BARROS SIERRA JAVIER

1915-1971. Fue rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM) de 1966 a 1970. Durante el movimiento del 68 participó en las movilizaciones estudiantiles, en una de las cuales expresó: “Permanezco al lado de los universitarios en su protesta contra los ataques a nuestra autonomía y en sus manifestaciones pacificas, tendientes a la reivindicación de su personalidad estudiantil ante el pueblo de México”.

BOSQUES GILBERTO(El Schindler mexicano, salvador de refugiados)

Le llaman el “Oscar Schindler” mexicano porque durante la segunda guerra mundial ayudó a huir a 40 mil refugiados judíos, españoles, franceses y libaneses de las masacres nazis. Gilberto Bosques Saldivar nació el 20 de julio de 1892 en Chiautla de Tapia, en la sierra de Puebla. Desde joven tuvo espíritu revolucionario: estuvo al lado de Francisco I. Madero y Aquiles Serdán en la rebelión de 1910. Al terminar la revolución, como muchos militantes, se interesó en la política y fue reconocido como un hombre fuerte e inteligente. En 1934 como presidente del Congreso de la Unión, respondió el primer informe del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. Como tenía intenciones de ser

gobernador de Puebla, para no entorpecer la designación de Máximo Ávila Camacho, lo nombraron cónsul en Europa. En el consulado en Marsella, en la época de la ocupación en Francia. Trabajó arduamente para proteger y salvar a todos los mexicanos residentes de Francia, pero su espíritu humanista se extendió a judíos, libaneses y españoles que buscaban huir de los nazis y del franquismo. Eran tantos, que el Lic. Bosques alquiló dos castillos, el de Reynarde y el de Montgrand, como centros de refugiados. En un momento dado, hasta 1,400 personas llegaron a ser alojadas en esos castillos. Los nazis se dieron cuenta de la operación implementada y mandaron a inspectores de la Gestapo para hostigarlo. Pero Bosques los recibía con una gran fiesta con música mexicana, grandes comilonas, campeonatos de box, y hasta obras de teatro de García Lorca. Mientras Bosques sacaba del país a los exiliados rumbo a México a través de mordidas y favores en el mejor estilo de la política mexicana con bastante éxito. Hitler trató varias veces de infiltrar espías a los castillos, pero los descubrían pues no hablaban francés o español, y para colmo, chocaban los tacones al despedirse. El gobierno alemán se hacía de la vista gorda de la gran operación de desalojo de refugiados, pues trataban de hacer un trato con México para conseguir petróleo para la guerra. Al no lograrlo, y cuando rompieron relaciones diplomáticas con el gobierno de Vichy, el consulado fue tomado por tropas nazis, les confiscaron papeles, dinero y muebles. El licenciado Bosques, su familia y el

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personal del consulado, fueron llevados a Bad Godesberg, en Alemania. Se les recluyó en un hotel-prisión propiedad de un amigo de Hitler. No se dejó intimidar: exigió respeto y no dejó usar tácticas de acoso, como en los otros campos de prisioneros. Los oficiales se cuadraban ante la fuerza del diplomático. En lugar de deprimirse, durante su cautiverio organizó conferencias, lecturas de poesías e incluso una ceremonia del grito de independencia entre los prisioneros. Los nazis se peleaban los lugares para asistir a sus eventos. Cuando las bombas inglesas bombardearon el pueblo, Bosques y su familia salieron al balcón para ver el espectáculo como si fueran “fuegos artificiales”. A mediados de 1944, fueron canjeados por prisioneros alemanes en México: un mexicano por doce alemanes. Cuando llegó de Europa a la ciudad de México, miles de refugiados lo vitorearon como un héroe en la estación de Buenavista. Tras la guerra, Bosques fue designado ministro de México en Portugal, Finlandia y Suecia. Fue embajador en Cuba, y se hizo amigo personal de Fidel Castro, su hermano Raúl y Ernesto “Che” Guevara. Ayudó también a salir de la isla a perseguidos políticos. Gilberto Bosques falleció en 1995, cuando tenía 103 años de edad, y aunque es un héroe internacional y el diplomático más importante de México, pocos lo recuerdan.

CÁRDENAS GOYO(El serial killer hecho en México)

En la famosa canción “La feria de las flores” de Chucho Monje, dice: “te he de ver trasplantada en el huerto de mi casa”, y fue el que usaron los medios como referencia al más famoso asesino en serie de México. Gregorio Cárdenas Hernández nació en la ciudad de México en 1915. Tuvo una difícil relación con su madre Vicenta Hernández, que lo reprimía violentamente. Creció como un niño tímido y solitario, pero con un alto coeficiente intelectual, padeció terrores nocturnos y se orinaba en la cama, le gustaba torturar conejos. Goyo cursó ciencias químicas y obtuvo una beca de Pemex que le permitió independizarse de su madre, rentando una casa en Tacuba. En 1940 entró en relaciones

con Virginia Leal, después de un corto espacio de tiempo lo abandonó. Se casó con Gabina González, pero se divorcio acusando de infidelidad a su esposa, y tratándola violentamente. La noche del 15 de agosto de 1942, a bordo de su automóvil, recogió en la calle a una prostituta de dieciséis años llamada María de los Ángeles González. Se la llevó a su casa y tuvo relaciones con ella, cuando la muchacha pasó al baño a lavarse… Goyo aprovechó el momento para ahorcarla con un cordón. Con gran frialdad, cargó el cadáver al patio trasero de su casa y allí la enterró. Una semana después, Goyo salió de cacería otra vez, esta vez fue Raquel Rodríguez León, de catorce años. Al igual que la anterior, después del acto, mientras la muchacha admiraba la biblioteca, la mató con el

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cordón y para la mañana ya estaba enterrada en el jardín. Confiado y excitado por sus dos triunfos, Goyo buscó otra víctima seis días después: Rosa Reyes Quiroz. Pero Goyo había descuidado su casa, sus asesinatos estaban causándole tensión, su hogar estaba sucio, haciendo sospechar a la muchacha sobre sus intenciones. Sin esperar más, Goyo la atacó en su laboratorio, pero la joven le dio resistencia, al final Rosa murió. El rostro desfigurado de terror de su víctima impresionó mucho a Goyo, así que apuró el entierro de forma descuidada. El último crimen ocurrió cuatro días después, el 2 de septiembre, cuando Goyo visitó a una compañera de la universidad, Graciela Arias Ávalos. Goyo pasó por ella en su automóvil a la Escuela Nacional Preparatoria, al llegar afuera de la casa de Graciela se le declaró diciéndole que la amaba. Goyo trató de besarla, pero Graciela lo rechazó, enojando a su atacante. Goyo arrancó la manija de la dirección del auto y la usó como arma para golpearla hasta la muerte. Transportó el cadáver a su casa y lo mantuvo en su cama, pero abrumado por la culpa, decidió enterrarla también. A Goyo ya le habían detectado problemas mentales y había estado internado en un hospital psiquiátrico a petición de su madre. El subjefe del servicio secreto, Simón Estrada Iglesias, fue a interrogarlo sobre la desaparición de Graciela. Como respuesta, Goyo le mostró unos pedazos de gis, tratando de huir. “Me tomare pastillas para volverme invisible”. Después de un duro interrogatorio confesó sus asesinatos en una máquina de escribir, él mismo redactó su declaración a manera de reportaje periodístico de nota roja. Ese mismo día la policía hizo un registro en la casa de Goyo, su sorpresa fue encontrarse un pie podrido que sobresalía del jardín trasero. En su cuarto, los investigadores hallaron un diario, escrito de puño y letra de Goyo, donde describía sus crímenes con lujo de detalles y declarando que sentía culpa. Los medios de comunicación hicieron de él una estrella: todos los días había nuevas notas sobre él. El 13 de septiembre fue recluido en el palacio negro de Lecumberri, en el pabellón para enfermos mentales, sus abogados consiguieron que Goyo fuera trasladado al manicomio general de La Castañeda. Cinco años después, se fugó con otro interno, veinte días después fue re aprehendido en Oaxaca y alegó que sólo se había ido de vacaciones. El doctor Quiroz Cuarón lo ayudó a que estudiara derecho, y el joven científico se tituló con honores en prisión, trato de bajar su condena, pero no lo logró, pero ayudó a varios compañeros de cárcel legalmente. En 1977, cuando salió de la cárcel, Cárdenas se casó e instaló un despacho legal, pintaba, escribía, e incluso llegó a hacer historietas. A principios de los ochenta, Goyo Cárdenas fue convocado a una reunión plenaria del Congreso de la Unión, fue homenajeado y ovacionado de pie por los diputados y senadores. Murió en 1999.

COLOSIO LUIS DONALDO

Luis Donaldo Colosio Murrieta nació el 10 de febrero de 1950, en Magdalena de Kino, Sonora. Hijo de Luis Colosio Fernández y de Ofelia Murrieta García. A principios de 1968, ingreso al instituto tecnológico de estudios superiores de Monterrey, donde estudió la carrera de economía. En enero de 1975, viaja a la ciudad de Pittsburgh, Estados

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Unidos, para hacer la maestría en desarrollo regional; sin embargo, cambia de universidad y se traslada a la de Pensilvania, porque allí tenía un mejor plan de estudios y más prestigio académico en la materia. Regresa a Magdalena de Kino a principios de 1977, sólo para volverse a partir, ya que es invitado a Viena, Austria, por el instituto internacional para el análisis de sistemas aplicados para incorporarse como investigador académico, donde realiza estudios de doctorado en economía regional y urbana, además de compartir experiencias con especialistas de todo el mundo. De regreso a México, en 1979, ingresó como catedrático a la escuela nacional de estudios profesionales Acatlán, de la UNAM, a la universidad Anáhuac y al colegio de México. En ese mismo

año ingreso al PRI y su ascensión fue meteórica, durante 1981 es nombrado subdirector de análisis para la planeación del centro de estudios políticos, económicos y sociales (CEPES) del PRI en el Distrito Federal. Fue nombrado director general de programación y presupuesto regional quien opera, entre otros, los programas de desarrollo regional que llevaron adelante proyectos como Pider y Coplamar, diseñados precisamente para aplicar recursos en zonas económicamente deprimidas. En 1984 contrajo matrimonio con Diana Laura Riojas Reyes y procrearon más adelante dos hijos: Luis Donaldo y Mariana. En 1985 fue diputado federal y presidió la cámara de diputados de la LIII legislatura en tiempos sumamente difíciles, debido a que era la primera cámara verdaderamente plural y se vivía tiempos de dificultad económica para el país. En el mes de octubre de 1987, es designado oficial mayor del comité ejecutivo nacional del PRI y al poco tiempo coordinador de la campaña presidencial del licenciado Carlos Salinas de Gortari, en donde de manera por demás ejemplar coordina un importante grupo de priistas, mostrando gran capacidad para ello, lo que le valió la candidatura al senado de la república por el estado de Sonora, en 1988. En ese mismo año es nombrado secretario de desarrollo urbano y ecología, dependencia que pronto se transforma en secretaría de desarrollo social (SEDESOL). En 1993 fue designado como candidato a la presidencia del país por su partido para las elecciones de 1994. Defensor en su programa de la separación de funciones entre partido y gobierno para profundizar en la democratización del sistema político mexicano, fue asesinado en plena campaña electoral, el 23 de marzo de 1994, en la ciudad de Tijuana, Baja California.

DE LA LAMA MARTHA

Periodista y defensora de los derechos de la mujer. Martha de la Lama Noriega y Zapico se distinguió por su trayectoria en los medios de comunicación, el servicio público y su defensa por los derechos de las mujeres. Su actividad profesional se enfocó a la defensa de los derechos de las mujeres y la protección de las víctimas de violencia,

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integró el grupo plural Pro Víctimas, así como el Consejo Consultivo del Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar. Falleció el 11 de junio del 2013, padecía cáncer.

ENCINAS EMMA CATALINA

La 1ª mujer piloto en el D.F. Era una novedad en la ciudad de México de 1932, una mujer piloteó un avión al lado del coronel Roberto Fierro, jefe del regimiento aéreo de Balbuena, y pasó a la historia de nuestro país. Fue Emma Catalina Encinas Aguayo. Fue la primera mujer mexicana en recibir la licencia de piloto aviador en el Departamento de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas el 4 de diciembre de

1932 y fue invitada a volar sola el 20 de noviembre de ese mismo año. Estaba lista, su ascenso en la nave sería a las 9:00 de la mañana; entre los pilotos y el público vagaba noticia que una mujer pilotearía un avión, sin más compañía de su fuerte carácter y valentía, apoyada sólo por su destreza. En el público, rondaba el temor de una desgracia, admiraban que se atreviera a conducir una nave y las calles se llenaron de espectadores. Llego vestida con pantalón y botas altas tipo militar, chamarra de cuero rojo, bufanda blanca con el escudo de aviación bordado para realizar el vuelo memorable en el avión Spartan que ya estaba preparado. El coronel Roberto Fierro, se subió en el lugar del instructor, dio la orden de iniciar un vuelo recto y nivelado, luego hacer “ochos”; después aterrizajes, en diversas maneras. Emma Catalina despegó, tomó altura y niveló; con lógico nerviosismo, observó desde la altura, las calles copadas de expectantes que seguían su odisea y esto la animó. Poco a poco se tranquilizo e inició los procedimientos para aterrizar. Después de tres toques y despegues condujo el avión hasta el hangar y una vez que detuvo el avión fue materialmente bajada de la cabina y un numeroso grupo de entusiastas la llevaron en hombros; de ahí partieron rumbo al zócalo, donde fue vitoreada.

GARCÍA ROBLES ALFONSO.

Fue un abogado y diplomático mexicano que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1982. Fue secretario de Relaciones Exteriores, embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y ante Brasil. Llevó a cabo la firma del Tratado de Tlatelolco en 1967, contra la proliferación nuclear.

GAVALDÓN GUY(El gran héroe relegado de la segunda guerra mundial)(El G.I. Joe mexicano)

Guy Gavaldón es el soldado en el ejército norteamericano que capturo más

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soldados durante la segunda guerra mundial. Fue un héroe que recibió la cruz de la marina por sus acciones en el Pacífico. Gavaldón nació en los Ángeles, California, en 1926, en una familia de emigrados mexicanos numerosa y pobre. Eran siete niños y su madre murió joven. Desde los diez años tuvo que trabajar como limpia botas entre los emigrados de East, Los Ángeles, para sobrevivir. Hasta que a los 12 años, unos vecinos lo adoptaron, la familia Nakano de origen japonés, quienes lo criaron como un hijo más. Aprendió sus costumbres, su idioma y pronto las asimiló como propias. Cuando estalló la segunda guerra mundial, su familia adoptiva fue enviada a los campos de aseguramiento en Arizona para japoneses. En pleno auge de los pachucos, Gavaldón al cumplir los 17 años, decidió enrolarse en 1943 en el cuerpo de marines de Estados Unidos. Fue enviado a Camp Pendleton donde recibió su entrenamiento básico con el resto de los reclutas. Desde entonces sufrió la discriminación racial hacia los mexicanos. La guerra en el Pacífico se incrementó y Estados Unidos, temerosos de una invasión masiva de los japoneses, decidió recuperar territorios dando saltos entre isla e isla. Por ello en Sapián, un archipiélago de las Islas Marianas, desembarcó la segunda división de marina en junio, para tomar la isla y colocar aeropuertos para bombarderos. Entre los 120,000 militares que desembarcaron, estaba Guy Gavaldón. A los civiles y a los soldados japoneses se les ordenó matar cuando menos a 7 norteamericanos o si no suicidarse. Desde el primer día Gavaldón desobedeció órdenes y se interno en la jungla por su cuenta. Regresó con 5 prisioneros. Sus oficiales estaban tan molestos que querían formarle un consejo de guerra. Al siguiente día hizo lo mismo. Retornó con más prisioneros. Sus compañeros comenzaron a apostar el número de soldados japoneses que traería. Sus admirados superiores decidieron dejarlo como “lone wolf”1 y que actuara como solitario. Gavaldón lo que hacía era hablar con los japoneses, sobre su gran trabajo, valentía y dedicación, explicándoles que era mejor rendirse que morir por una causa tonta: casi todos le hacían caso. Era un plan peligroso, pues algunos japoneses le disparaban sin quererlo oír, o los guardias lo atacaban. Un día fue a la orilla de un acantilado donde cientos de soldados y civiles estaban dispuestos a suicidarse en nombre del emperador. Les explicó que sólo seguían órdenes y que la vida debía continuar. Aún así, algunos hombres se lanzaron al vacío. Incluso, los civiles aventaban primero a sus hijos y a sus mujeres. No sólo logró convencer a casi todos, sino el mismo los escoltó cruzando la selva para que se rindieran ante los norteamericanos. En una de sus exploraciones fue emboscado por una ametralladora y recibió múltiples heridas. Tuvo que ser internado en un hospital y pasar por una lenta recuperación. Y aunque todos sus compañeros pidieron la medalla de honor para él, se le fue negada por ser mexicano-norteamericano. Sólo se le dio una estrella de plata. Después de la guerra vivió en México como pescador, e importando artesanías a Estados Unidos. Algunos rumores decían que estuvo involucrado en la conspiración para matar a John F. Kennedy, en incluso que fue en su casa en México donde lo planeó con Lee Harvey Oswald y otros agentes de la CIA. Por supuesto, nada de eso podría ser

1 “Lobo solitario”.

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verdad. Se divorció de su primera esposa mexicana y se casó con Ohara Suzuki, de origen japonés, retomando las costumbres aprendidas de niño. Guy Gavaldón, admirado y homenajeado hasta sus últimos días, murió en 2006.

JURADO BERNABÉ(Con la ley en las manos, el abogánster de México)

Bernabé Jurado fue un personaje único y devastador, su vida y hechos hicieron que la prensa creara el término abogánster para definirlo; abogado, mente criminal, manipulador, drogadicto, socialité, y carismático, Jurado ha pasado a formar parte de un mito que él mismo creó. Nació en Canutillo, Durango, el 11 de junio de 1909, en una familia de hacendados, era un niño consentido, inclusive tenía su propio poni; él contaba que cuando tenía 18 años vio fusilar a su padre por el ejército de Francisco Villa. Se fue a vivir a la ciudad de México y entró a estudiar leyes en la escuela de Derecho y Ciencias Sociales, aunque él nunca fue “derecho”; su primera esposa fue Adelina, la hija del general Benjamín Hill, con la que supo codearse con personajes de la alta sociedad, luego se casó con Susana Cora, no una, sino dos veces, pues el primer matrimonio fue un infierno, pero regresaron años después. Ya como viejo zorro, sedujo a Enriqueta Dávila Goldam, que era 20 años menor que él y la cortejaba desde que ella tenía 10 años, el matrimonio terminó cuando ella le quemó toda su ropa. Las mujeres desfilaban en su vida, se casó varias veces más, vivió con otras en unión libre y tuvo múltiples amantes, a una de sus esposas trató de matarla mientras viajaban a Cuernavaca, Morelos, desbarrancando a propósito el auto. Era carismático y se codeaba con la clase alta de México, hasta “Cantinflas” fue padrino en una de sus bodas. Jurado podía vender hielo a los esquimales, les enseñaba a sus amantes una foto de Dolores del Río que tenía enmarcada y les decía que era su madre; tras una pelea con su mujer Susana Cora, por órdenes de Maximino Ávila Camacho, Bernabé fue llevado a las Islas Marías como prisionero, cuando lo indultaron, no quería regresar, pues ya había creado una serie de negocios con el resto de los presidiarios. Tuvo un tejón como mascota por varios años, dormía con él y le daba más importancia que a sus clientes; aunque aseguraba que su amante Aída se había suicidado frente a él, se creía que la había matado con su pistola. Tenía un grupo de chichifos que se involucraban con mujeres ricas para luego robarlas o estafarlas, así fue como se robó las joyas de una condesa, a través de su compinche Tony Lemus; pero paso a la historia por haber defendido al famoso escritor Beatnik William Burroghs: Burroghs mató a su esposa Joan cuando quisieron hacer una demostración de Guillermo Tell, tratando de dispararle a un vaso que colocó en su cabeza, Jurado lo sacó de la cárcel, en tan sólo 13 días, y Burroghs huyó del país firmándole un pagaré que el primero tuvo que irle a cobrar hasta Marruecos. Cuando unos jóvenes chocaron su auto, Jurado los baleó y mató a uno de ellos; su anécdota más famosa fue cuando defendía a un cliente de fraude de un cheque sin fondos: ya que el documento era la única prueba, se lo comió frente al juez, desbaratando la evidencia del fiscal y ganando el caso. Se sentía

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poeta, y explicaba que su violencia era calmada por los sonetos de una obra, pero en realidad era un pésimo bardo. La procuraduría tenía un gran archivo sobre las actividades ilegales de Jurado, desde asalto, robo, fraude, amenazas y rapto; fue vinculado como la mente criminal del famoso asesinato de Mercedes Cassola y su amante, uno de los jovencitos que trabajaban para él. Cuando los diarios dejaban de sacar una noticia, él mismo llamaba a los reporteros para narrar una de sus tranzas; el 14 de junio de 1980 Jurado se metió un tiro después de haber matado a su mujer en turno, así como vivió en el lado salvaje de la vida, así murió.

KRÜGER HILDA(Durmiendo con el enemigo: la espía que nos amó)

Katerina Matilda Krüger fue la más importante espía nazi en Latinoamérica, consiguió información secreta llevando a la cama a importantes políticos, entre ellos, un presidente mexicano. Nació en Berlín, Alemania, en 1912, y siempre supo que deseaba ser actriz. Usó el nombre artístico de Hilda Krüger y rápidamente encontró trabajo en la industria cinematográfica alemana. Se volvió una estrella cuando obtuvo el papel principal en “Sie und die drei” en 1935, que fue exhibida internacionalmente. El secreto detrás de su carrera ascendente tenía nombre: Joseph Geobbels, el ministro de propaganda de la Alemania nazi. Hilda tenía todos los atributos para manipular a cualquiera: rubia, alta,

voluptuosa y curvilínea. Geobbels cayó totalmente a su encanto. Él tenía control de la industria cinematográfica y decidía quien era famoso. Logrando su ambición, continuó su carrera ascendente y filmó 17 películas alemanas, en todas fue “recomendada” por su “papito” Joseph. Aunque estaba casada, rápidamente abandonó a su marido al saber que tenía antepasados judíos. Con el estallido de la guerra, emigró a Estados Unidos para “buscar suerte como actriz”, nunca sufrió penas económicas, pues era mantenida por el partido nazi alemán. Hilda cruzó a México con el pretexto de escribir un libro sobre “La Malinche”. De inmediato a Friedrich Von Schlebrugge y Georg Nicolaus, dos agentes de la agencia de espionaje nazi, la ABWEHR. Con increíble éxito debido a su belleza, logró colocarse entre los más altos círculos sociales de México entre políticos y artistas. Hilda presumía conocer de historia de México y visitaba lugares históricos, siempre agasajada por sus múltiples amantes. En una fiesta conoció a Ramón Beteta, subsecretario de Hacienda y miembro del consejo del Banco Nacional de México. De inmediato se hicieron amantes. Pero Beteta solamente era un escalón para el más alto personaje del gobierno de Ávila Camacho: su sucesor en la presidencia, el ministro Miguel Alemán. Miguel Alemán quedó prendado de la rubia, le rentó su “leonero”, un lujoso departamento ubicado en los edificios Washington en la calle Dinamarca. El secretario de

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gobernación le pagaba todos sus caprichos, inclusive ayudó para que ella fuera contratada como actriz en películas como “Casa de mujeres”, “Adulterio”, “Bartolo toca la flauta” y “El que murió de amor”, aunque realmente su calidad histriónica no fuera buena. A través de su relación con el segundo hombre más poderoso de México, espió para los nazis y logró obtener visas para más de 150 espías alemanes. México comenzó a vender petróleo a empresas establecidas en Panamá, que le enviaban a Alemania combustible para las armas de guerra. Logró crear una red para mandar materia prima como aluminio, cadmio, cobalto, cobre, estaño, mercurio, vanadio, hierro y zinc. En Estados Unidos, el director del FBI, J. Edgar Hovver pidió que la vigilaran y sacaran de la jugada en México, fue detenida en 1942. Pero los gringos no pudieron extraditarla: se había casado con un viejo llamado Ignacio de la Torre, convirtiéndose en ciudadana mexicana. Después de la guerra, Hilda logró salir bien librada de las acusaciones que se hicieron en su contra: no hubo pruebas. Dicen que murió en Alemania a los 78 años, en 1990, cobijada por toda la red de amantes que logró durante su vida.

SARABIA TINOCO FRANCISCO

Nació en Ciudad Lerdo, Durango, el 3 de julio de 1900. Hijo de Francisco Sarabia y de María Tinoco de Sarabia, realizó su educación elemental en su tierra natal, pasando a la ciudad de El Paso, Texas, Estados Unidos, en donde estudió la preparatoria en el México State College, y la carrera de Mecánica Automovilista en el Sweeney Automovile School, en Kansas City. En el año de 1928 cursó sus estudios de aviación en el Chicago Aeronautical School y trabajó en el circo aéreo hasta el año de 1929. De 1930 a 1931 permaneció en la ciudad de Morelia, Michoacán, acarreando cereales y pasaje, y en 1932 inició sus trabajos en la empresa Transportes Aéreos de Chiapas, S.A. Fundador y administrador de la Compañía Aeronáutica del Sur, especializada en el transporte de carga a las zonas chicleras de Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. Decidió adquirir un avión Gee-Bee al que bautizó posteriormente con el nombre de Conquistador del Cielo, en Burbank, California, Estados Unidos. Hacia fines de 1938, Sarabia superó todas las marcas de velocidad al volar de Los Angeles, California, a la ciudad de México. A principios del año 1939, Sarabia lograba la misma proeza en todas las rutas abiertas: México-Chetumal, México-Merida y México-Guatemala. Ante la escasez de pilotos expertos que padeciera su compañía de transporte aéreo, fundó en México una escuela para aviadores y mecánicos de aviación, de la que egresaron los ameritados Carlos León, Miguel Torruco, César Reyes Estrada y José Antonio Saavedra. Fue el realizador del primer vuelo directo desde México a Nueva York en el Conquistador del Cielo, nombre del avión en el que viajó. Hizo el recorrido México-Nueva York en 10 horas y 43 minutos. Esta hazaña lo encumbró hasta la cima de la popularidad. En Estados Unidos lo llegaron a llamar “Lindbergh mexicano”. El 7 de junio de 1939 en Washington, Sarabia, tras pagar una visita de cortesía al presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, en la que le entregó una carta del presidente mexicano, general Lázaro

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Cárdenas, que estrechaba cálidamente los lazos de amistad entre los dos países y daba por cumplida su misión de buena voluntad, enfiló proa a la patria, sin saber que enfrentaba su último vuelo. El Conquistador del Cielo se desplomó precipitándose a las aguas del río Anacosta, afluente del Potomac. Todos los esfuerzos para salvar la vida del atrevido piloto fueron inútiles. Sus restos fueron trasladados a la ciudad de México y sepultados en la rotonda de los hombres ilustres. Después de su trágico accidente en el río Potomac, el avión fue enviado por barco a México y guardado en un hangar de Mérida, Yucatán. En 1943, los restos del avión fueron enviados a Ciudad Lerdo, donde permanecieron hasta que en 1972, se tomó la decisión de rescatarlo del olvido. Después de restaurarlo por completo, fue colocado en un museo/monumento a la entrada de la ciudad. En Ciudad Lerdo existe un museo y un monumento en su memoria. En el recinto de sesiones del Congreso del Estado, por decreto 137, de fecha 30 de mayo de 1969, se inscribió su nombre como homenaje permanente del pueblo y gobierno a tan notable duranguense.

URUCHURTU MANUEL R.“Héroe de la caballerosidad”

Manuel Uruchurtu Rámirez, originario de Hermosillo, Sonora, fue un abogado que de joven se integró a la estructura porfiriana y obtuvo el grado de coronel del ejército. Al ser electo como diputado en 1912 decidió visitar Europa y saludar a Ramón Corral Verdugo, un antiguo conocido de su familia. Preparando su regreso compró un boleto directo a México que intercambió de último momento con Guillermo Obregón, quien le ofreció uno de primera clase para viajar en el “Titanic”. Dos días después de abordar la famosa nave, tuvo lugar el trágico choque con un témpano

de hielo. Por su condición de extranjero en visita oficial y pasajero de primera clase, Manuel pudo abordar el bote salvavidas número 11, pero las súplicas de una mujer de nombre Elizabeth Ramell Nye, que llevaba una hija en brazos, lo hicieron reflexionar y fue así que cedió su lugar; únicamente pidió a la mujer que visitara a su familia en Hermosillo. A partir de entonces se le conoce como “héroe de la caballerosidad”, los testigos del hecho recordaron su noble gesto para siempre.

Al cumplirse un aniversario más del hundimiento del Titanic, la sociedad sonorense de historia inició con un proceso en el año 2010 para que, el único mexicano que viajaba en ese barco y que cedió su lugar en el bote salvavidas a una dama inglesa, Manuel Uruchurtu Rámirez, sea nombrado “héroe de la caballerosidad” a nivel nacional. Antonio Uruchurtu, sobrino-bisnieto de aquel pasajero fallecido, indicó que el senado de Estados Unidos si tiene registrada la acción de su antepasado como un acto heroico, por lo que aspiran a que en México también tenga un homenaje. Señalo que se pedirá al

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cabildo de Hermosillo, así como al congreso local y al senado que se inicie el procedimiento para que se otorgue el reconocimiento de “héroe de la caballerosidad”. Recordó que su tío-bisabuelo viajaba en calidad de diplomático por ello le otorgaron un lugar en el bote salvavidas. Sin embargo al ver el sufrimiento de una dama inglesa, le cedió su lugar. Fue esa mujer, Elizabeth Ramell Nye, quien se encargó de difundir el acto de humanidad del sonorense, agregó. “Por ella se conoce la historia de Manuel Uruchurtu, pues luego de 12 años de la tragedia vino a Hermosillo a relatar a la familia lo que había ocurrido”. El 15 de abril se cumplen años del hundimiento del Titanic, frente a las costas de Canadá, en el atlántico. En el accidente murieron 1,517 personas de las 2,228 que viajaban a bordo de la embarcación que se dirigía a Estados Unidos. Manuel Uruchurtu contaba con 39 años de edad al momento de su muerte y se desempeñaba como diputado federal por Sonora.

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