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  • 8/14/2019 Aportaciones de la Etnoarqueologa al estudio de la Edad del Hierro en el occidente cantbrico, Entemu David Gon

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    UniversidadNacionaldeEducacinaDistancia

    ENTEMUARQUEOLOGACASTREAENASTURIAS

    CarlosMarnSurezyJessF.JordPardo(Editores)

    2009

    CentroAsociadodeAsturias

    Vol.XVI Gijn

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    ENTEMUARQUEOLOGACASTREAENASTURIASDirector

    MarioMenndezFernndez

    SecretarioLuisSueroMenndez

    EditoresCarlosMarnSurezJessF.JordPardo

    FotografaportadaBraadeElTroncu(Teverga,Asturias),fotoA.F.P.yF.J.F.R.

    MaquetacinCarlotaLoureiroArredondas

    Redaccin: EntemuAv.delJardnBotnico1345(calleinterior)Gijn33203ESPAA

    ENTEMU 2009Edita:(UNED)CentroAsociadodeAsturiasDepsitoLegal:AS115192ISBN:8488642156ISSN:1130314XFotocomposicineImpresin:IMPREOFFSET

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    APORTACIONES DE LA ETNOARQUEOLOGA AL ESTUDIO DELA EDAD DEL HIERRO EN EL OCCIDENTE CANTBRICO

    DavidGonzlezlvarez

    DepartamentodePrehistoria.UniversidadComplutensedeMadrid.Av.ProfesorArangurens/n,CiudadUniversitaria. E28040,Madrid [email protected]

    Resumen:EnelpresentetrabajotrataremosdeponerderelieveelimportantepapelquelaEtnoarqueologapuededesempearenlarenovacindelasinterpretacionesarqueolgicaselaboradasparaalgunosperodosprehistricos,centrandonuestraatencinen losaportesde esta disciplina al estudio de la Edad del Hierro en el rea cantbrica occidental.Presentamostambinalgunoscasosconcretosdeestudio,enlosquelasaportacionesdelaEtnoarqueologapuedenenriquecerenormemente la interpretacinarqueolgicarealizadasobreelregistromaterialdelascomunidadescastreasdelamitadoccidentaldelaCornisaCantbrica.

    Palabrasclave:Etnoarqueologa,EdaddelHierro,Castro,Occidentecantbrico.

    Abstract: In thispaperwewilltry toemphasize the importantrole thatEthnoarchaeologycanplayintherenovationofthearchaeologicalinterpretationsforsomeprehistoricperiods.

    WecentreourattentiononthecontributionsofthisdisciplinetothestudyoftheIronAgeontheCantabrianwesternarea.Weshowsomecasesofstudy,inwhichthecontributionsofEthnoarchaeologycanenrichenormously thearchaeological interpretationrealizedon thematerialrecordoftheIronAgecommunitiesofthewesternpartoftheCantabriancoast.

    Keywords:Ethnoarchaeology,IronAge,Hillfort,WesternCantabric.

    1.AmododeintroduccinEnprimer lugar,presentaremosdemanera lomssintticaposibleenquconsiste

    la Etnoarqueologa (David y Kramer, 2001; Gonzlez Ruibal, 2003a), enfocando nuestraatencinalapresentacindelospreceptostericosbsicosdelascorrienteshistoriogrficasmsrecientes,lascualessondecididamentemssugerenteseinteresantesquelosenfoquesms tradicionales de esta disciplina emergente. A continuacin, pasamos a exponer laperspectivaparticulardenuestrotrabajoynuestraconcepcindelanecesariarelacinentreEtnoarqueologa e interpretacin arqueolgica del Pasado en nuestro caso la Edad delHierro,parapresentaralgunoscasosconcretosdeestudioen losqueenestosmomentos

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    intentamos avanzar incorporando las enseanzas derivadas de diferentes estudiosetnoarqueolgicos, tratando de ofrecer nuevas lecturas e interpretaciones de distintosproblemas concernientes a las comunidades castreas del occidente cantbrico del Iermilenioa.C.

    2.SobrelaEtnoarqueologaLos trabajosetnoarqueolgicos tienenunobjetivo transversalen todos losmarcos

    tericosdesdelosquesehadesarrolladoestadisciplinadelasCienciasSociales:establecerlas relaciones entre la culturamaterial y el comportamiento en las sociedadeshumanas(Schiffer,1976:ix).Comparte,ensuconcepcinydesarrollo,lasexperienciasobtenidasdela

    Arqueologa y la Antropologa; y se basa, en resumen, en la reflexin que hacen losarquelogossobrelaculturamaterialdelassociedadespremodernasvivas(GonzlezRuibal,2003a:10).Queda clara,pues, la superacindeotrasdefinicionesms sencillas ymenosambiciosas,comoseraladetrabajoetnogrficoconmetodologaupticaarqueolgica,queenmuchos casos siguenvigentesen labibliografaactual (vid.VzquezVarela,2000;TorresySagardoy,2006).

    La Etnoarqueologa tiene, para los autores procesuales, el objetivo central deestablecer teoras de alcancemedio sobre las que construir explicaciones cientficas delPasadopormediode laArqueologa (Binford,1967y1978;Yellen,1977).Ahorabien, lasmotivacionespuedenserotras,comolaspropiasdelascorrientestericaspostprocesuales,que nos parecenmuchoms estimulantes. Sin querer entrar en el debate terico de ladisciplina, asumimos, no obstante, que deben equilibrarse los enfoques cientifistas yhermenuticocontextuales, pues no estn completos del todo el uno sin el otro (David,

    1992:3367),debiendoambosfuncionarconectadosparaconstruir lacienciade laculturamaterialylossereshumanosquedebeserlaEtnoarqueologa,intentandodescubriraslosmbitos completos de las unidades de comportamiento de entre las que cada sociedadhumanaescogiunacombinacinparticular.

    La Etnoarqueologa debe propiciar que reavivemos nuestra imaginacinarqueolgicointerpretativa.Tienequeofrecernosestmulosyreferenciasquesirvanparairconstruyendounmarcodecomprensingeneralde lasculturashumanas.Debe indicarnosperspectivasinteresantesquenossirvanparaampliarelabanicodeloshilosinterpretativosdisponiblespara losarquelogosen sus reconstruccionesnarrativasdelPasado (GonzlezRuibal,2003a),enlasquelaculturamaterialhadeserelejecentraldelanarrativa.

    La Etnoarqueologa trata, en lamayora de las ocasiones, con un Otro que noforma parte del sistema social, econmico ni poltico de Occidente, y al que se le ha

    impuesto

    nuestra

    visin

    de

    su

    historia

    e

    identidad

    (ib.:

    12).

    La

    perspectiva

    etnoarqueolgica

    debeservirnos,ante todo,parapodercomprender lamultiplicidaddepticasycorrelatosinterpretativosconlosquepuedenasociarselosdiferentescaracteresyformasdelaculturamaterial,msallde lahabitualhomogeneizacinquesesueleefectuarde laexperiencianooccidentalonourbana.LaEtnoarqueologadebeservirparadespertarlaconcienciadelaexistencia de esos Otros, opuestos o diferentes respecto a nuestras caractersticasculturales, y que han sido menospreciados por el sistema cultooccidentalurbano de

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    generacin, fijacin y transmisin del conocimiento. La prctica etnoarqueolgica debesuponer un ejercicio de deconstruccin de nuestro pensamiento sociocultural (Falquina,2005: 11), para intentar superar el etnocentrismo y el esencialismo de nuestrasinterpretacionesarqueolgicas,dndolesasuncarcterdinmicoycontextual,ticamenteresponsable hacia los sujetos miembros de las sociedades que estudiemos. Del mismomodo, debe ser capaz de generar ideas que favorezcan el debate arqueolgico y decontribuiralconocimientode lassociedadescon lasquesetrabaja,teniendoencuentasustradiciones,ideasypuntosdevistapormediodeunareflexincrticayhonesta(GonzlezRuibal,2003a:12).Asimismo,el respetoa laspersonasqueestudiamos, lanecesidaddecontribuirasudesarrollo(dentrodesusparmetrosculturales,ynoenfuncindenuestraideadedesarrolloligadaalcapitalismo)yalaproteccindesuculturadebencontarseentrelosimperativosticosquemsdebetenerencuentaquienpractiqueEtnoarqueologa(ib.:15).Contodoloanteriornopretendemos,nimuchomenos,plantearquelascomunidadestradicionalessonmaravillosas;son,simplemente,diferentes.

    Laculturamaterialconstituyeelelementoclaveydefinidorde laEtnoarqueologa,talycomoloesdelaArqueologa.As,losetnoarquelogoscompartenteoraymtodoconlosarquelogos(GonzlezRuibal,2003b:17).Podemosdarunadefinicindelestudiodelaculturamaterialcomoelestudiodelomaterial,procesadoono,transformadoporlaaccinhumanacomoexpresindecultura,atendiendoaquelaculturamaterialnoesunmeroreflejo del comportamiento humano, es una parte del comportamiento humano (ib.).SiguiendoaHodder(1982y1994),lasdimensionessimblicayfuncionaldeestoselementosmateriales (tanto instrumentos como seales, smbolos, signos, percepciones...) apareceninequvocamente unidas y ninguna de las dos puede ser menospreciada. Losetnoarquelogos no debemos olvidar que la cultura material no debera ser objeto deestudioen smisma, sinoque se constituyenuestranica fuente informativaparapoderestudiarglobalmentealascomunidadeshumanas.Laculturamaterialdebeserconsideradacomoalgosignificativamenteconstruido,ynocomomerosobjetosfsicossobre losqueelinvestigadorpuedecimentarsusexplicacionestecnoeconmicasy/oecolgicas.Losobjetos,los espacios,juegan un papel destacado y activo en la construccin de las sociedades(Bourdieu,1997),ysupercepcineinterpretacinesvariableeneltiempoyenelespacio,ascomoenfuncindequmiembrodelasociedaduseoconcibatalesobjetos.

    Sehadereconocerque,seexpliciteono,todareconstruccindelPasadorealizadaen funcin de sus restos materiales es analgica de alguna forma, al construirse sobreobservaciones y teoras actuales, con la analoga etnogrfica como herramienta msrudimentaria(FernndezMartnez,1994:138;Gndara,2006:14);debiendoexistirantesdesu aplicacin, no obstante, una base de semejanza que haga viable esta forma decomparacin(Hernando,1995:21).Analogafuedefinidacomoeltraspasodeinformacin

    de

    un

    objeto

    a

    otro

    en

    funcin

    de

    alguna

    relacin

    de

    comparabilidad

    entre

    ellos

    (Wylie,

    1985). La confusin de Etnoarqueologa con analoga etnogrfica slo conduce a ladescalificacinmutuade sus resultados (Hernando,1995:20).Deestemodo, la analogaetnogrfica se ocupar de forma particular de los elementos que integren la cultura,mientras que la Etnoarqueologa se preocupar por los contextos culturales, pudiendocalificarcomodescriptivaa laprimerayde interpretativa(descripcindensa)aestaltima(ib.:22).Aspues,laEtnoarqueologadebeirmuchomsallquelaanalogaetnogrfica.

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    Apesardequeenmuchosestudiosetnoarqueolgicossusautoresnopretendan irmsalldelconocimientodelaspropiascomunidadesestudiadas(DavidyKramer2001:32),sus resultados son tremendamentevaliosospara serempleados comopuntosdepartida,como generadores de referentes e ideasquepuedan utilizarse,por otros investigadores,para reavivar sus procesos de sntesis e interpretacin arqueolgica, o para plantear oreconducir distintos cuestionamientos previos al inicio de estas investigacionesarqueolgicas.LaviabilidaddelaEtnoarqueologacomodisciplinaautnomageneradoradeestmulosy referentes inspiradorespara la reflexin interpretativadelPasado,apartirdesus restosmateriales, nos parece totalmente clara,ms all de la primera opcin antesmencionada.

    3.EtnoarqueologayEdaddelHierro:undilogonecesarioA nuestro parecer, si hay un perodo prehistrico que necesite de especial

    renovacin,en cuantoa su fondoya sus formas investigadoras,eseeselde laEdaddelHierro.Algunosautores (Hill,1989y1992)hanvenidoclamandodesdehace tiempo,congranacierto,poresanecesariarenovacin,pues lavisinquesenosofrecede laEdaddelHierrosiguesiendoaburrida,sobretodosi lacomparamoscon losperodosmsantiguosdelaPrehistoria,quesonestimulantesyapasionantes(HillyCumberpatch,1993:128).

    Con la tradicional tendencia establecida de asumir la Edad del Hierro como algocercano,propio,familiar...sehaminusvaloradoelpapeldelregistroarqueolgicoalqueseasocia, ensombrecido tambin por las referencias escritas de las fuentes clsicas. Pareceobvio, pero debemos recordar que la cultura material ha de ser el centro de atencinprioritariodelosestudiosarqueolgicossobrelaEdaddelHierro.

    Son pocas las aproximaciones que construyen con rasgos de otredad lascaracterizaciones asociadas a las comunidades del Iermilenio a.C. (vid. Gonzlez Ruibal,200607). Abundan, en cambio, los referentes celticistas, las analogas acrticas con losmundos rurales tradicionales europeos o con contextos medievales. Estos enfoques nopueden sustraerse de los componentes presentistas, etnocentristas, simplificadores yglobalizadores de los que estn fuertemente impregnados (Hill, 1989; Gonzlez Ruibal,2005).Estossesgossonrealmentepeligrosos,yaquesonmuydifcilesdereconocerporloslectores no precavidos ante estas problemticas, que se encuentran con narracionessimples, cerradas, en las que el sentido comn (del investigador) opera por encima decualquier otra perspectiva, pivotando cada salto mortal interpretativo. Estos estudiostradicionalessondifcilesdesustituirporotrosrelatosmscrticosycontextuales,quealavezintroduzcanlasincertidumbres,dudasyvacosquelesonpropiasanuestradisciplinayque no debemos tratar de ocultar, para ser honestos con los resultados de nuestros

    trabajos.Contodoesto,seacabaportransmitirunafalsaconcepcindecontinuidadentrelaEdad del Hierro y el presente, donde encontramos una multiplicidad de constructoshistricos plagados de ancestros o antepasados, que sustentan variados discursosideolgicos,polticosoidentitariosquerespondenapreocupacionesrelacionadasmsconelpresentequeconlavoluntaddecomprendera lascomunidadesdelpasado(Dietler,1994;Daz Santana, 2001; Lpez Jimnez, 2001; Whitley, 2002; Marn, 2005), que se acabanconvirtiendoenmerospretextosparasoportardeterminadosidealesactuales.

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    Figura 1. Relacin planteada entre la Etnoarqueologa y el proceso interpretativo en laArqueologaprehistrica.

    Tras ver la recurrente falta de originalidad de los trabajos arqueolgicos sobre la

    EdaddelHierro,quecontinanmostrandounafacturamuytradicional,pensemosahoraenplantearlanecesidadderenovarestosestudios,talycomolohanhechoyalosarquelogosque trabajan en perodos anteriores. stos, debido a la ausencia de referentes escritos,emplean con mayor libertad vas de trabajo ms sugerentes, pues generalmente seencuentranajenosaesapercepcinde ligaznentreellosmismosysussujetosdeestudio(Hill,1989:16).Creemosqueunadelasposiblesvasderenovacinpuedevenirdadaporlainclusin de las aportaciones que nos ofrece la Etnoarqueologa en el proceso deinterpretacin arqueolgica. Estas aportaciones vendran a actuar como un revulsivocatalizadordenuestrosprocesosde interpretacin,algoquedeberaacompaarsede losaportesdeotrasdisciplinasdelasCienciasSocialescomo laAntropologa,laSociologao laEconoma.

    Elprocesode trabajoqueaquplanteamos,yqueposteriormenteespecificaremosparaalgunoscasosconcretosdeestudiorelacionadoscon lascomunidadescastreasde la

    mitadoccidentaldelacornisacantbrica,tratadeimbricarelanlisisylainterpretacindelregistroarqueolgicode laEdaddelHierro,con laatencina lasenseanzas,referentesyfuentesdeinspiracinquepuedenproporcionarnoslostrabajosetnoarqueolgicos(Fig.1).HablamossiempredeunaEtnoarqueologadesarrolladasegnlospreceptosplanteadosporlascorrienteshistoriogrficaspostprocesuales,msallde las simplesanalogasaisladas buckshotapproach,oaproximacindelperdign (Yellen,1977),que sirvenmuchasveces

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    sloparaapuntalar ideasoesquemasyapreconcebidosen lamentedelos investigadores,siguiendounnuncainocentesentidocomn.

    4.AportacionesdelaEtnoarqueologaalestudiodelaEdaddelHierroenelOccidentecantbrico4.1.LatradicinoralcomofuentedeinformacinenArqueologa

    Elconocimientoy lapercepcinmticaquegeneran(ogeneraron) lascomunidadescampesinastradicionalesdelentornoinmediatoenelqueviven(ovivan),puedeutilizarse

    comouna fuente de informacinms tras un severo anlisis crtico que aporte nuevosdatos alproceder interpretativode laArqueologa. En el caso delmedio rural asturiano,estamos viendo que s puede arrojar luz a la Arqueologa castrea en algunos casos(Gonzlezlvarez,e.p.).

    Lascomunidadestradicionalesmantienen omantenan,hastahacepocasdcadasunsistemamticodeexplicacindesurealidad(Hernando,2002),enelcuallasnarracionesoralesjuegan una gran importancia como mecanismo estructural de transmisin de susconocimientos,ycomoreferentedecomprensinyseguridadantesuentorno.As,multitudde relatos orales tienen como escenario los yacimientos castreos. En su afn por darexplicacinaalgunasevidenciasmaterialesyestructuralesquepercibanentalesenclaves,yquenocomprendanolograbandarlesalgunaexplicacinsegnsuspropiosparmetros,lasgenteselaboraron poracumulacin explicacionesrealizadasenfuncindelasexperienciasvivencialesqueleseranprximasofamiliares.

    Amododeejemplo,sonrecurrenteslosrelatosenlosquelosmticosmorosjugabanalosbolos,conbolosybolasdeoro,enbolerasquesesitanenlosrecintoscastreos.Nonoscabedudadequesisustituimoseneserelatoalasbolerasporlosfososdeloscastros,yaloselementosdeoropormaterialesbroncneos,comocalderosohachasdetalnyanillas,obtenemos una asociacin demateriales arqueolgicos quees tambin reconocida en laliteraturaarqueolgica,conejemplosenalgunoscastroscomoeldeL.larn,enCangasdelNarcea(MayaydeBlas,1983)oeldeAlava,enSalas(lvarez,ExpsitoyGonzlez,2007:2021) (Fig. 2), asociacin de la que nos estaran informando tambin estas leyendasprocedentesde latradicinoral.Tras laatencinaestosrelatos,podramosreforzarestosvnculosyaumentarelnmerodecasosconcretosdeestasasociacionesconejemplosenlosqueloshallazgosdematerialesnohantenidorepercusinenelmbitoacadmicoysenelpopular (vid.Surez Lpez,2001:125134).Porotro lado,nospodemosencontrar conelproblemadequeenciertasocasionesestasleyendashayanperdidosuconexinlocacional

    original,yunrelatopreviosehayaadaptadoaunanuevalocalizacin.

    El estudio etnoarqueolgico de las narraciones orales relacionadas con recintoscastreos ya ha sido abordado en la lnea que planteamos por algunos autores para elmbito gallego (Arizaga y Ayn, 2007).De sus resultados, adems de comprendermejorestos mecanismos orales que dan significado a los restos arqueolgicos (y por tanto,generanseguridadantelaexistenciadeesosrestosoestructurasnocomprendidassegnsu

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    Figura2.VistadelfosodelcastrodeAlava(Salas,Asturias).propiocdigo),podemosentresacardatosinteresantes,introduciendoestasnarracionesenalgunosplanosdelainvestigacinarqueolgica.As,podramosemplearestosrelatosenlalistadeelementossintomticosalosqueatenderenlastareasdeprospeccin,outilizarlosenelprocesode interpretacinarqueolgica,comoun referentems,elaboradoporunaopcindeconocimientodiferentealaarqueolgicoacadmicaquenosotrosmanejamos.Alavez,lacontrastacindelosdiscursosconstruidosdesdelatradicinoralcampesinaconlosarqueolgicos,nospuede facilitarelaccesoavisionesconnotadasdeotredaddepaisajes,enclaves, evidenciasmateriales... lo que nos ayudar a sustraernos de los componentespresentistas y etnocntricos de los que nos es tan difcil desprendernos en nuestrasinvestigacionesacadmicas.

    4.2.Formas

    castreas

    de

    subsistencia

    y

    produccin

    Normalmente,eldebateacadmico sobre las formasdeproducciny subsistencia

    castreas ha estado demasiado polarizado, tendiendo unos y otros autores hacia lapresentacin de diferentes extremos, segn los cuales las comunidades castreas eraneminentemente ganaderas, sobre todo agricultoras, realizaban importantes laboresrecolectoras... Muy pocos son los investigadores que nos muestran una fotografapanormica de la economa castrea, en la que ganadera, agricultura, recoleccin... se

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    solapeneintegrenenunciclocompletodeaprovechamientodelmedioenelquevivieron.Adems de esto, tenemos que ampliar el rango de variabilidad y multiplicidad de estosfotogramas, introduciendomaticesgeogrficosy cronolgicos,queharanque la realidadsubsistencialyproductivadeestascomunidadesfuesebastantediferenteencadacontextoparticular.

    Hastanohacemuchotiempo,estedficit interpretativohasidocasiforzoso,por laausenciadedatosconlosquecimentarunasuotrasopciones,yaquenosecontabaconlapublicacin de los referentes necesarios para adentrarse en este tipo de cuestiones; laArqueologa castrea del occidente cantbrico segua focalizando su atencin en lascuestionescronoculturales(Marn,2005:113137).Pocoapoco,estosproblemassehanidosolventando, y cada vez contamos con un mayor nmero de referentes publicados:

    paleoclimticos,paleobotnicos, fanunsticos,del registrodeespaciosdomsticos con suscorrespondientesplanimetrasdetalladas,oinclusoidentificacionesdeespaciosproductivosexterioresaloscastros.

    Con todos estos nuevos datos, llega el momento de poder trabajar en nuevasnarracionesinterpretativas,elaboradasapartirdelregistroarqueolgico,parapoderdejaralmargen los pobres y cuestionables datos de las fuentes grecolatinas, que hasta ahoraapuntalaban,juntoalsentidocomn(sic),losrelatossobrelaEdaddelHierrocantbrica,enlos que bsicamente se rellenaban los espacios demarcados por las datacionesradiocarbnicasconextractosde lasfuentesclsicas.Nosencontramosyaencondicindeelaborarnuevassntesisarqueolgicasqueafrontenestasproblemticasdeestudioconunenfoquemscontextual.

    4.2.1.Casodeestudio:LacuencadelPigea

    Siguiendo esta lnea, y a modo de caso prctico, planteamos un ejemplo deinterpretacinelaboradoconestosantecedentesque,a lavez,partedediversos trabajosetnoarqueolgicos que han funcionado como referentes inspiradores para nuestrapropuesta. Lo que tratamos de afrontar es el estudio de una serie de asentamientoscastreosquesesitanenlacabeceradealgunosvallesdelacordilleracantbrica,erigidosencotasquerondanosuperan los1000metrosdealtura.Enparticular,noscentraremosaquenlacuencaaltadelroPigea,enlosmunicipiosasturianosdeSomiuyMiranda.

    Nohemostenidoqueirnosdemasiadolejosparaencontrarlosmarcosreferencialesde los cuales extraer contextos vivos en los que realizar lecturas etnoarqueolgicas queluegomanejarcomopuntosdereferenciaennuestrotrabajo.Enelmismombitoespacial,lascomunidadestradicionalesasturianasdesarrollanformasdevidaconundestacadopapelde la ganadera extensiva en su esquema productivo, que se extiende por diferentes

    escenarios,entre losque sobresalenpor su importancia lospastosdealturaendonde sesitan losyacimientosquenosproponemosestudiar.Destacaelcolectivode losvaqueirosd'alzada,comunidadestrashumantesbienconocidasen labibliografa(AcebedoyHuelves,1893;UraRu,1976;GarcaMartnez,1988;Ctedra,1989),cuyaobservanciapuedesernosmuy til para acercarnos a la realidad material del poblamiento prerromano del rea.Adems de los vaqueiros, las comunidades estantes del fondo de los valles tambindesarrollanotrosesquemasproductivosconunpapelimportantedelaganaderaextensiva,

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    que se completa con el cultivo de huertas o cereales como la escanda, con buenosrendimientosen los terrenosamedia ladera.Ms lejanas,pero igualdevaliosas, tenemosque tener en mente otras referencias potenciales en lugares tan dispares como Irn(Salzman,2002)oGalicia(Ballesteros,2004),entreotros(Seorn,2007).NopretendemoscomparararbitrariamentecontextoscantbricosconejemplosdePapaoMadagascardemanera mecnica o acrtica, pero s que nos resulta extremadamente valioso reconocerrealidades socioculturales variadas, en donde los estudios de cultura material, encomunidades preindustriales vivas, nos permitan imaginar nuevas posibilidadesinterpretativasparacontextosmaterialesrecuperadosporlaArqueologaprehistrica.

    Figura3.Situacingeogrficadelreadeestudio:lacuencadelPigea.Trasconocerestosreferentes,de losquepodemosobtenerunbuenconocimiento

    desdeunaperspectivaetnoarqueolgica (Gonzlezlvarez,2007),hemospodidoplantearnuestrotrabajo anenunafase inicial porelcualtrataremosdeentender lasformasdevida y pautas de poblamiento de las comunidades prerromanas cantbricas en reas demontaacomo laqueaqunosocupa. Intentaremos, llegadoelmomentofinaldenuestratarea, ofrecer relatos en los que la cultura material sea el eje central de la narrativa,alimentndonosennuestroprocesode investigacinde lasdescripcionesdensasrecogidas

    en

    los

    trabajos

    etnoarqueolgicos,

    en

    los

    que

    se

    pone

    de

    relieve

    el

    papel

    de

    la

    cultura

    materialenloscontextossocioculturalesestudiados,paraapartirdeentonces,retomarlostrabajosdeanlisiseinterpretacindelregistroarqueolgicopretrito.

    A lo largo de la cuenca del Pigea (Fig. 3) se disponen hasta una veintena deemplazamientos castreos (FernndezMier, 1999;Daz et al., 1999; Fanjul Peraza, 2005;Estrada,2007),aunqueenalgunospocoscasossureconocimientonoestsuficientementeclaro. El inters de este conjunto de enclaves castreos es la concentracin de sitios en

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    algunas secciones del valle y, sobre todo, la aparicin de algunos casos que rondan osuperanlos1000metrosdealtitud.

    LasevidenciaspaleoclimticasypaleobotnicasparaelImilenioa.C.enelNoroestepeninsular (Aira y Vzquez Varela, 1985; Figueiral, 1993; DazFierros, 1996; RuizGlvez,1998:192195;Kristiansen,2001:5055)noshablandeunclimaquizunpocomshmedoyfroqueelactual,enelquelosespaciosabiertosganabanprogresivamenteterrenosobreelbosque caducifolioporun crecienteprocesodedeforestacin, trasel cual se situaranaccionesantrpicasdeterminadas,como la incidenciadelpastoreo, laaperturadenuevosespacioscultivables,talas,quemas...Vistoloanterior,podemosapuntarquelosyacimientostan elevados no se corresponderan, en ese marco climticoambiental, con enclaves

    habitados

    durante

    todo

    el

    ao,

    por

    lo

    que

    deberamos

    interpretarlos,

    ms

    bien,

    como

    enclavesestacionalesque las comunidades castreasemplearanen la temporadaestival,paraaprovecharlasexcelenteszonasdepastosdemontaaqueseabrenenelentornodeestossitios.

    Laganaderaestacional tendragran importanciaenestasreasdemontaa,algoque confirman los escasos referentes procedentes de excavaciones arqueolgicas delentornoprximo,como loscastrosdeLaGarmayLaCogollinaenTeberga (FanjulPeraza,2007; Fernndez Rodrguez, 2007; Fanjul Peraza et al.., 2007), que sugieren ciertaespecializacin en la dedicacin productiva de, almenos, un sector importante de estascomunidades.As,podramosplantearelusodelospastosdelospuertosporcomunidadescastreasque,en invierno,habitaran loscastrosde lapartebajaomediade losvallesdemontaa,yyaenlatemporadaestival,aprovecharanlospastosdedientedelaszonasmsaltas, en las que dispondran de distintos patrones de asentamiento, siguiendo distintas

    posibilidades. En funcin de la presin ejercida por el control y aprovechamiento de lasdistintaszonasdepastos,queennuestrocasodeestudioseraalta,losgruposdepersonasqueacompaasenalganadomantendrandistintospatronesdeasentamientoymovilidad.

    Enunextremo,tendramoslaszonasdepastosdenomuybuenacalidad,conbajasdensidadesdepoblacinen laszonasalpiedemontedelreamontaosa.Aqu,elpatrnserademayormovilidad,conunamenornecesidaddecontroldelterrenodepastos,porloquelosformatosdehabitacinelegidosporlasmujeresyloshombresqueacompaabanalganado seran asentamientos sencillos levantados con materias obtenidas del entornoinmediato a estos enclaves, similares a las braas actuales (Daz,Garca y Sagasti, 1987;Garca Martnez, 1988: 224230; lvarez Gonzlez, 2001; Linares, 2004: 2942; Graa yLpez, 2007), que apenas dejaran rastros en el registro arqueolgico (Fig. 4). A estoaadimoselhechodeque,siendounformatoinditodehbitatparaestapocaenelrea

    de

    estudio,

    podra

    haberse

    pasado

    por

    alto

    su

    existencia

    hasta

    el

    momento.

    Esta

    idea

    ya

    ha

    sido apuntadapor algunos autores (Gonzlez FernndezValls,1976: 186; FanjulPeraza,2007:30;FernndezMier1999:165166),aunquedebemosdecontemplarlasiempreenunmarcoamplio,conunagranvariedaddesoluciones.

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    Figura4.Ruinasdeuna construccinganaderaen labraade LaPornacal (Somiu).Hanpasadounpardeaosdesdequecomenzaarruinarseyenpocasdcadasnoquedaranevidenciasnotoriassobreelterrenoparareconocersuexistencia.

    Elpoloopuestodelrangoposibledesistemasdepoblamientoloencontraramosenlaszonasconespecialpresinporelcontrolyelaprovechamientode laszonasdepastos,propiciado por mayores densidades de poblacin en el piedemonte y por las mejorescualidadesdelospropiospastizales.Enestecontextoseharannecesariosmecanismosparareclamar,pordecirlodealgunamanera,elderechoalaprovechamientodeestospastizales.En la Edad del Hierro, con el nuevo discurso de la materialidad establecido por loscomunidadescastreas,yanoseranlosmonumentosmegalticosloshitosdemarcadoresyordenadoresdelespacio,comoocurraenlosperodosanterioresdelaPrehistoriarecientecantbrica(DeBlas,1983),sinoqueseranlospropiospoblados(Fig.5),monumentalizados,los que denotaran similaresmensajes de parcelamiento, definicin o codificacin de lasterritorialidades de un paisaje, en clave identitaria, social, simblica y productiva, quetomara formacon lascomunidadescastreasdel Iermilenioa.C. (Parcero,2002;GonzlezRuibal,200607:103118).

    Dentrodeestosmodosproductivosdiversificados,enlosqueyahemosplanteadoelpapel de la ganadera, seguiran funcionando otras actividades subsistenciales, con laagriculturadehuertaylacerealista llevadaacabodeformaextensiva,mediantecultivosde

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    talayrozaenterrenossimilaresalosdepastos,lasactividadesrecolectoras,lasartesanasylas actividades demantenimiento y reproduccin de la propia comunidad. Respecto a laagricultura,unatareapendienteparanuestrombitodeestudioeslalocalizacinyestudiode lasreasdecultivo,algoqueporejemploenGaliciayaempiezaaofrecer interesantesdatos (Parcero,1998), yqueennuestrareaapenaspuedeatisbarsepara algunospocosejemplos,comoElCastrudeVigaa,enMiranda(FernndezMier,1999:260161).Elestudiode lasactividades artesanas, tales como la cestera, laalfarera, lametalurgia, confeccintextil... deben comenzar a recibir nuestra atencin, ms all de un inters puramentetipolgico,yen suestudiohande incorporarse referentesetnoarqueolgicosqueapoyendescripciones densas que den lugar a relatos interpretativos interesantes (Marn, 2007 y2008).Elltimogrupodetareasproductivasdelaanteriorenumeracin,lasactividadesdemantenimientoyreproduccingrupal (Sanahuja,2007:2128)es, sindudaalguna,elmsdesatendidopor la investigacinactual (Hernando,2005),yesalgoque,necesariamente,debemosabordarconurgenciaparadarpresenciaennuestras interpretacionesa lamitaddelapoblacinprotagonistadenuestrosrelatos.

    Figura5.VistageneraldelcastrodeElCastiel.ludeL.lamardal(Somiu),a1200metrosdealtitud.

    Por supuesto, la hiptesis que aqu brevemente presentamos sobre las prcticasganaderas castreas requiere una futura contrastacin, fundamentalmente mediante el

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    examen atento de los restos faunsticos con los que contamos en el registro materialcastreo,yconunaexploracinarqueolgicamsintensivadeestasreasdemontaaysuspoblados.Trasesto,llegaremosatenerlasclavesparaenriquecerlasinterpretacionessobrelosmodos productivos castreos, desde una perspectiva que, obligadamente, ha de seramplia,comprensivaycontextual,elaboradaatendiendoatodaslaspartesdelconjunto.

    4.3.LanecesariaotredaddelossujetoscastreosSe nos hace del todo necesario introducir cierta distancia entre los sujetos

    investigadoresy lossujetoscastreos investigados,parasortearelprincipalproblemaqueHill y Cumberpatch (1993) sealaban para alcanzar una renovacin de los estudios de laEdad delHierro en Europa. En esteproceso,debemos tratar deesquivar trminos comoancestros,quenadaaportanalconocimientosobreesascomunidadeshumanas,sinoquesuverdadero objetivo no es otro que generar referentes pretritos a los que retrotraerprincipiosyrealidadesactuales,con laintencinltimadejustificarsituacionespropiasdelcontexto propio del investigador, sin relacin significativa con la realidad humanainvestigadapor losarquelogos.Enestaaccinnocuestiononimuchomenosactitudeseintencionesindividualesdeunosuotrosautores,sinolapropiadinmicayelcontextoenelque tom forma la Arqueologa como disciplina cientfica, marco en el que sigue anfuncionando(Hernando,2006).

    Enestenecesario replanteamientodepuntosdepartida,mediosyobjetivosde laArqueologa, la Etnoarqueologapuede serunbuen referentedelqueaprenderaextraerapoyoscon losqueaprenderamanejarestudiosmaterialesen losque losprotagonistassquesonpersonajesdefinidosporsuotredad(GonzlezRuibal,2003a).

    4.4. Relacin entre la realidad de las comunidades grafas castreas y lasreferenciasescritasproducidasporlosautoresalctonosromanos

    Laexistenciadereferenciasa loshabitantesprerromanosdelreaseptentrionaldela Pennsula Ibrica en las obras de los autores clsicos ha sido una pesada losaomnipresente en los estudios arqueolgicos sobre la Edad del Hierro cantbrica. Pocosautores han podido evadirse por completo de las sentencias explicativas emanadas dedichosautores,msalldediscusionesymaticesdecarcter filolgicosobreunasuotrastraducciones posibles o de advertir, ante su utilizacin en las narraciones arqueolgicas,sobre la parcialidad de tales referencias, exponer el perfil historiogrfico y la trayectoriabiogrfica de cada autor o indicar la intencin poltica de estos textos en un contextohistricodeterminadodentrodelmbitogrecolatino.

    Como

    ya

    hemos

    dicho,

    creemos

    que

    en

    el

    estudio

    arqueolgico

    de

    una

    realidad

    determinadahadeserlaculturamaterialelprincipalfocodeatencindelarquelogo,quenodebesubordinarsusinterpretacionesarqueolgicasalosrgidosmarcosdelimitadosporlosautoresclsicos.Conloanterior,nopretendemosnegarelvalordeesosdatos;asumimoslaimportanciadeestasfuentesdeinformaciny,porello,creemosquedebemoscuestionarsu aplicacin en Arqueologa. Para ello, pensamos en unmecanismo preliminar que nosayudeacomprenderelvalorinformativodeestasfuentes,sussesgosysusparticularidades.

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    Para tomar conciencia de la capacidad informativa deunos relatos realizadosporobservadoresexternos procedentesdeunasociedadconescrituraytecnoeconmicamentems compleja que la descrita, sobre estas comunidades abocadas a la inmediata einexorableaculturacin como serael casode las referencias clsicas sobre los indgenascastreos,debemosdeestudiarfenmenossimilaresencontextosenlosquedispongamosde esos relatos cultos alctonos, y en los que tambin dispongamos de interpretacionesnarrativas elaboradasen base al estudio contextualde su culturamaterial. Esteejerciciopodraserperfectamenteabordadoestudiandosituacionesequiparablesdecontacto,comopodranserlosprocesosdecolonizacindepocamodernaycontemporneaendiferentesescenarios en los que contsemos con textos de los conquistadores/colonizadoresdescribiendolaspoblacionesindgenas,yporotrolado,buenostrabajosetnoarqueolgicossobreesasmismascomunidades.

    Slo a partir de las conclusiones obtenidas de un estudio de estas caractersticaspodramos obtener unas referencias de partida sobre las que poder elaborar un buenanlisiscrticodelcontenidodelasreferenciasclsicasdelosautoresgrecolatinossobrelascomunidadesdelaEdaddelHierrocantbrico.

    4.5.OtrosaspectosHay otros puntos potencialmente interesantes a tratar, siguiendo lneas de

    aproximacinsimilaresa lasplanteadasparaloscasosenlosquenoshemosdetenidomsatentamente.Paranoalargarnosenlaexposicin,perosindejarde ladoestasotras ideas,paso ahora simplemente a presentarlas, bosquejando algunas de estas otras lneas deactuacin en las que la Etnoarqueologa podra ser un buen revulsivo de la Arqueologa

    castrea.

    4.5.1.Elespacioconstruido

    Tradicionalmente se ha desatendido a las unidades domsticas, ms all de suconcepcin como meros contenedores de artefactos recuperables por medio deexcavacionesarqueolgicas.Esnecesarioponerderelieve la significacinsimblicade losespaciosdomsticosquenosproporcionandiferentesestudiosetnoarqueolgicosrealizadospordiferentesautores(Kent,1990;Rappaport,1990),quealgunosinvestigadoresdelmbitocastreoyaestncomenzandoaintroducirconnotablexito(Ayn,2008).

    4.5.2.Elpaisajecastreo

    Sehacenecesariodesbordar,enelestudiodelascomunidadescastreas,elespacio

    de lospropioscastros.Sehasealadoya losignificativodequeseaeltrmino"castro" loqueha condicionado lanomenclaturadelperodoquenosocupa (ArizagayAyn,2007).Poco hay, o haba hasta no hace mucho, ms all de las murallas de estos recintosfortificados. No es nada raro que no se haya documentado hbitat abierto o espaciosproductivos, siunavezdelimitadoelpermetroamurallado, sevolva lavistadenuevoalespacio intramuros. Debemos superar esta concepcin, para llegar a comprender lascomunidades castreasy suspaisajesvivenciales, ydenuevo senosantojan losestudios

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    etnoarqueolgicos losreferentespropiciospararepensar lospaisajescastreos,yelaborarnuevassntesisenlasquestengancabidaestascuestiones.

    4.5.3.Diversidadfrenteauniformidad

    No estara de ms poder enterrar trminos tradicionales como el de Culturacastrea, sustituyndolos por nomenclaturas ms ajustadas a las realidades variables,diversas,que,pocoapoco, las investigaciones recientes sobre lascomunidades castreasvan poniendo de relieve,ms all de la clsica concepcin de uniformidad en la que sedibujaban las reconstrucciones histricas realizadas en losmarcos histricoculturales. Laantes citada bsqueda de la otredad, la exposicin de las diferencias, la superacin deltemoranotrasmitircertezasabsolutassobrenuestrosobjetosdeestudio,handeserlasvasparacimentarestenecesariogiro,conelqueedificaremosnarracionesarqueolgicasmshonestashaciaelpblicoyparaconlaspropiascomunidadesprehistricasprotagonistasdenuestrosestudios.

    5.ReflexionesfinalesLaEtnoarqueologaesunadisciplinaquepuedeconvertirseenunabuenafuentede

    estmulosquenossirvanpararenovarorepensarlainvestigacindeperodosprehistricoscomoelcontextocastreodelaEdaddelHierrocantbrica.

    Resaltando la diferencia en la Edad del Hierro, conseguiremos alcanzar unacomprensinmscompletaycrticade loacontecidoenelPasado,desafiandoa lavez launivocalidaddelossucesosdelPresente(HillyCumberpatch,1993:136).

    Quizlageneralizadaausenciadeestructurasdehabitacinalairelibreanterioresalcontexto castreo para la regin cantbrica occidental, nos ha llevado a sobrevalorar laaparicin de los castros como reflejo de una sedentarizacin de las comunidadesprehistricasdelreacantbricaoccidentalquenofuetancategrica;podemosentender,porello, laausenciadepropuestasquehayanvaloradociertoscomponentesdemovilidadenlaspautasproductivasydepoblamientodelascomunidadescastreas.

    Nopodemossimplificarelprocesodeconstruccindelpaisajealdeanocastreo,queni sera unvoco, ni uniforme. Cabe insistir, una vezms, en la necesidad de contemplarcierto rango de variabilidad (geogrfico, cronolgico y cultural) en las caracterizacionesgeneralesdelascomunidadescastreasdelreacantbrica.

    En las narraciones interpretativas elaboradas por la Arqueologa sobre lascomunidades castreas debemos atender, de forma prioritaria, al estudio de la culturamaterial. Fuentes informativas, como las proporcionadaspor los autores grecolatinos, nopuedenemplearseencombinacinequilibradaconlainterpretacinarqueolgica.Slotraslaobservanciade lapotencialidadycontrastacindeambasfuentes,encasossimilaresenlos que contemos con los dos corpus informativos, podremos plantearnos equiparar laconveniencia de su aplicacin conjunta para elaborar nuestras reconstruccionesarqueolgicassobreelpasado.

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