avh_caballeria

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  • 7/25/2019 AVH_Caballeria

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    H I S T O R I A B L I C A

    LA HISTORIA DE LA CABALLERA COMO

    ARMA ES EN CIERTO MODO LA DEL

    GRAN CONTINENTE EUROASITICO,

    SOSTIENEFERNANDO QUESADA,

    EL MUSEO BRITNICO DE LONDRES

    PREPARA UNA AMPLIA EXPOSICIN DEL

    EMPLEO DE ESTE ANIMAL MIENTRAS

    AN RESUENAN LOS ECOS DE LA

    TAQUILLERA PELCULAWAR HORSE,DE

    STEVEN SPIELBERG

    CABALLOS DE

    GUERRA

    ARMA, VEHCULOY PRESTIGIO

    ESDE SU DOMESTICA-

    CIN, con seguridaddesde el cuarto mile-nioa.C.yquizinclu-so antes, las distintasespecies de quidos

    han sido utilizadas para una amplia

    variedad de tareas: labores agrcolas,carga, exhibicin y prestigio y, por su-puesto, la guerra. El primer uso biendocumentado de los quidos se cono-ce en el Cucaso y sobre todo en Su-mer, en el actual Iraq, cuando se uncie-ron asnos asiticos(hemiones)de ma-nera torpe mediante ronzales sujetosalos ollares, para tirar primero de ca-rros de transporte y en actos ceremo-niales y funerarios, peroluego tambin

    para usos militares, como muestra elEstandarte de Ur de hacia 2600 a.C.Con el tiempo, la aparicin del boca-do facilit mayor control, y los yugos

    y atalajes mejor adaptados favorecie-ron la traccin, de modo que hacia1500 a.C. los carros de guerra guiados

    por parejas de caballos se convirtieronen armas de guerra eficaces, y tambinen el mejor smbolo de poder de lasgrandes monarquasdelPrximoOrien-te y del Egeo. Al tiempo, el arte de lamontanosloenasnos,sinoencaballosde carcter ms vivo, era ya conocidodesde almenos el siglo XVIIa.C., ypro-bablemente desde mucho antes.

    NACIMIENTO DE LA CABALLERA.Elsiguiente gran paso se produjo ya en la

    Edad del Hierro, probablemente en elsiglo X a.C., cuando para operar en te-

    rrenos abrup-tos y lejanos los asi-rios experimentaron conparejas de jinetes, uno con arco y elotro con escudo, que adems maneja-balasriendasdelosdoscaballos.Losre-lieves de Assurnasirpal II muestran es-tos binomios experimentales, en reali-dad las tradicionales dotaciones de au-riga ycombatientedelcarro pero despo-

    jados del vehculo. Una vez que la apa-ricindelamartingalamejorelcontrol

    D

    F E R N A N D O Q U E S A D A . P R O F E S O R T I T U L ARD E AR Q U E O L O G A, U N I VE R S I D AD

    AU T N O M A D E M AD R I D .

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    CARROZA

    ORNAMENTAL DE ORO

    del Tesoro de Oxus,regin de Takht-iKawud (Tayikistn),Persia aquemnida,siglos V-IV a.C.,Londres, MuseoBritnico.

    simultneo de lasriendas

    y el arma, cada jinete pudo convertirse

    en un combatiente autnomo y apare-

    cieron las unidades de caballera propia-

    mente dichas con las funciones pro-

    pias de exploracin, apantallamiento,

    enlace, hostigamiento, choque y per-

    secucin. Los carros no desaparecieron,

    sinembargo, y aunquecomenz un len-

    to declive en su empleo militar, su pa-

    pel de prestigio se mantuvo inclume;de hecho,ha perdurado en cierto modo

    hasta la actualidad, cuandoloscarruajes

    de caballos se emplean en los contextos

    de mximo protocolo.

    Lahistoria de la caballera como arma

    es en cierto modo la del gran conti-

    nente euroasitico. Las culturas urba-

    nas ms complejas de la Edad del Hie-

    rro, sobre todo Grecia y Roma, con-

    sideraron el caballo, un animal costoso

    y delicado y menos til en las labores

    diarias queloshumildes asnoso mulos,como uno de sus grandes smbolos de

    prestigio: los nobles griegos se llamaron

    a smismoshippeis, y los romanosequites,

    y formaron grupos sociales privilegia-

    dos. Sinembargo, nunca crearon unida-

    des de caballera de la mayor calidad,

    y tendieron a emplearjinetes auxiliares

    procedentes de zonas perifricas, como

    Tesalia, en el caso de Grecia, o Numi-

    dia, Hispania o la Galia en Roma. Con

    el paso de lossiglos, sinembargo, y fren-

    te a enemigos orientales en Mesopo-tamia o el Danubio, la caballera,

    L A S C L A V E S

    EL O R I G EN . Los quidos se

    usan como traccin y para el

    transporte desde cuatro mil

    aos antes de nuestra era.

    EL TAMAO. Casi todos los

    caballos antiguos seran hoy

    considerados ponies. Hasta la

    Alta Edad Media no comenza-ron a criarse caballos grandes.

    LA PERVIVENCIA. La deca-

    dencia comenzen el siglo XIX,

    pero an se usaron caballos

    en las dos guerras mundiales.

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    HISTORIA BLICA

    y, en especial, una va-

    riedad especfica, cubier-

    tos hombres y caballos con

    armadura metlica, fue ad-

    quiriendo un protagonismocreciente: los catafractos y

    clibanarios jugaron un gran

    papel en los ejrcitos romanos impe-

    riales desde el siglo III d.C., toman-

    do armas, enseas y tcticas de sus

    enemigos orientales.

    Tras el colapso del Imperio de Occi-

    dente en el siglo V d.C., el Imperio

    de Oriente mantuvo y mejor sus uni-

    dades de caballera pesada de choque

    o de arqueros a caballo. Sin embargo,

    los pueblos germnicos que se asen-

    taron en la mitad occidental no

    eran propiamente pueblos

    jinetes como lo haban

    sido aquellos otros

    (hunos, etc.) que

    desde las estepas

    les venan empu-

    jando. Los fran-

    cos que en Poi-

    tiers frenaron

    en 732 la pe-

    netracin isl-

    mica eranante todo in-

    fantes. Slo

    desde poca

    carolingia, a

    partir del si-

    glo IX d.C., el

    equilibrio cam-

    bi, y la caballera pesada

    feudal se convirti durante

    siglos y hasta el siglo XIVen

    el arma dominante en la re-

    lativamente poco sofistica-da guerra europea occiden-

    tal. Se ha exagerado mucho

    la importancia en el desarrollo de esta

    caballera acorazada del estribo, in-

    troducido desde Oriente en el si-

    glo VIII d.C. como tantas otras mejo-

    ras tecnolgicas, pero sin duda me-

    jor la capacidad de la carga frontal.

    Slo cuando en algunas regiones, como

    Suiza, Flandes, norte de Italia o la Pe-

    nnsula Ibrica fueron surgiendo

    desde, sobre todo, el siglo XIVmi-

    licias de infantera con la suficien-

    te cohesin y confianza en s mis-

    mas como para resistir la intimidan-

    te carga de la caballera nobiliaria,

    comenz el pndulo a oscilar de

    nuevo. Desde el siglo XV cualquier

    ejrcito que se preciara deba con-tar con fuerzas equilibradas de in-

    fantera con su propio equilibrio

    de armas blancas y de

    fuego, de caballera

    ligera, dragones y

    pesada e, incluso,

    artillera de campo

    y sitio. Aunque sin duda esto es una

    generalizacin basta, porque incluso

    los ms modestos contingentes de los

    primeros siglos del medievo haban

    sido ya, y necesariamente, fuerzascombinadas, como mostrara en 1066

    Guillermo el Conquistador, por citar

    un ejemplo.

    EL TAMAOS QUEIMPORTA. Un aspec-

    to delos caballos al que nose prestala

    atencin debida es la vertiginosa en

    trminos biolgicos evolucin de su

    tamao desde que se domestic. Se

    determina por su alzada, medida como

    la altura vertical entre el suelo y la cruz

    el punto de las vrtebras donde se

    une cuello o dorso, justo detrs de

    la vertical de las manos o pa-

    tas delanteras. Hoy en da

    se suele considerar poni

    cualquier caballo adulto

    que no supere los 148

    cm sin herraduras

    (Real Federacin H-

    pica). Pues bien, se-

    gn esa clasifica-

    cin actual, todos

    los caballos anti-

    guos seran ponies,y ms bie n de los

    pequeos.

    Las razas extintas

    (Tarpan) o recupera-

    das (Przewalski) de

    las estepas euroasiti-

    cas tenan tallas de en-

    tre 120-135 cm, y slo ex-

    cepcionalmente superiores.

    Para las mediciones no debe-

    mos utilizar la iconografa, enor-

    memente imprecisa por diversas ra-zones. Por el contrario, el trabajo me-

    COMPARATIVAentre un caballo

    Sifrhippus(dcha.),del tamao de ungato y unos 4 kg,y un Morgan, de

    1,52 metrosde altura y unos453 kg de peso.

    PLACA DE PLATAcon unrelieve que representaa un hombre a caballo,entregado a la caza dellen, Londres, MuseoBritnico.

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    ticuloso de los ar-queozologos per-mite ir reconstru-yendo los cambiosmediante la medi-cinmucho ms fia-ble de determina-dos huesos (meta-

    carpos, etc.). Este trabajo permitecal-cular para la Edad del Bronce cen-troeuropea (3000-1000 a.C.) una alza-da media de 125-130 cm; slo unejemplar llegaba a los 138. Mientras

    que durante mucho tiempo los qui-dos de Europa Occidental y Greciase mantuvieron en estos tamaos, enlas estepas ucranianas,y en algunos ca-sos en el Prximo Oriente, aparecenraravez caballos de hasta 143 o 150 cm(Buhen Tebas, Hattusas), que hubie-ran sido considerados como de gran ta-mao incluso en la Romaimperial, milquinientos aos despus.

    Durante laEdaddelHierro, los caba-llos de la mitad nororiental de Europa

    y las estepas tenan una alzada mediade136cm(oscilanentre122y150);losoccidentales eran an menores, conuna media de 126 cm. LaRoma impe-rial cont con caballos progresivamen-te mayores, pero aunque se conozcancasos excepcionales de alzadas comolas actuales, los caballos medios delimperio seguan estando en valorescercanos a los140 cm, queperduraronen los siglos inmediatos.

    En la Alta Edad Media comenzarona criarse razas de caballos grandes

    tanto para el trabajo agrcola como parala guerra, aunque el trminodestriernose refiere a una raza especfica, sino aun entrenamiento y conformacin.Desde luego, loscaballosmongolesdelsiglo XIII conservaban alzadas anti-guas de 130 a 135 cm, pero en Occi-dente aparecieron caballos mayores yms pesados, aunque con alzadas querara vez llegaban a los 162-165 cm.

    La idea de enormes caballos acoraza-dos es un mito, confirmado como tal

    tanto porla arqueo-zoologa como porlamedida de las cora-zas equinas conser-vadas. Con todo, es-tos caballos comomuchos ponies ac-tuales son perfec-tamente capaces de soportar pesosgrandes sindificultades, y en todo casorecordemos que los jinetes acorazadostardomedievales montaban sus caba-llos de batalla slo inmediatamente

    antes del combate, usan-do otros para la marcha.

    AUTNTICOS MONSTRUOS.

    En comparacin, los caba-llos adultos empleados

    hoy en da por la polica, por el ejr-cito para sus paradas, o raramente enla agricultura, son verdaderos mons-truos. Un caballo de polica excep-cionalmente grande puede llegar a los182 cm, un caballo de monta o de ca-rreras moderno oscilar entre los147ylos 163 m; los de tiro, adems muyrobustos, pueden llegar a los 163-168de un perchern; un belga puede lle-

    gar a los 173 cm y pesar 1.125 kg. Des-de el punto de vista evolutivo

    NOBLE MONGOLacaballo, con unalanza de dospuntas, en undibujo a plumade mediados elsiglo XVII,

    Londres, MuseoBritnico.

    EL CABALLEROGiovan

    FrancescoCapodilista,

    ricamentevestido, en unaminiatura de la

    escuela suiza,de finales de laEdad Media.

    LOS CABALLOS MEDIEVALES DE GUERRA ERAN PEQUEOS,PERO SOPORTABAN BIEN LAS ARMADURAS PORQUE SUS

    JINETES NO LOS MONTABAN HASTA ENTRAR EN COMBATE

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    estos tamaos son una desventa-ja paraestos hervboros (S. Budiansky)y en realidad slo se dan a partirdel si-glo XVII, ni siquieraen la Edad Media.

    CABALLOS Y MITOS EN LAS GUERRAS

    MUNDIALES.El desarrollo de la pl-vorasinhumo y de las armas automti-

    cas, del ferrocarril y del motor de com-bustin interna, marc desde media-dosdelsigloXIXelcomienzodelade-cadencia militar de los quidos, tantoenlalogsticacomoenelcampodeba-

    talla.La Guerrade Secesin norteame-

    ricana (1861-1856) mostr con cla-ridad meridiana las limitaciones de lacarga frontal de caballera en el cam-po de batalla, aunque los jinetes juga-ron un papel esencial en otras muchastareas como el reconocimiento o lacreacin de pantallas para el ejrcito.Pero la ametralladora, las trincheras y

    el alambreespinosoconvertan en sui-cida la carga a caballo en la mayorade lasocasiones. Sin embargo, durantela Gran Guerrade 1914-18, ambosban-dos prefirieron creer, contra toda evi-dencia, que si conseguan romper laprofunda malla de trincheras y reduc-tos que se extenda desde el Canal de

    la Mancha hasta Suiza, podranarrojar,como en los viejos tiempos, miles de ji-netes a caballo para explotar la vic-toria inicial y convertirla en decisiva.

    As, porejemplo, sirDouglas Haig, jefe

    del BEF el ejrcito britnico en Fran-

    ciadesdefinalesde1915,seobstinenmantenercomoreservadivisiones ente-ras de caballera, dispuestas a explotaruna penetracin decisiva que nunca seprodujo en los espacios limitados deFlandes. Cuando, pese a toda sensa-tez,selanzaronalacargaunidadesdeca-ballera por los laberintos de crteres y

    trincheras, como los lanceros indios del20 Deccan Horse y del 7 DragoonGuards que cargaron en High Wood (elSomme) el 15 de julio de 1916, el re-sultado fue la aniquilacin casi com-pleta, como narr Seton Hutchison:Ninguna unidad podra haber presen-tado un aspectoms gallardo que aque-

    llos nativos de la India con lanza y es-pada, galopando alocadamente hacia acontraluz... ningn hombre escap.

    El problema era que, cuando se pro-duca una ruptura del sistema de trin-

    cheras, para cuando llega-banlasdelicadas unidadesde jinetes mantenidas enretaguardiaa salvodela ar-tillera, el enemigo habarecolocado algunas ame-

    tralladoras y reservas y la oportunidad

    haba pasado. As ocurri el 10 de abrilde 1917 en Arras, en octubre en Ypres,en noviembre en Cambrai; en todos es-tos casos entre dos y cinco divisionescompletasde caballerapermanecieronesperando unaruptura... aunque al me-nos se ahorraron la matanza. Inclusotras el colapso alemn del 8 de agosto

    HISTORIA BLICA

    Aunque con su tono sentimental

    e incluso blando est ms pr-

    xima a las pelculas de la facto-

    ra Disney que a obras previas

    mucho ms analticas y duras

    como Schindler o El soldado

    Ryan, la reciente pelcu-

    la War Horsede Spiel-

    berg refleja bien una de

    las paradojas de la Gran

    Guerrataly comose na-

    rra en las memorias y

    cartas de los combatien-

    tes. Frentea un crecien-

    te endurecimiento, indi-

    ferencia incluso, ante la

    muerte y el sufrimiento

    humanos, la desgracia

    de los caballos heridos

    causaba siempre un do-

    lor ntimo y profundo.

    Robert Graves, ms co-

    nocido por su novela Yo Claudio,

    combati en las trincheras de

    Francia y escribi sus recuer-

    dos enAdis a todo esto. En ju-

    lio de 1916, mientras marchaba

    a la carnicera del Somme, se

    sinti mal: Me constern la vi-

    sin de los restos de caballos y

    mulas; no vea problema con los

    cadveres humanos, pero pare-

    ca injusto arrastrar a los ani-

    males a la guerra de ese modo.

    Alan Hanbury-Sparrow conside-

    r la orden de ejecutar a los ani-

    males agotados durante la re-

    tirada de Mons como la ms

    salvaje y sin sentido jams dic-

    tada por el mando, y Norman

    Gladden habla de un

    caballo herido lanzado

    a l g al ope mie nt ra s

    arrastraba sus entraas.

    Su estremecedor brami-

    do de dolor, en protesta

    contra la inhumanidad

    del ser humano, fue

    ms terrible que todo el

    resto de la pesadilla

    que fue aquella tarde.

    Los relatos de soldados

    de otras muchas gue-

    rras, desde la de Sece-

    sin norteamericana a

    las modernas, repiten

    una y otra vez este sen-

    timiento. En una de sus

    ltimas cartas antes de

    morir en Verdn, Franz

    Marc haba escrito:Pobres caballos!.

    POBRES CABALLOS!

    FOTOGRAMAde lapelcula War Horse,deSpielberg, querecuerda el papel quedesempearon estos

    animales en la I GuerraMundial.

    EL DESARROLLO DE LAS ARMAS AUTOMTICAS, ELFERROCARRIL Y EL MOTOR DE COMBUSTIN INTERNAMARCARON LA DECADENCIA MILITAR DE LOS QUIDOS

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    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    en Amiens, fueron los tan-

    ques Whippety no la gran re-

    serva montada los que con-

    siguieron penetrar en la re-taguardia alemana y crear el

    caos. No deja de ser, pues, pa-

    radjicoque fueraE. Allenby,

    que haba sido muy escptico sobre

    las posibilidades de la caballera mon-

    tada, quien acabara consiguiendo nota-

    bles xitos con ella en el mucho ms

    fluido frente de Palestina.

    UN TPICO ERRNEO.Sin embargo, es

    un tpico errneo que la I Guerra

    Mundial marcara el final de la caballe-ra como arma de guerra y de los qui-

    dos como animales de tiro

    esenciales para la logstica.

    Nada ms lejos de la reali-

    dad. Por ejemplo, durante laII Guerra Mundial la tan

    alabada y exagerada mecani-

    zacin de la Wehrmacht ale-

    mana se limit a una fraccin del ejr-

    cito. Frente a unas 67 divisiones aco-

    razadas y motorizadas incluyendo las

    de las Waffen SS, R. Ellis contabili-

    za 310 di visiones de infantera y de

    montaa que dependan sobre

    todo del transporte hipomvil, y cada

    vez ms a medida que avanz la gue-

    rra. Por ejemplo, las tablas de organi-zacin y equipo de una divisin de

    infantera alemana en 1939 in-

    cluan 1.143 vehculos hipomvi-

    les y 5.375 caballos, frente a slo

    942 vehculos a motor sin contar

    motocicletas. En 1944 la situa-

    cin no haba cambiado apenas, e

    incluso las divisiones Panzer ha-

    can uso de trineos tirados por ca-

    ballos en el invierno ruso. Se haestimado que hasta el 80 por

    ciento del transporte total de la

    Wehrmacht en el frente lleg a

    depender de quidos.

    Igualmente, y usada en momen-

    tos adecuados, la caballera mon-

    tada tuvo sus momentos de efi-

    cacia adems de gloria des-

    de 1939. Lafamosa carga de la ca-

    ballera polaca, con sus jinetes en-

    loquecidos golpeando con sables y

    lanzas la coraza de los Panzer, dis-torsiona gravemente lo ocurrido en

    la tarde del 1 de septiembre en

    la aldea de Krojanti, cuando el 18

    de Ulanos carg e inicialmente

    con xito contrala infantera ale-

    mana.La llegada posteriorde tan-

    ques a un campo de batalla aban-

    donado y el poder de la propagan-

    da hicieron el resto: ensalzando

    la bravura de los jinetes, tambin

    se converta en primitivo y feral

    al ejrcito polaco...cuyas unidades

    de caballera eran mixtas de jine-

    tes y tanquetas y estaban en pro-

    ceso de mecanizacin.

    Del mismo modo, alemanes y

    soviticos emplearon en combate

    con eficacia grandes unidades de

    caballera a nivel de divisin en

    las extensiones de Rusia y en la lu-

    cha contrapartisanos en los Balca-

    nes. En Extremo Oriente, las mulas

    fueron animales esenciales en la gue-

    rra en la jungla. En conjunto, entre

    1939 y 1945 fueron millones los qui-dos que sirvieron en la guerra; segn

    John Keegan, slo Alemania moviliz

    2,75 millones de caballos, y la Unin

    Sovitica otros 3,5 millones, adems de

    los empleados por todas las dems po-

    tencias menores. Ms que en la Gran

    Guerra de 1914-18.

    JINETES TRTAROSen un momento dedescanso con sus

    caballos en el

    frente ruso, dondeapoyaron a losalemanes contra el

    Ejrcito Rojo deStalin.

    EXPOSICINEl caballo. De Arabia antigua almundo moderno

    Museo Britnico, Londres

    Del 24 de mayo al 30 de septiembrehttp://www.britishmuseum.org/