asociacion de docentes nacionales de ... · web viewluego de caracterizar a las empresas por sector...
TRANSCRIPT
Relación entre empresas y ONGs argentinas para la ejecución de prácticas de responsabilidad social empresarial
EJE 1: Gestión de las Organizaciones1.4 Nuevos enfoques y prácticas de responsabilidad social de las organizaciones: Transparencia.
Palabra Claves: RSE, ONG, Pacto Global (JEL M14)
Autoras:Dra. Solari, Estefanía
Instituto de Investigaciones Administrativas -FCE-UNLP-ArgentinaEmail: [email protected]
Teléfono Móvil: (0221) 15-5417254
Lic. Rossi, Silvia LilianaFacultad de Ciencias Económicas-UNLP-Argentina
Email: [email protected]éfono Móvil: (0221)15-5609010
Introducción
1
La concepción de la empresa como una isla en la sociedad, cuyo objetivo es la
maximización del beneficio, intentando conseguirlo como sea, es un modelo
reforzado desde la revolución industrial, que cumplió un objetivo, como es el de
centrar la gestión empresarial en la búsqueda del resultado positivo, porque
desde él podría desarrollarse y crearse la riqueza social. Este modelo ha sido
desde hace años cuestionado no tanto por el principio en sí (nadie duda de que
la empresa ha de ganar dinero), sino por la forma de realizarlo (De Castro
Sanz, 2005).
Relacionado con el cambio de esta concepción, es como, lo ético se traslada al
campo organizativo y empresarial, en un intento por conformar y enunciar una
cultura empresarial enmarcada en determinados valores o nociones que
persiguen, en la realización de sus objetivos, no sólo metas financieras y
lucrativas, sino en mayor o menor grado, el bienestar social y colectivo (Sotillo,
A. G., 2007).
En este sentido es de destacar el rol de las Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs), las mismas han ido adquiriendo un protagonismo
especial en el cambio del paradigma económico y empresarial actual. No en
vano, se ha producido una fuerte expansión en el tamaño, alcance y capacidad
de las organizaciones sociales, acentuado por el fenómeno de la globalización
(Kaldor, 2005). Es así como han puesto de manifiesto varios estudios (Burchell
y Cook, 2006; Phillips, 2005, citado por Valor Martínez, C. & de Merino Diego,
A. (2008)), como las ONGs se configuran como un participante clave en los
procesos de diálogo y como uno de los canales clave de comunicación en el
ámbito de la RSE.
Partiendo de lo anterior, resulta de interés analizar la relación empresas y
ONGs en pos de la ejecución de prácticas de responsabilidad social
empresarial, como unidades de análisis independientes. De esta manera, el
presente trabajo es una investigación exploratoria que mediante el análisis de
contenido de las memorias de sostenibilidad de las empresas argentinas
adheridas al Pato ), busca responder a los siguientes interrogantes: a) ¿Qué
tipo de relación se presenta entre las ONGs y empresas argentinas adheridas
al Pacto Global?, b) ¿Cuál es el tipo de relación presente entre empresa-ONG
en función a la antigüedad en prácticas de RSE? Y c) ¿A mayor antigüedad de
2
una empresa desarrollando prácticas de RSE pasará de una asociación con
ONG de filantrópica a integrativa?
Cabe aclarar que si bien los reportes analizados corresponden al periodo 2004-
2015, es de destacar la metodología diseñada para el armado de la base de
datos y el posterior análisis, que posibilita en un futuro la actualización de los
resultados, no obstante, los hallazgos en general se estiman estarían siguiendo
la misma tendencia.
También se aclara que no habiendo podido actualizar esta información para el
presente trabajo, puesto que la actualización requiere un tiempo considerable
en su relevamiento, se prevee hacerlo en futuras investigaciones.
La Responsabilidad Social Empresaria (RSE)Del concepto de RSE se podría mencionar que hay tantas definiciones como
autores, no obstante, cabe destacar que la misma se refiere a un modo de
comprender la ética diferente del habitual. Es así como según Vallaeys, F.
(2006) explica:
1. La ética que le corresponde a la Responsabilidad Social no es una
ética de la intención (soy bueno si tengo buenas intenciones) sino una ética de
la acción y de la responsabilidad por las consecuencias inmediatas y a futuro
de la acción (soy bueno si mis acciones tienen buenos efectos, sin importar mis
intenciones personales, mis motivos para realizarlas).
2. La ética que le corresponde a la Responsabilidad Social no se refiere
meramente a la relación causa-efecto unidireccional (será buena una acción
cuya meta tendrá en vista un efecto directo y preciso bueno, y cumplirá con
realizarlo eficazmente) es decir que no se limita al binomio medio-fines, sino
que abarca al campo de todos los efectos colaterales y retroacciones posibles
generados por la acción, que ésta tenga como propósito explícito producir
estos efectos, o que los descubra casualmente una vez realizada (será buena
una acción cuyos efectos en su determinado campo producirá retroacciones
positivas para el campo).
3. Por eso, la ética que le corresponde a la Responsabilidad Social no es
una ética en sentido tradicional, como en el caso de la filantropía, que sólo se
preocupa por la buena voluntad del agente y su capacidad de emplear los
medios adecuados para lograr un fin bueno en sí mismo, tal como lo había
3
previsto el agente. La Responsabilidad Social parte de una visión sistémica y
holística del entorno del agente. La intencionalidad unívoca del agente
voluntario se diluye así en un sistema complejo de retroacciones múltiples, de
impactos en cadena, que se trata de gestionar más que de querer realizar o
controlar.
4. La ética que le corresponde a la Responsabilidad Social no es una
ética solitaria en la que yo decido en mi fuero interno qué debo hacer y cómo,
sino que se trata de una ética organizacional dialógica, basada en el trabajo en
equipo, la escucha del otro, la negociación, la discrepancia, la voluntad de
consenso, la búsqueda común de soluciones a través de la expresión de los
mejores argumentos, etc. Porque sólo a través del campo del diálogo
interpersonal generalizado podremos hacernos responsables del campo
ecológico de nuestras acciones colectivas comunes.
Por otra parte, es importante definir los componentes básicos que caracterizan
a una empresa que cumple con sus responsabilidades sociales y ambientales
para distinguirlas de aquellas que no lo hacen. En muchos de los conceptos
propuestos por Briseño García, A. et. al (2011) existen elementos comunes en
el concepto de RSE:
En primer lugar, la empresa es responsable no sólo por los resultados
económicos de sus accionistas, sino también por el impacto hacia otros
grupos relacionados con la empresa; estos grupos de interés están
conformados por empleados, comunidades locales, proveedores,
clientes, acreedores y gobierno.
En segundo lugar, un elemento común de los conceptos de RSE es la
constante preocupación por mejorar el bienestar de estos grupos de
interés que se deben involucrar en las actividades sociales y
ambientales porque a través de éstos se logra un mayor impacto, al
favorecer a la comunidad donde se opera.
Un tercer elemento está relacionado con la amplia visión sobre cómo las
operaciones del negocio ayudan a tener un verdadero impacto social y
ambiental en el largo plazo para los grupos de interés, y como éstos
pueden involucrarse en estas acciones.
4
Las ONGs y su relación con la RSEEl concepto de RSE es aplicable a cualquier tipo de organización, inclusive a
las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
Si bien, la sigla ONG corresponden a: Organización no Gubernamental, cabe
mencionar que también se les llama: organizaciones no lucrativas, entidades
de voluntariado, entidades exentas fiscalmente, organizaciones de la sociedad
civil, fundaciones, colectivos ciudadanos.
Para la ONU, las ONGs son grupos voluntarios de ciudadanos, sin ánimo de
lucro, organizados sea a nivel local, nacional o internacional. Motivados por
una tarea y promovidas por individuos con un interés común, las ONGs llevan
a cabo una variedad de servicios y funciones humanitarias, presentan las
preocupaciones de los ciudadanos a los gobiernos, observan el desarrollo de
políticas y fomentan la participación política a nivel comunitario. Aportan
análisis y capacidad técnica, sirven como mecanismos de aviso anticipado, y
ayudan a controlar y ejecutar acuerdos internacionales. Algunos están
organizados en torno a problemas específicos, como derechos humanos,
medio ambiente o salud (Gaido, 2013).
De esta manera, por el lado de la sociedad civil, la globalización aceleró el
despegue definitivo de las ONGs, que han hecho del escrutinio de las
empresas multinacionales una bandera de trabajo (Pinillos, A. A., & Fernández,
J. L. F.,2011).
Como se ha mencionado previamente varios estudios (Burchell y Cook, 2006;
Phillips, 2005, citado por Valor Martínez, C. & de Merino Diego, A. (2008)), han
evidenciado como las ONG se configuran como un participante clave en los
procesos de diálogo y como uno de los canales clave de comunicación en el
ámbito de la RSE.
Es así como, las ONGs cumplen un papel muy sensible y clave en las
relaciones entre actores diversos. Algunas de ellas desarrollan trabajos de
investigación que pueden ayudar a comprender procesos sociales y
económicos y contribuir a la toma de decisiones de inversión o de políticas
empresariales. Otras están abocadas a campañas alrededor de temas
específicos con el propósito de alertar a la sociedad o acrecentar su conciencia
en torno a temas educativos, de salud (como el VIH), ambientales (como el
5
agua), étnico y culturales (las discriminaciones basadas en criterios raciales, de
género o de situación socioeconómica, por ejemplo), acciones todas
destinadas a impulsar mejores condiciones democráticas y de mercado. Otro
grupo de las ONGs trabaja en estrecha relación con organizaciones sociales
dándoles capacitación u orientaciones técnicas a propósito de actividades
productivas (pequeñas y micro empresas), u ofreciéndoles una guía para su
relación con otras entidades, como las empresas extractivas (mineras,
petroleras, pesqueras) (Vives, A., & Peinado-Vara, E., 2011).
En cuanto a la relación que se presenta entre las empresas y las ONGs, la
mayoría de los trabajos remarcan que entre ambos agentes se dan hoy
relaciones de tipo cooperativo, frente a la tradicional relación conflictiva que les
unía en el pasado (Valor Martínez, C. & de Merino Diego, A., 2008).
Otros autores, García, C., et. al (2011) establecen la relación entre empresas y
ONG, como asociación explícita, es más reciente y poco común. Esta situación
se debe primero, a que no se conocen y no se sabe cómo crear sinergia entre
ambas, para intervenir en la comunidad. En segundo lugar, cuesta trabajo
entender que el acercamiento de estos actores puede generar una visión más
cercana a la problemática de la comunidad y que puede ser menos
asistencialista, lo cual favorecería la puesta en marcha de procesos de
desarrollo sustentables. Estas alianzas generan desafíos y aprendizajes tanto
para la empresa, como para la ONG. Así, por un lado, la realización de
acciones de vinculación directa por parte de la empresa puede desalinearla de
sus objetivos principales, y resultar más costosas. Por otro lado, la empresa
debe ser consciente del hecho que cada organismo tiene su propio campo de
acción, especialidad o core competence y que es esto lo que potencializa el
valor social que puede generar si establecen y mantienen la alianza.
De esta manera, para García, C., et. al (2011), la relación empresa y ONG
están dirigidas a grupos específicos de la sociedad de manera permanente y
tienen una experiencia reconocida en el medio. Este tipo de aproximación
reduce la carga administrativa de la empresa, y al contar con una organización
especializada en la implementación, potencializa y hace más eficiente el uso de
los recursos mejorando el valor social que la iniciativa genera.
La relación con empresas-ONGs, más allá del tradicional acceso a recursos
financieros, puede contribuir a un fortalecimiento institucional y una mayor
6
profesionalidad, credibilidad y visibilidad que les permita, a su vez, el acceso a
otro tipo de actores y a un cumplimiento más eficaz de su misión. Este
fortalecimiento se relaciona con su posición ante las distintas variables que
determinan su legitimidad operacional (De Diego, A. M., & Martínez, C. V.,
2008).
Al igual que en la aproximación anterior la empresa tiene la posibilidad de
atender a diversos grupos vulnerables, pero suelen estar relacionadas con el
core de su negocio. Es importante también evaluar la relación empresas-ONG,
al respecto se puede analizar si la relación es limitada o integrada (Tabla 1).
Tabla 1: Formas de evaluar la relación entre empresa-comunidad
ELEMENTOS PRESENTES EN LA
RELACIÓN
RELACIÓN LIMITADA RELACIÓN INTEGRADA
Inclusión ¿Quién participa?
Un grupo determinado Todos los grupos locales
Apertura ¿Qué asuntos son discutidos?
Asuntos predeterminados Asuntos abiertos
Tolerancia Grado de apertura a los
nuevos asuntos
Una posición dominante Voces alternativas y las diferencias son respetadas
Repartición de poder ¿Cómo es ésta?
Un grupo domina el dialogo y las decisiones
Libertad e igualdad en el dialogo y las decisiones
Transparencia Acceso restringido a la información
Acceso a toda la información sobre los procesos y resultados del diálogo
Fuente: Rahbek, 2006, citado por García, C., et. al. (2011)
A su vez, es importante, mencionar el aporte de Austin (2000) quien realiza una
clasificación de las relaciones entre empresas y las ONGs considerando la
profundidad de la relación. Dentro de su modelo, se encuentra el denominado
continuo de la colaboración, el cual distingue tres estadios o etapas por donde
las alianzas se encaminan, avanzando de uno a otro de manera progresiva:
1. En la etapa filantrópica, la empresa hace una serie de donaciones
anuales, en dinero o especie, en respuesta a las solicitudes de las
ONGs, minimizando la comunicación y la interacción con éstas. El valor
de la relación para la empresa viene dado por la necesidad de ser
considerada responsable y solidaria. La ONG logra mejorar su objetivo,
mientras que la empresa genera una mejor imagen social. La relación se
7
caracteriza porque una de las partes (empresa) dona y la otra recibe, por
lo que el flujo de valor se ve de una sola forma.
2. En la etapa transaccional, se crea valor para ambas partes. Los dos
agentes ponen en juego sus principales capacidades y la relación es
vital para el cumplimiento de sus respectivas estrategias, cada socio
utiliza sus recursos para mejorar la alianza y, por ende, los beneficios
recibidos. Esta relación se sustenta en un acercamiento conjunto, en el
que, cada una de las partes otorga lo más valorado por la otra y ambas
poseen algún tipo de ganancia, por lo cual, es posible identificar dos
tipos de beneficios, el de la empresa y el de la ONG. Cuando una
colaboración adquiere importancia estratégica, los socios tienen fuertes
incentivos para profundizar su compromiso y asignar mayores recursos.
3. En la etapa integrativa se ponen en juego las principales competencias
de cada agente para crear combinaciones de mayor valor, integrando las
misiones, estrategias y personal de cada socio. Las interacciones se
multiplican, hasta el punto que algunos directivos pueden pasar a formar
parte del consejo rector de la ONG. La cultura de cada socio influye y se
ve influida por la del otro. La relación se puede llegar a institucionalizar
en un joint venture. Ante esto, la motivación apunta ya no a la
responsabilidad social empresarial, sino al mejoramiento de la
competitividad en la alianza, pasar de la filantrópica a la integrativa. En
este caso ambos tienen un nuevo paradigma de los negocios y la
comunidad, pudiendo lograr sus objetivos sociales de buena manera.
Por otra parte, Vives, A., & Peinado-Vara, E. (2011) respecto al rol de la ONG
establecen que, por la capacidad de interconexión y coordinación,
independientemente de su tamaño o naturaleza, las mismas han adquirido un
mayor poder, una mayor legitimidad y un papel de urgencia en las operaciones
empresariales. Este fenómeno, como se detalló anteriormente ha contribuido a
la emergencia de nuevas perspectivas en las ONGs en sus relaciones con las
empresas. El rol que juegan se ha modificado. Los autores remarcan el
traspaso de la relación filantrópica a la integrativa donde las ONGs
desempeñan un papel crítico para funcionamiento de las empresas, es así
como en la actualidad buscan contribuir con el desarrollo sostenible
estableciendo vínculos de colaboración con las empresas para que éstas
8
mejoren sus relaciones con la comunidad, para capacitarlas en temas
específicos relacionados a desarrollo sostenible, medio ambiente,
responsabilidad social, derechos humanos, o derechos de la infancia, entre
otros. De esta manera es muy común que para los mapeos de los grupos de
interés que realizan las empresas se cuente con el apoyo o colaboración de
una ONG. Más aún, en el acercamiento a sectores marginales para campañas
educativas, de salud o de otra índole, que realizan las empresas como parte de
sus estrategias de responsabilidad social.
Por otro lado, Arenas, D., et al. (2011), establecen que la relación empresas-
ONGs es principalmente de carácter reactivo, es decir, surgidas de situaciones
de conflicto entre la empresa y las ONGs y las comunidades locales. Dado el
poder y la presión crecientes que ejercen las ONGs y las comunidades locales,
se observa que la empresa adapta sus actuaciones para minimizar los riesgos
que se derivan de esta confrontación, puesto que no hacerlo puede suponer
elevados costes, entre los que se pueden mencionar: daños a la reputación de
la empresa, generación de conflictos violentos, retrasos operativos y demoras
en la ejecución de inversiones, costes asociados a una prolongación de las
negociaciones. No obstante, los autores observan que también estas
adaptaciones de carácter reactivo pueden convertirse en actitudes más
proactivas que logren anticipar los potenciales riesgos. Ello está condicionado a
la capacidad y habilidad por parte de la empresa de adoptar una serie de
mecanismos con los que establecer unas relaciones más estrechas con ONG y
comunidades locales que le permitan conocer de antemano sus expectativas.
El rol de la Global Reporting Initiative (GRI)En la década del ´90 en un contexto de falta de sistemas de medición de
aspectos como los ambientales y sociales, una coalición liderada por CERES
(Coalición para las Economías Medioambientalmente Responsables) y PNUMA
(Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) decidieron asumir
esta tarea y buscar una solución mediante un proceso intensivo de consultas a
empresas, ONGs, expertos y otras instituciones internacionales dedicadas a
cuestiones sociales y medioambientales. Partiendo de esta iniciativa, se
elaboró la primera versión de la Guía de la Global Reporting Initiative en el año
2000. Ello fue posible gracias a la participación y la dedicación de un gran
9
número de personas y de organizaciones comprometidas en defender la
sostenibilidad, la transparencia y la rendición de cuentas. El fruto de esos
esfuerzos fue que la GRI se convirtió en una organización independiente en el
año 2002. Se constituyó con la misión de “que el proceso de elaboración de
memorias de sostenibilidad llegara a ser tan habitual como el de los informes
financieros” (GRI, 2012).
Es de destacar que, según la GRI, la elaboración de memorias de
sostenibilidad ayuda a las organizaciones a marcarse objetivos, medir el
desempeño y gestionar el cambio con el propósito de que sus operaciones
sean más sostenibles. Las memorias de sostenibilidad contienen información
sobre la incidencia de las organizaciones, ya sea esta positiva o negativa, en el
medio ambiente, la sociedad y la economía. Son estas memorias de
sostenibilidad las que contienen los indicadores para el seguimiento de las
prácticas de RSE. Otro aporte sustancial de las memorias de sostenibilidad se
origina al acordar a nivel internacional los contenidos y los sistemas de medida,
puesto que esto favorece la accesibilidad y la comparabilidad de la información;
y por consiguiente, mejora la calidad de la información para que los grupos de
interés tomen las decisiones pertinentes (GRI, 2013).
Es así como el marco para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad
(COPs) de la GRI se creó para facilitar un “lenguaje común” que pudiera ser
aplicado por todo tipo de organizaciones y se ha redactado con referencia a un
gran número de acuerdos y normas internacionales.
Metodología a) Población y muestra: la población objeto de la investigación han sido las
empresas activas adheridas al Pacto Global Argentina (a diciembre 2016), el
tamaño de la muestra contemplo la totalidad de la población, 161 empresas.
b) Fuente de información: las fuentes de información han sido de tipo
secundaria, puesto que específicamente se han analizado los COPs
(Communication on Progress) presentados por las empresas adheridas al
Pacto Global (a diciembre 2016).
c) Métodos de análisisDebido a la gran cantidad de información publicada en las memorias de
sustentabilidad y a la necesidad de analizar la relación entre las empresas y las
10
ONG, se aplicó un método bien organizado de clasificación y categorización
que permitió el análisis posterior de los datos. El análisis de contenido permitió
llevar a cabo esta tarea de analizar las palabras y frases que se habían
publicado en las memorias y clasificar los datos en categorías más simples con
la finalidad de descubrir patrones o tendencias en función de las preguntas de
investigación planteadas. De esta manera, para analizar la relación empresa-
ONG, se crearon las siguientes categorías: filantrópica, transaccional e
integrativa (en base a la clasificación de Austin (2000)). Para realizar la
clasificación se consideraron:
Para la categoría filantrópico, se analizó si en los COPs se hacía mención a
algún tipo de donación por parte de las empresas a ONGs, para la categoría
transaccional si las empresas manifestaban tener alianzas al menos alguna
ONG y por último para la integrativa, el análisis debió ser más minucioso
puesto se analizó si estaba institucionalizada la relación entre la empresa y
alguna ONG, o si algún directivo de la empresa formaba parte del consejo
directivo de la ONG con la que interactuaba la empresa.
Por otra parte, para analizar la relación existente entre la antigüedad en el
Pacto Global y la etapa en la que se encuentra la empresa, se aplicó la prueba
chi-2 de Pearson.
Para esta prueba se generaron las variables:
- “Antigüedad” (definida en función al año de adhesión al Pacto Global).
- “Etapa relación empresa-ONG” (siendo los posibles valores filantrópica,
transaccional e integrativa).
De esta manera se utilizó la prueba chi-2 de Pearson para para contrastar la
siguiente hipótesis nula:
H0: Las variables antigüedad y “etapa relación empresa-ONG” son
independientes.
ResultadosEn cuanto a las características de las empresas analizadas, las empresas
pertenecen a diversos sectores, pudiéndose destacar aquellas que brindan
servicios de apoyo (13%), el sector alimenticio con un 8,7%, y Gas y Agua con
un 8,1%, el resto de los sectores tiene una representatividad menos al 6%
(Tabla 2).
11
Tabla 2- Sector de las empresas (En porcentajes)
Sector Cantidad PorcentajeServicios de Apoyo 21 13,0
Alimenticio 14 8,7
Gas y Agua 13 8,1
Automotriz 9 5,6
Servicios financieros 8 5,0
Industria 8 5,0
Software & Servicios de computación 7 4,3
Construcción 6 3,7
Electricidad 6 3,7
Minoristas general 6 3,7
Medios de comunicación 6 3,7
Aceite y productores de gas 6 3,7
Bebidas 5 3,1
Electrónica y equipamiento eléctrico 4 2,5
Equipamiento para la salud 4 2,5
Viajes y ocio 4 2,5
Otros 34 21,1
Total 161 100,0
Fuente: elaboración propia
Luego se procedió a determinar el año de adhesión de las empresas, en este
caso se destacan dos años el 2004 cuando adhirieron el 26,1% de la muestra y
luego el 2015 con un 15,5% (Tabla 3).
Tabla 3- Año de adhesión al Pacto Global
AñoCantida
dPorcentaj
e2004 42 26,1
2005 11 6,8
2006 4 2,5
2007 1 0,6
12
2008 7 4,3
2009 7 4,3
2010 12 7,5
2011 6 3,7
2012 10 6,2
2013 15 9,3
2014 9 5,6
2015 25 15,5
2016 12 7,5
Total 161 100,0
Fuente: elaboración propia
Luego de caracterizar a las empresas por sector y año de adhesión al Pacto
Global, se procedió a realizar un análisis de contenido los COPs2016
presentado por cada una de las empresas. De esta manera se analizó si en la
publicación se hacía mención a los términos: ONGs, Tercer Sector y/o
Fundaciones. En el caso de las empresas que sí lo hacían, se determinó en
función a lo publicado en qué etapa se encontraba la relación: Filantrópica,
Transaccional o Integrativa (según la clasificación de Austin, 2000).
En la Tabla 4, se observa que el 40,4% de las empresas en su publicación no
mencionan a ninguna ONGs, Fundación o al Tercer Sector en general. A su
vez un 31,1% se encontraría por lo publicado en una etapa filántrópica, puesto
que cuando mencionan las ONGs y/o fundaciones lo hacen enfatizando
donaciones realizadas a las mismas, observándose poca interacción entre las
partes, luego un 22,4% se encontraría en la etapa transaccional, se observa
mayor compromiso, trabajo en conjunto de la empresa con las ONGs, es decir
los agentes ponen sus capacidades para el cumplimiento de sus estrategias.
Por último, un 6,2% se encontraría en la etapa integrativa, aquí la interacción
es mayor y miembros de la empresa forma parte del consejo directivo de la
ONG o fundación, en este caso se observaron empresas que habían
conformado fundaciones con la cuál integraban sus misiones, estrategias y
personal.
Tabla 4 – Etapa relación empresa - ONGs
13
EtapaCantida
dPorcentaj
eFilantrópica 50 31,1
Transaccional 36 22,4
Integrativa 10 6,2
s/i 65 40,4
Total 161 100,0
Fuente: elaboración propia
Del análisis anterior surgió un interrogante: ¿Existe relación entre el año de
adhesión al Pacto Global y la etapa de la relación empresa-ONG en la que se
encuentran? Sin el análisis de los datos, de antemano se podría suponer que a
medida que la empresa aprende/profundiza sobre prácticas de RSE, la relación
pasaría paulatinamente de la etapa Filantrópica a la Integrativa, pero el análisis
de los datos arroja otro resultado. Al respecto, se procedió a realizar una
prueba Chi-2 de Pearson (Tabla 5), la misma se utilizó para contrastar la
siguiente hipótesis nula:
H01: Las variables “etapa de relación empresa-ONGs” y “año de adhesión al
Pacto Global” son independientes.
La prueba arrojo un p-valor mayor a 0.10 por lo que no podemos rechazar la
hipótesis nula, lo que implica que las mencionadas variables son
independientes entre sí. Es decir no hay relación entre la etapa de relación
empresa-ONGs y el año de adhesión al Pacto Global. De allí que, analizando la
representatividad de las empresas según el año de adhesión, podemos
mencionar que muchas empresas adheridas en el año 2004 aún se encuentran
en la etapa filantrópica (53,1%) y también de las adheridas recientemente (año
2014) un 50% se encuentra en la misma etapa.
Tabla 5 – Relación entre la etapa de la relación de la empresa con las ONG y el año de inicio en el Pacto Global (En porcentaje)
AñoFilantrópic
aTransaccion
al Integrativa Total2004 53,1 31,3 15,6 100,0
2005 66,7 16,7 16,7 100,0
14
2006 50,0 0,0 50,0 100,0
2007 100,0 0,0 0,0 100,0
2008 66,7 33,3 0,0 100,0
2009 16,7 50,0 33,3 100,0
2010 28,6 71,4 0,0 100,0
2011 75,0 25,0 0,0 100,0
2012 55,6 44,4 0,0 100,0
2013 55,6 44,4 0,0 100,0
2014 50,0 37,5 12,5 100,0
2015 55,6 44,4 0,0 100,0
Prueba Chi-2 de Pearson: p valor >0.10
Fuente: elaboración propia
ConclusionesDe la investigación se desprende que aún muchas empresas deben trabajar en
el vínculo con las ONGs, cabe destacar que un 40% ni siquiera menciona a las
mismas en sus memorias de sustentabilidad. Luego, están las que teniendo un
vínculo con las ONGs presentan una relación filantrópica (31,1%), en donde
destacan las donaciones que realizan a las ONGs sin ir más allá, buscando
mayor interacción, esto da la sensación que algunas empresas podrían
mantener estos vínculos en busca de mejorar su imagen corporativa y no
asumirían un compromiso real. Luego un grupo más pequeño de empresas
(22,4%), tienen una relación del tipo transaccional, en donde hay compromiso y
trabajo en conjunto y sólo un 6,2% se encuentran en la etapa integrativa,
integrando sus objetivos, estrategias y personal entre sí. Al encontrarse en
estos estadios la relación empresas-ONGs no se estarían aprovechando los
efectos positivos de la relación que se han evidenciado en otras
investigaciones, tales como: reducción de la carga administrativa de la
empresa, potenciar y hacer más eficiente el uso de los recursos mejorando el
valor social que la iniciativa genera, contribuir al fortalecimiento institucional y
una mayor profesionalidad, credibilidad y visibilidad (García, C., et. al (2011);
De Diego, A. M., & Martínez, C. V., (2008)).
De análisis también surgió que no hay relación entre la antigüedad en el Pacto
Global (año de adhesión al mismo) y el estadío de la relación en la que se
encuentra la empresa con las ONGs. Por lo que no se estaría vislumbrando un
15
“efecto aprendizaje”, en el sentido que al pasar el tiempo la relación empresa-
ONG se fuera fortaleciendo.
Mediante la presente investigación se logró un primer acercamiento sobre la
temática para ser profundizada en futuras investigaciones, en dónde se podrá
estudiar más detalladamente la relación entre las empresas y las ONGs, así
como también profundizar sobre las razones por las que pocas empresas se
encuentran en una etapa “integrativa”. Cabe aclarar que si bien los reportes
analizados corresponden al periodo 2004-2015, es de destacar la metodología
diseñada para el armado de la base de datos y el posterior análisis, que
posibilita en un futuro la actualización de los resultados, no obstante, los
hallazgos en general se estiman estarían siguiendo la misma tendencia.
También se aclara que no habiendo podido actualizar esta información para el
presente trabajo, puesto que la actualización requiere un tiempo considerable
en su relevamiento, se prevee hacerlo en futuras investigaciones.
Por otra parte, para analizar más profundamente lo publicado en las memorias
de sostenibilidad, se podrían realizar entrevistas en profundidad a los
representantes de ambas partes, para dar mayor robustez a los resultados
presentados en esta primera investigación.
Bibliografía Arenas, D., et. al. (2011).Relaciones empresariales con comunidades
locales y ONG. Segunda parte, Instituto de Innovación Social, ESADE.
Austin, J. (2000): StrategicCollaborationBetweenNonprofits and Business.
Nonprofit and Voluntary Sector Quarterly; 29; 69.
Briseño García, A., Lavín Verástegui, J., & García Fernández, F. (2011).
Análisis exploratorio de la responsabilidad social empresarial y su dicotomía
en las actividades sociales y ambientales de la empresa. Contaduría y
administración, (233), 73-90.
De Castro Sanz, M. (2005). La Responsabilidad Social de las Empresas, o
un nuevo concepto de empresa. CIRIEC-España, revista de economía
pública, social y cooperativa, 53, 29-51.
De Diego, A. M., & Martínez, C. V. (2008). Empresas y ONG en el marco de
la responsabilidad social de la empresa: un análisis empírico de su relación
16
en la esfera privada. Cuadernos de Ciencias Económicas y Empresariales,
(54), 11-34.
Gaido, M. C. (2013). Gestión de una organización sin fines de lucro y su
relación con la responsabilidad social empresaria (RSE) de las empresas
donantes (Doctoral dissertation, Universidad de Buenos Aires. Facultad de
Ciencias Económicas.).
García, C., Raufflet, E., &Portales, L. (2011). Las alianzas entre empresas y
ONG como medio para promover la RSE y el desarrollo local. Innovation
RICEC, 3(1), 1-15.
GRI (2012). La Elaboración de Memorias de Sostenibilidad de GRI: ¿Vale la
Pena el Viaje?
GRI (2013). Guía para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad.
Pinillos, A. A., & Fernández, J. L. F. (2011). De la RSC a la sostenibilidad
corporativa: una evolución necesaria para la creación de valor. Harvard-
Deusto Business Review, 207, 5-21.
Sotillo, A. G. (2007). De la responsabilidad social empresarial, a la ética en
el cambio organizacional. Compendium: revista de investigación científica,
(18), 77-90.
Vallaeys, F. (2006). La responsabilidad social de las organizaciones. CD
Multimedia Programa de Apoyo a Iniciativas de Responsabilidad Social,
Ética y Desarrollo. Lima-Perú.
Valor Martínez, C. & de Merino Diego, A. (2008). La relación pública entre
empresas y ONG. Análisis de su impacto en la elaboración de políticas
públicas en el marco de la RSE>>. CIRIEC-España, Revista de Economía
Pública, Social y Cooperativa, (63), 165-189.
Vives, A., & Peinado-Vara, E. (2011). La responsabilidad social de la
empresa en América Latina / Antonio Vives y Estrella Peinado-Vara,
compiladores. Publicación del Fondo Multilateral de Inversiones (Banco
Interamericano de Desarrollo).
17