bicentenario_tomo5

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    Para pensara Colombia

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    REVISTA SEMANA

    DirectorAlejandro Santos

    EditorgeneralJos Fernando Hoyos E.

    Jefe de redaccinMauricio Senz

    Asesores editorialesJorge CoteGiovanni Restrepo

    ColaboradoresAndrs PrietoJos ngel BezFernando Garca Ardila

    ProduccinSara Rengifo Gonzlez

    Director creativoHernn Sansone

    Diseo y diagramacinDiana VelsquezCarlos Andrs MatizJavier de la Torrescar Pedraza

    IlustracionesAndrs Barrientos

    Correccin de estiloHernn MirandaLiliana Tafur

    Yeimi Alexandra Santos

    Editor de fotografaLen Daro Pelez

    Fotografa

    Juan Carlos SierraGuillermo TorresKaren SalamancaDaniel ReinaJorge Bautista

    Gerente general SemanaElena Mesa Zuleta

    Gerente de circulacinIvn Jaramillo

    Director de produccinOrlando Gonzlez

    Archivo SemanaJavier CruzAnglica Pea

    Carlos R. RochaYolanda Parra

    Preprensa Semana

    ImpresinPrinter Colombia S.A.

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

    RectorMoiss Wasserman

    Comisin BicentenarioBeatriz SnchezMyriam JimenoJos Vidal BetancurHeraclio BonillaGabriel Restrepo

    Director del proyectoCarlos Alberto Patio Villa

    Comit editorialAna Catalina Reyes CrdenasCarlos Alberto Patio Villa

    Coordinacin histricaJuan David Montoya GuzmnJos Manuel Gonzlez Jaramillo

    Coordinacin editorialJuliana Mara Vergara A.

    Coordinacin generalAida Carolina Lancheros Ruiz

    InvestigadoresCsar Enrique Herrera De la HozMiguel Silva MoyanoViviana Camacho GasparJulin Andrs Vargas CardonaGiovanny Guerrero Orjuela

    Investigacin grficaRebeca Rocha Villamizar

    IlustracionesMartn Javier Guerrero Torres

    Correccin de estiloVernica Barreto Riveros

    Diseo de logoComunicacin estratgica

    Unidad de Medios de ComunicacinUnimediosCarlos Alberto Patio VillaAida Carolina Lancheros RuizMartha Luca ChavesAlexandra Reyes ValentinoRamiro Chacn MartnezCarlos Emilio Raigoso

    AGRADECIMIENTOSPersonas: Margarita Mora, Juan Daro Restrepo, David Andrs Oliveros, Carlos Surez, Daniel Borrero, Ana Mara Sierra Maya, Francisco Javier Gonzlez,Guillermo Ruiz Bonilla, Ofelia Muoz, Juan Pablo Lombana, Nelly Mendivelso y Orlando Villanueva.

    Instituciones: Museo Nacional de Colombia, Archivo General de la Nacin, Biblioteca Nacional de Colombia, Biblioteca Luis ngel Arango, Sistema dePatrimonio Cultural y Museos de la Universidad Nacional de Colombia, Fundacin Patrimonio Flmico Colombiano, peridico El Mercuriode Chile, Instituto deHistoria de la Universidad de los Andes de Chile, Instituto Taller de Creacin de la Universidad Nacional de Colombia, Instituto Geogrfico Agustn Codazzi,Parques Nacionales Naturales de Colombia.

    Medios: El Tiempo, Revista Credencial, Revista Cromos, El Espectador, El Pas, El Colombiano, El Mundo, El Universal, El Heraldo, El Piln, El Meridiano.

    Publicaciones Semana S.A. - Universidad Nacional de Colombia. Todos los derechos reservados.

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMB IA Carrera 45 No. 26-85 - Edificio Uriel Gutirrez PBX: (57-1) 316 5000 Bogot, D.C. - Colombia - PUBLICACIONES SEMAN A Calle 93B No. 13-47 PBX: (57-1) 646 8400 Bogot, D.C. - Colombia Agosto 30 a septiembre 6 de 2010

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    Reflexionar para construir 6

    La ciencia en Colombia en 200 aos de vida republicana 8

    Cultura y sociedad colombiana tras el Bicentenario 20

    Bicentenario, un anlisis macroeconmico 28

    Poltica exterior: una tarea pendiente 36

    Educacin: entre el pasado y el futuro 44

    200 aos de creacin literaria 52

    Deuda histrica con el medioambiente 58

    Colombia en mapas 64

    Bibliografa 72

    Sumario

    Archivo

    particular

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    Bicentenario xxxx-xxxx

    xxxxxxx xxxx.

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    o se puede construir el futuro de una nacin sin conocer losxitos y fracasos de su pasado. Con esta premisa, Colombiareflexiona acerca de los 200 aos de su historia independien-te y de vida republicana.

    Es una oportunidad valiosa para que en todos losrincones del pas, los colombianos revivan los principalesacontecimientos polticos y econmicos que han marcadoel Estado y la sociedad. Pero tambin es una ocasin nicapara recordar a los protagonistas de la historia nacional, la

    evolucin de las tradiciones sociales y culturales, los cambios en el modeloeducativo, la construccin y arquitectura de las ciudades, los logros de losdeportistas, as como los adelantos cientficos y tecnolgicos que han aportadoa la construccin del pas.

    Y fue eso de lo que se ocuparon los cuatro primeros fascculos de la presentecoleccin: En marcha hacia la Repblica, En busca del progreso, Los aosdel ruido y Un nuevo pas, a travs de los cuales se hizo un recorrido por dossiglos de historia patria.

    Pero ahora, esta conmemoracin genera debates, revive tensiones histricas yvaloraciones del pasado. Motiva nuevas inquietudes y hace que los colombianosvuelvan a preguntar por las caractersticas que los hacen distintos frente a lasdems naciones del mundo. En este contexto, los aportes de la academia sonfundamentales para comprender el presente, identificar tendencias y mostrarlos principales desafos polticos, econmicos, cientficos y tecnolgicos que

    inciden en el desarrollo inmediato del pas.En el presente tomo de la coleccin Colombia 200 aos de identidad, reconoci-

    dos acadmicos hacen un balance del pasado y una proyeccin de lo que podraser el futuro en cada una de las reas claves para el desarrollo de la Nacin.

    Reflexionar

    para construir

    introduccin

    N

    RomuloRozotallandoB

    achu1925

    BACHUEl escultor Rmulo Rozo tall en granitonegro en 1925 la escultura Bachubasado en el mito muisca. Fue de lasprimeras obras modernas en utilizarelementos compositivos de las culturas

    prehispanicas.

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    8xxxxxxx xxxx.

    Bicentenario

    Aristolochia

    .Dibujode

    laRealExpedicinBotnicadelNuevoReinode

    Granada

    .JardinBotnicodeMadrid

    .

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    y Gabriel Poveda Ramos, se trataba ms de un proceso dedifusin de la ciencia europea que de verdadera generacinde conocimientos. Seguramente la excepcin fue FranciscoJos de Caldas, quien adelanto desarrollos propios, a veces,adelant muy imaginativos, aunque siempre tema que por lafalta de comunicacin con la metrpolis estuviera repitien-do sin saberlo cosas ya hechas Qu suerte tan triste la de unamericano! Despus de muchos trabajos si llega a encontrar alguna cosanueva, lo ms que puede decir es: no est en mis libros 2.

    Sin embargo el ambiente era de un gran respeto por laciencia y enormes esperanzas de lo que poda lograr. Eserespeto estaba necesariamente ligado un fuerte deseo deindependencia poltica. Alexander von Humboldt describaas la atmosfera de la poca: En todas partes oigo hablar de lanueva filosofa, como se denomina aqu a la enseanza de la moderna

    fsica, mecnica y astronoma. La juventud americana se halla impul-sada por un movimiento intelectual profundo que ni siquiera se conoceen Espaa. Aqu todo el mundo se queja del yugo de la Iglesia y delabsurdo escolstico y quiere liberarse de las ataduras que los peripatti-cos tratan de poner a la razn. En vano se prohibi a los profesores delas escuelas superiores la enseanza de esta nueva filosofa puesto quela juventud la estudia por su cuenta3.

    Y qu fue de las figuras lderes de esta generacin decientficos o de admiradores de la ciencia: Don FranciscoJos de Caldas, astrnomo, fue fusilado el 29 de octubre de1816; Don Jos Joaqun Camacho, botnico, fue ejecutadoel 31 de agosto de ese ao; Don Jos Mara Carbonell,secretario de la Expedicin Botnica, fue ejecutado el 19de junio; Don Jorge Tadeo Lozano, zologo, fue ejecutado

    el 6 de julio; Don Sinforoso Mutis, botnico y sobrino deJos Celestino, fue condenado pero se le otorg perdn;Don Miguel de Pombo, botnico, fue ejecutado el 12 deoctubre; Don Enrique Umaa, minerlogo, se separ dela posicin del grupo y fue nombrado posteriormentefuncionario del Real Servicio, y Don Francisco AntonioZea, botnico, se exili en Europa. Ms tarde fue vice-presidente de la Gran Colombia y embajador en Francia,donde tuvo una importante accin en ciencia, pero muritempranamente para la Repblica, en 1823.

    Es pues un hecho notable la exterminacin de prctica-mente todos los cientficos republicanos antes de la con-solidacin y construccin de la Repblica. Mientras que enlos Estados Unidos personajes como Franklin y Jefferson

    participaron en la independencia y en la construccin tem-prana de ese nuevo Estado democrtico y de avanzada, enColombia esa generacin de jvenes, que tena a la cienciacomo su gua filosfica principal y como fundamento de

    sus aspiraciones independentistas, fue eliminada en formasistemtica. No es demasiado arriesgado imaginar que siesas personas valiossimas hubieran tomado parte en la con-figuracin de la Nacin colombiana, el papel de la ciencia yde la educacin en ella hubiera sido diferente.

    Afirmaba Florentino Vezga el historiador: El sueloneogranadino era ya un gran desierto: la guerra, los patbulos yel destierro no haban dejado en su ancha superficie casi ningnhombre notable por e l talento y las armas. De los pocos habitantesque tena en 1810 la Nueva Granada haban perecido 2.500 hasta1818 y estos eran la flor del espritu, del valor y del patriotismo 4.

    2. MOMENTO - LOS PRIMEROS AOS DE LA REPBLICAEn esta poca confusa y tormentosa se dieron unos

    hechos que por un lado muestran unos primeros intentos

    por promover la ciencia e implantarla en la instituciona-lidad colombiana, y por otro lado dejan ver algunos delos principales problemas que estn en las bases de sudesarrollo deficiente en el pas.

    Se esperaba que hubiera grandes transformaciones en laeducacin y el fomento de las ciencias, y, efectivamente, elgeneral Santander en su vicepresidencia de la Gran Colom-bia dio pasos contundentes en esa direccin. Cre colegiosen todas las regiones del pas, algunos que funcionan hastael da de hoy. Fund las universidades centrales de Caracas,Quito y Bogot, la Universidad del Cauca y la AcademiaNacional y construy un nuevo edificio para la BibliotecaNacional. Sin embargo, lo sabemos bien, todos esos esfuer-zos fueron revocados en medio de las tensiones de poder de

    los primeros aos y cancelados definitivamente con su exiliodespus del atentado contra Bolvar la noche septembrina.

    Me detendr un poco en una gran empresa que porencargo de Santander fue liderada por Francisco AntonioZea cuando era embajador plenipotenciario en Pars: laorganizacin del Museo de Ciencias Naturales y la Escue-la de Minera 5. Ya el mismo Zea estando en Pars en 1802haba elaborado un 'Proyecto para la Reorganizacin' dela Expedicin Botnica. Los planteamientos que habahecho en el pasado le parecieron ms que adecuados parala Repblica aunque se hubieran proyectado para una co-lonia. Concibi el Museo de Ciencias Naturales teniendoen mente el Museo de Historia Natural de Pars. Con laayuda y consejo de Humboldt, Arago y Cuvier contrat a

    cuatro franceses y a un peruano:Mariano Rivero. Ingeniero de minas y qumico de la

    Escuela Real de Minas de Pars, fue encargado de la orga-nizacin y direccin de la Escuela de Minas y del Museo

    JOS CELESTINO MUTISEste mdico espaol,introdujo al pas el mtodocientfico y conform un grupo

    de jvenes criollos que luegoparticiparon activamente en elproceso de independencia.

    Bicentenario

    InstrumentosastronmicosutilizadosenlaExpedicinBot

    nica.

    ColeccindelMuseoNacionaldeColombia.

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    de Historia Natural. En Europa deba construir unacoleccin mineralgica y adquirir un laboratorio qumicoy una biblioteca de ciencias naturales. Se le fij un sueldoigual al del vicepresidente Santander ($4.000 al ao) y unpresupuesto de $3.000 para las compras.

    Jean Baptiste Boussingault. Qumico e ingeniero de mi-nas, fue contratado por cuatro aos. Su tarea consistira enestablecer ctedras de mineraloga y de qumica.

    Francois Desir Roulin. Mdico, fue contratado por seisaos. Deba establecer las ctedras de Fisiologa y AnatomaComparada y era responsable de la instalacin del museo.

    Jacques Bourdon y Joustine-Marie Goudot. Taxider-mistas, contratados por seis aos para la preparacinde la coleccin del Museo. Bourdon era especialista enentomologa y Goudot, en ictiologa.

    Los cinco llegaron a Bogot en mayo de 1823, cuando seintegr a ese equipo Jos Mara Cspedes, sacerdote colom-biano, doctor en teologa y naturalista apasionado, quien seencarg de establecer la ctedra de Botnica.

    El decreto que organizaba el Museo de Ciencias Natura-les y la Escuela de Minera empiezamostrando una de esas situacionesque, como ya sealaba, han causa-do reiterativamente problemas enel desarrollo cientfico. Parta de lapresuncin de la inexistencia de unatradicin de investigacin previa ydel desconocimiento de esfuerzosque antecedieron a la nueva y loable

    iniciativa. Comienza as el decre-to: Teniendo en consideracin: primero: que al paso que han sidoignoradas en estas regiones opulentas las ciencias naturales, por unaconsecuencia precisa de la mala administracin de su anterior gobierno,son absolutamente necesarias para el adelantamiento de su agricultura,arte y comercio, que son las fuentes productoras de la felicidad de lospueblos; y segundo: que ha venido ya la feliz oportunidad de que larepblica pueda promover y difundir las referidas ciencias naturales 6.Es decir, un sorprendente desconocimiento de la Expedi-cin Botnica y de ese grupo de prceres que haca apenasunos siete aos haban sido ejecutados.

    Tal era el olvido (o la falta de reconocimiento) de la Ex-pedicin Botnica que Boussingault afirm que era unafortuna que su coleccin habra sido llevada a Madrid,

    pues de otra forma se habra perdido.El 4 de julio de 1824 se abri el Museo de Historia

    Natural en la antigua casa de la Expedicin Botnica en unacto al que asisti el vicepresidente Santander. Pero despus

    de eso se hizo evidente otro de los grandes problemas queen Colombia han atentado contra el desarrollo de la ciencia:una gran diferencia entre el discurso poltico y las accionespresupuestales necesarias para hacerlo realidad.

    Apenas un ao despus de iniciado, el gran proyectoRivero estaba donando una cuarta parte de su sueldo parasu sostenimiento. Se cre un impuesto sobre los oros quese amonedaban (qu coincidencia con nuestras solicitudesactuales y permanentes de adjudicacin de un porcentaje delas regalas a Ciencia y Tecnologa) pero la presin de los in-teresados hizo que se aboliera en 1825. Y el presupuesto fuedescendiendo de $9.200 en 1824 a $6.600 en 1826, a $4.900en 1827, a $1.800 en 1828 y a apenas $900 en 1833.

    Con el retiro de Rivero en 1825 empez a desinte-grarse el equipo, el museo se convirti en un depsito de

    curiosidades, la flora y el herbario que reuni Cspedes seperdieron. En 1837 se vendi la casa y el museo se traslada un cuarto en la Secretara del Interior y de Guerra y en1845 a un local en el Colegio de San Bartolom.

    Este momento breve, que fue pensado por un verdaderoestadista para generar un impactomodernizador importante, fue unfracaso debido a vicios que se hanconvertido en constantes de nuestroquehacer cientfico. El primerode ellos, la reversin de actos bienpensados con decisiones basadas enimpresiones personales sin profun-didad ni reflexin. El segundo, el

    desconocimiento de lo que se habahecho anteriormente, lo que llamamos ahora jocosamenteel complejo de Adn, que condena a abandonar logros einiciar reiteradamente las empresas en un esfuerzo sisfico.El tercero, la incapacidad para convertir las decisiones en he-chos sostenibles a trmino largo con sustento presupuestal:un divorcio entre los discursos y los hechos.

    3ER

    MOMENTO.- LA COMISIN COROGRFICA Y LAUNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

    A mediados del siglo XIX la ciencia se encontraba en unestado de verdadera postracin. Iniciativas bien intenciona-das y con visin se haban visto frustradas en la realizacinmisma y como resultado de conflictos polticos y persona-

    les. Esa sensacin de frustracin, la necesidad de crculosintelectuales y polticos para entender la Nacin que estabaen gestacin y sus potencialidades y por ltimo el carcterfederalista del radicalismo, con su acento en la diversidad

    Una constante en el desarrollocientfico del pas ha sido que las

    propuestas e iniciativas se quedanen los discursos polticos, pero sinlas asignaciones presupuestales

    para hacerlas realidad.

    FRANCISCO JOS

    DE CALDASLlamado el Sabio Caldas,realiz inventos propioscomo el hipsmetro, un

    instrumento para determinarla altitud segn el punto de

    ebullicin del agua.

    LA CIENCIA Y LA

    NUEVA REPBLICABajo la iniciativa deSantander se organiz unaEscuela de Minera con

    la conviccin de que lasciencias naturales erannecesarias para el pro-greso agrcola y comercialdel pas. Sin embargo,se ignor el legado deMutis y sus discpulos.En las fotos: Instrumen-tos astronmicos de laExpedicin Botnica.

    ciencia

    Constancio Franco Vargas. Francisco Jos de Caldas.

    Ca. 1880. Coleccin del Museo Nacional de Colombia.

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    educativo republicano del ms alto nivel y de gran auto-noma pueden ser las razones para que este esfuerzo shaya perdurado hasta nuestros das.

    La Universidad, fundada por los radicales en el rgimenfederalista de los Estados Unidos de Colombia, no podaser una Universidad Central. Su carcter nacional lo garan-tizaba la visin amplia y de futuro, y la obligatoria partici-pacin de las regiones. En su mismo acto fundacional seestablecieron dos becas para estudiantes de cada uno de losnueve estados de la unin. Es decir, el 40% de los estudian-tes iniciales haban sido escogidos con un criterio regionalpero con conciencia de identidad nacional. En palabras del

    mismo Ancizar: Los estudiantes habrn de aprender que la patriaes algo ms grande que el hogar domstico y el nativo Estado.

    No fueron fciles los inicios. En los Anales de la Uni-versidad Nacional en 1869 se queja Anczar del impacto depresupuestos insuficientes, as:

    Con todo no habr exageracin endecir que lo ms sensible fue la eliminacinde la Escuela de Artes y Oficios, cuyoplanteamiento exiga un gasto extraor-dinario de 24.000 pesos en disponer lossalones para talleres-modelos y la comprade maquinarias y herramientas; gasto deque el pas se indemnizara con gananciasindefinidas mediante la instruccin terica

    y prctica de los artesanos y la consiguientemejora de los procedimientos en la produccin que traera por resultadola baratura de los artefactos perfeccionados. Lejos de llegar a estedeseado punto, que sera tambin la solucin natural de ciertas dificul-tades sociales hubo de suprimirse aquella escuela trasladando a la deLiteratura y Filosofa los alumnos que en ella estudiaban 12.

    La primera renuncia de Manuel Anczar es muy significa-tiva. Muestra su carcter profundamente liberal, pero dejaver an ms las dificultades de una institucin que desdesus comienzos debi defender su autonoma ante embatesinternos y externos. Renunci por la decisin del Senado deimponer textos que realicen una intencin poltica, prescindiendode los resultados cientficos. Estos textos estaban basadosen la filosofa radical de la poca que por dems Anczar

    comparta, pero para l la defensa de la libre ctedra erams importante que la utilizacin de la universidad paraadelantar intereses ideolgicos, as fueran los propios.

    Anczar sealaba que la de la Universidad Nacional fue

    ms una reorganizacin que una creacin 13: El agrupamien-to de varias enseanzas cientficas que ya existan, pero aisladas y sinun rgimen comn que unificara sus mtodos. Se integraron enella la escuela de literatura y filosofa y la escuela de juris-prudencia del Colegio de San Bartolom, el Colegio Military la Facultad de Medicina de Bogot. S fueron nuevas lasescuelas de ciencias naturales y de artes y oficios que lconsideraba esenciales, y que le cost mucho establecer.

    Los ataques contra la Universidad por personas quepensaban que era elitista y no deba ser pagada con dinerospblicos eran constantes. Anczar argumentaba en contrade esa posicin y a favor de las ciencias naturales, pues

    senta que sin ellas la universidad no sera sino la mitad delo que debe ser 14. Esta discusin con la sociedad se ve enla siguiente cita del segundo rector, don Antonio VargasVega: de ah se ha deducido argumento para sealar que laenseanza universitaria es patrimonio de algunas clases privilegiadas,

    sin reflexionar que la ciencia es como unro, que avasalla a todos los obstculos,crece sin cesar, y difunde por dondequiera lafecundidad y la vida 15.

    Anczar citaba el acto Morrill,recin sancionado por AbrahamLincoln en Estados Unidos, diciendoque mientras en Colombia habaquienes calificaban de superfluo el

    gasto de $4.000 anuales para soste-ner la Escuela de Ciencias Naturales, los Estados Unidos deAmrica destinaban $96.000.000 solo para fundar escuelasde agronoma.

    La posicin de Anczar no era solitaria. Muchos de lospolticos liberales y federalistas de la poca respaldaban unacento tcnico y regional para la educacin superior. As, elcongreso aprob en 1870 entre cuatro y ocho becas paraestudiantes (dependiendo de la situacin fiscal) para cadaEstado, con la condicin de que los becarios realizaransus estudios en Ciencias Naturales, Ingeniera o en Artes yOficios 16.

    Para ese ao haba en la Universidad Nacional 51estudiantes de Medicina, 44 de Ciencias Naturales, 29 de

    Ingeniera y solo 8 de Jurisprudencia.Pero esa poltica deimpulso a las ciencias y a la ingeniera no dur mucho. En1874 las becas dejaron de ser condicionadas y podan usar-se en cualquier facultad 17. Muy rpidamente la jurispruden-

    Desde el siglo XIX las actividadescientficas fueron vistas como un lujo

    que no deba ser financiado por elEstado, por lo cual slo se consoliduna institucionalidad cientfica desde

    finales de la dcada de 1960.

    MAPA DE AGUSTN

    CODAZZIUno de los propsitos dela Comisin Corogrficafue ayudar a la definicinde las fronteras, para aspoder luego administrary controlar el territorionacional.

    Bicentenario

    Mapa de Agustn Codazzi. Divisin de Archi vo y Registro. Universidad Nacional de Colombia.

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    sas pocas con mayor o menor apoyo gubernamental ysocial pero es, sin duda, un evento de institucionaliza-cin estable de la ciencia colombiana.

    Varias disciplinas se fueron desarrollando en for-mas diversas en esos aos como mezcla de iniciativasoficiales y privadas, de organizaciones y de individuosapasionados. Personas bien formadas regresaban delexterior y trataban de reproducir las instituciones bienestablecidas en los pases donde estudiaron.

    La geologa tiene antecedentes tempranos 19. Seplante la necesidad de realizar estudios geolgicos enla Expedicin Botnica y en la Comisin Corogrfica,

    aunque realmente ninguna lo hizo. En 1886 el Congresode la Repblica fund dos escuelas de minas a travsde la Ley 60. Una en Ibagu, que no prosper, y otraen Medelln, con muy importan-tes realizaciones y que en 1940fue incorporada a la UniversidadNacional Sede de Medelln.

    En 1917 se cre la llamadaComisin Cientfica Nacional,que era en realidad un serviciogeolgico nacional. Hasta 1934fue dirigida por el gelogo alemnRobert Scheibe, continu despus muy pasivamente por seis aos

    y, en 1940, fue reemplazada por elServicio Geolgico Nacional, que llev a cabo estudiosimportantes para la minera del carbn, la explotacin depetrleo y la construccin de hidroelctricas. Tambinhizo investigaciones bsicas importantes sobre la geologade las cordilleras y una compilacin de todos los estudiosgeolgicos sobre Colombia.

    El Servicio Geolgico Nacional permaneci activo entre1940 y 1969. Llev a cabo importantes estudios estratigr-ficos y, desde 1963, trabaj con el Inventario Minero, unainstitucin paralela ms dedicada a la cartografa que a laminera, y con el Laboratorio Qumico Nacional. De 1964a 1969 nacieron las facultades de Geologa de la Universi-dad Nacional en Bogot y de la Universidad Industrial de

    Santander y el Instituto Geofsico de Los Andes.En 1969 se fusionaron el Servicio Geolgico Nacional y

    el Laboratorio Qumico Nacional en un Instituto Nacionalde Investigacin, adscrito al Ministerio de Minas y Petr-

    leos y que sera denominado en adelante el Instituto deInvestigaciones Geolgico Mineras, Ingeominas. Conflu-yeron, pues iniciativas de distintas vertientes que por unadecisin gubernamental se fusionaron en una institucinoficial de ciencia y tecnologa, que funciona desde entoncescon presupuestos gubernamentales como institucin recto-ra del sector, con funciones de investigacin, pero tambincon otras de fomento del sector y de vigilancia y control nosolo de la explotacin minera, sino tambin de fenmenosgeolgicos que pueden afectar la vida de los ciudadanos.

    Se puede decir que en ese momento se consolid lainstitucionalidad de la investigacin en el sector geolgico

    y minero. Ha habido cambios durante estos aos y se hanalternado pocas de mejor y peor apoyo gubernamental,pero la institucin ha permanecido y pareciera que es una

    institucin estable. Esta rea delconocimiento tuvo importantesprdidas durante los ltimos aos,cuando en 1997 se cerr el Institutode Asuntos Nucleares y EnergasAlternativas y se le transfiri aIngeominas el cuidado del reac-tor nuclear y algunas pocas de lasfunciones que tena. Poco antes (en1993) haba sido cerrado el Institutode Investigaciones Tecnolgicas, que

    atenda a este sector pero tambina otros relacionados con la produccin y la industria. Dosprdidas muy notables que alertan al hecho de que an nose ha superado la fragilidad de las instituciones de Ciencia yTecnologa y que persiste esa tendencia a cambiar radi-calmente sus rumbos con los cambios de criterio de ungobierno que muchas veces acta ms como respuesta acoyunturas que con una visin de historia y de futuro.

    El segundo campo que me parece interesante exami-nar es el de las ciencias agropecuarias, tradicionalmenterelegadas en el pas. La inestabilidad de las exportacionesde carcter agrcola generaban iniciativas que incentivabany desincentivaban en periodos de tiempo breves esa activi-dad. Los incentivos no eran tampoco a la actividad misma

    sino ms bien a las necesidades logsticas para que susproductos fueran exportados. Por ejemplo, mientras que elcomercio del tabaco de Ambalema (entre 1845 y 1860) eraimportante, se plante la construccin de una carretera y se

    Un problema constante en eldesarrollo cientfico nacional hasido la debilidad institucional y

    la tendencia de cada gobierno acambiar los criterios, objetivosy funciones institucionales, deacuerdo con las coyunturas

    y sin visin de futuro.

    INGEOMINAS

    En 1969 se fund esteinstituto para apoyar lainvestigacin en el sectorminero, y para vigilar ycontrolar actividades geo-lgicas en el pas comoerupciones volcnicas yterremotos.

    Bicentenario

    Foto Luis ngel Murcia Revista Semana.

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    En efecto, el federalismo supona un contexto distintoal subdesarrollo social y al mismo tiempo la supresinde la ignorancia. Pero, no sera que ese sistema tambinpoda formar aquello que presupona? Para Miguel dePombo, las colonias de Norteamrica se fundaron sobrepueblos que se reconocieron diversos, argumentando que

    entre nosotros el sistema federal sera ms fcil pues todosramos equiparables. Para Vicente Azuero, la diversidadcultural debilitaba las relaciones comunes por constituir uncuerpo heterogneo, disminuyendo el espritu nacional yretardando el progreso de los pueblos. Supuestamente enNorteamrica ms que por la diversidad, gracias a ella selogr configurar un gruposocial homogneo bsico.Por el contrario, en la NuevaGranada, el gran problemasupuestamente fue el mes-tizaje: visto como conjuntode sabotaje mutuo incapazde aprender de la necesidad

    de formular lazos comunesfundamentales para vivir sin violencia la diferencia.

    Doscientos aos despus vuelve del suspenso unagran pregunta: nosotros (tambin hbridos de Colonia y

    Virreinato), qu debemos construir para que la tragediano retorne como comedia? Cmo reconciliar unidad condiversidad en un mundo claramente global?

    DIFERENCIA Y RECONOCIMIENTO

    Como en repetidas ocasiones lo subrayara Michel

    Foucault en sus cursos del Colegio de Francia, es necesariohacer que lo invisible sea visible para que quienes buscanreconocimiento sean vistos y no solo tolerados, sino queinteractuando con otros, estos reconozcan la posibilidad deser interpelados por aquellos. Porque es lo diferente aquelloque se reconoce, no lo similar que debe ser conocido. Pero

    para poder ver lo diferentees necesario un lenguaje quemencione lo que hay quever y las maneras como ellodebe ser visto.

    Afortunadamente laidentidad hoy no es ms queuna categora abstracta de

    la que se habla cuando sepierden los valores forzados y forzosos que como artculosde fe se prescriban para creer. Hoy la identidad, como lacultura, se presenta en gerundio, es decir, a travs de un

    Para 1998, la poblacin afrocolombianaascenda a un poco ms de 10 millones de

    personas, de las cuales el 70 por ciento vivaen centros urbanos y el porcentaje restante,

    en reas rurales.

    Bicentenario

    COMUNIDADES

    AFROCOLOMBIANAS

    Uno de los logros de laConstitucin de 1991 fuereconocer a los indgenasy afrodecendientes lapropiedad de los territorios

    que han poblado por msde varios siglos y que seconstituyen en base de suidentidad y cultura.

    Foto Len Daro Pelez.

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    quehacer permanente que solo cuenta entrelazndose conla sociedad.

    Resulta bastante deplorable que en un pas tan diversocomo Colombia solo hasta hace 20 aos se reconociera ju-rdicamente a las comunidades indgenas y afrodescendien-tes que a l pertenecen, puesto que antes se les consideraba

    como menores de edad o incapaces de autodeterminarse, ypor consiguiente se les privaba de los derechos que les per-mitan asociarse libremente o reformarse dentro del mundoen el que vivan.

    Felizmente, el artculo 70 de la Constitucin de 1991, enuno de sus apartes declara: la cultura en sus diversas manifesta-ciones es el fundamento de la nacionalidad, dndole la vuelta a laidea de una unidad preexistente a los grupos que integran laNacin, reconociendo y obligando a proteger la igualdad yla dignidad de todas las culturas que conviven en el pas.

    Es all cuando se evidencia que el primer paso (el de lavisibilidad) se dio hasta hace muy poco, quedando pendienteel mbito no tanto de la aceptacin o de la tolerancia, sino eldel reconocimiento y respeto en la prctica de esa diversidad.

    CONJUGAR LA CULTURA EN PLURAL

    El caso del reconocimiento a las comunidades indgenas yafrodescendientes que forman parte de la Nacin colombia-

    na es tan solo un ejemplo del inminente ejercicio que deberealizarse en materia cultural. Es necesario superar las vi-siones reduccionistas (tanto conservadores como supues-tamente progresistas) que pretenden aislar a dicha nocin,protegindola del mestizaje y la hibridacin, en aras deesencialismos que en modo alguno se sostienen en el mundo

    contemporneo.Del mismo modo que hay muchas formas de ser, hay

    igualmente indefinidas maneras de expresar los modosde sentir, pensar y actuar de un individuo o grupo de indivi-duos. Conjugar la cultura en plural implica promover lalibertad para que una persona pueda expresarse y darse aconocer, as como identificarse sin ser marginada por ello,del mismo modo que generar una promocin para quecada individuo pueda elegir los elementos de identidad quele son propios frente a los contenidos de su cultura.

    Ms all de la nocin de campo cultural, es indispensablepromover la movilidad. Numerosos estudios demuestrancmo lo sociocultural no puede ser pensado en un espacionacional acotado, delimitado por fronteras estatales. Ml-

    tiples investigaciones en el mbito de las culturas juvenilesdan cuenta hoy de la explosin de subjetividades, estticas,gustos y vnculos transnacionales que indudablementedesconciertan a las nociones cosificadas de cultura.

    MINGA INDGENA

    2008A pesar de que laConstitucin de 1991 haconsagrado sus derechos,los indgenas han tenidoque organizarse ymovilizarse para solicitarleal gobierno el respeto y ladefensa de los derechosconstitucionales. Ejemplode ello fue la minga de2008 organizada por losindgenas del Cauca.

    Foto Len Daro Pelez. Revista Semana.

    cultura

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    La experiencia internacional avala este hecho. Cierta-mente, la evidencia emprica indica que en los pases enlos cuales se han desarrollado exitosamente estrategiasde fortalecimiento del sector exportador, uno de losresultados ha sido el incremento del producto percpita6. Recordemos que las exportaciones son un com-ponente fundamental de la demanda agregada y portanto de la produccin, de forma tal que los aumentosde estas tambin repercuten positivamente en el PIB7.Consistente con el desarrollo del sector exportadorse encuentra la estrategia de apoyo y fortalecimiento

    empresarial. Efectivamente, las metas propuestas enmateria de competitividad y crecimiento de las expor-taciones han de articularse con un plan que procure elimpulso de las micro, pequeas y medianas empresas,las cuales han de servir como eje articulador del aparatoproductivo nacional. Sin duda, el xito exportador delas pequeas y medianas unidades productivas pasa porelevar sus niveles de exigencia en cuanto a calidad ygestin, donde los componentes que mayor aportan a laconsolidacin de los mercados forneos estn asociadoscon la continuidad exportadora, el conocimiento de losmercados de destino, la diversificacin de mercados y eldinamismo exportador.

    En un escenario pesimista, en el cual no se logren

    consolidar estos procesos o su aplicacin resulte en for-ma parcial y la economa enfrente un choque externode naturaleza desfavorable como el registrado a finalesde la dcada pasada, la inestabilidad del crecimientosera la constante alcanzando en promedio una tasacercana al 3,8 por ciento en la siguiente dcada. Nteseque este crecimiento es muy similar al presentado enel periodo 2000-20098, en el cual la economa aumenta una tasa similar y la hemos definido como pesimistapara denotar el hecho de que la bonanza minera noarrojara los resultados positivos que se esperan.

    En ambos casos, es decir el escenario optimista y elpesimista, las reducciones de la tasa de desempleo noalcanzarn los niveles deseados, cercanos al 8por ciento9.

    De acuerdo con nuestros clculos, en el mejor delos casos la tasa de desempleo fluctuara alrededor del9 por ciento, en tanto que en el escenario pesimista eldesempleo continuara en dos dgitos. De otro lado,

    estas reducciones demandan la puesta en funciona-miento de reformas laborales que intenten disminuir lainformalidad, mejoren las condiciones de los trabaja-dores, faciliten la incorporacin de nuevos trabajadoresal mercado laboral y se reduzcan los costos para lasempresas.

    De otro lado, como se ha mencionado anterior-mente, la inflacin ha sido quiz el principal logroalcanzado en materia econmica en las ltimas dca-das. Tanto el manejo de la poltica monetaria comola fuerte cada de la demanda agregada contribuyeron

    a los buenos resultados en materia inflacionaria delos dos ltimos aos. En consecuencia, la siguientedcada continuar recogiendo los frutos cosechadoshasta ahora en esta materia, de forma tal que para elperiodo comprendido entre 2010 y 2020 se esperaque la inflacin flucte entre el 2 por ciento y 4 porciento anual.

    En cuanto a la tasa de cambio, las perspectivas noson tan favorables como en el caso de la inflacin. Lafuerte revaluacin del peso y la entrada masiva de divisasque se esperan para los prximos aos, derivada de lamayor explotacin minera, definitivamente no permi-tirn la devaluacin de la moneda, tan esperada por losexportadores. No obstante, el proceso revaluacionista

    lograr controlarse si el pas, en particular las autoridadeseconmicas, ponen en marcha la denominada regla fiscal,a travs de la cual ser posible neutralizar los efectos dela, enfermedad holandesa, en caso de que esta llegase a

    EL ORO NEGRO

    Para evitar los efectosde la revaluacin, por la

    bonanza de los productosminero energticos, el

    gobierno debe controlar su

    gasto, disminuir la deudapblica y aumentar elahorro de la Nacin.

    Bicentenario

    GRFICO 3. PIB COLOMBIANO (2000-2020)

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    marco de la Revolucin Bolivariana, una pretensinterritorial an ms ambiciosa que la de sus predecesores:recurriendo a una compleja argumentacin de carcterhistrico, Chvez consigui que

    en la Constitucin Bolivarianafueran reconocidos como lmitesentre Colombia y Venezuela losmismos que el Imperio espaolhaba establecido para la CapitanaGeneral de Venezuela, antes deabril de 1819.

    Esta definicin de lmites esta-blecida por el gobierno de Chvezcuestiona la soberana que ejerceColombia sobre porciones importantes de territoriosobre la pennsula de La Guajira, la cordillera Oriental ybuena parte de los Llanos Orientales. De fondo, lo queChvez quiere jugarse en la regin es mejorar la pro-

    yeccin geoestratgica de Venezuela, arrebatando partedel control martimo que ejerce Colombia sobre el marCaribe. Colombia hoy ejerce soberana sobre cerca del20 por ciento del mar, aunque la paradoja radica en que

    no ha logrado sacar provecho de dicha condicin.A esta disputa territorial se suma la voluntad de

    Chvez de intervenir de manera directa en la polticainterna colombiana, por lo

    menos en cuanto a la definicinde la agenda domstica y ladeterminacin de decisionespolticas de gran importanciacomo las que tienen que vercon la poltica de paz. Las po-siciones ambiguas del gobiernode Venezuela con respecto a losgrupos armados ilegales y surecurrente negativa a coope-

    rar con el gobierno colombiano en la lucha contra losmismos ha significado un deterioro sustancial de lasrelaciones bilaterales.

    NICARAGUA: QUERELLA POR EL ARCHIPILAGOOtra disputa en la que Colombia se encuentra involu-crada, y que tambin tiene relacin directa con el Caribe,est determinada por las pretensiones de Nicaragua de

    A pesar del tratado limtrofe entreColombia y Venezuela, firmado el5 de abril de 1941, la definicin delos lmites no ha finalizado y se ha

    intensificado en los ltimos aos conlas intenciones expansionistas de laRepblica Bolivariana de Venezuela.

    ALBA

    Los presidentes EvoMorales, de Bolivia;Manuel Zelaya, de Gua-temala; Daniel Ortega, deNicaragua; Hugo Chvez,de Venezuela, y RafaelCorrea, de Ecuador, enla reunin del Alba enManagua (2009). Esteorganismo multilateral fueuno de los ms crticos delgobierno de lvaro Uribe.

    relaciones internacionales

    Agencia

    AP.

    Foto

    Arnulfo

    Franco.

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    arrebatarle a Colombia la soberana del Archipilago deSan Andrs y Providencia.

    Este conflicto se ha mantenido latente durante losltimos 200 aos y en la etapa ms reciente, lideradapor el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, abier-to simpatizante de las Farc, ha logrado ser reactivadoincluso en tribunales internacionales. La posicin deNicaragua, aun desde la dcada de los aos 80, es la deldesconocimiento del Tratado Esguerra-Brcenas (1928),con el nimo de conseguir una renegociacin de lmitesa instancias internacionales.

    En 2001, Nicaragua present ante la Corte Interna-cional de Justicia en La Haya una demanda formal conel fin de obtener la soberana completa sobre las islas de

    San Andrs, Providencia y Santa Catalina y todas las islasy cayos anexos, as como sobre los cayos geogrficosRoncador, Serrana, Serranilla y Quitasueo. La Corteratific la soberana de Colombia sobre las islas e islotespero dej la puerta abierta sobre la definicin de lmites,lo que en ltimas se convierte en el asunto de fondocon mayor importancia geoestratgica, ya que el rea endisputa es vital para el comercio por el Caribe, e inclusopara el comercio mundial porque tiene influencia directasobre algunas rutas que utilizan el Canal de Panam.

    ECUADOR: DESBORDAMIENTO DEL CONFLICTO

    ARMADO

    Una tercera amenaza dirigida contra Colombia

    proviene de las diferencias histricas frente a Ecuador.Desde un principio, la definicin de lmites entre los dospases se convirti en motivo de una disputa en la queel control de los territorios que hoy componen los de-

    partamentos de Cauca, Nario y Putumayo sirvi comoescenario para el enfrentamiento entre los gobernantesde ambos pases, y aunque en ningn momento durantelos ltimos 200 aos ha llegado a manifestarse en trmi-nos blicos, es evidente que esta frontera se constituyeen una de las ms complejas de la regin.

    La presencia de grupos armados ilegales en la fron-tera, el desbordamiento del narcotrfico, muchas vecesasociado a la presencia de dichas organizaciones, la mo-vilidad de la poblacin de un lado a otro y la debilidaddel Estado ecuatoriano en la lucha contra estos fen-menos han convertido la frontera colombo-ecuatorianaen una zona caliente en la que cualquier incidente alterasustancialmente las relaciones bilaterales.

    Los gobiernos de Ecuador que precedieron al deRafael Correa, luego de superada la guerra con el Perpor la definicin de lmites, dirigieron sus miradas haciaColombia como su principal amenaza, bsicamente porla creacin del Plan Colombia y la fumigacin de culti-vos ilcitos utilizando glifosato. Luego, con la llegada deCorrea al poder, las relaciones bilaterales se complicaronan ms y se sumaron las posiciones ambiguas de dichoPresidente con respecto a los grupos armados ilegalesen Colombia. De hecho, en varias ocasiones demostrcierto grado de simpata sobre todo frente a las Farc, loque coincidi con el repliegue estratgico de esa guerrillasobre territorios vecinos que qued evidenciado con elxito de la Operacin Fnix en la que las Fuerzas Milita-

    res de Colombia dieron muerte, en territorio ecuatoria-no, al cabecilla conocido con el alias de Ral Reyes.

    La dificultad para encontrar mecanismos de coope-racin que permitan a Ecuador y a Colombia controlar

    RAL REYESAnte la persecucin delas Fuerzas Armadas deColombia en el sur delterritorio colombiano, aliasRal Reyes, miembrodel Secretariado de lasFarc, se refugi en lafrontera con Ecuador, endonde segn informes deinteligencia se reuna conperiodistas y miembros departidos de izquierda deLatinoamrica.

    Bicentenario

    Agencia

    AFP.

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    conocidas novelas Ibis(1899) yRosas de la tarde(1900), deJos Mara Vargas Vila, y las obras de Jos Mara RivasGroot, Resurreccin(1901) yEl triunfo de la vida(1911).

    Hijo de Medardo Rivas, activo intelectual y poltico,adems de autor de novelas costumbristas, Rivas Groot

    se destac como hombre pblico y como literato. Comohombre de letras, su produccin es notable ante todopor la variedad de temas que le ocuparon. Autor de laya citada antologa potica titulada La lira nueva, al igualque del Estudio preliminar delNuevo Parnaso Colombiano,del mismo ao, public tambincuentos y novelas cortas, comoResurreccin, pero la mayor celebri-dad en su poca se deriv de unaextensa novela que escribi encompaa de Lorenzo Marroquncon el ttulo de Pax, publicada en1907, y aunque se trata de una delas primeras novelas urbanas edita-

    das en el pas y que cuenta con algo de la prosa melodiosadel modernismo, no tuvo mayor trascendencia ni histricani literaria.

    Por su parte, la obra de Jos Mara Vargas Vila ha sidoobjeto de una conflictiva mirada que se centra ms ensu actitud rebelde que en su valoracin artstica; algunasde sus novelas, como Rosas de la tardee Ibis, se encuadranplenamente en la esttica modernista. Hijo del generalJos Mara Vargas Vila, quien muri defendiendo lasideas liberales en una de las tantas guerras civiles del sigloXIX, Vargas Vila naci el 23 de julio de 1860 en Bogot.Siendo muy joven hizo parte de las tropas enviadas porel gobierno liberal a debelar la revuelta conservadora de1876. Se desempe como maestro en varios colegios de

    la capital y de la provincia colombiana, pero muy prontosu militancia liberal lo llev a participar en la lucha contrael poder conservador y, finalmente, al exilio, primero enVenezuela en 1885, luego en Estados Unidos en 1891 y fi-

    nalmente en Europa a partir de 1896. Su vida est llena deancdotas y leyendas que l mismo patrocin, y su obraha sido muy controvertida.

    Considerado el iniciador de la moderna crtica literariaen Colombia, la figura de Baldomero Sann Cano (1861-

    1957) se proyecta sobre dos siglos. Inici su labor intelec-tual como maestro y luego se dedic al periodismo, perosu insaciable curiosidad y su marcada inclinacin por elestudio de los idiomas lo llevaron muy pronto a consoli-dar una amplia cultura que se interesaba por aspectos de

    arte, poltica, historia, filosofa yliteratura. Con sus traduccionesy sus mltiples ensayos, orga-nizados en siete libros, logrque el pas entrara en un periodode contemporaneidad latinoamerica-na y universal, en palabras deGutirrez Girardot. De cortesimilar, pero bastante posterior,

    es la obra de Germn Arciniegas (1900-1999), ensayistade largo aliento, divulgador, pero ante todo historiador dela cultura desde una perspectiva liberal.

    Como ya se indic, De sobremesa, la novela de Silva, seimprimi en el ao 1925. En 1924, Jos Eustasio Rivera(1888-1928) public La vorgine. Unos aos antes, en1921, dio a la estampa un libro de sonetos bajo el ttuloTierra de promisin, obra que le dio un inmediato renombre,pues lleg a ser reconocido como uno de los mejoressonetistas del pas y su texto Los potrosfue seleccionadocomo el mejor soneto colombiano. Con todo, el inmedia-to xito de su novela opac el resto de su produccin. Enefecto, La vorginese convirti rpidamente en una de lasobras ms ledas en Hispanoamrica y en un clsico de la

    llamada literatura de la tierra; la narracin cuenta el viajede un intelectual que huye con su novia hacia los llanos yla selva. Rivera da cuenta del progresivo descubrimientode un mundo de explotacin y miseria, sin presencia del

    La selva es una protagonista msde La vorgine, ella interacta con

    los personajes, es el escenario de laperenne violencia del pas y al finalse traga a los otros protagonistas.

    PERSONAJES DE

    LA LITERATURA

    ESPAOLA Y

    COLOMBIANAMural de Luis Alberto

    Acua (1965), pintado enla Academia Colombianade la Lengua, en la cualaparecen representadosBaldomero Sann Caro,Porfirio Barba Jacob, JosEustasio Rivera, ArturoGmez Restrepo y TomsCarrasquilla.

    literatura

    Baldomero Sanin Cano, Porfirio Barba -Jacob, Jose Eustasio Rivera, Antonio Gomez Restrepo y Tomas Carrasquilla. Mural de Luis Alberto Acua 1.965. Semana.

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    Cote Lamus. Hacia finales de la dcada, despus de ladictadura, apareci en Medelln elManifiesto Nadasta,en el que Gonzalo Arango formula su programa desubversin cultural que se apoya en la irreverencia y elinconformismo para cuestionar a la sociedad colom-

    biana. Los ms destacados nadastas han sido, ademsde Arango, Eduardo Escobar, Jaime Jaramillo Escobar,Jotamario Arbelez y Mario Rivero.

    La narrativa colombiana que se publica despus deLa vorgineintenta continuar por la senda de la denunciasocial con alta calidad esttica. Sin embargo, aunquelos resultados son desiguales, se debe destacar la novelaCuatro aos a bordo de m mismo, de Eduardo Zalamea Bor-da, como la ms moderna tanto en su estructura narrati-va en forma de diario en el que el narrador protagonistaexpresa su visin de la realidad acudiendo a menudo almonlogo interior, como en su concepcin estilsticacon un gran predominio de la metfora. Igualmentedestacables son las obras de Manuel Zapata Olivella y

    Eduardo Caballero Caldern, en las que los conflictossociales se expresan en una prosa trabajada que superala mirada costumbrista para ahondar la denuncia social.En esta misma perspectiva, pero en un entorno predo-minantemente urbano, se encuentra la produccin deJos Antonio Osorio Lizarazo, que a menudo cae en unesquematismo reductor de corte naturalista.

    En la dcada de los 60, la novela parece adaptarsea los procesos de modernizacin del pas. El crticolvaro Pineda Botero establece una clasificacin de lanovelstica nacional desde una mirada regional des-tacando figuras como Eduardo Caballero Caldern yFernando Soto Aparicio en el centro del pas, y ManuelMeja Vallejo en Antioquia, para contrastarlos con la

    riqueza de la narrativa de la costa Caribe dentro de lacual sobresale con mucho la figura de Gabriel GarcaMrquez, premio Nobel en 1982, y la de Hctor RojasHerazo, pintor poeta y novelista.

    En las dcadas posteriores, la novela ha demostradosu vitalidad al superar el reto que implic la fama inter-nacional de Gabriel Garca Mrquez, que a despus deCien aos de soledad(1967) yEl otoo del patriarca(1975),se reafirm con Crnica de una muerte anunciada(1981) yEl amor en los tiempos del clera(1985). En efecto, aunquela temtica predominante sigue siendo la diversidadde formas de violencia que vive el pas, obras comoCndores no entierran todos los das, de Gustavo lva-rez Gardeazbal, yUna y muchas guerras, de AlonsoAristizbal, elaboran una mirada que explora las causasms profundas de los conflictos sociales. Muchas otrasobras deberan ser reseadas en esta perspectiva.

    Una vertiente muy productiva de la narrativa recientese orienta hacia la exploracin de la historia. El mejorexponente de esta mirada es Germn Espinosa, autorde un buen nmero de relatos y de novelas dentro de lasque sobresale notablemente La tejedora de coronas, relacinde la vida de Genoveva Alcocer, quien participa en mu-

    chos de los acontecimientos histricos y que representael espritu de la Ilustracin. Las vivencias de la protago-nista se expresan por medio de un extenso monlogointerior en una prosa poticamente elaborada a travs deun relato que se llena de referencias eruditas y atrapa allector en un mundo de conocimientos y vivencias de lostiempos coloniales.

    Una larga lista de obras y autores expresa lasmltiples vertientes de la narrativa contempornea:Que viva la msica(1975), de Andrs Caicedo; La otraraya del tigre(1976), de Pedro Gmez Valderrama; lasugerente triloga Fmina suite, de Rafael HumbertoMoreno Durn, compuesta porJuego de damas(1977),Toque de Diana(1981) yFinale caprichoso con madonna

    (1983), ySin remedio, de Antonio Caballero, seranapenas ejemplos significativos de la riqueza temtica,estilstica y compositiva que muestra una produccinliteraria en plena vitalidad.

    literatura

    LITERATURA DEL

    ULTIMO CUARTO

    DE SIGLO

    1. Gustavo lvarezGardeazabal. Escritor

    y poltico, adquiri elreconocimiento literario porsu novela sobre la violenciapartidista de mediados delsiglo:Cndores no entierrantodos los das.

    2. Germn Espinosa.Considerado uno de losmejores escritores del pas,investigaba a profundidadlos temas y elementoshistricos que incorporabaen sus libros, por lo quealgunas de sus obras sonconsideradas novelashistricas.

    3. Andrs Caicedo. Escritorcaleo que desde susobras literarias y el teatroabord los problemas de la

    juventud urbana.

    1 2 3Gustavo Alvarez Gardeazabal. Carlos Vsquez. Mayo 8 De 1998. Revista Semana. Un adolescente empantanado. Andrs Caicedo. Revista Semana.Foto. Guillermo Torres. Revista Semana.

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    Ello podra generar una importante fuente de desa-rrollo. De hecho, la diversidad intraespecfica (entreorganismos de la misma especie) e interespecfica (entre

    miembros de diferentes especies) nos ha proporcionadoalimentos, maderas, fibras, energa, materias primas, sus-tancias qumicas, elementos industriales y medicamentos.Adems, indirectamente los recursos biolgicos tienenun gran valor agregado en el esparcimiento y el turismo.No obstante, sus hbitats estn siendo destruidos, lo queconduce, irremediablemente, a que desaparezcan a unritmo tan excesivamente rpido que no les da la opor-tunidad de estabilizarse con procesos de especiacin(formacin de nuevas especies).

    PRESERVACIN Y PROTECCINLa crisis actual de la biodiversidad (extincin efectiva

    y esperada) es fundamentalmente un fenmeno de ge-

    nealogas (ascendencia y descendencia de especies), en elque se necesitan entre 2.000 y 100.000 generaciones parala aparicin de una nueva especie. Por eso, las solucionesdeben dirigirse hacia la preservacin y proteccin de susambientes, es decir, las reas representativas del Sistemade Parques Nacionales Naturales.

    Actualmente, buena parte de la biodiversidad deColombia se concentra en 13 millones de hectreascorrespondientes a 54 reas protegidas. Un bancogentico irreemplazable! La tasa de extincin inducidapor las actividades humanas es cada vez ms acelerada,especialmente en islas, lagos, ambientes montaosos ybosques hmedos tropicales, cuya extensin original se hareducido aproximadamente en un 55 por ciento debido a

    la tala y los incendios.Dos terceras partes de los ecosistemas colombianos

    se concentran en la regin Pacfica, la Amazonia y laOrinoquia. El resto corresponden a la regin Andina y

    Caribe, y han sido intervenidos y transformados con unaalta densidad poblacional.

    Con relacin a las hectreas de bosques, la Ley 2 de

    1958 estableci que el pas tena 58 millones, un mapa rea-lizado en 1984 indic que haba 53 millones, mientras elIdeam, en 1997, determin la medida en 80 millones.

    Entre 1900 y 1962 las cifras de deforestacin llegaron a6 millones de hectreas, y entre 1963 y 1998, a 11.500.000,considerando que la prdida de cobertura boscosa fue del36 por ciento.

    En la Amazonia colombiana se calcula que hay 38clases de coberturas vegetales. En 2007 las cifras seala-ban que se mantena el 85 por ciento de los bosques, noobstante entre 2002 y 2007 se perdieron cerca de 7.000km de selva, es decir, 1.465 km por ao.

    CAUSAS DEL DESPOJO FORESTAL

    Se cree que la deforestacin ocurre por el consumoenergtico, los cultivos ilcitos y su erradicacin, y la que-ma provocada de la vegetacin, sin embargo, no existencifras confiables que permitan establecer la escala de estadestruccin en el territorio nacional, no hay un monitoreode las hectreas de bosque que las Corporaciones Aut-nomas Regionales restituyen anualmente, ni de las reasque peridicamente extrae la autoridad ambiental de lasreservas declaradas mediante la Ley 2 de 1958.

    Por lo anterior, es imperativa una iniciativa de largoalcance que coadyuve a restaurar componentes de labiodiversidad, fundamentales para garantizar una calidadambiental a la poblacin colombiana.

    PATRIMONIO QUE SE DESVANECEEntre las principales causas de prdida de nuestrabiodiversidad se encuentran el cambio climtico global,la introduccin de especies, la alteracin de los hbitats,

    ESPECIES

    EN PELIGRO

    La riqueza y diversidadnatural de nuestro pas,con especies nicasen el mundo, se venafectadas por el avancede la deforestacin, elcalentamiento global,la ampliacin de lafrontera agrcola y eldesarrollo de proyectos deinfraestructura.

    Bicentenario

    Foto Guillermo Torres Semana JrArchivo Particular Foto: archivo Parques Nacionales Naturales de Colombia Foto Guillermo Torres Semana Jr

    Foto: Juan Carlos Sierra. Revista Semana. Foto Guillermo Torres Semana Jr Ivn Herrera Agencia Afp. Foto pool/rob Griffith.

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    EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

    Las dinmicas y problemas climticos a nivelmundial, como el calentamiento global, incidenen el equilibrio de los ecosistemas nacionales,por ejemplo, con la progresiva desaparicin delos nevados colombianos.

    medio ambiente

    Agencia

    AP.

    Foto

    Fernando

    Vergara.

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    TRATO SALVAJE

    El trfico ycomercializacin ilegal deespecies silvestres sondos de los principalesflagelos contra especiesde primates, tortugas,guacamayos y serpientes,pues al sacarlos de suhbitat natural aumenta elriesgo de su extincin.

    na 391 de 1996, que tiene en mora el proceso decontrato que permite el acceso de investigadores arecursos genticos para proyectos cientficos confines no comerciales, y agilizar el procedimiento de laconsulta previa con las comunidades tnicas para quese puedan llevar a cabo los proyectos de investigacinrelacionados con el conocimiento, conservacin yuso de la biodiversidad que adelantan cerca de 1.200investigadores desde institutos y centros de las princi-pales universidades del pas.

    La Comisin Marco de la Naciones Unidas sobreCambio Climtico defini este fenmeno comoun cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la

    actividad humana, que altera la composicin de la atmsfera yse suma a la variabilidad natural del clima observado duranteperiodos comparables.

    Lo anterior significa que este problema ambiental

    se debe al incremento de la concentracin de gasesde efecto invernadero que atrapan calor y calientanla superficie del planeta. Los niveles de estos gasesaumentan debido a emisiones provenientes de laactividad humana como la quema de combustiblesfsiles y cambios en el uso del suelo. El resultadode este proceso es la prdida de biodiversidad y elaumento de la temperatura media global, lo cualpuede producir ascenso del nivel del mar, olas decalor, tormentas, huracanes y el calentamiento de losnevados y glaciares.

    Para enfrentar esta realidad se debe fomentar elahorro de energa y favorecer la produccin y uso de

    energas renovables, alternativas y amigables con elmedio ambiente. Solo as se podr hacer una apuestavital por la conservacin de la biodiversidad en elterritorio nacional.

    medio ambiente

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    cartografa

    eografa, poltica y administracin son tres concep-tos que han ido de la mano a travs de la historia.El conocimiento geogrfico ha permitido a losgobernantes saber cules son los lmites y carac-tersticas de los territorios que dirigen. Por eso,

    desde la antigedad, cuando un pueblo colonizaba, invadao dominaba una regin, una de las primeras cosas que hacaera describir detalladamente el lugar ocupado.

    El descubrimiento de Amrica no fue la excepcin.Desde el mismo momento del hallazgo se inici la explo-racin y descripcin geogrfica. Gracias a las expediciones,los conquistadores supieron que estaban en un nuevo

    continente. Para los reyes de Espaa y Portugal, conocer lasdimensiones de Amrica fue de vital importancia. No sololes fue til para cnocer cmo eran los nuevos territorios queiban a gobernar, sino para saber qu riquezas podan explo-tar en ellos. Por eso, viajeros y hbiles cartgrafos como Juande la Cosa y Amrico Vespucio estuvieron al servicio de lasCoronas.

    En el caso de la Nueva Granada y posteriormente deColombia, la necesidad de conocer a fondo el territorio paramejorar la administracin y obtener mayores fuentes de re-cursos, llev primero a la Corona y despus a las lites crio-llas a contratar comisiones cientficas para levantar mapasde la regin. Ejemplo de ello es el de 1772, ordenado porMoreno y Escandn, y algunos levantados a mediados del

    siglo XIX como producto del trabajo de Agustn Codazzi.Los mapas que aparecen a continuacin, adems de mos-

    trar la evolucin histrica de la representacin del territorio,tambin son una muestra grfica de la manera en que los go -bernantes han concebido y por ende construido la Nacin.

    Colombiaen mapas

    G

    A travs de la evolucin histrica

    de la cartografa del pas tambin

    se puede vislumbrar su desarrollopoltico, econmico y social.

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    MAPA ESPECIAL DE AMRICA, DEL REINO DE PERAo: 1500Este es el mapa ms antiguo del que se tiene cono-cimiento. Contiene las Audiencias de Panam, Santaf,

    Quito, Lima y Charcas.Publicado en elAtlas histrico geogrfico de Colombia.Fuente: Archivo General de la Nacin.Mapoteca: SMP4, REF. X-65Arc

    hivo

    Generalde

    laN

    acion.

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    cartografa

    VIRREINATO DEL NUEVOREINO DE GRANADAAo: 1772.Plan geogrfico del Virrei-nato de Santaf de Bogot,Nuevo Reino de Granada,que manifiesta su marcacinterritorial, ros principales,provincias y plazas de armas;lo que ocupan los indios br-baros y naciones extranjeras;demostrando los confines delos reinos de Lima y Mxicoy establecimiento de Portugal:sus lindantes, con notas his-

    tricas.... Ordenado pordon Francisco Morenoy Escandn. Delinea-do por Jos AparicioMorata.

    Reproducida por el Ins-tituto Geogrfico Militarde Colombia, 1836.Fuente:Archivo Gene-ral de la Nacin.Mapoteca: SMP2,REF. 1248

    MAPA GEOGRFICO,ESTADSTICO E

    HISTRICO DE COLOMBIAAo: 1822.

    Hermoso mapa de laGran Colombia (de 1821 a1829), que inclua la actual

    Colombia, Venezuela yEcuador (Quito).

    Publicado en elAtlas histrico geogrfico

    de Colombia.Fuente:Archivo General

    de la Nacin.Mapoteca: SMP4,

    REF. X-68

    Archivo General de la Nacion.

    Archivo General de la Nacion.

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    REPBLICA DE COLOMBIAAo:

    1939.Construido con base en un levanta-miento astronmico por la Oficina deLongitudes, entidad tcnica adscrita al

    Ministerio de Relaciones Exteriores.Publicado en elAtlas histrico geogrfico

    de Colombia.Contiene: Mapa de San Andrs y

    Providencia. Cuadro de la superficie delos departamentos.

    Fuente:Archivo General de la Nacin.Mapoteca: SMP6, REF. 214

    REPBLICA DE COLOMBIA

    Ao: 1970.Fuente: Instituto GeogrficoAgustn Codazzi.El mapa muestra los ltimosdepartamentos creados en ladcada de 1960, tales como Su-cre, Quindo y Risaralda (1966),y Cesar (1967).

    REPBLICA DE COLOMBIAAo: 1992.

    Fuente: Instituto Geogrfico

    Agustn Codazzi.Aparece con las modificaciones

    introducidas por la Constitucin de1991.

    Bicentenario

    Instituto

    GegraficoAg

    ustn

    Codazzi.

    Archivo

    Generalde

    la

    Nacion.

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    cartografa

    Instituto

    Gegrafico

    Agu

    stn

    Codazzi.

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    Bicentenario

    urante gran parte de la historia del pas muchos intelectuales han escrito yreflexionado sobre la historia de Colombia, especialmente en los ltimos50 aos. La paciente labor de estos estudiosos ha producido una incontablecantidad de libros y artculos que intentan explicar los complejos hechos de

    nuestra historia. Esta resumida seleccin bibliogrfica tiene la intencin de guiar alos lectores interesados en profundizar en la historia de nuestro pas.

    Para entender a

    Colombia

    D

    Pequea seleccin bibliogrfica para comprender loscomplejos hechos histricos de nuestro pas.

    PERIODO PREHISPNICO Y CONQUISTA

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