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ANDINAMIGRANTE Boletín del Sistema de Información sobre Migraciones Andinas - FLACSO Sede Ecuador - N.º 18 - Septiembre 2014 A nte la necesidad de contar con un análisis actualizado del fenó- meno de la migración interna en la región de los Andes, des- de una perspectiva cuantitativa que respeta la individualidad de cada caso, el texto central de este boletín da cuenta de las tendencias migratorias en América Latina, especialmente en Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú. En la primera sección, Francisco Gachet y Natalia Yépez hacen una revisión bi- bliográfica de los debates que han marcado el estudio de las migraciones internas. Además, se concentran en destacar la relevancia de la pro- puesta sobre urbanización de David Harvey, geógrafo marxista, para comprender el impacto que el flujo interno de personas ha tenido en la expansión de las ciu- dades latinoamericanas. En la segunda sección, los autores describen los perfiles de los migrantes internos, considerando variables de género y etnia, y explican los flujos migratorios en razón de los proyectos de desarrollo emprendidos por los estados andinos y sus respectivos conflictos internos. En la tercera sección, los autores cubren el caso ecuatoriano desde una mirada que recorre de mane- ra simultánea las dinámicas migratorias y los enfoques académicos que se han utilizado para comprender los flujos internos de personas. Por último, Gachet y Yépez destacan la migración interurbana como la tendencia más prominente en la región, e invitan a reflexionar y actuar para enfrentar el reto que implica el disfrute colectivo y equitativo de la ciudad y la reapropiación del campo. Desde la preocupación latente que causa el carácter restrictivo del marco legal migratorio de la Comunidad Europea, Sebastián M. analiza la vulneración del derecho a migrar y presenta al colectivo Afrique-Europe-Interact, como uno de los grupos activistas que busca generar soluciones duraderas a partir de un cuestionamiento al modelo de desarrollo actual. Siguiendo la misma línea que comprende la migración forzada como una consecuencia del paradigma de desarrollo vigente, en la sección Migración y Cultura, Ahmed Correa Álvarez presenta la película Elisyum como una oportunidad para analizar desde una mi- rada futurista las consecuencias de los regímenes de exclusión y marginación vigentes. Con el ánimo de brindar herramientas metodológicas que permitan analizar el fenómeno migratorio, Job Ávalos hace una reseña del libro Handbook of Research Methods in Migration, en el cual destaca los temas y aportes más significativos para los neófitos en el área. Por último, este boletín cuenta con una bibliografía seleccionada sobre migración interna. Presentación Sumario Tema central Migración interna en la región Andina: tendencias históricas y problemas actuales Natalia Yépez Martínez Francisco Gachet Paredes Página 2 Coyuntura Ilegalización, redireccio- namiento y ¿alternativas? Sobre los impactos transcontinentales de las políticas migratorias restrictivas en Europa Sebastián Muy Página 14 Migración y Cultura Elysium y las pateras espaciales de Blomkamp Ahmed Correa Álvarez Página 16 Reseña Handbook of Research Methods in Migration Job Ávalos Romero Página 18 Bibliografía seleccionada Sobre migración interna Página 19 Fuente: http://ciudadyderecho.blogspot.com/2011_12_01_archive.html www.flacsoandes.edu.ec

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  • ANDINAMIGRANTE

    Boletn del Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas - FLACSO Sede Ecuador - N. 18 - Septiembre 2014

    Ante la necesidad de contar con un anlisis actualizado del fen-

    meno de la migracin interna en la regin de los Andes, des-de una perspectiva cuantitativa que respeta la individualidad de cada caso, el texto central de este boletn da cuenta de las tendencias migratorias en Amrica Latina, especialmente en Ecuador, Bolivia, Colombia y Per. En la primera seccin, Francisco Gachet y Natalia Ypez hacen una revisin bi-bliogrfica de los debates que han marcado el estudio de las migraciones internas. Adems, se concentran en destacar la relevancia de la pro-puesta sobre urbanizacin de David Harvey, gegrafo marxista, para comprender el impacto que el flujo interno de personas ha tenido en la expansin de las ciu-dades latinoamericanas. En la segunda seccin, los autores describen los perfiles de los migrantes internos, considerando variables de gnero y etnia, y explican los flujos migratorios en razn de los proyectos de desarrollo emprendidos por los estados andinos y sus respectivos conflictos internos. En la tercera seccin, los autores cubren el caso ecuatoriano desde una mirada que recorre de mane-ra simultnea las dinmicas migratorias y los enfoques acadmicos que se han utilizado para comprender los flujos internos de personas. Por ltimo, Gachet y Ypez destacan la migracin interurbana como la tendencia ms prominente en la regin, e invitan a reflexionar y actuar para enfrentar el reto que implica el disfrute colectivo y equitativo de la ciudad y la reapropiacin del campo.

    Desde la preocupacin latente que causa el carcter restrictivo del marco legal migratorio de la Comunidad Europea, Sebastin M. analiza la vulneracin del derecho a migrar y presenta al colectivo Afrique-Europe-Interact, como uno de los grupos activistas que busca generar soluciones duraderas a partir de un cuestionamiento al modelo de desarrollo actual. Siguiendo la misma lnea que comprende la migracin forzada como una consecuencia del paradigma de desarrollo vigente, en la seccin Migracin y Cultura, Ahmed Correa lvarez presenta la pelcula Elisyum como una oportunidad para analizar desde una mi-rada futurista las consecuencias de los regmenes de exclusin y marginacin vigentes. Con el nimo de brindar herramientas metodolgicas que permitan analizar el fenmeno migratorio, Job valos hace una resea del libro Handbook of Research Methods in Migration, en el cual destaca los temas y aportes ms significativos para los nefitos en el rea. Por ltimo, este boletn cuenta con una bibliografa seleccionada sobre migracin interna.

    Presentacin

    Sumario

    Tema central

    Migracin interna en la regin Andina:

    tendencias histricas y problemas actualesNatalia Ypez Martnez

    Francisco Gachet ParedesPgina 2

    Coyuntura

    Ilegalizacin, redireccio-namiento y alternativas?

    Sobre los impactostranscontinentales de las

    polticas migratoriasrestrictivas en Europa

    Sebastin MuyPgina 14

    Migracin y Cultura

    Elysium y las paterasespaciales de Blomkamp

    Ahmed Correa lvarezPgina 16

    Resea

    Handbook of ResearchMethods in Migration

    Job valos RomeroPgina 18

    Bibliografa seleccionada

    Sobre migracin internaPgina 19

    Fuente: http://ciudadyderecho.blogspot.com/2011_12_01_archive.html

    www.flacsoandes.edu.ec

  • 2 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    DOSSIER CENTRAL

    Migracin interna en la regin Andina: tendencias histricas y

    problemas actualesNatalia Ypez Martnez1

    Francisco Gachet Paredes2

    La ciudad es el intento ms exitoso del ser humano de rehacer el mundo en el que

    vive de acuerdo con el deseo ms ntimo de su corazn. Pero si la ciudad es el mun-do que el ser humano ha creado, es tam-bin el mundo en el que a partir de ahora est condenado a vivir. As pues, indirect-amente y sin un sentido ntido de la natu-

    raleza de su tarea, al hacer la ciudad, el ser humano se ha rehecho a s mismo.

    Roberto Park, On Social Control and Collective Behavior, 1967.

    Introduccin12

    El estudio de las migraciones como fenme-nos demogrficos e histricos ha motivado a diferentes disciplinas de las ciencias sociales a acumular evidencias empricas y a reflexionar te-ricamente al respecto. Por su parte, la migracin interna, la movilizacin de personas dentro de los lmites del Estado-nacin, sin duda fue un tema que gener gran inters acadmico en Amrica Latina hasta la dcada de los aos 1980, bien para explicar el desarrollo del capitalismo en el agro, bien para comprender las posibilidades y limita-ciones de insercin de los sujetos migrantes en los territorios de llegada (Pachano, 1988; Rodrguez y Busso, 2009). Pero luego de este momento, que coincide con la estabilizacin de los flujos migra-torios campo-ciudad y se dinamizan los flujos ciu-dad-ciudad, el fenmeno de la migracin interna qued relegado frente a los nuevos intereses in-vestigativos y reflexivos del pensamiento social en la regin.3 El aparente olvido sobre la temtica, sin

    1 Master en Sociologa (FLACSO-Ecuador). Investigadora en temas de poblacin indgena rural y urbana.

    2 Master en Sociologa (FLACSO-Ecuador). Docente de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Central del Ecuador. Investigador en temas relaciona-dos con sociologa rural y economa poltica.

    3 Esta aseveracin es vlida para la mayor parte de pases de la regin Andina, a excepcin del caso colombiano. All, el desplazamiento forzado provocado por el con-flicto armado motiv una serie de estudios al respecto desde la dcada de los aos ochenta y noventa hasta la actualidad. Para comprender la excepcionalidad del caso

    embargo, no fue casual y ms bien parece haber respondido a que las movilizaciones ciudad-ciudad, predominantes a partir de la dcada de los aos ochenta y cuyos factores explicativos son diferen-tes a aquellos esbozados para explicar la migracin campo-ciudad, necesitaban de slidos y eficientes registros censales que en Amrica Latina aparecen a fines del siglo XX (Rodrguez, 2010).

    Sea como fuere, a pesar de que el fenmeno de las movilizaciones poblacionales al interior de los pases de la regin Andina fue poco explora-do durante las ltimas dcadas, se observa un re-ciente y renovado inters por retomar su estudio con ayuda de informacin censal que, por primera vez, ha permitido realizar un anlisis comparativo de los flujos migratorios internos en la regin. As, el presente artculo desarrolla de manera sinttica las tendencias ms relevantes de los flujos migra-torios en Amrica Latina, prestando especial aten-cin a los pases que conforman la regin Andina.

    Antes de iniciar con las descripciones de los flujos y los perfiles de los migrantes internos, ex-ploramos el debate acadmico alrededor del fe-nmeno de la migracin interna desde diferentes perspectivas y enfoques de anlisis que, desde mediados del siglo XX, empiezan a interesarse por las posibles causas y consecuencias del ace-lerado proceso de urbanizacin que ha venido experimentando Amrica Latina hasta nuestros das. Luego, examinamos datos demogrficos que dan cuenta de la disminucin de la poblacin rural y el crecimiento de la poblacin urbana en toda la regin. Como veremos ms adelante, los da-tos muestran, entre otras cuestiones de inters, que la movilidad humana responde a ciertos es-tmulos econmicos y laborales, aunque estos no sean los nicos que expliquen la complejidad de la decisin migratoria, sea individual o colectiva: por ejemplo, en algunos casos, la migracin est motivada por la creciente industria minera, petro-lera o agroexportadora y, en otros, como el caso

    colombiano respecto al inters acadmico por estudiar el fenmeno de las migraciones internas y los desplaza-mientos forzados, as como respecto al reconocimiento del Estado de los desplazados internos en trminos de polticas pblicas direccionadas (por ejemplo, por medio de la Ley para la Atencin de Poblacin Desplazada, emi-tida en 1997), vase el trabajo de Villa (2006).

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    colombiano, por violentos conflictos internos que disputan el control poltico y productivo de una parte importante del territorio nacional. Luego, se exponen cifras sobre el caso ecuatoriano desde mediados del siglo XX, poca en la que la migra-cin rural-urbana empieza a acrecentar el tamao de las ciudades y momento en el que diferentes investigadores se interesaron por dar cuenta de dichos procesos histricos y fenmenos sociales, hasta la actualidad. A manera de conclusin pre-sentamos una lectura interpretativa de los datos demogrficos y los procesos de urbanizacin, con la intencin de construir preguntas de investiga-cin preliminares sobre el complejo fenmeno de la migracin interna en la regin Andina.

    El debate alrededor de la migracin interna desde diferentes perspectivas de anlisis

    Son mltiples las experiencias migratorias que han propiciado la redistribucin espacial de poblaciones a travs de la historia. As tambin, son variadas las causas de la expulsin y la atraccin de poblaciones a ciertos espacios territoriales; sus motivaciones, sin embargo, nunca pueden reducirse a explicaciones exclusivamente econmicas. De ah la necesidad de entender el fenmeno migratorio desde dife-rentes perspectivas analticas y metodolgicas que, sin fragmentar el conocimiento sobre el tema, den cuenta de la complejidad del proceso movilizador y de sus tendencias fundamentales.

    Uno de los primeros debates relacionados con la migracin interna se concentr en el estudio de los factores de expulsin y atraccin que mo-tivan a los individuos a tomar la decisin de salir de su lugar de origen y dirigirse a otro. Este enfo-que analtico, propio de las ciencias econmicas neoclsicas, supone que la decisin migratoria la toma un individuo racional capaz de diferenciar las mejores oportunidades, sean laborales o de condiciones de vida, para resolver migrar hacia otras regiones dentro o fuera de las fronteras del Estado-nacin (Adams 1964; citado en Falcon 2010: 10; Borjas, 1999; Rodrguez, 2004).

    Frente a estas perspectivas que tratan de expli-car el fenmeno de la migracin interna como un agregado de las decisiones de individuos raciona-les, la sociologa de las migraciones ha expuesto una serie de situaciones explicativas alternativas que se pueden resumir en los siguientes puntos:

    (a) La migracin como estrategia de mera supervivencia o como desplazamiento for-zado; en este escenario las hiptesis de ra-cionalidad pierden sustento, ya que no hay muchas opciones para sopesar beneficios derivados del movimiento, habida cuenta de la urgencia o el carcter obligado del traslado; (b) la migracin como decisin adoptada sobre la base de expectativas infundadas (por informacin parcial, vaga, sesgada o errada) o smbolos y seales de-sconectadas de la realidad vigente; (c) la

    migracin como respuesta a procesos de desestructuracin social o de expulsin en las zonas de origen, en cuyo caso nueva-mente el balance de costo-beneficio, tanto a escala individual como social, es dificul-tado; (d) la migracin como fenmeno in-centivado por afinidades y vnculos socia-les (Rodrguez, 2004: 15).

    Por otro lado, el fenmeno de la migracin interna ha sido tambin analizado desde enfoques estads-ticos desarrollados por la ciencia demogrfica, los cuales se fortalecen con la modernizacin de los sistemas de registros censales de cada pas. Desde esta perspectiva, que puede ser descrita como es-tructural-funcionalista, dentro de un marco geogr-fico determinado (pas, cantn, comunidad), la mi-gracin tiene dos variantes: la interna y la externa. Respecto a la migracin interna, los demgrafos, como Dollot (1971), han catalogado a los despla-zamientos en el interior del pas como de tipo inte-rregional, interprovincial o interdepartamental, in-terurbano, voluntario, individual, colectivo, masivo, laboral, permanente, estacional, pendular y puro; y se han esforzado por construir herramientas ade-cuadas para la medicin de los movimientos pobla-cionales en trminos cuantitativos (Macci, 1985; citado en Rodrguez, 2004: 14). Algo importante a mencionar acerca de la teora estructural-funcio-nalista es que tradicionalmente ha comprendido el crecimiento demogrfico como una explosin potencialmente peligrosa y a determinadas migra-ciones como atentatorias al sistema.4

    Esta perspectiva analtica tuvo acogida en Amrica Latina, lo que propici una imagen ini-cua de la movilidad de las personas al interior del

    4 Por ejemplo, segn P. Mouchez (1964), los pases sub-desarrollados presentaban una marcada tendencia a la separacin definitiva de jvenes y adultos jvenes de la comunidad o localidad expulsora, la cual acumula pro-gresivamente a poblacin envejecida, mientras que la localidad receptora se colma de jvenes. Por otro lado, el funcionalismo establece que las causas de la migracin deben ser comprendidas en funcin de la iniciativa per-sonal motivada por el prestigio y la aventura, el ascenso ocupacional, la movilidad social, etc., todo lo cual cae en el campo normativo y valorativo.

    Fuente:http://rgrande.wordpress.com/bosquejos-sociologicos/page/2/#jp-carousel-285

  • 4 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    territorio nacional.5 Como consecuencia de estas visiones parciales sobre el fenmeno migratorio al interior de los estados, otras miradas sobre el tema han tratado de cubrir las lagunas y contra-decir las incoherencias que los enfoques tradicio-nales han reproducido en los estudios sobre las migraciones internas. As, demgrafos latinoa-mericanos de tendencia marxista sealan que el anlisis particular de las migraciones alrededor del punto de origen y del lugar de destino es incom-pleto, en tanto que no toma en cuenta las rela-ciones que el fenmeno guarda con el desarrollo nacional o regional del sistema capitalista. Muoz (1974) sealaba que tomar en cuenta el desarro-llo nacional o regional es ya un enfoque histrico estructural en tanto que las migraciones son una respuesta al proceso de desarrollo capitalista de la sociedad. Esta perspectiva, adems, no acepta que las migraciones tengan origen nicamente en el marco normativo y valorativo del individuo. Por el contrario, se argumenta que las causas de las migraciones hay que encontrarlas en los factores objetivos de expulsin y atraccin, factores que afectan diferencialmente a los individuos y a los grupos sociales segn las formas de insercin en una estructura social y econmica determinada.6

    5 Leguina (1973) seala, que muchas veces se omiten las diferencias regionales, sociales, econmicas y culturales dentro de las naciones, de varios espacios geogrficos de un pas y, por consiguiente, de los grupos de migrantes. En definitiva, estos enfoques adolecen de la incapacidad de dar cuenta de las relaciones sociales mediadoras del acto migratorio, que en muchos de los casos son factores ms explicativos de las salidas del lugar de origen, frente a determinantes como el ascenso social y las motivacio-nes econmicas. Por ltimo, estas perspectivas de anli-sis no parecen interesarse por entender las motivaciones personales y colectivas que, a causa de factores estructu-rales muchas veces encubiertos, estn detrs de casos de movilizaciones o expulsiones poblacionales forzadas.

    6 En cuanto a las migraciones del campo a la ciudad, autores, como Reichert (1981), Wiest (1984) y Mines (1981), de esta misma escuela consideran que no se los puede estudiar al margen de la descomposicin de la estructura rural pequeo-campesina: motivaciones re-lacionadas con el deslumbramiento de la ciudad como polo de atraccin, la aventura migratoria, entre otros factores que ataen al individuo son consideraciones secundarias, de modo que el anlisis individual de la migracin pierde sentido.

    Ahora bien, a manera de sntesis, es posible or-ganizar la amplia gama de perspectivas analticas y disciplinares que se han ensayado en el estudio de las migraciones internas en dos grandes grupos: aquellas interesadas en describir la cuanta e inter-pretar el sentido de las migraciones internas, las cuales son estudiadas como procesos histricos y sociales determinados por una multiplicidad de fac-tores y mecanismos econmicos, polticos, cultura-les, etc., que la incentivan o la debilitan; y aquellas interesadas en describir las motivaciones individua-les de la decisin migratoria (Rodrguez, 2004).

    Adems, estos marcos conceptuales y tericos que se han esbozado para explicar el fenmeno de la migracin interna carecen de poder explicativo al momento de estudiar procesos de movilizacin distintos al clsico xodo rural-urbano, el cual fue analizado en detalle hasta la dcada de los aos ochenta en Amrica Latina. Este proceso migrato-rio tradicional presenta una serie de factores de expulsin y atraccin relativamente homogneos, derivados de las diferencias estructurales entre el campo y la ciudad en la poca moderna (tecnifica-cin de la agricultura capitalista en las reas rurales, industrializacin de las reas urbanas, desarrollo vial y acortamiento de las distancias de traslado, desarrollo y abaratamiento de medios de transpor-te, etc.), cuestiones que se complejizan cuando se trata de explicar flujos migratorios internos desde reas urbanas con caractersticas similares.

    Para Jorge Rodrguez (2011: 12-13), estas ca-rencias de los enfoques tericos tradicionales que analizan la migracin interna pueden solucionarse construyendo una tipologa comprensiva respecto a las complejidades de la migracin entre ciudades. Segn su propuesta, habra cuatro tipos de factores que motivaran la movilidad urbana-urbana:

    1. La laboral clsica, que explica los flujos mi-gratorios por disparidades entre los niveles de desempleo entre ciudades. Se puede subdividir en dos tipos: migracin laboral bajo contrato y la migracin laboral no contratada, tam-bin denominada migracin especulativa.

    2. La socioeconmica clsica, que explica los flujos migratorios entre ciudades como deri-vados de diferenciales en las condiciones de vida locales (servicios bsicos, salud, educa-cin primaria y secundaria, TIC, cobertura de proteccin social, etc.).

    3. La educativa, que trata de explicar los flujos migratorios entre ciudades a partir de oportuni-dades educativas superiores (de tercer o cuarto nivel) que estaran presentes en ciudades de atraccin y ausentes en ciudades expulsoras.

    4. La residencial, la cual explica que la decisin migratoria est estrechamente relacionada con las condiciones de vida en general y de hbitat en particular de las zonas que atraen a migrantes internos. Se subdivide en dos ti-pos diferentes, entre movimientos migratorios que no se vinculan con los mercados laborales (migraciones post-jubilacin) y movimientos que s dependen de los ingresos generados

    Fuente: http://www.elcomercio.com/actualidad/quito-indigenas-sierra-centro-san.html

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    por dichos mercados (migraciones de grupos familiares para quienes es cada vez ms difcil cubrir requerimientos de hbitat en ciudades grandes, lo que motiva la bsqueda de ciuda-des o reas ms vivibles).

    Como se puede apreciar, la tipologa descrita an-teriormente resulta til para comprender la com-pleja trama de motivaciones y factores de expul-sin-atraccin que explicaran las movilizaciones de poblaciones al interior de un territorio determina-do, sin caer en posturas estrechas que definen a la migracin interna como una decisin individual o como una anomala social caracterstica de los pa-ses subdesarrollados. Sin embargo, el esfuerzo por construir una tipologa explicativa de los novedosos flujos entre ciudades pierde de vista la importancia de analizar, paralelamente, las continuidades hist-ricas que encierran los procesos de movilizacin y reubicacin de poblaciones en la regin. De igual manera, la tipologa no permite comprender los desafos polticos y organizativos implcitos en los procesos de movilizacin contemporneos.

    Una vertiente crtica de los estudios sobre geo-grafa humana y procesos de urbanizacin, lide-rada por el gegrafo David Harvey, ha propuesto un marco terico e interpretativo totalizador que se aleja de la propuesta fragmentaria detallada con anterioridad, la cual, como se ha venido ar-gumentando, estudia a la migracin interna como un fenmeno que guarda una ambigua relacin con dinmicas econmicas y sociales a escala glo-bal y de largo plazo, y que tampoco se detiene a reflexionar sobre las implicaciones polticas y organizativas que encubren los nuevos procesos migratorios. Para Harvey (2008), por el contrario, los procesos de urbanizacin que se han generali-zado en el mundo entero en la actualidad son ya el resultado de las continuas crisis de sobreacumu-lacin del capital, mientras que el derecho al goce de dichos espacios es visto como uno de los ms preciosos, pero tambin ms olvidados, de nues-tros derechos humanos (Harvey, 2008: 23).

    En efecto, a pesar de la persistencia de cier-tas especificidades geogrficamente localizadas, los procesos de urbanizacin han dado la vuelta al mundo a partir de la segunda mitad del siglo XX.7 Apoyado en la categora de acumulacin por desposesin, Harvey argumenta que una de las alternativas que tiene el capital cuando afron-ta crisis de sobreacumulacin es relocalizando a poblaciones de bajos ingresos en funcin de sus requerimientos estructurales (como en la ciudad boliviana de El Alto, la cual creci mayoritariamen-te con poblacin aymara expulsada de las regio-nes mineras tradicionales del pas). Paulatinamen-te, las ciudades se van convirtiendo en zonas con marcadas desigualdades y proclives al conflicto,

    7 Segn el Banco Mundial para el 2012 el 52,5% de la poblacin del mundo habitaba en zonas urbanas. Las cifras demogrficas del Banco Mundial pueden ser con-sultadas en:

    http://data.worldbank.org/indicator/SP.URB.TOTL.IN.ZS/countries/1W?display=graph

    al tiempo que su consolidacin plantea serios de-safos a la articulacin poltica de demandas que pareceran difuminarse cada vez ms en una am-plia gama de sujetos, estilos de vida, relaciones laborales y barriales, etc.

    La perpetua necesidad de encontrar sec-tores rentables para la produccin y ab-sorcin de capital excedente conforma la poltica del capitalismo y enfrenta al capi-talista con diversas barreras a la expansin continua y libre de inconvenientes. Si el trabajo es escaso y los salarios son altos, o bien el trabajo existente tiene que ser dis-ciplinado normalmente los dos mtodos ms comunes son provocar un desempleo inducido tecnolgicamente o asaltar el poder de la clase obrera organizada, o bien deben encontrarse nuevas fuerzas de trabajo mediante la inmigracin, la ex-portacin de capital o la proletarizacin de elementos de la poblacin hasta ese mo-mento independientes. Los capitalistas de-ben tambin descubrir nuevos medios de produccin en general y nuevos recursos naturales en particular, lo cual presiona de modo creciente sobre el entorno natural a la hora de obtener las materias primas necesarias y absorber los residuos inevi-tables. Los capitalistas necesitan tambin descubrir nuevas reas de extraccin de recursos naturales, tarea que es con fre-cuencia el objetivo de los esfuerzos imperi-alistas y neocoloniales (Harvey, 2008: 24).

    Como vemos, Harvey sugiere que los procesos de migracin interna y urbanizacin del mundo contemporneo no pueden ser comprendidos nicamente por medio de anlisis demogrficos a gran escala o por medio de la identificacin de las oportunidades que para el individuo represen-tan las zonas urbanas. Estos anlisis, aunque tiles, solo permiten observar una parte determinada del complejo contexto histrico y social en el cual se producen las movilizaciones. Este enfoque tambin puntualiza que la migracin interna no representa la nica alternativa del capital para afrontar y corre-gir, al menos momentneamente, las crisis de so-breacumulacin, pues tambin existe la alternativa del disciplinamiento de los trabajadores por medio del desarrollo tcnico del proceso productivo, o por medio del debilitamiento de sus organizaciones.

    Por ello, la urbanizacin y la migracin interna son fenmenos paralelos que responden a las ne-cesidades de valorizacin del capital y, por lo tanto son fenmenos cuya reflexin debe iluminar cues-tiones de orden poltico y colectivo: el estudio de estos fenmenos debe responder a las interrogan-tes relacionadas con la posibilidad de articulacin de la enorme diversidad de demandas que brotan, hoy en da, de los heterogneos centros urbanos del planeta. La respuesta a esta ltima interrogan-te, seala Harvey, es relativamente simple en lo te-rico: las demandas urbanas deben converger en la

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    exigencia de un mayor control democrtico sobre la produccin y utilizacin del excedente, cuestio-nes que permanecen bajo el control de las clases dominantes y las motivaciones estructurales del ca-pitalismo a buscar posibilidades de valorizacin del capital de manera continua, incesante (2008: 37).

    En definitiva, las reflexiones alrededor del fen-meno de las migraciones internas pueden resultar sumamente tiles para comprender los procesos y patrones de acumulacin capitalista a lo largo del tiempo. Las cifras censales, por lo tanto, pueden ser indicativas de estos procesos y patrones.

    Pasemos ahora a revisar algunas cifras y es-tudios sobre los flujos migratorios internos en Amrica Latina y la regin Andina. La intencin del siguiente acpite es describir y analizar las ten-dencias migratorias actuales y los principales pro-blemas que afectan a las personas en situacin de movilidad humana al interior de algunos pases de la regin. Como veremos a continuacin, el mar-cado proceso de urbanizacin y ensanchamiento de las zonas metropolitanas, as como la aparente estabilizacin de la migracin campo-ciudad en la regin, nos obligan a preguntarnos, siguiendo a Harvey, sobre las posibilidades que tienen las clases trabajadoras (en su enorme diversidad) de apropiarse de las zonas urbanas de nuevo cuo que se han consolidado en toda la regin, e in-cluso sobre las posibilidades que tendra la regin Andina de promover un deseable, aunque indi-to, proceso de recampesinizacin de territorios ampliamente urbanizados.

    Flujos de migracin interna en la en la Regin Andina

    Gracias a los ingentes esfuerzos realizados por parte de diferentes investigadores que han reto-mado los estudios de la migracin interna en la actualidad en Amrica Latina y el Caribe (Rodr-guez, 2004; da Cunha y Rodrguez, 2009; Cave-naghi y Diniz, 2009) y el apoyo de la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CE-PAL) y el Centro Latinoamericano y Caribeo de Demografa (CELADE) en acumular y estandarizar las cifras censales de la regin,8 es posible esbozar las siguientes tendencias y continuidades sobre los procesos de movilidad interna de la poblacin latinoamericana en las ltimas cinco dcadas. En trminos generales, los hallazgos que se derivan de un examen detenido y comparativo de la infor-macin censal muestran una gran heterogenei-dad en el fenmeno de la migracin interna por pases de la regin, pero tambin evidencian que la intensidad migratoria se redujo en el perodo 1980-2000, sea por cuestiones relacionadas con

    8 Se hace referencia a la informacin demogrfica con-tenida en la base de datos MIALC, disponible en lnea: http://www.eclac.cl/celade/migracion/migracion_in-terna/. Tambin se puede consultar la base de datos DEPUALC (Distribucin espacial de la poblacin y urba-nizacin en Amrica Latina y el Caribe) disponible en: http://www.eclac.cl/celade/depualc/

    el arraigo local de la poblacin (la mayor parte de los latinoamericanos reside habitualmente en la localidad en la que naci) o porque la regin experiment, en el perodo 1950-1980, una profunda redistribucin territorial de su poblacin (con un marcado sesgo a la urbanizacin, produc-to de la migracin del campo a la ciudad) y una aplicacin de polticas activas de relocalizacin (Rodrguez, 2004: 131-132).

    Otro conjunto de hallazgos dan cuenta, por un lado, de que los hombres son ms propensos a migrar a zonas de colonizacin reciente, mientras que las mujeres tienden a migrar en mayor medi-da a centros metropolitanos, a pesar de la gran diversidad de tendencias observadas en cada pas. Los datos demogrficos sobre la regin tambin muestran una tendencia en U invertida al com-parar la intensidad migratoria por grupos etarios y, en trminos globales, las personas en movilidad registran mayores niveles educativos e ingresos medios que los no-migrantes, aunque tambin mayores niveles de desempleo.9 Por ltimo, un novedoso proceso de conformacin de las reas urbanas metropolitanas parece ser una condicin actual generalizada entre buena parte de las gran-des ciudades de la regin, tendencia actual que se diferencia del xodo rural-urbano que se estudi a profundidad hasta la dcada de los aos ochenta. Como lo afirma Rodrguez:

    [] los censos de la ronda de 2000 [rat-ificaron] que una mayora de las grandes ciudades de la regin se convirti en zona de emigracin neta y algunos anlisis detal-lados de casos muestran un fuerte aumen-to de la emigracin a su periferia lejana, en el marco de los denominados procesos de rururbanizacin. Se consolida un proceso de desconcentracin demogrfica empuja-do por la migracin que, si bien significa un mayor dinamismo de las ciudades interme-dias, se asocia a un patrn de consolidacin de reas metropolitanas extendidas que se convierten en entidades urbanas de nuevo cuo y con enormes potencialidades y re-querimientos. En parte, su potencialidad se expresa en el hecho de que, pese a perder poblacin por migracin interna, siguen siendo atractivas para la migracin interna-cional y, por sobre todo, la gente que migra hacia ellas registra ndices de educacin su-periores a los residentes e incluso a los em-igrantes (Rodrguez, 2004: 133. El acento es del autor).

    9 Vale aclarar que, a pesar de que ciertos prejuicios contra el sujeto migrante quedan sin fundamento con estos hallazgos generales (migrantes como sujetos con nive-les educativos considerablemente altos, mayores niveles de ingreso, etc.), los procesos de migracin interna con-tribuyen a profundizar las desigualdades territoriales, sobre todo cuando se analizan los movimientos al inte-rior de las mismas zonas urbanas. Para profundizar en este aspecto de las migraciones al interior de las reas metropolitanas y sus efectos sobre las desigualdades territoriales, vase Rodrguez (2010).

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    En efecto, las cifras censales dan cuenta de un sos-tenido proceso de urbanizacin en Amrica Latina en el perodo 1950-2000, motivado en un primer momento por la migracin del campo a la ciudad, y luego por un proceso de migracin inter e intra-metropolitano a partir de la dcada de los aos ochenta. A breves rasgos, este proceso de urbani-zacin se concentra sobre todo en los bordes cos-teos del continente a inicios del siglo XX, mien-tras que, a partir de la segunda mitad del siglo, la poblacin se redistribuye entre el ocano Pacfico y la cordillera de los Andes y hacia el interior de la Amazona, como se aprecia en el Mapa No. 1.

    Algunos de los casos ms evidentes respecto de la concentracin de poblaciones en zonas me-tropolitanas en la regin Andina son la ciudad de Santiago de Chile, que pas de albergar al 28,7% de la poblacin total al 40,1% entre 1950 y 2000, y la ciudad de Lima, que pas del 14,6% al 34% en el mismo perodo. Por el contrario, La Paz, en el actual Estado Plurinacional de Bolivia, pas de albergar al 31,4% de la poblacin total en 1950 al 28,4% en 2000, mientras que Colombia o Ecua-dor presentan cifras de concentracin poblacional similares en el mismo perodo (Rodrguez y Jas-pers-Faijer, 2012: 182). Los datos censales mues-tran que, a pesar de que en el perodo 1950-2000 se consolidan las ciudades ms antiguas localiza-das en el litoral continental, en promedio son las ciudades intermedias las que registraron un mayor ritmo de crecimiento (Rodrguez y Jaspers_Faijer, 2012: 150).

    Ahora bien, si prestamos atencin a los casos nacionales con mayor detenimiento, se clarifican algunas de las determinaciones que explican esta compleja redistribucin poblacional registrada en Amrica Latina en la segunda mitad del siglo XX. Por su parte, en Bolivia la ocupacin del territorio nacional en la primera mitad del siglo XX estuvo determinada por el modelo primario exportador de minerales y predominantemente rural, el cual privilegi la movilizacin de poblaciones hacia el occidente minero del pas. A partir de la revolucin nacional de 1952, Bolivia experiment un nuevo proceso de distribucin poblacional, con la pro-mocin desde el Estado de la conquista del orien-te, el proceso de reforma agraria (1953-1964), la extensin de la frontera agrcola y un incipiente proceso de industrializacin, entre otros factores (Ledo, 2009: 8-14). Sin embargo, la migracin rural-urbana no encuentra un sustento econmi-co suficiente para absorber el enorme caudal de bolivianos y bolivianas que empezaron a ocupar los espacios urbanos y a cruzar las fronteras de la nacin.

    Dado el escaso grado de desarrollo de las fuerzas productivas, puesto de relieve por la carencia de una base industrial, las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Co-chabamba reciben contingentes de esos campesinos que se insertan en el comer-cio ambulante o en la provisin de servi-cios personales de la ms variada estirpe

    Mapa 1 Amrica del Sur: Densidad poblacional, por divisin administrativa mayor, 1950-2000

    Fuente: Base de datos DEPULAC, 2004 CELADE/CEPAL

    Nota de la fuente: los lmites que figuran en este mapa no implican su apoyo y aceptacin oficial por las Naciones Unidas.

  • 8 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    y que contribuyen a otorgarle significado al contenido social de la poblacin urba-na. Otra opcin a la que pueden optar los campesinos expulsados de su tierra es la de migrar hacia el oriente boliviano o al noroeste argentino, sea en forma per-manente o mediante desplazamientos estacionales, donde asumen la calidad de asalariados rurales (es decir, una descam-pesinizacin que conduce a la proletar-izacin rural) (Ledo, 2009: 11).

    Posteriormente, la crisis de la minera de estao y otros metales y del modelo instaurado a partir de 1952 genera un nuevo proceso de relocalizacin de poblaciones: entre 1985-1986 se despide al 90% del personal estatal minero (ms de 20 000 trabajadores). Estos trabajadores, con sus fami-lias, permanecieron en parte en los alrededores de las reas mineras, mientras otros optaron o se vieron obligados a migrar a centros urbanos como La Paz, Cochabamba o Santa Cruz (Ledo, 2009: 14). En sntesis, en la segunda mitad del siglo XX Bolivia transit por un proceso migrato-rio que configura un nuevo sistema de ciudades, debido a la prdida de importancia relativa del sector agrcola, la expansin del sector de servi-cios concentrados en zonas urbanas y la profun-dizacin de las actividades extractivas de hidro-carburos, particularmente en la regin del Chaco y Tarija (Ledo, 2009: 18). Para el 2010, la pobla-cin boliviana llega a los 10 millones; menos de una tercera parte vive en zonas rurales y el pas se concentra en solo tres regiones metropolita-nas (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba), mien-tas aumenta la dispersin de la poblacin en 29 mil pueblos rurales. En el Grfico No. 1 se puede apreciar esta tendencia, en tanto las ciudades de

    20 000 a 50 000 habitantes son las que ms se reproducen en el perodo 1950-2001.

    Para el caso peruano, es desde la dcada de los aos cuarenta que se inicia el proceso de urba-nizacin: mientras que para esa dcada la pobla-cin que resida en ciudades peruanas solo repre-sentaba un tercio de la poblacin total (alrededor de 6 millones en 1940), para el 2010 el 76% de la poblacin total, alrededor de 22,8 millones de personas, vivan en zonas urbanas (Yamada, 2010: 91). La intensidad de las migraciones internas, sin embargo, aumenta a partir de la dcada de los aos setentas. Segn Berganza y Purizaga (2011: 24-25) las desigualdades estructurales expresadas en el problema de la tierra, la concentracin de las reas cultivables, la falta de apoyo estatal, ente otros factores de orden productivo en el sector agropecuario, empujan un creciente xodo rural hacia las ciudades en busca de mejores condi-ciones de vida. Adems, desde la dcada de los aos ochenta, la violencia y el conflicto armado al interior de Per movilizaron a alrededor de 200 mil familias (alrededor de un milln de personas, segn el Programa de apoyo al repoblamiento y desarrollo de zonas de emergencia PAR), que pa-saron a engrosar los flujos migratorios desde los sectores rurales, de la Sierra hacia la Costa y hacia la Amazona. Vale aclarar que la ocupacin de la regin amaznica en Per ha propiciado, sobre todo, la zona norte como lugar de asentamiento, y se observan all, paralelamente, procesos de cre-cimiento urbano y rural, debido a la expansin de la frontera agrcola y el desarrollo de actividades ligadas al narcotrfico (Alva, 2006; citado en Ber-ganza y Purizaga, 2011: 25).

    En trminos generales, la migracin interna en Per durante la segunda mitad del siglo XX explica el crecimiento relativo de ciudades metropolitanas grandes y ciudades intermedias mayores (siendo Lima la nica ciudad grande con saldos migrato-rios positivos), y se encuentra ms correlacionada con limitaciones y debilidades, por ejemplo en la dotacin de servicios bsicos de las reas de expul-sin, ms que por fortalezas y oportunidades en las reas de atraccin (Laguna, 2011: 129). El Grfico No. 2 muestra algunas cifras que respaldan estas tendencias, sobre todo si se observa el crecimiento de ciudades de pequeo tamao (entre 20 y 50 mil habitantes) en el perodo 1940-2007.

    Por ltimo, uno de los casos ms complejos y dramticos respecto a las dinmicas poblacionales y el desplazamiento forzado, como producto de un conflicto interno armado de larga duracin, es el caso colombiano. Como se aprecia en el Grfico No. 3, durante el perodo 1999-2012 se estima que aproximadamente 4 151 456 personas han tenido que dejar sus localidades de residencia por el conflicto armado y la violencia que afecta a al pas desde hace ms de cinco dcadas.

    Son diversas las razones que explican al des-plazamiento interno en Colombia en la actualidad (CODHES, 2008: 3-6; Bello, 2003). Por una parte, el rearme paramilitar en zonas que controlaban poltica e institucionalmente las ahora desmovili-

    Grfico 1Bolivia: nmero de ciudades y poblacin censada, 1950-2001

    Fuente: Base de datos DEPULAC, 2004 CELADE/CEPAL. Censos Nacionales 1950-2000Elaboracin: los autores

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    zadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) explicara el desplazamiento forzado en ciertas lo-calidades del territorio colombiano. A esto se de-ben agregar como determinantes de movilizacio-nes forzadas los varios casos de despojo violento de la tierra, bien por las exigencias del narcotrfi-co, bien por las exigencias de la expansin agroin-dustrial y minera; las tensiones presentes entre las autoridades pblicas, la sociedad civil y las guerri-llas; la intensificacin de los reclutamientos indi-viduales y masivos; el entusiasmo belicista de la fuerza pblica en busca de xitos militares, entre los que se incluyen los repetidos casos de falsos positivos; fumigaciones areas y erradicacin ma-nual forzada de cultivos ilcitos; etc.

    Sin embargo, aunque el conflicto armado en Colombia explica en parte las dinmicas actuales de las migraciones internas, las movilizaciones poblaciones tuvieron momentos histricos rele-vantes con anterioridad. Un momento importante en la redistribucin demogrfica de la poblacin colombiana inicia en la dcada de los aos treinta del siglo XX, con el xodo rural-urbano. La crisis internacional de la poca afect fuertemente la produccin cafetalera y agrcola, generando una fuerte movilizacin desde el campo hacia la ciu-dad (Rivera, 2003). Posteriormente, desde la dca-da de los aos cincuenta, los conflictos partidistas entre liberales y conservadores recrudecen el con-flicto armado en los sectores rurales, lo cual ace-lera el crecimiento de la poblacin urbana (5,4% en el perodo 1951-1964, momento en el que la poblacin urbana en Colombia se coinvierte en mayoritaria); luego, en el perodo 1964-1973, la migracin interna proviene fundamentalmente de zonas andinas dedicadas al cultivo de caf y con altos ndices de concentracin de la tierra, dando paso al pronunciado crecimiento de zonas urba-nas como Bogot, Medelln, Cali y Barranquilla (Rivera, 2003: 29). Para inicios de la dcada de los aos ochenta, la migracin de campesinos expul-sados por la violencia se mantiene y empiezan a poblarse nuevos territorios alrededor de los culti-vos de coca y de la extraccin petrolera:

    En este perodo, las migraciones campesi-nas vuelven a ser resultado de la violen-cia, que se centra en Caquet a causa del conflicto entre ejrcito y guerrilla, y en Magdalena Medio donde se reanuda la explotacin petrolera. Los movimientos migratorios invaden terrenos aledaos a los cascos urbanos de Florencia (Caquet) y Barrancabermeja (Santander); en la zona del ro Cagun se conforman asentamien-tos que giran alrededor del cultivo de la coca (SENALDE, OIT, UNFPA, 1986). Las limitaciones agrcolas del suelo, la apa-ricin de actividades asociadas con el narcotrfico que transformaron empleo, comercio, costo de la tierra y salarios y el conflicto armado, explican la migracin hacia el interior o hacia los municipios petroleros cercanos (Rivera, 2003: 30).

    Desde la dcada de los aos noventa y hasta la ac-tualidad, la movilizacin interna en Colombia no se ha detenido, aunque se ha reducido su ritmo e intensidad: si para 1993 se estima que el 40% de la poblacin total eran migrantes internos, para el 2005 este porcentaje cae al 32,75% (Guataqu y Roa, 2006: 33). En general, los migrantes inter-nos en Colombia han ocupado no solo las ciudades ms importantes, sino tambin recientes zonas de colonizacin para extender la frontera agrcola, lo cual podra explicar el considerable aumento del nmero de ciudades pequeas de entre 20 y 50 mil habitantes, como se puede apreciar en el Grfico No. 4. Algo interesante es que la migracin inter-na en Colombia en la actualidad es en su mayora femenina (lo que es coherente con la tendencia histrica del pas y la regin) y, tambin, que los niveles educativos de la poblacin migrante son mayores en comparacin con la media nacional (Guataqu y Roa, 2006).

    Grfico 2Per: nmero de ciudades y poblacin censada, 1940-2007

    Fuente: Base de datos DEPULAC, 2004 CELADE/CEPAL. Censos Nacionales 1940-2007Elaboracin: los autores

    Grfico 3 Colombia: estimaciones de desplazados internos, 1999-2012

    Fuente: Sistema de informacin CODHES, estadsticas histricas de desplazamiento. Disponible en lnea: http://www.codhes.org/index.php?option=com_si&type=1 Elaboracin: los autores

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    El caso ecuatoriano

    Para el caso ecuatoriano, la migracin interna tambin debe comprenderse como un proceso histrico que ha adquirido diferentes caractersti-cas a lo largo del tiempo. Segn Clark (2007) la migracin interna se dinamiza con el liberalismo, que impone nuevas leyes, abole el concertaje en detrimento de la Hacienda de la Sierra y favorece la creciente agroexportacin de las ciudades cos-teras. Estas primeras movilizaciones al interior del territorio nacional datan desde finales del siglo XIX, momento en el que las ciudades de mayor recepcin fueron Quito y Guayaquil, debido a su centralidad econmica y poltica. Por ejemplo, Guayaquil se consolid en este perodo como el principal puerto agroexportador, atrayendo flu-jos permanentes de migrantes desde diferentes sectores de la Costa y la Sierra. Cabe destacar tambin la poca del boom cacaotero, de 1860 a 1950, en la que se produjeron movimientos po-blacionales desde el centro y sur del pas hacia las zonas de cultivo, en particular desde las provincias de Chimborazo, Azuay y Caar (Serrano y Troya, 2008: 23).

    Una vez que cae la produccin del cacao en la primera mitad del siglo XX, la migracin empieza a ocupar las periferias urbanas y a acentuar el xo-do campo-ciudad. As, en doce aos, la poblacin de Guayaquil prcticamente se vio duplicada de 260 000 habitantes en 1950 a 510 000 en 1962 (Camacho y Hernndez, 2005; citado en OIM, 2008: 23).

    Es decir, a mediados del siglo XX, los flujos migratorios empezaron a mostrar nuevas carac-tersticas: crecen las ciudades intermedias por

    medio de flujos interurbanos, al tiempo que se estabilizan los flujos entre el campo y la ciudad. La reforma agraria de 1964 acelera el crecimiento de la poblacin urbana, por efecto de la capita-lizacin de la agricultura, la proletarizacin del campesinado y la minifundizacin de parcelas. Posteriormente, a inicios de los aos setenta, mo-tivados por el boom petrolero, los movimientos migratorios comienzan a ocupar la regin amaz-nica, consolidando ciudades pequeas al norte de esta regin. Con la crisis econmica de los aos ochenta, Quito y Guayaquil se convierten nueva-mente en receptores de movimientos migratorios. Por ltimo, con la crisis econmica de finales del siglo XX, los movimientos migratorios vuelcan su mirada hacia el exterior, al tiempo que los flujos internos urbano-urbano consolidan una extensa red de ciudades intermedias.

    Los aos 1980 produjeron varios estudios so-bre el carcter de la migracin interna en el pas, fijando su atencin sobre todo en la Sierra (Chi-riboga, et al 1984; Martnez, 1988; Lentz, 2000; Pachano, 1988; Velasco, 1985; Placencia, 1986). Sin duda, estos estudios tuvieron una gran acogi-da en la poca, en tanto que la reforma agraria, el crecimiento demogrfico, el incipiente crecimien-to de la industria y el incremento de plantacio-nes en la costa ecuatoriana, marcaron un hito en la historia del trabajo asalariado en Ecuador. Por ejemplo, Len Velasco (1985) planteaba una clasi-ficacin que distingua seis clases de migracin in-terna que caracterizaran la movilizacin al interior del territorio nacional (Urza, 1978; citado en Ve-lasco, 1985: 247).10 Por su parte, Placencia (1986) analizaba la migracin interna como una de las estrategias para conseguir empleo alternativo que coadyuvan en la formacin de ingresos mnimos de subsistencia para poblaciones empobrecidas, sobre todo de procedencia rural. A decir de este autor, la migracin interna cumple la funcin de ampliar las oportunidades de empleo alternativo que contribuyen a la formacin de ingresos m-nimos de subsistencia, recursos que solamente son una de las aristas del complejo entramado de aspectos sociales, econmicos y polticos que for-man parte del fenmeno migratorio interno. La migracin campo-ciudad ha jugado un rol impor-tante en la utilizacin del excedente de mano de obra urbana y rural, producto de la ya prolongada crisis del agro y de las economas campesinas en Ecuador (Placencia, 1986: 313).

    De igual manera, Martnez (1988) y Lentz (2000) caracterizaban las movilizaciones internas como estrategias de menor costo social para las comunidades indgenas y rurales de la Sierra: la migracin interna se converta en el dispositivo a partir del cual la poblacin se relacionaba con el mercado para conseguir ingresos monetarios, mientras que las localidades se convertan en el

    10 Estas clases de migracin interna son: rural-rural esta-cional, rural-rural permanente, rural-urbano estacional, rural-urbano permanente, urbano-urbano temporal y urbano-urbano permanente.

    Grfico 4Colombia: nmero de ciudades y poblacin censada, 1951-2005

    Fuente: Base de datos DEPULAC, 2004 CELADE/CEPAL. Censos Nacionales 1951-2005Elaboracin: los autores

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    lugar de reproduccin de relaciones tpicamente comunitarias. Sin embargo, la dcada de los aos ochenta representa un quiebre en las tendencias histricas de migracin interna en Ecuador. Como se puede apreciar en el Grfico No. 5, es justa-mente a partir de 1980 que los flujos campo-ciu-dad se estabilizan.

    Segn los datos censales, en los aos cincuen-ta ms del 70% de los ecuatorianos vivan en las zonas rurales, mientras que para 2010, apenas el 37% lo haca en estas zonas. Garca (2007) seala que aproximadamente dos de cada tres personas que emigraron de pequeas localidades, lo hicie-ron a otras de igual o mayor tamao o hacia las grandes ciudades de Ecuador. Parece evidente que las urbes son uno de los polos de atraccin ms importantes en el pas, aunque durante la dcada de los aos noventa casi 2 millones de ecuatoria-nos se vieron obligados a buscar oportunidades fuera de las fronteras nacionales: la migracin internacional de fines del siglo XX dio paso a una sustitucin laboral y social de los emigrados al extranjero por nuevos habitantes procedentes de zonas rurales y urbanas en rpido crecimiento (Garca, 2007: 84), tendencia que puede apreciar-se con mayor facilidad en el Grfico No. 6.

    As, podramos intuir que el ritmo de la mi-gracin interna se mantiene ms o menos esta-ble desde los aos 1990. Lamentablemente, los nuevos factores que explican las recientes dinmi-cas de movilizacin al interior del pas no se han explorado con profundidad: sabemos poco, por ejemplo, sobre la migracin laboral y estacional hacia plantaciones de exportacin de productos tradicionales como flores, brcoli y palma, entre otros, o sobre los procesos de urbanizacin que han experimentado los pueblos y nacionalidades indgenas, como el caso de los kichwas en Quito y Guayaquil, y los chachis en Santo Domingo de los Tschilas. Tampoco se han analizado en detalle los efectos del retorno de personas de la tercera edad a sus comunidades de origen, o la discrimi-nacin que afecta a los sujetos migrantes en las urbes. Estos son solo algunos de los casos poco analizados en el Ecuador y que abren una serie de mecanismos sociales complejos por analizar, tanto a nivel econmico, como poltico y social.

    Conclusiones

    En cada uno de los casos explorados se ha podido constatar que la migracin interurbana es la ten-dencia ms prominente en la actualidad, aunque cada uno tenga sus propias particularidades. Al mismo tiempo, se puede observar claramente la manera en que la poblacin rural reduce su rit-mo de crecimiento desde la dcada de los aos cincuenta hasta la actualidad. En el caso ecuato-riano, la poblacin rural detiene su crecimiento en la dcada de los aos setenta, al tiempo que el boom petrolero da paso a un movimiento migra-torio interno hacia las ciudades intermedias y ha-cia el nororiente, consolidando lo que Rodrguez

    (2004) denomina ciudades de nuevo cuo, esto es, reas metropolitanas conformadas por una red de ciudades grandes, medianas y pequeas que se extienden por una parte importante de la re-gin Andina en la actualidad.

    Para el caso boliviano, similar al ecuatoriano, el crecimiento de la poblacin rural se estanca a partir de la dcada de los setenta, consolidando nuevos centros urbanos, como el Chaco, Tarija o Cochabamba, mientras que en Per se estabiliza su poblacin rural en la dcada de los sesenta y en Colombia en la dcada de los cincuenta. Pa-recera, sin embargo, que tanto los momentos de crisis como de expansin del sistema capita-lista propician movimientos poblacionales en la regin Andina. Para el caso ecuatoriano, la crisis del cacao a inicios del siglo XX provoca una pri-mera movilizacin del campo a la ciudad, parti-cularmente a Guayaquil, ciudad que se consolida como uno de los polos de atraccin ms fuertes

    Grfico 5 Ecuador: poblacin urbana y rural, 1950-2010

    Fuente: Perfil Migratorio del Ecuador 2008; INEC, Censo de Poblacin y Vivienda 2010 Elaboracin: los autores

    Grfico 6Ecuador: nmero de ciudades y poblacin censada, 1950-2001

    Fuente: Base de datos DEPULAC, 2004 CELADE/CEPAL. Censos Nacionales 1950-2001Elaboracin: los autores

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    del pas. Posteriormente, se puede constatar que en pocas de expansin de las relaciones de pro-duccin capitalista (por ejemplo durante las d-cadas de los aos sesenta y setenta), las migra-ciones internas tambin se dinamizan, ahora en trminos interurbanos.

    Uno de los casos difciles de caracterizar por medio de estas etapas de crisis y expansin es el colombiano. All, la crisis de los aos treinta sobre el sector cafetero provoc la dinamizacin del xodo rural-urbano, pero el perodo ms dramtico suce-de a partir de los aos cincuenta, momento en el que se desata el conflicto armado y se desplaza for-zosamente a millones de personas, tanto al interior como al exterior del territorio colombiano. Sin em-bargo, tambin se ha podido constatar que las mo-vilizaciones internas en Colombia, sean voluntarias o forzadas, son el resultado de transformaciones econmicas muy ligadas a la produccin agrcola y al control territorial de reas productivas. El grado de violencia que este trnsito ha implicado histri-camente, sin embargo, es mayor y ms prolongado que el observado en otras regiones.

    As, al sealamiento que desarrolla Harvey respecto al derecho al disfrute de la ciudad como bandera de lucha contra el proyecto capitalista, podramos aadir la necesidad de aparejar la ban-dera al derecho a la reapropiacin del campo. El dilema, sin embargo, aparece cuando pensamos no solo en las posibilidades de articulacin poltica de la enorme diversidad de sujetos urbanos que coexisten en la regin en nuestros das, sino tam-bin sobre las posibilidades actuales para promo-ver un nuevo proceso de reparticin de tierras y ac-tivos productivos en una ruralidad profundamente desigual y socialmente fragmentada y marginada. En este sentido, uno de los momentos histricos recientes ms relevantes para analizar las posibili-dades de articulacin poltica entre sectores rurales y la red de ciudades intermedias de la regin Andi-na fue el paro agrario colombiano de 2013, desde donde nacen varias interrogantes: la articulacin poltica durante el paro agrario de 2013 promo-vi discusiones en torno al derecho a la ciudad, o mantuvieron su ncleo discursivo en exigir mejo-ras en las condiciones de vida del campo? Cmo fue posible un levantamiento de carcter nacional, en un momento histrico repleto de violencia e inequidades que multiplican los desplazamien-tos forzados y la fragmentacin de poblaciones? Acaso estos desplazamientos tienen algo que de-cir acerca de los trminos del paro?

    Como se puede apreciar, este es solamente un anlisis interpretativo de los diferentes datos demogrficos arrojados por estudios regionales y locales que, a partir de los enfoques tericos y los aportes de la geografa crtica presentados con anterioridad, abren paso a una amplia gama de interrogantes acerca del complejo fenmeno de migracin interna y sus dinmicas actuales. Nues-tra discusin ha intentado resaltar la necesidad del anlisis sociolgico y poltico para comprender los elementos ms importantes que explican las lgi-cas excluyentes que se encubren en la superficie

    de los nuevos flujos internos en la regin Andina. De esto se desprenden preguntas de investiga-cin necesarias en la actualidad y vlidas para los pases que hemos logrado estudiar en el presente dossier, como aquellas relacionadas con nuevas formas de organizacin en espacios suburbanos; las relaciones que mantienen estos colectivos con las zonas de origen, sean rurales o urbanas; las caractersticas y problemas implcitos en las nue-vas migraciones interurbanas; las condiciones de retorno de migrantes internos a zonas rurales; las causantes de la discriminacin tnica en las zonas urbanas; nuevas formas de empleo de migrantes internos, entre otras. En definitiva, esperamos que este texto sea til para aquellos investigadores que ven la necesidad de analizar en rigor las din-micas de movilizacin interna en la actualidad, no solo con un propsito descriptivo sino fundamen-talmente crtico, poltico y transformador.

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  • 14 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    COYUNTURA

    Ilegalizacin, redireccionamiento y alternativas?

    Sobre los impactos transcontinentales de las polticas migratorias restrictivas en Europa

    Sebastin Muy

    El 3 de octubre de 2013 se ahogaron ms de 300 migrantes africanos, sobre todo prove-nientes de Eritrea y Somalia, por el naufra-gio del barco que iba a transportarlos de la costa norafricana a la isla italiana Lampedusa. Fue un evento ms en una larga lista de tragedias mi-gratorias en el Mediterrneo: organizaciones no gubernamentales estiman que desde 1990 han muerto 25 000 personas intentando superar la frontera martima que separa a Europa de frica. En los ltimos aos, la Unin Europea ha inten-sificado la vigilancia de sus fronteras exteriores y como parte de estas acciones, en el 2004, cre la Agencia europea para la colaboracin operativa en las fronteras exteriores de la UE (FRONTEX). Su misin es detectar barcos de migrantes e impe-dir el paso ilegal de las fronteras a travs del uso de barcos modernos, helicpteros y aviones no tri-pulados. Despus de la tragedia del 3 de octubre de 2013, el ministro de asuntos internos de Ale-mania, Hans-Peter Friedrich, manifest que por supuesto no se cambiarn las leyes inmigratorias europeas. En lugar de eso, exigi medidas ms rigurosas contra los traficantes de inmigrantes irregulares.

    Si la travesa irregular de frica a Europa es tan peligrosa, en muchos casos letal, por qu tantas personas siguen intentando superar las fronteras cada vez ms infranqueables? Desde la perspectiva de la economa poltica del desarrollo, son los procesos de reestructuracin neoliberal, que profundizan el subdesarrollo y acrecien-tan las asimetras Norte-Sur, los que precipitan la expulsin laboral y nutren la nueva dinmica migratoria (Delgado Wise et al., 2009: 29). Si, en este contexto, la migracin desde pases del sur global adopta el carcter de una migracin forzada, como expresin de la vulnerabilidad de la vida humana bajo la estrategia neoliberal, donde las personas son reducidas a su estatuto de mercanca humana sometida a condiciones de explotacin extrema, entonces las medidas

    restrictivas que tienen como objetivo el impedi-mento de la inmigracin de los pases del sur a Europa, no van a lograr que la gente no migre. En lugar de eso, sus impactos son el aumento de los costos y los riesgos de la migracin, su cre-ciente vulnerabilidad y precariedad y, adems, un redireccionamiento hacia lugares alternativos que parecen ms accesibles. En este contexto, se ha observado un crecimiento de la migracin africa-na hacia Latinoamrica.

    Desde el inicio de este siglo, la migracin extra-continental desde frica y Asia hacia Lati-noamrica se ha convertido en un fenmeno de inters poltico creciente. Segn la investigadora Luisa Feline Freier (2013a: 12), su crecimiento tie-ne que ser contextualizado en las paradojas esen-ciales del sistema internacional de estados-nacin. Entre ellas, figura la asimetra entre la libertad de movimiento de ciudadanos de estados ricos y li-bres y aquella de ciudadanos de estados pobres o represivos. La Unin Europea requiere visas de entrada a cuidadanos de 130 estados, mientras que las personas europeas gozan de libertad de movimiento por el mundo.

    La autora concluye que las recientes corrien-tes extra continentales a Latinoamrica se desa-rrollan en el contexto de polticas migratorias res-trictivas en los pases de destino en Amrica del Norte y la Unin Europea y la crisis econmica global desde el ao 2008 (Freier, 2013a: 12).

    Como reaccin al aumento de los flujos migra-torios de personas asiticas y africanas, varios pa-ses latinoamericanos han puesto normativas migra-torias ms rigurosas. Por ejemplo, en 2010 Ecuador reinstal el requerimiento de visa para diez pases africanos y asiticos, argumentando que los flujos crecientes sur-sur hacia Ecuador eran un reto para la seguridad nacional (Freier, 2013b).

    Ante esta situacin, qu perspectiva podra llevarnos a una salida de este crculo vicioso de la vulneracin del derecho a migrar y la privacin de derechos en un nivel cada vez ms global?

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    Fuente: http://retosinternacionales.queretaro.itesm.mx/2013/02/18/la-desgarrafal-politica-migratoria-de-la-union-europea/

    Quiero presentar brevemente el grupo Afri-que-Europe-Interact, como parte de los movi-mientos sociales alternativos (Delgado Wise / Mrquez Covarrubias, 2007: 21). Este grupo trans-nacional rene activistas en pases europeos y afri-canos, y trata de vincular las luchas por el derecho a migrar y la libertad global de movimiento con las luchas por el derecho a no-migrar, o sea, por un desarrollo justo y auto-determinado que acabe con las causas estructurales que obliga a segmen-tos de la poblacin africana a desplazarse hacia otros pases (Afrique-Europe-Interact, 2012).

    Dentro de los campos de accin del grupo se encuentran la lucha contra la privacin de tierra; la venta de grandes zonas de bosque, campo o pasto a bancos o consorcios; y la oposicin a la agencia FRONTEX y la militarizacin de la fronte-ra exterior de la UE. Asimismo, se esfuerzan por lograr una visin de conexiones diversas, flexibles y no reglamentadas por las polticas migratorias entre Europa, el Magreb y frica al sur del Shara (Afrique-Europe-Interact, 2012).

    As, la perspectiva del grupo Afrique-Euro-pe-Interact me parece coincidir muy bien con la perspectiva de la economa poltica del desarrollo de las polticas migratorias que, como concluyen Delgado-Wise y Mrquez Covarrubias, no est hermanada con un mensaje de pesimismo e in-movilismo; por el contrario, es el punto de partida para dilucidar la posible articulacin de los migran-tes organizados con sectores sociales comprome-tidos en la promocin de una agenda de transfor-macin en los planos global, regional, nacional y local (Delgado-Wise y Mrquez, 2007: 22-23).

    Proyectos alternativos de este tipo son muy marginales en el rgimen de migracin actual en

    Europa, comparndolos con los proyectos hege-mnicos nacional-conservadores y neoliberales; sin embargo, muestran que otras maneras de pensar la migracin, la poltica y la economa son posibles y necesarias.

    Bibliografa:

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    Freier, L. (2013b). Open doors (for almost all): visa policies and ethnic selectivity in Ecuador. Center for Comparative Immigration Studies. Working Paper 188, may 2013. Visita 15 de abril de 2014 en http://ccis.ucsd.edu/wp-con-tent/uploads/Freier_CCIS_Open-Doors_FI-NAL-188.pdf

  • 16 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    MIGRACIN Y CULTURA

    El filme Elysium (2013), dirigido por el cineasta sudafricano Neill Blomkamp, entre otras co-sas recrea, en un escenario futurista, la actual odisea de pateras y balseros cargadas de migran-tes intentando llegar a las costas de algn lugar depositario de esperanzas diversas.

    La nocin del otro y su papel dentro del orden social resultan recurrentes dentro de la obra de Blomkamp. En su clebre filme District 9, una raza de aliengenas resulta recluida y marginada en un apartheid sudafricano de nuevo tipo. En Elysium, los migrantes se convierten en el otro-alien de una poca de viajes espaciales.

    El film nos presenta un planeta del ao 2159, en el que se han generalizado la pobreza, la po-lucin, la saturacin de los servicios mdicos, en un paisaje que muestra un tercer mundo globa-lizado. Las funciones de la administracin del Es-tado son ejecutadas sumariamente por robots; la vigilancia y el control, desarrollados a nivel satelital, y la precarizacin laboral en grandes fbricas constituyen las escasas fuentes de em-pleo. En contraste, las clases adineradas viven en Elysium, un satlite artificial gravitatorio con forma de anillo1 en el que el lujo se manifiesta en inmuebles, sirvientes robotizados, esttica y moda, alimentos y un servicio de salud exclusivo para los ciudadanos.

    En una entrevista concedida al The Guardian, Blomkamp afirm que la pelcula giraba en torno al tercer mundo tratando de entrar en el prime-ro. Segn sus declaraciones, hay una intencin de reubicar al espectador en una posicin pu-diramos decir no-privilegiada o sub-alternizada, como quien va desde Jurez, Mxico, tratando de entrar en Amrica.

    En un momento de la pelcula, dos naves-pa-teras espaciales intentan ingresar a Elysium. Una es derribada y la otra logra aterrizar; los migrantes

    1 La idea de las colonias espaciales ha estado presente desde los inicios de la cosmonutica a finales del XIX, especialmente en la obra del ruso Konstantn Tsiolko-vsky como precursor de los hbitats artificiales. En los 60s el tema alcanz un nivel de teorizacin ms avan-zada gracias al diseo del cilindro habitable de Gerard K. ONeill en la Universidad de Princeton. Para mayor informacin ver Mundos artificiales de P. Aroste-gui, disponible en: http://www.elcorreo.com/vizcaya/ocio/201402/09/domingo-perdidos-espaciovivir-fue-ra-tierra.html

    Elysium y las pateras espaciales de Blomkamp

    Ahmed Correa lvarez

    Fuente: http://www.fantifica.com/cine-y-tv/resenas/elysium/

    Ttulo original: ElysiumGnero: Ciencia Ficcin, AccinDirector: Neill BlomkampAo: 2013Duracin: 105 minutos

  • 17ANDINAMIGRANTE 18 - 2014

    son detenidos bajo la facultad de la Immigration Act 68-C y luego deportados inme-diatamente a la Tierra. En la pelcula, los pobres no son considerados ciudadanos, con lo cual se recrea la aporafobia como axioma imperante en las polticas y regulaciones migratorias contemporneas.

    Existen varios temas que Blomkamp ubica en un escenario futuro, pero que en realidad hacen parte de la organizacin actual de las sociedades bajo el capitalismo, y que estn directamente vinculados con las migraciones en general: la hegemona de una clase que generaliza la precarizacin laboral, mientras cosifica a los obreros en tanto herramienta sustituible; el desarrollo tecnolgico garantiza la supresin global de las libertades en beneficio de las clases adineradas, as como el control de la mo-vilidad humana (en Elysium el desarrollo tecnolgico de las comunicaciones permite detectar la ubicacin de los ciudadanos, y mantener fuera a los migrantes).

    El vnculo ideolgico entre una burguesa empresarial global y un ordenamien-to poltico-jurdico desterritorializado, que comulga en su desprecio por la otredad marginal (estos otros, son los pobres, latinos, contrabandistas, enfermos; pero entre ellos, utiliza actores como intermediarios de control: el capataz en la fbrica, o el mercenario contratado);2 el desplazamiento espacial o la guetoizacin de las lites y las clases acomodadas frente a la segregacin espacial de los sectores desposedos (Elysium es la fantasa esquizofrnica de este impulso, lo cual supone el manteni-miento de fronteras para evitar el ingreso de los indeseables).

    A pesar de recuperar el rol del obrero, de los marginados y de los migrantes como sujetos del cambio, la pelcula no deja de apartarse de la formula individualista mas-culina del superhroe.3 Pero es sin duda la resolucin de la trama mediante el posibi-lismo liberal de la ciudadana donde se encuentra uno de los ejes ms desconcertan-tes del film. En el acto decisivo, el hroe asistido por el contrabandista sacrifica su vida para hackear el sistema computarizado de una suerte de registro civil mundial, y convierte a todos los habitantes de la tierra en ciudadanos. La ciudadanizacin se convierte en alternativa emancipatoria. De esta forma, se olvida, por una parte, la fragilidad de la pertenencia ciudadana frente a la existencia de elementos de dis-tincin identitaria como raza, identidad sexo-genrica, clase, nacionalidad, religin, etc.; y, por otra parte, se asume acrticamente la creencia de tradicin liberal del ejer-cicio de la ciudadana como vehculo para el cambio de rdenes sociales opresivos. En definitiva, el vnculo dialctico entre Elysium y la globalizada pobreza de la Tierra parece no estar puesto en discusin.

    De cualquier forma, Blomkamp nos muestra con Elysium el cinismo irnico de las polticas migratorias contemporneas, que deben pblicamente mantener la imagen del respeto a los derechos humanos, mientras se restringe el ingreso de los ilegales calladamente.

    2 El mercenario representa de alguna manera las polticas de externalizacin de los controles migra-torios tan utilizados por pases europeos en el norte de frica.

    3 Para mayor informacin sobre las implicaciones ideolgicas de dicha frmula ver la crtica de Ale-jandro Pedregal Elysium y el orden social disponible en: http://iniciativadebate.org/2013/10/07/elysium-y-el-orden-social/

    Fuentes: http://cinergetica.com.mx/resena-abnegada-de-elysium/

  • 18 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    RESEA

    Carlos Vargas-Silva, editor

    Handbook of Research Methods in Migration

    Job Avalos Romero

    G racias a su extensin y a la profundidad de los textos in-cluidos, este manual, publi-cado en el 2012 por la casa edito-rial Edward Elgar, es imprescindible para cualquier persona interesada en el estudio de las migraciones. La variedad de artculos compilados permite cubrir un gran espectro de temas, de campos de accin y de horizontes geogrficos que lo ha-cen verdaderamente interdisciplina-rio y de gran valor para los investi-gadores, tanto para quienes tienen ya un camino andado, como para aquellos que recin se inician en el estudio de las migraciones. Es, en suma, una coleccin interdiscipli-naria que puede ser utilizada como herramienta de aprendizaje y como una referencia por cualquiera que est interesado en los mtodos de investigacin en migracin, inclu-yendo a estudiantes, acadmicos, aquellos quienes elaboran las polticas y otros profesio-nales (2012: 2).

    El apartado primero se ocupa de discutir ciertos planteamientos bsicos de orden epistemolgico que resulta necesario tener muy claros en el planteamiento de un proyecto de investigacin, dando algunas opcio-nes terico-metodolgicas para trabajar la migracin. El otro, en cambio, aborda un tema que mucho inquieta a los estudiantes de posgrado, la publicacin. Dos textos tratar de dilucidar distintas cuestiones para pasar de la maraa de los datos e interpretaciones con que se cuenta a un texto publicable, y por otro lado, de lograr la publicacin de la tesis a travs de la creacin de redes, la bsqueda de financiamiento y el uso de un lenguaje menos acadmico que permita la vulgarizacin del tra-bajo realizado.

    Las secciones dos, tres y cuatro constituyen lo que po-dramos llamar la columna vertebral de este libro. En es-tas se discuten distintos aspectos de ndole propiamente metodolgica. La segunda seccin del manual presenta varias tcnicas y mtodos, tanto cuantitativos como cua-litativos, para estudiar las migraciones. En cuanto a las propuestas cualitativas, cabe destacar el diagrama de la historia migratoria, especialmente til para trabajar las trayectorias en mltiples destinos. Del lado cuantitativo,

    el uso de datos longitudinales1 resul-ta de gran ayuda en el seguimiento de individuos y de hogares a lo largo del tiempo.

    En el caso de los apartados tres y cuatro, se abordan diversos temas como el uso de mtodos mixtos y de enfoques interdisciplinarios al tra-bajar con migraciones. As mismo se discute sobre la mejor forma de abordar ciertos temas especficos, tales como el estudio de las dispo-ras en la web, el refugio desde una perspectiva cualitativa de gnero, las migraciones causadas por el cambio climtico, la migracin irregular, y el papel de la contabilidad en el anli-sis de la variabilidad de los ingresos de remesas.

    Finalmente, las secciones cinco y siete centran su atencin en aspec-tos prcticos y muy puntuales. La quinta plantea dos temas: los retos ticos al trabajar con migrantes en

    situacin vulnerable y la implementacin de proyectos de migracin a gran escala (aquellos donde generalmen-te hay dos o ms pases involucrados). En el caso de la ltima seccin, se comparten experiencias concretas de trabajo de campo. Los textos narran las experiencias de investigacin en algunos estudios donde se trabaj con inmigrantes en distintos contextos laborales: la comida rpida, la confeccin y la alta tecnologa en Silicon Valley.

    Entre las fortalezas del manual se encuentran la riqueza y variedad de los temas abordados y la diversidad de los contextos de investigacin y de las reas geogrficas inclui-das. Asimismo, esta obra brinda informacin valiosa sobre tendencias actuales en los estudios migratorios, esencial para el desarrollo de futuros trabajos. Sin embargo, una de las debilidades del libro, es que, si bien se brinda un panorama general de las mltiples maneras en que se pue-de hacer investigacin sobre las migraciones, se pierde en cuanto a la profundidad del anlisis de los diferentes temas que se abordan bajo perspectivas interdisciplinarias.

    En todo caso, se trata de un libro que aporta bases s-lidas, tanto tericas como metodolgicas, para quienes de-sean hacer investigacin en esta rea.

    1 Un avance relativamente reciente en la investigacin sobre los efec-tos de la migracin internacional y las remesas.

  • 19ANDINAMIGRANTE 18 - 2014

    BIBLIOGRAFA

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  • 20 Flacso Sede Ecuador Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas

    Director de FLACSO Ecuador: Juan Ponce

    Coordinadora del Departamento de Sociologa y Estudios de Gnero: Valeria Coronel ([email protected])

    Coordinacin Boletn: Diana Rodrguez Gmez

    Tema central: Natalia Ypez Martnez y Francisco Gachet Paredes Edicin: Consuelo Snchez Bautista Imprenta: Mariscal

    Coordinacin del Sistema de Informacin sobre Migraciones Andinas SIMA-FLACSO: Gioconda Herrera ([email protected])

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