boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

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El Sellamiento. Por: Samuel Saldaña Puntos de interés especial ¿Qué es el sello de Dios? ¿Qué es el sellamiento? El pueblo de Dios Los 144 mil escogidos La gran multitud Las vestiduras blancas Aplicación a un singular pueblo El ángel Gabriel y la obra del sellamiento Contenido: El Sello del Dios Vivo 1 Las 12 tribus de Israel 2 Los 144 mil 3 La Gran Multitud 4 ¿Quiénes son los 144 mil? 5 Todas las tribus 6 ¿Quiénes son? 8 La gran tribulación 8 El ángel Gabriel y los 144 mil 10 Receta licuado frutas 12 ¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente! febrero, 2009 Volumen 1, 2 La Voz del Heraldo ¿Qué es el Sello de Dios? El Sello del Dios Vivo “Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que de- tenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre ningún árbol”. Ap. 7.1. Como indiqué en el capítulo anterior, éste es un paréntesis entre los versos 13 y 14 del capítulo 6. Los vientos que detienen los ánge- les significan guerras, plagas, conflic- tos. Veamos el texto de Jeremías 49:36 y 37: “Y traeré sobre Elam vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos;…Y haré que Elam se intimide delan- te de sus enemigos... y enviaré sobre ellos espada hasta que los acabe.” Estos vientos tienen un significado especial y lo veremos en los textos siguientes. El Ángel con el Sello de Dios Vi también a otro ángel que subía de donde nace el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quie- nes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes (7:2, 3). Ahora podemos ver claramente el significado pleno de los vientos. Representan las calami- dades que sucederán en la tierra en ocasión de las 7 plagas postreras que son descritas en el capítulo 16 de Apocalipsis. En momentos de juicios especiales, como en el diluvio, las plagas de Egipto y la des- trucción de Sodoma y Gomorra, Dios siempre ha liberado a los justos. Antes que las 7 co- pas de la ira de Dios sean derramadas sobre nuestro planeta, Dios hará una obra similar para salvar a los santos. Este ángel representa un movimiento de origen divino que se apresta para sellar a los que habrán de ser salvados de las plagas. Nadie piense que este sello es literal. Al igual que “la marca de la bestia”, el “sello del Dios vivo” es una señal simbólica. Hemos de rastrear en la Biblia para hallar qué es el sello o señal de Dios. En Génesis 17:11, el Señor dice que la cir- cuncisión sería “la señal del pacto” entre Dios y la descendencia de Abraham. Hacien- do referencia a esto, Pablo dice en Romanos 4:11 que Abraham “recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la fe”. Luego de repetir los diez mandamientos que Dios promulgó desde la cumbre del Monte Sinaí en el capítulo 5 del libro de Deuteronomio, Moisés dice, en el capítulo 6 y los versos 6 al 8: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: Y has de atarlas por señal en tu mano y en la fren- te, entre tus ojos”. Los judíos tomaron las palabras de Moisés en el verso 4 de Deuteronomio 6 en forma lite- ral. Como comienza con la palabra “oye”, que en hebreo es “Shemá”, ellos llaman así a estos versos y los escribían en unas tiras que ponían en su mano derecha o sobre sus fren- tes, las cuales eran llamadas “filacterias” (Mateo 23). Pero no era eso el mensaje de Dios, sino que estuvieran siempre conscientes de que eran pueblo especial de Dios y que debían comportarse como tal. Tener la ley de Dios en la frente es señal de lealtad al Todopoderoso, ya que en la fren- te está el asiento de la inteligencia y la me- moria. Tener el sello en la mano derecha indica que en nuestro trabajo diario hemos de tener en cuenta el hacer la voluntad del Se- ñor. El cristiano hoy debe comprender que ha sido rescatado por Cristo del Egipto espiritual www.alaluzdelabiblia.org

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2da edición Boletín La Voz del Heraldo, febrero 2009

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Page 1: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

El Sellamiento. Por: Samuel Saldaña Puntos de interés especial

¿Qué es el sello de Dios?

¿Qué es el sellamiento?

El pueblo de Dios

Los 144 mil escogidos

La gran multitud

Las vestiduras blancas

Aplicación a un singular

pueblo

El ángel Gabriel y la obra

del sellamiento

Contenido:

El Sello del Dios Vivo 1

Las 12 tribus de Israel 2

Los 144 mil 3

La Gran Multitud 4

¿Quiénes son los 144 mil? 5

Todas las tribus 6

¿Quiénes son? 8

La gran tribulación 8

El ángel Gabriel y los 144 mil 10

Receta licuado frutas 12

¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!

febrero, 2009

Volumen 1, nº 2

La Voz del Heraldo

¿Qué es el Sello de Dios?

El Sello del Dios Vivo

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie

sobre los cuatro ángulos de la tierra, que de-

tenían los cuatro vientos de la tierra, para que

no soplase viento alguno sobre la tierra, ni

sobre ningún árbol”. Ap. 7.1.

Como indiqué en el capítulo anterior, éste es

un paréntesis entre los versos 13 y 14 del capítulo 6. Los vientos que detienen los ánge-

les significan guerras, plagas, conflic-

tos. Veamos el texto de Jeremías 49:36 y

37: “Y traeré sobre Elam vientos de los cuatro

puntos del cielo, y los aventaré a todos estos

vientos;…Y haré que Elam se intimide delan-

te de sus enemigos... y enviaré sobre ellos

espada hasta que los acabe.” Estos vientos

tienen un significado especial y lo veremos en

los textos siguientes.

El Ángel con el Sello de Dios

Vi también a otro ángel que subía de donde

nace el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y

clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quie-

nes se les había dado el poder de hacer daño a

la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a

la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios

en sus frentes (7:2, 3).

Ahora podemos ver claramente el significado

pleno de los vientos. Representan las calami-

dades que sucederán en la tierra en ocasión de

las 7 plagas postreras que son descritas en el

capítulo 16 de Apocalipsis.

En momentos de juicios especiales, como

en el diluvio, las plagas de Egipto y la des-

trucción de Sodoma y Gomorra, Dios siempre ha liberado a los justos. Antes que las 7 co-

pas de la ira de Dios sean derramadas sobre

nuestro planeta, Dios hará una obra similar

para salvar a los santos. Este ángel representa

un movimiento de origen divino que se

apresta para sellar a los que habrán de ser

salvados de las plagas.

Nadie piense que este sello es literal. Al

igual que “la marca de la bestia”, el “sello del

Dios vivo” es una señal simbólica. Hemos

de rastrear en la Biblia para hallar qué es el

sello o señal de Dios.

En Génesis 17:11, el Señor dice que la cir-

cuncisión sería “la señal del pacto” entre

Dios y la descendencia de Abraham. Hacien-

do referencia a esto, Pablo dice en Romanos

4:11 que Abraham “recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la

fe”. Luego de repetir los diez mandamientos

que Dios promulgó desde la cumbre del

Monte Sinaí en el capítulo 5 del libro de

Deuteronomio, Moisés dice, en el capítulo 6

y los versos 6 al 8: “Y estas palabras que yo

te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y

las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas

estando en tu casa, y andando por el camino,

y al acostarte, y cuando te levantes: Y has

de atarlas por señal en tu mano y en la fren-

te, entre tus ojos”.

Los judíos tomaron las palabras de Moisés en

el verso 4 de Deuteronomio 6 en forma lite-

ral. Como comienza con la palabra “oye”,

que en hebreo es “Shemá”, ellos llaman así a

estos versos y los escribían en unas tiras que

ponían en su mano derecha o sobre sus fren-

tes, las cuales eran llamadas

“filacterias” (Mateo 23). Pero no era eso el

mensaje de Dios, sino que estuvieran siempre

conscientes de que eran pueblo especial de Dios y que debían comportarse como

tal. Tener la ley de Dios en la frente es señal

de lealtad al Todopoderoso, ya que en la fren-

te está el asiento de la inteligencia y la me-

moria. Tener el sello en la mano derecha

indica que en nuestro trabajo diario hemos de

tener en cuenta el hacer la voluntad del Se-

ñor.

El cristiano hoy debe comprender que ha sido

rescatado por Cristo del Egipto espiritual

www.alaluzdelabiblia.org

Page 2: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

Debe ser un pueblo sellado, marcado. El

mundo ha de ver en el un pueblo diferente,

guardador de la ley de Jehová. Su conducta

será tal que el mundo materialista y pecador que le rodea verá en él un pueblo especial,

portador de un mensaje salvador.

sello o señal de Dios.

En Génesis 17:11, el Señor dice que la cir-

cuncisión sería “la señal del pacto” entre

Dios y la descendencia de Abraham. Hacien-

do referencia a esto, Pablo dice en Romanos

4:11 que Abraham “recibió la circuncisión

por señal, por sello de la justicia de la

fe”. Luego de repetir los diez mandamientos que Dios promulgó desde la cumbre del

Monte Sinaí en el capítulo 5 del libro de

Deuteronomio, Moisés dice, en el capítulo 6

y los versos 6 al 8: “Y estas palabras que yo

te mando hoy, estarán sobre tu corazón: Y

las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas

estando en tu casa, y andando por el camino,

y al acostarte, y cuando te levantes: Y has

de atarlas por señal en tu mano y en la fren-

te, entre tus ojos”.

Los judíos tomaron las palabras de Moisés en el verso 4 de Deuteronomio 6 en forma lite-

ral. Como comienza con la palabra “oye”,

que en hebreo es “Shemá”, ellos llaman así a

estos versos y los escribían en unas tiras que

ponían en su mano derecha o sobre sus fren-

tes, las cuales eran llamadas

“filacterias” (Mateo 23). Pero no era eso el

mensaje de Dios, sino que estuvieran siempre

conscientes de que eran pueblo especial de

Dios y que debían comportarse como

tal. Tener la ley de Dios en la frente es señal de lealtad al Todopoderoso, ya que en la fren-

te está el asiento de la inteligencia y la me-

moria. Tener el sello en la mano derecha

indica que en nuestro trabajo diario hemos de

tener en cuenta el hacer la voluntad del Se-

ñor.

El cristiano hoy debe comprender que ha sido

rescatado por Cristo del Egipto espiri-

tual. Debe ser un pueblo sellado, marca-

do. El mundo ha de ver en el un pueblo dife-

rente, guardador de la ley de Jehová. Su con-ducta será tal que el mundo materialista y

pecador que le rodea verá en él un pueblo

especial, portador de un mensaje salvador. El mundo cristiano de hoy, dividido en miles

de sectas y denominaciones, tiene, en su ma-yoría, un concepto falso de los diez manda-

mientos. Algunos dicen que la ley no tiene

que ser obedecida por aquellos que están

“bajo la gracia” y que viven bajo “el nuevo

Pacto”. Que ese nuevo pacto trajo una “nueva ley”. Y, ¿de dónde han sacado esa

inconsistencia teológica?

En Jeremías 31 Dios nos habla del pacto nue-

vo. Se llama nuevo, porque es hecho con la

misma entidad: Israel. Notemos que dice que

Dios hará un nuevo pacto “con la casa de

Israel y con la casa de Judá” (Jeremías

31:31). En el verso 33, Dios dice: “Daré mi

ley en sus entrañas y la escribiré en sus cora-

zones”. Note que Dios dice “mi ley”. No está hablando de otra ley, sino la misma ley

que Él proclamó desde el Sinaí.

Otra doctrina, no menos errada, es la que

afirma que Cristo ya guardó la ley y que no-

sotros no estamos obligados a ella. Pero, ¿es

posible que Dios nos ordene algo que noso-

tros, por su gracia, no podamos obser-

var? Imposible. Nadie puede, con poder

inherente en él, guardar la ley de Dios. Es

necesario que dependamos continuamente en

Cristo para poder ser obedientes a los precep-tos divinos. Jesús dijo: “Sin mí nada podéis

hacer” (Juan 15:5). Si no fuera necesario

guardar los mandamientos, ¿por qué el mis-

mo Jesús dijo al joven rico que para “entrar

en la vida” tenía que observar “los manda-

mientos”? A la pregunta del joven: ¿Cuáles?,

Jesús le mencionó algunos de ellos (Mateo

19:16-19).

Dios cuenta con un pueblo que tiene su ley

en su corazón (Isaías 51:13). ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia la ley del cielo? “A La

ley y al testimonio; si no dijeren conforme a

esto es porque no les ha amanecido” (Isaías

8:20). Al describir a los verdaderos adorado-

res de los últimos días, el Señor dice: “Aquí

están los que guardan los mandamientos de

Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).

Pero, ¿será posible que haya ministros o pre-

dicadores que se llamen cristianos que digan

que la introducción de la gracia conceda li-

cencia para quebrantar los mandamientos de Dios? ¿Es entonces posible que Dios acepte

que sus seguidores sean blasfemos, idólatras,

fornicarios, ladrones, mentirosos y asesi-

nos? Claro que no. Pero hay un manda-

miento que molesta a los modernos predica-

dores: el cuarto, el que ordena observar el

santo Sábado. Dios sabía que habría, en los

... Continuación del artículo anterior

“Vi a otro ángel que

subía donde nace el sol,

tenía el sello del Dios

vivo clamando a gran

voz a los cuatro ángeles

quienes tenían la orden

de hacer daño a la

tierra y el mar y les

dijo: “No hagáis daño a

la tierra, ni el mar...

hasta que hayamos

sellado a los siervos de

nuestro Dios”. Ap. 7.2,3

Página 2 La Voz del Heraldo

Page 3: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

últimos días, gente que se atrevería a contradecir sus pala-

bras y a menospreciar su ley. Por eso hizo del Sábado una

señal especial.

Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados; porque es

señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que

sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guar-

daréis el sábado, porque santo es a vosotros: El que lo

profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere

obra alguna en él, aquella alma será cortada de en medio

de sus pueblos. Seis días se hará obra, mas el séptimo día

es sábado de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que

hiciere obra el día del sábado morirá ciertamente. Guar-

darán, pues, el sábado los hijos de Israel; porque en seis

días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó (Éxodo 31:13-17)”.

Hay quien diga que ese pasaje va dirigido a “los hijos de

Israel” y no a nosotros. Pero es que una vez la nación

judía rechazó al Mesías, ya dejó de ser pueblo de

Dios. Veamos lo que dice Pedro: “Mas vosotros sois lina-

je escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquiri-

do por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que

os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (2 Pedro

2:9). Pedro se está dirigiendo a todos los creyentes sin

importar nacionalidad (Efesios 2 y Gálatas 3 y 4).

No sólo en los dos textos que vimos de Éxodo 31 dice

Dios que su Sábado es una señal, sino que en Ezequiel 20:

12 y 20 vuelve a mencionar que el Sábado es la señal entre

Él y su pueblo. En Isaías 56:1-6, el Señor escoge el cuarto

de sus diez mandamientos como una prueba a los extranje-

ros que quieran unirse a su pueblo. Hoy el Sábado sigue

siendo la señal profética. En medio de un cristianismo

confundido por los falsos profetas, Dios tiene un pueblo

señalado. Cada Sábado, mientras el llamado mundo cris-

tiano colma los centros comerciales y de diversión, hay un

pueblo que, Biblia en mano, camina a sus centros de ado-ración.

La observancia del Sábado es, según la Santa Palabra de Dios, el

“sello del Dios Vivo”. Esta institución sagrada ha de ser la que

distinga a la verdadera iglesia de Cristo en estos últimos días y la

que nos protegerá de las plagas postreras.

Habrá quien objete esta interpretación, alegando que el sello es el

Espíritu Santo, ya que Pablo lo dice así: “Y no contristéis al

Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de

la redención (Efesios 4:30)”.

El Espíritu Santo es el agente sellador. Es Él el que imprime los

principios de la ley de Dios en los corazones de los que aceptan a

Cristo. Él es el sello en el sentido del instrumento que se-

lla. Pero también se llama sello a la huella o marca que el instru-

mento deja. En ese sentido, no hay contradicción al decir que los principios de la ley de Dios, sobre todo el mandamiento del

Sábado, constituyen, juntamente con el Espíritu Santo, el sello

del Dios Viviente.

Ezequiel 36:27 presenta esta armonía divina en estas palabras de

Dios: “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis

en mis mandamientos…”.

Dilucidado lo que es el sello de Dios, continuemos con Apocalip-

sis 7: Los 144 mil, un pueblo singular.

Los 144,000

“Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil

sellados de todas las tribus de Israel. De la tribu de Judá, doce

mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tri-

bu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil se-

llados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de

Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de

Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sella-

dos. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Ben-

jamín, doce mil sellados” (7:4-8).

Especialmente los Semitas eran celosos con los números que podemos ver en las Santas Escrituras. Esa es la razón por lo cual

aparecen tantos diversos números en la Biblia. En el caso de los números 7, 12, 40, 120, y sus significados de Dios para trans-

mitir algún mensaje e interpretación a Su pueblo. En el caso del pasaje de Apocalipsis 7, que estamos considerando, el número

12 se acentúa, cuando se multiplica 12 mil X 12.

Siendo que Jacob adoptó los dos hijos de José, Manasés y Efraim, Moisés se encontró con un dilema: tenía 13 tribus en lugar

de doce. Lo resolvió separando a la tribu de Leví para el ministerio. Lo mismo pasó con los apóstoles de Cristo. Al morir

Judas, luego de su traición, quedaron sólo 11 apóstoles. Y ¿por qué no quedarse con los 11? Pedro convocó una reunión don-

de buscaron un substituto para Judas. La suerte cayó en Matías. Pero, ¿fue correcta esa elección? Creo que no. Si alguien

habría de ocupar ese puesto fue Pablo. Él mismo se llama apóstol. Creo que en los nombres que aparecerán en los fundamen-

tos de la Santa Jerusalén, el nombre de Matías no aparecerá, sino el de Pablo.

Hay divergencia en cuanto quienes son los 144,000. Algunos dicen, por la lista de tribus que da Juan, que tienen que ser judíos

literales. Esto no es posible si entendemos lo que Pablo habla en Gálatas y Efesios sobre quienes forman el Nuevo Israel, cosa

que ya hemos visto. Además, ya eso de doce tribus no existe. Todas las tribus se han mezclado entre ellas. Otros afirman que son un grupo especial entre los salvados de la última generación. Pero, ¿cómo Dios va a escoger entre los que sean trasladados

... Continuación del artículo anterior

Página 3 Volumen 1, nº 2

Page 4: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

a ese grupo especial? Obviamente hay algo

que los distingue, pero eso será la misma

señal para todos los que vivan en el último

tiempo. ¿O es que pensaremos que sólo se salvarán literalmente 144,000 entre todos los

vivientes? Piense: ¿cuántos cristianos hay

hoy en el mundo entre los que están en la

iglesia remanente? Son más de 10 millo-

nes. ¿Si tan sólo se salvaran el 10% de ellos

¿Si razonamos que muchos millones se

unirán en el tiempo del “Fuerte Pregón” de

Apocalipsis 18 ¿Separará Dios entre ellos a

144,000? ¿Y qué pasará con el resto de la

multitud? Todo está revelado en su lugar y el

tiempo exacto.

Creo sinceramente que no es tan difícil des-

cifrar el misterio. El apóstol Santiago, al

iniciar su epístola, la dirige “a las doce tribus

esparcidas” (Santiago 1:1). Cierto que había

en su tiempo lo que se conoce como “la Diás-

pora”, la cual la componían todos los judíos

en las diferentes naciones. Pero al usted leer

la carta, verá que está dirigida a todas las

comunidades cristianas, las cuales eran com-

puestas, en su mayoría por cristianos venidos

de los gentiles o no judíos.

Vamos a la lista de los hijos de Israel que

nos da el pasaje. Notemos que los nombres

no están en el orden debido. Vemos que no

se encuentra la tribu de Dan, sin embargo se

halla José, que, aunque era uno de los hijos

de Jacob, el patriarca adoptó los dos hijos de

este y se eliminó a José. De los dos hijos de

José aparece Manasés, y no Efraín. Además

aparece Leví, tribu que Moisés separó de los

doce para que sirvieran en el ministerio del Santuario, sus fiestas y sus sacrificios. Lo

importante para el autor no son los nombres,

sino la cantidad: doce; sin embargo, también

es importante el carácter de obediencia que

manifestaba la simiente.

Sólo hay una forma de ver esto: los 144,000

representan a todos los santos que estén vivos

cuando Jesús venga por segunda vez. Pero,

¿habrá sólo 144,000? No. Habrá millo-

nes. Pero el número es más bien el nombre

de este grupo. Cada cristiano vivo en aquella memorable ocasión formará parte de un gru-

po muy especial y serán los primeros que se

levantarán a recibir al Señor en los aires.

La Gran Multitud

Después de esto miré, y he aquí una gran

multitud, la cual nadie podía contar, de todas

naciones y tribus y pueblos y lenguas, que

estaban delante del trono y en presencia del

Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos, y clamaban a gran voz,

diciendo: La salvación pertenece a nuestro

Dios que está sentado en el trono, y al Corde-

ro.

Y todos los ángeles estaban en pie alrededor

del trono, y de los ancianos Y de los cuatro

seres vivientes; y se postraron sobre sus ros-

tros delante del trono, y adoraban a Dios,

diciendo: Amén. La bendición y la gloria y

la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios

por los siglos de los siglos. Amén. (7:9-12).

Esta “gran multitud” es el cumplimiento de la

promesa de Dios a Abraham, que sus simien-

te sería “como las estrellas del cielo” y

“como la arena del mar”. He aquí todos los

salvados de todas las edades, fruto de la obra

del Cordero en la cruz del Calvario. Ante el

agradecimiento de los redimidos y sus ala-

banzas a Dios, el Padre y a Jesucristo, los

ángeles y los seres celestiales unen sus voces en cantos al Todopoderoso.

Los salvados forman dos grupos: los

144,000, que pueden ser contados, y estarán

vivos cuando regrese el Señor, y la gran mul-

titud, que no puede ser contada, la cual la

componen los que han de ser resucitados en

ese momento. Todos formarán una inmensa

nube de seres vivientes que se levantará de la

tierra e irá “a recibir al Señor en el aire (1

Tesalonicenses 4:17)”.

Entonces uno de los ancianos habló, dicién-

dome: Estos que están vestidos de ropas

blancas, ¿quienes son y de dónde han veni-

do? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me

dijo: Estos son los que han salido de la Gran

tribulación, y han lavado sus ropas y las han

emblanquecido en la sangre del Cordero. Por

esto están delante del trono de Dios, y le sir-

ven día y noche en su templo; y el que está

sentado sobre el trono extenderá su taberná-

culo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor

alguno; porque el Cordero que está en medio

del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes

de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágri-

ma de los ojos de ellos (7:13-17). Estos ver-

sos finales del capítulo 7 hay que entenderlos

en su debido marco. Pareciera, a primera

... Continuación del artículo anterior

“Y oí el número de

los sellados: ciento

cuarenta y cuatro

mil sellados de

todas las tribus de

Israel”. Apoc. 7.4-8.

Página 4 La Voz del Heraldo

Page 5: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

vista, que se refieren a la gran multitud por el hecho de

que están vestidos de blanco. Pero al hacer claro que pa-

sarán por la “gran tribulación” y que el sol no los casti-

gará, lo cual pasará en la cuarta plaga, nos hace creer que se refiere a los 144,000. Este grupo especial estará siem-

pre más cerca de Cristo y habrá de compartir con Él el

gobierno de la tierra. Las ropas blancas, las cuales vestirán

todos los salvados, representan la justicia de Cristo. Este

ropaje de tejido celestial, será el pasaporte para entrar a las

mansiones eternas.

¿Quiénes reciben el Sello?

“En sus bocas no fue hallada mentira pues son sin mancha

delante del trono de Dios. (Apoc. 14:5).

El sello del Dios vivo será puesto únicamente sobre los

que tienen en su carácter la semejanza de Cristo. Así

como la cera recibe la impresión del sello, así también el

alma debe recibir la impronta del Espíritu de Dios y con-

servar la imagen de Cristo. Muchos no recibirán el sello

de Dios porque no guardan sus mandamientos, es decir,

no producen frutos de justicia.

La gran masa de cristianos profesos sufrirá una amarga

desilusión en el día del Señor. No tienen en sus frentes el

sello del Dios vivo. Por ser tibios e indiferentes deshon-

ran a Dios mucho más que el incrédulo declarado. Se mueven a tientas, en tinieblas, cuando podrían andar en la

claridad meridiana de la Palabra, guiados por Aquel que

jamás se equivoca.

Aquellos a quienes el Cordero conducirá hacia fuentes de

agua viva, y de cuyos ojos enjugará toda lágrima, son los

que ahora están recibiendo el conocimiento y la sabiduría

revelados en la Biblia, la Palabra de Dios...

No hemos de imitar a ningún ser humano. No existe

ningún hombre suficientemente sabio que pueda servirnos de ejemplo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús,

en quien habita plenamente la perfección de la justicia y la

santidad. El es el Autor y el Consumador de nuestra fe. El

es el Hombre modelo. Su experiencia es la medida de la

experiencia que nosotros debemos obtener. Su carácter es

nuestro modelo. Por lo tanto, apartemos nuestra mente de

las perplejidades y las dificultades de esta vida, y fijémos-

la en él, para que mediante la contemplación podamos ser

transformados a su semejanza. Podemos contemplar a

Cristo con un fin elevado. Podemos volvernos a él con

seguridad pues es omnisapiente. A medida que lo contem-

plemos y pensemos en él, se formará en nosotros él, la esperanza de gloria.

Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado

para hallarnos entre los ciento cuarenta y cuatro mil. Úni-

camente los que reciban el sello del Dios vivo obtendrán el

salvoconducto para entrar por las puertas de la Santa Ciudad”.

240

“Así Presento Cristo a sus discípulos, en el monte de las Olivas, la escena del gran día de juicio. Explicó que su decisión girará en

derredor de un punto”.

“El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. San-

tiago 4:17.

“Entonces dirá a los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí,

malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus

ángeles”. Mateo 25:41.

“Los que están a la izquierda de Cristo, los que han descuidado en la persona de los pobres y dolientes, fueron inconscientes de

su culpabilidad. Satanás los cegó; no percibieron lo que debían a

sus hermanos. Estuvieron absorto en sí mismo, y no se preocupa-

ron por las necesidades de los demás”.

“En el gran día del juicio, los que no hayan trabajado para Cristo,

que hayan ido a la deriva pensando en sí mismo y cuidando de sí

mismo; serán puestos por el Juez de toda la tierra con aquellos

que hicieron lo malo. Reciben la misma condenación”.

DTG.594.

“Declaró [Cristo] que el que peca abiertamente es menos culpa-ble que el que profesa servir a Dios pero no lleva frutos para su

gloria”. DTG.537.

“La regla de vida de Cristo, por la cual cada uno de nosotros

habrá de subsistir o caer en el juicio, es: “Todas las cosas que

quisieran que los hombres hicieran con vosotros, así también

haced vosotros con ellos”. “Así Presento Cristo a sus discípulos,

en el monte de las Olivas, la escena del gran día de juicio. Ex-

plicó que su decisión girará en derredor de un punto. Cuando las

naciones estén reunidas delante de él, habrá tan sólo dos clases; y

su destino eterno quedará determinado por lo que hayamos hecho o dejado de hacer por él en la persona de los pobres y dolientes”.

En aquel día, Cristo no presenta a los hombres la gran obra que

él hizo para ellos al dar su vida por su redención. Presenta la obra

fiel que hayan hechos ellos para él”. DTG.592-597.

¿Quiénes son los 144 mil?

Éste punto es controversial, porque existen según el Comentario

Bíblico Adventista, varias posiciones aunque mencionen que dos

particularmente, pero que éstas son creencias tradicionales dentro

de nuestra iglesia, aunque podemos comprenderla, ya he visto

posiciones adicionales en cuanto al número de los 144 mil, y sin embargo no me asombra el hecho de que puedan surgir otras

sugerencias más.

Veamos qué comprensión y explicación particular se propone.

... Continuación del artículo anterior

Página 5 Volumen 1, nº 2

Page 6: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

Respecto a este número se han sostenido dos puntos de vista:

1. Que es literal;

2. Que es simbólico.

Algunos de los que sostienen que es literal, destacan que el cómputo puede hacerse mediante un sistema como el que se empleó

para el cálculo de los 5.000 que fueron alimentados milagrosamente, donde sólo se contó a los hombres, pero no a las mujeres ni

a los niños (Mat. 14:21). Los que sostienen que el número es simbólico, destacan que la visión es claramente simbólica, y que

como los otros símbolos no se interpretan literalmente, éste tampoco debe entenderse así. Muchos estudiantes de las Escrituras

consideran que doce es un número que tiene significado en la Biblia, sin duda porque hubo 12 tribus en Israel (Éxodo 24:4;

28:21; Lev 24:5; Núm. 13; 17:2; Jos. 4:9; 1Rey. 4:7; 18:31; Mat. 10:1; Apoc. 12:1; 21:12, 14, 16, 21; 22:2).

La multiplicación de 12000 por 12 (Apoc. 7:5-8) puede sugerir que el propósito principal de este pasaje no es el de revelar el

número preciso de los sellados, sino mostrar la distribución de los sellados entre las tribus del Israel espiritual.

De los 144000 se dice que podrán "sostenerse en pie" en medio de los terribles acontecimientos descritos en el cap. 6:17 (ver

comentario respectivo). Tienen "el sello del Dios vivo" (cap. 7:2) y son protegidos en un tiempo de destrucción universal, como

lo fueron los que tenían la marca en la visión de Ezequiel (Eze. 9:6). Cuentan con la aprobación del cielo, pues Juan los ve más

tarde con el Cordero en el monte de Sión (Apoc. 14:1). Se declara que son sin engaño y sin mácula (Apoc. 14:5). Juan los oye

cantar un canto que "nadie podía aprender" (Apoc. 14:3). Se los llama "primicias para Dios y para el Cordero" (Apoc. 14:4).

Hay diferencias de opinión en cuanto a quiénes de la última generación de los santos constituirán precisamente los 144000. La

falta de una información más definida, como la que se necesita para llegar a conclusiones dogmáticas sobre ciertos puntos, ha

llevado a muchos a destacar, no quiénes son los 144000 sino qué son, es decir, la clase de carácter que Dios espera que posean y

la importancia de prepararse para pertenecer a esa multitud intachable. Viene muy al caso el siguiente consejo: "No es su volun-

tad [la de Dios] que se entabla discusiones por cuestiones que nobles ayudarán espiritualmente, tales como quiénes han de com-

poner los ciento cuarenta y cuatro mil. Esto lo sabrán sin lugar a dudas dentro de poco tiempo los que son elegidos por Dios". EGW, Material Suplementario com. cap. 14:1-4; cf. PR 141.

Todas las tribus

Aquí se presenta una lista de doce tribus (vers. 5-8), pero que no es enteramente idéntica con las enumeraciones que hay en el

AT (Núm. 1:5-15; Deut. 27:12-13; cf. Gén. 35:22-26; 49:3-28; 1Crón. 2:12). Las listas del AT generalmente comienzan con

Rubén, mientras que esta enumeración empieza con Judá, quizá porque Cristo era de la tribu de Judá (Apoc. 5:5). Leví no se

incluye a veces como tribu en el NT, aunque, por supuesto, se lo pone en la lista de los hijos de Jacob. Se debe sin duda a que

Leví no recibió heredad entre las tribus (ver com. Jos. 13:14). En Apoc. 7:5-8 se cuenta a la tribu de Leví, pero no a la de Dan.

Para incluir a Leví y mantener a la vez el número 12, era necesario omitir una de las tribus, pues José era contado como dos tri-

bus, es decir, Efraín (quizá llamado "José" en Apoc. 7:8) y Manasés. Dan fue excluido debido quizá a la reputación que tenía esa tribu de ser idólatra (Juec. 18:30-31).

El orden en el cual se enumeran aquí las tribus es diferente de cualquier lista del AT. Algunos han hecho notar que si los vers. 7

y 8 se colocan entre los vers. 5 y 6, las tribus siguen el orden de los hijos de Lea, los de Raquel, los de la sierva de Lea y los de la

sierva de Raquel, excepto Dan, en cuyo lugar aparece Manasés; sin embargo, no se gana nada con este cambio.

Israel

Los que insisten en que los 144.000 son judíos literales, sostienen que la aplicación a cristianos que constituyen el Israel espiri-

tual no concuerda con la división en 12 tribus específicas; sin embargo, si hay que tomar literalmente "hijos de Israel", ¿qué

razón se opone para no tomar literalmente también los vers. 5-8 y cap. 14:1-5? Además de que los judíos perdieron hace mucho

sus distinciones tribales, la probabilidad sumamente remota de que en realidad haya un número igual de redimidos de cada tribu -pero ni uno de Dan-, y el requisito de que todos sean célibes (cap. 14:4), pondría a prueba la credulidad de cualquiera. Sin em-

bargo, si los 144.000 no son judíos literales sino israelitas simbólicos el Israel espiritual, la iglesia cristiana-, entonces las divi-

siones de las tribus y otros detalles son también figurados, y desaparecen las dificultades.

Debe, pues, entenderse que estos israelitas que son sellados pertenecen al Israel espiritual, la iglesia cristiana (Rom. 2:28-29; 9:6

-7; Gál. 3:28-29; 6:16; cf. Gál. 4:28; 1Ped. 1:1; ver com. Fil. 3:3). El Israel espiritual se representa en el símbolo como dividido

en 12 tribus, porque las 12 puertas de la nueva Jerusalén tienen grabados los nombres de las 12 tribus de Israel (Apoc. 21:12)”.

... Continuación del artículo anterior

Página 6 La Voz del Heraldo

Page 7: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

CBA.799. Pero, ahora podemos comprender acerca de la diferencia particular entre los 144 mil, y la Gran Multitud.

La gran multitud

Los comentadores no han estado de acuerdo desde los comienzos del cristianismo en cuanto a la relación de esta multitud con los

144000. Se han sostenido tres principales puntos de vista.

Según una opinión, los 144000 y la "gran multitud" componen el mismo grupo, pero bajo diferentes condiciones, y los vers. 9-17

revelan la verdadera identidad de los 144.000.

De acuerdo con este punto de vista, los vers. 1-8 describen el sellamiento de los 144000 a fin de prepararlos para permanecer

firmes en medio de los terrores que acompañan la venida del Mesías, mientras que los vers. 9-17 los muestran después regociján-

dose en paz y triunfo alrededor del trono de Dios.

Los que opinan de esta manera creen que las aparentes diferencias entre la descripción de la "gran multitud" y de los 144000 no son diferencias sino explicaciones. De modo que el hecho de que la "gran multitud" no pueda contarse, lo entienden como que

implica que el número 144000 es simbólico y no literal.

El hecho de que la "gran multitud" provenga de todas las naciones, y no sólo de Israel como es el caso del origen de los 144000, lo interpretan como que el Israel al cual pertenecen los 144000 no es el Israel literal sino el espiritual, que abarca a todas las na-

ciones de los gentiles.

Un segundo punto de vista destaca las diferencias entre los 144000 y la "gran multitud". Los primeros pueden contarse; la otra,

no. Aquellos representan un grupo especial, las "primicias para Dios y para el Cordero", los que "siguen al Cordero por donde-

quiera que va" (cap. 14:4); la multitud son los demás santos triunfantes de todas las épocas.

... Continuación del artículo anterior

Página 7 Volumen 1, nº 2

Page 8: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_02_2009

El tercer punto de vista identifica a la, "gran multitud" como el grupo total de los redimidos, lo que incluye a los 144000. Los

adventistas del séptimo día generalmente se han inclinado por el segundo punto de vista.

Del trono. Ver com. cap. 4:2.

Del Cordero. Ver com. cap. 5:6.

Ropas blancas. Ver com. cap. 6: 11; cf. cap. 7:13.

Palmas. Eran símbolos de regocijo y victoria (ver Mar. 13;51; 2 Mac. 10:7; Juan 12:13).

La salvación pertenece a nuestro Dios

La compañía innumerable reconoce que Dios y el Cordero la ha redimido. El sentido original del pasaje se expresa con exactitud

en la RVR. El atribuir la salvación tanto a Dios como al Cordero, es una evidencia significativa de su igualdad (ver com. cap.

5:13).

Que está sentado. Ver com. cap. 4:2.

Uno de los ancianos. Ver com. cap. 4:4.

Habló, diciéndome.

El anciano expresa la pregunta que sin duda ya estaba en la mente de Juan.

¿Quiénes son?

Puede surgir la pregunta respecto a cuál grupo se refiere el anciano, si al de los 144000 (vers. 4), o a la "gran multitud" (vers. 9).

Hay dos opiniones respecto a este punto:

(1) Que se refiere a los 144000.

Los que sostienen esta opinión argumentan que Juan ya conocía la identidad de la "gran multitud" porque había declarado que

provenía de "todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas"; por lo tanto alegan que para que la pregunta del anciano sea razo-

nable debe referirse a los 144000.

(2) Que se refiere a la "gran multitud".

Los que sostienen esta opinión hacen notar que a partir del vers. 9 comienza una escena enteramente nueva de la visión, y que

una referencia a una escena previa difícilmente sería de esperar a menos que se la indicase específicamente. Argumentan además

que la "gran multitud" no ha sido identificada más claramente que los 144000. Finalmente llaman la atención al hecho de que el

anciano habla específicamente de los que están "vestidos de ropas blancas", o sea la "gran multitud" que se describe con esas

vestiduras en el vers. 9. Esta opinión puede sostenerse ya sea que se piense que la "gran multitud" comprende a todos los redimi-

dos, incluso a los 144000, o a los redimidos excluyendo este grupo. Ver Hap. p. 481; GS. p. 707; MC. p. 406”. CBA.800.

Gran tribulación

Literalmente "la gran tribulación". Los que sostienen que los vers. 13-17 se aplican a los 144000 (ver com. vers. 13) entienden

que la tribulación es el tiempo de angustia mencionado en Dan. 12: 1, que precederá al segundo advenimiento de Cristo. Los que sostienen que los vers. 13-17 se refieren a la gran multitud, aplican la "gran tribulación" en forma más general a los diferentes

períodos de tribulación que han experimentado los santos a través de los siglos o, más específicamente, a la tribulación descrita

por los símbolos de Apoc. 6 (cf. Mat. 24:21). Cf com. Apoc. 3:10.

Han lavado sus ropas

Se explica por qué sus ropas son puras. Los santos han triunfado no por sus propios medios, sino a causa de la victoria ganada

por Cristo en el Calvario (cf. com. cap. 6:11). Aquí se demuestra la estrecha relación entre la justicia y la victoria, ambas simbo-

lizadas por las ropas blancas (cf com. cap. 3:4; cf cap. 1:5). La batalla es contra el pecado; Injusticia es la victoria; la justicia de

Cristo ha ganado la victoria; los pecadores llegan a ser justos y victoriosos al aceptar la justicia de Cristo.

... Continuación del artículo anterior

Página 8 La Voz del Heraldo

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Tienen la Justicia de Cristo

La justicia y la victoria de estos bienaventurados hacen posible que los que componen el grupo estén continuamente en la pre-

sencia de Dios. Si sus ropas no fuesen blancas, no podrían soportar la presencia divina”. CBA.801. Cap. 7.

Primeros Escritos versiones español e inglés: ¿qué dicen acerca de los 144 mil?

Pero, ¿qué ha de suceder cuando apreciamos que la versión en inglés del libro Primeros Escritos sugiere que este número es lite-

ral?

Debajo aparecerán dos citas, español e inglés que merecen especial atención y comprensión del Evangelio de Dios.

1. “Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste

adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios

quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso.

Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los

144,000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terre-

moto.

Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente

con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí”. PE.15.

“Then Jesus would encourage them by raising His glorious right arm, and from His arm came a light which waved over the Ad-

vent band, and they shouted, "Alleluia!" Others rashly denied the light behind them and said that it was not God that had led

them out so far. The light behind them went out, leaving their feet in perfect darkness, and they stumbled and lost sight of the mark and of Jesus, and fell off the path down into the dark and wicked world below. Soon we heard the voice of God like many

waters, which gave us the day and hour of Jesus' coming. The living saints, 144,000 in number, knew and understood the

voice, while the wicked thought it was thunder and an earthquake. When God spoke the time, He poured upon us the Holy

Ghost, and our faces began to light up and shine with the glory of God, as Moses' did when he came down from Mount Sinai.

Early Writing.15.

2. “Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ezequiel 9) regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su

encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.

“An angel with a writer’s inkhorn by his side returned from the earth and reported to Jesus that his work was done, and the saints

were numbered and sealed”. Early Writings.279.

Sin embargo, una cita que debe captar nuestra atención se refiere a la necesidad de conformarnos en este grupo, y que debemos

luchar por ser parte del pueblo de Dios.

Esforzaos por estar entre los 144000

Aquellos a quienes el Cordero guiará a las fuentes de aguas vivas y de cuyos ojos borre toda lágrima, serán los que ahora reciban

el conocimiento y la comprensión que se revelan en la Biblia, la Palabra de Dios... [Se cita Apoc. 7:9-l7].

No debemos imitar a ningún ser humano. No hay ningún ser humano suficientemente sabio para ser nuestro modelo. Debemos

contemplar al Hombre Cristo Jesús, que es completo en la perfección de justicia y santidad. El es el Autor y Consumador de

nuestra fe. Es el Hombre modelo. Su vida es la medida de la vida que debemos alcanzar. Su carácter es nuestro modelo, por lo tanto, despejemos nuestra mente de perplejidades y de las dificultades de esta vida y fijémosla en él, para que contemplándolo

podamos ser cambiados a su semejanza.

Podemos contemplar a Cristo con un buen propósito. Podemos estar seguros mirándolo porque es omnisapiente. Al contemplarlo

y al pensar en él, él se formará en nuestro interior, la esperanza de gloria. Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado

para estar entre los ciento cuarenta y cuatro mil”. Review and Herald. 9-3-1905.

... Continuación del artículo anterior

Página 9 Volumen 1, nº 2

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El ángel Gabriel y los 144000 sellados

“Yo oí el numero de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados.” (Apocalipsis 7:4).

“Este sellamiento de los siervos de Dios es el mismo que se le mostró a Ezequiel en visión. Juan también fue testigo de esta

notable revelación”. TM.445.

“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ez. 9) regresó

de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.

“Los ángeles de Dios obedecen su mandato al retener los vientos de la tierra para que no soplen sobre ésta, ni sobre el mar,

ni sobre ningún árbol hasta que los siervos de Dios sean “sellados en sus frentes” (Apoc.7:3). Al ángel poderoso se lo ve

subiendo del este (o de donde sale el sol) El más poderoso de los ángeles tiene en su mano el sello del Dios vivo,…Es la voz

de este ángel encumbrado la que tiene autoridad para ordenar a los cuatro ángeles que mantengan en jaque a los cuatro vien-

tos hasta que esa obra sea realizada, y hasta que él (El ángel) ordene que sean soltados”. TM.444,445.

Pregunta: ¿Quien es el ángel que cumple el encargo de Jesús de sellar a los 144.00?

Respuesta: Este ángel “es el mismo que se le mostró a Ezequiel en visión.” “Es el ángel con un tintero de escribano en la

cintura.” “Ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones”. (Eze. 9:4).

Pregunta: ¿Cuánto poder tiene este ángel?

Respuesta: “El más poderoso de los ángeles tiene en su mano el sello del Dios vivo”. “Diciendo: No hagáis daño a la tierra,

ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. (Ap. 7:3)

Pregunta: ¿Quién es el ángel más poderoso en los atrios celestiales?

Respuesta: “Las palabras del ángel “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios”, demuestra que ocupa un puesto de honor

en los atrios celestiales”. DTG.73.

“El poderoso ángel que está en la presencia de Dios ocupando el lugar del cual cayó Satanás”. DTG.643.

“Fue Gabriel el ángel que sigue en jerarquía al Hijo de Dios, quien trajo el mensaje a Daniel.

Fue Gabriel, su ángel, a quien envió Cristo para revelar el futuro al amado Juan; y se pronuncia una bendición sobre aque-

llos que leen y oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas en ellas escritas”. DTG.201.

¡Admirable pensamiento, que el ángel que sigue en honor al Hijo de Dios es el escogido para revelar los propósitos de Dios

a los hombres pecaminosos”. DTG.74.

Pregunta: ¿Cuál es el nombre del poderoso ángel con el tintero de escribano en la cintura y tiene en su mano el sello del

Dios vivo y también es el encargado de sellar y numerar a los santos?

Respuesta: El ángel Gabriel

“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura (Ez. 9) regresó

de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos”. PE.279.

GABRIEL

GABRIEL. Gr. Gabriel, del Heb. Gabri’el, que significa “varón de Dios”. La palabra hebrea traducida como “varón” es

géber que significa “hombre fuerte”.

Gabriel ocupa la posición de la cual cayo Lucifer (DTG.642; CS.547), y sigue a Cristo en categoría y honor (DTG.72-73,

201; Dan. 10:21). Fue Gabriel quien se le apareció a Daniel (Dan. 8:16; 9:21) para anunciar la venida del “Mesías Prínci-

pe” (Dan. 9.25) y en los días del NT se le apareció al [sacerdote] Zacarías (Luc. 1.19) y a María (vers. 26-27), y probable-

mente fue Gabriel quien se le apareció a José (ver com. Mat. 1:20). Gabriel también fortaleció a Jesús en el Getsemaní

DTG.642); se interpuso entre Jesús y la multitud (DTG.643), y abrió la tumba y llamo a Jesús para que saliera (DTG.725-

726). Gabriel fue, además, uno de los ángeles que acompañaron a Jesús durante su vida en la tierra (DTG.735), los cuales se

les aparecieron a los discípulos

Página 10 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

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en el monte de los Olivos cuando Jesús ascendió at cielo (DTG.771; cf. 725). Fue Gabriel quien se le apareció a Juan en la isla

de Patmos (DTG.73 ver com. Apoc. 1:1). y le dijo que era consiervo suyo y de los profetas (Apoc. 22: 9). 5CBA, pp.661-662.

Los 144000

“Después mire, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el

nombre de él y de su Padre escrito en la frente”. (Apocalipsis 14:1).

“En el cap.7:3 (Apoc.) Se dice que los 144000 son sellados “en sus frentes”, por lo tanto, hay una estrecha relación entre el

sello y el nombre divino. En esta visión de Juan el sello evidentemente tenía el nombre del Padre y del Hijo. En los sellos anti-

guos se grababan el nombre de la persona, lo que les daba validez. Los nombres, aplicados a los 144000, representan (1) El

dueño: los 144000 pertenecen a Dios (El Padre); (2) El carácter: los 144.000 reflejan plenamente la imagen de Jesús (El Hijo),

“El Cordero estaba en pie sobre el monte de Sión”. 7CBA.839.

Aunque existen detalles de consideración, podemos hacer algunas preguntas justas. En visión Juan identificó unos nombres que los 144000 tenían escritos en su frente.

Pregunta: ¿Qué cantidad de nombres de personas tenían escritos los 144.000 en sus frenes? ¿Un nombre? ¿Dos o tres nombres?

Respuesta: Juan solamente vio DOS nombres escritos en sus frentes.

Pregunta: ¿Cuáles eran esos DOS nombres? ¿De quienes eran?

Respuesta: Los nombres eran del Cordero y del Padre. Los nombres son: Del Hijo de Dios (Jesucristo) y de Dios (El Padre).

Señal sobre los 144 mil

"Sobre el mar de vidrio delante del trono, ese mar de vidrio como si estuviera mezclado con fuego, -- tan resplandeciente con la

gloria de Dios -- está reunida la compañía [1] de los que han 'obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre'. Con el Cordero en el monte Sión, 'teniendo las arpas de Dios', permanecen de pie los

ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; y se oye, como el sonido de muchas aguas, y como el

sonido de un gran trueno, 'la voz de los arpistas que tocaban sus arpas'. Y cantan 'un cántico nuevo' delante del trono, un cánti-

co que nadie puede cantar salvo los ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero -- un cántico de libera-

ción. Nadie sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender ese cántico; porque es el cántico de su experiencia -- una

experiencia como no la ha tenido ninguna otra compañía. 'Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va'. Éstos,

habiendo [2] sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados como 'las primicias para Dios y el Cordero'. Apoca-

lipsis 15:2, 3; 14:1-5. [3] 'Estos son los que salieron de gran tribulación'; han pasado por el tiempo de angustia cual nunca fue

desde que hubo nación; [4] han soportado el tiempo de la angustia de Jacob; [5] han permanecido sin intercesor durante el de-

rramamiento de los juicios de Dios. ... [6] Han visto la tierra devastada por hambruna y la pestilencia, teniendo el sol poder

para abrasar a los hombres con gran calor, y ellos mismos han soportado sufrimiento, hambre, y sed". (4)

Por lo que antecede, los 144,000 son identificados por lo siguiente:

1. Obtuvieron la victoria sobre la "marca de la bestia"

2. Estaban vivos y fueron trasladados al regreso de Jesús

3. Pasaron por la gran tribulación

4. Pasaron por la "angustia de Jacob"

5. Permanecieron sin un mediador

6. Vivieron durante los juicios finales de Dios sobre la tierra

"Los ángeles están conteniendo los vientos. Es Dios el que restringe los poderes. Los ángeles no han soltado, porque no todos

los santos están sellados. La tribulación ha comenzado. Ha comenzado. La razón de que los cuatro vientos no hayan sido solta-dos es que no todos los santos están sellados. La tribulación está aumentando más y más; esa tribulación nunca terminará sino

hasta que la tierra se deshaga de los impíos. Ellos [los vientos] están listos para soplar. Hay una restricción puesta porque no

todos los santos están sellados". Ellen White as quoted by Joseph Bates in A Seal of the Living God, pp. 25, 26.

"El tiempo del sellamiento es muy corto, y pronto terminará. Ahora es el momento de asegurar nuestro llamado y nuestra elec-

ción, mientras los cuatro ángeles están conteniendo los cuatro vientos". Ellen White, "To Those who are Receiving the Seal of

the Living God", January 31, 1849.

... Continuación del artículo anterior

Página 11 La Voz del Heraldo

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Licuados de frutas: Contra

la Candidiasis

De Zanahoria, Apio y Ajo

2 Porciones

Ingredientes

6 zanahorias

2 tallos de apio

2 dientes de ajo

3 hojas de col rizada

1 manojo pequeño de perejil

Agua necesaria

Preparación

Licuar los ingredientes perfectamente a alta velo-

cidad y beberlo en el momento.

Función

Fortalece las defensas en caso de candidiasis, in-

fección producida por el hongo oportunista, can-

didiasis.

Puede presentarse en la piel, en el área gastroin-

testinal, sistema respiratorio y los genitales.

Tomar un vaso diario durante una semana.

Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos

Página 12 La Voz del Heraldo

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Comité Editorial: María A. Villalobos, Samuel Saldaña.

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Editado quincenalmente por este ministerio.

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to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del

Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-

gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-

dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como

si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-

da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-

ce en tinieblas.

Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-

to!

¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para

la eternidad!

Nos complacemos en poder servirle.

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