllev su dispersin lejos de Granada para anularsu capacidad organizativa. En 1570, unos 3.500 granadinos fueron reubicadosen zonas manchegas demogrficamente deprimidas, especialmente enArgamasilla de Alba, Castellar de Santiago, Villamanrique y Valdepeas. A Al-czar de San Juan se traslad a los expulsados del marquesado de Cenete; cercade Quintanar de la Orden, a los deportados del marquesado de los Vlez. Ciu-dad Real acogi a unos 2.000 moriscos; en seoros de Albacete recalaron entorno a 3.000; en Pastrana, unos 1.200... en total, unas 10.000 personas. Toda-va habr nuevos movimientos forzados de poblacin. Entre los aos 1581-1589 habr nuevas llegadas de moriscos por diversos realojos. Esto suscit ladesconfianza entre los cristianos viejos, lo cual se refleja de hecho en el Campode Calatrava, donde se produce un gran repunte en el nmero de procesosdocumentados contra los moriscos en la dcada de 1570: unos 90.

    Esta represin no redujo el problema morisco, pues en algunas partes llega-ban a constituir una parte notable de la poblacin. Quiz el ejemplo ms desta-cado sea Almagro, donde en 1602 haba un granadino por cada seis cristianosviejos, a lo que habra que aadir los moros viejos. En consecuencia, entre losaos 1603-1612 se produce una nueva oleada de procesos inquisitoriales con-tra el criptoislamismo: solo en el Campo de Calatrava se cuentan, al menos, 38casos. A partir de 1609 las autoridades desean eliminar esta presencia morisca,por lo que proponen a los moriscos de Castilla, La Mancha y Extremadura la

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    salida voluntaria de la Pennsula. En pleno desarrollo de esta nueva expulsin,se mantiene un reducto de tolerancia constituido por el privilegio de no expul-sin de las Cinco Villas (1614-30). Pero, aparte de estas excepciones, puedeafirmarse que la presencia morisca en cuanto tal y la prctica religiosa del islamen Castilla-La Mancha desaparecern hasta la Edad Contempornea.

    En cuanto al cristianismo, el siglo XVI es muy rico en elementos de reformay disidencia, y las personas a ellas vinculadas van a soportar una creciente pre-sin inquisitorial hasta llegar a la supresin de cualquier estructura que pudieraaglutinarlos. Alguna de estas reformas se integraban sin problema dentro de laIglesia catlica y determinaron una vigorosa vida espiritual espaola, pero otrasse constituyeron al margen o enfrentadas a la nica tendencia religiosa admiti-da por la Corona.

    Los alumbrados fue un grupo religioso no compacto activo fundamental-mente en el Reino de Toledo entre las dcadas de 1520 y 1540. Despus, laactividad inquisitorial hizo que la mayor parte de ellos acabaran conformndo-se con la religin oficial. El trmino mismo de alumbrado es confuso, pues seusa para otros movimientos religiosos de espiritualidad exaltada que se produ-jeron en Espaa en el siglo XVII, con los que el ahora estudiado guarda escasa onula conexin. Su mbito de extensin tuvo sus primeros ncleos destacadosen Guadalajara, Escalona, Cifuentes y Pastrana, y, ms tarde, en Toledo, Alca-l de Henares y otras ciudades castellanas, especialmente por la actividad misionalde un tal fray Melchor. La predicacin de este franciscano cre un vigorosogrupo de seguidores, tanto religiosos como laicos, hombres y mujeres y entrestas especialmente beatas. Dentro de los alumbrados se distinguieron dife-rentes tendencias, fundamentalmente los recogidos (apartados del mundo)y los dejados (entregados al amor de Dios). Solo estos ltimos desarrolla-ron doctrinas objeto de persecucin inquisitorial por ser incompatibles con lacatlica. Tradicionalmente se ha llamado la atencin sobre el hecho de queentre los alumbrados era muy frecuente el origen converso.

    La reforma espiritual cisneriana de finales del siglo XV haba provocado unvivo inters por escritores msticos y espirituales cuya lectura actuara comocatalizador del movimento alumbrado. Adems de los libros piadosos de lareforma cisneriana, los alumbrados tenan acceso parcial a la Biblia y lean conespecial atencin la Imitacin de Cristo, La escala celestial de Juan Clmaco,obras de San Buenaventura y, ms adelante, Lumbre del alma (1528) de Juan deCazalla y los diferentes Alfabetos espirituales de Francisco de Osuna. TambinErasmo, con su espiritualidad interior, era de su gusto.

    En Pastrana, Isabel de la Cruz, empleada del Duque del Infantado, reunaen torno a s un grupo que inclua a Francisco Jimnez de Santo Domingo,Gaspar Bedoya, fray Alonso Lpez, fray Diego de la Barreda y Pedro Ruiz deAlcaraz. Era admirada por su conocimiento de la Biblia y por la calidad de sus

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    exposiciones. Todava ms prestigio alcanz Francisca Hernndez, cuya influen-cia se cea a Salamanca y sus alrededores, si bien sus devotos extendern susactividades en varias zonas de la actual Castilla-La Mancha: son Antonio deMedrano (protegido por los Duques de Njera), Bernardino de Tovar, Juan deVergara, Gil Lpez y fray Juan de Olmillos. Mara de Cazalla cre en Guadalajarasu propio grupo, en contacto con el de Pastrana, y Alcaraz fue empleado enEscalona como predicador laico en la casa del Marqus de Villena. A la vez,otro grupo, dirigido por Francisco de Ocaa, funcionaba en Cifuentes, en eldesaparecido convento franciscano. En Toledo exista otra comunidad, regidapor Petronila de Lucena en casa de su hermano, Juan de Castillo, y del que untercer hermano, Gaspar de Lucena, era simpatizante. El movimiento alumbra-do alcanz cierta extensin en los mbitos acadmicos de la Universidad deAlcal, si bien en este ltimo caso no es fcil deslindar el alumbradismo deposibles elementos de erasmismo o incluso protestantismo. Se han sealado yavarias casas nobles que otorgaron patronazgo a destacados alumbrados, a loque hay que aadir la de Fadrique Enrquez, Almirante de Castilla, que mante-na en Medina de Rioseco a importantes alumbrados que emprenderan unapredicacin constituyendo un grupo de doce apstoles: Bernardino de Tovar,catedrtico de griego en Alcal; Juan Lpez de Celin, Miguel de Egua, impre-sor en Alcal; los clrigos Juan del Castillo, Diego Lpez de Husillos, AlejoVenegas, Luis de Beteta, Gaspar de Villafaa y Pero Hernndez, cannigo dePalencia, y el dominico Toms de Guzmn, profesor de Teologa en Valladolid.Para los dos restantes existen listas alternativas, pues se mencionan al mercaderDiego del Castillo y a Ana del Valle, o bien al clrigo Miguel Ortiz y al domi-nico Francisco Ortiz.

    Entre 1524 y 1541 una veintena al menos de procesos inquisitorialesdesarraigaran el alumbradismo toledano, y causaron la desconfianza ante cual-quier actividad de carcter espiritualista: incluso figuras como S. Ignacio deLoyola y S. Juan de vila sufriran procesos por sospechas de alumbradismo. Aesta represin contra el alumbradismo le seguir a partir de la dcada de 1530la desconfianza hacia el erasmismo, bajo el que en cierta medida podan ocul-tarse actitudes alumbradas. De hecho, en algunos casos no es fcil determinar sibajo la mscara de erasmismo estamos ante una verdadera influencia alumbra-da o incluso protestante, pues el trmino erasmismo ha sido usado de maneratan amplia que llega a incluir casi cualquier actitud espiritual de reforma. Estadificultad de discernir el erasmismo de otras corrientes espirituales se observa,por ejemplo, en personas vinculadas a la Universidad de Alcal, surgida y de-pendiente de la sede toledana. Algunas de estas personas, entre las que cabesealar a Juan de Valds, Gastn Daz, Mateo Pascual, Manuel Miona (queposteriormente se hara jesuita) y Juan del Castillo (cuyo encasillamiento es amenudo problemtico por falta de informacin segura), optaron por el exilioen torno a 1530.

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    La principal dificultad para conocer el movimiento alumbrado estriba enque no han llegado hasta nosotros sus propios escritos, sino que la fuente deinformacin casi nica est constituida por los procesos inquisitoriales instrui-dos contra ellos. En cualquier caso, no conforman un cuerpo de doctrina, pues,si bien en algunos casos se observan algunos rasgos pelagianos, en general esmuy frecuente una neta inclinacin a la doctrina de la justificacin por la fe,llamando tambin al abandono amoroso como la mejor manera de cumplir losmandamientos; pues afirman solo cuando el alma est suspensa en el amorde Dios son posibles las buenas obras. Los alumbrados buscaban un acerca-miento directo y el contacto con Dios, prescindiendo de la mediacin de laIglesia e, incluso, en buena medida de la de Cristo. En este sentido, la ilumina-cin del Espritu Santo y la presencia de Dios en el alma por medio de su amoreran consideradas ms directas incluso que la real de Cristo en el Sacramento.Por todo ello, preferan sus reuniones a los actos litrgicos establecidos, queeran objeto de desprecio. La idea de la infinitud de la gracia divina haca impo-sible el infierno y la excomunin, de modo que la salvacin se obtena por elabandono de cada uno en Dios, no por las obras. La oracin mental era consi-derada superior a la vocal.

    El protestantismo no tiene en Castilla-La Mancha al igual que sucede enel resto de Espaa unos orgenes muy antiguos, en el sentido de que prcti-camente no hay noticia sobre la existencia de comunidades vinculadas con laReforma entre el siglo XVI y el XVIII. Entre los factores que justifican la nulapresencia de comunidades protestantes destacan fundamentalmente la perse-cucin inquisitorial del siglo XVI y el estereotipo de que era un fenmeno bsi-camente extranjero, ajeno al espritu espaol. Una vez ms, las fuentes paraconocer la difusin del protestantismo son bsicamente las inquisitoriales. Apartir de ellas se observa que, si bien es verdad que hay una presencia real deprocesos por luteranismo como se llamaba por entonces a cualquier tipode idea reformada, mayoritariamente pueden reducirse a dos tipos: ignoran-tes y extranjeros. El primer caso lo constituyen habitualmente personas conescasa formacin y un nivel intelectual bajo que hablan ms de la cuenta y, porignorancia o por despecho, alaban a Lutero o critican la doctrina catlica comomodo de censurar los desrdenes prcticos en la Iglesia de su tiempo. El segun-do caso, que acumula el mayor porcentaje de procesos por luteranismo, es el delos extranjeros, que van a ser mirados con recelo. En este segundo grupo espreciso sealar que, si bien hay casos de condenas de protestantes antes de1559 como los casos de Pedro Pul, en Ocaa en 1548; de Juan Flamenco, enToledo en 1553; de Pedro de Baleta, en Huete en 1554, etc. es a partir de lasegunda mitad del siglo XVI, tras el descubrimiento de los focos protestantes deSevilla, Valladolid y otros menores, cuando aumenta la desconfianza hacia losextranjeros. Entre stos se encuentran casos de verdadera fe reformada y, espe-cialmente, calvinista. Como extranjeros en principio podan mantener su fe en

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    particular, pero la Inquisicin actuaba si surga una denuncia contra ellos, en laidea de que cualquier manifestacin sobre su religin constitua una actividadproselitista o de difusin de sus ideas contraria a la unidad religiosa del Reino.Esto significa que muy posiblemente qued oculta la vida religiosa de muchosprotestantes extranjeros afincados en Espaa, precisamente por haber manteni-do la actitud nicodemista de reservar sus ideas religiosas a la ms estricta inti-midad. Tan solo ocasionalmente la Inquisicin detect grupos de protestantes,como sucedi en 1564, en casa de Claudio Bisson, donde se celebraran reunio-nes de luteranos compatriotas.

    Tras estas consideraciones generales, es preciso pasar revista a unos pocoscasos singulares de personas destacadas que, de modo ms o menos claro, tie-nen relacin ms directa con la Reforma protestante. El primero de ellos esJuan de Valds, ya mencionado al hablar del alumbradismo. Hace ya ms deveinte aos que se demostr que en su obra Dilogo de doctrina cristiana, publi-cada en Alcal en 1529, Valds introduca numerosos prrafos que no eran sinotraduccin al castellano de fragmentos de obras de Lutero, especialmente susDecem praecepta Wittembergensi praedicata populo. Esto no convierte a Valdsen luterano, pero s confirma que en Alcal y sus alrededores se lean textos delos principales reformadores y haba personas que defendan sus ideas, todavano condenadas por el Concilio de Trento. Ahora bien, la evolucin posterior deValds impide llamarlo catlico: pronto huy de Espaa y se asent en Npoles,donde entre la nobleza form un ncleo importante de discpulos (valdesianos)que tras su muerte seguiran caminos dispares (catlicos, reformados, calvinistas,antitrinitarios...). A travs de sus escritos se comprueba que Juan de Valds fueun claro defensor de la justificacin por la fe, pero evita la formulacin doctri-nal estricta y la teologa especulativa y se concentra en sus efectos en cada cre-yente, sin referirse nunca a ceremonias (salvo la Cena del Seor) o jerarqua,devocin a los santos y otros ritos externos. Su actitud es fuertemente bblica ycristocntrica. Se trata de una especie de cristianismo esencialista, ms atento ala vida espiritual particular que a su estructuracin.

    Ya se ha mencionado al erasmista Juan de Vergara, colaborador en los traba-jos de la Biblia Polglota Complutense, como uno de los doce apstoles delalumbradismo, pero es preciso mencionarlo de nuevo ahora por las sospechasde protestantismo que sobre l recayeron durante el perodo que vivi en Toledo.De hecho, siendo cannigo y de reconocido prestigio por su ciencia y experien-cia, sufri un proceso inquisitorial que le priv de libertad durante varios aos,hasta que la intervencin del arzobispo consigui aliviar su situacin. A partirde entonces durante el resto de su vida mantuvo una actitud de gran discrecinpara evitar manifestaciones de tipo espiritual, por lo que no es posible, aten-diendo al estado actual de los estudios sobre el tema, dilucidar su verdaderaposicin religiosa.

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    De San Clemente proceda otro personaje que se form en Alcal en losmismos aos del fervor alumbrado y erasmista: se trata de Constantino Poncede la Fuente, que llegara a ser uno de los predicadores ms afamados de sutiempo, hasta el punto de que en 1548 fue nombrado capelln del prncipeFelipe y le acompa durante varios aos en su viaje a los Pases Bajos. Tras suformacin complutense fue nombrado predicador de la catedral de Sevilla, dondefij su residencia habitual. All sus predicaciones se hicieron tan famosas que lagente se agolpaba en las puertas de las iglesias con horas de antelacin, con talde obtener un buen lugar. Public algunas obras de espiritualidad y dos trata-dos de doctrina, en los que se manifiesta una gran habilidad para escamotear lasdificultades. No obstante, de los significativos silencios en sus obras doctrinalesse desprenden consecuencias relevantes: se inclina fuertemente hacia la fe fiducial;solo habla de tres sacramentos (bautismo, eucarista y confesin); considera lasbuenas obras fruto exclusivo de la justificacin previa y gratuita; y, al hablar delmrito, solo menciona el de Cristo. Constantino acab siendo procesado por laInquisicin en Sevilla en 1558, durante la represin del foco protestante de esaciudad, pero muri en la crcel en 1560, antes de que se completara su proceso.Algunos de los huidos de Sevilla (Antonio del Corro, Casiodoro de Reina,Cipriano de Valera) publicaran aos despus que l haba sido una de las cabe-zas de la comunidad protestante sevillana.

    En Toledo se produjo en 1559 un suceso que conmovi a la ciudad: en loszaguanes de algunas iglesias aparecieron panfletos de tono protestante, con tex-tos ofensivos contra la Iglesia catlica (unas coplas de arte mayor). El revueloque se produjo puso en marcha a la Inquisicin, que no consigui dar con elautor por el momento, pero tiempo despus se resolvi el asunto inesperada-mente: el suceso se repiti en Sevilla, e incluso llegaron a aparecer textos desimilares caractersticas pero impresos, lo que supona un salto cualitativo. Prontofue detenido el clrigo Sebastin Martnez, que en los interrogatorios recono-ci haber sido el autor y difusor de los panfletos, tanto en Toledo como enSevilla, y que fue condenado a la hoguera en el auto de 1562.

    Muy posiblemente era originario de Toledo Juan de Luna, un protestanteespaol ms conocido por su obra Segunda parte del Lazarillo (la de Pars 1620,no la de Amberes 1555). Recientemente se le ha identificado con un homni-mo de la importante familia conversa toledana de los lvarez Zapata. Si estofuera cierto, este toledano habra sido fraile agustino y habra huido de Espaa,perseguido por protestante. Los datos histricos a partir de aqu son ms cla-ros, y se sabe que vivi en Pars y en Londres, donde lleg a ser pastor protes-tante y trabaj tambin como profesor de espaol.

    Para completar el panorama histrico de la presencia del protestantismo enCastilla-La Mancha es preciso referirse a la presencia desde mediados del sigloXVIII de una colonia de tcnicos alemanes trabajadores en las minas de Almadn.Entre ellos haba gente de confesin originalmente protestante, aunque casi

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    todos aparecen como convertidos al catolicismo, lo cual, sin embargo, puedevenir provocado por un deseo de guardar las apariencias ms que por una sin-cera aceptacin de la fe catlica. No obstante, no llegaron a constituir unaverdadera comunidad.

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    II. SEGUNDA REFORMA Y PRIMERAS IGLESIASEVANGLICAS EN CASTILLA-LA MANCHA

    Miguel Hernando de Larramendi e Irene Gonzlez Gonzlez

    La presencia del movimiento evanglico en la Espaa contempornea es unfenmeno reciente que se consolida a partir de la segunda mitad del siglo XIX,no existiendo continuidad institucional con el movimiento reformista del sigloXVI, ahogado por la represin inquisitorial. Durante la primera mitad delsiglo XIX lo que hoy es la regin de Castilla-La Mancha conoci la presencia depredicadores y colportores12 que difundieron la Biblia en sus pueblos y ciudadespero cuyo paso no dej frutos permanentes.

    El despegue del movimiento evanglico no se produjo en Espaa hasta lasegunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con el Sexenio Democrtico y la pro-mulgacin de la Constitucin de 1869, que recoga, por primera vez en lahistoria de Espaa, el principio de libertad religiosa. La primera iglesia evang-lica en Castilla-La Mancha de la que existe constancia fue la de Camuas, en laprovincia de Toledo, constituida en 1870. La regin sin embargo haba acogi-do con anterioridad algunas figuras destacadas del protestantismo contempo-rneo como la del fillogo Juan Caldern (Villafranca de los Caballeros 1791-Londres 1854), ex franciscano convertido al protestantismo, quien debido a suexilio, primero en Francia y luego en Inglaterra, no lleg a ejercer su laborevanglica en La Mancha.13 Cuando le sorprendi la muerte participaba en la

    12. Pioneros de la obra misionera. Vendedores ambulantes de Biblias y otros libros evang-licos.

    13. Moreno Berrocal, Jos (2005): La historia evanglica de la comarca de Alczar de SanJuan (siglos XVI-XXI), en Tesela. Cuadernos mnimos. Patronato Municipal de Cultura, n. 15,pp. 10-15. La obra ms conocida de Juan Caldern es su autobiografa, a la que titul Nota sobrelos acontecimientos de mi vida relativos a mi conversin a la pura religin del Evangelio cuya primeraedicin vio la luz en 1828. El Ayuntamiento de Alczar de San Juan ha editado una edicincrtica de sta a cargo de ngel Romera: Caldern, Juan (1997): Autobiografa, Patronato deCultura del Ayuntamiento, Alczar de San Juan.

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    realizacin ex novo de una edicin castellana del Nuevo Testamento que serapublicado en 1858 por la Unin Bblica Americana de Nueva York y la Trbner& Company de Londres.

    La regin de La Mancha, anclada en el pasado, era poco receptiva a las ideasreformistas difundidas desde el principio del siglo XIX por colportores y predica-dores. El ms famoso fue George Borrow, conocido como Jorgito el Ingls,14

    quien recorri la comarca toledana de La Sagra durante el verano de 1838,durante su segundo viaje a Espaa. Con la ayuda de un espaol, Juan LpezJerez, cre una red de distribucin de la Biblia que lleg a numerosas localida-des toledanas como Villaseca de la Sagra, Bargas, Olas, Magn, Mocejn,Aover, Alanuda, Azaa, Illescas... dando salida a un promedio de 30 ejempla-res por localidad.15 Juan Lpez tambin recorri la comarca de La Alcarria en laprovincia de Guadalajara en 1839. Las peripecias de ambos son relatadas porJuan B. Vilar en su obra seminal sobre el origen del protestantismo en la Espa-a contempornea:

    Su primera excursin fue al pueblo inmediato de Bargas, donde vendirpidamente veinte testamentos, parte de los cuales fueron adquiridos porel maestro de escuela para utilizarlos como libro de lectura en clase. Suejemplo no tard en ser imitado por su colega de Villaseca. Lpez no fue elnico improvisado propagandista conectado a Borrow, siendo varios quie-nes, desde Villaseca, difundieron el Evangelio por la regin, singularmenteen la comarca toledana de La Sagra. Durante todo este tiempo Lpez iba yvena sin cesar a Madrid trayendo a Villaseca cargas de libros. Cuando lacomarca qued saturada Cobeja, Mocejn, Villaluenga, Yuncler...etctera, tuvo noticias don Jorge de que en Toledo se preparaba algocontra l, puso tierra por medio y regres a Madrid. (...) Lpez sigui superiplo por las provincias de Toledo y Madrid, visitando numerosos pue-blos, entre los cuales Olas, Magn, Mocejn, Aover, Alanuda, Azaa,Illescas, Pinto, Valdemoro, Getafe, en ninguno de los cuales hall obstcu-los a su labor, dando salida en los mismos a un promedio de 30 ejemplarespor localidad. Tan propicia racha qued interrumpida en la villa de Ocaa,en donde la polica, previamente alertada, esperaba al propagandista, dete-nido en primero de agosto de 1838, e intervinindosele dos cajones con232 ejemplares del Nuevo Testamento, mercanca remitida a Toledo. En elmismo da el alcalde de Bargas requisaba y enviaba al gobierno poltico

    14. Su obra La Biblia en Espaa fue publicada y traducida al castellano por Manuel Azaa.15. Vilar, Juan Bautista (1994): Intolerancia y libertad en la Espaa contempornea, Edicio-

    nes Istmo Madrid, pp. 117-120.

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    toledano ms ejemplares requisados. Las autoridades de Toledo, y de la pro-vincia inmediata, puestas sobre aviso, no tardaron en aplicarse a desarticu-lar la vasta red de distribucin montada por Borrow con la ayuda de Lpez.(...) De regreso a la capital, Borrow y Lpez acordaron variar el escenario desus trabajos en tanto pasaba el peligro, eligiendo al efecto Castilla la Viejacomo nuevo campo de operaciones.16

    La comarca de Talavera de la Reina, en el camino hacia Extremadura yPortugal, fue recorrida por Robert Chapman en 1838. Borrow tambin la visi-t y encontr en Talavera a un protestante convertido durante la Guerra de laIndependencia.17 Albacete tambin fue bastante frecuentada por los propagan-distas evanglicos que se adentraron en el interior de la pennsula desde Anda-luca, Cartagena, Alicante y Valencia y tambin por los que descendan a LaMancha desde Madrid. En junio de 1848 la ciudad fue visitada por JamesThomson, agente escocs de la Bible Society, quien inform con entusiasmo delas posibilidades de la ciudad como plataforma de evangelizacin:

    ste es un punto central por el que pasan muchos caminos, y las idas yvenidas en todas las direcciones son muy intensas. Se calcula que unos 120vagones, carros y carruajes de todas clases pasan la noche all, con cerca de800 cabalgaduras. Sera excelente lugar para un buen vendedor (de literatu-ra evanglica), el cual podra visitar las posadas en que se alojan las personasque tienen que ver con estos vehculos y caballeras. Hay, a su vez, unainmensa feria de ocho das en septiembre, que en toda Espaa solo cede enimportancia a la de Sevilla. Cuando los tiempos sean propicios esta feriadebera visitarse tambin, tal como hice yo en San Juan de los Lagos, enMxico, donde vend varios cientos de ejemplares de nuestros libros.18

    El marco de libertad religiosa introducido por primera vez en Espaa du-rante el Sexenio democrtico impuls la implantacin y el desarrollo del pro-testantismo en Espaa, que haba comenzado de nuevo desde Gibraltar. Algu-nos de los protestantes espaoles que vivan en el exilio regresaron. A ellos seunieron misioneros procedentes de diferentes pases europeos atrados por elnuevo escenario de libertad religiosa. La primera comunidad evanglica creadaen lo que hoy es la regin de Castilla-La Mancha fue constituida en la localidadtoledana de Camuas en 1870. La presencia de un ncleo evanglico en Ca-muas ayudo a difundir las ideas evanglicas a localidades cercanas. Flix Mo-reno Astray se desplaz a Alczar de San Juan en 1874 y cre all un ncleo

    16. Vilar, Intolerancia y libertad..., op. cit., pp. 117-120.17. Borrow, Georges (1970): La Biblia en Espaa, Alianza Editorial, Madrid, pp. 149-153.18. Citado por Vilar, Intolerancia y libertad..., op. cit., pp. 311.

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    evanglico y un peridico protestante de controversia y divulgacin del Evan-gelio: El Correo de la Mancha.19 En Campo de Criptana el misionero galsGeorge Lawrence fund, no sin dificultades, una congregacin en 1889.20

    La presencia evanglica en Castilla-La Mancha conoci un segundo empujedurante las primeras dcadas del siglo XX en la provincia de Ciudad Real y enAlbacete. En 1910 se organizaron en Alczar de San Juan los llamados Mtinesde Afirmacin Evanglica. Fue sobre todo la decisin de la Misin EvanglicaEspaola de establecer su sede en Valdepeas lo que contribuy de forma deci-siva a la consolidacin de un importante ncleo evanglico en el sur de la pro-vincia de Ciudad Real y el norte de la provincia de Jan. En Albacete la conso-lidacin de la presencia evanglica que se remontaba a finales del siglo XIX sevio favorecida por el apoyo prestado a la Iglesia desde la Unin EvanglicaBautista Espaola (UEBE).

    La Iglesia Evanglica de Camuas

    La creacin de la Iglesia Evanglica de Camuas se remonta a 1870. Segnrelata Federico Fliedner, varios habitantes del pueblo que estaban de visitaen Madrid entraron en la Iglesia del Redentor en la calle de la Madera Baja enMadrid21 y contentos con lo que oyeron y provistos de Nuevos Testamentosregresaron a Camuas donde se les unieron numerosos vecinos, motivo que lesllev a solicitar un pastor protestante. En 1871 se instal en el pueblo FlixMoreno Astray, un antiguo sacerdote catlico que formaba parte de la Iglesiade la Trinidad en Madrid. La presencia de Moreno Astray22 fue bien recibidapor los republicanos del lugar. Uno de ellos, Luis Villaseor, puso su casa adisposicin de la comunidad para que en ella se celebraran los cultos, unodurante la semana y otro los domingos. La conversin en masa del pueblo lleval sacerdote catlico a abandonarlo. Los evanglicos hubieran podido quedarsecon la iglesia del pueblo si no llega a ser por la rpida intervencin del Arzobis-pado de Toledo quien envi rpidamente a un sustituto para que ocupara elpuesto. Marcelino Menndez Pelayo hace referencia a esta experiencia reco-nociendo que llegaron a apostatar 90 familias en Camuas y presenta a esta

    19. Moreno Berrocal, La historia evanglica de la comarca de Alczar de San Juan..., op.cit. pp. 16.

    20. El misionero alemn Federico Fliedner que ayud a Lawrence relata en sus memorias lasdificultades e incidentes a las que tuvieron que hacer frente en Campo de Criptana. RodrguezDomingo, Ana (ed.) (1997): Memorias de la familia Fliedner: ms de 100 aos de protestantismoen Espaa, Gayata D.L. ediciones, Rub, pp. 191-195.

    21. Ibdem, pp. 164-165.22. Su semblanza puede leerse en Arencn Edo, Rafael (2000): Nuestras races: pioneros del

    protestantismo en la Espaa del siglo XIX, Recursos, Barcelona, pp. 64-68.

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    localidad como un centro de propaganda anticatlica a la que llega a calificarcomo la Ginebra Manchega.23

    La congregacin evanglica formada en el pueblo recibi el apoyo del mi-sionero alemn Federico Fliedner, quien visit Camuas por primera vez en1871 y dot al pueblo de una casa capilla con escuela y residencia para el pas-tor.24 En la labor educativa colabor durante los primeros aos ngel Dignquien, junto a su esposa, se hizo cargo de la escuela. Durante aquellos primerosaos los incidentes con la Iglesia catlica y con las fuerzas de la autoridad fue-ron frecuentes y obligaron al pastor Federico Fliedner a mediar entre los evan-glicos de Camuas y las autoridades locales. En 1876 bajo la acusacin dealteracin del orden pblico se intent desterrar a Flix Moreno Astray de Ca-muas. Las intensas gestiones realizadas por Fliedner consiguieron que la or-den de destierro fuera revocada. Dos aos despus tuvo lugar otro incidentecuando la procesin del Domingo de Ramos pas por delante de la IglesiaEvanglica y quienes participaban en ella, arengados por el Secretario Munici-pal, intentaron acceder a la misma. Un muchacho evanglico fue detenido acu-sado de provocacin por permanecer de pie mientras pasaba la procesin. Elpastor fue acusado de incitarle a tal provocacin y, al no poder pagar la fianzade 1.600 pesetas, la casa capilla fue embargada. La intervencin de Fliednerconsigui que el muchacho fuera liberado tras cinco semanas de encarcela-miento y que el embargo de la capilla fuera levantado.

    La Iglesia de Camuas mantuvo durante el ltimo tercio del siglo XIX rela-ciones activas con otros ncleos protestantes y particip en las reuniones yasambleas en las que se perfil el modelo organizativo del protestantismo de lapoca. En abril de 1871 tom parte en la primera Asamblea de la Iglesia Cris-tiana Espaola celebrada en Sevilla.25 Tambin lo hizo en la celebrada al aosiguiente en la Iglesia de la Madera Baja en Madrid. En aquella asamblea fueordenado al ministerio pastoral Flix Moreno Astray. En 1880 se produjo laseparacin entre la Iglesia Cristiana Espaola y la Iglesia Episcopal ReformadaEspaola (IERE), la cual sigui en lo sucesivo el rito anglicano bajo la direccinde Juan Bautista Cabrera. La Iglesia de Camuas continu adscrita a la IglesiaCristiana Espaola. En el acta de la VII asamblea de la Iglesia Cristiana Es-paola celebrada en 1880 aparece recogida la bienvenida a una nueva con-gregacin ubicada en una localidad de La Sagra toledana, Mocejn.26 En la

    23. Menndez Pelayo, Marcelino: Historia de los Heterodoxos espaoles. Tomo VI: Heterodoxiaen el siglo XIX, La Editorial Catlica, Madrid, p. 452.

    24. Rodrguez Domingo, Memorias de la familia Fliedner..., op. cit. pp. 162-165.25. Serrano lvarez, Francisco (2000): Contra vientos y mareas: los sueos de una iglesia refor-

    mada hechos realidad, Clie, Terrassa, pp. 550-551.26. Garca Rubio, Pablo (1994): La Iglesia Evanglica Espaola. Iglesia Protestante. 125 aos

    de vida y testimonio, IEE, Barcelona, p. 320.

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    XV Asamblea de la Iglesia Cristiana Espaola asistieron, entre otros, FedericoFliedner y Manuel Rodrguez representando a la congregacin de Camuas.En esa reunin la Iglesia Cristiana Evanglica se fusion con la Unin Ibero-Evanglica dando lugar a la Iglesia Evanglica Espaola.27

    En 1880 tras el fallecimiento de Flix Moreno Astray se hizo cargo de lacomunidad Jos Marcial Palacios. A ste le sustituy en 1898 Manuel Rodrguez,educado en los colegios evangelistas de Madrid y enviado a Camuas comomaestro evangelista. Su impulso contribuy de forma decisiva a incrementar elnmero de alumnos de la escuela. Entre 1895 y 1900 ms de 200 nios pasa-ron por las aulas de la escuela.28 En 1904 la escuela contaba con 25 estudiantesexternos y con 20 alumnos de clases nocturnas.29 De aquella escuela salieron lamayor parte de los habitantes de Camuas con una cierta cultura. La laboreducativa realizada era reconocida por las autoridades locales. Segn relataTeodoro Fliedner, el alcalde del pueblo le reconoci en 1912 que:

    D. Manuel Rodrguez-Castellano (cortesa de Ascensin Rodrguez)

    27. Garca Rubio, La Iglesia Evanglica Espaola..., op. cit., pp. 328.28. http://www.netcom.es/mleon/orbayu_6.htm.29. Rodrguez Domingo, Memorias de la familia Fliedner..., op. cit., pp. 236.

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    En cuanto a la educacin no hay ningn otro pueblo en la regin comoCamuas y eso se debe a los protestantes. En la capital de provincia,Madridejos, dice el juez cuando viene uno de nuestro pueblo: a ste no hacefalta preguntarle si sabe firmar con su nombre. En Madridejos y en todoslos dems pueblos de alrededor, en cambio, hay muchos que no saben.30

    La congregacin sigui contando con el apoyo de la Misin Alemana enMadrid, que enviaba pastores alemanes y espaoles para atender sus necesida-des espirituales. La casa con saln de culto, aulas de colegios y vivienda delmaestro era propiedad de la Sociedad Alemana de Inmuebles. La ausencia deun pastor estable limit el desarrollo de la congregacin. En septiembre de1920 Teodoro Fliedner se lamentaba del error de haber descuidado la Iglesiapor falta de obreros:31

    Camuas es nuestro centro exterior ms antiguo, donde un maestro espa-ol trabaj fielmente desde hace aos. Sin embargo nuestro gran error fueque descuidamos esta iglesia por falta de obreros, pero nos alegramos de que

    Colegio evanglico de Camuas (cortesa de Ascensin Rodrguez)

    30. Rodrguez Domingo, Memorias de la familia Fliedner..., op. cit., pp. 262.31. El trmino obrero designa a las personas que trabajan en los diferentes Ministerios de

    la Iglesia.

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    el pueblo nos siga queriendo aunque hace aos que no se celebran all bau-tismos, bodas ni entierros evanglicos. Esto ya es un progreso porque Ca-muas es la Iglesia que ms persecuciones sufri.32

    La comunidad evanglica de Camuas fue perdiendo importancia a lo lar-go del siglo XX. Tras el fallecimiento de Doa Caridad en 1987, una de lascuatro hijas de Manuel Rodrguez que segua viviendo en el pueblo, la familiadecidi donar una parte del terreno en el que se haba levantado la capilla-escuela al ayuntamiento, quien ha edificado all un centro cultural. En la actua-lidad Camuas cuenta con un pequeo ncleo de evanglicos atendidos desdeAlczar de San Juan.

    La Misin Evanglica Espaola en Valdepeas

    El origen de la Misin Evanglica Espaola en Valdepeas est directamentevinculado a la figura de su fundador, el britnico Percy J. Buffard. Educado enuna familia de fuertes creencias religiosas, su padre fue un predicador laicoen Ditchling, condado de Sussex (Inglaterra), y su hermano pequeo FrankJames Buffard (1892-1977) fue ministro bautista en Inglaterra y autor de TheHistory of the Kent and Sussex Baptist Association (1963).

    Percy J. Buffard (1883-1958) estudi contabilidad aunque no lleg a ejer-cer ya que, cuando estaba a punto de iniciar su vida profesional, ley en unperidico un anuncio en el que se buscaban profesores de ingls en Espaa.Acept el puesto y se desplaz a Santander, donde permaneci tres aos, entre1907 y 1910.33 Durante su estancia en Santander aprendi espaol y participactivamente en la vida de una pequea iglesia protestante apoyada por elAmerican Board of Commissioners for Foreign Missions, cuyo pastor era Fran-cisco Acosta. Durante esta primera estancia en Espaa tom la decisin dededicarse al ministerio evanglico. Regres a Inglaterra y fue admitido en elRegents Park Baptist Theological College de Londres, donde permaneci du-rante tres aos estudiando teologa, al tiempo que realizaba traducciones parael Museo Britnico con las que costear parcialmente sus estudios. Al finalizar-los y tras varios intentos fallidos para ser enviado a Espaa por alguna de lasmisiones cre en 1913 en el Reino Unido la Spanish Gospel Mission o MisinEvanglica Espaola. Aunque la Misin Evanglica Espaola ha estado presente

    32. Rodrguez Domingo, Memorias de la familia Fliedner..., op. cit., pp. 289.33. Pearce, Winifred M. (2007): Don Percy. Un hombre enviado por Dios a nuestra tierra. La

    historia de Percy J. Buffard, fundador de la Misin Evanglica Espaola, Iglesia Evanglica deValdepeas / Ayuntamiento de Valdepeas, pp. 23-30. Esta obra, editada con motivo del noven-ta aniversario de la Iglesia Evanglica de Valdepeas, fue publicada inicialmente por la SpanishGospel Mission en ingls con el ttulo de Don Percy. A Man sent from God to the Land of Inquisition.

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    desde entonces en Espaa, no se dot de personalidad jurdica hasta marzo de2003. Hasta ese momento funcion bajo el paraguas de la Spanish GospelMission, domiciliada en Gran Bretaa.

    En su creacin cont con el apoyo de un grupo de evanglicos britnicosentre los que se encontraban el Dr. G. Pearce Gould, director del Regents ParkBaptist College, el Dr. F. B. Meyers, la seora Donald Campbell y Sir JohnnKirk. Joseph Smale, pastor que haba vivido brevemente en Espaa y habaapoyado financieramente los viajes que realiz Buffard en su etapa de estudian-te, fue el primer secretario honorfico de la misin, sustituido posteriormentepor E. N. Thompson. En 1923 fue creado un Consejo Consultivo para forta-lecer la Misin en Inglaterra y asegurar la recaudacin de fondos.

    En 1914, la Misin comenz a publicar un boletn titulado Spanish GospelMission, en el que Buffard y los misioneros que le acompaaron informabandel desarrollo del proyecto, de la situacin religiosa en Espaa y de la hostilidadcon la que la Iglesia Catlica reciba la predicacin del Evangelio. Esta publica-cin, que es una fuente imprescindible para reconstruir la historia de la Mi-sin, cambi su nombre en 1930 por el de Tidings from Spain.34 En sus pginas,la labor evangelizadora era presentada, desde sus inicios, como prometedora,ya que no solo poda ayudar a la difusin del protestantismo en la catlicaEspaa sino que podra servir de plataforma para la evangelizacin de AmricaLatina. En un texto de 1915, Smale explicaba que miles de espaoles emigra-ban al continente americano cada ao, por lo que si muchos de ellos eran con-vertidos al autntico cristianismo antes de partir, podra darse un gran im-pulso al trabajo misionero en aquellos pases.35

    Buffard compagin su labor evangelizadora en Espaa con viajes y estanciasen Reino Unido, en las que difunda las actividades de la Misin y buscabamisioneros y recursos con los que sufragar su tarea. Buffard asisti tambin anumerosas reuniones internacionales, entre otras, a la Convencin Bautistacelebrada en Estocolmo en 1923, e imparti conferencias en Francia, en laEscuela Bblica de Beatenberg (Suiza) y en Dinamarca. Estos viajes le permitie-ron establecer contactos internacionales muy tiles para el desarrollo de lasactividades de la Misin.

    En 1913, tras la creacin de la Misin, Buffard se desplaz a Espaa en unviaje exploratorio para fijar el lugar de inicio de las actividades. En un primer

    34. El rgano de expresin de la Misin ha tenido una periodicidad oscilante dependiendode las circunstancias. En el buscador de publicaciones misioneras de la Universidad de Yale seindican las bibliotecas anglosajonas que la tienen depositada entre sus fondos:

    http://research.yaledu:8084/missionperiodicalsEn los aos ochenta cambi su denominacin por la de Spotlight on Spain.35. Citado por Hale, Frederick (2003): The Spanish Gospel Mission: Its Origins and

    Response to the Spanish Civil War, en Baptist Qarterly, vol. 40, (3), p. 159.

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    momento escogi Castelln como sede de la Misin, instalndose en esa ciu-dad levantina con su mujer. Durante el verano de 1916 tuvo noticias de lalabor que la Alianza Evanglica Espaola estaba realizando en la provincia deCiudad Real. Tras un viaje tentativo con buenos resultados, Buffard solicitfondos a Inglaterra para poder contratar un colportor o vendedor ambulanteque ayudara a difundir las Sagradas Escrituras y permitiera extender la tareaevangelizadora a la regin de La Mancha. La tarea evangelizadora se vio faci-litada por el apoyo prestado por la Sociedad Bblica Britnica y Extranjera,que cedi a uno de sus colportores, Flix Vacas, para iniciar la tarea evan-gelizadora en Valdepeas, localidad en la que haban sido bien recibidos du-rante el viaje exploratorio y en la que le haba sido cedido el saln del CrculoRepublicano. Flix Vacas comenz a trabajar de forma estable en Va