año xvi – n° 01 – 29 de noviembre del 2015 el...

4
«La santidad es tener intimidad con nuestro Padre que está en los cielos». (San Juan Pablo II) El Adviento nos permite volver a an- dar el camino de conversión, con nueva esperanza de alcanzar nuestra meta, que es Jesús. Momento personal DOMINGO EL Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015 día del Señor «Así la comunidad cristiana se prepara para la segunda venida del Señor: poniendo en el centro a las personas que Jesús mismo ha privilegiado, las personas que la sociedad a menudo margina y no considera». (San Juan Pablo II, Homilía 03.12.2000) I Domingo de Adviento Ciclo “C” ES PRECISO VIGILAR El inicio del tiempo del Adviento y del nue- vo año litúrgico nos recuerda la necesidad de estar preparados para la segunda venida del Señor. La preparación consiste en el esfuer- zo serio y sincero de presentarnos santos e irreprensibles ante Dios, según lo que indica san Pablo en la segunda lectura de hoy. Dice el Apóstol: «Y que así los fortalezca interna- mente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, se presenten san- tos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre». La carta a los Efesios ayuda a entender la invitación paulina al recor- darnos que Dios Padre «nos eligió en la persona de Cristo para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor» (Ef 1, 4b). Al inicio del año litúrgico nos es propuesta la meta. Y si ésta pudiese parecer etérea o utó- pica, san Pablo exhorta afec- tuosamente escribiendo: «Por Cristo Jesús les rogamos y exhortamos: han aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues procedan así y sigan ade- lante». La meta no es inalcanzable, pues no se trata de un puro esfuerzo humano sino de colaborar con la acción divina, por medio de la gracia, en nosotros. San Pablo supo colabo- rar con la acción del Espíritu y por eso puede indicar que se proceda como él, siguiendo su ejemplo e instrucciones. El evangelio advierte del riesgo que existe para caminar decididamente hacia la meta, hacia la santidad que el Señor espera de no- sotros. El Señor Jesús exhor- ta: «Tengan cuidado: no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida». Es fácil «perder la cabeza», equivocar el norte, perder el rumbo. Esto acaece cuando se consiente con el vi- cio al punto que la cabeza se embota y no razona adecua- damente; es fácil halagar los sentidos con la bebida o de- jarse asustar por los agobios de la vida. Por eso es preciso vigilar y tener claro lo que se quiere alcanzar: ser santos e irreprochables por el amor. Es decir, encarnar el evangelio de Jesús, como san Pablo lo hizo. ¡Es posible! ¡Intentémoslo! Pbro. Pedro Hidalgo Díaz

Upload: vothuan

Post on 05-Oct-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015 EL DOMINGOsanpabloperu.com.pe/lit/archivos/domingo/20151103035124.pdf · (San Juan Pablo II) El Adviento nos permite volver a an-dar

«La santidad es tener intimidad con nuestro Padre que está en los cielos».

(San Juan Pablo II)

El Adviento nos permite volver a an-dar el camino de conversión, con nueva esperanza de alcanzar nuestra meta, que es Jesús.

Momento personal

DOMINGOEL

Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015

día del Señor

«Así la comunidad cristiana se prepara para la segunda venida del Señor: poniendo en el centro a las personas que Jesús mismo ha privilegiado, las

personas que la sociedad a menudo margina y no considera».

(San Juan Pablo II, Homilía 03.12.2000)

I Domingo de Adviento

Ciclo “C”

ES PRECISO VIGILAREl inicio del tiempo del Adviento y del nue-vo año litúrgico nos recuerda la necesidad de estar preparados para la segunda venida del Señor. La preparación consiste en el esfuer-zo serio y sincero de presentarnos santos e irreprensibles ante Dios, según lo que indica san Pablo en la segunda lectura de hoy. Dice el Apóstol: «Y que así los fortalezca interna-mente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, se presenten san-tos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre». La carta a los Efesios ayuda a entender la invitación paulina al recor-darnos que Dios Padre «nos eligió en la persona de Cristo para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor» (Ef 1, 4b).

Al inicio del año litúrgico nos es propuesta la meta. Y si ésta pudiese parecer etérea o utó-pica, san Pablo exhorta afec-tuosamente escribiendo: «Por Cristo Jesús les rogamos y exhortamos: han aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues procedan así y sigan ade-lante». La meta no es inalcanzable, pues no se trata de un puro esfuerzo humano sino de

colaborar con la acción divina, por medio de la gracia, en nosotros. San Pablo supo colabo-rar con la acción del Espíritu y por eso puede indicar que se proceda como él, siguiendo su ejemplo e instrucciones.

El evangelio advierte del riesgo que existe para caminar decididamente hacia la meta, hacia la santidad que el Señor espera de no-

sotros. El Señor Jesús exhor-ta: «Tengan cuidado: no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida». Es fácil «perder la cabeza», equivocar el norte, perder el rumbo. Esto acaece cuando se consiente con el vi-cio al punto que la cabeza se embota y no razona adecua-damente; es fácil halagar los sentidos con la bebida o de-jarse asustar por los agobios de la vida. Por eso es preciso vigilar y tener claro lo que se quiere alcanzar: ser santos e irreprochables por el amor.

Es decir, encarnar el evangelio de Jesús, como san Pablo lo hizo. ¡Es posible! ¡Intentémoslo!

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz

Page 2: Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015 EL DOMINGOsanpabloperu.com.pe/lit/archivos/domingo/20151103035124.pdf · (San Juan Pablo II) El Adviento nos permite volver a an-dar

Salmo responsorial Sal(24)R. A ti, Señor, levanto mi alma.– Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséña-me, porque tú eres mi Dios y Salvador. / R.– El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. / R.– Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a cono-cer su alianza. / R.

2a lecturaEl apóstol Pablo nos llama a vivir el presente en clave de futuro: todo cristiano descubre que su ser y quehacer tienen sentido y perspectiva de eternidad.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonincenses 3, 12-4, 1-2

Hermanos: Que el Señor los colme y los haga crecer y progresar en el amor mutuo y en el amor a todos los demás,

semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones para que, cuan-do Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, ustedes se presenten ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables. Por lo demás, hermanos, les rogamos y exhorta-mos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios; procedan así y sigan adelante. Ya conocen las instruccio-nes que les hemos dado, en nombre del Señor Jesús. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Sal (84),4Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu miseri-cordia y danos tu salvación. R. Aleluya.

I. RITO DE ENTRADA

Antífona de entrada Sal (24), 1-3A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mí mis enemi-gos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.

Acto penitencialS. Tú que enseñas el camino a los pecadores; Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.S. Tú que harás justicia en la tierra; Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.S. Tú que vendrás con poder y gloria a liberarnos; Señor, ten piedad.R. Señor, ten piedad.

No se dice Gloria

Oración colecta Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al co-menzar el Adviento, el deseo de salir al en-cuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

1a lecturaEl profeta Jeremías nos abre a la esperanza en medio de un mundo sin perspectiva y sumido en la superficialidad y el relativismo. Dios viene a traernos justicia.

Lectura del libro de Jeremías 33, 14-16

«Miren ustedes que llegan días. –Oráculo del Señor– en que cumpliré la promesa que hice a los habitantes

de Israel y de Judá. En aquellos días y en aquella hora, haré brotar para David un legítimo descendiente que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

I Domingo de ADVIENTO - Ciclo C - Color: Morado

Hermanos y hermanas: Hoy se inicia el nuevo año litúrgico con el primer domingo de Adviento. Durante los cuatro domingos nos prepararemos a la llegada del tiempo de Navidad. La preparación consiste en el esfuerzo serio y sincero de presentarnos santos e irreprensibles ante Dios, según lo que indica san Pablo en la segunda lectura de hoy. El evangelio advierte del riesgo que existe para caminar decididamente hacia la meta, hacia la santidad que el Señor espera de nosotros.

EvangelioLa descripción de fenómenos extraordinarios que aparece en el evangelio no quiere asustar a nadie; busca destacar el poder del Señor por encima de las más terribles adversidades. La venida del Señor será para el creyente un alivio y un regalo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25-28.34-36R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus dis-cípulos: Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tie-

rra, angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, pues los astros temblarán. Entonces ve-rán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suce-der esto, levántense, alcen la cabeza, porque se acerca su liberación. Tengan cuidado: que sus corazones no se entorpezcan por el exceso de comida, por las borracheras y las preocupacio-nes de la vida, porque entonces ese día caerá de improviso sobre ustedes; ese día será como una trampa en la que caerán atrapados todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes y oren en todo tiempo, para escapar de todo lo que ha de ocurrir y puedan mantenerse en pie ante el Hijo del hombre. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.Profesión de fePlegaria universalS. Hermanos y hermanas: El Señor nos invita a le-vantar la cabeza para que podamos vislumbrar los signos de su venida al final de los tiempos. Ahora le pedimos que nos ayude a recorrer el nuevo año en espera de su Reino. Oramos diciendo: R. Visita a tu pueblo, Señor Jesús. -Por la Iglesia y sus pastores; para que sepan sus-citar en todos el deseo de aquel reinado de amor que el Señor Jesús ha venido a inaugurar entre nosotros. Roguemos al Señor./R.-Por el nuevo año litúrgico que hoy comienza; para que en este año, sepamos encontrar en la asamblea dominical el sólido alimento espiritual que todos necesitamos. Roguemos al Señor./R.-Por los gobernantes de las naciones y sus ministros; para que rechazando la tentación de absolutismo, sepan defender los derechos de los débiles y hacer florecer en el tejido social la justicia y la solidaridad. Roguemos al Señor./R.-Por nosotros, aquí reunidos; para que aprendamos a crecer en el mutuo conocimiento y estima, siendo solidarios con quienes más necesitan. Roguemos al Señor./R.

Page 3: Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015 EL DOMINGOsanpabloperu.com.pe/lit/archivos/domingo/20151103035124.pdf · (San Juan Pablo II) El Adviento nos permite volver a an-dar

Salmo responsorial Sal(24)R. A ti, Señor, levanto mi alma.– Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséña-me, porque tú eres mi Dios y Salvador. / R.– El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. / R.– Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a cono-cer su alianza. / R.

2a lecturaEl apóstol Pablo nos llama a vivir el presente en clave de futuro: todo cristiano descubre que su ser y quehacer tienen sentido y perspectiva de eternidad.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonincenses 3, 12-4, 1-2

Hermanos: Que el Señor los colme y los haga crecer y progresar en el amor mutuo y en el amor a todos los demás,

semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones para que, cuan-do Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, ustedes se presenten ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables. Por lo demás, hermanos, les rogamos y exhorta-mos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios; procedan así y sigan adelante. Ya conocen las instruccio-nes que les hemos dado, en nombre del Señor Jesús. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Sal (84),4Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu miseri-cordia y danos tu salvación. R. Aleluya.

I Domingo de ADVIENTO - Ciclo C - Color: Morado(Pueden añadirse peticiones particulares)S. Señor y Padre nuestro, te pedimos que ha-gas de nosotros hombres de fe profunda, que esperan la venida gloriosa de Jesús al final de los tiempos y viven estos días de espera en la plenitud de la caridad. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor este pan y este vino, escogi-dos de entre los bienes que hemos recibido de ti, y concédenos que esta eucaristía, que nos permites celebrar ahora en nuestra vida mortal, sea para nosotros prenda de salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona de comunión Sal (84), 13 El Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto.

Oración después de la comunión Señor, que fructifique en nosotros la celebra-ción de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en nuestra vida mortal, a descubrir el valor de los bienes eternos y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.Bendición SolemneS. El Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creen y cuyo retorno glorioso esperan, en la celebración de los misterios del Adviento, los ilumine y los llene de sus bendiciones. R. Amén.S. Dios los mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor. R. Amén.S. Y así, los que ahora se alegran por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria reciban el premio de la vida eterna. R. Amén.S. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo a y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. R. Amén.

EvangelioLa descripción de fenómenos extraordinarios que aparece en el evangelio no quiere asustar a nadie; busca destacar el poder del Señor por encima de las más terribles adversidades. La venida del Señor será para el creyente un alivio y un regalo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25-28.34-36R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus dis-cípulos: Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tie-

rra, angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, pues los astros temblarán. Entonces ve-rán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suce-der esto, levántense, alcen la cabeza, porque se acerca su liberación. Tengan cuidado: que sus corazones no se entorpezcan por el exceso de comida, por las borracheras y las preocupacio-nes de la vida, porque entonces ese día caerá de improviso sobre ustedes; ese día será como una trampa en la que caerán atrapados todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes y oren en todo tiempo, para escapar de todo lo que ha de ocurrir y puedan mantenerse en pie ante el Hijo del hombre. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.Profesión de fePlegaria universalS. Hermanos y hermanas: El Señor nos invita a le-vantar la cabeza para que podamos vislumbrar los signos de su venida al final de los tiempos. Ahora le pedimos que nos ayude a recorrer el nuevo año en espera de su Reino. Oramos diciendo: R. Visita a tu pueblo, Señor Jesús. -Por la Iglesia y sus pastores; para que sepan sus-citar en todos el deseo de aquel reinado de amor que el Señor Jesús ha venido a inaugurar entre nosotros. Roguemos al Señor./R.-Por el nuevo año litúrgico que hoy comienza; para que en este año, sepamos encontrar en la asamblea dominical el sólido alimento espiritual que todos necesitamos. Roguemos al Señor./R.-Por los gobernantes de las naciones y sus ministros; para que rechazando la tentación de absolutismo, sepan defender los derechos de los débiles y hacer florecer en el tejido social la justicia y la solidaridad. Roguemos al Señor./R.-Por nosotros, aquí reunidos; para que aprendamos a crecer en el mutuo conocimiento y estima, siendo solidarios con quienes más necesitan. Roguemos al Señor./R.

LA PALABRA en la semanaSemana I del Tiempo de Adviento - 1° del salterio

30 L SAN ANDRÉS (F) - Rm 10, 9-18; Sal (18), 2-5; Mt 4,18-22

01 M Feria - Is 11,1-10; Sal (71), 1-2.7-8.12-13.17; Lc 10,21-24

02 M Feria - Is 25,6-10; Sal (22), 1-6; Mt 15, 29-3703 J San Francisco Javier (MO) - Is 26,1-6; Sal(117),

1.8-9.19-21.25-27; Mt 7, 21. 24-2704 V San Juan Damasceno (ML) - Is 29,17-24; Sal (26),

1.4.13-14; Mt 9, 27-3105 S Feria - Is 30,19-21.23-26; Sal (146),1-6; Mt 9,35-

10,1.6- 8

Page 4: Año XVI – N° 01 – 29 de Noviembre del 2015 EL DOMINGOsanpabloperu.com.pe/lit/archivos/domingo/20151103035124.pdf · (San Juan Pablo II) El Adviento nos permite volver a an-dar

«QUE SU AMOR SIGA CRECIENDO MÁS Y MÁS»

El tiempo litúrgico de Adviento nos ayuda a renovar la esperanza, fundada en la fidelidad de nuestro Señor. En la segunda lectura de hoy leemos una importante afirmación del Apóstol: «Ésta es mi convicción: que el que ha inaugura-do entre vosotros una empresa buena la llevará adelante hasta el día de Cristo Jesús».

El bautismo es la inauguración de una buena e importante em-presa: nuestra salvación. Aco-giendo el don del Espíritu San-to, que nos hace hijos de Dios, en el bautismo comenzamos a recorrer un itinerario con los ojos del alma fijos en el día de Cristo Jesús, es decir, en la se-gunda venida del Señor como Juez universal. San Pablo se muestra convencido de la po-sibilidad de alcanzar la meta, y es que tiene claro que la vida cristiana no es un puro esfuerzo humano sino acción de la gra-cia divina con la libre cooperación humana. El concurso de la voluntad salvadora de Dios y de la voluntad humana que acoge el proyecto divi-no hace posible la salvación definitiva del ser hu-mano redimido por Jesucristo. San Pablo, ade-

el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999, Certif. N° 0055702Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected] Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Bruno Cárdenas Salazar; Josue Muñoz HuarnizImprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017

• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.

www.sanpabloperu.com.pe

DEMÁRTIRES

CHIMBOTEP. Sandro Dordi

No caben dudas que el Perú es tierra de santos, y aún algunos que sin haber nacido en estas tierras, aquí encontraron la santidad.

Alessandro Giuseppe (Sandro) era el segundo de un total de trece hijos de la familia Dordi-Negroni, na-ció en Gromo San Marino (norte de Italia) el 23 de enero de 1931.

Realizó sus estudios en el Seminario Diocesano de Clusone, luego continuó en el de Bérgamo, con tan sólo once años. A los dieciocho, cuando debía in-gresar a las clases de Teología, pidió pasar a la “Co-munidad Misionera de Paradiso”. Recibió el orden sacerdotal por manos de Monseñor Adriano Berna-reggi, Obispo de Bérgamo, a los 23 años con otros treinta compañeros, el 12 de junio de 1954.

Alma misioneraLa primera etapa de su actividad misionera fue la ciudad de Donada en la provincia de Rovigo, al lado del río Po, entre los campesinos y gente humilde que habían sufrido las inundaciones en 1951.

Después de once años dejó Donada y fue a Suiza como Capellán de los emigrantes. Por catorce años se preocupó en ayudar y acompañar a los 3.500 ita-lianos que trabajaban en Suiza en el departamento de Le Locle, donde él vivía. Durante esos años tra-bajó en una fábrica de relojes para comprender y acompañar al obrero.

Pasó 1979 y 1980 en Italia. Quería ir al África, a Burundi, como misionero, pero luego de vi-sitar algunos países de América Latina, eligió el Perú.

Misionero y mártir en Perú P. Sandro dedicó sus años de misione-ro en Perú como tantos otros sacer-dotes, religiosos, religiosas, cate-quistas y laicos, entregado 100% a la misión de anunciar a Jesu-cristo, pero también llevando el alimento material a muchos que lo necesitaban.

En el trabajo cotidiano con los campesinos del Va-lle de Santa, con los ancianos y enfermos, con los jóvenes y los niños, P. Sandro supo dar lo mejor de sí mismo. Tras su partida quedó la imagen indeleble del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

El martirio es una predilección del Señor que nadie puede cuestionar por qué se le da a unos y a otros no. P. Sandro fue un elegido recibiendo la corona del martirio en Vinzos (Valle de Santa) el 25 de agosto de 1991.

La misma Catedral de Bérgamo (Italia) donde reci-bió su primera consagración y el “mandato misione-ro” para ir por el mundo entero y anunciar la “Pa-labra de Dios”, recibió sus restos mortales el 1° de setiembre de 1991.

(Fuente: www.beatificacionchimbote.org)