articulo yorokobu enero2010: ¿periodista? ¿por qué no me hiciste carpinterito?

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48 / YOROKOBU / ENERO 2010 ¿PERIODISTA?, ¿POR QUÉ NO ME HICISTE CARPINTERO? El cambio en consumo de información y publicidad que nos aterra, es a la vez nuestra tabla de salvación y de mejora personal. ¡Aprovechémoslo! POR PABLO HERREROS. ILUSTRACIÓN JUAN DÍAZ-FAES

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Artículo de Pablo Herreros, con ilustración de Juan Díaz-Faes, para el número de enero 2010 de la revista Yorokobu. Trata la necesidad de que los periodistas nos reciclemos profesionalmente y aprovechemos para crecer y adaptarnos a la nueva sociedad hiperconectada. Sólo así saldremos 'vivos de ésta'.

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Page 1: Articulo Yorokobu Enero2010: ¿Periodista? ¿Por qué no me hiciste carpinterito?

48 / YOROKOBU / ENERO 2010

¿Periodista?, ¿Por qué no me hiciste carPintero?

El cambio en consumo de información y publicidad que nos aterra, es a la vez nuestra tabla de salvación y de mejora personal. ¡Aprovechémoslo!

POR PABLO HERREROS. ILUSTRACIÓN JUAN DÍAZ-FAES

Page 2: Articulo Yorokobu Enero2010: ¿Periodista? ¿Por qué no me hiciste carpinterito?

ENERO 2010 /YOROKOBU / 49

“Si vas a mi pueblo, no le digas a mi madre que me has visto. La pobre se cree que trabajo de pianista en un burdel”. Este era un cartel que -cuentan los viejos periodistas- adornaba algunas redacciones hace muchos años. Nuestra profesión era para la sociedad e inclu-so para los propios plumillas, un oficio poco valorado y nada apetecible. Hoy ese viejo dicho periodístico vuelve a cobrar actualidad, aunque con otro sentido.

¿Os suena de algo eso de que la crisis económica…? Bueno, pues en el caso de los periodistas, la crisis nos mira a los ojos como a pocas profesiones. Al momento actual tenemos que sumar el cambio que se produce cada vez más rápido en los hábitos de consumo de medios de comunicación. Antes se decía que cada vez que muere un anciano, las marcas de brandy pierden un cliente. Y Abc o La Razón también, que diría alguno…

Hoy no hace falta que se muera nadie, pues los lectores de diarios en papel se van vivitos y colean-tes a las ediciones online. Tan crudo como que cada mes un 2% de los españoles cambiamos el papel por internet. ¡Qué bien, las ediciones digitales crecen sin límite! Sí, pero Elmundo.es tiene ya 23 millones de usuarios y no sabe cómo convertirlos en beneficios.

Entiéndanse esas pinceladas como síntomas del gran seísmo tecnológico que nos arrolla: los lectores ya no esperan a que les lleguen las noticias, sino que van ellos a buscarlas donde quieren y cuando quieren. Y no siempre a medios de comunicación. Twitter, Facebook, Tuenti o los blogs son sitios en los que la gente pasa cada vez más tiempo (incluso viendo y compartiendo noticias), y eso tiene a los medios desconcertados.

El público tiene el poder y lo ejerce en riguroso directo.Si antes los redactores seleccionaban de qué se

hablaba y cómo se contaba, ahora ven cómo su redactor-jefe es un internauta cualquiera, que decide que tal vídeo le gusta o que tal noticia es genial, y por arte de magia convierte ese contenido en lo más visto del día. Los periodistas se quedan espeluzna-dos al comprobar que ellos ya no son el filtro, y ahí es donde se produce el gran cambio en los perfiles.

Hoy la gente quiere un tipo de contenidos más sen-sacionalistas o más cachondos (el último ligue de un torero, el pillado desnudo de una famosa, una caída de un político…), y los periodistas se lo damos. Los redac-tores que antes tenían olfato periodístico, ahora tienen

que ser una mezcla de periodistas, publicistas, amas de casa, un señor de Pamplona y un informático… para adivinar qué será lo que quiera ver el respetable…

Las redes sociales son el lugar donde vivirás, te guste o no.Pero lo revolucionario es que el partido se juega en

las redes sociales. Por eso, los periodistas, que en su mayoría no han pasado de manejar bien el email y navegar por internet lo justito, están aterrados. El 99% miran a Twitter como las vacas al tren, y se dan cuen-ta de que tenemos que ser pez en el agua en las redes sociales si queremos sobrevivir profesionalmente.

Quien en unos años no se mueva con soltura en-tre feeds RSS, blogs, hipervínculos, pingbacks, CMS, etc., será engullido profesionalmente. Y esto, que he contado poniendo como ejemplo a los periodistas de los medios de comunicación, nos pasará también a quienes trabajamos desde el lado de las empresas. Pero no sólo, pues el cambio cogerá de lleno a mu-chos perfiles del sector publicitario. No, os rias, que los publicistas también partís de entender la realidad para poder sorprender a la sociedad. Podemos echar-nos a llorar o aceptarlo como un reto, en positivo.

El terror como principio de calidad Acompañadme a ver un ejemplo curioso: he tenido

la suerte de seguir de cerca a Antonio El Pipa, un gran bailaor jerezano que triunfa en cualquier escenario (youtubead y veréis…). Le he visto deshacerse como un guiñapo en su camerino en los mejores teatros del mun-do, sintiéndose incapaz de volver a poner un teatro boca abajo. Al final siempre lo vuelve a lograr. Pero él no sería tan buen artista si no tuviera esos momentos previos de verdadero terror. “Ay, Señor…¿por qué no me hiciste car-pinterito?”, se dice a sí mismo tres minutos antes de salir ante 2.000 personas expectantes en el patio de butacas.

Así nos sentimos muchos periodistas en estos tiempos en que el ciclón de la realidad nos arrolla y nos aterra pensar qué será lo siguiente… Por eso, más que nunca, los periodistas, los publicistas, los pro-fesionales del branding…y todos los que trabajamos con la realidad como campamento base, tenemos que convertirnos en navajas suizas de quince mil usos, y aprender mucho para adaptarnos a la nueva sociedad conectada. Si nos mimetizamos con ella, seguiremos como estábamos: jugando roles necesarios para la sociedad. Y así seguro que salimos vivos de ésta.