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BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL .1 CARBON ARJENTINO RAFAELITA w í) .¿ f k'. (Trabajo leido en el Congr· eso Científico Internacional Americano de Buenos Aires) Historia de su descubrimiento Una mafiana del mes de Marzo de I9IO se presentó a mi Oficina del Museo Nacional, el sefior Juan Fleishman, a pedirme que fuese con él donde el señor Federico Martínez, con el objeto de ver unas muestras de carbon que tenia en una caja. de fierro este caballero; la que le habia sido entregada por el señor Basilio Donoso, el que a su vez la recibió del sefior Anselmo Osses, quien la habia traido de la rejion del Neuquen de la República Arjentina, las que fueron espresamente a buscarla con el señor Antonio Della-Cha, de Chosmabl; los que despues de varios dias de per- manecer en el terreno sin poderla encontrar, dieron con el afloramiento, precisamente cuando habian perdido toda esperanza de poder dar con él. Una vez que encontraron este afloramiento, lo recorrieron a caballo por encima de la cresta ae donde trajeron algunas muestras, una de las cuales llegó a poder del señor Martínez . La historia de este relato fué conocida por el señor Fleishman como igualmente datos, sobre la i ancho del yacimiento. A medida que me daba a conocer en mi oficina el señor Fleishman la magnitud de estos afloramientos, yo dudaba en absoluto de la importancia que le daba i sólo le respondia de vez en cuando con una débil sonrisa de incredulidad. Esto era mui natural, puesto que nos habia tocado ver i es- tudi::tr en los últimos afios, una infinidad de riquísimos negocios, que des- graciadamente carecen de base en el terreno i no pasaban de ser mas que fantasías de algunos. Mas bien por complacer a mi visitante fuí a la oficina del señor Mat '-\ tínez i cuál no seria mi sorpresa cuando que sacó de la caja de fierro,

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BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL

.1 CARBON ARJENTINO

RAFAELITA

w í) .¿ ~ -;-;:~{M· f ~ k'. (Trabajo leido en el Congr·eso Científico Internacional Americano

de Buenos Aires)

Historia de su descubrimiento

Una mafiana del mes de Marzo de I9IO se presentó a mi Oficina del

Museo Nacional, el sefior Juan Fleishman, a pedirme que fuese con él donde

el señor Federico Martínez, con el objeto de ver unas muestras de carbon

que tenia guarda~as en una caja. de fierro este caballero; la que le habia

sido entregada por el señor Basilio Donoso, el que a su vez la recibió del

sefior Anselmo Osses, quien la habia traido de la rejion del Neuquen de la

República Arjentina, las que fueron espresamente a buscarla con el señor

Antonio Della-Cha, de Chosmabl; los que despues de varios dias de per­

manecer en el terreno sin poderla encontrar, dieron con el afloramiento,

precisamente cuando habian perdido toda esperanza de poder dar con él.

Una vez que encontraron este afloramiento, lo recorrieron a caballo por

encima de la cresta ae donde trajeron algunas muestras, una de las cuales

llegó a poder del señor Martínez . La historia de este relato fué conocida

por el señor Fleishman como igualmente datos, sobre la lonjit~d i ancho

del yacimiento.

A medida que me daba a conocer en mi oficina el señor Fleishman la

magnitud de estos afloramientos, yo dudaba en absoluto de la importancia

que le daba i sólo le respondia de vez en cuando con una débil sonrisa de

incredulidad. Esto era mui natural, puesto que nos habia tocado ver i es­

tudi::tr en los últimos afios, una infinidad de riquísimos negocios, que des­

graciadamente carecen de base en el terreno i no pasaban de ser mas que

fantasías de algunos.

Mas bien por complacer a mi visitante fuí a la oficina del señor Mat'-\

tínez i cuál no seria mi sorpresa cuando ví que sacó de la caja de fierro,

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Miguel R. Machado.- CARBON ARJENTI NO

unos trozos del mineral de un hermoso color neg;o brillante; en su pre­

sencia quemé con un fósforo una astilla, la que ardió con hermosa llama.

Una vez concluida esta operacion, envolvió la muestra con sumo cuidado i

la volvió a su antiguo lugar. Afortunadamente quedaron sobre el escri­

torio algunos pequeñitos trozos que a lo sumo eran del porte de un grano

de pimienta, los que cuidadosamente guardé para hacerle un prolijo reco­

nocimiento a esta sustancia que no conocía.

Una vez en mi laboratorio destilé estos fragmentos i ví con sorpresa

que ellos daban una gota de aceite oscuro, la que ardia con hermosa llama

al aplicarie una pajuela encendida .

Desde este momento nos propusimos a toda costa realizar una esplo­

racion al lugar de donde se habia estraido esas muestras .

El señor Basilio Donoso cuando oyó nuestra opinion sobre el combus­

tible, dió gustoso lós capitales para hacer una espedicion de esta natura­

leza, i al mismo tiempo hizo llamar del sur al seti.or Anselmo Osses para

que nos acompati.ase al Neuquen, en la Arjentina.

Despues de arreglarnos lo mejor que pudimos para la espedicion, sa­

limos de Santiago hácia Mendoza en la tarde del 2 5 de Mayo de I9IO, en

donde permanecimos algunos di as, con el objeto de ver los sondajes que

se están haciendo en los estensos terrenos petrolíferos de Cacheuta. Des­

graciadamente no se nos permitió ver las perforaciones; pero sí tuvimos la

oportunidad de recorrer una pequeña zona de estos terrenos, de donde

recojimos algunos fósiles que nos indicaban la edad de los terrenos. Esto lo

hacíamos con el objeto de poder comparar los suelos del Neuquen con los

de Mendoza .

Una vez en · posesion de todos aquellos datos que nos pudiera inte­

resar _ para el buen resultado de esta espediciof.l, tomamos una noche el

ferrocarril que parte de Mendoza a Buenos Aires, el que tuvimos que dejar

al dia siguiente mui de madrugada, con el objeto de seguir viaje en otro

que nos llevase directamente a la hermosa ciudad de Bahía Blanca, de donde

salimos dos dias despues en el nocturno del ferrocarril del sur, en direccion

al territorio del Neuquen, llegando en la mati.ana del dia siguiente al pe­

queño caserío de Cipolletti.

Aquí tuvimos que reunir todos aquellos elementos necesanos para

poder seguir a los mismos yacimientos de donde se habia estraiclo la

muestra de carbon que habíamos visto en Santiago. Desgraciadamente los

vehículos que nos proporcionamos fueron contratados por clia, por cuyo

motivo los conductores de los carros, no tenían el menor apuro en llegar al \ '

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BOLETIN DlcL ~f USEO NACIONAL

final de la jornada en el menor tiempo posible, c!eteniéndosc por cualquier

pretesto en el camino, a cau:;a de lo cual el viaje, que pudo hacerse hasta'

los afloramientos en un poco mas de dos dias, lo hicimos en ocho.

Bien que a lo anterior hai que agregar que ninguno de los que nos

acompañaban sabían el camino que nos debia conducir al mineral, ya que

la persona que es conocedora ele esos lugares, lo habia hecho por un sende·

ro diametralmente opuesto al que llevábamos.

A esta falta de guía se debió que estuviésemos dos días sin agua en

la pampa i, lo que es peor aun, sin saber dónde podíamos encontrar este

líquido. En vista de esta difícil situacion se mandaron adelante todos los

animales con dos mozos, en busca de alguna vivienda i con órden de darle

de beber a los animales, como igualmente que se nos trajera el agua para

la bebida, a la cual se le reconoce toda su importancia sólo en semejantes

casos.

Se puede decir que lo único que sabíamos, era que estos afloramien­

tos se encontraban en el fondo ele unos cafíadones que existían en. el lado

oriente de la sierra de Auca-Mahuida, la que se ve por fortuna desde

enorme distancia .

Sólo el 13 de Junio, por la tarde, llegamos al lugar denominado Jahuel

del Rosahuer, que es el nombre del dueño del fundo . Aquí ya hai agua,

la que se le estrae en parte de un pozo que tiene unos seis metros ele hon­

dura, por medio de un molino de viento i ademas por las mafíanas se ve a

un hombre montado sacarla en baldes, hasta que llena un pequeño estan­

que de madera de donde sale por una llave que llena una larga canaleta de

hierro, a donde van a beber los animales que hai en el fundo .

Al dia siguiente de haber llegado a este Jahuel , el seil.or Osses se fu é

sólo a buscar el afloramieHto del carbon i al mismo tiempo a ponersP . en

contacto con una espedicion que babia venido de Chos-Malal, encabezada

por el señor Della-Clia, el que quedó de llevar a ese lugar algunos trabaja·

dores con el objeto de hacer algunos reconocimientos en el terreno. Pero

resultó que nuestro guía no volvió a aparecer en nuestro campamento,

apesar de que creia encontrarse a pequeña distancia el depósito de este

combustible. Naturalmente esto nos alarmó sobremanera i nos imajiná­

bamos que simplemente se habría estraviado en la pampa, para lo cual le

hicimos hacer varias fogatas en diversos lugares con el objeto que el set1or

Osses se pudiera orientar en la noche; pero apesar de nuestros buenos

deseos este set1or no llegó a nuest~ campamento .

Sólo al dia siguiente, a eso ele las dos de la tarde, divisamos por el

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Miguel R. Machado.-CARBON ARJENTINO 143

lado norte i a mucln distancia una gran polvareda, lo que nos hizo pensar

que este señor regresaba. Efectivamente, algunos minutos despues-· llegó

a nuestra carpa el señor-Osses acompañado por el señor Della-Cha i algu­

nos trabajadores. Como el tiempo era de suma importancia para nosotros,

preferimos salir esa misma tarde al punto donde se encontraba el combus­

tible, quedando en el Jahuel sólo el sefíor Fleishman acompaii.aclo ele los

conductores ele carros.

Salimos de nuestro alojamiento a esg de las cuatro i seguimos el ca­

mino en direccion al norte por un terreno mas o ménos plano, el que nos

demoramos en pasar tres cuartos de hora hasta que llegamos a unos faldeos

de clireccion cercana E.O. magnético, los que nos demoramos en subir

media hora. En algunas localidades de éstos existen potentes mantos de

conchas fósiles; éstas se encuentran en abundancia i en mui 'buen estado,

entre arcillas ricas en cal, de color amarillo verdoso que se desagrega fácil­

mente, formando-- un terreno esponjoso que se hunde a la menor presion.

Una vez en la cima que está a unos 300 metros sobre el Jahuel, nos

encontramos hácia el norte con un estenso llano que va bajando gradual i

lentamente a med~da que se camina por él. Este se encuentra completa­

mente cubierto ele arb-ustos espinudos de un alto mayor de un metro, los

que dificultan la marcha enormemente.

Una vez en él seguimos en direccion al N.N.O., sirviéndonos como

punto de mira, un pequeño cerrillo cuya cima tiene forma de yunque que

está en la falda N. i mui cercano a la cima de unos barrancos que limitan

al cafiaclon por el E. i que circundan al Auca-Mahuida, i despues ele dos

horas de andar por este paraje, llegamos a la cima de unos barrancos.

- El caminito de bajada se encuentra casi inmediatamente al E. del

punto mas alto de la anterior serranía, a unos 40° al O. de la aguja mag­

nética. Descendimos unos 200 metros hasta que por fin ~legamos al caña­

don, por el que seguimos contorneando hasta arribar a un delgado filon de

rocas arenáceas que han sido mui er-osionadas por el agua de torrentes, el

que presenta formas caprichosas en cuyas pendientes laderas se ven alter­

nando fajas ele diversos colores, los que varían del amarillo al rojo i al

gris blanco. A unos mil metros de este punto en direccion al N ., existen

los afloramientos del combustible que íbamos a buscar. A medida que nos

acercábamos a nuestro objetivo, sentíamos mejor el olor del carbon que se

quemaba el que recuerda la hulla, igualmente veíamos una especie de bru­

ma 1ébil i blanquizca, fuera de esto se nos decía que sólo nos encontrába­

mos a algun0s metros de distancia del afloramiento, al que en verdad no

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144 BOI.ETlN DEL :\lUSEO NACIONAL

veíamos; ahora es aun mas curioso esto, si tomamos en consideracion~que

el terréno tiene un color gris blanco, en parte, como gris :-ojizo en el resto ,

miéntras que el carbon es negro.

Por último, llegamos a los yacimientos el dia I 5 de Junio, i ántes de

bajarnos del caballo, lo recorrimos por encima en toda su estension.

Algunos minutos despues de encontrarnos en esta rejion, principia­

mos un p·ique en la parte mas ancha de este afloramiento en donde tiene

mas de dos metros i a la vez mas alta del creston, el que va haciéndose

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Miguel R. Machado.-C.-\:RBON c\RjENTINO '45

cada vez menor a medida que uno se acerca a sus estremos visibles i que

por fin concluye por perderse en el terreno vejeta]; la parte alta sobresale

del suelo-comÓ cosa ele dos metros i medio.

En dos días de trabajo i con dos buenos operarios, logramos darle

una hondura de cinco metros; en la potencia de esta veta notamos alguna

variaciort; así a metro i medio de profundidad ésta se angosta hasta quedar

reducida a unos ochenta centímetros, pero medio metro mas abajo de esta

estrechura vuelve nuevamente a tomar su ancho i que es entre un metro

veinte i un metro ochenta, que es como queda en sus planes, que fué el que

tuvimos mas o ménos hasta los cinco metros.

Este pique lo hicimos con el objeto de cerciorarnos de si estos aflora­

mientos eran superficiales i afectaban la forma de una capa mas o ménos

horizontal o tenian la forma de veta. La profundidad que se le dió nos vino

a convencer que aquí se trataba de una rajadura vertical, rellena con esa

sustancia negra parecida al carbon que por desti lacion da petróleo.

Este filon de roca combustible está limitado tanto al N. como al S .,

por una roca arenácea de color blanco gris algo verdosa, la que tiene una

estructura hojosa i cierta tendencia a partirse en fragmentos que recuerdan

un algo al romboedro, que se compone de granos de cuarzo, mica, yeso,

rafaelita, etc.

Por esa disposicion en capas pudimos darnos cuenta que este conglo-

ro

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q6 BOL.ETIN JJEL MUSEO NACIONAL

merado fino se inclina de ro0 a r 2 ° ya sea al norte o al sur, segun sea el

lado de la veta en que se encuentra.

Corte de la veta i de los estratos que lo rodean.

1', carbon; 2 , areniscas guaraníticas; 3, terreno de acarreo.

Una vez que nos cercioramos del modo como se encontraba este com­

bustible, le seguimos haciendo a la veta algunos tajos normales a su direc­

cion jeneral, con el objeto de ver su potencia, hasta que llegamos a aque­

llos puntos en que se pierde bajo ese suelo vejeta! blando de color rojizo

La parte visible de este filon que corre cercano al E. O. magnético tiene

una lonjitud de 232 metros; su potencia se va atenuando a medida que nos

separamos del. punto en que hicimos el pique i que es la parte mas ancha.

En vista de esto creímos que este filon concluía i sólo por curiosidad le hi­

cimos un tajo en su lado poniente, en el terreno vejeta!, en la direccion

que llevaba i al cabo de algunos centímetros de profundidad la encontra­

mos con un metro sesenta centímetros de ancho i a diez metros mas al ·Ü.

le hicimos otra escavacion i la volvimos a encontrar con un metro sesenta

centímetros de ancho i a veintiseis metros mas adelante con un metro no­

venta, es decir con un ancho mayor, i a doce metros mas adelante tenia un

metro de poder, ¡;¡ero esto era ya a dos metros de la superficie del terreno

vejeta!. Despues de esto yo]vimos a hacer otra escavacion a treinta metros

de la anterior i en su misma direccion i ya no la encontramos; le hicimos

otro tajo al norte i por último otro al sur del primero i sólo dimos con ella

al cuarto pique i ya el grueso de la tierra vejeta! era cerca de tres metros i

el grueso del filon era alrededor de un metro.

En todas estas escavaciones pudimos observar que la superficie de la

veta tenia una forma convexa.

Estamos casi seguros que ella seguirá encapada en su lado del ponien·

te en algunos miles de metros.

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Pudimos ademas observar que en los últimos cortes que hicimos en el

terreno .vejeta!, en el lado oriente de este filon, que éste se va atenuando a

los ciento noventa i cinco metros del lugar en que hicimos el pique ..

A mui pocos metros de distancia del punto en que termina esta veta, se

hizo un corte de medio metro de hondura i pudimos encontrar nuevamente

el filon, el que aumenta de espesor con la hondura.

De lo anterior parece desprenderse que este yacimiento tiene la forma

de una gran lenteja vertical de mucho poder en su parte media i que a me­

dida que se retira del centro se adelgaza este filon, esto es lo que pasa por

lo rnénos en su lado oriente.

Hemos dicho que esta veta termina en cuña en su lado oriente i aho­

ra nos queda que añadir solamente que este combustible se encuentra ro­

deado por una capa de selenita, pirita, sulfato de hierro, i de silicato de

cobre.

Esta fractura rellenada con este cuerpo sÓlido combustible, no sólo

rajó al formarse los estratos de la roca de oríjen sedimentario que se ven a

la superficie, sino que a su vez los levanta tal corno se ve en el dibujo en

donde puede observarse que su inclinacion es mas pronunciada rniéntras

mas se acerca al mineral en cuestion. Las rocas sedimentarias se compo­

nen de capitas ele unos treinta centímetros de grueso, de arcilla arenácea

de color negro verdoso que encierra pequeños núcleos de yeso, pequeñas

hojas de mic::t i fragmentos del mineral en cuestion i a esto se debe ese co­

lor oscuro de esta roca. Otras están separadas por capitas de unos cinco

milímetros de grueso de arcilla verdosa con yeso . Este sistema de estratos

está cubierto por una capa que varía entre 10 i 30 i mas centímetros, de la

tierra vejeta! que cubre esta cuenca.

Hemos dicho que el rumbo jeneral de esta veta es mas o ménos cer­

cano de E.O. ma.gnético; pero a su vez notamos que en su lado oriente se

ven en sus afloramientos alguncs saltos hácia atras a medida que uno

avanza al oriente del piqu: de reconocimiento.

Cada salto es mas o ménos de un metro i se ven tres ántes que con­

cluya en punta. Al poniente este filon tiene cierta tendencia a desviarse al

norte.

El combustible que se estrae cerca de la superficie, se quema dando

poco humo, pero tiene un olor algo desagradable i que recuerda a veces al

de la hulla i en la noche proporciona al quemar este combustible una her­

mosa llama con luz blanca amarillenta.

En aquellos trozos que principian a entrar en ignicion, se nota que la

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HOLETIN DEL ~lUSEO NACIONAL

superficie en contacto con el fuego se reblandece lijeramente volviéndose

mui brillante su superficie; algo despues de lo anterior se ve formarse algu­

nas pequeñas protuberancias negras, las que poco a poco van tomando

mayor volúmen hasta que llega un momento que éstt> se rompe i por cuyo

orificio sale un chorro de gas que se inflama; este orificio, despues de un

rato, va disminuyendo poco a poco de tamaño hasta que por fin desaparece

i en su lugar queda una escrecencia de cok. Este fenómeno se repite en toda

la superficie del combustible, hasta que por fin esta masa queda sin gas i

se nos presenta como un solo trozo de carbon encendido, el que si se en­

cuentra en contacto del aire concluye por quemarse totalmente, quedando

por fin sólo una pequeñísima cantidad de ceniza.

Si tenemos un trozo de carbon hecho ascua i que ya haya perdido los

gases i lo apagamos, obtendremos carbon cok, el que es duro, pesado, mui

brillante, i con algunos reflejos metálicos. Miéntras si tenemos una brasa

ele este combustible i le dejamos uno de sus lados en contacto del aire,

veremos que éste al fin se cubre ele un color verde oscuro, color debido al

vanadio que contiene.

Hemos observado que este combustible se quema de muí distinta ma­

I'lera segun si es ele la superficie o de hondura. La descripcion anterior

corresponde al carbon superficial; el calor lo reblandece i llegar hasta fun­

dirse si él es ele mas hondura. Este cuerpo fundido se solidifica c~n rapidez

en contacto del aire i queda como siempre quebradizo. Este cambio en

esta propiedad se debe indudablemente al aumento que esperimenta este

hidrocarburo en sus calorías con la profundidad, como lo veremos mas

adelante.

Este combustible tiene un color negro muí brillante en aquellas partes

recien rotas. Su fractura es entre irregular i conchoídea. A distintas pro·

fundidades de la veta encontramos una especie ele clivajes horizontales que

van separando las diversas capas de combustible. Tal vez esto está de acuer­

do con ias diferencias que se notan en los diversos análisis que se han hecho

de este carbon, tomados a distintas honduras. 'A este hidrocarburo sólido

se le encuentra dispuesto en veta vertical cuyo relleno se formó indudable­

mente por la oxirlacion i solidificacion del petróleo líquido que venia del

interior i que rellenó toda la grieta ya formada.

Este líquido debe haber venido acompañado de emanaciones gaseosas

ricas . en yapores de azufre, ya en estado de anhídrido ó de ácido sulfuroso,

o ya en estado de hidrójeno sulfurado. Estos cuerpos obraron sobre todos

aquellos elementos ferrujinosos que se encontraban incluidos en la roca i

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cuya accion se ejercitó a varios metros de distancia de los labios de esta

grieta, i a esto se debe que esta roca conglomerada arenácea tenga un color

blanco gris, la que a su vez contiene en su interior pequeños cristalitos de

selenita, como igualmente a su vez se puede notar que hai aÍgunas partícu·

las de sulfato de hierro i uno que otro trozo de silicato de cobre. A veces

hemos encontr~do en esta roca algunos antiguos cristales cúbicos de pirita

ele hierro trasformados actualmente en óxidos, los cuales conservan intactos

sus caras, ángulos i aristas. I la selenita que hemos estraido de aquella

parte atenuada de la veta, no es mas que una roca química que se ha for­

mado por la reaccion entre el ácido sulfúrico de la emanacion i los elemen­

tos calizos que se encontraban en la roca.

Jeolojía

Casi toda la rejion del Neuquen está cubierta por unas areniscas, rocas

abirragadas i cuyo color pasa poco a poco al verdoso i de grano fino, la

que a veces tiene intercalada algunas capas de tobas rojas de pórfiro cuar­

zífero la que a v.eces se convierte en marga que encierran restos de dino­

saurios; estos terrenos se formaron en el cretáceo inferior i medio a los que

en la República Arjentina se le conoce con el nombre de arenisca guara­

nítica. ..

1

. /

Esta,s areniscas pasan gradualmente a los depósitos tan ricos en fósi­

les marinos por ejemplo, Ostrea i Geyphasa. Estas capas de color blanco

i calcáreo, están cubiertas p.or una de margas amarillas fosilíferas, sobre la

que está otra de color rojo oscuro que tiene capitas de areniscas, que se

depositaron en el roqueño que es mas nuevo que el anterior, el que se com·

pone de areniscas, margas de color ménos oscuro i de arcillas, los cuales

cerca d.e los barrancos toman estos terrenos una forma característica i es­

pecial, los que parecen un tronco de cono en que su parte mas ancha está

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EOLETIN DEL :-JUSEO NACIONAL

hácia abajo; ésto lo observamos frente a las costas del rio Neuquen como

igualmente en los barrancos del Palo i en la bajada al Cañadon arroyo seco

i en la ladera del lado norte del Jahuel del Rosauer que es donde se Ye

bien este piso:

Los anteriores terrenos están cubiertos por otros de areniscas mas o

ménos sueltas las que pasan a margas i éstos et su vez por otros ricos en

rodados de rocás duras como ser andesitas, basaltos, ópalo de madera,

jaspes, variedades de calcedonias de diversos colores i uno que otro cuarzo

hialino i lechoso; son los rodados Kehuelche que cubren toda la Patagonia.

Esto se le puede ver en todo su desarrollo en la parte alta de los terrenos

que están al sur del rio Negro i ele Chipolletti , en direccion del pueblo del

Neuquen i ademas en todo el camino que principia a unos 5 kilómetros al

norte ele Chañar Grande, hasta que llegamos a las barrancas del Palo en . ~

donde se puede ver esta capa en su mas gruesa potencia.

Todas las anteriores formaciones se inclinan en unos pocos grados i

casi uniformemente al oriente. No pudiendo observar en toda la rejion que

recorrimos ni una sola falla, como igualmente ninguna roca eruptiva, fuera

de la de Auca-Mahuida.

La V€ta se encuentra como hemos dicho en el fondo de un ancho va­

lle, el que mirado desde este yacimiento, tiene la forma de una ancha he­

rradura, el que está limitado en todos sentidos por barrancos que en casi

todas partes son mui pendientes i de difícil acceso. El lado oriente de éstos,

está mas o ménos a unos seiscientos metros de la veta, el sur a unos mil

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Miguel R. Machado.-CARBON ARJ ENTINO

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el del norte varía entre tres i cinco mil metros, por el poniente estos ba­

rrancos están un poco mas de ocho mil metros. Se ven en la roca de los

barrancos ·del N.S. i E . una serie de fajas de distintos colores que varían

entre los colores amarillo i roJo. Esta roca se compone en su parte inferior

de una arenisca margosa roja , sobre la que viene otra gruesa capa de mar­

ga verde gris.

Todo lo anterior se encuentra descansando sobre las areniscas rojizas

del guaranítico.

Por el lado poniente se ven los barrancos que se desprenden del ancho

cerro de Auca-Mahuida, cerca de cuya cima llegamos despues de un gran

esfuerzo. Desde la parte baja fuimos encontrando en enormes cantidades

la escoria basáltica i sólo en uno que otro punto vimos algunos filones de

esta roca, la que es oscura de grano fino i muí rica en olivina.

En el lado poniente de .. este valle se ve una serie de !omitas bajas de

diez a veinte metros de alto i que casi todas ellas se han formado por la

erosion de las ag11as de los 'forrentes; pero notando siempre en toda esta

la misma inclinacion uniforme al oriente.

En este último viaje de 1912 que hicimos a esa rejion del Neuquen,

pudimos estudiar aun mejor el terreno en que se encuentra esta veta, como

igualmente el carbon mismo que sacamos a mayor hondura, puesto que

el pique que hicimos lo dejamos sólo en cinco metros, el que fué mas tarde

ahondado por los señores Donoso i Parada, hasta darle la hondura de 23

metros, el ancho de la veta en toda su profundidad es siempre superior a

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BOLI::T!:-< :lE~ MUSEO N.\CIONAL

un metro: se puede decir que su término medio es de un metro veinte centímetros.

Ademas de lo anterior encontramos en direccion al poniente, con al­

g unos grados al norte, una potente veta que fué descubierta por los ante-

riores sefíores, cuyo rumbo jeneral es mas o ménos paralelo al anterior, la

que está, segun mi opinion, a mas de 6oo metros al norte de la anterior.

Esta veta la pudimos seguir en sus afloramientos en mas de mil me­

tros: en tres puntos distintos la encontramos, los que están unidos por una

delgada depresion del terreno, la que siempre se encuentra rellena por

balones de poroso basalto. "No se ve mas por estar encapado bajo ese te­

rreno s uelto de la pampa.

El ancho máximo de esta veta de combustible lo encontramos cerca

de la parte poniente, el que es entre tres i cuatro metros , siendo la dispo­

sicion de esta veta vertical.

Este combustible tien e las mismas propiedades que el anterior i, por

lo tanto, se formó en el mismo tiempo i de la misma manera.

Es sumamente fácil dar con estas vetas; porque desde mucha distan­

cia se conoce donde ella se encuentra por el diverso colorido de la roca

arenisca que está a los lados de la veta, el que tiene un color blanco gris­

miéntras que el res to es rojo mas o ménos oscuro. Al mismo tiempo no, ·

tamos que el clivaje de la roca , que limita al carbon, se inclina a ámbos en

sentido contrario a la lonjitud de la veta.

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Miguel R. Machado.-CARI30N ARJKNTINO IS3

Estas grietas rellenas de combustible no se les divisa en ninguna parte

ele los barrancos que la rodean. Pero creemos que la última pasa por los

barrancos orientales, porque en la misma direccion que ella tiene, se ve una

larga i ancha depresion por donde corre una quebrada sin agua.

Este combustible pertenece al grupo ele los hidrocarburos sólidos lla­

mados asfaltitas i que se conocen con los nombres de Grahmita, Alber­

tita, Wurtzilita, Rafaelita, asfalto carbonizado i ele carbon arjentino, como

hemos denominado a esta sustancia tan abundante i que puede emplearse

coil ventaja a cualquier carbon de otra nacionalidad.

El oríjen del petróleo en el Neuquen tenemos que buscarlo forzosa­

mente en la teoría inorgánica de Moissan, Berthelot, etc., puesto que éste

ha venido a consecuencia de la erupcion de la roca basáltica. No ha sido

este el primer caso que se ve que en torno de <:>sta roca se encuentra pe­

tróleo; esto mismo ha pasado en Méjico, con algunas otras rejiones de la

Arjentina i lo encontramos tambien en Chile en los alrededores de Carel­

mapu i Ancud.

El petróleo salió a causa del solevantamiento basáltico, el que sólo en

parte se escurrió por la grieta ya formada, el resto debe encontrarse alma­

cenado actualmente en las rocas que se depositaron o en el jura superior

o en arenisc-as guaraníticas del cretáceo. En los sondajes que se han hecho

en rejiones vecinas, inmediatamente al ládo de esta clase de sustancias, en

Estados Unidos no han dado buen resultado en petróleo; pero éste existe

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!54 BOLETIN DEL i\lUS.IW NACIONAL

en abundancia a algunos centenares de metros del lado de su direccion

jeneral

ANÁLISJS DE ESTE CARBON A DIVERSAS PROFUNDIDADES

De la su_perficie:

Calor de combustion ...

Cok. .. ... .. ... .

Gases .................. .

Cenizas ....... ...... ... .

A 5 metros de hondura:

Calor de combustion ...... . . . . . . . . . . . .

Cok. ................. . . .. ..... ... . . . .... .

Gases ......... . . . ... . ..... . .. ..... .. . .... .

Cenizas ............... . .. ................. .

8,664

9,008

63-72

32-95 0.76

Humedad........... . . ............ . ....... 2.5

A los 2 3 metros:

Calor de combustion .. .. ........... ... .

Ceniza ........................... .. . . . ... . 9,6JI

0.34

calorías

calorías

calorías

Punto de fusion .................. . .. . .. . 226 grados

Soluble en éter de petróleo .... . .... . . 32.2 Peso específico.. . ........... . .. . ... ...... r ,022

El primúo i tercero de estos análisis fueron hechos por el químico de

la Direccion de Obras Públicas de Chi le, set1or Westrnan, i el segundo lo

fué en Buenos Aires por el señor Juan Montes de Oca, en la Direccion de

Minas, Jeolojía e Hidrolojía del Ministerio de Agricultura. Despues de estos

se han hecho otros i en los cuales aumenta en algunos centenares sus ca·

lorías.

Hasta aquí nos hemos ocupado de dar una descripcion lo mas exacta

posible, ya del terreno que rodea estos yacimientos o ya de aquel en que

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Miguel R. Machado.-CARBON ARJERTINO 155

se encuentra este combustible, o ya de la relacioo que existe entre la roca

· eruptiva basáltica i este hidrocarburo; en una palabra, de una infinidad de

datos que indudablemente van a satisfacer a todos aquellos que se ocJpen

de jeolojía; pero nada hemos dicho aun del provecho que se puede sacar

de este cuerpo negro del cual nos hemos ocupado, i como éstos son mas

numerosos que los primeros, es pm· ·lo que diremos algo que les interesa a

todos aquellos que qllleran sacarle provecho a lo que existe en la natu ­

raleza.

Debemos convencernos que la parte que interesa a todos, dado su

ensayo, es el aprovechamiento del elevado poder calorífico que desarrolla

este cuerpo, el que es mucho mayor que el de cualquier otro combustible

sólido que se puede emplear en la industria, a lo que hai que agregar que

no tiene casi cenizas.

Naturalmente que a la anterior maravillosa propiedad , no debemos

ocultar que este combustible posee un inconveniente grave en apariencia, i

es el que se funde o se reblandece en el mejor de los casos, en las parri-

11as en donde se quema i se aglomeran todos los pedazos pequefi.os, for­

mando un solo blok que impide la pasada del aire, viniendo como conclu­

sion final que se apagaría i se enfriaría aquel1o que se quiere calentar.

Naturalmente, la propiedad de este carbon se debe, en primer lugar,

al exceso de compuestos gaseosos que contiene, i en segundo lugar a la

poca ceniza que se encuentra en el combustible; pero ámbas deficiencias

son fáciles de subsanarse i podríamos asegurar que con este combustible se

puede obtener fácilmente el carbon que ' necesitan las industrias, i así se

podrá hacer briquetas que reunan las cualidades que quiere que se tengan;

así, por ejemplo, podemos obtener un carbon seco i de poco gas con sólo

destilar en parte este combustible, i los productos voláti les pueden recojerse

i dar lugar a una serie de productos útiles, i tambien se le puede hacer un

combustible de llama larga i que no se funde si al antel"ior se le mezcla con

cok o con un combustible de mala calidad i rico en ceniza; en jeneral, este

cuerpo presenta propiedades que no muestra ningun otro carbon.

Ademas debemos observar que la pequefi.a cantidad de ceniza que

deja esta rafaelita al quemarse, encierra una fuerte proporcion de vanadio,

metal que hoi es escaso i se émplea mucho, i por lo tanto tiene un subido

precio en el mercado; así es que con este hidrocarburo no se debe perder

ni las cenizas. Ademas este carbon se puede quemar como la brea en hor­

nillas especiales.

f"

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_BOL.KTIN: DEL i\IVSEQ __ N¡\.CIQNA_L

Creemos qut> el carqon estraido de las vetas de Auca-Mahuida debe

ser llevado hasta el lado norte del rio Neuquen, en donde se podría estable­

cer la fábrica de elaboracion de t>stas briquetas.

El acarreo de este cuerpo se podria hace por medio de un pequeño

ferrocarril Decauville, el que iria por el cauce de ese cañadon qu,e va por

el oriente de la sierra. Su construccion no presentaría la menor dificultad,

puesto que todo el terreno es plano, teniendo esta línea una lonjitud de

unos ochenta kilómetros, i su costo total es mas o ménos de un medio

millon de pesos arjentinos.

MIGUEL R. MACHADO,

Jeólogo del Museo Nacional de Chile·

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