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 MRNS  COLECCIÓN GENERAL PLEBISCITO: Voto de desconfianza a la Democracia.  Artículo publicado en A S P A S Nº 2, del 5 de septiembre de 1965. 1. El problema de la Democracia. Hay en la palabra democracia un máximo de equivocidad. Margen de error que se origina en los posibles sentidos que se le dan a las dos palabras que componen la palabra democracia: pueblo (demos) y poder (cracia). ¿Se que entiende por pueblo? La historia nos enseña que siempre se han fijado límites de edad o de instrucción para ser ciudadano. Así se da la paradoja que quienes no alcanzan esos límites no son considerados “pueblo” para los efectos del sistema, y,  sin embargo a veces se les exigen contribuciones de sangre que han dado gloria al país. Puede uno preguntarse si aquella figura plasmada en la Estatua al Roto Chileno es o no la figura de un “ciudadano”. ¿Qué se entiende por poder? Las preguntas brotan violentas. Observamos que se ha ido a una proliferación de poderes: poder económico, poder social, poder moral, poder de la opinión, y otra cantidad de poderes que no se confunden con el poder política, y que muchas veces combaten al poder político. Y más aún al hablar de poder de poder político nos encontramos que generalmente existe una tensión entre poder parlamentario y poder ejecutivo. Si pudiéramos definir nuestra época habría que definirla como la época de la disolución del control del poder tradicionalmente entendido

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Artículo publicado en ASPAS Nº 2, del 5 de septiembre de 1965.

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    PLEBISCITO: Voto de desconfianza a la Democracia. Artculo publicado en ASPAS N 2, del 5 de septiembre de 1965.

    1. El problema de la Democracia.

    Hay en la palabra democracia un mximo de

    equivocidad. Margen de error que se origina en

    los posibles sentidos que se le dan a las dos

    palabras que componen la palabra democracia:

    pueblo (demos) y poder (cracia).

    Se que entiende por pueblo? La historia nos

    ensea que siempre se han fijado lmites de

    edad o de instruccin para ser ciudadano. As se da la paradoja que quienes no

    alcanzan esos lmites no son considerados pueblo para los efectos del

    sistema, y, sin embargo a veces se les exigen contribuciones de sangre que

    han dado gloria al pas. Puede uno preguntarse si aquella figura plasmada en la

    Estatua al Roto Chileno es o no la figura de un ciudadano.

    Qu se entiende por poder? Las preguntas brotan violentas. Observamos que

    se ha ido a una proliferacin de poderes: poder econmico, poder social, poder

    moral, poder de la opinin, y otra cantidad de poderes que no se confunden con

    el poder poltica, y que muchas veces combaten al poder poltico. Y ms an al

    hablar de poder de poder poltico nos encontramos que generalmente existe

    una tensin entre poder parlamentario y poder ejecutivo. Si pudiramos definir

    nuestra poca habra que definirla como la poca de la disolucin del control del

    poder tradicionalmente entendido y de la constitucin de otros poderes en

    alianzas permanentes o no y que, da a da, se empean en una lucha contra el

    poder poltico central. Y que buscan un solo empeo: Que el poder poltico

    central sea la expresin de esos otros poderes, o que al menos, tolere o proteja

    su existencia. Son lo que un da Thomas Hobbes llamara los poderes indirectos.

    Pero si oscuros son los trminos componentes de la palabra democracia, ms

    oscura es la relacin que existe entre los trminos pueblo y democracia.

    Hay un raro escamoteo que se produce en el seno del sistema, se dice que el

    pueblo no puede ejercer por s mismo el poder y, por eso, nombra a sus

    representantes para que lo ejerzan a su nombre. Traducido el embuste a

  • lenguaje legal tenemos: la soberana reside esencialmente en la nacin, la cual

    delega su ejercicio en las autoridades que esta Constitucin establece (art. 2

    de la Constitucin Poltica).

    Se dice que hoy no caben las democracias directas. Que slo eran posibles en

    las diminutas ciudades de Grecia pero no en nuestras grandes urbes. As se da

    la paradoja que siendo la democracia el sistema ms popular sean, sin

    embargo, la monarqua y la aristocracia los sistemas ms directos.

    Esta relacin pueblo-poder siempre est sujeta a desajustes. Ya sea porque el

    pueblo una vez pasadas las elecciones no presta la colaboracin activa para

    que el poder cumpla sus planes. Ya sea porque los poderes indirectos sabotean

    al poder central.

    Aparte del esquema corporativo (democracia orgnica) en que se exige y se

    posibilita mediante una estructura constitucional el contacto permanente entre

    un pueblo funcionalmente organizado y un poder que cumple funciones de

    coordinacin, no existe una frmula autntica y legal para salvar la ruptura entre

    pueblo y poder.

    Se ha buscado un remedio: la comunicacin de los propsitos del gobierno por

    todos los medios publicitarios. Ejemplo tpico: la Segunda Declaracin de La

    Habana. Al final de una gigantesca concentracin Fidel Castro pidi a los

    concurrentes que estaban de acuerdo con sus puntos de vista que levantaran el

    brazo derecho

    Por medio de una propaganda eficaz siempre el poder puede tener al pueblo a

    su lado. Para lo justo como para lo injusto. No ha existido ningn ejecutivo que

    haya perdido alguna vez un plebiscito.

    Pero, esta nueva forma de contacto entre el pueblo y el poder, remedo de

    democracia directa, indica un sntoma: Es necesario hacer conciencia que

    significa el punto final a la democracia tradicional y el camino al desborde del

    poder.

    Qu respuesta se la dara por la va del plebiscito a estas preguntas?

    Quieren que nuestro gobierno dure 6 o 30 aos? Quieren que se declare a

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    todos los otros grupos polticos fuera de la ley? Utpicas preguntas en una

    poca donde la utopa es la realidad cotidiana.

    2. Los que tienen derecho y los que no tienen derecho.

    En el pasado gobierno se persigui a nuestro movimiento bajo el cnico pretexto

    de que era un grupo que pretenda cambiar la forma de gobierno y las

    instituciones del pas. Todo esto mientras las candidaturas del seor Frei y del

    seor Allende sustentaban precisamente sus programas de lucha en que haba

    que cambiar absolutamente todo

    Es decir que los grandes defensores de la Constitucin y las Leyes -no es

    momento de citas textos- se aprontaban para la frmula ms sutil de fraude a la

    constitucin y la Ley: apoderarse del Ejecutivo, apoderarse del Legislativo y de

    esta manera quedar toda la nacin entregada al arbitrio de una ideologa. Es el

    poder incontrolado.

    Incontrolado, porque entre los planes concretos y los fines abstractos no existe

    una determinacin de las etapas intermedias que permita al ciudadano aceptar

    lo que se le impone, con plena conciencia y libertad. No podemos aceptar de

    que a pretexto que se ofrezca subir el nivel de vida en un x por ciento

    aceptemos, por ejemplo, que se atente contra la religin del pas. O al revs,

    que con los mismos pretextos, se imponga una determinada interpretacin de la

    religin.

    Nuestro cambio no proviene de una aspiracin ideolgica. Siempre hemos

    dicho que las sociedades intermedias entre el hombre y el Estado deben tener

    una representacin y estructuracin poltica. Ms bien que cambio, lo nuestro

    es una integracin nacional.

    No queremos un poder absoluto. Queremos un poder eficaz. Queremos que

    cada una de esas sociedades intermedias sea poderosa, porque siendo ellas

    poderosas harn poderosas al pas -no al Estado-. Es la nica manera que el

    poder se regule a s mismo.

    De otra manera tendremos un poder estereotipado, y en el fondo totalitario.

    Hablamos ya de la existencia de los poderes indirectos. Son ellos, los que una

    vez constituido el poder total por mano de los que no saben lo que quieren, los

  • que se aduean del instrumento. En palabras infantiles: Nadie sabe para quin

    trabaja. En palabras tcnicas: La revolucin dentro de la revolucin.

    El problema de la reforma constitucional en nuestro criterio indica dos cosas:

    1.- Que la democracia tradicional ha hecho crisis.

    2.- Que el pretexto del problema del cobre, se plantea una reforma

    constitucional. Es tratar de sacar ventaja de la confusin de sentimientos

    reinantes.

    Dice Goethe de los caracteres shakespereanos que son a la manera de relojes

    que tuvieron la esfera de transparente cristal. Os sealan la hora, lo mismo que

    los dems relojes; pero al propio tiempo, el mecanismo interior est tambin a

    la vista.

    Cuando el Movimiento habla de revolucin tiene su mecanismo a la vista. El

    juego sobre la mesa es nuestro ttulo para hacer una revolucin.-

    Artculo publicado en ASPAS N 2, del 5 de septiembre de 1965.

    El presente artculo forma parte de la Coleccin General de nuestra Biblioteca Virtual, material publicado en el peridico ASPAS. Si posee material relacionado con dicho peridico o con cualquier otro, le agradeceramos lo hiciera llegar al correo [email protected]. Todo cuanto pueda contribuir a enriquecer el patrimonio nacional

    es bien recibido. De igual forma, si encuentra algn error en este documento o si quiere comentarlo, le invitamos a escribirnos por medio del formulario de contacto habilitado en nuestra pgina web http://www.mrns.cl