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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DR. RAFAEL BELLOSO CHACIN

VICERECTORADO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO

DECANATO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO

MAESTRIA EN GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS

ARTICULO ARBITRABLE:

“DISCRIMINACION LABORAL DE GENERO:

ENFRENTANDO NUEVOS RETOS”

Autora:

Psic. Viviana Colmenares

Profesora:

Dra. María Carolina Araujo



Maracaibo, Mayo de 2011

“DISCRIMINACION LABORAL DE GENERO EN VENEZUELA:ENFRENTANDO NUEVOS RETOS”

Psic. Viviana Colmenares *

Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (URBE)

RESUMEN

La siguiente investigación tiene como objetivo determinar lascondiciones socio-laborales enfrentadas por las mujeres en su lucha contra

la discriminación laboral de género. A lo largo de la historia, poco se hareferido sobre el impacto de la mujer en los diferentes ámbitos del desarrollohumano, social, especialmente en el aspecto económico. La discriminaciónlaboral de género se define como toda distinción, exclusión o restricciónbasada en el sexo teniendo por objeto menoscabar o anular elreconocimiento, goce o ejercicio sobre la base de la igualdad entre hombresy mujeres. Toma en cuenta los derechos humanos, así como las libertadesfundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil. Lapresente investigación se enmarca en este concepto, tomándolo en cuentapara revisar y analizar textos, documentos, estadísticas permitiendoestablecer la situación actual de las trabajadoras. El análisis muestra

avances en la no discriminación laboral hacia la mujer para los últimos 10años; con el incremento de la incorporación al trabajo en un 150%, ellasocupan la mayoría de la fuerza laboral así como su nivel educativo supera alde los hombres. Investigaciones en América latina sugieren discriminaciónpor sexo en el acceso al empleo, condiciones precarias en puestos detrabajo y discriminación de género para ejercer cargos de nivel superior. Alfinalizar, se plantean recomendaciones para fortalecer las gestionesorganizacionales relacionadas con políticas de igualdad y equidad de géneroen el acceso al empleo y las condiciones laborales de las mujeres enVenezuela.

PALABRAS CLAVE

Discriminación, Genero, Trabajo, Igualdad de oportunidades, Equidad.

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Discriminación laboral de género en Venezuela: enfrentando nuevos retos




“GENDER DISCRIMINATION LABOUR IN VENEZUELA: FACING NEWCHALLENGES”

Psic. Viviana Colmenares *

Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (URBE)

ABSTRACT

Next investigation is to determine the social and working conditions faced bywomen in their fight against gender discrimination in employment. Throughouthistory, little has been concerned about the impact of women in different

fields of human development, social, especially in the economic aspect.Gender discrimination at work is defined as any distinction, exclusion or restriction based on sex taking aim impairing or nullifying the recognition,enjoyment or exercise on the basis of equality between men and women. Ittakes into account human rights and fundamental freedoms in the political,economic, social, cultural and civil. This research is part of this concept,taking into account in reviewing and analyzing texts, documents, statisticsallowing to establish the current situation of women workers. The analysisshows progress in employment discrimination against women for the past 10years, with increasing incorporation into the workplace by 150%, they occupymost of the work force and educational attainment surpasses that of men.

Research in Latin America suggest gender discrimination in access toemployment, precarious conditions in jobs and gender discrimination topursue higher level positions. At the end, recommendations are then madeefforts to strengthen organizational policies related to gender equality andequity in access to employment and working conditions of women inVenezuela.

KEY WORDS

Discrimination, Gender, Work, Equal opportunities, Equity.

* Psicóloga egresada de la Universidad Rafael Urdaneta. Maestrante en

Gerencia de Recursos Humanos

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INTRODUCCIÓN

La presente investigación intenta determinar las condiciones socio-

laborales que han venido enfrentando las mujeres en Venezuela en su lucha

contra la discriminación laboral basada en género. Para la debida

comprensión del tema, se hace necesaria una breve revisión histórica del

papel que ha jugado la mujer en los diversos modelos económicos que han

preponderado en Venezuela. Esto ha representado un escenario nada fácil

para las mujeres, debido a los componentes sociales, económicos, políticos y

culturales que han determinado esta temática desde tiempos inmemorables.

Asimismo, es importante enmarcar el presente análisis sobre la

discriminación laboral basada en género en documentos desarrollados por

diversas organizaciones internacionales para la adopción de todas las

medidas posibles para eliminar toda forma de discriminación contra la mujer

en el ámbito laboral, con el fin de asegurarle los mismos derechos en

igualdad de condiciones con los hombres, haciendo especial énfasis en

aspectos relacionados con el acceso al empleo y las condiciones del trabajoa las cuales están sometidas las mujeres.

De suma importancia es mencionar la situación laboral actual de la

mujer, tomando en cuenta las diferentes dimensiones del problema de la

discriminación, desde los mandatos internacionales hasta los nacionales. Así

como también los aspectos sociales y económicos.

Al finalizar se realizan algunas recomendaciones para enfrentar la

discriminación laboral de género desde una perspectiva integracionista,

como manera de plantearse nuevos retos para la superación de esta forma

de discriminación.

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I.- BREVE RESEÑA HISTORICA CON VISIÓN DE GÉNERO:

Desde los inicios de la humanidad, a lo largo de la historia, poco se

ha referido sobre el impacto de la mujer en los diferentes ámbitos del

desarrollo tanto humano, económico como social. Al destacar temas como:

sociedad, economía, artes, cultura, religión, tecnología, así como trabajo; ha

sido evidente la participación casi exclusiva del hombre como ser impulsor,

creador y productor de todos sus avances. Sin embargo, se ha limitado así

como excluido la participación de la mujer en cada etapa del desarrollo

humanístico a lo largo de los siglos.

Tal como explica Jelin (2005), para el siglo XIX en el continente

americano, la legislación sobre la familia heredó esa concepción patriarcal,

donde el jefe (hombre) se apropia el derecho a decidir sobre todo lo

relacionado a sus familiares. Se estableció como una obligación el deber de

subordinación de la mujer hacia su padre primero y a su marido después.

Las mujeres no eran ciudadanas plenas ni tenían competencia legal, se las

definía como dependientes, necesitadas de tutela, así como incapaces deconducir actividades públicas por sí mismas. Las normas católicas se

aplicaban al vínculo matrimonial, visto como indisoluble, tanto la sexualidad

como la virginidad eran obligatorias para la mujer que se entregaba en

matrimonio.

Por su parte, Castañeda (2010), afirma que a principios del siglo XX

se fueron dando sucesivas reestructuraciones productivas, impulsadas por

avances técnicos e industriales. La legislación amparaba la desigualdad de

género en el matrimonio así como la incapacidad de las mujeres en

actividades productivas. Sin embargo, se las obligaba a la crianza de sus

hijos, así como a los trabajos hogareños.

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Esta situación manifestaba la división sexual del trabajo entre hombres

en contraste con las mujeres, adjudicándole al hombre lo productivo y a la

mujer lo reproductivo. Para ese momento se le aseguraba al hombre el

salario suficiente para mantener a su esposa e hijos. La mujer cuando podía

trabajar se justificaba simplemente porque había ausencia de la figura

masculina o como complemento. Así se visualizó a la mujer; como un ingreso

complementario reflejando claramente las reglas sexistas del mercado

laboral para esa época.

Para la segunda mitad del siglo XX, se empiezan a ver cambios

debido a la industrialización y la urbanización acelerada; aumentó la tasa de

participación femenina en la fuerza de trabajo, así como también,

aumentaron sus niveles de educación. Esto trajo consigo un escenario

apropiado para avanzar en la legislación y en las políticas públicas de

reconocimiento de derechos tanto económicos, sociales así como culturales

para las mujeres. Se avanzó significativamente en la ratificación de tratados

internacionales por la inclusión laboral de las mujeres, dando lugar a

transformaciones en el trabajo globalizado, coadyuvando a la no

discriminación laboral de las mujeres al finalizar el siglo XX.

II. SITUACION ACTUAL DE LA MUJER TRABAJADORA:

a) Dimensión Internacional:

Tomando en cuenta el escenario histórico descrito, es importante

hacer mención de los avances que en las últimas décadas se han logrado en

relación con la participación laboral de las mujeres en el mundo.

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Primeramente, la Oficina Internacional para el Trabajo OIT (2010),

explica que en Latinoamérica, ciertamente hay cambios positivos en relación

con la participación de la mujer en el empleo. Pero ¿ha mejorado sus

condiciones en el empleo? Las mujeres siguen encontrándose

predominantemente con ciertos tipos de ocupaciones estereotipadas en

diversos sectores. Han prevalecido, las tareas mal pagadas, de baja

capacitación, así como la probabilidad de asumir otros empleos a tiempo

parcial o eventual, haciendo a las mujeres más susceptibles en contraste con

los hombres, a la pobreza y a la exclusión social.

De igual forma, la Organización de los Estados Americanos OEA

(2010) asume que actualmente se ha reforzado la participación de la mujer

latinoamericana en el empleo remunerado, lo cual no se ha debido sólo a

factores o a condicionamientos económicos, sino como respuesta a cambios

en las percepciones, en las aspiraciones de las mujeres respecto a su papel

en la sociedad, así como a sus prioridades en la vida. También indica que

las mujeres que han culminado sus estudios superiores, difícilmente

consiguen romper el llamado “techo de cristal” impidiendo alcanzar puestos

de máximo nivel directivo o profesional. La participación de la mujer en latoma de decisiones sigue siendo una de las áreas más renuentes a la

igualdad de género. Evidencias muestran que cuanto más alto es el puesto,

más flagrante ha resultado la diferencia por razón del género: las mujeres

ocupan un mínimo porcentaje de los puestos de máximo nivel en las grandes

empresas privadas en América Latina.

Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe

CEPAL (2010), se refiere al desarrollo de la participación de la mujer en

América Latina y Venezuela en la etapa reciente de la globalización, en la

cual se han agudizado otras desigualdades relacionadas con el mercado

laboral, haciendo surgir marcadas diferencias en las características del

empleo, según el sector de inserción laboral, dificultando así la integración de

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las mujeres más que a los hombres. Esto se debe en una proporción, a las

elevadas brechas de productividad entre los diferentes sectores productivos,

así como al hecho de que la institucionalidad socio laboral solo abarca una

proporción cada vez menor de la fuerza laboral. El resto está compuesto por

el sector informal, el cual representa en la región una proporción muy alta de

la población activa, quienes no acceden a la institucionalidad laboral, estando

caracterizadas tanto por una elevada precariedad, bajos ingresos como por

escasa protección social.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL

(2010) afirma que en la mayoría de los cargos tanto de nivel de gobierno

(presidencias, ministerios) como los de elección popular (alcaldías,

gobernaciones, poder legislativo y judicial) existe todavía una mayoría

abrumadora de hombres ejerciendo cargos en los cuales toman decisiones

importantes para el bienestar de los países y sus ciudadanos. Si bien las

estadísticas reflejan logros, respecto a años anteriores, se evidencia

discriminación laboral hacia la mujer a todos los niveles de participación

laboral.

b) Dimensión Nacional:

En Venezuela, se han venido mostrado progresos en la lucha de los

derechos socio laborales para las mujeres trabajadoras, manifestándose en

la aprobación de una nueva Constitución de la República Bolivariana de

Venezuela en el año 1.999, siendo la primera en el mundo en utilizar un

lenguaje no sexista, reconociendo en su Artículo 88, a los hombres y mujeres

como iguales ante la ley, así como también valoriza el trabajo del hogar

como una labor que genera crecimiento económico y social a la nación.

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Se ratifica el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista

2007-2013. El cual refiere en su 2da Directriz la Suprema Felicidad Social,

que todos vivamos en igualdad de condiciones a través de un modelo social

incluyente, productivo, humanista y endógeno. Establece objetivos,

estrategias así como políticas; contribuyendo tanto a la superación de las

brechas de género, la exclusión, la promoción del desarrollo humano como

la consolidación familiar integral. Igualmente, el Proyecto Nacional Simón

Bolívar, refiere en su 4ta Directriz, el Modelo Productivo Socialista, en el cual

reconoce la posición de la mujer en la generación de un nuevo modelo

productivo, eliminando toda forma de discriminación hacia ella, permitiendo la

participación activa de la mujer en cada uno de sus objetivos, estrategias ypolíticas.

La Ley Orgánica del Trabajo (1.997), garantiza la igualdad de deberes

y derechos tanto para hombres como para mujeres en cuanto al acceso al

empleo en igualdad de condiciones, estabilidad laboral, relación laboral,

condiciones laborales, remuneración igualitaria, organización sindical así

como en sus derechos colectivos. Haciendo especial énfasis en la protección

laboral de la Maternidad y la Familia.

De la misma forma, fue aprobada la Ley Orgánica sobre el Derecho de

las Mujeres a una vida libre de violencia (2007), la cual promueve, garantiza

y crea las condiciones para erradicar toda forma de violencia contra la mujer

en cualquier ámbito de su vida. Incluyendo toda forma de violencia que

condicione el acceso a un trabajo digno, así como también la existente en los

puestos de trabajo. Además brinda orientación, procedimientos legales, así

como las formas de penalización de cualquier situación desmoralizante en el

trabajo de la mujer.

Según el Instituto Nacional de Estadística INE (2001), las mujeres

representan la mayoría de la fuerza de trabajo en Venezuela, aunque, las

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mujeres todavía siguen representando una mayor participación que los

hombres en el sector informal de la economía, coincidentemente las mujeres

siguen representando una minoría en los cargos de poder tanto en la

administración pública como en la empresa privada. Se evidencia

discrepancias entre la participación laboral de la mujer, por cuanto su nivel

de estudios es superior al de los hombres en todos los niveles educativos.

c) Dimensión Social:

La situación social de la mujer venezolana ha sido el producto de

diferentes modelos de desarrollo cultural y económico que han generado

inequidad y discriminación.

Tal como plantea Martínez (2009), esta situación determina la

participación de la mujer en Venezuela, la cual es producto de las decisiones

de los hogares a fin de maximizar la renta personal y decisiones compatibles

con la teoría del capital humano.

Para la OEA (2010) actualmente se ha reforzado la participación de lamujer en el empleo remunerado, lo cual no se ha debido sólo a factores y

condicionamientos económicos, sino que responde también a cambios en las

percepciones y aspiraciones de las mujeres con respecto a su papel en la

sociedad y a sus prioridades en la vida.

La OIT (2010) explica que ciertamente, hay cambios positivos en

relación con la participación de la mujer en el trabajo. Pero ¿ha mejorado

sus condiciones en el empleo? Las mujeres siguen encontrándose

predominantemente con ciertos tipos de ocupaciones en diversos sectores.

Han prevalecido, las tareas mal pagadas y de baja capacitación, y la

probabilidad de tener que asumir empleos a tiempo parcial o eventual las

hace más susceptibles que los hombres a la pobreza y a la exclusión social.

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De igual manera, la Comisión para la Eliminación de todas las formas

de Discriminación contra las Mujeres CEDAW (1981) define en el artículo 1

de la Convención a la discriminación como “toda distinción, exclusión o

restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado

menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,

independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del

hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales

en las esferas política, económica, social, cultural y civil, o en cualquier otra

esfera”.

Refiere el mismo autor, en el artículo 11 de la Convención, la adopción

de todas las medidas posibles para eliminar toda forma de discriminación

contra la mujer en el ámbito laboral, con el fin de asegurarle los mismos

derechos en igualdad de condiciones con los hombres, haciendo especial

énfasis en aspectos relacionados al acceso y mantenimiento del trabajo.

En primer lugar, hace mención sobre el derecho al trabajo como

derecho inalienable de todo ser humano. En segundo lugar refiere el derecho

que tienen las mujeres a las mismas oportunidades de empleo, utilizando los

mismos criterios de selección tanto para hombres como para mujeres. En

tercer lugar, menciona el libre derecho de las mujeres para elegir libremente

su profesión, empleo, derecho a los ascensos, estabilidad laboral,

prestaciones sociales, así como a la formación profesional de la misma forma

que los hombres. En cuarto lugar, reseña el derecho de las trabajadoras a

igual remuneración, así como a las mismas condiciones para evaluar su

desempeño laboral en igualdad con los hombres.

En quinto lugar, manifiesta el derecho de las trabajadoras a la

seguridad social, seguros, jubilaciones, desempleo, enfermedad, invalidez,

vejez, vacaciones, entre otros. En sexto lugar, refiere el derecho de las

trabajadoras a proteger su salud, seguridad y medio ambiente de trabajo. En

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séptimo lugar prohíbe la pena hacia las trabajadoras relacionadas al

embarazo, reposos, licencias de maternidad, así como sanciona los despidos

por estas causas. En octavo lugar, implanta la licencia de maternidad con

sueldo pagado, prestaciones sociales, antigüedad y beneficios laborales para

las mujeres.

En noveno lugar, alienta el suministro de los servicios sociales de

apoyo necesarios para conciliar las obligaciones familiares con las

responsabilidades del trabajo, así como la creación de una red de servicios

destinado al cuidado de los hijos. En decimo lugar, proteger a la mujer

embarazada en tipos de trabajo que representen un riesgo para su salud. En

último lugar especifica que estas condiciones especificadas en las

legislaciones de los países, debe ser revisada constantemente, así como

ampliada según las necesidades de sus trabajadoras.

d) Dimensión Económica:

Para el MSDS e Inamujer (2003), la participación de las mujeres en la

producción de bienes y servicios se realiza mediante el empleo o trabajo

remunerado formal o informal (actividad económica) o como trabajadoras no

remuneradas (quehaceres del hogar, cuidadoras de familiares, voluntarias).

Según las proyecciones del INE para el 2009, las mujeres conforman

poco más del 50% de la fuerza de trabajo en Venezuela reflejándose en el

gráfico nro. 1.

Gráfico Nro. 1: Estimación de Fuerza Laboral para 2009 (INE)

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En ese porcentaje de mujeres en la fuerza de trabajo, tenemos que el

39,30% de las mujeres se encuentran activas y el 70,63% todavía están

inactivas, en contraposición con el 60,70% de los hombres activos y una

minoría inactiva. Véase el gráfico nro. 2.

Grafico Nro. 2: Fuerza de Trabajo

Es importante señalar que de esta situación de inactividad en las

mujeres un gran porcentaje de ellas (98,66%) se dedica a los quehaceres del

hogar, mientras que una cantidad mínima de hombres (1,34%) se dedica a

esta actividad mientras está inactivo. Las féminas inactivas representan un

mayor porcentaje que los hombres en cuanto a los estudios, como muestra el

gráfico nro. 3.

Gráfico Nro. 3: Fuerza de Trabajo Inactiva

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Los datos también aportan información sobre el nivel de estudios entre

hombres y mujeres. Se observa que las mujeres han logrado mayores

números que los hombres en la educación media, TSU y universitaria.

Situación interesante porque a pesar de su mayor participación en estudios

de nivel superior, sigue menor su actividad en la Fuerza laboral,

observándose en el gráfico nro. 4.

Gráfico Nro. 4: Fuerza de Trabajo por nivel educativo

Respecto al sector productivo al cual están incorporadas las mujeres y

los hombres, encontramos que las mujeres ocupan un 41,14% en el sector

formal y un 36,37% en el sector informal, en contraposición con los hombres,siguen reflejando mayores niveles de participación en los 2 sectores,

mostrándose en el gráfico nro. 5.

Gráfico nro. 5: Sector Productivo

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CONCLUSIONES

A partir de la revisión y el análisis realizado a textos, documentos y

estadísticas, se observa que la mujer ha venido mostrando mayor

participación en la medida en que la sociedad así se lo permitió, rompiendo

esquemas y paradigmas culturales.

En este proceso de investigación, se analizaron las distintas

dimensiones del problema planteado. Si bien se pudo evidenciar que existe

un marco legal óptimo para brindar excelentes condiciones en el trabajo para

la mujer, éste no es suficiente. También se corroboró que la mujer sigue

siendo objeto de discriminación para acceder al mercado de trabajo ymantener un trabajo decente sin las condiciones óptimas para su desarrollo

personal y familiar. A pesar de tener mayores niveles de educación y

profesionalización, la mujer se sigue encontrando con dificultades en el

acceso al trabajo, para los ascensos, en la representación de cargos de

jerarquía tanto en empresas públicas como en privadas. Así mismo se

demostró que la mujer además de trabajar, realiza los quehaceres del hogar,

cría a sus hijos y atiende a familiares, lo cual no está socialmente valorizado,

restándole las condiciones para desarrollarse plenamente.

RECOMENDACIONES FINALES

Definitivamente para superar la discriminación laboral de la mujer, así

como garantizarle mejores condiciones para su desarrollo como trabajadora,

no depende de un solo factor o responsable.

Por tanto, dependerá de que el colectivo organizado, el sector

empleador tanto público como privado, aborde bajo una perspectiva

integracionista el tema de la discriminación laboral de género, tomando en

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cuenta cada uno de los escenarios y empezando un plan de acción en

conjunto para la puesta en marcha de:

• Campañas de concienciación a los sectores sociales y económicos

contra la discriminación laboral de género.

• Planes de promoción de empleo dependiente (sector público y

privado) e independiente (socio productivo o asociado) para las

mujeres.

• Conformación de mesas de trabajo interinstitucionales, así como

mesas tripartitas.

• Involucrar a las mujeres trabajadoras, sindicatos y a todas las

organizaciones de mujeres en discusiones relacionadas a las

condiciones presentes en sus puestos de trabajo.

• Discusión colectiva del marco legal sobre el trabajo y la discriminación

de género. Con el fin de analizar las leyes y presentar propuestas para

la derogación o ampliación de los derechos laborales de las mujeres.

• Desarrollo de investigaciones para la superación de la discriminación

en el acceso al trabajo y las condiciones en el mismo.

• Implemento de programas para la participación activa de las mujeres

en sus puestos de trabajo

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Castañeda, Nora. (2010) “El trabajo socio productivo. En el marco de la

economía social y la igualdad y equidad de género”. Revista venezolana de

Estudios de la Mujer. Vol. 15, nro. 35.

Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la

Formación Profesional (CINTERFOR / OIT). (2010). “Trabajo Decente para

La Mujer, una propuesta de la OIT para acelerar la puesta en práctica de la

plataforma de acción de Pekín”. Ginebra, Suiza.

Comité para la eliminación de la discriminación de la mujer. (1981).

“Convención sobre la eliminación de todas formas de discriminación contra la

mujer”.

Instituto nacional de Estadística INE. “Fuerza laboral” (Html). Consultado

el día 24/05/11. Disponible en: www.ine.gov.ve

Jelin, Elizabeth. (2005). “Las familias latinoamericanas en el marco de las

transformaciones globales: hacia una nueva agenda de políticas públicas”.

Reunión de expertos CEPAL.

Martínez, Ángel. (2010) “Determinantes de la participación laboral femenina

en Venezuela: un modelo probit para el año 2005”. Revista venezolana de

Estudios de la Mujer. Vol. 15, nro. 35.

Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS) / Instituto Nacional de la

Mujer (Inamujer). (2003) “Plan nacional de Igualdad de oportunidades paralas mujeres”. Caracas, Venezuela.

Observatorio Bolivariano de Género. (2009). “Políticas Públicas dirigidas

hacia las mujeres. Resultados 1.999 - 2.009”. Caracas, Venezuela.

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http://www.ine.gov.ve/

http://www.ine.gov.ve/



Organización de los Estados Americanos (OEA) / Departamento de

Desarrollo social y empleo (SEDI). (2009) “La Institucionalización del

enfoque de Género en los Ministerios del Trabajo de las Américas”.

Washington DC, Estados Unidos de América.

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