artfculos - moderna.historicas.unam.mx

74
ARTfCULOS

Upload: others

Post on 24-Jun-2022

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

ARTfCULOS

Page 2: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

LOS INDIOS VOLUNTARIOS DE FERNANDO VIIVirginia Guedea

La caída de México- Tenochtitlan en poder de Hernán Cortés y laconsecuente destrucción de la casta militar mexica significaron elprincipio del fin de la corta pero vigorosa tradición guerrera de loShabitantes indígenas del Valle de México. Entre 1521 y 1530 algu-nos de loS naturales de esta Zona participaron en varias expedicionesmilitares,]. como las emprendidas por Pedro de Alvarado, Nuño Bel-trán de Guzmán, Francisco de Montejo el joven o el mismo Cortésa las Hibueras, pero en lo suCesiVo no volvieron a tener ocasión dededicarse a actividades relacionadas con la guerra. La política quesiguió el gobierno español con las regiones conquistadas fue la de nopermitir que se armara la población -sobre todo la indígena- yevitar la creación de fuerzas militares que no fueran las estrictamenteindispensables.. En poCas regiones se siguió más riguroSamente estapolítica que en la capital del virreinato y sus alrededores, por lo quefue muy poCO lo que en ella sobrevivió de la tradición guerrera, tan-to del indígena conquistado como del conquistador españ01.2

A pesar de que las fuerzas armadas noVOhispanas debían desem-peñar no SÓlo actividades estrictamente militares, como las de ex-pansión y defensa de la colonia, Sino también funciones policíacas,como el mantenimiento del orden público y la vigilancia de la pO-blación civil, durante más de doS siglos SÓlo se mantuvieron cuerposorganizados de manera permanente en determinados lugares. En laszonas de frontera, amenazadas de continuo por levantamientos in-dígenas o por incursiones de tribus no sometidas; en las CoStas, paraprotegerlas de alguna posible invasión o de ataques piratas, y en lacapital, donde se contaba con la pequeña guardia de Corps del vi-rrey, la que desempeñaba funciones casi exclusivamente ceremonia-les. De hecho, el centro de la Nueva España llevó una existencia casisiempre pacífica, dedicado primordialmente, Como lo exigía su con-

1 Charles Gibson, Lo.s azteca.s bajo el dominio español (1519.1810), trad. deJulieta Campos, México, Siglo XXI Editores, 1967, 533 p., ils., p. 81.

2 Christon I. Archer, The Armr in Bourbon Mexico, 1760.1810, Albuquerque,University of New Mexico Press, 1977, 366 p., ils., p. 8.

Page 3: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

12 VIRGINIA GUEDEA

dición de colonia, a la explotaci6n de sus enonnes recursos naturales.Cuando algún peligro, interno o externo, llegaba a amenazar la pazde determinada región donde no hubiera fuerzas annadas o ffitas nofueran suficientes, o cuando había necesidad de ejercer una mayorvigilancia en el mantenimiento del orden público, se recurría al ex-pediente de levantar milicias locales. Éstas se integraban con los ve-cinos del lugar, a los que se daba alguna instrucción en el manejo delas annas y quienes, en caso necesario, prestaban sus servicios por untiempo limitado y sin salir de la provincia, de acuerdo con la obli-gación que tenía todo súbdito novohispano de acudir a servir en de-fensa del rey y del reino. Durante largos años no hubo necesidad deimplantar otras medidas, ni siquiera en los casos, que no fueron po-cos, de rebeldía de algunos grupos indígenas.

En 1692, cuando la tenible escasez de alimentos que se padecíaen la ciudad de México ocasionó un motín entre las clases meneste-rosas, compuestas en su inmensa mayoría por indios, las autoridadesde la capital no contaban con una fuerza suficiente para controlarlo.Fue entonces cuando se organizó por primera vez en ella un cuerpoannado pennanente compuesto por los vecinos, que se integró conindividuos pertenecientes al comercio ya los distintos gremios, quie-nes habían sido los más afectados por el motín y quienes habían acu-dido a sofocarlo. Al saber la sucedido, el monarca español consider&prudente la regularizaci6n de esta fuerza y, por una real cédula del18 de febrero de 1693, concedió a los comerciantes de la capital de:la Nueva España la fonnación de un Regimiento del Comercio, cuer-po que debía ser fmanciado y quedar bajo la responsabilidad derConsulado de México.8 Pero la creación de este cuerpo y la de al-guno otro semejante no alteró mayonnente la situación que existíaen la Nueva España ni significó un viraje importante en la política-de la Corona respecto a la fuerza militar con que debía contar la'colonia.

Todo esto cambió con el advenimiento de los BOrbones al trono.de España, sobre todo a partir de la toma de La Habana y de'Manita por los ingleses en 1762, lo que puso de manifiesto la necesi-dad de que las colonias españolas estuvieran en condiciones de defen-derse por sí mismas de cualquier amenaza, ya fuera externa o inter-na. El gobierno peninsular se vio obligado entonces a recurrir a una;~

s ]bidem, p. 168, y María del Cannen Velázquez, El estado de guerra en Nue-

va España ]760.]808, México, El Colegio de México, 1950, 250 p., ils. y mapas,.n QI)

Page 4: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

13LOS INDIOS VOLUNTARIOS

nueva estrategia: la de establecer en ellas fuerzas regulares y perma-nentes que pudieran actuar en forma coordinada y eficaz ante cual-quier emergencia. La creación de un ejército regular novohispanosería una más de las reformas en la organización del virreinato lle-vadas a cabo durante el gobierno de Carlos III.4

Sin embargo, una vez tomada esta decisión, el gobierno de la me-trópoli se enfrentó a un serio dilema. Por varias y muy importantesrazones, entre las que destacaban las económicas, no le era posible elenvío de tropas peninsulares en número suficiente para constituirel grueso del ejército novohispano, lo que hubiera sido la maneramás rápida y fácil de alcanzar su objetivo. Pero integrarlo mayorita-riamente con los naturales de la Nueva España no parecía una me-dida prudente dada su circunstancia colonial y, por otra parte, latarea de organizar y adiestrar a quienes, en general, carecían de unatradición militar costaría tiempo, dinero y esfuerzo. Para resolver elproblema se intentó combinar ambas alternativas y así fue como,"además de haber mandado algunos regimientos de España, se fue-ron formando los cuerpos veteranos y milicias provinciales".5

Estas milicias que, como ya vimos, existían desde los inicios dela colonia, bien organizadas y disciplinadas debían constituir el grue-so de las fuerzas armadas novohispanas. No se pretendía, claro está,que alcanzaran el profesionalismo de las tropas regulares; pero, almenos en teoría, la solución parecía atinada. Después de todo, la co-lonia no se hallaba en estado de guerra. Se trataba simplemente depreparar fuerzas armadas que pudieran defenderla con eficiencia encaso de alguna invasión o de alguna revuelta y no de organizar fuer~, , -, ..zas ofensivas. ,~;:,~;["

Para la integración de las fuerzas armadas novohis~~ taI\tpregulares como milicianas se pensó siempre en recurrir primerarilentea los peninsulares que radicaban en la coloni~ ya los criollos. Haci~la segunda mitad del siglo xvm~ los españoles americanos constituíanya un grupo numeroso y en ellos se suponía, a causa de los lazos desangre y las ligas de tipo económico, una mayor lealtad hacia la pe-nínsula y una mayor comunidad de intereses con ella que en los otroshabitantes de la coloniá, a excepci6Í1 de los españoles europeos. Sinembargo, la polÍtica de integrar estas fuerzas con peninsulares y crio-Ilos no resultarla fácil debido a numerosos rilotivos, como el reducido

~ Q¡. Archer, op. cit.. p. 4, 9-10.5 Lucas Alamán, His.eoria de Méjico, 5 v., 2. ed., México, Editorial JUI, 1968,

t. I, p. 57.

Page 5: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

14 VmGINIA GUEDEA

número de peninsulares, la desigual distribución de los distintos gru-pos étnicos en el territorio del virreinato y la falta de interés de mu-chos de los criollos por dedicarse al servicio de las armas, exceptocuando se trataba de cargos militares de importancia. El hecho deque se mostraran interesados en alcanzarlos se debía a una buena do-sis de vanidad por lo que implicaba de prestigio social y económico,pero principalmente a las ventajas que se tenían al gozar del fueromilitar.6 Esto provocó que los cargos de mayor autoridad se ocupa-ran bien pronto por peninsulares y por criollos, mas subsistió el pro-blema de integrar en su totalidad los cuerpos armados. Fue así comose dio cabida en sus filas a los demás grupos étnicos que componíanla población colonial, aunque se procuró, en la medida de lo ~ible,exceptuar a los negros ya los indios, en quienes no se tenía suficienteconfianza y de quienes se temía algún disturbio una vez que se vie-ran armados.7

Con todo, no fueron pocos los indígenas que sirvieron militar-mente, como había ocurrido desde los inicios de la colonia. Tantolos indios milicianos en el norte, que auxiliaban en la defensa de lasfronteras, como los indígenas que componían cuerpos de milicias enYucatán prosiguieron prestando servicios militares de importancia.Todos ellos estaban exentos de pagar tributo para así recompensarsus servicios.

Los negros y las castas tampoco quedaron del todo fuera del servi.cio militar. En regiones de clima extremoso, sobre todo en las costas,su participación continuó siendo indispensable, entre otras razonesporque resistían sin problemas los rigores del clima. Así pues, tambiéncuerpos de milicias compuestos exclusivamente de negros o pardos, alos que asimismo se les exentó del pago del tributo en recompensaa los servicios que prestaban.

En la capital del virreinato y en alguna otra ciudad de impor-tancia se formaron nuev~ compañías de milicias urbanas. En Méxi-co estas compañías se compusieron en su mayoría de artesanos, yaque el comercio de la ciudad continuaba contando con su propio re-gimiento. A pesar de la numerosa población capitalina, casi nuncase pudo tener completos a los cuerpos armados, tanto los de miliciascomo los de tropas regulares, porque la inmensa mayoría de los ha-bitantes de la ciudad no parecía tener ningún interés en alistarse

6 Ch. Archer, op. cit., p. 137.

1 Ibidem, p. 11.

Page 6: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

15LOS INDIOS VOLUNTARIOS

en sus filas.8 El mismo Regimiento del Comercio adolecía de este pro-blema, ya que los comerciantes más importantes no deseaban servirpersonalmente y recurrían a la práctica de utilizar alquilones, indi-viduos pagados para sustituirlos en las funciones militares.9 Esta faltade interés planteó un problema realmente serio para las autoridadesencargadas de llevar a cabo el reclutamiento, quienes en varias oca-siones se vieron obligadas a recurrir a medidas extremas, entre ellasla leva forzosa, para alcanzar su objetivo. Esto fue causa de que secometieran muchas injusticias, principalmente con individuos perte-necientes a los estratos socio-económicos más bajos, los más indefen-sos siempre, injusticias que en algunos casos redundaron en el enri-quecimiento de varias de estas autoridades, las que a veces parecíanestar dedicadas más a la extorsión de estos infelices que a su alista-miento en los distintos cuerpos militares. Esta actitud de los encar-gados del reclutamiento y el descontento que provocaba se hallan des-critos con toda claridad en dos representaciones que José Antoniode Alzate dirigiera al virrey marqués de Branciforte para pedirle pu-siera remedio a tan detestable práctica!O

La falta de personas dispuestas a servir ocasionó que se echaramano de quien se pudiera, sin demasiadas exigencias. No pocos in-dividuos cuya conducta había sido realmente antisocial, incluso ver-daderos criminales, llegaron a formar parte de las fuerzas armadasy esto provocó algunas veces problemas entre ell06 y el resto de lapoblación, principalmente en los casos en que algunos de estos cuer-pos desempeñaban funciones de policía, como sucedió en la ciudadde México.11 Con todo, dejando a un lado los problemas entre los dis-tintos cuerpos militares y la población civil, el hecho fue que loshabitantes de la Nueva España, en particular los de la capital, se fue-ron acostumbrando a la presencia cotidiana de las fuerzas armadas.1z

Los problemas a los que España se enfrentaba con las demás po-tencias europeas continuaron determinando en buena medida la po-lítica que la metrópoli seguía con sus colonias, sobre todo en relacióncon las fuerzas armadas que en ellas se habían levantado. No es ca-sual el hecho de que la mayoría de los virreyes de la Nueva España

8 lbidem, p. 147. (9 Lyle N. MacAlister, The "Fuero Militar" in New Spain 1764-1800, Westpo~t,

Connecticut, Greenwood Press, Publishers, 1957 (reimpreso en 1974), 117 p., p. 33.10 Ch. Archer, op. cit., p. 149-150. Representaciones de José Antonio de Alzate

al virrey del 16 de diciembre de 1796 y del 13 de julio de 1797, en Archivo Generalde la Nación (en adelante AGN), Historia, v. 44, exp. 18, f. 453-456v.

11 lbidem, p. 255.12 M. C. Velázquez, op. cit., p. 143 y 145.

Page 7: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

VIRGINIA GUEDEA

durante la segunda mitad del siglo xvm fueran militares de carrera.Esto se debió a que su función de capitanes generales cobró por en-tonces mucho mayor importancia. En 1797, al saberse que de nuevohabía estallado la guerra entre España e Inglaterra, se movilizaronen la Nueva España varios de los regimientos de milicias, a l~ quese les ordenó unirse a los cuerpos del ejército acampad~ en Córdoba,Orizaba, Jalapa y Perote para encargarse de la defensa de Veracruz.Mientras tanto, otras unidades formaron el ejército del Norte, cuyocentro fue San Luis Potosí, para rechazar cualquier amenaza que sepresentara por aquel lado, movilización que durarÍa hasta mediadosdel año siguiente.18 En 1805 se inició una vez más la guerra entreInglaterra y España, guerra que aquélla extendió al continente ame-ricano al lanzarse al ataque de Buenos Aires. Esto provocó otra mo-vilización de tropas en la Nueva España, llevada a cabo por el virreyJosé de Iturrigaray, quien decidió acantonar cuerpos regulares y demilicianos, lo que se efectuó nuevamente en Jalapa, Perote y puntosvecinos, reuniéndose cerca de catorce mil hombres.14

La integración de estas fuerzas tampoco fue fácil. Se tuvo querecuriir a una leva cuyo rigor fue excesivo y cuyos encargados no sedetuvieron ante consideraciones de ninguna clase para cumplir sucometido. Las restricciones de tipo étnico fueron haciéndose a unlado cada vez más y en julio de 1807 Iturrigaray se propuso unapolítica mucho más flexible. Si no había suficientes blancos, castizoso mestizos que llenaran los requisitos militares, se alistarían otras cas-tas no tributarias; en su defecto se llamaría a los tributarios no indí-genas y, finalmente, a los indios.15 El temor a un posible levanta-miento indígena se veía desplazado cada vez más por el temor a unaamenaza, que parecía más real, de origen externo, que bien podríaser una invasión por alguna potencia europea con la que España es-tuviera en guerra, como era el caso de Inglaterra.

La amenaza externa

A principi~ de 1808 se vieron cumplidos los temores que teníanlas autoridades españolas de que una nación extranjera invadiera al-

13 L. McAlister, op. cit., p. 70-71.14 Alamán, op. cit., t. I, p. 98.11 CJ¡. Archer, op. cit., p. 2~.249, y .'To Serve the King: Military Recruitment

in Late Colonial Mexico", en Hispanic American Historical Review, v. 55, n. 2,mayo 1975, p. 245.246.

Page 8: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

17LOS INDIOS VOLUNTARIOS

guno de sus territorios, pero no sería ningún dominio americano elque correría semejante suerte sino la península, ni sería tampocoInglaterra la potencia invasora sino Francia, hasta ese momento alia-da de España. La invasión de la metrópoli por tropas francesas llevónada menos que a la caída de la casa reinante y puso en grave riesgola existencia misma del Imperio Español. El peligro de que las colo-nias americanas se vieran a su vez invadidas parecía más cercano quenunca, y ello vino a aumentar la preocupación ya existente en laNueva España por contar con fuerzas armadas suficientes para re-chazar con éxito cualquier intento de esta clase.

Las noticias de los distintos y críticos acontecimientos que se su-cedían por entonces en la península comenzaron a llegar a la NuevaEspaña a principios de junio de 1808, cuando se supo de los motinesocurridos en Aran juez que terminaron con la renuncia de CarlOs IV.A fines de mes llegaron noticias de la partida de los miembros de lafamiliar real para Bayona y dd levantamiento del pueblo de Madridel 2 de mayo. Hacia mediados de julio se conocieron en la ciudadde México las renuncias de los distintos individuos de la familia reala la Corona de España e Indias en favor de Napoleón, así como elnombramiento del duque de Berg como lugarteniente general del rei-no. Todas estas noticias, cada vez más alarmantes, provocaron granagitación en el ánimo de los novohispanos. Por otra parte, la desapa-rición de la familia reinante venía a plantear serios problemas parael gobierno colonial y, además, la ocupación de la metrópoli porfuerzas extranjeras hacía imposible esperar su auxilio en caso de cual-quier amenaza armada que se cerniera sobre la colonia. Las autori-dades de la Nueva España se dieron cuenta que debían enfrentarsea esta crisis sin contar con más recursos que los propios.

Tan desgraciados sucesos tuvieron la virtud de provocar una reac-ción general por demás favorable a las legítimas autoridades y de in-mediato comenzaron a hacerse públicas protestas de fidelidad a losmonarcas prisioneros y ofertas de toda clase de personas y propieda-des para el sostenimiento de su causa. En la representación daboradapor el regidor Juan Francisco de Azcárate, que el ayuntamiento dela Ciudad de México entregó al virrey el 19 de julio para hacerle sa-ber su opinión acerca de lo que debía hacerse a causa de las renun-cias de los reyes, se dice que "sus habitantes están dispuestos a sos-tenerlos con sus personas, sus bienes, y [ que] derramarán hasta laúltima gota de su sangre para realizarlo. En defensa de causa tan jus-

z

Page 9: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

18 VIRGINIA GUEDEA

ta, la misma muerte les será apacible, hermosa y dulce"!6 Dos díasmás tarde, el 21 de julio, los gobernadores de las parcialidades in-dígenas de San Juan y de Santiago se dirigieron a su vez al virrey. Leinformaban que las terribles circunstancias en que habían puesto alreino "la renuncia y cesi6n inútil de una corona inalienable por suconstituci6n legal" los obligaban a tomar parte en sus calamidades

públicas:

Bien conocen los indios, señor excelentísimo, que son unos misera-bles destituidos de proporciones para ofrecer un servicio considera-ble, y que tal vez se cree son los ínfimos en el valor y demás virtudesmilitares; pero son los primeros que sacrificarán sus cortos bienes pro-pios y comunes, su reposo y tranquilidad, sus hijos y familias, y hastala última gota de su sangre, por no rendir vasallaje a quien sólo me-rece el justo enojo de nuestra nación.:1T

Según su ofrecimiento, los gobernadores expresaban estos senti-mientos a nombre de más de catorce mil indios de que se componíanambas parcialidades. El escrito termina con las firmas de las autori-dades indígenas, encabezadas por la del gobernador de San Juan, Eleu-terio Severino Guzmán, y la del alcalde presidente Francisco AntonioGalicia. También firmaron Dionisio Cano y Moctezuma y ManuelSantos Vargas Machuca, gobernador de Santiago, entre otros. Lasautoridades de la parcialidad de San Juan no se detuvieron aquí sinoque, para poder hallarse en estado de cumplir su promesa, manda-ron hacer listas de los habitantes de los pueblos y barrios que com-prendía su jurisdicción.:18

Otras corporaciones indígenas hicieron también ofrecimientos se-mejantes. La república de naturales de Querétaro, por medio de sucorregidor de letras Miguel Domínguez, hacía saber que, de ser cier-tas las novedades ocurridas en Europa,

estamos todos los caciques de esta dicha nobilísima ciudad dis-

puestos a plantar diez mil hombres de honda y piedra y demás ar-

16 Representación del Ayuntamiento de México al virrey Iturrigaray, 19 de juliode 1808, en Juan E. Hernández y Dávalo, Colección de documentos para la histo-ria de la guerra de independencia de México de 1808 a 1821, 6 v., México (Biblio-teca de "El Sistema Postal de la República Mexicana") , José María Sandoval,1878-81. v. I. p. 4S3.

1.7 "Ofertas hechas al Exmo. Sr. Virrey por las Parcialidades de Indios de estacapital", 21 de julio de 1808, en Suplemento a la Gazeta de México del sábado 10de septiembre de 1808, publicado el martes 13, t. xv. n. 94, p. 665-666.

18 "Cuaderno de listas de los militares patriotas de esta parcialidad de SanJuan. ..", en AGN, Infidencilzs, v. 82, exp. 41¡, cuad. 21¡, f. 59.

Page 10: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

19LOS INDIOS VOLUNTARIOS

mas que se puedan adquirir en toda la jurisdicción de esta ciudad ;y últimamente estamos resueltos a derramar primero hasta la últimagota de sangre que tenemos que desamparar la defensa de la ley deDios y de nuestro Católico Monarca ( Que Dios Guarde) }9

Poco después, los vecinos de la ciudad de Texcoco y las repúbli-cas de naturales de su jurisdicción ofrecieron igualmente al virrey"sus personas, sus cortos intereses, seis mil indios y todos los vecinosde razón del propio Tezcuco y sus contornos, para que V. E. comoprimer jefe de la nación, cuente con este corto, sincero obsequio",dispuestos todos a defender la religión, el rey y la patria.2O Posterior-mente los indios de Guadalajara también manifestaron estar dispues-tos a sacrificarse por Fernando VII, "ofreciendo alistarse en comúny en particular, para que se les ocupe en cuanto sea compatible consus empleos, sin necesidad de que se les den armas, caball~, manu-tención ni otros auxilios".21

.-\demás de los ofrecimientos de estas corporaciones indígenas,.hubo otros de l~ distint~ ayuntamientos, como fueron los de Vera-cruz, Jalapa y Querétaro o, más tarde, de los vecinos de Guadala-jara.22 Las noticias sobre las abdicaciones de los reyes provocaronreacciones semejantes en Puebla, donde, a decir de su intendenteManuel de Flon, conde de la Cadena, el público se manifest6 entu-siasmado por tomar las armas en defensa de la patria y de la religióny para "guardar estos dominios a su legítimo soberano". flon infor-maba al virrey haber recibido un oficio del cura de Santa Cruz, acom,-pañado de una lista de doscientos cinco hombres; que los veedoresse le habían presentado para hacerle saber que los gremios queríantomar las armas, a los que ofreció alistar, y que los barrios tambiénle habían hecho llegar un oficio anónimo en los mismos términos. El

19 Representación de la República de Naturales de Querétaro al virrey Iturri~garay, Querétaro, 27 de julio de 1808, en Suplemento a la Gazeta de México delmiércoles 31 de agosto de 1808, publicado el viernes 2 de septiembre, t. xv, n. 87.p.624.

20 "Otras ofertas hechas por la ciudad de Texcoco y las repúblicas de Natu-rales de su jurisdicción", septiembre de 1808, en Suplemento de la Gazeta de Méxicodel miércoles 14 de septiembre de 1808, publicado el viernes 16, t. xv, n. 96, p. 677.

n "Noticia de las ofertas que han hecho algunos Cuerpos, vecinos e Indiosde Guadalajara. ..", s. f., en Gazeta extraordinaria de México del viernes 18 de nO-viembre de 1808 por la tarde, t. xv, n. 127, p. 884.

22 Representación del Ayuntamiento de Jalapa al virrey Iturrigaray, 20 de ju-lío de 1808, y Representación del Ayuntamiento de Querétaro al mismo virrey,30 de julio de 1808, en Genaro García, Documentos históricos mexicanos, 7 v.,México, Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, 1910, v. 11, p. 35.37y 43. Véase también la Gazeta de México del viernes 18 de noviembre de 1808 porla tarde, t. xv, n. 127, p. 884.

Page 11: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

20 VIRGINIA GUEDEA

intendente le comunicaba también a lturrigaray que había suspen-dido los alistamientos por las noticias favorables que se habían reci-bido de España a fines de julio, pero le expresaba su parecer de "queno puede tener V. E. ocasión más oportuna que la que se presenta,por el pedimento de los barrios de esta ciudad, para hallarse con unejército formidable y bien disciplinado", pues la conducta de los po-blanos sería imitada bien pronto por todos los habitantes del reino.23

No obstante las buenas noticias a las que aludía el conde de laCadena, recibidas el 29 de julio en la capital, sobre el levantamientodel pueblo español contra los franceses y que ocasionaron un granregocijo popular que duró varios días, los sentimientos de patriotis-mo y el espíritu marcial que animaba a los novohispanos, y en par-ticular a los de la ciudad de México, no se vieron disminuidos. El1 de agosto, día en que lturrigaray declaraba la guerra a Francia,el Real Cuerpo de Minería ofreció al virrey dar cien piezas de ar-tillería de campaña y levantar ocho compañías de ochenta hombrescada una.24 lturrigaray decidió aprovecharse de este fervor patrió-tico y espíritu marcial que animaba a la población capitalina, mani-festados con marchas muy ordenadas llevadas a cabo durante los tresdías de festejos por las buenas nuevas. Ordenó entonces la creaciónde un nuevo cuerpo militar, llamado de Voluntarios de FernandoVII, y el 6 de agosto dio a conocer las disposiciones para su orga-nización. Los ayudantes de la plaza, Francisco Barroso y el condede Columbini, formarían las nóminas de las personas que se presen-tarían voluntariamente a adiestrarse en el manejo de las armas, lasque no serían molestadas sino cuando se les impartiera instrucción.25En la formación de estos cuerpos se seguía el ejemplo de la metrÓ-poli, donde era constante la organización de voluntarios para pelearcontra el francés, animados por las proclamas que desde su prisiónemitía el cautivo Fernando, como la fechada en Bayona el 7 de mayo,por la que exhortaba a sus vasallos a tomar las armas en defensa desus personas, de sus hogares y de su honor .26

23 El conde de la Cadena al virrey Iturrigaray, Puebla, 8 de agosto de 1808,en Suplemento a la Gazeta de México del miércoles 14 de septiembre de 1808, pu-blicado el viernes 16, t. xv, n. 96, p. 676-677.

2~ Oferta del Real Cuerpo de Minería al virrey Iturrigaray, 1 de agosto de1808, en J. E. Hernández y Dávalos, op. cit., t. I, p. 505-506.

2¡; "Disposiciones del Excmo. Sr. virrey sobre la creación del nuevo Cuerpo Mi.litar de Voluntarios de Fernando VII, en Suplemento a la Gazeta de México delsábado 6 de agosto de 1808, publicado el domingo 7, t. xv, n. 74, p. 545.546.

28 Proclama de Fernando VII, Bayona, 7 de mayo de 1808, en Gazeta de M é-xico del miércoles 12 de octubre de 1808, t. xv, n. 111. P. 767.

Page 12: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

21LOS INDIOS VOLUNTARIOS

Estas compañías de voluntarios no serían exclusivas de la capital.Félix María Calleja, comandante de la décima brigada de milicias,formó una compañía de caballería en San Luis Potosí a petición delos cajeros de su comercio, para lo que contó con la aprobación delvirrey.27 Desde Guadalajara, el regente de la audiencia, Roque Abar-ca, el 6 de septiembre informaba al virrey que había publicado unbando a principios del mes para el alistamiento de voluntarios y queen d~ días y medio se había alcanzado la cifra de dos mil quinientassesenta personas.28

A pesar de los ofrecimientos hech~ por los gobernadores y otrasautoridades indígenas de varias partes del virreinato, no se consideróoportuno incluir a los indios en los nuevos cuerpos. Un ejemplo deesta política de exclusión lo encontramos en Puebla, donde por or-den del virrey del 13 de agosto se inició el alistamiento de tropas. Elintendente dio aviso a Iturrigaray de que hasta el 6 de septiembrese habían alistado mil setecientos ochenta y dos individuos, "pero enellos están muchísimos tributarios y otros que por sus edades debenexcluirse".29 La desconfianza que hacia los indios tenían las autori-dades se vio fortalecida por incidentes como el sucedido al mismoconde de la Cadena, quien informó al virrey que, al saber de lasrenuncias de los reyes, los indios se habían resistido al pago del tri-buto "diciendo que no tenían rey", aunque por fortuna había podi-do calmarlos.3° Esta desconfianza se puso de manifiesto en la juntade autoridades que en la capital celebró Iturrigaray el 9 de agostopara resolver lo que debía hacerse por la ausencia del monarca. Enella hubo una discusión sobre el significado de la palabra soberaníaentre el oidor Guillermo de Aguirre y el regidor Juan Francisco deAzcárate, del ayuntamiento de la ciudad, en la que el primero noaclaró más su concepto "a causa ( según se entendió entonces poralgunos y explicó después el mismo oidor Aguirre) de que estabanpresentes los gobernadores de las parcialidades de indios, y entre ellos

27 "Solicitud de los Cajeros de San Luis Potosí para formar una Compañía de-Voluntarios de Fernando VII", en Suplemento a la Gazeta de México del lniércoles;31 de agosto de 1808, publicado el viernes 2 de septiembre, t. xv, n. 87, p. 626.

28 "Razón de los alistados voluntarios de nuestro amadísimo soberano Fernan-do VII", en Suplemento a la Gazeta del lniércoles 14 de septiembre de 1808, pu-blicado el viernes 16, t. xv, n. 96, p. 675.

29 El conde de la Cadena al virrey Iturrigaray, Puebla, 6 de septiembre de1808, en ibidem, p. 676.

110 El conde de la Cadena al virrey lturrigaray, Puebla, 6 de agosto de 1808,.

en G. García, op. cit., t. II, p. 50 y L. Alamán, op. cit., t. 1, p. 139.

Page 13: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

22 VIRGINIA GUEDEA

un descendiente del emperador Moctezuma".3:L Entre l~ indígenasasistentes a estas juntas se contaba Eleuterio Severino Guzmán, go-bernador de la parcialidad de San Juan, quien a los pocos días decelebrada esta junta se encargaría de solemnizar debidamente la jurade Fernando VII entre los indios de su jurisdicción.32

Un nuevo cuerpo de voluntarios de Fernando VII se formó porGabriel de Yermo con los individuos que lo ayudaron a apresar aIturrigaray ya los miembros más destacados del bando criollo en lanoche del 15 de septiembre. Casi todos los nuevos voluntarios eraneuropeos del comercio de la ciudad, quienes eligieron ellos mismosa sus oficiales. La conducta de estos individuos dejó mucho que de-sear desde antes de la formación de dicho cuerpo. Durante la pri-siÓn del virrey cometieron numer~os desórdenes en palacio y aunse les acusó del robo de varias alhajas.8s Su altanería fue en aumentoal paso de los días; encargados de custodiar el palacio, a nombre delpueblo, "entraban a la sala del acuerdo y sus capataces pedían impe-riosamente que se dictasen las órdenes que les parecía convenienteexigir",S4 sin obedecer ni siquiera a los oficiales del ejército.'5 Estosvoluntarios se ocuparon de conducir hasta Veracruz al virrey pri-sionero, quien salió de la capital el 21 de septiembre. Igualmente es-coltaron hasta dicho puerto a la virreina, quien inició su viaje el 6 deoctubre."

El problema que plantearon l~ voluntarios organizados por Yer-mo no sería fácil de resolver, no sólo por la prepotencia que habíanadquirido sino porque continuaban dando el servicio de la plaza. Noobstante, el nuevo virrey Pedro Garibay, creyó conveniente retirar-100 y sustituirlos por otra clase de tropa.S7 La orden para que 100 vo-luntarios se retiraran a sus casas se dio el 15 de octubre, justo al mesde la prisión de Iturrigaray, el mismo día en que la Gazeta de Mé-xico publicaba la noticia de que l~ voluntarios, durante los festejospor el cumpleaños del nuevo rey, vestid 00 con su uniforme de gala,

Bl Relación fonnada por el Real Acuerdo de los pasajes más notables ocurridosen las Juntas Generales convocadas por el virrey Iturrigaray, 16 de octubre de 1808,en G. García, op. cit., t. II, p. 137-138.

a2 Oficio de Eleuterio Severino Guzmán al virrey Calleja, ca. 25 de febrerode 1814, en AGN, lnfidencias, v. 82, exp. 4'1, cuad. 49, f. 2v.

83 L. Al .. 166aman, op. at., t. I, p. .3~ lbidem, I. I, p. 182.35 Ch. Archer, The Army in Bourbon Mexico. .., p. 285.86 L Al ..

169.aman, op. Clt., t. I, p. .87 lbidem, t. I. p. 183.

Page 14: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

23LOS INDIOS VOLUNTARIOS

habían paseado el retráto del monarca en un pendón.38 La ordende retiro decía que, habiendo llegado varios cuerpos de tropas a lacapital, "es justo que descansen los voluntarios de Fernando VII delas loables y útiles fatigas que han hecho hasta ahora en el serviciode las armas para la quietud pública". Se añadía que podían retirar-se a cuidar de sus intereses personales y se terminaba dando las gra-cias a nombre del rey y del mismo Garibay.39 A los pocos días, el 19de octubre, se publicó un decreto en honor de los voluntarios, en queuna vez más se daba las gracias "al leal cuerpo del comercio y demásindividuos de la capital" por su energía y patriotismo al cooperar almantenimiento de la quietud y el buen orden.4°

Sin embargo de todas estas cortesías, los voluntarios recibieronmuy mal semejante disposición y la atribuyeron a que se desconfiabade ellos,41 en lo que no andaban muy errados. El 30 de octubre, a losquince días de haberlos mandado retirar, Garibay se puso en defensadentro del mismo palacio por temor a ser depuesto como lo habíasido Iturrigaray y por las mismas personas..2 La orden de retiro noAcabaría con los problemas que presentaban los voluntarios. Al díasiguiente de que Garibay se atrincherara en palacio, los que habíanconducido a Iturrigaray a Veracruz hicieron celebrar una misa enel santuario de Guadalupe para dar las gracias por lo feliz de la ex-pediciÓn, ceremonia que terminó en una riña, de la que el abad diodesde luego noticias al virrey .48

Para controlar todos los desórdenes y organizar mejor el alista-miento, el nuevo virrey encargó a Calleja ya Joaquín Gutiérrez delos Ríos que se ocuparan de hacer a un lado a los perturbadores yde poner a los demás cuerpos de voluntarios en condiciones de servir{;on utilidad. Garibay aprobó asimismo el plan de los comerciantesde levantar diez compañías de cien hombres cada una, que tambiénllevarían el nombre de Voluntarios de Fernando VII. Para formar-las se aceptaría únicamente a los comerciantes, sus hijos y sus em-

ss Véase la Gazeta de México del sábado 15 de octubre de 1808, t. xv, n. 118,

p.786.39 "Orden para que se retiren a sus casas los voluntarios de Fernando VII,

;lándoles las gracias por BUS servicios", en J. E. Hernández y DávaloB, op. cit., t. I,

p. 616-617..o "Decreto en honor del cuerpo de Voluntarios de Fernando VII levantado

en esta ciudad", en Gazeta de México del miércoles 19 de octubre de 1808, t. xv,,n. 115, p. aM.

41 L. Alamán, op. cit., t. I, p. 184..2 lbidem, t. I, p. 193-194..1 lbidem, !o I. p. ~l87.

Page 15: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

24 VIRGINIA GUEDEA

pleadoo; en caso de no ser suficientes, se aceptarían voluntarios deentre quienes pertenecían a los gremios de la ciudad. Peninsulares ycriollos integrarían estos cuerpoo; no entrarían en ellos individuospertenecientes a las castas ni tampoco los indios. Una reorganizaciónsemejante se llevó también a cabo en Puebla 44 y el cantón de Jalapa

fue disuelto so pretexto de la paz con Inglaterra.45La preocupación porque la Nueva España contara con fuerzas

adecuadas para su defensa era compartida por el obispo electo deMichoacán, Manuel Abad y Queipo. En un escrito dirigido al RealAcuerdo el 16 de marzo de 1809, le hacía ver que la clase de los es-pañoles no era suficiente para constituir el grueso de las tropas y Úni-camente debía servir para ministrar s~s cuadros de oficiales. " Así,

pues, la masa del ejército se debe tomar de las clases tributarias quecomponen los cuatro cuartos de toda la población del reino, eligien-do los más aptos por sus cualidades físicas y morales", a quienes sedebería liberar del tributo para recompensar sus servicios.46 Estasfuer-zas quedarían repartidas en dos cantones : uno, el más numeroso, enSan Luis Potooí, y el más pequeño en Puebla. Pero, como dice Ala-mán, desgraciadamente no fueron atendidos estoo prudentes conse-jos, 47 como no lo sería ninguna de las propuestas semejantes que se

harían con posterioridad.A pesar de la desconfianza que se les tenía, no serían los indios

quienes dieran señales de inquietud y desasosiego durante los gobier-nos de Garibay y Lizana sino los criollos. Las numerosas causas deinfidencia que se siguieron a individuos de este grupo a lo largode este periodo, principalmente en la capital, y que llevaron a Garibaya crear en junio de 1809 una junta consultiva compuesta de tres oi-dores, hacen ver cuán profundo y extendido era su desafecto. Masello no significó que desapareciera la desconfianza que las autorida-des coloniales tenían a los indios ni que dejara de considerarse la po.sibilidad de un alzamiento, sobre todo si se les armaba, a pesar delas repetidas demostraciones de fidelidad que las distintas autorida-des indígenas dieron durante estos gobiernos, demostraciones de laque es un ejemplo el caso siguiente.

El 20 de abril de 1809 el virrey Garibay emitió una proclama en

44 Ch. Archer, The Army in Bourbon Mexico. .., p. 286.45 L. Alamán, op. cit., t. I, p. 183.46 "Representación sobre la necesidad de aumentar la fuerza armada para man-

tener la seguridad pública", de Manuel Abad y Queipo, Valladolid, 16 de marzode 1808, en I. E. Hemández y Dávalos, op. cit., t. II, p. 881.

47 L. Alamán, op. cit., t. I. p. 191.

Page 16: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

25LOS INDIOS VOLUNTARIOS

la que daba a conocer los sucesos adversos a las armas españolas ocu-rridos en la península. Lo hacía para prevenir los ánimos en casode que fuera necesario aportar mayores auxilios a la metrópoli o pre-parar mejor la defensa de la colonia y aprovechaba la ocasión paraexhortar a la unión ya la concordia.48 Al recibir esta proclama, Fran-cisco Antonio Galicia, gobernador por entonces de la parcialidad deSan Juan, contestó a Garibay informándole que la había dado a co-nocer a sus gobernados, quienes de inmediato dieron pruebas desu amor a Fernando, de su reconocimiento a la madre patria y de suodio a Napoleón. Le aseguraba que podía contar con los indios pues-to que, aun en el caso de que se perdiera la península o que el mo-narca muriera, sabían no tenían otro rey "que el inmediato sucesorde la casa de Borbón". Si Napoleón pretendía apoderarse de la Amé-rica, los indígenas se unirían para evitarlo "con los verdaderos es-pañoles que la habitan" y, aunque no supieran vencer, sabrían mo-rir "en defensa de la religión, del rey y de la patria".49

De hecho, la desconfianza de las autoridades no se limitaba a unsector de la sociedad novohispana en particular, sino que se fue ge-neralizando. Esto se debió, en parte, a la situación en que se hallabala península, de donde no se podía esperar ningún apoyo, y que ofre-cía una buena oportunidad a cualquier grupo con intenciones separa-tistas o simplemente renovadoras. También se debió, en buena me-dida, a que el golpe dado contra Iturrigaray había vulnerado a lapropia autoridad virreinal más de lo que sus autores pudieron supo-ner, de lo que muy bien se dieron cuenta Garibay y su sucesor Lizana.A pesar de la política conciliadora de este último, las causas de infi-dencia continuaron siendo tan numerosas que la junta consultiva setransformó en septiembre de 1809 en Junta de Seguridad y BuenOrden. El grupo formado por los aprehensores de Iturrigaray, noobstante haberse disuelto como cuerpo de voluntarios, continuabadando muestras de su prepotencia y el miedo de que volviera a in-tentar un nuevo golpe de Estado -miedo que, como ya vimos, acom-pañÓ a Garibay- sería compartido también por Lizana. El 3 denoviembre de 1809 el arzobispo-virrey , Lizana, temeroso de que los

48 Proclama del virrey Pedro Garibay, México, 20 de abril de 18@, en Gazetade México del sábado 29 de abra de 1809, t. XVI, n. 156, p. 365-368.

49 Francisco Antonio Galicia al virrey Garibay, 7 de mayo de 1809, en Gazetade Méxko del miércoles 17 de mayo de 1809, t. XVI, n. 62, p. 415-416. Alamán diceque esta respuesta le fue dictada a Galicia por el asesor del Juzgado de Naturales,el oidor Guillermo de Aguirre (L. Alamán, op. cit., t. I, p. 189) .Aun siendo asi, lacontestación de Galicia a Garibay sigue siendo válida como un demostración de sufidelidad.

Page 17: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

26 VIRGINIA GUEDEA.

peninsulares lo depusieran, dio una orden de la plaza por la quemandaba aumentar la guardia del vivac para que se mantuvieracada dos horas una patrulla en el portal de las Flores, la Diputacióny 100 dos de los Mercaderes, que eran el centro del comercio de laciudad y sus casas habitadas por europeos. Esta patrulla debía dete-ner a cualquier persona que anduviera armada por esos sitios e im-pedir toda reunión de más de seis individuos. Debía, además, darseel quién vive a las personas decentes o de mediano porte que salie-ran o entraran en dichas casas. Si la reunión que se hallare fuera de-masiado numerosa debía darse aviso a la guardia de palacio y lasguardias de la Cárcel de Corte, del arzobispo y de la Casa de Mo-neda debían de estar prevenidas.5°

Durante sus respectivos gobiernos, Garibay (septiembre 1808-julio 1809) y Lizana (julio 1809-mayo 1810) se preocuparon pormejorar e incrementar las fuerzas de la colonia. El interés por con-tar con defensas adecuadas seguía siendo una de las mayores y másconstantes preocupaciones de las autoridades coloniales. A pesar delos numerosos indicios de que el descontento de no pocos novohispa-nos se canalizaba hacia la formación de planes cada vez mejor or-ganizados y más peligrosos, como lo muestra la conjuración descu-bierta en Valladolid en diciembre de 1809, seguía predominando enlas autoridades la idea de que antes que nada era necesario prepa-rarse para un ataque extranjero. En ese momento la amenaza ex-terna era todavía, en su opinión, mayor que la que planteaba la in-quietud interna. Lo interesante para nosotros de la conspiración deValladolid es que fue una conjura dirigida por criollos que perte-necían al ejército novohispano, quienes, para ver realizados sus pla-nes, contaban con el apoyo de varios cuerpos militares y que parareforzar sus filas tenían pensado reclutar indios en gran número.ofreciéndoles la supresión del tributo. A este fin, los conjurados yase habían puesto en comunicación con algunos de sus gobernadores.51

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, no se llegó a contarpor esos años con las tropas suficientes para poner a la colonia enestado adecuado de defensa, entre otros motivos porque simplementeno había suficientes individuos de las clases a las que se pretendíaalistar que quisieran servir en filas. La idea de que los indios podíany debian formar parte de las fuerzas novohispanas, idea que de po-~

50 "Orden de la plaza de 3 de noviembre de 1809. ..", en J. E. Hernández yOávalos, op. de., t. I, p. 715-716.

51 L. Alarnán, op. cit., t. I, P. 203.

Page 18: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

27LOS INDIOS VOLUNTARIOS

nerse en práctica hubiera solucionado f:n mucho el problema delalistamiento, fue encontrando nuevos sostenedores, aunque no llegó aser aceptada por las autoridades superiores de la colonia. El 7 deabril de 1810, el licenciado Juan Nazario Peimbert y Hemández,distinguido abogado de la capital que posteriormente sería uno delos miembros de la sociedad secreta de los Guadalupes, envió a Li-zana una extensa propuesta sobre cómo formar un ejército de dos-cientos mil indios.

Peimbert señalaba en su escrito que debía aceptarse el alistamien-to voluntario de todo indio tributario, cacique o macehual, que fue-fa apto para el servicio. Éstoo no serían incorporados a los cuerposde españoles ni saldrían de sus pueblos sino en el caso de una inva-siÓn, cuando todos los habitantes de la colonia debían acudir en sudefensa. El ejército que estos indios compondrían se llamaría "elIrresistible de Naturales Voluntarios de Fernando VII" y sus jefes yoficiales serían nombrados de entre los mismos indígenas. Los alista-dos no gozarían de fuero sino hasta ponerse sobre las armas, ni de-berían rendirse honores ni obedecerse unos a otros sino en cuanto alo que tocaba al servicio. El ejercicio se celebraría los domingos des-pués de misa, lo que evitaría que ocuparan estos días en emborra-charse y celebrar mitotes, y entre semana cuando fuera posible; quienpor causa justificada no pudiese asistir sería excusado de hacerlo. Sedarían setenta fusiles a cada departamento donde no hubiera esco-petas para que los indioo fueran alternándose en su manejo. Cadam(:S se informaría a la superioridad de 100 gastos erogados y del es-tado de los alistamientos, así como de las "ventajas que se hayanconsegtlido en el aprovechamiento de los indios". Si éstos llegabana tomar las armas se les pagaría lo mismo que a la tropa veterana ydesde ese día quedarían exentos del pago del tributo. Los curas y pá-rrocos debían exhortar a los indios a alistarse, a causa del influjoque en elloo tenían, y servirían de capellanes en sus regimientos. Todolo anterior debería publicarse por bando.

Peimbert sostenía que si se seguía este plan se conseguiría disci-plinar a doocientos mil hombres, según sus cálculos basados en el pa-drón de 1807, fuerza que desde luego hubiera merecido la denomi-nación de irresistible. En cuanto a las razones que lo asistían paraproponer su creación, manifestaba que "los indios no se hallan en logeneral como estaban al tiempo de su conquista, en que se tenían porpusilánimes y cobardes; ya tienen otras nociones" -opinión, a nues-tro parecer, un tanto heterodoxa-, pues ya se habían mezclado con

Page 19: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

28 VIRGINIA GUEDEA

españoles y con negros, como lo demostraba el hecho de que anteslos indios no tenían barbas ni escupían y ahora sí. Los que se teníanpor indios habían dado últimamente pruebas de su valentía y laobediencia, "que es el carácter de un buen soldado", era tambiénuna de sus virtudes, ya que estaban acostumbrados a obedecer a susautoridades desde niños. Era importante que quienes los mandasenfueran asimismo indígenas, porque obedecían a los de su clase me-jor que a ninguno; a esto se debía el hecho de que sus gobernadoressiempre lo fueran. Con lo anterior se desvanecía

la preocupación de muchos que quisieran que los indios jamás seapreciasen y siempre se viesen humillados y abatidos como escla-vos con el pretexto de que no se levanten y atumulten. Podría ade-más escribir una resma y no acabaría en comprobación de ser ésteun temor pánico hijo de la soberbia, de la impiedad, de la ingrati-tud y de una insaciable codicia, porque se pretende que jamás losindios se instruyan ni se impongan en sus derechos.

De la soberbia, porque todos, españoles, negros y mulatos, l~ tra-taban como a la gente más ruin, sin respetar sus repúblicas. De laimpiedad, porque no se compadecían de su miseria, a la que se veíanreducidos por vestir y dar de comer a los que los aborrecían. De laingratitud, porque no agradecían los benefici~ recibidos de sus ma-n~; con que l~ indios dejaran de trabajar ocho días los ingratosnotarían lo que les debían. Y, finalmente, de la codicia, porque seles había explotado de mil maneras, como con la venta de bebidasalcohólicas. Según Peimbert, "un~ pueblos que han sufrido y sufrentantas cosas, sobradas pruebas dan de su lealtad y obediencia, mayor-mente cuando no carecen de armas de fuego y otras c~as con quepudieran haberse sublevado". Los motines ocurridos entre ell~ ha-bían sido de poca consideración y no debía temerse que "disciplinán-dolos en el arte de la guerra procedan de diversa manera". Otrasventajas las constituían su capacidad de soportar las inclemencias deltiempo y la sencillez de su vestuario y alimento, las que harían quelos gastos fueran muy baj~. Trescientos mil pesos bastarían paraque en un año quedaran bien instruidos.

Una vez puesto en práctica este plan, debía darse noticia de élen la Gazeta y en los diarios para que las potencias extranjeras su-pieran que se contaba ya en la Nueva España con un ejército dedoscientos mil hombres, sin entrar en su formación los otros gruposde que se componía la colonia. Esto disuadiría a los franceses de in-

Page 20: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

29LOS INDIOS VOLUNTARIOS

vadir estos dominios e, incluso, de proseguir la guerra en la penín-sula. Serviría también para que Inglaterra no cambiara de manerade pensar y Estados Unidos, "que ha estado hasta ahora acechandosin decidirse, tampoco se pondrá en el empeño de venir a introdu-cirse a nuestras tierras, ya por sí, o auxiliado del tirano Napoleón".También se ahorraría el poner sobre las armas a muchas tropas; loque en ellas se hubiera gastado sería más que suficiente para esta-blecer el ejército que proponía y el sobrante podría mandarse a Es-

paña.52El escrito de Peimbert, la propuesta más estructurada que de es-

tos años conocemos sobre la creación de cuerpos militares indígenas-que no de un ejército en el sentido moderno-- no corrió con bue-Da suerte. Su extenso alegato contrasta con lo escueto del acuse derecibo de Lizana, fechado el 13 de abril :

He visto con particular aprecio el celo y patriotismo que manifiestav. m. en el proyecto que me remitió con fecha 7 del corriente, de le-vantar un ejército de 200 000 hombres, compuesto de los indios tri-butarios, caciques y macehuales del reino, de cuyo pensamiento harécon oportunidad el uso conveniente.53

La oportunidad de que hablaba el arzobispo-virrey para hacer~so de esta propuesta no se presentaría nunca.

A las dos semanas justas de haber dado acuse de recibo a Peim-'bert, Lizana recibió un escrito de Dionisio Cano y Moctezuma, go-bernador por entonces de la parcialidad de San Juan, quien le ha-.cía saber que había cumplido con su obligación de mantener en losindios los sentimientos de lealtad, subordinación y amor a la reli-gión, al rey ya la patria. Estos sentimientos, por la misericordia di-vina, "les habían sido como connaturales desde la feliz época de la.conquista y no han abandonado en las difíciles circunstancias deldía". Por ello, cuando vio que el virrey dictaba disposiciones para<lefender a la Nueva España y observó que todos en el reino coope-Taban a tan importante fin, pensó en reunir a los indígenas para pe-

52 ..El licenciado don Juan Nazario Peimbert propone un arbitrio para la for-'Inación de un ejército de 200 mil hombres a poco costo", México, 7 de abril de1810, en AGN, Operaciones de Guerra, v. 410. No deja de llamar la atención el he..cho de que Peimbert, al proponer la creación de lo que él llamó un ejército, nolo hiciera con los métodos modernos de la organización militar de la época sino"que recurriera al antiguo sistema del servicio militar voluntario.

68 Respuesta del armbispo-virrey Francisco Xavier Lizana a J. N. Peimbert,México, 13 de abril de 1810, en ibidem.

Page 21: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

30 VIRGINIA GUEDEA

dirles su cooperación y que participaran en los gastos de la conser-vación de "esta preciosísima porción de la monarquía española". Sinembargo, después de reflexionar, ~ convenció de que los indios noDOdían ayudar con dinero a las necesidades de la patria, ya que "laesterilidad del año pasado los tiene reducidos a la mayor miseria" yporque de natural han sido siempre pobres "y están atenidos parasu subsistencia al sólo sudor de su rostro".

Pero no únicamente con dinero era posible servir a la patria nibastaban para la defensa del reino los cañones y loS fusiles. "¿No senecesitan también corazones entusiasmados, amantes de su rey, bra-zos fuertes y valerosos que manejen aquell~ instrumentos, y espíritusimpávidos que se resuelvan a entregar primero el último aliento queser esclav~?" Si se les entrenaba en el manejo de las armas, los in-dios serían capaces de todo esto y la seducción y la intriga, instru-ment~ de Napoleón, se embotarían en su misma rusticidad, puessólo sabían que Fernando era su rey y que la Junta gobernaba a sunombre. Por lo anterior, ofrecía al virrey los indios a su cargo y lepedía los dejara participar en la defensa del reino "y que para ellose sirva providenciar se les aleccione en el uso y manejo de las armasa que se prestarán gustosos; se forme un regimiento de indios vo-luntarios o se tomen las disposiciones convenientes a tan laudableobjeto que mi corta capacidad no sabe ni aun insinuar".34

Este escrito de Cano y Moctezuma correría igual suerte que elde Peimbert. La respuesta de Lizana, fechada el 4 de mayo, es asi-mismo escueta. Le hacía saber que tendría presente "con oportuni-dad" su solicitud de que se empleara a los indios de la parcialidada su cargo en la defensa del reino. Mientras se tomaba la resoluciónque convenía, el gobernador debía hacerles saber que al virrey le ha-bía sido "muy estimable aquella demostración de su celo, lealtad ypatriotismo".33 La oportunidad de poner en práctica las propuestasde Cano y Moctezuma tampoco llegaría a presentan;e.

No obstante las repetidas protestas de fidelidad que durante estetiempo hicieron las distintas comunidades indígenas y sus múltiplesofrecimientos a las autoridades de la colonia para defender y auxiliara la metrópoli, hubo incidentes que hacen ver que no todos los in-di~ pensaban que lo primero y más importante era ayudar a la pe-nínsula. Un ejemplo lo constituye el proceso iniciado a Mariano Paz~

~4 Propuesta de Dionisio Cano y Moctezuma al arzobispo-virrey Lizana, Méxi-co, 27 de abril de 1810, en ibidem.

5~ Respuesta del arzobispo-virrey Lizana a D. Cano y Moctezuma, México, 4 demayo de 1810, en ibidem.

Page 22: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

31LOS INDIOS VOLUNTARIOS

Carrión el 7 de junio de 1810, a un mes escaso de que la audienciaasumiera el gobierno del virreinato. Desgraciadamente no hemos po-dido encontrar la causa que se le siguió, aunque sí numerosas refe-rencias a ella en los procesos seguidos con posterioridad a FranciscoAntonio Galicia, Eleuterio Severino Guzmán y Dionisio Cano y Moc-tezuma.66

Desde mediados de 1809, Lizana había recibido órden~ de ne-gociar en la Nueva España un empréstito voluntario de veinte millo-nes de pesos, y en mayo del año siguiente se reunió ya la junta decomisionados. Pero la salida de tanto dinero de la colonia no fue vistacon buenos ojos por algunos individuos. Un colegial indio procedentede Oaxaca, Mariano Paz Carrión, quien se hallaba en la capital,promovió unas juntas clandestinas que se llevaron a cabo en el tec-pan de Santiago, "relativas a que los pueblos se reuniesen para tra-tar de independencia como en Caracas, de instalar Cortes y pedirarmas del gobierno por medio de un escrito que debía hacer un abo-gado que al efecto tenían, a pretexto de industriar a los indios en elmanejo de ellas". Todo con el fin de impedir la remisión del dineroa España, "aunque al efecto se derramara sangre".51 A estas juntasfueron invitados, entre otros, Galicia y Cano y Moctezuma, exgober-nador y gobernador respectivamente de la parcialidad de San Juan,y Angel Vargas Machuca, gobernador de la de Santiago. Galiciano asistió por hallarse enfermo, pero Vargas Machuca y Cano yMoctezuma sí y fue éste último quien se encargó de denunciar a lasautoridades lo que sucedía. Paz Carrión fue apresado en la mismacasa del gobernador de San Juan,68 lo que provocó que la Junta deSeguridad y Buen Orden diera "las gracias a los indios de San Juanpor el buen manejo que habían tenido" 69 en este asunto.

Durante el gobierno de la audiencia que sustituyó a Lizana, unode los primeros cuidados de las autoridades sigui6 siendo el poner ala colonia en estado de defensa y brindar los mayores auxilios posi-bles a la península. Pero la desconfianza que se tenía a ciertos gru-pos de la poblaci6n colonial hizo que no se les diera cabida, por lomenos en forma abierta, dentro de las filas del ejército y las milicias,lo que fue un obstáculo más para la organizaci6n efectiva de estadefensa. Los indudables signos de descontento que se percibían en

~ Mariano Paz Carrión fue remitido a La Habana, donde se baIlaba todavía en1814. (AGN, lnfidencias, v. 64, f. 163-164).

57 Certificación de Julián Roldán, 2 de marzo de 1814, en ibidem, v. 64.58 Declaración de D. Cano y Moctezuma, 2 de marzo de 1814, en ibidem, v. 86.59 Declaración de J. Roldán, 25 de agosto de 1814, en ibidem, v. 64, f: 128.128v.

Page 23: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

32 VIRGINIA GUEDEA

muchos de los estratos de la sociedad colonial hicieron que la posi-bilidad de un levantamiento interno fuera, como siempre, tomadaen cuenta; pero como preocupación de las autoridades ocupaba porentonces un lugar de segunda importancia.

El peligro interno

La insurrección que iniciara Miguel Hidalgo el 16 de septiembrede 1810 en el pueblo de Dolores se convirtió de inmediato en el pro-blema más grave con que se enfrentaron las autoridades colonialesde entonces, desplazando del centro de su interés a los que desde1808 habían sido su preocupación primordial : poner a la colonia enestado de defenderse por sí sola y brindar ayuda a la metrópoli.

Las mismas tropas que se habían procurado reforzar y reorgani-zar para que pudieran enfrentarse con éxito a un enemigo exteriorserían ahora utilizadas para combatir el peligro interno. Pero el ejér-cito novohispano, a pesar de todos los esfuerzos invertidos en su me-joramiento, no se encontraba en las mejores condiciones al tiempo dela insurrección de Hidalgo. Tampoco lo estaban las milicias provin-ciales. La disolución del cantón de J alapa había desparramado porel territorio colonial a las fuerzas armadas, lo que hacía muy difícilsu manejo y coordinación desde el centro. Las autoridades tuvieronque esforzarse una vez más por poner a los distintos cuerpos milita-res en capacidad de lucha. Ahora sí se tenía enfrente a un enemigoreal y esto hizo que se actuara prontamente y se echara mano de to-dos los recursos disponibles. Para el régimen colonial fue una granventaja el hecho de que, dos días antes del levantamiento de Hi-dalgo, hubiera sucedido a la audiencia en el gobierno del virreinatoun militar de carrera como Francisco Xavier Venegas. El nuevovirrey rápidamente dictó las providencias necesarias para que se le-vantaran fuerzas en los puntos que corrían peligro, así como paraque los vecinos de todas las poblaciones se armaran y organizaranen compañías que sirvieran para defenderlas.6° El brigadier Félix Ma-ría Calleja, el militar más destacado del ejército novohispano, quiense encontraba en San Luis Potosí, también se ocupó de organizar lastropas de su región y puso sobre las armas a los regimientos provin-ciales de San Luis y de San Carlos, al mismo tiempo que formabanuevos cuerpos de milicias.8:t

60 Lo Alamán, op. cit., t. I, p. 150, 179 y 248.61 Ibidem, t. I, p. 292.

Page 24: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

33LOS rNDIOS vóttJNTARIOS

Las proti:stas dé fiddidad al régin1eh y de rechaZo al tnovimientoinsurgente no se hicieron esperar; fueron numerosas y provinieron deinStituciones y personas de toda clase y condición. En la ciudadde México, la parcialidad de San Juan dejaría oú: su VOZ el 28 'deseptiembre. En una exposición dirigida por sus autoridades a Vt"ne-gas, le hacían saber que 'habían leído su proclama aparecida el '23de ese miSmo mes, que se dolían del "alucinámiento delincuente" dequienes se habían re~lado "y llega a 16 sumo nuestro pesar al óírque cuenta en sU número con algunos indios que les áuxilian". Tan-to las autoridades como los demáS iritegrantes de la parcialidad en;.tendían que "los únici:>s dueños de este 'reino" eran Fernando VII ysus sucerores y que, habiendo jurado y reconocido 'a la Regencia,1areligión no perrilitia quebÍ'anta:r 't¡¡l jurarii~ntb, antes loS estrechaba"a guardar el pacto social, vivieridó: sujetos alas,legítimáS POtéSta-des" ; Exprtsaban que quien procurara Se'párar eSt05 "doriiinios de lapeilÍilsula, :"cuándo aún exiStr; allá quien resista ala domfuacibn :éx;.tranjera, no puede ser fiel a Feri:iando Vtl sino que imposibilit~ 'encuanto está de su parte su restitución al trono". Animados de estossentimientos, 'ofrecían al viÍTey sUS ~isonas, asegurando estar "'pron:tos 'a sostenerloS y derramar la últiffiá gota de sangre en defensá'deell~"'. Le suplicaban aceptara su oferta, asícorilo qué' elevara sute-preSCritación ante el eonsejo de ~a Regcilcia "para qué S~ M. sepay se corilplazca de que los indiOs de México tienen la"félitidad decontarse entre el húrilero iirinenso de europei:>s y atnericands -que nose hall dejado ni dejarán seducir ~r el espíritu de 'partido y riVa-lidad". Esta ex~si¿ión fue firmada ~r el gobernador de la parciali-dad, Dionisio Cano y Moctezuma, 'el exgobernador, Francisco An-,tonio Galicia, y por varios alcaldes, entre los que se contaba RamónElizalde.G2

A l~ pocos días de haber recibido la exposición anterior y re-dactado en términ~ muy semejantes, el virrey recibió un escrito quele dirigieron las autoridades de la parcialidad de Santiago, fechadoel 5 de octubre. Le hacían saber que habían leído con gran satisfac-ción el oficio de la parcialidad de San Juan y, animados de "IosmiSmos sentimientos de religión, lealtad y patriotismo", habían creídosuficiente sincerarse ante el virrey en forma verbal, como lo habíanhecho ya. Ahora deseaban hacer públicos sus sentimientos para evi-tar malas interpretaciones sobre su verdadera disposición y por ello

62 Exposición de la parcialidad de San Juan, 27 de septiembre de 1810, enHernández y Dávalos, op. cit., t. II, P. 115-116.

E.

Page 25: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

34 VIRGINIA GUEDEA

hacían constar que se hallaban persuadidos de que los vínculos conEspaña no debían cortarse "mientras exista un solo palmo de tierraespañola libre de la dominación tiránica". Habiendo jurado como so-berano a Fernando VII y al Consejo de la Regencia como su rcpre-sentante, sólo a éste obedecerian y aquél seguiría reinando para siem-pre en sus corazones. Estaban ciertos de que ninguno de los hijos dela parcialidad "se manchará con el negro borrón de infiel e irreli-gioso", ni cooperaría a la desolación del reino. Por último, le supli-caban que estos sentimientos, en unión de los de la otra parcialidad,los elevara al Consejo de la Regencia y los mandara publicar "paraque la posteridad numere a los individuos de ambas entre los buenosciudadanos, amantes patricios y fieles vasallos". Firmaban su gobcr-nador, Mateo Angel Alvarado, Manuel Santos Vargas Machuca yGuadalupe José Velasco, entre otras de sus autoridades.63

Las voces de las parcialidades de la capital no serian las únicasindígenas que se escucharian por entonces. Los gobemadores y re-públicas de Santiago Chalco, de San Francisco Tepeaca y de Jalapade la Feria, así como el ayuntamiento de naxcala, entre otr~, sedirigieron también al virrey para hacerle saber sus sentimientos delealtad hacia las autoridades legítimas y de adhesión a la justa causa,por los que se encontraban dispuestos a derramar hasta la últimagota de su sangre.6. El hecho de que entre los partidarios de Hidalgose encontraran muchísimos indios fue, sin duda, uno de los motiv~principales que impulsó a estas corporaciones de naturales a manifcs-tar de inmediato su fidelidad al régimen colonial para evitar cual-quier sospecha. De ahí el empeño de algunas en que el virrey pu-blicara sus escritos y los hiciera llegar a la Regencia, la autoridadsuprema de la península.

La mayoría -por no decir la totalidad- de e.')tas prote.')tas nosparecen sinceras, entre otros motivos por no existir realmente unaliga entre los distintos grupos indígenas de la colonia. A pesar deque muchos de los rebeldes eran indios, había de hecho una gran

!13 Exposiciones de la parcialidad de Santiago, 5 de octubre de 1810, en ibidem,t. II, p. ?21.

G. Oficio del gobernador y república de Sa~tiago Chalco al virrey Venegas,B.f., En ibülem, t. II, p. 125; oficio de la república de San Francisco Tep~aca al\irrey Venegas, I de octubre de 1810, en ibidem, t. II, p. 121-122; oficio del sub.delegado de la Villa de Jalapa de la Feria al virrey Venegas, I de noviembre de1810, en ibidem, t. II, P. 244, y ofrecimiento del ayuntamiento de Tlaxcala al ,-irreyVenegas, 6 de octubre de 1810, en ibidem, t. II, p. 143-144. Alamán menciona tam-bién a las repúblicas de Querétaro, Nopalucan y Tepeaca (L. Alamán, op. cit., t. I.p. 256).

Page 26: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

35LOS INDIOS VOLUNTARIOS

distancia entre l~ intereses de estos campesinos y los de los indígenasde las corporaciones mencionadas, cuyo régimen de vida estaba ligadoa centros urbanos.

Un problema por demás serio que se le presentó a Venegas yalas autoridades de la capital por esos días fue preparar su defensay mantener el orden en ella. La toma de Celaya y de Guanajuatopor los insurgentes y el saqueo y mortandad que sufriera esta últimahacían temer para la ciudad de México una suerte semejante en elcaso de un muy posible ataque insurgente. Este peligro era percibi-do también por numerosos capitalinos, los que en varias ocasionesllegaron a proponer a las autoridades medidas encaminadas a evitar-lo. Una de estas propuestas fue la creación de nuevos cuerpos de mi-licias urbanas, que debían llamarse Batallones patrióticos distingui-dos de Fernando VII.

En junta celebrada en palacio el 4 de octubre, a la que el viITeyconvocó a las autoridades más importantes de la capital para tratarla propuesta anterior, se acordó levantar dichos batallones, los quedebían servir "para la tranquilidad, buen orden y demás fines delservicio del rey y del público de esta capital, siendo el coronel de to-dos ellos el mismo excelentísimo señor virrey". Las autoridades en-cargadas de su organización acordaron pedirle a Venegas publicarapor bando "que todos los españoles vecinos y habitantes de esta capi-tal, así americanos como europeos, desde la edad de diez y seis añosen adelante, que no estén ya ocupados en el servicio militar y quetengan proporción para mantenerse a su costa en los días que esténempleados y para hacerse un uniforme decente y de la sencillez queconviene" se alistaran en estos cuerpos, para lo cual debían concu-rrir a las casas capitulares. También acordaron que aquellos que tu-vieran caballo propio y desearan hacer el servicio de caballería lomanifestaran al alistarse y terminaban expresando su esperanza deque los primeros que acudirían a su llamado serían los individuosde la nobleza y los empleados de las oficinas, para servir así de ejem-plo a las demás clases de la capital. Esta proposición fue aceptadapor el virrey, quien, "p~adido de los nobilísimos y apreciables sen-timientos de las clases insinuadas de la capital, así europeos comoamericanos", mandó se publicase por bando el 5 de octubre.65

Según Lucas Alamán, así fue como se llegaron a formar tres ba-tallones de infantería, un escuadrón de caballería y una compañía

65 Bando del 5 de octubre de 1810, en J. E. Hemández y Dávalos, op.t. 11, p. 136.137.

Page 27: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

36 VIRGINIA: dUEDEA

de artillería mandados 'por criollos y peninsulares distinguidos. Estoscuerpos coffieron la misma suerte que la mayoría de las milicias le;.vantadas con anterioridad, pues a poco disminuyó el entusiasmo demuchos de los alistadoS, quien~ comenzaron a pagar para que lossustituyeran en las guardias, "con lo que se perdió la consideraciónque se les tuvo" ;66 Es mteresante señalar aquí que el mismo día de laaparición de eSte bando se publicó otro para dar a conocer el decretode la Regencia del 22 de rnáyo de 1810, por el 'que se abolía 'el tri:.buto indígena. tsta fue tina medida qu~ pretendía captar para eltégim~n la simpatía yel apoyo delosnatriraléS, 3.sí como asegurar sufidelidad.67 ," Mientras ~idalgo abandonábá Guanájuáto,Y se dirigía a 'Va~la-

dolid; se continuaron 'en la capital los preparatiycis ~ara su defe~,\ ' , ,los que se aceleraron al saber que los rebeldes habían 'emprendido ya

la: "marcha sobre ella; Venegas, adefuásde ;ordenar a Calleja que sedirigiera a la ciudad' de México Y q"ué'pasaraIi'a ella otroS ~uerpos,mandó qüe I~ tropas diSponibles acámparan en el Paseo Nuevo Y~ti la Calzada de la Piedad 'y que.~:'coldCara artillería en 'CháPulte-, ' , , " , ! cp~C..'8 Poco después se ord'enó la 'salida .'d¿Torcuatb Trujillo haciaT()luc.i pái-á. detener a Hidalgo. Entre las. tri~dida:s "tomidM por elvirrey riierece registrarse aquí la ac~ptaci6n 'qüe dio ~I ofrecimientode Gabriel de Yenno Y de su hefriiano de arthir a 'quinient(6 5jr~vi~ntes de las haciendas de ambos; 1ueiza 'a1i que se cohdciócotho"lbs negros de Yenno":il9 .,

El viffey Do sólo aceptó la fofmaci6n de 'estos "cl'ierpds de negróssino que, 'ante nueva oferta: de 'San Juan y Santiago para ayudar enla: lucha contra los rebeldes, "dando las gracias a las parcialidad~,, ,hizo r;l honor de admitir mandando se hiciera junta de cuatrocientos{)Cho hombres de lás dos parcialidades de San Juan y de Santiago'que sirvieran de lanceros en las ,dos garitas de Peralvillo y ValIejo" .70~Los capitanes Antonio de Olarte y AntOiÜO 'Ceffón fueron nofubra-

66 L. Alamán, op. cit., t. I, p. 250.~1 Hugh H. Hamill, Ir., The Hidalgo Revolt. Prelude to Mexican lndependence,

2? ed., Gainesville, University of Florida Press, 1970, 284 p., mapas, i 15., p. 168.68 L. Alamán. op. cit., t. I, p. 311.69 lbidem, t. I, P. 311. La aparición de estos negros en terrenos que pertenecían

a la jurisdicción de la parcialidad de San Juan motivó que su alcalde Ramón Eli-zalde le preguntara al virrey si ello era con su consentimiento ("Extractos del ex-pediente sobre auxilios de fuerza armada de varios hacendados", en I. E. Hemán-dez y Dávalos, op. cit., t. II, p. 214-215) .

'Zo Oficio de F. A. Galicia a Ramón Gutiérrez del Mazo, 24 de fehrerode 1814,en AGN, ln/idencias, v. 82, exp. 49, cuad. 49, f. 13-14.

Page 28: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

31.OS INDIOS VOLUNTARIOS

dos comandantes del pique~e de San Juan y del de Santiago, respec-~v~ente}l El hecho de haber pennitido la creación de estas fuer-zas de indígenas nos parece que revela Ja ide'1. de las autoridadessobre la ~avedad de la situación por la que atravesaban. A pesar deque no pocos indios habí~n sidQ reclutado~ en distintos cuerpos, nun-ca antes se había pennitido en la capital la fonnación de un cuerpoarmado compuesto exclusivamente de indígenas, ni siquiera Pilra vi-gilar el orden público. Estos lanceros1 no obstante lo limitado de sunúmero y de que su creación se debió en mucho al ~fán de atraerselas simpatías y el apoyo, de los haq,itaIit~ de Jas parcialidades, sonmu~tra de que las autoridades, ant~ cirGunstancias inusitadas, se ~a,-llab~ dispuestas a tomar medidas t~mbién inusitadas. N o hemospoqido encontrar la fecha exacta ~que se crearonc estos cuerpos Qela~Geros; sabemos ,que para el ~ 1 de octubx:e ya ~tía~, pues ese~ía el virrey dio una orden relativa a su pago.72

Sin en)bargo del entusiasmo inicial, los lan.ceros com!;nzaron ~~ecJinar al ,poco tiempo, aJ igl:lal que los bataUon~ patrióticos. Cree,-~os que esto se debió, al menos en parte, a haberse hecho efeGtiv9el Qecreto que abolía eL tributo in~gen~, ya que con ello ~cdiSWiQ,u~yex:on lps in~esos de sus cajas de co~unidad, 10 que h,acia difí<;il ~u~,stenimiento, También contribuyó a su. decaimiento la indifer~Q<;i~que a poco m.ostraron hacia esos cuerpos l~s al:ltqridades" para quie-n~, una vez pasado el peli~o que reprC$t;ntaba HidaJgo, no pare-ci~ron, ya tan ~ecesarios.

Una de las últimas pI:ecau<;iones tomadas por Venegas al ac~r-:carse las hu~tes, de Hidalgo a l~ capital fue ordenar que la image~de la Virgen; de los Remedios se traslada,se de su fJantuario a ca,tedrarpa,ra evitar que pudiera caer e,n m'1.nos insurgentes y, '1. s~ Uega,da 3:cJa ci~dad de México, el virre~ la declaró generala d~ las tr°P3$ x:e~-list~;'EI espíritu marcial que aQimab,a a los:capitalinos no se detuxO;allí, sino que se extendió ta~bién a las mujeres. Por invitaci6n 4~doña Ana de Iraeta, viuda del oidc;>r Cosme de Mier, s~ org~ni~~up~, "Leva sagrada de patriota~ ma,rianas",73 En el escrito. di~giQ~a ,l~ ~ujer~,de la capital para ~hqrtarla$ a fonnar "un pa~riqtiFo~~pjritual ejército" que aplacara la ira de Dios, se les recox:daba" e,ptr~Qtras debiJidades (emeninas, que en tod~ los tiempos las mujeréS han~

n Oficio de José Francisco de Villánueva al virrey Calleja, 25 de enero d~

1814, en ibidem, cuad. 2'1.72 Ibidem. "

78 .'Leva, sagrada de p~triotas marianas", e!\ J;" E. H:~ánd& y Dával~; op.cit., t. III, p. 566-568.

Page 29: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

38 VIRGINIA GUEDEA

"dado causa a los castigos que hoy se experimenta" y se precisabaque las "piadosas reclutas" debían encargarse de velar por turno ala Virgen de los Remedios. El entusiasmo de estas patriotas tambiénfue de corta duración y, al igual que ocurrió en los cuerpos de volun-tarios, recunieron a la práctica de pagar a quienes las sustituyeranen las guardias.1~

No hubo ocasión de ver cuán efectivas habían sido las medidastomadas en la capital para su defensa. Aunque las tropas de Hidalgollegaron a estar a la vista de la ciudad a fines de octubre, despuésde denotar a Trujillo en el Monte de las Cruces, no se lanzaron aatacarla ya los pocos días iniciaron la retirada. El peligro que habíaamenazado en forma inminente a la ciudad de México se había con-jurado. Es probable que la desaparición de esta amenaza influyeraen la pérdida del entusiasmo que a poco se notó en muchos de losalistados y que ya hemos señalado. Sin embargo, para las autorida-des era necesario mantener a todas estas fuerzas en buenas condicio-nes mientras no cesara la insurrección, por lo que prosiguieron ensu empeño de organizarlas y prepararlas. En vista de que los alista-mientos voluntarios no eran suficientes, se tuvo que recurrir a la levaforz~, como ya había ocurrido con anterioridad, aunque a partirde entonces se extendería prácticamente a todos los estratos de la po-blación capitalina. Para el 6 de abril de 1811, Venegas dio orden atodas las corporaciones de la capital de proporcionar listas de susmiembros, indicando los batallones patrióticos a los que pertenecíany señalando a quienes no prestaran servicio militar para poder com-pletar con ellos la formación de un cuarto batallón.16

La leva forzosa no sería exclusiva de la ciudad de México, comotampoco lo sería la formación de milicias de vecinos. A pesar de losproblemas y riesgos que implicaba militarizar a la población colo-nial, las autoridades se vieron obligadas a recurrir a esta medida acausa de que la insurrección se había extendido a distintas regiones.La prisión de Hidalgo, Allende y otros jefes insurgentes en marzode ese año no significó el fin de la rebelión, aunque sí le representóun duro golpe, pues para entonces se contaba con otros jefes insu-rrectos, entre los que comenzaban a destacar Ignacio López Rayóny José María Morelos. Esto llevó a Venegas a adoptar el Proyecto deReglamento para armar al reino y pacificar al país propuesto por~

1. L. Alamán, op. cit., t. I, p. 313.1& Timothy Anna, The Fall of the Royal Government in Mexico City. Lincoln

and London, University of Nebraska Press, 1978, 289 pp., p. 84.

Page 30: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

39LOS INDIOS VOLUNTARIOS

Calleja desde Aguascalientes el 8 de junio de 1811. De sus catorceartículos once están dedicados a la manera en que debían organi-zarse y annarse los cuerpos de milicias de las distintas ciudades y po-blaciones del reino, así como de las haciendas y ranchos, los que seencargarían de su defensa y de perseguir a los rebeldes que apare-cieran por sus cercanías.7f) Según Alamán, estos cuerpos se levantaroncon el nombre de "realistas, fieles o patriotas de Fernando VII".7T

El reclutamiento en la ciudad de México se vio facilitado por lastareas que emprendió la Junta de Policía y Tranquilidad Pública,creada por Venegas en agosto de ese año después de descubrirse unaconjura en su contra.78 Los padrones elaborados por los tenientes dela junta y las restricciones que ésta impuso sobre cambios de do-micilio, así como la reglamentaci6n del sistema de pasaportes -ini-ciado desde principios de 1811- y la vigilancia que se estableció enlas garitas, permitieron a las autoridades ejercer un mayor controlno sólo sobre los habitantes de la capital sino sobre todos aquellosque entraban y salían de ella.

Todas estas medidas tuvieron repercusiones de carácter negativoque se hicieron sentir sobre todo en los grupos de nivel socio-econ6-mico inferior, a los que pertenecían casi todos los individuos que re-gularmente venían a la ciudad para ofrecer en venta los diversos pro-ductos de su trabajo. En su inmensa mayoría eran indígenas, quienesvieron entorpecida su labor cotidiana con todas estas disposiciones ycon los abuS()s a que ellas dieron origen. Las protestas que provoca-ron fueron tan abundantes que, para acallarlas, la misma junta lasrecogió en forma de queja, en la que se dice que era tal la dificul-tad para conseguir pasaportes para quienes venían a vender comes-tibles, de los que varios habían sido puestos en prisión ya quienesles habían sido decomisadas sus mercaderías por haber perdido elpasaporte, que se experimentaba ya escasez en los mercados de laciudad.T9 Esto continuaba a pesar de haberse decretado poco antesque no se impusieran penas pecuniarias a los indígenas que contra-vinieran el Re,glamento de policía, de haberse satisfecho a sus gober-nadores los gastos de expedir pasaportes y de haberse ordenado que

76 .'D. Félix María Calleja propone al virrey un proyecto para annar y paci-ficar el reino", Aguascalientes, 8 de junio de 1811, en I. E. Hernández y Dávalos,op. cit., t. m, p. 289-290.

77 L. Alamán, op. cit., t. II, p. 178 .78 lbidem, t. II, p. 280, y T. Anna, op. cit., p. 85.79 Quejas expuestas por la Iunta de Policía, 25 de diciembre de 1811, en I. E.

Hernández y Dávalos, op. cit., t. IV, P. 731.

Page 31: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

4Q. VIRGINI;\GU:~~A

nqse obligase a los indi9s ~ desempeñar trabajos serviles en los cuar-t.~~y"c~as de polipa ni a entregar parte de sus mercaderlas,8019 , que había motivado el agradecimiento de Francisco Antonio G~-licia y de Cristóbal Rojas, gobernadores por entonces de las dos par-cialidades.81

Para principios de 1812 habían comenzado a llegar a la NuevaEspaña tropas procedentes de la pe~a, pero no por ello l~ au-torid~des 'cejaron en su empeño de consolidar l~ fuerzas armadas dela colonia. Por e~ entoI;tces la insurrección, a pesar de los esfuerzosgubemamental~s! contiIJ,uaba con mayor ímpetu que antes. pesdeagosto del, aI19 "anterior y ppr iniciatiya de Ign~cio López Rayón seh~bía erigido en Zitácu~ro, una Junta Nacional que p~etendí(!, uni-ficar y organ;jzar al movimi~nto insurgente. La terrible derrota.sufri-da por Rayónel:l dic!:la ciud'ad,a manos,de Calleja durante 195 pri-meros días de enero de 1812 se vio en ci(tta forma compensada por19S triunfos qu~ venía alc~Ilczando Morelos, quien para el mes si-guiente se situó ya en Cuautla, no lejos de la capital. El peligro quela" ciudad de México cor!Ía en esta ocasión era, ciertamente:, mrnorque el que le @bía significado la cercana presencia de Hidalgo afines de 1810. Pero el virrey, deseoso de destruir de una vez ppr to-das, aun enemigo cada vez más temible, desde la capital envió eQ sucontra al recién llegado y'triunfante ejército de Calleja.

No era Morelos la única amenaza. Los integrantes de la Juntaoriginal~ente establecida en Zitácuaro habían logrado instalarse enSultepec, donde continuaron con sus trabajos. Por los alrededores dela ciudad de México se habían levantado numerosas partidas de re-beldes que molestaban el tránsito y las comunicaciones, así com9 suaprovis,ionamiento. La entrada de un grUí>o de insurrectos a la Villade Guádalupe a principios de marzo hizo temer al virrey por la ima-gen de la Virgen que en ese santuario se venera, por lo qt¡eordenó,su traslado, a catedral como lo había dispuesto con la de los 'Reine-di~. Sin: embargo~ no pudo Í1'evarse;a cabo por haberse opuestolos indios de l~ reii6n\ quienes manifest~r0I1 su' decisi6n de cortar lospuentes de las calzá.d~ de México, y:cúyósgobernadótes, ilcotnpa-ñados de los de las parcialidades ?e la capital! hicieron saber a Ve-

I .80 Dos oficios de Pedro de la Puente a Rafael de la L1i1ve, asesor del,Juzgadode Naturales, 27 de noviembre de 1811, en il?idrrm, t. IV, p;'742 y 743. .

21 Oficio de A. Galicia a R. de la. LI~ve, 20 de dici~bre de 1811, e ti ~bi/Jem,, , .' ,

1. IV,. p. 742-743, y Cristóbal Rojas a Rafael de la Llilve, 21 de diciembre di! 1811," .." , "

en ibidem, t. IV, p. 743.

Page 32: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

4[.oS INDIOS VOLUNTARIOS

negas que sus, gobernados custodiarían y defen~erían el santuario:,con lo que se dejó en él a la imagen.82

La situación por la que du~ante estos primeros Q1eses de 1812atravesaba la ciudad de México, entre cuyos habitantes se contabaI;l.no pocos partidarios de:l.a insurgencia y por cuyos alrededores mero-deaban num~ro~as partidas de rebeldes, p'!Iece haber influido en elánimo del vicrey para dedicar su atención a los cuerpos de lanceros.Éstos, para entonces, habían visto disminuidas sus plazas a m~n98de la mitad por nO contar con fondos suficientes par,!. su sostenimien-to y dypendían ya directamente de los gobernadores de las parciali-dad~, ya q~~, a poco de su creación, los capitanes a cuyo cargo es-taban fueron destinad~ ' a otras plazas y no: .fueron sustituidos, Paraque pudieran sostenerse, Venegas mandó que ~ l~s prestaJ;"an cinco,mil pesos; pero; al acabarse esta cantidad, el ~s~orde Qatura1es, Ra-fael de la Llave, solicitó que se suprimiesen. Sin embargo;. por cQnsi-derarl05 de interés y que no era conveQiente su ~upresión, el. virrey,orden6 el 24 de mayo que se i~ pagase d~ la H~cienqa Públic.a y 91;1mes des~~, el 26 de:j~o, mwdó que; se; ~~ qje~ qiariam'enteup real de sQbr~ucldo ~ los sargentos y mediQ, ~ IQS cab~ y qu~ seles rebajase a los gobernadores a medio real su. ~atifi~ción, que 10era de un pe59.diario, todo lo cual se hacía a tritvés deI4~Qistra-dor de las parcialidades.8s c ' .

A pesar de que el ~rvicio de vigilancia que préstaban estos cue!-pos. qe lancerosindígeIias n~ era de gran im~rtancia" el hecho deque ~e haya ;considerado conveniente conservarlos en funciones de-mu~tra hasta qué pun~o las autoridades j4zgaban crítica la situa-ción de l~ ciudad duioante este periodo. Con ello no sólo mantuvieronabierta paI:a los indios de la capitaI- la posibilidad de participar enunaactivi~ad y de una manera que hasta e.ntonces les había ~ad?vedada, siho, que, al darle permanencia a un.a medida tomada en 'unm,omento 'de crisis, les ~tieron ver cuán wav.es se presentaban' lascosas para el régimen establecido y les. hic.ieron sentir que' su coope-ración era muy necesaria para el sóstenimieritb del góbierno colonial,

La Constituci6n de Cádiz

1812 se significaría en la Nueva España. por ser el año en que elmovimiento insurgente alcanzó 'roa yor actividad. y, brillantez en sus

82 L. Alamán, op. cit., t. 11, p. 353-354.83 Oficio de J. F; de Viilanueva ál virrey Calieja, 25 de ,enerode lB14, en

AGN, lnfidencias, v. B2, exp. 4c¡, cuad. 2c¡.

Page 33: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

42 VIRGINIA GUEDEA

operaciones militares. También se significó porque en él se comen-zaron a implementar I~ cambi~ de mayor envergadura decretadospor I~ nuevos órganos de gobierno peninsular para mod~rnizar laestructura misma tanto de la metrópoli como de sus colonias. Estaobra renovadora del liberalismo español, iniciada poco antes de quediera principio la insurgencia en la Nueva España, quedó plasmadaen la Constitución Política de la Monarquía Española, promulga-da en Cádiz en el mes de marzo y que sería proclamada en la ciu-dad de México en septiembre de ese mismo año.

Para las autoridades de la Nueva España la Constitución de 1812no pudo llegal en momento menos oportuno. No sólo venía a darcarta de legitimidad a la aspiración de la inmensa mayoría de losnovohispanos de ser considerados iguales en derechos a los peninsu-lares, lo que en cierta medida justificaba algunas de las p~turas in-surgentes, sino que, además, reducía en mucho el poder efectivo delvirrey y de la audiencia, quienes se habían mostrado los más decidi-d~ partidari~ de mantener a la Nueva España sujeta a la metrópoli.No es de extrañar, pues, que se decidieran a cumplir con ella sóloen parte o muy lentamente y que, incluso, se diera marcha atrás enalgunos de I~ artículos que se pretendió implementar. Así sucediócon el relativo a la libertad de imprenta, la que se suspendió a pocomás de d~ meses de haber sido decretada, y con la dección del ayun-tarniento constitucional capitalino, que no llegó a ser instalado porVenegas, medidas que contaron con el apoyo de quienes para defen-der sus intereses veían la necesidad de mantener un gobierno colonialautoritario y poderoso. Tampoco es de extrañar que esta actitud delas autoridades -a fin de cuentas representantes del poder metro-politano-- de no cumplir con todo lo dispuesto en la península parael gobierno de la colonia, fuera vista con recdo por quienes eranpartidarios de seguir sujetos a la metrópoli pero que considerabanque la apertura brindada por las nuevas disposiciones daba cabidalegal a muchas de sus aspiraciones. Para los partidarios de la insur-gencia, sobra decirlo, fue un argumento más en favor de que la re-belión era el único camino para lograr alguna mejora.

La Constitución de 1812, vista por un~ como amenaza, perci-bida por otr~ como oportunidad, significaría para todos un cambioimportante en d orden de cosas novohispano. Esto no se debió a quellegara a alterar de manera radical la estructura de la colonia, yaque fue poco lo que de ella se implementó y corto el tiempo quepernlaneció en vigor. Se debió, fundamentalmente, a que abrió nue-

Page 34: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

43LOS INDIOS VOLUNTARIOS

vas ~bilidades para que l~ distintos grupos de la sociedad novo-hispana manifestaran los intereses que los animaban y sirvió paraque defmieran con más claridad los fines que pretendían alcanzary el camino por el que se proponían lograrlos.

Aquí nos interesa señalar que la Constitución de Cádiz, al con-ceder a los indios la categoría de ciudadan~ españoles, les abrió laspuertas, cuando menos en teoría, para desempeñar empleos que hastaentonces les habían estado vedados o limitados, entre ellos el serviciode las armas. Otra consecuencia interesante para nosotros de la igual.dad legal decretada para los indígenas sería que sus formas peculia-res de gobierno debían desaparecer para dar paso a un régimen quefuera común para todos l~ novohispanos. Éstas y otras disposiciones,decretadas para brindar a l~ indios una participación mayor y enpie de igualdad en los asuntos de la Nueva España, no serían vistasen todos los casos con buenos ojos por las autoridades indígenas dela capital. f:stas pronto cayeron en la cuenta de que, por una parte,los cambios decretados no necesariamente significarían una mejoraen las condiciones de vida de los indígenas y que, por otra, su im-plementación conllevaría por fuerza la pérdida de los poderes queha.~ta entonces detentaban, ya que del gobierno económico y políticode los barrios indígenas de la ciudad de México debía encargarse su

nuevo ayuntamiento constitucional.w dos parcialidades de la capital, la de San Juan Tenochtitlan

y la de Santiago Tlatelolco, en que para su gobierno estaba divididala población indígena de la capital, funcionaban de manera seme-jante pero con independencia la una de la otra, de acuerdo al mo-delo de gobierno español que les fue impuesto desde la conquic;ta. Alfrente de cada una de ellas se encontraba un gobernador y contabantambién con su propio cabildo, además de un determinado número

de funcionarios menores, como tepixques, merinos, alguaciles, topi-les, etcétera. Sus autoridades se elegían anualmente, elección que con-firmaba el virrey, quien además nombraba al administrador de 106

bienes de las parcialidades y fungía como juez privativo y protectorde 106 indígenas, ya que presidía el Juzgado General de Naturales.uNo obstante la intervención directa de determinados funcionarios enlos asuntos de las parcialidades, el ocupar los cargos de gobierno in.dígena implicaba no sólo el desempeño de nume~ actividad~ queresultaban en un control directo y efectivo sobre un número consi-

u Andrés Lira, Las exeinguida.9 parcialidOOes, p. 18 y 27. (Obra mecanoescrita.)

Page 35: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

44 V~GINIA GUED~A

derable de pe~onas, sino también el disfrute de pr<:stigio yc,qnsid~"racion~s. J ,

Los gobernadores de San ¡Juan y de Santiago, auxiliados por al-caldes, regidores, escriban01?, topiles y dem~ funcionarios, s~: e)1Car-ga,b~ de velar por el bue)1 , comportamiento de sus habitantes yporque se mantuyieran en paz y en sosiego, Administraba,1,'1 justiciaen casos de delitos mtnores y contaban con una cárcel para el depÓ-sito de los p~esos. Se encargaban también de recaudar los t~toshasta que se dec~etó su extinción, así como del buen empleo. ~e losfondos destinados a pa~r los salarios de los funcionarios ya <;ubrirlos g~stos que ~ haGían en la celebración de las diversas fiest~ y enlas obras de manuten9ónde los edificios de su propiepad. Desd~ que~ 1810 se habían ~reado los dos cuerp~ de lancerQS, "~ 9c~p;1;bande S1,1 funcionamiento y de su pago ya partir de 1811, en que~ es-tab\~ció el sistem~ de pasaport~, ta~bién se oGuparon de s~ <;lesp~,:CbO,85 Su poder, si bien no tan ~plio como el de otra,s autoriqades~Qvohisp~" no era m~nospreGiabl~ ni pequ~~. No sólo contI;ol~-b~ girect~e)1te a Jos b~os indígenas "de la capital si)1o q~e s~ ju-risdicci6n ~$e extendía a yarios pueblos cerc~nosy s~ ~u~qcia erasenti$ aun en aquellos que np les es~ba.n sujetos d~ manera dit;"ecta.

Tan fue así "qu~ los principales de entre 1(>S inQígen~, a,uté)1,ticoscaciques, llegaron a constituir ur:ta éJite Qominante que acaparabalos ~istintos puestos de su gobierno," sqbre todo los, de mayor "~,por-~~ci~. Si bien qUienes los ~~Pflb~ no I?e ~r~tu~ban ~ ~; s:ar-gos, ya que anua¡mente se debían er~gir nuevos funcionarios, l~" des-e~eñaban en foIma alt~r,na. Tal fue el caso de Franc~ Gali,<;:ia,~q~~ vimos comogqbernadorcde ?an Ju~~ en 18;09 y 1811! o eJ~e ~le\;1terio"Severi)1o Guzmán" que lo fu"e de J~ JIlisma parcia~~dad~I;L 1808 y" ¡8~3. Dionisio Ca)1o yMqct~zuma" alcalde presi~~~te de~n JQan ~n 1808, {ue su g~b~rnador ~n J81Q-, Eran varias l~ f~m.i-li~ que s~a¡t~rIJab~ en el pQde~, ,~~mo láS d~ los G~lic~a ~1;1,S~nJQ~ y la, de los Ya¡gas ~achqcaen Santiago, A pesar de lo ~e$f~-voraQ¡~ q~e pudiera)1parecerle las l;1uev~ "~p98iciones ~r:t~~espara el gobie~o de la Nueva España, esta ~lit~ indígena de l~ 9tid3;~de México fue capa:z de darse cuenta de que, pa,t;"a preservaI: SJl. po.,sición, era necesario que participa,ra en el nuevo orden deriyado de.la Co~titución. Así, en las elecciones c~lebradas con tarito ruido en, ,noviembre de 1812, resultaron electores para nombrar a los m,iem-

85 Véase oficio de F. A. Galicia a R. Gutiérrez del Mazo, 24 de febrero de

1814, el) AGN, lnfidencias, v, 82, exp, 49, 'cuad. 49; f. ~,14. c "' A. ,

Page 36: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

LOS INDIOS Vc>LUNtARIOS 45

btos del ayuntamiento dela capital Francisco',Antonio GaIicia y Dio;;iíisio1Cano y Moctezun'la, el primero ~r la parroquia de Santa CruzAcailáIi y el segundo pqr la de Santo TomáS la Palma;86 Cuando enabril de 1813 Calleja ordenó la instalación del ayuntahiiento que ha-bia suspendido Venegas, GaIicia y ~t\ngtl Vargas Machuca fueronelectos para desempeñar el caigo de "regidores.87 ,, ~oS wrigentes indígenas capitalinos también habían reacci~nado

de iHmediato frente al movimiento dt irisurgéncia. Como ya Vin'los,fuerdn n'luchaS y muy ;claras 'suS prot~taS de fidelidad a las aiitori-dad~ establecidas para atsvanec~r' 'cua:lquiet sospecha. Sin embargo,no por ello dej6 de habér eÍlvariosde é'Stos indios 'si~bs de sim-patía por '(il ~,oVifnieíito de ihsurgenda -:.:.sobre todo a partir de 'queRayón y Morelos logciroíi darle 'un ii mejor organizaci6n--':.'- 'qiit ~nalgUií caSo 'se:mtlriifest6 en iritentos'de acerca:miento, catitelOSOs peroinequívocos, 'a algunbS 'jefes rebeides, ¿omóveremos 'máS adelante.Todo lo anterior demuestra que la 'éIitle indígena de la CapitaVsiIpóper¿ibir con claridad .las alternativas aeacción que se le pr'eseniaban.

'Hasta aquí hemos hablado de las dOS'parciaIidadés como Se'me-jantes en toaó. No obStante d'eque funcióhaban de la misma mahérnen 'ctiahto a su admihiSlratÍón y gobierno, es necesario aclararcqúedebido a varios fáctores, tntre ellos el hecho de que la parcialidadde San Juan contaba ton un número considerablemente mayor dehabitahtes,~8 durante la época qt.ienos ocupa sus autOridades~ mos-traron máS activas y decididas que las de Santiago. Fueron ellas lasq\1etornaron iniciativas tales como ofrebersus personas y bienes alservicio del gobierno virreinal, marcando así 'el paso a seguir a lasautotidades de la parcialidad .de Santiago.

La línea de conducta tomada por Venegas respecto a 100 proble-mas que planteaban en la Nueva España la implantación de la Cons-titucióR de Cádiz y la amenaza cada vez mayor que significaba elmovimiento insurgente no sería proseguida al pie de la letra por quienle sucedió en el cargo. Félix María Calleja asumió el pqder a princi-pios de marzo de 1813, dispuesto a utilizar todos los recursos a sualcance, incluso algunoo diferentes a los empleados por su antecesor,para resolver los problemas de la colonia. Profundo conocedor de losnovohispanos y de las circunstancias en que se hallaba el virreinato,

86 L. Alamán, op. cit., t. III, p. 392.87 Ibidem, t. 111, p. 404.88 Según el "Estado que manifiesta el número de habitantes que tiene México",

del 26 de diciembre de 1811, Santiago contaba con 3382, mientras que San Juanllegaba a 12797 U. E. Hernández y Dávalos, op. cit., t. IV, p. 745).

Page 37: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

46 VIRGINIA GUEDEA

en donde había vivido desde L789, no sólo era un militar de probadacapacidad, la que había demostrado ampliamente en sus campañascontra los rebeldes, sino también un hábil político. A causa de suorigen peninsular y de su actuación frente a los insurgentes, era vistocon buenos ojos por los más decididos partidarios de que la NuevaEspaña continuase su jeta a la metrópoli. Pero, debido a su largapermanencia en el país, a su conocimiento de la situación ya las li-gas de amistad y de familia que había establecido con criollos desta-cados, también lo fue por aquellos que veían como ineludible lanecesidad de implantar reformas que mejoraran la situación de los no-vohispanos. Para los rebeldes se presentaría como un serio obstáculo,ya que Calleja habiéndoseles enfrentado repetidas veces en el campode batalla, conocía en dónde residían su fuerza y su debilidad, de loque se aprovecharía en su empeño por aniquilarl~. El nuevo virreysabría sacar la mejor ventaja de todas estas circunstancias para re-solver los serios problemas a que se enfrentaba su gobierno.

Convencido Calleja de que su deber primordial era restablecerla paz en la Nueva España, necesitaba, por un lado, acabar con larebelión armada y, por otro, hacer desaparecer en lo posible los mo-tivos de descontento que le habían dado origen y que continuabandándole sustento. Para lo primero le era indispensable contar confuerzas armadas suficientes, tarea que emprendió de inmediato. Paralo segundo la Constitución, con todo y los problemas que planteabapara las autoridades de la colonia, le ofrecía una buena oportunidad,ya que Calleja, habiéndoseles enfrentado repetidas veces en el campohabía tomado el camino de reparar pasados errores cometidos en sutrato con las posesiones españolas. Así fue como, por lo menos en apa-riencia, se abocó a hacerla cumplir y en su proclama del 26 de marzoprometió llevar a cabo todo lo dispuesto en ella para mejorar la suer-te de los novohispanos.89 De hecho no implementó sino aquellas dis-posiciones que no amenazaban quebrantar su poder o que no pre-sentaban un serio riesgo a la estructura colonial ni a los intereses desus sostenedores. Así, no puso en efecto la libertad de imprenta, aun-que sí se propuso, entre otras cosas, reorganizar el sistema judiciale instalar en la capital su ayuntamiento constitucional. El 15 de mar-zo se publicó por bando el decreto que disponía dejara de usarse enlos papeles públicos la palabra real, debiendo utilizaffie a partir de

"Guadalupes" y la Independencia, México, Edito-89 Ernesto de la Torre, Lo

rial Jus, 1966, 186 p., p. 10-17,

Page 38: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

47LOS INDIOS VOLUNTARIOS

entonces el ténnino nacional.9° A los dos días de esta publicación, secelebró un acuerdo en el que se decidió implementar lo referente ala organización de tribunales y juzgados 91 ya un mes de su acceso

al virreinato se procedió a la elección e instalación del nuevo ayun-tamiento constitucional capitalino.92

Hubo ocasiones en que Calleja tuvo que dar marcha atrás a me-didas tomadas por su antecesor en el cargo, como sucedió al suprimirel sistema de policía implantado por Venegas en la ciudad de México,o incluso tomar disposiciones no contempladas por la Constitución de1812. En ella se encargaba a los alcaldes vigilar por la seguridadde los vecinos, pero esta tarea resultó imposible para aquellos funcio-narios, cuyo número era muy reducido, y al aumentar los delit~ enla capital Calleja se vio en la necesidad de ordenar que la vigilanciafuera llevada a cabo por patrullas de soldados.93 Así también se tuvoque pennitir en la ciudad de México el nombramiento de un númeromayor de jueces de letras para la administración de justicia en pri-mera instancia.94 Sin embargo, con todo y no ser partidario de laConstitución ya pesar de no ponerla en vigor sino en unos cuant~aspect~, la imagen que Calleja llegó a proyectar a los principios desu gobierno fue la de una autoridad dispuesta a cumplir en lo po-sible con lo decretado en la metrópoli para provecho y mejora de losnovohispanos. En realidad a lo que se hallaba dispuesto el nuevo vi-rrey era a tenninar de una buena vez con el movimiento insurgente.

Al subir Calleja al poder, y al igual que se había hecho con losvirreyes anteriores, el gobernador de la parcialidad de San Juan,Eleuterio Severino Guzmán, de inmediato le hizo la co~abida ofertade sus bienes y personas en defensa de la justa causa, de la patria, dela religión y de las personas mismas de los virreyes.95 La respuestade Calleja, además de dar cortésmente las gracias, fue en el sen-tido de que atendería y protegería a los indígenas de la parcialidaden cuanto estuviera de su parte.96 Bien pronto el gobernador de SanJuan le recordaría sus palabras.

En un escrito sin fechar, pero que es anterior al 27 de marzo,

!JOJ Al ..?=

'. aman, op. c~t., t. III, p. -\M.

91 L .oc. czt.

92 Ibidern, t. m, p. 404.!Js Ibidem, t. III, p. 274.9. lbidem, t. III, p. 264.9¡¡ Véase oficio de E. S. Guzmán al virrey Calleja, 12 de octubre de 1813, en

AGN, lnfidencias, v. 82, exp. 411, cuad. 111, f. 3.96 Citado por E. S. GuZU1án en su oficio al virrey Calleja, 12 de octubre de

1813, en ibidem, f. 2-3.

Page 39: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

48 VIRGINIA GUEDEA

Guzmán se dirigió nuevamerite al Virrey, esta v~z para participarleel conflicto en que se hallaban los gobernadores y demás autoridadesde los pueblos de la parcialidad a causa de que no podían salir losindios de sus pueblos por la fuerte leva que había. Si venían a la ca-pital se les aprehendía y llevaba a la cárcel o a los cuarteles, comoha:bía ocurrido a muchos de ellas, que se encontraban "alistados y en,actual servicio" a pesar" de los numerosos ocursos interpuestos paraeVitarlo. LoS lndígenascóhtribuían al sostenimiento del culto divino,por lo que,c3:u fa)ta'iiarla d~caer las iglesiaS de los pueblos;'tari1pqcopód'rlan;continuar con sus Siembras, de'cuyos productóS abastecí~ná la ciudad. Por'tOdocllo pedía' ~ Virrey qtle~ "¡aténdiendo a sus cla-mores como pai:lre, se digné Ihandat el que acá.da uno de los puéb10sde I~ tomprehensión de esta pa:icialidad se le dé u ii ¡res~ardo paraque, maliifestándolo, n6,se moleSte a sus hijbS".97 r

Poi" el dfició anteridr, vemOO que, a pesar dé sus repetidas dfer'..tas de cbntribuir a la defértsa de la ;justa causa, 10~ goberiiantes'indiosno eStabáh muy dispuestós a qu~ sus gobernados participaran en for-'m~ activa en ella, si "esto' et~ ~h detrimento de sus activiáades"coti-dianas. A pesaf de que la nueva legislacióíi no hacía diferenciaS eÍ1-tte 16s novohispanos, estaban decididos a mantenet su identidad degru~ ~r considerar que, de lo conti:ario,los indígenas se verían~ectadoS y en lo persorial ellos perderían poder e ihfluencias. El vi-rrey, quien tampoco deseaba un cilmbio en la condición délos ín-dígenas ni que formaran parte de los cuerpos armados, entendió losargumentos esgrimidos por iGuzmán y le concedió lo que solicitaba,'¡con prevención de que se califique la calidad por las matrículas res-pectiváS, y al efectó pásese al capitán de la compañía de policía donJoaquín Elizalde" ~98 Hay que señalar aquí que, no obstante haberconseguido del virrey el otorgamiento de los resguardos, las autori-dades de San Juan no 'procedieron de inmediato a poner en prácticaesta concesión; cuando menos no hemos eÍ1c6ntrado testimoniOs deque se abocaran por ese entonces a la realizaci6n de tal tarea.

No siempre fue a favor de los indígenas de las parcialidades elque se les considerara de condici6n diferente. Cuando en abril deese año se inició una terrible epidemia que atac6 sobre todo a lasclases más pobres, el ayuntamiento de la capital se ocup6 de orga-nizar la ayuda a los enfermos por medio de juntas de caridad, pero

91 Oficio de E. S. Guzmán y José Antonio Sandoval al virrey Calleja, s.f., en

ibidem, cuad. 19, f. 76-76v.98 Nota del virrey Calleja al oficio anterior, 27 de marzo de 1813, en ibidem,

cuad. 19, f. 76.

Page 40: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

49LOS INDIOS VOLUNTARIOS

"los de las parcialidades no fueron atendidos por estas juntas muni-cipales y tuvieron que erogar los gastos hechos con ese objeto de losfond~ de sus cajas de comunidad".99 Esta epidenúa, que duró hastafinales de año, causó una gran mortandad e hizo un terrible estragoentre los. indígenas, "quedando desde entonces desierto el barrio deSantiago" .100

Las elecciones para integrar el ayuntamiento constitucional capi-talino, celebradas ese mismo abril, no resultaron nada satisfactoriaspara las autoridades superiores de la Nueva España, ya que los par-tidarios de una renovación en el orden de cosas lograron que salieranelectos quienes simpatizaban con sus ideas, y así no se eligió a nin-gÚn peninsular. Francisco Galicia y Angel Vargas Machuca, los dosregidores indígenas con que contaba el nuevo ayuntamiento, al igualque otros de sus miembros fueron vistos con desconfianza por Calle-ja. El 22 de junio, a poco más de dos meses de haberse instalado elnuevo cabildo, el virrey informaba al ministro de Gobernación deUltramar que quienes lo componían "fueron entresacados y elegi-dos de entre los más adictos al partido de la insurrección"!01 Recor-demos aquí que tanto Galicia como Vargas Machuca habían sidoinvitados a participar en las juntas promovidas en Santiago por Ma-riano Paz y Carrión en junio de 1809,1°2 aunque no se les pudo pro-bar culpa alguna.

Las sospechas que Calleja abrigaba sobre Galicia fueron aumen-tando con el transcurso del tiempo. A poco de que el virrey envió eloficio citado en el párrafo anterior, cayó en poder delos realistas una.carta dirigida a Rayón, escrita supuestamente por Galicia, en la quese le ofrecía la ayuda de 100 indios de la capital para que los insurgen-tes se apoderaran de ella. Sin embargo de iniciársele causa y de ha-cerse las diligencias del caso, no pudo comprobarse que la carta lahubiera escrito el regidor. Por esos mismos días, Calleja recibió unadenuncia anónima contra Galicia, enviada al parecer por algunos in-dígenas de la parcialidad de San Juan, en la que se le acusaba dehablar mal del gobierno y de tratar de atraerse al populacho. Hechaslas averiguaciones pertinentes, tampoco resultó posible probar nadaen contra del exgobernador !1)8

99 A. Lira, op. cit., p. 28.100 L. Atamán, op. cit., t. III, p. 262.101 Comunicación del virrey Calleja al ministro de Gobernación de m tramar.

22 de junio de 1813, en E. de la Torre, op. cit., p. 38-39.102 Véanse las notas 57 a 59.103 Las diligencias seguidas contra F. A. Galicia se encuentran en AGi'i, lnfi-

dencias, v. 23 y 64.

#

Page 41: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

50 VmGINIA GUEDEA

En el mes de octubre, a escasos tres meses de la denuncia ante-rior, Galicia de nuevo tuvo problemas con el virrey a causa de unescrito que envió al intendente Ramón Gutiérrez del Mazo sobre elmal .comportamiento de las tropas españolas en los barrios indígenas.El tono exaltado de su oficio, en el que hablaba de que el pueblo de-sesperaba ya por los atropellos que sufría y no podría contenerlo,provocó que Calleja le pidiera aclaraciones sobre algún posible al-boroto. También en esta ocasión Galicia pudo salir con bien del pro-blema y su causa quedó suspendida. Para dejar caer todo el peso desu justicia sobre el regidor, el virrey decidió esperar momentos másoportunos, los que se presentarían en agosto de 1814, cuando, abo-lida la Constitución de Cádiz y restablecido el antiguo sistema, lasautoridades de la Nueva España pudieron recurrir a medidas másdirectas y efectivas contra quienes habían aprovechado las circuns-tancias brindadas por la apertura liberal de la península para la con-secución de cambios de importancia en la colonia.

El Cuerpo Patriótico Nacional de Soldados Voluntarios

de Fernando VII

Para alcanzar su propósito de pacificar a la Nueva España, calle-ja necesitaba contar con una fuerza militar poderosa y bien equipa-.da; así, se dedicó a conseguir dinero y hombres} por lo que durantesu gobierno se intensificaron los préstamos forzosos y las levas. Estevirrey, como señala el historiador Anna, en forma gradual pt:ro asabiendas de lo que hacía convertiría al régimen realista en un régi-men militar.1O6 A esto se debió, en buena medida, que en la NuevaEspaña se fuera percibiendo de manera cada vez más clara quelas fuerzas armadas eran el principal apoyo en que se sustentaban lasautoridades coloniales y que, a partir de entonces, ya no se concibierafácilmente la existencia de un poder político que no implicara pornecesidad una fuerza militar .

A pesar de que desde la subida de Calleja al poder las levas enla ciudad de México habían aumentado en intensidad y frecuencia,los batallones de patriotas de Fernando VII, con que para su defensay vigilancia contaba la capital, se hallaban incompletos y muchos delos individuos que en ellos debían servir utilizaban alquilones. Pararemedio de esa situaci6n, a principios de octubre de 1813 el virrey

1G4 T. Anna, op. cit., p. 89.

Page 42: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

5tLOS INDIOS VOLUNTARIOS

ordenó el alistamiento en la ciudad de México de todos los vecinos'que contaran entre dieciséis y cincuenta años y que pudieran prestarservicio militar, y dio el término de ocho días para que se presenta-ran a servir en los batallones de patriotas, so pena de servir en uncuerpo de linea.1°5

Estas disposiciones de Calleja provocaron una nueva oferta de.la parcialidad de San Juan. Su gobernador, Eleuterio Severino Guz-mán, dirigió un oficio al virrey, fechado el día 12 del mismo octubre,.en el que le expresaba que entre todas las naciones que habían mos-trado ser leales la indiana había dado las mayores y más realzadas.pruebas de lealtad, amor, fidelidad y patriotismo y le recordaba suoferta preBentada a lturrigaray en 1808, reiterada ese mismo año porGalicia a Garibay y renovada en 1809 pqr Cano y Moctezuma aLizana. Al iniciarse la insurrección, el mismo Cano y Moctezumahabía revalidado ante Venegas todas las ofertas anteriores; entonces elvirrey dispuso que se formasen dos compañías de lanceros y concedió.a quien ocupase el cargo de gobernador el grado de teniente coronercon respecto tanto a los lanceros como a los demás indios que se pu-siesen sobre las armas. El gobernador recordaba también a Callejaque al tomar éste po5e8ión del cargo de virrey el mismo Guzmán lehabía ofrecido catorce mil hombres para el servicio militar. Aunqueprobablemente el número de indígenas hubiera disminuido por laepidemia sufrida hacía pOCo, si el virrey pretendía "resguardar estaciudad de los revolucionarios traidores que han perturbado el sosiegoy tranquilidad de la paz en que vivíamos gustosamente obedientes" ,como infería del bando en que ordenaba el alistamiento de patriotas,los indios con que contaba el gobernador serían más que suficientesy lo harían Con "más empeño y mejor lustre" que nadie, pUesto queeran "los verdaderos patriotas", alistados ya desde su primera oferta,la que de nuevo revalidaba. Para cumplirla, sólo esperaba que el vi-rrey le diera la orden y se le entregaran loS fusiles necesarios parainstruir y disciplinar militarmente a los indios, de lo que se encarga-ría el propio gobernador. Sin embargo, para que Guzmán pudieraponer "íntegro el considerable número de gente que puede formarun respetable ejército", también era necesario que el virrey ordenara"a los comandantes de patriotas de los pueblos comarcanos que noincluyan en sus compañías a los puros indios", porque se desmembra-ría la gente y no podría cumplir su oferta; pues, "aunque se quieradecir que lo mismo eB que sirvan aquí que allí, no es de fundamento

l()G L. Atamán, op. cit., t. III, p. 257.

Page 43: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

52 VIRGINIA GUEDEA

alguno, porque la gente unida hace más resistencia que dividida)como bien lo sabe vuestra excelencia"!06

Guzmán confiaba en recibir una respuesta afirmativa de Calle-ja. Lo que el oficio deja traslucir es) más que su preocupación por-que los indios sirvieran militarmente de manera efectiva en defensadel régimen) su preocupación porque quien mantuviera el control di-recto sobre ellos fuera el mismo gobernador. Por esas fechas) donEleuterio había iniciado ya los trabajos necesarios para formar conlos indios de su jurisdicción un cuerpo armado para la defensa de lacapital que estuviese bajo su mando. Desde el 1 de septiembre) casimes y medio antes de su oficio a Calleja) se formó un "Cuaderno delistas de los militares patriotas de esta Parcialidad de San Juan",donde se registraron los habitantes de sus distintos pueblos y barrios.Estas listas se habían sacádo de las mandadas hacer por Guzmán en1808) cuando éste y Vargas Machuca pusieron los indígenas de lasparcialidades a disposición de Iturrigaray!07 El deseo de Guzmán detener bajo su mando una fuerza militar compuesta por los indiosde su jurisdicción) manifestado ya en 1808) parecía poder cumplirseplenamente en 1813, cuando el virreinato entero se militarizaba.

Calleja tomó la nueva oferta del gobernador de San Juan comouna más de las que las corporaciones indígenas acostumbraban hacera las autoridades superiores y) al igual que sus antecesores en cir-<:unstancias semejantes, contestó a Guzmán su oficio diciéndole que<:on satisfacción veía confirmado su concepto de "la no interrumpidafidelidad de las parcialidades de indios de esta Corte') ; le expresabatambién que cuando fuera oportuno y las circunstancias lo exigieranharía uso de las fuerzas de las parcialidades unidas y) mientras tanto)les daba las gracias en nombre del rey .1.08 Hay que señalar que tantoel virrey como las demás autoridades que intervinieron después en elasunto que aquí se estudia, en sus escritos siempre se refirieron a lasdos parcialidades como si se trataran de una sola entidad) a pesar deque sus gobernadores no siempre actuaron de acuerdo y en algunainstancia adoptaron posturas diferentes.

La respuesta de Calleja) deliberadamente ambigua de su parte,fue tomada por Guzmán como favorable a su proposición y así se dis-

108 Oficio de E. S. Guzmán al virrey Calleja, 12 de octubre de 1813, en AGN,

lnfidencias, v. 82, exp. 49, cuad. 19, f. 13.14.lOT "Cuaderno de listas de los militares patriotas de esta parcialidad San

Juan. ..", en ibidem, cuad. 29, f. 59.6Ov.Jc08 Respuesta del virrey Calleja a E. S. Guzmán, 22 de octubre de 1813, en

ibidem, cuad. 19, f. 18. Este documento no es el original sino una copia.

Page 44: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

53LOS INDIOS VOLUNTARIOS

puso a proseguir sus tareas con renovados bríos. De hecho, para elgobernador de San J uan la oportunidad que mencionaba el virrey se:había presentado ya. Sus empeños y los de quienes lo ayudaron paracllevar a cabo sus propósitos han quedado detalladamente registrad 00.en la causa que a consecuencia de sus actividades se les siguió a to-dos ellos a principios de 1814. Las numerosas diligencias a que di<>lugar y los papeles que al formarla se recogieron permiten seguir ,.casi paso a paso, los trabajos emprendidos por Guzmán y sus colabo-radores para levantar un cuerpo de patriotas indígenas que debía.depender directamente del gobernador .

Al ver por el oficio de Calleja que cuando fuera oportuno utili-zaría las fuerzas de ambas parcialidades, Guzmán pensó que eranecesario saber con cuánta gente se contaba y hacer que estuviese dis-puesta; cuando menos ésta fue la postura que después sostendría. So-bre ello consultó, según su propia confesión, con José Salazar, alcal-de supernumerario de San J uan, quien no sólo fue de parecer de quese hicieran sino que se convirtió en su principal promotor!O9 Salazarera español natural de México y había estado ligado desde hacía tiem-po a la parcialidad de San Juan, de la que había. sido álcalde super-numerario hacia el año de 1802. En abril de 1813 le había pedido adon Eleuterio que le nombrase nuevamente alcalde y así fue com<>gozaba de la confianza del gobernador .

Al tiempo que iniciaba los trabajos de organizar un cuerpo de:patriotas, el gobernador de San Juan volvióse a ocupar de la conce-sión de resguardos a los indios de su jurisdicción. Según su propia.declaración, como la leva continuaba rigurosa le pidió de nuevo alvirrey, esta vez de manera verbal, que se concedieran resguardos a'.los indios, ofreciendo una vez má$ que estarían siempre prontos paraccualquier eventualidad. También de palabra le contestó CaUeja y,.al igual qu~ lo había hecho en marzo de ese año, concedió a Guzmánse otorgaran los resguardos y se diera ~viso de ello al sargento mayorde la, plaza, José Mendívil!1° De inmediato el gobernador " acompa-ñado de Salazar , se presentó ante dicho oficial para informarle de laconcesión otorgada por el virrey de dar resguardos, a los que Mendí-

109 Confesión de E. S. Guzmán, S de marzo de 1814, en ibidem, cuad. 19, f.

127v.128.110 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en' ibideln, cuad. 2~.

f. ISv.

Page 45: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

54 VIRGINIA GUEDEA

vil debía poner su visto bueno, y éste les dijo entonces que le presen-taran un ejemplar !11

De ser exactas las anteriores aseveraciones de Guzmán, la pre-muta que en ese momento mostró don Eleuterio porque los indígenasde su jurisdicción contaran con los resguardos contrasta Con la inac-tividad manifestada siete meses antes por el mismo Guzmán, cuandopor primera vez solicitó y obtuvo del virrey su concesión. Para queel gobernador procediera a esta tarea no era realmente necesaria unanueva licencia, y menos de palabra, puesto que ya se contaba Con unpermi'!o escrito; es probable que haya hecho una nueva solicitud por-que así conviniera a sus propósitos de formar un cuerpo de patriotas.Por un lado, le interesaba desde luego poner un freno a la leva de losindígenas, no SÓlo porque afectaba seriamente la vida de su comu-nidad sino porque, de proseguir con la misma intensidad, habría cadavez menos individuos para la integración de las fuerzas que deseabatener bajo su mando, como claramente lo había expuesto al virrey ensu representación del 12 de octubre. Por otro, al concederse los res-guardos debían hacerse listas y emprenderse otras tareas igualmentenecesarias para iniciar la organización de los patriotas, por lo queambos trabajos podrían llevarse a cabo al mismo tiempo. Por último,pudo haber considerado don Eleuterio que si surgía algún problemacon las autoridades superiores por la formación del cuerpo de patrio-tas, si~mpre podría disimularse explicando que lo que se llevaba acabo era, primordialmente, la concesión de resguardos, como de he-cho ocurrió.

Según manifestó después Guzmán, como no se ponía de acuerdo.c,on Salazar sobre la forma en que debían hacerse los resguardos, hizotraer un nombramiento de patriotas -que aparentemente Salazar<:onsiguió en la Villa de Guadalupe- y le ordenó a su escribiente,Ignacio Fernández, que sobre él hiciera un borrador para despuésmandarlo corregir.112 Era Fernández, como Salazar, español de MéXi-.c,o y conocía bien los asuntos del gobierno de los indígenas, ya que'también fue escribiente de Francisco Antonio Galicia, el anterior go-bernador de San Juan. Salazar, en presencia de F ernández, le dijoa Guzmán que éste "ya estaba declarado comandante en la sargentíamayor de la plaza por ausencia de don Martín Barandiaran, que lo

iii Oficio de José Mendivil a José Antonio Noriega, 28 de febrero de 1814,

~Il ibidem, cuad. 1Q, f. 109.:112 Careo entre E. S. Guzmán e Ignacio Fernández, 25 de febrero de 1814, en

ibidem, cuad. 19, I. 99v.

Page 46: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

LOS INDIOS VOLUNTARIOS

era de lanceros", por lo que el escribiente lo puso así en el borrador.l13Por orden del gobernador y con acuerdo de Salazar, Femández pusotambién que el resguardo se daba en virtud de lo prevenido por elvirrey; pero, como don Eleuterio dijo haber perdido el oficio de Calle-ja, no se puso la fecha sino que se dejó en blanco, según declaracióndel propio escribiente.~I~

El hecho de que para formar un resguardo se hayan basado enun nombramiento de patriotas parece indicar que Guzmán y Salazarhabían decidido aprovecharse del permiso de otorgar resguardos paraal mismo tiempo formar un cuerpo de patriotas indígenas. Igualmen-te parece indicarlo así el hecho de que en los resguard~ se haya de-jado en blanco la fecha del oficio del virrey. Haya en verdad o noperdido Guzmán el oficio de Calleja -del que, por cierto, sólo apa-rece en la causa una copia-, bien debían saber las autoridades de SanJuan que en él no se autorizaba la formación de ningún cuerpo nitampoco se hablaba de conceder resguardos a los indios. Es proba-ble que la fecha se haya dejado en blanco porque se pensaba factibleconseguir en un futuro próximo la autorización virreinal para formarun cuerpo de patriotas; Guzmán mismo hizo dos nuevas solicitudespor escrito al tiempo que ya se estaban otorgando los resguard~, aun-que sólo presentó una de ellas, y Salazar trató de este asunto con el

sargento mayor.Mientras se elaboraba el borrador, se prosiguió con la preparación

de las listas de los habitantes de los puebl~ y barrios de la jurisdic-ción de San Juan. Las que se encuentran recogidas en la causa fue-ron formadas en el periodo que va del 6 de noviembre al 23 de di-ciembre de ese añO.l15 Como Salazar había consultado ---0 cuandomen~ así lo declaró- con el comandante de la partida de capa, JoséJoaquín Elizalde, sobre otorgar resguard~ a los indios y el coman-dante le había dicho que convendría que se pusiese en ellos la filia-

118 Loc. cit.114 Ampliación de la declaración de I. Fernández, 25 de febrero de 1B14, f'n

ibülem, cuad. 19, f. 98.11& En el expediente de la causa se encuentran las siguientes: "Cuaderno de

listas de los militares patriotas de esta parcialidad de San Juan"; "Sigue el pueblode Romita, presentada en 6 de noviembre de 1813" ; "Siguen los del pueblo de SanMiguel Cha1mita, presentada en 8 de noviembre de 1813" ; "Lista del pueblo deSan Pablo Xalpa, presentada en 8 de noviembre de 1813" ; "Siguen los de SantaMaña la Redonda, presentada en 9 de noviembre de 813" ; "Siguen los de San Pablopresentada en 9 de noviembre de 1813" ; "Sigue el barrio de la Ascensión 11asco-comulco presentada en 11 de noviembre de 813", y "Lista de los hijos del pueblode Santa María Magdalena Salinas, jurisdicción de la Parcialidad de San Juan".(lbülem, cuad. 29 )

Page 47: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

56 VmGINIA GUEDEA

ción de cada uno para que no se los prestaran entre sí,116 se decidiótambién incluirla. Tal y como se había convenido, Salazar llevó elborrador al sargento mayor de la plaza para que lo corrigiera y asílo hizo Mendívil. Ya corregido, Salazar lo llevó a la imprenta de On-tiveros, donde se tiraron quinientos ejemplares el 13 de noviembre.Tres días después, Guzmán envió con Salazar un ejemplar al sar-gento mayor, quien le quitó algunos renglones y, según declaró des-pués el mismo gobernador, le mandó decir que "ya se ¡o había ense-ñado al señor virrey y que se pusiera en aquellos términos"!11 Lo quetachó el sargento mayor, según declararon Fernández y Salazar, fuela frase de que los resguardos se daban en virtud de lo consultado conel comandante de la partida de cápa,:L18 frase que no aparece ya enla segunda impresión. Según manifestó posteriormente el propio Men-dívil, lo que se borró fue "ya lo consultado por el sargento mayorde la plaza", y así lo presentó al virrey, quien le dijo que estaba bienpero qúe pusiera su visto bueno.:L19 Sin embargo de lo expresado porMendívil, la frase sobre el sargento mayor sí se conservó al imprimirsepor segunda vez los resguardos.

Mientras esto ocurría, Guzmán y Salazar conferenciaron con elgobernador de Santiago, Guadalupe Velásco, y con Vicente Villavi.cencio, maestro de primeras letras de dicha parcialidad, quien eraademás escribiente de su gobernador. Velasco era indígena; no asíVillaVicencio, quien era español de México y vivía en el tecpan deS~ntiago, donde tenía su escuela. Villavicencio también se ocupó, nosa:benios de.'!\de cuándo, de ayudar al gobernador en el arreglo delpiquete de lancer~ de Santiago. Parece ser que hasta ese momentolas autoridades de esta parcialidád no habían intervenido, por lo me-n~ en foima directa, ni en el asunto de los resguardos ni en el de laforil1ación de un cuerpo de patriotas. El motivo de la conferencia, se-gún Fernández, fue decidir si se ponía a dos comandantes en los res-guardas, por ser dos las parcialidades.12° Muy probablemente porque

116 Careo entre E. S. Guzmán y José Salazar, 19 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. 1'1, f. 84.

117 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, l'Uad. 2'1,f. .15v-16.

118 Declaración de I. Fernández, 25 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. II), f.

98v.99, y Confesión de J. Sálazar, 9 de marzo de 1814, en ibidem, cuad. 1 Q,f. 137.

119 Oficio de J. Mendívil a J. A. Noriega, 28 de febtero de 1814, en ibidem,cuad; 1'1, f. 109v.

120 Declaración de I. Fernández, 24 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.1'1,f. 96-97.

Page 48: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

57LOS INDIOS VOLUNTARIOS

la iniciativa provenía de San Juan, quedó Guzmán como comandan-te de ambas en el nuevo borrador y de éste se mandaron imprimirmil ejemplares!21

Las diferencias ya mencionadas entre las dos impresiones no fue-ron las únicas. En la segunda versión encontramos que el "CuerpoPatriótico de Soldad~ Voluntarios de Fernando VII" -pues nadamenos que un cuerpo de voluntarios de Fernando VII. deseaba co-mandar don Eleuterio-, se convirtió, además, en "Nacional". Laprimera habla únicamente de las compañías de lanceros de infante-ría y caballería de la parcialidad de San J uan, mientras que la se-gunda se refiere a compañías de infantería y caballería del cuerpopatriótico nacional, sin mencionar ya a l~ lanceros. También en lasegunda versión se habla de batallones, mientras que en la primerasólo se mencionan compañías; además, se aumentó un nuevo datopara el registro de la filiación de los alistados. Se debe señalar queesta segunda impresión no fue la única utilizada por Guzmán y Sa-lazar; en el expediente de la causa se encuentran no pocos ejempla-res de la primera, debidamente llenados y firmados, cuyas fechas deexpedición hacen ver que se otorgaron al mismo tiempo las dos ver-sionés impresas.

.Según declaración de Guzmán, una vez impresos los resguardosde inmediato se comenzaron a llenar con los noinbres y datos de losindígenas "y se les iba dando a cada uno el suyo"!22 De hecho, los res-guardos comenzaron a repartirse desde antes, pues los primeroshabían sido manuscritos y por ellos se llegaron a cobrar hasta veintereales!23 Una porción de los impresos se llevó a casa del sargentomayor para que les pusiera el visto bueno, donde quedaron detenidoscomo quince días por no tener Mendívil tiempo de ñrmarlos!24 Apa-rentemente hasta entonces ni el sargento mayor ni el virrey habíanvisto nada extraño ~n las actividades emprendidas por Guzmán ySalazar, pues aunque claramente los papeles presentados hacían refe-rencia a la formación de un cuerpo de patriotas, fueron tomados sim-ple y sencillamente como resguard~, que también Id eran.

121. Declaración de Alejandro Valdés, 22 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.1'1, f. 86-86v.

122 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 2'1,f. 16.

123 Careo entre E. S. Guzmán y J. Salazar, 10 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. 1'1, f; 51. ' ., ~ .

124 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 2",[ 16.

Page 49: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

58 VIRGINIA GUEDEA

Para conseguir la información que debía registrarse en ellos, elgobernador había mandado llamar a Miguel Nava, quien era alcaldede república del barrio de Santa María de la parcialidad de San J uan.Indio cacique natural de Temascalcingo, Nava se dedicaba a vestirestampas de papel, las que luego vendía. Es muy probable que sele haya llamado tanto por su condición de alcalde como por su ex-periencia en cuanto a efectuar alistamientos, la que había obtenidocomo sargento de lanceros durante el gobierno de Venegas. Nava fuerecibido por Guzmán y Salazar y, según declaró después, se le pre-vino que alistara a la gente del barrio de Santa María "porque seiban a aumentar los patriotas lanceros".12ó Vemos, pues, que el gober-nador, apoyado e impulsado por Salazar, no se disponía únicamentea dar resguardos a los indios sino que estaba ya decidido a formarun cuerpo de patriotas voluntarios de Fernando VII que debía que-dar bajo su mando, tal y como lo decían los impresos.

Salazar fue comisionado --0 se hizo comisionar- por Guzmánpara entender "en todos los asuntos militares de patriotismo, y al efec-to [ el gobernador] le señaló un cuartito en el tecpan de San J uan,el cual llamaban la Mayoría", donde despachaba nombramientos ycontestaba peticiones de quienes querían ser oficiales, según su pro-pia declaración.126 Es probable que el sitio donde trabajaba Salazarhubiera recibido ese nombre a causa de que éste se encontraba des-empeñando las funciones de sargento mayor y como tal era conocidopor muchos.

Además de los listados de los nombres de los distintos individuos,se elaboraron también listados de sus filiaciones. Salazar consiguiólos servicios de Ignacio Islas para que fuera "de su inspección arre-glar las listas y apuntar las filiaciones de los que le ponía delante Sa-lazar", según declaración del propio Islas,121 a quien se le ofrecierondos reales diarios por desempeñar esta tarea. Islas, quien no era in-dígena sino español, había sido escribiente en San Juan y era pelu-quero de oficio.

Miguel Nava, por su parte, dio comienzo en Santa María al alis-tamiento que se le había encargado, "el que verificó de quinientoshombres" que llevó a presentar al tecpan. Allí le dijo Salazar quelos arreglara por compañías y les nombrase cabos y sargentos mien-

125 Declaración de Miguel Nava, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19.

f.32.126 Declaración df' I. Salazar. 9 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. .1'!, f. 42.

127 Declaración de Ignacio Islas, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. I'!,

f.58v.

Page 50: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

59LOS INDIOS VOLUNTARIOS

tras que el virrey les daba a estos oficiales sus nombramientos. Igual-mente le encargó que principiara a hacer asambleas con los alistadosy los llevara a misa, para lo que le mandó una caja y cuatro lanzas;así lo hizo Nava y, para pagar al padre y al tambor, los cabos y lossoldados daban una cuartilla y los sargentos medio real.:128 Como sele informó que estas asambleas debían efectuarse "para evitar queen la ociosidad se entregaran a los vicios y para que al mismo tiempose habilitaran para el servicio militar", Nava aceptó hacerlas, lo quellevó a cabo en el Puente de las Guerras. Convino en hacer también"un uniforme, según el modelo que se le dijo se había de presentara la superioridad y había de usar la tropa". Nada de esto llamó suatención, según declaró después, porque así se había procedido ante-rionnente en l~ alistamientos de los lanceros. También explicó mástarde haber creído que Guzmán y Salazar habían sido nombradoscomandante y sargento mayor, respectivamente, y que ambos esta-ban facultados por el gobierno para nombrar oficiales; incluso le di-jeron a Nava que lo harían capitán.:129

Para la elaboración de la lista de los patriotas, Nava -quien nosabía escribir- contó con el auxilio de Manuel Nájera, su escribiente.Al igual que Fernández e Islas, colegas suyos en estas tareas, Nájeraera español natural de México y, según declaró, se dedicaba a comer-ciar con alquiladuría de ropa.:130

Sala:zar era quien entregaba los nombramientos; pero, como exi-gía cuatro reales y medio por cada uno, muchos de los alistados sequedaron sin ellos por no poder pagarl~, a decir de Nava. Éste re-clamó sobre ello al gobernador y también se quejó con él del "genioaltanero y soberbio" de Salazar, quien maltrataba a l~ alistados sino le llevaban el dinero.:13:1 Las declaraciones del mismo Nava y dealgún otro de los involucrados en todos estos trabajos coinciden enseñalar que Salazar se incomodaba a menudo con los soldados queno se le formaban, así como con quienes no se quitaban el sombreroen su presencia, además de dar otras muestras de su prepotencia.:132

128 Declaración de M. Nava, 8 de febrero de 1814, en ibiáem, cuad. 19, f. 33.129 Escrito de M. Nava, ca. 25 de febrero de 1814, en ibitlem, cuad. 19, f. 101.

lOlv. En el expediente de la causa no se encuentra ningún nombramiento extendidoa Nava; sin embargo, en la 'lista que aparece a fojas 28 del cuad. 19, éste aparececomo capitán.

3:80 Declaración de Manuel Nájera, 16 de febrero de 1814, en ibiáem, cuad.1q, f. 78-78v.

181 Declaración de M, Nava, 8 de febrero de 1814, en ibilem, cuad. 19, f.33-33v.

1M Careo entre Bartolomé Cánovas y I. Salazar, 14 de febrero de 1814, en

Page 51: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

60 VIRGINIA GUEDEA

Según declaración de don Eleuterio, lo que le había encargado a Sa-lazar era que cobrara tan SÓlo lo indispensable para pagar loS gastos,que debían ser de aproximadarnente dos reales por nombramiento; 133

salaZar insistiría después que el gobernador no le había señalado pre-Cio.13.

Bart010mé Cánovas, español peninsular, era un alférez retiradoque había servido en varios regimientos novohispanos. Según decla-ración suya, al verse cargado de familia y sin más haberes para susostenimiento que el COrto prest que recibía, por sugerencia de Navase acercó a Salazar para ver si lo destinaba a la enseñanza del ejer-cicio a loS patriotas, con la esperanza de recibir una gratificación. Sa-lazar lo envió entonces a hacer el alistamiento en loS barrios de SanJosé y la Santa Veracruz, para lo que le dio un padrón viejo. Cáno-vas alistó CoSa de cuatrocientos hombres y los citó para el siguientedomingo, de acuerdo con las instrucciones de Salazar. En la Plazuelade Tarasquillo Comenzó a enseñar a unoS ciento cincuenta indivi-duos, lo que efectuó durante tres domingos, sin obtener nada enpago a sus esfuerzos!35

En la organización de los cu~rpos de voluntarios indígertas par-ticipó también Francisco Xavier Casela, español de México que eraescribiente en el oficio del gobierno. Por sus declaraciones, vemos que,al saber "que de parte de la sargentía mayor se iba a crear el citadoregimiento" y en legítima busca d~ "sus adelantos y honores" ; se acer-cÓ al gobernador, a quien le pidió una charretera, y así fue comollegó a ejercer las funciones de ayudante en el batallón de Santa Ma-ría y en el d~ Tarasquillo.136

¡\.d~más de Cá~oyas y Casela, hubo otro ayudante, de quien sa-bemos se llam~ba José María, Cabello y que era alférez; pero, COI1;lOno se le encontró cuando comenzaron a hacerse las averiguacionessobre todas estas actividades ni tampoco mientras duró el proceso,eso es tOdo lo que conocem~.de él.

ibidem, cuad. 19, f. 57v-58, y careo entre J. Salazar y M. Nava, 14 de febrero de1814. en ibidem, cuad. 19, f. 6Ov.

138 Confesión de E. S. Guzmán, 5 de marzo de 1814, en: ibidem, cuad. 19,f. 128. ' ,

'1s. careo eptre E. S. Guzmán y J. Salazar, 10 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. 19, f. 51-51v.

185 Declaración de B. Cánovas, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19, f.36-36v y 37v-38.

186 Confesión de Francisco Xavier Casela, 3 de marzo de 1814, en ibidem, ciIad.19, f. 119v-120, y declaración del mismo, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,f. 38y-40.

,

Page 52: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

61LOS INDIOS VOLUNTARIOS

En los trabajos de organización de los patriotas indígenas inter-vinieron, además de los ya mencionados, algunos otros individuos aje-n~ a las parcialidades. El relojero José María Pérez fue uno de ellos.~ste era español, natural de San Luis Huamantla y vecino de Méxi-co. Al saber que se iban a levantar batallones en San Juan, Pérezpasó con Guzmán a pedirle una charretera de alférez. El gobemadoJ10 remitió entonces con Salazar, quien lo mandó a presentarse en lasasambleas que se llevaban a cabo en Santa María. Tomó Pérez par.te en dos de ellas y después de la primera ofreció un almuerzo a Sa-lazar, Nava, Nájera, Cabello y otros de los organizadores!37 Tambiénparticipó en las asambleas de Santa María otro español, llamadoManuel Serveta, quien era natural de México, se dedicaba a tra-tante en el Parián y, además, pertenecía a una compañía de patrio-tas. Con el deseo de que lo nombraran alférez, asistió a tres de lasasambleas y en ellas se ponía a la cabeza de l~ alistados; pero, apesar de todos sus esfuerzos, se le mandó se retirara!38 Quien le dioesta orden fue Santos Díaz, indio cacique de México que tenía una-casa de prensa y que era también alcalde de San Juan. Al saber quese llevaban a cabo estas asambleas, Díaz se había presentado en ellasy, según declaró después, Salazar le dijo entonces "que había de seralférez", lo que puede explicar la orden dada a Serveta!39

L~ alcaldes de república de los barrios de Santa Cruz y Soledady de San Pablo también participaron en los alistamientos de patrio-tas. El primero, llamado Eusebio Antonio Dávila, era indio vecino.de México que se dedicaba a comerciar con leña y semillas. Por or-den de Guzmán y Salazar se encargó de alistar a los vecin~ de San-ta Cru~ y Soledad, a los que condujo al tecpan, como se le habíaordenado!'O Bonifacio Antonio Campos, alcalde de San Pablo, era1ambién indígena, aunque cacique, y de oficio albañil. Don Eleute-rio le encargó efectuara en su barrio los a1istamierit~; Salazar, a suvez, le ordenó que llevara a cabo asambleas y le previno que condu-jera a su gente al tecpan!'l Además, Salazar le encargó a Nava que

137 Declaración de José María Pérez, 16 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.

1'1, f. 77.77v.i3S Declaración de M2.nuel Serveta, 22 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,

1. 87.i39 Declaración de Santos Díaz, 16 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,

1.78.140 Declaración de Eusebio Antonio Dávila, 15 de febrero de 1814, en ibidem,

"cuad. 1'1, f. 68v.141 Declaración de Bonifacio Antonio Campos, 15 de febrero de 1814, en ibi-

.dem, cuad. 1'1, f. 69.69v.

Page 53: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

62 VIRGINIA GUEDEA

organizara por compañías a los afu¡tados en Santa Cruz y San Pablo

por sus alcaldes de barrio y les nombrara también cabos y sargentos,

lo que Nava llevó a cabo.1~2 Según declaración de Fernández, a An-

tonio Galicia, hermano de don Francisco, Salazar envió orden "para

que procediese a los alistamientos en el barrio de Acatlán", pero asi-

mismo declaró que oyó decir que "no tuvo a bien Galicia el citado

alistamiento",1~3 sin aclarar el porqué.

No sólo en los barrios ya mencionados se efectuaron estas fun-

ciones. Sabemos que también se hicieron alistamientos y se registra-

ron las filiaciones de los habitantes de algunos otros lugares sujetos

a la parcialidad de San Juan, como puede verse por las listas que

quedaron recogidas en el expediente de la causa. Así ocurrió tanto

en el barrio de la Ascensión 'l1ascocomulco como en los pueblos de

Romita, San Miguel Chalmita, San Pablo Xalpa, San Miguel Cha-

pultepec, Santa María Magdalena Salinas, La Piedad y San Lucas

Tepetlacaloo. También hubo alistamiento en Santa Mónica, Ixtacal-

CO, San Andrés, La Ladrillera, San Simón, Nativitas y Santa Anita.1~6

Mientras se ocupaban de efectuar alistamientos y asambleas, Guz-

mán y Salazar no desatendieron a los lanceros, que estaban al cui-

dado de don Eleuterio y cuyas listas firmaba como gobernador, ade-

más de poner el visto bueno en las que se mandaban a la tesorería

para su pago.145 Prueba de su atención es que solicitaron de Fran-

cisco Méndez, teniente veterano del Regimiento de Infantería Pro-

vincial de la capital que a menudo concurría al tecpan de San Juan

y asistía diariamente a la casa del sargento mayor, que "les pusiese

el borrador de una orden que se les hiciese observar" a los lanceros,

porque ni el sargento ni el cabo se sostenían con su servicio, "pues

todos unánimes se embriagaban", y Méndez a...í lo hizo.1~6

Además de hacerse alistamientos y asambleas con los indígenas

y de ocuparse del buen funcionamiento de los lanceros, el goberna-

dor y Salazar establecieron guardias en el tecpan. Según Guzmán, és-

tas se habían iniciado desde que por la peste se habían enfermado los

alcaldes, regidores, alguaciles y topiles de San Juan. No obstante, a

partir de que se iniciara la organización de los patriotas voluntarios,

142 Declaración de M. Nava, 8 de febrero d.e 1814, en ibidem. cuad. 19, f. 33.

14:8 Declaración de I. Fernández, 24 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,~f.97.

1" Véase la nota 115.1'5 Declaración de E. S. Gu7Jllán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 2?,

f. 17.148 Declaración de Francisco Méndez, 28 de Iebrero de 1814, en ibidem, cuad.

19. I. 100T.

Page 54: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

63LOS INDIOS VOLUNTARIOS

funcionaron de manera más regular. Estas guardias hacian honorestanto a Guzmán como a Salazar y en ellas se alternaban I~ lanceroscon los alistados de los distintos barrios, l~ que debian dar parte desus actividades a Salazar, ya que éste funcionaba como sargento ma-

yor!'1Según declaración de Guzmán, mientras Mendivil tenia en su

poder los nombrarnient~ para firmarlos, Salazar lo visitó y trató conél sobre la formación de un batallón de patriotas de infanterla y unescuadrón y el sargento mayor le respondió que para ello se necesi-taba permiso del virrey. A poco, Mendivilllamó a don Eleuterio y algobernador de Santiago para informarles que el virrey no aceptabael alistamiento de patriotas porque no querla distraer a los indios desus trabaj~ y por la peste que habian sufrido y que ambos goberna-dores debian presentarse ante Calleja. Asi lo hicieron; entonces elvirrey les repitió lo expuesto por Mendivil, por lo que Guzmán, se-gún declaró después, ya no le presentó a Calleja un escrito que habiaredactado para conseguir su autorización de formar el batallón!'S Elsargento mayor, al informar más tarde sobre este asunto, se refiriótan sólo a que l~ nombramient~ se los devolvió a Salazar sin firmarporque ya no eran necesarios, puesto que el virrey habia prevenidoal capitán de la compañia de capa que ya no se cogiese a los indiosde leva, por lo que le manifestó que sólo firmaría los de los lan-cer~.149

Aunque no llegó a enviarse al virrey, es interesante el oficio quele escribió Guzmán al conocer su decisión porque muestra claramenteel empeño del gobernador por proseguir con las funciones militaresque habia emprendido. En él le recordaba a Calleja que su lealtad ypatriotismo lo habian llevado a ofrecerle la gente de las parcialida-des para que se ocupasen del resguardo y defensa de la capital; comoel virrey le había respondido que cuando fuese oportuno utilizarla lasfuerzas de ambas parcialidades, el gobernador habia procedido a ha-cer alistamientos ya instruir a l~ alistados en la disciplina militar .Sin embargo, por el sargento mayor se había enterado de que Callejahabia dispuesto que sólo se diesen los resguard~ a l~ lanceros y que

147 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cUiUl. 29, f.17v.18, y declaración de F, X. Case] a, 12 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,f.54.

148 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29,f. 16v.

149 Oficio de J. Mendívil a J. A. Noriega, 28 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. 19, f. 109-109v.

Page 55: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

64 VIROINIA OUEDEA

no había aceptado que los alcaldes de la parcialidad ocuparan "losempl~ de plana mayor", en que pensaba Guzmán que quedarancolocados, para no quitar a los indios de sus trabajos. Le suplicaba alvirrey que no desairara su oferta y les aseguraba que todos estabandispuestos a servir en defensa de la patria. Le recordaba, además, quelos lanceros no necesitaban de ningún resguardo, pues a ellos no lesafectaba de hecho la leva. Eran los otros indígenas a su cargo losque si necesitaban de esta protección, sobre todo los habitantes delos pueblos, ya que, por ser los que abastecían a la ciudad, al acudira ella a vender sus productos corrían peligro de ser reclutados. y parademostrar su importancia como proveedores de bienes y servicios,Guzmán informaba al virrey, barrio por barrio y pueblo por pueblo,de las actividades y ocupaciones de los indios de San Juan. El gober-nador terminaba su escrito diciéndole que esperaba que se le avisara,por medio del sargento mayor, si era o no del agrado de Calleja quese continuaran repartiendo los nombramientos o se dieran otros res-guardos y si daba su permiso para que siguieran instruyéndose losindios y, finalmente, le pedía que para todo esto lo nombrara a él 0a algún otro sujeto de la parcialidad. A pesar de que este oficio notiene firma ni fecha, sabemos que fue redactado hacia fines de no-viembre o principios de diciembre lo más tarde, según declaró el pro-pio Guzmán, lo que coincide con lo expuesto por Fernández, quienlo puso de su puño y letra, y con lo declarado posteriormente porSalazar.15o

En la causa se recoge otro escrito de don Eleuterio, así como larespectiva contestación del virrey. Aunque no están fechados ni tam-poco aparecen mencionados en las diligencias del proceso, ambosdocumentos parecen corresponder a los días en que Calleja había deci-dido suspender la entrega in discriminada de resguardos y el alista-miento de patriotas emprendidoo por el gobernador. Es probable queGuzmán haya enviado su oficio poco después de que Salazar hablaracon el sargento mayor sobre la organización de los patriotas y quepor ello el virrey haya hecho comparecer a los gobernadores para ex-plicarles su determinación de suspender estoo trabajos. En este escrito,Guzmán le expresaba a Calleja que corrían a su cargo tanto la com-pañía de lanceros de la parcialidad como los patriotas voluntariosque se encontraba instruyendo los días de fiesta para que estuviesen~

l~O Oficio de E. S. Guzmán al virrey Calleja, s.f., en ibidem, cuad. 4'1, f. 46;declaración de E. S. Guzmán, 1 de marzo de 1814, en ibidem, cuad. 4'1, f. 7v; decla-ración de I. Fernández, 1 de marzo de 1814, en ibidem, cuad. 4'1, f. 7 y declaraciónde J. Salazar. 1 de marzo de 1814, en ibidem. cuad. 4'1, f. 8.

Page 56: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

65LOS INDIOS VOLUNTARIOS

listos para servir en caso necesario, con lo que se conseguiría tambiénque se apartaran de los vicios, en especial de la bebida. A pesar de quelos lanceros estaban sujetos a sus órdenes, por haberlo prevenido asíel virrey, para poder efectuar las funciones militares con más autori-dad pedía que se les pusiese por escrito, "declarándome expresamen-te comandante de la Compañía de Lanceros Patriotas de esta Par-cialidad que está en actual servicio y de las demás que se formen delos individuos de los pueblos de mi comprehensión", para que le sir-viera de título formal. Finalmente, el gobernador le pedía al virreyque también se le diera un nombramiento a Salazar, para que ésteprosiguiera ayudando al gobernador en el desempeño de sus fun-ciones!51

La respuesta por escrito de Calleja fue en el mismo sentido quela expresada en forma verbal a ambos gobernadores. Le comunicabaa don Eleuterio que le era muy apreciable su dedicación, pero que, acausa de la epidemia sufrida por los indios, le parecía convenientedejarlos en libertad para que se separaran de los rigores sufridos y seredimieran de su miseria. Por ello, le prevenía "que por ningún mo-tivo los precise a alistarse ni a hacer servicio alguno, suspendiendocua]quiera operación que haya V. M. practicado por sí"!52

A pesar de ]a decisión del virrey -a nuestro parecer clara y ter-minante-, no desmayó en su empresa don Eleuterio; tampoco des-mayaron sus colaboradores, por lo que siguieron ade]ante alistamien-tos y asambleas. También continuaron las guardias, a-"Í como la dis-tribución de nombramientos, llegándose incluso a exteGder algunos de]os oficiales. El 19 de diciembre, Guzmán nombró ayudante con e]grado de teniente a Francisco Xavier Casela, "usando de la facul-tad que tengo como comandante de dicho cuerpo (patriótico nacio;lal]y la que tiene todo e) que levanta un nuev< regimiento". Según COIlS-ta en el texto, a Casela se le debían de guardar los fueros, privilegiosy excepciones del caso y, para que no qu(-dara ninguna duda, ade-más de la rúbrica del gobernador se añadía la aprobación y firmade Sa]azar como sargento mayor !53 Ese mismo día, según declaró e]propio Casela, se extendió el nombramiento de José Salazar comosargento mayor, aunque este documento no aparece rernbrido en la

;1 Oficio de E. S. Gu7.mán al virrey Calleja, s.f., en ibidem, cuad. 19, f. 16v.;~ Oficio del virrey Calleja a E. S. Guzmán, s.f., en ibidem, cuad. 19, f.

17-17v153 Nombramiento de F. x. Casela, 19 de diciembre de 1813, en ibidem, cuad.

29, f. 22.

5

Page 57: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

66 VIRGINIA GUEDEA

causa!G4 U na semana después, el 26 de diciembre, le tocó el turnoa Bartolomé Cánovas, quien en términos muy semejantes al despachode Casela fue nombrado segundo ayudante!GG

Aunque Guzmán declaró después estar aturdido cuando firmó losnombramientoo mencionados y que lo hizo sin reflexionar ni impo-nerse de su contenido y aunque Salazar negó haber visto en ellos lasanotaciones referentes a su cargo de sargento mayor,15ü es claro queambos sabían muy bien lo que habían firmado y que los nombra-mientos se extendieron por orden suya. Las declaraciones de Cánovasy de Casela así lo demuestran 151 y con ellas coincide lo expuesto por

Ignacio Islas, el escribienté contratado por Salazar!58 .En la causa se encuentra también un citatorio, firmado por Sa-

lazar e1'31 de diciembre, para que la gente de San Pablo se presen-tara en su campo respectivo para efectuar asamblea los días 1 y 2de enero de 1814!GD AdemáS de los nombramientos de ayudantes ydel citatorio anterior, la causa recoge algunos nombramientOs otor-gad9s por esos días; Todo ello viene a comprobar que las autoridadesde San Juan estaban decididas a proseguir las funciones militares apesar de la suspensión que ordenara el virrey y de que, a fines de di-"ciembre, Guzmán recibiera una orden del intendente de México enque le avisaba quedar cesante del cargo de gobernador "por la prác-tica de la nueva Constituci6n"!6°

En cuanto a la parcialidad de Santiago, su gobernador Velasco,de cuyas actividades en relación a alistamientos y asambleas casi nadaconsta en la causa, informó después al sargento mayor que, desdeque el virrey habló con él y con Guzmán, en esa. parcialidad "no seha verificado que haya un patriota existente ni alistado, lo contrario,procuré cuanto estuvo de mi parte impedírselo cuanto estuvo de miparte [sic] al de San Juan". Según Velasco, no sólo se empeñó en.

154, Declaración de F. X. Casela, 12 ~e febrr~o de 18~4, en ibidem, cuad, lQ,f. 53v. ,

155 Nombramiento de B. Cánov8S, 26 de diciemhre de 1813, en ibiáem; cuad,2Q, f. 21. Estos tres 11ombramientos fueron escritos por el propio Casela. -~.

156 Ampliación de la declaracjón de E. S. Guzmán, 10 de febrero de 1814, enibidem, cuad. 19, f. 47, y careo ent~e'J. Sálazar y F. X; Casel~, 12 de febrero de1814,' en ibi~, cuad. "iQ; f. 5~56v. ";; ,"; , : ; ; !, ,

151 Declaración de B. Cánovas, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. lQ, f.56, y careo entre J. Salazar y F. X. Casela, 12 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.lQ, f. 56-56v. : ,; ':

158 Declaración 'de I; Islas, 14,de"febrero"de 1814, en ibidem,í"Cuad; 111,' f.58v.159 Citatorio, 31 de diciembre de 1813, en ibidem, cuad. lQ, f. 70.160 Deolaración dá E; S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibliJem, ctlad. 2Q,

I. 17.

Page 58: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

61LOS INDIOS, VOLUNTARIOS

que Guzmán s1,l,spendiera todas estas funciones sino que, en vista del,~ terquedad del de; San Juan, informó de ello al sargento mayor envarias ocasiones -al que también dio aviso José Francisco de Villa-nueva, administrador de alllbas parcia¡idades, por medio de Villavi-cenci~ y Mendívil le respondió a don GuadalQpe "que pondríaremedio en e1l0"!61

A pesar de que parece ser cierta la afirmación de Velasco de quede inmediato había suspendido los alistamientos en Santiago, el sar~gento mayor di,o parte al virrey de, que proseguían en ambas parcia-lidades. Calleja l~ previno entonces que; a sus gobernadores "leshiciera entender llc° volviesen a m~lestar a los na~ural~,ni los distra-jesen d~ sustra~,ajos",porl() qQe el ¡3 de ener~ de 1814 Mendívillespisó ,a ambOs ,un oficiQ eIl¡ , ~ que les comunicaba la disposición delvi:rey, q~ien también mandaba que no, debía exi~tir "más númerode individuos alistados que tO$ lapcer~ que actualmente ~tán ha-ciendo de escolta de presidiarios"!62 ,

Don Guadalupe contestó ese ~o día el oficiQ del sa,rgent~ ma-, , , ,yor. En su escrito, ya mencionado ~ba, además de acl~rar quec , ' t ' ,desde que el virrey babl~ hablado con ~os gobernadores se había sus-pendido todo alistamiento en Santiago, ofrecía cumplir fielmente lo~puesto y pedía que así' se le informara al virrey.168 Don Eleuteriocontestó dos días después y en su escueta respuesta llnicamente ex-puso que había tomado "las providencias conducentes para que ceseer aÍistamieÍlto y asambleas, eri lo que 'creía hacer un servicio fiel ala patria" religión y soberano (Que Dios Guarde)".16. M~ tarde de~claró que de inmediato había mandado órdenes por escrito' a 100 ba-rrios pata suspender toda actividad!88 Salazar también declararíahaber cesado desde entbrices en sus funciones y hecho que el gober-nador ordenase lo misIrio a Navii!88 ,

No obstanté tale'!! afirriiaciones, no sucedió 'exactameri'te así. Se-gún Nava -quien ya no había efectuado asambleas por el mai tratode Salazar a los alistados--, el 15 de en~ro, el mismo día en que

181 RespueSta de Guadallipe Velasco a' I. Mendívil, 13 de enero de 1814. en ,ibidem, cuad. 1Q, f. 5.5v. ,

162 Oficio de J. Me1\dívil al virrey Calleja, 31 de enero de 1814, en ibidem"cuad. 1Q, f. 2. ;, ,

168 RespuéSfa de G. Velasco a J; Mendrvil, 13 de enero de 181+, en? ibidem,cuad. 1Q, f. 5-5v.

164 Respuesta de E. S.-Gtizmán a I. Mendívil, 15 de ener¿' de 1814; en' ibidem,cuad. 1Q, f. 6. " , ,

, 165 Declaración deEc S. GuzmlÍn, 4 de febrero " de 1814, en' ibiilem, 'cuád~ 1 Q ,f. 421/. ' !' , , ; :

,166 Declaraci6n de M;"Navti; 9 de febrero de 181*.. en ibidem, euad.' 19', 1. '42v.

Page 59: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

68 VIRGINIA GUEDEA

Guzmán contestara a Mendívil, recibió una esquela firmada por Dio-nisio Cano y Moctezuma en la que se le expresaba que continuaselas asambleas, por lo que el día 16, que era domingo, reunió a losalistados y los llevó a misa a la Santa Veracruz. Allí recibió la nuevaorden del gobernador, redactada y firmada por Cano y Moctezuma,de que suspendiera las asambleas, la que de inmediato obedeció!67

Esta última asamblea estuvo a punto de causar serios problemas.Unos dragones provinciales de Puebla, al ver "100 movimientos ri-dículos" de los patriotas, se burlaron de ellos, por lo que Nava losiba a poner presos. "Metieron mano los dragones a sus sables ylos indios a las piedras" y si no se hubiera presentado una patrullade Zamora hubiera habido muertos, según declaró después Domin-go Meléndez, cabo primero de la compañía de lanceros de Santiago.Meléndez era español de México y estaba emparentado con VicenteVillavicencio, escribiente y maestro de esa parcialidad, de quien erasobrino.1f)8

En cuanto a los nombramientos, también se prosiguió con su re-parto. Por esos días, Salazar pasó a Tepetlacalco a cobrar lo que sedebía de algunos de ellos!69 Además, entregó a Islas varios nombra-mientos, ya que al escribiente debían ocurrir a recogerlos los alista-dos de Tepetlacalco, Xalpa y Chalmita; por cada uno Islas debíarecibir cuatro reales. Todo esto se llevó a cabo del 25 al 27 de ene-ro; 170 por si fuera poco, en la causa se encuentra un nombramiento

que lleva fecha del 1 de febrero. Asimismo continuaron las guardiasen el tecpan y el 2 de febrero le tocó el turno a Casela, quien man-dó batir marcha durante la procesión que hubo del "Divinísimo se-ñor Sacramentado".]71 Ese mismo día, Ca~la le pidió a Nava que"soldados" de Santa María efectuaran la guardia del día 7172 y Sa-lazar le comunicó a Cánovas que le tocaba la del día 3, la que éstellevó a cabo!73

161 Esquela de D. Cano y Moctezuma a M. Nava, 15 de enero de 1814, en ibi.

Jem, cuad. II/, f. 48-48v, y declaración de M. Nava, 8 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. II/, f. 33v-34.

168 Declaración de Domingo Meléndez, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.11/, f. 19-2Ov.

169 Declaración de F. X. Casela, 12 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 1?,f.54v.

110 Declaración de I. Islas, 15 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 1'1, f.67v-68.

111 Confesión de F. X. Casela, 3 de marzo de 1814, en ibidem, cuad. 1'1, f. 118v.112 Declaración de M. Nava, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 1'1, f. 37.113 Careo entre B. CánoTas y J. SaIazar, 14 de febrero de 1814, en ibiJem,

Page 60: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

69LOS INDIOS VOLUNTARIOS

Mientras todo esto acontecía, el asunto se fue tornando cada vezmás complejo. El 23 de enero, Ramón Elizalde, que había sido alcal-de presidente de San Juan, y José Antonio García, sargento delanceros de esa parcialidad, se presentaron con el adnúnistrador Vi-llanueva para denunciar los malos manejos de Guzmán con los lance-ros. Lo acusaron de que obligaba a éstos a rendirle honores y dehaber nombrado oficiales; de que, siendo treinta y siete las plazas,ocupaba sólo veinticuatro, quedándose con el sueldo de los faltántes,y de que les exigía a los lancerOs dinero para la misa y les había ven-dido ,los nombramientos!7'

Villanueva de inmediato envió un oficio al virrey en el que le ex-plicaba que los gobernadores de las dos parcialidades, encargados delos lanceros por ausencia de los oficiales para ello nombrad~, habíanllegado "hasta d extremo de creer que han ocupado aquellos lugaresvacantes y en esa virtud es su arbitrio poner y quitar a los lancerosque les parece y lo manejan todo a su antojo", según le habían in-formado Elizalde y García en rdación a Guzmán, y le comunicabalas acusaciones formuladas por ellos. El admmistrador hacía hincapiéen lo que le atañía muy de cerca, 0 sea los sueldos de los lanceros,ya que estaba encargado de pasar a los gobernadores la cantidad ne-cesaria para cubrirlos!7G

Ese mismo día remitió Guzmán un oficio a Calleja para mani-festarle que para cumplir con lo dispuesto por la Consti~ución habíasuspend{do "toda la jurisdicción ordinaria que como gobernador te-nía', sobre los habitantes de la parcialidad, quedando únicamente, wcárcel del tecpan para auxilio de los jueces de letras y Guzmán ocu-pado en dar pasaportes. Pero el exalcalde presidente, Ramón EIizal-de, "que se halla muy adolorido por carecer de la jurisdicción quepodría tener", quería quitarle la custodia d~ ; la casa y la autoridadde firmar los pasaportes. Guzmán acusaba a Elizalde de no ser Qisiquiera "ciudadano", pues no sabía leer ni escribir; de no ser "ca-paz de ningún empleo visible", por carecer de la representación ne-cesaria, y de ser "hombre díscolo" que s~ ocupaba de coQvocar a jun-tas clandestinas para quitarle el empleo a Guzmán. Por eI1o, le pedíaa Calleja diera orden para que Elizalde no se entrometiera ni en eltecpan ni con los lanceros, a quienes seducía para que no obedecie-

cuad. 19, f. 57, y declaraciól\ de B. Cánovas, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.19, f. 56v-57.

11~ Véase oficio de J. F. de Villanueva al virrey Calleja, 25 de enero de 1814,en ibidem, cuad. 29.

115 lbidem.

Page 61: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

70 'VIRGINIA GUEDEA

ran a Guzmán!76 No sólo con Elizalde tenía problemas don Eleute-rio; también l~ tenía con Villanueva, porque éste le adeudaba desdehacía siete meses los sueldos de alcaldes, regidores, topiles y escri-banos de la parcialidad y no quería pagárselos sin orden superior!77

Nuevos problemas para las autoridades de San Juan surgiero~cuando, a fines del mismo enero, se encontró una carta de Cano yMoctezuma dirigida al insurgente Mariano Matamoros, en la queel exgobernador se intitulaba "coronel de San Pedro de México".];78Aunque el proceso seguido a Cano y Moctezuma no tiene cabidaaquí, ya que no se encontr6 relación entre sus actividades y las dedon Eleuterio y demás involucrados en las funciones militares, el queSe haya descubierto que se correspondía con los rebeldes fue una ins-tancia más de las que llevaron a las autoridades superiores novohis-panas a revisar con mucho cuidado todo lo que estaba ocurriendo enSan Juan.

Gausa seguida a los funcionarios d~ San Juan

El hecho de que no hubieran cesado de inmediato y por com-pleto las funciones militares que se llevaban a cabo en San Juan pro-voc6 que el 31 de enero el sargento mayor diera noticia al virrey deque proseguían los alistamientos.1.79 y hay que señalar aquí que esen este oficio de Mendívil donde por primera vez a lo largo de todoeste asunto se hace ya una distinci6n por parte de las autoridadesentre las actividades y actitudes de las dos parcialidades capitalinas.En su respuesta al sargento mayor, fechada el día siguiente, Callejale encargaba estar "muy a la mira de que tenga su puntual cump1i-miento la providencia de esta superioridad para que no se haga endichas parcialidades alistamiento aIguno con ningún objeto, subsis-tiendo únicamente el piquete de lanceros de la de Santiago".1.80

Por su parte, el comandante de la compañía de policía, José Joa-quín Elizalde, envi6 al virrey un oficio el 3 de febrero para informarleque el gobernador de San Juan había proseguido con los alistamien-

1.76 Oficio de E. S. Guzmán al virrey Calleja, 25 de enero de 1814, en ibidem,cuad. 49. i 12.

1.71 Declaracion de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29,f. 18.18v.1.78y ' .b '.1 86 5ease ~ wem, v. , exp. .

1.79 Oficio de J. Mendivil al virrey Calleja, 31 de enero de 1814, en ibidem,

v. 82, exp. 49, cliad. 19, i 2.1.80 Oficio del virrey Calleja a J. Mendívil, 1 de febrero de 1814; en ibidem,

cuad. 19, f. 7.

Page 62: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

7:1LOS INDIOS VOLUNTARIOS

tos, como lo demostraban los nombr~mientos que adjuiltabaa su ofi-cio. También ponía en conocimiento de Calleja que don Eleuteriocobraba dinero por ellos, así Como por las faltas que cdIrietían quienesefectuaban las guardias, y que en éstas se alternaban los alistadoscon los lancerds. Además, le con1unicaba que se le hacían al gober.nador honores de comandante y de sargento mayor a Salazár. Todoesto se lo participaban "por lo delicado que es en la época actual" yporque en la desobediencia y procedimientos de Guzmán "puede sos-pecharse que haya el influjo de otras persohasá más del de Salazar"!81Para completar la información y precisar algunos puntos, se mandóllamar al gobernador de Santiago, quien confirmó que se había efec-tuado una asamblea en San Juan después de dada la orden de sus-pensión!82 También rindió declaración Vicente Villavicencio, quieninformó que continuaban las funciones militares en aquella parcia-lidad!83

Ese mismo día, Calleja se dirigó nuevamente al sargento mayorpara comunicarle que, como era necesario "no sólo contener estosabusos sino indagar el origen de ellos", le prevenía que llamara a donEleuterio y le preguntara por qué razón había faltado a las órdenesdel virrey y con qué facultad había impreso los nombramientos. Tam-bién debía averiguar por qué se nombraba gobernador actual, quéautorización tenía para llamarse comandante y quién había aprobadola creación del cuerpo nacional de infantería y caballería. Asin1ismo,por qué llamaba al tecpan Juzgado Nacional y la razón de haber ven-dido los nombramientos. Además, debía Mendíval examinar los lan-ceros, ver si se abonaban más plazas de las existentes y hacerse cargodel dinero, tanto de las bajas de los lanceros como de la venta de losnombramientos. Por último, averiguaría en qué imprenta se habíanhecho, los recogería junto con las listas y lo pasaría todo al virrey.En caso de no satisfacer todo lo anterior o si "por las contestacionesinfiere v. m. que hay miras ulteriores en el manejo de Guzmán, lopondrá en arresto seguro y me informará de todo para resolver lo que

convenga".18'Así fue como se dio inicio a la causa. El 4 de febrero el sargento

181 Oficio de J. J. EJizalde al virrey Calleja, 3 de febrero de 1814, en ibidem,cuad. 29, f. 2-2v.

182 Declaración de G. Velasco, 3 de febrero de '1814, én ibidem, cuad. 19, f.8-9v.

188 Declaración de Y. Yl1lavicencio, 3 de febrero de 1814, en ibidem, cu8d. 29,10-11.

lU Oficio del virrey Calleja a I; Mendívil; 3 de febrero de 1814, en ibidem,lIad. 29, f. 1-2v.

Page 63: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

VIRGINIA GUEDEA

mayor mandó llamar a don Eleuterio,185 quien respondió al interro-gatorio de manera prolija y adecuada. En su declaración manifestóque había dado los resguardos para evitar que los indios fueran sor-prendidos por la leva, para lo que contaba con el permiso verbal delvirrey; que los ya impresos se habían llevado al sargento mayor, quienlos había revisado y corregido, y que apenas conoció la orden deCalleja había suspendido los alistamientos. En cuanto a que en losnombramientos aparecía como gobernador, precisó que lo había sidohasta fines de diciembre de 1813 y que llamó Juzgado Nacional altecpan porque nacionales eran ya tanto el Hospital de Indios comolas cajas reales. Manifestó también que los nombramientos de fechasrecientes los había firmado y entregado en blanco. Añadió qtle nohabía mandado fabricar armas nuevas, sino que se habían usado laslanzas enviadas por Venegas a los lanceros y, para cuidar de ellas ydemás objetos del tecpan así como la casa misma, había siempre deguardia de seis a ocho lanceros. Precisó igualmente no haber recibidomás honores que los que siempre se hacían a los gobernadores y que,en cuanto a los lanceros, no les cobraba ningún dinero; el que habíaquedado de los sueldos de ocho de ellos que habían pedido licencialo había invertido en comprarles leña a los restantes. En su descargo,Guzmán mencionó la participación de algunos de sus colaboradores.Así, involucró a Fernández por haber puesto el borrador de los nom-bramientos; a Salazar por llevarlos a la imprenta y por sus consultascon el sargento mayor, ya Nájera, a quien le había entregado variosnombramientos en blanco. Guzmán también mencionó a Nava, Ca-sela y Cánovas por su participación en las funciones militares y, ade-más, a Ramón Elizalde ya José Francisco Villanueva, a cuya malavoluntad atribuyó los cargos que se le hacían!86 La participación deNava, CaSéla, Cánovas y, por supuesto, Salazar fue confirmada esemismo día por declaración de Meléndez, el sobrino de Villavicencioque era cabo de lanceros de Santiago.181

Al concluir la declaración de Guzmán, el fiscal y el secretario pa-saron a casa del exgobernador, en el pueblo de la Resurrección, don-de recogieron ochocientos sesenta nombramientos impresos, varias lis-tas y otros documentos relativos a los alistamientos. Don E,leuterio

185 Certificación de J. Mendívil, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 21),f. 15.

186 Declaración de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29,f. 15v-19.

187 Declaración de D. Meléndez, 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,f. 19.20v.

Page 64: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

73LOS INDIOS VOLUNTARIOS

permaneció por entonces en su casa, prevenido de que debía pre-sentarse "siempre que fuera Ilamado"!88 Mientras esto sucedía, Sa-lazar fue arrestado y quedó en la compañía de policía; también semandó detener a Cánovas, Casela y Cabello!89 Los dos primeros que-daron arrestados el día 5, pero no se pudo encontrar a Cabello. Alser detenidos Cánovas y Casela se les recogieron los nombramientosque tenían de ayudantes, firmados por Guzmán y aprobados por Sa-lazar .190 A caúsa de esto se procedió al ari:cito de don Eleuterio, 10que ocurrió el mismo día 5!91 Dos días despu~s, el sargento mayorpasó al juez de letras, José Antonio Noritga, las actuácioiies hechashasta ese momento; 19Z dado que eran y~rios lQs' involucrad~ en las

funciones militares, Noriega pidió que s~causa.S corrieran unidas!93El mismo 7 de febrero ocurrió un i~cidente relacionado con los

patriotas. Un cabo primero, "de los que Uaman nacional~s de la tec-pan de San Juan", depositó a un herido en la panadería del Puentede Santo Domingo. Al tener conocimiento de ello, el tenieQte de lacompañía de policía mandó a un sargento a recoger al herido y alcabo. El herido, llamado Juan Reséndiz, declaró haberlo sido por sumujer la tarde anterior "por celos que tuvo de él", pero que ningu-no de l~ dos puso queja alguna. No obstante, esa mañana se habíapresentado en su casa "un cabo de los de nuevo alistamiento de latecpan de San Juan diciendo que llevaba orden de don Miguel Navapara conducirlo preso". El cabo, de nombre Cástulo Albarrán, llevóentonces al herido ya su mujer a casa del escribiente Nájera, quienmandó que Reséndiz fuera llevado a la panadería mencionada y quesu esposa fuera depositada en una atolería de la calle de San Loren-zo. Como el panadero no admitió al herido, se le regresó con Nájeray éste dispuso que podía regresar a su casa. Ya en ella; se presentóun individuo de la compañía de capa junto con Albarrán y condujoa éste y ~ Reséndiz al cuartel de dicha compañía. Albarrán, quiendeclaró ser "cabo primero de la segunda compañía de infantería dela nueva creación de la tecpan de San Juan", explicó que había e~~<;-

188 Diligencia efectuada en casa de E. S. Guzmán, 4 de febrero de 1814, eJI

ibidem, cuad. 29, f. 19-20.189 Diligencia del 4 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29, f. 20.190 Diligencia deIS de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29, f. 2Ov. cC191 Otra diligencia deIS de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 29 f. 2Ov.192 Diligencia del 7 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 2?, f. 2Ov.193 Oficio de I. A. Noriega al virrey Calleja, 7 de febrero de 1814, en ibidem,

cuad. 19, f. 26.

Page 65: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

74 VIRGINIA GUEDEA

tuado todo lo anterior por haber recibido orden de Nava, a travésde un ministro o comisario, de conducir preso a Reséndiz!94

A resultas de lo anterior, Noriega mandó arrestar a Nava, ya queéste se encontraba "ejerciendo jurisdicción ordinaria", lo que eracontrario a la constitución ya la ley de arreglo de tribunales.~9.5 Ensu descargo, Nava alegó que las diligencias judiciales arriba se~ala-das las había efActuado por encargo del señor juez San Salvador "de

que rondase y celaSe. sobre los robos tan continuO$ en esta capital,de que ha dado,notici~,al excelentísimo señor virrey", así que ya nose le formó causa pqr este motivo!96 Sin embargo, sí se le detuvo y sele recogieron los papeles que tenía en su poder, al igual que dos bas-tones, una casaca, una medalla y cuatro lanzas!91

Las diligencias prosiguieron CO~ las declaraciones de los deteni-dos. Nava, Casela y Cánovas coinci~eron en que habían creído quetodo se hacía por orden superior, y los dos primeros señalaron que Sa-lazar era quien había promovido todas estas funciones!98 j;:ste, asu vez, expresó que las asambleas se hicieron de orden de don Eleu-terio y que fueron promovidas por Nava en Santa María; él, por suparte, había promovido unas en Tarasquillo, a imitación de Nava ypor comisión del gobernador. Expresó que Guzmán había queridoque se recorrieran los padrones y que Nava no sólo lo hizo sino quecitó a asambleas y llevó a la gente con el gobernador. Al saber esto, Sa-lazar había pasado a ver las asambleas y les dijo que no podía "haberalférez, sargentos ni cabos como los había nombrado Nava hasta queel excelentísimo señor virrey aprobara un plan que se estaba hacien-do". Sin embargo, Nava siguió adelante, "y en vista de esto comenzóel declarante su asamblea". Añadió que los nombramientos se ha-bían impreso de orden del gobernador y que el borrador lo habíapuesto el escribiente Fernández; su distribución se la dio a Salazarel mismo don Eleuterio. Mirmó no haber tenido título alguno, aun-que reconoció que lo llamaban sargento mayor; no obstante, nuncatrató de que se le hicieran los honores de tal!99

~94 Parte de José Salazar (homónimo del alcalde de San luan) a I. Mendivi],7 de febrero de 1814, en ibidem, cnad. 29, f. 24-25.

195 Certificación de I. Roldán, 7 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19, f. 27.~96 Certificaci6n de I. Roldán, 9 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 49, f. 68.191 Certificación de I. Roldán, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19, f. 27v.198 Declaración de M. Nava, 8 de febrero de 1814, en ibidem. cuad. 19, f. 34v.

35v; declaración de B. Cánovas, 8 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19, f. 35v-38,y declaración de F. X. Casela, 8 de febrero de 1814, en ibidel71, cuad. 19, f.38v.4Ov.

199 Declaración de I. Salazar; 9 de febrero de 1814, en ibidem, euad. 19,f. 42.45v. !

Page 66: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

75LOS INDlOS VoL 'U~TARIOS

En vi'Jta de todo esto, se llamó huevamente 'a Guzmárt. Insistióentonces don Eleuterio en que sólo había mandado que se hiciesenunas listas para la entrega de los resguardos. En cuanto al dineroproducido por ellos, manifestó haber percibido s610 cuarenta y unpesos, los que utilizó para el pago del prest de los lanceros, y aclaróque Salazar no le entregó nunca ni cuentas ni listas. Reconoció haberfirmado los nombramientos de Cánovas y Casela, "pero en realidadni supo lo que firmó ni su contenido, respecto a que estabá tan atur-dido de cabeza con tanta contestación y pretenSión que había de su-jetos para hacer oficiales, que ya no se entendía" ; tampoco supocómo Salazar fue nombrado sargento mayor "y él mismo se comi-sionó para entender en los asuntos de laS asambleas y demás". Guz-mán no hizo más "que firmar cuanto le decían por su buena fe ysimplicidad" .200

Dadas las discrepancias entre lo manifeStado por Salazar y porGuzmán, se care6 a amb~, pero tampoco de palabra se pusieron deacuerdo y cada uno se afirmó en 10 dicho.2°1 Como Femández fueraquien pusiera de su puño y letra los borradores de los nombramientos,Noriega pidió su arresto,202 el que no pudo efectuarse, ya que el es-(.ribiente había salido de San Juan desde finales de diciembre condestino a Texcoco, a causa de que se le busCaba por haber sido escri-biente de Galicia, a quien se le seguía proceso.

Conforme se procedía con las averiguaciones, Salazar resultabaser el principal promotor. Las nuevas declaraciones de Cánovas yCasela tampoco le fueron favorables, ya que lo responsabilizaron deser quien mandó extender los nombramientos y de dar las órdenespara efectuar guardias y asambleas.2°8 Los careos celebrados entreellos y Salazar no lograron ponerlos de acuerdo y sí que se reconvi-nieran mutuamente.2O' Tampoco le favorecería la declaración de Ig-nacio Islas ; según éste, Salazar era quien llevaba la voz en el tecpan

200 Ampliación de la declaración de E, S. Guzmán, 10 de febrero de 1814. en

ibidem, cuad. 19, f. 46-49v.201 Careo entre E. S. Guzmán y I. Salazar, 10 de febrero de 1814, en ibidem,

cuad. 19, f. 5O-5Iv.202 Oficio de I. A. Noriega al virrey Calleja, 12 de febrero de 1814, en ibidem,

cuad. 19. f. 52-52v.203 Declaración de F. X. Casela, 12 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19, f.

53-54v, y declaración de B. Cánovas, 14 de febrero de 1814. en ibidem, cuad. 19,f. 56v-57.

20~ Careo entre I. Salazar y F. X. Casela, 12 de febrero de- 1814, en ibidem,

cliad. 19, f. 55.55v, y careo entre I. Salazar y B. Cánovas, 12 de febrero de 1814.en ibidem, cuad. 19, f. 57v-58. ,

Page 67: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

76 VIRGINIA GUEDEA

"en todo y por todo" ; Guzmán sólo firmaba lo que éste decía.2°5 Enel careo que sostuvo con Islas, Salazar tuvo que aceptar que el go-bernador no se metía en nada, pero aclaró que había sido por haberlocomisionado y precisó, además, que siempre estaban ambos de acuer-do.2°6

El 14 de febrero se mandó recoger la lista de lo entregado porlos resguardos, así como el dinero recaudado.2°7 Al día siguiente, se lepidió a Salazar exhibiese la cantidad recibida y éste presentó un escri-to para comprobar que no sólo no se había quedado con nada sinoque se le adeudaba dinero por los gastos de papel, escribano, impre-siÓn y prest de lanceros.208 El día 16 Guzmán exhibió cincuenta pe-sos de los entregados por Salazar ,209 pero la lista no apareció, comotampoco el nombramiento extendido a Salazar como sargento mayor.

Entre los llamados a declarar se contaron los alcaldes de barriode Santa Cruz y Soledad y de San Pablo, cuyas declaraciones confir-maron que Guzmán y Salazar habían sido los promotores de lasasambleas.21° También se hizo comparecer a José María Pérez, San-tos Díaz y Manuel Nájera, quienO) coincidieron con los anterioresdeclarantes.21l Elhecho de que hubiera dos tipos de nombramientosimpresos motivó que se llamara a declarar a Alejandro Valdés, "ad-ministrador o encargado de la imprenta de Ontiveros", quien con-firmó que se habían hecho dos impresiones: de quinientos ejemplaresla primera y la segunda de mil.212

El 23 de febrero se logró, por fin, asegurar)~ persona del~scri-biente Femández "en una pulquería conocida por la de Marmolejo",que se hallaba por la calzada de 'llalnepantla.213 Al día siguiente pres-tó declaración y en ella, al igual q\;l~ la mayoría de los testigos y de-

205 Declaración de I. Islas, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 111, f. 58v.59.206 Careo entre I. Salazar e I. Islas, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 111,

f. 59v.201 Orden de I. A. Noriega, 14 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 111, f. 67.208 Descargo de 84 pesos, s.f., en ibidem, cuad. 19, f. 66.209 Diligencia efectuada el 16 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 111, f. í9.210 Declaración de E. A. Dávila, 15 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 111,

f. 68v-69, y declaración de B. A. Campos, 15 de febrero de 1814, en ibidem, cuad.19, f. 69.69v.

211 Declaración de I. M. Pérez, 16 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,E. 77-77v; declaración de S. Díaz, 16 de febrero de 181~ f:n ibidem, cuad. 19, E.77v.78, y declaración de M. Nájera, 18 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 411,E. II.

212 Declaración de Alejandro Valdés, 19 y 22 de febrero de 1814, en ibidem,

cuad. IQ, f. 86-86v.213 Parte dirigido a J. A. Noriega, 23 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. I'?,

f. 93-93v.

Page 68: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

77LOS INDIOS VOLUNTARIOS

tenidos, involucró a Salazar como promotor de los alistamientos yprecisó, además, que éste era "de genio bullicioso".21.

Tan interesantes como las declaraciones son algunos de los escri-tos dirigidos por los arrestados al virrey para justificar sus actividadeso pedir alguna gracia. El que Guzmán enviara a Calleja alrededordel 25 de febrero es un alegato para demostrar que sus activida-des siempre fueron dirigidas por sus notorios y públicos "sentimien-tos de honor, fidelidad y patriotismo" y que siempre había mostradoal superior gobierno la "sumisión, obediencia y afecto de un fiel va-sano". En sus trabajos para hacer má.~ eficientes a los lanceros nohabía omitido gastos ni fatigas, "procurando siempre dirigirme porhombres más instruidos que yo, a quienes suponía imbuidos en lossentimientos del verdadero honor; pero he tenido la desgracia de queéstos han introducido en mis tareas abusos reprimibles", los que ha-bían dado por resultado su prisión. y daba fin a su escrito solicitando,~e le permitiera salir bajo fianza.215

Por esos mismos días, Nava se dirigió también al virrey para pe-dirle la misma gracia. En su descargo, expresaba que había efectuadolos alistamientos y asambleas, "sin reserva ni clandestinidad", con-vencido que se hacían por mandato del gobierno. "Por otra parte-explicaba-, entrc nosotros para obrar nunca ha sido necesariomás que las insinuaciones y órdencs de nuestros gobernadores, sinmetemos en inculcarlas ni examinarlas para no incurrir en nota deinsubordinados o díscolos", lo quc lo exoneraba de cualquier respon-sabilidad.216

La causa también recoge los testimonios de los oficiales con quie-nes las autoridade..' de San J uan tuvieron algún trato en cuanto a lasfunciones militares. Así encontramos los oficios del sargento mayory del comandante de la partida de capa sobre las consultas habidasacerca de los resguardos 217 y la declaración del teniente Méndez,

quien añadió algunos pormenores sobre las guardias.218El 2 de marzo se orden6 se procediese a tomámeles a los presos con-

214 Declaración de I. Fernández, 24 de febrero de 1814, en ibidem, cuad, lq,I, 96-97v.

215 Oficio de E. S. Guzrnán nl virrey Calleja, s.f, en ibidem, cuad 4'1, f.3-3v.

216 Oficio de M. Nava al virrey Calleja, s.f., en ibidem, cuad. 1\', f. 101-103.217 Oficio de I. Mendívil al virrey Calleja, 28 de febrero de 1814, en ibidem,

cuad. 19, f. 109-110, y oficio de I. Elizalde al virrey Calleja, 20 de febrero de 1814,en ibidem, cuad. 19, f. 88-89.

218 Declaración de F. Méndez, 28 de febrero de 1814, en ibidem, cuad. 19,f. 108-108v.

Page 69: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

78 VIRGIN~ GUED~A

fesión con cargo.219 Estas diligencias ~e efectuaron a partir del díasiguiente y prosiguieron hasta el 9 de ese mes. En ellas, los detenidossostuvieron casi siempre la que habían expresado en sus declaracionesy careos. Casela, Cánovas y Nava insistieron en que habían actuadopersuadidos de que se contaba con licencia del gobierno.22o Guzmán,a su vez, reiteró que Salazar había sido el promotor de todas las fun-ciones militares y que la había alucinado a tal grado que casi la vol-vió loco.221 También Fernández se mantuvo en la dicho; los borra-dores ¡os había puesto por orden de los funcionarios de San Juan.222La última confesión fue la de Salazar. Al insistírsele en que habíaseducido al gobernador y que era rsponsable de todo la ocurrido, res-pondió ~on gran atingencia; a nuestro parecer- "que el confesanteno lo puede haber seducido porque no podrá creerse que un hombreque ha sido dos veces gobernador y había estado en el tecpan des..de que principió de topile pudiese tener tan pocos conocimientos paraadvertir que no debía hacer la que el declarante pretendía, pues nadahizo, sin conocimiento de aquél" .223

A poco, Noriega remitió todo lo actuado al virrey. En su oficiodel 14 de ;marzo le presentó un resumen de los resultados de las ave-riguaciones efectuadas y emitió su parecer: Guzmán, Casela, Cáno-vas y Nava podrían ponerse en libertad. Lo mismo podría hacerse conFernández; sin embargo, como estaba todavía pendiente la causa deGalicia; el escribiente debía permanecer en prisión a disposición de lasautoridades. Finalmente, expresaba su opinión de que en cuanto aSalazar sí era necesario que se hiciera un escarmiento.22'

El oficio anterior de Noriega fue remitido al auditor general, Mel-chbr de Foncerrada, quien a su vez emitió su parecer el 21 de esemes. En él señalaba haber revisado con cuidado todos los papeles delproceso, "que titulado en su carátula como causa de infidencia debíaexcitar la ira r el asombro que aquí dentro de México se formasen

219 Diligencia ,de I. A. Noriega, 2 de marzo de 1814, en ibidem~ cu8-d. 19,f. 116.

, 220 Confesión de F. ~. Caseta, 3 de JDa~o de 1814, en ibidem, cuad.19, f. 117.

119;contesión de B. Cánovas, 4 de marzo de 18i4, en ibidem,cuad. 19, f. 1"21'123,y confe$ió¡l de 1.J. Nava, 4 de m~rzo de ,l814, en illidem, cuad.19. f. 123v-126., 2'21 CónfeSi6nde E. S."GuZnián, 5 de marzo de"i814, én ibidem, cuad. 1'1, f.

126v-l$Oc " 'c" ¡ , , ,,,22.2. C,9nf~sión de L,F~~ández, 8 de marzo,de 1814, en ibid~m, cuad. 19, {,

ISOv-13,5.;,,' :'1" ,223 Confesión de I. Satazar, 9 de marzo de 1814, en ibid~m, cuad.19, {.135v-I4{).

, ; 2~' Qficio dpJ.i~.,Nq!,ieg~ ~l.",i~f!Y Ca1J~ja, J4d,e marw de 11\,l1,' en ibidem,cuad.19. f: 141-142.

Page 70: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

79LOS INDIOS VOLUNTARIOS

asambleas y se imprirniesen certificaciones; pero leído todo no hay niasomos de idea alguna de infidencia". Por ello, su dictamen se redu-da a manifestar que era "exactamente justo" lo que había propuestoal virreyel juez de letras, es decir:

Que se ponga en libertad al citado exgobemador don Eleuteriq Se-verino Guzmán.

Que se ponga igualmente en libertad a don Francisco Casela, aMiguel Nava ya don Bartolomé Cánovas.

En cuanto a don Ignacio Fernández, por lo que toca a esta causadebería ser lo mismo, pero deberá éstar a disposición del ayudanteFerriz, que sigue la otra causa tocante a Galicia.

Don José Salazar ni tiene delito que toque en infidencia y sóloes de aquellos que se pegan a la sencillez de los indios para chupar,como se dice vulgarmente, lo que pueden de ellos, y era el que hacíael papelón principal en esas asambleas y es justo, como dice el juezde letras, que se escarmiente de alguna manera y cree el auditor quesobre la prisi6n que ha sufrido se le condene á tres meseS de cárcel.225

El hecho de que a pesar de ser dos los principales promotores delas funciones militares se decidiera hacer escarmiento con rolo unode ellos se debió, en parte, a que indudablemente Salazar había in-tentado sacar provecho de la sencillez de los indígenas, como biendecía el auditor, pero también a que en ese momento resultaba máspolítico castigar solamente a un funcionario de menor categoría y de-jar en libertad al exgobemador de San J uan. Máxime cuando Gali-cia, otro exgobemador de esa parcialidad, se encontraba por eseentonces procesado por infidencia y hacía bien poco que Cano y Moc-tezuma, también exgobernador de San Juan, había sido indultado.Don Eleuterio, ese ignorante indio, alucinado y vuelto casi loco porlos em~ños de sus subordinados, como insistió haberlo sido a lo largode todo el pr<:>c~, con gran habilidad y para bien de su personafacilitó a las autoridades una salida atinada.

Calleja ~ceptó el dictamen del auditor el 24 de marzo, y de in-mediat9 ~ procedió a dar noticia a los arrestados de cuál había sidoel r~4ltado del proceso.226 Así. sin mayores consecuencias para casitodos los iI:lvolucrados, ~e dio ¡>()r terminada la causa seguida a losfupciona~os de San .T u,an ya s~ colaborador;es.

La ~yentura emprendida p()r todos ellos, independientemente, dé

225 Oficio de Melchor de Foitcerrada al virrey (:aileja, 2! de marzo de. 1814,enibidem,cúad. 19, f. 143. .; " 1 i' ,

,~26 Diligencia. efectuada el 24 qe marzo de "1814, en ibidem, cua:d.!...' f; '145.

Page 71: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

80 VIRGINIA GUEDEA

su fracaso final, es de interés porque nos ofrece valiosa infonllaciónsobre algunos aspectos de las parcialidades de la ciudad de México,en especial de la de San Juan. No sólo nos brinda la oportunidadde conocer quiénes eran y cómo funcionaban por entonces sus auto-ridades sino también quiénes eran y qué hacían los vecinos de suspueblos y barrios. Además, nos proporciona noticias sobre no pocosindividuos que a pesar de no ser indígenas gravitaban alrededor delas parcialidades, ya fuera en el cumplido desempeño de un oficio,ya tan sólo en busca de algún provecho personal.

Por otra parte, el intento de organizar cuerpos de patriotas indí-genas es revelador de cuán profundamente habían afectado a la vidade estas comunidades los cambios ocurridos en la Nueva España du-rante esos años. Estos cambios fueron provocados no sólo por la gue-rra que se experimentaba en la colonia sino también por todo lo queocurría en la península, donde la ausencia de los reyes y la guerracontra los franceses habían producido importantes alteraciones en laestructura misma del sistema político del Imperio Español.

Nl,I:nca antes de 1810 se había fonllado en la capital del virreina-to una fuerza militar compuesta exclusivamente de indios, a pesarde las distintas propuestas que sobre ello se llegaron a presentar. Aun-que en varias regiones novohispanas se habían levantado cuerposmilitares indígenas desde los inicios de la colonia, la política de lacorona española y de las autoridades superiores dela Nueva Españahabía sido la de no pern1itir su organización salvo donde y cuando noquedara otro recurso. y en la ciudad de México sólo se llegó a apro-bar la creación de los pequeños cuerpos de lanceros indígenas en unmomento de crisis realmente extraordinario: cuando se había en-contrado amenazada por las fuerzas insurgentes de Hidalgo.

La militarización general que sufriera el virreinato a partir deentonces y que tanto afectara a los sectores socio-económicos másbajos de la población vino a despertar en algunos de los funciona-rios indígenas, además del deseo natural de evitar que sus goberna-dos sufrieran las coru;ecuencias de una leva masiva, el deseo de for-mar con ellos cuerpos organizados que estuvieran bajo su mando yque ofrecieran un apoyo al ejercicio de su autoridad, amenazada porel establecimiento de la Constitución de 1812, que aparentementeabría nuevas vías de acción a los indígenas pero que, de hecho, veníaa poner fin a su régimen especial de gobierno.

El hecho de que para defender su posición las autoridades indí-genas hubieran actuado de manera tan desusada viene a demostrar

Page 72: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx

81LOS INDIOS VOLUNTARIOS

hasta qué punto se habían visto afectados sus intereses. Por otra par-te, la respuesta de las autoridades superiores a las actividades deestos indígenas, a quienes no procesó con gran rigor, muestra lo pro.fundo de )a crisis por la que en esos momentos atravesaba el virrei-nato novohispano y en particular su capital.

Por último, cabe señalar que la coincidencia entre el esfuerzo delas autoridades de la parcialidad de San Juan por contar con unnumeroso cuerpo armado y las supuestas ofertas hechas a Rayón porGalicia y la correspondencia que mantuvo Cano y Moctezuma conalgunos jefes insurgentes no puede ignorarse. Cierto es que con lacausa que aquí se estudia no se aclara del todo el problema. Son ne-cesarios nuevos estudios para llegar a precisar si los gobernadores in-dígenas de la capital tan sólo ocasionalmente mostraron ciertas sim-patías en favor del movimiento insurgente o si en realidad llegarona comprometerse de una manera más formal con la causa de los re-beldes. Todavía queda mucho por aclarar en lo que se refiere a lasrelaciones que lograron establecer los insurgentes con los distintosgrupos de la población capitalina.

6

Page 73: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx
Page 74: ARTfCULOS - moderna.historicas.unam.mx