ategua, córdoba protohistoira y romanización. l.a. lópez palomo
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Excavación arqueológica realizada por L.A. López Palomo en 2004. Formato digital correspondiente con la edición en papel publicada por la Consejeria de Cultura de la Junta de AndalucíaTRANSCRIPT
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ANEXO DOCUMENTAL:
ESTUDIOS ANALÍTICOS COMPLEMENTARIOS DE LA ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PUNTUAL EN ATEGUA, 2004
ANEXO 1 Informe antropológico de las cremaciones de fase I.ANEXO 2 Análisis de los restos de fauna.ANEXO 3 Análisis de 40 muestras de cerámica por técnicas de difracción de r. X, microscopía petrográfica y espectroscopia de energía dispersiva de r. X.
ANEXO 4 Informe palinológico.
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ÍNDICE ANEXO 1
1. Introducción ...................................................................................................... 321
2. Metodología de laboratorio....................................................................... ............. 3222.1. Labores de limpieza, clasificación y restauración................................... ........... 3222.2. Estudio de los materiales .................................................................................. 3232.3. Depósito y almacenaje definitivo ..................................................................... 324
3. resultados........................................................................................................ ...... 3253.1. Tratamiento del cuerpo y ritual de enterramiento ............................................ 325
3.1.1. Temperatura de combustión y estado del cuerpo ................................... 3253.1.2. Disposición de las cenizas ...................................................................... 3263.1.3. Colocación del cuerpo en la pira funeraria ............................................ 326
3.2. Índice de conservación, tafonomía y peso de los restos ..................................... 3273.2.1. Estado de conservación de los restos y afonomía ................................... 3273.2.2. Índice de conservación (peso de los restos recuperados) ......................... 327
3.3. Edad y sexo de la muestra estudiada................................................................. 3283.3.1. Fundamentos de diagnóstico ................................................................. 3283.3.2. .resultados ............................................................................................ 328
3.4. Aspectos morfológicos y paleopatológicos detectados ....................................... 328
4. Conclusiones .............................................................................................................. 329
5. Bibliografía ................................................................................................................. 330
6. Anexo. Fichas de los restos óseos ................................................................................. 331
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ANEXO 1 INFORME ANTROPOLÓGICO DE LOS RESTOS PROCEDENTES DE ATEGUA, CÓRDOBA
Inmaculada López Flores
1. INTRODUCCIÓN
El presente informe es el resultado del estudio de laboratorio de los restos antropológicos exhumados en la Actuación Arqueológica Puntual realizada en el yacimiento de Ategua (Córdoba), a principios del mes de junio de 2004.
Los restos antropológicos fueron entregados embalados en una caja de cartón precintada. En el interior se hallaban dos continentes de plástico con bolsas, ambos siglados exteriormente e información complementaria acerca de la procedencia de los huesos. Se ha respetado en todo momento esta clasificación inicial.
El estudio de laboratorio se efectuó en el mes de noviembre de 2004, finalizándose con la preparación de los materiales para su almacenaje definitivo y la elaboración del Informe Antropológico.
La estructuración del informe recoge en primer lugar, los aspectos metodológicos empleados en la fase de laboratorio, explicitando las técnicas y estrategias utilizadas para una mejor conservación, clasificación y estudio de los materiales.
Posteriormente se hace referencia a los aspectos rituales que han podido desprenderse del estudio macroscópico de los restos, así como los índices de conservación y aspectos tafonómicos, parámetros empleados en antropología para evaluar el estado de los materiales en el momento de su exhumación, así como para documentar los procesos postdeposicionales que han afectado al registro óseo.
El análisis demográfico recoge los métodos de diagnósticos empleados, la evaluación y clasificación de todos los individuos extraídos y su agrupación por sectores de edad.
En el capítulo de rasgos morfológicos y paleopatológicos se reflejan los rasgos no métricos, alteraciones funcionales, aspectos de tipo racial o de afecciones patológicas que pudieron afectar a los individuos en vida.
Cierra el informe un capítulo de conclusiones realizadas a partir de la elaboración de los apartados anteriores, y un anexo donde se detallan las bolsas estudiadas con sus características más representativas.
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2. METODOLOGÍA DE LABORATORIO
2.1. Labores de limpieza, clasificación y restauración
Los huesos fueron entregados tras realizarse un cribado fino realizado por el mismo equipo encargado de la exhumación de los restos.
El primer paso fue la observación directa del estado de conservación del material en relación a su resistencia, para evaluar el procedimiento más apropiado para su limpieza. Posteriormente se procedió a un cribado con malla de dos milímetros para separar los restos óseos de los terrones de tierra más gruesos y otros materiales incluidos en la bolsa (Lámina 1).
Lám. 1. Cribado de los restos en laboratorio.
La eliminación del sedimento que recubre los huesos es fundamental para observar correctamente la superficie y valorar aspectos demográficos, rituales (como la coloración de los restos incinerados) morfológicos y paleopatológicos (por ejemplo, procesos infecciosos).
Para esta fase, se han empleado medios mecánicos de pincel y cepillo de cerdas suaves, junto con agua. No se ha eliminado la mayor parte de las concreciones minerales, debido a la fragilidad del material en primer lugar, y en segundo, porque no impedía la observación general de la pieza.
A medida que se iban eliminando los sedimentos adheridos, los restos eran clasificados por partes anatómicas para facilitar su posterior estudio, dejándolos secar a la sombra. Este hecho es importante, ya que los restos al volver a humedecerse suelen tender a disgregarse o a debilitarse, por lo que su manipulación puede hacer peligrar su integridad. Por esta razón, es conveniente no manejarlos hasta haber eliminado todo resto de humedad.
La restauración de los materiales se ha limitado a aquellas piezas que podían aportar algún valor diagnóstico de cualquier tipo. Se ha empleado pegamento incoloro de fácil eliminación con acetona, evitando con esto procesos irreversibles.
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2.2. Estudio de los materiales
Para el análisis directo de los restos óseos, se utilizó una ficha diseñada expresamente para los mismos, donde se detallaron todos los aspectos evaluados en el estudio:
• Identificación de los restos: En este apartado se especifica la procedencia de los huesos, la estructura que los alojaba y la unidad de registro óseo (U.r.O.).
• referencias arqueológicas: representan un apartado que suele rellenarse en campo y que completan el registro arqueológico del contexto funerario como las unidades que lo integran, las relaciones con otras unidades estratigráficas, las referencias planimétricas y la datación.
• Ajuar y fauna asociada: Se especifican los restos que acompañan a los huesos distinguiéndose si han sido cremados o no.
• Foto o croquis: Foto digital representativa de la bolsa estudiada. Se ha optado por un registro gráfico de todo el conjunto después de proceder a su limpieza agrupados por partes anatómicas.
• Bolsas de restos óseos: Número de bolsas y contenido en las que se han clasificado los restos.
• Análisis de los restos identificados: Se presenta como una tabla en la que se especifican: por un lado, los sectores anatómicos estudiados:
- Cráneo (esplacnocráneo y neurocráneo)- Huesos largos (clavícula, húmero, cúbito, radio, metacarpianos, fémur, tibia,
peroné y metatarsianos)- Huesos cortos / planos (escápula, carpo, coxal y tarso)- Esqueleto costovertebral (costillas, vértebras, sacro y esternón)- restos no identificables- Conclusiones generales
y por otro los distintos aspectos tratados:- Identificación: peso e identificación de las partes más representativas de la
muestra.- ritual: estado del hueso en el momento de la cremación (fresco o seco, según la
existencia de tejidos blandos o no), color que presentan los restos y temperatura del fuego reflejada en los mismos. Para la asignación de estos aspectos se han consultado las publicaciones de las experimentaciones realizadas por varios autores (Fernández y Perales, 1990), (Etxeberría, 1992 y 1994).
- Demografía: número de individuos identificados, edad y sexo de los mismos y rasgos no métricos detectados.
- Morfología- Patología
A continuación vienen una serie de parámetros observables a nivel general de los restos, que constituyen importantes rasgos a nivel antropológico y de ritual:
• Efectos del fuego: A través de un código alfabético se marcan los patrones de fragmentación que se han podido observar en los restos óseos y que constituyen un factor clave para la identificación del estado del cuerpo en el momento de la cremación. Se ha seguido el sistema que propone reverte (1991):
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¡ L ¡ S
¡ T ¡ LD
¡ I ¡ V
¡ U ¡ G
¡ O ¡ DI
- Efecto “L”: roturas longitudinales de las diáfisis de los huesos largos.- Efecto “T”: Torsión.- Efecto “I”: Inversión de los bordes fragmentados.- Efecto “U”: Fragmentación en forma de uña.- Efecto “O”: Fragmentación oval.- Efecto “S”: Combustión diferencial en el interior del mismo fragmento. Efecto “sandwich”.- Efecto “LD”: Agrietamientos poligonales.- Efecto “V”: Fracturas paralelas en forma de “V” invertida.- Efecto “G”: Grietas irregulares con recorrido de diferente espesor y grosor.- Efecto “DI”: Separación de las tablas del cráneo.
• Calidad de la recogida: Este apartado se refiere al esmero empleado por el responsable de la pira funeraria en recoger o agrupar los restos antropológicos dentro de un contexto cerrado o inalterado (urna); para lo que se han seguido los parámetros publicados: más de un 60% de representación anatómica constituiría una recogida cuidadosa y menos del 40%, superficial (Gómez, 1996).
• Calidad de la combustión: Nos referimos con ello a la temperatura media alcanzada por la pira funeraria y que estaría representada en la adoptada por la mayor parte de los restos óseos (Gómez et alii, 1992). En ella, especificamos un juicio valorativo general, la temperatura máxima alcanzada y el porcentaje de hueso carbonizado e incinerado.
• Observaciones: En este apartado se han anotado todas aquellas indicaciones de tipo tafonómico o cualquier otro, derivadas del estudio antropológico de los restos.
• registro gráfico: Archivos fotográficos referidos a los restos estudiados.
2.3. Depósito y almacenaje definitivo
Una vez que los restos fueron analizados, se depositaron en bolsas de plástico de autocierre clasificadas anatómicamente, donde se especificó la procedencia de los materiales y el número de incineración a la que pertenecían; por ejemplo:
Posteriormente las bolsas fueron introducidas en los continentes de plástico originales y en la misma caja de cartón en la que fueron entregados.
ATEG/04I 95
INC. 2HUESOS LArGOS
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3. RESULTADOS
3.1.Tratamiento del cuerpo y ritual de enterramiento
3.1.1. Temperatura de combustión y estado del cuerpo
Teniendo en cuenta los datos disponibles, exponemos a continuación la temperatura de combustión alcanzada por el cuerpo durante la cremación y el estado del mismo en ese momento; es decir, si el cuerpo se encontraba aún en estado fresco o por el contrario, se encontraba descarnado y liberado de tejidos blandos.
respecto a la temperatura de combustión, diremos que más del 90% de los restos observados presentaban una coloración gris-azulada-blanca, que según los autores puede corresponder a una temperatura de 650 ºC o más (Etxeberría, 1992 y 1994) (Campillo, 1994), algunos autores la elevan a 800 ºC (Shipman et alii, 1984). Se aprecia el sonido metálico por la pérdida de componentes orgánicos y por los fenómenos de cristalización; por lo que nos inclinamos más por las primeras estimaciones (en torno a los 700 ºC).
En aspectos cualitativos, podríamos decir que el 90% de los restos han soportado una calidad de combustión intensa, frente a un 10%, donde se ha valorado como grado medio bajo. El grado de incineración se ha llegado en los dos enterramientos y la temperatura máxima alcanzada ha llegado como mínimo a los 650ºC.
El logro de tan altas temperaturas puede deberse tanto al empleo de una gran cantidad de combustible como a una exposición prolongada al fuego, lo que sin duda nos está remitiendo importantes aspectos rituales. Existen otros factores a tener en cuenta también como es la presencia de grasa en el cuerpo, cuya combustión eleva la temperatura (Mays, 1998).
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Al entrar en contacto con el fuego, las partes blandas del interior de los huesos ejercen una presión que se traduce en una serie de roturas en las zonas de menor resistencia del hueso. El patrón de dichas roturas no es el mismo con el hueso en estado fresco o seco (reverte, 1991). El tipo de fragmentación de los huesos estudiados por nosotros: fracturas transversales y onduladas, fisuraciones longitudinales irregulares, deformaciones y torsiones, nos está hablando de la combustión del cuerpo cuando aún mantenía tejidos blandos.
Este tipo de fracturas y deformaciones se deben por tanto a una cremación lenta en la que intervienen primeramente la piel y el pelo, para pasar posteriormente a la contracción de músculos y tendones por la pérdida de agua, y a la expulsión de gases contenidos en el abdomen. Tras la destrucción de los tejidos blandos, el hueso queda expuesto y comienza a sufrir una serie de cambios en su estructura y composición, perviviendo la parte mineral que lo compone y soportando diversas procesos de contracción y deformación (Mays, 1998).
3.1.2. Disposición de las cenizas
Por lo que respecta a la disposición de las cenizas, las conclusiones se han realizado a partir de las anotaciones hechas en campo, que reflejan que los restos óseos se hallaban en el interior de dos urnas que se ubicaban sobre la roca madre. Corresponden a dos deposiciones secundarias distintas al lugar de cremación, ya que no se documenta lecho de cenizas ni carbones bajo los recipientes.
Es de suponer, por tanto, que una vez el cadáver fue incinerado las cenizas fueron agrupadas en ambas urnas.
La calidad en la recogida de las cenizas se ha establecido en función de los restos conservados y su variabilidad anatómica. En ambos casos se ha establecido la calidad de la recogida como media o superficial, ya que aunque están representadas todas las partes del esqueleto, existen diferencias significativas en cuanto a cantidades óseas. Sin duda, este factor depende directamente del cuidado, esmero y conocimiento anatómico de la persona encargada de recoger los restos y depositarlos en la urna.
3.1.3. Colocación del cuerpo en la pira funeraria
La disposición del cuerpo en la pira funeraria suele establecerse en función del patrón de combustión que presentan los huesos y la localización de los focos del mismo. En este caso, la fragmentación de los huesos y su escaso tamaño, nos impiden valorar este aspecto.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que en muchos casos la combustión no es similar, dependiendo tanto de la constitución física del individuo, de los elementos que pudiera portar (ajuar y sudario, por ejemplo) como la misma ventilación de la pira.
Por lo tanto, y valorando los factores expuestos no tenemos datos suficientes como para restablecer la posición original de los individuos.
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3.2. Índice de conservación, tafonomía y peso de los restos
3.2.1. Estado de conservación de los restos y tafonomía
El sedimento que acompañaba al hueso se presentaba arenoso, de color pardo claro y muy suelto, apenas adherido al hueso. Junto con los restos óseos se hallaron fragmentos de cerámica en ambos casos y algunos caracoles de tierra y necrófagos en la incineración 1 (U.E. 92).
3.2.2. Índice de conservación (peso de los restos recuperados)
En ninguno de los casos se ha llegado a los 300 gramos (casi una quinta parte de lo que se esperaría de la cremación de un cadáver adulto): 218 gramos la Incineración 1 y 267 la Incineración 2. El índice de conservación, por tanto, es bastante bajo, perjudicando directamente los diagnósticos establecidos a partir de ellos.
En lo que respecta a la conservación por grupos anatómicos, observamos una mayor proporción de los fragmentos craneales y huesos largos, quedando los otros grupos infrarepresentados. realmente son los huesos largos los que tienen una más amplia muestra, muy por encima de los otros grupos. Este aspecto puede resultar hasta cierto punto lógico, si consideramos que son los más reconocibles y puede indicar una selección de los huesos más representativos para su conservación en la urna o tumba en un momento contemporáneo al enterramiento.
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3.3. Edad y Sexo de la muestra estudiada
3.3.1. Fundamentos de diagnóstico
Los fundamentos de diagnóstico empleados están en directa relación con el índice de conservación de los restos, que como hemos podido comprobar, tiene sus mayores valores en los fragmentos craneales y huesos largos.
respecto a los fundamentos para estimar la edad, la observación directa de la morfología y conformación del tejido óseo ha sido fundamental para distinguir a grandes rasgos entre adultos e infantiles o preadultos, como la presencia de estrías de crecimiento o porosidades típicas de los individuos infantiles, morfología de los agujeros nutricios de los huesos largos....etc.
Dada la mayor conservación de piezas craneales, los fragmentos de suturas conservados han sido utilizados en sus distintos grados de cierre para intentar depurar algunos de los diagnósticos (Meindl & Lovejoy, 1985). Otros aspectos tenidos en cuenta para la estimación de la edad han sido la presencia o ausencia de rasgos degenerativos (como los rebordes o labiaciones artrósicas), caso de la Incineración 1.
Por lo que respecta a los diagnósticos de sexo, éstos se han establecido principalmente en función de la morfología craneal (bordes supraorbitarios, arco zigomático, partes petrosas...etc) (Cornwall, 1974) (Brothwell, 1987) (Ubelaker, 1989), morfología de robustez/gracilidad del esqueleto poscraneal, y alguna métrica que ha sido posible realizar de huesos largos y cavidades (Krogman e Iscan, 1986).
3.3.2. Resultados
Los resultados obtenidos son:
• Incineración 1 (U.E. 92): Individuo adulto joven de más de 30 años posiblemente femenino.
• Incineración 2 (U.E. 95): Individuo adulto posiblemente femenino.
3.4. Aspectos morfológicos y paleopatológicos detectados
Ambos individuos presentan una morfología general grácil. Los rasgos paleopatológicos detectados se reducen a un fragmento de cavidad cotilociática que muestra algunas calcificaciones y un leve reborde artrósico posiblemente debido a factores degenerativos de la misma articulación de la cadera (Lámina 2).
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Lám. 2. Calcificaciones y labiaciones artrósicas en Incineración 1.
4. CONCLUSIONES
Se exponen en el presente Informe Antropológico los resultados de los materiales recepcionados procedentes de la I.A.P. realizada en Ategua, Córdoba.
En relación a los aspectos rituales, los individuos fueron cremados en una pira funeraria cuya temperatura máxima alcanzaría los 700 ºC (combustión intensa) cuando aún se encontraban provistos de tejidos blandos. Posteriormente los restos se recogerían de forma superficial dentro de urnas cinerarias.
No ha sido posible reconstruir la posición de los individuos sobre la pira funeraria debido principalmente a la escasa conservación de los restos.
El índice de conservación de los restos es bastante bajo, quedando por debajo de los 300 gramos. Los grupos anatómicos más representados han sido los fragmentos craneales y los procedentes de huesos largos.
Se han estudiado un total de 2 individuos: ambos adultos y posiblemente femeninos. Parecen corresponder a sepulturas individuales, puesto que en ningún caso el número de individuos por enterramiento ha superado el número de uno.
Las alteraciones de tipo morfológico y paleopatológico han sido muy escasas, reduciéndose a alteraciones proliferativas de hueso de escasa entidad. Ha sido imposible reconstruir la estatura de ninguno de los individuos debido a la cantidad y al tamaño de las muestras estudiadas.
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5. BIBLIOGRAFÍA
BOTELLA, M.C., ALEMAN, I. y JIMÉNEZ, S.A. (2000): Los huesos humanos. Manipulación y alteraciones, Edicions Bellaterra, Barcelona.
BrOTHWELL, D. r. (1987): Desenterrando huesos, México.
CAMPILLO, D. (1994): Paleopatología, Fundación Uriach 1938, T.5, Barcelona.
COrNWALL, I.W. (1974): Bones for the archeologists, London.
ETXEBErrÍA, F. (1992): “Aspectos macroscópicos del tejido óseo sometido al efecto de las altas temperaturas. Aportación al estudio de las cremaciones”, Revista Española de Medicina Legal, 72-73: 159-163.
ETXEBErrÍA, F. (1994): “Aspectos macroscópicos del hueso sometido al fuego. revisión de las cremaciones descritas en el País Vasco desde la Arqueología”, Munibe (Antropología-Arkeologia), nº 46: 111-116.
FErNÁNDEZ JALBO, Y. y PErALES PIQUEr, C. (1990): “Análisis macroscópico de huesos quemados experimentalmente”, Reunión de Tafonomía y Fosilización, pp. 105-114, Madrid.
GÓMEZ BELLArD, C., HACHUEL FErNÁNDEZ, E. y MArÍ I COSTA, V. (1992): “Más allá del tofet: hacia una sistematización del estudio de las tumbas infantiles en las necrópolis fenicias”, Saguntum, nº 25: 85-102.
GÓMEZ BELLArD, F. (1996), “El análisis antropológico de las cremaciones”, Complutum Extra, 6 (II), p. 55-64.
KrOGMAN, W.M. and ISCAN, M.Y. (1986): The Human Skeleton in Forensic Medicine, Springfield, Charles C. Thomas.
MAYS, S., The Archaeology of Human Bones, London and New York, 1998.
MEINDL, r.S. and LOVEJOY, C.O. (1985): “Ectocranial Suture Closure Ageing Scheme”, Am. J. Phys. Anthropol., 68, pp.57-66.
rEVErTE, J.M., Antropología Forense, Madrid, 1991.
SHIPMAN, P., FOSTEr, G., SCHOENINGEr, M., “Burnt bones and teeth: an experimental study of colour, morphology, crystal structure and shrinkage”, Journal of Archaeology Science, 11, 307-325, 1984.
UBELAKEr, D.H., Human Skeletal Remains, Excavation, Analysis, Interpretation, Washington D.C., Taraxacum, 1989.
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FICHA DE DEPOSICIÓN FUNERARIA (CREMACIONES) (*)
Sigla Identificación U.I. Estructura: 90
ATEG/04 I.A.P. Ategua, Córdoba. U.E.: 92 Nº hoja: 1
U.E. TIPO DEFINICIÓN
90 Deposicional Urna fracturada
92 Deposicional Restos óseos
RELACIONES ESTRATIGRÁFICAS
R. E. Diacrónicas R. E. Físicas
Posterior a Bajo Sobre
Anterior a Cubre a Es cubierto por
Igual a Corta a Es cortado por
rellena a Contiene a
U. de Conjunto Se adosa a Se le adosa
Incineración 1 Igual a
DEFINICIÓNIncineración en urna
MuestreoConservación física
Cota sup.244,255
Cota inf.244,374
Long. Anch./Secc. Altura/Prof. Diámetro
DATACIÓN AJUAR / FAUNA ASOCIADA
Fase
Expuesto al fuego:Cronología: Bronce Final
Criterios
Interpretación No expuesto al fuego:
(*) I. López Flores ([email protected]
6. ANEXO. FICHAS DE LOS RESTOS ÓSEOS*
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BOLSAS
Nº CONTENIDO1 Frags. cráneo2 Huesos largos3 Huesos cortos4 Esq. Costovertebral5 restos no ident.6 relleno7 Cerámica8 Caracoles
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ANÁLISIS DE LOS RESTOS IDENTIFICADOS:
CRÁNEO
H. LARGOS H. CORTOS /PLANOS
ESQ. COSTOVERT.
RESTOS NO IDENTIFICABLES CONCLUSIONES
Esplacnoc. Neuroc.
IDEN
TIF
ICAC
IÓN Pe
so - 1 gr. 33 gr. 141 gr. 3 gr. 3 gr. 41 gr. 218 gr.
Res
tos
iden
tific
ados
raíz de Pm Frag. calota craneal
Diáf. Prox. Tibia
Distal mtt.Distal tibiaProx. fémur
Frag. coxal Frag. costillasFragmentos
diafisiarios y tejido esponjoso
Fragmentos de calota craneal, diáfisis, coxal y
costillas.
RIT
UA
L
Hue
so fr
esco
/ s
eco
Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco
Col
or /
tem
pera
tura
Blanco
70% Blanco
20% Azul10% Gris
60% Blanco30% Azul
10% Marrón
90% Blanco10% Azul
90% Blanco10% Azul
80% Blanco20% Azul
70% Blanco20% Azul
10% Gris/marrón
DEM
OG
RA
FÍA
Nº
indi
v.
1 1 1 1 1 1 1
Edad
/ Se
xo
Adulto Ad. Joven Ad. Fem. Adulto (+30 a.) Adulto Adulto Ad. Joven (+30 a.)
femenino (¿)
Ras
gos n
o m
étri
cos
MO
RFO
LOG
IA
Calcificaciones en coxal
PAT
OLO
GÍA
Leve reborde en cav. cotil.
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EFECTOS DEL FUEGO: CALIDAD RECOGIDA: CALIDAD COMBUSTIÓN:
• L • S o Cuidadosa • Intensa Tª máx. alcanzada: 650 ºC
• T o LD • Media o Media % Carbonización: 10%
• I o V • Superficial o Débil % Incineración: 90%
o U o G
o O o DI
OBSERVACIONES
REGISTRO GRÁFICO: PAPEL DIGITAL DIAPOSITIVA OTRO
CAMPO
LABOrATOrIO DSC 1002253-2259
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
335
FICHA DE DEPOSICIÓN FUNERARIA (CREMACIONES)*
Sigla Identificación U.I. Estructura: 93
ATEG/04 I.A.P. Ategua, Córdoba. U.E.: 95 Nº hoja: 1
U.E. TIPO DEFINICIÓN
93 Deposicional Urna fracturada
95 Deposicional Restos óseos
RELACIONES ESTRATIGRÁFICAS
R. E. Diacrónicas R. E. Físicas
Posterior a Bajo Sobre
Anterior a Cubre a Es cubierto por
Igual a Corta a Es cortado por
rellena a Contiene a
U. de Conjunto Se adosa a Se le adosa
Incineración 2 Igual a
DEFINICIÓNIncineración en urna
MuestreoConservación física
Cota sup.244,225
Cota inf.244,245
Long. Anch./Secc. Altura/Prof. Diámetro
DATACIÓN AJUAR / FAUNA ASOCIADA
Fase
Expuesto al fuego:Cronología: Bronce Final
Criterios
Interpretación No expuesto al fuego:
(*) I. López Flores ([email protected]
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
336
BOLSASNº CONTENIDO1 Frags. cráneo2 Huesos largos3 Huesos cortos4 Esq. Costovertebral5 restos no ident.6 relleno7 Cerámica
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
337
ANÁLISIS DE LOS RESTOS IDENTIFICADOS:
CRÁNEO
H. LARGOS H. CORTOS /PLANOS
ESQ. COSTOVERT.
RESTOS NO IDENTIFICABLES CONCLUSIONES
Esplacnoc. Neuroc.
IDEN
TIF
ICAC
IÓN
Peso - 1 gr. 84 gr. 134 gr. 11 gr. 16 gr. 22 gr. 267 gr.
Res
tos
iden
tific
ados
raíz de Pm o canino
Frag. calota craneal
Frags. falanges prox. manoV mttMtt no ident.Proximal cúbito y distal peroné
Astrágalo der.Frag. coxalFrag. escápula
Frag. costillasArcos vertebrales Esponjosa
Fragmentos de calota craneal, diáfisis, falanges y costillas.
RIT
UA
L Hue
so fr
esco
/ s
eco
Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco Fresco
Col
or /
tem
pera
tura
Blanco
50% Blanco40% Azul10% Gris
70% Blanco20% Azul10% Negro
100% Blanco 60% Blanco40% Azul
70% Blanco30% Azul
80% Blanco20% Azul
DEM
OG
RA
FÍA
Nº
indi
v.
1 1 1 1 1 1 1
Edad
/ Se
xo
Adulto Adulto Ad. Fem. (¿) Adulto Femenino (¿) Adulto Adulto Adulto femenino (¿)
Ras
gos n
o m
étri
cos
MO
RFO
LOG
IA
Gracilidad general
PAT
OLO
GÍA
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
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EFECTOS DEL FUEGO: CALIDAD RECOGIDA: CALIDAD COMBUSTIÓN:
• L o S o Cuidadosa • Intensa Tª máx. alcanzada: 650 ºC
• T • LD • Media o Media % Carbonización: 0%
o I o V • Superficial o Débil % Incineración: 100%
• U o G
o O o DI
OBSERVACIONES
REGISTRO GRÁFICO: PAPEL DIGITAL DIAPOSITIVA OTRO
CAMPO
LABOrATOrIO DSC 1002249-2252
339
ÍNDICE ANEXO 2
1. Material y métodos ................................................................................................ 341
2. Análisis faunístico....................................................................... ............................ 342
3. Discusión........................................................................................................ ....... 345
4. Conclusiones.................................................................................................. ........ 346
5. Bibliografía....................................................................................................... ...... 346
6. Tabla y gráficos.............................................................. ......................................... 347
7. Descriptiva del material óseo.............................................................. .................... 350
341
ANEXO 2 ESTUDIO DEL MATERIAL ÓSEO DE ÉPOCA TARTÉSICA RECUPERADO EN EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ATEGUA, CÓRDOBA
José A. Riquelme CantalDpto. Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada
1. MATERIAL Y MÉTODOS
De la actuación arqueológica realizada en el año 2004, ofrecemos los resultados aportados por un pequeño conjunto óseo recuperado. Los restos de fauna analizados suman un total de 118, de los que 101 (85.69 %) han podido ser identificados anatómica y zoológicamente conformando el número de restos determinados (NrD). Los restantes 17 (14.31 %) forman el grupo de los no identificados debido, principalmente, a su pequeño tamaño. Los restos sin identificar son aquellos en los que las características específicas no eran demasiado claras o no existían por tratarse fundamentalmente de esquirlas y restos muy fragmentados.
La identificación y clasificación taxonómica de la muestra ósea se ha realizado con nuestra propia colección comparativa. La bibliografía complementaria empleada ha sido la siguiente: Barone (1976), Morales (1976) y Pales y Lambert (1971).
Dentro de la categoría de ovicaprino se han incluido los restos en los que no ha sido posible diferenciar la oveja y la cabra, por tratarse de fragmentos que carecían de zonas diagnósticas para su clasificación o éstas eran poco claras. De ahí que, en general, pueda observarse cierta complementariedad entre las piezas asignadas a ovicaprino y las de oveja, siendo en el primer caso costillas, vértebras y fragmentos de diáfisis de huesos largos fundamentalmente. En los casos en que sí ha sido posible su diferenciación, se han seguido los criterios de Boessneck et al. (1964).
En el caso de los restos óseos de especies en las que no quedaba muy clara su asignación a la forma doméstica o silvestre (como en el caso de cerdo y jabalí), se ha optado por incluirlos en la fauna doméstica, asumiendo el riesgo de que ésta se vea ligeramente supravalorada.
La estimación del número mínimo de individuos (NMI) se ha calculado siguiendo el criterio de escoger entre los huesos pares aquellos que contaran con mayor número de piezas de uno de los dos lados. El NMI obtenido de esta forma se ha modificado cuando la determinación de edades y sexos no concordaba con la primera estimación.
Todo el material óseo, tanto el identificado como el no determinado, se ha pesado dando en gramos los resultados.
El cálculo de la edad de sacrificio se ha realizado en función de la fusión de las epífisis en los huesos largos y el desgaste y reemplazo de las piezas dentales, siguiendo los criterios elaborados por el Laboratorio de Arqueozoología de la Universidad Autónoma de Madrid.
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La edad se expresa en meses del modo siguiente:
infantil juvenil subadulto adulto senil
caballo 0-9 / 12 9-12 / 12-24 24 - 28 48 - 250 + 250
vaca 0-5 / 9 5-9 / 24 24 - 60 60 - 180 + 180
ovicaprino 0-5 / 9 5-9 / 24 24- 60 60 - 180 + 180
cerdo 0-4 / 12 4-12 / 24 24 - 36 36 - 150 + 150
Se han medido todas aquellas piezas óseas que no se encontraban quemadas, presentaban señales de manipulación antrópica o estaban deformadas patológicamente. Las medidas se han realizado con calibres convencionales (error estimado 0.5 mm.). Se ha seguido la metodología propuesta por Driesch (1976).
Para hallar los valores de la altura media en la cruz hemos utilizado los criterios unificados de Driesch y Boessneck (1974), utilizando los índices de Fock (1966) para el ganado vacuno.
2. ANÁLISIS FAUNÍSTICO
En este apartado vamos a analizar la presencia de los distintos taxones representados al objeto de valorar su cuantía, su tamaño en los casos en que esto sea posible, y su importancia dentro de la economía del yacimiento. Los restos empleados para este análisis vienen especificados en la Descriptiva del material óseo (apartado VII). La distribución del NrD, NMI y Peso por especies aparecen en las tablas I-II respectivamente. Salvo en el caso del posible caballo y el pequeño carnívoro, donde no queda claro debido a la escasez del material identificado, las demás especies de mamíferos representadas formaron parte del consumo alimentario.
2. 1. Caballo, Equus sp.
Un único resto, perteneciente al esqueleto axial, ha podido ser asignado a esta especie. Se trata de un fragmento de vértebra que representaría a un individuo adulto.
2. 2. Vaca, Bos taurus.
La cabaña bovina se encuentra bien representada. A este respecto, con 40 fragmentos óseos determinados (39.60 %) se sitúa en primer lugar de todas las especies determinadas. En cuanto al número mínimo de individuos (4 que suponen el 26.67 %), ocupa el segundo lugar tras
A
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el ovicaprino. Sin embargo, se sitúa en primer lugar en cuanto al peso proporcionado por el material óseo, ya que con 2.875 gramos alcanza el 73.08 % del total (tabla 1).
Los restos recuperados han sido clasificados por cohortes de edad dependiendo del estado de fusión epifisaria y del desgaste y reemplazo de las piezas dentales. De esta forma hemos constatado sólo la presencia de individuos juveniles y adultos, con un claro predominio de los animales sacrificados en edad adulta.
Las porciones esqueléticas mejor representadas son las pertenecientes al esqueleto apendicular, seguidas por craneales y axiales (tabla 2). Las huellas de fracturas, cortes y desmembramiento presentes en el material óseo indican que estos animales fueron utilizados principalmente por su carne. También las cohortes de edad representadas podrían estar indicando un sacrificio preferente de animales que habían alcanzado la madurez, en un intento de obtener un beneficio óptimo, ya que a esta edad proporcionarían la mayor cantidad de carne al haber alcanzado su pleno desarrollo.
Debido principalmente a la fragmentación del material óseo no ha sido posible realizar ninguna diferenciación sexual. Los únicos huesos largos completos (dos metatarsos posiblemente de hembras ) que han permitido obtener su longitud máxima han proporcionado la siguiente altura en la cruz:
Metatarsolongitud máxima factor altura en la cruz
221.0 mm. 5.35 118.2 cm.215.0 mm. 5.35 115.0 cm.
2. 3. Ovicaprino, Ovis aries / Capra hircus
Dentro de esta categoría hemos incluido todos los restos determinados de oveja junto a los que no pudieron ser clasificados a especie y que se engloban bajo el epígrafe de ovicaprino (por la posible presencia también de cabra). Esta cabaña ganadera se encuentra bien representada tanto a nivel de número de restos determinados (27.73 %) como de individuos (33.32 %), situándose en tercer lugar tras bóvidos y suidos en cuanto al peso del material identificado (7.30 %) (tabla 1).
Las porciones esqueléticas mejor representadas son las apendiculares, seguidas por craneales y axiales (tabla 2).
En cuanto a la posible proporción oveja/cabra existente en la composición de los rebaños, tanto la escasez de material como la fracturación observada en el mismo sólo ha permitido constatar la presencia de ganado ovino.
Aunque no ha sido posible recuperar ningún hueso largo completo que nos permita calcular la altura en la cruz de estos animales, las escasas medidas obtenidas apuntarían a la presencia de animales de talla mediana.
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En cuanto a la edad de sacrificio observada en estos animales, sólo hemos constatado la presencia de individuos juveniles y adultos, con un claro predominio de los animales sacrificados en edad adulta. Con las debidas reservas, esta composición de edad en el material recuperado podría responder a un control y reemplazo del ganado. Por una parte, el mayor número de individuos sacrificados en edad adulta podría indicar una obtención de leche y lana principalmente, así como de carne una vez cumplida su función reproductiva. Por otra, la presencia de animales juveniles podría ser consecuencia del sacrificio selectivo de los machos (%%), asegurando así el consumo de carne y el reemplazo del rebaño no sacrificando las hembras (&&), por lo general, hasta alcanzar la edad adulta.
2. 4. Cerdo, Sus domesticus
Dentro de este taxón se han incluido todos los huesos pertenecientes a cerdo doméstico, aunque es necesario poner de manifiesto la dificultad existente a la hora de distinguir entre ésta especie y el jabalí, por lo que sería posible que en el material analizado se encontraran algunos fragmentos pertenecientes a ésta ultima especie.
A cerdo se han atribuido un total de 31 fragmentos óseos determinados (30.69 %) que representan a un número mínimo de 4 individuos (26.67 %). Tanto en NrD como NMI estos animales ocupan el segundo lugar entre todas las especies representadas. En cuanto al peso del material óseo (18.35 %) se sitúan en segundo lugar tras el ganado vacuno (tabla 1).
En esta especie las porciones esqueléticas mejor representadas son las craneales seguidas por apendiculares y axiales (tabla 2).
En lo que se refiere al sacrificio de estos animales, se encuentran representadas sólo las cohortes de edad juvenil y adulta, con un claro predominio de la primera.
Por su especial aprovechamiento los huesos de cerdo suelen aparecer muy fragmentados en los yacimientos, a lo que también ayuda la propia naturaleza porosa y frágil de los mismos. De este modo, no ha sido posible recuperar ningún hueso largo completo que nos permita calcular la altura de estos animales, aunque en base a las medidas obtenidas tendrían un tamaño mediano.
2. 5. Carnívoro sp.
Se ha determinado la presencia de un fragmento de viscerocráneo perteneciente a un pequeño carnívoro aunque sin poder definir la especie concreta.
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3. DISCUSIÓN
El estudio del material óseo, perteneciente a época tartésica, ha sido analizado como un todo. El material no determinado pertenece mayoritariamente a animales de talla mediana (mesomamíferos), hecho que vendría a reforzar el papel predominante de cerdo y ovicaprino en el yacimiento.
Los restos pertenecientes a équidos han sido muy escasos, hecho que ha impedido profundizar más allá de la mera distinción de especie. El único animal determinado es un ejemplar adulto.
Algo similar a lo anterior, en cuanto a la edad de sacrificio, ocurre en el caso del ganado vacuno, ya que sólo en contadas ocasiones se ha determinado la presencia de animales juveniles. Esta situación podría estar relacionada con un control y reemplazo de los rebaños, la obtención de productos secundarios (leche) y también de su empleo en trabajos agrícolas. Por tanto, aunque los cortes, huellas de desmembramiento y fracturas presentes en el material óseo indican que estos animales fueron utilizados por su carne, las cohortes de edad representadas estarían indicando que la mayoría de ellos fueron sacrificados en edad adulta, en un intento de obtener el máximo beneficio tanto en biomasa aportada como en productos secundarios y trabajo agrícola. El peso aportado por el vacuno en el conjunto de los periodos analizados sitúa a ésta cabaña ganadera en el primer lugar, en cuanto a biomasa aportada se refiere, de todas las especies de mamíferos representadas.
Por su parte, la cabaña porcina se configura como importante tanto en número de restos determinados (NrD) como de individuos (NMI).
La cabaña ovicaprina ocupa el segundo lugar, tras el vacuno, en cuanto al número de restos determinados (NrD) y el primero en el número de individuos (NMI). Sólo se ha identificado material óseo de oveja. También aquí sólo se encuentran representadas las cohortes de edad adulta y juvenil. Esta composición en cuanto a la edad de los animales sacrificados en el material óseo recuperado, parece responder a un control y reemplazo del ganado. Por una parte, se observa que el mayor número de individuos adultos podría responder a la consecución de leche, lana y cuero principalmente y de carne una vez cumplida tanto ésta función como la reproductiva. Por otra, la presencia de animales juveniles sería consecuencia del sacrificio selectivo de los machos (%%), asegurando así el consumo de carne y el control reemplazo del rebaño no sacrificando las hembras (&&), por lo general, hasta edad adulta.
Es cuando menos significativa la ausencia en el material determinado de restos de perro, especie presente en los yacimientos tanto por fragmentos óseos (riquelme, 2002) como por las huellas de su actividad en los huesos de otras especies animales. En el caso presente, aunque no se ha determinado material óseo de esta especie si se observa su presencia en las mordeduras que presentan varios fragmentos óseos.
Por último, la presencia de fauna silvestre es meramente testimonial.
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4. CONCLUSIONES
Las propias limitaciones de la muestra analizada imponen unas necesarias precauciones a la hora de plantear hipótesis explicativas. El objetivo de nuestro trabajo se ha reducido a contemplar en los datos obtenidos solamente indicios de fenómenos que, en cualquier caso, deberán ser constatados y comparados de nuevo en yacimientos de características similares.
La fauna doméstica conforma la base cárnica de la dieta alimentaria, basándose en vacuno, cerdo y ovicaprino en cuanto a la biomasa aportada. La silvestre, por su parte, está escasamente representada, no existiendo evidencias de animales que aporten un complemento a la dieta cárnica (lagomorfos, etc.).
5. BIBLIOGRAFÍA
BArONE, r. (1966): Anatomie comparée des mammifères domestiques. T. 1. Ostéologie. Vigot (Eds.). Lyon.
BOESSSNECK, J., MÜLLEr, H.H. Y TEICHErT, M. (1964): Osteologische unterscheidungsmerkmale zwischen Schaf (Ovis aries, Linné) und Ziege (Capra hircus, Linné). Kühn-Archiv, 78, 1-2: 1-129.
DrIESCH, A. VON DEN (1976): A guide to the measurement of animal bones from archaeological sites. Cambridge Mass. Harvard University.
DrIESCH, A. VON DEN Y BOESSNECK, J. (1974): Kritische Aumerkungen zur Widerristhöhenberechnung aus längemassen vor-und frühgeschtlicher Tierknochen. Säugetierkundliche Mitteilungen, 22: 325-348.
FOCK, J. (1966): Metrische Untersuchungen an Metapodien einiger europäischer rinderrasen. Dissertation . München.
MOrALES, A. (1976): Contribución al estudio de las faunas mastozoológicas asociadas a yacimientos prehistóricos españoles. Tesis Doctoral. Madrid.
PALES, L. Y LAMBErT, CH. (1971): Atlas Ostéologique pour servir à l´identification des Mammifères du Quaternaire. Paris.
rIQUELME, J.A. (2002): Estudio de los restos óseos faunísticos procedentes de la estructura nº 2 del yacimiento de Los Villares de Algane (Coín, Málaga). En Márquez romero, J.E., y Fernández ruiz, J.: Viejos depósitos, nuevas interpretaciones: la estructura nº 2 del yacimiento prehistórico de los Villares de Algane (Coín, Málaga). Mainake, XXIV: 323-328.
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6. TABLAS Y GRÁFICOS
NRD % NMI % PESO %équido 1 0.99 1 6.67 45 1.14vaca 40 36.60 4 26.67 2875 73.08oveja 5 4.95 2 13.322877.30ovicaprino 23 22.78 3 20.00cerdo 31 30.69 4 26.67 722 18.35carnívoro sp. 1 0.99 1 6.67 5 0.13Determinados 101 100 15 100 3934 100Indeterminados 17 160Total 118 4094
Tabla 1. Número de restos determinados (NRD), número mínimo de individuos (NMI) y peso de las especies animales determinadas
équido vaca oveja ovicaprino cerdo carnívoro sp.neurocráneo 1viscerocráneo 7 1dientes sup. 2 4 5mandíbula 4 4 4dientes inf. 3 3 2vértebras 1 1 1costillas 5 1 2escápula 1 1 2húmero 3 1 2ulna 1radio 2 2metacarpo 2pelvis 2fémur 2 1 1tibia 1 1 3 3fíbula 1calcáneo 3 2astrágalo 2metatarso 5 2falange 1ª 1falange 2ª 1metápodo 2Total 1 40 5 23 31 1
Tabla 2. Desglose anatómico de las especies animales determinadas.
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Gráfico 1. Número de restos determinados (NRD), número mínimo de individuos (NMI) y peso de las especies animales determinadas: A-équido; B-vaca; C-ovicaprino; D-cerdo; E-carnívoro sp.
Gráfico 2. Desglose anatómico en la cabaña vacuna
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Gráfico 3. Desglose anatómico en la cabaña ovicaprina.
Gráfico 4. Desglose anatómico en la cabaña porcina.
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7. DESCRIPTIVA DEL MATERIAL ÓSEO
U.E. 3 / Bolsa 82Vaca. Dientes superiores: 2; radio: 1; tibia: 1; calcáneo: 1; metatarso: 1 (completo). Ovicaprino. Dientes superiores:1; mandíbula: 1. Cerdo. Viscerocráneo: 1; dientes superiores: 1; escápula: 1; tibia: 1. Indeterminados: 1.
U.E. 3 / Bolsa 86Vaca. Vértebras:1; húmero: 1; pelvis: 1; astrágalo: 1; falange 1ª: 1. Ovicaprino. Mandíbula: 1; tibia: 1. Cerdo. Viscerocráneo: 1; mandíbula: 1. Indeterminados: 2.
U.E. 3 / Bolsa 104. Vaca. Mandíbula: 1; dientes inferiores: 3; costillas: 1; húmero: 1; fémur: 2; calcáneo: 1; astrágalo: 1; metatarso: 2. Oveja. Tibia: 1. Ovicaprino. Mandíbula: 1; dientes inferiores: 2. Cerdo. Viscerocráneo: 5; mandíbula: 2; dientes inferiores: 2; tibia: 1; calcáneo: 1.
U.E. 18 / Bolsa 47Vaca. Mandíbula: 1; costillas: 1; radio: 1; pelvis: 1; metatarso: 2 (1 completo). Oveja. Húmero: 1; metatarso: 2. Ovicaprino. Dientes superiores: 2; mandíbula: 1; costillas: 1. Cerdo. Dientes superiores: 3; costillas: 1.
U.E. 38. / Bolsa 36Ovicaprino. Húmero: 1; ulna: 1; radio: 1; tibia: 1; metápodo: 1. Indeterminados: 1.
U.E. 87 / Bolsa 129Vaca. Mandíbula: 1; costillas: 1; escápula: 1; metacarpo: 1; falange 2ª: 1. Oveja. Escápula: 1. Ovicaprino. Fémur: 1; metápodo: 1. Cerdo. Mandíbula: 1; vértebras: 1; costillas: 1; fémur: 1; tibia: 1; calcáneo: 1. Carnívoro sp. Viscerocráneo: 1. Indeterminados: 5.
U.E. 87 / Bolsa 138Vaca. Mandíbula: 1; costillas: 1; húmero: 1; metacarpo: 1; calcáneo: 1. Ovicaprino. Dientes superiores: 1; dientes inferiores: 1; húmero: 1; radio: 1; tibia: 1. Cerdo. Neurocráneo: 1; dientes superiores: 1; escápula: 1; fíbula: 1. Indeterminados: 5.
U.E. 88 / Bolsa 134Équido. Vértebras: 1.
U.E. 88 / Bolsa 141Vaca. Costillas: 1. Indeterminados: 3.
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ÍNDICE ANEXO 3
1. Análisis de Visu y por Microscopía Petrográfica ...................................................... 3531.1. Materiales................................................... .................................................... . 3531.2. Datos cerámicas de ATEGUA .......................................................................... 3571.3. Datos “Visu” mediante lupa binocular.................................. ......... .................. 359
2. Análisis por Difracción de rayos X (DrX) ............................................................. 362
3. Análisis por Energía Dispersiva de rayos X(edax) ................................................... 366
4. Tablas de LD Y Microfotos ..................................................................................... 370
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ANEXO 3 ANÁLISIS REALIZADOS A MUESTRA DE PIEZAS CERÁMICAS DE ATEGUA (CÓRDOBA) POR TÉCNICAS DE DIFRACCIÓN DE RAYOS X (DRX), MICROSCOPÍA PETROGRÁFICA, ESPECTROSCOPÍA DE ENERGÍA DISPERSIVA DE RAYOS X (EDAD) Y ANÁLISIS TÉRMICO DIFERENCIAL (ATD)
Dra. Julia Barrios NeiraDr. Luis Montealegre ContrerasCampus de Rabanales. Universidad de Córdoba
1. ANÁLISIS DE VISU Y POR MICROSCOPÍA PETROGRÁFICA
1.1 Materiales
Las 40 cerámicas seleccionadas para su estudio han sido recogidas de varios estratos arqueológicos. Se realizó una primera clasificación de las cerámicas a partir de los datos de Visu indicando la tipología de cada una de ellas
Macrofotografías de las piezas ceramicas
Lám. 1. Macro fotografías de 24 de las piezas cerámicas presentadas en cuatro grupos
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FOTO 1 (cerámicas rojas finas, pintadas)1) (3)-2717 2) (88)-3715 3) (3)-2209 4) (13)-3515) (18)-589 6) (18)-1160 7) (15)-757
3-2717. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase III (orientalizante).88-3715. Fragmento del borde de una urna a torno con decoración pintada. Fase II (orientalizante).3-2209. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase III (orientalizante).13-351. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase II (orientalizante).18-589. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase II (orientalizante).18-1160. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase II (orientalizante).18-757. Fragmento del borde de un plato a torno fenicio (o de imitación) de “barniz rojo”. Fase II (orientalizante).
FOTO 2 (cerámicas grises oscuras)1) (88)-3395 2) (18)-1203 3) (5)-2024) (88)-3711 5) (41)-1009 6) (43)-1317
88-3395. Fragmento de una cazuela a mano de carena media-alta, con la superficie alisada. Material indígena de fase II (orientalizante).18-1203. Dos fragmentos concertados de un plato a torno de cerámica gris tartesia. Fase II (orientalizante).5-212. Fragmento de un plato de cerámica gris tartesia. Fase II (orientalizante).88-3711. Fragmento del borde de un plato a torno de cerámica gris tartesia de fase II (orientalizante).41-1009. Fragmento del borde de una urna a mano con la superficie bruñida. Fase I (horizonte de la necrópolis indígena precolonial).43-1317. Fragmento de un plato a torno de cerámica de “barniz rojo”, de procedencia fenicia o imitación indígena. Fase II (orientalizante).
FOTO 3 (cerámicas rojas, naranjas y pardas, pintadas, finas)1) (5)-2824 2) (88)-3704 3) (5)-175 4) (43)-13095) (87)-3517 6) (88)-3457 7) (87)-3519
5-2824. Fragmento de un ánfora fenicia de labio vertical. Fase II (orientalizante).88-3704. Fragmento de un plato a torno de superficie con alisado intenso. Probable imitación indígena de formas fenicias. Fase II (orientalizante).5-175. Fragmento del borde de una urna a torno tipo “Cruz del Negro”. Fase II (orientalizante).43-1309. Fragmento del borde de un plato a torno con superficie bruñida y decorada en rojo por ambas caras. Fase II (orientalizante).87-3517. Fragmento del borde de una urna a torno de cuello exvasado y labio saliente, con decoración en rojo por el interior. Fase III (orientalizante).88-3457. Fragmento del borde de una urna a torno de cuello exvasado. Exterior arcilloso e interior alisado con banda marrón sobre el labio. Fase II (orientalizante).
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87-3519. Fragmento de un plato a torno, de base plana. Decoración rojiza por el interior. Fase III (orientalizante).
FOTO 4 (cerámicas amarillas, menos finas, asas)1) (18)-1165 2) (3)-2204 3) (3)-2192 (asas) 4) (87)-3555
18-1165. Fragmento de asa triple y parte del borde de un gran vaso tipo pithos. Superficie arcillosa y decoración marrón y anaranjada. Fase II (orientalizante).3-2204. Fragmento de asa geminada y parte del borde de un vaso a torno con decoración negra y marrón claro. Fase III (orientalizante).3-2192. Fragmento de asa triple y arranque del borde de un gran vaso tipo pithos. Superficie arcillosa con decoración negra. Fase III (orientalizante).3555-3555. Fragmentos de una urna de cuello exvasado y asa vertical del borde al hombro. Superficie arcillosa y decoración rojo-amarronada en el borde. Orificio de lañado. Fase III (orientalizante).
Lámina 2.- Macro fotografías de 16 de las piezas cerámicas presentadas en cuatro grupos
FOTO 5 (piezas variadas: plato y cuellos de jarras)1) (5)-3051 2) (5)-141 3) (18)-590 4) (18)-1166 5) (3)-2302
5-3051. Dos fragmentos concertados de un plato a mano de “barniz rojo” fenicio o de imitación. Fase II (orientalizante).5-141. Fragmento de pared de un vaso a torno de cuello vertical. Exterior alisado pajizo con decoración roja y negra. Fase II (orientalizante).18-590. Fragmento de borde y cuello de una urna tipo “Cruz del Negro”. Exterior blanquecino arcilloso con líneas marrón. Fase II (orientalizante).
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18-1166. Dos fragmentos concertados de un plato a torno. Imitación indígena del “barniz rojo” fenicio. Exterior bruñido pintado. Fase II (orientalizante).3-2302. Fragmento de labio de un plato fenicio de engobe rojizo-amarronado. Fase III (orientalizante).
FOTO 6 (piezas pintadas de artefactos grandes)1) (3)-2890 2) (3)-2167 (peq) 3) (3)-456
3-2890. Dos fragmentos concertados de un gran vaso a torno. Exterior pajizo arcilloso con decoración de series de circunferencias concéntricas cruzadas por línea diametral. Fase III (orientalizante).3-2167. Fragmento de una lucerna fenicia bicorne. Superficie arcillosa y decoración interior de líneas amarronadas. Fuertes señales de uso. Imitación indígena de un tipo común fenicio. Fase III (orientalizante).3-456. Fragmento de pared de una gran urna a torno de forma ovoide. Exterior alisado pajizo con decoración de meandros verticales, circunferencias concéntricas y banda horizontal. Fase III (orientalizante).
FOTO 7 (piezas bastas, de menor acabado, un ánfora)1) (3)-2797 2) (3)-2127 3) (3)-2276 4) (3)-2803
3-2797. Fragmento de pared de un gran pithos correspondiente a la variedad cerámica orientalizante con decoración figurada, que aparece perdida por desgaste. Parece advertirse la pata delantera de un grifo. Fase III (orientalizante).3-2127. Fragmento de una olla globular a mano de labio vuelto. Superficie burda con una línea de impresiones digitales. Fase III (orientalizante).3-2276. Fragmento de un ánfora fenicia de labio erguido oblicuo. Fase III (orientalizante).3-2803. Fragmento de un soporte trípode de ambiente fenicio. Superficie arcillosa blanquecina. Fase III (orientalizante).
FOTO 8 (piezas bastas, cuellos de ánforas)1) (18)-594 2) (18)-595 3) (18)-617 4) (5)-292
18-594. Fragmento de ánfora fenicia de labio vertical. Superficie arcillosa blanquecina con restos de pintura marrón deslucida. Fase II (orientalizante).18-595. Fragmentos concertados de un ánfora fenicia de labio vertical. Fase II (orientalizante).18-617. Fragmento de ánfora fenicia de caracteres similares a la anterior. Fase II (orientalizante).5-292. Fragmento de ánfora fenicia de caracteres similares. Fase II (orientalizante).
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1.2. Datos cerámicas de ATEGUA
• TABLA 1. DECRIPCIÓN LUPA BINOCULAR (Lámina 1, Fotos 1, 2 ,3 )
FOTO 1
(3)2717 parda 0,5 7,5YR 4/3 roja 5YR 4/4 Grueso
(88).3715 roja-naranja (engobe) 0,5 2,5YR 5/7
roja 10R 3,5/5rosa 7,5YR 8/4
parda 2,5YR 3/3amarilla 10YR 6/4
Fino
(3)2209 ext roja 0,75 10YR 4/3 nucleo7,5YR 5/4 borde naranja 2,5YR 4/4,5 Fino
(13)351 Roja 0,62,5YR 4/6 borde
2,5YR4/3,5h nucleo
roja 10R 4,5/4 Grueso
(18)589 Parda 0,5 5YR 4,5/4 10R 4/4-4/5 Grueso
(18).1160 Parda 0,5 5YR 4/4, borde5YR 4/3 nucleo 10R 4/6 Grueso
(15)757 Rojo anaranjada 0,5 2,5YR4/8 borde2,5Y2/4 nucleo 2,5YR4/4 Fino
FOTO 2 1
(88)3395 gris beige 0,5 2,5Y 5/2 borde2,5Y 3/1 nucleo 2,5Y5/2 Fino
(18)1203 gris oscuro 0,5 2,5Y3,5/1 2,5Y 3/0,5 Fino
(15)212 gris oscuro 0,75 1,5Y3/2 10YR-2Y2,5/2 Fino
(88)3711 gris beige 0,75 5Y 5,5/3 5Y 7/2 Fino
(41)1009 int gris, ext negro satinado 0,75
10YR4/2 borde int2,5Y3/1 borde ext
2,5Y ¼ núcleo 2,5Y 6/2 Grueso
(43)1317 Roja 1 2,5Y3,5/1 inter 10R4/4 Grueso
FOTO 3
(5)2824 naranja 1 5YR4,5/6 No Fino(88)3704 ext naranja (
7,5YR 5/4) 0,5 3YR 4/6 amarilla: 2,5Y 6/4 Apenas
(5)175 pardo oscuro 0,7 5YR4/6 No Fino
superficie ex/intb
Espesor(cm)
color corted
pinturae
Desgf
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
358
(43)1309 ext.amarillentonúcleo beige 0,7 5YR5/6 borde
10YR5/2 núcleoBeig e10YR 6,5/6 pardo 2,5YR4/4 Fino
(87)3517ext amarillenta
2,5Y7/4, int rosa+rojo:
5YR5/5
0,7 5YR 4,5/6 Fino
(88)3457 int naranjaext amarillo (10YR5/6)
1 7,5YR3/2 borde2,5YR4/6 núcleo amarillo-pardo 5YR4/3 Fino
(87)3519 amarillo-naranja 1,5 5YR5/5 borde1,5Y5/2 núcleo Rojo 9R4/6 Grueso
FOTO 4 L
(18)1165 Rugosa 1-1,5 10YR4,5/3 Grueso
(3)2204 Rugosa 1,5 5YR4,5/6 Pardo 5YR3/1 Fino
(3)2192 Beige naranja (5YR6/6). 0,75 7,5YR 5/4 núcleo
7,5YR 7/4 borde 10YR3/2 manchas Fino
(87)3555
ext amarilla 10YR6/6
int naranja 7,5YR5/6
0,7 7,5YR5/6 borde7,5YR6/2 núcleo Rojiza 9R3,5/6 Grueso
FOTO 5
(5)3051 Pardo gris 0,5 7,5YR4/2 núcleo7,5YR5,5/4 borde roj 2,5YR 3,5/4 Fino
(5)141 Amarilla algo parduzca 0,7 7,5YR. amarilla 2,5Y6,5/4 Grueso
(18)590 amarilla 10YR 5/5,5 0,7
5YR3,5/2,5 nú-cleo
5YR4,5/4 borde
amarilla 2,5Y6/4, parda 7,5YR3/2 Grueso
(18)1166Amarillenta beige 0,5 2,5Y 4/1 núcleo
10YR8/3 bordeParda 2YR4/4 roja 5YR 5/3
Fino
(3)2302 Parda(7,5YR5/4) 0,75 10YR6/4 No FinoFOTO 6
(3)2890 exter pardanúcleo naranja 1 2,5YR5/5 núcleo
7,5YR 6/4 borde
amarillo: 2,5Y7/3rojo:8R3,5/6
pardo: 7,5YR 4/3Grueso
(3)2167 amarilla 0,5 2,5Y7/2 Parda 2,5YR3/3 ¿???(3)456 Amarillo rojizo
(2,5YR5/6) 1 2;5YR5/6 amarilla 2,5Y6,5/4 roja 2,5YR4/4 Grueso
FOTO 7
(3)2797 amarilla 1 5Y7,2/3 (restos pardos) 10YR6/2h Grueso
superficie ex/intb
Espesor(cm)
color corted
pinturae
Desgf
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
359
(3)2717(2127?) Pardo naranja 1 7,5YR4/4 No Fino
(3)2276 amarilla 1 10YR6/4 (engobe) 2,5Y7/3 Grueso
(3)2803 blca, porosa, hom, 1,5-2,5 5Y 6/3 No Fino
FOTO 8
(18)594 amarillento, 0,75 7,5/YR 6/4 amarillo 5Y7/3 (engobe) Fino
(18)595 naranja claro (7,5YR6/6) 1 5YR5/6 am 2,5Y7/4 Grueso
(18)617 ext pardo amari-llenta 1,3 10YR5/3 8YR6/6 ?
(5)292 amarilla ( 2,5Y 7/4) 0,75 Núcleo rojo
3,5YR5/6 No Fino
1.3. “Visu” mediante lupa binocular
La observación de visu ha permitido distinguir y agrupar las piezas cerámicas en base a su textura, color en corte y en superficie, finura de acabado, pintura, y en su caso la atribución a facies cerámicas tipológica (de cerámica fina), de uso (cerámica menos fina y basta), de fragmento del artefacto (borde, cuello, fondo o base, asas) e incluso cocción aparente (poco elaboradas, etc). Esta clasificación es sólo provisional pero nos facilita su estudio comparativo . Se han agrupado así:
A) grupo de cerámicas finas rojas: foto 1 de la Lámina 1 y foto 5 de la Lámina 2. muestras 2717, 3715, 2209, 351, 589, 1160, 757. son finas, delgadas, rojo-naranja tanto en superficie como en interior, con pintura muy roja satinada brillante, bien conservadas, diferenciadas con núcleo mas oscuro.
B) grupo cerámicas finas, mas o menos rojizas y naranjas, finas, pintadas. En cierto modo parecen un subgrupo del anterior A. Están en las fotos 3 de la Lámina 1 y la foto 8 de la Lámina 2:
muestras 2524, 3704, 175, 1309, 3517, 3457, 3519, y la 594.
C) grupo o subgrupo de cerámicas naranja o amarillentas, aun finas, más o menos elaboradas, con interior diferenciado y pintadas. Algunas con varios pigmentos bien conservados. Están en las fotos 3, 4 ,5 y 6. Algunas corresponden a partes de pared de grandes vasos, otras a asas verticales (dobles o triples) de grandes contenedores tipo pithos y una pertenece a una lucerna fenicia
D) grupo cerámicas grises oscuras, muy finas. representa un marco diverso en el que se incluyen fragmentos grises a torno, de matriz tartésica, restos de platos de barniz rojo fenicio, un fragmento a mano del Bronce final colonial y otro fragmento de un contenedor a mano bruñido de fase I (Bronce final precolonial)
muestras 1203, 202.
superficie ex/intb
Espesor(cm)
color corted
pinturae
Desgf
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
360
E) grupo cerámicas amarillas, poco o escasamente elaboradas, poco pintadas, de fragmentos del cacharro pero no del asa. Diferenciadas o no en el núcleo. Cerámicas sin clasificar: Fragmento de un soporte trípode fenicio ( 3.2803 en la foto 7)
En las Tablas I, II, III, IV y V, se dan los datos encontrados en el estudio realizado mediante microscopía petrográfica de las láminas delgadas de las muestras cerámicas. (Anexo I)
Tras las agrupaciones anteriores de Visu, se clasificaran según los datos obtenidos por el estudio óptico en LD.
En primer lugar es interesante observar ciertas características que pueden interpretarse por separado y con independencia de los demás factores. Se pueden agrupar y observar lo siguiente:
1) sobre los fósiles
- En rojo oscuro en las Tablas de LD, se ha señalado la presencia de fósiles silíceos (ópalo), que pueden tener su origen en la proximidad del yacimiento, especialmente si hay diatomeas, radiolarios y otros silíceos (casos 1309 y 595), frecuentes aquí. Son las muestras: 589, 3711, 3704, 1309, 3457, 3555, 141, 2890, 596, 595.
- No es factible saber con precisión el origen de los barros para elaboración de estas cerámicas si observamos sólo el resto de la microfauna. Esta es variada, no abundante y corresponde a lo que se encuentra en niveles del Cuaternario y Plioceno costeros (Malaga, Granada), (Cádiz no parece), a los niveles de los frentes subbéticos (desde Baena a Montilla, por ejemplo), en parte también al Olitostroma, e incluso a la facies de borde y las deltaicas detríticas Andalucienses. Por el momento sólo puede afirmarse lo negativo.
2) sobre los clastos rocosos
respecto la presencia de clastos rocosos el problema es bastante mas difícil.
- Sólo se observan fragmentos de roca volcánica en los siguientes casos, que al menos con relativa seguridad son de la proximidad del yacimiento: 2717, 351, 2192, 3555 y 2276.
- Otras rocas ígneas de carácter ácido se pueden atribuir a zonas de Sierra Morena, caídas luego en niveles de terrazas Cuaternarias, y por tanto factibles de encontrar en zonas de la Depresión del Guadalquivir. Con dudas puede tratarse de los casos: 1309, 3517, 3555, 3051, y 141.
- También las facies diatomíticas y los sílex pueden ser de un cercano origen (incluyendo niveles olitostrómicos y el borde subbético): son los casos: 2717, 589, 1160, 1317?, 3457?, 2127 y 595 (esta última con toda seguridad).
- La presencia de calcarenitas y biocalcarenitas, no es fácil atribuirla a un entorno concreto: realmente se trabaja con clastos muy pequeños, lo que hace difícil la identificación. Pero al menos se pueden indicar tres yacimientos: los de la propia formación de Teba, las facies de borde Tortonienses, y los niveles calizo-detríticos Neógenos que encontramos inmediatos al Sur de nuestro entorno. Serán los casos: 3711, 1009, 1165, 2167, 2127, 292. Existen dudas respecto las 3711, 2167 y 2127.
- La presencia de rocas metamórficas es bastante cuestionable si se desea asignar precisamente a las zonas más conocidas del entorno de influencia original, es decir
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
361
de las costas granadinas y malagueñas, que están situadas precisamente en las zonas internas de las Béticas. Serían los casos 2209, 351 (por la presencia de epidota), 3704, 175, 1309, 3555, 590, 2890, 2797, 2276, 617. Dado que el metamorfismo afecta también a dominios hercínicos de Sierra Morena, algunas pueden proceder de la cuenca del Guadalquivir.
3) sobre los minerales.
La discusión aquí es compleja y algo ambigua, ya que sólo será posible asignar una zona de extracción del barro cerámico cuando los minerales sean muy característicos y exclusivos. La presencia de cuarzo y calcita es prácticamente común en todas las muestras. La de los feldespatos (ortosa y o plagioclasas) es casi dominante, por lo que sólo anotamos su ausencia. Análogo ocurre con las micas (biotita, moscovita, sericita). Sólo algunos minerales son realmente exclusivos, como piroxenos, hornblendas, anfiboles, epidotas, andalucita, silimanita, granates, circón, etc. Los óxidos e hidróxidos de Fe (hematites y goethita) suelen ser comunes. Veamos cada caso:
- a) ausencia de feldespatos: 3395, 1203, 3711, 2302, 2797, 595, 592. - b) ausencia de micas: 757, 1203, 1165, 1166, 2302, 456, 2797, 595, 592.- c) presencia de exclusivos: 351 (epid, prx), 3704 (sillim), 2204 (anfb), 3555 (prx), 3051 (epid), 141 (epid, prx), 2167 (circ), 2803 (anfb).
Andalucita, epidota y quizás ciertos anfiboles y piroxenos son propios de dominios internos, por tanto vendrían desde la costa meridional. Granates son ambiguos, pero la sillimanita parece más frecuente en el Norte (Sierra Morena), en un dominio bastante interno (Albarrana, etc), lo cual no es fácil de interpretar. El circón es algo más ubicuo, dado su carácter de inalterabilidad.
Podemos pensar que estas interpretaciones adolecen de cierto exceso de prudencia. En este campo científico, el estudio de las LD nos aporta gran cantidad de datos, algunos fácilmente interpretables pero la prudencia en su interpretación debe ser esencial, a menos que se perfile el trabajo en otros métodos y estos, cosa no frecuente, a su vez sean definitivos.
4) sobre la matriz
- En primer lugar es interesante la relación matriz/esqueleto. Va desde un escaso 5 % de esqueleto (relaciones 95/5) hasta el 60/40. Se considera (por la comparación con piezas ibéricas, tartesias, fenicias, romanas y árabes conocidas por los autores) que las piezas más antiguas suelen tener mayor contenido de esqueleto mineral, mayor heterogeneidad, y peores acabados (por tanto de bordes apenas orientados). Las condiciones de cocción dan origen a atmósferas reductoras y oxidantes, según los casos, lo que conduce en el primero caso a núcleos grises, algo mas opacos, y no orientados.
- En las Tablas de LD se indican en rojo las fuerte o netamente anisótropas, y quizás alguna sub-anisótropa. De ellas se pueden distinguir las de bordes diferenciados en LD con color azul, que son las piezas:
2209, 1203, 1009, 3704, 456, 594, 617, 292. - Pero no todas son iguales: las 1203 y 456 son de borde isótropo y núcleo anisótropo, las 1009 y en parte la 594 son de núcleo isótropo. Las demás son anisótropas pero con diferente orientación.
- Otras son isótropas: se han marcado en violeta.
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
362
Este carácter de la matriz tiene mucho que ver con dos factores:
a) la temperatura alcanzada durante la cocción: para temperaturas elevadas suelen fundir parcialmente por lo que se observan sin orientación (son las isótropas).
b) con el grado y alcance del trabajo de elaboración: si se han trabajado por presión en la superficie, en tornos adecuados es posible un borde bien orientado y por tanto de carácter anisótropo. El alisado de la superficie y los engobes suelen dar origen a una buena anisotropía de borde. Este proceso suele ocurrir en etapas más evolucionadas de la cultura y por ello de datación más reciente.
Normalmente las orientaciones anisotrópicas suelen estar en toda la masa (masepica), y con frecuencia son alrededor de clastos (eskelica) y huecos (vosepica). Las dos últimas suelen indicar claramente las presiones ejercidas durante la fabricación, que a veces (no siempre) corresponde a cerámicas bien elaboradas y evolucionadas culturalmente. Sería el caso de las muestras: 2717, 2209, 757, 2457, 3519, 2127.
2. ANÁLISIS POR DIFRACCIÓN DE RAYOS X (DRX)
Nomenclatura de laclasificación visual
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
363
No existe relación aparente entre la clasificación realizada a priori representada en las fotografías y la realizada en función de la composición mineralógica obtenida por difracción de rayos X.
Difractogramas más representativos de los grupos se muestras a continuación, a partir de ellos se puede apreciar el cambio producido en la forma de los difractogramas en función de la composición mineral:
Grupo IA
* se caracteriza porque la intensidad de las señales de mayor intensidad entre las señales de cuarzo y calcita son muy similares.
Grupo IB
Grupo IC
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364
Grupo ID
Grupo IIA
Grupo IIB
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365
Grupo IIIA
Grupo IIIB
Grupo IIIC
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366
Grupo IIID
Grupo IV
De forma general estos cuatro grupos principales nos indican que al menos existen cuatro técnicas de fabricación diferentes o cuatro fábricas definidas. Una de ellas con un proceso de menor temperatura que las restantes, ya que no presenta fases de alta temperatura, grupo I. Por otra parte en el grupo II no se aprecia la presencia de Illita por lo que podría, si se empleó en la pasta de elaboración, haberse alterado por algún agente del suelo y su estructura desmoronado por la temperatura.
3. ANÁLISIS POR ENERGÍA DISPERSIVA DE RAYOS X (EDAX)
Un análisis químico de la composición de las pastas ayudaría a una clasificación más precisa.
Mediante el análisis por energía dispersiva de rayos x, se obtuvieron los datos de composición química se muestran en la tabla x del Anexo III. Estos datos de composición vienen expresados en forma de óxidos. Como óxidos mayoritarios aparecen: Al2O3, SiO2, K2O, CaO y en menor proporción Fe2O3. Tan sólo en algunos casos aparece MgO y TiO2. En algunos casos el TiO2 da
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
367
un alto porcentaje lo cual llama la atención, aquí alcanza valores que oscilan entre 30-50%, y excepcionalmente en una de las muestras aparece As2O5, aunque en muy pequeña proporción, casi en un 2%, se trata de la muestra 2192 (3).
Estos resultados parecen guardar una estrecha relación con los obtenidos con las fases minerales.
Con los porcentajes de composición relativos se realiza un análisis de Cluster y análisis de componentes principales para clasificar las muestras en diferentes asociaciones según su semejanza en composición elemental. El resultado es el siguiente:
El dendrograma se inicia desde una base de 40 individuos analizados. Se aprecia que las muestras guardan un alto nivel de semejanza, pues la distancia de unión entre ellas es muy pequeña, casi inapreciable en algunos casos. Como formaciones principales aparecen 4, de los que podemos distinguir la formación IV con tres muestras y la formación III compuesta tan sólo por una muestra. Son éstos los que más difieren en semejanza con el resto del conjunto, son estas muestras las que presentan un alto contenido en Titanio.
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
368
El análisis de componentes principales ratifica la similitud de las muestras, ya que con tan sólo dos factores se consigue distinguir todo el peso estadístico de las variables, el factor 1 recoge 92,8% del peso estadístico de los datos y el factor 2 el 99.6%. Los factores que representan del 85 al 95% . Estos valores se recogen en la tabla x del Anexo I.
Por otra parte, cada factor se ve influenciado en distinto grado por la composición elemental, así que podemos establecer una relación entre las distintas variables puestas en juego (ver tabla x Anexo I):
FACTOR 1: aparece identificado por la presencia de SiO2 principalmente ya que se trata del componente mayoritario en la mayor parte de los casos. Se encuentra asociado positivamente a Al2O3 pero en muy bajo grado, quizás pueda relacionarse con la baja cantidad de fase ilita identificada en el análisis difractométrico. Con el resto de variables guarda una relación negativa con un grado apreciable para MgO, TiO2 y As2O, debido a que se trata de componentes minoritarios en relación al conjunto general de composición.
FACTOR 2: está caracterizado por la interacción positiva en un grado medio de los componentes minoritarios, sin embargo aparece interacción negativa en alto grado del TiO2 y en un menor grado de SiO2. Estos hechos vuelven a refutar la teoría de que la composición en TiO2, indica una clara discrepancia en el origen de las muestras, y podemos considerar éstas como elementos alóctonos del yacimiento.
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
369
Al representar los factores se obtiene una mejor visualización de los datos obtenidos, se aprecia claramente el alto grado de concordancia de la mayor parte del conjunto de piezas. Aparen 2 grupos de piezas bien diferenciados uno al que corresponderían la mayor parte de las piezas y en el que a su vez se distinguen tres piezas (2204 (3), 595 (18) y 3517 (87)) más alejadas del agrupamiento que se corresponden a una baja composición en TiO2, y un segundo grupo menos homogéneo en el que aparecen 3 piezas bien diferenciadas correspondientes a un alto porcentaje en TiO2, (594(18), 2524(5) y 2803(3)) esto verifica los datos obtenidos en el dendrograma.
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PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
372
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PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
373
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PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
374
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PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
375
• TABLA IV. Descripción de las LD bajo el microscopio.
Tabla IV-1 (el orden es el mismo que en las macrofotos de las Láminas 1 y 2)
LDtipo, difern.
nucl/borde,% matriz/esq
relación textural matriz
orientación matriz agregados Minerales F. Rocas fósiles
18-1166 parda, no dif, hom,anisótropa
crística, luminosa
nódulos roj q, cal, plg, pelita, glob,
41-1009 parda oscura, dif,
heterog, mezcla,
borde crístico, núcleo
isótropo,
no definidos q, cal, for, micas calcarenita glob, sedas,
88-3395 parda oscura, dif, heterog, isótropa y
crísttica no definidos q, cal calcar, foram, glob, otr,
43-1317 parda, no dif, con fósiles
hom, orientada, subisótropa no definidos q, cal, plg,
agujas de calq-arenita,
pelita o silexcam, glob, calp, otr,
13-351 rojo-naranja, no dif,
hom, esqueleto a
2 diam,
anisótropa masépica y
en dominios
nódulos roj, manchas opacas
cal, ort, plg, q, paj micas,
epid, prx, opac,
ofita, ofit de epidot, glob, otr,
88-3457 roja, no dif, con pelicula, hom,
anisótropa masépica y
eskélicarojizos cal, plg, ort,
q, biot,
caliza crist, cal ooidal, q-arenita,
silex,
placas, glob, radiolar,
15-757 roja, dif, homanisótropa masépica y
eskélica no q, for, cal, paj, no ident, cam y glob,
veget,
88-3715 roja isot, no dif hom, brumosa subisótropa no q, for, paj
finas pelita cam, glob,
18-1160 roja orient, no dif, hom,
anisótropa masépica y
en dominios rojizo q, for, cal, paj
mica, hem sílex glob
18-589roja-parda, no dif, orientada,
75/20hom, anisótropa en
dominios rojizos q, for, paj mica, hem sílex, arcosa glob, silíceo
18-1165pardo-amarilla, manchada, dif
suave, heterog, subisótropa
calizos, nódulos oscuros,
nod.opaco
cal, plg, q, arenita, calcar,
subarcosa
tabulados, glob, cam,
5-141 parda, no dif, hom, isótropa no definidos
q, mica, ort, plg, paj micas,
epid, clor, melanos
ígnea acc alter, cam, silíceo,
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
376
• TABLA IV-2 (continuación de las LD)
LDtipo, difern. nucl/borde,%matriz/esq
relación textural matriz
orientación matriz agregados Minerales F.Rocas fósiles
43-1309 parda, no dif, hom, subisótropanódulo arcilloso
rojo
q, plg, ort (pert), mosc, cal, paj mica
q-pertita (ígnea ácida), cuarcita
cam glob, nunmulit,
espic, diatom,
18-617 am-parda, un borde dif,
hom, bandas de adición,
suave anisotropía masépica y
crística(bordes)
mancha roja, nódulo
nar anis
ort (pert), q, plg, cal, paj mica, seric,
hem
q-grauwaca, cuarzolita,
arenita, metapelita
cam glob,
87-3517 pardo-rojiza, no dif,
bastante hom,
subisótropa, vosepic, no q, ort (pert),
mic, silex ígnea acc,
18-590 parda, no dif, hom,
mezcla rojiza,
subisótropa, barro rojo
subanisótropo
nódulo arcilloso
rojo
q, trazas de ort, cal, paj
cal,
cuarcita, caliza
cam y glóbulos
88-3711parda clara, dif, fósiles
caliz, 60/40hom, isótropa,
luminosanódulo rojizo
q, cal, micas,
q-arenita de matriz caliza
cam, glob, silíceos
87-3555pardo-roja,
no dif, 63/37
hom, isótropa nódulos rojos
q, ort pert, plg, micas,
cal, prx, goet, hem
andes, ígnea acid, cuarcita, arcosa,
oo-caliza silicificad
cam glob, esférulas, siliceos
88-3704buena
roja orientada, no dif,85/15
hom,
anisótropa masépica (borde),
núcleo subanis masépico
no
qtrazas:
silliman, mosc, cal, paj mic,
biot, OCa,
esquisto mosc,
micacita biot,
cam, silíceos
87-3519buena
núcleo am, borde naranja,
dif 80/15
hom, (dif poco patente)
anisótropa masépica,
eskélica y en dominios
nódulos rojos
q, ort, plg, micas, hem,
goet, cal, seric,
meta- accidaesférulas,
cam, arrosariado
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
377
• TABLA IV-3, (continuacion LD)
LDtipo, difern. nucl/borde,%matriz/esq
relación textural matriz
orientación matriz agregados Minerales F.Rocas fósiles
3-2127roja het, con
clastos rojos, no dif, 55/35
+-hom, algún clasto de barro
amariilo,
anisotrípica masépica y
eskélica,
núcleos,poco
diferenciados
q, ort, cal, hem, plg, paj micas, opacos,
traquita, silexita, opaco,
esparita, arenita,
no
5-3051 naranja, no dif, hom, subisot, luminosa,
nod rojo, borde osc en
hueco,
pertita, q, plg, cal,
hem, seric, epid
ígneas acc, q-arenita alterada
esférulas, cam,
radiolas, foram rotos,
3-2167parda, isotr, no
dif,80/17
hom, isótropa. nódulos pardos,
cal, q, opaco, circ,
goeth
areniscade
cemento calizo
radiolas, cam,
3-2797 parda isótropa, no dif, 65/25 hom, isótropa no definidos q, cal micrita cam, globig,
18-1203 parda oscura, dif, 80/15
borde oscuro, subheterogénea,
bandas
subanisótropa, borde isótropo, no q, (cal) no glob, cam
de opaco,
8-594 pardo-naranja, dif, 80/17
borde fino claro, hom,
subisótropa, borde
anisótropo
nódulos rojizos
q con pajuelas opacas, trazas
no radiolar, cam (eros)
3-2890 pard-nar, dif, 80/13
nucl grumoso, borde con
presión sub-, lumin, clay roj
q, for, hem, clay roj, goeth
arenita, esq-mica (>alterad)
glob, silíceos
3-456 pardo naranja, dif, 70/18?
borde am, irregular, heterog,
subisot a anisotr, borde
isotr
nódulos rojos (osc, isotropos)
q, ort, cal, q-arenitaglobig,
esférulas, otros (eros)
3-2204 parda nar, no dif, 60/20 hom, isótropa calcicutan,
apenas nod, q, ort, cal,
horn, no cam huecas
5-292rojo-naranja con película,
dif, 73/27bord irreg,
isot luminoso, borde
subanisot,
calcicutan eskelico y
vosep, q, cal, calcarenit
glob, cam, brioz, nodos,
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
378
• TABLA IV-4, continuacion de LD
LDtipo, difern. nucl/borde,%matriz/esq
relación textural matriz
orientación matriz agregados Minerales F.Rocas fósiles
18-595 roja, dif, 78/5 borde am, hom, subisot nod nar
anistor q, cal, paj barro diatomeas
nodos, cam glob, diatom,
3-2192 no dif, capa pintura, 75/18 hom isotr nod opac
q, ort-pert, plg, cal, dol, paju, clay-
naran
dolerita alterad no quedan
15-212 am, dif, borde osc, fina, 90/3 hom, fina subisotr
lumin, no (q, for, cal) no glob, cam
3-2302am-nar, dif borde claro,
90/5hom, fina lumin, no q no cam?
3-2803 parda no dif, terrosa, 65/11
hom, no dif, isotr, calcicutan
q hidro, q, ort, cal,
anfb, no no se ven
3-2276pardo.am,
borde claro, 75/20
hom, dif borde claro, isot, clast arc,
nod,
q, or, plg, cal, calced, paaj caliz
volc, q-esquis alter
cam grandes,
cam, nodos caalizos,
3-2717 naranja, no dif, 72/28
granular, +- hom,
anisot lumin, mancha roj q, or, plg,
silex, hem
cuarz, granit, esq
alter,
glob, cam (hem)
5-2824 am-naramja, no dif, 73/26 +-hom,
anisot lumin, masepic y eskrl,
estiración local
nod roj, calcicutan
q, ort, plg, hem, prx,
circ,
acida, q-arenita, cam, glob,
15-175 naranja, no dif, 85/12 hom anis, masep-
cristica nod roj,
q, ort, plg, calced,
micas, seric, hem,
(esq 2 diam),
micacita alter, oo-micrita
glob y globulos
(d grand), glbtrunc y
otros (finos)
3-2209 nar-par, no dif, 92/6 hom,
subanis masep,
paralela en borde
nod roj, manchas osc,
q, for, cal, mica, hem,
orto-q polig,
glob, cam, glbtrunc, d
fino
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
379
MICROFOTOS
• MICROFOTOS DE LAS LD. serie a
a01) 3-2717: clastos de cuarcita (centr, izq y arrib der), globigerina (abaj centr), pasta luminosa, 50x, pol +
a02) 15-175: clasto de micacita alterada (mosc visible), con arenita (izq), globigerina (cent) y un silíceo (isótropo, abaj), pasta anisótropa, 125x, pol+
a03) 5-2824: pasta roja orientada masépica, y arenita alterada con hematites, 125x, pol +
a04) 15-212: pasta crística masépica fina, amarilla, huecos redondos (pérdida de camarillas: globig), 50x, pol +
a5) 3-2302: pasta muy fina, clastos de cuarzo (uno en extinción), 50x, pol +
a6) 3-2276: pasta no homogénea isótropa y clastos (calcedonia: der, cuarzo y otros), globig y nódulos (son calcicutanes) 40x, pol+
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
380
a7) 3-2803: pasta isótropa con huecos y calcita vosépica (calcicutan), clastos de cuarzo, ortosa y otros, 50x, pol +
a8) 8-594: pasta parda oscura isótropa, con esqueleto abundante (fósiles silíceos y globigerinidos), 50x, sin pol
a9) 3-456: pasta heterogénea, anisótropa, nódulos rojo oscuros y clastos, 30x, pol +
a10) 3-2890: pasta anisótropa, nódulos rojos, clastos (ort, cuarz) hemat, detalle a 125x, pol +
a11) 18-595: pasta casi isótropa, forma arrosariada (centr), ortosa, y cristalitos finos de cuarzo, 30x, pol +
a12) 18-595: detalle de la pasta coloreada y heterogénea, 125x, pol +
a13) 18-595: otro detalle, pasta oscura heterogénea, globig, 125x, sin pol
a14) 3-2127: enrejado rojo (alteracion) y for, pasta orientada eskelica, 50x, sin pol
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
381
a15) "": misma anterior, pol + (las manchas negras son burbujas de la LD)
a16) "": fragmento de pasta amarilla con reticulado, dentro de la pasta roja anisótropa (otra zona), mezcla de barros, 50x, sin pol
a17) "": misma anterior, observar numerosas manchas de hemat, pol +
a18) "": clastos de silexitas (sal y pim), alteraciones opacas, barro anisótropo por presión (eskelico y vosépico), 50x, pol+
a19) 5-3051: pasta rojo-naranja anisótropa, pertita (centro, idiomorfa), cuarz, 50x, pol +
a20) 3-2797: pasta isótropa, abundantes globigerinas, clastos de cuarzo, 50x, sin pol
a21) 87-3519: pasta naranja anisótropa (masépica, eskélica, vosépica), globig, ortosapertítica (arriba), 125x, sin pol
a22) "": misma anterior, 125x, con pol +
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
382
a23) " ": otra zona, pasta naranja fuertemernte anisótropa, ort, globig, manchas de hemat, 125x, sin y
a24) "": misma anterior, pol +
a25) (18) 617: pasta homogénea pardo-amarilla, anisótropa con clastos de cuarcita, 30x, Pol +
a26) 87-3519: zona del borde, pasta muy anisótropa, clastos de ortosa y cuarzo, 125x, Pol +
a27) Teba-1.1: colonia de briozoarios, 50x, pol + a28) TS-100(teba): biocalcarenita con fósiles: nunmulítidos, briozoos, algas, placa de erizo, elphidium, sedas, eterostegina, 40x, sin pol
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
383
• MICROFOTOS, serie b
b01> AT (88) 3715: pasta anisótropa naranja, con vosepic y eskélica sobre los fósiles (globigerinas, algunas faltan). a 50 x, Pol +.
b02> misma 3715: sin pol, casi la misma zona.
b03> (5) 292: pasta subisótropa parda, con camarillas de fósiles, ortosa y globigerina, 30x, Pol +
b04> AT (3) 2209: aspecto general: pasta fina con grandes clastos (arriba). 30x sin pol.
b05> misma 2209: detalle de la anterior: pasta anisótropa masépica y eskélica, un gran clasto silíceo (arriba, gris), y fósiles (globigerinas y alguna diatomea). 125x, Pol +
b06> AT (13) 351: pasta naranja y roja, anisótropa (ver la siguiente foto 07), clastos un opaco rojo (de hematites), algun silex (centro-der) globigerinas y resto de ofita (izq). 30x, sin pol.
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
384
b07> misma anterior 351: 30x Pol +. b08> misma anterior 351: detalle del clasto de ofita (plagioclasa gris, y prismas de piroxenos algo epidotizados (colores intensos), pasta muy anisótropa (eskelica), 100x, Pol +.
b09> AT (18) 589: pasta heterogénea, clastos de feldespatos, cuarzo y sílex, globigerinas. 40x, sin pol
b10> misma anterior, orientación anisótropa en dominios, 40x, Pol +.
b11> AT (18) 1160: pasta heterogénea, con mezcla de nódulos argílicos (centro), naranja, algún opaco y pajuelas micáceas, 125x, sin pol
b12> misma anterior, anisotropía marcada, 125x, Pol +
b13> AT (15) 757: núcleo mas oscuro, isótropo, clastos de cuarzo, alguna globigerina, 30x, sin pol
b14> misma anterior, borde luminoso subanisótropo, 30x, Pol +
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
385
b15> AT (15) 757: otra zona, detalle de un clasto de mica (moscovita) y cuarzo, algunas pajuelas orientadas (micáceas), 125x, Pol +.
b16> AT (88) 3395: pasta casi isótropa, oscura, dos foraminíferos de pared gruesa (calizos), abundancia de granos de cuarzo. 30x, Pol +
b18> AT (88) 3395: la zona del borde mas luminosa (abajo) que núcleo, parda, clastos de cuarzo y fragmento margoso con fósiles, 50x, Pol +
b20> AT (88) 3711, zona cerca del borde, pardo-osc, con fósiles, cuarzo, etc. 60x Pol +
b21> AT (41) 1009: borde claro, núcleo pardo con cierta heterogeneidad (por mezcla de barros), abundantes clastos y fósiles, 50x, sin pol
b22> AT (41) 1009 misma anterior, 50x con Pol +. borde anisótropo, núcleo casi isótropo
b23> AT (43) 1317: matriz casi opaca, grandes globigerinas, 90x, sin pol
b25> AT (43) 1317: otra zona, matriz isótropa opaca excepto localmente (parda), globigerinas, 50x, Pol +
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
386
b26> AT (88) 3704: pasta fina rojo nar, anisótropa en dominios y eskélica, clastos silíceos, moscovita, etc. 50x, Pol +
b27> AT (43) 1309: zona de borde, parda, isótropo, munmulitido calizo, 50x, sin pol
b28> AT (87) 3517: pasta subisotropa parda, con abundantes globigerinas (en huecos: calcicutanes), 50x, Pol +,
b29> AT (88) 3457: matriz roja anisótropa (algo heterogénea), clastos calizos, for y sílex, calcicutanes (en hebra), 50x, Pol +
b30> AT (18) 1165: pasta oscura isotropa, calcicutanes y restos de fósiles, 50x Pol +
b31> AT (3) 2204: pasta parda subisótropa, 30x, Pol +
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387
b32> AT (3) 2192: pasta oscura, restos de fósiles y un clasto de ofita (abajo der) 50x, Pol +
b33> AT (87) 3555: matriz oscura isótropa, clastos numerosos de silexita gris, cuarcita (arriba izq), y restos de fósiles, 40x, Pol +
b34> AT (5) 141: pasta isótropa, un gran clasto de cuarcita, 50x, Pol +
b35> AT (18) 590: pasta parda subisótropa, clasto de ortosa (centro der) y fósiles calizos, 50x, Pol +
b36> AT (18) 1166: pasta pardo-amarillenta, muy fina, luminosa, globigerinido y biotita (rojiza), 50x, Pol +
b37> AT (3) 2167: pasta isótropa oscura, glóbulos de globigerinas (calcita presentando la cruz isogira) 125x, Pol +
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388
• SUELOS DE ATEGUA
MUESTRAS pH HUMEDAD%
CARBONATOS%
MATERIAORGÁNICA
%
Conductividadeléctrica
1:5 µ mohs Arena %(20µ-2mm)
Limo %(2-20µ)
Arcilla %(<2µ)
1 8.3 3.2 50.0 1.1 111.6 60.0 23.2 16.8U.E- 2 8.4 3.6 47.0 1.5 101.9 61.0 15.0 24.0
3 8.4 4.1 52.0 0.28 86.8 39.4 33.4 27.25 8.55 2.8 63.7 1.0 154.1 37.3 36.0 26.715 8.65 3.3 39.1 0.28 87.0 47.1 25.3 27.6
U.E.-20 9.15 3.2 67.0 0.19 97.8 67.0 25.0 8.0U.E.-28 8.65 3.8 53.3 0.19 137.4 31.8 33.8 34.4
38 8.70 4.2 47.3 1.0 157.5 38.6 33.4 28.041 8.20 2.8 59.0 0.47 64.7 54.2 25.3 20.5
TEXTURA
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
389
TABLA.3. Composición Mineral Difracción RX
CUArZO CALCITA FELDESPATO ILITA DIOPSIDO GEHLENITA1 1166(18) 27 52 10 11 0 02 212(5) 23 51 6 20 0 03 2302(3) 22 53 6 19 0 04 3395(88) 36 54 3 7 0 05 2209(3) 33 34 8 25 0 06 2824(5) 45 20 6 29 0 07 3519(87) 40 30 8 22 0 08 1009(41) 26 45 9 20 0 09 617(18) 52 27 4 17 0 010 3711(88) 14 78 4 4 0 011 175(5) 43 34 6 17 0 012 3457(88) 48 33 7 12 0 013 1203(18) 35 37 12 16 0 014 3051(5) 33 37 12 18 0 015 1160(18) 42 30 8 20 0 016 2717(3) 31 32 19 18 0 017 3704(88) 63 12 14 11 0 018 757(15) 59 18 12 11 0 019 351(13) 51 21 11 17 0 020 589(18) 49 21 12 18 0 021 590(18) 26 44 16 14 0 022 2127(3) 28 22 24 26 0 023 2167(3) 34 22 19 0 10 1524 1165(18) 11 45 22 0 17 525 2890(3) 30 17 36 0 12 526 2192(3) 33 18 36 0 5 827 2803(3) 20 16 22 0 18 2428 2276(3) 36 13 27 4 15 529 595(18) 45 19 8 14 9 530 3517(87) 47 22 9 8 7 731 456(3) 18 37 12 3 11 1932 2797(3) 38 18 21 7 10 633 2204(3) 31 22 20 3 13 1134 141(5) 47 14 13 3 13 1035 1317(43) 32 23 27 9 6 336 3715(88) 28 11 30 10 14 737 3555(87) 37 23 18 6 11 538 292(5) 19 35 11 7 13 1539 1309(43) 30 27 24 11 5 340 594(18) 60 16 10 9 5 0
MUESTrA
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
390
• TABLA.4.Composición en forma de óxidos obtenidos por edax
MUESTrA Al2O3 SiO2 K2O CaO Fe2O3 MgO TiO2 As2O3
1 3395 (88 10,52 74,88 3,24 8,30 3,05 0 0 0
2 2302 (3) 15,04 63,45 5,52 8,71 7,27 0 0 0
3 212 (15) 17,84 61,68 5,51 7,53 7,43 0 0 0
4 1166 (18) 16,74 59,90 5,94 9,68 7,74 0 0 0
5 617 (18) 15,61 63,11 6,16 6,59 8,52 0 0 0
6 1009 (41) 14,01 68,27 4,30 5,04 8,39 0 0 0
7 3519 (87) 14,62 65,75 5,68 5,13 8,81 0 0 0
8 175 (15) 15,55 67,69 4,48 3,30 8,97 0 0 0
9 2824 (5) 8,95 31,68 0 1,03 3,74 1,63 52,96 0
10 2209 (3) 14,43 66,30 5,23 5,96 8,08 0 0 0
11 292 (5) 16,71 68,24 5,34 9,72 0 0 0 0
12 1160 (18) 15,19 67,08 5,06 3,30 9,36 0 0 0
13 2204 (3) 12,45 57,58 3,43 5,16 19,36 2,02 0 0
14 2167 (3) 13,38 66,89 4,62 7,13 6,40 1,58 0 0
15 456 (3) 13,68 67,00 4,25 7,60 7,47 0 0 0
16 3051 (3) 14,40 66,71 5,01 4,88 9.00 0 0 0
17 595 (18) 13,46 66,83 4,55 4,22 7,18 2,09 1,67 0
18 1317 (43) 14,83 66,54 4,50 4,67 9,45 0 0 0
19 2890 (3) 14,23 67,74 3,73 6,03 8,27 0 0 0
20 2276 (3) 14,97 67,82 4,58 6,22 6,40 0 0 0
21 2803 (3) 6,98 29,17 1,07 2,36 2,99 0 57,42 0
22 2192 (3) 13,95 67,09 3,73 4,27 8,11 0,96 0 1,91
23 2127 (3) 16,23 69,34 3,72 2,81 7,90 0 0 0
24 2717 (3) 15,07 69,71 4,38 3,52 7,31 0 0 0
25 590 (18) 14,01 66,17 4,93 6,27 7,63 0,98 0 0
26 3555 (87) 14,29 65,56 4,15 6,23 7,53 2,23 0 0
27 589 (18) 13,76 67,33 4,53 4,46 7,81 2,11 0 0
28 351 (13) 15,03 66,37 4,47 3,59 10,54 0 0 0
29 3451 (88) 15,19 63,39 4,82 5,39 11,20 0 0 0
30 3711 (88) 13,73 64,42 4,28 8,98 5,96 2,63 0 0
31 1203 (18) 14,62 64,93 5,40 6,30 8,74 0 0 0
32 3715 (88) 14,99 67,18 4,39 5,24 8,19 0 0 0
33 141 (5) 14,64 66,99 4,38 5,35 8,64 0 0 0
34 3517 (87) 14,68 65,90 4,68 5,70 9,05 0 0 0
35 2797 (3) 12,97 68,41 4,33 6,23 8,05 0 0 0
36 3704 (88) 13,26 68,20 4,91 3,92 9,70 0 0 0
37 1309 (43) 14,07 66,53 4,52 5,31 9,57 0 0 0
38 757 (15) 15,15 67,50 4,85 3,94 8,56 0 0 0
39 594 (18) 7,20 31,09 1,42 2,02 2,82 1,44 54,00 0
40 1165 (18) 14,48 60,61 4,08 12,46 8,56 0 0 0
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
391
• TABLA.5. Factores
Principal components
% total Cumul. Cumul Eigenval Variance Eigenval %
1 37,13223 92,83058 37,13223 92,830582 2,72765 6,81912 39,85988 99,64970
• TABLA.6.Pesos Estadísticos de variables
Factor 1 2
Al2O3 0,081200 0,29448SiO2 2,416710 -0,11469K2O -0,371358 0,47410CaO -0,311339 0,47410
Fe2O3 -0,195856 0,39924MgO -0,560963 0,41161TiO2 -0,479484 -2,42574As2O3 -0,578909 0,46390
• TABLA.7.Peso Estadístico de Factores
Muestra 1 2
2302(3) 0,99349 0,007123212(5) 0,99739 0,046571
1166(18) 0,99577 0,0513153395(88) 0,99434 0,0620082209(3) 0,99824 0,046946175(5) 0,99953 0,0258543051(5) 0,99906 0,035799617(18) 0,99866 0,0260791160(18) 0,36613 -0,9299581203(18) 0,99714 0,0475111009(41) 0,99846 0,0289693519(87) 0,96972 -0,1048863711(88) 0,99820 0,0328212717(3) 0,99881 0,0319542824(5) 0,99927 0,031692351(13) 0,99881 0,001511589(18) 0,99912 0,031556590(18) 0,99951 0,0277173457(88) 0,99904 0,0274932127(3) 0,29035 -0,956424757(15) 0,99867 0,0288333704(88) 0,99845 0,0191272167(3) 0,99909 0,0193592890(3) 0,99917 0,034849
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
392
2192(3) 0,99868 0,0366552803(3) 0,99861 0,0296081165(18) 0,99807 0,031490
456(3) 0,99758 0,044465595(18) 0,99608 0,0432711317(43) 0,99909 0,0394403555(87) 0,99949 0,0292482204(3) 0,99949 0,0302922276(3) 0,99353 -0,1125352797(3) 0,99919 0,026624141(5) 0,99864 0,026401
1309(43) 0,99919 0,0325053517(87) 0,99907 0,0276373715(88) 0,34409 -,938586
292(5) 0,99118 0,060554Exp..Var 37,13223 2,727650Prp.Totl ,92831 ,068191
• TABLA.8.temperaturas térmicas de descomposición
Tmin/ºCMayor
velocidadregistro
Tmin/ºCMenor
velocidadregistro
1 1166(18) 725 7422 202(5) 780 7973 2302(3) 790 8074 3395(88) 783 8005 2209(3) 725 7426 2524(5) 725 7427 1009(41) 780 7978 617(18) 780 7979 3519(87) 710 72710 3711(88) 760 77711 175(15) 740 75712 3457(88) 710 72713 1203(18) 760 77714 3051(5) 750 76715 1160(18) 750 76716 2717(3) 730 74717 2127(3) 700 71718 589(18) 725 74219 757(15) 690 70720 1317(43) 710 72721 3704(88) 700 71722 1309(43) 730 747
Muestra
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
393
23 3517(87) 725 74224 1165(18) 790 80725 2204(3) 720 73726 2192(3) 690 70727 3555(87) 740 75728 141(5) 725 74229 590(18) 740 75730 2890(3) 710 72731 2167(3) 720 73732 456(3) 750 76733 2797(3) 710 72734 2276(3) 700 71735 2803(3) 710 72736 594(18) 730 74737 595(18) 725 74238 3715(88) 730 74739 351(13) 710 72740 292(5) 740 757
395
ÍNDICE ANEXO 4
1. resumen ...................................................................................................... 397
2. Introducción ...................................................................................................... 3972.1. Antecedentes del yacimiento................................... ...................... ................... 3982.2. Bases botánicas del análisis polínico ................................................................. 3992.3. Antecedentes del análisis polínico .................................................................... 3992.4. Objetivos............................................................................. ............................ 401
3. Materiales y métodos .............................................................................................. 4023.1. Descripción y Toma de muestras...................................................................... 4023.2. Aislamiento del polen........................................................... ........................... 4033.3. Lectura, identificación y cuantificación........................................................... . 4043.4. Diagramas polínicos........................................................... ............................. 4043.5. Análisis numérico............................................ ................................................ 405
4. resultados........................................................................................................ ...... 406 4.1. Diagrama polínico....................................................................... .................... 406 4.2. Análisis cluster.............................................. ................................................... 411 4.3. Análisis de Componentes Principales (ACP).............................................. ...... 411
5. Interpretación........................................................................................................ . 414
6. Bibliografía.................................................................................................. ........... 417
7. Anexo I....................................................................................................... ........... 421
8. Láminas.................................................................................................................. 422
397
ANEXO 4 INFORME PALINOLÓGICO DE ACTUACIÓN PUNTUAL DE 2004, EN EL YACIMIENTO DE ATEGUA, CÓRDOBA
Yolanda Llergo LópezJosé L. Ubera JiménezDepto. de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal, Univ. Córdoba
1. RESUMEN
Se han estudiado un total de 18 muestras de la intervención puntual realizada en el yacimiento arqueológico de “Ategua”, en Santa Cruz, Córdoba. La cronología que presenta este yacimiento data entre los siglos IX-VI a.C.
El polen, se ha aislado y concentrado por la eliminación de los componentes minerales y orgánicos del suelo, excepto el polen que se separa por flotación en líquido denso. El polen extraído se identificó y cuantificó en unidades absolutas (grano por gramo de sedimento) y relativas (porcentajes).
Para observar los cambios producidos en la vegetación a lo largo del tiempo se han construido diagramas polínicos con los datos porcentuales. Finalmente y con objeto de determinar las semejanzas entre las muestras, entre los tipos polínicos, así como las relaciones entre ambos, se ha realizado un análisis cluster no jerarquizado y análisis de componentes principales.
Con estos datos se han descrito cinco ambientes diferentes en función de la vegetación, independientemente de la época en la que se depositaron los materiales.
En base a los resultados obtenidos, se pretende reconstruir la vegetación natural y cultivada circundante al yacimiento durante la época en la que sucedió la deposición de los materiales estudiados.
PALABrAS CLAVE: Polen, Arqueología, arqueoambiente, arqueoetnobotánica.
2. INTRODUCCIÓN
El estudio palinológico de la actuación arqueológica puntual realizada en el yacimiento arqueológico “Ategua”, efectuada en el 2004, ha sido realizado dentro de un contrato titulado “Estudio polínico de la Actuación Arqueológica Puntual de 2004 en el yacimiento de Ategua”
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entre el Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba y el arqueólogo responsable de la citada excavación, Luis Alberto López Palomo.
2.1. Antecedentes del yacimiento
El poblado de Ategua esta situado al sur-este del Término Municipal de Córdoba entre los kilómetros 6 y 7 de la CV 261, que une la N 432 con la CV 183 siendo el punto de partida Santa Cruz. Localizado en las inmediaciones del cortijo de Teba, se encuentra en una de las lomas más elevadas de la Campiña de Córdoba, la colina del Castillejo de Teba, que alcanza los 340 metros de altura, ver Fig.1.
El lugar, dotado de evidentes características estratégicas, ha estado habitado de manera ininterrumpida desde los primeros tiempos de la Edad de los Metales (en torno al 2000 a.C.), como atestiguan los elementos cerámicos, dientes de hoz y objetos de cobre identificados, hasta un momento avanzado del Medievo (siglo XIV), en que cesó su ocupación. Ha sido objeto de sucesivas campañas de excavación arqueológica iniciadas en los años sesenta por Blanco Freijeiro y luego continuadas por Martín Bueno.
En 1968, cerca de Ategua, en el cortijo de Gamarillas, se localizó una losa de piedra caliza, actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Córdoba, que contiene grabados que representan diversas figuras y objetos que se identifican como los rituales funerarios de un guerrero de los tiempos del Bronce Final. Tanto por el ajuar del difunto como por el simbolismo ofrecido: carro para el viaje al Más Allá, danza funeraria, etc., la Estela de Ategua es una de las más complejas y sugerentes de todas las estelas de guerreros identificadas hasta el momento en Andalucía y Extremadura.
Fig. 1. Localización de Ategua.
En el Bellum Hispaniense, hay referencias acerca del durísimo asedio al que Julio César sometió esta plaza en los tiempos en que Gneo y Sexto, los hijos de Pompeyo, decidieron enfrentarse al hombre-dios en Hispania (corría entonces el año 45 a.C.) utilizando precisamente a Corduba como centro de sus operaciones.
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2.2. Bases botánicas del análisis polínico
La palinología es la parte de la Botánica que se dedica al estudio del polen y de las esporas. Los granos de polen, que se forman en los estambres de la flor, representan la fase sexual masculina de las plantas. En la madurez de la flor se produce la polinización que es el transporte del polen desde el estambre hasta el estigma de otra flor.
La producción de polen de cada planta depende de su tipo de polinización, los taxones más representados en un análisis polínico son aquellos que tienen polinización por el viento, anemófila, por liberarse éste en ingentes cantidades. La caída del polen liberado por las plantas y mezclado en la atmósfera cae sobre la superficie de la tierra, constituyendo la “lluvia polínica”, que es fiel reflejo de la vegetación que los ha producido. Por tanto; la secuencia de sedimentos formados a lo largo del tiempo puede ser un buen registro de la vegetación pasada (PEArSALL, 1989). La extracción, el conteo y la determinación de los pólenes restituyen fielmente la imagen de la “lluvia polínica” (rEILLE, 1990).
Se entiende como arqueopalinología a la rama de la palinología encargada de la identificación de pólenes y esporas fosilizados en sedimentos arqueológicos, así como la interpretación de los resultados derivados de dicha identificación (López Sáez et al. 2003).
La capacidad de conservación de los granos de polen reside en la gran resistencia que presenta su envuelta externa, la exina, que está formada por uno de los biopolímeros más resistente que se conoce, más aun que la dentina y el acero. Por último, los granos de polen presentan unas variadas formas, (estructura y ornamentación) que los hace fácilmente reconocibles, por lo que finalmente podremos reconocer las plantas que los formaron analizando los sedimentos producidos en la época.
2.3. Antecedentes del análisis polínico
El precursor del análisis de polen moderno fue Von Post en 1916 que inspirado en los trabajos de Sernander y Langerhein, desarrolló un nuevo método para explicar los cambios climáticos y de vegetación habidos en Escandinavia durante el cuaternario final. En un principio el análisis polínico se utilizó como una técnica de datación, posteriormente se ha ido trasformando en el principal método de investigación sobre la evolución de la vegetación, el clima del cuaternario y/o la actividad humana.
La Palinología, como ciencia aplicada a la Arqueología, no se empleó de una forma decidida hasta los años 40. En 1941, Iversen la utilizó para datar el inicio del periodo Neolítico en Dinamarca. En 1960, Troels-Smith, basándose en estudios de polen y macrorrestos vegetales de un yacimiento Neolítico, reconstruyó el medio ambiente pasado y los cambios producidos en la flora local como consecuencia de la introducción de animales domésticos.
Entre las numerosas publicaciones relacionadas con la Prehistoria en Europa, podemos destacar las de GIrArD (1973) que realiza un estudio sobre la relación del polen con el hombre; el
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análisis polínico de MOrZADEC-KErFOUrN (1983) sobre una sepultura del Neolítico en la Edad del Bronce en Armorique (Francia); y el estudio de GIrArD (1985) acerca de la dinámica de la vegetación en algunos yacimientos de especial interés por sus ritos funerarios.
Los análisis polínicos en yacimientos históricos son menos frecuentes, entre ellos podríamos citar los coordinados por DIOT (ver DIOT 1986 y DIOT et al., 1987, 1989) en la ciudad medieval de Bergerac (Dordogne), siguiendo su evolución desde la antigüedad hasta el siglo XV. GrESSEr & rICHArD (1986) relacionan la documentación escrita con la Palinología para interpretar la evolución en un poblamiento en el monte Jura.
En España se han realizado diversos estudios palinológicos en relación con la prehistoria y el medio ambiente entre los que caben destacar los de Pilar López (Lopez, 1983, 1984a, 1984b 1985) por su valor en cuanto a la difusión de estos estudios en España.
En el centro de la Península Ibérica, Sierra de Ávila, se han puesto de manifiesto las relaciones entre la dinámica de la vegetación y la actividad humana desde el Bronce Medio (DOrADO et al., 2001). También en Ávila, concretamente en el Valle de Ambles, se han realizado estudios polínicos procedentes de diferentes contextos sedimentarios, intentando observar la relación existente entre la dinámica de la antropización y las bases paleoeconómicas durante el calcolítico; (LOPÉZ SÁEZ et al. 2003).
En el NO de la Península Ibérica, podemos destacar el llevado a cabo en la Sierra de O Bocelo, La Coruña (LÓPEZ et al., 1993) donde se estudiaron cinco yacimientos arqueológicos del segundo milenio al tercer milenio a.C. El análisis polínico y de microrrestos de la Cueva de la Valiña, Lugo (rAMIL rEGO, 1993) del Pleistoceno Superior, y por último, el estudio de la Turbera do río das Furnas, también en Lugo (rAMIL rEGO y AIrA rODrÍGUEZ 1993) que revela una progresiva deforestación intensificada hacia fases más recientes y culminando con el desarrollo de la etapa cultural hacia el 2.600-2.500 B.P., siendo Pinus pinaster y Ericaceae los taxones predominantes del espectro.
Finalmente, en Andalucía, también se han estudiado varios yacimientos alojados en cuevas, como los descritos en la Cueva de los Murciélagos de Zuheros, Córdoba. En esta, GAVILÁN et al. (1999) estudiaron los cambios habidos en el entorno humano, las actividades económicas y patrones de asentamiento durante el Pleistoceno Superior e inicios del Holoceno, (GAVILÁN, 1991; GAVILÁN y VErA, 1992; GAVILÁN et al. 1994), sin embargo las referencias a la flora y vegetación basadas en los estudios polínicos son escasas. Gracias al análisis arqueobotánico de los macrorrestos vegetales carbonizados, mediante la flotación de sedimentos excavados en dicha cueva, y a las huellas de uso del utillaje lítico en el estudio del periodo neolítico, GONZÁLEZ UrQUIJO et al., (2000) encontraron algunas plantas cultivadas (Trigo: T. Monococcum, T. Dicoccum, T. Aestivum/durum, Cebada: Hordeum sativum) y otras recolectadas (Bellotas: Quercus sp y aceitunas silvestres: Olea europaea subs, oleaster). No se encontraron útiles de sílex empleados en labores tecnológicas sobre vegetales (cestería, cordelería...) ya que los procesos tecnológicos se realizaron sin útiles o con útiles de madera, siendo algunas de las labores de recolección de vegetales desarrolladas con hoces de siega de cereales. ASQUErINO (1987) nos presenta la interpretación del análisis polínico de la Cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén), lo que permite un mejor conocimiento de aspectos culturales, económicos y del medio ambiente durante el Neolítico.
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Nuestro grupo de investigación, integrado en del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal, lleva varios años realizando estudios palinológicos en Andalucía que abarcan desde períodos prehistóricos hasta épocas actuales. Entre ellos podemos destacar la tesis doctoral titulada “Palinología y Botánica histórica del complejo de Madinat Al-Zahra” (MArTÍN-CONSUEGrA, 1993). Y otros trabajos realizados por MArTÍN-CONSUEGrA, et al., (1996, 2000) en Madinat Al-Zahra, Córdoba, en los que reconstruían tanto sus jardines como la vegetación autóctona. También se han elaborado estudios en la provincia de Sevilla, entre los cuales podríamos citar la aportación de MArTÍN-CONSUEGrA, et al., (2003) por su contribución a la reconstrucción del poblamiento desde época romana republicana en el centro de la ciudad de Sevilla. En otros se reconocerían las fases de ocupación, abandono y reamortización de un complejo hipogeo de época romana en Carmona, Sevilla (LLErGO & UBErA, 2002) El complejo hipogeo de la calle San Felipe 1A de Carmona. Es de destacar el yacimiento de San Bernardo (MArTÍN-CONSUEGrA et al., 1998), la Plaza de la Virgen de los reyes (MArTÍN-CONSUEGrA et al., 2004), la calle Cofia, la Plaza de la Encarnación, el metro sevillano y el Parlamento de Andalucía (UBErA & LLErGO, 2003), en este último se identifica la vegetación típica de zonas de abandonadas y de escombreras. Además se han realizado estudios polínicos referentes a la ciudad y al término municipal de Córdoba con dos proyectos establecidos entre la Universidad de Córdoba y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba, donde se pretende reconstruir la vegetación existente tanto en la ciudad como en entornos naturales del término municipal de Córdoba.
2.4. Objetivos
Partiendo del análisis polínico de los sedimentos de un yacimiento arqueológico se podrían cumplir los siguientes objetivos:
- Conocer de las especies que formaban el paisaje vegetal del yacimiento, tanto aquellas que fueron cultivadas y traídas del exterior, como la vegetación natural circundante, productora, a mayor distancia, de una abundante lluvia polínica.
- Conocer los cambios paleoambientales como consecuencia del impacto humano en el medio ambiente.
- Facilitar mediante el conocimiento de la vegetación, la comprensión de las culturas protohistóricas, sus distintos períodos y las pautas de comportamiento de sus habitantes.
- En resumen se pretende aportar la información botánica para la reconstrucción ambiental y deducir el desarrollo social mediante la evaluación del impacto ambiental producido sobre la vegetación del territorio.
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3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Descripción y Toma de muestras
Se han estudiado 18 muestras de sedimentos térreos extraídas durante de la actuación arqueológica puntual del yacimiento de Ategua (Tabla 1), a finales de Mayo del 2004, de acuerdo con las sugerencias del Dr. Luis Alberto López Palomo, responsable de la excavación, para posteriormente ser estudiadas desde el punto de vista palinológico.
Las muestras se tomaron en horizontal de las unidades estratigráficas definidas por el equipo arqueológico, en los perfiles abiertos previamente. En cada una de estas unidades se extrajeron unos 600-800 g de sedimentos para los estudios palinológicos. Las muestras fueron secadas, guardadas en bolsas de plástico y debidamente etiquetadas hasta su posterior estudio. Todo el proceso se optimizó para evitar posibles errores de contaminación con polen actual.
Muestra Cronoestratigrafía Fase UUEE Cotas UE Profundidad Comentarios
M1 700-650 BCTartésico inicial II UE 89 0-26 8
Nivel de cimentación. Allanamiento del terreno sobre la necrópolis inicial, sin registro arqueológico.
M2 700-650 BC Tartésico inicial II UE 88 26-53 35
Compacta, arcillosa con restos de carbonatos más oscuros. Tiene muchos carbones pequeños, fuera de la muestra hay un perfil de ocupación.
M3 650-600 BCTartésico medio III UE 87 53-110 68
También tiene carbones, tiene más arena y carbonatos que la anterior y es más compacta.
M4 650-600 BCTartésico medio III UE 87 53-110 89
Igual que la anterior pero es una banda un poco más oscura. Tiene más arcilla y menos arena. Desplome de la construcción de la Fase III. Cubre los mismos materiales que UE.3.
M5 650-600 BCTartésico medio III UE. 81 101-104 102 Nivel de incendio, se cogió del
perfil de enfrente.
M6 650-600 BCTartésico medio III UE. 3 104-175 126
Nivel de derrumbe de la tapia, a su vez es el nivel de cimentación de otro muro. Desplome de la construcción de la Fase III. Cubre los mismos materiales que UE.87.
M7 650-600 BCTartésico medio III UE. 78 159
Es una banda más oscura dentro de la UE 3. Incendio de la techumbre. Capa de carbonización muy delgada dentro de la UE.3.
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M8 Tierra virgen Tierra virgen 0-16 7 Tiene arenas, carbonatos y
caracoles.
M9 s. IX BC, precolonial I UE 41 16-35 30
M10 700-650 BCTartésico inicial II UE 38 59-93 74
M 11 700-650 BC Tartésico inicial II UE 15 93-129 115
Esta UE es igual que la UE 5. Hay muchos caracoles. Derrumbe de tapial.
M12 700-650 BCTartésico inicial II UE 25 85
Tiene muchas arenas sueltas. Materiales del interior de la muralla.
M13 700-650 BCTartésico inicial II UE 28 90-75 revestimiento de al muralla.
No es un estrato.
M14 700-650 BCTartésico inicial II UE 20 110
Calcarenita triturada con caracoles. Derrumbe de tapial de la muralla.
M15 700-650 BCTartésico inicial II UE 24 0,45
Derrumbe o apoyo de la muralla. Tiene muchas arenas. Derrumbe de tapial de la muralla.
M16
700-650 BC Tartésico inicial
II UE 37
Arena con carbonatos, más compacta que las anteriores. Aporte para allanamiento para contruir la muralla. Escaso registro arqueológico.
M17700-650 BCTartésico inicial II UE 18 0-120 40
relleno gradual. Grisáceo, arcilloso y con carbón, tiene muchos restos cerámicos.
M18
700-650 BC Tartésico inicial
II UE 18 0-120 80
relleno gradual. La granulometría es más gruesa. Caída del tapial que recubre los muros del poblado. Podría tratarse de un aporte lento.
3.2. Aislamiento del polen
Las muestras se sometieron a un tratamiento físico-químico consistente en la trituración, tamizado, ataque con ácidos y álcalis específicos y la posterior separación del polen por flotación. Este proceso se realizó según el método clásico de DUPrÉ (1979) con algunas modificaciones propuestas por MArTÍN-CONSUEGrA et al. (1996). Para la eliminación de los elementos minerales se siguió la técnica de BATES et al., (1978), seguido de la separación del polen de los restos de suelo, mediante flotación en líquido denso según GIrArD & rENAULT MISKOVSKY (1969). No se ha empleado el método acetolítico para evitar confundir los pólenes actuales con los de origen arqueológico, en el caso de que hubiese habido algún tipo de contaminación (MArTÍN-CONSUEGrA, 1993).
Se tomaron 35 g de la muestra inicial y se montaron en un volumen conocido para su cuantificación. Se ha considerado como peso real de la muestra, el de aquella una vez tamizada
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por una malla de 500 μm, asegurando así, una cuantificación absoluta más cercana a la realidad, tras la eliminación de gravas y arenas de granulometría superior a esta medida.
3.3. Lectura, identificación y cuantificación
El polen extraído del suelo con las técnicas anteriores, se montó en preparaciones microscópicas para conocer su concentración por gramo de suelo. Las preparaciones fueron del tipo móvil (COUr 1974) de 50 μl, para facilitar el estudio e identificación de los granos de polen.
Para las lecturas se empleó un microscopio óptico con objetivos de 20 y 100 aumentos. Para la determinación de los granos de polen se siguió básicamente a VALDÉS et al. (1987); MOOrE, WEBB & COLLINSON (1991); SAA OTErO et al. (1996) y CHESTEr et al. (2001); y la palinoteca de referencia del Departamento.
Con los datos obtenidos de las lecturas se construyeron tablas de datos absolutos para granos de polen y esporas, expresados en granos por gramo de muestra (grn/g) y porcentuales para cada punto estudiado, reflejándose en ellas los tipos polínicos encontrados para cada muestra.
3.4. Diagramas polínicos
Los datos porcentuales se han representado en un diagrama polínico, mediante el programa TG View 2.0.2. (GrIMM 2004), al que se ha añadido los indeterminados y la suma polínica. Estas representaciones nos reflejarán los cambios producidos en la vegetación circundante al yacimiento durante el periodo comprendido en el perfil estratigráfico estudiado Fig. 2 y Tabla 2.
En este diagrama, los tipos polínicos identificados aparecen agrupados en los cuatro estratos: arbóreo, arbustivo herbáceo y plantas acuáticas, en este último se incluyen plantas de humedales y ambientes húmedos, así como las esporas de pteridofitas (helechos). Los tipos polínicos se han ordenado sistemáticamente de izquierda a derecha dentro de cada estrato de vegetación. Para los diagramas, se ha utilizado una representación en siluetas (áreas). En las áreas, para facilitar la visualización de los datos, se ha añadido una exageración de x5, en ésta se ha utilizado una trama distinta.
En el diagrama se expresa la relación AP/NAP. Esta se calcula como la cantidad porcentual de polen de origen arbóreo frente al polen de origen no arbóreo (arbustivo, herbáceo y acuático) nos indica la importancia del estrato arbóreo frente al resto de los estratos de vegetación. Por tanto podemos deducir la proximidad de zonas boscosas y el estado de conservación de éstas, o la existencia de zonas desprovistas de vegetación arbórea. Al tratarse de porcentajes, sus valores varían de 0-100, siendo de valores altos si el bosque se encuentra cercano a la zona muestreada o valores bajos si la zona está desprovista de cobertura arbórea. En el cálculo del índice AP/NAP no se incluyen los indeterminados, ni las esporas de algas.
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También aparecen representados en el diagrama los indeterminados, en esta categoría se incluyen todos aquellos granos de polen que no se han podido identificar por estar deteriorados, al no presentar todos los tipos polínicos la misma resistencia a la destrucción (HAVINGA, 1964; MOrZADEC-KErFOUr, 1977; DIMBLEBY, 1985; PEArSALL, 1989), o por estar semiocultos o ser desconocidos.
Por último aparecen los Totales, representan la concentración polínica total, en ella se incluye la cantidad total del número de tipos polínicos observados, se hayan identificado o no. Se expresa en unidades absolutas del número de palinomorfos observados por gramo de suelo analizado (grn/g).
Para la representación de indeterminados y totales, se han usado histogramas de distinto grosor.
Estos diagramas tienen 2 lecturas, en vertical se puede seguir la evolución de un taxón a lo largo de la historia del yacimiento; y en horizontal, refleja el espectro polínico de cada muestra. Por lo que esta representación nos reflejará los cambios producidos en la vegetación circundante al yacimiento durante el periodo comprendido en el perfil estratigráfico estudiado.
3.5. Análisis numérico
Se ha realizado un análisis cluster, para conocer las afinidades de las muestras (Fig. 3). Como medida de las distancias se ha empleado 1-r de Pearson y como criterio de agrupación la unión completa (Complete Linkage).
El diagrama obtenido refleja una comparación entre las muestras sin respetar el orden estratigráfico. Las muestras se comparan todas con todas, alterándose del orden original, para agruparlas según la mayor semejanza entre ellas. En este dendrograma se agrupan las muestras por semejanza en su espectro polínico, reprensándose toda la información en una única proyección. Esto lo diferencia, como veremos a continuación, del Análisis de Componentes Principales, en el que la variabilidad obtenida se representa de forma espacial en varios planos (factores) y la asocia a unas determinadas variables, los tipos polínicos.
Finalmente para corroborar la información obtenida con el análisis cluster, determinar el peso de los tipos polínicos en la distribución de las muestras, y expresar las relaciones entre ellos, se ha realizado un análisis factorial de Componentes Principales (ACP), para todo el conjunto de muestras estudiadas (Tabla 3, Figs. 4 y 5). Este análisis nos permite reconocer de una forma objetiva los distintos ambientes encontrados en el yacimiento, sin tener en cuenta la época en que se depositaron los materiales. Estos análisis numéricos se han llevado a cabo con el programa Statistica 5.0 (STATSOFT, INC., 1997).
Mediante este análisis multivariante, podemos simplificar la información de nuestros datos originales (Tabla 3, Figs. 4 y 5), contenida en una matriz de 18 x 53 (muestras x tipos polínicos), en una serie de factores que reúnen la mayor parte de la variabilidad en los primeros. Cuando la significación del análisis es muy alta, se pueden emplear sólo los primeros factores. Con estos
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reducidos factores se pueden realizar representaciones cartesianas, según varias proyecciones, que nos facilitan la interpretación de la gran cantidad de datos obtenidos.
Además se han incluido en el presente trabajo 2 apéndices:
• Apéndice I, que consta de una relación de todos los tipos polínicos encontrados, sus nombres vernáculos o comunes.
Y 2 láminas:
• Lámina I.- Perfil muestreado.• Lámina II.- Tipos polínicos característicos del yacimiento.
4. RESULTADOS
4.1. Diagrama polínico
En las 18 muestras estudiadas se han identificado y cuantificado 53 tipos polínicos, cuyos conteos absolutos y la concentración polínica total por muestra aparecen en la Tabla 2 y su representación en la Fig. 2. Algunos de los tipos polínicos característicos se muestran en las Láminas I y II. Observando estos datos se puede afirmar que las muestras son muy diferentes tanto desde el punto de vista de la cantidad total de polen, como del espectro polínico que presentan. Los tipos polínicos se pueden agrupar en cuatro estratos de vegetación, como son arbóreo, arbustivo, herbáceo y acuáticas.
El estrato arbóreo está poco representado en las muestras estudiadas, apareciendo en ellas con unos porcentajes muy bajos. Se han identificado 6 tipos polínicos de los cuales ninguno se presenta de manera continua en todas las muestras. Los mejor representados son Olea, que presenta los porcentajes más altos del estrato arbóreo y que se presenta en 16 de las 18 muestras estudiadas, Quercus se presenta en 14 muestras, Pinus y Juniperus, ambos se presentan en trece muestras. En la U.E. 37 no hay constancia del estrato arbóreo.
El estrato arbustivo, está muy escasamente representado, apareciendo 10 tipos polínicos de los cuales el más frecuente es Tamarix africana que no llega al 3% en la muestra que mejor lo representa y del resto ninguno supera el 1%. Hay que citar la presencia del conjunto de Cistaceae (Cistaceae, Cistus ladanifer y Halimiun halimifolium), Erica arborea y Myrtus. Las UU.EE. 81 y 20 no presentan tipos polínicos pertenecientes a este estrato.
Las plantas herbáceas son las mejor representadas, incluyéndose 30 tipos polínicos, entre los que destacan por sus altas concentraciones las Compuestas Tubifloras (Tub) que alcanzan más del 81% en la U.E. 81, Compuestas Ligulifloras (Lig) con un máximo del 78% en la U.E. 20, seguidas de Plantago (35% en U.E. 87b), Chenopodium (27% en U.E. 38) y las gramíneas
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(Poaceae, 26% en U.E. 78). Se ha podido constatar la presencia de Cereal en algunas de las muestras estudiadas, alcanzando valores superiores al 8% como en la U.E. 41. Hay que citar la presencia de tipos polínicos como Asphodelus fistulosus, A. albus, Artemisia, Centaurea, Linum, Brassicaceae y Malva. Se ha constatado la presencia de Vitis con un porcentaje muy bajo, 0,20% en la U.E. 87a.
Las plantas acuáticas se presentan con porcentajes muy bajos, están representadas por 7 tipos polínicos, entre los que destaca Cyperaceae con un máximo del 3,6% y por aparecer en 14 muestras. Las esporas de algas y helechos que no sobrepasan el 2%.
Con todo esto se observa que el estrato de vegetación más importante en las muestras, tanto cualitativa como cuantitativamente, es el herbáceo.
La relación AP/NAP se presenta más o menos constante, sin grandes altibajos a lo largo del periodo muestreado, manteniendo sus valores por debajo del 11%. Este parámetro es cero en la U.E. 37 al no presentar elementos arbóreos.
En cuanto a los indeterminados, presentan unos valores muy variables ya que oscilan entre el mínimo de la U.E.81 que no supera el 5% y el 21,61 de la U.E. 15.
Por lo general la concentración polínica es media-alta, excepto en algunas muestras que está por debajo de los 100 grn/g, como en las UU.EE.89 y 37.
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PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
411
4.2. Análisis cluster
Se ha realizado un dendrograma para las 18 muestras estudiadas, basado en un análisis cluster, en el que se muestran las semejanzas entre los espectros polínicos de las muestras. Los resultados aparecen reflejados en la Fig. 3. En este análisis se puede observar, el nivel de semejanza de las muestras y las agrupaciones entre ellas.
Fig. 3. Análisis cluster de las muestras según las semejanzas en sus espectros polínicos.
Observando el dendrograma, vemos como las muestras se diferencian a un nivel de 0,4 de distancia, en cuatro grupos bien definidos. En primer lugar comprobamos como el grupo C se separa del resto a una distancia superior a 0,85; mientras que el resto lo hace entre 0,35 y 0,45.
Sin embargo este análisis, aunque recoge toda la información de nuestros datos, no nos informa de qué tipos polínicos tienen en común o en cuales se diferencian. Para conocer la base de estas diferencias entre las muestras se ha realizado un Análisis de Comentes Principales (ACP).
4.3. Análisis de Componentes Principales (ACP)
Este análisis, como se dijo en Materiales y Métodos, simplifica la gran cantidad de información obtenida del análisis de las 18 muestras. Los resultados del ACP muestran un alto nivel de significación para los primeros factores obtenidos, como podemos ver en la Tabla 3 y Fig. 4.
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
412
Podemos observar que el primer factor absorbe la mayoría de la variabilidad (66,72%), y los tres primeros factores acumulan el 94,65% de la variabilidad total. Este nivel de significación, junto con el criterio de Kaiser de utilizar aquellos factores que absorban más que su nivel de significación original (eigenvalue>1), nos ha motivado a emplear sólo los tres primeros factores para nuestro análisis.
Eigenvalue % Varianza Eigenvalue % Varianza1 12,011 66,727 12,011 66,7272 3,671 20,396 15,682 87,1233 1,355 7,530 17,038 94,6534 0,560 3,111 17,598 97,7655 0,270 1,499 17,868 99,2646 0,053 0,293 17,920 99,5587 0,032 0,179 17,953 99,7378 0,016 0,091 17,969 99,8279 0,010 0,054 17,979 99,882
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Por factor AcumulativosFactores
representando esos factores en varios planos cartesianos podemos observar la mayoría de la información de nuestros datos originales. Se han realizado dos representaciones, en la Figura 4a se representan los factores 1 y 2, mientras que en la Figura 4b aparecen los factores 2 y 3. Estas dos gráficas suponen la proyección, en dos planos perpendiculares, de una nube de puntos tridimensional. Así la Fig 4a podría ser la proyección sobre la base de un supuesto cubo y la Fig. 4b la proyectada sobre una de sus caras laterales. En esta vista debemos considerar al factor 3 como eje vertical y el factor 2 la arista del ángulo común formado entre ambos planos.
En general, debemos entender que las variables se dispersan de forma relacionada con su importancia en el análisis. En la Fig. 4a podemos comprobar como los tipos de más peso son Liguliflorae y Tubiflorae, seguidos de Poaceae y Plantago que ocupan un segundo nivel de importancia y por ello aparecen más próximos al origen de coordenadas. Todos estos tipos polínicos se distribuyen en el semiplano negativo de las abscisas, condicionando de esta manera la disposición de las muestras en esa área. El resto de las variables posee poca representatividad, en esta proyección del análisis, al encontrarse prácticamente en el origen de coordenadas. Así se puede apreciar que las muestras se sitúan en la dirección de sus tipos polínicos predominantes, teniendo en cuenta su peso en esta proyección (Fig. 4a).
PROTOHISTORIA Y ROMANIZACIÓN EN ATEGUA
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representando los factores 2-3 (Fig. 4b), podemos observar otra proyección de los datos, donde el peso de los tipos polínicos está más amortiguado y la importancia está repartida más equitativamente entre cuatro de ellos, como son Liguliflorae, Tubiflorae, Poaceae y Plantago. Aparecen ahora con mayor relevancia otros tipos polínicos como Chenopodium y Cereal con un nivel medio de significación. El resto de las variables, con un nivel de significación muy bajo, se sitúan cerca del origen de coordenadas.
Esta distribución de los tipos polínicos hace que las muestras se dispongan en una región del plano según su influencia vectorial sobre ellas. Podemos apreciar como las muestras se distribuyen en cinco grupos diferenciados y que estas agrupaciones, coinciden con los grupos obtenidos en el cluster. En la parte más negativa del eje de abscisas, se sitúa el grupo A, constituido por las UU.EE. 87b y 78. Como podemos observar se relacionan claramente con la dirección vectorial de Poaceae-Plantago. El resto de las muestras se distribuyen en vertical de acuerdo con un gradiente en su contenido en Tubifloras, arriba, y Ligulifloras, abajo. Así el grupo B1 del cluster (UUEE. 81 y 18a) es el que presenta un mayor porcentaje de Tubifloras y el grupo C1 (UUEE. tv, 20, 24, 37 y 89) en el que predominan las Ligulifloras. El grupo D (UE. 38), presenta un alto contenido en Tubifloras, pero se diferencia por su concentración en Chenopodium (cenizo). Entre los dos grupos extremos B1 y C1, se encuentran B2 y C2 en los que se presenta una mezcla de Tubifloras y Ligulifloras, predominando las primeras en B2 y las segundas en C2.
Si tenemos en cuenta el significado ecológico de estas plantas y su distribución en el análisis numérico, podríamos reunir a las muestras en cinco ambientes según su vegetación. Así tendríamos los grupos A, B1, C1 y D claramente caracterizados por algún tipo polínico y los grupos B2 y C2 como un ambiente intermedio entre los extremos B1 y C1. Estos cinco ambiente vegetales, llamados A, B, C, D y E (B2+C2), se describen a continuación:
Figuras 4a y 4b. a, Representación de los factores 1 y 2; y b, de los factores 2 y 3 del ACP. Se incluyen muestras y tipos polínicos, los de más peso en el análisis se han marcado con vectores de fuerza. Ver las abreviaturas de los tipos polínicos en la Tabla 2. Ambientes: A) Pastizal, B) Herbazal ruderal, C) Herbazal Nitrófilo, D) Barbecho y E) Herbazal Mixto.
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- Ambiente A: Pastizal, está caracterizado principalmente por la presencia de Poaceae y Plantago, como elementos muy destacados. Por lo que sería un entorno dominado por una vegetación de gramíneas silvestres (Poaceae) y llantenes (Plantago), esta vegetación presenta polinización anemófila, por lo que su polen es capaz de viajar a grandes distancias y se produce en unas concentraciones elevadas. Estas plantas son propias de ambientes secos, pobres y con poco nitrógeno, indicando una vegetación abierta, rala.
- Ambiente B: Herbazal ruderal, está caracterizado principalmente por la presencia de tubifloras como las margaritas, caléndulas (tipo Anthemideae), crisantemos (Chrisanthemun, Chamaemelum), plantas del grupo de las Compuestas de lugares más ricos en nitrógeno y durante algún tiempo más húmedo. Estas plantas aparecen acompañadas por plantas de pastizales como Poaceae, Plantago y Cereal (gramíneas cultivadas). Además es característica la práctica ausencia de plantas más nitrófilas como pueden ser Liguliflorae. El máximo de Tubiflorae se alcanza en la U.E. 81. Esta vegetación es propia de los herbazales cercanos a espacios de ocupación y bordes de caminos.
- Ambiente C: Herbazal Nitrófilo, está definido por la dominancia de Liguliflorae (alcanzan al menos la mitad de la suma polínica ), frente al resto de tipos polínicos, cuyos porcentajes son muy bajos. Acompañando a este grupo de plantas, se encuentran otras plantas herbáceas de lugares secos y de bordes de caminos como Centaurea, de carácter menos nitrófilo como Tubiflorae y de pastizales como Poaceae y Plantago. Este conjunto de plantas nos indica el más alto grado de presión antrópica, como sería el próximo a lugares de habitación, establos, y todos aquellos con una alta tasa de nitrógeno en el suelo.
- Ambiente D: Barbecho (abandono), esta caracterizado por la presencia fundamentalmente de Chenopodium, Tubiflorae y en menor medida por Poacae. Estas plantas son propias de terrenos abandonados o incultos, próximos a espacios anteriormente ocupados por el hombre.
- Ambiente E: Herbazal mixto, presenta características de intermedias entre el herbazal ruderal (B) y el herbazal nitrófilo (C) descritos con anterioridad. En este ambiente se combinan Tubiflorae y Liguliflorae dominando en unas ocasiones Tubiflorae (subgrupo B2) y en otras ocasiones Liguliflorae (subgrupo C2). Presentan como plantas acompañantes más importantes plantas de pastizales y ambientes abiertos y secos, como Plantago, Poaceae y Cereal. Puede considerarse una fase de transición entre los dos tipos extremos de herbazal.
5. INTERPRETACIÓN
En este epígrafe se aporta una propuesta a la reconstrucción del paleoambiente en Ategua durante los periodos protohistóricos estudiados, así como deducir la evolución de la vegetación como consecuencia del impacto humano en el medio, ver Tabla 4.
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Basándonos en la información cronoestratigráfica, el análisis polínico y estadístico, podemos plantear un modelo de reconstrucción ambiental del yacimiento. Las muestras descritas en la Tabla 2 fueron tomadas de cinco perfiles en el lado oriental de la trinchera excavada. En la Tabla 4 las muestras se disponen ordenadas cronológicamente y por perfiles, esta distribución se ha adaptado a los cambios ambientales deducidos de los espectros polínicos encontrados, que se han integrado en los cinco ambientes vegetales anteriormente descritos.
Llama la atención que desde la muestra más antigua estudiada (M8, tierra virgen) el medio se encontraba fuertemente antropizado, donde se presenta una clara dominancia de plantas muy nitrófilas (Liguliflorae), características de ambientes muy transformados por la presencia humana. Posiblemente se tratase de un entorno rural, con construcciones dispersas dedicadas a actividades agrícolas y ganaderas.
En la unidad estratigráfica más profunda (U.E. 41), aparece una concentración del 8,70% de cereal, que denota la presencia de actividad humana y evidencia un nivel de ocupación. Esta apreciación coincide con sec. EIrOA, LOPEZ, 1986, ya que según este autor, una cantidad superior al 3% de cereal pueden ser indicativa de la proximidad de los campos de cultivo a menos de 1 Km. Por tanto, el registro polínico en este momento nos indica un territorio muy deforestado y alterado, debido a la acción antrópica, predominado un herbazal mixto. A cierta distancia existirían restos del bosque mediterráneo, formado por Quercus , Olea, Juniperus. En zonas umbrosas se encontrarían chopos (Populus) y almeces (Celtis).
En la primera parte del periodo Tartésico Inicial (primera etapa de la Fase II), representado por las UU.EE. 89, 20, 24 y 87 se observa un aumento de la nitrofília del terreno, posiblemente originado por un entorno rural, constituido por construcciones dispersas dedicadas a la agricultura y la ganadería. Posteriormente, al final de la Fase II, en U.E. 38, aparece un nivel de abandono o de reutilización de ese entorno como basurero, en la que se dispara el contenido de de panizo (Chenopodium), así como por la elevadísima concentración polínica. A partir de esta unidad y en las más recientes, tanto en este perfil como los demás, la vegetación pierde parte de su nitrofilia, quizá por un cese o disminución de la presión antrópica, constituyendo un herbazal mixto, en el que también hay presencia de cereal pero en menor proporción, sobre todo en las UU.EE. 25 y 28, que indican la existencia de campos de cultivo en su proximidad. En la U.E. 87a se ha encontrado Cereal, planta cultivada desde antiguo, que nos confirma un nivel de ocupación.
Durante La Fase III del yacimiento, encontramos una alternancia de situaciones, que irían del herbazal ruderal al pastizal. Siempre menos nitrófilos que los comienzos del yacimiento, como eran la Tierra virgen, Fase I y comienzos de la Fase II. Las variaciones de la vegetación pueden ser debidas al origen de los lugares muestreados, en su mayoría materiales constructivos, derrumbes, cimentaciones e incendios provocados. Esto último posiblemente sucediera en la UU.EE. 81, cuyos materiales podrían deberse a la quema de un herbazal ruderal, por la elevada concentración de Tubifloras. En cualquier caso dentro de los muros de la ciudad existía una vegetación formada por herbazales mixtos y gramíneas en los que dominarían las plantas propias de suelos con un cierto nivel de materia orgánica y bordes de caminos.
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7. ANEXO I
Lista de tipos polínicos y su relación con nombres comunes, ordenada alfabéticamente
Allium Ajos, y cebollasApiaceae Varias sp. como la Zanahoria, cardo corredor, candileja, apio silvestreArtemisia ArtemisiaAsphodelus albus Asfódelo blanco, gamónAsphodelus fistulosus GamoncilloBrassicaceae Jaramagos, asiento de pastorCampanula erinus Campánula, FarolillosCariophylaceae CariofilaceasCarlina corimbosa Cardo cucoCeltis AlmézCentaurea Centaurea, cardo estrellado, calcitrapaCereal Cereal (gramíneas cultivadas)Chenopodium CenizoCistaceae JarasCistus ladanifer Jara pringosaConcentricystes Espora de alga de agua dulceCyperaceae Ciperus, juncia, castañuela, junco churreroDelphinium staphisagria Albarraz, estafisagriaErica arborea BrezoFabaceae Diversas leguminosas silvestres, tréboles, carretones.Geranium molle relojes y geraniosHalimium halimifolium Jaguarzo blancoIsoetes Espora de dicho helechoJuniperus communis Enebro y cipreses cultivadosLigulifloras Lactucas, cerrajas, diente de león, escorzoneraLinum sp. LinoMalva MalvaMentha acuatica MentaMonocotiledonea Monoleta Esporas de helechos con una aperturaMyrtus communis Mirto o arrayánOlea europaea Olivo, acebucheOrlaya daucoides Zanahoria silvestrePapaver amapola, ababolParonychia argentea Sanguinaria, nevadillaPinus sp. PinoPlantago coronopus LlanténPoaceae Gramíneas silvestresPopulus alba Alamo (Chopo)Potamogeton Espiga de aguaQuercus sp. Encina/CoscojaRanunculaceae ranúnculos, adonisReseda media Rhamnus Aladierno, lycioides es espino negro o labiérnago, palo santoRumex AcederaScilla autumnalis EscilaTamarix africana TarajeThymelaea villosa Otras especies pertenecientes a este tipo polinico son el Torvisco, bufalaga y sanamundaTrifolium arvense TrébolTrileta Esporas de helechos con una apertura trirrasgadaTubifloras Maravilla, Manzanilla, Crisantemo, Cardos, lactucasTypha domigensis AneaVitis Vid
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8. LÁMINAS
Lám. I. A) muestras 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7; B) muestras 8, 9, 10 y 11; C) muestras 8, 9, 10 y 11; D) muestras 12, 13, 14 y 15; E) muestras 14 y 15; F) muestras12 y 13.
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Lám. II. G) muestras 17 y 18; H) muestra 16; I) Vista general de parte del yacimiento.
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Lám. III. Tipos polínicos más representativos del yacimiento. 1 Pinus sp., 2 Quercus sp., 3 Olea europaea, 4 Cistus monspeliensis, 5 Chenopodium album, 6 Apiaceae,
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Lám. IV. Tipos polínicos más representativos del yacimiento, 7 Liguliflorae, 8 Tubiflorae, 9 Poaceae, 10 Cereal, 11 Cyperaceae, 12 Concentrycistes.